Cuentos y fantasías (1904)

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Nota del Rhin. . . . . . . . . . . . . . . • . . . .

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A. N.EGBÓM

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Revelación . . . . ... ·. . . . . . . . . .. . . . . . . 12 Primaveral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20

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Moerte trágica.. . . . . . . . . . . . • • • . . . . 25 Mariposas azules ... •. . . . . . . . . . • . . . . al Hombre-Mármol. . . . . . . . . . . . . . . . . . •o Dos Tigres .-. . . . . . -'5 .. ...... -. ~ .......... . rl'ard e gris. • . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . '1t..9 Trío de pájaros ... ............ '.. . . . 55 Halada de l.nvierno .... ·" ......... .. 61 Anacreóntica: .................... .'. 68 · Un nido .... . ... ....... ........... 73 :Fantasía verde .................... 81 'olode-violin ........... .......... 88 Dolor fecundo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96 Amor irn varo .•...... , ....•..•••.. 106

BIHLIOTECA MUNICIPAL DIE

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HUMACAO, P. R.


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EUGENIO ASTOI~ es un escrv tor puertorriqueño de muy determinada y concreta filiación. Y lo es, no por su estilo, aunque ·también é te· le acentúa y determina ; · ino, principalmeri~, por su conoepci6n literaria, que le subraya y delinea, .dando á su pere.onalidad caracteres típicos y diferenciales. Re altan, entre sus cualidad·es, la inspiración y la fantasta ; entre sus peculiaridades, una aQstracción punto menos que aisll,Mlora, y un .subjetivismo absorben~ y dominador. La una-la abstracción-le arrastra de continuo muy lejos de su· atmósfera, y no

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ble, y ·se llAma Fortunio, c·u ando escribe el HoKBRE-MÁ.RllOL. ¿ Queréi·e. más ? Pues en otro de sus cuentos, le veréiM t.rau..formado en una tigre: sf, en una tigre humanizada, que, en medio de nn oiroo romano, ofrece el jugo de su seno á una débil oriatura, convertida en bocado de fieras por la sanguinaria cobardía de tin emverador.

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ue por u íninge~no1 del autor, no iff. il columbrar ' ·t:rav- d 1 mal pór encima de Ja n ver imilitud, J .n.obl~ figun ·del 1 _ J1 ó ~ t·p0 ta oomo.· odo impul y d!o~nd · 1 y d m u 1 ini . gfollri9 m · ndo. tol todiante, y .e llama la TA D L RHI. . l J'i coando . 1 un pintor y lJ E TE

***

El subjetivismo. . . . . . • Y bien : toda ptodncción literaria es una .v;erdadera entidad psíquica. De la cabe7.aj>arturiente, al.blanco pañal de la cuartilla, .se transfunde, po~ el cuasi cordón umbilical qu.e se apellida estilo, la substancia que anima al nuevo iér ideal; i ese sér µo trae al mundo la 'herencia fi ion6mi~ á guisa de sello de legítimidad, intentará en vano' convivir, no ya con otros seres 'de superior organización ; pero nisiqoieracon.los · de su misma eetirpé . que lleven los rasgos de fisono~fa de su progenitor. ¿ Q.a á valdrfan las /limas del por todo@

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oione bar métricas, roza con. sns alas Ja uperficie ondnlosa de lo mares " busca '. el cálido albergue· <le las costaR, ó aparece, como gallardete d~ plomas, en el extremo· libre de 1011 mástiles. ÜQn todo, no. temáis disJocncioneB ni ana~roni mos en Jas obriae y elegantes hipo- . tiposis de las p!ginas que os invito á leer: Asto!, que ha viajádo apenas, ha estudiado mocho ; lo cual significa que otros han viajado por él y para él. · Y, por lo que r~specta á sus incursiones n el ~rreno de Jas costam bres antigoap, ahí e ,'tá. el imllóli'co cuento· D '.fIGRE • Léale quien ee haya deleitado alguna vez en el Quo Vadis, y recordará este g¡an libro, sin no talgia; y el.gigante ·sol de Ja novela polaca .no amenguará el brillo propio del sol de la narración pilertorrique-

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Tampoco 'desde:ña A8tol el escalpelo del análisis .. Y cuando ·le toma entre sos de- ·. dos, va hasta donde debe ir, sin apartarse de ese coito eufemismo que es una de las notae armónicas de u temperamento de escritor. Amor. impuro y IJolor je<:t. mdo

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r o. r{ · tica : la de crip ión. o.r la eg ri ad e '10 trazo ; la .varíen · i colorido · l ooncentraeión en la forái' , y lo t.o' a .. magi tr l de -pincel, X

Eug n'io A t<1l ·es el Pró pero. Merimee de . nue~tra letra : el tili ta francés. rarece que labró u Vaso Etru co para que; un 11iglo m~s tarde, se soanoiase en él el ma. ravillo o licor oe la FA. TA ·fA VERDE. Por u diooi n cuidado a y correcta, es . A tol no oastellano de pura sangre: la gramática e pañola y el léxico· e pañol no ti nen cr 'di tos pendientes de cobro contra el autor de e E IT FANTA fA S. ¡<:o a extraña 1 A tol, que lleva en u bagaje literario buen lastre de lectun ib r?-·americana, carece de Tcceptividad par .el cultivo tlel -micr~bio de la extravagancia,· que tant-0 desluce la f cunda y brillante obra de los literato11 de Hi panoAm~rica.

E to con nela en verdad. Porque ..... .

** *

I : hay' que decirlo muy alto, á. fin de que se· oiga de de to.d as las distancias. La literatura puertorriqueña está. contaminada con la lectora, ó reflejo de lectura, de lo Rubén Dar[o y los Va~gas Vila, de quienes sólo imita lo alambicamientos y

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; Ca:rid tto;

Ana Roqué, el manantial ·de sus iotrover• iones, y Manuel María ama,. el lago de su dulzuras ; E e idioma tiene sus códigos, su tradi. ción, sus derechos y sus glorias. Y, si no hemos de amarlo, ·debemos consagrarle el r pet<' que merecen los legados enriquecido de generación e1~ generación por la. meritoria labor· de us legCthnos poseedo'res. No e mene ter traspasar nuestros límite geográficos, vara hallar naturalidad y encillez artf tica . en Amorosas; ingenio ·Y al ~n Vt:rutas · flexibilidad y exhuberancia, en el romance Al Ma'rJ·· hábil sondeo en 'La Primera C'ría: feliz adaptación en Ecos y Notas · cáustica serenidad en Ortiga y Malvas, y san~ y atractiva elocución en una. galardonada silva : La Mujer. ta ante ala de esto C UENTO y F ANTA· fA.s me parece unacumbre á semejanza de Ja que v.efa Pep~ ordils en la tribuna del ·. Ateneo de an Juan. Y de de esta cúspide- y con mi solo carácter de u1.1idad dentro de ·1a cantidad DII


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o tjnisi ra convc.rtirme hoy en algo a ( como vaj.a rillo interplanetario, para llevar c n éxito á nuPstro frío satélite la rica parla del ruiseiíor ..... .

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Cuéntase algo mu*y* original de Ala in · bartier, p et& del siglo IV, y secretario d uno de .los Delfioe de Francia. U na noch~, ouando el poeta dormía, Margarita de "EEICQ<iia, e vosa .del DelfCn, aprovechó la oportunidad para be11ar á Alain en los laLios ; en aquellos labios p r donde decía ella que habían pa11ado tantas delicada frase y pensamiento tan hermoso . A~on ejo &. E11gE;mio Astol, .si no es afi. cionádo á; lo besos a<lúlte.ros, que procure no tropezar¡¡e con alguna Margarita de E cooia reencarnada .. , por lo .meno ¡que duerma prevenido ! Po~que, no oab duda: también por los labio de . Eugenio Astol han salido mucha. fra es de~icadas y múy hermosos penamientos. ·

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con ·lui<lo la bucólica epopeya. obre la me a., e11tre los resto11 del fe11tfn, veíans 1a copa d lahrado oril'tal cuyaR transparente11 fa<:eta brillaban como diama.ntQ · la sovera y platone floreado ; la botelia de diversos color y forma : p queñas y panzuda unas, belta y delgadas otras, y lo acerado in trumento . de com bat , con rriangos de plata reluciente . El mantel emejaba pintarrajeado tapiz, donde confandían su matice Eil gira ol _dorado de la cerveza y lo clavel rojos d~l vino del Rhin. Doe ramos, de flore , lozano at'rn, de tacában e aqv.el pintc,re co de or<len imprimiéndole u.na vaga poe fa de Primavera. Por la.

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la parad ja in\' "ro lruile que, en ID)Ji°ter11a cbarl~, qerrouhaban fa tuo a. ment aqu llo picúr o <l vciot años. M gnus roncába debajo d la meea; y á u nota ost nida y mon6tona de bajo profu1~clo Jº ndía °Fra11tz, cantando con f1.'e oa voz · t' nor una sonata de Weber. Alb rt reoitaba on énfa ÍF! ve.rso de Schi· 11 r. Kar.J, nrn~tlcmente reclinado en el tabur te, contemplaba las volutas de humo qu · e escapaban d u piva en capriobopirale . Fri,t z, oómicarnente enter· o, con láO'rimas •• lo ojos, evocaba la pella deidades del Pl'lganismo hel-=íni· e . ·. oetz tiraba· besos á Gr. tchen ; unos jugaban,' otro r eían, muchos contaban hi torietas ·picaut s como la guinda, que iii •n de vi v rubor .las ml'j'i l la de la <lon0ella ; .y algunos, no saci.11.doil al'.rn, apuraban sendQ jarrooe rl~ e licor del hípulo, rubio como la piga del trigo, que tra ~litiera algo de u amargor á los ~rande ironistas· del país g r.mán.ico. Só. lo Otto, el. r.antor de leyend:u", permanecía ab traído y ilencioso entre la general al·gazara, con lo ojos fijo en el pai aje, t'\H,

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compo iue g rr n lo Q do enigm. tica ! ·; Wagner ! en!, ¡ . ué p te~ inguno

d llo vale lo 11 un de.do meñique del di ino rfeo ! Volved 'ta vi ta á lo1t anti. uo ti mp?s, evo ad á. la deida<Jes . fau...:. ne cae y á. la ourient ninfas que pobla· ban el cantos las flore tas y dP. gérmenes lo }luecos <le tas frondas. Acordaos de las b ~ lleza femenina · que pa ea ban por la 1rnperficie del mar, !!Obre níveas concha gracio amente combadas como forma de mujer! RecrcaoR con lo turgeute senos de · la beldades amada.A p.o r lo d!o1:1e . Ellas son l ideal, la bel'leza, la vi a, los ídolos ama leR q•lc ~ntaba, en sensuale rima , l i jo .Ana kreón. · h Pan ... . présta· m tu flauta! Oh Apolo .. .. alumbra mf ment con · 10 ePple.ndore d e .t u e tro di. vino ! átiro fogo o ; comn~d .de pámpano mi _f rerite ! R yes del Oliwpo, dese nded haRta. mí ! Eocantadora Hebe, a·e sti!a en mi labio la miel de la ambro ía que produce .la felicidad ! Y tú, ' Vean , su~ge el fondo de ·nue t ro Rhin, de nuda, v·o . luptuosa, ilér a, tal cowo un tiempo bro· ta t. del vrocelo o Egeo ; .estréchame en7

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oe z" · · • oetz ! !!-gritaron •• 111 hu ndo· la voz haci ~ndola vibr r ott 1,ule ca infl ion . 8

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pondió el maltre(·ho beb •d r- manos d rhujcr n of nd. n. Las d mi amable fregona on uav cómo la ed.i y hu l 11 á t millo. . tto, .en tant.o, uo fle había dado cueuta d 1. l'Í ible pi dio. u e pfritu rraba lej de allf, divagando por otro mundoM ·111á bello , núí d ~l ·s, má gratos qu el mun o r al p r u. no hay berruo uras em jante á la que f rja la 1magina.ció11 d lv po ta . u habl tto ! f, f, que hable! am o , mur ·iélago nocturno-dijo el travi ' Karl - ha.bfo, p ro pronto. Aban<l na tu ro u ti mo h Í<'rá tico y narra alO'O pi '"re co. P r ej mplo, la hi toria d 1 mufi ~co brabanté . n c1.1en·to d e Hoffman. - La hazafia d los ibelungos. - La hi toria d l fargrave de .... - ¡. ·p_e ncio!,- ira~errumpió Albert- ue cuente lo que le antoje. tto e levantó y con la mirada va a , con ac nt uave , corno i habla e á. ola con igo mi m , relató una l yenda breve,

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<le L or ley, Ja. ninfa dE>l romántico rlo, que inclina radiante flobrc Ja or1<laii ..... El i1 ocio que. reinara durante la na~·ra­ ~ i ón fue i11terrumpido por Javo~ de Karl. -.-¡ A? d.i ablo--.dijo- fas Jeyend~s tiritJtes ! E t bardo melancólico -sólo sueña oon ndriagos y ,_d llis! ¡A Tcir! ¡A~gozaT! ¡Corta · f! la vida 1 Magnu~, deE1pi rta 1. tto, bebe con oo~tro !. Gretchen, má.'3 Rhin ~ 'amarada , ntonemos la canción del Lúpulo ·y em1 gaida á. beber ohasta. que caigamo como masas inei·tes de puro beodo . U na tempe tad de voces j aveniles resp oudi'ó -á la alegr.e· invitación y resonaron tas notas de un him.no báquico. Otto, vuelto á la realidad poi; este rudo golpe, empnfi <S con mano convulsa la oo. pa y se lanzó 1·c ueltamente á la . bacanal.

or l que e careiia y v rPciq ue r eciben en o m o o q ue ' 'nfil nd n n a n e tertor de ag o.u fa, • do lm .qn vtl l n u~ida en un abrazo . n 1, ielo og l q nt n y en la t ier ra l .a · or ro ilb r d l buho con la· canción 10

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ii A j.n u te, d 1:riadera, como lo que txlla f'l arti~t d Nurembcrg. En suma:· tod fal 01 m zquino, oonvencionál. · Alexi • r cordaba con d:-l11r su n~ches de in omnio á. la luz de la 1:1.mpar:i, perdi· da on el mó. (!storil d los trabajos. Andaba in mirar en torno. El cora· z6n le latía violentainente. Parecíale ver flotando d.el ote .d·e C Ja11 cab zas de us crítico~, con negras ala en el cuello, que le e· nt mpl:l.ban malignamente, zumban· ~o como enjambre.d e desordenadas avis· pa . U na ellaec sobre todo, más sañ·url·a. q ue-'la otraec, la del imberbe redactor de El Mos cw·dón, le ·gritab~ sin cesar un mo· mento : copi ta, copista, copista ! Aquel Zoilo implacd.ble tenr~ una cabeza gráfica.: orán o <leprirnido á maueTa dO melón, e caso cabellos colo.r rubio pálido~ ojo verdes, boca. hcndi<la, sonrisa ~efis­ tofélica "I' obre la acaballada nariz, un par d.e lentes enormes que relucían como diamantes á fo rayos del ol.

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v. turá d ooutr 11 onLra e mi · o 1 fraca o de

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El crítico de El .Afoscardón era enemigo per · onal de Alexi , p·o r uno de e os odios

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chito al nacer, ntre la cuatro IJ3rede8 de u u tu urio. El trabajo monótono n la oficina, d de l.\ mañana ha ta Ja noche, io ti mpo r;ara r pirar el aire sarao, · el aire pu ro, q 11e acaricia los árbole y Jae flor e ·Lul'go; Ja creación li~eraria la ·batalla del p riódico, las grandes luchas por xpre ar .una idea que e e ca~a eu util vapores, 1 empeño , sostenidos entre continua dorrotas, por mantener el i t ma de u mentor ; toda una vida, n fin, d agitacioue y trabajo8, perfli· f•uiendo una fórmula que no 11 gaba á fi. · jar e .nunl'a., f'n po de un laur l que no habf~ ccíiido 11us · iene , agostada por la fi bre. del com bat . · Y é l Al x; i l hombre enfermiro de la ciudad, el critor nour6t ·o aquejado por 1 mal del ig lo, habfa querido r sumir en nota vibrant el mage tao· o concierto de la obras divin·a s . .. . sin haber con· templado nunca una puesta de sol! e te punto llegaba Ale is en us reflexione cuando e encontró, casi sin ent.irlo, en plena campiñ'l.. 15


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. qu ci lio · l u iz- . o ~u·Lierto á. di · tanoia l ampli c~lina, . v pertino . fr nt lo .1 jó e r rando l horir p tiv · afold una ad na r . ilm t.1~ · cµr~ da', ·orno

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arola d ~uro r goo¡jo. entíaarida o'p r mail cion , de coc uelo .. · y tibía om-o l o de d p ada.

Bien prnnto fijaron su · ~ente mil pe. qu ño detalles, que eran como obispas de olor desprendidas del luminoso ·c.uadro que miraba con embeleso. Una golondrina pasó junto á. él en rapido vuelo, rozándole la f1ente (IOn las alas. Tendido sobre Ja gb1.ma wirábale un negro buey, con ojo melancólicos. Contempló los girasol s. que se inclinaba;n hacia Poniente em~ hozados en s·us capas amarillas. U na repúbli a de abeja , instalada sobre el tron· co de un árbol carcomido. le recordó la~ clásicas miele de Helicona y del Parnaso. .A.bajo , obre el sendero, una columna de hormig a rojas' revresen~ófe la idea del t rabajo que· fecund-a y enaltece. Arriba, en el pab llón del espacio, una nube en forma de navío parecióle el bajel d~ sus ilusiones navegarirlo á toda vela "por ~l piélago azul de la e peranza .... " Así p!!rsiguió con arrobamiento el matiz, el sonido, el' perfume, la línea. • entíase · agitado por emocion·es tan inefabks como · . nuevas. us nervios vibrab.m. u alma e expandía en ofeada de tern~ra indefinible. .Ah, i yo hubiera visto esto ! -

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.lo mas fr[/ lirmos , que· 'lo e] v de un

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lt á Ja cumbr d la glor.ia. conquis· tándolc im p r ced ra fama. · u mérito. era tal, que el croni ta : de El _,l fo urd6n no pudo hincarl el diente. ·. Alex.i11 es rico, ·envidiado, feli~, y die on frecuencia que deb toda u fortuna á un u ño bajo lo naranjo , en una tarde de primavera. Por e o tienen sus rima el ca11to perfume de l-0s azahare recién abierto1:1.

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Ubro ~.obre l a alfombra y. Re oye ~l cb:utaoqojdo de un b o .... Hay tanta paeión · en Jos versos ele. Reine ! E@a música de hopín excita de tal modo los nervios!. .. . El galán se ~a levantado y su prometida:-una rubia . beldad- le oiñe ' estrecha.mente Jo brazOt! al cuello. Un beso más, · y otro y otro: El ruiseñor modula on nuevo tri110 y t.iembl~n de -envidia los clavel .

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Dnice ~ amar e~ todas las épocas de Ja vida ,, pero el amor e más dvlcc aún en las nÓcbe~ de rim:av-era, cuando la. luna ~erge en el ciclo con no nimbo de plata y disuelve sobre la tierra un rocío de polvos <le luz ; cnando cada flor es una urna d e perfume11; oada ruido una .:vag~ m~lodfa y cada rama una lira silve tre herida por el viento. 1 Amar én la estación voluptuosa, amar' en la flore eeuoia de los gérmenes y los · nidos, ¿no es obedeceré. un mandato de la Naturaleza, que es toda eJla un infinito amor y se desborda en aroma , colores y '

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~oco b cia el jardín. lica ue onmu ve ; d • q..ue· arra tra. Aiin . no se

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ha e tremeoido el viejo · reloj dando la diez oampanadas- ho,ra de Ja despedida. -La anciana nada vé, na~a oye: · duerme en 11 antiguo silÍón con ese eueüo de la dad enil tan parecido al de•la muerte. 1i y que aprovechar lo momentos. F~n un 'minuto puede condensarse una página .d amor. Por todas >art~s· reino.o la soledad y la oalma. J,a b lla cede, porque todo la ordena amar, romper el dique, entregarse sín ret1erva ; todo e u.na invitación al amor: el eduotor encanto de palabras que arrullan y de miradas que queman, la.penumbra del bogar cas·i desierto, la : placidez de la noche azul, la fresoa sómbra de los árbole , el enabriagador incentivo de las prima verale orgías .... ·Amada, ve·n ! Ya e tán 10 dos en una calle d~ fi.o res, bajo la acacias, ju.a to á un surtidor · de agua orí t~lina que cae eu una taza de mármol rojo diluida en bullicio os diaruante ·. ·El mancebo__:dirfase que es u~ · uuevo l!'austo-sonrfe orgullo.so y satisfecho. ¿Acaso no ha obtenid~ la victoria? Allí e tá ella, palpitante sobre el oé ped..


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o lnmi 7 elo de a~· nube: A J , l r.ui eñor~ . olitario · rti • ntona un himno· · la Prima era ....

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mu·erte. trágica UI.ÉN no conoce á Estrella, la. zingara. . ¿Quién no ha visto á. la hermosa gitana ·de tez .morena, ojo negros y radiantes y labios -ence~dido11 como la llama, que va por doquiera cautivando 108 corazones? Cuaudo dice la bue11aventura, su semblante ad qui.e re una expresión d~ . mage9tad soberana. . Cuando baila, su .esbelto talle se cimbrea como \In junco á las caricias del viento. Cuando canta -laA exóticas melodías de u país, óyese so voz como una cascada de perlas cayendo en un vaeo de ~ristal. · 'rodo en ella es un reclamo al amor, que 25


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mf>nte en un nabab y 11e Yeclina . obrA nn le bo de pi dra preciosas. na nodhc Enzo, · 1 amante desdeíiado, vé · entrar á ilvio amparado por lat1 ombra en el aduar de la tribu, y dirigir· e á la barrac de E trella. le mira entrar en la habitación, temibloro o, palpitatite, co'?10 paloma qu-e bo ca l nido. escucha junto á la )JUCrta., lívido por celo , b os ardoro 011, palabra fugi· ~iva , l!l.utipiros entrecortados. r , vJ.g ilante centinela h~sta que a ornan · lo primero · tintes del alba, le vé alir furtivament , e quivando la dudosa clari· dad del crepúsculo, tri t~ como ·Romeo ua ndo a bando.naba IOf1 brazo ele J ulieta. al ,, cuchar el canto de la alomfra. ¿Por qué no lo mató aquella misma noche? Mi terios del alma humana, que á ve es se recre!I. .en ·e l propio dolor, inti ndo una voluptuosidad amarga c·on la herida ({Ue ang1·a. dentro. Han pa ado tres dfa . 27

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oque convirti~> en angre h~lada en hel'vore$ de fuego, dando á. u epidermis vise.osa el alor del volcán. · La vívora se retuerce con furia. Cule-brea entre tas m·anos de su dueña, 111ohan-do ordamente cóntra el poder que la dofTIÍna. Lanza "ilbidos pen traotes. Mue1rtra u l 11gua, aguda y t rribJ.e como punta de puñal. · u piel oam hia de color y dquit:re n brev e momentos lns tonali-dadt> má extraña . . Estrella inmuta; palidece cada v z .iná . El público la mira lleno .de a ombro, pendiente de u ·menor~ ademane11. La vfhora da alto terrible, se enrosca al cuello de Ja gitana y ésta cae á tierra lan~~ndo Un l"Oll("O gemido de angustia. L que acudieron á socorrerla sólo· hallaron uu oádá.ver. · La vfüora, det1puéf'l d morder á la gi' tana infiltrándola su ponzoña, se había aferrado á. ella en un espasmo de agonía, con tan horrible y treme11da 11aña, que el ·olla r n gruzoo, marcando la piel, dejó oomo huella fine sur 'OR azulados.

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A noticia de qa·e Juan Ryp iba á. publicar un libro de ver os, cayó como una bomba de dinamita entre la gente bohemia que concurre al café "Apolo ". ¿ erá. po ible- decfan-que Ryp aband'lne su trono de. n.ubes para . descender pro áfoamente á flor de tiei:,ra ? Ryp mendiga los aplau o del público imbécil, fiando su de tino al cancerbero, vulgo editor? Immlté.mosle, arrojémosle, e comulgu ~ mosle, y sobre su cada ver . moral pon.gamos un letrero que diga : "Este fué un hombre libre ! " A i hablaban, vociferando como locos, · aquello buenos mucharho ,- poetas, pintore , novelistas, músicos- que en su vida 31 .

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emi ·artffltico y convencional qu 1 daba a p to de b roe do folletín? J,a pr encía de Ryp produjo una ver. da era temp stad de interjeocjones y onomatop ya , que el rimador esouohaba con lmpPrtnrbable sonrisa . - " í, camaradas, publico mis versos

y a<l mfi

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rito , pataleo , silbido furiosos, algarabía inf roal. J,a turbamulta e separa <l l apf1t1tata, cual i fue e un apestado. e yen la cien mil trompetas del ApocaJi pRi . Ryp inv ca, con sentida frase, la benevolencia de u11 amigo , y no sin grande t rabajoa con igue que e le escuche.

-Repito ·que m caso. ·Q,ué hay de particu lar en e tq? Himeneo no se halla reñido con las musa , y ademé. , no siempre ha de vivir uno solitario como los hongos. Ah. . . . i la viérais, de seguro la a.ma· rfai!! como yo. e llama Lissette, y oose trajes de eda para. laR grandes dama . E1 J'Ubia,. rubia cqmo· lo trigos, y de ojos n gro~, negros como las penas que germi~ 33


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·al trabajo, b in pi ración . surg , colecciono mi · verso para un editor humano, que . me ahenta y me paga, y una mnjei; ilumina mi exiet~ncia con el fulgor de ue sonrisas. · ¡ El boh~mi<l murió para eiem.pre ! ;· Depositlld . una Aiempreviva en la tumba del bohemio !

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Y. ra· tan nuevo mf qu me . raJo co·mo un imán. r . uéme · igi,lo .am te y, in <'r oh. e. él' á. n' i>. palda el. libro ~' Roll~ , d u t. itode iro lo ·qae · o u"irió? La blé no h bl rno , no er1t. ndimo11, no 1 r. mo ,'y de d entone · he ren un ciami li' ito agahlJ'ndo iento amor tanto

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34

Ryp vivfa en pleno idilio, bogando en el e quife del amor por el dorado mar de la il aaione . Condensaba et. mundo en dos cosas : Li aette y su libro. P~saba el día en· .la i~pl'enta, "c onigiendo pruebas, y la noche en el nido de su amada : un cu·a rtito color rosa, junto á. loA tejados. ¡ Qué bello , qué amables eran 1::-s · sueños de Ryp ! No ~ien cerr~ba los ojos, el hada Alegría tocábale Ja frente con su varita mágica, y sentía en la cabeza algo as~ como un·. revoloteo 'l!uave, como una· vibración de alita ligeras que refrescaban suavement e Ru enard cido ~erebro. . · 0

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... flor de m ri-

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r fin ptibli r n ·1 rima d nue oritof, in prólogo, b· jó e te eplgr· • 'po azuk$. El tf · ~10 de n 1 rini ra boj 1 oon l tr de oro f ndo ·bl neo. na edición eleganv rd dero triunfo del impr tillo .de

.. ..

.ron in co.mp · i n. o, u g~o aquell e tfofas pubincel por'. el diamantino pQeta lapidario que abfa

r montarse á la rPgion-e . m' levadns del imboli mo. El 'café " .A polo,., ha fa He convertidq n mentidPrO de s 11 honra. De allí partfan \a •ensuras mis oruele~, y allf quedó derribada, por el ariete del epigrama, la to'rre ·p lendida de gloria que forjó su fantatiía. · Y era. q11e Ryp~¡ vobre é ignorante Ryp !-no había trabajado et bombo perindfstico, ni convertido al gacetillero en .. calón pua 1rnbir. ~obre sus espaldas ha ·ia lo alt.o. Confió demasiado en las propia fuerzas y re<'ibfa el pago de su a114·acia. u na noche, en ·lo m.ás ag~do del combate, Ryp se intió desfallecer, y como el ediento busca el agua, dirigióse al nid de Litisette para hallar algún c'onsuelo. Vió el .nido vacío. La amante no e taba allí. JJa paloma habla volado. Busoóla con mira~a febril, y solo encontró sobre el lecho; una blanca pluma de s11s ala que decíá lo siguiente: Amado poeta mío : Esperaba. con anhelo t11 victoria para 37

36

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-oaAi infantil. En o.casiones parece un niño queUora. u amigos-muy pocos · ~le vis'itao de cuando en cnando-. veces le pregun~n: "Ryp, ¿qué so'n l~s ilusiones? " Y el soñador' les responde con pálida !JOnrisa: -'·Mariposa azules que vuelan .... que vuelan .... que vuelan. " ....

un ronco o, loco .... n oi n~ furio al principio, le ~n ilo de demente. . Pooo torti t nquilo, melan~ólico, 38

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é impenetrable como un ~loque de h itilo. o e crea, ·por esto, que Fortunio fu~un mal hombre; por el contrario, no hao.la daño á nadie ·y prodigaba el bien en la medida de sus uerzas. Mas era bueno por una especie .de iu tintivo impulso, que 11:iá adelante se con':irti:ó en costumbre . Fortunio no . conoo(a el iuefable deleite que e de prende del bien por el bien mismo, así como tampoco su oonoiencia se extremecía ante el mal. Comprendía que lo malo no debe hacerse y eso es todo. · Por fo demás, muy parco en el lengua. je ; ha·· taba por monosilabqs. u reserva era tal, que parecía rodearse de misterio. J,e veíamo tm . todos lc;>s sitios públicos ; a i tía. á todas la fiestas oon una corr.ección irreprochable; pero nunca pudim<?s ·averiguar en que rincón oculto tenía su nido si viv~a solo ó no, y cuáles eran sus recursos .de eubt1isteacia. También ~.'J verdad que nadie le ·pedía cuenta de estas cosa ., porque ·nenaba cumplidamente bs fór.mulas sooiale . Parecerá extr?iño ; mas aquel hombre fr(

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obtuve la certeza. ré ·b r · e. Fué un e o e .traor. ,· in rio 'que n&di .or r pero juro que lo b i to n mi · propfo ' ojo· . n~ tar,d vino Fortn.nio ·hacia mí con f o orecid por tin v go c~laje ·y ij con oz tré'mula·: . i niadr m i:~ · Pebo· ir donde U . ·. iv en ~n p"u ~blo ·oereano y no que p rd~r i~mi» Acomp&Heme. i1 a ez en la ·1t>idá n ito del lo de un igo. mo á' iem~~ 1

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ma d hi rto ya ·[a, má bi n que retipiraba, una . iej cita angulo á: la madre de Fortunio. Abrazá.ron e lo do . Miró lla á su bijq de un. modo . inten110, y, de plomándo e obre Ja alJ!lohada , e rró lo ojo para i mpre. ·Fortunio e puso Uvido. "u cara marm6r a contrajo de 'd lor mas us pupila e taban ceas. Hizo un u prerno esfuerzo pa1·a llorar y al fin brotó una lágrima qu , lentamente, . mlly lentamente, abri un surco 011 us mejilla . · ¿Lo creeréis? ~u.es aq uclla· g.o ta cris. talina, xpre ióu acerba de un penar sincero, se detuvo á mitad de 'su camino, y lu go cayó á ti'erra haciendo un ru~do sordo como el que produc . una piedre.eita. al chocar contra una tabla. Aqµella . perla de amargura. era el fr.agmento, el residuo, la molécula. d,e un corazón de mármol. - ¡ .b-Ei j Jrim ra . lág1·ima .'~exclamó Fortunio. débilmente, y doblando· las rodilla cubrió e· el rostro con -la mano . Murmuró alguna cosa inintl•ligible : tal vez. aua plegaria.

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Dos ~igres UÉ una cosa estupenda, nunca vista. · En el Colicieo había un mar de cabeza humana . Humeaban en el cargado a·m bi~n.te vapores de sangre. Roma entera . e taba .allí, ~on su emperador á )á cabeza, pidiendo nuevas víctimas. El pueblo se agitaba impaciente en las graderías del va to anfiteatro. PatriCios. y plebeyos, esclavos y gladiadores, matronas y meretrices, toda la gerarquías sociafos estaban 'confundidas por el ansia dtl placer, cega· ·das por Ja roja, que á. veces se convierte en un ·goce salvaje; 900 las fosa~ nasale!! :ibierta , aspirando en la densa atmósfera l acre olor de la matanza. Numero os cristianos habían muerto ;

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45


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Oyó e nn débil v~gido. ¿ Q.uiéll lloraba? oa tierna ona.tura, de.algunos días á lo Rumo,. á la que habían olvida~o la alimaii d l circo. u madre yacía cerca de · lla, con el eno. de trozado por iénpl~ca­ bl uñas. Continuó gimiendo el infeliz recien .nacido .y 1a tigre fijó en él lo fosfo.r c nte oj s. . . . · Entonces ocurrió UD verdadero milagro. id y lo abr is : . El terribl anirnal salvó poco á poco, cautelo amente, el breve e pacio que . lo evaraba de aquel sér desvalido. Prúnto· Rtuvo jnuto á él, .lanzando un formidable resoplidú que aterrú al' pueblo de Roma. · Levant una ~arra .... y se detuv~ ! U'é vió en los ojos del .niño? ¿ Qué po· der m!sterio o contuvo u feroces impulo ? No sabe ; mas la tradición relata aquí el milagro, y yo; fiel croni ta, lo copio. La fiera se ech .al lado del niño, tocándolo, abrasánd~Io con su aliento ; lo atra· jo haQia 11u vientr"' con maravillosa delicadeza, pú ole en la boca u na de las mama11~ y el desamparado infante chupó con a.vi.

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oir o . entr ron d la . gu rdia 1 f!Xt iio gr po .. iéi:on l nnd '1 niño y al tigre!

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AN UIDECE el día. Es Ja hora en que se anuncia vagamente el crepúsculo. El cielo no viste cbah's multicolore y ostenta un uniforme matiz plomizo. El ol emeja una lámpara de bronce, iomena y 'triste. us cárdenos reflejos apenas bordan con .t enue cinta de luz la.franja de la nubes. opla un viento sutil y hú~ed·o, dueudecillo travieso que penetra en los poros como punta de alfüer. Há.cia Oriente se divisa una 1 mancha de pizarra, que va aumentaµdo por momentos. Allí está la lluvia. Marcha envuelta en un manto de. felpa gri , empujada por el invierno .... 49

48


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mento }:> ioo16gicos, que i vcc d cid n obre el carácter ó la vida ·d un hombre. ¡ De encanto cru.el ! Juan .se vió com.o era y no como basta aquel iR t.ante -cr la 1~g1iir aiendo : con la vulgar p~ta de g llo, nuncio de decadencia, mal disi· mglada por l barni,., del afeite i . on los mechones de .canas, rebeldes á la tiranía del 011métic , .di11per11 s aquí y acullá eutre lo e111casos cabelj011 -gri . ¡ Estaba en el horror de Jos cincuenta afios ! · ¿ 1ómo oo lo ha'1ía vi to ante11? ¿En virtud de que extraño resorte e habfa verificado aqu l de bordamíeLtto eo · 1 alma de Juan? Dejo <>l caso á lo p ioólogo . UC8tro héroe iotió OpFimfr. e)e el CO· raT.óo :· Algo asf como una oleada el'~ amar· gura Je subfa del pecho á la boca. Arrojó con rabia el espejo, y .aRoruó e nuevamen· te á Ja ventana. La ma.n cha de · pizarra habfa i'nvadid.o todo el cielo, y el· viente· · oillo sutil, convertido en ventarrón formi· dable~ entr~ba en violenta rit.faga por 1 cuarto y ponía en desorden los objeto , t(lrnaodo á alir por fa ventana. No se iba oló, porque Ücvaba e.n su ala la ilusio·

r. pitio Junn inir' m lan<'Ó·

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al tra de di .· .creí s rloito viotorio o Pertenecía

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lm. h amana • iene no . luc~d , np riór ' lo ordinario, y Juno · ene n,tr a uno de e os tno·

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Y tmrgíó deepué el etéreo perfil de ~a amada : la prhnera, la verd·adéra, l.a única. La había abando~1ado villanamente, y ~lla, que no ovo re·sistir el golpe, murió quetiéndol~ siempre, con el perdón en loe labiQs. Talnbién, hacia mucho t'iempo de aquella trag dia y ¡ co a ingular ! su víc. tima .parecía hermana gemela de la Mignón de ojoa negro ·. Vosotros, loe que teneie alma, y la teneis repartida entre .la espo a y los b ijos, compadec d al pobre Juan,. porque sufría horriblemente. El dolor se cebaba en u espirito c~n trem:e~da aña, con encarnizada furia, haciéndole devorar en un momento, en un segundo, toda 1~ hiel que hubiera podido libar, gota á gota, .en el tempestuoso transcur8o de sus cincuenta años! . i ella no bubie e muerto ; si él la hu' estarían juntos los dos al biera amado, · lor del fuego, templado por las mútuaS. caricias, con un niño entre ambos, y no e hallaría ólo, en aquellas. horas de in vierno ; aterido, como un árbol sin ra-

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53

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o . uro, va !o ! v jéz una ma~ ~ dioién-

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temo j ven ' ºY . tuya. '-

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arde de bt-um , . y . Uueve, ·llueve

on país del Mediodía-no recuer-

ventan , con 1 e be.z

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do cual- y en la cúpula frondosa de un oaetaño-árbol venerable, patriarca del boeqoe- vcriticóse,. cierta tarde luminosa, un eitraño concierto. Actores : un pinzón-erguido ~ballere­ te de flamante pecher~ roja ; un. jilguero -bullicioso doncel ufano con su jo bón cenioiento1 y un ruiseñor-meditabundo artista que Re emboza en capucha parda. ¿De dónde venían? Seguramente, de un campo .de fiores, porque .el primero ostentaba un pétalo de rosa en el extremo de lu alas ; el · segundo oprimía entre sus uña1 la lev:e copa blanca de la gentil

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ólo r ioa.. pido· á ve.__.-....o-· el ' rncia--á quíeu o de ue hué la d l

.no ambiente de rosa y oro, donde revol9· t6abar:\ _loe alado insectos. como·en un mar de luz, mostrando SlilS coseletes ·de deslum· brante pedrería. Las flores nocturnas aguardaban con ansia los : besos de la noche . ..... · En e to pre•entóse en escena un mur. cié lago-repugnan te' animalucho llegado de no e~ donde-y olavó en los inmóviles artistas una mirada ·nena de hiel-"Verda- ·. dera mirada <le crítico. El murciélago no canta ; mas algún fabulista-quizá Lafontaine-.-.Qa d~scubier­ to q u.e posee el don del sa.rcaemo-como todo loe envidiosos. Debo reconocer que el hcn~año avechucho empleó á maravilla el _ag111jón cargado de bilis, ·pei;o solo obt11 vo . un efecto ·coutraproducente. Aq oello-eterna historia del arte-foé 'un estímulo para la inspiración y un ·motivo para que cesaran pueriles rivalidad~e. se formó la liga del genio oontra el ene· migo común. El pinzó~, más vivo .que los demás, se lanzó el primero, desplegando todos lo~ 67


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or · opl o 1 troi~pa .P~ · . óra di11 urrt coronado de j zmin.e por 1 floresta 1 idilio. . ...· ' au po { , belleza · nta ver onza¡. • J'OD d } mod al · be ial engendr-0, que ó con obllo vuelo á . u oov cha, lan. in · port ble -ejémplo

o

58

R1 arte una fielir , p ro · n Ja música q s má ·' y aqu lloR pájaro e hallaban nimados por es fue o divin , que, . egnn fo antigqos paganqs, eleva ó. los 'hombres al nivel de los dioses. Comellzó ~1 trio ~e Ja aves. ~dm.irador d Euterpe, di! ttantis refinadl .imos, ¿no habeis oido ]amá un ·onoierto d pico arpados, en Ja ·mitad de un · bosqu ; al caer el sol ? . Pu s .... avei:-gonzaos : no habéi oido ni vis to nada. ué· trinos tan dulces ! ¡ cuánto gorgorit primoroso! ¡ qué .arp gios y escalas cr~mática tan bien dibujados! La Patti no lo h11·bier:\ hecho. mejor. Y aquel C."<>nQierto al·.aire .libre, grande como ·la N at11r-aleza selvático como el bosque qne le servia de e .c enarit·, tE'ndrfa el privil~gio­ ¡ oh felice oa11tantes ! - de no er tratado por ninaún periódico. . Pero viene-la r.ocbe,. El gilguero y el pinzón, vcnciqo por el sueño, indinan la cabeza bajo el ala. : .... ólo el" ruil!leñor- única ave canora á quien no amilanan Ja tiniebla -siguió ~ derrochando not:is triunfale y al apare59


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1 ·IEVE, mucha n"ieve ! Por todas partes blancnra: en el monte, en ei valle y sobre las casas de la aldea. Los arbole ·del bo que . ext.ienden ·al aire SUS . brazú ' 'de nudo de rama ' , como deformes e queleto qae pidieran misericordia. En el uelo trean la florecillas de la e tación vernal anémica~ y triste . ·A rr.i:l, en la bóveda azul, ondean lentamen~ lo pardos velos de la.bruma .

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. II ,.

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opla la brisa con violéntas ráfagas. El cielo e obscurece cada vez máR. A pe ar <lel mal tiempo,. parece que hay fiesta en 61


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siglo. iólo que 8 él le corr:.e sponde la qiayor parte. V

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i. la

Ella, Ro alinda, es blanca, idealmente blanca, como u túnica, como 11 azabare , como su velo. Está.enferma, muy enf rma, No, no es una rosa de bri'l, ino una adelfa marchita, que se inclina sobre tall~ á lo be o~ del infortunio. Ha llorado ·Y e tá triste. Camina con paso regidos. Diríase que es una e . tátua de alaba tro, animada por ocalto resort .

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VI no pir r

el

I d nt rq.· lo novio . o hen y ei año

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tí man,

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El Uo Bla es nu. veje torio· encorvado por lo. añós, ridfculame~te cal-vo, horriblemente rugo o. Mefistofélica sonrisa plega u boca in dientes. En us ojos de concavidad extraña llamea una obispa lidibino a, como la luz dtj un-a lámpara ·en el fondo de un septiloro. Tiene trazas de lobo ma~ru'Uero. Allá., en sus mocedades, atrapó bue~as pre a ; pero ya carece · . de colmillo y garra . Se afana en erguire cuanto puede, ma no le ayudan las 63


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ra

don-

l zo hi rro .' mu1 ninl

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:Dota contr lo

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I El Matusalén aceroa al fuego suff manos, ateridas por el frío. I,a bella, de pojada del velo nnpoial; le contempla oon espanto de hojando maquinalmente loe azahares del desposorio: ¡ Cuán diferente es ese ve tiglo del hombre que acarició en sus au ñoe ! u ideal un mozo fuerte, risueiio, de mirada . nave y labios rojos. ¿Donde ei:1tá que úo aparece? e ausentó al marchar e toño con las últimas golondrina . Roealinda mira con terror aquella boca sin di nteR, qu'e se entreabre en una muec~ para pedir un beRo ; aquella oalva amar)lla cubierta ·por vi co~o sudor; aquello o)o v'ivaoe , donde chispean los lívido fulgores .del amor impuro .. .'. El viejo se dirije á ella con lo brazoe abierto ' babo o co.mo un reptil, murmurando palabra ob cenas. La virgen implora piedad, da gritos de horror, corr~ despavorida por la sala huyendo á la caricias del sátiro; pero el tio Bla4!, a quien u la oivo ardore prestan un vigor in65


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or fin el.· ol · un · ol rñacicir un ado de bruma . 66

Avanza el dfa. En el cementerio hay una fo a abi rta, en la fo a un ataud, y en la -caja mortuoria está et· cuerpo de ~osalin­ <la, muerta fa noche antes de un ataque al <lorazón. Ae't dice el médico de ta aldea. adi adivina que -allf, dent'ro d.e aquella tumba, fle eft°'erra el epílogo de 11n drama h orrible.

XIV icve, muoha nieve. P<>T todas partee !blancura : en el monte y en llano, eo,bre ta ca as y obre Ia11 tambas. En el eaelo ta nota blanca, en el cielo la nota gr~e, y ~o el espacio infinito loe ecos tem.peetoo~oe de la mú sica d-e.l invierno. ·


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túnic de piel unti godo , . la

largas or ja m vibl y lilfl velluda pi rfl de cabro P-mejaban m n truo eecapado d 1Averno ; mas in piTaban ÍtT!patiae lo fran co de ·su carcajada y lo alegre : de u ro tro . · el brab n uba fie ta campe tre : aqu r, tarro d miel; ·a ná, piramide$ d higos, ~imone y uva ; aoull~ sobre verdes boj , qu o de ov ja 1 cho OR y frescos ; alr <l dor formando círculo, extensa fila. rle d:re ventrudo , llenos unos de agua Jara, hinchado otros de vino rojo como la a ng re n el qt1e flotaban pétalos de ·nardo . Ty 1'.e ia , el ' niolo de. Pan ,- tocaba n una flauta de caña alegres melodía , y á s o acorde unían e lo cantos de las av s condidas eIJ la fronda . La pre ene.i a del vate de rreos fu é · acog ida con e clamacione de júbilo. ¿Quién no conocía á Anacreonte, el cantor de la lira de oro>'el g enio errabundo, que dedica vibrante estrofas á lo placere de la vida y á. 1 dioses inmortales ? Anacreonte no era viejo aún. 1 0 semblante mo trr..ba la ter ura dél lirio. Sos .. 69


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rí u ño cor9, y rabori~ y ., oo~movitia, e un · ~ejo laurel. Era.

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·beU "d · 1 ryadal. amor ' . ·tímido·, y Lea.e et o r onte sin conocerle, ioti ae au1 fuego d 1 ita p ióo. Erá el o: ~l hombre gallardo y gentil

que había vi to con lo ojus ·de la mente, n 11 hora. <le languidez á la sqmbra de lafl flore tas. Tyre ia , 1 amante desdeiiac1o, ob ervQ Le tremeoimiento de Leucoe. RotorcióIJ Le .el coraz6n bajo las garras de lo . celos. Y 11 r de amargura al comparar su tosca in'4piración y 11u grotesca fealdad con el uum n divino y ia ap~Hnea bcrmoHura del . vate. Ana.oreonte, con las mejillas encendidas por L vrno, arrancó á La li1·a una canción ligera y dulct!: canción de delt!itc, que impregnaba con efluvios de serasualidad la ai.mó fera y los sent"d<,>s. · Al oirle u pendió Ja brisa ,sus querellas entre loit árbole , callaron la hoja , enmudecieron las fuentes, l!ohrieron laH flores su cálic s, áv.ida de rocío, · extinguióse el concierto de La8 ave canoras, fauno y. ninfas, con ojos llameantes por La la dvia, e treoháronse en ardiente ab1·azo, y palpitaron los nido en La ramas cual si un so}>Lo de fuego los animase. Concluyó el mimado do las .Musas, y h11b~ 11oa explosión de caricias ea la oatu-

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A Sandoval contaba veinte pri. maveras, y aún no. sabía lo que era el amor. · u corazón, virgeo de e!la llam~ inmortal que·· quema l!lin · coD'surnir · nunca , ' era como urna cerrada que guarda en el fondo aromas desconocidos é impenetrable mi terios .. Tenía una belleza hfbrida, que parecía re umen y condensación d·e t.oda'J las be-· l.l eza clá icas ; había en ella algo de Margarita, po~ los cabeÜo.s rubios; de Ofelia, por la dulzura en la expresión ; de Cleopa· t ra, por el fulgor ardiente de los ojos ne-

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"lll!t.ran é iuveRt1g3n oon mirada. · escratr.do. a y certera. . ¿ Que cóm<> se Tealiza el milagro ? H~ :ahí nuestro "JecTeto. Son facuJtades ·del ee'Plritu que tri.uch01J .p otentadoe no com· ~renden, {J. fletl81' de SU1J mitlone8. A -ellos no les sonríe el <bada de la ;magil.ación con 8U varita mara-villoea. Elena no ·a.~aba por . ufta de8confiania iñnata en su eér, 41ue aúmentara.. hasta lo.' foorei.,le et i~istente consejo de un padre voJteriaeo é incrédulo. - ' u orgullo varonil s ..esentía de las inju tioi1'8 del matrimonio. Deedeñab3 á los hombres. Cre<ase aleccionada por el doloo cuadro que le ofre<.,ofan muchas de sus · amigJs:· bien amantes, bien, esposas. Y á la nor palabra -de afeot<> pronunciada por labio virile , replegá~ase burafia 80· bre sí misma, cual la tímida sensitiva cierra 8ns hojas al menor contacto mundano. · AJgoien-tm Aoteón, sin duda-la llamó Diana. Y con .eete nombre se la conoc[a en lós

n toda rn 1 O· ract riza á 111 n alrededor en torno d un

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te dor ·ll¡l ·tenaz, mb e11amorado, mb 11umi o. Tanta pasi ón, simpatía ta~ta, atrafala hacia él dulcemente .. . . Mas cua11do iba. á pronunoiar esa palabra. delieiosa y br~ve que es, en amor, el tierno presagio de la caricia, .cerraba loe labios por un. instintivo movimiento,. y hacía Ja n<>che en sus ojoti, para qne. Jos cle@t ]Jos de la pasión ·no asomaran á ·tas P,upils •

el niú ioní d

1

o u inmeu. .ni cien m ue por . di\' ro el mando. on el eco obt úvol · : lberto en. f dol e nte, r iéo. ea. con el di lam · de Jicenoi o

U o día de ani~ad3 · e~co1sión á un pu·e.

no era oo hijo ·mim do de Ja gloria ;. ro. . ~en fa .algo má qo · to: un ooralento ol ro y en ible y una. ble y n?ble--011 lidades muj~r rti Jo er

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bJo de Ja costa, Elenfi y Alberto sintieron

á un tiemvo mitin10, p<>r mi terioea afini·dad, ~eeeo irreeie~ible de quedar solos. Se aráronee de sos compañe~os, que en_ tre bulliciosas diversiones 'habían entado sus reales á ol'illas de Ja playa, y se dirigieron á u~a colina se.p arada de :;iqo~l lugar por algunos centenares de pasos. Allí se dominaba. ti paieaje en toda ·su illlponente grandeza : al frente, el mar ; arriba1 el cielo; abajo, grupos de arbuetos. . y chozas de pescadoreti, sobre arenas de · oro, y en laR· lejanías dd horizonte c!elo y

nunca tuvo un g 'lao16

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loe veinticinco años, había apurado --i--.~aximino todos loe goces de la vida~

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Donde quiera que iba derramaba el oro á granel. Señalaba cpn ·una estela áurea su eiouop~ camino por cafés y teatros, casinos y alcdbae. Cada pl\rtícula d~l preciado metal 'ilevá·baee adherida .una sensación, una idea, un sentimiento 6 una gota de jugo vital que jamás volvía .á eu primitiva fuente. Aet; . no ee de extrañarse que Maximino, harto de carne rubia, saciado ·por el perfume que ee desprende de una dorada piel ' morena, exprimido de toda 8 uerte por refinamiento11 &ensuales á cual · . · más extrafioe, buecaee placeres·nuévoa en el fondo de la copa-anhelo que disculpa, 81


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e rancia. de un dogmático. 'omo Tenorio, cou la rnojcr, recorrió Ja escala social del alcohol de de .la primerá gerarqufa. ha ta la última. Tenía un ~azna­ tc nofolopédico. Y nillguna bebida le 8:8· ti fü:o plen:imeote porque todas le traían vagas remini11ocncia.,, algo aet oom~ un eoo de pMadas av ntora11, que, al revivir en su memoria, cau á~aole el mefanoólico haetlo los place1·es s&oiadps. a .Ma imino, ~ando al diablo os teorías, iba • emprender UD vraje al PolQ Norte, ·u ando notó que le faltaba el ajenjó. o a rara, ,¿ 09 e verdad ? Cuando lo vefa tendido como un pequeño lago en la copa· de cri tal, d~ba en una observación singnlarí11irua. Crefá que le miraban las pupilas de . un tigre. 'inembargo, el ajenjo fué su postrera .pal!ión : lo · que· dió el golpe de muerte á. su. cerebro, ya perturbado por la neuro is. El propio Maxi.mino me contó su primera e periencia una tard , al caer el sol, en el café .in Telmo, frente á un vaso del verde licor, en aya esmeraldina superficie titilaba un punto de oro del crepúsculo. fo

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<'fue arnpliarr<lo y ooupl1 bi n pronto to-da la e tancia, se.mejando mar en mi- . 'l'liatura e n 11us t1pumas y sns vaivenes. Miró por Ja abierta ventana. El oie~o no <?ra azul. Ostentaba el matiz de las hojas; pero un matiz muetio, v~rd pálido, oasi amarillento. El eol no era el 1101, ino una fornen a e f ra d 1mitimo color • pero con tonos más vivo~, como l_a hierba de los pra- . -<fos que el beso de Mayo · fecund-a-linterfla apocalf ptica que iluminaba t.'On rayos mortecinos un tri rte vaiitaje de Otoño. De aquel mar surgió una forma, uua. mujer, una divinidad ·que abrazó soorien-~o á ~aximioo. Teufa por cabellos algas marin~s, que corrtan hasta la espalda formáudoie 'un manto de Primavera. Sos.ojos copiaban ~l <iOIOt" ve.-de clat·o de las rama e ·a lerce y en el centro _d e cada pupila de tacábase u11a mancha de jade, fi'namente -rP.doodeada, tenuemente himin'osa, de ·mirar indefinible,. duloe y doloroso á la ~ez. En sus.8enoa duro11Como el pórfido, so estremecCan con r.n ovimientos erectiles do11 botones verdes, como ios botones de flor, etiperando el contacto del beso para tran .

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o dia m con n o[ d qu e taba loe d remat . Pa eab~ yo por un parqu 11 no <le ú.rbole y de fre ou r~. A lo lejo , en lo má Rombrío, vf un hombre aqostado br el ·é" ped: Fuf á. él por instintiv impui o .... Era Maximino que mascaba. hoja d nudo como lo fauuos.

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ada árbol de .aquellos, por lo . enorme 'y MiaAto, parecía un. viejo gigante de las le· yentlas germánica . rimm no tocaba de .dfa. Solo allá, en la honduras de la. noche, al vago reflejo de lo rayos lunares, á Is hora en que vu·e· Jan. lo m~roiélago@ y tremen en el espacio loe rp.i terioeoe a~ordee de la serenata noo· turna, el artista sacaba su vioUn y después de abruarlo con amorosos transportes . hacía primor~ de ejeouoión realmente ma· ravillo o . Bella, deliciosa música en v~r­ dad ; pero 61 no gozaba con sus encantos'. Antojábuele que era .sólo una copia páli~a y triste de la ot'ra másica- que allá, en ·¡o aroal.IOS de 8U n;tente, derramaba luz d idea y extraordinarfae harmonias. El violinista, pálido y tÓrvo, concluía por arrojar erinstrumento sobre l.a alfom· bra ; paseaba á grandes ·~ncadae . poi: la e ta.ocia ; oogta un papel (le ~úsica; tra. zaba en el pentágrama ·e nrevesados signos, y, por últim0, la~zando contra las paredes la informe partitura, ibase al lecho mur- . murando palabras sordas, tré.mulos loe labios y echando brasas por lo~ ojos. 89


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on e i tod los arttsta .. Bu caba con mpeño, con frenesf·, con rabia, la fórmu. fa nueva, na conocida jamás, que compen<liada en una .obra maestra le die e Ja célebridad en un instante, poniendo rienda d e .oro á. ~ nsuei'io de u fantasea . . . .

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Una de aquellas nocl.t s, jadeante y s udoro o tra ·1a e térH batalla, Zacarías · ee eeoaminó al jarqín con 11 instrumento n la mano. Andaba maquinalmente. El cerebro fo l tía con foror cual ~ galopasen las ideas como corceles d~ eofrenados. Todo su ser · e ag\taba, conm~ vido por vibraciones insólitas. ¡ iobP.rbia, delicio a noche! Arriba, en e l cielo, radiaba una pupila cambianteiumenso ojo_de plata_..:.entre ga a~. az.ules y chispeantes -lentejuelas. Abajo, la masa . verde de las fr<}ndas, pé.talOs multicolores como el chal de· una sultana, y movibles espejos de · Venecia~ donde cabrilleaban, . voluptuosos, los· beso de la l_u na, fingiendo halos de luz sobre las aguas tranquilas. Los tilos se inclinaron ante .el violinista

' . hor m ridiana. ~ the. ó aba·de , y al nd r e · l elaj o l clavicot·diO., tocaon lo. oj_o entor na,•

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en plena: atmósfera, llevaba el compás de ta delirante infonfa ·c'on climinutas varilla d oro. ¿Y Grimm? DominabB el concierto con su violín, creciéndose sobre todos. Tenia el cuerpo bien erguido, resplandeciente ~l ro tro, la ·peluca ·vÚelta del revés, . y con lo fa~donel! de la· casaca agitados por la b~isa &emejaba l:lll pája.ro verde desatinado y m'>nstruoso, dispu sto á lanzar.se al infi- · nito sobre las- invisible alas de una melodía nootarna .. .. . . Algunas semanas después, circuló por el siguiente anuncio :

~oting~

"E ·~ noche, concierto al aire libre. Novedad maravillosa. in/onía de una '•rwche de verri.no; por el violinista Zacarfas "Grimm. Nuevo rumbo d_e la música mo· derna." Sitio y hora.

u marrcaj da argentina , un Ql' \I .de g r ve r~b to . d~ foro r ate , u pen4id ~on

mi nu jo con

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Llegó el ansiado · momento. Ya está Grimm sobr.e el tablado. A sus piés hierve y muje un turbulento oceano de cab . · zas humanas. . , En primera H~ea escritores, músicos y

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ven á u n11 oaMa. de orá.tcs ! " " ·1 ilenoio ~,, " ¡ Abajo ! ' " ¡ Fuera ! '.' · " ; Fuera ! "

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rimm despierta de su ensueií.o ; . se estremece ; tiembla; contempla la desorde. nada multitud con una. mirada de dolor supremo .· su cabeza vacila ; tamba.léase como un borraoho y al fin Me desvloma. como una masa inerte abrazado á su instrumento. La onerda111 del tradivarius saltaron al rudo choque, produciendo un rtlido seco y fúnebre. Fué un golpe fulminante para el artista. .La rechifla del pt'tblioo de ttozó á un tiern. po mi!~o las fibras de su alma. y Íos ner· vios de su -vioHn.

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límite breve; el hastío engendra el sufrimiento. l'al fué ~l terna que e planteó. aquellos epicúreos, dados á. filosofar en 1 momento de la digestión por virtúd d.e un extraño capricho, ahondaban con el escalpelo de. su análisis en a unto tan complejo, inía.s ptopiQ para tratado entre las severas paredes · de una casa oonventulll, que no ·en la terraza de ún hotel.favorecido constantemente por vividores y cortenos. A la sa?.ón caía el crepúsculo, iluminando la parlera reunión con un vago re-' fl jo de us mi terios~11 claridades. El dolor -exclamó l!,elipe N .- es la noche de\'alma, así como la alegría es su . luz. Q itad. esa ma.noha o scura~ La vida del hombre se deslizarfa en pleno sol. Conformes,· dijo Enrique- mas también el dolor es savia . Agobia á lo.a d~bi­ les, pero reanima á. los fuertes. Es . la pa.Ianea suprema que i~1pulsa las faerzas del hombre y re4obla sus energías volitivas. , Qué seria 'de nosotros sin las divinas lá6 ' grimas del Cristo ? . Cada cual expuso una opinión, opoe'3ta ó favorable á este criterio. Ci~óse ó. K~m97


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lÍnon ra produjo una n del e tu or. ne tro éllo afortun&do y céldire. nin un pa ión. · De can-

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t111ba en a1:1uella época de u . fatigas literarias, lejo del teatro de su1f triunfos. Sn' t rrible fin ' fné un mi terio y Jo es todavía. Mas yo voy á. descorrer el velo,. yo que fu( SO amigo mas íntimo y SU albacea testamentario. Cor.fjóme también el encargo de ordenar su correspondencia y sus último escritos, y' l yendo aquf y allá no· tas. dit1persas de su libro de memorias, hcpod ido encontrar la ·cla~e del ·terrible drama. Almeflara perseguía con febril anhelo lo que t.<>dos maldicen y rechazan : buscaba el dolor, como el ' ediento busca el agua, y no ºencontrándolo en esta mísera ~ahurda :. que llamámos .mundo; donde -. ¡ cruel sa1;casruo para so sed de torturas !-tantos infeliceeJ sufren sin meditla ci término, resolvió ausent_arse en pos de él, á los incógnitos paises de donde ·Óurica se vuelve ..... . . ¿ Sonreís ? No es cuento. Relato una verdadera historia. Almenara no llegó á las cumbres de la fama después d,c un largo via-crucis: plant6se en ellas de un salto. Fuéle propicia

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ba tidor de un ·teatro y obtuvo : . -bien lo recordareis-un fracaso tié~endo, que <leevaneció muchas e11peranzae fundadas en las primicias. de su gé~io. Nuestro autor trató de olvifiar, callan- : do. p~r algun tiempo y entregándose al placer, la enemjga 'del público y lo~ gol1! ~e la crítica. Amó, primero por !Jimple cap.richo, luego con deli.-ante frenesí, y ~ué correspondido. No tardó en · herirle el deseogafio, lastimándole el corazón de Ja manera más aleve, más ruda, roá.s cruel ! Y otra vez fué el dolor-dolor pr~vidente y fecundo-acicate de s'n genio; simbólica varita q.ue hacfa brotar el agua á. chorros, en cri taHno ~audal, de la e~teril roca; q,ue c11brfa el páramo de floree; que para cada lágrima tenía una idea, y para cada idea un ritmo.· En e ta ocasión fné una novela Oesarina, que ·emulaba con singular · em~ p~je lo alardee p icológioos BaJzac. Saboreó á un tiempo 'mismo Ja victoria y la venganza· renació la fé del público .en sus aptitudes, Desde .entonces Almena· ra comprendió Ja sombría grandeza de su de tino y aceptó)a sin. reservas, teniendo

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·plena luz coangu inol rito , -en ·d ' dolor · ibt. c;le fir-

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una vez .p erdiJu, no se recobr~n jamás ; oavaha en Ia mina de 4JU corazón con la in· saofable ed de un buscador de oro ; apuuba el dolor con deleite, como si fuera vino g->neroso 6 ardiente beso ae e.nccndidas booae femeninas; cuRnto mis ~u· o era el golpe, mb alta era la inspiraeión, más ~uonado el .fruto, más e8pléodida la ictoria, y allá iba él sonriente en.aparien· cia, pero sombrío en el fondo, en busca de fa amadas infieles, ~e Io11 amigos traído· i·es,, de 101 oo ·envidiosos, ofreciendo su mejillu al hipócrita beso de Judas ... ¡ uánta miseria y grandeza á un tiempo mi mo ! ¿ UonocéiH en la humana hi toria un martirio tan salvaje como éste? · icf ahora el estuI?endo dese.a lace. Sal· vo excepciones que sólo áf~ctan á. muy elevadas naturalezas, el dolor, cuando no de truye las almas, las torna impenetra· ble é in ensibles. Tantos golpes descargó Almenara obre la suya, que ésta,.sintiendo rotas todas suH fibras, no pudo brindarle con el máe Jeve gemido; tantas fueron sus. lágrimas, q.ue se secaron sus ojos; taoto esprimió su corazón, que quedó flá· ' 103


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Retir e á. un lagar solitario: languideoi en la aombra; envolvi,óle 'ta misaQ- · trop(a en su clámide obscura, y rápidamente ee apoderó de todo su sér un odio intenso á. la vida. Ya conoc6is la tragedia. Su muerte fué la última obra de arte que dió al mundo, aoa' o la más. hermo<Ja. Aquellos pétalos, t intos en sangre, simbolizaban la refinada agonía de un bardo en .decadencia .....•

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Aquí concluyó 'el filósofo m~ndano. R~ inaba el silencio más profundo. Todoa· e levantaron s amidoa en graves pensamiento . En aquel instante morla el sol. ita ··ón .aun pudo e -un . og ro con . 1 • y torpe, que to o · l o r no pul>li · r: . Ent~nc 11 1 iní liz to o el bi' mo d o irr 1 ·mpot rioi . .' ;o~~i·ó o p lum • }Úerod la úpli • l combam unra l

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11ele un e:x9eleote cordial qu le hizo vol· ver de so desmayo, mas no .podfa tenerse en pié po~que sus oam1adas piernas se negaban á sostenerle, y f ué llevMto e~ brazo11 á. una celda del convento . Agitó e varios df88 entre la vida y l~ mue.rte. Deliraba. con frecuencia, mormu~ rando. palabru in.coherentes, de un idioma dCl!conocido. Al cabo recobró la salud, graoiaa á 11u robusta natur~leza. y á lc,s . 39fduo11 cuida4os de que fu~ objeto. Era un hombre de edad madura y porte di11tin. g11ido; eo 8U cabello y en su sembl"nte · no\ábanee lM 11eñales <le una vejez prematu.ra, y brillaba en slls ojos negros un fuego sing1Jlar. Se exp~e.saba diffeilmente en .la lenga-a del . país, demostrando : con ello su condición de extra11jero. , Hablaba po-co y no .d ijo quién -era, á dónde ~ha, de dónde venía . .Manifesto solamente que e.ra escultor, y que antes de pro11eguir 80. rota, <tejarfa al sagrado asilp un 1"0coerdo de su arte, en prne~ de gratitud por la evangé· lica acogida que le hablan hecho. Lo11 frailCI! acogier~n ·con júbilo la ofer· ta del artista. Hizo é8te traer á su habita117


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d grá ill' ontornos 1evem n e dibujados baj lo pliegue.e del ·rovaje judaico qu Ja cubría · i11meneam nte flUperior á las vi jas esculturas que adornaban el v~i.;.­ t<> r ·iuto de 'Ja cMa ronventoal. Aqo thls figura1' rfg\das, ffca11, an~u1osati, eran el iegado de un a~e rudo, enge~drado ent.r e plegarias, maceraciones y auaterna11 por la bé.~oara reacd6n monástica, q ne preteud. ~ red ueir á· polvo las sublimes creaciones del genio griego, declarando implacable goerra á ta línea cor~ va vorqnc esta era fuente inagotable de féruenil encanto~ d.c 11mor y de harmonfa. Y aquella e tatua ra el te'stimooio elo.cuenw ·y mágico de . los ideales. .artíetico de unaº nueva generación, ·qµe se abrevaba, como en un manantial, en las aguas cris- · talinas ·y pur~e de Ja gracia antigua. El Renacimiento alboreaba,· disipando · las densas sombras de Ja Edad Media, y los · cinceles del ¡¡rtista extranjero habían dejado en aq~ellos ojivales claustros un destello de . la naciente luz, que ceflía la mís- · , tica escultura con ideal aureola; bañaba con uaves reflejos altares y hornacinas; 109

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tara t,conardo d'3 Vinoi. Y no abemos tampoco, por qué eepeoic·de mieteriol!a in· 8ueneia admirábao1e lu palpitaoioneB del mármol beoho carne bajo 101 plieg.uee de la se.era túriioa, ·donde no 1e obeervaba un hueco, una abertura, el mál! leve detalle en .que pudieran recreane livianos ojos, con mengua def pudor. Enigma. La outa . virgen eril!tiana no hacia penaar en lude~ lioiu eeráftcu, ni en lae paras oracione11 que l!e elevan oonio avM hacia los oi..Jos: de ella emanaban, en 1utile1 é invieible1 ondas, lo volupluo1os perfame1 de Pafoe y de Gnido . .' ..

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io alto,

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mirando· al ·o traba d.e exbube·

F~ay L·orenzo de los t>olore1 faé el único miembro .de la comunidad que llegó á fijar1e en aquellos ftoisi .moe detalles, pot lo delicado y exquiaito <le 10 ootnplexiór:t psicológica. Era un hombre 'alto, avellanado, todo aln1a, tod.0 nerv.io1, de cabello" gri1el!, fas evera., oj08 garzos de profundo mirar,, mciillu demaoradas por el insomnio y el yuno. A!emejábue á uno de e1oe páli-

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devoción tan i-nfantit . y tan i;1irnple, lee libraría de tent~oiones y. ·enfermedades• 1 U&ndo, á. boraEI muy. avanzadas de la OO• be, reinaban en l1u~ demás celd.a s la obscu· rirlad y l 1rn ñ , .en la suya brillaba ~o· da.v( la vacilante lus de una l~mpa.ra, con u~o aux.ilio continuaba sus arduos estu• di y ab tru a . meditaciones, hasta qu a.par cían en el horizont.e las primeras. oin• ta del alba. · Próximo estaba ·el dCa, no oh tant , en que aqudla o ble vida de creyente y de abio veda turbada. su paolfioo · curso p~i: l fuego de la va ión, .que marchita y turba .la il11eio11cs virginales, dejahdo al corazón u11 frescura, . in galas y sin perfumee.

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Fué una tarde, á la hora' del orepú cnlo frente á. la ad.mira.ble .floración e.statuari~ en mórbida formas de mujer. Los últi• mo rayo del ol dieron á la rosa · do v.ie· draque MAnC mo traba en "ºe manos, la ardiente, encendida coloración de loe labios bermejq1:1, em·olviendo la triunfal cultu· . ra. en un abrazo de lar., y á travéd de las · pudoro a vestiduras el mármol hecho

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of reciéndo e sin re erva , en e.xtraordinaria obla i6.n, al servicio de no nuevo culto, . que no pecHa altares sin.o tálam.011, palabras henchidas . de carioiaR en vez de f6r. . . nmlH litúrgicas, y en logar de lu palmas · celes~iales, .simbóli.oas guirnaldas de azahares y de mirtos ! .

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Gradualmente im paRión fué cre.cicndo : .tfmida llama al. princip'io, convirtióee bien pronto en terrible voldn que redujo á pa- · vena y escombros loe mfsticos sentimientos de su alma, no con~minada hasta ento~ces por las impureznR del mondo. N nevo Pigm.ali6n, se ena~oró looatnente de la estatua; '(;Y qu~ tenla esto de extrafio; si ella brillaba ante SUS ojos como , el ideal ~r­ qoetipo de todas las belJezas femeni~as ? Con horribl~ perspicac'ia midió al. in1¡1tante el hondo y negro abism9 qoe se abrta á sus pié . 811.s votos le prohibfan a.m ar ; su misQlO amor era nefando, sacrí-' lego; impuro,· porque en vez de fijarse en · uha oriatu·ra de barro, ·como los ·demás hombres, manchaba con el vaho de su ardoroso frenesí la alba túnica de·. Ja· Reina'

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Moltipli<:ó tius nitendaia; msgulló su piel; ,.¡ ti6. el cilicio; abi móff en. la .plegtria. 'Iodo eu vano,. Ella, la tentacn6n, Je l!t>gofa i todH partel!: (>ltaba l!liempre junto t. él, como 111i foHe l!I? pr~pi~ ~~m-. bra. En ocHion~ el. detlca1 r1ado religioso afrontaba valeroeamente el peligro; co. rrfa f. po1trarse anie ·Ja Htatoa, ver~iend.o abrua(lorH lágrim11s, di1p0Hto á hundir su frente en el polvo; principiaba á rezar queriendo decir '°" ¡ Perdón, Qh madre ! "; .pero balbucean sos labios ':Yo te am~ ", y bofa de Ja e1tancia horrorizado al ruido de su propia voz, que Je parecía un eco e1oapado de las entrañas del infierno! .J:Ioyó del trato de l!IOff ooinpañero&, hostil y bur:&ño como nQ gato mont~a; abandonó loe · rez~; deepreció 1ua, libroP, vampiro& inmóvile1 que· habían agotado toda 10 juventud. ¡Qué noches las 1uyas, tan pavorOBas .Y tan sombrfas1 · . . Acariciaba· la dura piedra en que reclinaba eu cabez~, como 1i estuvi'eBe dotada de morbideces femeniles, oprimiéndolaen. tre sus d.cdos cotivulso¡ ba1ta raPguñarse 117


ue intes parecfa dea~olorido marfil, estaba coogustionado y purpúreo ; sas pu· pilaei deslumbrantes ·como carbunclos, querían salirse de ·sus órbitas. Acercóse á. la eeuultura, ciñóla frenéticamente . entr~ us brazos, estampó en sos labios un : prolongado y sotJoro beso .... y cayó con ella ·~tierra, JanHn.d o un grito de . agonía que parecfa el ala.rido Je un condenado.

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Al rufdo que produjeron .el grito y· 'el de11plome acudió' toda la comunidad llena de alarma. Fry Lorenzo hallábase en el suelo, abra- · zado á la estaLua, pero era sólo un cad.á-ver. f;Iabía muerto . de congestión cerebral. Uno de los frailes acercóse reverente· mente á levantar la .imagen; puso, sin ada<lvertirlo, · una mano en las i:nejillas de é ta, y lanzó un grito de terror. . . El mármol estaba calientQ, como si en u interior circulase una llama. Ta.a iótena y ardo~o a fué La caricia del fraile, que u beso de fuego había logra.do vitalizar la piedra!

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ble, murrflego! del cielo d ·.'

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