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Hablando de Él Elena Fajardo Méndez

Hablando de Él...

Elena Fajardo Méndez

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Jóven de la Agrupación de la Santísima Virgen de la Piedad

Hablando de Él,

¿cómo os gusta más el Jesús?, ¿Con túnica bordada o sin bordar?, ¿Qué trono pesa más?, ¿Qué Agrupación es la mejor?

¿La mejor? Mi Agrupación, ¿La tuya cuál es?

+ Pues mira, «YO SOY DE CRISTO» (1Corintios, 3).

Y tú, ¿de quién eres?, ¿De Cristo?, ¿Quién es ese? + Ven aquí, que te lo voy a presentar...

Y cuando la mano, mi amigo, le fue a dar, extrañado me preguntó:

¡Tiene sangre!, ¿Qué le ha pasado? ¿Y las llagas? ¿Por qué? Sí... me has dicho que era bueno ¿verdad? ¡Qué dices! ¿Que ha derramado hasta la última gota de su sangre por gente que ni conocía? ¿Que le han escupido? ¿Que se han burlado de Él? ¿Que le han pegado?.. ¿Está tonto? ¿Quién haría eso? Aquí si te dan una patada, la devuelves más fuerte; aquí si te escupen, escupes más fuerte; y aquí, da igual pisotear al de al lado, sólo importas tú y tu Agrupación, tu Cofradía.

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¿Y las llagas? Llenas de dedos. Porque dime, amigo, cuando te dan un billete falso ¿lo cambias? Cuando te dan una patada ¿Cómo reaccionas? ¿Respondió amargura y odio, al que flagelaron y crucificaron?

No.

Respondió en silencio, silencio de amor y por amor, murió. Él sabía que la justicia mortal yerra, pero también sabía de la única y verdadera Justicia, la del Padre. A todos nosotros se nos olvida que por delante de banderas oficiales y edificios gubernamentales, está Dios... Al igual que se nos olvida que lo primero es Él, en las cofradías se nos olvida que lo primero es la propia hermandad. Y para hacer hermandad, hay que tener claro que la ley del "yo" dentro de una "comunidad de hermanos", no pinta nada. Estar dispuesto a llevar una bandera de trabajo, sacrificio y anonimato; no queriendo llevarla por figureo y que digan “mira, qué guap@”. Porque aquí «el que quiera ser primero, sea esclavo de todos» (Mc 10, 44). No vengas a ser servido, sino a servir. No creas nunca que el arca se hunde si tú no estás adentro, porque el arca navega con lluvia y viento, si es Dios el que está dentro.

Y no quieras ser un capitán perpetuo, navega sabiendo, que los jóvenes soplan más fuerte que el viento y que tu arca, o arría ya las velas y se pone a galera, o se termina hundiendo.

Y ni se te ocurra entrar en enfrentamientos por tener un alto puesto. ¡Qué está muriendo por nosotros! y he oído que por comandar el arca, algunos cambiaron el capuz por el parche pirata. Y mientras uno muere por ellos, ellos se matan.

Cuando Dios no existe, todo está permitido. No todo debería estar permitido en las Cofradías, si Dios existe en ellas. Porque en ellas existe, ¿verdad? Respuesta que a veces dudan los que nos resuelven cada domingo las mayores dudas. Se preguntan si fe y religiosidad van juntas, y algunos, a las Cofradías, con sus ordenadas balas apuntan y disparan. Y yo que intento no quedarme en bordados y ensayos, rezo por juntos llegar al equilibrio, por nunca pensar que acabaremos cada uno por nuestro lado, y Cristo volverá a ser negado cuando aquí, por no cantar, ya no canta ni el gallo.

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