El Fantasma de la Opera

Page 1

3ยบ grado 2012


Cuenta la historia que en la ópera de París, un grupo de bailarinas hablaban sobre la existencia de un fantasma. Lo describían como una calavera vestida de frac negro. Quienes frecuentaban el majestuoso teatro, descreían de la existencia del mismo. Meg, la menor de las bailarinas, estaba convencida de que existía. Su madre, madame Giry, acomodadora del palco número 5, dice repartirle el programa al fantasma. Pero nunca lo ha visto, solo lo ha escuchado.


El conde Philippe de Chagny asiste a la presentación de Fausto. Actuaria esa noche, Christine Daaé en reemplazo de La Carlotta, en el papel de Margarita. Todos estaban impactados con su actuación y su voz. Había sido una gala espectacular. Cuando terminó la obra, Christine que había triunfado, se desvaneció mientras Joseph Buquet, jefe de los tramoyistas, moría ahorcado y la soga desaparecía misteriosamente. El conde había asistido con su hermano menor Raoul, quien estaba enamorado de Christine.

Frente a los extraños

sucesos de la noche, el menor de los de Chagny, corrió rápidamente a verla al camarín.


Ella despert贸 en los brazos de Raoul pidi茅ndole quedarse sola.


·Nuevos directores en el teatro de la ópera. Se realiza una gran fiesta para despedir a los antiguos. ·Debienne y Poligny reciben a los nuevos directores, Moncharmin y Richard. ·Una vez comenzada la reunión y como un invitado más, sentado a la mesa, aparece el fantasma anunciando la muerte de Buquet. · Los cuatro directores, revisan el pliego de condiciones que armó el fantasma, para conservar las buenas relaciones dentro del teatro. ·Los nuevos directores creen que les están haciendo una broma, sin embargo éste es el motivo por el cual Debienne y Poligny, dicen vender el teatro.


Comienza a funcionar el teatro con los nuevos directores, quienes siguen sin creer en la existencia del fantasma. Venden el palco nº 5, que siempre debía estar reservado para el fantasma, y durante la función deben sacar a los ocupantes por mal comportamiento. Invitan a los antiguos directores pero estos no asistieron por respeto al fantasma. Raoul y Christine se encuentran en Perros, el lugar de veraneo que frecuentaban de pequeños. Él le dice que la ama pero que la escuchó hablando en su camarín con un hombre que también le confesaba su amor. La muchacha le cuenta que era el ángel de la música. Raoul decide acompañarla a su casa.


El conde ve a Christine ir al cementerio y relajado, decide seguirla. La muchacha se arrodilla frente a la tumba de su padre, levanta su mirada hacia el cielo, levanta sus brazos y de repente, empieza a sonar una melodía perfecta que ningún ser humano podría interpretar. Cuando la música se detiene, Christine se va sin que Raoul se dé cuenta. En ese momento, Raoul escucha un ruido que viene de la iglesia. El ruido resulta ser una sombra tratando de entrar. Raoul, de repente, tenía alas y la sombra una capa, voló lo más rápido que pudo hasta que llegó a agarrar un extremo de la capa. La sombra miró hacia atrás y clavó la mirada en Raoul. Dentro de la capa había una calavera y el conde pensó que era el mismísimo Satán. Luego, se desmayó. Solo recuerda despertarse en la posada junto a Christie.


Los directores visitan el palco nº 5 y deciden asistir a la próxima función en ese palco. El fantasma quería que actuara Christine y para eso envía una nota a la Carlotta diciéndole que no se presente en la obra, pero ella no le hace caso. Durante la función cuando la Carlotta canta, de repente le salen sonidos de gallo de su garganta. Los directores, sentados en el palco, sienten que hay alguien con ellos y escuchan… ” La Carlotta está cantando como para hacer caer la araña central “ Sucede la tragedia, cae la araña y de este lamentable accidente, resultan varios heridos y muertos. Entre ellos, la reemplazante de la señora Giry, a quien había despedido del teatro.



Raoul visita la casa dela señora Valerius, madrastra de Christine, porque la bailarina hacía mucho tiempo que no iba al teatro. La señora le dice que la muchacha, está con el ángel de la música. Él se enoja y pregunta si se va a casar con este misterioso ángel, pero la señora Valerius, le dice que el ángel de la música se lo prohíbe. Cuando Raoul llega a su casa, recibe una nota de Christine donde lo invita al baile de las máscaras. Le pide que no le cuente a nadie y que vaya vestido de dominó blanco.



Raúl, a pesar de estar enojado con Christine, decide ir a la fiesta de las máscaras. En la fiesta, aparece “la muerte roja” con un cartel que dice que no lo toquen porque de hacerlo, iban a morir. Raúl ya conocía a la muerte roja, se habían conocido en Perros esa noche en la que había perdido la conciencia. Christine se va a

su camerino diciendo… “pobre

Erik“. Raoul escucha estas palabras y se siente ofendido, traicionado. Luego, sucede algo de lo más extraño…Christine, desaparece dentro del espejo.



Luego de declaraciones de amor, de idas y venidas, y de muchos desengaños, Raoul y Christine se comprometen por un mes, hasta que él se vaya a trabajar al polo. Es entonces cuando comienzan a encontrarse a escondidas y recorren juntos todos los rincones del teatro. Descubriendo así, los lugares más oscuros y ocultos de la ópera. Hacen un juego de amor. Christine no permite que Raoul se acerque a las trampillas. Ellos no saben, que alguien los estaba siguiendo.



Raoul y Christine, empiezan a recorrer los sótanos del teatro Christine comienza a contar a Raoul, los secretos del fantasma de ópera…que es un hombre llamado Erik por ejemplo, que no es un fantasma, que está escribiendo una ópera. Christine también le cuenta Que Erik usa la máscara desde pequeño y que su padre lo odiaba por su fealdad. Erik, le había hecho saber a la bailarina, junto con estas confesiones, que estaba enamorado de ella. Christine pudo ver el horrible rostro de Erik, pero sin embargo no huyó. Luego de estas largas charlas… Raoul y Christine, ¡se besan!



Se encuentran Raoul y Christine en el tejado del teatro para escapar de las trampillas por las que podían ser escuchados por Erik. Christine habla a Raoul sobre un hombre llamado el Persa, que según ella, vive en el teatro. La bailarina se niega a escapar con Raoul hasta el día siguiente y le cuenta que Erik le regaló un anillo de oro y le dijo que mientras lo usara, no correría peligro…Christine pierde el anillo. Raoul regresa a su casa y se asusta con unos ojos luminosos en su habitación, entonces toma un revolver y dispara. Prende las luces y ve que mató a un gato. En un periódico de París, publican que Christine y Raoul, están comprometidos y que el hermano de él está enojado con esta situación. Al día siguiente,

Christine canta en el teatro y

misteriosamente desaparece durante su actuación.


Raoul busca desesperadamente a Christine que había desaparecido. Notan que no están los encargados de las luces. Algunos trabajadores del teatro, quieren buscar a los directores, pero estos piden que no los molesten, salvo que aparezca el imperdible. La gente del teatro, nota que los directores tienen actitudes muy raras. Raoul busca enloquecidamente a Christine pensando en todos los lugares que pudo conocer del teatro. El conde, piensa que Christine tiene que estar en el sótano del teatro y busca una llegada a él por la calle.


Los nuevos directores del teatro deben continuar entregándole al fantasma, mediante Madame Giry, el sobre con los 20.000 francos.

Se encuentran

desconcertados y tratan de averiguar quién les está haciendo

esta

horrible

broma,

el

dinero

ha

desaparecido. Madame Giry les cuenta por qué sirve al fantasma. Éste le habría anunciado en una carta que Meg, su hija, sería emperatriz. ¿Cómo puede creer en alguien que no vio? Los directores le advierten que será detenida por ladrona. Ella niega serlo. Descubren que el fantasma realiza un truco para quitarle el sobre con el dinero a Richard del bolsillo, en lugar de tomarlo del palco n°5. Moncharmin desconfía de todos.



Los directores contin煤an pensando c贸mo el fantasma les saca el dinero sin que se den cuenta. Encerrados en una habitaci贸n, esperan con el dinero atado a un imperdible en el bolsillo de la levita de Richard, a que se cumpla la hora estipulada para la entrega de los segundos 20.000 francos. A la hora se帽alada, descubren que el imperdible sigue en su bolsillo, pero no los billetes.



La justicia comunica a los directores la desaparición de Christine. Raoul les informa que la secuestró el Ángel de la música, Érik. El comisario considera que se están burlando de él. Como ha desaparecido el coche del conde de Chagny, que se encontraba estacionado en la puerta del teatro, el comisario sospecha que ha sido el hermano de Raoul quien se ha llevado a Christine.



El Persa, personaje del teatro, conocedor de los secretos de Érik, se interpone en el camino de Raoul. Le dice que no tiene que buscar a Christine en otro lado más que en el teatro y que se encuentra con Érik. Le propone intentar llevarlo hasta ellos y le pide que sea silencioso ya que el fantasma podría aparecer en cualquier momento y lugar. En el camerino de Christine, el Persa le cuenta a Raoul cómo pasarán a través del espejo, cuál es el truco que ha diseñado Érik, “El maestro de las trampillas”. Luego de varios intentos, disparan hacia el espejo y logran pasar de la más plena luz a la total oscuridad.


El comisario descubre a tres personas encargadas de la iluminación del teatro, profundamente dormidas en sus lugares de trabajo. Raoul y el Persa desde donde se encontraban, pueden escuchar lo sucedido. Continúan bajando, esquivando las trampillas del lugar. Llegan al tercer sótano. Siguen camino hasta el quinto sótano, siempre atentos a la posible aparición de Érik. Su objetivo es la mansión del lago para buscar a Christine. Logran llegar a la casa a través de un agujero en la pared. El Persa se da cuenta que están dentro de la cámara de los suplicios.


Se encontraban en una sala de forma hexagonal, forrada de espejos de arriba abajo. De repente, escuchan al monstruo gritar: - ¡La misa de bodas o la misa de difuntos! Esto los hace pensar que Érik no sabía aún de su presencia.

Siguen

escuchando

al

fantasma.

Querían lograr que Christine supiera que ellos estaban ahí sin que el monstruo se diera cuenta. Perciben que Érik se aleja y comienzan a llamar a Christine. Pronto comienzan a preguntarle si se encuentra sola. Ella no puede asegurarles que Érik ha salido de la mansión porque está atada.


Christine le pide al fantasma conocer la habitación de al lado (la cámara de los suplicios), porque quería llegar hasta Raoul. Raoul cansado de lo que sucedía, comienza a gritarle a Christine. Erik sospecha de que alguien está encerrado en la cámara de los suplicios.


El Persa y el vizconde, continúan atrapados en la cámara. Ahora, gracias a trucos e ilusiones ópticas producidas por el fantasma, la misma se había convertido en una selva muy calurosa. Raoul estaba desesperado llamando a Christine y agobiado por el calor. Su compañero, en cambio, se dedicaba a buscar el resorte que les permitiría girar las puertas y así poder salir de aquel terrible lugar. Cuando ya no podían más de calor y de sed, el Persa encuentra un clavo de cabeza negra… ¡el resorte! De repente se abre una trampilla en el suelo… ¡por fin aire fresco! Bajaron hasta encontrarse con unos toneles, donde descubren que en lugar de vino, o agua, había pólvora.



El fantasma exige a Christine que antes de las 11 del próximo día, debe definir si se quedará con él o no. Si la respuesta llegara a ser negativa, Erik haría volar el teatro con los toneles de pólvora que se encontraban en el sótano. Christine le dice al fantasma que se casará con él, que prometerá amarlo. Erik no vuela el teatro, sin embargo, los sótanos comienzan a inundarse y Raoul y el Persa corren peligro de ahogarse. El Persa despertó en la habitación de al lado. El vizconde se encontraba dormido, Erik le dice que pronto lo llevaría a la superficie de la tierra para complacer a su mujer.


El persa volvió a dormirse, estaba muy débil, cuando despertó ya se encontraba misteriosamente en su casa. Al cabo de un tiempo, Erik visita al Persa. Estaba muriendo, si estaba muriendo de amor. Le cuenta que los ha salvado de ahogarse, porque su amada se lo había pedido, prometiéndole ser... su mujer viva. Le cuenta también que a Raoul lo había encerrado y atado, más abajo del quinto sótano. El fantasma se sentía conmovido, dado que Christine se acercó a él con sentimientos de amor verdadero. Lo pudo mirar sin la máscara, lo abrazó, dialogó con él y nunca huyó.


Erik le regala un anillo de oro a Christine a modo de presente por su casamiento con el vizconde. El fantasma autoriza la boda, a pesar del dolor que esto le provoca, solo porque Christine pudo llorar con él. Libera entonces a Raoul y le hace jurar a Christine, que lo visitará luego de su muerte. Fue entonces, cuando Christine lo besó por primera vez en su frente. Por último… Erik contaba con el Persa para este se encargue de anunciar su muerte a los dos jóvenes, para así que se cumpla su último deseo. Aquello fue todo. Tres semanas después, el periódico publica la siguiente nota necrológica... -¡Erik ha muerto!



“… ¡Pobre desventurado de Erik! ¿Hay que compadecerlo? ¿Hay que maldecirlo? No pedía ser más que alguien como los demás. ¡Pero era demasiado feo!”.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.