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DespE Guayama nos ofrecen su hogar, parael cual deseamos toda clase de venturas, los esposos Buitrago Manrique de Lara.

A Emma Schwarz, una rubia encantadora y adorable, corresponde la gloría de hbaber rendido esa fortaleza.

No tenemos que decir cuanta dicha deseamos para los recien caeados.

Margarita Gelabert y Lorenso Homar han unido sus destinos por los lazos del matrimonio, como lo estaban sus almas por los lazos del amor.

Que la felicidad sonría siempre en torno del nuevo hogar.

Laureano Cantero, el popular Laureano del Boletín, ingresó también en el gremio de los casados.

Toda la dicha que merécen los buenos. * X *

Acompañado de su distinguida esposa, hemos tenido la satifacción de saludar en San Juan á nuestro muy estimado amigo Panchito Parra, de Ponce.

Está en Río Piedras, y le enviamos en estas líneas el más afectuoso saludo, la señorita Emilia Levy, representante de nuestra Revista en el pueblo de Lares.

Humorismo

Te empeñas más no me empuñas, pues sé que ocultan tus galas un avgelito, sin alas, y una m ujer, con diez uñas. x x -

Cuando en alguna ocasión, dando tumbos de piragua, ven pasar á uu borrachón dicen todos: ¡Hombre al agua! y yo me digo: ¡Hombre al ron!

PEDRO D. MARIANI.

Adios

Adiós...... Adiós...... Dame un beso, un beso del alma, un beso que suene, perdiéndose en ecos, que suene y parezca que moje mis labios y endulce mi pecho, que son muchos besos que estallan á un tiempo.

Adiós...... Aunque parta, contigo me quedo: se quedan mis versos.....Adiós...Aunque parta, conmigo te llevo: tu amor, tu recuerdo... Adiós... No suspires, a n r

= que recuerda el nido que dejó desierto. que moje los labios, un beso que suene

IDEALISMO tada aún por las delicadas Á£ nk¡ gún enamorado seductor. por tus hermosos y fascinantes ojos expre-.

La palidez de tu rostro, na :tn las damas borinqueñas, upamt te 80Tr he visto majestuosamente reclmuda bre un sencillo traje color ron., deepi en ferviente oración, dama creyente, y te -«diendo aromas de ensueño.

he seguido á la salida del templo, atraidoÍ Li sivos y turbadores!

En el desdén de tu andar hay orgullo y hay donaire armónico. Tus formas, tenta. doras, manifiestan la existencia de u cuerpo que en su voluptuosa robustez deja la sencillez de un alma no inquie-

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