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Empieza una nueva temporada. Como suele ser habitual, y aunque consta alguna pequeña localidad anterior en fechas, Valdemorillo fue el pistoletazo de salida de una nueva campaña taurina –esperemos que lo sea– que se anuncia apasionante por todo lo que la rodea. Incluso Valdemorillo, feria tranquila e ilusionante donde las haya, se presentó con una importante novedad producto de lo que nos espera en esa farragosa batalla que tienen los medios televisivos con los empresarios y toreros: a falta de un acuerdo para retransmitir la feria de Sevilla, Canal+ decidió darnos la del pueblo madrileño. E hizo bien. Pero claro, una vez más los aficionados, que pagamos a unos y a otros, nos quedamos con esa cara de tontos que nos caracteriza desde hace ya demasiado tiempo. Y no, no solo, porque consideremos una feria inferior a otra, sino porque queremos todas. O casi todas. Y es que, después de pagar nuestros abonos, nuestras entradas, nos rechinan los dientes cuando oímos hablar de falta de acuerdos económicos. Con la que está cayendo en este país convulso y sumergido, anormal, despilfarrador, ladrón, estafador y con unos dirigentes inoperantes que, además, se divierten a diario retocando el estado de bienestar, y con una fiesta, la de los toros, en constante entredicho, hace “mucha gracia” oír que la falta de “tela” impide la divulgación y el disfrute de este arte, efímero pero arte, que se llama tauromaquia. Definitivamente alguien, o todos, deberían apostar por esta afición. Sabemos que no es fácil, por muchas razones que no acabamos de entender. Entre ellas, las propias iniciativas de los aficionados, parece que no están claras: la sufrida ILP, finalmente elevada a trámite, no parece que pueda ser la solución definitiva a nuestros miedos. Tampoco los clubes y peñas donde los “taurinos” nos reunimos y asociamos parece que tengan las ideas claras: cada uno defiende lo suyo y, en ocasiones, una filosofía muy alejada de la verdad y de la autenticidad taurina. Algunos mantienen en sus filas directivas a los excelentísimos que enarbolan la bandera de “a mi esto me importa un comino pero lo aprovecho p´a lo mío”. Y también la bandera de “me lo llevo”. Pero por suerte, no todos somos iguales. Ni tan siquiera parecidos. En el Club Cocherito también tenemos una bandera: la de la integridad, la de la afición pura, la de la defensa y agradecimiento a nuestros socios –que responden como ninguno a todas las actividades que programamos–, la del apoyo total a todos los eventos taurinos –incluso con los que no estamos de acuerdo–, la de la dedicación y el intento de hacer bien las cosas más allá de las fotografías, la de la beneficencia y apoyo a las clases desfavorecidas. Esa es nuestra bandera. Y la de nuestra Villa. Por cierto, y hablando de Bilbao, en plena edición de esta revista nos enteramos por la prensa que la Junta Administrativa que dirige los designios de los eventos taurinos de nuestra ciudad, ya ha elegido las ganaderías que conformarán el cartel de las Corridas Generales 2013. Resulta muy difícil, casi imposible, poner a todo el mundo de acuerdo en la elección de un color. Y también en la elección de una ganadería y en la confección de un cartel. Por eso estamos convencidos de que lo seleccionado se ha elegido en el pleno convencimiento de que era lo mejor y que, de esta manera, podremos disfrutar de una grandísima feria. Que así sea.
Edita: Club Cocherito de Bilbao C/ Nueva, 2 - 1º. 48005 Bilbao • Tel.: 94 416 14 47 cocherito@euskalnet.net • www.clubcocherito.com
Coordinación, diseño y maquetación: Servisistem Fotografía: Manu de Alba, Archivo Club Cocherito Fotografía portada: Manu de Alba
Imprime: Grafinorte D.L.: BI-719-2011
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Club Cocherito: Vida social 11 Enero. Como preámbulo a su homenaje Francisco Ruiz Miguel acudió al Club en compañía del periodista Enrique Romero, donde relató con su personal gracejo numerosas anécdotas de su dilatada vida taurina.
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12 Enero. Banquete Anual. La celebración comenzó en la habitual Iglesia de San Nicolás con la tradicional misa en recuerdo de los socios fallecidos y la esperada homilía taurina del padre Narciso. Tras el aurresku de honor, más de doscientos aficionados arroparon a Fco. Ruiz Miguel en el homenaje del Cochero, que compartió con el centenario fotógrafo Francisco Cano “Canito”, al que le concedieron su condición de Socio de Honor del decano de los clubs taurinos.
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Club Cocherito: Vida social
25 Enero. Con gran éxito de asistencia se celebró la primera de las Cenas Temáticas del Club Cocherito. Maridaje de setas, caza y toros con la colaboración especial del afamado restaurador Pablo García, del Grupo Don Pablo (Villasana de Mena).
28 Febrero. Sincero mano a mano entre el torero Fernando Robleño y el ganadero José Escolar. Mutuamente se agradecieron la apuesta de Ceret, ya que Robleño ha sido el primer matador en encerrarse con seis escolares. Las plazas francesas están presentes en las agendas de ambos.
8 Marzo. En el día mundial de la Mujer, el Club organizó una mesa redonda en la que participaron Mª Angeles Sanz, Mara Mayoral y Teresa Ojeda. Pulsaron desde su propia experiencia todos los temas taurinos, destacando “la desestructura del mundo taurino” y “la exigencia de más, a la que se somete a las mujeres en el toreo”.
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Trofeo Club Cocherito al Toro más Bravo 1974-1975
Los toros de la memoria A través de esta sección, vamos a conocer un poco más, el comportamiento en el caballo y la lidia que ofreció y que le realizaron, a los toros premiados con el Trofeo del Club. 1973: El premio queda Desierto.
• “La corrida fue preciosa de presentación y buena de juego”. “El sexto toro, bravísimo en los caballos. Tomó una tercera vara eterna y ahí quedó minutos y minutos bajo el jamelgo. Fijo, apretando a fondo, insensible al coleo de los matadores, llegando a la muleta noble, bravo, pronto, pese al serio castigo recibido. Hacía mucho que no veía en la Fiesta un animal tan entregado, tan dispuesto y tan bravo”. “Una plaza supuestamente torista como la de Bilbao debió entusiasmarse con ése toro y no lo hizo. ¿Ve usted?”. “Fue el segundo toro que estoqueó Herrerita, que ese día tomó la alternativa”.
• “Primera visita de Victorino Martín a la Feria bilbaina. Fueron seis toros sin exceso de carne, pero largos, altos y con mucha cabeza. La gente les aplaudió en sus salidas”. “Bravo en una primera y larguísima vara, y bravo sigue en dos varas más, medidas con prudencia por el picador. Pronto con los caballos fueron todos duros con los toreros”. “La corrida de Victorino fue distinta a ésas otras que propician faenas vulgares ante toros vulgares. ¿Qué tenían los toros de ayer? Una cosa: que lo eran. Cuando no es un animal dócil, suave y dulzón, los toreros andan de cabeza”. “Victorino hijo, de trece años acompañó a su padre al rito del apartado”.
P.D. Los comentarios pertenecen a las críticas taurinas de los diarios El Correo y La Gaceta del Norte.
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Evolución histórica de la “suerte suprema” a través de sus protagonistas Buenas, y hasta excelentes estocadas, las han ejecutado muchísimos toreros, pero no es éste el caso que nos ocupa, sino el de aquellos matadores que con regularidad realizaron la suerte de matar, no sólo con eficacia sino con perfección en cada uno de los tiempos que la conforman.
Excelentes estoqueadores ocasionales han existido siempre, dándose la circunstancia de diestros tan desconcertantes como Rafael “El Gallo” y Joaquín Rodríguez “Cagancho”, que han marcado hitos importantes como consumados estilistas de la suerte suprema, aunque en sus páginas hayan quedado muchos borrones de los toros que volvieron vivos a los corrales. La suerte de matar, en sus distintas formas, y al igual que ha ocurrido con otras suertes del toreo, con el paso del tiempo ha experimentado transformaciones más o menos sustanciales. Por citar un ejemplo, de la forma de realizar la suerte de recibir Pedro Romero, a quien se atribuye su invención, y a juzgar por los grabados de la época, a como se ejecuta actualmente, hay sensibles diferencias, aunque en su momento fuera considerado como un excelso estoqueador. Otro tanto se puede decir de Costillares, inventor de la suerte del volapié, obligado, según él, porque los toros le pedían que los matara así. Con Lagartijo y Frascuelo se inicia una época de excelentes estoqueadores, aquel por estilista y por sus afamadas “medias lagartijeras”, y éste por la resolución y valor con que entraba a matar. Con un elevadísimo porcentaje de excelentes volapiés
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se significó Mazzantini, y en la suerte de recibir Guerrita, que es quien más veces la ejecutó en la historia del toreo. Resuelto y fácil estoqueador, que no reparaba en los terrenos del toro fue Machaquito. También se distinguió por sus perfectos volapiés Antonio Sánchez “El Tato”. En los comienzos del presente siglo destacó por sus seguridad y ortodoxia Vicente Pastor, al que siguió una baraja de excelentes estoqueadores formada por Diego Mazquiarán “Fortuna”, Martín Agüero, Nicanor Villalta –quien distinguió tres categorías: mata-toros, tumba-toros y matadores de toros–, Luis Fuentes Bejarano, y en muchas ocasiones, no siempre, el primer Ordóñez, Cayetano, el de Ronda. Muy pocos años después, hubo otro excelente protagonista de la suerte de recibir, Pepe “Bienvenida”.
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Nicanor Villalta établit trois catégories bien différentes: le liquide-toros, le tombetoros et le Matador
”
Entrando en la era contemporánea hay que destacar a Manuel Rodríguez “Manolete”, que con tremenda gallardía y pureza hacía la suerte del volapié con una tremenda perfección. En cuadro de honor hay que colocar a Rafael Ortega, que ha sido, posiblemente, el mejor estoqueador de todos los tiempos. Otro diestro que compitió con el anterior en la ejecución de la suerte suprema fue Rafael Llorente. Unos años después destacó Antonio León. Por su gallardía y autenticidad destacamos a Jaime Ostos. También merece un lugar destacado Paco Camino, así como, cuando se lo proponía, José María Manzanares (padre).
Tremendamente regular, con un gran valor y pureza, ejecutaba la suerte del volapié el malogrado Paquirri, de quien se decía que con sus estocadas partía a los toros por la mitad. De entre los que han guiado la salida y entrada al nuevo siglo, los más seguros estoqueadores han sido, sin duda alguna, Espartaco y José Miguel Arroyo “Joselito”, y del escalafón actual de matadores debemos destacar a José María Manzanares, que en su todavía corta trayectoria, ha destacado por la seguridad y regularidad en el uso de la espada y en su facilidad ejecutando la difícil suerte de matar recibiendo. Terminamos este breve apunte con la frase popular “Ni están todos los que son, ni son todos los que están”, utilizada en la fiesta de los toros, y con la que queremos significar que, posiblemente, se haya quedado fuera algún diestro que se distinguió por sus estocadas, pero se trata de un apunte, no de un examen exhaustivo. Y aquí están reunidas, en todo caso, las mejores estocadas para la historia taurina MANUEL DE LA FUENTE
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La suerte de matar, según Rafael Ortega Yo siempre he entendido la ejecución de la suerte de matar de la siguiente manera: hay que perfilarse de costado entre los dos pitones (la distancia dependerá del toro, aunque debe ser entre dos y tres metros), para luego tirarse de frente, echarle la muleta muy abajo, a la pezuña, y arrancar con la mano derecha puesta en el corazón. No hay que ponerse con la mano estirada; ni llevársela hacia atrás, porque al entrar más con el hombro que con el brazo se pierde un tiempo precioso. Siempre se ha dicho que la mano izquierda es la que mata, y es verdad, porque una vez que se echa delante hay que traerse al toro toreado, como si se tratase de un pase de pecho. Las manos deben hacer un cruce, pues mientras una va hacia atrás llevando al toro sometido, la otra avanza hacia delante buscando su muerte. Hay tres tiempos y tres formas de ejecutar la suerte de matar, esos tiempos son: citar, mandar o templar y cruzar, que han quedado en dos. Las formas son: al volapié, al encuentro y recibiendo. Una u otra dependerá, siempre, de las condiciones del toro. De una manera general se podría decir que al encuentro es cuando el animal se te viene, y el toro y el torero se encuentran a mitad de camino; al volapié es cuando el toro está parado y el torero debe hacerlo todo él. Por último, recibiendo, que es la estocada más comprometida y difícil. Para recibir, deben ejecutarse los siguientes tiempos: hay que adelantar la pierna izquierda y la muleta, para citar; a continuación, ya a toro arrancado, arrastrar hacia atrás la pierna para llevarla al mismo sitio del que salió, llevar al toro toreado con la mano derecha y, al mismo tiempo, meter la espada. El tore-
“
Espatakada arriskutsu eta zailena zezena sostengatuz da
”
ro no debe dar nunca ningún paso hacia delante, porque la estocada se desvirtúa y pierde todo su valor. Para matar un toro bien, lo primero que hay que hacer es torearle bien, someterle, porque todos los toros, en algún momento de su lidia, siempre piden la muerte. No importa que tengan más pases, al toro hay que matarle cuando sin hablarte, te dice: "mátame". La inmensa mayoría de los toros deben matarse en la suerte natural, que es cuando el torero sale por dentro y el toro por fuera de las tablas. La suerte contraria, en la que se da salida al toro hacia la barrera, debe emplearse con los animales mansos, para aprovechar su querencia. Las manos del toro deben estar juntas, aunque la colocación de los remos traseros tiene menos importancia, porque no influye en la ejecución de la suerte. Son muchas las buenas estocadas que recuerdo. Pero hay dos de las que, por su dificultad, estoy especialmente muy satisfecho. Las dos fueron en Sevilla; una, a un toro al que no pegué más de diez pases, pero que siempre estaba con la cara arriba. Cuadré al toro, esperé a que se fijara en la muleta y, cuando humilló un poquito, le metí la espada. Le toreé muy poco, pero le corté las orejas. Otra estocada que recuerdo con satisfacción fue a un toro de Guardiola en 1952, un animal muy fiero al que corté el rabo después de una estocada recibiendo. Al toro le atravesé el corazón y salió muerto de los vuelos de la muleta.
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La suerte del volapié, según Paco Camino Al principio, de matador de toros, yo no era buen estoqueador. Pinchaba mucho porque pensaba que iba a fallar; y claro, fallaba. Luego, poco a poco, empecé a tener mayor seguridad. No digo a aprender, porque desde muy pronto uno adquiere los rudimentos del toreo, pero sí a verlo más claro, a tener mayor confianza y seguridad. Y entonces es cuando empecé a matar bien los toros. Para conseguirlo lo principal que hay que hacer es mirar el morrillo, echar la muleta por delante, arrastrar la pierna y entrar por derecho. Haciendo esto ocurre que muchas veces se pincha, o que la estocada cae baja, pero entonces no es culpa del torero. Yo he tenido la gran suerte de que se me han ido muy pocos toros a los que he tenido que cortar las orejas. Si después de hacer el esfuerzo de cuajar un toro, se te va el éxito por la espada, la verdad es que es para matarte. Hay que jugarse la vida un momento más, en un último esfuerzo, pero hay que hacerlo de verdad.
Para entrar a matar al volapié hay que marcar los tiempos: al toro se le echa la muleta debajo, se cruza el pitón ofreciéndole la pierna izquierda y vaciarle con un pase de pecho con la mano izquierda, al tiempo que la derecha ataca el morrillo del animal. Esa es la ejecución de la estocada, aunque... a veces se dicen tantas tonterías. Por ejemplo, dicen que para entrar recibiendo hay que echarle la muleta y la pierna delante, y recogerlas al mismo tiempo, y esperar al toro sin moverse con la espada montada y... todo eso es imposible de hacer tal y como se dice; si el toro se viene deprisa, no hay quien repita esos conceptos. Para entrar a matar hace falta valor, claro que sí, pero exactamente el mismo que para torear, porque éste lo es todo en el toreo. Ocurre que hay matadores de toros que no matan bien y que luego, en cambio, le dan al toro doscientos naturales con la mano izquierda. ¿Es que no tienen valor? Evidentemente que sí, lo que ocurre es que hay veces que se pierde el sitio con la espada, o quizá no se llega nunca a ver claro, pero valor para entrar a matar no creo que le falte a ningún torero. Sin embargo, y es un tema distinto, se puede tener mayor o menor facilidad. Para tenerla, lo primero es estar seguro uno mismo de que lo va a matar. La pureza en la suerte de matar está en entrar y en cruzar muy despacio, rectamente, mirando al morrillo, con la muleta puesta por delante y vaciando con la izquierda.
La suerte de recibir, según Luis Francisco Esplá Yo no soy un buen estoqueador; de ahí que tenga cierto rubor al hablar de la suerte de matar. He sido, en temporadas, un matador efectivo. Para matar de una manera u otra también aquí aplico el mismo concepto del toreo: es el toro el que me hace una propuesta, el que me marca las pautas, aunque esto no equivale a dejarse llevar por su voluntad. Es una especie de simbiosis en la que nos beneficiamos los dos: él me va sugiriendo y yo voy
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aportando las soluciones, de tal forma que la estructura de la faena es obra siempre suya. Por eso, cuando el toro tenía mucha más personalidad, convertía este espectáculo en algo más variopinto y emotivo. Ahora el toro está estereotipado, y ese es el gran problema de la fiesta, que al no aportar situaciones distintas parece que su comportamiento es siempre el mismo o, al menos, muy parecido.
Yo siempre he entendido la suerte de recibir como una suerte de recurso, y no como un adorno para rubricar una faena importante. Es evidente que muchas veces han coincidido una y otra, pero siempre la historia que había detrás de todo ello era la sugerencia del toro al no permitirme ciertas distancias. En ese momento me parecía lo más adecuado ponerle largo porque el animal exigía esas distancias, y sin embargo no me dejaba poner para el volapié.
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Je peux arriver à savoir de quelle distance va s’élancer un toro par le mouvement de ses oreilles et l’intention de ses yeux
”
Hace bastantes años, el volapié era una suerte de recurso cuando había un toro complicado, mientras que recibir toros era lo habitual, cuando éstos llegaban con piernas al último tercio. Paulatinamente esto se invirtió, y ahora estamos viviendo que el volapié es lo habitual y matar recibiendo es un adorno la mayoría de las veces, porque los toros ya casi nunca se vienen. Recibir no es entrar a matar a uno o dos metros. Recibir es matar un toro a cinco o seis, como lo hacían antiguamente. Y era así porque el toro no permitía una distancia menor. Respecto a la ejecución hay muchos tópicos e historias. Uno de ellos es que el matador no puede moverse del sitio, lo que es imposible. Cuando el animal llega, tienes que abrir una pierna para vaciar al toro, para ejecutar la suerte y para apoyarte. Se dice: "Ha sacado la pierna"; pero es que la pierna hay que sacarla, porque si no te encontrarías de frente con el toro. Cuando en las Tauromaquias hablan de la suerte de recibir, siempre lo hacen de una manera confusa. Los propios toreros redactaban estos textos con tremendas complicaciones, con ambigüedades, para que su mérito fuese aún mayor. Y este creo que es uno de los grandes lastres que han creado las Tauromaquias en la mentalidad del aficionado moderno. Hay como un desfase muy lógico entre esos escritos y el toro actual. Las Tauromaquias hay que leerlas para entender el toro y el toreo de antaño, pero no pretender aplicarlas y razonarlas en el toreo moderno. La estocada recibiendo es más complicada que el volapié o al encuentro, porque es el toro el que toma la iniciativa. El torero sólo interviene en la resolución, y ésta a veces es imposible cuando, por ejemplo, el toro no humilla en el momento del embroque, o hace un extraño, o se cuela, o busca una querencia,
o la trayectoria que tú esperabas no es definitiva y viene quebrada... Cuando el torero supedita a la acción del toro toda la ejecución, es evidente que dejas una parcela grandísima al arbitrio de la suerte. En el volapié es el torero el que' toma la acción, dejando al toro muy poco margen en la resolución de la suerte. Por eso es complicado recibir: no porque entrañe una dificultad técnica, sino porque concedes mucho margen al azar. Y por eso mismo tiene más riesgo. En el toreo, cuanto más amplio sea el margen que se deja al azar, mayor es el riesgo, y esto lo saben los toreros. Por eso, cuando éstos pisan ciertos terrenos del toro, y se meten allí donde éste se siente más seguro, están dando porcentajes al azar. Evidentemente, cuanto mayor es éste, más grande es la emoción, pero también tiene más inexactitud y más defectos. Y una cosa se compensa con la otra, porque esos márgenes de riesgo son los que conmueven al espectador. Para matar recibiendo hay que tener en cuenta varios factores: primero se debe colocar al toro en las querencias adecuadas; se debe valorar si hay que entrar en la suerte natural o en la contraria, si hay que ponerle o no de cara a los chiqueros, y eso es una lectura que el animal te ha ido dando a lo largo de la lidia. Aquí no hay reglas fijas, sino que dependerá de cada toro, que es el que sobre la marcha exigirá unas respuestas u otras. En segundo lugar hay que fijar la atención del toro; a mí me preocupan muchos sus ojos y sus orejas, y puedo llegar a saber a qué distancia se va a venir un toro por el movimiento de sus orejas, o por la actitud de sus ojos. Después, citas y adelantas la pierna izquierda para dar un muletazo y poder vaciar al toro. Cuando el toro llega al engaño, el torero debe tener la mano puesta por delante para que sea el animal, con su impulso, el que se meta la espada. Mientras tanto, la izquierda le torea y le marca la salida. Hay dos momentos en la lidia en que perder la cara al toro no es un defecto, sino que es una imposición: uno es banderilleando y el otro es matando. Y las dos son acciones ofensivas. Son las dos únicas ocasiones dentro de la lidia en que el matador llega a herir al toro. Todo lo demás es burlar, jugar, evadir, ir, venir, pero nunca hay una acción ofensiva. Excepto en estas dos, que casualmente coinciden con el momento de perderle la cara al toro.
El descabello, según Roberto Domínguez Para todos los toreros el descabello ha sido una suerte accesoria, incluso despectivamente llamada por algunos "de matarifes", y sin embargo siempre ha sido inherente al éxito del torero, realizándola se han producido accidentes mortales y, sobre todo, puede mermar muy fácilmente el triunfo de un torero. ¡Cuántos grandes éxitos se han quedado en nada por fallar con el descabello! Si esto no tuviera importancia, el público daría las orejas sin tener en cuenta cómo se ha manejado el descabello; y lo cierto es que esto no es así. Puesto que el descabello es capaz de impedir el corte de orejas, por mucho que la faena quede en la mente del espectador, para mí es muy bonito que se haya elevado a categoría de suerte. Ahora veo que muchos compañeros imitan mi ejecución, y ¿por qué lo hacen?, no porque yo lo hiciera bien, sino porque se han dando cuenta de que un desarrollo artístico del descabello tiene
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una repercusión muy grande en el público. Por eso, los toreros no deben despreciar esta suerte, porque es evidente que quien nunca la ha despreciado ha sido el público. Desde este punto de vista, me llena de satisfacción poder hablar del descabello. Según yo interpreté esta suerte, lo importante no es el hecho de cortar la médula espinal del toro, sino lo que el descabello conlleva, los alrededores del golpe final. En el arte del toreo siempre ha importado mucho la puesta en escena; lo que vendía Ordóñez antes del muletazo importaba tanto como el pase que luego daba. Por tanto, mi descabello era mucho más que el puntillazo: primero andaba con el toro para corregir sus embestidas, luego le daba dos o tres muletazos por bajo, después me quedaba muy cerca de él, generalmente en el centro del ruedo (con la dificultad que esto tiene dependiendo siempre de las condiciones de cada animal), y lo que para los demás es un calvario para fijar al toro, para mí era muy fácil, sólo y genuflexo, con la posibilidad de que el toro, en sus momentos finales, me pegase un arreón (a este respecto debo decir que en mi vida me ha tocado un toro descabellando, y eso que se lo hice a animales muy violentos que estaban para entrarles a matar). Lo deseable es matar al toro de una estocada, pero hay veces que esto no es posible. Por eso,
esta suerte no va en detrimento de la faena, no es una añadidura, sino que simplemente es una mejor y más artística manera de terminarla. Yo he fallado con el descabello, y he fallado muchas veces, pero sin embargo me siguen hablando de él. Y esto es así no por el hecho de acertar mejor o peor en el toro, sino por la artística escenificación que llevaba. Desde siempre yo me di cuenta de que los matadores, cuando iban a descabellar, se rodeaban de sus banderilleros, que hacían una rueda que suele tener su justificación y que no es criticable. Los toreros buscan que a los toros les den vueltas precisamente para no tener que descabellarlos, porque esta suerte era una merma para la faena. Y si los banderilleros están ahí al quite, junto al matador, es también por el riesgo que conlleva esta suerte. Yo decidí correr el riesgo de quedarme solo porque veía que el toro se distraía muchísimo más con un capote por aquí y otro por allí, y el animal Io que necesita es fijeza. Cuando el torero está toreando está solo, y pide que la gente no se mueva en el callejón, y sin embargo en el momento de realizar la suerte de descabellar, que necesita la misma fijeza que para entrar a matar, aquello era un movimiento que no cesaba.
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Hay un momento en el que después de muletear al toro por abajo, de abanicarle como hipnotizándole con un movimiento de muñeca, éste se suele parar. Esa décima de segundo es la que hay que aprovechar. Y para ello hay que estar muy cerca de él. La gente piensa que yo me arrodillaba buscando un adorno, y no es así; yo lo hacía porque quería estar muy próximo en el momento exacto en que el toro se paraba. Si hubiera estado de pie y alejado, no habría podido descabellar, pues así es más difícil acertar. Pero como yo estaba arriesgando, porque me encontraba solo en el centro del ruedo, sólo quería hacerlo una vez. ¿Cómo?, con un descabello más corto y estando más cerca que los demás. Puesto que abanicaba y fijaba al toro con la mano izquierda, generalmente dejaba la pierna de ese mismo lado por delante, y según iba viendo que el toro se entregaba, con mucha armonía hacía los siguientes movimientos: cambiaba la posición de las piernas (adelantaba la derecha y retrasaba la izquierda), paraba el abaniqueo y sacaba muy lentamente la mano derecha (la que tiene el descabello) por detrás, de mi cuerpo, para no distraer al toro y que no levantase la cabeza, y, en ese preciso momento, descabellar.
La puntilla, según Agapito Rodríguez En mi opinión, la principal cualidad que debe tener un puntillero es una intuición bárbara para saber cómo está herido y echado el toro, y dependiendo de esto, decidir si hay que entrarle por delante o por detrás. Yo nunca he pensado que haya más peligro de una o de otra manera, el peligro está en no saber por dónde hay que ir, pues si le marras el puntillazo, el animal puede cogerte exactamente igual yendo hacia delante que volviendo su cuello. Si el toro está asfixiado puedes entrarle por delante, pero antes hay que quitarle la espada; si el toro se ha echado vivo, quizá hay que ir por detrás, siempre que el matador o los banderilleros colaboren llamando su atención. Junto a esta intuición, el puntillero debe tener una enorme rapidez. En la puntilla, la máxima eficacia (es decir, darle un solo cachetazo) es la mayor virtud. Si el toro no se da cuenta de que el puntillero está ahí, mejor que mejor. Es, por tanto, una suerte efímera, que cobra más valor cuantas menos veces se hace. Además de todo esto, el puntillero debe tener serenidad. No puede hablarse de miedo o valor, que es algo que tienen todas las personas, pero sí de serenidad, de sangre fría, incluso, para acercarse al toro y, con rapidez y eficacia, meterle la mano. El valor el justo, el mínimo, para llegarle a un toro que puede levantarse y cogerte, como a mí me ocurrió en varias ocasiones en la plaza de Madrid, en la que estuve veintiocho años, llega cuando el puntillero está seguro de lo que está haciendo. Si al toro se le va de frente, el puntillero debe meterse entre los dos pitones del animal, cruzarse a una distancia cercana -si te pones lejos, y llegas mal, es muy difícil acertarle-, meterle la pierna, bien cubriéndose con el capote, o bien a cuerpo limpio, que era como a mí me gustaba entrarle a los toros. Y no dudarle; es decir, estar de verdad decidido a lo que vas a hacer. Si el toro intenta levantarse, no marcharte (a no ser, claro, que vaya apegarte una voltereta), porque yendo y viniendo se pierde un tiempo precioso.
Quedándote ahí, al toro se le da confianza, y es más probable que te deje llegarle más cerca. Al final del proceso debe haber un golpe muy seco, aunque sin confundirse esto con que éste deba ser fuerte. A los toros no se les mata con el golpe (tampoco cuando se trata del descabello); de ahí que lo importante sean la firmeza y la habilidad, pero nunca la fuerza. El sitio donde se da la puntilla se ve por intuición, por la práctica y la costumbre. Como referencia para el neófito podríamos decir que es en el centro de las dos orejas, aunque siempre dependiendo mucho de cómo esté echado el toro. Si está tapado, habrá que esperar a que el animal tome aire, que se descubra un instante, para muy rápidamente meterle la mano. Si el toro está poco herido, o se ha echado vivo, o está tapado, la ejecución de la puntilla se complica; por eso es muy importante la rapidez y la eficacia. Hay que procurar entrar una sola vez, para no darle opción al toro a que se levante. El puntillero no debe buscar el lucimiento, ni tampoco componer la figura; sólo debe preocuparse por ser eficaz y rápido, y dentro de esto, si cabe, hacerlo con gracia. Pero nunca anteponer ésta a la eficacia. La labor del puntillero es muy importante, porque si el matador ha estado bien, un fallo del cachetero le haría perder las orejas; y si ha estado mal, porque el público está deseando que aquello finalice lo antes posible. Por eso, cuando se da un puntillazo rápido, se siente una satisfacción muy grande. Hay dos tipos de puntillas, la de cuchillo y la de hoja de peral; y dos formas de agarrarla, a cachete y a capón, que es cuando la puntilla se apoya en la palma de la mano. “TODAS LAS SUERTES POR SUS MAESTROS” JOSÉ LUIS RAMÓN ESPASA CALPE 1998
LA SUERTE SUPREMA (I)
La suerte de matar es la más difícil y peligrosa del toreo. La razón es obvia: en las suertes de capa y de muleta es el toro el que embiste y el torero el que está a la defensiva; pero en la estocada se invierten los términos, pues es el torero quien toma la ofensiva y queda a merced del toro, y el riesgo que corre al perder la cara del astado en el momento del cruce, es superior al que tienen el resto de las suertes.
FORMAS
DE REALIZAR LA SUERTE DE MATAR
Recibiendo: El toro es el que acomete y el torero lo espera, citándolo éste previamente. A volapié: El torero es el que arremete contra el toro, sin moverse el animal. A un tiempo o al encuentro: Toro y torero arrancan a la vez y el encuentro se produce en el punto medio del terreno que ocupaban ambos inicialmente. Aguantando: Cuando el encuentro se produce en un lugar mucho más próximo a la posición del torero. Arrancando: El torero inicia el ataque primero y el encuentro se produce en la proximidad de la posición primitiva del toro.
Cuadernos de Aula Taurina: Las suertes del Toreo. Autor: José Mª Martínez Parras Junta de Andalucía. Consejería de Gobernación. Dirección General de Espectáculos Públicos y Juego
SORTE
MODO
GORENA
(II)
DE REALIZAR LA SUERTE DE MATAR
Cuando las manos (patas delanteras del toro) están separadas, el espacio entre los huesos escapulares se reduce, cuando se juntan, la separación aumenta considerablemente (Dibujo: John Fulton)
Hay un momento, al final de la faena de muleta, en que las condiciones en las que se encuentra el toro son las idóneas para realizar la suerte de matar. Es cuando se dice que “el toro pide la muerte”. El toro debe estar cuadrado o igualado, es decir, tener las manos y, a ser posible, las patas juntas y con la cabeza en su posición natural, el diestro debe colocarse a cierta distancia de él -lo correcto es que se sitúe frente al toro, es decir, entre los cuernos, no frente al cuerno derecho-, liar la muleta y fijar al animal en ella, montar la espada y arrancarse hacia el toro en rectitud, echándole la muleta al hocico. El toro, al intentar coger la muleta, humilla la cabeza instintivamente y luego derrota. Pues bien, el matador debe aprovechar el momento en el que el toro humille, para pasar o cruzar el pitón, dar la estocada y salir por el costado derecho del astado, a la vez que con la muleta le marca la salida al toro.
La suerte suprema: 1.- El matador monta la espada, lía la muleta y se prepara para atacar. 2.- El matador cita al toro y se arranca echando la muleta al hocico del toro para que humille. 3.- El matador clava la espada y cruza el pitón derecho del toro. 4.- el matador sale de la suerte, vaciando con la muleta la embestida del toro (Dibujo: John Fulton)
LA SUERTE DE MATAR SEGÚN EL TERRENO EN EL QUE SE REALIZA Suerte natural, el toro está situado dando su costado derecho a las tablas, para que una vez consumada la suerte, el matador salga entre las tablas y el toro. La suerte contraria es al revés, el toro es quien pasa entre el torero y las tablas y se utiliza cuando el toro tiene querencia a apretar hacia los adentros.
TIPOS
DE ESTOCADAS ATENDIENDO A QUE EL ESTOQUE QUEDE DENTRO DEL TORO O NO
Pinchazo hondo: cuando el estoque penetra unos centímetros. Estocada corta: cuando penetra una tercera parte aproximadamente. Media estocada: cuando queda dentro la mitad del acero. Estocada honda: cuando quedan dentro las dos terceras partes de la espada. Estocada entera: cuando penetra todo el estoque.
Cuadernos de Aula Taurina: Las suertes del Toreo. Autor: José Mª Martínez Parras Junta de Andalucía. Consejería de Gobernación. Dirección General de Espectáculos Públicos y Juego
L’ INSTANT
SUPRÊME
(III)
TIPOS
DE ESTOCADAS ATENDIENDO AL LUGAR DEL CUERPO DEL TORO POR DONDE SE INTRODUCE
Tipos de estocada en función de su posición respecto al espinazo Caída o desprendida: Cuando penetra un poco desviada hacia el lado derecho de la cruz. Baja: si está aún más caída. Bajonazo: Cuando su colocación en esta dirección, resulta escandalosa. Contraria y baja del lado contrario, son denominaciones que corresponden a las mismas características de la caída y baja, pero en el lado izquierdo del toro.
Tipos de estocada en función de su posición en la rectitud del espinazo Trasera: Si está muy alejada de la cruz. Pasada: Cuando el estoque penetra un poco detrás de la cruz. En la cruz. Delantera: Si queda un poco delante de la cruz. Pescuecera: Si penetra aún más adelante, ya sobre el cuello.
TIPOS
DE ESTOCADAS ATENDIENDO A LA INCLINACIÓN DEL ESTOQUE
La posición normal de la espada (Bien dirigida) debe estar oblicua, formando un ángulo de aproximadamente 45-50º con la línea que prolongaría hacia adelante la del espinazo del toro. Cuando el ángulo es mayor, se dice que la estocada es perpendicular, y si es menor, tendida. Cuando el estoque no queda en la rectitud, se habla de estocadas desviadas, atravesadas.
EL
DESCABELLO Y LA PUNTILLA
El descabello es un recurso que se utiliza con frecuencia en los toros que, moribundos por la estocada o estocadas recibidas, se mantienen en pie, aunque en un estado que impide entrar a matar de nuevo. Esta suerte la realiza el espada de turno. La puntilla se utiliza una vez que el toro, herido de muerte, se echa. El dar la puntilla corre a cargo de un miembro de la cuadrilla, normalmente “el tercero”, o de una persona específicamente encargada de ello: el puntillero o cachetero. En ambos casos, de lo que se trata es de seccionar la médula espinal en la zona de su nacimiento, introduciendo el estoque de descabellar o la puntilla a través del agujero occipital.
Cuadernos de Aula Taurina: Las suertes del Toreo. Autor: José Mª Martínez Parras Junta de Andalucía. Consejería de Gobernación. Dirección General de Espectáculos Públicos y Juego
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Desde niño ha estado rodeado de animales. Le apasionan los caballos, los perros, la naturaleza y cómo no, el Toro. Hombre polifacético, estudió la carrera de derecho y psicología, cada tarde brega con niños y mayores con la misma naturalidad con la que apoderó hace años a Hombres G. ¿Cuando comienza su afición a los toros? No hay una fecha en concreto. Uno va impregnándose poco a poco de la cultura taurina. Un día ves una corrida en la televisión, otro día tu padre te lleva a los toros, luego los ves en el campo… va haciendo que uno acumule vivencias y acabas por ser aficionado a los toros. Usted está considerado como un comunicador versátil. ¿Qué tipo de toreo le gusta? Me gustan los toreros variados, porque cada persona expresa lo que siente de forma única. De repente llega un torero poderoso, con facultades físicas y pone unas banderillas que sólo las puede poner él, pero a la vez te sorprende también con lo artístico. Marca mucho la lidia, las características del toro. No tengo preferencias, pero cuando un torero artista consigue darle la plasticidad suprema a una suerte, evidentemente te llega tremendamente hondo. Por su programa Menuda Noche han pasado toreros como El Fandi, Padilla y el Cordobés, con quien creo le une una amistad Sí, tengo amistad con todos. Conozco a muchos de ellos, a Ponce, Mora, Abellán … los conozco de cuando empezaban y empezaba yo hace veinte o veintidós años y coincidíamos. Usted que conoce a los toreros en su faceta artística y en su faceta personal, ¿existe algo que les hace distintos? Siempre hay un aura especial alrededor de un hombre que se juega la vida dos veces por tarde. Es gente que se recupera muy pronto de las cornadas, gente muy dura, con muchísima fuerza de voluntad y casi todos con una enorme fuerza física. Es un mundo muy complejo que crea personalidades muy ricas.
“
Es un mundo muy complejo que crea personalidades muy ricas
”
Trabajar constantemente de cara al público, dependiendo de sus gustos, en su caso pendiente de las audiencias, hace que tanto en su gremio como los toreros, varíen su forma de interpretar lo que llevan dentro, a lo que realmente les gustaría hacer? Nosotros no hacemos lo que queremos cuando queremos, lo hacemos cuando debemos. Lo que tenemos que hacer es que coincidan el deber con la vocación y salgas a cumplir con tu compromiso y lo hagas desde la credibilidad total. Nosotros nos tenemos que mentalizar, que el público es lo supremo, para bien y para mal. La gente no va a apoyarte porque trates de congraciarte con ellos. La gente quiere personas auténticas, que sean sinceras consigo mismas y de ahí pueda serlo con los de fuera.
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corrida. Eso no fomenta la afición. Los mm de cc dependen en gran medida del interés que despiertan en el público, porque la publicidad es la que paga el sustento de esos medios. Tiene que adaptarse a los tiempos que corren, tienen que acceder toreros, tienen que emitirse más corridas, los derechos de imagen, hay que hacer un esfuerzo por llegar a una comunión de intereses para que los mm de cc ante el interés del espectador, nos atiendan como creo que se merece la Fiesta. Sin embargo no todos los medios son iguales. El pasado año TVE retransmitió una corrida de toros como algo excepcional y Canal Sur retransmite, entre otros muchos programas taurinos, los ciclos de novilladas de las escuelas taurinas por toda la geografía andaluza
¿Qué opina de los medios de comunicación en general y del tratamiento que hacen de la tauromaquia? Los medios de comunicación son necesarios y la atención que le prestan a los toros no es ni mucho menos la que era, pero tenemos que ser honestos, el mundo taurino no se ha adaptado. Hay toreros que no consienten que sus corridas se televisen y son los que más interés despiertan en la afición y hoy en día, a pesar de internet, lo que no sale por la televisión no existe. La corrida de José Tomás en Nimes ha pasado desapercibida para el mundo y es histórica, ha revolucionado el toreo, lo ha revitalizado en Francia, y no tenemos ni una sola imagen de la
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Aquí se mide coste y productividad. La cadena hace lo que es rentable, y además no tenemos complejos. TVE como es de todos los españoles y la campaña antitaurina ha tenido una enorme repercusión, hay muchos que no se mojan.
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Hogeitamar segundu zekor baten aurrean gustiz nekatuta lagatzen dizu
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Qué opina de la exposición que se hizo en el congreso por parte de los partidos políticos de la ILP taurina? Veo una cortedad de miras muy importante. El terreno en el que nos movemos ahora debería aclarase por ley. Los aspectos técnicos están regulados por el estado como Fiesta nacional que es, sin embargo luego cada autonomía tiene capacidad para legislar sobre sus festejos. Se debería regular aspectos que no podría tocar la autonomía de turno, para que no sea un batiburrillo de legislación. Usted se declara taurino y además con una frase muy significativa: “Sí, me gustan los toros, ¿hay que pedir perdón? Soy una persona sensible. No desdeño el argumento del antitaurino, me parece muy loable y hay gente sincera, que no les gusta los toros y lo comprendo. Pero considero que existe una enorme hipocresía, que yo no quiero tener, porque debería importar cómo transportan, cómo viven o matan a cientos de animales que nos interesan por su carne, por su piel, por su pluma … parece que todo el daño de la tierra se le hace al toro, pero somos crueles con millones de animales. Yo que he pasado toda la vida entre animales, no es cierto que tengan una serie de sentimientos como la liber-
tad …soy ganadero y criador y hablo con un poco de conocimiento. Máximo respeto a esos antitaurinos que no politizan el tema, pero a mí me gustan los toros y creo que esos quince minutos de lidia, que incluye picar, banderillas… tiene un sufrimiento que es menor que cuando en la dehesa se pegan y se dan cornadas. ¿Se ha puesto delante de una becerra? Sí. Las sensaciones son impresionantes. Es una experiencia inolvidable, irrepetible. Verte ahí abajo con una fiera impresiona muchísimo. Te das cuenta del conocimiento que hay que tener del animal, de lo completamente indefenso que estás. Tus cinco sentidos se centran en la becerra. No existe nada más que tú y el animal, es una cuestión de supervivencia. Es una sensación demoledora, treinta segundos delante de una becerra te deja agotado. ¿Ha visto la película Blancanieves, del bilbaino Pablo Berger? Todo el mundo tiene que ir a verla. Yo la recomiendo encarecidamente. Es maravillosa, da gusto ese cine. Explíqueme, por favor, el nexo de unión entre Malpartida, los toros y un chimpancé. Es algo curioso y nadie sabe darle una explicación. Juan Luis Malpartida que tiene toda clase de animales, vive con Chita, una mona que para él es de la familia. Van de la mano, recorren juntos toda la finca, le acompaña … Chita tiene una habitación acondicionada para ella, con calefacción, un sofacito y una televisión. Cuando le ponen una corrida, la mona se enrosca en su manta y se queda mirando fijamente los toros. Si le cambian de programa, se desentiende de la tele y se va a la puerta para ver si alguien la saca. No sabemos qué es lo que le puede llamar tanto la atención. MARÍA EUGENIA RUIZ
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Ramón Luna popularizó este oficio que pasó después a manos de su hijo Enrique Luna, posteriormente a Enrique Muñoz y por último a Juan Pablo Benito. Las espadas Luna, utilizadas por todas las grandes figuras del toreo, son consideradas como las mejores. Todavía está presente esa máxima de que las espadas de Luna son las que más matan. Fue en Valencia, concretamente en el nº 47 de la calle Borrull, donde tuvo su taller de fabricación de espadas el primer Luna, Ramón, que llevó hasta lo más alto un oficio que luego heredó su hijo Enrique Luna Antequera. Enrique instaló su taller en Madrid en el año 1933 y siguió elaborando las espadas con el mismo procedimiento que le enseñó su padre. Con él, empezó a trabajar desde muy joven Enrique Muñoz. Aprendió el oficio, se especializó, le enseñaron todos los secretos para continuar haciendo aquellas mismas espadas que fabricó en su tiempo Ramón Luna. Jubilado ya Enrique Muñoz, el heredero de este legado ha sido Juan Pablo Benito, que aprendió el oficio desde muy joven junto a su maestro.
Las figuras confían en Luna Todos los toreros pasan por este taller situado ahora en un polígono industrial de Arroyomolinos (Madrid). La lista es
interminable. Juan Pablo numera cada una de las espadas, descabellos y ayudas que salen de su taller y podemos comprobar cómo las grandes figuras confían en las espadas Luna: José Tomás, Castella, El Cid, El Juli, Juan Bautista, El Fandi, Cayetano, Talavante... Prácticamente todos. Además, son los propios toreros los que personalmente le encargan las espadas,”son maniáticos y exigentes. Hay algunos que las quieren con un gavilán solamente para evitar alguna posible lesión en el dedo pulgar, ya que el mismo encontronazo con el toro, puede producir alguna lesión en este dedo. Unos más cortas, otros más largas, con la empuñadura más amplia...”. Juan Pablo Benito nos desvela el proceso de fabricación de una espada. Alrededor de dos días tarda en fabricar una espada. Las elaboran por tandas y cada tres meses hacen un lote de algo más de veinte. Al año, pueden llegar a fabricar unas sesenta espadas. Y es que el proceso es complejo y artesanal. “Lleva mucho trabajo. Nos traen el acero en bruto, en barras, que se tiene que ir cortando en función de lo que uno quiera hacer. Primero se trata en la fragua, donde hay que ir dándole forma al acero para sacarle lo bueno. Este proceso se hace a mano en la piedra. Posteriormente se saca forjada en molde y ya está preparada para grabar el nombre, la firma de la espada. Posteriormente hay que templarla y se le da un
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tratamiento, que no se puede desvelar, es secreto profesional. También hay que hacer la empuñadura, que va con una espiga enroscada. Finalmente se viste con las cintas rojas y la gamuza”.
La ayuda, una réplica exacta En la actualidad prácticamente ningún torero torea montando la muleta con la espada de verdad, sino que lo hace con una ayuda o espada simulada, que normalmente suele ser de madera, aluminio o acero. Del taller de Juan Pablo sale una ayuda que es toda una réplica exacta a la espada de matar. “Es una ayuda muy ligera y bonita a la vez. Tiene caché. Es la réplica de una espada de matar de verdad. La empuñadura es desmontable, para poder limpiarla mejor. Además, aunque la ayuda tenga muchos años, si se pule queda como nueva.
Están elaboradas con el mismo acero que las espadas”. También ha creado otras fabricadas con palo de golf. “Es una material resistente también y ligero. Jesulín toreó con ellas, ya que después del accidente, no podía coger mucho peso, probó estas ayudas y nos encargó varias. Hacemos las empuñaduras también a gusto del torero, según tengan las manos más pequeñas o más grandes. Es su herramienta de trabajo y tienen que estar a gusto con ella”. Juan Pablo Benito fabrica cada espada con un esmero y cuidado sobrenatural, tal y como le enseñó Enrique Muñoz, quien a su vez aprendió en la casa Luna. Gracias a su afición a la tauromaquia y a su dedicación en este oficio artesanal, el toreo sigue empuñando las espadas Luna, “las que mejor matan”. Aunque para Juan Pablo, además de una buena espada hace falta “tener corazón y una buena izquierda”.
Cada vez más toreros introducen la fibra de carbono en sus trastos de torear La tecnología punta se ha aliado con el arte y la tradición del toreo para facilitar la labor de los toreros. El estoque de ayuda -espada simulada empleada durante la faena- y el estaquillador -el palillo sobre el que se arma la muleta- que ha llevado en su fundón José María Manzanares la temporada pasada, estaban fabricados en fibra de carbono, según un proyecto desarrollado por la firma gaditana Carbures. Se reduce el peso hasta en un 75% en el caso de las espadas simuladas y casi un 37% en los palillos o estaquilladores, que normalmente se fabrican en madera. De la misma forma, este material presta rigidez y flexibilidad a la vez, ya que le permite a una estructura doblarse sin romperse. "Con estos adelantos trato de que mi toreo se acerque más a la naturalidad que busco constantemente y me ha ayudado mucho en la recuperación de las lesiones de mis manos", reconoció el alicantino, que ha sufrido dos dolorosas y complejas lesiones de tendones en ambas extremidades que le obligaron a concluir antes de tiempo la temporada 2010 y a interrumpir la última campaña en la yema del verano. También la empresa NZI, vinculada al mundo del toro a través de su ganadería, Nazario Ibañez, ha aplicado la fibra de carbono a la fabricación de estoques simulados o ayudas, perfeccionando un modelo anterior, también registrado por ellos, y fabricado en titanio. Algunos matadores ya la han probado en el campo y las sensaciones han sido en todos los casos, muy positivas.
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El Club Cocherito de Bilbao, que siempre ha apostado por la transmisión de los valores eternos que atesora nuestra fiesta taurina, inicia en este primer número de su revista trimestral del año 2013, una sección infantil dirigida a los hijos y nietos de sus socios. Preocupados por el progresivo envejecimiento de la afición taurina, y conscientes del escaso eco que los toros tienen en los medios, tanto generalistas como los dedicados especialmente al público infantil, queremos que la revista del club se abra a éste colectivo, poniendo de manifiesto una vez más nuestro compromiso de incentivar y divulgar esta afición, ensalzando lo muchos valores que complementan la educación de los más pequeños de la casa y sirviendo de correa de transmisión de lo que nosotros recibimos de nuestros mayores.
Contamos para tal fin, con un material que consideramos idóneo y que gracias a la generosidad de sus autores, hoy podemos presentarlo ante los socios cocheristas, se trata de las ilustraciones, juegos, láminas para colorear, recortables, etc. que a través de la plataforma www.torosparaniños.es, los gestores de cultoro, a través de la empresa loveo, han ideado y están divulgando, con gran éxito, por todo el universo toro. Esperamos que esta nueva iniciativa divulgadora del Club Cocherito, no sea más que el comienzo de una larga relación, y que actividades originales, como las que ya se anuncian por la empresa valenciana para las próximas Fallas, tengan continuidad a lo largo de la temporada y en más plazas, porque estamos convencidos, que el futuro de la fiesta está indisolublemente unido, al esfuerzo y dedicación que seamos capaces de desarrollar en este sentido.
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Hemeroteca
“Fortuna” torea su mejor corrida de Beneficencia en la Gran Vía de Madrid El torero se valió de su abrigo para lancear el bicho y evitar su escapada. Desde el Casino Militar le hicieron llegar un sable, pero el matador dijo que no, que así no se mataba un toro. Mandó a un criado, en coche, hasta su domicilio de la calle Valverde para que le acercara uno de sus estoques. Quince minutos tardó el enviado en hacérselo llegar. En el número 13 de la Gran Vía (cerca del actual Museo Chicote) Fortuna le dio unos pases de aliño con el abrigo y lo mató por arriba y haciendo la cruz de media estocada y dos descabellos con el mismo estoque. La muchedumbre que rodeaba la escena rompió a ovacionarle. Desde los balcones próximos la gente pidió la oreja y se levantó en hombros al torero para llevarle hasta su domicilio.
Los detalles menos conocidos de la famosa fuga, lidia y muerte de un toro en la Gran Vía madrileña por el matador Fortuna en 1928. El 23 de enero de 1928 hubo toros en la Gran Vía. En concreto un toro y una vaca, desmandados cuando eran conducidos al matadero. Recorrieron durante más de tres horas el Puente de Segovia, Cuesta de San Vicente, Plaza de España, Leganitos, Corredera Alta de San Pablo y Gran Vía. Varias personas corneadas, el mercado de frutas y hortalizas de la calle de La Palma destrozado y volteretas y golpes a diestro y siniestro. El matador vasco Diego Mazquiarán Fortuna paseaba por allí casualmente cuando vió lo que sucedía. Tras llamar su atención y evitar su huída, lo mató. Hasta aquí los datos más conocidos de uno de los sucesos más pintorescos del pintoresco mundo taurino. Pero en los detalles está la gracia del asunto: En 1928 aún el Paseo de Extremadura era un camino de tierra, por dónde se conducían a los animales camino al matadero de la ribera del Manzanares. Sin embargo, no se hacía ya así con los toros bravos. El animal del suceso era propiedad de Luis Bermúdez, ganadero de reses de carne y de media casta, moruchos que se lidiaban en festejos populares pero no en corridas de toros. Las fotos del bicho son esclarecedoras: su tamaño es descomunal, más próximo a un cabestro que a un toro de lidia, por mucho que en la edad de plata del toreo se criaran gordos y hermosos. Eso sí, su cuarterón de sangre brava le salió a relucir en su huída madrileña. El toro se escapó junto a una vaca, permaneciendo juntos hasta que en la Gran Vía fueron separados por la muchedumbre. Por el camino, entraron en el mercado de la calle de La Palma y estuvieron comiéndose hortalizas y frutas antes de reanudar su marcha. La huida por las calles de Madrid duró desde las 8 de la mañana hasta más allá de las 11 en que Fortuna tomó las riendas del asunto.
En el mismo momento, los aficionados presentes escribieron un texto pidiendo la Cruz de Beneficencia para el torero y se pidieron firmas a los espectadores presentes.
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En 1928 se solapaban la realidad rural, agrícola y ganadera del pueblo de Madrid con la modernidad y la inspiración neoyorquina de la Gran Vía, inaugurada apenas unos años antes. Los rascacielos y las reses. Los caminos de tierra y las anchas avenidas. Los coches de caballos y los automóviles.
Que lanceó al animal con su abrigo en vez de taparse. Que mandó traer su estoque porque era torero, no matarife. Que lo cuadró para matarlo según los cánones en vez de hacerlo a la carrera.
Pero sobre todo, maravilla el orgullo y la profesionalidad de un torero. Que pudo escabullirse del asunto pero lo afrontó. Que pudo acabar con la res de un sablazo infame y no quiso.
Que posó orgulloso y rodeado de la multitud porque él no era uno más. Porque ser torero era, es y será, ser diferente. Con orgullo y naturalidad.
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In memoriam,
Va por ti José Cruz Único, diferente, humano, cariñoso, generoso, polifacético, currante, amable, un gran tipo. Este fue José Cruz Iribarren, que nació en Otxandio en 1933, empresario y alcalde de Leioa, al que siempre consideró su pueblo, durante 6 años (1967-1973). Alternó su trabajo con su vocación taurina empezando de novillero en el año 1950 hasta 1956, donde llegó a torear en Vista Alegre de Bilbao y Madrid así como en numerosos pueblos cercanos; posteriormente se dedicó a organizar festejos taurinos, sobre todo en Bilbao, durante 8 años. De 1970 a 1978 dio numerosas novilladas donde alternaron “El Niño de la Capea”, Manzanares, Robles, Galloso, Ortega Cano… con numeroso público y éxito en aquellos tiempos. Después, en 1991 se hizo ganadero comprando una finca en tierras charras, “Cabezal Viejo”, en el término municipal de La Encina.
Inicialmente tuvo la ilusión de recuperar el encaste Vega Villar (los patasblancas de Sánchez Cobaleda) llegando a lidiar en Bilbao y varias plazas. Pero no estando totalmente satisfecho con este encaste, compró unos toros de Santa Coloma (Guadaira) para refrescar y experimentar. Al poco tiempo tuvo la oportunidad de comprar un lote de 115 vacas y 2 sementales a Daniel Ruiz (Domecq vía Jandilla) donde el primer torero que tentó sus vacas fue El Juli. A la postre, ésta es la procedencia actual de la ganadería y donde ha cosechado grandes éxitos en Bilbao, Madrid, Salamanca, Córdoba, Gijón, Dax, Valdemorillo… Su generosidad ha abierto las puertas de su finca a numerosos amigos y clubs taurinos, sobre todo de Bilbao. Siempre hemos sido atendidos con cariño, amabilidad y colmados de atenciones. No podremos olvidar esas comidas regadas por un buen “Imperial” donde charlábamos largo y tendido sobre toros, y tampoco olvidaremos esas interminables partidas de mus cerca de la lumbre. Con él, con su mujer Alicia (siempre pendiente de todo) y sus hijos, entre ellos Rafa (que actualmente regenta la ganadería), te sentías como en casa. A la hora de la despedida nos entonaba la canción “Volver, Volver” con suma maestría. Todavía me acuerdo de la última vez que estuvimos en la finca y su gran deseo era debutar con una corrida de toros en el año 2016 en Bilbao. A la gente buena los deseos y sueños siempre se le ven cumplidos y el de José Cruz seguro que será hecho realidad. Desde allí arriba amigo, cuando esto se produzca, como muy bien entonabas, ese día sentirás que “Sigues siendo el Rey”. JUAN MANUEL DELGADO En un breve espacio de tiempo, hemos despedido con tristeza a nuestros socios: Pedro Bernar, Enrique Ortiz de Artiñano, Ignacio Moreno, Ángel Eraso, Fernando Artiach, Eduardo Allende, José Mª Ruiz, José Bustamante y Valero Guillén, a todos ellos, el agradecimiento póstumo por su aportación al Club unido a nuestro abrazo más sentido para sus familiares y amigos.
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En corto y por derecho
Jorge Ugalde Tu primer recuerdo taurino Estar viendo las corridas y los encierros de San Fermín en el salón de casa del abuelo. El último El tentadero en la ganadería de Antonio Bañuelos con el Cocherito.
Antigüedad 20/11/2010
Fue la primera vez que te pudiste delante de una vaca brava. ¿Qué es lo que más te impresionó? La mirada de la becerra. Una ganadería Jandilla, existe una amistad familiar con el ganadero. Un torero El Juli. Un encaste Domecq. Un novillero Mario Alcalde. Una plaza Bilbao. Un público / afición También la de Bilbao. La tarde que más te emocionaste en la plaza Con la faena y posterior salida a hombros del Juli el pasado año en Vista Alegre. Un color de vestido Sangre de toro y oro. La tarde que más has sufrido Con la última de Victorino en Bilbao, donde Urdiales arriesgó y fue cogido Javier Castaño.
¿Cómo conociste el Club? Por mi abuelo José Mª Glez. Barandiarán. Él es el que desde pequeño me ha inculcado el tema taurino y me ha hecho aficionado. Tu opinión de la desaparición de encastes Creo que lo que se necesita es variedad, que no parezca que todos los toros embisten igual. Los toreros deberían abrirse a lidiar otros encastes. ¿Crees que el último tercio es fundamental en la lidia? Sí. Tu suerte preferida El toreo con el capote. Tu cartel ideal: ganadería + terna Toros de El Pilar, para Morante, Juli y Manzanares. Nombre que le pondrías a una vaca (madre de un futuro toro bravo) Chisposa. El futuro de la Fiesta es … Según dicen los expertos difícil, pero en la historia del toreo ha habido momentos de bajón. Si se vuelve a crear afición, si los jóvenes acuden a las plazas y disfrutan del toro, puede que vuelva a haber un pico hacia arriba.
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Tauronoticias ILP:
matador cortando dos orejas a un colaborador toro de Garcigrande.
El pasado 12 de febrero se aprobó en el congreso con la mayoría que dan los votos de PP, UPyD y UPN la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que promueve la declaración de la fiesta de los toros como Bien de Interés Cultural (BIC).
Iván Fandiño:
Eso sí, gran oportunidad perdida para defender el toreo con argumentos de peso. Muy floja la defensa del “popular” Juan Manuel Albendea, obviando su aportación económica (cuantiosos ingresos en las arcas del Estado vía IVA y arrendamientos de plaza, así como gran impacto socioeconómico allá dónde se organizan festejos), su valor ecológico y su indudable aportación artística. Lamentable la posición socialista. Falta de coherencia (fueron ellos quienes decidieron el traslado de interior a cultura) y valor por arañar un puñado de votos. Y esperable la bajeza y desconocimiento de los “antis” (Esquerra e Izquierda Plural) que basaron su argumentación, una vez más, en el maltrato animal y en las subvenciones. Lo bueno, que en escasos dos meses la prohibición de dar toros en Catalunya habrá dejado de existir.
Pasando, a partir de ahora, a dirigir su carrera, Joaquín Ramos, el otrora mozo de espadas de Joselito y actualmente veedor del diestro de Galapagar, así como su hermano Andrés Román. De su temporada española aun no se sabe nada.
Inicio de temporada: Echó a rodar la temporada en nuestro país con la celebración de dos ferias con pedigree. En Valdemorillo triunfo importante de Fernando Cruz ante una buena y exigente corrida de Victorino. Antonio Nazaré dejó destellos de su clase en la de Juan Pedro. En Olivenza triunfo importante de “El Juli” como ganadero en la novillada en la que “Posada de Maravillas” indultó un ejemplar de “El Freixo” y como
A pesar de su gran temporada americana dónde ha triunfado con fuerza allá dónde ha toreado (salidas a hombros en Lima, Cali, Medellín y Mérida entre otras), incomprensiblemente se queda sin torear en Sevilla. El torero exigió a la empresa una segunda tarde en Feria pero aquella sólo le ofreció matar la de Fuente Ymbro y en prefería. En semejantes circunstancias Iván ha preferido no realizar paseíllo alguno en el coso maestrante.
Feria de Abril: Anunciados los carteles de la temporada en Sevilla, destacar la ausencia de televisión durante la feria, ni en directo ni en diferido. La crisis hace estragos y este año se programan cuatro festejos menos.
José Tomás: Definitivamente parece que el esperado regreso de JT no será el próximo 27 de Abril en Aguascalientes, plaza en la que a punto estuvo de perder la vida en el año 2010. Diferencias económicas insalvables, parece que han imposibilitado lo que ya se daba por hecho hace unos días. Al mismo tiempo se confirma la ruptura, después de siete años, con Salvador Boix.
La feria se sustenta en toreros como Morante de la Puebla, “El Juli” (que matará la de Miura), José Mª Manzanares (que se estoqueará como único espada 6 toros el sábado día 13) y “El Cid” y Daniel Luque (que pasaportarán, mano a mano, el encierro de Victorino.)
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Las bases del concurso están disponibles en la web del Club (www.clubcocherito.com) y los relatos pueden enviarse a: cocherito@euskalnet.net mecocherito@gmail.com.
Novillería: Se renueva el escalafón novilleril en estos comienzos de 2013. Parece que la afición, por fin tiene razones para emocionarse y apostar por las nuevas promesas.
Viaje a Vic:
Nombres como Lama de Góngora, “Posada de Maravillas” (nieto de Juan Posada), José Garrido o Martín Escudero, suenan ya con fuerza y garantizan en el medio plazo un más que deseado y necesario relevo generacional.
Esperemos al menos que en un año plagado de gestas por parte de las figuras, Bilbao no se vea privado de alguna de ellas.
Fallecimiento: Ganaderías para Bilbao: Confirmadas las ganaderías a lidiar en nuestras próximas corridas generales. Respecto al pasado año repiten seis de las de a pie, Alcurrucén, El Pilar, Fuente Ymbro, Victorino, La Quinta y Jandilla y se caen Juan Pedro y Núñez del Cuvillo.
Hemos recibido comunicación del reciente fallecimiento de José González Vallejo. Novillero sin picadores de final de los años sesenta, se anunciaba en los carteles como “Morenito de Santurce”. Presidente de la Peña Raúl Cano y miembro de la Unión Taurina de Bizkaia.
Concurso literario: Dos novedades, Garcigrande y Adelaida Rodriguez. Esta última debutará con corrida completa. Pocas sorpresas y mínimo riesgo el asumido por la Junta a la hora de la selección. Nos volvemos a plegar a las exigencias de las figuras y perdemos la oportunidad de dar algún alegrón a la paciente afición bilbaína.
Ya está en marcha la tercera edición del Concurso de Narrativa Taurina del Club Cocherito. El plazo de presentación de los trabajos finalizará a las 20:00 h. del 15 de abril, fallándose el premio el 15 de junio del año en curso. La dotación económica para el trabajo ganador ascenderá a 600€.
Se acerca la fecha del primero de los viajes que este año realizará el Club Cocherito. El destino elegido es el de la magnífica feria de VIC FEZENSAC, dónde se rinde auténtico culto al toro bravo. Excursión de tres días, saldremos en autobús el viernes día 17 de mayo por la mañana. Tendremos oportunidad de ver dos corridas de toros (una concurso con toros de La Quinta, Murteira y Robert Margé que matarán Diego Urdiales y Javier Castaño y otra matinal con astados de José Mª Escobar para Rafaelilo, Manuel Escribano y Paco Ureña). Visitaremos los corrales e instalaciones de una plaza tan singular. Disfrutaremos de visitas a las mejores bodegas del entorno. Y gozaremos de los placeres gastronómicos que nos ofrece una las más bellas zonas del sudoeste francés. La inscripción se realizará llamando al club (94.4161447) y/o a través del correo electrónico (cocherito@euskalnet.net).
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¿Qué torero se esconde tras esa manera tan heterodoxa de matar? Si lo sabes, mándanos un e-mail a cocherito@euskalnet.net o una carta a c/ Nueva, 2 – 1º (48005 Bilbao), con la respuesta y tus datos personales (nombre, apellidos y teléfono de contacto). Entre todos los acertantes se realizará un sorteo y el afortunad@ recibirá una corbata o un pañuelo de seda. Fecha límite recepción: 30 de abril de 2013. Condición indispensable para participar: ser socio del Club.
Solución: Se trata de la plaza de toros de Indautxu. Tras el sorteo realizado resultó ganador el socio Iñaki Zumeta.