Seminario
VISIONES ALTERNAS AL FENÓMENO DE LA CRIMINALIDAD SaúlJ. Pratts Compilador
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Segunda Edición
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES UNIVERSIDAD DE PUERTO RICO • RECINTO DE RÍO PIEDRAS
SEMINARIO VISIONES ALTERNAS AL FENOMENO DE LA CRIMINALIDAD Segunda Edición
SAUL J. PRATTS Compilador
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES UNIVERSIDAD DE PUERTO RICO
Primera Edición, 1987 (Compilador Baúl J. Pratts) Segunda Edición, 1994 (Re-impreso bajo la supervisión p edición de Irma Roca de Torres) c Pratte 1987, 1994
Todos los derechos están reservados. Ninguna parte de asta libro puede reproducirse en forma alguna sin el permiso escrito de su autor o de la Facultad de Ciencias Sociales. Impreso por la División de Impresos de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Diseño de Portada:
Yolanda Pastrana
INDICE Página PREFACIO A LA SEGUNDA EDICION
i
José Luis Méndez, Decano Irma Roca de Torres, Decana Asociada Facultad de Ciencias Sociales SIGNIFICADO DEL SEMINARIO (Prólogo a la Primera Edición)
1
Saúl J. Pratts, Decano Facultad de Ciencias Sociales MENSAJE DE APERTURA
3
Juan R. Fernández, Rector Recinto de Rio Piedras PONENCIAS Y COMENTARIOS E1 Problema del Delito Madeline Rolnán
7
Comentarios Dora Nevares de Aponte Francisco Aponte Pérez Respuestas Gubernamentales al Problema de la Criminalidad Olga Elena Resumil de Sanfilippo
29 43
51
Comentarios Manuel Angel Morales ¿Hay Salida a la Criminalidad? Luis Nieves Falcón
101 116
Comentarios Mercedes Otero de Ramos Héctor Lugo Bougal
132 143
PREFACIO A LA SEGUNDA EDICION DE VISIONES ALTERNAS AL FENOMENO DE LA CRIMINALIDAD Durante el mes de marzo de 1987, la Facultad de Ciencias Sociales llevó a cabo un seminario sobre Visiones Alternas al Fenómeno de la Criminalidad. En esa actividad participaron diferentes estudiosos de este tema y se escucharon mensajes de los doctores Juan R. Fernández y Saúl J. Pratts, quienes en aquel momento se desempeñaban respectivamente como Rector del Recinto de Río Piedras y Decano de la Facultad de Ciencias Sociales. El tema de la criminalidad fue analizado a través de ponencias y comentarios en los que participaron los profesores Madeline Román, Dora Nevares, Olga Elena Resumil, Manuel Angel Morales
y
Mercedes
otero,
junto
al
entonces
legislador
Francisco Aponte Pérez, el Lcdo. Héctor Lugo Bougal y el Juez Superior Yamil Suárez.' Los temas discutidos fueron el problema del delito, las respuestas gubernamentales a la amenaza criminal y la interro-
Tanto las
ponencias
gante de si hay salida o no a la criminalidad en nuestro país. como los comentarios allí vertidos fueron
sólo un intento para ir enmarcando el problema de la criminalidad en una óptica pluralista que permitiese perspectivas y
'A1 momento de publicación los comentarios del Juez Superior Yamíl Suárez no estaban disponibles.
acercamientos diversos en ánimo de ir sentando las bases para un tratamiento más sistemático y una visión innovadora del tema bajo estudio. Desde entonces hasta el presente, el tema de la criminalidad ha seguido inquietando a la sociedad puertorriqueña. Como resultado de ello, todos los semestres llegan a nuestro Decanato profesores, estudiantes y otras personas interesadas en el tema que solicitan la publicación que se hizo a raíz de nuestro seminario de 1987 sobre Visiones Alternas al Fenómeno de la Criminalidad. Esa demanda agotó por completo la primera edición dei los trabajos de este seminario. Por esa razón, nos hemos visto obligados a preparar una segunda edición de la publicación. Esta segunda edición llega precisamente en el momento en que la
Facultad
de
Ciencias Sociales comienza
a
dar los
primeros pasos hacia la elaboración de un proyecto sobre el conjunto de problemas que afectan la sociedad puertorriqueña de la última década de este siglo. Este proyecto, que es parte de la agenda de trabajo de nuestro Centro de Investigaciones Sociales, aspira a involucrar y a poner en
movimiento al
conjunto de profesores e investigadores de la Facultad de Ciencias Sociales. En este proyecto contamos, además, con la colaboración de algunas personas de otras unidades de nuestro
ii
sistema
universitario, que al igual que los primeros, se
identifican con esa empresa y pueden aportar a su realización. En ánimo de alcanzar esa meta y poder ofrecer a nuestra sociedad alternativas a los problemas a los que se enfrenta a diario, hemos organizado en nuestra Facultad diferentes grupos de
trabajo para estudiar los problemas planteados por la
criminalidad,
la
economía,
la
salud
mental,
la
cultura
política y la tercera edad. El Grupo de Trabajo sobre Criminalidad fue el primero en constituirse y agrupa profesores e investigadores de diferentes unidades de nuestra Facultad, compañeros y compañeras que han
dejado
el
servicio
activo
y
colaboradores
de
otras
unidades e instituci ,nes. Al igual que los demás grupos de trabajo,
este
grupo
recursos
humanos
y
está
haciendo
temáticos
que
un
inventario
disponemos
en
de
los
nuestra
sociedad para el estudio de la criminalidad y ha celebrado foros y actividades sobre asuntos relacionados a este tema como son
los
debates sobre el
derecho a
la fianza
y la
ocupación de los residenciales públicos por la Policía y la Guardia Nacional. El seminario sobre Visiones Alternas al Fenómeno de la Criminalidad que celebramos en 1987 es en cierta medida un antecesor histórico de este empeño el cual queremos reforzar en este momento con la segunda edición de la publicación de los trabajos que allí se presentaron.
iii
Queremos agradecer la colaboración de Magdalena Morales, Secretaria Ejecutiva; de Marjorie Hayes, Asistente de Administración; del equipo de mecanógrafas del Decanato, Eulalia Rodriguez,
Wanda
Montalvo,
Bibliotecaria Auxiliar; y
Sánchez
y
Ana
Rosa
Figueroa; de de
la
Eileen
estudiante
Glenda Lee Vélez en la elaboración de esta segunda edición. Sin su acostumbrado esfuerzo, este trabajo no hubiera sido posible.
José Luis Méndez, Decano Irma Roca de Torres, Decana Asociada
iv
SIGNIFICADO DEL SEMINARIO' La idea de realizar este seminario surgió como resultado de la planificación de actividades académicas sobre asuntos de actualidad de la Facultad de Ciencias Sociales. El propósito de la actividad es el de tener una discusión amigable entre personas con diferentes perspectivas sobre un asunto de vital importancia en el país. Esta discusión cumple con la misión de establecer comunicación entre los universitarios y un grupo de ciudadanos que laboran en el sector público y privado, ya que entendemos que ese vinculo aumenta la pertinencia social de la Universidad. El tema del seminario, la criminalidad, resulta ser un reto a nuestra capacidad de entendimiento debido a su complejidad y a la necesidad urgente que tenemos de erradicarla de nuestro
país. Reconocemos que la
complejidad
de
la
misma
dificulta la posibilidad de ofrecer una explicación total del fenómeno. La propia amplitud de la tipología utilizada en las ciencias sociales impone unas limitaciones metodológicas ante las
variantes
que
presenta
la
criminalidad.
En
adición,
estamos ante la necesidad de generar mayor conocimiento sobre la relación entre el sujeto y la estructura social ante este fenómeno social.
'Introducción a la Primera Edición, marzo 1987.
2
Las reflexiones de este grupo de estudiosos preparados en diversas
disciplinas
es
una
aportación
a
la
discusión,
entendimiento y solución a un problema de gran vigencia como lo es la criminalidad. Este esfuerzo representa una esperanza de un porvenir colectivo de mayor tranquilidad y sosiego para los puertorriqueños. La Facultad de Ciencias Sociales agradece la gentileza de estos profesionales que respondieron con entusiasmo a participar como ponentes y comentaristas de esta actividad. De igual forma,
agradecemos
a
los
universitarios
y
visitantes
que
aportaron a la discusión durante el seminario. Reconocemos que en el éxito de la actividad aportaron con su incansable labor el personal del Decanato, especialmente la Sra. Carol Rivera y la Sra. Miriam Collado.
Saúl J. Pratts Decano, 1987-1990 Facultad de Ciencias Sociales Recinto de Rio Piedras Universidad de Puerto Rico
MENSAJE DE APERTURA' Debo confesarles que al dirigirme a ustedes a través de este breve saludo siento una gran ambivalencia.
Por un lado,
me complace enormemente tener de visita en el Recinto a tan distinguido grupo de ciudadanos, algunos de ustedes queridos compañeros de la Universidad que laboran con nosotros o se encuentran sirviéndole al país en otras entidades públicas. Pero, por otro lado, me entristece que lo que provoca esta reunión es un malestar crónico por el cual nuestra sociedad parece estar cada día más afectado. No obstante, me siento optimista, ya que esta actividad-concebida y organizada por el compañero Decano de la Facultad de Ciencias Sociales, Dr. Saúl J. Pratts--representa
otra
esperanza en la ardua búsqueda de información constructiva en torno al complejo problema de la criminalidad. Ciertamente, mi aspiración--y estoy seguro que la de ustedes también--es que la
actividad
sea
una
semilla
que
eventualmente
produzca
alternativas viables para el manejo efectivo de esta seria condición social. Con ese pensamiento en mente, desearía compartir con ustedes
dos
preocupaciones.
Si
coinciden
conmigo
en
la
apreciación de que la criminalidad es síntoma--o sea, es la
Mensaje de Apertura al Seminario que se celebró el 4 de marzo de 1987.
4
expresión observable de un problema más profundo--probablemente también compartan, por lo menos, la primera de mis preocupaciones. Me refiero a que con frecuencia las respuestas que surgen para enfrentarse al problema de la criminalidad son respuestas inmediatas a situaciones de crisis.
Así se reacciona a un
atentado repugnante, un delito repulsivo o un crimen horrendo para enfrentar con supuesta efectividad una situación particular sin que se atienda
el problema
subyacente que
le da
origen. Naturalmente, al no atender ese problema subyacente, la conducta que se pretende corregir continúa manifestándose. Más aún, se podría argumentar que estas respuestas inmediatas muy bien podrían contribuir al aumento en la criminalidad, como seria el caso si tienen como consecuencia convertir las instituciones penales en "escuelas del crimen" o estimular la violación de derechos individuales en aras de una muy mal entendida eficiencia. Permítanme ahora referirme a otra preocupación aún más profunda la cual no sé si ustedes comparten.
Nosotros en las
ciencias sociales somos los llamados a responder en formas más sofisticadas ante problemas como el de la criminalidad.
Es
decir, somos nosotros quienes tomamos la iniciativa en la exploración
de
soluciones
que
superficialmente se percibe. respuestas
que
acostumbramos
vayan
más
allá
de
lo
que
Sin embargo, me temo que las dar--precisamente
por
ser
5
sofisticadas, elaboradas y no simplistas--tienden a ser altamente abstractas y desconectadas de la práctica cotidiana. En otras
palabras,
somos
capaces
de
producir
excelentes
y
creativos proyectos de investigación y ensayos que estimulan el intelecto, pero que impiden o cohiben la acción congruente con sus principios teóricos.
En este aspecto, las respuestas
simplistas a que aludía antes nos aventajan ante su ilusoria efectividad producto de la inmediatez. Sin duda, esto requiere que al enfrentar problemas como la criminalidad, sea necesario no sólo un mayor esfuerzo y dedicación
de toda
nuestra atención
A la vez que profundos, los estudios
también de imaginación. y
propuestas
deberán
y conocimientos, sino
ser
viables; simultáneamente
con
su
rigurosidad deberá estar presente su calidad de prácticos. Sé que no es fácil.
Pero, precisamente por eso, es que
nos hemos esforzado para reunir tan selecto grupo como el que nos acompaña hoy en este Recinto de Río Piedras.
Si fuera
fácil, podríamos haber llamado a otros. Para lo dificil hemos llamado a los mejores.
Gracias por haber respondido presente.
Juan R. Fernández Rector, 1986-1992 Recinto de Río Piedras Universidad de Puerto Rico
EL PROBLEMA DEL DELITO Madeline Román' Tres planteamientos fundamentales constituyen el eje de nuestras reflexiones en el presente trabajo. En primer lugar, el problema del delito no es un problema del sujeto y sí un problema de estructura. En segundo lugar, el delito no es un fenómeno vinculado a la pobreza o a sectores marginales de la clase trabajadora.
Y en tercer lugar, la manera en que está
planteado el problema del delito
y de la criminalidad
al
presente en nuestra formación social se halla vinculado a una crisis profunda de estructura de las formaciones sociales capitalistas y a la forma que ésta asume al nivel local y en el contexto norteamericano. Al
plantearnos
que
el
problema
del
delito
no
es
un
problema del sujeto y sí un problema de estructura, estamos postulando que es un problema vinculado a la totalidad de la formación social y vista esta totalidad no como una colección fragmentada o como la suma de múltiples indicadores, sino como totalidad dialéctica. Desde esta óptica, el objeto de estudio no es el sujeto que se define como desviado, sino esa totalidad. Las insuficiencias teóricas, metodológicas y prácticas de los modelos que se centran en el sujeto como objeto de estudio se ilustran tanto en su imposibilidad de precisar atributo y/o características inherentes a los sujetos y las poblaciones
'Catedrática Asociada, Departamento de Sociología y Antropología, Facultad de Ciencias Sociales, Recinto de Río Piedras, Universidad de Puerto Rico.
8
desviadas
como en el fracaso
de la llamada hipótesis
rehabili-
tadora.) No proponemos, teniendo como referente las diversas reflexiones
de
los
teóricos
de
la
nueva
criminología,2
afrontar los "orígenes estructurales" del delito, esto es, postulamos una economía política del delito e igualmente los "orígenes inmediatos" del delito, esto es, en qué medida las condiciones dominantes son
interpretadas por el sujeto en
forma tal que éste opte por un comportamiento esencialmente "desviado" y/o fenómeno
lo desviado es
criminal, asumiendo que
normativo.3
En
esencia,
si
reconocemos
que
un el
problema del delito es uno de estructura, entonces habría que plantearse,
al
igual
que otros
estudiosos
del
área,`
que es
muy poco lo que podemos hacer al nivel individual si esto no va acompañado de transformaciones cualitativas al nivel de la totalidad de la formación social. Iniciamos esta reflexión partiendo de que el delito es una definición estatal en función de los requerimientos de estas formaciones sociales especificas. El robo, por ejemplo,
Pavarini, Massimo. "Criminología y orden burgués: Los orígenes y los primeros desarrollos teóricos", en Control v dominación. México: Siglo Veintiuno, Editores S.A., 1983. 2 La nueva criminología se constituye a partir de una reacción y la incorporación de una postura critica en torno al legado teórico e investigat:ivo de la criminología clásica y positivista. 3
Walton, Paul; Ian R. Taylor y Jack Young. "La reacción social, la aceptación de la propia desviación y la carrera desviada", en La nueva criminolov:ia. Buenos Aires: Amorrortu Editores, 1977. 4 ~bid.
9
no tiene sentido sino en el contexto de un régimen fundamentado en la propiedad privada e igualmente en el contexto de una instancia jurídica que asume la forma contractual para darle legitimidad a la relación capital-trabajo y, concretamente, al trabajo asalariado como la única via legal-legitima: La satisfacción de las propias necesidades a través del contrato será reconocida como útil, moral y licita; fuera de este esquema jurídico, la acción será considerada socialmente nociva, inmoral, criminal.s Los primeros estatutos en contra de la vagancia ilustran el carácter normativo de lo que constituye delito6 e igualmente ilustra que esta definición estatal se vincula al manejo de las poblaciones excedentes y el problema que éstas le presentan a la burguesía y al Estado. A su vez, el comportamiento de estas poblaciones es criminalizado progresivamente por parte del Estado. Al presente, el delito sigue siendo un fenómeno normativo vinculado a requerimientos particulares de este tipo de
formaciones
argumentos
en
recientemente,
sociales. torno incluso
a
la por
Lo anterior se ilustra en los descriminalización sujetos
vinculados
esgrimidos a
diversas
instancias del aparato estatal: La encarnación legislativa de la moral pública prevaleciente no puede justificar la prohibición ni
s Pavarini, op. cit. 6 La posición estructural de amplios sectores poblacionales de excampesinos no incorporados al trabajo asalariado en los estadios iniciales del capitalismo los ubicó automáticamente en el delito de la vagancia.
lo
la dicotomía ilegales.'
selectiva
entre
drogas
e
legales
... no he visto que los boliteros le hagan mal a nadie, y además son personas honestas, honradas, padres de familia decentes.8 Esto es, el delito más que un problema de moral está planteado como una definición a partir de exigencias especificas de formaciones
estas
analizarse
al
sociales.
margen
de
Estas
definiciones
las relaciones entre
no
pueden
las clases.
Algunas formas de apropiación, específicamente ejecutadas por los no propietarios, se constituyen en delito (crimen en las calles),
mientras
otras formas
de
apropiación,
sobre
las
cuales se sostienen los modos de producción y las formaciones sociales, no están contempladas en los estatutos de derecho penal. ¿Por qué el delito no es un fenómeno vinculado a la pobreza? Si lo afrontamos como problema histórico, es en los estadios iniciales del capitalismo donde se va configurando un discurso politico y criminológico que establece la relación "proletariado-pobre-criminal"9, es decir, la relación pobrezacriminalidad.
La
materialidad
de
este
discurso
en
esos
estadios estuvo vinculada con el manejo de las poblaciones
Dms,
Díaz González, Abraham. "Las drogas y el futuro de la democracia", 2 de noviembre de 1986, p. 75. El Nuevo S
Vargas, Maelo. "Reta a que legalicen el juego de bolita", El Nuevo pía, 6 de enero de 1986, p. 12. 9
pavarini, op. cit.
11
excedentes, la criminalización de los comportamientos "improductivos" e "inútiles" desde el punto de vista de la ética capitalista del trabajo y, a su vez, la no criminalización de las actividades de otros sectores, particularmente del Estado y del capital. Al
presente, la
sobrerrepresentación
de
los sectores
marginales de la clase trabajadora en las estadísticas de arrestos y convicciones, más que corroborar el que efectivamente sean delictivas,
esos sectores los que incurren ilustra
los
patrones
en
actividades
discriminatorios
de
las
civersas agencias de control. Específicamente, nos referimos a la policía, el sistema de cortes, el aparato legislativo y la política en torno a los diversos comportamientos, actos y sujetos a ser intervenidos y procesados criminalmente. Esto es, la intervención clasista del Estado y de sus diversos aparatos al identificar zonas, sectores y sujetos de alto riesgo,10 y
el relativo distanciamiento de
otras clases
y
grupos respecto a la intervención de las agencias de control. Sectores en oposición han señalado: que hay que reconocer que, aunque las 20 instituciones penales del país internan 25,000 confinados durante el año, casi todos jóvenes de escasos recursos económicos y adictos a drogas, la delinno es un mal de las familias pobres cuencia
10 Quiñones Calderón, A. "De frente contra la criminalidad", El Nuevo Día, 4 de febrero de 1986, p. 2.
12
económicamente, sino que ocurre en todas las esferas socioeconómicas del país." Particularmente, al nivel del operar de la instancia jurídica, se ha planteado que una diversidad de procesos vinculados-consejería legal, fianza y tipo de juicio, entre otros--y la forma en que éstos se expresan para las poblaciones de escasos recursos contribuyen Al
severas.'Z
a
la
presente, la
de sentencias
más
poblacional de
las
adjudicación composición
diversas instituciones de confinamiento, al igual que las respuestas estatales al problema de la criminalidad--proyectos
estatal
y
unos
modelos
criminológicos
que
vinculan
de ley, proyecto RED,13 entre otros--ilustran una política la
criminalidad con la pobreza. Esta política estatal y estos modelos criminológicos actúan como componentes intelectualesideológicos en las relaciones entre las clases e intraclases. Lo anterior se ilustra en la intervención y procesamiento diferenciado, por un lado, de los casos de corrupción que involucran sujetos periféricos o centrales a los sectores de poder del capital o del Estado--"la mayoría de los individuos convictos por el 'lavado de dinero' cumplen sentencias en
" "La reforma penal que propone CAFC", en La Justicia Confinada, Vol. 1, Año 2, Núm. 2, abril-septiembre 1984. 12
Farrell, Ronald A. y Victoria L. Swigert. "Normal Homicides and the Law", Farrell y Swigert, (Ede.), The Substance of Social Deviance, CA: Alfred Publishing, 1979, p. 375.
13 Recursos Entretejidos con Dedicación Para la Prevención de la Criminalidad en Residenciales Públicos.
13
probatoria"--'4
y
el procesamiento del llamado crimen de las
calles (poblaciones excedentes). La intervención y el trato legal diferenciado se ilustra de igual forma en la intervención y procesamiento desigual por clase, sectores de clase y grupos sociales aun incurriendo en unos mismos delitos.15 Se ilustra,
también,
en
las
relaciones
entre
trabajadores
integrados y/o asalariados pertenecientes a sectores intermedios
y
los
subempleados
y
desempleados
pertenecientes
a
sectores marginales de la clase trabajadora. Los esfuerzos comunitarios por prevenir la criminalidad en las urbanizaciones van dirigidos pred y
inantemente a obstaculizar la entrada
vigilar el comportamiento de sujetos de
otros sectores
residenciales, predominantemente de caseríos.16 Nuevas formas de segregación van configurándose a partir de esta articulación del problema del delito. En torno a la
urbanización
Parque Forestal se ha señalado: ... es única en la Isla con la peculiaridad de estar circulada por un muro de hormigón sobre el que hay una verja electrónica de siete pies, controlada por computadoras ... cada casa posee alarinfrarrojas activadas por computadoras mas
14 Coyas Quevedo, Waldo D. "Da comienzo el juicio", 22 de octubre de 1986, p. 4-5.
E1 Nuevo Día,
15 Al nivel local, esto se ilustra con el llamado escándalo de Quebradillas en el 1986. 16 Lo anterior se ilustra con el caso de la residencial público E1 Alamo en Guaynabo.
urbanización
y el
14
conectadas al Cuartel de la Policía . entre $175,000 y $400,000." vertiente
Una
criminalidad
y
de
la
planteamiento
este
pobreza
se
establece
desempleo-criminalidad. En estudios se
ha
Cuestan
vinculado en
la
a
la
relación
evidenciado una
relación inversa entre las variables tasas de participación laboral
y
población
confinada.1e Por
un
lado, lo anterior
podría interpretarse como que de forma exclusiva el fenómeno del desempleo provoca una mayor actividad delictiva en unos sectores. Sin embargo, también la evidencia apunta a que el fenómeno del confinamiento pueda ser una respuesta estatalestructural al problema del desempleo como se ilustra históricamente
con
el fenómeno
del
gran
encierro.19
Se
observa,
además, el emerger del discurso a favor de la pena de muerte, predominantemente
en
momentos
de
crisis
económica,
y
la
tendencia a aumentar la concesión de probatorias en momentos de alzas en la participación laboral.20 La forma en que está planteado el problema de la criminalidad en nuestra formación social se halla vinculada a una
17 Ol.avarría, Bienvenido. "García Azache, blanco de la critica", ~1 Nuevo Día, 26 de enero de 1986, P. 4. 18 Colvin, Mark. "The Contradictions of Control: Prisons in Class Society", The Insurgent Sociologist, Vol. X, No. 4, Vol. XI, No. 1, Summer-Fall, 1981. 19 En estudios iniciales del capitalismo, el gran encierro evidencia la encarcelación masiva de los diversos sectores acusados de violar el estatuto de la vagancia. 20 Colvin, op. cit.
15
crisis
profunda
de
estructura
de
la
formación
social
capitalista y de la forma que asume al nivel local la crisis generalizada del capitalismo.21
En relación a esta última,
particularizamos el problema de la crisis fiscal, el de los procesos de desmantelamiento del Estado Asistencial y el de la reestructuración política tanto del Estado como de los grupos de derecha. En investigaciones alrededor de la forma que asumen estos procesos en otras formaciones sociales, se ha planteado el emerger de un tipo de Estado de excepción. Este se caracteriza por el desarrollo de una diversidad de dispositivos con el objetivo de que la sociedad se haga Estado.
Esto es, la
creación de lo que se ha denominado un populismo autoritario, un consenso autoritario en torno a la criminalidad y a una diversidad de aspectos de la vida cotidiana; la manipulación de los temores auténticos de las diversas poblaciones en torno a la criminalidad para adelantar unos proyectos políticos como únicas
alternativas
al
problema;
la
ampliación
del
lado
represivo del Estado y la conversión de un problema económico y
político
en
uno
de
índole
moral.22
Al
nivel
local,
lo
2' La crisis generalizada del capitalismo se caracteriza por la presencia simultánea de la caída tendencial en la tasa de la ganancia, tendencias inflacionarias y desempleo estructural. R.S. Ratner y John L. McMullan, "Social Control and the Rise of the 'Exceptional State' in Britain, the United States and Canada", Crime and Social Justice, 19, p. 31.
16
anterior se ilustra en la proliferación de discursos estatales dirigidos a proyectar la articulación estatal en torno
al
problema de la criminalidad como la articulación de los diversos sectores poblacionales, intentando crear un nuevo consenso y un popu:Lismo autoritario a partir de una progresiva absorción de la sociedad civil por la sociedad política: Para hacerles frente (a los criminales) tienen que envolverse con el gobierno, las organizaciones comunitarias y los ciudadanos. Se ilustra, además, homogeneizando, incluso al
nivel del
discurso, una formación social estructuralmente desigual y heterogénea. En torno al proyecto para limitar el derecho de fianza se ha señalado: Yo sé que todos ustedes están deseosos de tener esa oportunidad de enmendar la Constitución para protegerse ustedes mismos de delincuentes peligrosos y habituales...2° En
torno
al
proyecto
de
interceptación
telefónica
se
ha
propuesto: Vamos a consultar al pueblo sobre este particular y sé que abrumadoramente votará a favor de la enmienda constitucional.
22
Aponte Pérez, Francisco. "La tragedia de enero de 1986, p. 4.
del
crimen", $1 Nuevo Día,
u Arrieta, Rubén. "R.H.C. impulsa la medida para limitar la fianza", El Nuevo Día, 7 de marzo de 1986, p. 4. 2s
gu:iñcnea Calderón, A. "Propone la interceptación telefónica", Nuevo Día, 13 de marzo de 1986, p. 4.
1
17
Esta tendencia se ilustra igualmente en los esfuerzos por adelantar ciertos proyectos de ley como únicas alternativas al problema
de
la
criminalidad;
en
el
aumento
de
partidas
presupuestarias destinadas a los aparatos de control;
en
legislaciones
en
cada
vez
más
punitivas
como
se
ilustra
planteamientos tales como el de establecer "una nueva ley de menores `menos paternalista'"2S. reclamos que
hace
el
Se ilustra, además, en los
Superintendente
de
la
Policía
a
la
Asamblea Legislativa para que, ... produzca legislación que provea a la Policía, fiscales, jueces y encargados del Sistema de Corrección de mecanismos vigorosos y eficaces en la persecución criminal. Más aún, se muestra en la proliferación de discursos en torno al vinculo entre el delito y el llamado resquebrajamiento de valores: .. fortalecer la familia, la escuela y las iglesias como transmisores de valores eternos.30
"Proyectos de ley que limitan o atentan contra los derechos constitucionales de todos los puertorriqueños", Comité en Defensa de Derechos Ciudadanos, Inc., marzo 1986. 27
Estrada Resto, Nilsa. "Mal utilizada la fuerza policíaca", El Nuevo Día, 7 de febrero de 1986, p. 2. Olavarria, Bienvenido. "21 millones más contra la delincuencia", 1 Nuevo Día, 23 de febrero de 1986, p. 5. "L6pez Feliciano: Pide legislación (UPI). criminalidad", 1 Reportero, 7 de marzo de 1986, p. 6. Arrieta, Rubén. "Plan del Ejecutivo para crimen", El Nuevo Día, 19 de julio de 1986, P. 11.
la
vigorosa
contra
prevención
del
18
La materialidad de este proceso se vincula a las formas que asume el manejo por parte
del Estado del problema de la crisis
fiscal. Ante un aparato estatal que confronta serios obstáculos para mantener toda la infraestructura que contempla el ejercicio
como se ilustra
de la vigilancia,
en el señalamiento
de que: El costo del modelo que utilizamos para `resolver' el problema es incalculable, rebasa nuestros recursos de pueblo pobre y es lastre agotador para la atención debida a otras urgencias sociales improrrogables. 31 lo que subyace a la aparente y
políticas
discursos
de
por
los
parte
democratización
aparatos de
de
control
agentes estatales
de las decisiones sugerida es
la
en
los
creciente
incapacidad estructural y fiscal del Estado de sostener este tipo de vigilancia. Ejemplos de esto se encuentra a diario en la prensa del país: El pueblo está reaccionando muy positivamente y con esta unión no se necesitan muchos más policías para contrarrestar el crimen.32 ... debido a las condiciones que atraviesa el país y porque el gobierno no cuenta con ingresos suficientes para dar esa suma (no darán a los policías los $30 millones más),33
31 Díaz González, op. cit., p. 75. 32 Primer Plano. "Rechazan que la Policía sea chivo expiatorio", ~1 Nuevo Día, 24 de enero de 1986, p, 22. 33
primer Plano. "No darán a la Policía los $30 millones más", El Nuevo Día, 21 de enero de 1986, p. 14.
19
Igualmente, la proliferación de los diversos tipos de vigilancia privada evidencia cómo en el contexto de la crisis fiscal el Estado recurre al capital privado y, a su vez, el capital privado asiste al Estado incorporándose al ejercicio de la vigilancia.
En los estadios iniciales del capitalismo, este
proceso se llevó a cabo a la inversa, de formas privadas de vigilancia ejercidas por los mismos propietarios a formas públicas de vigilancia una vez el Estado tuvo la capacidad fiscal para asumir dicha tarea,35 Tanto el fenómeno del Estado de excepción, como lo que ha venido a ser llamado un proceso de militarización total, se ilustra
en
la
progresiva
inserción
de
diversos
sectores
poblacionales civiles en funciones de vigilantes y en
la
reproducción
al
acritica
del
discurso
estatal
en
torno
problema de la criminalidad. Específicamente, esto se ilustra en los planteamientos alrededor de "la creación de comités de seguridad vecinal en todos los sectores de elevada incidencia criminal"
e, igualmente, en políticas como las mostradas por
los "Crime Stoppers."~
La campaña del Supermercado Pueblo, la Cámara de Comercio y el negocio de la policía privada constituyen ejemplos de esto. 35 Sptizer, Steven. The Political Economy of Policing", en Crime and Capitalism, David Greenberg, (Ed.) New York: Mayfield Publishing Co., 1981. Aponte Pérez, op. cit., p. 4. 37 "Público responde a 'Crime Stoppers'", 1986.
1 Mundo, 10 de julio de
20
El Estado incurre en un quehacer contradictorio en la medida en que la ampliación de su lado represivo ha venido implicando una política hacia un mayor confinamiento, exacerbando, de esta forma, el problema de la crisis fiscal. En torno a la población confinada, se ha planteado que "cada vez que se hace una redada, aumenta de un día para otro".38
Se ha
señalado, además, que la crisis carcelaria se evidencia en la "falta
de suficientes trabajadores sociales",
en
que
los
"confinados duermen en el piso" y en que las comidas en la penitenciaria son "frias e incompletas".39 Esta crisis se hace también evidente en la creciente incapacidad organizacional del sistema de cortes. Sujetos insertos al aparato estatal han estado planteando que, ... las fuerzas del ministerio público están con las manos llenas, casi en desesperación, por la enorme cantidad de casos criminales que deben atender.40 Esta incapacidad del sistema de cortes para procesar los casos pendientes constituye uno de los problemas del operar de la instancia jurídica en las formaciones de capitalismo avanzado. A propósito del contexto norteamericano, se ha planteado que de llevarse a cabo un juicio por jurado por cada caso criminal
38
Olavarría, Bienvenido. "Nuevo perfil de la crisis carcelaria", El puevo Día, 16 de febrero de 1986, p. 3. 39
Coyas, Waldo. "Amenazan con desacato a loe de Corrección", Nuevo Día, 5 de febrero de 1986, p. 11.
1
Arriata, Rubén. "Sin recursos suficientes contra la criminalidad", El Nuevo Día, 10 de julio de 1986, p. 10.
ai
pendiente en las cortes norteamericanas, el sistema de cortes colapsaría en menos de un año." Tanto en el contexto norteamericano como al nivel local, la respuesta estatal al problema de la crisis fiscal ha sido el progresivo desmantelamiento del Estado Asistencial; al nivel
local
con
los
llamados
recortes
federales,
en
el
contexto .estadounidense con las llamadas reducciones en el salario social. Teóricos del capitalismo avanzado, al igual que
de
las
formaciones
de
capitalismo
dependiente,
han
señalado que la presencia del Estado Asistencial ha venido implicando un declinar de la ética fapitalista del trabajo. A su
vez,
el
desmantelamiento
del
Estado
Asistencial
y
la
reducción del llamado salario social, requieren de un proyecto político
dirigido
a
una
remoralización
de
las
diversas
poblaciones excedentes a la ética capitalista del trabajo. Desde esta óptica, el problema de la criminalidad se plantea como un problema de índole moral. Se trata de un proyecto político que retoma
muchos de los elementos del discurso
político de estadios iniciales del capitalismo. Sobre todo, se plantea aquellos elementos relacionados a los valores morales absolutos del bien y del mal y al esfuerzo individual en la dirección
de
una
reconstrucción
conservadora
de
la
vida
The Dialectics of Legal Repression", en Balbus 41 Balbus, Isaac. (Ed.) The Dialectics of Legal Represion. New York: Russell Sage Foundation, 1973.
22
cotidiana via el refortalecimiento de las diversas instituciones de encuadramiento. Instituciones cuya función histórica ha sido precisamente una de moralizar, encuadrar y normalizar a las diversas poblaciones en la ética capitalista del trabajo. De esta manera, el problema de la criminalidad está visto como uno vinculado a la
crisis de
la familia, a
la deserción
escolar, a la ausencia de severidad del sistema correccional. Lo anterior se ilustra en planteamientos tales como: Cuatro de los principales funcionarios públicos del país ... coincidieron ayer en que la proyectada reforma del sistema educativo es un instrumento esencial en la prevención del crimen ... apuntaron la necesidad de enseñar principios éticos y morales en el hogar.42 problema de la criminalidad empieza en la . el familia.4 ... :impulsar el trabajo esforzado como ética de vida.44 ... la deserción escolar y la delincuencia juvenil van die la mano.45 El procesamiento del llamado crimen de cuello blanco tampoco se encuentra desvinculado del problema de la crisis fiscal. La pregunta es, ¿por qué el Estado ha comenzado a
42 Estirada Castro, Nilka. "Más prevención y menos castigo", $1 Nuevo Día,, 30 de octubre de 1986.
43 jbid. u
Varona, Carlos. "La criminalidad",
1 Nuevo Día, 6 de febrero de
1986.
45 Quiñones Calderón, A. "En aumento la deserción escolar", El Nuevo pía, 8 de marzo de 1986, p. 4.
23
intervenir y a procesar legalmente sectores que previamente no eran intervenidos principalmente? Ciertamente no es que la corrupción y las irregularidades, como han venido a ser denominadas,
se
constituyan
en
un
fenómeno
nuevo
respecto
a
nes sociales. Si las definiciones de delito, al
igual
estadios previos de este modo de producción y estas formacioque la
intervención estatal, se hallan vinculadas a los requerimientos de esta formación social en el contexto de la crisis fiscal,
el
procesamiento
en
contra
de
la
corrupción
va
dirigido a aminorar un proceso que tiende a desangrar una estructura
estatal
que
en
sí
misma
y
en
ausencia
de
la
corrupción confronta serios obstáculos a su reproducción: ... los delitos de cuello blanco (representan) $6O0 millones de desfalco anual en el gobierno.` Igualmente, es a partir de esos requerimientos asociados a la crisis fiscal que se han exacerbado los procesos de intervención y vigilancia de las diversas actividades que no pasan por el fisco: convicciones
.. 12 en tribunales y 3.4 millones principalmente en contribuciones no pagadas."
'Reunión del pueblo", Comité de Derechos Ciudadanos, 27 de marzo de 1986. Olavarría, Bienvenido. "Golpe a la corrupción en Hacienda", j Nuevo Día, 5 de noviembre de 1986, p. 18.
24
Al
nivel
local, este
proceso se
halla
exacerbado
por
la
política partidista. En torno a los motines en las instituciones de confinamiento se ha planteado: En alguna medida estas situaciones son el producto del sabotaje directo e indirecto de funcionarios de la propia Administración de Corrección Igualmente,
se
exacerba
por
la
necesidad
de
incurrir
en
estrategias dirigidas a legitimar un Estado con una aguda crisis de autoridad. La noción de crimen de cuello blanco es la articulación teórica que la criminología positivista hace de estos nuevos requerimientos estatales o como lo plantea Pavarini: En efecto, el capitalista, en su dimensión monopolista, se sitúa como capital racional. Debe, por tanto, disciplinar la anarquía del capitalista individual.49 En este sentido, el Estado no escatima en criminalizar, si es preciso,
a
sus
propios
miembros.SO
Sin
embargo,
ante
el
problema de la corrupción, el Estado incurre en un quehacer contradictorio. Por un lado, articula un discurso en el cual el problema es visto como un comportamiento anómalo respecto a la reproducción de la totalidad de esta formación social y
48 49
Olavarria,
op. cit., p. 3.
Pavarini, op.
cit.
50 Humphries, Drew y David Greenberg. "The Dialectics of Crime Control", en Greenberg, (Ed.) Crime and Capitalism.
25
del capital en particular, mientras que se ha planteado que la reproducción del sector ilegal del capital y la dialéctica entre sectores legales e ilegales constituye
parte de
la
ausencia
de
reproducción regular del capital.S1 Estos
procesos
estatales
no
se
dan
en
oposición por parte de los diversos sectores subordinados. En estudios en torno al contexto estadounidense, sectores de la oposición, en contextos históricos específicos, han afrontado el problema del trato legal diferenciado y de la intervención clasista del Estado con propuestas en la dirección de reducir las penas por delitos cometidos por los sectores marginales y para redirigir esfuerzos en el control del comportamiento delictivo del capital
y de sectores cercanos a
éste. Sin
embargo, como plantea Greenberg, la idea de encontrar presidentes, congresistas y ejecutivos confrontando la prisión y sentencias más severas, mientras los llamados delincuentes se encuentran en las calles, resulta algo absurdo y sin significado para los diversos sectores vinculados al aparato estatal.S2 Al nivel local, otros procesos de resistencia se hallan vinculados a la protección por parte de las mismas comunidades
The Illegal Sector of Capital: S1 O'Mattey, Pat. A Theoretical Examination of Organizing Crime", Contemporary Crises, Vol. 9, No. 1, March 1985.
52 Greenberg, David y Drew Humphries. Sentencing Reform", en Crime and Capitalism.
The
Cooptation
of
Fixed
26
en contra de la intervención de las agencias de control. Por ejemplo, se ha mencionado: El comandante ... dijo que la Policia no tiene el propias familias del mencionado apoyo de las barrio ya que cuando los agentes hacen redadas, los padres y demás parientes protegen a los drogadictos y arrojan las evidencias por el inodoro.53 Los procesos de resistencia se relacionan, además, con la rearticulación
de
las
definiciones
estatales
de
delito
evidente, por ejemplo, en el concepto de "rescate" en oposición a "invasión" de terrenos. Estos procesos se ven reflejados, de igual forma, en los esfuerzos organizados en contra de las respuestas estatales al problema de la criminalidad, por ejemplo, y se ha señalado que, ... obreros y profesionales, estudiantes y profesores, amas de casa, ministros de distintas iglesias, representantes de todas las ideologías políticas han hecho causa común para decir que no a los que usan la criminalidad y el miedo como excusa para atacar el pueblo.S4 Al nivel estructural, los procesos de resistencia se observan en la progresiva desafiliación de las diversas poblaciones adscritas a las instituciones de encuadramiento respecto al discurso
politico dominante.
A
propósito de
la
deserción
escolar y de los niños, se ha planteado:
s3 Primer plano. "Rechazan que la
Policía
sea chivo expiatorio",
El Nuevo Día, 24 de enero de 1986, p. 2. S4
Boletín, Comité de Derechos Ciudadanos, marzo 1986.
27
... no les gusta la escuela ... se cansaron de estar en ella ... no le ven la utilidad a estar en ésta,ss En este sentido, podríamos concluir, como lo plantean otros estudiosos del área, que la práctica de los diversos sectores asociados al problema de la criminalidad no es más "desviada y/o criminal" de lo que es forzada a ser en una formación social estructuralmente desigual y hostil.
ss
Quiñonea Calderón, op. cit., p. 7.
Giusti, Juan. "Nothing New Under the Sun?", The San Juan Star, April 27, 1986.
COMENTARIOS A "EL PROBLEMA DEL DELITO" Ponencia de Madeline Román
Dora Nevares de Aponte'
La
primera
tesis que expone
la
deponente
es que
el
delito' "no es un problema del sujeto, sino de estructura". Coincido que esta tesis se ilustra en un número significativo de casos de delitos de cuello blanco,2 en delitos asociados con el narcotráfico y el consumo de drogas,3 y en la tipificación delictiva de la conducta homosexual,4 entre otros, donde
Profesora de Derecho, Universidad Interamericana. ' En este escrito me referiré al delito como una acción de omisión que es realmente dañina para la sociedad o que se considera realmente dañina por un grupo con poder político para hacer cump. r sus creencias, y para la cual se provee una sanción. Para la doctora Román, "el delito es una definición estatal vinculada a loe requerimientos de las formaciones sociales". 2 El crimen de cuello blanco, que incluye la violación de la ley en el curso del trabajo, fraudes, corrupción no organizada y delitos llevados a cabo por las personas jurídicas, entre otros, puede explicarse por cualquiera de las teorías culturales del fenómeno del crimen, e.g., asociación diferenciada para explicar cómo el sujeto se involucra en ese tipo de conducta, y anomía o conflicto cultural para explicar la presencia de ese tipo de delitos en la sociedad. No obstante, ello no es incompatible con la postura de la etiquetación interaccionista y de algunos criminólogos críticos, entre ellos la ponencia comentada, de que el sujeto opta por el crimen de cuello blanco al interpretar las condiciones y formas de acción social prevalecientes. 3
La criminalización de las drogas crea un mercado ilícito altamente lucrativo que moviliza grandes cantidades de recursos líquidos. La prohibición tiene múltiples efectos sobre la estructura social. Por un lado, propicia el crimen organizado y enriquece a unos grupos de poder; por otro, justifica el control represivo del Estado ante los esfuerzos de implantar la prohibición, crea una subcultura delincuente asociada al consumo del bien prohibido y propicia el crimen callejero de parte del adicto que necesita dinero para comprar la droga, lo cual genera costos cuantiosos para los ciudadanos y el propio Estado.
4 Las campañas de algunos grupos de poder en la sociedad para definir otros grupos como delincuentes se ilustra en el caso de la legislación penal y estigmatización social de los homosexuales. Aunque su conducta no es realmente dañina, se considera socialmente dañina por grupos de mayor poder político. En este caso, los beneficios para los grupos de poder no son económicos, sino simbólicos, como lo fue en sus orígenes la campaña de los grupos protestantes urbanos en Estados Unidos a principios de siglo a
30
se puede afirmar que los mismos constituyen una respuesta a las instituciones y a las formas de acción que fundamentan nuestra
sociedad.s
podría
Incluso,
decirse,
en
términos
jurídicos, que es el Estado quien crea el delito por el solo hecho de promulgar leyes penales.6 El defecto de la tesis es que bajo la misma quedarían sin explicación los casos patológicos de conducta delictiva; es decir,
delincuentes
sexuales
patológicos,
incapacitados
mentales, delincuentes compulsivos como el piromaníaco y el cleptómano. Estos son casos donde la conducta es realmente dañina para la sociedad y que limitarse a explicarla como una respuesta o en función única de los requerimientos de las formaciones sociales seria obviar una conducta que, aun cuando cambien las formaciones sociales e instituciones, continuaría siendo considerada delito. Cualquier análisis que pretenda explicar el delito sin considerar la relación dialéctica existente entre el delincuente--como un ente social
y
biológico--y las formas de
acción social, será insuficiente. La ponencia de la doctora Román,
en
tanto se
limita
a
explicar
el
delito
como
un
favor de la temperancia que culminó en la prohibición del alcohol. Véase, Joseph Gusfield, The Symbolic Crusade, Urbana: University of Illinois Press, 1963. s
Nevares de Aponte, Dora. "Toward a General Theory of Control", Revista Jurídica UPR, 46, 1977, p. 525, 537.
6 Jerome, Michael & Adler Mortimer. Crime, Law and Social Science, New York: Harcourt & Brace, 1933, p. 5, 20.
31
problema
estructural
de
la
sociedad,
tiene
ese
defecto.
Asimismo, éste es el defecto de los modelos que se centran únicamente en el sujeto o en la estructura social como objeto de estudio, uno excluyendo al otro. Como parte de la primera tesis, indica también la deponente
que
"las
insuficiencias
teóricas,
metodol6gicas
y
prácticas de los modelos que se centran en el sujeto como objeto de estudio se ilustran tanto en su imposibilidad de precisar
los
atributos
de
los
sujetos
o
características
inherentes a los sujetos y las poblaciones desviadas, como en el fracaso de la llamada hipótesis rehabilitadora". Considero que tal afirmación es confusa e insostenible. Se han establecido tipologías, como por ejemplo la del "pillo
profesional",
cuyas
características
describió
Sutherland,' y en época reciente Coleman,g que permiten hablar de las características de estos delincuentes. Aunque el pillo profesional
descrito
contemporáneo, debido
por
Sutherland
precisamente a
ha
variado
algo
modificaciones en
del la
estructura y formas de acción social, ello no impide que pueda establecerse una tipología de este delincuente como objeto de
Sutherland, Edwin. White Collar Crime, New York: Holt, Rinehart & Winston, 1961. 8
Coleman, James Williams. The Criminal Elite: Sociology of White Collar Crime, New York: St. Martin's Press, 1985.
32
estudio. Asimismo, Wolfgang9, en sus estudios longitudinales de dos cohortes de menores, separados por un intervalo de diez años, ha presentado un perfil socio-demográfico del delincuente juvenil crónico donde incluso ofrece las probabilidades de incurrir en conducta delictiva futura por tipo de delito; y las probabilidades de edad de desistir de delincuencia futura o de convertirse en un
delincuente crónico. Estas
tipologías, como objeto de estudio, son válidas para desarrollar política pública tanto en prevención como sobre control del delito, aparte de que sirven para exponer las características que asumen ciertos tipos de criminalidad en un momento dado. Por otra parte, el fracaso del modelo de la rehabilitación del convicto a que alude la deponente no se debió, en nuestra opinión, al hecho de centrarse en
el sujeto como
objeto de estudio, sino a la imposibilidad de las instituciones
del
Estado
de
integrar
al
modelo
rehabilitador
los
factores psico-biológicos del sujeto con las relaciones
y
estructuras sociales en que esa persona habría de interactuar luego de la intervención estatal. No es posible "rehabilitar" a una persona a nivel individual si no se "rehabilitan" o transforman cualitativamente también las condiciones sociales que le rodean, en lo cual coincido con la doctora Román.
9
Wolfgang, Marvin, et.al. pelinquencv in a Birth Cohort, Chicago: University of Chicago Presa, 1972; pelinquencv in Two Birth Cohorts, National Institute of Justice, 1985.
33
La segunda tesis que se postula en la ponencia objeto de este comentario es que el problema del delito "no se trata de un fenómeno vinculado a la pobreza". Coincido con la deponente en que el delito--al ser considerado genéricamente--no es un fenómeno vinculado a la pobreza. Sin embargo, su análisis omite distinguir entre las tres clasificaciones de delitos-callejero, cuello blanco y organizado--las cuales son diferentes
y
requieren
tratamiento
diferenciado
al
analizar
su
relación con la pobreza. Es un hecho que en Puerto Rico se da una sobrerrepresentación de L.
pobres en los arrestos, detenciones en espera
de juicio por no poder prestar la fianza, convicciones y sentencias Difiero
de
de la
reclusión
a en
deponente
nivel
de
que
tal
delitos hecho
callejeros.10
necesariamente
"ilustre patrones discriminatorios de las diversas agencias de control". La razón básica de ello está en las características particulares del crimen
callejero"--i.e., por
lo general,
involucra daño directo a la persona o pérdida de su propiedad--e
incluso
respuesta
de
en las
muchos
casos
puede
entenderse
como
la
clases marginadas a las desigualdades
lo López Villanova, Jocelyn. "E1 impacto de la pobreza en la administración de la justicia criminal", revista Juridica UTA, 19, 1985, p. 135. " Se trata de la conducta delictiva que involucra violencia contra la persona y daño o pérdida de su propiedad; mayormente incluye los delitos tipo 1--asesinato, homicidio, violación, robo, escalamiento, apropiación ilegal y agresión. También incluye los delitos asociados con el uso y adquisición de sustancias controladas y violaciones a la Ley de Armas.
34
económicas y de oportunidades, al relajamiento de los valores normativos, y a la no participación en el empleo. En estos casos hay también relación entre el delito y la pobreza. Como consecuencia de ello, con relación a los delitos callejeros, donde el consumo y tráfico de drogas es el principal vector de los delitos violentos o contra la propiedad, se ha dado un esfuerzo preventivo y rehabilitador en el enfoque legislativo y ejecutivo reciente dirigido a las clases marginadas,. 12 En cambio, en delitos de cuello blanco, la sobrerrepresentación en los arrestos y convicciones no le corresponde a los pobres, sino a la clase económicamente media y afluente. Precisamente, el criminal de cuello blanco se define como la persona de. clase económica media o alta que viola la ley en el curso de su actividad profesional o en la gestión corporativa o gubernamental
13
12
E.G., Ley Núm. 75 del 8 de julio de 1986 para crear el Programa de Justicia Juvenil y Prevención de Delincuencia; programas de educación a la juventud en prevención de drogas auspiciados por el Departamento de Servicios Contra la Adicción y el Departamento de Instrucción Pública; Programas RED (Recursos Entretejidos con Dedicación en Residenciales Públicos), entre otros. 13
Sutherland, op.cit., Núm. 7.
35
El
crimen
organizado14
parece
no
distinguir
clases
sociales. Tanto en el crimen organizado como en el de cuello blanco, los esfuerzos de control
y prevención
parecen
alguna,
estar
dirigidos
a
clase
sino
estatal no a
toda
la
comunidad.'s La doctora Román menciona el planteamiento de la relación entre
desempleo
y
criminalidad
comúnmente
utilizado
para
vincular la criminalidad y la pobreza. Al estudiar las tasas de desempleo
y
delitos tipo 1
informados
en
Puerto
Rico
durante los años 1970 a 1985, encontré que la correlación entre ellas era de .50, lo cual t.ende a
indicar que la
criminalidad no parece estar tan relacionada al desempleo como tantas veces se arguye en el discurso público.16
14
El crimen organizado se refiere a un grupo de personas organizadas jerárquicamente para planificar y ejecutar actos ilícitos u obtener resultados lícitos mediante el uso de medios ilícitos, operando como un negocio con fines de lucro y de poder. Ejemplos de actividades delictivas que por lo general son parte del crimen organizado son: el narcotráfico, loe juegos prohibidos, el negocio de préstamos usureros, la prostitución, el lavado de dinero obtenido ilícitamente para canalizarlo en actividades lícitas, y fraudes de diverso tipo. 13 Cf., el discurso político contemporáneo en torno al crimen organizado muestra una tendencia a eliminar derechos civiles fundamentales a cambio de que el Estado obtenga mayores herramientas contra las personas involucradas en ese tipo de delito. Véase, por ejemplo, la Ley Núm. 39 del 5 de junio de 1986 que limita el derecho constitucional a la fianza, permitiendo que se impongan condiciones para permanecer en libertad a la persona que presta una fianza para asegurar su comparecencia al juicio; los proyectos de ley para eliminar el derecho constitucional absoluto a la fianza en espera de juicio, para permitir la interceptación telefónica y las grabaciones, entre otros.
16 Nevares de Aponte, Dora. "E1 Crimen y la Justicia Penal", ponencia presentada en el Seminario Desenmascarando el Crimen, Senado de Puerto Rico, 13 de marzo de 1986, p. 11.
36
En cambio, para esos mismos años encontré una correlación inversa de (-.76) para las tasas de participación en el empleo y crimina:Lidad tipo 1." Es decir, a medida que disminuye la población
apta
para
trabajar
y
tiene o está buscando
que
empleo, aumenta el número de delitos informados. Esta correlación también se ha
dado en
los Estados Unidos.'a
Ello es
consistente con el hecho mencionado por la deponente de que también
existe
una
correlación
inversa
en
las
tasas
de
las
tasas
de
participación laboral y población confinada. Se
ha
dicho
que
la
correlación
entre
participación en el empleo y el crimen tipo 1 es reflejo de una masa ociosa que en los últimos años está creciendo en tamaño y para quienes la actividad delictiva parece ser una forma legitima y expedita de actividad económica19 o, cuando menos, de resolver su problema existencial. Aunque la disminución en la tasa de participación en el empleo arroja luz sobre las causas estructurales del crimen, no podemos concluir que la misma constituye un fenómeno propio de la formación social capitalista, en tanto sociedades como Japón no tienen tal problema.
1B Currie, Elliot. York: Pantheon, 1985.
'9
Confrontinq
Crime:
An
American Challenge, New
Walker, Ronald. "More on crime", The San Juan Star, 8 de marzo de 1976, p. 15.
37
La tercera tesis presentada en la ponencia comentada postula que la forma en que se plantea el problema del delito está vinculada a "la forma que asume al nivel local la crisis generalizada del capitalismo". La doctora Román identifica la crisis a nivel local en términos de: crisis fiscal, desmantelamiento del Estado Asistencial y reestructuración política del Estado y de grupos de derecha. Explica que como el Estado no tiene capital para atender la crisis, propicia un populismo autoritario. Procede, entonces, a fundamentar su tesis con una muestra de información periodística del año 1986 relativa al enfoque del Estado ante el crimen y al discurso académico ?n otras sociedades en torno a los problemas del capitalismo avanzado. Lo propio hubiera sido presentar un análisis de la evolución del problema del delito. La economía capitalista tiene ciclos de recesión y recuperación, por lo que no puede estudiarse un ciclo y generalizar para otro. La experiencia en Puerto Rico ante la crisis fiscal, particularmente iniciada internacionalmente por el aumento en los
precios del
petróleo
en
la
pasada
década,
no
parece
sostener la tesis de la deponente, en tanto el presupuesto del Estado para seguridad pública ha ido en aumento. En efecto, desde la más reciente crisis fiscal de 1978, el presupuesto de ley y orden ha aumentado en sobre 130 millones de dólares.2Ó
20 Nevaree de Aponte, op. cit.
38
Asimismo, aun en el caso de los recortes fiscales del Presidente
Reagan, Puerto Rico
no se
afectó
considerablemente
porque la revisión de esos programas favorecía a los sectores poblacionales de menos ingresos. Puerto Rico, al tener menores ingresos per cápita que los estados, apenas se perjudicó. En efecto,
recientemente
han
aumentado
sustancialmente
las
transferencias de pago. En
la
presente
administración' ha
habido un
esfuerzo
considerable en fortalecer las instituciones de control del Estado, lo cual se evidencia en la construcción de instituciones de reclusión y en las mejoras a las existentes; en el reclutamiento de 1,500 policías sobre los 1,400 ya reclutados; en la creación de unidades especializadas en la Policía; en el aumento en el presupuesto del Departamento de Servicios Contra la Adicción en un 25%; en el aumento en los recursos de la División para Combatir la Corrupción Gubernamental, y en el aumento en
el presupuesto del programa
Fuerzas Unidas de
Rápida Acción (FURA) en coordinación con el Gobierno Federal, entre otros.21 El
argumento de
la
deponente de que
el
Estado está
propiciando un populismo autoritario para atender el problema
Se refiere al gobierno del Lcdo. Rafael Hernández colón de 19841987. (Nota del editor I.R.T.)
21 Mensaje del Honorable Gobernador de Puerto Rico sobre el estado de situación del país a la Décima Asamblea Legislativa, 9 de febrero de 1987.
39
de la crisis fiscal tiene dos defectos. En primer lugar, al momento no parece haber una crisis fiscal según se evidencia en la siguiente cita:
El empuje del país elevó la economía en un 4.4%, superando, incluso, el crecimiento de Estados Unidos; el poder adquisitivo del puertorriqueño incrementó 4.2%; la inflación de precios fue de las más bajas en el mundo--cuatro décimas del 1%; la inversión real en maquinaria y equipo sobrepasó su nivel histórico, alcanzando la suma de $1,108 millones.M Tampoco esa parece ser la situación del momento en el capitalismo norteamericano, ni lo que se vislumbra para el resto de la
est
década.
La
revista
Fortune
pronostica:
"crecimiento
le, aumento en los estándares de vida, déficits decre-
cientes, millones de nuevos empleos, y un clima excepcionalmente favorable a la empresa".
En fin, "no será una edad
de oro, pero podría ser una de plata".24 En segundo lugar, los esfuerzos estatales por incorporar la participación ciudadana en la prevención y control del crimen,
lejos
de
responder
a
"la
creciente
incapacidad
estructural y fiscal del Estado" para atender la vigilancia,
~
Ibid. "The 1990s", Fortune, February 2, 1987, p. 22.
24 Ibid. Se espera que en los próximos 15 años el crecimiento en el producto nacional bruto en los Estados Unidos promedie un 2.6% anual. Las economías de Europa Occidental pueden esperar un ritmo similar; Japón podría crecer a un 3.5%. Países recién industrializados como china e India crecerán a un ritmo dos veces más rápido. Id., p. 27.
40
constituyen un esfuerzo legitimo del Estado por integrar a los ciudadanos
con
comunidad de base,
la
fomentar una mejor
convivencia, disminuir los niveles de temor entre la ciudadan1a,
y,
en
efecto,
lograr
reducción
en
la
criminalidad
callejera La deponente indica también que "el desmantelamiento del Estado Asistencial... requiere un proyecto político dirigido a una remoralización de las poblaciones excedentes a la ética capitalista del trabajo, de ahí que el problema de la criminalidad se plantee como un problema de índole moral". Por un lado, el problema de criminalidad siempre será de índole moral si se entiende que la moral es normativa, y el crimen per se atenta contra unos valores o normas sociales protegidos mediante la sanción penal por la sociedad en un momento
dado.
Por
otro
lado,
el
planteamiento
político
dirigido hacia el fortalecimiento de los valores sociales normativos, tales como la familia, el trabajo y la educación, no es la respuesta puertorriqueña "al desmantelamiento del
2s
Economistas radicales como S. Bowles, D. Gordon y T. Weisskopf indican en su propuesta "Economic Bill of Rights" que fortalecer los nexos con la comunidad de base es fundamental y que los programas de acción vecinal contra el crimen son una alternativa. Beyond the Wasteland, New York: Doubleday, 1983, p. 371. De los tres efectos arriba expuestos, se ha encontrado que el primero es la motivación principal de loe ciudadanos para participar en estos programas. Lavrakras & Hertz, "Citizen Participation and Crime Prevention". 20 Griminologv 479, 1982. 27 Estudios han demostrado que estos programas pueden reducir el crimen callejero hasta en un 85%. "Our Neighbor's Keepers". 69 A.B.A.J., 1806.
41
Estado Asistencial", sino que es apropiado en toda sociedad en que se desee mantener el crimen en niveles tolerables, por cuanto
se
trata
de
valores
que
propician
la
convivencia
social. Además, el hecho de que disminuya la asistencia social no quiere decir que la gente necesariamente va a tener empleos disponibles. Es un hecho reconocido que, aun cuando toda la población esté dispuesta y sea apta para trabajar, no habrá trabajo para todos,28 En cuanto a las expresiones en la ponencia de que el interés en el procesamiento de delitos de cuello blanco está vinculado a la crisis fiscal, considero que las citas que se proveen no son suficientes para demostrarlo. Finalmente, el análisis objeto de este comentario, no incluye temas fundamentales al problema del delito en nuestra sociedad tales como: la relación entre drogas y crimen; las formas que ha asumido la institucionalización de la violencia en la familia, el Estado y los medios de comunicación problema
del delito; las formas en
y su efecto sobre el que
las instituciones
sociales ejercen control y moldean al ser humano, así como su relación con el fenómeno del delito.
Thurow, Lester. The Zero-Sum Society, New York: Basic Books, 1980, p. 203.
COMENTARIOS A "EL PROBLEMA DEL DELITO" Ponencia de Madeline Román
Francisco Aponte Pérez La tesis planteada por la doctora Madeline Román gira en torno del delito como producto de la crisis de la estructura capitalista. La conclusión de su presentación atribuye el fenómeno de
la
criminalidad
a
una
formación
estructural,
social, desigual y hostil. La
argumentación
de
la
cuestión
planteada
adopta
el
enfoque de una nueva criminología cuyas premisas fundamentales son que el delito no es problema del ser y si de la estructura social. Sostienen sus propulsores la imposibilidad de redimir al sujeto del delito si no se trasforma la tot lidad de la formación social. Argumentan que el delito lo define el Estado con arreglo a intereses de las clases propietarias tales como el robo y la vagancia. Apuntan que el delito de la apropiación ilegal, más que una norma de conducta legal, es parte esencial de la lucha de clases en la que la clase burguesa impone su valoración moral a la clase proletariada. Esta nueva criminología adopta la dialéctica marxista al postular que
la
ética
capitalista
vinculó
y relacionó la
pobreza con la criminalidad y criminalizó los comportamientos improductivos e inútiles. Arguye que todo el aparato estatal de justicia criminal se monta sobre el supuesto de asimilar la pobreza
con
la
criminalidad.
Ello
Miembro del Senado de Puerto Rico.
se
manifiesta
en
la
44
relación
de
la
incidencia
criminal
con
el
desempleo,
la
imposición de sentencias largas a pobres y cortas a ricos, la creación de comités vecinales de seguridad, el limitar derecho a la fianza, la Ley de Menores y la de mayor población penal. Argumenta, finalmente, que la crisis fiscal obliga a desmantelar el Estado Asistencial y considera la criminalidad "como uno vinculado a la crisis de la familia, a la deserción escolar y a la poca severidad del sistema correccional".
La Criminalidad Mundial Actual La criminalidad es un fenómeno del mundo contemporáneo que peraiea distintas comunidades aun con distintos enfoques y soluciones Naciones
penales.
Unidas'
Los
más
demuestran
recientes
que
durante
estudios el
de
período
las de
1970-1975 la tasa mundial de criminalidad basada en delitos informados era de alrededor de 1,311 delitos por cada 100,000 habitantes.2 Los delitos más comunes a nivel mundial son los delitos contra la propiedad--hurto, asalto, robo, y uso de drogas---los cuales constituyen un 72%, mientras que el 20% lo son contra la persona.
En uno y otro caso el 80% están
relacionados con drogas.3
' Crime Prevention and Control, Report of the Secretary General, United Nations (1977); Third United Nations Congress on the Prevention of Crime and the Treatment of Offenders, United Nations (1967).
2 Vales, Ortiz y Mattei, Patrones de criminalidad en Puerto Rico: Apreciación socio-histórica, 1898-1980, página 4, 1982. 3 Zbid, p. 7.
45
La criminalidad en los paises en desarrollo muestra una proporción balanceada
entre
delitos
contra la propiedad y
delitos contra la persona.4 En los paises desarrollados económicamente,
los delitos contra
la
propiedad
suben
al 82%,
mientras que el delito contra la persona baja a un 10% del total de delitos registrados.s El estudio de las Naciones Unidas6 por regiones demuestra que
las
tasas
más
altas
de
criminalidad
ocurren
en
las
regiones de Europa Occidental, Oceanía, Norte América y el Caribe--4 a 5 veces mayor que en el resto del mundo.
En estas
regiones, la proporción de delitos contra la propiedad es de 8 a 1 comparados con delitos contra la persona. de Asia, Africa
En la región
y Mediano Oriente hay un balance entre
contra la persona y contra la propiedad. por el contrario, hay
un
delitos
En Latinoamérica,
predominio del delito contra
persona y en los delitos relacionados con drogas.
la
En todas
las regiones, el delito de robo predomina entre los delitos contra la persona, y el hurto en los delitos contra la propiedad. En Africa y el Mediano Oriente, las causas aducidas para la criminalidad fueron los bajos niveles de pobreza, baja
~ Ibid, p. 8. s Ibid, p. 8. 6 Third United Nations Congress on the Prevention of Crime and the Treatment of Offenders, August 1975, Stockholm, United Nations, New York (1977); op. cit., págs. 11-17.
46
escolaridad, bajos niveles de salud, desempleo, migración, expectativas no realizadas y el consumo del alcohol.' En Asia, los factores que inducen la criminalidad son el crecimiento económico desbalanceado, la mala distribución de las
riquezas,
el
de
rompimiento
la
unidad
familiar,
la
migración y el desempleo.a En
la
relacionada
Europa con
la
Oriental, la tasa migración
de
la
de criminalidad está población de sectores
rurales a las ciudades, turismo y urbanismo.9 En América Latina--la región de mayor crecimiento--las causas de la criminalidad se atribuyen a la
alta tasa de
natalidad, la alta proporción de población joven, la migración en gran escala hacia sectores urbanos, el relajamiento en los controles sociales de instituciones tales como la familia y la iglesia, a factores económicos, a desigualdades sociales, y a crisis en los valores morales.10 En el Caribe se atribuye el alza en la criminalidad al tráfico de drogas, al tráfico ilegal de armas de fuego, a la violencia y el turismo por la imagen de contrastes en estilos
7
jbic9, p. 14.
8
Ibici, p. 15.
9 Ibici, p. 16. lo Ibid, p. 16.
47
de vida y la creación de altas y falsas expectativas de vida no alcanzables." Europa Occidental, Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva
Zelandia--el
mundo
de
la
cultura
occidental
y
el
industrialismo--muestra la segunda tasa más alta de delitos informados: 2,076 por cada 100,000 habitantes con una tendencia a mayor crimen juvenil, femenino y al crimen organizado.12 Puerto Rico comparte con
la
región
del
Caribe
igual
magnitud del crimen, pero su patrón de criminalidad lo sitúa en
la
esfera
de
los
paises
desarrollados--Europa,
Norte
América y Oceanía. Mientras que el Caribe reflejó un 40% de delitos contra la persona, Puerto Rico tuvo un 16%, demostrando una tendencia hacia el delito contra la propiedad que es la característica de los paises desarrollados.13 Aunque el análisis estadístico permite cuantificar el fenómeno de la criminalidad, es necesario un enfoque interdisciplinario para lograr una mejor perspectiva de análisis sobre el problema.
El Dr. Franco Ferracuti nos brinda ese marco
conceptual y nos advierte que las estadísticas criminales registran sólo una modesta y parcial visión del mundo de la criminalidad que ignora nuevos patrones de criminalidad tales
11
Ibid, p. 16.
12 Ibid, p. 17. 13 Ibid, p. 17-18.
48
como el terrorismo, el crimen organizado, la dependencia a drogas, el alcoholismo, y el maltrato de menores.14
Criminalidad en Puerto Rico La criminalidad
ha sido una preocupación legitima de
nuestro país a través de su historia, al punto de constituir el asunto de mayor interés y preocupación actual para nuestra ciudadanía.
Las
estadísticas
oficiales
ofrecidas
por
la
Policía de Puerto Rico confirman la percepción del pueblo. Los datos reflejan una tendencia asombrosa de aumento absoluto en criminalidad de 1,846.8 por ciento en el periodo comprendido entre 1940-1980.
En el mismo período, la población aumentó en
forma absoluta en un 8O.3 por ciento, ó 1.8 con
la
población
de
194O,
lo que
veces comparada
demuestra
el
asombroso
proceso de criminalización de nuestro pueblo en una generación. La tesis marxista cae en su propia contradicción determinista al excluir las diversas variantes de las causales del fenómeno de la criminalidad.
Estas se dan e inciden en la
sociedad capitalista, la socialista y en el Tercer Mundo en desarrollo.
Las diversas etapas de desarrollo en la estruc-
tura social son un factor importante, pero no explican todo el fenómeno de la dinámica de la delincuencia.
14
Ferracuti, Franco. La Crisis de la Política Criminal Contemporánea, ponencia ante la Conferencia Judicial, 15 y 16 de diciembre de 1983.
49
Concluimos
que
el
problema
de
la
criminalidad
está
asociado con el grado de cambio social operado en cada sistema y etapa de desarrollo y la presencia de instituciones sociales que sean capaces de anticiparlo y prevenirlo.
RESPUESTAS GUBERNAMENTALES AL PROBLEMA DE LA CRIMINALIDAD Olga Elena Resumil de Sanfilippo'
A Manera de Introducción...
Las respuestas gubernamentales a unos problemas especificos de la población tienen filiación en un conglomerado de apreciaciones: nos
remontan
responder
a
apreciaciones de carácter socio-histórico que al
origen
condiciones
de
medidas
de
para
intervención
imperantes,
socio-culturales
o
apreciaciones de carácter jurídico como respuestas desparramadas
en
un
ordenamiento
legal
que
pretende
escrito medidas para mantener el orden social. ser resultado de
las otras si
plasmar
por
Unas parece..
pretendemos darle un
orden
lógico en su búsqueda de ideas precursoras. Su éxito, sin embargo, dependerá de la consciente aplicación de las mismas aisladas del interés puramente político-partidista y fundamentadas en
un
interés genuino en
propulsar
una
convivencia
pacifica de la sociedad. Cuando
las
respuestas
gubernamentales
se
dirigen
a
resolver problemas de criminalidad, una tercera apreciación debe ser considerada, una apreciación de carácter criminológico.
De
un lado, debemos considerar la realidad social
identificando ciertos problemas como vitales; de otro, las medidas necesarias para atacarlos respondiendo no sólo al
catedrática, Escuela de Derecho, Universidad de Puerto Rico.
52
clamor público--a veces mal orientado--sino también a una realidad que una vez constatada grita por el cambio real y efectivo aun a costa de un posible suicidio político. Con base en estos tres acercamientos, hemos redactado la disertación de hoy.
Nuestro propósito no es adelantar conclu-
siones ni iseñalar criticas destructivas.
Nos mueve constatar
unas realidades y abrir camino a una reorientación que entendemos ya ha comenzado. Acercamiento Socio-Histórico: La Respuesta Social al Fenómeno Delincuenciaf Qué hacer con el individuo que pone en desequilibrio el orden y la convivencia pacifica de una sociedad a través del despliegue de conducta dañosa ha sido la meta obligada de las comunidades a través de la historia de la civilización. respuesta
a
esta
interrogante
varia según
la
La
evolución
y
desarrollo de la sociedad desde la organización tribal a los modernos y complejos sistemas contemporáneos de gobierno. Al comienzo de esta evolución, la modalidad de tratamiento que se imponía al. individuo que se emprendía en una conducta antisocial
era
el castigo
reflejado
a
través
de
sanciones
que
fluctuaban desde el sacrificio de su vida hasta la expulsión
Tomado de Resumil, "E1 tratamiento penitenciario y eu realidad a la luz de la Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico", en Cruz Ansata: Ensayos, Revista de la Universidad Central de Bayamón, 1981, p. 21-44.
53
del grupo y el destierro.
Este último era casi equivalente a
la pena de muerte. Con la evolución,
el destierro
se convierte
en la prohibición de participar de la vida en comunidad, el ~quae et Ignis Interdito en Roma, que se completa con un impedimento de sepultarlo a su muerte en los lugares destinados para ello en la comunidad. Estos castigos encerraban en si mismos un propósito: la venganza como una obligación dictada por la moral. En sus albores, la
venganza se ejecutaba no únicamente contra el
ofensor, sino contra sus familiares así como contra los jefes y mie oros importantes del grupo a que pertenecía el ofensor. La
razón
que
encontraba
fundamentaba
filiación
en
esta
que
su
responsabilidad aplicación
colectiva
constituía
una
garantía sumaria del mantenimiento del orden social con un consecuente factor disuasivo de futura conducta antisocial. Gradualmente, y a medida que nace el Estado y se implanta la
semilla
del organismo jurisdiccional, el derecho
a
la
venganza se limita. Se va perdiendo el carácter colectivo de la responsabilidad, se comienza a considerar la conducta desde un punto de vista subjetivo, teniéndose en cuenta el estado anímico del autor en referencia
a la
voluntariedad de su
conducta y se impone una cierta proporción entre daño causado y sanción (recuérdese el Ta león). Se mantuvo, sin embargo, el ejercicio privado de la "justicia" quedando en manos de la víctima y de sus familiares el derecho a la venganza.
54
Ya cuando el Estado toma en sus manos la dirección de la represión y la organiza de tal forma que tendrá como objeto esencial la reparación del perjuicio social, se relega la parte privada a un segundo plano y el Estado se subroga en el derecho de la víctima a ejercer el derecho de acción.
Esta
subrogación es de tal naturaleza que terminará en el desarrollo de un proceso penal sin la intervención de aquélla. A la par con el desarrollo cultural e intelectual, nace una preocupación por el significado de la conducta delictiva así como la finalidad y función de la sanción.
Esta preocupa-
ción fue materia de estudio exclusivo por la filosofía.
Las
posiciones eran dos opuestas. Una representada por la tendencia espiritualista que veía el delito como acción inmoral a la cual debería corresponder una sanción con carácter retributivo.
La otra postula la sanción criminal como instrumento de
defensa
contra
el
que
comete
delito:
acción
antisocial.
Ninguna de ellas reveló una preocupación por el hombre autor de delii:o y no fue hasta 1764 que, con la publicación de la obra de Cesare de Beccaria, pe los delitos y las penas, se dirige la atención al delincuente como ser humano.
Es notable
su expresión cuando describía cuál debe ser la función de la sanción: ...el fin de las penas no es atormentar y afligir a un ente sensible, sin deshacer un delito ya cometido... ¿Los alaridos de un infeliz revocan acaso el tiempo que no vuelve, las acciones ya consumadas? El fin, pues, no es otro que impedir al
55
reo causar nuevos daños a sus ciudadanos y retraer a los demás de la comisión de otros iguales... Las ideas de Beccaria cambiaron las posiciones filosóficas bajo las cuales el individuo no era otra cosa que un pretexto punitivo moviendo el interés penalístico al hombre como el sujeto de derecho en torno a quien se sisteman las normas.
Siguiendo el pensamiento de este insigne penalista,
el inglés John
Howard
culminó el
movimiento
iniciado
por
Beccaria y que se conoció bajo el nombre de la "humanización de la pena", con la publicación de su libro El estado de las prisiones.
En
esta
obra, que data de
1776, denunció el
abominable resultado de la pena-castigo, promulgando que el propósito de la sanción debía perseguir la destrucción de la delincuencia en el hombre y no al hombre delincuente. La importancia del autor de delito en el campo penalístico dio lugar a estudios que culminaron en el nacimiento de la criminología, una ciencia que tiene por objeto el estudio de los factores individuales y sociales asociados al comportamiento delictivo para lograr combatirlos a través de medios de prevención y control.
Los pioneros en esta búsqueda de las
raíces de la delincuencia, Cesare Lombroso y Enrico Ferri, siguiendo el auge de la filosofla positivista imperante en su época, aunque partieron de una concepción determinista del delito--de carácter
biológico el primero y sociológico el
segundo--llamaron la atención a la importancia de la influencia
de
los factores exógenos
y
endógenos en
la
conducta
56
La trascendencia de esta indagación en la perso-
delictiva.
nalidad individual residía en la aplicación de la sanción en el cumplimiento de una finalidad esencialmente preventiva cuyo propósito
primordial fue, en
adición
a
la
defensa
de
la
sociedad, la reeducación y resocialización del delincuente a través de un tratamiento adecuado. Esta concepción evolucionó en lo que hoy conocemos como la filosofía de rehabilitación. Estas ideas resonaron al eco de un principio sentado en 1898: la individualización de la pena, y cuyo fundamento radicaba en adicionar
a
los requisitos para
el establecimiento de la
sanción a ser aplicada, además del valor causal del delito (relacionado al daño causado y al bien tutelado ofendido), el valor sintomático (relacionado con la personalidad del autor). El propósito de la individualización al momento de adjudicar la responsabilidad fue dar una gula al juez sentenciador sobre el tiempo necesario para someter
al reo a
un tratamiento
dirigido a su rehabilitación. Varias escuelas de pensamiento criminológico adoptaron la rehabilitación, ya sea como única finalidad o combinada con la filosofía disuasiva.
Aun cuando la meta que persiguen es
común--el estudio de las manifestaciones delicuenciales para reducirlas
al
máximo
a
través
de
medios
de
intervención
adecuados--la Escuela Romana de Criminología, con el autor del delito en mente y pensando en la trascendencia del estudio de la personalidad para acercarse a los factores asociados a la
57
conducta delictiva, postuló la teoría multifactorial. Esta se orienta hacia el estudio de los aspectos causales del comportamiento criminal con base en un análisis morfológico-fisiológico, psicológico, psiquiátrico y social del autor del delito. Este se logra a través de la descomposición científica de su personalidad y el diagnóstico de los factores asociados con la conducta para sugerir un programa de tratamiento, siguiendo un modelo médico, con el fin de eliminar todo vestigio de las tendencias delicuenciales. El acercamiento descrito es el que siguen dos de las modernas
tendencias
criminología clínica
criminológicas:
través
de
a
primera,
orientación
terapéutico
para
criminógeno que sociales
que
la
habrá
política
práctica,
cancelar
inciden
postulz'a
y la que se acerca
delincuencia de
la
en
el
él.
propone
un
individuo
La
la
al estudio de la
criminológica.
de ser exacerbado sobre
por
tratamiento
un
por
segunda,
La
potencial
los factores nace
de
la
preocupación por la relativa alza en la incidencia criminal y la concerniente pérdida de fuerza de los organismos de control social.
Las soluciones que presentan giran en torno a llamar
la atención a la necesidad de una investigación legislativa previa a la radicación y aprobación de medidas de naturaleza criminal.
Tal investigación estaría dirigida, entre otras
consideraciones, a las experiencias clínicas tenidas con los autores de delito que han sido objeto de tratamiento para
58
deducir aspectos relativos a la conducta delictiva que arrojan luz para la implementación de medidas a nivel de prevención. Una tendencia conocida como la Nueva Criminología, basada en un acercamiento de carácter puramente sociológico, ha sido desarrollada en los últimos quince años.
Esta pretende susti-
tuir el enfoque subjetivista por uno basado en la crítica de las
condiciones
social.
estructurales
y
funcionales
del
sistema
Para esta escuela, el acercamiento al problema de la
criminalidad es interesarse por los mecanismos socio-políticos y los intereses que promueven la punibilidad.
Esta escuela
postula como "principios orientadores de una política criminal alternativa" los siguientes: 1.
Introducir el problema de la desviación como parte del análisis de la estructura general de la sociedad.
2.
La selección de medios menos rigurosos alternativos al Derecho Penal. Utilizar la estrategia de despenalización institucional cediendo la institución penitenciaria al establecimiento de sistemas en libertad.
3.
La utilización de los medios de comunicación social para librar una batalla cultural e ideológica con el fin de cambiar la unión que presiona hacia la punibilidad para crear una nueva definición de desviación con independencia de las presiones que llevan a un sistema de carácter represivo. Proclama en fin "menos Derecho Penal y menos cárcel".'
Véase Aniyar de Castro, Lola. "La criminología crítica o la realidad contra los mitos" en perecho Penal y Criminología, Vol. 2, Núm. 8, dic. 1979, p. 73-83; Baratta, Alessandro "Criminología crítica y política criminal alternativa", Ibid, Núm. 5, mayo 1979, p. 41-56.
59
Al presente, a nivel mundial se ha venido constatando una revolución penal que sostiene sus fundamentos en una llamada "crisis de la política criminal".
Ello ha contribuido a la
formulación de una nueva política criminológica conocida como "el modelo de justicia" o el "justo merecido", el cual ha sido anunciado
como
la
reforma
"que
restaurará
las
nociones
elementales del debido proceso y terminará con los abusos atribuidos al modelo correccional".Z Los aspectos operacionales del justo merecido incluyen el cambio al régimen de sentencia determinada, sentencias mandatorias
para
delitos
específicos,
creación
de
comisiones
sentenciadoras con guías para sentenciar y la eliminación de la libertad bajo palabra; medidas que buscan reemplazar a la rehabilitación como la justificación de la sanción penal con base en el castigo merecido por haber infringido la ley.
Acercamiento Jurídico: La Política Criminológica en Puerto Rico: Análisis Histórico-Legislativo Con el fin de hacer
comprensible la evolución
de
la
política criminológica del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, es necesario que intentemos un rápido recuento histórico de nuestra legislación penal:
Cavender. "Justice, Sanctioning, Criminolocgv, Núm 2, mayo 1984, p. 204. 2
and
the
Justice
Kodel",
22
60
El
Código
Penal
español
de
1870
revisado
fue
hecho
extensivo a Puerto Rico por decreto el 23 de mayo de 1879, el cual rigió en Puerto Rico por 23 años. En virtud de la autoridad conferida por el Acta Foraker ($40), el Presidente de los Estados Unidos nombró en 1901 una comisión codificadora que sometió a la Legislatura un Código Penal y un Código de Procedimiento Criminal, copia exacta de la legislación penal de California. En 1937 se aprobó la Ley Núm. 88 del 11 de mayo, mediante la
cual se ordenó un
estudio critico
administración de la justicia criminal.
y
científico de
la
Este incluía en forma
global las causas de la delincuencia, un análisis del Código Penal conforme
a
las
diferentes escuelas de
criminología
enfocando tanto aspectos substantivos como procesales, así como un estudio critico de la organización y funcionamiento de los tribunales, el sistema de justicia juvenil, la policía y la prevención y el tratamiento de la delincuencia.
Se nombró
al doctor Santos P. Amadeo en junio de ese mismo año, para llevar a cabo dicho estudio. El doctor Amadeo sometió un informe preliminar en 1938 sobre el cual no se tomó acción de clase alguna. El Sistema de Justicia Criminal permaneció intacto hasta 1946 en que se introducen medidas significativas en el aspecto penitenciario.
Se aprobaron leyes creando las instituciones
de sentencia indeterminada, libertad a prueba, libertad bajo
61
examen
palabra,
pre-sentencia,
penales de custodia mínima.
así
como
dos
campamentos
Estas medidas constituyeron el
primer intento de definir una política criminológica para Puerto Rico, la cual no había sido hasta entonces formulada expresamente como filosofía penal. Cacho Tossas3 nos refiere a la Ley Núm. 176 de 4 de mayo de
1949
cuyo
sentencia
propósito,
además
de
enmendar
indeterminada, es adicionarle
una
la
ley
sobre
exposición
de
motivos parte de la cual exponemos a continuación: Para que la pena sirva su función eminentemente social de proteger a la sociedad contra el peligro del delincue te, resulta absolutamente indispensable que las cortes dicten sentencias que permitan a las autoridades penales dos cosas: (1) poder descubrir en cada caso en qué consiste el peligro del delincuente, y (2) poder disponer del tiempo suficiente para eliminar dicho peligro mediante un tratamiento constructivo... Para facilitar este propósito, se establece en Puerto Rico la sentencia indeterminada que .... "permitirá distinguir entre
los
distintos
delincuentes
durante
la
época
de
su
reclusión y, en consecuencia, podrán ir recobrando su libertad según vayan evidenciando una reacción favorable al proceso de su rehabilitación..." (Cacho Tossas, 1949, énfasis nuestro) El mismo autor nos cita de una publicación de la Administración de Instituciones Penales del Departamento de Justicia 3 Estudio Breve de las Instituciones Penales en Puerto Rico, Tesis de Graduación, Bachillerato en Derecho, Universidad de Puerto Rico.
62
otras disposiciones que formulan como política penitenciaria la rehabilitación: cada convicto es considerado en particular y sujeto a un estudio de su personalidad, que envuelve factores hereditarios, sociales, sociológicos y físicos... Estos datos, conjuntamente con la naturaleza del delito, las circunstancias en que se cometió el mismo y la sentencia impuesta, ofrecen las bases para...que se determine el tiempo de custodia... para los efectos de conseguir su rehabilitación y devolverlo a la comunidad como un ciudadano útil.
La Constitución del ELA y la política en materia penal El recuento histórico hasta ahora hecho demuestra carencia
de
una
preocupación
auténtica
por
definir
la una
política criminológica integrada. Sorprendentemente, tampoco la Asamblea Constituyente definió una filosofía en materia penal. Se
limitó
a
exponer
en
el Articulo
VI
S19 de
la
Constitución lo siguiente: Será Política Pública del Estado Libre Asociado... reglamentar las instituciones penales para que sirvan a sus propósitos en forma efectiva y propender dentro de los recursos disponibles (énfasis nuestro), al tratamiento adecuado para hacer posible su rehabilitación social y moral. La redacción de esta disposición es ambigua.
Una sola
cosa resalta claramente a la vista y es que no debe leerse como que consagra un derecho constitucional del recluso a la rehabilitación toda vez que tal finalidad se supedita a la disponibilidad de recursos económicos.
De la lectura de la
frase que pretendemos interpretar, podemos colegir una de dos
63
cosas: o bien un mandato a que se reserve una parte suficiente del presupuesto total de Puerto Rico
a
las instituciones
penales, o bien como un mandato al administrador penitenciario a reservar una parte del presupuesto asignándolo para fines de la institución de programas de rehabilitación. Otra de las razones que milita en contra de la interpretación
de
esta
constitucional
disposición a
la
como
que
rehabilitación
consagra
es,
en
un
derecho
adición
a
su
colocación sistemática, la inclusión de la palabra propender, (la cual no significa realizar, sino meramente tender), nos haría pensar que "los propósitos" de 1's instituciones que señala la norma constitucional podrían ser los del castigo y la represión. Con la finalidad de que nuestro análisis no sea calificada de uno con carácter especulativo, hemos revisado las memorias de la Convención Constituyente y hemos encontrado parlamentos significativos en referencia al tema que nos ocupa como lo es a los fines de la interpretación que acabamos de hacer.
Se trata de la posición del delegado Jaime Benítez
para fundamentar su objeción a la aprobación de la sección de marras: ... Es una objeción de carácter constitucional. Consiste ella en entender que...la proposición sobre rehabilitación de reclusos ...no constituye una justificación alguna para que se le otorgue rango constitucional a una exhortación, que es todo lo que aquí se hace...
64
la cual confirma nuestra posición de que la finalidad de la rehabilitación significó para el constituyente más que el establecimiento de un derecho constitucional, una "desiderata" condicionada por la existencia de recursos económicos. Otros parlamentos, aun de delegados que no favorecieron la inclusión de la disposición en la carta constitucional, respaldan nuestra posición de que, a pesar de no constituir un derecho del confinado, la norma establece la rehabilitación como una finalidad y función de la pena protegida constitucionalmente.
Veamos:
Sr. Veray: ...La Comisión entiende que ... este principio debe quedar mantenido en la Constitución. La delincuencia es problema de la comunidad al igual que lo es el problema de la educación.
La delincuencia es un problema de la comunidad y exige que el delincuente sea tratado en forma adecuada y científica... Sr. González Blanes: ... Entiendo que el propósito que se persigue con esto se logra mediante una interpretación de las disposiciones contenidas en la carta de derechos con respecto a la dignidad del ser humano, y que en cierto modo es una redundancia el dejar esta disposición consignada...
Las palabras citadas nos dan a entender que, a pesar de ser una exhortación
y de estar supeditada a los recursos
económicos, el esfuerzo para rehabilitar debe mantenerse y que cualquier
desviación
minima
del tratamiento
justo de
los
reclusos podría entenderse como una violación a la dignidad
65
del ser humano que la Constitución del Estado Libre Asociado garantiza. Entre los años de 1952 a 1974 hubo varios intentos de establecer una reforma penal. Se crearon varias comisiones de estudio tendientes a lograrla. Merece particular atención una comisión nombrada en 1957 con el propósito de realizar un estudio
abarcador
de
la
política
penal
del
Estado
Libre
Asociado de Puerto Rico y hacer una revisión de las leyes penales de Puerto Rico, así como de los métodos penológicos, los
sistemas
penitenciarios,
los
programas
y
métodos
de
prevención de la delincuencia, la interacción de actividades de diversos órganos del Gobierno en relación con la administración penal y un examen de todas las diversas esferas de la administración penal en Puerto Rico. La Comisión haría recomendaciones sobre normas, programas, actividades, servicios, instituciones y medidas legislativas o administrativas, además de recomendaciones sobre las reformas o innovaciones que, a su juicio, fueren necesarias en los siguientes aspectos generales del sistema penal, a saber: legislación sobre corrección, medidas de seguridad social, y prevención
y
coordinación
de
programas
de
actividades.
Desafortunadamente, no se tomó acción alguna sobre las recomendaciones de la misma.
66
La Reforma Penal de 1974 Mil novecientos setenticuatro (1974) constituyó el año reformativo de la Justicia Criminal en Puerto Rico. mente
con
la
promulgación
de
un
nuevo
Código
ConjuntaPenal,
se
pusieron en efecto medidas que modificaron el sistema vigente con gran significación.
Por primera vez se estableció clara-
mente ]la rehabilitación como la finalidad obligatoria del ordenamiento, consagrándose la pena-tratamiento como medida alcanzar
para
delito.
la
resocialización
del individuo
autor
del
El Artículo 40 del Código Penal estableció que la
pena de reclusión habría de cumplirse "de manera que diera al convicto el tratamiento adecuado para su rehabilitación social y moral..." Esta medida copia verbatim las palabras que el legislador constituyente utilizó cuando dispuso la política pública del Estado Libre Asociado en materia penitenciaria (Art.
$19, Supra).
La aprobación de esta disposición que creaba un derecho subjetivo a la rehabilitación incorporó en sí misma, por definición, la individualización del tratamiento, indispensable para lograr la rehabilitación, ya que la cristalización del principio rehabilitador se verificará en la fase ejecutiva del proceso penal.
Consciente de ello, el legislador de 1974
creó, de lo que fue una mera división del Departamento de Justicia, una nueva agencia de gobierno: Corrección.
la Administración de
La ley que dio vida a esta agencia (Ley 116 del
67
22 de julio de 1974) señaló como objetivo principal de la misma "estructurar formas más eficaces de tratamiento individualizado estableciendo o ampliando programas de rehabilitación" e indicó como mecanismos para implementarlos la creación de un plan organizativo "mediante el diseño de programas o normas cuyo punto de referencia sea el proceso rehabilitativo adecuado para asegurar una mayor calidad de vida al cliente" (Art. 6 - d), así como la estructuración de una política correccional que prescribiera "directrices y normas para el régimen institucional". El principio de la individualización de la pena y del tratamiento, como fuera aplicado por las disposiciones que integraron la normativa que constituyó la Reforma del 1974, fue programado a través de la utilización del mecanismo de la sentencia indeterminada que fuera creada en 1946 a los fines de establecer al cumplimiento del término mínimo la consideración para la libertad bajo palabra y que se convirtiera en 1974 en la guía para determinar un tiempo probable de rehabilitación. Este pronóstico de tratamiento debió formar parte de un informe pre-sentencia, mandatorio en caso de delito grave, preparado por un Centro de Clasificación, Diagnóstico y Tratamiento creado por la citada Ley 116.
Dicho centro fue
contemplado con el propósito de realizar una observación de la personalidad del convicto hecha por un equipo de profesionales especializados y que debió participar en todo tipo de decisión
68
relacionada con:
"el tipo de institución adecuada a las
necesidades del cliente, las directrices para el tratamiento institucional, así como cualquier aspecto decisional critico que surja en el curso de la custodia, confinado o supervisión del cliente", entre otras mencionadas por el Artículo 7 de la Ley en cuestión. Nótese
que
hemos
utilizado
los
verbos
descriptivos
siempre en el tiempo pasado, ya que mediante la Ley 21 del 10 de julio de 1978 se enmendó la Ley Orgánica para eliminar el Centro que mencionamos que, de paso, nunca operó en lo que respecta a las funciones que acabamos de citar.
No entendemos
las justificaciones criminológicas que movieron al legislador a una decisión de esta índole, sobre todo cuando no se le brindó el tiempo de operar a capacidad; y aún más, por qué dichas justificaciones de carácter científico no forman parte de la Exposición de Motivos de la ley derogatoria. Con todo lo expuesto, queremos señalar que no debió haber sido el fracaso de la rehabilitación lo que movió el cambio mencionado, toda vez que no se tuvo la oportunidad, por ausencia de tiempo y de verificación práctica, de medir las bondades del mecanismo legislativo que permaneció precisamente como tal.
La Contrarreforma de 1980 Como continuación de la linea filosófica que sentó la Ley del 10 de junio de 1978 y como resultado del "clamor de la opinión pública", se aprobó el 4 de junio de 1980 la "Ley de
69
Sentencia Determinada". Al nuevo sistema que se establece por ésta y otras leyes relacionadas lo hemos llamado "contrarreforma" debido no sólo a que deroga las disposiciones relacionadas con el régimen de sentencia indeterminada, sino porque encierra en si misma la negación del tratamiento rehabilitador según fue concebido en 1974.
En el Artículo 40 del Código
Penal quedó derogado en cuanto a la concepción de la penatratamiento. La finalidad de rehabilitación quedó, por tanto, supeditada
únicamente
a
lo establecido en
la
disposición
constitucional con la ambigüedad señalada en su redacción y las consecur ncias que mencionáramos a la luz de su interpretación. La individualización no se abandona completamente toda vez que se contempla a los fines de la imposición de una pena cuando medien circunstancias atenuantes o agravantes.
A esos
fines, entendemos, tiene objeto conservar el informe presentencia. Tenemos que llegar a esta conclusión toda vez que a estos efectos que se le permite al juez hacer uso de su discreción, estableciéndose un límite mínimo por el legislador cuando de atenuar se trata, quedando como limite máximo la pena establecida para el delito sin circunstancias y, a la vez, mínimo para la agravación cuyo máximo queda señalado en la disposición imputada.
Sólo para los fines que se discuten
se habría de aplicar el Artículo 60 que dispone para la fijación de penas la consideración de circunstancias personales
70
La única interpretación lógica de la existencia de
del autor.
este articulo es la que hacemos ya que, como señalamos, para el delito sin circunstancias la pena ha sido pre-establecida. Para concluir, hemos de indicar que la única mención que se hace al principio de rehabilitación en las disposiciones que componen la "Contrarreforma del 80" se encuentra en el señalado
Artículo 60 que
dispone en
su
primera
parte
lo
siguiente: Los objetivos generales que informan la imposición de la pena son los siguientes: (a)
la protección de la sociedad y la prevención de la delincuencia;
(b)
el castigo justo al autor del delito;
(c)
la rehabilitación moral y social del autor dentro de los recursos disponibles del Estado;
(d)
la consideración de la naturaleza disuasiva de la pena...
De su lectura (aparece el artículo reseñado
bajo el
titulo "Fijación de las penas"), podríamos arribar a una de dos conclusiones: o bien, este artículo se refiere a las consideraciones tomadas por el legislador al determinar la sanción; o bien, a las que habrá de tomar el juzgador al imponer una sentencia discrecional para el delito circunstancial.
Si esta fuera la exacta (hacia la cual nos inclinamos
por los fundamentos que señalamos para justificar su existencia),
entonces,
al
momento
de
la
adjudicación
de
la
responsabilidad sólo se beneficiará de la individualización,
71
que es la piedra angular de la rehabilitación, aquel a quien se le imputan circunstancias atenuantes o agravantes.
Aún
más, será la desigualdad palpable cuando la realidad legislativa y penitenciaria es la negación de la individualización del tratamiento.
Acercamiento Criminológico: Las Respuestas Gubernamentales al Problema de la Criminalidad De acuerdo con el análisis que expusiéramos a manera de introducción, el paso inicial para la selección de respuestas debe conducir a un estudio del problema de la delincuencia que incluya una evaluación crítica de los datos cuantitativos y cualitativos existentes relativos a la criminalidad.
Una
trayectoria
nos
histórica
por
algunos
rotativos del
país
demuestra que desde 1915 hablamos identificado los factores asociados al desarrollo de una delincuencia sin frenos.
El
periódico La Democracia reseñó el 2 de junio de ese año un artículo titulado "Causas de nuestra criminalidad",4 del cual reproducimos lo siguiente: No pasa un día sin que la prensa registre en sus columnas uno de los casos que llevan al espanto y la consternación al ánimo de las personas pacificas. La ola siniestra de crimen se extiende con asombrosa rapidez desde las Cabezas de San Juan hasta los Morrillos, y desde las rompientes de las hasta los márgenes del Mar playas arecibeñas Caribe. No parece sino que el imperio de la maldad sienta sus reales en la inofensiva población puertorriqueña y, que a medida que subimos la pendiente
4
cordero, Modesto. "Causas de nuestra criminalidad", j,a Democracia, 2 de junio de 1915, p. 1.
72
del progreso, descendemos en el concepto de la moral y de las buenas costumbres (énfasis nuestro). ..La cultura social, el movimiento de las ideas, el vuelo de las industrias, el desarrollo del comercio, en una palabra, la civilización y el progreso no pueden ser fuentes de la inmoralidad y de aplanamiento social. Tal vez las causas sean otras. Quizás una mala aplicación de todos estos signos de cultura nos conducen por los peligrosos senderos del crimen y, por tanto, los prolegómenos de esta obra siniestra son a nuestro entender, entre otros, la tribuna libre mal entendida, la escuela sin Dios y el "dollarismo" que se desarrolla de una manera alarmante (énfasis suplido es nuestro). El 9 de octubre don Mariano Abril proponía que: Atentados a la vida podrían aminorarse mucho si las La facilidad leyes se cumplieran estrictamente. con que cualquiera, hasta los irresponsables, portan un arma, es causa principal de que se realicen tales hechos. Contribuye también a que todo el mundo posea un arma la despreocupación con que el comercio vende esas armas. Sobre esto debería establecerse una restricción... Estos u otros tantos artículos estudiados ilustran el de
que
factores
económicos,
patógenos y
reconocimiento
sociales determinaban la conducta delictiva.
Como reacción,
se clamaba por estudios científicos de tipo sociológico "que auscultaran con interés la parte dañada para establecer un diagnóstico claro y preciso que permitiera explicar las causas de la depresión moral que abatía a ciertos sectores de la población". Visto con la óptica de hoy, un articulo de 1945 resalta nuestra atención.
Escribió J. Arnaldo Meyners el 5 de agosto
73
de
1945,
bajo
el
titulo "Está
desacreditada
la
pena
de
muerte",s lo siguiente: Cada vez que ocurre lo que se llama convencionalmente una ola de crímenes y la crónica roja de los periódicos registra cinco o seis asesinatos hay un amago de campaña para restituir la pena de muerte a nuestros códigos. El movimiento toma la forma de cartas individuales a la sección de "La Voz del Lector" de los periódicos, de resoluciones aprobadas por algún que otro club interesado en los problemas sociales y muy de tarde en tarde se manifiesta en un discurso en el hemiciclo de la Cámara o del Senado. Los que periódicamente tratan de resucitar la pena capital estiman que lo único que detiene al asesino en potencia y enfría los ímpetus de los guapos y pone a reflexionar a los exaltados que recurren a la violencia por cualquier nimiedad es la amenaza del cadalso con su tétrica soga implacable que aprieta sin compasión hasta poner fin a la vida... Creen los partidarios de la horca que disminuirían los asesinatos y se salvarían muchas vidas útiles y no habría lugar a numerosas tragedias familiares si la sombra del verdugo volviera a figurar entre las posibles consecuencias de la comisión de un crimen... De entonces acá (entiéndase desde la abolición de la penal capital), el número de asesinatos ha aumentado. Pero no seria de justicia atribuir ese aumento a la no existencia de la pena capital. Ya quedó probado que el colgar a un asesino del cuello no enfría el impulso homicida de los criminales en potencia. Eso resulta (sic) una verdad por lo menos en cuanto al ambiente de Puerto Rico. Y no siendo eficaz la ejemplaridad, única supuesta ventaja de la pena de muerte, ¿qué otras razones podrían Los aportarse para mantenerla en los códigos? crímenes de sangre aumentan y no precisamente porque no se sancionen ya con la horca. Un estudio minucioso y realista revelaría otras causas diversas que, en su conjunto, podrían explicar la razón s Meyners, J. Arnaldo. "Está desacreditada la pena de muerte", j1 Mundo, 5 de. agosto de 1945, p. 5.
74
por la cual los homicidios son hoy más numerosos Por ejemplo, se consume ahora diez que nunca. veces más alcohol que antes de la Prohibición, (220,000 galones anuales entonces; dos millones ahora). El vicio de la marihuana, desconocido hace veinte años, cobra arraigo alarmante y cada día tiene más adeptos especialmente entre la gente ioven.
ciados a la delincuencia en un articulo titulado "E1 crimen
y
En 1948, Monseñor Díaz Mesón analiza los factores aso-
sus causas dentro de la presente crisis moral".6 Cada vez que la sangre de un hombre entra por los cauces de la violencia, al punto se perciben lamentaciones mil que sentencian su enérgica condenación para el causante del crimen. A veces los periódicos suelen tejer con la desgracia artículos que huelen a romance trasnochado. Los fiscales fulminan serias amenazas de un mayor vigorismo acusatorio... ...Es evidente que nos hallamos en un momento de conmoción universal.., porque se trata de una crisis moral, es decir, de un derrumbamiento o de una transformación de todos los valores éticos y espirituales por los que se ha venido rigiendo hasta hoy la sociedad... (ésta) ha roto los muros de contención (y) alcanza a todos los órganos fundamentales desde el arte, desde las costumbres, desde el sentido de amor, desde el concepto de amor y la intimidad, hasta la religión y el derecho de la propiedad. ...Se ha pretendido segar las fuentes de vida para poder gozar sin peligro los néctares del placer, se han envenenado las conciencias, alimentando codicias que llevan al hombre hasta escalar las cumbres de la violencia y el crimen. ...Cuando ocurre un crimen cualquiera, bien de carácter pasional o bien con motivo de robo, nuestra sociedad se conmueve en todo su ser y, ante este desplante y ese desprecio por la vida ajena,
6 Diaz Mesón. "E1 crimen y sus causas dentro de la presente crisis moral", LL Mundo, 9 de mayo de 1948, P. 4.
75
surge la protesta más enérgica de todo un pueblo a través de todos los sectores de opinión. A renglón seguido brindan fórmulas de represión para el crimen, se exigen castigos ejemplares para el criminal, se invocan todos los recursos de la ley que refrenen los bajos instintos de los criminales en potencia. En
un análisis de la sociedad en "crisis moral" de
entonces (curiosamente muy similar a la nuestra), el autor presagia el futuro de los niños que en ella crecían realengos y sin hogar, preguntándose retóricamente:
"... quién podrá
admirarse de que estos niños que no entienden de ternuras sin saber de exquisiteces de espíritu se truequen más tarde en hombres que alimenten odios y suspiren venganza. Muchos de ellos.., podrán se.r candidatos temporeros para el crimen". La opinión pública juega un papel importantísimo sobre las medidas que para la administración de la justicia toma el gobierno en la formulación de su política criminológica.
En
otras palabras, la opinión pública se convierte en un plan social que ejerce influencia preponderante sobre el sistema de justicia criminal. No hay duda de que en la década de los 40 la opinión del público influyó excepcionalmente en la aceptación o rechazo de medidas para afrontar la lucha contra el crimen.
La alarma
social movió a la publicación de editoriales en los principales rotativos que
fueran moviendo a los organismos competen-
tes a tomar medidas de control sobre la criminalidad. Veamos,
76
en part:Lcular, el publicado por el periódico El Mundo el 17 de abril de 1947:' Puerto Rico ha tenido la dudosa distinción de rebasar, en los dos últimos años, los promedios de criminalidad establecidos en todos los Estados Unidos con relación a los delitos de asesinato y homicidio. En punto al respeto que se le debe a la vida del prójimo, las estadísticas indican que andamos muy mal en la Isla. Esto se une al hecho de que, en otros aspectos de nuestra historia penal, los datos correspondientes al último año de 1946 demuestran indeseables aumentos. Los hechos que comentamos nos vuelven a dar la razón en nuestra insistencia de que el problema de la delincuencia sea considerado en primer plano de urgencia por nuestros legisladores y nuestros hombres de gobierno. Estos hechos apuntan hacia necesarias reformas, sobre las cuales aún no se ha legislado efectivamente. Volvemos a recordar la reforma judicial, que se organicen las cortes de modo que se puedan atender rápidamente todos los casos. Recordamos la necesidad de que se dé a los jueces y fiscales una remuneración adecuada y permanencia en sus cargos, condiciones ambas muy estimables para confirmarlos en su vocación y en sus empeños... Para encarar el auge del crimen falta, además, mucha policía, policía que haga labor de vigilancia y de evitación de crímenes. Es necesario perseguir con mayor efectividad los delitos menores, la pequeña delincuencia que ofrece el camino para los delitos mayores. Es preciso atender con más eficacia a la portación ilegal de armas, cosa tan común en nuestros barrios y pueblos. El respeto a la ley y el orden tiene que ser un hábito consistente, desarrollado desde temprana edad, y es necesario que la sociedad esté preparada para atender a todos los casos de delincuencia, por pequeños que parezcan.
' Editorial, El Mundo, 17 de abril de 1947, p. 4.
77
El 30 de marzo del 1948, El Mundo, en
su página edito-
rial, transcribe señalamientos hechos ante la Comisión de lo Jurídico-Penal de la Cámara en unas vistas públicas conducentes a una reforma penal. Se indicaron deficiencias en nuestro sistema de vida de entónces (nuevamente, curiosamente muy similar al Puerto Rico de hoy).
Se censuraron las películas
de pandilleros como estimulo muy nocivo para nuestra niñez; se combatieron los juegos clandestinos, fuente de multitud de crímenes; se habló del fracaso de las instituciones oficiales dedicadas a la reforma juvenil; se mencionó los estragos morales de las drogas heroicas y se afirmó que mientras haya niños sin escuela, crecerán el vicio y el crimen. Diez años más tarde, el 26 de abril de 1958, el mismo rotativo publicó un editorial reseñando la existencia de los mismos problemas y la misma forma de ataque al crimen que el anterior editorial relató.8 El Gobernador Muñoz Marín ha informado ...sobre una reunión para tratar los problemas de la criminalidad, y los medios para dominarla. A tal efecto, el Gobernador se reunirá en breve con funcionarios del Negociado de Bienestar Público, la Policía, el Departamento de Instrucción y de otras agencias cuyos deberes y preocupaciones tienen, cada cual en cierto grado, jurisdicción sobre estos problemas. A preguntas que formulara nuestro redactor en relación a la intensificación de la actividad delictuosa, con aumento en el número de atracos, organización de pandillas de adolescentes, ultrajes, etc., tuvimos el regocijo de informar anuestros lectores la promisora respuesta del Gobernador 8 Editorial E1 Mundo, 26 de abril de 1958, p. 6.
78
Las agencias antes mencionadas de Puerto Rico. están ya cooperando para lograr una manera de enfrentarse a la nueva ola de criminalidad que ofende, preocupa y acongoja a la sociedad puertorriqueña. Acto seguido, añadió el Gobernador que espera reunirse con funcionarios de dichas agencias en fecha muy próxima. Se tratará de encontrar medios para salirle al paso a dicho problema, que-para repetirlo en sus propias palabras--indiscutiblemente merece la más cuidadosa atención por parte del Gobierno, y por toda la ciudadanía. Celebramos esta convocatoria. Celebramos que se ha de reunir pronto el influyente. Ese mismo editorial reseña otro problema recurrente, el atraso en los tribunales que hoy continúa como un preocupante problema para la administración de la justicia criminal.
Por
tratarse de una personalidad impactante para la judicatura puertorriqueña, lo reseñamos a continuación: El severo y minucioso informe que el licenciado don José Trías Monge rindiera a la Cámara de RepresenAsesora el tantes empieza a surtir su efecto. licenciado Trías Monge a la Comisión de lo Jurídico de dicha Cámara. En tal carácter fue que redactó su informe. Ya en nuestra edición del 11 de abril editorializamos sobre dicho informe. Volvemos sobre el tema puesto que hemos visto con gusto cómo se ha reaccionado ante ciertas aseveraciones contenidas en dicho informe. Sin duda que se ha visto cómo afecta al país que litigios queden pendientes de solución en el Tribunal Supremo hasta durante cinco años. Daños irreparables producen a personas, familias y, en general, a la sociedad estancamientos judiciales Más de una vez tales tardanzas tan prolongados. han agotado la paciencia de litigantes, haciéndolos desistir de una espera que ya se les ha hecho, por irrazonable, insoportable. A veces, el proceso, convertido por la dilación judicial en verdadera guerra de nervios, ha producido tensiones y desaLa trama de los procesos, de tado violencias. todos modos, se ha llenado de factores imprevistos, negativos, irrazonables. En el fondo, toda demora
79
innecesaria en la tramitación de un proceso constituye una injusticia. Vemos ahora, placenteramente, que se proyecta hacer algo; que se propone preparar legislación para rehacer la normalidad en el ritmo de los procesos judiciales. El informe del licenciado Trías Monge señala, además de las fallas, los medios para encararlas. Ya de antemano, pues, la Legislatura cuenta con un guión para medidas a tomarse. A través de los años de 1940 a 1969, se manifiesta una preocupación por estudiar el crimen organizado o el hampa. Entre los años 1950-52 resaltan titulares informando investigaciones sobre esta forma de delincuencia, mientras que año tras año se informan alzas en el indice de la criminalidad por parte del incumbente de turno en el cargo de Superintendente de la Policía. Las
respuestas
gubernamentales
a
estas
alarmantes
noticias han sido generalmente siempre las mismas: aumento en las fuerzas policiacas, más y severos castigos. (Véase la parte final de este trabajo: Algunos Titulares sobre Criminalidad).9 Nuestra vida de pueblo fue un continuo repetirse de alarma social y del eco de sugerencias de medidas de intervención
que
pondrían
fin
al
indice
de
delincuencia.
9 Para una descripción más detallada en lo referente al aspecto cuantificado desde el punto de vista histórico, véase Aponte Pérez, F., "La criminalidad en Puerto Rico: Perfil sociológico-bibliográfico" en Boletín Judicial, enero 1986, págs. 7-24.
80
Recordemos por un momento el referido editorial del 30 de de
marzo
1948
en
el
cual
se
presentaron
las
siguientes
recomendaciones: ...hay que aumentar la fuerza policiaca, elevando los niveles de cultura en dichos cuerpos; ...hace falta una ley que haga responsables a los padres por el abandono moral de sus hijos; ...en nuestras cortes, se está abusando de la garantía ciudadana de las fianzas para que los delincuentes queden en libertad provisional: ...los fiadores de oficio que tienen negocios establecidos con las fianzas deben ser condenados. ...]los legisladores que son abogados no deben intervenir en casos criminales, en las cortes, para que no se pueda ver el resultado de sus defensas como obra de la influencia política en tales legisladores abogados. Además se preguntaba el editor "cómo puede la justicia pública (los fiscales) entenderse con numerosos casos cuyos expedientes son entregados a los fiscales en los precisos momentos en que se van a examinar los casos, sin que dichos fiscales sepan nada de dichos casos..." La década del 70 se convierte en lo que podríamos llamar "la década de la lucha
manifiesta contra el crimen". Sin
embargo, el problema del auge en la delincuencia no varió. Por el contrario, las manifestaciones criminosas seguían repitiéndose.
Tomemos como ilustración lo dicho por el Secretario de
81
Recursos Naturales, Hon. Justo Méndez' en el periódico Mundo el día 3 de abril de 1973:1° Cada mañana, al leer la prensa o escuchar los programas noticiosos, nos llega el parte sobre el asalto ocurrido a plena luz del día, los disparos hechos desde automóviles sobre personas que transitan en nuestras calles. El rapto de menores, el ultraje de señoras y señoritas en un paraje de nuestras playas; en fin, un cuadro de descomposición del orden. Un cuadro de descomposición que nos preocupa siempre en nuestra comunidad y si no
se toman las pertinentes acciones puede convertirnos en prisioneros del hampa y del crimen organizado. Las respuestas gubernamentales a la criminalidad comienzan a tomar un matiz diverso.
El gobierno tomó como derrotero
la reforma penal de 1974 (supra, pág. 66). actuación
directa
sobre
el
sistema
de
Además de la
justicia
criminal
(creación de la Administración de Corrección, desarrollo de métodos electrónicos para investigación del delito, adopción de un nuevo Código Penal que formulaba una política rehabilitación),
los
factores
asociados
con
la
pública de conducta
delictiva comenzaron a atacarse y, por tanto, a fortalecer indirectamente las instituciones de control social con la creación de un Departamento de Servicios Contra la Adicción, entre otros. Es cierto que la Reforma de 1974 adoleció de varios defectos de orden práctico.
Si la analizamos, nos daremos
Secretario de Recursos Naturales en 1987. (Nota del Editor I.R.T.) lo Méndez, Justo. "La agenda del 73: Ley y orden en Puerto Rico". ~1 Mundo, 3 de abril de 1973, p. 7-A.
82
cuenta que su fracaso no fue el resultado de su aprobación. En su
contenido
ideológico, filosófico
y
legislativo,
salvo
algunas lagunas, la reforma fue bien pensada, sistemática y precursora del establecimiento de una política criminológica para Puerto Rico.
Su fracaso se verificó en la aplicación
Una reforma de esta envergadura no podía actuali-
práctica.
zarse en pocos meses ni en pocos años.
Una reforma de esta
magnitud requería de un periodo precedente de prueba que demostrase con una población modelo la bondad de los programas necesarios
para su éxito.
No podemos alcanzar el éxito
deseado si la efectividad de la política criminológica no descansa sobre la implementación de un plan adecuado para su afirmación.
Asimismo, no basta con volver a señalar que la
pena "se cumplirá de manera que dé al convicto el tratamiento adecuado para su rehabilitación moral y social" si no contamos con instituciones penales diseñadas para impartirlo; si no ponemos
en
efecto
una
sabia
política
de
reclutamiento,
selección y entrenamiento de un personal penitenciario que sepa ofrecer y esté capacitado para identificar las señales de éxito o fracaso del tratamiento aplicado; si carecemos de métodos
de tratamiento diferenciado y si descansamos única-
mente en los organismos de corrección para llevar a cabo la labor de prevención y control de la criminalidad. En un discurso propedéutico a la aprobación de la contrarreforma de 1980 ante las Cámaras Legislativas sobre la
83
situación del país, el Gobernador Romero Barceló expresó en 1979: La incidencia criminal es todavía alta. No habrá descanso hasta que nuestras calles y nuestros vecindarios sean lugares seguros. No descansaremos hasta que la mujer y nuestros niños se sientan seguros al ir al colmado, a la farmacia y a visitar sus amistades libres de temor de que algo les suceda en el camino. Se reclutarán 250 policías y se adiestrarán para establecer un Cuerpo de Vigilancia Escolar, que será asignado a las escuelas superiores para llevar a cabo una campaña masiva contra el tráfico de drogas en las escuelas y sus alrededores, a la vez que ayudarán a las autoridades escolares en el mantenimiento del orden. Se emplearán, además, 235 personas en trabajos que ahora se dedican a funciones administrativas para asignar a éstos labores de prevención y vigilancia. Se reclutarán 300 guardias auxiliares para dedicarlos a la vigilancia en las escuelas en los niveles elementales e intermedios. En total, se aumentará la Fuerza Policiaca en 985 agentes y 300 guardias auxiliares. Próximamente, les enviaré un anteproyecto promoviendo aumentos de sueldos a los fiscales, como estimulo en su ardua e importante misión. También propondré aumentar el número de fiscales para que podamos fortalecer el sistema de procesamiento. Estoy enviándoles, además, recomendaciones para eliminar las sentencias indeterminadas y establecer el sistema de sentencias a términos fijos; proveer para separar permanentemente de la sociedad al delincuente y al criminal habitual, y a quienes cometan crímenes horrendos en cuyos casos no se permitirían las sentencias suspendidas ni tendría jurisdicción la Junta de Libertad Bajo Palabra hasta el cumplimiento de 20 años de reclusión, y para establecer la pena de veinte años por el delito de secuestro agravado. Las familias no pueden seguir detrás de las rejas de sus hogares por temor a los criminales fuera de las rejas de las prisiones. Estoy sometiendo legislación que propone aumentar los sueldos de los miembros de la Judicatura para
84
estimularles en sus esfuerzos y facilitar el reclutamiento de los jueces. Las condiciones de deterioro y las facilidades inadecuadas e insuficientes de la Penitenciaria Estatal obligaron a su remodelación. Al reubicarse los confinados en las otras cárceles, se aumentó la población penal de las mismas y crearon problemas de hacinamiento y de seguridad. Hemos ordenado acelerar en todo lo posible las obraLs de la Penitenciaria y esperamos que estén terminadas para el próximo año. La disponibilidad de la Penitenciaria reducirá enormemente el problema de las fugas. El 2 de enero de 1980 reseña el periódico El Mundo un plan abarcador para reducir el crimen sometido por el Superintendente de la Policía." Entre las medidas sobre las cuales se actuaría, destacamos las siguientes: Se ofrecerán academias de investigación criminal a los agentes del Negociado de Investigaciones Criminales y también las recibirán otras divisiones a nivel de toda la Isla. Se hará un estudio para reemplazar por carros nuevos todos aquellos vehículos de la Uniformada que tengan en uso más de dos años. Se terminarán las mejoras del sistema de comunicaciones del cual señaló como uno de los mejores de la Policia del mundo. Para ese proyecto se cuenta con una asignación de $300,000. Següh Cartagena, la Policía recibirá próximamente 2,225 nuevas unidades, entre éstas un moderno helicóptero. Dijo que para principios de abril o mayo próximo, la fuerza policiaca será aumentada ya que se graduarán 300 cadetes que comenzarán a recibir adiestramiento el 14 de este mes.
Jefe de polic£a anuncia plan abarcador para " Santiago, Tony. reducir criminalidad". $1 Mundo, 2 de enero de 1980, p. 7-A.
85
No existe duda sobre el interés genuino que, de tomar una posición o presentar una respuesta alterna, movió a nuestra Legislatura
a
reformar
podemos descartar que
el
sistema
vigente,
móviles de carácter
pero
tampoco
politico hayan
también inspirado la contrarreforma dada la urgencia con que se actuó sobre ella. Desde
1980,
una
política
de
construcción-destrucción
parece haber perneado una producción legislativa vacía de contenido
orientador
de
una
política
pública.
Darla
la
impresión de la existencia de una guerra legislativa basada en un juego de construcción-destrucción-reconstrucción. Recientes respuestas gubernamentales La historia criminológica de nuestro pals (como pretendemos haber demostrado) ha sido dirigida hacia mecanismos de control del delito.
El clamor por penas más altas, por
limitar derechos y por reinstalar la pena de muerte sigue moviendo a la ciudadanía con el mismo ímpetu de hace más de 40 años.
La "crisis moral" y el "dollarismo" que fueron señala-
dos por nuestros precursores no han variado, como tampoco han variado las respuestas gubernamentales al clamor de la opinión pública y a los "artículos tejidos por los periódicos con olor a romance trasnochado". (Han variado estos últimos quizás para ofrecer una lectura con menor valor literario.) La incidencia criminal, cuantitativa y cualitativamente se ha mantenido igual.
El crimen organizado y el tráfico de
86
drogas no son característicos de la sociedad contemporánea. Hemos podido constatar que "el hampa" de 1915 y "el gansterismo de la prohibición" no han sido rebasados ni son invención del momento. Las respuestas gubernamentales traducidas en el ordenamiento jurídico vigente parecen revivir la tradición que,
desconocida
u
olvidada,
pudo
y
puede
servirnos
de
lección. Podemos reescribir tantos de los artículos periodísticos examinados utilizando el lenguaje de nuestra década y describir "una crisis moral" y de valores y el "dollarismo" que nos :rige. El crimen está vivo en toda nuestra extensión territorial. Lo respiramos a través de los medios de comunicación, no únicamente en los resultados delictivos informados sino en la formación que nos brindan como pueblo: metas de consumo, formas de ser.
La televisión, no sólo a través de programas
violentos, más aún por medio de anuncios comerciales, nos infecta con el virus del desprecio a los demás y de conseguir lo que nos condicionan a necesitar por encima de las leyes; como el obtener que mamá compre un determinado jugo después que la maestra le avisara que su hijo engañaba a los niños pequeños para "conseguirlo", ¡y qué importa que lo hubieran "choteado", si consiguió lo que deseaba!
El niño receptor de
este mensaje que acompaña los programas infantiles aprende que el fin justifica los medios.
¿Qué hay del "pasaporte a la
felicidad" temporera y el consecuente "embrollo" para pagarla?
87
La mayor parte de la transmisión televisiva diaria trata de identificar el producto de consumo con valores económicos y familiares.
Recordaremos "el don de la tradición"... y el
llamado a los valores clásicos representados por licores, anuncios que promuevan las tan ventiladas causas del crimen asociadas con la adicción. La prensa nos deleita con información gráfica cruelmente dramática creando y satisfaciendo necesidades de un público que reclama pasiones morbosas.
La
noticia se vende como mercancía y tendrá mayor efecto si se ofrece con publicidad sensacionalista.
Estamos creando una
personalidad de pueblo decadente... ¿Podemos quejarnos de lo que hemos generado? que quien recibe el estimulo
y tiene
Es lógico
carencia de
medios
lícitos para lograr desarrollarse en el hombre que se le hace aspirar, utilice la vía delincuencial para alcanzar su meta. Y no basta con repetir lo que ya ha sido tantas veces expuesto:
el crimen
es resultado de
la
desintegración
de
la
familia, de la adicción, de la carencia de valores... Ante esta situación, la respuesta gubernamental ha sido la aprobación de una Ley de Menores que facilita el procesamiento de niños de 14 años de edad productos del ambiente descrito y cada vez acerca más el procedimiento de menores a un procedimiento para exigirles responsabilidad criminal. Ya una
vez se
similar.
habló en Puerto Rico
de
implementar
una
ley
A esa acción legislativa respondió el periódico
88
Democracia con el siguiente editorial el 19 de agosto de 1915:12 En virtud de una ley votada este año por nuestras Cámaras, los pequeños delincuentes son juzgados en corte especial y, dentro de los medios de represión que el código ofrece, el juez dicta sentencia aplicable a cada caso, teniendo en cuenta las circunstancias atenuantes que son de rigor. Es un gran paso, sin duda alguna, sobre todo en los procedimientos de la legislación criminal, pero eso no resuelve nada. Lo importante es prever, no remediar (énfasis nuestro). Y hay en esta materia tan dificil, y al parecer insoluble, varios factores que escapan a la acción del policía que prende al niño ladrón, del juez que le sentencia, del carcelero que lo guarda: factores económicos, pedagógicos, patológicos, sociales. La ignorancia y la miseria, como en todas las manifestaciones del delito, son elementos propicios para el desarrollo de ese mal, y es preciso combatir por todos los medios la miseria y la ignorancia. Hay que educar al niño para moldear su corazón y su cerebro en el sentido más noble de las posibilidades humanas; hay que alimentarle, albergarle y evitarle promiscuidades dañosas, para que no fermenten en su tierna alma gérmenes de rebelde protesta contra la injusticia social. Si hemos reconocido mueven
desde
entonces
los factores que
a la desviación social del menor, ¿cómo nos hemos
mantenido sordos a ese clamor por la prevención? Ante esta exigencia de responsabilidad que la ley vigente establece, el gobierno viene obligado a educar al menor brindándole, además
12 Editorial, ya Democracia, 19 de agosto de 1915, p. 4.
89
de la instrucción necesaria, un ambiente lo menos criminológico posible y la protección a la que tiene derecho. El mensaje del estado del país ofrecido por el entonces Gobernador Rafael Hernández Colón el 9 de febrero de 1987 nos ofrece un panorama más alentador que en los años anteriores. Además de la estereotipada demanda por más policías y del aumento de penas y de las consabidas promesas de legislación para atacar el crimen organizado, finalmente hemos comenzado a ver la luz en un campo de la prevención que empeña a dos de los principales organismos en el sistema de justicia criminal: la policía y la comunidad. Con la creación de los Consejos de Seguridad
Vecinal
podemos ver
en función
un
mecanismo de
prevención a largo alcance que comienza a moldear una política criminológica fundamentada en una labor interagencial integrada. En su corta vida, los Consejos Vecinales auguran un buen comienzo: una manifestación de un deseo de intervención que va más allá de una marcha de protesta e ilustra los esfuerzos de la ciudadanía para restaurar su confianza en el organismo policial. Ahora bien, para su éxito debe haber un esfuerzo de ambas partes en modificar sus posiciones. Nuestra sociedad ha demostrado que la amenaza de la pena por si sola no tiene el efecto disuasivo deseado. Como vimos en nuestra incursión por los artículos periodísticos, la lucha contra el crimen, lejos de vencerse, se intensifica.
La razón
90
es simple y sencilla: el peso de la responsabilidad ha recaído sobre el Estado y éste ha trabajado sin una
meta
global
definida con una política estructural independiente. Si la labor de la fuerza policial y de los demás organismos de ejecución es nula, el propósito que persigue el Derecho Penal no se cumplirá efectivamente; y, como hemos podido constatar en Puerto Rico, sin la interacción de éstos con la comunidad nunca podrá el sistema funcionar a plenitud. Con la creación de los Consejos de Seguridad Vecinal, se ha iniciado una batalla en la lucha contra el crimen.
Ahora
bien, todavía permanecen áreas que no han sido hondamente exploradas. Ya vimos como la violencia es la orden del día en Puerto Rico. Asistimos a manifestaciones violentas desde que nacemos: en el seno del hogar, en la escuela, en el lenguaje que
usamos, en el que escuchamos por la
radio
y
el que
recibimos a través de todos los demás medios de comunicación. No debe sorprendernos que en el contexto policía-comunidad, al definir :La palabra relaciones, se utilice como sinónimo conflicto o choque.
Con mayor razón se verifica esta identidad
cuando la actitud de algunos miembros del cuerpo policial propicia tal identificación. Desde la perspectiva del ciudadano, el policía es rara vez visto como un colaborador, no como se ve al bombero, por ejemplo. (Recordemos una famosa
encuesta
hace
unos
meses
91
publicada por El Nuevo Día13 que señalaba a este último como el servidor público que gozaba de la mayor confianza entre los entrevistados.) Como comentario al margen, no debemos perder de vista que el sensacionalismo en los periódicos también perjudica la imagen del policía ante la comunidad. Por medio de un estudio realizado por el profesor Pedro Vales14 en 1979 sobre la criminalidad desconocida, se estimó en
un
63%
policía.
la
actividad
delincuencial
no
informada
a
la
Las estadísticas del Centro de Ayuda a Víctimas de
Violación correspondientes al año 1985 indican que de cada diez violaciones informadas a ellos sólo cuatro se informan a la policía.
Las razones expresadas a Vales fueron: falta de
confianza en la policía, dejadez, convencimiento de que no recibirían
asistencia de la
investigativas.
policía
ni de otras agencias
Esta reacción del ciudadano puede entenderse
por varias razones. En ciertas conductas como la violencia familiar,
no
suele
verse
la
intervención
policial
como
adecuada o no se percibe como labor policial. Es comprensible, también, que la actividad criminal de algunos miembros de la policía haya debilitado significativamente
la
credibilidad
en
la
agencia
y,
por
ende,
en
el
13 Encuesta, $1 Nuevo Dia, 30 de enero de 1987, p. 4. 14 Vales, Pedro. "Criminalidad conocida y desconocida en Puerto Rico: Estudio de un caso-Humacao, 1978." (Ponencia, Primer Congreso Nacional de Criminalidad, Hotel Caribe Hilton, San Juan, 18-22 de noviembre de 1979).
92
sistema. Afortunadamente, ese grupo no es representativo de la totalidad del cuerpo policial. Desde la perspectiva de la policía, hay también comentarios que requieren atención especial. Para contrarrestar la visión del ciudadano que hemos descrito, tenemos que abandonar la imagen del policía como un miembro de un ejército ocupante. Es fácilmente comprensible que la policía deba conmensurar su autoridad a la expectativa que el público tiene de su actuación.
Debe
adoptar
un
rol
profesional
que
no
debe
abandonar ante la provocación, la frustación o la tentación. Manteniéndolo demuestra su superioridad y, como resultado, ganará el respeto y la admiración que su profesionalismo le haya merecido. El mensaje del Gobernador resalta promesas de iniciativas en la justicia criminal.
Una de ellas toca un punto neurál-
gico de nuestro sistema:
a víctima del delito que ha sido el
personaje ignorado en nuestro proceso penal criminalcéntrico. La promesa consiste en garantizarle derechos. el beneficio de la propuesta legislación.
No contamos con Podemos, por lo
pronto, señalar algunas deficiencias y lagunas en el campo de protección a las víctimas del delito a quienes el ordenamiento jurídico legitima por negarles protecciones, como un día en corte, y la consideración de sus necesidades y sentimientos en aras de una convicción o de proteger derechos de los acusados.
93
En •1 área de instituciones penales, poseo conocimiento personal de que existe por parte de la Administradora de Corrección un interés genuino en poner en efecto un gran plan de
acción
convicto.
conducente
a
propiciar
Desafortunadamente,
la
algunos
rehabilitación de
los
del
compromisos
politicos para acallar el clamor de la opinión pública militan en contra, si no impiden, la puesta en práctica del plan. Debemos señalar que el proyecto de Juana Diaz's parece prometedor
y que, correctamente ejecutado,
y con
los recursos
económicos y humanos disponibles, tendrá el éxito deseado. Ahora bien, se trata de realidades a largo alcance cuyos resultados no son palpables a corto plazo. que
se requiere
una
política
Debemos recordar
criminológica
integrada
que
coordine hacia una meta todos los esfuerzos interagenciales. La carencia de esta política dirigida a mantener el proceso penal integrado hasta su culminación con la etapa ejecutiva es la causante de muchos de los serios problemas que confrontan los reclusos frente a la Administración.
La ausencia de
jurisdicción de los tribunales sobre la ejecución de la pena precipita esos recursos al Tribunal Federal en la búsqueda de amparo
jurisdiccional
para
solucionar
los
incidentes
de
ejecución.
Dra. Mercedes Otero de Ramos. (Nota del Editor I.R.T.) ts
Proyecto Modelo de Rehabilitación en Juana Díaz. (Institución Penal de Rehabilitación y custodia Mínima establecida en 1988).
94
Fina:lmente, quiero mencionar unas medidas legislativas que afortunadamente no han sido aprobadas y que constituyen la abolición de aquellos derechos constitucionales que amparan al individuo contra el ejercicio ilimitado del derecho a castigar que tiene el Estado.
Me refiero a los proyectos para limitar
el derecho a la fianza, permitir las grabaciones de conversaciones que luego serian utilizadas como evidencia en casos criminales y la resolución presentada para llevar a referéndum la restitución de la pena capital. Desde
una
óptica
democrática,
estas
medidas
atentan
contra un sistema fundamentado en el derecho y no en los seres humanos. Muchos de los parlamentos del pasado aquí reseñados son suficientes para sostener su más merecido repudio.
En
primer lugar, porque surgen al calor de la opinión pública airada por el hecho ajeno que no piensa en que cada uno de nosotros
puede
mecanismos
que
ser
víctima
facilitan
el
de
falsas
imputaciones
procesamiento
injusto
o y
de sin
garantías. En segundo lugar, porque son medidas de control que esperan a que se haya incurrido en conducta criminal para atacar el problema con el castigo o la eliminación del delincuente, mientras que el ambiente social criminógeno queda intacto a la par que la "crisis moral" y el "dollarismo" se perpetúan.
95
Respuestas gubernamentales de esta
naturaleza se han
demostrado infructíferas durante casi un siglo de nuestra historia. Estamos a tiempo de curar nuestra sordera.
Ha
quedado demostrado que las palabras pronunciadas no han sido necias...
Algunos Titulares sobre Criminalidad: Periódico El Mundo 5 de agosto de 1945 (p. 5) Meyners, José: Está desacreditada la pena de muerte. 14 de febrero de 1948 (p. 7) Hernández Aquino, José: La Sociedad de Salud Pública trató problemas de criminalidad en asamblea. Opinó que ésta no se evita con castigos fuertes, sino con educación al pueblo. 4 de febrero de 1955 (p. 1) Ufret, J.M. El jefe de la Policía de Puerto Rico, Col. Salvador T. Roig, manifestó ante la Comisión de Orden Público de la Cámara de Representantes que la recomendación que hace el Gobernador en su Informe de Presupuesto llena a cabalidad las necesidades de la Policía. 4 de marzo de 1956 (p. 15) Torres Braschi, Wilfredo: Informa delitos graves aumentan en tres años. 7 de febrero de 1958 - Editorial (p. 15) Veintisiete en lo que va del año; la peor ola de crimen en lo que va del año de la Isla. 26 de abril de 1958 - Editorial (p. 6) Nueva reunión. El Gobernador Muñoz Marín ha informado a nuestro compañero Rafael Santiago sobre una nueva reunión para tratar los problemas de la criminalidad y los medios para dominarla.
96
22 de junio de 1962 - Editorial (p. 6) No podemos tolerarlo: El hampa se ha incorporado a la corriente de progreso que se advierte en todos los órdenes de Puerto Rico. Faltaba una modalidad del crimen y ya la tenemos en plena actividad. 24 de noviembre de 1962 (p. 6) Combas Guerra, Eliseo: En torno a la Fortaleza. Tal vez como una medida para ayudar a combatir la delincuencia, nuestra Legislatura debería aprobar una ley disponiendo cierto limite para el cierre de aquellos establecimientos públicos donde se expenden bebidas alcohólicas.
18 de marzo de 1964 - Caricatura (p. 6) "Una Filardi, Carmelo. regimentar las fianzas.
esperanza".
Proyecto
para
2 de enero de 1965 - Editorial (p. 6) Debe ser sustancial. Nos parece obvio que en un esfuerzo para combatir el crimen sea inevitable aunar la fuerza policiaca. 16 de garzo de 1965 - Editorial (p. 6) Necesita recursos. En las altas esferas gubernamentales del País hay el propósito de crear un cuerpo de investigación criminal. La Oficina del Gobernador sometió a la Asamblea Legislativa una medida facultando al Superintendente de la Policía a organizar este Cuerpo. 8 de abril de 1965 (p. 1) Margenat, Alfredo. Roig señala aumento de criminal en Puerto Rico.
incidencia
1 de garzo de 1969 (p. 8-A) Estudio sometido a Tribunales; señalan la droga y la bebida como causa principal del crimen. 23 de abril de 1969 (p. 7-B) Torres Massa informa aumenta crimen en Puerto Rico.
97
20 de agosto de 1969 (p. 14-A) Santiago, Antonio. Investigarán crimen organizado en Puerto Rico.
posible
existencia
15 de septiembre de 1969 (p. 5-C) Soler Favale ve indicios del crimen organizado aquí. 19 de septiembre de 1969 (p. 5-A) Santiago, Antonio. Informe Torres Massa revela tasa crimen es más alta en Puerto Rico que en Estados Unidos. 12 de diciembre de 1969 (p. 16-A) Contra crimen organizado: Funcionarios de Puerto Rico se adiestran en Georgia. 26 de enero de 1970 (p. 1-A) Marín, Rodrigo Jr. Exhorta unión de fuerzas policiacas y ciudadanos para combatir el crimen. 8 de junio de 1970 (p. 5-B) Rodríguez, Wilda. Departamento de Justicia intensifica lucha contra crimen organizado en Puerto Rico. 1 de agosto de 1970 (p. 11-A) Marín García, Rodrigo. FBI utilizará computadoras para combatir el crimen en Puerto Rico. 17 de septiembre de 1970 (p. 11-A) Padilla, Victor M.
Estudian crimen organizado.
25 de septiembre de 1970 (p. 1-A; 18-A) Betancourt, Roberto. Ven Puerto Rico es "terreno fértil" para el crimen organizado. El seminario fue auspiciado por el Comité Inter-departamental contra el Crimen Organizado. 26 de septiembre de 1970 (p. 6-A) Un peligro real. Isla un terreno fértil para el crimen organizado. I
98
29 de septiembre de 1970 (p. 18-C) Utilizarán un millón para adiestrar personal de defensa. 5 de octubre de 1970 (p. 14-A) Conferencia Sobre Crimen Organizado. El Departamento de Justicia de Puerto Rico celebró la Primera Conferencia sobre el Crimen Organizado. 15 de diciembre de 1970 (p. 11-A) Asignan 4.5 millones al plan de la Comisión para combatir el crimen. Constará de diez áreas. 15 de octubre de 1972 (p. 16-C) Un momento: Programa contra el crimen. El Alcalde de San Juan, Carlos Romero Barceló, dijo que el programa Impacto contra el Crimen está diseñado de acuerdo con las necesidades reales de la ciudad y que se invertirán en ese programa 24 millones de dólares durante los próximos cuatro años. 31 de enero de 1973 - Caricaturas (p. 7-A) La orden. Stop. E1 pueblo. E1 crimen. Medina, Niche. Puerto Rico demanda paz, tranquilidad y seguridad entre sus ciudadanos. 4 de febrero de 1973 - Caricatura (p. 7-A) Medina, Niche. Borinquen canta. Desempleo. El crimen. Las drogas. Estamos en las mismas condiciones. Borrarnos de este mapa no han podido. 15 de febrero de 1973 (p. 1-A) Rodriguez Feliciano, I. Asignan 7 millones para combatir el crimen. 13 de nar9:o de 1973 (p. 10-B) Rodriguez Feliciano, agentes del CIC.
I., Ola
de
crimen trae „locos"
99
24 de marzo de 1973 (p. 6-A) Combas Guerra, Eliseo. Infinidad de delitos quedan impunes. Hay casos muy serios, muy graves y degeneran reprobación que por determinados tecnicismos legales, y
también debido a la extremada benignidad de algunos magistrados, sus autores resultan beneficiados con las famosas probatorias aun tratándose de individuos que cometen los delitos más abominables. 3 de abril de 1973 (p. 7-A) Méndez, Justo. La agenda del 73: Ley y orden en Puerto Rico. 13 de abril de 1973 (p. 6-A) Combas Guerra, Eliseo. En torno a la Fortaleza: El otro dia se dijo por los periódicos c e el Gobernador Hernández Colón habla dado órdenes terminantes al Superintendente de la Policía de Puerto Rico para eliminar la guerra en el bajo mundo. 2 de enero de 1980 (p. 7-A) Santiago, Tony. Jefe de la Policía anuncia plan abarcador para reducir criminalidad.
COMENTARIOS A "RESPUESTAS GUBERNAMENTALES AL PROBLEMA DE LA CRIMJNALIDAD" Ponencia de Olga Elena Resumil de Sanfilippo
Manuel Angel Morales' Señalamientos Iniciales El filósofo Michel Foucault ha dicho lo siguiente: "No quiero universalizar lo"que digo e, inversamente, lo que no digo no lo recuso ni lo considero forzosamente inesencial. Mi trabajo se halla
en puntos suspensivos. Yo quisiera abrir una
cantera, ensayar; y si fracaso, volver a empezar de otro modo. ... Lo que digo debe ser considerado como unas proposiciones, unos ofrecimientos de fuego a lo que se invita a participar a quienes pueden interesarse en ellos. No se trata de afirmaci--nes dogmáticas que deben ser tomadas en bloque." Con estos señalamientos en mente, deseo agradecer esta invitación que se me hace para participar en el Seminario Visiones
Alternas
al
Fenómeno
de
la
Criminalidad
y,
en
particular, para que comente la sólida ponencia de la distinguida compañera y profesora Olga Elena Resumil. Esta actividad nos
depara
la
oportunidad,
para
nosotros
muy
grata,
de
discutir en el seno de la Universidad un problema que nos abruma por su auge descontrolado en su dimensión individual, colectiva, institucional y nacional.
Catedrático Asociado de la Escuela Graduada de Administración Pública de la Facultad de Ciencias Sociales, Recinto de Río Piedras, P.R.
102
Comentarios al Texto de la Ponencia' El fenómeno de la criminalidad confronta a los puertorriqueños con una realidad que se resquebraja progresivamente. Para abordar este asunto, la profesora Resumil parte de unas premisas iniciales que resulta conveniente
hacer resaltar
nuevamente. Nos dice que las respuestas gubernamentales a los problemas concretos de la población se fundamentan en un juego de apreciaciones distintas e interrelacionadas. Estas son las siguientes: 1.
Apreciaciones socio-históricas (que a su vez sirven de base al segundo juego de premisas);
2.
Apreciaciones jurídicas (que
nosotros preferimos
llamar burocráticas); y 3.
Consideraciones técnico-criminológicas.
La distinguida profesora parece advertir que el proceso de formulación e implantación de unas políticas criminológicas debe partir de la consideración simultánea de este juego de apreciaciones. Seguidamente pasa a señalar que el éxito de estas gestiones dependerá, en gran medida, de la posibilidad de
superar
el
interés
político-partidista
y
alcanzar
un
interés social más amplio dirigido a propulsar la convivencia y la solidaridad en la sociedad. Nuestra primera interrogante no se hace esperar. ¿Es posible lograr esto en una sociedad
Estoy en deuda con el amigo Néstor Colón por toda la información que me brindó en la preparación de estas ideas y reacciones. Los documentos de trabajo 1, 2, 3, 4 del PSP fueron muy útiles.
103
marcadamente caracterizada por conflictos de capas socioeconómicas? En otras palabras, que el problema de la criminalidad tiene que
partir de la
relación dialéctica
que se
produce entre los individuos, grupos, capas y el resto de la sociedad.l Francamente, esta consideración no está totalmente clara en el trabajo de la distinguida profesora y, a veces, puede dar la impresión de que el Estado, Gobierno y el sector público, tal y como están configurados, tienen la capacidad real y manifiesta de responder efectivamente al problema de la criminalidad en Puerto Rico. Para nosotros, esto significa una prec. nta distinta. No se trata de si el Estado o el Gobierno debe formular una política criminológica integrada, sino de establecer concretamente si esto realmente es posible. Esta critica constructiva la adelantamos a partir del propio esquema que adelanta la investigadora: Surgen unos problemas sociales que tienen una dimensión socio-histórica (el lector se puede llevar la impresión de que es más histórica
que
social).
De
aquí se fundamenta
la
intervención
jurídica o burocrática que, a su vez, se nutre del estado del arte de la criminología como una disciplina o campo profesional. Nuestro señalamiento es que el proceso y la acción de formulación de política pública son mucho más complejos que la impresión que el lector de su ponencia se puede llevar.
Castilla del Pino, Carlos. pialéctica de la persona, dialéctica de la situación. Barcelona: Ediciones Peninsula, 1963.
104
En
la
primera
parte
de
la
ponencia
se
presenta
un
acercamiento socio-histórico para discutir la respuesta social al fenómeno delincuencial. La lógica que se esboza parece ser la siguiente: Cada vez que surge algún problema social lo suficientemente marcado, el sistema político responde a través de algún programa, política u organización administrativa que, a su vez, se fundamenta en una serie de respuestas jurídicas o legales para mantener un orden social. Nosotros añadiremos lo siguiente: A medida que se acumulan las leyes, reglamentos, planes o programas, se demandan diseños más complejos y el funcionamiento burocrático se hace más expandido y complicado. Las políticas supuestamente deben aliviar las necesidades y reclamos de crecientes segmentos críticos de la sociedad y así se va gestando una proposición social: Los problemas sociales reciben
atención
pertinente
o
impertinente
en
proporción
directa a la visibilidad o controversia comunitaria que éstos generan. De esta manera, las respuestas del Estado al problema de la cr:Lminalidad son puramente reactivas, a veces opresivas y en algunos casos son expresiones manifiestas de tecnologías de poder.2 Las organizaciones del Estado se convierten así en agentes intermediarios de la relación individuos y la comunidad. La profesora Resumil señala que cuando el Estado altera el binomio anterior de individuos y comunidad se diluye la
2 Foucault, Michel. Viqilar Y castigar. México: Siglo XXI, 1979; Microfísica del poder. Madrid: Ediciones La Piqueta, 1979; E1 discurso del poder. México: Folios Ediciones, 1983.
105
responsabilidad social. Al finalizar su trabajo, y como una especie
de
solución,
aboga
por
la
reincorporación
de
la
comunidad en la administración de estos asuntos. Nos parece que la reincorporación o el redescubrimiento de la comunidad es una expresión
puramente reactiva en vez
de
hacer
una
diferencia crucial. Acerca de la Individualización de la Pena En el trabajo se hacen unas breves e interesantes reflexiones sobre la política criminológica, el derecho penal y la criminología. Por política criminológica se interpreta la forma de enfrentar los problemas de ofensas o bienes protegidos jurídico-penalmente. La criminología, por su parte, trata de explicar (en términos de causa
y efecto) los factores
individuales y sociales asociados a la conducta delictiva para lograr combatirlos a través de actividades de prevención y control. No obstante, aquí se cae dentro de las ciencias causal-explicativas. El derecho penal es el que determina qué conductas o comportamientos estarán sujetos a sanciones por el mecanismo penal del Estado. Hay que hacer resaltar la lógica normativa o imputitiva de ese proceso, o lo que es lo mismo, una lógica subrepticiamente preferencial. En otras palabras, la criminología busca establecer las causas de la criminalidad; el derecho penal trata de disminuir las mismas creando normas penales que supuestamente desaniman la conducta delictiva. Se sabe que la
106
criminología se ha dividido en dos grandes áreas: la sociología criminal y la sociología clínica. Posteriormente, se ha hablado acerca de un enfoque integral de estas dos áreas. El primer enfoque examina las condiciones externas al individuo, es decir, las que la sociedad produce y mantiene y que forman la incidencia criminal. El enfoque de la sociología clínica estudia a:l individuo particular que ejecuta un delito. Aquí se considera la socialización del delincuente y cómo este proceso influye en la comisión del delito. El énfasis es en la persona y cómo la sociedad la afecta internamente. Estas vías conducen a lo que :la profesora Resumil señala que es la individualización de la pena o lo que podríamos llamar la sicologización del comportamiento delictivo. Nos da la
impresión que la
profesora favorece el fenómeno de la individualización de la pena toda vez que en esto se funda la filosofía de la rehabilitación. Independientemente de la importancia de este ángulo, queremos traer a la atención la siguiente posibilidad: La individualización de la pena se da en función de la ignorancia del significado socio-colectivo o de clases que refleja el problema de la conducta delictiva. Cuando se desconocen las problema
matrices
de
un
entonces
se
individualiza
que
es
bajo
el
marcadamente credo
de
colectivo, la
supuesta
humanización de la pena. Esto puede llevar a un burdo personalismo donde todo se da por condescendencia y no por la dimensión colectiva, social y económica del problema.
107
Introducimos otros comentarios: Desde una perspectiva de filosofía social, podemos cuestionar cuánto es verdaderamente nuevo en
la
nueva criminología que se presenta como una
tendencia contemporánea encaminada a fomentar un análisis de las condiciones estructurales y funcionales del sistema social para lograr un acercamiento al problema de la criminalidad. ¿Hasta qué punto, detrás de lo que a veces se presenta como un modelo sociológico para explicar la llamada crisis de la política criminal, se esconden elementos de la criminología clínica según configurada en un momento anterior? En
la
segunda
parte
del
trabajo
se
int rcalan
unos
apuntes históricos y legislativos para explicar la política criminológica en Puerto Rico. En esta sección se clama en varias ocasiones por la necesidad de un esfuerzo auténtico por definir
una
política
criminológica
integrada.
En
ningún
momento se define en detalle qué se entiende por política criminológica integrada. La definición en este caso es muy importante
porque
permitiría
establecer
si
alcanzar
esta
condición es verdaderamente posible o estamos frente a una creación
de
los
investigadores.
Uno
se
puede
llevar
la
impresión de la formulación de política pública como un simple ejercicio de decreto o de legislación por parte de la Legislatura y, si este fuera el caso, se estarían pasando por alto consideraciones proceso.
económicas
y
políticas
que
afectan
este
108
En la segunda parte también se insinúa la importancia de la rehabilitación al señalar momentos específicos cuando esta concepción
fue
estrictamente
incluida
excluida
o
de
los
esfuerzos de acción social. No se advierte la posibilidad de que la :rehabilitación sea parte del problema en vez de una verdadera posibilidad de solución, porque cuando se considera este asunto el énfasis es en lo individual o en el sujeto que comete algún delito o desviación. Volvamos a presentar nuestra alegación, en esta ocasión desde la perspectiva de la psicología del aprendizaje. Los imperativos del comportamiento que reconocen las teorías más prestigiosas del aprendizaje social señalan lo siguiente: La conducta, sea cual sea, hay que .xplica:rla
a
partir
de
la
persona, su
historial
social-
económico y de aprendizaje y la situación o el contexto en el que
ésta
se
encuentra
ubicada.
Los
hallazgos
empíricos
demuestran que el contexto o la situación que se caracteriza por elementos económicos, políticos e institucionales tienen fuerza mayor.' Durante el periodo histórico señalado por la profesora Resumil,
parece
que
las
dos
modalidades
principales
de
respuestas del Estado o del Gobierno han sido las siguientes: Legislación nueva y/o creación de nuevas organizaciones. Esto
3 Bandura, Albert. Social Learning Theory. New York: Prentice Hall, 1977.
109
va creando, por un lado, una estructura mayúscula de reglamentación del comportamiento y, por otro lado, va creando las bases de un "leviathan" que es considerablemente débil en su capacidad. de responder a los problemas sociales, pero que exhibe unas proporciones mayores. El Estado empieza a reflejar una condición de elefantiasis. Esto sirve de paso para una alegación
que se
puede desprender
de
lo
que
presenta
la
profesora Resumil, aunque ella nunca lo dice directamente. Mientras
permanezca
inalterada
la
base
económica
de
la
sociedad, las respuestas de las instituciones gubernamentales en el tiempo serán iguales o muy parecidas. Aquí enfrentamos una especie de reproducción de respuestas que permanecen casi inalteradas por un espacio de casi noventa años. Esto nos lleva a señalar que, a partir del análisis esmerado y formidable de la profesora Resumil, podemos concluir que en asuntos de criminalidad, y tal vez en otros, Puerto Rico ha estado en un proceso constante de "reformas de las reformas". Finalmente, en la tercera parte del trabajo se ofrece un acercamiento
criminológico
gubernamentales
al
problema
al de
asunto la
de
las
respuestas
criminalidad.
Aquí
se
adelanta una idea interesante y muy controversial: Siguiendo una trayectoria histórica de algunos rotativos del país, se demuestra que desde 1915 se habían identificado los factores asociados a una delincuencia sin frenos y algunas respuestas.
110
Estos son los siguientes: a. b. c. d. e. f. g. h. i. j. k. 1. m. n. o. p.
delincuencia violencia drogas alcoholismo depresión económica pobreza deficiencia del sistema educativo materialismo, consumerismo dollarismo crimen organizado pobre calidad de vida impacto de la radio y la televisión necesidad de mayores recursos económicos necesidad de fortalecer la policía pena de muerte y otros elementos parecidos
Nos parece que estos elementos, más que un diagnóstico presente en distintos momentos históricos, constituyen
un
simple inventario de una sintomatología social. En Puerto Rico, a veces, se confunden los antecedentes con los procesos y las consecuencias de un problema social. Si esto es así, el fundamento que con esmero utiliza la profesora para presentar su alegación puede ser debatible. Por el contrario, podríamos argumentar que el acercamiento criminológico del gobierno al problema de la criminalidad durante más de 70 años, constituye un juego de reacciones a la estructura paradójica, ambigua y complicada
de
la
sintomatología
social.
No
obstante,
el
trabajo casi erudito de la profesora resulta muy, pero que muy iluminador. Entre otras cosas, se pueden hacer resaltar los siguientes aspectos: La dependencia de los actores políticos en la opinión pública independientemente de cuán fundamentada está la misma en una base de conocimientos. Es interesante el
111
comentario que se intercala de cómo la opinión pública se convierte en un plan social que influye en todo el proceso de formulación de política pública. Otro aspecto inquietante que demuestra la profesora es cómo la educación, durante todos estos años, se presenta como una solución mágica a otros problemas sociales. Se explica por qué este otro sector ha estado en constante reforma. Podríamos argumentar que la reforma (volver a formar, rehacer, reparar, restaurar o poner en orden) ha sido la respuesta tradicional del Estado a los problemas sociales. Hay que preguntar hasta qué punto. Puerto Rico es un país que ha estado en constante reforma durante todos estos años y hasta qué punto la historia de Puerto Rico es una historia de lucha contra el crimen. Lamentablemente, no compartimos la excitación con la idea de que en algunos momentos de esta historia se han hecho progresos verdaderamente significativos.
En el mejor de los
casos, lo que se ha hecho es proponer la creación de nuevas organizaciones
para
confrontar
con
desespero
político
y
reactivo un problema de proporciones mayúsculas. Deseamos confesar que: Históricamente, no conocemos de ningún país que haya podido enfrentar el problema del crimen desde la
perspectiva exclusiva del desarrollo de métodos
electrónicos para investigar el delito, adopción de nuevos códigos para incluir o excluir la rehabilitación y otras cosas parecidas. El fortalecimiento de las instituciones de control
112
social es una expresión reactiva, por no decir opresiva, que nada
aporta
a los esfuerzos pro-activos, de prevención
y
pedagogía social. En el mejor de los casos, se puede decir que el fracaso de estos esfuerzos es uno de alcance y perspectiva. Por eso, no creemos que se pueda hablar de contrarreformas; lo que hemos experimentado incrementalmente es reforma de las reformas. Por tal motivo, nos parece que el señalamiento de que históricamente se han reconocido los factores que mueven a la desviación social del menor, y cómo es que nos hemos mantenido sordos a ese clamor por la prevención, resulta algo prematuro. En el mejor de los casos, lo que ha ocurrido es un reconocimiento puramente literario, pero que no ha afectado marcadamente los procesos de formulación de políticas públicas y adopción de decisiones. Asimismo, podemos decir que después de todo el formidable análisis histórico y documental que hace la profesora,, nos parece algo desproporcionado el entusiasmo con la idea de los consejos vecinales y el trabajo estrecho entre la policía y la comunidad... Se requiere algo más que la incorporación de las personas, los representantes del orden, el esfuerzo interagencial y la consideración de la víctima para establecer un programa de acción criminológica que pueda afectar este problema de proporciones mayores. Se trata de enfrentar con valentía el problema de la desigualdad..., y de
113
los limites fundamentales del sistema que son la estructura del ingreso y la riqueza.4
Conclusión
Nos solidarizamos con la propuesta de Doña Trina Rivera de Ríos, Portavoz Ciudadanos.
Esta
del Comité de ilustre
Defensa
puertorriqueña
de
los Derechos
lleva
un
tiempo
considerable abogando por la necesidad de diseñar y desarrollar
un
Modelo
de
Estudio
y Acción Puertorriqueñas Todo
esfuerzo por desarrollar un programa
de
acción efectiva para
enfrentar la criminalidad tiene que enmarcarse dentro de la estructura económica, política y social de Puerto Rico. Por tal motivo, es necesario partir del crimen como una expresión de formación social y reconceptualizar la criminalidad como un problema social. Esto significa, entre otras cosas, que los problemas sociales no son la causa estricta del crimen, sino todas las condiciones de vida económica, política y social que refuerzan
y
se
agravan
entre
respuesta social encaminada tratamiento
de
la
a
criminalidad
si. la
Siendo
así,
cualquier
prevención, reducción
debe
partir
del
juego
y de
4 Harrington, Michael. The Next Left: The History of the Future. New York: Henry Holt. Co., 1986. s ~Puerto Rico: Encrucijada ante el crimen, raíces, problemas n Roio del 13 al 19 de sociales y alternativas", Claridad, Suplemento junio de 1986.
114
valores, ideales y metas sociales; la configuración económica, educativa
y
religiosa;
y
de
las
necesidades y
política,,
experiencias de los puertorriqueños. una recreación y
Hay que entender que no constituye
reificac:ión del fenómeno de la criminalidad advertir que éste es un asunto político, de poder y de dependencia económica. Si esto no se enfrenta colectivamente, estaremos reforzando su condición. Se trata de un proyecto nacional que se fundamenta, no en el temor de la conflagración social, sino en las posibilidades de conseguir una sociedad mejor.
115
¿HAY SALIDA A LA CRIMINALIDAD? Luis Nieves Falcón' En Puerto Rico, la criminalidad es un problema cotidiano de serias consecuencias electorales
y al cual los medios
noticiosos le dan diariamente un despliegue significativo. De hecho, las encuestas de opinión pública la revelan como el principal problema que percibe la ciudadanía' y en su reciente Mensaje sobre el estado de situación del país, el Gobernador Rafael Hernández Colón acaparó los principales titulares con su
estrategia
para
combatir
el
crimen.2
Esa
preocupación
continua por el fenómeno de la criminalidad se ha manifestado en
vistas públicas, artículos
y foros académicos como el
presente. Notamos, sin embargo, en la generalidad de esos esfuerzos,
una
persistente
tradicionalidad
tanto
en
la
delimitación de los parámetros de la criminalidad, como de las estrategias diseñadas para afrontar dicha situación social. La actividad
académica
universitaria,
por
otro
lado,
no
ha
contribuido en gran cosa a sobrepasar esas limitaciones, ya que la mayoría de los académicos interesados en el área han
Catedrático del Instituto de Estudios del Caribe de la Facultad de Ciencias Sociales del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico. ' E1 Nuevo Día, 21 de enero de 1987, p. 89.
2 Hernández Colón, Rafael. Mensa -le sobre el estado de situación del país, Administración de Servicios Generales, 9 de febrero de 1987; El Reportero, 10 de febrero de 1987, p. 3.
116
adoptado
enfoque
un
de
beneficiencia;
uno
principalmente
encaminado a diseñar esquemas prácticos para bregar con los violadores. Bajo dicho marco intelectual restrictivo, los estudios de criminalidad tienden a buscar las respuestas que más preocupan a los politicos y a la ciudadanía corriente en términos de quiénes son los delincuentes, por qué cometen los delitos y cuáles son las causas de la criminalidad. Esto, a su vez, ha producido un vasto cúmulo de información en la cual las opiniones de sacerdotes, ministros, abogados y trabajadores sociales se ofrecen como hechos comprobados, pero ciertamente
no
validados,
que
afirman
categóricamente
que
el
problema se debe a la desintegración familiar; al estado de amoralidad en que vivimos, el cual es uno donde los valores tradicionales
de
amor,
respeto,
responsabilidad,
honor,
virtud, tolerancia y dignidad no parecen ser parte de nuestro pueblo; a la adicción a drogas; a la apatía de la ciudadanía; la deserción escolar y a un sin fin de otras supuestas causales.3 Ante
una
multicausalidad
coloca
una
posición
en
de
de tal
naturaleza
que
ignorancia
indefensa
ante
nos el
problema, el ciudadano corriente ha respondido convirtiendo su castillo en una
prisión personal y las autoridades públicas
aumentando la fuerza policiaca, aumentando el número de celdas
3
Un listado de las presuntas causas se encuentra en el libro de J.J. Santa Pinter, Curso de Criminología para Puerto Rico, Río Piedras: Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1985, pp. 73-114.
117
en las prisiones y aumentando las penas de los delitos. Esta estrategia
punitiva
no
parece,
sin
embargo,
aminorar
el
problema. Por tanto, cabe preguntarnos si la salida a la criminalidad podemos despuntarla desde una perspectiva menos tradicionalista. A tono con esa interrogante, deseo compartir con ustedes algunas preocupaciones en torno a la criminalidad y las diferentes concepciones que sobre esta posición planteamos: la criminalidad como un fenómeno inmerso en el conjunto del entramado social, por lo cual resulta necesario mirarlo en relación reciproca con los demás procesos sociales; a la luz de
la
definición
social
del
delito;
y,
finalmente,
nos
preocupa la omisión de factores esenciales al análisis de la criminalidad,
pero que resultan
insoportables al análisis
tradicional y oficialista que predomina en nuestro medio. Un análisis somero de la sociedad puertorriqueña revela que con las mejoras significativas acontecidas en ingreso personal, salud, vivienda, matricula escolar y la posesión de bienes materiales, entre otras cosas, se han desarrollado conjuntamente unas tendencias perturbadoras de la estabilidad social. Entre éstas, encontramos un nivel de pobreza material que impacta a más de la mitad de las familias; una aguda tasa de desempleo que oscila entre el 17 y el 25 porciento, según las cifras subestimadas del Departamento del Trabajo, que incide más seriamente entre los jóvenes adultos y que ya se deja sentir aun entre personas con preparación universitaria;
118
una tasa die participación laboral decreciente; una alta tasa de dependientes por persona productiva económicamente; una proporción creciente de familias que dependen para su sustento de fuentes de ingreso no productivas; y una alta tasa de endeudamiento colectivo y personal. A estas manifestaciones hay que añadir una de las tasas de divorcio más altas en un pals presuntamente católico; una alta tasa de alcoholismo donde sólo cerca del 7 porciento de los alcohólicos conocidos recibe tratamiento; una de las tasas más
altas
de
suicidio,
de
desórdenes
mentales,
muertes
causadas por accidentes automovilísticos y adicción a drogas.s En lo concerniente a este asunto, los medios noticiosos informaron recientemente que para 1986 se calculaba en más de 100,000 el número de adictos.6 A todo esto hay que añadir la extensión perniciosa de la criminalidad que es responsable de un
acto violento cada
35 minutos, según
las estadísticas
policiacas.'
4
Nieves Falcón, Luis. The Social Patholoqy of Dependence in Puerto rico: The Search for a National Policy. (Ed. por Richard J. Bloomfield) Colorado: Westview Press, Inc., 1985.
a.;
j
S y Quiñones, Samuel René. "Alcoholismo: Abrumadoramente un desorden masculino". El Reportero, 1O de febrero de 1987, p. 6.
6 Fernández Colón, José. "Suliveres admite su agencia sólo trata 8,000 casos". El Mundo, 3 de febrero de 1987, p. 2. Portada: "DESCA: Hay 12 mil alcohólicos". Nieves Falcón, op. cit.
119
Al fenómeno de la criminalidad hay que mirarlo dentro de este conjunto situacional. Puerto Rico es una sociedad de gran violencia personal y colectiva. La criminalidad es sólo una manifestación
de esa
violencia
nacional
y,
para
entender
adecuadamente su causalidad y las estrategias recuperativas, hay que entender los factores estructurales que inciden sobre esa violencia colectiva. La violencia criminal interacciona recíprocamente
con
los
demás
tipos
de
violencia
y
todos
responden a causas comunes que reflejan causas estructurales, contradicciones realmente
a
nivel
resolverse
la
del
entramado
violencia
social.
criminal
con
No
puede
medidas
limitadas al llamado comportamiento delictivo. Se necesita un enfoque integral frente a las manifestaciones violentas para poder atender también el problema de la violencia criminal. Tratemos de
explicar
a
través de
un
ejemplo
concreto
lo
anteriormente mencionado. La pobreza material sabemos que significa una ausencia de los
recursos
económicos
para
satisfacer
las
necesidades
básicas de un ser humano. El nivel de satisfacción varia a través del tiempo y entre las diferentes sociedades. En una sociedad de pobreza material generalizada, unas metas de baja satisfacción son más fáciles de realizar que unas de alta satisfacción. Por ello, la necesidad de vestimenta se satisface más fácilmente en una sociedad como la china en la cual una ropa modesta satisface la misma porque no hay elementos
120
significativos de prestigio social adscritos a la ropa. La necesidad es más dificil de satisfacer en una sociedad como la nuestra donde la vestimenta es indicativa de prestigio social. Esa pobreza material sabemos, también, que se debe a desigualdades en el ingreso. Estas responden, entre otras cosas,
al
control
por
una
proporción
minoritaria
de
la
población de la mayor parte del ingreso nacional generado y por altas tasas de desempleo entre los sectores menos favorecidos. La limitación de ingresos entre los sectores mayoritarios de la población está acompañada de la idea difundida por los grupos
dominantes
de
que
la
adecuacidad
individual,
en
términos personales y de prestigio, se manifiesta a través de la expresión objetiva de determinados bienes materiales. La exhibición abierta de los mismos es un indice de éxito; la privación es un indice de fracaso. Los indicadores materiales se mueven en gradación de prestigio ascendente según determinado por los instrumentos mercantilistas de la sociedad de consumo.
En
consecuencia, la
consecución
de
dichas
metas
materiales siempre queda fuera del alcance del desposeído. Bajo tales circunstancias, no es dificil entender que una familia utilice su subvención de alimentos no para mejorar su nutrición--un
aspecto
de
escasa
atribución
de
prestigio
social--sino para pagar las mensualidades de un auto el cual constituye una manifestación pública de su mejor condición
121
social. Bajo esas condiciones, la incursión de un auto de lujo en una
barriada
pobre equivale a subrayar el carácter de
inferioridad de los residentes. La eliminación o vandalización del
auto
es
no
otra
cosa
que
la
eliminación
del
objeto
concreto que hace patente esa desigualdad social. No hay duda que para afrontar los delitos previamente descritos no podemos atender en forma aislada la criminalidad. Se requiere, por un lado, medidas reivindicadoras que democraticen el ingreso reduciendo la apropiación mayoritaria que del mismo tienen los grupos dominantes, asegurando que se trata de una
difusión
real
del
ingreso
que
impacte
a
los
grupos
empobrecidos. Pero, además, se necesita crear fuentes reales de trabajo que permitan generar un ingreso productivo para hacer realmente accesibles las metas de satisfacción social a los empobrecidos sectores mayoritarios. Ello implicaría, por lo menos, un renovado énfasis en la industria liviana y la pequeña agricultura y menos énfasis en la industria pesada. Finalmente, se requeriría, por lo menos, un renovado énfasis las expectativas sociales de modo que
las recompensas
morales, como el espíritu de ayuda mutua
del vecindario,
en
ocupasen
un
lugar
más prominente
y, en
consecuencia, una
declinación de los indicadores materiales de la propaganda consumista.
La
idea
es que
a
través de
formas concretas
especificas se reconozca como más prestigioso colaborar en una empresa comunitaria que poseer un Porsche.
122
Espero que, a través del ejemplo, hayan podido ver que en una situación como la anterior, de bajos recursos materiales y
altas
expectativas sociales,
no
es
posible
reducir
la
criminalidad aumentando las penas ni aumentando el número de policías
y
de
cárceles.
La
contradicción
entre
recursos
materiales limitados y la estimulación de expectativas consumistas de: ascendente prestigio social sólo puede tener como efecto el incremento de la criminalidad, el incremento de comportamiento no sancionado, como el único canal accesible para satisfacer las expectativas mandatorias. Sólo la reducción en
la desigualdad, la expansión de
oportunidades de
empleo productivo y un énfasis en nuevas expectativas sociales pueden di.sminuir la violencia social de la cual la criminalidad es sólo un aspecto. De ahí, la necesidad de diseñar una estrategia
de
recuperación
integrada
y
comprensiva
para
sobreponernos no sólo a la violencia criminal, sino a toda la violencia endémica que nos caracteriza como pueblo. He adelantado previamente la apreciación de que parte del problema
que
tenemos
para
acercarnos
al
fenómeno
de
la
criminalidad es nuestra definición del delito. Es una definición legal que, en términos generales, aceptamos: el delito es un acto cometido u omitido en violación de alguna ley que lo prohibe u ordena, aparejando, al ser probado, alguna pena o medida de seguridad. Tenemos, entonces, que delito es sencillamente un comportamiento contrario a un estatuto particular.
123
Sin embargo, como esa definición es variable en el tiempo y el espacio es importante conocer quiénes son los autores de los estatutos que definen los actos de transgresión. Becker, un famoso sociólogo norteamericano, ha dicho que: Los grupos sociales crean la delincuencia al formular reglas cuya infracción constituye delincuencia, y al aplicar dichas reglas a personas particulares que caracterizan como extrañas. Desde este punto de vista, la delincuencia no es una cualidad del comportamiento que la persona lleva a cabo, sino más bien una consecuencia de la aplicación por otros de reglas y sanciones a un transgresor. El delincuente es una persona a la cual la etiqueta se le ha aplicado efectivamente; el comportamiento delictivo es el comportamiento que la gente clasifica con esa etiqueta.8 Y, ¿quiénes son esos grupos que crean las etiquetas que califican como delincuente al comportamiento que rebasa lo normativo? Son los que en un momento dado ejercen el poder, controlan el aparato del Estado, y lo ejercen en su propio beneficio
y en
detrimento de los sectores oprimidos. Por
tanto, serán criminales aquellos actos contrarios al interés de los grupos dirigentes. Estos pueden expandir el concepto de criminalidad, como en el caso de los rescatadores de terreno en que se hace una nueva ley para tipificar el delito, o pueden conseguir una aplicación diferenciada de la norma como revela la posición judicial ante las construcciones clandestinas en Villa Sin Miedo y en La Parguera. Es decir, que la
8 Becker, Howard, S. Outeidera: Studies in the Socioloqy of Deviance, New York:
The Free Press of Glencoe, 1963, p. 9.
124
criminalidad
del
comportamiento
es
parte
del
instrumento
opresor que utilizan los que tienen el poder para su propio beneficio. La categorización diferenciada del comportamiento resulta en un trato diferenciado que sistemáticamente favorece a los sectores acomodados y perjudica a los pobres. ¿De qué otra forma puede explicarse que más del 90 porciento de la población penal sea pobre? ¿Que la generalidad de los que esperan encarcelados para que se les celebre juicio por no poder prestar
fianza
son
personas
pobres? Lo
cierto
es que
la
definición actual del delito impide la neutralidad de la ley porque refleja una discriminación inherente a nuestra organización de clase. Es una que estipula la igualdad juridica en un vacío porque en la práctica se orienta al control de las victimas de la opresión. Es ese prejuicio, que todos reconocen, lo que mueve a los abogados defensores de clientes pobres a que éstos asuman una apariencia de clase externa y disimulen al máximo sus orígenes humildes para de ese modo atemperar los prejuicios de clase del juzgado. Es probable que necesitemos una redefinición radical del delito no tanto en términos del control de los sectores oprimidos, sino en función de derechos humanos definidos políticamente. Ello es una forma de rescatar los códigos de manos de los sectores dominantes para ponerlos al servicio de los sectores mayoritarios del país.
125
El tercer aspecto relativo a la criminalidad que prometí discutir es el relativo a factores esenciales a la discusión del problema que frecuentemente son obviados, omitidos, por resultar insoportables al análisis tradicional. Resulta obvio que, al analizar los elementos de inestabilidad que predominan en la población puertorriqueña, encontramos un alto contenido de comportamiento
violento dirigido
contra
en
del
propio
puertorriqueño o de los otros puertorriqueños, por un lado, y un alto comportamiento de naturaleza escapista. El suicidio podemos calificarlo como violencia autodirigida; la agresión interpersonal
come
puertorriqueño;
y,
violencia el
dirigida
alcoholismo,
la
en
contra
de
drogadicción
otro y
las
enfermedades mentales como comportamientos escapistas. Este patrón de comportamiento de violencia y escapismo ha sido identificado en otras sociedades coloniales y en grupos minoritarios
oprimidos
dentro
de
estados
políticamente
autónomos, pero escapan al análisis del fenómeno en Puerto Rico. Ello se debe a las repercusiones políticas atribuibles a dicho enfoque. El mismo presupone las siguientes premisas. El patrón de violencia entre la persona oprimida o colonizada que desplaza la violencia hacia el propio colonizado o sus congéneres es uno que
recibe el sostén
de
la
estructura
dominante. Dicho patrón de violencia recibe apoyo de parte de los opresores y sus intermediarios porque contribuye a la persistencia de la dominación. Ello se debe a que al dirigirse
126
la violencia en contra del propio colonizado se reduce la amenaza de peligro contra el régimen existente, ya que se distrae la atención del oprimido de su propia explotación y se dirige
hacia
los
propios
explotados.
Es
sólo
cuando
la
violencia colonial comienza a desplazarse en dirección del opresor que la misma se torna peligrosa para los intereses dominantes quienes se ven obligados a usar el aparato represivo del Estado para sofocarla y mantener su poder. De estos presupuestos analíticos se infieren, por lo menos, dos cosas insoportables para el análisis tradicional de la violencia. Primero, que la violencia autodirigida en contra del oprimido se torna en beneficio del opresor y, por tanto, es sostenida por
éste. Segundo, que la
violencia del colonizado puede
convertirse en una de naturaleza reivindicatoria y, por tanto, en amenaza para el opresor. De ahí la mayor criminalización de este tipo de comportamiento en la colonia. Hay otros elementos que llevan a pensar que, en nuestra condición actual, la variable colonial debe recibir un énfasis mayor del que ahora recibe. Primero, en estudios de drogadicción realizados en Puerto Rico se encontró que la tasa de adictos es más frecuente entre aquellas personas que
han
sufrido una mayor erosión cultural.9 O sea, la drogadicción es
9 Torres, Francisco. "Colonialismo, desculturación y adicción a drogas en Puerto Rico", Union Graduate School, Cincinnati, Ohio, mayo 1978.
127
más frecuente entre los puertorriqueños más distanciados de sus orígenes culturales. En consecuencia, puede inferirse que una estrategia con un alto contenido de afirmación cultural tiene más posibilidades de éxito que una que no la tiene. Sin embargo, resultan obvias las dificultades que puede encontrar una
estrategia
sistema
de
diseñada
con
instrucción,
la
tales
énfasis.
sugerencia
de
En
que
el el
propio español
recibiera un mayor énfasis desató las fuerzas de la reacción política a tal punto que el proyecto fue descontinuado. La creación
de
un
fuerte
enfoque
de
elementos
de
identidad
puertorriqueña en el sistema de educaci~n pública puede muy bien constituir la barrera necesaria para reforzar la resistencia a la drogadicción. Se requiere, sin embargo, rebasar los linderos partidistas a favor de la Patria para poder considerar seriamente elementos de esa naturaleza. Un segundo elemento relativo a la condición política que debe examinarse cuidadosamente es el valor de la criminalización con respecto al desempleo. Al igual que la emigración, el crimen
reduce
la
mano
de
obra
excedente
al sacar
a
los
criminales fuera del mercado de empleos y al crear empleos para los que trabajan en la administración de la justicia. La burocracia judicial y de seguridad pública serian seriamente afectadas por una estrategia que efectivamente reduzca la criminalidad. Por eso, hay que analizar el compromiso legitimo con
la
erradicación de la
criminalidad
por
parte de
una
128
estructura burocrática que quedaría rezagada a las filas del desempleo con una estrategia de mayor efectividad. Aunque en un ámbito distinto, hace varios años apuntamos una relación parecida en una evaluación que hiciéramos en 1971 de los programas para combatir la pobreza. El hecho más significativo fue el hallazgo de que la administración y la programática diseñada estaban dirigidas a aminorar, pero no a ponerle fin a la pobreza del país.10 Los pobres se habían convertido, de pronto, en una fuente de ingreso indispensable para sectores importantes del país y su preservación resultaba imprescindible. Resulta lógico hacer una inferencia similar con respecto a la burocracia judicial, de prevención, de seguridad pública y
de
otros
intereses
económicos
con
respecto
a
la
criminalidad. Cabe preguntarnos, en función de los comentarios previos, si hay salida a la criminalidad. Opino que la inferencia obvia es en la afirmativa si se toman en consideración determinados elementos. Una política social apropiada requiere que se mire el
problema
violencia
de
la
violencia
generalizada
que
criminal en
existe
en
relación
nuestra
con
la
Patria.
La
estrategia debe responder al esfuerzo genuino por eliminar las violencia
endémica,
raíces de
la
criminal.
Dentro de dicha política social hay que asegurar
incluyendo
la
violencia
10 Nieves Falcón, Luis. E1 impacto de los programas de qobierno sobre la pobreza en Puerto Rico, Multígrafo, 1974-75.
129
que la estructura legal le dé una oportunidad a los que se hallan en desventaja.
Por tanto, es necesario redefinir el
delito en función de los intereses mayoritarios del país, que son los oprimidos, y no en función del sector dominante. La expansión de la definición del delito debe ser para expandir los derechos de los oprimidos y no de los opresores.
Final-
mente, esa política social no puede ignorar el impacto de la condición colonial en la violencia que rige el país.
La
expansión del margen de libertad económica y política de los puertorriqueños y el desarrollo robusto de un fuerte sentido de identidad nacional, de estimación y valor propio es de esperarse que reduzca la tasa de violencia en Puerto Rico.
Lo
que la Patria necesita son poderes reales que le permitan reducir el poder de las fuerzas externas que propician la desintegración nacional y no estrategias punitivas que desvían la
atención sobre quien es nuestro enemigo verdadero: el
colonialismo.
Esos elementos nos parece que ofrecen, además,
la base para levantar el espíritu público de Puerto Rico y llevarle a nuestro pueblo una infusión moral para que vuelva a creer en su destino y sus posibilidades."
11
Albizu Campos, Pedro. Obras eacogidas: 1923-1936, Tomo I. San Juan: Editorial Jelofe, 1975, p. 87.
COMENTARIOS A ",HAY SALIDA A LA CRIMINALIDAD?" Ponencia de Luis Nieves Falcón Mercedes Otero de Ramos' Me
satisface
la
invitación
que
se
me
hiciera
para
intercambiar conocimientos y experiencias que contribuyan al enriquecimiento y entendimiento de explicaciones dirigidas a la causalidad de la criminalidad. Sin embargo, por una parte, el tema es muy complejo para reaccionar en forma integral en tan breve tiempo; por otro lado, la ponencia plantea diversos temas como visión alterna al fenómeno de la criminalidad. No hay duda de que el problema de la criminalidad es uno de interés prioritario no sólo para la comunidad puertorriqueña, sino además es importante para el gobierno y para la empresa privada. También es cierto que muchos académicos interesados en el tema
de
la
criminalidad
por
mucho
tiempo
han
estado
muy
interesados en perfiles de ofensores, en las razones que éstos presentan para justificar la comisión de sus delitos y algunos puntualizan en la etiología de la criminalidad. Casi siempre el objeto de investigación es el violador de la ley. En Puerto Rico no se estudia el impacto que el crimen tiene en sus víctimas y la desolación, frustración y angustia que presentan éstas ante una situación de confrontamiento con un criminal.
Administradora de corrección y Catedrática Asociada del Departamento de Sociología y Antropología de la Facultad de Ciencias Sociales del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico.
132
Hay variadas formas y variables para explicar, y otras veces
justificar,
mencionadas
por
el
el
problema. doctor
de
Muchas
Nieves
Falcón:
estas
han
sido
desintegración
familiar, cambios en valores, inmoralidad descontrolada, falta de religiosidad, desempleo, adicción a drogas, apatía ciudadana, deserción escolar y otras. A la vez que se han explicado variadas causas que pueden conducir a la criminalidad, de esa misma
se han
manera
ofrecido soluciones para
aminorar
la
misma. Coincido con el doctor Nieves Falcón en que la mayoría de estas soluciones, en muchas ocasiones, son alternativas más punitivas dirigidas a que las personas escarmienten. Lo cierto es que hemos observado que mientras más fuertes y punitivas son las medidas, más fuerte es el reto para el ofensor de violar la ley. Sin
embargo,
el
doctor
Nieves
Falcón
parece
no
dar
importancia al aspecto preventivo. Los esfuerzos dedicados a la
prevención
no
pueden
medirse,
pero
conocemos
de
los
esfuerzos comunes e integrales que han conducido a evitar un mayor aumento en la criminalidad. Por falta de tiempo, no abundaremos en tan interesante tema. No
hay
duda
de
que
las
manifestaciones
que
afectan
directamente al individuo como lo son el divorcio, el alcoholismo, los desórdenes mentales, el suicidio y la adicción a drogas (que ciertamente es quizás un tipo de suicidio), están directamente
asociadas
al
crimen.
De
hecho,
en
nuestras
133
instituciones correcionales el 70 por ciento de los confinados, cuyo promedio de edad es 25 años, esta confinado por el uso y abuso de drogas y narcóticos. Un alto número de éstos también
son
enfermos
mentales
o
personas
con
disturbios
emocionales. Estos confiríados, a su vez, han sufrido pobreza, desempleo y baja escolaridad, entre otras. Son múltiples los factores
que
pueden
indirectamente con
mencionarse
relacionados
la criminalidad.
Cada
necesario el desarrollo de una teoría
vez
directa
más se
integral que
o
hace pueda
explicar cómo interactúan estos factores y cómo afectan e influyen en el individuo para iue viole la ley. Difiero de la explicación y recomendaciones que hace el doctor Nieves Falcón como alternativa fundamental al problema de
la
criminalidad.
El doctor
Nieves Falcón
parte
de
la
premisa que la definición de criminalidad parte del delito. Sin
embargo, todos sabemos que, independientemente
de
la
radicación de una querella en omisión o violación de ley, el comportamiento humano puede ser categorizado como violador de las reglas.
Podríamos preguntarle al doctor Nieves Falcón,
¿quién vino primero, el huevo o la gallina? ¿No es acaso un proceso normativo que a medida que el ser humano fue desobedeciendo costumbres, folclores y leyes, la sociedad entendió que debía establecer sanciones sistemáticas y es así como surgen los códigos de reglas y sanciones al transgresor?
¿Por qué,
entonces, debemos aceptar que la delincuencia "es consecuencia
134
de la aplicación por otros de reglas y sanciones a un transgresor"? Naturalmente, aun cuando fuera posible eliminar el código penal, el comportamiento humano en violación a los más elementales derechos del ser humano, como es el derecho a la vida, no se eliminaría. El doctor Nieves Falcón parece favorecer la teoría de determinismo económico del criminólogo holandés William A. Bander, marxista, quien fue el principal proponente de la teoría económica como causalidad del crimen. La
búsqueda
por
explicaciones a
la
criminalidad
han
cubierto cientos de años y diferentes puntos de vista. Aunque nos
desesperemos
considerar
en
buscar
una
explicación,
posiciones teóricas que ofrecen
es
posible
información
de
mucho valor en la comprensión del fenómeno de la criminalidad. Una de esas teorías a que alude el doctor Nieves Falcón es conocida como teoría de conflicto o radical. Esta teoría propone que la delincuencia es en parte un tipo de acomodo a los esfuerzos de aquéllos en poder (o que tienen acceso al poder) para controlar a otros. Los criminólogos radicales han modificado este punto de vista para indicar que el crimen resulta de la opresión de clases más altas sobre las clases más bajas, a pesar de que esta teoría explica muy poco el comportamiento
de
la
delincuencia
juvenil.
Aunque
varios
teoristas han utilizado la variable de conflicto de clases en la explicación de la delincuencia (Cohen, Merton, Cloward,
135
Ohlin y Miller), estas teorías no explican fundamentalmente la noción de una clase con poder y opresión dominante. Un serio problema que ha plagado las teorías
radicales
o marxistas para
explicar el crimen es la tendencia a ofrecer proposiciones que son difíciles de probar, o imposibles. La exposición del doctor Nieves Falcón es la clave de la proposición para muchos criminólogos marxistas que indican y cito:
"La Ley Criminal
es... primero y fundamentalmente una reflexión de los intereses
e ideologías de la clase gobernante" (Chambliss,' 1974,
p. 37; Quinney,2 1976, p. 192). Sin embargo, no indican cuál es realmente la membresla de la clase gobernante. Por ejemplo, Chambliss, así como el doctor Nieves Falcón, no indican si se refieren a la industria privada o a la burocracia gubernamental. Por el contrario, llegan a la conclusión, contradictoria en mi opinión, que las burocracias gubernamentales pueden ser controladas por aquéllos que influyen en las fuerzas económicas, pero que sólo tienen una vida y fuerza propia. Asumiendo que
estas posibilidades no son mutuamente excluyentes, que
aparentemente lo son, y que no fortalecen la noción de una sola clase de poder, algunas preguntas significativas quedan sin contestar. privada
~
y
la
Por ejemplo, ¿cuánto aportan la industria burocracia
a
la
"clase
de
poder"?
¿Cuánta
Chambliss, William J. (Compilador), Criminal Law In Action. New York: John Wiley & Sons, 1974. 2 Quirnney, Richard. Criminoloqy. Boston: Little, Brown, 1976.
~
136
diversidad y extensión deben tener estos grupos para considerarse
"clase de poder"?
¿Hasta
qué
punto
existiría
un
conflicto entre la industria privada y la burocracia gubernamental? ¿Bajo qué circunstancias prevalecen ambos poderes? Richard Quinney (1975, p. 174)3 ha indicado como respuesta a estas interrogantes que, "en contraste con la teoría pluralista, la teoría radical denota que los intereses básicos a pesar de las diferencias concretas ubican la elite dentro de una clase de poder distintiva". Sin embargo, una dificultad en aceptar esta exposición es que estos "intereses básicos" no se especifican en ningún sitio y, por lo tanto, se hace muy dificil el conocimiento, que la predicción harían estas clases en términos de estrategias de control legal. No estoy diciendo que
la teoría está equivocada, solamente indico que esta
teoría ha demostrado ser muy pobre en términos predictivos y dificil de confirmar. Por ello, esta alternativa que nos trae el doctor Nieves Falcón no es una nueva, va dirigida a ¿cómo debe organizarse la sociedad para controlar el crimen? Digo que no es nueva porque existen tres teorías fundamentales dirigidas a explicar esta situación: (1)
Teorías de mácula social o estigma - consideran las formas a través de las cuales la sociedad responde
3 Ibid, p. 174.
137
al crimen y a la desviación como tópico de derecho propio. (2)
Teorías de conflicto grupal - enfatizan en forma más especifica en el rol de diferentes clases de grupos de intereses en hacer y poner a funcionar la ley.
(3)
Teorías marxistas - limitan su énfasis al puntualizar
la
influencia
de
las fuerzas
económicas
en
producir lo que se conoce como problemas de criminalidad en las sociedades capitalistas. Estas teorías tienen en común el énfasis en el proceso de criminalización,
cómo
los
comportamientos
llegan
a
ser
considerados como criminales. Todo se fundamenta en la teoría del conflicto para determinar resultados. poder
a
través del conflicto que
patrones de criminalidad.
se
Es el ejercicio de
asume
determina
los
Todas estas teorías adoptan una
posición critica con relación al proceso de criminalización. Esto es, los procesos y patrones de criminalización no son tomados como algo obvio, sino que son examinados en términos de las fuerzas sociales y económicas que la producen, y se cuestionan en términos del propósito y necesidad de dichas fuerzas y cómo éstas funcionan.
Todas estas teorías han
recibido muchas criticas. Por ejemplo, algunas teorías de conflicto explican unos tipos de crímenes pero otros no, como
138
es el caso del llamado crimen de cuello blanco y de los crímenes corporativos.
Es el caso de
la
teoría
marxista
para
explicar la criminalidad; es cuestión de aceptar la teoría a base de fe y no a base de datos científicos. Como alternativa, estaría de acuerdo si se desarrollara la teoría marxista científicamente, contemplando la posibilidad de especificar aquellas condiciones en que se pudiera diferenciar cuándo la ley debe o no ser autónoma de los intereses de las clases que buscan controlarla. Todas estas teorías implican que posiblemente nuestra sociedad experimenta más crimen del que se puede permitir y que muchos de estos crímenes resultan de una sobrereacción hacia la sociedad misma. Sabemos que las divisiones de clases existen en nuestra sociedad. También sabemos que algunas leyes pueden haberse creado para proteger intereses de algunas clases especificas. Determinar que el factor de clase y poder influye en todas las leyes o en la mayoría de ellas aún está por demostrarse. Las generalizaciones deponente
en
que
relación
se a
hacen
y
que
ha
indicado
nuestro
las conceptualizaciones sobre
el
crimen y las respuestas de la sociedad a éstas no pueden ser aceptadas como alternativas al problema del crimen.
Sus
presunciones carecen de validez y, por lo tanto, los resultados
serian
cuestionables,
considerando
resultados
de
investigaciones. Es precisamente la distinción entre teoría y acción lo que debe evaluarse en estas teorías radicales. El
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único valor de estas teorías tal vez sea su enfoque y atención a las injusticias sociales y la necesidad de que se corrijan. Finalmente, deseo indicar que, aunque la ponencia del doctor Nieves Falcón ha sido muy interesante y nos da la oportunidad de entrar en' otras explicaciones al crimen fuera de lo tradicional, nos seguimos preguntando: (1)
¿Cómo se explica, utilizando sus fundamentos, la existencia
de crímenes
y delincuencia
en
paises
socialistas como la Unión Soviética, Cuba y China? (2)
¿Cómo explica el doctor Nieves Falcón la presencia cada vez más creciente de crímenes de clase media?
(3)
¿Cómo explica la presencia de otras razones para explicar el crimen más allá de los factores económicos y de clase social como lo es, por ejemplo, el crimen pasional?
(4)
No documenta nuestro deponente los motivos ligados a clase en términos de comportamiento, tanto en la parte de menores y oficiales de control social como lo son la policía y los jueces.
Hasta que tengamos más explicación a estas preguntas, utilizando el marco de referencia de la perspectiva radical como la ha utilizado brillantemente nuestro amigo y compañero Nieves
Falcón,
nos
queda
la
gran
satisfacción
de
seguir
identificando y corrigiendo las injusticias sociales, en vez
140
de exponer las mismas como categorías que explican la delincuencia y criminalidad. Doy fe de que el doctor Nieves Falcón siempre se ha pronunciado y actuado en contra de las injusticias sociales, pero como criminóloga no puedo aceptar que considere dichas injusticias como únicas explicaciones al problema de la criminalidad. Le agradezco su ponencia porque nos permite, como universitarios, científicamente reaccionar, reflexionar y buscar alternativas viables, reales y prácticas a nuestros problemas. Sugiero
que
se
evalúen
las
teorías fundamentales
en
la
explicación del crimen y que la Universidad se envuelva en la práctica de poner a prueba dichas teorías para acumular el conocimiento
real
que
vaya
eliminando
lo
especulativo
y
generalizador. Les invito, en la medida posible, a utilizar el ambiente correccional en que me desenvuelvo para que busquemos nuestras alternativas propias y originales para enfrentarnos a este grave problema que es la criminalidad y la delincuencia.
COMENTARIOS A ",HAY SALIDA A LA CRIMINALIDAD?" Ponencia de Luis Nieves Falcón
Héctor Lugo Bougal'
Concurro con el doctor Nieves Falcón en la parte crucial de su ponencia cuando señala que cuanto "la Patria necesita son poderes reales que le permitan reducir el poder de las fuerzas externas que propician la desintegración nacional". Debe aclararse, sin embargo, que la soberanía per se no ha de garantizar necesariamente otro clima social y criminológico más saludable. Bajo la república soberana también podemos tener una sociedad injusta, según acontece en otros paises. Con la eliminación de la colonia tiene que venir también la eliminación de las estructuras económicas y las clases que, en última y primera instancia, son la fuente primordial de la criminalidad. Es imperativo concluir que la sociedad consumista y la propaganda comercial están íntimamente relacionadas con el sistema capitalista y el sistema de clases que dicho sistema económico lleva aparejado. En nuestra sociedad, el término "prestigio" está adscrito inarticuladamente a la posesión de bienes de consumo. Se impone el interrogante, ¿por qué en una sociedad existe esta adscripción de prestigio y en otras no?
Presidente del Colegio de Abogados de Puerto Rico en 1987.
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Definitivamente, es imposible enfrentarnos al problema de la desigualdad sin enfrentarnos al sistema económico y al sistema
de
clases
que
son
los
verdaderos
causantes
del
problema de la criminalidad y de la ausencia de valores éticos y creativos en nuestra sociedad consumista.
ere-1994
i