Mangas y capirotes; composiciones en verso (1900)

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MANGAS Y GAPIROTHS . . CO)IPOl:H C!ONE S .E N

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L. RODRIGUEZ CABRERO .

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' 1 emos, señores, por ue ra mala fortúnll, do 6 t s buenos aútores. lo tenemos una d de imitadores. .1 uiero llllmarla lt01'lfo. • ó t ir necia y audaz q·1 e s n cesar se de1ibo1•da; s lo ir6 que es capaz d i itar al sur.mm coi·da. e.a plaga, á mi .entender, go copia 6 algo imita, P. ara echarlo á perder, lo cual, á mi parecer, no tiene gracia maldita, No hay coplero 6 rimador que nolretenda á su modo imitar Campoamor. Aquí lo imitamos todo. Si es malo .... ¡ tanto mejor 1


MANGAS Y C'APJROTES L, RODRIGUEZ CABRERO

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Cada loco con su tema. Aunque el arte se desdora copiar es nuestro sistema. ¿ Quién no ha escrito su dolo¡y¿ ó su pequeño poeina ! Que es grave el mal se traRluce mas cunde ". se reproduce. ' 'l'odo el muodo se contagia. }JI que no imita, traduce ; el que no traduce, plagia. De tal modo ¡ olt, Ve1·eni11111lo 1 el imitar nos complace · riue escribió un genio fecundo una lmmorada .... ¡y ya hace l111111oradas todo el mundo 1 Y, j es claro! en la actualidad es el género que priva como última novedad. No tenemos inventfra, 110, señor .. .. ¡ ni dignidad l ¿ Hace un autor algo bueno que subyuga y que da el opio ? Pues, nada¡ sobre el terreno guer~mos .hacer lo propio, u meJor dicho, lo ajeno. Y sin respeto al lenguaje nos lanzamos á escribir llenos de envidia y coraje. ¡No podemos consentir que nadie nos aventaje l Si alguien l!U ingenio acredita

esa caterva 1™!uguada se desespera y se irrita, ~'• creyéndose hu~ill~da; para vengarse ¡ le 1m1ta · Y al imitarle, señores, como tiene el don funesto de no entender de prime.res, va y pone de manifiesto las faltas y los erroreR. Y de eRa manera toma la ;venganza que desea. No hablo, por desdichn , en br?ma. Si hay alguien que no lo crea que con su pan se lo coma. }in todo, por nuestro mal , influye esa turba aleve de una manera fatal. ¡ Desgraciado el que se atreve á hac.er algo original ! 1800


I

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EN LA PLAYA

¡ Contigo el alma enamorada sueña ! Cuando, alegre y risueña, sumerjed en las ondas cristalinas esas formas divinas con que las ansias del amor provoca~ , gime y suspira el viento, ruge de gozo el mar entre las rocas y se encrespan las olas de contento ! ¡ Bonito pen~amiento !


EL "OSO." IIay 4uien se está en la calle como un idiota 111irando á los balcones de su adorada , r-.á lo n'Jcjor, l:t chica, si es que lo nota 1\ 11 0 quiere asomarse 6 está ocupada. Uou el cuello estirado, fijo eu In acera, pasa las horas muertas sin saber c6ruo, ·'" por mas que impaciente rabia y es)lera la chica no se asoma . .. . '' ni por asomo .. ,

·...

8i acaso, pam alivio de su despecho, ><ale al balcón · un rato su Dulcinea. al 1•erla se da el mozo por satisfecho y quiere á todo trance que ella le vea .

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Pone en bianco los ojos y atento sigue l"dos sus movimientos con la miradi~ u1sc 1igeramente. . . . ¡ nada consigue ! Estornuda y se suena .... ¡ como si nada ! Y critica una serie Je evoluciones pnr la acera de enfrente con tardo pa~ o si n apartar la vista de sus balcones ¡pero la muy indina no le hace caso !


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No por eso se marcha ni se cohibe la sigue mirando con i asistencia. ¡ ~-ella de su conducta no se apercibe! ¡ Para nada se cuida de su presencia ! .Y

Hasta que al fin not11ndo cómo él la mira de un rnodo desr.arado é impertinente, le vuelve las espaldas y se retira cerrando lo~ cristales ruidosamente. Su rabia el pobre chico no disimula, hace, sin darse cuenta , mil desati no -, y se muerde los labios .v gesticula provocando la risa de los ,·ecinos. Da tres 6 cuatro vueltas medio atontado. se tira de los pelos y, al fin, se larga, furioso, echando chispas, desesperado . . .. f y á ~o cinco minutos ruefre á la carga !

A UNA FUENTE

. Oh fuente que dilatas tu ¡raudal por el valle y lo hermose~s, Y el espacio Y los árboles retratas . . . . . ¡ Lástima que no seas una fuente de carne con patatas .1


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¡ QUE RECUERDOS ! ¡Oh qué tiem¡)()s aquellos, vida mía ! Yo te umnba en secreto, J.leno de ti.midez, hasta que un día t.c decbré mi amor en un soneto. Siento no recordar como empezaba ; pero en él te decía 11ue mi alma por la tuya suspiraba , que tú eras mi esperanza, mi alegría, mi encanto, mi ilusión y mi ventura ; que para mí no había r¡uien pudiera· igualarte en hennosnra , y al final añadía que me estaba muriendo de tristtini. l~I Ro neto,. aunque malo, era expresivo, ~- ~· o, en mi fuero interno, juzgaba de un efecto decisivo aqnel final apasionado~- tierno : " ¡Ven, que me estoy muriendo!. . " Sin embargo 110 hizo mella en tu espíritu, sin duda porque el último verso era muy largo. Bntonces con la ayuda del Nueco dú-.cionario de la i·i11ia,


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MANGAS Y OAPTROTES

L.

inútil matroteto que hoy miro, con desprecio, por encima te escribí más despacio otro soneto. ' Esta vez me propuse seriamente trabajar á conciencia, de manera que, según lo dispnesto y lo corriente cada verso tuviera ' su número de sílabas extricto i ni una más ni una menos! Como ahora la tiránica ley del consonante más de una vez, me puso en ~n conflicto. Y tuve que luchar, horas tras hora ofuscado, jadeante ' pues el divino Apolo me lué adverso hasta salir incólume adelante. ' i Vaya un trajín!. ... Ya hojeaba el diccionaJ"Ío ~ya contaba las sílabas de un verso ' ó tachaba un concepto innecesario ya rasgaba cuartilla tra~ cuartilla ' ó apuntaba una fraRe que de pro~to se JUe venía á las mientes de perilla bien, sin ~arme cuenta, como un' tonto, iba desde m1 alcoba á la inmediata aturdido, colérico, impacieute .... '. i Qué labor tan penosa y tan ingrata ! i Cuánto papel gastado inútilmente ! i Oh, ex-vida de mi vida 1 Te aseguro que estuve á punto de perder el juicio mas, al fin, salí airoso del apuro ' aprendiendo de paso ' que escribfr á conciencia es un suplicio !

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ROJJRIGU.f:!lZ CAHRERO

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.\hí tienes el final, donde eché el resto : ' · Yen y calma eRte fuego en <JUe me obra~o .r perdona ¡ oh, mi bien ! si te molesto igual que á Laura molestó el Petrarca. ~las ¡ah! si de mi <¡neja no haces caso presto sucumbiré, pero muy presto, bajo los fieros gol pes de la Parea. " Bste segundo aviso de mi muerte -yo me estaba muriendo á toda prisa110 llegó, nor desgracia , á conmoverte. Antes bien-¡ ay de mí !-te movió á risa. por lo cual, ofendido en mi amor propio, desahogué mi dolor y mi aurn.rgura en estos versos que á la letra copio : "¡ Ingrata ! .... En mi desdicha te recreas ~· te causa placer mi desve ntura .. . . ¡ Basta que seas mujer para <¡ue sea8 traidora, aleve, cruel, falsa y perjura ! "¿ Ignoras que tus múltiples desden eR acrecientan mi amor que es infinito ? . ... ¡ No tienes corazón, ó, si lo tienes ~e rá de duro bronce ó de granito ! "i. Cómo vencer tu condi ción csq uin1 '? i. Cómo sufrir tan rudo desencanto"? ¡ Pnmto, si no te muestras compasirn, se mezclará mi sangre con mi llanto! " Derrnmando una lágrima furth·a triste y desesperado hice aqu( punto. Tnútil es decir que, desd e luego, no Re mezcló mi sangre en el a unto.


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MAXGAS Y OAPJ:ROTES

Al mes escaso recobré el sosiego Y hablando sin jactancia

te juro que en el resto d~ mi vida no he dado mayor prueba de con8tancia. CANTARES

Tienes los ojos muy ne¡?roR, y la tez blanca, muy blanca, la cintura muy estrecha, y Ja conciencia muy ancha. l\Ie diste una flor un dfo, pero aquella flor no era la flor que yo te pedía. ¿De qué le sirve al cautivo tener cadenas de plata, si el desgraciado no puede ni venderlas ni empeñarlas? El cura de la Cañiza tiene un ama pistonuda, y el ama tiene un chiquillo que es el retrato del cura. ¡ Con cuánto gusto sería sombra de tu cuerpo, Irene, si, por dicha, no tuvieras la mala sombra que tienes!


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Por la calle arriba, por la calle abajo ¡cómo vas, sin abrigo. en Enero ' 1uciP.ndo tu garbo 1 · Al vert,e desde I:~ esr1uina te he conocido el intento. No vengas á saludarme i mira que no tengo suelto! ,' iemprc vas acompañada , por lo que tengo advertido · pero te acompaña siempre' un cabaycrr¡ distinto.

CUESTIOK DE BOIRA. -Al verá la Girtnulis con el Cl1alo se me subió la sangre á la cabeza, y , siu decir amén, lleno de rabia, eché mano enseguida á la herramienta. Si no· me desapartan al momento hago allí con los dos una trigedia. - Así deben portarse las p1·eso11os si es que tienen cm·áztez y vergüenza. En tocando á la honrilla ha de ponerse por encima de todo la decencia, y cortar en redondo y por lo sano. Hay cosas q,ue no azmiten componendas . - Eso es lo que yo digo. Aunque me cueste hacer como .:il Gun·ión un viaje á Ceut:1, hago yo con el Cltatu y la Girtrudis lo que él eón la J esusa y el Gatera Mi diznidaz lo exige. Si algun día me at1·opiezo con ellos .... ¡hazte cuenta ! ¡Ya se pueden contar con los de/untos! - ¿Y lo dices de veras?-¡Tan de veras! ¡Pocas ganas que tengo de anna.r b1·onca y l1acerles goinitar las tripas fuera! - ¡Hombre! Ahí vienen el Cll.a.to y la Girt1·11dú1. Ya pué& ir preparando la herramienta,


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MANGAS Y OAPDIOTBS

mientras yo me las najo. -Aguarda un poco. - ¡Buena suerte y buen gorpe!-Ten pncencia -No me gusta por 1rwr de la justicia meterme en esa clase de contiendas. -Pero, oye .... -E11ta es la fija.-Si es el caso que ahora no pueee ser, por más que quiera ' Desde aquella custión, por no perderme dejo en casa olvidada la herramienta. ' -;-Y no debe pesarte, perque el homhre, s1 es hombre, debe usar de la prudencia. No hay que tomar las COiias t1rn á pechos. -Eso es lo que yo digo.-Y c11alsiq1tiern que sepa distinguir. Por una tía no se debe arma1• brmu:a ni ir á Ceuta. Se la coge en un sitio reservado ~ j Y con dos manguzds todo 11e arregla!

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DOLORA.

Oid la doloi·a siguient.e : Juan, de la noche á deshora , entró cautelosamente en el cuarto de Isidora, y ella dijo:-c¡ Qué imprudente!> Pero luego, el muy beduino, acobarJado de pronto á la mitad del camino, se marchó por donde vino, y ella murmuró :-e¡ Qu6 tonto !>


COSAS DE EJAIORADOS. > - No llores más, por piedad, pues me conmueve tu llanto. Uesc tan honda ansiedad. Irene., ¿ á qué llorar tanto? ¡V aya, tén formalidad! l<~ujuga el amargo lloro y ha lle tu tristeza fin ¿~o sabes que yo te adoro

con buen propósito y sin ofensa de tu decoro ? Da treguas á tu a tlicción . Si te ofendí á mi pesar lo Ricnto en el corazón , y estoy. dispuesto á implorar de rodillas tu perdón.

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-Has cometido uu exceso. - ¿Porque imprimí un largo beso en tu boca seductora? ¡,Por eso lloras?-Por eso - Perdóneme ustl!ll, sefwrn! - dPerdonarte? No lo esperes. Tu ligero proceder


L. RODRlGell:Z CAHU.KRO :!\l.A.NGAS Y CAPIROTES

demuestra que no me quieres. -¡Más que á todas las mujeres habidas y por haber ! Perdóname rencorosa! Cese tu ho11do descoosuélo levanta la faz llorosa. ' ¿,Para qué te ha dado el cielo esa boca tao hermosa? Para que yo me extasíe al verla como sonríe, alegre y provocativa; para que besarla ansíe ya que tanto me cautiva. Para darme desazones, ya que en ello te complaces de ·oyendo mis razones· para hacer teconvencio~es y para sellar las paces. \ -¡Ten piedad! No me atormentes y dame el perdón que espero. -¿Para que de nuevo ioteótes ofenderme? .... ¡Quiál .... No quiero sentar malos precedentes. - ¡Porque entusiasmado y loco dejé en tus labios impreso un beso, tu ira provoco? .... Pues haces mal, porque un beso sabe á glorii. .... ¡y es bien poco 1

<Los 11npulsos <le! amo1· no se pueden reRistir> ¿,A qué usar tanto rigor si mi castigo mayor es no poder reincidir? Cesen tu s crueles cnojo8; sé buena, sé complaciente; levanta esos claros ojo~ , y mírame frente á frente sin .tristezas 11i sonrojos. ¡ As.l! .... llcsp6ndemc ahora d}~s im'.1til que porfíe'/ ¡ No me pei·rlmiríis, sciíora r ¡Gracias á Dios que sonríe e:·a boca seductora! No di go más en mi abono, pues ya cesó tu esr¡uiycz y se disipa tu encono. - ¡Qué he de hacerle! . . .. Te perdono por ser ,la primera \·ez. -¡'Que venturoso me haces! - i Como vuelvai> ! .... - ~o amenaces, y pues cesó tu rigor sellemos ahora las paces con un ósculo de amor!


UNO DE TANTOS.

«i°M uera el i11fain e que el h onor 111 e ruba !> - exclam a don Fac undo , ardieudn en ira, al entrar e u la nlcolm donde duerme su e~posa doña l•:h·ira. P ero , al ver <¡ue é4n. airada , ~e leva uta ~· echa mun o á hL c~coba, se deti ene la v1111 e11 ~ u garp:a11t:1 , el ce ño , co n e~ pa11tn. desarru¡m ~· se declara e 11 ,·c r¡ru 11 ZOS•t fu ga . ¡ C u{111to~ . e 11 este 111undn

habrú11 h ech o el pape l de do n Fi1cui1do !


GAJES DEL OFICIO.

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- ¡Hola, Ju:lnal--¿Qué hay , 'l'oribia? -¿Cómo te va en el sen icio? - I'us muy bien. E~toy en casa de un 'l!wlremonio pacífico. · Pacun muy buenas vreso11as y aluego no tienen chicos, lo cual que eH una ventaja, pero muy gnmclísma-¡Y dilo! - La señora es muy señorn y tiene el genio l,uenísnw. Me dan muy poco que hacer entre ella· y el señorito. que es muy orsequfo.so ..:_¡Vamos! .. - l\1 uy orsequioso .. .. y muy diz1w - Pus yp estoy muy <lesgastwlet en la casa donde sirvo. Me vaece <1ue, cuando menoH se lo apiensen, rue las g uill(I . ]~ toy muy comprometida: Y:l ves tú, los señoritos, que son el diablo, andan siempre rondando por los pasillos, y en cuanto una se descuicln ' 'an y la sueltan un 11izco:


ªº

~JANOAS Y

CA PI HOTl!l~

una tiene que aguantarse por no armar un caramillo, ¡m..Y si se enteran los nmos buena velma te ha caído. ¡Y no te dan poca frt¡,,! Aluego los señoritos fie otuel"cen, y siempre est{m hiriéndola <Í una en lo YÍrn .v por la cosa má~ tonta , ' te arman la de Dios es Cri . to. - Tú paeces lila también. ¡Pus vayas con los remil«os qnc te ·v ienes! llfavorn1 e1~e á toas nos pasa lo mi smo. J,a que más y la que m e no ~ tif que dejarse dar pizrr.s. i Digo! ¡pus si PSO lo ll crn aparejado el oficio! Además, que siempre e. bueno dar g usto á los señorito8 y , en teniendo de aq11í, J>t;edcs sacar mucliísmo partido, si es que so n diznos y saben agradecer tus servicios. -Pero es el caso q ue un día Ya á suceder un COl(f{ito, pus yo no soy más que un a y so n tres los señorito .. -¡ Bah! ¡)Iejorl De ella manera 2m€s explotará tresp1·i11ws. y

J,. HODR 1 G UEZ CAHIUGRO

- ¡Si entre los tres d1JSf/racir111~ no reunen un pei"'lºO cliiCJ>! - ¡Anda, y que vayan entonces á pellizcar al Obi spo!

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ANACREONTICA.

Porque nos \' icron juntos, iJolatrnda Circe , ccib" la hermosa fuente que llaman de los Cisnes, tu padre, ante el juez, una reparación me exige . .. . ¡ y hay cosas que no tienen repara ción posible!


DESDE EL CHIQUERO. ·-·'¡Oh baldón! ¡oh injusticia! ¡Que se v a 1111 tnro como yo. Henci llo, honrado, y radrP. de faUJilia- dicho sea RÍn ofender ¡Í nadie-enchiquerado! ¡ E~to es ignominioso! ¡Esto es horrendo! ¡ S.rilid .•iu rlnelo , l1ír¡1·imas, cut'l'le11d11! Libre un tieUlpo, .felfa é indep endiente, como España en lo antiguo, antes de abrirse al Yil caf'faginbi incautamente - esto de riles ripio-en las feraces ,·egas de C1,1ba , á mi sabor, pacía entre rncas tan tiernas como audaces .'· con ellas hacía tl11lr·r·~ g11erras d e cwwr .'/ tl11lcex 11aceii.1 ¡ 011 p1·arlos, eo11 !'l'rdad, .fiero.• y ameno~ .' ¡Cómo os echo de meaos! ¡Qué apacible mi vida transcurría cuando era por fortuna, vuestro huésped, • sin otra o¡iupación, al fin y al cabo, que echarUJe sobre el césped, moJquear la oreja y sacudir el rabo! ¡Oh campo deleitoso


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MANGAS Y OAPIROTES

donde por vez primera humillé la cerviz á una ternera que me robó la calma y el reposo! Por ella el pecl10, conmovido, aun late l\las ¡ay! en este encierro ¿qué me espera? ¡ LYsciate ogni s<Jeranzo, voy clte'ntrate! Dentro de poco en desigual combate mi existencia será sacrificada ante esa tm·ba m:ulta que tan pronto enaltece como insulta. -¡La gloria populai· no vale nada!De uno. mala estocada es fácil que me venza y dé conmigo en tierra un mal torero sin pizca de valor ni de rnrgiicnza. Dispénseme el lector, si me exaspero; mas ya que he de morir, porque soy loro, como otros muchos "que en el mundo han sido, " quiero morir, al menos, con decoro, aunque muera C01'1°ido. Pronto el clarín sonoro auunciará á la plebe mi salida, y allí, sobre la arena, en lid reñida , tras una y otra suerte, víctima de cobarde arremetida, recibiré la muerte, que es el trance wás fiero de li. vida! El destino lo <1uiere .... ¡no hay escape!

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RODRTOOEZ CAHR"ERO

Mas ¡ay del que ~· o at.rape.! Si resistir no logra nn PUJ!WZa, Je hnr6 morder el polvo, saboreando l'l 1_,Jacer de los dioses:¡ la Ycnganza ! ·

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VUELVA USTED POR OTRA.

Con mucho misterio mi amigo Sa ldaña lh11L6 á don Gualterio .'" le aijo en \"OZ baja a] oidu : - e , 'u esposa le engaña, seg1ín he sabido. > Don (; ualterio quedó u11a "ra 11 picia mirándole airado <le piés á cabeza, y. al 611 como es hombre que uada snporta, le dijo indignado : - e 1 á usted ¿'lué le importa ?


CATILINARIA. A un poe+ta. fl"St h·o. _.. linata otmto 1muto Pn los versos que tmjan-ta trata siompro el mismo a~nnto. 1

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¡Esto nadie lo consiente! ¡1ra de Dios! .... ¿Ha~ta cuándo }'iensns estar nbusando de '" cecina r/P n1.fre11ir'? ¡(~ué pesadez! ¡Basta ya de ~a11dec1Js y pa1Uplinas! Deja en paz á las vecinas, 6 márchate i1uís allií da lns islas .filipinas. No sabes lo que te pesca s y voy á desengañarte , aunque no me lo agrad.ozcas ¡Nada! ¡que voy á soltarte cuatro frescas! Si al ver tus muchas sandeces trato de ponerlas dique, no es por envidia 6 por pique, sin o porque Jo mereces. Muestras en broma y en serio


L. BODRlGUEZ OABRIDBO

tu inspiración trasnochada tu falta de criterio ¡y . ueltas á •t>ces C'ada ripio que canta el misterio¡ Quieres darlas de chi~veantc, pero es tu ingenio infecundo soso, ramplón y cargante ¡y no hay persona en el mundo que te aguante! En tus copla~ sin substancia pruebas lrnsta la el'idcncin que corre tu in s uficiencia parejas con tu i¡rnorancia. Tanto y tanto despotricas que in cesar no aburre!', y ~iemprc te significas por lo mal que 1·er. ificas y por lo mal que discurre!'. En todas tus producciones al pareC'cr te has propuesto tratar las mi~mas cuestiones ¡y no sa bes lo indi.1?esto que te flones! Te goza. y te complaces en repetirte, y no ves, en tu obcecación , que es muy triste el papel que hace~. ¡A no romperte el han! ismo no sé córuo te convenza! t<:s demasiado cinismo. Vamos ¿no te da vergüenza y

hablar sierupre de lo mismo? Vecina , po1· c0111pas-f6n • •.. Yecina por I>ios, vecrna . .. . A mi v~cina As1mci611 . A rni vecina Joaquina. ¡Machacón! 'iempre con el mi.smo tema por activa y por pasiva . O no tienes inventirn ó llevas ruuy mal sistema. Si pretendes alcanzar de ese modo honra y pro;echo eres un loco de atar. ¡Hasta el presente no has hecho nada de particular! ¡ e necesita cachaza! Enmiéndate . . . . ¡haz un esfuerzo! pues, á juzgar por la traza aspiras á sentar plaza de mal!tuerzo. Si quieres hacer reir medita piensa, discurre ¡y calla si no te ocurre nada nuevo que decir ! Si con rigor te combato es mi crítica sincera. ¿Que te ofende? De eso trato ¡A ver si de esa manera dejas de ser mentecato! Causa. profunda tristeza ver á un hombre, así, hecho un lelo


MANGAS Y CAPIROTJllS

con semejante flaqueza. ¿Para qué te ha dado el cielo la cabeza? 1890. EL JUSTO MEDIO.

El jo1'en don }.. cisclo Ballesteros, por capricho, por tema ó por costumbre, todas las noches se acostaba en cueros. Y el joven don Pabián de Piedrahita, por costumbre, por tema ó por capricho, se acostaba calzado y con levita . Cad:1 prójimo hace lo que más le convieue ó más le place ; pero el hombre dP.cente-es ya sabido110 se acuesta desnudo ni vestido, sino en paños menores como deben hacerlo mis lectores.


MOIOLOGO. - ¡<Qué audacia! JiJntrn en rni alcoba paso á paso, 1· a'vanitt hacia mi lecho. i l•:n llamaradas de rubor me abraso .1· se me sulta el cotazón del pecho! ;llné angustio. a inr¡uietud! ¿Se ha vue lto loco ? Olvidando el peligro á que se expone se dirige á mi lecho poco á poco. ¡:\'o ~ab e el duro trance en que me pone co n i; u co nducta temeraria y cie¡ru , hija de su cariño 6 de su audacia! ¡Ay si mi padre á sorprenderle llega! .. ¡'I ué vcrgiic 1¡za, Señor, y qué desgracia ! , i avanza un paso más estoy perdida. ¿,Cómo al influjo de su aruor resisto? l'or sí 6 poi· nó, me fingiré dormida ¡, Qué es est,o? ... . Por lo visto, desiste de su empeño, y de8pu es de turbar con su presencia el tr~nr¡uilo reposo de mi sueño ~- la serena paz de mi conciencia, . e marcha .... ¡cuando ya me parecía se ntir r¡ue cos1¡U11leaba suavemente


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l\fANGAS Y C A PTROTJ!lS

el calor de su aliento en mi s oidos! ¡que su voz, insinuante y cariñosa, me subyugaba. el alma y los se ntidos! ¡Cuando inquiP.ta mi mente soñaba ele! amor con las delicias! ¡Cuando yo, conmiwida y ruborosa , esperaba, temblando, sus caricias! ¡No sé lo que me pasa!.. Estoy nerviosa, agitada , febril . ... Me arde hi frente; la sangre se me agolpa á la cabeza, ¡Ya no podré dormir tranquilamente! ¡Ay. madre de mi amor! . . ¡Qué desconsuelo! ¡qué soledad tan grande, y qué tristeza! ¡Ingrato! .. Por su causa me desvelo, y me E<iento intranquila , trastornada . . ¡No le perdono, aunque le quiero tanto!> . ... ~Y, ocultando la faz entre la almohada, ron: pe en amargo y si lencioso llanto.

EL QUE NO SE CONSUELA.

Ante el límpido cristal de una lujosa vitrina · en la tienda de la esquina me detuve, por mi mal, pues tnn deshecho me ví, tan sucio y tan mal vestido, que, loco y enfurecido, e con rnbia el cristal rompí. > Armó el dueño un nlbllroto, terció un guardia en la cuestión, y yo fui á la prevención .... ¡ pero el cristal quedó roto !

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¡¡GUERRA!! V creos t.le uu IK'M!ta

<iuo. Airado, aconseja. á Espnna que c•outra el moro arremeta, mas no pieo8ll ir á carupaiia... ¡oi utlojará nua peseta !

¡Sus! .. ¡Al arma , hijos del Cid! Volved por nuestro decoro y entrad fieros en la lid sin que le vulgan al moro la destreza ni el ardid. Nada vuestra ira refrene ¡A la lucha! .. . ¡á la matanza! Desde Gades al Pircne sólo este grito resuene: -< Ibero ~ . .. . ¡ guen·a y uengunza .'> Y si este grito no aterra á esa turba que se aferra en hacer barbaridades suene del Pireue á Gades este otro:-<¡ T'e11.ga11za y guerra!> ¡l\latad y herid como el rayo! Nada á vuestro ardor He oponga y combatid sin desmayo, ¡Recordad á Covadonga y recordad á Pela.yo!


.. MANGAS Y CAPDlOTEJS L. RODRfGUEZ CABRl!IRO

De Mclilla en lo confines suenen trompa~ y clarines, y tambores y cornetas. ¡ l<;nscñad á esos mHlsincs que nada vnlen sus tretas! La victoria os acOUl(Jaiia ¿.Uómo os podrán hacer frente cuondo al cntra1· en campaña lanceis el grito valic11tc de ¡Santiago y cierrrr E.v>aiia ! Adelante . . . . ¡y no flaquear! S i el botín os estimula g rande lo habcis de alcanzar. j .ra hemos cogido u n:i mula! ( Por algo se hu de empezar) Tremole, nle1tre y triunfante . <'l pabellón de Cn stilla . Xada os deten¡m ni e~pante , y co m·ertid á Melilln e n un cnmpo de Ag rarnnntc .

. . . . . . . .. . .. . . . . .. . . . . . . . . .. Hijos del Cid ... . ¡á la lid!

Que reciba el enemigo e l merecido castigo. Ucroicos hijos del Cid , eso nada 111á os digo; Pues es tanta la cmor. iórr r1ue me embarga el corazón y ardo, ele tal modo. en ira 'I uc las cuerdas de u1 i Jira estallan de i nJ ignución !>

Hay muchos de esta calaña · que al ver en peligro á España lanzan el grito de guerra ; pero se quedan en tierra como el Capitán Araña

1893.

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RIMA

Ayer fuiste conmigo complaciente, amable y cariñosa y expansiva ; hoy pasas por mi lado indiferente, · desdeñosa 6 altiva ¡Lo que pueden la rabia y el d1ispecho ! Tu actitud arrogante me recuerda aquel lunar que tienes en el pecho. entrando, á mano izquierda!


DOK QUIJOTE EK SIERRA IOREIA. (SO SETO ' ' ESTRAMBÓTICO '')

Triste )' desencajado ante una roca cubierta de zarzales y de abrojos, con los brazos en cruz, puesto de hinojos. á uu tiempo risa y lástima provoca. Los suspiros acuden á su boca, las lágrimas asoman á. sus ojos, y, en versos tan sentidos como flojos , la imagen casta de su amor invoca . Alzándole el faldón de la camisa, alto, seco, velludo, e8piritado, muestra sil cuerpo la indiscreta brisa. Parece un espantajo más que un hombre .. .. ¡y la infiel que le tiene en ese estado ni aun se acuerda del santo de su nombre '! ¡ Oh insulso platonismo ! ¡ A más de un idealista enamorado le ~ ucede tres cuartos de lo mismo !

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TEATRO AKTIGUO. nos

JUAN . J.~N LACALL~; DOÑA LRlONC)ff, A

LA RfoJ.JA.

-Es tanta mi cortedad que no me at~evo á deciros lo que con más propiedad rnn diciendo mis suspiros, mi silencio y mi ansiedad. Aunque tal vez sin razón, sella :mi labio el respeto, mis ojos, sin discreción, van publicando el secreto que guardo en el corazón. E~to lo dice el galcín. Ahora responde la dama: -Mal puede, ilustre don Juan " disimular quien bien ama su tierno y rendido afán. Si, ocultando su pasión, finge despegos ó enojos que no siente el corazón, el alma, que está en los ojos, nos descubre la intención.


MANGAS Y OAPTROTJDS

Por eso advertiros debo que, al decir que me adorais, nada me decís de nuevo, pues hace tiempo que estais si me atrevo ó no me atrevo. No sienta mal, por mi fe, la prudencia en quien bien ama · i•or ella no os tul paré. ' Mas ¿cómo ha. de ha.blnr la dama si el galán no la da pie ? En último resultado nada sabe, aunque ~ospechn; y, en lanc'!s WIÍ, es probado que el temor ex11gera.do "antes daña que aprovecha" El galán re11J>Q11df' alwm: -Encanta.dora Leonor .... ya veis, discreta. eeñora , q 11e voy perdiendo el temor, pues os llamo encantadora. Si cohibido ó timorato mi labio respetuoso no osó haceroH el relato de mis ansías, temeroso de ofender vuestro recato, Ya que, por ventura mía ha. llegado la ocasión que tanto ansiaba y temía ' os abro mi corazón sin doblez y sin falsia. Y con a.moroso anhelo

L. RODRIGUEZ OABRBl'IO

llego al pie de vuestra reja en demanda de consuelo. Tened piedad de mi queja, i os lo ruego por el cielo ! Elln <:on cierta .sonrisa: - l'or hov mi labio reliacio no os da ;·es puesta precisa. Antes ibais muy despaci", pero ahora vais muy aprisA. Bien claro se echa de ver, do~ Juan, que para. alcanzar e;; preciso merecer, y, así. quien sabe querer ha de snber esperar. l~l que rendido y amante á :cr venturoso aspire debe mo~trars e constante .. . . v, en fin. va he dicho bast.ante. J>erm'i tid que m.i retire. El galrín-Leonor altiva, escuchadme sin reparo~, no vulvái s ·el rostro, esquiva, ¡rnes sólo intento obligaros ft que os mostreis compasiYa. No me robcis el ~osie¡.ro. Hablad . .. . i mi labio os lo rucgfi ! , ¡. Venceré vuestro despego ? -- [ros, que mi hermfjno llega. 1~·11 ,,.a r11 1»~c:f'lui

dun

Dieg1J.

Ln ,Za 1w1 , sin ser not1uln d e .v11 hcrm ino, i~C retirn;

01


.. 02

L. ROJJRIGUEZ CAHRIDRO

<lu11 .Jiia11 1·1,q11it'I'<' lu 1·spad" // don DiPgo. anlinulo Pll ir;t dicr cun voz altnada: . -Tanto y tanto alrededor de mi casa o dejais l'Cr 1 don Juan, que .1 6rigo el tcmor de que en ello pueda haber ofensa para mi honor. Que á una dama corteja is eJJ cstti ca ll e, es bien llano y, ó ~u nombre declarai~ Ó satisfacción me daiR ' con el acero en la mano. JJ011 J11ot1: _.:.],, n que pretendeis está fuera de razón y, at¡uÍ, prouto me tcneis á daros satisfacción en la forma que gusteis. ~¡Su no1.n bre ! . : .. ¡decid lo presto! - Eo d1m1asiado ex1g11'. Vení di~puesto á reñir y á rtiñir me hall;; ig dispuesto i. qué má~ teneis que pedir? -¿ Q~uén es ?.... - ¡ Pregqata excusada'. Descubrirla fuera mengua indigmi de un alma honrada ; Antes m~ arra neo la lengua! -Pue~, b1~n . ... ¡ d~?ida la e~paJa: • cacucl11lla11 .- ¡, 11·e Dios! ¡ ois Yalienfc y esforzado! - ¡ Cristo! . . . ; tambien lo sois rns !

( ¡ Pardiez! Queda averiguado que son v:dientes los dos ! )

Sin darse paz ni sosiego riiin1 , mas ln 1·onda llegii // el don .Juan y el tlou .Dit'go, .y11s¡mulicndo ln rrfriPga /01mm la~ de l'illadiego.


OTRO DE TANTOS.

-<i Esta carta me prueba su delito ! ·i La pérfida me en¡rnñ.a 1

Y ¿con quién? .. ¡Con mi jefe! Es inaudito. ¡Ah, infames! ¡No sabeis lo que os espera!" Así exclama don Juan de la Espada ñu, con justa indignación, hecho una fiera. - <¿Y habré de consentir que un fementido el honor y la dicha me arrebate, sin volver por mis fueros de marido ? ¡ J,a dignidad me exige que )(, mate !> Y se lanza á la calle, decidido tí. hacer un disparate. Un mes 6 poco más ha transcurrido. - Y el insigne don Juan de la Esµadaña ¿ha matado á su jefe ?-¡fo, Ha ascendido.


ER LA ARCADIA. (CAPRICHO)

Filis, la bella Filis, la pastora más.garrida y hermosa <¡ue vió el cielo de la Arcadia feliz, burló traidora. á Lisardo, el pastor que la. adoraba, y transido de pena y sin consuelo el incauto pastor así exclamaba: -"¡Filis, ama.da Filis, dueño mío! oye la triste voz de tu Lisardo y desciende á la orilla de e11te río donde bañado en lágrima.s te aguardo. ¿Por qué, ingrnta, me hiere tu deRYÍO y merezco el rig11r de tus enojos ? · ¡ Muévante á compasión, si pueden taut.o, las lágrimas que 11alen de mis ojos! Pero mi humilde voz no te conmueve, ni halla pieda.d mi ll!loto en tu pecho más duro que la nieve. ¡Ya. que en atormentarme te recrc:is permita la justicia alta y divina que por mi causa ¡ oh pérfida ! te veas puesta eit el .lu1·0 trm1ce de Luci11a ! ''

***


08

MANGAS Y CAP:rROTEB

¡Oh valles, oh floric!os pintorescos valles de la Arcadia, por la JU ano del cielo bendecidos! ... . Vosotros que sabeis tantos secretos de amantes desgraciados 6 felices, ¡ por una sola vez, sed indiscretos ! Decid como la justa Providencia consintió de Lisardo la venganza y castigó de Filia la inclemencia. Narrad el caso infausto y sus dcitalles para que á todos sirva de exp,e riencia .. .. . ......... .... . . ; G~~~i·a~', fi~rhlos valles. y que Dios os conserve la inocencia! y

0

MEN UDENCIAS.

-Y a he perdido la frescura y la gracia que tenía

en otro tiempo - decía cierto poetastro á V c_n tura. Y é~te así le respondió : - No digas eso, querid? ; la gracia la habrás perdido, pero la frescura , nó. Tal vez á mis lectores parecerá mentira ; pero, según me dfo~n , los chinos en la Chrna , observan diariamente costumbres tan sencillas qué pasan la~ ':eladas tirándose chrn1tas. Si tú me engañas, Belén, obrarás como sensata, si yo te engallo, haré bien, pues aquí sólo se trata . de ver quién engalla á quién.


70

MANGAS Y CAPmOTBS

J~a tempestad rugía. Ella estaba á mi lado, y llena de pavor, se extremeeía. :Mi ardiente corazón, emocionado, junto al suyo latía.

i>a~Ó.la. t~~pe.st~d." .y·1~i~~tr~~·~7z~.'

LAS RIFAS.

..

triste enal nunca y como nunca belÍ,1, sollozaba y gemfa, y yo, ansioso y turbado enjugRba su llanto y la decía palabras de cariño que he olvidado el amor nos miraba y Sf' reía . '

; Por farnr '. .... ; Ba ·ta de rifas ó, hablantlo más propiamente, ue engañifas . y artimañaR ron la s cuales ciertas gente, Reñorns y caballeros, nos ~aca bonitamentl' los Jineros ; riue ~R sacarnos la s entrañas'. Parn siempre y de una vez debiéramos extirpar abu.sos de tal jaez, porque nos rnn á arrni11ar. Esto ya causa disgusto y los límiteR rebasa · de lo justo, pue~ nuncii falttt un sujeto que vaya de ca~a en cnsa. rifando cualquier objeto que por no ' 'aler, no vale la pena, ni Cristo que lo fundó. A su tenaz cRntilena no hay nadie que se resista,


72

l\IA-~GAS

7a

Y CAPIROTES

y, por fuerza ó de buen grado, hay que apuntarse en la lista con la entera certidumbre de que el propio interesado ha de ser el agraciado, ~egun Cf uso y costumbre Menos mal si obraran de buena fe, mas, por regla. general, sólo buscan el parné . ... Por lo cual no es ele extrañar que haya gente que de ese modo reuna, poco á poco, nna fortuna (t expcnRas de los demás (esto no será decente ; pero, hoy por hoy, es lo más socorrido y conveniente) Con.ozco, s in ir más lejos, en mi puehlo á un ciudadano mny ducho en tales manejos, y á <Juien nunca, aunque es un pobre, le falta el pan cotidiano, (mejor pued e <JllC le sobre) Estando en cierta ocasión pasando las de Cain, y queriendo poner fin á su amar¡:(it situación qnc empeoraba eatla día , pues al cabo no tenía un céntimo el desdichado,

ni cost~ que lo rnlil't'a , ni á quien pedirlo prc ~t:ido, se ingenió de tal 111a11 cra que adquirió, no ~é por dó11dc, ( á crédito, por supuesto) un reloj de mala muerte. estropeado y descompuesto, que para nada servía. Y fué y lo expuso á la suerte sin correr peligro alguno, pues resultó desde luego favore cido el muy tuno. Desde entonceR ha logrado continuar el mi smo juego sie mpre con buen rcsulta1lo y sin que n:idie se queje . .. ¡Vaya un hombre afortunatlo ! ¡Qué suerte t.an decidida · le proteje ! Con ese teje maneje se ha procurado el ¡1,nchó una renta 11lgo crecida . .. . i y aun no ha pagad~ el ,roló, ni lo pagurá en su nda ' 'ostumbre tan inmoral ¡ pcsin tal ! contra la cual me desfogo debe ser muy productiva , pues él de nada se priva ... . ¡Vive con un desahogo! ... . 10


MANGAS Y OAPIROTEB

\

Como ese prójimo hay ciento. Para adquirir el sustento cotidiano echan mano de tan cómodo expediente y viven sin trabajar explotando, sin cesar, á todo bicho viviente. Francamente, ¿ no sería más honroso y más decente que les diera por vivir de otra manera, dedicándose á un oficio que les produzca dinero ~in perjuicio de tercero '? Hablando yo el otro día con un señor respetable le decía: " Esto se hace intolerable, y el Gobierno debería. tomar sus disposiciones y sin 111ás contemµloeioncs, perseguir con energía esa costumbre funesto , tao en uso y que tan cara nos cuesta " Mientras asi me expresaba, el buen señor me miraba n silenció y sonreía, 41

L. RODRYGUJDZ CABRERO

'

hasta que por fin repuso : -"Pero, hombre, y ¿la Lotería'! ¿quiere Vd. mayor abuso? 1896.

7ts


..

RETAZOS.

1

Por más que lo satiricen en varias causas me fundo para afirmar que este mundo no t:R tan malo como dicen ; pues aun tenemos placeres y dichaR de vez en cuando, y, gracias á las mujeres, bien ó mal , vamos tirando.

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Don J ulián de Laredo y de Pastrana, en un baile de máscaras, á Juana co,11 Pura confundió. Y ésta·, quP. es muy ¡rua8ona y retrechera , respondió á don Julián de esta manera: -:-<¡Qné he de ser Pura yo!>

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Hace artículos Pascual versos á tutiplén ; pero unos le i<alea 01111 y otros no le salen bien.

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Todas hs tardes, invariablemente, acude Ja Socorro á una cita que tiene en las atueras con un íntimo amigo de su espose.

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Este, cuando ella vuelve, muy tranquilo, aunque lo sabe todo, no se inmuta y se dá por satisfecho con l.'acudirla el polvo. Por ím mutismo excesivo es célebre Primitivo, y muchos se han extrañado de quP. .siempre esté callado y nunca esté pensativo.

EL RATOM DEITRO DEL QUESO. Pues, señor .... U na turba de ratones numerosa y extensa, segun dicen añejos cronicones, asaltó una despensa, repleta, si las hay, de provisiones, y campaba. á su~ anchas, libremente, entre quesoH, chorizos y jamones hincándoles el diente. ¡ Oh venturoso estado 1... . Desprevenida, alegre y sin cuidado, de gustar á su antojo tan ricos alimentos no se sacia -y cuenta que no es nada lo del ojopero ocurrió una tarde, por desgracia, que indómita y bravía, otra legión igual tiene la audacia de invadir en tumulto la despensa y á la ¡irimera turba desafía que viéndose atacada por ensalmo se prepara ipso Jacto á la defensa. DiHpÚtanse el terreno palmo á palmo, avanz!f:n, retroceden, se reponen, y volviendo furiosas á la carga sin mied~ alguno la existencia exponen.


. 80

L. RODRIGU.FlZ OABRERÓ

La cólera sus ánimos embarga y queda la despeusa en un instante convertida llll un campo de Ap;ramante. Pero un ratón1 astuto y solapado, huyendo del fragor de la pelea, en un queso de b{lla refugiado, á solas, sin peligro y con pro\'echo, en hartarse á su gusto se recrea De vez en cuando asoma satifecho el hocico y exclama con voz potente que el valor inflama : "¡ Animo, compaiíeros ! ¡ No cejeis en la lid ! Bravos y fieros, llegad , si es necesario, al sacrificio y hareis <ic esa manera á la causa comun un gra n servicio ¡dichoso aquel que en su defensa muera! Defended con tesón nuestro derecho sobre el queso, el chorizo y los jamones de las huestes contrarias á despecl10. ' No admitais ¡vive Dios! negociaciones ! " Despues aiíade, al terminar la arenga : "Dejad que yo, entre tanto, como antaño al queso y al jamón sólo me atenga para ~acar la tripa de mal año. ¿ };xponerme á desastres y derrotas, mientras haya en qué hartarse? ¡Bueno es eso! " i Cuántos hay que las echan de patriotas y hacen lo que el ~atón dentro del queso!

1896.

LO CORRIENTE.

"¿Será \' erdad? ¿Me e~gafüirá Ventura? ¡ Mi sangre enardecida se subleva! ; Este anónimo infame lo asegura ! ¿, ;\las por qué lo asegura y no l<> prueba iento que me deRgarra laR cntrai'íRs incertidumbre cruel .... ¡Ay de tí, impura, si es cierto, por desdicha , que me .mgañas ! ¡ No lo quiera la sncrte, pues pagarás tu infamia con la muerte ! "

***

Se trocó la sospecha en certidumbre. ¡ Cuán, liviana In esposa y cuán indigna ! Pero, calmado ya, Fegun costumbre, disimula el espo o y se resigna. Con magnánimo arranque la perdona . "Cierto que me faltó- piensa y razonai\Ias tambien la falté de cu1rndo en cuando ¡conque en paz y j1Jg11ndo ! .,


..

EFICACIA DE LOS BAROS, I. J!)N

SAN SElBASTrAN

-.-¡ Oh Enriqueta ! ¡ Qué sorpresa! - J1jsteban, ¿ usté en los baños? . . .. -Veugo aquí todos los años, y crea asted que no me pesa. Suele haber pesca abundante en esta apartada orilla, y yo tengo mi barquilla y mi red .-¡ Siempre maleante! -Y usted siempre encantadora. -¿Y su esposa?-En Arcachón con los niños. - ¡Ah. bribón! ¡cómo huye de su señora! - Por allí les va muy bien. Y entre tanto usted disputa de libertad absoluta . ¿no es eeto?-Y ell"' también Nada interrumpe ni altera nuestra dicha conyugal, y en verano cada cual se divierte á su manera. -Usted sobre todo. - Así,

l


L. HOUH.16 l._'"' EZ CAURIDRO H4

\

MA-~GAS

Y

CAPJBOTES

asi. -Ya me lo parece. - Pero bien, ¿ á qué obedece el verla á usted por aquí '! A usted siem11re le dió espanto viajar. ¡ Cuánta timidez ! - Es cierto, pe o esta vez Pérez se ha empeñado.-¿ En culinto ·! - Quiero decir, tomó á empeño r1ue yo hiciera esta excursión. El , coa tantn ocupación. de su libertad no es dueño, ,v me dijo. á su pesar : «Vamos, l<:nriqueta, sé buena y complaciente, rn á tomar baños de mar.> Quieras que no, me ha metido en el tren , me ha consolado, y esta mañana he llegado, ¡ El pobre ! . . .. ; Es tan buen marido ! - Mejor&ndo lo preeente. - ; Ah , pillo! ¡y sin aprensi6n manda su c¡¡posa á Arcachón para campar libremente! -Y ¿Pérez'? ¡qué truchimán! Como en malos pasos anda, para estar más libre manda la 1mya á San Sebastián. -No diga usté eso. por Dio . . Si mi viaje ha consentido, no lo dude usted, ha aido buscando el bien de. los dos.

)Je explicaré. Con ,·ehemencia . .

ciframos nuestra Yenturn en tener una criutura que ulegre nuestra existen<:!ª· Bn balde por muchos anos, htl mos esperado .... i nada ! )las hoy vengo confiada en la virtud de los baño~. ¡ Sólo a nlrnlo esa merced ! -Verá Ud. como le pruebirn. -Quiera Oio~. 1uuigo E steban , que no se equivoque usted ! - A.hora, hablando de otra cosa, perdone Ud. si la digo que siento un ha1?bre lv>r~orosa , ¡Ya.ya!. . . . ¡Qu61dca lumrnosa 1. ¡ Almorzará Ud. conmigo !

...

n. 1'1N :UADRJD

- ¡:\arcisa! ¡pronto! ¡Narci~u! · Acuüa Ud. por farnr~ .\vise Ud. al doctor! . ¡ ~J uévasc Ud.! ¡ Oésc pma ! Dígale Ud. que al in:tantc ~¡ 11 demora. ~e Jire ente, porque el caso es rnny urg~ntc. ¡ .\ h ! quedtrai~a du_n P,1·ac~1cantc. j \'aya l . Slll 11llCI n · ¡ :\ 11d:111do ! ¡ A1 esca pe ! i A1 \'uclo 1

i

6


.. 80

MANGAS Y CAPIROTES

¡ .Al fin me ha otorgado el cielo un fruto de bendición! . ..... . .. . ... . ..... . ... . . .. . ... -Señor de :Pérez.-¡Doctor! Pase, pase, sin demora y eumine á L~ señora ¿Qué? ¿,La P.ncuentra Ud. peor? ¿Tendrá fiebre ? Por si á caso nbrfguela Ud. ¡ así! No se mueva Ud. de aquí !'lasta que salga del paso. ¿Se presenta bien la cosa '? ¿~o ocurrirá algcn percance? ¡Mire Ud. que es duro el trance en que se encuentra llli esposa !

- ¿Conque un chico? ¡Bien está! Tráigale Ud. al instante; quiern ver si el muy tunante se parece á su papá. -Pére1, tenga Ud. paciencia. - Me trastorna el regocijo, doctor; es el primer hijo que me dá la Providencia ¡Y después de tantos años ese fruto me 1,:oncede ! ¡Cuánta dicha! ¡J,o que puede! la eficacia de los baños !

L.RODRiGUEZCADRBRO

:

. Pobre Enriqueta ! Su afán ya1se colmo' por en t ero. ¡En el año venidero . Ja mando á San Sebast1án 1·

)

87


..

¡VAYA QUESI! .Juan. co11to11eándo~c altirn con aires <le mata . ietc y rp i rnr pro1·oc;1ti 1·0 como un chul o de .. ainete. por la s calles Fu be y baja, ronda de e .. <¡ui11a e n esquina , ga~ta rumbo, 110 t rabaja .1· d el ord e n a bomina .. .. ¡ P e ro es cnjr1 .1

\

~ o uelta e l cocomacaco que e su co mpañero eterno . .r e ntre un taco y otro taco di ce pesteF d e l fiobierno. ;. )lás quién ~ u cháchara a tuja? .'cgú11 él , nada le importa porque pin cha . corta y raja, aunque ni pincha ni corta ¡ Pero es caja !

J,a política es su fuerte; habla en tono chocarrero. y á cada fra se que vierté jura como un carretero. 12


.. "º

~ANOAS Y

C'APJROTES

,\ 1 débil le descerraja un palo entre ce_ia y ceja, . del que en. fuerzas le a\·entaja huye um1so y se aleja .... ¡ Pero es coja ! . No hay escándalo, pendencia, riña , barullo ó tropel en que falte su pre11encia: h n~cr ruid? es su papel. 1 Crrita, vocifera, ultraja, Y apenas ve un polizonte ruá~ riue aprisa se las na ja como liebre por el monte'..' .. i Pero es ca.ia !

RETAZOS.

-Irene Ju. flonccll:i, no sólo es la liorio~a sino bella, y , p1°r lo tanto, Irene es la única mujer que te conviene· i)Jira, no seas borrico, )' cá~atc con ella, buen Geromo. El señor la proteje. y e: muy rico. --¿J,a proteje el señor'? Pues . . no la tomo. 13ebientln v cantando se olvidan las penas; transcurren las horas fu gaces, ligeras. y entre bromas y bailes y risa· h1s almas se alegran. Y e nid camaradas ¡ Que virn hi juerKa '. Bebnmos, ca ntemos . y etdln'Cr, 1·tc1:tf'l'a . Buhigas de la Uinestrosa jamás pudo hacer migas con eu cspo~a . Por eso con razón dice Buhigas: - -< :'fo es lo mismo casarse que luicer 111 igrr~. >


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J;'rcx co11to 711 rr11·1t de la ju.,tici11 : ru,.ro ~a, \rana , frtl1Zil. ¡.;cea y torcida .

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jCAIAKDULAS. ! !I 11 11

\

¡0:1, ruoralista s rígido severos y dogmáLicos que manejais la péñola coruo si fuera un látigo ; que en las sociales pústulas poneis de 'tleno el caú tico ~· hasta qued ar afónico;;, jadeantes, casi asmáticos tronais como e nergúmenos en contra del escándal o; que libros y periódicos llenais con vuestros fárra go~ tan largos como insípidos, tan hueros como enfáticos ¿ á 'qué tantos esc rúpulos si , al fin , con vuestros hábitos mostrais de modo explícito que sois m•1.1• buenos pájaros? De la moral y el público ¿gué se os importa? ¡Un rábano! ¡Oh incorruptibles dómines, oh dómines imp<hidol!, que en manejar la férula sois como nadi e prácticos

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.

....

' ~ 1

y arrcweteis al prójimo

¡

que en el mundano tráfico, ~ in miedo á vuestra crítica que aloanr.a i1:1sta á los párvulo~ , se deslizó en un ápice {¡ promo\·ió un escándalo, dando de 1111Jdo ilicito á las hablilla pábulo ! .... ¿ A que vnuis en público con aspavientos gárrulos? ~Ial pese á vuestras ínfulas el público no es cándido, conoce vuestra máculas, conoce vuestros hábitos ; dejad de ser hipócritas, no os deis en espectáculo, fingiendo estar incólumes, ¡ oh críticos enfáticos ! ; oh fósiles ! ¡ oh trápalas ! ¡ oh moralistas áridos! ¡Dejad vanos escrúpulos ! ; Andar á freir cRpárragos !

lf,.

INDECISION.

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1

Me enamora la chica del primero ¡que mon{simal. .. . Pero es muy guapa la chica del Aegundo ó no hay chicas hermosas en el mundo. ~las tambien la que habita en el tercero ti1me un aire barbian y retrechero, Y ¿la del cuarto piso? .... Es una perla y ¿la del sotabanco? .... Es necesario verla cuando pone los ojos, as{, en blanco .. . . Todas me vuelven loco. Vayámosnos con tiento , poco á poco, y pues todas me gustan y las qui.~ro, por si ó por nó continuaré soltero.

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1:

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RECUEDO DEL BOMBARDEO. ( 12 DE

)!AYO DE

isns.)

Suenan, al romper el alba , los primeros caí'íona1.os, burgueses ~· no burguesc. salta11 del lecho azorados, y reinan en todas partes la co nfusión y el es panto. Juan , que ·reside hace tiempo en un pueblucll'l cercan o, despierta llen o de aagu:tia y, al escuchar los <li paros, á toda prisa se viste . recuerda que está afiliado á una sociedad cread<L • coa fhes humanitario ~, se coloca las insi gni as ~· echa á correr co1uo un galgo; pero en vez de encaminarse. como es lógico, a 1 teatro donde ocurren los suceso. toma en sentido contrario, y jadeante y sudoroso, ~rata de ponerse á :alYo.


UR

~I AXGAS Y

CAP JllO'.rER

\'arios amigos le increpan con dureza, en tono agrio. y le hablan de sus dcbere~ invocando su amor patrio: los p~oy ectilc1¡ , vibrantes, atraviesan el espacio, nnentra Juan despavorido c?rre y corre como un galgo, sin atender á razones y sin curarse de agravios. Insi11tiendo, los amigoM hacen de su miedo escarnio, y á gra ndes voces le llaman cobarde , ruin y gua11u;'r1, hasta. que al fin , impaciente, colénco, amostazado .Juan detiene su car1'.era , e para en firme, echa u~ taco se enj uga el sudor copioso · ' y exclama así, manoteando: - ¡ i Pero ustedes se figuran r1 11e soy un acorazado ? ..... . \

i OH CIELOS i

1 n bardo de c:1letre rmda e~caso, por cantar los hechizos de su dama , fat igó los clarines de la fama , obtuvo ~foria y con movió al Parnaso. )las en cierta ocasión hallól a al paso, quiso pintarle su amorosa llama, v. rn\\'iéndole el rostro con soflama , ~ o se di gnó la infiel hacerle caso. Jhndo claras señales de mal ¡?U~to dió su cariño-y lo demás se infiere{¡ un gañán torpe y zafio, aunque robusto. Direi ~ que la elección no fue discreta . Pero ¡ ay ! .:n caso tal ¿quién no prefiere ser robusto gañán á Rer poeta?


DE UN "LIED. " ¡ Oh carísima patria ¿ r1ul'.• te aflige'? ¿Por IJUÓ tu rnz al eielo tan hondas l)uejas sin cesar dirije ? ;. En qué cifras tus ansias y t u anhelo? ¿ Qué falta á t u ve ntura '? ¿, Qué desea. '? Alegre~· ~in recelo . ~e desliza e n ci ud ades y en aldeas tu existencia apacible y so egada , ~· aj¿na ;J, la aH1 bició n, libre de orgull o. te d uenncs extasiada de tus mágicas d:.nzas al arrullo ... . :-oñadora ind olente, bajo un dosel de palmas reclinada . ahuyenta s los pesa res escuchand.o ¡oh sultana de Occidente! el rumor quc,iumbroso de tus mares. Eres feliz. 'fe ensalzan los poetas y ciñen á tu frente co rona s de laurel. nard o y violetas, ~· en e ·trofas vibrantes y sonoras que palpitan de amor y de entusiasmo celebran los hccliizos que atesoras. Eres del mundo admiración y pasmo, ;oh patria ! ¡oh paraí so


102

r1uc Dios, clemE>nte, concedernos quiso, pc·rla q11P el 11w1· rle entre su condta rtr1·011('fl al agitar .~11.s oudaR plac1'11tNas fl'trza dormida eutre la e.~p11111a' blaucu d el 11Íl'eo ei11t111·ón dr tus riberas .. .. ;,Aun no te satisfaces? ¿Acaso los sembrados que embellecen tus campiñas feraces cual ríquisimos done~ y tributos con pródi¡rn n bnndancia, 110 te ofrecen en largas serie sazonados frutos'? ¡)fo te brindan las palmas SUM do~clcs los bosques sus cxplé11didas maderas Y sus múltiples flores los vergeles'! Del monte en las vertientes y laderas donde el cedro y la pénrloln dominan ¿ no extienden los cafetos la guirnalda del combo ramo que á la tierra inclinan lrt11 ba.IJa..~ d1· cr1nní11 11 de esmemlda 'J . i, Oh c;ir~sima put~ia ! ¿ que más quiere;'? 1. Bn que cifras tu anhelo'! ¿Por ventura 110 llevan en i-us labios tus mujeres la re¡wlada miel de la dulzura? i. en la profunda noche de sus ojos no h~y destellos de amor y de ternura ? ;:-Qu.1én no se pos.tra¡ ante sus piés de hinojos 11nd1endo vasallaJe a su hermosura '? . Puc , qué ;. 110 son tus hijo~ 111<lalgns, gcnero~os y leales ? i. ~o tienes regocijos ~· goces y vcutura celestiales '?

L. RODRIGOEZ CABRERO

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Tierra de promisión ¿que más desea~? Al contemplar gozosa como reinan Ja paz y la abundancia bajo tu cielo azul ¿no te recreas? ¡Oh patria! Eres feliz, eres dichosa ¡Bien te imedes alzar con arrogancia, altiva y otgullosa, pues la dicha suprema en tí se esconde! ¿,Ne te halaga el Poder y te acaricia y á tus anhelos con amor responde? ¡Oh tierra al bienestar siempre propicia! ¡a~·! entre tanto bien ¿qué echas de menos'? -Casi nada . . .. el Derecho y la Justicia ,


RESOLUCIOJ EXTREIA. Con trágico ademán y ronco acento así exclamaba Juan, desesperado: ·-''Parece que el destino malhadado se deleita y complace en mi tormento. l\li angustiosa penuria va en aumento; de la mane de Dios estoy dejado, y es tan duro y tan crítico mi estado que carezco de albergue y de sustento. No puedo ballar descanso ni respiro ; de mi horrible aflicción nadie se cuida, y sueño á veces con pegarme un tiro. Crece mi angustia, mi paciencia acaba, y reniego del mundo y de Ja vida, Si tuviera un rcwólvcr . . . ¡ lo empeñaba! "


UI BUEI PARTIDO. cCnando yo me case con la Baltasara vov á ser la envidia de.los camaradrs. Al cambiar de rstado cambiaré ric facha, vestiré á la moda, me daré importanci11, gastaré con rumbo, pagaré mis trampas ¡y podré afeitarme todas las semam1s! No el! que yo Jo diga p9r echar fanfarrias; pero todos saben que la Baltasara, como lista. es lista, como guapa, c11 guapa. Por conducto mismo de Ja int.cre11ada sé que tit1 posibles, pero en grande escala. ¡Iba yo ' quererla por su linda Cllr& 1


108

MANGAS Y

CAPrROTl!lS

¡Hay que hacerse cargo de las circunstancias! Sirve á un cahoyero de la aristocracia, que la aprecia mucho, que a trae en palmas. Ella eii la absoluta reina de la calla y es quien v.\ á la cornrra todas las mañanas ... ¡Lo 1¡ue habrá sisado! ;Pns no di¡ro nada! Ademá me consta que ese papanatas cuanti nos casemos . piensa regalarla cinco mil realetes, , como dote, para los primeros gastos de la. teru parada. (. Quién no ha de envidiarme semejante g11nga? Yo Reré un perdido con muy poca laClta )" con más de cuatro chirlos en la cara¡ pero a parte de c~o que á la vista salta, tengo mis aquel,,s en cuestión de faldas. Y esto 1;10 lo digo

por echar fanfarrias Ahí está el ejemplo de la Baltasara .... J. . a encontré en la calle, me agradó su estampa, la abordé enseguida sin andarme en barras y nos entendimos á las dos palabras. Una vez impuesto de sus circunstancias la ofrecí mi mano, se diznó aceptarla y quedó la boda lista y preparada. Cua.nti nos casemos cual la Iglesia manda cogeré la. dote para administrarla, y, si por acaso viene con sonajas, ya veré yo el modo de tenerla á raya. Libre y sin apuros viviré á mis anchas, andaré dfa y noche siempre de jarana, comeré en la fonda, jugaré á las cartas ¡ y á rumboso nadie me echará la pata:


¡ Solo de pensarlo

me cae la baba ! ; Cuando yo me case con la Baltasara ! ...

i:e

TAL PARA CUAL, c~o te dés pisto ni eches fanfarrias porque te quiera la Baltasara, que es una moza de rompe y rasga que nunca tuvo pizca de laclw. V amos á cuentas : ¿de dónde sacas que han de envidiarte los camaradas, ó poco menos, segan declaras, porque te cases con esa alhaja? .. .. No seas panol-i ¡V aliente ganga! Cierto que tiene la Balt.&8ara -no hay que negarlomuy buena estampa ; pero es sabido que ellO no basta.

De boca en booa


• 112

113

3'fANGAS Y CAPJROTER

corre su fama y, á lo que dicen,

su historia es larga ¿Quién va á quererte con esa C""1l llena de chirlos? ¡Pues tiene gracia! No te haces cargos de lo que pasa. El cabo.yero que ha de dotarla no es, como afirmas, ; un papanatas, y lo que intenta, segun las trazas, es deshacerse de esa chulapa, que ya le estorha, que ya le cansa. Todos sabemos que eres un maula, qu~ no diquela11, que no trabajas, y sólo quieres llenar la panza, lucir el cuerpo - Y echar fanfarrias, viviendo á. expensas de alguna falda. Si te propo11es salir de ~rampa11,

gastar con rumbo, cambiar de facha, por ese lado no hay esperanza; ya te conoce la Bnltnsara que siempre ha sido larga, n111y larga. ¿ Acaso pieni;as -si es que la embaucascoger la dote y administrarla ? ¡ Déjate de eso ! ¡ No seas lilaila ! ¿ Que si te viene· con zarandajas sabrás al punto tenerla á raya ? ¡ Bien ! Tú no sabes como las gasta ... .. . Si te descuidas ó te propasas va á darte una paliza diaria. ¡ Digo ! ¡ irle á elb con amenazas ! ¡ Qué geniecillo! ¡ Ni Dios lo aguanta! ¿ Y han de envidiarte los camaradas ? No seas JXJnoli


. IU

MANGA'!I y

OAPIROTBS

; V.aliente ganga ! Se necesita no tener la,dw para casarse con esa pájara. "

801 COIO UER. 1897 . De Málaga y Jerez en las ca -upiñiis hay riquísimas viñas que, en dorados racimos, en los meses estivos nos regalan con sus frutos opimos. En el amplio lagar su jugo exhalan y con él se fabrican excelentes y delicados vinos, que no i11:ualan

los del Garona y los del Rhin que gozan de merecida fama entre las gentes. Con sobrada razón nos alborozan ¡ cuán gratos y qué su:tves ! ¡quó aroma! ¡qué sabor! ¡r¡uó trasparencia'. .Pero cruzan el mar en anchas naves y pierden poco á poco su excelencia

**.. Desde el Pirene á Gades, de Gades al Pirene, en villorrios y pueblos y ciudades,

,.:


1 LO

:MANGAS Y

CAPmOTES

desde un confín al otro, }~spaí'ía tiene corazones honrados y espíritus ardientes, del bien y la justicia enamorados. Altivos y valiente11, con generoso anhelo, con todos los alientos de la raza, aman la libertad, bija del cielo, y siempre que el peligro la amenaza abaadonan Ja paz de sus hogares, y por ella combaten y pelean ; .pero cruzan los ruares y, al igual de 11Js vinos, se malean.

ALLÁ YEREDES . . Atiende á mis reflexione~. Hará seis años y pico que estamos en relacion~ , y por lo tant.o, me explico t~ impaciencia por saber si me caso ó no me caso -Todo puede sucederGrave muy grave es el pas~, pues domo dijo Alarcón hablando de esta cuestión, indica el apresurarse ·en cosa de tanto peso

*** ¡ Patria ! Ni bien, ni paz, ni dicha esperes:

sufrirás la inclemencia de los hados mientras lleguen á ti los caracteres y los vi nos agriados. 1 9 oo. Hoy como ayer-lo digo con 't risteza¡ oh patria ! son iguale11 tu¡¡ de!tinos;

pues les sucede al whiskey y la cerver.a i_déntica qesgracia que á los vinos.

6 tenel' muy poco seso ú g1·an gana de casa.rse .

.

¿Verdad que tiene ra.zón? Eso de tomar estado resulta muy delicado. La presente situación es crítica, abrumadora .. y 0 pienso en lo porvemr : ¿de qué vamos á vivir si nos casamos ahora? No son livianas excusas estas razones que alego,


118

\

~fA.NOAS

Y

CAPJROTKS

y harás mal si las rehusas. ¿So comprendes desde luego que, obrando cou rectitud , no me encuentro AD ~ctitud para ceder á tu ruego y real\zar el casorio. exponiéndote á sufrir las penas del purgatorio? Yo soy hombre de concieucia y, así; no dnbo inollrrir en semejante imprudencia temeraria, Procura tener paciencia , porque al fin es necesaria. Ya \'endráo tiempo!' mejorei; que el presente, y entonces nuestros amores sía ningua incoveoiente podremos santificar en paz y en gracia de Dios, siendo felices los dos de~pues de tanto esperar. Por hoy, hablando le;\lmente el consorcio me intimida, pues requiere mucho tacto. ¡Considera que es el acto más p:raYc. más trascendent.c y más serio de la vida! ~o partamos de ligero , mayormente si anda remiso el dinero.

L. RODIUGUEZ CABRBRO

119

No te apure Ja tardanza; bien puedes tener en mí absoluta confianza. Siempre seré igual que fui, Además: quien esperó hasta la fecha ¿ no ha de esperar algo más, rel!ignada 6 satisfec~a, si mientras llega el rnstantc de la unión indisoluble no ha de pecar de voluble quien dió pruebas de constante? Oye, y piensa en lo que digo. ¿Soy, por ventura, un danzante sin experiencia ni nada? ¿He de casarme contigo para hacerte desgraciada ? · No es que me muestre rehacio; per<• esas cosas, Belén, hay que pensarlas despacio .... ¡ y aun asi no salen bien 1 Si te disgusta la espera y tu madre considera que estamos haciendo el bú : que, de mod~ lastimoso_, pierdes un tiempo precioso .... tan precio110 como tú ; . 11i mientras yo me decido á ser 6 no tu marido y doy vueltas al magín ,


pues la duda me atormenta, se presenta quien te quiera con buen fin, acéptale y no hagas cuenta de tu invariable : Fermín.

MIGAJAS. ·Vaya! No vengas ahora echándolas de señora , pues no tratas con bisoñ..is. Ya sé que eres peinadora ¡ conque vetP. á po11 er 111oíio.~ ! Yo soy un pelagatos, y Cecilia , además de ser rica, es muy hermosa ¡ y no tiene reparo su familia en hacerla mi esposa ! Dejemos que In boda e celebre, d<isechando repul go y aprensiones. ¡Casi siemprn nos dnu gato por liebre en peore.· condiciones ! -Mira; Juan es un buen chico. tierno, afable, cariñoso, formal, honrado , juicioso y, sobre todo, muy rico. Además tiene muy buen genio y á todo ~e aviene, por lo tanto te conviene. --Y por lo tonto también. 16


19~

MANGAl!!I Y OAPill<>Tllll!!I

Sin cesar, Nicolaea , me zohierel!, mae refrena la lengua , si no quieres 'lue á tus necias hablillas ponga coto. Déjate de alharacas; recuerda e,quella tarde y aquel eoto . . .. ¡ si pudieran hablar aquellas vacas l

YA DE CUE'KTO, I. Pues, señor . . . . U na dolencia, extraña, horrible, es pantosa que desconoce la ciencia amenaza la ex i t encia del monarca y de su c!'pO!ln Doctores ta n renombrad os como ex perto>! y ~a¡rares lee prorliga n ~ 11 s cuirlados ; pero aún !ns más apropiados res11 ltan i nefi cnces. El asombro eR ge neral. J,os monarcas no se curan, sigue ad elantand o el mal y los médi cos auguran un desenlace fatal. Gime el rey con desconsuelo, llora la rein a afl igida, y todo es tri Rteza y duelo. ¡ Sólo un milagro del rielo puede salvarl e!! 111 vida!

u.

Al sntir ca si ya inerte el pul10, no se coosuelau


• l!i~

L. RODRIG.UEZ OADRlilRO • f24:

l\I.ANGA.S Y CAPIROTES

con su tristísima suerte, y aún luchan y se rebelan en las ars:as de la muerte. Pues a1,rnque, ya carcamales, pará col1D:J de sus males rnyan en la senectud. dieran lo ~ tesoro reales, por ·recobrar la salud. ·y como buenos cristianos, --perdida la confianza en los auxili11s humanoslos augustos soberanos •• ponen en Dios su esperanza. Con limo:;na. , procesiones y do · ·,ti vo1 al clero y plegarias y sermones quieren poner dilaciones á aquel tran¡,e lastimero ..... . Aunque invocan su clemencia ' la divina Providencia no se da por entendida, y aquella extraña dolencia les :va arrancando la vida.'

III. Inquieta y alborozada la ple ble, ansiosa, á la entrada de Palacio se aglomera, pue1 un milagro se espera. • ¡Un mil~gro · ! .... ¡ Ca~i nada l· · •

¿Quién á ese influjo resiste? De pronto, rígido y triste, se abre entre el pueblo camino un penitente que viste el sayal de peregriuo. Alto, seco, muy barbado, avanza grave y pausado. Se le aguarda con anhelo, pues á la Corte ha llegado como llovido del cielo. De santo3 anacoretu.s recogió gr.,udes recetas y filtros_maravilloso, hechos con planoes secretas, al decir de los curiosos. Por lo austero de su vida y aquel poder sobrehumano asombroso y sin medida, su fama era. conocida en todo el orbe cristiano. Llamar la atenci6rr no quiso· entre discreto y remiso; mas su presencia ea la Corte, como á impulsos de un resorte, se divulgó de improviso.

IV. Los monarcas, sin tardar, llamaron. á su aposento á aquel varón singular,

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L. RODR:IGUJllZ OA.DRJDRO

1H

creyendo que era un portento en el arte de curar. Entró humilde y reverente, y, una vez puesto al corriente de aqoella extral'la dolenl'ia en que se et1trelló la ciencia, habló del modo siguiente: --<Para extinguir ese mal que os consume y que os azota. en un pomo ..ie cristal tengo un líquido especial del que me reHta esa p:ota. Quisiera-¡ eábelo Dios!que de su grao eficacia disfrutárais vos y Yos; mas no puedn, por dei>gracia, repartirla entre los dos E~ta eB la do11is exacta. Si se aumenta ó disminuye, entonces en nada influye ; pero sorbiéndola intacta fuena ~· salud re8tituye. Sólo á ano puede salvar ; · el otro ha de sucumbir, y ahora me vais á decir á quien debo administrar este pasmoso elixir. > -V. ¡ Duro eootlicto 1 dQué hacer? Sin po.iene contener.

--<i A mí 1>-clamaron á una. de maoer.a inoportuna, el momarca y su mujer. Fija en ellos la mirada -<¿Quién cede1~-con voz p.iusada el penitente ~xclamó. Fue la pregunta excusada, puei ninguno respondió. La reina, fuera de quicio, miró al rey, como diciendo : --<Haz tú por mí el sacrificio>,sin que el rey, según entiendo, se le mostrara propici<.. -<Os doy, dijo el penitente, un plazo.> Angustiosamente la reina, entre lagrimones, prorrumpió, con voz doliente, en hondas lamentaciones: --< Siendo yo tu prometida ¡cuantas \'eces me ofreciste en holocausto la vida 1 ~Pero¿ tú no comprendiste que eso so ofrece . . • . y se olvida? Y si en aquella oca11ión te engalié, sin intención, al vernos, por nuestro mal, en este trance fatal ¿ me negarás tu perdón ? También en aquellos dias dichosos, mal que te peae 1

lt"(


MANGAS Y

CAPfllOTES

á diario rue repetias sin cesar, que preferias morirá que yo muriese. - ¡Soy n111jer ! ¡.Tanto ha c:lmbiado que no respetas los fueros de un sexo privilegiado ·t ¡A morir los ca 7Jalle rr1.~ .' ~¿A morir? . ... ; Pierde cuidado! - 1<... n este supremo instante · debes, á fuer de galante sucumbir, sin detenerte ' en eT umbral de la muerte. -No; las señoras delante. -A fin de que os ilumin e \..... el nombre de Dio inrnco. l\Jirad que falta muy poco para que el plazo termine. - Yo no cedo.-Yo tampoco->

VI. - " Dejad r¡ue un inome11t~ os habl e. Lo que háeeis no es razonable Y• decidid desde luego. ' i. Por qué mostrais ese apego á e11ta vida mil!erable ? Huid del mundanal bullicio tened en Dios confianza, ' y el que se muestre propicio á aceptar el sacrificio gozar~ la bienandanza

L. RODRIGUJ!lZ OADRJ!IRO

¡ Ah ! ¡ dichosa y bendecida .J>Or siempre, el alma escogida · que rompe sus ligaduras y halla ea regiones más puras nYeva fuerza y nueYa vida, Ea morir cifro mi anhelo. ¡ cuando querrá el justo cielo .... ! " Pero en esto el penitente, sin terminar, de repente cayó redondo ei. el suelo. Presa de angustia mortal eón voz ronca y sepulcral dijo:-'"¡ Me siento morir! ., Y se sorbió el elixir con asombro ge a eral.


ELEGIA.

¡Pobre Joaquín ! Al evocar su histol'ill permitid ¡ oh señoJ'es ! que derrame una lá¡r:rima infausta á su memoria , y que deRpues, enternecido, exclame : " ¡ Bien· mereces, si hay gloria, ir á la gloria 1" Airada, la fortuna siempre le persiguió desde la cuna, y sin tregua ni paz, mal de su grado, le manejó la 11ucrte á su capricho. d Que si fue desgraciado ? ; Con decir que fue pobre ya está dicho !

1 ¡,

~i


• 1

'.\.

LEYE~DA. I. Dueña de ricos tesoros, hermosísima en extremo, generosa en las acciones y ooble en los sentimientos, , feli~, aunque sin amparo ; sola, á pesar de los riesgos ; libre, pero sin temores ; con la fe puesta en el cielo, ; habitaba una doncella, allá ~b los feudales tiempos, el a)hergue que heredara i:le sus sencillos abuelos, . albergue como otro alguno, del,icioso y pintoresco con sus espeRos boscajes y sus vastísimos predios --siempre lozanos y &iemprEf d~ verde pompa C\lbiertos-'- ' q11e crqza red intrincada de acequias y de arr0y-.ilos ·• eu ·ouyas trémulas oodi.B, · " cuando ne l!ls riza ~l . vit:at.<>; ·> y

·,


18-l

L. BODBlGUlDZ CABBBBO

MANGAS Y OAP1ROT1118

á intérvalos se reflejan plantas, árboles y cielo, mientras se llenan los aires de perfumes y ¡torjeos.

u. Nada turba ni conmueve el bienestar ni el sosiego que disfruta la drrncella. en tan pláoidco aislamiento. Mas de improviso, una tarde. entre algazara y estruendo un buen golpe de jinetes, luciendo Hiro~n~ arreos, sobre corceles bizarros, arrogante~ y soberbios, con bulliciosa. alt'grfa invade el tranquilo feudo. Gran tropel de servidores, de pajes y de mont1oros, en conjunto ahigRrrado les siguen formando séquito. con gerifaltes y alciones, con mastines y podencos. Rompe la marcha 1rn anciano de ho11co mirar, alto y recio, quien, á juzgar por su traza y su durísimo aspecto de honras, vidas y hacienda~ es ael'for, árbitro y due!fo.

~

Deslumbrada y sorprendida : ante el vistoso cortejo. la hermosí~ima doncella se asoma, curiosa, á verlo. Queda, á su vez, el anciano, ante aquel busto soberbio, admirado y sorprendido; mas, del asombro repuesto ya en tierra, hinca la rodi1ia ~u señal de acatamiento. y entre fórmulas corteses de admiración y respeto, de la hermosísima dama solicita como obsequio que les brinde, aquella noche, en su albergue alojamiento. Hospitalaria y gustosa ella accede á tal deseo ; en derechura á la estancia se dirige el caballero ~· al trasponer los umbrales, iiiemprc con adusto ceilo, brilla en su torva mirada un relámpago siniestro.

rn. Para la hermosa doncella

fil~ el destiDo

aál..Ueno.

Aquella noehe. á cleehora arrebatada dfll lecho.

1116


.. L. RODB~GUEZ CABR.IOIO 130

á 'sus dominios, cautiva, la condujo el caballero, y la infeliz desde entonces gime en hondo cautiverio, sin encontrar á sus males lenitivo ni consuelo. A impulsos de la codicia ".ióse despojada luego de sus espesos boscajes y ui; vastísimos predios. Mas la fama vocinglera, que nµnca guarda silencio si el escándalo interviene 6 -hay deshonras de por medio. de t:in infame aventura · llevó .la nueva á otros reinos, y hal"ló en pechos varoniles ené~gicos movimientos de indignación y protesta co.ntm ar¡uellos desafueros.

IY.

,,

1111'1

MANGAS Y OAP.lROTJCS

Con a"Stucia ó por soboruo, sin duda algún mensajero pudo obtener que llega ra de la dama hasta el encierro, untavTsi:I m~rioso conllebtdó en estos térruinos : <Vuestra d.esdicha rue pesa. Confiad. Saharos intento.

Nada má por ahora os digo. Mucho os importa el secreto. A vuestros siervos leales dad aviso ... y hasta luego > Quedó perpleja la. dama y confusa, largo tiem~o, entre el hervor angust10so de encontrados Hentimientos. ¿ Será escarnio ? ¿Será befa? _ ? ¿ Se1:á verdad '( ¿Será un sueno ·

v. Con aguerrido jinetes un valeroso mancebo invadió aquellos dominios, y puso al castillo cerco. Por una y por otra parte se combatió con denuedo, y tras recias ero bcstidas y tras reñid os empeños tocó la victoria en suerte al arri~cado mancel.io. PaTa celebrar el triunfo hubo zambras y festejos en señal de regoci jo; mas no cesó el c11u~iverio de la dama sin ventura que continuó en su aislamiento. ' con más tristezas que nunca, sin que le fueran deyueltos ui sus espesos boscajes 17


• ~lANGAS

UJ8

Y

OAP.IRor.rE~

ni sus vastísimos predio~ , viendo, al hallar~c sujeta al poder de un nuevo dueño, burladas sus esperanzas y burlados sus deseo .. Desde ent0nces, como siempre, para su i11fortunio cruento no hubo justicia en los hombres ni hubo piedad en el cielo .

n. i

\

Borinr¡uen: pobre cautiva ;. por ventura el hado adverso te reserva igual des ti no que á la doncella del cuento'~ ....

DEL NATURAL. l. - ¡Lo dicho! ¡ Xo hay más que hablar! -Atjeude . . . -Sin dilación, por fuerza me has de coru prar el aderezo en cuestión - ¡ Pues es flojo el compromiso ! (.A qué andarnos con tapujos ? No tenemos lo preciso ¡ y vas á echar esos lujos ! Te consta y lo sabes, pero . . .. -¡ Natla l. . .. -¡Enseguida te ofuscas ! Vamos á ver : y ¿ el dinero? - ¿ No lo tienes '? ... . ¡Pues lo buscas ! -Y ¿dónde? ... . ¡ .Cuando te digo! . .. . ¿He de robar?- ¡ Inocente! Nunca falta un buen awign servicial y complaciente. -¡ Un mirlo blanco! ¿no es esto? ¡ Pues no ~nda el género escaso ! -Parece que te has propuesto contrariarme á cada paso. Pero esta vez no hay t.i tia ; puedes hacer lo que quieras,


• 14.0

1411

MANGAR Y OAPJ:ROTES

y, 6 me salgo con la mía, 6 ha de pesarte de veras. Tu indecisión me encocora. · y se me acaba el aguante Enseguida, sin demora, vas á tomar el portante. ¿Qué es eso? ¿No te resuelves? Te advierto que de hoy no pasa : tracR el dinero 6 no vuelves á poner los piés eo casa. -J,o que me exi.ies eR mucho .... -¡Siempre igual ! ¡Qué pasmarote! --Escúchame .... -¡ Nada escucho! ¡y andando ! ¡ de prisa ! ¡ al trote !

u. -Por de contado, á mi esposa debe faltarle una tuerca. ¡ Qué mujPr tan caprichosa ! ¡ y qué porfiada y (]Ué terca ! Por la .menor t11nterfa se arrebata y se sulfura .... ¡ Qué no tPnga ro energía para meterla en cintura ! Me causa, en todo y por todo, una sofoc¡ui na diaria. ¡ Qué gen iecito- ! ¡ Xo hay modo de llevarle la c'Ontraria ! Y ¿ {L quién diablos me dirijo para salir de este. apuro ?

¿A quién? No lo aé delfijo ... .. . Quizás el amigo A.rtlm> .. . . Desde la iafaecia le tinrt.o y es su amistad verdadera ¡ Nada ! Pasaré un mal alto .. . . · y resulte lo que ql'iera· ¡Qué sé yo ! . . .. Ten: o wn ~ mas, niéguewe ó no el fa,•or, quiero salir 1de este tranoe cuanto ruás pronoo, mejor.

JII. -Dispensa-¡ Cómo ha ·de ser! - Ya sabes lo que te he d1cho, y bien puede tu mujer prescindir de ese capricbo. Desairarte me contrista ; por ella y por tí lo ~iento . ... -Lo sé, Arturo ... Hasta la vista. -A propósito .. .. Un momento. Parece que á vuestra casa va un tal Pércz con frecuencia, y .. .. ya sabes lo que pasa. . - .. en fin, .... la maledicencia .... :m vulgo, quieras que no, habla. de todo á hurtadillas .... Desde luego, no es que yo dé crédito á sus hablillas. J,as rechazo, por supuel!to; mas por diversas razones,


• i•z

MANGAS Y CAPIROTES

conviene no dar pretexto átales murmuraciones. Y malo es que dé la gente en hablar, sin ton ni son; por eso, sencillamente, vas á saber mi r>pini6n . Llamas á Pérez, le invitas, como amigo, á que suspenda algun tiempo sus visitas, de modo que te comprenda. Te comprenderá en el acto; pero debes proceder con tacto . ... -Con mucho tacto, porque se puede ofender. -Si esto es 6 no conveniente , á tu criterio lo dejo. -Gracias, ya tendré presente la advertencia y el consejo.

IV. -¡ Qué salida ! ¡ Y la soporto ! ¡ Buena es ella! 1\li mu,ier y Pérez .... Ji~stoy absorto. ¿ Será verdad ? ¡ Qué ha de ser ! Arturo es muy mal pensado, y claro está que, en justicia, bien pudo haber excusado venirme ce.u la .noticia ... . ¡Bah 1 No me llego á explicar que mi mujer se deslice.

L. RODRIOUEZ CABRERO

La ge11te habla por hablar sin saber lo que se dice. Por lo demás, me he lucido ¡y tanto ! Ji~I bueno de Arturo no se dit) por entendido ni rnc sacó del apuro. Pensarlo rue causa grima: el tiempo raudo se pa a, la noche se viene encima . . y¿ cÓUJO vuelvo yo á casaº? Con mi wujer ¿ r¡uién sosiega en cuanto sale de quicio ... . '? ¿.A r¡ue Pérez no e niega á prestarme ese servicio ?

Y. -P.ues ¡ howbre ! tendría que \·er. Ea el acto, si señor. -Xo sé cómo agradecer tan señalado favor. -Disponga de e e dinero .\' si algo má necesita .: .. -Gracias, Pércz. le reitero mi gratitud infinita. Pero ba sta ya de charb --Recuerdos á la señora ;\[uy pronto iré á saludarla -Cuando guste; á cualquier hora .

143


MANGASY C.u>lllOTJBS

Será Ud. bien recibido, lo digo como lo siento, pues no es usted de cumplido. -Gracias. No echaré en olvido tan cordial ofrecimiento.

INDICE. .A hl ,.,. eso . ...... . .. . . ·-·-· ·· ·· · ····· ···· ········ ··- · ·· ·

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fa • In ¡>l uya •• • • · • • · · · · · • · · · · • • • • • • • • · · • • • · · · ·· · · • • • • · • • ·

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E l o/olo . . .

·· -- · -· · ·--····-······· · ··•· · ·· · ··- -. ········ · · 11. ¡:¡_

Don Q t.\jn~-, e n Sitrrn l\t on•na · · · · · · · · · ·· · · · · · · · · · · · · · · ·

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~!EE~R~f.~~:~;-;-:·:·: ~·: : :; ~~~~; : ~ _:~_:.: :;~~ ;~ ~::: :::~ ~~.: ~:: ~?~ \

L ns r1l us . . . . . ..•. .. . . · ·· ·· ··· · ······· · · ·· · · · · : · ·,······

U.eta1.os

·· · -· ······ · ·· ··· · ·· · ·· ·· · · ··· ·· · : :: :::::::: : m rll l Óll 1lentro del qn ll80 •• • . . • • • . . •• • • • • ••

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1:C.~t'1lt'l'1lo 1lt·I hoiulmrflro ... . •• .• . . ••••...•. ...•........ fl7. ; Oh ciclos! . . . . . . . . .. .• • . • . . . . • .. . . . . • . . . .•• • . • • . . • . . • .

09.

Jiu Un ·•Lic11"' ... . . .•..•• .•. . .•......... ... . .. •.••. .. . JUi . HcSt1lm•ió11 E~tr 111a ...... . ..... ...... .. . .. ........ ... .. JO:j, Un h110 11 Jltll'ti1lo . •••••.••• •• •...• • . ••.••••. . •.......••.. JOi. 'l'a J ¡mra l'Hal .• • ••... ... ..••....•...........••••..••••. Jll. 1111:,5:

~\ljl~ \~:~~:~c'f,.~~:-~.'~·.-.-.-. ·.·..·:::.·. ·:. ·_ '_'_"_- ~ .' _- .' _- ." ·_-_-_- .'.'::.' .' ::: .' _. V:~C:c'l·~u~,~~;1L;,~:: :··_-_-_- ~ :.-. ::: : ::·.·.::~::: : :~::: :::::: ·::: :: {~~:

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fJ~i'~~:~:~lt;;,·:_·_ :·:.-.-::::::·.:: :.-..- :::::.-.- -.::::: ::.- ~:.-:: .- ~.-.- 15;:

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