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RIESGOS GLOBALES 2023

Las secuelas sanitarias y económicas de la pandemia, así como el impacto de la guerra entre Rusia y Ucrania, se han convertido rápidamente en crisis compuestas. Producto de la reactivación económica tras la pandemia, han aumentado las emisiones de dióxido de carbono, alcanzando su máximo histórico en 2021, 37,120 millones de toneladas (Our World in Data, s. f.). A su vez, la guerra en Ucrania ha provocado que se eleven los precios de los alimentos y la energía, lo cual ha generado una crisis global del costo de vida y, consecuentemente, ha aumentado el descontento social. Cada una de estas crisis constituyen riesgos globales.

Los riesgos económicos se refieren a la exposición a la que se enfrentan los individuos por el efecto adverso de factores macroeconómicos, como variaciones significativas en el tipo de cambio.

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Los riesgos ambientales, por su parte, indican las probabilidades de que ocurran desastres naturales, tales como inundaciones, terremotos y clima extremo, que pueden alterar el desenvolvimiento normal de los individuos y la disponibilidad de recursos.

Los riesgos geopolíticos surgen de la participación de una nación en asuntos internacionales y, por lo general, ocurren ante un conflicto o crisis, o un cambio importante en el poder (GPF, s. f.).

Los riesgos sociales se pueden definir como la exposición a consecuencias adversas derivadas de las actividades basadas en la población y la percepción pública negativa. Este riesgo es influenciado por las creencias, emociones, salud mental, miedos y ansiedades de los individuos (Ludke, 2021).

Los riesgos tecnológicos, por último, aluden a la probabilidad de que una falla tecnológica pueda interrumpir una economía. Esto puede ser provocado por incidentes de seguridad de la información, ataques cibernéticos, interrupciones del servicio y más.

En la medida en que transcurre el 2023, el mundo se enfrenta a un conjunto de riesgos, algunos de los cuales ya se habían visto antes, como la inflación, guerras comerciales, salidas de capital de mercados emergentes, disturbios y confrontaciones sociales. Estos riesgos, ya conocidos, son exacerbados por la aparición de otros nuevos, tales como los niveles insostenibles de deuda, una era de lento crecimiento, bajos niveles de inversión y la desglobalización (WEF, 2023).

El Foro Económico Mundial, WEF por sus siglas en inglés, (2023) define riesgo global como la posibilidad de que ocurra un evento o una situación que impacte negativamente a una proporción significativa del PIB mundial, de la población o de los recursos. Atendiendo a la naturaleza del riesgo, estos se pueden clasificar en económicos, ambientales, geopolíticos, sociales y tecnológicos.

En enero de 2023, fue publicado el Reporte Global de Riesgos 2023, que presenta los resultados de la última Encuesta de Percepción de Riesgos Globales (EPRG). Esta encuesta es la fuente original de datos sobre riesgos del Foro Económico Mundial, aplicada a su red de instituciones académicas, empresas, gobiernos, sociedades civiles y líderes de opinión. Atendiendo a los resultados arrojados por la EPRG, a continuación, se muestran los riesgos globales ordenados por gravedad en el corto (2 años) y largo plazo (10 años).

FIGURA 1. Riesgos globales clasificados por gravedad a corto y largo plazo

1

Erosión de la cohesión social y de la polarización

Incidentes de daño ambiental a gran escala

Fracaso en la adaptación al cambio climático

La ciberdelincuencia generalizada y la ciberinseguridad

Desastres naturales y eventos climáticos extremos 8 geoeconómico 9

2

3

4

5

6

7

Categorías de los riesgos: Ambientales Geopolíticos Sociales Tecnológicos Económicos

FUENTE . Foro Económico Mundial (WEF) (2023). EPRG 2022-2023.

En los próximos diez años, se percibe que la mayoría de los riesgos serán de naturaleza ambiental y social, agravados por crisis económicas y geopolíticas. El riesgo posicionado como el más severo en el corto plazo es la crisis del costo de vida. Entre abril y junio de 2022, 71 millones de personas en países en vías desarrollo cayeron en la pobreza producto del aumento de los precios de los alimentos y la energía a nivel global (PNUD, 2022). El Fondo Monetario Internacional (2023) prevé que la inflación disminuirá de 8.8% en 2022, a 6.6% en 2023, y a 4.3% en 2024, niveles superiores a los observados antes de la pandemia (aproximadamente 3.5% entre 2017-2019). Es importante señalar que, si bien es cierto que el alto costo de la vida es una preocupación en el corto plazo, en el largo plazo no lo es.

A la expectativa de crisis del costo de vida le sigue la de desastres naturales y eventos climáticos extremos en el corto plazo, mismo que también es el tercero con mayor expectativa de impacto en el largo plazo. En 2022, y alrededor de todo el mundo, ocurrió una gran

Fracaso para mitigar el cambio climático

Fracaso en la adaptación al cambio climático

Desastres naturales y eventos climáticos extremos

Pérdida de la biodiversidad y colapso de ecosistemas

Migración involuntaria a gran escala

Crisis de recursos naturales

Erosión de la cohesión social y de la polarización

La ciberdelincuencia generalizada y la ciberinseguridad

Incidentes de daño ambiental a gran escala cantidad de desastres naturales y eventos climáticos extremos. En Corea del Sur, Argentina y Estados Unidos hubo fuegos forestales; en Brasil, Australia y Pakistán tomaron lugar inundaciones. A estos se les suman los terremotos ocurridos en China y México. Considerando la alta incidencia de estos eventos climáticos en el último año, se percibe que en los próximos habrá más y en una mayor magnitud.

Los enfrentamientos geoeconómicos constituyen el tercer riesgo percibido de mayor severidad en el corto plazo y el noveno en el largo. En la última década, las políticas económicas se han utilizado para construir autosuficiencia y soberanía, al igual que para limitar el ascenso de otros (WEF, 2023). Un hito de esto es la guerra comercial en la que se encuentran Estados Unidos y China desde 2018. De acuerdo con ERI1 (2020), entre las causas de esta confrontación estuvieron las políticas proteccionistas adoptadas por China, que exigían que se abriera el mercado global para sus empresas, mientras restringían la entrada a su mercado. Estados

Unidos catalogó esta práctica comercial como desleal e igual comenzó a adoptar políticas proteccionistas frente a la economía asiática. Las guerras económicas, con crecientes enfrentamientos entre las potencias globales y fuerte intervención del Estado en los mercados, se han convertido en la norma, por lo que se conciben como riesgos latentes en el corto y largo plazo.

El riesgo fracaso para mitigar el cambio climático es el cuarto de mayor severidad en dos años y el primero en el largo plazo. De acuerdo con la ONU 2 (2022), no se están cumpliendo los compromisos para limitar el cambio climático, puesto que el consumo del carbón y otros combustibles fósiles continúa incrementando, alimentando la problemática. En ese sentido, se hace imperativo que los países cumplan con sus acuerdos parar el financiamiento de la energía basada en el carbón y combustibles fósiles, y aboguen por el uso de fuentes renovables de energía.

El quinto riesgo en el corto plazo es erosión de la cohesión social y de la polarización, mismo que ocupa el séptimo lugar para los próximos diez años. En la última década, la economía global ha experimentado un aumento de la desigualdad, se ha perdido un gran número de empleos y el cambio climático se ha intensificado, causando mayor alienación social. Esto ha sido exacerbado por los medios de comunicación y, en algunos casos, los gobiernos, que utilizan la división y la desinformación como estrategias para obtener ganancias políticas y comerciales. Lo anterior no solo redunda en una desconfianza hacia los líderes políticos y los periodistas, sino en una profunda disminución de la cohesión social (KPMG, 2022).

La expectativa de incidentes de daño ambiental a gran escala es el sexto riesgo de mayor severidad en el corto plazo y el décimo en el largo plazo. Las nuevas tecnologías, la explotación de nuevos recursos naturales renovables y no renovables, la creación y dispersión de nuevas formas biológicas, y la emisión de nuevas sustancias al ambiente han generado impactos ambientales importantes, como el calentamiento global, el debilitamiento de la capa de ozono y la merma de la biodiversidad (CEPAL, 2002). En lo adelante, se percibe

2 Organización de las Naciones Unidas que las actividades humanas que causan daños ambientales incrementarán y, consecuentemente, también aumentarán los daños ambientales que estas generan.

El séptimo riesgo con gran expectativa de impacto en el corto plazo es fracaso en la adaptación al cambio climático, y es este mismo el segundo que genera mayor preocupación en el largo plazo. De acuerdo con UNEP 3 (2022), las corrientes internacionales de financiación para la adaptación en los países en desarrollo se encuentran entre 5 y 10 veces por debajo de las necesidades estimadas. Para 2030, el gasto anual destinado al financiamiento para la adaptación climática se estima que estará en el rango de US$160 y US$340 mil millones. Asimismo, para el 2050, este se estima que estará en el rango de US$315 a US$565 mil millones. Considerando la brecha existente entre los niveles de financiación para la adaptación y los fondos estimados necesarios para estos fines, y la percepción de que dicha brecha se ampliará en los próximos años, el fracaso en adaptarse al cambio climático es un riesgo cuya expectativa de severidad se prevé que aumentará en el largo plazo.

En el octavo lugar, tanto en el corto como en el largo plazo, se encuentra el riesgo de ciberdelincuencia generalizada y la ciberinseguridad. Si bien las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones han traído resultados positivos a nivel mundial en la revolución de los negocios y en la mejora de la calidad de vida de la población, conllevan también aspectos negativos. El mundo está cada vez más expuesto a las amenazas de ciberataques, mismos que pueden incluir maniobras fraudulentas, como sobornos, corrupción y delitos informáticos (Caamaño y Gil, 2020). Según McKinsey & Company (2022), si los daños globales causados por los ataques cibernéticos continúan creciendo al ritmo actual, para 2025 ascenderán a unos US$10.5 billones de dólares anuales, 300% por encima de los niveles de 2015.

El riesgo crisis de recursos naturales, por su parte, se posicionó en el noveno lugar en el corto plazo y en el sexto en el largo plazo. De acuerdo con The World Counts (2023), se estima que, para 2025, 1,800 millones de personas no tendrán acceso a agua potable.

3 United Nations Environment Programme (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, en español)

En adición, se prevé que el petróleo existente solo será suficiente para abastecer la demanda mundial durante los próximos 46.2 años. A esto se le suma que pescadores de muchas provincias costeras del mundo han reportado una disminución en sus capturas. A la vez que algunas especies marinas, como el atún, están al borde de la extinción debido a la sobrepesca. Es por esto por lo que el riesgo a una crisis de recursos naturales cobra mayor relevancia en las expectativas de largo plazo que en las de corto.

La expectativa de migración involuntaria a gran escala ocupó el décimo lugar en el corto plazo, y el quinto en los próximos diez años. En 2022, cien millones de personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares. Miles de inmigrantes desesperados vieron a Europa como destino preferido, poniendo sus vidas en manos de los traficantes de personas y emprendiendo viajes peligrosos a través del Mediterráneo. Los brotes de violencia y los conflictos prolongados fueron factores migratorios clave en muchas partes del mundo, incluidas Ucrania, Etiopía, Burkina Faso, Siria y Myanmar (UN News, 2022).

Si bien la pérdida de biodiversidad y colapso de ecosistemas no constituye uno de los riesgos percibidos para el corto plazo, en el largo plazo ocupa la cuarta posición. Se calcula que, entre 1970 y 2022, las poblaciones de mamíferos, aves, peces, anfibios y reptiles se han reducido en promedio un 69%, según WWF 4 (2022).

República Dominicana

La República Dominicana es el segundo país de la región de América Latina y el Caribe que mayor crecimiento ha experimentado en los últimos años. Entre 2000 y 2021, la economía tuvo un crecimiento anual promedio de 4.8%, por encima en 2.5 pp del promedio de la región (Banco Mundial, 2022). Este crecimiento se ha visto influenciado por el sólido desarrollo del sector turismo, el aumento significativo de las remesas en la última década, la inversión extranjera directa y el incremento de las exportaciones, mismas que han sido impulsadas por las zonas de libre comercio.

Ahora bien, a pesar del crecimiento sólido que ha exhibido la economía dominicana, esta no está exenta de riesgos. De acuerdo con la Encuesta de Opinión Ejecutiva5 del Foro Económico Mundial, el costo de vida, el nivel de la deuda pública, la inflación, los desastres naturales y los eventos climáticos extremos, así como el alza en los precios de las materias primas, constituyen los principales riesgos identificados para el país.

5 La Encuesta de Opinión Ejecutiva recoge información valiosa sobre una amplia gama de indicadores socioeconómicos para los que los datos son escasos o inexistentes, y es un insumo importante para los diferentes informes del Foro Económico Mundial (ESPAE, 2021)

Categorías de los riesgos: Ambientales Geopolíticos Sociales Tecnológicos Económicos

Tres de los cinco riesgos previamente mostrados están estrechamente relacionados. Estos son: la crisis del costo de vida, que se refiere a la incapacidad mostrada por parte de la población para mantener su estilo de vida ante el alza del costo de los bienes esenciales y aumentos en los ingresos en menor proporción; la inflación rápida y/o sostenida, que es el aumento general de los precios en un corto período de tiempo; y los choques severos en los precios de las materias primas, que hace referencia al aumento de los precios de los insumos de producción importados en el país.

Al analizar el comportamiento de los salarios y la inflación en la economía dominicana, se evidencia que en los años 2020 y 2021, la tasa de inflación estuvo significativamente por encima del crecimiento de los salarios. En 2020, mientras la inflación aumentó a una tasa de 3.78%, los salarios se mantuvieron relativamente estables con una variación interanual de -0.02%. En 2021, los salarios crecieron a una tasa del 4.50%, en tanto que la inflación lo hizo a una tasa de 8.24.

Como es el caso de muchos otros países del mundo, la inflación observada en la economía dominicana en los últimos dos años responde al impacto económico de la crisis sanitaria generada por la COVID-19. A esto se le suma el aumento en los precios de algunos bienes primarios y del petróleo en los mercados internacionales. Este último factor ha sido el detonante de importantes aumentos en la canasta básica de consumo y en los costos que enfrentan las empresas privadas (BCRD, s. f.) y, desde 2022, ha sido exacerbado por la guerra ruso-ucraniana.

Algunos de los bienes que han mostrado mayores alzas en sus precios son el maíz y el trigo. Entre 2020 y 2021, la tonelada métrica de maíz pasó de US$165.5 a US$259.5, equivalente a un incremento del 56.8%. Esta tendencia alcista continuó en 2022, cuando se evidenció un aumento del 22.9% respecto a 2021. Algo similar sucedió con el trigo, en 2021 y 2022, que exhibió crecimientos de 36.1% y 36.4% en su precio, respectivamente.

El petróleo fue otra de las materias primas cuyo precio aumentó pronunciadamente. En 2020, el barril de este tenía un costo de US$39.3. En 2021 y 2022, aumentó sucesivamente un 73.0% y un 38.8%, respectivamente, hasta alcanzar un precio de US$94.4.

El alza de los precios de las materias primas importadas en la República Dominicana es responsable de gran parte de la inflación exhibida en el período 2020-2022. Esta inflación, al estar notablemente por encima de los aumentos salariales, ha provocado una crisis en el costo de vida.

GRÁFICO 3. Evolución de los precios del Petróleo Crudo, WTI (20202022)

La crisis de deuda es otro de los riesgos que los participantes de la Encuesta de Opinión Ejecutiva perciben para la República Dominicana. En tal sentido, es importante resaltar que, si bien la deuda pública se ha mantenido aumentando en términos absolutos, lo que esta representa como parte del PIB ha ido disminuyendo desde 2021. De ser el 56.6% en 2020, pasó a representar el 50.4% en 2021. Esta tendencia a la baja continuó en 2022, cuando se ubicó en 45.8%. El buen manejo de la deuda exhibido por el Estado Dominicano, lo llevó a ser reconocido por la prestigiosa revista financiera internacional LatinFinance6 a principios de febrero de 2023.

Otro de los riesgos que se presentan para la República Dominicana es desastres naturales y eventos climáticos externos, que dada la ubicación geográfica del país, está expuesto a severos peligros naturales, tales como tormentas tropicales, huracanes, tornados, inundaciones, deslizamientos de tierra, incendios forestales y terremotos (Comisión Europea, s. f.). El evento climático extremo más reciente fue la vaguada del 4 de noviembre de 2022, que provocó inundaciones en gran parte de la capital y que varias personas perdieran la vida.

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