Poesías de Gerardo Alcides (1879)

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GERARDO ALCIÍ>ES.

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arcarte en mis rimas,

'oom/se embarca el touriste qúe bÚsca ignotas orillas;

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Si no te enojan las nnbcs.· ' ni te arredran. las neblinas .O v que, ea la Patria de las Musas, pocas vet'.e11 se di1ipan;

113ib1ioteca General U.P.R. MAY

• 1970

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• -7-

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Si tt1 gu11t11n las est1·ellas qne Pn el cielo oscuro brillnn, ~ como tribu de diamante!' f'lll un ptí.rnmo <le enigmas; ~

Si Ja mtílica te iufonde su v~cdad iuftuitn, (}...., sus mil estremecimientos, sus hondas meJu.ncolfns; Cf'-- •

Si tJl aroma de las flore!\ que dif unde noche tibia, Oto estimula los sentidos <'01110 un val10 de Sibila; (.¡-./

si ha llorado tn pupila; si sobre nue1tro destino algunas veces meditas;

Si tll agrada el cuchicheo de la fuente cristalina, que estí~ contando una hi1toriR que nadie al fin adivinn; c,.,.,

Si llevas, dentro <lel alma, como una voz escondida que, en las horas del siiencio, profundos suefi.os te inspira;

Si al oir silbru· el ave, sus puras notas admiraa, C\. y en tus labios aparece, como nplaUt10, una 10Drisa; V--

En fln, si tienes un poco de lo que tiene el arti~ta, es decir, si eres sensible, que es cuanto se nece11ita,

Si te atraen loe museos Y encuentras nobles delicias 'eu mir~ los monumentos que nJlí los siglos &1'lhivan;

Lector, recorre mis ver:ios, y que el cielo te bendiga; pues siempre ha sido noblez1~ rendir culto á ln P()('@ÚI.

Siha1 amado; si has creillo;


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Pero si, nl contrario, tienes <..-r el corazon dt? caliza; si tas nervios son alambres; si las artes te fastidian, c.

jBorúiquen ! dulce palabra

..

como las mieles del Hibla, C\_ en el arpa do un poeta tu noble encanto palpita 1 ~

Tira ni suelo e'lto volún1en, que pnm tí nada implica. Esto va con los que sienten, y no con los que mastican.

tl ha tlicho tus hechizos: ha contado tus caricias; r/\./ tl to ha puesto una diadema sobre tu frente de Ondina. C\....

Nobles hijos dti Borfnquen, tierra del cielo querida, ~ ojalá que mis canciones de vosotros fueron dignas. C\...

Si yo no tengo palabras, en el amor que me anima, ~ sabe, o.l menoq, que eros ¡siempre! Ja Musa que en mí respira. C\..-

Estos plilidOll renglones no saldrán de estas orillas: no son páginas de oro; sé que el génio lns olvida.

\

Pero fuera yo diehoe0; como el ave de estos climas, (7.._, si acogiéraie con cariño mis Pobrfsimns poesfne. ~

.

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" -11A.l aura dela tan\e voluptaoea que, en murmurio de beeoe ee adormía, derramó 1u !Mlipa,tica poeafa, como vuo de eeencia miat.erioea.

Y en mitad del 1llent1io que reinaba,

El hartlo melancólico. Y t.omó an laud.-Eo au cabeza,

la nugra cabellera se eocreapaba. Era jóven aun, pero llevaba ~ sellada, en el semblante, la tri1teza. Un poco original en 808 manen.11; mo'\"ible en su ademan, y di1traido, con frecuencia, entre fraeee la1timer111, &e le vía con labio sonreído. \

Y delante de t.odoe, se levanta; y toma 10 laud melodioao.y cantó.-Pero estaba tan nervioao. ne la voz le temblaba en la garganta.

y entre un grupo de damu y aefiorea,

como un eco de antipoa WeTaclorea, en su extr&Aa eanclon, bf eant.aba: Acudid, acudid, voy ' eantar. Jnntaol 'mi :redor. Hoy oa voy ' revelar loa eecretOI de mi amor. ¡Qué graciosa, qué bella eatá la tarde! ¡La tarde primaveral ! ¡Con 10 aol que apénae ~rde, con en brisa feativSW..· Acercat>S, señores, y el oido se pre~ f& la atencion: ea la historia de un gemido: aon cuento& del corazon.


-12¡,No os penetra, el aroma de las flores, toda. el alma., todo el ser T ¡,No es verdad que esoe vapores · son suspiro& de mujer T

-13Un be.so, . una promesa, una confianza, al pié de un lamento extraño. ¡El amor y la eeperanza junto al negro deaengaño !

. ¡Ay! así fué ta.mbien ... pero osndvierto que no quiero ver llorar; porque, a.1 ti.u, si ella se ha muerto, Dios allá la. hará gozar.

P-0r eso, cuando el-Sol, en el ocaso, derriba su luz bermeja, yo me voy, paso' entru .paso, Sintiendo algo que ee·queja.

Como un dios incensado por querubes, salió el Sol en su púrpura de Tiro: ahora,' ved: entre dos·nubes,

Y á mí, la nueva flor que·se atavía, y la brisa que murmurll, en esa horá del Íifa, me penetran de amargura.

dá su último euspiro.. Así estabas tambion ¡oh moribundo! la tarde en que su esptritu divino se elevaba al otro mundo, por misterioso cRmino.

Y yo miro, con ánimo cobarde,

Decidme ¡,porqoé á vecea en·la vida tan siniestra. ironía se divierte T ¡Una. tarde, embellecidR parR encubrir una muerte!

Otros ven los celngee de or.o y !iln, los arabescos fulgen~es, la poesfa que rutila en los ocasos ardientes;

-porque uti fosco recuerdo me delato.la belleza de la tarde, su erepúsculo de plata.


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Pero yo ... solo sombras me parece · cuanto abrazo con loa ojoB, y, ante el dla que fenece,· me inclino y poBtro de hlno1oB.

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y lloro con mi llanto de amargura, ain JJiBB vida que un proacrite,

Seducciones.

delante de 8ae Libro de hermosura donde un drama terrible me han eecrito.

Venid, yo aoy el Valae.-Conmigo se hau abierto os bailes de Venecia, las fiestas de la Corte. Mi canto de Sirena, mi seno descubierto, 11us cunas inmortales tuvieron en el norte. Venid; Weber, conmigo, convida al torbellino. Las Silfas, sobre el .césped, se agitan a mi acento. Romántica Hechicera, yo vierto el rico vino que exalta los sentidos é irrita el pensamiento.

Benace, en mf, el dolor de aquel inBtante, dilato el pecho, y reBpiro, en el aura palpitante, otra vez, de BU último auapiro, la trémula, la anguBtia penetrante· y vuelvo á verla quizáB,

cubierta de mort.ffera afliceion; y escucho BU eatertor ... ¡y la oraeion !..

Señores, no puedo mo.a : me eBtá ahogando el corazon.

Venid, yo soy la Polka.-lli aliento suspiroso, de átomos en átomos ae lanza jugu~teando: pintado p¡ijarillo, de canto melodioso,

.\

de un ramo al otro ramo, mis trinoe voy llevando.

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-17-16La Aurora, á la. azucena, los pétalos colora con l(rnguitlos reflejos de púrpura sencilla: yo pinto de reflejos, lo mismo que la Aurora, de púdica doncella la mórbida mejilla. Venid, soy la Polacea..-Debajo de mi risa, yo lloro las desgracias, con lágrimas de plata; del látigo del ruso, que cruje entre la brisa, la negra carcajada mi cántico retmta. Yo vi de mi Polonia la sangre religiosa fluyendo por las calles. al grito del cosaco; los piés de sus caballos resuenan en la losa, turbando todavía los manes del polaco. Venid, ·soy la Cuadrilla.-Mi fuego y mi locura vosotros conoceis, oh pechoajuvenilea; fantústicós vapores mi espíritu conjura, que embriagan y arrebatan en ímpetus febriles, La jóven pudorosa, la dama peregrina, se alegran en mis brazos y olvidan su destino; lo mis~o que la presa, que el vicio contamina, ·respira, desatada, mi arfilente desatino.

Venid, yo soy la Daoza.-La danza perezosa. que el Númen de los trópicos inspira á1mliente raza Las hijas de Borinquen, en noche voluptuosa, se mecen en mi hechizo,· que oculto las enlaza. Yo soy de la Poesía. la música secreta que vierte en los sentidos celestes vibraciones: yo soy el va.so de oro, con orlas de violeta, 11n que el Amor escancia sublimes sensaciones. Venid: yo soy el canto patriótico de gloria quearrullaánuestrospndres, dormidos en la huesa. Yo brindo á los esclavos la espléndidn. victoria, por un poco de sangre: yo soy la Marsellesa. Del fuego de sus venas, Rouget sacó l;lliS notas, que el Genio de la Historia por siempre diviniza. YÓ brindo aspiraciones y orgullo á los patriotas, y Fénix do recuerdos. renazco en mi ceniza. Paris. 1870.

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-19acá juegan, alli vtielau,

ó bien trinan ó amartelau,

por el fresco estimulados. ¡Y la brir.aT Ni se eeeribe ni se pinta sus delicias: ya verás con qué caricias, cuando llegues, te recibe. Allí irémos, en la grama, los dos solos á. sentamos Pues que vino Abril hojoso, Celia, vístete de lino y tomémos el camino que conduce al camoo ht-rmoso· y

0

conozco nn lugarcito,

donde el álamo da sombra á la mas amena alfombra que se ha viato en el distrito. No distante, va rodando sus cristales una fuente, cuya lánguida corriente pasa, uu himno murmurando. Pnj.a rillos delicados,

y charlar y recrearnos

en tan bello panorama. Ese beso enamorado que amenudo me concedes, nunca tic.ne ent1:e paredes la ilusion que en <lespoblado. Allí, el ave que gorgea, Jos a1Toyos que JWll'lllnran, dulce vértigo procuran en que dota nuestra idea. Todo inspira ~U contento, goce, dicha miaterioaa .••. para mi, no hay otra cosa


-20como el campo y su aislamiento. Vamos, Celia, date prisa; ponto pronto tu vestido que va. estar muy divertido, coqueteando con la brisa. Dej6"- en trenzas tu cabello, qne yo gozo, cont.emplando que va el ébano jugando con la. nieve dti tu cuello. El corsé, ni me lo nombres: es el mueble maa pesado que en el mundo han inventado las mujeres ó los hombres. Y á ser tú, la crinolina, que las formas enmascara, sin piedad la abandonara, por absurda, en una eequina. A est.e siglo ei;vanecido se le ha puesto en la. cabezR destruir toda simpleu pnl'I\> hacer todo fingido.

• -21Aun quisiera nr aquella simple túnica de lana, con que iba una romRua tan simpática y .tan bella. Así estás encantadora. Cnra Celia, se me pone

que hoy de celos se indispone, si te vé, la misma Flora. Vaya, pues, en viAge en viage, que ya el camJlO nos espera con las galas y el ropage de l" hennoea Primavera.


-23-

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La cantora aIQbulante. i Mirad, mirad esa fisonomio.,

. qué rasgos

' de belleza pura:

tiene Nada mas tierno bajo elsol se cna. Es un prodigio la infeliz criatura. Miradla mano que al pedir avanza, ¡cómo al mas duro á su favor convence! En la blancura, á la azucena alcanza, pero en la forma • 6. la de Vénus vence. Su esbelto cuerpo, su ebanáceo pelo, su rostro pálido, sin alegría, servir pudieran del mejor modelo para una Muea de melancolía.

0 tu, pintor, en cuya mano pura la forma huma.un se cambió en divina, ven, eterniza á tan gentil criatura, como lo hiciste con tu Fomarina. Ven á inspirarte de ideal terneza, tlelante de ella, como yo me inspiro, para que arranque sn febril tristeza, del labio eecép~ico, el mejar suspiro. ,Pues es Veleda, ia romana aquella que, en tluro mármol inmortalizada, nos emociona con su forma bella, tan melancólica, tan resignada. Cuando en mi oido su canciou résuena donde ¡la pobre! compasion implora, se llena mí alma de inefable pena, no puedo mas, y mi pupila llora. Porque hay en ella, y en su extraño acento, no sé qué enigma de fatal sentido, que me penetra de un r~ogimiento, como el que siente un corn.zon herido.


• Y en tal extremo la. razon me eieg a con el poder de su nervioso canto, que me parece una Sibila griega, pronosticando un porvenir de llanto. ¡Pobre criatura! La color de cera . que así te cubre, como un triste velo, está. contanoo tu existencia entera, con sus tinieblas y su eterno duelo. Tú vas cantando, como la cigarra, por esos mundos, como un paria errante, sin otro báculo que tu guitarra, tu voz nerviosa y tu febril semblante. Y cada nota que tu pecho lanza es una queja contra tn destino, que triste, pálida, sin esperanza, te deja sola en tu infeliz camino. Empero tú, con desearlo, ~ierns cesar la noche que te envuelve oacura, t plácidas . y l'1sonJ eras, y en horas cn.mbiar tus lágrimas y tu amargura.

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Porque eres bello, y en [el bajo mundo"J los hombres compran la belleza. ram. lias <le un nvaro, con placer profundo, cualquier caricia te pagase cara. Mas tú, sentidn. al escuchar la oferta, con pena puedes rnprimir el lloro, Y le rccpo11des, de pudor cubierta, que es más preciosa tu virtud que el oro. Ah! Y es verdad! que la mujer que vende sus nobles dones de pureza tierna, 50 l.Jre su

frente de marfil e:.:tieude la mancha odiosa ele una infamia eterna.

Cigarra, guarda tu_virtucl preciosa para consuelo 6 tus melancolías, Y sigue, pura; lamision penosa que el cielo impugo :1 tua amargos diaa. Que cuando llegue el funeral momento en que tu l.Jermoso corazou sucumba ' ' podrás al menos, sin remordimiento, cruzar 19s brazos en tu osonra tumba. 4


.. -27sobre el ramo aonreida, coando,cuentan qoe,en 161f1lid1, perdió todo su valor. Al concurso de laa flores que en el valle se vcfa, de una fiesta le servia tan extraña torbacion; Y formando, en cuchicheos, un murmullo perfumado, á las gracias de aquel prado daban nueva animncion.

El Zéfiro y la rosa. Dicen que una vez el zéfiro. sintiéndose con deseos de rendirle galanteos á una rosa singolar, Salió del bosque vecino, cierta tarde de verano, cuando el astro soberano se ocultaba ya en el mar. Al principio, tan gar!><Jso que rayaba en presumido, In. iba ecbnndo de corrido

Por fin, haciendo un esfuen:o supremo, el zéflro blando se va á la flor acercando, con extrema timidez; Y t-0dos ya se imaginan que le dirá su embeleso, cuando ven que lo da un beso, y se va con rapidez. La rosa se pone seria, ganando as{ en hennosura,

.

sobre cosn.s del amor; Pero, apenas vió á la roaa,

·.


• -29y por

Flora misma jura

'vengarse de la traicion. Pero ya sabemos todos que In venganza de un beso, no ll<'ga nunca al exceso de estorbar la compasión. En efecto, á poco rato del laucecillo contado, el zéfiro enamorado por In. pradera pasó; Y al notar In linda rosa

á abusar de su candor.

...

..

En el monte retraído, por Ja noche y por el din, pocas veces se Je vfa por el valle discurrir. ·Y en el trato 1mlamente de las ramas y· Jo.a hojas; deso.hogabo. sus congojas, su pesar y su sufrir. Pasó algun tiempo, y en esto, tambien una mariposa se enamoró de la rosa, tan luego como la vió; Y animada, en su belleza, de legítima esperanza, toda llena de confianza, en la rosa se posó. bQuéle dijoT No se sabe ni jnmns será s,abido. Sinembargo, han pretendido t¡uc la í.or so estremeció.

que ~asaba retirado, de su seno perfumado, un suspiro despidió. Con todo, no se deduzca de esta circun11tancin rara, que el zéfiro abandonara li\ conquista de la fior. · No tal: sino que tomín: de la rosa el ceño airado, por haberse aventurado

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-30De repente, de la selva, por nn capricho del lindo, el zéfiro enamorado ligeramente aalió; Y mirando la confianza ~on que aquella maripo11a l!Obre el iaeno de la roaa se extasiaba de placer, Se penetra de un enojo, que es la llama de los celos, y en tristísimos anhelos ltondamente empieza á arder. Y alt!iádo&e bubo apenas la enemiga ntaripo11a, corre, vuela hacia la roaa, con las alas del rencor:

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"Tirnna, le dice, icómo, sabiendo que yo te adoro, le das nsf tu tesoro á un insecto sin valo11" "Respói;ideme: ¡por ventura

-31tú ignorabas que mi seno

de ti sola estaba lleno y suspiraba por tfT"

"iY·sinembargo me olvidas, y te libras, amorosa,

1¡ una loca mariposa, .

en lugar de darte á ruf!" ",será acaso el oro :vano que sobre sus alas luce, lo que tanto te seduce, lo que vence tu desdenf" "¡Ay! que sólo le falta_ba, ya que al hombre tanto daña, seminar su vil zizaña entre nosotros tambienl"Con una coquetería que mo;itraba sin nmbagc, en su mágico lenguage, la roaa le respondió: "Sabe, pobre zeflrillo, que el que emprende con laatloree,


-32si no les habla de amores, grave fal ta come ti ó" ; "Pues no gustan, á fe rufa., las que llevan mi destino, ni de amor ti. lo divino, ni de ta ta timidez." "Si es verdad que en tus entraiíds con tal fuego me querías, dí dpor qué no lo decias ú lo menos una vezt" "Pa¡a, pues, si roe adorabas, con suspiros tu tardanza, que ni aun una esperanza ya te puedo yo inspirar." "Y ~sde hoy en adelante, los amores de esta rosa será.u de una maripo~a que los supo conquistat."-"Es decir que, en mi desgracia, me 0 bliga. á. esooger la suerte, entre i:ecibir la muerte, 6 que viva yo sin ti!''

"Puel! bien, la muerte prefiero, y tú me la ~a~~º· rosa, queriendo á una mariposa, y no queriéndome á mi." Del zéflro los suspiros estaban de amor tan llenos, que, ya no pudiendo ménos, la rosa se enterneció.

Y, sin dnda, temerosa de causar un mal suceso, le brindó la flor un beso ...• y el 1éflro se lo dió. Pero cuentan-no la creoque no por eso lo rosa le negó á. la mariposa los encantos de ~u amor; Sino que se repartía, y al uno su miel le dr.ba, mientras el otro gozaba


• -34de sn delicioso olor. Ya he dicho que no lo croo, aunque bien pudiera ser. Pero, en fln, el caso ea feo: que lo diga una mujer.

'l.· 1

La noche es un enigma. Fantástica hechicera que llevn. de brillantes sembrado su capuz, del Reino de lD.S SombrD.S, secreta mensagera, camina por los aires, huyéndole á In luz. Cuando en mitnd del cielo, sin nnbe ya ninguna, como un·en_gendro acaso del finimo creador, parece desmaymse la esfera de la luna, fijando sobre el agua su pálido fnlgor;

\

Cuando el fragante seno de las variadas ~ores, que nacen como Silfás, rianl!fiaa por doquier, derraman en el aura sus diáfanos vaporea, que son como all8piroa de lánguido placer;


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• 1. I·

Cuando la Tierra oscura, sin base en el vacío, por medio de mil astros, va rápida y veloz, y solo, allá á lo lejos, del piélago sombrío se escucha, murmurando, la enronquecida voz, De nuevas sensaciones, de extraños sentimientos, el alma y los sentidos se sienten asaltar, que en alas desplt:gadas de ignotos pensamientos, por dédalos etéreos convidan á vagar.

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-37-

Y solo, conmovido, delante del diorama que vierte, en suapreatigios, un flltro encantador,

en dulces gradaciones, el ánimo se indama, · y acaba por perderse en· vúrtigos de amor• ' ¡Amor! y solo ¡a'níorl penetra la Natura, cu,audo en la noche tibia se deja adormecer; y ¡cuanto con sus redes envuelve su hermosura. e~ fórmulas confusas, recue1•da la majer.

Enjambres de recuerdos de tiempos diferentes se elevan en la fiebre de suave inspimciou, . y dir.en, en silencio, sns frasea incoherentes, que escucha, sinembargo, latiendo el corazon.

como se Rl!pira el aire que sale de un jardín; y al menoe IJlll adivina, si acaso no se mira, la espléndidB belleza del fausto querubín.

Entonces, por el aire, se ve cruzar ligeras las mil emanaciones 'del Cósmos inmortal, y vuelan Ílin deatino fantásticas quimeras, que apenas deja verlás el velo nocturnal.

Se escucha su palabra, como una melodía, fecunda en ilusiones, mas dulce que la miel, y el alma se ftorece de cálida poeaía, como ftorece en Mayo la reina del vergel.

Viaione11 fugitivas, ó sombraa inefables, que acaso de muJerés inician el perfil, invaden los es¡jacios profundos·é insondablee. como lu Ídil falenae que nacen en Abril.

Y á veces de los ojos resbala dulcemente Ja perla quo en el alma cnl\iaba su crhtal, y cuenta, sin palabras, la lágrimB elocuente. la fueru misteriosa que ~erce lo ideal.

Se sienten sus alientos, el alma los aspira,

.

o-~.

-


-39Cómo palpitan los misterios vagos tras loe cristales de sus ojos bellos y pintorescos! ¡Y cómo, viéndolos, y al escucharlos, los gayos tiempos me recuerdan ellos, caballerescos!

Sus ojos.

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¡Qué bella es ELLA, con sus grandes ojos, ' .. . y las péstañns .de azab~~~ puro, muchas y herm08&8! Y ¡cuántas cosas los bizarros astros catan diciendo, en su decir oscuto, ¡oh! cuántas cosas!

..

'

¡Cómo file absorben la existencia . - toda tan belios globos de esmeralda suave, · con sus diademaal Y trovadores del amor maa dulce, ¡cómo me ca'Qtan, como canta el ave, tiernos poemaal

.


-41-

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Auto-de-fé. ¡Pobre abandonada! Funeatoa raagoa que en mi pobre mente

QuiBiera veros con serenoe ojoa, mientras el pálido papel tlamen, y hasta sentirme penetrar de enojos; Pero es tan triste il la engañada idea mirar en humo eu ilusion trocada, que mi punzado corazon flaquea. Y ¡qué le valeá mi infeliz mirada que os diga adioR, en su fa.tal mutismo, si poco ti. poco oe convertís en nadaT ¡~e qué le vale, si en el hondo abismo donde se pierde mi esperanza hermo88,. con ella ee hunde mi cerebro miemot

aembraeteia dulces y rlauetias florea con vueatra labia de falaz serpiente; Mentido& signos que, mintiendo amores, me diateia 1ueño1 de esperanza pnra, que el desengaño convirtió en dolores; Doradas carta& en que un alma dnra me preparaba, tras un velo de oro, todo un desierto de tiniebla oacum, ¡Al fuego, al fuego! que si acaso lloro mientras. morie en 101 carbonee rojoe, ea porque fuisteis mi mejor teaoro.

6


Y si n.lguno Born.ba, laruentando la ilusion que perdió, me parecía necedades de nn alma baladí qne inventaba nn 'pesar que uo sentía. ¡Ay! pero huyeron los dorados años!

'·

CaQtos de la vejez. Hul:io un tiempo feliz en que mi mente, clara y llena de luz y enardecida, llevaba de ilusion en ilusion, el esquife halagüeño de mi vida.

Se agotó poco 1l -poco el rico '\'aso, y en>ueltn. en su tristísimo capuz, la vejez se acercó, paso-entre Paso. Y la. barca halagüeña, en que cru_zaba los espléndidos mares de la vida, yace pobre, eu las márgenes sin luz de In. tumba, gastada y carcomida..-

Sonrisas de muj~r, unn. mirada, bullicios de festin, brindis de amores, todo, entonces, me hen~hfa el corazon de ruidos, de perfumes y de flores. Doquiera que los ojos detenía, orillaba la Verdad. El mundo entero, fecundo en sensaciones para mí, me brindaba su Indo lisonjero.

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Cantos de ·1a vejez.

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¡Amor, amor! indefinible efecto que estás turbando la existencia mía, ¡no ves que ya mi corazon provecto llega á la márgen dela huesa fría Y

Déjame al menos caminar tranquilo por mi sendero de aterida nieve, y que al silencio del postrer asilo, f,._.,.,.,,t¡, d.< ~~-"'- ~~....., ~ Blft BliB'l'Bll Já~as, Bll8 C-IUI ve; ¡,Por qué tus flechas, en verdad certeras '· no buscan pechos de experiencia ciegos,

1 1

donde con éxito mejor, pucli~ras, dando ilusiones, prodigar tus fnegosT • Yo me consuino, como el t.ronco anciano, sin savia. ya para auimar su rama, y dejo el mundo y su teatro vano Y un popre nombre que ignoró fa fama.

¡No estás mirando mis heladas venas, Y ¡,qné pretendes con on ser marchito,

mis canas blancas y mis largos años, ..:!, ..,t;_: úZ finco mi cuerpo, que ~ apenas 7;~ ~lacarga de mi desengañosT '

fuera del círculo-en que el mundo ruedatEl paso déjame; te lo repito: no quiero ver lo que detras_me queda.

¡ Por qué te empeñas en pintarme ahora

.,

á esa mujer, con elocuencia tanta, que t.u pal~bra mi razon devoro, que tu poder elcorazon me espantaT

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Mncho tieDJpo ha trMCurrido, y me acuerdo todavfa

de aquel día· que perdí un ser querido. Y en mi pobre alcoba eolá, ai me dejo entristecer,

Triste recuerdo. Bello, jóven y ¡tan buena! murió Lolo. Si lloré, no lo lé; pero grande fué mi pena. Yo la vf, en 11u blanco velo, que á 11u tumba la llevaban, y rezaban, entregándoeela 111 cielo.

1

:1

Luego, t-0do fué miet4!rio, cuando el neto termint\mos y dejámoe e~ siteneio el cimenterio.

suelo ver, como un ángel vago, á Lola.


• -49Ella lloraba. porque el verso entero vibraba en fiebre y en dolor cruel: "¡Morir! decía, cuando ~nas lo quiel'O; morir, ¡oh Dios! cuan~o esperaba en él ! " Y la olvidada, consumida enferma, junto á la tumba que Jo. aguarda ya,

La polka. .Kie11lra1 ie °-"e locar"" ot"fla111110 &ajo ta r•1tla~ de ,,.; warlo de e11"dia11/e.-:l'rlru·

Diez años hace, cuando yo era niño, que en un rincon de mi pnis te oí •. _ EUa, en sus dedos de celeste arm1no, ·ugó contigo para herirme á mí. ~ . Su dulce labio de vision ivina tus tristes notas de pa.sion cantó: era la historia da enlutada ruina, de un corazon que con delirio amó. . Recuerdo ahora que en el alma mm se deslizaba la ansiedad mortal, . y era serpiente que en mi ser mordía,

J

con sed de sangre, para mí fatal.

·/

se esfuerza y dice: "pero al menos duerma donde el ingrato á su pesar vendrá," ''Con su esperanza-la cancion <lccfala pobre esposa se dejó morir. y el noble pecho que de n.mo1· latía, ya nunca, nunca volverá. á latir." Y n.qnella historia de enlutado abismo, contada en polka por tan dulce YOZ, me abandonaba, en mi ccrel>ro mismo, a nu mur.do nuevo de intuicion precoz. Díez años hace, cuando yo erl\ niño, que en ~n rincon de mi país te oí : Ella, eue dedos de celeste armiño, clavó en las cuerdas para herirme á mí. Cancion lejana de mi muerta infancia ¡Porqué te escucho nuevamente yo T 7


~··

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¡Diez nfioshace! Pero todo ahora, como en uu sueño, lo recuerdo bien: etérea y bolla, la febril cantom, ee mi tristeza y mi vision tambien.

¡Porqué has venido; bajo el Sol de Franela, cuando olvidaba lo que yalPnsóT Si fuiste entonces:contagioso llanto, si fui sensible y padecí por tf, ¡porqué á. estns horas, con tu mismo n:anto, ca.ncion de lágrimas, te encuentro aquíT ,El bello Edeu de la niñez me traes,

Querida música, qµe me hns herido, ¡cómQ me abstraigo y me estremezco en tí! De lns entrañas del profundo olvido, contigo un mundo se levanta en m.f.

como un tesoro que dejé perder, rayo de luz que de repente ca.es en lo profundo de mi pobre sert 'Vienes acaso ti. castigar mi olvido -con el pufial de tu recuerdo, dítQnerida m(ulica, que me has herido, ¡cómo me abstraigo y me estremezco en tí!

¡Ah! sin palabras la historial romanza, mas elocuente, me penetra más; Y ese organillo, que sin té la lanza, me parte el alma, como un Satanás.

Ella, sus dedos de celeste armiño,

meció en el arpl\ con febril pasion, y yo, sencillo, pero ardiente uifio, vagaba en Ella con el corazon. Y mifmtras vfa en su na.drea frente, rielar el rayo inspirador de Dios, la polka-historia, la cancion dolienw, 11irvió de lazo entre nosotros dos.

·--

-


-53los ltilos y la red de vuestros nervios; yo he visto y manoseado muchas co1:1ns que encierran vuestros órganos soberbios. Sereno, he penetrado en el abismo donde se hacen las fuerzas de la vida: no he podido encontrar vuestro egoísmo, pero, al menos, yo sé donde se anida.

Uqa págiqa póstuIJ}a. Mas, ahora, señores, os lo juro, no me inspira el Reptil de la tristeza; aunque un poco nervioAo y algo oscuro, eatoy en poaesion de mi cabeza. ¡,Vosotros os reisT-¡Sois el rollizo pedestal del análisis acerbo! Yo tambien, ó. mi vez, os analizo con el prisma efi.cai con que os observo. Yo he estnruado la luz fosforeecente \

que late en vuestros ojos de granito. Yo tambien he horadado vuestra frente y he visto vuest,ro cérebro maldito. Yo he tenido, en miR mnnos codiciosn11,

Yo conozco la, historia desgraciada del[instinto del hombre: sé el secreto: detras de su ambicion, está la nn(Ja; detra~ de su poder, un esqueleto. Por eso me he escapado del osario, harto ya ele disfraz y de mentira. He venido á este sitio solitario donde al menos se vive y se respira. He venido á se11tir, junto á !a fuente donde Dios con el alma comunica. Aquí, un rayo de luz cae en la frente;] todo, aquf, se enaltece y purifica. El poema es hermoso. Esta es la vida con que sueñn el poetn-¡.AZeltlva!-


-54-

-55--

Ya está mi conu:on sin una herida. io Cósmos inmortal! In gloria es tuya. Mas tiemblo, como un niño, ante el diorama que abrazo con loa ojos, y me acosa la sublime belleza que den·ama una obra tan pura y tnn grandiosa.

Creedme: en el silencio de la vida, donde el ho~bre sensible se aventura, como un himno de náynd-e escondida, Jo mejor, es la fuente que murmura. Y á la som bm de agrestes lejanías cuando reina el crepúsculo elocuente, ¡no palpitan extrañas profecins en el vivo cristal de su corrientel He venido por eso .-Aquf, sentado, con la frente desnuda, la Sibila me hablará del Destino, y á. su lado, vagaré en Ja creacion con In pupila. Motejadme de loco : lmced alarde

¡Decís que soy un locol-¡Ah! Soberbios!Yo tnmbien, pobre paria de Judea, pertenezco 6 una raza, en que los nervios gobiernan los trabnjos de la idea. Como Wílliam Wi111ón, mi ser entero, mas sensible que un arpa suspendida, con el soplo del nite mas ligero, vibra y tiembla en las fuentes de la vida. Yo tambien, como Edgardo, he proclamado

\

los derechos, los lauros balagüefios de la Imaginacion, y be declarado que toda realidad está en loe sueños. Yo sé que soy sensible, muy eenaible: una aguja magnética viviente; ¡no es un don, sinembargo, prefelible al que tiene la i)eña, que no siente!

de graves, pero oidme.

)

Coronado con las flores que el Sol babia animado,: Pan cantaba las galas de la tarde. El bálsamo divino se escapaba de un enjambre risuelio de corolas, y en las alas que el aura lea brindab!l, mecfanse, cual lindas banderolaa.


-56Esperando la perla cristalina

-57sin rocas, sin arenas y sin monte,

que las noches le arrojan á la falda,

eran fajas .•.. ó cintas •... ó quimeras ••••

viuda al rayo de luz que la fascina,

como líneas a.rules de bori11:onte.

la hoja se dormía en su esmeralda. El crepúsculo breve se fundía, poco á poco, en la sombra. y el misterio ..... . Lo Real abdicaba con el día: cobraba lo Fantástico su impe1io. Todo allí era silencio, y sincro bargo, salpicaba el rumor por donde quiera: hundida en su romántico letargo, la Creacion era así mas hechicera. Si al cielo la mirada suspendía, tan profundo y azul sob1·e mi frente, las cosas que el destino me escondía se agolpaban confusas á mi mente. Si en las manos las sienes descansaba para darle un bajel al pansa.miento, como rápida sombra, navegaba por un lago de oscuro sentimiento. Por un lago turquí, cuyas riberas,

Y en mis sueños, esclavo taciturno de ignota y profundísima influencia, yo escuchaba, en el hálito nocturno, dilatarse y mecerse una cadencia. : era Pan que, de estrellall corouado, tras el diáfano tul que lo cubria, en el seno del aire 11erfumado, derramaba BU canto de armonía. Era aquella la hora fugitiva de la extraña impresion : ese momento en que el alnia, como una sensitiva, se irrita, se estremece con el viento. La hora de los <'íxtaais benditos en que vibra, en el ánima del hombre, la voz de los espacios inflni~ el eco de una incógnita ein nombre. Y yo, en todos mis múeculoa herido, como un hijo de Dios en el desierto, 8


• en mi limo mortal, era llormfc!oi en mi chil5J)a int'érióí', em deapftirt.o.

las mil vacilaciones de la idea, las curvas inefables de au vuelo. Tú sabias que el alma. que sedienta, sedienta de ideal, tiembla y murmura,

Con lae alas de un '11guila divina, se elevaba mt men~ poderosa, Y en la e:rcelmeavema albHfn,

la fiebre que la asalta y la alimenta,

penetraba atrnttlt y amblcldea.

ea la fiebre de Dios, no la locura..

• Penetraba mf íDente, y el oido,

Por eso te deploro. Y cuando estaba

dulce, láu~clo at'J)eifo ·eorprenaía .•..

perdiéndose tu vida ~Ja apufa,

Y era Pan qoe, en el éter eaoonClido, derramaba IU8 olu de armonía.

un& part.e de mf se desprendía:

1Loeo estoy ! Eh 1 traed la camiaola; que preparen la jaula, no eea ooaa

tu tenible eetert.or me 11;' arranca!>&:

que me asalte la farla.- ¡Pobre Lolil !

Señoree, ea~ Pá.&'~a cur!~ . pert.enece á un_ p~_ta, Y.~ lo V:~!I· .

Tú fo.iate tan aenaata oomo hermosa.

Hoy cubre aua deapqioa ~ loaa..

1Ahora eatM en el valle)olit.ario !•... pero nunea, en loe diaa qne viviste,

Sed juatoe con loa V8J!IOeAIDe leraia. .. Si ea ve.i :Ud.q\Ul tambi~ sobre t.piuerte, O Paaion de loa Hombrea, te encanii&allt

demente me llamastea •••• al contrario, tu en mis smiiioe, 0 P.Uida, creiate. Td tamb~, deate.,,..Ja de Judea, conociste, en tu et.orno desconsuelo,

ea digna de pi~ au. .tria&e-.-..rtiec · i ah 1 no turbea la pu

a., .. eeDllM.


• -61y de eucaut.o delieMlo, -J& ini ocrebro entwriNmado L

Jleditacio9e&. Ven á mí, travi~R Erato, w rubia Musa de alegria, ~ que sient.o mi fantaafa ferviente de inspiracion. Sentémonoe a\ IR SOJDbra de esta enclnR que suspira, !J..,,. . Q . y i\ loe eones de tu lira, ./ modtilame una can6lon.

Rr·

(.:;._.

'

Yo, entre taut.o, reclinando '!V sobre nn brazo la cabeza, k' sin pararme en la tristeza, r busearé la vaguedad; J'. Y. de mágicos peuaares

poblani mi aoledad. · . V Y• pa&Bron, ya,loediae, en que mi l\nimo cobarde, C9D las. luces de la tarde . se Cl\rgBbB. de peBllor;, . . • Y á 18!".ho.raa mas_~1erm~e de silencio y d~ poeBÍa, . , _ . }:l?ndamen,te se se~t~a con impul~ de 110!1'~· En los pechos te~na~es1 , lo que daña ó lo que halaga,. . . .. todo, al 11.n, todo se apaga, pó~ qu~ 88í lo quiso bi~a: Y ·~ja.lá DO fu~ra· el homb~

.

~

~ . '

.

mas que un mármol indolente, que olvidsra enteramente .. · cuan't.o va dejando en pos. ¡Qué meim'Jl(>ttA la·inemoria, si en el arca de .mi aeno · ya no existe 'Di veneno • -


r :

-62Mariposas vaporo1a1, que volais a11¿ Alo ltúoe

ni enemip init.acionT ¡Qué me importan lonecuerdoa, triste gérmen de doloree,

á loa pa\lidoe refltúos de la lmcrepuacutar, ¡Sois &ca.o mil ideas que, en el seno de lae ftoree, vais sus la\nguidos olores ailenciOMI! .\ Aapirarf Muellemente ~o meembrlaco de magnática poeafa, mientras duerme ~l alma mía como al eco de un laud; Y en mitad de los misterios con que mi ánimo se encanta, como un génio, ~ l&vantá mi lozana juventud· .

si es capaz de otros amomee mi sereno corazonT ¡Qué me importa, si mi vida. sueña nuevas i1118lones, y si siento aapiracionea

de ideal felicidadT ¡Viva el mundo! ¡Viva el hombre! ¡ La borrasca y la bonanza! que ea un fénix de esperansa

cuanto ve la humanidad. Y d~~f .e~tre laa eo~b'8', comq un P.nio q11e p~ q~ l!' ~ ee de~ con su 1~brego papm; .

Que,~~~ lijbclt7 ~ 1

~

que~. ~~ un ulva, . paao 'puo,

tns el alba,

llega el llMrede la la•.

Mnsa, eanta la al61fta,

1.~

canta el tinte de las a~ os deleite&, loe amorea y la ciega eul&Mlioa¡

Cantaelfaesoqaeen Wvenu va fluyendo ooaUamente,


vino'

cuando el eiipumeécent.e desenfrena.el oorazon; .

Canta de ellas las virtndee, las celestes emociones que, en sus pnras oraciones, Dios lus hace sospechar;

Canta, en fin, c'!18nt0 ia tierra · de risueñ.o:~a en su lodo,' ~ pero can t.a; &Obre t.odo, ·

Pero, Musa, no mas lejoa lleves, no, tu fiel tras un to cuando llegues á eate pnnro, deja el cántico morir; Porque, en suma, en este mundo, la mujer mas eeducrora,

la beldad 'de la Mujer. Nobleg fonuas de alabUCro; rostro hermollO hasta el excesó; · labío 1ldo; donde ·un '&eso·

1.

bebe fuegos de p!acer; Rubia ó negra cabellera, rica. en ondas y abandosa, · quc,·a manera de la rosa,

es la ~a de Pan dora que jamas se debe abrir.

radie aroma en' derredor; Y ojo~ de él>ano ó. zrulro; de magnffica ·b~lleza, donde duelina eH trfneaa que es,hennaila del amor. CantÁ de ellas laa cariclaa, ese dulce n1agnetiamo que del mi1111-0 eBCeptlclamo helo viat.o yo triunfar. 9

• • 1

-

·'-

·--

;

1


--67mi desatino logre pintar.

· El Valse.

-

Genio sooretq de la Poesía, mi fantasía ll~na de ardor, y sea mi pluma, sobre este pliego, dardo de fuego devorador. Que tras el prisma que yo celebre, frie de fiebre salte á brilJar, y en giracionee de 'remolino,

El valse, el valse es mi locura: ¡cuánta ventura se encierra allí! ¡cómo se enciende, en cada vena, fa sangl'e, llena • de frenesí!

¡Cómo. se mudan los COl'O.ZOllCS, de aspiraciones e11.m1u;antial, mientras, en medio de tanto ruido, cada sentido sueña ideal! En el torrente de la. armonia,


.. -68-

bulle alegria, hiervo placer, r.omo chispel\ menuda plata la catarata qne v.a i\ caer. En nuestro11 brazos, mujer hermosa, que es vaporosa divinidad, su alient-0 brinda, que nos imprime Ja mas sublime sensualidad.

\

Sus dulces labios, de amor cubiertos, van entreabiertos como un clavel, y nos parece que en su emheleao,

,

-69piden un beeo para su miel. Sus grandes ojos, medio dormidos, pRrecen nidos de bengalí, y se presienten suspiros vagos en los halagos 11e su turquí. En en belleza que nos hechizo. se simbolizo. la languidez, vision o.c&BO de amante ruego, que fo1ja el fuego de la embri~ez, Dulce heclticera, medio dormida,

~


-70 ........ sueña una Yida d11 inspiracion~ . y los encantos en que se baña, son una extraña fu.soiuacion.

1,

¡Oh! dadme, dadme mujer hermosa, tau vaporosn

como deidad, y valse ardiente, de amor 'fecundo, que inspire un mundo de ceguedad.

\

Torrentes dadme de vibracionss, en cuyos sones me embriague yo, y abridle campos á mi ventura, que la locura me arrebató.

Ulti~os

renglones.

Est(l.1·izo dorado va conmigo desde que ella murió. De mi tri1teza, de mis horas amargae, es testigo, Despojo celesti:\l de

s~

belleza,

él recibe mis lágrimas, y el mundo no me puede ofrecer otra riqueza. Fecundo en mil recuerdos, y fecnndo tam bien en ideal melancolfa, será. mi crucifijo, moribundo. ¡Oh ! dulce bendicion del alma mia,

sacrosanta ceniza, tú. que fuiste la mejor µusion que yo tenia;


-72Tú que tantas pl'omesns me dijiste

-73-

Misterioaas y sacras e~pirales

de nunca abandonarme, dimo nhom,

por do va el corazon, como un duido,

¡por qué tusjuramentos no cumplistet

girando basta los sueños inmortales. ¡ Oh! jamas en las aguas del olvido

Con las gnlns feraces de In Aurora, con la amena frescura de las flores, mi espíritu abromado te deplora. En vano, "ntre los lánguidos vapores' de 111o tarde oriental, tú me apareces, eonriyendo en tos labios sin colores: En vano me revelas y me ofreces la miel de la esper¡mza ¡la espemnza! con qne ya me has brindado tantas veces •.•• O Bella, si mi brazo no te alcanza, si no puedo estrecharte contra el pecho, en mi oscuro pesar no habrá mudanza.

se ahogarán mis recuerdos, que tú ~ras, en mi vida mortal, lo mas querido. Mis horas son oscuras; pero fueras la misma Eternidad, i o Tiempo odioso! arrancarlos de aquí, no lo pudieras. Que ese ftrm.e i·ecuerdo religioso nnlerá en mis tinieblas, como arde la lámpara en el tempÍo silencioso. La página, o lector, que ~a1Jeis .leido, meditndla en el ánimo un momento; el pobre que la ha escrito no ~a mentido:

Estas fueron porcion de su cabello, hebras puras de oro, que caían aobre el·nácarrosado de su cuello. Hebras duras de oro, que decían, que cantaban poemas celestiales, Y en aonrisaulivinaa &onreían.

era. un hombre de mucho sentimiento. Uno de esos sencillos corazones que aman solo una vez, como Romeo. Ya murió .... y yo cumplo su deseo publicando sus últimos renglones· 10


-75La rosa en las mejillas, y en loa labfoe ' el coral picaresco de Cerdefia, donde acaso la abej&. .encontTarla mas néctar que en el cáliz de las florea y tambien mas aroma. Con los tiernos halftgos de la vida,

EQ UQ álbulJ}.

ft f .... I.

la gracia tlel candor, y los hechizos del lustre juvenil en sus primicias, le imprimiera la fuerzo. irresistible ele eterna Rimpatia.

Si yo fuero. Leonardo, formaría, con oro del que brota en el Luqnillo,

Y, fijada en la caja primorosa, pintoresca en sus galas do belleza,

un rico medallon, y le pondría un cerco de esmeraldas tirolesas

viva, hablando, elocuente, la figura,

Y otro cerco de perlas.

Despnes, en una placa eameradísima de marfil africano, pintaría la cabeza bellísima de Hehe, con aus ojos

~isnefios

de esmeralda

Y sus cabellos de oro.

mi gloria para siempre eleva.ria la noble miniatura. O niña, y fueras tú, como nn tesoro que al Arte le dejó el Renooimiento.ltlenos bellas que tú, las hay en oro.¡ Quién tuviera las manos prodigioaaa

de Leonardo de Vincil


-77Estos son loe dos globo8 orientalee donde el éb~o esmalta seduciendo; los ojos donde el Genio de lo OBCuro, envuelto on el crespon de los arcanos, esti\ en incllbacion. ~p

....

II.

un soplo se llevó ! serena como

Eata nttia eataba miferma del

peclto.

(Ycurt.tt~!

Esta vez, voy i hacer un camaf~. El ónix, en BU capa blanqnecinl\, me invita, sobre un fondo casi oscuro, á grabar de relieve, y yo no q11ie1'0 mas modelo que tu. ~azca

\

bajo el buril Ja fren~ griega, sobre cuyo palor resalta y brilla la undol!a cabellera de azabache, perfumada en

~s

Surja ya la mejilla, ¡cuyas rosas

hebru armoniosas,

peinada á la Regencia.

la dulce encantacion de la Tristeza, poema de pasadas seducciones que piensan en volver. Y en los labios, el fuego silencioso de lánguida pasion, de un pensamiento que en el éter se mece .... y se evapora .... como el vaho invisible de la.s flores, en noche tropical· Y ya brota la pálida, ftgnra del ónix precioso, como un tipo de griega inspiracion, que entre las sombru,.


• -78&Ofiftndo en loe secretos del Destino, se siente trRDsformRr.

Idilio.

.!iOTA:-Estas dos composiciones fueron improvisadas para complacer á las dO!I nifias i quien~s se dedican. Eran dos tipos radicalmente distintos. Una era rubia con verdosos ojos y cabellos de oro; la otra, triguefia con ojos y cabellos de un 6bano brillante. Esta última murió, y en la 6poca en que fueron escritas las dos composiciones que arriba figuran, ~taba ya vencida por el mal. No podían pintarse dos criaturas mas lindas ni mu sensibles. Eran hijas de una distinguida poetiaa de nueetro pais, y parecian haber·nacido durante uno de esoe mistcrioeoa sutfiOI del alma inspirada.

A las márgenes de un rio, se solazaban sencillas, unas cuo.ntas pastorcillas, cierta tarde del ~stfo; cuando en esto, al lodo opuesto• un Vejete se acercó, que era el Tiempo, y les gritó, llamándolas wn un gesto: "Venid á paaa1· el 1iempo. Las zagalas, en consejo, discutieron con urgencia, si aer(a ó no imprudencia complacer al pobre viejo;


.I

• -80pero al fin determinaron que abstenerse era debido, pues habia sucedido que unas cuantas naufragaron por querer pasar el Tiempo.

-81que tambien, algunas veces, el '.liempo paaa el Amor.

El An1or, que en el enredo con descaro se metía, dijo que él lo paearfa, y que no tuviesen miedo. Con efecto, el mediador le llevó un barco, y decía, á. la vez que lo traía: "i eh! mirad como el Amor

va hacie1ido pasar el Tilmipo." Pero el chico atolondrado

comenzó pronto á. sudar, y al fin tuvo que soltar loe remos, de fatigado. El Viejo, á. lMmuchachecee de Cupido sonriyendo, tomó loa l'eDloe, diciendo,

NOTA:-Esta oompo9icion e1tá. l~ imitad& de otra franoes:i del vizconde de Bllpr. Ha eido precian hacer -..iolencia {¡la gramlltica cutellan~ ~o cada fbr~ de est.ro· fa, para conservar la malicia del on~n~l y ~u paoareaca. mtencion. Hemos tenido que aupnmar, ll los acuaat~voa Tiempo y Amor, la preposicion 6 q~e, COl90 ll suatant1!<'9 ~r•cmifiead<n, les corresponde. D1spen~é.aeno1 ea.ta 10fraccion, en obsequio ll la gracia del idilio; graC1a que estll en la idea, mejor que en el d...-roil11 . que le hemos prestado. ·

11


• -83Arpa dulce, que de lejos, á la brisa nocturnal le destilas tus·consejos, en arpegios de criatal, No perturben mas la calma tus extfañl\8 vibraciones, que pro'\"'ocan en el Rlma nuevas, hondas impresionee. ¡No estás viendo áesa criaturs,

Pubertad.

cuyo tierno corazon hiere el rayo de amargura que palpita en tu cancionT ¡No estás viendo y contemplando que la magia de tus sones va, en su vida, despertando

¡Qué haces, niñR, á eaa ventana, cnando media noche es yat ¡Porqué tu frente lozaua cubierta de luto estáT ¡Qué secretos sentimientos en tu pecho van surgiendo, que te estás así perdiendo en tus propios pensamien~T Tú, la bella en quien se cree cual se cree en el amor, ¡qué desmayo te poseet ¡Quién inapira tu dolorT

1 ¡I

mil y mil a11piracione11T Cesa, pues, de confundir, en su mente embebecida, los encantos de la vida con la pena llel morir. Y tú, noble doncelluela, que no entiendes qué te p~,


ni si es fuego que te abraBll, ni si es nieve que te bie1a, Retíraíe á repoa&r; no apresures el Destino, ouando apenl\8 tu camino comienz88 á caminar ••.. Que hay secretos, cuya herida fuera horriblé que sintieras,

Los tres besos.

·y ·esas notas hechiceras aon las sierpes de la vida.

Imitada delfrancú. Tres zagalas, cierto 'día, disputaban en conpeao, sobre el lugar en que un beso mas agradable seria. Mas no pudiendo entendei'lle, despues de muchos clamores, al j oicio de tres pastores resolvieron aometeree. Hilás, Dáfnis y Colino, que llegaban casualmente, ~eron puestos al corriente

del debate femenino.


.. -86-

Los tres pastores pidieron, por decidir la querella, un beso de cada bella, que las tres les prometieron • Dáfnis dijo: "Yo confieso qu~ la COE<a no es sencilla; sinembargo, en la mejilla, debe ser el mejor beso." "Para mf, dijo Colino, todo beso es soberano; pero · el beso en una mano, me parece el mas divino·" "Pastorcillas, estos sabios, dijo Hilás, no tienen seso, ¡donde puede ser un beso mas divino que en los labiosT

Este cuento es de un francés que lo deja interrumpido, pues no .nos ha referido lo que sucedió despues.

-87Y fué que el beso de Hiláa, al terminar el proceso, quedó proclamado el beso que á todos agrada más.


-89Dios l~ dió la gracia aquella de la estrella que, en un cielo tropical, pura, vivida, coqueta, le hace mimos al Í>oeta, con sus rayos de cristal.

Un celaje. l. Celia, rubia y ma.s graciosa qO:e la rosa, con un pié en la pubertad, desplegaba su belleza con la noble gentileza de una helénica deidad. Tierna, cándida, novicia, sin malicia, de ilusionen ilusion, como salta un pajarillo de un tomillo á. otro tomillo, viaaltar sucora.zon.

Celia, en fin, era la Vida sonreida, con las gracias de mujer: anima.da Alegorfa que simpática. nacía bajo el soplo de Pradier. Fuera ya de la ignorancia de lainfancia, mariposa de color, como en un vergel fecundo, penetraba ella en el mundo por su pórtico mejor. Y dudaba el que la vía ai aerfa Silfo, Muaa, Querubl,


-90ó nna de e8&8 odaliscas que, en las fábulas moriscas,

son el tipo de la Hurí.

-91Mas ¡qué importa si he sufrido vuestro olvido! Pago está mi corazon,

Du!ces, láirguidas visiones de ilusiones y romántico ideal,

el poeta sospechaba, tras el vidrio que encerraba su pupila virginal. Que en sus ojos desmayados y rasgados y ardorosos á la vez, nna sierpe de za:ftro parecía, en un suspiro, convidar á la embriaguez. Globos magos, hechiceros •.•• ¡y embusteros! vuestros lazos de turquí me enredaron cierto día cuando nadie preve(a que pudieraaer á mr.

de las penas que ha pasado, con las dichas que ha gozado cuando tuvo la ocasion. Son, abeja y mariposas, caprichosas:· ave y flor, lo suelen ser; ¡y será que sin antojos resplandezcan nnos ojos que son mundos de mujerT

II. Baile espléndido, suntuoso, prestigioso, fué aquel baile de disfraz, y jamas mi fantasía se exaltó como aquel dia,

bajo el mágico antifaz.


b

,

'"

• ¡,

1

-98-

-921

Lujo, 1iores tropicales,

como tin nido

y cristales,

'

de atractivo angelical,

y trae uno otro salon;

Celia, rubia, tan bonita,

y rumores de pisRdBS,

convertida en Margarita,

chistes, rl1!88, carcajadas,

destronaba 4 Ja' ideal.

bullidora confueion;

Si aquel baile hubiese sido

Y mujeres deliciosas

confundido

corno diosM,

con un filtro embriagador,.

animadas á gozar, cuyM galas y vel!tido11

I'

excitaban loe sentidos

el funtMtico licor.

á latir y á delirar;

A las nuevas sensaciones

Y lRB ricas vibraciones

ámontones que temblaban en su ser,

y emociones ele la orquesta mas febril. ..•

ella, loca, sin cuidado, lee babia abandonado sus sentidos de ~er.

todo alli se combinaba,

'

l

y o.quel baile arrebataba como un rapto juvenil.

Y en la fiebre do poeaía que sentía,

Y en mitad de tanto rnido,

~

Celia hubiera sido el'mefio que inspiró mas halagüeño

·-

·-

--

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-

-

--


-95-

-94-

que yo mismo me forjé .

era tal su ceguedad, que el volean se la llevaba y ella misma se abrasaba. con su espléndida. beldad. Allí fué .... bajo el auspicio del. bulUcio .... que su fé me prometió ... . Allí fué, donde Yencido, .. . sobro el aire de mi vida su celaje suspendió. Y por cierto +qué esperanza. ni confianza de infundir era capaz un amor y un juramento, cuyo ambiguo nacimiento fu é en un baile de disfrazt Un capricho enmascarado, disfrazado, solamente conquisté, y no fu é n;ias que iluso1fa la magnífica victoria

¡Cómo pudo, una criatura que ta.o pura Ja juzgaba yo, en verdad, siendo un tipo de inocencia, desdecir de su apariencia con tan fácil veleidadt

,..;

¡,Cómo podo, tan sencillo pajarillo, lisonjero colibrí, ser tan frívolo, que un dia .... yo, que tanto lo qmirfa, de repente lo perdíT La muJer, dice el Poeta, si es coqueta.. -·. se le debe perdonar; pues no es ella quien ha hecho ni las nieblas de su pecho nilas piedras de.su altar. Luego, el Físico indisereto,


-96::ein.re~eto

por un ser tan seductor,

1

desde el fondo en qué se abisma ''l , ~ mujer, dice, 6'1 nn prisma cayo espectro ea el amor." Y el FilóaoJ;o replica: ' 'no se explica la mujer, en realidad; pero, en tln, si bien se mira, tiene tanto de mentira cuanto tiene de verdad.

1

Por mi parte, ni refuto ni discuto las razones de loa tres; pero estoy muy convencido qne, si no es ángel caido, la Muj~reslo qqeea.

Una aQécdota. En mi pueblo,-que Febo ha deY01'ado ~_uando mas.floreciente

se veía,-

creció Luisa, la hija de Mechado, que una Vénus de Milo parecía. No diré, por respeto, que su madre

fué la vieja mas fea que ha nacido; pero, en cambio, la cara de su padre goz~ba·

de un renombre merecido.

Alto y flaco: l1uesnda la mejilla; con ojos de"pescnclo, nnti-chato, · basta. piel, verrugosa. y amarilla, 13


. -98tal;era, en dos brochazos, eu retrato. Una noche, en un bailo delieioao

De aquel par de lagartos, ¡fruto raro! nació Luisa, en momento joco-serio ..•• y, delante del cielo, yo declaro que no entiendo una jota del misterio. Hay cii.sos de atavismo, dice el sabio.Lo sé; pero de casos no tratémos. Que hay casos tan oscuros para el labio que nos dejan sin voz cuando los vemos. En fin, fuese la cosa como fuera, la vf,-no sé ya donde ni que día- .. ••

1

juré,-con la intencion mas verdadera-por último, me dije: "Serás mía." •··• Desde entónces, busqué desesperado, suspirando Y gimiendo-interiormente,la ocaaion de ofrecerle, proeternado, cuanto puede ofrecer una serpiente.

\

1

Y más se acrecentaba mi deaeo mientras más la veía deseada; porque, en lances de puro devaneo, tambieu 1~ vanidad eetá empellada,

en que todos sudábamoe á gotaa, '!en honor del calor niaa horroroso que registran la.a crónieaa remotas, Tuve yo la ventura incomparable de lograr mi dulcísima esperanza, con el sí mas celeste,. maa amable, que de un labio de púrpura se lanza. Bailábamos los dos, y al escucharla, no pudiendo tener mis impulsiones,

¡1ª

estreché, tan á punto de asfixiarla, • que dimos tres ó cuatro tropezones. Pero ¡,qué es tropezar, cuando la vida, tras tantas ilusiones disipadas, alcanza una region desconocida donde puede gozarlas realizadas! ¡Qué importau11 tropezon, si ea á la puerta de la dicha inefable que buacamos y, sin lla'l'ee ni aldabllll,' sino abierta,

dispuesta á .darnos paso la encontramos! · Si no hubiera en la vida mas tropiezos


·'""" ·

-·-

... _.

-- --

¡.

-100--

diciendo que se burla de la muerte;

l'sino un"plato sabroso de nmbrosía.

que de toda decenci1' se emancipa, porque nada en el.mundo lo divierte.

Pero. vemos ncá, de cuando en cnando, darse alguuos tan graves tropezones,

por su poca vergüenza; pero á cientos

que, ha1;i6ndo girlmicos y cojeando,

que practican la ley ~ la. respetan,

no salien qué ponerse en los cliichones.

dejadlos expresar sus pen-,amientos.

~o una serie infinita.de bostezos,

,, '

\\\ Eu fin, yo fuf feliz, si bien aquello no: era ruas que el prefacio del poema. Delante de Platon, inclino el cuello .... pero yo me acomodo á otro sistema. Yo tengo mis cloctrinas. Cada hombre vale un libro en el mundo. Solo pido que no exijan ni el título ni el nombre para darle el respeto mas cumplido. Este ancla halla bien. El otro piensa que no estamos tan mal; y aquel se cree que la clicha. mayor, la gloria inmensa,

'I

LL'

-101- ·

que tropiezos así, tal vez sería,

consiste en ~ahorcar lo que posee. llfas allá, vive aquel cu un pipa,

A ese tal, que en la. cárcel me lo metan

Ello, no porque ata.que yo una cosa, losdemas me creerán sin desconfianza. ¡Qué diablos! una idea no se endo~a lo mismo que se endosa uua libranza. Ademas, solamente es necesario que uno diga que el hombre es un gusano, para que otro sostenga lo contrario, con pruebas 6 sin ellas en la. mano. Es decir que, cu el mundo, cada tema tiene al cabo su l(lco, Y es asirse clel mejor y mas lógico sistema, dejarlos en sus jaulas debatirse. """"._, Pero punto final á digresiones,

~~~~-·~ ~__.__-- -. :. . . ·_....._._,_.~-> ~ -

'-----"-


-103-

-102al menos por ahora, porque quiero

c11ando, un día, despues de haber comido,

despertar mili Pasadas sensaciones,

me dijeron que estaba relevado

evocando un recuerdo Jilonjero.

de mis cargos de amante conocido.

J'

Yo idolatro el café, y sinembargo

Que si tuvo reveno la medalla, cubramos con un velo ese reverso:

me quedé aq11ella tarde sin beberlo,

la infinita ventura no 86 halla,

pues 1111.Ué el primor trago tan amargo,

ni encierra nada eterno el universo.

que mti ví precisado á. devolverlo. Pero, en fin, prosigamos con mi cuento

¡No ee P888n lae floree del verano!

°

¡N pasan los racimos del otoñoT

sin perdernos en necias digresiones:

iNo ae paer. el inviern~ frio Y cano

hablémos de aquetrá.pido momento,

cuando el árbol anima su :retoño!

cuna hermosa de tantas emociones. Hablemos de la noche venturosa

Pues entonces ¡por qué no han de pasarse. los amores tambien, si el alma humana

cuando, al fin, mi Sfrena, conmovida,

•• la ley 'general ha de humillarse,

con

por mas que ee imagine aoberanaf

decretó la fort11na de mi vida.

que exijan la constancia de un Atlallte

\

1

sobre achaq11e de amores: mis deseos

ee ciñen ú que duren lo bastante. De modo, qn<J me estuve resignado

de nácar y de rosa,

Aquí tistaba la Ínesa. Los licores, ·

../

~ Y0 no soy de esos hombres fariseos

su~ labios

con sus fuegos ocwtos convidaban, en tanto que el aliento de tnil florea 1011

cálidos manjares perfumaban.

. Y alli eat.aba la 11.ebre, la demencia,


• -lOi-,...

\~ 1>

ya veis que no es muy larga en un poema.

turbando la razon y la conciencia

Pnes, con todo, a.pesar de reducida,

con la ardiente pasion de los amores.

su influencia en mi vida ha sido extrema. cua.ndo aquella ocurrencia; y como quiera

/,porqué se disiparon tus virtudes

que nuestra juventud es una cero,

en las alas fugaces de los vientosT ! O noche diorama!! ¡porqué pasaste

todo en ella per 1ftllla 8é graba.

que tanto deliraron, no dejaste mas que el eco insonoro de tus ruidos!

El caso es que pasó: pasó ligera, como pasan las aves por el cielo, y solo una memoria lisonjera · ha dejado, en mi espíritu, au vuelo. Poco tiempo despues, como ya he dicl10,

¡ '1

sin haber de por medio algun motivo, se entregó ¡mi Luisita! á otro capricho, que al fin se quedará sin adjetivo. Y .aqu,í acaba la historia prometida:

- LJ

Porque yo de los veinte no p888ba,

¡Noche llena de tiernas inquietudes! ¡Noche Ü('na tambien de juramentos!

como un sueño feliz, y en los sentidos,

.1

-106-

la edad de los dulcísimos errores,


• -107Dios, al fin, al que sufre, le premia: ¡pobre Eurfque! tu ma~ acabó: desde el tiiste paiB de Bohemia, como un iJadre, 'á su lado te alzó:

U9a lápida Hay en Francia un poeta-ya muertocuyo nombre fué EnriqueMürger:

Devorado por N1ímen interno, siempre ardiendo en la fiebre mortal, el autor de L.AB

NOCHE!! DE INVIERNO

ruuriój6ve1• .... en un Hospital.

si hoy Jo. gloria sus puertas Je ha abiert.o,

.

.

lo olvidaba sin lástima ayer.

Iloy he vuelt.o á leer sus poesías, y hoy he vuelto tambien á sentir;

Escribió, para luenga memoria, muchas veces sin fuego ni pan, en un libro, no grande, su historia, cuyas páginas no morirá.u. Eee extraño vólumen que tanto, por eu fondo simpático, amé, \

está escrito con risa y con llanto, está escrito con duda y con fé.

que el pesar que amargaba ens días, en sus versos se siente latir. Ese siempre será del poeta la virtud y el ingénit.o don: escribir con ardiente saeta los secretos de su corazon,-

Y en mitacl clel turbion que derrumba tantas cosas, queridas quizá,


-¡p&atraer á 1a cruz de en tumba cuantos ojos sensibles habrá. Devora.,do por Núlllen interno ' , siempre ardiendo en 1.a fiebre mor~!, el autor de Lu NOCHl:8, DE INVIERNO mnriójóven .•.• ¡en nu Hospital!

Y entonces la mujer dejó cn.er, sobre sne manos de marfil, In. frente, y el manto del terror vino á envolver

en la noche mas lóbrego. en mente. Y, clavada en el sitelo la mirada, en largas reflexiones ee perdía, y, en un éxtasis casi trasportada,

¡ 1\

una está.toa de mármol parecía. Y, tal como en un dédalo infinito, su razon se extraviaba en el espanto, y sin fuerzas siquiera. para un grito, le negaban los párpados el llanto.


• -111-110Y cesó de tronar desde In Altura

1

fo voz del sobern.no de Sion, y quedó largo tiempo en la naturn.

vibrando su terrible imprecncion. Y, P.n el cielo, una nube desplegaba sus alas, con siniestra majestad, y todo lo creado amenneaba

Ji¡

Y, logrando calmarsns impreaiones, paso á·paso y sin voz, se le acercó! y el hombre, descnbrfondo sus facciones,

con mirm·la. no mas, lii. rechazó. Y, frunciendo las cejas y enojado, le habló de su funesta seduccion, y juró abandonarla en el pecado y su amor desterrar del corazon.

con negra y desastrosa tempestad. Y la atmósfera toda se empapó de nn

·I

mister~o

let.ffero y adverso,

y una oscura mortaja se tendió

por todn In extern;ion del universo.

"Apártate, le dijo: tu presencia me penetra de enojos, y tu boca, pidiendo entre sollozos mi clemencin, á 11alvajes instintos me provoca." "Veneno destructor de mis delicias,

Y al cal.to la mujer.a.Izó la frente, venciendo el estupor en que yncfn,

ic6mo quieres que crea en adelante

y una lágrima pura, trasparente

y deje deirritnrme tu semblanteT"

de sus ojos bellísimos caín. \

1

¡·i

Y, buscando un apoyo en su dolor,

1

J

·~

1 - -- ...

"Los dulces privilegios que tenia. · por tu mor para siempre se perdieron, . ·

miró por los parajes mas cercanos,

y un negro porvenir, sin alegría,

y vió un l1ombre que, lleno de terror,

tua falaces consejos me trajeron."

el rostro se ocultaba con las manos.

1

siquiera en la menor de tus caricias


1.

I! -112"Del que fn6 tan benévolo conmigo y medió tantas.pruebas de afeccion, me hiciste infamemente un enemigo, y por tf merecí su malilicion." "Irás, dijo su voz, en adelante,

·--113..:... pvr h·es veces, J ebovft. nos ha maldito. · Lo que ha diého Jehov,, C'on ceño adusto, aquí dentro d~ mí lo tievo escrito.Así dijo:-Y mirando con tristura

tras un vago fantasma de ilusiones

todo aquel hermosísimo retiro,

que nunca alcanzarás, y tu semblante

expresó con un JáJ?g_ajªQ suspiro,

en surcos contará tus decepciones."

su primera impresion de desventura.

1

¡

l1 1

•I

1

"No será tu mas dura condicion

Y luego, dirijiendo la mirada

verter en el trabajo tus sudores,

sobre aquella. mujer que fué su encanto,

vivir constantemente en la nmbicion,

no pudo reprimir el hondo llanto

ni sufrir de la muerte los rigores;"

que brotó á su pupila enamorada.

"Las angustias del alma, las heridas en el fondo del ser; las obsesiones de la sombra y la luz; las escondidas, las ciegas; las indómitas pasiones ••.• " "Tal será nuestro eterno patrimonio:

De tanto enojamiento, de repente, conmovido en el alma, se calmó; é imprimiéndole un ósculo en la frente, de todo cornzon la perdonó. y no mucho despucs, los dos proscritos,

tal ser' mi destino y tal mi agravio ••.• "

prestándose en sns lágrimas sosten,

Y Eva exclama: "¡ Fué obra del demonio!" Pero Adaa ,le gritó: "¡Miente tu labio!"

dejaban los encantos infinitos

"Jehová noa ha maldito, y tl es justo;

del valle delicioso del Eden. · Y, solos, por la tierra fueron yendo, 1~


r .,

l. [

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1

t

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.

;_114bajo el dedo divino por doquier: el Hombre en el tra~o envejeciendo, cumpliendo con su suerte, la Mujer.

.

1

¡,

1

1

UQ d.rama corto.

1

f

Llena está de t.error el alma mfa, y en mitad de la noche qne la encanta, como nn bello fantMma, 86 levanta la pálida figura de Maria. Aun 86 ven en sus ojos pre1tigioeos lM huellaa de su amor, de aquel delirio que, en lucha con instintos virtuoeos, fué au eterno dolor, fué su martirio. Fatídica paaion, funesta lumbre que, encenclidlr. en el peobo de la eeclava,

111 .,

'll 1

cuando mu ilnaiooee le inapi~, le mat.ó el corazon de peaadombrc.

!'

·~. J ~

'

.

.


-116-

-117-

¡Cuántas veces lo dije entristecido:

1.

Mi negra profecía se ha cumplido,

El hombre que despierta sua pasiones con la mágia infernal que lo circunda, le exalta el corazon, se lo fecnnda,

pues la pobre infeliz está en la tumba.

le desata un tropel de aspiraciones.

-María no amará sin que sucumba!-

Su vida era un capullo, y su belleza la belleza ideal, en que se unía

la dulce "\"aguedad de la tristeza con la suave expreaion de la alegría. Naci~a

en pobre cuna, fné educada

sin lujo de instruccion, y sus nociones revelaban, mas bien inspiraciones, que cálculos de un nlma cultivada. . Y vivía feli~, en el retiro

l

d~l

del sueño que la tu"\"o poseída." "Ven, la copa secreta del Destino hier"\"e ya de embriaguez, y Por do quiera se escucbn una plegaria lisonjera, como el eco de un himno sibilino." "La luz es mas hermosa, derramada sobre un valle fantástico de floree;

bnllicio y placeres mundanales,

la nube es un_incendio de colores;

sin que ~ubiese, el mas mínimo suspiro,

la briaa se estremece perfumada."

prof'.lnado sus labios de corales. Pero vieneJulfan.-TodG lfaría ·11e estremece por él, y sus sentidos, penctl'ados de fiebre y.encendidos, la arrnncan del letargo en que yací1.1.

-~--

"Ven, 11,1 dice: los velos de la vida se desgarran al fin, y tu miradn se arranen del vacío, ya cansada

-----~

·=-----

"Es el sueño de oro que aparece sobre el sueño de estéril impotencia: sueijo de oro en que nace la creenci&, sueño de oro

~n

que el alma se embellece."

"Y esa extrnña vision, esa quimera


r · -118q.ue te llama, eon célico murmurio, ¡oh bella angelical! es el augurio de la ardiente ventura que te espera."

-119Jolian no pudo oir cou indolencia la noticia fatal que le trajeron: de lágrimas eue ojoe se cubrieron y sintió estremecerse eu conciencia.

¡Quién puede resistir, 1i los sentidos se sublevan a11f! ¡·Pobre Maria!

Largas horas quedó ein movimiento,

¡cuánto el sueño falaz te prometía,

la frente en una mano deecansada, apurando la hiel envenenada

fné llanto, fueron penBB y gemidos!

de sincero y veraz remordimiento.

Maria se entregó. Mas el perjuro, . que Satan envió para perderla, cuando pudo lograr envilecerla, arrojóla á un sepulcro prematuro. Julian aupo su muerte. Le contaron

.

Su tristeza fué corta, einembargo; sacudiendo su espíritu abatido, poco tiempo despues lanzó al olvido la copa de un recuerdo tan amargo. Lo llamaba Satan, y sus pasiones con sue dardos ardientea lo excitabu.

que, en laa últimae boma de en vida,

Loa demonioa del mundo le gritaban,

lo llamó por tres veces. ya encendida

le halagaban con bellas tentacionea.

.

la Yela con que á Dioa 86 la entregaron.

.

y en el acto solemne " que asiatfa

!I

1

Un año transcurrió, sin que tampoco

mucha gente, apiadnda de su suert.e,

acordase aquel hombre do ~aria, durante cuyo tiempo, se' le vía

,aquel nombre, á. lns puertas de la muerte,

corriendo loa placerea, como un loco.

como una maldicion lee parecía.

116


1

¡_

-121-

-i20Y aunque j6ven awi, aquel

De una orquesta febril, en ráudo paso, bullicio,

de desórdenes siempre palpitante, comenzaba á impiimir en su semblante las huellas ·e nigmáticas del vicio. Una noche, en que Mayo peregrino

un valse, de repente, como suele el licor espumesccnte, al tiempo de brindar, saltar del vaso. Y perdiéndose luego en expresiones de distintos encantos para el almn,

ile su!!" galas mejores se cubría;

unas veces, mecfase c.on calma,

cuando.el cielo, de rica. pedrería.

otras, era un volean de vibraciones.

tachonaba su manto zafiro; Al hora en que las brisas caprichosas,

Y siempre, cu sn compas vertiginoso,

pintaba los delirios de la mente:

saliendo sin rumor de los jardines,

ora, un sueño que pasa dulcemente;

las alas llevan llenas de jazmines

ora, un sueño agitado y tumultuoso.

y los senos de nardos y de rosas;

En fin, cuando al aliento silencioso que envuelve á la Creacion regenerada, pa1·ece que se escucha á Scheerezada, murmurando algun cuento misterioso, Un súntuoso palacio despedía,

r

arrebí~tase

' por sus altas ventanas, resplandores Y estallidos de aplauso& y rumores

Allí estaba Jnlian. Sin una traba,

cu mitad de aquel má¡rico bullicio, parecía arrastrar ul precipicio al ángel que en sus bmzos estrechaba;

Sin duda, en el snlou, como una rosa que desplega sus pótalos al día, mita que todas las otra , Rosalía

era tierna, simpática y hermo'!ll.

Y voces y palabra.a de alegría·

16


-122..,-

-123-

Jamas las Artes griegas produjeron

Pasn.1·ou muchos años. ¡Cuántas cosas

un modelo tnn puro de escultura. En aquella magnífica crinturn, los mas dulces hechizos se reunieron. Amiga del plncer y la alegría,

bajo el caITo del t~empo se destruyon! ¡Y qué polvo levantan, silenciosas, lns rnedas rapidísimas que huyen! Todo al fin se transforma.. Todo· muda

coquetuela qnizas, pero inocente, Julían logró prendarla seriamente, jur(mdole un amor que no sentía.

Y ella, simple, tomando nqnel cinismo por lenguaje de un alma sin reproche, vuso todo su honor, nquelln. noche, á. la orilla, á. dos dedos del abismo. Pero al fin se salvó. Bajo el auspicio

de líneas, de matices y de nombre; pero siempre, en .su pozo, está desnuda la inflexible Verdad, sueño del hombre.

Viene el día funesto del tributo ...• -¡Largos fueron los años de delicia!La dulce juventud, brillante fruto que el sol con bellos rayos acaricia, En la tersa mejilln, donde el beso,

de un ángel que le habló,--tal vez Ma.ríarecobró la razon, cuando cnfa,

como abeja entre rosas, se posaba,

cuando el pié ya acercaba al precipicio.

bnjo el arco sarcástico de hueso,

y Julian, hasta el sol del dfa siguiente,

él, que toda virtud menospreciaba, la clave del enigma escudriñaba, silencioso en las sombras de su mente.

una fosa famélica se cava. Pasó la juvl'11tud, y el fruto ene: la

n~anznna

de oro cae al.sucio,

y viene la ,·cjez, que no nos trae ni un rayo, ui un perfume, ni un consuelo.


• -193-

-124Y, 1~ solas con el alma ya transida,

i >I

bajo el sáuce q110 invita á la tristeza, saca el l1omb1·e lns cnent¡is de su vida, baj~,

6 11lza sin miedo, la cabeza.

Esos son los momentos angustiosos,

y sirve la virtud de blanda alfombra para darle descanso en el camino.

I¡!

esa la hora terrible, que ensombrece Ja nube de recuerdos misteriosos

I'

Entre tanto, en las cátedras cristianas una nueva lumbrera aparecía: ciencia, noble expresion, tierna poesía,

que ei::.cima del espíritu se mece.

derramaban sus pláticas galanas.

'!

!1

Al que ha sido viagero que no daña,

Era un nue-vo orador, cuya elocuencia,

111

la justicia del cielo no le aterra;

~I

pero aquel que sembraba la zizaña,

como lluvia de mi!Jl, dulcificaba, y otra YQZ, como un astro, disipaba

11e agarm, con las uñas, de la tierra.

las uiebl~s que oscurecen la conciencia,

Ese, torre de barro carcomitla

'l

'

l

Al verlo cou Ja frente levantada,

que al mediar do la noche so derrumba, ve, con frente de hoITor sobrecogida,

invocando 111 Espíritu-Divino, parecfa. que un rayo diamantino

la puerta vengativnde la tumba.

le aportaba la llama demandada.

Allí mira, con ojos espantados,

~

¡Ali! por eso en el bien eatá la aombra

que mas t11rde refresca al peregrino,

Un extraño, nu simpático misterio

la lúgubre fantasma que lo espern,

palpitaba en su pfü!lo se1\1blante:

que lo llama :í. sus brazc.s descarnndos

su:we, místico tinte, semejante

pam hacerle 11hordar {t otra ribera.

al que imprime un austero monasterio.

--

1

--

"---


-127-126Y,en efecto, aquel jóven que brillaba

1

¡

I

en el mundo católico y profano, halló en la. religion, desde temprano, . '-la orfandad quo.lo aquejaba .. ref ugiou. Unos monges del órden lle Benito, comprendiendo su rara inteligencia, le abrieron los secretos de la ciencia, que el jóven devoró con apetito. y salió de sus manos una jeya tan purn, tan completa. Y acabada,

que ha sido, Y quf< será, columna. alzada en que el mundo católico se apoya.. De aqueljóven el lema favorito

Trataba esa pasion. Y era. tan fuerte la siniestra impresion que pro\"ocaba, que en el fondo del alrua, despertaba la imágen tenebrosa de la muerte. "Los que siembran el mal, serím malditos, decía. el Orador solemnemente. Los que siembran el bien, serán benditos. Dios •e, desde lo alto, la simiente." "Alégrate, mancebo, eú e~os dias de ardientejul"eutud, y regocija tu jóven corazon, sin que te aflija pena alguna en tus nobles alegrías." "Pero aparta el enojo de tu pecho; sepárate del mal, huye del ncio,

fué un estudio moral de 111s pasiones:

pues sabe que el Señor te traerá á juicio

tésis que él empapaba en emociones,

sobre todas las cosas que bayas hecho·"

con labio de filó:ofo erudito. Esa noche, apurando su talento, . ynbaeu uu dou de profecía, qne1n" fa antigua catedral se e treinec!n al oírlo exclamar: ¡Remm·dimieuto!

"Y no alejes de :f:l tu pensamiento, no te lleguen los dias me,nos bellos, de los cuales exclames: "¡Ay! en ellos no tengo yo ningun contentamient-0!"


,,

• -128-

-129-

del viejo Eclesiastés la voi remota,

"Si ahora ~u, como un eOplo abominable, secando y desolando cuanto tocas

vibró, como una. espada, aquella nota

maña.na, esas.desgracias que provocas,

que en todo su auditorio penetraba.

será.u tu maldicion in;evocable."

El gran Predicatlol', que recordaba

y en el número grande de creyentes

que en la antigua basilica le oía, un hombre, con espanto recogía sus palabras amargas y elocuentes. Cubierto con harapos, en sus ojos cundia la aridez, como en un yermo: era un hombre decrépito Y enfel'mo, un átomo vital entre despojos. Cual si en él se ocultase algun delito, con mano convulsiva, se agarraba de la negra columna, que se alzaba ·como un simbolo extraño de granito. y el noble Sacerdote proseguía

en términos aei: "¡Cuánta amo.rgurn, cu,nto negro dolor, qué noche oscura,

tú mtmna te preparaa, alma imt>f al"

'

"La lágrima que arrancas áloe ojos arderá sobre. tí, como una ~ama; la li.iel que de tus labios so derraJUa, será tóxico fruto con al.¡rojos;" "Y el pié con que caminas, ml\l·ch..itaudo toda flor de Virtud, ruja del cielo, · un dia flaqi;¡jlará, caerás al suelo, _Pobre arcill~ maléfica, temblando." "Vendrán á contemplarte; pero sabe que naditi te a.lazará: serás objeto que repele de horror, no de respeto, ¡porque no hay maldicion que no se grabe!" "Y tendido, exhalando tu lamento, con la lepra.en el alma abandonada, será tu hora postrera emponzoñada por ardiente, cruel remordimiento." "¡Ah! yo sé, de la vida, alguna historia

17

.

¡

...

'-·-·


• -180que aquí oculto con negro&

-131camct~re&.

¡Desgraciado de tí, si la leyere&,

"Es un cuento azal'Oll9 y enlnt.ado donde cabe una muerte y un olvido .•••

hombre uuro, que abraeaa mi memoria.."

Es un ángel que Dios ha recogido.

"Bueno eoy. Nunca en mf, de la venganza

11

he sentido la llama aborrecida. Dioe ve mi corazon. Tolla mi vida he pue11to en en justicia. mi esperanza!" "MM ¡qué crimen, decidme, cometía. una pobre mujer, casi una niña. dulce flor que, olvidadR en la campiña, pura, noble, sin lágrimas vivfát" "¡Pobre madre! .. la tumba que te encierm puede ver mi dolor. ¡Cuánto he llorado, o mártir, sobre el m1írmol desolado que te oculta á los ojos de la tierra!" "Cuántas lágrimas ¡ay! sobre tu losa, con todo el corazon en ella fijo, han vertido los ojoe de tu hijo, desde aquella mañana tenebrosa.!"

.

.................................. -......... . .... ..... .

Es otro ángel que el hombre bn abandonado." Tomándolas por gnlu de oratoria, nadie aquellas pn.labrM euteniHa. Y lloraban

co~

él. ¡Ah! qnicn diría

que aquel drama sombrío fué su historia! Nadie dije .... pero alguien, cuyos ojos eran sombras horribles en acecho, con un nido de sierpes eu el pecho, poco á poco, postt'ábaae de hinojos. "Ah! si el Cielo á mi& súplicas responde, que baje su perdon sobre el maldito.

f:¡ ve su eora.zon; pues oatá escrito que al ojo de Jehov{~ nada ae esconde." "Quien sabe si estos rápidos momentoe son una eternidad pam !\U alma. Si llora su maldad, señor, ¡oh! calma, ' calma el fuego de 11ns remordimientos."


1

• -132"Mas·si aun sus instintos acaricia

1

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il

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la voz de Satanás, si no ha llorado,

El noble Sacerdot.e t.ertninaba, cuaudo ol tiemplo se llena de ruido:

en el nlma insensible del mal vado,

de horrible convulsion acometido,

O Seftor, que se cnmpla tujuaticia."

en las losas, el Viejo se agitaba.

"Tú eres tardo, Señor, para. la irn.,

1!

1~

1

ni tendrás por verdad á la. mentira."

que dijo en baja voz: 11 ¡endemoniado!11

Lo sacaron del tem'plo·y lo enterraron.

seguro paladion contra la n.ngnl!ltia:

Al hoyo qne en la tierra habían -abierto, .

dulce copa de miel en la tristeza."

sin llanto, sin tristeza, lo a.rroj1uon.

¡I

cun.ndo el malo se acerque {• tu pres~ncia,

1 1 '

1

1

Poco tiempo despues, estaba 'ninerto.

cuando salta en el alma la hora mm1tia:

mitig-n con un poco de clemencia; . :

(El rostro de aquel hombre ern horroroso.) Y hubo alguno, en el templo silencioso.,

"¡Oh! Señor, yo te imploro: tu castigo 1

El gran Predicador bajó á su lado.

J)6'ro grande en poder; y allaí e.n tu mente, no tendrás por culpable nl inocente, "Tú eres bueno para. nlta fortaleza,

\ l

-133-

modern tu furor en tn enemigo." "Circula sangre suya por mis \"enas; él me ha dado una parte de su vida .•.•

Esa noche, sentado discurriendo sobre aquel misterioso acaecimiento, el noble sacerdote fué cayendo en un triste y profundo arrobamiento. Ve que el mundo real se desvanece,

JSoñor, si su alma llora. nrrepentida,

como el humo que ondea·perezoso, y en mitad de otro mundo mns hermoso,

ten piedad, sé magnánimo en tus penas!"

una éterea vision

i;e

le aparece.


-134Clava en ella BUB ojos admirados, y la sombra le habló: 11 ¡Hijo querido!

el plazo del Setior está cumplido: rindió cuenta& Julian de 11u& pecados." 11Pero DiOll te ha eaeuchado, y su castigo -por tf mitigará con 11u clemencia:

'

i'

cuando el malo ha llegado á su preeencia, Dios cubrió de piedad á su enémigo."

11

"¡O mi pálido hijo! ¡Noche bella

I

;.1 ; 1

l

,.

1'

qa~

conaagra el perdon, es la presente!

i9h! vente con nosotros ¡vente! ¡vente!"

Y el ¡mn Predicndor 11e fné con ella.

De los cuadros qegros. Ese pobre murió. No era posible que un cuerpo, ns{ transido y trabajado, resistiese á un martirio tan horrible. Al fin no sufre mns: está enterrado.

Si no crece una flor junto.A su tamba., será porque ninguno lo ha lloraclo. La piedra carcomida se derrumba: son escombros no mas, enuegrecidoe,

1'

¡ 1 r

f

en cuyo derredor la mosca zamba. ti en tanto, sin voz y sin sentidos, con loa brazos cruzados sobre el pecho, resi¡na su osamenta áloe olvldoe.


··:.-13~

-137-

Su destino sonríe satisfecho: la presa está en sus garras, Y la. muerte

Yo vestí con harapos tus despojos, descarnado que estabas y mugriento,

recibe un galardon, por lo que ha hecho.

provocando la náusea y los enojos.

Ahora·vengo de allí. Mi pecho fuerte, cuanuo apenii.s su cruz he descubierto, en un antro de sombras se convierte. 1?o he sentido gemil' aquel desierto; yo he sentido batir alas oscuras ••.. yo he se~tido palabras de alguu muerto.Tus cadenM son férreas y seguras;

ya tua labios no son labio& humanoa; no eres tú, miserable, quien murmuraa. . Con los ojos cerrados, y en la8 manos el lúgubre blandon, tu aer de lodo ha bajado á e!ltregarse á los gnaanos.

Yo pagué aquel infame corpulento que te trajo á tu eterno calabozo, entre lluvias y rMagas de viento. Impla~able soez que sin embozo, .

unas veces furioso maldecía, otras iba con risas y alborozo. Nadie, nadie conmigo te seguía.y cerraba la. noche.-Aqucl entierro casi un acto perv~rRo parecía. Arrojado en el fondo de tu eucierro, el hoyo te tragó, como una presa, con su horrible mandíbula de hierro.

. Yo eljtaba.·j unto á ti: yo ví de! modo que.tú dijiate adio11, y aquella& muecas dignas fueron de un clówn ó de un beodo. .Yo fui quien las maudJbnlas entecaa ¡ 1

I,

~ .amarré

Ese fué mi deber, mi pena esa.Juré no revelar tu sepultura, Y lle cumplido fielmente mi promesa.

con el trapo, y quien loa ojos

te he ¡;errado en laa ói:bit41 ;ya ·huecaa. 18


.-139Perdido en estas fragas resbaloBas, me empuja el hornean y me flagela. Voy envuelto en mil alas tenebrosas~···­ ¡Ora, ruega por mí, pobre Gabriela! Sineml.mrgo, Señor, los he df'jado por buscarles el pan y protegellos. Si debo perecer ¡en qué he fnltadoT

Ten;ipestad. Muge el trueno y se arrastra rebramando.

Si acaso falté yo 1tqné hnn hecho cllosl Y la noche pasó, llena de horrores,

Tras el torvo relámpago que espanta,

con ráfagas furiosas y crujidos:

cruje el rayo, que espanta borrorizando.-

hienas, tigres, chacales aulladores,

-¡Será el brazo de Dior!que se levantaT ¡Oh! qué noche infernal! Helado, yerto,

de arranques sanguinalios poseídos.

P1

empapado en la lluvia inexorable,

La densa osctuidnd los asfixiaba;

'

camino e~tos senderos, como un muerto

y mas bien con pavor que con cariño,

que purga alguna culpa abominable.

cada padre á sus hijos estrechaba.

1

!, 1

1

¡Donde está la casita, en• esta sierra

El mas· bravo temblaba como un niño.

que el ciclon desmelenaf-¡Dios bendito!

¡Cruel dcsolncion! Al din siguiente, bajo el heso mas dulce d,o la Aurora,

mira que es cuanto tengo yo en la tier.ra:

bajo el rayo de sol mas elocuente,

¡esa pobre mujer .... y ese angelito!

cuanto el almii temió, se corrobora.

I


-140Despojos por doquier, doquiera ruinas, familias siu alliergne ni alimento .... ¡cuántas carns huesudas y cetrinas!

.•

¡cuánto cuerpo agobiado y macilento! Y la triste casita que imploraba el pobre labrador, «londe tenía sn tesoro.y su bien .... ya. no existía .... - ·

La Suicida..

"¡Gabrieln! mi Gabrieln!" .... le gritaba.

...................... . .........................................

d

!

1

¡El eco solamente respondía!

¡Todos, todos la creían muy feliz .... porque sus ojos ni una. lágrima. vertían; porque nunca. la veían sin sonrisa entre los labios; porque nunca. sorprendían un suspiro! Resignada en su pesar,. ellos ya., sus bellos ojos, mnsprofuncfos que la. mar, • hartos y hartos de llorar, no tenían ni uua. gota,


.. -143-

-142ni una gota que \Jrindar al dolor.

eiempre el cáliz de nepentes en snsJabios, inspirando

¡Ah! sonl'isa de ironía,

su fatídico delirio, ¡su silencio!

la sonrisa de sus labios! Muda y triste melodía 1,

con que el rayo de la estrella viste el manto de la noche, siempre lánguida y sombría

En la urna mist.erio11a DO

hubo Suerte

mas

OSCUrB ••• •

iAb! tu estrella temblorosa

te cegó para que fueses

cuanto bella!

tropezando, en tu camino, Yo sabía. que era un buitre que en su seno so escondía ....

con amargas asfodeliae y cipreses!

que era un buitre silencioso qne en el alma la mordía,

Ahora estás en aquel valle

y aquel labio qnc reía,

de las sombras y el misterio,

era un .labio desgraciado

donde el ave del olvido,

que mentía.

con las alas extendidas,

Fueron años de martiriG; fueron afios i mplncables, 1

los de aquel marchito lirio ....

duerme el sueño in~eflnido de la eterna duracion de los riemPos.


-144-¡Ah! descanaa, P011erina, al amparo de tu cruz! Que no hieran tu retina

1

estos rayos de esta luz que otra oosa no ilumina que miserias Y de~gracias y rai:na..

1

..................................

1

Era. un dia. tan siniestro que un cadáver parecía. Bajo tanta pesadumbre, solo el sáucc sonreía;

!

1

y la. anémona, en la cumbre, donde el aire le faltaba, !le morfa. Era. un dia misterioso: de esos día.a en que el alma, como un arpa abandouadn, vibra, y saefia una tristeza · como un mar sin oleage,

-145en que flota al tibio rayo de la luna. Uno de esos dias,negros en que toda nuestra sangre en las sienes se ncumula, y, mas lenta que una. sierpe,

mejor duerme que circula ..•. que una. sierpe tonebrosa que fascina. Día, eu fin, de a.batimiento, de eretismo, día de asfixia, cuando,enfermo el pensamiento, va. periliendo su equilibrio, y el poder del sentimiento, que se tleva poco á PoCo, nos absorbe. Todo el mal que nos han hecho; las falacias de la vida; los recuerdos qu~-en el pecho nos han hecho alguna herida, como Láza1·0, reviven,

19


... -147-

-146y es un flinebre' banquete

nuestra me_nte. :

'· '

·

.

Y es la idea .que se fija, V el vértigo que invade,

es

y es el ala tenebrosa

' que proyec~a ya su som'qra .... . . es la niebla funesto&a · :; ... eo'n que eh vuelve su desórden .. . . .:

la demencia. . Nos impele11, y la mano, sin.temblar, coge la copa. Tal ,ve~ cruce de rcpénte

. 1·

. una duda po la fret;ite, y la copa, entre l~s labios ya inclinada, desl;lovdando, se detiene. Pero está Satan ocuito, y en la oreja va filtrando • sus fa~les persuasiones, y la copa VI_' empujando

con su dedo abominable •. : . ¡y la obra tenebrosa _se consuma! Lu~ha, lu~h& . con

la idea; entra en Jid oon el V:ampiTQ; .Dios es grande, y que te ayude: no son ºtiempos del suspiro, ¡pobre enferip~! son las horas del combate . ¡Donde está la Luz . Suprema que tli~nfa. de la Noche! .••• iJa Razonl.: .. ¡Ja Inteligencia!.. LJama.al monstruo. Poi:ealvatte, abre el_pecho ·á -su eloe~ncia; llama, invoca el Egoismo ~ ... ten la copa.

.

.iAh! qué horib1e pesadilla! ... ¡Qué tragedia tan siniestra! •••• El pa1ór de ~u mejilla .... '. la inquietud en que se adviert.e


-148Es el hilo qu~ se rompe .... Nohaypoderqueyala arrnnque de la muerte. La infeliz, desfigurada, irupol\ente en su silenrio, ftobre el lecho, amortajada, aun parece que se queja, y yo estoy casi esperando,

como un niño sorprendido, que se mueva. ¡Eh! señores, que la en tienen: ya Ja fo11a nos 111. pide.

Y al llevarla al cementerio, sin la lúgubre salmodia, nadie cruce una palabra;

solo se oigan los rumores de los pasos. Esa fué su bre\•e historia: sufrimientos y suicidio. Hoy la alcanza la memoria

-149como un sueño mny remoto, como el sueño de otro sueño que sé va, que se disipa, que se olvida. PM'i.a.


-151-

."

&N~

'•

.

e;s agrav:io <J,~ .tµ labio

.

~.

me ~iegue nna lisonja,_y ,que yo sea, á tus ínfulas. de sabio: .

·:.

tonta y feaT

',

&No:ha cantado, inspi,rado, ·

1,

· La rosa.

.

Una rosa deliciosa,

· :: ·.

'

ia mroor. del jardin en que vi vía, '

~

en su lengua misteriosa, me decía: · ' )

.O Poeta,

soy coqueta: ·. tal ha sido el influjo de ini estrella: .· Vénu~ fué tambien ~pqueta

cuanto bella.

:mas d~ un bardó, el poder de mis h~chizoaf . ¡No he brillado, . o Poeta ~namorado, en los rizos de quien tiene tu pecho cautivado! .Esta vez, yo 1a inteITumpo, y prorumpo

.

en elogios verdaderos y sinceros, . '

Pues me h~ ~erido e;li una fibra dondevfbrá t.odo el bien, todo el d~o que~.

11


·-152-

-153-

Dulce emblema de inocencia,

Yo tambien, tambien t.e quiero,

cuya esencia baña el alma qne se hastía, de poesía; Rica urna bizantina que ilumina la mirada encantadora de la Aurora, Cuyas galas, cinceladas por las Hadas, I~

son el bien de la hechicera Primavera, Tú eres reina, tú eres diosa, dulce rosa, con tus hojas de corales virginales. ¡Oh! la rosa que embalsama! Vénusami. tu perfnml", qi nobleza, tu bellela.

'

\.

pebetero, que derramas en la brisa tu sonrisa; Pero he vistO, en tus hojuela& coquetnelas, unas lágrimas brillantes, p-alpitantes, Que por tí me han inquietado. Si has llorado, cuenta, dime por tn vida, ¡quién te olvida! Pero no, yo desvarío: son rocío: . son las perlns sin rel)roche de la Noche, De la Noche silenciosa, voluptuosa, que en tu freut.e deja impresos fr~os besos.


-154Son los besos sin reproche de la Noche, que respeta, en tu belleza, la pureza. Y si yo, rosa hechicera,

Silfo fuera,

¿Porqué lloras?

te estuviera siempre amando .... y besando. Pues tu seno sin veneno, del amor Terdadero es el emblema. Y, en tus pétalos galanos, ha eecl'ito Dios uu poema

donde prutilla, como cosa dulce y nueva, que pudor y llelleza aon hermanos.

O Sueño de mi vida, ¡porqné llorar aaíT ,

¡'Porqué tns grandes ojos, que inspiran al Poeta, derraman en silencio, sin luces . pAra mí, . las perlas con que el AIba corona la violetat . Ven, dime tns pesares: yo puedo consolarte. Mi amor es tan inmenso, qne en vano tu dolor quisiera. resistirle. ¡Oh! ven ñ reclinarte · sobre mi ardiente pecho que vive de tu amor. Ven, cuéntame tu pena. ¡Qué mano fune1tou ni evita. ni perdona los ángeles de DiosT

'1

¡Que sel\ nuestro amor la ,copa mietcriOM en donde se confundan las penaa de los dos!


- .=.

- -~

.. --·

---

.• ·

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,

'!

• -11J71

Hundida en el oprobio, 11u hennoaora ~as

resalta quizas, como la perla

que, perdida en la·fétida basura, nos convida mejor á recogerla.

Cielo y cieQO.

1

Ea ..,... flOe ves, mujer ó hada,

con ojoe expresivos de sirena,

11

con ÍOll labios de púrpura irrita.da, con pálida mejilla de u:ncena;

11

l

f

magnftlca odalisca perezosa, pum imágen de Vénusqoe,sin velo,

·' 1

descubre so escultura voluptuosa, tendida en el divan dé terciopelo,

1

1

" 1

esa es una •.. .infelice que el destino lanzó en el lupaÚar, llonde, indolente, prodigando su cuerpo peregrino,

:

\\

ni derrama una lágrima ni siente.

1

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1 '

:-159-

" 1

y al volver al lecho, deja que una roaa de tus manos caiga para quien te llama,

Y á decir~e venga, con su voz ¡racioaa, ¡Pero si ella te ama! ¡Pero si ella te ama!

Si no aon de piedra tus encauto11 bellos, mis acentos oye, celestial Belisa; y al llegarte al -alma las promesM de ellos,

dame en nn suspiro, dame una sonris11..

1 1

Astro de mi vida, luz de mis ameres, gracia de Sirena que me hechizas tanto,

·'

pido queme quieras, raego que me adores, en arpegio& tiernoa y en sentido canto. Abre la vento.na de tu alcoba oscura, ya que al ftn escuchas mi cancion amante; muéstrame á la luna tu belleza pura, pura y mas preciosa que el mejor diamante •

1

1


--,_,·--

--- '.--

.,..--. . ~ -

1

-161Tus ojos son el programa de otra t.orre de Babel, Y estau brindando retama,

como estan brindando miel. Late en tí la tempestad, como late la bonanza: tú eros .. · .genio de maldad; tú cres .•.. genio de esperanza. La pnsion qne tú me inspiras Celeste monstruo, que adoro desde el día en que te he visto: hnri, del que nace moro;

1

ángel, del que nace en Cristo. Reptil, que me arrastra en pos, sin que yo acierte a\ saber, si será. reptil de Dios ó reptil de Lucifer.

¡.Qué sentidos no se agitan con tu extraña dualidad, '

si en tí viven y palpitan

me da goces y ansiedades: es.··· un cuent.o de mentiras; es .... un cuent-0 de verdades. Y por último, no acierto

ni á expresar lo que he sentido: yo no sé si est.oy despierto; yo no sé si est.oy dormido. Dime tú, dulce Belen, con tu boca de ~oral, si, queriéndote, hago bien; si, queliéndote, hago mal.

la fábula y la ve}-"ladf 21 1


-162¡Oh! qué horror! allá en la losa

de tu extraño corazon, ¡no será, Furia preciosa, nuestro a.mor, una. inséripcion!

Hi~no

al

A~or.

Dedicado á la 11ovi<l de un amigo. Dulce Union de dos nlmas virtnolaa, Lazo estrecho de afecto y de n.mor, con las manos cubiertas de rosas, yo rue ace1·co á cantar en tn l1onor. Tú eres noble Ilusion de la vida,

tú provocas la mente á soñar, ycontigo volando enccndilln, vuelve el alma su esencia á cobrar. En el fondo del Ser que, proscrito, vn pnsnudo, eutl'e som\lrl\ y dolor,


. -164Dios ha puesto ese gérmen bendito, pnm darle confianza y valor. Y entre tantos errores humanos como han visto los tiempos nacer, y entre el sordo tropel de gusanos que l'n el pecho sentimos roer, Solo en pié, como uu dios, cuyo nombre es augurio tle tiempo mejor, en su altar inmortal, que es ol Hombre, solo en pié, ha quedado el Amor. Y es que en·medio de tantos enores, y en las nieblas de la Humanidad, coruo un !tis de vivos colores, ol Amor es la suma Verdad.

-166O Cármen, si e11 verdad que en tu destino, ese fayo de luz ha penetrado; si la Esfinge que arredra nl peregrino, su enigma tentador te ha revelado; Si en mitad del bullicio lle la vida, la voz del corazon te ha sorprendido; si la ninfa, en tu seno adormecida, sus alas de coral h& sacudido, O Cármen, los celajes de la tarde, los nocturnos perfumes do las flores, las notas de que el pájaro hace alal'de, las fornins, el color y los rumores, Todo, todo tendrá pal'a tu alma su clave de cristal, diáfano y terso,

Dulce Union lle dos almas vi1'tuosas, Lazo estrecho de nfectl• y de amor,

y tú, llena de luz y en noble calma,

leerás, como en un libro, el Universo.

cou !ni'! mauos cubiertas de rosas, yo me acerco :•cantar en tn honor.

Lo hallarás mas fecundo. Y al sentirro palpitandotambien en la Armoní~,


-166recuerda que he venido yo 3 decirte: "¡No es Amor la mejor SaliidnrfaT"

Un arpegio.

.

Los dos hemos dejado, detras, muy léjos ya, un tiempo en que es la vida.como un jardin de flores. Jamas de mi memoria ¡jamas! se borrará. l Verdad que aquellos días han sido los mejores! El campo de las mieses al cabo se agoló,

1

i

y

solo en elrecue.r do se mecen todavía .••• ¡Oh! cuánto diera yo

por empuñar de nuevo la copaen que bebía! Tú estúa sin respirar, tendida en tu ataud;

1

el valle de las sombras recoge tus

despoj~

yo miro marchitarse mi pobre juventud,

quemºando mia meJillaa con' llanto de mis ojos.

Parí•· :

11

;.;.

-

-- ·-


-J.69¡qué me importa que llore arrepentida si está lleno mi pecho de amargura! Habla, dime ¡por qué tus grandes ojos • de lágrimas inútiles se inundan, y suspiran. así tus labios rojos,

La tentacion.

y

Danzas, risas, festines y placeres;

1

l 1 1

tan lúgubres sombras te circundan! Yo alargaba la copa cristalina,

brillantes esperanzas y ambiciones;

diciendo: "vierta aqu( la que me ame:"

caricias y promesas de mujeres;

tú tendiste esa mano que fascina ••••

doradas, lisonjeras ilusiones,

pero dí ¡qué vertiste en ella, infameT

t-0do, todo es fantástica Quimera.

¡Vino! vino de mnor yo to pedía:

con a.las impalpables de colores,

locura y embriaguez, para quererte,

que pasa á nuestros ojos, mas ligera que la abeja volando entre las Bores.

y,

Dejadme que me abisme en la tristeza,

apuran~o el licor, lo que bebía eran tragos de hiel, era la muerte!

con la frente en la mano. -Yo te siento,

Ahora vienes aquí deslumbra.dora, profanando el dolor en que me agobio,

Súblime Eternidad; en la cabeza,

á iwplorar tu perdon •••. ¡Pobre traidora!

dilatando mi estrecho pensamiento.

¡tú quisieras hundirme en el oprobio!

Sobre el zócalo oscuro de mi vida, han alzado una pálida Figura ••.•

Huye, déjame en paz, ángel oscuro, cuyn mano marchita

cuanto~·

92


-170O Belleza infernal, yo te lo juro, si vienes á tentarme, soy de roca.

Poat-scriptulJ}. Han abierto el panteon¡ y han encontrado • podrido el ntaud, casi deshecho. Su traje, es un harapo desgaatado. Y la cruz que llevaba sobro el pecho, e!ltre un polvo de huesos la han hallado. Despues, h1m recogido sns despojos, y en nn cofre de plomo los han pne11to. ¡Nadie tuvo nha lágrima en los ojos! ¡Con qué calma infernal fué todo esto!

1

-- ----

"""'---

'


r.

1

-173de lae brisas matinales, cuyas hojas de corales lucirán mejor deapaes. Es la alondra pichoncita qne á la selva donde babita, presintiendo ya emociones,

1

'

A uqa- niña recie9-qacida. ..- .

le promete sue canciones que .dirá. sin interés.

En la tierm bdiirlquefia,

Ojalá., tierna Estrellita,

con la ·lunnas halagiiefia 1

11

~-

que ·en

utl~o

palpita,

hóy ee estrena nna estreHlta,

.

sin ser cielo Borinqnen. Ee un ángel pequeñito, i

i

. tan simpático y bonito, que gemelos son los dos,

1

. eee y el que tiene Dios

\ ·'

para gracia de su Edcn. Es un vívido capullo que se mece· afl:ita-nao nrrullo

--

-

-

ya que naces tan bonita, que te borde ta destino de jardines el camino donde vas á. caminar; Y tu vida entera sea como un sriefio que la idea con deleite va fingiendo, siempre, siempre descubriendo nuevos goces que gozar.


',

'

-

~-..;---""-- -

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• ·'<

-175Pero es pobre mi paleta, qne por eso no In pinto. Esa flor no es el jacinto

1

ni es tampoco In violeta. En sns pétnlos amenos, me penet~o yo de Clncanto: la clcmátida no es tanto, la camelia vale menos. El espíritu del lmrdo que arde en óptica amorosa., ve sc>nrlsas en la rosa, ve suspiros en el nardo;

¡,,

La flor que me gusta ámi. pnlce amigo: tú qne pintas, con tan fáciles primore11,

1

nn jnrdin, en cnyl\8 flores

'

Y flotando en sentimiento de id'eal melnncolfo,

j

lisonjean ricas tintas; Tú, cuya arpa arrobadora,

largo tiempo so exto&fn, contemplando un pensamwnto. Filtro ncnRo que una Maga eu sU8 hojas disfruó, esa flor que adoro yo, no enamora, sino embriaga. 8Ua\"ea, ltinguido11 vaporea ella brinda noche y día,

bajo el trópico fl~cnndo, nos deleita en e11e mundo donde luce y reina. :f'lora, No te olvides quo hny en él una flor que es mi delirio, mas simpática que el lirio, mas amable que el cla;-el.

1 ..

11 1

--' • ---------

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-176y .eR un cuento de poesía.

esa flor de mis aJllores. De los títulos que asume, por su mugo de nobleza, el mas dulce es la belleza,

1 mas alto es el perfume: Y una luz tan hechicera

en sus pétalos rutila, que esa flor es la pupila de In. f;íusta PrimM•ern. Ni es uorndn. margarita ni cmnpáunla turq1ú; que la flor que reina en mí es mas pura, mas bonita. Y en su altura soberana, quita 1117'. su porte ufano, al heliót.ropo peruano, al tulfpan de Toscana. El nenúfar, que se mece sobre el lago 1• veces hondo, .si la mira, bajn al fondo,

-177si In siente, se estremece. Ni la :;delfa es su rival, ni el jazmín con ella lidia: á esa flor le tiene envidia todo el reino vegetal. Y la anémona sensil.Jle, blanca, azuló purpurina, que en lu. brisa peregrina vive a.legre y apacible; Y la púdica amapola que se adorna de corales, y eu la8 tardes tropicales desenvuelve su corola; La ruugnolia japonesa, cuyo seno sin reproche, bajo el soplo de la noche Ee enamora y se embelesa, En su lujo baladí, no serán jamas tau bellas, que es mejor que towurellas esa Flor que reinR en mí.

98


-7

.

-~

-

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---

----

·~

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·=---:>-

• -179Y tiembla de terror, mientra& el 1uelio se convierte en siniestra& emociones•. Se lanza de su lecho, pone empalio, se esfuerza en sacudir sus obaeaionee. ¡Lucha horrible! Pasando van los días, loe días y las noches, y ese hombre, batido por la cábala de arpías, vive y muere en un dé1lalo sin nombre.

El salto de la razoQ. Eaa no ea todavía la locura: aun su débil razon le presta freno;

Por momentos exclama: "Pero ¡cielos!

pero ya la insidiosa calentura, got.a á. gota, le infunde su veneno.

1

Duda él y vacila.-Está. acosado por tenaz obaeaion ••.• que lo domina. En su rostro febril, lleva grabado todo el mal, el tormento que lo mina. Los fantaama11 lo acechan, lo persiguen, le dicen al oido extrañas coaas. No hay eombrani rumor que no lo hostiguen. Sus noohea eon vilionea e1panto11&11.

,, ,i

.•

..

'qué es esto que me paeaT-Y coa la mano la frente se reetrega..-iQu6 desvelos me inquietanT ¡Qué paeion repelo en vanoT ¡Qué fuerzas misteriosas me combatenT Yo quiero resistir. ¡No be de ser duetlo de mí mismot Por mas que se desat.en los genios contra mí, venza mi empeño." · Y se iergne, y se siento ya curado. En s11 rostro, se pinta 11\ alegria. El ojo fulgumntc estú apagado. ¡Donde fné su mortnl melancolfaT


'.

-181-

-IS(µ.

que perdiera la vida en aquel Balto ••••

Y ie'lliente feliz. Y le parece

¡pero un negro misterio se ha cumplido!

'

que todo Je 'eonl'fe en lontananza. La vidá es nueva planta que florece.

ll al>ré el corazon á la e~p eranza. P'1il'o vuelve el nfan, torna la lucha, y, cual lobo en la noche rebujnilo,

la sombra pe~tinaz que ve y escucha,

;

'

pasa y rondn. sin tre¡rnn por sn lado.

'

¡Ah! señores, veréis: venilrá la hora 1

de la horrendaexplosion. Vencido el plazo, Jaextmfia agitaoion qm1 lo devora,

'1

11e dará con In atnxin estrecho abrazo.

l 11

i 1 1

ll avanza ya el pié,-pnra lanzarse.-

. 1

La cumbre es ln Rnzon.-Vértigo lento,

1

como un manto lo envuelve, y, n arrojarse, mil voces lo estimulan en el viento. ~

I!

por fin se lnnzó .--Cnyó el e lo alto,

como frágil nlucl.- Dios no ha querido

..

u

J

---

-

1

j


I

-183Goza el alma, siente el pecho la emocion

de la dicha, y satisfecho el corazon, sin zozobra, sin coml>ate, da In. sangre con que late. ¡Miserable raza humana!

La flor ~uerta. ¡Cómo cambia, en esto mundo, ¡todo! ¡todo! ¡Cómo á veces un segundo trueca en lodo, muda en nada, lo· que fuera dulce cosa lisonjera!

La. corriente, tras de hoy, traerá á. mañana ciertament~;

·

y quien sabe si esa luml>re

será un sol de pesa.dumbre! Ley fatal de la existencia, que sujeto. cielo y tietta á. su obediencia:

Hoy, en nlns de ilusiones de arrebol; vuelnn, vagan lns pasiones, y ese sol

que· ilumina. el fiíusto din, es un astro de alegría.

ley secreta del eterno movimiento, siempre activa en au elemento. Ven, Amigo; ya marchita,


r • ··-184sin olor,

-185-

que ella misma, la que .adoro,

aqu( mismo, en esta sala, yo los vía, estos míseros despojos que ahora lloran á mis ojos.

me entregó como un tesoro.

t inspirándome, y haciendo.

Seca, mustia, deshojada

noble empeño, poco á poco la voy viendo, como un sueño, pura, vívida, oloroea, Otra vez, mi liDL1a rosa.

tengo aqut la flor bendita, fior de amor,

y encogida, ya no es rosa, ya no es nada: ya está herida por el Tiempo íunestoso, 1;uyo vaho es venenoso. ¡Qué me quedaf Pensativo, silencioso como el mármol, y cautivo pesaroso del trabajo en que me pierdo, no aoy mas que del recuerdo. Pinto, visto con la gala · que etro·día,

Y oti·a vez la escucho á ella,

y la miro; Y otra vez la encuentro hella,

y respiro enJl&1ltaw. que rodel\ á la adorlMla. e94, atm6~era

¡Donde estás, ¡oh mi Deseo! que te siento y np te veoT Parla.


.

Belleza y Poesía.

Una realidad.

Sus lnbioe el\ loe míos se posaron, como uun mariposa. enamorada •• ,.

'I ~

y en un beso recíproco estallaron.

Y dormida en la mía su mirada,

El sepulturero. ¡Qué quereis de mí, señorT ¡Qué ven is á proponerme cuando todo el mundo duermeT

tan grande era el amor qne ella sentía, que temblaba, en mis brnzos enlnznda. Su pecho con (lli pocho se oprimía; su aliento con mi aliento se mezclaba .•.• Un fuego celestial nos encendía. Era Dios, que en un alma combinaba dos almas, hasta entonces desunidas. Era Dio1, que un mila&To realizaba.

11

Elj6v1m

A pediros un favc,r. El se¡ntlturero ¡Un favorTSe me barrunta que es alguna ,impertinencia. Eljót•e1i ¡Quieres oroT

.. _

_


r

r • -188-

-189-

El 1epultiwero

El1~turero

¡Qué ocurrencia! Eso nunca se pregunta.

¡Y era bellaT

Elj6ven ¡Un ideal!

Elj6ven

Quiero ver la jóven esa q ·e ayer mismo han ebterrado. Dulce y tierna, mi Teresa

Yo en s11s ojos me p•mlía, que emn ellos otros mundos mas hermosos y fecundos que el planeta en q11e vivía. Yo en 's11s labios me embriagaba, porque·et 8*mó de la$ flórcs no da néctares me1ores q11e·el q11e en ellos encontraba.

de mis brazos se ha escapado. ¡Si supi'érais el poder, la atraccion, la fuerza oscura que encerraba la hermosura de esa ansélica mujer! · MagesttIOI!& y peregrina,

Y yo, en fin, en toda ella me oxalta;ba entusiasmado, tierno amante e11.cadenado q11e adoraba basta s11 huella.

mi Teresa era lo mismo que ese aliento del abismo que nos vence y nos f11.11Cina.

Cuando hablaba, yo la oía como so oye á una Sibila:

Yo, arrastrado do ese modo, todo en ella lo cifré.

mi pupila en ~u pupila. Ni una sflaba per<ía. Y ei;cuchando el fresco estilo

Todo, todo lo olvidé por amarla sobre todo.


., • -190con que ornaba sus razones, yo ern. todo Tibraéiones y temblnba como un hilo. ¡Oh! romped, rompedln. tapa. de ese féretro maldito, por el cual á lo infinito toda el almn se me escapa. Vuelvan, tornen sus fncciones, como en' dias de bonnnza, .á. llenarme de esperanza,

á. mecerme en ilusiones. · · · · · · • • :l ••• ........................ .

Pero ¡cielos! ese olor que en mi olfato se despierta!.. El sepulturero

¡Es que está In pobre muerta corrompida yn., señól'I

El avaro. Su vida fué la fiebre del trabajo • Siempre ansioso, sudando en cada poro, se le vía correr de arriba abajo, buscando, buscnndo oro.

Comí~ pocn c~sa, y sus bocados, apenas los mascnb&. Más que risa, causaba repugnancia aquella prisa y modos agitados.

Nunca tuvo mujer, y su vestido fué siempre misera~le y haraposo. Aquel hombre jamas liabia. bebido un vino generoso.

·~

--

-· --

....

.


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.,.

--

-193-

-192Ja.mas vió una. comedia. ni un sainete, ni fué al campo ja.mas á ver las flores. ~l

llamaba las óperas mejores

Abrió entonces la boca, ya impaciente, y por dentro tcntóse los quijadas: "¡Ma.ldicion! exclamó: ¡si están gastadas! ¡No tengo un solo diente!"

un tonto sonsonete. "Yo trabajo, decía, despreciando la. vivaj,uventud color de grana,

y h\ Muerte, qne pronto se despaelm,

porque estoy mi futuro preparando,

una noche, dispuesta paro. el easo,

porque pienso en ma.fía.na..-Mirad esos zoquetes: ¡qué ilusiones

sobre un catre soez, cu su covacha, lo estiró, con un gesto de J)&Yaao.

se forjan con el fuego de sus venas, en lugar de entregar ·á otras faenas sus fuertes cora.zones!-La. vida. les sonríe. Sus jardines les regalan aromas y colores: ellos hallan sa.brosol los a.mores y alegres los festines." Esto dijo mil veces.-Cuando un día, lleno .a.J fu,i de caudales, y o~ e~ se vió e~ cráneo pela.do, eoo;io un qu~, que la. mnp cu~rfa.

l

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.~

-··

--

11

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• -195Ceñir en una eclfptiea su vuelo,

1

'

sin trazar en el éter ningun rastro; brillar sobre la "bóveda del clel~ brindando á nuestras lágrimas consuelo ..•. ese es el astro. Nacer como una historia misteriosa; ser lenguaje de púdicos amores; dn.rle miel á la abeja laboriosa; perder en una tnrde sus pl'imores ...•

Desti9os.

esas las flores.

Brotar entre las piedrM de la falda,

Ser de Véspero amante la divisa;

como un chiste del cerro prominente;

cargarse de perfumes exquisitos; distraer el pesl\r con su sonrisa;

bullir y murmurar festivamente;

fundirse en los espacios infinitos .... eea es la brisa.

correr entre dos frnnjns de esmeraltla .•.. esa es la fuente. Silbar, cuando la Aurora ha parecido;

Llorar, cuando ñ la vida se le an-oja;

henchir de libertad su pecl.10 suave; tener ·todos sus bienes en un nido que en la copa de un árbol ha prendido .•..

recibir unn máscara Y. u.o nombre; luchar con el placer y la congoja: morir como una oxtmña pnrndoja .... eso es el Hombre.

esa es el n ve.

.. ,_

-

---


..,

1 '

-196Penetnime·-Oe t;odo; aaalisarlo ooo el -alma inapirAda del Pr.ofeta; en ))Oblea emociones empaparlo, y en el arpa de oro revelaTlo •. ~. ese el Poeta.

Era un. ¡ay! de ~~rellion tan remota, que la pluma no sabe explicar:

. ca.ila. vez que llegabn...eea. no~.

. "1

me s?ntía herir y temblar. Ella, p(11idá., muda, inspira.da, la romnnza tocabn con fé; y la vista en el libro clavada, ni una vez que la alzara not.é. En aquella. romanzn sublime, su alma entera Mendélson gastó, y In. nota inmortal en que gime,

•1

con un siglo de lla.nto empapó .

.

.

1


l

1 ,,,

-199tl soñaba sua sueñoe •••• J crefa. Juguete de su cálido organismo, sin otra voluntad, se con11umfa por d&rle realidad á

lftl espejismo.

¡Triste, pérfido afün! 1,Qu~

extraño que no os háyais comprendidoT

Sinembargo, tú fuiste, no lo dudes, su Libro mll.B simpático y leido. tl te debe su eucanto 1 sus virtud.ea,

Nostalgia de ideal. ¡Ah! siéntate á pensar. Pon en tn11 manos

la joya virginal de tn cabeza. traía ambos de Dios: érais hermanos; pero él. ••• era fiebre de trieteza, y tú ••.. fiebre de nmor.

tl en tC se exaltaba y enoon8fa. A. tu 1mlicnte contacto, se inspiraba. · El dios que en sus entrañae ae eacondfa, con tocarte no mal', se revelaba en ·todo 111 poder.

que devora en silencio: la Poeafa:

. Tú palpitas tambien en la obra nya •••• ¡tú fniate su delltino, pobre Bella!

él buscaba, en tus ojos de zafiro,

l.Y qué gloria mns , noble que la tuya,

e1e mundo

ser la MU.83 de un alma, cuya huella

tl llevaba en el pecho ese.vampiro !j

que no se olvidan\Ü,

que ve la fantasía,

no ee puede perderT

cubierto de vapor.

.:..:l.

---- -

-

........


•.,

·--000-Seca, enfuga esas 16grimas que lloras, no quemen tus mejillas de azucena: alza, alza las sienes seductoras, &acuda. el corazon tu amarga pena, noble y pura Yision.

'

Como lámpara, en vaso criatalino, que da luz, en un templo abandonado, guarda el fuego, él espfritu divino que el labio fecundó del que ha dejado nuestra eatrecha prision. Clava

~1J~1' mirada

penetrante.

en l~ ~lt de azul, donde chispea ~~e

de Orion 0 piensa eu tu 'bmante;

que no tlll''!te tu eapMtu oU:a idea que contemplarlo allá, . . . .. O Bella, y lo :verás,. aiempre aombrio, en la pf,tria ideal ad4>ade ba vuelt.o: ~~te

y aolitario en el vacio,

su espectro callador aun ·no ha reanelto

llua p11oblema& de aoá.

Ultill}a realidad. ¡Miserables, dlÚadla! ¡Qué oponeis obstáculos al brazo de la MuerteT ¡No veis que ella triunfaT ¡No loveillf¡Mirad su palidtl%! ¡Miradla inerte!

º La de~ de la vida ha terminado. Por fin, ain movimiento, fria, muerta, sobre un lecho de plumaa y dorado,

al sueño de la tumba se deapierta• Mustia, lánguida fu, pero aerena; melancólicos ojos de zafiro: labio, ya llel niatu de la uucena, que inicia ñn.8 .Onriaa y nn suspiro;


-202Dulce Vírgen, ¡oh mezcla de tristeza! de n.ngélico ideal y pobre arcilla, permite que venere tn belleza, con un beso de ndios en tu mejilla.

•..

¡Famélicos gusanos! ¡Aun la puerta del lúgtibre panteon no está cerrada, cuando invaden el cuerpo

ce la. muerta,

bulJentes, en su gula endemoniada!

·-·-····································· ....................................................... ¡De quien es ese cráneoT-Señor mio, no os lo puedo decir. Se me figura qne es cráneo de mujer.

............. -......................... ·.· ............. . ¡Oh Tiempo fmpfo! ni siquiera respetas Ja Hermosura!

U~a ~urora

BO"}brfa.

La noche daba fin. Era 11\ hora del fresco despertar lle la mañana. Tras el Alba, asomabl\ ya la Aurora, · sonriyendo en su túnica de grana.

Y yo, solo con ella, en sn a])Ol!ento, mientras todos dormfan hondamente, fii.o<el ojo en su rostro macilent<>, le apartaba el cabello de la frente. En mitad del silencio misterioso, mis sollozos apenas comprimía. '

Su lento respirar em angMtioso. El pulso le tembh\IJa y 11e.perdfa.

1 1

1

1

1 1


-20li-. La memoria, turbad" en mi cabeza, no acertRba a\ decir lo que M>fiRhn; 1 era tanta y tan grnnde tr.i tristeza,

que Ja vidl\ en mi ser ee aniquilaba. B11ile11, jilegoe, earao11 y feeoojos; delirioe, j nveriilee iln.eionee, t.bdo, en aordo rumor, allá de lejos,

radiaba aobre mí 1n1 vtbraciollee. El priama del recuerdo, aquí en el seno, mi puado feliz deaarrollaba •.•• ¡Flores ¡ay! empapadl\8 en veneno que aumentaban el mal con que luchaba!

Yo la vía, por fin, en sn belleza, tipo o.oMo en lo. Tierra sin segundo, como un ser de mejor naturaleza, venido con loe dones de otro mundo.

........................................................ Mae ¡silencio! sé queja.-Y a 11us ojo11 me buscan anhelosos .... ¡Alnm mía! contigo estoy aquí, véme de hinojos .•.• Revive entre mis brazos, corno el dia. Hinebe,llena tu pecho qnejUAlbroso de esoo o.liento benéftoo d_e Mayo: el sol, q~ie "ªsaliendo tan hermoao, oo brinda nuevo ardor en cada rayo.

Yo Ja vfa, eencilla y delieioaa;

-O!e .. dame en ltL frenoo.,pon-tn mano ..

siempre llena de Mqor y aonreida,

tus manos eu las m\as .... ¡Eatoy Jert,,.!. .••

con eu1 gracias de .néctar y de roaa,

.¡Ah! q~é horrible es m0tir .• y tan temprano! ¡No me quieres besar'

eeduci•ndo a\ la vida con en vida. . Yo la vfa pasar, flexible y bella, por delante de mf, como un aroma, brillo.11do, .e.n su candor, como una estrella, luciendo an tenmra do paloma.

....................................... ·.·............... ·- ........ . -¡Si ya está muerta!


---

Mira, Celia ¡lo veaT Puea de igual auerte, corriendo trA8 dulcísima iloeion, nl llegarse á. cogerla el corazon, &uele darle la muerte.

Enseftanza. Corre, mi Cella, tru la marlJ)08a

que vaga alegre, mlentraa b111Ca miel, ora poúndoee sobre una roaa, • ora rnecléndoae aobre un clavel. Corre de priaa, qne en el aire" blando, tan perfumado por el azahar, en vueloa nipidoa ae va alejando:

Bi te deecnidas, t.e ae va i\ . eecapar.

MRB ya la aleanzaa, aunque fatigada, y al ftn ae rinde A tu tenaz afecto.

Abre la ma~o .. ... pero ¡deagraeiada! Bi eetá llin vida el pobrecillo iDBOOto!


-209Todo, empero, se fué, como un sueño: ya la tierra 110 goza tal bien. ¡Ay! que asf como pasan las

nube~,

así pasa la vicla t:uu bien. ¡Qué me importa ya á mí que en el prado nazcan flores de port.e ¡ren till

Ca9cion.

:,Qué me importan las gnlas dol mundo, ni las chispas clel ciclo turqufT

Yn \"olaron las horas felices en que Láu1·a preminbn mi nrdor, cuando, al son de mi citara. dulce, lo cantaba canciones do nmo1-. ¡Quién creyera. que tn.ntu. ~olicin se trocara tan pronto en dolor! ¡Ay! que así como pMnn las nubes, así pasa. tambien el 1npor.

Sin mi Láum, la vidn mo pesa: solo cirro en morir mi ambicion. ¡Ay! que nsí como pasan !ns nubes, así pasá tambien 11. ilusiou. L(1Ura, Láura, ojalá que la Parca ¡ay! abrevie mi vidu infeliz, para quo, en el dintel de la tumbn,

Aun recuerdo la. tarde de Mayo, cuando en elln. mis sueños hallé: tnnto·fuego sus ojos radiaban, que, encemlido, Ja frente humillé.

nuestras almn.s se vuelvan á unir. Solo abrigo esa dulce esperanza, de las muchas que tuve -otra vez.

27


-210¡Ay! que así como pnsnn lns nubes,

la esperanza así pasa. tambien.

AspiracioQ, Ven á mia brazos, lánguida Belisn; reclino.te sobre ellos voluptuoso., y en tus labios dulcísimos de roan,

'·

deja, deja morir una sonrisa. ' Quiero ver, en tus ojos de sirena, latir una ilnsion n.dormeoida, y escucbnr la celeste cantilenn. que palpita en el nrpn de tu vida .

1

NOTA.-Esta cancion fué escrita, en París, expreeamente para mi amigo, el distin¡uido pintor puerto-rique110, Don Francisco Oller, quién la cantaba aobre un aire italiano, de dulce· melancolía.

Yo quiero poseer entre mis manos el Libro con que el cielo nos enlaza, y br.bur, eu tus labios soberanos,

la única verclnd de nnestm raza.


• -212Hoy estoy tau sensible. en mi tri~teza, como es friígil In. copa de cristal. ¡Ah! deja que eu la Lnz de tu belleim, satisfnga mis sueiíos de i<lenl. .

Un mal mo~ento. Esfinge misteriosa, fánsto Abismo del mágico ideal de mis amores, Anoorcha de mi 011curo escepticismo ven ¡o'h! ven á calmar mis sinsabores. Desenvuelve ~í. mis ojos tu belleza, mas clara que los astros, y mas pura, y torna á disipa1·me la tristeza con la ríen embriaguez de tu hermosura. Dame el regio licor, la ardiente llama de tus labios do ptírpt~ra divina, con que todo el espíritu se inflama. cual se inflama la p61vora en In.mina.


-214Enciéndeme en los rayos de tus ojos, vierte eu mí tu millar tle 1\1.!pÍl·aciones, lmmíllame, p~ostémame de binojos, · arrójame al volean de las pasiones; Confúndeme, <levora mis sentidos con tu risa falaz, ó con to llanto, con. todos los espíritus reu~idos en el monstruo sublime de. tn encanto, Y mlitame, si quieres, irritada., con tus brazos espléndidos de !OCll• pero arráncame, al menos, de. esta nada,

..

No te quiero. ¡Oh! sin dÜda eres bella! Ni la rosa, ni el clavel encamado, rivalizan con tps labios seráficos, que hechizan cen su miel misteriosa.

cuya bruma de plomo me sofoca. Ni cl.ruejor azabache del Oriente, ni el ébano bruñido, lucharfan con tus ojos de Hurí, que desafían con su luz tan ardiente. Ni Judith, ni la hermosa Magdalena, ni Cleopatra, flotaron á. aua cuellos ' tan negro• y magnfftcos cabtilloa

como tú 1 o Sirena.


-21~

'Pues bien, aunque tu labio arrepentido me brindase contigo una corona, mi pobre corazon no la ambiciona: ¡tú me has endurecido!

La ~uerte . •

Mi espíritu .flaquea y se consterna, delnntede ese Monstruo que fascina: Serpiente•de la Noche sempiterna

.

que de sueño letal me contamina, poco á poeo me arrastra á la caverna. ¡Oh! qué negra, qué horrible pesadilla! En vano hago un esfuerzo: en vano lucho: me tiembla el corazon y la rodilla.

Hil viaiooea me turban, y yo eaeucbo como un mar, que ee rompe en una orilla.

¡Hon1truo, monstruo, piedad! Dame una hora, un iu1tante brevísimo de calma. ll8


• J~PJPf- ·

-218¡Ah! deja respirar al qne te implora, con tue garras clavndne en t>l alma, nn poco de een. luz arrohadorn.. • Pero ¡qné! ¡todo acaba .••. 7 se convierte mi ansiedad en delicia indefinida! ..•• ¡Oh! los brazos amantes de la Muerte son mas dulces que el eeno ·de la Vida!

..

Prólo¡,p ... -. •• ~····· El baro.o melancóhco .•.. •••••• Seducciones · ••· · · · •· · •• Vente al campo ·· ··•· •••••• I ..a cantora ambulante ••. •••••• El zétlro y la ro81\ · · • • · · •• • • •• La noche ........... . Sus ojos •••••· •••·•• Auto-dc-fé • . ... . . •· · ••• Cantos de la vc~ez · • · • · • •• • · • • Cantos de la veJez · · · · · · · · • · · • Tiiste recuerdo · • • · •• · • • •• • Lapolka . ·· •·•· ··•··· Una pá¡rina póstuma ·· · ••· ···· Meditaciones • •• ·• • ·• · ••• · El alee ·••·•• •••••• u1Jmoe renglones ••••.. •••••• En utl album . .A P ....... ·····• Id. id. .A 0 ............ . Idi]Jo ...... •••·•• Pul5ertad ·•••·• ···••• Los tres besos · • · ••• · • • •• • Un cela.je •·• ·•• •••••• Una anécdota ·•• ·•· ••·••• Una lápida. ·•••·· •·•·•• Fra mento _ •·•··•·•·••• un ~rama corto · • · · · · · · •••• De loe cuadros negros •.•. ·••·• Tempestad ·••· ••••·••• J..a su~cida ' · •• •• •• • •· • Le. roea •••· ••·• •··• ¡Porqué lloraa' ••· • •• · • •••• Cielo y cieno • ••· • ••• •• • • Serenata •• · • • • •• • • ~ • Antfte1i1 •••• •••· ••·•

IS 10

15

18 29 96

85

88

40 42

44

46

48

52 60 66

71

'74 77

79 82 85

88 97 106

109

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185 188 141 150 lM

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-220- ·

0T~•nmo· aLA1~1or ~ n.rpegJ!>

Lo. t.entacion

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· Post-~criptum 1·

....••..•... ....•....... ........... . ••••• , ; •••••

A unil. niña. rncien-nacida . .-: . .'. ~>

La fior que me gnsta ámí. ..•.• . . . E.l-Btllto.de la. razon... . ~ ..... . La ftor mnerm .. . ......•. •

g~l!e::afifa<;¡~'fa

:.i:::: ::::::

, : ·EJ avaro........... . Destinos ........... . Una nota , ..... •..•... N ostn.lgia de ideal ..,.....••... Una r..ealidad · . ., ........ . U11a aurora sombría ....•.••••· ~ .... .'..... . Enseñanza. Cancion . . ...•...•••• - ARpiracion · · ........... . Un mal momentC\ ........... . No te quiero ............ .

La Muerte

..•.........

163 167 168 171

172 174 . 178 182

186 . 187 191 194 197

lll8

. 201

203.

206

208 211 <213 . o .215 1

217

o

.. .'

', i

NOTA:-En este libro; llie lJan deslizado al~u".; nas incorrecciones de fo,rpr<'sion, cosa que es bien dificil de evitar en todo trabajo de esta clase.Contnmos con lá cQ.lturn !Iel lector, para o.horro.ruos unaJ6 de errata, ·q'ue rio pasa nunca de ser

tm ré1nedio tardw.

.


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