Taxco y sus secretetos

Page 1

TAXCO Y SUS SECRETETOS ยกLA BUENA FORMA DE SABER Mร S DE TAXCO!


EDITORIAL REDACTO: -GUADALUPE IRANY CUELLAR GONZALEZ -MARIA RUBI GOMEZ GOMEZ -VERONICA QUINTO BARRERA -PERLA ESMERALDA SOLANO FAJARDO -VANESSA ITZEL ROGEL VILLA -DAVID FIGUEROA GARCIA

EDITO Y DISEÑO: -GUADALUPE IRANY CUELLAR GONZALEZ

PATROCINO: -NAHYELY´S CAKES

PARA MAS INF. CONSULTAR: WWW.TAXCOLANDIA.COM


INDICE CRUZ DE LA CALLE DEL ARCO……………………………………….1 EL PLATERO SINIESTRO…………………………………………........3 LA ZARZAMORA………………………………………………………….6 CALLE DEL HUNDIDO…………………………………………………..7 LAS ESTACADAS………………………………………………………...8 EL PUENTE DE LOS DUENDES……………………………………….9 EL POZO MELENDÉZ…………………………………………………..10 LA MULATA………………………………………………………………12 CALLE DE LA MUERTE………………………………………………...13 SANTA PRISCA………………………………………………………….14 EL PUENTE DEL DIABLO……………………………………………...15 LA CASA DEL RIO……………………………………………………….17


CRUZ DE LA CALLE DEL ARCO VANESSA ITZEL ROGEL VILLA Cuentan las viejas tradiciones, que allá en los tiempos de la colonia, en lo que hoy es la Calle del Arco en Taxco, vivía una elegantísima dama española. Su ondulante cabellera caía sobre su espalda cual torrente de Azabaches acariciando su alabastrino talle adornado con el ropaje de los nardos del tabor, sus grandes pestañas que simulaban lo erizado de las montañas agrestes de Taxco. Sus manos tenían el delicado acopio de las blancas muñequitas traídas del oriente. Sus pies diminutos eran tenuemente acariciados por las sandalias rojo púrpura. Orladas con el pelaje del armiño. Toda ella era llena de gracia. Su mirar y su caminar seducían al que tenía la suerte de contemplarla, pero en ese corazón de ángel hecha mujer, latía a cada instante un grande amor. Rodrigo era su única ilusión; apuesto caballero español, dotado por el capricho de la naturaleza, de todas las cualidades varoniles: valiente, joven, atractivo y educado a la alta estirpe de su origen. Todo era ensueño y felicidad en aquella pareja de enamorados. Pero no se hizo esperar más tiempo esa dicha engañosa, y no tardó en aparecer en la pantalla polícroma de ese amor: la tormenta borrascosa, final de una loca pasión nacida por primera vez en aquel lugar de embrujo. Rodrigo, cada vez que se entrevistaba con aquella fascinante mujer, se hacía acompañar de Víctor Manuel (su amigo muy íntimo), no menos poseedor de los atractivos de Rodrigo. Ella, Beatriz, amaba a Rodrigo locamente, bosquejando su figura aún en las noches de insomnio. Pero la fatal casualidad quiso que una noche de plenilunio, tranquila y serena en que Víctor Manuel acompañaba a Rodrigo en sus citas amorosas, la dama tendió su electrizante mirada en el joven acompañante. Esa mirada zigzagueante envolvió el ambiente, se cruzaron las miradas, y surgió el romance, traicionando así, ese amor jurado para Rodrigo, truncado en ese momento por el falso corazón de Beatriz.


Enseguida expiró en el mismo sitio en que naciera un grande amor. En recuerdo de esta fatídica traición de Víctor Manuel y Beatriz, se colocó en ese mismo sitio una humilde cruz de madera, que al correr el tiempo ha caído en el olvido, pero que hoy se conoce como "La Cruz de la Calle del Arco". La creencia católica le ha dado otros comentarios muy divergentes a su primitivo origen, pero lo más acertado es la relatado en esta leyenda, porque antes de que los callejones de Taxco fueran trazados, se encontró bajo los frondosos árboles de ese lugar, acariada por las verdes sensitivas y abrazada por los bejucos, una cruz de madera, carcomida y apolillada por el transcurso de los años. La cruz de Rodrigo. La Calle del Arco franquea la Parroquia de Santa Prisca del lado sur, se llamaba así por el arco que forma nuestra Parroquia (justo arriba de donde se localiza la Cruz de cantera rosa), esta calle tuerce a la izquierda para reunirse con la Calle Celso Muñoz (antes: Calle de la Muerte).


EL PLATERO SINIESTRO VANESSA ITZEL ROGEL VILLA Se iniciaban los tiempos en que se descubrían las vetas de plata, casi a flor de tierra, se descubría la riqueza en las profundidades de la tierra, la explotación atrajo a todo tipo de gentes, algunas bien intencionadas y con miras al progreso, otras más a la explotación y despojo de los que más tenían. Así fue como llego un extraño personaje a lo progresista población de Taxco, donde todo era como una bendición, riqueza en sus paisajes y gente, una tarde después de ardua labor del descubriendo de vestigios de plata. Celebraban jubilosos tal acontecimiento, cuando algo extraño distrajo su atención, vieron a lo lejos venir a un hombre de gran estatura, una larga cicatriz le cruzaba el rostro, vestía ropas desgarradas, cayo de bruces, alargando su brazo solicito ayuda, los labios secos, los mineros solícitamente lo ayudaron.. le acercaron un recipiente con agua, lo reconfortaron con alimentos. Lo que nadie supo es que este hombre murió en un derrumbe cayéndole encima además de escombros una pesada viga que le marco el rostro. PERGAMINOS EN LATÍN CON INVOCACIONES SINIESTRAS. De sus ropas rasgadas sacó un rollo de pergaminos con inscripciones en latín. Extraños dibujos sin poder descifrar, el hombre, silencioso empezó a explicar el contenido de esos pergaminos y buscaba quien lo ayudara a descubrir vetas de plata. Todos le ofrecieron su ayuda, el decía conocer todos los secretos de la minería. En otro rollo que celosamente guardaba, se los alargo y a la luz de la tarde vieron dibujos de ornamentos religiosos, de vasijas, enseres de decoración y otros objetos utilitarios, también mostró armamento muy antiguo donde se aplicaba la plata y oro tan codiciados por todos. Recorrió con la mirada a todos los que lo rodeaban, señalando a uno de ellos un antiguo seminarista, le dijo descifrar estos textos, en esas frases se guardan grandes secretos de la minería. El seminarista asombrado de lo que leía, dijo con vos entrecortada que tenían que sacrificar a un minero en las entrañas de la tierra. Quien esto leyera y entendiera era el poseedor de los secretos de la inmortalidad de la minería. Todos guardaron silencio la mirada de cada uno recorría a los demás, por sus mentes pasaron mil historias, buenas y de malas intenciones de codicia.

TODO ERA LA FIEBRE DE LA MINERÍA. Hubo quien ofreciera al seminarista su apoyo para comprar minas y explotarlas como ahí se indicaba. Lo que nadie supo es que lo que realmente decían esos pergaminos, hacían


invocaciones al ¡Señor de las Profundidades! que era el que habitaba en el fondo de la tierra. El seminarista, Cauteloso, nunca revelo los secretos y en la soledad de la noche, vistió ropas diferentes a las suyas salió y fue en busca del ¡Señor de las Profundidades!, lo encontró en la boca de una mina recién descubierta, le dijo con voz pausada, esta mina mañana se derrumba, tu no vengas, tus compañeros morirán en el derrumbe, y así nos quedaremos con todo, tu y yo únicos dueños. Jamás reveles el contenido de los textos, a nadie. Regreso en la oscuridad de la noche, silencioso se acostó y al día siguiente fingió una enfermedad y fuertes dolores, que no podía asistir a trabajar, se despidieron del seminarista y le suplicaron que tradujera los textos, que todos querían participar de eses venturas, el Seminarista solo bajo la mirada y no respondió nada. A las pocas horas la agitación de la gente lo despertó gritaban pidiendo ayuda, hubo un derrumbe, solicitamos ayuda. El seminarista sintió un escalofrió que recorrió todo su cuerpo, se incorporó a los voluntarios para el rescate. ¡Ninguno tenía rostro!.. ¡Quiénes son ustedes preguntaban, un silencio invadía el ambiente , corrió y vio a sus amigos en un desfile salir de las entrañas de la tierra, preguntaba el seminarista ¿Qué es lo que pasó?, la respuesta era general ¡Un derrumbe! Un extraño sonido del fondo de la tierra sacudió las paredes, se escucharon voces, como de un coro, lo que cantaban nadie lo entendía, se vio al fondo una mano que se estiraba brindando ayuda, casi al llegar, la mano desaparecía, el polvo marcaba una silueta de un hombre de gran estatura, gritaba jubilosos! ¡Todos son mis vasallos, cayeron con el Señor de las Profundidades!, después de esto... se celebraron misas, y cuando el seminarista iba a entrar, un fuerte viento lo detenía. Los pergaminos ya le quemaban las manos cuando trataba de leerlos, cada vez que trataba de descifrar el contenido, sentía un fuerte escalofrió, y el calor hacía que dejara por la paz los pergaminos. En medio de su desesperación salió en busca del "Señor de las Profundidades", al que nunca encontraba, solo le salió al paso en una ocasión un hombre alto, con una frazada que le cubría parte del rostro, con voz cavernosa lo conmino a que se detuviera, le solicito ver los pergaminos. El seminarista temeroso del embozado, lo llevó hasta su casa, y de un pesado baúl sacó los pergaminos, a la luz de una vela empezaron a verlos uno a uno, con el dedo indicaba el embozado lo que quería saber, pedía que se lo tradujera. sacó una filosa daga y le dijo, estos pergaminos son míos. El seminarista los oculto entre sus ropas, y en unos cuantos segundos sus ropas se incendiaron. El Embozado sacó los pergaminos de entre las ropas, del seminarista las apagó, se descubrió el rostro y la cicatriz apareció ante los ojos atónitos del seminarista que se consumía en las llamas. En el patio de una vieja casona donde se labraban piezas de un gusto delicado de plata, estaba el hombre de la cicatriz, lo acompañaban plateros que habían muerto años anteriores.


A las puertas de Santa Prisca se veía a un seminarista con unos bultos envueltos en pergamino, y solicitaba a las personas que iban a entrar a la iglesia, que depositaran esos paquetes a los pie del altar, el sacristán los llevaba a la sacristía y desenvolvía los paquetes, gran sorpresa se llevaba al ver los ornamentos labrados en plata, producto de artífices destacados, el Sacerdote salía en busca de tan preciado regalo hacia a la Parroquia, no lo encontraba, solo a la distancia veía a un seminarista caminar pausadamente envuelto en llamas. El sacerdote regresaba a la iglesia y encontraba al sacristán desmayado, lo despertaba, le preguntaba ¿Qué había pasado?, respondió con voz doliente, un seminarista me golpeó y se llevó los ornamentos. El arrepentimiento del Seminarista al que llamaban "El platero Siniestro de Taxco", buscó ansiosamente al hombre de la cicatriz, lo llevó hasta al templo y lo obligó a arrodillarse y pedir perdón por todos los daños, gritó sus culpas y salió corriendo de Taxco dejando regados los pergaminos que el viento los elevó y se perdieron en la inmensidad del infinito, volvió la calma entre los mineros, se quitaron los egoísmos y todos trabajaron con entusiasmo. Se asentó en los documentos que los plateros jamás se accidentaron y mucho menos murieron. Toda esta leyenda fue vivida por el maleficio que recibió el seminarista por parte del hombre de la cicatriz, el seminarista, fue el único que vivió esta pesadilla, y se dice que perdió la razón y que vaga en las calles donde hay actividades mineras, no se ha podido olvidar la leyenda del ¡Seminarista! Terminó sus días recluido en un convento, donde solicitó ayuda espiritual, con la mira de algún día ordenarse de sacerdote. Se cuenta que en ese seminario se ve durante la noche vagar por los jardines a un hombre envuelto en llamas, que con lastimeros lamentos se elevan al infinito. En algunas ocasiones se le ha visto vagar por las solitarias y oscuras calles de Taxco, arrastrando penosamente los pies, cantando alabanzas con unos pergaminos bajo el brazo. Su alma en pena sigue a través de los siglos vagando por Taxco.


LA ZARZAMORA PERLA ESMERALDA SOLANO FAJARDO El pueblo de Taxco, que siempre ha tenido una temperatura de privilegio, por las montañas que lo circundan propias para el amor y la acaecida, una noche en que la tormenta se desató furiosa; un rayo fulminó corpulentos árboles y desgajó los peñascos del Huixteco. El agua arrojada por las nubes y por la suprema voluntad del Dios Tlaloc. Inundaba las cañadas de Chacoalco. La mulata y Casallas, caían por las cortaduras de las peñas, cascadas de agua que llenaban de pavor al pueblo que clamaba misericordia. ¿Qué había sido de la "Doncella"? que vivía en aquella casita risueña del Atachi, en medio de la noche, en medio del estruendo del agua y del rayo, cuando el Teponaxtli y el Huehuetl sonaban pronunciando el peligro, pidiendo clemencia a esta furia. Las gentes reunidas en el Teocalli hacían oración, conjurando aquella tromba. De las chozas salían lamentos y lágrimas de terror, que se fundían con el agua, que de los cielos caía en interminables cataratas. Un rayo tronó en las montañas y desgajo gran parte de ellas, espacialmente de Chacoalco, donde brota el agua potable que hoy súrte a la población. El eco se repitió por muchos momentos; el cielo se tiñó como de sangre, calmó como encanto el viento, y poco a poco la tranquilidad y el silencio invadió montañas y poblado. Sólo en la casita de la princesa "Cuayautital" esperaban inútilmente su regreso , ya que había partido de ahí, antes de principiar la tormenta, y al fin no regresó. A la mañana siguiente salieron en su busca, hasta llegar a los veneros de Chacoalco; una nueva maleza no conocida, ocultaba el agua cristalina, los peñascos habían cambiado de forma y al agua antes clara, era color de sangre. ¿Quién había hecho aquella transformación? En el fondo de la cueva. Donde brota el agua clara. Estaba el cuerpo de la princesa Cuayautital, cubierta de preciosas flores y helechos silvestres, que perfumaban el ambiente como hálito de Dioses, ella estaba muerta, pero más parecía que estaba dormida. Su cuerpo no pudieron llevarlo de aquel lugar, porque de él brotaba la extraña planta que había nacido de la noche a la mañana, y de sus tallos salían agudas espinas. Hicieron fiestas con danzas rituales, se ofrendaron flores y frutos, pero a la mañana siguiente aquel cuerpo hermoso había desaparecido, quedando solamente la planta que de él brotaba llevando por savia su sangre, esta se extendía por entre los barrancos ofreciendo sus frutos color de granate y que hoy conocemos con el nombre de la "Zarzamora". Q


EL CALLEJON DEL HUNDIDO PERLA ESMERALDA SOLANO FAJARDO Cuando la naturaleza de Tetelcingo vestía el ropaje de su virginidad esplendorosa aún no mancillaba por el pie del audaz conquistador hambriento de aventuras, esa diosa campirana se extasiaba luciendo su ropaje de oro y tul, bajo un cielo trazado por el pincel de una policromía azteca. Sus remansos cristalinos no dejaban el cascabeleo de sus ondas ensoñadoras, al igual que las alondras mañaneras trazando en el espacio su zigzagueante revolar. El céfiro nocturno acariciaba ese manto de quietud, invitando a sus pocos moradores al descanso en la noche. Mientras que el reverberó de las estrellas se estrechaban en un lazo sonámbulas de amor. En medio de ese paisaje de quietud tendió su figura fantasmal un suceso extraordinario e increíble a la vista humana. Un hogar humilde encajado halla en la espesura del boscaje. Fue el actor de ese escenario de sombras y de terror. Las creencias divergentes de los padres e hijos se revolvían cual volcán en erupción. Los primeros creían ciegamente en la existencia de un ser superior a sus dioses y que estaba en los cielos y en la tierra; mientras que uno de sus amados hijos mantenía vivas en su corazón las creencias ancestrales: idólatra ascendrado rindiendo culto al sol, la luna, el agua y las estrellas. Un mal día de augurios borrascosos los padres iracundos le exigían en medio de amenazas infernales a que rindiera adoración al ser que ellos creían grande, omnipotente. Llegando al colmo de la riña. El hijo en medio de su abstención petrificaba, lanzó amenazas de muerte a sus progenitores si no cesaban en su loco empeño, al fin la tromba se ensanchó y vino la borrasca, los padres cegados por la ira levantaron los brazos al cielo en forma de cruz, y tirados en el suelo arrojando espuma por la boca lanzaron contra su hijo el anatema más horrendo y terrible de la vida ¡maldito! ¡Maldito!... que tus dioses te arrojen al abismo infinito del castigo y del tormento; quedando enseguida semi-inconscientes por el histerismo del momento.


LA CALLE DE LAS ESTACADAS VERONICA QUINTO BARRERA La leyenda narra que desde tiempos inmemoriales, las aguas bulliciosas, las aves vocingleras y la fresca brisa que ofrecían las verdes frondas de los árboles que crecían en los bordes de la "barranca Montesinos" (después tiro de San Lorenzo) sé conjuntaba todo eso en un cielo de amor, tranquilidad y belleza. Invitando a sus poquísimos moradores a disfrutar de un rinconcito paradisíaco, ya que con sus altos árboles, hierbas sensitivas con olor a retama, ofrecían paz y sosiego en el alma de quienes tenían la dicha de vivir en esos lugares de ensueño, si en medio de la vida de tranquilidad de esos lugares. La esposa era perseguida por determinado hombre para cometer el vil acto de infidelidad al esposo, este vigilaba a su cónyuge, hasta no rayar en el desengaño si el hecho era confirmado, esta infiel esposa era conducida por el esposo, autoridades y pocos vecinos hasta un lugar preparado exprofeso donde estaba colocada una piedra en forma rectangular y con un hueco en el centro y parte superior de dicha piedra. La esposa infiel antes de salir de su casa era vestida con sus mejores galas y vestidos de la época, llevando el corazón destrozado por la angustia de la muerte que le esperaba, llegados al lugar del sufrimiento oraban a sus dioses, se colocaba una estaca en el hueco de la piedra, la mujer con el terror sembrado en su semblante, era despojada de sus vestiduras, porque tenia enfrente el instrumento de su muerte, era subida a la piedra por las pocas mujeres que la acompañaban en ese trance.


EL PUENTE DE LOS DUENDES VERONICA QUINTO BARRERA En Taxco, Guerrero hay una leyenda sobre el "puente de los duendes", mi relato hace mención a un tío que en la sierra de Guerrero iba mucho por aquel lugar, los lugareños dicen que unos duendes arrastran a la gente hacia la parte baja del puente, aun no se sabe para que, puesto que ningún mortal ha regresado de allí y cuando se le busca no hay rastros. Mi tío regresaba de una fiesta en el pueblo y para variar había tomado demasiado, a altas horas de la noche se le ocurre ir a buscar leña, pues bien, la encuentra cerca del famoso puente, y él advertido desde niño de lo que allí sucede trata de ir lo mas rápido posible de regreso... cual sería su sorpresa al ver entre los matorrales una gallina grande y gorda! al parecer no era de nadie, pues la gente acostumbra guardar los animales en sus corrales por temor a lobos o coyotes, es así como mi tío se aventura a capturarla, por supuesto la va siguiendo pero la gallina a pesar de ir lento trata de esconderse en los matorrales y se hace escurridiza... Mi tío sentía la necesidad de agarrarla para cenar, que bien le caería por la borrachera que llevaba, pero no era así...... la gallina casi se dejaba agarrar pero en el ultimo momento se le escapaba a mi tío....al cual se le hacía muy extraño no poder agarrar fácilmente una gallina regordeta como esa..... muy tarde se dio cuenta de que no era otra cosa mas que un duende convertido en ese animal, ya que la gallina se detuvo precisamente en un extremo del puente... tal y como les gusta a los duendes que uno se quede a altas horas de la noche.... A pesar del susto y de la intención de correr, inexplicablemente mi tío fue arrastrado hacia adentro con engaño, debajo de aquel puente se encontraba la gallina que el había perseguido pero la pobre estaba siendo mutilada por duendes que reían mientras veían como mi tío se acercaba.


.EL

POZO MELENDEZ

MARIA RUBI GOMEZ GOMEZ Este pavoroso lugar también conocido como la trompa del diablo, el pozo Meléndez, el sótano sin fondo o pozo sin fin, es una tenebrosa grieta que se pierde en las entrañas de la tierra y en la que han fracasado una serie de esfuerzos para medir la profundidad, de este terrible agujero, que se localiza en la vera de la carretera Taxco-Iguala, a unos cuantos metros del Puente Campuzano. En cierta ocasión los bomberos de la ciudad de México, acudieron en auxilio de las autoridades locales de Taxco, para rescatar el cuerpo de un individúo, asesinado y arrojado a las profundidades de este siniestro pozo. Escaleras y cuerdas que median centenares de metros, fueron lanzadas sin tocar fondo, sin ningún resultado, la compañía minera propietaria de estos terrenos ha hecho intentos similares sin lograr establecer, la profundidad de la grieta, creen algunas gentes que hay un río subterráneo en el fondo, si es que lo tiene. Se cuenta que durante la revolución, fue arrojado ha esta grieta , toda una caballería, con todo y jinetes, asegurando los lugareños que después de esto, jamás notaron los malos olores que despidieron los cadáveres en descomposición. Desde hace largos años perdura la macabra fama de este pozo siempre ha sido escenario de violentos asesinatos, muchos criminales se deshicieron de sus cadáveres arrojándolos en este sitio, la horrenda boca, y aún siguen haciéndolo. Según se dice a media voz, "aparece un vehículo, carro o camioneta, entre las sombras de la media noche, se detiene un momento, se ven sombras que se mueven arrancan y en seguida desaparecen precipitadamente por el camino", y todo esto significa una sola cosa: otra víctima más tragada por el hocico del diablo, riñas, asesinatos por venganzas políticas o pasionales , se han epilogado en este lugar, quedando en el mas impenetrable misterio estos crímenes que se han englutido, las fauces del diablo. Piratas, salteadores de caminos, abigeos de todos los tiempos, y los criminales, correrías lograban cuantiosas fortunas las que al ser perseguidos o acosados por las autoridades y ante su eminente captura, las arrogaban al pozo del diablo, sin tener idea de su profundidad ,con la esperanza de poder rescatarlas algún día. Por su puesto, día que nunca llego. Se recomienda caminar con cuidado alrededor de la aventura, que mide aproximadamente 20 pies de diámetro, si usted tira una piedra grande podrá escuchar sus impactos contra las paredes de la grieta y su trayectoria a buscar fondo, ruido que se irá haciendo cada vez menor hasta el completo silencio, usted se dará cuenta de que la roca todavía sigue golpeando las paredes, mientras sigue cayendo, pero después se pierde el sonido en la negra y pavorosa profundidad del pozo. Allí no


faltan muchos que rondan por el lugar después de demostrarle a usted el sitio exacto de la famosa grieta, para que no vaya a caer en ella accidentalmente. Mucho cuidado, pues no hay rejas de seguridad a pesar de los esfuerzos que se han hecho por cerrar esta abertura. El señor Crosby gerente de minas de plata el pedregal de Taxco propietario de este lugar trató de sellar la grieta, mediante la colocación de grandes vigas de madera, tierra y piedra pero pocos días después, todo ese tapón cedió desapareciendo en ese abismo, se sospecha que fue sabotaje a esta obra de seguridad, tal vez por intereses distintos de seguir usándolo o quizá porque el diablo necesita alimentarse.


LA MULATA MARIA RUBI GOMEZ GOMEZ. Nos cuenta esta leyenda que hace mucho tiempo, hubo en el bello pueblo de Taxco. Una familia muy rica, orgullosa, de religión muy severa y costumbres puritanas de aquel entonces, por lo cual, para ellos este pueblo, era un lugar que no estaba de acuerdo con sus necesidades, principalmente por la servidumbre que existía. Y bien, un buen día se presentó una muchacha la cual era mulata muy bella, de ojos lánguidos y sus cabellos de bello color negro azabache llamada Felisa, la cual no era más que una simple y humilde sirvienta que debería prestar sus servicios a esta Noble familia. Felisa, hacía sus quehaceres muy contenta y llena de ánimos, alegraba la casa con sus dulces cantos, en unión de sus únicos amigos que eran unos canarios a quienes ella daba de comer con mucho afán y un día que ella cumplía con su deber, el hijo bueno de aquella familia, al oír cantar a Felisa y conversar con los canarios, por una fuerza sobrenatural sintió que su corazón debía unirse al de ella. Poco tiempo después le confesó su amor y le pidió que accediera a ser su esposa. Pero Felisa bien sabía que era una muchacha humilde y no podía aceptar la proposición de aquel muchacho noble y bueno, por que entendía que los padres de Alvaro, que así se llamaba, se opondrían. A pesar de aquello, Alvaro les dijo a sus padres, les contó del amor que sentía hacia la hermosa mujer, al oír su madre quien era la joven en quien su hijo había puesto sus ojos, y que no era Dama de acuerdo a su rango. Se opuso este matrimonio. Pero el amor de Alvaro por Felisa era más grande que el respeto a sus padres y pensó que sin el amor de su vida no podría vivír. La hermana de Alvaro, que era muy orgullosa al ¡gual que la madre, irritada por lo que su hermano pretendía, fué en busca de Felisa. A la cual golpeó y corrió de la casa. La mulata partió rumbo a las montañas y en medio del cause del río donde se forma una poza blanca y cristalina, se fue hundiendo poco a poco, porque ella sabía que jamás tendría el amor de Alvaro. El pobre Alvaro, esa noche, aún sin saber nada de la infortunada mulata, tuvo un sueño en el que su amada lo llamaba desde la poza aquella. Al otro día se levantó muy temprano y sin saber cómo y por qué, se dirigió al lugar que había soñado aquella noche, y entonces vió que aquel sueño era una triste realidad, porque en la orilla lo estaba esperando Felisa. La cual le explicó lo ocurrido y Alvaro al saberlo todo, siguió el mismo camino, de su amada. De aquí el nombre de la mulata, cuenta esta leyenda que en las noches de luna bella y hermosa, se ven dos sombras que vagan a la orilla de la poza, y que no es más que el amor inmenso de Felisa y Alvaro, que han quedado unidos para siempre en prueba de ese inmenso amor.


LA CALLE DE LA MUERTE DAVID FIGUEROA GARCIA En el lado norte de la Parroquia de Santa Prisca nos muestra una interesante portada de Jambas y Dintel almohadillado, capeto ornamentado, frontón cortado en voluptas, y como remate de todo, el símbolo de la muerte, a quien el tiempo ya dejó sin brazos ni guadaña. Narra la leyenda de esta calle, que en tiempos de la Colonia, un hombre que vivía por esta calle, temeroso de que la muerte lo molestara optó por destruirle los brazos. La portada de ese lado de la parroquia es una fantasía en ebullición, nos produce a la vez dos impresiones distintas: la de las cosas burlescas y la de las cosas trágicas. La composición del lugar resultó completa. Pues el nicho que está en el ángulo saliente del rincón y el ojo de buey que en el mismo saliente luce estupendo trabajo de hierro. Estilización la Cruz de Calatrave. Viene a completar el ambiente de angustia de ahí reina. Una especie de eco, un Soliloquis Shakespeariano. El lugar en que se encuentra, que es seguramente el punto en que el artífice refugió toda su fantasía. Es un rincón doliente, vago y delicado a la vez, en donde el sol, por la orientación del muro, jamás baja sus rayos a dar vida y color , por lo que en manchas negruscas y en húmedos jarrados, se mira la huella de las lágrimas de las lluvias que ahí han azotado largos años. Hace muchos años, a fines del siglo XVIII, cuando la Iglesia estaba flamante, por esa puerta salían con pasos sigilosos y rostros recatados, los viernes de cada mes los hermanos de la "Cofradía de la buena Muerte". Entonando cánticos penitenciarios que en el silencio de la noche se oían como rumor de apagado llegado de otro mundo y en cuyas estrofas se pedía paz y gloria para el alma de los deudos muertos en pecado. Poco tiempo después de la Independencia Mexicana, esta hermandad desapareció y con ella la piadosa costumbre de llevar esperanza hasta más allá de la vida. Ahora abre de cuando en cuando para que pase algún restaurador de edificios o algún curioso de las alturas que muestran las torres; pero como ya no pasan bajo del Dintel los hermanos de la Cofradía de la Buena Muerte, llevando sus haces de Flores, de esperanzas nunca marchitas, la puerta perdió su carácter, pues ya no es como antes la salida de un cementerio de almas. En el año de 1914, en la tenebrosa "Calle de la Muerte", ocurrió un voraz incendió, se vió en llamas la tienda de abarrotes del rico taxqueño: Don Mateo Flores, que era en ese tiempo, la mayor y mejor tienda surtida de Taxco. La incendiaron los revolucionarios y el individuo que inició el fuego murió al salir, cuando accidentalmente cayó y su arma se disparó contra su pecho.


LEYENDA DE SANTA PRISCA DAVID FIGUERA GARCIA En los venturosos años de mediados del siglo XVIII, cuando se empezó la construcción de la parroquia de Santa Prisca en 1751, muchos obreros y artesanos estaban dedicados a esculpir trivialidades finas para adornar corolas y erigir dos bellas torres gemelas. La parroquia enorme, alta, con el color natural de la cantera, envuelta en andamios de postes delgados atados con ixtle, parecía un tejido que desafiaba al cielo que comenzaba a oscurecer. El excelentísimo señor Borda había ido a México a tramitar la compra de unas minas en Guanajuato. Los únicos que habian quedado a cargo de la parroquia, eran el viejo maestro de obras, el jefe de albañiles y los escultores que tallaban la piedra. BDe pronto las nubes llenas de malos augurios, parecían lanzarse hacia la tierra, amenazando ruina y destrucción. Un viento empezó a soplar por las calles de Taxco, y silbaba sobre las torres de la parroquia. Todo quedó en tinieblas, todos los maestros y obreros aterrorizados bajaron precipitadamente de los andamios se veían relámpagos furiosos que parecían azotar al Huizteco. Bramaban las nubes, los truenos se sucedían unos a otros: se acercaba una terrible tormenta con intenciones de arrasar a la ciudad y a la parroquia. Todo era terror y suspenso en aquel instante tenebroso y fatídico. De repente, un estruendoso relámpago hizo una silueta negra que se abalanzó sobre la parroquia e hizo brillar la cúpula. Toda la talavera se iluminó con luces desconocidas, dejándose ver la leyenda que figura en la cúpula: "Gloria a Dios en las Alturas y Paz en la Tierra a los Hombres de buena voluntad". Tanto maestros, obreros como nativos de la población que: presenciaron tal acontecimiento, se pusieron a rezar con los brazos en cruz, llenos de terror de que los demonios furiosos destruyeran su hermoso santuario. De súbito y flotante entre hermosísimos celajes apareció sobre la parroquia una bellísima dama. Llevaba elegante y brillante ropaje de los mártires romanos, sonriente, tranquila y con mirada serena, sujetaba entre sus suaves manos a los relámpagos destructores. Con una los estrujaba mas fuertemente y con la otra sostenía la palma de los mártires, con ella, tendió al espacio su bendición. Su templo y los taxqueños se salvaron de la muerte. Luego desapareció ténuemente en medio del crepúsculo nocturnal de aquel oscurecer. Es un pasaje que conocen todos los taxqueños, el hecho es tradicional, ya que los mas ancianos lo relatan con serenidad y certeza. Existe una pintura que muestra el hecho relatado de santa prisca y su parroquia. Por este milagroso motivo, santa prisca es la patrona de Taxco y de la parroquia que lleva su nombre.


EL PUENTE DEL DIABLO GUADALUPE IRANY CUELLAR GONZALEZ La leyenda nos narra que hace cientos de años existía en los vericuetos de una de las barrancas de Taxco, un matrimonio indígena que, no obstante su ignorancia, creía en la existencia de un ser superior a sus dioses. Ese matrimonio se componía de cinco hijos, siendo el primogénito: Juan, quien a sus diecisiete primaveras sentía latir su corazón y hervir su sangre por el amor de una doncella bronceada por el sol y templada en los quehaceres domésticos. Ambos se conocían a pesar de que uno vivía a un lado de la barranca y la otra al lado opuesto. El amor no se hizo esperar y vino el idilio en medio del más riguroso sigilo por temor a los padres. El ¡ndígena enamorado tenía que atravesar la barranca a cada cita de amor, pisando con mucho cuidado sobre las piedras que formaban el tepanole para no resbalar, ya que la oscuridad de la noche hacía más difícil la travesía para llegar hasta la amada. Los intervalos del tiempo que sucedían eran aprovechados para decirse cosas bonitas. Cosas de amor, cada vez que el amado tenia la dicha de atravesar el barranco, en medio de la densa oscuridad de la noche. En una de tantas travesías. Y al borde del barranco por donde pasaba. Estaba sentado sobre una piedra, un apuesto mancebo vestido a la usanza de la época, quien al ver venir a Juan, se levantó saludándolo por su nombre. Asombrado Juan, le preguntó: ¿quién eres tú y cómo te llamas? Contestando con mucha cortesía, el desconocido dijo: soy tu amigo, quiero ayudarte a pasar esta barranca tan oscura. Juan le dijo: ¿en qué más me puedes ayudar? Y el amigo contestó: soy poderoso y colgaré un puente para que pasemos los dos. Inmediatamente apareció un puente colgante. Vente, te acompaño a pasar, le dijo y ambos se dirigieron al lugar. Juan llegó hasta donde lo esperaba la enamorada novia. Él, nervioso e inquieto más de lo acostumbrado, sentía que su corazón daba vuelcos por una incertidumbre interior, y pronto se despidió de ella encaminando sus pasos hacia el puente. Ahí sentado lo esperaba su amigo. Siempre afectuoso y atento, quien aprovechando cualquier movimiento de Juan. Ya que no podía penetrar su pensamiento. Pero si sus acciones, volvió a interrogarle: ¿quieres que te siga ayudando, ya que te he escogido para mi amigo?. Lo haré, pero eso sí, necesito de ti una recompensa, y será que el primer hijo de tu matrimonio me lo des en cuerpo y alma. Ante tal petición, Juan se estremeció. No te extrañes, dijo el mancebo, dame un abrazo en señal de compromiso, y quedaré estampado en tu propio cuerpo, ya que no sabes escribir para que lo hicieras con tu propia sangre. Retrocedió el indígena quien en ese instante se


acordó e hizo lo que el fraile-misionero le había enseñado: temeroso y agitado hizo la senal de la cruz. Instantaneamente el diablo, que era el mancebo qué le acompañaba, se hundió en el abismo de la oscuridad, crujió él puente y todo quedó en la nada, solo permaneció, un olor pestilente a pólvora y azufre quemado. Solo Juan y el barranco fueron testigos de esta leyenda. Hoy, el puente de Navarro, en aquel entonces, anonimato del lugar.


LA CASA DEL RIO GUADALUPE IRANY CUELLAR GONZALEZ Era inevitable recordar las historias que contaban en el pueblo, algunas hacen que se ericen los cabellos tan solo al recordarlas. La tía Concepción Figueroa Figueroa, hija mayor del matrimonio de Francisco Figueroa y Paulita Figueroa, mis bisabuelos, era la hermana solterona de Domitila, Francisca, y Santiago Figueroa, mi abuelo. Ella dedico su vida a los menesteres, religiosos y actividades escolares. Nunca le llego la necesidad de salir del rancho en busca de trabajo. Le gustaba contarnos de sus viajes a Iguala, Cuernavaca y México, a visitar a los familiares que emigraban en busca de mejores oportunidades de vida, fuera de Juliantla. Tía Conce, trabajaba todos los días excepto los Domingos, un día reservado exclusivamente al descanso y al la Iglesia. Porque así lo demanda uno de los diez mandamientos. Al caer la tarde, y llegar al anochecer, las estrellas en el cielo, iluminaban el pueblo, y en los hogares mayoramente construidos de adobe y teja, se encendían los candiles de petróleo, que sostenían las repisas. Los grillos y luciérnagas hacían su fiesta, los grillos con melodiosas chispas y las luciérnagas con destellos brillantes. Como dice Pancho Luna Figueroa en su libro, Juliantla es tierra de Poetas, y anunciaban el inicio de los cantos en el pueblo que debido a su accidentada topografía, permitía a sus moradores escuchar canciones de un lado a otro como un arrullo antes de comenzar el sueño bajo el manto del cielo mas bello de la sierra guerrerense.

El amanecer, era algo indescriptible, el canto de los gallos el maullar del ganado y el trinar de las aves. Lo recuerdo y añoro día a día a través de los años. Las lluvias del pasado, lo verde en los bosques en temporal abonado los llanos. Con una felicidad enorme salí de casa en compañía de mi abuelo y hermanos. Mis manos sujetaban el azadón, herramienta necesaria para labrar el

campo que gracias a los sabios consejos del abuelo, al fin del mes de Septiembre recibíamos la bendición de una buena cosecha.

Aquella tarde, sentados en las sillas de palma en el corredor de la casa de Tía Conce, una vez mas nos emocionaba escuchar los relatos que contaba la tía abuela. Eran religiosos, eran de revolución, de Historia o de la familia. Con la taza de café negro, café que cultivaba ella misma, pues tenia en el patio de su casa una gran variedad de plantas, y árboles frutales, no podíamos esperar mas, nuestra curiosidad era de Tamaño del mundo, era una puerta a lo desconocido, especialmente porque ya era de noche y seguramente nos iba a relatar algo que nos tenia preparado, pues días antes ya nos había dado unos adelantos, algo así como los previos de una película Hollywoodense.


Las manos ya sudaban y el pecho denotaba la aceleración en nuestro corazón, para entonces yo tendría algunos 8 años. Pero lo recuerdo perfectamente como si hubiera sido ayer. La casa del rió, como le llamaba ella, fue donde daba inicio su relato esta historia fue verídica y se desarrollo a fines de 1800, cuando ya comenzaban los brotes y movilización de la gesta revolución mexicana, los habitantes nuevamente aterrados, de vivir nuevamente. Lo absurdo de las armas, y la falta de compasión, se refugiaban en el alcohol, un poco para alivianar las heridas del dolor de revivir las cicatrices, del recuerdo de la guerra de reforma donde perdieron la vida gran cantidad de seres inocentes. Era el tiempo del “Porfiriato” Aunque me contaban, que en Juliantla se sentía un poco de simpatía por Don Porfirio Díaz Presidente de México y Dictador por muchos años, No solo por haber visitado Juliantla en varias ocasiones, y ser gran amigo y compañero de batallas del general Ignacio Figueroa sino por la bonanza que se vivió en el País durante su dictadura, como lo ha demostrado la historia. BLa casa del rió estaba ubicada en la desviación del camino a Juliantla, tenia dos salones grandes y un amplio corredor, que daba al camino. Donde eran amarrados los caballos y bestias como le llamaban entonces alas mulas y burros. La mayor parte que visitaba la casa del río eran los campesinos que a su regreso de Taxco, y después de vender sus cargas de leña, por alguna fuerza lejos de su entender gastaban el poco dinero que recibían comprando el alcohol de caña y agua ardiente hasta quedar completamente ebrios. Doña Cleotilde, después de pasar penurias por el descalabro en su economía, y llevando a cuesta la manutención de su poblada familia, decidió hacer frente a la situación y armada de valor enfrento a Don Manuel, su esposo quien sumido en su inhóspita realidad le confiesa que algo superior a el lo tiene con los ojos vendados y se declara un adicto al alcohol de caña y agua ardiente que se consumía en el lugar.

Al verse casi derrotada por la indiferencia de don Manuel, implora al cielo por una respuesta, entonces y de pronto, se le aparece un Ángel y le dice, que hable con el Párroco de la Santa Prisca en Taxco Guerrero y le confiese su Penar, que el tendrá la fortaleza para ayudarle. Al día siguiente, muy de mañanita, se dirige a la ciudad de Taxco y pide hablar con el párroco de la Iglesia, que parecía, ya la estaba esperando.

El sacerdote después de escucharla y orar con ella le dice: Vayamos al lugar y hagamos una oración para curar los males en la casa del rió. A la casa del rió llegaron y el padre le dijo no tengas miedo, pues estamos protegidos por el creador, nada nos va a pasar, somos instrumentos de su paz y bondad. Ella le pregunto al padre: Porque la gente que entra no puede salir, sino arrastrándose alcoholizados? El le contesto, ven y mira a través de la ventana y te darás cuenta que es lo que les


impide salir.

Al acercarse a la ventana y mirar hacia adentro, quedo horrorizada de ver que

los que estaban tomando tenían en la cabeza una especie de astas en forma de cuernos que chocaban entre si, haciéndoles perder el equilibrio y hablando con espuma en la boca. El tamaño de los cuernos le hacia imposible la salida, la única forma que podían salir era cuando ya no podían estar de pie y se arrastraban por el suelo completamente alcoholizados.

Entonces el padre le

pidió que rezara el santo rosario para iluminar el lugar y ahuyentar a los malos espíritus que habitaban en la casa del rió.

Al poco tiempo, la casa del rió dejo de funcionar, y quedo

deshabitada por muchos años. Hoy en día, siempre que paso por la casa del rió, en mi camino a Juliantla no dejo de darle gracias a dios por su intercepción.

La Casa del Río, se localiza en la

desviación hacia Juliantla al llegar a san Juan de Dios. Agustín Figueroa Juliantla Guerrero 2007.


ESTAMOS UBICADOS EN CALLE MIGUEL HIDALGO NUMERO #24


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.