Guia programa lobatos

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PROGRESIÓN PERSONAL ANTECEDENTES GENERALES Antes de presentar el sistema de progresión personal es necesario recordar los fundamentos que lo sustentan. El movimiento Guía y Scout se define como un movimiento educativo. Esta es, indudablemente, su característica esencial. En el sentido más amplio del término, la educación puede definirse como el proceso que tiende al total desarrollo de las capacidades de una persona. Ahora bien, el propósito de una institución es la razón que fundamenta su existencia y corresponde a su misión principal, sentido o finalidad. En la Rama Lobatos, así como en todas las Ramas, nuestro trabajo esta orientado por el Propósito del Movimiento, que consiste en «contribuir al desarrollo integral y a la educación permanente de los niños y jóvenes». En esta declaración, se pone de manifiesto el carácter educativo del Movimiento Guía y Scout. Para poder cumplir con el objetivo de contribuir efectivamente al desarrollo equilibrado de las diversas dimensiones de la personalidad de los niños, la Asociación de Guías y Scouts de Chile ha establecido seis áreas de desarrollo que permiten definir más claramente dichas dimensiones: corporalidad, creatividad, carácter, afectividad, sociabilidad y espiritualidad. Para cada área de desarrollo se han establecido objetivos terminales que concretan, en términos educativos específicos, el perfil de egreso enunciado en el Proyecto Educativo de nuestra Asociación, presentado como «el hombre y la mujer a que aspiramos». Estos objetivos terminales manifiestan un deber ser, basado en las opciones valóricas del Movimiento y en las características evolutivas de niños y jóvenes. Luego se han determinado las fases de edad para las diferentes Ramas. Los lobatos de la manada son niños ubicados en el período de infancia intermedia, específicamente en las fases de infancia media (7 a 9 años) e infancia tardía (9 a 11 años). Para cada área de desarrollo y para cada fase de edad se han diseñado objetivos educativos, que permiten acercarnos gradualmente al perfil señalado en los objetivos terminales y que corresponden a pequeñas metas propuestas de acuerdo con la edad de los niños y los énfasis del Movimiento. Basados en lo anterior, podemos decir entonces que un niño se desarrolla integralmente cuando es capaz de lograr el cumplimiento de los objetivos educativos correspondientes a su fase de edad en cada una de las áreas de desarrollo. PROGRESIÓN PERSONAL Se entiende por progresión personal el proceso gradual de desarrollo que vive cada lobato en todos sus ámbitos de acción, según su realidad, su estilo personal y sus capacidades. Este proceso gradual corresponde a la participación permanente del niño en actividades educativas y al cumplimento paulatino de los objetivos educativos establecidos para su edad, en las distintas áreas de desarrollo.


Para colaborar en el desarrollo de un lobato, el Movimiento le ofrece la posibilidad de participar en actividades educativas, es decir, en todas aquellas acciones orientadas a reforzar el conocimiento y experiencia de los niños, ya sean desarrolladas dentro o fuera del Movimiento. La participación en estas actividades permite a cada lobato vivir experiencias personales, significativas y distintas, las que contribuyen al logro efectivo de las conductas planteadas en los objetivos educativos definidos para su edad. Mediante este proceso, el lobato va adquiriendo conocimientos, actitudes y comportamientos, adecuados a su edad, mediante la práctica de diferentes habilidades y técnicas, la vivencia de valores, la participación con otros niños de su edad, la experiencia de servicio a los demás, el contacto directo con la naturaleza, el aprendizaje por la acción, etc., tanto dentro como fuera de la Unidad. Este proceso implica necesariamente la participación activa de agentes educativos externos al escultismo, tales como familia, escuela, entorno social, amigos, barrio, etc. El sistema de progresión personal se basa principalmente en que el lobato es el protagonista de su desarrollo, por lo tanto, selecciona él mismo algunos de los objetivos educativos que desea lograr. Además, el niño debe esforzarse por contribuir a la generación de actividades educativas, principalmente con su aporte en el Consejo de la Roca, y participar con entusiasmo en ellas, disfrutándolas y sacándoles el mayor provecho posible. Que sea el niño quien selecciona algunos de sus objetivos y dependa en parte de él su progresión personal no descarta que éste sea un proceso acompañado. Por el contrario, para progresar el lobato necesita de la ayuda y apoyo de otras personas con quien relacionarse. Resumiendo, se puede decir que la progresión personal es un camino que cada lobato elige individual y libremente, el que recorre participando en actividades educativas que posibilitan el logro de las conductas planteadas en los objetivos educativos. Cada lobato se compromete a progresar en forma personal, sin competir con los demás, sino que participando en las actividades de Unidad, siendo exigente consigo mismo e intentando conseguir su propia superación. Por último, se debe tener presente que si bien cualquier niño puede lograr algunos de los objetivos educativos en forma natural, sin formar parte de una manada, lo importante del sistema de progresión es que al pertenecer al Movimiento, estos objetivos pueden trabajarse más a fondo y en conjunto con otros niños que tienen los mismos intereses. SECUENCIA DE LA PREGRESIÓN DE UN LOBATO Con el fin de visualizar mejor la secuencia de la progresión de un lobato en la manada, se presenta más adelante un esquema que lo resume. Ingreso a la manada, tiempo de acogida y conocimiento. La secuencia de progresión de un lobato comienza con su llegada o ingreso a la manada. Este período dura alrededor de 1 mes como máximo, existiendo en el intertanto reuniones habituales de manada. Durante este tiempo, el niño se incorpora a la Unidad, se informa de lo que es la Rama, y se produce un conocimiento mutuo: el lobato conoce a sus compañeros y dirigentes, asimila los términos específicos o nomenclatura de manada y participa en todas las actividades. Los dirigentes, por su parte, se preocupan de acompañar al niño, aclarar sus dudas, ayudarlo a integrarse al resto y hacerlo sentir cómodo entre sus compañeros.


SECUENCIA DE LA PROGRESIÓN DE UN LOBATO

VIVENCIA DE LA ETAPA

Ingreso a la manada

LOBEZNO Entrega de la Insignia

Tiempo de Acogida y Conocimiento

Desarrollo de Misiones y Cacerías

SALTADOR

Evaluación final del logro de las Huellas

Selección de Huellas

1 mes

Evaluación final del logro de las Huellas

Evaluación Permanente

10 meses

DIESTRO Entrega de la Insignia

Desarrollo de Misiones y Cacerías

Selección de Huellas

Evaluación Permanente

1 mes

Entrega de la Insignia

Desarrollo de Misiones y Cacerías

CAZADOR

Evaluación final del logro de las Huellas

Selección de Huellas Evaluación Permanente

Entrega de la Insignia

Desarrollo de Misiones y Cacerías

Evaluación final del logro de las Huellas

Selección de Huellas Evaluación Permanente

Se debe tener presente que el niño ingresa a un movimiento juvenil, del que espera sea entretenido, dinámico y que le ofrezca múltiples alternativas de acción. Por ello, la recepción o acogida que se le dé debe ser cálida, acogedora y natural, sin ser forzada ni menos aún sobreactuada. Basta una sobria bienvenida de la manada; no se justifica, por lo tanto, ninguna «ceremonia» especial. El ingreso puede marcar profundamente las ganas de continuar en la manada o definitivamente desertar de ella.


Este tiempo debe ser aprovechado por el equipo de dirigentes para observar al niño y conocer sus gustos, su conducta, su familia y otros antecedentes, con el fin de determinar a primera vista el nivel en que se encuentra y cómo se le podría ayudar a futuro. Además, en este período se obtiene información que le indica al equipo la mejor forma de orientar la progresión del lobato. En este tiempo, en que los lobatos nuevos participan de todas las actividades, sin excluirse de ninguna, los dirigentes deben preocuparse de responder a todas sus consultas, no importa lo obvias que parezcan. Es muy importante respetar el mes de acogida, pues este tiempo es suficiente para que el niño se ambiente en la Unidad y los dirigentes conozcan lo necesario de él. Entrega de la insignia de etapa Una vez que el nuevo lobato ha conocido a sus compañeros de manada, el funcionamiento de la Unidad, y a sus dirigentes, llega el momento de entregarle la insignia de etapa que le corresponde. Con el conocimiento adquirido en el mes de acogida, el lobato quiere entrar en la aventura de su progresión personal sin tardar; no hay más requisitos. Por eso, recibe del Responsable de Unidad su insignia de etapa respectiva, durante una ceremonia de Entrega de Etapas. La insignia señala la etapa que vive un lobato y representa al mismo tiempo su voluntad de progresar, compartiendo con sus amigos lobatos actividades, juegos, campamentos, alegrías y tristezas. En resumen, el niño comienza a vivir en un mundo de desafíos y aventuras con todo lo que éste implica. Selección de objetivos educativos Se ha señalado que el lobato es el protagonista de su desarrollo, por lo tanto es él quien determina cuándo desea avanzar y a qué ritmo. Lo importante es que tenga claro que avanzar en su progresión no significa emprender una carrera por cumplir objetivos educativos, sino la definición de un camino por seguir. Para no desorientarse, el lobato se fija desafíos y acciones, es decir, a partir de los objetivos educativos planteados para su fase de edad (infancia media o infancia tardía), selecciona en su cartilla una determinada cantidad de objetivos que aborda personalmente en el período de una etapa, los que debe evaluar periódicamente. De esta forma, construye un camino sólido y seguro que lo conduce hacia la siguiente etapa. Existen además otros agentes que pueden aportar y orientar esta selección, mediante conversaciones, testimonios y opiniones. Entre ellos se consideran sus dirigentes, sus padres o sus profesores, pero en definitiva es el lobato quien determina los objetivos. Durante el proceso, los dirigentes colaboran con la progresión del niño al preocuparse de seleccionar objetivos educativos para las actividades que desarrolla toda la manada, ya que éstos aportan y refuerzan el proceso de cada lobato. Independiente de que una actividad de manada sea ideada completamente por los niños o surja de ideas compartidas entre los lobatos y el equipo de Unidad, siempre la responsabilidad final de diseñarla, determinar el área de desarrollo y escoger los objetivos educativos para la actividad es del equipo de dirigentes. De esta forma, el equipo se asegura de ofrecer


alternativas de acción con una orientación educativa, dando respuesta a los intereses de los niños y reforzando las áreas más débiles detectadas en las evaluaciones. Con el propósito de conservar el espíritu esencial del sistema de progresión personal, debe ser el niño quien determine el camino por el que desea avanzar. Esto se logra cuando el lobato participa en la elección de las actividades colectivas que realizará con sus compañeros de Unidad, o al seleccionar los objetivos educativos que trabajará por su cuenta. En las actividades colectivas. Los lobatos, reunidos en el Consejo de la Roca, proponen algunas ideas sobre lo que les gustaría hacer. Con estas ideas, el equipo de guiadoras diseña la actividad y determina el área de desarrollo y los objetivos educativos para toda la Unidad. Esta decisión se toma considerando aquellas áreas de desarrollo que en conjunto la manada haya trabajado menos y aquellos objetivos educativos que favorezcan al mayor número de niños. Para que cada lobato participe en la actividad consciente de los aspectos en los que debe trabajar, los dirigentes deben informar de los objetivos educativos que se están trabajando en dicha actividad, como una forma de orientar sus esfuerzos para lograrlos. Este tipo de selección se utiliza sólo cuando se trata de objetivos educativos para trabajar en actividades de toda la Unidad, es decir, en Cacerías. A través de la cartilla. Cada lobato debe buscar, entre los objetivos que aparecen en su cartilla, aquellos que desea trabajar. Del total de objetivos seleccionados, algunos se trabajan con el resto de la Unidad y otros los desarrolla mediante acciones personales. Por esta razón, es importante que los dirigentes estén al tanto del trabajo que cada lobato está realizando en su cartilla para poder apoyarlo. De esta selección, también es posible determinar aquellos objetivos comunes para toda la Unidad. Los dirigentes deben orientar a cada lobato respecto de la mejor forma de lograr los objetivos propuestos y las posibles acciones personales (Misiones) que pueden realizar para ello. Esta selección personal de objetivos debe ser paulatina, para favorecer una motivación constante y facilitar su logro. El lobato puede reformular sus objetivos cada vez que se realice la evaluación de su trabajo. Lo importante es que exista un control permanente, de modo que, al término de la etapa, el lobato logre 36 objetivos sugeridos para la etapa, ya sea por acciones personales o colectivas. El tiempo recomendado para que un lobato viva el proceso de seleccionar sus objetivos educativos es de aproximadamente 1 mes. Sugerimos que trabaje dos o tres semanas con su cartilla para que se familiarice con ella, conozca los objetivos y pueda seleccionar algunos de ellos para comenzar a trabajarlos. Durante este tiempo, puede pedir apoyo a sus dirigentes para terminar su tarea de selección, la que finaliza con una o dos conversaciones con el dirigente que lo acompaña en el proceso, estableciéndose un compromiso entre ambos: el lobato vive la progresión y el dirigente lo apoya. Recomendamos cautelar y poner mayor atención al acompañamiento y orientación de los lobatos que comienzan las dos primeras etapas (Lobezno y Saltador), ya que son los más pequeños de la manada y pueden encontrar una cantidad mayor de problemas para comprender el sistema de progresión personal y la selección de objetivos.


Vivencia de la etapa La vivencia abarca todo el período de una etapa de progresión y dura aproximadamente 12 meses. Corresponde a la participación del niño en las actividades educativas de este período. Comienza el día que ingresa a la manada o cuando inicia una nueva etapa y termina en el momento en que pasa a la siguiente etapa. Este período comprende todas las actividades en que participa el lobato, sean éstas personales o colectivas, tanto dentro como fuera del Movimiento. Desde el momento en que el niño se incorpora a la manada o comienza a vivir una nueva etapa, participa en situaciones que le permiten vivir experiencias que refuerzan el logro de las conductas planteadas en los objetivos educativos. Durante la vivencia de la etapa, el niño adquiere conocimientos, actitudes y comportamientos adecuados a su edad, mediante su participación en diversas actividades que le permiten la práctica de diferentes habilidades y técnicas, la vivencia de valores, el trabajo con otros niños de su edad, la experiencia de servicio a los demás, el contacto directo con la naturaleza, etc. En resumen, la vivencia de la etapa involucra de lleno al lobato en la vida de la manada, pero no como un simple observador sino como un participante más que manifiesta sus intereses y necesidades, y que aporta a la generación, ejecución y evaluación de actividades. Evaluación La evaluación es un proceso permanente mediante el cual el niño observa, analiza y comprueba el logro de los objetivos educativos que está desarrollando. La evaluación es una actividad sistemática y continua; por eso decimos que es un proceso. En la secuencia de la progresión personal, la evaluación se plantea en dos aspectos: • permanente en el tiempo, es decir, periódicamente durante la vivencia de la etapa, a modo de verificación del progreso; y • al final de ésta, para comenzar con la etapa siguiente. Si bien este proceso es individual y privilegia la autoevaluación, el lobato requiere el aporte y la opinión de otras personas al igual que en la selección de los objetivos educativos. Entre éstas, se consideran sus padres y familia, sus profesores y principalmente sus dirigentes. Estos agentes entregan información adicional, antecedentes, sugerencias y opiniones al lobato, quien las considera en el momento de determinar el logro de los objetivos educativos que él se planteó. El medio que facilita la evaluación de objetivos son las actividades educativas, ya sean acciones personales o colectivas. Cualquier actividad en que participe un lobato, que responda a las características de desafiante, útil, recompensante y atractiva, se considera adecuada para reforzar el logro de objetivos educativos. Como la autoevaluación es un principio puede resultar difícil para los lobatos, se les puede sugerir comparar permanentemente las actividades que viven o las cosas realizadas con los objetivos que se han planteado; y además, aprender a considerar poco a poco la opinión de otras personas sobre sus avances.


Con el objeto de señalarle responsablemente a un lobato nuestras observaciones sobre sus progresos y nuestra percepción de él, y poder orientarlo y asesorarlo de manera apropiada, se recomienda que el equipo de dirigentes se distribuya equitativamente a los niños para su observación y acompañamiento, pudiendo ser por etapa de progresión, grupo de interés u otra forma que se considere adecuada. Para que el sistema se desarrolle apropiadamente, la relación entre dirigentes y lobatos debe ser aproximadamente de 1:6, es decir, un dirigente por cada seis lobatos. La idea es que cada dirigente se preocupe de observar, conversar, asesorar y ayudar a evaluar a los lobatos que tiene bajo su responsabilidad. Con ese fin, el equipo de Unidad debe reunirse periódicamente para compartir la observación hecha a cada lobato a partir de los objetivos educativos que seleccionó, de manera de poder plantearle una visión más amplia sobre sus avances. Los dirigentes deben considerar para la evaluación: • los objetivos seleccionados por cada lobato y las acciones personales que se ha fijado, • los objetivos educativos de las actividades de Unidad y la participación del lobato en ellas, y • la opinión de los otros agentes señalados anteriormente. Finalmente, debe quedar muy claro que quien decide el logro de los objetivos educativos es el lobato y que todos los agentes que lo rodean (dirigentes, padres, profesores, etc.) son únicamente orientadores y retro alimentadores, por lo que sus opiniones constituyen sólo aportes para la decisión final. LAS ETAPAS EN LA MANADA En la Rama Lobatos, al igual que en las otras Ramas, existen cuatro etapas de progresión, que en este caso se denominan Lobezno, Saltador, Diestro y Cazador. Esto responde a la división por fases de edad en las Ramas, la que determina dos etapas de progresión por fase. Las etapas Lobezno y Saltador corresponden a la fase de infancia media; Diestro y Cazador corresponden a la fase de infancia tardía. El diseño en las insignias representa una cabeza de lobo. Cada etapa cuenta con una insignia que la distingue. Las insignias de etapa deben entregarse al niño al comienzo de la etapa, pues constituyen un símbolo externo que indica el momento que está viviendo el lobato. No pretenden marcar una jerarquía entre los niños, sino sólo manejar un código común entre los lobatos, que da testimonio del deseo de seguir avanzando en la manada y fuera de ella, siempre respetando el camino elegido, su mundo individual y su singularidad. Si bien las insignias representan da forma gráfica la etapa de progresión en que se encuentra un niño dentro de la Unidad, no se debe olvidar que es la herramienta que ayuda a estimular al lobato en su progresión personal, considerando al niño dentro de un sistema al cual pertenece desde el momento en que se le entrega la insignia de la etapa que comienza a vivir. Sin embargo, las insignias no deben ser usadas como un premio, pues el verdadero estímulo está en el desarrollo integral del niño. Es recomendable que los dirigentes orienten adecuadamente la entrega y uso educativo de las insignias, sin caer en la sacralidad de éstas ni establecer requisitos de conocimiento de información Scout para su entrega.


Al durar cada etapa aproximadamente un año, el niño que entra a los 7 años puede terminar de vivir las cuatro etapas en su paso por la manada, lo que indica un proceso completo. Por otra parte, el que entra a los 8 años vive tres etapas; el que ingresa a los 9 vive dos etapas; y el que entra a los 10 años vive una etapa. Es decir, se propone a cada niño un camino que reconoce su historia pasada, adecuado a su realidad y a su fase de desarrollo. Recuerden que si bien el criterio de la edad es importante, no es el principal. Por sobre todo, para el paso de una etapa a otra hay que tener presente el trabajo realizado por el lobato durante su vivencia de etapa y, por supuesto, el logro de los objetivos educativos requeridos. En definitiva, es el equilibrio entre: edad, trabajo y logro.

FASE INFANCIA MEDIA

FASE INFANCIA TARDÍA

LOBEZNO 7 a 8 años

SALTADOR 8 a 9 años

DIESTRO 9 a 10 años

CAZADOR 10 a 11 años

36 Objetivos

36 Objetivos

36 Objetivos

36 Objetivos



ÁREAS DE DESARROLLO Y OBJETIVOS EDUCATIVOS INTRODUCCIÓN La Asociación de Guías y Scouts de Chile señala en su Proyecto Educativo el tipo de persona que aspira formar. La manera de presentar esta aspiración, en forma concreta, es a través de los objetivos terminales, los que se agrupan según seis áreas de desarrollo, propuestas con relación a los aspectos de la personalidad generalmente aceptados como representativos de ésta, y de acuerdo con los énfasis propios del Movimiento Guía y Scout. Para llegar al cumplimiento de los objetivos terminales de cada área de desarrollo, se plantean los objetivos educativos, como un camino gradual y progresivo propuesto por la Asociación para llegar al tipo de persona que aspira desarrollar. ÁREAS DE DESARROLLO Se entiende por área de desarrollo cada una de las seis dimensiones definidas en Guías y Scouts de Chile para orientar la progresión. A través de ellas, el Movimiento propone contribuir al desarrollo equilibrado de las diversas dimensiones de la personalidad de los lobatos, suscitando y dando espacio a la variedad de expresiones de cada niño. Son seis y conforman una armonía integradora que comprende el desarrollo del cuerpo (área de la corporalidad), la capacidad de captar problemas y proponer soluciones innovadoras (área de la creatividad), el desarrollo de la voluntad (área del carácter), la orientación de los afectos (área de la afectividad), la relación con los otros (área de la sociabilidad) y la búsqueda y encuentro con Dios (área de la espiritualidad). Para hacer más práctico y atrayente el tema de las áreas de desarrollo en las actividades habituales de la manada y para facilitar el entendimiento de los niños, se les denomina mundos. Esta nomenclatura está pensada para ser utilizada cotidianamente por la unidad, porque, significando lo mismo que área, le da una connotación más cercana, entendible y motivante para los lobatos. A cada área de desarrollo se le ha asignado un personaje, que anima el área y acompaña al lobato en los diferentes mundos. Los personajes de cada área fueron escogidos porque presentan ciertas características y conductas que se asemejan a los valores que pretendemos que el niño internalice en cada mundo. Se presenta a continuación una breve reseña de cada mundo y sus principales características.

Área de la Corporalidad (Mundo Corporal) Dada la evidencia física de los lobatos y la importancia ineludible de su identidad corporal, una de las áreas se preocupa de la responsabilidad que a cada uno le corresponde en el crecimiento y funcionamiento de su propio cuerpo. Las características que presentan en este mundo los niños de la infancia media son el inicio de un proceso de relleno corporal, mientras que en la infancia tardía ese proceso ya está completo. Este mundo le ayudará a asumir las responsabilidades en el desarrollo de su cuerpo adecuadas para su edad. Aprende a conocer y cuidar sus procesos biológicos, a aceptar sus posibilidades


físicas, y a cuidar su higiene personal. Le ayuda también a conocer la alimentación más adecuada y aprende a distribuir su tiempo considerando un descanso adecuado. Le entrega además orientaciones para realizar actividades deportivas y recreativas. Área de la Creatividad (Mundo Creativo) Reconociendo al ser humano como un ser inteligente que puede lograr por sí mismo su realización personal, esta área se propone el desarrollo de la capacidad de pensar, innovar y utilizar la información de manera original y relevante. Durante la infancia media, el niño se siente inserto en el mundo y se confunde con él, mientras que en la tardía, empieza a verse aparte del entorno y es capaz de elaborar algún pensamiento analítico frente al mundo. En la infancia media, el niño maneja con mayor facilidad los conceptos de longitud y peso, acrecienta el uso del lenguaje, es más espontáneo y vive en un mundo de fantasía, mientras que en la infancia tardía es capaz de manejar además los conceptos de volumen y tiempo. El niño ya puede entrar a definir las cosas, distinguiendo lo esencial que hay en ello, tendiendo a ser más concreto y realista. Este mundo incentiva el desarrollo de su capacidad natural de pensar y razonar más allá de los límites del mundo real, a actuar con agilidad mental y a adquirir conocimientos de acuerdo con su edad, acrecentando su capacidad de aventurar y ser agente de cambio. Puede realizar también actividades para afinar sus habilidades manuales y utilizar su ingenio. Este mundo permite ayudarle en el descubrimiento de sus aptitudes e intereses, además de lograr una orientación de su vocación. Le ayudará también a valorar todas las opciones de quienes lo rodean. Área del Carácter (Mundo del Carácter) Considerando que el ser humano se diferencia de los demás seres creados por su capacidad de distinguir entre el bien y el mal, en esta área se pretende desarrollar la disposición permanente de la voluntad para organizar las fuerzas e impulsos del niño de acuerdo con un principio regulador de naturaleza ética y valores expresados en la Ley y la Promesa Lobato. Durante la infancia media, el niño es dependiente de las normas determinadas por los adultos y de la autoridad; con respecto a sus pares, se ve como uno más de ellos. En la infancia tardía, se cuestiona las normas ya determinadas y establece normas propias, a veces más rígidas y categóricas que las de los adultos. Se torna más crítico y tiende a ser más autónomo; y en cuanto a sus pares, empieza a distinguir los aspectos comunes y aquellos que son propios de él, haciéndose más consciente de su individualidad. Este mundo le permite conocer sus capacidades y limitaciones, ayudándole a ser cada día mejor, conocer los valores de la Ley del Lobato, ser muy alegre e integrar todo esto en su vida diaria. Le permite también confiar en su grupo de amigos y reconocerlos como parte de su vida y crecimiento personal. Área de la Afectividad (Mundo Afectivo) Confirmando el impacto que ejercen los afectos en la historia interna de las personas, esta área se preocupa de que los lobatos obtengan y mantengan un estado interior de libertad, equilibrio y estabilidad emocional, integrando de esa forma la vida afectiva a su comportamiento habitual.


Durante la infancia media, el niño expresa sus sentimientos con mayor espontaneidad. En relación con sus pares, sigue siendo dependiente de ellos y es capaz de expresar y recibir públicamente afecto hacia ellos. El niño vive numerosas experiencias de camaradería y compañerismo, más bien buscando formas de recreación. Existe durante esta fase una falta de preocupación del niño por su aspecto físico externo. En la infancia tardía, el lobato tiende a controlar más sus expresiones de afecto y las canaliza hacia personas más seleccionadas por él. Con respecto a sus padres, tiende a hacerse más independientes y las expresiones públicas de afecto desde ellos o hacia ellos lo inhiben. Es capaz, además, de expresar camaradería en actitudes de solidaridad hacia el grupo. Finalmente comienza a aparecer algo de preocupación por su aspecto físico. Este mundo le ayuda al lobato a conocer sus emociones y sentimientos, a aceptar las críticas que se le formulen, a profundizar sus amistades y a expresarse sin herir a los demás. Contribuye a desarrollar la capacidad de ayudar, reflexionar y compartir sus emociones y vivencias. Lo orienta en el conocimiento del proceso de procreación y en la mantención de relaciones igualitarias con sus pares del sexo complementario. Área de la Sociabilidad (Mundo Social) Como no es posible comprender al ser humano sino en relación con los demás, existe una quinta área que se encarga del desarrollo de la dimensión social de la personalidad del lobato, con énfasis en el aprendizaje y práctica de la solidaridad. Durante la infancia media, el niño descubre el mundo exterior y se incorpora a él aceptándolo tal cual es, acepta sus normas, sin cuestionarlas. Convive con sus pares o compañeros sin hacer mayores discriminaciones ni selecciones entre ellos. En cuanto a los juegos, participa en ellos rigiéndose por las reglas establecidas. En la infancia tardía, empieza a desarrollar su capacidad de mirar al mundo críticamente: es capaz de cuestionar las normas establecidas y tiende a fijar sus propias reglas. Con respecto, a sus compañeros, empieza a discriminar entre ellos, escogiendo más sus relaciones y tendiendo a organizar grupos de convivencia. En los juegos, prefiere establecer reglas propias. Este mundo le enseña a conocer la autoridad, a cumplir normas mínimas que el entorno social le impone, a participar en las actividades sociales de su barrio, a conocer y respetar los valores y símbolos patrios, a creer firmemente en la paz entre los pueblos hermanos y a cuidar la naturaleza mediante acciones concretas. Área de la Espiritualidad (Mundo Espiritual) Como tampoco es posible arrancar de la vida humana su vocación hacia lo trascendente, existe una sexta área que desarrolla en los lobatos la aspiración a establecer vínculos personales con Dios, la capacidad de asumir la fe e integrarla a la vida y la disposición a respetar las distintas opciones. Durante la infancia media subsiste algo del pensamiento mágico del período anterior, tiende a preguntarse sobre el origen del mundo y la Creación, se siente inquieto e inseguro sobre el origen de la vida, el significado de la muerte y de lo que hay más allá de ella. En la infancia tardía el niño tiende a desarrollar un pensamiento analítico en relación a las cosas concretas; se preocupa por la dinámica de los fenómenos naturales más que por descubrir quién creó el universo. Este mundo le enseña a conocer a Dios con los valores que su entorno le entrega,


aprenderá a ver en sus semejantes la creación, aprenderá a conocer la opción religiosa de su familia, a respetar los momentos en que se realiza una oración en su unidad, colegio o grupo natural. Le enseñará de esta forma a conocer a un Dios personal, que está presente en su vida y en las acciones que emprende junto a sus semejantes. Una herramienta efectiva para el trabajo de las áreas de desarrollo es la Ley Lobato, que asocia sus artículos a cada una de ellas. Recomendamos consultar la publicación «Desarrollo Evolutivo», en el capitulo de infancia intermedia, para obtener una descripción más detallada de las características propias de los niños de la Rama Lobatos, presentada por área de desarrollo (mundo). OBJETIVOS EDUCATIVOS Como ya se dijo anteriormente, para cada uno de los mundos se definieron objetivos terminales, correspondientes a las conductas que se esperan de un joven al final de su paso por el Movimiento. Estos objetivos explican y conducen al perfil esperado y expresado en nuestro Proyecto Educativo. Puesto que los objetivos terminales son una gran meta final, se determinaron pasos más concretos y adecuados a la edad de los niños y jóvenes de cada Rama, que les permitieran acercarse al ideal y progresar, es decir, parámetros claros que orienten su avance. Con ese fin, se definió una serie completa de objetivos educativos que, paulatinamente, y tomando en cuenta la realidad de cada edad, proponen al niño metas progresivas y a su alcance. Los objetivos educativos marcan un progreso coherente y continuo, que permite a un niño integrarse en cualquier momento a la progresión, sin tener que empezar desde el principio. De esta forma, los objetivos educativos dan sentido a la acción educativa del Movimiento, con la condición de usarlos con criterio y flexibilidad, es decir, considerándolos siempre como un medio para orientar y lograr nuestra labor educativa y no como un fin en sí mismos. Todos los objetivos educativos de la Rama Lobatos forman parte de una línea de continuidad que nace en nuestra Rama, continúa en la Rama Scout y finaliza en la Rama Ruta, en una secuencia coherente y lógica. Los objetivos educativos, llamados huellas en la manada, son conocidos como desafíos en la tropa y como metas en la avanzada y el clan. A continuación se señalan algunas características de estas huellas: • propician distintos tipos de conducta. Algunas proponen el aprendizaje de un determinado contenido (saber), otras el logro de una actitud (ser) y otras motivan una acción especifica (hacer). • refuerzan el comportamiento esperado según el grado de desarrollo del niño, con el objeto de medir si éste ha logrado vivir con éxito una determinada etapa inevitable de su desarrollo; o contienen una meta para alcanzar, esto es, estimulan una conducta deseable que si bien no es habitual en esa etapa de desarrollo, aunque si lo es posteriormente, puede lograrse con una mayor autoexigencia por parte del niño. • siguen una secuencia progresiva, dando continuidad y coherencia al proceso de desarrollo entre una Rama y otra y estableciendo una relación de progreso de unos desafíos con respecto a otros.


• •

ciertas huellas de mundos diferentes se asemejan o entrelazan. No se trata de duplicidad, sino de complementariedad y refuerzo entre énfasis de distintos mundos pero referidos a un mismo comportamiento. algunas huellas sugieren, además de una conducta ideal por alcanzar, la forma de trabajarlos concretamente. existen huellas que reflejan énfasis propios del Movimiento y apuntan más bien a algunas prioridades que contribuyen a la obtención del perfil de egreso, tales como el servicio, la solidaridad, la conservación de la integridad del mundo natural, la tolerancia y otros. otras huellas pueden parecer muy similares; sin embargo, si uno pone atención en su redacción, logra observar que hay una diferencia con relación al nivel de exigencia entre una y otra.

Al final de esta guía, se presentan los objetivos educativos, por área de desarrollo, con su respectiva explicación y características particulares, como una ayuda en el trabajo de orientación y evaluación de la progresión de los niños. SELECCION DE OBJETIVOS EDUCATIVOS (HUELLAS) Como lo señalamos en algún momento, una parte de la selección de las huellas (objetivos educativos) es de responsabilidad exclusiva del niño, lo que no significa que quede desamparado al momento de hacerlo, pues la orientación que recibe del equipo de dirigentes, de sus padres o profesores es muy valiosa para él. El lobato cuenta con un mes aproximadamente para revisar su cartilla de progresión, conocer las huellas de su fase y seleccionar las primeras que pretenden lograr. Durante este tiempo, puede conversar con su familia, dirigentes, profesores, entrenador, asistentes religiosos y amigos, para conocer su opinión sobre él, sus orientaciones y sugerencias. De esta manera, obtiene una visión completa de lo que debe reforzar o en lo que más se destaca. Con toda esta información, el niño está en condiciones de seleccionar sus primeras huellas para la etapa que comienza a vivir. Es de suma importancia que se establezca el contacto entre el lobato y el dirigente responsable de su observación y seguimiento, para que el equipo de dirigentes pueda conocer las huellas que el niño ha escogido para su etapa, específicamente los que pretende desarrollar mediante acciones personales. Además, esto permite al equipo conocer aquellas huellas para las que el lobato no ha considerado acciones personales, debiendo reforzarlos en las actividades que desarrolle la Unidad como conjunto. Recomendaciones para la selección: • La selección es individual, pero asesorada por un dirigente. • la selección de huellas por parte del lobato es secuencial y permanente. En la medida que cumple las acciones que se ha propuesto para lograr las huellas en un período determinado, debe continuar eligiendo otras para seguir su proceso. • el dirigente debe procurar que la selección de huellas responda a la realidad que el niño está viviendo. • si bien el tiempo de selección de las huellas es un período de análisis personal de cada lobato, este momento debe ser acompañado por los dirigentes. Su misión primordial es ayudar al niño a determinar sus habilidades y necesidades, y a seleccionar los objetivos que le ayudan en su desarrollo personal.


CRITERIOS SOBRE LA CANTIDAD DE OBJETIVOS LOGRADOS En la Rama Lobatos, se le plantea a cada niño una cantidad mínima de 36 huellas por lograr según cada etapa de progresión, 6 por cada mundo aproximadamente o distribuidas lo más equilibradamente posible entre las seis áreas de desarrollo. Una vez que el lobato ha revisado su cartilla y ha seleccionado las huellas que pretende lograr en forma personal, debe darlas a conocer al dirigente que tendrá la responsabilidad de acompañarlo en su camino, observándolo, evaluándolo junto con él, aconsejándolo cuando sea necesario y haciéndole ver al niño que su progresión personal está en sus manos y que su avance y desarrollo dependen del compromiso que demuestre con el sistema. Esta selección debe ser constante y permanente. Al igual que para la observación, recomendamos que el equipo de dirigentes se divida a los lobatos de manera de acompañarlos de manera más personal y continua. Recordemos que el niño debe desarrollar 36 huellas en cada etapa. El desarrollo de huellas mediante acciones personales es progresivamente mayor mientras el lobato avanza en su progresión en el Movimiento. Así, el número de objetivos educativos que el niño desarrolle mediante acciones personales en la manada será menor que en la tropa y que en la comunidad Ruta. Para esto recomendamos la siguiente distribución como criterio general:

LOBEZNO

SALTADOR

DIESTRO

CAZADOR

MISIONES

6

6

12

12

CACERIAS

30

30

24

24

Esto significa que un lobato de la primera fase (Lobezno o Saltador) debe ser capaz de desarrollar por su cuenta, mediante acciones personales, 6 de las 36 huellas que debe lograr en la etapa. El mismo criterio se aplica para lobatos de la segunda fase (Diestro y Cazador): deben ser capaces de lograr 12 huellas por etapa en forma personal y el resto a través de las actividades de manada. No existe una relación de logro de una huella por cada actividad en que se participa, sea ésta personal o de manada. Recordemos que una actividad puede permitir el desarrollo de una o varias huellas y viceversa, una huella puede necesitar una o más actividades para ser lograda. Por ello, recordamos que el lobato no limite la selección de huellas a la cantidad mínima (6 ó 12). Es importante hacer notar que el logro de las huellas debe ser equilibrada por mundos. Si las huellas que debe lograr un lobato son 6 (por ejemplo un Saltador), debe ser una por cada área de desarrollo. En el caso de un lobato de la segunda fase, deben ser 2 por cada área de desarrollo. En el caso de que un niño logre al final de una etapa menos huellas de las sugeridas en algún mundo, por ejemplo sólo 5 huellas en el mundo social, es aconsejable que avance de todas maneras a la próxima etapa, pero con el compromiso de trabajar dicho mundo con mayor énfasis en la etapa siguiente. Por otro lado, es positivo que un lobato logre más de 6 huellas en


un área (por ejemplo 8), siempre y cuando no se descuiden las demás áreas de desarrollo y exista el equilibrio necesario para contribuir al desarrollo integral. Hasta el momento se ha hecho referencia a la forma en que el niño desarrolla huellas mediante acciones personales; sin embargo, tal como puede observarse en el cuadro anterior, la mayoría de las huellas son trabajadas en la manada a través de actividades de Unidad. En este caso, el equipo de dirigentes es el que asigna las huellas, sobre la base de las necesidades de todos los lobatos. Para ayudarte en la selección de las huellas para las cacerías, he aquí algunos criterios: • ¿qué objetivos pueden desarrollarse con actividades de Unidad? • ¿cuáles pueden ser evaluados sólo con la observación? • ¿cuáles se pueden lograr con el apoyo de otros agentes (familia, amigos del barrio, profesores, etc.)?



LAS ACTIVIDADES EDUCATIVAS INTRODUCCIÓN Sin duda lo que más le interesa a cada lobato que forma parte de una manada es vivir y participar en una variedad, lo más grande posible, de actividades. Reunirse, conversar, intercambiar opiniones, jugar, competir, construir, prestar un servicio, mirar las estrellas, disfrazarse, caminar, cocinar, cantar, orar, investigar, salir de campamento, participar de las rutinas, disfrutar de la naturaleza y sus secretos, son algunas de las muchas posibles actividades en que puede participar un lobato, siendo la misión de los dirigentes satisfacer estas expectativas, agregando el aspecto educativo a todas ellas. Este interés es lo que aprovecha justamente el Movimiento para desarrollar la educación por la acción. Si se observa con atención, cada una de las actividades señaladas permite: • ofrecer un espacio al niño para que desarrolle una diversidad de acciones de acuerdo con sus gustos e interesas; y • extraer un provecho educativo, ya que permite desarrollar conductas en cada joven y evaluarlas sobre la base de los objetivos educativos. Por eso, es fundamental tener presente que las actividades educativas son un medio y no un fin. El fin es contribuir al desarrollo integral mediante las acciones en que participan los niños. El Movimiento propone a los lobatos emprender actividades, porque “haciendo cosas” ellos aprenden sin darse cuenta. ¿QUÉ ES UNA ACTIVIDAD EDUCATIVA? Una actividad educativa es toda aquella acción que realizan los niños dentro y fuera del Movimiento, sobre la base de sus propios intereses y gustos, cuyo fin es lograr determinados objetivos educativos y servir, al mismo tiempo, de medio para evaluarlos. Toda actividad educativa, caracterizada principalmente por ser desafiante, útil, recompensante y atractiva, permite vivir experiencias individuales que contribuyen al desarrollo integral o progresión personal de cada niño, mediante la aplicación permanente del método guía y scout en su realización. Se señaló anteriormente que las huellas se presentan por mundos, los que comprenden todos los aspectos de la personalidad de los niños, por lo que gran parte del quehacer de un lobato está contemplado en dichas huellas. Se trata entonces de un programa de objetivos para la vida cotidiana y no sólo para las actividades propiamente scouts. El Movimiento Guías y Scout no puede pretender ser el único agente que ofrece a los niños actividades y experiencias apropiadas para el logro de estos objetivos educativos. Muchos de ellos se alcanzan en el transcurso de la vida misma, por medio de la variada gama de actividades que normalmente desarrollan los niños, tanto dentro como fuera del Movimiento. Por eso, en la primera parte de la definición de actividades educativas distinguimos entre las actividades internas, dentro del Movimiento (manada, Grupo, distrito, etc.), y externas, fuera de él (escuela, familia, barrio, iglesia, organizaciones deportivas, amigos, etc.). Sin duda que la acción de los dirigentes se refiere fundamentalmente a las actividades internas, pero al momento de la evaluación de las huellas con cada lobato no debemos olvidar lo que


cada uno de ellos vive fuera del Movimiento, porque estas experiencias también contribuyen al logro de sus objetivos educativos. El segundo punto de la definición indica considerar los gustos e intereses de los niños en las actividades, con el fin de asegurar su éxito. Incluso más, en la edad de los lobatos la manifestación de sus gustos e intereses por las actividades que quieren realizar es crucial, saber todo para asegurar una motivación y participación permanente en ellas. El criterio anterior, sumado a la capacidad de los dirigentes de poder interpretar lo más fidedignamente posible lo que los niños quieren hacer, es muy importante, puesto que los lobatos no tienen una participación activa en el diseño de las actividades de la manada. En nuestra Rama, la mayor responsabilidad de los dirigentes es justamente diseñar actividades para toda la manada. El tercer punto señala que las actividades educativas, además de entretener y ser del gusto de los niños, apuntan al logro de determinadas huellas. Siempre las actividades, por simples que parezcan, permite evaluar el avance en el logro de alguna huella; por lo tanto, deben asociarse con la progresión personal. El cuarto punto de la definición señala que las actividades educativas, para ser tales, deben cumplir con una serie de características: Desafiantes

estimulando a los lobatos a superarse, pero cuidando de que estén al alcance de sus posibilidades y de acuerdo con su grado de madurez.

Útiles

suscitando o permitiendo experiencias que den lugar al perfeccionamiento y a un aprendizaje efectivo.

Recompensantes

produciendo en el niño la percepción de haber logrado un provecho o la satisfacción de un anhelo.

Atractivas

despertando en el niño el interés y deseo de realizarlas, ya sea porque son de su agrado, por su originalidad o debido a que se siente comprometido con valores implícitos en ellas.

Finalmente, el quinto punto de la definición se refiere a que las actividades educativas permiten vivir experiencias personales, únicas y particulares, distintas muchas veces de las que vive o siente el resto de sus compañeros. Estas experiencias producen en cada lobato efectos distintos, que suscitan en él cambios de conductas también diferentes, es decir, el logro de huellas o la aproximación a éstas es particular a cada niño. Por eso, no se puede asegurar que una actividad educativa permite el logro inmediato de las huellas planteadas para ella, ni mucho menos que los resultados sean los mismos para todos los lobatos de la manada que participan en una misma actividad. Efectivamente puede existir desarrollo o progreso, pero es diferente para cada lobato. MISIONES Y CACERIAS Previamente se mencionó que las actividades pueden vivirse de diferentes formas, y que el niño realiza actividades tanto dentro como fuera del Movimiento. Por ahora, es necesario hacer una segunda diferenciación entre: acciones personales, denominadas misiones, y acciones colectivas, llamadas cacerías.


Misiones Son todas aquellas acciones, tareas o actividades que realiza el lobato por su cuenta, en forma individual, y que le permiten adquirir y practicar el tipo de conducta previsto en las huellas que ha seleccionado. Estas acciones pueden desarrollarse al interior del Movimiento y también fuera de él (en su hogar, escuela, club deportivo, culto religioso y otros). Por ejemplo, la huella N° 3 del mundo creativo para infancia tardía dice: “narra con algunos detalles situaciones o episodios de las lecturas que realiza”. El desarrollo de esta huella requiere un trabajo y una preocupación personal, lo que implica que el lobato debe realizar acciones personales (misiones) para lograrla. El origen de estas actividades puede ser variado. Por ejemplo, el lobato realiza una misión cuando tiene una idea no compartida por el Consejo de la Roca, pues es de interés muy particular. O bien, el niño vive alguna situación en su familia, colegio, parroquia, club, etc., que propicia o motiva lo motiva para cumplir un objetivo en especial. Si bien estas misiones las trabajas directamente el lobato, el dirigente cumple un papel fundamental de apoyo, acompañamiento y asesoría. Si se recuerda lo visto, el dirigente conoce previamente las huellas que pretende desarrollar el niño durante su etapa y ha conversado con él sobre las posibles misiones que podría realizar para lograrlo. Esto requiere de una comunicación permanente entre el lobato y su dirigente. Para desarrollar una misión, el lobato, acompañado permanentemente por sus dirigente: - selecciones una o varias huellas. - determina qué acciones va a seguir para cumplir con su huella. - realiza estas acciones. - evalúa lo realizado (si fue bueno o malo y si logró su huella). Para esto es de gran utilidad recibir opiniones de quienes participaron en la actividad, ya sean sus padres, profesores, otros. - marca en su cartilla su logro (si es que lo hubo). Es aconsejable que los lobatos se vayan acostumbrando paulatinamente a realizar acciones personales o misiones, pues éstas se hacen en mayor número en la tropa y luego en la comunidad Ruta. Con esto, el niño se acostumbra a un sistema común para todos en el Movimiento; y lo más importante es que se fomenta en él un sentido de responsabilidad y compromiso con los desafíos que se propone. Por eso, es necesario estimularlo permanentemente y aun cuando no cumpla con algunos, debemos reconocer la importancia de haber querido trabajar en él, teniendo siempre presente el valor del proceso y de cómo lo enfrentó. Cacerías Son todas aquellas acciones, tareas o actividades que realizan en conjunto los lobatos como manada, y que les permiten adquirir y practicar el tipo de conducta previsto en las huellas escogidas por cada uno de los participantes y por el equipo de dirigentes para toda la Unidad. Por ejemplo, la huella N° 10 de mundo social para infancia tardía señala: “participa activamente en campañas de ayuda fraterna para quienes más lo necesitan”. El desarrollo de esta huella requiere de un trabajo selectivo con sus compañeros de Unidad.


En las cacerías nuevamente reiteramos que el dirigente cumple un papel fundamental de observación, apoyo, acompañamiento y asesoría, en este caso frente a cada uno de los niños que realizan la actividad. Teniendo en cuenta estas características y las formas de participar en la Unidad, podemos ofrecerles a los lobatos variadas actividades que colaboren con su desarrollo. La dinámica de generación, ejecución y evaluación de una cacería se puede apreciar con más detalle en el ciclo de programa, presentado a continuación.


CICLO DE PROGRAMA EN LA MANADA A.DIAGNÓSTICO ¿Qué desean hacer los niños? ¿Cuáles son sus necesidades, gustos e intereses? Consejo de Manada

B. CACERÍAS Y HUELLAS E. EVALUACIÓN EVALUACIÓN DE LA CACERÍA ¿Se lograron los objetivos de la actividad? ¿Cómo resulto la actividad? Consejo de La Roca EVALUACIÓN DE METAS ¿Se lograron los objetivos educativos seleccionados? Lobato y Equipo de Dirigentes?

ELECCIÓN DE LA CACERÍA ¿Cuál o cuáles actividades realizaremos? Consejo de Manada SELECCIÓN DE MUNDO Y HUELLAS ¿Qué área de desarrollo podemos trabajar? ¿Qué objetivos educativos podemos trabajar? Equipo de Dirigentes

C. DISEÑO Y ORGANIZACIÓN D. DESARROLLO O EJECUCIÓN En esta etapa toda la Unidad Disfruta de la actividad Diseñada Manada

¿Cuáles son los objetivos de la actividad? ¿En qué consiste la actividad? ¿Qué recursos se necesitan? ¿Cuánto tiempo dura? ¿Qué le corresponde hacer a cada uno? Equipo de Dirigentes

Ciclo de programa Como muestra el diagrama, para realizar una cacería se requiere de una serie de fases o pasos previos a la ejecución o desarrollo de ésta. Estos pasos conforman una secuencia lógica que facilita el desarrollo adecuado de una actividad y permiten considerar la opinión y gustos de los niños, conciliándolos con la respuesta educativa que el Movimiento debe ofrecer. Esta secuencia es conocida como ciclo de programa y logra integrar la actividad misma (las cosas que hacen los lobatos) con su progresión personal. Los pasos o fases de este ciclo son: *

Diagnóstico

Los lobatos, en el Consejo de la Roca, tienen la posibilidad de sugerir ideas sobre las actividades que a futuro desean desarrollar. En esta etapa, los dirigentes pueden conocer los gustos, intereses y necesidades de los lobatos, ya sea porque interpretan las actividades que ellos sugieren o porque los mismos niños lo señalan. Otra forma para detectar lo que los lobatos quieren hacer es a través de reuniones o conversaciones informales con ellos.


La fase de diagnóstico se inicia en el Consejo de la Roca, donde los lobatos expresan sus inquietudes y lo que les gustaría hacer en las siguientes reuniones y actividades de manada. *

Elección de las actividades y selección de huellas y mundos

En el Consejo de la Roca, los lobatos expresan y eligen una o varias de las ideas propuestas para ser diseñadas y organizadas posteriormente por el equipo de dirigentes. Sobre la base de lo elegido, los dirigentes determinan posteriormente el área de desarrollo que va a trabajar la Unidad. Para esto, los dirigentes deben conocer el estado de avance de los lobatos en los objetivos educativos de cada área y determinar cuál o cuales de ellas son prioritarias. Una vez determinada el área de desarrollo, el equipo de dirigentes fija los objetivos educativos que se pretende lograr. Con ese fin, hay que considerar tanto la edad de los lobatos como la necesaria priorización que debe hacerse entre los objetivos del área escogida. Esta etapa es fundamental para centrar el Movimiento en su Propósito y no transformarlo en un mero activismo, por entretenido que éste sea. Corresponde al equipo de dirigentes asumir la responsabilidad de este paso, pues tienen una visión global de la Unidad, lo que les permite visualizar mejor los mundos menos trabajados y las tareas comunes que pueden ser útiles para el desarrollo de todos los lobatos, salvo cuando se esté trabajando directamente con cada niño en su progresión personal. Así, para generar una actividad colectiva o cacería se presentan dos posibilidades: • partir de la actividad y luego definir los objetivos; o • partir de los objetivos y luego diseñar la actividad De la actividad a los objetivos: Una de las posibilidades de generar una cacería en la manada es sobre la base de los gustos e intereses que los lobatos manifiestan en el Consejo de la Roca. En éste, los niños proponen ideas, sugieren los temas de trabajo y, a veces, bosquejan un diseño simple de las actividad que desean realizar. De esta manera, la cacería queda planteada como una idea general que debe ser mejorada, enriquecida y planificada por los dirigentes. Frente al origen de una cacería, pueden ocurrir diversas situaciones: 1. los niños plantean y discuten distintas ideas o temas generales de cacerías en el Consejo de la Roca. Entonces los dirigentes deben: • estudiarlas y unirlas para hacer de ellas una sola cacería; o • adecuarlas y enriquecerlas, de manera que satisfagan los intereses de los niños. 2. • • • •

que no haya o temas aportados por los niños. Entonces, el equipo de dirigentes debe: recurrir a los listados de ideas propuestas en los anteriores Consejos de la Roca; sugerir varias ideas para que los lobatos elijan; diseñar una actividad sobre la base de una idea propuesta por los dirigentes (quienes siempre deben estar preparados para ello); o recurrir a una ficha de actividades

De los objetivos a la actividad: Otra forma de generar una actividad educativa es partir del objetivo educativo (huella) para llegar a diseñar una cacería específica para ella. Al igual que en el caso anterior, también exige preocuparse porque la actividad cumpla con las


características. Este mecanismo tiene la ventaja de permitir una renovación permanente en las actividades que se desarrollan. Los dirigentes tienen diversas alternativas para diseñar una actividad a partir de determinadas huellas. Por ejemplo, pueden consultarle a los niños ideas y sugerencias de acciones o cosas que quieran hacer en esos momentos, sin indicarles ni el mundo ni las huellas y hacerlos coincidir con los intereses de los lobatos; recurrir a su propia creatividad y experiencia; revisar las ideas planteadas en las fichas de actividades; o aprovechar actividades desarrolladas por otras Unidades para los mismos propósitos; plantear ideas sugeridas de un análisis general de la Unidad, en que se dieron cuenta de que existen mundos poco explorados o huellas que ningún lobato ha podido desarrollar; o un viaje presentado en una ficha de actividades. Por otra parte, si la Unidad ha perdido mucho tiempo esperando que el Consejo de la Roca determine una nueva cacería, los dirigentes deben ser capaces de ofrecer alternativas a los lobatos, sin entender con esto que se está pasando a llevar los intereses de los niños. No se puede llegar sin posibles alternativas a un Consejo de la Roca donde se van a definir nuevas cacerías para la Unidad. *

Diseño y organización de la actividad

Este es el momento en que se determina concretamente lo que van a realizar los lobatos. El equipo de dirigentes es el responsable de determinar el área o mundo que se trabajará, seleccionar los objetivos de la actividad, definir claramente el desarrollo de la actividad elegida o seleccionar una ficha de actividad, establecer su tiempo de duración, asignar responsabilidades y determinar los recursos necesarios para su ejecución. Independiente de las huellas que se planteen para una cacería, los dirigentes deben además definir objetivos a cada actividad. Estos “objetivos de la actividad” apuntan en general a conductas observables concretas, posibles de evaluar. Constituyen aprendizajes específicos o incorporación de conductas puntuales que los dirigentes pueden observar a corto plazo, durante el transcurso de la actividad y al concluirla. Si bien son distintos a las huellas, los objetivos de la actividad son indicadores que permiten determinar paso a paso la incorporación de las conductas deseadas en el comportamiento de los niños. En su presentación, consideran en general el contenido sobre el cual se realizan, así como las circunstancias o medios con que cuenta el lobato para esa realización, haciendo más concretas las huellas. Los dirigentes deben tener en cuenta que para organizar una aventura se deben considerar algunos criterios: • continuidad: el esquema de planificación de las cacerías debe desarrollarse permanentemente, constituyendo un hábito en la gestión de la manada. • progresión: las cacerías deben tener una secuencia, tanto en la relación y refuerzo de una con respecto a la otra como en la complejidad creciente de sus desafíos. • integración: el conjunto de cacerías realizadas debe responder equilibradamente al cumplimiento de desafíos de todos los mundos. Además, es necesario velar porque las actividades diseñadas o seleccionadas efectivamente apunten al logro de los desafíos propuestos; sólo de esta forma el programa logra su fin último.


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Ejecución o desarrollo

De acuerdo con lo preparado en los pasos anteriores, y evitando las improvisaciones, es el momento de realizar la actividad. En este paso, cada uno asume su papel: los lobatos desarrollan la actividad y los dirigentes desempeñan un papel educativo de observación, descripción, apoyo y retroalimentación. Es aquí cuando se realizan los paseos planificados, se desarrolla el servicio estipulado de antemano, se reflexiona el tema de fondo trabajando previamente, se elaboran manualidades, se hace expresión de todo tipo (canto, baile, plástica, artesanía, dramatizaciones), se desarrolla el taller que se consideró necesario, se realiza una actividad de mejoramiento del medio ambiente, se visitan museos, se realizan dinámicas, juegos, deportes, campamentos; en fin, todo aquello que satisfaga los intereses y necesidades de los niños. Durante el desarrollo de la cacería, y según sea el ánimo o interés de los niños, las condiciones ambientales, climáticas y geográficas, entre otras, el equipo de dirigentes debe estar atento a modificar la actividad si es necesario, lo que no significa terminarla y empezar otra, sino reorientarla a tiempo. Este criterio de flexibilidad es muy importante para que la cacería rinda los frutos que de ella se esperan. La duración de las cacerías es variable, pero se recomienda que no dure más de un mes y medio, para que no se vuelva monótona y no decaiga el interés, entusiasmo y motivación de los lobatos. *

Evaluación de la actividad

Este paso cierra el ciclo, y en él se comparan los objetivos de la actividad con los resultados alcanzados. Esta evaluación se realiza en el mismo organismo en que se gestó el programa, es decir, en el Consejo de la Roca. También es imprescindible realizarla en el equipo de dirigentes, pues constituye éste es el grupo de adultos que vela por el proceso educativo de los lobatos. Con esta evaluación se pueden descubrir resultados diferentes a los esperados, por lo que las necesidades aún pueden subsistir; o por el contrario, resultados positivos, ante lo cual deben determinarse nuevas necesidades que satisfacer. Como preguntas claves para ayudar a este proceso de evaluación a nivel de dirigentes se pueden mencionar: ¿Se lograron los objetivos de la actividad?, ¿Fue una actividad desafiante, útil, recompensante y atractiva?, ¿Cuáles fueron las cosas positivas y las negativas?, ¿Le gustó la actividad a los lobatos?, ¿Se entretuvieron con la actividad?, ¿Cumplió cada dirigente con sus tareas y responsabilidades durante la actividad?, ¿Fue adecuada la duración establecida para la actividad?, ¿Qué logró cada lobato en particular?, ¿Cómo fue la actuación del equipo de dirigentes?, ¿Hubo que hacerle modificaciones al diseño original de la actividad?, ¿Cuáles?, ¿Contribuyó la actividad al logro de los desafíos establecidos? A nivel de los niños, en el Consejo de la Roca, podemos evaluar con preguntas más sencillas y a su nivel, tales como: ¿Les gustó la actividad?, ¿Qué fue lo positivo de ella?, ¿Qué fue lo negativo?, ¿Resultó como esperaban?, si no resultó así ¿Cómo lo habrían mejorado?, ¿Participaron todos con entusiasmo y ánimo?, ¿Hizo cada uno lo que tenía que hacer?, etc. Además de hacer preguntas, los dirigentes pueden preparar algún material para que los niños califiquen la actividad a través de elementos de evaluación. Por ejemplo, si realizaron una


actividad relacionada con la expresión, los niños deben señalar que les gustó la actividad con una cara sonriente confeccionada en cartulina, con una cara impávida si les gustó más o menos y con una cara triste o enojada si no les gusto. Dentro de este proceso de evaluación, se deben diferenciar dos momentos específicos: • la evaluación que realizan los lobatos, una vez terminada la cacería. • la evaluación que realizan los dirigentes para determinar si la cacería contribuyó al logro de los objetivos planteados por ella. La evaluación con los niños se hace una vez finalizada la cacería si es de corta duración o en varios momentos de su desarrollo si es de larga duración. En estas evaluaciones, los lobatos analizan y exponen su parecer, opinando sobre el logro de los objetivos de la actividad, la organización, su propia participación, las cosas que hicieron, los resultados, entre otros. Para llevar a cabo esta evaluación se debe considerar un ambiente propicio, tranquilo, y orientar a los lobatos con preguntas claras y simples. El proceso de evaluación debe convertirse en una actividad educativa y entretenida, que permita a los niños analizar lo que vivieron, a través de una rueda de opiniones, juegos o dinámicas, encuestas, pautas atractivas, etc. La evaluación es un aspecto fundamental de la metodología del aprendizaje por la acción, pues permite integrar y reconocer lo aprendido. Luego corresponde que los dirigentes analicen el desarrollo de la cacería de principio a fin, considerando: el logro de los objetivos de la actividad, lo adecuado de la actividad, la participación de los lobatos, su tiempo de duración, lo apropiado de la distribución del grupo de trabajo, entre otros aspectos. A continuación se revisa con mayor detalle la evaluación de una actividad con un ejemplo concreto. “Los oficios de mi barrio” El ejemplo en este caso es la ficha de actividades 1-2-001, “Los oficios de mi barrio”, mundo creativo. La actividad consiste en que los lobatos confeccionan un listado de los oficios más conocidos que desempeñan las personas de su comunidad cercana. Divididos en grupos, escogen dos de ellos y entrevistan a quienes lo ejercen, para conocer más ampliamente la diversidad de opciones laborales y valorar la dignidad del trabajo de las personas. Tal como se señala anteriormente, esta cacería pretende desarrollar huellas del mundo creativo: Para infancia media: 1. Participa en actividades que fomentan su interés en la información. 2. Demuestra por distintos medios que retiene las experiencias que ha vivido. 3. Describe en general las funciones de las principales profesiones y oficios. 4. Participa en actividades relativas a las profesiones y oficios. Para infancia tardía: 1. Demuestra interés, por conocer y aprender. 2. Participa en actividades que desarrollan destrezas de indagación y búsqueda. 3. Participa en dramatizaciones, mímicas y otros medios de expresión relativos a las profesiones y oficios.


4. Demuestra en distintas actividades su interés por expresarse. Como ya se dijo, no se pretende que todas estas huellas sean logradas por los lobatos al final de la actividad, la que dura dos reuniones, porque no es factible. Por otra parte, los “objetivos de la actividad” son: 1. Identificar los oficios más comunes que desempeñan las personas de la comunidad cercana. 2. Descubrir la importancia de los oficios en la vida diaria. 3. Relacionarse con personas distintas del circulo habitual en que los niños se desenvuelven. 4. Valorar la dignidad del trabajo. Se puede observar que los “objetivos de la actividad” no necesariamente tienen una relación con el mundo creativo. Además, estos objetivos tienen la ventaja de poder ser evaluados y observados durante el corto tiempo que dura la cacería, a diferencia de las huellas. Tampoco están relacionadas con las fases de edad, ya que son objetivos dirigidos a todos los participantes de dicha actividad. Por último, son la pauta básica para poder evaluar la efectividad de la actividad diseñada. Al hablar de evaluar una cacería se hace referencia a los “objetivos de la actividad”, no a las huellas, y se sugiere utilizarlos como pauta para una evaluación con los lobatos y posteriormente para la evaluación del equipo de dirigentes. Siguiendo con el ejemplo de la ficha, el punto de “Cómo evaluar esta actividad” indica que, aunque esta actividad se desarrolla en un tiempo relativamente breve, es posible distinguir distintos momentos de evaluación, en los que los dirigentes pueden observar las conductas de los niños durante la reunión, durante las entrevistas y durante las exposiciones. Además, se sugiere que al final de la reunión los dirigentes sostengan una conversación espontánea con los lobatos, con el fin de conocer sus impresiones sobre la experiencia realizada, las dificultades que encontraron en ella y de qué modo les significó un aporte para su crecimiento personal. Se recomienda revisar la ficha en cuestión, especialmente las orientaciones sobre cómo evaluar la actividad. En la ficha, se continúa con el tema en forma detallada, pero con lo revisado hasta ahora ya queda clara la forma adecuada de hacerlo. Sin embargo, se sugiere leer más fichas de actividades y especialmente contrastar los “objetivos de la actividad” con el “cómo evaluar esta actividad”, para poder entender con más ejemplos el tema. La evaluación de los desafíos se analiza en al capítulo siguiente. LAS FICHAS DE ACTIVIDADES Hemos visto que los principales generadores de las cacerías en la manada son los lobatos. También señalamos que si a ellos, por diversas razones, les cuesta crear o idear una cacería, los dirigentes tienen la responsabilidad de ofrecer alternativas de actividades. Ahora, ¿cómo se las arreglan los dirigentes para diseñar una cacería o para sugerir un tema o idea? Muchas veces, recurren a su experiencia como primera fuente de inspiración: recuerdan aquellas cacerías que realizaron cuando eran beneficiarios, las cacerías que sugería el anterior equipo anterior, lo que observaron aquella vez que visitaron una manada vecina o lo que les contaron en la última reunión de distrito. Otras veces, recurren a la recopilación de material,


buscando en libros de juegos, manuales scout y enciclopedias, viendo películas o leyendo libros e imaginándose lo que leen aplicado a una actividad de Unidad. Esta tarea exige de parte de los dirigentes un esfuerzo considerable de preparación, lo que significa a veces invertir mucho tiempo. Con el fin de facilitar la generación de actividades por parte de los lobatos o de los dirigentes, Guías y Scouts de Chile ha creado una alternativa para facilitar el trabajo: las fichas de actividades. La ficha de actividades es un instrumento que permite sistematizar la realización de una actividad a través de la consideración y explicación detallada de todos los elementos que contribuyen a su desarrollo. Las fichas indican a quién está dirigida, cuánto dura, qué materiales se necesitan, dónde se realiza, qué objetivos persigue, cómo se desarrolla paso a paso (con sugerencias para su realización), y cómo evaluarla de la forma más adecuada. Las fichas de actividades constituyen una sugerencia metodológica completa, que pretende promover en los dirigentes y en los niños una posterior generación de actividades propias, una vez creado el hábito de diseño, ya sea mediante la modificación de una actividad realizada a partir de una ficha, o bien, tomando en cuenta su estructura y la forma en que se presentan las actividades, para generar una idea original. Las fichas de actividades se realizan a partir de un esfuerzo conjunto de las asociaciones de la Región Interamericana, a través de la Red de Elaboración de Material Educativo REME. Posee la ventaja de entregar un amplio repertorio de actividades educativas completas y probadas, que cubren todas las áreas de desarrollo de todas las fases de edad definidas.



EVALUACIÓN DE LA PROGRESIÓN Estamos conscientes de que en la vida de la manada ayudamos a los lobatos a lograr objetivos educativos que contribuyen a alcanzar el Propósito del movimiento Guía y Scout, y para eso debemos realizar actividades educativas, pero ¿cómo sabemos si el niño está logrando los objetivos educativos propuestos? o ¿cómo podemos definir si una actividad aportó en el logro de un objetivo escogido por algún lobato? ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA EVALUACIÓN Solo, con toda la manada, en el Grupo o fuera de él, cada lobato va avanzando poco a poco en su progresión. Los juegos en la Unidad, el campamento, la convivencia con los abuelos del asilo o con los niños de un hogar del barrio, el servicio a los damnificados por el último temporal, la obra de teatro que presenció toda la manada, la subida a la montaña o el viaje a la playa le permite a cada lobato vivir experiencias, aprender, practicar, crecer, conocer..., en fin, progresar. Evaluar la progresión significa ver cuánto se acerca cada lobato a los objetivos educativos, cómo los logró y por qué lo hizo de una determinada manera. La evaluación es un proceso, donde los niños y sus dirigentes, con la ayuda de otras personas (padres, profesores, amigos, compañeros, etc.), observan, analizan y retroalimentan el logro de sus objetivos. La evaluación es una actividad sistemática y continua como el mismo proceso educativo. A partir de lo anterior, es posible señalar que: La evaluación es un proceso, inherente al proceso educativo, que permite comprobar el grado de logro de los objetivos educativos por parte del lobato, sobre la base de la interpretación de todas sus manifestaciones que muestran el desarrollo alcanzado por él mismo, en todos los aspectos de su personalidad. EVALUACIÓN DE LA PROGRESIÓN Definida la evaluación, y para una mayor practicidad, señalamos también que la evaluación es el contraste o comparación entre los resultados esperados (objetivos educativos) y los resultados logrados (cambios experimentados por cada niño después de un período de tiempo). Visto lo anterior debemos tener presente que en el Movimiento Guías y Scout, el proceso de evaluación es más que la concepción general de considerar puntajes, registros, pruebas o juicios sobre el progreso de un lobato. Es cierto que algunas de estas opciones pueden utilizarse en algún momento, pero el sentido de la evaluación de la progresión de un niño es mostrarle paso a paso, y con mayor claridad posible, los resultados derivados de los esfuerzos por alcanzar las huellas propuestos para su desarrollo personal. De esta manera, el conocimiento adquirido por el niño o la adquisición de ciertas habilidades son sólo algunos de los muchos aspectos técnicos que, sumados al desarrollo de los objetivos educativos, permiten el desarrollo global de la persona. La función más importante de la evaluación es convertirse en una efectiva ayuda para el desarrollo del niño. El dirigente puede estructurar el proceso evolutivo de modo tal que beneficie y ayude al niño a realizar una apreciación lo más real posible de si mismo, de sus


capacidades, de sus progresos y necesidades. Además, la evaluación tiene que ser útil al dirigente en su labor de gestor, animador, impulsor, facilitador y orientador del crecimiento de cada niño, es decir, de su desarrollo integral. En la evaluación debemos considerar el respeto por el lobato pues, aun cuando éste tenga dificultades, es fundamental hacer crecer su confianza y aumentar sus deseos y voluntad para dar un paso más en su crecimiento como persona (autoestima, motivación y expectativas de éxito). La evaluación debe convertirse en una inyección de entusiasmo y deseos de progresar. Debe ser necesariamente un acto educativo que estimule a los niños en el logro de los objetivos educativos establecidos para su edad. La evaluación puede transformase en una experiencia que promuevan el desarrollo de los niños en las diversas áreas si se privilegia la auto evaluación por sobre la evaluación realizada por otros (retroalimentación); si se motiva a los lobatos y se les da seguridad para que examinen y expresen sus necesidades interiores, deseos y esperanzas; si se identifican, se valoran y se aceptan las diferencias individuales; y si se pone el énfasis en el crecimiento que lleva de la dependencia a la libertad responsable. LA EVALUACIÓN Y EL METODO GUÍA Y SCOUT Al estudiar lo expuesto, se observa que existe una estrecha relación entre el método educativo que se utilice y la evaluación que se realice. Lo planteado hasta ahora sobre la evaluación requiere de una metodología activa para los lobatos, donde el elemento principal sea la participación en todo lo relativo a la vida de Unidad y donde ellos se vean y se sientan comprometidos desde el inicio. El proceso de evaluación debe considerar la individualidad de cada niño, lo que implica la no comparación entre ellos. El método guía y scout nos brinda la posibilidad de evaluar efectivamente a los lobatos tal como se ha señalado, pues permite dar espacios, lugares y tiempo para que las individualidades surjan y se hagan explícitas. Estos espacios se crean, en gran parte, mediante el compromiso de cada niño con el sistema de evaluación. El método también contempla trabajar en pequeños grupos, facilitando la interacción de los jóvenes entre sí y con sus dirigentes. Esta interacción es el elemento más provechoso para que los dirigentes puedan colaborar con la evaluación de cada lobato, pues el desarrollo de las actividades ofrece momentos para observarlos, ver sus reacciones y expresiones, conocer lo que piensan y escuchan sus comentarios, entre otros. Del mismo modo, es importante no quedarse en la simple realización de actividades. Como hemos dicho, cualquier proceso educativo implica la existencia de objetivos y, como consecuencia lógica, una evaluación que permita seguir adelante o retomar algún aspecto que no se haya logrado satisfactoriamente. Muchas veces la falta de motivación y de logros se produce porque lo que se les ofrece a los lobatos carece de significado o de importancia para ellos. De aquí la insistencia en la motivación a partir de sus intereses, orientándolos para que se desarrollen como persona en forma integral por medio de diversas actividades (una sola no asegura el logro de un objetivo). Esos intereses y gustos se reflejan en la opinión, en la participación, en la discusión y en la toma de decisiones que los niños desarrollan en el Consejo de la Roca.


Además, el Movimiento Guía y Scout, por medio de algunas ceremonias, símbolos y actividades, logra motivar a los niños para que inicien el descubrimiento de si mismos, impulsándolos de esta forma a ser protagonistas de su propio crecimiento como persona. ¿QUE SE EVALUA? En la evaluación de la progresión se evalúa el nivel de logro de las huellas, sean éstos seleccionados por el lobato o por sus dirigentes. Esto significa comparar las conductas deseables descritas por éstas y las conductas manifestadas por cada niño, es decir, medir el grado de acercamiento a una conducta deseable, analizar el camino recorrido y proyectar nuevas metas. Evaluar la progresión de los lobatos sobre la base de los objetivos educativos significa comparar las conductas adquiridas o manifestadas por ellos, luego de una o varias actividades, con las conductas descritas o sugeridas por los objetivos educativos de la actividad. Pero ello implica definir previamente qué tipo de conducta (ser, saber, hacer) describe el objetivo. Por ejemplo, sí se trata de una conducta esperable, es probable que una gran mayoría de los lobatos logre resultados positivos. Si la conducta es deseable, comúnmente sólo se va a dar si se estimula al niño. La importancia de definir estas características es que nos da una buena perspectiva para evaluar los objetivos educativos. Por ejemplo, un objetivo de refuerzo nos indica cómo progresa el lobato en relación con los avances esperables, en tanto que si sugiere conductas deseables nos orienta respecto al grado de iniciativa del niño y de motivación para aventurar en cosas desconocidas. ¿QUIÉN EVALUA? Como ya se dijo reiteradamente, el principal responsable de su propio desarrollo es el niño, especialmente porque es él quien, con la ayuda de sus dirigentes, selecciona las huellas que debe enfrentar y determina parte de las acciones que permiten el logro de dichos desafíos. Por lo mismo, el protagonista en la evaluación de la progresión es también el lobato. El, mejor que nadie, sabe cuándo se ha logrado una huella o le falta ser trabajada. El resto de la Unidad, los padres, los profesores y orientadores religiosos son también parte del proceso de evaluación, pudiendo dar su apoyo al niño y además entregar valiosa información a los dirigentes, quienes acompañan a cada lobato en el momento de determinar el logro de las huellas que se planteó. Esta labor de apoyo al proceso puede resumirse en los siguientes verbos: Orientar: Ayudar al lobato a realizar una apreciación lo más real posible de cómo se encuentra con respecto a cada objetivo, de qué es lo que más le cuesta y dónde ha tenido los mayores avances. Esto exige un ambiente donde cada lobato se sienta apoyado y cómodo para expresarse plenamente. Analizar: Revisar críticamente nuestra labor como dirigentes cuando los resultados que van alcanzando los lobatos corresponden a lo esperado, o por el contrario, analizar las causas que pudieron haber provocado deficiencias en el logro de los objetivos propuestos, como una forma de aprender de la experiencia para el futuro.


Respetar: Aceptar la decisión final del lobato, pues si bien en la evaluación de los objetivos participa activamente el equipo de dirigentes, es el niño quien en última instancia aprueba o rechaza sus logros. Eso no quiere decir que la acción de los dirigentes se acaba cuando el niño decide marcar como aprobado el objetivo. Si consideramos que hay cosas importantes que reforzar, debemos mantenerlas presentes (por ejemplo, en una hoja de vida) hasta que se vayan superando. Motivar: Estimular al niño y apoyarlo, porque es fundamental hacer crecer su confianza y aumentar sus deseos y voluntad para dar un paso más en su desarrollo como persona. El compromiso del lobato con su progresión nace cuando su experiencia personal le muestra que tiene una necesidad que debe ser satisfecha y que puede contar con el apoyo de los demás para hacerlo. Al percibir esta necesidad y la seguridad que le garantiza su entorno, se motiva para progresar junto a sus amigos. Debemos siempre recordar que la participación del dirigente en la evaluación de la progresión de un lobato no es pasiva. Para ello, es importante considerar algunos elementos que pueden facilitar la evaluación. Entre ellos: • la evaluación es un análisis de los hechos y no una calificación o enjuiciamiento del niño evaluado; • debemos rescatar situaciones no observadas por el niño y que aportan al logro de sus huellas; • debemos propiciar una comunicación adecuada, afectiva y que permita crecer al lobato, lo que implica que seamos sinceros y asertivos; y • debemos propiciar un ambiente adecuado para conversar y evaluar con tranquilidad. ¿CÓMO SE EVALUA LA PROGRESION PERSONAL? En el cómo evaluar distinguiremos dos situaciones: una de ellas es la evaluación de los objetivos seleccionados por cada niño, en forma individual, y la otra es la evaluación de los objetivos de una cacería, es decir, de una actividad de toda la Unidad. *

Objetivos seleccionados en forma personal El lobato, al momento de seleccionar sus desafíos para la etapa que está viviendo, se encuentra en una situación inicial. A medida que vive experiencias, ya sea por participar en actividades educativas o por lo que le ocurre diariamente fuera del Movimiento, siente cosas nuevas, razona o aprende algo diferente, lo que a la larga produce cambios de conducta. La idea es que el lobato sepa aprovechar todo lo que le ocurre cotidianamente y se percate de los cambios que se van produciendo en él. De esta manera, revisar las huellas que seleccionó en su progresión para un período de tiempo y recordando su situación inicial, puede determinar si ha avanzado en su progresión, es decir, si ha logrado en alguna medida lo que plantea cada huella escogida. Los lobatos, al momento de seleccionar sus huellas para la etapa que comienzan a vivir, se encuentran en una situación inicial. A medida que viven experiencias, ya sean por participar en actividades educativas o por lo que les ocurre diariamente fuera del Movimiento, éstas les producen nuevas sensaciones, razonamientos o aprendizajes, que a la larga generan cambios de conducta.


Sin embargo, no debemos olvidar que si bien este proceso de análisis y comparación es individual, pues privilegia la autoevaluación, los lobatos necesitan los aportes, sugerencias, recomendaciones, criticas, comentarios y opiniones de otras personas. Entonces, deben sumar toda esta información a lo que han vivido para así determinar finalmente el grado de avance en su progresión. Luego del estudio y análisis personal que realiza cada lobato, debe entrevistarse con el dirigente que está a cargo de su acompañamiento y revisar las huellas en conjunto. Esta entrevista (evaluación conjunta), es muy importante porque el dirigente puede entregar antecedentes que quizás el lobato jamás consideró como información relevante para su evaluación, por ejemplo, las huellas seleccionadas para una cacería. La entrevista tiene que ser suelta, relajada, tranquila. No se trata de un examinador interrogando; se trata de un amigo, guía, facilitador o hermano mayor que intenta dar a conocer al interesado lo que no ve por sí mismo y de revelarle el sentido de las cosas vividas, sufridas o disfrutadas. Durante la entrevista, el dirigente tiene que ser claro, asertivo y objetivo en sus apreciaciones, pues se trata de una evaluación sobre la base de parámetros específicos, es decir, las huellas. No debe intentar manipular la evaluación, puesto que finalmente prima en esta conversación la opinión del lobato. Solo el dirigente se da cuenta de si su interlocutor no es objetivo, omite información o no dice la verdad, convendría preguntarle si está seguro de lo que señala, si ha considerado toda la información que le entregaron los demás o sugerirle dejar la huella para una evaluación posterior. A menos que sea muy evidente, no es recomendable darle a conocer inmediatamente la sospecha de que falta a la verdad. A veces es preferible dejar pendiente la evaluación de una determinada huella y esperar una nueva entrevista para ver entonces si ha cambiado de opinión o si ya ha logrado efectivamente un acercamiento a la huella. Recordemos que el Movimiento sustenta su educación en la confianza, y si los niños engañan o mienten en la evaluación, los únicos perjudicados son ellos. *

Huellas seleccionadas por los dirigentes para una actividad de Unidad (Cacerías) Cuando se trate de evaluar huellas seleccionadas para una cacería, la evaluación puede ser común, es decir en grupos de trabajo aleatorios organizados al final de una jornada o de una actividad. Los grupos pueden organizarse como estimen conveniente los dirigentes de la Unidad, puesto que son ellos quienes mejor conocen a los niños. También puede evaluarse en el mismo Consejo de la Roca. En ambos casos, la evaluación es sobre el logro de la huellas comunes planteadas para la actividad. Este tipo de evaluación responde a las características de la edad de los lobatos. Los dirigentes deben enfrentar la evaluación común con mucho criterio pues, aunque no se quiera, los niños opinan sobre otros. En este caso, debe tratar de reorientar el


análisis y la evaluación a lo que se pretende, es decir, a que cada lobato cuente al resto si considera logrados en parte o totalmente los desafíos planteados. Durante esta evaluación, los dirigentes deben tomar nota de las opiniones vertidas por los niños sobre su propia situación, para considerarlas posteriormente en las evaluaciones personales. A modo de resumen de como evaluar la progresión, es conveniente considerar varios aspectos que facilitan la labor del dirigente: 1.

Cuando se habla de evaluar huellas, hay que tener en cuenta que se dan diferentes énfasis según el medio en el cual se inserta cada Grupo y principalmente cada persona, por lo que no es igual para todos la manera de alcanzarlas. Además, es tan importante alcanzar las huellas como el proceso que vive y experimenta cada lobato al enfrentar sus potencialidades y capacidades frente a tareas concretas.

2.

Al familiarizarse con el sistema de objetivos educativos, se comprende que las características mencionadas en el segundo capitulo sirven fundamentalmente para la evaluación. Por lo tanto, si las huellas apuntan a los aspectos de aprendizaje de conocimiento, habilidades y actitudes (saber, hacer y ser), en el momento de evaluar, es preciso distinguir el tipo de aprendizaje al que apunta cada huella en especial. Los objetivos que piden el logro de una habilidad o conocimiento son más fáciles de evaluar, gracias a la observación y comparación del logro con los resultados obtenidos. Evaluar actitudes es algo más complejo. Para que los niños generen un cambio, no basta con tomar conciencia de la actitud en sí misma, sino que es necesario estar consciente de lo que debe cambiar y elaborar acciones para generar ese cambio. Además, conviene recordar que la conducta no siempre se relaciona con las actitudes, aunque ciertas conductas reiterativas pueden ser indicios de una actitud. Frente a este tipo de huellas, lo primero es operativizarlas, es decir, transformarlas en conductas «más medibles». Esto implica tener muy claro lo que pide cada objetivo. En este aspecto, es de mucha utilidad la explicación detallada de las huellas contenidas en esta Guía. Lo importante es que el logro obtenido permanezca en el tiempo y no se trate de un conocimiento, habilidad o actitud pasajera.

3.

Al evaluar el logro de objetivos, deben considerarse necesariamente las actividades realizadas en pos de su logro. En este sentido, hay que tener presente que cada acción, ya sea mediante misiones o cacerías, tiene sus propios objetivos, indistintamente de la huella escogida. Entonces, la valoración es particular para cada lobato y además para cada acción o actividad, pues con posterioridad a su realización se establece el logro concreto de la huella. Al respecto, siempre es bueno recordar que una sola actividad no basta, por lo general, para lograr una huella y que una acción puede colaborar en el logro de más de una huella.


¿CUÁNDO SE EVALUA? Ya se mencionó anteriormente que evaluar la progresión de los lobatos implica evaluar un proceso; y también se dijo que el proceso evaluativo es inherente al proceso educativo; por lo tanto, siempre se evalúa. Es decir, aunque los lobatos estén jugando, realizando un servicio, reflexionando sobre un tema de su interés, divirtiéndose en una Flor Roja o participando en el Consejo de la Roca, siempre existe la posibilidad de escuchar, mirar, observar y detectar en sus acciones algunos elementos y antecedentes que nos permiten interpretar, analizar y evaluar el nivel de logro de huellas por parte de cada uno de ellos. Sin embargo, la información recopilada en las actividades de la Unidad debe ser analizada con el resto de los dirigentes, para lo cual deben reunirse cada cierto tiempo a compartir las observaciones e impresiones respecto de cada lobato de la manada. Como los dirigentes se han distribuido a los lobatos para su observación y conocen particular las huellas que éstos han seleccionado, se supone que cada uno de ellos maneja más información que el resto sobre determinados niños. Es recomendable, de todas maneras, que conversen sobre todos, para formarse una impresión más completa de la evolución y desarrollo de los lobatos a su cargo. ¡Que es mucho el trabajo, claro que sí!, pero es la única manera de asegurarse de que la evaluación de los niños sea la adecuada. Otra instancia de evaluación, posterior a la ya vista, se produce al entrevistarse con cada lobato, momento en el que confía al dirigente su análisis y parecer respecto al logro de sus huellas y éste le indica su visión y opinión sobre su progreso. En resumen, podemos distinguir tres momentos importantes en este proceso: • cuando cada lobato comienza a vivir su etapa: se inicia con su ingreso; analiza su estado y comienza a seleccionar sus metas. Los dirigentes revisan su ficha personal, conocen su historia, sus gustos, sus intereses y desde dónde se empieza a trabajar. • durante la vivencia de la etapa: cada lobato vive experiencias que los dirigentes observan, recopilan, analizan y comparten periódicamente con cada niño. • cuando finaliza una etapa: junto a cada niño, se estudia la información entregada por los distintos agentes y las acciones realizadas a la luz de las huellas seleccionadas, para determinar el logro de las huellas de esta etapa. Es conveniente que las evaluaciones periódicas de la progresión en la manada sean cada dos meses aproximadamente. Para esto, cada Unidad debe determinar la modalidad que le sea más conveniente. Por ejemplo, una manada puede elegir reunirse a evaluar la progresión dividiéndose por etapa, es decir, un dirigente trabaja con los lobatos Lobeznos, otro con los Saltadores, etc. Otra manada puede dividir a los niños según su fase de edad (infancia media o infancia tardía). Lo importante de cada una de estas formas, y de otras que pueden existir, es que la evaluación siempre tenga un carácter individual y personalizado, midiendo los logros que cada lobato haya tenido respecto de las huellas que se propuso o de aquellos en los que trabajó la Unidad completa, y que no se transforme en una competencia entre los niños, por obtener mayor número de logros.


Por otra parte, no debemos olvidar motivar permanentemente a los lobatos para que constantemente evalúen sus avances, tanto en el hogar como en la Unidad. Al momento de evaluar, el lobato y el dirigente deben tener presente: • • • •

la planificación que hicieron juntos para el trabajo de la etapa si el lobato participó y se integró en las actividades de Unidad si cumplió con las misiones que se propuso si sus acciones se relacionan con las huellas propuestas

Características de la evaluación • •

• •

permanente: el dirigente debe llevar un control permanente del avance de cada lobato a su cargo, entrevistándose con ellos a lo menos cada tres meses. formativa: cada lobato conoce el desarrollo de su propio proceso, siendo capaz de recibir y analizar la información proveniente de quienes lo rodean, por lo que se hace responsable de su desarrollo. sencilla: se basa principalmente en un diálogo simple, directo y empático. tranquila, con tiempo suficiente: deben darse los espacios para que los lobatos se expresen y puedan conversar con cierta profundidad sobre las huellas. La evaluación debe realizarse fuera del tiempo de las actividades de manada, y se recomienda que esta entrevista permita el tiempo necesario para que el lobato pueda expresarse (entre 20 y 40 minutos). personal: debe realizarse a solas con cada lobato.

TÉCNICAS DE EVALUACIÓN Hemos mencionado durante este capítulo varias técnicas para apoyar la tarea de evaluar. A continuación, las vemos más en detalle: *

Observación Para que la evaluación cumpla su finalidad, debemos disponer de la mayor información posible, siendo una de las fuentes fundamentales la observación que el equipo de dirigentes hace de cada uno de los lobatos durante toda la vida de la Unidad y en cada actividad. Aunque los lobatos estén realizando cualquier actividad, siempre existe la posibilidad de escuchar, mirar y observar. De esta manera, se pueden detectar elementos y antecedentes que permiten interpretar, analizar y evaluar el nivel de logro de las huellas escogidas por parte de cada uno de ellos. Para observar en forma apropiada es muy importante la distribución del trabajo, y para ello los dirigentes se pueden repartir las tareas de observación, según la cercanía con los niños, o por etapas, pero siempre manteniendo la proporción 1:6. Lo importante es que durante el año, cada lobato pueda ser observado por más de un dirigente, independiente del dirigente responsable de su acompañamiento, con el fin de que una misma persona sea observada desde distintas perspectivas. El resultado de la calidad y cantidad de información obtenida depende, entre otras cosas, de la organización que se dé el equipo de dirigentes para desarrollar esta tarea. No podemos en ningún caso dejar la observación al azar.


En cuanto a la información registrada en la ficha personal, ésta debe describir hechos o hitos relevantes -más que suposiciones o comentarios- que permitan comprender los conflictos o problemas que cada lobato ha vivido durante el período de observación. *

Conversación La conversación es aquella charla informal entre el dirigente y el lobato en forma particular, que permite conocer algunos antecedentes, pero no necesita de previa preparación ni acuerdo. Es la conversación al terminar la reunión, entre las actividades, camino a la casa, etc. Por lo general, se tocan aspectos relacionados directa o indirectamente con la progresión de los niños. El dirigente debe manejar esta situación como lo que es, una charla informal, personal, natural, grata y sencilla. Pero luego debe analizar la conversación y rescatar aquellos antecedentes que puedan ser importantes al momento de evaluar. Conversar con los lobatos nos da la posibilidad de conocerlos, de saber lo que piensan, lo que les agrada o desagrada, saber cuáles han sido sus sensaciones y sentimientos. También la podemos utilizar para obtener información sobre los otros agentes que aportan en la progresión de los niños, ya sean padres, profesores, compañeros de equipo y otros, siempre teniendo la precaución de que los lobatos no se sientan investigados.

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Entrevista La entrevista, mencionada en el punto de ¿Cómo se evalúa la progresión personal? es una reunión planificada y previamente concertada entre el niño y el dirigente, con el objetivo de evaluar los avances en su progresión y el trabajo realizado por el lobato durante sus cacerías. Las entrevistas sirven para: seleccionar metas, establecer las acciones futuras, evaluar durante la vivencia o al final de la etapa. La entrevista es fundamental para el acompañamiento de los lobatos. Debe ser intima y facilitar la comunicación, el análisis, el intercambio de información y, por ende, la evaluación.

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Grupos de trabajo (para Cacerías) Los grupos de trabajo permiten evaluar durante o al finalizar una cacería de la manada las huellas que se trabajaron en su realización. Cada dirigente se reúne con un grupo de lobatos al finalizar la jornada (una reunión, un paseo, etc.) o una actividad cualquiera y conversar sobre la visión de los niños respecto al logro de las huellas.

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Retroalimentación Una evaluación sin la necesaria retroalimentación (intercambio de información) puede resultar absolutamente inútil. La retroalimentación es dar a conocer la información obtenida y entregar nuestra apreciación sobre ella en la forma más objetiva posible. Es decir, es una revisión continua del proceso y de los resultados que se van obteniendo, para poder introducir las modificaciones necesarias y alcanzar las huellas propuestas.


Es un momento donde el dirigente da a conocer al lobato cómo ve su progresión y a su vez recibe la opinión de éste al respecto. Esta observación externa y continua del proceso y de los resultados del niño le da la posibilidad de modificar ciertas acciones para lograr los objetivos propuestos. En conclusión, la retroalimentación le sirve al lobato para tener una mejor perspectiva de cómo va progresando en el logro de sus huellas. PASOS RECOMENDADOS PARA LA EVALUACIÓN Ya sea en la evaluación por parte del propio niño o en la que realiza el equipo de dirigentes, ésta se divide en 3: •

Describir hechos: significa recordar y conversar claramente sobre lo que se ha hecho, las acciones. El lobato puede hacerlo solo, con su dirigente o con el apoyo de otros.

Comparar los hechos con lo que se esperaba de la progresión: el dirigente debe orientar al lobato a comparar lo descrito anteriormente con las huellas que él se propuso, revisar si logró lo que esperaba y que influyó en este sentido. En otras palabras, teniendo claro lo que pasó, el lobato contrapone los hechos con las huellas que se había fijado. De esta forma, puede determinar carencias o avances.

Definir las adecuaciones necesarias y fijarse metas nuevas: es decir, analizar cuales son las acciones a futuro y fijarse nuevas huellas; todo sobre la base de que los logros son válidos aun cuando no se cumpla plenamente la huella propuesta.

¿EN QUÉ MOMENTO SE EVALUA LA PROGRESIÓN? Existen diferentes circunstancias, momentos, reuniones o conversaciones en que es posible obtener información sobre el avance en los objetivos o determinar sencillamente su logro. Al respecto, se diferencian tres momentos: Reunión de dirigentes Se puede evaluar después de cada actividad o luego de un ciclo de actividades. Lo importante es no permitir que se olvide la información sobre los avances de cada lobato y tampoco quedarse con las primeras apreciaciones. Para esto, se recuerda que cada dirigente debe preocuparse de registrar los avances de algunos lobatos y cada cierto tiempo hacer el cruce de información con el resto del equipo. Esta reunión puede realizarse cada 1 ó 2 semanas y revisar un número reducido de lobatos; o en períodos más largos de 1 a dos meses, cuando se opte por evaluar a toda la manada. Revisión de avances con el niño Más que una reunión formal, es una conversación con cada lobato, donde éste pueda expresarse abiertamente. Lo ideal es que nazca de ellos mismos acercarse a contar sus avances. En condiciones ideales, se sugiere una frecuencia mensual, y como mínimo cada dos meses. Conversación con los padres y otros educadores Más que un tipo de reunión para sancionar objetivos, ésta es una oportunidad de obtener información para apoyar el crecimiento del niño junto con los otros agentes de su desarrollo. La frecuencia es variable dependiendo del niño, ya que algunos necesitan mayor apoyo.



INSTRUMENTOS PARA LA ANIMACIÓN Y CONTROL DE LA PROGRESIÓN INFORMACIÓN GUÍA Y SCOUT Definición Ingresar al Movimiento Guía y Scout significa entrar en un mundo que, si bien pertenece a la comunidad que lo rodea, es también un mundo distinto, un mundo original por sus códigos, su lenguaje, su uniforme, sus actividades, sus insignias, sus canciones. Cuando los niños se incorporan al Movimiento, descubren la necesidad de aprender todas estas cosas «desconocidas» para ellos. La información guía y scout corresponde a todos aquellos conceptos y conocimientos fundamentales que permiten a los lobatos participar plenamente en el Escultismo, que les invitan a reflexionar sobre los valores del Movimiento, que les permiten integrarse rápidamente y desempeñarse con soltura en las reuniones y actividades en general, es decir, en la vida cotidiana de la Unidad. Características La adquisición y manejo de esta información forman parte del sistema de progresión personal. Sin embargo, esta información no se considera al decidir el logro de las huellas, dado que su conocimiento no constituye una característica o tarea propia del desarrollo evolutivo (es decir, no es identificable a través de las áreas de desarrollo o dimensiones de la personalidad), sino que simplemente representan un medio de motivación que favorece una adecuada participación en el desarrollo de las actividades a la vez que brinda un sentido de pertenencia al Movimiento Guía y Scout, particularmente a la Rama Lobatos. De ninguna manera los dirigentes pueden condicionarle a un lobato la entrega de una etapa por el hecho de no manejar o desconocer la información guía y scout; es decir, en ningún caso es requisito para la evaluación de su progresión personal. Presentación en las cartillas Los lobatos pueden conocer esta información a través de sus cartillas de progresión, de lo que sus compañeros de manada les enseñen y de lo que vivan en las actividades cotidianas de la Unidad. En el caso de las cartillas, la información guía y scout se presenta por temas de manera general, siendo cada niño quien regula su grado de asimilación, según su interés, necesidad o comprensión de los contenidos. Un lobato recién llegado, por ejemplo, puede conocer la teoría sobre el Consejo de la Roca leyendo lo que aparece en su cartilla, pero aprende su funcionamiento, conoce su dinámica y aprecia su valor cuando participa efectivamente en él. En otras palabras, la información guía y scout lo introduce en el conocimiento de un tema especifico, le entrega una idea general sobre él y lo impulsa a averiguar más detalles mediante la acción, la práctica y la participación. Cualquier lobato, independiente de la etapa en que se encuentre, tiene acceso a toda la información si así lo desea. Esto significa que, por ejemplo, un lobato que está viviendo la etapa Saltador puede conocer en teoría la misma información que maneja un lobato Cazador. Además, la información guía y scout que aparece en las cartillas es sólo un complemento,


puesto que los lobatos pueden acceder a mucha de esta información mediante otros medios, como enciclopedias, libros, videos, Internet o a través de sus dirigentes y compañeros con mayor experiencia. Temas Son muchos los aspectos que un lobato debe conocer para funcionar dentro de su Unidad. Sin embargo, se optó sólo por aquellos considerados fundamentales, tanto para manejarse con soltura en la manada como para desempeñarse en las actividades con seguridad y responsabilidad. Tomando en cuenta lo anterior, se escogieron los siguientes temas: •

Ley y Promesa La Ley y la Promesa representan la invitación que el Movimiento hace a los niños a comprometerse en forma voluntaria con un conjunto de valores sobre la base de que éstos se aceptan y se transforman en un estilo de vida, en una norma común: la Ley. Por su parte, la Promesa significa para los lobatos comprometerse voluntariamente con el código de valores y el estilo de vida expresados en la Ley, permitiéndoles experimentar la toma de decisiones y la respectiva responsabilidad de asumirlas. Esta experiencia es fundamental y constituye una actividad esencial para el futuro de los niños, porque posteriormente los motivará a comprometerse con su comunidad, su familia, sus estudios, su trabajo y sus ideales.

Marco Simbólico Es uno de los mayores atractivos y fuente de motivación de nuestra Rama, ya que el uso de sus elementos identifica y refuerza en los jóvenes un sentido de pertenencia a su Unidad, Grupo y Asociación.

Ceremonial En la vida de la manada se necesita destacar los progresos, vivencias y logros de los lobatos, donde se manifiesta el cariño y afecto de sus compañeros de Unidad por quien celebra un paso importante de su vida.

Historia del Movimiento Los orígenes del Movimiento, su expansión a través del mundo, los hechos más destacados en el ámbito internacional, la historia de su fundador y de nuestra Asociación, son elementos importantes que deben conocer por los lobatos para vivir mejor el presente del Escultismo y Guiadismo y para proyectarlo en el futuro.

Sistema de Equipos El sistema de equipos facilita el descubrimiento y aceptación de la responsabilidad y prepara para el autocontrol, colaborando en la formación de carácter, en la adquisición de habilidades y en la capacidad de participar en una vida social organizada. Los niños deben conocer en que consiste y cómo opera una seisena, un grupo de interés y la manada.

Conocimientos técnicos Ser lobato significa vivir en permanente contacto con la naturaleza. Con el fin de aprovechar al máximo la vida natural, es necesario que los niños conozcan algunas técnicas básicas para poder desempeñarse adecuadamente en un paseo, en un campamento o al aire libre. Con las técnicas, se pretende estimular la creatividad de los lobatos, facilitar su vida en ambientes naturales y hacer que ellos mismos exploren sus posibilidades. Acampar en forma apropiada, poder calentar agua, reconocer huellas y plantas, saber flotar en el


agua, aplicar primeros auxilios, mantener en buen estado las pertenencias personales durante un campamento, proteger y cuidar la naturaleza son conocimientos técnicos que permiten manejar en un campamento dentro de adecuados criterios conservacionistas y de seguridad. Por lo mismo, aun cuando la información guía y scout no se considera para decidir el logro de las huellas, los dirigentes deben motivar el aprendizaje de dicha información. Si bien el lobato puede encontrar la información en sus cartillas, necesita ensayarla, vivirla y compartirla. Por lo tanto, el equipo de Unidad debe ofrecer espacios para que los niños la practiquen, preocupándose además de que este aprendizaje sea el adecuado y el correcto. Por ejemplo, se puede comprobar que conocen los signos de pista si llegan a la meta en un raid de orientación por señales. De ninguna forma es conveniente solicitar a los lobatos que diserten o reciten sus conocimientos. INTRUMENTOS DE LA PROGRESIÓN PERSONAL Todos los sistemas que requieren de un trabajo en el tiempo necesitan instrumentos para ponerlos en práctica. La progresión personal, como ya se ha dicho, es un sistema que apunta hacia el desarrollo de la persona, pero más que orientarse a sus logros finales, enfatiza el proceso y la idea del avance o desarrollo constante del individuo. Son estas características las que hacen necesaria la existencia de instrumentos de control y registro, que sean a su vez motivantes y dinámicos para reflejar el espíritu del sistema. Cuando se habla de instrumentos se hace referencia a todo tipo de material de trabajo o documentos que apoye al sistema, los que básicamente se clasifican a partir de dos tipos de usuarios: los dirigentes y los lobatos. Instrumentos para los dirigentes Los dirigentes requieren de instrumentos que les faciliten el seguimiento, control, apoyo y registro de la progresión de cada lobato en particular y de la manada en general. *

Planilla de seguimiento individual

Para acompañar de la mejor manera posible la progresión de cada lobato, el dirigente debe disponer de una planilla personal de registro para cada miembro de la Unidad, con sus antecedentes personales y todos los objetivos educativos que selecciona para trabajar durante una etapa. La planilla permite llevar un registro de los avances parciales en cada huella, hasta lograrla. Además, debe contener espacio para anotar información adicional, observaciones y datos necesarios para la adecuada identificación de cada niño, junto con situaciones personales o familiares importantes. Las anotaciones deben ser descriptivas, de hechos concretos y no comentarios, juicios ni suposiciones. El empleo constante y efectivo de este instrumento permite no sólo conocer la evolución de cada lobato, sino además satisfacer mejor sus necesidades dando el apoyo necesario y concreto donde más se requiere. Su estudio incluso puede revelar el desarrollo consecuente del programa de Unidad, puesto que gracias al seguimiento personal se puede llegar a confeccionar un panorama más completo de la manada en general, determinando así las huellas que deben trabajarse colectivamente.


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Tabla de control de la manada

Este tipo de control no sólo debe reflejar el estado global de la manada, sino que además debe detectar de manera gráfica e inmediata las carencias generales en ambas fases evolutivas (infancia media y tardía) para cada uno de los mundos, con el fin de determinar de manera efectiva los puntos para trabajar en el programa de Unidad. Esta tabla de control incluye todos los objetivos educativos de cada área por fase de desarrollo. De esta forma, el equipo de dirigentes cuenta con una perspectiva general de las huellas trabajadas a nivel de la Unidad. Cada equipo de dirigente puede confeccionarlo de acuerdo con su realidad y según sus necesidades. Los instrumentos anteriores se basan en una sola premisa: el seguimiento exhaustivo de la progresión personal de cada lobato por parte de los dirigentes. Instrumentos para el lobato Los instrumentos destinados a orientar el camino personal de los lobatos están diseñados no sólo con ese fin sino que además pretenden estimularlos y hacerlos dinámicos a través del tiempo, siendo consecuentes con la evolución de los jóvenes. También consideran las características e intereses propios de la edad para que cada lobato pueda reconocerlos como lo que efectivamente son: sus instrumentos. Estos instrumentos para los niños son básicamente las insignias de etapa y las cartillas de progresión. *

Las insignias de etapa

Las insignias de etapa reflejan el momento que ésta viviendo cada niño en su desarrollo y no un logro ya alcanzado; es decir, no establece niveles de jerarquía. Esta manera de entender el uso de las insignias se orienta hacia la valorización de cada lobato en la fase evolutiva en que se encuentra, demuestra la capacidad de asumir su propia realidad y apunta claramente hacia su desarrollo constante. Como ya dijimos anteriormente, las insignias de etapa en la Rama Lobatos son cuatro, correspondientes a las cuatro etapas de progresión que se trabajan en la manada: Lobezno, Saltador, Diestro y Cazador. *

Las cartillas de progresión

Los instrumentos de progresión deben cumplir con una serie de requisitos para ser efectivos en su manejo. Con este fin, las cartillas se presentan a los lobatos como herramientas de trabajo, que reconocen su desarrollo integral, tanto dentro como fuera del Movimiento. Se han diseñado cuatro, una por etapa. La cartilla de progresión personal es un pequeño libro que pretende facilitar a cada niño el control y evaluación de las huellas que ha escogido trabajar. Incluye todos los objetivos de la fase en que se insertan las etapas correspondientes. Además, presenta información guía y scout y algunos temas específicos, entregándoles a los lobatos elementos y contenidos importantes y necesarios para que puedan desarrollar un buen trabajo al interior de su manada, lo que facilita su integración y participación en las actividades.



MÉTODO Y PROGRAMA Los Principios del Movimiento, conocidos como los «deberes para con Dios, para con los demás y para consigo mismo» son la base y justificación de la invitación a los niños para que se preocupen de la responsabilidad personal en el propio desarrollo, de manera de lograr la plenitud y la felicidad. En este sentido, las áreas de desarrollo y los objetivos educativos materializan estos principios, los que además recuerdan la integridad de la persona, dimensionada en seis áreas para un mejor entendimiento y mayor facilidad en el trabajo cotidiano. Por ejemplo, la manada ha decidido pintar un mural alusivo a los derechos de las niñas y niños a la salida del templo del vecindario. Los objetivos educativos propuestos para la actividad pueden ser de variada índole dentro de un área específica. La responsabilidad de determinar el área y los objetivos respectivos es del equipo de unidad que organiza la actividad, la que obviamente corresponde a una cacería. Los objetivos escogidos dependen de lo que prefieren los lobatos y de lo que los dirigentes consideren necesario trabajar o reforzar entre los niños. Esta actividad, que a primera vista pudiera pertenecer al área de la creatividad o de carácter, también puede facilitar el logro de objetivos educativos del área de la sociabilidad (véase mundo social, huella 3 de infancia media y 3 de infancia tardía). Sin embargo, la actividad no sólo desarrolla los objetivos que escoja la Unidad, porque durante su realización cada niño vive experiencias particulares e individuales que le permiten progresar en una cantidad importante de otros objetivos, sin importar el área. Estas experiencias no surgen únicamente del acto de mezclar y preparar los colores de pintura, lijar y cepillar la muralla, dibujar los motivos o pintar definitivamente el mural. Estas también nacen de lo que ocurre en el intertanto de la actividad, justamente en lo que no está planificado o preparado. La actividad posibilita además el intercambio con otros niños de la Unidad e incluso con gente del vecindario. Lo que allí ocurre o lo que allí se conversa surge espontáneamente, sin preparación, y puede impactar quizás más al niño que lo planificado con antelación. Conversar con personas del barrio con las que nunca se había hablado antes, el mancharse completamente por la falta de experiencia, el trabajo con niños o niñas no scouts que se entusiasmaron al ver la actividad y se incorporaron a ella, el haber trabajado bajo una fuerte y sorpresiva lluvia, son experiencias que nadie consideró ni previó y que, sin embargo, impactaron muchísimo en cada lobato. En resumen, para alcanzar su Propósito, el Movimiento propone a los lobatos participar en actividades educativas, ya sean misiones o cacerías, y vivir intensamente cada momento de ellas. Además de lo que previamente se prepara y planifica para una actividad, intervienen también otros elementos que relacionan los logros esperados con la actividad misma, enriqueciéndola: estos son los elementos del método guía y scout. El método guía y scout Es un sistema de auto educación progresivo, aplicado en el Movimiento para el logro de su propósito.


Como lo señalara Baden-Powell «la metodología scout es una educación que empieza del interior y no de una instrucción de afuera. Consiste en proponer a los jóvenes actividades llenas de atracciones para ellos y que se les dé al mismo tiempo una educación moral, mental y física». EL método considera: • reglas del juego, un código de conducta, expresadas en una Ley, la que presenta y recuerda los valores que los niños y adultos del Movimiento deben completar permanentemente. Una vez que niños y adultos conocen y comprenden la orientación valórica del Movimiento, los lobatos deben comprometerse con ella mediante una Promesa manifestada ante sus compañeros de Unidad. • un aprendizaje activo o aprendizaje por la acción, a través del cual el lobato tiene la posibilidad de hacer sus propios descubrimientos a medida que desarrolla misiones y cacerías. La educación por la acción desafía al niño a aprender haciendo cosas, ensayando, jugando o sirviendo y no sólo recibiendo instrucción de otros. Involucra al lobato en la responsabilidad por su propio desarrollo. • integración social y vida en comunidad. A través del sistema de equipos, se invita al lobato a compartir con un grupo de pares con los mismos intereses por crecer y aprender. Estos grupos de iguales aceleran la socialización, identifican a sus miembros con los objetivos que les son propios, permiten un conocimiento más profundo de otras personas y facilitan el aprecio mutuo, la libertad, la espontaneidad y la autonomía. • un marco simbólico constituido por todos aquellos elementos que permiten reforzar la propuesta educativa del Movimiento. Corresponde al conjunto de símbolos, gestos, vocabulario y elementos que tienen un significado especial, que dan un sentido universal y de pertenencia al Movimiento y que refuerzan, motivan y caracterizan la forma de desarrollar las actividades. • un ceremonial que permite destacar los progresos, vivencias y logros de los lobatos. En las ceremonias, se manifiesta el cariño y afecto de sus compañeros por un niño, protagonista en ese momento, que celebra un paso importante de su vida. • un programa de jóvenes que equivale a todo el sistema de objetivos y actividades que se desarrollan en la vida de una Unidad. Los objetivos y las actividades constituyen instrumentos esenciales para apoyar el sistema de progresión personal; es decir, todas las actividades que se realicen en la manada tienen una meta y propósito final: contribuir al desarrollo integral de cada lobato. Esto es el método guía y scout, que siendo común y único para todas las Ramas, presenta particularidades en cada una de ellas, respetando los seis elementos principales ya mencionados. El secreto para hacer un buen trabajo radica en saber completar adecuadamente tanto el Método como el Programa. ¿Cómo se complementan ambos? Siguiendo con el ejemplo de la actividad de pintar un mural, los lobatos ya han decidido la actividad y le han puesto nombre. Por su parte, los dirigentes han determinado un área de desarrollo y varios objetivos educativos que se pretende lograr con la actividad. Además, están determinados el tiempo de duración y los materiales necesarios para la ejecución de la actividad. Durante ésta hay a lo menos un elemento del método que se da por sí solo: el aprendizaje por la acción. Los niños pueden descubrir, ensayar y corregir determinadas técnicas y habilidades


mientras trabajan, mezclan pintura, lijan la muralla o se las ingenian para pintar por primera vez con un rodillo. Otro elemento del método, el programa, está presente durante toda la actividad, pues es la actividad en sí. Además es necesario considerar que el trabajo que realicen los niños y las experiencias que adquieran durante su realización les permiten también desarrollar objetivos educativos, tanto los escogidos para la actividad como otros de su fase. El marco simbólico también está presente en la actividad, en la bandera de la manada flameando en el lugar, el grito de Unidad al finalizar el trabajo y el uniforme impecable que se usa en la entrega del mural a la comunidad, son un marcado reflejo del simbolismo en el Movimiento. La celebración al final del trabajo realizado, ya sea en el mismo lugar o en el local de la Unidad, o quizás una velada o Flor Roja en el mismo lugar de trabajo con invitados vecinos del sector representan la forma de celebrar que caracteriza a los lobatos. Incluso más, si el lugar que se ha preparado con mucho cariño es bonito y se presta para ello, podemos quizás hacer una breve ceremonia de etapas. El sistema de equipos funciona desde el primer momento en que se gesta la actividad, ya que ésta debe salir como idea general del Consejo de la Roca. La participación de los niños en la toma de decisiones permite que la actividad sea ideada y evaluada por la manada. Y el mismo sistema de equipos posibilita un trabajo más ordenado y coordinado, pues cada grupo de interés asume una responsabilidad especifica en el trabajo. La Ley y la Promesa, grandes orientadores del estilo de vida guía y scout, encauzan todo el trabajo. De lo contrario, ¿quién se explica que un grupo de niños, sin que nadie los obligue, realicen un trabajo a cambio de nada?, o ¿quién puede explicarle que trabajen con empeño, siempre cantando, irradiando alegría y optimista del resultado del trabajo? Sólo los que conocen la Ley y saben del compromiso personal al que adhieren voluntariamente los niños pueden explicárselo y entenderlo como algo muy natural, orientado por los valores que se educan mediante nuestro estilo de vida.



HUELLAS PARA LA RAMA LOBATOS En este capítulo se presentan todas las huellas (objetivos educativos) propuestos para que desarrollen los lobatos, entre 7 y 11 años. Las huellas se presentan por mundo (área de desarrollo), por línea y por casillas paralelas, es decir, para infancia media e infancia tardía. Se llama línea a todas las huellas que conducen a un mismo objetivo terminal. Se denomina casilla a todas las huellas de una línea que se establecen para una misma fase de edad, ya sea infancia media o infancia tardía. Una casilla conforma lo que se espera del lobato en esa fase de edad respecto del objetivo terminal correspondiente. A continuación, se presenta cada uno de los mundos y sus respectivos conceptos. Además, se incluyen los objetivos terminales planteados para dicho mundo, así como un cuadro con las huellas propuestas para las fases de infancia media e infancia tardía. También se ha incorporado a cada mundo algunas orientaciones generales sobre las huellas que plantea, con lo que se pretende entregar información adicional y práctica para el trabajo en la manada.


Área de la Corporalidad (Mundo Corporal) En el amplio abanico del desarrollo de la personalidad, lo que se evidencia en el primer lugar es la singular y misteriosa relación de una persona con su cuerpo. Alma, cuerpo y mente se unen a cada instante en el movimiento de la vida, es una interdependencia difícil de medir pero real. Es así como el desarrollo integral de una persona no sólo depende de factores inmateriales, como los espirituales, los psicológicos o los culturales; también está sujeto a factores físicos, que interactúan en la determinación de las características de la personalidad, particularmente en las más complejas. Por otra parte, el cuerpo, objetivado y conocido cada día más por ciencia, no sólo crece y funciona en razón de una seria de cambios y procesos sujetos a leyes propias, sino que es posible obtener a su respecto un punto de plenitud, al cual los niños y los jóvenes pueden acercarse, por su propia intervención, cada día un poco más. En tendemos entonces por desarrollo corporal el ejercicio de esa cuota de responsabilidad personal en el crecimiento y funcionamiento del propio cuerpo. Para el Movimiento Guía t Scout, a quien ese misterio de la integración de la materia y del espíritu maravilla como un signo de la trascendencia humana, la responsabilidad por el propio cuerpo es también una consecuencia vital de reconocerlo como obra de Dios, puesta para su alabanza y testimonio.


Infancia Media LOBEZNO - SALTADOR (7 a 9 años) 1. Se esfuerza por cumplir las orientaciones de los adultos sobre el cuidado de su cuerpo.

Infancia Tardía DIESTRO - CAZADOR (9 a 11 años) 1. Mide el riesgo en las acciones que realiza.

Objetivo Terminal Asume la parte de responsabilidad que le corresponde en el desarrollo armónico de su cuerpo.

Orientaciones Generales Estos objetivos apuntan a que el niño comprenda que las orientaciones de los adultos pueden contribuir al desarrollo equilibrado de su cuerpo, y que con observación y criterio aprende a anticipar las posibles consecuencias de una acción peligrosa. El aquietamiento del crecimiento y la armonía corporal que se producen en este período, permite al niño desplegar una gran actividad física sin que experimente la fatiga esperada ante tanto esfuerzo. En la infancia intermedia, se espera que el niño comprenda que las orientaciones de los adultos (padres, profesores, dirigentes) son por su bien y que debe intentar cumplirlas por todos los medios. Algunos ejemplos de orientaciones pueden ser: comer todo tipo de alimentos, dormir lo adecuado, ser limpio y ordenado, aprovechar su tiempo, hacer ejercicios y no llevar una vida sedentaria, disfrutar de la naturaleza porque en ella se aprenden muchas cosas, entre otras. Ya en la infancia tardía, el lobato debe ser capaz de determinar si una acción o actividad implica un posible riesgo, si el realizar algo inadecuadamente puede producir un problema, o si desobedecer alguna indicación implica potenciales resultados negativos para su salud o la de los demás. Como ejemplos, podemos mencionar, entre otros: comer alguna fruta verde o desconocida que se encuentre en la naturaleza; salir de noche en campamento sin avisar a los dirigentes; molestar a los animales; jugar con fuego, electricidad, combustibles o insecticidas; dejar sus juguetes tirados por todas partes.


Infancia Media LOBEZNO - SALTADOR Infancia Tardía DIESTRO - CAZADOR (7 a 9 años) (9 a 11 años) 2. Entiende el funcionamiento de los 2. Demuestra que conoce la ubicación de sistemas mayores de su organismo. los principales órganos de su cuerpo. 3. Desarrolla hábitos que protegen su 3. Conoce las principales enfermedades salud. que lo pueden afectar y sus causas. 4. Adquiere destrezas en el manejo de 4. Participa en actividades que desarrollan algunas de sus cualidades motrices. sus cualidades motrices de 5. Resuelve los conflictos con sus coordinación, equilibrio, fuerza, compañeros sin recurrir a la fuerza. agilidad, velocidad y flexibilidad. 5. Se esfuerza por expresar sus disgustos sin reacciones físicas. Objetivo Terminal Conoce los procesos biológicos que regulan su organismo, protege su salud, acepta sus posibilidades físicas y orienta sus impulsos y fuerzas. Orientaciones Generales Los énfasis de estos objetivos son el conocimiento de los procesos biológicos que regulan el organismo, la protección de la salud, la aceptación de las propias posibilidades físicas, y la orientación de impulsos y fuerzas. En esta edad, los niños sienten un gran impulso por realizar actividad física, lo que debe aprovecharse para desarrollar actividades ágiles y fuertes. El lobato además, es más hábil y diestro respecto a sus cualidades motrices, producto de su desarrollo. Por todo lo anterior, se debe aprovechar este despliegue de actividad y entusiasmo para desarrollar la coordinación, equilibrio, fuerza, agilidad, velocidad y flexibilidad en él. Estos objetivos apuntan, en primer lugar, a que el niño conozca los órganos de su cuerpo y las enfermedades que pueden afectarlo, estando consciente que algunas de ellas pueden evitarse con prudencia y con preocupación por la higiene y la limpieza. Algunos de los órganos a los que hacemos referencia son: ojos, corazón, riñones, pulmones, hígado, vejiga, intestinos, órganos reproductores (pene, testículos), y las enfermedades que pueden afectar su cuerpo, además de las características de su edad, son: resfriados o gripes, tifoidea, hepatitis, cólera, otras. Los objetivos también pretender que el lobato desarrolle progresivamente el hábito de hacer actividades que tiendan a su desarrollo armónico, orientando impulsos y energías hacia su aprendizaje. En esta edad, el niño también debe ser capaz de evitar las pataletas, berrinches, chillidos y las peleas por cosas insignificantes con los demás a pesar de estar disgustado. Se le debe motivar a solucionar sus problemas y diferencias a través de medios no violentos ni agresivos. Ya en la infancia tardía, debe conocer el funcionamiento de los sistemas de su organismo (circulatorio, respiratorio, digestivo, excretor, reproductor y nervioso). Además, se espera que, por propia iniciativa, se abrigue si siente frío, coma si tiene hambre, descanse si está fatigado, duerna si tiene sueño. Por lo general, hay que insistir en la practica permanente de estos hábitos. Por otra parte, al desarrollar y conocer su fuerza, el lobato distingue que los conflictos se pueden solucionar sin recurrir a ella, ya sea conversando, jugando o compitiendo sanamente.


Infancia Media LOBEZNO - SALTADOR (7 a 9 años) 6. Practica los principales hábitos de higiene personal. 7. Realiza pequeñas tareas de orden y limpieza de su entorno.

Infancia Tardía DIESTRO - CAZADOR (9 a 11 años) 6. Practica la mayoría de los hábitos de higiene personal. 7. Demuestra generalmente interés por el orden y limpieza de los lugares en que vive y juega.

Objetivo Terminal Valora su aspecto y cuida su higiene personal y la de su entorno.

Orientaciones Generales Las principales actitudes que pretenden desarrollar estos objetivos son la valorización del aspecto y cuidado por la higiene personal, y el cuidado por la higiene de su cuerpo. Ante el despliegue que presenta el niño en esta edad, no es de extrañar que transpire fácilmente y que se ensucie al tirarse al suelo o al manipular diferentes objetivos de su entorno; por lo tanto, se debe reforzar en todo momento, lugar y actividad el que los niños practiquen los hábitos de higiene personal (ducharse, lavarse las manos y los dientes, lavar su ropa, cepillarse y cortarse las uñas, lavarse las orejas). Por otro lado, también hay que reforzar la realización de tareas de orden y limpieza del entorno, entregándoles pequeñas responsabilidades a cada uno en el local, en campamento, en un paseo, en las reuniones y pedirle a sus padres que hagan lo mismo (hacer la cama; pasar el plumero; barrer debajo de la cama, mantener ordenada su ropa, sus juguetes, sus útiles escolares, los materiales de la Unidad). Ya en la infancia tardía, el lobato debe practicar hábitos de higiene personal por iniciativa propia, como un hábito ya adquirido (por ejemplo: aseo intimo, uso de desodorante, otros). A su vez, debe ser capaz de preocuparse en todo momento y lugar del orden y la limpieza de su entorno. Si aún no manifiestan estas conductas por su propia cuenta, es necesario reforzarlas, mediante la asignación de tareas especificas.


Infancia Media LOBEZNO - SALTADOR (7 a 9 años) 8. Se esfuerza por comer todo tipo de alimentos. 9. Respeta los horarios de alimentación.

Infancia Tardía DIESTRO - CAZADOR (9 a 11 años) 8. Comprende la importancia de una alimentación sana y equilibrada. 9. Practica hábitos de higiene en la manipulación y consumo de los alimentos.

Objetivo Terminal Mantiene una alimentación sencilla y adecuada.

Orientaciones Generales Estos objetivos apuntan a que el lobato adquiera el hábito de una alimentación variada dentro de un horario, todo lo cual le permite desarrollar su cuerpo sanamente. También se pretende desarrollar hábitos de higiene al manipular alimentos. La gran actividad física que realiza el niño, además del fuerte desarrollo óseo y muscular que experimenta, hacen que requiera buenas dosis de alimento, el que consume con avidez. Por lo mismo, debe aprender a consumir diariamente todo tipo de sustancias nutritivas, combinando en cada comida los distintos grupos de alimentos en cantidades suficientes, como una forma de ayudar a su organismo a crecer y desarrollarse adecuadamente. Es importante también prevenir la ingestión de alimentos entre comidas, especialmente el consumo desordenado de golosinas, saladas o dulces, muy común en esta edad, porque provocan caries y desórdenes digestivos, impidiendo además que el niño se alimente adecuadamente en su horario de comidas. El consumo de leche y de frutas y verduras variadas debe formar parte de su dieta habitual, pues ayudan a hidratar el cuerpo y evitan inconvenientes para el sistema digestivo, entre otros, la estitiquez. En la infancia tardía, hay aún mayor atención a que el niño consuma alimentos variados, y que tome conciencia del cuidado de la higiene personal al momento de manipular los alimentos y los utensilios de cocina, así como de los lugares de preparación de alimentos. Practicar hábitos de higiene previene la contaminación de alimentos y evita enfermedades a quienes los consumen. El lobato debe saber también que es importante evitar la desnutrición y el sobrepeso, y que ambos se producen por comer mal o por ingerir cosas que no alimentan.


Infancia Media LOBEZNO - SALTADOR (7 a 9 años) 10. Dedica tiempo a sus responsabilidades escolares.

Infancia Tardía DIESTRO - CAZADOR (9 a 11 años) 10. Demuestra que entiende y acepta la necesidad de distribuir su tiempo entre varias alternativas. 11. Respeta las horas de sueño apropiadas a su edad.

Objetivo Terminal Administra su tiempo equilibradamente entre sus diversas obligaciones, practicando formas apropiadas de descanso.

Orientaciones Generales Los énfasis de estos objetivos son la administración equilibrada del tiempo, y la práctica de formas adecuadas de descanso. El hogar, la escuela y los compañeros ocupan gran parte de la vida del niño. Por otro lado, sus mayores expresiones están en el gran despliegue físico, interés por los deportes y actividades al aire libre. Es común ver en esta edad que el niño juega casi todo el día, por lo que es necesario comenzar a inculcar en él la responsabilidad frente al estudio. Como el dirigente, por lo general, es un referente importante para el niño, debe motivarlo para que destine un tiempo diario al estudio en su hogar además de sus clases; y que se preocupe por dedicar un cierto tiempo para estar con su familia. Las actividades scouts que desarrollemos con los niños deben considerar una distribución adecuada de tiempo, en parte para que los lobatos descubran que a pesar de que en la manada siempre se pasa bien, no todo es juego, y que así como se organiza una reunión o cualquier actividad, ellos también deben organizar su tiempo, considerado dentro de su distribución momentos de estudio, recreación y juego, descanso, alimentación y sueño.


Infancia Media LOBEZNO - SALTADOR (7 a 9 años) 11. Disfruta las actividades al aire libre. 12. Demuestra interés por la práctica de los deportes. 13. Se integra con entusiasmo a los juegos colectivos.

Infancia Tardía DIESTRO - CAZADOR (9 a 11 años) 12. Colabora con las excursiones organizadas por su Unidad. 13. Participa en actividades deportivas, conoce sus reglas y acepta perder. 14. Participa activamente en juegos colectivos y respeta sus reglas.

Objetivo Terminal Convive constantemente en la naturaleza y participa en actividades deportivas y recreativas.

Orientaciones Generales Las principales ideas que pretenden desarrollar estos objetivos son la vida al aire libre, la participación en actividades deportivas, y la participación en juegos y actividades recreativas. Dentro de la gran actividad que el niño realiza a esta edad, se encuentra con la posibilidad de compartir actividades con vecinos, compañeros de colegio, o integrantes de su unidad. Y no es de extrañar que estos juegos tengan en común la reglamentación (orden) necesaria para dar cierto sentido a la actividad que realiza. Es probable también que el niño practique algún deporte en el colegio, para lo cual debemos incentivarlo a que continúe haciéndolo, conociendo sus reglas y tomando conciencia de la posibilidad de ganar o de perder cuando se participa en un deporte de competición. Por otro lado, debemos preocuparnos de que el niño no se margine de las actividades colectivas, y si lo hace, hay que conversar con él para conocer las causas e invitarlo a que se sume a los juegos y disfrute con sus compañeros. Ya en la segunda fase, el niño debe ser capaz de respetar las reglas de los juegos y actividades colectivas de la Unidad, haciéndole saber que no es el único que juega y que el resto tiene iguales derechos de disfrutar de los juegos como él. Para que este objetivo se haga realidad, y para que el niño disfrute del aire libre, es necesario que la Unidad le proporcione momentos y espacios permanentemente al aire libre y en naturaleza, como por ejemplo, excursiones, paseos y campamentos, además de procurar realizar las reuniones habituales en plazas y parques o lugares similares.


Área de la Creatividad (Mundo Creativo) Otro aspecto relevante en el desarrollo de la personalidad en el que dice relación con los procesos del conocimiento y el desarrollo intelectual. Descubrir la información, almacenarla, hacer inferencias y sacar conclusiones, valorar la calidad de las ideas y soluciones, discernir entre ellas, son tareas propias de la inteligencia, que van desde los simples esquemas infantiles hasta los conceptos más elaborados de la adolescencia y la vida adulta. El Movimiento Guía y Scout valora en este campo la adquisición y el ejercicio de la capacidad de pensar y de innovar. La posesión de un abundante depósito de conocimientos debe distinguirse de la libertad para usar ese conocimiento. Al niño dotado de una variada gama de imágenes y conceptos se acostumbra considerarlo inteligente, pero al que utiliza ese cúmulo de manera original y relevante, aportando soluciones o productos nuevos, se le denomina creativo. La creatividad es un concepto que ha recibido mucha atención e innumerables definiciones en la época contemporánea, y no está referida sólo a la creación artística ni menos es un don especial heredado en los genes. Es una aptitud que existe en la persona y que es preciso hacer brotar. Para que surja, se necesita además educar una actitud creativa, caracterizada por una apertura de la persona a la plenitud de sus experiencias, sensible a lo que acontece en su entorno, a los demás seres humanos y, sobre todo, sensible a lo que descubre dentro de sí mismo. La creatividad es el desarrollo del pensar reflexivo-crítico, de la imaginación, de la capacidad para crear, del espíritu de inventiva, de la capacidad para aceptar la innovación y para asumir el riesgo como condición necesaria de todo cambio social. La insatisfacción de las necesidades prioritarias (como las fisiológicas, la seguridad, el amor, la autoestima), la falta de conocimientos suficientes, el apego a reglas antiguas, el miedo al error y al fracaso, la incapacidad para la aventura, el ambiente severo, el conformismo con el entorno, la censura sistemática, constituyen serios obstáculos al desarrollo de la creatividad. Por eso, el Movimiento Guía y Scout introduce en su programa experiencias estimulantes, novedosas y desafiantes, que motivan a los niños por lo poco frecuente, lo nuevo, lo que todavía no se repite. Un niño que egresa del Movimiento ha vivido en una atmósfera que facilita la cordialidad, la seguridad y la libertad, donde ha sido invitado a lanzar lejos la visión, pero bajo la mirada atenta del adulto que refuerza, orienta y apoya.


Infancia Media LOBEZNO - SALTADOR (7 a 9 años) 1. Manifiesta lo que le parece sorprendente o extraño. 2. Participa en actividades que fomentan su interés en la información. 3. Lee el material escrito apropiado a su edad que le proporcionan o sugieren sus padres, profesores y dirigentes.

Infancia Tardía DIESTRO - CAZADOR (9 a 11 años) 1. Demuestra interés por conocer y aprender. 2. Participa en actividades que desarrollan destrezas de indagación y búsqueda. 3. Narra con algunos detalles situaciones o episodios de las lecturas que realiza.

Objetivo Terminal Incrementa continuamente sus conocimientos mediante la autoformación y el aprendizaje sistemático.

Orientaciones Generales Los énfasis de estos objetivos son el interés por el aprendizaje y la auto formación, el manejo de la información y la práctica de la lectura. Estos objetivos refuerzan el que el niño descubra esquemas mentales distintos a los establecidos para desarrollar su libertad, identidad y autonomía. La fuerza de ellos radica en el descubrimiento y en la exploración de las distintas posibilidades existentes. Se espera que el niño, gradualmente, descubra la diferencia entre una mente condicionada y una mente creada y que entiende que ambas son necesidades y complementarias. En esta edad el niño pasa de un estado de no distinción de lo real y lo fantástico a una objetivación al final del período. La ventaja de este desarrollo es que existe un avance en el pensar analítico pasa de ser fluctuante a ser fija, lo que implica que es mayor la capacidad de concentración y observación de fenómenos del entorno. El aprendizaje y el conocimiento se desarrollan en gran parte por el uso de los sentidos. Se consolida la percepción espaciotemporal y de las propiedades de los objetos; comienza la percepción de clases y categorías. Existe un incremento importante del vocabulario verbal y escrito, convirtiéndose progresivamente el lenguaje en un regulador de la conducta. Es un período en que el lobato aprende nuevas palabras y disfruta utilizándolas. El mejor entendimiento de conceptos generales mejora la capacidad de describir e interpretar fenómenos de la realidad. Pasa del interés por el cuento-fantacia al relato de aventuras reales, posibles y naturales. Otro de los avances paulatinos que se incorporan en esta área es la percepción más objetiva y menos vinculada a lo afectivo. Así también nos encontramos con un afianzamiento de las operaciones lógicas y una mayor comprensión de explicaciones científicas. En definitiva, para alcanzar el logro de estos objetivos, los dirigentes deben procurar un espacio de descubrimiento y exploración de realidades nuevas para los niños.


Infancia Media LOBEZNO - SALTADOR (7 a 9 años) 4. Demuestra por distintos medios que retiene las experiencias que ha vivido. 5. Narra con detalles pequeñas historias o situaciones vividas en la Manada. 6. Se integra con entusiasmo a los juegos de observación.

Infancia Tardía DIESTRO - CAZADOR (9 a 11 años) 4. Relaciona apropiadamente situaciones de la fantasía con hechos de la realidad. 5. Explica las conclusiones que recoge de relatos, cuentos y personajes. 6. Participa continuamente en juegos educativos de distinto tipo.

Objetivo Terminal Actúa con agilidad mental ante las situaciones más diversas, desarrollando su capacidad de pensar, innovar y aventurar.

Orientaciones Generales El énfasis para estos objetivos es el desarrollo de la capacidad de pensar, de innovar y de vivir nuevas experiencias. En esta edad, la mayoría aumenta en amplitud y está ligada más que nada a las experiencias vividas. Recordemos que en este período aumenta el desarrollo y uso del lenguaje. Para ejercitar la memoria y el recuerdo, en la infancia media el niño debe ser capaz de narrar o contar las situaciones vividas por él en la Unidad. Al hacerlo, en cierta medida nos podemos percatar de su capacidad para recordar situaciones y de la forma en que las experimenta (escribir, cantar, bailar, actuar, narrar). En la infancia tardía, este mismo ejercicio permite sacar conclusiones de lo que cuenta el niño. Esta información es muy valiosa, pues indica cuán importante fue la experiencia para él. Además, esta capacidad de retener las vivencias denota creatividad, ya que al recordarlas pueden surgir soluciones a nuevos problemas. El pensar analítico logrado en esta edad no es abstracto, o va de lo concreto a lo abstracto paulatinamente a medida que pasan los años. Por ello, el niño necesita seguir usando los sentidos para poder conocer. En esta línea, debe ser capaz de integrarse a juegos de observación de distinto tipo que privilegien el uso de los sentidos. Para lograr la capacidad de conclusión en necesario comprender, y para el niño de este período comprender todavía significa mirar, escuchar, tocar, gustar y oler. Posteriormente, el saber concluir le permite, entre otras cosas, distinguir entre la realidad y la fantasía.


Infancia Media LOBEZNO - SALTADOR (7 a 9 años) 7. Se integra a los talleres de manualidades de su Manada. 8. Identifica las herramientas que utiliza y describe su uso.

Infancia Tardía DIESTRO - CAZADOR (9 a 11 años) 7. Ejercita continuamente sus habilidades manuales. 8. Demuestra progresivamente mayor precisión en los objetos que produce con sus manos.

Objetivo Terminal Une los conocimientos teórico y práctico mediante la aplicación constante de sus habilidades técnicas y manuales.

Orientaciones Generales Estos objetivos invitan al niño a aplicar el conocimiento teórico adquirido, mediante la realización de acciones concretas, lo que a su vez implica conocer y utilizar las herramientas correspondientes para su aplicación. El desarrollo constante de estas habilidades le permite elaborar objetivos con mayor precisión en los detalles. El desarrollo de la comprensión del mundo que lo rodea, de las nociones de tiempo, longitud y espacio, de las propiedades de los objetivos, del manejo del lenguaje y su mayor capacidad analítica hacen que el niño quiera demostrar lo que sabe, lo que puede crear y la posibilidad de manipular su ambiente. Por ello, es importante darle la posibilidad de integrarse a actividades de manualidades, para que ejercite sus habilidades manuales, las comparta con los demás y aprenda a valorar las habilidades ajenas. En esta edad, es frecuente el interés por enfrentar y resolver problemas que el medio les presenta, inventando máquinas raras, con una muy lejana belleza estética pero con algo de efectividad. Muchas veces, para llegar a construir estas “maquinarias” o “inventos de todo tipo”, que a su juicio presentan soluciones a los problemas existentes, deben utilizar herramientas, por lo que éste es otro buen momento para que las conozcan y las aprendan a usar. Las personas creativas, en términos generales, son inquisitivas, tienen muchas ideas nuevas y poco usuales; rara vez están satisfechos con lo cotidiano. Aunque son inteligentes, no se basan en el proceso racional sino que aportan los aspectos emotivos de su personalidad a la solución del problema. Los individuos creativos están conscientes de sí mismos y son capaces de elaborar juicios independientes. Se oponen al conformismo y se consideran a sí mismos como diferentes a los demás. Las características de una persona creativa son la innovación y el espíritu emprendedor. Habitualmente, los descubrimientos científicos, las invenciones tecnológicas y las creaciones artísticas son producto de la creatividad de sus autores.


Infancia Media LOBEZNO - SALTADOR (7 a 9 años) 9. Describe en general las funciones de las principales profesiones y oficios.

Infancia Tardía DIESTRO - CAZADOR (9 a 11 años) 9. Manifiesta por distintos medios sus aptitudes.

10. Participa en actividades relativas a las profesiones y oficios.

10. Participa en dramatizaciones, mímicas y otros medios de expresión relativos a las profesiones y oficios.

Objetivo Terminal Elige su vocación considerando conjuntamente sus aptitudes, posibilidades e intereses; y valora sin prejuicios las opciones de los demás.

Orientaciones Generales La idea central de estos objetivos es que el lobato valore la importancia de saber aplicar en su diario quehacer, especialmente dentro de su familia o colegio, un determinado aprendizaje adquirido mediante talleres, para ir descubriendo diferentes trabajos y áreas de interés. El permanente deseo de conocer e investigar facilita el conocimiento de las principales profesiones y oficios, el que proviene de los básicos juegos de rol (el papá y la mamá, la enfermera y el doctor, el almacenero y el cliente, la profesora y los alumnos, entro otros). En la infancia media, el niño ya es capaz de distinguir y describir la función correspondiente a diversas profesiones y oficios. Para reforzar este conocimiento, se deben desarrollar actividades donde se exprese lo aprendido con relación al tema, las cuales son responsabilidad del Equipo de Unidad. Como sugerencia de actividades, podemos mencionar las dramatizaciones, mímicas y otras formas de expresión, como la plástica, la artesanía, el dibujo, la pintura, el canto, la música, la poesía, la narración, etc.


Infancia Media LOBEZNO - SALTADOR (7 a 9 años) 11. Se manifiesta habitualmente por medio del dibujo y la pintura. 12. Participa en cantos, danzas y representaciones artísticas.

Infancia Tardía DIESTRO - CAZADOR (9 a 11 años) 11. Demuestra en distintas actividades su interés por expresarse. 12. Se expresa aceptablemente a través del lenguaje. 13. Reconoce y aprecia la calidad expresiva de los demás.

Objetivo Terminal Expresa lo que piensa y siente a través de distintos medios, creando en los ambientes en que actúa espacios gratos que faciliten el encuentro y el perfeccionamiento entre las personas.

Orientaciones Generales Estos objetivos invitan al niño a construir una idea elaborada sobre su pensar y sentir, en forma espontánea y natural. Posteriormente el desarrollo de ellos lo conduce a encausar su potencial artístico reforzando la capacidad de expresión en todas las artes o campos posibles (dramatización, música, canto, danza, escultura, alfarería, orfebrería, dibujo, pintura, fotografía, video, oratoria, escritura), participando activamente en su ejecución. En el inicio del período aumenta el desarrollo y uso del lenguaje, llama las cosas por su nombre, las describe e identifica su uso. A través de la dramatización y la mímica, el niño manifiesta espontáneamente y con un buen nivel de expresión y realismo lo que vive y lo que observa en el mundo que la rodea. Durante la infancia tardía es capaz de definir las cosas y pierde un poco la espontaneidad. Al final del período, se espera que el niño haya desarrollado la capacidad de establecer un diálogo. Cabe señalar que en la expresión también existe una diferencia entre una fase y otra. En la infancia media, el lobato se deja llevar todavía por la fantasía, lo que podemos observar por ejemplo en sus dibujos; mientras que en la tardía, tiende a ser más concreto, detallista y realista. Otra de las formas básicas en que los niños manifiestan sus pensamientos y sentimientos es a través del dibujo y la pintura, además de la conversación. Estas técnicas deben ser explotadas en las actividades de Unidad. También suelen manifestarse a través de cantos, danzas y representaciones artísticas, siendo espontáneos durante el período y tendiendo a disminuir a finales de la infancia tardía por manifestarse en él el sentido de ridículo. Los ejercicios y actividades de expresión deben ofrecer espacios para que el lobato demuestre su interés por expresarse y desarrolle la capacidad de reconocer y apreciar el talento de los demás. Es misión de los dirigentes preocuparse del lenguaje y vocabulario que utilizan los niños, corregirlos cuando usen palabras inadecuadas y llamarles la atención cuando digan groserías. Además, deben procurar ser cuidadosos con las palabras que usan con los niños, pues son un modelo de expresión.


Infancia Media LOBEZNO - SALTADOR (7 a 9 años) 13. Manifiesta interés por conocer y manipular objetos. 14. Describe el uso o aplicación de los objetos que conoce.

Infancia Tardía DIESTRO - CAZADOR (9 a 11 años) 14. Demuestra interés por conocer las causas de los fenómenos que observa. 15. Describe soluciones a pequeños problemas.

Objetivo Terminal Valora la ciencia y la técnica como medio para comprender y servir al hombre, la sociedad y el mundo.

Orientaciones Generales Estos objetivos plantean como énfasis que el niño valore la ciencia y la técnica como medios importantes para comprender mejor a los seres humanos y prestarles un servicio. En este período, el lobato presenta especial interés y motivación por enfrentar y resolver problemas que el medio le presenta; crea inventos, máquinas y experimentos que representan soluciones a problemas reales. De todas formas, se inclina más por crear que por hacer. A la vez, se interesa permanentemente en todo lo que ve y observa, tratando de conocerlo más a fondo, tocándolo y manipulándolo. Gracias a esta observación “palpable”, es capaz de descubrir el uso o aplicación de los objetivos o al menos deducirlo. En materias menos “palpables”, como es el caso de los fenómenos naturales (temblores, fuego, frío, calor, truenos, relámpagos, rayos, maremotos, eclipses, lluvia, el vuelo de los pájaros, la procreación de los seres humanos, etc) demuestra interés por conocer cómo se producen o como funcionan. En términos generales, el niño tiene interés y quiere aprender muchas cosas. Por lo mismo, es importante motivarlos para que planteen soluciones a partir de lo aprendido y descubierto por su propio trabajo. También, es imprescindible que los dirigentes creen los espacios para que los niños observen y comenten los fenómenos observados.


Área del Carácter (Mundo del Carácter) Entendemos el carácter como una disposición permanente de la voluntad del hombre para organizar sus fuerzas e impulsos de acuerdo con un principio regulador de naturaleza ética, confiriéndole a su comportamiento un cierto perfil personal. Concebido de esta manera, el carácter se contrapone con el mundo de los instintos, de las apetencias y de los rasgos que dependen especialmente de la constitución física o que están relacionados con ella, la cual sostiene el carácter, pero no define las elecciones ni los valores. En este aspecto del desarrollo de la personalidad es fundamental la orientación de la vida en base a objetivos, su ordenación de acuerdo con valores libremente aceptados y la educación de la voluntad para que la persona se mantenga adherida a esos valores. De esa manera, se da sentido a la vida y coherencia a la conducta. Tal certidumbre y consistencia ética permiten al hombre maduro obtener la consecución de los fines que considera justos. Para contribuir a la formación del carácter, el método guía y scout realiza diversos aportes. Uno de ellos es la permanente invitación a la vida de reflexión y a la interacción con otras personas, procurando que el niño adquiera un buen conocimiento de sí mismo. De igual manera, quienes se conocen a sí mismos poseen un elevado sentido del humor, probablemente debido a su capacidad de autoobjetivación. Quien tiene un sentido proporcionado de sus cualidades y valores es capaz de percibir sus incongruencias y absurdos. El humor carece de hostilidad, es intrínseco a la situación y no añadido a ella, es espontáneo, considera respetuosamente a los demás y es ajeno a la comicidad. Es un humor similar a la alegría contenida en la Ley Guía y Scout, que invita a la persona a superar dificultades y a expresar de un modo constante su gusto por la vida. Un carácter alegre es una marca que identifica, distingue y atrae voluntades. Los valores que forman el carácter dependen mucho de la cultura y del medio particular en que la persona se desenvuelve. Para un lobato, esa proposición cultural está contenida en la Ley, código de conducta que el niño interioriza y asume a través de la vivencia.


Infancia Media LOBEZNO - SALTADOR (7 a 9 años) 1. Aprecia lo que es capaz de hacer. 2. Reconoce y acepta sus errores. 3. Participa en actividades que le ayudan a descubrir sus logros.

Infancia Tardía DIESTRO - CAZADOR (9 a 11 años) 1. Identifica sus principales capacidades y limitaciones. 2. Acepta los defectos y limitaciones que descubre en sí mismo. 3. Valora el significado de sus logros.

Objetivo Terminal Conoce sus posibilidades y limitaciones, aceptándose con capacidad de autocrítica y manteniendo a la vez una buena imagen de sí mismo.

Orientaciones Generales Se espera que un joven que egresa del Movimiento conozca sus posibilidades y limitaciones, se acepte con capacidad de autocrítica y mantenga una buena imagen de sí mismo. Para llegar a ello, los niños deben trabajar en tres énfasis: el conocimiento de las posibilidades y limitaciones personales, la aceptación de sí mismos con capacidad de autocrítica, y la mantención de una buena autoimagen. Durante este período, un aspecto destacado es el mayor conocimiento de sí mismo, cosa que no sucedía en la llamada primera infancia. En estos años, el niño empieza a reconocer sus capacidades y limitaciones y va adquiriendo progresivamente más conciencia del desarrollo que experimenta. Regularmente el lobato debe darse un tiempo para revisar lo que ha hecho, evaluando qué cosas ha logrado, qué cosas le han sido más difíciles y en qué se ha equivocado. El reconocer sus errores le permite descubrir sus limitaciones, le ayuda a ver qué debe mejorar y qué debe evitar como comportamiento. Cuando el niño se evalúe, se le debe destacar la capacidad y valentía de apreciar lo bueno y reconocer lo malo. Los dirigentes deben motivar a que el niño descubra sus logros y generar actividades que le permitan apreciar su progreso, reforzando con ello su autoestima. En la infancia tardía, el lobato ya sabe lo que puede hacer y hasta dónde y qué cosas simplemente están fuera de su alcance. Conoce sus limitaciones y las acepta con naturalidad, evitando de esta manera frustraciones por acometer acciones que no puede cumplir. Implica también que así como conoce sus defectos, celebra y valora sus logros y éxitos. Se le debe apoyar y señalar que las dificultades no son permanentes y que debe confiar en sus capacidades para superarlas.


Infancia Media LOBEZNO - SALTADOR (7 a 9 años) 4. Acepta las sugerencias de sus padres, profesores y dirigentes destinadas a corregir sus errores. 5. Comprende la importancia de las tareas que asume para incrementar sus logros.

Infancia Tardía DIESTRO - CAZADOR (9 a 11 años) 4. Se propone pequeños desafíos para superar sus defectos. 5. Cumple generalmente las tareas que asume.

Objetivo Terminal Es el principal responsable de su desarrollo y se esfuerza por superarse constantemente.

Orientaciones Generales Los énfasis de estos objetivos son la conciencia de la responsabilidad por el propio desarrollo y el esfuerzo por la superación constante. En esta etapa del desarrollo, es posible apreciar el paso de la heteronomía a la autonomía, es decir, comienza a ser capaz de desligarse de la opinión de los adultos. Para que el niño pueda dar con éxito este paso, es necesario que escuche las sugerencias, consejos y comentarios de sus padres, profesores y dirigentes, porque debe estar consciente de que lo ayudan a corregir sus errores. Estas sugerencias en ningún caso deben cohibir o coartar la posibilidad de hacer cosas ni de limitar el accionar del niño. Además, éste entiende que las tareas que asume le permiten aumentar sus logros y éxitos. También es importante que, al aceptar la opinión de los adultos, éstos destaquen sus logros y lo estimulen a continuar asumiendo tareas. Posteriormente, en la infancia tardía, el lobato empieza a plantearse desafíos pequeños por su propia cuenta para superar sus defectos, sin que esto signifique que deja de oír a los mayores. Lo importante es que haga todo lo posible por cumplir las tareas que permiten el logro de sus desafíos. Es recomendable que los adultos (padres, profesores, dirigentes) conozcan los desafíos que se propone el niño, para que las sugerencias y consejos que le den no resulten contradictorios con lo que el lobato se ha propuesto.


Infancia Media LOBEZNO - SALTADOR (7 a 9 años) 6. Conoce y comprende la Ley y los principios contenidos en la Promesa de su Rama. 7. Se compromete con la Ley y los principios de su rama.

Infancia Tardía DIESTRO - CAZADOR (9 a 11 años) 6. Demuestra aceptar el significado para su vida de la Ley, los principios y la Promesa. 7. Aplica la Ley y los principios en las actividades de su Manada y en su vida personal.

Objetivo Terminal Construye su proyecto de vida en base a los valores de la Ley y la Promesa Scout.

Orientaciones Generales Estos objetivos pretenden que el niño conozca y comprenda los artículos de la Ley, así como el significado de la Promesa de su Rama. Una vez que el niño entiende la Ley, se espera que adquiera un compromiso con ella, haciendo su Promesa de Lobato. Es recomendable que ambos objetivos de la infancia media sean logrados durante el primer año de permanencia en la Unidad. Luego, en la siguiente fase, el niño debe incorporar a su vida lo que la Ley le enseña y mantener el compromiso que manifestó en su Promesa. Además, es necesario que demuestre a través de su comportamiento y participación en las actividades de Unidad que tiene presentes la Ley y la Promesa y que intenta cumplir con ellas.


Infancia Media LOBEZNO - SALTADOR (7 a 9 años) 8. Comprende el alcance y significado de la verdad. 9. Descubre progresivamente que sus valores scouts se reflejan en sus actitudes ante compañeros y amigos. 10. Participa en juegos, relatos y representaciones que destacan el valor de verdad.

Infancia Tardía DIESTRO – CAZADOR (9 a 11 años) 8. Demuestra que se esfuerza por decir siempre la verdad. 9. Comprende progresivamente que sus valores scouts se reflejan en sus actitudes con su familia. 10. Contribuye a crear en su Manada un ambiente en que se exprese siempre la verdad.

Objetivo Terminal Actúa consecuentemente con los valores que lo inspiran.

Orientaciones Generales Los énfasis presentes en estos objetivos son la actitud interior de coherencia, el testimonio personal, y la promoción de la consecuencia en los ambientes en que actúa. En el fondo, lo que se pretende es que el niño sea honesto. En esta etapa del desarrollo, el carácter se expresa más bien en la línea de la voluntad y en el sentido de los valores, empezando una fuerte adhesión a valores, tales como la verdad y la justicia, entre otros. En el caso de este último, se convierte para él en un valor inflexible. En la infancia media, el lobato ya puede diferenciar entre la verdad y la mentira, y se sugiere reforzar este objetivo con el artículo de la Ley respectivo. Comienza a mirar las cosas con mayor realismo, pero aunque tenga claro lo que está permitido y lo que no, la reacción de mentir es a veces para evitar un reto o un reproche, más que por maldad o intencionalidad, o porque no sabe cómo solucionar algo que ya ha hecho, pero que preferiría no haberlo hecho. Se da cuenta también de que lo aprendido en el Movimiento, sobre todo la Ley y los valores presentes en ella, deben reflejarse en el contacto con sus amigos, compañeros de colegio y familiares. Una buena manera de reforzar el significado de la verdad es que el niño participe en alguna representación sobre el tema, o que los dirigentes relaten cuentos, historias o fábulas relativas al valor de la verdad. Algunas claves para crear un ambiente en que se diga siempre la verdad son, por ejemplo, no basar el trabajo y las actividades en la culpa o el castigo; buscar soluciones y no culpables; no acorralar al niño para que cuente todo; elogiarlo por decir la verdad; si se es injusto, admitirlo en seguida.


Infancia Media LOBEZNO - SALTADOR (7 a 9 años) 11. Expresa frecuentemente su alegría. 12. Participa con alegría en las actividades de la Manada. 13. Manifiesta su humor sin reírse de sus compañeros.

Infancia Tardía DIESTRO - CAZADOR (9 a 11 años) 11. Acepta de buen ánimo las dificultades. 12. Comparte con alegría sus logros y los de sus compañeros. 13. Contribuye a que su Manada manifieste su humor sin agresividad.

Objetivo Terminal Enfrenta la vida con alegría y sentido del humor.

Orientaciones Generales Los énfasis de estos objetivos son una actitud alegre, una proyección de la alegría en los ambientes en que actúa el niño, el sentido del humor y el respeto por el otro. Aunque es natural a esta edad, se pide que el niño comience a desarrollar su expresividad, manifestando su alegría, sobre todo en las actividades que realice la Unidad. Además, se espera que su expresión de alegría esté exenta de burla o agresividad hacia el resto, y que sepa expresar sus estados de ánimo. Posteriormente, el desarrollo del buen humor y de la alegría le permiten enfrentar de buen ánimo los problemas o dificultades y alegrarse y celebrar sus logros y los de sus compañeros. En buen humor es el estado de ánimo del que está satisfecho y dispuesto a ver las cosas positivamente, y no se refiere a ser bromista o burlón. Es el estado de ánimo del que se siente bien en la vida.


Infancia Media LOBEZNO - SALTADOR (7 a 9 años) 14. Escucha a sus compañeros de Unidad, dirigentes y familiares.

Infancia Tardía DIESTRO - CAZADOR (9 a 11 años) 14. Mantiene buenas relaciones con sus compañeros de Unidad. 15. Persevera en sus amistades.

Objetivo Terminal Reconoce en su grupo de pertenencia un apoyo para su crecimiento personal y para la realización de su proyecto de vida.

Orientaciones Generales La idea central de estos objetivos es que el lobato motive en su Unidad un ambiente propicio para el crecimiento de cada uno de sus integrantes, como un espacio de respeto y apoyo mutuos. En este período, el niño comienza gradualmente a asumir su propia individualidad, lo que lo lleva a reconocerse igual a otros (identificación con sus pares), pero al mismo tiempo diferente de ellos. Se espera que el lobato aprenda a aceptar de buena manera las opiniones, aportes, elogios, felicitaciones y agradecimientos, al igual que las criticas, comentarios y sugerencias de sus compañeros y dirigentes, porque sabe que le son útiles para su desarrollo. Entiende que es necesaria la visión de los demás para poder analizar adecuadamente, y detectar que cosas puede mejorar. El escuchar a sus compañeros y el desarrollo muy rápido del ser social como valor, le permiten relacionarse bien con todos los miembros de su Unidad, sin manifestar burla o desprecio a ninguno. Posteriormente, es natural que comiencen las elecciones excluyentes en cuanto a amistad; sin embargo, es importante que persevere en ellos sin olvidar al resto.


Área de la Afectividad (Mundo Afectivo) Al igual que las dimensiones biológicas, cognoscitiva y moral, las experiencias afectivas forman parte de la vida y contribuyen a definir la personalidad. Las emociones, sentimientos, pasiones y motivaciones le confieren a toda actividad humana una particular recepción, que aun cuando sólo la podemos definir de un modo vago, es de tal importancia subjetiva que deja una huella decisiva en la historia interna de las personas. Las experiencias afectivas se generan desde los estímulos concretos de la vida práctica, se vivencian interiormente, provocan reacciones corporales, se manifiestan en la conducta y se expresan en las ideas, juicios y pensamientos, influyendo finalmente en la definición de la personalidad. Todo proceso de aprendizaje debe procurar que la vida afectiva se integre adecuadamente al comportamiento, favoreciendo el desarrollo. El proceso de formación guía y scout propende al logro y mantenimiento de un estado de libertad emocional, en que la persona expresa sus emociones sin inhibición, con naturalidad, sin temor a mostrarse como es ni necesidad de aparentar algo que no es. Al mismo tiempo, enseña a expresar los sentimientos positivos o negativos de una manera adecuada a las circunstancias, sin agresividad. Este comportamiento asertivo reduce el nivel de ansiedad, permite comprometerse sin temor, enseña a negarse a peticiones no razonables sin sentir culpabilidad y defiende los propios derechos sin violar los ajenos. A los jóvenes egresados del Movimiento se les pide además que su equilibrio y madurez emocional se expresen en una actitud de identificación, simpatía, comprensión y afecto hacia las demás personas. Esta actitud supone el profundo conocimiento de sí mismo que ya vimos en el desarrollo del carácter y una aceptación del sentimiento del amor como entrega y ofrenda que se hace voluntariamente a otro, en que el bien de la otra persona es idéntico al propio. A partir de esa misma afirmación, se constituye por otra parte el conocimiento, aceptación y respeto de la propia sexualidad y de la del sexo complementario y la valoración de la familia como una comunidad que vive el amor.


Infancia Media LOBEZNO - SALTADOR (7 a 9 años) 1. Expresa espontáneamente sus emociones y sentimientos. 2. Acepta con tranquilidad separarse de sus padres por corto tiempo con ocasión de campamentos y otras actividades.

Infancia Tardía DIESTRO - CAZADOR (9 a 11 años) 1. Identifica y describe sus emociones y sentimientos. 2. Acepta de buena manera las críticas que se le hacen en la Manada.

Objetivo Terminal Logra y mantiene un estado interior de libertad, equilibrio y madurez emocional.

Orientaciones Generales Estos objetivos pretenden que el niño logre y mantenga un estado interior de libertad, equilibrio y madurez emocional. Es el inicio de un nuevo camino en la vida del niño, porque se refuerza la apertura al mundo exterior. Esto hace que al expresar sus emociones y sentimientos sea espontáneo y que no se reprima por expresarlos. También debe ser capaz de entender que el separarse de sus padres por un corto tiempo en una cosa natural que tendrá que hacerlo en varios momentos de su vida, por lo que debe empezar a acostumbrarse a ello como algo natural. Seguramente ya lo ha hecho al quedarse a dormir en la casa de algún amigo o ha salido de vacaciones donde algún familiar o amigo, alejándose de sus padres por más de un día. Obviamente puede ocurrir que sienta pena por la separación y que la exprese a través del llanto, pero es una cosa pasajera que poco a poco se debe regular. Ya en la segunda fase, el niño también es capaz de identificar emociones y sentimientos y describir lo que siente, de manera que relacione situaciones especificas con sentimientos y emociones. Esta capacidad de descripción permite aceptar la opinión del resto de la Unidad, en forma positiva, asumiendo que las críticas lo ayudan a crecer. Dentro del contexto de estos objetivos, se entiende que los sentimientos son estados de ánimo o disposición afectiva, especialmente de agrado o desagrado, hacia personas, objetos, situaciones, opiniones, etc.; por ejemplo, culpabilidad, inferioridad, superioridad. Los sentimientos son menos intensos que las emociones pero si más duraderos. Por otra parte, la emoción es un estado afectivo, intenso y relativamente breve, originado generalmente por una situación, imagen o pensamiento. Se manifiesta por conductas observables (huida, aproximación, etc.).


Infancia Media LOBEZNO - SALTADOR (7 a 9 años) 3. Acepta las distintas opiniones de sus compañeros. 4. Se adapta con facilidad a las relaciones de afecto que se producen en su Manada. 5. Demuestra capacidad para hacer amigos.

Infancia Tardía DIESTRO - CAZADOR (9 a 11 años) 3. Aprende a reflexionar antes de actuar. 4. Dice lo que piensa sin herir a sus compañeros ni burlarse de ellos. 5. Profundiza en sus amistades manteniendo afecto hacia los que no son sus amigos o han dejado de serlo.

Objetivo Terminal Practica una conducta asertiva y una actitud afectuosa hacia las demás personas, sin inhibiciones ni agresividad. Orientaciones Generales Estos objetivos motivan la práctica de una conducta asertiva y una actitud afectuosa hasta las demás personas, sin inhibiciones ni agresividad. Los énfasis principales son la asertividad y la amistad. A esta edad, aumenta en los niños la capacidad para hacerse amigos. Estas amistades aumentan en cantidad al comienzo del período para restringirse en número y crecer con profundidad al final. Por lo mismo, es necesario empezar a cultivar el compañerismo y la amistad en esta edad, aparejándola con la disminución del egocentrismo en los niños, para acostumbrarlos a actuar en términos grupales. Estamos en pleno período de desarrollo de la capacidad de interactuar socialmente con los pares. Entendiendo que el compañero y la amistad son positivos, se invita al lobato a aceptar las opiniones de sus compañeros como un acto de afecto más que de reproche. Por ello, se suma a las relaciones de afecto de su Unidad para no excluirse ni quedar fuera del juego. Esto le permite explorar en el grupo social y comenzar a desarrollar la capacidad de hacer amigos, distinguiendo que puede tener muchos compañeros y que con algunos de ellos puede estrechar la relación convirtiéndolos en sus amigos. No hay que olvidar que en esta fase comienzan las elecciones excluyentes. Ya en la segunda fase, empieza en el niño el conocimiento de sí mismo, siendo capaz de mirar en su interior para conocerse mejor y analizar sus actos y los resultados de éstos. Comienza a desarrollar la capacidad de reflexionar, es decir, analizar los contenidos y operaciones de su propia consciencia. Por otro lado, también debe ser capaz de decir las cosas tal cual son o tal cual como las piensa, de un modo socialmente aceptable, sin burla, ni desprecio ni agresividad. En este sentido, debemos inculcar en los niños la capacidad de decir no en forma libre, firme, espontánea y sin compromisos frente a situaciones o personas que los incomoden, los molesten que invadan su privacidad e intimidad, o que puedan afectar su integridad. En cuanto a la amistad, continúa con más fuerza la elección excluyente de sus amigos, aumentan los tiempos compartidos con ellos. Se caracteriza además por la clara fidelidad a los amigos, con un sesgo de complicidad. A la vez, se espera que sea capaz de profundizar sus amistades sin descartar o dejar de relacionarse con quienes no son sus amigos.


Infancia Media LOBEZNO - SALTADOR (7 a 9 años) 6. Está generalmente dispuesto a compartir con todos. 7. Ayuda a los compañeros más nuevos a integrarse en la Manada.

Infancia Tardía DIESTRO - CAZADOR (9 a 11 años) 6. Manifiesta buena voluntad y disposición a ayudar a los demás. 7. Demuestra capacidad para interesarse en sus compañeros, sin exclusiones sociales o económicas.

Objetivo Terminal Construye su felicidad personal en el amor, sirviendo a los otros sin esperar recompensa y valorándolos por lo que son.

Orientaciones Generales Para que un lobato desarrolle su afectividad, necesita construir su felicidad personal en el amor, sirviendo a los otros sin esperar recompensa y valorándolos por lo que son. Por lo mismo, estos objetivos ponen énfasis en el amor, el servicio y la valoración del prójimo. En la infancia media se aprecia un aumento de la capacidad para hacerse de amigos y una fuerte valoración de los compañeros y de las expresiones de amistad y solidaridad, desarrollando el sentido de pertenencia a un grupo. Así también, se refleja en esta fase una gran transparencia en las relaciones de afecto, siendo espontáneas, expresivas y amplias. Prima, por sobre todo, los valores de la fidelidad, el compañerismo y la lealtad, por lo que los niños son muy exigentes y críticos con las actitudes contrarias (falta de lealtad, egoísmo, injusticia, etc). El lobato de esta edad se caracteriza por estar dispuesto a compartir con todos y a ayudar a sus compañeros más nuevos en la Unidad, asumiendo las tareas en forma desinteresada y alegre, y teniendo en cuenta el bien del otro. Más adelante, ya en la infancia tardía, debe ser capaz de reflejar esa misma disposición y buena voluntad para ayudar a todos sus compañeros, sin distinciones de ningún tipo, interesándose por ellos, por lo que viven, sienten y hacen. La voluntad es la capacidad para adoptar un determinado tipo de conducta, una determinada actitud o postura; es también la capacidad para realizar determinadas acciones que, de antemano, se había fijado o propuesto una persona. Es la capacidad de dirigir las propias acciones con independencia de influencias extrañas, con perseverancia, fortaleza, paciencia y esperanza. La buena voluntad es el deseo o intención de hacer cierta cosa o de hacer bien las cosas, aunque se falle en la realización por causas ajenas.


Infancia Media LOBEZNO - SALTADOR (7 a 9 años) 8. Demuestra que asume con naturalidad las diferencias físicas entre el hombre y la mujer. 9. Recibe con interés la información sexual apropiada a sus inquietudes, proporcionada personalmente por los padres y con toda la verdad. 10. Comparte continuamente juegos y actividades con sus compañeras y amigas.

Infancia Tardía DIESTRO - CAZADOR (9 a 11 años) 8. Conoce el proceso de procreación y nacimiento y la participación del hombre y la mujer en ellos. 9. Demuestra en sus relaciones con el sexo complementario una actitud equitativa e igualitaria.

Objetivo Terminal Conoce, acepta y respeta su sexualidad y la del sexo complementario como expresión del amor.

Orientaciones Generales El conocimiento, aceptación y respeto de la propia sexualidad y la del sexo complementario como el conjunto de características genitales, afectivas, sicológicas, sociales y éticas que distinguen al varón y la mujer y que educan para una adecuada expresión del amor, son signos claros del comienzo del desarrollo de los objetivos que aquí se presentan. El Movimiento Guía y Scout pretende educar en la sexualidad, entendiendo por ello aquella parte del proceso educativo que permite presentar articuladamente los conocimientos sobre instrucción genital, educación de la afectividad, educación de la personalidad masculina y femenina, educación de la socialización de la sexualidad y del amor y educación a los valores del comportamiento sexual. Entendiéndose esto, se comprende por qué la educación de la sexualidad corresponde en primer lugar a los padres y subsidiariamente al sistema formal escolar y a la iglesia. Algunos otros agentes sociales, como es el caso de los medios de comunicación, pueden distorsionar la educación sexual, por mostrar una visión alejada de la realidad y muchas veces nociva. Una imagen distorsionada de superioridad e inferioridad por determinado sexo puede ser producto de la realidad que vive cada niño en su hogar. Esto genera en algunas oportunidades desigualdad de trato respecto del varón o la mujer, lo que impulsa a crear mitos o estereotipos en los niños. Por eso, el lobato debe demostrar en sus relaciones con el sexo complementario actitudes de igualdad, respeto y equidad, desarrollando estas actitudes en base a una información temprana y adecuada y a actividades mixtas cotidianas. El afecto que recibe es indispensable para el normal desarrollo de su personalidad. Se deben aprovechar los juegos y actividades para que los niños compartan con amigas del sexo complementario y los dirigentes deben crear espacios y posibilidades para que esto ocurra. Para el desarrollo de estos objetivos es primordial el apoyo y trabajo con los padres. Con ese fin, los dirigentes deben motivarlos a asumir esta responsabilidad como actores principales y también integrarlos a las actividades que realiza la Unidad relacionadas con el tema.


Infancia Media LOBEZNO - SALTADOR (7 a 9 años) 11. Expresa afecto por sus padres y demás ascendientes de su grupo familiar. 12. Mantiene una relación fraterna y activa con sus hermanos.

Infancia Tardía DIESTRO - CAZADOR (9 a 11 años) 10. Demuestra que comunica a su familia las experiencias vividas en la Manada. 11. Comparte con la familia de sus amigos e integra a éstos en determinados momentos de su propia vida familiar.

Objetivo Terminal Reconoce el matrimonio y la familia como base de la sociedad, convirtiendo el suyo en una comunidad de amor conyugal, filial y fraterno.

Orientaciones Generales La intención de estos objetivos es reforzar en el niño su conocimiento del matrimonio y la familia como base de la sociedad, convirtiendo la suya en una comunidad de amor con sus padres y hermanos. En la infancia media, el niño es naturalmente afectuoso con sus padres y no entra en mayores cuestionamientos respecto a su cariño por ellos. Lo mismo ocurre con el resto de los adultos de su familia (primos, tíos, abuelos). La relación con sus hermanos también es fuerte, independiente de los conflictos y discusiones tanto reiterativos como transitorios. La socialización ha comenzado en su núcleo familiar y los hermanos, independiente de su edad, son importantes agentes de relación social. El niño debe ser capaz de expresar sin inhibiciones amor por sus padres y afecto por otros familiares adultos, así como mantener una relación cariñosa, afectuosa y fraterna con sus hermanos. En la infancia tardía, producto de que comienza la selección de sus amigos, también se inicia una participación más activa en la vida de las familias de ellos; por ejemplo, se reúnen rotativamente a jugar en la casa algún amigo o se quedan a dormir en sus casas, estableciendo relaciones más personales con los padres de sus amigos. En ésta integración familiar, acostumbran a contar las experiencias vividas en la manada, así como episodios del colegio, club deportivo y otros. En estos objetivos juegan un papel muy importante los momentos y espacios que las familias les entregan a los niños para poder compartir, comunicarse y expresarse. Por lo mismo, es de vital importancia que los dirigentes incentiven a los padres para que esto ocurra.


Área de la Sociabilidad (Mundo Social) La finalidad de todo proceso educativo es la libertad y toda autoridad se justifica en la medida de que existe para la libertad de quienes educa, dirige o gobierna. Si la persona humana es un ser racional capaz de conocer la verdad y si su voluntad debe elegir los valores a partir de los cuales ordenar su vida, la libertad es el medio insustituible dentro del cual debe ejercer esas facultades. De ahí que el método guía y scout no sólo propende a la libertad como objetivo, sino que también la practica progresivamente como sistema conducente a la libertad plena, tanto individual como social. Es una escuela para la libertad y en libertad. Sin embargo, el fundador definió también al Movimiento como una escuela de civismo y democracia, destacando que el hombre encuentra más plenamente su vocación humana en la medida en que se comunica y dialoga con los demás hombres. La libertad humana es para realizarse en el encuentro con los otros, para asumir una actitud responsable ante el hecho social. Es así como la libertad se convierte en respuesta, en compromiso con la comunidad, en auxilio al que sufre, en socorro al medio natural depredado, en encuentro y diálogo entre las culturas, en solidaridad. No es otra la idea de Baden-Powell cuando propuso a los scouts que estuvieran siempre listos, o a pioneros y caminantes que hicieran de su vida un servicio permanente, e incluso recomendó a los lobatos que fueran amistosos y que ayudaran a los demás. Todo el método guía y scout es un gran sistema para escuchar a los otros, a todos los otros, sin distinciones de ninguna especie; y es un llamado para ir en ayuda de quienes lo necesitan, especialmente de los más débiles. Una persona formada en el Movimiento Scout se ha desarrollado de manera incompleta y trunca si permanece ajena a esta rica dimensión social de su personalidad. De ahí que el Movimiento ponga un marcado énfasis en el aprendizaje de la solidaridad, privilegiando todas las opotunidades de servir.


Infancia Media LOBEZNO - SALTADOR (7 a 9 años) 1. Comparte lo que tiene con sus compañeros. 2. Cumple las tareas de servicio que se le asignan dentro de su Manada. 3. Participa en juegos y actividades relacionadas con los derechos del niño.

Infancia Tardía DIESTRO - CAZADOR (9 a 11 años) 1. Manifiesta respeto por las opiniones de los demás. 2. Ayuda constantemente en las tareas de servicio en la Manada. 3. Demuestra que conoce los derechos del niño y los relaciona con situaciones de actualidad.

Objetivo Terminal Vive su libertad de un modo solidario, ejerciendo sus derechos, cumpliendo sus obligaciones y defendiendo igual derecho para los demás.

Orientaciones Generales Los principales énfasis de estos objetivos son la actitud solidaria, el testimonio de servicio en el cumplimiento de las obligaciones, y el respeto por los derechos de las personas. En esta edad, el niño debe haber superado su etapa egocéntrica y comprender la generosidad como algo bueno. Por lo tanto, debe ser capaz de compartir lo que tiene con sus compañeros creando el hábito de hacerlo. Su interés de ser aceptado por el grupo y la comprensión de que su papel es importante en el desarrollo y éxito de éste, impulsa al niño a cumplir las tareas de servicio que la Unidad le asigna (colaborar con el aseo y orden del local, con la limpieza de los materiales de campamento, con el aseo de Institución Patrocinante, etc.). Por otro lado, el lobato debe empezar a conocer y relacionarse con los derechos de los niños a través de juegos y actividades relacionadas con el tema, siendo muy importante en este aspecto el trabajo de los dirigentes. Ya en la infancia tardía, debe ser capaz de comenzar a ser tolerante, respetuoso y solidario con los demás. Para ello, se le pide respetar las opiniones de otros, aunque no esté de acuerdo con ello. En el área del carácter, se refuerza la actividad, la que aquí se complementa con el respeto por la opinión de los demás. Continúa desarrollando su capacidad de servicio y su significado, lo que permite vincularla con el valor del trabajo y de la laboriosidad. Todo lo que significa el desarrollo de la comprensión y la tolerancia está vinculado al respeto por los demás y la ayuda constante, por ser éstos importantes valores sociales de convivencia. El sentido social en cuanto al respeto por todas las personas y por las cosas personales y ajenas demarca los deberes que un niño debe cumplir. Estos deberes son la contraparte de sus derechos, entendiendo los primeros como lo debe hacer y los segundos lo que puede hacer.


Infancia Media LOBEZNO - SALTADOR (7 a 9 años) 4. Identifica y comprende la autoridad en su casa, en la escuela y en su Manada. 5. Colabora con sus compañeros que ejercen autoridad en relación a él.

Infancia Tardía DIESTRO - CAZADOR (9 a 11 años) 4. Respeta la autoridad de sus padres y profesores. 5. Elige y acepta a sus compañeros que ejercen responsabilidades directivas en los grupos a que pertenece.

Objetivo Terminal Reconoce y respeta la autoridad válidamente establecida y la ejerce al servicio de los demás.

Orientaciones Generales La idea principal de estos objetivos es el reconocimiento y respeto de la autoridad válidamente establecida. En esta fase, cobran gran importancia los profesores y otros adultos significativos para el niño. Generalmente, los adultos constituyen autoridad en el niño por el sólo hecho de ser adultos y por la alta dependencia de ellos. Por lo mismo, el niño debe identificar y comprender la autoridad en su casa, en la escuela y en la Unidad, manifestando respeto y obediencia a ella. Del mismo modo, debe colaborar con sus compañeros que detentan alguna autoridad basada en normas o criterios establecidos y aceptados de mutuo acuerdo; por ejemplo, la autoridad del presidente de curso, del responsable de un juego en la Unidad y otros. Es probable que existan ocasiones, sobre todo en la infancia tardía, en que surjan problemas como falta de consentimiento o de interés por parte de los lobatos, porque no eligieron a sus dirigentes o porque no tuvieron opinión en la generación de alguna actividad. Es muy importante que desde esta edad el niño se sienta participe de la democracia establecida en la Unidad. Otra cosa importante es que además de la tendencia natural de respeto a la autoridad, también existe una fuerte exigencia a ésta en cuanto a que sea consecuente y justa. La autoridad, del punto de vista de los niños se gana siendo consecuente con los valores que se predican. El niño en esta edad comienza a aceptar la existencia de un cabecilla de grupo de su misma edad. Cuando se habla de autoridad en estos objetivos, se hace referencia a la forma de ejercicio del poder basada en la legitimidad. La legitimidad corresponde a la aceptación y al reconocimiento de la autoridad por parte de quienes están bajo ella.


Infancia Media LOBEZNO - SALTADOR (7 a 9 años) 6. Acepta las normas establecidas en su casa, en la escuela y en su Manada.

Infancia Tardía DIESTRO - CAZADOR (9 a 11 años) 6. Comprende y respeta las normas establecidas en su casa y en la escuela. 7. Demuestra que desarrolla la capacidad de criticar las normas que lo rigen.

Objetivo Terminal Cumple las normas que la sociedad se ha dado, evaluándolas con responsabilidad y sin renunciar a cambiarlas.

Orientaciones Generales Las principales ideas para reforzar con estos objetivos son la aceptación y cumplimiento de las normas, y la evaluación crítica de la norma dentro de las posibilidades que tiene el niño. En esta edad, el lobato empieza a funcionar no sólo por obediencia a personas, sino por una mayor comprensión de las normas y de las razones por las que existen. El asumir normas y reglas son esenciales para su adaptación a la sociedad y porque representan pautas de constitución de su propia escala de valores, lo que depende mucho de las normas que se establezcan. Estas deben ser entendibles para el niño, ser parejas, justas y válidas para todos, en especial las normas comunes. De esta forma, al ver que las condiciones y límites son iguales para todos, el niño acepta de mejor forma su imposición. Una buena herramienta para darle a entender la necesidad de tener normas es la Ley Lobato, la que se justifica como código de conducta o “reglas del juego” dentro de la Unidad. Por último, tiene que entender que en todo juego debe haber un reglamento, lo que poco a poco va a extender a otras actividades (tareas, estudio, obligaciones en la casa, etc.). Así como el niño, en la infancia tardía, comprende y respeta las normas básicas de comportamiento social establecidas en su casa y escuela (no comer con las manos, lavarse todos los días, no pararse arriba de los muebles, no decir garabatos, respetar a los hermanos, respetar a los mayores, no hablar con extraños, cortarse las uñas y el pelo, entre otras), en esta edad el niño es capaz de analizar y criticar las normas que lo rigen, no significando con esto desconocer la autoridad que las impone o que supervisa su cumplimiento. Al mismo tiempo, comienza a desarrollar la capacidad de establecer sus propios reglamentos y normas, sobre todo con sus compañeros y amigos. De aquí nacen muchas de las normas internas de la Unidad, que deben ser analizadas por los dirigentes para hacer buen uso de ellas. Tanto en la infancia media como en la infancia tardía, las personas que tienen la responsabilidad de educar deben ser modelos positivos de comportamiento para el niño, es decir, deben ser los primeros en cumplir las reglas, ser justos y hacerse merecedores de respeto.


Infancia Media LOBEZNO - SALTADOR (7 a 9 años) 7. Ubica los servicios de su vecindario. 8. Demuestra buena voluntad en el cumplimiento de pequeñas tareas hogareñas. 9. Contribuye con el aporte solicitado en campañas de asistencia social.

Infancia Tardía DIESTRO - CAZADOR (9 a 11 años) 8. Identifica los principales servicios de su comunidad local. 9. Colabora habitualmente en las tareas hogareñas y de su escuela. 10. Participa activamente en campañas de ayuda fraterna para quienes más lo necesitan.

Objetivo Terminal Sirve activamente en su comunidad local, contribuyendo a crear una sociedad justa, participativa y fraterna.

Orientaciones Generales Estos objetivos corresponden a la educación cívico-social, que trata sobre las relaciones que el hombre mantiene con sus semejantes en su comunidad local, regional y nacional, y proporciona al ciudadano los elementos necesarios para que se conduzca con seguridad y respeto dentro de dichas comunidades. Por ello, los énfasis presentes en estos objetivos son el conocimiento de los servicios y organizaciones de la comunidad, la actitud individual de servicio, y la participación en acciones colectivas de servicio y desarrollo. El demostrar buena voluntad en el cumplimiento de pequeñas tareas hogareñas significa que el niño debe responder de buena forma a las solicitudes de ayuda y colaboración en quehaceres del hogar, lo que se puede motivar explicándole que el formar parte de una familia significa esforzarse porque ésta crezca y logre la felicidad. Cada uno de sus miembros puede hacer algo, aunque sean pequeñas cosas, como por ejemplo ayudar en las compras, en el aseo, en poner la mesa, en preocuparse de las mascotas, en regar, etc. Por otra parte, el niño debe conocer la ubicación de los servicios de su barrio, como bomberos, correos, carabineros, consultorio, posta u hospital, escuelas y liceos, iglesias, comercio, municipalidad, centro vecinal, entre otros, para que paulatinamente vaya más allá de su casa y vecindario, se sienta parte de su comunidad inmediata y comience a aportar concretamente, por ejemplo, en campañas de asistencia social por su Unidad, curso, iglesia, club deportivo, o en caso de catástrofes. En la infancia tardía, los objetivos lo invitan a reforzar los de la fase anterior con mayor grado de esfuerzo y comprensión. Por lo mismo, de todos los servicios públicos existentes en su comuna debe identificar los más importantes, sobre todo los servicios públicos, y entender su utilidad. También se espera que colabore habitualmente en las tareas hogareñas como parte de su responsabilidad y que contribuya simple y activamente en campañas de asistencia social o ayuda fraterna emprendidas por su colegio, solicitando la ayuda y colaboración a sus compañeros de curso e incentivando a la vez estas acciones en su Unidad y vecindario.


Infancia Media LOBEZNO - SALTADOR (7 a 9 años) 10. Identifica los símbolos de su país. 11. Respeta los símbolos de su país. 12. Participa adecuadamente en actos y celebraciones propias de su Patria.

Infancia Tardía DIESTRO - CAZADOR (9 a 11 años) 11. Identifica algunos símbolos y manifestaciones de su cultura regional o nacional. 12. Aprecia los distintos símbolos de su cultura y las formas en que se expresan. 13. Participa en su Manada en representaciones y otras actividades que destacan su herencia cultural.

Objetivo Terminal Hace suyos los valores de su país, su pueblo y su cultura.

Orientaciones Generales Estos objetivos pretenden reforzar y motivar un acercamiento a la cultura nacional mediante acciones simples y motivantes, inculcando en los niños un sentimiento de amor y adhesión al país, basado en el conocimiento y comprensión de los intereses y bienes comunes, las creencias, costumbres, leyes, lengua, instrucciones y hechos nacionales; en definitiva, todo aquello que caracteriza y une a los habitantes de un país. Por eso, estos objetivos pretenden desarrollar el conocimiento del país y su cultura, la actitud de respeto ante sus valores, y la integración a su país, su pueblo y su cultura. En la infancia media, se espera que identifique los símbolos patrios (bandera, escudo e himno nacional) y demuestre respeto y orgullo por ellos, pues está consciente de que lo representan a él y a todos los habitantes de su país. Es importante que el niño participe apropiadamente en actos y celebraciones de efemérides nacionales, procurando que entienda el significado de ellos. Posteriormente en la infancia tardía, debe reconocer los símbolos y manifestaciones de su cultura, sea ésta nacional o regional, demostrando aprecio, cariño y respeto por ellos. Desde ésta edad es importante desarrollar en los niños la actitud de “ciudadano responsable”, la que se reconoce por una actitud de respeto por los símbolos, las celebraciones, los actos del país y sus bienes naturales y físicos. Por lo mismo, es necesario dar el espacio correspondiente en las actividades de la Unidad para que el lobato exprese, por medio del canto, la danza o las representaciones, su cariño por su país y su herencia cultural. Estos objetivos necesitan de una profundización del tema por parte de los dirigentes y, cuando se desarrollen las actividades, es bueno cuidar la naturaleza y realismo de las manifestaciones culturales.


Infancia Media LOBEZNO - SALTADOR (7 a 9 años) 13. Ubica las distintas Unidades de su Grupo. 14. Participa en actividades con otras Unidades de su Grupo. 15. Identifica los países americanos.

Infancia Tardía DIESTRO - CAZADOR (9 a 11 años) 14. Identifica los distintos Grupos de su Distrito. 15. Participa en actividades de intercambio con Unidades de otros Grupos. 16. Identifica los símbolos patrios de los países americanos. 17. Participa en actividades de educación para la paz.

Objetivo Terminal Promueve la cooperación internacional, la hermandad mundial y el encuentro de los pueblos, luchando por la comprensión y la paz. Orientaciones Generales Los énfasis presentes en estos objetivos son la hermandad mundial de las guías y los scouts, el conocimiento y valorización de los pueblos americanos, y la valoración de la diversidad cultural y la lucha por la paz. Cuando es pequeño, el niño sale de su pequeño mundo, la familia, para integrarse a uno mayor, la escuela. Luego, cuando llega a la manada, se integra a otro mayor aún, el Movimiento Guía y Scout. Para facilitar la integración del lobato, los dirigentes deben favorecer el conocimiento no sólo de su Unidad, puesto que a esta edad se espera que el lobato identifique y conozca las distintas Unidades del Grupo. Los dirigentes deben facilitar el trabajo del niño desarrollando actividades comunes o motivando la relación entre niños y jóvenes de diferentes Unidades, de manera de ir progresivamente integrando a los lobatos a la hermandad mundial de las guías y los scouts. En la infancia tardía, la hermandad mundial va tomando forma cuando, además de identificar las Unidades del Grupo, puede hacerlo con los Grupos de su Distrito. Para ello, también es importante que tenga la posibilidad de participar en actividades de intercambio con otros Grupos y Unidades. Allí, es posible para el niño darse cuenta de que existen cosas comunes entre ellos (son todos lobatos, usan un mismo uniforme, tienen la misma Ley, hacen la Promesa) y cosas que los diferencian (tienen sus propios colores de Grupo y pañolín, gritos distintos). En este período, el niño también debe ser capaz de identificar los países de América como reforzamiento de la valoración de los pueblos americanos. Luego, además de identificarlos, se espera que reconozcan sus símbolos patrios (bandera y escudo). El logro de estos objetivos, así como de los de infancia media, dependen en gran parte de las actividades de Unidad que ofrezcan sus dirigentes. Es muy fácil darles de tarea un trabajo de investigación de banderas y escudos de países americanos, por ejemplo, pero no se trata de eso. Los dirigentes deben preocuparse de que los niños logren sus objetivos con actividades al aire libre, en juegos. También depende de la oferta de los dirigentes el que el niño participe en actividades que promuevan la paz a partir del respeto y la comprensión de las diferentes culturas.


Infancia Media LOBEZNO - SALTADOR (7 a 9 años) 16. Identifica los principales ejemplares de la fauna y de la flora de su región. 17. Cuida el medio natural en su hogar. 18. Desarrolla un pequeño proyecto individual sobre creación de vida vegetal.

Infancia Tardía DIESTRO - CAZADOR (9 a 11 años) 18. Identifica las principales especies de su país en riesgo de extinción. 19. Protege el medio natural en los lugares en que vive y juega. 20. Mantiene un pequeño jardín.

Objetivo Terminal Contribuye a preservar la vida a través de la conservación de la integridad del mundo natural.

Orientaciones Generales El propósito central de estos objetivos es desarrollar el conocimiento del mundo natural y de los problemas ecológicos, la actitud ante la conservación de la integridad del mundo natural, y la participación en proyectos de conservación. El conocimiento de la flora y la fauna, la protección del medio ambiente, el cariño y cuidado a los animales son características que identifican al Movimiento. Por ello, estos objetivos buscan motivar en los niños la realización de acciones concretas que vayan creando y fortaleciendo la conciencia ecológica en ellos; por ejemplo, no botar basura en la calle, reciclar y reutilizar los desperdicios hogareños o alimentar aves silvestres. Es claro que esta conducta se puede desarrollar tanto en la naturaleza como en el ambiente en que cotidianamente se desenvuelven los lobatos, teniendo siempre en cuenta que todas las actividades que se realicen en torno a los objetivos deben favorecer el aprendizaje a través de la acción y la entretención.


Área de la Espiritualidad (Mundo Espiritual) Desde que toma conciencia de sí mismo, el hombre busca respuestas sobre el origen, naturaleza y destino de su vida: ¿De dónde vengo? ¿Qué es el hombre? ¿Adónde voy? Una cultura o una época se pregunta en forma diferente de otra; el hombre que trata de vivir ajustado a su conciencia se interroga de otro modo que quien no oye su voz; la mujer que sufre dolor pregunta de otra manera que la mujer sana; el creyente plantea la cuestión distinto que el incrédulo; el estudiante, que el obrero; pero siempre se trata del mismo enigma que pide solución. La pregunta no se acalla con la madurez ni decae en la vejez, pero preocupa con vehemencia entre los 12 y 20 años, cuando al niño le parece como si por primera vez se viera a sí mismo y al mundo, maravilloso y terrible. Sin embargo, debido a su grandeza y profundidad, no es sólo una reflexión para los tiempos de calma, puesto que todo lo que hacemos es un llamado urgente a la existencia, pidiéndole que nos revele su sentido. De igual forma, como no podemos separar a la persona en componentes emocionales, mentales, físicos o sociales, tampoco podemos arrancar de la vida humana su vocación hacia lo trascendente, la admiración ante el misterio, la búsqueda de Dios. Lo espiritual comprende la relación del hombre y del mundo con Dios y la manera en que Dios se hace presente en la existencia cotidiana. Por lo tanto, el desarrollo espiritual es la tarea de establecer vínculos personales, íntimos y recíprocos con Dios, asumiendo el anuncio e integrándolo a la vida, cambiando el corazón y la conducta. Por eso, en la aventura guía y scout, la fe se integra de un modo natural. Está en todo lo que los niños proponen y realizan y no sólo en los momentos de recogimiento y celebración. Y este llamado de consecuencia e integración no termina ahí. El movimiento le pide a cada niño que se haga cargo permanentemente de lo que su fe responde a las interrogantes de la existencia. Le pide que pase de una fe recibida, infantil, a una fe personal y asumida, adulta; que salte de la religión cultural, casi social, dominical, a la fe de las obras, fe viva, fe de todos los días; que desarrolle su sensibilidad religiosa descubriendo a Dios en los otros, en los que sufren, en las cosas creadas, en el hombre, en la historia; que se integre responsablemente al proyecto de su propia comunidad creyente; que no se encierre en la defensa de su fe, sino que se abra a la tolerancia, el interés, la comprensión y el diálogo Interconfesional; que con alegría sepa dar razón y testimonio de la propia Iglesia; que traspase la fe como dependencia tranquilizadora para llegar a una fe de autonomía transformadora. El dirigente adulto, presente y participante en este proceso, con su palabra y su testimonio motivador, revela, refuerza y apoya la búsqueda y el descubrimiento de estas opciones.


Infancia Media LOBEZNO - SALTADOR (7 a 9 años) 1. Admira y disfruta la naturaleza. 2. Observa y reconoce las buenas acciones de sus compañeros.

Infancia Tardía DIESTRO - CAZADOR (9 a 11 años) 1. Reconoce la naturaleza como obra de Dios. 2. Aprecia las actitudes de bondad en las personas con que se relaciona.

Objetivo Terminal Busca siempre a Dios en forma personal y comunitaria, aprendiendo a reconocerlo en los hombres y en la Creación.

Orientaciones Generales Estos objetivos pretenden desarrollar en el lobato la búsqueda permanente de Dios en forma personal y comunitaria y aprender a reconocerlo en los hombres y en la Creación. Para ello, se desprenden dos ideas centrales: el descubrimiento de Dios en la naturaleza y el descubrimiento de Dios en los hombres. Una de las principales características del Movimiento Guía y Scout es su permanente amor, cuidado y protección de la naturaleza. Esta característica va acompañada por el hábito de desarrollar gran parte de las actividades al aire libre y, sobre todo, en un ambiente natural (campo, montaña, playa). Además de permitir una educación más entretenida y sana, la naturaleza facilita el encuentro con cosas simples, nada de sofisticadas, que ubican al niño en una situación de aprendizaje práctico. Este ambiente también ayuda a los niños a ser más sencillos, a ser más solidarios, a comprender y a valorar lo que la naturaleza nos ofrece para poder vivir. Esta comprensión y contacto con la naturaleza brinda la posibilidad de reforzar el descubrimiento de Dios. Los árboles, el agua, las montañas, las aves y la tierra, por ejemplo, hacen que el niño se pregunte sobre su origen y sobre la necesaria existencia de un ser superior que los creó y ubicó allí. Este ambiente silvestre y natural facilita también el reconocimiento de las cualidades y buenas acciones de sus compañeros de Unidad. En la naturaleza se resalta la condición de igualdad entre los hombres así como la necesaria ayuda y solidaridad que debe existir entre todos, debido principalmente a las condiciones de vida que se generan, por ejemplo, en un campamento de varios días, donde un valor como la bondad, puede ser mejor apreciado por el resto, en situaciones en que el bienestar de la Unidad depende en gran medida del esfuerzo, trabajo y empeño de todos sus integrantes. En definitiva, la atmósfera de entendimiento y colaboración que se genera en las actividades es favorable para el descubrimiento de Dios en la naturaleza y en los hombres. Por lo tanto, basta vivir las actividades con los niños y aprovechar los momentos propicios para reconocer e invocar a Dios. “Dios nos ha dado este mundo con todo lo que contiene para hacernos la vida agradable... Observen cuando puedan al mundo y su variedad de bellezas y todo lo que de interés les ofrece Dios. Miren alrededor y aprendan cuanto puedan de tas maravillas de la Naturaleza.” Baden-Powell.


Infancia Media LOBEZNO - SALTADOR (7 a 9 años) 3. Manifiesta interés en conocer la religión de su familia. 4. Participa con su familia en las celebraciones de su religión. 5. Participa en las celebraciones religiosas de su Manada.

Infancia Tardía DIESTRO - CAZADOR (9 a 11 años) 3. Expresa las inquietudes que le despierta el conocimiento de su religión. 4. Se integra en las actividades de formación de su Iglesia apropiadas a su edad. 5. Coopera en las celebraciones religiosas de su Manada.

Objetivo Terminal Adhiere a principios espirituales, es fiel a la religión que los expresa y acepta los deberes que de ello se desprenden. Orientaciones Generales La adhesión a principios espirituales, la coherencia con la religión que los expresa y el cumplimiento de los deberes al interior de ella son el trasfondo de estos objetivos. Para ello, se enfatiza el conocimiento de la religión personal, la vivencia y práctica de la propia fe en la comunidad de su Iglesia, y la proyección de la misma en la Unidad. De esta manera, un niño en la edad lobato comienza a trabajar la adhesión a principios espirituales a través del interés que manifiesta por conocer sobre la religión que profesa su familia y la expresión de sus inquietudes sobre lo que va conociendo. Este interés se puede manifestar mediante la participación del niño en las celebraciones religiosas de su familia o Unidad en un primer momento, y luego integrándose y cooperando en dichas actividades, sobre todo en aquellos referentes a la formación espiritual. Cabe recordar que lo espiritual comprende la relación del hombre y del mundo con Dios, encontrando en el mundo, entre otros, a los hombres. Este contacto con otros seres humanos es necesario para poder reconocer a Dios en los demás: en los que sufren, en los que trabajan con nosotros, en la historia, en los que creen y confían en los que creen y confían en lo mismo que nosotros. EL logro de estos objetivos requiere fundamentalmente que los dirigentes den un espacio en las actividades de la Unidad y en las conversaciones personales para que los lobatos expresen sus inquietudes y dudas acerca de su religión. La educación de la fe no puede ser un apéndice a los planteamiento metodológico ni un agregado a la aventura Guía y Scout. Es papel de los dirigentes incorporarla en la globalidad del método. Es difícil imaginar a un dirigente limitado en lo físico que restringiera por ese hecho la actividad física de sus jóvenes. El educador, en todos los niveles, debe llevar a sus jóvenes a la búsqueda y al descubrimiento de su vocación total y al enriquecimiento de su fe, aún cuando él no se realice por ese camino. "Pueden existí muchas dificultades en relación con la definición de la formación religiosa en nuestro Movimiento, donde hay tantas creencias diferentes. Sin embargo, insistimos en la observancia y la práctica de cualquier forma de religión que profese el muchacho." Baden-Powell.


Infancia Media LOBEZNO - SALTADOR (7 a 9 años) 6. Demuestra interés en los momentos de oración de su Manada. 7. Conoce los textos de las oraciones que se practican en su Manada. 8. Participa activamente en las oraciones que se practican en su hogar.

Infancia Tardía DIESTRO - CAZADOR (9 a 11 años) 6. Comprende el sentido de la oración en su Manada. 7. Practica la oración en momentos significativos del día. 8. Conduce ocasionalmente las oraciones en su Manada.

Objetivo Terminal Practica la oración individual y comunitaria como expresión del amor a Dios y como medio de relacionarse con El.

Orientaciones Generales La idea central de estos objetivos es la práctica de la oración espontánea y natural por parte del lobato, en el entendido de que es una muestra del amor a Dios y un medio para relacionarse con Él. Por eso, estos objetivos privilegian la comprensión y una actitud de recogimiento ante la oración, la práctica de la oración personal y la práctica de la oración comunitaria. El trabajo con estos objetivos comienza con el conocimiento e interés que demuestra el niño en los momentos de oración en su Unidad, así como su participación activa en las oraciones que se practica en su hogar. Del nivel señalado, se pasa a una segunda fase en que se espera que el niño comprenda los textos y el sentido de la oración en su Rama, ore en momentos importantes del día y conduzca ocasionalmente oraciones en su Unidad, principalmente como una expresión sincera y espontánea de su vivencia. Para orientar el trabajo hacia el logro de estos objetivos, basta con recordar las palabras del fundador del Movimiento Guía y Scout: "Dejemos que las oraciones nazcan del corazón, no las repitamos de memoria. Los principios esenciales que personalmente prefiero en las oraciones son: que sean cortas, que se expresen en el lenguaje mas simple posible y que se basen en una de estas dos ideas: agradecer a Dios por bendiciones o alegrías recibidas. pedir protección moral, fuerza o consejo haciendo algo por Dios a cambio." Baden-Powell.


Infancia Media LOBEZNO - SALTADOR (7 a 9 años) 9. Descubre distintos personajes históricos que se han destacado por vivir de acuerdo a su fe. 10. Demuestra progresivamente que los valores de su fe se manifiestan en sus actitudes con su familia.

Infancia Tardía DIESTRO - CAZADOR (9 a 11 años) 9. Reconoce actitudes de personas que se esfuerzan por vivir conforme a sus valores religiosos. 10. Comprende que los valores de su fe se manifiestan en sus actitudes ante compañeros y amigos.

Objetivo Terminal Integra sus principios religiosos a su conducta cotidiana, estableciendo coherencia entre su fe, su vida personal y su participación social.

Orientaciones Generales El énfasis de estos objetivos está en que el desarrollo de la espiritualidad implica la integración de principios religiosos a la conducta cotidiana de las personas, estableciendo con ello coherencias entre la fe, la vida personal y la participación social. En otras palabras, no es posible ser de una manera en la comunidad religiosa y de forma distinta en la vida diaria. Para reforzar esta idea, se sugiere que los niños conozcan la vida de distintos personajes históricos religiosos que se hayan destacado por vivir de acuerdo con su fe; por ejemplo, Abraham, Moisés, Samuel, Elías, Jeremías, María, Nefí, Mahoma, Cristo, el padre Hurtado, José Smith, Martín Lutero, John Wesley, santa Juana de Arco, Gandhi, san Francisco, la madre Teresa de Calcuta, san Pedro, san Pablo, y otros, ya sea por narraciones que presentan los dirigentes o por representaciones relativas al tema. El niño también debe ser capaz de descubrir paulatinamente que los valores de su fe son valores positivos y compartidos con su familia. En la segunda fase, es necesario motivar al niño para que sepa reconocer actitudes de personas que se esfuerzan por vivir conforme a sus valores religiosos (entre otros, sus padres, sus dirigentes, sus pastores, sacerdotes o lideres de su iglesia). Esto implica necesariamente que tanto los padres como los dirigentes deben hacer un esfuerzo personal para ser testimonio de fe ante el niño y un verdadero referente para él. Además, se debe procurar que el niño descubra que los valores de su fe son valores que se manifiestan también con sus compañeros de Unidad, de colegio y amigos.


Infancia Media LOBEZNO - SALTADOR (7 a 9 años) 11. Comprende que la bondad de las personas no depende de que tenga sus mismas ideas religiosas.

Infancia Tardía DIESTRO - CAZADOR (9 a 11 años) 11. Valora a todos sus compañeros por igual, sin distinción de sus ideas religiosas. 12. Identifica la existencia de opciones religiosas distintas de la propia.

Objetivo Terminal Dialoga con todas las personas cualquiera sea su opción religiosa, buscando establecer vínculos de comunión entre los hombres.

Orientaciones Generales Estos objetivos pretenden desarrollar paulatinamente en el lobato la capacidad de dialogar con todas las personas, cualquiera sea su opción religiosa, buscando establecer vínculos de comunión entre todos los hombres. Para desarrollar estos objetivos, es importante considerar que están presentes las siguientes ideas: la comprensión, el respeto y el interés por las otras opciones; el conocimiento de opciones religiosas diferentes a la propia; y el establecimiento de vínculos con personas de otras opciones religiosas. El trabajo para el logro de estos objetivos pretende que el niño al final de su vida en el Movimiento sea capaz de compartir y mantener una comunicación abierta y franca con todas las personas, cualquiera sea su religión. En esta fase, se pretende que el niño empiece a comprender que existen varias religiones, que no todas las personas creen en lo mismo y que, sin embargo, esto no tiene ninguna relación con que sean unas mejores que otras. Además, los objetivos buscan que el niño comprenda la importancia de valorar a todos sus compañeros por igual, independiente de su religión o creencia. Se recomienda aprovechar el artículo de la Ley Lobato que señala que éste “aprende a conocer a Dios”. «La base de toda forma de religión es el respeto a Dios, a nuestro prójimo y a nosotros mismos como siervos de Dios.» Baden-Powell.


AREA DE DESARROLLO DE LA CORPORALIDAD Infancia Media LOBEZNO – SALTADOR (7 a 9 años)

Infancia Tardía DIESTRO – CAZADOR (9 a 11 años)

1. Se esfuerza por cumplir las orientaciones de los adultos sobre el cuidado de su cuerpo.

1. Mide el riesgo en las acciones que realiza.

2. Demuestra que conoce la ubicación de los principales órganos de su cuerpo. 3. Conoce las principales enfermedades que lo pueden afectar y sus causas. 4. Participa en actividades que desarrollan sus cualidades motrices de coordinación, equilibrio, fuerza, agilidad, velocidad y flexibilidad. 5. Se esfuerza por expresar sus disgustos sin reacciones físicas.

2. Entiende el funcionamiento de los sistemas mayores de su organismo. 3. Desarrolla hábitos que protegen su salud. 4. Adquiere destrezas en el manejo de algunas de sus cualidades motrices. 5. Resuelve los conflictos con sus compañeros sin recurrir a la fuerza.

6. Practica los principales hábitos de higiene personal. 7. Realiza pequeñas tareas de orden y limpieza de su entorno.

6. Practica la mayoría de los hábitos de higiene personal. 7. Demuestra generalmente interés por el orden y limpieza de los lugares en que vive y juega.

8. Se esfuerza por comer todo tipo de alimentos. 9. Respeta los horarios de alimentación.

8. Comprende la importancia de una alimentación sana y equilibrada. 9. Practica hábitos de higiene en la manipulación y consumo de los alimentos.

10. Dedica tiempo a sus responsabilidades escolares.

10. Demuestra que entiende y acepta la necesidad de distribuir su tiempo entre varias alternativas. 11. Respeta las horas de sueño apropiadas a su edad.

11. Disfruta las actividades al aire libre. 12. Demuestra interés por la práctica de los deportes. 13. Se integra con entusiasmo a los juegos colectivos.

12. Colabora con las excursiones organizadas por su Unidad. 13. Participa en actividades deportivas, conoce sus reglas y acepta perder. 14. Participa activamente en juegos colectivos y respeta sus reglas.


AREA DE DESARROLLO DE LA CREATIVIDAD Infancia Media LOBEZNO-SALTADOR Infancia Tardía DIESTRO-CAZADOR (7 a 9 años) (9 a 11 años) 1. Demuestra interés por conocer y 1. Manifiesta lo que le parece aprender. sorprendente o extraño. 2. Participa en actividades que 2. Participa en actividades que fomentan desarrollan destrezas de indagación y su interés en la información. búsqueda. 3. Lee el material escrito apropiado a su 3. Narra con algunos detalles situaciones edad que le proporcionan o sugieren o episodios de las lecturas que realiza. sus padres, profesores y dirigentes. 4. Demuestra por distintos medios que retiene las experiencias que ha vivido. 5. Narra con detalles pequeñas historias o situaciones vividas en la Unidad. 6. Se integra con entusiasmo a los juegos de observación.

4.

7. Se integra a los talleres de manualidades de su Unidad. 8. Identifica las herramientas que utiliza y describe su uso.

7.

9. Describe en general las funciones de las principales profesiones y oficios. 10. Participa en actividades relativas a las profesiones y oficios.

9.

11. Se manifiesta habitualmente por medio del dibujo y la pintura. 12. Participa en cantos, danzas y representaciones artísticas.

11.

5. 6.

8.

10.

12. 13.

13. Manifiesta interés por conocer y manipular objetos. 14. Describe el uso o aplicación de los objetos que conoce.

14. 15.

Relaciona apropiadamente situaciones de la fantasía con hechos de la realidad. Explica las conclusiones que recoge de relatos, cuentos y personajes. Participa continuamente en juegos educativos de distinto tipo. Ejercita continuamente sus habilidades manuales. Demuestra progresivamente mayor precisión en los objetos que produce con sus manos. Manifiesta por distintos medios sus aptitudes. Participa en dramatizaciones, mímicas y otros medios de expresión relativos a las profesiones y oficios. Demuestra en distintas actividades su interés por expresarse. Se expresa aceptablemente a través del lenguaje. Reconoce y aprecia la calidad expresiva de los demás. Demuestra interés por conocer las causas de los fenómenos que observa. Describe soluciones a pequeños problemas.


AREA DE DESARROLLO DEL CARACTER Infancia Media LOBEZNO-SALTADOR Infancia Tardía DIESTRO-CAZADOR (7 a 9 años) (9 a 11 años) 1. Aprecia lo que es capaz de hacer. 1. Identifica sus principales capacidades y 2. Reconoce y acepta sus errores. limitaciones. 3. Participa en actividades que le ayudan a 2. Acepta los defectos y limitaciones que descubrir sus logros. descubre en sí mismo. 3. Valora el significado de sus logros. 4. Se propone pequeños desafíos para 4. Acepta las sugerencias de sus padres, superar sus defectos. profesores y dirigentes destinadas a 5. Cumple generalmente las tareas que corregir sus errores. asume. 5. Comprende la importancia de las tareas que asume para incrementar sus logros. 6. Demuestra aceptar el significado para 6. Conoce y comprende la Ley y los su vida de la Ley, los principios y la principios contenidos en la Promesa de Promesa. su Rama. 7. Aplica la Ley y los principios en las 7. Se compromete con la Ley y los actividades de su Unidad y en su vida principios de su Rama. personal. 8. Demuestra que se esfuerza por decir 8. Comprende el alcance y significado de siempre la verdad. la verdad. 9. Comprende progresivamente que sus 9. Descubre progresivamente que sus valores scouts se reflejan en sus valores scouts se reflejan en sus actitudes con su familia. actitudes ante compañeros y amigos. 10. Contribuye a crear en su Unidad un 10. Participa en juegos, relatos y ambiente en que se exprese siempre la representaciones que destacan el valor verdad. de verdad. 11. Expresa frecuentemente su alegría. 11. Acepta de buen ánimo las dificultades. 12. Participa con alegría en las actividades 12. Comparte con alegría sus logros y los de la Unidad. de sus compañeros. 13. Manifiesta su humor sin reírse de sus 13. Contribuye a que su Unidad manifieste compañeros. su humor sin agresividad. 14. Escucha a sus compañeros de Unidad, 14. Mantiene buenas relaciones con sus dirigentes y familiares. compañeros de Unidad. 15. Persevera en sus amistades.


AREA DE DESARROLLO DE LA AFECTIVIDAD Infancia Media LOBEZNO - SALTADOR Infancia Tardía DIESTRO - CAZADOR (7 a 9 años) (9 a 11 años) 1. Identifica y describe sus emociones y 1. Expresa espontáneamente sus sentimientos. emociones y sentimientos. 2. Acepta de buena manera las críticas 2. Acepta con tranquilidad separarse de que se le hacen en la Unidad. sus padres por corto tiempo con ocasión de campamentos y otras actividades. 3. Acepta las distintas opiniones de sus compañeros. 4. Se adapta con facilidad a las relaciones de afecto que se producen en su Unidad. 5. Demuestra capacidad para hacer amigos.

3. 4.

6. Está generalmente dispuesto a compartir con todos. 7. Ayuda a los compañeros más nuevos a integrarse en la Unidad.

6.

8. Demuestra que asume con naturalidad las diferencias físicas entre el hombre y la mujer. 9. Recibe con interés la información sexual apropiada a sus inquietudes, proporcionada personalmente por los padres y con toda la verdad. 10. Comparte continuamente juegos y actividades con sus compañeros y amigos del sexo complementario.

8.

11. Expresa afecto por sus padres y demás ascendientes de su grupo familiar. 12. Mantiene una relación fraterna y activa con sus hermanos.

10. Demuestra que comunica a su familia las experiencias vividas en la Unidad. 11. Comparte con la familia de sus amigos e integra a éstos en determinados momentos de su propia vida familiar.

5.

7.

9.

Aprende a reflexionar antes de actuar. Dice lo que piensa sin herir a sus compañeros ni burlarse de ellos. Profundiza en sus amistades manteniendo afecto hacia los que no son sus amigos o han dejado de serlo.

Manifiesta buena voluntad y disposición a ayudar a los demás. Demuestra capacidad para interesarse en sus compañeros, sin exclusiones sociales o económicas. Conoce el proceso de procreación y nacimiento y la participación del hombre y la mujer en ellos. Demuestra en sus relaciones con el sexo complementario una actitud equitativa e igualitaria.


AREA DE DESARROLLO DE LA SOCIABILIDAD Infancia Media LOBEZNO - SALTADOR Infancia Tardía DIESTRO - CAZADOR (7 a 9 años) (9 a 11 años) 1. Manifiesta respeto por las opiniones de 1. Comparte lo que tiene con sus los demás. compañeros. 2. Ayuda constantemente en las tareas de 2. Cumple las tareas de servicio que se le servicio en la Unidad. asignan dentro de su Unidad. 3. Demuestra que conoce los derechos 3. Participa en juegos y actividades del niño y los relaciona con situaciones relacionadas con los derechos del niño. de actualidad. 4. Identifica y comprende la autoridad en 4. Respeta la autoridad de sus padres y su casa, en la escuela y en su Unidad. profesores. 5. Colabora con sus compañeros que 5. Elige y acepta a sus compañeros que ejercen autoridad en relación a él. ejercen responsabilidades directivas en los grupos a que pertenece. 6. Acepta las normas establecidas en su 6. Comprende y respeta las normas casa, en la escuela y en su Unidad. establecidas en su casa y en la escuela. 7. Demuestra que desarrolla la capacidad de criticar las normas que lo rigen. 8. Identifica los principales servicios de su 7. Ubica los servicios de su vecindario. comunidad local. 8. Demuestra buena voluntad en el 9. Colabora habitualmente en las tareas cumplimiento de pequeñas tareas hogareñas y de su escuela. hogareñas. 10. Participa activamente en campañas de 9. Contribuye con el aporte solicitado en ayuda fraterna para quienes más lo campañas de asistencia social. necesitan. 10. Identifica los símbolos de su país. 11. Identifica algunos símbolos y 11. Respeta los símbolos de su país. manifestaciones de su cultura regional 12. Participa adecuadamente en actos y o nacional. celebraciones propias de su Patria. 12. Aprecia los distintos símbolos de su cultura y las formas en que se expresan. 13. Participa en su Unidad en 13. Ubica las distintas Unidades de su representaciones y otras actividades Grupo. que destacan su herencia cultural. 14. Participa en actividades con otras 14. Identifica los distintos Grupos de su Unidades de su Grupo. Distrito. 15. Identifica los países americanos. 15. Participa en actividades de intercambio con Unidades de otros Grupos. 16. Identifica los símbolos patrios de los países americanos. 17. Participa en actividades de educación para la paz. 18. Identifica las principales especies de su 16. Identifica los principales ejemplares de país en riesgo de extinción. la fauna y de la flora de su región. 19. Protege el medio natural en los lugares 17. Cuida el medio natural en su hogar. en que vive y juega. 18. Desarrolla un pequeño proyecto individual sobre creación de vida vegetal. 20. Mantiene un pequeño jardín.


AREA DE DESARROLLO DE LA ESPIRITUALIDAD Infancia Media LOBEZNO - SALTADOR Infancia Tardía DIESTRO - CAZADOR (7 a 9 años) (9 a 11 años) 1. Admira y disfruta la naturaleza. 1. Reconoce la naturaleza como obra de 2. Observa y reconoce las buenas Dios. acciones de sus compañeros. 2. Aprecia las actitudes de bondad en las personas con que se relaciona. 3. Expresa las inquietudes que le 3. Manifiesta interés en conocer la religión despierta el conocimiento de su de su familia. religión. 4. Participa con su familia en las 4. Se integra en las actividades de celebraciones de su religión. formación de su Iglesia apropiadas a 5. Participa en las celebraciones religiosas su edad. de su Unidad. 5. Coopera en las celebraciones religiosas de su Unidad. 6. Demuestra interés en los momentos de oración de su Unidad. 7. Conoce los textos de las oraciones que se practican en su Unidad. 8. Participa activamente en las oraciones que se practican en su hogar.

6.

9. Descubre distintos personajes históricos que se han destacado por vivir de acuerdo a su fe. 10. Demuestra progresivamente que los valores de su fe se manifiestan en sus actitudes con su familia.

9.

11. Comprende que la bondad de las personas no depende de que tenga sus mismas ideas religiosas.

11. Valora a todos sus compañeros por igual, sin distinción de sus ideas religiosas. 12. Identifica la existencia de opciones religiosas distintas de la propia.

7. 8.

Comprende el sentido de la oración en su Unidad. Practica la oración en momentos significativos del día. Conduce ocasionalmente las oraciones en su Unidad.

Reconoce actitudes de personas que se esfuerzan por vivir conforme a sus valores religiosos. 10. Comprende que los valores de su fe se manifiestan en sus actitudes ante compañeros y amigos.


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