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La Esclavitud Blanca
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El Imperio de (a Burocracia Deducciones acerca del estado de opresidn en que viven
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dedicatoria A Mi Pueblo t-
A mi Guíinica quori que me lia vi>t,c le .-■t;
vantar entre e' tóibelti
n«.» (le su^ hu lias v Siis
salriniieutu-, luuu'a eo
iiio simple espi I itulor y y Como un c» «ubalien
í e , (lefenfliéiulola
y
honrándola. *Sr.
r^as dulces ¿rotas de
vida (|ue me diste en t u Cáli?, i'ron't'ic(j, e 1 Mundo me las híi ajnar
pero aquí te las devuelvo
en
ce o <1 e n s a d .t s
vibranies
ts^roías.
Cíui el ar>ojo,• dt! hij '
■llv,.-
qiie vé a su madre ofea didii. V, romr lu* se aha te, louüSino. la dcllemi
eon la U. iida que i'ou el diente.
Aliv>:a, puede reír el Tiran.nporijUf \ «< no es tás sola. Tienes tu robijsu
1 ;< l.i \'f< , i.yoen pi-''. ;■ m- .eif uu e>cucio,;
V al aire tt oia mi Ilandera boja, nux.cla de doh.r f de rabia. ' Al hacerle esta «lodicatoi i;.. pufhh. de mía afectos v de mis
amores, h i"olu extensiva a to-los aquellos que sufren, que MÍmeu.
pisoteados por la infame Bota d.l I«cspotisnio. •Despierten ios pueblos' ¡ Dev." niense aiiado?; y altivos! ¡ Hse día, se ftcabar.ún 1«'S CNcl.(Vi;^,}ri», ri el proletariado, y el su': dor del Vchre', será ei'Kocio de la Aurora. ; !
Pert) como aquí, adeuias de la luirocracia, ha echado ho'idsis
riíces uim iñíúmc A n^tocracia Yanlci, a ella prim:ipalm,-ute se diri.'rii mis ata(ines. porque uo cco cii la supremacía o!ol)ular de meUia mx-ena de e.ios aventureros dd otro lado dd Ailaouco.
y aquí iJoí tienes piieblui mi coca.iun csiá conu.^o; es lodo tuyo.
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PARA QUE SIRVA DE PROLOGO
Var Dríguez y su Epoca 31 ANECIA.
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El Sig-lo Veinte anunciaba su llegada.
Kl Tiempo, indiferente a los dolores y a las alegrías, e insensi ble a los acontecimientos, como una estatua de hielo que se muere por
acción eléctricí, atropelladamente empuj.iba al Siglo üiez y Nueve y le hacía desaparecer, cubriéndolo con el Negro Manto del Ayer.... 9o9
,
El Mar acariciaba con su eterno dialogo los acantilados de la árenos» playa parccf.! baje los calenturientos rayos del Sol,
com? uáa vasta llanura tapizada de oro en polvo.
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I as Aves lanzaban al Espacio sus gorjeos y cantares
Los Mangles crujían al contacto de la» bribas matinale» Las Palmas sobresaliendo del nivel común, se balanceabau «■«lUrd»», coquetotias, al suave toqueAguas, del Céfiro sutil un de 1» mañana... j a Vasta Inmensidad délas ssmejaba Balen de pU ta, adornado con encajas, entredós y puntas vaporosas, con transparentes, entre perdidos en distintas lejanías y confundidos lejanas penumbras
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El Cielo de un azul claro, profundo, cobiiando la tierra como un velo dejaba verpor alguna» nubeciilas que vagaban sonrisasde Placer los labios de uuaplateadas Virgen enamorada, de como hcr^niosura sin igual ^
*
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Antes que el vecine más madrugador del pueblecillo de .Guáni. ca se desperezara del sueño; antes que e) Clarín de la Mañana anuQ. ciase la sin par hennoiura de la Naturaleza Gigante, joven, coa las manos escondidas entre los bolsillos de su pantalón, caminaba a
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pasos lentos por ia hoy Callo fiel Dr. Veve, pensatiro, como quieu pre siente o sufre et cruel desengaño de un adorado tonnento, aunque asegúro que él, después de gustar el triunfo embriagador de los cálidos li
rios de la Vida se había olvidado del aroma que aun g-uardaba fres co, a! libar de unos cálices primaverales, para entregarse a los insofrenables sueños de su Kspíritu; Caminaba con la seguridad dudosa del que medita. A su re dor, la viia parecía un ensueño. Aquí y acuyá, empezaban a aparecer en distintas ca.sítas luces que semejabat: estrellas que palidecían ante la dulce aparición del Astro-Rey. De pronto, y como saliendo de las ultimas tinieblas que iban deshaciéndose ante la llegada de aquella Mañana de Hermosura inagestuosa, cruzó el Espacio un silbido es
tridente, áspero, casi ronco, como el grito d€ un Mou.struo herido por la Espada de la Duz.
Era la Garganta de Acero de la Guáníca Céntrale que turbaba el sueñe y que llamaba a la vida, con acento aterrador, a toda la ve cindad. Era él Pulpo Gigante de la Explotación Industrial que anun ciaba su hambre con aquel Bostezo enorme. PEDRO VARGAS RODRÍGUEZ, o R. "Var Dríguez, nombre
a que respondía aquel joven tan madrugador recibiendo las caricias
suaves del precioso Amanecer, detúvose rápidamente, j por sus la bios retozó una sonrisa amarga. Levantó sus manos, en las ¡cuales se
notaba un desperfecto físico, al parecer, de nacimiento, y lanzó al sepacio esta exclamación:
^"¡¡Maldita Esclavitud!!" O
La Ciudad, silenciosa, sin voz, entregaba su vida al capricho .de aquel Monstruo, sin protesta. Parecía una Matrona muda, conde nada a morir lentatnence entre el tormento dél Hierro y el Fuego. De súbito, por el espacio de la febril mente del joven Var Dríguez, cruzó el Rayo de una idea, y cual Paloma Mensajera, vino a po-
saráe en las ramas del Arbol de sus pensamientos. ^ ^ "U.1 clarín, una garganta podírosa, se necesita para que mi pueblo hable, combata, acuse, luche, edifique, defienda, condene, destrulla, vibre al través de los espacios, y se hagan sentir sus palpita-
cienes, y se sepa que vive
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y. el Mar Caribe azotó su rostro suavemente con sus brisas, y comunicado y unido su pensamiento con nueve jóvenes de vigor, de
aliento, de empuje, de Progreso, entre los que se encontraba una dis tinguida, una inteligente dama, surgieron las BI^ISAS DEr CARI-
y, la Virgen Muda tuvo voz, y la Matrona condenada tuvo
su defensor
Y, sígu'enclo su camino, toca a todas las puertas; y cuando el
Sol, colgado como eterna lámpara áe la Bóveda azul de los Espacios
IX
vertía sus rayos fnlg-urantes- diez bocas hablaban, discutían en una
modesta casa de la Calle del Rosario, desflorando ideas y esbozando conceptos. Y entoncea Var Drfguez tomó el Aventador del Pensamien to en sus manos, y aventó a los Cuatro Vientos, y, primero la Ciudad de las Lomas; lueg-o la Ciudad del Oeate, y por último Yauco, fueron
los puntos en donde la mAquina de Guttemberg' grabó con carácterea
moldeados el pensamiento feliz que iba a esparcirse por entre un pue blo indefenso.
La Vi.ia en lucha con la Muerta; Demóstenes en lucha con su
Leng-ua; la Luz en g-uerra con las Tinieblas; el Hábito contendiendo con la Apatía y el Nliedo, y en medio del Combate Formidable, Var Dríg-uez, cual Bernardo el reconstructor del arte cerámico en la Fran
cia, atando los resortes de su amistad con Agulena, su joven amigo y compañero; su hermano en la lucha, logra al fi n rebasar los límites
siniestroi del Fracaso, y las BRISAS viven, y acarician la faz de la Justicia, y bendicen las grandezas de las Almas, y aaatematizan las bajeza.s. Y Jas plumas del Ave que en su pensamiento se anidó, conviértanse en espadas de acero en «us manos, y la primera espada, ro ja L'oruc una leng:ja de fuego, fue esgrimida, y el Municipio despertó del .sueno y surgieron combatientes; y la Junta Escolar vió rota la mantilla del Fanatismo en que estaba envuelta; y los pueblos, y la is la de Puerto Rico, supieron que Guánica vivía. ■ Chocaron entre sí los elementos y se entablaron nuevos comba
tes, nuevas luchas ciclópeas; y las espadas, saliendo como de un arseñal inagotable, se cruzaron con las espadas enecnigas; y el Mons truo aquel, creyéndose inexpugnable a las espadas de Var Dríguez, continuaba indiferente al rudo comodtir, extraño a todo, explotan
do sin piedad la savia de la Tierra, cliupándose la vida, pretendiendo extrangular en el Silencio; creyendo cometer impunemente todos los crímenes que la Avaricia 'e inspiraba. Ko sabía que Guánica empeza ba a construir una Torre de Defensa, y que en el corazón de ella vivía
el joven Agulena como Espartaco, dispuesto a combatir; Var Dríguez, Como Churruca, dispuesto a defender su pueblo hasta caer sobre el puente del San Juan Nepomuceno, destrozado por las balas... o
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Llegó el instante.
El vigilante atalaya, desde el Muro de la Honradez, vió al des. cubierto el pecho del IVionstruo, dio la voz de guerra, y una espada sostenida por la mano de Var Dríguez cruzó el Espácio, traspuso la distancia, y fué a buscarle el corazón al Monstruo. ^ Ya de punta, de corte, de sesgo, de arriba abajo, de abajo arri ba, de frente, de lado. El Combate se trabó. La formidable lucha la contemplan todos.
Nadie se había atrevido a hacerle la guerra al Monstruo, has-
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ta que surgió Var Dríguez, quien no íe permite cubrirse con su escU' do. Su espada, más que espada, es una lengua de acero manejada por un nervio podcoso que le busca las visceras al excecrable Can Cerbe ro, y que le pide la vida de su pueblo. La prensa del País, calla.
Pero la satisfacción del deber cumplido le fortifica y el esfuerao
incansable de Agulena le estimula, y el fragor del combate le da vida,
porque él, Var Dríguez, quiere ver a su Guánica sin Judas Iscariotes; Ja quiere ver lozana, fértil, libre, hermosa siempre, coronada de gioría y azahares, pictórica de progreso, llena de vida, como una nota sublime en el Arpa de la Civilización; dulce, pura, alegre, grande, ri ca, próspera.
^ Este parece ser el ideal di! Combatiente, y lucha sin tregua y
sin descanso, sintiendo los ronquidos de la Fiera, pero cortando sin cesar su espada.
Var Dríguez. es un luchador.
Sin ninguna clase de modelos; sin ninguna clase de escuela sis
tematizada; alejado casi por completo de-Ios veneros que difunden la
luz inmortal de la Civilización, él únicamente ha podido robarle a la
serenidad augusta de sus montanas y al pentagrama pavoroso de las ondas del Caribe, las vibraciones de la lira con que suena y canta; los
aceros de la pluma con que ataca y corta; los acentos de la palabra con que anatematiza y ruge.
Y, así supo ser un Heraldo de la Libertad de su pueblo, y sigue conservándolo, defendiéndolo y engrandeciéndolo. Exdim'io MacarxiBO*
"Guánica, p. R. 19i7.
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INTRODUCCION NECESARIA A Paso Lento CONSEJADO por buenos amigos míos, me he decidido a co leccionar en un folleto, todos los artículos que publiqué en "Bri-
sas del Caribe", en contra de la engreída corporación GUANICA CE^"^T1íALE y ciertos abusos que se gastan allí algunos continenta les con el elemento nativo; con los humildes, tranquilos, inofensivos
hijos de esta tierra, a quienes no hay razón de tratar en esa forma por una gabílla de tipos aventureros, de burros de reata, ele perros enflaquecidos, que vienen con solamente el flus que tienen en cima, y a los pocos días, para poder hablar con^ellos haj que hacer veinte mil cruces y prenderle cien mil velas al Diablo. Hago exepción de algunos pocos que tienen madre.
Viviendo, corno vivo, al lado del Trust, de este Pulpo insaciable de este Patíbulo en el que veo a diario ajusticiara ios que no otro delito han cometido que el de haber nacido pobres a ciencia y
paciencia de un Dios impío e injusto q. detiene, para Josué, al Sol en
su carrera, y en cambio deja morir achicharrados y descuartizados a los orooao-adores mártires de las doctrinas de su Hijo; que con el de-
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portorriqueños, y. yo, no
podía, no debía callar, porque rai conciencia me gritaba.
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Del fondo de mi Ser levantábase implacable, mandatriz, y me ordenaba obrar, ejecutar, y no pude hacer otra cosa que obedecer al mandato imperativo de mi VO, ecsoberbecidojpor los gritos de auxilio de socorro de estos numerosos nánfragos perdidos en el soberbio
los. Mar déla Explotación, inundados de lágrimas, víctimas de la Mise. ta.
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Sí, porque en los dominios de este pequeño Despota, de este pe-
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queno Kaiser que se llama F. T. MAXWBLL, tienen lugar las de predaciones más bárbaras, en contra de todo lo que sea portorrique ño, dentro de la vida de relación.
Si hay un americano que se una, que se case con una portorri" qusña, esto es lo suficiente para ser excomulgado por el Pontíüce
Máximo, por el Administrador, quien ya no deja a aquel continental que frecuéntelos actos y diversiones de ellos, sino que 1o¡BOTa1 pa* ra el sitio de los leprosos, es decir: de los nativoSi
lOs más; se dan caaos, que un americano no PUBDE ni IHABLARIcon un portorriqueño, porque Papita Maxwell se lo tiene prohibido.
Y, yo, que veo esto que pasa en mi propia casa, puedo decir,'
no es posible permanezca indiferente ante tantas inconsecuencias, áépredaciones semi-bárbaras, inquisiciones refinada*, porque no les re
conozco a estos engreídos que tan mal nos tratan, ninguna superiori dad sobre iiostros, ¡NOSOTROS! que no confiamos a nuestras espo sas para que se paseen por las carreteras y por los montes, libremen te, con cualquier particular, por amigo quesea, porque no estamos con el celibato, y ya conocemos todo el alcance fie esta costumbre sa jona; ni tampoco perinitíjios a nuestras esposas, nuestras hermanas o nuestras hijas, que vayan a bañarse todos juntos, hombres y muje res, porque sabemos que ningún continental es el casto José, y por que sabemos cuanto valen la Castidad, el Pudor y la Virtud. Y esos son los espectáculos a que nos tienen acostumbrrdos los chambelanes de Mr. Maxwell, aventureros en su mayor parte, sin camisa casi todos.
No se diga que me opongo sistemáticamente a los señores ame ricanos, no. Yo sé que, empezando por el General Miles, hemos tenido amigos como el General Henry, Mr. Sweet, Mr. Gil!, Mr. Leake, Mr. Harris, Mr. ílamilton, Mr. Brurabaugh, Mr. Jones y otros; pero de éstos liay mucha diferencia a los Olark, Canon. Yager. Maxwell, Kuc-
ker, y una plaga fie carreteros, de cuidadores de caballos que ha7 por ahí.
Ma», como de todo hay en la viña del Señor,tampoco faltan na tivos, portorriqueños, que están tan identificados con los americaDOS, que ya, se ríen en inglés, comen sn inglés, y hasta sus hijos lea Salen lloraado en inglés. Y, contra esos serviles que miran más bien
el valor de una migaja;.que sólo viven pendientes del hartazgo, sin
otro Dios que el Intestino, csof,. . . . . .sátrapas y desgraciados, qn® vayan a formar pn.te de la miañada de cerdos rubios que no han ve nido a otra cosa que a ensuciarnos el batey. Y, mientras esta Corporación siga así, burlándose tan inicua mente de nuestra sinceridad, estaré en pie y combatiendo a esté Ti gre de la Burocracia.
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Yo, no milito en el Partido Socialista, pero sé que el pobre de be de ser mejor tratado; yo soy un republicano. Y, es lo menos que aquí se hace,
Claro, que yo no predico el que se le pague sueldo a un yago, no, ni tampoco me pongo a predicar eu con^'ra de Santo Domingo e Inocencio III, para luego caer en el procedimiento de Calvino y de Lutero; pero sé que de acuerdo con la enfermedad, debe de ser la prescripción terapéutica.
El 1915, escribía yo en las columuas de «El Aguila de Puerto Rico», de la Ciudad de Pooce, lo siguiente:
"BANDERILLAS El Movimiento Obrero.
La opinión pública está asiduamente interesada en las cuestio nes derivadas del movimiento huelguista por los trabajadores de Puerto Rico.
¡Feliz patria que no registra en sus anales esos monstrusos actos provocados por el Socialismo en los grandes países, aunque ro deados (le numerosas circunstaocias, agravantes o acenuantes.
Pero ello es hijo del carácter dócil de nuestro pueblo, por lo que nos congratulamos. De allí que el asombro venga a nuestras meu
tes, al pensar en los recientes sucesos. De parteada quién está la cul pa? De quién la verdad? Aun no se ha dicho la ultima, definitiva pa
labra. Del asunto del "Taraarindo"para acá en que Narciso Villanue-
va se nos presenta con la importancia de García Jalón y el escultor "White, parece estamos condenados a vivir en el más impenetrable de
los misterios, respecto de los asuntos que envuelve el público interés. A los pobres, a los infelices trabajadores, debe tratárseles con uiás consideración. Pensad en una casa sin lumbre; en una familia desheredada con los niños pidiendo pan mientras el más pequeño lac-
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XIV
ta de los exhaustos pechos de la necesitada madre; pensad en estas desgarradoras escenas, y tened un rasgo de compasión, de justicia, de ALMA, para esas eternas víctimas del infar*'unio. Üti padre de sesperado, acosado por los lamentos de sus lijos coa hambre; empuja do por el demonio siniestro del destino horrible, se convierte en un
Juan Valjean, mientras lá Justicia implacable, ciega, severa, hace luego de él un Pablo Echevarría. Pensemos más en nuestro carácter de humanos y acudamos, a auxiliar a los menesterosos; a esos obreros de callosas qianos que son
los que fabrican el pan de nuestros hogores, y sin embargo, mueren
de hambre; elevan y embellecen las ciudades y ellos, carecen de abri go; depositan la semilla en el surco, mientras ellos carecen de gra nos; construyen esaii grandes vías de comunicación que acercan las distancias e intiman las relaciones mientras ellos, sí acaso pueden
cruzar por una vereda o mueren en el abandono. Y, en fi n, que sostie
nen y levantan el gran edificio de la Civilízacioa sobte sus ciclópeos
hombro^.
Yo, desde luego, no quiero ver al obrero como autor de esos
actos de salvajismo que lo envue van entre las redes abominables del crimen porque me parece entonces pierde todo su derecho, todo su prestigio, todo su honor, para caer en el descrédito. Privar de la vida a un hombre, es inhumauo; premeditarlo, es salvaje.
Pero los grandes centros fabriles, debieran de considerar más al trabajador. Uasgos como el de Mr. Henry Pord, regalando diez millones de dollares a sus empleados y operarios, entran muy pocos
en libra, Él capital y el trabajo, armonizados, salvaran al mundo. Mariano Abril, dice: "No se necesita profundizar mucho para
encontrar quizás en esas huelgas-y en ese malestar crea.do por los TilVlSy el origen de ese crimen que acaba de realizar el anarqmsrao. Cel asesinato de Me. Ktnley.)
A éste no le importa nada el mayor o menor expansionismo de las naciones, siempre que no afecte a sus afiliados. ;isa secta, funatica y criminal, parece formada para el ejercicio de la venganza- Vease en qué circunstancias han ocurrido los últimos crímenes ¡lor ella rea lizados, desde Carnot hasta Me Kinley.
Carnot era honrado, era demócrata,'^ra bueno. No había des pertado odios ni envidias. Pero surgen en Francia las huelgas de Oremi'.'X, y tras las huelgas los atentados de Ravacliol y la ejecución de ésto. Y Carnot, al poco tiempo cae bajo el puñal aaesino de Caserío.
- Reah'zanse en España los atentados anarquistas del Liceo y la calle de los Cambios, y tras esos crímenes, el gobierno de Cauuyas inicia una persecución feroz contra todo sospechoso de ana^quisiuc.
Llénase el castillo de Monjuich de prisioneros. Unos son fusilados y otros sometidos a tormentos tan bárbaros, que dejaron atrás los realizades por la Inquisición hasta tal punto, que la prensa europea
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XV
testó de aquellos horrorosos procedimientos. Pocos meses después, Cánovas, que co era el Rey de P^ro que autorizó aquellos tormentos, cae herido de muerte por el pistoletazo de Ang-ioUll^ Comprométese Italia en una expedición desastrosa, línyía ejércitos tras ejércitos que van a morir ignominiosamente eu Abisinía; el pueblo italiano icbilase contra aquella guerra, amotínase en los puertos de embarque; pero el gobierno no cede y arranca de los tálleres y de los campos centenares de obreros, que a la fuerza van a eD^TOsar los batallones volifiitavios que el^ ^enera^ Baiatteri ha de^levar a la muerte y a la ignominia. Y tras ese desastre, Humber to bala I quecertera era unque reylebueno, que adoraba a su pueblo, la disparara el anarquista Breci. cae herido por Inícianse en Jos Estados Unidos esas huelgas amenazadoras;
entáblase una especie de lucha a muerte entre los truHt y los ob^eros- V Mc. Kinlev, el presideite querido del pueblo americano; el^ que
ha sLado su país del retraí.niento y (le la pasividítd en que vivía co mo pueblo industrial, para lanzarlo a la conquista de ios triunfos miitares y de las expansiones hegeniónicas cae atravesado por las baas que le dispara un anarquista. ^ büeno y honra- ■
do 2omo lo fué Carnet, como lo fue Humberto de Saboya.
Serán coincidencias; pero lo cierto es, que todos esos atentados
de' anarquiHino regicida, han surgido enmomentos de grandes conáiociones sociales, en momentos de (iesesperacionse supremas, en nio-
^ento^Adrede de ambiciones.xiesiuedidas y de grandes injusticias he transcritolos procedentes párrafos, parahumanas.' dar una expresión más ciara, aunque breve de lo que es el anarquismo y del
nue el Socialismo debe de cuidado yeneseno obrero mezclarse. entonces opino, perde-ía su tener importancia, que Porque vemos conv
Tu chaqueta de labor, o ese campesino a quien vemos cruzar ya mu^rie to ya andrajoso, nos inspirarían odio, porque sabríamos su cofáJó ¿n vez de ser el de un ser humilde pero de valor cívico, se nos presentaría un frase monstruo, un ser detestable a quien habna de aplicarsele la terrible de Malthus: "Kt pobre esta demás --U emancipación de los trahaiaaores. obra sera de los trabajadores mismos", dijo la Internacional en su declaración de prircipios.. ' ' No olvidad estos consejos oportunos de hhseo Keclus: -Es, DUes a quienes directamente nosmodo incumbe libertarnos, bs Quea\iosotros continuamos oprinndos de cualquier que sea y nos líamea los 9^6 co mes su .dar os de
hombres que sufren sobre la superficie de
SABER. NO ES
furiosamente A LA BATALLA
envió Y TEUTONES, MUGIENDO BAjO LA aV/aRGA DE AUROi^H; HA nLLEGAIJO AIJARAjA O w CON v-wi--» UN CUERNO r^,;^ /^.w/'^Tr a n? T, i >.2 t o tI.:, LA HORA LA lucha
QUE NOS
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XVI
PAT PARA ASEGURAR EU TRIUNFO ES DESHACERNOS DE NUESTRA IGNORANCIA. HEMOS DE
FT FMFNTO'^ HOSTILES Y OBSTACULOS QUE SE OPONGAN f^J-fENTOSJi^^^^ desconocer NINGUNO
DE L?S REcKs DE QUE PODAMOS DISPONER. NINGUNO DE LOS ALIADOS QUE LA EVOLUCION
PROPORCIONE." (Svol. J Rev.", pags. 61 y 62, Cap. IV, edicioa Sempere.) II.
Ea Puerto Rico eCobrero ^ive eti pésimas condicionea. Está convertido eu un instrumento, en una bestia, en un mealo para
e
gar a un fin. Es un efecto para cualquier causa y no sujeto ne un principal objeto. La Miseria le tiene un ser debil^de salud y c tu. A menudo le acosa la Anemia, lo espera el Hospital o .e abre sus
brazos la Cárcel. Es lo que más ce^ca tiene y por cualesquiera ae
esos tves camaríulas, al fin es devorado No puede ni aun con
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piar lamagestad de la Naturaleza, porque su misma desgracia le na ce renegar hasta de Dios y dudar del cíelo, porque no puede conc la desgracia sea tan implacable en medio su parcialidad funes a. v llega a momentos de acariciar las aguas de nuestros ríos o las p a de nueatrcs bosques, es para aiiorcarse de un .árbol o sumergirse abismo
¡Fatal criatura!
Reclus, obra citada, dice: «Las condicionea mismas de la vida nos fijan el punto capital. Los gritos y lamentaciones que los campos, de la.s chozas, de los sótanos, de los tugurios, •' incesantemente; ¡Pan, pan; queremos pan! "1 oda otra ^ ■ pierde importancia ante esta expresión colectiva de la necesida .P mordial de todos los seres vivos. Siendo imposible la existencia mp
si loa gritos del estóniog no se acallan, es preciso satisfacer inip riosa necesidad, [lero satisfacerla para todos, porque la sociedai no puede dividirse en dos partea, una de las cuales haya de contm sin el derecho de la vida. ¡Pan, pan! y esta expresión debe tomarse en el sentido mas amplio, es decir, reivindicando para todos los bres no sólo los alimentos sin su parte de alegrsíis, con todas las satistacciones útiles a inexistencia; con todas las necesidades qu fuerza y la salud física necesitan para su desarrollo
Con frecuencia nos preguntamos como los bambrientos» tab nu merosos eu todas las épocas, han podido soportar durante tantos si glos y soportan aun hoy las dolorosas angustias del hambre, consis
tiendo que sus cuerpos'bc debiliten hasta la inanición. La histpna del pasado nos lo explica. Es que en efecto, en el período del miento primitivo, cuando las fatutlias poco numerosas o las tribus do-
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biles teuíap que hacer grandes esfuerzos por la vida y no podían in vocar el santo lazo de la solidaridad humana, ocurría con frecuencia
y hasta muchas veces durante la existatiiia de una sola generación, que los productos no eran suficientes para satisfacer todas las ,necesi dades del grupo. En este caso, qué podían hacer sino resignarse, acostumbrarse lo mejor posible a vivir de hierbas y cortezas, a sopor tar largos ayunos, esperando que la marea aportara el pescado, que la cana creciera en el bosque y que eu la tierra ingrata germinara otra cosecha?
Así los pobres se acostumbraron al hambre. Esos hambrientos
que vemos err^r melancólicamente por delante de las cocinas y los es-' caparates de hotel y ultramarinos, obedecen inconscientemente a la moral de la resignación, que tuvo razón de ser en la época en que el
destino ciego hería al hombre de un modo irreparable y fatal. Esta moral no debe existir en una sociedad de abundancia y al lado de
hombres que han escrito la palabra "Fraternidad" en todas partes y que no cesan de ponderar sus sentimientos de filantropía. No obstante resulta anacrónica esta moral, el numero de desgraciados que se de
ciden a alargar la mano para tomar la comida expuesta a los ojos del transeúnte, es insignificante todavía; y es que la debilidad física pro ducida por el hambre aniquila la voluntad, destruye^Ia energía y ma ta toda iniciativa. Es verdad que la justicici actual es bastante míís severa con los que se atreven a robar un pedazo de pan que lo era
la antigua justicia con los ladrones y asesinos. Nuestra moderna Temis ha puesto un pan de trescientos gramos en la balanza y ha con venido en que pesa tres años de presidio". (Reclus dice esto, en Fran cia desde luego, pero tiene sus semejanzas en todas partes,) ' Imaginaos esas carnes ateridas por el escozor de la lluvia; caldeadas por el fuego enervante del sol, estriadas por la mano implaca ble de la Necesidad. Esas miradas, mezcla justificada de hambre, im
potencia y quizás hasta de odio y rabia al pasar frente a los escapara tes de IdS tienda o frente a las casas acomodadas y ver que mientras allí se sobra todo, a ellos les falta todo. Envidiando hasta a los pe-
t ros vagabundos, más ofortunados al siquiera encontrar en los .recep táculos destinados a los desperdicios por la Sanidad, algún hueso que roer, al^'úo mendrugo que masticar. Y esos seres, son los que hoy no cometen otro delito que el de pedir aumento de salario; ni siquiera pi. den pan porque el pan ellos lo saben fabricar ccn la fuerza de sus bra.. 20S y amasar con el sudor de sus frentes. Miré-noslos con lástima y ca riño, pues de nosotros, el que más o el que menos no dejará de tener algún fauiiiiar o alguna persona de sus aprecios paclecieodo bajo la Maza enorme de la Desesperación. Y cuando se levantan en huelga
pacifica, mejor socorredles,. porque ellos no piden nada injusto. Sólo exigen el razonable pago por su trabajo. El obrero, bien pagado," coom es humilde, es el que menos molesta a la Sociedad y a la Ley. De
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allí quesea ta» doloroso coiiSetnplar cuando un representante de Astrea usa el poder de que se halla revestido para atrepellarle. <L/a huelg-a, o mejor dicho, el espíritu de huelg-a tomado en el sentido más amplio, tiene inmenso valor en el movimieito progresivo
de la humanidad, más que por ninguna otra causa, po'r la solidarided que establece entre todos los defensoras del derecho > (Reclus, ob, cit. pág. 1Ü9,) Recordad la Cofimuíie de parís. Recordad la terrible tra*
gedia de Chicago; aquellas ocho víctimas que se llamaron: Augusto
SpiesfiVIigu^l Schwab, Oscar W, N¿ebe, Adolfo Fisher, Luis Lingg, Jorge fíngei, Samuel Fieiden y Arturo K. Parsoas. La plaza de Hay market, convertida en un escenario de luto bajo el macabro espectá culo de trozos d'e paredes despedazadas y de latentes nervio» desparra mados, y de cuerpos inertes aniquilados, y de seres moribundos hen
diendo coa sus ayes de dolor les enlutados contornos, víctimas de la terrible dinamita; y Luis Lingg, de los acusados, sacrificándose en
la prisión; y Fisher, Spies, Engel, Parsons, suspendidos del cuello por el verdugo como un racimo de réprobos;y aquellas esposas de Fisher y de Parsoas, la madreyy la novia de Spies, Van ZaucU, iimndaiido con sus lagrimas las baldosas de la celda de su ser querido...; y luego H reivindicación de estos mismos desgraciados hombres victimaste
la Iniquidad Recordemos también esas muchas víctimas que a diario registran las crónicas, acaecidas en los talleres, y si eso no es suficiente, pensemos en esos tristes huérfanos que quedan sin pan, Sin abrigo y sin amparo, mártires ignorados, y elevemos nuestras al-
nias a Dios, roguemos a üios por los que han sucumbido en las tragedías que en Puerto Rico han llevado el luto a los hogares de Vieques y,Ponce ^ ^ _ . Sean nuestras autoridades más comedidas; los hombres del ca pital más piadosos y quiera el cielo no nos reserve/el porvenir más Juctuosos y terribles resultados,
porque el pueblo oprimido por la fuerza y acosado por el hambre, es una bestia indomable, y sería dplorosísimo el ver en Mas límpi das pagimas de nuestra historia, una mancha de sangre y una sombra de luto
Pero, basta de Introducción,
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Los Cuarenta Centavos
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Semanales
la Central se ha ordenado el cobro de cuarenta cenia-
vns semanales a los que habitan las casas nuevas que se han hecho donde llanaan «San Quintín.>
Creemos que la Gudiiica no teng-a necesidad de esos míseros
cuarenta centavos que le quita a un trabajador que gana tan mezqui no sueldo, salvo sea para desquitar el quince por ciento de bonos, Esa es una forma indirecta de sacar del misnio cuero las correas.
(Edición del 26 de Noviembre^ 1917.)
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ediciones pasarías rte este periódico, publicamos un suelto, I^ en el cual denunciábamos el liecho extraño de que, por la Guáqica Céntrale, seg-ún el rumor público, se cobran cua
renta CENTAVOS semanales, a los trabajadores que viven en la ba. triada denominada "San Quintín." No sabemos, si en las demás, de reciente construcción también, como en aquélla,se acostumbra i^ual procedimiento, pero, para mues tra, con un botón basta.
Considerámo" abusivo este procedimiento, porque, seg^ún tene mos entendido, esa barbaridad se acostumbra n pobres infelices que con miles trabajos ganan el mezq* '"o jornal de sessnta centavos. Nosotros, no podemos pera. -- "ílenclosos ante este cruento
proceder, sino que con toda energu lamos duramente con el Látigo de ;
mos nuestra fusta y flage :onsciente crítica.
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LA ESCLAVITUD BLANCA
La Guájíca Céntrale, hace ya tres años, viene muy oronda ofreciendo y dando un tanto por ciento a todos sus trabajadores; esto desde luego, como una carnada para embaucar a los oprimidos por. torriquenos, que tan mal vivimos en Puerto Rico, es mirado como
una bendición del cielo, y hay quienes aclaman con alabanzas inaca. bables, la justicia de tan magnánimo paso. Pero, en viata de que aquí lo que pasa es, que se les quiere apu ñalear a los trabajadores con un puñal florentino, allá vamos a de mostrarlo.
A uu pobre trabajador que gana sesenta centavos diario, le cobran cuarenta centavos semanales. Atendiendo al quince por
CIENTO que han de darle, de cada esos sesenta centavos que gana, o sean $3.60 en los seis días, corresponden de premio nueve centa
vos por día, o cincuenta y cuatro par semana. Y si le cobran cua
renta, está aquí^demostrado. que al trabajador no le dan nada más
que Catorce centavos de bonificación. Ojnás claro, todavía: supon gamos que el trabajador tiabaja todo el año: a $3.60 por semana, ha ganado $187.20; de esta cantidad le corresponden $28.08; y como «n ese mismo tiempo ha tenido que pagar $20.80 de la casa, lio aqní que ese pobre trabajador no percibe nada más que míseros SIETR PE SOS VEINTE"^ OCHO CENTAVOS. De donde se deduce que, aquel pobre obrero, que a malos ratos
y a duras penas rinde su lal)or. ta" impíamente remunerado, lo hala gan por un lado, mientras de sus mismas costillas le sacan el impor te del prtMiio que le ofrecen. Y así, a este paso, in el 15; el 50 por eiento pueden dar, si ese
importe vuelve a las cajas de donde se ha extraído. Creemos que la Guánica Céntrale, si es que está inspirada en un espíritu de humanidad, como sf. les hecha, debe de aumentarle el jornal a esos a quienes les cobra las viviendas, o hacerlo con todos o con ninguno.
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¡Portorriqueños! Tened más entereza de carácter y protestad de esta^í sinrazones, y si no se accede, mnudad al infierno a vuestro
trabajo y a vuestros verdugos, que nadlf se muere de hambre des
pués de criado, pero demostrad que no ;e toleran las vagabunderías, v mucho mena»' por un simple mendrugo. Coged ese mendrugo, arrojadlo al rostro de los engreídos, y a Dios que reparta suerte.
(Edición del 3 de Diciembre de 1917.)
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Contra la Guánica Céntrale. Del lunes en adelante, y en efliciones sucesivas, empezaremos a
publicar una serie de artículos en contra de la Guánica Céntrale, tal como lo hemos ofrecido hace tiempo.
En n uestra norma de desenmascarar a los grandes, ahora toca el turno a es*"a Compañía, y allá iremos.
(Edición del 8 de Diciembre de 1917.)
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Contra la Guánica Céntrale Esta Compañía Azucarera, la más Poderosa en Puerto Rico, se Burla de las Leyes y Luego le Saca el Jugo al PobreTrabajador Nativo. I.
EN nuestro editorial del lunes, 3 de Diciembre, probamos, so. bre la base de los núrneros, la ning"uiia eficacia del decantado tanto
por ciento, con que la Guíínica sugestiona a sus trabajadores, J que no otra cosa es que una manera habilísima de matar cualquier - inten tona de huelga, pues para eso, establece las condiciones de que, esa
bonificación se hará, siempre y cuando que no haya disturbios interrumpan ia buena marcha de los negocios de las compañías
South Rorto Rico Sugar Co., Russell & Co, y Central Fortuna.
LA ESCLAVlTaO BLAKCA
27
De modo, que la Compañía, por medio de la firma de Mr. Max-
well, Vice-Presideote y General Manager, ha puesto una loza de plo mo contra cualquier tentativa que pudiera tener lugar, en beneficio del mezquino jornal de los trabajadores. Pero, es que, no es solamente desde el punto de vista dél traba jador.
Aquí, la nota característica, es la que se refiere a la cuestión
étnica, a la relación que existe entredós orgullosos rubios del Norte y nosotros los Portorriqueños, los tostados del Trópico.
Aquí, según se acostumbra por .todos los americanos que vi ven en esta Central, miran a los portorriqueños por sobre el hombro, como si fueran menos, en cambio, para enriquecerse a costa nuestra, para aumentar las entradas a sus cajas, para eso son buenos les por torriqueños, donde a un paisano le pagan con sesenta centavos en el mismo puesto que a un continental le pagan cien o ciento -cincuenta pesos. Se dan, hasta los casos, de despedirá un portorriqueño que gana setenta y cinco dollars y lo sustituyen por un muchacho, con sincuenta o sesenta centavos,
Y advirtiendo; que en ese mismo puesto, si ponen a un ameri cano, a éste le pagan ciento cincuenta o doscientos dollars.
Y así es como se viene procediendo en la Guánica Céntrale con tra los portorriqueños, no obstante la Ciudadanía que nos ha conce dido el Bill Jones; no obstante estar considerados al mismo nivel de los hijos de Washington. íjPero, así, en plata, se acostumbra en esta Central, sin que a la fecha haya habido una voz de protesta.
Pero nosotros la damos, y seguiremos en ediciones próximas. (Edición de 10 de Diciembre! y sucesivas.) ..A
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iíN la actualidad, los hombres que por trabajar diez horas,
percibían un peso veinte y cinao centavos de jornal, hoy, coa motivo de la Z:itra. trabajan DOCE HORAS por el mismo tipo. De modo que, si por DIEZ HORAS ganan $1.25, y por doce horas la misma cantidad, la hora, que a $1.25 sale s 2V2 centavos, al
trabajar diez, si trabaja doce, entonces le sale la hora 10 li6 cents. Supongamos que este trabajador, a eate paso, trabaja los seis meses de zafra, para recibir su bonificación, sobre el tipo de $1.25 diario o S 37.50 mensuales, que arrojan en los seis meses S225.00 ^ue
k dan un 15% de $ 33 75; pero, trabajando doce horas en vez de diez,
ror e! mismo precio, el trabajador se vé gravado en dos centavos y
Sesenta centésimas al mes, que en los seis meses de Zafra son tres pe
sos setenta y seis centavos, veinte centésimas, que deduciéndolos de los S 33.75 de bonos, le vienen tocando, $ 29.09.
Esto es a cada trabajador, y en carrera larga, o sea, en cien
tos de trabajadores, henos aquí a la Compañía, sacándole a cada tra» bajador un poquito, como hace cualquier usurero, y así, con ese dividendo desquitar, aminorar un algo de sus gastos, mientras aquel es clavo está quemándose, expuesto a ser devoiado por una máquina, sufriéndolos insultos de cualquier jefe de esos charlatanes, déspotas
y malcriacos que suelen ser, cuando menos, algunos cuidadores de caballos, que aquí vienen tirándoselas de león pantera. El trabajador aquí en la Ensenada, tiene que llegar antes de la hora, el nativo, entiéndase, y salir después de labora.^ Muchas veces se le presenta una cuestión de urgencia, ya en la
familia, o una cuestión de él, personal que tiene que ventilarla duran te una de las horas del día; pide permiso a su jefe inmediato, y^se lo niega o concluye por darle el on y su carta de pago. Es más, se dan casos de que una persona, porque pida aumento de sueldo,la ame nazan con despedirla del trabajo si insiste, si no la botan inmediata-
I/A ESCLAVITUD BLANCA
29
mente.
Y los jornales cada vez son más mezquinos, ahora que, difícil
mente va un pobre a poder comer carne, pues que se la han encajado a veinte y cinco centavos.
¡Oh, nosotros quisiéramos vera Mr. Maxwell o a cualquier otro jefe g-rande, viviendo en un suburbio de esos, ganando cincuen ta centavos, con las habichuelas en automóvil, el arroz en aeroplano,
la manteca en zeppelín. la carne en submarino, y así sucesivamente, a ver si entonces él o ellos no se chillaban!
Entonces, a ver SI no se acabarían loa desplantes, sobre todo
del Sr. Maxwell, de quien se dice por ahí que ha manifestado no le aumentará el sueldo a ninguno de ios que ganan sesenta centavos, Pero esto, lo hacen aquí en Puerto Rico, mas, no obstante, la voz de la protesta seguirá en pfé, hasta que saquemos a luz todas es~ tas inquisiciones. Mañana proseguiremos.
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III
Se dice por esos mundos de Dios, que la Guánica Céntrale y el A juzgar por las apariencias, no parece muy desacertada la noticia, puesto que es U Hurocracia la que im^jera; es el »"¿ina(lo del Gobierno de puerto ilico, son una misma cosa.
Absolutismo del Dólar, el que gobierna y por eso, se dan la manó y
se besan y abrazan, los rep.resentantesMel Poder y los representan tes d'.d Dolar. Y si no, veamos:
Ante el Senado, han llegado quejas y datos, respecto ni mal
trato de los portorriqueños en la Central íioDlíltmf de Santo Do* mingó. Nuestro Alto cuerpo Representativo, ordenó al Gobernador de Huerto Hico mandara un Representante del Departamento de
Agricultura y Comercio, con el fin de que practicara juná investiga ción y así imformara, respecto de la verdad de los hechos. Y cuando se esperaba se procediera en esa forma, quí eá la que
• aconsejaba a cualquier persona de ^mediana capacidad, aunque nues tro Gobernador no tiene niguna, oués que como Representante de los Estados Unidos, es un fracasado; este Señor Gobernador, se dirige
oficialmente a Ips interesados, es decir, a la Guánica Gentrale, para
pedirle datos, o mejor dicho: En vez de oír a los-denunciantes y reunir la prueód, los echa a un lado, y trata de informarse con los propios acusador, quienes, es claro, no van a decir nada masque lo que les
conviene. Funciona el telégrafo sin hilos; Ensenada pregunta a Ro mana, en Santo Domingo, y; de allá contestan que no hay novedad, y así se traslada la noticia al Jefe del Gobierno. ;Oh. crasa vagabundería, tamaña desfachatez, descaro tan brutal!
Allí en Santo Domingo, se lleva a los portorriqueños como si fueran cerdos, a una pocilga, a un corral de hediondez y pestilencia. Ea Guánica. desde aquí los manda por su cuenta, para traba-
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lA esclavitud blanca
jar allá, pero en cuanto a hacer alg-una reclamación, no encuentran a quien quejarse, porque.seguido, contestan que allá en Santo Doming"o rigen otras leyes y la Guánica Céntrale no puede hacer nada. Más claro; se dá el caso de que se mata un portorriqueño en su trabajo, y cuando sus familiares se presentan a exigir la indemnización que or dena la Ley, entonces los familiares no encuentran con quien enten derse.
Así pasó con el joven Víctor "Rodríguez Segarra. Este joven, de aspiraciones muchas; Óuen hijo, qne atendía con religiosidad a sus padres. Se coloca en La Romana,"y un día es atra pado y destrozado por una locomotora. El hecho pasó, por la defi ciencia en que tenían allí la vía, en donde no se encendían ni los faro les de los switchefi, y mientras la máquina iba en una dirección, al llegar a un desvío coge la otra, donde estaba el joven Rodríguez, y allí muere horriblemente destrozado aquel joven digno, que valía más que todos estos filibusteros, verdugos |]del trabajador^ nativo. Pero, mañana proseguiremos.
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A la muerte del Joven Rodríguez, ímagínease Vds, cómo recibi rían la noticia sus pobres familiares, sus amantes padres.
Su hijo, que abandoió el calor de los autores de sus días; loa
enca.Ttqs de su país, impulsado por su amor al progreso que era mu cho, para venir a morir como murió, de una manera tan horrible mente trágica,
El padre, después de sufrir los primeros saetazos del Dolor, pues siempre, como Ley de Consolación va entrando en nuestro sér un rayo de Conformidad, que es el Rayo de Dios tocando piadosa mente en nuestras almas, el padre, repetimos, presentóse 1jn día a Mr* Lowry, con el objeto de ver qué se había determinado allí en la Oíicína de la Guánica, respecto a la muerte de su hijo, Y,¡oh, sarcasmo!¡Oh, barbaridad de quien no siente ni sabe
apreciar los dolores de un padre por la muerte de un ser querido, pe« aazo de sus enti añas!
Mr. Lowry le sale ofreciendo al papá de Víctor Rodríguez, la pobrísima cantidad de TREINTA PESOS, los que el padre rehusó, pues él no era el Judas Iscariote que vendió al Cristo; él, no iba a vender su AMOR de padre por treinta miserables monedas, y cou ca rácter y acertado gesto, rehusó aquella limosna, Y aquí, cabe decir!
Si la Guánica Céntrale expodtáneamente, por la vía pacífica,
ofrece una cantidad como indemnización de una persona muerta ea **La Romana'^ tácitamente se demuestra que están relacionadas es« tas dos Compañías, de una manera íntima, en la esfera de sus nego cios.
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_ Y así tiene que ser, cuando se mandan los hombrea a Santo Domingo, por cuenta de la Guánica.
Pero, sigamos hablando más de los asuntos de la República hermana.
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El dL=« 10 de febrero del corriente aiÍD, se declaró un violento
incendio que dur6 alrededor de veinte días, en el sitio denominado "Campo Alegre," Tablón número 18. en "El Hjg-üeral", cujo meen,
dio se propatro a los montes y llevaba trabas de no acabnr. Entonces, los .Jefes de Roiiifirifif auxdiados por las tropas americanas, en? tr.iion a obligar por medio de la fuerza a los trabajadores para e.xtin*
guir el sniiesbro, con tanta violencia y opresión, que, a aqu'ellqs que
quedalian ^ilgo^rezao-ados, se les liacíi avanzar a palos, como pasó a im pprtorriquerÍT de nombre Vlarcelino.
La persona por quien hemos sabido esto, recibió también una herida en ün pie, y tuvieron que llevarla al Hospital, mandándola lueg-o para acá, donde la conformaron con diez pesos, y no le han da do mas trabajo, porque el hombre quAió inútil. Allí tienen Udes. a un hombre que se sacrificó por los intereses
de la Compañía; se expuso a perder la vida, y ha recibido, como pag-o, lo del perro del sermón. .
Y aquí mismo, ¡cuántos casos de esta naturaleza se han dado! ' Un trabajador sufre haridas, lo llevan al Hospital que parece un chi, quero, V seg-uido cualquier j'efe se convierte en juez, para tomar de
claraciones; le hacen firmar al paciente, aun b ijo los efectos del Do lor, e.sto, si no se encuentra bajo la acción del clorofarnia, y lueg-o le
dan veinte reales, tasánciolo ni más ni menos que como a un cerdo, y , le ofrecen, .para conformarlo, o mejor dicho: para encañarlo, darle trabijo todo el uuv. Pero estas son promesas de mujer, de vida ale gre, porque a la. mejor del tiempo, y después que ha pasado ?! perío(lo presento por la Ley, para .exigir indemnización, aquel trabajado^ es despedido a caja |dest¿nipiada, y ahí tenemos el principio de la vi da de un meudigo; d? una vida de miseria, ¡sabe Dios si hasta del Crimen! porque si aquel hombre tiene esposa, tiene hijos, no puede permitir se mueran de hambre, y tendrá que arrastrar su vergüenza, empujado por la DESESPERACION.
¡Oh, Infamia! ¡Oh. Maldición! ¡Sí será que estatáos vivien- ' do en el Imperio de la Canalla!
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Y la Centra! después que se'burla de! público tan descarada* mente, con mayor descaro se burla del Gobierno.
De I9I4 a 1917, introdujo .esta Corporación alrededor de 392.411 toneladas de cana, pagando al Tesoro de Puerto, 1-47,796.05
como tributo, a $2.20 y $3.00 por tonelada, ' Y coa esta manera de burlar al Gobierno, tenemos que un pro ducto dominicano, que es de suelo extranjero, sa elabora en Puerto Kico y luego se embarca como producto portorriqueao, ahorrándose esta Gcrporaciíón jaiba, el pago.de los derechos aduaneros
Y, así es como el tanto por ciento que le dan a los trabajado res, es lomismo que debieran de pagar como tributo al Estado, pero, mañana proseguiremos»
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•r~\ £2* MODO, pues, que'el anuncio, el tan decantado aguaje del I )CLtnnto por ciento, es un engaño, una falsedad, una ratonera. Nusotro> conocemos a la Guánica Céntrale, desde el ingenio donde estim molinos, y los demás Departamentos, como Taller de Carpintería, Taller Mee? nico, Depósito, Tráfico, $anta Rita, María Antonia. Limón. Fraternidad y Cinco Hermanos, esto es, lo corree-
pondiende a erita jurisdicción. Todo este capital tiene que valer muchos miUs de dolares, y en cambio, es la Secretaría de Puerto.Rico, se registra la Soutli por to Rico Sugar Company, con un capital autorizado de (300,000.00) TRES CILNTOS MIL PESOS.
Ahora, nosotros preguntamos; ¿Ruasen & Company, Central Fortuna y otras subdivisiones, partes de este t5do, cómo fi guran erí el Gobierno, en que forma se han inscrito?
La Corporación es un Trust poderoso, y por eso puede hacer lo que le da la gana.
Se maltrata ajos trabajadores, de la manera mas inicua; se Íes trata sin consideración, pues hay jefe allí pasado de que lo ahorquen por la forma tan despótica e inhumana con que trata a los peones. V un peón de estos, no tiene a quien quejarse, no encuentra quien le defienda, porque hay allí americanos que manejan muy bien el español, pero cuando les vá a hablar un trabajador, le contestan en
inglés, se hacen que no le entienden, y así continúa aquel infeliz; co mo Prcmeteo. amarrado a la abrupta Roca de la Desesperación. En la Central se trabajen doce horas, por el mismo tipo que se trabajan diez.
V. amigos míos, si esto no merece la más acerva censura; si es
ta conducta reprochabilísima no merece que se fustigue cou toda la energía de que se es capaz, entonces, rcduzcáraosno los portorriqueños al más completo silencio, renegneraos de nuestro desaino, maldi» /
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gamos nuestra suerte, protestemos de nuestra vida y recriminemos hasta a Dios,
Pero, no es posible.
Si con orgullo ostentamos el nombre de portorriqueños; si es
verdad que por nuestras venas corre sangre noble, no sangre de ple beyos. levantémonos frente al Acaparador Exótico, al Verdugo de nuestros intereses, al Bárbaro de nuestra dignidad económica, y de mostrémosle que somos caballeros, leales, sinceros, y enérgicos, para rechazar^con valentía el duro azote de elevosa mano.
Nosotros, que en esta Gran Conflagración en que se vé envuel ta nuestra Metrópoli, vamos a corresponder generosamente con nues tra sangre, con el fin de salvar la Democracia Universal, defendiendo
al Aguila, del Potoraac para que extienda sus alas poderosas y cobije pueblos libres y progresistas; lio^ que se nos ha.elevado a la catego
ría de ciudadanas de la Gran República, levantemos nuestra frent^ y si no se nos atiende, si no se nos considera, lancemos el Salibazo del Desprecio y el Insulto, sobre los infames y desalmados que vienen a
enriquecerse con el sudor, con el honor, con la vida del pobre portorri
queño,
Pero, el lunes proseguiremos.
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PROSIGALOS. , - ' Y empecemos.por hacer UM l>reve paréntesíp,
con motivo a ios cí'Oculo^, respeto del jornal de loa trabajadores que hiciéra mos en ura de nuestras ediciones anteriores, por haber visto que es taban equivocadas en corjtra nuestra.
El trabajador que ^ana Si 25 por diez horas de labor, le sale la hora a 121'i> centavos, y si le hocen trabajar DOCR horas, henos aqíjí que al tral)aja(ior se le roban veinte y cinco centavos diario, que al mes son SIEPR RBSOS Y MRDIO, y en los seis meses de zafra CUARENTA-y CINCO PESOS. Ahora,
veamos.
A S 1.2'5. ífana el mes, S37.50, que en los seis meses de Zafra, íja ganado .S22S.OO. que de bonificación le corresponden 333.75. Y, si al concluir la Zafra, a este trabajador lo han burlado con el inrporte de cuarenta y cinco pesos, de su trabajo, de h» que verdaderan ente le pertenece, de lo que tiene derecho a ganar, ])orque. para ello consume'allí sus energías, sus fuerzas, su actitud, y a nombre de un tanto por ciento, le vienen con $33.75. todavía laGuánica le debe a aquel obrero, la cantidad de ONCE PICSOS VEINTE Y CINCO Cts.
Y así, soi'ire la base de los tiútneros, demo.stramos al ¿.r. Maxwell a fste pequeño Kaiser de estas latitudes, que su tanto por cien to es un engaño, es una mentira, una falsedad, y estos trabajadores, Vuiblauclo en niuy buen español y procediendo como lo manda la dig
nidad, debe-i de coger el sobre de los bonos y arrojarlo a la cara de estos verdugos del trabajador nativo y acompañar a la acción ua
fuerte salibíizo que les impregne el rostro, pues más grande fué Cristo y le escupieron su faz divina. cáis.
Convénzanse, trabajadores- •' No hay redención para vosotros, si vos mismos uo la bus ,
*
,
37
LA ESCLAVITUD BLANCA
No hay que esperar aada de estos expiotadores. Es preciso que os unáis, que os preparéis, hasta convencerlos que vosotros sois los fuertes, puesto que sois los dueños del trabajo. Sin vuestras energías, Mr. Maxwell sería nadie; la Guánica Céntrala sería nada.
Vamos a herir este^coloso en la frente, para que se vean las he ridas; varaos a extremecerlo en sus ciraientos, para que se sientan las conmociones,
¡Atrás, las vagabunderías! Recordemos que nunca hemos sido envueltos, ni en la ola de la
Calumnia ni en la de la Deslealtad, pero cuando se necesita, sabemos envolvernos en la ola de la Dignidad.
Puesto que se nos trata en tan malas condiciones, hay que presentarse a pedir loque nos pertenece.
No vais a hacer otra cosa, que reclamar vuestro pan: Parque es vuestro, y os lo quieren arrebatar.
Hay que tener civismo, y,^a es tiempo. Y, maaana proseguiremos.
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PERO, no se crea que, al hablar ayer respecto del jornal de $1.25. nos referimos a todo^ ios trabajadores, no.
Aquí, el que gana Si.25 es un rey, por la poca frecuencia con
que se grana.
Veamos tam4)iéri, a loS de cincuenta y sesenta centavos, a quie nes tan canalieíicamente consideran sus parejeros jefes.
Un peón de sesenta centavos, por diez li iras, le sale la hura a
seis centavos, y ai trabajar doce, con motivo déla zafra, le quitan diariamente DOtlE centavos, que !e representan S3 60 al mes, 3'" en los seis meses de znfra, S2Í.60. ^ si a este honibre, que ha ganado SIOS 00 en esos seis meses, ".e dan de bonificació i SIG.20. todavía la Guánica le debe S5.40 de lo.s $21.60 que le va distrayendo, en relaciona sus horas de trabajo. Y si resulta que este trabalaaor, de los que ha pagadi", durante ese mismo tiempo, S9.60 por alquiler de casa, to davía tenemos en su contra, alguito más que son $15,00.
Vease, pues, como aquí el trabajador es un verdadero esclavo. En Méjico, en el Estado de Yucatdn, un americano, Mr. John Kennech Turner, publicó, allá por el 1908 en el Amo. icdiy JMotffO,sus observacm;iGS respecto a la esclavitud de Yucatán, donde .Lo.s ttOAfen del M<fffitey^ tienen en sus manos e* 1 manejo de
la ma.juinaria política de] Estado, el que hacen funcionar a su gusto y antojo.
Ni ihás ai menos que lo que sucede en Puerto Rico, pues a^uí el Gobierno está controlado por laa corporaciones, como la de Guaní, ca, y de allí ¡o que acabamos de ver por parte del Goberiin-dor, vetan do la Ley Compulsoria de Indemnización a los Obraros.
_
Así es que, en Yucatán, donde los trabajos se hacen con itulios importados de Sonora, chinos e indios mayas, allí viven esos trabaja dores como esclavos, disponiend > a su antojo, Los lieiies del Ju£tde las personas de aquellos hombres.
LA líSCLAVITCD BLANCA
Y, en resuman de causas, qué ventajas les llevan a los portorriquenos que trabajan bajo las órdenes déla Central, ya aquí, ya en Santo DomiiiK'O?
A l^a ICoiliaii:», van los trabajadores, con solamente un cer tificado de vecindad,* que les da ei Alcalde de Guánica, pero esos hbmbres estnn oblig-ados a no regresara su país, hasta después de tres meses. Pero, para hacer esto, he aquí lo que tienen que hacer: Un viaje de Ln ICoiis.'ikíi a la Capital de la Repúbli ca, en la g-oleta Estrella^ ida y vuelta, Los retratos de los pasaportes,.,,
Sl^t.OO 2.0U
Por llenarlos pasaportes, Comida y cama, durante su estancia en la Ciudad,
,2.00 s
5.10
Viaje de la Capital a la residencia del Ministro* para re coger su firma
O.SO
Tres días de viaje, que son tres días de trabajo que se pierden, que a un carpintero, por ejemplo, que g"ana S2.25, le sale la chanza en, \ TOTAL
6 75 $20.05
sin contar otros gastos que también sé originan.
Y'i por esto, se verá que los portorriqueños en Santo Domingo, no viven en ninguna gloria, ni cosa que se parezca.
Hay un hos()ital completamente descuidado, en donde los en fermos tienen que pagar la comida, en muchos casos, para poder ali mentarse, y de noche no hay asistencia, de modo que,cualquier iiecc* sÍJlíld pepeiilori.i de un naciente, tiene que realizarla hasta en e' mismo sitio en que se encuentra o de acuerdo con lo que su estado de salud le permita; ahora, imagínense ustedes el cuadro. Allí se ha dado el caso de un triste cocolo, que trajeron al hos pital de.sde el c^mpo donde trabajaba, tirado en un vagón, lo dejaron
al sol, pata luego llevarlo al li jspital, 7 se murió al otro día. Aquí en la Ensenada, hace días, cayó un pobre hombre, con una fuerte hemorragia, frente al Hospital Americano, y por no pres tarle allí los auxilios médicos, tuvieron que esperar a llevarlo al Hos pital Portorriqueño, donde lo atendieron. Ya ven. pues, nuestros lectores, como estos hechos se relacio nan, se semejan entre sí.
Respecto a lo de Santo Domingo, en L(l ICoiiraiia hny uu Vice-Consui con órdenes del Jefe Militar AmiTÍcano para qne llene
los pasaportes, y no lo hace, y la afluencia a ¡a Capital, es tanta de portorriqueños, que el Ministro ha llegado a preguntar las causas, ex. presándosele que ED MAL TRATO, ER POCO JORNAL y LA CA*En la actualidad, v por orden d Gobierno, tienen que sacar pasapoite.
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R. VAR
40
DRÍGCEZ
RESTIA DE LOS ARTICULOS.
Todos esos datos, que los vamos obteniendo de amigos que nos merecen entero crédito, y otros que tenemos e iremos publicando, son más que suficiente comprobatorios de la NUEVA ESCLAVI TUD a que nos tiene soaietídos la OH IC/% 4'líIVX 15/^ K, a
pesar de que la Ley Jones lo PROHIBE .TERMINANTEMENTE. Y, mañana continuarenios.
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VIII V
• H AY que añadir más sobre lo de Santo Domíng-o. llevado portorriqaenos para hacerlos policías oué
según nos dicen, están resultando unas PI^UMITAS.
Se dejan decir nuestros paisanos que vau a civiizar a los hiios
de Quisqueya, y en la practica, lós portorriqueños son.allá, igual que
bodnc'nos
tanto con los dominicanos como para los
viliv^rT portorriqueños, si ellos dicen que han ido a ci vilizar a los dominicano®, están muj*que engañados. \
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lachas, intestinas de aquel vecino país lo
^sea ^'tuación en que se encuentra, eso NO SIGNIFICA que FALTapolítica DE CIVIUZACION, no, pero porque n. K tener la suya propia del Descubrimieiito, pues para ello cuenta cuenta conaun el desde gesto antes mable de Laonaboy la sublime inspiración de Anacaona.
conoce a Enríquez y Carvajal, una de las mentalida-
des tnas castizas, no de Santo Domuigo, sino de todo el mubdo latiuoamencano; al gran escritor Fahio Fiailo; a la incansable Rosa SmesTTiG^i P'"tór Duis Desaijgles; a Jos jóvenes poetas Primitivo Herrera Wr^lP^ÍTi? Santo Domingo cuenta lectuales de talla, que figuran e" primer orden, y un país quecon estáinte-' en esas condiciones, no se puede ir a CIVILIZAR, y mucho menos norlo rnquenos que van alquilados, como otros tantos suizos o hcssiauos a
servir por lo que se les paga.
« "«-asíanos, a
i, charlatanes portorriqueños, péones de los americanos han,.ido dándose a Santo Domingo, se^n' porque lo que vauese es apistazo servirallá de instrumentos a estosmaldecidos buitres acaoaral dores; a servir por treinta monedas, como unos miserables, mieu^ms según nos dicen, maltratan a dominicanos y portorriqueñis '
Y todo esto, es obfa de la Guánica Céntrale que, para eso es
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42
J,A esclavitud BlAIfCA
aae utiUíJan a estos porteniqueSos que no saben apreciar su dignidad ni ver el papel tan tristísimo que están desempeñando. Nosotros podemos iretc., a vivir dominicanos, losnocubanos, con los venezolanos, perocon paralosfraternizar con con ellos, pa
ra lirárnoálas de superiores, puesto que no »o somos^ ^ -Por Qué Mr Maxwell no se lleva para allá a estoa americanos
Que co¿o Mr. Burns; se las tiran de tan cajas con los portorriqueños? lAhi porque allá, con los vales dominicanos ha^ que andar en
otra forma y les quitan las guaperías a ese y a cualquier nitster de r'aue entre todos estos americanos, sobre todo por sus princU
pales jefes?hay una separación grandísima, contra todo aquello que
sea por^ornquen^^^
y mañana continuaremos,
pues I4 labor es larga.
^ *
* PORQUE aquí, desde la fundación déla Central, existe una
marcadaXiión: una separación maniGesta en re portorriqueños y Tmencanos. por ¿arte de estos últimos, que no tiene npmbre.
Hay hLpital para los americanos; sitios especiales para los
americano^»; cuíl par"; loa de\ p" portorriqueño , Que se atreva arrimarse por esos sitios del privilegio. Y esto hermanos portorriqueños nos moja la ropa
..
Porqn¿ nosotros no vemos la raaón que pueda asistil a los Ru. oro es»r\<!iineriores a los Tostados del Tropico
,t
Pero°cst'i.Ldos lectores, aquí existe ese defecto, y hay que se-
'preml'perlL continúe co^^
Poeta: .
La Vergiiertza Del Ultraje Y es Gue aquí se ve. por parte de los señores continentaleB una
• den,e.oí-rof.írtn de odie Vladeatención, desprecioycontra nativos, que palmaria ¿rosamente creemosloaque para eso,
ui hh^srentrad^ t"«ofal no fué que hi V j el
'General Miles del a esta bahía; Histórico cambio de
J^branU^Vp^rre'srnoTu^ron vertidas las palabras del mártir y querido presidente McKinley. ^ ^ ,, 1 • « americanos,de aquellos luminoRecuerdeu fa mhíén estos señoresDeclaración la Independen-
sos af 1776, cuando dicen: admitida la IGUALDAD DE LOS HOMBRES como OBRA de la Naturaleza y como DON del Cre-
^doísuprem^el derecho a la vida y a la libertad para obtener la fe.
licMad De ¿odo que, si en los orígenes de vuestra Gran República, cuando os encootr.dbais bajo las garras del poderoso Leopardo Ingles; á
R. YAR DRÍOüEa
j •os ►•rtrtMfráhnw ultraíadoB oora laconsiderabais Bota de «To/wt B'mWí lecuando "Lf nuetito a todoa los oshomvantásteis y DON del Creador, ¿cómo es que bes, -stáo en la cumbre oel poderío político y comercial:
ahora Vdes.,
® ,
noderosos, cómo es que os atrevéis veniros
fbJr^a^re'los'portorriqueLs? ¿CÓmo violando, es que venís despreciar a bufiar ae P" creeros suDeriores, asi.aprimero, las .los levuestra Carta De-
claratorm de vuestra Indepe^n^ ¿For que se na i
fi-usleri^a de
veuas esa pedauterfa.esa ,
nortorriquenos hemos sido prime-
cuLdo aun débiles, érais acosados,
ros en ^efaender vuestra Baodemc^^^
recordáis, ¡ iugratosi, ol-
perseguidos por los hij^os de iog niciembre de 1776, el Rey Carlos viíladizos, j iaVd'tnísi<5n en todos los puertos de las Indias,
^Ti'Yutimó'a iendicióu., peroles .y les intimo la renal p
raayagüezános tomaron a haciendo empeño embarrancarloe,
a ^rr^la^ripn^ición y enirbolando en entonces ambos buques Baudera BlancTcoo la Cruz de Borgoña. emblema de la lanacouahdade^panolaP^te
protestó déla conducta del vecindario,
j»i Teniente a Guerra,lo participó al Capitán General,y éste con»
, JXndo Ta conducta L los Vecinas, mantuvo el derecho de attlo que la bandera (Hist. de su Bey e rucias y marcharse. de P.concedía, R- por Brau, Pags. 187, 188 y 189.) Ya ven señores americanos, que siendo ustedes débiles, y s.eo-
do perseguidos, los portorriqueños o» dimos hospitalidad y os defendimos.
Pero, el lunes pros eguiremos, ooo
SEÑOR Maxwell:
S os porTos años 1864, cuando en el pensar y el sentir de
nníorriüueños soplaba fe l aura reivindicadora de las libertades pa iriarcuando. con,el corazón herido por el dolor que sentíamos al teJpr míe rebelarnos contra la Bandera de Castilla, con el corazón, mas herido, aun, porque nos veríamos pisoteados cobardemente por la Planta de la Conquista; nosotros escribíalos .o siguiente. <Ea compañeros, vamos al combate;
X. ' '.i*
LA esclavitud blan-ca
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■ síhonor, la-Patria a defender paz, contento el corazónnosnollama; late, la guerra nos dará fortuna 3^ fama; hasta la mar qne nuestra costa bate,
*
ondas escupe y a^i'tada brama,
que cual nosotros contemplar quisiera /TTPerlaPico, de lapqr gente Ibera> (Histonade Puerto Brau. pao.. 257, de El Poncerí.o.)
'lesarrnilado en iií'colo"
de una'^,n"ñe7a"crelTsSÍt\^'do'í^ cutían de una manerLS™ a poTASrkTf ba oir el orgulloso eco de protesta v de
deja,
los Houabres; Hoatos, Ruí¿ Belvis.ód'unor BaW '^1'',"^'='^ de ta, eran nuestros Fíeraldos- eran \L vor di ? Acoslo. ru^^idos del Huracán y'loTchiso^^osde'f .fie la Nube, y cual un ¿ío-uiia fflo-ante pTir.r^ii J' i^'ignetismo
abruptos pfcachos d e° 1 o s® A fd eT'"'fV," H
s=..7.=rr"£.rr,?a.^
isiHlSs~sS~r
iilililliigp Ssi:sr s.s~"s.Ss Hacemos, Mr. Maxwell. estas rápidas ojeadas históricas, para
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R. VAR DRÍGÜEZ
45
demostrarle á XJá. y a los que como Ud. proceden, que los portorri' queños no podemos ser despreciados ui maltratados por Uds., y noso tros, sentiríamos que en nuestros periódicos, se publicaran los épicos acentos del canto rebelde /%giieyiiub:i el Rravo, por ejemplo, porque nosotros tenemos un alto y elevado concepto del Democrático Gobierno de Washington
Hov. Señor Maxwell, ese Gobierno que tan dignamente repre-' eenta el ftonorable Wúodrow Wiison, nos pide nuestro concurso de sangre, y nosoiio^, generosamente, bravamente, lealmentey gallar damente, nos aprestamos al combate; nos apresuramos a formar par te del Ejército Salvador de la Humanidad, y oiga Ud., escuche Ud., Señor Maxwell, como de nuestros corazones se escapa el grito de ¡V fj/% OlJl'11516't! y apretamos el fusil en nuestras manos y musita mos el grito de la Libertad en nuestros labios, por eso, Mr. Maxwell. nosotros miramos con dolor
estas esce
nas -..ue tienen lugar diariamente en la Guánica Céntrale, porque no concebimos esa superioridad de que Vdes. hacen gala de una manera censurable y maliciosa. ,
El Portorriqueño es dócil, es humilde y es honrado. No somos las hordas vencidas y esclavizadas por Ponce de León.
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Pero, mañana proseguiremos. o^o
SEÑOR Maxwelh—
La Leyenda AdóralcA, nos pinta la caída primera del primer Hombre y de la primera Mujer, y aüí donde únicamente se noa ha en
señado una falta de obediencia, una debilidad imperdonable por me dio déla Madre Eva, otra falta más imperdonable por parte de Adam, al seguir a su campanera, y la falia mayor, q. fué la de la Ser. píente, obligan al Hombre a meditar y luego, al amparo de un juicio so, sereno razonamiento, encontrar, no una taita, en aquella desobe diencia, sino, al contrario: el desoir el Mandato de Dios, las dos primeras criaturas que (aceptando ese principio), nos ha enseñado la Historia del Mundo Keligíoso, Bignifica la protesta túcita;> el primer Principio de Rebelión contra lo Viciosamente Absoluto, contra la Li bertad Condicional, contra la Libertad Amanada.
Y el Hombre, entonces, al ser empujado al Desierto del MundD,
por un Dios encolerizado e implacable, enseñó a ese hombre el pri mer principio de Adaptación en el eterno, eternísimo Curso de la Vi da, que tah ajustada presentóse a la Contemplación y al Examen, al
rasgarse el Velo Tenebroso del Misterio. Y surgió, luego, el Sol Radiante de la Eternidad, fijo en los Espacios, mientras, en su Disco
leyó y Iee,el Hombre, la Seiiteucia de los Siglos, sin ninguna clase de
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la KiCLAYITCD BLANCA
distingfOR ni arhitrarieflaíTes. / R\ Hombre, ocupó la Tierra, pero antes, miró al Cielo. Y mi
ró al Cielo para consultar a la Estrella, porque veía ííetrás de las irra diacíones del Astro, el Míis Allá con que sueña el Pensamiento. Y
miró la Tierra, y la consideró como Pedestal para.sus plantas, Aspira
ción para sus necesidades. Y averiífuó las palpitaciones embrionarias de la Semilla, y el curso de la Savia por las entrañas del Planeta. Y en 'a Atmósfera, que el Aire henchía sus pulmones, y roba al Huracán las trenzas de sus cVines agitadas, y de! Kayo aprisiona las estelas de su Rúbrica. Y con la piel de un tigre cogido entre sus manos, hizo más tarde un gesto, lanza una exclamación y vadeó las Aguas, ^ cruzó los Valles y dominó los Desiertos, hasta que escalando los ele vadas Rocas, entonó un Canto de Triunfo, y sintió entonces ccómo de
Lo Oculto, najaba hasta El la Vez de la Anunciación de su Triun fo,puesto que era el Soberano de la Tierra Y, El, se bifurcó y desparramó en todas direccioties; tuvo el fe liz acierto de seleccionar entre las flores, las plantas y los anirua-
les; supo darles, imprimirles vida activa, de acuerdo con sus necesida des, a la Mfteria y saca el ' edernal, y la chispa que ya había visto dibujarse como un Ensueño en e1 Lienzo de los Cielos, taladró las ro cas; y preparó sus armas de ofensa, y sus primeras viviendas fueron
las grutas que trabajó con sus manos, y después averiguó que podía dár&"ele más consistencia a Ta Materia, y de allí el Bronce, hasta que
concluyó por averiguar las propiedades del Hierro, y. ya en sus ma nos. empuñó una Espada, que a través de los siglos había de brillar en la conquista del Derecho y la defensa de la Libertad. De modo, que el H ambre ha venido en línea progresiva, del eslado salva je al estado civilizado, y ha sustituido su amigo el'Maoiniuth, por el Autotnóvil, Rste t>rocesü ha valido el pa^o de muchos siglos; por entre ese
larguí«imo lapso, pasa y pasa, en sus formas varias, en sus aspectos complejísimos,y tienen lugar todas las formas de gobierno; se inven tan todos los principios, y todos a su vez, pasan, hasta dejar estable cido con mayor solidaridad, el principio Magno de la Democracia. Y, a los Dólmenes y a los Menhires, sucedieron Iss Pirámides de Egipto y de laKuhia; las de Choliila, Papaiitla y Teotihuacdn. y como una demostración gráfica de que la Wateiia, espiritualizada por el Pensamiento, eternizada por el Genio, también habría de CONTEM PLARLO, allí están las de Menfis, testigos oculares da la céle bre batalla del Gran Napoleón Bonaparte, en 1795, que significaba la
acción de la Espada, poniendo como testigo al Enigma para seguir en sus conquistas.
Pero el Hombre, con todos sus triunfos, con todos sus adelan
tos, necesita del Hombre; y cuando vemos que en vez de buscar la fa miliaridad, la unión, procede en sentido contrario, entonces, boy, so-
R. VAR DRÍGÜEZ
47
bre í-odo. se levanta el principio de apreciación, y la mente se preguu*
ta, interrog"a a la ílternidad, si este proceso ha tenido o tiene alguna importancia, o sí el Hombre es vencedor o es fracasado. Pero, Señor Maxwell: estas reflecciones son hijas del Entendi
miento, para llegar al Raciocinio, y, mañana proseguiremos.
^
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SEÑOR MAXWELL; ^
*
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.
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Lqb Americanos- al llegar a Puerto Rico, demostraron simpati
zar con los Portorriqueños, y seguidamente empezaron a facilitarnos todos los medios de desenvolvimiento que han hecho poderosa a la Gran República. r. r Por todo el País se ha desparramado el elemento Sajón, fratertiizanno con los nativos', hasta el extremo de jwrarse amor en el Altar
de Himeneo y formar un hogar, que es más importante todavía.^ Vemos a la mujer americana val hombre americano, aprendiendo nuestras costumbres o enseñándonos las suyas; eseuándonos su ipglé< y aprendiendo nuestro español, y con esa libertad que ha hecho famoso'al Gobierno que irradia desde el Capitolio de Washingtong, los portorriqueños vemos un ancho campo que nos ofrece las taás puras realidades, como corolario a nuestros ensílenos. En San Juan, en Ponce, en Mayagüez. allívése como se con
funden unos y otros, en la más fraternal delectación; allí está la Gentral Aguirre, donde portorriqueños y americanos se dan la mano, y
después que armonizan en el T<»mplo del^ Trabajo, camo los fieles en el Templo de la Fé, armonizan más y más en sus diversiones, y unos y otros se atienden, se auxilian y se protejan.
Pero, Señor Maxwell, desgraciadamente para usted y para no sotros, aquí en Guántca no.sucede así. ^ ^
Y, JO no sé. yo uo ve'o en qué fundíin ustedes esa parejería,
por no llamar otra co*^a. > ^ . Y, si fuéramos a deducir por lo que vemos aquí, imagínese us
ted, Mr. Maxwell, cómo trataríamos, cómo consideraríamos a los ame ricanos; pero, suerte que aquí es donde hay esa irregularidad, y por
eso es que contra ustedes, LOS HE LA GUANICA CENTRAL,tro namos sin ^descanso, protestamos con dignidad, sintiendo que en puerto Rico no hubiera más vergüenza, para que así se les diera a ustedes, los de la Central, una buena, provechosísma lección. Sí, por que mirando como vienen ustedes procediendo en Guánica, toda la prensa de la Isla debiera de hacerse eco, hasta demostrarles a Vdea,
que, de ningún modo, bajo ningún concepto, admitimos estas cosas. Aplaudamos, sí, cuando se necesite; pero, cuando haya que castigar desmanes de esta naturaleza, debe de liacerse, si es verdad que la Prensa obedece a su sagrado, sacratísimo Ministerio. No se di-
ri.
M' «
LA ESCLAVIrUD B1,a:íCA
43"
U'd
gra que el Cuarto Poder ^stá sugestionado, entretenido por los acapara dores no del Capital, sino de la Nobleza ele Sangre, como si ésto fuera un don coocedido exclusivamente a estos engreídos del Norte, que así proceden contra nosotros.
¡Asómbrense, lectores!
Aquí, en el Base-Ball^ hay un sitio para los Americanos j otro para los Portorriquerios, y el de nosotros que penetre en lo 4® ellos, vietvfi seguido un policía y lo bota de allí, esto, si no le dá SEiS ESTACAZOS y lo zamiia en la cárcel.
Un día que se celebraba un desafío de Base-Bai.!,, estaba cier to número de Portorriqueños en el sitio de los Americanos, y llega un tal 31i', Baran, y pof el hecho de SER AMERICANO, mandó a un
polizonte para que hiciera desalojar el sitio, y. el agente del otden^, que, dicho sea de paso, no conocía sus deberes, sino obedecerle a
- aquel engreído, procede inmediatamente, y aquellos nativos son bor tadüs ds allí de la manera más descarada, sufriendo wti público son rojo, un brutal atropello en presencia de miles de espectadores. En las viviendas se vé también esta diferencia. Los empleados americanos viven en casas especiales, donde disfrutan de todas lis co
modidades y van pisando sobre pavimento, desde la escalera hasta la Oficina de la Guánica; en cambio, en las calles por donde viven los nativos, no se puede andar, y sí llueve, menos; es más.' sí un america
no se casa con una portorriqueña, es vicio. Seguido es excomulgado por el Pputífice iVIaxweil, y ya, no puetie frecuentar ni su hotel ni su club, ni tomar parte en sus diversiones. De modo que, ya es lo sufi ciente para separarlo'como si fuera uu leproso, del que hay qué vivir completameute alejados. Y, esto. Señor .Maxwell, mirado como se merece por todos los portorriqueños, debiera de levantaar inmensas nubes de protesta, hasta llamaros poderosamente la atención y dethostraros que vosotros no tenis que,venir aquí con esos procedimientos; que aquí venís a res- ^ ponder a un deber, ya que mandáis por imperio de la Historia, y la cosa no es para mirarla con indiferencia, como se está haciendo al presente.
De modo, pues, que'si Puerto Rico es el Punto de ünión entre
Dos Continentes, para Dos Razas, y recibe el Abrazo de Dos Océa nos, no es para tratársenos como están procediendo aquí, en la G.iánica Céntrale,
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Pero, el.lunes proseguiremos. *
»
*
SEÑOR MAXWELL;— No sé por qué causas a ustedes, los de la Guánica Céntrale, les ha dado pOT patentar esa superioridad de pavo real sóbreles portoy.
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R. VAR DRÍGUEZ '
49 •
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rriquenos, puesto que no existe niguoa razón fundamental
No es una cuestión étnica, porque ustedes han venido a conví. Vir con nosotros y las COSTUMBRES de cada pueblo son muy distintas de los PROCEDIMIENTOS de cada pueblo. En ese servido, nosotros nos hemos adaptado a ustedes, puesto que bailamos el Oíie y nos afeitamos el bigfote; Vdes, se han adaptado a nosotros, porque bailan £a Hovinaiieita y les eusta el funche^
^
En la cuestión de razas, tampoco puede ser, porque allí está la que nos"describe a uno y otro pueblo, y nos habla res
pecto a nuestro entronque caucásico, y si vamos á seguir el curso y desarrollo de las razas, no podemos responder de la conjunción de los individuos entre 81, pues allí está la Historia donde al hablarnos de los origines de vuestro gran pueblo, después del Üescubrimiento nos dice del enlc.ce de un ingie's, Juax Rolfh. con una india, Pocah.jntas; V aquí en Puerto Rico, un español, Cristóbal de Sotomayor,
sostiene relaciones amorosas con otra india. Guanina^ lomismo que Cortes con Marina, etc.; de modo que, en ese punto en que el alma
humana ha respondido a las leyes de la Pasión, hemos venido noso tros pasando por ese Crisol, y nadie puede responder de la verdadera o fatua cristalización de sus glóbulos-
Usted mismo, Mr. Maxweil, sabe el cosmopoUtÍBmo de vuestro
país, donde han ido a converger todas las razas de todos los pueblos, y esa es la forma en que se ha levantado ese colosal edificio del Puel
blo Americano, que ccnocemos con el nombre de Estados Unidos de América.
Ya ve, pues. Señor Maxweil, cómo eo ,ese sentido Vdes., loa americanos de la Ensenada, no tienen que despreciarnos a nosotros. *
»
*
Mr. Bnras, un americano que ha vivido mucho tiempo en
Puerto Rico, se cree un elegido de Dios, y trata a los puertorriquenos, ni más ni menos que si fuéramos salvajes, y nos tiene el despec tivo mote de
Y este Mr. Burns no sabe, que estos pálidos tienen sangre roja y caliente hasta en las uñas, y si noi fijese como van eutonando un himno de victoria para empuñar el fusil y defender la Bandera de las Franjas y las Estrellas, contra el militarismo teutón; br. Burns, y tenga en cuenta que los pálidos, los descalzos-, estos a quienes Vd. con tanta changuería, trata de ridiculizar, sabrán honrar la Bandera que el mismo Sr. Burns amará porque con e'sa Bandera está el nombre de Puerto Rico el que llevamos eu nuestros 'corazo* nes como la más venerable reliquia.
i íkLlx.
5^ »
\ ,-'.1 50
LA HSClAVlTüt. EL^KCA
. Vd., St. Maxwell. cambie
leL^pagArseTes;
Un LomlrTporque da.l'lumluit^Wc^P^Sos;,..
r"munVrld6n"fu"a¡.íc^o PO. .nu. S.. muu.ples
ramificaciones. ■ Nosotros, en
ac„nto Sr Maxwell. tenemos que abarcar asunto i ^
todos los puntos
«alta a la Vista, prm-
Goáaica Central,
^ "l
donde cortar, ÓO podetnos pres-
^ciíídirtinÓ'c'oSauyra que depuremos hasta la sac.edad, todos >-^>Sea es lar.a.. sentimos mfts
del honor v la Si, P°«l"':
^
^Í:X:
¡' 'os portorriqueños.
,,
'K¡fndiíerelues. oldad tenemos, de sobra,attte y nolosesdesplanpo,sible ,los, silenciosos, permanezcamos tranqui ^ ^ , ,, tes de Vdes,. ante las
a la pubUcrdad según Y, para e.P'O' °P^;\"„";;¿rde sacaremos todos y cada uno de los jefes, pa-
'^^rvd'" emos'^todos los datos a la mano, Je o eí miércoles prosegmremos. o"'o
Oi^a. señor Maxwell: Estados Unidos de Su país, que ° ^i^os en una guerra hasta el sacrificio América del la'.feudaVAlemania y el Austria teocrática, con los Imperios Centr
^
„ sus garras em-
. ,E1 Aguila del de la Pa.^ y la Flepuñadel Inth'gena. del Br R.^lo Defensir de su entrentado Tierra y suaDerecho; esa cha las Agudas Aguila
A<ruilas de Hierro, cuyas garras destt.an rudeleusasvict.mas,
pública, y ja estfin muchos
^ershing! unidos a
^ haciendo fiotar orgulloso
frente al Ben-
Ti
'Wfv.f ..-i
R. VAR DRÍGUEZ
Estados unidos, ademds,7 toria. do. Y están ante esa colosal
¿^^''^eíar portorriqueños, ^nosotros,lalos Contienda Magna,esta ya
mes obligados a acompañarlos a Vtles.^^ Gobierno de ella iremos con 7'^'' depositar plena confianza en nosotros, sa-evos espartanos, cato-
nando bélico canto de victoria.
El Traosporte
con(luio''nuestros hermanos a Fa-
f'\"^hre.
primer punto que nace;
namá, es la P^^"^cra puer^ta q
¿el Rescripto Su-
nbmo'erquVnos'oíroI en menrorable Caravana, nrarchanros d.spnesotro lado del Atlántico, y
L,a ia defensa del Honor
De modo que Udes ,
nosotros los nacidos
tendremos que ser lier
'l" , q, gante del Patriotismo, jamás
manos en la Lid, -^idos p-
je ambas latitudes.
desmentido poj^u;Mr' Ma.tvcll, - vos sabei rcren^Tvu" n! esa ranC superioridad
,obre nosotros?
^^
más o menos di6
^No recordáis que esa das de
que apretó su
margensea deslizo lá protesta de ^ estendió ^ lanzó primeros chispacuello, el germen sus sus amenazantes llamas 20S en el Sumter, y lúe enlo5terren0sdeBuIIKun. com
abriendo un ropor cuvo paréntesis
fo peréntesis hasta la ^c"dicK.n del
Gettysburg.
L destaca la bíblica entonacmn de aqueha para luego cerrarse, «^^cabramente^ asesinado del Cristo de los / Terrible prueba, el cu^P® ^ bala del maldito Booth? Esclavos, con e cráneo Historia, y ante
„tJ»"
— '■»
""
El Hon. Pfeddcnte
íotpolt^Vdq-áos^^^^^ somos dignos de su
Y SI otra cosa íuera no
tinciones de <1"?
.
cuánto valemos y que
honrara con Wilson, las hermosas dis, Mr. hay otras
° ,!ooi¿ él proceden, respecto de nosotros, altas persona tolera s^ nos^despr«¡e^^^^^^^^ sultó; ilctau^ Ctacir^ben se atrevió a decir que primero se barra
'
52
rr^' ■
'ywr-
LA ESCLAVITUD BLANCA
una bolsa de seda de la oreja de ud cerdo, que darles 'la indenendeti.
cia a los filipinos y a nosotros la ciudadanía; o del Senador Rucker, de Colorado, que también se ocupo en insultarnos a nosotros? Aquellos señores nunca han venido a Puerto Rico; solamente nos conocen por referencia, y aunque, es claro, no aplaudimos bajo ningún concepío, al menos, les hacemos menos caso que a Vd ya. los que con Vd. viven aquí en Puerto Rico, y nos conocen y nos tratan a diario.
Díganos, Señor Maxwell, la razón del desprecio que Vdes, guardan para vosotros.
.
r
i
¿En qué se funda?
Nosotros no vemos la causa, puesto que no existe, si no es de
una manera caprichosa, y de allí que nosotros, que amamos a Estados Unidos, pero que también amamos a Puerto Rico, no podamos permi tir continué, sin el cauterio de nuestra protesta, y allá nos lanzamos con la satisfacción de que estamos oficiando en el bendito Templo de la Verdad.
Luche Vd. en su campo dalos negocios; trate de aumentar el crédito de la corporación que Vd. representa, pero trátenos a nosotros como nos lo merecemos, y así, el Aífuila y el Cordero, contra vi.
niendo una ley natural, se avendrán, confraternizarán más y 'lo« dos Habrán hacerse grandes y hacerse fuertes, y el Aguila, orguilosa contemplarase ai lado del Cordero, y el Cordero, en vez de balar, rugirá
y embesp'rá con la fuerza de un león, con la agilidad de un ti'o-re. ' Limemos esas asperezas y demos un ¡vival de júblio para Es
tados Unidos y para Puerto Rico.
Pero, el lunes proseguiremos. o,.o
Señor Maxwell:—
Según rumores llegados hasta nosotros, Vdes. acaban de aser tar otro golpe contra nosotros; acaban de infligir otro insulto contra nosotros; acaban de lanzar otro anatema contra nosotros.
be dice por ahí, que Vdes., como cotnplpmento a vuestra obra tan desacreditada y maldecida, ahoro usáis el traer cocolos en los bar
cos de Santo Domingo, quienes descargan la caña, porque estos hom^ ores trabajan a un tipo m-ls bajo, privando así a los portorriqueños clel jornal que percibían en ese trabajo. Y esto, Señor Maxwell, de ser verdad,J|es lo último; creemos esto ya rebase los límites de lo prudente, y nosotros, por nuestra parte, aconseiamos a los trabajadores de aquí, de ser cierto este he cho que se denuncia, primero eleven su queja formal, a los centros superiores, con el oiijeto ¿e prevenir graves consecuencias, y si el hecho se repite; si no se os quiere respetar; si se sigue abusando; si ei Dea-
R. VAR DRÍGÜE2
53
«ro y la Vileza continúan campando por sus respetos, entoncas, a Dios que reparta suerte. Se toma la justicia por nuesta propia mano, porque^nte tal Ola de Bochorno, preferible es morir fusilado que de hambre y averg-onzado. Sí, Mr. Maxwell.
^ El pobre en Puerto Rico seg-uirá siendo un instrumento, mien
tras el DO se levante con la desesperación de un convencido, dispuesto*
a derramar su sangre, pero a que se proceda con dignidad y vergüen-
Dos explotadores vienen y hacen de él lo que gustan, porque saben la humildad de este hombre; pero nosotros confiamos en que esto no pase, cuando el país se convenza de quienes son sus verdade ros enemigos.
Y en esta cuestión que nosotros debatimos, no cederemos en
tanto no veamos en Vdes.el verdadero respeto que deben de usar con los portorriqueños. ' ¿Por qué lo hacemos.
Porque tenemos derecho a ello.
Porque toda vez que la Nación nos pide su trihuto'de sangre,
y nosotros nos aprestamos generosos a concedésrelo, también "^te! mes l.)ERRCHO LEGITIMO de levantarnos frente a media docena de engieídos y charlatanes, a reclamar «se derecho que nos han ueur pado tan descaradamente.
I
Mr. Maxwell.
Vd., podrá seguir abusando; Vd. podrá seguir burlándose; Vd.' podrá reírse de todo, pero uosotros estamos combatiendo desde un te rreno firme; estaraos colocados en el puesto d<> la Verdad, y la Razón nos conforta, la Justicia nos alienta, y de allí que c^ída vez nos siutamos con más energía para esta lucha, inspirada en la'Dignidad y en la Vergüenza.
Cuando se trata de abusar tan impíamente» no puede silenciar ae la protesta, sino surgida, con valor y altivez." Así lo hacemos nosotros.
Pero, mañana proseguiremos. o«o
Mr. Maxwell:
"
Á -r,, distinguido amigo bCardón de Piievto .Rico,escribió artículosMaduro, desde lasdirector colum nas del diario ponceno, bajo el rubro: cMr. Maxwell, la Guánica Cen tral y la Industria Azucarera», con motivo de la primera concesión de bonos que Ud. hizo a los trabajadores de la Central
Nosotros vamos, con serenidad, con calma, a 'analisar los pun tos más lummoaos de aquellos vibrantes artículos, porque es preciso ';
'k 'wym .■•j*»iícr;•
^''r^r* •
•|
54
. LA ESCLAVITUD BLANCA
robustezcamos nuestros argumentos con el talcr de un sano prejuicio
pues que, si se vislumbra algún rasgo de apasionamiento en nuestra actitud, ello es hijo únicamente del acendrado amor que sentimos por la que es nuestra Patria de Nacimiento y la que es nuestra Patria de Adopción.
Dice Carrión:— <La actitud asumida por Mr. Maxwell, admi nistrador de ta Guánica Central, disponiéndose a distribuir la suma de CUARENTA MIL DOCARES, entre aquellas personas que coo peraron eou su trabajo al éxito colectivo de esa empresa es de cual• quier modo un l>uen precedente que no 'por ser incident-»!, en este ano y puede que no pea en otros, pierde su fondo moral y educativo.» Y ahora, objetamos nosotros:
Al sent irse aquel PRECEDENTE, nosotros, como en la Isla,
le VIAIOS su fondo moral y educativo, según dice el; articulista, y
vimos la alegría reinar en todos los' trabajadores agraciados, que cre ían en ello, una bendición del Cielo.
pero, nosotros, si VIMOS ese fondo moral y EDUC.^TIVO, no lo SENTIMOS, y así lo expresamos a unos cuantos amigos, y si no lo tratamos públivíamente, fué porque.consiJeramos más prudente,de jar pasar el primer momento de satisfacción para los donantes v de sa tis-'^cción para los agraciados.En aquella época,nosotros íbamos a de mostrar que ese tanto por ciento era un engaño, pero ante la natural
irreflección del público, no creímos oportuno abordar aquella cues
tión, Ínterin no hubiera más cuidadoso estudio, por parte Hel mismo
público. Felizmente, así ha sucedido ahora, y aquí estamos nosotros, interpretando el sentir y el pensar de la masa sufrida e insultada,
El precedente en cuestión, fuera ua precedente MORAL y EDUCATIVO, si no tuviera la siguiente retranca: cestas bonificacio
nes ae harán, siempre y cuando no haya huelgas o disturbios que puedan interrumpir la labor de las compañías Guánica Céntrale y Central Fortuna, durante el presente año fi scal.»
De modo que, lo NO MORAL, y lo NO EDUCATIVO, están en esa sentencia, que es una falsa promesa, mata el sistema de aso/ciación del obrero, mata el ferecho del obrero a pedir aumento de iornal y menos horas de trabajo, y mata'el momerto de salvación en que, por medio de una huelga justa y razonada, como la que aquí ha ce falta, podrá el trabajador pedir el pan de sus hijos.
Y nosotros, en vez de ese FONDO MORAL Y EDUCATIVO,
lo que vemos es que, poco a poco, se vá imponiendo coa la elocuencia de su robustez, una ley histórica; es decir:— La ley de redención del
Trabajo. Forcejeando contra los tentáculos del Capital, bne son las voces de ultratumba de la Miseria, reclamando en nombre de la Jus
ticia, su destino mancillado, sobre todo al trabajador portorriqueño
que ha venido viviendo en la más completa desorganización y en la más crasa ignorancia, esperándolo todo de la bondad del Capital, sin
■
I-V-
,<^-
K. VAR DSÍGUES^ ^ "
■
55
ver que estos no son aquellos tiempos de Moisés, en que va a caer el maná del cielo.
"
'
Y a este paso, el obrero, que debe ser el protegido, se verá co. mo Faraón, abogado en masas de copiosísimas lágrimas, vertidas po tantas esposas sin pan. por tantos hijos sin abrigos. Fero, el lunes proseguiremos. «
f
qOo *
Señor Maxwell:—
La Realidad se impone y, al fio la justicia esplenderá triunfadora en sus leales aspectos en beneficio del obrero portorriqueño. * Allí está el cable q. reprodugímos el sábado,donde se nos anun cia la salida de Mr. Roberts, como representante del Departamento
del Trabajo, para solucionar la cuestión de los- salarios entre patro nos 7 obreros,
..
Ya hay algunas centrales, que han hecho proposiciones y, de esperarse es que se llegue a la solución deseada. Los hacendados y colonos de Arecibo. en reunión celebrada el viernes, acordaron los signíentes tipos de jornal: <"uUivos
f'
S 1
Cortes Burreros
$ i
Envagonadores ,plancharos
^
,
Carreteros
S 1.00
,$ S LOO
$ 1"25
El Regioufilista^ de Arecibo, de donde tomamós estas notas, felicita a dichos señores por tan plausible obra, y nosotros nos uni mos al colega en esa manifeetación.
De la sección inglesa de JEl Tiempo,de San Juan, traducimos: «La Unión Agrícola de Yabucoa, ha telegrafiado al Senador
Iglesias, ofreciendo ciüco centavos de aumento y reduciendo el mininiun de jornal a 95 centavos con el 15 por ciento de bonos, pagado semanairaente, a lo que el Senador contestó no aceptando.»
Y, el día que nosotros veamos que aquí en la Ensenada se to man iguales medidas, tendrá.^ Ud., Mr. Maxw<>il, el más caluroso aplauso de nosotros. , .. Ahora, es bueuo que digamos algo a los trabajadores. Sabida es la censurable costumbre q. hay, en el sentido de que
cuando en un trabajo un número solicita aumento de jornal, y si al no aceptársele la proporción se retiran, seguido hay el^ doble ¡de indivi
duos que se ofrecen a desempeñar aquella obra al mismo tipo ante*
.ricr,si no es amenos, como suele suceder,
Y estOi debe desaparecer. Hay que establecer la armonía,la so-
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56
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LA SSCLATiriTD BLAITCA
Itdandad dejos tr-ahyadores entré sí. Y es a Uds. a quienes correaponde esa formula. Porque mientras no hagaís así, estáis perdidos Pensad en que sois necesarios y vuestros brazos, son las palancas que' mueven al mundo. Lueg-o. untos, armonizaof, y así triunfareis y así sereib respetado-i y asi concluirá vuestra pobreza
POf respetaros y tened comfiaoza en el porvenir
que se os avecina.
mejorar,•. y «« en tonces, desaparecerán vuestros martirios. en que, ya que habéis soportado por tanto tiemnn el
azote cruel de la Fatalidad, se avecina d momeL de redimios de
sus y, entonces, pensad en que vuestros hijos pan latig-azos mas abn-o, y por ende, la Alegría, la Felicidad se tendrán cernirán más en vuestros hograres, como el Angel de la Paz, extendiendo sus inmaci"
ladas alas de Amor y de Pureza.
lalaboi^
POflrán vuestros organismos resistir más Irs durezas de
Y se os respetará.
»
if se acabarán los abusos.
'
'
,
rnrñ es nada menos que recibir loa acontecimientos se avecinanrecordad vuestro porvenir v el deque vuestros hijos 'por importante, y guardad solidaridad 'oro. , tecciod entre^ todos, para que así disputeis orgullosos y satisfe'chos las indecibles prerrogativas del triunfo. ""siecnos, barmoma, paz y buena ié, se traducirán en esto: FEY, mañana proseguiremos.
Señor Maxweil:—
Sigamos girando alrededor de los artículos de Carrián. Dice él:—
<n
■ ié
R. VAR DRÍGUEz\
57
Sí, porque esperando únicamente del Capital, no lo conseg-uiretnos, pues que está demostrado ya por una antiquísima práctica- des•de que ha venido al mundo este mal llamado Rey de la Creación' oue •denominamos EL HOMíJRE.
E\ Jioino, Jionuni lupn!*., esa sentencia monumental de Plauto,
•dice más a las muchedumbres que las acerbas censuras de Froudhon* puesto que en este inmenso agregado se cuentan los factores tan dial
inetralmente opuestos entre sí, que por más que se hayan empeñado •los nías ca racterizados doctrinarios, jamás podrán conseguir una soli da, verdadera ecuación,
con ese píeudo escrepticismo,hay que emprender la la mor, la obra,así. porque, precisa .1M PONERLA. Porque hay que libertar a'Prometeo de las garras de la miseria. ^ Si, hay que contribuir por aminorar hasta desterrarlos, esos esl
ipectaculos del Dolor, de tan macabra presencia.
B¡ domingo que acaba de pasar, en utnade nuestras sxcureiones msuales, hijas de nuestra profesión, u^s encontramos con un cuadro • desgarrador, como si fuera de los pintados por í-'oe en sus uarracioiies extraordinarias.
Una triste, mugrienta casita, de duelas de barril. La habita ción es toda en una pieza; muebles, una hamaca de saca, y en un ex
tremo un anciano agonizaba. A su lado una senoraba, vertía grue-
-sas Idgriuias. y cuatro niños pequeños completaban aquel cuadro de tristeza.
Aquellp esposa veía a su marido ya al borde de' sepulcrfo, y -Qomo un recurso par.a aliviar aquel cuerpo moribundo, pedía cinco centavos para poner paños con ron en el vientre de su marido. Noso
tros, dimos 25 cts, a aquella iufeliz señora, y luego de prestarle loa sencillos auxilios al anciano, le oímos bdltmcir; «¡Ay, que me mato las espa¡das>, y era porqne aquel hombre, agonizaba en plenas ta•blas, sobre un petate, aseverando así más el sufrí-niemiento de aquel paciente, que, ai^íiu, a las cuatro de la mudrugada. entrego su .alma iil Creador.
Y esos cuadros, no son hijos de otra cosa que, del estado tan lairaentíible en q. vive el pobre, considerado solamente cjino un instru•mentó para producir sin pensar en queMebe de Vecompensárseie. Pero, mañana proseguiremos. *
SE^^OR maXWELL:-
Si de los Estados UnLl-ia tienen que salir loa factores qne .^au (le armonizar los intereses del Capital y deldeTrabajo, como dice Ca rrión, e.sta sentencn? imperativa está lejos convertir.se on leaPdad -mientras .Usted y los suyos procedan como estáu procediendo. '
_iA'
58
LA ESCLAVITUD BLAKCA
Para-un.-ls darnos el tiempo ]a razón en estos ataoues hemos
aa 60 bU >vio! los !e fie 00 00 a oO, y asi sucesivamente. centavos, les han rebajado nos ^ mirarlo con bue-, no. OJOS, to.los aquellos que nos sintamos verdaderos portorriqueñas
'espWu\,: t No, de ningún modo.
he es posible todos el silencio, protesta, be a los que nos contesamos los díasalláenydel laTemplo del como Deber.ca
cuanto ant^T'''^'' Sí, porque ya es demasiado este estado de cosas v. antes oue
e^voíució?! F'
precedieron 'a ia fam^osa
condidán!co!™'
prepararse el país al mejora.nieato de su
son Da^ra^nnPrn°''V''^'^^
^SUra del Gran Presideme Wü-
Ls d^nredadone^ ecos de da en ri-alidaf]'' ^concienzuda sentencia3^-de Carrióii ese modo, ver eouvertidencia encía,lo 10 piincipal que pedia acuando sus gentes, en suera: m.gna obra de indepen.
so'ros . ^ l^
esto noéj ea que''cccraráí, quieren, siyes quemismo deseanpedirnos si es nup
sión efutl";?!? ^1,"°^ escucha.y ellos fracasan por falta de colieque hacemos es enmnl ''' "°
puesto que únicamente lo
graao ministerio, al que rendimos culto M?ado nrin trio !!! nuestroferviente deber obedeciendo a
los puJwusdle la°t%t/"''"''"'f
nuestro sa-
'"' lo han hecho todos
üpiiliii tualidad e°stt™
""
""
"'re-sudo; que 'en intelec
l-SfíIS-CS:''— de los tmbalador!
V^PÍr'.tu de huelga/que incendia el ánimo
y ' ^ y» ^f^e'ante! en el nombre sagrado de la Pa-
^^
DKÍGUE2
59
tria, y pnr el honor de nuestros hogares siu mancilla. Pero, manana proseg*uiremos. o^o
SRÑOR MAXWELL:—
Sigamos g-irando alrededor de los artículos de Carrínn. "
bien
pulseras y g-eneradoras de la vida de los pueblos que al
e^li^abVrpI". ^
banquero
savos v^"os^tan í'^'Se han hecho tociosallospro enbtema Jrfaí pero enpo^bles blema -ocia), Europapor sondarle másuna los solución hombres equitativa doctrinarios ouo
■ í^grar^eTrat:/"'''"" sentido práctico, c ™,„ío de es7e ásuoLTn! ■" 1
SU ^^b'slfclón, ha lieo-ado a votar Leyes imoo
féntados d^ 'fi "'r' Porfjemplo. obíi^arTlos"pota oara nara hipiipa bienes de beneficenca publica. con " un die2 por ciento de su ren siipKtp
v^nrivat^ í
pnes s ly de opinión, que si el prohíema social no 'se re-
marión llni- 1
O
i
Parlamentos y sí debido a la iniciatí-
qiic la fon
ove io se nn h "" fi nanciero, político, religioso, etc. qve no se no harn aguardar ni media centuria " nuestro
de los R°yel d™0?o."'
Y, en Puerto Rico, menos.
®
Por la iniciativa privada
a la divina esperanza de los irraelítas.
contrario
la.Realidad, Je magna Realidad, nos demuestra lo
mnnPfÍr?nT^ monetario que en la ayuda al trabajador. nrnhlpina'^n'^a"^^
™ás en el acaparamiento por ejemplo, resuelva el
aan -fi fie viejos, porque aquí se usa que un infeliz d^r^í n.^filo 7°!' f 7ftrabajo. aumento,-la respuesta que le Clan es que botan'' del ^
trabajadores''
Dañérismo'''v''=\"
*1^' ProUema, está a cargo de los mismos
?es"¿t:dTs, irá\ "«"nlfdeV^dJs^
l^cohesián, la solidaridad, el com-
aspiraciones, serán
60
LA ESCLAVITUD BLANCA
He ahí el problema. Mientras no se recurra por ese camino, no hay salvación. Pero los primeros albores nos saludan, y al fi n el Sol de la Jus» ticia alumbrará eternamente luminoso.
Mas, es bueno dig^amos algo contra los limpiabotas 'del trust, contra los quisieres yxisados poi' cujua, como los llama Macarii. so.
^
Hay ciertos elementos portorriqueños que, en estas cuesticues, por el solo hecho de un mendrugo de pan se arrastran como las ser*. pientes 3', con la lengua, lamen la bota de sus amos.
Sbtcs, son los eternos caraaradas de Judas y de Rfiates, conti nuación imbécil del Caín Bíblico,
Esos elementos desgracindos. remora del progreso, mendigos del honor, tránsfugas de la dignidad, se olvidan, ¡miserables!, del de ber dei hombre en la tierra y hiizinean, como los lobos, los desperdi
cios para engullirios, sin respetar ni a Dios. De modo que, esa es otra clase de enemigo que tenemos, 7 es
bueno ios marquemos con el candente hierro, en la frente, como estigma eteruo.de su deshonra.
Pero, mañana continuaremos esta campaña. qOo
Señor Maxwelh —
Leyendo los artículos de Carrión, sobre los cuales hacemos hin capiés, porque encontramos en ellos un fondo, histórico, un fondo filosófico 7 un fondo moral, haJIamos lo siguiente: "
la Gran Francia, en el Viejo Mundo, debatiéndose, CO'
mo una Nación reprentativa, frente a las ideas reaccionarias, repre sentadas por los Imperios Centrales, es lo que tocaba a Puerto Rico frente a las agresiones y a los asaltos de esta imbécil Burocracia Norteamericana, que no representa en ningún sitio del Mundo Civilizndo, el.valor histórico de las Ideas y de los Sentimientos que sirvie ron de luinincsa orientación a los primeros fundadores de esa Grao
Ripública y de esa incomparabie-Democracia- en cuya consagración las espadas de Lafayette y de Washington, del noble Galo y del Cuá kero insospechables rubricaron, con caracteres de fuego y de sangre
el pacto solemne de respetar, aquí en América y defender, en toda la ledondez de la tierra, la LIBERTAD de los hombres y el DERECHO de los pueblos:
']
"Este pun^o (Puerto Rico), que parece recatarse en las revuel tas ondas del Caribe y del Atlántico, no fue puesto aquí para nidos de rapiña. Puerto Rico es un atalaya moral de América y no madri güera de huócratas nativos y extranjeros."
Sí, Mr, Maxwell; y por esa Democracia y esa Libertad, es que
Ú
VAR DRÍOUEZ
esté
61
en guerra con los Imperios Centrales,
rabioso, ha qu^^dóVeda^He'rgu'e^rrn,
E:=g—
^simmmmrn pn, voIvio por sus fueros de culto al Derecho; la figura irimortal de
W soñ"f,aWa'a rr'n ''r
>' P°^
.anos
Mr "veodrot í,-
'iSr%!er;'Frtj::;ts rslrdir"""""' ¡7^ manos, todos tenemos destinos de la en Nación está en in.«¡rtcssa^' specliables confianza el triunfo de)tanDere Aln' d^ ^°t"
torríqueL
Derecho, se entenderá la Libertad para el
P"" 'rabajndor nativo, para el obrem por.
frafo momentos, contícvntales nativosfrente debemos con. fraternizar con mayor solidaridad, hoy que yestamos a unde ene migo terrible, bárbaro y cruel.
^
"u ene-
Y Ud., Sr. Maxwoll, haría una mejor obra, paKándoles más supI
do aesosfíuard.asque protejen sus intereses, porque? con sesenta
. Ueoi^vetienrem™
^
ca
"" trabajo efí.
firme, porque up se Jimen-
como enemigos de la Guaní-
rdhp?d^i,' l pedimos unaatentado cosa justa, asíbárbaros como nosteutones. aprestáremos defenderla contra cualquier de los mosotrn? u más respeto por parte de Vdes.para con donde vamos.
^
diferencia, y es a
juegue®;nos eentei^r ^ «in o la satisfacción q.. sin al pueblo costaría un centavocU l'lol mínim^y obrando e^ Sea:
rapn, fieles a nuestros principios,consecuentes a nuestrodecaráctert corazó^ ^ impulsos nuest'ro
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1
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Descansando después de la Campaña CUAlvDO creí necesario hacer un !alto¡, en la tenaz, jornada, personas que solamente viven de la maldad y el Deshonor, la Calum
nia 3' la Mentira, pusiéronse^a propalar falsos rumores en contra mía.
Llegados a mis oídos, tales desgraciados informes, escribí lo siguiente:—
..
DESMINTIENDO FALSOS RUMORES Hasta mi han-llegado noticias canallezcamente propaladas, en las.que se dice que,- al nosotros tener en suspenso la campana contra la cGuánica», es porque ha habido intervención pecuniaria, por par te de la Compañía; es decir: ¡QUE ME HE VENDIDO! ¡Pobres diablos! Dos que tal cosa dicen, qué ínfelicea los veol [qué pequeños los veos! ¡quéñesgraciados los veo! Tipbs que se pasean perfumados c>n el aroma de la Canalla,
son los únicos que se atreven a decir tal cosa. Limpiabotas por-un
hortazgo; esclavos viles, desgraciados, del Intestino; sdtrapas des. cualificados que ignoran lo que ea Honor y q. la Dignidad; que comola Serpiente, se arrastran por el P dIvo, y como el Cerdo se revuelcan en el Fango.
•
-
'
Esos bandidos que tal'cosa dicen, vengan al f-rente. Vivos es tamos Rfr. Maxwáll y 3-0. El que pueda probar cualquiera relación
entre el Administrador y yo, que la presente, qne se ^tire. Creo que, toda vez que yo no soy amigo del Amo de esos Esclavos, él puede presentar la prueba tesiifical, documental o como gu«te. Mientras no sea así, q. la demostrado lo calumnioso de la obra
de esos Bandidos, y los miro con desprecio, porque valgo mds cj,ue ellos, La campaña la coutinuareraos cuando me dé la gana."
«
(Edición del 11 ele Febrero de 1918.) y,
Luego proseguí:
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.•'•.Vil!
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Í'e)6,??jS.|'g^"SÍS^
El Gobierno Sonietido al Trust Inmoralidades Sajonas, pero inmoralidades al Fin RIX, rlij,
líellow. don Primo.
—Heilow, ¿quién habla? ^ . —Rs Alvarez. Oig"a, don Primo. El Gol)eraador, Estd aquí y quiere rerles a Vd. v a' Alcalde. —Está muy bien; iremos para allá, Y, lagiiiiirreee! Suena la bocina del <Pord»,. y el Alcal de y el Secretario se dirigen a la Oficina del Pontífice, del SultAn, del Sherlff, del Allah, del Papa Maxwell, Mastuerzo, Mar,..mar...tirio, donde a su diestra se encontraba nuestro Gobernador, nuestro flaman*
te Gobernador, Arthur Yaífer, que, como se vé, se sabe y se
dice, es amigo inseparable del cotnpontcador y torcedor de las energías del pobre trabajador nativo. Mr. Yager pregunta al Secretario Anglada. ¿Qué resolviendo aquí réspecto asunto Srta, Juana Rosario? Ese'asunto, debido a que la expresada señorita, aunque cum plía muy bien, pero, como no era titulada, se presentaron quejas en ese sentido, hubo que decidir, de acuerdo con ellas. ^ —All right. ¿Por qué no arreglando'carretera? Estando^en malas condiciones. —Hay una ley, presentada por el delegado Olivan Santoni,
ÍDScribiéndola ea el Depattamento del Interior; a{leaiá&, hay otrc.
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R. VAR DRÍGUSZ
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65
asignación para terminar la de Lajas a Guánica, y en ese sentido, hemos creído más apropiad^ dejar el dinero para el puente, por ser de ma\'or necesidad.
—All rig^ht. La Junta Escolar, por hacer uno colegio. Muy bue no eso.
—Sí, Benor, y dentro de poco empezará la obra. —All right. ¿y la Casa-Alcaldía?
—Estaraos pendientes de que el Departamento del Interior co rrija lo8 planos, para luego proceder. —All right.
—Una cosa, Sr. Gobernador. Ea estos días se acaban de fijar
las placas, regaladas por el Ür Veve en una calle que lleva su ñora; bre, y como aquí hay una con el de Vd., nos alegraríamos las regala ra Vd. también.
— All right. Vd. puede escribirme, diciendo precio y las rega laré.
Y así concluyó la entrevista entre el Gi>bernador de Puerto Ri co, el Administrador de la Guánica Central y el Alcalde y Secretario
doi Municipio de Guánica, en las oficinas del Trust azucarero. Ahora, nosotros, en buena lógica, tenemos que lanzar una acu sación fuerte,contundente contra un proceder incorrecto, abusivo, in moral, que, dssgraciadamente, nos presenta una perspectiva por de más dehastroza, muy en pugna con Ns sabias prédicas de ese verda dero demócrata, de ese Heraldo de la Paz, que se llama Woodrow Wilsoú.
El Gobernador de Puerto Rico es el representante del poder
Civil, y esa rama del Estado, se bifurca* en las divisiones que Uaraainos Municipios, representados por loa Alcaldes. De modo que,^ si un Alcalde necesita conferenciar con el Gobernador, en su residencia
oficial, lo más prudente esquevayiala casa del Gobierno. Igual que si el Gobernador es quien necesita del Alcalde, lo prudente, tam bién, es que lo visite en la Casa del PuebloPero eso de venirse todo un Gobernador a una hacienda, para,
desd^ allí, citar a un Alcalde, como si fuera un peón, es bochornosa mente inmoral.
-El Gobernador lo ha hecho mal, y el Alcalde lo ha hecho peor,
porque al faltar aquél, éste ha debido de contestarle:"Mi oficina está aquí en la Casa-Alcaldía, y si Vd. me necesita, sírvase venirme a visitar o cíteme a su despacho en San Juan y estoy a sus órdenes; pero no en una finca particular." Además, el Gobernador, antes de ir a la Central, ha pasado por Guánica, de modo que, nada le costaba en. trar por la Alcaldía y entrevistar al Alcalde.
Pero aquí, según se desprende, aunque esto ya es viejo, la Guánica Céntrale es e! Gobierno de Puerto Rico;ea decir, la Buro
cracia es la que uos maneja, y por eso es que no se oyen los gritos,
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I.A ESCT.AVJTL'D «I AKCA
las protestas de un pueblo'tan leal como el de Puerto "Rico, pero que está muriéndoae de barnbre, sin que se alarg"ue una mano bienhecho» ra para salvano. Sería curioso haber visto la cara que, pondría Mr. Maxwell, al ver entre sus manos, manejíindolas a su irusto. las riendas del Poder,
Y ahora r>os explicamos porq>ié él se las tira, se las hecha
y
se las gfasta. maltratando a los portorriqueños hasta escarnecerlos;
exprimiéndolos hasta sacarles el juíjfo; pisoteándolos hasta dejarlos de sobra.
.
'
Pero, aquellos serviles que esto permiten, qúe el demonio se los lleve.
'
(Edición del 20 de Marzo del 191g.)
Soplan Malos Vientos
A juzgar por Io3 rumores que circU'lan, de boca en boca en tre toda la comunidad, en la Guánica Céntrale soplan vientos muj contrarios.
*
^ Sea lo que ssa, la cuesftón es que, ese dicho castellano de que, «cuando el río suena, agua trae», tiene aquí su aplicación, pues que, algo tiene que haber, cuando tanto se habla y tanto se dice,* Y, nosotros afirmamos y sostenemos, que algo TENÍA que su ceder; algo TIENE que siiceder. ante el despotismo desplegado por Mr. Maxwell. qu-í yh raya en lo insoportable.
,
Y. para q. no se nos llame de demasiadamente apasionados, va"
moS a hablar tactihién en nombre de muchos compatriotas del Señor M 'xwell, quienes están padeciendo, sufriendo bajo el dominio de este hombre opresor, cuya conducta ya se les hace inaguantable. Según sabémos; según de público se dice, los mismos continen tales están que las'dividen, porque ven la . exagerada actitud de un hombre, quien no quiere considerar a los rleinás; solo, absoluto, como
dueño de vidasiy haciendas, algo así como un Kaiser, palabra que to do aquel que ama la Libertad, la pronuncia con tanto asco y repul sión, al pensar que al encontrarse el m'undo como está, se debe^ a ese Sanguinario Feroz que rige los destinos del pueblo alemán. Es más: y, según los rumores que circulan de boca en bo ca, hay mucho ruido de faldas vaporosas, de entre ciiyo tni - fru re volotean, tras los embriagadores perfumes orientales, padrinazgos exagerados, protecciohes'a ^oda costa y nos trasladao, en los ágiles
3;-.*r i;*
67
F. VAB DEÍGUEZ
caballos de la fantasía, a un harem del Sultán, a quien vemos embria
garse entre el aroma primaveral de" los bustos frescos.- incitantes y robados al Honor,adaptados a la Oportunidad suprema de la jefatura; itn mareniagnum de jefes y subjefes que conduce al Caos, a la Confu sión, lu Misterioso, no obstante la pasividad sajona, la proverbial" Sangre fría sajona.
.
, s
Algo, tiene que haber en el fondo; algo tiene que existir aquí. Alrededor de cuarenta,empleados de los más importfintes de la Central, nos dicen, abandonan los dominios de jefe Máximo, porque no quieren continuar bajo sus órdenes. " * ^ Los o'/ucareros, en su mayor parte, no han querido firmar con
trata alguna, y el nombre de-Mr. Grief sale de todos los labios, con el respeto y admiración que se -merece aquel hombre altruista, aquel benefactor.
El ,l>fe de la Oficina, el del Deposito, el de los Azucareros, el
de la Factoría y muchos más, no continuarán aquí trabajando; es de. cír, no haránja Zafra que vene.
liasta'ta) punto ban¿-llegado aquí las cosas con Mr. Maswell
de Jefe."
, .
Estas rápidas consideraciones, nos las merece el rumor publi
co; las versiones que corren de boca-en boca.
^
por allí se dice, han sido suspendidos los trabajos de obras pu blicas, podríamos llamar, de la Fortuna, Guánica y Romana, y quo
el Eresidente Dillingham hh salido precipitamente para Puerto Rico, y estará aquí un nu-mero de días.
^
Sea lo que fuere, la cuestión es que algo tiene que suceder, cuando tanto se ruifiora.
,
^
<
' Nosotros, como no creemos en la fatuidad del poder, sabemos
que a Mr. Maxwell tiene que llegarle su'Ocaso, del mismo modo que a cada puerco le llega su sábado.
Y los.abusos, los desórdenes que están pasando en Puerto Rico,
tendrán que acabarse, gracias á la confianza que tenemos eu -el Go bierno de Washington y en la Democracia Americana. (Edición del U de Mayo de 1918,) ooo
Oiganos ahora, Mr. Dilingham '/
USTED, Mr. Dillingham, que es Presidente de la Corporación Guánica Céntrale, y que se encuentra ahorajpor estos lares, recibiendo elífresco beso, las caricias frescas de estas brisas
•
68
IhÁ h"sCIAYITCJ> BLANCA
salutíferas, atiéndanos por un momento y escáchenos por dos. ¿SABR Ud., por qué es que aquí se les paga tan bajo joFnal a los trabajadores?
¿Sabe Ud-., por qué aquí en la Central se considera como undelito el pedir aumento de salario, hostá tal punto que llegan hasta a despedir al trabajador, después de insultarlo?
¿SABE pd , por qué es que se ha ordenado específieafnente la separación entre americanos y portorriqueños? ¿SABE En., por qué a los portorriq ueñós se les trata con tan
poca o ninguna consideración, siir querer apreciar sus facultades para e) desempeño de sus funciones, en cambio, a uo americano, aunque sepa menos, en el mismo trabajo es mejor remunerado* gana más lu. joso sueliio. mientras al portorriqueño lo tratan como a un perro? ¿SABE Ud., por qué miran con desdén, con desprecio, como si fuera un j^eproso, un sifilítico, al americano que se casa con una portorriqueña.? ' • ^
¿SABE Ud.. que Mr. Maxwell se ha convertido en un pequeño Kaiser, el reverso^de Mr Greif, a quien llamamos Benefactor? ¿SABE Ud., por qué la Guánica Central no ha,dedicarlo al cul tivo, tantas tierras baldías que tiene por allí para de ese modo ayudar al País, ajudar a la Nación, ayudar a la causa de la Democracia, por cu_yo empeño están nuestros soldaden ej suelo francés? ¿SABE Ud., sí esto es ser patriota, es ser leal á la Bandera y a la República? ^ ¿SMáE Ud., si una actitud como ésta ante la situación dé nuestro Goi»ierno, es mirada con buenos ojos, o si no merece el calificativo, el mote de genuonofilia?
¿SABE U'l., si hay razón para que Guánica figure con 46 cuer das de cultivo, en los archivos de la División Agrícola de la Comisión de Alimentos, cuando, si la Guánica se ocupara, podríamos estar en otras condiciones?
,
¿SABE Ud., si esto se hace por esa Compañía, para que el po» bre tenga más necesidad y se vea más obligado a trabajador por cual quier precio?
¿SABE Ud., si esta actitud opresora, puede ser tachada de antipatriótica, porque ello tiende a sembrar el descontento en las muí
titudea, y tras el descontentóla desesperación y, tras la desesperación y el descontento, hasta lu anarquía, la revolución, y niuchos de estos
desórdenes sociales hijos de la opresión y el caciquismo? ^ ¿SABE Ud., por qué los azucareros, en su mayor parte, no quieren firma*-sus contratos para el año.que viene? ¿SABE Ud-, Mr. Ülilingham, si es verdad que los procedimien tos de Mi. Maxwell, han Begado a tal extremo, que ya, ante la opi
nión pública, ante el común de las gentes, esa Corporación ha perdi
do el respeto y consideracióo que teuía, dando lugar al comeutario
6<í
■R.. VAR DRÍOUBZ. „
desfavorable por calles y plaws. .según se oye todos los días? SABE Ud., como en los Estados Unidos, e. Gobierno es el pn^
mero que ayuda a los trabajadores, porque reconoce la 3"st»cia de su Causa, y cómo recientemente, en una huelga solicitando diM
dólares diarios, fué solucionada de acuerdo cqn
y las compañías no botaron a ningún empleado de su oficioí Compare, ftir. Dillingham, los jcrnalefl en los Estados Uni
dos con los de Puerto Rico, y luego, conteste. ^ mi /.nrfpra Pero, Mr. Dillingham, hay otras preguntas mas eu mi cartera, que se las háré en otra ocasión. * , ^ Mientras tanto, perdone Ud, y mtich oUtggea^
(Edición del 15 de Mayo de 191b.) o^o
Un momento más, Mr. Dillingham
SABE Usted, por que se va Mr. Ryan, para Hai*í? . ABE Uste'l, por qué 'á oa Manuel Jiménez,(1) tampoco quiere fi rmar contrata, y también se vA para Haití?
"
¿SABE Usted, de los ascensos qué se dicen por ahí, de Mr. Burns v Mr. Miguel?
'
.
^
¿SABE Usted, si es verdad que, cuando un portorriqueño^ reci-
be heridas o muere en su trabajo, por cualquier accidente extraño, se
le notifica seguido a la Compañía-de Seguros, según les dicen a los
reclamantes, pero que en este juego se vá el tiempo, y nunca aparece ni un chelín?
-
^
Pero Mr, Dillingham, yo no quiero cansarle mas con mis
preguntas, pues me parece que, cuando Vd. ha tenido iJO viaje tan Té pido, algo importante tiene que hacer aquí, y yo no debo interrum pirle.
,
Entérese, investigue, averigüelo todo y proceda como todo un
jefe superior, pero proceda con energía, carácter y sano juicio. 1^0 crea que noaotros somos tan mansos, si así se lo han hecho creer.
Mire que de cualquier maUa sale un ratón, y ya que aquí, a esta región la ha echado en olvido k Federación Libre, para decíarar uña huelga, Vd. debe de comprender que esas gentes, que estos 1) Mediante arreglo convenieute de smbu partes^ el hr. Jiménez firmó nueva contrata. •
/
A-
70
LA ESCLAVITUD BLANCA
trabajadores, necesitan, deben tener mejores jornales. * * En Arectbo, en Fajardo, en stroa pueblos de la IsU, se regfis. tran muchas alteraciones del orden, suscitadas entre la Policía y los huelguistas. Y, eso que, en dichas zonas, un peón, gana más que ua capataz aquí. Esto signidca, que estos vecinos son verdaderamente pacíficos, y quieren arreglar sus asuntos por medio de la vía diplomá.
tica, como se dice en términos canctlllerescos, pues para eso, únicamente se limitan a presentar, parcialmente, y de tiempo en tiempo,
simplés demandas,-pidiendo aumen^ de 'salario. Y, toda vez que se proceda en esas condiciones, se debe rreaponder,-si es qtie hay conciencia y hay corazón.
co»
, Y yo creo que a Vd. le adornen estas virtudes.
Tenga eu cuenta que estos pálidos tienen glóbulos ardientes, y lomismo son capaces de abrir o cerrar una válvula,como de empu ñar el fusil e irse a batir por la Libertad en los campos de Francia. Y, como conocemos a nuestros hermanos, nos sentimos orgullo
sos, muy satisfechos de ser portorriqueños, de haber nacido en esta ínsula', de ser arrullados por la eterna sinfonía del Caribe y del Atlántieo.
De modo, Mr. Dillíngham, que Vd., creo, ao ha heoho su víaje en balde; deje algún memorable recuerdo, para que así se le acla me y se le bendiga.
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Vd. fiene que saber que és mejor ser uno querido que odiado, y aunque Vd., por su elevada posición, se reiría de lo último, pero me parece Vd. tenga familia y crea en Dios. Pero, basta, y,au repoh*. ¿
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No estamos solos Para demostrar que no era una campaña yícíQ' sa, el lector podrá ver las contestes opiniones que tuve a mi lado
"Brisas" en el Senado 1
El Leader Socialista. Santtajfo lglesias Pantín, y Senador por
Acumulación de rvuestro Pnrlamepto Insular, acabada escribirnoa atenta caita, en la cua) nos pide ejemplares de nuestro periódico, re
lacionados con la campaña que hemos emprendido contra la Guánica Céntrale. ^ Cqp mucho gusto nos hemos apresurado a somplacer al Sena dor Iglesias.
Crónica Ligera El Kaiser de la Guánica Céntrale, Mr, Mastuerzo, anuncia que . * no se aumentará el jornal a los trabajadores de la caña. {Bien, por , Mr. Mastuerzol [Bsu es hablar como hombre! T ^ El trabajo no es de Mr. Martuerzo, El trabajo es de los traba jadores, y ellos son los que deben aumentar su valor.' Así se hace, Mr. Mastuerzo. Tuerza, no deje de torcer," tuerza sin compasión^ Mr.» hasta que aprendan los trabajadores a torcer
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R- VAK DRÍGl'Ez
73
^-ndo,os .¡quiera de lejos, habido ¡orrcL'rac^otTtl Mr. Mastuerzo es°uvo^prcol'^n¡c¿ co^ td '''T
esos mundos, que
que l, M de todo ^el mundo se ha-lo bla. hablarían! Por lo SsTso de hablar,
n^n^7ueXVrco°L"a%riri:s^ que habiar.'^Ero")'rerrq'ueTáb°ák 00^6.?' que comer en ditas, beblr en cocS ñor 'h
"ene
tuerzo.guarde Capitán General V VirreTde la r/„'-Tr^T''rí'" l)ios y libre de todo mal de torcedufas " En»e"ada, que .
cosas y Qué de casns
nír^cM
tra.iajadores pidieron aüinento desocupar U íjue Bn-íeaada, y yo me diiede arV tiiierte que fueron-seis honis!"
' ^
aumento a'esos''ml*L're\/pues se no. y esto, cuando tienen suerte tarles la suerte lo nue* paí« r. r^«'
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ojal de la levitá. y ¡patadas vanfds'"''" can KaU
jen, son cosas del otro cercado.
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a unos adentros;
Y ■
* N o vuelvan a ¡pedir
al Deiuonio se le antoja qui.
más abajo del
mundo, dig-o, a los que se de-
torcer 'fj^rafle"h''rmeTido'en1amM hJelga°ion'io'^i"fat!-rcosrdP ««'-'•o hablaudo de , Quince Por CienLrira\^:LroXos^Jf"rel^;:?rciir' Centrate,":o:rtrr?macrazL"';M^^^ 'T"persecuciones y plagas contó las que dicen hubieron en' /^^tcel,
Keal por estos lares ,O Jle"'"^ que la Señorita Doai|rísl^"d"el' c/dSl^rsírqní ü :r ^
las ruedas dédfSina'""
S¡ Va r Briguez cae debajo de
go,^sl__autes no le dá la manía, co^raTl^col^i^-trrcVtle'^eTcrno t
w
LA ESCLAVlTtTD BL'ANCA
74
'
¡Qué lenguas! Qué lenguas tan buenas, diré yo! üTan largas!!, dirá Mr. Mastuerzo
Amen, por boy .
i Eutimio :Macaru80
Reproduciendo nuestros artículos ííuestro culto y liberal colega de Mayogdez, el popular
rio del Oe.tte, nos hace el honor de reproducir nuestro editorial nu mero III, en contra de la Guánica Céntrale,
Damos las gracias al valiente colega, por la deferencia de que
nos hace objeto, va que, caso raro en Puerto Klco, es uno de los po cos coleteas que ha demostrado no andar con paños tibios, y que acos tumbra"poner a tiempo los puntos sobre las íes.
continuas manifestaciones quelarecibi mos porEsto, partey las de nuestros amigos, nos impulsandea aliento seguir en cam
pana, y no desmayaremos hasta dejar coronada nuestra obra.i 0^0
En un Folleto Muchos amigos nuestros de 1-4 local'dad y de la isla, que ,ven
ririatíae nuestr i campaña en los contra de la Guámca Céntrale, CO» Simp JJJQ3 en un folleto, artíouloB publicados,
aconseja ^ ^ dichos amigos, les prometemos acceder a e núes que esta campaña debe qucdai eternamente grabada sus deseos, p puertorriqueños, a fin de que se enteren, como se
nos trata en un rincón d? la isU, por una compañía acaparadora y sm conciencia. ooo
R. VAR DRÍGUE2
Otro Colega que nos Reproduce L,o es El Ealuarte,{l) de Arecibo, que nos hace el
reproducir en sus columnas, uno de nuestros artículos contra la CxUñDamos las gracias al compañero, pues ya nos extrañaba que la
prensa sociaUsta callara ante nuestra actitud, mucho m#8, cuando que nosotros, no somos de los correligionarios de la Antorcha, y solo
defendemos el derecho del pobre contra las opresiones de los fuertes. La Correspondencia^ también dá cuenta de nuestra campa na.
Esto significa, que yamoa abriendo campo y llamando la aten
ción.
1) Este cíilega también reprodujo nuestro artículo "El Gobierno Sometido al •/,
Trust."
H. delA.
V
o®o
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Crónica ligera Demos gracias, ya que, por los sacramentos del Acto. Jonea^ dos por agua. Que lo diga Mr. Chancleta, es de los cmco centayo»
todos somos MfSTERES con la sola diferencia que algunos son pasa
¡Qué le parece Mrl Por allí se dice que llegó a estos lares un tal Mr. Buey, y yo me asusté mucho, no por lo que de toro pueda tener, sino por lo que pueda llevar en la cabeza. :
Y,¡qué lindos son estos misteres sin bigotes y con loa .aoios
como dos trozos de tocino sin freirl fmhaíadores Con ese Mr. Buey, tengan mucha cuenta los ' igualquedelos ARRESMILLOSdeMr. Chancleta,
r.a Insenar el credo de mi religióo, para que se l|bren de 'a^ ma¿as
dnfluencias yanquis, porque también es remedio contra los OJOS, que son muchos
,
Pero, antes de decirles mi credo, Dicen, yo no sé si es verdad, que hay un mano en todos los depósitos; tengan cuidado, muchachos.
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Dicen ademíís, algunos mtsterea de acó, que un MlblaK VA.
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Í'A ESCLAVITUD BIAXCA
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a la Fuerza Bruta^
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ocupan en Jas nreiisa«j
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'^e'esforo, haciendo venir
otras niE"tsT,.«o"ór'ñ'f f'"'''° ^é. me lo re-? >'"• cnanrto le Ue.J.n efe^^íaile í'^tñ^rTta B^ISAS.''^zo a carta p^'so para evüár 1 T'
seria ele )ortrJbaíartoíet%% wVCltn^
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"""e allí).Vde\-a'eí%e'"ca:
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Macavuso «
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A Fondo No, no nos detendremos en la labor emprendida No estaremos por mucho tiempo en actitud pasiVa
tros espistir' combatiendo a núes-. Si el coloso azucarero en f'uerto Rico encontró
.es para servirá sus fines, serviles vampiros dersudor deT "^?'
rt.nero quieren sus directores mantener a mislr?a á Ins i.r'
liacen producir grandes dividendos; si la naar^áL ni»„ rromper nuestro pueblo con los porhamhrJ resTh¡n«?«i lando pora explotación j matando y sepa este coloso, que en todos los ouehlnQ l'
f
- intención es co i ,A
directores
de Puerto rIco hay del penLr que eitsí: báío.e, c,e¡o''"'' 7 q«e^ el laFueblo explotacién del sentir
Señores explota,loresl no se «as escapa tampoco el hábito qu.
X'
■
R. YAR DRÍGUE2 ■
77
muchos neucs de entre Ustedes tienen contraído acerca de una supe rioridad de Razas, cuyas deformidades cubren con el manto de oro que la explotación y el robo les ha proporcionado. Muchos próceros mendigos que de América vibren, dos hacen creer por sus marcados egoísmos que la tercera de las razas malditas
que pueblan al mundo, se ha multiplicado con mayor auge y esplen dor en la América del Norte.
Nosotros no queremos creer que Judas, el vendedor del Cristo del Calvario, saliera avergonzado y humillado del seno de sus pueblos
y extendiera sus tiendas por la América como otros tantos emigran tes, y bajo la lozana libertad multiplicara su familia maldita y su ra za excecrable,
"En el reloj de la vida de nuestro pueblo, las agujas van mar cando la hora de las grandes experiencias. Si la laza de Caín, antagonista de la raza de Abel, estaba fal ta de su segundo tipo, seguramente lo encontró especial en la raza de Judas, el que por treinta monedas vendió a su Maestro.
Si a vosotros me dirijo, sdtrapas del Sistema mezquino, ¿acaso ignoráis que ese hábito maldito desacredita ante nosotros la buena fé de los honrados hijos de la Nación'amada? Henos aquí de pie, midiendo vuestros actos y vuestras costum bres, y llamando a nuestros paisanos a la contemplación de vuestro modo
de ser.
¿ Acaso no sabéis que el adagio de vuestro idioma, "El tiempo es dinero", para nosotros tiene el sabor de la raza de aquel que amo tuá» las monedas que a la vida, asquerosa semilla de productos mal decidos?
Ud solo grito oiréis dentro de poco, salido de todos los pechos, y UD solo gesto de rebeldía vereis dibujarse en la atmósfera, señalan do la hora de las-luchas.
Estas adormecidos como entre cunas de Flores, y debajo de vuestras cunas hierve un volcán, que al estallar os quemará las ma nos. ¡Engreídos dormilones! De los pueblos no se puede abusar impunemente. Los hijos del trabajo ja se aprestan a la lucha. ,
El grito de huelga sin misericordia, está -al lanzarse y os to mará por sorpresa. %
Asi lo quiso Dios, pues asi sea; nada me arredra ni acobarda nada.
La vida es una carga tan pesada
.que el hombre a veces, maldecir desea.
^
Entimio Macarusó
78 \y
■
LA esclavitud BLANCA
Las "Brisas del Cari
be" Hacia el Progreso Mientras que las Aguilas caudales describiendo gigantescas curvas se ocultan en lejanos horizontes, y los Cóndores desperézanse
del sueño que la blanca nieve de los Andes les produjo, y el Espicanardid florece entre los Lirios del Amor, y la sonámbula Paz recoge la floración de olivo en flor, y el Anciano sacudiendo las alforzas de
su túnica y fundiendo sus sandalias en la nieve carmesí,negra y blan ca, alejase por el camino del Mañana;
Mientras que la roja Primavera anuncia nuevos giros con sua formas vaporosas y hondulantes. y lamube del Ayer, cual uri andra jo tinto en sangre se aleja; y el León de Castilla, como enjaulado en tre los cuarteles de"su escudo, ruja, y el Leopardo amenace destruir
la Cruz de Hierro; y el Silencio gravemente, suavemente, turbe las variadas esperanzas, y como un lirio entre las espinas se desarrolle la inocencia primaveral de nuevos anos; y la Historia cerrando los info. líos, exprese lo que fué y lo que se hizo; y la Tradición exponga las variantes de sus límites complejos en riña siempre con la historia es
V
crita;
Y cual fatídica Boa se enrosca en el Arbol de la Vida luciendo
su coraza el Rgoismo, y en la Choza giman sin pan los parias, y el Dolor defienda el gallardete de la Muerte, y del Laboratorio del Se pulcro, la Vida resurgiendo asombre con bus múltiples esbozos, y nuestra pobre Tierruca contemple el gesto de bus hombres fuertes, y en las luchas ciclópeas del Ideal Sentido, se dibuje la vivísima expre sión de una estela de luz, rastro de un águila que cruza nuestro cielo; y el brazo de Muñoz Rivera, entrelazado al brazo de Agüeynaba, de teniendo el efecto de la ola gigantesca de extrañas avaricias; y el bra zo del Obrero, unido ante el Altar de la Razón alzando la Hostia Sa grada de la Unión de Todos, haciendo huir las bandadas de buitres ambiciosos; y el Arte viva, y la Luz alumbre, y el Saber produzca sed de curiosidad al anidarse en el arbuBto que las brisas del vivir hacen moverse;
Y aun cuando siga el Murciélago execrable proyecUndo su re pugnante sombra sobre el Mundo en marcha; y la Evolución en sus cambiantes derrumbe imperios, aniquile reinos, y tronche pueblo9,1ia-
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R. VAR DRÍGüES
'
'79
ciendo aparecer humanidades jóvenes, y. fuertes *que reanudan los cotiibates empezados en,ios límites de la Nada y que posiblemente terminen en las fronteras del Todo;
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Y mientras que la Media Lun\ entre en la negra luz de la Bru mosa Tarde del Calvario Eterno, saludamos al Niño que llega pesan* do en sus manos todas las esperanzas y con locuaz sonrisa de culpa* ble inocente, su pase toma en la Estación del Tiempo, haciéndonos., sentir el rumor de la luz de una estrella anunciatriz de cárdenas
au»
roras después de la agronfa de dos soles que al hundirse en sus distin* tos occidentes, dejan la Vida 7 el Progreso en marcha. Y mientras que el Progreso y la vida choquen, y la chispa de su choque civiliza al Mundo, una mano blanca como uc ampo de nieve y de luz saliendo por la ventana que mira hacia el Oriente desde el mismo corazón del torreón en donde el Atalaya de las Brisas vigilantes vive, y agitando su pañuelo de papel letrado saluda a las vísperas que ocupan los vehí culos del progreso que pasa como dos brisas que se besan, o dos lin das gemelas que se abrazan; cual dos enamorados que se dicen adiós. -
•
Eutimio Macaru^o o«o
Buscando Congenio Cotí motivo de las Navidades, y, como ea usual, todos felici tan, sorprendí un diálogo entre la comadre Central, que aquí trans cribo, sin^quitarle punto ni coma. \ Dona .Huelga, llega donde Dona Central, y la saluda: • —Buenas noches, comadre Centra!. Dona Céntrala, que medio se pone de orejas, pero la contesta; Buenas noches, comadre, súbase. —Que tenga un'feliz Año Nuevo, comadre.
—Gracias; gracias igualmente. Siéntese.
—Sí, cotnadre; pues tengo,^que decirle muchafl cosas, y aunque a Ud. le falte tiempo para atenderme, a mi me sobra, pues también sé hacerme oír.
—Comadre; si con atenciones yo pudiera estar convencida que Ud. no tuviera que molestarse,yo viviría satisfecha y sobre todo,tran quila; pero, mire, comadre, con pensar que Vd. vive,) aunque tengo tantas comodidades, duermo sobresaltada.
—Pues comadre, yo no vengo a su casa a molestarla en nada.
f.
LA KSCtAYlTÜp BLANCA
80
Lo quejvengo es a prevenirla de grandes sustos que Ud., oj-éndome, puede evitar, y así vivir gozando de mucha satisfacción segu^ sus deseos.
*
.
—Sí, la escucho, comadre; pero antes, dejéme llamar a mis......
(¡Cuartel de policía! jefe, doble la vigilancia, pues tengo una vieja en casa que nunca viene sola, y los que la rodean son unos vagos que
lo que hacen es vivir de los que trabajan
) bien, pues siga, coma»-
dre.
—Comadre; yo soy la llama que se incendia en el pecho traba jador, siempre que éste es perjudicado y'tiranizado. Yo soy seme» jante a esa sustancia que corre cual hondas eléctricas y se vá deposi tando en un sitio para llegado el momento, abrirse la tierra, salir lla ma, y abrasar todo cuanto hay a su derredor.
No importa que Vd., comadre, disponga de la fuerza del Go
bierno y de tantos sabuesos como crea necesitar. Llame Ud. a quién quiera; nada me arredra. Si en estos mo^nentos, yo quisiera llamar no necesita teléfonos. Yo tengo aquí mismo mi gente, y en ca
da pueblo, en cada barrio, en cada casa, donde vive un trabajador, pe ro yo vengo aquí á otra cosa. — Pues concluya, comadre, que yo tendre tanta paciencia como sea menester.
Mire, comadre; esa forma tin despiadada de tratar sin consi
deración y sin respeto al ciudadano, haciendo un mito el concepto de humanidad, creada por Ud. y los suyos, sembrando la miseria -y el hambre, está muy mal hecho, pues Üd. estd expuesta a pasar un mal rato, igual que muchas comadres companeras suyaSi ^
s .
La tribuna roja está levantada; ya se oyen los d^iscursos rojos
y no se ove nada más que el grito de ¡¡{VIVA LA HUELGA!!!
—¡'Bah, comadre' A mi la huelga, es una enfermenad que no
me hace daño.
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—Comadre. Más fuerte era Napoleón y lo vencieron. Ya ve
rá después no se queje. —¡Adiós!
—¡Adiós! ,
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X
Juhi\ Bayrón,
Frente a Frente Em pesamos a llamar la atención de nuestros Senadores y Cá mara de Representantes, acerca de una Lsy y Reglamento que teñe-
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R. -VAR DRÍGUE2
81
mos en nuestro País, y que a nuestro entender está en pugna coa el espíritu de Democracici que todos queremos y anhelamos. Tanto más cuanto que esa Ley, participa de un espíritu de n«-
tocratismo que pasma la razón del Observador consciente que al en tregarse en los brazos de la Comparación, vé delante de sí la reminis cencia de las oligarquías antiguas que tanta sangre costaron a la Hu manidad.
Supongamos por un momento que el Comisionado del Interior hubiese sido sugestionado por la Dirección de la Guánica Céntrale, y
que esta Compañía quisiese hacer un negocio más beneficioso a inte
reses, sólo entonces tendríamos que esta Compañía pondría entre la espada y la pared al cuerpo de vigilantes, Prácticos y Capitanes de Puertt s, de estos hombres que han tenido que sufrir las reverberacio nes de la luz del sol sobre las aguas, testando su cutis en los días ca lurosos. el frío en los días y noches de los tiempos del invierno, y es tos hombres que han tenido que luchar contra los elementos natura les, viviendo sobre su sepulcro, para conseguir una licencia federal que los habilite pira ganarse la vida y ser útiles a su Pueblo, a sus conciudadanos, a su Náción y a todt-s sus semejantes, vienen a ser los esclavos del capricho de unos industriales y comerciantes y caza dores de oro. Estos hombres, sobre los cuales pesan grandes respon sabilidades, no tienen más amparo que el capricho o la buena fé de los Comisionados del Interior, y si estos comisionados contemporizan con un» compañía cualquiera, y por cualquier concepto pusieren su , influencia y el poder que esta Ley Ifs confiere a beneficio de las Com pañías, entonces, estas Corporaciones pueden dictar sus condiciones, y los q. no estén de acuerdo con esas condiciones, o pliegos de contra to.quedan sin el pan de sus hijos.pospuestos,relegados de sua servicios por uo convenir a los intereses q.no conforraes con arrancarles la sabía a nuestra Tierra,quieren también quitar el oan a los que honrada mente lo ganan con el sudor de sus frentes, y además, nosotros creemos firmemente q.puesta en práctica esta suposición lógica que hacemos alrededor de la Ley titulada: cLey y Reglamento para el Servicio de Muelles y Puertos de Puertos Rico>aprobada por el ya extinto Consejo, Ejecutivo con fecha 8 de Mayo de 1^07, quedará rota y reducida a polvo la Ley de Inmigración que el Departamento de Agricultura y Trabajo tanto defiende y vigila de cerca.
Esta objeción nace del profundo conocimiento que tenemos acerca de cómo actúan las Campanías y Corporaciones Industriales del país.
La Guánica Céntrale o sus Directores, por ejemplo, consegaido lo primero, tienen las puertas abiertas y expeditas para lo segundo, y nadie sería capaz de impedir que ellos trajesen para utilizar en las
cargas y descargas en los buques o para otros trabajos el número que les diese la gana; de tórtolos o atricanos en perjuicio del trabajador
nativo. Ya^que son esclavos los que necesitan utilizar para las espío-
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82
LA esclavitud BLANCA
tacioties industrialetí todas las Compañías.
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A.hora bien, nosotros no creemos que los Directores de la Gudnica Céntrale hayan sido tan tontos que no hayan puesto esta, nues
tra suoosíción en la pjáctica alguna vez. ¿V" acaso to los los grandes centros industriales y comerciales de nuestro País, no podrían ésta suposición por práctica también? Si alguna Compañía la ha puesto en práctica, allí tienen los Republicanos la
inferido tan profundas heridas en su vida política en Puerto Rico. Allí tienen loa Unionistas tamhie'n el poder invisible que zarle en la gestación político-social de su vida. Aib tienen los lodependendistas. la pie.lra de tropiezo para el frPrftP^ a programa, y allí tienen los Socialistas el horrible monstruo frenjie a frente mirándole de Iiico en hito, en espera del
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ra deso-arrarle al nacer. AHí tienen los trabajadores el enorme pulpo
bebiéndoselos vivos, sin misericordia. Allí tiene el País, los enemigos de la Americanización Portorriqueña.
Si esto es.asi hecho, por algunas de las Comparas tan al País nada de extraño tiene que los trabajadores mueran de
hambre - en medio de la abundancia de su pueblo;
fanTan^
la trustocracia haciendo bailar a los h.jos (le
ffuillo (le muerte; podrán secfnir retorciéndose i'»'"f' da los déspotas hasta que la enolucion poniía ^
í'®, ™
Leves de los Pueblos y se ro upa el lazo de Unión entre las posibiiida
des de los explotadores y los Gobiernos o estalle como un Vesubio la indisnació" que se va acumulando en todos los pechos y que ya deja sentir su malestar.
. ,,
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Entre tanto, seguiremos nuestra labor sin detenernos a eonst derar los inconvenientes ni los obsiáciiios. perfeccionaremos el siste
ma de los ataqups que vendrán más vibrantes en contra de nuestros
enemigos a ca^a Estante. Señalando
ta ponerle al enemigo de la nación que amamosda ceniza en a trente,
y a los enemigos de nuestra tierra amada e ideales queridos, la P«nta dola tres pulgadas hasta que caigan envueltos en el sudario de la
L la espada de fuego que esgrimimos en el mismo corazón hundiéamuerte.
^
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Var Dríguez no está solo; el estuvo solo; detras de el, se en cuentran algunos combatientes y vendrán combatientes sm numero, T con los combatiententes toda la opinión del país sensato, y- aunque algunos sirvientes de la trustocracia se creen superiores a nosotros en
Puetro Rico, tendrán estos necios, limpiabotas del Trust que aceptar
el combate contra toda la opinión ilustrada del país, hKbNiii, A frente. Eutimio Macm uso
T<.-
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' R. VAR DRÍGUEZ 1
83
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Por Correo Interior En forma epistolar, un amigo nuestro se espresa en la Siguien te forma:
.
«La presente tiene por objeto el saludarles, y luego me place el
decirles que leyendo detenidamente algunos ejemplares de su periódi co, veo que hoy más que nunca está decididamente en defensa del de recho del Pueblo Trabajador de Puerto Rico. ■ '£ \ Solamente jíuedo ofreceros mi humilde cooperación, suscnbien-\ dome a su diario, el cual todos debemos proteger.
Si mi colaboración les sirviere de algo, estoy dispuesto ofrecer
la ?y también me place el decirles q no yo solamente,sino'un gran-nuií3»*ro de mis amigos hemos acogido con simpatías la campana que
Ustedes han empezado recientemente, y estamos dispuestos,^, anima dos por un sentimiento patriótico,a procurar se aumente el número de suscritores.»
Gracias al amigo que así nos escribe, y sepa cuanto agradece mos sus expontáneas manifestaciones. ^ ^ ; ¡Adelante, en nombre de la Patria. ¡ o^o
Al Poeta Var Dríguez V
^
Apreciado amigo y compañero. Saluda en mi nombre a tuR companeros
en la difícil y redentora labor del periodismo, que después de vencer miles diñcultades han sacado triunfante su ideal. Su perseverancia les ha prodigado el más risueño triunfo. ' De nuevo os saludo, esforzados paladines en las causas gran,
des. De vuestras almas brotan las ideas nobles y brillantes, como del fondo del mar surgen las brillantes perlas.
Con vuestra pluma habéis trazado las sendas úel altruismo y con vuestro ilustrado diario habéis ofrendado a nuestra juvenjud (una
lectura amena, saturada de ricos pensamientos y sabias enseñanzas.
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Y*' í M'
84
11
. LA ESCLAVITUD BLANCA
Nuevas luminarias han fiado espleufior al inmacolaao cíelo in
telectual de nuestra Patria, y de esaa luminarias, tú, olí, poeta!, has sido de las que mós fulj^or ha dado. Cuando pulsas tu lira broncínea, de tu mente se desprenden des tellos de luz y de poesía. También sabes.pulsar mag-istralmente la cuerda de rebeldía, para imponerte noble y virilmente ante todo aquello que significa ti' ranía y abuso.' iísalve, oh, poeta y luchador! Permanece siempre como noble gladiador. Tu eorapafiero
.
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Jpsé A, Olmeda. Sábana Grande, P, R.
Gracias, por las frases del amigo Olmeda, Aunque aa nos mes tan alto, agradecemos la sinceridad coii que son expresadas.
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Premeditacidn y Alevosía Dos grandes males sociales afligen a esta comarca:— Da eseaseí? y carestía de alimentos y otros artículos de primera necesidad, y los bajos salarios de los trabajadores. 151 primero de estos males podría ser remediado por el cultivo intensivo y extensivo de frutos menores. El segundo tendría un remedio eficaz promoviendo una
huelga agrícola. El primer remedio traería abundancia de productos
de la tierra y, como secuela natural, precios razonables. El segundo remedio haría subir los salarios a un precio equitativo, y ambos in
gredientes combinados, producirían una tercera substancia que po dría Ser llamada cbien estar público.» Con cruel premeditación, la Guánica Central, compró o arren
dó casi todos los terrenos circunvecinos propios para frutos y pastos
y los dejó realengos, llenos de malezas, enteramente improductivos, incapaces de producir un tubérculo, un grano, un pedazo de carne, o
una gota de leche o grasa, por que esa corporación sabe de la fruga lidad de nwetro jíbaro, quien sería capaz de alimentarse indefinida
mente con esos productos» negándose a dar su labor de 12 horas, por la ridicula cantidad de 60 centavos, suficientes para adquirir artícu
los alimenticios que restauren al organismo la mitad del calor y energía gastados en las notas de trabajo. Esta gran despropprcióa
A MR.MAXWELL Administrador déla CentralGuánica
Sigue oprimiendo tú,bárbaro exótico;
sigue riendo tú,burgués impío, sigue gozando de tu poderío con tu indecente,proceder despótico.
Sigue abusando de la mansedumbre de mis hermanos q a tus plantas gimen,
q ue luego lias de llorar,llorar tu crimen cuando todosseamos Vuelo y Cumbre. Por eso, lioy que mi Patria santa y noble, al Combate se apresta,como el roble resiste al Huracán que ruge y truena, ISI o creas me inclino cual el triste sauce,
sino que sigo mi valiente cauce
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hasta romper tu desleal Cadena. to d
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C-.,
rKDICE NOMBIVKS
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De(Hc.-ií<»ria
PAGINA í
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prólogo . .
Ij'lr ( (iiiicjnn .
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FPjMKlíOS DISPAROS...'.
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Cuarenta Oentavos Semanales , . . . ,
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O'^anotf Ahoro, Mr. DiDíngliam . . . . . . C'n i\joí7)enjo M.'is. lA'ilingham . . . . . .
67 69
Cuarenta Centavns Semanales . . . . . Contra la Gucii:ica Centróle EXTRA.MOS EN COMBATE FO'RMAL Contra la Guónica Céntrale . . . . . . . descansando dksi^ues dh la campa-
f.2
l.e.-nntieiuio I-alsos Rumores El Gühirtnn SometiMü. al'Trust . Scplan M;,|os VietJtos
xo estamos SOLOS
.
.
. .
.
.
.
.
eii el Senario
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.
.
71
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72
Crónica Lig^era Reproduciendo Nuestros Artículos
En un Folleto Ott^ü Coleg-a que nos Reproduce . .
Crónica A
Ligera
Fondo
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22 23 24 25
ff
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72 74
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.
74. 7o 75 76
Lns "Brisas del Caribe" Hacía el progresó . , Du>c<iiido Congenio
78 79
Por Correo Interior
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3
Frente a Fíenle
.
.
.
.
.
.
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. . .
.
Premeditación y A}e«rosía Se Rumora
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A Mr. Maxweil
(Soneto)
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87
A nuestros lectores X.a fcstivación con que se ha confeccionado este trabajo, ha h<í cho escaparse algunas erratas, q.«e no seíiaLamos, porque teutmo absoluta confianza que el público ha de subsanarlas.
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85
R. VAR DRÍGUEZ
físio'ógica entre la energfía que se gasta (Uiraiitc el descanso, e. p . que tedas las epidemias que pudiera evitar nuestro costoso e me i-a Servicio Sanitario, porque será la causa de esas epidemias, especia mente de las que se caracterizan por desnutrición. i i i,p Ha sido una tremenda alevosía de la Guánica Céntrale, e
clio de radicar las viviendas de loa trabajadores en las plazas e as
haciendas, por que premediíamente ha colocado a sus obreros en c diciones de no poder defenderse, desde el momento que alh no puede adquirirse una raíz alitnei^ícia,-un pedazo de leíía o un gra( o e carbón para combustibles, sino se paga en dinero coutante y ese ^ ñero no puede,adquirirse si no se trabaja por-el salario que bueiiamen te la Corporación. , j ..t /. • La fórmula del obrero que dice:— «Tuno puedes estar mas de una semana sin moler, porque dejarías de obtener la rabulosa ga
nancia que te produce mi trabajo, es contrarrestarla por esto otra de la Corporación: «Tú no puedes vivir una semana sin alimentos, por pocos que sean, y sin un techo donde albegar tus miserias, por ina as que sean.»
Y el hecho punible de reducii a un pueblo a la miseria
y a la desesperación, con las agravantes de premeditación y alevosía, al quedar impune, puede traer consecuencias graves, que nuestras í-utoridades deben y pueden evitar,
íCn sucesivos artículos, estudiaremos otras frases de este pavo» roQo problema.
(1)
Arquímhies Padnam. (1) Nuestro colaborador Paduain, perece, nlvMose de su promesa, y no coutl-
"uó,(le acuerdo cou el oiretlmiealo que hlao y comprouiiso(pm coutruio con ios lec tores.
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SE RUMORA I Que en el próximo embarque que há de realizarse el domingo,
tratan de suprimir doce trabajadores, que siempre se han utilizado en las Carretillas, por el hecho do ser-dicho embarque en cantidad, de siete mil sacos, y éste será realizado por los estivadores que vaq ■1 ' a la parte, compuestos de 20.
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Si esto resultare, sería aumentar más la miseria que existe eg
'*"^8lo8 hombres que desean ganar.^w vida y la de sus íamiUares.
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LA LSCLAYITÜD BLANCA
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Hacemos priblica esta uoticia, para ver si podemos evitar" que esto se realice; oííjaiinos bien, Sres. Maxw^ll, Miífil y Vigo. Más compasión y equidad con los que soportan este estado de cosas tan añictivoy lamentable, , Engecada, Pto. Rico,
Un Trabajador,
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