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MENUDENCIAS
¿Qué tal?-le pregunté á un correligionario que salía del correo,-¿cómo anda la cosa?
Bien, me contestó Parece sinembargo que se va generalizando demasiauo el paludismo, ¿Cómo?
Sí señor; las otras noches en un carro eléctrico se registraron varios casos.
Aparte de eso, sigue todo sin novedad.
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Desde las siete de la mañana hora en que señalaron el vapor español. empeza.ron á reunirse en la Marina los amigos de don Eduardo que, indudablemente son muchos.
Pero el desembarco se demoraba, sin duda por lo mucho que investiga el Comisionado de inmigración. Esto ocurre siempre que llega un vapor español. Pero los republicanos que le sacan punta á una boula de billar, empezaron á decir que don Eduardo no se atrevía á desembarcar por temor á los fajazos.
Por fin desembarcó don Eduardo y fué objeto de un cariñoso recibimiento, cosa que á nadie eorprendió, pues, D. Eduardo goza de muchas simgatías entre los unionistas. Y entre los republicanos también.
El amigo Luis Felipe Dessus, se pasó al unionísmo.