LA VIDA CONTINUA

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Jorge Muzam La vida continúa

Relatos

©La vida continúa Sara Bell Editores, 2011 San Antonio, Chile Primera edición Diseño de portada e interiores: Lorena Ledesma Aguirre

ILUSTRACIONES

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La vida continúa

Prólogo Tomar la realidad, agitarla con todas las fuerzas, apretarla hasta provocarle asfixia, golpearla con puños sangrantes, lanzarla al suelo y patearla contra la pared. Todo aquello que quede en pie después de semejante exorcismo, da como resultado la literatura de Jorge Muzam. Ya sea disfrutando la paternidad, contemplando las conductas de sus conciudadanos, las consecuencias del capitalismo salvaje, la falta de respuesta de los líderes políticos, los abismos que nos separan del cuerpo y la razón de ser femeninos o describiendo su misma consciencia rabiosa, atormentada o gozosa, Muzam aplica sin miramientos la dosis justa de caos y dolor, previo a contemplar con ojos de ave de rapiña el entorno. A partir de ese cataclismo, comienza su labor de construcción que tendrá la fachada de una casona maldita, de maderas podridas, ventanas trizadas, piso tembloroso. Aun así, se mantiene en pie, nos incita a entrar y recorrerla en todos sus rincones. Que antes otros escritores hicieron lo mismo, por cierto. Escépticos han existido siempre y el escritor los enumera en uno de sus textos. Acá el mérito radica en la resistencia, en no dar el brazo a torcer, seguir adelante aunque el desagarro vaya por dentro. Desgarrados somos muchos, pero escritores del desagarro pocos. Muzam es uno de ellos. En tiempos pretéritos discrepé de mi amigo respecto a que había que separar la vida de la literatura. Creí que Muzam tarde o temprano optaría por sumergirse en el placer y la irresponsabilidad de la ficción pura, como lo he hecho yo de un tiempo a esta parte. Ya no lo hizo y creo que no lo hará jamás. Ese es el camino que eligió. Lo veo seguro nadando en sus pantanos. Si yo siguiera sus pasos sé que tarde o temprano me ahogaría en las profundidades. Las brazadas de Muzam le permitirán llegar a la otra orilla. Ignoro con qué se encontrará. No estaré allí para contarlo. Claudio Rodríguez Morales San Antonio, Chile 2011

Jorge Muzam


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Diplomacia paterna Estoy lejos de ser un padre ideal, pero al menos me he preocupado de que ciertos aspectos en la formación familiar de mis hijos se respeten. Entre ellos están: no ofenderse, no agredirse, ser honrado, no usar malas palabras, modular correctamente, no envidiar, ordenar los pensamientos antes de hablar, preguntarse por el origen y el sentido de todas las cosas a su alrededor, argumentar con eficacia, mantener un tono mesurado, no discriminar a nadie, respetar a los animales, respetar a los ancianos, cuidar la naturaleza, no contaminar gratuitamente, andar limpios, leer de todo, escuchar música clásica y cultivar una o más disciplinas artísticas. Hay otros puntos en los que no he tenido tanto éxito como: comer chocolates con moderación, lavarse los dientes cuatro veces al día, no participar en juegos demasiado bruscos, no ver televisión ni jugar en el computador o el Nintendo más de una hora al día, no pintarse con maquillaje ni hacerse peinados extravagantes.

Jorge Muzam


La vida contin煤a

Contadora de latas Son las dos de la madrugada. Mi hija no apaga la luz de su habitaci贸n y cada veinte minutos me viene a lanzar muecas de reprobaci贸n y a contabilizar las latas vac铆as de cerveza que se siguen acumulando sobre la mesa.

Jorge Muzam


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Molestando un abejorro Sorprendo un enorme abejorro introducido de cabeza en una flor. Antes de que se marche voy por un frasco de vidrio y lo atrapo. Se lo muestro a mis hijos que están absortos en su Nintendo. Lo miran molestos, ¡qué grande! expresan y vuelven a su juego. Regreso al jardín y libero al abejorro que pasa el mal rato succionando furioso una nueva flor.

¿Vivo? -Papá, ¿es cierto que estoy vivo? El pequeño Jorge parece ser un filósofo de peso. El no lo busca ni se percata, pero las horas que diariamente da tumbos sin hacer nada práctico, deben tener su explicación en una mente que necesita ese espacio para transitar velozmente, sin frenos y dar sorpresivos virajes por los senderos de la existencia. Su última preocupación es no estar vivo, sino siendo soñado por alguien que tampoco está vivo, en una infinita secuencia de soñadores desamparados de existencia y por lo tanto tan efímeros como un chasquido de dedos. Su problema se desliza evidentemente hacia la búsqueda del soñador original, aquel que sí goza de vida y se entretiene emanando ondas oníricas que captan y retransmiten las cenizas de seres ya inexistentes. Jorge Muzam


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No te perderé de vista Los padres debemos asumir un costo emocional demasiado grande, pues nuestras adoradas hijas, a poco andar, se transforman en objetos sexuales de escrutinio público. Poco podemos hacer para que no se conviertan en la pareja de un golpeador enfermizo, un alcohólico, un depravado o decidan dedicarse a la pornografía o la prostitución. Nuestro poder no va más allá de desear que nadie las dañe y elijan un camino adecuado.

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La vida continúa Hoy tarde, mientras esperaba a mi hija que practicaba su clase de tenis, vi a tantos niños y niñas como ella corretear alegre y despreocupadamente por las canchas y jardines. Muchos niños nuevos, que intentaban pegarle a una pelota. Algunos niños antiguos que ya se ufanaban con la precisión de sus golpes. Otros tantos mojándose a risotadas por los costados. Padres contentos y orgullosos. Un sol manso se despedía lentamente y nos dejaba inundados con la brisa fresca del crepúsculo. Las olas medio adormiladas acariciaban a los barcos que empezaban a encender su luminaria nocturna y los vehículos al otro lado de la verja pasaban para uno y otro lado sin agredirse a bocinazos. Pensé en mi habitual visión negativista y amargada del mundo. Pensé en si la vida de las personas realmente se acercaba a mil catástrofes. Me pregunté por qué ellos no parecían preocupados, por qué no tenían el ceño adusto, por qué no los consumía el miedo. ¿Es que acaso no les importaba la indolencia, la corrupción, la delincuencia, el narcotráfico y la prepotencia de los empoderados? ¿Por qué los niños seguían comportándose como niños? ¿Es que acaso todo el drama moderno no era más que una tonta construcción de mi ociosa cabeza? Sentí entonces que la filosofía valía menos de un penique. Los niños seguirían jugando mientras hubiera un sol repartiendo alas doradas. Jorge Muzam


La vida continúa

Índice Prólogo …………………………………………….……..….………..Pág. 3 Papá de noche ……………………………………....…..….….……..Pág. 5 Diplomacia paterna ……………………………..………..…………Pág.8 El relevo de la sangre ……………………….……….…..…….......Pág.9 Mi aprendiz de bruja ……………………..……….………………..Pág.10 El pequeño Bartleby …………………………………………..…….Pág.12 Crujidera de hojas en la espalda …………………….……....…Pág.13 Basura humana ………………………………………..……….…....Pág.14 Contadora de latas ……………………………………………….….Pág.15 Frío en la sombra ………………………………………………….…Pág.16 Molestando un abejorro …………………………………………..Pág.21 Desbocado .……………………………………………………..….….Pág.21 Zapatitos rojos ……………………………………………..…......…Pág.22 Aspirando a ser nadie ..…………………………………..….…….Pág.25 Buscando estrellas ………………………………………..…….…..Pág.28 ¿Vivo? ………………………………………………………..…………..Pág.29 Cojines voladores …………………………………………………….Pág.30 El lector plástico ……………………………………………………..Pág.32 Doraemon ………………………………………………………………Pág.36 El regazo de Pegotti …………………………………………………Pág.39 No te perderé de vista ………………………………………………Pág.41 Automedicando el espíritu …………….…………………………Pág.42 La vida continúa …………………………………………………..…Pág. 44

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