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EL MEJOR REGALO DE CUMPLEAÑOS Por: Natalia Lea
Una fría mañana de mayo, una niña se levanta a desayunar, su nombre es Valentina, tiene nueve años, es hija única y vive con su padre Antonio y su madre Maya. Valentina tiene cabello y ojos marrones, es muy carismática, un poco tímida y muy apegada a su mamá. Como todas las mañanas, Valentina ve a su madre alistándose para el trabajo, poniéndose su blusa celeste y su bata blanca, trabaja como doctora en una clínica a media hora de su casa. Su padre, trabaja desde casa y siempre está ocupado en su computadora.
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Esta mañana es distinta a las demás, ya que Maya le debe decir algo importante a su hija: —Valentina, tengo que decirte algo importante, ven cariño. Valentina se acerca a su madre y le responde: —¿Qué pasa mamá, que me quieres decir? —Hija, ¿tú sabes que últimamente esto del coronavirus es algo preocupante cierto? —Sí mamá, ¿tiene algo que ver con eso?— Responde Valentina algo dudosa.
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—Pues sí, en mi trabajo me han asignado tratar a pacientes con este virus, lo que significa que no voy a poder estar mucho tiempo en casa, y no te preocupes que me voy a proteger muy bien para no contagiarme—dice Maya preocupada por la reacción de su hija.
Valentina se toma unos segundos para procesar lo que acaba de decir su madre y con voz temblorosa le responde:
—Está bien mamá, pero me prometes que te vas a cuidar muy muy bien? No quiero que te pase nada malo. —Te lo prometo cariño, bueno ahora si me tengo que ir, hazle caso a tu padre y pórtate bien. Adiós cielo. —Sí mamá, adiós….—se despidió Valentina triste. La puerta se cerró y Valentina se fue a su habitación, pues sus clases virtuales ya estaban por comenzar. Sus clases terminaron y Valentina fue a almorzar, su madre no estaba en la mesa con ella y eso la hizo sentirse muy triste y sola. 19
Terminó de comer, se lavó los dientes y regresó a su habitación, lloró un rato, porque tenía mucho miedo de que su mamá se contagiara o que le pase algo. Hizo sus tareas y llamó a su mamá, afortunadamente Maya la respondió el teléfono y hablaron unos poco minutos, pero debía regresar a su labor como doctora y la llamada se acabó. Maya volvió a las 10 pm del trabajo y Valentina ya estaba durmiendo, así que ella también lo hizo para al día siguiente despertarse muy temprano e ir al trabajo de nuevo. 20
Pasaron así los días, las semanas y los meses, y Valentina seguía triste y preocupada. Su madre seguía muy ocupada, su trabajo era muy duro y debía tener mucho cuidado para no contagiarse, pero se sentía bien ayudando a los enfermos, ya que algunos se recuperaban y eso la ponía feliz.
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Durante la segunda quincena de julio, la onda de contagios del COVID-19 fue disminuyendo, los superiores de Maya le enviaron un comunicado indicando que dentro de unos pocos días podría retomar su horario normal, es decir de 7 am a 6 pm, y que tendrían un día libre antes de retornar. Maya se contentó mucho al leer el comunicado que le enviaron y tuvo una idea. El 27 de Julio era el cumpleaños 10 de Valentina y su madre le daría la sorpresa de regresar a casa. Mientras tanto en casa, Valentina pensaba: —Espero que mi mamá regrese pronto, ya se acerca mi cumpleaños, pero no creo que venga porque está muy ocupada en su trabajo. 22
El 27 de Julio a las 7 de la mañana Maya se alistó para hacerle creer a Valentina que se iba a ir al trabajo, tomaron desayuno juntas, le deseó un feliz cumpleaños y salió de la casa, pero no fue a trabajar, en vez de eso, fue a comprar un pastel, velas y decoración para la sorpresa. Ya eran las 9 de la mañana y Maya regresó a casa, muy despacio para que Valentina no la escuchara, ya que estaba en sus clases virtuales y decoró toda la sala y acomodó todo para la sorpresa, con ayuda de su esposo Antonio
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Cuando acabaron, el papá de Valentina la llamó y ella hizo caso, salió de su habitación y al ver toda esa sorpresa y a su mamá, lloró de la alegría y fue corriendo a abrazarla. —Mamá, ¡te extrañe mucho! ¿Cómo es que estás aquí?—dijo Valentina con aún lágrimas en los ojos. Maya le explica todo a su hija, la besa y abraza con fuerza. Valentina entendió todo y le dijo: —Que bien que ahora estés aquí, este es el mejor regalo de cumpleaños de todo el mundo! ¡Te amo mamá!
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—Yo también te amo cariño, y como te prometí, me cuide muy bien y no me he contagiado.
FIN
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