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EL ULTIMO VUELO
Los ruegos no lograron quebrantar su propósito, y las nietas la levantaron en peso y fueroná sentarla delante del piano, sin estuerzo alguno porque la carne de aquel cuerpecillo se había mermado como los cirios largo tiempo encendidas.
¿Y qué les voy á tocar, si ya mis dedos tiembian para pasar las cuentas del rosarioy mis ojos están nublados y los desvanes de mi memoria están llenos del polvo de los años?
Querían una pieza vieja, de cuando la juventud florecía en su cuerpo y el abuelitola enamoraba; el aire de alguna cancioncilla antigua, que despertara rumores muertos, que surgiera retorciéndose las manos con agonía de crepúsculo......
La señora se quedó pensativa con las manos empuñadas junto á la boca; del cementerio de su corazón se había alzado temblorosa una especie de fnego fatuo que la iluminaba; temblequeo en su corazón el recuerdo de una noche difunta en que oyó bajo su ventana la música suplicante de la serenata de amor ..... Lentamente acercó las manos al marfil de las teclas y tocó....
Un Mueble Util
En el bien acreditado taller de carpintería de nuestro amigo Juan Sierra, calle d e Rafael Cordero 66, hemos tenido el gusto de ver y examinar un ingenioso aparatado, invención del señor Sierra.
Es dicho aparato una mecedora de dos asientos, uno frente de otro, donde pueden dos personas sentarse con la mayor comodidad y columpiarse sin esfuerzo alguno.
Y si quieren éstas entretenerse con algún juego pueden hacerlo, pués del centro del aparato se hace salir una mesita, con capacidad bastante para un tablero de ajedrez Ó de damas.
El señor Sierra, 4 quien felicitamos, se Eropone solicitar la patente de invención correspondiente.
Era una música lágubre que parecía escaparse por las grietas de alguna sepultura en semibreves enfermas como la voz de un pájaro nocturno que delatase un crimen 6 contase una tragedia; eran notas doliehtes que se acentuaban para vibrar cou la vibración conmovedora de las guitarras, con la entonación patética de las despedidas irrevocables, con la voz de las cosas vencidas, con el desconsuelo de la seda que se deshace.... Luégo la mano hizo reir la nota con risa de histerismo: brotaron las fusas riendo á carcajadas y retorciendose en el aire comu poseídas; uu airecillo macabro, el derrumbamiento ineternal, la orgía de la burla; las escalas brotaban á manera de bacantes ebrias, cogidas de las manos, y se iban por el ventanón de piedra á expirar en el jardín, bajo la calma de la noche estival.
Después sonó una lamentación inacorde de espaldas rasgadas con cilicio de penitencia y la abuelita se escurrió al suelo agitando las manos como para alcanzar una nota que se escapaba....
Luis Tablanca
DEL GALLEGO
R. CASTRO DE MUNGUIO
Cuan en tiempo de invierno pensaba donde estarías; cuando en tiempo de sol pensaba donde andarías.
¡Ahora....... tan sólo pienso mi bien, si me olvidarías!
1909
PEPE BLOMA
Compa Ia Dramatica
Está circulando el eleneco de la compa ñía española de Francisco Fuentes, que debutará próximamente. Figuran en ella la primera atriz Antonia Arévalo y once damas más.
La empresa promete un repertorio muy escogido.