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PROTAGONISTAS Lo único constante es el cambio
El Dr. Carlos López Delfino es Médico Veterinario recibido en la Universidad Nacional del Nordeste. Es asesor y consultor en
gestión y desarrollo del profesional veterinario. Coach y facilitador Ontológico Profesional certificado. AACOP N° 3606.
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clopezdelfino@gmail.com
LO ÚNICO CONSTANTE ES EL CAMBIO
En el desarrollo de una nueva normalidad producto de la pandemia declarada ante el Covid-19 donde prima la incertidumbre y el cambio, Carlos López Delfino, veterinario, facilitador y coach ontológico profesional; resalta la importancia de fomentar el trabajo colaborativo y la necesidad de establecer metas en el desarrollo profesional.
López Delfino es Médico Veterinario recibido en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional del Nordeste, “tuve la posibilidad de ejercer la profesión en varias áreas, desde la veterinaria rural hasta un centro de transferencia embrionaria en equinos” señala; pero a su vez, siempre tuvo inquietud por el marketing y las empresas. “Fui emprendedor, pero no lograba conseguir resultados, algo me faltaba”, recuerda.
De esta manera, impulsado por su interés, cursó la maestría de Agronegocios y alimentos de la Facultad de Agronomía de la UBA y, fue encontrando un rumbo que construye diariamente: “Empecé a conocer más otro mundo que no vi durante la formación de grado por lo que a partir de allí viré hacia el ejercicio en las empresas del rubro”.
PROTAGONISTAS
En una búsqueda constante en pos de su desarrollo el Doctor continuó formándose y se orientó en los últimos años hacia el desarrollo de recursos humanos, de las personas y en la comprensión del impacto de otras habilidades como las blandas, las colaborativas, las de creación e innovación para el desarrollo de organizaciones. Así, llegó a formarse en el área de la Facilitación y Coaching Ontológico lo que le permitió ir acercándose a su actual de interés profesional, “el acompañamiento en procesos de transformación y de construcción de oportunidades, en facilitar el desarrollo profesional veterinario”, concluye el profesional. equipo, la generación de espacios y contextos de confianza, al generar una dinámica que aporta a nuestro negocio”. adquiere una mayor capacidad de respuesta, organización del trabajo y gestión del tiempo”, explica el Dr. López Delfino.
La profesión veterinaria como tantas otras busca el desarrollo personal, que no se podría conseguir solo. “En veterinaria generalmente el trabajo es unipersonal, con algún ayudante que asiste en las cirugías, atiende el mostrador y realiza varias tareas, aunque seamos dos en la veterinaria, desarrollar competencias de trabajo en equipo es de suma importancia”, comenta el médico veterinario.
MÁS ALLÁ DE UNA FORMACIÓN Cuando se habla de trabajo colaborativo no se refiere TÉCNICA/CIENTÍFICA al trabajo en equipo, sino al proceso mediante el cual las Hablar de las profesiones conlleva, muchas veces, a un encuadre que se remite únicamente a competencias técnicas adquiridas en espacios educativos formales, pero cada vez con mayor asiduidad se requieren otro tipo de formación, como lo son las habilidades blandas, que son competencias genéricas, transversales, transferibles a múltiples funciones, roles y tareas, comunes a todas las profesiones incluso a la vida personal. personas comparten conocimiento y donde el individuo aprende más de lo que aprendería por sí solo; fruto de la interacción con los otros integrantes que pueden ser veterinarios de diferentes especialidades, y con un resultado mucho más enriquecedor del que tendría la suma del trabajo individual. En este contexto el Dr. López Delfino sentencia: “Por este motivo agruparnos en cohorte colaborativa genera una mayor producción de conocimiento. Se reducen los tiempos de aprendizaje y se mejora la calidad;
“Las competencias genéricas incluyen al liderazgo soluciones o anticipar problemas; desarrolla la creatividad como la más sistémica, que se nutre de otras como ser la e innovación; se estimula la cooperación para el logro de los comunicación productiva, la gestión emocional, el trabajo en objetivos individuales y grupales”. el desarrollo de relaciones, entre otras”, resume López Delfino. “Desde el momento que trabajamos con pacientes que tienen un dueño, nuestro cliente; estas competencias genéricas adquieren real importancia para la salud del paciente; sin dejar de lado la relevancia que tienen en el manejo de la clínica, en el trato con nuestros colaboradores Asimismo, no se limita al abordaje de temas técnicos específicos de la profesión, sino que el mayor valor generado está en abordar temas que incluyen gestión y administración de la veterinaria, su manejo, y el aprendizaje y entrenamiento de competencias genéricas. se disminuyen costos y surgen nuevas formas de abordar Por otro lado, el médico veterinario Carlos López En síntesis, son destrezas que aportan valor a la profesión, fortaleciendo las tomas de decisiones por medio de la comunicación productiva y el cuidado de las relaciones, “con un desarrollo de estas habilidades se Delfino retoma el término “coo-petencia”, un concepto presentado en 1996 por Barry J. Nalebuff y Adam M. Brandenburger. “Esta teoría aborda una mirada estratégica y sistémica de los negocios, en la que no es necesario que haya un perdedor para ganar, sino que ambas partes salgan 7
ganando y así se produzcan sinergias con su cooperación; por lo que un negocio, empresa o sector puede tener más éxito que el que puede lograr por sí sola”, explica López Delfino.
Ahora bien, hablar de coo-petencia en el sector, es ver a los veterinarios agrupados, sean de la especialidad que sean, creando valor juntos para la profesión y haciendo crecer al sector, “esto implica, estar presentes, participar activamente en nuestros colegios y consejos e interpelarnos con el fin de encontrar espacios o márgenes de mejora, ocupar lugares que dejamos de lado y ver qué futuro queremos y cómo lo construimos”, explica.
De esta manera, la coo-petencia puede proveer un marco en el que por medio de la sinergia en áreas claves se modifique el juego, liderándolo, “sin dejar de lado nuestros códigos de ética y de ejercicio profesional, podemos pensar en una misión y visión para la profesión de cara al futuro, con objetivos y metas comunes ya sean a nivel local y nacional, tomando los puntos de encuentro y las diferencias, en mayor medida, como herramientas para el crecimiento y desarrollo de la actividad”, resume López Delfino.
“Pequeños cambios pueden producir resultados significativos en nuestros objetivos y metas como profesionales organizados”.
PROYECTARNOS A NOSOTROS ES LO PRINCIPAL
“Cuando comenzamos la práctica profesional o abrimos la veterinaria, en realidad estamos iniciando un proyecto de vida. Este proyecto debe estar alineado con lo que nos apasiona, la profesión; y con lo que queremos aportar a la sociedad, la vocación”, sentencia López Delfino. Esa combinación genera una mezcla que aporta beneficios que van más allá de lo económico y, a veces, hasta con un enfoque más humanista.
A pesar de ello, es real que, si uno desea vivir de lo que le gusta y desarrollar la vocación, se necesita generar ingresos, dinero y para eso necesitamos un plan: “Este plan puede llamarse de negocios, de marketing personal, de desarrollo de carrera, el nombre que queramos, pero indefectiblemente tiene que tener planteada una estrategia, un hacia dónde, para que podemos definir los qué, cómo y cuándo”, explica el facilitador y coach.
Definir objetivos alineados con la estrategia es imprescindible para que las acciones sean coherentes con lo que se quiere lograr. “Independientemente de la etapa de carrera en la que nos encontremos o de los años que tengamos la veterinaria, se puede iniciar, de hecho, puede cambiar a lo largo del tiempo, no es estático, pero sí nos involucra en ser actores de ese cambio, en saber dónde estamos o queremos estar, depende de nosotros”, concluye López Delfino.
“Nuestra función es central en la sociedad. Preservamos la salud de las personas mediante el cuidado de la salud de los animales, es en ese lugar donde debemos posicionarnos como agentes de cambio.
Muchas veces se percibe un ´efecto silo´, compartimentos estancos entre la industria veterinaria, los veterinarios, los clientes y los productores. Achicar esa brecha que se presenta con los nuevos desafíos en materia de tecnología - información - comunicaciones y la generación de conocimiento es donde debemos trabajar. Hacerlo de manera colaborativa, es mi propuesta.”