Lucía Sánchez de la Iglesia 3º de Primaria CRA los Fresnos (Aldea del Rey Niño) Marzo 2014 1
E
sta es la historia de una familia que se
va de vacaciones a Nueva Zelanda. Es una familia bastante numerosa, de cuatro hijos: Jessica, Edward, Amanda y
Roberto. Sus
padres son Cristina y Kevin. Jessica tiene 16 años es alta, rubia, de ojos azules, delgada… Es tranquila, le encanta la moda, es inteligente, es buena persona. Edward tiene 14 años es alto, rubio, con los ojos verdes, delgado… Es inteligente, es un poco chulito, pero majo y le encanta la electrónica. Amanda tiene 10 años es de estatura media, no es muy delgada ni muy gorda, es morena, con los ojos castaños. Es traviesa y un poco egoísta pero, a la hora de ayudar, siempre está dispuesta y también le encantan los dulces.
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Roberto tiene 8 años, es bajo, moreno, de ojos morenos, delgado. Es muy travieso, es muy majo y le encantan los animales. Cristina tiene 38 años es alta, delgada, rubia, de ojos azules… es inteligente, amable, un poco nerviosa, y le encanta la moda. Por último, Kevin tiene 42 años, es alto, moreno, delgado, de ojos verdes,… es inteligente, se queja mucho. Es amable y le encantan las películas.
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CAPÍTULO 1
-¡Niños haced las maletas, que llegamos tarde! - ¡Mamá. Ya vamos! - Cariño… ¿en serio que no te vienes? -No, tengo negocios, pero me encantaría ir. -Lo que tú quieras. -¡Nos vamos, chicos! -Adiós, cariño. -Adiós. La madre y los hijos cogieron el coche y se fueron al aeropuerto. Una vez allí, cogieron los pasaportes y montaron en el avión.
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Como era la primera vez que los niños montaban en avión, estaban muy pesados y tenían un poco de miedo.
Cuando estaban a punto de llegar, una tormenta muy fuerte les alcanzó y en cuanto sonaron unos truenos y el avión parecía que temblaba, los niños se asustaron y Roberto empezó a llorar. Caían muchos rayos y llovía. Un rayo pasó muy cerca del avión y les dio en la punta de un ala y cayeron en picado. La gente empezó a gritar y algunos a llorar. Por los altavoces se oía: Por favor, abróchense los cinturones. Y el avión cayó al mar.
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CAPITULO 2
Cuando el avión cayó al mar se iba hundiendo muy rápido. Todo el mundo se había ahogado entre las olas. Pero entre las olas se veían a cinco personas nadando hacia una pequeña isla que estaba cerca de ellos ¡Eran Cristina, Jesica, Roberto! ¡Se habían salvado!
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Edward, Amanda y
Cuando llegaron a la isla observaron lo grande que era y creían que iban a morir allí. Los cinco se morían de hambre y decidieron ir a por comida. Por el camino se encontraron unas bolsas de panchitos que habían caído en la isla pero las guardaron para cuando lo necesitaran y se fueron a buscar más comida. Cuando iban caminando, se encontraron a un monstruo, o al menos eso parecía. Asustados, echaron a correr. El monstruo les persiguió. En realidad, no era un monstro, sino una persona. Les perseguía porque estaba muy solo y les quería explicar lo que era. Cuando vieron que les perseguía corrieron todavía más hasta que se cansaron y el los cogió.
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Se sentaron en una piedra y él les explicó su historia. Me llamo David, y hace treinta años viajaba en un barco. Como no tengo familia, viajaba muy lejos para separarme del sitio donde murió mi familia. El barco chocó contra una roca muy grande y se hundió. Sobrevivió muy poca gente y casi todos no lograron llegar a la isla. Solo llegaron dos; uno de ellos soy yo. ¿Y qué le pasó al otro? No pudo sobrevivir en este tipo de vida, y murió. Llevo aquí treinta años alimentándome de cualquier cosa. Vivo soñando que algún día esta historia tenga un final feliz. No te preocupes, nosotros te ayudaremos. –Dijo AmandaMuchísimas gracias. Pero ahora vámonos a mi cabaña. ¿Qué cabaña? –dijo JesicaLlevo aquí treinta años y que te crees que no voy a construir nada.
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Cuando llegaron a la cabaña todos alucinaron. Era preciosa y enorme. Estaba hecha de grandes ramas y para sentarse tenía ocho preciosas sillas de piedras. También tenía un montón de comida tropical que había cogido de la isla. Allí pasaron casi todo el tiempo.
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CAPITULO
3
Mientras tanto, Kevin estaba como loco. Desde que se enteró del accidente,
quería ir a
buscarles Todo el mundo le decía que estaban muertos, pero él sabía que no. Así que una mañana salió de casa para ir a buscarles. Pero antes dejó una nota que decía: “He ido a buscar a mi familia si no vuelvo en una semana idme a buscar” Kevin cogió un avión y se fue a por ellos.
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CAPITULO 4
Kevin buscaba como loco, pero no oía a nadie. Mientras tanto
todos estaban en una
pequeña llanura descansando y buscando comida. De pronto, dijo Jessica: -
Creo que oigo voces, vamos a
ver. Corrieron a toda prisa hacía las voces, y cuando llegaron se encontraron a una persona. Alucinaron pero más cuando supieron que era Kevin aquella persona. Enseguida se dieron abrazos y besos. Luego presentaron a David y le contaron su historia y rápidamente dijo Kevin:
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-
EncontrarĂŠ un familiar tuyo, te
lo prometo -
MuchĂsimas gracias.
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CAPITULO 5 Kevin se había traído un móvil pero no tenía cobertura y pensaba que podía hacer cuando le vino a la cabeza la nota que había dejado en su casa y pensó que si habían aguantado una semana podían aguantar dos días más. Kevin se lo contó a la familia creyendo que se iban a enfadar. Pero dijo Amanda -No te preocupes papá podemos aguantar dos días más. -Gracias cariño. Ellos, al principio creían que era imposible aguantar más pero se dieron cuenta que esto había sido un aventura y que todo había pasado y que era hora de disfrutar de aquella isla tan preciosa. Así que enseguida
empezaron a divertirse
bañándose en el mar, ir a pescar, jugar, escalar rocas.
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Había que disfrutarlo. La familia, al fin y al cabo, esos dos días se lo pasaron fenomenal hasta que un helicóptero sonaba desde lo lejos y cada vez se acercaba más. Todos fueron a la playa y vieron a dos grandes helicópteros llenos de pasajeros. Todos venían a por ellos. Estaban muy contentos pero por un lado estaban tristes, esa isla era maravillosa y se merecía algo mejor. Por eso todos los veranos iban una semana de vacaciones a la isla. David encontró a un familiar, solo era uno, pero por fin había encontrado a alguien que le quisiese de
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verdad. La familia había aprendido a quererse más porque nunca habían estado tan lejos de los otros, habían aprendido a estar unidos y a ser una familia mejor.
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Editorial: LA NUBE LA NUBE
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