Colección de cuentos realistas

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COLECCIÓN DE CUENTOS REALISTAS

Guerras, hundimientos, amores, desengaños, explosiones, incendios, animales exóticos, estrellas de rock, deportistas. Una colección de cuentos basados en hechos reales que te atraparán y te harán sentir muchísimas emociones.


LA CARTA DE MI VIDA

Renata Sabatino

Fue hace 34 años. El ambiente era horrible, se sentía que algo malo se acercaba. Con los años anteriores y esa dictadura que todavía no terminaba, no se esperaba mucha más desesperación. Claramente, nos equivocamos. Esa tarde del 2 de marzo, me acordé por

qué

tanto

lío:

El

mes

siguiente

habría

una

guerra,

la

de

Malvinas.

Mis papás estaban esperándome en mi casa para cenar. Todavía me acuerdo cuando mi mamá me dijo: “¿Qué te pasa Tomás? Estás raro últimamente”. Sabía que ese era el momento para decirles lo que iba a pasar: Tomé la decisión de ir a combatir-dije. Mi papá escupió el agua que estaba tomando y en la cara de mi mamá se veía confusión. ¡¿Cómo?!- gritaron ambos a la vez. No quise aclarar nada y me fui a dormir. Al despertarme, me vestí y salí sin desayunar. Cuando llegué, un señor musculoso y serio, nos preguntó nuestros nombres. Me asusté por la cara que éste tenía y enseguida contesté- Tomás López, hoy me tienen que hacer los estudios. El hombre no se molestó en hablarme,

solo

señaló

hacia

una

casucha

de

cemento.

Cuando entré, me senté y me llamaron recién después de dos horas. La verdad es que ahí adentro sentí el miedo de cada uno de los que estaban. Me empecé a asustar yo también, un montón de cosas pasaron por mi cabeza: ¿si no volvía? ¿Si mataba a inocentes? No sabía lo que podía llegar a pasar, estaba seguro de que me iba a sentir culpable.

La

llamada

del

médico

interrumpió

mis

pensamientos.

Esa especie de consultorio, por cómo se veía, estaba abandonado. La camilla tenía el colchón y las patas rotas, el intento de escritorio era solo una tabla de madera apoyada sobre dos cajas. Lo único que me hicieron hacer fue saltar, agacharme y preguntarme si sufría alguna enfermedad. Fue mucho más rápido de lo que me había imaginado. Llegué a mi casa, ya no podía no estar con mi familia. Le pregunté a mi papá si podíamos hablar. Sin escuchar su opinión empecé a decirle que yo lo hacía para que la Argentina fuese un mejor país, que recuperara sus tierras, para que ellos se sintieran orgullosos.


Me interrumpió diciendo- Sabés la historia de tu madre, su padre falleció y era soldado, ella ve esta situación muy parecida y tiene miedo de lo que te pase. Tiene razón,pensé- mamá sufrió mucho. Sin embargo yo no soy mi abuelo-le dije- y nadie escribió lo que me va a pasar, así que voy a hacer lo que crea mejor y ustedes no me lo van a impedir. Sin darme cuenta ya había pasado un mes. El día había llegado, ya era 2 de abril. El barco me esperaba, al igual que las islas. Mi mamá, tan madre como siempre, me había dicho que comiera bien, que no esté desabrigado y qué sé yo qué otras cosas más. Al subir al barco me dije: Voy a dejar lo mejor en la cancha y nadie va a impedir que luche por mi país. Tenía solo 20 años, era un pibe. Para mí subir a ese bote era toda una aventura, pero el

verdadero

sufrimiento

venía

después.

Por fin habíamos llegado, el frío ya me parecía insoportable. Nos dividieron en grupos y nos dieron posiciones. Al principio todos pensábamos que, dentro de todo, estaríamos bien. Los días fueron pasando y ya no estábamos tan confiados. Cada vez nos daban menos comida y abrigo. Yo ya estaba pensando en qué me iba a decir mi mamá. A los 24 días de la llegada, ya estaba escondido, cuando recibí una carta que decía: Para el combatiente que reciba esto: Soy Sofía Herrera, tengo 17 años y vivo en San Antonio, Río Negro. Me parece muy valiente de tu parte estar luchando por tu país. Me encantaría saber cómo es estar en esa situación, me imagino que debe ser difícil, aunque creo que te acordarás de alguien para sentirte mejor. Espero que puedas soportar esta etapa,

estoy

segura

de

que

pronto

se

terminará.

Con

cariño,

Sofía.

Lo primero que se me vino a la mente fue mi familia, después cómo habrá llegado esa carta a mis manos. Hacía días que no comíamos y que alguien pensara en nosotros era muy

lindo.

Como

pude

Y

con

lo

que

tenía,

le

escribí

la

respuesta:

Hola Sofía! Mi nombre es Tomás López y tengo 20 años. La verdad es que me hace sentir bien que me escribas. La situación no es fácil, no tenemos comida suficiente ni abrigo. Algunos compañeros están en remera con 3 grados. Como dijiste vos: pronto se terminará y cuando termine estoy seguro de que nos podemos encontrar. Te estoy escribiendo desde una trinchera para no tener tanto frío, duermo acá, no es nada cómodo. Un gusto conocerte, Tomás. Sofía

no

tardó

en

responder.

Su

segunda

carta

sonaba

así:

Que alegría saber tu nombre! Sinceramente pensé que no le llegaría a nadie! Es raro que no les llegue comida ni abrigo, porque nosotros les donamos cosas y se supone que se las dan a ustedes. Cambiando de tema: sé lo difícil que es estar lejos de tu familia, una vez me alejé de ellos por un año a causa de la dictadura. La verdad es que a pesar de que estaba con mis abuelos, sentía que me faltaba algo. No sé si es lo que te pasa a vos, pero espero poder hacerte ver que al menos tus conocidos y yo te apoyamos. Espero ansiosa tu respuesta,

Sofía.


Con sus cartas me entretenía y un poco me olvidaba del frío o del hambre. Así estuvimos, conociéndonos por carta, hasta el fin de la guerra. Me ayudó a pasar las noches en las que no podía dormir, por el miedo a no volver a casa. La verdad, es no creí que saldría

de

ahí,

pero

menos

que

toda

la

ciudad

nos

apoyaba.

Llegando a Buenos Aires, mi hogar, me di cuenta del tiempo que había pasado. Yo me fui un aquel 2 de abril y volví recién el 14 de junio de 1982. Habían pasado tres meses. Noventa días de sufrimiento, de frío, de hambre no habían valido la pena. Perdimos, nos habían derrotado esos ingleses. Esa guerra fue una farsa, los milicos lo hicieron a propósito. Qué

enojado

que

estaba!

Eso

no

me

lo

olvido

más!

Al ver a mis papás recuerdo que sentí una enorme alegría. Estaba de vuelta en casa. Ese día fue inolvidable. Ninguno de los tres paraba de llorar. Mi mamá estaba desesperada, mi papá no paraba de preguntarme cosas y yo estaba muy agradecido de que,

a

pesar

de

todo

lo

que

había

pasado,

yo

seguía

vivo.

Ya había vuelto hace unos 12 años, mis papás ya sabían todo, hasta lo de “mi amiga de las cartas”. No sé si recuerdan que cuando me fui, estaba solo. En esos años ya no, había conocido mucha gente y empezado a trabajar en una empresa de viajes. También me hacían entrevistas cuando se acercaba el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas. Ya había pasado mi cumpleaños, ya había pasado otro año. Esa misma noche, revisé mi caja de recuerdos que tenía todos los recortes de diarios de la época, todas las cartas que yo le mandaba a mis papás y ahí, en el fondo, las cartas de Sofía. Las volví a leer, ésta vez con ojos de adulto. Me di cuenta de que fue una persona importante en mi vida.

Me

tenía

que

ir

a

dormir,

si

no

iba

a

llegar

tarde

a

la

oficina.

Miré el reloj: las siete de la mañana. Me puse la camisa, el jean, las medias y los zapatos. Bajé y, otra vez esa mala costumbre, no desayuné. Ese día cambiaría todo, aunque

yo

no

lo

sabía.

Ya en mi trabajo, empecé a atender a todos los que venían con una enorme sonrisa. Ahí ya parece demasiada mi alegría, pero me sentía orgulloso de poder estar trabajando. Con 32 años, ya me quería ir a vivir solo, todavía no me había casado. Para ser sincero, la chica con la que más había hablado, además de mi mamá, era mi amiga de las cartas. Tenía una guía telefónica. La abrí en la H y empecé a buscar. Herrera, Sofía: 15-58472314. Intenté llamar, pensando que nadie iba a atender. Me confundí. Una dulce voz preguntó: “¿Quién habla?”. Le dije que era un ex combatiente al que le había llegado una carta escrita por ella. Para mi sorpresa, la joven no pudo creerlo y me dijo “pensé que nunca te iba a escuchar”. Nos quedamos hablando y pensamos que sería bueno conocernos. Ella vivía

en

Río

Negro,

pero

iba

a

venir

en

un

mes

de

vacaciones.

Volví a mi casa y en cuanto llegó mi papá, fuimos a una pizzería. Allí les conté del


trabajo

y

de

la

llamada.

Los

noté

muy

contentos,

no

entendía

por

qué.

Esa noche no pude dormir pensando en cómo sería. Sabía que es un poco más chica que yo. Me la imaginé con el pelo enrulado, unos hermosos ojos verdes y una hermosa

sonrisa.

Pasado el mes la conocí. Era como si ya la hubiese visto, mi descripción fue exacta. La verdad es que me resultó muy linda. Me acuerdo que, el primer día, los dos estábamos nerviosos. Fue pasando el tiempo y nos fuimos conociendo mejor. Teníamos muchas diferencias

pero sentí como si hubiésemos sido amigos de toda la vida.

Definitivamente, todo cambió esa tarde del 7 de febrero de 1996. Sofía se había mudado a Buenos Aires y estábamos en el parque. Me arrodillé y le pregunté si quería ser mi

esposa.

Asintió

con

la

cabeza,

mientras

lloraba

de

la

emoción.

Nos casamos ese año, el 2 de abril. Vinieron nuestras familias, nuestros amigos. Todos

los

que

habían

estado

ahí,

con

nosotros

por

mucho

tiempo.

Ahora pienso: cada vez es más el tiempo que me separa de la guerra y nadie me va separar de esas islas. Las Malvinas son argentinas. El amor por ellas y por mi país es un sentimiento muy fuerte. Sé que las vamos a recuperar, de eso estoy completamente seguro, hijo.


SOLO PASAJES DE IDA

Candela Trunsky

Fue en 1912. Un viaje inolvidable. En el cumpleaños de mi hermano menor Martín un joven de 24 años castaño claro y de ojos verdes, amante de usar camisas cuadrille. Y nuestros padres nos regalaron un pasaje para viajar en un crucero, el más grande. Al entrar al gigantesco, maravilloso y lujoso barco, Después de dejar las valijas y bolsos, lo primero que hizo mi hermano fue corriendo a donde estaba la piscina, iba a ir con él hasta que una mujer me distrajo cuando se chocó conmigo torpemente, sin duda había visto a la mujer más linda. Tenía unos 23 años, castaña, y de ojos marrón claro, medía aproximadamente 1.68 y de contextura delgada. Nuestras miradas se encontraron, las sostuvimos durante varios segundos. - Elena me llamó- dijo interrumpiendo el silencio. -Francisco- respondí con una sonrisa de costado. La invite a tomar un café y acepto. Conversamos mucho, me contó de la muerte de sus padres, que habían muerto en un trágico accidente de auto y que vivía con su tía, y yo le conté sobre mi pasado que ahora no lo quisiera recordar. Toda la noche pensé en ella no podía parar de pensar en lo hermosa que era, aunque trataba de negarlo me gustaba. Cuando Martín entró a la habitación me dijo que había conocido a una mujer especial, que no era como cualquier chica. Estaba contento por él, hasta que me dijo su nombre. Elena. El gesto de mi cara cambió. Mi hermano y yo, ya nos habíamos enamorado de una mujer una vez. Pero nunca supimos que eso se volvería a repetir. Entre él y yo siempre hubo una “pelea amistosa”. En fin. No dije nada, ni una palabra, solo agarre mi botella de Bourbon, y me fui de la habitación. Había vuelto a los malos hábitos. A Elena no la vi por tres días, excepto cuando estaba con Martín y algún que otro día que por casualidad me la encontraba en la pileta. Habían empezado a salir y Martín estaba más feliz que cuando había conocido a Katherine, una historia que no terminó muy bien. Después de esos tres días la volví a ver. Era de noche, éramos solo ella y yo en la pileta, nuestras miradas se volvieron a encontrar y la tentación pudo más, nos besamos. Con ella sentía que ya no era el hombre egoísta y orgulloso de siempre.


El beso duró poco porque al poco tiempo entró Martín, nos sorprendimos totalmente siendo muy difícil disimular lo que había sucedido. En ese instante Elena salió de la pileta. Sentimos un cimbronazo y un choque con un ruido muy fuerte, todos gritaban y el

barco

se

oscureció

por

completo. Nadie entendía lo que estaba pasando, las luces de emergencia se encendieron y los gritos aumentaban. Los tres subimos como pudimos a lo alto del buque e identificamos lo que estaba sucediendo, el fabuloso crucero había chocado con un iceberg. Las mujeres y los niños tenían prioridad para entrar en los botes salvavidas que habían. Gritos, muertes, llantos y en un momento todo se oscureció, cuando me quise dar cuenta estaba en el agua la nave se hundió y con ello perdí de vista a las dos personas que más amaba. Quise nadar, el agua estaba helada y mis brazos estaban cansados, sentía que me iba a morir, hasta que un bote se acercó a mí. Me había salvado, pero necesitaba encontrar a Martín y a Elena, estaba desesperado. Cuando llegue a tierra estaba devastado, los busque por todos lados y no los encontré. Pasaron 28 años y no me case. Pero cada vez que paso por la casa que vivíamos mi hermano y yo, veo a una pareja. Una mujer castaña, y de ojos marrón claro, junto a un hombre castaño claro y de ojos verdes con camisa cuadrille, que me recuerdan mucho a ellos.


MI DECISIÓN Mora Ferraro

Había esperado ese día por mucho tiempo, papá y yo íbamos a hacer una salida súper especial. Estábamos por salir de casa cuando de repente sonó el teléfono, era del cuartel donde trabajaba papá. Lo necesitaban porque una fábrica se había incendiado y era muy peligroso. Él me lo contó y me dijo que como ese era mi día yo iba a decidir qué haría él. Aunque me puso triste y desilusionada, le dije a papá que fuera, que en el incendio lo necesitaban más que yo. Papá llamo a mi odiosa vecina Nancy para que me cuidara y me prometió que muy pronto volvería para estar conmigo, pero sin saberlo me mintió. Nancy vino a casa y le pregunté si quería jugar a alguna cosa conmigo, pero de tan mala que es me dijo que no, que solo íbamos a hacer lo que ella quería, que era ver la tele. Justo se estaba dando una peli nueva, pero la aburrida de Nancy quería ver las noticias y claro, como yo estaba a su cargo me la tuve que bancar. Al principio no presté mucha atención, la verdad es que no me interesaba para nada que no sé qué famosa se había separado de su marido. Pero después cuando comenzaron a hablar sobre un gran incendio, empecé a escuchar atentamente al periodista. Él decía que en una gran empresa llamada Iron Mountain se había producido un terrible incendio y que las vidas de los bomberos y rescatistas corrían riesgo. Entre ellos se hallaba un bombero voluntario de la Boca que salvando a una chica, que resultaste ser vos, se había quemado casi todo el cuerpo. Ese bombero era Ramón Ruiz Solari, la persona más buena, humilde y bondadosa que conocí. Siempre estaba de buen humor, haciendo chistes, que aunque no eran muy graciosos siempre nos hacían reír. Su morena cara formaba un círculo perfecto, sus ojos eran grandes y de un marrón muy oscuro, al borde de ser negros. Tenía una boca pequeña y una nariz muy grande, que gracias a dios no heredé. Ese bombero era mi papá.


Cuando entendí lo que había pasado me di cuenta de que el fuego había terminado con todo el lugar, con mi papá y mi felicidad. Sentí que mientras el fuego quemaba el cuerpo de papá, a mí me helaba el alma. Pero luego de conocerte me di cuenta de que por algo habría sido que justo cuando él se fue, viniste vos. Si le hubiera dicho que no se fuera, ahora estaría conmigo, haciéndome feliz como tan bien sabía hacerlo, probablemente eso es lo que más extraño de él: su poder de hacerme siempre feliz. Papá solía decir que yo también tenía ese gran poder, pero yo se lo negaba, es que mis chistes son malísimos y no hacen reír a nadie. Siempre que le decía eso, él me respondía que solo lo decía porque no me gustaba hablar bien de mí, ahora que lo pienso capaz tenía razón. Tampoco me gusta que hablen bien de mí, me da mucha vergüenza y siempre me pongo toda roja, lo que me da aún más vergüenza. Sí le hubiera dicho que se quedara conmigo, hubiera salvado su vida y me hubiera ahorrado muchos llantos y lamentos, mucho sufrimiento y odio. Pero mi vida sería completamente distinta, de hecho no te hubiera conocido y me hubiera perdido de muchas risas compartidas con vos. Tampoco tendría nadie de quien estar tan orgullosa como lo estoy de mi papá, porque después de todo morir para que otro no muera es la mejor manera de hacerlo: morir siendo un héroe. Si pudiera volver al momento donde papá me dijo que decidiera, pero esta vez sabiendo que su vida depende de ello, no sé cuál sería mi respuesta. Porque aunque mi papá ya no está para hacerme feliz, ahora te tengo a vos y gracias a eso soy realmente feliz.


LA DICTADURA MILITAR EN ARGENTINA Melanie Albornoz

10 DE DICIEMBRE DE 1983: Ese día yo estaba en mi casa, mi mamá se llamaba Martina, era buena, tenía los ojos color miel y tenía una hermana. Mi papá se llamaba Martín, él también era bueno y tenía los ojos claros, él siempre decía que “yo era una niña adorable”. Bueno por último yo, me llamo Valentina, pero me pueden decir Valen, tengo 9 años, soy tranquila, tengo el pelo castaño y ojos de color celestes. El 10 de diciembre era mi cumpleaños, ese día me iba a levantar temprano para darle una sorpresa a mis papás. Me levanté y me vestí rápidamente, fui para su habitación, entré y dije ¡llego el día!! Pero ellos no estaban allí, estaba todo roto, tirado y quemado. Yo pensé

que se habían ido a comprar mi regalo, pero pasó mucho tiempo,

entonces la llamé a mi tía. La hermana de mi mamá, se llamaba María, era rubia y de ojos verdes. Entonces atendió y dijo: -Hola -Hola tía mis papás no están, esta todo roto y tengo miedo. -Quedate ahí que voy para allá y no le abras la puerta a nadie. -Bueno- Le contesté. Mi tía llego rápido y me pregunto: -¿Estás bien? -Sí tía, Pero ¿dónde están papá y mamá? Ella se quedó callada. Después de un rato me contó lo que le había pasado a mis papás, y suspiró: -Los heridos siempre estarán vivos Seis años después… yo pensé: quiero que ellos estén acá para hacerme feliz y para alegrarme.


EL RUIDO DEL SILENCIO Paloma Levy Riudavets

Una mañana de marzo yo estaba en pijama y aún no había ido a despertar a mis hijos. El sol salía, era rojo como el fuego. En realidad, era como todas las mañanas de mi simple vida. Ya vestida, besé a mis hijos y a mi esposo, tomé mi maletín y marché. Ese día sin razón alguna sentí que la caminata fue más larga de lo normal. Llegue a mi trabajo; Suipacha y Arroyo. Salude a Bruno y a Martín, que eran mi compañeros de trabajo, me senté y comencé a escribir en mi computadora. Estaba muy apurada porque ese mismo día tenía que entregarle un informe a mi jefa. Normalmente en la entrada de la Embajada no estaciona ningún auto, por eso me pareció algo extraño que una camioneta Ford F-100 estuviera allí, pero no le di importancia. Bruno me tuvo que prestar el encendedor para prender el cigarrillo. Yo no era la única que se lo había olvidado, Martin también. Los tres estábamos sentados en el umbral del acceso al patio. En un momento un calor me recorrió el cuerpo, un temblor se apoderó de mí, no sentía las piernas, estaba aterrada. De pronto una clara oscuridad cubrió mis ojos y me quedé inmóvil. Un ruidoso silencio invadió mi cabeza por completo. Cuando desperté estaba acostada en una camilla, mi ropa estaba llena de sangre y mi boca sin palabras. Un médico intentaba curar el gran corte que recorría mi cabeza de oreja a oreja, no pudo; decidió llevarme al hospital. Me negué, yo quería saber qué había pasado. Pero creo que solo fue un pensamiento porque no me hicieron caso e igualmente me llevaron al hospital. Allí toda mi familia fue a visitarme y me contaron que la Embajada estaba destruida y que me habían encontrado bajo los escombros. Yo creo que de no haber salido a fumar estaría muerta. Pregunte por Bruno y Martín, me dijeron que estaban bien pero seguirán internados unos días más. Finalmente un mes después yo salí, pero ellos siguieron un tiempo más. Ahora, no estoy enojada o asustada de ir a la Embajada de Israel. Hoy es 17 de marzo de 2016 y voy a la plaza a dejar flores y a saludar a todos mis compañeros a quienes la bomba les arrebató la vida. Además de los daños causados por la explosión en el edificio, quedó una gran cicatriz en mí, no en la cabeza sino en el alma, que jamás se podrá borrar.


LAS DIFERENCIAS

Tobías Castresana

Fue a la tarde, ese mismo día habían vuelto de Tel Aviv, donde vivían mis abuelos, ellos eran muy religiosos. Ese día yo me quede en lo de mi otra abuela, porque a mi abuelo no lo veía más. Cuando él se fue, las cosas cambiaron. Ya no podía jugar a la tarde al fútbol con mis amigos, ni merendar tranquilo con ellos. Volviendo al tema no los vi por un mes y unos días más. Yo les pregunte porque y me cambiaban de tema, porque claro yo tenía 11 años y todo era “cosas de grandes”. Aunque yo no le daba mucha importancia, porque desde que el abuelo se fue viajaban mucho, no había una sola vez que ella se fuera estando contenta, por cómo la veía yo, ella se sentía obligada a viajar. Todos decían que yo tenía el pelo amarillo, literalmente. Mis parientes decían que era muy guapo y que de grande iba a tener una novia hermosa. Pero nunca faltaba el aburrido de mi tío Robert que decía- “¡si es que sobrevive!”- Yo nunca entendía ese tipo de comentarios pero lo único que sabía es que no era un chiste, porque nadie se reía. Pero yo soy una de esas personas que no le importa lo que piensen de ella. Yo me sentía judío, pero tenía miedo de contarlo. Entonces a escondidas comencé a investigar la religión, costumbres y vestimenta. Poco a poco fui manifestando mi interés y la gente, incluso ellos me miraban como si fuera alguien que no debería existir en el mundo, aunque no estaba muy seguro. Yo lo tomo como una ideología racista y no estoy muy de acuerdo con eso. Sentía que algo escondían, pero nunca investigue ni les pregunte. 14 de abril de 1935 y todo seguía igual era la noche, estábamos comiendo Bockwurst, que nunca faltaba los miércoles, ni tampoco la cerveza, no había un día que papá no la tomara. Por un momento sentí un frio en mi cuerpo, una ceguera en mis ojos que nunca antes había sentido. Ya estaba casi inconsciente cuando la escuche gritar, a mí me sacaron violentamente de la casa y no sabía por qué. Cuando despierto los veo con un uniforme de soldados nazis. Todavía no entendía nada, hasta que un adulto con un pijama a rayas viene hacia mí y le pregunto-¿Qué hago acá? ¿Por qué nos tratan así?-le pregunté muy asustado


-No creo que podamos salir. Para esta gente racista “sin tristeza no hay felicidad”- me contesta desesperado. Lo volví a ver cuando él estaba parado, me intimida con una mirada fría y con odio. Cuando se acerca pensé que me iba ayudar, pero me da un sopapo que me dejó sangrando en el piso. No los vi nunca más, ni a nadie. Pero no me arrepiento de ser lo que soy.


UN AMIGO LO CAMBIA TODO Carolina Gonzalez

Yo era un chico muy solitario en mi colegio, por eso busqué algo que me hiciera sentir acompañado. Pensé en un amigo imaginario, pero al mismo tiempo me di cuenta que cuando lo tenga me haría pensar que lo busqué porque soy un nene solo, que necesita de alguien imaginario para poder vivir, prácticamente. Luego pensé en un instrumento, probé el piano pero no me gustó demasiado, el segundo que intenté me fascinó, la guitarra. Yo quería aprender solo, entonces cada día, luego de hacer todo lo que me exigían mi familia o el colegio, me sentaba en mi cama suave y acogedora y me ponía a componer canciones. Luego de escribirlas les ponía melodía y las tocaba y cantaba todo al mismo tiempo. Eso me hacía sentir un niño feliz y libre, lo cual no pasaba muy seguido. Las canciones que yo hacía las grababa y luego, cuando no estaba en mi casa, me llevaba mi mp3 y escuchaba mi guitarra y eso me hacía sentir bien. Cuando yo tenía 10 años encontré en mi colegio a un amigo, a ese amigo que cuando lo ves ya sabés que es tu alma gemela, que te das cuenta que van a ser “mejores amigos” por siempre, y así fue. Igual yo seguí tocando la guitarra, pero no para sentirme mejor sino como un hobbie, ya que con Facundo ya no me sentía solo. Hoy en día ya pasaron como 25 años desde que lo conocí y él sigue estando conmigo en cada recital que toque, en cada gira, en cada momento increíble. Sin falta él, en todos mis conciertos me regalaba un chocolate para demostrarme que siempre va a estar ahí para dármelo y éste, siempre viene envuelto con la frase “hasta el final”. Eric Clapton me había llamado un día y me había dicho: -Me impresionas Stephen, ¿viste que saliste en la revista Rolling Stone como el número 12 de los 100 mejores guitarristas del mundo? No es mi estilo leer revistas, lo cual yo nunca había escuchado el nombre de esa revista. Pero obviamente le dije a Clapton: -Sí, ¿viste? ¡Nunca me lo hubiese imaginado! -¿No querés tocar en mi gira? Porque justo los dos estamos en Los Ángeles el 25 de agosto -Bueno dale, ¡no hay problema! Después te hablo para ver los detalles. Les juro que cuando se lo conté a Facundo se puso loco.


-Cómo vas a hacer una cosa como esa?, no te acordás que te había dicho que nunca jamás te subas a un helicóptero, y para ir allá tenés que ir en ese horrible, peligroso y tremendo transporte. -Pero tranquilo, no pasa nada, son solo 5 horas. -Sí, justamente, 5 horas en un helicóptero, ¡ni loco! -Bueno, vos no te subas, voy yo por helicóptero y vos vas en auto, ¡pero te aviso que vas a tardar el cuádruple! -Bien, ahí me va gustando más, pero igual no me gusta que vayas vos tampoco. -Y pero a vos no te viene bien nada. -No, lo único que me viene bien es que vayamos los dos en auto. -Bueno, qué lástima, yo voy a ir en helicóptero y vos en auto! Y punto. -Ah! Sos más terco que mi mamá cuando le digo que me porfía que la mesa negra de la cocina es roja. -Bueno, bueno, lo que digas pero me tengo que ir ya. Nos vemos allá. -Chau, andate antes de que me arrepienta. -Ok, nos encontramos en el hotel. -Dale, nos vemos. Les juro que cuando vi a Stephen subirse al helicóptero, casi me muero aunque no tuve mucho tiempo de pensarlo porque apenas se subió me dijeron que me meta en el auto. El viaje fue larguísimo, como de 20 horas, Stephen tenía razón pero igual yo creo que estuve mucho más seguro en el auto. Cuando llegué a la habitación, todo estaba impecable, parecía que no había pasado ni una mosca por ahí, lo que me pareció raro porque Stephen ya tendría que haber llegado, pero con lo chistoso que es él podría ser que todo se trate de una broma. Me acosté en una cama, medio incómoda que parecía hecha de cartón, y me puse a ver la televisión. Cuando la prendí, estaba en el canal de las noticias este título: “Stephen Stevie Ray Vaughan, falleció en un trágico accidente provocado por un desperfecto en el helicóptero en el que viajaba”. Lo raro es que yo no solo estaba triste y deprimido, sino que también enojado conmigo mismo, tenía una angustia… No lo podía creer, cómo había dejado a mi amigo subirse a un helicóptero, como había hecho una cosa tan horrible como esa. Luego de unos días de la tragedia, me engancharon a punto de suicidarme por la culpa que yo llevaba dentro. Debido a eso me internaron en un psiquiátrico. Nadie me entendía, todos los terapeutas pensaban que yo era un loco, hasta que llegó la terapeuta López, muy buena persona, al menos eso creo. Ella pudo hacer que yo me diera cuenta del porqué de casi todo.


Ella era una terapeuta más al principio, hasta que yo en un momento le grité “él era mi amigo de toda la vida y de repente el destino me lo arrebató”. Desde ahí me empezó a entender. Luego de aproximadamente un año me sacaron de ese horrible lugar al que yo no pertenecía. Lo último que hice antes de morir fue agarrar un chocolate, envolverlo, escribirle “hasta el final” y acostarme al lado de la tumba de Stephen.


¿PODEMOS IR?

Milagros Galfione

Nosotros somos 4: mi mamá Ana, mi papá Marcelo, mi melliza Juli y yo, Facu. Con Juli compartimos muchas cosas como esta historia que les voy a contar. Fue en 2010, la tele estaba prendida y mi hermana y yo nos estábamos cambiando para ir a la escuela. A mí la verdad es que no me gusta para nada estudiar, salvo las fechas que son importantes para nuestro país, al igual que a mi hermana, solo que a ella además le gustan las matemáticas. En la escuela con la seño Claudia, una de las mejores seños que tuve en estos 4 años de primaria, por suerte, estábamos estudiando lo que sucedió el 25 de mayo de 1810. Como ya lo mencione es un tema que me apasiona, lo que más me gusta es ponerme en el lugar de por ejemplo de Moreno o Castelli. Además me gusta imaginarme por ejemplo la jabonería de Vieytes o el cabildo. Cuando volvimos de la escuela, en mi casa la tele continuaba prendida, como siempre, ya que si la tele está apagada no se escucha nada porque en mi barrio solo se oye los pajaritos y los chismes entre vecinas. Pero ahora, la tele, en vez de decir cómo iba a estar el tiempo y las noticias más importantes de la mañana, convocaba a todas aquellas personas de nuestro país a los festejos, que se iban a realizar durante 1 semana en Buenos Aires, por el bicentenario del 25 de mayo. Decía que iba a haber de todo: shows, puestos y mucho más. A mi hermana escuchar lo de los shows empezó a prestar atención, cosa que yo ya estaba haciendo, porque ella es fanática de la música y de la acrobacia. Entonces en cuanto terminamos de escuchar todo acerca de la tremenda fiesta que se iba a llevar a cabo mi hermana y yo nos miramos y solo con miradas yo entendí que ella, al igual que yo, quería ir. Justo en ese instante Juli recordó que la tía Jimena iba a viajar a Bs. As entonces empezamos como locos a pedirle a mi mamá si podíamos viajar con la tía.


Mi mamá respondió con un fuerte ¡No!, yo más tarde me atreví a preguntarle por qué y ella me respondió que mejor me vaya a jugar al básquet y que después me lo contestaba. Yo no tenía problema de ir a jugar, ya que a mí me encanta el básquet, pero en este caso fui con mi hermana Juli a pensar cómo íbamos a convencer a mi mamá de que nos deje ir y además nos pusimos a investigar cómo era Bs.As. Pensamos que si le contábamos a la tía y a mi papá capaz nos ayudaban a convencer a mi mamá. Mi papá y la tía trataron de convencerla pero no fue suficiente. Los días pasaban y cada vez se acercaba más la fecha del viaje de la tía, entonces Juli y yo volvimos a preguntarle por qué a mi mamá y nos dijo lo siguiente:- Chicos, a mi encanta que ustedes tengan ganas de ir, pero la verdad es que yo no confío mucho en la tía, porque imagínense que ya perdió a sus hijos más de cuatro veces, y eso que vivimos en Formosa, porque si viviéramos en Bs. As. piensen lo que sería. Luego de haber escuchado esa respuesta a mi hermana y a mí se nos ocurrió que podíamos pedirle a papá y a los abuelos comprar 4 pasajes más, así viajábamos mi mamá, mi papá, Juli, y yo. Entre los abuelos y papá juntaron la plata y pudimos comprar los pasajes. El día del viaje llegó, yo no lo podía creer al igual que mi hermana. Yo había soñado con estar ahí. Llegamos a Bs As y lo primero que hicimos fue visitar el cabildo, cuando lo vi no lo podía creer, se me abrió la boca como si fuese un hipopótamo, la casa rosada, yo me la había imaginado como la casa de gobierno de mi provincia que tiene 6 pisos, pero cuando la vi sentí una felicidad que recorría el cuerpo y tenía una sonrisa que no se me borro hasta que subimos al micro. Por último fuimos a todos los shows y festivales, que fueron lo mejor de todo. ¡La pasamos genial! Juli y yo nunca no los vamos a olvidar.


EL DESASTRE

Tomás Gekdyszman

Ellos eran dos niños, pero no como los demás, ellos eran especiales. Ella había venido a Ucrania de vacaciones y pronto se iría, él no, él vivía allí. Era un chico amable, divertido generoso. Provenía de una familia de bajos recursos, tenía ojos oscuros pelo lacio y largo que le llegaba hasta los hombros. Ellos se querían mucho a pesar de sus diferencias. Un día él la invitó a su casa a jugar, aunque a los padres de la nena no les agradó tanto, fue igual. El día había llegado, el día en que su amiga se tenía que volver a Rusia. El avión despegaba a las 11 hs, asique pasaron todo el día juntos. Fueron a la plaza, tomaron un helado, dieron un paseo en tren vía algo común del lugar. Más o menos a las 9hs de la noche el papá de la chica la paso a buscar para ir al aeropuerto. El nene insistió tanto en ir que sus padres lo llevaron. Jugaron allí hasta que el avión despegó, el lloro un montón porque no quería que su amiga se fuera, ella le dijo –Volveré cuando menos lo esperes- pero igual él siguió llorando. De regreso a casa el niño no pensaba en otra cosa más que en su amiga. De un momento a otro todo el lugar estaba prendido fuego, mucha gente en el piso sin levantarse, el auto en el que iban ya casi no existía, como sus padres o su familia. Unos médicos los hallaron y lo llevaron a Kiev la capital de Ucrania, pero lo que nadie podía creer que él había sobrevivido a un desastre nuclear que había terminado con la vida de casi toda la población de Chernóbil. Luego de 2 años en un hospital se encontraba el, casi muerto, pero antes de morir sólo pudo decir una frase-¿lo viví o lo soñé? Y se fue con ella.


ALGO DE LO QUE NO SE QUIERE HABLAR

Camilo Fiszson

Era el verano del 2010, hacía mucho calor y él como siempre estaba corriendo ¿alguna vez sintieron esa sensación de estar corriendo y encima muriéndose de calor?, bueno así era la vida de Matías. ¡Alto no escapes de la ley! Gritaba generalmente mientras corría o conducía, pero otras veces solo manejaba para disfrutar de un paseo viendo la estatua de la libertad o llegar temprano al club “las diferencias no importan” donde se encontraba con su novio y allí conversaban. -Te amo amor, siento que con vos puedo lograr todo –le dijo Matías -Yo también mi oficial hermoso, mientras tomas (el novio) le decía eso pensaba en sus hermosos ojos azules, en lo lindo que era y en que estaba muy feliz porque cuando Matías estaba con él le decía que lo amaba y que cuando estaban juntos ya no era un policía tímido e inseguro, era solo Matías, un oficial musculoso, romántico y seguro de mí mismo. -¿Hoy antes de que te vayas a trabajar nos encontramos acá?-dijo Tomás -Si obvio todo por vos te amo más que a nadie. -Yo también amor, siento que cuando estoy con vos no importa que seamos diferentes a los demás. Matías se sonrojo mientras se miraban cara a cara muy enamorados. Bueno una hora después estaba Matías en su casa, preparándose para su cita, tenía una camisa blanca medio rota, pero linda y a él le gustaba. También tenía un pantalón negro con algunos agujeros, pero las dos prendas combinaban muy bien tal como él y tomas así que se las puso sin pensar. -¡Llego tarde! Pensaba él mientras conducía muy rápido hacia el club. ¡Iba a tal velocidad que casi rompía las leyes! ¡Pero claro! Era un policía no las podía romper. Así que desacelero y llego un poco más tarde de lo que él tenía planeado. Una vez en el club empezó a bailar con su novio, ¡hasta que! el novio lo empezó a besar. Igual el beso no duró mucho porque Matías se tuvo que ir a trabajar.


20 minutos más tarde, Llegando a la oficina y sentándose en una silla, muy tranquilo y sereno empezó a comer una dona y un café con bastante azúcar, todo estaba bien hasta que… ¡218! ¡218! ¡Hay una masacre en progreso! Gritaban casi todos los oficiales. ¡Es en un club! Gritaron algunos otros, ¡Corran! ¡Corran! Matías antes de salir corriendo pensó en que su novio podría llegar a estar allí y fue ahí cuando salió rápido a conducir hacia el club y en cuanto llego ¡no lo podía creer! Vio a un hombre matando a cualquiera que estuviera dentro de ese

club y eso le causaba

muchos nervios, ¡es un asesino! Pensó Matías. Entonces fue cuando le disparo para acabar con esa masacre. Y luego de dispararle fue a revisar el perímetro hasta que llegó a un baño que tenía algo escrito en las paredes, luego de leerlo vio algo de lo que nunca más quiso hablar… Entonces muy triste y traumado llamó a su novio y él enseguida le respondió y le dijo que ya estaba en su casa sano y salvo.


UN SUEÑO DENTRO DE OTRO

Micaela Nogueira

-Fue horrible – le dije asustada – no sabes lo que me pasó. -Contame, sabes que podes confiar en mí. Y además, aunque quisiera, no tengo a quien decírselo. -Me das mucha confianza – le dije sarcásticamente. Nos miramos un rato… -Eran gritos, muchos, ensordecedores, asesinatos, torturas, y muchas muertes, un hecho verdaderamente traumante. Ahí estaba yo, deshidratada, muriéndome de hambre y… -Aaaaaaaaaaaaa!!!!!!-grite- rompí bolsa rompí bolsa- y nadie venía. Yo no importaba era tan solo una insignificante pieza en el terrible juego de esas personas. -¿En serio? – Me preguntó- después ¿qué pasó? -No lo sé, me desperté. El hecho de contarle esto a mi amiga me hizo entender que lo que había pasado no era lo normal. Era algo Que tenía que ver con militares o algo parecido. De repente me di cuenta que alguien me gritaba. -Despertate, despertate- muy confundida abrí los ojos-aaa, ahora entiendo todo un sueño dentro de otro, va maso menos. Lo que sé y estoy segura es que se trataba de lo que está pasando ahora en Argentina -Mi amor te despertaste – me dijo mi marido exaltado. -¿Qué pasa? –le pregunté. -Lo que pasa es que tu mamá llamó desesperada buscando a tu hermana de 15 años.


-Para-lo interrumpí – ¿es verdad lo que me estás diciendo? -Sí, como te voy a mentir con eso – me dijo enojado. Yo con una voz de niña que llora le dije - ¿dónde está?, ¿Se sabe? -No nada. La policía no hace nada y lo único que nos dijeron fue “bienvenidos a la dictadura “- me dijo Bastante inseguro y de repente miró para los costados. Me susurró –cuidado que nadie te escuche. -No te entiendo nada, ¿qué me puede pasar? -Lo que si no te hagas mala sangre que le puede hacer mal al bebé – me dijo mirando mi panza. -No te preocupes - le dije - estoy bien –y yo también me miré la panza. -Lo que te puede pasar es que... – y se calló muy dudoso. -Decime - le grité de inmediato me tapó la boca y lo último que escuché que saliera de sus secos labios Fue-los militares Yo nunca volví a ser la misma, era una mujer deprimida y sin esposo gracias a ellos, los militares, otra vez.


MI SUEÑO FUE UNA PESADILLA Catalina Alvarez. Faltaba poco para mis quince años, pronto se cumpliría mi gran sueño. Un sueño que deseé desde muy pequeña; y finalmente toda mi familia me ayudó a concretarlo. ¡Viajar a Hawaii con mi mejor amiga y con ellos! Mis abuelos, Tito y Lucy, me habían regalado los pasajes, y mis padres se encargaron del hotel. Finalmente el 27/08/2.012 partimos a Hawaii con mis papás, Laura y Diego, mi hermana, Sol, también con mi mejor amiga, Rocío, y por último con mi perro Rocko. El vuelo fue un placer, nos sacamos fotos, vimos una película y nos reímos mucho. ¡Mi corazón estallaba de felicidad! Al llegar al hotel nos recibieron con tortas, jugos, flores, música y un sol pleno que te impedía abrir bien los ojos. De inmediato fuimos a la habitación a ponernos las mallas. El agua era cristalina y podrás disfrutar de los pececitos jugando en el mar. Luego hicimos piruetas y jugamos al tenis. Yo amo el tenis, mi papá me enseñó a jugarlo, ya que él es un excelente profesor. Tiene muchísimos alumnos de distintas edades, pero disfruta enseñarles a los niños. Yo soy su alumna favorita. Luego del partido, decidimos todos juntos pasar el día en la playa. Caminamos por la orilla del mar, disfrutamos el agua y el sol nos llenó de energía. El día de mi cumple comenzó con el desayuno en la cama, y con los besos de Rocko. Decidimos nuevamente pasar el día en la playa, hasta ese momento todo era felicidad. De repente todo cambió. El cielo se cubrió de nubes negras, los pájaros chillando nos avisaban que algo sucedería, los peces apuraba su nado, y las olas crecían cada vez más.


Mi mamá nos gritó “¡CORRAN!”. Pero ya era tarde. Todo El lugar estaba lleno de agua, los hoteles, los edificios y las casas estaban todos rotos y los árboles caídos. Yo estaba re asustada hasta que vi a mi hermana, que estaba arriba de un pedazo de madera. Ella tenía raspones, igual que yo. Pero por suerte no estábamos heridas. Caminamos, caminamos y el horror nos invadía el corazón. Gente vomitando, heridas, gritos, llantos. Era una película de terror. Cada persona que miraba pensaba en mi familia y en Rochi; me daba miedo que estén así o que no los encontráramos más. Pero en un momento a Sol se le iluminó el rostro y gritó “Ahí está papá”. Corrimos a buscarlo. Estaba muy lastimado, su pierna perdía mucha sangre. Lo ayudamos y cargamos con él hasta un puesto sanitario. Mi hermana y yo estábamos muy asustadas, prácticamente no podíamos hablar del miedo que teníamos. Mientras atendían a mi papá, nuestros rostros ya estaban llenos de lágrimas. Nos abrazamos y lloramos juntas. De pronto escuchamos una voz, que nos devolvió la alegría. Era mamá… Nos estaba buscando, estaba con Rochi. Le contamos que a papá lo estaban atendiendo en la enfermería. Mi corazón ya estaba más tranquilo. Yo desee que papá se recuperara pronto y podamos volver a casa todos juntos. Ese día aprendí, que cualquier lugar puede ser maravilloso. Lo importante es estar juntos y bien. Papa había perdido mucha sangre, pero el medico nos avisó que se recuperará pronto ya que él es fuerte. Después de unos días mi papá se recuperó. Nos vinieron a buscar en un avión y volvimos para Buenos Aires. Yo estaba contenta porque mi papá se había recuperado y pudimos volver a casa todos juntos. Pero mi sueño fue una pesadilla.


EL MURO DE BERLÍN Valentín Tomasone

Cuando era joven, porque ahora tengo unos cuantos años vivía en Berlín con mi hija y mi esposa. Ana mi mujer se había ido a trabajar porque había conseguido trabajo como asistente de un empresario multimillonario, que fabricaba cera para zapatos. Un día se tenía que quedar dos semanas en un hotel cerca de la fábrica, para ayudar al jefe con un problema de papeleo. Dos semanas después nos dimos cuenta de que la tan odiada (desde mi punto de vista) RDA hizo un muro que separaba en dos a Berlín y a mí y a Eva de mi esposa. Mi hija volvía de la escuela y lo que le dije la traumaría hasta hoy en día – que no podría volver a su madre hasta que ese estúpido muro no se derrumbe. Mi mujer estaba del lado oeste, del lado frio y oscuro, gris tan incoloro horrible inmundo. Eva cada vez me preguntaba – ¿Cuándo volverá? – yo le respondía-no lo sé, hasta que caiga el muro, creo – ella con ansias respondía – ¿y cuando caerá?- y respondí - algún día caerá-. Ese día pase por el muro y al ver a un soldado alemán, recordé que yo, tengo un amigo de las fuerzas especiales alemanas y tiene el acceso a pasar a los dos lados de Berlín. Ahí me di cuenta que podría pedirle que de alguna forma que nos pase a Eva y a mí. Papá se puso en contacto con su amigo, y yo acá haciendo la tarea. Un viejo amigo de la infancia Mark scharzeichner, me pidió que lo pase de lado, voy hacerlo le debo una.


¡Por fin son las 7:30! Mark era un profesor de historia en la facultad de Berlín, y a Eva la cuidaba nuestra vecina era como una niñera para nosotros. Al día siguiente Eddie vino con su camioneta del ejército a buscarnos. Eva se asoma por la ventana y me dice- ¿porque está el ejército acá? –Yo le respondí -hija nos vamos- entonces fuimos a la caja y nos marchamos. Tenía una especie de lona que nos cubría. Media hora después nos acercábamos al puesto fronterizo. Estaba pálido, con un temor que nunca había sentido, solo pensaba en que nos fusilarían. Eddie le dice al guardia del puesto fronterizo- Hola chow (sobrenombre del guardia) vengo a…- y el guardia le responde con amargura- ¿a qué vienes? – vengo por un… pedido, si si un pedido- le respondió Eddie con voz temblorosa. – necesito ver el baúl – dice el guardia, Eddie responde- pero solo traigo la mercancía-, por un pequeño agujero entre la lona que nos cubría y la camioneta pude ver como se acercaba el guardia, y cuando estaba a punto de abrirlo, Eddie le grito – ¡noo¡- el guardia le responde confundido – no ¿Qué?- Eddie improvisando responde- es que… si lo abres se caerá la mercancía- el guardia le pregunta con la misma confusión de antes – ¿cómo que se caerá?- Eddie devuelta improvisando responde – porque está muy apretada y si la abrís se va a caer la mercancía- Bueno está bien, solo por esta vez-Eddie, yo y mi hija nos aliviamos muchísimo. Hoy en día Mark vive en Noruega como jubilado. Tiene 85 años. Pero por desgracia Ana falleció el año pasado por un cáncer terminal. Al entrar en la casa de Mark en medio de los prados y acantilados noruegos, en el comedor de su pequeña vivienda se encuentra la foto de Eva, Ana y el al reencontrarse luego de 12 años de sufrimiento.


EL PARTIDO MÁS DIFICIL Juan Cruz Lesbegueris

Hernán, era un joven

de 21 años, que estudiaba medicina en la Universidad de

Montevideo. Desde muy niño jugaba al Rugby, era el capitán de su equipo Huachipato. Se destacaba por ser buen compañero y tener un gran sentido del humor. Después de muchos años, por fin su equipo participaría del gran torneo que se realizaban cada cuatro años en Chile. El 29 de Agosto debían llegar a Santiago para jugar el primer partido el día 2 de septiembres estaba feliz, ansioso de que por fin llegara el día. La noche anterior al viaje él y algunos de sus compañeros estaban tan emocionados y nerviosos que no podían dormir. El entrenador escuchó los ruidos que hacían, se despertó, abrió la puerta y queriendo ser gracioso les dijo que si no se dormían iban a tener una maldición y el avión se caería. Todos rieron, les explicó que era importante el descanso. A la media hora todos dormían, y soñaban con lo grandioso que iba a ser la experiencia de jugar un torneo tan importante. -“Llego el día”, dijo Gastón, al levantarse. Todos se asomaron a la ventana y vieron que era una mañana clara y soleada. Gastón y Hernán eran grandes amigos, habían esperado mucho este viaje. Desde que empezaron a jugar juntos a los siete años, se hicieron grandes amigos. Compartieron entrenamientos, miles de partidos, victorias y derrotas.


Al llegar al aeropuerto, llevaron sus valijas, hicieron todos los trámites y esperaron para embarcar. Algunos familiares los acompañaban. Estaban los padres de Pablo, el padre de Gastón y otros familiares del resto de los compañeros. Subieron al avión, se abrocharon los cinturones, el avión empezó a carretear. Desde Montevideo a Santiago de Chile son alrededor de 4 horas de vuelo. Era un viaje tranquilo, el día era hermoso. Los jóvenes iban cantando, revoleando la pelota de aquí para allá, comiendo y haciendo a chistes. De repente todos pudieron ver desde las ventanillas del avión, la imponente Cordillera de los Andes. Esas montañas enormes, nevadas. Calcularon que faltaba poco, que llegarían en un rato. De pronto el avión hizo un movimiento brusco, luego otro más brusco. En ese momento les pidieron que se pongan los cinturones de seguridad. Hernán observaba fijamente a la azafata, tratando de mirarla para ver si estaba asustada, o era algo que siempre pasaba. Pero en segundos el avión empezó a perder altura, los pilotos intentaban manejar la nave, pero no podían, muchos dentro del avión cerraban los ojos, otros rezaban, otros como Hernán miraba todo, la cara de sus compañeros, a la azafata, cuando de repente miro por la ventana y se dio cuenta que lo peor iba a ocurrir. Las montañas cada vez más cerca, hasta que sintieron un golpe durísimo y escucharon un ruido ensordecedor, y luego sintieron como el avión iba sin rumbo a toda velocidad y golpeando con todo a su paso. La nave empezó a romperse, algunas sillas salían por los aires con las personas atadas a sus cinturones, hasta que por fin se detuvo al chocar con una gran montaña. Habrán estado unos segundos esperando algo más, pero ¿lo peor ya había pasado? Hernán lo primero que pensó es “estoy bien, no tengo huesos rotos” le dolía todo el cuerpo pero pudo levantarse rápidamente. Pensando en sus amigos y los vio tratando de levantarse, Pablo el padre de Hernán tenía un golpe en la cabeza, le salía mucha sangre, pero estaba bien, Gastón tenía solo algunos golpes pero estaba asustado, desesperado, no podía creer lo que les había pasado. Se escuchaban quejidos, pedidos de ayuda, llantos. Hernán miro a sus amigos y les dijo: “tenemos que ver cómo están todos, ayudar primero a los que más necesiten”. Los muchachos se pusieron a trabajar, el padre de Hernán, que era médico los dirigía, Lo que más les impacto, era la gran cantidad de muertos que había, muchos de sus compañeros


ya no estaban, fue muy duro cuando se dieron cuenta que el padre de Gastón había fallecido. Empezaron a curar a los golpeados, le hicieron torniquetes a los que se habían quebrado .El padre de Hernán, utilizó todos sus conocimientos para ayudar a curar a los heridos, Gastón estaba realmente devastado por la muerte de su padre, pero fue fuerte y al ver que no podía salvarlo, empezó a ayudar a Hernán y a su padre para salvar a los demás. Cuando todos estuvieron más tranquilos se dieron cuenta que de 50 pasajeros, solo 18 habían quedado vivos. Hernán dijo que tenían que enterrar a los muertos. Todo alrededor de ellos era nieve, el paisaje era desolador. Nadie quería hacerlo, pero era necesario. Terminaron y se sentían muy mal, tristes, prendieron una fogata, se fijaron cuanta comida quedaba, y empezaron a tomar y comer algo. Gastón, les dijo que duerman, que al día siguiente seguramente los encontrarían. Él no podía dormir, se quedó cuidando a su madre y pensando en su padre, en los amigos que había perdido. Hernán se sentía responsable, él era el capitán, y no había podido salvarlos. Sabía que pensar eso era ridículo, pero se sentía mal. Ahora era todo silencio, todos habían conseguido dormir, menos el entrenador que estaba muy lastimado y que se sentía responsable, pensando en el estúpido chiste de la noche anterior. A la mañana el día era soleado, frío, helado. Se sentaron afuera de lo que había quedado del avión. Esperaban ver helicópteros, escuchar algún ruido distinto. Pero nada, se hizo de noche y nada. Pensaron que bueno, que al otro día. Tenemos que estar tranquilos pensaron Hernán y Gastón. Pero empezaron a pasar los días y nada, día tras día esperando y nada. Ya quedaba poca comida, tenían la ropa mojada, y estaban perdiendo las esperanzas. Como pueden tardar tanto en encontrarnos pensaban, y la comida, ¿qué harían? Hernán y su padre charlaban, y los dos intuían que a esa altura nadie los ayudaría, había pasado ya demasiado tiempo, ya los habrían dado por muertos a todos. Al día siguiente, se levantaron con ánimo. Al mediodía se miraron, y se dijeron que ya no podían esperar más, que había que actuar. Hablaron con los demás y les propusieron ir en busca de ayuda. Muchos aún estaban lastimados, no podrían salir de ahí por sus propios medios. Gastón y Hernán se ofrecieron para ir a buscar ayuda, Carlos un compañero de


ellos, grandote y muy fuerte les dijo que los acompañaría, el padre de Hernán se quedó a cuidado de los demás. Se abrigaron mucho, cargaron un poco de comida y siguieron el camino que les indicaba la salida del sol. Caminaron muchas horas, estaban cansados pero no podían parar, Se hizo de noche, armaron una pequeña carpa y durmieron. Al otro día tuvieron que atravesar una gran tormenta de nieve. El tercer día estaban cansados, con frío y hambre, empezaron a pensar que no lo lograrían. De pronto a lo lejos Gastón ve un camino, y decidieron ir para allá. Parecía más cerca de lo que realmente estaba el camino, pero estaban tan contentos, que eso les dio fuerza para seguir. Después de caminar horas, vieron unas cabras pastando, y como en una película de repente apareció un señor a caballo, era el cuidador de las ovejas. Cuando los vio a los tres así vestidos y como perdidos se asustó. Ellos corrieron hacia él, le contaron la historia, al señor le costaba creer que esas personas hubieran sobrevivido 45 días en la montaña. Le pidieron ayuda. A las dos horas el resto de los pasajeros de aquel avión escucharon el ruido que esperaron durante tantos días y como pájaros aparecieron el en cielo dos helicópteros. Gritaron, agradecieron y pensaron que nunca hay que perder las esperanzas. Cuando llegaron a Montevideo, y luego de varios días que necesitaron para recuperase, Hernán y Gastón se vieron por primera vez desde que los rescataron. Se abrazaron, como cuando ganaban o como cuando perdían los partidos y Hernán lo consolaba. Charlaron de varias cosas, de lo que sentían, que como estaban de ánimo. Al despedirse el capitán dijo” vamos Gastón, mañana te espero en el entrenamiento” que aunque ganamos el partido más difícil de nuestra vida, tenemos que seguir.


TRABAJO Camila Gagliardone

Era un día normal para Diana, como dirían en Francia ”journée normale”. Ella era francesa pero tuvo que ir a Nueva York por trabajo. Se había levantado con un gran mal humor, luego de desayunar se fue a trabajar y como todas los días llegó a las 8 en punto de la mañana. Ella no creía en en el amor, creía que era una cosa tonta enamorarse de alguien que probablemente después te rompa el corazón pero esa mañana alguien le demostró otra cosa. Ella estaba en su oficina trabajando como siempre hasta que Daniel su compañero la fue a visitar a su oficina para preguntarle algunas cosas sobre la presentación que estaban armando. Cuando se retiró ella ya se iba a ir hasta que le dijo algo que la sorprendió “No siempre tenes que tener muros alrededor de tu corazón, el amor no te hiere, te completa” Mientras iba a casa se iba repitiendo esa oración a ver si tenía algún sentido pero no lo encontró, ella no tenía nada contra el amor pero le parecía tonto. 2 años después La vida de Diana no podía ir mejor, se había casado con Daniel ya que él le había enseñado a amar, a que el amor no era nada malo. Y además de eso tenía dos hijas: Laura y Sofía “quelques belles choses”. Nada podía estar mejor. Diana y Daniel se levantaron a las 9, fueron a levantar a sus dos hijas. Lara tenía 1 años, tenía el pelo marrón y los ojos verdes igual Diana y Sofía tenía 2 años, tenía el pelo negro y los ojos celestes. Después de desayunar Diana llevó a Lara y Sofía a su jardín. Cuando volvió a su casa encontró una nota que decía “Amor hoy no voy al trabajo, me que quedan unas cosas pendientes, Daniel”. Estaba llegando tarde al trabajo, ya que se había quedado dormida. Había estacionado el auto a dos cuadras de la torre que trabajaba, y en una momento el piso retumba. Diana ve al cielo y ve que de la torre está saliendo humo y fuego, todo alrededor se quedaron horrorizados con lo que había pasado, había gente gritando, otras llamando a los bomberos, ambulancias, policías, que ya estaban llegando. Ella empezó a correr hacia la torre a buscar a Daniel pero fue en vano ya que un avión chocó con la torre Sur. Diana voló por primera vez y su aterrizaje fue forzoso, le dolían las piernas y los brazos y no tenía fuerzas para hacer cualquier cosa que se proponga. Solo para dormir.


5 días después Diana despertó pero se había dado cuenta que le faltaba un brazo y una pierna. Lo primero que se le había venido a la mente fue su esposo y apenas llegar el doctor le pregunto “Puedo llamar a la policía”. El doctor accedió, cuando los llamó lo primero que dijo fue -¿Daniel? Daniel Ramsay? –Sí, ¿Que quiere saber de él? Dónde está y como esta -Señora él fue el terrorista que manejo el avión que chocó contra la torre Norte” Ahí mi corazón se paró, era imposible lo que estaba diciendo, pero todo encajaba perfectamente, cada vez que después del trabajo desaparecía y volvía a aparecer a las 10 de la noche y hoy cuando me dejo la nota. En lo único que podía pensar era en su segundo trabajo. Ese 11 de septiembre cerró los ojos por última vez.


EL CIELO TIENE NOMBRE

Macarena Barcala

En Inglaterra vivía él, Ethan Loski. A los 19 años ya había tenido 20 novias, era un mujeriego. Tenía un sueño, ir a Broadway y ser el mejor actor que haya habido pero sus padres murieron el 7 de abril de 1911, un año y 3 días antes del gran cambio en su vida. En 1912, el 2 de abril una muchacha llegó al país, Ray Sugg, una muchacha americana que viajó por cuestión de negocios; no tenía idea de lo que le esperaba. 9 de abril llegó, y Ethan sabía que el Titanic iba a zarpar el día siguiente pero de repente un hombre, borracho en whisky, gritó –“Hombre, ven acá” – Ethan lo miró y decidió ir. –“Tengo un regalo para ti”- el hombre dijo –“Toma, aquí tienes un boleto para el Titanic”- él lo miró con una sonrisa –“No, gracias, no lo puedo aceptar”- Ethan le respondió. Las campanas de las 12 sonaron. –“Toma. No te arrepentirás”.- El hombre le dijo a Ethan mientras le metió el boleto en el pantalón. Él no sabía qué hacer, pero algo en su interior le gritaba: “¡Tienes que ir! Será la mejor experiencia de tu vida”. Decidió ir a su casa, alimentar a su perro y después pensaría sobre el Titanic. No pudo dormir en toda la noche. Pensaba: “Voy a ir, pero voy a extrañar a mis amigos. Pero es mi sueño, no puedo dejar a Alfie. Lo voy a traer conmigo”. La decisión ya estaba tomada, iba a ir a los Estados Unidos de América. Subiendo al barco se dijo a sí mismo: “Por fin, tengo la oportunidad de cumplir mi sueño”. Ray estaba sola, no tenía acompañantes. Ella fue una de los primeros pasajeros en subir y la vista de las 2786 personas era impresionante pero sólo podía ver a una persona, Ethan. Lo vio y se prometió que lo iba a encontrar no importa que. Ethan no sabía que una persona en su mismo viaje estaba enamorada de él y menos que iba a ser su mundo, su cielo. Ray estaba en primera clase, la clase alta y Ethan en la tercera, la menos privilegiada de todas pero de alguna forma logró encontrarlo. Se conocieron muy bien y todo era perfecto, hasta que el día anterior a la llegada a Nueva York pasó lo que sería la peor experiencia de todas las personas en ese barco. Un Iceberg chocó con el barco y todo el mundo estaba en shock. El sentimiento más horrible del mundo, ese trauma nunca se olvida. Por suerte, Ethan y Ray de milagro se pudieron salvar, pero al llegar el prometido de Ray, Joe, la estaba esperando. Su alegría fue tan grande como su dolor cuando la vio llegar besándose con otro hombre. Ray le dijo – “Eres un hombre increíble pero no siento ninguna conexión entre los dos y no estoy segura si te amo pero con Ethan la química es


inexplicable entre los dos y lo amo con locura. Es mi razón de levantarme por las mañanas, es mi cielo”. Joe se sintió tan herido y adolorido que su cuerpo no podía más, se suicidó tirándose al mar. El tiempo pasó. Ethan, después de cientos de audiciones, consiguió un papel en Broadway y la prensa lo adoró. Ahora, tienen 3 hijos. También tienen sus cielos: el uno al otro.


“GRAND SLAM” Luna Castresana Julieta tenía 22 años, una niña con ojos marrones y pelo negro que ama jugar al tenis .Ella está jugando un torneo que se llama GRAND SLAM, Wimbledon. Jugó su primer partido y lo ganó, entonces pasó a octavos. La familia de Julieta la apoyaban mucho con su amor por el tenis. Julieta tenía una amiga muy especial, Mariana. Ella tenía el pelo rubio y ojos verdes, una personalidad muy parecida a la tenista Sharapova. Julieta siempre le decía a su familia que mariana era muy bella y simpática, siempre iban a caminar juntas. Mariana también jugaba al tenis, se la consideraba la mejor tenista, pero a Julieta le molestaba un poquito. La personalidad de Julieta era muy fuerte, siempre quería ganar y muchas veces era lo que pasaba ,Julieta iba caminando hacia su casa, y de repente vio una carta que sobresalía del buzón ,fue corriendo, abrió el buzón, sacó la carta, abrió la puerta de su casa y entró. Cuando entró a su casa se sentó en el sillón, eran las ocho de la noche. Abrió con lentitud el sobre, sacó un papel que decía “GRAND SLAM”. Ella rápidamente leyó la carta, que decía que iba a jugar en semifinal de la WTA. Julieta tan contenta, le dijo a sus papás la bellísima noticia lo que decía la carta. La familia de ella la felicitaron y le dijeron muchas cosas, que no esté nerviosa, que siga practican, etc. Al día siguiente fue con mariana a entrenar para la semana que viene estar lista para el partido. De repente Julieta corre muy rápido a una pelota. Y se quiebra la rodilla. Ella gritaba mucho del dolor, hasta que vinieron sus papas y la llevaron al médico. Cuando llegaron la pusieron en una camilla y empezaron a fijarse lo que tenía. Faltaban 4 días para el partido. Julieta estaba muy angustiada y nerviosa porque le dolía mucho y no se iba a recuperar. Los médicos les decían a la familia y a ella que no podía jugar al menos por 4 semanas. Julieta cuando lo escucho le dijo si por favor podría jugar un partido en 4 días muy importante. El doctor muy simpático le dijo que podía salir mañana del médico, pero que tuviera mucho cuidado en el partido, Julieta agradeció al doctor por su buena voluntad. Al otro día Julieta se levantó y se con su familia a su casa muy contenta, pero con un poco de dolor. Julieta se pasó todo el día en la cama haciendo reposo para el día siguiente estar más fuerte. Llegó el día… Julieta se despertó con mucha felicidad. Desayuno, se cambió la ropa, se puso sus zapatillas de la suerte, y salió con su familia para ir hacia el club donde iba a jugar,


que estaba en Nueva York donde vivía ella y su amiga Mariana. Cuando llegó Julieta, ya estaba su contrincante. Empezó el partido, a ella se la veía bien como si no hubiera pasado nada. Ya llevaba jugando más de 3 horas, y Julieta estaba intacta. El árbitro anunció que era el último punto. Julieta miró hacia la tribuna y vio unos ojos verdes brillantes era, Mariana. Ha finalizado el partido, dijo el árbitro. La familia de Julieta aplaudía muy fuerte, porque Julieta acababa de ganar la semifinal. Ufff… dijo Julieta cuando llegó a su casa tirada en la cama. Ella no podía creer lo que sucedió. Unas horas después Julieta fue a ver el buzón y avía una carta. La saco, eran la 8:00 de la noche. Ella la abrió y la carta decía que iba a jugar con… mariana. Julieta fue rápidamente a la cocina donde estaban sus papás y les dijo: “VOY A JUGAR CON LA MEJOR DEL MUNDO”…


MIRADAS DE CARNAVAL Valentina Gorini

Cuando Alex me dijo que sus padres se iban a separar, lo abrace con todas mis fuerzas y él soltó algunas lágrimas. Le dije que todo estará bien, que ellos lo iban a seguir queriendo con toda su alma y su corazón. Me dijo que se iba a quedar con su mama y que iba a visitar a su papá de vez en cuando. Después fuimos a tomar algo y volvimos cada uno a su casa. Cuando llegue, estaba mi mamá haciendo la comida, la saludé, me fui a mi habitación y empecé a pensar en los padres de Alex y los míos, todos éramos como una familia desde que yo y Alex nos conocimos en la primaria, pero ahora todo va a cambiar cuando los padres de Alex se separen, ¿y si se separan mis padres? Cuando baje a la cocina estaban papa y mama muy callados y eso significa que había malas noticias, les pregunté qué pasaba y me dijeron que nos íbamos a mudar a Tandil, una pequeña ciudad de la Provincia de Buenos Aires. Llore horas porque eso significaba que me iba a alejar de mis amigos del barrio, mi familia y sobre todo de Alex… Les pregunte porque nos íbamos, era porque los trasladaban de sucursal del banco, de donde son empleados de hace más de 10 años. Al otro día, fui a ver como estaba Alex. Cuando entre a su casa, no sabía cómo decirle que me iría. Él estaba ayudando a su padre con la mudanza, le pregunté si podía ayudar y dijo que sí. Cuando terminamos los acompañe a su nueva casa, era muy linda y bastante grande para una persona. Le dije a Alex como pude, de que me iba a ir a vivir a Tandil, se puso triste y se enojó porque le estaban ocurriendo cosas malas, primero durante todo el año pasado le tocó el servicio militar, tuvo que alejarse de su familia, de su casa y de sus amigos por un año, después sus padres se separan, y ahora resulta que yo me voy a vivir lejos… ¿qué más le


puede pasar? Yo trataba de calmarlo pero todo se empeoró y empezamos a pelear, me decía que estas cosas no tienen arreglo y yo le decía que si las tenía… que iba a volver para la universidad, pero no había caso, seguíamos peleando hasta que me canse y me fui enojada también. Pasaron los días y llegó el momento de nuestra mudanza a Tandil, no volvimos a cruzar palabra ni vernos con Alex, desde aquella triste tarde que peleamos, lo que más me dolió es que no pude despedirme de él. De a poco fui guardando las cosas en las cajas, mi grabador, mis casetes de música, mis walkman, descolgué todos los posters de The Police y Madonna, como no iba a llevarlos conmigo después de todo eran los únicos que me acompañen con su música, entre las fotos que empecé a guardar encontré una que me dio mucha gracia, creo que es de los carnavales del año 73, yo disfrazada de hada y el de Peter Pan y nuestras miradas se encontraban, la apreté contra mi pecho y me di cuenta que me empezaban a caer lágrimas. Entonces guarde todo rápidamente y decidí escribirle una carta de despedida. En ella le pedí perdón por la pelea que tuvimos el otro día, le decía lo mucho que lo quería y lo que lo iba a necesitar. Al otro día partimos hacia Tandil, le pedí a mi papa pasar por la casa de Alex así le dejaba la carta y así lo hice. Así es como me fui de Buenos Aires. Ya pasaron 2 meses desde que estamos en Tandil, estoy en un lindo lugar y haciendo de algunos amigos pero la verdad que lo extraño mucho a Alex, ninguno es como él, sus ojos de color miel, su pelo siempre revuelto, sus chistes tontos de siempre, sus locuras y travesuras a las que siempre me llevaba, cuánto necesitaba de todo eso pero en especial esa mirada la que me atrapó desde que lo conocí. Tanto pensaba en el que decidí todos los días escribirle una carta de cómo fue mi día. Y así fue que por varios meses, todos los días depositando en el buzón mi carta para Alex. Nunca recibí una respuesta, intenté llamarlo pero nunca atendía el teléfono, salía muy cara la llamada a larga distancia y mis padres no me dejaban. Ya pasaron 3 meses y nunca tuve una respuesta de Alex, no me mando nada, ni cartas, ni respondía los llamados que intente hacer… algo andaba mal, me estaba preocupando, o Alex estaba muy enojado para responderme o las cartas no estaban llegando. Empecé a hacer pulseras para venderlas y con esa plata comprar chocolates para dárselos a los soldados que estaban luchando en la guerra de Malvinas, que tan apurada me tenía…, de alguna manera saben que no están solos en esto. Todo esto tan horrible empezó hace


unos meses, en abril. En esta semana, vendí más de 50 pulseras, tenía como 250 australes, compre muchos chocolates porque nos decían que les harían muy bien para aplacar el frío, que tanto deben tener en el sur de nuestro país. La escuela se encargaría de entregarlos. Y esto me hacía pensar, ¿y si Alex está en la guerra?, no puede ser sino sus padres nos hubieran avisado, además justo el... esa idea no me dejaba dormir. Hasta que un día, baje las escaleras muy rápido y le dije a mi mama que hay que ir ya a Buenos Aires, me pregunto por qué y le explique, entonces empacamos y con mi mama viajamos a Buenos Aires. Llegamos a la casa de mi tía, dejamos las cosas y fuimos a la casa de Alex. Tocamos la puerta y nos abrió su madre, estaba muy apenada, entramos y nos explicó todo lo que estaba pasando, tenía razón, Alex se fue a la guerra y no hay novedades de él, corrí al baño y empecé a llorar mares. Mi visita a Buenos Aires, resultó muy triste. Ya en Tandil, vendía como loca las pulseras para poder aliviar a Alex un poco de lo que le estaba pasando, los chocolates que le compraría con esa plata, lo ayudarían para poder pasar el frío. Pasaron los días y se acabó la Guerra de las Malvinas, perdimos pero eso no me importaba, me importaba Alex, fui a Buenos Aires a visitar a mi familia pero en el fondo de mi corazón fui a buscarlo. Pase por la casa de Alex, y él no estaba. Mientras tomábamos mate con su familia, tocaron la puerta, dije que iba a abrir, abrí la puerta y era el… Alex, aun no lo podía creer lo que veían mis ojos, un chico flaco, pálido, desalineado, con cara de cansado pero sus ojos eran los mismos, eran los mismos ojos que me miraban como nadie más, como en aquella foto del carnaval. Salte arriba suyo, lo abracé, casi lo asfixió, y toda la familia lo abrazo llorando de emoción. Al otro día fui a la casa de Alex, estábamos comiendo, cuando terminamos de comer el vino hacia mí, me tomó de la mano y me llevo al jardín de su casa, nos sentamos en un banco y me dijo que me extrañaba mucho, que nunca pudo sacarse de la cabeza mis ojos color verde y mi risa contagiosa fueron los que lo salvaron de aquella guerra, también de mi pelo castaño y mi sonrisa que lo hacía sonreír cada vez que me veía, me dijo todo lo que sentía por mí, ya no era amistad, era amor, le dije lo mismo, todo lo que sentía por él y me preguntó si quería ser la novia y le dije que si con un beso.


MI DIARIO Y YO Zoe Castino Era mi cumpleaños número seis y mis papás me regalaron el mejor regalo de toda mi vida, un simple diario el cual con el tiempo se convirtió en mi mejor amigo, pero no nos adelantemos… Hoy era un típico día de Junio, ¡hacía mucho frío! Las chicas estaban tremendas, no paraban de hablar y gritar porque Lucía y Pedro se habían dado un beso. La seno se enojó y nos cambió a todos de lugar, teníamos que sentarnos así; nena, varón, nena, varón, nena… Yo me senté en el final de la fila para que nadie se sentara al lado mío, porque nadie nunca se quiere sentar al final de la fila y mucho menos conmigo, porque dicen que soy aburrida, pero no lo soy. Soy una cosa que ellos no “MADURA”. Estaba tratando de hacer la tarea a escondidas de la seno con un poco de miedo porque como siempre hago la tarea, nunca la tuve que estar haciendo en el medio de la clase. Ese día había sido una excepción ya que me había quedado hasta tarde estudiando para un examen de matemática. La seño me vio y por primera vez en mi vida me retó. Me dijo que me sentara en primera fila para que no me distrajera, pero en primera fila estaba Facundo, el chico más lindo de toda la escuela. Todas las chicas estaban detrás de él, y además no era ese tipo de chicos cancheros que se la re creen, era dulce, tierno y dentro de todo era el más maduro...Pero a mí obviamente no me gustaba. Legué a mi casa con ganas de contarle a todos que por no hacer la tarea ahora me siento con el chico más lindo del mundo. Fui con mi mamá pero estaba trabajando, después fui con mi hermana y estaba con sus amigos insoportables, mi papá ni siquiera estaba en casa. Estaba enojada pero también triste, empecé a revolear cosas en mi habitación y encontré una caja con cosas que no usaba hace tiempo y allí había un cuaderno, se me ocurrió una idea genial, usar ese cuaderno para escribir todo lo que quisiera. Empecé así: 28/06/2016 Hoy me cambiaron de lugar para que no me distrajera, pero no sirvió de mucho porque estuve toda la clase viendo a Facundo y no parábamos de hablar, entonces hoy por primera vez me mandaron a dirección, pero no me importo porque iba bien acompañada…. Ese día termina escribiendo como cinco páginas. El diario se fue convirtiendo en mi mejor amigo, siempre me escuchaba, sentía que le podía contra todo lo que quisiera. Todos los días volvía con algo nuevo para escribir, nunca pasaba un día sin hacerlo


Con el tiempo me fui haciendo muy amiga de Facundo y todas las chicas empezaron a acercarse un poquito más a mí. Pero yo creía que era por el simple hecho de que era amiga de Facundo. Me empezaron a invitar a sus pijamadas, nos juntábamos una vez por semana en una casa, almorzábamos todas juntas, pero me distraje tanto con las chicas que deje de lado a Facundo y al diario sin darme cuenta… Hoy tocaba juntarnos en mi casa así que las chicas vinieron, tomamos la leche, fuimos a mi habitación y charlamos. Las chicas ya se habían ido todas a sus casas y me dieron ganas de escribir en el diario, pero cuando fui a escribir no estaba, di vuelta toda mi habitación, busqué hasta en el último rincón donde podría haber un diario pero no estaba. Agarré el celular para ver si las chicas lo habrán visto por alguna parte y tenía miles de notificaciones de todas partes de Instagram, Snapchat, Twitter, Facebook. Las chicas me habían robado el diario y publicaron todo lo que decía, que todos eran unos infantiles, que estaba profundamente enamorada de Facundo…..TODO. Yo sabía que las chicas tramaban algo pero nunca me imaginé así. No dormí en toda la noche pensando cómo iba a enfrentar el día siguiente en la escuela…


EL SOBREVIVIENTE

Matías Hernandez

Todo el mundo sabe el atentado de las torres gemelas, pero no saben algo increíble que paso. Cuando el avión chocó contra las torres gemelas, los policías, bomberos y ambulancias llegaron al lugar. Los bomberos tenían que apagar el fuego y buscar sobrevivientes. Ignacio, unos de los bomberos, fue mandado al lugar donde chocó el avión. Cuando llegó, había más fuego de lo que Ignacio pensaba que habría. Cuando apagó un poco del fuego que había, oyó algo, Como algo moviéndose. Ignacio pensó que era un sobreviviente y fue a investigar. Resultó ser uno de sus compañeros y decía que era imposible

encontrar

un

sobreviviente.

Después de seguir apagando fuego, se rindió de buscar sobrevivientes y fue bajando poco a poco, Pero se oyó un movimiento. Era imposible uno de sus compañeros ya que los vio a todos por un agujero. Fue corriendo a ver y era el piloto del avión que se había estrellado. Se notaba por su traje y su casco. El decidió llevárselo abajo para ver si estaba bien. Tuvo varios problemas al bajar por todo el fuego y metales que había, pero en unos minutos lograron llegar a suelo firme. Él estaba herido y fue llevado al hospital y luego a la cárcel para interrogarlo por el choque que hizo. Él dijo que algo salió mal en el motor del avión. Después, al bombero Ignacio le dieron mucho dinero y un ascenso a jefe de los bomberos. Ignacio ahora tiene 39 años, esposa y 2 hijos. Cómo es jefe, ahora dirige y no está en la acción,

sigue

trabaja

todavía.


EL LIBRO Nicolas Serafini Estaba volviendo del colegio con mi hermano mayor Takeshi Takahashi y como siempre él me estaba bombardeando con su típica cascada de preguntas.- ¿Cómo te fue?--sabias que me paso hoy...--¿estás empezando a escribir un nuevo libro?-.Esa fue a la única que pude responder y no por malo sino por dos cosas una que mientras yo era callado como una piedra Takeshi era más charlatán que un loro, que luego de hacerte una pregunta te hacia otra antes de que pudieras responder. -Si estoy escribiendo uno sobre un chico que tiene que realizar una tarea para salvar a su amor--pero no sé qué tarea-luego de eso Takeshi me dijo riendo-¿qué tal plegar mil grullas de papel?--no-le dije. A Pesar de nuestras diferencias éramos inseparables teníamos muchas cosas que nos unían como que mi hermano era un chef cinco estrellas el cual siempre le gustaba cocinar manjares para la familia o que yo sentía una gran pasión por la escritura y a Takeshi le encantaba leer mis libros. Un día la programó unas vacaciones en Hiroshima y tuve que ir solo con mi papa ya que mi hermano había caído enfermo y mi mama se quedó a cuidarlo, el viaje se me hizo eterno y pase la mayor parte del tiempo pensando en ideas para mi libro. Cuando llegamos no pudimos creer lo que vimos Hiroshima se convirtió en polvo. Volvimos rápidamente a casa pero al llegar pasó lo peor Nagasaki había sufrido el mismo destino que Hiroshima y del solo quedaba polvo-C-cayó como un meteorito lo único que se leyó fue la palabra FAT-MAN.Fui corriendo a mi casa pero solo me encontré con polvo y la figura agonizante de Takeshi y de mi hermano. Las cosas fueron difíciles después pero supe salir adelante y también terminar el libro, pero cada vez que lo veo me acuerdo de mi difunto hermano.


EL TSUNAMI QUE CAMBIÓ MI VIDA Agustín Casciero

Epígrafe En un epígrafe es donde se hacen las descripciones y un pequeño avance de lo que pasará en el cuento (tranquilo, nunca dije que fueran spoilers ;)). Sin más preámbulo, comencemos. Greg es el protagonista y narrador de este cuento, tiene actualmente 22 años, pero el tema de este cuento ocurre 12 años antes de su edad actual. Es un poco alto, flaco y tiene el pelo castaño. Es inteligente, curioso, y le interesan mucho los desastres naturales (hasta el día en que ocurre el tsunami que cambió su vida). Stephanie es la hermana melliza de nuestro protagonista (un minuto mayor que él), de pelo negro y largo, es igual en la altura y en el peso que su hermano, es creativa, buena tejiendo suéteres, y le gusta crear nuevas cosas. Vincent es el papá de estos hermanos, tenía 40 años cuando ocurrió el tsunami, tiene pelo negro (con algunas canas), es alto y con peso normal, es fuerte, difícil de sorprender (excepto con los suéteres de su hija) y trabaja de policía. Emma es la mamá de Greg y Stephanie, nació en Indonesia, es rubia, flaca, alta, fuerte, le gustan los deportes y es luchadora retirada de la WWE (World Wrestling Entertainment, en español: Compañía de Entretenimiento Mundial de Lucha Libre). Mark es el tío de los mellizos, y el hermano menor de Emma. Es un poco gordo, de altura normal, trabaja como contador de banco y su primera carrera fue en Microsoft. Dana es el mellizo de Mark, tía de Greg y Stephanie y hermana menor de Emma. Tiene normal altura y peso, trabaja como asistente de su marido, que trabaja como DT en un equipo de fútbol de Indonesia. Ahora vayamos con el “pequeño” avance de éste cuento… Greg y Stephanie se van de su país, Estados Unidos, para pasar la navidad en el país natal de su mamá, Indonesia. Pero eligieron un mal año: 2004. El año en el que ocurrió uno de los más devastadores tsunamis en la historia. ¿Lograrán sobrevivir nuestros protagonistas? *Lo marcado con amarillo es lo que te indica dónde y cuándo ocurrió ésta historia. Esta historia está basada en hechos reales, ocurrió un tsunami que asesinó muchas personas que ahora descansan en paz. Eso sí, estos personajes son inventados y no sé si


la historia de esta familia será verdad, así que cualquier similitud en la realidad es pura coincidencia. Me llamo Greg, tengo 22 años y vivo actualmente en E.E.U.U. con mi hermana Stephanie (hasta que alguno de los dos se case). Hace 12 años (tenía 10) fuimos a Indonesia para pasar las fiestas con los tíos, y de paso tomar un poco de calor, en vez de estar en nuestro país muriéndonos de frío (lo odio). Recuerdo el 25 de diciembre, nuestros tíos nos regalaron plata, mi papá me regaló un sismógrafo (me encantaban los desastres naturales e investigar sobre ellos) y mi mamá me regaló un cubo de rubik. A mi hermana le regalaron unas agujas para coser suéteres y unos discos de Kraftwerk. -¡Qué suertuda!- pensé. Al menos ella compartió esos CD’s conmigo. Al día siguiente nos despertamos a las 7 am para ir a la playa (quedaba a 2 cuadras), el día estaba hermoso, hacía calor, suerte que el agua estaba fría. Con mi hermana “saltábamos” las olas, estábamos nadando, nos tirábamos agua, la pasábamos bien. Hasta que vi una ola gigante a menos de 5 km de la playa iba a una velocidad infrecuente. Le pedí a Stephanie que me acompañara a la casa de los tíos. Estaba tan apurado que fuimos corriendo, mi hermana no entendía lo que pasaba, nuestros padres y tíos tampoco. Llegamos a la casa, y, efectivamente, el sismógrafo detectó un maremoto de 9º escala Richter. Cuando me enteré, el tsunami había derribado la casa. Salimos disparados a la pared ni bien cayó la casa, las ventanas se rompieron por la presión, el agua entraba a la casa en consecuencia de aquello. Escapamos de la casa por las ventanas y fuimos arrastrados por la intensa velocidad del tsunami. Nos llevaba a donde él quería, pero siempre adelante. Nos chocamos con ramas de árboles, cadáveres, piedras, lodo, de todo. Pero lo que nos dejó marcados, fue ver los cadáveres flotantes de nuestros tíos. A Stephanie se le cortó una parte pequeña del brazo, que dejaba un rastro de sangre en el agua. Encontramos un tronco acostado en el agua, entonces nos sujetamos de él, tomamos impulso, subimos y nos sentamos en el tronco. Puse mi mano en el agua para agarrar lodo y así tapar la herida de mi hermana. Antes de quedar inconsciente, lo último que dijo fue: -

Gracias por estos 10 años, por estar conmigo siempre en ellos, por cuidar de mí, por ser buen hermano. Si no sobrevivimos, quiero que sepas que te quiero. – Dijo eso y quedó


totalmente desmayada. Me puse a llorar, me acerqué a su cabeza, luego a su oído y dije con lágrimas en mis ojos: -

Yo también te quiero. Miré a mí alrededor. Había cadáveres en la playa, en las calles, por todos lados. No sabía nada de mis papás, los tomé por muertos. Unas horas después, ella despertó. No lo podía creer. Llorando (otra vez), la abracé con toda mi alma. Ella también.

-

¿Dónde están mamá y papá? – preguntó. La miré triste, me encogí de hombros y le dije: No lo sé Steph, no lo sé. No pudimos dormir esa noche, tratábamos de encontrar a nuestros papás, con lo último de esperanza que teníamos. Fue en vano. No los encontramos… Al día siguiente, nos enteramos de que había un avión de rescate para todos los extranjeros. Se encontraba en el aeropuerto, no muy lejos. De hecho, se veía desde donde estábamos. A unas 3 cuadras aproximadamente, o 4. La verdad que no se veían las alturas de las calles y no se veía casi ni una sola casa, estaba inundada la ciudad. Fuimos allí remando el tronco con un buen conjunto de ramas, unidas con cinta que llevaba mi hermana en su mochila, que (gracias a Dios) ella llevaba. Allí también llevaba los discos de Kraftwerk. Cuando llegamos al aeropuerto, un policía nos preguntó:

-

¿Sus nombres?

-

Soy Greg, y ella es mi hermana melliza Stephanie, ambos somos norteamericanos”.respondí.

-

Aquí había alguien buscando a ustedes… creo. – dijo el policía.


-

¿Quién? – preguntamos los dos al mismo tiempo.

-

Un tal Vincent, de 40 años, estaba junto a su esposa, Emma, buscando a dos chicos que se llaman Greg y Stephanie. ¿Los conocen? – respondió.

-

¡NUESTROS PAPÁS! – respondimos atónitos. -

Em… – suspiró.

-

¿Qué pasa? – preguntó mi hermana.

-

Lo lamento – casi llorando (me sorprendió ver a un policía llorar, digo, nunca vi a mi

padre llorar). -

¿Nos puede contestar señor? – le pregunté.

-

Su - sus pa – pa- dres mu – murieron, según los doctores, de un traumatismo

cerebral. Cuando el policía terminó de hablar, los dos boquiabiertos, yo cubriéndome los ojos, por mi expresión de no creérmelo, ella llorando desconsolada. La abracé, y se me escapó una lágrima, cayendo lentamente desde mi cara hasta el piso inundado. Ya sin saber qué hacer, volvimos a Estados Unidos. Desde ese día, no volví a interesarme en los desastres naturales, y fui al psicólogo con mi hermana por 2 meses. Vivimos unos años con algunos amigos del cole, a veces dormíamos en la escuela, no teníamos quien nos cuidara. Por suerte, la escuela era pública, algo que no ocurre mucho en nuestro país. Luego hicimos la secundaria en ésa misma escuela, nos hacían bullying por el simple hecho de que no teníamos padres, suerte que a los muy… mejor no lo digo porque es un cuento para chicos, los expulsaron de la secundaria. Fuimos a la universidad, y de tan bien que nos iba, nos dieron una beca. Cuando nos graduamos, gastamos el dinero para vivir en Argentina. Ahora ella trabaja de diseñadora de moda vendiendo suéteres hechos por ella, y yo trabajo de profesor de matemática (también me gustaba matemática). Cada 26 de diciembre, a la noche, encendemos velas en nuestro patio, en memoria de nuestros tíos y padres.


EL AYUDANTE

Florencia Denk

Era otoño, en Japón había un sorteo de famosos que consistía en elegir a una actriz, a un actor, a una cantante y a un cantante, los ganadores podrían aparecer en las mejores películas del país. Algunas de las opciones eran Lady Gaga, Selena Gómez, Jennifer Lawrence, Adele, Justin Bieber, Sam Claflin, Harry Styles, Josh Hutcherson entre muchos otros. Una semana después de avisar que iba a haber un sorteo, ya se sabían los ganadores, que eran: Jennifer Lawrence, Josh Hutcherson, Adele y Justin Bieber, en ese momento había salido hace poco Sinsajo parte 2 y la canción Sorry de Justin Bieber estaba muy de moda. Otra semana más tarde los ganadores iban rumbo a Japón, se pronosticaba buen tiempo, pero eso no iba a durar mucho. Cuando llegaron, era de noche, solo comieron y luego se fueron a dormir, el viaje había sido muy agotador. Al día siguiente fueron al set de grabación que estaba cerca de la playa, porque la película se trataba de una chica que vivía en la playa. Al transcurrir las horas el cielo ya no estaba tan azul, habían venido un montón de nubes grises, horribles, en el mar empezaban a haber más olas de lo normal. En el set había un ayudante que decía que debíamos irnos, que podría haber un tsunami, ya que en esas playas en un momento habían sufrido un tsunami, pero mucho caso no le hizo. Al pasar las horas cada vez estaba peor el clima, así que decidieron llevar a los famosos de vuelta a sus países por las dudas. También se fue el director algunos vestuaristas etc. pero al ayudante no lo dejaron ir. Unos días después en las noticias aparece que hubo un tsunami en Japón, llamaron al ayudante para ver si todo estaba bien pero no respondía, llamaron a los familiares. Que sí respondieron, pero no tenían ningún tipo de información sobre él. En conclusión jamás se volvió a saber de él. Como gracias a él los famosos se salvaron construyeron una estatua en su honor, y además a partir de ese día se celebra el día del ayudante cinematográfico. FIN.


UN DIA INIMAGINABLE

Julián Florez Uría

-Buenos días John Smith, cuénteme lo que le paso en las Torres Gemelas -Bueno, yo era contador en una oficina de las Torres Gemelas, estaba haciendo un informe de los recursos humanos cuando de repente vi un avión que se acercaba a la torre de inmediato le avise a todo la gente cercana pero no me escucharon . Unos minutos después impactó el primer avión por suerte estaba en los primeros pisos y pude salir a la calle. -Habia algun familiar en el edificio. -No -¿Algún amigo? -Si,Pedro bajó conmigo -¿Cómo se sintió? -Muy nervioso y asustado .Soy una persona que se pone nervioso muy fácil, fue experiencia horrible Cuando salí de la entrevista camine unas cuadras preocupado y no me di cuenta que me seguía un coche, en ese momento fui secuestrado por un terrorista y ahí me di cuenta que al que buscaban era a mi ¡cuanta gente murió a causa mia! de haberlo sabido me hubiera entregado voluntariamente.


LA MEJOR NOCHE DE LUCAS

Juan Manuel Mendez Oliva

Lucas era un chico bastante alto, que, desde pequeño le gustaba practicaba futbol y tenis, le encantaba hacer deportes. Nació en 1988,Tandil, Argentina El no podia delcidir en qué ser cuando sea grande, o futbolista o tenista, un día se decidió... Lucas estaba en la plaza jugando un partido de futbol con sus amigos de barrio, el era el mejor nadie lo podia parar con su velocidad, hasta que un amigo le fue a sacar la pelota y sin querer le pego una patada en la panza y al rato otro chico salto para cabecear la pelota y le metió un codazo, quedo tendido en el piso con un moreton rojo como la pelota de playa que usaban todos los veranos . Desde ese día Lucas dejo de entrenar futbol , solo se dedico al tenis. empezó a entrenar solo al tenis a los 10 años, entreno duro y se anoto en su primer torneo ... muy bien no le fue, no quería jugar más al tenis en su vida, quería volver al futbol pero después lo pensó y dijo... - ¡no! como voy a dejar el tenis ahora, el primer torneo seguro lo voy a perder -tranquilo hijo es muy difícil ganar el primer partido, entrena duro y podrás ganar al menos primera ronda Entreno duro y al final gano su primer partido pero el siguiente lo perdió, pero le encanto poder haber ganado su primer partido. siguió entrenando duro y cada vez llegaba más lejos en los torneos, hasta los ganaba A los 18 años debuto en el circuito ATP (profesionalismo) gano en su primer partido pero el siguiente lo perdió por muy poco. todos los medios televisivos lo vieron muy bien como para jugar la copa Davis. Ya casi con 19 años gano muchos torneos y subió su ranking lo suficiente como para jugar su primer Grand Slam. A los 20 años jugó su primer Grand Slam, el Us Open. Jugó su primer partido y lo gano, rival difícil pero en 4 sets lo pudo vencer el score1 fue 6/2 3/6 6/1 7/5.Luego paso a las semifinales donde se enfrento a el numero 23 del ranking mundial nadie se lo esperaba pero le dio una Tracht Prügel tras ganarle por 6/2 6/3 6/1. al pasar a la final se metió en la historia del tenis argentino, luego de vencer al mejor del mundo Roger Federer en 5 sets, 7/6 3/6 2/6 6/2 7/5.El partido completo duró más de 4 horas.Lucas no


lo podĂ­a creer esa noche, el mejor dia de su vida. Con esfuerzo se metiĂł en la historia del tenis argentino.


NUEVA VIDA

Santiago Fiorenza

En el siglo XIX, en Francia, en la región de Aquitania, en el momento del desayuno, estaba Juan jugando con la pelota. El era un chico de 12 años y era morocho con ojos marrones. Su mejor amigo era Federico. El era un chico de 11 años, rubio con ojos azules. Le gustaba la música y hacer carreras. Además, es vegetariano. Pero sus padres no tenían un buen trabajo y buenas tierras. Un día, el papá de Juan vio un periódico que decía que en la América hubo y seguía estando una Inmigración de los países sur y norte americanos. Su papá le dijo la noticia a su familia, Juan se lo dijo a Federico, y él a su familia. Después, acordaron en viajar a la Argentina todos juntos en el barco que salía al amanecer. Al llegar a la Argentina, se quedaron en el hotel de Inmigrantes de Buenos Aires. Juan y Federico le dijeron a sus madres para no extrañar Francia, pero su padre dijo “Hijos, vinimos a La Argentina por buenas tierras y un buen trabajo digno y creo que muchos más pasan por nuestra situación”. En 1883, la familia de Juan pudo conseguir una casa para vivir, su papá consiguió trabajo, Juan y Federico tuvieron educación porque era libre, gratuita y obligatoria. Aparte, Juan y Federico tuvieron nuevos amigos. Y así fue un cambio en la vida de Juan, dura al principio, pero transformándose en una nueva oportunidad hasta el final.


HISTORIA EN LO PROFUNDO Nazarena Silva Era 10 de abril de 1912. Cumpleaños de mi mejor amiga Carolina y tambien, el dia que nos iríamos solas de vacaciones por primera vez, ya que ambas éramos mayores de edad y además, teníamos la autorización de nuestros padres A la mañana me desperté muy temprano para ver que no me faltara nada, porque cuando me iba de viaje con mi familia siempre me faltaba algo. Teníamos que estar en el puerto a las de la tarde pero revise todo muchísimas veces y casi llegamos tarde. En el puerto no estuvimos mucho. encontré a Carolina, saludamos a nuestras familias y subimos al barco, el barco más grande que alguna vez había visto. Lo primero que hicimos fue buscar nuestro camarote y dejar nuestras cosas ahí. Yo estaba un poco nerviosa porque muy pocas veces había viajado en barco y le tenía un poco de miedo, en cambio Carolina había ido en varias oportunidades y estaba acostumbrada El primer, segundo y tercer día fueron tranquilos y parecidos entre sí. Nos levantábamos medio tarde, desayunabamos, paseábamos por el barco, almorzabamos, hacíamos alguna actividad, cenábamos y nos íbamos a dormir. Pero el cuarto día fue diferente… Nos despertamos temprano, desayunamos y fuimos a la pileta, en la cual todavia no habia mucha gente. Mientras tomábamos sol vimos un cartel que decía que a la noche había una fiesta o partito como se dice en italiano. -¿Vamos? -Me pregunto Caro -No sé, como quieras -Entonces sí Fernando y Lorena, sus papás, no la dejaban salir mucho, porque “justo” cuando ella queria salir ellos también y se tenía que quedar cuidando a su hermano, Matías. Me paré de la reposera, me puse al borde de la pileta, me iba a tirar y… -¿Qué te vas a poner? -Me dice -No sé Me tire Después fuimos a almorzar y luego a arreglarnos para la noche. Yo me puse una pollera rosa y una remera con flores, sandalias y me hice una cola de caballo. Caro se puso un vestido amarillo con lunares blancos, sandalias y se hizo una trenza. Con su pelo largo y rubio quedaba preciosa.


En la fiesta había mucha gente. Pasaron algunas canciones y al cabo de un rato trajeron la comida. La cantidad de comida era exagerada. Yo comí poco debido a que estaba mareada. volvieron a poner música y seguimos bailando. Pero de repente se escucho un ruido, muy fuerte, como un golpe. Y el barco se detuvo. no entendía qué estaba pasando. De los altavoces, salió una voz diciendo que no nos preocupamos y siguiéramos con la fiesta, pero ya la mitad de la gente había salido a ver qué ocurría. Habíamos chocado con un iceberg1 La gente gritaba, corría, lloraba. Y yo no encontraba a Caro. Corrí por todos lados buscándola. Nada -¡Julieta! -se escucha a lo lejos -¡Acá estoy! La veo que viene corriendo -Menos mal que te encuentro, no sabía donde estabas El barco empezó a hundirse, más que nada la parte de adelante. Dónde estabamos. Quisimos ir a nuestro camarote, pero cuando bajamos todo esta inundado y de algunas máquinas salían chispas. Volvimos a subir y había más gente corriendo y gritando. De repente vimos que había unas personas amontonadas contra la baranda. Estaban pidiendo que los dejaran subir a un bote salvavidas. Pero sólo subieron algunos chicos y mujeres y lo tiraron. De la nada nos empezaron a empujar y nos dejaron contra la baranda. Cuando me di cuenta ya estaba en un bote y lo habían tirado. Pero Carolina no estaba. Estabamos bastante lejos del barco cuando tiran otro bote, En él estaba ella. Estaba amaneciendo cuando vimos en el horizonte una luz. Como teníamos silbatos, empezamos a tocarnos. Era un barco hermoso, no tan grande como en el que estabamos, pero nos dejaron subir. Después de un rato subieron a otro grupo de personas, entre ellas Caro. Nos dimos el abbraccio2 más largo de nuestras vidas. Esta embarcación tenía como destino Estados Unidos, pero primero nos regresaron a Italia ya que no estabamos lejos. Cuando llegue a mi casa les conté todo, lo que no se habían enterado por la radio, a mis papás, Adrian y Alma. Y aun muchos años después me seguía preguntando qué habría sido de todas esas personas que estaban ahí en el barco conmigo.


1 Iceberg: son masas de hielo gigantes y muy duras. 2 Abbraccio: abrazo en italiano.


SUEÑOS Y PÉRDIDAS

Emma Fiszson

Bueno chicos les voy a contar una historia de cuando yo era chica, y en una parte aparece Pedro, papi. “Fue el día más feliz de mi vida”, dije al ganar las olimpiadas. Después de ahí me fui a tomar un helado con la Abuela, obviamente después de que me pidan fotos y autógrafos. Me gustaba vivir con la abuela, pero igual los extrañaba muchísimo a Mama y Papa, por suerte lo tenía a Pipi, el perro que ellos me regalaron. Yo estaba muy feliz por ganar, y toda gracias a mi ídola, Nadia Comaneci. Me acuerdo ese día, cuando la vi por primera vez, cuando saco el 10 perfecto, desde ese día estoy más que dispuesta a esforzarme por lo que quiero. Estaba desayunando para ir a entrenar cuando vi una foto de la Abuela con Mama en la playa, me puse medio emotiva y triste pero al instante me puse mejor. Me fui a entrenar con todas las ganas, hicimos la entrada en calor, la preparación física y nos dividimos en cuatro grupos, uno por cada aparato. A mí me tocó suelo, donde haces las “piruetas” según algunos. Cada vez que me subía a uno de esos aparatos sentía que me alejaba del mundo, que si me proponía nadie me iba a poder detener. Gracias a la gimnasia aprendí a no decir “NO”, “NO PUEDO, o “NO ME SALE”, a decir “SÍ” y seguir adelante. Estaba yendo a entrenar en bici, era un día re lindo, soleado sin ni una nube. Me faltaban tres cuadras para llegar… El hospital no era tan feo, pero estar sin entrenar me estaba matando. Me dolía todo, ni siquiera me podía mover. La abuela y Pipi vinieron a visitarme, me trajeron mi torta favorita, estaba riquísima. Pipi era muy cariñoso y juguetón, lo amaba tanto. Todas las noches soñaba con lo mismo, el accidente. No lo podía superar, era una horrible sensación.


Era el día de la operación de mi brazo izquierdo cuando Pipi estaba más enfermo que nunca, tres días después, ya no estaba con nosotras. En el hospital había una chica que también había perdido a sus dos papás porque se los llevaron los militares. Fue lindo que nos hiciéramos amigas, porque éramos muy parecidas y eso me gustaba. Ese mismo día conocí a un chico, era re lindo!!! Iba al hospital para visitar a su abuelo, que estaba internado y me pregunto si sabia donde estaba y le dije que no. Estaba completamente enamorada. Ese pelo rubio como el sol y los ojos celestes como el mar. Durante los meses que estuve en el hospital lo veía todos los días. Nos hicimos amigos, pero yo no sabía si él sentía lo mismo que yo sentía por él. También venía a visitarme Pedro, mi mejor amigo desde chicos, lo quería muchísimo. El estaba paro todo lo que lo necesitaba, nunca que traicionaba. Nuestros papás eran amigos y yo los sentía como mis tíos. Cinco meses después Salí del hospital, se había acabado el sufrimiento, va, más o menos, porque no podía hacer lo mismo que hacía antes, pero algo es algo. Mi silla de ruedas era eléctrica, estaba buenísima, me encantaba. Al otro día fui con Pedro al parque, tomamos un helado y le dimos de comer a las palomas. Pedro fue a buscarme algo para tomar cuando lo vi a él, si al chico rubio del hospital. Estaba súper nerviosa por si me veía, pero llegó Pedro y me calmo. No lo volví a ver nunca más. Fui a visitar a las chicas al gimnasio, estaba súper feliz de verlas porque las extrañaba muchísimo. Llegue a casa y estaba la ambulancia con la abuela. Me agarro un ataque de nervios, tristeza, y locura al mismo tiempo. Sentía que me estaban clavando un cuchillo en el corazón, ella era lo único que me quedaba, en la que podía confiar día y noche, ¿Qué iba a hacer sin ella? Bueno dale chicos termino la historia vamos a comer, y a dormir.


MI PRIMER LOGRO

Josefina Perez Viale Introducción : Era 2011, tenía trece años, había empezado tiro con arco. Todos me decían que iba a ser muy mala, ya que lo de la puntería… no era mi mejor virtud. Pero un día dejé a todas esas personas con la palabra en la boca… Cuento : Era 2011, estaba pensando como pasar mi tiempo, mientras miraba las olimpiadas. Mientras pensaba estaba pasando mi parte favorita, esa es tiro con arco, me encantaba ver a Denisse Van Lamoen, era mi competidora favorita ya que era unas de las pocas mujeres que competían en las olimpiadas. Siempre me pareció muy inspirador ver cómo las mujeres hacen cosas que dice que serían mejor que las hagan los hombres, tirar flechas con un arco parecía muy divertido, pero siempre pensé: “¿No es muy difícil tener el arco y apuntar bien la flecha?” “¿Es necesaria tanta protección?”, claro que eso no lo sabría hasta que lo intente yo o de la nada alguien venga y me lo diga, pero las mejores cosas pasan cuando menos lo esperas. Sentí que alguien abría la puerta y mira quien era, mi mamá, con miles de bolsas de supermercado, corrí a ayudarla: -“Te ayudo con las bolsas” – dije mientras agarraba al menos unas cuatro en cada mano -“No hija, yo puedo sola” – ella siempre me decía eso y he visto cómo cuando llega a la cocina se cae con las bolsas al piso -“Mamá, ya me has dicho eso y te has lastimado por no dejar que te ayude, asique déjame que tome las bolsas y las lleve a la cocina”. – ella asintió medio que riendo. Llevé las bolsas a la cocina y las deje en la mesada, me fui al sillón y seguí mirando tele, cuando llego al sillón me doy cuenta de que ya pasó Denisse. Voy de nuevo a la cocina y le digo a mamá: -“¿Tenes alguna idea de que puedo hacer en mi tiempo libre?” Mamá se quedó pensando, cuando sus ojos se iluminan, muestra sus dientes blancos, abre los ojos como platos y empieza a saltar de la emoción por lo que sea que está pensando, en eso me dice – “¿Qué tal si empiezas tiro con arco?, es algo que te gusta y siempre me decís que te llama la atención, ¿Qué decís?”


Entonces, a mí se me iluminó toda la cara y empecé a correr por toda la casa gritando – “¡SI SI SI SI SI SI! ¡SIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!” – mi mamá solo reía, a lo que yo paré en seco y le dije – “pero… yo… yo no tengo nada de puntería” – dije cabizbaja mirando mis manos. -“Hija, no te pongas triste que eso también lo vas a poder lograr con mucho ánimo y mucha práctica”. – cuando oí eso la miré y corrí a abrazarla. En eso escucho de nuevo la puerta abrirse y esta vez sabía que era papá, fui hacia él y nos abrazamos. - “Papá, mamá me dijo que voy a empezar tiro con arco” – papá se tapa la boca y me vuelve a abrazar – “ahora necesito que me compren los materiales”. - “Hijita mía, estoy feliz por vos, te traje un regalito y después de que lo veas hablamos de todo lo de tiro con arco, ¿sí? – yo asentí feliz y fui al sillón a ver el regalo, lo abrí y me quedé boquiabierta ya que era todo lo que necesitaba para tiro con arco. – “y… ¿te gusta?” - “Claro, me encanta, gracias” – dije mientras me probaba las cosas. –“alto, detengan el mundo, ¿Cómo sabías que iba a necesitar todo esto? Y ¿Cómo sabías que iba a hacer arco y flecha?” – dije entre siria e intrigada. - “Pues…” – no iba a terminar más, hasta que mi mamá le dice algo al oído y mi papá asiente – “bueno la verdad es que, con tu mamá veníamos hablando de que tu pasión por esto es muy grande, entonces se nos ocurrió comprarme todo y bueno, que empieces”. – me quedé muda, no sabía qué decir o hacer. Me quedé así unos cinco minutos, cuando me doy cuenta de que también estaba mi hermano, pensé; ¿Cuando llegó?, no importa les di un beso a todos, me fui a mi cuarto, me bañe, cambie y me dormí. Al día siguiente… Me desperté con una sensación extraña, mi hermano de diecinueve años encima de mí solo para que despertara. Me moví para que supiera que desperté, se levantó y me miró. -“hermanita, tienes que cambiarte, vas a ir a ver un lugar para empezar a hacer esa… cosa?... que tanto te gusta”.- al finalizar se fue de mi cuarto, a lo que yo agradecí ya que me tenía que cambiar y también porque me iba a dejar sin respirar por su peso y su mal aliento. Me cambie y prepare para irme, desayuno una tostada con mermelada y me fui con mi mamá rumbo a no sé dónde ya que no me dijo. Después de veinte minutos de caminar llegamos a un lugar llamado: ¨Colorado-arco y flecha¨, el nombre no llamó mucho mi atención, pero igual me interesó ir adentro y averiguar, nos atendió una chica de unos, yo diría que…, unos… 27, era simpática, nos mostró todo el lugar y justo estaba empezando una clase, la chica me dijo que si quería podía ir a probar, yo, con mucho gusto, entré al lugar y probé la clase, fue divertida hasta que empezó la parte de tirarle al blanco, no le di a nada más que a lo negro, unos tres chicos se estaban burlando de mi puntería, el instructor les dijo que paren, ellos lo hicieron


hasta que se les acabaron los flechas entonces empezaron de nuevo, yo me sentía muy mal pero me sentía calmada también porque el instructor todo el tiempo les decía que la corten , termino la clase y los tres chicos se fueron, yo, en cambio me quedé hablando con el instructor sobre cómo sería todo, me pareció interesante asique decidí volver. Con mi mamá estuvimos todo el día hablando del lugar, decidimos que iría los lunes, miércoles, jueves y algunos sábados. Todos los sábados iría yo sola, el resto de los días iría en grupo. Me había pasado todo el día viendo el lugar, o sea, llegué a mi casa ya en la noche, mi rutina es la misma todas las noches, darles un beso a todos, ir a mi cuarto, bañarme, cambiarme e irme a dormir. Al día siguiente… Ya era lunes, asique me levante por mi alarma para el colegio. Me puse el uniforme, me cepille el pelo y los dientes, agarre la mochila y me subí al auto, partí rumbo a la escuela con mi hermano, entre risas y juegos llegamos a mi escuela me despedí de mi hermano y fui a mi aula. La escuela pasó rápido, ya que hoy fuimos de excursión y después vimos un documental, llegué a mi casa y lo primero que hice fue cambiarme y preparar las cosas para tiro con arco. Ya estaba todo listo cuando mi hermano me dice que tenemos que irnos o llegaba tarde, agarré todo lo que necesitaba y salimos disparados a ¨Colorado¨, llegamos a tiempo, mi hermano se fue a buscar donde estacionar y yo sola entré y fui a la cancha. Era la tercera en llegar, aproveché y fui a hablar con el instructor. -“Perdón que te pregunte pero…¿Cuál era tu nombre?” – se lo pregunté medio avergonzada. El río y me dijo –“Cesar” – siempre que me dicen un nombre difícil o raro pienso en alguna palabra que me lo haga acordar, en este caso va a ser cebra. -“Gracias” – el movió la cabeza como diciendo ¨de nada¨ . Me fui a preparar el material y en eso llegan esos tres chicos molestos a la cancha, me dicen algo, pero yo los ignoro, Cesar les dice que llegan con veinte minutos de retraso y les dice que hagan 5 vueltas a la cancha y ellos lo hacen, miró a César y me guiña un ojo diciéndome que era mentira, y yo suelto una risita maliciosa. Mientras ellos corren nosotros estiramos y elongamos, nos ponemos las protecciones, armamos los arcos y nos preparamos para empezar a tirar, cuando las tres tortugas terminan de correr nosotros ya habíamos hecho cuatro rondas tirando las flechas, se preparan y vienen, como siempre tengo tanta suerte me toco con uno de ellos, por suerte estaba cansado y no se le ocurrió molestarme, además de que como estaba cansado él también estaba tirando mal, yo tampoco le dije nada porque tal vez se le ocurre decirme algo malo.


Como la otra vez solo le di a lo negro, esta vez no me puse mal ya que hoy los molestos y tortugas chicos no me dijeron nada, volvemos a estirar y elongar, ayudamos a guardar las cosas y nos despedimos, fui a la entrada y mi hermano me estaba esperando. Le dije que vayamos y me dijo que primero íbamos al supermercado y después a casa. Compramos todo y fuimos a casa, me acosté en mi cama y me quede pensando en cómo podría hacer para que la flecha como poco toque lo blanco, me quedé pensando tanto que no me di cuenta cuando me quede dormida. Al día siguiente… Me desperté con mi alarma, como ayer no me bañé, decidí hacerlo ahora, Salí me puse el uniforme, agarre todo y me fui al auto a esperar a mi hermano. Llegue media hora tarde porque mi hermano no reaccionaba, tuve que tirarle un balde de agua fría para que se despierte. Las clases pasaron rápido ya que los temas que vimos me los acordaba, mi hermano me paso a buscar, tenía que ir a ¨Colorado¨ porque llamaron que me tenían que decir algo. Llegué algo asustada porque ni mi hermano sabía que me tenían que decir, fui a la cancha y espere a que alguien viniera, después de diez minutos llego Cesar, con todas las protecciones y un arco armado y nuevo, fruncí el ceño y dije. -“¿para qué necesitamos eso?” – me entrego todo para que me lo ponga, lo hice y él me dijo: -“hoy vas a mejorar tu puntería”. – me quedé callada esperando una explicación, suspiro y me dijo –“vas a empezar a darle al círculo rojo con las flechas”. -“no en serio, si no me lo decías no me enteraba”. – me miró mal y yo me aclaré la garganta y dije –“quiero decir, si entendi, pero porque lo vamos a hacer hoy y no mañana”- hice un gesto con las manos y cara como diciendo: ¿entendes? -“porque así el jueves les mostras a los tres chicos que sos una caja de sorpresas” – me reí por su comentario, luego empezamos a trabajar. -“¿y porque se los mostraría el jueves y no mañana?”. – dije de lo más normal. -“porque ellos no vienen los miércoles”. Y con eso finalizó la charla y empezó el entrenamiento. Estuve varias veces por tocar el círculo rojo, pero siempre estaba a diez centímetros más lejos, llegó la hora de irme y todavía no había llegado a tocar el círculo rojo, no me importo mucho ya que estuve mucho más cerca que las últimas veces. -“bueno… es hora de irme… pero estuvo bastante bien este encuentro.” – dije lo más rápido que pude porque mi hermano me decía que se tenía que con sus amigos, me apure a guardar todo y saludar a César para poder irme. Subí al auto de mi hermano y fuimos a nuestra casa, me dijo que me podía pedir pizza, me dio un poco de plata y se fue. No era divertido estar sola en casa, pero lo bueno fue que


pude practicar mi postura para tirar las flechas, no me ayudo, pero me distraje un buen rato, llegaron mis papás comimos porque yo si me pedí pizza, me despedí, bañe, cambie, y me fui a dormir. Al día siguiente… Me desperté porque mi mamá me estaba gritando que iba a llegar tarde al colegio, me levanté como flash y me puse el uniforme que por alguna razón estaba tendido en mi cama. Salí de mi cuarto, agarre la mochila y fui corriendo al auto, llegue a la escuela justo cuando la campana estaba sonando para ir al aula, las clases pasaron rápido, fui directo a casa y me cambié, preparé todo y esperé que mi hermano me diga que nos íbamos, nos fuimos y llegue como siempre temprano, fui a hablar con César, me dijo que no podíamos hablar porque tenía que hacer un par de cosas, fui a armar el arco y me puse a estirar, después de cinco minutos empezamos a tirar, la clase paso rápido, de treinta flechas solo diez fueron al círculo rojo. -“bueno, esta clase fue muy buena, nos vemos mañana y quiero ver como a esos tres se les cae la mandíbula por ver cómo vas a tirar, ¿okey?” – reí por su comentario y asentí varias veces. Nos despedimos y me fui. Hoy todo pasó muy rápido, y espero que mañana también. Al día siguiente… Me desperté a las doce de la mañana, por lo cual me alarmó pensando que falté sin razón, en eso llega mi hermano y me dice que hoy no hay clases porque no hay agua, le dije que gracias por avisar y me fui a poner ropa cómoda. El día me lo pasé con mi hermano viendo pelis y riendo, luego fui a arquería. Llegué temprano como siempre, me puse a estirar y después me puse las protecciones, los tres chicos, como en general, llegaron tarde, hoy Cesar por alguna razón no los retó, no le di importancia y seguí en lo mío. Estaba por tirar cuando siento que los tres “graciosos” atrás mío diciendo que no le iba a dar al blanco y que no tenía ninguna posibilidad de tener un futuro que tratase de arquería, con toda la rabia del mundo suelto la flecha y va justo al centro, ellos dicen que fue solo suerte, lo vuelvo a hacer y de nuevo al centro, y después de eso dicen que era que hoy tenía suerte solo para dos tiros, después de toda la clase dándole al centro me fui orgullosa de mi y de la paliza que les di a esos tres. Mi día luego de eso fue muy lindo, volví a estar todo el día riendo con mi hermano. Me bañe, cambie, y me fui a dormir. Al día siguiente… Hoy tampoco tuve clases por lo mismo que ayer, no había agua, hice lo mismo que ayer y luego fui a arquería, pasó lo mismo que ayer, le di con todas las flechas al centro, pero al final de la clase me quedé hablando una hora con César del siguiente tema:


-“bueno antes de que te vayas, quiero hablarte de algo”. – yo asentí y él prosiguió –“ bueno en estos dos últimos días he estado viendo que estas apuntando y tirando muy bien, asique, perdon que no te haya preguntado pero… te inscribí en los juegos olímpicos para la sección de arquería”. – me quedé en shock, él hizo ¿Qué? –“ se que estuve mal en no preguntarte… pero, en mi defensa, eras mejor que Denisse Van Lamoen, y eso no podía ser un secreto teniendo trece años eres, sin duda alguna, la mejor tiradora de arquería en el mundo”. – yo seguía en shock, era igual que cuando te decían que ibas a ser padre o, como en mi caso, que vas a cumplir tu más grande sueño –“di algo… vamos…”. -“ ¿Qué quieres que diga?, estoy por cumplir mi sueño y estoy en shock, no va a salir más de lo que te estoy diciendo de mi boca”. – y finalice todo empezando a llorar de felicidad y nervios, raro en mí, ya que solo lloro por tristeza. Corrí y abracé Cesar, ya que era el único cerca. me fui y le conté todo a mi hermano y mi familia, todos lloraron como yo, pero ellos solo de felicidad. me fui a dormir con una enorme sonrisa y me quedé profundamente dormida. Al día siguiente… Me desperté, pero no me puse el uniforme, me puse mi ropa, ahora que voy a estar en las olimpiadas tengo que entrenar todos los días, mis papás lo informaron en la escuela y ellos dijeron que todos los días que competirán me iban a ver en vez de dar clases. Yo estuve todo el día practicando, literalmente desde las seis de la mañana, hasta las once de la noche, cuando llegué a mi casa caí rendida en mi cama y no me importó estar en Jeans. Día de las olimpiadas… Estaba tan nerviosa, pero al conocer a Denisse me calma, ella me dijo que me calmara, que me iba a ir bien. Fui a mi puesto y empezó todo, yo por suerte pase a la siguiente ronda, yo de los nervios casi vomito, pero todo pasó al oír que pase. Ese día dormí como en bebé. La final de las olimpiadas… Era la final solo quedamos Denisse y yo, no podía respirar de los nervios, empezó todo, increíble mente le di bien a todas las flechas, Denisse en cambio tres fueron a lo negro, me sorprendí porque ella era la mejor del mundo y yo… una niña de trece años que le ganó solo por tres bombas flechas. No lo creía, le había ganado a Denisse Van Lamoen, la mejor tiradora del mundo, este era el mejor día de mi vida, yo solo lloraba de alegría y alivio, estaba feliz tan solo con haber llegado a la final, pero haber ganado supera todas mis expectativas.


Estuve todo el día con una sonrisa y en mi mente solo pasaban los momentos en que a Denisse se le pasaron las flechas, me sentía mal por ella, pero no podía evitar sonreír y sentirme feliz. Hoy aprendí una cosa que me parece que va a aplicarse en toda mi vida, lo más importante es que yo piense que puedo.


LA GUERRA ENTRE AFGANISTAN Y RUSIA

Luciano Perez Horn

En 1977, había un hombre llamado Trohfel Valdimir. Era un Ruso que muy patriota, pertenecía a la Unión Soviética. El tenía una hermana llamada Tanya Vladimir, es muy tierna y adorable. Ella siempre piensa en positivo. Tenía un perro, raza Bulldog francés, que se llama Nerón. Los dos hermanos viven juntos, ellos no tienen Papá ni Mamá, aunque ella va a tener un hijo. Ellos dos tienen un hermano llamado Fordnats, es un Nerd que le gustan mucho los misterios y esas cosa científicas. Pasa un año (1978), Tanya se va a vivir con su esposo. Trohfel y Fordnats, aunque no parece, se quieren mucho. Uno es bruto y el otro es un genio. 1978, hay una guerra entre la Unión Soviética y Afganistán, entonces Trohfel tiene que ir a batallar. Fordnats estaba creando cosas muy raras que ni su hermano se quería enterar. Trohfel dijo adiós a su hermano y hermana. Fue a la guerra, fueron a pelear en un avión, eran 6 hs de viaje hasta allá. De repente hay una turbulencia muy fuerte, era una tormenta, les dijeron que se agarran por que iba a ser fuerte. El movimiento fue una catástrofe, movió el avión como una hoja volando por un viento fuerte y malo. Casi caen, 1h y 30m después el avión percibe que un misil los está apuntando y el piloto grita: "¡¡¡¡¡¡¡¡SALTEN TODOS AHORAAA!!!!, ¡¡¡VIENE UN MISIL!!!!" Fue muy tarde, el misil, llegó. Estuvieron heridos por el impacto. Caían desde 10.000 pies, la mitad de ellos pudieron saltar. Iban cayendo lentamente, como una hoja en pleno vuelo, en paracaidas en territorio de Afganistáno, cuando pisaron la tierra vimos varios hombres y un anti-aéreo...pensaban un plan... se les ocurrió uno, ir a matarlo de una. Entonces, como si saberlo, los hombres se habían ido. Ellos se quedaron viendo donde estaban, de repente, los 7 hombres


están atrás de ellos, los apuntan y les dicen: "¡BAJEN LAS ARMAS Y ARRODILLENSE"!, lo dicen en ruso. Aparecen 2 hombres atrás y ibán pegando culatazos hasta desmayarlos, como sin saberlo, 3 hombres más estaban atras, al parecer habían sobrevivido...silenciosamente van hacia ellos, con un calibre de los buenos y silenciador disparan rápidamente a ellos. Los hombres arrodillados se levantaron y dispararon sin problema alguno, cuando todo había terminado... empiezan a discutir: -Gracias por habernos salvado -No fue nada, en la guerra los hombres y tus compañeros son los más importantes. -jm... de De repente se escucha pisadas y sin saberlo habían matado a todos excepto a Trohfel y su compañero que estaba hablando (el hombre se llamaba Nikolay y era un compañero muy fiel de Trohfel. Se podría decir que eran mejores amigos). Salen 2 hombres y golpean a Trohfel y a Nikolay con un palo de meta. Aparecen en un lugar oscuro, era muy perturbador. Sale un hombre, prende la luz, que al parecer era el general y dice: -´WHO IS YOUR LEADER !?´ -Trohfel y Nikolay se quedan con una cara de ¿que esta hablando este?


( busquen en un traductor el significado :D, RECOMIENDO google traductor) -KJK *tose*...КТО ТВОЙ ЛИДЕР ! ? -НИКОГДА не плачевное -Дети их мать , не знали, что они получают !! , Я убью тебя ... El general llama a un soldado y dice: -Recruits !! , take care of these! you have to suffer !!! -Yes, the orders Mr. Nikolay agarra un cuchillo escondido , rápidamente, cortó la soga y le tiró el cuchillo a la cabeza del hombre y Trohfel dice ¡Headshot!, Nikolay se queda con la típica cara de enserio y Trohfel dice que quiere decirlo como ellos. Trohfel y Nikolay agarran las armas y Nikolay le pide a Trohfel que haga guardia, ya que encontró una radio y intenta comunicarse con los refuerzos. Lo logra se comunica, dice que vengan refuerzos y que van a ver un bengala. Le preguntan que paso y dice que larga historia. Pasan 6hs y 18ms y ellos descansan lo suficiente, Trohfel ve su reloj y ve que tienen que ir yendo. Justo Nikolay encuentra C4, perfecto para su misión. Salen, es de noche, van sigilosamente hacia el anti-aereo y encuentran varios soldados dispersos por el lugar, Trohfel y Nikolay se separan. Logra noquear a todos, ponen las C4, se alejan un poco y se deciden irse lejos. allahu akbar La hacen explotar y justo ven volar el helicóptero.


Sale una bengala, el helicóptero se acerca, pero no eran ellos, entonces Nikolay y Trohfel salen corriendo lo máximo que pueden, cuando llegaron, los tenían atados contra el suelo. Trohfel, sin dudarlo, se tira hacia ellos y logra acabar con todos excepto 1 que fue el culpable de clavarle 2 cuchilladas en el pecho y uno en el brazo izquierdo. Todos están a salvo, menos Trohfel. Varios soldados y Nikolay iban a acabar con la amenaza, mientras que Trohfel, el piloto, un solado y un soldado medico volvían hacia Rusia. Nikolay y los demás soldados se ocultan en varios sitios estratégicos como para que nos lo vean. Nikolay pone las últimas C4, las engancha con un hilo para cuando pasen exploten. Dispara una bengala para que se acerquen, 4ms después explota todo. Viene una manada de soldados a contraatacar, empiezan a disparar, a Nikolay le hacen sangrar un poco... caen muertos 1/6 de los soldados y de ellos solo un 1/7. Un soldado agarra una granada y la tira, eso fue muy efectivo ya que dejó 1/3 de todos. iban pasando los minutos y cada vez eran menos, hasta que al final quedan unos pocos, iban muy empatados, terminan ganando quedando Nikolay herido y 4 soldados más heridos levemente. Mientras tanto en la base Rusa, el hospital, Trohfel estaba muy herido, perdió mucha sangre. Su hermana y Fordnats, estaba llegando al lugar. Al parecer Fordnats había construido algo. Nikolay y más soldados fueron a ver si había un helicóptero, ENHORABUENA, encontraron uno. Rápidamente fueron hacía el, iban en camino.


Despues de 7 hs y 21 ms, llegaron todos. Los médicos no podían solucionarlo, estaba perdido...Fordnats dijo: -Voy a usarlo, voy a usar mi experimento!! -No, hermano... no lo uses es muy peligroso. -Tengo que hacerlo, además que vamos a perder si pruebo. -...bueno...pero ten cuidado El proyecto de Fordnats, era un panel médico super avanzado que nadie iba a usar. Pasan 2hs. Fordnats sale y dice a los médicos, su hermano y hermana que pudo hacerlo, costó pero pudo. Los hermanos Valdimir estaban muy contentos por Trohfel y Fordnats. Cuando pasan 12 años, Trohfel se va del ejército, todos se fueron a vivir a E.E.U.U a un pueblo no encontrado en el mapa, ahí viven Trohfel y Fordnats y los hijos de Tanya nacen y tienen 12, uno es varón y el otro nena fueron a visitarlos. Pasan 2 años más Y termina la guerra entre Afganistan y la Union Sovetica.


¡GRACIAS POR LEERNOS! 7°A y 7°B La Obra - 2016


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