NOVENA A JESUS DEL GRAN PODER

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NOVENA A JESÚS DEL GRAN PODER


Por la señal de la santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

V. Señor, abre mis labios. R. Y mi boca proclamará tu alabanza. V. Dios mío, ven en mi auxilio. R. Señor, date prisa en socorrerme. V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

ACTO DE CONTRICIÓN Clementísimo Jesús del Gran Poder, Padre y Redentor mío, porque eres infinitamente bueno y misericordioso, te amo sobre todas las cosas y de todo corazón, me arrepiento de haberte ofendido. Te ofrezco, Dios mío, esta novena en honra y veneración de tu Pasión y muerte, que sufriste por mi indignísimo pecador, y para conseguir las gracias que con tanto anhelo te pido para gloria de tu omnipotencia soberana. Oh Jesús, que dijiste: vengan a mi todos los que andan agobiados, que yo los aliviare, mírame aquí postrado a tus pies seguro de alcanzar, por tu gran poder, remedio a mis dolores y miserias y fuerza para acompañarte en la cruz. Así sea.

ORACION PARA TODOS LOS DIAS Admirable Jesús mío, Dueño, Señor y Creador del Universo, en cuyas sagradas manos depositó vuestro Eterno Padre todas las cosas, con una potestad absoluta y un poder ilimitado sobre todas ellas en el cielo y en la tierra. Redentor mío amabilísimo, que para bien mío quisisteis cargar sobre vuestros lastimados miembros esa pesadísima cruz de mis excesos, y llevarla con inmensa fatiga hasta el Calvario, formando de ella espada contra mis enemigos, escudo para mi defensa, vara de virtud para mi remedio, báculo para mi dirección, arca para mi seguridad, árbol para mi protección, columna para mi firmeza, precio para mi rescate, sello para mi libertad y llave del cielo para mi salvación. Maestro mío sapientísimo, que tomando en vuestra mano ese libro de la vida me enseñáis en él las importantes lecciones de todas las virtudes, inclinad piadoso vuestros oídos a la voz humilde de mis ruegos para concederme el favor que particularmente os pido en esta novena, si fuese de vuestro agrado, y principalmente la imitación de vuestros ejemplos, negarme a mí mismo, tomar la cruz que vuestra Providencia señale, y seguiros fielmente con ella toda mi vida, para merecer de esta suerte eficaces auxilios y la gracia final, con que sea digno de los eternos gozos de vuestra vista y posesión de la Bienaventuranza. Amén.



Primer Día “Solo hay un solo Dios vivo y verdadero Yo soy tu Dios, no tendrás otros dioses.” Ex. 20,1ss Dios es el ser único, excelentísimo que pide honor, respeto, al cual todas las criaturas le deben buscar, adorar, amar. No hay otro igual, otra divinidad. Por su siervo Moisés se dignó ensenar a su pueblo que su único nombre es el Ser: Yo soy el que soy. El infinitamente perfecto de quien dimana todo ser y existencia en el cielo y en la tierra. Su perfección infinita no permite que haya otros dioses, castigando a su pueblo, llamándolo adultero, si seguía las costumbres de pueblos vecinos. Esta verdad clara que, Jesús el Mesas, la trae de su origen porque viene de arriba trayendo todos los secretos del reino, la rectifico, diciéndolo al demonio usurpador mentiroso: solo a Dios adoraras. No se puede dar el título de dioses a ninguna criatura ni a las apetencias del hombre: placer, dinero, honor. Estas, no pueden reemplazar al único Dios pues está mandado que el hombre se entregue totalmente a Dios vivo: me amaras con todo tu corazón, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Esta verdad le dice, queda grabada en tu corazón; la enseñaras a tus hijos y la repetirás en casa yendo de camino, cuando te acuestes, cuando te levantes. No se puede dar culto al sol, a las estrellas ni a ninguna cosa creada. No puedes tomar otro camino en este mundo. Oh Jesús del Gran Poder, ayúdame para que conserve intacto tu nombre. No permitas que yo, cristiano, que me declaro católico, que estoy a tus plantas busque otros diosecillos que me destruyan, privándome del beneficio de tu redención Señor, ten misericordia.


PRECES De nuestros hogares que sufren tanto Apiádate, Jesús del Gran Poder. De los padres de familia que se han alejado de ti. De los hijos que ofenden a sus padres. De la incomprensión de los esposos. De la traición en el hogar. De los huérfanos que lloran a sus padres. De los desamparados de la sociedad. Cuando nos aflija la pobreza. En nuestras enfermedades. En nuestros problemas íntimos. En todos nuestros males. ORACIÓN FINAL Heme aquí a tus pies, Oh Jesús del Gran Poder: he aquí la más miserable de las criaturas, que viene a tu presencia, humillada y arrepentida, misericordia de mí, Oh Jesús, según tu gran misericordia. Peque y contra a ti fueron mis culpas; mas a ti pertenece mi alma, pues la has creado y redimido con tu preciosa sangre. Por la cruz que llevas en tus hombros, haz que tu obra no se pierda, ten piedad de mí. Con tu gran poder ayúdame en todas mis necesidades, socórreme en los peligros; remedia mis enfermedades; pero, sobre todo Jesús, dame lágrimas de contrición; perdóname que doy tu hijo; perdóname como perdonaste al ladrón arrepentido; mírame con ojos de compasión desde el trono de tu omnipotencia divina y bendíceme paternalmente. Así sea.


Segundo Día Valor de las Imágenes “Haz una serpiente de bronce, la pones en la punta de un asta, y todo aquel que haya sido mordido de esa culebra y mirare hacia ella no perderá la vida.” Nm. 21,8 La doctrina de la Iglesia sobre las imágenes es ordinaria y clara: manténgase firmemente la práctica de exponer en las Iglesias las Imágenes sagradas a la veneración de los fieles. Sac Concilium 125, Vat.11 Las imágenes son representaciones de la humanidad de Nuestro Señor Jesucristo: su niñez, su muerte, su resurrección. Son signos instituidos por el Espíritu Santo y conservados por el magisterio de la Iglesia Católica. Como su nombre lo indica son signos, símbolos, referencias que nos llevan a la persona, a la esencia del Dios vivo. Se debe evitar creer que la imagen es el Dios vivo, inmortal. Es un indicador que nos lleva más allá, a otra realidad. La iglesia es clara y prolija en su enseñanza. El culto que se da a Dios es absoluto y relativo. El primero se da solo al Dios Uno y Trino y a las Especies Consagradas de la Eucaristía; el relativo se da a las imágenes. Esta enseñanza hay que educarla, conservarla integra, cuando nos acercamos a las Imágenes del Niño Dios, Sagrado Corazón, Jesús del Gran Poder. Las imágenes no son la encarnación del Dios vivo, sino un argumento que nos lleva a la suma Verdad. Para mantener nuestro equilibrio moral hay que servirnos de las virtudes: fe, esperanza y caridad que recibimos en el Bautismo. Estas son las fuerzas, lámparas dadas por el Dios bueno para caminar en este mundo y desarrollar toda nuestra vida cristiana. Que las Imágenes nos recuerden lo santo y nos lleve al santo de lo santo. Amén.


Tercer Día La dignidad del hombre “Ignoro como apareciste es mi vientre, yo no soy quien te ha dado el espíritu y la vida.” 2 Mac. 7,22 En los libros de la Biblia especialmente en el cap. 17 del Sirácides, se describe la estructura del hombre: su origen, tiempo de vida, dones espirituales, morales e intelectuales de que viene revestido. El hombre no viene al azar. No es producto químico de la materia, sino una criatura que trae la imagen y semejanza de su autor. Si el Espíritu Santo no lo dijera, debíamos dudar. Pero El mismo lo confirma una y otra vez en la Palabra, ratificando que el hombre es obra suya, es el reflejo de su aliento. En dicho capítulo del Sirácides que nos dice que tiene ojos, lengua, cabeza pensadora para que, viendo las cosas, glorificara al creador, llamándolo al libro de la Sabiduría, insensato al hombre que no ha cumplido su misión de glorificador del creador. Le dio inteligencia, la ley, la ciencia del bien y del mal. Le puso en su mente su ojo interior para que conociera las grandezas de sus obras y ensalzara su nombre. Guárdense de toda injusticia, todos sus pecados están delante del Señor. Su conducta esta siempre a la vista del Señor. Eternamente ve por dónde anda el hombre, pues todas sus obras están a sus ojos tan claras como el sol. Guarda la limosna como un sello precioso, conserva un beneficio como la niña de sus ojos. Los recompensará y les pondrá un premio sobre su cabeza. Por eso, San Pablo declara que, aunque el pueblo romano no ha recibido las leyes mosaicas, los libros sagrados, es sin embargo responsable de sus actos porque no ha dado gloria de Dios verdadero, sino a los vicios y criaturas que ellos se han formado como Dioses. Con mayor razón el bautizado, cuya vocación es más exquisita, tiene mayor responsabilidad de vivir según las enseñanzas naturales y evangélicas. Esta meditación me debe llevar a sopesar mi dignidad humana, conocidas las cualidades que Dios me ha dado, Jesús del Gran Poder, ilumíname, porque siendo católico llevo una vida peor que la del pagano romano, cuyos vicios los predicaba y los veneraba como a


dioses. Me santiguo, entro a la iglesia católica, pero tengo una multitud de creencias que esclavizan mi vida. Señor, ten piedad.

Cuarto Día Jesús el buen pastor “Yo soy el buen pastor. El buen pastor de la vida por las ovejas.” Jn 10,11 El señor Dios apenas peco Adán, le llamo diciendo: ¿dónde estás? A lo que respondió. Oí tus pasos y me dio miedo por estar desnudo. Gn. 3,9. El hombre por el pecado se desviste de su dignidad, se separa de Dios, pero Dios no le deja, dedicando todo el misterio de su encarnación a buscarlo para ayudarle. Así apenas peca, lo llama, abriendo de inmediato toda la riqueza de sus misericordias, prometiéndole enviar al Mesías. Pasados los siglos cumple la promesa enviando a su Hijo en carne humana para librarle al hombre de su acción pecaminosa.

Entre las enseñanzas o acciones misericordiosas que le presenta es la del pastor. Tal es el caso de algunos salmos y del profeta Ezequiel 34, conservándonos con lujo de detalles su acción de buscar a la oveja perdida: “Las recogeré, aunque estén desparramadas. Vendare sus heridas. Hare que tengan fuerzas las débiles. Cuidare a las gordas. Las llevare a los pastizales de los montes y a fuentes de fresca agua”. Tengo otras ovejas y quiero que todas formen un solo rebaño, un solo pastor. Y al presentarse el Mesías con el nombre de Jesús se apropia el nombre de pastor, Jn 10,11: Yo soy el buen pastor, la puerta del redil. Conozco a mis ovejas. Como el Padre me conoce, así conozco a mis ovejas. En esta novena de Jesús del Gran Poder debo leer las lecturas del buen pastor, de su acción compasiva. Esta doctrina sea lámpara en mi conciencia, descubriéndome la relación que tengo con Dios. Es contra mi naturaleza vivir separado, huyendo de Dios, arguyendo que estoy desnudo.


Al fin, ¿que soy para que el Señor viva diariamente buscándome? Misericordia, Dios mío, según tu clemencia infinita, conforme a tu gran misericordia borra mi maldad. Lávame bien de mi culpa, purifícame de mi pecado. Quinto Día Jesús con su muerte paga por nuestros pecados. “Viendo a Dios que había mucha maldad en la tierra y que todos los pensamientos del corazón se dirigían hacia el mal, le peso haber hecho al hombre sobre la tierra.” Gn. 6,5. La historia moral de los pueblos y de las personas está llena de costumbres malas, viciosas. A veces el mismo hombre en su progreso humano se dedica a aprender, a practicar el vicio, a alimentarse de los vicios. No es raro, los siete pecados capitales son el alimento de la constitución de pueblos y del ser humano. Esto nos debe hacer pensar la conclusión bíblica: Dios está arrepentido de habernos creado, de habernos dado el dominio de la tierra. Con esta educación para el mal y viendo que por sí mismo el hombre no puede hacer el bien, Dios, autor de la creación planifica venir a librar al hombre de la maldad y del vicio.

El mismo Dios se declara su salvador, enviando a su mismo Hijo. No duda en permitir perder su categoría divina, tomando carne humana, vivir como esclavo y morir como clavado en la cruz con desprecio de su pueblo elegido. Esta pedagogía-proceso divino, la encontramos descrita en Isaías 53: “Carecía de presencia para provocar nuestro amor. No hay belleza en el para fijar nuestros ojos. Los hombres lo despreciaron, lo desampararon. No hicimos caso de él. Llevaba nuestros pecados, nuestras vanidades. Por nuestras iniquidades fue triturado. Sobre el recayó toda la iniquidad de nosotros”. Y próximo a presentar su ofrenda de salvación a sus apostales les decía: “Vamos a Jerusalén y el Hijo del hombre será entregado a los príncipes de los sacerdotes, a los escribas. Ellos lo condenaran a muerte y lo entregaran a los gentiles; harán burla, lo escupirán, lo azotaran y le darán muerte. Pero a los tres días resucitara”. Mc 10,13. Este mensaje no lo entendieron los apóstoles. Fue necesario que sucediese el hecho de la resurrección, pruebas y más pruebas y especialmente la venida del Espíritu Santo para ser los pregoneros de la nueva verdad de la muerte y resurrección de Jesús.


Que el Señor tenga misericordia y por esta bendita imagen de Jesús del Gran Poder, yo comprenda quien ha sufrido, quien ha pagado por mis pecados y presente mi gratuidad a mi único bienhechor. Dios mío, forma un corazón puro en mi pecho; renuévame el espíritu recto en mis entrañas. Devuélveme el gozo de tu salación, robustéceme con espíritu generoso.

Sexto Día Muerte y resurrección de Jesús en los Sacramentos. “Sabemos nosotros que el hombre viejo ha sido crucificado con El, para que muriese el cuerpo del pecado, para que ya no fuésemos esclavos del pecado.” Rm 6,6 Jesús murió por nuestros pecados, dejando en la cruz clavado el edicto de condena. Una sola vez murió y resucito y no muere más, regalándonos el beneficio de su muerte y resurrección por medio de la gracia, que se comunica especialmente por los sacramentos que dejo instituidos. Expresamente San Pablo dice: los que hemos sido bautizados participamos de su muerte, muriendo al pecado y resucitando a la vida de la gracia. El bautismo tiene esta doble memoria: muerte y vida. Y lo mismo la Confesión, Unción de enfermos tienen también esta doble enseñanza; muerte al pecado y recuperación de la gracia. La Confirmación y la Eucaristía significan la abundancia de la gracia que me dejo Jesús resucitado entregándome su Cuerpo y Sangre y su Espíritu en la Confirmación. El Orden sacerdotal y Matrimonio, sacramentos sociales tienen un sentido de fuerza, luz, carisma de gracia: el Orden sacerdotal es la mano abierta de Jesús dejando en la jerarquía una gran misión de ser maestros, liturgos y pastores de su pueblo, y el matrimonio es para dar fuerza especial al hombre y a la mujer para que, en nombre de Dios, cumplan la misión de criar, formar a los nuevos hijos de Dios para adelanto de la sociedad y del reino de Dios. Siguiendo esta línea de reflexión sobre los sacramentos el dominio del pecado, de la muerte ha disminuido. Por ello es importantísimo que en la novena de Jesús del Gran Poder que me recuerda el hecho de dejar clavado en la cruz el decreto de mi muerte, reviva la fuerza vital de los


sacramentos, la fuente de la nueva vida, el nuevo modo de cambiar personalmente yo y la sociedad.

Oh Jesús, haz que comprenda este camino y que mi devoción no sea superficial. Escucha, Señor, mi oración. El enemigo persigue mi alma, pisotea contra el suelo mi vida, me obliga a vivir en tinieblas. Mi espíritu esta abatido, mi corazón esta turbado. No me ocultes tu rostro. Ven en mi socorro.

Séptimo Día Protección de los ángeles y de la bienaventurada Virgen María. “Yo enviare a mi ángel delante de ti, para que marque el camino. Tenle respeto y escucha sus palabras.” Ex. 23,20.

Además del gobierno directo de Dios sobre cada uno de nosotros, la Biblia y el magisterio de la Iglesia nos ha dado enseñanzas claras y precisas, para que la vida humana la desarrollemos con optimismo, con seguridad, con alegría. Hay que seguir estas enseñanzas y no las que inventan los hombres creyéndose los iluminados, llenándonos de tanta superstición. La Biblia está llena de textos que nos testifican que Dios ha dado órdenes a los ángeles para que nos guarden. Por ejemplo, el texto citado del Éxodo y la del Salmo 90 dice que Dios ha dispuesto que sus ángeles te cuiden a donde vayas. Leamos la historia de Tobías. Además de esto Jesús, moribundo, desde la cruz le dijo a su madre: mujer ahí tienes a tu hijo en persona de Juan apóstol. Los padres de la Iglesia interpretan que en dicho pensamiento estamos incluidos todos. Que gozo saber que guardo una relación especial con la Virgen María por voluntad de su Hijo. Que gozo conocer las palabras de Jesús y la genuina interpretación de los padres de la Iglesia. Los pensamientos de los Padres de la Iglesia son en verdad clarísimos y exquisitos. Escuchemos este de San Bernardo: “En tus peligros, en tus angustias, en tus dudas, piensa en María. Siguiéndola no te pierdes en el camino, implorándola no te desesperas, pensando en Ella no te desvías”. Si Ella te tiene de su mano, no puedes caer. “protegida por su manto, nada hay que temer. Bajo su guía no habrá cansancio”. San Bernardino: “En el cielo descubriremos cuanto ha hecho la Virgen María por nuestra salvación durante nuestra vida.”


Luis de Monfort: “María es la mujer más agradecida y si nosotros la amamos, ella nos redistribuye el amor que le brindamos, pero multiplicándolo por mil.” Que la imagen bendita de Jesús del Gran Poder nos ilumine para que conozcamos bajo que custodia vivimos y caminamos en este mundo, especialmente los bautizados. Que vivamos llenos de seguridad, de optimismo, de confianza y generosidad por sentirnos protegidos por ejército tan soberano y por su Reina la Virgen María.

Octavo Día Misión jerárquica de la Iglesia Católica. Si alguien dijese que en la Iglesia católica no existe la jerarquía, por divino mandado instituida, que consta de obispos, presbíteros y diáconos, sea anatema (Concilio Tridentino cf. 960).

La divina Providencia ha ordenado que la Iglesia jerárquica fundada por Jesucristo y dirigida por el Espíritu Santo exista y sea la maestra de la verdad, la santificadora y la responsable de llevarnos por el buen camino hacia Dios. La iglesia católica en todo tiempo ha cumplido perfectísimamente su misión:  Con el carisma de la verdad. Ha mantenido la fe, las buenas costumbres. Es el sol para guiar la razón y la inteligencia del hombre, le ha librado de los errores, de lo nocivo al cuerpo y al alma, no ha permitido calificar erradamente, llamando al bien mal y a las tinieblas luz.  Con su misión sacerdotal. Le ha lavado al hombre del pecado de una y otra vez, preparándole para que ingrese limpio a la eternidad. Dios lo hizo a su imagen de santidad y quiere que esta presencia divina la conserve intacta con los signos de los sacramentos. Los sacramentos son auténticas fuentes de purificación, oasis, descanso para el hombre.  Con su misión de pastor. La iglesia ha recibido, además, el poder de guiar a los hombres a la eternidad. La historia de dicho pastoreo es riquísima. Solo miremos el panorama de los 25 años del Papa Juan Pablo II, todo el mundo está admirado de su liderazgo, incluidos los no creyentes. Pues su gobierno en favor de la humanidad es tan beneficioso como la iluminación de los rayos del sol. Su inteligencia limpia, clara la vemos en los documentos dados al mundo. Su


presencia profética es fuerza, necesidad, deseando hasta los gobiernos dictatoriales que llegue a sus pueblos. Con paso y mano firme va llevando a toda la humanidad por el camino del bien. Y es de ver los esfuerzos que hace desde la cruz de la enfermedad en estos últimos años por cumplir su servicio profético, sacerdotal y real. Que esta novena de Jesús del Gran Poder me haga reflexionar sobre la grandeza e importancia de la sociedad a la que pertenezco oficialmente desde el día del bautismo. Todo lo estudio y soy profesional, pero poco conozco de mi Iglesia, sobre todo de las relaciones que mutuamente debemos mantener. Que comprenda que Jesús del Gran Poder es Cabeza de mi Iglesia a la cual sin merecerlo pertenezco y a la cual hasta la he despreciado. Oh Jesús, ten misericordia.

Noveno Día

El único sacrificio “Los otros sacerdotes fueron numerosos, pues siendo mortales no podían permanecer; Jesús, en cambio permanece para siempre y ningún otro lo reemplaza.” Hb. 7,23. La presencia del sacerdote es para ofrecer el sacrificio sensible a Dios reconociendo su altísima majestad y los deberes de la criatura. Los sacrificios en la ley mosaica eran muchos con distintas finalidades y al venir el Mesías los suprimió quedando solo Jesús Mesías como ofrenda al Dios vivo. El concilio de Trento iluminado esta verdad dijo: “si alguien dijese que en la misa no se ofrece un verdadero y propio sacrificio… y que las palabras: haced esto en memoria mía que pronunció Cristo no fueron para hacer a los apostales sacerdotes o que no ordeno que ellos u otros ofreciesen su cuerpo y su sangre, sea anatema”.


Esta doctrina nos indica que la misa es sacrificio verdadero y que el sacerdote elegido por Dios es el responsable de dicha misión, pues en la economía de la salvación Jesús es el nuevo sacrificio, siendo como dice la liturgia, a su vez víctima, sacerdote y altar. El objetivo del sacrificio es para acercarse a la Divinidad, cumpliendo las siguientes instancias: alabar a Dios, darle gracias pedirle perdón de los pecados y su protección en todo el quehacer diario. La Eucaristía es el nuevo y único sacrificio. Pues el canon 897 claramente enseña: es el sacramento más augusto, en el que se contiene, se ofrece y se recibe al mismo Cristo, Señor nuestro. Los demás sacramentos y sus actividades apostólicas tienden a este centro. Por esto, San Paulino decía: la carne del Señor con la que me sustento es la misma que estuvo clavada en la cruz. Llevado de estos principios, para desarrollar mi vida cristiana debo seguir el método dejado por Jesús, evitando la vanidad de crear métodos de sacrificios que no son los de Jesús sino de los hombres. Que la devoción a Jesús del Gran Poder me ilumine, me despierte y que el culto que hago participando en la Eucaristía sea para crecer en mi vida de bautizado. Que me sienta feliz porque no debo llevar muchas ofrendas, sino una sola, la de mi Jesús presente en la misa, en la Eucaristía. El responsable de dicha misión, pues en la economía de la salvación Jesús es el nuevo sacrificio, siendo como dice la liturgia, a su vez víctima, sacerdote y altar. El objetivo del sacrificio es para acercarse a la Divinidad, cumpliendo las siguientes instancias: alabar a Dios, darle gracias


pedirle perdón de los pecados y su protección en todo el quehacer diario. La Eucaristía es el nuevo y único sacrificio. Pues el canon 897 claramente enseña: es el sacramento más augusto, en el que se contiene, se ofrece y se recibe al mismo Cristo, Señor nuestro. Los demás sacramentos y sus actividades apostólicas tienden a este centro. Por esto, San Paulino decía: la carne del Señor con la que me sustento es la misma que estuvo clavada en la cruz. Llevado de estos principios, para desarrollar mi vida cristiana debo seguir el método dejado por Jesús, evitando la vanidad de crear métodos de sacrificios que no son los de Jesús sino de los hombres.

ORACIONES


Del obrero Oh Jesús del Gran Poder, llamado el hijo del carpintero, compartiendo con San José las fatigas del obrero, enseñándonos a cumplir el mandato divino: comerás el pan con el sudor de tu frente, mira con especial cariño a tus colaboradores en la transformación del mundo para tu gloria. Ayúdanos a cumplir tu voluntad con alegría, convencidos de que el trabajo dignifica al hombre. Bendice nuestra empresa y da a los patronos espíritu de justicia para que reconozcan nuestros derechos. A nosotros danos sumisión y entereza para exigir solo lo justo, mediante el trabajo honrado. Que todos merezcamos escuchar en la hora final tu alabanza: siervo bueno y fiel, en lo poco haz sido fiel, entra en el gozo de tu Señor. Así sea.

De los esposos Oh Jesús del Gran Poder, que en tu infinita bondad te dignaste elegirnos como instrumentos de tu poder creador, en la propagación del género humano y en la santificación de nuestras almas, te pedimos humilde y confiadamente, nos mires como Padre misericordioso, ayúdanos a cumplir con fidelidad el compromiso adquirido al pie del altar. Tu que proclamaste el carácter indisoluble del matrimonio, cuando dijiste: lo que Dios ha único que no lo separe el hombre, concédenos con tu Gran Poder, que permanezcamos siempre en tu gracia. Protege a nuestros hijos, bendice nuestro trabajo y danos con la salud el pan de cada día para el alma y para el cuerpo. Así sea.

Del estudiante Oh Jesús del Gran Poder, tu que nos enseñaste que el principio de la sabiduría es el temor de Dios, concédeme tus dones de sabiduría, ciencia y santo temor, a fin de que pueda llenar mi mente de todos los conocimientos que me acerquen a Ti y me hagan útil a los demás. Ilumina mi inteligencia y fortalece mi voluntad para que pueda rechazar toda doctrina peligrosa y abrace el dictamen de tu santa ley. Te doy gracias por todos los adelantos y conquistas que, con tu gracia, ha conseguido la mente humana. Que jamás claudique cobardemente ante los incentivos del mundo materializado y, con tu Gran Poder, llegue al logro de tus amorosos designios: que el hombre sea el Rey para tu gloria. Así sea.


De los novios Oh Jesús del Gran Poder, que sublimaste el amor humano, santificaste la unión del hombre y de la mujer, elevándolo a la dignidad de sacramento, Tu que con inmenso cariño bendices los sacrificios y alegrías de la vida matrimonial, míranos con especial ternura a N.N. que nos preparamos para unir nuestras almas en indisoluble amor… Protege nuestro noviazgo, mantén nuestra limpieza de alma y cuerpo, ilumina nuestras mentes y corazones, a fin de que cuando lo dispongas, abracemos la nuestra vida que nos hemos propuesto con la responsabilidad y convicción que exige este Gran Sacramento. Tu gracia dirija nuestros pasos hacia ti. Así sea.

Del chofer Oh Jesús del Gran Poder, que dijiste: Yo soy el camino, la verdad y la vida; Tú que generosamente has confiado a mi cuidado la seguridad de las personas, concédeme que siga delante de tus mandamientos, mientras peregrino por los caminos de la Tierra, en busca del pan de cada día; que proteja ;a vida de mis hermanos como un valioso tesoro puesto la vida de mis hermanos como un valioso tesoro puesto en mis manos; que sirva con respeto, mirando en cada uno tu propia imagen; que conduzca mi carro con prudencia y no me precipite localmente a la muerte. Señor, cuida de mi familia y de mis bienes mientras estoy fuera del hogar, a fin de tener alegría y paz. Así sea.


Cantos Oh Jesús del Gran Poder Fr. Francisco Fernández, ofm, 1961 Oh Jesús del Gran Poder Padre nuestro de los cielos Tú me puedes conceder, Fe, prodigios y consuelos. Si mis manos criminales, se alzaron contra ti, osadas; por librarme de mis males, llevas las tuyas llagadas.

Por la túnica encendida, don que la Virgen te diera; de virtud revestida vuele mi alma, cuando muera. Ante tu divino rostro, por mis culpas afeado, humildemente me postro confesando mi pecado.

Por la corona de espinas, que traspasa tu cabeza, tus bendiciones divinas alivien nuestra pobreza.

Si mi orgullo y mi insolencia en tierra te hizo caer; te levantas con clemencia: ¡Oh Jesús del Gran Poder!

Vas subiendo hacia el suplicio con pie fatigado y quedo, fortaléceme propicio, al cumplir tu ley no puedo.

Por las lágrimas salobres, que resbalan de tus ojos, enjuaga las de los pobres que van luchando entre abrojos.

Por la cruz pesada y dura, que tus espaldas oprime, en las horas de amargura danos la paz que redime.

Esa belleza inefable, de los ángeles encanto, y esa mirada adorable, con mi fe y amor te canto.


Humildes y Llorosos Fr. Francisco Fernández, ofm, 1961 Humildes y llorosos, tus hijos hoy venimos; y tu favor pedimos, Jesús del Gran Poder.

Por tu sudor de sangre en la oración del huerto, Señor, mantén despierto nuestro ánimo hacia el bien.

El látigo iracundo que abrió tus carnes suaves, de nuestras culpas graves fue el precio abrumador.

De espinas la corona que ciñe tu cabeza demuestra la fiereza del hombre ingrato y cruel.

Salvad al Ecuador Fr. Francisco Fernández, ofm, 1961

Jesús del Gran Poder, Salvad al Ecuador. Vas camino del calvario, toda paz y todo amor con la cruz sobre tus hombros olvidando tu dolor. Tus manos que bendiciones y milagros prodigaran parece que la madera de la cruz acariciaran.

Y tus pies que en los caminos dejaron huellas de flores van dejando hasta el calvario huella de sangre y dolores. De tu frente coronada caen gotas purpurinas son las lágrimas de sangre con que lloran las espinas.


Apiádate de mí Fr. Ernesto Echeverría, ofm /Jesús del Gran Poder Acuérdate de mí Y en esta hora difícil Apiádate de mí/. Son muchos mis pecados, Jesús del Gran Poder; Pero yo me arrepiento De toda mi maldad. Bis. Perdona las ofensas, Jesús del Gran Poder

Para que me perdones Lo que yo te ofendí. Bis. Tu sangre derramada, Jesús del Gran Poder Me lave mis pecados Y me de tu amistad. Bis Yo quiero en adelante, Jesús del Gran Poder, Cumpliendo tú mandato Amar a los demás. Bis.

Te vengo a suplicar Fr. Ernesto Echeverría, ofm Jesús del Gran Poder Te vengo a suplicar, Tú me has de conceder La paz con el perdón. Cargando con la cruz, Me enseñas a llevar La cruz de mi dolor Con fe y dignidad. Tu rostro redentor Quisiera yo enjugar,

Para poder grabar En mi alma tu dolor. Tu sangre al derramar Clavado en la cruz, Salvaste al pecador. Con infinito amor. Herido en tu pasión Abriste el corazón, Para consolación Del que confía en Ti


ORACIÓN Te rogamos nos concedas, Señor Dios nuestro, gozar de continua salud de alma y cuerpo, y por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, vernos libres de las tristezas de la vida presente y disfrutar de las alegrías eternas. Por Cristo nuestro Señor. Amén.


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