2: INVESTIGACIÓN FORMATIVA A TRAVÉS DEL TRABAJO EN RED DE LOS SEMILLEROS DE INVESTIGACIÓN

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INVESTIGACIÓN FORMATIVA A TRAVÉS DEL TRABAJO EN RED DE LOS SEMILLEROS DE INVESTIGACIÓN: Facetas, presupuestos y enfoques de trabajo.1 Lucas Correa Montoya lucascorrea18@yahoo.com RESUMEN: Los semilleros de investigación se constituyen en un espacio de investigación formativa colectiva, no menos rigurosa que la investigación científica en sentido estricto en la medida que estos procesos se realicen de forma simultanea. Es así como desde la formación en investigación general que hacen los semilleros el trabajo en red debe enfocarse hacia: la gestión, - la formación y – la socialización y divulgación, de modo que los procesos se realicen de forma plural, eficaz e integral. ABSTRACT: Research seedbeds are a collective formative research experience, no less strict than scientific research if it’s considered those proceedings are developed in parallels ways. Research seedbed networks must work in three aspects, management, formation and socialization in order to reach a more plural, comprehensive and efficient experience. 1

INTRODUCCIÓN.

El presente texto recopila de forma sucinta las elaboraciones teóricas que sobre el trabajo en red de los semilleros de investigación se hicieron durante el desarrollo del proyecto que le da vida. Es así como al interior de sus líneas se tratará de establecer que el trabajo en red de los semilleros, como construcción colectiva de la investigación formativa, debe enfocarse en tres aspectos funcionales que resultan fundamentales para lograr un trabajo plural, eficaz e integral. 1

El presente artículo es resultado del proyecto de investigación “Implementación de una red interna de semilleros de investigación en la Universidad de Medellín” que resultó ganador en la categoría de propuesta en la III Feria de la Creatividad y fue financiado por la Vicerrectoría de Investigaciones de la Universidad de Medellín y publicado en la Revista Institucional Universidad de Medellín, Vol. 41, No. 82, p 69-76, ISSN 0120-5692, 2006. Y en el libro Saberes, publicado por la Fundación Universitaria Tecnológico Comfenalco. ISBN 95898030-2-8. p 13 – 20. 2007.


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El texto pretende, en primer lugar, servir de base para orientar el trabajo de quienes deseen fomentar e instar al trabajo en red de los semilleros de investigación a nivel institucional o interinstitucional. Y en segundo lugar, establecer un diálogo abierto entorno a las necesidades de los semilleros y su satisfacción a través del trabajo en red, estando siempre prestos a escuchar y analizar otros enfoques que se hayan desarrollado y resultado exitosos en procesos similares. 2

LOS SEMILLEROS DE INVESTIGACIÓN COMO CONSTRUCCIÓN COLECTIVA DE LOS PROCESOS DE INVESTIGACIÓN FORMATIVA.

Inicialmente la investigación formativa, como lo indica el CNA2, se presenta como la que se realiza “entre estudiantes y docentes en el proceso de desarrollo del currículo de un programa y que es propio de la dinámica de la relación con el conocimiento que debe existir en todos los procesos académicos […] es una generación de conocimiento menos estricta, menos formal, menos comprometida con el desarrollo mismo de nuevo conocimiento o de nueva tecnología” (Restrepo, 2005, p 7). Sin embargo, una definición más constructiva es aquella que no se ocupa erradamente de subvalorar la producción científica generada por los estudiantes de pregrado, al interior de la dinámica de los semilleros de investigación, y que se enfoca más a resaltar el proceso de formación llevada a cabo en los mismos. Es la que se refiere a la investigación formativa, siguiendo a Restrepo (2005), como el proceso mediante el cual los estudiantes son preparados, a través de actividades desarrolladas en este tipo de indagación, para comprender y adelantar investigación científica; pero se refiere también, a veces, a la formación o estructuración o refinamiento de proyectos de investigación”. De las anteriores definiciones se desprenden algunas características de la investigación formativa, aplicables perfectamente a la dinámica de semilleros. El proceso realizado es de formación de estudiantes, principalmente del pregrado como antesala a los programas de maestrías y doctorados, se realiza en los términos de una investigación científica de alto nivel pero con énfasis en los procesos de aprendizaje de la investigación y, finalmente, también se genera nuevo conocimiento.

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Comité Nacional de Acreditación - Colombia.


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Los semilleros de investigación son comunidades de aprendizaje […] que se han caracterizado por su origen espontáneo, naturaleza autónoma y diversidad dinámica. Sus principios básicos comunes están enfocados a promover una formación académica más investigativa e integral, contribuyendo a proyectar una educación participativa en donde se elogie la pregunta, […] donde se fortalezca el trabajo en equipo, […] se mantengan despiertas la capacidad de asombro y la curiosidad (Oquendo, 2001, p 11). Es así como, luego de contrastar estas características con la definición de semilleros de investigación, lo que estos últimos realizan es un proceso colectivo de formación en investigación. Desde los semilleros de investigación, y con mayor certeza cuando los mismos se encuentran dirigidos, asesorados y acompañados por investigadores experimentados y están integrados a grupos de investigación; el proceso de investigación científica y la investigación formativa se realizan de forma simultanea y a veces inescindibles, dado que bajo el criterio de aprender a investigar investigando, los estudiantes participan de todo el proceso con iguales responsabilidades frente al desarrollo metodológico y a la consecución de los resultados, con la revisión y tutoría permanente del científico que encabeza el proceso o proyecto. 3

EL TRABAJO INDIVIDUAL DE LOS SEMILLEROS INVESTIGACIÓN: BASES PARA LA CREACIÓN DE REDES.

DE

Los semilleros de investigación como experiencia colectiva de formación en investigación trabajan simultáneamente desde dos facetas: Como espacio de formación en investigación los semilleros, en primer lugar, se ocupan de enseñar a investigar a través del aprendizaje de las técnicas investigativas, es decir, los aspectos metodológicos de la investigación. Aun así, desde la propuesta más elaborada de semilleros de investigación, el llamado es a formar más allá de lo metodológico y dirigir los procesos de formación hacia competencias también útiles a la investigación científica como el trabajo en equipo, formulación de proyectos, redacción y publicación de artículos científicos y de divulgación, expresión oral, problematización, entidades y mecanismos de financiación de proyectos de investigación, creación de comunidades científicas desde el pregrado, entre


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tantas otras que puedan identificarse a través del diálogo constante con los semilleros. La faceta anterior responde a procesos generalizables y comunes a todos los semilleros de investigación. Ésta, en primer término, es llevada a cabo por el mismo semillero y por el grupo base que lo constituye, pero dado que las necesidades de formación que satisface son necesidades presentes y comunes a todos los semilleros, pueden satisfacerse de forma colectiva e interdisciplinaria, lo cual, además de ahorrar recursos y generar espacios más integrales, permite forjar vínculos y comunidades académicas más grandes, así como la conformación de redes de semilleros de investigación, institucionales e interinstitucionales. Es desde la satisfacción colectiva de las necesidades de formación mencionadas que debe estructurarse, en un primer momento, el trabajo en red de los semilleros, sea desde el nivel institucional o interinstitucional. Es así como los enfoques que se plantearán en líneas precedentes aplican directamente al desarrollo colectivo de esta faceta, lo cual no es óbice para que también se apliquen al tratamiento de los semilleros individualmente considerados. No obstante este proceso general e interdisciplinario de formación en investigación, cada semillero según la temática de que se ocupa, indaga, profundiza y desarrolla proyectos de investigación entorno a tal área del conocimiento. Este proceso teórico y conceptual constituye la segunda faceta. Los semilleros pueden desarrollar proyectos de investigación individualmente o financiados con recursos de la institución en que se enmarcan, otros deben estar vinculados a grupos y líneas de investigación, y en el mejor de los casos participan desde el proceso mismo de formulación del proyecto, hasta la divulgación de los resultados. Ambas situaciones son considerablemente relevantes para la formación de investigadores, sin embargo la proximidad de los semilleros (que realizan investigación formativa) a los grupos de investigación (que realizan investigación científica en sentido estricto) genera un proceso de formación más efectivo y dirigido al relevo generacional institucionalmente coherente. En un segundo momento, una red de semilleros institucional o interinstitucional, una vez consolidada y operativa en el desarrollo de procesos formativos colectivos, puede entrar a integrar el trabajo individual que los semilleros realizan en su área, en redes temáticas de conocimiento, ya no de formación conjunta, sino de desarrollo de procesos


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de investigación formativa integrados. Llegando a interactuar en reuniones propias y a desarrollar proyectos de investigación conjuntos, creando así una verdadera comunidad, no sólo de formación plural sino de construcción colectiva del conocimiento. Las anteriores facetas no se concretan de forma separada, y consideradas de forma integral permiten evaluar cuan efectivo es un semillero al momento de formar en investigación a los estudiantes que lo componen. Aún así, diferenciarlas permite establecer las prioridades y los enfoques que debe tener el trabajo conjunto de los semilleros de investigación a través de una red institucional y/o interinstitucional. En un primer momento del desarrollo del trabajo en red de los semilleros bastaría con hacer una aplicación colectiva de la primera faceta, pero una vez fortalecida es necesario pasar a generar redes temáticas. Es así como en la medida que una red logre abarcar esas dos facetas puede considerarse como consolidada y exitosa. 4

REDES DE TRABAJO INVESTIGACIÓN.

APLICADAS

A

SEMILLEROS

DE

4.1 Presupuestos necesarios para el trabajo en red de semilleros de investigación. Antes de poder hablar de una red interna de semilleros de investigación o de aventurarse a fomentar el trabajo en red de los mismos, resulta imprescindible identificar ciertos elementos que se presentan como presupuestos básicos e indispensables para sustentar y apoyar las actividades que constituyen el objeto principal del mismo. No obstante una red de semilleros puede y debe fomentar la creación de tales comunidades de aprendizaje, es claro que el trabajo colectivo no puede empezar sin la existencia previa de algunos de ellos. En consecuencia, en primer lugar, la existencia de semilleros de investigación resulta indispensable para el subsiguiente diseño, implementación y desarrollo de una red institucional o interinstitucional. Cabe aclarar que no es necesario que haya un gran número de éstos o que se hallen completamente desarrollados y con sus necesidades satisfechas, pues es desde allí que se estructura el trabajo de una red. Sin embargo, es necesario contar por lo menos con una pluralidad de semilleros para integrar la red, y a partir de sus necesidades insatisfechas comenzar a estructurar el trabajo.


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En segundo lugar, la presencia y disposición en la institución de docentes investigadores que lideren o acompañen los procesos de los semilleros resulta ineludible. No obstante la piedra angular de éstos es el estudiante que se forma al interior de su estructura y participa de sus actividades, el semillero parte de la premisa “aprender a investigar, investigando” y sobre la base de una dinámica de “tutor – aprendiz” se estructura el proceso de formación en investigación. De modo que el acompañamiento resulta imprescindible. En último lugar es importante contar, al interior de una institución o colectividad que planee la implementación de una red interna de semilleros, con grupos de investigación consolidados, pues sólo a partir de allí será posible integrar los semilleros a las líneas de investigación de cada uno de los grupos, logrando que el relevo generacional y la formación en investigación sean institucionalmente coherentes, es decir, que estén en relación directa con los procesos investigativos financiados por la institución. El último presupuesto resulta importante para integrar los semilleros dentro de la dinámica y las fortalezas en investigación de cada institución, sin embargo, no contar con un grupo matriz que adopte en sus procesos a los estudiantes no resulta un obstáculo infranqueable para los semilleros que decidan adentrarse en temáticas poco exploradas institucionalmente, o aquellos semilleros que desarrollen temáticas innovadoras. Las redes de semilleros no pueden obstaculizar el proceso de los mismos, pero la vinculación de los éstos a grupos institucionales facilita el proceso en todas sus facetas. 4.2 Objetivo del trabajo en red de los semilleros de investigación. Todo trabajo en red de los semilleros, sea a través de redes institucionales, interinstitucionales, nacionales o cualquier esfuerzo en red por más heterodoxo que sea, debe orientarse a apoyar a los semilleros de investigación en el desarrollo de los objetivos que puedan lograrse de forma conjunta a través de una red institucional o interinstitucional de semilleros. Sea con énfasis en cualquiera de las dos facetas que en líneas previas se expusieron, el objetivo es perfectamente aplicable. Sin embargo, para el desarrollo de la faceta de formación en investigación se plantean además


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tres enfoques de trabajo que pretenden mejorar y hacer más efectivos, plurales e integrales los procesos en red de los semilleros. 4.3 Primer enfoque: Gestión de la investigación de los semilleros. Este enfoque se perfila a estimular una actividad investigativa coordinada, coherente e informada al interior de los semilleros de investigación. El trabajo por la gestión de la investigación facilita la labor interna de los semilleros, dado que al partir del establecimiento de parámetros similares de funcionamiento se puede lograr con mayor eficacia el desarrollo de las demás estrategias en red. La gestión de la investigación se orienta a identificar y conseguir los recursos, espacios, materiales, suministros, entre otros elementos, que faciliten el desarrollo de las actividades de los semilleros individualmente considerados y de éstos estimados como una colectividad. Pero igualmente se preocupa por establecer canales de comunicación efectivos entre tales, teniendo en cuenta que la comunicación es el punto inicial y primordial a partir del cual debe comenzarse el trabajo colectivo, en este caso el trabajo en red de los semilleros de investigación desde lo institucional o desde lo interinstitucional. Desde lo administrativo, la gestión y la comunicación en el trabajo en red de los semilleros de investigación, resulta necesaria no sólo para conseguir recursos y espacios al interior de las instituciones, sino para fortalecer los procesos de investigación formativa y de relevo generacional. Mostrarlos como dinámicas organizadas y productivas, y aún más importante institucionalmente coherentes con los procesos internos. La gestión y la comunicación en el trabajo en red devienen en el reconocimiento de los semilleros de investigación y de su trabajo en red en distintos niveles. El reconocimiento de los mismos alumnos genera que los semilleros tiendan a ser considerados como grupos de profundización y de formación adicional a la ofrecida por los programas curriculares tradicionales. Forja el reconocimiento de los investigadores que comienzan a identificar jóvenes talentos para la investigación y los sujetos que realmente han adquirido competencias investigativas a través del proceso de relevo generacional. Y por último, redunda en el reconocimiento de los semilleros por parte de las más altas directivas universitarias, en la medida que éstos logren algún


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impacto institucional o interinstitucional con los resultados y productos científicos generados en su interior. 4.4 Segundo enfoque: Formación integral en investigación. Los semilleros como comunidades de aprendizaje y espacios de formación en investigación e investigación formativa colectiva, logran el objetivo de formar en investigación a sus integrantes mediante el acercamiento a las técnicas y procesos. No obstante dicho acercamiento, el proceso de formación integral no puede dejarse al azar, debe ser programático y planificado en función de los intereses de los semilleros, de sus miembros y de las directrices de la investigación institucional en el cual éstos se enmarcan. La formación en investigación resulta integral en la medida que las actividades de los semilleros trasciendan su núcleo hasta integrarse en el trabajo en red. No únicamente para beneficiarse del diálogo de los saberes, sino también para desarrollar estrategias de formación conjuntas que vayan más allá de la formación tradicional, hacia el aprendizaje e interiorización de otras competencias y capacidades útiles para hacer y desarrollar investigación científica en sentido estricto. Competencias como el trabajo en equipo, la problematización, la redacción y las técnicas de publicación, entre otras, resultan un valor agregado del investigador formado en semilleros de investigación y de las cuales no necesariamente se dispone cuando los procesos de formación investigativa se han desarrollado de forma individual. Es así como, el objetivo de este enfoque es complementar la formación en investigación y el relevo generacional llevado a cabo por los semilleros de investigación, a través de la identificación de las necesidades conjuntas y la determinación de las acciones y actividades propias para su satisfacción desde el trabajo en red. Los semilleros de investigación mediante el trabajo en red deben gestionar espacios alternativos de formación colectiva y cursos que complementen la formación en investigación en variados aspectos, permitiendo ir más allá de lo metodológico hacia la formación en otras competencias también relevantes para la investigación científica y la relación directa con la experimentación.


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4.5 Tercer enfoque: Socialización y divulgación. Desde este enfoque deben abrirse espacios para la socialización y divulgación, interna y externa, de las experiencias y de los productos científicos e investigativos generados por las actividades de los semilleros de investigación. La socialización y divulgación se presenta como el tercer paso o faceta de las actividades del trabajo en red de los semilleros. Una vez organizadas las actividades de los semilleros, comunicados entre sí, y a lo largo de la formación integral en investigación, es necesario crear, gestionar e implementar espacios para la difusión de los productos de los semilleros, así como los momentos para compartir las experiencias y actividades de los mismos. De modo que las estrategias de éstos se hagan más visibles en las comunidades académicas e investigativas más próximas. De esta forma, la publicación en libros, revistas y memorias de eventos, así como la participación como ponentes y asistentes a eventos científicos y académicos son las acciones tendientes a la socialización de resultados de investigación y actividades de los semilleros de investigación. 5

CONSIDERACIONES FINALES.

Las actividades realizadas al interior de los semilleros de investigación como comunidades de aprendizaje son importantes en la medida que: logren formar integralmente a sus miembros y les permitan adquirir competencias que no se obtienen en el desarrollo de los programas curriculares de las instituciones de educación superior. Sin embargo, dichas manifestaciones y procesos deben hacerse tangibles en resultados de investigación, en experiencias exitosas y entre otros tantos posibles efectos de los semilleros como espacios de construcción colectiva de los procesos de investigación formativa. Cuando tales resultados tangibles sean susceptibles de ser apropiados por otros semilleros institucionales o externos, por grupos de estudios, estudiantes individualmente considerados y hasta investigadores y grupos de investigación en sentido estricto, puede considerarse que el semillero es útil no sólo para sus integrantes sino para las comunidades académicas e investigativas más próximas y aporta de una manera más eficiente a la construcción de una cultura investigativa.


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