Revista del Instituto de Cultura Puertorriqueña

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REVISTA del INSTITUTO de CULTURA PUERTORRI QDENA ANTROPOLOGIA HISTORIA LITERATURA ARTES PLASTICAS TEAT(W MOSICA ARQUITECTURA .

ABRIL - JUNIO 1959

San Juan de Puerto Rico

,,.

numero


REVISTA DEL INSTITUTO DE

CULTURA

PUERTORRIQUENA 'JUNTA DE DIRECTORES Eugenio Fernandez Mendez - Presidente Enrique Laguerre

Artu ro Morales Carrio n

Salvador Tio

Jose Trias Monge

Teodoro Vidal

Jose A. Buitrago

Director Ejecutivo - Ricardo E. Alegria

NUM . 3

1959

ANO lI

ABR IL - JUN IO S AN JUA N

DE

PUERTO

RICO

SU MARIO

Pag. El hombre bilingile por Samuel Gili Gaya .

. 1

El romance tradicional espafi.ol en Puertq Rico por Cesareo Rosa-Nieves . .·

4

La Casa del Libro .

8

Lenguaje de germania en Puerto Rico por Washing ton Llorens .

. 10

Las armas de los conquistadores espafi.oles . por Harold L. Peterson .

. 13

Areito de maiz. - Cuento por Esther Feliciano Mendoza

. 15

Memorias de una islefi.a. por Clara Lair.

Fragmentos de libro . 17

Qrigenes del teatro puertorriquefi.o La juega de gallos o El negro bozai, de Ramon C. F. Caballero por Josefina Rivera de Alvarez . . 20 El sombrero. -

Peri6dico manuscrito .

. 26

Exposici6n de Rafael Tufifi.o

. 29

Tres poem as de Luis Pales Matos .

. 31

Lo que no fue Pales por Juan Antonio Corretjer . Guayama en la poesia de Luis Pales Matos por Margot Arce de V dzquez

. 36


Una posible explicacion del ciclo negro en la poesia de Pales . 40 por Gustavo Agrait Carta in~dita de Ramon Emeterio Betances a dofia Lola Rodriguez de Tio . . 43 Perfil nacional y realidad historica por Luis-Alberto Sanchez . ·

. 44

Resefias bibliograficas

. 47

Colaboradores

l'UBLICACION DEL INSTITUTO DE CULTURA PUERTORRIQUENA Director: Ricardo E. Alegria. Diseiio: C. M. Ilustraciones: Lorenzo Homar, Alfonso Arana, Rafael Tufliio y Carlos Marichal. Fotograflas: Alexander George, Ca·r los Col6n, Samuel A. Santiago y Jorge Diana.

IMPRllSO, UN LOS TALLBRES DE ARTBS GRAFICAS « l!DICIONBS RVMIOS» BARCELONA (ESPANA)


· GUSTAVO AGRAIT naci6 en San German y se recibi6 de licenciado en Derecho en la Universidad de Puerto Rico/ .donde desde 1933 ocupa una catedra de lengua y literatura espaii.ola. Ha escrito cuentos, poemas ·y trabajos de investiga'ci6n y critica literaria; muchos de · ellos ineditos, en tr\!' los que se destaca su monografia sobre el tema del beatus ille en los poetas espaii.oles de los siglos XVI y xvu. Ayudante del Gobernador de .Puerto Rico · durante cuatro aii.os, el licenciado · Agrait dirige en la actualidad la Oficina de Informaci6n de la Administr~ci6n de Fomento Econ6mico.

lVlARGOJ.:. ARCE . DB VAZQUBZ. Ensayista y critka literaria, naci6 en Caguas, Puerto 'Rico. Doctora en Filosofia y Letras de la Universidad Central de Madrid (1930) y desde esa 'hcha profesora de lengua y lheratura espaii.ola en la Uni· versidad de· Puerto Rico, cuyo Depar· tamento de Estudios Hispanicos dirige en la actualidad. Ha colabora(io· en numerosas revistas y peri6dicos, publicando articulos de analisis y .critica literaria; principal· mente sobre poesia. Es autora de la obra «Garcilaso . de la Vega : una con· tiibuci6n al estudio de la Iirica esp aii.ola del siglo XVI» (estudio publicado en 1931 por la Revista de Filologia Espanola) y del ·Iibro «lmpresiones» . (1950), que recoge diversos ensayos so. bre literatura puerton;iqueii.a.


JUAN ANTONIO CORRETJER. Poeta; ensa · yista y periodista, naci6 en Ciales. Ha recogido gran parte de su obra poetica en los libros Agueybana (1932), Ulises (1933), Amor de Puerto Rico (1937), Cdntico ·de guerra (1937), El Leiiero (1944), y en la serie Imagen de Borinquen, de que han aparecido tres titulos (1950-1957). Es ademas autor de varios libros de prosa politica, entre elfos La revolucf6n de Lares, Nuestra bandera (1947) y La lucha par la independencia de Puerto Rico (1949).

TOMAS BLANCO, ensayista, critico de arte y 1iteratura, novelista e historiador, naci6 en San Juan. Ha colaborado en vari.a s revistas del pais y del extranjero, y es· autor de las siguientes obras : Prontuario hist6ric:o de Puerto Rico (1955), libro premiado por el Instituto ·de Cultura Puertorriquena·; El prejuicio racial en Puerto Rico (1942), Sabre Pales · Matos, Los Vates, La Dragontea (1950), Los aguinaldos del Infante (1954), Los cinco sentidos (1956) y Miserere (1959).

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PABLO CASALS naci6 en Catalufia de madre puertorriquefia, y en Puerto Rico ha formado su hogar y reside desde hace algunos afios. El mas eminente de los cellistas contemporaneos, compositor y director de orquesta, desde 1950 dirigi6 los famosos conciertos de Prades y, a partir de 1957, el Festival que bajo su nombre se celebra anualmente en Puerto Rico.

ESTHER FELICIANO MENDOZA, . poetisa y cuentista, naci6 en Aguadilla. En la Universidad de Pue1;to Rico se · recibi6 de Bachiller en Pedagogia .con especializa. ci6n en lengua y literatura espafiola. Actualmente desempeiia'. una catedra de Humanidades eq la inisma Universidad. · . . . Aparte de sus c6laboraciories en peri6dicos y revistas, . ha publicado las obr~s Nanas, versos inspirados en el folklore puertorriquefio (1945), Arcoiris, librci de literatura infantil n951); Voz de la tierra mia, colecci6n de es.t ampas localistas (1956), y Coqui-, cuentos y poesias para nifios ( 1957), que focibi6 premio del Club· -Civico de Damas de ,San Juan.·


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SAMUEL GILi GAYA, -profesor y publicista . espanol, es. autor de diversas ediciones criticas de autores clasicos, y de trabajos de investigaci6n y divulgaci6n lin· gliistica y literaria. Sµs obras princi· pales son Curso superior de . sintaxis espafiola, Tesoro lexicografico ( 14921726 ), Elementos de fonetiCa general y Diccionario de sin6nimos, obras de que se han hecho varias ediciones. De 1930 a 1934 fue director de, los cursos de ve· rano. del Departamento de Espanol del Colegio Middlebury, de Vermont, y en los anos 1929-1930 y 1958-1959 profesor . visitante de la Universidad de Puerto Rico. Tiene a su cargo ·1a correcci6n per- . manente del Diccionario Vox.

WASHINGTON LLORENS naci6 en Ponce. Aunque su profesi6n es la de quimico farmaceutico, desde muy joven ha cµl· tivado la critica literaria, el cue.n to y el ensayo. Como . editorialista de la revista «Alma Latina» recibi6 en 1957 un pi:emio del Instituto de Uteratura Puer· torriquefia. Junto con esta tarea des· empena en la actualidad la de director de la «Revista Farmaceutica•. El licenciado Lloreris es miemhro de la Academia Puertorrlqueiia de la Len· gua Espanola y correspondiente de la Real Academia de la Lengua. Ha publicado las obras: Criticas. profanas (1936), Un intruso en el jardin de Academo, La decimoctava edici6n del diccionario de la Academia y El espafiol en Puerto Rico (las tres ultimas aparecidas en 1957).

CLARA LAIR es el seud6nimo de Mercedes Negron Munoz, poetisa y prosista nacida en Barrabquitas. En 1937 public6 su primer poemario, Arras de cristal, que obtuvo premio del Instituto de Literatura Puertorriquena. Otro premio del mismo Instituto fue otorgado a su trfptico Tr6pico amargo (1950), que recoge la colecci6n anterior, y la titulada Mas alla del poniente, junto con la que da su nombre al libro.

IJAROLD L. PETERSON, norteamericano, se ha especializado en el estudio y restauraci6n de armas antiguas y esta repu· tado coma una de las primeras autoridades de Estados Unidos en ese campo. Representante de su pafs en diversos congresos de h1storia celebrados en Europa, colaborador en diferentes revistas y autor .de varias obras sabre su especialidad, el senor Peterson public6 recientemente , .el libro Arms and Armor in Colonial America ( 1526-1783).


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JOSEFINA RIVERA DE ALVAREZ nac10 en Mayagiiez. En 1954 obtuvo su doctorado en fil<JS'u'°fia y letras en la Universidad · · · . Central de Madrid, y un afio mas tarde public6 la ob,ra Diccionario de la Literatura Puertorriquefza, laureada .con un primer p,remio del Ip.stituto de Litera~ tura ·y con el premio anual del Club Civico de .Damas de San Juan. . · La doctora Rivera . de Alvarez es catedratica asociada de espafiol en ;el Colegio de Agricultura y Artes Mec~nicas de Mayagiiez, a cuya, facultad esta adscrita desde 1947.

LUIS ALBERTO SANCHEZ, profesor y publicista peruano de renombre continental, ha dictad9 catedras en varias de las principales universidades de America y ocupado cargos de impor-. tancia en entidades culturales nacionales e internacionales. Entre las numerosas obras que ha publicado figuran la

Historia general de America, Literatura · peruana, Nuevd historia de la literatura hispanoamericana, Vida y pasion .de la cultura en America y Panorama:de la literatura actual. Durante algunos afios fue profesor visitante de la Universidad de Puerto Rico. ·

CESAREO ROSA NIEVES naci6 en Cayey. En 1944 se recibi6 de doctor en filosofia y lefras de l~ Universidad Aut6noma de Mexico. Poeta, ensayista, dramaturgo y critico, ha publicado varias obras de poesia y cultivado el teatro, proyectando en su producd6n dramatica temas de nuestr a historia ·Y nuestro folklore. Entre sus obras en prosa y en verso figuran La poesla en Puerto Rico: estu-

dio critico-hist6rico del 'verso puerto' rriquefzo (1943), .La ldmpara del faro (1957), · Tierra y lamento y Siete cami. nos en luna de suefzos (1958). El doctor Rosa Nieves ha compilado y anotado ademas el Aguinaldo Lirico de la .Poesia Puertorriquefza, antolog:ia en tres tomos (1957). '


El hombre .hilingiie Por ·SAMUEL G1u GAYA

Yo soy yo y mi circunstancia (Ortega y Gasset)

VARIADAS OCASIONES HAN LLEVADO A N UMEROSAS ocuparme de bilingiiismo, es decir, de la situaci6n · Y

ME

idiomatica de los paises en que, por diferentes causas hist6ricas, conviven dos idiomas, bien sea con predominio de uno de ellos, bien sea con un equilibria mas o menos estable entre ambos. El problema es muy antiguo, y a menudo produce rozamientos, exalta las pasiones e informa idearios politicos. Basta echar una ojeada al mapa de Europa, donde pocas veces las fronteras de los Estados coinciden con los limites lingiiisticos, para darse cuenta del hervidero pasional que se agita en su mosaico de lenguas y dialectos en conflicto. Desde el Baltico al Adriatico - por ejemplo ...:.... hay zonas de fricci6n constante entre eslavos, germanos y latinos, cuya acci6n ha sido factor importante en los grandes vendavales guerreros de nuestro siglo. Las llamadas minorias etnicas son con frecuencia minorfas lingiiisticas, y su existencia es la base de nob}es sentimientos irredentistas y el pretexto de turbios manejos invasores; Por esto es abundantisima la bibliograffa europea que estudia el bilingiiismo en todos sus aspectos: geopolitico, hist6rico, educativo y filol6gico. Los organismos internacionales de Ginebra promovieron dictamenes, estadisticas, congresos y publicaciones con amplia informaci6n. No ocurre lo mismo en America. ~as lenguas indigenas, unas extinguidas, otras en declive, otras todavia vivaces y pujantes, pero todas de escasa consistencia cultural, no plantean conflictos comparables a los d P Europa. Entre los grandes idiomas importados no hay mas zonas bilingties que la francocanadiense en la provincia de Quebec; los estados norteamericanos que pertenecieron a Mexico; hoy en avanzado proceso de asimilaci6n total, y la isla de Puerto Rico, cuya dependencia de los Estarlos Unidos es todavia reciente. Es natural , por lo tanto, que el bilingiiismo interese a la opinion publica puertorriqueiia y tome derivaciones politicas. Por motivos de elemental delicadeza, me abstendre de tocar de cerca ni de lejos el aspecto politico de un problema que s6lo a los puertorriqueiios incumbe. Procurare situarme suo specie aetermitatis y considerar al hombre bilingiie en si mismo: (que se gana y que se pierde con ser bilingtie? Segt'.tn la filosofia vitalista de Ortega, el ser de cada individuo humano se compone de ef mismo y de sti circunstancia. Cabe, pues, pregun-

tarse como la personalidad del hombre puede ser afectada por la circunstancia idiomatica en que vive inmerso. Conviene decir que no llama bilingtie al que sabe dos lenguas, sino al que las vive desde dentro a partir de la infancia, como resultado de su educaci6n y de su ambiente social. Una cosa es saber dos o mas idiomas como un conocimiento superpuesto en la mente, y otra es vivirlos desde que comienzan a fundarse en el alma individual las relaciones permanentes entre pensamiento y lenguaje. S6lo en este ultimo sentido empleare aqui la palabra bilingUismo. Revisemos rapidamente las ventajas y las desventajas que ofrece la condici6n de bilingiie. Pero quiero advertir que unas y otras son de naturaleza diferente. No podemos, por lo tanto, sumar dos columnas para ver que suma es la mayor; o bien poner en un platillo de la balanza lo que ganamos y .e n otro lo que perdemos, para decidirnos en pro de lo que mas pese. Porque no se trata de valores homogeneos que pueden compararse cuantitativamente, sino de valores de calidad muy distinta, entre los cuales la estimaci6n personal y colectF va decide la elecci6n.

*** Salta a la vista la importancia que tiene para el hombre moderno el conocer lenguas exfranjeras. Es demasiado evidente para que gastemos tiempo en demostrarla. Y mucho mas si estas lenguas son de tanta utilidad practica y de tan alto contenido espiritual como el ingles y el espaiiol. Todo el mundo sabe, ademas, que la · edad mas propicia para ese aprendizaje es la niiiez y la adolescencia. Adqtiirimos el lenguaje por un proceso de imitaci6n (mimesis), y hay que a1novechar la etapa de . la vida en que las facultades mimeticas se hallan mas despiertas. Despues, tendremos que luchar contra la resistencia que oponen los habitos expresivos ya cuajados. Desde el ptinto de vista de la formaci6n esp~ri tual , el estudi<;> de una lengua distinta de la materna crea en la mente .el sentido de la comparaci6n, del tanteo para traducir el pensamiento plegandolo · a formas diferentes. Cada lengua es un si,stema compacto y coherente de signos expresiv(ls, ·y al trasladar nuestras vivencias a otro sistema autos~ficiente .tambien, descubrimos con

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sorpresa que los dos sistemas no coinciden entre si y hay que traducirlos por aproximaci6n, interpretarlos por conj etura intuitiva, forcejeando por identificarnos con el texto traducido. Al !ado de la Matematica, educador a de la raz6n, la gimnasia men tal a que obliga otro idiom a deja en el alma un sedimento de agil adi. vinaci6n in tuitiva en la percepci6n de los matices. En Jos primeros aiios del siglo actual se produjo entre los educadores de Europa una pugna enire clasicos y modernos. Consistia en decidir si era conveniente, o no, mantener en la segunda enseiianza el estudio del latin y del griego. En America, donde la tra:dici6n pesaba menos, el pleito se resolvi6 sin lucha en favor de los modernos. No hace a nuestro prop6sito seguir aqui las repercusiones que aquella pugna ha tenido en los plane~ escolares de los diferentes paises. Entre las razones que entonces se alegaron .en pro de las lenguas clasicas, un famoso profesor se fijaba precisamente, no en la utili· dad que pudieran tener, sino en lo que el espiritu gana con esa gimnasia mental a que antes me he referido; y expresaba su pensamiento en estos terminos: «No me importa que un hombre culto sepa la tin; me basta., con que lo haya olvidado», Aplicando radicalmente esta frase a las humanidades modernas, diriamos que tanto como la posesl6p efectiva del frances, del aleman o del ingles, importa en nuestra vida interior el esfuerzo realizado por aprenderlos, aun despues de haberlos olvidado. . La lengua propia se beneficia siempre con las humanidades, clasicas o modernas. Pero es a condici6n de que ella misma este bien asegurada en el espiritu. No se pueden tender puentes hacia otras orillas sin afirmar primero el estribo inicial, porque correriamos el riesgo de quedarnos sin puente y sin estribos. * * *·

Hasta aqui he usado adrede los terminos saber, aprender, es decir, adquirir o intentar un conocimiento o una destreza que antes no teniamos, y que vengan a sumarse al caudal de nuestra cultura. Examinemos ahora el bilingtiismo en si, o sea el hecho de vivir conjuntamente dos idiomas, o dos sistemas autosuficientes de signos expresivos. Para algunas mentes ingenuas, cada palabra o locuci6n de un idioma tiene su equivalente en otro. Bastaria, pues, abrir u_11. diccionario y buscar en cada caso la igualdad deseada. En efecto, los conceptos bien delimitados en el pensamiento pueden traducirse con exactitud y sin resid1..10 : decir cinco es lo mismo que decir five o cinq. La idea abstracta del triangulo se expresara por igual con la palabra usada en cualquier idioma. Pero a medida que el puro concepto se cargue de adherencias representativas y sentimentales, empezara a desmontarse la tabla de equivalencias. Aun en la iengua. pr~pia encontramos muchedumbre de palabras afines, llamadas sin6nimas, que no pueden superponerse de manera que encajen sus significados: bueno, bondadoso, benigno, benevolo, · bonancible, abonanzado, a pesar de su raiz comun, ·contienen matices diferenciales inconfundibles. Verbos considerados sin6nimos, como ter-' minar, acabar, concluir, finalizar, ultimar, no pueden ser usados indistintamente en cualquier ocasi6n. y es q.ue ca,da palabr a llev.a.,aQherida a su significaci6n defi-

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nible una envoltura imaginativa y afectiva que se irradia en todas direcciones. Sin duda estos hechos se pro-· ducen en todas las lenguas, y por esto es tan dificil el arte de traducir : se traduce con bastante aproximaci6n lo que cada vocablo significa, pero no lo que connota, sugiere, evoca. Aun en sustantivos genericos, que por serlo llevan un contenido conceptual que puede definirse, encontramos desigualdades en sus aplicaciones en distintas 1enguas. Sustantivos como selecci6n, discusion y enfa sis, no cubren el mismo ambito de significados en espaiiol que en ingles, a pesar de su origen comun latino y griego. Si esto ocu rre con los elementos semanticos prima · nos, que .son las palabras, mucho ocurrira cuando estas se combinen y entrecrucen en cuerpo vivo de la frase y de la elocuci6n. Cada lengua es un repertorio de posibilidades combinatorias que la Gramatica trata de registrar y codificar, como el Diccionario persigue la tarea dificil de definir la movilidad lexica. Pero una y otro se quedan cortos. Mas alla de la 'Gramatica y del Diccionario, que se esfuerzan par reflejar el sistema abstracto denominado la lengua, estan las hablas personales con su estilo individual, a veces humilde y consuetudinario, a veces can· vibrante despliegue creador de hallazgos expresivos. Contra lo que algunos creen, el lenguaje no es l6gico mas que en partc minima. Es expresi6n de la vida to tal, y esta se compone de voliciones, deseos, afectos, imagenes e intuiciones mas o menos borrosas, que se sustraen a la esfera de la raz6n y del concepto, unica zona en que la equivalencia de la palabra puede saltar de un idioma ·a otro con nienor inexactitud. De aqui resulta que el bilingilismo, al sumergir conjuntamente el espiritu en dos sistemas que no encajan entre si, ha de daiiar en su raiz a todas las actividades artisticas de la palabra. Es curioso ob.s ervar que en los paises bilingties no suelen producir se poetas ni novelistas de importancia internacional; y las excepciones confir man la regla: Suiza, · por ejemplo, produjo un Juan Jacobo Rousseau; pero pas6 la mayor parte de su vida en Francia, y era en realidad un fraiices. Gessner, suizo tambien, cultiv6 el bucolismo artificial del siglo xv111, que no rebasa las fronteras de su idioma, y aun dentro de ellas es un poeta menor. Por citar un ejemplo mas pr6ximo, fijemonos en Salvador de Madariaga, autor de magnificos ensayos en espaiiol, frances e ingles; pero el ensayo es un genero primordialmente intelectual, que de ordinario adopta la forma 16gicodiscursiva. Cuando Madariaga compone versos, Io hace siempre en su lengua materna espaiiola. Salvando, pues, lo genial y lo .egregio, que puede brotar en cualquier clima, la experiencia hist6rica permite afirmar que los ambientes bilingties son desfavorables a ios · artistas de la palabra, a no ser que estos se decidan a amputarse heroicamente las interferencias expresivas recibidas en su. niiiez. Claro es que los hombres practicos pueden objetar que la Literatura, y especialmente Ia Poesia y Ia Novela, son un lujo del cual se· puede prescindir, y que bien vale la pena de sacrificar mas o menos el arte literario a cambio de otras ventajas positivas. Y hasta podrian alegar en su abono al divino Plat6n, que, al idear su Utopia social, proponia desterrar de }a Republica a las -po~tas, como irtcorregibfos .inventores de


apariencias. No habian de admitirse en la Ciudad mas que los himnos a los dioses y los encomios a los heroes, en cuanto servian para educar las mentes uniformadas de aquel Estado totalitario. Descendiendo, pues, de las alturas del arte hasta el nivel del hombre medio, podemos observar como muchas personas bilingi.ies Haman la atencion por la pobreza de recursos .e xpresivos con que usan su lengua matema. Vocabulario escaso y con pocos matices; repeticion de unas mismas formulas gramaticales; falta de agilidad verbal. Su lenguaje no es precisamente incorr.ecto; pero da la impresion de encorsetado, paralizado en sus movimientos por un aparato ortopedico que lo comprime. Un habla, en fin, que mas parece aprendida que nativa. Y es que hay en el interior del hombre bilingi.ie un .esfuerzo constante por ajustar dos sistemas expresivos que ·no encajan entre si; y en este esfuerzo perece lo que es diferencial, genial, .particular, idiomatico, y subsisten las formas mas incoloras" de un decir estandardizado. Ambas lenguas, cuanto mas se aproximan mas se empobrecen una y otra. Claro es que hay grados de bilingiiismo entre unas comunidades parlantes y otras. Mayores son todavia las diferencias individuales. Se trata en general de una situacion movediza, de un equilibrio poco estable, que en las personas y en los pueblos tiende a resolverse con el predominiq de uno de los idiomas superpuestos.

* * * Las reflexiones que anteceden giran en torno a la vida de las lenguas que se hallan en tan comprometida situacion. Pero vamos a suponer ahora que no valoramos las lenguas por si mismas, como si se tratara de un servicio municipal cuya bondad ciependiera solo de SU eficacia. Ahi e~ta la lingua franca de los puertos como engendro monstruoso de innegable utilidad. Desinteresemonos, pues, de los idiomas, empezando por el propio, y veamos como la circunstancia bilingiie imprime caracter al hombre. Imaginaremos para ello un bilingtie absoluto que no existe en lugar alguno del planeta, y trataremos de componer una imagen tipica que, sin retratar a ningun individuo concreto, pueda abarcar a todos en ciertas lineas esenciales de su abstracta generalidad. Es un ensayo fisiognomico aventurado y con un gran margen de error previsible. Es facil notar que por muy satisfecho que se sienta de su habilidad ambidextra, ·el hombre bilingi.ie queda

sorprendido cuando conversa con nativos monolingi.ies de uno de los dos ·idiomas que cree poseer. Percibe la rica expresividad de sus interlocutores y admira aquel desfile de formas insolitas para el. Algo parecido le ocurre ante sus compatriotas campesinos, los cuales. dentro de su horizonte rural limitado, usan un vocabulario jugoso y una fraseologia: tradicional menos contaminados que los del habla urbana. Si nuestro hombre esta pagado de si mismo, seguira afirm andose intelectualmente superior, y acallara con razones de peso la sorribra de inferioridad que cohturba su animo. Alma fronteriza que ya no sabe vivir mas que en la algarabia de las fronteras, poco dada a desc11brir nuevos horizontes tierra adentro de su prop10 espiritu. Este hombre lanzado fuera de si mismo resulta siempre simpatico a los demas. La misma inconsistencia de SU caracter debilita 0 borra el patriotismo, a menudo hiriente, de los ensimismados, y lo hace abierto a ·todos los vientos de la cultura y de la moda. Siempre los paises bilingiies han acogido · todas las novedades intemacionales, excelentes o dudosas, y les ban dado paso hacia las sociedades monolingiies impermeabilizadas por SU denso caracter nacional. Quiza sea esta su principal mision en la Historia humana. Puede ocurrir tambien que nuestro ciudadano discrepe de la situacion y quiera cambiarla. La actitud de disconformidad no dejara de influir en su caracter.' Pero aqui entrariamos ya en el plano politico que me he vedado desde el comienzo de este articulo. Volvarrios al aspecto sicologico de! problema. Pensamiento y lenguaje andan tan parejos que apenas podriamos pensar sin palabras. El pensar consciente del hombre civilizado es en gran parte ' un so- · · liloquio. Esto significa que ·el idiom.a no es solo el cauce de que nos valemos para comunicarnos con los demas, sino que moldea y condiciona nuestra vida mental. Si el cauce se bifurca en el mismo manantial de la personalidad, la expresion prematuramente empobrecida mutilara las facultades donde emana. Afirma Ortega que «la reabsorcion de la circunstancia es el destino concreto del hombre». Para que el hombre bilingi.ie reabsorba su circunstancia idiomatica sin que se produzcan mutilaciones, una de las dos lenguas tiene que ser primera en la formacion de la personalidad, y la otra tiene que resignarse a ser la lengua aprendida, la. lengua segunda, practicada con toda la intensidad posible, como un saber adquirido que se suma, pero no suplanta.

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El romance tradicional espaiiol en Puerto Rico Por CESAREO ROSA-NIEVES

DE WOLF, DUIUN MENENDEZ PELA.YO, EN EL D ESPUES pasado, es a don Ramon Menendez Pidal a quien y

y

se debe la mas sistematica y honda revision del estudio del romance etnomirrico espafiol. Nos ha revelado este genial maestro hispano que el origen de estos poemitas tradicionales en su caracter anonimopopular tiene su . raiz mas vieja en la fragmentaci6n de la epica, en SU estado de decadencia, lindando asi en tiempo, con las fronteras medieval-renacentistas. S1tuada la forma clasica de su estructura octosilabica, con su rima asonante .e n los versos pares frecuentemente, es casi seguro que durante los siglos XIV y xv, los juglares de estas epocas van dando al publico, en su especialidad cantada, los nuevos romances liricos y novelescos, que junto a los viejos fragmentos epi-_ cos, con sus consabidas modificaciones evolutivas que se avecinaban a lo subjetivo, van atesorando ese joyel musical de los recuerdos epico-liricos. Son como una antologia rimada de afioranzas del pasado, de extraordinario valor historico y estetico. Leo Spitzer ha dicho que son- estos romances como : I

"Una colecci6n de conchas marinas, innumerables como la arena . de la playa, v ari aqisimas en color y tamafio, cada una de las cunles permite oir en el rato que las aplicamos a nuestros oidos la musica de! mar d e! mundo." 1

Con los primeros colonizadores ibericos viene el romance a Indias. Las noticias que se hallan de su existencia en Hispanoamerica nos las dan los cronistas de la colonizacion del nuevo mundo: Gomara, Cieza 'de Leon y Bernal Diaz del Castillo. Junto a la c~pla, el aguinaldo, el decimario, la seguidilla y otras formas espafiolas, el romance tradicional hizo su路 entrada en los surcos de nuestra memoria, con el acoplo de nuevas variedades autoctonas, tales como el corrido mexicano, chileno y boriquense, el gale6n venezolano, los cantos 路 negros de las antillas y los romancollos aguinalderos y de fragancia jibarista de Puerto Rico 2 . Spitzer, Leo. - Los Romances Espaiiotes (1944), en ,Asomante (Revista Puertorriquena), Ano I , en ero-marzo, 路 San Juan, Puerto Rico, nfun. 1, 1945, pag. 29.

4 ....

Abandonado se tenia este estudio aca en las nuevas tierras indianistas, hasta que en las postrimerias del siglo XIX, algunos escritores comenzaron a dar luces de la existencia de corridos, yarabis o tristes, y ro4 mances, en sus republicas respectivas. Tales fueron los nombres de: Jose Maria Vergara, Rufino Jose Cuervo, Agustin de Azara, Adolfo Valderrama y otros. Clavadas en firme la.S picas de estos pioneros, las otras plumas de vanguardia en este interesante estudio literario corresponden a los nombr:es de Ramon Menendez Pidel, Aurelio M. Espinosa, Mason y Antonio Solalinde. En Puerto Rico, la mas distinguida tarea llevada a cabo en el analisis y la recoleccion de romances tradicionales hispa nos, le toca, en honor de r ecuerdo, a Maria Cadilla de Martinez, con su magnifica obra La Poesia Popular en Puerto Rico (M~ diid, 1933; pags. 158 a 234) a. En la isla se tienen noticias de la existencia de los siguientes titulos de romances tradicionalistas (antiguos y modernos): Blanca Flor y Filomena, El Conde Olinos, Delgadina (o Angelina o Silvana), La Esposa lnfiel, La Nifza Perdida, La Seducida, La lnfanticida, Las Sefzas del Marido, Gerineldo, Isabel (o Rico Franco), El Marinero, Las Tres Cautivas, Escogiendo Navia, Hilo Verde, Catalina, cD6nde vas Alfonso XII?, El Higo (version nativa, titulada: La Matita de Aji), El 2

Dice Menendez Pidal que "esos primeros colonizadores salieron de Espana a fines del siglo xv y principlos del XVI, en la epoca precisa en que el romance estaba m as en boga entr e todas las clases sociales d e la penins~a. Todos los recordaban y t enian presentes en la memoria". M en end ez Pidal, Ramon Los Romances de America y Otros Estooios -. T ercera edicion, Espasa-Calpe, Buenos Aires, 1943, pag. 12. 3 Como los conquistadores venian d e distintas zonas geograficas de la peninsula, es natural que a veces se encuentren versiones que coinclcfan 路 unas con una region y , las d emas, con otras de distinto sitio: Gerin.e!do, con andaluzas ; Blanca Ftor y Filomena, con andaluzas y asturianas; Detgadina, con andaluzas; y El Conde Otinos, con asturianas y andaluzas. Esta proced encia de diversas geografia~. explica el por que el senor Mason encontro hasta tres paradigmas dlstintos d e! romance Sitva.n a, y asimismo Maria Ca dilla d e Martinez. M ason estuvo en la Isla, en los afios de 1914 y 1915, y recogio en n u estras escu elas publicas diez tipos de romances, con sus varia ntes correspondie ntes. Este estudio f u e p ubllcado por Aurelio M. Espinosa en la .Revue Hispanique, tomo XLIII. Reeditado por Ba!lly Baillierc, 1918, en un optisculo d e 55 pags.


Capitan Burlddo, Don Pedro Don Diego de Penalosa, La !oven de Santa Elena, Mambru, Oliveros, La Paloma, El Fara6n y Cristobal Colon. , · De la aportaci6n te6rica, se destacan: los romancillos campesinos (El Jibaro Enamorao, etc.) y los de Navidad (En la ochebuena, San Jose salio, etc.); estos ultimos ya entran dentro del genero de los aguinaldos. Una pequeiia observacion mas habria que hacer . en relaci6n · a los romances artisticos. Escritos por poetas cultos, estos poemas luego se hacen populares en la tradici6n islefia, como los de Francisco . Vassallo Cabrera'., Manuel A. Alonso, Alejandro Tapia y Rivera, en el pasado, y en la epoca moderna, Virgilio Davila, Li.tis Llorens ToFres · y Coballes Gandia 4, Cuando se hace un analisis detenido del romance tradicionalista en Boriquen, nos damos cuenta que la mayor parte de los romances viejos (los del Rey Rcr drigo, Bernardo del Carpio, Las Siete Infantes de Lara, y los del Cid Campeador), estan prosificados o no existen. Mientras que los liricos o de creaci6n mas nueva se hallan. en bastailte buen estado, en las versiones recogidas por Mason, Cadilla de Martinez y nosotros. En los paradigmas estudiados ultimamente, hemos visto que la forma octosilabica, con su iima en los pares, se conserva casi intacta. Muchas veces observamos que la persona nos recita la composici6n y en otras ocasiones acompafia la palabra con una Jllelodia ajustada a la letra 5

En el curso de este trabajo vamos a dar noticias, principalmehte, de cuatro romances,' en sus versiones mas comunes en Puerto Rico: Gerineldo, Blanca Flor y Filomena, Delgadina y El Conde Olinos. Las versiones de Gerineld.o se hallan en Cuba, Puer· to Rico, Mexico y Nuevo Mexico. El tema de este romance se remonta a la leyenda amorosa Edinardo, secretario y camarero de Carlomagno, con la hija del emperador, de · nombre Emma. Las versiones puertcr rriquefias se apartan bastante de la recogida ppr don Ramon Menendez Pidal, en su preciosa · colecci6n Flor Nueva de Romances Viejos (Madrid, 1928, pags. 69 a 72). Los ejemplos nativos estan sencillamente simplificados, y en ellos no aparece ni la espada interpuesta en el lecho como «viejo signo juridico», ni tampoco el . Dey. Vease la siguiente: -lA d6nde vas, paje Alberto, con los ojos afligidos? -Vengo de! jardin, mi duefia, de coger rosas y lirios. -Yo se que tienes, Alberto. Yo le pedire a mi padre que te ponga a mi servicio. -Camo soy vuestro criado, senora, os burlais conmigo. -Yo no me burlo, Alberto, que de veras te lo digo; . me arrodi!lare a mi padre para que te mande hoy mismo. Despues que ella lo dijo, el paje se ha sonreido. 0 · 4 Vease: Rosa-Nieves, Cesareo, La L<impara de! Faro (Varlaclones critlcas sobre temas puertorriquciios). Ensayos, tomo I, Editorial Club de la Prensa, San Juan, P. R., 1957. Vease los ensayos: E! Aguinaldo Navidl?'iio en Puerto Rico (paginas 27 ·a 42). La Cop Ill! y la Bmnba en Puerto Rico (paglnas 51 a 64); y, Et Romance De!ga.dina en !a Tradici6n Puertorriquena (pags. l 59 a 163) . Consultese ademas: La Poesia Popular en Puerto Rico, de Maria Cactilla de Martinez (Madrid, pags. 158 a 234; 1933), y E! Romance, en Rosa-Nieves, Cesareo, La Poes!a en Puerto Rico, tesls de Maestria, presentada en el Departamento de la Unlversldad de P . R., Rio Pledras, 1936. (Inedita.) · 5 Durante los ultimas qulence aiios, tanto Ia. copla, el aguinaldo, el vlllancico, como el romance, han sido lncorporados a los programas de estudlo de las escuelas publlcas del pals. Esta noble actltud tendra repercusiones en la posteridad de nuestra tradlcl6n. 6 El escritor Aurelio Espinosa, hace la slguiente observacl6n en torno a tres romances de la tradlcl6n peninsular en Hlspanoamerlca: "Gerine!do, tan popular en Nuevo Mexico, es desconocldo ' en Chile, y seg(ln la coleccl6n actual 1Cn Puerto Rico. En California no es popular. Al contrarlo, Blanca Flor y Filomena, abunda en Chile y en Espana, se encuentra en Puerto Rico y Cuba, y es desconocldo en California y Nuevo Mexico. El precloso romance de Silva.na, que algunos crelan de origen portugues, se encuentra en preclosas verslones en Castilla la Vieja, en Puerto Rico, pero no ha dejado huellas en otras partes de America." (Espinosa, Aurelio M., Romance de PueTto Ricci, Extracto de la Revue Hlspanique, tomo XLIII, Nueva York-Paris, 1918, pag. :!".)

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El romance Blanca Flor y Filomena se conserva en buenas versiones aceptables, en nuestro remembranza islefia, con las asonantes de: e - a (tan to en los ejemplos recogidos por Espinosa, Maria Cadilla de Martinez, como en Ios nuestros). Se trata de una parodia, que tiene su raiz mas segura en la fabula antigua de Progne, hija de! Rey de Atenas, de nombre Panel.ion, y hermano de Filomena. Esta ultima era Ia esposa de Terdo, Rey de Tracia. Segt'.tn la leyenda helenica, Tareo habia violado a Progne, en tanto que Fllomena asesin6 al hijo de Tereo, que respondia al nombre de Itis, y le sirve los despojos SU padre. Ueno de soberbia y venganza, Tereo persigue a las dos hermanas, quienes ayudadas por los dioses se transforman una en golondrina y otra en ruisefior. A Ia vez, Itis se metamorfoseo en jilguero y su padre en Iechuga. Este romance es rico en versiones asturianas (e-a); andaluzas (e-a); y las hay catalan~s. de Castilla, chilenas y cubanas. En la tradicion puertorriquefia el Rey Tereo aparece con el nombre de Turquino, y la madre de las doncellas tragicas (Blanca Flor y Filomena) se revelan aqui con el nombre cristiano de Maria. Asi reza esta version :

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Estando dona Maria con su labor y su cesta y sus dos hijas mocitas, Blanca Flor y Filomena, por alli pas6 Turquino y se enamor6 de ellas. No sabia el escoger porque las dos eran bellas. Se cas6 con Blanca Flor y miTaba a Filomena. A los treinta m eses vino Turquino donde su suegra: -Buenos dias, mi familia; buenos dias, buena suegra. -Dios se los de a usted muy buenos. i;C6mo estci mi Blanca [Flor? -t:C6mo quiere que ella este? Prenadita en tierra !ejana. Ell.a le manda a decir que le mande a Filomena, para el dia de su parto tenerla a su cabecera. -Mucho es eso, don Turquino, el pedirme a Filomena; que se aliente Blanca Flor, que se vaya Filomena, pero usted le cuidarci como prenda y cosa buena. A la manana siguiente montaron a Filomena en un caballo muy blanco, mcis blanco que las estrellas. Comenzaro'n a alejarse, caminaron siete leguas; y al llegar a unos barrancos que habia dentro la sierra, Turquino se desmont6 y tom6 la brida de ella, y sin que nadie lo viera hizo lo que quisC! de ella. Para que nada dijera alli le cort6 la lengua y la dej6 ctbandonada en lo alto de la sierra. Un pastorcito venia pastoreando a sus ovejas, ella le pidi6 pap<?l y tinta para escribiTie aus penas. -Papel y tinta no tengo, no lo hay en esta tierra, pero yo tengo un panuelo y la sangre de mis vcnas. Ella escribio SU desgracia, el la llevo a SU tieTrrt. Don Turquino va a almorzar, que ya la cena estci puesta: -jJesus, que carne tan dulce! ;Jesus, que carne tan buena! -Es la carne de tu hijo, nacido de Filomena. Y con esto Blanca Flor, con un cuchillo en la diestra, se lo clav6 en la garganta al traidor del alma negra. La mujer que mata a un hombre, mil coronas mereciera.

EI romance Delgadina se halla en Buenos Aires, Cuba y Puerto Rico. La version recogida por nosotros en Ia region de oriente (Humacao), conserva la rima a - a, y el asunto central esta bastante claro, el amor incestuoso de.. padre-hija. De todos los origenes' que sugieren los romancistas hispa.n os, don Marcelino Menendez y Pelayo entre ellos, la que mas se nos pa- · rece es Ia leyenda arabe. El rey moro Aljafre se enamora de su hija Arcayona, y para halagarla en su preciosa hermosura la colma de regalos, amas, don-

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cellas y palacios. La hija no le corr:espondio y le contesta en tono de proteccion religiosa: «-Allah sea ensalzado.» Muy vergonzosa Ia doncella, continua en rarazones contundentes: «-Ya, oh padre, (como puede ser que siendo vuestra hija, sea vuestr a mujer, y os querais exponer a un pecado tan grande? Yo no ·he oido ni hallado que ningun padre se case con su hija, y asi, os ruego que aparteis de vos este pensamiento.» El rey, encolerizado, la somete a grandes tormentos, de los cuales se salva por la fe musulmana. La inspirara un angel en forma de paloma 1 Nuesfra version dice asi: Pues senor, este . era un Rey, que tenia tres hijitas y la mcis chiquititita, Angelina se llamaba. Su madre se iba pa misa, su padre la enamoraba, pero como ella no queria, en un cuarto se encerraba. Al cabo de los tres dias, Angelina en la ventana, alcanz6 a ver a su hermana, jugando juegos de dama: -Mi hermana por ser mi hermana; ven, dame un vaso de agua, que tengo mcis sed que hambre, y , a Dios entrego mi alma. -Anda, so nina malvada, quitate de la ventana, que si mi padre te ve, te darci de punaladas. · Al cabo de los tres dias, Angel.i na en la ventana, alcanz6 a ver a su padre, jugando juegos de dama. -Mi padre, si eres mi padre, ven, dame un vaso de agua, que ten.go mcis sed que hambre, y a Dios entrego mi alma. -i:En que vaso tu lo quieres, en el de oro o el de plata? -Demelo usted en el de cobre, para refrescar mi alma. Al cabo de los tres dias, Angelina muerta estaba, y los cingeles del cielo, repicaban las campanas.

Ya hemos dicho en otro ensayo que el romance espafiol de Delgadina . aparece en Puerto Rico, mi.as veces con el nombre de Angelina .y otras con el ·de Adelina. En una de las versiones se destaca el nombre de Delgadina y en otra el de Silvana; pero el romance Silvana es completamente distinto al de Delgadina. El error consiste en una equivocacion de nombres y en el parecido de! asunto de las dos composiciones focloricas s. Una de las versiones de Silvana nos expone su fabula de la siguiente manera: -Silvana, la mi Silvana, Silvana, la hija mia, mas, las penas del infierno, padre, i:quien las paryaria? si tu te casas conmigo, un trono yo te daria, en el cuarto que estci abajo, Silvana te esperaria. Si tu no quieres, Silvana, te mando a quitar la vida. -De casarme, padre mio, nada se me importaria:

El romance El Conde Olinos se ha encontrado en Argentina, Cuba y Puerto Rico. En cuanto a la metamorfosis final de los amantes, se emparenta con el Romance de Don Tristan, de Leonis y de la reina Iseo, que tanto amor se guardaron; y con Amor Mds Podetoso Que la Muerte. Don Marcelino Menendez y Pelayo ha dicho que esta composicion «poetica y mi~· teriosa» conserva mucho de las esencias del paganis7 Cadilla de Martinez, Maria, Opus Cit., pag. 17'1'. El poeta Enrique B~nch, de naclonalidad argentina, ha hecho una her. mosa parodla precioslsta en torno al tema de Delgadina, que se titula: Elogio de una Ltuvia. El poema empleza asi : Tres doncellas eran, tres doncellas del bel mlrar, las tres en labor de aguja · en la camara real. Etc . 8 Rosa-Nieves . r.esareo, La Ldmpara de! Faro. (pags. 161 a 163,)

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al Conde Olinos m"a tar. El murio en la ·rriadrugada, ella a los gallos cantar. A los dos leis enterraron en media de un platanal, dos arbolitos crecieron en aque"i mismo lugar, ni en la vida ni en la muerte los pudieron apartar. -

mo celta y de la tragica novela del medloevo : Tristan e /sea. · La version que hemos recogido personalmente, en 1a tradici6n oral de Guanica, la espigamos en 1949, de labios de la senorita Dora Acosta, moza de dieciocho afios. os la dijo cantada con una melodia duke y popular : Dias te lib~e en todo tiempo. · Cciminaba el Conde Olinos la mafiana de San Juan a dar agua· a su caballo en las orillas del mar. Mientras su caballo bebe el se ponia a cantar: -Bebe, bebe, mi caballo Dias te me libre de mal, Dias te libre en todo tiempo de las furias de este mar. Las aves que iban "volando se paraban a escuchar porque les gustaba mucho aquel tan dulce : cantar. . La reina que lo escucho a su hija fue a buscar: --_Oye, hija, coma canta la sirena de la mar. -No es la sirenita, madre la que dice ese cantar, es la voz .de! Conde Olinos que por· penando esta. -Pues si es el Conde Olinos yo lo mandare a matar. Vengan pronto mis soldados

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Como hemos vis-to en este ensayo, los romances son . estampas mel6dicas . del pasado ( epicos 0 liricos)' que nos viene:il en Ia voz de Ia tradici6n espafiola, cantada en distintos tonos . tematicos, como si fueran instru- . mentos varios que formaran el conjunto armonioso de. una o_rquesta: el romancero. Si Puerto Rico ha afiadido alguna aportaci6n a esta sinfonia clasica del verso foci6rico, ello descansa potencialmente en Ios cantos riegros (Io hispano mas lo eti6pico), en las · formas jibaristas del ·habla de nuestros campesinos, y en esa · mezcla caprichosa que' los cantaores de aqui ban hecho del romancillo alado en clave aguinaldera, para · cantarlos en las trullas o parrandas, en los dias na.videfios, celebrados en el pais, durante los meses · de diciembre y enero 9, 9

Parn los cantos negros, vease este libro : Los Juegos de Ga!los o · E! Ne(J'To Boza.!, por Ramon C. F. Caballero, Ponce, Puerto Rico, 1852; y la Descripci6n de !as Fiestas Reaies en San Juan de Puerw Rico y Otros Puebl.os de !a Is!a en 1830. Puerto . Rico, Oficina . de! Gobierno, 1831; para las formas jibaristas y los romancillos aguinalderos, consultese: La Poe·s ia Popular en Puerto Rico, de Maria Ca dilla de Martinez, Madrid, 1933, pags . 219 a 234.

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La Casa del Lihro

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AS FOTOGRAFfAS QUE ILUSTRAN

ESTA'S .P,AGINAS ;RESENTA~

algunos'· aspectos de · Ia Expos1c10n Colon y el li. bro, recientemente instalada en la Casa de! Libro. ·' Casa del Libro es sede de la .Sociedad de Amigos de calle ~de! Cristo, 255, instit~ci6n dedicada al estimulo de las artes def libro en Puerto Rico. La Sociedad posee un'a ·biblioteca . especfa!izada do.n de se . co!eccionan exponentes de los mas notables ejerripl?s de la produccfon editorial a _traves de los siglos, desde manuscritos e incunables hasta los mas bellos y stgnificativos libros impresos en nuestro tiempo.

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Esta biblioleca cuenta con los servicios del doctor Elmer Adler, ieconocido especialista en la materia. El doctor Adler procede de la Universidad de Princeton, donde prolongando su anterior experiencia como organizador y tip6grafo de la casa «Pynson Printers», de Nueva York, y como editor de la revista para bibli6filos The Colophon, organiz6 y dirigi6 una biblioteca de prop6sitos anaiogos a los de la que hoy dirige en Puerto Rico.


En la calle de! Cristo, centro de la antigua ciudad murada de San Juan, ocupa la Casa de! Libro un edificio de! siglo xv1u al que se le ban incorporado! los elem entos tecnicos necesarios para satisfacer las 'necesida des de la instituci6n, conservandosele a la vez - mediante una sabia restauraci6n - su carii,cter original y todo el atractivo la arquitectura sanjuanera de la epoca.

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El edificio es propiedad de! Institu.to de Cultura Puertorriqueiia, que provee fondos para el mantenimiento de la instituci6n, asi como para !a adquisici6n de libros. La administr~c~6n y funcionamiento de la Casa de! Libro, sih empflrgo; esta a cargo de un grupo independi<:~nte de ciudadanos -los Amigos de la calle del Cristo, 295- que funciona ¡con la necesar ia y debida autonomia.


Lenguaje de germania en · Puerto Rico Por

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ENGUAJE DE GERMAN1A . .". (Y CON QUE SE COME ESO? PRE-

guntaran en lenguaje de lo mismo mas de dos lectores. Pues en un dos por tres quedara todo aclarado con solo asomarnos, aunque sea timidamente, a un divertido, aunque tenebroso, mundo de jacaros y jacarandanas. Eso que don Pedro M. Benvenutto Murrieta 1 llama un a rroyo sucio y magro, es en realidad un sargazo putrefacto que dejan en la playa las olas del idioma. En Espana lo Haman ahora cal6, en Francia argot, en Argentina lunfardo y a orillas del Plata cocoliche. Germania (del lat. germ anus, hermano) 2 es jerga o manera de hablar de Jadrones y rufianes, que usaban ellos solos y compuesta de voces de] idioma espafiol con significaci6n distinta de la genuina y verdadera, y de otros muchos vocablos de origenes muy diversos. Y con un poco mas de gracia define el termino don Sebastian de Covarrubias a. «Es un cierto lenguaj e particular de que usan los ciegos con que se entienden entre si. Lo mismo tienen los gitanos, y tambien forman lengua los rufianes y los ladrones, que Haman ger· mania .. .» Lo que deja · malparados a los ciegos, que no todos son ciegos de oficio en liga y monipodio con rufianes y ladrones. A poco que escudrine usted el docto y remilgado Diccionario de la Real Academia Espanola, encontrara no pocos vocablos de germania: Como lo demuestra el siguiente pasaje compuesto por don Miguel de Toro : · Gisbert ccm palabras de germania registradas en el Die· cionario de la Real Academia Espanola : «El brasa sali6 de la alegria donde habia estado piando varias planto· sas de turco con otros potados, y pillando hasta perd~r la cairelota». La traducci6n, en «Cristiano», de este pasaje «casti· ZO» es la siguiente : «El Jadr6n sali6 de la taberna donde habia estado bebiendo varias tazas de vino con otros bcrrachos y jugando hasta perder la camisa.» Seria de poca monta el nacimiento de un lenguaje de germania en Puerto Rico si no fuera por esa osmosis lingilistica de que nos habla Justiniano Cornejo en su

Diccionario del Rampa Guayaquilefia 4 . «En materia

idiOmiitica se produce, con frecuencia, Jo que yo he llamado fen6meno de 6smosis lingilistica, fen6meno en cu ya virtud pasan terminos de una lengua ( o jerigonza, como en el presente caso) a otra con la cual convive; o tambien, a cuya merced las voces que fueron orifil· nariamente cultas bajan al vulgo, y viceversa, como puede observarse en el Diccionario Academico, en don· de muchas son las palabras que figuran precedidas de: la abreviatura Germ.» A ese fen6meno de 6smosis lingilistica se debe el traspaso de las siguientes palabras de gerrnania espafiola al lenguaje vulgar: acorralar (arrinconar a uno), agarr ar (tomar o asir), agravio (ofensa), alert a (estar apercibido), belitre (picaro), bufar ('dar gritos), bramar. (gritar, o dar voces), cambiar (trocar), columbrar (mi· rar), chusma (muchedumbre), clamar (dar voces), escalador (ladr6n que hurta por escalera), espiar (atalayar o malsinar), fornido (recio), guifiar (senalar, o hacer el ojo), luceros (ojos), mandamientos (dedos de la mano, o la misma mano), maleante (burlador), novato o novat6n (nuevo.. sin experiencia), parlar (habla:r), perlas (lagrimas), cuatrero (ladr6n que hurta besti,_'as), rescatar (librar), zafarse (evaporarse), bisofio (nuevo). Y el lector que no crea en el origen plebeyo de estas palabras que se lea el V ocabulario de germania com· puesto por Juan Hidalgo 5 . (.A que enamorado galan se le vendra a las mientes que nombra en lenguaje de germania Jos grandes luceros. de la dama de sus pen· samientos y las perlas que corren por sus m ejill,a s nacaradas y las picarescas guifiadas que tras el a banico ? Ni menos pensara en el origen jacarandoso de sus palabras el literato que se relame de puro gusto cuando frecuenta los vocablos fornido, novato, parlar, r escatar, · bisofio, y otros por el estilo. Y Jos que todo lo agarran sin tener garras, (pensaran acaso que la palabreja esta cargada de sedimentos plebeyos? Ademas de lo que tengo dicho, nos interesan los lexicos de germania porque vienen como de perlas para .

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1 El lenguaje peruano, 1936. 2 Diccionari.o de la L engua Espanola , 1956. enero, a 20 de 1937, p ags. 226-267. 3 Tesoro de la L engua Castellana.

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WASHINGTON LLORENS

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"Boletin de la Academia Argentina d e Letras", Torno XII, 'num e ro 86. Or igenes d e la L engua Espanola, compuestos por v arios autores, recogidos por don Gregorio Mayans y Siscar, Madrid y enero, a 20 d e 1937, pags. 226- 267.


frecuentar el donoso. mundo de la picaresca espanola. (Quien daria con el significado de la palabra TRENA que aparece en El Dfablo Cojuelo, si no fuera por esa mal en~endida prevision de la Academia? (Y quien entenderia el sentido de! vocablo FARAUTE usado por Gracian en El Critic6n, si la docta casa no se encarga de decirnos que vale MANDILANDIN o criado de rufianes o de mujeres publicas? Y si nos tropezamos en Estebanillo Gonza.lez con un MANDIL de germania, la misma Academia se encarga tambien de decirnos que es lo mismo que MANDILANDIN • . (C6mo se forman cstas jerigonzas en las capas mas bajas del pueblo? La Academia nos advierte que la germania se .compone de voces del idioma espanol con significacion distinta de la genuina y verdadera' y de otros muchos vocablos de origenes muy diversos. Tiene Ia germania, ademas, ingeniosos tropos, agupos disfemismos, donosos eufemismos y no pocos contagios semanticos. · Muchas son las palabras del idioma espanol con significacion distinta, con cambios semanticos, que usan los germanos y rufianes en todos los pueblos de America. En Puerto Rico hay abundantes ejemplos: Achocar (vender drogas narcoticas adulteradas. Dar gato por liebre), at6mico (maleante que bebe alcohol desnaturaIizado), brete (amorio), camar6n (agente de policia), consorte (amigo), nevera (carcel), chota (soplon), pestillo (novio), matrimonio (arroz con habichuelas), mixta (arroz, habichuelas y came). Y no menos abundantes son los ejemplos de voces inglesas deformadas: chutazo (de shot), chutiar (de to shoot), deque (de deck), endecar (de deck), esnifiar (de to sniff), estofa (de stuff), escrachildo por desarrapado, enfermo, arruinado .(de scratch), janguear por frecuentar (de to hang), juquearse por inyectarse (de to hook), jolope por atraco (de hold up), pana por amigo intimo (de partner), tofete por bravuc6n (de tough), blofear por enganar, fanfarronear (de bluff). Con los anglicismos burdamente castellanizados andan los anglicismos de acepci6n, como CORTAR (del ingles to cut) por adulterar una droga. Y no pocas palabras castellanas deformadas: culeco por contento, envanecido, (de clueco), enchirolar (enchironar), estrasijado (trasijado), morfi (ap6cope de morfina). De origenes diversos son las siguientes voces de la germania puertorriquena: grifo (rriarihuana), giiiza (mujer publica), guillarse (inyecta~se heroina), jara (agente de policia), m·angar (arrestar), moto (fuma dor de marihuana), mota (marihuana), reis (agentes de policia), tecata (heroina). De la clasica germania espanola pasar~n a Puerto Rico algunos vocablos: gumarra (mujer publica). Viene de gomarta que en la germania espanola significa gallina. Linternas (lanternas) por ojos. Mandamientos por dedos. «Los cinco mandamientos». · Del lenguaje plebeyo Ia germania .puertorriquena aprovecha terminos muy curiosos: Ababacharse. r (Avergonzarse). Bembetear. intr. (Charlar. Chismear). Chevere. adj. (Fenomenal). Chavar. tr. (Molestar). Chuchin. adj. (Primoroso). Enchumbar. tr. (Empapar). Enfogonarse. r. (Acalorarse). Empantalonarse. r . (Lo mismo que enfogonarse). Fatula, la, 'adj. (Cobarde. Falso). Mandulete. m . (Zangano, holgazan). Maco (ojo). Nacarile. adv. neg. (No. Nada. De ninguna manera, de nin-

gun modo). Pach6. m. (Ridiculez), Pitorro. m. (Ron de (Lo mismo que «buscarselas». Trapisondear). No pocas transgresiones gramaticales y semanticas de nuestros germanos han penetrado el lenguaje vulgar. «Fulano es buena gente», es frase que se oye en todas partes. Gente es pluralidad de personas. Y aunque el uso ha autorizado el plural gentes (Hay gentes muy peregrinas) 6, no me parece lindeza el empleo de gente por una sola persona, a pesar de que «en lenguaje poetico se ha empleado gens con referenda a una sola persona: Virgilio (Eneida X, 228) escribe: «vigilasne, deum gens, Acnea» 7. MEN, plural de MAN (hombre) en la lengua inglesa, vale en nuestra germania y en la de algunos paises hispanoamericanos, amigo de confianza, «pana», «consorte». «Oye, men, te queres chutiar?» De ahi a que se fo~-me el plural «MENS» hay solamente un paso. Existe una jerigonza de adolescentes· que tiene muchos puntos de contacto con el lenguaje de germania. «Estoy en un gas» (No tengo dinero). «Voy de cachete» (de balde, de mogcllon). Tampoco estan muy lejos del lenguaje de germanf::las damitas que dicen inocentemente: «Este traje est(· chuchin» (primoroso ). «El peinado te queda che~ere» (bien). «Mi novio me estuvo chavando toda la manana» ( molestando, fastidiando ). Y es que la juventud «elegante» tiene tambien su jerga, su lenguaje de germania, que los padre no pueden entender a veces. El «estoy en un gas», tal plebeyo, es hoy la' expresi6n mas «refinada», mas «Chuchin», de algunas damitas remilgadas. El que oiga una conversaci6n de «teen-agers» en esos «matines» de las cuatro de la tarde (?) tendril germania para rato. -Oye, chica, mi levante tiene los· hilos cambiaos, me result6 pa to. Y yo que lo creia machote. Estoy ·ababa·chada. i Que pach6 ! Ya no podre salsiarme. -Mira, tu pestillo acaba de entrar al ladies de los hombres. Como algunas novelas hispanoamericanas, esta charla pide glosario. Levante. m . Conquista. Pestillo. m . Novio. Pata. m. Afeminado. Machote. m. Buen mozo. Ababacharse. r. Avergonzarse. Pach6. m . Ridiculez. Tener los hilos cambiaos. Carecer de los atributos de la masculinidad. Ladies. m. Tocador. Retrete. Lo' que nosotros llainamos «servicio sanitario», inodoro y en Espana W.C. o «el water». Ladies (voz inglesa), es el plural de lady (dama). No hay mucha diferencia entre el «water doset» de los espanoles y el «ladies?> de! Ienguaje vulgar puertorriqueno. Pero, (por que llamar «ladies» al retrete de los hombres? En todo caso seria «el gentlemen». A lo que llegan la corrupcion del idioma y Ios eufemismos .. . EI sigueinte dialogo entre . tecatos anda por Ios mis · mos tortuosos vericuetos del idioma: . -(Que pasa, men? (Como esta tu tia? -No consigo la estofa. Estoy loco por curarme. -i:Tu esnifeas o te chuteas? -Me chuteo. Acabo de romper campana y necesito el fenomeno para darme un vaci16n chevere. i:D6nde puedo conseguir la tecata? 6 Varela en El Comenda.dOT Mendoza. 7 "Boletin de la Academia Argentina de Letras". Torno XIV . Nlimero 52. ·

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Como coco o coma coquito. Dicese de lo que esta en buenas condiciones. Una mujer esta como coquito cuando es bella sobre garrida. «Al ejercito brasileflo le dio por echarselas». Echarselas de ... es frase que se tiene por puertorriquefla, pero se codea en el Diccionario de la Real Academia con muchas de noble estirpe, como «echar menos (echar de menos), echar a perder, echarlo todo a rodar. En Puerto Rico se usa a veces sin la particula de. « Fulano se las echa».

duefio de la emisora donde suelo bembetear»., (Bembeteo vale charla; bembetear, parlar, charlar. «Se anuncio el unico plato del dia con su vinito par la izquierda». Aqui izquierda vale «por afladidura». Tener una izquierda es tener una amante, una gumarra. Par la izquierda es lo mismo .q ue ilegalmente, par los cercados ajenos. Pero no andan tan par la izquierda los izquierdistas. lzquierdear, intr . fig. significa en el espaflol academico apartarse de lo que ·dictamina la razon y .el juicio. Y el substantivo izquierda vale torcido, no recto. Izquierdar, apartarse del camino recto de la razon, es palabra metaforica felizmente inventada tal vez por Fray Luis de Granada en el Simbolo de la Fe (Clemencin). «Pero ante el mas fugaz recuerdo de la peligrosa aventura, de nuevo izquierdea su adelgazada y liviana imaginacion ... » s. «El guardia se fue cantando bajito» (con el rabo entre las piernas). «Le limpiaron el pico». (Lo mataron o asesinaron.) «Se puso los patines». (Torno las de Villadiego. ) «Pasar el macho» .. (Divertirse, entretenerse, jorobar.) «Que es lo tuyo?» ((Que te propones? c:En que piensas? c:Por que te preocupas?) «Me diverti en bruto». (Mucha) n. Hay voces aqui anotadas que no son precisamente de origen rufianesco. Chuchin, par ejemplo, me parece expresi6n natural del habla infantil. Pon 10 (viaje de balde), guagua (autobus), de cachete (de balde). son voces de un delicioso y sano humorismo. Pestillo (novio) y apestillarse (pelar la pava) tienen graciosas connotaciones. J'Ve~efze (naderfa tiquismiquis), como chuchin y pan, parecen balbuceos infantiles. Graciosa cosa es salpicar el lenguaje humoristico con estas expresiones de pueblo, pero no debemos olvi.dar que «el bien hablar no es comun, sino negocio de particular juicio» y que uno es la jerga de la plebe y otro Ia lengua del pueblo, esa que segun Fray Luis de Le6n maman con la leche los niftos y hablan en la plaza las vendedoras.

8 Mis paginas preferidas, Ramon Menendez Pidal, Madrid 1957. Art . Un G$pecto de !a e!abO'Taci6n de! Quijate. Pag. 262 . 9 Muchos modismos, giros, etc., que se tienen por puertorri quenos se usan en Espana y en los demas paises de habla

espafi.ola. "Cortar el bacalao, por mandar, dominar, es fr. reregistrada en el Diccionairio de Modismos de Ramon Caballero , Buenos Aires, 1942. 10 "Me dio pon en su automovil". "Voy de pon" .

-Tengo un pana fuerte que esta disparando. -Pues llevame, pana. Tengo el mono trepado en la espalda. - (D6nde esta tu giliza: - Alla abajo. Le di a la machota de arroz y de masa. - Toma, dale el mate a esta chicharra. -Tumba, ahi viene la jara.· Este dialogo tambien quiere vocabulario (lease disparatario ). Men. m. hombre, amigo. Curarse. r. Medicinarse, usar heroina. Esto/a. f. Heroina. Esnifiar. tr. Sorber heroina por la nariz. Chutearse. r. Inyectarse. Romper campafza. fr. fig. Salir de la prisi6n. Fen6meno. m . Heroina. Vacil6n. m . Borrachera. Euforia. Disparar. tr. vender. GUiza. f. Mujer publica. Tener el mono trepado en la espalda. fr. fig. Dicen asi los narc6manos cuando sienten los primeros sintomas que la falta de drogas causa en el organismo. Alla abajo. fr. En la carcel. De arroz y de masa. Sin compasi6n. Dar el mate. fr. Comerse la colilla de un cigarrillo de marihuana. Chicharra. Colilla. Jara. m. Agente de policia. Estas palabras «de que la gente baxa e de servil condici6n se alegran», invaden, como ya tengo dicho, el lenguaje vulgar. Veanse si no, los siguientes pasajes que hemos copiado, sin quitarles puntos ni comas, de nuestros peri6dicos : «Me insult6 en forma que roandaba madre.» (Me puso como no digan dueflas). «Desde que Marcelino Romany le dafl6 el pasodoble a Gonzalez Blanes.» (Daflar el pasodoble vale estorbar, entorpecer, causar dificultades ). «Eran tres flacas y solo siete gordas, pero estas ganaron de calle» (facilmente). «La cosa es el dia del Ano Nuevo y Felix esta como COCO».

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Las armas de los conquistadores espa:fioles Por

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HAROLD

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PETERSON

Codar contra una placa de acero, y s6lo podia herirlo si 16n al Nuevo Mundo y ayudaron a forjar en sus acertaba a dar en · una juntura o rendija de la armacampos virge'nes un gran imperio, representan el produra. Pero por otro !ado, la armadura fue la causa de totipo militar de SU epoca. Proceden de distintas clases la muerte de los que caian en los rios, o lagos; su peso sociales y los mueven distintos incentivos. Hay hombres los precipitaba al fondo impidiendoles nadar. sencillos que buscan en la faena militar un medio de La experiencia ganada en estos trances fue causa del subsistencia; soldados veteranos curtidos en no pocas abandono gradual de la armadura de placas de hierro campafias europeas, amantes de la aventura y ansiosos en las nuevas expediciones. El uso de la malla, mucho de hacer fortuna. Hay caballeros y caudillos ya . famomas ventilada y ligera de peso, se generaliz6, ya que sos, como Hernando de Soto, conocido como «la mas las flechas al dar contra ella tendfan a deshacerse en diestra lanza de Espana». Pero sea cual fuere su exastillas causando heridas dolorosas pero leves. Los castracci6n, todos tienen viva conciencia de· la tr dici6n . os, los escudos y los petos siguieron siendo de hierro. militar de SU pais. Vienen a las asperas tier y al as coracinas continuaron en boga y tambien usaronse tr6pico ardiente portando las mismas armas ucho los escaupiles, o S<'.yos acolchados con algod6n, 'e n su tierra combatieron· a los moros. estilo de los que llevaban los aztecas. Sin embargo, Para su defensa usaron la armadura. El sold t davia en 15 expediciones como la de Don Juan tado vestia la armadura completa de placas d en la exploraci6n del sudoeste de que lo cubria enteramente, desde el ca c 1 s Unidos, y en la cual, parte de la la cabeza hasta los pies, calzados con esc t a todavia arm~dura completa. de a pie traian defensas mas ligeras y flexible ales, Ios conquistadores llevaron general, camisote o jub6n de anillos de hierr ' lanzas, alabardas, picas, espadas zados, llamado cota de «malla», cuyos punto dmirable arrastraron inmensos puestos a veces se reforzaban con placas de c'~ o. antanos y cruzaron desiertos y la cabeza llevaban el yelmo abierto. Otro tip las ventajas de puentes y carredura ligera, muy en boga en esa epoca fue 1 cina ; consistia en jub6n de pafio, o cuero, o refor ~~iif~ preforida del soldado montado. interior con placas traslapadas de acero. Se h 'os tem1 siempre al caballo, el jinete trado en la Florida fragmentos de m:ia coraci y a do el galope de su caballo, tipo que data probablemente de 1530. Mucha 1~~~~~aQ.l~!lfiente gran ventaja. Durante todo llevaban tambien como armas defensivas s iF oraciones y comienzos de la coun escudo de acero, o ·de madera, cubierto illf perdur6 el soldado montado, la llamado rodela o adarga. aridad. ~ara escasamente cien La armadura corripleta resultaba inc6m ontados de Mexico y California climas frescos; en los calidos era particula ~~~~~~~~ justa ma. agradable. Como el aire no le penetra, el h .~v&,a·e~s 51 a fue el arma universal de la infanteria y tido de armadura sudara copiosamente si a I eria. Entre la infanteria iban algunos llamados vimiento .aun ..en invierno. El atravesar las lezas· de adargueros, armados solamente de espada y adarga. la America Central o del Sur en un dia de verano, ha La espada era el arma definitiva en los combates cuerdebido ser poco menos que intolerable. El peso de la po a cuerpo, y simbolo del soldado. Con su hoja de armadura, por lo general unas sesenta y cinco libras, doble filo, para esta epoca casi . siempre de tres pies hacfa afui mas penoso el esfuerzo. y medio de largo, era arma mixta de corte y punta. A pesar de tqdas estas incomodidades, el soldado de Al principio las empufiaduras fueron muy sencillas; les a caballo de las primeras exp!!diciones se aferr6 al uso bastaba un travesafio. Con . el correr de los afios se le. de la armadura. Dentro de ella se sent\a casi invulneafiaderl barras, lazadas y el guardamanos, conjugandose" rable. Las flechas de los indios se h~cian pedazos al OS CONQUISTADORES ESPANOLES QUE SIGUIERON A

en

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de este modo la suma ornamentaci6n con .e l mayor resguardo. Entre todas estas armas, las mas 'importantes fueron probablemente las de pr<'yectil: areas y armas de fuego. Cuando Colon desembarco por primera vez en America traia entre su armamento una ballesta, un arco turco, un cafi6n pequefio de mano y un arcabuz. Y asi llegaron sirriultaneamente al Nuevo Mundo los diversos tipos de arm as. En los primeros afios de la conquista (con anterioridad a 1550), la ballesta fue, de todas las armas de proyectil, la de mas importancia. Escaseaba la · p6lvora y se hacia dificil conseguirla, mientras que el lance o proyectil de la ballesta, pod.ia manufacturarse facilmente en caso de necesidad. Efectivamente, se hicieron algunos de cobre par~ la expedici6n de Coro-. ·. nado que en 1540 sali6 a explorar el sudoeste de lo que es hoy Estados Unidos. El· arco de los indios era superior a las ballestas y a las armas de fuego de los conquistadores, en cuanto a punteria y a rapidez en el manejo del arma. El indio ' colocaba la flecha en el arco y senciliamente tiraba de este para dispararla. El ballestero tenia que tirar de SU poderoso arco' por medios mecanicos, pues era demasiado rigido para ceder al tir6n .de la mano, y aquella operaci6n consumia considerable tiempo. El mosque tero, o el arcabucero, tenia ai'.m mayores dificultades ya que estas armas, de Have de serpentin, necesitaban de una mecha encendida para ciisparar su carga. Esta mecha debia estar encendida de continua cuando el peligro amenazaba, pero Si Bovia o soplaba viento fuerte, aquella resultaba completamente inservible. Ademas, el procedimiento de cargar separadamente la p6lvora y el proyectil por la boca del arma, ·tomaba mucho tiempo. Finalmente, los proyectiles no calzaban bien dentro de los toscos cafiones de estas armas, hacienda · imposible la buena punteria'. Todas estas circunstancias explican por que el Ca·ballero de Elvas, compafiero de Hernando de Soto en la Florida, protestaba de las tacticas de los indios. Decia: «Ellos nunca estan quietos, sino siempre corriendo y cruzando de un sitio a otro; por esta taz6n ni la ballesta ni el arc·a buz hacen punteria; y antes de. que un ballestero logre hacer un tiro, el indio disparara tres .o cuatro flechas y muy raras veces falla el blanco ! que se propane». Desde luegci, el arma de fuego tenia la ventaja sicol6gica del ruido y el humo, y cuando daba en el blanco causaba tremenda herida. Y poco a poco fue perfeccionandose. Fueron estas las armas principales de los conquistadores; con ellas hicieron la conquista del Nuevo Mundo. Al contemplarlas hoy, nos parece imposible que pudiesen con ellas ejecutarse tan . heroicas hazafias. Los estudiosos de armas y armaduras rio pueden m enos que sentir asombro ante el valor y tes6n de aquellos hombres, asombro que crece a medida que el conocimiento va precisando lo que con estas armas ellos realizaron.


Areito de maiz Por ESTHER FELICIANO MENDOZA

INDIECITA ERA ARISCA. EL EXTRANO TONO CLARO DE SU L 路Acabello la diferenciaba de las mujeres de la Isla. Los hombres del yucayeque la admiraban en silencio, sin atrever se a manifestar la embriaguez de maravilla que les producia el oleaje casta:fio de su mata de pelo. Toaas las otras mujeres, como ellos, tenian el 路pelo de un negro brillante. Muchas veces, al sorprender en las espejos de las aguas mansas las reflejos de oro que aureolaban sus sienes, ella tambien palpit6 en sobresaltos. Alga de madrugada y de atardecer reconocia en ellos. Presinti6 un parentesco divino con el cemi, senor de la tierra y las sembrados, y se sorprendi6 a si misma en las soledades entonando can.t os muy suyos, que eran himnos invocadores de la presencia de las dioses buenos. Asi la vio muchas veces el hijo del cacique. Asi fue c6mo su alma de guerrero se embruj6 de oros rojizos. Una noche de luna nueva, cuando ya tenia el cielo el sagrado tatuaje del astro frio sabre el pecho y los indios comenzaban sus areitos, se sent6 ella en la falda de una ceiba a acunar sus extrafios pe~samientos. E,staba hermosa. Por sabre su espalda caia la mata de pelo como agua enlunada. En color y magnificencia, era la india una prolongaci6n ascendente de la Madre Tierra. El hijo deI cacique, echando de menos en el areito Ia rara presencia de Ia india, se escurri6 entre los arboles para buscarla. Mientras la luna cortaba som- . bras en las oscuras copas, se iba llenando el aire de un mon6tono cantar hipnotizante. La noche de la isia era un dujo donde reposaba Guamaonoc6n. A la ceiba poderosa lleg6 el hijo del cacique, a tiempo para escuchar una rara pleg;iria :

Madre Tierra, dime, 路 dime, Padre Sol, cvor que raro encanto llevo en mi cabeza lumbres que no tienen . mis propios hermanos? Madre Tierra, cQuien soy? cQuien soy, Padre Sol?

Sorprendida, la voz de la india se detuvo . . Como brotando del coraz6n mismo de la ceiba, unas palabras temblaron en sus oidos. No era una contestaci6n a su plegaria, pero era una voz que la interpelaba: -liermosa entre las hermosas, rara entre los de nuestra tierra; aqui estoy adorando tu presencia, sin saber quien eres; no se que misi6n te trajo entre los mios. Estoy implorando al Buen Dios y a Ia Clara Luna .que retofie en tu pecho el sentir que florece en el mio. Si eres de los nuestros, o eres de los poderosos dioses, no se; pero si anhelo prolongar mi raza desde los dorados rios de tus venas. La india, temblorosa, estaba ya de pie. Habl6 al hijo del cacique: -Hombre de mi tierra, no puedo contestar a tu reclamo. Yo misma no se que extrafio encantamiento me envuelve. Quiero descifrarlo; pero te prometo que en la pr6xima luna nueva, en este mismo lugar, te esperare. No me busques hasta entonces.

* * * Dia tras dia sofi.6 el joven indio con la castafia mata de pelo. Noche tras noche implor6 a los buenos dioses por su felicidad. Asi lleg6 la noche de la esperanza, de la felicidad o la desdicha. Cuando en el yucayeque comenz6 el areito, el hijo del cacique se dirigi6 de nuevo hacia la ceiba grande. Alli lo esperaba la indiecita. -Dime, nifia de oro, (que contestas a mi amor? -He ayunado fieimente durante muchos dias. He implorado la 路 gracia de Yocahu para que me ilumine. He pedido a los carnies de mi yucayeque. j No he tenido contestaci6n ! Pero se que jun to a ti, esta noche, los dioses hablaran. Con las inanos unidas, imploraron a Yocahu. Alla en el cielo se hacia mas claro el tatuaje de Ia luna nueva. El coqui call6 sobrecogido de presentimientos. Las luciernagas reposaron su luz entre las yerbas. El areito, mon6tono, hipnotizante, palpitaba en la noche como un enorme coraz6n. El indio joven fue sintiendo c6mo en su mano se alargaba y adelgazaba la mano de su compaftera. Sin

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mirar, adivinando casi, presinti6 c6mo tambien el hermoso cuerpo se escapaba a otra vida que el desconoceria siempre. Solo la castafia melena embrujante seguia siendo igual : sedosa, rojiza, misteriosa. Hacia ella mir6 entonces. iD6nde esta? (Es que realmente esta junto a el? i Si, es ella ! Su raro ensuefio, su inconfundible presencia estaba alli, para ser entre los suyos eternamente, privilegiada realidad, inapreciable don. Alargada en verde tierno, como si hubiera absorbido toda Ia luz de la luna, esbelta y fragil, con su rara gracia armoniosa emanando de sus largas hojas, alli esta ella. La rebelde cabellera castafia se escapa, en sedosos mechones, para hablar con el viento. Sus ¡ suefios de otras vidas, de otras estirpes privilegiadas, se han condensado en hermosos granos dorados. La Madre Tierra la defini6 por fin entre los suyos.-Se llamara maiz-,

pareci6 decir el coqui. El yucayeque habra de adorarla. Pan, ¡ amor y belleza les dara ella en cambio de afecto; pero. habran de cuidarse de Ia fermentaci6n de sus hermosos suefios raros, ocultos en la dorada gr.anaz6i;i. Los embriagara hasta perder el sentido, asi como embrujada su misteriosa presencia, su halito de vida sobrenatural. Se llamara inaiz ... maiz ... maiz .. . La noche era un palpito de eternidad .. . El joven indio enamorado, reconociendo el mensaje 'de Y~cahu, llev6 a su amada entre los suyos. Fue reina de los conucos. Multiplic6 su presencia en las entra:iias de la isla toda. Amandola con el mismo amor afi<>; rante, el hijo del cacique trasmiti6 a su raza el amor por ella.. . Y asi cumpli6 el maiz su mensaje de pan, amor y belleza, en la isla de Boriquen .. .


· Memorias de una isleiia Fragmentos del llbro

Por CLARA CAPfTULO

LAIR

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I

EL BAUTIZO

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NA BULLICIOSA MULTITUD COMPUESTA DE LOS VECINOS DE

Cedros, aldea en Puerto Raro, isla del · Mar Caribe, sigue a un grupo de personas que se dirigen a la iglesia. Florida mafiana del mes de mayo. De las montafias vecinas baja una · brisa firme y leve que sirve de diapason a los ruidos y las voces, tomandolos a veces altisonantes y a veces como diluidos y lejanos. Y parte de los jardincitos que separan unas de otras · , las casas de madera de la aldea, un penetrante olor a claveles, a geranios, a saucos, a azucenas ... En el grupo de peFsonas, una mujer alta, 'de .porte altivo, nariz · pronunciada y mirada azul, lleva en brazos una criatura casi recien nacida, en un lujoso avio de cristianar.. A su fado c'amina un hombre alto, corpulento, de anchos hombros, pecho sobresaliente, y mirada verdiazul y estrabica. La diminuta criatura, casi imperceptible dentro de .s u largo faldellin de encaje de seda y bajo su capota de plisados volantes de gasa, duerme. Duerme arrullada· por la brisa fina y leve que baja de las montafias; por el olor de los claveles, de los geranios, los saucos y las azucenas. Duerme inconsciente del bullicio, los ruidos y las voces ... Hace bien en dormir. Porgue aquel bullicio, aquel ruido, aquellas voces, no son por ella ni por el sacramento cristiano que van a imponerle. Son por el horn· bre alto y corpulento, de anchos hombros, pecho sobresalieute y verdiazul mirada estrabica, que camina a su lado.

* * * Es mm1ma la iglesia de madera de la aldea para contener la multitud, a '1a que ban ido afiadiendose campesinos que bajan a pie y a caballo de las montafias vecinas, con caras de azoro y asombro. Muchos aguardan fuera, en el atrio . de tierra yerbosa de la iglesia, con la mirada fija en la puerta de salida por donde ha de aparecer' tras la ceremonia, el hombre alto y corpulento.

* * * - l Como se llama la nifia? - pregunta el . sacerdote.

Una voz de· mujer responde: «-Marfa.»

Y la voz del hombre corrige: «-Maria de la Victoria Augusta, bauticela usted asi.» Los que escuchan hacen sefiales de aprobaci6n con · la cabeza. Y piden silenciosamente que la suerte de aquel hombre caiga sobre la recien nacida; porque se ha rozado el con una reina y sus ministros, alla lejos en una monarquia europea, y el nombre que acaba de dar a la recien nacida es el de una ·m ujer de sangre real ... «-j Que viva el padrino ... !» - gritan a coro los que esperan en el atrio de la iglesia, cuando este aparece en la puerta de salida. Y el, sacando de sus · bolsillos cien monedas de a peso, las ar;roja a la multitud.

* * * En la aldea, y en una casa de madera sita en una cie sus callejuelas, hay fiesta grande. El padrino trajo de la capital de · la isla una caja de champafia, toda una caja de champafia. Desde la noche anterior al bautizo, los vecinos han traido sus copas y sus va> s · para el acontecimiento. lnvitado extraordinario lo es un antiguo viajero de extrafias tierras, el Wiico y sin· gular habitante del poblado que sabe c6mo descorchar fa botella de charhpafia. Van saltando ruido· samente los tapones y poco despues se oye resonar en la casa la risa estrepitosa e incontenible ·de la alegria artificial. «-j Una nueva cristiana !» - dice el cura, levantan· do su copa. Y una voz de hombre afia.de: «-Una nueva liberal.» Lu~go; al oir que la recien nacida ha abierto por fin los ojos, el padrino se acerca a la cuna: «-Tiene los ojos verdes» - dice con voz conmovi· da - «como los tenia Mama.»

* * *

Pero el padrino esta de prisa. Y poco despues se despide de los vecinos, sale a la calle, sube como buen jinete a un caballo, y, seguido de otros jinetes, se marcha. El caballo comienza a serpentear briosamente por las callejuelas de la aldea; · le embiste de pronto a las montafias, y en las montaiias desaparece.


Aquel hombre se llamaba Juan Nunez Rivier, poderoso. poHtico de Puerto Raro. Maria de Ia Victoria . Augusta, rotos poco despues los lazos que unian la isla a una mo:narquia europea, habrfa .de caminar por fa vida bajo el ·n ombre comun ·de uMaria Nunez». ·

* * * Pocos afios despues en la ciudqd · .de Prados, al Sur de la isla·:

Las mujeres de la casa se habfan amanecido haciendo pasteles; pasteles de plafanos, de mafz, de arr02;, un plato favorito de Juan· NuneZ Rivier desde sus .dias .de Barrancas. El .ruido que · producian las hojas de platano que les .servfan de envolturas, alternaban con el de los.. martillos .que a distancia ·e n la calle clavoteaban el arco· de .irlrinfo. Al amanecer, . fa nifia cotri6 al balc6n. Al extremo norte de la calle aparecia ya el · arco terminado. Un , gran retrato de Nunez Rivier pendia de lo mas ' alto; y numerosas insignias resaltaban en los . costados. Tpdo .el ·d ia altem6 el ruido ·e n la .casa . las mujeres que 'cpcinaban, que arreglaban la . . . mesa, que rodabail muebles de un la,do a _otro; oon el paso precipitadc) en ia calle, de personas que se encaminabilll al arco pfilia. mirarlo de cerca. A la.S cua- · tro. de la tarde, la casa habia quedado ya en· orden, y , las niujeres preguntaban a veces desde el bak6n a los transeUlltes: -<.A que hora llega?-A las . cinco,. si da paso el no-, era siempre la ~respuesta. Ha debido ser en una · tarde del inviemo tropical cuando oscurece de cinco y media a seis, porque a ~sa hora apareci6 al extremo sur de la calle una orquesta, y en el centro, como director•. el maestro ·d~ ,musica de la nifia, un mestizo refinado. Caminaba

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marcialmente tocando el . bombardino; y, al pasar frente al .balc6n de la casa, la nifia salt6 de alegria ' cuando su maac;tro quit6 ima mai10 de las teclas del bombardino y la salud6. Eran ya casi las seis de la tarde. Los balcones vecinos estaban atestados de <lamas del pueblo, cuyas viviendas quedaban lejos del paso de la manifestaci6n. Junto al · arco de triunfo se agrupaba una multitud de personas, todos hombres. Al fin, dos cohetes .atronaron el .espacio, la orquesta rompi6 a tocar la danza-himno del pafs, y comenz6 a dirigirse lenta-. mente al sur de la calle la multitud de hombres que habia esperado junto ~l arco. Ya pasaban frente a SU casa. Delante, orlado por cordones que terminaban en borlas pendientes a los dos lados, aparecfa el retrato en gran tamafio de Juan Nunez Rivier. Una · hilera de j6vene.s vestidos de etiqueta portaba las bor}as. De etiqueta y sombrero de alta copa, camiriaba tra:s el retrato de un senor de largas barbas blancas, a quien_. ella oy6 identificar a su lado como el Alcalde del pueblo. A los costados de los j6venes portadores de las borlas, unos cuantos hombres del pueblo levantaban en alto unos hachos que daban una luz rqja, intensa, y despedian un fuerte olor acre. Detra.s de este . primer tumo de la manifestaci6n, marchaba un coche descubierto, seguido por varios coches cubiertos. En el coche descubierto venia sentado solo, Juan Nunez Rivier, en traje de calle · y sombrero de paja. Tenia la· mano izquierda apoyada en el pufio de su . bast6n y, con la derecha saludaba, ~.ombrero en mano, a fas dam;is . que, desde los balcones, le .aplaudian. De cuando en cuando, caia timidamente de alguno de aquellos b~lcones una flor. Detras de la hilera de .coches cubiertos segu:ia c1 pueblo. Unas ctiantas filas de · hombres vestidos mo-


destamente, algunos de ellos de \a raza de color, ini· ciaban el ultimo turno. Ella oy6 identificarlos a SU lado como mt~mbros de la clase artesana, y portaban .estandartes en ._s edas de colores y flecos dorados con retratos, inscripciones e insignias. Caminaban en per· fecta compostura, como los j6venes ·vestidos de eti· queta que portaban las borlas del gran · retrato de Nunez Rivier..A sus costados, dos filas de hombres del pueblo levantaban en alto los hachos que los iluminaban. Detras, al final .de la manifestaci6n, las filas iban haciendose mas compactas y sus componentes vestian ropas humildes. Eran estos hombres los que a veces vociferaban dando estruendosos vivas a Nunez Rivier, al Alcalde. De la cola de la manifestaci6n partfan de cuando en cuando algunas voces aguardentosas.

* * * Ahora la calle habia quedado desierta; los balcones vacfos, y s6lo alumbraba lentamente la mortedna luz de la bombilla eiectrica del farol de la esquina. De cuando .e n . cuando, llegaba h.asta ella el estrepito de los cohetes que anunciaban a distancia el paso de la - . manifestaci6n. En la casa, las mujerys hapian vuelto a rodar muebles, a observar la mesa, a comentar en que sitio y en que silla habria de acomodarse mejor Nunez Rivier. Ella permanecfa absorta. Su pensa· miento seguia . de. lejos los retratos, los estandartes, las luces, los hachos, los vivas, los cohetes, y la mano de Nufiez Rivier tratando· de alcanzar ·en el aire al· guna rosa que caia de un balc6n .. . Ahora s6lo restaba esperar su llegada.

* * * A las ocho de la noche ·un coche de alquikr se de" tuvo frente a la escafora de su casa. Ella y sus~ hermanos comenzaron a correr de la escalera al comedor; donde todavia las mujeres observaban la mesa. Subian y bajaban-llevando la noticia y susurraildo anhelosamente: i Ahi esta, ahf esta ! Nunez Rivier baj6 del coche. Al subir los tres peldaiios· de madera que

llevaban al balc6n, pas6 como era su costumbre la mano _por la cabeza de los nifios que aguardaban a su lado. La madre y la tia de la nifia, ya en el balc6n - dos mujeres que n~ca apresuraban . el paso -, se ·adelantaron lentamente a recibirfo y se acharon a llorar. Ella- no podia comprenper por que st.i madre · y su tia lloraban siempre que llegaba a ellas aquel hermano .triunfador. i Un hombre que era recibido con hachos luminosos, cohetes voladores, y a quien las mujeres arrojaban rosas desde los balcones ! La voz robusta, un poco nasal, de Juan Nunez Rivier, se de-· jaba oir ahora: «No puedo quedarme a comer, he -venido con Pepe Duarte; me esta aguardando en el coche.» ·i Virgen Santisima ! i Habia un hombre en el coche ! I En medio de la oscuridad de la noche, en aquel coche silencioso, habia un hombre I De pie, de espaldas a la escalera, Nuiiez Rivier se referia ahora al mitin que habria de celebrarse aquella noche en. la plaza, frente' a la Casa Municipal. «Pepe Duarte hablara de diez a once; yo cerrare el mitin,. - le .oy6 ella decir. «_:Entra un moinento para que veas la mesa» - dijo la' madre ·de la nifia con cierta tristeza en su voz. Ella aprovech6 el momento, se desliz6 por el balc6n y la escalera hasta la calle, se detuvo junto al . pes· .cante del coche y mir6 asustada .al interior. Sentado en una esquina, con los ·brazos cruzados, la mirada fija hacia delante, estaba el hombre. Ella noto en seguida su erecto perfil, sombreado sobre la boca por dos bigotes negros que terminaban hacia arriba en · dos puntas finas. t.A quien, a quien se parecia aquel hombr~? iAh, ya sabia! · En un libro viejo que ella hojeara a escondidas en su casa, habia una lamina que tenfa escrito al calce: «Los tres mosqueteros ... » i A uno de aquella lamina, se parecfa ! De pronto el hombre volvi6 la cabeza, sorprendido: Dos ojos negros, luminosos y penetrantes, se clavaron en ella, al mismo tiempo que del interior del carruaje partfa una voz grave, armoniosa: «-i.C~mo te Iiamas, nena? Ven aca.. . » dijo la voi.

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Origenes del teatro puertortiqueiio: "La juega de gallos o El negro hozal" de Ramon C. F. Caballero Por JOSEFINA RIVERA DE ALVAREZ

EL ACERVO DE LAS LETRAS COSTUMBRISTAS DE PlJERTO Rico pe'rtenecientes al siglo XIX figura una obra de teatro que ha pasado desapercibida generalinente en los est<ldios parciales y de conjunto que se ban hecho hasta la fecha sobre nuestro acontecer literario. Se trata de la comedia en dos actos y en prosa titulada «La juega de gallos o El negro bozal», de la pluma de Ramon C. F. Caballero, publicada, junto a otros .trabajos menores del referido autor (unas noticias sabre los estragos que ocasion6 en Arecibo, el 2 de agosto de 1851, el temporal llamado de San Agapito; «El dengue», poema jocoso alusivo a tal enfermedad; una breve resefia historica sobre la Villa de Arecibo, y una poesia de tema patriotico), en el libro titulado 'Recuerdos de Puerto Rico, Producciones literarias en prosa y verso, impreso en Ponce, afio de 1852, 200 pags. Aun cuando se hace mencion de este volumen en la Bi-· biografia puertorriquef!a, de Geigel Zenon · y Morales Ferreri, no aparece registrado el mismo en la obra de igual intencion y titulo publicada por Antonio S. Pedreira en 1932; y no sera hasta casi dos decadas despues que Emilio J. Pasarell, redescubridor del libro en cuestion, ofrecera nuevos datos bibliograficos sabre el mismo en SU conocido trabajo de investigacion sabre la aficion teatral .e n nuestro pais 2. Por nuestra parte, intentaremos en el presente articulo el inicio de los estudios que todavia debemos a la obra de este escritor casi desconocido.

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.EL AUTOR Es muy poco lo que se sabe de cierto sobre la vida de Ram6n C. F. Caballero. Informan los bibliografos Geigel y Morales, en el libro antes aludido, que, a no mediar engafio, era nacido dicJ:i.o escritor en Venezuela, J. Geigel y Zen6n y A . Morales Fener, BibliogTa,fia pue>rtorriqueiia. Escrlta en 1892-1894; l.• ed., Barcelona, 1934, pag. 85. 2 E. J . Pasarell, 0T£genes y desaTTol!o de Ia afici6n. teatral en Puerlo Rico. Con ilustraclones, San Juan, 1951, pags. 123-12.4. A la gentileza de! senor Pasarell, dueiio de! Unico ejemplar de! libro de Caballero que aparentemente queda en. Ia ISla, el que prest6 a solicltud nuestra a Ia Colecci6n Puertorriquefla de la Blblloteca de la Universidad de Puerto Rico, y a la amable mediaci6,n ~e Ia senora Alicia Fortier de Alonso, directora de dlcha sala, y qu!en se encarg6 de hacernos fotocoplar la comedia que ahora nos ocupa, debemos la vallosa oportunldad de su _consulta y estudio.

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de donde habia pasado muy joven a Puerto Rico. Pe> dria pensarse, partiendo de estos datos, que p.e rtenecio Caballero a una de las tantas familias que se avecin_d aron en nuestro pais, procedentes de la capitania general de Caracas, ai iniciarse en aquellas tierras, bajo el caudillaje de Simon Bolivar, la rebelion armada contr~ el regimen colonial espafiol. Y al igual que en los casos de otros venezolanos que aquf desarrollaron y emplearon sus .t alentos durante el pasado siglo, en - efectiva y entrafiable identificacion COn esta SU segunda patria a, Heg6 tambien Caballero a considerarse hijo de la Isla, y asi, se dice puertorriquefio en el pr6logo y dedicatoria de su libro Recuerdos de Puerto Rico 4. Agregan Geigel y Morales que, andando el tiempo, obtuvo Caballero en Puerto Rico el titulo de agrimensor publico 0 , ocupaci6n que debi6 de ejercer en la Villa de Arecibo, donde parece que se habia establecido su familia. Las inquietudes literarias de nuestro autor que desembocaron en sus trabajos antes nombrados tuvieron muy posiblemente cumplidos estimulos en el ambiente cultural del Arecibo de mediados del siglo pasado. Como en .e l caso de tantfsimas otras poblaciones pr6speras ~el Puerto Rico decimononico, la Villa del Capitan Correa alent6 una tradici6n de cultura "seria y refinada, a cuyo amparo florecieron, en los circulos de las diversas tertulias, en el serio de l~s veladas familiares, en el ambiente del casino o del teatro, los recitales de musica, de poesia, las representaciones dramaticas, los empefios periodisticos, los juegos florales. La antologia que publica en 1879 Alejandro Salicrup, titulada Notas perdidas, recoge ya los alientos lfricos de los poetas arecibefios (contemporaneos tal vez muchos deellos de nuestro Caballero) que habrian de ser precursores de otros nombres que, a lo largo de aquel mismo siglo, continuarfan honrando la tradici6n literaria en 3 Entre otros, cabe recordar en este punto, por su condici6n de escritores, los nombres de Juan Manuel Echevarria (1820?- 1866) , el "Hernando" de entre los colaboradores del AgtLinaldo puertorriqu.eiio de 1843, y el de Jenaro Aranzamendi (1829-1886), cuyos versos figuran en Ia Antologia de poeta3 pueTtOTTiquenos (1879) publicada por Monge, Sama y Ruiz Qulfiones, y qulen se destac6, ademas, como autor de teatro y periodista. 4 R. C'. F. Caballero, op. cit., pags. 3, 5. 5 J. Geigel y Zen6n y A. Morales Ferrer, toe. cit.


.Arecibo: Ram6n Marin, Cayetano Coll y Toste, Fidela Matheu, .Manuel 'Zeno Gandia, Pachin Marni, la Marquesa de las Chiras, Manuel Martinez Rossell6, Arturo Cadilla Matos, Jose Ram6n Lim6n de Arce, etc. Tiene Caballero, por otra parte, un precursor arecibefto en el cultivo de las letras de forma y saz6n. criollistas en las famosas Coplas del Jibaro, compuestas en 1820 por Miguel Cabrera, y en relaci6n con el ambiente literario general de la Isla, por entonces en etapa de incipiencia, le antecede la obra de vital resonancia puer- . torriquefta - El Gibaro - publicada por Manuel A. Alonso tres aftos antes que «La juega de gallos o El negro bozal». SIGNIFICACION HISTORICA DE LA COMEDIA DE CABALLERO

Desde el punto de vista de la captaci6n de los ele. mentos criollos puertorriqueftos y su presentaci6n como materia literaria, la c'omedia de Caballero, de humildes alcances, hablando en terminos generales, se nos revela inmadura y superficial,, inferior en profundidad . de sentimientos y en captaci6n pict6rica a los cuadros de costumbres incluidos en El Gibaro de Alonso. Sin embargo, y a pesar de estas limitaciones de entrada, marca la obra mencionada, en el orden del tiempo, el punto de partida del teatro costumbrista puertorriquefto; viene a ser hist6ricamente el antecedente inmediato de donde habra de ai'rancar, unos treinta aftos despues, con mayor fl.bra criolra y mas · amplio ingenio dramatico, el teatro jibaro del aguadillano Ram6n Mendez Quinones (1847-1889). Por su contenido, ademas, y contrario a lo que pudiera sugerir en exclusiva y de primera vista el titulo doble de la obra en cuesti6n, trasciende esta el piano de la mera presentaci6n de estampas criollas de lo jibaro y lo negroide en el Puerto Rico de antafto, y nos ofrece, igualmente como primeros intentos en nuestro teatro, unos cuadros costumbristas inspirados en el modo de vida del puertorriquefio pudiente y acomodado, cuyo radio de moviniiento, si bien parte del fundo campesino que le brinda su bienestar econ6mico y hace posible su posici6n social de privilegio, se . desenvuelve tambien en el ambiente urbano de la poblaci6n, de vida mas pulida, preocupaciones diversas de mayor tono y empaque y circunstancias generales mas complejas. TR1\MA Y . PERSONAJES

La trama de la obra, de Iineas sencillas y convencionales dentro de su naturaleza de comedia ligera, se desarrolla principalmente alrededor de un episodio de arrior que tiene por escenario el Arecibo del afto de 1851. Rosita, hija (mica de don Antolin Ramirez, dueiio de hacienda, Ileva relaciones con Fe~erico Garcia. Es este tin joven galan que se mueve en el am- . biente de Ia buena sociedad de! pueblo y que parece pertenecer a una de' esas familias que, no obstante haber empobrecido, conservan dentro del circulo de las clasificaciones sociales pueblerinas el respeto deser «gentes de consideraci6n». El padre de la joveP nombrad.a, sin embargo, no ve con buenos ojos los amores de su hija con Federico, creyendo que este carece de porvenir y no tiene tampoco el prestigio so-

cial suficiente que el anhela en el futuro esposo de Rosita. Ademas, Federico viene a ser un obstaculo en el camino del matrimcinio de mayor conveniencia que para la nifta interesa arreglar don Antolin con su senor don Pantale6n .Rodriguez, hacendado de edad ya madura a quien sus preocupaciones constantes de rico industrial de Ia cafta no le han dejado tiempo para cultivar el pulimento y brillo de sal6n. que caraGterizan al galan de la hija de Ramirez. · Esta defiende ante su padre su derecho de es.cog.er por si i:nisma al compaftero de su vida, y a pesar de la insistencia de don Antolirl en que se cumpla su voluntad respecto del hacendado Rodriguez, Rosita lo desaira abiertamente cuando don Pantaleon viene a manifestarle su am:or, o seglln, le dice, «a arreglarse con ella». Mas adelante, decide la nifta ponerse de ·a cuerdo con Federico, aprovechando la oportunidad pr6xima de un baile en el .casino de Arecibo, para burlar las intenciones casamenteras de su progenitor. Don Antolin ha cerrado las puertas de su casa a Federico, pero este tiene en la hacienda de Ramirez un aliado e intermediario - el negro Jose - , esclavo bozal de la propiedad de don Antolin, y a quien el joven Garcia ha sohornado con regalos en metalico y · con la promesa adicional de que, una vez !ogre veneer Jn resistencia de su futuro suegro, habra de ejercer las debidas influencias para que venga a ser realidad el matrimonio del bozal con la negrita criolla Nazaria, . doncella de Rosita. De otra parte, a pesar de la devoci6n amorosa con que Jose pretende a Nazaria, esta no lo quiere atender, decidida a no casarse sino GOD quien pueda librarla de su condici6n de esclava. La noche del baile en el casino, Federico entera a Rosita que ha ganad6 en la mesa de juego unos veinte mil pesos, y a su vez esta le informa que, en cambio, su padre habia perdido ese mismo dia todo su dinero en una desafortunada «juega» de gallos, deporte por el que sentia don Antolin una tremenda. e irresponsable debilidad. Un poco mas tarde, esa n.oche, apartado del bullicio del baile, se lamenta don Antolin Ramirez con amargura de su mala suerte y piensa con mucha preocupaci6n en el futuro de su hija. Federico se le acerca entonces a ofrecerle su ayuda, proponiendole olvidar todo lo pasado entre amb 0 s si el accede a darle la mano de Rosita. El desenlace feliz de la obra se completa cuando, a solicitud de Federico, don Antolin da tambien su permiso para el casamiento de Jose y Nazaria, a quienes el joven Garcia habra de regal,ar unos doscientos pesos 'que, invertidos en reses, les permitiran a ambos comprar en breve la libertad. TEMAS DEL AMBIENTE CRIOLLO

El interes mayor que a nuestro juicio tiene hoy ·d ia la obra de Caballero, aparte de SU historicidad, radica en los cuadros y pinceladas costumbristas que, como fon. dos de la naci6n, nos ofrecen algunas ideas sobre la vida en el Puerto Rico de mediados del siglo pasado. Segun hemos aptintado antes, este criollismo literario que cultiva ·el au tor de «La juega de gallos o El negro bozal» se fundamenta en la triple circunstancia puertorriquefta que parte de las respectivas realidades de! jibaro, del negro y del blanco acomodado cuya esfera de ac;ci6n ,s e dilata entre el campo y la ciudad.

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El tema de lo jibaro aparece tratado muy palida· mente por comparaci6n con el desarrollo · amplio )' efectivo que ha tenido antes en la obra de Alonso. Queda reducido su tratamiento a la breve escena quinta del acto primero, cuando se presenta el personaje secundario de «Sefio» o «fiO» Epifanio, el gallero de don Antolin Ramirez, a quien este ha llamado para preguntarle sobre la . condici6n de sus gallos. En el breve dialogo que se desarrolla, sefio Epifanio se expresa dentro de Ios moldes del habla campesina que ya conocemos en la Iiteratura puertorriquefia antes de Caballero, desde Ios poemas jibaros de intenci6n satirica, publicados an6nimatnente o bajo seud6nimos a partir · del surgimiento de la prensa peri6dica, pasando por las Coplas del Jibaro, de Cabrera, hasta el libro de Manuel A. Alonso. Se ·p uede notar en la conversaci6n del gallero que los sonidos consonanticos de r y l final de silaba se vocalizan en i: sefzoy, escaibando, cieito, menestey, ·sueite, ganay, soy 'sol', y que se dan tambien otros rasgos foneticos caracteristicos del lenguaje de nuestros campos y del habla· popular urbana: fzamaoa, pataas, afamao, agora, pa. Emplea este, ademas, tales palabras de sabor rustico ~omo boidonua, compae, y en relaci6n con el deporte de los gallos : tiros volaos, gallo rubio, gallo tostao. Maneja asimismo el per- sonaje mencionado otras formas de decir igualmeilte tfpicas de} habla jfbara·: «IlO Va vei Di ey Camino», «jpu un cabo· e jumaso lo aseguro!», «jQue gallo compae !. .. i Como Dios que se lo aimueiza», «Compae no me diga na !. . . No hay gallo que lo pique siempre esta como una boidonua». Fuera de estas apreciaciones de Io objetivo, casi nada mas deja entrever el autor sobre · las marieras particulares de ser y actuar de este personaje, al que antes, al ponerlo en escena, apenas si describe con Ia parca indicaci6n de que «sale con unas tijeras grandes en las manos y un .saco de gallo en el · hombro» 6, De mucho mas interes que · lo anterior, resulta ser el desenvolvimiento, en. Ja obra bajo estudio, de los diversos aspectos relativos al tenia del negro. Aunque se observa mayor amplitud qtie en el caso del jfuaro, tampoco profundiza Caballero en el tratamiento · de esta otra realidad, a Ia . que se acerca mas bien, leJos de la intenci6n. de seriedad, y como _ya antes al bregar con Io' campesino, con el evidente prop6sito de manejarla como mero recurso para mover a risas. EI lector modemo, empero, corrida la .cortina de buen humor que puso el comedi6grafo en primer piano, queda en posici6n de echar .u nas ojeadas, con una sensibilidad distinta, a un ambiente que reviste mucho interes humano y sobre el cual conocemos hoy relativamente muy poco en Puerto Rico: el mundo particular dentrc del cual se movia Ia vida cotidiana del esclavo de procedencia africana. En priiner termino, la ·comedia de Caballero resulta ser de gran valor como documento de informaci6n filol6gica en vista de las escasas noticias que teneinos hoy en concreto sobre la manera caracterlstica de hablar de los antiguos ~sclavos negros de Puerto Rico. Dos niveles distintos, ilustrativos de la expresi6n oral de los negros sometidos a la servidumbre forzosa 6

. Co~rese

esta presentaci6n somera del gallero con la descripci6n miis detallada del mismo personaje que hace de M. A . . Alonso en "La gallera", escena VII del iibro El Jibwro .

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en Ia Isla, aparecen en. contraste en la obra: de una parte, el habla de Nazaria - negra criolla, es decir, nacida en el pais, hija b nieta de africanos - , que se produce, sin mayores tropiezos, dentro de los moldes de la manifestaci6n coloquial ·del amo blanco; y de otra parte, el habla de-Jose - el negro bozal, es decir, traido directamente de Africa-, que se caracteriza por sus rasgos oscuros e imperfectos, por la desfiguraci6n de los sonidos, la confusi6n del genero y el numero y el retorcimiento de los enlaces y relaciones gramaticales del espafiol criollo, con el mantenimiento, ademas, de algunas palabras de origen africano 7. · Por otro lado, reconstruye la obra que consideramos determinadas situaciones alusiyas a la convivencia de blancos y negros. Podemos asi observar, por ejemplo; las formas de tratamiento de los esclavos para sus amos: mi amo, el amo 0 lamo, mi suamo SU merce y precedido al nombre de la persona, nifzo-a, sefzorito-a; y a la · inversa, los tratamientos de amos para esclavos, que· se r~ducfan, de no usar el nombre de pila, al sencillo vocativo negro-a. En momentos de ira, ·el amo. se dirige al esclavo en tono destemplado, con palabras bruscas: «I Negro del demonio !. .. lEse es el modo que tienes de hacer los oficios? ... Anda, quit~te de mi presencia. Te voy a vender para La ·Habana o mandarte otra vez para una hacienda para que tengas trabajo y te den mucho fuete que es' lo que tu mereces brib6n... » «Hablador infernal anda. ve.» «Demonios de negros que no . sirven mas que para calentarle. a lino Ia· sangre.» De frente a estos tratos y ail.danadas, cobra sentido vivo el ansia de emancipaci6n que alien tan y expresan · los dos negros que hablan en la comedia. · Resulta conmovedora la promesa qi.le hace Jose · a Nazaria, tratando de conquistarla, en el sentido de · que va a comprar su libertad con el producto de su trabajo s : «Yo ta trabaj ando, y ta juntando · dinero para .ti. .. "· Nazaria; en cambio, tiene otra idea de c6mo lib.ertarse, dejando entender, al expresarla, la · realidad de ·las inevitables relaciones . de tipo amoroso entre bl~cos y · negras: «lPiensas que yo voy a querer un negro tan feo como tu, cuando no faltan nifios blancos que me · esten hadendo sefias y no les digo que si, porque ·me · quiero guardar para uno que me de la libertad?». En el fondo de la acci6n, a traves del primer acto, y aunque un poco desdibujada, queda sugerida la brega diaria del negro esclavo en las fabores. de la cafia y ·del trapiche. Finalmente, una canci6n que can ta Jose al cerrarse dicho mismo acto, resume, junto a su pena de amor, sus miserias de negro esclavo : Nasaria, mio chinita, la pena me ta muriendo, y tu siempre ta riendo sin cuedate tu de mi. 7 Para notlclaa mrui amplias sobre la mimera particular de . expresarse los esclavos negros de Puerto Rico, en tlempos pasados, vease el estudio de M. Alvarez Nazario, "Notas sabre el habla del negro en Puerto Rico durante el slglo . XIX", Revista del Instituto de Cultura. Puerton-iqueiia., m'.un. 2, eneromarzo de 1959, basado en parte en materlales que aporta la comedia que ahora nos ocupa. 8 Acoglendose al recurso legal de la · "coartacl6n", que permltla al esclavo pagar su preclo al amo, reuniendo el dinero necesario, poco a poco, con trabajos adlclonales en sus horas y dfas de descanso.

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Yo te sembrara mai y furu te jasera, marimba te tocara pa tu tambieri divretf. i Ay ! tibiri corona inguaco, i ay ! tibiri, biri qui ne, i ay I tibiri qui negro fua ...

de branco que tan diabla. Como trite negro crabo que naci6 para ring6, nunca se quita nan so, .t rabajando como diablo. Mi su,amo siempre ta bravo y me garra . po nan pasa, y si no tengo padrino llueve · fuete ·que ma brasa. i Ay ! tibiri corona inguaco, i ay ! tibiri, biri qui ne, i ay ! tibiri qui rtegro fua ...

.d e branco que tan diabla. Yo no son negro nan casa, quf sori negro no conuco, mi suamo da con bejuco que toro me depedasa. Me da come calabasa con · Ia borra na cafe, y gracia que yo canse si no me quee sin come. i Ay ! tibiri corona inguaco, i ay ! tibiri, biri qui ne, i ay ! tibiri qui negro fua ...

que branco que tan diabla 9, Respecto del blanco acomodado, son diversos los aspectos de su vida que hallan eco en · la comedia bajo 9

Es muy poslble que Caballero recoglera estas coplas de Ia tradlcl6n oral y las retocara Ilgeramente aqui y alla, adap.tandolas a las circunstanclas de su trama, aunque, seg(in se puede notar, las que slguen al primer estrlblllo no guardan relacl6n dlrecta con Ia vlda de! personaje J ose, qulen era, preclsamente contrarlo a lo que se dice en Ia antepemiltlma copla, no un esclavo de campo ("negro no conuco"), slno de casa. Por otra · parte, etos toscos versos, vistos en relacl6n con otras composlcicm.es de pareclda faptura y tematlca - cgmo un poema-cancl6n compuesto en Ponce en 1830 en.

estudio. Al igual que en los casos, antes discutidos, del jibaro y del negro, se apoya el autor en determinadas peculiaridades del lenguaje ltablado con el prop6sito de recrear con mas fidelidad el medioambiente que sirve de marco a SU obra. Pone asi en labios de SUS personajes, aparte de algunas palabras de sabor criollo (chischibear 'c:coquetear?', hupanear 'bailar el hupanene', merenguear 'bailar el merepgu.e', bachillera 'mujer de locuacidad insolente', rom, 'peso' macuquino, bravo 'con coraje', etc.), ciertas frases y dichos que dan igualmente a la conversaci6n el 1I1.atiz expresivo de lo nuestro: « ... puede que ahora me atiendas y no estes tan caribe como antes .. . », « ... como el pobre [parece que) esta pidiendo la luz por sefias ... », «Asi como en el bello sexo hay ·su clase desgraciada, esto es, las . que comen pavo; tambien entre nosotros hay quien coma de este animal. ..·», «Un hombre pobre es capaz de apestar una .ciudad», «No esta la came en el garabato por falta de gato». Asimismo, los personajes de Caballero (y no precisamente ios que se supone sean menos cultos) emplean ciertos rasgos de fa lengua coloquial, faltos de pulimento, que todavia se oyen en el habla descuidada del pafs : «los enamorados tenemos buenas narices», «que hayan hombres semejantes en d mundo», «tu hicistes», «desen las manos». Como uso . lingilfstico hoy decadente y relegado mas bien a los honor ilel naclmiento de Ia futura Isabel II (recogldo en D escripci6n de las fiestas Teales en San 'Juan de Puerto Rico y o&.os pueblos de la Isla . en· 1830, San Juan, 1831) y una serle (le decimas con g!osa de "cuarteta lniclal (probablemente esci:ita en 1898) 'que ·a parece ctm..el num. 116 en Ia colecc16n de poesla folkl6rlca puertorriquefia de! · doctor J . Alden Mason, publlcada en The JouTnal of American FolkloTe, 1918, XXI, pags. 289-450 - evldenclan el cultivo· en Puerto Rico, en el pasado, de un ttpo de poesia popular, · .asoclada a la .mUslca y con t~a probabllldad tambien ·a1 balle, que, ademas de aprovechar algunos recursos ritmicos de procedencla negrolde, se expresaba en el Ienguaje afrohJspano de uso entre Ios esclavos, en cuyas vldas y sentlres es seguro que encontrara apoyo y sustancla tematlca. La doctora Marfa Cadilla de Martinez recoge otras composlclones fragmentarlas, hoy inintellgibles, que pudleran ser tamblen restos de este mismo cultlvo poetlco-muslcal a que nos referimos. (V. La po0Sla PoPulaT en Puerto Rico, Madrid, 1933, pags. 25-26.)

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campos, recoge nuestro autor el tratamiento de «usted» en la relaci6n de hijo a padre. La intenci6n de hacer resaltar lo criollo a traves del lenguaje tipico, llega ya a la exageraci6n, con evidente prop6sito de humor,· ,e n la declaraci6n amorosa de don Pantale6n:

, Senorita: mi amor hacia usted es un fuego; es como la boca de mis hornallas, cuando le meten mucha candela; el corazon me palpita cuando estoy a su lado, como el guarapo cuando estd hirviendo mucho en el tacho; mi imaginacion, cuando me acuerdo de usted, da mas vu~ltas que . un trapiche y mi espiritu, mds fuerte que un rom de cabeza, se encuentra hoy por usted abatido y sin fuerzas. · A prop6sito de esta misma senorita, brota en labios de Federico, en otro momento del cl.esarrollo · de la comedia, el comentario entusiasmado, exaltador de la belleza femenina regional: «Este suelo de Arecibo es privilegiado del Senor en muchachas bonitas; pero sobre todo: mi Rosita ...». · Varlas costumbres de la epoca 'encuentran manifestaci6n directa o indirecta en los acontecimientos de la obra, v. g.: almuerzo a las 10'30 de la mafiana, bail.es de mascaras, las chaperonas que acompafian a las j6venes en los bailes, bailes propios del momento, como el merengue, el hupanene 10, la redowa u, la contradanza ( que merece por parte del personaje . secundario Julian un comentario expresivo de complacencia patri6tica: «· .· .en m.e dio .. . del voluptuoso compas de nuestras irresistibles contradanzas ... »), costumbre de acompafiar por la noche los escl~vos a sus amas j6venes a los bailes, veladas, etc., pbrtando, para uso de aquellas a la salida, chales, paraguas, y para ·alumbrarse · el camino, faroles. Un dialogo que tiene lugar entre Federico y su amigo Julian, pone al descubierto una serie de criticas que ambos hacen a la sociedad elegante que concurre al baile que se celebra en el casino de Arecibo. . Los dos amigos hacen burla de las nifias feas que «se quedan. en sus sillas dos y tres contradanzas seguidas» «tan llenas de adornos de }os pies a la cabeza; y con .sus ccicas tan diformes», « ... por lo regular siempre [con] mucho calor, pues ... que se abanican con frecuencia ... »; de l~ madres, las unas que «DO piensan mas que a sus hijas las obsequien, que bailen con ellas, que les regalen dulces», las otras que «con los ojos no hacen 10 El liupa.nene debe de ser el ntlsmo baile que mencibna Pedre!ra con el nombre de una habanera, que identiflca tamb!en con el. merengue, 'Y en cuya lntroducclon en la Isla, hacla los comienzos de la cuarta decada de! XIX - agrega -, lntervinleron las bandas de mtlslca de los reglm1entos mllitares. (Vease A. S. Pedrelra, "El merengue", lnd:ice, 1929, I, num: 9, peg. 136.) En la obra de Caballero, en 'efecto, parecen tener un mlsmo sentido ambos verbos hupanelJil' y me-re:nga.r 0 merenguea.r. De la gran popularldad que Uego a alcanzar dlcha pleza bailable en . el Puerto Rico de mediados de! slglo pasado, puede ser testlmonlo la definiclon que se da en la mlsma comedla, a traves del personaje de Federico, de lo que es un balle: "La reunion de personas de ambos sexos que se retlnen en una casa, a hupanear el que sabe; y el que no ... " 11 Esta redowa. (tamblen redova.) que menclona Caballero, danza lntermedla .entre la polca y la rnazurca, puede agregarse a la llsta de balles que, seglin Alonso; "recorren la Europa con alguna aceptacion, llegan tambien a la Isla y duran poco o mucho seglin el gusto con que son reclbldos; as! hemos visto en unos cuantos afios la 'G alop, la Mazurka, el Brltano, el Cotillon, la Polka, etc.'' (Vease M. A. Alonso, "Ba!les de Puerto Rico", escena V de El Jib11ro.)

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mas que seguir los movimientos de estas y no quieren verlas divertir-mucho»; de los hombres feos con quienes la naturaleza «ha sido madtasta [sic]», de «pesti~ fero aliento», «hablar insulso», pies torpes para el baile; de las tias y hermanas mayores, «que no tienen hijas que guardar ni querido que las obsequie», que «todo lo observan, todo lo inspeccionan, tienen la imaginaci6n despejada para ver todo lo que pasa a su · rededor y critican a su gusto»; de las personas que «nunca contribuyen para ningt'.tn baile, pero sin embargo no faltan a ellos». En Ultimo lugar, hacemos referenda a un parlamento de Rosita que permite formarse idea hoy dia a grandes rasgos ( descartando las posibles exageraciones) sobre ciertos aspectos y situaciones en la vida de la mujer puertorriquefia fie posici6n social desahogada durante el siglo XIX. Con sus palabras, Rosita trata de hacer ver a su padre la repugnancia que le producen his pretensiones matrimoniales de don Pantaleon :

j]esU5! ... que estard siempre tan hediondo a · mosto ... que por economizar mayordomo, el mismo estd con los negros. j Me tendrd todo el .dia metida en casa, expuesta a ·que me muera de tristeza! ... Y luego con aquellas manos tan ordinarias ... i Dios mio! iSerd posible, papd, que asi me quiera usted emplear tan mal? iPara que se ha sacrificado usted entonces en darme una educacion esmerada? iPara· qul me ha hecho aprender ·el piano, el trances, el dibujo? iPara que, si he de tener que renunciar a todo despues que me case? Pues el no qiterrti que siga estudiando, sino que me .ocupe en coser camisas de coleta para los negros, desgranar maiz por la noche, .. PROCEDIMIENTO DRAMATICO

Ram6n C. F. Caballero hace · su comedia siguiendo en espirtu la misma trayectoria que marcaron en Espana los dos ·grandes defensores y recreadores del teatro nacional en la segunda mi tad del siglo XVIII: Vicente · Garda de la Huerta y Ram6n de la Cruz. De ambos pudo haberle venido el interes por temas y sentimientos patrios como obligados puntos de partida en la elabo. raci6n dramatica; del segundo, en particular, parece recoger el cultivo de la obra · 't eatral corta, de liviana sustancia, asi como la intenci6n pintoresquista con que capta ·1a manera propia de ser y actuar de personajes pertenecientes · a los diferentes niveles sociales de su tiempo, y la chispa festiva con que enciend~ las situaciones que crea. Por otro lado, puede pensarse, ademas, que en el prop6sito de nuestro comedi6grafo . de . hacer obra literaria criolla haya pesado la reafirmaci6n del sentimiento de patria propio de1 ·momento romantico en que le corresponde vivir, y ,asimismo, como ya se ha dicho antes, el ejemplo de otros litera.tos del pafs que por entonces reflejan en SUS escritos los perfiles caracteristicos de lo puertorriqueno 12. · 12

Un dato de hlstorla literarla puertorrlqueiia es pr~clso tener · - aslmisrno en cuenta, al tratar de expllcarnos los estimulos . que pudieron haber obrado sobre Caballero para llevarle a realizar obra dramatlca de factura criolla: la aparici6n hacia 1811 en nuestro medlo de lo que ta! \rez fuera el primer lntento de teatro puertorrlquefio - atribuld'o sin seguridad a Tomas de Cordova o a Juan Evangellsta Zuazo o a Celedonio Luis Nebot, y hoy conocldo, en al.gunos fragmentos, gra-


) (I

La comedia de Caballero esta escrita en prosa, dividida en dos actos relativamente breves : el primero con quince escenas, terminando en las coplas que canta el negro Jose; el segundo, con doce . .La acci6n, bifurcada (de acuerdo con lo que quiere sefialar el titulo de la obra) entre la · trama principal (relativa a los amores de Rosita y Federico) y una subtrama (en torno a las pretensiones de Jose respecto de Nazaria), sin · que exista entre la una y la otra verdadero enlace, ·se desenvuelve en el termino de un dia y su noche. Las escenas de!° primer acto pasan, durante el dia, en la . sala de la casa de don Antolin Ramirez; las del segundo acto, durante la noche, en una pieza del casino de Arecibo. El dialogo, aunque participa de cierta viveza, r:.o alcanza a hincar rakes en la autentica esencia de lo:s · personajes que se ponen en escena, que, por 10 tanto, en la medida que los delinean sus propias palabras, nos resultan ser recreaciones convencionales, de palida materia humana, que no logran dar la talla de entes de verdad portadores de una compleja naturaleza interna. Las pocas veces .que el autor aparenta querer · ahondar en el intimismo de sus personajes (en los casos dH negro Jose, de Nazaria, y tal vez de sefio Epifanio y de don :rantale6n) su voluntad ·de hacer se pierde por los desvios (mas de su dominio) de lo pintoresco objetivo, de lo c6mico · externo, de la caricatura. El tiempo acelerado de la acci6n resta .el necesario sostenimiento dramatico a los problemas que sirven de centro y eje de la trama y subtrama que a la postre desembocan precipitadamente en soluciones faciles y candidas.

LENGUAJE

El manejo del lenguaje no acusa meritos apreciables fuera de los logros expresivos que el autor alcanza con el empleo del habla de sabor tipico, ya antes analizada. Alguna que otra manifestaci6n de tono mas elevado (v; g.: «(Ni estos seres [los esclavosJ estan libres de Ian punzantes flechas del dios Cupido?», «Voy a encontrar a mi Filis») asoma. con ijiuy poca frecuencia _en el conjunto de la prosa normal y comun que emplea nuestro escritor, La fluidez y desenvoltura que son de advertir en el manejo lingi,iistico general de Caballero tienen, empero, un contrapeso negativo en la infinidad de errores y vacilaciones ortograficas, de bulto mayor en .su mayoria (y no siempre justificables a la luz ·de las normas de escritura vigentes un siglo atras),'· que . aparecen a traves de toda la obra. Hemos tornado nota, entre otros muchos, de los siguientes casos: economtsar, mais, sdngano, apacionado, azalariar, iluciones, vacilaci6n continua entre ·1as grafias Nazaria y Nasaria, pabo, bolteo, chm1acano, aprop6sito, madrasta, filis, cupido, etc. Nci incluimos entre estas incorrecciones · otros rasgos de la lengua coloquial de.s cuidada trasladados a Io grAfico (de los que hacemos menci6n mas arriba) y cuyo empleo por parte de este autor, si bien pudo obedecer a. des• cuido o a insuficiencia de cultura lingilistica, pueden interpretarse tambien, haciendo mas favor al comedi6grafo, como surgidos de su empefio de lograr una' ma-. yor fidelidad en la presentaci6n de los personajes.

. . . . . obra antes c!tada, ·pags. 13-25) -, ·una especie de comedia de enredos cuya acci6n ocurre en la Isla, aunque, fuera de cias tambien a lnvestigaciones de E. J . Pasarell (vease su· la mencion de paso y un tantp coma forzada, sin autentica justiflcaci6n, del nombre de Puerto Rico, como fondo del acontecer dramatlco, hay que admitlr que no aparece ningunl\ otra indicaci6n, en las fragmentos que conocemos, que ambienten, dentro de nuestras partlculares Iineas nativistas, la · esencia y acci6n planteadas en la obra mencionada .

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Peri6dico manuscrito "El Sombrero""

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ARTE ESl'ECIALMENTE

INTERESANTE DE

LA , EXPOSICI6N

Grtifica de Puerto Rico, abierta en nuestras salas el 21 de noviembre de 1958, la constituy6 fa exhibici6n de un numero de dibujos de Jose Manuel Loira y Rosales, artista periodista gallego que en Puerto Rico vivi6 y tra-

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baj6 °en el ultimo tercio del siglo pasado y primeros afios del presente, y de esta tierra hizo su segunda patria. ¡ Colaborador de Puerto Rico Ilustrado para 1886; administrador de la Ilustraci6n Puertorriquefia en 1892; poeta y editor de la antologfa de poesias Guirnalda Puer-


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torriqueiia (1&74); fue Loira uno de los principales redactores -y por algUn. tiempo director - del peri6dico uniejemplar y manuscrito El Sombrero, cuyos numeros circularon de mano .en mano en el pueblo de Vega Alta, de abril a noviembre de 1877. Este peri6dico «impolitico, satirico, caricaturesco y de noticias», Io ilustraba Loira a tinta y color con dibujos de alta calidad grcifi.ca que hoy constituyen pintoresco testimonio de Ia moda, las costumbres, los acontecimientos politicos y sucesos locales de Ia epoca.

El. Sombrero, aunque ciertamtmte «impolitico» en el sentido de no partidista, fue 6rgano de critica social frecuente e incisiva. Tanto sus escritos como sus dibujos destacaron con rasgos jocosos y a veces mordaces Ios males de la epoca y las calamid.a des que sufria el · pueblo. Los dibujos que en esta pagina reproducimos figura· ron en Ia exposici6n junto con otros igual~ente procedentes de la colecci6n encuadernada de El Sombrero que posee el Institut0 de Cultura.


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Exposici6n de Rafael Tufiiio

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L DfA

13 DE FBBRERO SE ABRIO AL PUBLICO LA EXPOSICION

de Dibujos, Grabados y Pinturas de Rafael Tufifio, en la Sala del Instituto de Cultura Puertorriquefia. La obra de Rafael Tufifio, uno de nuestros mas connotados artisfas, es ejemplo de las cualidades que caracterizan la vt.rdadera tradici6n pict6rica: reflejo del ambiente y cultura, junto a una ejecuci6n de gran oficio y honda preocupaci6n plastica. 路 Tufifio comenz6 sus estudios con el conocido dibujante espafiol Alejandro Sanchez Felipe, en San Juan, y a este artista debe su formaci6n en la disciplina que constituye la gramatica del arte pict6rico, Trabaj6 y aprendi6 el oficio de rotulista en el taller de Juan Rosado en Puerta de Tierra, taller que ha sido cuna de otros artistas puertorriquefios que hoy son路 tambien disefiado路 res e impresores de carteles. Despues de la segunda guerra mundial Tufifio march6 a Mejico, donde estudi6 bajo la direcci6n de los maestros Alfredo Zalce, Jose Chavez Morado, Antonio Rodriguez Luna y Castro Pacheco.

A su regreso a Puerto Rico en el 1950, Tufifio colabora en la fundaci6n del Centro de Arte Puertorriquefio. Poco mas tarde, ingresa en el Taller de Graficas de la Division de Educaci6n de la .Comunidad que dirige actualmente. ' 路 Tufifio ha recibido varios premios, y en el 1956 le fue otorgada una beca Guggenheim. Ha participado en numerosas exposiciones de grupo en Puerto Rico, y en el extranjero ha expuesto, entre otros lugares, en Amsterdam y Rotterdam, en el Museo Riverside de Nueva York; en la Union Panamericana, en Washington y en la Primera Bienal de Pintura y Grabado de Mexico. La Biblioteca del Congreso de Estados Unidos y el Museo Metropolitano de Nueva York, han adquirido algunos de sus grabados para sus colecciones permanentes. La obra de Tutino, de marcada personalidad y fuerza, le destaca coma artista de su pueblo y coma genuino valor de la plastica puertorriquefia.


LUIS PALES MATOS, uno de los principales creadores de la poesia afroantillana, falleci6 en San Juan el 23 de febrero de 1959. Habia nacido en Guayama en el afio . 1898. En su muerte, que cubre de luto nuestras letras, el Instituto de Cultura Puertorriquefia le dedica este numero ' de SU Revista, incluyendo en el algunos poemas suyos y trabajos de otros autores sobre su obra. El lnstituto publicara pr6ximamente el cuademo PoEsfA DE Luis PAI.Es MATOS, ilustrado por Rafael Tufifio, y que ya estaba en prensa cuando ocurri6 el deceso del poeta.


·TRES POEMA-S . DE ,

PALES MATOS (1898 ~ 1959)' .


MAJESTAD NEGRA encendida calle antillana P Va laTembandumba de la Quimbamba OR

- Rumba, macumba, candombe, bambula Entre ¡dos filas de negras caras. Ante ella un congo - gongo y maraca Ritma una conga bomba que bamba. Culipandeando la Reina avanza, Y de su inmensa grupa resbalan Meneos cachondos que el congo cuaja En rios de azl'.tcar y de melaza. Prieto trapiche de sensual zafra, El caderamen, masa con .masa, Exprime ritmos, suda que sangra, Y la molienda culmina en danza. Por la encendida calle antillana Va tembandumba de la Quimbamba. Flor de T6rtola, rosa de Uganda, Por ti crepitan bombas y bambulas; Por ti en calendas desenfrenadas Quema la Antilla su sangre iianiga. Haiti te ofrece sus calabazas; Fogosos rones te da Jamaica; ' Cuba te dice: dale,I mulata. Y Puerto Rico: melao, melamba. Sus, mis ¡ cocolos de negras caras. Tronad, ¡tambores; vibrad, maracas. Por la encendida calle antillana - Rumba, macumba, candombe, bambula Va Tembandumba de la .Quimbamba.


DANZA NEGRA y bambll. C alab6 BambU y calab6. El Gran Cocoroco dice: tu-cu-tu. La Gran Cocoroca dice: tcrco-t6. Es el sol de hierro que arde en Tombuctu. Es la danza negra de Fernando P6o. El cerdo en el fango grufie: pru-pru-pru. El sapo en la charca suefia: crcrcr0-cr6. Calab6 y bambU. BambU y calab6. Rompen los junjunes en furiosa u. Los gongos trepidan con profunda 6. Es la raza negra que ondulando va En 路 el ritmo gordo del mariyanda. . Llegan los botucos a la fiesta ya. Danza que te danza la negra se da, Calab6 y bambu. Bambu y calab6. El Gran Cocoroco dice: tll-cu-tu. La Gran Cocoroca路 dice: to-co-t6. Pasan tierras rojas, islas de betun: Haiti, Martinica, Congo,路 Camerun; Las papiamentosas antillas del ron Y las patualesas islas del volcan, Que en grave son ~l canto de dan. Calab6 y bambu. Bambll y calab6. Es el sol de hierro que arde en TombuCtu. Es la danza negra de Fernando P6o. EI alma afrlcana que vibrando esta En el ritmo gordo del mariyanda. 路 Calab6 y bambll. Bambll y calab6. El Gran Cocoroco dice : tu-cu-tu. La Gran Cocoroca dice: to-co-t6.

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PUERTA AL TIEMPO EN TRES VOCES I

podre yo asirte. columbrar tu imagen, la imagen de tu imagen reflejada muy alla de ¡la musica-poesfa, muy atras de los cuentos sin palabras.

t~asfondo de un sueiio la escapada D Fili-Mele. La fluida cabellera EL

fronda crece, de abejas enjambrada; el tronco - desnudez cristalizada es desnudez en luz tan desnudada que al mirarlo se mira la mirada.

Mis palabras, mis sombras de palabras, a ti, en la punta de sus pies aupadas. Mis deseos, mis galgos de deseos, a ti, ahilados, transllicidos espectros. Yo, evaporado, diluido, roto; abierta red en el sin fin sin fondo ... Tu, por ninguna parte de la nada, i que escondite, cuan al ta!

Frutos hay, y la vena despertada Iatele azul y en el azul diluye su palida tintura derramada, por donde todo hacia la muerte fluye . en huida tan lueiie y sosegada que nada en ella en apariencia huye.

III

Fili-Mele, Fili-Mele, c:hacia d6nde tu, si no hay tiempo para recogerte ni espacio donde puedas coritenerte? Fili, la inaprehensible ya atrapada; Mele, numen y esencia de la i;nuerte.

En lo fugaz, en lo que ya no exfste cuando se piensa, y apenas deja de pensarse cobra existencia ; en lo que si se nombra se destruye, catedral de ceniza, arbol de niebla ... (Como subir tu rama? (Como tocar tu puerta?

Y ahora, c:a que trasmundo perseguida seras, si es que eres? (Para que ribera huye tu blanca vela distendida sobre mares oleados de quimeras?

Pienso, Fili-Mele, que en el buscarte ya te estoy encontrando, y te vuelvo a perder en el oleaje donde a cincel de espumas te has formado. Pienso que de tu pena hasta la mia se tiende un puente de armonioso llanto, tan quebradizo y fragil que en la sombra s6lo puede el silencio atravesarlo. Un gesto, una mirada, bastarian a fallar sus estribos de aire amargo como .al modo de Weber, que en la noche nos da, cisne teut6n, SU ultimo canto.

II

En sombra de sentido de palabras, fantasmas de palabras; en el susto que toma a las palabras cuando con' leve, slibita pisada, las roza el halo del fulgor del alma. - Rasgo de ala en el agua; ritmo intentado que ' no logra acorde, abortada emoci6n coh'ibida de habla -. En el silencio tan cercano al grito que recorre las noches estrelladas, y mas lo v.emos que lo oimos, y casi . le palpamos la .sustancia ; o en el silencio piano y amarillo de las ' desiertas playas, batiendo el mar en su tarnbor de arena salado. puiio de ola y alga,

Canto final donde la acci6n frustrada abre al tiempo una puerta sostenida en tres voces que esperan tu llegada ; tu llegada, aunque se que eres perdida ... Perdida y ya por siempre conquistada, fiel fugada Fili-Mele-Abolida.

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) I


Lo que no fue Pales Por

C sobre Luis Pales Matos, desde el momenta ·tragico REO QUE NINGUN

PUERTORRIQUENO

HA

ESCRITO TANTO

· en el que el telefono me comunico su repentina muerte, como yo. He Ieido, ademas, todo lo que se ha escrito sobre Pales, antes y despues de su muerte. Ahora, al concentrar para escribir, al rajatablas del diarismo, esta nota sobre el amigo bien querido y el gran poeta cuya muerte nos duele en el corazon y nos llena de luto las Ietras, he pensado hasta donde Pales no fue Io que pudo haber sido, y no se nos ha ocurrido todavia sefialarlo. Su puesto en las Ietras hispanicas modernas nadie se Io discutira. Es, en Puerto Rico, uno de los maximos de Ia ascension poetica en el desarrollo de nuestra literatura. Es el primer poeta de su generacion. Es uno de los mayores representantes del postmodernismo, en todo el orbe de habla espafiola. No hay, despues de Ruben Dario, quien Io supere en su capacidad de orquestacion. Es uno de Ios iniciadores de Ia poesia afroantillana; y tambien, jun to al cubano Nicolas Guillen, uno de su~ dos mejores. cultores. Nada hay'igual, en el neorromanticismo hispanoamericano, al ciclo poetico de Ia Fili-Mele. Su poesia tiene claridad y horidura. Su arte es cuidadoso y esplendido. No ha habido en Puerto ·Rico poeta mas cuidadoso de su Ienguaje y de su verso que Luis Pales Matos. Todo poeta tiene publicados versos que no quisiera haber dado a la luz publica. Este no es el caso de Pales. Su produccion es relativamente escasa. Publica de vez en cuando. Lo suyo que ve Ia luz, es siempre bueno. Des-

JUAN ANTONIO CoRRETJER

cuentese Io que de legitimo orgullo haya habido ·en tanto pundonor artistico. Dentro, mas adentro, esta una conciencia patriotica activa, consciente de sf misma, que en Ia condicion politica de Puert9 Rico se hace · conciencia de _frontera. La conciencia lingiiistica de . Luis Pales Matos es uno de nuestros hondo~, a1tivo1> y efica· ces «no» al imperialismo cultural q\l_e no no~ da tregua. Su patriotismo, que .no tiene militancia politica, se expresa asi en este cuidado de la precision lingiiistica, de Ia riqueza idiomatica, del esplendor robusto y deslumbrante del ,metro y de la nma. A veces, sale SU rebelion . · , p()r el respiradero de up.a elocuente ironia.' . Todo lo que fue, pues, Luis Pales Matos poeta. Menos lo que pudo haber sido y no fue. Su riqueza de virtu. des poeticas debio hallar resumen en una poesia popular, de ancha y ardiente combatividad. En una ·poetica nacional y revolucionaria, hermana de la que Nicolas Guillen le ha dado a su Cuba. (Por que raz6n no se Ia dio Pales al pueblo a que amo tanto? Encuentro la explicacion . en su grupo generacional. Nacio a destiempo, y, para colmo de males, fue nifio precoz. Asimil6 todo el derrotismo tie su promocion generacional. Y Io asimilo cuando era un nifio. Si su iniciacion literaria hubiera correspondido con el renacimiento nacional de los afios de 1930, esa habria sido la corona de su obra. Pero llego a ·estos afios ya .poeticamente maduro, roto su corazori por el derrotismo que siguio a la muerte de De Diego y a la liquidacion del independentismo unio· nista. Lamentemoslo. · ·

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Guayama en la poesia de Luis Pales Matos Por MARGOT

Rico, EL DE SU GUAYAMA NATAL simpre presente en la poesia de Luis Pales Matos; en toda su poesfa .. ., incluso en la negra. Basta leer con atenci6n sus obras completas, en la edici6n reciente y muy cuidadosa de don Federico de Onis 1, para descubrir la constante huella de Puerto Rico desde los primeros balbuceos adolescentes hasta los maduros, densos poemas de los ultimos afios. Puerto Rico se nos muestra alli bajo en muchas y diversas formas. Unas veces, es el motivo central de inspiraci6n; otras, tel6n de fondo del lirismo; a menudo, mero detalle decorativo; y siempre; acicate de la creaci6n poetica, perspectiva que nunca se abandona. Podemos captarlo en la visi6n fugaz de un paisaje o de un objeto cualquiera; en el canto sensual de una negra tjue se extiende «como una clara atm6sfera de dicha bajo la sombra de los cocoteros,;; en la evocada frase de una melodia escuchada en la nifiez; en algunas expresiones particulares· de! habla local, habilmente intercaladas aqui 0 alla en el decir poetico, aligerando con vivaces intlexiones el trabajado cultismo del estilo. · Como todos los sensuales y sentimentales, Pales apenas puede sustraerse a las cosas inmediatas. Ellas nutren SU Vida sensitiva y son el punto de arranque de sus experiencias espirituales. Se siente ligado a ellas por lazos sutiles de sentimiento, de habitos que ya son segunda naturaleza. Constituyen una suerte de atm6sfera, esa «circunstancia» de que habla Ortega y que, en Pales, tiene una fuerza siempre operante y siempre decisiva. Aunque estos versos dan muchas veces la impresi6n de que el poeta era un desarraigado, impaciente por escapar a reinos de su fantasia, sabemos que nunca quiso salir de su tierra por mucho tiempo: s6lo un breve via.ie a Nueva York y varios proyectos abandonados a ultima hora cuando estaban a punto de realizarse. Como persona, era Pales y se sentia, muy puertorriquefio; tenia nuestro «aire» que imprimia a su es tam pa fisica su peculiar dinamica: aquel desalifio indiferente, aquellos ademanes lentos, un poco pesados, aquel sonreir entremezclado de iroJ)ia y bondad; y tambien ma-

E esta

L RECUERDO DE PUERTO

Luis Pales Matos. Poesfo, 1915-1956. Introduccion por Federico de Onfs. Unlversldad de Puerto Rico, 1957, 305 p .

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ARCE

DE VAZQUEZ

tizaba su temperamento y modo de ser: sensualidad templada por el sentimentalismo, impetu de acci6n e ideal pautados y como detenidos por el desgano de la voluntad indecisa, acaso por un profundo e interior despego de los bienes temporales; o por aquella desilusi6n que le nacia del desajuste entre su vida cotidiaha aparcnte y el riquisimo mundo de sus musaraiias interiores. Vivia ·como sumergido a medias en el ensueiio, ensimismado, abstraido en aquellas, sus largas horas de caminar solitario por el puerto o de hundirse hasta la madrugada en alglin banco de vieja plaza. Pero salia a veces de estas galenas y recovecos interiores y se encaraba lucidamente con la realidad actual de su pueblo sin falsearla ni mixtificarla. Por momentos, atlora a sus versos de su ideologia: preocupaciones politicas y sociales revestidas de la tun'ica ardiente de la ironia o puestas al desnudo con el fuerte y desdibujado trazo de la caricatura. Habia ·pensado en Puerto Rico; habia juzgado su situaci6n hist6rica; tenia su opini6n; le dolia esa situaci6n en el hond6n de su conciencia. Ciertos pasajes lo descubren con palabras malhumoradas, cortantes, de calidad estetica dudosa porque, ta! vez; no podia convertir en Iiteratura lo que le importaba tanto.

"Tierra de hambres y saqueos )' de poet as azucareros ... Antilla, perfumada que arrastra stl estomago vacio sobre el agua. Jaula de loros tropicales politiqueando entre los drboles. i Pobre isla donde yo he· nacido ! El yanqui bull-dog negro, te roe entre sus patas como un hueso. Bocetos impresionistas, V, paginas 158-159

cY

Puerto Rico? Mi isla ardiente para ti todo ha terminado. En el yermo de un continente, Puerto Rico, lugubremente bala como cabro estofado. Preludio en boricua, pagina, 215, vss. ·41-45.


En Canci6n festiva para ser llorada, cuyo mismo titulo denuncia una visi6n semigrotesca de las Antillas, la caracterizaci6n de nuestra patria - Puerto Rico, bu. rundanga 2 - es quiza la mas intimamente negativa · sin duda la mas dolorosa. , Pero esta vision se dulcifica y abre caminos a la esperartza en cuanto el amor prevalece sobre el examen critico de la realidad y presta al espiritu la amplitud de su libertad creadora. En los versos finales de MulataAntilla, los de la versi6n mas reciente, el poeta vislumbra un futuro de uni6n antillana, de lucha y resistencia, de libertad, de renovaci6n perenne, y crea el mito poetico de la Antilla-Ave Fenix, como ya Gabriela Mistral lo habia anticipado en Mar Caribe,

sobre el mar de Colon, aupadas todas, sabre el Caribe mar, todas unidas, sofzando y padeciendo y forcejeando contra pestes, ciclones y codicias, y muriendose un poco por la noche, y otra vez a ·la aurora, redivivas, porque eres tu, Mulata de los tr6picos, la libertad cantando en mis Antillas. Pagina 260, vss. 66-74. Podriamos enumerar los poemas palesianos de tema puertorriqueiio desde Azaleas en 1915 hasta el presente. Son un total de veintitres piezas dispersas por todos los libros. Dentro del conjunto de ciento cuatro poemas alcanzan una elevada proporci6n que desmiente de modo categ6rico a quienes tacharon la poesia de Pales de no tener vinculaciones con la realidad puertorriqueiia. La mayor parte de esos poemas se inspiran en Guayama. Recrean poeticamente los recuerdos de la infancia y Ia adolescencia vividas ' en este ambiente claro soleado y apacible. El poeta del Tr6pico Negro, el qu~ tambien canta con nostalgia, Ia· helada y espectral bellez~ de las tierras boreales, amaba mucho Io propio: tenia sus raices bien prendidas a su solar nativo. Y si es muy cierto que desde Ia vision profundamente sentida del ambiente local, se Ianza a crear otras realidades poeticas, tambien lo es que siempre, de alguna manera u otra, los lugares imaginados conservan alguna atadura latente con el paisaje del terrufio. Don Fedenco de Onis considera que en este hecho radican la unidad y la originalidad de Ia poesia de Pales; que por este hecho su voz posee acento propio, y a el debe en gran medida su difusi6n y validez universal. Las poesias anteriores al Tuntun, y especialmente las del libro Canciones de la vida media, publicado en 1925, se refieren mas directamente a los motivos guayameses: el paisaje campestre o pueblerino; los aspectos vulgares de la vida urbana, los tipos humanos - pequeiios burgueses de existencia mon6tona y rutinaria -, los animales domesticos, los trajines del puerto ... , el olor a brea que invade la aromada paz de Arroyo. Mas adelante, Ia presencia de la ciudad natal se va borrando poco a poco de los versos hasta desaparecer ; pero el hueco que deja su ausencia se colma con alusiones rapidas, con pequeiias raicillas por donde fluye constante esta savia maternal y purificadora. Y ese amor al solar nativo posee igual elocuencia en uno u otro caso: pre-

2 Paginas 252-57, vss. 3, 34, 71, 110, 113.

sente o ausente, Guayama sera para Pales, fortil vena de canto. Podria decirle,· como a Fili-Mele,

Eras en m i, dentro de mi, presencia vital de amor que el alma sostenia, y para mi, fuera de mi, en ausencia, raz6n del ser y el existir: poesia. La busqueda asesina, pag. 297, vss. 32-35. El prestigio de lo ex6tico y lo lejano que salva del tedio e invita a la vida libre y aventurera, no seduce al poeta hasta el punto de arrastrarlo a la negaci6n o el desprecio de lo propio. Alguna vez ha aconsejado.

No adulteres el mosto que hierve en tus lagares con esencias extrafzas, y asi te dard un vino sencillo p('.ro puro, porque es vino de casa. · Canciones de la vida media, pag. 111, vss. S-8. con palabras que esclarecen mucho el verdadero ·sen· tido de su poesia y el de su concepci6n del mundo: ese ideal de pureza y autenticidad, resorte sicol6gico de toda su creacion lirica. Pales es, ante todo, un poeta descriptivo. Describe lo que tiene delante de los ojos, los objetos materia· les que aprehende sensorialmente; tambien trabaja sobre recuerdos y los evoca actualizandolos. En muchos casos, la realidad exterior refleja como en la luna de un espejo el mundo intimo, «las cavernas donde acechan Ios monstruos del hastio» y una at· m6sfera agria y densa se proyecta sobre las cosas. Otras veces, ere-a paisajes imaginarios, entrevistos borrosamente en sus sueiios y lecturas. Son criaturas de su fantasia que satisfacen su necesidad romantica de evadir el tedio y vulgari'dad de Ia vida, su apetito de libertad sin trabas. Estosi paisajes corresponden al exotismo de Ios modernistaS y a influencias Iiterarias de Lugones y Herrera Reissig. Alguna vez recuerdan la tembloros\· y honda emoci6n temporal de Antonio Machado. Pero las visiones de Quayama tienen otro origen; palpita en ellas la nostalgia de un estilo de vida sencillo y natural. Y aunque el poeta se burle de aquel «hombrecillo turbio de reseca figura», o del «alealde adiposo» o de «las pobres gentes que se morian de nada», en realidad siente profunda simpatfa por ellos y una ternura soterrada se le escapa timidamente por Ios resquicios de la caricatura. Quayama es para el poeta la vida pura e ingenua de Ia aldea contrapuesta a la vida viciosa de las grandes ciudades. Para el civiIizado e hipersensibilizado Pales, cansado · del turbio y engaiioso aire de las urbes, Guayama es un remanso de paz; agua Iustral que le devolvera pureza e ino· cencia.

iOh, esa paz! iC6mo mi alma en esta hora va hacia el luefze paisaje de la aldea, y ambula par sus calles y rincones en mangas de camisa, y alpargatas ! i Ay, se fue la aldeana ! pag. 181, VSS. 39-42.

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Esta .pureza, esta sencillez despiertan en el poeta un anhelo de comuni6n amorosa con el Cosmos. Desea confundirse «Una bestia simple o un insecto cualquiera»: «la cabra que ramonea arisca por el yermo», el «Caballo quieto bajo Ia lluvia», «el asno tumbado en la resolana de la plaza», porque capta el hondo sentido religioso cie la mansedumbre de los animales, de su instintiva sumisi6n al orden c6smico, y reconoce tacitamente que solo el hombre puede cfuebrar esa armonia con las notas desgarradas de su rebeldfa e insatisfaccion. La tecnica artistica de estos paisajes y evocaciones es la misma siempre: un desfile de cosas reales o inventadas, un calidoscopio de imagenes originales, de impresiones sensoriales fuertes y sugestivas - que surgen al conjuro de una sensacion, de un hombre, o de un verso repetido - y un lenguaje impregnado a ratos de intenciones derogativas, a ratos templado y suavi.. zado por una delicada ironia sentimental. El poeta nos ha legado en su obra una visio~ objetiva de Guayama, de su campifia, de sus tipos, de su ambiente fisico ·y espiritual; vision luminosa, estilizada, de gran precision y belleza. Y otra vision subjetiva, que transforma e's a · 'realidad en verdadero paisaje interior. El -alma del poeta se funde con el ambiente de su tierra proyectando sabre el su intima aridez, su cansancio, su tedio; las cosas extl;!rnas se sumen en «un submarino claror» y adquieren la . turbia coloracion del cristal con que se miran. De este segundo modo de transfigurar Ia realidad, Topografia es singular ejemplo, admirable realizacion de arte, tan digna - o acaso mas digna - que Danza negra de figurar en paginas de antologfa. Todo se suma para lograr su perfeccion: el ritmo aspero, recortado, que tan justamente traduce el estado. sicologico; la cuidadosa seleccion y plasticidad de los epitetos, el tono de melancolia desgarrada; pero sabre todo, jesa fusion del tiempo interior del poeta - de su historia - con el espacio inerte, con la tierra desolada y seca ! La indestructible unidad de la categoria espacio-tiempo es vivida, intuida y captada por el poeta dentro del intenso tempo ideal del poema, dentro de SU breve ambito.

Esta es la tierra esteril y madrastra en donde brota el cacto. Salitral blanquecino que atrqviesa roto {le sed el pdjaro; con marismas resecas espaciadas a extensos intervalos, y un cielo fijo, inalterable y mudo, cubriendo todo el dmbito.

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El sol calienta en las marismas rojas el agua coma un caldo, y arrarica al arenal caliginoso w1 brillo seco y dspero. La noche .cierra pronto y en el lugubre silencio rompe el sapo su grita de agua oculta que las sombras absorben coma tragos. Miedo. Desolaci6n. Asfixia. Toda duerme aqui sofocado bajo la linea muerta que recorta el ras rigido y firme de los campos. Algunas cabras amarillds medran en el rastrojo escaso, . y en la distancia un buey rumia 'su suefio turbio de soledad y de cansancio. Esta es la tierra esteril y madrastra. Cun de un tufo malsano de cosa descompuesta en la marisma por el fuego que baja de lo alto; f ermento tenebroso que en la noche arroja el fuego fatuo, y da esas largas formas fantasmales que se arrastran sin ruido sobre el pdramo. Esta es la tierra donde vine al mundo. -Mi infancia ha ramoneado como una cabra arisca por el yermo rencoroso y misdntropo -. Esta es toda mi historia: sal, aridez, cansancio, una vaga tristeza indefinible, una inm6vil fijeza de pantano, y un grito, alld en el fondo, coma un hongo terrible y obstinado, cuajdndose entre fofas carnaciones de inutiles deseos apagados. Los que aplican a la interpretacion literaria criterios realistas, diran: - i Pero esta no es la tierra de Guayama ! - En efecto, no lo es. 0, mejor dicho; Io es de un modo mas profundo. Conocemos otra Guayama, nueva, nunca vista, inedita: aquelia que Pales se ha apropiado apasionadamente hasta el punto de confundirla con el mismo Iatido de su propia sangre, con lo mas radical de su conciencia de artist.a y de hombre. Es su Guayama: cifra y simbolo del espiritu de su poeta, que tambien es su hijo y su fiel amante.


1 I

(Fragmento de una conferencia}

Una posihle explic.acion del ciclo negro en la poesia de Pales . Por GUSTAVO AGRAIT

POEMAS NEGROS LUIS PALES MATOS TUVIERON L OSparad6jica fortuna de ser la parte mas clivulgada DE

LA

y aplaudida de su obra, al mismo . tiempo de resultar la mas violentamente atacada por algunos. Los ataques, a mi juicio, fueron injustificados ademas de equivocados; la alabanza y clifusi6n, aunque perfectamente mered· das, estorban el conocimiento y aprecio de lo mas fino y logrado del arte poetico palesiano, que no tiene nada que ver con tuntunes, tambores, danzas o pieles negras ni de ningtin otro color. • Estas notas no tienen que ver nada con ninguno de esos dos extremos de la critica levantada por los ver· sos negros de Pales. Su prop6sito es defender la tesis de que · esos versos constituyen una poesia verdadera· mente sincera y entrafiada en vez de ser la moda o em· beleco superficial que algunos de sus detractores ima· ginaron. Los versos negros de Luis Pales, como la ma· yor parte de su producci6n, fue cosa muy enraizada en SU propio ser y nac'feron por imperativo de SU tempe· ramento. Luis Pales Matos, blanco, fino y civilizado, fue al mismo tiempo un desencantado de la civilizaci6n. No parecfa tener en mucho aprecio las exquisiteces que el hombre ha fabricado cuando las contrastaba con todo lo que no ha sido capaz de hacer. Parecia tener un pro· fundo y radical descontento del hombre que proyecta· ba hasta si mismo y lo llevaba al autodesprecio. La sofisteria que lo ha civilizado representa sobre lo vir· gen, lo primitivo, lo ancestral, lo pristino animal del ser humano no parecia contar con el endoso del Pales poeta ni del Pales hombre. Se transparenta en toda Sl' obra una amplia y vieja tristeza por todo lo que el horn· bre no ha podido llegar a ser y una constante preocu. paci6n por regresar a lo basico, lo ruclimentario, lo pri· mordial. Esta atormentada busqueda de lo esencial y elemental no prostituido explica, a mi modo de ver, una especie de zoofilia en Luis Pales que lo lleva a asociar · se a si mismo con las bajas formas de vida. Vamos a examinar algunos .e jemplos. He aqui unos versos de un viejo poema de Pales de una serie escrita en un sema· . nario ya desaparecido, Juan Bobo, con el tftulo de Dijo la voz... ·

jOh, esta tarde de vacas color rosa Me despierta un buey manso en el espiritu Y en una metempsicosis azul Me pone a comer yerba con las vacas ! Al final del poema afiade :

Rabi Jeschona, blanco nazareno, Yo soy buey manso y rubio, Nace otra vez que quiero echarte encima Y con inofensivo disimulo, Toda la paja que esta tarde nubil Lleva sobre sus hombros de crepusculo. Jeschona, soy tu buey; Y la voz dijo-Amen-. El jardin zool6gico palesiano es mas amplio, como se puede ver claramente en el poema Los Animales lnteriores que transcribo integramente por lo revelador que resulta:

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<Jon tu espiritu lleno de viscoso y oscuro Humor, alza los ojos para este dia puro, Y veras que inefable resplandor diligente Va aclarando tus sombras interiores y c6mo La lu;. te pone dgil, chispeador, transparente, Y te hace amar la vida con singular aplomo. Ese negro fermento, esa borra sombria, Esa linfa pesada, esa agua saturnal, Esa densa y sulfurea· atm6sfera mental, Tendrdn una ondulante gracia de manantial Bajo la cristalina sugestion de este dia. Y has de pensar entonces lo profundo que fuera Ser una bestia .simple o un insecto cualquiera .. . Y hundirte en un sentido elemental y abstruso, Y .oir un rodar de mundos, planetario y difuso, 0 tocado en tu vag·a conciencia musical Hacer musica bajo la imantacion astral.

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Entonces, mansamente, sabre el campo armonioso, Caerds en un espeso langor somnolentoso, Sofiando a pleno sol, bajo la luz bral{ia, Despertar convertido en asno al otro dia. II

Ese caballo estd dentro de mi; ese viejo Caballo, que la lluvia - mustio violin - alarga, I gual que sabre un lienzo crepuscular lo miro Proyectado hacfo el vago fondo de mi nostalgia~ Sus patas, sus orejas, el ensuefio difuso Que se ahonda en sus ojos con mudas perspe<;tivas; Toda esa mansedumbre derrengada y maltrecha, Ese sexo en silencio, esas crines caidas; Toda tiene una exangue repercusi6n interna; Que la lluvia con blandos bemoles acompafia .. . Y me veo un caballo, fantasmal y remoto, Alld en ima pluviosa lejanid. de alma. Esta zoofilia hace descender al poeta por la escala zool6gica hasta llegar a identificarse con los batracios, y con formas todavia mas elementales de vida. Nos dice en

EL POZO Mi alma es coma un pozo de agua sorda y profunda, En cuya paz solemne e imperturbable ruedan Los dlas, apagando sus rumores mundanos En la qi.t ietud que cuajan las oquedades muertas. Abaja el agua pone su claror de agonia: Irisaci6n morbosa que en las sombras fermenta, Linfas que se coagulan .e n largos limos negros Y exhalan esta exangue y azul fosforescencia. Mi alma es coma un pozo. El paisaje dormido, Turbiamente en el agua se forma y se dispersa, Y abajo, en lo mds hondo, hace tal vez mil afios, Una rana misdntropa y agazapada suefia. .

.:4 veces al influjo lejano de la luna El pozo adquiere un vago prestigio de leyenda: Se oye el cro-cro profundo de la rana en el agua, Y un remoto ·sentido de eternidad lo llena. Y esa rana vuelve a aparecer en

CLARO DE LUNA En la noche de luna, en esta noche De luna clara y tersa, Mi coraz6n coma una rana oscura Salta sabre la 1iierba. jQue alegre estd mi coraz6n ahora! iCon que gusto levanta la cabeza Bajo el claro de luna pensativo Esta medrosa rana de tragedia! Arriba, por los drboles, · Las aves blandas suefian, Y mds arriba aun, sabre las nubes, Recien lavadas brillan las estrellas.

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i Ah, que no llegue nunca la mafiana I Que se alargue esta lenta Horta de beatitud en que las cosas Adquieren una irrealidad suprema,

i Y en que mi coraz6n co mo una rana Se sale de sus cienagas, Y se va bajo el claro d.e la luna En vuelo sideral por las estrellas I lA la luz de esta tenaz reincidencia, que no es posible despachar C<?mo coincidencia, puede ext.raiiar que Luis Pales Matos haya mostrado predilecci6n por lo negro en un momento determinado de su evoluci6n poetica? (Acaso no es en lo negro donde mas puramente puede conservar Ia raza humana los valores esenciales que el persigue? El negro puede ser el ser humano mas libre de sofisteria, y tanto mas asi cuanto mas primitivo. Es notable el respetuoso trato que en tal caso recibe el negro en los versos palesianos. En Danza Negra, Numen, fVam-fVam, Candombe y Bomba, en que Pales. se encara al negro negro, no aparece en ningiln momento Ia ironia con que Pales ha enfocado en otros poemas el tema negro. Y en los poemas en que si aparece esa .nota - que es nota que implica un enfoque de arriba · hacia abajo, de superioridad, en una palabra - siempre se trata del negr0 antillano, del negro que pretende olvidarse de lo que es y que en vez de buscar «las. margenes ultimas de su gran bisabuelo» se pone a imitar, como en Haiti, la corte de Napoleon. Es a· un falso duque a quien el poeta puede interrogar: «(Por que Horan tus caimanes en el lejando aduar de! Pongo. Oh mi fino, mi melado Duque de la Mermelada?» Es de un postizo Condesito dP la Limonada de quien hace burla Pales. Esta interpretaci6n que doy a la inci!fencia de Pales en el tema negro como un momento mas en SU huida de lo adulterado y su entrada en lo primigenio y .elem ental, esta, por fortuna para mi, corroborado en los dos primeros trabajos . de Pales en que trata el tema negro. Son dos trabajos, un soneto y una prosa, que se remontan, el soneto, al 1918, y la prosa, al 1921. Bastante antes, pues, de la irrupci6n abundante del tema en la producci6n palesiana, que comienza .:on la publicaci6n de Pueblo Negro en el 1926. He aqui el soneto:

DANZARINA AFRICANA Tu belleza es profunda y confortante Como el ron de Jamaica; tu belleza Tiene la irrevelada fortaleza Del basalto, la brea y el diamante. Tu danza es coma un t6sigo abrasante .de los filtros de la naturaleza, Y el deseo te enciende en la cabeza Su pirotecnia roja y detonante. ;Oh negra densa y bdrbara! Tu seno Esconde el salom6nico veneno ... Y desatas terribles espirales Cuando alrededor del macho resistente Te revuelves, porosa y absorbente Como la arena de tus arenales.


No creo que resulte necesario detenerme a seiialar la clara identificaci6n de la negra con lo elemental, con el natural primigenio. Y n6tese el tan cercano parentesco espiritual e ideologico que existe entre el soneto que acabo de citar y la prosa Pueblo de negros, que me tomo la libertad de dar en su integridad porque, aparte de ser breve, me parece indispensable puntal para mi tesis:

Esta noche paso par un pueblo de negros. Las casas, de yerba roja, se apelotonan en un mont6n de andrajo y de ruina. Hay sabre el viento un vaho de orin y lodo, y a lo lejos, entre las sombras croan las sapos. Me acosa la curiosidad beduina de esta terrible tribu de basalto. Las mujeres, las hombres y las negrillos desnu.dos, me miran hostilmente y yo veo en el fondo de sus ojos agresivos el fuego bermell6n de las c6leras africanas. El alma cafre, de las lujurias roncas y las silencios huracanados flotan sabre este barrio de suburbia, y la brisa, reseca, me trae golpes de gong y un canto gutural Ueno de diptongos primitivos y de crudezas fiaiiigas. ( Estara alguna bayadera del Congo, destorciendo la danza de la serpiente dentro ·de un circulo de guerreros, de l)rujos y de encantadores, todos llenos de tatua. jes y adornatlos con brazaletes de Cuero y collares de · dientes de caimdn, mientras arden las resinas aromosas, y el fuego, padre del dia, dora la res de la ultimo caza ... ) No. La pompa de las razas fuertes y eternas ha desaparecido. Queda la tristeza cuaqrumana de las bosques ,· el odio ancestral a las blancos, el amor desmedi·do a las ginebras y la sensualidad aspera de las primeras formas. Sabre el pueblo, remotamente, la noche fulmina su lujo. Cerradas todas las puertas, yo tengo la visi6n profunda de las fuerzas irreveladas y de las combustibles tremendos: el diamante, el carb6n, la brea, el instinto y la montaiia. La filiaci6n es clarisima entre esta prosa y el soneto Danzarina Africana. Por eso me extraiia tanto que To-

mas Blanco, el agudo critico de la poesia de Pales, y gran amigo del poeta, haya saltado por encima de ese soneto, refiriendose a el en la siguiente forma : El primer poema de Pales, de asunto negro, que conozco, es un soneto titulado Danzarina Africana, publicado en el aiio 1918. Pero este soneto no es todavia sino lo que en tauromaquia llaman los aficionados un adorno. Es decir, s6lo tiene cardcter adjetivo ,· el tema negro no se aborda sino muy par encima, con prop6sitos exclusivamente decorativos. 1 Para mi...:... si es que ·hay que recurrir a la terminologia tauromaquica - no se trata, en lo fundamental de la actitud, de un adomo. Por el contrario, Pales se encara al tema, ya con el estoque en la mano y la mirada certera, en la hora de la verdad. Y lo mas curioso de esta, a mi juicio, inadvertencia de Blanco es que casi a rengl6n seguido de Ia cita que antecede se refiere a Pueblo de negros y cita su parrafo final , cuyo parentesco con todo el soneto y particularmente con los dos ultimos versos del primer cuarteto es evidente, ya que hasta se repiten las palabras· brea y diamante, y reconoce en la prosa la trascendencia que le niega a Ios versos. Despues de los grandes aciertos de sus poemas negros, Pales sigui6 su busqueda por otros rumbos. ·Escribi6 unos poemas que me dan la impresi6n de ser unas aviaciones exploratorias. Sort tanteos - brillantes como la mayor parte de lo suyo - en los que no noto el entraiiamiento y la autenticidad que veo y reclamo para su bloque de poemas negros. Pienso en poesias como Aires Bucaneros, Canci6n de Mar y Menu. Mas Luis Pales no fue hombre a quieh la poesia .le pudiese negar predio por mucho tiempo, y en los Ultimos aDOS de SU vida produjo un ciclo de poemas transidos por el mas viejo y mas nuevo tema de la lirica: el amor. En este momento de su obra, Pales, como todo alto poeta que es poseido por el tema, roza ·e incide en el alucinante imperio en que se alzan formidables y sugestivas las interrogantes de la muerte y de la etemidad. Nunca antes tuvo mas en sus manos la desnuda verdad, la pura esencia, que con tanta devoci6n y pulcritud poeticas persigui6 en su vida.

l . Toma·s Blanco: Sobre Pales Matos, Biblioteca de Puertorriquefios, San Juan, Puerto Rico, 1950.

Autores

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RAMON EMETERIO BETANCES naci6 en Cabo Rojo en 1827. Medico y escritor, se consagr6 desde joven a la causa abolicionista y a la lucha por la independencia de Puerto Rico, actividad que le vali6 el destierro varias veces. En 1868 organiz6 desde el exilio la fracasada Revoluci6n de Lares. Emigrado a Nueva York y luego a Paris, ostent6 en Europa la representaci6n de la Junta revolucionar.ia cubana. Falleci6 en Neuilly-sur-Mer el 18 de' septiembre de 1898. Sus restos fueron trasladados a Puerto Rico e inhumados en su pueblo natal en 1920.

1 Lola Rodriguez de Tl6. 2 Bonoclo Ti6 Segarra, esposo de Lola. 3 El Anunciado-r Come-rciat, semanarlo publlcado ·en Mayagilez, cuyo director fue por alglin tlempo Bonoclo Ti6. 4 Del c.ontexto se deduce que fue una socledad Industrial analoga en ous prop6s!tos a la Socledad Cabo Rojo, menclonada mas adelante. Ramire parece ser slgla de- nombres prop!os: sus ultimas .dos letras colnclden con las lniclales RE (Ram611 Emeterlo). . · 5 San Miguel Arcangel es el patr6n de Cabo- Rojo. 6 Segundo Ruiz Belvis, abollclonlsta y separatlsta puertorriquefio (1826-1866), compafiero de Betances en sus actlvldades revolucionarlas. Murl6 en clrcunstanclas mlsteriosas en Valparaiso, Chile,- a donde habla !do en dernanda ·de ayuda para la causa de la lndependencia de Puerto Rico. 7 Decretada contra ellos por el Gobernador Marchesi una orden de destlerro ·y la obllgac!6n de presentarse ante el Goblerno de Madrid, en 1867, Betances y Ruiz Belvls escaparon de Mayagilez en un bote, y tras varlas vlclsltudes pudieron aportar a la costa de! Selbo, en Santo . Domingo. 8 Patria Tl6 y Rodriguez, hija de Bonoclo y Lola. 9 El general · Jose Maceo, hermano de Antonio, prlslonero en Ceuta Iuego de haber sldo entregado a las autor!dades espafiolas por el Gobernador Ingles de Gibraltar, donde el y sus cornpafieros, fugados de la prov!ncla de CB.d!z, hablan lntentado obtener as!lo.

Sra. Lola Ti6 i - Mayagiiez. Querida Lola : Recibi la suya del 10 de noviembre. No hay que desesperarse; alg(m dia vendra la resurrecci6n de ese pueblo que duerme i se deja mecer por la . reforma. j Adelante ! i Adelante, siempre ! Le agradezco a Bonocio 2 los dos articulos (Samana y Ra mire).' Son dos cosas que me· interesan sobremanera. Salvar la Republica Dominicana de la garra del yanquee e introducir en las Antillas una industria que les de prosperidad y por consiguiente deseos de progreso, son empresas dignas de ocupar Ia vida del hombre. El Anunciador a pueden hacer mucho bien. No deje Bonocio de insistir; i encarguele que mande el peri6dico a Santo . Domingo. Articulos sabre Samana en el sentido del que public6 Hoy recibo carta de Alejandro Agostini (de Yauco) pidiendo informes ·s-o bre la Ramire 4 . Se los mando con gusto. Supongo que Bonocio publicaria los ultimas que le mande. Digale que se empefie en ensanchar la Sociedad Cabo Rojo. Para ello habria que emitir acciones a $100 6 $200 que permitieran hacer grandes pedidos de semilla i explotar inmediatamente el textil, comprando la maquina, etcetera. Parece que Agostini y los Quinones se han guiado por los informes de El Anunciador para decidirse a la em·presa. tJsalos, Bonocio, con Diego del Toro; que los bendiga San Miguel, mi patron 5 , cuya gloria no me dejaba dormir cuando yo era muchachito. Por eso he inventado la Ramire i me !';educe ·el magiiey, con que hacer sagas para ayudaile al Arcangel i satisfacer a la vez el voto del jfbaro cabo-rojefio en tiempo de tormenta: <<j San Miguc;:l, amarra tu perro !» i Mi pobre Cabo Rojo! Se me Ilenan los ojos. de agua, de pensar en el. i Tan hermoso pais i tan desgraciado ! Me acuerdo que cuando salimos Segundo a y yo huyendo de aquellas tinieblas 1, fue a parar el bote a um~ playita de arena blanca, por el Boquer6n. Yo tenia una calentura furiosa. Asi saltamos a tierra i arrastrandome Ilegue primero a la som bra · de un uvero de mar don de descanse; luego, trepandome en cuatro pies a un cerrito que nos separaba del resto de la isla, eche una mirada y le mantle ... un beso a Patria 8. Suyo, RE BETANCES · P. D. Estoy ganando un pleito admirable : la libertad de Maceo 9 i de sus compafi.eros. La prensa inglesa, la francesa y la americana han hecho un concierto admirable. El gobierno ingles se ha vista obligado a reclamar y el espafiol a ceder. i I si supieran de d6nde sali6 la bulla! RE. B.

NOTA: Tanto el original aut6grafo de esta carta de Betances como el de la carta de Jose Gautier Benitez a Lola Rodriguez de Ti6, que publicamos en el primer numero de esta Revista, se conservan en el Archivo Laura Nazario de Ti6, de San German, propiedad de la . familia Ti6, que generosamente nos ha permitido dar a conocer al publico el texto y las reproducciones fotograficas de dichos documentos.

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ESPECIAL PARA PUERTO RICO

Perfil nacional y realidad historica Por

LUIS-ALBERTO SANCHEZ.

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ESPUES DE HABER PERMANECIDO EN LA ISLA DE PUERTO

Rico durante casi cuatro afios, en tres etapas, al servicio de la Universidad de Rio. Piedras, y al cabo de tres · afios y medio de la ultima estada, empiezo a ver dibujados con nitidez los contornos de mi pensamiento acerca de lo que vi, oi, senti y vivi entonces. Creo que h'.:l contribuido a colorear mas y mejor las imagenes una re.c iente visita al Estado de Israel, en donde me pareci6 advertir rasgos semejantes a los de Puerto Rico. Esta analogfa resultara a primera vista un disparate. Puede que lo sea. Pero, explicarlo no sera esfuerzo vano, y ello constituye el objeto de estas paginas.

A) RAZON DE ESTAS SIN-RAZONES

Puerto Rico es una isla tropical, poblada primordialmente por mestizos !fe sangre espafiola y africana. No se deben desestimar los rezagos indigenas. Aparte de las pruebas que de ellos abundan en usos y utensilios, basta mirar con atenci6n las caras de los puertorriqueii.os para advertir muy a 'm enudo los mismos p6mulos saIientes, ojos· achinados, pelo duro, barba escasa, color cetrino que caracterizan al indio de fodas nuestras republicas. El cruzamiento con el africano ha ensortijado algo el cabello, engruesado los labios, achatado a veces la nariz de perfil aquilino, pero no ha borrado del todo huellas e'videntes. En cambio, Israel es un pais mediterraneo, subtropical en ciertas regiones, colocado en una peninsula de variados climas, rugoso de mantes y, tambien, con un desierto hasta ahora despoblado, el del Neguev. Israel esta poblado por una sola raza matema, la hebrea, a la que han venido a agregarse, a traves de la sistematica y espontanea inmigraci6n de los ultimos quince afios, sangres de todas partes del mundo europeo y latino-· americano, asiatico y africano, pero casi siempre muy cargadas de sangre hebrea, producto de la endogamia hist6rica de dicha raza. Puerto Ried esta casi superpoblado y trata de organizar su emigraci6n; Israel necesita poblarse y organiza su inmigraci6n. Puerto Rico es bilingi.ie, aunque con predominio del castellano. Israel, que ha forjado racio-

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nalmente el idioma hebreo como vinculo unitario, contiene en su territorio gentes que se comunican entre si a traves de setenta idiomas distintos. Puerto Rico es fundamentalmente cat6lico-romano y, en alguna parte, cristiano-protestante. Israel es .fundamentalmente israelfra, aunque constitucionalmente proteja a todos los cultos. Puerto Rico es libre, pero no soberano: su definici6n internacional se manifiesta por medio de una nueva formula de contenido todavfa fluido y discutido :· el Estado Libre Asociado; Israel es un Estado soberano. Puerto Rico no tiene ejercito; Israel casi confunde su existencia con la del Ejercito al servicio del pais entero. Todas estas circunstancias y otras muchas son exactas y contribuyen a acentuar. diferencias, en lugar de analogfas. Sin embargo, a mi me dio la sensaci6n de analogfa, sin otra raz6n que fa que voy a explicar, o tratar de explicar mas adelante. De hecho, la raz6n 'de mi creencia o sensaci6n fue y es enteramente racional. Lo digo, porque, a menudo, las llamadas razones que explican algo son puntos. de vista, criterios o prejuicios. En este caso no. · B)

ESTADOS POR ESPONTANEIDAD Y POR DELIBERACION

Los Estados se forman como consecuencia de desenvolvimientos hist6ricos espontaneos, o espontaneos y deliberados. Quit;ro decir que, por ejemplo, la formaci6n de Espafia fue un hecho luctuoso, forjado desde abajo, por impulso popular y conducci6n guerrero-nobiliaria, tanto al sacudirse de la influencia del Islam como al librarse de la intrusion napole6nica. Los Estados Unidos se formaron a resultas de un movimiento espontaneo en defensa de sus respectivos credos religiosos, llevado a cabo por subditos ingleses de los siglos XVII y comienzos del XVIII. La guerra de la Independencia fue el fruto de un impulso natural de defensa econ6mica, popularmente estimulado y sagazmente dirigido. La constituci6n de la Republica fue mas bien deliberada, aunque con una ancha base dramatica y popular, como fue la guerra. En cambio, tanto Israel como Puerto Rico, el uno en 1949 y el otro en 1951, se constituyen como entes politi-


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· cos ·en virtud de acuerdos racional y pacificamen te dis· .cutidos (la guerra de Israel fue consecuencia de la de· liberaci6n, no su causa), yen ellos toma parte su «elite», que racionaliza los oscuros sentimientos de su pueblo, y que, si apela en un caso al referendum, ello, desde luego, no revela un calado popular profundo en el pr<?nun· . ciamiento final, sino una evidente confianza del elector en su elegido, sin que ello pueda identificarse con un conocirriiento pleno de lo que se decide o refrenda. En los dos casos, hay algo muy curioso: se conside· ran los factores econ6micos tanto como los politicos o sentjmentales, o mas que estos. No en la raiz del Estado de Israel que es un claro ejemplo de corporizaci6n del sentimiento religioso y pervivencia de! sentido tradicio· nalista de una raza humana. Pero, sf, en formas. En cam· bio, el Pueblo de Puerto Rko es instruido a dar paso a las reivindicaciones sociales por sobre las exigencias sentimentales y politicas, desde la iniciaci6n del nuevo proceso en 1940. De toda suerte, el resultado es muy semejante. La mentalidad que domina en ambos experimentos es una mentalidad industrialista, tecnol6gica, supuestamente realista, atioligarquica y colectivista. Los partidos po· liticos hacen girar sus ide?rios en torno de estos con· ceptos.

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EXPERIMENTOS COLFOTIVISTAS y TECNOL6GICOS

Los adjetivos que sirven para calificar al vocablo «experimentos» y que titulan este paragrafo, debieran ser cuidadosamente .,analizados para darnos cuenta del valor que ellos pueden tener en lo futuro y para explicar a causa de la analogia que .abre este articulo. Reduzcamoslos a dos: colectivista y tecnol6gico. Es en este punto donde· «urgen .las primeras wandes analogias, asf como en el personal encargado de reali· zar el experimento, el cual, salvo ciertas figuras centra· les, como las de Ben Avi, actual presidente de la Republica de Israel, y Ben Guri6n, primer Ministro, es de una juventud comparable ... a la de Puerto Rico. En Puerto Rico se comenz6 por una tentativa de colectivismo, a la que el Gobierno Insular aportaba su capacidad realizadora, svs expertos en planes, . su res· · paldo financiero. El caso de la «Praco», el de la Autoridad de Tierras y muchos otros, lo demuestran. El de la Corporaci6n de Fomento, es mas claro aun. En un pais dominado por unos cuantos consorcios de tipo capitalista monopolista, se tratabft de dar al Pueblo intervenci6n no s61o electoral o politica, sino, a traves de ello, econ6mica y planificante. Para reemplazar el predominio plutocnitico de unas cu~ntas firmas, poseedoras de mucha parte de la tierra cultivable y, en forma especial, de los Ingenios o Centrales Azucareros, se opt6 por crear, con algunas reminiscencias del New Deal, Agendas u Oficinas estaniales, las que tomaron en sus manos la tarea de rescatar las tierras y los Ingenios de manos privadas, para ponerlos al servicio de la colectividad y distribuir sus ganancias entre los trabajadores. Este empeiio, cuyo exito es o puede ser motiv9 de largos debates, tiene una correspondencia muy clara y constructiva en los experimentos israelies. S61o que alla se ha procedido con mayor decision y al servicio pleno de toda la colect~vida<:l, visto que se trata en gran parte. de una colectividad desde cierto punto de vista foranea y extraida de elementos .calificados. Los Kibutzim y

Moshavos constituyen un ejemplo que sera clasico para el futuro. Desde · luego, una economia dirigida y colectivizada necesita una direcci6n tecnica adecuada. Esta direcci6n tecnica implica una cierta despolitizaci6n y aprovechamiento de todos los elementos id6neos, sin distinci6n de tienda politica. Es lo que he visto en Israel. En gran parte, se ha visto algo semejante en Puerto Rico. No obstante, conviene llamar la atenci6n sobre un hecho: en la medida en que se pone· mayor enfasis en las realizaciones tecnicas, surgen dos fen6menps · no siempre deseables, a saber: a) Predominio del interes por el progreso solamente material, y b) beatitud materialista, llamada social, en detrimento de otros aspectos de la vida colectiva. Si bien hasta aqui, el paralelo entre estos dos Estados nacidos de un desideratun vigilante, o sea, en vigilia, consciente y deliberado, es bastante ajustado, es en este punto donde se empiezan a advertir algunas diferencias. Y no poco serias. D)

UNA MfSTICA NACIONAL lES ADVERSA A LA SOCIAL?

El experimento tecnol6gico de Israel se basa en un concepto «futurista» del desarrollo social, pero cimen· tado tambien en una larga tradici6n religiosa y nacionalista. La indescriptible mezcla de tradicionalismo y futurismo, de religiosidad y tecnolatria, de agricultura e industrialismo, de conservatismo familiar y avanzada convivencia sexuales, es algo que no tiene par en el mundo. Sirve para demostrar que no existe ninguna contradicci6n o incompatibilidad entre los valores materiales y los espirituales. El experimento tecnol6gico de Puerto Rico · se basa en parecido concepto futurista del desarrollo social, pero no tiene el mismo calado tradicional que lo con· tapese. La tradici6n puertorriqueiia no se ha mantenido con la terca pureza que la israeli e israelita; y de acentuarse, como en algunos aspectos parece que sucede, corre el riesgo de desembocar en un sentimiento o actitud a la que nos abstenemos de calificar de nacfonalista, por las implicancias · que el vocab lo tiene en la Isla, pero que, sin duda, conlleva un visible orgullo y a veces ufania de la propia. De toda suerte, el enfasis puesto en el desarrollo material, ha obturado algunos Canales humanos en Puerto Rico. Ello es visible en su equipo de gobierno y en su sistema educativo. Mientras en Israel, donde coexisten hombres de sententa lenguas distintas, se esta fraguando con sorprendente buen exito, la re-creaci6n de un idioma nacional, tradicional, con su propia escritura (verdad que con muchos vocablos de origen arabigo), en Puerto Rico el problema de la lengua alcanza un dramatico status que, si bien llegara a un cabal bilinguismo, por hoy encierra ambivalencias desconcertantes. · Por otra parte, la deificaci6n d.e l desarrollo material, significa una concesi6n tacita al «materialismo hist6rico», aunque se rechacen sus ideas cornplementarias (lucha de clases, plusvalia, acumulaci6n de capital, etc.). No se puede contrapesar ese riesgo sin reconocer con toda claridad el valor del espiritu. Quien se avergilence de su idealismo y hasta de su ensueiiismo es un candidato a caer en manos de un materialismo de imprevisibl.es deslizamientos. La educaci6n, asi, en bruto, no compensa ese· desnivel. Porque la educaci6n no lo es

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todo en si misma, sino segiln el rumbo, contenido, sistema y limites en que se la ejerza u otorgue. Acabo de leer en el «New York Times», de esta ciudad en ·que escribo, una noticia sobre la apreciaci6n de ·un grupo de educadores rusos sobre la educad6n en los .Estados Unidos. Resumen sus fallas en tres puntos: descuido por los idiomas extranjeros, por las humanidades y por la ciencia. Quedan a salvo de estas tres deficiencias las disciplinas aplicadas, esto es, la tecnologia. Pero c:es que seriamente- se puede hablar en nuestros dias de una tecnologia sin humanidades?, ide una ciencia sin contactos foraneos?, c:de' un jingoismo majestuoso o humilde, pero de todos modos jingoismo?, lde unas ciencias aplicadas sin principios cientificos puros? Y aft.ado c:.se puede hablar de tecnologia y ciencia, sin geografia ni historia, como se viene estructurando gran parte de · la educaci6n norteamericana, incluyendo en ello algu. .nos ensayos de Puerto Rico? . Israel nos da una respuesta importante. Cierto que la situaci6n de Israel no tiene gemelo en el mundo. Dn pais que vive mas de los impuestos 0 contribuciones que oblan sus ciudadanos en el extranjero, que de los que se pagan dentro del pais; una naci6n, cuyos hijos en el extranjero pagan por los que estan dentro y ejercen una labor de cooperaci6n gubemativa en el campo financiero y de relaciones econ6micas y demograficas, es algo que s6lo puede ocurrir y sobrevivir alli donde existen concepciones muy arraigadas, tradiciones muy vigorosas, mistica muy profimda. De todos modos, un hombre modemo no puede erguirse· sobre si mismo ni sobre su ·panorama o circunstancia, sin el apoyo de por lo menos de una o dos lenguas extranjeras,,sin tina intensa y cabal penetraci6n de su propia expresi6n, sin un ideal que trascienda de las importantes posibilidades de desarrollo material (vivienda, alimentaci6n, vestido, cierta recreaci6n), y que constituya una meta superior, dentro de la cual quepan todos los credos, partidos, sectores, concilados en tomo de esa meta . suprema. Y esa meta resulta de una educaci6n en que se. de el papel que les corresponde a las humanidades (letras y ciencia pura), al contacto con los otros paises, a Ia evaluaci6n respetuosa y honda de Ios elementos foraneos. Los encastillamientos por liricos y altos que sean, conllevan el debilitamiento de Ia autocritica. E)

UNA JUVENTUD ALERTA

Me sorprendi6 mucho, durante mi fnictuosa e inolvidable permanencia en Puerto Rico, sobre lo cual empiezo a reflexionar y documentarme con un prop6sito

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que no sabria at'.tn definir, me sorprendi6 la presencia en los altos cargos directivos de la colectividad, de mucho hombre joven. Lo cual es a todas luces estimulante, a condici6n de que no se olvide la experiencia, puesto que impetu sin prudencia y fuego sin abrigo pueden ser peligrosos. La gente dei Gobierno, de la Universidad, de las Industrias, de los sindicatos (uniones) obreros apenas llegaban a los 40 afios. Entre ellos, Luis Mufi.oz Marin, con sus entonces 50 resultaba un veterano, pero de que empuje. El Rector de la Universidad, Jaime Benitez estaba por los 42. Los Secretarios o Ministros, los presidentes de las Camaras, muchisimos jueces y funcionarios clave, resaltaban por su energica juventud. Este mismo espectaculo es el que vi en Israel y en Costa Rica, y fue el que caracteriz6 a Chile alla por 1930, y el que movia a la Colombia de 1930-35 y ahora en 1958-59. Sin embargo, en Colombia no se rompi6 jamas el vinculo con las generaciones anteriores, y la sombra de algunos de sus patricios ejerci6 permanentemente una benefica acci6n sobre las vehemencias de los constructores en su segunda juventud. Los sintomas de estos dias indican que una nueva acometida juvenil (Venezuela, Cuba, Argentina, Costa Rica, Salvador, Colombia, etc.), exige a las colectividades que dirigen un rendimiento mayor y mas apresurado. Puerto Rico se encuentra en esa misma vertiente. De ahi que la fe en los resultados positivos de su desarrollo se este extendiendo, por sobre limitaciones conceptuales que deforman hasta hace poco su fisonomfa hacia el mundo exterior. No obstante, la ausencia de una tradici6n acendradamente .c ultivada, como fuente y contrapeso de la impetuosidad constructora de la Generaci6n del 40 y sus aledafios, provoca inevitable reticencia. No reticencia conceptual, que puede ser abstracta o academica, segiln cierto inofioso sentido peyorativo que suelen dar a este ultimo vocablo quienes saben que la complejidad y comple~aci6n de saber y entendimiento que da la autentica Aca.d emia, no se alcanza sino mediante un esfuerzo dilatado y sistematico. Digo, que surge una reticencia realista, basada en los hechos, en lo vivido y en lo previsible o vivible. Los afios que vengan, s6lo ellos, nada mas que ellos daran respuestas a tan abierta y fraternal duda. No la resolveran tratados, ni discursos, sino un hacer y rehacer, un planear y replanear, una metodologia de la complementaci6n de todos los vafores que constituyen nuestra herencia, nuestro deber y nuestro · legado, sin excluir ninguno, por aspero y p,e destre que parezca, 0 por romantico y academico que se le tilde.


Reseiias Bihliograficas

ARCE DE VAZQUEZ, Margot: Gabriela Mistral: persona y poesia. 196 pp. San Juan, «Ediciones Asomante», 1958. La doctora Arce de Vazquez enfoca la poesia y la personalidad de Gabriela Mistral penetrando en su obra con firme autonomia critica. El estudio responde no solo al analisis de los poemas, sino a la experiencia de una convivencia fraternal entre las dos escritoras. Encuentra la autora que en la cantora de America se asemejan a tal punto persona y poesia que bien podrian denominarse «hermanas mellizas». Recalca que los motivos claves de la poetisa: Dios, el amor y America, consiituyeron las principales inquietudes y aspiraciones de la mujer, como lo manifiesta en SUS obras Desolaci6n, Tata y Lagar. ZENO GANDfA, Manuel: Cuentos. 117 pp. Nueva York, «Las Americas Publishing Company», 1958. El tono realistico y la agria filosofia del autor de La Charca caracterizan estos cue11tos en que sobresalen la frustracion, el oesimismo, la tragedia y la pasion clandestina. CARRAQUILLO, Pedro: Requinto. 122 pp. Prologo de Emilio Delgado, .ilustraciones de Hector P. Alvarez. Nueva York, «Las Americas Publishing Company», 1958. El autor expresa en decimas, romances y · cantares jibaros la alegria de ser puertorriquefto y el dolor y la protesta por la injusticia de los que pretenden disputar al campesino su .pedazo de tierra. El paisaje, el patron egoista, el peon sojuzgado, el campesino humilde, la supersticion criolla y el amor encuentran expresion en un verso urdido en· l~xico enteramente jibaro. ARRIVI, Francisco: Isla y nada. 61 pp. San Juan, lmprenta Soltero, 1958. · Poesia de emociones intimas asociadas a lo telurico. Integran la obra treinta poemas en los que predomina el tema del paisaje puertorriquefto. DEL TORO CUEVAS, Emilio: Patria. 205 pp. San Juan, Bi· blioteca de Autores Puertorriqueftos, 1958. Segundo tomo de la compilaci6n de .articulos, informes y entrevistas del autor, c,uyo primer volumen apa, reci6 en 1950. El libro abarca las siguientes · secciones: Instantdneas y otros trabajos; Puerto Rico en la Union; Al servicio de buenas causas; Recuerdos del Ateneo·,· Saludos, despedidas y apreciaci6n de caracteres; En el campo del derecho y de la ley; Pan America; y Reflejos del mundo en guerra. Expresa el autor en la introduc. ci6n que la obra sintetiza «muchos de los ideales de su vida a los que di6 realizaci6n por medio del esfuerzo». L6PEZ SURIA, Violeta: Diluvio. 23 pp. San Juan, lmpren• ta Venezuela, 1958. Poema dividido en diecisiete fragmentos en que la autora dialoga cop el sentido y misterio del Diluvio.

FoNFRfAs, Ernesto Juan: Una voz en la montafia. 194 pp. con ilustraciones. San Juan, Editorial Club de la Prensa, 1958. Cuentos de la sierra llenos de realismo y colorido costumbrista, escritos en el mismo estilo que las anteriores obras del autor, Conversao en el batey y Gudsima, de que viene a ser esta una prolongaci6n. BABIN, Maria Teresa: Panorama de la cultura puertorri· quefia. 509 pp. con numerosas ilustraciones. Pr6logo de Andres lduarte. San Juan, Instituto de Cultura Puertorriqu~fta, 1958. Contiene las siguientes materias : La tierra y el hombre (Parentesis hist6rico, Silueta de la tierra, El ser humano: ~l indio, el negro, el jibaro y el criollo); La vida y el arte (Lacasa, el vestido y la comida; El folklore; Fiestas tradicionales ; La musica y el .baile ; Las artes plasticas); La expresi6n literaria (Albores de las letras nativas, siglos XVI-XVIII}; La poesia y la prosa desde 1806 hasta la primera guerra mundial, Literatura contemporanea ( desde la primera guerra mun dial hasta el presente); Rumbos futuros (Puerto Rico en el mapa cul. tural de ,America). FERNANDEZ MENDEZ, Eugenio: Tras siglo. 68 pp. Pr6logo de Juan Martinez ~ap6. San Juan, Ediciones del Ateneo Puertorriquefio, 1958. El prologuista nos presenta la poesia de Fernandez Mendez en la variedad tematica del tiempo, la muerte, la busqueda del ser y el amor junto a los motivos de lo social, la nueva ·estetica y la perplejidad del hombre contemporaneo. Pero lo vital en Tras siglo - apunta Martinez Capo-, es como el poeta nos revela su sentir ante la poesia misma, considerandola como el origen de las cosas y lo que da sentido al. hombre y a SU quehacer. L6PEZ DE SANTA ANNA, S. J., Antonio: Los jesuitas en Puerto Rico de 1858 1886. 190 pp. Pr6~ogo del profesor Lidio Cruz Monclova. Santander, Talleres de Artes Graficas de los Hermanos Bedia, 1958. ·

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La obra ha sido escrita como una aportaci6n a la historia general ~e la educaci6n en Puerto Rico y publicada en ocasi6n de cumplirse cien afios de la llegada de los PP. Jesuitas a la Isla.· El autor, profesor del Seminario Interdiocesano de Aibonito, describe con especial enfasis ·1as vicisitudes por las que paso el Colegio establecido por la Compaftia en San Juan. Contiene el libro numerosas notas e ilustraciones fuera de texto, asi como interesantes apendices. MA:RTfN, Jose Luis : Andlisis estilistico de. «La Sataniada» de Tapia. 198 pp. Prologo del doctor Ruben del Rosario. San Juan, Instituto de Cultura Puertorriquefia, 1958. Jose Luis Martin analiza el poema de don Alejandro

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Tapia y Rivera, valorando a este como poet a y escritor y refutando los juicios que de la obra hicieron don Marcelino Menendez y Pelayo. El libro se divide en nueve capitulos que versan sobre la estructura, tematica y lin· guistica de La Sataniada. RoDR.fGUEZ ESCUDERO, Nestor A.: Jaicoa (cuentos y le. yendas). 198 pp. Pr6logo de Abelardo Diaz Alfaro. San . Juan, Imprenta Venezuela, 1958. Cuentos del literal aguadillano, algunos basados en leyendas y otros de fondo social, dedicados a los heroes an6riiinos de la costa, y a la exaltaci6n de tipos pueblerinos cuya memoria perdura en la tradici6n local. ALEGRfA, ·Jose. S.: Cartas a Florinda. 216 pp. Barcelona, Editorial Club de la Prensa, 1958. Bajo el seud6nimo .de Raimundo Lucio se pubiic6 . por primera vez esta colecci6n de cartas en la desaparecida revista Puerto Rico Jlustrado. Son producto de un espiritu observador que reacciona ante las innovaciones del siglo y da la voz de alerta a nuestras mujeres para que estas no renuncien a SU funci6n de madres y esposas dignas y heroicas, y a .los hombres para que' se ejerciten en la caballerosidad y el idealismo. MELENDEZ, Concha: Figuraci6n de Puerto Rico y otros estudios. 251 pp. Con pr6logo de la autora y un apendice que contiene los indices de materias de todas sus obra·s. Junto con el trabajo del mismo titulo, Figuraci6n de Puerto Rico reilne Ios siguientes : Nuevo verdor florece: homenaje a Lola Rodriguez de Ti6; Pedreira: autorretrato de su critica; ·Pedreira: discurso a la juventud; Ana Roque de Duprey: biografia en cuatro tiempos; Aventuras de Alonso Ramirez; Abelardo Diaz Alfaro y la expresi6n puertorriquefza; Cuentos de Rene Marques; La Resaca; La is la. ignorada de Hernandez Aquino; ET tema de nuestra expresi6n; Dias alci6neos de Pedro Henriquez Urena; El arte de Jorge Isaacs en «Maria»; «Viento fuerte», novela de Miguel Angel Asturias; Jose Asunci6n Silva : poet a de la sombra; Sabat Ercasty o el canto inabdrcable; Gonzalez Prada: signo actual; Retorno a Alfonso Reyes; Ficciones de Alfonso Reyes; Albas de Xavier Abril; America Hispana en la poesia de Gabriela Mistral; y el crecer de la poesia en Marti. RosA-NIEVES, Cesareo: Tierra y lamento. 134 pp. San Juan, Editorial Club de la Prensa, 1958. · Contiene el libro cinco ensayos que, segl:tn explica el autor en nota iritroductoria, (son un intento ·Iirico de interpretaci6n puertorriquefia, un deseo de hallar los rasgos principales qe nuestra expresi6n nativista». Corresponden a los titulos : Exposici6n general del tema; Ala, aroma y trino ; Hombre, coraz6n y suefzo; Mar nuestro;· Ventana a! ·mundo y Presencia y emoci6n d.e , la palabra. GUASP, Ignacio: Diccionarfo de. la lengua mechada,. 183 pp. Pr6logo de Washington Llorens. Barcelona, Editorial Campos, 1958. , Definiciones en prosa y verso, humoristicas y satiricas, de personalidades, hechos y cosas de Puerto Rico. NINOS Y ALAS, partes I (288 pp.) y II (567 pp.). lntroducci6n de David L6pez Cruz, nota preliminar de Dalila

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Diaz Alfaro de Sosa, ilustraciones de Juan M. Sanchez. San Juan, Ediciones del Consejo Superior de Ensefianza, 1958. Constituyen estos dos t omos el primer volumen de ·1a Antologia para nifios que se comienza a publicar baj o la direcci6n del Consejo Superior de Ensefianza. La obra comprende poesia sobre diversos tem as, entre Jos. que resaltan el paisaje, el juego infantil, la naturaleza, · el hogar, la escuela, las canciones de cuna, la patria, el trabajo y otros motives propios para despertar la imaginaci6n y la sensibilidad del nifio. Se incluye una selecci6n de poesia infantil hispanoamericana. FoNFRfAs, Ernesto Juan: Conversao en el batey, 301 pp. Segunda edici6n ilustrada. San Juan, Editorial Club de fa Prensa, 1958. · El libro es, segun el autor, «un recuento en vena anecd6tica de la vida y los hechos, de las expresiones fisicas y emocionales» del jibaro puertorriquefio. La primera e9ici6n de la obra se hizo en 1956. MELENDEZ MUNOZ, Miguel : Cuentos y e·s tampas. 170 pp. San Juan, Editorial Club de la Ptensa, 1958. Cuentos y estampas localistas de temas varios en que se describen tipos populares y acontecimientos pueble· rinos de relieve. MOLINA, Marina L.: Jardin de .las emociones. 120 pp. Pr6logo de Juan Diez de Andino. San Juan, Editorial Campos, 1958. Trabajos en prosa y en verso, de fondo humano y social. La moral, el cristianismo y la unidad de la familia se sefialan como medios para conseguir la integra· ci6n de ·u na vida plena. La obra contiene un estudio del fenecido Padre Juan Rivera Viera sobre la personalidad de. la autora. · MACHUGA, Julio ; Miremonos por dentro. 218 pp. Pr6logo de Jorge Luis Porras ·Cruz. San Juan, Editorial Club de la Prensa, 1958." Ensayos breves sobre la condici6n humana en los que el autor manifiesta la necesidad del conocimiento pro· pio para el perfeccionamiento de m.iestras vidas. Sefiala los males que puedeil · 1abrar la infelicidad del hombre y muestra rumbos hacia el logro de lo que puede ha- .. cernos dichosos. ALEGRfA, Jose S.: Rosas y flechas. 179 pp. Ilustraciones de Carlos Marichal. Madrid, Graficas C6ndor, S. A., 1958. Por iniciativa de los hijos del autor aparecen edita· dos estos poemas compuestos a partir de 1908 y publicados anteriormente en revistas y diarios del pais. Sonetinos, sonetos y romances de inspiraci6n y corte modernista integran este poemario en que predomina la nota evocativa. ROBLES DB CARDONA, Mariana: Busqueda y plasmaci6n de nuestra personalidad. 145 pp. San Juan, Editorial Club de la Prensa, 1958. Antologfa critica del e~sayo literario puertottiquefio desde sus origenes hasta la generaci6n del 1930. Se insertan estudios biogrMico-criticos y bibliograficos de los ensayistas enjuicfados.


MALDONADO, Teofilo: Hombres de primera plana. 345 pp. Ilustrado. Introduccion por Rafael Santiago Sosa y comentarios preliminares por el autor. Barcelona, Editorial Campos, 1958. Compilacion de reportajes acerca de varios de los principales lideres politicos de Puerto Rico que fueron publicados originalmente. en la prensa del pais y que recogen momentos de nuestra historia en las tres ultimas decadas. ALBORADA. 130 pp. Ediciones del Departamento de Instruccion Publica, San Juan, 1958. Antologia de poemas para uso de los maestros de la escuela elemental. Incluye creaciones de nifios poetas reproducidos de la Antologia de la Poesia Infantil, de F. Manrique Cabrera, y selecciones de poetas hispanoamericanos. DAVILA SEMPRIT, J.: Poemario de la madre. 134 pp. Ilustraciones de J. A. Torres Martino, Mexico, Imp'resora Juan Pablos, 1958.

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Seleccion de poemas dedicados a la madre de autores europeos e hispanoamericanos, principalmente puertorriquefios, entre los que figuran Joaquin LOpez Lopez, Jose Antonio Davila, Ferdinand R. Cestero, Luis Pales Matos, Juan Antonio Corretjer y otros. BALSEIRO, Jose A. : Cuatro individualist as de Espana. 271 pp. Con introduccion del autor y un prefacio de Nicholson B. Adams. Nueva York, «Van Rees Press», 1958. Serie de ensayos acerca de la obra de Vicente Blasco Ibanez, Miguel de Unamuno, Pio Baroja y Ramon del Valle Inclan. Se incluye una bibliografia de estos autores. ESPADA RODRfGUEZ, Jose: Canto a los argonaut as y otros poemas. 12i pp. Con una introduccion .por el autor. Yauco, Ediciones Yaurinquen, 1958. Poemas de motivos puertorriquefios en su mayoria, ·. dedicados a ciudades y prueblos de la Isla y a acontecimientos y personalidades importantes.


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5.000 ejem. - Dep6sito Legal B. 3343-1959

Printed in Spai n


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