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EL SACRAMENTO DEL PERDON
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EL SACRAMENTO DEL PERDON \ 1
(EXP.OSÚJION TEOLOGICO-FILOSOFICA DEL SACRAMENTO DE LA PENiTENCIA)
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Cop~ight
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1945 by
M RTINEZ BARRENA
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JE.SUS ~ARTINEZ BARRENA .Misionero de Sp.n Vicente de Paúl
. E propiedad del autor.· ·. - Todo lo derechos re ervados.LEMA: "Quedan perdonado·s los pecados a aquéllos a quiene's . los perdonareis':. (Joan. 20, 23) ·
SAN JUAN, P. R. IMPRENTA VENEZUELA ·19~5
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APROBA IONES . . IHIL OB TAT. Vicente Murga; en or Librorum. Ponce, P. ~., 19 de febrero de 1945.
PROLOGO
EL
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AUTOR de. un libro y su prologuista tienen~ •iem·' pre un gran . parecido de ideas. Pero ocurren caso• como él pre~ente, en que é~ autor del libro es un doctor de la Iglesia y quien escribe su proemw es un ho~bre del sigÍo y eso requiere explicaci6n.
IMPRIMI PERUITTIMUS Adolfo Tobar, O. J./. Vi itador d,e lo PP. Paúles en E paña. Madrid 7 de marzo de 1945.
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Claro que alg~ ·entiendo yo de lo que significa el Ba- · cramento de la Penitencia :en el pla"':o de la Teolvgf.a morq.l. Pero · poco puedo decir, porque nada sé, de su hondo signt.ficado dentro· de la Teología dogm#ica; y po'r ello m~ seni concedido afirmar que, · por mi .falta de tonocimientos en la ·materia, he puesto el mayor inte.rés en el estudio de esta sa-, . bia exposici6n filos6fico-t eol9gica del Sacramento ile la Penitencia de la Iglesia cat6lica.
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IMPRIMATUR. .
Lui.s J. Willinger, G.SS.R. Obispo de Ponce, P. R. Ponce' P. R., 5. de ' abril de 1,945. .
E-ste' libro del P. Martínez Bar.rena es, .para mí, una nueva fórma de teologar sobre la bondad de Dios; y a. 8UI lectores hab~á de .interesar que se les diga c6mo fu~ que un abogado, que interpreta las leyes .de lo1 hombru, tlino a ,.,.
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El Sacramento del P erdón
. prologu · la de utl émulo de · prr'!a las leyes divinas.
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an Vice;;te d.e Paú~, gue ínter~
~cramento de la Penitencia, por-
q:u quiero que u ted tne escriba su prólog~." · Muy conscit'nle, como estoy, de mis limitaciones, pensé en pedirle que me relet•a¡·q de tama1ia empresa; pero yo .estaba impresionado por· lo circun lancial que dejo dicho y qupdé meditando sobre t~ obra ·Y mi gran re ponsa'/Jilidad.
Cr~an los lectore que, en el mismo manuscrito que pasé a e ·ludiar, he. dado co11 la explicación ·de lo que hab.ía. ocu- .' . rridd; y .~ceplen que soy inoero al decir, que ha sido mi inspiración,\ para CU7[Lplir la encomienda, este pasaje del Evang lio que. el . autor toma, para llevarnos al origen del Sa: era mento de la Penitencia: ''A quel mismo día, pri~ero de la "mana,.~. estando cerradas las puertas de ·la casa, donde se hallaban r~unidos los discípulos.~, vino Jesús y apareciéndo e ·en medio de ello , le dijo: La paz sea con vo:sotros .. : Como mi padre me ~nvió, asi os enyío también a .·vo.sotros. Did as e tas · palabras, ale~~;tó hacia ~llos y les dijo: Recibid l E píritu
anto. . Qu~dan perdonados los pecados a aqué-
llos a· quienes lbs perdonareis· y quedan retenidos· a aquéllo• a quiene lo retuviereis." ¡, Quién, capacitado para leer, habrá de negar que ~a 1
es la·
m&.s
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bella manera de escribirf
Citando directamente
d~l Evangelio, el autor nos ·hace entender cómo fué 'que, por
Corrían lo últimos días del año 19411, y yo .estudiaba para alumbrar razone que 'justificasen el indulto de un ree 'uso arrepmtido, cuando ~ntró en mi despacho el sacerdota · Jr~IÍ ~lfartí1tez Barrena y me dijo: "Aquí le traigo el manuscrito de mi libro obre el
Prólogo
el simbólico aliento del Cristo resurrecto y . por las palabras que pronunció después, n.ació el sacramento que es una de las piedras angul!lres de su Iglesia. Animado, co.mo es de suponer, por esa manera de ini-
c~r· su divulgación sobre la bondad de Dio,s,. leí con cr,eciente interés la obra del P . !fartínez. Barrena; y me caus~ ron im,presión SuS capítulos sobre el alcance moral del e:tamen de conciencia, la, naturaleza del dolor de los pecado& y el hondo significado . dogmático de la confesión sacramen-
tal. Y a podrá ver el lector, que en esta ob.ra campea la erudición del autor y· se advierten las características de un sacerdote. que vive en S'J.t .siglo. Diré más. !!iré que, po su . racional divulgación del contenido de esa institución tan personal .de J esucristo, "El Sacramento del Perdón'' representa un .completo · éxito de, comprensión de lo que es esencial en la naturaleza del hombre. ' E sta obra trascenderá el ~nterés de los seguidores del dogma, porque, para los que no están iniciados, será como una promesa el oír de la voz de sus sacerdotes, ·que Dids
u
una fuente de supremo bien, a la que todos .los mortales pue- · den ltegar, si se disponen a buscarla.
Y o mismo mientra~
. he leído, me he mirado en las aguas de bien que corren por· '
este ~ibro y .he sen.tido el frescor de ese hontanar. ¡,Se quiere mejor · pr-ueba del alcance de elta divulga-
El
acramento del P eraón·
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ión, que lo referente al examen de concienciar. f;a men- · ción . q_u~ hace . ~~ autor de la conducta de Pitágoras, dando rjémplo a us di cípulo , .para que se reconociesen a ' sí mismo e hi i en coutricwn, es, en si misma, la medii:la de la dim garión filó dfica de e te misionero paúl, el cual acepta
en u obra que, desde antes de. la institución del Sacramento de la Penitencia, lo
hombre
hicier_on examen de sw pro-
p~ concienci'a.s, y que aún pueden recQnocerse y hacer contrición en relación di~ecta co1 .Dios, mientran tengan · deseo, al meno implícito, de recibir dicho Sacramento. ·Nada meno podría esperarse de un ~acerdote que, al divulgar la sabidurÚJ. d~ su doctr-ina, ha de reconocer por su le ÍR, que la bondad de Dio es· eterna y por ello es anterior al Verbo · hecho carne~· y que, cuanto Jesús hizo aquí en la . tierra, fué en cumplimiento de todo lo .que es' inmarcente .y - propio dt; ·Dios. \
y
La r~cional balanceada divu_lgam.ón, que de su sabiduría dogmáttca no ofr~ce en este libro el autor, nos prueba- · • la univer alidad de e e . acramento, que 'es esencial al Cristianismo. · . . . . A: trav' de los siglo , los teólpgos católicos han proyecta.-· do mÍí y más claridad _sfJbre el alcance .y significado de las
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Prólogo
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Por la expan.sión de nuestros conocimientos, los laom.bre$ hemos logrado la soberanía del mundo material. Pero 'esa riqueza cient-ífica sólo ha servido para convencernos ,U que la tJida espiritual está más allá de zas. disciplinas e intJestigaciones de las ciencias. . Y a puede asegurarse, qtu la fisiología del c'erebro humano ha llegado . ·hasta, la irontera. m.i sma de lo desconocido y que ahí se ha det~ido, · fHJN reconocer que el alma no es susceptible de .demostración . positiva. Est, libro sob~e . el perdón se .nutre de la Verdad Suprema, tjue es con.sta,nte; y, después de veinte sigws de lu, .ser~ insensato decir que hoy .el alma del homb~e u de menor importancia para Dif?s, que la de aquel ~oñtrito publicano de ·za parábola, que se humil'tó ante El directamente g logró su perdón. Cuando Dios perdonó por humilde al publicano y reproch~ por . sobe.rbio al fariseo, .que se elogi.ba iJ
sí .mismo como un sa~to; y _cUa.ndo en el ba_nquete qtu
i.
dió Simón, Cristo man1.festó su ·preferencia por la n!t.tjer arrepentida, e~ Dios del . perdón sólo hizo l~ que era propio Por eso · dijo a sus enemigos: "Lo1 de su d·i vina conducta. pecadores son, y no l~s justos,·los que ·y~ he venido a llamar a penitencia."
pa--
rábola de J e ús, que continúan brillando como .l uz deÍ misterio de Dio a travé_ del macizo de las ci.encW:s conocidas. El mortal tiene hoy más clára idra de _sus propias li~ita.ciones , porque las ciencias experimentales no ·han logrado definir ni explicar qué es y dórlde radüa ese sentimiento que le urge a creer, que más allá de la m_u erte hay otra vida. ·
El P. Martínez Barrena nos demuestra .su erudiCión y capacidad interpretativa, al divulgar la sabiduría dogmática de ese sacramento; y en los capítulos quB tratan del noviazgo y el baile nos prueba que, para el doctor de · la mo-
de~na Iglesia católica, tanto uno como el otro aspecto de 11uestra vida social son compatibles con la verdad eterna, de
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El
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acram ento' del. Perdón
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qut l hombre ,e.r' juzgado por us--actos,· y si ~l baile y · el o · 'azgo son manife lacione morale de su medw y manertJ ..de l'ivir a ¡· ze crá r conoc.ido,· porque todo cuanto el homore haga, re pondi ndo a lo más ano que guarda en su naturalezlÍ, tiene. a er parte. de u acervo espiritual. Garófalo dijo; h·ace _má d m dio iglo, que la naturaleza esencial del indit•idtw e la mi ma a través da las edades,· pero se re. feria el criminólogo italiano a lo ·que es instintivo y bestial · . . . . · de todo er humano y no a l'o. que señala su senttdo ·gregano.
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Aún en lo que se contrae al ser bestial, que en cada _uno dt; no oi1:9 vive, ' te ha ido ··moderándose por la religión y el ej mplo de lo .mejore que e han impuesto gradualmente sobre lo meuo preparado pa.ra 1·e~onocer su origen y destino. . El reconocimiento de q'!'e este movimiento de superación debe er alentado, e lo que yo entiendo que ha llevado · a Ía Ig,Úsia a aceptar qu~ el pecado, subjetivamente considerado, no e absoluto,· porque la medida · de maldad en el hombre . varía con el grado de su inteligencia, y, más at!n! con u conocimie1 lo de lo que se prppone o realiz~. Un error de juicio puede ser relativo, pero el de intención &iem- . ' . pre es gravf!-. Dice el autor, qu~ en determinados .casos SI coridonan los pecados que ~o ~an sido confesados ·al sacef'dote por olvido o por. omisión justificada; .Y que "los pecados graves omitidos in . culpa en la co~fesión, ya $ea por olvido, ya sea por alguna. .causa legUima, son ciertamente perdonado•
por ·la absolución acerdotal, aunque de un mo4o indirecto.,.
wminosos en que había incurrido, porque para El todo era trru sparenfe y la verdad era · vi ible a través de la mentira. Cl'tw do María Magdale~~a se arrojó . a sus pies y los lavó con sus lágrima y los se~ó con sus propios cabellos, J esús comprendió que la pecadora estaba arrepentida; y por eso, ·a~ medir la i11lención de l rico fariseo, q.ue le- mirab~ con recelo, .prop1bSO a .éste ' la parábola del perdón. de una deuda y a ella le dijo, ·que por hab er ama~o t9-nto a Dios en · El, su deu~a, que era la mayor, quedaba perdo'nada.
Esta. página. evangélica de máxima belleza, es para · mí una de lás más .repr~$entativas .de la T eología de~ perdón de l-o. pecado.~; po1·q;te, de una parte se nos muestra en ella Dios .presente en J esucristp; y de la otra, el m,undo prostituído" en la figum de aquella mujer· que todos condenaban. La doct;ina · del perdón,.' hoy Sacramento de la Igles.ia católica: es el plinto que sos-tien~ una de la.S columnas del . risliani mo; porque a (liario . vemO$ que, cuarndo el hpmbre· ha ·errado y .vuelto arrepentido, ha encontrado la paz espirÚual ert ese Sacrame'nto ; y que, cuando el mortal se ha de 'Orientado j una voz interior le h~ vuelto hacia El . Como dos. ejemplos para los agnósticos, que de to~o dudan y náda saben de su de 'tino, he aquí los de estos ~a bias que, en épocas distantes, 'Y por los caminos de la filosofía y las ciencias, se reconocieron ante el 8up1·emo Ha~ cedor. . Eurípides, el poeta que con Sófocles y Esquilo consti-
¡No fué é$a la forma de absolución que Nuutro Seiitw concedió a la Magdálenaf
'
Ella no le detall~ los actoa pt-
.tuyó la tri.logía del teatro human~ta de Grecia, dejó escrita . su concepción del mundo y de sí mismo en estas p(l.labras:
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El
acramento de1 Perdón .
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l. El Dios dei perdón
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'\ .. · ~'Yo nento la omnipresencia del misteno en tal forma , qtu
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prefiffo creer que lo que llamamos muerte u tan sólo el pu~to ·de partida hacia la ~biduria superior y una nueva
• ida."
E" el últimó cuarto del siglo XIX, John F'iake, el hiatoriador y filósofo norteamericano que abtJrc6 las ciencia~ J thfendi6 la teoría de D11nom sob~e evolución, .al fin escribió u numorabie tesis so~re el thstino del hombr• f afirmó : "Por mi part'e, yo creo in la inmortalidad del alma; porque mi& creencias en relaci6n con lo ·que está fuera d•l alcance de experiencia y la "'investigación científica, ~ pueden· ser ~pruadtl& en t érminos de lo · que u tangible. Para lograr la eztnrieneia de ua ·otra verdad, tendremos que aguardar· el dfa solemhe ·que a to<}.os pór igual nos habrá de llevar más allá de esta vida." .
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Lo• ~lectores &e pregunt~rán, &i uta digrufón del tema que moti111J la obra tkl P . Martmez Barrena cabe en mi prólogo; y lu contestaré qtte si. Porque sólo podrán cof["pren-_ der cuánto lignifica "El -Sacramento del perdón", aquéllo• p e ya lÓ cumplen como· parte de ~us disciplinas ~ogmáticas y ·lo .que, tJún· fuerá del Dogma, dcept~n 8U verdad inmanen-. te, no. en la forma en que son aceptadas las verdatks mate, riale que las ciencias .experimentales nos prueban, sino. como tin acto de suprema fe en ,la obra d~ Dios.
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Ponce, Puerto Rico: 11,. de enero de 191,5.
Ledo. Rafael V. Pérez
~archand
l. EL DIOS DEL PERDON
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DIOS, UNO. e~ e~encia y ~rino en personas, ~s infini·' to en todas sus perfecciOnes. Es, por lo tanto, infinitamente misericordioso. 'Este Dios misericordioso y la misma bondad previó, desde· toda la eternidad, la tristísima ruina del género humano, ruina que habia de proceder del pecado .del primer hombre y padre detodos, .Adán. A~
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c·ontempla.r Dios al ·pobre· género humano hundido en la mis.e ria más espantosa que imaginarse puede, se compadeció de . él y resolvió :redimirlo de lá miseria moral en que yacía, decretando que una' de sus . divinas personas, la segunda que es el Hijo,. se hiciese' hombre, tomando carne de una madre virgen,· y tomase forma de pecador. Es.t e ser único, :verdadero Dios por tener la naturaleza divina y· verdadero. hombre por tener la naturaleza humana, se llamó Jesucristo.
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Jesucristo sintió tal amor hacia los pobres seres humanos, que murió por ellos, como es.taba divinamen'
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El
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1. El Dios deZ perdón
ac1·amento del P erdón '
te decretado; tuvo ·tal simpatía por los pecador•s, que
es sino una comparación entre dos objetos, uno. matetia! y otro espiritual, semejantes . uno al otro, de tal manera que el mayor conocimiento. que tenemos del ' material nos ayude a cómprel_lder mejor el espiritual. No cabe duda, q·ue Jesucristo fué maes.t ro insuperable en 1~ invención y uso de parábolas, para hacer conocer. y comprender a sus oyentes verdades espirituales difíciles de ente~der.
cohytr aba, comía y bebía con ello , hasta el pu~to de er :acu ·ado por sus enemigos de hacerse amigo .de los pcc~dore ~ejerció tantas veces el poder divino que ten'a de perdonar 'los pecados, que su misericordia para . con lo gran.des pecadores es una de las virtudes de J euú~ que mú claramente se ponende manifie.sto en el E i.angelio.
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Por eso, puede decir e con toda propiedad Y exactitud, que Jesucristo, Dios hEl,cho hombre, es el Dios del perdón, ·de la misericordia y del amor. E~ mismo . lo dec¡~ a sus enemigo : "No son los. que están sanos, ino los enfermos, los · que ~ecesitan de médico... los pecadore.s son, y no los jus.tos, 'a quienes he veni~o yo . a Jlailiar ' a penit~ncia." En este primer articulo se demostrará, que Jesucristo fué, es y será .h asta el f.\n de los tiempos, el _ ve¡·dadero Dios. del perdón. Dos será:p. los argumentos · · acado ·del .Evangelio, cen que se demostrará esta afirmación y do serán también la~. partes en que s.e dividir-Á este artículo. Dichos .argumentos s.on los si- · guientes: el primero,. las parábolas del perdón y el se' . . gundo, la conducta de Jesús · para con los. pecadores arrepentidos.
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1. Parábolas del perdón. Puede decirse que una .parábola ellCripiuristica no f
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Una de esas verdades. sobrenaturales, que · quiso Jesús enseñar a . l~s hombres por medio de p~rábolas y grab~r de un medo profundq e indeleble en su ánimo, fué la relativa a la · bene:volencia, ·bondad, .benignidad, misericordia, compasión y amor de Dios a los hombres pecadores que se arrepienten: Citaré tan sólo algunaa parábolas: •· . . Sea ·la primera, la parj'7 La de " El amo mis.ericordiobola de El amo misericor· so y el siervo sin entrañas".·
dioso y el siervo sin entra·
de la cual aduciré tan s.ólo lo que venga al caso. Héia aquí: "El reino de los cielos .viene a s.er semejante a ,· un rey que quiso tomar cuentas a sus cria:dos... Le fué presentado uno que le debía diez mil tálentos. Y como éste no tuviese con qué pagar, man~ó su Señor que fuesen vendidos él y su mujer y sus hijos con toda y se su hacienda . . pagase asi la deuda. Entonces el criado, arrojándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten . un poco de paciencia que yo te lo pagaré todo. Movido
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El
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llCI'ttmento del Perdóf!
. el eñór a compa ión de aquel criíldo, le dió por libre 1 . · , 1~ .¡}erdonó.. toda la deuda"· ·Qué ignifican en esta parábola el rey acreedor, el ie¿rve5 deudor, los diez ·mil talentos, la venta· del siervo con · u familia y hacienda, la súplica del siervo y el_ erdón de ·la deuda? Los exégetas e intérpretes de la ~agrada Escritura responden a ~ta pregunt_a diciendo: Que el rey tep~esenta a Dios, R~y · absoluto de todo; que el iervo deudor e simbo~o del pecador; que lo diez mil talento ignifi~an la gravedad del pec~o: que .la v~nta del iervo es símbolo del terrible .· castigo . . que merece el pecado; qu~ la súplica del Sl~rvo SlgDlfica la oración humilde del pecador arrepentido; que el perdón de .la deuda e . símbolo d~l p~r~ón de los pe. ea~ o .otorgad.o por Dio.s al pecador Slem,pre que éste ~e lo ~ide con _corazón coptrito Y bumilJado. La de " La ú ja pttdida".
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La misericordia de Jesús se pone _de manifiesto igualmente en la' parábo- ' la. de La ot•eja perdida:· "Quién hay de . .
vo otros que, teniendo cien · ovejas y habiendo. perdido . ~na de ella no deje la noventa y nueve en la dehesa y no vaya en bu ·ca de la que . se perdió, hast~ encontrarla? En hallándola, ~e la .pone soore los hombros muy gozos9 y ·negado a casa convoca a sus amigos Y vecinos, diciéndoles: R'egocijaos_ conmigo, porque he hallado la oveja mia que se me había perdido. Os. digo, que del mi ·mo modo habrá más fi,esta en el cielo
[·. El Dios- del perdón
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por un pecador q1,1e se arrepiente, que por noventa Y: nueye justos que no tÍienen necesidad de penitencia." ¿Qué significan en esta 'parábola el buen pastor, la oveja perdida y la alegría del pas.tor y de l.a corte celestial, después de halláda la oveja que se habi.a perdido? A esta pregunta, fácil es respond~r: El pastor, que_deja en el redil del cielo las noventa y nueve ovejas para buscar la oveja perdida, es símbolo claro de Jesucristo, que bajó del cieló a la tierra; la oveja per.:. dida es símbolo. de la humanidad pecadora· y más en concre~o ~e cada uno de los pecadores; y ia alegria de! P~,s.tor Y de los ángeles, al yer en el redil la oveja perdida, es-símbolo de"la alegría qoe Jesucristo e~perimenta, cuando uri pecador vuelve a la . amistad de Dios por medio del arrepentimiento de sus pecados . La pa.rábola de La dracma perdida,que se halla· en el mismo capi- · . ma perdida" . tulo quince· de San Lucás, que •la parábola anterior - encierra exactamente · la mi~ ma doctrina y proclama la misma verdad: la misericordia de Jesús para con los pecadores arrepentido~. La de "La drac-
"¿Qué mujer, teniendo . diez dracmas, .si pierde · una, no encienda la luz y ba~re bien la casa. y lo registra todo hasta dar con ella? Y en hallándola; convo- . ca a -sus amigas y vecinas dicie~do: Alegraos conmi. go, que ya he hallado la dracma que h~bia ·perdido. Así ·os digo Yo, que harán ,fiesta los ángeles del cielo por un pecador ·que haga penitencia."
.· El \
acramento del P erdón
.E l ignificado de .la parábola e~ obv io: La ~ujer, que bu ca con tanto afán la dracma perdida, es sfmbolo d~ Jesucri tó que, no contento con compararse con un pasto~ que ama a su~ ovejas, quiere comparar e con una mujer enamorada, que ama con todo su corazón las arras que el e poso le pió el día de su despo· orio; ·la dracma perdida ea símbolo del pecador y la alegría de dicha mujer, . al encont rarla, signi~ica la alegria de Jesucristo, cúan~o uri ·pecador .se arrepiente de sus pecados. La parábola de El7tiJ·o pródin:~~.o,- la cual juntamente e o n .las do ~ anteriores · .jo ·pródigo". constituye !'!1 capitulo quince del Evangelio de San Lucas, ilamado con m~cha ~azón el capitulo ~ de los pecadores-hace resaltar, quizá más qll~ ninguna··otra, la· miserico~dia ·de Dios pa!'a ·con los hombres pecadores, ·hijos suyos.. Sin duda que ésta e la parábola . más her.mosa y tierna· de todas. No ha\ . ce falta relatarla, pues de todos es conocida. He aquf s\i significado: . La d ((El hi--
Él padre de .l a parábola es. Dios;. Padr;e de los ho~ bres; el hijo pródigo . es. el peeador ; la hacienda disipaCla. es la gracia; la vuelta a la casa paterna es la conversión y arrepentimiento del pecad'Or; el padre que sale al encu~ntro .del' hijo pródi~o, a quien abraza .y colma de besos, es Dios infinitamente misericoldioao, que se adelanta al pecador con su misericordia; la alegría y regocijo con que el padre celebra la vuelta de f
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l . Bl DiÓ de~ ·pe1·dón
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su hijo, significa la alegría de los ángeles y santos co·n mótivo de la conversión de. un pecador. Y, por no citar más, pues me .harfa demasiado largo, aduciré' la parábola de E l buen .samaritano, ,profundamente teológica. Hela aquí en los pasajes que nos interesan: La de ".fll buen samaritano"
"Un hombre bajaba de Jerusalén ~ Jericó y cayó en manos de unos ladrones, los cuales le despojaron y, después de haberle herido, s.e fueron, déjándolo medi o muerto... Mas. un · samaritan·o, que iba de camino, se llegó ·cerca ue. él· y, al verle, se movió a compasión. Y, a.cercándose; le vendó las heridas, ech~ndo en ellas aceite y ·vino, y poniéndolo sopre su cabalgadura, lo llevó a una venta y tuvo cuidado de él. Al día aiguiente sacó dos ·denarios y los · dió al mesonero y le dijo: ~uídamelo y cuantó ·g ast es ~e más, yo te ·lo daré, cuando vuelva."' Ef buen samaritanp representa a Jresucristo. El hÓmbre despojado y herido s.ignifica al hombre, que fué despojado· de la gracia. santificantE! y fué herido: en su cuerpo, con las dos heridas de la muerte y el dolor ; y en su alma, con cuatro heridas: dos en la parte racional, ~ue son las heridas de la ignorancia y de la malicia y dos. en la ·parte sensitiva, que son las herida& de la debilidad y · de la concupiscencia. · Los. ladrones representan a los demonios que, llenos de envidia, al ver al h~mbre. adornado con dones naturales y sobrenat urales, le despoj~ron de todos ellos~ haciéndole caer'
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l. El Dios dé¡ perdón El
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del Perd6n
\e el pecado. . La venta represénta a la Igle a y el mesonero. igni{ica a los ministros de la Iglesia. 1
que le llevaron un ·pobre paralítico, para que lo curar~, al eual ·lo metieron por un agujero que hicieron en ei tejado, pues de otra maner;a no podfan meterlo en la
casa. 2. Conducta de Jesús· con los pecadorea. Ún día, cansado Jesús. de sus co. Oón. la amaritana .. rrerías apostólicas y sediento, sen-
t~se a de cansar sobre el pozo de Jacob:en Sicar, Cl:lando al póco tiempo de est$r allí, se llegó una samaritana. que iba a por agua con un cántaro. Esta samaritana era una gran pecadora, pues, entre otros pecados, tenia el pecado de haber tenido cin~o maridos, sin haberse ca ad() con . ninguno,_y el hombre con el cual vi·. V1a entonces tampoco era s.u legítimo e§poso. Al verla J e ú . y conocer con su ciencia diyina el triste estádo .del alma de aquella pecadora, empezó a h~blarla con bondad ~ franqueza para convertida, entablándo e en~re El y ella uno de los diálogos más tierno y más bello de la· páginas ·evangélicas. Le, jos .de trata~ .Je ú a .aquell.a_oveja descarí·iada. con as- · pereza, la trató con d~lzuia y mise~icordia divinas, logrando d~·.ella el árrepent imiento de sus pecados y ma.! la vida pasada y haciendo que llegara a s.er entre s.Ús conciudadanos un verdadero apóstol · del Mesías. Otro día hállábase Jesús en Gafar• · de .pues. • de _u na m1s1 . 'ón, .Y se naun, lÍenó de gente la casa en que es.taba, de· tal modo que nadie podía entrar en ella ni salir. Cuando he aquí on l paralítico. ·
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Al verlo Jesús y al conocer la fe de los hombres que lo llevaban_, lleno de compasión y ternura, dijo al paralftieo, cuya alma estaba en peor .estado que . su . cuerpo:. Hijo, ttlll pecados te son perdonados. Y, para demostrar a sus ~emigos,_ que se escandalizaron al ofr estas pallabras, de que El teilfa·poder para perdona~ pecados, ~es dijo. ... Pues, pára q'!le sepái!l que el Hijo del Hombre ti~ne potestad en la tierra de perdonar ~dos: Leván~te ( d_ ijo al paralftico). Yo te lo digo, coge 'tu ~milla y véte., Y '~1 i~stante quedó curado. Muchas veces curaba ·Jesús' los cue~s, para curar después 'las· almas. Casi siempre, por no decir siempre·, las cura<;iones coryorales que El r~lizaba Y. que por muchos eran atestig_uádas y vistas, significa. ban. las . curaciones espiritual ea por El real~adas, quE: solamente eran Vistas y atestiguadas por Dios. No babia venido Jesús a curar los · cuerpos, . s.ino primera y principalmente a curar las almás~ Otro día halláb'as.e ~sús en ·la casa de Simón el fariseo que le · obs~quió ·con un banquete, al cual fueron convida- · dos otros muchos. Habiendo· entrado Jesús en casa ~el fariseo, se puso a la mesa, cuando he ~quí que ilna muje~ de 1~ ciudad, llamada María Magdalenn, que Con María Magdalena.
El
acramenlo del Perq6n
'-era _pecadora pública, vino, trayendo co~sigo un vaso d"' a:aba tro · neno de bálsamo, y, arrimándose a sps pi . , éomenzó a ba_ñárselos con sus lágrimas y los limpiab~ eón los cabel!o de u cabeza y los besaba y derramaba sobre. ellos el perfume. . A ver. lo que sucedía, Simón empezó a pensar mal de Je ú , el'cual conociendo su interior, le propu. o la parábola de un acreedor 'que tel)ia dos. deu~ores que debian uno, quienientos ·denarios y otro, cincuenta, a los cuales perdonó toda la deuda porque no podían "pagársela. A pregunta de Jesús, Simón dijo que debía amar má al acreedor, el deudor a quien se le per. donó mayor deuda. Y, aplicando Jesús la parábola al . . . ·. mismo Simón y a Maria Magdalena q~e yacia a sus p~es le dijo que é ta, a quien había perdonado muchos pecados, ~e amaba más que él. . ' - De pués,,· dirigiéndo e a Maria Magdalen~, le dijo: Perdonados te son tus pecados. Y luego los. convidado empezaron á. decir interiormente: ¿Quién es és~e ·q~e también . perdona pecados? Más El dijo a la mu- · j ~: Tu fe te ha salvado, · porque te ha traído a mis pie , á m<_>strar el arr~pentimiento ·que .te ha merecido mi perdón. Véte en paz, en es.a paz de conciencia ~úe e fruto del perdón. Otro día por la mañarla hallábase en el tem·plo in truyendo ·al pueblo, cuando he aquí 'J..dúZtera. que los escribas y f~riseos le- trajeron una mujer cogida en adulteno y le dijeron: Maestro, esta on la
'
23
l. El Dio del. perdón
mujer acaba de ser sorprendida en adult~rio. Moisés manda apedrea-r a las tales. ¿Tú qué dices a esto? . Jesús, l_leno de mis.eriCórdia para con aquella pecadora y queriendo salvarla, lés respondió: El que de vos.o tros se halla sin pecado,-sin ese mismo p~ca do, según vario~ exégetas de · ia Sagrada. Escritura-' · tire contra ella el prim_ero la piedra. Oída tal respuesta, t'!e iban escabullendo uno tras .otro, comenzando por los más viejos, hasta que dejaron s.olo a · Jesús con la adúltera.
· ·
·
E~tortces Jesús -le dijo: Mujer, ¿dónde están tua ac~sadores?
¿Nadie· te h~ condenado? Ella· respondió: Ninguno, Séñor. ·y Jegús. compadecidD, le dijo: Pues tamp'oco ~o te condenaré. . Anda y no peques más en adelan_te. Y aquella mujer, después de obtenido el pe~dón de sus pecados · de boca del mismo J esucristo, se fué s.a ntificáda·. · • Y ¿qué conducta observó JesÜs con él apóstol P edro·f Este había pro~etido ~ Jesús morir ant~s. que negarle y hacerle t~aición, abandonándolo.. Y ¿qué sucedió.? Pedz:o niega a Jesús no una, sino tres veces ; y le niega no ante un hombre . ' . . ' smo ante una criada del Sumo Sacerdote; y no .de cualquier modo, sino haciendo juramentos y..pocos momentos después de haberle ord.ena~o de sacerdote suyo · . en el Cenáculo. Con Peflro
Jesús se compadece del apóstol infiel. Nos dice el
El
· l. El Dios
acramento del Perd6n
25
Y, finalmente, y,qué hizo Jesús, .(]on los que le cuando estaba clavado en la cruz, crucificaron con aqu'éllos que le habían crucificado j¡ el buen ladr6n. y le llenaban de escarnios e .insultos? Lejos de hacer bajar fuego del cielo, ·que los con.sumiera, y de. pedir venganza a su Eterno· P~dre, dirigiendo u~a mirada compasiva sobre todos ellos y· elevando ·después s.us ojos misericordiosos al cielo, dijo repetidas. veces: Padre1 perd9nalos, porque no saben lo que hacen. ·
Ev~gelio, que "volviéndose el' Sef\nr, dió un~ mirada
a Pedr~", probablemente al ser trasladado de un lugar . a otro y p&sar cerea de .Pedro. Esa mirada de Jesús fué de mis.erlcordia y de perdón, . pues "saliéndose Pedro afuera, lloró amargamente" su pecado. No contento. Jesús. con esta mirada éompasiva a Pedro, el primero de ios apóstoles a quien se apareció después de re-
de~ · perd6n
1
sucitado, fué Pedro. ·y ¿cuál fué la copducta de. Jesús 'para coiÍ Crm Judlu el apóstol traidor judtU' Le distinguió• entre sus. apóstolea de un modo espee~. No obstante conocer perl~ta~ente su interior y lo que habla de hacer con El, le nombró . adminis~dor de los bienes. ·.de su pequefia compañía. y · en la última cena le demostró su amor, dándole a comer un bocado con su . propia m~O. 'b e este modo queria 1iblandar aquel CQ.ráz6n más duro que las rocas y calentar aquel cora-
~ Qu,"é h izo también con uno de aquellos ladrone& que
:estaban crucificados a su lado, cuando recónoció sus ·' pecados y s.e arrepintió de ·ellos? Le con<~dió indulgencia plEmaria 'de todos sus crímenes, diciéndole: En verdad te digo, que hoy estarás conmigo en el paraf'SO. Y .en un in.s tante tran~formó aquella alma de p"c;¡.dora en santa y la ·nevó al cielo. · '
·z6n m•s. frto que el ntármol. Pero la ternura de Jesús para con Judas fué mayor aú~ : Al ser ~endido ~n ei liuerto . de los Olivos. permitió que el. ap6sto1 traidor le entregara a sus enemigos estam~ndo un beso en su divino ros.tro Y que le dijese' hip6eritamente: Dios ·te salve, Maestro. ·pero Je&ÚS, tratando de conquistarle por .última· vez, )e reprendió amorosamente, ~stándo ·dispues_to a perdonar~~. diciendo: "Amigo, ¿a qué has vecldo?' ¡Oh Judasf ¿con un be o vendes al Hijo del Hombre?"
La verdad que, ae· las parábolas. del perdó~ y de 1a conducta de Jesús para con los pecadores arrepentidos 'Se deduce, es evidente: Jesucristo es el Dios del perdón y de la misericordia. Toda ·s.u vida apostólica la pasÓ, ~urando cuerpos sí, pero principalmente 'para sanar almas, para convertirlas a Dios. Esta fué la princi-· . -pal misión de Jesúoristo durante su vida· y en la hora .de s.u muerte. Pero la vida mortal de Jesucristo sobre la tierra fué .
.. .
·. 26
muy b-r e.
El
acramento del Perdón
27
Jesucristo no vino a este mundo, para
~ceckr ~1 perdón tan sólo .a los pecadores que vivie-·
ron en u ti~mpo y en ·su país. Jes.ueristo vino para salvar a lo pecadores que habían de vivir en todos lo tiempo y en todos lps países...· Y, para cumplir esta mi ión uya á tr~vés de los siglos y de los. espaeios, inventó, como Dios infinitamente sabiQ que era, . un lfiedio, un instrumento. .
.
¿Cuál fué este medio, es.t~ instrumento? Este instrumento fué el Sacramento de la Penitencia) el Sacramento de1 perdón,·.que entregó a la Iglesia, para que 'sta, ·que El fundó para c~ntinuar s.u divina misión sobre·'Ia· tierra hasta el fin del mund9, ·pudiese continua~ esta divina misión en lo· qúe al perdón de los pecados se refiere. Por .eso, en este libro; que está. dirigido principal\ .. _mente a instruir a los. que todavía no .forman parte del cu~rpo de la Iglesia: o ·no viven la vida divina de Jesús, se expond,rá con toda. sencillez y profundidad ·la doctrina de la Iglesia &Cerca del Sacramento d~ la Penitencia o ~el perdóp. .
ll. NatÚra 1eza del Sacramento de la Penitencia 1
íi. NATURALEZA DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA.
··
ES ei Sacramento de la Penitencia'? A esta Q·UEpregunta ·pueden darse diversas respuestas, ya que, como se es.tudia en la DiaJéctica, una cosa puede ser definida .de ~uy diverso_s modos. En la presente oc~ ~.ión ba.stará dar co~orespuesta a esta pregunta, la d.ef.inición que unánimemente le -dan la Teología dogmá~. tica y la Teología moral. El Sacramento de. ·Ia Penitencia, que ha recibido muchos nombres desde el principio de la ciencia cristia~ na, lo definen los teólogos con las ·siguientes palabras: "Es una señal exterior, instituida por Jesucris.to, para perdonar los pecados cometidos después del bautismo". En esta definición teológica, y al mismo tiemp<) popúlar, del Sacramento de la· Penitencia, se contiene todo . cuanto acerca de dicho Sacramento puede decir&te Y enseña~ los grandes sabios de la Iglesia. Por lo tanto, será suficiente una explicación sencilla de su con- ·
2
El
acramento del Perdón 11. Naturaleza de.l Sacramento de la Penitencia
teniclo, ~para que cualquiera, _por corlo de alcan'ce que ~· ap~nda d e te Sacramento cuanto puede saberse. ·
l. Porque es un sacramento.
1
Si se consideran las .palabras de la definición dada, dichas palabra pue~en dividirse en _tres grupos, grupos que con tituirán las tres partes de que constará este articulo. En. efect-o: El Sacramento de la Penitencia es, .en primer lugar, una señal exterior;-en segundo ·lupr, esa seña( exterior ha sido instituid~ por Je-. aucristo; Y~ Por último, esa señal _exterior ha aido ins. tituida por Jesucristo, para perdonar los pecados cometidos después del 'bautismo.
Primeramente, el Sacramento . de la Penitencia es una señal exterior, porque es .un sacramento en el sentido estricto de la palabra; y todo · s~ramento propiamente tal es. u~a señal exterio~, perceptible por alguno de nuestros sentidos. . . Que la Penitencia es un sacramento en el sentido' verdadero y_ propio. de la palabra, es. una verdad de fe para todos los cató' _Feos, acerca d~ ia cual no puede dudarse lo .más mínimo, · como por el co'ncilio Tridentiflo contra los , , cons.ta . . protestantes. El Concilio TridentiM.
• • •
\
1. El Sacramen~ de la Penitencia es . . ·.una. señal exterior. ¿ Ei Sacramento de la Penitencia es una señal ex-
terior, . un rito externo, algo sensible, o ~ejor d~cho, algo per.~eptible por nuest_ros s~ntidos? A esta px:egunta hay que dar una respuesta afirm~tiva, por varias razones. poderosas.· y fáciles de comprender. He l\quf las tres principales: primera, _porque es un verd~deto y propio ·sacramento ; .segunda,_porque en él hay algo que percibe alguno ~e nuestros sentidos; y ·tercera, porque e'se algo percibido rx>r-nuestros sen- · tidos es señal de algo que no perciben ni pueden percib~dichos sentidos. 1
29 .
. '
E!l una parte afirma dicho Concilio, que los :;acramentos de la ·Igles-ia católica son siet~, ni uno má's. ni uno menos, y los énumera, . colocando ál de la 'Penitenda en el cuarto lugar y en otra parte ·afirma explícitamente que la Penitencia .es un verdadero. sacramento. Lo que ·afirma el ConcUio Tride~ tino, lo habían dicho ·anteriormente los Santos Padres y lo ratifica la razón iluminada por la fe, · ct>mo se estudia extensamente en- ambas teologías, . dogmática y moral, sin que sea .necesario bajar a más pormenores en este lugar. Los antos Padres y la sana mzón.
.·
·o
El
\
~ ·
: El ('ate/si
acramento del P erdón
Que todo sacrament o verdadero es una .
mo.. .eñal exterior, lo dice claramente el ca-
II. Naturaleza del Sacramento de la P enitencia
go exterior, la confesión del penitente, que manifiesta sus peeados, por medio de la palabra o de otra manera . ' ·al sacerdote confesor. El confesor, por medio del s.enti,do del oído, oyendo las palabras del penitente, o por el de la vista, viendo sus gestos de arrepentimiento, percibe dicha confesión como algo exterior· ·Y sensible. .
1
teci mo de la:: doctrina cr istiana, .el cual define a los acramentos con las palabras siguientes: "Son unas eñales exteriore , i~ t ituidas por Jesucristo Nuestro ñor, para darno por. ella su gracia y las virtudes" . . Esta definición . del catecismo ha sido sacada,- como es natural; de 1~ má sana Teologfa católica.
También s.e advierte ·en este .s~cramen to la absolución ·de los pecados, que el sacerdote, . representante de Jesucristo, da al penitent e y pronu:ncia con sus labios y 'manifiesta al mismo · tiempo, . haciendo en el espacio la ·!lefial .de la ·'cru~. Dicha absolución se percibe con a!guno o algunos. de los sent idos corporales, ~iendo, por lo tanto, una señal exterior. L a absolución del conf esor.
·Luego, si todo sacramento es una ·señal exterior y la Penitencia es un .verdadero sacramento, el Sacra-
mento de la Penitencia será necesariamente una ~eñal exterior. Esta conclusión por ·nii?gún cató.lico puede ser negada y . debe ser admitida por .todos ·Jos hijos de la lgles~a.
2. Por que ~ é( hay algo que percibe aJguno de · nuest~ sentidos.
En segundo lu'g ar, el Sacramento de la Penitencia ·e.s una señal exterior, porque en él hay algo ·que percibe aiguno de .nuestros sentidos. De. modo que, a~n cu11ndo no e?Cistiesén las razones aducjdas, que !le fundan en la fe, y que, por consiguiente, no tienen ningún ~alor para los incrédulos y no católicos, existe esta razón que voy a eXponer, la cual debe ser admiti- · da por todos. La confuWn dtl pimilente. 1
Que perciben lo~ sentidos aigo exterior en este sacramento, fácil es demostrarlo. Primeramente se advierte, como al-
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..
Ahora bien. La confesión del penitente y la absolución del s.acerdote, ·ambas perceptibles por nuestros . sentidos, so~ elementos esenciales del Sacramento de la Penitencia. Luego el Sacramento de la Penitencia es una señal exterior, o mejor dicho, un conjunto de señales exteriores. 3. Porque nos da a oon~r algo que no perciben Jos sentidos.
\
. Finalmente, el Sacramento de la Penitencia· es una señ~l exterior, porque lo que perciben en él. nuestros sentidos es · señal de algo que dichos sentidos no perciben ni pueden pe~cibir y que h~ce que venga-
El
\ mbs en conodmiento
oo
acramento del Perdón
algo que es c-6mpletamente .
'
espiritual e ins.ensible. Como enseña la sana filosofía, propio de La filo of\4. toda señal es darnos a conocer algo que no e conocia. Asi ·el humo es señal del fuego, porque el primero rros da a conecer la existencia del segundo. Pero hay varias clases -de s.i~nos: unos se ll.ai:nan naturale , porque tienen· de. la nat úraleza -el significar lo que ~ignifica~, como es el lloro respecto ·de la tristeza; otro · se llaman arbitrarios, como es el laurel res.pecto de la ·victoria, por9ue lo que signüicañ les viene·. del. olo arbitrio de los hombres o de.Dios; y, finaJmente, otros se llaman mixtos, ·cual es la espada respecto de la guerra pot:<}Ue ·su signüicado les viene par~e de lp. naturáleza y 'parte de la libre voluntad. Como enseña la Sagrada Teología, los saJ!tt teología. cramentos son unos igños o señales mix' ·ta , porque lo .externo de los mismos t ieJte de suyo . ci~·rta aptitu'd para ·signüicar el ef~cto interno y es.piritual propio de cada uno, por lo q~e convenientemente han ido elegido para ·significar y simbolizar dicho efecto. P oco cuesta aplicar esta doctrina gene_ral de la filo ofia .Y de la teologí~ al ~acramento de la Penitencia en particular .. En efecto: La ' confesión humilde de · plicacióll de los pecados~ que se ve y se o~e, nos ha·.. la doctrina. ce conocer el dolor que en el ~nterior f
Il. Nalumleza del
acramento de la Penitencia
33
de s~ a _m a tiene de dichos pecados ~1 pecador, dolor · que .no podemos percibir con los sentidos. lgualmen- . ~~ la absolución,· que el sacerdote concede al penitente Y que perciben nues.tros sentidos, . nos hace conocer la remisión de los pecados obte:pida por el pecador a~e pentido, . remisión que ninguno de nuestros . sentidos puede percibir.
2. El .Sacramento de .la Penitencia fué instituido poi' Jesucristo.
.
~
'
E l . áu~or del Sacramento de la Penitencia es el mismo Dios, o sea 1 Jesucristo ' en cuanto Dios.- No lo instituyó, n.i pudo· instituir, l2 Iglesia Católi~a, ni ningún apóstol, ni ningún S'anto Pa.Qre, ni ningún Papa. Solamente J es~cristo Dios, Redentor del género humano, tiene .facultad y p~der pára instituir sacram~ntos,. . -.Y .¿por qué solámen~ Jesucristo tiene .poder para mstitu1r ~aeramentos ? La respuesta a esta 'pregunta es obvia. Porque · solamente J es.ucristo tiene ·dominio. absoluto en la gracia qué se reparte medíante los. sacramentos. En efecto:
Si se considera que, en el. presente orden estable- , · cido por la providencia, toda gracia que se da 4 los hombre~ es de Jesucristo y que Este es la cabe~a de toda la Iglesia, de la cual .se deriva todo ministerio a los demás, fácilmente se deduce, que en este ord~n solament e Jesucristo t iene poder para instituir sacramentos con autoridad prÓpia. Luego el autor del Sacramento , .
. 34 '
;El
acramento del Perdón
de. la Penitencia, 1~ mi .mó que de los \ to:, ·no pudo ·ser sino Jesucristo.
ot~os sacramen. 1
. P~o cu~ ta demostrar históricamente, de un m'?"' do ciar~: Y explfcito: primero, que El prometió ~ su_s apó tole instituirlo; y, egundo, que de hecho lo mstituy,ó. l. Promesa. ¿ E.n qué ocasione· ' .con ·qué pa!abras . Y en dónde prometió instituirlo? En dos ocasiO;nes dlv~rsas prometi6.Jesucti to, de un modo ~olemn~ Y ~on JUramento, instituir el Sacramento de la Pemtencia: e~ la .primera se .lo prometió ·a Pedro s~lo, aunque en presencia de us compañero ; . Y ·en la segunda, a todos los apóstoles juntamente con Pedro.
- . Cua~do i-~s.ucristo pensabá hacer alguna cosa muy gtande Y muy difícil, solía preparar el áni~o de los suyos Y de sus oyentes, manifestándo.sela mas o m~ ·nos abiertamente con anticipación, a fm de ·que, c~an dÓ 'llegara .e!' momento oportuno de ~a :ealización, esta no les· produjes.e ·una impresión demasiado fuerte. Asi io hizo, pá.ra citar algunos casos, respecto de la E_ucaristía de su Pasión Y del Sacramento de la Pem~e~- . . ' . cía, que nos ocupa. . A Pedro Je prometió inst!tuir ese sacramento,
en ·el territorio de Cesareá de .Filipo, eón !as palabras sigu1en . t es: "A ti te daré las llaves del remo
· A Pedro
II. Naturaleza del
acramento de la Penitencid· •
35
J
de los cielos. Y todo lo que atares sobre la tierra, será atado también en los cielos, y todo Jo que des.atares sobre la tierra, será también desatad~ en los cielos". A los apóstoles · todos juntos. les prometió instituirlo con las palabras siguien~es: · "Os empeño mi palabra, que todo lo que atareis ·sobre la tierra, será atado en eJ. eielo; y todo lo que des.a tareis sobre Ja . tierra será eso 10ismo des~ atado .en el cielo". L1 todos los apóstoles.
De estas palabr.as citadas, tanto de las .dichas a Pedro solo, como ·de las d.icpas a todos los apóstoles junto~, deducen los teó~ogos católicos, que· Jesucristo P,rometió dar a su Iglesia el poder de perdonar y de retener Jos pecados, poder que de hecho le dió cuanr ' do instituyó y le .e ntregó ~1 Sacramento d~ la Peni: . tencia. En efecto: . J es. ucristo promete dar a sus apóstoles y a Pedro el pod.e r de atar y desatar los lazos que impiden a las almas ir al cielo, para lo cual instituyó la Iglesia. , • Ahora bien, entre esos Iaz~s merecen citarse, como principales, los pecados. Luego Je.s.ucristo promete darles ante todo el poder de perdonar y de rete~er los pecados, poder que sola~ente pueden ejercer medi~nte la administración del Sacramento de la Penitencia. 1nt erpretación auténtica.
El . Sacramento del Perdón,
3 '
Ad , . Je ucristo pr~metió dar a Pe_9ro ese po\ ema · d" 1 men -1 d ~ la lgle ia fundada, . pue to que le 1JO as . : er _n . l. b de pués de decirle estas otras: "Yo cionada pa a ra • d d' · 1- . . eitar te digo que·. tu, eres p edro Y q u.e obre. esta .pie ra . , . I lesia" Luego es d.el todo ImposJble hrn .ftcare mt g t'd. o a Ia remisión de los pecados por 1 poder prome 1 , · 'ó del bautismo·, debiendo hacerse dicha rem1st n por ·medio de la . Penitencia. ·
.·
~edío.
2. Instituc_ión.
. t't 1 uyó de hecho el Saeramento ¿Jesucn. to ms ·t · d · . . . de la Pemtenc1a, qu e había prometido inst! mr b.e . lo que. facato-a un modo olemne a. us a·po' toles , según . . . ? F, 'l es dar una respuesta 1 de exponerse. ac . · sabs ac é ria a esta preguna, diciendo cuándo, dónde_ Y .co~ qupalabr.á._s . inStit~yó el ~edentor ~el mundo dicho sa . cramento.
·.
Jesucristo ins.tituyÓ el S¡icrarnento. de la Pe~iten- ' . . d us apo' stoles de un modo .esp~íftco y cta dan o a s ' d. facul ultad d~ perdonar los peca os,·' s!a en la prometida .p_otesta!f general d . t . de desatar, como acaba de demostrar&~, . e a ar Y d' d.e su glonosa . J . en el día más grande para_~1, en e1 ta . . . • ""'"1'ón de entre los muert os,. en la cmdad de eresurr..""" · d' · ntes 1, en el cenáculo, donde cuatro . tas a rusa en, · . d Eucaristía He . ·.b h abía instituido el Sacramento ,e 1a . . en que se aqúi el pasaje del Evangelio, . nos. .descr1 e . . 'ó n uc. ~~¡ Sacca.mento de la Pemtencta. 1a msbtuc1
:~c;::o, c!:~enÍI:\
1
¡j_ NaturaÍeza del Sacramento de la P enitencia
87
"Aquel mismo día, primero de la semana,... estando cerradas las puertas de la casa, donde se hallaban re_t.midos los discípulos ... , vino Jes,ús, y apareciénd!)se en ·nied,io · de ellos, les dijo: La paz seá con vosotros. ... Como mi Padre me envió,· así os envió también a 'vosotros. Dichas. estas palabras., aleritó hacia ellos, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. Qu~dan perdonadós los peca- . dos a aquéllos a quienes los perdonareis y quedan re-tenidos a aquéllos a quiene& se los .retuviereis". Palapras colatorias.
lnte.rpretac$00 auténtiéa.
El ~entido de estas palabras de Cristo es. evidente, po.rque las palabr@.s ~·perdo
nar los pecados" s!gnifican ·una verdadera y propia destrucción de la culpa caus.a da por los pecados . Esto consta por. otros muchos textos .de la • Sagrada Escritura y pÓr·el ~nánime sentir de los Santos Padres, quienes s.iempre ente~dieron que', con es-tas pal~bras fué comunic~da a los apóstoles la potestad de perdonar verdaderamente los pecados. . . . Mas esta pote&tad no fué dada .a los apóstoles de un modo exclusivo y para ellos solos, sino que, como reza un .axioma t~ológico universal, toda -pot.eS:tad necesaria, no sólo para fundar sino para conservar y administrar la Iglesia, fué dada para siempre, .para mientras la Iglesia exista, o sea, hasta el fin de los siglos. Más ~aviar El Sacra.tnento de la Penitencia, como los demás saerame~tos, tiene que tener carácter
l -----
·.
El
3
acramento del P erd6n'
" " riente pues la mism.a palabra "ins.t ituir" supone perma . De na d'le puede. decirse 1 ~ tatiilidad ó permanencia. · · t e hablando• algo • s1 lo hace . que in titU;ye,. prop1.amen de un modo transitorio.
3. La P~nitencia se instituyó para
perdonar pecados. Jesudri to instituyó el · Sacramento de ) a Pe:pite~cia para perdonar los pecados,· t odos y. solos. • cometldos de púés de haber recibido el ba~tlsmo. Este .es el efecto principal de e te Sacramento, pero ea preciso · · portante y extenel con· t em·d o, lm explicar bre emente .¿, de estas pal~bras l. Los pecados.
El fin primario del Sacrament ~ de la Peniten~ia, en virtud del cual merece ser llalD~O el . Sa- ' . . to del ·perdón ' es perdonar , borrar, destruir di o cramen remitir plenamente Jos pecados. Estos. son, como ce la ·sagrada· .Teología, la materia re~ota acerca de la cual 1> contra la cual act~a ~icho sa<;r~m~nt~. Con uno~ símiles ~ entenderá meJOr esta d~trma. Asi como las })eridas y las enfermeda- .
d~s del · cuerpo son la inateri_a acerca· de la ~ual versa la ciencia o el arte médico, del mi~mo ~o..,..,.,.....¡os, que o, 1 . os~ . s.on las enfermedades Y he~das
Las h rida3.
f
11.
Naturaleza del Sacramento de la P l nitencia
39
del alma; son la materia contra la cual actúa esta me- · dicina celestial, que es el Sacramento de la Penitencia. Así como la leña es la materia contra la cual actúa el fuego; porque la quema y · con~ume, del mismo modo, los pecados, que son l~· materia ·del Sacramento qe la Penitencia, vienen a s.e r la leña espiritual que quema y consume el fuego div~no ·de dicho. sacramento. La le1ia.
La fuente. · El Sacramento de la ~enitencia es como . una ~uente de agua pura y cristalina, que
tie~ virtud especi~l, proveniente de la Pasión y Muerte del Salv~dor, para limpiar; purificar y blanquear las almas sucias, impuras 'y ennegrecidas p~r los pecados., haciendo desaparecer a éstos por completo. 2.
Tod~
El ·Sacramento de la Penitencia tiene virtud para perdonar tod,os ios pecad9s, por grandes y muchos que sean, como se desmuestra fácilmente, s1 se recuerdan las palabras que Nues.tro Señor dijo a sus ~p6sto- ' les, cuando prometió y cuando instituyó · este sacra.. mento. Jesucristo les dijo:: "T<>Qo lo que desatareis .. .. será desatado ... " ·"Quedan perdonados. les pecados de aquéllos a quienes los perdonareis". No les puso, por lo tanto, .ningún límite, ni en cuanto a la gravedad ni en cuanto al númer~ de los pecados.
40
El
acramento del Perd6n
Por consiguiente, todos los. pecados, pm; . muy grandes que sean, se perdonan mequt -ran . diante el Sacramento de la Penitencia. · . De ahí que la Iglesia, en lo primeros siglos del Cris-: tiani mo, condenara cómo herética la doctrina de los montani .ta ' que énseñaban, que ciertos pecados muy grande ' como la apostasía, el hotnicidio,--ta fornicación y la reincidencia no podi~n ser Pt:rdonadQs. : Por ·graridr
Igualmente se perdonan, mediante es te sacramento de la P enitencia, todos lOS pecados, por numerOSOS CJUe s,eán. Por eso, aun cuando un ¡:iecador ha.ya cometido más pe. eados que are~as hay en _la . mar y que hojas hay en los· árboles y que estrellas hay en los cielos, si ese pecador r ecioe dlgn~ente el Sacr!lmento de la Peniten-· cia~-obtendrá &eguram~mte el perdón de .,todos . sus pecados. l'o r num rosos qllt S an. .
. 3 ·Después del bautismo.
El · Sacramento de la Peniteri~ia . puede perdo- . ·n ar solos los pecados cometidos. después del bautismO'. Esto se demuestra por el hecho de ·haber instituido. Jesucristo este Sacramento a · modo de. juicio. · Asi oomo niiigún _juez puede eJercer jurisdicción s.ino en sus súbditos; del 'mismo modo, ningún sacerd.o te de la Iglesia juzga, me. diante la administración del Sacramento de la PenitenEs un juicio.
1
1!. Naturáieza del Sacramento de la p enitencia · cia, ·a los 1 1 os . cua es Igles · Ia no
41
no bautizados, que no son su'bd't : · I os suyos se ha.cen tales por medio del ba t' ' · u Ismo. La Juzga a los no bautizados.
Por lo tanto, )os P~ados cometido~ an. ~es del bautismo no pueden ser . d nados, smo por la contrición Y el mismo' . baut' pernoahí · · · Is,mo. · e , . qduel, SI a 1~na persona que ~stá sin bautizar ade mas e pecad · · • . o ongma1' tiene otros pecados P . ersonales, no pueda obtener el .perdón de ll mento' d 1 p · .. e os por el Sacra, e ~ a emtencia, .s.ino por el del bautismo. Consecuencia.
.1
H í . . . e aqu expuesta, sencillamente, la definición te lógica del Sacramento de la Pe 't . . o. . m enCia, dada al prin Cipio este artículo con la~ pa'Iabras siguientes. " . Es una sen~! exterior, inl¡ltituída por Jesucristo donar los d . ·. . , para per... . . peca os, cometidos después del bautismo." .
d:
' No obstante lo dicho antes · d t ' . · tí 1 · · · ' e ermmar. este ar·decir. Que el S tecu .o, es preciso . · . acrament.o de la Peni. ncia perd~na los pecados c_ometidos después del·bau!~~~:n~ediant~ lo~ actos. del penite~te Y la absolución esor: ¿Cuales son esos actos del penitente '. en qué consiste la absolución del sacerdote? . A Y pregunta 1 d , ·· esta . , s.e e ara respuesta satisfactoria. en el próXImo articulo.
... El Sacramento del P erdón
42
·III. Actos del ·penitente y absolución • del conf esor
43
\
mepto .de la Penitencia, cuando nos confesamos bien y
re~ibimos la absolución."
• • •• l. Actos del penitente.
.m.
ACTOS DEL PENITENTE y ABSO:: LUCION DEL CONFESOR. . ·
L ARTICULO ·anterior tenninaba diciendo: Que el
E Sacramento <,ie la Penitencia perdona los pecados co-
me~idos después del bautismo, mediánte los actos del
penjtente y la absolución del confesor; y prometí~ tratar en el pr-esente artículo, de esos actos. del pem-tente . Yde ~bsoluc~ón del sacerdote confesor.
-ia
. El presen~ artícuio, pues, const~á, como es natu~l, de dos part~s: En la primera se hablará de lo~ , a~tos que se reqúieret:~ por .parte del penitente, para que el Sacramento . de la Penitencia ~rdone. los pecados; y, en. ia segunda, de la necesa~ia absolución por. · part~ del confesor, para q~.e dicho sacramen~~- p:oduzca eJ fin 0 el fruto o efecto para el cual fué mstltuído. · E&tas pos partes se haUan explícitamente expre.sadas por el Catecis~o de la Doctrína C~stiana en la pregunta y respuesta siguientes:" ¿Cuándo recibimos ~1 Sacramento de .la Penitencia? Recibimos el Sacraf
¿Cuántos y cuáles son los actos o condiciones, ·,que s_e ·requieren por parte del pecador, para que éste alcance el perdón de sus p~cado.s, mediant~ la recepciÓn del Sacramento de llil Penitencia? O, como dice el catecismo: · "¿ Cuánta~ cos.a s son necesarias para confesarse .uno bien?" .1
A esta pregunta hay qÚe responder con el mismo catecismo·, diciendo que' se reqÚieren cinc'o cosas: examen de concienc.ia, 'dolor de .corazón, propósito de la enmienda, confesión de. boca y satisfacción de obra. Respondiendo teológicamente 'y con más precisión, sola~ , mente son tres las cosas esencialmente nec~sarias, como . despué~ se dirá y se demostrará en este mismo artículo. Se requieren del pecador ciertos actos, para que pueda obtener el perdón de sus pecados, por dos raza-' nes muy poderosas y fáciles de entender: primera, ·porque habiendo pecado con su propia v9luntad, con es-· ta mis,Jtla voluntad ha de contribuir a su. santificación personal ; y segunda, porque el Sacramento de la Pe-: nitencia es un verdadero juicio. Se explicarán detenidamente i>ara que puedan ser mejor comprendidas.
. III. Actvs del . penitente y absolución¡ del confesor
El Sacramento del Perdón
1. Primera razón.
.
1
En primer lugar se requieren del pecador ciertos actos para recibir dign~mente el Sacramento . de la Pen'itencia, porq~ con la misma voluntad con que 'pecó, con esa :misma voluntad ha de detestar el pecado cometido~
IA razón y la justicia.
Esto lo pide~ la ·razón natural Y la ju!lticia más elemental; ási como también esa .razón y esa justicia reclaman que,
al que ha contraído un pecado sin ~u ~~!unta~ y, po~ . . te , s·¡'n su culpa:• no actos procon:ng:uien · se le eXIJan · pios de voluntac;I. para jus~ificarse . . .
y aqui se halla la explicación de por qué el pecado
iginal·se ~rdo~a con el bautismo, sin que sea nec~sa . de aquél que ) 0 recibe, acto alguno positivo de ·s u vo, ''alse. ' tuntad, en cuanto a. la remisión del pecad o on~ refiere. Este pecado no puede ser objeto d~ do or m arrepentimientO. 0
n~o
Por éso, si el que recibe.· el .bautismo es Ejemplos un niño que no há ll~gado todavía al aclar~tori<ls. uso de la razón, como es incapaz de hacer actos morales, .Dios, llevado de ,su infin~ta mis.ericordia, por la qije quiere que todos lo_s hombres se sa~. . le perdona, mediante el bautismo·, el _pecado Ol'lw~ . d gjnal, que es el único pecado que tiene Y le mfun e su gr.acia. · 1
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I~ualmente, si el que recibe el bautismo eS; úna p~rsona que ya ha llegado al uso de la razón, _tampoco necesita hacer ningún . acto pos_itivo con su voluntad, · para obtener, mediante el bautismo, el perdón d!'!l pecado original, porque . este . pecado . no es l>ersonal, no lo cometió con. su voluntad propia y, por consiguiente, no puede arrepentirs.e _de una cosa mala que él no hizo.
Pero, si la persona mayor, ·que recibe el bautismo, además del pe~ado original.~ tiene otros pe~~dos persOnales, estará obligada, como es natural, . a hacer actos de arreptmtimiento. y de dolor de 'los mismos. si quiere alcanzar el perdón mediante el bautismo: los pecados c~metidos con voluntad propia, han de ser detestados con actos· positivos de ~a propi~ voluntad. Af1ora bien, tratándose de la remisión de los _pecados J>Qr men.to de la P enitencia. · medio· del Sacramento de la . Peniten_cia, como este ·sacramento fué .i nstituido ~or Cristo para perdonar los pecados cometidos después del bautismo, pecados que · han tenido que ser cpmetidos después. de haber llegado el ·pecador al perfecto uso de la razón, o sea, por su propia voluntad, es n~ tural también' que, para que el pecador alcance el perdón de sus pecados, se le exijan ciertos actos positivoa_ de su propia voluntad. Aplicac~ón al Saera.-
~
2. Segunda razón.
En segundo lugar, se requieren del pecador ,
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.
El
acramento del Perdón
c 1 rlo · .acto , para recibir dignamente el Sacramento . .• 1 . d 1 Pénitimcla, porque e te s.acramento es un JUICIO en el sentido e tricto de la palabra y en todo juicio · se requie~en do cla es de acto : Me explicaré con-. forme a la doct~ina, más comúnmente aceptada, de la Teología católica. .
.·
. tz
acramento de la .Pr~~itencia ' un juicio.
nera siguiente:
Que el Sacramento de la ~e-
~itencia es un verdadero .juido, se demuestra ·de la ma-
-
Potestad. judicial e . aquélla, cuyo ejercicio no só·requiere un juicio pre~io,· a sabe~:· usaré o no usaré de esta potestad ; sino cuyo acto se pone juzgando, determinándose a una de dos cosas opuestas. las cuales . la mi .ma p{>tesiad mira indiferentement e.
lo
· Ahora bie~, la potestad, que el sacerdote· ejerce . en ·el Sacramento de la P.enitencia. se refiere a dos cosas, y, aunque dicha potestad s.ea una sola, tiene una ' doble función·:· perdonar o retener; y estas dos cosas nQ se oponEln contradictoria sino cont rariamente, como . do cosas · positivas, ya que el. sacerdote debe de-· terminarse a una de las dos, lo cual ·DO pue(,le hacer . si ~o juzga de la· causa del r:eo y de _su dispo.sición, depués de conocidas. . Luego el Sacra~ento de la Pe~it'enci~, en el ~ual se ejerce la potestad de perdonar los pecados de un ~odo judicial, es .un verdadero. juicio, cuyo juez ,es el 1
· III.' Actós del · penitente y absolución del confesor
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sacerdote y cuy9 reo es el pecador arrepentido . Esta es· precisamente la razón por la cual este sacramento es llamado muy frecuentemente . "tribunal" de la Penitencia. Que el Sacramento de la Penitencia, verdadero juicio, exige varios actos. por lo que se refiere al penitente, se deduce deJ. s.imple hecho de que, ~n todo juicio · se requier~n varios actos par lo que. se refiere al reo. . En efecto: En ! odo juicio s'e requiere un doble elemento esencial: el primerq, qué podemos llamar elemento material, lo constituyen lqs ac.tQs por los que la causa es sometida al cónoch:niento y dete~ináción del jue~; · y el s.egundo, que puede ser llamado elemento formal, lo constituye la sentencia dada por .el juez, por la que el juicio se completa y termina. Luego también en el Sacramento de la Penitencia, que es un verdadero juicio, . debe hallarse este doble elemento esenciaí. Luego supone actos del reo.
.
'
Ahora. bien; el modo por el que la causa ha de someterse ·en este juicio al conoch:niento y detetminación del juez, debe s.er determinado por el fin proprfsimo de este santo tribu~al, el cual no se instituyó· para venganza de los crímenes, sino p&.l'a reconciliación del reo con el Dios ofendido, por. lo cual era lla-· 1 mado antiguamente con el nombre de "reconciliación". Luego, en este juicio, conviene: que la ·delación; denunciación o .notificación de la causa se haga por el mismo mediante la confeaión de sus pecados; que .
reo,
·. III. Aptos d~Z penitente y absolucion del confesor
El Sacramento del Perd6u
ción, la confesiÓn y la satisfacción in. voto o de dese~ son 'partes esenciales, porque sin ellaS. el sacramento 'es inválido; mas la satisfacción in re o de hecho es parte integral, pQrque sin ella el s~cramento, aunque sea válido, no es. íntegr~ o del .todo. completo·.
d.ich,a eonfesió11 proceda del desagrado cau ado por el pe a.do ·!!ometido, mediante la contrición de co~azón., · y q~e pr~ceda, además, de una voluntad deseosa de satisfacer. por lo pecados según el arbitrio o s.enten- · . eia del juez, mediante la satisfacción de obra.
.
He dicho que lo actos del p~nitent~ son Son algo 'algq · ese~cial al Sacr!lment o, pqrque si al- · · uenci(xl. · guni> de ellos · falta, ya no h ay sacramento. De .modo que, asi como no puede cons.truirse un edifició sin los nec~safios materiales, del 'mismo modo el , Sacr~mento del perdón nun~ podrá realizarSe n i ser válido, sin los actos d~l penitente, que, como dice la Sagrada 'réología, 'son s.u materia p~óxima y sus par- · te , y, en frase de los Concilios Florentino y Triden-· tino,' son su cuasi.materia. . . He dicho también, que los. actos del penit en· .Tr , por 'te deben ·ser por ·lo menos .tres. Son nec.esa· lo .menos. rios de suyo los tres actos siguientes: la -contrición, la confesión y· la satü¡facción. La contri-
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1 ..-"
.
Sin embargo, accid~ntalmente, como dice · muy bien el catecismo, además de los tres. actos me~cionados, se requ :eren en el penitente otros dos., que son el ex~men de . concienci~ y el propósito de la enmiÉmda. Si bien se ~onsidera, estos dos actos sé hallan· incluidos implicitamente en alguno de los tres. Oinco, accidentalmente.
3. Consecuencia lógica. De Jo dicho se deduce una cons~cuencia ló.gica muy importante, a saber; que .no sólo se requi~ren ciertos .acto por parte del penitente, para que con el Sacramento de la ..Penitencia obteng-a el perdón de s.us pecados, sino también qu.e esos actos son alge1 esencial al ' sacramento y que son por lo menos tres.
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·'
. En. efecto: El examen s.e halla inch.rído en la confesión, la cual, para 'que sea ·completa: en cuanto hu.. manamente es :posible, e;xige en más de una ocasión de la. ayuda de ,aqu~l; y el propósito se halla incluido · en .la cont rición, la ~ual · lo presupone y no puede ser ~erdadera, si carece ·de aquél.
2. AbsoluciÓn del confáaor. Además. de los actos del "peñitente, de los que a~a ba de hablarse, para que . haya verdadero sacramento Y remisión de los pecados, se requiere qu~ el sacerdote, debidamente autorizado, absuelva al penitente, · 0 seá, se requiere la absolución del confesor, de la cual se va a tratar ahora. Dos. razones muy sencillas, pero al mismo tiempo ' .
'
El ·Sa cramento del Perdón .
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. . muy , profunda , . la reclaman: primera, el ~cramento de 1 PeniteJ)cia es un verdadero juicio; y segunda, el ~acerdot~, revestido de. la doble potestad de orden y jurisdicción, es el único ministro .de este sacramento.
.·
1
· l. PrÍme.ra razón.
. , · ·Al exponer· la necesidad de los actos del P~ nitente, ha demostrado que el Sacr'amento ·de la Penitencia es. un verdadero juicio, en el que, como en todo juido propiamente dicho, se requieren· dos elementos e.Senciales: uno material, que _lo constituyen los actos. por los que se pone . en conocimientO del juez la cau~a; y otro formal, constituído por ·la sentencia del juez.
se
-
Lo& dos elemen-
to• del juicio.
·. El elemento material del Sacramen. . b d lo de la Pemtenc1a, corno aca a e . demostr~rse, lo constituyen los ~
tos del penitente y el elemento formal, qué. completa ' y termina el jt.Ücio, lo constituye la absolución del confes9r, qu·e ec.S una verdadera sentencia judicial. Bin sentencia no Jw.y juicio.
Sin la absolución del confesor no habría. sentencia ju.cÚcial, y sin ·sentencia judi- · cial no habría juicio, ,y sin juicio no ha- .
brfa sacramento y sin Sacramento !lO habría perdón de los pecado~ Luego la absolu~ión ·del confesor 'es ~saria, porque el sacramento de la Penitencia es un
lll. A ctos · del peniUnte y absoluciifn del confesor
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juicio, el cual rio puede subsistir sin sentencia judicial, ·que es un elemento esencial de todo juicio. 2 Segunda razón. La absolución del confesor es necesaria, en segundo lugar, porque el sacerdote católico es el único ministro de este s~cr~mento, ya que él fué · ei único .que, en la persona de los. · apóstoles, . rere~ibió de Jesucristo e.l poder de perdonar los pecados. Pecados que no p~rdona el sacerdote, pecados que Dios no perdona. - P~co. cues.ta demostrar la verdad de esta ·'afirmación. Además de ser esta afirmación un dogma de fe, en contra d~ los protestantes, según el Concilio Tridentino, _es u~a verdad que se deduce ..:fá.cilmente del estudio. sere'no y repos.ado de la Sagrada Escritura. En efecto: La fe.
La' p9testad de perdonar los...-pecados fué dada, por Jesucristo a los apóstoles, s.egún se deduce del contexto evangél~co, ~n cuanto que éstos eran legados o embajadores suyos para con los hombres. Luego esta pótes.t~ debió pasar a los sucesores de éstos en dicho ministerio, a lós. representantes de Cristo en la Iglesia, o sea, .a los obis~s Y sacerdotes; y n? a solos los obispos ni a todos. los cristianos. La razón 'teológica.
'
1
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El Sacramento del Perd6n
La Tradición' constante y. ~nivers.al de Ca Trad.i.ción. Ía lgle ia a·si lo atestigua y de este mqdo1 . entiEmd~ Y roq>Jica el. pasaje escriptur istico ~itado. Incluso la ··e cta que se separa:r:on de la Iglesia antes d.e la venida del Protestanti roo, coinciden con la Tradición en este particular:
III. A stos d6l penitente y absoluci6n del confesor
.
.·
De lo di~ho se sigue, que se equivocan qui&. ~r.rore · n~s. afirman, q~,Je sola~ente los obispos tjenen el ~der de perdonar :los ·pecados Y que los . sacerdotes no tienen tan excelso Y .divino poder. Igualmente e -equivocan, por el extremo opu~sto, los que ens~ ñan que todos los. fieles cris.tianos sin excepción, reclb1eron de Jesucristo este poder. 3. Razones de conveniencia.
. En confirmación de la autenticidad de la interpretación católica expuesta, pueden aducirse varias, r azones. de conveniencia, de las cuales tan sólo .citare tres. 1 Primera :. .La pot~~tad .de perd?nar los p~cados, co·mo s.e . ejerce· ~ediante un juicío gravísimo Y_· serio, no debe entregarse a cualq'uier a. Lue~o n.o debe' darse a la . generáÍidad de los fieles; smo a · per onas escogidas, como s.ueien ser los· sacerdotes, los .cuales, i se atiene al siÍP1ifi:'cado, et!~ológico de 1~ . palabra "presbítero", con que se les llama, son ancianos .3 modelo de gravedad y seriedad para todos. 1
53.
Segunda: El poder de perdonar los peca<los ~s. muy necesario para las almas y al mismo tiem. po debe ejercitarse con mucha frecuencia. Luego no deben tenerlo solamente los obispos, los cua~es son muy pocos y no podrían..atender a los muchos fieles que frecuent~mente deseari y neces.itan recibil- -el perdón de sus muchos y graves pecados; sino que · debe también extenderse dicho poder a los sacerdotes, que 'son muchos y fácilmente . pueden atendér a los. fieles. . Tercera: Los . que tienen poder sobre el verdadero . cuerpo de Cristo, como son los sacerdotes, · qu·e conYiert~n el pan en el cuerpo . de Cristo .:y e~ vino en su sangre pre$!iosísima, es justo que también tengan poder sol;>re el cuerpo mís~ico de Cristo, que s.on los fieles cr.i stianos, pudiendo perdonar o retener sus pecados; de lo eontmrio el poder de los sacerdot es sería alB"o 'incompleto . 4. No todo·sacerdote es confesor. Pero · el sacerdotE:!, para .Poder ser ministro del Sacramento de la · Penitencia, a-demás del p<Xler de orden, que s.e le confiere cuando recibe el sacramento del Orden s.acerdotal, debe tener otro poder. que se Iiama de jurisdicción, el cual se 'l o confiere el Sr. Obispo, cuando le autoriza para confesar en su diócesis. Dos poderes neéesarios.
N o basta el primero solamente, ·se requiere también el segundo. El primer poder basta para ser s.acerdote; el segundo e~ .
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El Sacramento del Perdón
necesario para ser :Confesdr. ,No todo sacerdote es cbnf~ ·or, aunque todo cqnfesor tenga qu~ ser sacer. dote. · 1 Y ¿pOr qué será necesario en el s.acerdote, para · que pueda perdonar los pecados, es decir, para que sea· conf~sor, además del poder de orden, el poder de jurisdicción? Por la ·sencilla razón de que el Sacramento de la Penitencia, como se ha dicho varias' veces, es. un · Juicio. ~n efecto: , En el orden social y jurídico, para que un hombre pueda juzgar una causa, no basta que sea juez y tenga~el título~ la cienci~· de tal; también se requjere que tenga jurisdicción gobre una localidad y sobre )os qúe en ella viven; de ·lo contrario, ei poder que. tiene, no lo podría ejercer ni actuar. ·. Lo ·mismo s.ucede en el orden. espiritual:.· Si uñ s.acerdo~ no tie.ne jurisdicción sobre una localidad o diócesis, no podrá ejercer el poder judicial que · tiehe de perdonar los pecados. , ímil demo trativo.
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1
-Asi como ·seria n1:1Ia e i.nyálida la sentencil!, judicial, dada . por un juez,. . acerca de una . causa sobre la cu·al no ti~ñe juris.dicción; del mismo ·modo sería nula · e inválida la sentencia judicial de la· absolución sacra-· mental, dada por .el sacerdote a un p~cador ·sobre el . cual nc tiene jurisdicción. Esta es la razón que· expli.ca el porqué lo sace.t:dotes y "()bispos _de una· diócesis no . pueden confesar en otra.
f
111. .Actos. del penit~nte y absoluc~ón del confesor
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He aquí expuestas las dos .partes ·en que se ha di• v.idiqo este artículo. En ambas partes se ha explicado sencillamente las razones fundamentales y básicas, que 1 _.. la Teología católica aduce en pro de la necesidad, tan- · to de los actos del penitente, como de la absolución del confesor. Con el fin de que este artículo ·no s~a demasiado largo, no se dirá nada acerca de las palabras. que. cons. tituyen la absolución, ni acerc·a de sus tres condiciones indispensabl~s, a saber: · que sea oral, _que se dé. en pres,encia del pecador y que las palabras que la integra.n sean, por Jo menos fonnalménte, indicativas o ·' imperativas. ·
El · acramento del P erdón. IV. Obligación de recibir el S acram: de la P enitencia \
57
~er' .sido bautizados, han cometido algún pecado mortal. Y esta obligación es triple, a saber: una, de nece si dad de medio relativa; otra, de necesidad de precepto divino; y otra, de necésidad de precep~o eclesiástico.
• • • .IV. OBLI GACIO DE RECIBIR EL SAR.AME TO DE ·LA PENITE~CIA . . A SABEMOS qué es el Sacramento de la Penitencia y cual sti autor. También sabemos lo · elementos esenciales · q~e constituyen este pro~l gioso instrumento, divino ~ h.umano a la vez, que D1os ha puesto a disposición del hombre pecador. Per~•. ~n te de entrar de lleno en la exposición de las cond1c1o- · nes ñec~sarias para reCibirlo digtÍament e, conviene · hablar de un tema de capital importancia.
Y
e~
. Este tema de .capital importancia
c~áles so~
~s
el que se re- ,
fi~re· a su recepción . .. ¿Es obligator ia su recepción o · es, por .el contrarip, libre? He aq~f la pregunta de vida 0 muerte, a la cual hay que dar una respuesta_· categórica en el presente ~ículo, mediant e la expos~ cióri ~Jara de la sana doctnna católica de la única lgle- · sia fundada por Cristo. A es.ta· pregunta, la Iglesia .catól.ica responde,. dici~ndo: Hay obligación de recibir el Sacramento de ia Penitencia para todos aquéllos que, después de ha-
l. Necesidad de medio relativa. l. Es un dogina de fe.
E s un ·dog~.a de fe para todo católico, el cual consta por ~1 Concilio Tridentino.:-, que todo fiel cristia'no que ~aya pecado mortalmente e¡¡tá obligado, ·' de. necesidad -de medio P{U'a salvarse, a recibir el Sacra~ento de la Penitencia. He aquí las palabras del Tridentino: "Este Sacramento de la Penitencia es necesario para la salvación ·a todos los. caídos después del bautismo, comQ para lo~ nacidos es neces~rio el bau. tisrno." Como e~tá claro. por las palabras mismas del Concilio, la necesidad de recibir el Sacramento de la Penitenci~ para los caídos-se ·entiende mortalmente-después del bautismo, es la misma que la nece~idad del bautismo ·para todos los hijos de Adán, manchados con el ~ado original. Se estatuye. o procl~ma, por lo tanto, la necesidad de medio del Sacramento de la Penitencia por · institución del mismo Je~ucristo.
Pero esta necesidad de medio no es absoluta, siJ¡o
'
.1
El ·Sacramento del Perdón·
reiativá o hipotética, por que, cuando la recepción real e ~po~ble· como puede suceder muchas veces, basta 1 ~l de eo, al menos implicito, de recibirlo. La razón de la uficiendia, para la justificación, de la contrición perfecta, que incluye· el deseo de recibir el Sacramento de la Penitencia, es ·exacta~ente la misma que la del bautismo de deseo. En efecto: Así como, a espué& d~ la ju tificaéióJ1 por · medio d.el bautism o de deseo, queda la obligación de recibir el Sacramento del bautismo; ..así también, después de la contrición petfecta, acompañada del deseo d~· recibir el Sacramento de la Penitencia, queda la obligación de recibir é te, porqu·e bajo esta -condición y cuasi promesa se. perdonó el pecado. Comparaci6, con e'l baut · mo.
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Además, co,íno la caridad perfecta justifica s.iémpre ai no bautizado, o sea cuantas veces existe, aunque· la recepción· del Sacramento del baütismo sea 1»- ,, sible.en el mom~nto; así también la contriCión perf~cta justiiica al caído después def bautis.mo siempre, o sea cuantas veces existe y no sólo en ~o 9e necesidad. No obstante, nadie perfectamente arrepentido llega. · a la . salvación, fue~a del caso de necesidad, s.in la real recepciÓn del Sacramento de la P enitencia. 2. La E8eritUI'a la proclama. •
La Sagrada Escritura proclama también la o-
, I V . Ob ligación. de recibir el S acram. de la Penit~ncia
1
bligación de nece.s ida~ de medio relativa, respecto· de la ·recepción del Sacramento de la Penitencia. Es ver.dád, que no exige dicha recepción con palabras explf. citas y expresas, pero también es ver!}ad, que se halla exigida de un modo . impl~cito en aquellos. textos, en que la· potesta:d de las llavés o de perdonar .los ·pecados se promete y se concede. · Jesueristo, como ya queda . di. cho · anteriormente, prometió· a s us .após.toles darles las llaves de la puerta del Reino de l~s cielos. Ahora bien. Así .como nadie puede entrar en una casa, si no abre la p1.1erta el que tiene las Úaves ; así tam'bién riadie, a quien el cielo. se le ha cerrado por -el pecado mortal, pu~de entrar en el delo, si n o se lo abre el minis.tro que tiene a su cargo las llaves del mismo.' Palabras promisoria-s.
¿No sería ilusoria ,la potestad de. la llaves, st cada uno, según su iusto y capricho, pud.iese entrar por 'otros mediós~ pre~cindiendo del portero o llavero? Y ~o se diga gue; ~i así es, ninguno· pu~de entrar en el cielo sino por medio del Sacramento de la Penitencia recibido de hecho, ya que el deseo de acudir al portero de nada sirve al que tiene la casa cerrada·. . A esta objeción se responde del modo s.iguiente': La llave de la casa es, por la 'misma naturaleza de las co~as, medio necesario para entrar en la casa; pero el Sacramento de la Penitencia es para los cafdos un '
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'
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60
El
acramento del Perd6n
~e<!io 'necesario para salvarse, tan sólo Í>or institución posttiva. Por e o, es del todo conveniente, que el d~ eo de acudir a la llave o al Sacramento de la Peniten-: cia sea ~ficiente al que realmente no puede recurrir a ella, ya que ~Í tal r.ecurre a lá llave en cuanto eatá de :su parte. Jesucristo nb sólo prometió, sino que ~mbién ~oncedió., a sus ~Pós- . . toles la divina potestad de perdonar o retener ·Jos pecados. Está completamente patente a todos. que Dios, siendo consecuen.te con sus palabras y fiel a sus juramentos, retiene .o no perdona los pecados qúe la lgle~í~ retiene, al ejercer la i>oteatad de las llaves o al · administrar el Sacramento de la Pen}tencia. Mas esto ·no. S"ería v~rd~, si cada uno, sin necesidad de acudir: a la- lglesi~, pudiese ser absuelto inmediatamente por el mismo Dio~. Luego...
IV. Obligac'ión de recibir el Sacram. 'de la Penitencia
61
públicamente?" San Agustín comenta: "Nadie se tiiga a ·sf mismo: obro ocultamente, obro para Dios s.oló ... Luego ¿sin causa se })a dicho: Lo que desatareis en· 'la tierra, será desatado en el cielo?" San Basilio afirma: "Necesariamente se han de des.cubrir los pé~ados a aquéllos a qui·enes se les . ha concedido la dispens~ ción de los misterios de Dios."
.
Palabras :~olatorias.
3. La tradición lo exige.
2. Necesida.d de precepto divino.
La Tradición, o ·sea, los Santos Padres 'Y la creencia aritiquisima de la Iglesia yerdádera, también proc:;lama continua e ini.nterrumpidamente ~a obli~a-. ciÓn de necesidad de medio respecto de la recepción del Sacramento de la P.enitencia·. Tan· sólo aduciré al. gunos testimonios, para deÍnoatrarlo,
l. Dónde cónsta.
Tutimonio1 f
De todos ea conocido el nombre que -se le ~aba y 'con que era co. . nocido en la antigua Iglesia el Sacramento de la Penitencia. Era llamado 1'segunda tabla después. ~el .. naufragio", haciendo ah~sión clara y manifiesta al bautismo, 1que es la primera tabla de • salvación después del :p.aufragio del gén~ro humano en el pecado de Adán. ¿No indica y proclama es.te nom- · bre, dado al Sacramento de la Penitencia, la necesidad de medio de éste? -Begunda tabla, después del naufragio .
Tertuliano dice: "¿Es acaso mejor estar con.denado ocultamente que ser a~suelto
¿Dónde consta el precepto divino de recibir ~1 Sacramento de la Penitencia? · Para no hacerme largo i'nnecesariamente, daré a esta pregunta· un·a breve respuest~: Dicho precepto se halla incluido, en primer lugár, en la potéstad judicial de perdonar y retener lo~ pecados, que Jesucristo dió a aus apóstoles; y,· en segun~o lugar, en la constante tradición de la Iglesia.
l ..---
E~
2.
IV. Obl\gación de recibir el Sacram. 4e la Penitencia
llen en peligro de .muerte, para que éstos puedan aten· de:r: a su propia salvación eterna.
quiénes Qbliga.
d' · de recit . ¿A quiénes obliga el precept o tvmo . . t del perdón? Obliga solamente a . bir el acramen o · aquéllo que tienen conciencia de. pecado ~ortal come-: ti do despué deÍ bautismo. De . aquí s.e stgue q~e, Sl . . . . .a tan sólo de pecados vemales, alguno tuv1e e conctenct . . . . no e taría .obligado a la confesiqn, por ...wstltuctón dt-
.·
i~a, qu ~tado el caso de escá~dalo. .
· ...
.·
3 Cuándo y cómo obliga. obliga el P'recepto divino de ¿Cuándo Y eÓm o io'" .. 'b' 1 Sacramento de -la P~nit~ncia? Según .. rec1 1r e . por· .m orali tas católicos, obliga .unas vece~ per se o ·sí, . y otra vece per accidens o por accldep.te. ·.
·
' d 'erto en . cualper se, de un mo o Cl , . Per. e. quier peligro grave y más especialmente, en e} · artículo de la muerte. La razón es · cl~a: Todos lo:, preceptos positivos obligan al menos. ~ tl~mpo de n cesidad, pues de lo contrarió nunca ol;>hgartan Y se hu Obli~a
.
.
bieran dado en vano. De 1~ dicho se sigue, .que por prec~p~o divino de:.. b n 'confesarse lo.s que emprenden un Vlaje O e~presa. el. sa la muJ·eres en un parto difícil y de cutdado, · l ó · a pe 1gro , los que tienen señales de una muer~e natura pr ~1~ ·. Igualmente se sigue, que están, obligado~ los médtcos a avisar por sí o por otros a los. enfermos que se ha-
'
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acram.ento del Perdón
El precepto divino de la confesión obliga· también
por sí algunas veces en la vida; según la opinión más común de los. moralistas. La razón es obvia: porque los preceptos afirmativos n'o obligan solam~nte en necesidad extrema, sino también cuando · su cumpli~ien to se juzga razonablemente necesario. ¿En qué tiempo y cuántas veces eri la vida obliga este precepto divino? J esucris.tÓ dejó esto a la Iglesia, para que Ella lo determinara. Por · eso es cierto, que satisface a, esté precepto divino, el que cumple con el precepto ecle$iástico. Obliga por accid!'!nte: lo más probable, cuando se va a comulgar, teniendo conciencia de peeado mortal; cíerto, cuantas veces..se haya de recibir uno de -los' sacramentos llamados de "vivos;,~ . si no se puede hacer un acto de perfecta· contricipn, como .por ejemplo, antes. de recibir los sacramentos de la Confirmación, Extrema Unción, Orden Sacerdotal y Matrimonio; f.inalmente, cuantas . veces. no se ·pueda evitar de otro modo un pecado mortal. Per accidens.
3. Necesidad de precepto eclesiástico. · ¿Cuál es el o.b jeto del prect¡!pto ~le.siástico de la confesión? Su objeto es el mismo que el del .precepto divino, a saber: la recepción válida y fructuosa del
1
El
acramento del Perdón
acramento de la Penit~ncia: Por eso, meramente '-det rtpinn. el ·precepto divino y urge su eumplimiento, m ·ndand do cosa .: primera, la confesión que 'debe hacer e ·a nte de celebrar misa o de recibir la comunió,n y egunda, la confe ión anual. 1. Confesión ~tes de ceiebrar o comulgar
·.
Acerca de la primera obligació~, el código . del ' Derecho canónico, que, ·9e de el . año 1918 rige .en 1~ Iglesia católica y es el compendio admirable de toda la 1 gislación ecles~ástica anterior. dice, traducido casi literalmente, lo siguiente: "El' sacerdote que tenga conciencia ·. .1ntc dr celebrar. d.e algún pecado mortal, aunque se crea contrita~ent~ arrepentido, no se atreva a ~elebrar la ~isa, sin antes haperse confes.ado sacrament~lmeri te.- Mas, si no teniendo confesor y teniendo necesid~d de celeb~r, hecho un acto de perfecta contrición, dijese la misa, ~onfiésese cuanto ante$ pu~da." (Canon 807) _ Antes de cómv.lgar.
"Ninguno que teng~ conciencia d~ pecado mortal, . aunque se conside-
re contritamente arrepentido, se acerque a la Sagrád~ Comunión, sin haberse antes cqnfes~do sacramentalmente. Mas, si urge ·la n~cesidad y carece de confe:s.or, haga. antes un acto de petfecta co~trición."· (Canon 856).
IV. Obligaci6'n de recibir el Sacram. dt la Penitencia
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Estas palabras de la Igle!lia contenidas en el De~ cho ·Canónico, son tan claras y explfcitas, que no n~ cesitan ninguna explicación. No cabe duda, · que la Iglesia es ~n exigente en este particular, para hacernos conocer mejor 'Ía santidad excelsa ·e in.finitá de la Sagr~da Eucaris.tía y para' .evitar,· en lo posible, toda profanación proveniente de su recepci6ri indigna~ 2. Confesión anuaL
El precepto e.cl.esiástico de recibir · anualmente el Sacramento de_la ·Penitencia· consta· por primera vez en· el ·concilio . cuarto de Letrán, siendo Papa Inocencio_III, en el año 1215. :Más tarde, el Concilio Tridentino, celebrado en la .segunda mitad del ·siglo XVI, ratificó el decreto del Laterane~se. .
.
Fin~lmente,
el Cqdigo del Derecho C~n6nico pro-. mqlgó el mismo precepto con estas palabras: "Todo · . fiel de. uno y otro s.exo, después de haber llegado a loa años de la discreción, es decir, al uso de la razón, está obligado a confesar con· fidelidad todos 'sus pec~dos, por lo menos u:na vez en el año." (Canon 906) Solamente una breve y sencilla explicación de este··· precepto de la lgles_ia acerca de la obligación .de la confesión anual, para poner de manifiesto el co~tenido encerrado en sus palabras. Los fielu.
En primer lugar, se dice: "Todo fiel.'f La · Iglesja católica, como lo viene e n s e-
.
"·
El
66
ac rarne r~to del P er4ón .
\ fiando lla misma desde ~s otígenes, nojegis)a ni ~ie n autoridaq jurídica sobre los que no so~ súbdltps . y o.amente s.on úbdito suyos los fi eles, aqu~ suyo · · s t del llo que :han recibido la fe mediante el acramen o bauti mo, que es la puerta por donde se e~tr~ a la Iglesia. E te pre·cepto no obliga, pues, a los Infieles, a loa p~gano , .en cuanto es eclesiást~co.
En segundo luga-r, se dice: 'l'odo fiet "de uno· Y otro exo. " L a m,; sión de la Iglesia católica es santificar y . salva: a las almas humanas, redimidas con la- sangre de Cns.t o.. y 1 lma. humanas, que on espíritus cread9s por ~los ..para as a 1'niorm .. ar cuerpos'• han de &er santificadas tOdas, . porta informen el .cuerpo de un hombre o de una . · bl' 1 no 1m mujer. Por eso, los preceptos de la Ig1~sia o . ¡gan o a~ los 'hombres que a Jas muj eres, lo cual de. mismo . ll h . brea m~estra cuá~ equivocados se hallan aque os. . om ~ue creen q~e l.os preceptos de la Iglesia obliga~ tan ·sólo a las mujeres. . De tmo .. y otro sexo.
En tercer lugar, se dice .en el ea:.. non: "Después ·de hal;>er llegado a . tos ~os .de la di.screción." Estas .palab~~s .indican qu6 fi~les e tán obligados p~r precepto ecl.e~last~co a l~ . co~ fesión anual, a saber: aquéllos que tienen concienCJa d haber cometido pecado mortal -:- ya t engan n:ás o menos de añós-, ,Y nó lo con.fesado en confesión válida. Co n uso de razón.
siet~
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t_o~avia
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. t e, no se requiere haber cumplido Por consigu1en
..{V.
Oblig~ción
d.e recibir el Sacram. de' la Penitencia
67
siete años., aunque sea ésta la edad en que, de ley or-· dinai-ia, · se llega a:J uso de la razón. Los fieles que no. hl:'n llegado al uso de la· razón, no están obligados a este pre~epto, no importa · los añ.os que tengan. Por eso ,en caso de duda acerca qel s.uficiente uso de 1~ razón, si una persona menor de siete años se confiesa de algún pecad~ dudosamente mortal, debe ser absuelta bajo condición, si no por el precepto de la confesión anual, al menos para que no permanezca· largo tiempo en pecado mortal. · En cuarto lugar, se dice: "Es.tá obliga.1 ·do a · confesar con fidelidad." Estas últimas palabras · "con fidelidad" quieren decir, que la confesión iirfiel, o sea, carente de fidehdad, privada de alguna de las condiciones de_que debe estar dotada, y por tant~, inválida e !nfructuosa o s.acrílega, no sirve.. para satisfacer y cumplir con la ley de la ·Iglesia. El · . Papa Alejandro VII enseña esta misma doctrina, al colíldenar la ·proposición sigu~ente: "El que hace ·una con~ fesión voluntariamente nula, satisface con el precepto de la Iglesia." · Confesión fiel.
d En quinto Jugar, s.e dice: "Todos· · os sus peca os. sus pecados". Según la sentencia común y más verdadera y probable de los t~ólogos, el PreceP.to eclesiástico, lo mismo q!Je el divino, obliga tan sólo a aquéllos que son reos de pecado mortal que necesar.iamente ha de decirse en la confesión. Ha~ de decirse, pues, todos loa pecados mortales. T0d
·. • 68
\.
. El
acramento del Perd6n
V. El Sigilo ·Sacramental
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~
. Por consiguiente, los que tan sólp tienen pecados éniáles .no 'están estrictamente obligadOs al precepto eéles~tic9 ni divjpo de la confeaión. Sin emba~: la costumbre universal vigente en 1&: Iglesia es, que todos se confiesen anualmente,~aun cuando no tengan ni}'lgún pecado mortal~on la intención de cumplir con este precepto.
V.
Final~ente, se dice. en el canon que
EL. SIGILO SACRAMENTAL.
Una "" al IJM.
estamos comen~ndo: "Por lo . men~• una vez en el año." El año puede contarse desde el primero de enero hasta el último dia de· diciembre; o desde una a otra confesión; pero comúnmente se cuen.. ·ta desde tina a otra Pa~ua. La razón en· pro de este último modo . de contar. es la siguient.e: la obligación de comulgar por Paacua. La cost~mbre c;le hacerlo, en tiempo pasc~al no -es, pues, obligatoria de suyo. Por consiguiente, basta con confesarse Qna vez en cualquier tiempo del año, si se atiende al preeepto eclesiástico, tal cual eatá redacta. . 1 do. Pero, -auil cuando teóricamente pU'eda sostenerse . . . esto,_ prácticam_ente .no, por la razón del precepto de una comunión pascual digna.
~
1
· He aqu( expuesta y explicada 'la obligación que todos los católicos· tienen de recibir · dignamente el Sa. . cramento de la Penitencia, opligación tri'ple, a saber: · de necesidad de medio relativa, de neceaidad de precepto divino y de ne~esidad de precepto eclesiástico.
NO d 1
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. .
.
. ·
. e os te~l;ls ~e que meno& se habla .a los fieles b por los predJca~ores de la Iglesia catór Jea, no o stante hab 'd . . . er SJ o ~mematografiado en má d sión en buen t'd s e .una ocade 1 . f . sen J o, . ea el ~que se refiere al Secreto ~.con -esJón,. llamado por los moralistas, con más . precisión teológica de lenguaje . el "S' '1 tal" ·· Cuál · 1 ' Igl o sacramen. . d' . es a causa de que no se hable a los cató1leo& e este asunto tan ad ,. -· · ·sa&1' o Y trascendental? Q •• za el -considerarlo innecesario .dánd 0 10 .. UI- . todos. · ·' por . sabido de d
No obstante esto · y~ · t ' quiero tratar extensamente
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s:;~:l l~s ~;e:ente artículo, creyend~ que truirlos n e or~s Y que s.ervirá para ins- . T o poco, en un asunto de tanta importa . ' anto más, cuanto que no faltan qui . . nma. ene · d enes se muestran , mi~os el Sacramento de la Penitencia . gun dicen ellos t'· . . ' porque, se. ' Ienen miedo de que el · e nf gila~de secreto acerca de los o esor. no en confesi~n. Pecados que se le dicen ·
·. 70 '
. El Sacramento del Perdón.
. Ex~ndré, p~es, con toda claridacJ. ~ ~encillez acer\ .. del Sigiló sacramental, los puntos siguientes: _su na1 turaleza, su suje~o, su objeto y su violación.
• • • l. Su naturaleza.. -en qué consiste el secreto de la confesiÓn 0 el Sigilo sacramental2 A esta pregunta los .moralistas dan la respuesta siguiente: El Sigil~ sacramenW es la obligación d~ guar.dar secreto .acerca de las cosas que se saben en la confesión sacr:amental o con ocasión. de ella_ . ¿ Qué e o
1 Qui se entiende por confesión sacramental. Antes · de nada es · preciso saber qué se entiende por confesión sacramental propiamente dicha. Esta· es úniCam.ente· aquella confesión que se hace por el penitente\ con ánimo de acusarse y de someter sus . pecados a }:·potestad de las llaves, aunque la confesión tan sólo sea in.coada o sea nula o sacrílega,· ya ~r parte del penitente, por ejemplo, por~ue está indispuesto, ya por parte d~l confesor, por ej~mplo, P?rq~e é~te carece ·de jurisdicción, ignorándolo el pemtente. Por consiguiente, no es confesión sasacramental la que a sabiendas se hace 14Craman~ak&. a. un · seglar o a _un sacerdote éarente . de jurisdicción; tampoco la q~e se hace, sabiéndose a ciencia cierta, a un confesor con intención de burlarse Confmonu no
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V. El Sigiló Sacramental
71
del sacramento o de engañar al confesor o de mol~star le; ·ni,· finalmente, la que se hace, no para obtener ia absolución de los pecados, sino para recibir ·dirección espiritual o pedir algún con~ejo. De esto s.e sigue, que si z:.inguna de estas confesiones es sacramental, ningu. na de ellas llev~ consig~ el Sigilo · sacramental. Esto no quiere decir, que no hay obligación de guardar secreto .~erca de lo oído ·en estas confesiones. Sí. Hay de guardar secreto, obli. . . obligación . . gación QJJe, en muc'hos casos, puede ser grave, no en virtud del Sigilo ~á!!ramental, que en dichas. confesiones no existe, sino en. virtuc¡l del secreto encomendado. Oon&ecuencia lógica.
2. Origen del Sigilo Sacramental. 1
El ·Sigilo sacramental. nace y brota; por lo tan-· to, de toda y d~ sola : la c-onfesión sacramental I}Or derecho· divino, ya natural o positivo, y por derecho eclesiástico. Por derl!cho 'divino. Por derecho diVino-natural, por-
que así _lo reclaman la fama de,l· penitente y el ~uasicontrato que exi~te . entre el penitente y el confesor. Por derecho divino-j>ositivo,porque así lo están exigiendo implfcitamente la institu. ción divina de la confesión y el precepto' de la confesión. de suyo auricular o secreta. De no ser así, la . confe~ón se haría odiosa para los que se confiesan.
72 / \
El Sacrom·ento del Perd6n
Por derecho' ecle_siástico, j,orque éste sanPor aertcho ciona y determina el dereCho divino, coet.le &d.,tico. mo consta en el Código del Dere~ho t&nónico, ·. canon 889~ con las palabras siguientes: '.' El Sigilo sacram~ntal es invioÍable, por lo cual guárdese diligentemente el confesor de .no traicionar en lo máfl mlnimo al pecador, ni de palabra, ni con signos, ni de .otro modo, por causa alguna.'~ .
3. Gravedad del sigilo · ~ra.niental La obligación del Sigilo sacramental de suyo gravfsima es tan estricta, que""'el confesor no puede . qu.ebrantatla, en ningún ~iempo, o sea, ni antes ni ·despué& de la muerte del peni~ente; y en ningún caso, aunque hubiese ·de sufrir lós mayores .males, como la mism~ muerte o hubiese de recibir los niayores bienes. La ~zón e~· sencilla: cualquier revelación, aún leve, haría odios.a la confesión con perjuicio público. Par a hablar con más exactitud, pqe. P are dad d e ma· .· . l : ,., . de deCÍJ"Se COn los moralistas lo t erta en e stguo. · · · . . sigu iente : El Si.gilo sacramental no · admite . parvedad de materia por ·parte de la virtud de la religión, la cual exige que s.e evite todo · lo que . puede provocar odiÓ al sacramento; pero admite \... parvedad de materia por parte de la virtud dé la justicia, la cual prohibe ·que se le cause daño ·al penitente, ·el cual daño fleria leve, si se revelara upa cosa de poco momento.
1
V. El S~gilo Sacramental
73
El ~igi1o sacramental obÚga al confesor, meloso respecto del mismo peniten; te, de tal modo que no puede hablar a . este, fuera de la confesión de la f . . . . , s cos~s conocrdas por con esrón, sm licencia del mis.mo penitente la 1h de e 1 . . , cua & S r expresa,. ibre y DO •revocada. E:ctensión del sigilo.
. . Ha de: ser expresa, luego no basta..la presunta:, la mterpretatzva o la virtual, aun en bien del . nitente Y en el caso de que ·debiera da.rse. . Nmismbotpet 1 d· h ·· · · o o s ane o . JC o, hay ~asqs. en que basta la tácita.
~a de ser ·l.ibre_y completam~nte es~ontánea; lueg9 n~ b~sta la l~cencia obtenida por la fuerzá 1 d 1 1 L. , e o o, las suplicas import . unas o e miedo reverencial del mis~o confesor, cual sería , la obtenida con peticiones in SI~te~t~s, después que el pep.itente se negó a darla ~ prmc1p19. . No h~ de esta~, fin~lm~nte,· revocada o anulada a , que .el pemtente puede revocarla: siem ·h . · pre a su gusto y capric o, sm causa justificante.
r
·T~n rigurosa es la· o·bligación del Sigllo sacrame~tal, que no es lícito al . . confes.or, usar en esta materia tan d ' hcada, del Probabilismo, ni del de hecho ni del d d . heEl d p e erec o. uso . e1 robabilismo en contra del S . de 1 · p . acramento . a enttencia, . está prohibido siempre que ha prob~bilidad de que el sacramento se haga odios~ . Y oneroso. El Probabilismo es ilícito.
·. . 74
· El Bacran;,ento del Perdón · V. El Sigilo Sacramental
\
.
2. Su sujeto. 1
,
¿Quién o quiénes están obligados a guardar el Sigilo •acramental? Están obligados todos aquéllos a quiene llegue noticia de la confesión, ya por la misma confe ióri, ya pÓr los medios ordenados de suyo a fa confe~ión. Por lo tanto, no obliga tan sólo al con. fe or, como la mayoría de los 'católicos . cree, s.ino también 8: otros que no sQn confes.ores. Me expli~ré. l. A quiénes obliga.
Estári obligados · a~ Sigilo . sacrameñtal primeramente y por si el conf~sor; secundªriamente y por accidente, como cons.ta 'en el canon 889 del Derecho canó.ilit:o, ·el ~tér¡}rete y todos aquéllos a qÚien'es llegue noticia de la confesión de algÜn modo". ' E tá, ppes_, obligado al Sigilo, .el que oye la confesión, por ejemplo, el confesor ficticio o el consi~e rado como -veroade~o con.f esor por errot, Sea o no sacerdote; el que. oye. la confesión furtivamente, ya de · propóaito-el cual por este mism~ -hecho · viola el Sigil<r-ya por casualidad y sin cu ipa, a no ser que e~ ·penitente hable demasiado alto sin neces'dad y, avisado de ello, siga portándose del mismo modo.
... 1
También está obligádo al Si~o, el que a~quier~ noticia de la confesión, porque alguien, obligado al SIgilo, se lo ha revelado s.acrílega o imprudentemente,
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au:t;tq~~ haya~ sido muchos los que lo han oído al miSmo tiempo, por ejemplo, en un sermón, los cuales d ~u:o no pueden hablar de tales cosas ni con ot~os ni aie quiera entre sí. · -Está obligado al S· ·¡ · 1 · t . . lgi o; e que escribe la confesión e~ r?¿ que e~ mc~paz de confesarse,. y el . que .lee la co_ esi n es.crtta, SI la carta se consider t~ c~mo una c.onfesión actual o al menos incoada 0 ra de estos e . . con muada. Fueasos, no obhga el ·Sigilo, aunque obli 'eJ secre.to natural de suyo b . · gue &Jo pecado grave. Está oblig_adÓ igu~lmente al ·s· '1 .1 . SJiltado · . Igi o, e teólogo conh d. , ya por ~1 pemtente, acerca de la confesión q . . ue a e .hacerle a él mismo ' · ' porque &e con~tdera mcoada la confesión . nitent , , ya por el confesor, con licencia del pe. e, ac~r.ca .de su confesión, porque ésta se stdera contmuada con .tal con&ulta. cond
Finalmente, ~stá obli~ado. al s· '1 . el superinr a q . · . Igi o sacramen~ai. . Uien, por un caso reservad causa parecida, el penitente o su confeso; o por una palabra o por escrito. La razóri es recu~re de so se consider . ·' porque este recurde ia confesión~ como el complemento o la perfección_ 2. A quiénes no obliga. · · d De lo dicho se · Sigue, rigurosamente · h bl o, .que el penitente no está obligado al s· '1 a an-. mental, respecto de lo oído o dicho 1 Igi o ~acra. en a conf~stón al , ¡.
El Sacramento del PertlÓft
76.
·V. El Si,r¡ilo Sacramental
\ conf~~r. Sin embargo, está ·ciertamente obligado al s~reto natural, y muchas vecea rigurosfsimo, para Do hacer odioso al confesor el oficio de tal. Se conduce~, pues, muy mal los penitentes que hablan con otr~s~ de sus confesiones; y mJlcho peor~ · si lo hacen para ridiculizar a aus · c:Onf~sores.
talmente, en cuanto se conocen por medio de la co~~ fes.ión sacramental. Expondré .detallada~ente el contenido encerrado en esta respues.ta general. l. Objeto primario y per se del Sigilo .
. · Tampoco está obligado al. Sigilo,-el que lee . una
·
El objeto primario y per se del Sigilo saCra. m.ental son los pecados, cualesquiera qtJe. éstos se&¡~~, aunque sean públicos, a no ser.que ya los sepa el con;. fesor por otro conducto.
~rta en la cual está escrib~ la confesión de otr~, ·fue-
ra dei lugar y del acto de ~a coiÍfesión. Esto no obs:tante, está obligado al secreto natural b.ajo grave o levé según sea~ graves o leves loA pecados en ella escrit~s. Más aún: estarfa obligado, incluso al Si~lo, dicha carta pudiese. consider~rse como una confe' sión comenzada o actual. ·
.
tanto, objeto o materia del . ·' . 1gilo aacramental es, en pnmer lugar, él ~do mortal, no y~ en particular ·o en especie, sino incluso en gene~al, como· seria decir: Esta persona me ha declarado en la .confesión pecados graves. -A-4-' El peca· do · 710U'TKU,
.si
.
. .· Finalmente el aujeto del Sigilo sacramental, o sea, los obligados·: al secreto de coirlesión, ya sea .el · confesór ya sean otros, si se les pregunta de cosas de la éonfeaión, pueden y deben· usar de lá restricción me~ .tal. Más aún: si es necesario, pueden B.fimiar y jurar: qu~ ellos nada saben,; se · éntiend~medi~nte la restricción mental_:.,para decirlo.
~
f
.
Por, lo s•'
Objeto prim~rio del Simio . sacra: · o• men~ es también el pecado veni~, no en . general, s~o en particular o en especie, como aerfa decir: .Este me ha· confesado una mentira o una desobediencia Decir. en general: Este me ha confesado pecados veniales, no es violar el Sigilo sacramen- . tal, por la ~encina razón de que, siendo el Sa~ramento' de la Penitencia para perdonar pecados, él que se acerca a recibirlo debe tener, por lo menos,· pecado~ venia- · .lea · El· pe~tlo t1enial.
3. Su objeto. ¿Cuál es el objeto o _la materia del Sigilo sacramental? · A esta ·pregunta responden los moralistas. diciendo: Al Sigilo sacramental están sujetos los pecados .Y demú C?saa unidaa con ellos de suyo o ~iden-
77
'
Sin embargo, puede darse el caso de que el pecado venial en general, materia del Sigilo sacramental,
sea
...1
El
acramento del Perd6n
\e aJ . ería decir: Esta persona· se ha conf_:sado de muY, grande pecados· veniales. e 1
También los pecados públicos s~n objeto primario del Sigilo sa-cramental, como sería decir de ·un adrón de todos conoC'ido: E te ha confe ado sus. robos. Se exceptúa el . . ca o n e.l que el confe .or, por otra fuente de infor, mación di tinta de la confesió~, supiese sus rob<;>s y se limitara a decir: Este es ladrón. Sin'embargo, hay que guardarse de confirmar o completar, por medio de la confesión, ·la cosas conocidas de otro modo. Lo J>(Cailo públicos.
2. Objeto secundario del Sigilo. -
Objeto .ecundario del · Sigilo sacramental es to. do aquello que prudentemente se dice, o el confesor exige ·en ··.a confe ión, p~ra declarar suficientemente lo pecados, constituyendo todo esto lo que ·Se llama por lo~ moralistas objeto secundario .per se del Sigilo. .Lo que se manifiesta imprudentemente e~ la confesión sin ninguna u·tilidad, . ~e llama objeto secundario· por a~cidente. Por consiguiente,, son objeto s~unda Las circunstanrio d~l Sigilo sa.cramen~, todas ciaS del pecado. · las circunstancias de los pecados, cuales son la ocasión, Ell fin del pecado: etc. Eje~plos: la penitencia· impuesta, a no s~r Ql!-e sea levfsi~; la negación de la. absolución; el consejo dado para evitar !as recaídas.
.V. El Sigilo Sacramental
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Son materia u objeto secundario del SiM. 6' lo sacramj!ntal, los objetos del pecado, e~ . mo por ejemplo, un homicidio ajeno 0 un adulteri~, que el penitente alabó; la reprensión injusta o exce~~va del padre, . que .Provocó el odio contra él en el hiJO, que .es el penitente. Los ·objetos del· pecado.
Son también objeto secundario del s·ie• m. dél pecado. lo los cómplices del pecado,. a quienes el . . ~onfesor no puede ·amonesta.r B.ln la ve. ma del pemtente,. la. cual casi nunca debe pedirse ni acept~rsE!, para evitar t oda ofensa o. escAndalo. Los c6mplices
.1
3. Objeto ·a ccidental del Sigilo.
Objeto accidenta) del Sigilo s.acramental es toto aquello qúe, ·a excepción de lo anteriormente dicho, se. 'conoce en .la confesión,. de tal m6do que de s~. r~;elación o manifesta~ión pueda temers.e. la revela-· Clon ~e ·la confesión o el daño del penitente . o el odio del sacramento. .·
~e este principio establecido se · sigue, que la declaración de los defectos del penitente, principalmen-· te. los morales, como·1a e-.•cru~ulosidad; Y el . des.cubri~ ~lento. de los pécados. cometidos en la . misma . confeSIÓn ! no acusados, como las impaciencias, s.erán o no . . serán materia del Sigilo, según 'puedan o no puedan temerse . los males predichos
.
Los dones 'de Dio& Y las virtudes, la condición Y· , f
·.
so
El Sacramento del Perdó,a
tado del ~nitente no están ·sometidos_al Sigilo sacramental, a no ser que se digan para declarar la gra¡ · ved~d de .las culpas). tampoco el hecho de confesarse, lo cual, i. se hace ocultamente, pide se guarde secreto' natural; tampoco la absolución dada. él
4.
Su violación.
! En· qué consiste la . violación propiamente dicha
· del Sigilo sacramental? Consiste én manifestar o declarar el objeto del Sigilo y juntamente, de· algún modo o .manera, la persona del penitente, sin permiso de éste, Esta violación es· dc:;>ble, a &a:ber: una: directa; 'Y otra, indirecta.
·.
La violación directa tiene lugar cuando, Do& tlcz.fu ae .con el objeto del Sigilo, se revela jun.: .Mzacwn. <tamente la persona del penitente, el eu~l es nombr.ado expresamente o p~rfectamente desi~ado por las circunstancias; la indirecta, cuando s~ ~velan aquellas.· cosa~, de las cuales puede p~dente- · mente temerse el .conocimiento o al .menos la sospecha del obj~to .· del Sigilo y juntamente lá .persona del ~-· ni ten te.
No hay que · confundir lf:\ violació_n del Sigi.lo sacramental con el uso del conocimiento adquirido en la · confesión, 'usó reprobado e~ el Código del Derech9 canÓnico, canon 890: " Se prohibe terminantemente al confesor el uso del conocimiento adquirido en la con-
'
y.
El Sigilo 8a.cramental
81
fesión con detrimento del penitente, aún exclufdo ·el peligro 'de la revelación." De lo dicho se deduce, que se violaría .el Sigilo Sacram~ntal, si, oídos pocos penit~ntes, se dijese que · uno de ellos. había ~onfesado un··pecado mortal ; .igualmente, si se dijese que en un pueblo exist~ detenninado vicio o crimen 'tan sólÓ conocido por confesión. Pero no habría violación, si el vic_io fu.ese público o el puebl~ muy numeroso. Casos prácticos de violación.
~ambién se deduce, que no es lícito al conf~sor,
us~ando del conocimiento de la confesJón, despedir a )a criada l~drona o quitar al sirviente infiel. las llaves. En pocas ·palabras, se quebran~a el Sigilo sacramental siempre ~ue se usa del conocimiento adquirido por confesi~n, para :e) gobierno· exterior en perjuicio del penitente. · • Oasos pr~ticos de no violación.
Por el .contrario, no se quebranta el ~igilo s~cramerital, cuando· el c~il. fesor usa del ct>nocimiento adqui,.. rido por confesión, para reformár sus. propias costumbres, desempeñar mejor su oficio, vigilar más diligen- . temente sóbre sus súbditos, orar por el penitente, tra: tarlo ~on más benignidad, consultar libros, 'Y · teólogos, corregir en general a los otros, etc.. ·Penas eclesiástica8 contra lo& fl'ioladores del _Big1.'lo.
La Iglesja católica ha legislado en contra de los vio-· ladores del Sigilo sacra-
El
acramwlo del Perd~n
VI. .Exposición y refutaci6n de la.! objeciones
111e tal, decr tanda everí ·~as ·penas. ·C!_?ré tan ~6lo a excomu~ión, p dali imo modo re ervata a . · Santa s·ede: en contr.a del confesor que se atreva a violar de un·· modo directo el secreto de la confesión.
83
1'
¿Se ha dadó algúq caso de violación directa del Sigilo acramerital, ~urante la larga: existencia de la Iglesia católica? Que e sepa, Dio~ nunca. . . . ha permitido . sehtejante cosa. N o han faltado, desgraciadamente, sacerdot~s que han apostatado y sido vertlader~ncrente . ·perversos; ni tampoco sacerdotes que se han vuelto locos y han dicho ·toda clase de disparates, durante su locura. Sin embargo, de ninguno de ellos s.e cuenta, que -haya mimife ·tado pecados oídos en confesión, a pesar de u ~rversidad ~ locura. · Conocida de todos es la histor ia de San Juan Ne-. pomti<!eno, pot.. no citar otras, · que prefirió pa.,decer cárceles, tormentos y .aún la muerte, antes que acceder a los sacrilegos des.eos del impío monarca, que des.eaba saber los pecados de que su esposa s~ había acu~ sad·o en la confesión hecha al. s.anto.
He aquí expuesta la doctrina de la Iglesia cat~ lica acerca del Sigilo s~cramental, o sea, acerca de la. . obligación 'de guardar secreto :resp~cto de las c.o sas conocidas en la confesión acramental o con ocasión de lla.
'
VI. EXPOSICION Y REFUTACION DE LAS OBJECIONES. .. .. . SA~A doctril}a cat~lica, sencillamente e~puesta en los artíeul_os .anteriores, acerca del Sacramento de1 P~rdón o de la Penitencia, 1es completamente racional para todo · el que la recibe sin prejuicios ·y~ reflexiona ser enamente sobre ella c~n lógic~ y reposo.
lA
.
No .obstante es.to ~o faltan quienes, echándoselas de. int.eligentes y libres, e incluso alardeando de cató- · . licos, se .niegan a aceptl!rla, poniendo contra ella objeciones· que, para ellos, igtiorantes de la cienci~ teológfca más elemen~al y· de la dialéctica, son Ímpo~ibles de r esolver; pero que, para cualquier católico medianamente instruido en religión, .se resuelven y desapare-. · cen con toda facilidad. El objeto, ·pues, de este artículo será el siguiente: .exponér y ·resolver Jas principales · objeciones o dificultad e~ que, contra el Sacramento de la Penitenc.ia, suelen aducirse. . ·
El Sacramento del Perd~n
84:
1. Primera objeción.
\
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En dicha objeción se dice, en tercer 1
N~
VI. .Ezposicion y refutaci6n de las 'objeciones .
es extraño oir decir a má& de uno, alarde~d~ d e b ueno·. y de honrado .· "Yo soy cristiano Y catóbco Y . tan sólo me confieso con Dios, -siendo mejor que muchos que se . confiesan con los ·curas". Responderé a esta· objeción, la más común de todas, refutando cada ,ti.ria de u.s partes despacio Y i>or sell8rado.
Primer~ente, ~n dicha objeción se· dice : "Y0 soy cristiano". . Pero, ¿qué quiere deeir "cri.s tiano"? Cristiano---quiere d~cir: Hombre que cree en .Cristo · Y en toda .su doctnha. . Pues de J. es,u cnsto es ' b..Ien,. u na de las doctrinas . principales . . la. que se ref I··ere al Sacrámento de la - Pemtencia. . . Y o soy cristiano.
- · Lueg~ el·.·que dice que es, cristia~o•. pe~o que no cree en el Saerament9 de la Penitencia mstituído por Cristo o es un C9mpleto ignorante q~e no sabe lo que aice, ~ es un perverso que miente a sabi~nc;las.. 1
Y o tan .sólo me lugar: "Yo tan sólo me confie&u con confieso con Dios.
Dios". El que afirma tal cosa es seguro que no se confiesa con nadie. ¿Por qué? Porque, para que haya · confesión verdaderamente tal, no sólo se requiere que el pecador diga arrepentido sus pecados, sino también que Dio& oiga y acepte di~ha co~fesión. Y Dios no ·acepta dicha confesión, lo cual puede demostrarse fácilmente. En efeeto: Dios no acepta dicha confesión, porque El ha hablado · claramente .por medio de su Divino Hijo Jesucristo,. el ' cual dijo: _que solamente quedan p~rdonados en el cielo los pecados . que s~ dicen en confesión a sus· sacerdotes y que éstos, ;representante& de .El en la tierra, perdonan.
.
En .segundÓ lugar, en. dicha ~bjeción soy." católico". Per~, : e decw . "católico" quiere dec~r: · ¿qué quier . 7 Católico . .' Hombre que, a dema' s de creer en Cristo, cree . en . la Iglesia católica por El_ fundada Y en · tod~ 1~ doctrin~ Pues bien •. una, de- las que ésta ensena. · . . pnnCJpales. doe trinas de la Iglesia católica e!l la r elativa al Sacramen• to de la Penitencia. Yo soy· cat~lico.
'
~e dice : "Yo
De estas pálabras se deduce, que Dios tan .sólo acepta Úna confesión y ·ésa ·e& 1-\l que se hace a sus sa: · cerdotes, o, como dicen en tono despectivo, a los cur~s. Luego, si Dios nq acepta como válida la confesión que direct~ment.e se quiere hacer a El, el que dice que se confiesa coh Dios s.olamente, no se confiesa de hecho con nadie. Finalmente, en dicha . objec_ión' se dice: "Yo, sin confesarme, soy mejor que muchos que se confiésan con los ·c uras". El ·que afirma es.to, profiere una enorme simpleza. Asegurar que él,· sin confesarse,. es mejor que muchos que se confiesan, Y o soy mejor que muchos que se confiesan.
6
E1 Sacramento del Perdó.n
hacer una afinnación gratuita que cos.taría mucho de~ostrar. . P.ero dado, aunque no concedido, no pr.uE!J ba nada .e n .contra del Sacramento de la Penitencia. En efecto: .
.
El que no .se confíe&& no es mejor que el que se confiesa, porque DQ se confiesa, sino a pesar de no conf~sarse. Es seguro y cierto, que seria-.mucho mejor que lo q~:~e es, si s.e confesara. Además; es cierto que es peor ·que muchos que se confiesan. ¿Por. qué, pues, se compara eón los que, confesándose, s.ori peores que él, según cree~ y no se compara con· aquellos otros. que, confesándose, son mejores que él? Si se comparara eón los que, confesán-dose, son mej.ores. _que él~ que no se co~iesa, ~abría de deducir'· la consecuencia contraria, o sea, que debe-· rá ~onfesarse\ tambié~, para s~r tan bueno c~>Irio los que se confies~n.
2.
Segund~ objeción.
No faltan quienes4 llevados del ·odio a la Iglesi;\. cat;qlica, dicen y enseña~ . que: "El Sacramento de .Ja Pe~itencia fué instituido por el Papa Inocencio III, en· el cuarto Concilio de L~trán, el año 12.15". .Esto a.fir. man los protestantes, que son enem~gos del Papa.do y q~e niegan que la Penitencia sea un sacramento verda•. dero y . propio. Fácil es ·responder a esta objeción de 1
.!:::._ Exposición
!1 refutación de las dbjeciones .
87
los. protestantes, de los que hay que decir que . . , son o unos Ignorantes o, lo que es .peor, unos perversos. . J · .t . . Quien institu,yó el Sacramento esucns o 1o t-nstt.tuy6 d !1 mandó recibirlo. , e 1a Penitencia, com9 queda de.-
. . mostrado anterionnente, fuá Cristo Redentor nuestro; el cual Jo instituyó en el ·mismo . día en . que. resucitó . glorios.a mente de entre los ;l:le~tos, en la ciudad de Jerusalén, en el C!'!~áculo, cuano. dió a sus ap~stol~s, Y en ellos,. a sus sucesores lh!l obispos Y los sacerdot.es, el poder de perdonar los peca.. cados. ·' No sólo inst~t'uyÓ Jesucristo este sacramento . que tá b" . , SIDO . 1 . m ~~ .Impuso a t?dos. sus seguidores la obligaCión de recibirlo, como único medio ordin~rio de obtener el perdón .de .los· pecados.; de tal modo que . 'ó , sm recepc1 n del sac~a~ento, no . hay generalmente perdón de ·pecados, segun Jesucristo. · Inocenéio Ill determinó laa' Por lÓ tanto, el Sumo Po~ veceq !1 urgió su recepción~ tffice Inocencio III, en · · ~ión de todos los Pádres
del Concilio cuarto de Letrán, ni instituyó el Sacra- •
~e~to de la Penitenoia, ni inipus.o la obligaCión de re-, Cibirlo. Lo único que hizo fué detennfnar las ve.ces q~e, ~urante el año, obliga el precepto divino de Jesu_cnsto. Jesucristo mandó recibír el Sacramento d I Pen't · e a l . eneJa, pero no determinó las veces que los cristianos debf~m . recibirlo durante la vida.
E l Sacramento del J'erd6n
Hasta el siglo Il, lo · Papas y los obispos no se h btan preocupado de e te parÜcular, porque los cris. t1an~s eran ·creyentes prá~ticos y fervorosos y recibí~ los sacramentos con · mucha frecuencia. Pero, cuando la fe y la ·piedad de los cristianos f ueron entibiándose ' cada día más y éstos d~ cuidaron la recepción de los sacra~~ntos y e1 cum.plimiento de lo preceptos. de Cristo, entonces fué cuando la Iglesia, por medio de su cabeza · vii'4Íble el. Papa Inocencio ~II, recordó a los católicos.. la obligación grave que tenían de r ecibr los 'sacramentos . ·Y urgió el cumplimiento de los mismos, determmando que el precepto de confesar, impuesto por· el mismo Cristo, obliga por ·lo menos. una vez en el año ..
. 3. Tercera ·objeción. .
A estas palabras es fácil dar una , r espuesta clara y s~tisfactoria: Es verdad que solamente Dios puede per~onar los .peca-· doa con au.t oridad propia, o. sea, como causa principal · e independiente por · completo; per o-no hay ningúJ:J. inconveniente en admitir, que los hombres; no en cuan-
• 1
b· ·
O JeClO'nes
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tb tales y con ·autoridad propia, si~o en cuanto represe~tantes de Dios Y con autoridad delegada del mismo DIOs Y como ministros suyos, pueden perdonar los: ~do~. Esta doctrina de la Iglesia, asf expuesta Y entendida, debe ser.. admitida poi' todas las sensatas. . personas Es cierto que los curas son unos hombres. eo 1~s .demás., que no son . unos ángeles y · mucho me:o dJ?ses ; pero, deduci~ de aquí algo en c~~tra del cramento de la .Pemtenc~a . es . discurrrir demasiado ~ . sacar .un~ consecu.ep~ia más larga que las premisas. Por ~edx~ de unos . s.fmiles puede demostrarse hasta la evidencia lo absurdo de este mod d d' .1 · • o e Iscurrir.
s:
E~ verdad que el médico, por , . ejemplo, es un hombre como los dem~s; pero, SI alguno, fund ado en esto, tratara de dis~ad!r a un enfe~o, el que acuda al m.édico; todos diría~ . que tal consejo es. disparatado. y ¿por· qué tal · conseJo será disparatado? Porque, aunque el médieo es un hombre como los demás, tiene algo que no tienen l~s d:rnás, ~· en ' lo c~al se distingue de eilos: tiene la Ciencia medzca, mediante la ·cual sábé el remedio que debe emplearse, para que s~ne el enfermo que a él ' acude. El enfermo no acude al médico ~n cuanto que es un hombre, sino en cuanto que es médico. . S ímiles y aplicación.
.
_No. faftan ..·hoy dí_a quienes,, r epitiendo las pala-· bra.s que los judíos dijeron más de una vez .a Jesucristo, aparen~ndo escandalizarse como ellos, dicen: · "¿.Quién puede pe~donar los pecados,, ·sino sólo Dios." ' \ Por· ·lo tanto, ·deducen, ellos, ~os curas, que 8on bom- · b.res co~o los. dem,ás, n.o pueden per,d onar los pecados. Doctrina cal6lica.
V l. .Ezposici6n y refutac'ión de lno ....,
. Lo ~ismo podría decirse del pobr~ que acude al rzco, del Ignorante que acude al sabio, del débil .que
90
El
acramenlo del Perdón
acude al fu~~e·, del , súbdito que acude al superior, del {eo.. qu.e acude al juez, etc.,' etc .. Es verda~ que el rico y 1 sabio y ei fuerte y -el superior son unos hom~~es como los demá ; pero también es verdad, que son dilt. tintos de.: lo . demás, . porque tienen algo que los demás no tienen. No acuden el pobre y el ignorante Y el débil y el súbdito y el reo a ellos en cuanto que son unos horitbres, sino en cuanto que son un rico, un sabio, un fuerte, un · superior o un . juez respectiv~ente.
.
ApÜcando la doctrina éontenida en estos ejem-. · plo~ al caso que nos ocupa, hay que decir, lógicamente hablando, .que el )>ecador no acude ~1 confesor en cuanto que es un hombre como los demás, sino .en cua~to ,que · es un homb~e. que tiene al~o · que no tienen los demás y que, .por lo tanto, es distinto de. ellos. El sa. cerdote es un repr-esentante de Dios y, en cuanto tal, tiene él p~er.' de perdonar los' pecados, poder ~u e no tienen Jos demás hombres. Y basta con lo dicho, para que esta objeción qued~ refutada por .completo.
4. Cuarta objeción. "En .la Sagrada Escritura se encuentran pasajes, en los que se dice abiertamente, que hay pecados im:perdonab:es o irremisibles. · Entre esos pecados imperdonables se halla ei pecado ~on_tra el Espíritu S~n· to. Luego e1 Sacramento de la Penitenci~ no tiene v1r-
1
V l. .Exposición !1 refutación de las objeciones
91 . . tud para perdonar todos los pecados."' Fácil e~·. respon der a esta dificultad. ·E n · primer lugar, es cierto que el pecado 'contra· el ~spfritu Santo" es imperdonable, según el Evangelio de San Mateo, en el que el mismo Jesucristo dice lo siguiente.: "Por lo cÚal os declaro, que cualquier · pecado Y ~ualquier blas.femia ·se perdonará a los - hombres; pero la bl'asfemia contra el Espíritu n~ se ·perdon~rá. Así mismo, a ·cualquiera que hablare contra el Hijo del Hombre se le perdonará; pero, .a quien hablare contra el ~spfritu Santo no se le perdonará, ni én' esta vida ni en 1~:~- otra." · Pe9ados contm el . Espíntu Santo y contra el 1./ijo del Hombre.
·
Antes de nada, es. preciso a~eriguar y s.a ber qué se
entiende aquí pór "blasfem,a contr~ el Espíritu Santo". Para averiguarlo, es ·del todo necesario tener presentes el conte~to ·o. ci~unstancüis que motivaro~· dicha expresión del Señor. Este contexto fué el siguiente: .Je&ucristo acababa de lanzar al d~monio de un sorao-mudo y · los fa~seos atribuyeron e~ te milagro portento-so ~ Bel~ebú, príncipe de_los .demonias. De · dicho contexto parece que . ha de entenderse aquí por pecado "contra. el Espíritu Santo", aquella '' mali~ia por la cual el hombre, con el fin ~e no verse obligado a creer y obedecer al Dios reve~ante, está dispuesto- a atribuir al demonio ineluso los milagros evidentes, que no pueden negarse. No querer creer estos .
..
92
El
Sacra.m~to d~l · Perd6n.
~ag:r:os ~r malicia es una absoluta OP?afci6n • & la ~tificaci~n humana, la· cual se _le aprop~a Y a.t nbuy:
al Espirltu sánto y .por lo cual dicha malicia es llamada ''blasfemia contr~ el Espi_ritu Santo". La blasfemia "contra el Espfritu Santo" es muy di t ·nta del pec·ado "éontra el Hijo del Hombre". Es.te s1 m· pecado co~siste en no reconoce~ en Jes~cristo al JO .de Dios, por cierta debilidad provenie}lte de su ca;rne verdade'ramente humana, de· su nacimiento po_brisimo. y de ~u familia humilde. . . l;>espués de expu~to lo que se entiende por bla$femia "contra el ~s. pÍritu Santo" y . por pecado. "con·.tra el Hijo del Hombre~·. ·h ay que averiguar Y ex. ¡x}ner el sentido en que se dice imperdonable o irre~i~ aiblé la prlmera. Se dice irremisible, no en s~nt.Ido absoluto, s¡n()' comparativo; para distinguirlo Y difer~nciarlo del pe~do "contra el Hijo .del Hombre". Sentido de· su .,_emi.tibilidad.
. Por consiguiente, el sentido es que Ja · blasfemia . "contra el Espfritu Santo"· se perdona mucho ·má~ difícilmente y más rara vez, que la : blasfemia cont~ . Cristo, ló ·cual no es de extrañar, ya que quita Y despQja· al hombre de la docilidad al llamamient_o. de ~~os.' por el que primeramente nos dispone~os a la JUS.bficación. La razón de ia dificultad ' del 'perd.ón está en la mala voluntad del pecador, que no quiere arrepentir-
'
VI. ·.Exposición. y refutación. de la& ohjecion.u
93
a
se, aunque Dios esté siempre dispuesto perdonarle en el momento en que se arrepienta,o s.ea, dicha difi- : cultad no procede de la rneficacia del Sacramento para perdonar, sino de la indisposición del pecador que le impide ser perdonadó.
·5. Quinta objeción. También en el nuevo Testamento, en Ja Epístola de San Pablo a _los Hebreos, se encuentran algunas· palabra~ de las que· parece deducirse que es irremisible el pecado de la reincidencia. He aquí las ·palabras escripturísticas aludidas: "Porque es imposible que ./ aquéllos, que han· sido una vez iluminados ... y han caf. do, sean renovados por la penite~J.cia". (Hebr. · VI.) Estas palabras de San Pablo dieron motivo. a los herejes Novacianos, pa-· ra creE)r y enseñar ·que ~1 pecado de la reincidéncia es irremisib)e, y también dieron · motivo a algÚnos católicos de la Iglesia latina, , para dudar de la autentic·idad de esta · epístola paÚiina o al menos us,arla muy pocas veces . Los novacianos.
A esta objeción· puede responderse, con · .muchos Padres y teólogos~ diciendo: Que San Pablo no habla de cualquier remisión del pecado por la ·Penitencia, sino de aquella renovación que solamente en el bautismo tiene lugar, con la cual se perdona · too o el rea.to de la culpa y de la pena, sin que . ., E xplwacton.
E-l Sacramento del
Pe1·d~n
ba a falta la atisfacción de obra. Por e!!_o dice: Que lo _'que. han caído despúés del bautismo, no puedeiJ renovar e otra vez por la Penitencia.
6.
&;xta
objeción.
F.nalmente, y para terminar, en la mencionada Epi tola de San Pablo a. los Hebreos~ se encuentran ' ' otra palabras de las que parece deducirsE!) que es irre. mi ible el pecado de la aposta&ía. . He aquí las palabra aludida : "Porque, i pecamos a sabiendas, después de haber reconocido la verdad", ya no nos queda hostia que ófrecer por -lo pecados".
A. esta objeción se puede dar la respues- . ta siguiente: pr imero, que e.n este. pasaje ~ tratá· de._los jud~o-cristianps que habían retorna-· do . al judaísmo, después de haber abandonado. er 'cristianismo que ~ábían abrazado; y segundo, que a estos aPóstatas, mientras pertnanecen en ·la apostasía, n~ les .queda niJ)gúrt m~io par_a su salvación, ·ni de la ley · moaaica que ya e~tab~ muerta, ni .de la ley cristiana que la h~bían abandonado.
·. Explicación.
.
'·
Con un símil se entenderá mejor lo que acabo
Bítntl. · de deCir. · · Lo que d'Ice San P a bl.o v1ene . . a re du-.
eirse a lo que cualquiera de n'osotros dirfa a un ~t6li . co que, dejando el Catolicismo, ab.Fa~ara el .Prote~tan tfsmo: Tú, que has dejado la fe cat61ica·para abrazar • la prote tante, no tienes ningún medio de salvación.
'
V l. .Exposición
y
refutac;o'n d • e
zas
objeciones
95
. ~e aquí brevemente expuestas. Y refutadas las . prmcipales objeciones que suelen ad . d . . ' uc1rse en contra e la eficacia del Sacra~ento de la Penitencia contra del poder sagrado Y d. . Y en IVmo que los sacerdotes tienen de perdonar los pecados. Be?évo1o le~tor: Lee Y ni edita cuantas vece~ sea necesa~IO. este artículo, .p ara que conozcas a fondo ~8tas. obJecwnes Y sus sol~ciones fáciles de comprender, Y s.epas refutarlas con prontitud Y domin 10 ; ·d t . · · · · e1an e de · quien te 1 es . as propong~n, dándose importancia de hombres sabio& y superiores. .1
·. El Sacramento del · Perd6ra
9
1 .•
V II. Examen de conciencia': su. natur. oblig. y grav.
97·
de's, los medios para facilitarlo y el método para hace~lo pronto Y bien. 'En este artículo expondré los tres \ primeros· puntos, a saber: su naturaleza, obligación· y gravedad .
• • • l. Su naturaleza.
VII EXAMEN DE CONCIENCIA: SU NATURALEZA,OELIGACION Y GR.AVEDAD. ESPt.J~S
de ·1o dicho hasta a~í, en los artículos
D anteriores, acerca del Sacramento de la :Penitencia, es C\lmpletamente lóg;co·y natural hablar ahora de cáda una de las condiciones que se requie~en para recibirlo · dil?;namente. ¿Cuántas y cuáles son estas. condi~iones 7 - .Pára recíbir dignamente el Sacramento de la Penitenc:a se requieren 1 de ley general, cinco condicione , como consta-por el catechuno de-la doctrina cristiana y se ha demostrado teológicament~ en uno de los· 'artículos· ánteriáres. Estas condiciones son las si~uientes: . examen de· conciencia, · dolór de corazón, propós;to· de la enmienda, confesión. de boca y satisfa~ ción de obra. En el presente artículo empezaré .a hablar acerca de la primera de estas condiciones, que es ·el examen de conciencia. Trataré de exponer -en varios artículos: ~!U naturaleza, su obligación, a.u gravedad, sus cualida-
'
~Qué es ·o en qué. consjste el exame~ de conciencia? La respuesta precisa y atinada a esta pregunta nos dará a conocer la natura·leza del exa~~n de con.;. . ciencia; pero, . antes de responder directamente a ella, es conv~mente saber . qué .se entiende por' conciencia, en el lenguaje católico y en el sentido estricto de la pali1bra. l. Qué es la concienci~ moral.
. Según la . T~ologÍa · Moral .catóÍica, la concienCia ~s. Un juicio práctico . que nos habla, de un modo próxim?, de la moralidad de las propias acciones : d~ las Y~ ~echas u omitidas .y de las que han de hacerse ~ ?mibrse. Esta es la definición que podría ser · calificada de clásica. . ~e aquí otras. definicione~ más sencillas: La con- ' Ciencia es la norma subjetiva, por la que .imnestr~s a~tos ~u manos se dirigen a su último fin; la concien- .. Cla es la regla próxima de la moralidad de las COStumbres; .la conciencia es una voz interior, que noa dice
·. 98
El
Sacram~nto
del Perd6n
qú6 debemos h~~ como .bueno Y qué debemos omitir " como malo, tenidas en cuenta las circunstancias ac~- en ·que nos encontramos; la conciencia es el j\1811 justo q~e alaba 1aa..buenas obras y reprueba las mal~a.
U~do de un sbnil al ·alcance .de todas las intelipnciu, puede decirse que la conciencia es una cAfotogrifica espiritual. Asf_como en una cámara fotográfica queda impreso todo. cuanto-pasa por delan, .te de ella, sea grande o pe:queño, he~oso o fe~; del mi~o. modo, en la conciénc~a queda grabado todo tuauto hace el hombre, sea bueno o malo, importante o insignificante. ·.
mara
. . 2. Qué es el exámen de
eonci~neia.
. DesRués de s.aber qué se entiende· por concie~ cia; segú~ 1~ · Moral católica,· es fácil saber qué se entiende por examen de conciencia en general Y en particular o sea. en orden a la confesión de los pecados. , 1 El examen de conciencia en general consiste en b~·scar tod~ lo buen~ y lo ~alo qu~ ·se ha hecho, dicho ·o penaado, lo cuál se halla grabado €n .)a cámara fo~o gráfica espiritual de nu~stra conciencia. Por consigliiente, el examen de ~onciencia ~n particular, o sea, en orden a la recepción del .Sacramento de la Penitencia, éon&iste 'en "buscar los pecados propios que se han cometido y no se han confesado bien
VII. Examen de conciencia: su natur. oblig. y grav.
99
1
todavía". Explicaré. brevemente el contenido de estas palabras,. aunque sea suficientemente claro de por sf. Consiste en "buscar'' loa pecados. · Exa· mmar es .inquirir, indagar, investigar, esbt~~cor. cudriñar, o sea, buscar. Cuando ee examf. . na una cosa, se busca t()(fo cuanto acerca de ella ea diano de &er estudiado y tenido en cuenta. Cuando se ~amina un vestido, por ejemplo, se busca si en 6l hay. alguna rotura o mancha, etc.~ etc. Oonn.te m
Consis.t e en buscar los "pecados". En el examen de conciencia no se ha de examinar uno; de las obr~s buenas que ha hecho. Es cierto que·' en .nuestra conciencia quedan grabadas, lo mismo que las obras malas, las obras buenas pero el objeto del ..-{amen de conciencia en orden a la confesión, son uut s61o las obras malas, los pecados, de cualquier género y especie qúe sean. Los pecados.
Las obras buenas, iiual que ~as obras malas, po.. drán ser objeto· de un exa~en de conciencia en orden á la comunicación y dirección espiritual, pero de nin. / . gún modo de un · examen en orden a la confesión. Consiste en buscar los pecados "propios". El ' examen de conciencia debe versar ac'erca de los pecados propios, de uno mismo. Nadie debe ni puede examinarse, en orden a la confes.ión, de los pecados de su prójimo. Nadie puede tener conciencia ·de lo& pecados que han cometido otros. Así como no hay Propios.
' .
1
100
El Sacramento del Perd6n
obligación de decir n la confe~ión los pecados ajenos:_ ~ ..hacer tal co a ería pecado-del mis~o m~do, no h obligación de bu car, en el examen necesario paz;a la ·confe iófl, de los. pecados ajenos. Consiste en buscar los pecad~?s propios "que se han cometido" exterior e interio!me~te. No sólo es pecado lo que s.e h~ce con .lo sentidos y miem?ros del cuerpo, como , ú} trumentos de las facultades del alma, en lo cual ~on si ten ló pecado exteriores;-clasificados en l.a Moral entre los actos humanos imperados-, sino también es pecado -lo que se hace con las solas potencias del alma, aun cuando exteriormente· no se manifieste, . en lo cual ·~nsisten lo·s pecAdos interiores-clasificados ent re 'los ·. actos humanos elícitos-. .De aquí se· sigue; que son objeto del ~amen de c~nciencia no s,ólo_las p~lab'ras y la 9bras c.o ntrarias a la le~ de Dios, sino también lo -malos petisamientos y deseos. Que e han cometido.
Consiste en .bus.car los pecados propios ~;. no se han que se han cometido y "no. se han con- . con.fe ado. · fesado'~. Así como deben confesarse los pecados no confesados; de un modo. especial los morta~ ie , así debe versar el examen de ~onciencia acerca 4e dicho pecados, para pod~r conocerlos y después con-· fe ~rlo . Los pecados que ya se han 'confesado, como no . hay obligación de confesarlos otra vez, tampoco hay obligación de busearlós en . el _e?Camen de co~cien éia.
f
V IJ. Examen de conciencia: .ru naturale~, obli..
101
Consiste, finalmente, en buscar los peca- . . . dos que, aun cuando se hayan confesado, no s~ han confesado "bien todavía." Cuando se ha hecho una confesíón sacrílega por . falta de exa~en o de dolor o de integridad, callándose por vergüenza algún pecado, o por otra causa, entonces no se ha' obtenido el perdón · de los. pecados confesados, los cuales d~ben confesarse otra vez y deben, por lo ta~to, buscarse otra. vez por el examen, para conocerlos. . to davta. , B ten
2. .Su obligación. El éxainen de (fonciencia, cuya naturaleza se ac~ ba de e?Cponer, ¿es obligatorio para poder recibir dignamente el Sacramento de la Penitencia? H~ aquí la pregunta, a la cual hay que resp~nder ahora, de un · modo claro y preci"so. El examen de cónciencia, · en orden a la confesión, es obligatorio, de ley general. "Varias son las· razones' que pueden aducirse, para demostrar la verdad ·de esta afirmación. .Las principa]es se reducen a cuatro, a saber: es de precepto divino, es de precepto eclesiás.tico, es opinión común entre los .Santos Padres y teólogos católicos y lo afirman los catecismos de la ·doctri-
~~~ML
Es de pi-ecepto divino.
.
.
El examen de conciencia es de precepto divino. En efecto: Jesucristo, al instituir el Sacramento de la Penitencia,
..... . ~l
'
acramento del Perdón
VII.
Examen áe conctencta: · · su naturaleza bl' o t. 1
.,_ impv o a lo cri tiano la· obligación de confesar todos 1 p cado .~n cuanto a su número, a' sus especies y a u éircun tancia necesarias., como se demostt'ará al ha}>lar de la integridad de la confesión-, si qui~ r n obtener el. perdón de lo. mismos, mediante la recepción de di<.;ho acramento.
s
. Ahora bien. · Para confe ar todos los. pecados, es , ·preci o refle..xionar ante obre· ellos, ouscarlos, examinarlo :· E evidente, qu_e ningú~ pecador podrá _confesar sus pecado .• i no lo · conoce; y es mor-almente cierto, qu , genera)mente hablando, ningún pecador conoce u pecado ,- i no lo examina-- con aplicación, por. que la .memoria .humana e muy frágil. Luego el .examen de conciencia es obiigatorio, ·porque es necesario para confesár todo los · pecados.
...
Ademá .,· e una verdad axiomática que,· cuando pios manda éxplícibimente ha~er una cosa, m~nda también, al menos impficitamente, hacer todo cuanto es ·nece ario pa~a la feliz reálización de dicha cosa. Por · cqn iguiente, al mandar de un modo explicito, la confe:sión de todos los peéados. mortales, manda, de un modo · implíCit_o, buscarlos ·en la concienciat _;por medio (\el examen.
.Esta verdad axiomática, no sóio· se ve·r ifica en .el orden divino, sino también ·en el humano. Si' el juez de un tribunal, por ejemplo, impone explicitamente a ·un ladrón la obligadón de devol~er un. dinero robado, es claro, que también le impone implicitamente la obli-
1
103
gación de ir a buscarlo 1 1 · fi '1 a ugar donde lo escondió Di CI mente podrá devolver el dinero robado . . -. a cogerlo al lugar donde lo dejó L . , SI no. va ción· ningún valor tendría . . . a primera obhga' s.I no mcluyese dentro de sf a 1a segunda. Es de precepto El exa~_en. de conciencia es de ·preÚp. ecles~tico. t~ eclesiasbco. Es verdad; que la Igle.. a 1 . Sia católica en este. particular tan sólo c. ara Y explica la mente Y el pensamiento· d J · · . . e esucristo En t . d . . ma ena e . sacramentos, como Jesucristo 1 . es su autor Y quien los in tituyó 1 b . ,-a menos. en cuanto a o su startcial-, ~a lgles.ia no puede legislar en 1 · refel'tlnte. a la substancia ·de 1os .mismos, · . · ate-0 tiene que
ner s.e a lo determinado por. su Divino Fundador Pues bien·, Ja I. g1es~a · . ·acerca del . catóhca de co · · · · ' · examen nCiencia en orden f.l. la confesió~ de 1 d · o& peca os dice b ' . por oca del Concilio Trident' l . ; , "S' 1 .. · mo, o Siguiente· I a guno diJere que n . · . • ... o es necesario ... confesar to-' dos Y cada uno de lo'S pecados mortal d . . · . . es e que s.e tenga m emoria, después de un examen debido Y .dil' t . , . Igen e..• sea anatema" L . . uego, segun estas p~labras solemnes de la Igles.Ia, a la confesión de los pecados debe preceder el examen de conciencia. . La obligación del examen de conciencia antes de Ja confesión ·es proclamada .. t . mmerrumpidamente por el común sentir de los Sarítos P~dres. ~ teólogos de la Iglesia católica.
Los Padr-es Y le6logo&.
. 10! '
EZ
VII. acramento tUZ Perd6n
. ._ S~e~pre que éstos han escrito acerca.. del Sacramento ~ la: Penitencia, se han expreaado, resPecto del examen, · de · un rnodq. que no ha dado lugar a ningJna duda en el sentido de que. es necesario, para recibir con fruto tan .importante sacr~mento. Ahora ·bien; es un axioma antiquis.irno que, cuan. c;to la Iglesia docente, por rnedi_o de su-ª-. Padres y teólogos, e.n seña unánimemente y ain ninguna discr!'lpan.. . eia una doctrina, ésta ~s verdad.e ra; más aún, ·es del Espiritu Santo, que la rigé y gobierna. Luego el examen de ~oncieri.cia es obligatorio, _porque asi lo han en_señado quienes no pu_eden engañarse ni engañamos. Finalmente, la ·obligación del examen de conciencia se halla proclamada por ~o los catecismos de la d,octrina cristiana, en los ~uales se halla contenida, de un modo compendioso, la doctrina ver~adera de Jesucristo y . de su Iglesia. Los . catecismos, al hablar de las cosas neces.ar~as para },laeer una buena confesión, ~icen qúe sori cin~o. la primera de. las cuales ·es el examen .de conciencia. N o cabe duda, que los catecismos, al .hacér tal afirrnac~ón, ~e fundan en las tres pruebas anteriores.
Ea:amen de conciencia: su naturaleza, obli.
106
3. Su gravedad. ·E l examen de conciencia ¿es obligatorio ba. o . : cado grave o bajo pecado leve? He aquí otr~ pe.. gunta, a la qu h . pre. . e ay que responder diciendo: el examen d e conCiencia, en orden 1 . b . a a confeaión, es .obligatorio b:~oc pecado gr~ve de suyo; sin embargo, puede haausas, por las cuales no sea obligatorio n. . . . ra ?ajo pecado .leve. J SlqUJe1· ~jo pecado ·grave de suyo, .
El
. · examen. de · conciencia es obligatorio ·bajo pe~ado grave de suyo por varias razones, algunas. de · las cuales ~oy a indica~.
Los catecismos.
Antes de pasar a otro punto, eonviene hacer notar que, aunque el e~arnEm de conciencia es obligatorio de · ley general, corno se ha demostrado; hay casos en· que no es obligatorio, como se demostrará ahora.
'
La inte,q1·idad . En primer lugar: porque hay oblide la conf(Jsi6n. gación bajo ·pecado grave de decir
en la ·confesión t 0 d 0 s los · d • En ei t . · peca os ec o: SI~ndo necesario el examen . ra con~cer todos. los pecados que hay que nf p~ rno queda demostrado . . co -esar, co• la obligación d .l . ' es lógiCo que la gravedad de e examen dependa de la . 1~ obligación de la integridad requ~rlda gra~edad de s1ón Ahorá b · en a confeIen ; 1a obligación de la integr. d d , . . la confesión es bajo ecado .1 a en obligación del examenPd b grave. de suyo, luego . la suyo. . e e ser baJo pecado grave de . mortales
I_>ara que se comprenda mejor la dialéctica de este
El Sacrame.nto del Perd6n
106 '
. d d dt" currir . será conveniente aducir el s.í~il del '· . · 1 dró mo o e '- ·uez· Y el ladrón anteriormente expuesto . .SI un a n ne .obligación, impue· ta por el juez, de buscar, en do.nde lo e condió, ·el dinero que robó, es na~ural, q~e la oblig~ión de buscar dicho dinero sea baJo ~eca~o grave, s1. la cantidad . d.el dinero. robado Y escondido es grave.
~i
L'a
fragilida~
de la memorw.
El examen de .concieneia es obligatorio bajo pecado grave\ una vez afirmada · la obligación grave de la
integridad en la confesión, Porque nuestra ~emoria es muy frágil Y es ·preciso fortalecer!~ por medio del examen, para .acordarnos .de lo malo que hemos hec;:ho. ·Humanamente hablando, es ciert_o,· con certeza moral, ·. que se o1VI"d ara. de decir algún pecado grave enb lat cont fésión el pecador . que, por una parte, hace as an ~ tie~po qtie n<? se ha .confe .ado. Y sabe, por otra parte, q~; tiene muchos pe~dos mortales.
·.
El poner e 'en. peligro.
E! examen de conci~cia es 'obligatorio ba .0 pecado grave, porque el pecador, qu~· no lo hace; s.e expone al peligro de
olvidarse en la cenfesión de algún · ~ecado grave, aun~ ~ue por ·~asualidad no se olvide. .Según la Moral ~atóli.ca, basada en la Sagrada E ser¡"tura · y en · la sana ·. · ~n no sólo e·s pecado el pecado, s_ino que también ' ' · dOJa-,. · er pecado--aunque paz:ezca. una para e1 ponerse . i~prudente Yneciamente en la, ocasión ~ en el pehgro de pecar.
f
VII.
Exameri de conciencia: su naturdleza, obli.
107
Con un símil ·se entenderá mejor esta doctrina: Supongamos que la última mis.a, que suele decirse los domingos en una ciudad,. es a las diez. Si un católico, qne sabe esto, no quisiese ir a misa un domingo hasta las once, dicho católico p~caría gravemente, aunque ese domingo hubies.e misa de once por cas.ualid!l-d y la oyese. La razón es sencilla, porque ·se expus.o, ~in nin~ún motivo, al peligro de no poder oír la misa, que· ob,liga bajo pecado grave. 2. Bajo ningún pecado. Aunque, como se acaba de demostrar, el exame'n qe concienci-a obliga bajo pecado grav~ de suyo, sin embargo, puede haber caus.~s por las cuales no ·sea obligatorio, ni siquiera bajo pecado leve. ¿ Cuáles y cuántas ·sori esas ~a usa&? Esas causas s.on las. tres sigúientes: conoéimiento cierto de todos los. pecados graves cometidos, .imposibilidad física ·e imposibilidad moral o grave inconveniente para hacer el examen.
Conocimiento lo · _pecados. de
· N o obliga el examen de conciencia, ni siquiera bajo pecado leve, · cuando , '
el penitente conoce perfectamente todos sus. pecados graves. Un ejemplo servirá para aclarar esta doctrina: Si una persona, que se confesó hace pocos días, quiere confesarse· y sabe ·con certeza que tan sólo ha cometido dos pecados, graves, es tural, ·que d~cha persona no esté obligada a examinar-
na-
. 10 '
El Sacramento del Perd6n
La razón de s.er del examen es bu.sc~r los pecados 'tab se. . \ ~ ra ·conocerlo ; qmen · .ya 1os co noce , no neces1 . us' cárlos. No obliga ·el examen de conci~n . cia, ni siquiera bajo pecado leve, cuando el pe~itente está físicamente imposibilitado para ·hacerlo, por falta de tiempQ o por _{alta ~e fuerzas mandan o por .am bas a la vez · . Ni Dios ni la lglesta , imposÚ>le . Ejemplo aélaratorió: el qu~ . ~e l)alla moribundo Y apenas tiene tiempo para ~eCIQir la abs.olución .de ~us culpas, es evidente, !lUe no está obligado ' . a examinarse, porque . no tiene fuerzas f ISicas Y .por. ·que no tiene tiempo material pa:r;a ello. Impos1bilidad /' ica.
Imposibilidad moral.
N~ obliga, finalme1_1te, el . examen de conciepcia, cuando el peniten'te
-tá ~abitua~~ente ~on graves dolores de cabeza, como ::cede a alg4nas Ni Dios.·ni la Iglesia mandan aquello que . ocasiona graves inco~ve.~ie_ntes, por Jo . cu¡¡.l una obl'1gac1 . 'ón .grave. deja de eXIstlrt cu~ndo hay . · · po· un inconvenient~ grave o un 1m . s. ible moral • J esu. crisu; Y ·la Iglesia por El fundada . son muy huma~os con los seres humanos.
pe~sonas.
1
.De todo lo. dicho ae sigue que, aunque el examen de concienc~ sea .obligatorio de ~uyo, accidental~ente no es obligatorio en ciertos caSOS4 iti siguiera báJO pecado leve. Se dice accidentalmente porque los casos
1
V.II.
b'xamen de · conciencia: su naturaleza, obli.
109
en q~e existe alguna de estas causas eximentes, no son : ordinarios, sino relativamente muy raros. ¿Qué hay que decir, por lo ta1_1to, de aquéllos que, sin examinar sus · conciencias lo más . mínimo,. se acercan al confesionario y dicen al confesor: Padre, pregúnteme pd.? Hay que decir, que pecan de ley gen·eral, porque omiten el . examen de· ·conciencia; . que es una de ·las cond1ciones. que se requieren para hacér ~na buena confesión y al cual; por consiguiente, están o'Qliga~os. Las preguntas que . el confesor pueda, e in~luso deba· h~cer en más de un caso, no sólo" no e,ximen al penitente de la obligación , . del examen, sino que le obligan a mejor examinarse, para poder responder a ellas con la .mayor precis.i6n y prontitu,d. El que dice: pregúnteme, Padre..
¿No es verdad, usarido de un símil, qué, cuando una persona tiene que comparecer anl:e un tribunal, en el cual el ju.ez le ha de hacer muchas preguntas,. dicha persona se examin~ antes,. despacio· y con el mayor cuidado, para poder responder a ellas. sin titubeos de , · ningún género y con toda exactitud? Pues eso mismo debe hacer el penitente, antes de comparecer ante el Tribun~l de la Penitencia, para. poder dar completa cuenta de sus actos á.I juez sacerdotal.
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110
El
•
acramento del Perdón VIIl.
VIII . . 'E ...r AM
u
E O IENCIA: ALID.ADES.
1
r
. 1o era, la continuación del. asunto que STE articu dré 11: . m eeé a exponer en el articulo ante¡lor: Expon . . el, , con P tod a. 1a exten ión .que · en · . sea . necesaria, las.· . lidades .del examen de concl.encla . .
cu~
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, ta s Y.cuáles son las cualidades que ha ded teeuan be
. . para-que sea como e el er el ex!lmen de conclencJa, n Td . bueno? Las cual'd 1 a des , que deoe tener.. ser va 1 o y . nc¡'a son las dos . siguientes: la dth, I . ' examen de conCie . 'ó n. 'Las expondré con toda. e anencia y la d1screct · . gdad s1rviéndam~ . . .para ello de toda clase de eJemp1o_s 1 • • . y
lil
Si s.e atiende al significado, que el Diccionario de la Lengua Española da a la palabra "diligencia", consiste en que el examen· se haga con cuidado y aplicación, no mirándolo como cosa de poco más d menos, sino como de grande importancia.
.
\
E:tamen de C01JCiencia: sus cualidades
comparac10~es.
• • • 1. La diligencia. La primera. cualidad que debe. tener _el exa~e~ .de conciencia, . . necesario . Para hacer' codad., .e. una buena 1' s~ón, es la diligencia. ¿En qué consiste est~ cua I ..
~ce~ca de
'.
la diligencia del examen de conciencia
es preciso exponer su necesidad, su relativida~ y la regla fija que lo pres.ide. l. Su necesidad. La necesidad de l~ diligencia del · examen de conciencia se ·halla proclamada por la Iglesia católica, en él Concilio de Trento, con.Ias. siguientes· palabras:.' . "Si alguno dijere ·que ... no es necesario... confesar todos y cada qno de los pecados mortales, de que se tenga memoria, despuéa de ·un examen debido y diligente... sea .anatema". Seiún estas claras palabras, para la confesi6n no basta cualqu1ier examen, sino .qÜe se requiere un examen diligente. '
La necesidad de Ia diligencia. del examen de. con- •. eiencia se halla exigida ·t ambién por Ia sana razón: Un examen ·propiamente , dioho, un e~amen que ·merez~a, el nombre . · verdaderamente .de tal, debe ser dilílgente, · cuidadoso, esmerado, porque el examen que carezca de la diligencia, no merece el 'J).ombre. de examen en el sentido estricto de Ia palabr~. Con un simil se comprenderá mejor l.a f.u erza de
¡ .-
El Sacramento del P erd6.n
Ü2
t razón: Cuando a un hombre se le ha @Comendado el OÜidado de una hacienda muy valiosa e importante, e ~atural que ea diligente en el ejercicio de su ma.yordomíb.:Y que e té iempre dispuesto a entregar cuen~ ta minuciosa de ella a su amo, en cualquier momento en que éste se lo pida; de lo contrario, todos dirán que e :digno de reprobación y de castigo, porque no cumplé con su deber. Pue·s, aplicando el ~mii, sucede exactamente lo . · mi m o en nuestro cas.o: Cad·a uno de los hombres somos .mayordomos de Dios,--cuyo r epr es.ent ante en la tierra es ~~ sacre'dote-, el cual nos ha entr~gado una muy imporb.nte hacienda, el ser que t enemos, para ·que lo llevemos al cielo, .administrándolo bien, Y nos .. ha impuesto Ía obligación de rendir · cuen~a fiel .de los malos actós de nuestra admini~tración a sus sacerdo.. tes,- i no que.remos ir al infierno. Dadas la import~cia de la hacienda nosotros confiada y la rigurosa cuenta que se 'nos ha de exigir de su inala administra~ dón·' en el Tribunal de. la P enitencia, es Iógico que sea- · . . . . mo diligentea.
a
2. Su relatividad.
Pero, aun cuando el ex:men de _conciencia. hayá de ser diligente, como . se a:caba de demostrar, ¿ha de ser dicha ·diligencia, siempre y · err todos los casos, la nrlsma e igual? Evidentemente que no: La intensi.. dad de la diligencia depende de muchaa circunstan1
V!II.
Exar.nen d~ conciencia : sus cualid'ades
113
cías, que deben tenerse en consideración: Ha de ser . relativa, ·o sea, proporcionada al tiempo de que se ·h~ce · la cónfesión, al oficio del .penitente, a su condición espiritual habitual, a s~ estado de salud .corporal, a su preparación cultural y a s.u edad. Explicaré rápidamente cada una de estas circunstancias. La intensidad de la diligencia del ex~men depende del. tiempo, más o menos largo, que hace que no se confiesa .el penitente. s¡ el· justo. cae siete veces a'l · día, corno dice la Es.c !jtura, en dos. días caerá catorce veces, y así sucesivamente. Es claro, que cueste menos recordar siete .Pecados que catorce y que se necesitárá .menos diligencia; para acordars.e de los pecados .cometidos durante una semana, que de los ·cometidos durante un mes, un año o . mucho~ años. Para limpiar un vestido, qué se ha llevado ·puesto un afio, se neceaita, . sin duda, gastar más traba~ o y más tiempO, que '. para hacer lo mismo cop otro, que sólo ·se .ha usado una semana. La interis.idad de la .diligencia del examen depende los oficios, ocupaciones y ·obligac'iones del penitente. Es natural, que a más y mayores obligaciones co- , · rr~spondan de suyo más faltas y qne n~esite ·más. diligencia, al examinarse la conciencia, el que· ·tiene muchas o.bligaciones, que el que ti~ne pocas y pequeñas. De ahí, que un comerciante necesite más t'iempo, para examinarse, que una ama d~ cas.a; del mismo m.odo que un herrero, que maneja carbón, hierro y otras co-·
ll-1
·
El
acramento del ·Perdón
as Ql~e en ~cian mucho, ha menester, ~ara limpiarse, má" ti mp~ y ·trabajo que un sastre, que --'a penas t~ CO'á qu·e pueda mancharle.
La h-iten idad de la diligencia del examen depende también de la co11dición pirilual; en que habitualmente té el penitente. És evidente, que una persona de corici.encia delicada, que rarísima vez comete un pecado.·grave, nece itará, para hacer'el exal_iien, menos di. Úgencia :que otra per ona. de- con~iencia :relajada~ del ·mi mo modo que una madeja de hilo, que está ordenaóa e devana con _gran facilidad, mientras que otra madeja enredada costará gran trabajo- el devanarla. · .- -L a ;ntensidad de la· diligencia del examen depende otro í del e lado de ~Ztul corporal, en que se e~ cuentr el penitente. Sería inhumano a. todas. luces exigir . a uila per o~a enferma 1~ misma diligencia, al· examinar u conciencia antes de confesarse, q~e . debe exigir ele en e tado de perfecta salud. Las facultades del alma dep'enden en aus operaCiones, mientras, Vive el hombr~ en este mundo, de las disposiCiones del . cue;po, de tal modo qu~, mientras mejores sean éstas, mejor podrán obrar aquéllas. La intensidad de la d_iligencia del examen depende . igualmente de la 'ta~cidad o prep~ración cultural' O· cullurt del penitente. A un hombre ru·do e ignorante, . de un modo e pecial eri materia r~ligiosa, no debe ni puede exigír ele, procediendo hu~amimente, la misma diligencia que a un acer~ote. Lo que éste realiza fá-
1
VIII.
Examen de conciencia: sus cualidades ;
115
cilmente Y sin ningún trabajo, el hombré rudo no lo podrá co~seguir por muchos esfuerzos que haga. La · preparación cultural, lo mismo en ésta que en otras IJ.lat~r~as, es causa de ~ue lo que para uno es s.umamente facll, para otro sea imposible.
.
.
La intensid~d de la diligencia del examen d~epen de, finalmente, de la edad del penitente~ · A un n IDO ·, , _ . no puede exigirsele, en _igualdad de circunstancias la misma diligencia para busca:r sus pecados, · que a ~na . persona adulta. De ley gerieral, los niños son -menos reflexivos qu_e las persón.a s. adultas~ wrque sus potencias m~n~a-les no han ~dqu·~rido todavía el desarrollo que adQUI:flran después, ~ón el !'Orrer ~e los años y con ~l crecimiento· de l~s facultades ~el cuerpo. ·
. 3. Su regla fija. · Después de expues~ ia · relatividad de la diligencia, necesaria para que ei examen de concienciá. sea como debe ser; ocurre. preguntar: ¿No habrá un regla fija, p~ta determinar a priori Y de ~n modo. ab~ soluto, por decirlo así~ el grado y la intensidad de la diligencia, regla· que s.irva de ;norma a cualquier clase , • de penitentes en un asunto tan importante? : · A esta pregunta responde!l unánimente ios Doctor_e~ Y teólogos de la· Iglesia católica de un -modo afirmativo, dando la siguiente regla: Que el penit~nte· se examine la ~oncie.ncia, con aquel cuidado que los hom-
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116
El
acramento del Perd6n
pruden~es acó umb~a~ po~er e_n un negocio tent-
br
ral d grande interés e importanCia.
~ . Q.ué
__,
s lo que hace," por ejemplo, un comerciantef • • de. un a a otra. llevar adelante su empresa? .VIaJa te va de una a otra feria, ·escr ibe al amigo o al co-:par ' al a fin de que le avise del precio de las merrrespon ' · · él 1 f . í no puede llevar el negocio adelante ao o, canc a , s . . llos Y no bu . ca a otro que le ayuden o ~e asocia a e . pe~dona . trabajo alguno, - ~ara que su co~ercio no se caiga y vaya cada día me~or._ 4
para·
¿Qué e lo que hace un padre, cuando quiere casar . . ?· .Procura con el mayor int erés. conocer bien a su h.lJa h de de antemano las. cualida.des del hombre a quien a . . . .· la mano de su hiJ'a , á saber·• sus dar . costumbres, Sl acoon buenas o ·mala ; su condición, Sl es de . clas.e d t or . d . te1Igencia, . · SI· es des-neJa a· o -• pobre. su m .1:' . od m a a o . .• ·ó culpe ·-Su famili a~. si es honrada o no; s.u pr eparaci ~ .. t 1 i tiene \he'chos lo estudios de alguna profesión ura. , . su carácter t ' 't' o etc ., U .Of lCIO; · ' si es simpático o an Ipa Ic , 1 etc. Pue bie~; la diligencia que emplean el comerciante, para que su n'egocio vaya a~~lante, . ~ el padre de. familia, para casar bien a su hiJa . querida, es ~a q~e debe emplear el . pecador,· al examinar su concienci~., para asegurar una buena confesión. . i Por de gracia no sucede .mU:chas veces esto! Como dice San Buenaventura: ~uando el hombre
VIII.
E xamen de conciencia: sus cualidades
117
pierde un buéy, un caballo o una oveja, los busca con iran s.olicitud y. pr~steza; pero cuando pierde a Jesucristo por el pecado, no busca con diligencia al pecado,: para· arrepentirse de él, confesarlo y encontrar a Je. su cristo.
2. La discreción. La -segunda cualid~d, que ha de tener el examen de conciencia, es la discreción o. prudencia. La . prudencia es la primera de las cuatro virtudes cardinales y ·ha de informar todos. ·los actos. de nuestra vida e incluso' toqas las virtu.de.s. Las virtudes sin prudencia o discreción degenerán en vicios: La sencillez .sin prudencia degenera eri .simpleza ; .la caridad sin prudencia degenéra en prodigalidad. o des.pilfarro, etc;.; etc. ¿En qué consiste la discreción que debe adornár al examen de concien. cia? Consiste en que ·éste no se.a extremoso, es. deci!, que :no ·peque ni por exce.so ni ·por defecto. Los extrE:mos, s~ dice axiomáticamente todos los días; son vicios.os y perjudiciales. "fu medio stat virtus", decían los antiguos· filósofos ; la vir~ud, la . perfección está o consiste en el término medio. En qué consi8t1. ·
.
Si a una comida, que tan . sólo nece.si~ un poco de sal, se le echa mucha, es seguro que es.tará tan salada, que no habrá _quien pueda. c.omeria; por el contrario, si no se le echa nada de sal, estará tan i:risfpida,
"·
El
11
acrame11t0 del Perdón·
VIII.
Examen de conciencia: sus cualidades
119
a
que ?adle la comerá ·con gu to. Para ~ue la comida S pa sabro' d qe tener la cantidad de s.a l que ne~e ita, ni má ni meno . Del mismo modo que la comi"da¡ para que el examen de conciencia sea.:. bueno, debe esbr ~azonado con la ~1 de la di creción. · 1
después de confesarse, pesar de no tener ningún p~cado mo_rtal ~ierto, quedan intrarlquilos, creyendo que se olvi.d aron e~ el examen de tal o -cual pecado. Estos neciamente, por exceso de di'sc reci'6 n, exa-.. . . obran . mm~ndo su conciencia más de lo jus.to Y debido. .
Y ¿por qu~ el examen de conciencia
¿Por qué no basta, para confesarse bien; un examen leve de c~mciencia? . . . No basta dicho examen, porque no es suficiente para alcanzar noticia regular .de las culpas come_tidas. Este . extremo por defecto es más peligrOso _que el, extremo por exceso. ·Por mu~ho examen nunca sera_ ~ala ~a confesión; con tal de que reúna las. . otras ~ondiciO~es necesarias ; pero, por poc~ examen no sera buena, porque hay peligro de callar algún pe· cado grave que deQe confesarse.
a
N o e reqtúere el tJamen umo.
no debe ser exces.ivo? O de de otra manera: ¿Por qué no se requiere,
para una buena confesión, un examen sumo, aun cuando el penitente supiese que haciéndolo -encontraría al, gunos pecados más? N_o se re~uiere· d!cño exa;men, . porque baria de la confe ión una carga demasiado pe-· sada y Jesucristo, al instituir el Sacramento de la Penitencia, no qui~o imponer a los b9lllbres tanta carga.
El examen leve no basta.
J
· Existe .además otrá razón muy poderosa: Porque ·.dicho examen, convertiría. al· Sacramento de la Pertiten. cia en fuente abundante de dudas y perplejida!les espiri.t.u a·les ·. en -prigen c;le terrible intranquilidad y _ator:. mentadora infelicidad. del alma; cuando precisamente 1~ intención rois~ricordios.a. de JesÚct;isto, a1 instituir ~icho Sacramento, fué hacer de 'él una fue~te inag~ table de verdadera paz y dicha espiritual. Y · ¿quiénes
on lós que suelert pecar por exceso, al examinar su conciencia? Suelen pecar por exceso. en 'el examen los escrupulosos. E tos, no .queriend~· hacer. caso de l~s sabios consejos de . su conf~sor, se examinan,. antes de confesa:rse, durante largo tiempo, y,
.
y ¿qué~ es aoti los que suelen pecar por defecto de ~xam~n?
Suelen pecar por defecto de examen aquéllos q~e tienen una. conciencia la~a y llevan una vida relaJad~. ~stos, cuando _van a confesarse, entran en la Igle~Ia y, después de·examinarse por breves momentos se acercan_al confes.ionario con ·la ~ayor tranquilidad:, esperanqo que el confesor )es pregunte, Y se 'q uedan . completamen~e satisfechos, una vez confesádos. Si. un e~fermo, antes de presentarse al médico, · de todos Y cada uno , dno 1tuviese cuidado en examinarse e, ~s síntomas que siente, para· después c;lecí.rselos al medico, con el fin de que éste le recete acerta.d amente Y pueda: curar, ¿no ~ebería ser (falificado de necio e
. ...._
120
El Sacramento del Perd6n
. . . to gue abiendo que de lo que él diga . rta tan indiscrem ensato, . pue ' . . \ &!. médico depende· su curación, se po -" ~me~te?
.
1
. , m ~ or reprobación merece Pues la mlsma y aun . ,. · el .nitEmte que, para confesarse bien y sanar . . espln. pe . su conciencia lo s.uflclente. El tualmente no examma d e~ ·un enfe~o espiritual Y el confesor es un peca or . rá no lo cu~éd ' co que recetará a aquél Y 1o cura 0 ' , hayan sido. sus rria~ifes~aciones. . , segun , .rara, Ami cu~ndo; ·según 1~ doctrína expuesta,· el examen de conciencia ha d tar. dotado de la discreción, ,para buscar toda clae e dos en general, hay dos clases de. pecad~s. en de peca . exigen . · en. su búsqueda una discreción . se . . articular, que . . P . : e, tos on 1os pecados contra la santa pureza .Y espeCial Í . pecados contra la caridad fraterna. Cuando e1 pe~l os . se exanu . .. ·na de ·estos pecados, no debe tente . entretenerse . .dad circunstancias Y pormeno. - ' con curiOSl en escudrmar . res de ellos, ·que no les afectan notablemente. ' Di~cr ci6n especial.
·.
·. y ¿pQr. qué se ~equie~e, al exam inars~ · de estos~: cados una discr ecióp especial ? .se requiere una d -~ ·es¡>eciaÍ por la sencilla r azón de que la -~a crecJ n. . . d iente una m. t'l>le t ura-E:.ta humana, vicia~a por el peca o, s. . . 1'. 'ón muy .fuerte ·muy violenta ·y casi rrresis 1 e maci ' . . el mejor .. hacia la impureza Y hacia la venganza' Y · dos y salir de ellos Vlcmodo dé no r ecaer en estos ~ca - . . . . toriosamente es la huida mental
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'VIII.
E xamen de C!Jnciencia: sw cual4fade.s
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Pot' consiguiente, cuando el pecador se examina de l9s. ~cados impuros, solamente debe buscar en ellos su gravedad, su número y las circunstancias que añadan una nueva y grave malicia. . Esto es tan sólo lo que debe decir al confesor y esto es lo que debe bu.s car únicamente; los demá& pormenores innec'esarios de estos pecados d!'!be pasarlos por alto, no sea que, al refrescar demasiado la m~moria de los mismos, le venga la t-entación, consienta en un mal pens.amiento y peque gravemente, convirtiéndose en oca~ión y o'rígen de peca.. do el ·examen, que de .suyo está destinado a· extirparlo. . .
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I~ua~ente, c1;1andó el pecador examina los pecados contra la caridad fraterna, pecados de odio o venJ . ganza, debe buscar en ellos.' solamente su. gravedad, su número y las circunstancias .que añadan una nueva y grave malicia; no debe escudriñar las calumnias que le levantó e!' enemigo, ni los daños y agravios que le hizo . . Lo que más ~u'esta· al corazón humano es per: · . donar; las injurias y en: el perdón de las injurias co,n.. siste ~1 ·mandato . nuevo ~e Jesucristo. Por eso, si rio queremos incurrir de nuevo en pecado& de odio, debemos olvidrb- todo cuanto pueda hacerlos brotar en nuestro corazón. La conducta discreta, que debemos o:hservar, al examinarnos de estas dos clases de pecados, se pone . de manifiesto con. el siguiente ~ímil: C~ando vamos por un camino, en el que el viento levanta mucho . polvo, abrimos los ojos tan aólo lo necesario para sa-
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El Sacramento del Perd6n
IX . Exam.. de Oon. : medws y método para hacerlo
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r dónde pon mo lo . pies Y. no salirn&s del camino ni~ ca rno n un bache; no miramos curiosidades; pcrrque el polvó no mó'le ta. Del mi mo m~do, cua~do ex~ min mo ·, dicho pecado , debemos abrir los OJOS de la con iencia úniéamen\e lo necesario. ·
He a~uí expue ta con toda sencillez y clarida~.las d cu Udades que debe tener el examen de conclen_cia, para er bueno: la 'diligencia· y la discreción. Es pr ci 0 tener mucho cu idado, para que el examen de conci ncia, que ·se hace antes de ~cibir el ~acra~ento . d . la Penitencia o del P~roón, esté dotado de d1chas cualidades.
IX; EXAMEN DE. CONCIENCIA: MEDIOS Y ÑlETODO P~A HACERLO. · '·
ESTE &erá el último artícul~, en. -el que se hablará acerca del examel) de conciencia, tan importante y
neees~rio para recibir dignamente el Sacramento de la Penitencia .o del Perdón. , Como hay no pocos católicos, · que creen que hacer dicho exanien es una cosa muy difícil, es preciso demostrar, que dicha creen~ia es falsa y que hacer ~~ exaine11 de conciencia ·es. 4ria cosa· . muy fácil. P?r ·eso, en ~ste artícufo se· expondrán, ·primer~._ mente, los :r:nedios .que hay y que pueden emplearse, para facilitarlo;. y, en segundo luga,r, el método tireve que debe seguirse, para hace~lo pronto y bien evitando toda confusión, por mucho tiempo que •h aga·' que uno' no se ha confeudo y por muchos pecados -qu.e se ha,. yan cometido.
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l. Medios para facilitarlo. ¿Cuántos y ·cuáles son los medios que hay y que
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El Sacramento del Perdón
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\ pil dén emplearse, par~ fliciÜtar el exa-men · · de tes·con1e1 ci .ncia? . Hay dos medios, que son .los siguienía . la . . . de los. pecados cometidos cada d1 Y examen· d1ar10 rin, : frecuen t e. Diré en .pocas palabras o p confe 1.ón interesa . . saber. c1.pal que acer · de ellos 1. Examen d.iario.
· t e, . -:- como lo. . está d~El examen diario consJs en 1 b "d' io" ·con que se le califica. ' . ndo la pa a ra Iar ' t Cie . -. diariamente cotidianamen e; examinar la conciencia ~ ' etido . do . día los pecados, que se ha~ com en bu car ca o • para . en . . la memoria, . t . dicho día, Y t ra t ar de· grabarlos , . lviden. El tie:tnpo más propio Y opor uno 1 . che inmediatamente antes de que no se o . para hacerlo es por a no ' · · . aco's~rse. . . . ..
vent~ja
.L eno:r:me del examen diario se p?ne. de · a . . , il .. Si. a una habltac1ón manifiesto con ~1 sigmente s,lm cl,ta ~e la ordena todos los días, se encuent~a .con m.u d 1 . e facilidad cualquier .cosa que en ella se busque, los . odo si a la -conciencia se la ordena todos. muuno m • · · ea muy ·. edio del examen diario, aunque s . , ·d no qu-iera días, por m fácilmente se encontrarán, cuan o _u b reve, eo~·esarse, los .pecados¡ co~etidos y ·grahados . en ella · diariamente.
Por .el oontrarlo, si a .una hafiitació~ ae la deja sin ho timpo durante varios meses o años, ordenar mue ' . ue se desee en ella .cualqulr cosa, q. , ~erá düícil encontrar . 1
I X.
Exam. de . Oon.: medios y método para hacerlo·.
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buscar; del mismo modo, si a la conciencia se la tiene : desordenada ·mucho tiempo, aerá muy difícil y costoso buscar Jos pecados, que cada día se han ido acumulando en e11a. La ventaja de] examen diario dé conciencia,. para conocerse perfectamente el hombre a sí mismo, ha sido la potísima r~zón, por la cual lo han recomendado inclu'so los más grandes. filósofos · del pag~:nismo. Pitágoras, uno de los más destacados .filósofos de la An- · tigua Grecia, aconsejó . a sus discípulos, precediéndoles . . con su. ejemplo, que todas las noches hiciesen examen de conciencia. ,/
Pero quien ha aconsejado, de un modo .especial, el . ' examen diario de co.nciencia ha sido Ja Iglesia Católica, fundada por .Jesucris.to para perfeccionar y santificar a los hombr~s. · He a_quí, entre miles, algunos · . ejemplos, tomados al azar, de sús santos qu.e lo han practicado: San Francisco de Borja empleaba .dos ho- · ras diad~s en examinar S.U conciencia, San Ignacio de Loyola se examil'\aba C;lda hora y ·sa~ Vicente de Paúl se examinaba por Jo menos tres veces a1 día. .
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•
Los católicos. que aspiran a· ~a perfección y quieren 11egar a la cumbre de la santidad, siguiendo · las huellas de los santos, también practican el e·x amen diario de conciencia: los re]igiosos de uno y otro' sexo, que son m~chos. miles, lo practican varias veces al día, por prescripción de sus reglas; igualmente lo practican los
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El Sacramento del Perfl4n
Y las alm~ sólidamend tes ~e la 'Ucero . Iglesia catÓlica· . . te 'Piadosa · d1 . amen 1idiano de conciencia es muy fácil . ~ El e:x . . . mente se pone uno en la presencia Prwe~a , 'dera rápidamente lo que ae hacerlo: . d n· . después., se .consl e lOS , . . 1 dí . finalmente, se procuha hecho durante .todo. e 1 •;.~~s notables., si las hay, r:a.grabar en la memD~rl&d:s toda~ las o{;nsas, gra~dea ·pidiendo perdón a Ios . . . . Y pequefias, que se le ha~ ~~erido.. . 2• .La eonfesión
Oo~.:
mediD. ' milotlo
pa'rrs luJcwlo ·. lJ't
modo se ensuciará, q'ue será necesario emplear mucho · tiemPc) y trabajo para limpiarlo bien. . Aplicando el sfmil, 2\Ucede exactamente lo mismocon nuestra conciencia: Si se la limpia con .f~ecuencia. mediante la confesión frecuente, nunca ~e ensuciarA demasiado de Pecados y será cosa muy f4cil buscar y encontrar las .falt~s contraída&; mientras que, ai se 1& limpia rara vez, de tiempo en tiempo, medi~~te la confesi6n, buscar sus muchas .f~tas . y pecados ser~ cosa difícil y penosa.
free~ente.
. al sigLa confesión frecuen.t e, - si . se atiende . . .. . "f ente''-, consiste en con' nificado de 1~ palabr~ . .relcuSacramento de la Penitenea en recibir e . . fesarse, O S , . • plo cada semana, cada cía con frecuencia, por e]em . , quí~~e· días o~· cada mes. . El ue no difier~ mucho tiemp~ la co~fesi~n. po. q . f . '1' dad el examen de conciencia . drá hacer con act l t'empo q'ue· no s.e ha . · 1 hace poco 1 ' natural, que. e que . d. 1 menos relativamenpoco:;; peca os, a tenga d confe a o,. . que ten drla, , s i hiciese mucho tiemue los . te, Y menos q más fácil recordar pocos po; Y es evidente, que. es peeado que muchos. .
E~
. nunca El ve t1do que se limpia con frecuencia · · t . .. . . con facilidad se enc?n raJ:>Odrá en .uct~r e mucho ~as que 1~ caigan; mientras 'n quttaran las mane . d t 1 ra . que no se limpia con frecuencia,, e a el ve bdo que, Y f
IX. Ezam. de
La coJttesión frecuente, como medio muy bueno para·' des,arraigar tioda clase . . de .pecados, la han practi· cado los -grandes santos de la Iglesia. católica. ·Casi tod9s los ll&ntos de los tiempos modernos han recibido ' el . Sacramento de 1.a Penitencia t~das las, semanas y no han faltad(). santos que lo . ~an recibido todos los días, por eJemplo, por no citar otros, San Carlos Borromeo y San Vicente de Paúl. '
Hoy 'dfa, todos ·los relütios.os deben recibirlo, por prescripción de &us respectivas regla~, al menos uña vez cada semana·; y sabido es de todos, que los sacerdotes católicos y las almas devotas,· generalmente h~bJan do, Jo suelen recibir s.emanai o siquiera quinc·enalmente,' No faltan quienes, aún echándoselas de católicos y de creyentes, se atreven a decir .contra los qúe confie.san . con frecuencia: "Grandes pecadores deben ser quienes &e co~fiesall ·todas las 8emanas; nosotros no
EZ Bacrame~to del . Perd6n
12
sabriamos d qué acusamos". Según estas palabras, "ha'brll' que deeir que los santos, que se confe saban semkal.o diariamente, eran grandes pecadores, lo cual t.S una blasfemia ;~o tnismo habrá que decir de los rel~ gio os s'acerdotes Y per onas piadosas. Poco cue ta responder satisfactoriamente a estas necias palab.r as: Cuanto más limpia está el alma, tanto ~ejor se ven en ella lo má& leves ~fectos, cuando . se la mira a luz del sol esplendoroao·de la verda~ divina; ~~ de otro modo que en un. vaso tnuy l!mplo se advierten las particulas de. polvo, luego 9ue le da la luz d~l · sQl, o en·. un vestido blancoJ limpio se nota fácilmente alguna ligera mancha que por vent ura te~ga, . mitmtras que en' otro negro y sucio aolamente se perciben las manchas muy .grandes.
la
..2. Método pa.ra hacerlo. \
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¿Cuál es el método que debe seguirse, para hacer el examen de' conciencia pr onto y bién, por muchos pe. cados que uno . tenga Y por muy embr ollada que est~ la· conciencia? A ·esta pregu~ responde acertada. mente el cateciámo de la Doctrma cristiana con l~;~os palabra~ siguientes : El examen de concien~ia "se hace discurriendo por los mándamientos .de D1os Y ~e .l a lgle~ia, por los parajes donde ha and.ado Y ocupac10~es que ha .tenido, después pe haber pedido. luz a Dios .para conocer sus culpas". Vayamos poco a poco Y por partes.
IX.
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.Exam. de Oo,n.: medios y método para. hacerlo
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Pedir luz a Dios. Parl:l hacer el examen de conciencia, . lo primero que debe hacer el pecador es:. pedir luz a Dios, para conocer sus culpas. Dios~ que todo lo sabe, con au luz divina, conoce perfecta·mente el alma y lo más. íntimo y recóndito de la conciencia del pecador; éste, cuando· pecó, ·cayó en las má~ espantosas tiniebla,s y necesita de la luz d~vina; pár.a conocer su alm~ obscurecida por el pecado. ·
Sin la ayuda de la gracia de..Dios no podemos, principiar, continuar ni concluir nada conducente a la vida eterna,-como lo enseña el catecismo ; luego, sin .la ayuda de la d~vi:ria gracia, no podrá el pecador c~nocer ·sus pecad9s, para desp.ués confesarlos y obtener su· per.dón y, media~te el perdón; la gracia y la gloria-eterna. El pecador debe averigua'r después el tiempo, que hace que no · se ha confesado bien: si hace un .més; un año, diez años ·o nunca. Es ne.cesario saber cuánto :tiempo ·hace que no se ha · confesado! por la s.en~illa razón de que los pecados, que ' hay que buscar, son los que ·se han cometido en dicho tiempo . Jveriguar el tiempo.
Pero se Iba dicho, que hay que averiguar el tiempo que hace que no se ha confesado bien, porque ·la con-. fesión mala, como es natural, no sirve para p~rdonar los pecados. Por lo tanto, s.i se han. hecho una 0 varias confesiones Ihalas, hay que retroceder hasta ia última buena que se hizo, buscando todos Jos pecados desd~
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El Sacramento del Perdón IX.
ella cometidos y ~eniendQ pre!lentes dichas confesio\n y .comuniones malas. _,. cto seguido, se empieza el examen ~e cu~plió con~i-encia, indagando si se cumplió o la penitencia. se cumplió m~ o no se cumplió la penitencia que impuso el· confesor;. ya que la satis;facción de ~bra es una de las cinco condiciones del Sacramento de 1~ Penitencia y debe cumplir.se después de la recep. ción de:. éste para completar_lo, siendo ·u~o de su~ ·elementoa integrantes. · · Si
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Después de lo dicho, sé empiezan a buscar los pecádos de pensamien· 'ó. d' . . · to, palab~a, obra . y om1s1 n, Iscu·. rriendo por los mandamientos de la J.ey de Dios. · También será conveniente recorrer para mayor fa· cili~ad, los mandamientos de la Santa· Madre Igl~ sia; Í~s obli(aciones · del propio estado, los. lugares donde se ha andado, la~ personas con quienes se ha convivido ·y los empleos u ocupaciones que se han 1 tenido. R ecorrido ,que Aay que hacer.
Se empiezan. a buscar los pec~dos, discurriendo primera ,Y·necesariamente por lps ~andamientos de ~á L ey, de Dio . Para ello ~ preciso sabe_ r cuántos y cu&. le~ son. El que· no los sepa debe aprenderlos cuanto antes, porque, si no los sabe,' düícilmEmte podtá saber las infraCciones de los mi.smos. -T9do cristiano. está obligado a saberlos de necesidad de precepto para sal-
Exam. ie Con.: medios y método parq hacerlo
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'i
varse. El Decálogo ha. de constituir el primero y principal CQ.dig9, según el cual el Juez eterno nos ha de juzgar. a todos. También es conveniente, aunque no es necesario, buscar los pecados, discurriendo por loa man<Jamien• t.os de la Iglesia, para lo cual es preciso saberlos antes. La Iglesia es ·lugarteniente de Dios. en la ti~rrá, de tal ~odo que quien a Ella oye, a Dios oye; y quien · a Ell~ desprecia, a Dios desprecia. · La Iglesia tiene de Dios poder para imponer a · los cris.tianos mandamientos, que no vienen. a ser más que explanación de los divino_s y unos medios· muy eficaces para mejor guardar y cumplir éstos: los mandamientos. de la· Iglesia se·'hallan incluídos en el tercero de la Ley <le Dios. Es útil ig.ualmente buscar los pecados, discurriendo por las obligaciones del prop_io estado. Cada estado tiene sus obligaciones .Propias : los estados .sacerdotal, religi~so y mátriinonial tienen, en cuanto tales, obligaciones. peculiares y · específicas. Cualquiera comprende, que son completamente distintas las· obligaciones de los ·padres; de las d·e · los hijos; las de los. superiores, de las de los inferiores; la:s de los amo~.• de 'las de los criados ; las de los párrocos, de laa de l~s fieles, etc., etc. Casi todas la~ obligaciones del proPIO estado 8.e hallan contenidas en el cuarto manda- . miento d~.la Ley de Dios. Las que no están en este ma~damiento se contienen en algún ótro. También conviene buscar los pecados, recorrien-
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J
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El
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acramento del Perdón
·do eÓn la ·merite. los lugare por donde S.e ha ·anda~o. E · evidente, que no todo los lugares son de suyo \ ig\lalmente buenos o malos. i Quién no ...comprende al in 'ta~te la enotme diferen~ia que existe entre u~a .ig~ sia por .una p~e y un eme, un salón de baile, una taberna .Y un lupanar por otra? En la iglesia se eleva el alma a Dio ·y se entretiene en cosas s.a ntas; en los otros lugar es ·es incitada a toda clase de pecados los má obsceno . Todo los pecados, que se hayan podido com~ter. por razón de lugar, t aiñbién se hallan . incluido en alguno o algunos de. los mandamientos d~ Ja Ley de Dios. · También es bueno bu car los pecados, recordando la per o.na. co~ quienes se ha ~onvivido Hay un . refrán español, lleno de ·filosofía, . como todos los re·. f ranes, que .dice: "Díme con qÚién andas y te diré qui~n eres". El que es amigo y anda continqamente en. ·com.mñía- .· de un .borracho,, blasfemo o muj~riego, es moralmente imposible, que no contraiga los inismoa vicio y pecaqo que é .to ; por el contrario, el que siempre está rodead~ de buen~s amigos .s erá, de ley gen~. ral, bueno, como elh;>s. T~t:nbién es.tos pecados se hallan encerrados en Jos. mandamientos de la Ley de Dios. •
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Finalmente, conviene recordar ·los empleos u ocupaciones que se han tenido. Hay ocupaciones. que de· suyo son más graves y llevan consigo ~ucha mayor re~ ponsabili~ad que otra-s. ~o es lo mismo &er abogado, .comerciante o patrono, que ser of icinista, empleado u
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Exam. de Con. : medios y método para hac~rlo
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obrero; es evidente que los primer<>s .tienen mayores obligaciones· que los. segundos. También los pecados cometidos por razón de la ocupación ·o empléo se hallan iucluídos en algún mandamiento de la Ley de Dios. Se ha dicho que, mediante el mencionado . Lo que hay 'd b . recorr1 o, .se uscan los pecados cometíque buscar. · · . dos. Pero ¿hasta dónde eje be llegar la inquisición de los ~cados, si se atiende al precepto divino de Jesucristo acerca de la confesión? Debe extenderse la ·búsqueda de los pecados, hasta llegar a encontrar· su género, sus especies, &u nÓmero y ·Jas circu~s tancias que cambian la espe'cie. Vayamos despacio: . · Hay que buscar, _primeramente, el género del pecado. No es lo mi~mo pecar contra un mandamiento gravem.e nte que levemente, porque· entre el pecado mortal y el ·venial hay una diferencia substimcial: el primero mata el alma 'del que lo · hace, quitánaole la vida de la gracia, lo cual no sucede con el segundo; el primero es obligl\torio confesarlo, mientras que la confesión del segundo es lib~e. ~o~ eso, el que. comienza a ex~minarse debe preguntarse: ¿Me remuerde la' . conciencia de . haber pecado gravemente? . Esta es la pregunta primera y prjncipal, a la· cual . el penitente- ha de procurar dar .una adecuada respu~s.ta. El penitente debe los pecados cometidos. los diez mandamientos una especie distinta ·de
bus.car · después las especies de La infracción de ·cada. uno de de la Ley de Dios cons.tituye pecado. 'No son de la misma
13'4
El Sacramento del Perdón
. e pe-cie los pecados cometidos.contra el primer man~ . miento, q-qe los 'cometido~ contra el tercero; Y asl su\ c~siv~mente. Por eso, no basta averigu~r, para hacer u~ bu_en ~am~;n de conciencia, si se h~ pecado gra¡e 0 levement~; el pr~iso averiguar también contra qué mandamientos del Decálogo han sido didhos pecados grave o leves. . . Debe buScarse también en el examen de conciencia · el número de. pecados que ~e han _sometido; si no , ·e·s posible buscar el número exacto, debe buscarse el númeri> aproximado. Contra es~ doctr'i:na, a~ parecer demasiado rigurosa, s.uelen ·objetar los viciosos ?ic~en do: ¿Cómo es posible que, por mucho que se examme, e acuerde del número exacto, n(aún apro~imado, de lo . pecados corrietidós · un blasfemo, un lujurioso; un borracho, etc., etc.? F~cil es. resolver es.ta objeción, tan razonabie a primera vista, sobre to_do tra:tándose de pe~adbre& . encenagados en ,los vicios, que nunca ·o qÜe hace :miJchos años no se han canfesado: En fecto: Conocer el número de pecadoa cometidos en uno
· ó·muchos vicios, aunque sea por toda lá vida, no es impo .ible, ni dif(cil, sino muy fácil ~ara todos, aún los ·má ignorantes; porq~e no se exige ir contando ~os pe~do s uno por uno. E.I que ha de. comprar o vender un montón de trigo, para s.a ber el que hay, no va cont ando de grano en ~ano, s'ino que Jo mi~e por. fan·~ gas ; del 'mismo modo ha de h~ce~ el vicioso, pa~ con-
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IX.
Exam. de Oon.: !"edio~ y método para hacerlo
185
tar sus muchos pecados. primero, ha ·de averiguar el tiempo que ·hace que. tiene el vicio, y luego, las veces que, por término medio, ha cometido el pecado cada · dfa, ~emana, mes o afio. Con averiguar estas dos cosas.. basta para hacer un buen examen. Finalmente, es obligatorio buscar las ~ircumtan cia& que mudan la especie del pecado o afiaden . una malicia gTave especial. Con ~nos ejemplos se enten~ derá mejor esta doctrina-:· Robar. es un pecado contra el s~ptiÍno mandamiento, pero robar una cpsa sagrada es, además de un robo, un sa'crilegio, prohibido en el segundo. mandamiento; .el homicidio es un peéado contra el quinto mandam~ento, pero matar a· su propio padre es· ~n parricidio,· prohibido de un modo especial en ff1 cuarto mandamiento de la Ley de Dios. .
He aquí expuestos extensamente en este articulo los medios para facilitar eJ examen de conciencia y él método para hacerlo pronto y bien. Si se tiene pr~, sen te, ·a l. buscar lo .pecado~ para c~nfes.arse, Jo ·que se · ha dicho en este artículo y ·los dos ~nteriores, es seguro que la confesión ·no será mal~ ni defectuosa, por· lo que s.e refiere a la primera de las cinco condiciones del Sacramento de la Penitencia, uno de los siete sacramentos de la Iglesia católica. .
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El
acramento del Perd6n
X.
Oo~trición de coraz6n : sú naturaleza
187
Naturaleza. de la contrición. ¿ Qué es. o en qué consisté la contriciÓn? Muchas son las respuestas que pueden darse a esta pregunta, : cada una de las cuales nos dará a conocer algún aspecto de' esta cualidad esen.cial de la Penitencia. Cada reapuesta de por si nos dará a conocer parcialmente }a naturalezá de la contricÍqn y todas juntas nos propor. cionarán un conocimiento total y pleno ode la misma.
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O TÍU ION .DE CORAZON: A TURALEZA. o
o
ESPUES del examen de conciencia, que es la prime. ra condición nece aria para recibir válida Y fructuosam~nte el · Sacramento de la- Penitencia, ins.titufdo .. por Jesucristo para ·perdonar los pecados cometidos · de pué del bauti mo, la .segunda con~ición es la contrición de corazón que recibe muchos nombres, como e ~anife ~rá en el presentE: articulo. o
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. Acerca\ de la c~mtrición de corazón, que es un requisito absolutamente indispensab~e para poder reco-. . brar, mediante el Sacramento del Perdón, la vida, de ·1~ gracia. perdida . por el. peca~ mortal, es · preciso hablar con claridad. y profundiqa:d al mismo tiempo, ex~ni.E!ndo su ~turaleza, sus cuaiidades, s.us cla~s Y cuanto, respecto de ca~a una de .éstas, conviene que · 'epa todo católico instruido en la d·o ctrina de la lgJe.. sia. En este articulo se eXpondrá tan sólo -la naturaleza de ·la contrición.
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1. Varias definiciooes.
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o
La c?Ittrimón · puede ser considerada, primeramen~, como ~lgo que se traduce en actos externos. o ~pmo algo que pEmiu~nece oculto en el corazón. En el primer s.entido, es una parte esencial de la materia ·sacramental, que lleva c~nsigo la· confesió~ de los pecados y la aceptación de la. satisfacción; sin ella el Sacramento será inválido y no podrá existir. ·En el · segundo sentido, esouna dispo~ición necesari~ para re- . cibir .la gracia sacramental, a fin de que el sac.ramentO recibidó sea _no sóio váliqo, sino también l,ícito y fructuoso. La contrición puede ser considerada también · en general o en un sentido lato, ·Y. en particular .o en un ' sentido estricto. Tomada en sentido lato, · designa o signifi~a cualquier dolor de Jos pecados: el perfecto y el imperfecto. Tomada en sentido estricto, tan sólo
1'
El
'acramMto del P erdón
significa el dolor . perfecto, empl~dos.e la palabra "atr ición ' 'para expre ar él doJor imperfecto.
.La contriqfn. si se atiende a su orlgen etimo~ó giCo, Significa : de.sm enuzar, r educir a partes pequeñí ima · un cuerpo ólido muy duro. Metafóricamente hablando, ign.ifica: quebrantar y ablandar con la fuerza del dolor el · corazón endurecido por los pecados. A í como en una roca no puede penetrar la lluvia, i no se ablanda r educiéndola a polvo; del mismo ' modo, en la roca del co'razón humano·~ puede _penetrar la lluvia celestial de la gracia .divina, si no se ablan.:. da antes con el dolor. Aquí se halla la explicación de er llamada "contrición de corazón" . \
~.
. . La contrición es conC?cida también frecuentemen·. te con el nombre de "compunción del cQrazón"; y con muchi ima razón. A í éomo los médicos curan pront amente eiertos tumore corporales, producidos· por el pu- qu e f~rma interiormente, pi nchándolo~ con un punzón ; del mismo modo, el corazón íhumano, hinchado con el pu s 'del pecado mortal e cura prontamente, pinchándolo con el punzón .del dolor. . . La contrición es. llamad~ en la. Sagrada E scritura por el ·m¡ ··mo Dio.s "rasgadura del co.r azón". P or bo~a
a
.
'
d 1 profe a J oel dice: .. om·ertío. mí de todo vuestro e razón ... y ra.gad \ ' U ~trO::- corazone: y nó VUestros \e tirio.···. El ~ ntido m afórico de e~ta palabras es el m::mo,. que \ d a C' }ificac 'ón anteriormente ~X: puc.--ta. 'onvi ne ad' ·rti r, que· c~1.1 · la palabra "cora-
X.
Contrición de corazón: 'su 11Muraleza
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zón", lo mismo én este que en los anteri?res pasajes, no se designa el corazón mat erial, el corazón de carne; . sino el alma, la parte inmaterial y más noble del ser humano. 2. Penitencia. Pero, el nombre con que más frecuentemente es designada la · contrición en la Sagrada Escritura, tanto en el Antiguo como ~n el Nuevo ·Testamenta, es el de "penitencia". Lá palabra ·"contrición" nunca es emp'leada en el Libi·o Santo en el sentido que aquí se le d¡:¡., éomo ~ignificando ei doior de los pecados; pu ~,d e decirse, que · dicha palabra, en cuanto que significa ·el dolor de los. pecados, ha sido inventada por -la Sagrada Teología. La · palabra "penitencia", etimológicamen~e considerada,· se deriva, según mu- ' . chos ,autores, c;l.e las palabras }'a tinas doble. · . "poen~m tener e", ·que s.ig nifica n, tra~· ducidas liter~lmen te, tener pena, aflicción, disgusto, t risteza. Según . esto, . la palabra · "p~n.itencia',' significa punición o ca t igo, e l~ cuanto que el que tiene pena de haber p ecado, ya tiene el ca tigo y venganza de lo '' malo que h_izo pecando. , ignificación etimotóg.ica
Según otr o
a utore. má
moderno , la palabra
·~peniténcia" ·e der iva de la palabra "paene", la cual ·.ignifica ba antiguamente lo mi ·mo que "penitus"; y
.El Sacramento aei Perclóft • ésta . que ~s sinóniina de ia palabra "inti~e", viene a \ . '' ·~ificar: aqÚ que nos toca o afecta íntimamente, interi~rmente. A.~mitido este origen etimológico, hL palabra ·~·~nitencia" nos da ~ conocer una de las cualidades que ha de tener el dolor .de los pecados, el cual ba de ser i~terior. ·140
-
La penitencia, considerada en s.u significación real, según Santo Tomás y los ·teólogos .católi~os, es: "Un acto sobrenatural y moral, que inclina al pecador·a detestar el propio pecado, en cuanto que es ofensa de Di08, y a . un firme propósito de enmeltdars.e y satisfacer". . Explicaré brevemente el importante contenido de estas · palabras en las cuales se b~llan encerra~os los elementos esenciales de la contrición.
ignificac\ón real · Y explic<:Jcwn.
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'
. La penitencia es un "act?"· La penitencia, considerada como acto, ~S todo lo que el pecado~ hace en o~den a la destr ucción del pecado en cuanto tal, o en cuantO que es ofe:risa de Dios ; pero, consider~ ·da como hábito, es una virtud, en el sentido estricto. de' la palabra, que se infunde en el alma juntamente ·con gracia santific~nte y que s.e pierde juntamente con ella: En la presente ocasión~ se dice que es . ún acto, porque debe existir en el pecador antes de s~r justificado; sin embargo, los t eólogos llaman ·también virtud, en sentido .lató, a la pe? it~ncia aCtual. .
sea,
la
Para que s.e comprenda mejor la -diferencia que ,. e:!dste entre la penitencia considerada como acto Y co1
X . Contrición de corazón: su naturaleza
141
m o hábito, conviene decir Jo siguiente: La penitencia como hábito tan s.ólo existe en los justos; la penitencia como acto existe en los pecadores arrepentidoll. Puedé suceder, - y sucede todos los dias-, que en un justo exista la penitencia como hábito," sin . que exista como acto; y sucede también .cotidianamente, que existe la penitencia· como acto, sin que exista como hábito, .por ejemi_>lo.: en los pecadores que se arrepient~n. · La penitencia es un acto "sobrenatural". Por con'!' siguiente, es un ·ac~o hecho"con el auxilio o ayuda de la gracia· act.ual. Para que .un acto humano s.ea verdaderamente · sobrenatural." .saludable para la vida eterna, es del to~o "necesario el concurso, el influjo de la di~a gracia. Ya lo. dijo Jesucristp: "Sin mí nada podéis hacer". La penit~ncia es un acto... "moral". ¿Por qué? Porque t!JU objeto fo1111a1 es ·la paz con Dios, desagra: viar a Dios. ofendido e indignado y gana~e su amia- · , tad. Por lo tanto, la pénitenci~ no es un ácto ~o16gico~ ya ·que el obJeto fo.rmal de éste es directamente el mismo I?ios en sí considerado. La penitencia... "inclina al i>e~dor a detestar el propio pecado, en cuanto que es ofensa de Dios". Del ' pecado queda en nosotros una imputación . de la ofen~ hec~a a Dios, de la cual se siguen, como secuelas, · . la privación de la ·gracia santificante y la imposición de una grave pena que tenemos que sufrir. Pw eso, el pecador al .arrepentirse de sus pecados, tiene que detes-
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Bl ..:urram erito del Perd6TJ
J . '-.
rlo odiarÍo , en cuanto q~e on ofensa> d~ Dios, para de trui.t la _perm nente imputacHón de dicha of~nsa Y, . la con .e uencia que de dicha imputaci~n se siguen.
-·
La penitencia inclina al · pecador... a "un firm~ propó ito de enrilendaz:se '. Par á que haya verdadera penitencia, es evid~nte, que se requiere "ces.ar de pecar y prop~mer y empezar una !'lueva viqa". Lutero . 3 dmitia esto, pero enseñapa y afirmaba .insistentem~n te que é· to olo bastaba. Contra. Lutero en~eña el ·concilio Tridentino que, además del propósito de la enmi~nda, es necesario o se requiere "el Odio de la vida vieja'', "el dólor del alma y la aetestació? del pecado .cometid.o", en lo cual .consiste primaria y fundam~ntalmente la contrición de. corazón. I,.a penitencia inclina al pecador a un firme pro- _ pó ito ... · "de ~tisfacer". En la contrición ese~~ial mente considerada, se palla siempre, perfecta o imperfectamente, una compensación o sea una satis.facción de. la ofensa inferlda a Dios. De ahí, que l.a misma ' c~ntrición sea· de suy~ cie~ venganza; Y más aún, · incline al hombre a hacer obras sati.s factorias en venganza de s·us. pecados. Por eso, .la _penitencia incluye_· en su acto primario la satisfacción, o al menos, el propósito .de satisfacer .
·a.
Definición teol6gi~ y-~•ea.
De todo lo dicho en este articulo acerca de
1
~.
Oontric.ión de . coraz6n: -su naturaleza'
143
la contrición, atendiendo al significado de los muchos . .nombres.' con que se la designa, dedujeron los teóiogos · ca~iicos y los Padres del Concilio Tridentino la verdadera definición de la contrición,· ~a definición estrictamente teológica, la defJnición que podría ser calificada de clásica. Hela aquí: "La contrición es un . dolor del alma y un'a detestación del pecado ·~ometido, con propósito de · no pecar en lo futuro" La contrición es un "dolor". Pero hay .
La contrición es un dolor~
d~s clases de dolores.: del cuérpo y del
alma, ya que el hombre está compuesto de dos elementos; uno ·material y otro espiritual, y am.1 bos pueden ser afectad.os por algo desagradable, que .se llama dolor. La contrición _de Jos pecados ¿será un dolor del cuer¡>o o del alma? La contrición no puede ser un do.l or del cuerpo! ni puede consis.t ir en un~ pena , sensible, porque, así como la razón formal ·del ·pecado no se halla en la accióri meramente corporal, así l~~o destruc~ión de ese. pecado, por médio de la contrición, no ~uede consistir en una ' aflicció? y dolor del cuerpo. La contrición es. un dolor· del "alma". Evidentemente que, si .no es un dolor del cuer- , · po, tiene que ser del alma, del ·ánimo, del espíritu, de alguna facultad humana inmaterial. La raZÓn formal del pe~ado se halla en u~ acto d.e la voluntad, consistente en querer algo contra la Ley de Dios, aun cuando no. se traduzca al exterior; luego la razón fo~al .de la contrición debe consistir en un acto -de esa voDel alma.
·. 144
El
...
acramento del · Perdón
Juntad pecadora, qu:e ienta y lamente haber cometido 1 p cado y ex imente tal disgusto y a.flicción de él, qu _' q~erria no haberlo .cometido nunca por nada.' ' Si Ja·-contrición ·de los pecados es un dolor•del alma ¿qué habrá que decir entonces _de aquellos pecadores que, cuando hacen actos de dolor de sus pecados, derraman ~bundantes lágrimas? La Sagrada Escritura no~ habla -de varios pecadores, ..que asi-lo hacían: de Davi.d pecador, que todas las noches, al acordarse .. . " . de s.us grandes pecados, inundaba de lágrim~s su lecho; · de una María Magdalena arrepentida, que bañó con sus lágr'i.~as los ·.pies del Salvador;, de un Pedro, que lloraba amargamente su pecado todas las mañan~s, cuando oía el canto del 'gallo.
un
Hay que · decir de estos pecad.ores: que hacían · sus. pecados; que el Señor les con-. ·muy .bien, llorando . cedió el don de lágrimas y que ójalá nos lo concediera a todos los petadores.;. que las lágrimas y otras penas sensibles son una señal exterior del dolor interior. P~ que sólo son una _señal exterior, que no es~ en nuestro' pod·e r el tenerlas, y que de ningún modo consiste en ellas el dolor. San Agustín las. tenía et:l mucho aprecio, llegando a decir: Lloramos cuand.o ~ separa del cuerpo de un amigo su alma y no lloramos, ~uando Dioa ae • para de nuestra alma por el pecado". ~
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La contrición es "una detestación" · Y .una detutactón. de los pecados. La detestación · vie-· ne a ser la causa del dolor y en ambos juntamente, de-
.X .
Contrición de corazón: su naturaZ~a
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testación y dolor,. se halla de un modo completo la ra- ·. zón fqrmal de la contrición. El dolor se relaciona con la detes.tación, algo así como el placer se relaciona con .el amor. .La detestación no es ~tra cosa que ·aversión, odio a lo malo o sea al pecad_o. El dolor añade a la detestación cierta tristeza, que es . consecuencia de la percepción del mal como unido a uno. . Por consiguie~te; para que haya dolor se requiere: primero, que exista algún mal, algo detestaple; segundo, que ~ste mal ·se halle unido a u~o; y tercero, que ·se perciba, que ·se tenga conciencia de dicha unión. De 1~ di:Cho se deduce, ·que Dios, los áng~les y ios. santos que están en ·el · cielo detestan el pecado, porque es un .1 mal; pero, no pueden dolerse del pecado, ,porque no lo tienen ni s,ienten unidó a ellos . . Del mismo modo, usando de un s~il,. un hombre. sano puede detestar la en·ferme.d ad; pero, ~ientras está sano o se cree sano, .aunque no lo esté, .no puede .dolerse ni ·afligirse de' la ·enfermedad. • · · He dicho que el dolor se halla re~cto de la detes.tación; co~o el _placer respecto del amor. En efecto: Cuando uno se siente· en posesión de un cosa. que ama, se deleita y se complace ; pero, cuando no ae haDa .en posesión de ella, no se deleita, aunque. la ame. Del mismo modo, cuando se halla en pos.esicSn de una co~ .que detesta, se duele; pero, cu~ndo no se halla en poee.sión de dicha cosa, no se duele, aunque la ~eteate. .Conviene advertir, que la detestación es mAs extensiva ·
.. 1
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El Sacramento del Perdón
oue el dolo~, por eso, todo el qÚe se duele de una cosá, la detesta, mas no t odo el q~e la detes4, se duele. \
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Sin. embargo, en el easo particular que nos OCliP84 · reférente .al pecador· .que se arrepiente de aus pecados,, como los percibe unidos a sf, puede decirse, que el d~ lor y la detestación de tal modo se unen entre sf, que el que detesta su pecado, ·se duele de él, y el que se duele de su. pecado, neceS.ariamente lo detesta. El dolor del alma y la detestación de los pecados propios se haU~n · Unidos de un modo insepárable. "
La contrición es una detestación de loa De lo1 pecado• 11peeados cometidos". · .Al decir que el pecometido•. . .cad or, . m ed'1~n t e 1a contri c1'ón, detes.ta 1os pecados cometidos, se entiende que . se ,trata de los pe~dos cometido.s por uno mismo, de los pecados propios; no de los ajenos, de loa cometidos por· el proji~o. . Nadi~ pued~ te.Per verdadera contrición de los peca. dos ~ometidos por otros, · El objeto niatérial de la ·contrición· es, por lo tanto; todo pecado cometido con la propia voluntad de uno. La ~'ntrieión obra y aétúa c~n.tra las ebras mal~s. pecaminosas, para deS.trui~las en lo q~e· es posible; no recae en modo alguno sobre las obras buenas. Recae sobre 'los pecados ya cometidos; no puede obrar contra los pecados que todavia no se han cometido. El objeto formal de la contrición e's el -pecado _en cuanto que ea Pecacto, o sea, en cuanto que ea ~ acto en contra ·de
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A".
Contrición de éorazón: su naturaleza
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· Dios y de s.u ·santa Ley, en cuanto que es ofensa de Dios. La contrición· es un dolor... "con propósito de no pecar ,en lo futuro". La contrición excluye, por consiguiente, .l a voluntad de pecar, porque es imposible, qu'e uno tenga verdadero dolor del pecado 'cometido, si todavfa ·quiere cometerlo . y 1~ tiene .afecto. Según la doctrina ·mAa común, basta el propósito que se contiene virtualmente ~n el dolor de los pecados:;·mas, como ei parecer de los que .requieren · Ul) .Propósito formal acercá de lo futuro, no carezca de p~obabilidad y se trate del valor de los sacra.meptos, ha. de .hacerse' un propó&ito fo1111al. 9on propósito de no pecar.
A esta definición teológica· y clásica de la contrición, que acabo dé expli~r, afia.. de el Catecismo de la Doétrina Cristiana algo más, pues éste la define, diciend9: ..La contrición . es un pesar ·de haber ofendido a Dios, con propÓ-, s.ito de enmendarse,. c·o nfesarse y cumplir la penitencia": ¿Por qué· en la definición clásica no se expresan el propósito de confesárse y de cumplir' la penitencia T No se expres~n, porque, rigurosamente hablando, no es necesario mencionarlos, aunque sea conveniente, ya que se hallan contenidos en ella, que e.s ~ás breye. De confesarse y satisfacer.
En efecto: El propósito de confesarse no se halla en Ía definición teológica, porque, después de la institu~ión del Sacramento de la Penitencia, no puede darse
l
El 'Sacramento del
P~ra6n
XI.
La contrición: su necesidad
149
~erdadera contrición que no in.cluya el deseo de contes.a.rse, al ~en os implícito; tampoco se halla el propÓito de cumplir la penitencia, porque, como ya queda dic~o, la misma contrición es de suyo cierta ve11ganz~ · y sátisfacción e inclina al pecador a hacer obras aatisfact9riás.
XI. LA CONTRICION: SU NECESIDAD · Antes de terminar este articulo, quiero servirme de un ldmil; para expresar, en poaas palabras y con to. da clari~ al álcance de ·las inteligencias, más cortas, qué es la contrición: La contr~ción és un quitamanchas, eu el mismo sentido que se dijo del examen que es un espejo. . Con ·~ espejo del examen s.e buscan las manchas pecaminosas, que hay en nuestra alma; con ~i -C¡uitamanchas d~ la co~trición s~ borran éstas completamente, apareciendo nuestra alma, a loa ojos de Dios, limpia y hermosa. ile · aqut ~uesta· extensamente y con claridad meridiana la naturaleza de la contrición de corazón, .la segunda condición necesaria para recibir dignamente el Sacramento. de la Penitencia o del ·Perdón. En ' los próximos ártfculoS' se eXpondrán .otros. interesan~ puntos ~erca de la misma.
1)ESPUES de expuesta la naturaleza intrfnseca del dolor de corazón, c¡u.e . es .el .Primer punto que ~ra preciso conocer af!er~ del dolor, hay que exponer poco a poco, y con la mis~a sencillez y .prof~ndidad, ·los otros puntos que .es ·n~cesario s.aber, acerca de este interesante Y. trascendental tema. · En ·el presente articulo s~ explicará. el siguiente punto: La necesidad del dolor. Son bastante frecuentes, ' p~r d~sgracia, los casos que s.e dan de personas católicas, incluso piadosas, ql,le confiesan y comulgan con frecuencia, que se descuidan mucho, en sus. confe: sion,es~ acerca del dolor y que no tratan de . excita~se a él, como debería~. Á hacer desaparecer. este gravfsimo defecto se dirige el presente arti~ulo.
• • • Necesidad del dolor. ¿Es, necesario el dolor de corazón, para recibir Iio s.ólo lfcita, sino también válidamente · el Sacramento
ro
El
acramento del P erdón
d la Penite'néia o. del Perdón ? · A esta p~egunta responden afirmativamente la ·Igle~ia Católica, la Sagrada E critura y la sana razón. En conformidad con estas .'re .. autoridades, que. por ningún católico pueden1 er rechazada , el ar:repentimiento es necesario de ne- . ce idad ab' oluta, al meno en el presente orden sobre- . natural establecido por ,Dios, para· obtener el perdón delos pecados. l.
i..a Iglesia en
X I.
~a
cont'rición :. su necesidad
La Iglesia. católiéa, pues, guiada por el Espíritu Santo y basada el\ 1~ Sagrada Escritura~ que es la palabra misma de Dios, nos 'ins.truye, como maestra infalible de los hombres, acerca de la ne~sidad del dolor en pocas palabras, pero muy .apremiantes. El buen católico nunca debe· olvidarla.s, sino que, al contrario, debe tenerlas muy presentes.~ pues son de 'vital importancia: · ·
el Concilio Tridentino
¿Dónde y con qué palabras · consta · la enseñanza de la Iglesi~, acerca de la necesidad del dolor? La en eñanza de la lgle ia consta en el Concilio Tridentino y e halla .expre .a da con las siguientes .pala:btas: . "Fué ciertamente nece aria e~ todo tiempo la penitencia a todos lo hombre que c.ometieron algún pecado. mort~l, p~ra recobrar la gracia y la j usticia, inclu o-a aquéllo ·. que pedían er 'lavados con el bau. tismo". · egún e ta · palabra , clara y terminantes, de la Igle ~~ la penJtencia, o ea, .el dolor de los l>ecados, fué n ce aria en todo tlempo, sea, iempre; a todos lo .que com~tían algún pecado mortai, :es decir, a todos lo: peca.dore ; para r cobrar la· gracia y la j usticia,. o . ea.. •para obtener el perdón de lo pecado ; irrclu o a lo, qu pedían er lavado con ·el bautismo, o sea,· no . ól a lo qu~ e confe ·aban sino ta mbién a los· que se autizaban, ien,do pecadores.
o
151
2. La Sagrada Escritura.
'¿Dónde y con qué· palabras cons.t a la enseñanza de la Sagrada Escritura acerca d.e la necesidad del dolor ? La_Sagrad~ Escritur~ nos habla acerca de 1.~ necesidad de! ·arre~ntimiento de los pecados, tanto en él ~tiguo como en el Nuevo Testamento, y us.a palabras claras y explÍcitas, que no dejÍm lugar a la menor duda. ~ n efecto : Dios nós· dice po~ el profeta ·Ezequiel, mio d 1 e os p~ofetas mayores : "Convertios y' . haced penitencia,.:._o sea, arrepentío~-, de t odas v.uestras maldade , y no sean .ésta caus.a de vuestra perdición.". (Ez. 1 , 30) . Y el profeta Jeremías añade : "Si el impío hiciere penitencia-o sea, e arrepintiese-, de todo · u pecado ,... . tendrá vid~ verdadera y no morirá''. (J e'r. 18, ) Y, .Para no ·cit ar más testimonios, por el Eclesiá tico e expre ·a del siguiente modo: "Si no hiciéremo.s pen ite~ cia, caeremos en las manos del Señor'. (Ecli. 2, 22). Rl Antiguo Testamento.
152
Per!), más abundantes. y numerosos testimon.ios, que en el Antiguo Testamento, se hallan en el N'uevo. Jesucristo empezó . u ·vida pública con ·l as siguientes palabras: "!Utced penitencia--o sea, arrepentíos. de vuestras peca:dos-, pdrque se acerca el reino de los cielos." (Ma~ 4, 17). Y el principe de los. apóstoles, San Pedro, em~ó su predicación ca'si con las mismas palabras: "H&ced penitencia, para obtener la remisión de vuestros péCados". (Act. 2, 38) En el Evangelio de San Lucas 'se lee: "Si no hiciereis penitenda, todos pereceréis igual- . · mente". (Luc. 13, 3). Y en· los H~chos de .los Apóstoles se nos dice: '.'Haced, pues, penitencia y ·convertíos, a .fin .de que se borren vuestros. pecaaos". (A~t. 3, 19). El Nuevo :[e,tatnento.
· .· ·La Sagrada Escritura; en la ~rral se basa la sana .·Y sabia doctrina de la Iglesia, proclama; pues, en in·numerables lugares, la necesidad del dolor de los pe-_ cadQ .. parli p<><;ier alcanzar y merecer el perdón ~e los mi~mos. Es preciso, J?Or lo tanto, no olvidar una doctrina de la qu~ depende nada menos. que la vida de nuestra alma y S~ eterna felicidad. Si la ~r~cticamoS,' v'iviremos espirit'ualm~te. .Si no la practicamos, moriremos. para siempre. . 3. La recta Prueba ft.losófica.
·... 1
"·
El Sacramento del Perdón
raZón.
La rázón natural y la justicia más elemental- como . se ha dicho al tratar de los actos del penitente--:, ·piden que la mis-
X I. . La contrición: s~ ·necesidad
153
ma volúntad ·que pecó, deteste el pecado cometido, Y que el pecado sé )perdone y borre, desandando el~al' cámiho andado para cometerlo. El pecado se cometió, adhiriéndose la voluntad a lo prohibido por Dios; debe, · pues, perdonarse, adhiriéndose la voluntad a lo mandado por Dios.; se co~etió ofendi~ndo a Dios, debe perdonarse amándolo.
.1
Dios es un padre bondadoso y tierno de &ímil del los hombres pecadores y la conducta de El padre. para con ellos es exactame~te la mis.ma de un· padre bu~no ·p ara con su hijo, que lé ofendió. Un padre, ~ por bueno· que sea y por' mucho· que quiera a su hij~, no puede ·perdona:r a éste las ofensas.· que le hizo, mientras no se arrepienta, tenga dolor y pena de haberle ~fendido y proponga y. le prométa no ofenderle más. Solamente cuando. el hijo pide perdón al padre ofendido, puede aguél s.e r perdonado J.>Or su buen. padr~.
·Lo que sucede acl en la tierra entre p~dres e 'hijos, su~ede en el orden s'o brenatural entre Dios, padre, Y los homb~es pecadores, ~us hijC?s .muy queridos.. Dios no puede ~erdonar al pecador que no se arrepiente,. no porque Dios no pueda ni quiera hacerlo, sino porque el pecador no puede ser perdonado; rara obtener el perdón de una mala acción, no sólo se requiere que ei ofendido quiera perdonar, s.ino también que el ofensor se arrepienta y quiera ser perdonado.
·. 164
..........
El Sacramento del Perd6n
Por medio ·de un espejo venimos· en ·
Símlailu
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!e~. agua . ~conocimiento ~ 1a.s manchas qu,e
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.
\ .. · . afean nuestro cuerpo -y nuestro rostro; y.por medio de a~ pura y cristalina nos limpiamos la ~ y le devolvemos su hermos.ura natural. El espejo d·e nuestra alma, como ya se ha dicho anteriormente, es el examen. de conciencia; y el agua, que la limpia de las ina1_1chas de pecados, que en ella hay, es ef dolor. . Como el agua es ne~esaria -~tara lavars.e el . róstro, asf el dolor es necesario para borrar los pecados, qué hay en nuestra -alnia. ' El médico descubre las enfermedades que nos aquejan; las. ~edicinas, aplicadas a nuestro cuerpo, Jo curan. E;l dolor de l,os pecados, aplicado ·a nuestra alma, eliferma con tantas ·enferm~dades como pecados . ·.ha cometido, la sana por ·completo. Así como sin me.dicinas el médico no puede curar los cuerpos, del mis-. . mo _!Jlodo, sin 1~ medicina del d<Mor, el médico celestial, qu~ es Jesucri'sto, no puede sanar las almas. ·
r
· El dolor · es más lieces.ario que el, mi mo examen de concienCia. Hay casos en que el examen no es nece~rio, comq se ha · explicado al trataJ;" de él, de modo . que el Sacramento de la Penitencia puede existir sin el e~amen . Pero, no hay ·caso imaginable, en el que . el Sacramento de la Penitencia. pueda e~istir sin. dolor, pues el dolor es esencial al sacramento. E · más necesario que . ~l examen . .
Sirviéndonos de. un sfmil niuy- significativo, ·po-
XI.
La contrición: su ·necesidad
155
dría decirse, .que el dolor de loa pecados es al Sacramento de la Penitencia, lo que. el alma humana es al' hombre. Así como no puede existir un hombre sin que tenga alma humana, asf no puede existir el Sacra. mento de la Penitencia sin que tenga dolor. El cuerpo, privado del alma humana, que lo· in~orma .y vivifica, no es un hombre, es un cadáver. El Sa~ramento de la Penitencia, privado del dolor, que lo informa y vivifica, .es qn· cadáver sacramental .
... ~
4. En el presente orden establecido.
Queda, pues,. demostrado Claramente que la Iglesia · Católica; la Sagrada Es.critura y la recta ra·' zón proclaman la necesidad . del c;lolor, p_ara poder recibir lícita y válidamente el .Sacramento de la Penitencia, al menos en el presente orden sobrenatural estab~écido po·r Dios . Pero no faitan teólogos, ·aunque pocos, que opinan que J?ios, de su poder abs.oluto, es decir, ánteriormente al orden de hecho instituido libremente por El, puede perdonar' los pecados mortales e infundir la gr~cia santificante, sin que sea necesario ·acto alguno del hombre. Que Dios. ha establecido un orden· sobrenatural y que, s~gún dicho orden sobrenatural, el dolor · y arrepentimiento. de los pecados es necesario para todos los hombres pecadores, se halla explfcitaménte expre-
-
...
15
El Sacramento del Perdón
sa~o por J e ucrispo con las · .s.iguientes palabras del Evangelio ·de an ·Lucas:' "Si. no hiciere~s penitencia, \ t " o. ··pereceréis igualmente". ~ 1
.,
5. Necesidad de medio absoluta. Esta palabras ·de Jesucristo, y otras muchas de ia Sagrada Escrjtura ya aducidas, presuponen que la penitencia, en dicho orden in&tituido -por Dios, es ne. ~e aria, no ólo de necesidad .relativa, slnq de nec~sidad absolut~. pues en dichós pasajes escripturisticos se habla de la penitencia como de la única condición, sin la cual ·nQ se obt.iene el perdón. . Conviene saber, que. hay dos clases· de . N eú idad de necesidad: una llamada de precepto Y · precepto. otra, de medio. La . necesidad de precepto consis.te .en la sola obligación moral ·impuesta por una la t~y ' · o sea ··por el precepto. ' Es preciso hacét . co a o cumplir con un requisito, por la única razón de que existe precepto, que obliga a ello. Esta necesida~ afecta tan sólo a las personas adultas~ o -sea, a todos . aqtiéllos que tienen u o de razón, pue¡:¡ los que no tienen uso de ·ruón no puede'n ser sujetos de obligación mo-. ~. La necesidad de precepto deja de obligar, cuando ha_y, una cauy grave.
.,
Con un ejemplo se entenderá-mejor esta doctrina: . Hay necesidad de preéepto de .oír_misa entera ~odos los domingos y dias de guardar. Esta obligación, im-
1
.1.. . .
X I.
La contrición :' su n~cesidad
167
'puesta pór la Iglesia afecta tan sólo a lo!! católicoa que han cumplido siete años, es decir, que tienen uso d.e razón. · La· necesidad de oir misa deja de existir, cuando hay un grave inconveniente. Un enfermo que no puede oír misa, no peca por no oírla .
.
.
La neces,idad de medio 'consiste en
Doble necesi. que una cosa conduce . positivamente dad de medio.
. a la sa~vación, o sea, a nuestro último fin, de tal modo, que sin ella. no puede conseguirse la vida eterna. Por lo tanto, la aus.encia 'de dicha co~ puede irnpedir· la consecu'ción de. la vida eterna incluse a· los. niños, aunque sin la menor culpa por parte de ellos." ·' .Para mayor claridad es preciso añadir, que la necesidad de medio puede ser a~soluta o·. relativa. Es absoluta, cuando la cos.a es necesaria por su naturaleza intrínseca para conseguir la salvación; es' relativa, cuandÓ la necesidad' brota. de ~a positiva ·ordenación Dios, convirtiéndose dicha cos.a en -el único medio or-' dina~i o para cqnseguir la vida eterna, lo que no excluye el uso de otros medios extraordinarios.
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1
.
.
Con un ejemplo se entenderá mejor esta Símil de la& doctrina: Las escaleras son ordinariamenescaleras. · te un medio ·:Qeces.ario para subír a los pisos de las casas. Ellas son el único médio· ordinado, lo cuaJ no excluye. el que haya alguno o algunos medios extraordinarios, 'corno es un ·ascensor. · La recepción del Sacramento de la Penitencia es el único medio or-
..
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El Sacramento clel P erdón
\ dipario para obetener el perdón de lo~ pecados.; pero, p~de dar~ ei caso de que, sin recibir dicho sacramento~ se ·obtenga el ~rdón de los pecados por un· solo l.cto de pérfecta contrición con propósito de confesarse. Del dolor 9,e los pecados. b~y que decir, que no sólo ~s necesario de necesidad de precepto, sino también de necesidad de medio; y no sólo de necesidad de me.dio r elati'Va, sino también absoluta. SiR dolor ni arre, penti~jento de los pecados. es abs.o lutamente imposible obtener la remisión: de las éulpas. De los textos ·de la Sagrada Escritura anteriormente c~tados, de la enseñanza de 1~ Iglesia y de los ~dictados. de la sana. . razón se deduce .e sta CC?nc1usión de capit al importancia.
. He ~qui expuesta, benévolo lector, la nece~idad intrmseca y absoluta .del dolor , para hacer una buena confesión. Medita ~cerca de ella y nunca te acerques .al Sagrado Trib~nal de la. Penitenci~, sin antes. haberte excitado de veras al dolor con todo cuidado. Si te pésa haber pecado, t us pecados serán perd~ . nados; s~ no te ·pesa· haber pecado,. tus pecados serán r etenidos, aun cuando el ·confes.or pronuncie sobre .tu C(&heza las palabras de la absolución.. _Que e~ Señor,-Padre bondadoso y misericordi~so, te conceda absoluta temisión de tus culpas ..
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X II. Oontricjón de corazón : sus cualidadu
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XII. CONTRICION DE CORAZON . SUS CUALIDADES.
e
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~ua~idades propiedade~
y
UAN_'TIAS cuáles son las o . ~ue_ ha de tener el dolor, para aer bueno? Las cu,lahdades del dolor de corazón son cuatro a ·saber· el · · sobrenatural, uni~ersal ' d o or .ha d.e se~ ~~ t erxor, Y •sumo: •Por consxguxente, no todo (iolor es. a propósito s~fxcxente para obtener el perdón de los pecad Y dxant 1 ·· os, mee ~ recepcxón d~l Sacrámento del perdón, sino solamente aquél que reúne l~s cualidades menci~nadas: . El asunto de este artículo versará, por lo tan~ acere~ de las propiedades. del dÓlor y en él o, drá é . . se expon. en qu co~srst~ cada una de ellas, según las sabias Y. Justas ensenanzas . de la Teología moral de la . Iglesia Católica.
. . '.
l. El dolor ha ¡qe· ser interior.· .En qué comiste.
L0
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. · p~mero de t~o, el d~lor debe ser
d mterxor. El dolor es interior, cuano el pecador s~ arrepiente de sus pecados, no con la .
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160
El
acramento del Perdón .
XII.
bo'ea o con señales exteriores, sino con el corazón; euando u voluntad · etesta y ab~rrece verdaderamente las "' altas cometida . No ba ta recitar o--'pronunciar las )>al~bras del acto de ~ontrición, es preciso y ab'solbtamente. necesario fijarse en su contenido y sentirlo.
cualidades
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.
.
Estas lágrimas de David, Pedro y la Magdalena eran, no cabe dud~, un dolor bueno exterior. Lo mis-: mo ha de· decirse de otrás manifestaciones de dolor, como golpes de pecho, grandes. gemidos, disciplinas, ci- .. licios, ayunos, etc., etc., que · han tenido otros santos, por especia! privilegio ·de Dios. Este dolor exterior era bueno, por lá . sené~la razón de que s.uponia el interior y brotaba d.e · él. .
Pero,· n~ por esto ha de despreciarse .. · el dolor exterior. Es cierto, que el d~lor exterior por si solo no ·vale para obtener el per·dón, pero si que vale y ha de estimarse, cúando es la . manifestación del interior. En la Historia sagrada y en la vida de los. santos se hallan muchos .casos de dolor exterior dé los pecados, . que era bueno, por nacer y brotar <Jel interior. 'En efecto: · .
2. El dolor ha.
Dolor exterior.
1
sus
por· haber negado ·tres veces a su Divino Maest'ro la misma noche en que Este fué entregado a ·sus enemigos; y ' fueron tantas las lágrimas. que deri:amó, que éstas hicieron en sus mejillas unos como surcos . . ·Ma. ría Magdalena, la pecadora, regó y lavó, con torrenciales lágrimas de dolor, los divinos pies de Jesu.cristo.
Acerca de ~sta cualidad del dolor, Dio!l u necuidad: · nos ·habla clar.~mente por boca del pro:feta Joel con la~ siguientes palabras : "Convertíos a mf de todo· vuestro corazón ... y r.asgad vuestros corazones .v no vue tras vestiduras", (Joel, 2, '12)" La rasgadura . del c~razón es símbolo del dolor· interior; las rasgadura de las vestidura . simb~lizan de suyo tan sólo el dolor exterior. Según las palabras. inspiradas del profeta, el prim.er0 es de todo punto necesario, para obte~er el · .· perdón de los pecado~; el segu~do no lo exige Dios.
Ef rey David, que había: ofendido graveme~te a .Dios con sus pecados, regaba con lágrimas; de dolor .su lecho, antes de entregarse al sueño cotidiano. San Pedro, eJ Príncipe de los apóstoles, derramaba todas . las noches abundante lágrimas ·de ~rrepentimiento,
Oonlrición de cor(Lzón:
de ser sobrena.tlÍral.
El dolor verdadero .debe ·s~r, en s.egundo lugar, sobrenatural en su motivo en· su origen. Es necesario explicar. con cuidado y claridad es~a segunda ·cualidad, del dolor de los pecados.
y
1~ Sobrenatural en. sus motivos.
/
El dolor debe ser sobrenaturál en su motivo, ' pues es preciso saber~ que hay 'dos clases· d~. motivos, por los cuales el pecador puede arrepent.ire de sus pec_ados y detestarlos:· unos son puramente naturales y otros, sobrenaturales.
162
El Sacramento. del Perdón
Como e · obvio y lógico, el arrepent imiento de h. \ .. ber pecadp, basado en motivos o razQJles de orden na\. tu.:ral, no . e bueno ni suficiente, aunque sea ·de, suyo hone to; para poder alcanzar el perdón de los pecados. Por ~so, el Papa Inocencio XI condenó, en la proposión 57, la doctrina de que el dolor meramente natural era ·suficiente.· ¿Cuáles son los motivos-de orden natural T Motivos · Los principales son los· siguientes: · la pérnatt.i"rales. dida de la fama, la .pérdida o menoscabo · de la hacienda, y la pérdida de la salud o de la vida. Con unos ~jemplqs explicatorios se ,.entenderán mejor estos · motivos. Supongamos que ui_Ia per sona, que era tenida por buena y honrada, es 'sorprendida cometiendo un grande robo y .que . este robo llega al conocimiento del pú.. ' , - blico. Si ·esa persona se arrepiente de haber robado, · solamente porque ha perdido la fama de persona buena que antes ·tenia, hay que decir, que su dolor no airve 1 . para merecer el perdón del pecado que cometió robando. . Supongamos que esa persona, en justa venganza es castigada por la Justicia .con una multa equivalente · ,a toda su hacienda 9· a gran parte de ella. Si' dicha per sona tiene gran pena de haber cometido el robo, tan sólo por la pénlida de sus bienes, que de él se le sigue, · esa pena y ese' sentimiento de haber robado tampoco son buenos para confesarse.
1
XII. Gontrici6~ de co~azón;
$US
cualidades
163
Supongamos,· finalmente, que esa per~ona, ·al robar, se hizo una herida, que le obliga a recluirse en un· . hosp~tal por una temporada o de la cual ·se segui~á ne~esariamente su muerte. Si se arrepiente de ·haber robado, solamente por. la pérdida de su ~alud o de su vida, tampoco ese dolor ~s bueno ni 1~ servirá para obtener el perdón de su pecado. La razón de. que el .dolor de esa persona, en los cas?s imaginados, no sea verdadero es, porque es completamente natural en sus motivos. Como · cualquiera . puede ~omprender, no ll.ay nada de orden sobrenatural en dicho dolor. Y ·¿ cuáles son los motivos de orden soMotivos. brenaturaJ? Los principales son los sisobrenaturales. guientes: la bondad de Dios; la fealdad del pecadq, la pérdida del cielo y el temor del infierno. Supongamos que la p~rsona .del ejemplo del robo se arrepiente de haber robado · por· alguna d~ estas razones ; e~tonces habrá que decir. que dicho · dolor es bueno, ·pues el motivo en' .que se basa es de orden sobrenatural, conocido por la fe, por la revelación . 2. Sobrenatural en su origen. El dolor de los pecados debe ser ·sobrenatural, o ~star sobre las fuerzas de la naturaleza, no sólo por su motivo, como acaba de dernostrarsé, sino también por su origen, como se va a demostrar. Antes de
El Sacramento .del Perdón
1M
todo es preciso hacer constar, que la Iglesia Católica, la . Sagrada Eseri ura y la recta razón exigen que' el do'- ~ lor de los_pecados tenga esta cualidag. · ha Iglesia Católica nos enseña esta doctrirla por boca. del Concilio Tridentino, en la Sesión VI. L.a Sa· grada Escritura nos diCe por boca del Apóstol San Pablo, que "no podemos _pronunciar debidamente el nombre de J:esús, sin particular auxilio del Espíritu ·Santo.", y, por boca de Jesucristo, n.os dice "sin mi no podéis hacer nada". •
- No faltan
.
'
quienes se atreven a n~gar. es't a doctrina, diciendo: "Si el ho~bre peca sin la ayu~a de nadie; ¿por qu~ no ha de poder a~pentirs.e del mis)llo mo-· do?" A _estas necias palabras hay que responder --en lo · cual consiste el argÚmento de _la razón-, que e~tre una cosa y otra hay grandí-sima diferencia. Con un sfmll se comprenderá mejor la falsédad de esta objeción. ·En efecto: . · El bcimbre puede quitarse a si mismo' la vida, pero, después de muerto. no puede resucitarse por sus pro. ' pias fuerza~. Se necesita el poder omnipotente de un · · Dios, para que un muerto vuelv_a a vivir. · Pues bien, much~ menos puede el hombre, después 'de haberse suicidido espiritualmente por .ei pecado mortal, .~e- · , pentirse por solas sus fuerzas, sin la gracia de Dios, y recobrar la vida espiritual, que perdió por la culpa. Los Santos Padres .dicen, que' es más fácil resucitar un muerto que convertir Ún pecador. .
XII.
Oontrici6n de coraz6n: sus cualidades
165
3. El dolor ha de ser universal. El dolor debe ser, en .tercer lugar, universal, es decir, debe extendérse a tódos los pecados mortales. La razón es., porque ningun pecado se perdona sin dolor y es imposible al mismo tiempo, que se perdonen unos pecados y otros no. Además. cada pecado basta para hacer al alma enemiga de Dios y cada culpa grave es una .herida mortal, · que. basta para quitar la vida al alma.
En q:ué r;onsiste.
Sin embargo, no es necesario que el dolor se ex~ tienda y afecte ·a ~ada uno de ·ios 'pecados mortales ~ particular. o a todos esos pecados .dis.tinta y separadamente· conocidos. B_asta, según la opinión más autorizad~ de los moralistas, que el dolor se extie~da a todos los. pecados mortale~ en generar. Cuando el profeta David: ejemplar de penitentes, se arreP,intió de sus l?ecados, los detestó todos, _sin exceptuar a ninguno; conio consta por las siguientes. pS:. · labras suyas: "Omnem viam inic;¡uam odio ,habui. Aborrecí todos los caminos d!'lla iniquidad." (Psalm. 108) Símiles de las herir ~sí como no re~ol;>raría la salud del das y del vasallo. cuerpo el que, teniendo diez heri-
das mortales, sólo permitiese cu.. · rarle nueve y no la décima, J)orque su cura 'le habrfa de causar dolor; así tampoco recobrará ia salud es- . piritual, que es la gracia santificaitte, ~quél que no
¡ .-.
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166
El Sacramento del Perdón
'aplique 1a· m.edicina del dolor a todas y cada un~ de .las · heridas del al~a, que son los pecados. Supóngamo q.ue llega a la noticia del Rey, que uno de us va allos ha intentado de varios mod&s quitarTe 1á vida. ·El Rey mandará que le castiguen,· como me~ece. Si para obtene~ el pe!dón, el vasallo dijese al Rey: " eñor, yo· no quiero matarte ahora mas. que de un modo, envenenándote, detesto todos los otros modos, 'que anteriormente había pensado". ¿Le perdonaría el Rey? Evidentemente qu~ no. ~ües bien; Dio , Rey supremo,' no. pued.e perdonar tampoco ·a los hombres, sus va .allos, que siguen la misma conducta. El dolor ha de ser uniyersal en cuan. I nneet aria para tó a los pecados mortales se ·refiere; los tJenial. s. pe:J:'Q, ·Sl sucediere que el penitente solamente tuviese pecados veniales, e:p.tonce~ no es ne.-cesan o que el dqlor tenga. esta cualidad de univérsali- <tad, basta que e~ pecador se arrepienta de · un pecado venial. No es. necesario que se ~rrepienta de todos los pecado ~enfales, porque éstos no matan al alma y la- · ' gracia .puede estar al . mismo tiempo' en un alma · que tenga pecad~ veniale . Es .necesario que se arre-. pien.ta, iquiera de un pecado· venial, porque, _·como. ya se ha dicho, el polor es ~bsolutamente necesario . · para que la· confesiÓn ea buena. · Supongamos -que .una persona tiene diez pecados ·eni~les ' y, cuando se confiesa,. solamente se confiesa
XII.
Contrición de corazón: sus cu.a.lidades
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de uno; o s.é confiesa de todos, pero se arrepiente de ·uno. Háy que decir, que dicha confesión es buena. Ni es necesario c.o nfesar todos los pecados veni_ale~J, ni es necesario arrepentirae de todos ellos, cuando uno ~e confiesa, aunque, como es lógico y evidente, sea muy bueno y mucho mejor confesarlQs todos y arrepentirse de ellos.
4. El dolor ha de ser sumo. El dolor d.ebe ser, en cuarto lugar, a~ mo. Sumo quiere decir, que sea el más ·grapde sentimien~o, la ma!"c:>r pena que s.e pueda tener; que no . haya otro igual y que todos los demás dolores sean inferiores; ·que el penitente ha de tener más sentimiento de haper ofendido a Di~s, que de haber perdido un pleito o la hacienda o el padre o la madre o los hijos· o los. amigos o aquellas personas q~e le seari más ama9as:
En qué consiste..
La razón teológica es la· siguiente: El mayor de, todos Jos males es el p~cado, porque es ofensa de ·un Dios de majestad infinita, porque mata al alma, la hace enemiga· de Dios y esclava· del demonio, desterrada del cielo y sujeta a las penas del infierno. To. dos estos daños, que causa el pecado, son los mayores que puede. haber. Luego es muy justo 'y razonable, que. el dolor de haber incurrido en ellos sea el más grande que se puede pens.ar.
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El
acmmen fo del Perd6n.
.Es preciso sáber, que hay dos clases de · In ·lcn,ito y dolor sumo: . uno, llamado intensivo, y '\ , aprccia.lir:o. otro ll~mado apreciativo:' El dolor inten. ivo radi a en los sentidos corporales. y conáisfe en derramar lágrimas, en sentir más amarguras y pesar de haber ofendido a Dio ". que no de cualquiera pé:rdida temporal. El dolor apreciativo radica en el alma y con i te ·en q1,1e el entendimiento considere al · pecado mortal corl10 el mayor de to~os los males y la voluntad lo deteste como tal. .
El dolor intensivo ~s llamado "en ible, porque va acpmpañado de suspiros., lágrimas y otras manifestac:ones. ensibles exteriores. No es necesario, porque · no está en n~estra :mano tenerlo ni bast-an diligencias · ·para alcanzarlo. Es. un don qué Dios da a quien quiere y cuando quiere. Es ·bueno, cuando brota del alma ; y seria de desear que todos los pecadores lo tuviesen; . _pero, ;nuchas veces es una ·prueba engaños.a. del dolor que no eXi te int~riormente. El dolor. apreciativo es llamado así o intelectual, porque aquél que lo tiene, hace tanto ~precio y estima ·· de Dios, que nad-a aborrece tanto como la culpa. Se tiene prácticamente este dolor, ·cuando el pecador .propone; de un modo absoluto, . no. pecá.r mortalmente en ,lo futuro. Este es .necesario, porque procede 'de las misma facultades espirituales. que cometieron ei pecado. La diferencia entre el 'dolor intensivo y· aprecia-
XII.
Oontrici6n de coral!6n: sus cualidades
169
' tivo pu~e verse claramente con el · siguiente .ejemplo: Supongamos un padre que tiene dos hijos, uno pequeño .Y otro grande, que ya trabaja y le ayuda a Uevar la~ cargas de la casa. TodO!l comprenderán, que, ~~e le muere el 'hijo grande, sentirá más pena· interior, que si se le muriese el pequefto, ·aunqqe probablemente llorarfa más la muerte del pequeñQ qu~ la del grimde. Al hijo peque~o le ama con un amor más sensible que al grande; al hijo grande le ama con amor mlul ra- · cional e interior que al pequeñ.~.
si
un
La mejor señ~U; para .conocer ·si un pecador tiene d.olor sumo apreciativo de sus pecados, es 1a muerte . de ·los vicios ·y pasiones. Cuando, después de muchas.· confesiones, cesan enteramente lag malas costumbres y 1ds pecados, se conoce que el dolor llegó ·hasta el alma; pero, cuando no hay ninguna enmienda, e.s argumento muy .probable y casi cierto, · qu~ el . dolor no pasó de la boca y que · era solamente una apariencia y. fiéción. . Su señal.
Sabemos. que los golpes d~l hacha hah llegado al. corazón del árbol, cuando éste se seca, se muere y se le caen las hojas; peró, cuando, a pesar de los golpes, vive todavfa y permanece verde, es ·evidente iiuÜcio de que no penetraron hasta el interior. Nuestro corazón es. un árbol, los vicios son sus hojas y lo~ hachazos son los actos de dolor. He aquí expuestas y explicadas, sencilla .y profun-
·~.
·. 1'70
El Sacramento del Perdón .
XIII.
Oontrici6n dé coraZ6n: sus clases
171
d~mente, . las cuatro cualidádes, que ha de tener el do.lor, para ser bueno, a sabe~: debe ser interior, sobre....:. "' ' na~ural. universal y !JWDO. . 1
l --"'
· Procura, lector benévolo, que el dolor, que tenpn tus eonfesiones, esté adornado con estas cualidádea. Si as1 lo haces, no cabe duda que tus confesiones serán bueDM y recibirás, junto con el perdón de tus : Pecados, innumerables gracias para vencer todas 1aa . · tentacione~.
XIII. CONTRICION DE CORAZON! SUS CLASES .
.e
l)ANTAS clases.hay de dolor de los pecados? Según-la Sagrad~ Teología y el Catecismo de la doc.trina cristiana, · h~y .dos. clases de dolor: uno, llamado contr~ción perfeeta y ·otro, llamado contrición imperfecta o atrición. ¿En qué consiste cada uno de estos dolores y qué es preciso saber acerca de ellos.? He aqu1 una pregunta interesantísima, cúya adecu~da respuesta -eonstitui: . rá el 'tema del presente artículo. Lo dividiré, por lo tanto,. en dos partes: en 'la primera trataré de la con. trición perfecta; y, en la' segunda, de la atrición. •
•
1
• • •
l. Dolor de contrición perfecta.. l. Varios puntos que estudiár. · · · Qué e&.
1
¿En qué consiste el dolor de contrición perfecta? Consiste en un pesar y sentimiento·
171
El Sacramento del · Perdón
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de haber ofendido a Dios l>or ser quien ea, bondad au- · ma e infinita~ente amable, con ~ropósito de eonfeaa.rtle, emilendarse y cumplir la penitencia. O, de otro módo: Es un dolor del alma y detestación del Jecado com~tido, nacidos del amor a Dios, a quien se. ama por si misll!-o y sobre todas las cosas. El motivo,. puea. de este dolor es la caridad perfecta a Dios. ·Este dolor de contrición puede ser mú -s"' gr.o.dol. o menos. intenso. PoT eso, en raz6~ de su intensidad, algun~s teólo~os dis.ttnguen ~n· él tres grados: uno, llamado ínfimo, ·que meramente excluye todo pecado mortal por amor perfecto a Dios; otro, intena.o, que excluye no sólo --el pecado mortal, sino también el p~cadQ venial y el afecto a él; y el tercero; · intensísimo, que afecta también a los sentidos y el cual ha sido concedido ·a algun?s santos, por especial gracia•. de .Dios. Con ~n símil' se puede 'conocer mejor la ·diferencia exi!\tente entre estos tres grados de doior perfecto: Tres hombres van a la ·iglesia para oír misa; pero uno va a pas~ ordinario, el segundo a paso -acelerado' y el tercero a todo correr. · Los tres se acercan a la iglesia, lo.~ tres abandonan abs.olutamente el lugar en. que e encuentran, pero cada uno en grado distinto. ·
,,
Apliquet:nos el simil al caso ·que nos ocupa: ¡res pecadores, que se arrepienten de haber pecado, porque Dio ~ infinit~mente bueno y digno de ser amado, se acercan a Dios y huyen absolutamente del pecado; pe-
1
XIII.
Contrición de corazón: sus cla3u
173
ro pueden hacer esto en distintos grados: en ínfimo, intenso o intensísimo, como en el caso del símil. El dolor perfecto nace de temor fili&l, del amor que el pecador tiene a Dios, a quien considera como padre s.uyo. Lo. único, pues, por lo que el pecador detesta su pecado es, potque es ·ofensa de Dios, pPrque desagrada a su Padre · cefestial y no porque Dios le ha. de castigar. Le sucede a .es.te pecador lo que a un hijo, que. tiene pena y dolor de haber ofendido a su padre, porque con ·su mala conducta disgustó a quien. tantos favores debe y ha sido tan bueno para co~ ·él.
BÚ origen.
l. Cuáles son los efectos de la. contrición _ rf ecta . ·?. Segun , pe la Sagrada Teología de la Iglesia son cuatro: primero, justifi~ al pecador; s.egundo, pe_rdona .la pena eterna; tercero, absuelve de la pe~a temporal; y cuarto, hace revivir los méritos · de las obras buenas' hechas a:Qtes de conietex: el pecado mortal. Conviene hacer algunas consideraciones acer~ ca def primero . de estos efectos., exponiendo su ex'tensión y alcance. ·
S us ·ef ectos.
2. Su virtud o eficacia. La contriciÓn justifica al · ¡}ecador, aón antes de· que reciba .el Sacramento de la Penitencia:. · El Concilio Tridentino dice, acerca de este particular, las palabras siguien-
Justifica antes de confesarse.
..
El
1)4
acramento· del Perdón
te : "La contrJción perfecta justifica al hombre con \ , Dios, antes de que reciba ·de hecho el Sacramento de . la .. penitenc!a." (Se ·s. 14, Cap. 4). La lgle'sili, por otra . parte, ha · ·condenado, como falsa y herétie,., la sigui~nte proposición del · hereje Bayo: "Por la contrición ' aún unida a. una caridad perfecta y al deseo de . ·recibir el Sacramento, no se perdona el crimen... ain la act1:1al rec~pción del sac~amento_:: :.La Sagrada E critura en~eña expUcitam~rite, que ~1 movimiento de perfecta caridad se une a· la amistad de Dios, a la remisión de los. pecados y a todos los bie.rie que de aquí brotan, sin hacer ninguna restricción: · "El que me ama, ser.á amado de mi Padré y Yo le amaré y me manifestaré' a él". . (J.oa~.. 14, 21). y en otra parte dice, por boca del Apóstol San Pedro: "La caridaq destruye la multitud de los pécados". (1 Pet. · -4,' 8).
Los Santos Padre~ están contestes en conceder · este efecto. a ia contrici~n perfect~. San. Juan Crisós..tomo, ent re otros . muchf'l? que podrían' citarse, dice ' lo siguiente: "Cqmo el fueg0, cuando se apodera de una selva,. purifica y quema todo, así el fuego de la iaridad, en cualquier parte donde caiga, todo lo destruye y · ~nciende. Donde eatÁ la caridad, todos los males desaparecen". L~ re.c ta razón coincide' en- este particular con la
Sagrada Escritura y los Santos Padres.
'
En efecto:
XIII.
Contrición de corazón:
8-W
clasu
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En el presente orden sobrenatural, el aéto de perf~ caridad es por su naturaleza una disposición, que exige la· infusión de la gracia santificante. No cabe duda, que, supuesta la voluntad de Dios de santificar a todos loa hombres, es imposible que Dios no se eonvierta al alma que lo. busca por un movimiento 'de la gracü,. actual perfecta. Ahora bien; como la ley ~aitiva no muda o eambia la naturaleza de las cosas, la institúción del Sae~ mento de la Penitencia no pudo disminuir la fuerza y lo~ efectos de . ia ·perfecta carjdad en el negocio de la justificación. Luego también, después ~e instituido ~1 ·sacramento de la Penitencia, la infusión de la gracia santificante aigue al acto de perfecta caridad, siempre que éste exista. La contrición perfecta justifica, no sólo en ·ca~o ·de necesidad, es decir, en pe~i~ de muerte o en ~a estricta imposibilidad de co~fesarse, ·como d~cía el hereje Bayo; en la proposición anterio~ente citada y condenada por _la Iglesia, sino siempre que ésta exista. ·
Siempre que existe.
La ley de confesarae no obliga al p~cador de W modo, que no pueda diferirla por algún .tiempo. Por lo tanto, no hay ningún inconveniente en que el pecador, contritamente arrepentido,. con el propósito de confesarse tan pronto como de ello tenga obli¡taci6n, ~ jústificado antes.
l .---
·.
El \
acramento · del Perdón
Toda contrició~ perfecta, aunque sea remisa, j~stifica, según la -doctrina comdn y cierta de los teólogos. Es verdád, 'que el Concil:o Tridéiltino no enseña explfcitamente esta doctrina, pero la enseña implícitamente, al decir, que por la contriéión PE:rfecta el hombre se justifica antes dE! recib:r ei Sa:cramento de la Penitencia, s.in que requiera ningún grado de inten~idad.
.,.1u:nque ea '{t'm ·. a.
E ta conclusión se deduce. tambié,n de aqu·el pasaje de la Sagrada Es¿ritura, en· el que el acto de caridad, que justifica, es mandado por el mismo Jesucristo : "Amarás al Señor de t odo t a. corazón, con toda tu alma y con tod.a tu mente". Es evidente,· que en es.t e · precepto no e manda un amor .intensamente sumo. La recta r azón, iluminada por la fe, ense~a lo mism.O: . Toda ~ontrición perfec~, cualquiera que sea ·au grado, al proceder del mot ivo de perfecta caridad, incluye la detestación . apreciativamente suma del pecado, · como el mayor de los males, y la ·conversión a D~oa. cpmo el m~yor de l~s bien.e~; y, por lo tabto, la perfecta rectificación en cual}to a la sub s~ancia, para con Dios, fin Íllt~mo. Ahora bien; no se requiere ninguna otra cosa para la justificaci~n. Luego ... No obstante lo dicho, es. preciso decir que es evidente, que la contrición es tanto- más perfecta, .cuanto más intensa. Cuanto más intensa sea; más contribuí-
Tanto má , cuanto má. inten a..
.XIII.
Contr-ición de corazón:
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clas,es
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rá al aumento de .la gracia y a la remisión de la pena temporal debida por los pecadoa. En este sentido han de entenderse las consabidas palabras de Nuestro Se. . ñor Jesucristo acerca de la ~agdalena arrepentida: "Se le perdonan muchos pecados,"-es decir, completa y perfectamente en cuanto a la pena y la culpa-, '.'porque amó mucho"-es decir, con grande ·intfmaidad.
a
La · contrición perfecta tan sólo tiene ·~ste efecto. Aunque alg1inos crean, que también la caridad imperfecta, o sea, la atrición, ~uede justificar por sí mis.ma, la doctrina común ~e los teólogos y el .serítir de la Iglesia, según ·nos. enseñan los cate9ismos y la predicación constante y ordinaria, es que solainen~e la contrición perfecta justifica. • Esto se deduce igualmente del Concilio Tridentino~ pues, al distinguir entre la contrición perfecta e imperfecta, tan sólo de la primera enseña, que el hombre se ·justifica por .ella fuera de.l sacramento: Ella sola.
De lo dicho no se deduce, .que la éon-
N o és necesaria · trición· perfecta sea necesaria, para para confesarse.
recibir el Sacra~ento de la Penitencia. Muy al contrario, basta la atrición. En efecto: El Sacramento de la Penitencia es un sacramento tle muertos. Según el Concili~ Tridentino, · "la realidad y el efecto del sacramento, en cuanto pertenece a su virtud y eficacia; ea la reconciliación con Dios". Ahora bien; nunca el Sacramento de la Peniten'
'
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·. 178
El Sacramento del Perdón
cia seria . un sacramento· de muertos, si nunca reconcl'\ liara al hombre con Dios, lo cual sucederfa si la conbcl6n perfecta fuese .necesaria para recibirlo; h1eto ... Además, está condenada por la Iglesia la siguÍente proposición del hereje Bayo anteriormente citado: ."El pecador · arrepentido no es vivificado por el minis-
terio del sacerdote que absuelve, sino por solo Dios." , · ·Esta p.:C,posición no sería condenable sino verd~dera, si siempre debiera preceder a la confesión la contrici~n perfecta, por la cual el. hombre ae justifica ai instante. · ¿Por qué, aquél que ya se ha justificado N o exime ·de por la . contrición, tiene todavía Ja. oblila: cqnfesión. gación de confesar su~ pecados? Primero, para· cumplir con ei propósito hecho, el cual fué la· condición .bajó la cual consiguió el perdón;· segundo, ~~ satisf~cer a Dios, según el juicio de s.u represen·tante en la tierra; tercero, para guardar el orden esta. blecido por Dios, el cual debe observarse, aún en el .ca' so en que 1;1no reciba el perdón por med-io ·extraordinario ; y cuárto, para asegÚrarse del perdón, :Por si acaso Iio bas.taba el doÍor tenido, pa:r:a porrar la culpa 1 la pena. Con muchísima razón, pues, f~é condenada la siguiente proposición del ~ereje Wiclef: " Si el hombre estuvie~ debidamente contrito, toda confesión exterior seria para él superflua e inútil".
1
XIII.
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Contrición de corazón: sus clases
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2. Dolor de atrición ¿En qué consiste el dolor de atrición? La contrición imperfecta es un dolor del alma y detestación del pecado cometido, no por motivo de caridad a Dios., sino por algún otro motivo sobrenatural, específicamente distinto d.e la · caridad. En qué consiste.
..
¿Cuáles son los motivos de los que brota Ja atrición_? . Los .dos principales soh. la fea~dad del peca_do .Y el temor del infierno y de las penas. La fealdad del pecado no es otra cosa, que ia disconfo~idad de~ pecado con la ley eterna-y con la ley ·'na~ural, ya que ésta dim'a na de aquélla--y con la honestidad moral. ·Sus motivos.
La palabra "pena" se. extiende, no sólo a las. penas del purgatorio, · sino . tambi&. a las penas temporales ·de esta vida, en .cuanto que ~on enviadas por Dios, muc:)las veces en castigo de ios ·pecados, corno lo da. enteni:Ier el ConCilio Tridentino, al aducir el. ejemplo de los ninivitas, que . temían la destrucciÓn de la ciudad y la muerte de todos ellos. . Además de estos motivos, hay otros muchos que, ya directa ya indirectamente, proceden ·de ésto~. Tale& son la ingratitud hacia Dios, la especial fealdad de algunos pecado~.. el deseo d~ la eterna· bienaventuranza, la pérdida de la gloria, etc., etc.
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El
~acramento
del Perdón
Se comprend¿ fácilmente, que el temor del infier\ no, preci a y principalmente consideradO-bajo el aspeet~ de..]a pena del sentido, es el motivo más comón· y ,1 al mismo ~iempo, menos noble de todos los otros. Por lo tanto, si se demuestra, que· la atrición nacida de eSte motivo es buena, la .atrición nacida' de los otros motivos, que son 'me~ores, debe ser· buena a fortiori o con mayor r~ón. ¿Es, pues, buena la atrición nacida del . " temor del :infierno? . Antes de responder a esta pregunta, es preciso. ~dvertir, que hay dos. el ases:. de temor: uno ll~mado simpliciter servili , o simplemente servil, por el cual se detesta.n el peeado y el deseo de pecar y Otf9 llamado serviliter -~er tJilis, o servilmente servil, por el cual s:e detesta el peeado, perp se . retiene el deseo de pecar . . E buena: sus pruebas.
- :Óespué~,' de hecha esta distinción, puede responderse a la anterior pregunta, diciendo: que la atricióD que brota dei temor erviltter servilis, ·es mala, porque ~ \ · p~dor con$erva todavía afecto al pecado. ·Por el eontario, la atrición q~e p!-<>cede del temor simplicite1.' · seroil\s, ~s buena' y útil, pues. el pOOador no tiene afecto al pecado. ·A este propósito dice el Concilio Tridentino, .contra el heresiarca Lu~ero, las palabras s.iguientes: "Si alguno dijere que el temor del jnfie~o, el c~l acu.dimos a la misericordia de Dios, arrepihtiéndonos de
por
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XIII.
Oqntrición tJe corazón: sus clases
181
·los pecados o absteniéndonos de peCa,r, es un ·pecado o hace a los hombres más pecadores, sea anatema". · La Sagrada Escriiura enseña lo mismo con las .sigtiientes palabras: "El principio de la sabidurla es el temor de Dios". La explicación de este texto hecha por la Teología católica es la siguiente: El ptincipio ·de la s.abidurfa es el temor servil de Dios, ya que el temor filial, que procede de la caridad perfecta.,· es la sabiduria consumada. El Divino Maestro Jesucrísto dice, a este prop6sito, las s.iguientes palabras de todos conocidas: 1'No temáis ~ aquéllos que matan el cuerpo, ~~s no pueden matar el alma.; sino temed a Aquél que puede arrojar ~1 alma y el cuerpo al infierno". No sólo en esta ocasión~ sin~ también e~ otras muchísimas,. se amenaza en el Evangelio a los 'pecadore~ con penas, para que, movidos por el. temor seryil, hagan penitencia de sus pecados. .
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· La s.a na razón; iluminada con las poderosas luces de la fe, .está conforme con las sabias enseñanzas de la Iglesia y de la Sagrada Escritura. En efecto: Este temor es .bueno y útil; porque. conduce ·al pecador a la observancia de la santa ley de Dios, conduciéndole así al mismo fin de la ley, que no es otro que la vi~ eterna. ' Stt 'efecto o virtud.
¿Es suficiente la atrición, para justificar al pecador? La atrición sin el Sacramento de la Penitencia, auque sea ·buena y útil y
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Xlll.
El Sacramento del Perdón
· exefuyá la volu~tad de pecar, · no es sufi~iente para ·de-. volver la gracia y .Perdonar los pecado~ por la sencilla '- ruón de que la justificación· consiste en la perfecta ur:üón._con. Dios y el atrito, aunque se separe de las 'crfatu~ y.dé -sus primeros pasos hacia Dios, no se convierte perfectamente a Dios.
o
0
Ahora bien ; todo dolor de los pecados que, por motivo que sea-, lleva consigo la gracia y la . caridad, es llamado contrición. Luego la atrición se convierte, ~n cierto sentido,. en contrición.
'
pensado y meditado articulo y comprenderá·s cuán sa.-
sus sabias y ~s enl,\~as .! J·
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cu~lquier
183
bi~ Y consoladora es la· doctrina de la Iglesia acerca de el!te particular. ¡Dichosos nqsotros Q\1~ profesamot
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Así se explica la expresión mucha~ veces repetida, principalmente entre 'los teólogo.s antiguos, de que · el ·peniten~, e~ virtud de la absolución sacerdotal, "de atrita se hace·.contrito". Esto ho quiere decir que, en virtud de la abs.olució11, el acto de atrición pase a acto de contrición a que la contrición suceda a la atrición, ~ino que el peni~nte atrito recibe por la· absolución 1& graeia santificante y . la virtud de la caridad, ·efectos propios. de la contrición perfecta. ·
clases
He ~quf, ~enévolo lector, expuestas las . dos ci. ses de dolor de 1~ pecados que hay y .cuantO acerca de ~ad~ una de ellas deben saber los católicos que quiera!l merecer el verdadero nombre de tales y recib~, «;uando a ello están obligados, el Sacramento de la Penitencia o del Perdón.
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o
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IU8
M~dita de~acio cada uno de los párrafos .de este
Por el contrario, la atrición con el Sacramento de la PenitenciA justifica al pecador, no ciertamente por ~ misma o por su propia virtud, sino-por virtud del · sacram~nto. Esta es una verdad próxi~a de fe: · La atrición es la condición :req_uerida; para que el sacra.: mento pueda conferir la gracia. La atrición hace desapar-ecer ~~ óbice. u obstáculo de la infusión de la gracia y entonces .el Sacramento la in.funde. ••
Oontrici6n tJ.e corcu6n:
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. El Sacramento del Perd6,.
X IV.
Contrición de comzón : medios para adquirirla
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les y humartas de que disponemos por nosotros mismos. · Debemos, por 'lo tanto, pedírs.elo al Dador de todo bien . y de todo don pe.rfecto.
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Pero, ¿nos lo concederá Dios, si se lo pedimos de ·veras, de todo corazón? De el~ó no debemos tener la menor duda, pues el mismo Dios nos ha dado p~labra formal y s.olemne. En efecto. En el Evangelio de San Mateo, Cap. VII, ver. XI, el Hijo de Dios ·nos dice lo siguie11te: . "Si vosotros, ~iendo malos, .sabéis· dar bienes a vuestros hijos~ ¿cuánto más el Padre celestial ·d ará su buen espíritu al . que se .lo pida?;'
XIV. . CONTRICION DE CORAZON: MÉDIOS PARA ADQUffiffiLA. :Este será el último ·articulo acerca del dolor . de los pecados. Versará acerca d.e los medios prácticos, qué pueden emplearse por los pecadores; para obtener- . 1~. ¿Cuántos·y cuáles son estosmedioa? . Son muchos, . pero se expondrán aq~i tan sól.o los principales. Al que se sirva de estos ~edios:, le será relativamente· fácil alcanzar dicho dolor, no obstante ser tan difícil d.e. ~uyo.
a
1. 'Pedírselo a Dios. \
El pri_mer medio que puede emplearse,
· Pero, para que nuestra oración se~ más eficaz y mej~r éscuchada, ·es inuy conveniente poner por intercesor a Jesucris.to; pues. El mismo dijo: "Todo cuanto J ' pidiéreis a mi · Padre en mi nombre os lo concederá". Así lo hace siempre la' lglesia, .que en todas. sus oraciones al eterno Padre, pone la siguiente terminación: "Por nues.tro Señor Jesucristo". También podemos po.ner por nuestra · intercesora y abogada la Sma. Vir:gen. María, que es la· Omnipotencia Suplicante y madre de pecadores. .
p~ra
obte-
-~er el ve~dadero y auténtico dolor de los pecados, es
pedírselo a Dio's. co~ humildad, confianza· y perseve~an cia. El dolor de los pecados · es ·algo sobrenatur~l, co.mo se ha dicho al exp()ner las cualidades que ha de · ten e~ para ser bueno. Siendo, pues,- algo sobrenatural, no puede o,bteneJ," e con J.a fuerzas meramente natura-
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1
2. Estado del ·a lma eri pecado. '
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El segundo medio, que puede emplearse fructuosamente para excitarse al dolor de los pecados, es pensar con seriedad en el lastimado estado, en que está el ·alma, después de haber pecado gravemente, como
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El Sacramento ·del . Perdó,
XIV.
fo hizo el Hijo pródigo de· que nos habla el Evangelio, · · cuando quiso ~ejar su mala vida y volver a la casa ,· "' .. paterna. Cada hombre peeador es un hijo pródigo en e] .. orden espiritual, .al cual pueden aplicatse todbs los porn;tenorea de 'la famosa parábola del Evangelio..
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3. El pecado, causa .de .la ::inuerte d.e Jesús
¿Qué hizo, pues, el Hijo Pródigo? En prim·e r Jugar, se puso a pellsar muy ·det~.nidamente en su triste . .situación, a saber: en el hambre terrible y en la espantosa inise.r ia que padecía, 'por ha_oer desobe~ecido a su padre y malgastá.do la· ri~a hacienda que .le p~r:te necía. Estos saludables· pensamientos ·le liicieron concebir un gr~de horror a su mal estado y le condujeron, como por la mano, a dejarsu vida d~pravada. En. segundo lugar, el Hijo. pródigo pensó que, con s·u mala vida, había ofendido a ~odo el cielo y a s.u padre: "He pecado contra el cielo y contra ti", dijo, _· · E'so mismo debe hacer todo pecador. Pebe considerar, en primer. lugar, el lastimoso estado espiritual en que se encuentra: muerto de hambre, sin el alimento e piritual de la gracia y en una espantosa mis.eria, ··pues se ·halla despojado -de todas las gracias y dones del. Espíritu Santo: Debe tambi~n ~onsiderar que,. pecando · ha ofendido a todo el cielo: al Padre eterno, . ,que lo crió, al Hijo, que lo redimió y al Espíritu Sa:nto, que lo antificó. ¿No e.s . cierto, . que est~ . reflexión bien ponderada sería s~ficiente para rompérsele el co-. razón de sentim.iento y de dolof?.
Contrición ,de co1·azón: medios para adquirirla
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El tercer medio es considerar, que el que peca, :injuria de un modo especial a Jesucristo, pue~:~, los peca. dos fueron la causa de su af~entosa muerte. ¿Quién desgarró a azotes aquel cuerpo delicado, sino n.uestros des.arreglados apetitos? ¿Quién coronó · de punzantes espinas aquella preciosa cabeza, sino. nuestros ·orgullosos y profan()s pensamientos? ¿Quién cargó s.obre sus . tiernos hombros aquella pesadísima .y . enorme Cruz, sino nuestra vida d~sen:frepaqa y s.ensual? ¿Quién tr~spasó sus ml;ln.os y pies santísimos, · s.ino aquellas acciones feas y ~quellos. malos pasos · que nos conducíail .a ·la perdicrión? ¿Quién abrevó su boca divina con ·' hiel y vinagre, sino nuestros regalos en comida y bebida y ·nuestras conversaciones . poco cristianas? Quién . le abrió s.u costado y traspasó su corazón, sino nuestros afectos ·desordenados? Finalmente, ¿quien le hizo · expirar en úna · c:r:uz, sino nuestras é~lpas, • cuya· satisfacción to~ó a .su cargo? N o cabe ·duda que, para conocer algo de la malicia infinita del peca<Jo y detestarlo de todo . corazón, es muy bueno considerar con atención las muchas penas corporales y espirituales que, para borrarlo,. s.ufrió nuestro benignísimo Salvador, . fij~r · la vista en un cricifijo y meditar cada uno de los pasos de la cruelisima Pasjón de Jesucristo,· . Así lo ~icieron innumerables santos y alcanzaron del Señor un ·dolor sumo
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·. El
acramenlo del P erdón.
X IV.
de' u pecados, no ólo apreciativo, sino también in. ten ivo: · La Sagrada E critura no sólo dice, que nueptros · pecado fueron 'a causa de la Pasión y Muerte del Señor, dice todavía algo má . Mirma, por boca del Apóstol an Pablo, que las culpas. cometidas por los cristia~ no crucifican, en· cierto modo, de nuevo a Jes,ucristo, triunfante ya ·y glorio o en el cielo. He aquí sus propias palabras: "R'ursum crud~igentes in semetipsis Fili~.m Dei. Crucificando de . nuevo "en s.i m~s·mos al Hijo de Dios." Esté h~rrendo pecado comete aquel cri.s tiano que se entrega de nuevo al pecado. ¿No es menestér que. sea de piedra el c:orazón que no se compunja con estas refl~xiones?
Ahora bien. Un Señor, que tantos ·y tan gr~n~es beneficios nos ha .dispensado, ¿no merece ser obede. cido po):' nosotros fielmente en todas las cosas ?No noa comunicó todas estas gracias y prerrogativas, para .t que las empleásemos en su servicio? 'Y, pecando, ¿hemos hecho lo que era del agrado de su divina voluntad? ' . No ciertamente; antes al contrario, hemos convertido sus mismas favores en instrumentos qe s.us ofensas. En efecto:
· 4. Los beneficios de Dios. ~
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Dios nos ha criado, s.a cán,donos de la nada con' la omnipo.tencia de su ·poder ; nos ha dado un alma espi- . ritual y eterna, · dotada de potencias que son reflejo
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de SUS d1vinas· perfecciones; nOfl ha dado un cuerpo, con cinco sentidos admirables; nos ha hecho nacer, po.J;' su · infinita liberalida~ y bondaq, de padres cristianos,; nos ha hecho hijos suyos por medio de la gracia del bautismo; nos ha alimentado innumerables veces, con su propia carne en la Sagrada Eucaristía ; nps, ha conservado .l)asta ahora la vida,. librado de mil peligros de perderla y de' continuo está derramando sobre nosotros s.us misericordias.
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El cuarto medio práctico, que puede ayudar gran. demente a' cons,eguir un profundo arrepentimiento de . los pecados e recoz:ciar y pensar .en los beneficiofl de Dio . El conocimiento de los mismos .dará a conocer . . ·al pecador la gravedad de sus culpas. Pero ¿cuántos y cuáles son eso beneficios? Cii;aré tan sólo algunos de los .principales, porque sería cuestión de nunca .acabar, querer enumerarlos todos.
Contrición í:le corazón: medios para adquirirla
-
. '
· ¿ No es cierto, que el . entendimiento, que nos dio paz:a ·que le conociésemos, ló emplean muchos. pecadores, en. discurrir medos de pecar? La voluntad, que debe enipl~al'se únicamente én .amar a Dios,· ¿no ha puesto su afecto en las criaturas? La memoria, ~os sentidos interiores y exte»iores ¿no han s.ervido como de espada, para quitar la vida a nuestro más insigne bienhechor? El mismo Dios se queja por s.u profeta de· cada uno de ·nosotros, cuando dice al pueblo hebreo estas sentidas palabras: "Qué más podía yo hacer a
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El
acramento del Perdón·
X IV.
.favor v~estro; que no ~aya hecho? Y ¿de qué 'modo \ . . m~ corresponden los pecadores?" _, . La Sagrada Es~ritura nos habla, en el Libto U de lo~ Reyes, de ·lo que sucedió al Rey David, cuapdo, po:r medio del profeta Natán, puso ante sus ojos., por una parte, lbs muchos y grandes beneficios que habfa recibido de· Di.os por otra, la fea ingratitud de él, ofendiendo gravemente a Dios. Al oir David la rela, · · ción d~ tale beneficios y los enormes pecados . por él cométidos, quedó penetratio de un dolOr tan vehemente,· que, no pudiendo contenér o 'en su in"teriÓr, exclamó arrepentido: ."Hay de mí, que he pecado contra mi Señor!" y fué tan eficaz este acto de contrición, que mereció que al instante. se le perdonaran todos los pecados.
¿No será justo y razonable que, al considerar una pérdida tan enorme, el corazón del pecador ,quede completamente penetrado del más vivo sentimiento y amargura? Y, si el pecado es la funesta · raíz de tantas pérdidas y desgracias,· ¿no será lógico y natural que ló aborrezca y deteste? C~ando una perosna s.e nsata pierde una suma considerable ·de ·dinero o _una haeieilua . o "un reino, la pena .que siente en su corazón és tan .. . grande, que n<? tiene palabras suficientes para expr&sarla. En efecto:
y
pé~did~
'
'
Se cuenta de un rey mor.o de Grana~a· que, al eonS.iderar desde una montaña vecina, aquella hermosa ciudad ·que ácab~ban de tornarle las armas cristianas, casi inconsolable se decía ~ si mismo: ¿Es posible qlie yo haya perdido es.ta ciuda~ y todas sus ~quezas? ·
del cielo.
El qufuto medio, para excitar en nosotros. el do. lor de los pecados, es com~iderar la pérdida del cielo. El c~lo es un. lugar dondP se hallan .todos . los bienes, . ·sin experimentars.e mal alguno. O, con otras palabras: El ciel~ es un . reino, dond~ todo ~ s gloria y alegría; donde ·s"e goza de la compañia d~ "los ángeles y de. ·los s,antos y de la Santís4Da Virgen, que resplandece· más. claramente que la luna; donde presi.de Je~ucristo, verdadero sol de justi~ia, qu~ es' el contento de aquella bienaventurada región ; dond~ toda la beátísim~ Trini. dad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, es vista de los bien-
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áventu:r:ados, según su belleza infinita; donde~. en fin, las calles y plazas, ·según dice San Juan en el Apocalip.. sis, 'son de .oro purísimo; las. murallas, de piedras pr~ ciosas; las puertas, de perlas las más brillantes..
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5. · La
Contrición de' corazon: medios para adquirirla
-
. '
Del mismo .modo, ~l pecador, al recordar que, Pc>r su culpa ha perdido, no una ciudad, sino· todo un reino, y no de la tierra sino del c;ielo, debe decirse en· su interior: ¿Es posible que yo,. por un gusto de un instan~ te, por una honra vana, por unos bienes. transitorios, dichosa por una nonada, haya perdido el paraíso.,· región, esa Sión santa? Yo aborrezco desde ahora la causa de tan grandes pérdidas, ·el origen fatal de tantas des.gracias.
esa
..
El
acramento del Perdón
X V.
Propósito d~ enmi~nda: .su Nat., Neces. y Ouali.
6. Los castigos del infierno. El sexto m€dio práctico, para conseguir. un ver. 1 dadero dolor de los pecados, es considerar los castigos del ._infierno, qile Dios tiene preparados para los pecadores empedernidos. San· Bernardo dice muy sabiamente, respecto de e_¡¡ te partic~lar, las siguientes palabras: "Des.ciendan de vivos al infierno, para que no desciendan ~e muerto ". El inf!erno es....lo contrario de la gloria, o sea, un lugar donde se hallan todos los males. siri experimentarse bien alguno. .
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XV.
Como ya queda. dicho; ias condiciones necesarias para ha~er .una buen~ ~onfesión son. cinco: ·examen de conciencia, dolor de c~razón, propós.ito de la e~ienda, conf'esión de boca :y. satisfacción de obra. Habiéndose E:xpuest~ plenamente las pos primeras, o s~á, el examen de conciencia y el dolor de corazón, es. natural que ahora se exponga y explique lo referente a la tercera, o sea, el :ProÍ>ósito d~ la enmi_enda.
En efecto: El pecador que considere seriamente y Ín~ite a~erca de aquellos.-obscuros calabozos, d~ aquel fuego abras~dor, de . aquellas beliid~s amargas, · de aquella rabia, de · aquellos · gritos desconcertados, de aquellos tormentos inexplicables., etc., y pie~se que _todos son pena y castigo del pecado; no podrá meno& _·d€· aborrecerlo y .concebir aquel dolor que se· necesita, para recibir dign~mente el Sacramento de la Penitencia o del Per~ón. . '
He áqui, benévolo· lector, ~:x¡puestos ligeramentelos. pr~ncipales medios que pueden aervir a todo peca. dor, pára obtener un profundo y verdadero dolór de ,los pecados. Como el dolor es lo más necesario e.n la confes.ión, es 'preciso ser$'se ,de tO:dos los medios posibles, para conseguirlo ~ asegurarlo.
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PROPOSITO DE ENMIENDA: SU NATURALEZA, NECESIDAD . Y CUALIDADES.
·En · el presente artíc~lo se. expondrán los. sigui en~ tes puntos, acerca . del propós.ito: 'primero, su .naturaleza, se~undo, su necesidad; y tercero, sus. cualidades. En algunos ·de los ·ar.ticulos. subsig1;1ientes se expondrán algunos temas muy interesantes, que entran de lleno en el propósito y tienen relación directa. con él.
* * • 1. Naturaleza del propóslto. u definición.
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¿Qué es el prop6sito de la· en~ienda? A esta pregunta responde el catecis-
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El
Sacrame~to
del Perdón
mo d.e la Do trina cristiana diciendo: El propósito de · ' . la enmienda es una resolución de ny_nca jamáa ofende; ~ Dios gravemente. La Teologia Moral Cat,lica lo · define con estas palabras: El propósjto es una voluntad de no volver más a. pecar. Ambas son substancialmente sinónimas y expresan la misma idea con distinta palabras. .Que el propósito es. pna voluntad o una resolución verdadera de la voluntad se ·deduce de la Sagrada Ei3critura. Todos ~aben y conocen perfectamente bien aquellos dos tiernos pasajes evangélicos, en los que Jesucris.to ·absuelve a la mujer adúltera y cura al paralitico. Jesús les absuelve ~ sus pecados con la condición; que 'les inlpone, de que no quieran p~car más. En efec~o. Jesús dijo· a la a<Iúltera: No quieras pecar más. Y al paralitico: No quieras pecar. . ·se dice que el ·propósito es · una voluntad, porque es un acto perfectamente deliberado de esta potencia espi~tual del ser huiil&: \ no, por . el .que nos determinamos a -nó pecar más, es decir, no infringiT las leyes santas, que Dios nos ha itnp~esto. Por medio de la voluntad proponemos ser buenos y cumplir con toda fidelidad todos los mandamientos. del Señor. · Su expliCación.
a
Se dice que . el propósjto es una resolución, porque ho es otra cosa, que un acto de la volun.tad, por el cual el pecador resuelve no ofender más a Dios ·., no
... f
XV.
Pr&pósito de énmiei1.da: su Nat., Neces . y Ouali.
195
·entregarse más al pecado. Por medio de una verdadera 'resolución, el pecador se decide a cambiar comple. tamente de vida, dejando para siempre la mala y á.brázando hasta la muerte la buena. El propósito, por lo tanto, no consis.te en sol~s palabras. :Por consigui~te, aun ~ando el penitente diga y. prometa que no volverá más a pecar, nó tendrá propósito .verdadero, .si le falta la v~rdadera resolu~i6n de la voluntad. Los propósitos que consisten so- · lamente en palabras, r,w tie.nen . de tales más. que .la apaz:jencia, son f_ingidos, son pintados y de nada aprovechan .. .1
2. Necesidad del propósito.
¿Es necesario el propósito para hacer una buena -confesión y para obtener el propósito. p~rd6n de . los pecados, -m ediante U'Jla buena confesión? Antes de · responder satis.factori~.. "" . . . mente· a esta pregunta, es preciso decir, para m~jor entendern_os y evitar toda confusión, q~e hay dos clases de propó~ito ·: .uno, llamado explicito o for.mal; y otro, llamado implícito o virtuaL · . Dos clases de
~
El propósito explícito ·consiste en que el pecador piens.e y reflexione acerca de su vida 'futu~a y resuelva de veras no pecar mortalmente durante ella. El impliéito consiste en que el pécador resuelv~ no pecar m_áa en lo sucesivo, pero sin que piense ni medite, de
acramento del j'erdáft
El
XV.
Propósito de enmienda: su Nat., Neces: y Cuali.
197
'
un modo expr~so y formal en su vida .futura. El. pro 7 pósito implicito e contiene por sí mismo, por su mia-· \ .ma. naturaelza, en la contrición o doloLde los pecados. .
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pués de expuestas las dos clases de El implícito. propó ito q~e hay, fácil es responder a la pregunta 9e si es necesario el propósito. El propósito implícito, es ab olutamente necesa·rio, para obte·n.e r la gracia · de la justificación, porque es una .. p8rte esencial del dolor. Y, as.í como la contrición es nec~aria cie necesidad d~ medio y 4e neces~dad de precepto, para poder álc~nzar ·el perdón de. los peeados del mi mo modo y por las mismas razones es nece ario.el proPósito implícito. Suelé decirs.e, y · co~ mucha . razón, que lo que la contrición hace con los pe.cadQs ·pasado_s o cometidos, lo hace el própósito con ios pecados· futuros o por come·suele decirse,, que en cuanto ia contriter. . . Más aún. . Ción mira a) o pasado, e llama dolor, y en c.u anto mira ·a lo futuro se llama propósito. Por consiguiente, pue. de decir e con . toda exactitud, que . el propósitÓ de ,en~ienda es .tan necesario como el dolor de. los pecados, porque ambos son una mis'm a cosa. '
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Todo esto es c.ier~o · del propósito implíEl explicito. cito. ¿Podrá decirs.e lo mismo del pro. . . ·pósito explícito? Los moralistas católicos no están contestes, en la teona. ac~rca de es.te .particular y se dividen en tres opiniones. PerO; ~n la práctic~, todos '
están conte¡;¡tes y no tienen más que una sola opinión. . En efecto. Todos ellos enseñan, que ha de aconsejarse a los pecadores:, que, cuando se acerquen al confesonario, . hagan un propósito explícito de nunca más Pecar; pero que, si los pecadores no lo hacen por descuido, no debe inquietárseles despu~s de confes.ados y debe ser considerada la confes.ión como buena. L~ necesidad del propósito la demuestra .la sana razón, mediante el símil del hijo que ha ofendido a su p~dre.. ¿Podrá alguien decir con toda propiedad,· que un hijo está arrepentido de haber ofendido a su padre, si aquél no tiene el propósíto y la voluntad de no ofenderle más en lo · sucesivo? Evidentemente que nadie se a~reyerá a decir, que tal hijó está arrepentido. Lo mismo hay qüe .decir del pecador que observa la mis:na eonducta para con Úios, su Padre bon.dadoso. .'
~· Cualidades ·dei propósito. ¿Cuáles son las cualidades que ha de tener el pl'opósito de la enmienda, para que sea verdadero y suicero? . A esta pregurita .responden los. moralistas• católicos diciendo; que el ,propósito debe reunir tres c.ualidades, a· saber: debe ser firme, unive.nsal y. eficaz. Es preciso explicar y exponer er contenido y significado de cada una de esta . palabras, para poder cotnpren~er, como conviene, todo su alcance. · . Firme.
El propósito debe s.er, en primer lugar, firme. Esto quiere decir, que el peni~nte debe tener
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·1\J.
. El Sacramento del Perdón
uaa voluntad firme de i10 ~er más en el pecado mor.tal y que debe tener el ánimo dispuesto a no admitir . \ ~ el. peca<Ío en lo ·sucesivo, ni .por el t~mor de los mayol... r · m les ·ni por el deseo de los mayores bienes,. Sin · embargo~ no co?viene hacer comparacioneS pa·rt~ula re , porque las cosas sensibles y materiales mueven más que las . ins.ensibles e .inmateriales. . . Por tanto,_ carecen del propósito firme de no peear rná , aquéllos que resuelven enmendarse, no por todo el tiempo de su vida, dure lo' que dure, como de~ia ser, ino . por una parte de su vida, por'-una temporada; por ejemp!o, por el tiempo de Cuaresma o i>or los días que se rolongue una misión. De éatos decia San Agustín, que "no rompen los pecados'; sino que los interrum- · pen''. Por el contrario, -el ·real profeta -David, según nos consta. por la Sagrada Escritura, tenia la firmeza de _voluntad que debe. tener el verdadero propósito. No se . -contentabA con un,a simple determinación de ·~o pecar, 'ino que, par~ que fuese más con,stante y máa firme, la confirmaba con juramento, pues,. lleno de valentfa - · , . ·y decisión, exclaiJlaba: . ,J'uravi et statui custodire judic.ia ju titiae. tua.. Juré y resqlVí guardar tus santos mandámiento ." El propósito debe ser; en segundo lugar, universal. Esto quiere decir, qu·e debe extender e a todos los petado~ IQortales, no sólo cometi-
r nit·crsal.
·....
X V.
Propós1to de enmienda : su N at., N eces. .y Ouali.
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dos, sino· que pueden cometerse, porque la verdadera .conversió.n a ~ios no puede cons.istir, sino e:rt la ver~ dadera aversión a. todos los pecados mQrtales. Debe, pu~s, extenderse a todos los pecados mortales de pensa~iento, de palabra, de obra y de omi~ión contra la ley de Dios Y de la Iglesia y obligaciones del propio estado u oficio de cada uno. · Las mismas poderosas razones, aducidas anteriormente en otro articulo, para demostfar coil t~da evid~ncia, que el .dolor de los pecados debe ser universal, valen en este caso, para demostrar que el propósito de la enmienda debe ser . también .univeraal. Sería superfluo e inútil repetirlas aquí otra vez,· pues se las supone sabidaa. ·' En cuantO_a los_pecados veniales, para· la validez del sacr~mento basta que el penitente tenga propósito Y~ de evitar al menos uno, ya <le enmendarse de algú~ genero de ellos o· ya de disminuir la frecuencia o el número de los misptos., p~es los pecados vepiales no son .materia necesaria del sacramento. ·No -creo ne~ s~rio ~clarar esta doctrina· tan sencilla .por medi~ de eJemplos prácticos, pu~s el lector puede inventarlos y ponérselos a af mismó.
. El propósito debe ser, eil tercer lugar. eficaz . ' • Efwaz.
Esto qmere decir, _que el penitente debe proponer de veras no sólo evitar el pecado, sino también servirse de todos los medios para evita~ el . pecado y,· de un. modo especial, huir de las ocasiones próximaa de
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acramento del Per~ón XV.
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car. bueno· advertir, que basta que el propósitO ' e efic z ·co~ el afecto, es decir, que uno esté d~spu~s- · to a usar todos los medios· necesarios a s.u alcance. , Por lo ta~to, la futura enrilienda de hecho no es de la e ·. ncia d~l propósitó. · 1 ·.Acerca de· ·la eficacia del propósito es mucho lo que puede y debe decirse. En efecto. Aqui tienen su propio lugar, por ejemi>Io, lo8 temas. de la ocasión ·próxima· de p~ar, del noviazgo, de los bailes, etc., etc. En otros . artículo se dirá algo acerca de estos ternas, tan interesantes y de tanta trascendencia en el negocio de la salvación eterna. La. Moraf' catól~ca ' los. trata en e lugar y los expone con claridad meridiana a la· luz de la Sagrada Escritura, de la Tradición y de la . r ecta 'razón. · ~
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Ahora bastará con decir tan sólo algo acerca de las $t'iwle del propósito eficaz. El-. pecador que cree ~e un modo cierto, que va a caer en los mismos pecadoa _detU>U~ d~ confesado da sospecha cierta de qu.e su propó 1to ' no es ~erdadero, por carecer de la eficacia de que del:!eri_a e tar adornado. L.a razón es la siguiente: imposible, que el penitente que tiene propósito .. eficaz, crea 'con . ~erteza que va a cometer los mismos pecado , cons~ando., como const~, que Dios nunca niega ~u gr:acia al que hace lo que está· de su parte. Sin emb~rgo, el· proJ>4:üto e:fiicaz pued~ ~x~tir con el temor · de recaída, nacido de_la propia .fragilidad pasada. ¿Por qué? Porque, 'para que ~aya verdadero
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Propósito de enmiendfl: su Nat., Neces. y Ouali.
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propósito, basta que haya verdadera voluntad de no · incurrir ·en las mismas faltas graves; y esta. voluntad no excluye el temor de volver a caer, n~cido de la mu. . danza ·de la voluntad humana. . Por eso, la recaída no es si~mpre señal d~ un propós.ito malo, sino muchísimas veces es tan sólo señal de la voluntad mudada. Puede ~uceder m'uy bie~, que uno tenga verfiadero propósito de enmienda: y,· no obstante, poco después peque, como sucedió al apóstol San Pedro, quien, verdaderamente y de todo su coraión, propuso antes morir .que negar Jesucris.to, .y, sin embargo, lo negó. al oír la primera voz de una criada. Es cierto y seguro, que llil enmienda· de la ·mala vida es la' mejor prÚ.eba de que el propósito fué eficaz. Por _eso, aquellos pecadores. que verdaderam-e nte arrepentidos,. no perdonan {lingún medio a su. alcance, para evitar el caer en los mismos. pecados, tienen con certeza verdadero y · eficaz propósito. De ellos hay que de,cir, lo que se die~ de aque_llos enfermos que toman t'b:das .las medicinas a .ellos .PI:escritas por. el médico. · Unos Y otros tienen v-e rdadero· y no fingidp deseo' de · sanar.
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Lo contrario hay que decir, como ley general, de aque!los pecadores que, después de una y otra confe, iún, no se enmiendan de vida y caen en· los mismos pecados graves. Si no ponen en práct ica los· hled'os prescritos por sus confesores, para sanar espiritualmente' hay · que decir qué no tienen v'erdadera oluntad y efi~
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El Sacramento del P erdón
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XVI.
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P1·opósito de enmienda : ocasión de pecar
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, caz propósito. Son cotp.o Q.quellos enfermos. que. no quiet:en tomar las ~edicinas prescritas por el médico:· . Uno Y otros' tienen fingido Y no ~erdadero deseo. .
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He aqui ~xpuestas la naturaleza, la necesidad Y las cualidade¡:¡ del propósito de enmienda a la luz d~ la Teología. Moral ·de la Iglesia católica. i Qué gra.ndlo~ . Y sublime es, en medio de su s.encillez, la doctrma dl. . de la Iglesia! i Qué lógica, nreional Y natural vma . apa. rece ante todos l~s que e~tudian., dicha doctrma sm prejuicios!
XVI. PROPOSITO DE ENMIENDA: OCASION DE PE.OAR. .. ,1 ' ESPUES de expuestas la naturaleza, necesidad y cualidade.s del propósito de la enrnienqa, es necesario qecir algo, como ya se advirtió· antes, acerca de var ios temas. i~teresantes relacionados ~on el propósito. Entre esos .tenias, ocupa el lugar preferente la Ócasión dé pecar, d~ la cual se dirá cuanto sea conveniente.
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. Qué se · entiende pÜr ocasión de pecar y cu.ál es la obligación que existe de .quitarla, serán los dos ppn- . tos. en que se dividirá este artículo y acerca ,de los c~ales se tratará.
* * * i. Naturaleza de la ocasión de peéar. ¿Qué se entiende por ocasjón de pecar? Definici6n Y explicaci6n.
A esta pregunta fácil ·responde la Teo1o-
gfa Moral católica diciendo, que es: 4'Algo exterior al· hombre, que solicita su vo~untad al pe-
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El Sacramento .del Perdón
eado y ·que le da oportunidad de ·pecar". explic!lr brevemente ~sta definición. \
XVI.
Conviene .
La ocasión d~ peca.r Mlici!a la voluntad humana al.pe_cado. En este particular é parece al escá~dalo, . contra el cual Je u~ri to habló tan enérgicamente. ' Tanto una como otro inducen a pecar. ·Sin embargo, para hablar con má propiedad y· exactitud, es preci·o decir , que la no.ta rrtá. cara..cterí tica y saliente del '
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escándalo consiste en inducir a· pecar, lo. cual no sucede en tan a~to grado con la ocas.ión de pecar.
La ocasión d~ peca; es alio . . :-e:z:terwr al hombre. ·Por lo tanto, se diferencia del peligro de 'Pecar, com.p la especie se diferencia del género, us.am;lo un leng'uaje filosófico; pues éste es algo ya exte111o ya interno, qúe mu~ve a pec~r. Por consiguiente, toda oca i6n ·de p~car, que es la especie, es un peligro de ·pecar, que es el género; pero no tQQo peligro de pecar es una ocasión de pecar. A í como todo hombre, que e la especie, es un ·animal; ·mas no todo animal,. que e el género, es un hombre. La oca· ión de pecar es algo exterior al hombre: Por lo .tanto, se djierencia de la fragi'lidad humana; · de las pasiones y de ·los malos hábitos. Todos éstos son algo . interior al· hombre, que eatá dentro de él, mientras que la ocasión es algo esencialmente ext~rior: - "Lá f;~gil'idad humana brota de la misma ~aturaleza, viciada por el pecado original ; las pasiones brotan también de la misma fuente y los malos hábitos pro' ceden de la repeticiÓn de ~ctos malos. . ·
Propósitq de er¡,mienda: ocasión de pecar
. La ocasión de pecar da también oportunidad de pecar. Esta podría decirse que es la c.a racteristica .esencial de la ocasión de pecar y en esto se diferencia · del escándalo. El escándalo solicita ~1 pecado con la fuerza del mal ejemplo, l?ero de suyo no da 9portunidad para pecar. No obstante, tanto la 9casi6n de pecar como el ·escándalo tienen estas dos. características, aun: que en distinto grado.
.1
La oc~sión de pecar se divide ·e n próOcasión p~ó:z:i~a · xima y remota. O.casión, próxima es · y . su ·· exphcactón. · · a1 h omb re, por eJemp · 1o, . a·1go ex tenor un lugar, ~ri Üempo; una cosa, una per'sona u oficio, en q-q.e, colocado, peca con frecuencia; -o que, de su naturaleza o mirada 'la condición del que en ella se encuentra,· le .induce a p~car. Ocasión remota es aquélla· que, ni por su .naturfL}eza, ni atendidas. las circunstanciaa del sujeto, lleva peligro próximo de pecar. ·con- · viene dar una breve exp1icación de la ócasión próxima. La ocasión pr.óxima puede ser un lugar. Uno conoce, por ejemplo, que, por entrar en tal _casa, suele pecar con frecuencia, aunque · no sea ma¡g que de pensamiento. Tal casa es .para él ocasión próxima. .Otro sabe que, por asistir a teatros., cines, salones de baile, sitios de juego o locales donde se bébe, peca gravemente con frecuencia. Todos esos lugares son, sin duda ninguna, ocasión próxima de ·pecar.
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· El
acramento del Perdón
' La .oeasión próxima pu.ede ser un tiempo. Si uno, .p or ejc~plo, poz: ir de ~xcurs.ión o a presenciar ~lgú~ \ )u~go en domingos y dias d'e f iesta, d!!ja con frecuencia · ~e oír la Santa Misa y de cumplir con sus . d~ás deberes :z:-eligio os, no cabe duda, que la circunstancia del tiempo sagrado en que. quiere divertirse, es para él ocas:ón próxima de pecar gravemente. Asis.tir a d.iver··ione. en otr<>S dias de la semana no sería ocasión :próxima de pecar.
esas
La . ocasión próxima puede ser una persona. . Uno sabe, :.por ejemplo, que. sie'm pr e· o casi s iempre . que :va de pa ~o o está a solas con tal .o cual perso~a amiga, cae en pecado grave, cualquiera que éste sea. Esa persona amiga es para él ocasión próx~a de pecar. ... Vn amigo blasfemo, · b<;>rracho, impuro, ladrón, · etc., etc., es para su amigo a .todas · ·luces ocasión próxima de que caiga en los mismos pecados que él tiene coatum~re de ~ometer. "Dime ~on quién ~ndas te diré qüién eres" ,· dice er refrán español.
y
La ocas.ió~ próxima _puede ser. un oficio, cargo o emp eo, que induce a pecar con frec~enci~ a los que · lQ profesa1;1. Tales .son, po~ ejemplo, los' oficios o prOfesiones. de comercia.nte, abogado, ·médico, boticaric o · sastre, por no citar más. Si uno, ¡}or· ra~ón de alguíl.o de estos oficios que profesa, incurre' con frecuencia: en pecados graves., no ca~ duda, que su ofiCio es para él oca ión próxima de pecat. De todo esto se dedúce, que - D:~uchos se ha}Jan en
XV 1. Propósito de enmienda : ocasión de pecar
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ocas.ión próxima, porque, para que ~lgo exterior al hombre sea · ocasión próxima de pecar, no es necesario de . suyo que casi siempre peque el hombre; basta que. ese · algo ·exterior vaya unido con el peligro intrlns~co: y probable de pecar, bién proceda esta probabilidad de la frecuencia de las caídas., bien de la naturaleza misma de la ocasión o de la condición partJcular del sujeto que en ella se encuéntra. .
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. ) ~a ocasión proxima de peca:r; se Ocasión voluntaria divide en l_ibre o voluntaria y nece. e involuntaria. · saria . o involuntaria. La o~sión voluntaria' es aquélla en. la que .se encuentra uno libreme~te .y por s~ ·propia volu.ntad y puede dejarse sin grave ·detrim.entÓ. de la vida, fama, honor o bienes. ·' Po~ ejemplo, .una mala amistad es ocas.i6:ri voluntaria de pecar, porque con ,facilidad se pued~ dejar esa mala amistad. Ocasión involuntaria es aquélla de la que no se . puede uno apartar, . fisiea o. moralmente, como dicen los. teólogos. Por ejemplo,. un médico peca con frecuencia. ejerciendo. su nob~e profesión y no puede deJarla, porque sin ella no tendría con qué sustentarse. Esta ocasión y otras semejantes, que. no pueden dejarse sin graves inconvenientes, se llaman involuntarias.
2. Obligación de evitar la ocasión de pecar. ¿Hay obligación de evitar las ocasiones de pecar?
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El
.la. importante pregunta a la cual se va .a r~s. . ponder .en la egunda p~rte de este articulo. Como hay vari c:a e de oca ion ; pues una_§ son remotas y " otras, P- óxima ; una on libres. y otras, .necestrias; · e ·prec:.~ o resp~nder a esta pregunta despacio y por parte , para evitar t oda ~onfusión. H
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acramenlo del Perdón
aq~Jí
i. Ocasión remota.
¿Hay obligación de evit ar la' ocasión remota de pecar? · A e ta pregunta responde,n negat~vamente la S;grada Escr itura :y la san~· razón, pues; de lo contrario, sería preci o salir de este mundo, ya que ·todas la co~a e han conver tido, p~ causa del pecado original, en oca .·ón r e.mota de pecado para el hombre. La naturaleza humana ·ha quedado, después del pecado original, tan inclinada ·al ·mal, que cualquier objeto, por anto que en .í ea, puede serie ocasión remota. de ·
p~cado:·
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2. OC;Mión próxima voluntaria. ¿Hay · obligación de. evitar la ocasión próxima d e pecar? . A esta pregunta ·hay que dar, co_mo respuesta general, un sí categóriCo. Pero, como .hay varia el., es de ocasión. próxima, para ser más exactos, ·conviene hablar e pe~íficamente de la obli:gaciÓn ·de ev:tar cada una de ellas en particular. Primeramente, hay obHgación de evitar la qcasión próxima vo~untaria.
XVI.
Propósito
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enf!lienda: ocasión de pecar
209
La recta razón ensefia, que todo precepto La razón, que prohibe el pecado, prohibe igualmen., la Escritura · · te .ponerse en ocasión ~ cometer!~ y y la .Jglesia. . manda apartarla, si se halla en ella. Los mandamientos son unos preceptos eficaces que obligan no sólo al fin, sino. también a los medios necesarios para conseguirlo. Y, cornó no se puede tonsegu~r él fi~ dél precepto, s.in quitar el impedimento que es la ocasión, 'de ahí es, . dicen 'los ·mo~aÜstas, qu.e, mandando lhuir !del pecado, que es el fin del mandamiento, queda· también mMldado apartar la oca~Sión que ·impide conseguirlo. La Sagrada. Es.c ritura enseña ló misrpo, de un En el libro del Eclesiástico, Cap. 3, ·' ve.r. 27, se leen las siguientes palabras: "Qui amat pericu1'!lm, in illo penibit. El que ama. el peligro perecerá en él". Con· estas palabras nos manda Dios claramente apartarnos de los peligros de pecar y, por cons.iguiente, huir 'de las. oca~iones próximas ·que llev.an · consigo tales peligro~. mod~ ·expreso..
. La Iglesia enseña: lo mi·smo, al condenar a aquéllos que ens:eñaban, que no se ha de huir de la ocasión próxima, cuando ocurre alguna cosa ú-til u honesta; y también a los que decían, que era lícito buscar direc~am~n te la ocasión próxima de pecar por el bie:t;1 temporal o espiritual, propio o ajeno. Siendo verdadera esta doctrina, ¿qué habrá de decirse de aquéllos que no qui~ren evitar la ocasión pró-
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'El
acramento de.Z Perdón
X VI.
xifna voluntaria de pecar? . Hay que decii de ésos, que no tienen · propó itq eficaz ni verdadero dolor de us. pecado~. Ai querer pel'manecer ~n una oeald6n mor~lmente inseparable de la culpa, demuestran ,que quiere.n el pecado, Sus confesiones son, pues, nula~. La experiencia cotidiana demuestra que, quien se pone en la ocasión pr6.xima de ~r, peca. La Sagrada Escritura nos refiere .varios casos, que pueden adu.ci~se en.... confirmación de e ta doctrina. He aqui algunos de ellos: El santo Rey .. " . David, que tenia un córa~6n según el co.razón de Dios, por una mirada curiosa, cayó en un pecado de adulterio y en otro de homicidio. Salomón, a quien el Señor había llenado de sabi~uria, que superaba la de cqantos ·. le habían precedido, por no s.eparar de su compañía a las mujeres que Dios le prohibió tener: cayó miserablemente ~n gravísimos pecados. . ' Y ¿qué pasó al fuerte Sansón? La E~ritura nos dice, que su esposa lo ató con siete nervios fres.cos y los rompió ~on' tanta facilidad como si fuer~n de e~to .pa; después lo ató con ~uerdas nuevas· y las hizo pedazos como hilachas de tela; tercera vez lo sujetó, clav~do las. s.iete trenzas de s.us cabellos en ti~rra con un grueso clavo, y arra~có' el clavo y escapó de · ~anos de sus· enemigos; finalmenté, la cuarta vez· se dejó cortar los cabellos y · no 'pudo' huir del Poder de los filisteos, que le. sacáron ,loa ~jos, le cargaron de
Propósito de enmienda: ocasión de pecar
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cadenas y, éncerrado en una cárcel, le hacfan mover ·una piedra de tahona, como si fuera una bestia. . P~ra terminar de aducir casos, pondré el ejemplo de. San Pedro. Este prometió a ~su Divino Maestro, que no le abandonaría jamás, aun cuando los demáa apóstoles le dejaran, y que ida ·con El hasta la muerte. El mismo Jesucristo hizo especial oración par él, para que perseverase costartte en su servicio y fidelidad. Sin ~mbargo, po~iéndos.e por su 'propia voluntad en· la ocasión mezclándose con Jos enemigos de Jesús, negó tres veces.
La crp riencia.
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Todos estos . ejemplos nos dernuestrán has.ta la que debemos huir lejos, muy 'lejos, de todo peligro, si que-remos conservar la gracia, especialment'e cuando hemos expetimentado nues.tra fl9:.queza, puestos en aquellas o semejantes ocasiones. · No importa seamos tan santos, como David. o tan sabios como Salomón o tan fuertes como· Sans.ón o eStemos tan resuelto; como San Pédro, caer~mos . como ellos, · si como -ellos· nos ponemos voluntar.iamente en la. ocasión de· pecar. evidenci~,
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En coilfirmaci~n de esta sana doctri• na, ·pueden .aducirs.e·también yarlos refranes españoles, llenos de filos.offa popular. De todos es conocido el siguiente: "La ocasión hace ~1 ladrón'h. Esta sentencia quiere decir, que muchas veces se hac~n cosas malas. que no se habían pensado hacer, por verse en la oportunidad de· ejecutarlas. Este reLos rP-franél.
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El
21°
XV/.
acramento del Perdón
conocido, aunque quizá no ta~to' como el anterior, el siguiente. refrán: "Cantarillo que muchas vece~ . va a la fuente, .o deja el asa o la frente". Este refrán advierte, que· el que frecuentemente se expone a las ·oca iones, peligra en ellas. ¿Qué sucede a la mayor parte de lo aviadores;-en tiempo de guerra· por muy expertos q.ue sean? ·¿ ~ué pasa a la mayoría de los toreros,.' por muy · famosos. que s'e an? · La hi toria demuestra, que un alto porcentaje de ellos ·muere trágicamente, víctima de su peligrosísima pro-· fesión . . Lo mismo pasa, pues, a aquéllos que s~ ponen · en oca íón próxima de pecar . . Má~ pronto o más tarde son víctimas de su indiscreción o imprudencia. ·
Ta~bién ~¡¡
itaré, finalmente, otro refrán; que 'habla . muy - álto en favor de la doctrina que estamos explicando. \ Es el siguiente: 1'Quien quita la ocasión,' quita el pecado" . La ·mayor parte de aquellos pecadores que huyen de las ocasiones de pecar, consiguen con facili. dad enmendar s.u vida; por muy. arraigado que tengan el ·hábito de pecar~ Esto es lo ·que enseña la experien· cia, q_Úe es maestra de la vida. 3. · Oeasión próxima ínvoluntá.ria. ¿Hay obligación . de evitar la oeasjón próxi-
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roa involunta·ria? · A esta pregunta responden la sana . razón y la Sagrada Escritura diciendo, que hay obligación ira ve de evitarla, o al menos, cuando ·otra cosa . no . sea posrble, procurar que de próxim~, mediante .las diligencias del penitente, pase a remota. .
frán es .e pecial~ente verdadero en .pecados contra 1~ virtud angélica de la pureza, por la vehemente inclina- · · ción dé la caída naturllle~ humana hacia esa clase de ~ pecado . · -'
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Propósito de enmienda: ocasión de pec_ar
¿Cuáles. son los medios par convertir una ocasión próxima en r-e mota? Según la Teología Moral, esos medios son . de dos clases : unos , de orden· sobrenatural; y otros, de orden natural. Los de orden .sobrenatur~l son, entre otro~ de menor ipl.portancia, los s,i guientes: la .oración, principalmente cuando la tentación acomete; la meditación, espec~~l mente de los Novísimos; la frecuencia de los sacramentos;. la .cotidiana. reno.vación del .propósito de nunca jamás: pecar y la mortificación. . 1 Medios
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- Cuando, despué·s de una y otra confesión, el pecador sigue cayendo ' en· los mismos. graves pecados, sin ningun~ o sin casi ningu~a enmienda, a pesar de que ~~ dice que pone en ·práctica todos estos medios, . entonces la Sag:rada · Escritu!a y la recta ¡:azón eri&eñari, que es preciso eyitar la ocas.ión a toda costa, apartar~ · de ella y cortar sin compasión por lo sano, 'siendo éste el princ~pal m'edio de orden natural para convertir la ocasión próxima en re~Qta. Que hay obligación de apartarse de la o• casión próxima involuntaria qe pecar, nos enseña claramente el Divino Maestro Jeu.cristo, en vario& lugares d~l Evangelio. En el Evan-
l.n "agrada Escritura.
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~
El
acramento del . Perdón
X VI.
Como si este lenguaje no fuese suficiente, el mis- · , mo Jesucristo dice, en el EvangeliQ de San Mateo, Cap. 10, v. 35 : "Yo he venido a sep~ar al hijo. de su padre, y a la hija de eu _madre, y a la nuera de su sue-
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gra". · Para enéarecer más, lo dicho, lo resume todo en una, sente:ncia, formidable para los que no se hallan dispUestos a seguir su divina doctrina. He aqui su$ palabras, tomadas de San Mateo, Cap. 10, v. 37: :"El que ama a su padre o madre más que a mf, no merece ¡ . ser mio, y el que ama a su hijo o hija máS, que a mf, no es tampoco digno de mf". · Esta doctrina tiene, según el común sentir de los teólogos y 'de los · Santos, especial apljcación, cuando las men~ionadaá personas son ocaaión de pecar.
g lio de San Mateo, Cap. 16, v. 26, dice las siguientés ' palabras :· "~orque ¿de qué le sirve al h~mbre ganar· todo el m un do, si pierde su alma ? O ¿con qué cambio ; ·podrá el hombre r escatada, una vez perdida?" Los moralistas aducen . estas palabras, para demos,trar la obl~ación de evitar la ocasión próxima involu!ltaria de pecar, aunque los pecadores hayan de per~er los biene de fortuna, la fama; la honra y la misma vida, porque vale más el alma y la vida eterna que los bie-nes temporaies. Quizá alguien ·ten~a por demasiado aevera esta doCtrina y diga, qué es impósible ponerla. en práctica. Pero, no es rigorismo, sino verdad sól.ida, incontrastable, 9ue no·. puede negarse, el!,señada por Jesucristo y practicada por los Santos. Jesucristo dice tampién, en · el Evangelio de San Mateo, cap. 5, vs,. 29 y SO: "Si tu ojo dere~ho es para ti una ocasión de pecar, sácalo y arrójalo fu~ra de ti; pues mejor .te está el perder . uno de t~s mie~bros, que. no que todo tu cuerpO sea arrojado\&} infierno. Y, si es tu mano derecha, la que te irve ~e escándalo o' incita a :pecar, córtala y tírala le jo de ti; pues mejor te está que pere.zca uno de tus - · • .. miembros, que ':10 el q~e vaya todo · tu c.uerpo al infierno."
Propósito de enmienda: ocasión de pecar ·
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En verdad. ¿Cuándo se deberá p~ner en práctica esta doctrina, realizando la. s.eparación que nos intima, aunque sea muy sensible, sino cuando un hijo no puede habitAr con la hermana o con ·la madre, sino ofendiendo a Jesucristo? ¿En qué ocasión más oportuna y conveniente ·puede·n tener lugar las p~labras del Salvador? El que rehus.a apa~rse de dicha ocasión por no dejar la familia, ¿no ama a su familia más que a Dios? ¿No es de éstos, de quienes dijo Jesucristo, en ~1 Evangelio de· San ~teo, Cap. 10, v.. ·as, qu'e "el que se avergonzare. de confesarme delan.te de los hombres, talmbién yo me avergonzaré de confesarle Por mio delante de mi Padre, que está en los cielos.?" La Sagrada Escrit ura, en el Cap. 21 del Génesis, nos relata, a este propósito, un elocuente ~jem plo, digno de ser imitado por muchos ·que viven en ocasión próxima necesaria de pecar: Viendo Sara, que Ismael, qijo de Agar, perseguía a su hijo Isaac
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•· XVII.
El. acramento del Perdón
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Prop6s. de En m. : excusas de los ocasionarios
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· dijo a braham, ~u marido, que echase de su .c asa a. 1 rnael c~n . su madre Agar. Abraharn~ aun cuando sentia en ~an manera, apartár de sí a Agar--que era su egundá mujer-con I~mael su hijo, lo ejecutó, porque ' "" ' Dios aprobaba la re$olución de Sara. . 1
XVII. PROPOSITO 'DE ENMIENDA: EXCUSAS DE LOS OCASIONARlOS.
Benévolo lector: He aquí expuestas la naturáleza de la oca ión de pecar y la obligación grave, que hay de evitarla, E tuaia despacio y medita seriamente esta doctrina divina, que tanta importancia y trascendencia · puede tener en tu vitla espi~ual.
DESPUES de haber expuesto, en el artículo' ante-
·si, por desgracia; tú. perteneces á alguno· de esos grupos de pecadores, llamados por los 'moralistas, ocasioharios, consuetudinarios o reincidentes, entonces debe estudiar iná cuidadosameñte esta doctrina. Es imposiblé de todo punto tener verdadero deseo de no querer pee;ar más y d.e querer enmendarse de los paado excesos, y, por otra parte, no querer. tomar y ]><)~er en práctica los medios,para conseguirlo.
.1
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rior, la sana y auténtica doctri~a. de la Te<?logia& Moral católica, acerca dé la ocasión de pecar, es lógico que en el presente se expongan y refutén las fútiles e inconsistentes. excusas, que los ocasionarios suelen al~ gar, para poder · continuar viviendo en las ocasiones de pecar, que son· causa de sus múlt!ples y graves caídas: Los. ocasionarlos a~eptan teóricamente la sabia doctrina de la Igl~sia acerca de la naturaleza de la.ocasi~n próxima de pecar y acerca de la obligación grR.ve que ellos tienen de evitarla; . pero prácticamente. no la aceptan, porque adu~en no pocas razones, en virtud de las cuales ellos creeri que están exentos de evitar la ocasión próxima· de pecar y que pueden vivir tranquilamente en ella. ¿Cuáles son las principales exc.u sa.s.. · que los ocasionarías suelen alegar, par& continuar viviendo en
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El Sacramento del Perdón
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· la ocasión próxima de pecar, de tan fatales y funestas consecuencias para sus almas? Las .excus~s más prin~ ' . cipales' ..¡ má poderosas se reducen a las tres siguien. tes: firmeza de propósito de no pecar, que ellos dicen te!ler ; necesidad en .que ae hallan ; y-deshonra en que inaurrirían, si trataran de evitarla. Se dirá algo' acerca d~ cada una ·de ellas en particular.
•• • • l. Firmeza de propósito de no pecar. Encuentra el, confesot que una persona peca a menudo mortalmente y, después de la excusa de va~ias ·pregu.n tas que le paee, averigua que es porque se halla continuamente en ocasión próxima de ·pecar. El confesor, corno es natural, le . manifiesta la obligación grave~que tiene de ~vitar di-· .cha ocasión, ·para ¡)od.erse enmendar y recibir· dignamente el Sacramento. de la Pénitencia o del Perdón. E po iCi.ón
Eptol\ces, ·esa persona pecadora ·replica al confe-' -sor, diciéndole: "Yo no puedo hac~r tanto -como Ud. ' me pide. Yo teng-o el firme propósito de no pecar más. Uno no peca,. si uno no quiere; y yo no quiero pecar. _ No evitaré, pues, la ocasión de pecar, .corno Ud. m~ lo · · pide, petó haré todo lo ·posible p~a no pecar, viviendo en - e~· ocasión." · La razón la· r efuta.
Esto es lo que ordinariamente suel~Íl deci.r aquéllos, que no desean de veras .convertirse. Pero e.sta vana persuasión en
X VII . . Propós. de E nm.: excusas de los ocasiona:ios
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que e!)tán, es un . engaño de Satanás, con el cual éste quiere mantenerlos hasta la hora ,de la muerte en la culpa. Es una locura decir que no se quiere pecar y, no apartarse del ·peligro, de la ocas.ión ·de pecar. ¿No diríamos que es un loco, aquél que no quie. re que le roben y deja de noche abierta la puerta de su casa? ¿No sería tenido por hombre sin juicio, el que dijera que no quiere que le maten y, no o·b stanté, pone la espada en . manos de sus· enemigos? ¿No · s~ría tenido por un insensato el que dijere qtie no quiere .t ener S.ed y · no dej.are de comer sal? ¿No pensaríamos lo mismo del que, no queriendo calentarse, se acercase al fuego? Estos similes y otros que podrían ponerse, no , pueden ser inás ·claros y convincentes. ·Porque, en verdad,_¿qué ·importa .que una persona pecadora diga que no quiere pecar, si deja abierta la puerta de la ocas.ión, pone .la espada de s~ flaqueza en manos del demonio, irrita la sed del. apetito con la sal de la. conversa. ció.n y no cesa de acercarse al fuego de la concupisce:ttcia? . Mientras no huya del peligro, es cíerto que será inévitable su ruina espiritual. La temeridad d~ esta conducta se pone también de manifiesto con los. ejemplo.s, que ·la Sagrada Escritura nos 'ref iere, acerca .de los graves pecados en que incurrieron per onas santas y dota<Ías de firmeza de propósito · de La experiencia la r echaza.
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.. El
acramMto del P.erdón·
X VII. Propós. de Enm.: excusas de los ocasionarios
no pecar, pero ·que no f ueron cuidadosas en evitar las ' oca ione . Todos aben la triste his.toria de .las ~asti mo as caída ' del ~nto profeta David, del áabio rey Salomón de!" fuerte juez del pu hlo de Dios, Sansón, ·y del re uelto Príncipe de los apóstoles, Ped·roJ Todos é ~os . pecaron únicamente porque no evitaron la ocasión de pecar. La primeré}. excu a pues, no tiene ninguna consistencia· ni qefensa y queda completamente refutada . . Es preci o, por lo tanto. qbedecer....ciegamente al confeor, cuando manda huir de la ocasión. De lo contra. rio, la continuas recaídas ·graves."son segil·ras ·~ inevitables.
2.
Nec~sidad
en que se
bal1an • .
Cuaodo el celoso y sabio confesor impone a un penit ente la. obligación de qui1 .n ¡cus11. . . tar la ocasión de pecar, especiaÍmente . .· si ésta es alguna persona, es frecuente el caso de que e e pen~tente replique al co~es,or, diciéndole: "No puedo separarme ·de esa per sona, aunq.ue ella me sea · • ocasió~ . de· pec~do, ~rqu e me es ab'solut.a mente necearía para la vida o para la buena marcha de mis negocios. Sin. ella .no podría yo. hacer nada y no .sé qué ería de mi". N.&po icwn dt
A esta: excusa, cuy~· peso y _f uerza no . pueden negarse, responde ~ Moral católica, basada en la Sagra-
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da Escritura y en los Santos Padres, diciendo: que, no obstánte lá necesidad en . que ese penitente pueda ha)larse de esa persona, si ella le es ocasión pr~xima d~ pecar ·gravemente, debe en conciencia convertirla .en remota o quitarla por completo. La refutación de esta excusa se halla contenida ·e n el artículo anterior. Sin embargo, s.e dirá aquí algo más acerca de este particular. Jesucristo dice, en el Evangelio de San Mateo, C.ap. · 5, . vs, 29 y · 3.0: "Si tu. ojo derecho es para ti una ocasión de pecar, sácalo y arrójalo f uera de ti, pues mejor te ·está perder ·uno de tus .miembros, que no que todo tu cuerpo ·sea. arrojado al infierno. Y, si es tu ma~o derecha la que te sirve de escándalo o i:pcita a pecar, córtala y tírala lejos. de . ti ; pues mejor te está que perezca uno . de tu ~ miembros, que . . no el que vaya todo tu cuerpo .al infierno''. Bajo el. nombre de ojo derecho y mano . . ' d erec~a vienen comprendidas ~as. personas que nos. son más necesarias. 'Doctrina de de J esús.
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Al pecador que no quiere de~prenderse de una persona, que le es ocasión de peca-r, porque dice que la necesita, Nuestro Señor Jesucristo le repite las pálabras que muchas veces. dijo a las multitudes que le seguían, a saber: "Buscad primero el reino de Dios Y su justicia"--o sea, el cumplimiento. de sus prece"Q.o
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• El
acramento del P'erd6n
tos-,· "y todo lo demás"-o sea, comida, bebida, ves\
tido y habitación_:_, "se os. dará. ¡>or añadidura". ¿No dice David que: . "nunca vió a ninguna peraonp de bien, désamparada ni que buscase el pan de puerta en puerta?" LoS. ·Santos Padres enseñan la misma doctrina. San Agustín y San C~isóstomo, comentandq el pasaje del Evangelio que acabo ·de citar, se expres.an de · este modo: · "Si alguna :persona es tan ne:cesária 'como el oj() dereého o la .mano derecha Y te es ocasión de pecar, llO S.6lo debes apartarte de · su compañía, sino_ sacarla de casa y echarla de tu lado: Abscinde, dice el Evangelio; projice aba· te, palabras que denotan vjolencia". San Jerónimo añade: "En el ojo de~ecbo y en la mano derecha se entienden el amor y afecto de herínanos, mujer, hij~s y ·pa. rie'ntes; los Cll;ales, si nos son impedime~to de servir a Dios y nos mueven a pecar, debemos arrancados de nosotros". Lo Santo Ptidres.
E~ cierto que, si una persona· ama tanto á Dios
que ábandona . ~as' ras con~eniencias para no pecar, ·Dioll Nuestro Señor cuidará de ella con una .éspecial providencia; si se le cierra· una puerta, se le abrirá otra. Dios la sustenta pecando · y ofendiéndole; ¿y no la sustentará observando su santa ley? · Esto seria hac~r ~:~na injuria g:ravisi~ a la imilensa bondad de nuestro Dios.. ' ·
XVÍI.
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Pr.op6s. de E nm.: excusas de los ocasionarios
3. ·D~honra que se les .sigue. La excusa más. ordinaria, que suelen .alegar los ocasionarios, es: "Que SI. des- l · piden a la persona que es causa de su tropiezo, se seguirá escándalo, el púplico vend·r á ~ri conc:c:; miento de sus pecados y se les seguirá gr.a.ve mfam1a · Mas este ~odo de discurrir y argumentar no ~s mas ·que un pretexto, para no dejar el pecado en que viven. : 'Exposici6n de la excusa.
En efectó: O el público murmura ·ya o Refutación de .no; no hay término medio. Si murmula misma. ra, esta murmuración es un nuevo titulo· p~ra quíta·r la oca~ión ; y el único medio, para que ·' n~ murmure, es. apartarla. De ese ~odo juzgará el público: 0 que no h'abia nad,a malo o· que, si lo habfa, el pecadQr cumple con su deber, evitándolo; de manera ~ue, en vez del escándalo que se supone, r~sulta siempre edificación. Si no se murm'ura,. ¿qué mconVEmiente hay en quitar la ocasión de pecar? Por desgracia, ·sucede muy frecuentemente que, mientras el pecador ocasionario cree que ~adie sabe su pecado, toda 'la calle,· todo el vecindario y quizás toda la población es.tá enterada de lo que pasa. C'!-ando los parientes riñen entre si y no s~ tratan ni comuni· can como antes, dan un verdadero escánda~o Y com.e ten un pecado mortal; y, no ~bstante~ no reparan en ello. y en este caso, en el que no se sigue ningún escán. dalo, reparan mucho y tratan de evitarlo. '
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XVII. Pr.opós. de Efltm.: excusas de los ocasionarios
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El Sacramento del Perdón
.Si una _riada roba en la casa, la echáis al momen~ ' to; si ~ntentara daros veneno o quitaros. por otro me-· ·~io la vida, de seguro que no la sufriríais. a vuestro lado;. si.. en la casa que frecuentáis entrara la ~ste, no iríais mientras durara el contagio. Y ¿no sacaréis de casa a quien os roba el alma, os. da el vene~o de la culpa Y ·la muérte del pecado? ¿Volveréis de nuevo a . aqu~l Jugar· apestado por la culpa? Más todavía. Si el confesor ptometiesc ·.una suma grande de dinero a aquella .persona que no quiere qui_tar la ocasión próxima de pecar, porque dice que se le ya a seguir infamia, ¿ n().. buscaría pretextos para quitarla, sin repa_rar lo más mínimo en el es.cándalo? Y; sin embargo, ptometiéndole Dios Nuestro Señor mucho más sin comparación, pues le promete el cielo . cumplir con su deber. ' no quiere •,
Es .á excusa es, pue~, más vana e. inconsistente que las otras dós. Lo único, que el ocasionarlo debe hacer y 'neeesita, ·es huir de la· ocasión, no mir¡ar las conveni~nc-ias temporales, preferir lós ·bienes del ·cielo a los de la t~errá •. el aima al c1:1erpo, Dios a la criatura, Y pepsar en la muerte, que pára siempre nos ha de separar de las cosas. que más amamos. .
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El ocasionario - !o mismo .que ~1 con Cualidades suet.udinario y el reincidente -, para del canf~or. bien confesarse- y enmendar. su . vida, debe buscar aquellos confesores que, sin adulación, le
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digan la verdad,. aunqué algunas vece's amargue y sepa mal oírla. Debe buscar aquellos confes.ores que sean: maes.tros sabios y prudente!, que enseñen el ve~da-: dero camino del cielo; médicos caritativos, que curen la:s enfermedades del alma; jueces íntegros, que juzguen con rectitud la conciencia y padres bondadosos, que corrijan fuerte y . gravemente . al mismo tiempo.
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Hablando acerca de los confesore" · de esta clase de .pecl:ldores, decía e] · venerable maes,tro Avila: que "el confesor se había de elegir entre mil'~;, y San Francisco de Sales añadía: que "entre .diez mil". El confe.. sor es el médico de las almas. Por eso, la· razón dicta que, pará su elecci9n debe ponerse, a lo menos, el cuidp.do que se pone en la elección del médico del cuerpo. ·Así como el que es verdaderamente prudente no quiere que su médico ~ea indulgente, sino que, según las reglas de la dencia médica, ordene bebidas amargas, corte y queme su .carne, cuando la neces,idad lo e~i ge; así el ocasio~ario, que quiere de veras corregirse,. no debe buscar un médico 'espiritual que 'le imponga penitencias ligeras o le engañe con una curación paliada, sino q~e, por ei contrario, aplique el h~erro y el fuego a la raiz del mal,· a sus malas y antiguas inclinaciones y le trate c9n aquel prudente y justo ri&:ar que mandan las santas leyes de la Moral católica. He aqui expuestas y refutadas ·la~ tres principales excusas que los· pecadores. que no quieren apartar-
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XVIII.
El Sacramento del P8rdón
se la ocasión de pecar, suelen aducir. Ninguna de eüas es razonable ni está basada en argumento. fii-ine; ~r eso, e ' tan fácil 4emostrar su carencia de fuetza. La única razó~, en que se fundin, es la adhesión de la voluntad al pecado, o, lo que es lo mismo, 1a falta de · · ~ficacia en ·el propósito de eiliJllienda . .El propósito, que no está dotado de la· cualidad de la eficacia, no merece el nombre d~ tal y es falso y aparente. El pecador que, para seguir pecando, busca un confesor demasiado blando, nO' obtiene el pe~ón de sus pecados, aun cuando. el confesor le .dé la absolución. Para que : haya perdón de pecados, se ·requiere verdadero propósito de la enmienda por parte del penitente. ·. Es claro que el pecador que quiere seguir pecando, no tiene. tá.I pro.pósito. ·
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Propós. de Enm.: Naturaleza del ·noviázgo
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XVITI. ·P ROPOSITO DE ENMIENDA: NATURALlJjZA DEL NOVJ4ZGO ·oESPUES de lo dicho hasta aquí respecto de la oca- · sión próxima de pec~r. es justo decir ahora a~o a- . cerca de un tema muy intei'esimte y de . siempre palpitante actualidád. ·Me refiero al Novi~go o relacione~ amor~sas et;ttre jóvenes de diÍerente sexo, que desean ·' contraer ma~i'imot;tio. · Est&<s relaciones han existido deade .que existe la humanidad, existen en nuestros días y existirán ha~ta la consumaci6n de los siglos; lo mismo · que el matrimonio. '
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· La doctrina éatólica acerca del Noviazgo, se h,alla irnplicitamente expl;leSta .en el artículo . titulado:· Oea·sión• de pecar. Bien considerado, este tet;na no és mas q~e una si~ple aplicación, a un a~pecto de la vida práctica, de la doctrina moral d~ la Iglesia acerca de la ocasión próxima de pecar. Por eso, toda la doctrina acerca del Noviazgo podría reducirse .a lo siguiente: Si el Noviazgo es para los novios ocas~ón próxima de pecar gravemente, es ilícito; en el caso contrario, ea licito.
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El Saúamento del Perd6n XVIII.
¿ uá . s son lo puntos. que deben exponerse y ex. plicar e e ramente acerca del Noviazgo, para instruir · débidamente ~ no pocos jóvenes y padres católicos, ·que ~nta confu _ión e ignorancia tienen acerca de este \ ..a unto de importancia trascendental? Los puntos ri~cipales que acerc'a del Noviazgo deben expooors.e on C\latro: primero, u naturaleza; segundo, su n~e. sidad ;· tercero, permiso de los padres para tenerl?; y cu rto, excusas de hijos y padres, para legitimar el n<>. viazgo ilicito.
Por eso el noviazgo es solamente pecado, cu¡¡,ndo se hacé con mal motivo, perversos fines o circunstan:.. c~as no honestas. Decir generalmente, que el noviazgo ·es pecado siempre, es un error into~erable; y decir que jamás lo es, es 1.1na relajacióp. escandalosa.· La verdad -está en_el justo. medio ; el noviazgo es lfcito, si se hace como la ley de Dios y la recta razón dic~an; es ·ilícito, s·i le falta alguna de las condiciones exigidas por éstas.
Naturaleza dei Noviazgo.
l. Motivo licito del ~oviazgo.
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Se dice· en Teol~gía moral, que una cosa es pecado por su ~énero o naturaleza, cuando en ninguna c~r cunstanc!a puede hacerse sin ofe'nd~r a Dios. Por ~j~mplo, blasfemar, odiar a Dios, mentir, . calunuli~r, etc.,· etc., son pecados por S.\1 natural~za, porque nunca
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. puede darse motivo alguno que auto,rice y haga lfcitos aemeja~tes actos.
• • • ¿Qué es el noviazgo? · El noviazgo rio es otra cosa, q~e el conjunto de relaciones. amorosas entre dos per. sonas de distinto sexo, habidas en el tiempo que pre. _. cede a matrimonio . . El noviazgo, moralment~ hablando, ¿es. lícito y bu~no? A ·esta pregunta hay que responder con los teólogos católicos diciendo, que el n<>via~go por su naturaleza o d,e suyo es lícito, bueno y ~audable, cuándo el _motivo, el fin y las circuns.tancias que le acompañan son decentes; pero . . que, en el caso . . contrario, es malo e ilícito.
Propós. de Enm.: Naturaleza del nÓ1Jiazgo '
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_, ¿Cuál es el único motivo que hace lícito ·el noviazgo? Ese motivo es el deseo de contraer matrimonio. El matrimonio es santo e~ razón de su origen. Dios es el que lo instituyó. después de haber creado a Eva, nuestra primera madre. M~s tarde Jesucristo. en las. bodas de Caná de Galilea, lo elevó a la dignidad de sacramen:.. to. Es tan grande y tan santo como cualquiéra de los otros sacramento·s y más.necesario, para la co.nservacÍón del género ·humano, que todos los demás. Por ,eso es querido y preceptuado. por Dios a la generalidad de los. hombres. Por lo tanto, no es motivo suficiente· ni legítimo, es lícito tomar el noviazgo como . cosa de entreti:. nimiento y por puro pasatiempo, por divertirse y si~ ni
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El Sacramento del 'P erdón
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ánimo. de .c asar se. Mucho menos es. licito ·hacer el noviazgo por un . motivo málo, como sería para engañar 9 S du.cir, hablar COSa torpes y ql}izás hacer acciones ' nada honestas. En e tos casos, talea relaciones amo\.. 1 ro as son evidentemente ilicitas. 2. Fin licito del Noviazgo.
XVI{ l . Propós. de E nm.: Naturaleza del noviazgo
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Si· en e~ noviazgo .se estudiaran estas cosas, no .habría lugar después a esas quejas, 'que con frecuencia ae oyen a personas casadas, que se lamentan de la impiedad. e irreligiosidad de sus consortes y de que muchas veces éstos no las permiten cumplir con sus· dt!beres religiosos, como a1ello están obligadas, ·para ser buenas cristianas. Segu·ndo: ~a laboriosidad' o el. espfritu de trabajo. La .laboriosidad es or.igen de muchos y grandes bienes en los órdenes físico, intelectual y moral. El trabajo es una ley impuesta por ·Dios a los. hijo.s ·de .Adán pecador. Ese mismoDios, por boca.del apóstol San Pablo, dice: "El que no t~aba.ja, que no coma". Las personas trabajadoras son bendecidas · por Dios y por los hombres.
L a laboriosidad.
¿Cuál e·s. el fin que hace licito el noviazgo? Ese fin .es conocerse el ' uno ar otro, a saber: si son buenos cristia~os, · si ~ienen buen carácter, el mi mo criterio, e piritus afines, parecidas te:ridencia.s, idénti.ca fé, igual educación, proporcionalidad de edad y ·de fortuna, etc., - etc. En una palabra; si, casándos.e, podrán ser felices y vivir ·santamente e:ri el e tado del matrimomo. Todas estas cosas, que deben ser objeto de estudio dur ant e e~ noviazgo, se r educen a tre : Ja p¡edad, la laboriosidad y el carácter del futuro - ·có'nyuge. ·· \
Primero: la piedad o religiosidad. · · ¿Cumple mi pretendiente sus ,debe-- . , res par~. con Dios? . ¿N . .o tiene ninguno· de. esos vicios públicos y e~cand.alosos conde~ados por la ley del Señor? ·. ¿Guarda los mandamientós de la Iglesia, yendo . a misa todos los domingos y dias. festivos, confésando ' y comulgando siquiera una vez al año, cumpliendo las leyes del ay\liit) y la abstinencia? · ¿Es res¡)etuoso con los sacerdotes .y eón las co~as. _santas? La f"t ligio idad.
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·Por . el contrario, la ociosidad es madre de todos los. vicios. La Sagrada Escritura dice ·a este propó- . sito: "¡Ay del .perezoso !" . Si en el noviazgo se tratara de .conocer esto, tampoco se oirían con frecuencia esas quejas de perso~as casadas, que se lamentan .de que Sl:IS consortes. son uno-s ~olgazanes. · Tercero:. ·el carácter. Hay mucha di~er sida.d. a.e caracteres, de tal modo que una persona no puede congeniar con. otra de ninguna manera, aun prescindiendo de mala voluntad. U:ttos son antipáticos para con otros sin sab~r J?Or qué, y sin que, por consiguiente, haya en ello n·ingún pecad.o. Sienten una antipatia nat.ural, involuntaria e invenci-
E l carácter.
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·.. El Sacramento del Perdón
ble. or otra parte, hay caracteres .que ·congenian ' con·lá inayor facilidad ·con cualesquiera otro!\, que g-ozan . de u~a· ductilidad espiritual verdaderamente admirable. El estudio del carácter · durante el no~ ·. go, es. mucho más importante de lo que algun~s creen. 'Por qué hay hogares que, al poco tiempo de haberse formado, amenazan ruina? ¿Por qué . algunas casas, en vez de ser un Jugar de dicha y felicidad, son un ltipr c,le desdiCha y sufrimiento? ¿Por qué hay· familias que, en vez de ~er un ttasunto del cielo, son un infierno anticipado? ¿Por · qué hay esposos que iontinuamente están · riñendo y inaldic.iéridose? ¿ P<>r' qué hay tantos divorcios en nuestr:os días? La respue ta única es, porque lof!. espos.os no se dedicaron, durante su noviazgo, al estudio del aer al que iban a unirse para siempre en santo matrimonio. · 3. CircunStancias lícitas del noviazgo.
·. ¿ C~ántas y cuáles son las circunstancias que hacen licito el noviazgo? Según los morálistas católicos son siete, contenidas. en este conocidísimo verso latín~: . "Quis, quid, ubi, quibus auxiliis., cur,,quomodo, quando." Acerca d~ la quinta ya s.e ha hablado, al tratar del motivo y fin del noviazgo; no se.. dirá, pues, nada .de ella en .este lugar. Se hablará de. todas las demás. · · Quién.u ptieder. ser no11io&.
¿Quiénes pueden ser novios. 7 Los que tien~n la. edad requerida para . eon,traer el san~ matrimonio. Es
XVIII.
Propós. de Enm.: Naturaleza del 'noviazgo
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cierto qúe,. según la legislación m?<Ierna de la Iglesia, pueden . contraer matrimonio válido el joven., una vez. cumplidos los diez y s~is años, y la. joven, una vez· cumplidos los catorce; pero, no· es. menos cierto, que Ja Ig:esia desea que, en un asunto de tan~ trascen- 1 _.. · dencia, se sigan las costumbres de cada región o país, las cuales exigen generalmente más edad_. Por consiguiente, no pueden tener lícitamente ;relaciones amorosas los jóvenes de uno· 'y otro sex~, que no ti~nen la suficiente edad. Por lo tanto, debe repro- . · . barse el noviazgo existente entre los estudiantes .. de . escuelas bise~uales que no ti'enén la edad exigida para el p1atrimonio por· las leyes ciyil y ~lesiástica. . ¿ C'uál ha de ser el objeto sobre el que pbjeto de sus . versen los tratos amorosos?. El objeto rela-ciones. h d b . • . t a e ,ser ueno en pe~sam1en os, palabras, obras. y deseos. Los · pensamientos y deseos han de ser completamente puros, pues a nadie absolutamente, ni si9uiera a l,os casados, les .está permiti<:Io por . la ley de Dios, entrete!lerse a sabien~as en reflexiones y consideraciones deshones.t as Las ~onversaciones. de los novios deben ser igualmente puras y castas, como cual~squiera otras ·conversaciones. entre cristianos ·· y aún entre · hombres. ~1 turpiloquio está prohibid() en la Sagrada Escritura a toda clase de personas sin excepción, pajo la gravfsima pena de no entrar en los cielo~, aquéllos. que lo cometan.
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El Bacmmento IUI
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Pert~M
XVIII.
La!t obras o aecion~ de los novios entre sf han ~e ser también santas y puras, para que el noviazgo sea. bueno. Entre las acciones deben ~onsiderarse laa mira· .das y los tocamientos; y entre éstOs últimos merecen especiál mención los besos y los abrazos. NC: es preciSo, .que noa entretengamos en hablar de cada una de estas acciones en particular.
caer en pecado grave, si no de qbra al menos de deseo. Por eso, aun cuando en teoría estas acciones sean pe~i tidas a los novios, rara vez les son ·licitas en la prfLc.. , tica". .
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juzgar acertadamente de la morali~d de las misinas, saber la regla general, que es la sigui~mte: Lo que no es Ucito h~cer a los que no son novios, más aún ~ los que. eatán -consagrados ~ Dios con voto de castidad, .tampoeo es licito liacer a los no~os. No .hay ninguna exageración, ·aun cuando a primera vista asf parezca, en la afirmación que se acaba de hacer.
¿Dónde han de tratarse los novios? E~. ta pregunta se refiere al lugar del noviazgo, el cual también merece ser tenido muy en cuenta. No es lo. mismo un luga~ público, como la calle o h1 plaza, que un lugar secreto, como una habitac;ión oculta. No es lo mismo un lugar solita.rio, que un lugar donde hay mucha gente congregada. ¡Cuántos pecados evitarían ioa novios, si e~ sus relaCiones amorosas escbgiesen lugáres en donq.e siempre hay al- · g~ná personal · · Dónde deben tenerse.
Basta,~
¿ quáles son l4Ls .señ~és mutuas de amor, que se permiten por la Moral católica a lqa no~os? Los noyioá deben abstenerse <}e darse aquellas sefiales de benevoléncia, las cuales la concupiscencia puede ser excitada fácilmente. En cuanto a los abrazos y besos, sOlamente pueden permitirse a los. novio~, aqu~ · llos que la costumbre. legitima del páis. permite y mientras no sean fuertes ni se dilaten por tiempo notable y ciertamente s~an p\1blicos. · ·
Poi'
San Alfonso Maria de Ligorio, prfncipe de los mo-
. ralistas, dice acerca de eate particular lo si~iente: "Es moralmente imposible que, . en tales actos tenidos por ·voluptuosidad, poedan lQs .novios contenerse de no .
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Propós. de Enm.: Naturaleza del noviazgo
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. Por eso, los enamorados nunca deben ir a pasear a lugar.es poco o na~a frecuentados por la gente . Es una verdad tristemente comprobada por la experiencia, que · lo ·que principalmente pierde a la juventud, tanto hombr~s. como ~ujeres, en sus relaciones• ~mo- . rosas, es el peligro de pecar a que se exponen voluntariamente. Muchos. y m~chas no cometerían pécados y harían una vida. ·santa, si fuesen cuidadosos en el cumplimiento e-?Cacto de esta · circu~stancia .del lugar. ¿Qué medios deben usarse para t.ener el noviazgo? Es. necesario que los medios empleados, para tener lícitamente el noviazgo, sean buenos. Jamás s.erá licito h~cer directamente un mal, para conseguir bienes. No e&; un Medios que deben usarse.
XVIII.
El Sacramento del Perdón "
.Además existe otra razón: Atendiendo· a1 lo que pasa en la práctica, nunca o casi nunca pueden, tenerse :tratos amoros.os, al· menos por un tiempo :r:tota~le, sin que gravemente se ofenda a Dios. La familiaridad entre personas · de diferente sexo, sobre todo siendo jóvenes aunque t~ean virtuosas y traten de cosas espirituales., . es muy peligrosa' cuando se tiene p9r mucho tiempo, y fácilmen~e pasa de espiritual a carnal.. Por eso la Iglesia desaprueba los· noviazgos que se prolong~ por a~os y años, como lo hacen no pocos jóvene~ en nuestros días.
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nable, como sucede en muchOf3. casos. Hay jóvenes que se ven· y se háblan una sola vez, y al ·día siguiente o .a los pocos días, quieren casarse. No es posible; · que en unos. días se conozca~ lo suficiente, para ·poder unir sus destinos por toda la vida. Esta es una de lar causas que aumentan de una manera alarmante el número de divorcios, puesto que, a los P.Ocos días de casa~s.e, ya no quieren convivir, aduciendo la razón de que no se conocían.
medio .bueno prolongar el noviazgo. mucho o demasiado. . tiempo, ya. que en corto tiempo, pueden conocersé las. cualidades d~ una pérsona.
¿Cuántos meses .o cuántos años debe durar el noviazgo? No es fá~il, ·Di siquiera posible, determinar de una ma.nera categórica su duración. Pero es cierto · gpe ho (,iebe du~ar diez s,ños, ni tampoco cinco·. La razón es\·obvia. El fin del noviazgo es conOcerse mutuamente, como se ha dicho antes. Para es.to bastan, generalmente hablando, un par · de años poco más o· menos. . Luego no ha:y ninguna razón ~ra que dure diez o más años. Todo novi~zgo, que pase de este tiempo razonable, se hace peligroso y, por lo .tanto, . ilfcito. . . Esto no. qúiere ·decir, que el noviazgo, cuanto menos tiempo dure, es mejor. Sería incurrir Em el error lo justo y razo:. contrario. No .ha de ser m~s ~orto
Propós. de Enm.: Naturaleza del no'IJ'iazgo
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Cómo deben. tratarse los novios? Los Cómo deben .novios ~eben tratarsé ·sin acercar~e detratane. masia.dó el uno ·al otro. ·El Espfritu Santo qice, que ''es imposible meterse en el pecho una · brasa de fuegÓ . sin quemarse". Tambié~ lo es, y mucho más, s.i · cabe, el que dos jóvenes, tratándose de cerca y tan próxin_tos el uno al otro. <tue llegu'en a tocarse, no se quemen y abraS.en en el fuego de la incontinencia; Cuando dos jóvenes de distlhto sexo se tratan acercánd_ose dem~siado, casi siempre· resul~ que son novios; mientras que, ·cuando no s~ acercan tanto, suelen aer esposos·. '
Loe novios deben vestir siempre con modestia y decencia cristianas. E.ste requisito debe cumplirse especialmente por parte de la joven, pues los jóvenes no suelen faltar en esto. San Juan Criaós~mo dice: "Si una imagen frfa de mármol tiene tanta fuerza~ que muchas veces ha encendido el fuego deshonesto en los, 'que la miraban, ¿no tendri mucha. más un cuerpo ~vo
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·. XVIII.
El Sacramento del Perdón.
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Naturaleza del notJiugo
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sea bueno, ea ~ecesario que lo sea en todos los .órdenes, 'en ·todos sus aspectos y en todas sus partes. Mientr~ _... que, como continúa el mismo axioma filoSófico: '14&- · lum ex quocumque defecto.'; Para que una .cosa sea mala, basta tan sólo un defecto cualquiera. Para que el noviazg<;> sea ilfcito, bas.ta que 1~ falte ·uno de loa muChos requisitos de· que be hablado.
¿Cuándo deben tratarse? Los novios ja. o a obscuCuándo demás deben tratarae de noche ben tratar e. ras. Los que se visitan y tratan en medio de la obscuridad de ·la noche y no a la luz del dfa. dan a entender, que lo que .hacen o las cosas de que hablan no ~n muy buenas. El Evangelio dice: "Los que obran mal aborrecen la luz". Es fácil que dos enamorados, que se hallan en . ocasión pi'ó~ima de pecar, sin poder er vistos ni .oid?s de · nadie, cai~n en más de un pecado.
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~nm.:
los6fi~o: "Bonum ex integra causa'~. Para que algo
a mil .locur~s .a los que se acercan a él?"
He aquí expues.ta la naturaleza del .noviazgo o sea el motivo, los fines :y las circunstancias que lo hacen lfcito y bueno. Es nece'sar1o que estas tres cosas
de
sean buenas, porque, como dice ·un antiguo axioma fi-
' y delicádo, que despide llamas de amor, para precipitar·
También deben tratarse cuando es~én acompafia.. dos . y no a solas, au~que s.ea .en medio de la 'luz del día. A ser posible, s,ie~pre que se visiten, han de hacerlo en ·presencia de los padres de alguno de ellos. Nunca de.ben · hacerlo a escondidas. San· Bernardo - asegura, que "es ·mayor milagro tratarse. de continu~ a solas un hombre y una mujer y no pecar, que resucitar un muerto." Y continúa el santo diciendo: "Si - . , \ les es impo~ible obrar milagros, resueitándo muertos, . ·que es lo inenos, mucbo 'más imPQsible les será tratarse a solas con amor ·y familiaridád y no pecar, que es lo más;,.
Prop~s:
'
.1
Pero, aun cuando el noviazgo .vaya acomp~o de todos estos requisitOs; ·no· por eso deja de ··ser peligroso. P~r ·eso, los novios buenos. y ejemplares de- . ben encomendarse· a Dios. sm cesar y pedirle su gracia, .p ara no· C.')nsentjr en pecado. De ese modo podrán prometerse aquellas graci.a s espe~iales, que Dios comunica a los que· le son fjeles, huyen de los peligros y. se ap~rtan de las ~iones.
'
.'
... 240
El Sacramento del Perdáft
' IX. PROPOSITO DE ENMIENDA: OTRQS PUNTOS DEL NOVIAZGO
.ESPUES de haber e ·tudia<,lo en e) artículo anterior, D a la luz de la saná Moral la naturaleza católi~,
del noviazgo, hay que explica! en éste los otros tres· puntós que 'todavía es preciso conocer acerca .de este . particular, a ·s aber:· Nec-esidad del noviazgo, permiso de los padres para ten~rlo y excusas de hijos y padres para legit;mar el noviazgo ilícito.
• • • l. N ecésidad del noviazgo.¿Es necesario el noviazgo? A esta pregunta, hay - · • que respo_nder afirmativamente por dos raz_ones fáciles .de comprender, ~abe~:· la necesidad del matrimonio y la naturaleza del matrimonio. ·
a
La necesidad ~el noviazgo se· dedu. l'orque e! mal~imo ce de la necesidad dei matrimónio. niO u nece ario. Si es necesario 'el matrimonio, para la licita y honesta propag¡lci,ón _del género hu~ano so-
,
XIX.
Prop6s. de Enm_·: otros puntos del noviazgo
241
bre la tierra- y de esto ningún católico puede dudar-, no es menos ' ne~esario el noviazgo, para contraer, como Dios. quiere y ha dispuesto, el santo y casto matrimo~io. ·En efecto: dos personas, que van a unir sus vidas l para siempre necesitan conocerse; y para conocerse, necesitan tratarse, lo cual se háce mediante el noviazgo i}icito y casto. Existe,
además~
otra razón en
Porque e.l matrimo- · pro de la necesidad ~e este tiem- · 'nio es un contrato.
po de vida prematrimonial, llamado noviazgo.. El matrimonio es un cont~ato, en el ·verdadero sentido de la palabra, y tan s~rio como el que m~s. . Ahora bien; en todo 'contrato, antes de cerrarlo, se hacen las diligencias e inves.tigaciones · que se juz·' . guen necesarias. Por ejemplo: si uno quiere comprar una heredad, tiene derecho a examinar si la tierra es buena, si est.(l gravada c_on censos, si tiene buenos vecinos, si el precio. e~ moderado, etc., e_tc., para vez si, atendidas todas las circunstancias, le conviene el cOntrato. .._
Así- también, urt hombre que quiere ca~rse, esto es, hacer uh contrato con una· mujer, con la que se obliga a vivir perpetuamente, alimentarla y tenerla . como su inseparable compañera, tiene derecho a examinar, por si o por otro, sus cualidades, inforrna~se d~ su dote, familia y pari~ntes, etc., etc., lo cual se hace por medio del noviazgo. Exactámente el misino
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,.._....
242
El Sacramento del Perdón .
XIX.
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derecho tiene la mujer respecto del que .ha de aer su marido. \
Es preciso haeer netar, que _!Ste derecho tantó más les compete, cuanto es más indisoluble .el Fontrato y n:tás fun~stas serian las consecuencias que del engafio resultarian.
2. Permiso -de los padres. ¿Es necesario el permiso de los padres, pata que dos jóvEm(!s prete~dientes se traten lícitámente? Según la Teolog1a moral de la Iglesia, lo& jóyenes -no deberían eontr~er matr"unonio sin el consejo y la bendici6n de sus padres, pues se tr~ta de una cosa de tanta trascendencia. Lo mismo habrá ·que decir, por lo tanto, acerca del noviazgo, cuyo único motivo licito es el matrimonio fu. turo,•. que se intenta verificar. La Moral católica lo reclama.
Por.· eso, se"gún la dÓctrina católica, ~1 consentí' . timiento de los padres que es necesario para el matrimonio, lo· e&·también para el noviazgo que le precede, de \ ley general, pues la reverencia, que todo hijo debe a sus padres; ~eclama ·para ellos este derecho. Pero dicho per. miso . es necesario tan sólo para la licitud, de ningún. modo para la validez del matrimonio. CuandQ !os padres se oponén, de un modo injusto -e irracional, al matrimonio, lo . cual sucede más de una yez; o cuando realmente _no hay tiempo para con-
...
Propós. de Enm.: otros ¡Juntos del n¿viazgo
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243
.......
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sultarles, porque la realización de~ matrimonio honesto y útil no puede posponerse en un caso particular,. entonces no se requiere dicho consentimiento. La recta razón exige este permiso ·de los padres. U:r:t hombre prudente, en una compra de ·consideración, no se fía de si mismo, sino que, para el a~ierto, consulta a los peritos. De la misma manera, un joven discreto, que desea acertar en un asunto de tanta· importanc~a como el rriatritnonio y por otra parte tan expues.to a · error, en el cual no tiene . experiencia, ·haría muy bien, si, desconfiando de su·s propias ·luces, col)sultase a ·sus padres,. al párrocó o. a otras .persona,s de .confianza. Mejor . haría todavía, si encargase a los mismos. le ,~ buscasen una. persona adornada de aquellas condiciones qu~, atendida su calidad, debe tener.. ' . Así lo practicó el virtuoso Isaac, hijo Ejemplos de de Abraham, que no hizo por sí misIsaac .y Tobías. mo elecc_ión de la que habfa · de se:r .su · esposa, sino por medio de. sus padres y _del mayordemo de su casa, que le proporcionaron a R~beca A.s.f lo hizo también ·el joven Tobía.S, quien~ conociendo ser voluntad. de Dios que abrazara el estado del matrimonio, se valió del ~rcángel San nafael, que le acompañaba, y por consejo suyo, .tomó por esposa a Sara, Mujer santa, rica y hermosa. La :recta ra. zón lo ezige.
Fueron tantas las bendiciones que lograron unos .matrimonios celebrados. con · tanta prudencia y sabi~u-
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·,
.. El Sacramento del P erdón
e del ·primero nació J acob, progenito·r del MeY .del segundo, una numerosa y nca d~sce~den cia, .que se tonservó fiel a la ley santa del Seflor, en ' medio de un· pueblo infiel y entregjldo a la idolatría.
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'
1
3. .Excusas de hijos y padres. l. Excusas de los hijos.
X I X . Propós. de Enm. : otros puntos del noviazgo
'Otros novios quieren legitimar sus reláciones amorosas ilícitas, por no dio para ·casarsé. hacerlas como Dios manda, diciendo: . Q1,1e ~on el único medio a su alcance, para pode~s.e casar. Triste es reconocerlo . Esta excusa es bastante . general entre aquellos jóvenes que no son tan buenos católicos como deberían ser. E.s el único ·m e-
A esto hay que· responder, diciendo: Q1,1e no
No faltan jóvenes de uno y otro sexo: que q1,1ieren excusar sus t~ tos ilícitos o su noviazgo pecamino o, diciendo: El noviazgo, sin guardar las circunstancias o condiciones prescritas por· la Moral católi~ y la recta .razón, es una cos.tumbre general, practica~a hoy día por todos o casi tod~s los novios. Es una costumbre general: · refutación. .
A esta argum.e ntación ·hay que responder, diciendo: Que nll'Ilca la costumbre puede .hacer .que s.ea buepo lo q1,1·e es en sí y de s1,1yo malo. Nunca jamás será lícito blasfema~ ni cometer t qrp$ as, . po~ más que haya muchas personas que desgraciadamente hacen estas cosas·. Pecadores. -eran todos los hombres del mundo en tiempo de Noé, excepto él y su familia; pecador~s eran tam.bién todos 1os habitantes (Je la Pentápolis ·Y Dios los castigó terribl.emente, sin . eximirlos de culpa, a ·pesar de que la comisi?J;l de pecados era una cOstumbre general.
245
ae
pueden poner malos medios, para cQnseguir 1li1 buen Si, para casarse una joven, fuese preciso matar . a su padre o negar la de Jesucristo .¿podría come.ter estos crímenes? Ciertamente .que no, aunque haya de quedarse por es;ta causa sin poderse casar. f~n.
fe
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'
. Además,. es éompletamente falso que, si no hacen .1cosas malas, po p~rán casarse. La verdad es todo lo éont~ario. En e~ecto. La felicidad de esta vida y de la otra 1es ha de v~ir de Dios. La 'experiencia enseña, .que son. más felices en el matrimonio, aquéllos que fueron más castos ~n sus relaciones prematri~o. niales. La persona que e~ infiel a Dios .Y a su alma, da pruebas de que después no s.a brá guardar tampoco fidélidad a su · consorte. 2. Excusas· d~ los.· padres. Mis hijos son buenos : refutación.
También los padres de los .novios aducen razones vanas, para ex~u sarse d~ la gravis,ima obligación
"
.. 246
\
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El Sacrarne1~lo del Perdón
XIX.
Que por lo mismo que sus hijos son buenos, deben ellos procurar que no se vueivan. malos. Ningún padre, de .sano y· recto juicio, dejaría ir a su hijo por ~n tretenimiento a un hospital de apestados, fundado en que &u hijo tiene buena salud.
"
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Otros padres se excusan diciendo: Que sus hijos ya están prometidos, dando a entender de ese ' . . modo, que no tienen éstos tanta obligación de ser puros y castos, como los simples novios o los demás crie-- . tianos qu~a no son casados~ Y a están comprometido~: refutación,
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A estos padres hay que· argumentar, diciendo:. Que. los prometidos tienen ex~étame~te la misma obligación de ser puros y castos en pensamientos, palabras, ' obras y de.seos, que los simples novios y las personas solter as. Más aún. Que , no sólo no tienen ningún . privjlegio, si~o que tienen ~ás peligros de pecar que
..
l ..---
A este PlOdo de pensar hay que r eplicar, diciendo:
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los ·d~más, ya que el peligro crece en la proporción en que se debilitan los motivos que apartan de la cul~ y son más violentos.,Ios que incitan a ella, todo lo cual tiene lugar en lo& prometidos. En efecto:
que tienen de vigilar continuamente a sus hijos en sus· relacione& amorosa·s. N o faltan quienes pretenden eximirse da su obligación, fundados en que sus hijba son buenos., por .lo cual no harán.. .;.n ada ma'lo. . 1
Además, las _-personas .buenas huyen no s·ó]o del pecado, sino también · del peligro de _pecar. Por consi. guiente, al no huir sus hijos_de ese peligro, y lo que ·es. más, . al buscarlo, dan a entender que. no son· . tan bu eno como ello& creen y dicen.
Propós. de Enm.: otros puntos deZ noviazgo
.1
¿Cuáles son los ·motivos que apartan ·del pecado?' · Estos son el santo temor de ·Dios y de las penas eternas y el temor de la infamia que acorilpaña á la des-honestidad, Pues bien. · El temor . santo de Dios ell tan débil, en los que se entregan a familiaridades amo. rosas, habiéndose dado palapra de casamiento, que no: E.f:' suficiente para impedir en ellos 'el pecado. ~gual mente débil es en ellos el. temor de las pena& del infferDD. El t~or de la infamia también se halla muy debilítado en lÓf!J que ya han hecho sus esponsales: la esperanza de. que. lu~go se .casarán y qÚe, por consiguiente, nadie sab~* nada, les sirve d_e -pretexto y es.tfmulo para entregarse a los· pecados más criminales. .
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. Además de lo . .dicho, son en ellos .más yiolentos los motivos que les incitan a pecar, a saber: es. más ":'ivo el amor que se profesan; lo~ mutuos regalos encienden la pasión, el deseo de agradarse sopla la llama de la lascivia; de todo lo cual resulta, que es ma~or e'1 peligro y que debe· ser, por lo mismo, mayor el cuidado. para evitarlo. Después de todo lo dicho, ¿no deberían los padres vigilar con más cuidado las peligrosfsimas relaciones. ·amorosas de -sus hijos prometidos, para prohibirl9;s, y
-. 24
~
El
acramento del Perdón
XX.
Propósito de enmienda: el baile.
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no erán más r eos delante de Dios, s.i omiten el cum, p1imiento ~e esta obligación? Si un padre mirase con indiferencia a su hijÓ, . .que se acerca a un peligro manifiesto de perder la vida,· Y pudiendo, con un avi o, apartarlo de él, lo ;mitiese, .. ¿n.o debería llamársele cruel? Del mismo módo, un padre que ve a sus hijos que, siendo prometidos. y tratándose familiarmente, van a precipitarse al infierno Y, no obstante, calla, no merece otro calificativo que el de bárbaro. He aquí, benévolo lector, expuestos sencilla~ente los puntos básicos que acerca del noviazgo todo fiel · cristiano d~be saber. Si tú eres un joven o una joven, que e tás preparál.ldote para el matrimóni9, estudia r~ posadamente y medita seriamente las ideas y la doctrina que acabo de ·explicarte y mira ~i tú la cumples . como buen católico. Ac .é rdate, sobre todo: en tus relaciones. amorosas, de aquella criatura que es modelo tuyo en cualquier Esta. o eri que te encuentre . Acuérdate de la Virgen- · • Maria. .La S nti ima Virgen fué-y ·no te sorprendas d " :o que te' voy á ·decir, pues; es verdad-, novia de Sláll José.: Es,' pues, modelo .de .todas las que ·quíe-. ren recibir el sacramento del matrimonio. ¡ Cu&IÍ pura ' ~:rí~ . .fJ.ria en todos sus pansamientos, palabras, gbras y' de eo Cuando trataba COJl el castísimo José, SU fut •J es e ·o! Imítala..
XX. PROPOSITO DE ENMffiNDA.: EL BAILE.
0
.1
ES~UE.S de haber. expuesto el inte~esante tema del . noviazgo, hay que exponer el no menos .interesante del baile. Con. este artículo ·se terminará de exponer i0 más importante que, acerca del propósito de la enmienda, deo e saber todo católico bien . instruido, especialmente en lo referente a )a eficacia de que debe estar adorp.ado dicho propósjto .
· La doctrina -moral. de la Iglesia católica acerea. del baile, no es mas que UI_la · simple aplic_ación, a un · as. pecto de la vida práctica, de la doctrina que elfa ense- . na acerca de la oc~:~.s.ión próxima de pecar. Es exactamente la misin~ que acabo d~ :exponer, al ·hablar del noviazgo. Por eso, hay que decir, como regla general, que: Si el baile es para· a:1guno ocasión próxima pecar gravemente, entonces no es bueno,. ni, par· lo tanto, lícito; en el caso contrario, no ae:rá malo y, po.r consi·guiente, será·lícito.
de
El Sacramento del Perd6n
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Los puntos, que acerca del ba~e conviene estudiar, son ·treS, c;orrespondientes a las tres clases de bailes que hay, a saber: Baile~ buenos, bailes malos y baile& · ·.indiferentes. Estas . tres clases de bailes han venido ce-· lebrándose a través de los siglos, casi desde 'lo! primeros albores de la humanidad, pues en los pueblos más antiguos y en las más. ·recónditas regiones de la tierra, se encuentran ~bundanteá vestigios.
• • •
Propósito de enmienda : el baile.
251
otras muchas mujeres del pueblo de Dios, baile que fué del completo agrado de es.e ~ismo Dios. Mientras trasladaban el Arca del. Señor, d~sd~ la· eása'de Obededóm a la ciudad de David, para colocarla . . l ,_...... en el tabernáculo construido al Señor por el Rey Da- . vid, éste, vestido del efod y . despojado de las insignias y v·estiduras reales, _lleno de alegría y júbilo en el Señor, para darle gracias por el favor que. le · concedía, dignándose ~enir a morar en el templo por é!' ~ifica do , tocaba el arpa ácompaiiado de muchos músicos y · sobre todo bailaba delante del Señor# baile que . fué .. ' muy agradable a los ojos de Este.
.
l. Bailes bueilQS. Qué on. Barles buenos de suyo o por su naturaleza
son aquéllos, en los que ni la verdadera fe Mejor aún. Son aquéllos, en los que los bailadores no hallan ningún .peligro de pecar y tienen por objeto alegrarse en el Señor, ~arle gracias por algún. beneficio de El recibido y .· alabarle. De esta clase de bailes nos. habla . la Sagrada ~itura en varios lugares· y no sólo no s.ino que .los encomia y recomienda. ni la ~na · moral son ridiclili;adas ni negada~.
• '
\
Después que' los israelitas, que huían de Ejemplos de fa escJavitud y de la tierra de Egipto, bailu buenos. · pasaron milagrosamente a pie enjuto e) Mar Rojo, y los egipcios, que· les perseguían para m~ • tarlos, fue~on también milagrosamente ahogados, M~ ria, la hermana de Moisés, organizó un baile en acción de gracias al Señor, en el cual bailó y cantó ella con •
XX.
De Santa T.eresa de Jesús se cuenta que, durante el tie~po de Navidad, bailaba con sus monjas, costum·' breque ~oda vía se ·conServa hoy día en J?Uchos conventos de· Ordenes.' y Congrega~iones religiosas de mujeres. El f. in de esta .clase de bailes e& completamente hon~sto y sánto, pues rio es otro que alabar al Señor con motivo de'l Ñácimiento del Niño· Dios, alegi-arse . . espiritual y corporalmente ~n ese Señor y darl,e gra·cias. por el beneficio. inmenso de la Encarnación:
.
En Sevilla y en otras. ciud.ades de España, los seises o infantes, vestidos lujosamente, cantan y bailan en déterminadas festividades religiosas del año, como el Corpus Christi, tratando, sin duda, de 'repetir y conmemorar lo que el santo rey David hizo delante. del Arca del Antiguo 'testamento. Efltos bailes son ~vi-
'. XX.
dentemente huenos y santos por .su fin. santo y por las circunsta;ncias santas ·de que van acompañados; ·
.
\
No cabe duda' que, cuando .el _baile se tiene segdn las reglas de la modestia y no se Juntan los. d, un sexo · con otro y se busca en él la gloria de Dios o el placer de 1& música y el art~icio de las acciones que 'lo hacen agradable, es bueno y nadie puede prohibirlo. Puede afirma.rse, c~si con absoluta certeza, que el baile en su origen . fué santo, un acto de adoración y culto ai Ser Supremo; pero, más tarde;)>or la malicia de loa ~ombrea. fué con:-yertido e~ un instrumento. de .pecado.
2. Bailes malos. Bailes .malos de suyo son aqu~llos,· en que se hace!l actos irrisorios de la verdadera religión o abiertamente· deshon~stos o con los cuales se pretende dar culto ·aJ demonio o a algún ídolo, . coino, ·sei\rn ·nos dice la histotia, hicieron no pocos pueblos pagano"s. Qué ion.
Ninguna persona decente ni ningún católico cona-. 1 c1ente puf!(le asistir a estos bailes. baj'o ni.l)gún pretexto, pués en ellos es puesto en .ridículo aigún dogma. de la ~glesia verdadera o algún · ~triputó del Dios santo o la ·8ana moral es descarada· y cínicamente ¡:~isotead~. •
La ·Sagrada Escritura nos habla de esta clase de bailes malos. Ba8ta recordar, entre otros muchosr los dos. siguientes: prim.ero, el
·La EscrituN.
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Propósito de enmienda: el baile.
253
baile, que el pueblo judío hizo, en su viaje por el de-sierto, ·alr~dedor del becerro de oro; Dios castigó a su pueblo, por este acto de idolatría, de un modo muy terrible. Segundo, el baile de los sacerdotes de Baal · en número de 450, los cuales danzaron en torno · del altar de este ídolo, en tiempo del profeta E lías; Dios l . . los cas.tigó, quitándoles la vida. a todos ellos sin excepción. Cuando 1:1e introdujeron bailes de ~mor, muy pronto éstos se hicieron . gravemente deshonestos, ya por sus gestos o tactos gravemente obscenos ya por otras circunstancias. que contenían en sí peligro próximo: de ' . pecado morta:l. _E _s evidente, que estos ·bailes, malos por supersticioso~ o inmorales, . no pueden permitirse. Por· lo ·tanto, · p~can gravemente los que lo~ organizan, ·' Jos . que invitan a ellos, los músicos. que en ellos tocan, los que ·en ellos baila:n y hasta los que .a· ellos asisten. ·contra estos bailes :malos los. SS. Padres han hablado muy_enérgicamente .y los han reprobado y condenado con exprésiones tremendas. San Ambrosio dice: "Ningún hombre sabio se pone a bailar, sj antes no se vuelve. necio; la causa de los ba~s es la embriaguez· o la locura". San Agustfn añade: "Es menos pecado trabajar en la fiesta, que bailar en ella". San Juan Crisóstomo se expreSa así: "A ellos asiste sin falta el demonio,; 'aun cuando en los bailes. de ahora no se quita la vida al Bautista. Los
BS.
Padrea.
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)
234
El
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1
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acrarn ento del P erdón
XX.
Propósito de enmienda: el baile. .
255 .
se strozan;, sin embargo, los miembros de Jesucristo, que son sus fieles".
de 1~ I_glesi.a coi1J.o ~ligro próximo de pecado grave, porque en .ellos el hombre abraza apretadamente a la mujer. · No obs.tante, autores graves opina~ algo más benignamente acerca de ellos.
Seria asuntq de nunca acabar, quere~ tra.e r aquf todo cuanto los Santos y Doct or_g,g de la Iglesia h~ dicho acerca de estos bailes. Tan sólo aduciré dos testimonios más. San Carlos Borromeo los llama: "Mal. ditos enemigos de la castidad de los cristianos, .raíz y ocasión de riñas y pendencias, desenvolturas y muertes y, en uria palabra, caus.a de toda deshonestiqad". El P. Ba1tasar Fr.ancolino afirma: "Todos los doctorés, tanto griegos corno latinos, c_ondenan los bailes como: un delito que iravemen.t e detesta el mismo Dios". lf·
Entre esta clase d_e baiies malos, ¿podrán cont~se los .bailes de máscaras, que se hacen en nQes.t ros días, en los cuales, los qué asisten, se hallan dis.frazados, usandomás~ras, de ~1 modo ·que . no pueden ser conocidos unos por .otros, ni el que baila s11be qqién es la persona c~>n la cual baila? . Muy dificil es, y hasta ternera- · rio, 4ar un~ respues.ta afirmativa .a ·e sta pregunta. Lo que puede decirse con certeza es, que consta por la. experiencia, que en estos bailes se cometen p¡uches- y graves pecados.
'Entre esta misma. clase de bailes, ¿-podrán contarse otros, todavía más modernos que los · mencionados, que se usan en la actual · sociedad, cuales son: el tango, el fox-trot, el turkey-trot, el .camel-trot, el schirnrny, el _check-ot-eheck, el one step, e~ two steps Y. otros de la misma naturaleza y condiCión? Todos éstos ·han sido cóndenados con mucha razón por aigunos . obis,pos, por considerarlos como peligro .grave de pecar.
D il:er os bail-e modernos.
Entre esta clase de baii~s malos, ¿podrán contarsemuchos de los. que se practican· hoy día, aun .cuando no sean enmascarad_os, como, por ejemplo, el vals, la mazurca, la polca, el schottish, 18 habanera y otros? Estos bailes son tenidos comúnmente pc)r los Doctorea-
3. -'
'B~es
".-
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'
indiferentes.
Bajles in4iferentes de suyo son aquéllos. que, especulati~amen.te considerados, no son ni buenos ni malos . La razón eS', porqué de suyo no son actos. de lascivia, sino de alegria y de expansión natural 'del corazón. . Aunque en ellos bailen persona:,s de distinto sexo, rnien~ras' no ·estén acompañados _de ·~ir cunstancias pecaminosas,· no. son ilícitos: En esta clasé de bailes, agarrar, se~n- la cos.tumbi'e vigerite, la mano de la mujer , ·si no hay mala int~nció~, o no es pecado o a lo suino es venial. · · Qué son.
Mas, cuando a estos bailes, de suyo indiferentes, les acompaña alguna ma"' circuns~peia, como por ejemp>lo, si se hacen con gesto!\ deshonestos o con .mal
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El
•
acramento del Perdón
fin o eo peligro-de provocar a otros o así mismo a la incontinencia o se agarra la mano de la mu~er ~on . mal afecto, etc., etc., ,lo cual en la práctica es muy de ,· \ ~ temer, entonces son ilícitos como ·los bailes malos de s~yo ,y a ellos pueden y deben ap.icarse las ·palabra(\ de los ·. .ss. Padres anteriormente citadas, ya que .. las pronunciaron también contra esta clase de bailes. La S:agrada· E critura no habla igualmente de esto bailes en muchos lugares. Nos. refiere cómo los habitantes de Siquén, -en tiempo de-ios jueces, celebraroq, danzas profanas con mo~ivo de haberse _hecho las vendimias; nos cuenta cómo el triunfo de ·David sobre el gigante Goliat fué celebrado con un grandioso baile de ·las mujeres de Is.rael; noS'-relata cómo la hija de· Herodías bailó ante el rey Herodes en· un banquete, · baile que ocasionó la ·degollaciÓn del Bautista.. Todos los pueblos de todos· los tiempos han tenido por costumb:t:e manifestar su alegria, con motivo de las bodas~ . . .1 • - nac;mientos, bautizos y demás. acciones importantes de . \ . la vida, por medio de bailes De estos bailes dice 1~ Teología Mo- - · • ral . ~t6lica que, áun cuando especulativamente considerados son he>nestos·, prácticamente, o sea, ~r como se hacen gene- · ralmente hoy día, están llenos de. peligros graves de . . . pecar, lo mismo para los hombres que para. las mujeres, y, por lo tantq, son malos. Por eso, como ley ge..
La moral, . la ·razón y :a experúmcia.
\
XX.
Propósito de enmienda: el baile.
.
257
. nera1, de~ dis.uadirse toda clase de bailes éntre hombres y m uj er.es. La razón y ·la experiencia enseñan, que todo~ los· bailes ponen a hombres y mujeres en ocasión próxima de pecar, porque en ellos se tratan con mucha familia- l ridad y esta familiaridad es el mayor incentivo de pecar. Pero, además de esta razón de cat:ácter general, que ~e aplica también a las relaciones amoro.sas, existen en el baile otras razones de carácter ·propio y pe~uliar, como son: la ·vista, la conversación, el mOdo de . ves.tir, la música y los cantos,· etc., e~ . .
___.
Los . bailes son peligrosos para los
Son peligrosos pa-. . ~ombres. La vis.ta, según nos avira los hombres.
sa el .Espíritu Santo, precipita por .1 lo regular a 1~ cuipa. Por eso, aconseja a fos hombres, especialmente jóvenes: "N o pongas. tus ojos en la doncella, para que su beÚeza no sea ocasiÓn de tu ruina .. ; Aparta tus ojos de la mujer lujosamente ataviada". Si es a los hombres. tan peligrosa la vista de las mu. jer.es en cualquier ocasiÓn, mucho más lo será en iGs bailes, donde se hacen todos .los esfuerzós para eautivar las voluntades. Las conversaciones aumentan considerablemente 1 el peligro de la vista. Las pal~bras. de la mujer son como flecha aguda, que penetra en el corazón de· los hombres incautos, principalmente cuan.do · son equívocas, de doble sentido o claramente provocativas, .de que tanto abundan los bailes. .
..
25
El Sacramento deZ· Perd6ft .
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La. ~ú.sica alegre y los cantos .amorosos contribuyen a avivar la vehemencia de la pasión y a · allanar· el camino, para cometer ,los. mayores pecados. Debi- ' . litado el ·corazón de. los bailadores con tantos atractivos '- ¿qué· efecto ha de causar en ellos el estarse ta~ cerca de ·las · jóvenes· la mayor parte de la noche, divertirae y tocarse? Si .un hombTe pusiese brasas de fuego dentro de un polvorfn y tan cerca de los. barriles de la pólvora, que los tocasen muchas veees, ¿no-diríamos que quiere qu~ dé una explosión O<(asionando . el polvorín,· . . los mayores estragos? Son los jóvenes en los. bailes como la pólvora junto a las brasas. Es muy dificil, y, morafrhente hablando, imposi.ble, que no se abrase~ mucha~ veces al· menos· en pensamientos impuros. Por eso, amonesta el Espíritu Santo a 'los jóvenes; que eviten tan gran peligro, con .· es,ta . pa:labras: "No estés con frecuencia· con mujer - bailador~, no la escuches á solas, no sea . que halles la muerte eterna en la fuerza de su atractivo". . · · Si los bailes son peligrosos, para- . , Son peltgrosos pa. · . · lo~ hombres, no son menos peligrora. las mÚjeres. sos para las mujeres. Su natural debi~idad las pone en mayor peligro. Las palabras pro-. vocativas de los jóvenes, los regalos, los t~ctos. y otras ' cosas. semejantes, que es bien frecuente· se mezclen en los bailes, tienen un.a fuerza casi irresis.tible, pa.ra obligarlas a caer.· •
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XX.
Propósito de enmienda: el baile.
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Por eso, asegura San Basilio: "Las mujeres pier. den en l_os bai.les la castidad del cuerpo o a·l . menos la del alma". Y San Eftén añade: "Dom~·e hay músicas ·. y ~ar~os, allí están las tinieblas de los vicios, la perdic~ón de las mujeres, la tris~eza de los ángeles y 1a .fiesta de los demonios". El baile es muy peligroso para las mujere&, porque e~ él se exponen a perder la joya más _Preciada que poseen, que es la hones.tidad Para conservar este t~soro, Dios las ha provisto de dos fuertes defensas, .que son la vergüenza y el retiro, y estas . . dos cosas . se pierden en los bai'les. . · Lajoven que án~es s.e avergonzaba de mirar a un joven, si asiste a · ~os bailes, va perdiendo poco a poco .resa. vergüenza.. ·Y aprende a mirar con de.s.envoltura. Para ir .al baile es p~ciso salir de casa •. de donde proviene la afición de asistir a fiestas. Ya no pueden los padres contener a las hijas ni los maridos a sus esposas, sino a fuerza 'de amenazas. ¿.Qué ~iríamos 'de una oveja que, ·huyendo, del aprisco y apartándose ,de los pastores. que la defienden fuese a jugar y -entretenerse con los ·osos y lobos en paraje muy desierto? ¿No diríamos, que ~s. cierta su muerte, que va a ser devorada por aquellas fieras? Pues. también hem~s de estar persuadidos ' de que, hallándose las jóvenes fuera de casa' y de 1~ vista de . sus padres, ~ailando en ~edio de· jóvenes en las Íi-
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. · El Sacramento del Perdóta ·
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nieblafde ~a· noche, ta~e o temprano tendrán cierta )a pérdida de la castidad. Aun suPc>niendo qu~ los bailadol'les no caen en pe¡. _cados en el baile, _¿no será muy probable que, después, apartados de aquel bullicio, les represente el 4emonio to4o lo que en él vieron y oyeron y ofendan entoneee a Dios muchas veces?" San. Jerónimo, retirado a un áspero desierto, ex-
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tenuado su -cuerpo con ayunos y· maceraciones, confie- · sa que le parecia hallarse en medio de las danzas de ~ doncellas de Roma. . La sola metnoria. de los bailes, q~e habfa visto níuc}!.os afios antes, excitaba en 80 ~uerpo, hecho un esqueleto, tales incendios, -que era pr~isa toqa su santidad, para no quedar consumido del fuego infernal. de la lascivia. Antes. ~e terminar este articulo, quiero añad1r a lo dicho lo siguiente: . . Primero, . que a esta clase de bailes, ya sean púal airé libre o en salones cerrados - biicos,-:celebrados \ . . -, ya s.ean privados,----eelebrados en alguna casa de familia___.:., puede asistir y bailar en ellos .una persona,. si le co1_1sta, que el peligro grave de ¡)ecar es remoto para ~na. El propósito de conformara~{ al modo de obra~ su consorte, el objeto cie· buscar con quién ca-. sarse y aún el fin de recrear · honestamente el. ánimo, ' son causas ~uficientes para bail.B.r en ellos. Dos regl(J-8 de conducta.
Segundo, que~ si el Peligro grave de ¡}ecar es pr~
XX.
Prop6sito de enmienda: el baile
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ximo ··Y · na~ de 'la fragilidad común, solamente por . una causa muy. grave, .y sin que conste con certeza la caída, es lfcito acudir a ellos. Causa suficiente seria la .tristeza o ira grave del marido, de los padres o 'del novio. Si el peligro próximo brotara de la fragilidad ·especial de la pers.ona, fragilid~ que halla ocasión de pecar en todas partes, o de la haibitual negligencia de los medios de salvación, la excusa para asistir a ellos sería más fácil y debería aconsejárs~le el uso de los medios para pacer desaparecer el peligro. He aquí, benévolo . l~ctor, e~pues.ta la doctrina :de la Iglesia católica, ~e la Sagrada Escritura, de los SS. Padres, · de la razqn y de la experiencia acerca de los bailes. ·En cuaqto .a los bailes buenos de suyo y malos ·ae suyo, esa doctrina está completamente clara. En cuanto a los bailes indiferentes, no sucede lo mis.mo: la teoría está bastante clara, pero esa teoría no corresponde muchas ·veces a la "Práctica; son, pues, teóricamente' siempre buenos, pero prácticamente, en mucllQS casos, malos . . ¿Qué es. lo que debes hacer tú en este asunto? Consulta .tu conciencia' y escucha lo que ella te dice. Si te dice, que muchas veces ha:s _pecado gravemente por asistir a ellos, huye con todas tus fuerzas de ellos, como de enemigos mortales de tu alma. Si tu canciencia no te acusa de haber pecado en 'ellos ·o por ocasión de ellos, puedes. acudir a ellos siempre que lo juzgues conveniente o una necesidad s~ia.l.
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El
acramento del Perdón
XXI. Oonfeswn de_ boca: su .....;,;,:..:.:..::=:_.:...._ natural-eza 263 '-: ___ ...;.,._ _ __ _ _ _..:::.::.;
pecados suele Ila'lll:ar8e confesión de boca, porque ,ordinariamente debe hacerse oral,· vocal, verbalmente. . . t . En este articulo se expondrá tan sólo la naturaleza de 1~ confesión sacramental, de la confe~ión de boca- pr~ _píamente dicha, y, para mejor conseguirlo, s~ eJ[plicará minuciosamente la définieión que de ella dan los teólogos y moralistas.
I.
O FE ION DE BOCA: U ATURALEZA.
. A CUARTA condición que, según la Teologia moral católica, e requiere para recibir dighamente el Sacramento . de la Penitencia o del perdón, es la confesióh de boca. De ésta hay'""'que hablar ahora clara· y exteri amente.
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, L~;t palalbra c,onfe ión ·se usa co.ntinuainente, no ~ólo por los_fieles aino también por los ~acerdotes, . en .dos'· sentidos: uno, gener~l e impropio; y otro, particular y propio. . En el primer sentido, ~igriüica el Saeramento de la· Penitencia; y así se dice, que la Confesión e uno de lo siete sacramentos. La razón \ de este. lengu_a je parece e tar en que el acto ·más. sensiblt> del Sacramento dél_ perdón se halla en la confesión de los .pe_cados. Tomada en su sentido particular y .propio, lr. confesión es una parte del sacramento, como dice el Conciliq Tridentino y enseñan los catecismo~. Se u ará siempre, en este trabajo·, la palabra conft i611 en u entido propio. La · confesión de los
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Naturaleza de la confesión de· bóca. La ·confesión d~ .boca es: Una acusación de los . pecados, hecha al sacerdote competente, para obtener la absolució~ de ellos. · Cuatro son las partes de · que consta esta definición, las cuales ea preciso explicar detalládamente, ·para poder comprender la extensión _, de su conteñido y sign.ificado. l. Es una aeusaeión. . · La confesión de bo<:a es, primeramente, una acusación. El Sacram~nto de1 la Penitencia, coino q11eda de_mostrado ~al ·princ~pio 'de este estudio, es· un tribunal en el sentido es.tricto de la palabra, tan· tribunal' como lo ·son los tribunal~s .de los hombres. Aquél es de misericordia y perdón,· puesto que se instituyó para perdonar a los pecadores; éstos son de justicia, pues.t o que se instituyeron pra casti~ar a los culpables. Si, J?&es, el Sacramento de la Penitencia es un · verdadero tribunal, en .él debe haber una acusaciÓn del reo, como la h_ay en los demás tribunales.
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XXI.
Sacramento del Perdón·
bl~ .
Igualmente, la confesión no sería 1una__.. . La excusante. acus~ción, si. el penitente, después de decir sus pecados, se excusara de haperlos -cometido, echando la culpa de ellos a otras personas. como bcu:rre con frecuencia. ¡Cuántas veces un pecadot se acusa ·de no haber oído misa, de haberse embriagado, de haber blasfemado, de haber refí.~do; e inm~diata meJ1te añade que la .culpa, de que él cometiera· tales faltas gra~es, -la tiene tal o cual prófimo. Según los . ' mortl.listas la confesión debe s~r fi~l o sincera.
No sería, por lo tanto, verdadera confe ión de boca, la confesión de los. pealardear. . ~ado hecha para hacer ostentación :y alarde de los mi mos. ·unca han faltado, ni faltan en nue ·t ro días, per ona degradadas que, par~ echársela· de valiente , no. tiei1en reparo eh contar· sus crímene y pecados a u amigos. · Más aún. Cuando no los tienen, los . inventan, para no pasar por cobardes Y P~ silánime . · La ltulta por
A
pecador qúe confesara· sus. pecados de este modo no haría una bi.J.ena confesión , por no ser ésta una acu aciÓn y por no er humilde. La .humildad interior.y e.xtetior ..'e otra de la cualidades que ha _de tener la verdadet•a confe ión. No sería tampoco verdadera confesión! la hecha como quien ,refiere una 'historia, aunqu~ no se alardee de los pecados. ·También hay persona qu.e cuentan sus fal-t as y maldades. a _o tras, sin . ~ent;r al hacerlo, ningufla· vergüenza ni sonrojo: Decir al confesor lqs pecados o la historia de los pecado cometidos, in acusarse de ~llos., no sería p'ropiamente confesarlo~, sino · relatarlos.
L11 hi,fórica.
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La confesión es algo más que un simple relato. Una · confesió~ simplemente histórica de los pecados no bas.t~, debe ser también dolorosa. Por eso los ~o ralistas afirman, que la confesión · debe s.er lao1'ima-
L diferencia, que exis.te entre aquél y éstos, coni te en -que en la Penitencia el acusador es ~1 mi_smo reo, ~ientra que e~ lo demás tribunales el acusarlo~ . es el fi cal, que siempre e una p~rsona distinta del . reo. Por eso dicen los morali tas, que la . C<plfesión deb er acu.sa.nie.
El
Con fe ión ie boca: su natu-raleza
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Se cu~rita . d.el Duque de Osuna, cápitán general del · r.eino de Nárpoles, que, al visitar una día las cárceles de dicho rein~, se le ocurrió p~eguntar a los encarcelad-os. qué delitos habían cometido. Todos le respondían excusándose de sus crímenes, proclamando su inocencia y haciendo 'culpables de su prisión a otras personas. Tan sólo uno le confesó lá verdad' de · sus culpas y re·conoció ·s.us crímenes. EntÓnces el Duque dijo: . No es 'justo. que un· hombre · tan pe:.:verso esté en medio de tantos inocentes; · y mandó quitarle las. cadenas y da:r!le liberta,d. Esto mismo obra J esucri!¡to todos l'os días con los pecadores. Los que, soberbios, rehusan confesar sus
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. El Sacramento del Perdón
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culws; se quedan, cQmo antes estaban, en la cárcel del p o; per los que, 'humildes, confiesan . sus falta al sacerdo.te·, quedan libres de .las cadenas de sus /pecados y recobran la libertad de hijo~ de Dios.
Pero deben confe1Jarse todos los p~cados mortales cometidos des.p ués del bautis.mo. No hay obligación de confesar· los pecados ~ortales cometidos antes dei ~ bautismo, porque el bautisino, di.gnamente recibido, perdona no sólo e} pecado original, sino todo pecado que hubiere en el que se· bautiza. Hay. obligación de conf·e sar t~dos los pecado~ mortales ·cometidos ~espués · del bautismo, po~ue el único medio ordinario, insti-· tui do por Jesucristo pa_ra a-icanzar el · perdÓn de :estos pecados, es· el Sac.rainimto ·de la Penitencia. Oometidos desptiés ·del ·baut.ismo.
·. La confesión es, en segundo lugar, una acusación de los pecados . El Sacramento de la Penitencia fu6 instituido ·por J-esucristo .para perdonar los pecados, como consta, de una manera clara y explícita, en las palabras con que lo instituyó. Lo mortales.
Hay obligación de confesar todos los pecaTodo los · dos mortales de .que uno se acuerde, ~1 re- mortales. cibir el Sa~ramento de la' Pen~tencia, porque uno solo cuaiquiera ·de ellos ·es suficiente para matar al alma. · Por consiguiente; es preciso confesar . todas las faltas graves, ya con'sistan en pensamientos, . ' palabras, obras u oniisiones, ya ·sean contra la l~y de
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261
Dios, de la Iglesia u obligaciones del propío estado, ya " se~n públicas. o secretas. Por eso se dice que la confesión debe ser íntegra.
· 2. Es una acusación de Io8 peeados.
Hay ·.obligación de decir al confes~r los pecados . mortáles, porque · éstos, como lo está dic~endo la misma palabra, matan o dan 1~ muerte al alma. No hay obligación de confesar lo~ pecados veniales, aunque es muy útil . y provechoso, porque éstos no matan al ·aÍrna. _ La Penitencia es y se llama un Sacramento de muertos, porque fué ins.tituida p~ra resucitar a los que están muertos e.spiri~ - · ttialmenfe a la vida de la gracia, por el pecado mortal. '
Confesión de boca: su naturaleza
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Hay que. confesarse y ·acusarse de Dos pecados- P.ropios. los pecados propi~s, cometidos por uno mismo ; no deben decirse los pecados ajenos, cometidos por .n uestro prójimo. Por ejemplo, un marido no 'debe confesars.e de los pecados de· su · mujer, diciendo: que es de mal genio, hablai:lora, holgazafia. L.a mujer tampoco qebe actrs,a rse de los pecados de su m~rido, diciendo:. que es u~ ·jugador y blasfemo,' que rp.algasta el di~ero emborrachándose. Los pa:.;l'res no pueden rp.anifestar al confesor loa pecadqs de sus hijos, diciendo: que son desobedientes, etc. Entre los católicos de poca cultura es bastante común este defecto. El Sacramento de la Penitencia f.ué instituido por
'El Sacramento del Perd6n
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X X I . Confesión de boca : su naturaleza
J e utri para acusarse .y obt ener el perdón de los pecado propios .y no de los ajenos. As,i corno el en-fermo no entretiene en contar al médico las cnfer- . rnedade de ·otros, sino que le explica los males que él padece, para que pueda aplicar la l!!edicina más apta para de olverle la salud ; así también, lo que .de)>e hacer un . fiel, cq~ndo va a confesar se, es explicar s.encillámente todo lo que le dicta la conciencia y es · necesario para. que el confesor conozca el estado de su alma y . pueda aplicarle el eficacísirno remedio de la absolución, que da de repente la vida de la gracia. ...
o
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puede acudir a otro confesor sino con grave inconveniente, ,áun cuando hay causa grave y verdadera nenecesidad de decir los pecados. del pr~jimo ' para acusarse íntegrarnen.t e de los pecados propios, el penitente no · tiene probablemente obligación de decir los pecados del prójimo y puede probablemente dejar de decir el~-:-- cado propio o la circunstancia grave del pecado propio que descubriría al confesor el d~fecto grave del prójimo. Hasta este extremo tan delicado de caridad cristiana para con el prójimo y de prudencía llega la :reologia moral · católica.
J
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El . penitent e no sólo no tiene obligaE. pecado descu- ción de manife star en la ·confesión brir los ajenos. los petados ajenos, sea o no sea el prójimo cómplice de su pecado, sino que no puede en. conciencia; de modo que, si uñ o en la .confesión rna. nifestara sin· necesida.d pecados. ajenos, pecaríá grave o levemente, según las. circunstancias. En efecto: Si los defectos que se manifiestan son graves, ·s eria i>eca~o mortal porq~e quitaría al prój~rno la fama en co a grave; y esto nunca es lícito, cuando no hay verd~dera neces.idad. Solamente la inadvertencia y buena fe podrían excusar de pecado en algún ca- . . so. Si los defectos . que..se manifiestan son .leves, sería pecado venial. Mas, si sucede que el penitente no puede acusarse ,Plenamente de sus pecado graves., sin <I1..1e el conf~sor venga en conocimiento d~ los de C?tro, entonces, si no
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26R, .
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De esta doctril).a s~ deduce, que el peniN ° las obras te11te no debe confesars.e de las obras buenas. ~uenas que ha· hecho, 'ni de las virtudes que ·tiene,-n~ debe ir al confesonario, pa;ra alabarse de _que es buen cristiano. Por lo tanto, si uno dijera: Padre, yo amo a Dios sobre todas lis cosas, no ~igo malas palabras, ni falsos juramentos, ayuno siempre que lo manda la lgles:ia, no deseo mal a nadie, etc., no podría decirse que se confesaba, porque ·no se · acusa de los pecados. ~sí se. confiesan, po:r: desgracia, ·rnu~hos católicos, especialmente de entre aquéllos 'que tan sólo se confies.an uha vez al año . Si, lo que sería peor, el pertitente no conociese sus pecados por soberbia, entonces sería muy semejante a aquel fariseo de quien. habla el santo .Evangeli'o, que se gloriaba de que no era como · los otros hombres, . s.ino que guardaba fielmente la ley de Moisés y 'sería
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acramento del Perdón
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, in du~a reprobado como lo fué aquél. Al tribunal de la P~nil~n ia se va para acusarse humildemente de lo p dos, ~o mo lo · hizQ el publi,cano, y par alcanzar \ ' . de e e modo el perdón de ellos, coñlo éste lo alcanzó. · .
La confesión es, en tercer lUgar, una acusación de los pecados hecha al sacerdote competente. La confesión, pues, debe hacerse a un saoe~dote; pero ¡w.baf\ta esto, sino que se requiere además, que ese sácerdote sea competente.
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set,
La confes.ión, primeramente, debe ha. cerse a un sacerdote, por:que soJamen~ el sacerdote es el ministro del Sacramento de la Penitencia. Esta afinnación es un dogma de fe contra los· protestantes, proclam&do por · el _Concilio Tiridentino que ~ice: "Si aJguno dijere que . los sacerdoteS no son los únicos ministros de la ahso. an&~ . t ema., 1uc1'ón... s.ea J)ebe hacerse a un sacerdote.
pec...do
San . Felipe Neri,. no obsta~te ~er muy caritativo, en una ocasión que en Roma haMa gran miseria, des::. p:dió del confe¡;onario . a una mujer sin . querer oírla, porque entendió por divina reyelación, que venia a sus pies··para e~licarle sus ~esidades y pedirle 1~ soco,. rriec::e con el pan que repartía en el monasterio de San Jerónimo . .La conf~sión debe por lo tanto, imple, sin decir en ella cosas que ,no le pertenecen ni le son propia ,
27t
3. Hecha al sacerdo!-e competente.
Tampoco debe irse al confesonario, _y¡ -..'as· necesida~ . para ~xponer al confesor las necesldt · Y lrubajos. dades y trabajos qu~ uno tiene. Para e to h~y. otros lugares. Por lo tanto, hacen muy mal aque.la per onas que tan ólo dicen al confesor: Yo soy pob1'c, no tengo qué carnel"' ni un pedazo de pan que dar a . mis hÜos, etc. ·Esto no sería ·cQ.nfesión . . · Aun cuando, además de estas cosas, dijer.en sus seda muy de temer que semejantes confesi~ nes 'fuesen· nulas o sacrilegas-por falt~ de dolor. Sie~ do tan limitado el ~orazón l)umano, no es fácil que el p a.dor tenga 1:m d9lor somo sobrenatural de haber ofendido a Dios, casi al misme tiempo en· que está sul!lamen~ penetrado el c~razón de tas miserias· de ia - t ierra. ·
Confesión de boca: su naturalezá
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· Ciertamente¡ Ministro de un aacramento es aquél que fué instituido como tal por Cristo Nuestro Sefior. Ahora bien. Sólo a · los apóstoles, y a sus sucesores én el sacerdocio; Cristo dijo: "Recibid el Espírtt.u Santo. Quedan perqonados loa pecados de aquéllos a· quienes los perdonéis". Luego solamente los sacerdotes s·on mini~tros del Sa-cramento de ta Penitencia y solamente a los que están revestidos de la dignidad ·&acerdotal deben copfesarse los ~os. · Más aún. Aun cuando un sacerdote esté en pecado mortal, ·no por e'so pierde el pOder de perdo~ar los·
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acramento del Perd6n
pecad~s. ~álidamente.
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De t~do lo dicho se deduce que, s.i solamente los sacerdotes-y sacerdotes son los obispos, arzobispos, cardenales· y · el Papa-pueden perdonar los pec~dos, solament~ a los sacerdotes. deben confesa·r se. . La confesión debe . hacers.e, en segundo lugar, a un sacerdote competente . . · No · t odo ~cerdot e, por el mero hecho de . Serlo, es competente tiene en conereto facultad, para ejercer el poder de per<ionar los ¡)ecados, que recibió al ser ordenado .por el obisJ>?. _Para que un sacerdote Qui Set.J competente.
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pueda perdonar pecados, además de la potestad de orden·, debé tener la potestad de jurisdicCión en el . penitente. Explicaré brevem·e nte estas dos. potestades.
A.sí lo ha dedarlldo solemne- . mente el mi ItlO sagrado Concilio de Trento coritra los protc tan tes con e tas palabras :· " i alg uno dijere, que " ~ los acerdotes que -e tán en pecado m ortal, no ¡ienen el ·poder 'de atar y desatar, sea anatema." La eficacia del ·~acl:ament~· no depe!lde de la probidad del ministro, sino d~ los méritos de Cristo. Por consiguiente, si &olamente los que están revestidos de la: dignidad sacer dotal t ienen facultad y poder para perdonar los pecatlos, síg;uese que lo~ demás miembros de la Iglesia, ya se.a n diáconos, subdiác~nos, clérigo menores o imples f ieles de uno y otro sexo, no _Pueden ~rdonar los pecados También esto consta de. un modo solemne en el eoncilio Tridentin9, que.· dice: "Si alguno dijere, que a todos y cada uno de los fieles se les dijo: Todo lo- que a~reis en la tierra será atado en el cielo y todo 1(1 que desatareis en la tierra . será atado en el cielo, sea anatema."
Oonfesi6n de boca : su naturaleza
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La pqtestad de orden, llamada así porque se c~n,.::.. fiere mediante el Sacramento del Orden; tiene por objeto inmediato el culto de Dios propiamente dicho y la santificación. .de las almas por l'a infusión de la gracia. .Se llama también potest.ad de sacrdocio, porque se halla vi~ulada a la dignidad sacerdota:l. Se llama igualmente potestad de ministerio, porque es de suyo meramente ins.trumental o · tninister~; : siendo Dios. el único que .puede .causar la gracia como agente · pri]lcipal, l~s ·sacerdotes no tienen para esto virtud ·propia, sino que se conducen como meros instrumentos. ·O ministros, ~unque conscientes y aniÍnados. · La potestad .de jurisdicción es ia facu'l tad moral de obligar, de a~r y desatar; y comprende la potestad de magist erio y de imperio. Tomada ~n un sentido más estricto, éoincide CO!J- la s.o1a potestad de tégimen · o imperio: Su o):>jeto .inmediato es el gobierno de los hombres, ya en lo que han de creer, mediante' decretos docb;inales, ya en ' Jo que han de hacer, mediant~ leyes disciplinari~s •. sentencias'· ju~iciales, penas; etc, proponiéndose como fin santificación de los fieles por medio de sus propio~ actos. Se confiere por concesión del superior o por legitima misión. . ·
la
La potestad de juris,dicción se divide: en ·ordinaria, que está vinculada · a un oficio, y delegadrs, que
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El Sacramento del Pert16ra
, ae c~n<:ede a las J)eréonas. También se divide: en d~ foro extemo¡ q}le primaria y directamente se propone el . . bien público de la Iglesia y en de fo.ro interno, que pri: ' maria y ·directamente se propone el bien ¡>riv~d~ de cada uno de los fieles. Esta se subdivide: en sacramental, qu~ se ejerce en el sacramento de la penitencia bajo secreto d~ confesión y ltiempre requiere confesión sacramenUl], y eztra- acramental, que se ejerce fuera de dicho sacramento, pero de t~l modo que sólo obligue en el fMo interno o de la conciencia.-... .. La potestad de jurisdicción puede ~r limitada e incluso quitada por el legitimo supierior. La de orden no pu~e ser limitada ni quitadá por nadie, por:que ·se une · inseparablementeal carácter sacramental, que es indeleble. · S~ embargo, la potestad de orden está sometida en algún modo, es decir, en cuanto a su legitimo' ejercicio, la potestad de juri&dicción. De .· ahf que su u8o puede ser prohibido ·por ef superior y, - pÓr lo tanto, convertirse én ilícito y, al tratarse de la \ . . Penitencia, en inválido. Este poder está prescrito por el Concilio de Trento,· que declara ''nula y sin efecto. la absolución de un sacerdote a un penitente sobre el cual no tiene jurisdicción alguna".
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. El Sacramento de la Penitencia es un Uibunal,· cuyo juez único es .~1 ~erdote. Así como cada juez civil tiene su distrito propio, en el cual puede dat sentencias válidamen~ y ft.tera del cual no puede, porque no tiene j uri~dicción, á un ~uando siga siend~ juez; a8f
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XX I.
Confesión de boca: su naturalezá
también, cada ~acerdote tien~ su distrito propio, en el cual puede dar sentencias válidamente acere~ de cualesquiera· causas de pecados y fuera del cual no puede, no es competente, por carecer de jurisdicción, aun cuando siga teniendo la potestad de. orden. Naf).i& puede juzgar sino a sus súbditoa. No obs¡tante lo dicho, es precis9 advertir: primero, que la Iglesia concede la potestad d~ jurisdicción, cuando hay peligro de muerte, a· todo sacerdote, aunque no esté apri>bado para oír confesiones sea h~re jle o esté excomulgado, de tal m~I)era, que l'l:lede absalver ~ cuá.lesquier penitentes de cualesquier pecados y cemruras; segundo, que, cuando existe error ~ níún, la lgleltia ·suple ciertamente' la falta de jurisdicción en · el sacerdote; y tercero, que también suple dide duda IXijlitiva. y probable. cha fa1ta en
o
.1
caso
4. Para 'obtener ·Ja absolución de ellos. La 'comesiÓn es, en cuarto lugar, 'una acusación· de los pecadÓs ·hecha al sacerdote; para obten~.r la absolución de ellos. Esms i11timas. pambras significan, ·que el fin por el cual el penitente se acusa '~e sus pe cados delante del confesor, es para que Dios se lo perdone, para que el sa.c~rdote, en virtud del poder que Jesucristo le ha cqmunicado, le libre de las 'culpaa. Un enfermo descubre al médico su doEl enfermo que lencia, para que ..Je. cure· y le vuE!lva quiere curar. la salud; de. este modo, el .pecador, que tiene · enferma el alma y en .peligro de moñr eter-
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XXII.
Conf. de boca: su institución, N ece. y división
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El Sacramento del Perdón
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namente descubre al confesor sus .dolencias para que, aplici~d~le . la eficaz meidicina de 1a sangre de Jesu~ cri tó, recobr~ la eterna salud y la vida espiritual. Por lo tanto,. no se.ría conÚsión sacramental ni · propiamente tal, la hecha, no con el fin de obtener el perdón de los ·pecados, sino con el fin de recibir algún con uelo o consejo, qu'e alivie los remordimie~tos de la conciencia, algún remedio que mitigue el desasos!ego interior.. La confesión debe ser pura, es decir, con .el solo fin de obtener. el per~n de los pecados. Un enfermo qu-e descubre todas sus El enfermo que dólen~ias ál médi~o o cirujano; pero no quiere curar. no quiere permitir . que le corten la carne cancerada, ni tomar las medicinas amargas., ni ab tenerse. de los manjares~ nocivos, . da a entender que, al manifestar S'US males· al fiacultativo, no Se ha propueS:to recobrar. la salud, sino el que le recetase alguna medicina que, sin obligarle a las euraa dolo~ sa , ··¡e mitigase. con remedios fáciles y suaves los <lb. .. lores de. la enfermedad. Lo mi~mo pas;uia con los. pecadores que confesaran tan sólo para recibir ailgún cons.uelo, sin querer · • hacer todo lo que el .confes.or les mande. Otra cualidad de la confesión es que se~ ·obediente. . . .
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XXII. CONFESION DE BOCA: SU INSTITUCION, NECESIDAD Y DIVISION.
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EL PRESENTE articulo quiero exponer tres e puntos de la .confes~ón, a saber: su institución, su . necesidad y su división. Los dos primeros se hallan tan relacion~dos e íntimamente unidos entre sí, que . no pueden, S'eparar.se, de modo que al. hablar de uno, se habla necesariamente del otro. Por esta razón los expondré juntamente. E.s preciso demos.trar con toda clase de argumentos, cómo la confesión de los pecados es de institución divina y cómo' es necesaria·, para poder ·~lcanza~ · el per- ' dón de los mismos. Muchos católicos no cqnoc~n, al menos en. la prá~tica, la .verdad de estas dos. afirmaciones dogmáticas. Es conveniente y muy útil también, saber cuántas .clases de confesión liay.
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He aqui expu~sta y explicada detalladamente la naturaleza ·de la confesión sacramental,' que e8 la cuarta condición que se requiere para recibir ·dignamente el Sacramento de la Peni~n~ia o del j)erdón.
* * * l. Institución y necesidad. d~ la coJlfesión. Fácil es demostrar la institución divina y la nece-
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XXII.
El Sacramento ael Perdón
razón. ·
El apóstol Santiago dice en su ~ístola · canónica, Cap. 5, ver. 16, · las s_iguienfes palabras: "Confesad vuestros pecados los unos a los .otros", es decir, los hombres a los hombres, no indistintamente, ·sino los que necesitan la absolución a aquéllos que pueden absolver. . ,
1: La Sagrada Escritura. El argumento -principAl de la Sagrada Es.Argumllnto critura· para demostra"- la inst~tución diprincipal. · tiempo- 1a neces1·d a·d d.1vina, y ·· al _mismo vina, de la confesión se halla en el Evangelio de San · Ju~n, Cap. ·20, ver . 23, que dice : "Recibid el Espíritu Santo; . a los que perdonar-eis los pecados, per.donados les son; y a los que se los r.etuviereis4 les son retenidos". Estas mismas palabras de J esús son, como que. da e~ues.to anteriormente, la principal prueba. para •, . - · demostrar la institución divina del Sacramento de la
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P enitencia. lt. 1
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del pecador, pues él solo se conoce. Luego, al instituir Jésucri~to el ' Sacramento de la Penitencia, instituyó la cQnfes.ión de los pecados y la impuso a los hombres. .A este argumento principal y clásico -- de Argumentos la Sagrada Escritura pueden aiiadi_rse o4Úundatios. tros de valor secundario que lo confir~ man. Tales son los· siguientes: ·
sidad d n a t~mbién de la confesión. Jesucril!'to miSr)DO, Di~S verdaÚro, la instit uyÓ e impuso a todos SUS seguidores . . A tres se r educen las clases de argumento que puede~ aducir e, para demostrar la verdad de ; "' ~ ·e,ta afirmación a. saber: La Sagrkda Escritura, la \... Fe de la Iglesia juntamente con la Tradición y ~ sana
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Oonf. de boca: su institución, N e.ce. y división
. San Juan apóstol, en su epístol-a primera, Cap. 1, · ver, 18, ~ice: · "Si confes.amos nuestros pecados, Dios es fiel y j~s'to ·p ara ·p erdonárnoslos y limpiarnos de to.da i~iquidad". Las palabras fiel y justo dan a entender y suponen la promes-a hecha por' Dios de perdonarnos los .¡pecados, prptn~sa implícitamente contenida en el . argumento pr incipal de la tesis. que se está demos_trando. . · Los !lechos de los Apóstoles--después d'e haber relatado la historia de ciertos judíos que conjuraban al demonio en. nombre de Jes)Ís, como lo· haci-a San Pablo, judíos que fueron golpeados por un endemoniado-dicen que los habitantes de Efeso s.e llenaron de temor y "muchos de los creyentes (o' fieles) venían
Jesucristo con estas palabrás constituyó a ~us a-. póstoles .Y a sus s.uce~ores, j ustos jueces de los pecadores. De esto · se sigUe, que deben perdonar o retener los pecados ~egún las ci~cúnstancias; que deben sab~r quién es digno de perdón y quién no lo ~s ; que ' deben conocer los pecados y las disposiciones del pecador. Ahora bien; para esto se ·r equiere· la confesión
a confesar todo lo (malo) que hablan hecho".
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· El .Sacramento del Perdórt
o 2. La
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e de la IgleSia j~ntamente con la Tradición.
La lgles_ia interpreta la · Sagrada Es.critura de un modo solemne por ·me- . . dio de los Concilios. Pues bien. En el Concilio Tri..:' dentino,· por no citar otros muchos: dice, acerca de la in tit~ción y !lecesidad de la confesión, lo ~iJuiente : 'Si: a·guno negare qu~ la confes.ión sacramental fué in tituida. o es necesaria _p ara la salvación por derecho divino, ... ea anatema".
3. La sana razón. La sana razón llega a demostrar tan sólo la convéniencia. de la confesión y por vía de exciusión la institución divina de la misma.
La Tradición nos ens.eña ~sta misma doctrina, aesde l_os primeros. tiempos . del .Cristianismo. Solamente citaré algunos testimonios. Hasta llis mismas sectas orientale~ enseña~ en nuestros -días. que la confesión es de derecho divino y como tal la tienen desde que se sepáraron de la .verdadera Iglesia.
Testunonios de TradiCión.
San Basilio añade: "Es necesario confesar los pecado a quien e se · ha confiado la dispensación de los
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misterios de Dios". San Ambrosio: "No s.ólo confies·a (el pecadÓr) sus pecados, sino también los enumera Y. se a.cusa". San Crisóstomo: "Puesto que en la Semana Grande la gracia de Dios nos previene,... debe h~cers-e una confes.ión diligente y pura de los - pe~ados".
El 7'riáe . ,i t i1~o.
El Didaché dice: . "Confesarás tus pecados en la lgle ia". Clemente Romano: "Mejor es. a~ hombre cpnf sa:r: ·sus pecado , que, endurecer su corazón'. Orígenes: ·~El pecador no se avergüenza d~ decir su p~ cado al sacerdote del Señor". San Cipriano: "Confiese cada uno. su" delito ... , mientras la ... remisión hecha por 1 los sacerdotes es grata a Dios". Y Laétancio: "Ha de aber e que la verdadera Iglesia -es aquélla en la cual está .Ja confesión".
Oonf. de boca: su institución; Nece. y división
He ~uí las ·principales razones de convenieneia: · Primera: La cop.fesión es un acto _qu~•. por _ser una humillación bast~nte dura y fuerte, por una parte ·repara en algún modo la injuria hecha · a Dios y tfene, por otra parte, gran valor y mérito ante los hombres para 'merecer. el perdón. . Razones de conveníencía.
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Segunda: La confesión es, además, muy útil al pecador, por_qu ' ant~s de pecar, la obligación wevista .de confesarse a up. hombre aleja del pec.ado y, d~spué~ de pecar, una confesión sincera contribuye admirable·mente a la paz y cons.uelo del alma. · · Tercera·: ~a confesión, finalmente, es -muy útil a la sociedad lo mismo· doméstica que civil, porque la c~nfesión es causa u ocasión de que las riñas y -discordias se arreglen pacificamente, des~parezcan las escandalosas enemistades, se restituyan los bienes .roba-
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. XXII.
. El Sacramento del Perd6n
etc., e · Argumento de exclusi6n.
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e boca: su instituci6n/ N ece. y divisi6n
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confesión, ni tuvo interés en instituida, y, no obstani~ ·e.xi~te, ha de .deducirse en conformidad con el Evangelio, que su fundador fué Jesucristo, Dios y hombre verdadero.
dos,-~ se prevengan o ~paren toda clase de escándJ1los,
He aquí ~xpuesto el argumento de ex:-. clusión: los fiele~ no pudieron iristi- . tuir la confesión, porque ésta es dema-' . siado penosa y repugnante a la condiclón humf!,ne¡. TampOcO los reyes o jefes de estado lo han podido hacer, puel5 saben ro'~ y bien, que no tienen autoridad ' sobre las concie~cias y que se h~bieran atraído el des¡precio y el odio. de todQs. 1 Lo~ sacerdotes no habrían querido hacerlo, porque este yugo que habrían impuesto ~ los otros, se lo habrian impuesto a si..mismos y porqu-e no tienen e~ ello ningún interés material, ni ·espiritual ni intelectual. No habrían podido hacerlo, a cau~a ·de las dificultade~ que habrían enco.ntrado en todas las pasiones hu~ manas · y en . todas . las clases sociales y. a causa de la · falta de medios para· conseguirlo. Por lo tanto, discurriendo humanam'ente, debe:r:ían abrogarla, ya que, por o~ra parte, es la tarea más pes.ada y más fuerte del - ' n1inisterío sacerdotal. Si la' práctica de los e tólicos de confesar sus pecados fué establecida por los hombres, debería ,cona-- ' ' tar por la historia: quién fué el primero que habló de la confé~ión, en 'qué ' · a fué introducida y que obstáculos y dificultade~ urgiermi .al ser establecida. Y, . sin embargo, nada de esto nos dice la historia ... Luego, .si ningún ser humimo pudo instituir la
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2. División de la confesión. l. Por sus efectos.
La confesión se ·divide por razón. de sus efectos .en: buena, nula y sacrílega. Confe.sión buena ~s la que se hace con todas las condiciones requeridas ·ora por p~rte del ministro, · ora por ·parte del penitente. Para que una co!lfesión s~a buena en todos sus aspectos, debe tener ·las· cualidades. necesarias., no sólo para su validez, sino · también para su licitud. Bu~na.
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Confesión nula es la que carece de alguna. de l~s condic~ones esenciales de parte del confesor. Está tiene lugar siempre que el confesor carece de jurisdicción·, no oye ~ingún pecado del penitente o · se olvida d'e darl~ la absolución. Como esta nulidad no proviene del penitente, si' éste no la conoce Ó; aunque la conozca, no puede repa.r arla, Dios le dará la contrición suficiente para expiar sus . . pecados. Nula. •
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!Confesión 98:Crilega es ~ confesi~ nula Sacrílega. 'que viene 'de p~rte del pe~itente y ' por su. culpa. Es.t a tiene lugar siempre ·que el pecador omite
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El Sacramento del Perd6n
una fal grave o una circunstancia que cambia la ·especie del pecado por negligencia culpable en el axamen tle conciencia; cuando recibe la abs.olución sin .ver<Ja- · dero dolor o· sin firme propósito ; cuando por hipocre- ,· \ , s(a, vergüenza o malicia, ·oculta 11n_pecado mortal o qüe él cree mortal '; y cuando no tiene intenciDn de cumplir. la penitencia que le imponga el confesor ..
te por la Iglesia, es ajepa a la institúción y al manda> tema". · Confesió~ pública es la que se hacfa en otro tiein~ públicamente o sea, en presencia de Jos fieles: y en
alta v<>z. Era un ejercicio de penitencia y de humq-_... dad exterior, que Jes.ucristo no habfa ordenado, que· la Iglesia permitía y que algunas :veces mandaba, pero tan sólo para ciertas faltas que por su publicidad habían esca~dalizado a Jos fieles: venfa a tBer una reparación del escándalo.
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2. Por su modo.
La confesión se divide por r azón d~ su modo en: . .secreta ·Y pública, oral. y escrita. . La secreta-=llamada también privada y auSecreta Y ricular, porque se hace privadament e ~1 oí-· Pzíklica, ..· do del. sacerdote-es aquélla qu~ se hace de un mOdo co~pletamente secreto. J esucristo no pre .cribió .un .modo esp~cial de confesión ; por lo tanto, es suficiente la secreta. Una de las cualidades de la ·.confe ión ·es· que .sea secreta, según los moralistas. · El Concilio de' Trento dice· ace~ca ·de esta co.nfesión Jo. siguiente: "Si alguno dijere, que la costumbre .de confesarse . en secreto al solo sacerdote, costumbre ' observada siempre desde ~m principio has~ el presen-
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~iento de Cristo y una invención humana, sea ana-
La confesión nula por parte del penitent e se .llama sacrílega, porque. en ella h~y profanación de una cosa sagrada: ·E sta profanación es un nuevo pecado y hay que añadirlo a todos los pe<:_ados e~ acus.ación es nece ario renovar después de la confesión nula. · ~
Oonf. de boca: au imtituci6n, '1f ece. y divisi6n
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Acerca de estas dos clases de. confesión, s.ecreta y pública•. existentes en ·Jos primero~ tiempos . de 'la Iglesia, pued~ ·decirse con certeza lq siguiente: que la · ~onfesión pública no' era tan frecuente c~mo algunos creen; que~· ·según los tes.timonios de Oiigenes y San Agustín, la confesión secreta precedía. muchas veces a la pública, la cual 'era recomendada 'o mandada por el confesor por los ·pecados más graves solamente, cuando· éstos eran públicos ; y que, por .lo demás, se permitía a todos.' los que querían hacerla espÓntáneamente. . · La Iglesia, que instituyó la confesión pública, ere- · yó que debía abrog.arla y así lo hizo .. El patriarca Nectario, predecesor de San juan .Cris.óstomo ·en la sede constantinopolitana, fué quien primero la abrogq con ocasión de un escándalo dado por la · c~mfesión 'pública d·e una matrona.
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El · acramento del Perdón
XXII.
La confesión se divide también por raOral Y e&eryta. · · zón de su modo en: oral y esérita. 0, ral es ·¡a: que se hace de viva voz, ·con hi boc~, y ~ebe hacerse a en la Iglesia Católica por imposición de~ .. · uso común. Por lo tarito, pecaría. con certeza leve.mente y según m'uchos, entre los cuales está ¡3an Alfonso· también gravemente, el que sin causa se con. ' . fesara de otro modo. · Confesión :escrita es .i a que se hace diciendo los pecados ~r escrito. Es doctrina común entre los. mora- . listas, que nadie está obli_gado a ~onfesarse por escrito c.on grave incómodo, aun cuando no pueda físicamente hacerlo de un modp oral. E~ este Caso ~ebería hacerlo por señas. 3. Por su práctica.
./ La confesión .se - divide por razón de su práctica en: 01odinar~a y extraordinaria, ge~eral ~ frecuente. Confesi'ón ordinaria es . ,aquélla que OrdinarW. Y ezconsiste en la acusación de las faltas traordinana. cometidas después de recibir la última abs.olución. La extraordinari~ consiste en la réi- ' teraci6n de algunas ·confesiones precedentes, ora para .excitarse más al dolor de los. pecados, ora para reparar algunas confesiones dud()sa~ ó nial hechas. General y frecuente.
La confesión geperal cÓnsiste en la acusaci~n de las faltas; al me-
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nos mortales, de toda la vida sin etce~i6n, como ~f'. nunca se hubiesen ·confesado. La confesión frecuente es 1~ m'is~a co~fesión ordinaria cuando se hace con frecuencia, JX?r ejemplo, cada quince dfas. Confesi_ón . di~ria es la que se hace todos los días, comp se dice que algunos santos muy grandes la hacían, entre ellos ¡ ,.._..... San Vicente de Paúl. · · ·
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Oonf. de boca: su institución, 'Nece. y división
La confesión general e& del todo , necesaria, siempre que las precedentes confesiones fueron nulas con certeza. 'Es útil a casi toda clase de personas, con m.otivo de una m'isión o de unos ejercicios eSpirituales; al hacer la primera comunión; al abrazar un. nuevo estado de .v ida ya sea clerical, religios.o o matrimonial; con ocasión de ·una enferme.dad gr~:~-ve o ~m peligro de· muerte. .Es perjudicial a las almas escrupulosas, las cuales. deb!=!n atenerse rigurosamente a ' la decisión de su confesor. 4. Por su objeto. La confesión se divide por razón de su objeto en: genérica y específica. Genérica 'y específica.
Genérica es aquélla en la cual se dice el género del pecado,· es decir, sf uno ha pe-
cado grave o levemente. Específ\ca es aquélla en la cual se dice contra qu_é mandamiento . o virtud se ha pecado.
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EZ Sacramento del Perd6n
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XXIII.
He aqui expues.tas ia instittlción, necesidad y di·visión de la confesión. De esto~ tres pup.tos no cabe .duda, qu~ los mÁs importantes son los dos primeros. Por eso, los enemigos de la Iglesia los han negado Y ·atacado y és.ta se ha visto...obligada a defenderlos con t oda. clas~ de argumentos, corno depósitaria. que es de las verdades revaladas.
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La ·eonfe!Ü6n especifica puede ~er integra Integra' 0 ' no integra. La integra es aquélla .en la RO in"legra. que se diéen todos los pecados mortales que uno tiene, al meno~ en cuanto pueden manifestarse. Si de hechQ s.e manifiestan iodos los pecados, la · confesión es materialmente integra. No· fdtegra es aquélla en Já que no se manifiestan todos los ,pecados, ¡)arque ffsica o moralmente es imposible, llamándosela entonces formalmente fritegra.
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Cualidades de la confesión : la integridad
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XXIII. CUALIDADES DE LA CONFESION : LA INTEGRIDAD,. ESPUES de ex-puestas. la naturaleza, institución,
D necesidad y división de la confes-ión de boca; es lógico y natural qne' se expon'g an las cualidades de que debe estar adornada, para ser verdadera . y realmente · buena. ¿Cuántas. . . y cuále~ son estas cualidades? . ,1
A esta pregunta reponden los moralistas con los siguientes versos .latinos de Sto. Tomás de Aquino: "Sit simplex, humilis confessio, pura, fidelis. Atque frequeris, nuda, discreta, libens, verecunda. Integra, se'creta, lacryniabilis,. accelerata. Fortii et accpsans. ·et sit parere parata". . Estos versos traducidos al español quieren decir, que ~'la confesión .deb'e sér senci'ua, humild~, pura.; fiel, frecuente, .clara, discreta, voluntaria, :veziro;nzos.a, integra,. ~creta, dolorosa, pronta, fuerte, acusan te y ohediente". Las cualidades de la confesión son dieciséis en total. La confesión es sencilla, cuando .en ella no ~ mezclan cosas que no le pertenecen; es humilde, cuando
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XXIII.
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Cualidades de l'a confesión: la integrídad
El Sacramento del "Perdón
se . tribuye el pecado ~ propia malicia ·y no a otro~ y cu~ndo s·e .hace si~ audacia o jactancia, eri traje d,ecente y de rodillas; es pura, cuando su único fin es óbte!ler · el perdón ·de los pecados; :S fiel, cu~n9o en ella no pay en~ño ni mentira; es clara, cuando se descubren los pecados tal~s cuales aon y sin tratar de ocultarlos; es discreta, cua.ndo se hace con palabras hones~S: y prudentes; es ·dolorosa, cuando va acompañada del dolor; y es pronta, cuando no se pospone demásiado tiempo, una vez cometido -ei pecado. De todas estas ·cualidades, que la collfesión debe tener para ser buena, puede afirmarse; hablaU:do rigurosamente, que una tan sólo es e'Sencial, estando las demáa incluidas en 'é sta o en alguna de las condiciones del Sacramento· de. la Penitencia o siendo accidentales . y no necesarias, ~r lo tanto, para que la confesión sea substancialmente buena. Esa cualidad esencial ea la.. integrid'ad. Y de ésta quiero hablar' largamente en el presente articulo y en el siguiente. '\
Como ya se ha explicado anteriormente en qué consiste la integridad de la cónfesión y cómo ,s.e div.ide , en material y formal, ahora se expondrán su necesidad y su extensión.
• • ••• l. Su necesidad. El Tridentino.
El Concilio de Trento declara abiertaménte <).ogro~ de fe la integridad de la
confesió~ con Ías palabras siguientes: 'Si alguno dijere, q1,1e en .el Sacramento de la Penitencia, para la remisión de los pecados, no es necesario por derecho di-· . vit~o, confesar todos y cada uno de los pecados mortales de que Ere tenga memoria, deapués de un exame~ cui-1 ---dadoso y diligente, ni tan poco los ocultos y ·que van con- · tra los dos últimos preceptos del Decálogo, ~i las circunstancias que mudan la especie del i>ecado, sea anatema." ·
También la Sagrada Escritura proclama la neces_idad · de confesar todos los pe.: cados mortales que · se han cometido, para que puedan ser :perdonados. · Los. mismos pasaj~s bibl~cos con que · se demost!ó lá institución divina y necesidad de la confesión, ~írven. para demostra-r la necesidad de la integridad de la confesión.
La Escritura.
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En atención a. la brevedad y para evitar repeticione~, solamente citaré las palabras que constituyen el argumento prinéipal. · Estas palabras. son. las que Jesucristo dijo a sus. apóstoles encerrados en el cenáculo el nnsmo dia que r~sucitó: 'Quedan perdonados los pecados_-que perdonéis; y retenidos, los que retengáis". •
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Jesucristq· instituyó ciertamente el Sacramento de la Penitencia a modo de juicio, es. decir, constituyó a. su~ a.póstqles' y sucesores de éstos en verdaderos jueces .sobre las causas -de los. pecado.res, con pote~tad para perdonar o retener La razón teológica.
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XXIII.
Cualidades de la confesión: la integridad
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El Sacramento del Perdón
los ~~os y, ~laro está, según las. reglaa de la prude~cia y. de la justicia. ·
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Ahora bien. L~s saterdotes, como verdaderos jué.. ·ces .de Ía conciencia, no pueden eje;cer d.ebida19ente su ~ficio ni guardar equidad en la imposición de las pen~s. si el penitente declara sus pecadoa tan 'sólo en general. . Luego Cristo, al instituir el Sacramento de la Penitencia, mandó a los hombres la confesión sac~ mental de todos y cada uno de sus pecados mortales, · para obtener el perdón dé ellos en virtud de las llaves.
2. Su extensión. ¿Hasta dónde debe extenderse la integridad de _·la confesión de los · p~cados? Según la Teología Moral católica, la integridad de la confe~ión debe extenderse a declarar la diferencia genérica de los pecados, su distinoión ·espécifica, su diferencia numérica y las cir~unsta~cias concomitan~s que mudan . su especie.
i. La diferencia genérica de los pecados. \
¿En ·qué consiste? Es.t a consiste en En ~ué consi.ste. · que unos pecad_os son mortales Y otros son veniales. Que existen realmente pe~dos más graves lo~ unos que los otros; unos que s.on ~ortales . y otros veniales, consta d.e un. modo explícito por la Sagrada Escritu·ra y. la fe. En efecto:
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Cristo dijo. a Poneio Pilato, re~cto de Judas el traidor, las siguientes palabras: ~'El que me ha entregado a ti, es reo de un pecado mayor". · Luego e~ evidente, que existen pecados, unos mayores que otros. El Apóstol San J~ habla, en la primera de :sus epfstolas, de. dos clas.~s de pecados, pecados" de muer- ¡ ~ te y no de muerte". Luego unos pecados son mortales y otros no. El Concilio Tr'identino también distingue dos clases de pecados, cuando enseña .que deben confesarse todos los peca<los. mortales de que uno se . acuerde~ mas no los veniales. . ¿En dónde se basa la distinción genériCa de Su base. los pécádos? El or~gen de. la distinción genérica o teplógi~a 'de los pecados se halla en que el _, ~cado mort_ai incluye, al menos virtualmente, el desprecio de Dios, consistente en qu·e el . hombre prefiere ' la criatura al Creador y destruye, por lo tanto, la amistad con Dios, s.u último fin; mientras que el pecado ven'ial, por lo. mismo que no destruye 1~ · amis~d y unión con Dios, n~ incl\lye este virtu~l desprecio · de · Dios.
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Por consi&'u:iente, el ·pecado mortal excluye el amor de Dios, mas no el venial ; el mortal pervierte el orden de la ley, pues importa la aversión al último fin, el venial turba solamente el orden de.la .ley y, por ende, no separa del último fin.
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XXIII. · Cualidades de la confesión: la integridad ·
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que exis.ten dos clases de pecados mortales: unos qu~...., lo son accidentalmente y otros que lo s.on de suyo. Los primero~ son Íos que de suyo o por razón de su objeto s.on ~olam~nte vertiales. Los segundos soJl los que de suyo o por razón de su objeto son .mortales.
¿Cómo ·puede sabers.e cuánd·o un pecaTr reglas pa:- do es mortal o venial? Para saber ra . cono e rla. cuándo un pecado, por· razó~ de .la .materia, es mortal o venial, hay varias reglas cierta~ y seguras. Los teólogos convien·en_, en afirmar, que hay pecados que son evidentemente graves de s~yo, otros .que son evidentemente leves y otros que dificilmente puede decir e si son graves o leves. He aqui dichas
· Los pecados mortales de suyo se subdividen en dos clases: en mortales ex genere suo toto, cuandp,_..su materia o cualquier parte de ella contiene una de-' formidad grave y no admiten parvedad de. materia, como en la herejia, blasfemia y lujurla; y en mortales ex 9-.enere suo non .toto, cuanqo su· ro'ateria, considerada' en su especie, puede ser ga·rve o leve y, por lo tanto, admiten parvedad de m.a~ria, como en ~1 hurto.
reglas~
La primera es la Sagrada Escritura: Cuando é!5ta emplea palabras gr~ves, como "¡Ay!" o dice que _ un pecado es "execrable" o "digno de mu!'!rte", enton- : .. ces ha de tenerse con toda certeza como mortat La segunda es la Fe: ·La Iglesia, po-r medio de las defi. niciones de los Sumos Pontifices ·o de los. decreto.s de l~s . Concilios generales, declara ser. muchas cosas pe· cados mortales o. solamente veniales. La tercera es: El u.nánime sen~ir . de los SS. Padres. y Doctores de la Iglesia y teólogos más insignes por su piedad y doet"rina;. los cuales hablan de ciertos actos como de pe. cados graves o leves, grandes o pequefios.
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Fu~ra de estos casos, como es muy dificil en la práctica saber o determinar si un pecado es. mortal o venial, ·es mJJ-Y peligroso declararío una cosa u otra. Asi ~pinan Sto. Tomás y San .~tonino con otros muchos. .
Dos clases de ~ cado graves.
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Pero .¿todos los pecados mortales son de la _mism~ clase? A esta pregunta hay que responder diciendo, ' ' .
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. Un pecado ·de suyo venial ¿ có~o pu~e convertir-· se accide:Q.talniente en mortal? De los modos siguien. tes: por r{'zón qe la conciencia errónea, creyendo que es mortal lo que tan s.ólo es venial; por ·razón del fin mortalmente malo, como "Sucede cuando, para causar un mal grave, uno ro'ba al ·prójimo el único instrumento que tiene para procurarse el sustento, aunq!le éste . consista de una ~guja; por razón del desprecio · ~xpU:.. cito y formal, coino cuando uno queoranta un precep. to, precisamente _porque es un precepto o no quiere someter~e al que . manda; por razón· de grave . escándalo·, por razón del peligro ·próxi~o ·de caer en pecado mortal, como sucede en lo. tocante a la castidad; PQr razón de la unión de la materia, cuando las ~rtes se ju'ntan en·
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El . Sacramento del P erdón
XXIII.
~ un . todo ufi'ciente p~ra CQnsÜtuir un pecado mort~l, com en .el hurto. ·.
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Para que exista pecado formal o propia~ente diclto, es. necesario qpe e- · :. más graves unos ·. x'ista un obje'to malo; haya adverque otro · tencia perfecta ·por .parte del entendimiento y concurra al mismo tiempo el consentill)ientO pleno de la voluntad. A un cuan,do sean necesarias está tres condiciones para que exista pecado mortal, e to no quier e decir, que todos los pecados. mortales sean · lo mismo ·de graves ; ant~s al ~ontrario, unos .. peca~os mortales son ~ás graves que otros:
. Acci.dentalmente, por razon de las .circunstancias~ un pecado d.e suyo más le~e, puede exceder en gravedad a otro de una especie superior. La razórt :es por- · que, aunque regularmente sea pecado .más grave aqp!lque se opone a una virtud más perfecta, sin embargo, como la gravedad del pecado de la especie superior es finita, s.ucede que, aunque físicamente no pueda ser e:J:{cedido por la' malicia de ,un pecado de especie Por ejemplo, la inferior, puede .serlo moralmente. . . . sodomía es pecado más grave que el perjurio.
Pecad~s mo;tales
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Ésto de~nde del objeto, o más cla~o, de la excelenc:a de las .virtudes. a las ~uales los pecados se oponen . . A~i, por ej~mplo, la blasfe~ia es de , suyo- un• pecado ·mort?-1 má~ ~rave que el hurto, porqué la virtud de la religión, que ob1iga .para con Dios, es más excelente' que la virtud de lá justicia, que o~liga para · con el prójimo. Depende · también de las circunstan-
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cías que acompañan al pecado, cuales son la dignidad de la pers,ona que peca, la duración o intensidad .d )l ~to malo, etc.
U pecado de suyo mortal ¿cómo puede convertire ceidentalmente en venial? ·De los mo~os ~iguien te. : por ,razón d~ la parvedad de materia, como ,sucede en los robos de pequeña <Ca_Jltidad de dinero; p.o r razón de la imperfección del acto, ya del enttndimieiito qu ~ conoce, ya de la voluntad que consiente, como su··cede en loa que están medio dormidos o medio inconsciente ; por razón de .la conciencia errónea que cree ven.ial lo qué de suyo ·es mortal; etc.
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Cualidades de la confesión : za· integridad
De todo lo dicho se deduce que, có:rno exis-
Consecuen- · t e una d'f . su bst anc1a · . om . f' 't 1 erenCia 1. . mi a encía general. . . · ~·
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t re el pecado .mortal y el vemal, es necesario de ·precepto divino declarar en la confesión, por lo menos,- si se · ha 'pecado mortal o . venialmente. N o basta, pues, decir: Padre, me acuso de haber pecado. Es pr~ciso decir como . mínimun: Padre, me acuso de ~aber pecado !llortal o venialmente. '
2. La diferencia· especifica de ·Jos pecados ·¿En qué consiste ésta? La especie o forma del pecado es la propia fealdad o malicia de cada acción mala. Por eso, la diferencia específica de los pecados consi&te en que éstos· E n qué consiste,.
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.•. 1 •
XXIII~
El Sacramento ael Peraón
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'bienes de fortuna, que se oponen de modo distinto a una misma virtud, son pecados espeefficamente dis-" t~tos.
Las fuentes o rafees de las que se deriva Tr~ r.a\cu. Ja diferencia especifiCa de ios pecados IOD tres a saber: La primera es su oposición a virtud~s distintas o diversaa. Así como ~a ' virtud tiene su ·. bondad especial y propia conforme a la ley,. dtl mismo modo, cada pecado, en cuanto que se opone a una virtud e~ial, contrae una -malicia especial y distinta. Por eso, son- especfficamente distintos entre . si 18 blasfemia y el hurtó, pues la · primera se opone a la ~d. de la religión y el segundo, a la virtud de la j~sticia. La segunda fuente ~s la oposición a la misma virtud, ya de modo i:ontrario .ya de "modo.. diverso. Una mis,ma virtud es · violada de modo contrario, cuando se peca contra ella o por exceso o. por defecto. J:lor ejemplo, la virtud de la esperanza es. quebrantada por el ~do de la · pr.esunción,. consistente en · tener exceso de esperanza, y .por el pecado de la desesperación, consistente .en tener defecto de espera~. Por eso, la . présun~ión y la d~espe,ación son pecado~ especfficamente,distintos.
Una .m isma virtud es vi.olada de modo diverso, cuando se queb~antan diversos oficios u obligaciones 1 de ellá. Así, la virtud de la justic~ prohibe hacer da. ño a otro en sus bienes de vi4a, fama o fortuna. Por · es~·. el homicidio, opuesto a .lá vida del prójimo, la calumnia, opuesta ~ su fama y el hurto, contrario a sus
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'
ienen una malicia especial y diversa. entre si y, po.:: lo ta , se hallan dotadoa de naturaleza diveraa.
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Cualidades de la con{esión: la ~ntegridad .
~
La 'tercera fuente es la violación de preceptos fordiatintos. .Preceptos especifimal ·o es'Peclficamente . . camente distintos son los que tienen objeto div~rso o diverso motivo. Asf, el que quebranta el prece¡)to de la Iglesia de ofr misa y el de la confesión anual, c¿;--mete dos pecados especfficamente diversos. Del mismo modo, el que mata a sabiend~ a un sacérdote, comete dos pecados especfficamerÍte distintos, porque q~ebranta. dos preceptos, uno divino y otro ecl~ siá.stico, que tienen el mismo objeto, pe~to• un motiv.o formalmente distint9. · El precepto ·divino prohibe el .homicidio" por ~otivo o razón de justicia y el eclesiástic~ lo prohib.e en este caso particular por ~otivo o r~zón de . r~ligión. . .1
Para que la confesión sea mtegra es preciao, pues, decir también las especies de los pecad~s. No basta, por lo tanto, decir: Padre, me acu~o. · de haber pecado .mortalmente. Es .necesario añadir también contra qué vi·r tud se h~ pe~ cado o contar qué precepto. Por consiguient~. ha de -decirse: Padre, m(l acuso de haber pecado mortalmente contra la virtud, por ejemplo, d~ la esperanza, desesperando de la misericordia ·de Dios. Oons-ecuencía general.
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Sacram~nto
del Perd6n
~XIV.
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XXIV:· CONFESION DE BOCA: SU
INTEGRIDAD
Antea de exponer las fuentes o raf.. Su fundamento. ces de las que brota la diferencia numérica de los pecados, es necesario asentar ·el principio en el .que ésta ae basa y fund~menta. · ·La distin.. tinci6~ n~mérica .de los vecados se fundamenta en la pluralidad no ffsica sino moral, ya de los actos humanos ya de los objetos, porque asf es como .se mul~iplica la te~dencia moral de la voluntad al obJeto.
(CONTINUACIO~)
e
OMO YA queda minuciosamente expuesto en e1 · articulo anterior todo lo relativo a la diferencia .:enérica de los pecado.s y a su dif~encia e~pecffica, no hay que decir nada .acerca de este particular en el preaente. · El pres.ente articulo, que no es sino continuación del anterior, versará, pues, acerCa de la diferéncia numérica de los pecados. y acerca .de las circunstancias de éstos que es preci~o confesar.
• • •
1<" Diferencia nUJÍlérica de los. pecados. ,. . . La distinción numérica de los pecados En que connste. . · • t · é d
consiS e en que stos, cuan o, son de·
la misma ·espe~ie, se. ~ultiplican de' tal modo que pue-
den
contar~e.
Es fácil dete.r minar el número de pecuando concurren un acto. con un objeto· o muchos actos cada uno de los cuales tiene un objéto com. pletamente distinto. ca~os,
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Pero es mu;t ·~iffcil de.t erminar dicho númeró,'cqan.do un solo acto recae en muchos objetos o cuando muchos ·actos ffs.icamente di.atiptos ·recaen en un solo o~jeto formal~ es decir, se unen de algún modo y co~ t1tuyen moralmente una cosa, como sucede, po~ ejein. plo, cuando se dirigen a un solo fin.
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Conf. de boca: su integridad( cont.)
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. ~ La unidad moral, ya de los actos ya de los obj&tos, nace · unaa veces de la misma naturaleza de la -cosa y otras, del·agente que obra. Primeramente nace de la misma naturaleza de la cosa, porque de suyo los actos u. objetos forman un todo, ya como medios na.. t~rales a un fin ya como partes de un todo. Asf, por ejemplo, constituyen .un .ente moral los. actos y.obj&tos empleados para cometer un robo, .cuales son eamf.. .ná<r, escalar la casa, romper la ventana, etc. bel mis.. mo modo, so~ una.cosa.¡#;toral un libro, una familia, una biblioteca, etc. En segundo lugar, la unidad moral brota del aren· te, el cual ya inéurre muchas veces en·el mismo acto ba.. . jo un solo fmpetu de la paaión, ya in ten~ y percibe como -'
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· XXIV.
acramento del Perdón
otra vez vengarse de su enemigo, al pensar en él, eom• te otro nuevó pecado.
· Si los actos son externos, ésto& se ni·ultiplican ~ tas veces, cu·a ntas veces son cada imo de ellos .completos en la moral y común estimación, de tal modo que separadamente puedan decirse una acción humana;--" Así, por ejemplo, el que golpea en diversas ocaaiom!s a su enemigo sin ánimo de matarlo, comete tantos . ' pecados como son las .ocasiones en que lo golpea. El acto de golpearlo en cada ocasión_ es completo y distinto de los- otros actos y tiene su malicia eapecial.
Después de sentadCJ el principio ex· . puesto, hay que decrr, que las fuentes, de .las que brota la ·diferencia numérica de los pecados, son. tres. La primera es la pluralidad del actd y del objeto juntamente. Es. -evidente, que muchos ~ctos acerca de muchos objetos ~oralme~te diver.sos cada uno, constitúyet;t otros tantos pecados. Esta doctrina es tan clara, que no hace falta ningún ejemplo pa.ra exp1icarla. No hay quien no la entienda. ·.
us tre fuentes.
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303
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una tidad moral muchos objetos o actos capaces de e ta unidad.' 'Asi, por ejemplo, ~1 que .golpea muchas. vece8 a SJ.l enemigo bajo el mismo movimiento de ira o e que va ~ de una· ciudad a otra con ánimo de matar a u enemigo, aunque lo busque-'por muchos días y . haga muchas diligencias. · '
·La egunda .fuente es la pluralidad. del · acto solo. Muchos actos, acerCa. de un ·objet_o moralmente el mismo, se multiplican de diversp modo, según ~ean interno . o t:xternos. En efecto: Si'-\ son internos, se' multiplican por .Ja deliberada . cesación. del acto que de nuevo se repita o por un intervalo· notable, aún sin tal cesación, entre la repetición del .acto. Asf, por ejemplo, . el que reti·l\Cta -1~ voluntad que tenía de robar, ~u~ue sea por brevfsimo . ·tie~po y despues la renueva', .comete un nuevo ,pecado. Del mismo modo, el que tiene voluntad de vengarse de su enem~o y pasa un tiempo nota~le sin pe~sar en él, si, después de pasado ese tiempo notable, resuelve
Conf. de boca: su integridád( cont.)
·'
La tercera fuen~ es la pluralidad del objeto solo. Un acto ·acerca de inuchos ·objetos, conocidos ~ perci. higos como' muchos morah:nente diversos, contiene o. tros tantos pecados. Así, por ejemplo, comete do• pecados el ·que,. para matar a su enenÍigo, le incendia la easa y el qu~, ara tenderle asbchanzas, deja de oír mis.a · en día de fiesta. El homicidio y el incendio de· una casa son cosas completamente diversas y de malicia independiente, las cuales no p~éden COt:tstituir . un todo, ni son la un~ medio natural para conseruir la otra. · Un acto acerca de muchos objetos aprehendidos como un todó, contiene probablemente un solo pecado. Así, por ejemplo, comete un solo pecado, el que quita la fama a una eomu'uidad delante de mucho~, el que roba algo que pertenece a variaa personas~ el que de-
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El Sacramento del Perdón
XXIV.
sea mucho males al enemigo bajo la común aprehen:ón· del mal. \
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.mente el número~ entonces hay obligación de manifestar el número cierto; porque. el número verdadero no se 'halla ·comprendido en el menor.
Para que la confesión de los pecados esté-dotada de la inte~ dad •completa, es prediso declarar ·al confesor no sólo el género y las especi.es de los ~dos mortales cometidos, sino también ~ número exacto ·si se sabe a ciencia cierta, y esto por prescriPción · d~~ina. · De ahí 1~ importancia de conocer esta doctr.na ~cerca de Ía diferencia numérica de los pecados.. Número exacto. a.proximaclo . u duración.
2. Las circunstancias de los pecados. ¿ Qué son o en qué consisten éstas 7 No son otra cosa que ciertas condi- · ciones accidentales que acompañan al ac~o humano, ya constituido como m~ral en cu~nto a su subE\tancia y que todavía le afectan moralmente. O más bre_vemente: Son unos accidentes que ~compafian a~ pecado. En qué consisten.
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Si, después de un dilígente examen, no puede averiguarse el número. exacto de los pecados mortales comatidos, es preciso decir,.,.el número probable y afiadir a éste las palabras "poco má~ o menos",, que tienen apr~ximadamente -este valor: Tres poco más o menoa vale para dos y .para cu~tro pecados; diez poco más o menos vale pa-ra ocho y para doce; cien poco más . o inen~s vale para noventa y cinco y par~. ciento cinco. S) no es .posible decir el número aproximado de pecados, .segú~ acaba de explicarse, basta indicar la duración de la costumbre, añadienqo, .si se puec1e, cuán- ' tas veces apr.oximadamente al día, a la semana, o aJ . mes se ha peeado. En est~ caso, si se exa:ger6 de buena fe el número, no hay ·obligación de manifestar · el número cierto, cuando se descubra el error, porque el número verdadero se halla comprendido eri el mayor. Mas si, J?Or el contrario~ ae disminuy6 notable-
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Conf. d·e boca: su integridad_( cont.)
·'
¿Cuántas y cuáles. son. las circunstancias Cuántas '!1 · · del pecado? Según l.a Teo~ogia moral cactláles son. ·t6Üca ·son si~te, contenidas en el conocidísimo ~ersiculo latino ~iguiente: "Quis, quid, ubi, quibu.s auxÜiis, c~r, quomodo, quando", Quién, qué, dónde, medios, por 'qué, cómo y cuándo. Quis quiere decir quién, el sujeto que peca. Ex'presa ' pues, la. cualidad o calidad de . la peraona q~e . . ' actúa: si es sacerdot~ o simple fiel! casado o soltero, joven o viejo, rico o pob~e, sabio o ignorante, etc. Hay natural'niente cos.as que, según la.persona que las hace, s.on permitld~s. prohibidas ? prescritas o adquieren ·una malicia y gravedad . espere·les. De ahí que en ellas puede haber un nuevo pe o o un. pecado más grav~. Quid quiere decir qu , el objeto en que recae la acción. Expresa, por ende, la cosa que es materia del
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El Sacramento del Perd6n
~/o.
XXIV.
En p:rimer lugar su valor: si es grave o leve;
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profana. · ~ambién significa la persona contra la cu~l se ha pecado, lo que ella es en si ~isma ¡ con relación al culpable. .
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. Ubi quiere decir dónde, el lugar del crimen o pe-
cado. Significa, pues, si el sitio es profano o sagrado, público -o privado; si hubo testigos, su número y cualidad. ·No ea 'evidentemente lo mismo pecar dentro d~ una iglesia que en otro lugar.
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Quibus auxilii.s quiere decir- el medio o. los medioa
·que se usan para· cometer· !=!1 pecaao. ~ighifica, por Jo tanto, si el medio es licito o ilícito, natural o supersticioso, f-ácil o violento, con cómplices o sin ellos, etc. Cur ·quiere decir el motivo o el .fin. Si es útil a si o ·a loa · otrós, · bueno o malo. Quomodo quiere· decir la manera en que se obró.
Si fué por ligereza, aturdimiento, -de buen gra~o o -por . fu~; a sangre fria o. arrastrado por 1~ pasión. Si se obró por ~alicia, como por ejemplo, por odio y rencor, . . Quar:do quiere decir el tiempo ·o sea, si' fué -e~ '
tiemp() sagrado o profano, prohibido ó permitido.
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¿Por qué estas circunstancias inflo- · yen en el ' acto o le afectan.? Infloyen en el acto, ¡)orque tienen· relación de conformidad o disconformidad con· la -recta· razón. Sto. Tomás de
Razón filoa6fica.
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Oonf. de boca: su integridad( cont.)
Aquino dice~ Asi como en el hombre no depende toda la perfección de la forma substancial que le da la especie, a saber, del cuerpo humano y alma racional, aino también de la figura, del color, de la aptitud de las _parles, etc. ; del mismo modo, .a la bondad- y malicia del acto htpnano contrib~en mucho oiertos accidentes, qqé acbmpañan a la acción y la completan. ·
y, en segundo lugar, ~us cualidades: si es sagradji o
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--:
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Por ejemplo, aunque el sacrificio sea bueno Cle sf, sin emb~rgo, ¡/or razón de una c~rcunstancia indebida, a saber, de la J>ersona, fueron repudiados los sacrificios de Saúl y Ocias,, pues éstos no eran sacerdotes. .¿ Cuá~_tas_ clase8 · de circu!lstancias Cuatro clases de hay o cómo se dividen? Se dividen circunstancias. · en cuatro clases, a saber: Circonatancias q~e mudan la especie de la m'?ralidad, circunstancias q.ue añaden una nueva especie de moralidad, circunstancias que aimplemente.la am;nimtan o disminuyen y circunstancias que cambian la especie teológica. Para mejor entenderlas, es preciso explicarlas detalladamente y cpn ·abtmd~ncia de ejemplos. . . Circunstan~ias que mudan la e~pecie dé la ·moralidad son. aquéllas que hacen pasar el acto lÍumano de una especie a otra, que quitan al acto la especie de moralidad que tiene _ proina~ante de su objeto y le dan otra. Esto puede suceder de dos modos, ya cambiándolo de indiferente eh bueno o malo, ya convirtiéndolp de bueno en malo. Asf, por ejemplo, la acción .de pasear es de suyo indiferente, mas si se hace con un fin
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XXIV.
El Sacramento ·del Perd6n
Oonf. de boca: su integridad _( cont.)
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.· . Circunstancias que ·cambian la especie teológica son aquéllas que de venial hacen mortal al pecado. Aáf, el robo de una cosa leve, que, sin embargo, causa al duefio un·dafio grave, cambia 18 especie teoló~cá del .· pecado; porque, aunque el robo de una co.Sa leve sea de suyo un pecado leve, atendida, no obstante, Ja ~ cunstancia del daño grave, hace grave al pecado.
bueno, verbi gratia, por obediencia, es . una ·acci6n. virtuosa. · l)el mismo modo, la limosna, que es de sUyo buena, si s~ hace por ~ fin malo, se convierte en mala. Circunstancias que añaden u~a nueva eapecie de moralidad son aquélla[\ que, a la bondad o m~licia que la acci6n ti~ne promanante de su objeto, afiaden otra bondad o malicia. Asf~ el robo de una cosa sagrada es un .pecado- no sólo contra la justicia, sino también contra la· religión. La circunstancia de aer sagrada ~~~ cosa robada añade al robo la malicia de sacrilegio.
¿Cómo inf·luyen las citeunstaneias en el
Bu
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infl~jo. acto o cuál es su influjo? · Las circuns-
tan~ias gravem~nte
malas quitan toda la .bondad al ·acto, po~ue s.eparan por. completo del fin último. Las circunstancias levemente malas, ·como orar c»n tibieza, obrar <;on precipitación, no destru¡yen toda la bondad del acto: porque éste retiene la moralidad esencial de su objeto.
Circunstanci.a s que simplemente aumenta!'l o dúminuyen la malicia son aquéllas que áumentan o disminuyen, dentro de la misma espeeie de la morali~, la bondad o malicia ya extstente, como serfa el J;Obo de una cantidad mayor o m~nor. Eátas circunstancias aumentan la malicia, unas notablemente y otras levemente. . . ·. 4s que la aumen~ notablemente haeell e~to a mater4a de cantidad, cuando separadaJDente tomada y puesta fuera ·del mismo acto, basta para constituir un peCado mortal. · Por ejemplo, si supone~os que , $25.09 constituyen en el hurto ·materia grave,. en UJ! hurto de $50:oo habrá una circunstancia notablemente . · agravante. E~ las otras materias, se considera que . hay una circunstancia notablemente agravante, cuando excede el modo ordinario de pecar, como,· wr ejemplo, ai uno durante un ~es o. un año persevera en el odio.
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.Después de ha1ber dicho qué son 'tas circunstancias del pecado, cuántas cuálea son, c6mo se dividen, por qué ·y cómo influyen en el acto humano, es nece.Sa'l'ÍO decir ahora cuál~s son las circunstancias que deben declararse en la confesi6n. Circunstancias qu~ deben confesarse.
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En la •confe~ión deben declararse, primero: las cir cunstancias que mudan y añaden ·la especie del peca.. do, si 'é stas · son ~raves, porque de suyo constituyen un nuevo pecado y, por lo tanto, aumentan el número de pecados. Han de confesarse tan;¡bién las' circunatancias que cambian la especie· teológica, ·o lo .que ea lo mismo, agravan infinitamente el pecado, porque de
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El Sacramento del P erd6n
XX V .
Oonfesi6n de boca: integridad · ( conclusi6n)
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veni lo cQnvierten en· mortal. Acerca de las otras circunstancia~ es preciso decir, .que de suyo no ha7 obÍi~~ió:n de confesarlas y que tan sólo accident~ mehte han -de declarp.r!'le en la confesión. \
~in embargo, el penitente está obligado ¡. responder .al confesor egún la verdad, CJ.lando éste le prerunta de alguna circunstancia necesaria o útil para formarse un juicio recto acerca del estado del penitente. y acerca de lós remedios que ha de prescribirle, como, por ejemplo, si le pregunta acerca de la costumbre·, ocasión etc., del pecado:
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XXV. CONFESION DE BOCA: INTEGRIDAD (CONCLUS~ON) ·A ·NTES DE DAR por terminado todo cuanto acerca de la integridad de la confesión conviene que sepa un · católico .. . Men instruido, es -preciso decir algo muy importante respecto de los pecados dudosos, ol. vidados .u .om.itidos sin culpa y de las, causas que excu. san a un pecador ·de declarar ciertos pecados graves nunca confesado$. 1
He aquí todo cuanto acerca de la extensión de la. integridad de la confesión enseñan los moralistas católicos, .fundados en la Sagrada Escritura,, en la Tradición y en la sana razón. · Todos ellos convienen en afirmar, que es ·preciso de~larar en la confesió~ el género, . . la especie, el número de los pecados Y. las ·cir· cunstancias gravea que les acompañan . . \
¡Cuánta e·s la ignorancia que respecto de es.te pat:ticular· hay entre Jos católicos ! ¡Cuántas veces -se , 1 siente!l éstos ofendidos y molestos; al ser interrogados por el confesor acerCa de esto& puntos, creyendo ne- . . ciamente que ~1 confesor se .ha . excedido en sus atribuciones, sin que puedan o quieran comprender que ellos son los que han dejado de declarar en la confesión todo aquello a lo cual están obligados en conciencia!
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Es de capital importancia tener idea clara acerca (le esta · doctz:jna . católica que, no obstante tener su principal fUndamento en la fe, se basa igualme~te en l_a sana razón. Nada ·de .cuanto enseña la lg~es,ia católica es irracional . o inhumano. De ahí que nadie, pcjr sabjo que sea, después de estudiada a fondo la doctrina católica, se atreve a decir que ésta tiene algo de antifilosófica.
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Para mayor claridad en la expOsición, .el presente . artículo se dividirá en tres partes: primera, pecados
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.Bl 'sacramento del Perd6n
XXV.
~udoso ; segunda, pecado8 olvidados u omitidos aiD
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l. Pecados dudosos. "
¿Qué se entiende p()'r pecados dudosos en Teología moral? A esta pregt{nta puede resi>onderse, de un modo indirecto, de la siguiente manera: La duda puede versar sobre la existencia de un pecad?~ es decir, si se cometido o no; sobre la natu~ raleZa del pecado ciertamente cometido, es decir, si es mortal o venial ; o $Obre 1~ acuaación o confesión . del pecado ciertamente cometido y ciertamente mor- : .. tal, a saber, si pa sido declarad'o o np anteriormente en la confesión. Triple duda.
2. Pecados ol'7-d.ados · u omiti~os s~ culpa.
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obligación de confesar los pecados dudosos? Omitiendo el ·decir muchas ·cosas qqe no darían más luz a esta ~ateria, responderé lacónicamente diciendo:. No · hay probablemente obligaci6n estricta de confesar los pecados' dudosos, ya sea la duda acerca ·de su existencia, ya acerca de su naturaleza o acusación. \
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No obstante la ortodoxia de esta doctriLa práctico. . na especulativamente considerada, en 1& · práctica ensefta la Teología .lllOral católica lo siguiente: . . Si la duda versa acerca de la gravedad del peéado, a loa rudos ha de im¡joners.e la confesión, a las personas
Los · pecados olvidados u· om'it.jdos sin . ~ulpa ¿ son perdonados por medio de la ·absolución de la confes'ió.n en que no se declaran? · A esta pregunta responden todos lo:a moralistas católicos del modo siguiente: Los pecados graves ~mitidos sin culpa en ia confesión, ya sea pÓr olvido ya sea por alguna caus~ legítima, son ciertamente perdonados por la abs.olución sacerdotal, aunque de urí modo indirecto. Se perdonan.
Después de la -aclaración hecha, es. prec1so
Le. teona.. respon d er a· 1a preguntá' s1gu1en • • te : ¿ ·Hay
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cultas ha de ~consejarse y a los escrupulosos ha de prohibirse. Si la duda versa acerca de la existencia ~ ·pecado, a los de conciencia laxa se les ha de obligar, a los. tiiÍ10~atos s.e- les ha de aconsejar y a los escrupulosos se les ha. de prohibir. Si la duda . versa acerca de . la confesión o declaración del pecado, ha de decirse lo mismo.
y 'tercera, causas que excusan de confesarlos.
• • • \
Confesión de boca: integridad· ·(conclusión)
·'
· La razón teológica e.s porque la absolución es cierválida y lícita, ya que para su validez y licitud .basta la ·integridad formal. Por tanto, si el Sacramento es válido iíc'ito, produce cieriame~te su ~fecto, a saber, la remisión de todos los pecados mqrtaies, ya que éstos no pu~en perdonars.e uno ·sin otro. Luego en virtud de 1~ absoluciQn sacramental, se perdonan directamente los pecados confesados e iiÍdirectamente, en virtud de la gracia santificante que se infunde, los ' pecados omitidos in~ulpablemente. · tame~te
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El Sacramento del Pe~d6n
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315
¿Hay .oblig~ciÓn de confesar loa peca-
en la cual, dándose cuenta, se omitan dichos pecad~, porque a la integridad de la confesión que se hace, pertenece la deélaración de todos. los pecados mortales toda~ia no acusados, q~e se tierlen en la memoria.
Hay o·l~ dos inc.uipablemente omitidos en la
de e
\
uorlol.
confesión e indirectamente perdonados? A esta pregunta responden los moralistas .d iaendo, que hay obligáciÓn de declararlos en la ·eo~e sión siguie~te. La razón es po,r que el precepto diviDo de la confesión obliga a confesar tOdos los pecados mor. tales, para que directamente se perdonen, de \al manera que la nl'isma contrición perfecta no remite los peéados s.ino en cuanto~ al menos implicitamente, eontie-. ne el déseo de recibir el Sacramento. De lo· dicho se deduce que, con el fin de cumplir ei precepto divino de la confesión, ñan de confesarse, para :QUe sean absueltOs directamente, los pees.dos omitidos ·~in culpa y perdÓnados t~n sólo indirectamente . Por eso el Papa Alejandro VII condenó la propoaición si'g uiente: ·"Los pecados omitidos u olvidad~ en la confesión por peligt:o inminente de la vida ~ por otra causa, no estamos obligados a descubrirlos en la confesión siguiente". . . •. . ¿Cuándo hay que confesar eatos peca-· En la ·conftdos? A 'esta pregunta .se· ·responde di.tión ~uient1. .ciendo, que no hay obligación de conf~ sarlos cuanto antea,· puesto que están perdona~os. Pe. , ro, de. lo. anteriormente declarado -se· deduce que, hay obligación de 'd eclararlos en la primera confesión que . ·se .haga. · Por lo tanto, no puede ·hacerse ninguna confesión
De lo expuesto se deduce, que no .hay obligación de confesar el pecado olvi-~ <;lado u omitido sin culpa en la cow:esión antes de recibir la comunión, aun cuando pueda confesarse sin grave incó~odo. También ·se deduce, lo que es más grave tedavia, que no hay ·obligación de hacer uri acto de contri.ción perfecta antes de la comunión, porque dicho pecado ya está perdonad~, aunque indirectamente, por ~edio de una absolución válida. y licita. · l!t?s consecuencias importante&
.1
3. Causas excusantes de la .integridad material.· Aunque de suyo es· neces.ario por derecho ~ivino confesar todos y cada uno de los pecados mortales cometidos, o . s.ea, debe ser la confesión materialmente íntegra,.conio se ha demostrado, siri embargo, pará recibir• .válida y ·. licitamente el Sacramento de la Penitencia, puede bastar ·la confesión forma~mente Íntegra .con el deseo de la integrid.a d material, es decir, con voluntad de su plir después, cuando se pueda, el defecto de cücha integrjdad. Basta la integridad formal.
.
..• -. 31
1
El .Sat rámento del Perdón k2V.
. Esta es la ~octrina u:Qiversal y constante de l~s teóJ s, doctrina que ~S. enseñada también por el Concilio de Tren~o con las siguientes palabras: "Conviene qu.e .lo_s penitentes d~an en la confesión todos los pecados mol'\ales de que se acuerden, después de ·un <liligente examen". ·y en el misr;nolugar añade: "Con~ ta qu'e en la Iglesia no se exige ~a los penitentes otra cosa que, ~~spués de haberse examinado dili~entemen ~. confiesen aquello~ pecados con los que se ·acuerden haber <?fendido mortalmente a su Dios y Señor'-'.
¿En qu~ casos existe dicha imposibilidad o impotencia? Los teólogos -expresan- estos. casos por medio de los si~uientes ver.sículos. látinos: -"Mutus et oblitus, moribundus, surdus et infans.:_Qui. dam11:um sibi, preabttero; fratrive veretur,-Quem scrupuli exagitant aut sacri pacta si&illi". Todos estos casos pueden reducirse a dos clases: imposibilidad física e impos_ibilidad moral.
.P or· tant9, están_excusados d~ decir todos ·los pe. cados mortales por imposibilidad física : los mudos, · quienes deben confesar los. pecados que buf¡!namente puedan; los total o parcialmente sordos, que no pue-
317
den responder a: las preguntas del confesor y, por otta~rte, no sa]?en e~licar sus pecados como deben; los extranjeros, que no saben la ,lengua del confesor, los c~ales deben manifestar con señas el dólor de sus pecados, pues no tienen obligación de servirse de inÍérprete para confesarse; los moribundos que no :tienen fuerzas. ffsicas o tiempo material para ~onfesarse, Jos--cuales deben ma:r;tifestarse _pecadores arrepentidos medio de gestos; los que no tienen tiempo, como los soldados en la vfspera de. una batalla, 'los náufragos en el momento de .huildirs.e y las víctimas de -un accidente repentino y mortal. ·
•.
por
.La raz6ri principal de esta doctrina tan racional y humana es que Cristo, que instituyó el SacramentO de la Penitencia o del perdón eomo necesario para los .. pecadores, no qu~so exigir de éstos algo imp~ible, co- mo es muchas veces la integridad material. 1mporibilidad f(,. ma ·y moml.
Confesión de boca: integridad ( conclusió~)
_,
E!ltán excusados _de .la integridad m~terial• por imposibilidad moral: 'los escrupulosos, que continu~mente · es~n vejadós po~ el temor de las confesiones pasadas: .los que ~emeil grave daño, extrínseco a la confesión, espiritual .o temporal, para s.í mismos,' para el confesor .o para un te~cero, cot:r:to sucedería a un apestado que temiese comunicar su mal y un enfermo que agravara su mal si se. confesase; los que temen ser difamados, como ~ucederfa a un niño durante la misa . de s.u Primera Comunión·; y los que temen la violación d~l sigilo de la confesión . .
a
He dicho que' todos éstos están excusados de la integridad ma~erial de la co!lf~sión, con tal de que la tengan con el deseo, ·porque el pecador está obligado por derecho divino, si ·puede, a confesarse con integridad material. Por lo tanto, tan . sólo ·en aquelloJJ ca-
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Ei Sacramento del Perdón
XXVI. La confesión de boca: vergü~nza.
sos e/que· ~ ·mposible la confesión m.ateriaÚnente fn~ tegra, Ia integridad formal,. quedando en pie la . baSta . . obligación grave de la integridad material, cuando ésta &ea posible. De esta doctrina acerca de }as causas ex~ cusantes de la integridad m~tefial de la confesión se deduce que, aun cuando sea de suyo obligatorio de derecho divino, declarar en la confesión el género, la especie, el número de los pecados y sus circunstancias graves.. cuan~o existen estas causas pue.. de· el pecador confesarse bien, omitiendo en la confeión una, varias ~ todas ~stas co~s.
319
·Con ecuencill.
XXVI. LA CONFESION DE BOCA: VERGÜENZA. ,
A L H.A.BLAR .de la vergüenza,' no intento .reprobar ni
Esto sucederla a aquél que tan sólo pudiese decir al confes9r que e~ pecador, como lo ·son todos los hijos de- Adán, ·sin declararle si ha pecado grave o levemehte (el género)' contra. qué virtudes o mandamientos . (la . especie), cuántas veces (el núm~ro) y b~jo qué condicione~ (las circUnstancias del pecado).
.1
H,e aquí éxpuesta 1~ doctrina moral ·católica acer1•
ca de un punto al que tanto miedo y repugnancia tienen los católicos en general. ' i Se les hace realmente 1 . tan difícil la. confes.ión completa y· perfecta de sus pecados! . ·. y o creo que el cabal conocimiento de la doctrina. consoladora de la Iglesia, acerca de este tan temido e importante asunto, servirá para llevar la paz ·y .la tranquilidad a muchas almas.
,
el santo horror que nos hace huir del pecado tampoco la confusión que naturalmente sentimo$ al eX.p1icar nuestras .culpas al confesor. Uno y otra ~irven para recobrar la .g racia de Dios~ aon un remedio del pecado· ·y forman P,arte de la penitencia con q~e Dios castiga . nuestras faltas. · Al hablar de' la vergpenza, me ·refiero a aquélla que impide declarar en la confesión los pecados cometi,dos. Acerca de esta· mala vergüenza, que es. la causa . de la condenaéión de mQchas almas, quiero eXponer: primero, los daños terribles de que es. origen; ,s._egi¡ndo, . . las vanas .excusas, aducidas para defenderla; :y tercero, los medios principales que deben emplearse para vencerla: •
•• • •
l. Daño8 de la vergüeJ;tza. ¿Cuántos. y cuáles son los prin~ipales males que
'Í
l
.. '-320 .
XXV l.
. El Sacramento del Perd6n
la .falt v~rgüenza. causa en las almas de los pecadores? . ~on cinco: primero, pone al verl{onzoso en continuos temores; segundo, hace que no se le perdone niná'ún pe~do; ter'cero. multiplica continuamente su·s . pecados ; cuarto, .le pone en la obligación de renovar ·todas las confe~ones hechas durante el tieinpb en que ~uó· un pecado; y quinto, le pone en peligro de nunca confesarse bien.
.
él que ha
toni~do un veneno, no puede
de·scansar hasta que lo arroja; de la misma ·manera, . el pecador que, de8pués de haber cometido un . pecado mortal, lo oculta por -vergüenza, no puede descansar
.
.
"'
-Estos. ~os siníiles de la espina y del veneno ponen claramente de manifiesto ante .todos, el horrible . es~do de desasosiego en que se encuentra el desgra. ciado pecador, que calla por vergüenza un pecado mor-¡ ___.. tal que sabe de cierto haberlo cometido. Por una · parte él desea ardientemente confesarlo y por o~a, la falsa vergüenza. se lo prohibe. El sezondo daíi.o de · la vergüenza consiste ~n que el pecador no obti~ ne el per1lón de ningún pecado, no sólo del que no confiesa, sino. tamp~c~ de los. que conf iesa. Supongamos que una persona tiene dos pecados mortales y por . vergüenza confiesa solamente uno. A esta persona. no sólo . no se le perdona el pecado que no confiesa; sino · tampoco el otro que confies.a. Los pecados mortales no se perd?nan aisladamente sino que ·se perdonan o todos o ninguno.
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N se l~ perdo· nan los pecados.
Así como ef que tiene clavada una espina en su cuerpo, siente con~inuas pÚnzada~ y no puede sosegar hasta que ae la saca; así también, .el pecador que calla ve~güenza . un pecado mortal, siente como \ma espina, que tien~ clavada en su alma y que sin cesar le da las .m~s crueles . punzadas,_ hasta que se lo saca, confesándolo. El pecado mortal es la más punzante • de las · e~inas, ·. As.f cdmo
321
hasta que lo arroja por medio de una buena confesión. EJ .pecado mortal es el más terrible de los venenos.
Primeramente, pone al vergonzoso _en Temoru del continuos temores. La razón teológica· vergon•oso. es la siguiente: Er pecador que se confiesa mal, sabe co~ certeza que está en pecádo mortal, que puede morir ·de .repente y que, si· muere · en tal estado, s~ condenará irremisiblemente. Por tanto, no. puede tener paz.
.por·
La ·confesi6n de boca: vergüe'nza.
.1
.
.
. Así como un soldado que, teniendo dos heridas . mortales, no 'descubriese más que una, no se c~raria . Y moriría infaliblemente; _de la misma man~ra, · un pecador que~ tenien~o en su alma dos. pecados mortales, n?" descubriese· más q~e uno a · su médico espiritual, el confesor, no podría .recobrar la vida de la gracia y morirla eternamente. Se le aummtaA.
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la
El +:ercer dafio de vergüeñz~ consiste en que muitipliea los. pecados
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·.. .XXVI.
El Sacramento del Perd6n
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fueron sacrílegas y, por consiguiente, ilicapacea. p~r4onar los pecados.
de} goiiZOS9. En efecto: la Confesi~ en que M calla una culpa mortal es un gravísimo sacrilegio. · El vergónzo~o hace una traición a · Jesucristo,, mu.y a.emejante a ~a que le hizo Judas, y pisotea su precipsí :ma sangre.
El cuarto daño de la falsa vergüenza consiste en obligar al vergonzoso a repetir todas las confesiones malas hechas durante el tie_mpo. en que 1 calló &I:. ' gún pecado grave. · Supongamos que hace diez ailos . qu_e una persona calla por yerg'üenza un pecado mortal. Debe confesar ahora .todos los pecados · cometidos durante ese . tjempo, aunq~e los. haya confesado. La raz6ri teológica es porque_ todas sus confesiones Tiene que renovar la8 confesiones malas.
.
~.
El quinto daño de la falsa vergüenza es el ·peligro en que se pone el vergon~o de no confesarse bien. nunca, ni durante · la vida'ni en la hora de la muerte, 'como ·lo enseña la ·larga experiencia. Se expone a nó confesarse bien nunca.
4
"
323
Asi c~mo cuando uno se equivoca, al abotonarse una prenda de vestir, tiene que desa.botonarla toda de&d~ el primer botón mal puesto y abotonarla d~spÚés bien; de la misma manera, cuando uno hace una: serie de confesiones mal hechas, tiene que renovarlas. tb;"' das desde la primera mala que hizo, para hacerlas todas bien.
Además, cuantas veces confiesa y comufga, ocul~do por vergüenza un pecado, tantos sacrilegios comete. ~· si confies.i y comulga para cumplir con los preceptos de la Iglesia de confesar y comulgar una vez al año, comete otros dos pecados mortales, porque ·no cumple con dichos prece.ptOS pues ya se sabe que con monedas falsas no se pagan las ·deudas. Finalmente, si el vergonzoso fuese uno de aquéllos que son tenidos por piadosos, los cuales confiesan y 'comulgan a menudo, ¿ cúántos sar:rilegioa no cometerl& .en dos, cuatrq o más anos? Son innumerables los sacrilegios que comete el vergonzoso que frecuenta los santos sacramentos.
La confesión de boca: vergüenza.
. ·'
· El v.ergonzoso no se confesará bien durante lo vida, porq!-Ú~ la . dificultad de explicarse enteramente en la confesión c~ece al paso que se -aumentan los pecados. Quien no tuvo vaior para explicar un pecado ¿cómo ·lo .tendrá para explicar cincuenta o cien? Y, aumentando continuamente la dific_ultad .de explicars.e . ¿podrá ju~arse fundamento que, difirierid.o la confesión entera,' se haga .después más fácilmente? No · por cierto: Siempre será verdad, que · quien al princi~ pio se deja l~evar de la ·vergüenza, será .siemp~e esclavo de ella.
con
•
Además, al mismo tiempo que las dificultades au-. mentan, disminuyen los motivo,a ·que deberian e~citar
..
El Sacramento del Perdón
\
'
XXVI.
a 1 pecadores a declarar sus culpas. Lo que re~lar mente mu~v·e a los pecadores a confesarse bien, _son lo ·remordimientos de conciencia. Pero éstos pier~en cada día s-u fu eria, e pecialmente en loa que se de'jan dominar por la . vergüenza. A medida que se van confesando mal, los remordimientos van diskinuyendo ·.basta desaparecer por completo. Y en este estado ¿ podr~ el vergonzoso hacer una buena y entera conf e ión? No ~ absolutamente no.
. 2. ·Excusas de los vergonzosos.· :
.
~ -
Cuatro son las principales excusas ·que suelen aducir los vergonzosos para callar .sus pecados en la con- . fesión: la primera, que los pecados que ocultan no son -mortales; la segunda, que' molestarán al. confesor, si le declaran los pecados graves qÚe tienen; tercera, que se asustará el confesor, al oír tan enormes pecados; y hi cuarta, que el co~esor no les ·dará la ab~o~ución.
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El vergonzoso· no se confesará bien tam\}OCO en ll\ k ora de .la muerte,· porque entonces Sentirá más reparo en -~ifestár el ·Pecado ocultado y · le faltarán las fQerzas para tomar una seria determinación . . ln4qda-. blemente que en aquella última hora el qémonio se lo impedirá con más violentas ·y continuas tentaciones, también . se lo impedirán los dolores de 'la enfermedad
' '325
. y, finalmente, Dios le negará su especial gracia, en castigo del abus.o que hizo de ella durante su vida.
Cuando los ladrones comienzan a robar, lo hacen e condidaa y con mil zozobras, temienqo ser descu- .. :. biertos por la j'ustieia ; pero, continuando en .tan abom inable oficio, se ·connaturalizan con él y se hacen sordos .a los avisos, acabando generalmente la _vida en un s·uplicio. De ia misma ·maner~. el vergonzoso oculta al principio. sus pecados con grandes -temores.; pero, poco a poco multiplica los sacrilegios con el ·mayo~ descaro y'; h~iéndose sordo a· los remordimien~os de su concienc·a, acab~ en el eterno suplicio del infierno.
La confesión de boca: vergüenza;
Primero: los p·ecados que se oc~ tan no son mortales. A esta exdos no son mortales. cusa puede responderse diciendo: Si dichos pecados no son graves., no se ve razón ' para tener tanto. reparo en decirlos. No hay por qué tener vergüenza en declarar un pecado que rio pasa de . venial. L rJs pecados
.1
~alla-
Además, la grande repugnancia que sien~en en declararlos, es una prul¡!ba muy poderosa, para creer qu.e dichos. pecad?s son o dudosa o ciertamente morta les. . Si son dudosamente mortales, ya queda expuesto cómo debe proceder~e; y, si son ciertamente mortales, no hay otro camino para obtener el perdón de ellos que confesa11los. Sucede muchas veces, por desgracia, que er demonio induce a los hombres a cometer pecados graves,
1 •
~26 .a
XXVI.
El Sacramento del Perdón
,
labr~dores Y mercaderes del r:eino de los cielos y pes-
dón de ellos fácilmen.te, por medio de una buena confe ión. ·B ro, de~pués que han cometido dichos pecados, el que más les indujo a com_Jterlos, es el que m~s les ~duce a nó confesarlos.. trata~do de . copvencerlos de .que no .son mortales los pecados que, al cometerlos 'los juzgaron graves.
cadores de almas, como lo dijo Jes.ucristo a sus apósLejos, por lo tanto, de cansarse y molestarse los confesores; cuando a elloll acuden pecadores grandes, se_alegran y re--gocijan grandemente en el Señor. . · ~oles. Y en éstos a todos los sacerdotes.
·~Se
cansa, por ventura, el labrador por el mayor trabajo .que tiene .en trillar un año de buena cosecha? ¿Se enfada un mercader, porque .van a ~u tienda unos. compradores que ·le tienen ocupado,. vendiendo todo e.l día? · ¿Se· enojan los pescadores, cuando se enr&. d&n en sus redes toda clase de peces, aunque hayan de pasar toda la noche trabajando? . No por cierto; entonces es precisamente cuan~o más se alegran, porque esperan así enriquecerse .
..
/.l i
La. tercera excusa consiste en decir que se asu!ltará el confesor, -si oye unos pe. cados tan nuevos que nunca Jos habfa ofdo. Poco cuesta responder a esta objeción: Es casi imposible que haya ~n pecador, cuyos pecados· no los haya ofdo el sacetdote en ótras ocas.iones, o que, a lo me_nos, no tenga .de ellos noticia por haQerlos leido en .libros y ~studiado en la Teología Moral. El confesor sa1be que _son ·muchos los que cometen aquellos peca. dos~ que parecen ,tan nuevos a los vergonzosos, y que no sólo los cometieron hombres y mujeres como ellos sino también muchos_ de los santos y santas que ra veneramos en los altares. B.e 43Wtará
el confuor.
.
niale~.
327
. . Pues lo .mismo pasa a los confesores. Estos son
con el pretexto de que después pueden obtener el per-
La segunda excusa que suelen aducir los Be molutará · vergonz~sos e~ que molestarán al co~e el confuM-. sor, si le descubren los muchos pecados --.. graves que han cometido. A.esto se responde dicien- : . do: que, lejos de cansarse lo~ cOn.fesores escqchando a los grandes pecadores, s~ alegran sÓbre manera, teniendo ·a sus pies un alma que, habiendo sido m~cho tiempo enemiga de Dios, ahora vie11e arrepentida .para reconciliarse c·on . su Divina Majestad. Lo~ confesores sienten mayor alegria confesando grandes pecadores, que almas justas que só.lo tie:Qen pecados ve-
La confeswn de boca: vergüenza.
·'
aha:
En efecto: ~i hat;1 renegado de .la fe, antes que . ellos renegó el apóstol Sto. Tomás; si han negado a Jesucristo, también lo negó el apóstol San Pedro· si han persegUido a los inocen_tes. y han sfdo blasfe~os lo mismo hizo el apóstol San Pablo; si han sido bru~ jos o brujas, si se han servido de hechizos para hacer caer en pecado, mago y brujo fué - San Cipriano, el. cual con hechizos intentó perder a Sta. Justina y des..
.
1
El
.
.YXT'l.
acramento del Pert:Wn
32.~~------~~-----------------
\
En vista, pues, de todo esto y de ótrts muchas. ·.coSas que ban oido o leído los confesores ¿ se,rá posible que se admiren éstós, al oír los pecados qu~ les manifies.ten los pecadores?' ¿Podrán ser para ellos nuevos, ~unque sean los más extraños, enormes Y mon.struosos pecados? No~ El Venerable Calatayud decía: ·Muchos años hace, que. tengo prmpetidas doce : :. m isas a quien me traiga un pecado que jamás haya oido y basta ahora nadie me las. ha ganado.
3. Medios pa.r v~ncer la vergüenza. Los medios principales para vencer la falsa ver.güenza .son los tres siguientes: primero; pensar que el que. no .se confiesa, se condena; s.egundo, pensar que, si ahora no se dicen ~l .confesor en secreto, se dirán públicamente al _fin ~el mundo; ·y te~cero, .aecir los pecados' qj.le .causan más rubor antes que los demás.
La cuarta- excusa es que, si explican
ciendo, que es eompletamente falsa y que caree~ de En efecto: si el confesor no .da la absoluCión será o porque'no puede o porqqe no quiere. f.¡md~mento.
Primero·: no es verdad que el sacerdote no puede d~r la absolución, porque es dogma de fe que nq hay .pecado alguno, por gran~e que· sea, que no pueda perdonarse e1,1 est~ . mundo .por medio del Sacramento de la Penitencia. Con tai que se confiesen , todos lo~ ~ecados con verdadero dolor y propósito, .quedan todos perdonados· 'mediante 13 ·absolución del . confesor. Segundo:. No ea verdad que. el confesor no quiere
..
329
" dar la absolución, pues el conceder o negar la abso· Iució~ no está a.i arbitrio caprichoso del sacerdote. Si u~ penitente s.e presenta con las debidas disposiciones, el confesor está obligado a .absolverle bajo ·_pena .de pecado mortal.
pué . fué mártir ~e Jesucristo. ¿No fué ·adúltero un David, deshonesto San Agustin,-ladrórt y homicida San :Moi és Abad, ra~eras públicas y famosas 'Sta." Maria Egip~iaca, Sta. Tais, Sta. Pelagi__!! y otras muchas?' .
No le., ab.solve- . sus pecados, el confes.o r no les dará la rá el confesor. absolución: A lo cu~l se responde di-
' La confesión de boca: vergüenza.
.1
· El primer medio cons'iste. en ·pensar .O confesiót:t · que . el que no se confiesa, s.e condena o condeMción. · irr emisiblemente. ~i el vergonzoso reflexionase seriamente ac..erca de esta verdad innegable, sin d.uda cobraría ánimo para decir todas sus culpas. Si u :o supiese de c(erto que,_a los que callan algí n pécado en la confesión, los había de prez¡der la .j us.tic'a y condenar una horca ¿se atrevería a ment ir al confesor?. Absolut:!mente nó, porque de es falta se le babia de seguir el perder para siempre la . ' vida t emporal.
a
P ues si, por no .sufrir un daño del cuerpo aunque grave, no habría nadie que no. ex.plicase .sus pecados con toda claridad ¿quién será tán loco que, ~ál:íiendo
El Sacramento del Perdón
qu_e, callando algún pecado por ·vergüenza, ha de morir eternamente, no se anime y resuelva a manifestar enterame:nte su conCiencia al c~nfesor? \
El segundo m~io cons.iste en pensar Se &abrán el . que, s.i ahora no se dicen al confesor día del juicio. en secreto, se dirán en púlAico el dfa 'del. juicio. ·· Si pensasen los vergonzos.os que . la confusión que sienten en decir los pecados, no es mas que de un instante y que la que sentirán, al ver descubiertas a tOdo el mundo sus flaquezas, será para siempre;· ¿ no elegirlan antes sufrir ~quélla _que exponerse a los ri-
.. gores de ésta? · En el dia del juicio ·universal estarán abiertos a , todos, los libros de las conciencia.s y todos loa hombres leerán en ellos los péeados que con tanto cuidado . ocultaron a sus· confesores ..Por el contrario; los pecados que se hubies.en cqnfesado bien, estarán enteramente borrados .y los que los cometieron serán . . compañeros . cte un San Pedro, de un San Agustín y de otros mu. .. . ' chos ,·penitentes, que ahora están cubiertos de infinita gloria. El tercer medio .para vencer .la f~l~· Decir a.Z pri~ vergüenza consiste ert decir los pecacipio los P,eca-- . dos que causay.t más rubor, ~ntes que dos más gravu. los otros. . El vergonzoso, después de.
haber dicho el -Acto de Cont.r ici6n. debe decir: ''Padre, me' acuso de tal .pe~ado, _ que callo .por vergüenza
XXVI. · La .conjesión de boca: vergüenza.
331
hace tantos años". Y, si ni siquiera ·a es.to se atreve, debe decir-: "Pa.dre, tengo un pecado que no me atrevo a exp:icar; hágame el favor de ayudarme." Esto .es lo primero CJUe debe hacer el vergó.nzos~, lo cual es relativamente fácil. El confes.or · pondrá de su · parte lo demás, pues con su·s preguntas. ayudará l al pecador y le adivinará e1 pecado que ha callado hasta e1 presente, sjn apenas sentir rubor alguno ni ad: vertir que dice tal pecado. •
1
He aquí expuestos en este articulo los daños, las · excusas y los remedios · de la fals.a :vergüen~~· La falsa ve:r;güenza en la . confesión es una de.' las causu principales de que muchos cristiános hagan confesiones sacríl~gas~ faltando 'deliberadamente a la integridad ,de la conf.es:6n, que se halla requerida por el mismo J esucris.to. Si, por causa de !a vergüenza, la con-. fesión no ha de ser buena, seria mil veces preferible. que . no se hiciese tal confesión. Medita · esta doctrina, piadoso lector, Y• sé ·exacto en guardarla . . N~ tengas miedo al 'conf.eS'or~ .pues, le confiesas iodos. ·tus pecados éon toda• sinceridad, lejos de asustarse, pensará de ti, que tiene~ una fi · volun~ad . de volver a Dios y que Dios te ama mucho, pues te co~cede la graci~ de hacer una buen~ confe.
si
sión.
•'
E l Sacramento .del 1Perd6n •
332 '.
XXVII. SATISFACCION DE pBRA EN GENERAL.
333
A QUINTA y última condición, necesaria para hacer
acerca ·de la cual no es. mucho Jo que hay que decir. . Se expondrá en . vario~ artícu~s lo que la Iglesia ense:. . ña respecto de ella por medí~" de s~s ·teólogos. En el presente artículo se hablará tan sólo de la satisfacción de obra en _$eneral, exponiendo su · naturaleza; existencia y corolarios, dejando p~ra el siguienel·t ratar de la satis.facción de obra . . especial, llamada sa~ramental . Todo cuanto se "dirá, pues, aquí, será extensivo y aplicable a toda satisfacción, extrasacramen-· 'tal .y sacra~ental.
te
• • • · 1. S.u
naturaleza..
La satisfacCión de obra, considerada e.n general, . es la reparación, ·cualquiera que ésta sea, de la injuria hecha a Dios el pecado. En este sentido, la. satisfacción comprend~ todas las obras penales que ae hacen para aplacar a Dios, destruir .el pecado y obtener., por consiguiente, la re~isión de la culpa y pena .eterna. .
Definición genérica.
L · una buena confesión, es la satisfacción de· obra,
Definici6n. -et imol6gica.
BaÚsfacci6n de obra en general
labra satiafacei6n, en hacer 1~ que es bastante para aplacar a Dios. El hombre, al ·pecar, ha ofendí~ a Dios y le pa enojado; es preciso desenojarle y aplacar su j~sta ira contra el hombre pecador. El medio para conseguir esto ea la satisfacción.
·.
\
X X V Il.
-.
'
¿En .qué con~iste la satisfacción de ob~a · en general?· . Etimológicamente considerada, consi~b~. como lo dice la- mis.ma p&.
.p¡;;
La satisfacción así entendida es exactamente lo mismo que la pe~iteJ}cia, por lo ·tanto, puede considerarse ya .como un acto de dicha virtud ya como materia del Sacramento de la Penitencia; En efecto: Puede.· considerarse como un acto de la virtud de la penitencia~ porque, mediante dichas. obras penales, · el pecador puetle purificarse, santificarse, justificarse,. incl'!lso sin recibir . de hecho el . Sacramento de la Penitencia, aupque por medio de dicha satisfa~ción nunca merezca de condigno, o sea de derecho, la ·remisión de la culpa y pena eterha, sino solamente ..de ~ongruo, o sea de conve,niencia. ~uede .considerarse co~o. materia del Sacramento de la Penitencia, porque la contrición, la confesión y la voluntad de aceptar laa condiciones que imponga ~1
11 1
•.
El ~
aéra "~ento
XXVII.
del Perdón
. La malicia del pecado mor.tal consiste, en que el hombre se convierte a las criaturas, de tar mC)do q~e se aparta de Dios. Hay en el pecado, pues, aversión de Dios y convers,ión a las criaturas. Porque el ¡ hom.....-bre se aparta de Dios, por eso Dios se separa del hombre, el cual queda privado ~emamente de la visi~ beatifica, ·en lo .cual consiste la pena de dafio. Porque ~ hombre se convierte a las criaturas y goza de ellas indebid~mente, por eso· ·es justo que aea ator- . mentado por las eriat~ras, en lo cual consiste la' pena de sentido.
La satisfacción de obra ~n general, La genérict;¡ al. go limitada.
considerada desde un punt9 de vista menos extenso, es la expiación, mediante obras. pe~ales, de la pena temporal que muchas veces que~a, después de la remisión de la culpa y -pena En este articulo la atisfacción genérica se ~erna. ' considerará en este sentido restrictivo.
2·. Su existencia. ,...
1. Perdonada la culpa, no si~pre perdona DiiJ& ' · . toda la pena.
Antes de aducir los varios argumentos, . que pru~ ban de una ma~era incontra.s.table la doctrina conteni-
331S)
da en ' esta proposición, será muy títil exponer en sfntesis la malicia del pecado mortal y ·la doctrina · Cte la _justificación. .
-confe or---que son obras penales hechas. para apla~ a o~,son juntamente materia próximá del Sacramento, que,. en unión con la absolución del sacerdote, constituyen el Saerap¡ento y, por lo · tanto, en cuanto que son partes esenciales del mismo, causan' instru~entalmente la ~emisión de la .5.ulpa y pena etenía.
La· satisfacción de obra, tan consola~ora para el · pecador,' su¡jone ..dos verdades. que es preciso y muy fác~ demostrar; primera, que con la remisión de la culpa, no .siempre perdona Dios toda la pena; y segunda, q~e el hQmbre puede satisfacer por .la pena tempo- · ral mediante. obras penales.
Satisfacción de obra en g.eneral
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En ·la justificación Dios quita el resto de la .cul~ pa, infu~diendo otra Vez la ~cía santificante, la cual incluye el derecho a ia bienaventuranza celestial, . . . .es deeir, a la visión de Dios. Po~ eso es. completamen.. te imposible que, restituida la · gracia, quede la pena eterna. de daño Y. también la pena eterna de sentido, no pudiendo subsistir ésta con la visión de.' Dios. · Pero de a(¡ui no se· sigue, que no pueda quedar la J>ena temporal. En el bautismo, que es una. regeneración q una nueva generación, to4a pena, también la temporal, se perdona; pero en la justificación después del bautismo por el Sacramento de la Pe~itencia, 'ya de .he-
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·.XXVII.
acramento del Perdón
3 li..
En · segundo. lugar, · cons.t a por la Sagrada Escri~ura. El profeta Natán dij9 a David, reo de adulterio y homicidio, pero arre·pe~tidO..: "También el Sefior-que ve tu arrepentimiento sincero--, te ha perdonado el pecado; no mori:rás. Pero, como tú has sido caus.a de que los enemigos d~l Señor hayan blasfemado contra El, el hijo que te ha nacid~el adulterio--morirá irremisiblemente". Dios, al perdonar a David el pecado, no · le perdonó ~video teniente toda la pena temporal debida por el · pecado. La Escrituro..
Anteriorment-e al caso de ·David, la Escritura nos
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refiere el ca:so de Moisés y Aarón: "Dijo entonceil'\el Señor a Moisés y a Aarón: Ya que no me habéis crefdd en. orde~ al hacer conocer mi gloria a los hijos de Is~ael, n.o introduciréis vosotros este pueblo en la tiara que yo les daré." ¿Quién dudará que el pecado de · .Moisés fué perdonado antes de su muerte por la penitencia? Y, sin embargo, Dios no le perdonó todo -el castigo temporal debido ~ su pecado y no le concedió .e ntrar en la tierra de promisión.
cbo · ·a de de eo,. nó s1empre se perdon~ toda la pena empor~l. S~ diee no siempre, porque muchas vece se perdona toda la pena temporal eri. el mismo n:tomento de ·la justificación, por. ejemplo, cuando la ~ontrici@n perfecta es intensisima o cuando e impone una satisfacción' sacramental pro. porcionada. El primer argumento para un . católico, El Concilio de que ·"perdonada la ~ulpa, no siempre Tridentino. perdona Dios toda la pena", es la definición d~gm.ática. Esta verdad es un dogma de fe, de-finido por el Concilio '1)-identino: "Si alguno dijere, que siempre perdona Dios toda la pena juntamente con ia culpa, sea ana~ema". Con estas palabras condenó el Concilio la doctrína protestant~ que enseña, que Dios perdona toda la pena ~mporal juntamente con. la culpa.
Satisfacción de obra en g,eneral
No vale decir con Lutero, que ~les penas s.e in fligierort solamente para enmienda, porque evidentemente son también_vindicativas del pecado perdonado.
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El dpgma del purgatorio está~ ru:oclaEZ purga~orio. mando la ·misma verdad. El fin de és~e es purgar lc;>s pecados.. Ahora bien; en él se pur. gan los pecados mortales que están ya perdonados en cuanto a . ra culpa y pena eterna, corno se demuestra poz: la Sagrada Es.critura (Libro se-gundo de los Macabeos, Cap. 12, ~ Profecfa de Dan:iel, Cap. 4) y la Fe de la ·Iglesia. Lueg.o queda algo de pena temporal, · después de la .remisión de la culpa, pena que se expfa · . en el Purgátorio. Se prueba también por .la prá~tica perpetu'a de la Iglesia. . Esta siempre impoJJ.e satisfacCion.es. a los penitentes por los pecados perdonados. La única razón explicativa de esta práctica es la .convicción de que, con la culpa no . siempre se perdona toda la pena temporal. Por eso el
. La práctica ,de la. I gZesia.
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El ·sacramento clel Percl6n
·.XXVll. Satisfacci6n ele obra en general
Trid~tin~ enseña, que tales obras penales.. ae imponen Fno por la pena eterna, que se perdona JUntamente con la c~lPa mediante el Sacrament:o o el deseó del Sac~amento, sino por ·Ja pena temporal que, co:rno enseñan las agradas ~tras, no se perdona toda s • · pre." .
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-queda después de la remisión de_l pecado, puede ser expiada siempre en ~sta vida, de tal modo que, al menos la l»ena · del purgatorio pueda ser redimida . ·si~mpre_. También esta doctrina es un dogma dt· fe. El Concilio de Trento diCe-: "Si alguno dijere que por los pecados, en C!lanto a la pena temporal, no se satisface .a Dios, en virtud de los méritos de Cristo, con las penas que E~ inflige y paciente-. mente son soportada~ o con las. impuest~s por el sacerdote, ni tampoco con las volunta_r-iamente abrazadas, como ayunos, oraciones, limosnas o también con otr~s obras de piedad; .Y que, por tanto, _la mejor penitencia el! .solamente una vida· nueva, sea anatema". El Tridentino.
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2. El hombre justo puede attsfNW • eata. vida por la pena tempoi-al, mediante obras pen~es.
· Una .vez demostrado que muchu vecea queda alguna pena, se sigue la .cuestión... de si dicha pena debe . . borrar e por un ufrimiento equivalente-satisfacción · .. -en el purgatorio ~ en ésta vid'&~ o aj puede ·también eer redimida por Üna satisfacción voluntaria. Ciertamente Dioa hubiera podido establecer, ·que fue·se nula toda redención por satisfacciones vohintarias; y no cabe duda, que · se dan casos en los cuales Dios· dispone, que ·ciertas penas de esta vida se paguen sin admitir ninguna satisfácción voluntJI.ria. En las Sagradas· Escriturás se hallan varios ejemplos de eso. Tal fué- el caso de David, quien ·quiso evitar indtilmente-la muerte de su hijo adulterino por medio de -. muchas lágrimas, oraciones y ay;unos.
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Mas ea ·cierto' que, por- las penas temporales que deben p&ga~ en la vida · futura, podemos aatisfacer_ ~ Dios en la presente. El sentido, pues, dé la proposición ~unc:iada es, que tóda la pena temporal que
Lo mismo enseña la Sagrada Escritura. Esta dice en muchas partes, que los pe~dos · son purgados, redimidos- y limpiados por ~edio de la misericordia, limosnas. y otras obras. En . la Profeda de baniel, Cap. 4, se· lee: "Redime con li- . mosnas .tus pecado~ y maldades, ejercitando la miseri. cordia con los . pobres". En la ProfecJa de JoeJ, Cap. 2, se halla escrito: "Convertíoa a mí de todo· yuestro . corazón, con ayunos, ~on lágrimas y con, gemidos". En el Evangelio, de San Lucas, Cap. 3, se dice: "H dignos fruto,s de penitencia". .ba EscrituTq.
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¿Acaso mandarla Dio·s tales obras, si no tuviesen ningún efecto? Luego también l~s obras b,uenas del justo deben servir pra expiar los -pecados, es decir,
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XX VII.
El Sacramento del Perd4n
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quitar la péna del pecado. La pena temporal ea cierto. reató del .pecado; luego si las obras buenas redimen los pecados, ~stas mismas obras en el jus~ de\)en tene virtu~ para redimir la pena del ¡)eeado. ,Además, si los pecadores pueden conseguir la remiai6n de la ~ulpa mortal y pena eterna-:- con .mu~h, más razón l9s justo~ podrán redimir la pena temporal con bue- · nas obras. Esta· doctrina consta igualmente, &deLq, disciplina. más. de por muchos testimonioa. elq)lipenitencial de citos de los SS. Padres, por toda la dis. la Iglesia. cipli~a pen~ncial de 1~ Iglesia. La Iglesia, obrando ·con la sabídul'ia del mejor de los maestros y c~n la te~ura y el amor de la mejor de las madres, determinó, y dejó ·consignada en ~os Libros penit enciales, la penitencia qqe ·los confesores debian imponer a· los fieles, después de confesarse. Los pe~ados más graves tenian su ~as.tigo y pena especial, que aceptaban los cristiános con ve,:'dadera humilda4 ~ y ~spíritu . de penitencia, ~biendo que, cuanto más sufriesen ~quí por sus pecados, men~s tendrian que sufrir. en la otra vida.
3. Corolarios importantes. De la doctrina que . acaba de exponer~e se sig\H!n tres consecu~ncias o corolarios importantes que conviene·consignar aqui, sin pasarlos·por alto. ·
Satisfacción de obra ~n general
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l. La .s atlsfaeeión del justo por la pena· . temporal es de condipo.
La verdad de esta affrmación consta por el Concilio Tridentino y por la condenación de la siguiente pl"oposición de Bayo: "Las satisfacciones laboi-i.osas de los justificados, no s.irven para expiar de condigno l'~na temporal que ·queda después de perdonada la eúlpa". Por el contrario, nin~na satisfacci6n por la eul:í)a
Y
pe~a eterna es de condigno; poJ;' consiguiente, sie~
pre se perdona gra~\litamente y misericordiosamente. Nada tiene de extraño esta doctrina, p~rque más , ~ ~erecer de condi~o la vida eterna, que expiar la pena · · ·· temporal. .
Mas..se requieren para dicha satisfacción las ·conque se requieren para el ~érito de condigno y, además, que la obra sea en algún modo penal. Pero ·en el estado ,de la naturaleza .corrompida, toda obra buena es en algún modo penal, pues siempre tiene al~ guna dificultad; luego siempre es satisfactoria. Por eso, se . recomie.~da a los penitentes, que •ofrezcan a Dios, en expi~ción _dé sus pecado~ l~s tra:b.aj.os, adv~r sidades y calamidades de la vida. di~ione~
2. Tedas. las obras s'ati~factorias se reduce~ a tres: la oración, el ayuno y la. linwsna. ' la oraEn la palabra oracir;,¡ no sóJo' ..,a c,·presa
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-El Sacramento del Perd6n
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XXVII. · Satisfa,cción de obra en gsneral
Jos SS. Padres, era tan 6til, porque mediante ella . ~ . ~os· satisfadan por uno, es decir, las satisfacciones de Jos demás se unJan con la pe11itencia p6blica de uno.
ción ocal y mentál, sino que se hallan incluidas. toda& la!!! obras que miran directamente al honor de Dios. como -son la Sta. Mi~a, las confesiones, comuniot:J.e&, vi itas de .Iglesias, asistencia a loa sermones y ta~ bién los aétos in~rnos de caridad, de contrición, étc., ...;. . .etc.
• · He aquf expuesta la doctrina teológica d~ :la Igle- · sia católica acerca de la satisfacción de obra en gene;: ral. Esta doctrina ha sido siempre conocida y pr~e ticada por aquéllos que, aunque pec~dores,· se dejaron llevar de la voz ·de su .conciencia, que les .reprobaba los crfmenes y pecados cometidos. . · ·
' tod?
Con la palabra ayuno se significa aqueno que sirve para af ligir el cuerpo y mortificar los. sentidos, tomo son, además de loa ayunos propiamente dichos, las disciplinas, ·los cilicios, las vigilias, las ab~ tinencias. y otras obras semejantes.. Todas estas obras s~n muy aceptas a los ojos de.Dios, como santificadas : :. por el mismo Jesucristo .y por ros santos y pres.critas a los pecadores ·p or la Iglesia.
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Un
j~to
puede satisfacer por otro justo.
Asi católicos unánimente. . . lo enseñan los teólogos . Tres s:m las razones teológicas en que ae f\lnda esta doctri; a., a ~ber: . _ Primera, ·el dogma de. ia comunión de \os santos; segunda, el dogma de qu ~ 'nosotros podemqá satisfa-· cer por las alm~s del purgatorio; Y. tercera, la disciplina de· la penitencia pública que, como lo atestiguan
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Por eso, la practicaron los hombres que vivieron antes de Jesucris.to, Nuéstro Maestro, no sólo aquelios hombres que pertenecían ai pueblo . escogido de Dios sino tambféil ·aquellos. otr9s de rectitud de intenció~ que pert_eneoian al aganismo.
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Con. la palabra limo na se significa todo aquello que es para utilidad del prójimo, o sea, todas las obras de caridiul ya 'espirituales,. ya corporales, 'que son catorc~, como enseña el catecismo 4e la doctrina cristiana.
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El Sacramento del Perd6tr
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XXVIII. La satisfacci6n de ob fa sacramental
sól? creen en Dios, sino también en. la Iglesia por El .fundada, ·enriquecida con las. siete fuentes de gracia .divina llamadas sacramentos. Por eso, a esta' satisfacción de obra, parte de uno de · esos siete·/ sacra~ . . . f m en tos, se la llama sacramental. Acerca . ~e 1ella se expondrá en este artículo su naturaleza·, necesidad · y eficac:a. 1 1 r-"
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XXVID. LA SATISFACCION DE OBRA SACRAMENTAL.
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l. Su ,uaturaleza. ¿Qué es la satisfacción de obra sa ramental T A esta pregunta responden los· t kólogos ca-· tólicos con estas o parecidas .Palabras: "JJ..a satisfacción de obra sacramental es. la obra o el ' onjunto de obras penales, impuestas por el éonfesor, en el ·sacra.~ mento de -la Penitencia,' por la pena femp ral que debe expiarse despu~s . de la remisión de la . ulpa y pena eterna..,,. Esta definición es clar!sima p~ra toda clase de personas Y no ·tie:qe nada d·e larga, !aunque a pri,. me.r a vista lo parezca. . / · Qué es.
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. T ODO CUANTO se ·ha dicho en el articulo anterior, · es extensivo y aplicabl~--; todo mod9 de satisfacel' a Dios por los. pecados.. .con que el . hombre le ofende continuamente, cua.quiera que sea el estado en que se halle; ya se le considere en el estado de nat~raleza caída ·no reparada, ya sele conside.re en el estado de naturaleza caída reparada por Cristo, Redentor de la Hum~n idad peca~ora.
La. doctrina expuesta acerca de la satisfacción de: .· obra, yige y s~ cumple al pie de la letra, lo mi. mo en . el alvaje que todavía nada ha oído .de Dios y no ha .sido regenerado espiritualmente por las ,... ! .... S del bautis.mo, que en . el cristi~no que co.: noce <:. Di.os y . ive la vida sóbren~tural y · d'vina ·de Dios . . Lo qu::: se va a dec.i r ahora acerca de ·la satisfacción de obra, .solamente es aplicable a los cristianos y, para hub ar con ~ás propiedad, a· los_católicos que, no
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L.a¡ .s:atisfaccÚm de obra sacrameni al s~ distingue de la no sacr3:me:rital, ·en que ésta se la ~pone ,el mismo pecador por sí misino .voluntariamente y aquélla no se la impone el ~ecador sino el confesor 1~ impone al pe _ dor en el momento mismo en qúe, replfesentando a Dio&. hace el ofició de mini.st~o · de Dios. Se impone, pues, al administrar el .Sacramento de la Penitencia y dentro de dica.o sacramento, por lo se lla~a con toda propiedad sacramental. '
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El Sacramento del Perdón
La satisfacción de obra sacraméntal_ o o &e divide. suele dividirse por loe teólogo~ en dos claseS.. lla~adas: una, vindicativa y otra, medicinal. La ·P~~era, como lo dice ~u mismo nombre,. tiene princi· Paiment~ razón' de pena o venganza; la segunda; .además de tener. la razón de penal, se propone la extirpa. ción de los vicios y pecados por el ejercic'io de la vir-. tud opuesta al pecado confesado.
XXVIII.
L(}¡ .satiSfacción de obrll sacramental
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fesión y comunión, ofr la palabra de Dios, h~~rse miembro de alguna asociación relig~osa, hacer actos de contriciÓn al ·acostars.e y. renovar, por la maiiana al levantarse, el propósito de no pecar; oir misa,. visita diaria al Santisimo Sacramento· o a alguna .imagen ~e la . Sma. Virgen, recitar una parte del rosario, el rezo .del Ange}us, le~tura espiritual diaria; etc., etc. l . -
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2. Su
Asi como los médicos no se contentan algunas veces con éurar al enfermo de la enfermedad que .s.ufre, aino que además le ordenan ciertas medicinas ¡jara · horario de las recaidas ; asrtambién, los confesore~, que son los médicos espirituales de las &lma~. no contentos con cu~ar .a los pecadores con la absolución de la enfermedad de la culpa mortal, y de sus reliquias . por medio de las penitencias vindicativas o satisfactorias., les da.n . también penitencias· medicinales para libralos de recaer en el pe'cado.
n~cesidad.
¿Es necesaria la satisfacción de obra sacramen- . tai? 'La satisfacción de obra sacramental es una de las. cinco condicion~s que se requieren para .r~cibir. dignamente el Sacramento de la Penitencia, como enseña ~1 catecismo de la doctl,"ina cristiana. Pero ¿en qÚé sentid~ y hasta qué grado es necesaria esta condición para el. Sacr~mento de la Penitencia·? A esta pregun~ la Moral ca~ólica responde de. un modo claro y pre- · . , ciso.
· Como eje.mplos de penit~ncia t:nedicinal ~ueden. ··aducirse, entre otros1 los siguientes: obras · que morti• fiq\Íen y réfrenen la carne, a los. que 'incurren en pecados sensuales ; limosnas y toda clase de obras de caridad corporal, a·los que cometen pecados ~e avaricia; · ja~ulatorias a Dios y a los santos, ·a 'los que pronuncian biasfemias'; etc.,. etc. ' ' Como ejemplos de penitencia vindicat.iva, pueden .aducirse los siguiente's, entre los más ordinarios y generales: la fr~uencia de lós sacta~entos ·de la con-
La s.atisfacción de obra sacramen-
. La satisfa~ci6-n in . tal .in voto, o ·sea, .considerada ert el voto es esencial.
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deseo de· aceptarla y cumpiirla, es esencial al sacramento·, es decir, forma parte de 1lUbstanci.a y esencia, de tal modo que sin ella no puede existir ni darse el sac~amento. Tomada en este sentido, no se dis.tingue realmente de la contrición, que implica el propósito de confesarse. y satisfacer. ·Y aquí se halla otra razón de por qué esta sat~sfacción se 1
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XXVIII. La satistacci6n do obra sacr.amen(al
El' Sacram(lnto del' Perdó-n ' .
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·nam·a··. sacr amentai, a aaber: porque es parte del Sa. cramento de la .Penitencia, según lo expresa clarament el Sagr.ado Concilio de Trento.
la Iglesia ha mandado dar la absolución aún a los moribundos, incapaces de dar s.atisfa~ción . alguna por ·lQs pecados.
De ·lo dicho se deduce ~on toda claridad, que. si únó ~uera a confesarse sin voluntad ni intenci~n de cumplir~ la penrtencia que le i.mpusiere el confesor, baria mala confesión . y comet~rfa un enorme pecado de sacrilegio, a~nque dijera todos los pecad~s sin dejarse ni uno solo y aparecieae tener dolor de . sus pecados y propósito de enmienda.
·Acerca de la necesidad de la satisfacción de obra sacramental se presenta la obje- , · respuesta." ción siguiente: ¿Por ·qué ae nos. obliga a · satisfacer a Dios con penitencias, aún después: de haber recibido dignamente el Sacramento de la Penit~n- cia, s.iendo así que por est~ sacramento se nos ~raslada del estado de la culpa al de la gracia? Tqdavía ~ás. Dicen los Santo.s y el Concilio Tridentino, que el Sacramento d~ la Penitencia es muy s.e mejante al del bautismo. Pues bien. ¿Por qué a uno que reciba el b~u t ismo, nó se le impone satisfacción de obra y al que recibe la Penitencia se .le im:vone? · ·
La satisfacción de obra sa.cra~ental in r e, o sea, considerada en su cumpHmientoy realización, no puec}e pertenecer a ·la s.ubstancia ·Y, esencia .del sa~ramento, porque, dada la al?solu~ión por el conf esor, ei aacramento es completo en cuanto a su substancia. Por lo tanen este~sentido, es meramente'. parte . to, considerada . integral del sacramento y que lo "perfecciona, algo asi como los die~tes, las manos y los .pies en el hombre, que son partes integrales del mismo y contribuyen a su perfección, pero de ninguna man-era pertenecen a '·su ~sencia ..
Objeci6n 1.
La at ·.facción in re es integral
· Que el ·sacramento de la Penitencia es completo en cuanto. a su substancia, aún antes de cumplirse la . ~- · 1 nitencia que impone el confesor,. nos lo demuestran las siguientes razone·s : primera, porque vemos que la Iglesia permite ·a los pecadores recibir la sagrada com~. nión antes de cumplir la .penitencia y segunda, porque
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La raz.ón de esta diferencia es 1a siguiente: por:. que de ley ~~~~ral los pecad~ que ae cometen antes del ·bautismo ~on . de ignorancia y, por consiguiente, menos graves que los que se cometen después de él. Por esto en el bautismo Dios usa más .liberalmente de su misericordia, perdonando· no: sólo ~odos los pecados, sino támbién la pena: por ellos debida; mientras que en la Peni~ncia; ·aunque perdone toda .la culpa . y dé. bito de pena eterna, ~o · quita regularmente ni 'toda la pena temporal,' ni las reliquias de los pecados, todo. 'lo cual es preciso l>'orrar por medio de penitencias.
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3. Su eficacia. La satisfacción de obra sacramental tiene -múlti-
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X X VIII. 'La .satisfacción de obra sacrame11.tal
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·· ple ·eficacia, en eontra d·e . lo que neciamente ensefian . -los protestantes, que la cons,ideran ineficaz. Esta es~a verdad m~y cansoladora para l~s católicos. En pr im"er lugar la _sati~facción de Ex op e operantis obra sacramental tiene la ~ficacia y x opere opetato. . y el vaior...,satisfactorio llama~o por los teólogos. ex opere operantis, que no es otra cosa, que · el valor intrínseco e innato de las misma,s obras satisfactorias que s.e 'hacen. Este valor supo:Qe, entre otras condic:ones, el estado de gracia enl el que hace las 'obra&. 1
En segundo lugar, la satisfacción .sacramental 'tiene, independientemen~e del valor ~e'ñcionado, la efica-cia y el val~r satisfactorio llamado por los teólogos. 6~ opere operato, que no es_otra cosa, que el valor que brota de la satisfacción de obra en cuanto que· ésta es. patte del -sacramento. . La satisfacción de dbra sacramental confiere • · opere ~perato la re~isión de ia pen~ temporai, total· o cialménte según las disposiciones. del penitente, Y la_gracia· sacrament al, que se pro~ne princip~\mente vengar los ·pecados pasados_y evitar los Juturos. • De .aquí se ~igue, . que las obras · satisfactoriaS. impuestas por ~1 confesor, son de :Suyo d_e mucho más. valor· que las hechas voluntai:ia~ente por el penitente.
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¿Todas. las. buenas obras del peni-
Elevaci6n de toda& tente son elevadas_al valor y P.ficalas obra& a satiÍfaccia 'd·e la satisfacción sacramerltal ción -sacramental.
· · por medio de las palabras "todo lo bueno que hicieres y todo ,Jo malo que sufrieres sea . para ti' en remisión de los pecados., aumento de graciá y premio de la vida eterna", q~e el confesor_pronun; cia sobre el penitente después de las palabras de la absolución? l ___...-
Aunque no están unánimemente contestes los m~ ralistas de la -Iglesia_en este particular, sin -embargop la opinión má& 'probáble y com~, sigui~ndo a-Sto. To. má,s de Aquino y a Sa_n Alfonso María de Ligorio, res. ponde afirmativamente- a esta -pregunta. La r~n es la siguiente: . La Iglesja no prescribió dichas palabras eri vapq, sino para que todas las buenas obras del penitente, ~unque las haga por su gusto y . e1ección, s.e eleven ·al_mérito y .valor de la satisfacción sacramental. Es-to no -exime, en modo alguno, a los confesores, de la obligación que tienen de imponer especial y con- . veniente penitencia, segÜn la gravedad de l?s pecados. . D
.la . . · La~ obras satisfactorias ~e~qas por el os coro nos. .....,.;.n..t t d , . if' · ~or o av1a no Jüst 1cadok o sea~
_antes de la absolución qel confesor; no tienen el valor llamado ·ex opere, operantis, para expiar la pena tem · ral; porque carece del es.tado de · gracia necesario para satisfacer. ·sin embargo, ·es·t as mismas ·obras, hechas antes, de la absolución, al ser dada ésta, obtienen el
X X IX . La satisfacción de obm sacram.: (11oncl. )
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_ vaior iJ; ~pere .operato, ·o sea, obt ienen la ef"cacia sacraroen l, aunque a:s. obras hechas ya hayan pasado fisicarn te y nunca tendrdn valor ex opere operantis.
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La obra satisfactorias hechas después de la ab-· olución t endrán valor lo mis.mo ex opere op'erantis q~e u op re operato, co'n tal de que el penitente no cometa nuevo pecado mortal antes de hacerlas; porque, si có. me iese nuevo pecado mortal antes de hacerlas, no podr'~n valer, como es ~laro y evidente, ni ex opMe operanti· porque falta el e tado de gracia, ni ex opere operat~ por que hay óbice o impedimento.
XXIX. LA SATISFACCION DE OBRA SACRAMENTAL: (CONCLUSION) ¡ . -
'
La satis;facción sacramental no sóio Razone en pro no es . inútil] como quieren los pro- : . de la · atisfacci6n · t estantes, sino- muy útil .por. muchas sacram ental. r r.zones': porque nos pone de manifi esto la mayor gravedad del pecado cometido después del bautismo ; porque nos 11.leja grandemente del pecado y nos refrena;. porque nos hace Ínás cautos. y vigilante para el futu.ro; porque J10 S hace semejantes a J .:.ucri~to, que satisf izo por nuestros pecados; porque no·i da m~· a prenda certisima de· salvaCión, YJJ. que, si padeámos con él, con él s.er emos glorificados ; etc., etc. lle aquí sencillamente expuesta la profunda y _sa-, 1 na d::>ctrina de la Iglesia católica . acerca de la .naturaleza, necesidad y eficacia de la satisfacción de obr~ SJ!,Cramerital, de las Cinco condiciones n,ecesarias i>ara recibir dignamente el Sacramento del perdón~
una
.EN ESTE artículo se va a terminar de exponer lo más principal e importante qu~ . el católico piadoso y culto debe saber, o por lo menos es muy conveni~nte que sepa, acerca de la satisfacción de obra sacramental, según la doctr.ina . razonable · d~ la Iglesi~ .· católica, Maestra infalible de los hombres eh las cosas de fe y cos.tumbres.. . .1
En. este· artículo se expondrá la doctrina ortodoxa de la Igiesia acerca de tres puntos .íntima y necesariamente unidos eón la satisfacción de obra sacramental, a sab.er: . imposición,. aceptación y cumplimiento, y con.mutación de )a penitencia. No decir nada acerca de un asunto ·de tanta ·trascendencia, · sería dejar 'un vacío · inmenso y digno de lamentarse.
• • • l. .Imposición ~e . la peniteJM:ia. ¿Puede, y lo
qu~
es más., debe el confesor, imponer
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El Sacramento .del 1Perdó" •
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·'algun~ satisfacción de· obr.a al penitente que dignatti.Jnte preparad.?~ se acerca a él para rec.ibir el S~cra nlnto · de la Penitencia? A e~ta pregunta~ una en laforma~ p~o · doble en el fondo o la substancia, ·respon. deri los moralistas · católiCOS a'finnatival'I!-ent~, Sill:. que ·haya · e~tre ellos uno solo que diserepe, pues é~ta ea doctrina general de· la lglesi'a ...;. En primer lugar, el' cdnfesor puede,, El confesor puede 0 tiene derecho a imponer penitenY debe imponerla. · cias a sus penitentes. La razón fundamental .es clara Y. patente: El confesor ha sido constit~ído por el mismo Jesucristo, juez para atar· y. desatar. Luego puede. ciertamente pe~donar los pecados con la condición de que se ·haga tal 6 cual obra satis" f' factoria. 1
En segundo lugar el confesor debe) tiene la obligaciÓn de imponer alguna penitencia a sus penitentes. .La prueba teoiógica es la siguiente: El. sacerdote, ministro de las llaves d~l ·reino de l~s cielos al adminis.- · trar el Sacramento de la Penitencia,' debe ejercer su potestad según la mente e intención de . Cristo. La tradición .y la práctica de la lglesi~ . declaran, que la in"tención .de Cristo fué que el ministro al mismo tiem. po perdonara los pecado$ e impusiera penas. Lueg~ debe impon'er alguna satisfac~ion de obra. ' Más aún. Hablando- con todo rigor, el . Debe ~er pro- ministro· de 'Jesucristo debe, en cuanto porcionada. esté de su parte, procurar. ia perfecéión
· XXIX.
La s.atilJfácción de obra sacram.·: .(concl.)
355
'del sacramento, no sólo la sub.st~ncial sin~ también la integral. Ahora bien. El Sacramento de la Penitencia se dirige · y ordena a la remísión ·perfecta, i~cluso ~e la pena y esta remisión no se obtiene sino mediante una· satisfacción proporcionada. De lo dicho se dedl:Jce, que el confesor per se) o sea de suyo-porque así se lo pide la natura~eza del sacramento y la razón de su oficiO-, debe imponer....una penitencia prop·orcionada, es decir, tal que, según su juicio, sea s.uficiente para redimir o perdonar toda la pena temporal debida por los pecados. Luego, según lá opinión de los teólogos, el .confesor .debe imponer penitencia gr~ve por los pecados graves· todavra· no . confesados ni perdonados directamente y penitencia leve por los pecad.os lev.es o g'raves ya co.rifes.ados y perdona~o.s . anteriormente.
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Pero ¿qué se entiende por penitE:inci11, grave?' Se entien"de por pe:r;titencia grave, aquélla cuya materia equivale a la materia grave en Jos preceptos de la . iglesia. Así, se consideran matéria grave las siguien-·· . tes obras: el ayuno, el oír una misa, el oír un sermón el ejercicio Q.el·Via Crucis, las letanías.de los. santos, la recitación de ~a tercera parte del rósario, etc., etc. · '
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Mas, . como expiar las penas tenip Proporción relati: rale~ en este ·mundo sea algo s.ecunva, no absoluta. dario y. no necesario· para la salvación, no es necesario , im.pone:t:, siempre una satisfac-
. E~ Sacramento. del ' Perdó",.
356
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ción proporcionada, sinQ que puede, por causa propor• nadamente grave,, imponerse una penitencia menor._ De esto- s~ sigue, que la proporción 'entre los .pecados . y la penitencia no. debe ser -absoluta sino relativa, es decir; han de tenerse en cuenta la disposición, facultad y utilidad· 'del penitente. . Supongamos, por ejemplo, el caso ·etllel que el sacerdote -teme que el penitente no quiera aceptar la p&. nitencia proporcionada ; o que la acepte; pero no la . cumpla; o que la acepte y la cumpla, pero después rehuse acercarse al .Sacramento de la Penitencia. En este caso el confesor tendrá causa bastante grave ·para imponer una . satisfaCción leve. .
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Ante todo ~ebe cuidarse que no !se extinga en el penitente la pequeña chis'pa de .buena voluntad que en • 1 él haya. Por eso el C<Wcilio Tridentino dice: '!Deben, por lo tanto~ lós. sacerdotes del Señor, ep el grado que su espíritu y prudenci.a ·s.e lo sugi~ran, según la cuaU- · dad de los crimenes y f.acultad de los penitentes, imponer las satisfacciones." 1 • ; Entre las caus~s justas más c9m~nes, por .las cuales puede ·disminuirse la penitencia,' pueden contarse las siguientes: ·una contr1ci6n muy ~an~e de l~s pe:. cados, poder . ganar . . un jubileo ó una indulgencia plenaria, una epfermedad corporal,---y si el enfermo · ha · . ·. perdido los sentidos, pu~de ser .absuelto sin que haya que imponerle penitE:;ncia-, enfermedad o. debilidad d.e '
· XXIX.
L a satisfacción de obra sa~ram.: (concl.)
357
espíritu y ~alta de. fer~or religioso en el peni~nte, para cumphr la pemtenCia que merece. · En cuanto a la cualidad de las. peniten- .· .Ouálidad de cías que puede impone.r el confesor, conla penitencia. viene s~tber lo siguiente: primé.ro, que no deben ser perpetuas o demasiado largaS. .o muy penosas o fuertes. Esta clase de · penitencías alejf!óa a los pecadores. del Sacramento del perdón con grave daño para sus almas. En segundo lugar, las penitencias no deben ser públicas por ios pecados ocult'Os, porque, como es claro, se violaría indirectamente el sigilo s'éramental. Ni siquiera por los pecados públi<to~ debe imponerse. peniténci~ pública1 exeepto el caso en que no hubies.e modo de reparar el escándalo dado. ~n tercér lugar, rio debe~ imponer.ae penit~ncias condi~iomidas, por lo menos por largo tiempo, porque . después fácilmente se desprecian y se 'multiplican loa pecados. Tampoco conviene én la práctica imponer como penitencia ~1 dejar de ha~er una obra buena, aunque sirva nara ejercitarse en la virtud de la obedilencia Finalmente, · no ·deben imponerse penitenciaS. únplicadas, consistentes .en hacer muchas obras diversas, porque no pueden retenerse en lá memoria; ni . .tencias demasiado . repugnantes a la naturaleza ' . . . ' como . por eJemplo, hacer una cruz con la lengua en el suelo, ya porque hacen odidsa la confesión, ya porque muchaa veces se omiten. · ' •
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El Sacramento del Perdón
¿Deberá imponerse .nueva penitencia · d'1atament e des· al penitente <¡ue, tnme . pues <,le la absolución, se acusa de algún .pecado ·grave ·olvidado, como· no pocas veces sucede? A esta· pregu.n ta 11e POJ?-de la ·generalidad de los teólogos c~tóli cos afirmativamente, fundados. en la razltn siguiente:. cuantas ··veces se da la absolución, se ha<;:e un nuevo sacramento y es · necesaria, por lo tanto, una nueva penitencia_O· satisfacción de obra sacramental. o
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e~uencsa.s.
De todo lo dicho se deduce: primero, que ái el · confesor por. olvido no impus:o penitencia al penitente, debe llamar a éste para inipQ_nérsela, .mientras pueda hacerlo fácilmen~ y ·sin escándalo; y segundo, que i el penitente se da cuenta de. que el confesor no le impu · o penitencia, debe, volver a éste, para recibir la penitencia Y. completar así el sacrame~to . Generalmente la penitencia debe imponerse antes. de la absolución, ya para guardar el orden del juicio, ya para .conocer. cómo la acepta el penitente.
2.. Aceptación y cumplimiento. . de la pE!nitencia. \
¿Debe el penitente aceptar la penitenDe'be aceptar e.
Cia. que le .imponga el confesor? A es-
.ta pregunta' es preciso respo~der afirmativamente. ~n primer lugar, porque el confesor tiene el derech~e recho que es il mismo tiempo un deber~ ~omo queda demo trado anteriorm~nte.....--, de imponer penitencias
XXIX .
La satisfacción de obra' sacram.: ( concl.)
359
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al penitente. Y a todo derecho corresponde un deber, · en .sana filosofía; y los d~rechos y deberes s.on corre)ativo.s. En segundo lugar, porque cada uno está obligado a hacer aquello que le mande su legítimo juez. . Sin embargo, habrá de exceptuarse· el :caso en ·el que, de un modo evidente e indubitable, la penitencia se imponga irrazonablemente y fuera de todo ·derecho. En caso de duda habría q~e aceptarla, según aquel principio fundamental de Teol~gía Moral: "In dubio praesumptio s.tat pro .supe:i'iore',, En caso de duda. ha de estarse a favor del superior; El penitente, por consiguiente; está .obligado en cónciencia a aceptar la peniten~ia congrua o conveniente que· se le imponga; y ciertamente bajo grave, ai ~ se le impuso bajo pecado grav.e, por. pecados mortales todavía no perdonados directamente. Si el penitente no qu-isiese · aceptar 'la penitencia jus.ta, no podrfa ser · absuelto, pues carecería de una de las cinco condiciones que se requ~eren para :recibir dignamente el Sacramento .de. ·la Penitencia, a saber: .la satisfacción de . ' obra. iDebe el peniténte cumplir la penit encia que le imponga ~1 confe ? Si; y debe c~mplirla· para integrar o .completar el sa- . cramento: Pecaría, pue·s, .gravemente, si no cumpliese la penitencia grave, impuesta por pecados ~aves nunca confesados anteriormente. y bajo obligación grave. Está obligado también a cumplir las circunstancias .
Debe cumplirse:
.. ,_-- l . • ~O
EZ Sacramento del Perdón
pue~~n. ac~~pañar
quf a la penitenciar y . baJo _grave, si dicha circunstancias son graves, . por causar _g rave íncoinodidad o por álguna otra razón. •
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Las. peniten.cias. ·deben cum_plirse enteramente, . totalmente y no· parcialmente. Es decjr: Sepa de hacer todo lo q~~ manda el confesor, sin dejar la más minima · p~rte. Y, si se deja de cumplir una parte por flojedad o de cuido voluntario, será pecado mortal o venial, según fuere grave o leve la parte que dejó de cum~IU:se· ¿ Cuánqo debe _cumplirse la penitencia?_ .No faltaron quienes creyeron errónea~ mente, q1,1e debla CUplplirse · antes de recibir la absoiuci6n de los pecados, pero esta opinión es.tá condenada por la Iglesia y no puede sostenerse. 'La legitima costumbre e; cumplir .la 1:\ati~facción despué de· recibida .la absolución.
uándo debe .. cumplirse.
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. La razón intrínseca de esta práctiCa y doctrina de la Iglesia está patente, p~rque ·el cumplimi!i!nto ·de la .· ~enitencia antes de la absolución no .se requiere, ni por parte de.la justificación, la cual puede coexis.t ir con el reato de la pena temporal, ni por parte del ~~era mento, a cuy~ esencia pertenec~ ciertamente. el deseO de · ~jecutarla, pero no su misma ejecución o cumpl~ miento .. A lo dicho puede añadirse lo siguiente:· Las obras satisfactorias hechas en estado de · gracia son meritorias. Luego, por lo meJ'\OS bajo eate aspecto y por esta
XXIX.
La satisfacción de obra s_acrarn. : ( concl.) · ". 361
sabia y .poderosa razón, es conveniente cumplir la pe- . · nitencia después de recibir la absol~ción. Cuando el confe~or determina el tiempo en que. la penitencia debe cumplirse, es natural que : se cumpla en dicho tiempo. La razón de esto es, porque¡ ,quien tiene alguna deuda, está obligado a pagar la en el ·tiempo que se le señale. Pero est.o no quiere decir, que ..ai la penitencia no se ejecuta en el 'tiempo mandado, cesa la o}?ligación de cumplirla. Por el cóntrario, continúa dicha obligación, porque el tiempo se precisa para ur~ gir al cumplimiento de la penitencia y no para d~clarar f • terminada la obligación de su· cumplimien'to. f
Cuando el confesor no detérmina el tiempo,. que · es lo má~ frecuente. y · ordinario, es conveniente que · la penitencia se cumpla cuantb antes se pueda có~oda mente, sobre tOdo si se trata de peniencias. medici. nales. Por tanto, no . hay obliga"ción de cump~irla antes de l~ comunión. Ni siquiera es preciso cumplirla antes ·de confesatse otra vez, cuando la penit~ncia es larga y . se· prolonga por mucho tiempo.
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De lo dicho se· sigue lógicaménte, que el diferir el 1 • cumplimiento ,de la penitencia sin 'legitima excusa, de suyo. pecado, el éual será. grave o leve según sea . ia dilación y sobre todo, · s~gún sea ia naturaleza o clase de penitencia: medicinal o vindicativa. En est~ asunto de tanta trascendencia, ló más prudente y ·seguro es cumplir la penitencia . imhediatainente después. de la confesión, si es posible,' De esta manera se evita . ¡
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· El Sácrq.mento del Perdón
362
.el peligró de olvidarla. e incurrir en otros. lllentes.
in~onve
¿Qué debe hacer el Penitente en el ·caso de que se olvide .deJa peniten. cia qu~ le impuso él ·confesor? El penitente está obligado, si puede cÓmodamente, a volver al mism~ confesor, para que le repita y recuerde la penitencia ol:·vidada. ·· Si no puede volver al mismo con,fesor, o cree . que éste no se . acordará de la penitencia _que le impuso, ·la generalidad de los moralistas opinan que dicho penitente 'no está obligado a nada.
. En. caso de olvido.
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3. Conmuiaclón .
&, la penitenoi&. .
La satisfacción de obra sacramental ¿ puede ser conmutada ·o cambiada POI:' otra? pueden. A esta pregunta pue?en darse varias respuestas, la pri~era de .las. cuales ·se'rá' la siguiente: . Es cierto que el. penitente no puede 'cambiarse o conmutarse la peilitencia, inclusó. por o~ra obra evidel).te:•. mente mejor. La razón es clara: Como el penitente no~ puede imponerse' penitencia sacramental, t~rnpoco tiene facultad o poder para conmutársela. Quiéne& no
T~mbién parece cierto, que_la sati~faooión de oora saeramen4Ll no . puede ser conmutada directamente fuera 4e1 juicio sacramental o sea fuera del Sacramén. ·. to de la penitencia. La razón teológica e$.. la siguiente: El confeso.r eje~cie~do la potestad de las llaves
· XXIX.
Ea satisfacción de obra sacram.: '(con cl.)
en el foro interno, se halla s~bordinado inmed~mente a Cristo y, por consiguiente, no tiene superior· en la tierra. · En un solo caso la ·.obligación_de la ·penitencia impuesta desaparece; a saber, indirecta. en la concesión de indulge.neias. Pero en · este caso, se quita o disminuye no directa sino1 indirectamente tan ·sólo. En_efecto. Media~ te las indulgencias, sacadas. del tesoro de la Iglesia, se perdonan las penas temporales. Ahora bien. Si s~ q';lita el reato de la pena, se qu·i ta al mismo tiempo· la razón y el funda. mento de 11,\ satisfacción impuesta. Luego deja ésta de obligar, por carecer. de obje.to e~ que recaig~.. . Conmutació-n
Conviene .advertir, que tan sólo cesa 'la obligación de ·aquellas. obras penales que ·se impusieron, hablando teológicamente, como satisfacCión,: mas nQ como· medicina; po~que tampoco se quita por las indulgencias · la ra·zóri de medicina, si~o la razón de castigo. Por eso, Benedicto ~IV, en su instrucción a. los penit~nciarios y confesores nombrados en Roma para el ·· . Año · Santo ·• de 1750, les manda que . impongan penitencias mediCinales. y. exige a · los · penitente.s que las cumplan. · :
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La conmutación de la penitencia p de hacet:se de un· modo ~irecto dentro del · d·irecta. . sacramento, por el confesor, cualquiera que éste sea, ya. sea el mismo ·que la impuso ya sea ¡, . otro. Si es ~1 mismo, sencillamente porque el Iegis. Conmutación ·
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El, Sacramento del !Perdóñ
364:
lador puede mudár o Ca.mbiar su propia ley.
XXX.
Satisfacción de obra: indulgen~ias
3615
Si es
df into, porque .. hace las veces del que 1~ impuso· con lo . mis.mo poderes y autoridad que él. Sin embargo, en todo éaso, para que la conmutación se.a lfcita, se re·quiére. justa causa;
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Para poderse hacer la conmutación, no es nécesario confesar de nuevo los pecados, ya _ s~. el ¡nismo o· distinto el .confesor que la haga, puesto que basta para· ello el conocimiento de la anterior penitencia y de la dific!Jltad para cump.lirla, . pues, no se trata de emitir un .nuevo juicio acerca de las culpas ya confesadas, sino tan sólo de la diticultad del penitente para cilm. plir la primera penitencia. --Para tenninar, conviene advertir, que, ~espués de hecha la comnutación de la peniténcia, e} penitente puede. siempre elegir la primera penitencia, por9ue la · conmutación se .hizo en su favor ~ ventaja, a )Qs cuales él puede ·re1:1unciar cuando quiera.
· He ·aqui expues~ la doctriDa de ia Iglesia católica &e(\tca de la imposición, aceptación y cumplimiento, y conmutaCión de la satisfacción de obra s.acramental. Creo que queda dicho lo más principal que\ acerca <le · este. asunto . debe sabers.e, sin s-alirse de la más sana ortodoxia, ni incurrir en exageraciones extremosas. .
XXX. SATISFACCION. DE OBRA: INDULGENCIAS. DE LOS puntos doctrinales~~ la Iglesia católiU NOca más ignorados es el de las indulgencias. Se tiene de estas una idea muy ob!'leura y con.frecuencia eiT6nea, y no poc~s católicos J.as deconocen por completo en la teoríá y, lo que es más triste, en la práctica. Y, sin embargo, pocas doctrinas. tie~e la Iglesia tan conSQladoras y .provechosas para los fieles como ésta. · Por ·eso; en este articulo . se expondrá la doctrina . cat9lica acerca de }as indulgencias que, para los P.ecadores arrepentidos que las ganan, s.on el complemento de ·la satisfacción de obra. Es .cierto que, si los· católicos· la~ éonocen bien y tienen fe~ harán -toda elase de sacrificios para ganar el mayor número· de ellas, lo mismo pa:r:a si que para sus düuntos.. · Se exp~ su naturale~ y ex~stencia: •
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• • •' •
XXX.
El Sacrame11to del I;;erdón, .
3 6.
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temporal. Por consiguiente, no sirve para perdonar· pecádo alguno, m:mortal ni venial; ni tampoco para perdonar la pena eterna debida por . el pecado mqrtal. Los. pecados y la pena eterna se perdonan por el Sacramento de la P~nitencia.
Es remisión de pena temporal.
definiciones~
· ¿ ~ué son las indulgenciás? Si se atie~de · a su significa:. o etimológico, la palabra "indulgencia"' · significa: amni tia o remis.ión de..,;.pena. En este sentidc se u ó antiguamente por el Derech<l ·rOJilano, como con ta n el ódigo de Teodosio, y por el Antiguo Testamento, como consta en la profecia de l saias.
La indulgencia es: remisión exti:asa-
. Remisión extra- , cramental de la pena temporal. Esta sacramental. · se puede perdonar· den t ro de1¡, __.... . s.a cramento o sea sacramentahnente ex opereo perato, como queda .dicho, por el cumplimiento de la satisfacción, impuesta po'r el sacerdote en el Sacramento de la .. Penitencia~ También pued~ pe'rdonars~ fuera del Sacr~mento de la Penitencia en esta vida: o por obra.s penales y satisfacciones volúntarias. o .J_>Or lá aplicació'n d~l . tesoro de la Iglesia, hecha por el legitimo su-
Según . el uso edesiá~tico, significa : remisión ·de pena temporal. Por eso, muchos eran los nombres con .que, en la pr:mitiva lgles.ia, ~a conocida, a saber: paz, . renii ión, donación, condona-ción, absolución y relaja: ción. En el sjglo . Xlll .se hizo" com\Ín 'la palabra "indulgencia". Si se atiend.e a su significación real y teológiéa modern;i, e la. remis.ión extrasacramént¡¡.l de la pena temporal, debida a Dios por ios p~cados, perdonados ya en cu~nto a la culpa, concedidp. por el legítimo superior, me..dian.te la aplicación del tesoro de la lglesia,.a mbdo de.· abs'\olución a los. vivo's y a modo de sufragio a los di. !untos. 2. Explicación de la definición cláSi~ - · ' Ex-plicaté brevemente. ei contenido encerrado en la_ palabras de la definición.
367
· ,La indulgel)C~a es: remisión de pena
1: Su ·naturaleza. l. Varias
.
Satisfaceión de obra: indulgencias .
perior, ,lo cual se Uama in9ulgencia. .1
Ahora bien. Como la indulgencia e~ remisión extra~acra~ental, se sigue que,. para su concesión, . no se requiere potestad de orden, ni basta 1~ juriadiC.: eión en el forQ sa~ramental o interno, sino que ~e requiere la Jurisdicción en el foro externo,,la cual puede ser limitalda en los superiores · subordinados · por el .
.
Sumo Pontífice.
'
L~ 'indulgencia es: remisión de pePor los .pecana temporal debida· a Dios por los pe1 dos perdonados. ' cados, perdonados ya en cuanto a la
.. ;EZ ·.Sacramento ·del Perdó~
3
·culpa. · Por consi~iente, por la indulgencia se perdori · solamente aqueÜa pe~a temporal, que· queda toda- _ vía. de p~é de la remis.ión de la culpa·; porque la pena, q~ e·s secuela de la culpa, no puede perdonarse, si antés no se perdona: la culpa. •
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J
De aquí se sigue, que la :rymisión de la pena .por la fudulgencia es no sólo perdón de la pena, eclesiástica o éanóni~a, sino también y principalmente remisión · de la pena que se debe a Dios.. Se sig~e támbién, que la re~isión mediante .la indulgencia extingue la deuda de. la pena.·ante Dios y no sólo ante la Iglesia, .como consta en la declaración del Concilio Tridentino y. se eonfirma por el hecho de que la indulgencia pued~ aplicarse a las almas del purgatorio.
...
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.
. ..
-La indulgencia es: remisión de la Mediante la apli- pena temporal, mediante la aplicapación (J,eZ tesoción dél tesoro qe la Iglesia. ·E~ el ro de la 1glesia. presente orden sobrenatural estable. cido por Dios no hay remisión, si Iio hay solución ' de· preCio. Por lo tanto, si s.e · remi~e pen~, debe ofrecerse . a Di.os cierta satisfac~ión, la cual la Iglesia saca, como · de 1\ña fuente o depósito, del tesoro de ·tas satisfacciones de Cristo y de los santos, confiado a Ella para ad¡ninistrarh - · • .
.
.De es.t~ se si~e, que la indulgencia no es mera condonación, .sino solución. del · precio equivalente a a·~uella sátisfacción, que debería prestar aqu~ a quien: se concede la indulgencia. ·
XXX.
SatisfaccióÁ
d~ obra:
indulgen:ias·
ao9
La indulgencia es concedida por el lePor el superior. ~iimo superior. Ya queda dicllo, que el perdón de la pena temporal es un acto de jurisdic'ción y, por lo tanto, que se requi~re autoridad, la .cual no' se .ha dado a cualquiera, :sino solamente ~ los ~upe riores eclesiásticos y ciertamente; ante~ y más que .a nadie, al Papa, a quien ha sido encomendada por Cristo ¡ ,......... Sefíor la administración de todo el tesoro espiritual de. la Iglesia. . Según el Código del .Derecho Canónico, pueden conceder indulgencias col'l justa causa el Papa, .los Arzobispos, los Obispos. , los Vicarios y Prefectos apos1 . . • tólic.os, etc., cada uno dentro de su territorio y con· . . 1. . límite determinado en cuanto al número, a excepción del :P~p·a •.que no tiene límite ni en cuanto al núméro . . ni. en cuanto al territorio. ~é
concede a modo de · ab· La indulgencia ~~ un acto de jurisdicción, y ciertamente jud~cia.l, pbr el c.ual el superior, en yírtud d~l poder de las llaves, absuelve de la pena temporal y juntamente paga del tesoro. de la Iglesia a Dios .tanto cuanto Est perdona al hombre ' que gana la indulgencia. . Por lo t~n. to, la indulgen~ia ~p)icada a los vivos consta de un doble acto de jurisdicción, a saber: de la absolución para con el hombre y de la sol~ción para, con Dios. La indulgencia
A modo de ' sol~ció'n a los vivos. .absolución.
1
37Ó
El '-sáct-amento deZ Pertl6n
' X XX.
La indulgencia se concede a modo de. aufragío a . los difuntos. C?mo .los· difuntos ya no son del foro de la Iglesia__:.puesto que Cristo dijo: t odo lo que deáatareis sob~e la. tierra~~ Papa a-to pueqe ejercer acto de jurisdicción respecto de los ·difuntos, que no están, en la tierra. No pue.de, por consiguiente, abs.olver al difunto lde la pena . temporaL . Sin embargo, puede, con causa Justa, sacar · algo del tesoro de la Iglesia y pedir a Dios .Que se dig'·. ne aceptar e ta solución o· paga por los. difuntos. •
•
"~:
¿ Éxisten las indulgencias? A . esta pregunta resPOJ?.de la Teología católica afirmativamente. Pero .¿ cómo se. demuestra s.u existencia? Se demuéstra .probando, en primer lugar, que existe el tesoro de la lgle. sia y, en segundo lugar, que a la Iglesia co1p,pete la potestad de conceder indulgencias de dispensar y administrar ese tesoro, no sc$lo a los yivos, sino también a los. muertos.
1
o
Por. consiguiente, en la aplicación al difunto tan sólo se ejerce un acto de ju-ris.dicción: la solución ~ entrega de parte del tesoro · de la Iglesia. Después el fiel vivo que 'PODe la cáusa justa, ruega a Dios, también en. nombre de la Iglesia, que se digne aceptar 1¡\Qúella donación o solución por aquel d ~funto. .
371
2. Su existencia.
A odo d1 u r.agw.
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Satisfacción de obra: ,indulgencias
l. En la Iglesia hay un ·tesoro que consta de las sat'isfaccion~ de ·Cristo y de los santoS.
Antes de. probar· esta tesis, conviene explicar su sentido. · Como no hay remisión temporal s,in solución de algún pre"cio, se sigue gue la Jglesia no puede conceder indulgencias, sf no tiene de dónde pagar. Por eso, hay que demostrar que la Iglesia paga dicho .pre-- · . cío ·del cúmulo· de satisfacciones de . Cristo y de sus santos, e.l cual ·suel~ ser llamado tesoro de 1~ Iglesia.
.
En este sentido la Iglesia dice, que a los difuntos se les aplican las· indulgeu,cias a modo de sufragio, a saber: •. . no como si fuese un mero sufragio, sino un sufragío que sé hace ofréciendo la solución del tesoro de \ . la Iglesia. Por lo tanto, no es lo mismo que la simple oración por la· cual los fieles ruegan ~ DiQs que se dign~ aplicar a los. difunto's, ·pará 1~ 'liberación de éS-. . ' . tos, las satisf~cciones de Qristo; porque en las induJ..: ~encías se ofrece solución o pago y ciertameu.'te por la . Iglesia.
.
Si se ·pregunta por qué ·a las sa~isfacio:t:te de Cris.to se añaden las de los s~ntos, hay que ir: que no porque llas satisfacciones . de Cristo sean insuficientes, puesto · que son infinitas, sino porque Cristo quiso honrar a ~us santos. haciéndole& incluso capaces de poder contribuir eón sus sa-
•.
.
'
1 •
· Ez" Sacramento del Pef'ldón
.372
XXX . .· SatisfacciÓn de obra~ indulgencias
ti acciones a· la ·salvación de sus hennanos. · Las o s de los s~ntos · tienen su virtud satisfactoria dela ·satisfacción de Cristo.
ciones injustas ... hicieron estas obras por toda'-la lgle~ sia... . Y así, los dichos. méritos son comunes a toda ·la Iglesia'~. · . · Por otra parte consta, ~egún 'la doctrina, de 1~ Comunió~ d.e los santQs, en virtud de ll,l cual todos los miembros de la Iglesia forman un solo cuerpo, que la ---comunicación de los bienes puede· hacerse a ltodos los. miembros de la Iglesia. ~uego a todos los que ~ece . sitan de aquel tesoro o cúmulo.
D.e lo dicho s.é sigue, que la obras ·satisfactorias 'de Cristo juntamente . con las de los santos son . más obra& satisfactorias en número que las de Cristo ·solo, · pero no son ~ás o mayor satisfacción .qu'e la s.ola sa-· tisfacci6n de Cristo; así como la sabiduría y bondad de las criaturas, añadidas a la sabiduría y bondad .. de Dios~ no s9n mayor . sabiduría ni mayor bondad, p~es las ·per.:fecciones de las. criaturas no son sino ·ciérta . participación de las qe Dios___.. . . Que en la .Iglesia 11-ay un tesoro, que co~ta de las satisfacciones ·de :Cristo· y de los santos, es teológicamente cierto y se demuestra por las. enseñanzas de .los Papas.
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:
. ..
Aeer~ de los santos,· Sto~ .Tomás de Aquino dice_ : Muchos pagaron más de lo que debían en obras de penitencia y mu~hos sufrieron pacientemen~e tribula0
·
''
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Clemente VI, en la Bula ·Unigenitus Filius d. ice: "El Hijo de Dios adde los papas. .quirió un tesorp para la Iglesia militante. Este tesoro. fué entregado a San .. l'edro Y a sus sucesores, para s~r ~epiutido s.aludablemente a los fieles ;,· ~on ca1¡1sas razonables, ser aplicado mísericordiosathente a 1los verdaderamen~e arrepentidos Y confes~dos, .en ·remisión ya total ya parcial de la ~ena temporal debida por los pe~aaos. A es.te tesoro ~on tribuyen los tnéritos de la Sma. Virgen Y de todos lo~ ·santos."
La.enseñanza
'
· Por. una parte consta que exis.te un cúLa razón ml;llo . sobreabundante de satisfacciones de teológica. Cristo y de lós santos. Acerca_de Cristo, _. mediador n.uestro, no hay duda, pue_~to que siendo, además de verdadero hombre, verdadero Dios, todas sus obras satisfactorias fueron sobreabundantes para . expi~r 'todos los pecados de lQs hombres y' tenían ·u'n valor infini~o.
373
.1
:.Vei
León X, . en .la Bula &xsurge Dom~ne declara lo siguiente:: "Que el Romano Pontífice puede, con causas. razonables, conceder a los ·mismos .fieles de risto ... ya estén en ,e~ta vida, ·ya estén en el purgator~o, indulgencias de la sobreabundancia· de los méritos de Cristo y de los santos y que, concediendo indulgencias, dispensa el tesoro de los méritos de Cristo Y ·de los santos".
XXX.
El Sacramento del Perd6n
374
· ~ Pío VI, en. su Bula Auctorem fidei, c~nderió y a~tenia~izó' la doctrina del Sínodo de fistoya, en la cual se niega esta doctrina de las indulgencias ~nsefia .da po~ la Iglesia. · A la Iglesia cOmpete di\dnamente la · de conc:edel' indu)genc:ia& 1
potes~
El Concilio Tridentino proÍ>one la doc. trina -católica acerca de este partieula:r, -con las siguientes palabras: "Supuesto que el _poder de ·conceder indulgencias fué conferido por Jesu·cristo a s.u Iglesia y ~sta ha .eJercido este poder divino desde su orige~, el Sto, Concilio enseña .y ~ecide, que hay que conservar esta ·antigua ·costumbre como muy saluda_ble y anatematiza a los que dijeren, que ellas .son inútiles o que la Iglesia no tiene la facult~d de concede.rlas." . . El Tridentino.
ri.s to dió a la- Iglesia la potestad de conceder indulgencias, cuando dió a sus apó~toles potestad pl~na para .perdo~ar pecados, di- .' 1 cié~ole : ' Quedan perdonados los .pecados que vosotros perdonéis". Este poder pleno contiene también el pOder de perdonar las penas temporales ,que todavía ~an de_pagarse después de perdonado el pecado, o sea, de conceder mdulgencias, porque 'ta remisión de la pena temporal es, en cierto modo, ·remisión del pe~ado, 'pues es verdadera remisión de cierto reato proveniente del pecado. La Escritura
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Cristo concedió también a la Igles.ia el· ~der de conce,der i~dulgencias, cuando dijo a sus apóstoles es. tas palabras: "Todo lo que desatareis. sobre la tierra, desatado 1será en el cielo". La Iglesia tiene el poder • de romper todo lazo, que impide al alma ·ir al .cielo. Ahora bien. La pena 1temporal que hay que sufrir • es UJl lazo, que impide entrar en. el cielo, d()Jlde no ·es pos.ible ~r admitido hasta después de una completa · liberación. Luego la Iglesia tiene el .poder de eoneeder indulgencias.
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Satisfacción de obra,: indulgenc~
San Pablo, como consta en .sus dos epfstoLa ~~ct.icG las a los. corintios, ejerciÓ el poder de caneclestaSt\Ca. ceder . m . d u1genc1as . . n favor de ·un peca. e. dor público de Coiinto. A ~ausa del arrepentimiento de éste y en consideración a las súplicas ' de los fieles, le condonó una parte de su penitencia, hablando én persona de Cristo. Y esto lo hizo fuera del Sacramento' de la Penitencia, pues lo ]lizo por carta y estando , \ 1 . ,. el ausente. . · ' . . 1 Más tarde, la Igles.ia siguió ejerciendo este poder, pues, como consta por la hi~toria y los .escritores eclesiásticos, la 'Iglesia abrevió o áligeró p~mitencias públicas por las súplicas y en éonsideración a los confesores de _la fe o mártires, mediante ios libeÚo pacis. Muchos concilios . particulares atriJ:mían a los obispoa el poder de perdon~r ·penitencias. '
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En pocas· palabras, la Iglesia viene ejerciendo el poder de perdonar la pena _temporal fuéra deÍ Sacra- .
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XXX; Satisfacción de obra: indulgencias
El Sacramento del Perdón
mistico de Cristo, luego también las almas del ·p urgatorio, participan de los. bienes comunes de todo el cuerpo.
ment e l~ Penitert-cia,-;-en lo cual consiste ·realmente el poder de d.~r indulgencias-, desde los tiempos más. afltiguos. Pero hay qu.e decir, en honor a la ve~dad, que, durantE;, los nueve primeros siglos, no propuso a los fieles este su poder, · mediante _y.na predicación ex-. ·plícita ·y no lo ejerció ni del mismo modo. nj con la iniama· frecuencia que después. •
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Esto se confirma por el hecho · de que lQs ,vi~os pueden ofrecer sus satisfacciones por. los difuntos. ¿Cuál seria la razón por la cual, las satisfaccioln 9 de Cristo y de lo'S s.a ntos no podrian ofrecerse a Dios por los difuntos?
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3. La Iglesia puede conceder indulgencias . ,también a las a1m.as del purgatorio. Esta verdad ~onsoladora . consta en los · documentos" ecleaiásticos, que · condenaron la doctrina opuesta, y también por el con·S~ntimien~o unánime de los teólogos: J.( últiples
pruebas.
E.sta doctrina sé prueba por la práetica de la Iglesia que, durante lnU{:hOS Si~los, viene COncediendo indulgenc~as a los düuntos. Por lo lanto, si, como dice San Agustin, "toda la Iglesia hace algo en :todo el orbe, disputar. _·que no .debe hacerse asi, es una n~ia locura". \
También se d·emuestra por la razón teológica. Sto. Tomás d·e Aquino. dice: "No existe razón alguna por 1 la cual la Iglesia pueda transferir los· méritos comunes, . en los cuales se'fundan' las indulgencias, los. vivos y no a. los mu·ertos·".
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En verdad, dado . . el dogma .de la Comunión de los Santos, se ·Sigue que todos los miembros del éuerpo
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·A esta doctrina se objeta: puesto que los Objeción '!1 düuntos no pueden hacer· las obras manrespuesta. ·dadas, los. pastores de la Iglesia no .tienen . causa justa para concederles algo del teso;ro de la Iglesia. A esta objeción· se responde, diciendo.: las obras ma~dadas, hechas por los vivos; s.on la causa legitima de conc~er ·algb del tesoro · de la Iglesia a los muertos · a modo de sufragio. Mas, co,mo no pu~de de~ostrarse que Dios esté . . · obligado a aceptar la solución otrecida por la Iglesia en favor de los . difuntos, porque no hay promes.a. de ello, ha de decirke que esta aceptación dipende de la miseri~ordia, y bondad de Dios. · · · · De lo dicho se sigue: prlmero, qu
es e.importánt.es. neraline~te hablando, -aprovechan a los difuntos; segundo, que ·es moralmente cierto que las indulgencias, al menos en algún-grado, aprov~han .a los difuntos determinados, por los .cuales se ofrecen; y ter-. Oonsecuenc~ · del todo cierto. que las indulgencias,
El Sacramento deJ Perdón
cero, . e n.o efl ch~rto en modo alguno, que las indul-· geneiaa- apro:v~han sie~pre a los difuntos~ detenninad<?s, ~e&-ún todo su valor. \
Que é's te es el . sentir de la Iglesia se d~u~e de la práctica que tuvo de conceder yJ>freceJ:' muchas i~- '!fulgen~ias, incluso plenarias, por el mismo ·difunto.
He aqui expuesta& la naturaleza y existencia de las indulgencias. No se · ha dicho nada acerca de las condiciones· que se requieren para cons.eguirlas ni ~- · ceréa de las clases de indulgencias que hay, en atención a la brevedad y porque. esto~ puntos no son de tan capital importancia como los expuestos:
1 N D 1 C .E
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cia .--,-·-~-,---:------~~----------.------
27
., III.
. . Actos del Penitente y Absolución del . C~nfesor ___.____ :.._..:. _____·-----------~ 42 de Recibir el Sacramento de la ·Obligación IV. · . t. . . Penitencia · -------------------------- 56 El Sigi~o Sacramental ~--------------- 69 V'. VI. Exposición y Refutación de las Objecio-
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PROLOGO, ·por el Ledo • .Rafael V. Pérez Marchand · --------.- ---·---·----------l. El .Dios del Perdón· ----------~------U. Naturaleza del Sacramento de la Peniten-
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VII.
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VIII. · ·. IX.
x. XI. XII.
nes --~----------------------------Examen ~e Conciencia: .Su Nat\J,raleza, Obligación y Gravedad.--------- J~---Examen de· Conciencia: Sus Cu~lidades _ Exámen de <;onciencia: Medios y Método · Para Hacerlo __.. ___________ . . : ___________
83 96 10
123
Contrición de Corazón: Su Naturaleza 136 La Contrición: Su Necesidad --'------- 149 ' ' Contrición de Corazón: Sus Cualidades _ 159
... 1 •
Página
'XIII. XIV.
Contrición de . Cor~ón: Sus ClaseS ____ 171 C..ntrición 'de ~razón: Medios Para· Ad·
~uUi~1a -- -------------------~--~ ---- 184 XV~
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..
Propósito de ~nmienda :· Su Naturaleza, . . y Cualidades ________ __·___ .:, 193
N~esidad
xvi. ·xvii. XVIII.
XIX.
xx. XXI. XXII. XXIII.
Propósito 'de Enmienda: -"Ocasión de Pecar ---·--------- ------ ---- ---- .,. --,--- 203· Propó ito de Enmienda: Exe~ de los Ocasionarios -------- --- - --- - ----- ~-~ 217 Propósito de Enmienda: Naturaleza · del Noviazgo ----·-- - --- ---- --- ---- ---- - 227 Pcopósito de Enmienda: Otros Puntos del
Nov~go ---------- - ~ - -- ----- - - - -- - 240 Propósito de Enmienda: El Baile ._ ____ . " . Confesión de Bocá: Su Naturaleza __ _:_ _ Confesión de Boca: Su Instjtución, Necesidad y División -..,...------ - ------ - ---Cualidades de ~ Confesión: · úl ln~egri-
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262
Obras del mismo autor: .
LA EOONOMIA CATOLICA ·
LA ~CONOMIA
277 ·
· dad __ ;--~-- - ----~------ - --- - - ------ 289
Confesión de Boca: Su Integridad (Continuación) ------ - ---------- - -- --- --XXV . .· Confesión de Boca: Integridad (Conciu\ sión) - ------------------- -·-- -- ----XXVI. La Confesión de B~: Vergüenza __ .:._ XXVII. satisfacción de Obra en General -- - -'-XXVIII. La S~tisfacci.ón de Obra Sacramental -~ XXIX. La Sat isfacción de ()bra Sacramental: XXIV.
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311 319 332 ·
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(éoncl~ión) -----~-'---'---~-- -- -- - -- :..- 353
XXX.
Satisfacción de Obra: lndulgeneias - - -- 365
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COMUNISTA