JUEGO DE COLOR Un recorrido visual a trav茅s del relato pict贸rico
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Mayo 2015
P rólogo
El color, es como la arena, no tiene sentido hasta que lo introducimos en un contexto, por ende el color en sí es un juego, con sus propias reglas de uso, el experimentar visualmente al manipularlos, ordenarlos, calarlos, mezclarlos, el juego de color es un acto de libertad, armar un recorrido, un argumento a través del cual se relata un acto, una acción, una manera de mostrar un estímulo, el color es una herramienta infinita de posiblidades, un mar que permite que nos arrojemos al desconocido, a aquello que no ha sido ilustrado, iluminado, no hay otra forma de mostrar algo si no es a través del color. En todo sentido, porque el color es luz, y lo contrario es oscuridad, no podemos ver en la oscuridad, la única manera de ver es a través del color, nuestra vida constantemente es color.
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El
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color como elemento narr ativo
U na
intervención visual
U na colección de recortes de la sombra, las penumbras intentan escalar por sobre los colores abrazados los unos a los otros, se posan sobre el umbral como si fuese un sofá, apoyados sobre sus pares que se desploman en la homogeneidad del suelo, parecen haber muerto en los bordes caen los desteñidos colores desmayados, los de arriba los sostienen para no dejarlos caer, el blanco llama a escalar, algo ofrece a esos colores, como si se ayudasen los unos a los otros para llegar allí. Pero todos a la vez son un solo ente que se toma un espacio que le es ajeno, quizá la incomodidad hace que el ente de colores quiera saltar a la luz del vidrio. Un balance del negro del suelo al blanco puro de la luz exterior generan la metáfora de lo bueno y lo malo, lo cómodo y lo incómodo.
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Qué hace que la vida se nos muestre como una secuencia de imágenes, un ir y venir de fotografías, rostros, y más rostros, expresiones, el color del gesto un arreglo que contextualiza y le da estados anímicos a la imagen, del blanco al negro, de la tristeza a la felicidad.
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Ni luz ni oscuridad, la imagen
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El
color como elemento narr ativo
Un recorrido no es más que una distancia de un punto a otro, un mirar a una imagen expandida, una panorámica, los colores se nos van pegando en la retina, nuestra mente los transforma en imágenes, y qué es una imagen sino un grupo de colores agrupados y ordenados de manera que generen un sentido y un contexto, la imagen es tan ambigua que podemos expresarla de infinitas formas, son abstracciones de la realidad, que percibimos de manera individual e íntima, el color puede contar muchas historias, es usado como el canal por el cuál narramos a través de imágenes, son las letras, las palabras, y conjugados pueden crear historias. El negro es un color, el blanco es otro color, si los juntamos, generamos el contraste perfecto, para motrar una imagen dura, y contrastada, el alto contraste es el juego
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de la más completa oscuridad, con la más incandescente luz, aún así, el blanco y el negro, pelean por tomar protagonismo, y lo que dan como resultado son medios tonos, los choques del blanco con el negro, generan esta modulación que abre paso a fomar imágenes, y junto con ello una historia, en una imagen hay más que un momento atrapado, hay movimiento, hay diálogos, hay sonido, hay vida. Entre la intervención del negro y el blanco, se pueden generar ciertos ruidos, que ponen en duda está oscuridad absoluta que oculta la sombra, se puede ambientar la composición, más allá de la imagen, se modifica el contenedor de esta, y es que estamos arreglando la ventana por la cuál se mira, modificar un elemento con otros colores nos hace preguntarnos si el color añade información a una composición.
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D ibujo
dialogo del color en l a composición
nocturno
Trazos segmentados que se toman de los brazos haciendo hileras como si quisieran llegar a un lugar, se caen y suben haciendo dibujos en la penumbra quieren ser algo más que un simple punto amarillo en su estado de incertidumbre espacial. Quieren fingir que sostienen un telón negro y pesado que les cae sin preguntar. Solo saben que no pueden moverse porque simplemente les tocó estar allí, a momentos de un márgen subterráneo, que pareciese succionado por el borde de la ventana, aparecen recortes, retazos de un negro que se esparce entre caras naranjas que simulan ser una luz tenue de tarde. Quieren ser más que otros los puntos amarillos, se empujan, hileras multitudinarias quedan atrás acompañando a los que están más adelante, porque brillan más. Algunos se arrojan al mar, marcando su zambullido, un trayecto congelado. Los blancos entre el amarillento tumulto de puntos, se quieren unir a la ronda, no logran ser contínuos solo quieren estar ahí no saben por qué, y vuelven a aparecer estos vacíos negros que no quieren que
el amarillo sea algo más que líneas, solo quieren ser desteñidos, ya no quieren ser más negros, quieren brillar, igual que sus acompañantes amarillos, ¡que quieren dibujar?, solo son algo que falta. Estos puntos conversan, se ríen, lloran, algo se puede ver que hacen, chillan, se apagan, se prenden, quieren brillar pero no hacer ruido, no son como sus compañeros blancos que a pesar de ser menos relucen, y modelan su blancura, como si fuesen más importantes. Una de ellas me observa desde arriba, como vigilandome, quizá debería estar afuera con sus pares. El dibujo nocturno se hace así mismo por el solo hecho de estar, nadie pidió el dibujo, solo está ahí esperando que se diga algo, los puntos amarillos solo por estar ahí son parte de algo que ni ellos saben que son. Finalmente un ruido que se agranda, que se multiplica, y se pierde en la infinitud del negro de la noche, ¿serán los puntos amarillos?, la conversación del dibujo.
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L os
dialogo del color en l a composición
gestos del color
El color no es solo una herramienta, no es solo un conjunto de palabras que son conjugadas, también tiene gesto, se vuelve un ente que manifiesta una expresión, desaparece como concepto, el color ayuda a capturar ese momento en que la imagen pasa de ser un elemento estático, y se vuelve un contenedor de acto. Los colores son como una balanza, deben generar un equilibrio, entre aquellos que buscan la luz, y aquellos que buscan la oscuridad, si no se sostiene ese equilibrio no hay imagen, este equilibrio ayuda a destacar ese gesto, enfatizar y lograr que la imagen pueda comunicar. No necesariamente el color debe ser parte del gesto, también puede sostenerlos, se vuelve un armazón, una estructura que recibe el mensaje y lo visualiza.
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