Antología de cuentos policiales

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Cuent s Po iciales


ELECCIONES

Renata Sabatino

Habían llegado las elecciones, me faltaban solo minutos para votar. La fila había avanzado. Había estado esperando desde las siete de la mañana. Estaba en un colegio de Flores, el Florencio Varela. Cuando por fin llegó mi turno, el presidente de mesa me pidió mi documento. Lo estuvo observando un rato largo y me di cuenta que algo no estaba bien. -¿Usted es Juan Francisco Gómez?-preguntó confundido -Sí, ¿por qué? ¿Me ves cara de Pedro? Le contesté haciéndome el canchero porque había una chica muy linda cerca. Tenía una cara hermosa. Los ojos verdes y el pelo lacio y negro. Era alta, flaca. Parecía una modelo. Se había parado en una columna con su jean y su remera que decía "Never say never". -Tranquilo, -respondió el presidente de mesa para calmarme- lo que pasa es que acá figura como fallecido- dijo señalando el padrón -Sus papeles están equivocados, no me está viendo. Ahora me decís que estoy muerto.-me hice el ofendido, mirando de reojo a esa chica. Siempre fui uno de esos pibes que le gustan los problemas, pero esa vez la dejé ahí. Era un tema serio, yo figuraba como muerto. Había algo raro y tenía que descubrir qué era. Por eso, llamé al comisario García, quien había sido subordinado de mi papá mientras trabajaban en la policía. Le pregunté si tenía tiempo para un caso extraño. Me dijo que sí, que fuera al mediodía. A la hora acordada fui a la comisaría nº 7ma, donde me esperaba. Cuando le conté lo sucedido me miró pensativo. Dijo que ya había escuchado casos así. Generalmente, según él, eran errores, pero que no era nada fácil cambiar algo del padrón. Parecía que él la tenía bastante clara, así que lo dejé pensar. De repente, se paró y ví que una de sus piernas era una prótesis. Cuando le pregunté qué le había pasado, me dijo “desventajas de mi trabajo, qué le vamos a hacer”. Luego de una hora, el plan estaba armado. García me llamaría en cuanto sospechara de alguno… Yo solo era la víctima ahí. Él era una especie de Sherlock Holmes, así que el caso empezaba a entusiasmarme. Esa misma noche, recibí una llamada suya, diciéndome que el primer sospechoso que se le venía a la mente, era el asesino más buscado de todos los tiempos. Era una opción, ya que él solía matar a sus víctimas y enterrarlas con otro nombre. Exactamente, lo que había me había pasado a mí. Ahora sí estábamos listos para buscarlo, pero…


¿cómo? Era el asesino más buscado y no se iba a entregar, menos iba a decir dónde estaba. Cada vez se ponía más difícil, parecía que estábamos igual que al principio. Sin embargo, una llamada cambió todo. Era un número privado: -Hola ¿quién habla?-preguntó García Del otro lado se oían ruidos, parecían disparos. De a poco, se escucharon cada vez más cerca, hasta que atravesaron el pecho del comisario. Justo un segundo antes de morir dijo “Vas a tener que seguir sin mí”. Ahí fue cuando llegaron dos hombres, que entraron por la ventana. Agarraron el cuerpo de García y lo metieron en una camioneta. En seguida memoricé la patente: NSN 001. Saqué mi cabeza por la ventana, aunque no sirvió de mucho. No había nada, excepto un documento a nombre de Juan Francisco Gómez. ¿Cómo había llegado hasta ahí? Tenía una bronca… ¿algo más podía salir mal? Creo que canté victoria antes de tiempo, porque justo después de pensar eso, un hombre entró. No pude identificarlo, su cara estaba tapada y vestía de negro. Me agarró y me metió en un auto. Una lágrima rodeó mi cara hasta caer en mi pierna. En ese momento la imagen de García pasó por mis ojos. Tenía razón, su trabajo sí que tenía desventajas. Lo habían matado, y en cierta parte, era mi culpa. No me lo sacaba de la cabeza, tenía que vengarme de ese asesino. En unos 7 segundos, más o menos, ideé una estrategia para descubrir al criminal. Él estaba manejando y yo detrás suyo, por lo que lo único que tenía que hacer, era sacarle la capucha que le tapaba la cara y averiguar de ese modo quién era. El auto se detuvo. Bajé la cabeza, mis manos estaban atadas. Otro plan arruinado. Ya no se me ocurría nada. En ese instante, el secuestrador me sacó del auto con un empujón. Me hizo entrar en una casa abandonada, no pude ver dónde. Justo atrás de un mueble, vi a García. Estaba intercambiando algo con el hombre de negro. ¿Qué hacía ahí? ¿No lo habían matado? En ese momento entendí todo: las balas que supuestamente lo habían matado, eran falsas. Me había estado engañando. El detective se había convertido en el criminal. Era parte de la banda del más buscado, o tal vez, García era el mismísimo asesino. Al final de un angosto y oscuro pasillo, se veía una silueta, unas piernas largas y una pistola. Estaba perdido. Dicen que uno no escucha el disparo que lo mata. Es cierto. Yo solo escuché "NUNCA DIGAS NUNCA".


CRIMEN PERFECTO Candela Trunsky

Eran las 19:57, el agua de la bañera estaba repleta de sangre y la señora Benson estaba desnuda hundida en el agua con cinco disparos en la cabeza, los vidrios y el espejo estaban empañados, así fue como encontró la escena del crimen el detective Furey. Mientras los peritos empezaron a tomar las primeras fotos y muestras de evidencias de la escena, Furey comenzó a realizar las primeras preguntas a la única testigo del caso, la masajista Susana Bennett, que tenía cita con su clienta a las 18:30 horas, como todos los miércoles, quien realizó el llamado a la policía. Furey la tenía como mayor sospechosa debido a que no vio ninguna reacción de tristeza en su rostro. -¿Cómo entró usted a la casa?- le pregunta el oficial - Por la puerta de entrada, que estaba entreabierta, a lo que me llamó mucho la atención ya que nunca había sucedido en los tres años que trabajo aquí-¿Y generalmente como suele entrar?-Si la señora Benson no está le tocó el timbre a una amiga de la señora, Mariana, vive acá al lado y siempre tiene un juego de llaves de más-Cuénteme lo que pasó desde que entró a la casa, ¿Vio algo raro?-Como le dije luego de tocar timbre un par de veces, al ver la puerta abierta, decidí entrar y esperarla en el living de la casa. Suponía que la señora había tenido que salir de apuro por lo que deje un mensaje en su celular. Espere 30 minutos y al ver que no venía la llame-¿Qué pasó cuando la llamo?-Mientras la llamaba, escuche sonar su celular en el segundo piso, lo que me pareció muy extraño y decidí subir. Al terminar las escaleras fui a su cuarto y vi todo muy ordenado, como siempre lo deja Betty, seguí recorriendo y escuche fluir el agua que venía de su baño y ahí fue cuando la vi en la bañera y automáticamente llame a la policía-Perdón, usted mencionó a una señorita, ¿Betty?, ¿Quién es ella?-Betty, es la mucama, la mano de derecha de la señora, trabaja aquí con la familia Benson hace aproximadamente 15 años-Bueno muchas gracias, nos comunicaremos con usted a la brevedad para una declaración más profunda en el departamento de policía-La masajista y la mucama son de las principales sospechosas- le dice Furey por lo bajo a otro policía. En ese momento aparece el esposo de la víctima, que recientemente había salido de la casa de su vecina, sorprendido al ver muchos policías en su domicilio corre hacia dentro y ve a su esposa muerta. Después de semanas de entrevistar distintos familiares, amigos, conocidos y vecinos, la investigación quedó estancada teniendo muy pocas pruebas y si bien todos podían ser un posible potencial asesino hasta ahora todos eran inocentes, el año que


ocurrió el asesinato eran precarias las investigaciones de ADN encontrados en los cuerpos de las víctimas. Debajo de las uñas de la víctima se había hallado restos de piel del asesino, y la policía forense había tomado esa muestra en la mano que estaba fuera de la bañera. Pasaron las semanas, los meses y los años y no se hallaba el asesino ni posibles motivos de tal homicidio. El viudo vendió su propiedad y se mudó al sur de Francia, el detective estaba anonadado y desconcertado como tras tantos años de investigación, estaba frente al crimen perfecto. Se volvió a abrir el caso con un joven inspector del Departamento de Investigaciones, revisó las pruebas halladas, se validaron las posibles pruebas de ADN y se confirmó que la piel hallada debajo de las uñas de la víctima eran de la vecina, quien estaba perdidamente enamorada del esposo de su amiga y vecina de muchos años. En el pasado el Sr. Benson tuvo un pequeño romance con la vecina y para él fue totalmente insignificante. Sin embargo para esa mujer sola, con muy baja autoestima y sin prácticamente familia había quedado obsesionada de cómo este hombre era de amable, trabajador y comprensivo con su mujer.


EL MISTERIO DEL HOMBRE DE LA FLOR Mora Ferraro

Azul tenía quince años, pero siempre estaba sola, no tenía amigas en la escuela ni en ninguna otra parte y su casa, salvo por ella, siempre estaba vacía. Sin embargo a Azul una sola mirada le alcanzaba para conocer a cualquier persona, sólo con eso podía saber qué pensaba de ella quien estaba enfrente suyo. Nunca hablaba con nadie, porque no tenía con quién hacerlo, y aunque lo tuviera, no hablaría con él. Porque Azul creía que para expresar lo que sentía, no era bueno conversar, que era mejor un abrazo, una mirada, o hasta un guiño. Por eso, el recorrido que realizaba cada día de la escuela a su casa, era su momento preferido, el único en el que realmente era feliz. Esto no sólo se debía a la tranquilidad que sentía al caminar por las frescas y desoladas calles de su barrio. Era, más que nada, por el encuentro que se producía con ese abuelito, que perfectamente podría ser el suyo, el que nunca había tenido. El que siempre usaba un chaleco de lana y una boina a cuadrillé, que parecían hechos para él. El que siempre le daba una flor, mientras le guiñaba un ojo y le esbozaba una cálida sonrisa. El que siempre la hacía sonreír y, por un segundo, sentirse realmente querida. Ese encuentro era como una tradición, un pacto que nunca se cancelaba, por nada en el mundo. Solamente, en dos o tres ocasiones, el hombre del que Azul ignoraba el hombre, no había estado esperándola en la puerta de su casa. Sin embargo, esas veces, en su lugar no había dejado una flor, sino un ramo entero, como pidiendo disculpas por no haber estado. Pero ese día de octubre el hombre no estaba esperándola y tampoco el ramo. Eso le extrañó muchísimo a Azul, porque nunca había ocurrido algo similar, pero aún más raro le pareció que la boina que tan bien conocía estuviera en el piso, aplastando a la flor. No tenía por qué estar pasando nada malo, de eso trataba de convencerse Azul, pero algo le decía que no era así, que tenía que averiguar qué estaba pasando, y eso fue lo que hizo. Como la puerta estaba entreabierta, no le costó para nada pasar al jardín delantero, donde agarró la flor, que de alguna manera le pertenecía, y siguió adelante. Extrañamente, el portón que comunicaba el pequeño patio con el interior de la casa tampoco estaba cerrado, por lo que no tuvo ningún problema para ingresar. Trató de hacerlo en silencio, para que nadie se enterara de que estaba allí, aunque no pudo evitar


sorprenderse al ver sobre la cómoda del living una foto del anciano junto a Roxana, su compañera de clase, la más odiosa y engreída, que se creía mil porque su mamá era cirujana. Justo en ese momento se escuchó un ruido de monedas al caer, lo que le advirtió a Azul que debía esconderse porque no se encontraba sola. Unos segundos después Roxana, que venía desde el interior de la casa pasó por el living, para luego salir a la calle. Al mismo tiempo, Azul pudo distinguir que en el fondo de la casa alguien abrió y cerró una puerta, que por el tipo de construcción de la casa, debía dar a la calle. Azul estaba sorprendídisima, tanto que tardó unos minutos en reaccionar. Es que no podía ser que la persona que más odiaba y la que más quería, se conocieran tan bien como para posar juntos en una foto. Luego de unos minutos en los que Azul se debatió entre si debía investigar un poco más o simplemente irse, se puso a inspeccionar la casa del anciano. Empezó por el comedor, la habitación contigua a la que ella se encontraba, pero no halló nada que a su juicio fuera sospechoso. Siguió por la cocina, donde encontró nueve pastillas tiradas sobre la mesa y en el tacho de basura una cajita de medicamentos que decía contener diez píldoras somníferas. A Azul no le fue muy difícil deducir que las pastillas sobre la mesa correspondían a la caja del tacho de basura, por lo que tenían efecto somnífero. Después de inspeccionar la cocina, pasó al baño donde no encontró nada y más tarde al lavadero, donde tampoco tuvo suerte. Pero al llegar al cuarto del anciano, las cosas fueron distintas: estaba muy desordenado, como si alguien hubiera estado buscando algo. Probablemente lo que intentaban encontrar era la caja fuerte, que estaba vacía, salvo por una hilera de monedas caídas, que se extendía por un pasillo y terminaba casi al fondo de la casa, donde había una puerta que, como había pensado anteriormente azul, comunicaba con la calle. Azul tenía mucha hambre, por lo que se dijo que debía volver pronto a casa. Pero no pudo evitar detenerse al ver en el medio del gran jardín, que antes siquiera había notado, un gran árbol del que brotaban muchísimas flores rosas con pintitas anaranjadas, iguales a las que recibía cada día, por parte del abuelito. En ese momento se dio cuenta de que no sólo para ella era tan importante el encuentro, sino que también lo era para el anciano, que tanto tiempo le dedicaba al cuidado de ese gran árbol. Ese pensamiento le hizo tener la misma sensación que tenía cada día al encontrarse con ese hombre al que tanto quería: se sintió realmente querida y esbozó una gran sonrisa para ella misma. Por la noche, mientras no podía dormir, Azul decidió que al día siguiente, aprovechando que no tenía escuela, iría a una farmacia para informarse acerca de las pastillas que había encontrado en su investigación y luego iría a la casa del viejito, para hacerle un par de preguntas a los vecinos. Al día siguiente Azul se levantó bien temprano, se tomó un buen desayuno y partió hacia su primer destino: la farmacia “Chau chau dolor”, que quedaba a un par de cuadras de su casa.


Tuvo que esperar media hora en la puerta del local, hasta que un hombre muy panzón y transpirado llegó bostezando y la dejó pasar. Se notaba que el señor estaba malhumorado, ya que le dijo “que debía esperar hasta que llegara la empleada”, “que él no la pensaba atender tan temprano, porque el sueldo que le pagaban no se correspondía con todo el empeño que él ponía en su importante labor” y vaya a saber qué otras cosas más. A lo que la joven respondió con un leve asentimiento de cabeza y una sonrisa evidentemente falsa. Luego de casi una hora de espera, en la que Azul tuvo presenciar como el panzón babeaba dormido, la empleada llegó y puso los ojos bizcos al ver el desagradable espectáculo de su compañero de trabajo. La farmacéutica la atendió amablemente y le explicó a Azul que para conseguir esas pastillas era necesario tener un título en medicina o enfermería. Esa información la confundió un poco, pero también le hizo saber que debía ponerse en marcha y seguir investigando. Tardó menos de quince minutos en llegar a la casa del hombre de la flor, pero ya eran las once del mediodía, lo que era bueno porque era más probable que a esa hora los vecinos estuvieran despiertos. Empezó tocando timbre en la casa pintada de marrón que estaba a la derecha de la del anciano, pero nadie contestó allí y tampoco en la de la izquierda. Luego intentó en la casa de enfrente, de donde salió un hombre de unos veintiocho años que no parecía estar muy contento de que lo despertaran, pero que le dijo que le preguntara a la dueña de la casa marrón, ya que allí vivía “la chusma del barrio”. Azul le hizo caso al hombre y tocó reiteradas veces el timbre de la casa marrón, donde se escuchaban extraños ruidos, que probablemente serían de un perro, pero en ninguna ocasión obtuvo respuesta. Ya se estaba cansando de esperar, cuando una cincuentona, con una changuito de las compras, se le acercó, se presentó como “Vilmita Páez, viuda de Ruiz”, la dueña de la casa marrón y le dijo que, si quería un poco de “cotilleo barrial” ella era la indicada para dárselo. Azul tuvo que contener la risa al conocer a este alocado personaje, pero rápidamente se dio cuenta que esta chismosa mujer le iba a ser de mucha ayuda. Vilmita estaba feliz de tener a quien contarle todos los chismes del barrio. Le dijo a Azul que empezaría relatándole la apasionante historia de cómo la joven del pH había engañado a su novio para salir con el pizero de la casa de la esquina y que seguiría con la del dueño de la casa más grande, el hippie que traficaba hurones (que no estaba del todo confirmada). Pero lamentablemente para “la chusma del barrio”, Azul sólo quería saber si el anciano de la casa de al lado recibía la visita de algún médico o enfermera, quien probablemente había comprado las pastillas somníferas y si conocía a una chica de su edad llamada Roxana. Lo que la hizo inquietarse un poco y hasta hacerla ver con miedo, aunque ella intentó disimularlo. Vilmita estuvo más de una hora hablando, durante la cual Azul intentó unas cuantas veces frenarla sin éxito. Finalmente la señora dijo que en unos minutos estaba por comenzar su turno en la peluquería, al que debía llegar puntual, porque si no las chusmas del barrio iban a decir que ella llegaba tarde a todos lados y eso no podía


permitirlo. Amablemente le ofreció a Azul si quería acompañarla, pero la joven aprovechó el momento para, luego de agradecerle mucho por su cordialidad, volver a su casa. Vilmita le había contado un montón de cosas, entre ellas que todos los días desde hacía dos meses, a la casa del viejito, que resultó llamarse Ramón, iba una enfermera, a quien el hombre había conocido en una de sus visitas al hospital Piñeiro. Según lo que el anciano le había contado a su vecina, la enfermera, que se llamaba Soledad, no andaba muy bien de dinero y en más de una ocasión había pedido que le aumentaran el sueldo. A Vilmita la enfermera no le caía nada bien y varias veces le había dicho a Ramón que no debía confiar en ella, ya que era una extraña que podría aprovecharse de él y que tampoco debía permitirle irse por la puerta trasera, ya que era una falta de respeto. También le habló de Roxana, que resultó ser la nieta de Ramón, que según Vilmita parecía ser una jovencita muy amable y encantadora, que no se llevaba nada bien con su abuelo. Esto parecía deberse a que a él no le agradaban los malos tratos que ella les daba a algunas de sus compañeras de colegio, por lo que le había dicho que debía cambiarlos. Parecía también ser porque para su cumpleaños de quince, él no le había regalado la plata que ella necesitaba para poder pagar un viaje a Disney, lo que había hecho que no pudiera viajar. Sin embargo, la señora le había dicho que seguro el viejo estaba exagerando un montón, ya que las veces que había visto a Roxana, ella le había parecido una persona súper amable, que no era capaz de hacerle daño a nadie. Tanta nueva información junta había confundido mucho a Azul, por lo que primero anotó todas las pistas en un cuaderno y luego de leerlo unas cuantas veces decidió que tanto Roxana como Soledad podían ser las culpables de la desaparición de Ramón. Ya que se suponía que hasta ese horario la enfermera se encontraba en casa de su paciente y ese día la nieta del anciano no había ido a la escuela. Además ambas tenían razones para haber desaparecido a Ramón y llevarse todo su dinero, ya que las dos lo necesitaban. Quería interrogar al menos a una de las sospechosas, pero esa tarea parecía ser muy difícil con cualquiera de las dos. Ni loca Azul pensaba hablarle a la odiosa de Roxana y ni siquiera se le ocurría cómo sacar el tema de su abuelo, al que se suponía que ella no conocía. Encontrar a la enfermera parecía muy difícil, pero probablemente menos que hablar con su compañera de clase. Por lo que se decidió por ir a buscar a la desconocida, sabía en qué hospital trabajaba y no podía haber muchas enfermeras llamadas Soledad. Desde su charla con Vilmita hasta cuando Azul fue al Piñeiro a buscar a la sospechosa, pasaron tres días, en los que Roxana se comportó de una manera muy extraña y anunció que pronto se iría a Disney. El hospital estaba abarrotado de gente y Azul no sabía hacia dónde dirigirse para preguntar por Soledad. Por suerte un amable hombre con una barba que no le quedaba del todo bien, le dijo dónde encontrar el lugar en que podían informarle. Tuvo que hacer una larga fila para que una joven, que se notaba que estaba agotada, pero con la amabilidad que le quedaba la atendiera. Ella le dijo que en “atención al cliente” había una


lista donde figuraba el nombre, apellido, número de teléfono y dirección, de cada una de las personas que trabajaban en el hospital. Allí se dirigió Azul, que estaba muy emocionada por saber más de la enfermera sospechosa. Cuando le dieron la lista con toda la información, se notó que tenía muy pocos datos como para averiguar más sobre la sospechosa. Por suerte sólo había tres mujeres llamadas Soledad, que trabajan en el área de enfermería. Una se podía descartar, ya que estaba en el hospital a la misma hora en que la sospechosa trabajaba en lo de Ramón. Sólo quedaban dos opciones: Soledad Solvuchy y Soledad Doylén, pero ningún indicio de cuál era la que ella estaba buscando. Así que decidió preguntarle al hombre que estaba a cargo de “atención al cliente”, que quizás, en una de esas, conocía a quien estaba buscando. Azul no había terminado de preguntar, cuando el chico dijo “Ella, ella es Soledad Doylén”, mientras señalaba a una mujer exageradamente maquillada que les sonreía y saludaba. Claramente no era la que ella buscaba, ya que su aspecto no coincidía para nada con la descripción que Vilmita le había hecho. Por lo tanto sólo quedaba una opción: Soledad Solvuchy era la mujer a quien estaba buscando. Anotó todos los datos de la enfermera y rápidamente salió de ese agobiante lugar. Según la información obtenida, Soledad Solvuchy vivía en Pedro Goyena al 3200, en el departamento C, del primer y único piso del edificio. Allí se dirigió Azul, donde una muchacha joven, que parecía tener puesto el pijama, la recibió. Enseguida la invitó a pasar y le ofreció unos mates, se notaba que desde hacía mucho tiempo no recibía una visita. A la hora de haber entrado, Azul salía del departamento de Soledad con muchísima más información de la que había entrado. La sospechosa no ocultó su nombre, su trabajo, ni que andaba mal de dinero. Pero cuando Azul le preguntó por Ramón, en sus ojos se pudo distinguir el miedo y la angustia que ella sentía respecto a ese tema. Sin embargo, cuando la joven le dijo por qué quería saber sobre eso, la enfermera se abrió y contó todo lo sucedido desde su punto de vista, que era algo así: El día en que Ramón desapareció, Soledad había ido como todos los días a su casa, para darle las vacunas que el anciano necesitaba. Cuando ella se encontraba en el baño, oyó que la nieta del viejito llegaba y saludaba a su abuelo, que estaba como todos los días en el patio delantero de la casa con una flor en la mano. Se lo podía distinguir extrañado y muy feliz, ya que esas visitas no se daban muy a menudo. Luego de eso, los hechos se desencadenaron muy rápidamente, lo que no le dio tiempo a Soledad para reaccionar. Primero Roxana le sirvió un té a Ramón, que cayó desmayado inmediatamente. La culpable se lo llevó de la casa por la puerta trasera, a un lugar que no podía quedar muy lejos, ya que en menos de quince minutos, en los que la enfermera sintió pánico, ella regresó. Una vez de nuevo en casa, con una llave maestra, la joven abrió la caja fuerte de la habitación y agarró todo el dinero que había en ella. Aprovechando que Roxana se encontraba más alejada, Soledad intentó huir, pero cuando estaba llegando a la puerta trasera, una pisada demasiado fuerte la delató. Lo primero que atinó a hacer cuando escuchó que la joven se estaba acercando, fue esconderse debajo de una pequeña mesa que estaba cerca suyo, que gracias a que tenía un largo


mantel, la cubría bien. A los pocos segundos llegó la nieta del anciano, que inspeccionó todo el lugar, lo que le costó bastante, ya que llevaba una gran pila de billetes y monedas, que se le cayeron, en una hilera que iba desde la puerta trasera hacia la habitación de Ramón. Una vez que la culpable se hubo alejado, Soledad salió de su escondite y se fue por la parte de atrás de la casa. Todo eso le dijo Soledad a Azul en un rato, lo que no le dio tiempo a la joven para procesar la información. Pero se dio cuenta de que en ese lugar, tan desordenado, con una persona que no dejaba de hablar un segundo, sus ideas no se iban a aclarar. Por eso decidió irse a algún sitio que realmente le diera paz y le pareció que no había otro mejor que la vereda de la casa de Ramón, donde todo había empezado. Allí fue, pensó un buen rato en todo lo sucedido, era demasiada información junta, tanta que cuanto más trataba de entender, más confuso se hacía todo. Luego de un buen rato, decidió que debía creerle a Soledad, ya que la había visto muy segura al hablar y todo lo que decía realmente tenía sentido. Igualmente, sólo con tomar una postura, no lograba nada y todavía quedaba mucho por investigar. En primer lugar, debía descubrir dónde estaba Ramón, pero había tantos lugares donde podría estar y la única pista que tenía es que estaba cerca. ¿Pero dónde? El lugar tenía que estar cerca, muy cerca, enfrente suyo. O más bien al lado, claro, ¿Cómo no se le ocurrió antes? Claro, por eso se escuchaban esos extraños ruidos, por eso Vilmita había hablado tan bien de Roxana y tan mal de Soledad, por eso a la chusma se la veía tan asustada cuando Azul le dijo que quería hablar del anciano y por eso no le había dicho nada relacionado a la ausencia de su vecino. Claro: Ramón se hallaba encerrado en la casa de al lado, la de Vilmita, que era cómplice de Roxana. Una vez que Azul se dio cuenta de todo, fue a la casa marrón y tocó el timbre varias veces. Hasta que Vilmita salió a abrirle con cara de sorpresa y desagrado, la joven no esperó ni un minuto para accionar: la corrió de un empujón, para entrar a la casa, donde encontró al pobre Ramón atado a una silla y a su nieta vigilándome y diciéndole algo con un tono que hacía notar que no estaba muy feliz. Azul aprovechó la sorpresa de Roxana y la chusma, para desatar al anciano, quien la ayudó para que las culpables dijesen toda la verdad, a lo que ambas se negaron rotundamente, pero luego de que las amenazaron con llamar a la policía, las dos aceptaron con evidente enojo. Roxana contó cómo se había desarrollado todo el plan, de lo que Azul sabía todo, salvo que su compañera le había robado las pastillas somníferas a su madre, que tenía montones, debido a su profesión. También Vilmita habló y dijo que ella no había querido ser parte de esa asquerosa idea, pero que la nieta de su vecino la había puesto en un aprieto, ya que si ella no accedía a tener a Ramón en su casa, la joven la disfamaría diciendo un montón de barbaridades y no podía permitirlo. Pero Azul aún no estaba conforme, quería saber por qué Roxana había hecho todo eso, pero su compañera de clase se negaba a contestarle, así que tuvo que volverse a casa sin una respuesta, pero con una flor y la sonrisa de Ramón.


Al día siguiente, en el primer recreo de la escuela, Roxana se le acercó a Azul y le contó por qué. No fue por el dinero, ni por el viaje a Disney, si no por el encuentro que se producía cada día ante su abuelo y su compañera, al que ella veía desde una cuadra atrás. Eso era algo que no podía tolerar, sentía como si su abuelo la estuviese reemplazando, como si a ella no la quisiera, en esos momentos Roxana se sentía sola. Cuando Azul escuchó todo eso se sintió horrible, le estaba provocando sin querer a su compañera ese sentimiento tan triste, que ella tan bien conocía. No supo que decirle, así que la abrazó, como pidiéndole disculpas, como diciéndole que ya no iba a estar más sola, iniciando una amistad que sería para siempre. El recorrido que Azul realiza cada día desde la escuela a su casa, es su momento preferido del día. Esto no se debe a la tranquilidad que le produce caminar por las frescas y desoladas calles de su barrio. Si no a que va caminando con su mejor amiga y se encuentra con ese viejito, llamado Ramón, que le da una flor y le saca una sonrisa y esa señora llamada Vilmita, que le cuenta montones de historias. Porque ahora Azul no está sola.


EL MISTERIO DE ISABEL GARCÍA

Victoria Klein

La noche del 24 de Diciembre una llamada llegó a la oficina de Jackson, era un hombre, con una voz grave, rara, parecía una contestadora, el hombre dijo: “Ya está muerta, Isabel García murió, cerró la puerta para no volver”. Jackson se puso pálido, un escalofrío recorrió todo su cuerpo, sentía como si no pudiera moverse. De inmediato llamó a Robin, no atendía, Jackson le dejó un mensaje y luego tomó las llaves del auto, una campera y se fue; Al cerrar la puerta encontró que el picaporte estaba manchado con sangre, su corazón se había paralizado, respiro hondo y volvió a entrar para llamar a Robin, intentó unas 3 veces hasta que por fin atendió… -

Te estuve llamando le- dijo Jackson

-

Lo sé, vi tus llamadas perdidas…

-

¿Dónde estabas?

-

Con… con un amigo

-

Ah, nunca me hablaste de tu vida personal…

Y que querés que te diga, tengo una tía que se llama Marcela y otra que se llama Silvia, después tengo una prima que se llama Isabel… -

¿Isabel? – lo interrumpió Jackson

-

Si, Isabel, ¿qué tiene de raro?

-

¿Cuál es su apellido?

-

García, Isabel García.

Jackson se quedó mudo, hasta que le dijo “Nos vemos en el bar en 5 minutos” y colgó. Al llegar al bar Robin se sentó en una mesa junto a la ventana, cuando llegó Jackson lo vio muy alterado, se veía como caían gotas de su frente, miraba para todos lados, como si alguien lo siguiera.


-

¿Cuándo viste a tu prima por última vez? – dijo Jackson murmurando.

-

Habla bien, hoy a las 3:00 la llamé.

-

Shh, ¡callate! ¡Hablá más bajo!

-

Bueno calmate, ¿qué pasa?

-

Hoy llamo un hombre y dijo que Isabel García había muerto…

-

Debió haber sido una broma, no pasa nada.

¿Cómo que no pasa nada? ¿Y qué me decís si te digo que en el picaporte había sangre? -

Mirá, para que te quedes más tranquilo vamos a hacer una prueba de ADN.

Cuando esperaban Jackson se veía más tranquilo, vino una muchacha y les dijo que les llegaría un informe y que ya se podían retirar. Unos días después una carta llegó a la oficina, Jackson llamó a Robin para verla juntos; Al abrirla los dos se quedaron paralizados, en letra oscura decía “Isabel García”. Hoy leía el diario como todas las mañanas, en una de esas hojas decía “Dos detectives han muerto con 2 balazos en el pecho…” -

No sabés ¿quién fue? – Dijo una voz de mujer

-

Sí, fui yo, yo maté a Jackson y a Robin, feliz navidad Isabel…


¿VALE LA PENA PERDONARLO?

Santino Antonio

-”Ya van dos semanas de búsqueda y su cuerpo todavía no apareció”- Dijo el detective. -”¿Usted sabe algo Robert?”- Dijo el detective con tranquilidad. -”No, señor”- Dijo el sospechoso. -”Bueno, no necesito nada más de usted”- Dijo el detective casi enojado. Tras los días que pasaron el detective le ha hecho entrevistas a más personas no solo a Robert, pero claro hay uno que es el criminal. Sus entrevistados fueron: El vecino, el carnicero de la esquina, su mujer, algún familiar y el portero (Robert). Primero empezó por su mujer, no hubo duda en que el detective piense que fue ella. Contó que se había ido al supermercado y dijo que volvería pronto, pero cuando regresó él ya estaba muerto. Eso le hizo dudar que si antes de irse, lo pudo haber matado. Sus siguiente sospechoso fue el vecino, el punto de vista fue que había visto una sombra con un arma amenazándolo, pero él joven se resistió le sacó la pistola y el hombre sin temor alguno sacó un cuchillo de carnicería. De ahí en más el detective no lo pensó y dijo que había sido el carnicero. Pero una vez más cayó el detective, cuando fue a entrevistar al carnicero dijo lo siguiente: Que aquel individuo/a le compró un cuchillo para regalárselo a un amigo. -”¿Un amigo?, Por ahí ese “amigo” lo tenía en el pecho”- Dijo el detective riendo y a la misma vez serio. -”Bueno...mmm...gracias por su colaboración. Ah y una pregunta más ¿Quién era ese ”amigo”?”- Dijo el detective pensando que ya tenía al criminal. -”¡No se lo puedo decir detective!”- Dijo el carnicero.


-”¿Y por qué no?”- Dijo el detective con mucha intriga. -”Porque él me había dicho que si yo le decía algo a alguien a mi también me mataría”Dijo aterrado el carnicero. -”Está bien”- Dijo el detective. El detective ya estaba perdiendo la cabeza tras dos semanas de entrevistas y desesperación, pero al final… el detective pudo visualizar como fue la situación, todo esto se trató de una cadena. Su mujer se va, el carnicero le vende un cuchillo al criminal, la novia le deja la llave al sospechoso, pero el detective no se había enterado que el joven trataba mal a todo el vecindario. Eso le hizo pensar al detective que sí valía la pena perdonarlo, ya que no sabía eso. Pero a pesar de haber contado este relato, el detective estaba en la habitación donde apareció el joven, en la cama con un cartelito diciendo “Sos el siguiente”, el detective le dio miedo y decide irse, pero atrás de él le espero una sorpresa.


¿DóNDE ESTÁ EL NIñO DESAPARECIDO? Melanie Albornoz

Tomás había invitado a dos amigos, para hacer una pijamada. Los papás de Tomi se fueron de viaje justo ese día, por lo tanto no iban a estar. Pero su hermana sí, pero con sus amigos. Se hizo de noche, llegaron los amigos de Tomi, se pusieron a jugar, pero no sabían a qué. -yo quiero jugar a los retos. Dijo Tomi -Emmmmm….Nosotros también. Dijeron los amigos. Entonces empezaron a jugar, a uno de los chicos le tocó ir a la cocina con la luz apagada, pero solo. Tomás y su otro amigo lo esperaban, no regresó y fueron a buscar por toda la casa, sin embargo no lo encontraron. Inmediatamente llamaron a la Policía para que lo busquen. La policía no encontró huellas, rastros , ¡NADA!. La policía les dice a los chicos: -¡No puede ser, porque no hay nada! La policía se retira. Los chicos volvieron a revisar y no encontraron nada. Por eso llamaron a una detective que se llama Natalia. La mejor del mundo. Entonces mientras los niños esperaban a nati volvieron a revisar, pero afuera. Estaba lloviendo muy fuerte, los chicos encontraron un papel, se metieron rápido a dentro de la casa. Al llegar la detective, ellos rápidamente le mostraron el papel, entonces Natalia se los leyó, que decía así: -Si encuentra a N.Gómez llame al 4810953217. -¿Tendrá que ver con la desaparición de Felipe?-dijo Tomás La detective dice: -Todavía no lo sé, tengo que investigar. Espero que no tenga nada que ver es muy peligroso-hizo una pausa, y siguió-esperen acá hay vuelvo. - ¿A dónde vas?-dijo Camilo -Mejor que no te enteres.-dijo Natalia La detective fue a interrogar a los amigos de la hermana… -mejor hablen ahora o van a tener consecuencias. dijo la detective


-¿de qué hablas?. Dijo la hermana -Ustedes ya saben… -No, te juro que no sabemos de qué hablas. -De la desaparición de Felipe, de qué más voy hablar. -¡Que! ¿Desapareció un amigo de mi hermano? -Sí, ahora les voy a hacer preguntas y ustedes me la van a responder con la pura verdad. Luego del interrogatorio, Tomi y camilo ven que un amigo de la hermana se esta escapando y les pareció una actitud medio sospechoso para hacer un amigo de la hermana. -¿Qué crees que haya pasado?.-dijo Tomi. -No lo sé pero... la actitud de la detective ¿no te pareció medio raro? -sí. Puede ser ¿Llamamos a mis papas?.-Dijo Tom asustado. y camilo le respondió. -sí, van, no sé cómo quieras. -okey, mejor…la llamamos.-Dijo Tomi. -ok. Respondió Camilo. Después de que los niños hablamos con la mama de Tommy. La detective volvió aparecer. Y tranquilamente les dice: -No encontré rastros, huellas, no encontré ¡Nada! Paró la lluvia, la detective se va y los chicos rápidamente la siguen. La detective se dirigía a un “escondite”, donde estaba el amigo de la hermana y Felipe… -La detective les dice al amigo de la hermana y a Felipe:-Ahora vengo quédense acá les voy a decir a esos niños que no encontré nada. Los niños escucharon y se fueron rápido, para llamar a la policía. Los niños llamaron a la policía y mientras que llegara la policía dijeron: -¡Esperamos adentros! ,-así cuando llegue le decimos que ya sabemos a dónde están.-dijo Tomi -Bueno está bien. Dijo Camilo. Después de un rato la detective agitada les dijo: -no, encontré nada de nada… Tomi le dijo: -ya sabemos todo, no nos mientas ¡MAS! Llegó la policía y dijo -¿Quién fue? -Ella. Dijo Tom, apuntando a Natalia -N.Gómez-dijo el comisario. -Natalia Gómez está detenida, por hacer desaparecer a un niño. Dijo el policía. Arrestaron a la detective y fueron a buscar a los amigos. FIN


LA MENTIRA. Theo Castino

Santiago trabaja en un puesto de diario junto con Raúl y todas las tardes por el mismo lado de la calle, por el mismo sendero desolado de Buenos Aires, viene caminando Sol, la mujer que siempre pasa a comprar el diario “La Nación”.

Raúl siempre la atiende, porque yo no me animo animo a hablarle a chicas como ellas. - ¿Nación puede ser?- Grita Sol al pasar por el puesto. - Como no Solcito, ahí te lo doy- Le contestó Raúl. Quedando solos en la solitaria y fría vereda, Santiago y Sol callados en el infinito silencio se miraban, y cuando Santiago abre la boca para hablar, Raul interrumpe entregando el diario. Al pasar de los años, aquella vereda no volvió a ser recorrida por Sol. Raúl tristemente falleció por un infarto y el puesto de diarios quedó a cargo de Santiago. Mucho tiempo después decidió cerrar el puesto, y caminando por la calle se encontró con Sol, el corazón se le acelero, no le salían las palabras de la boca, otra vez ese silencio. - Santi, ¿cómo andas tanto tiempo?,¿Cómo anda el puesto?- Preguntó Sol - Lo cerré. - Tartamudeó. - ¿Por qué? ¿Qué pasó? - Falleció Raúl.- Santiago contestó apenado.


- ¿Y qué pasó qué no volviste a pasar por el puesto?- Preguntó Santiago. - Tuve que trabajar más para poder pagar una deuda que tenía junto con mi prometido. No solo me aleje de ustedes, también de mis amigas, familia; estaba sola.- Respondió Sol. - Prometido...- Dijo Santiago. - Si, él ocupa un cargo muy importante en el banco, él debe corroborar que el dinero esté todo donde debe estar.- Contestó Sol. - Además nos casamos hace unas semanas y saldremos del país por unos cuatro meses de Luna de Miel. - ¿Pero por qué saldrán por tantos meses?- Preguntó Santiago. - Él quería irse para tomarse unos días en el trabajo, y bueno, no lo voy a contradecir.Contestó Sol. - Y vos, ¿Conociste a alguien? Santiago sin saber en el problema en el que se metería contestó. - Claro que sí, se llama Laura. - Ah, me gustaría conocerla.- Dijo Sol - Podríamos juntarnos con mi prometido, Gabriel, Laura, vos y yo. Santiago hizo un gesto de molestia y Sol lo notó. - Si querés ¿No?, no te voy a obligar.- Aclaró Sol. - No, no hay problema.- Contestó Santiago otra vez sin pensarlo. - Bueno, ¿Te parece el Martes a la noche?- Preguntó Sol. - Dale, no hay problema, nos vemos. Los dos se despidieron y se fueron cada uno por su lado. Santiago desesperado por una pareja, le pidió a Jimena, su mejor amiga, si le podía hacer ese favor. El día martes, las parejas salieron hacia “Pepe Pizza”, y allí se encontraron. - Acodarte que te llamas Laura.- Le susurró Santiago a Jimena. - ¿Bueno, qué van a pedir?.- Les preguntó Gabriel. - Yo pizza con tomate.- Contestó Santiago. Después de la comida comenzó la charla para conocernos un poco más. Hablaron de cómo se conocieron Sol y Gabriel y después llegó el momento en el que tuvieron que mentir Santiago y Jimena, inventando que se conocieron en la calle. Luego salió el tema del trabajo, en el que Gabriel contó que demandó a una persona muy importante para el banco por hacer tratos ilegales y quedarse con la mayor parte del dinero, además ellos en algo dijeron la verdad; trabajaban juntos en un local de computadoras. Con el pasar de la noche Santiago saco el tema de la luna de miel. - ¿Y por qué decidiste irte durante cuatro meses fuera del país de luna de miel?- Preguntó Santiago con un gesto a Gabriel. - Necesito alejarme un poco del trabajo, ya sabes, para relajarme.- Contestó Gabriel. - ¿Y cuándo se van?.- Preguntó Jimena. - Dentro de un mes.- Aclaró sol. Después de un rato cada pareja decidió volver para su casa y quedaron en juntarse al día siguiente.


Otra vez en “Pepe Pizza” las parejas seguían hablando. Con el pasar del tiempo, Sol, Jimena, Gabriel y Santiago, comenzaron a fortalecer su amistad, y La Luna de Miel se acercaba. Santiago le comentó a Gabriel que tenía un problema en el trabajo, y a Gabriel se le ocurrió que podría trabajar con él, en el banco, así que ocupó el cargo de secretario para la persona que se ocupa de negociar tratos de gran importancia. Estaba en el trabajo, junto con Gonzalo, mi jefe, cuando me mandó a revisar unos papeles de hace unos meses, y revisando vi que había un archivo que contenía dentro un trato ilegal, en el que consistía en trasladar todo el dinero del banco a una cuenta privada. - Señor, ¿Me puede explicar de qué se trata esto?.- Pregunté sorprendido. En ese archivo se encontraba el proyecto, con la firma del mismo, de Gonzalo. Santiago le comentó eso a Gabriel y vio que no se sorprendió demasiado. Es verdad, es lo que él había contado en “Pepe Pizza”. - Si, igual no te metas en eso que ya está arreglado.- Respondió Gabriel. Ya en el aeropuerto, para despedirse de los recién casados, Jimena saludo a Gabriel y luego a Sol; Santiago hizo lo mismo, pero al saludar a Sol notó que al abrazarla, se le corrió la manga de la remera y vio algo parecido a un moretón, pero dijo que se había caído, así que no dijo nada. La pareja partió para Los Ángeles. Ya habían pasado dos meses desde que se fue la pareja, y allí los sorprendió una llamada. - Ho…hola.- Dijo alguien desde el otro teléfono, triste, llorando. - Hola, ¿Quién habla?.- Preguntó Santiago. - Soy… Yo…Sol.- Se escuchó entre llantos. - ¿Hola Sol?¿Cómo anda todo por allá?.- Preguntó. - Santi, pasó algo con Gabriel… - El murió… - Necesito que vengas con Laura, no quiero estar sola… - Sol, no lo puedo creer… ¿Qué pasó con él?.- No sé, cuando estaba volviendo del edificio me dijo que se reuniría con Gonzalo y cuando volví estaba tirado, muerto en la alfombra. - Mira Sol, Laura no va a poder ir está muy ocupada con el trabajo, si quieres voy solo. - Bueno, muchas gracias Santi. Se despidieron y Santiago consiguió un vuelo para ir dentro de una semana.

Llegó a los Ángeles y se encontró con Sol en el aeropuerto, no parecía tan triste. Fueron al edificio en el que estaba Sol y se instaló ahí. Yo no creía que fue un suicidio, así que le dije a Sol. - Sol, no se te ocurrió llamar a un detective.- Preguntó Santiago. - No, no, no, no quiero, no quiero meterme en eso, ya esta fue suicidio, no podemos hacer nada al respecto.- Aclaró Sol. - Sol, yo lo hago por vos, déjamelo a mí que yo me encargo. Sin dejar opinar a Sol, Santiago se puso a buscar detectives. Encontró a un detective que lo convenció, Rafael Merls, y no dudo en llamarlo.


El detective Merls ya había llegado al edificio y se puso a investigar. - Aquí en la alfombra se encuentran trozos de vidrio, ¿Señorita Sol, a qué se debe esto?.Preguntó Merls recogiendo un pedazo de vidrio. - No lo sé detective, no lo había visto.- Contestó Sol. - ¿Puedo revisar su basura señora?. Sin dejar que Sol abra la boca, levantó la tapa del tacho de basura y comentó. - Tal como lo sospeche, un vaso de vidrio roto. - Sol, me recuerda donde estaba cuando sucedió esto. - Estaba en la calle, mientras Gabriel estaba en una reunión y al volver él estaba aquí.Contestó desesperada. - ¿Una reunión con quién?.- Preguntó Rafael. - Con Gonzalo, el jefe de mi amigo, Santiago. - Señor Santiago, ¿Sabe usted de alguna problema entre Gabriel y su jefe?. - Bueno. Trabajando con el los últimos meses, descubrí un archivo ilegal. Esto mismo se lo comenté a Gabriel, pero él ya me había dicho que denunció a Gonzalo y los problemas se arreglaron.- Aclaró Santiago lentamente. - ¿Usted cree que él pudo haber asesinado a Gabriel?.- Preguntó Merls. - Pudo haber sido el, claro.- Dijo Santiago. Bueno, voy a ver que encuentro y los llamo cualquier cosa, nos vemos. A la noche, Santiago se acostó en el cuarto de visitas y Sol en su cama, pero al verla en el cuarto notó otro moretón en la pierna, pero supuso que debió ser de la caída. A la mañana siguiente el detective llamó a Santiago y se juntaron en un bar. - Usted siente algo por la señorita Sol, no me lo puede negar.- Dijo Merls mientras tomaba un sorbo de cerveza. - ¿Cómo lo supo?¿Es muy obvio?.- Preguntó Santiago. - No importa, pero le quería preguntar si, ha estado notando algunos cambios en ella. - No señor y la conozco hace tiempo. - Bueno, pero ¿Notó alguna cambio físico en ella?, ¿Algo?. - No, creo que no. Espere, pensándolo bien, si, en la pierna y en el brazo tenía moretones. - ¿Cree que el haya golpeado a Sol?. - No. No lo creo. El detective, observando el vaso de vidrio, se le vino a la cabeza una idea que no estaba tan mal. - Si Sol, en defensa propia, se defendía de Gabriel, por los golpes, y le pegó con el vaso de vidrio para liberarse de él. - No, no puede ser- Dijo Merls- ¿Qué pasaría con Gonzalo? - No lo sé, esto es muy confuso. Antes trabajaba en un puesto de diarios y ella dejó de venir por unos meses y al verla me dijo que debió trabajar de más para pagar algo de Gabriel y estaba sola. ¿Se habrá enojado y vengado por eso y los golpes?- Contestó Santiago. - Bueno, vamos a hablar con Sol.- Dijo Merls.


Al volver a la casa hablaron con Sol sobre el día del supuesto suicidio. - Sol, me podes volver a decir dónde estaba usted cuando sucedió este problema. - Estaba en la calle y Gabriel estaba con Gonzalo. - Bueno, me voy a dar una vuelta con Santiago por si no te importa.- Merls se despidió. No sabía a dónde íbamos, hasta que vi que subimos a la autopista yendo hacia el Aeropuerto. - Quiero hablar con administración por favor.- Le dijo Merls a Juan, un hombre de seguridad. Cuando entramos a una sala privada, el detective se saludó con un viejo amigo suyo. - Hola amigo, necesito que me hagas un favor.- Le aclaró a Facundo, su amigo. - Como no, ¿que necesitas?. - Me gustaría que revises todos los vuelos de Argentina a Los Ángeles y me digas si encontrá a Gonzalo Pereira en algún vuelo. Facundo se demoró 10 minutos en revisar todos los vuelos y al terminar aclaró que él no jamás había volado hasta ese destino. En la casa de Sol, Merls le repite la misma pregunta; - Señorita Sol, ¿Qué hacía usted mientras sucedió el trágico accidente?.- Preguntó. - Ya le dije estaba en la calle mientras…- ¿Mientras Gabriel estaba con Gonzalo...?- Interrumpió Merls. - Así es. - Miente...


EL ROBO CASI PERFECTO Tomas Gekdyszman

Estábamos allí sentados, mi amigo y jefe Morales y yo. Ya era casi medianoche y ninguno de los dos había dicho nada durante toda la cena, el agarro un vaso con agua lo tomo y me dijo: -Mañana salgo para Jujuy a primera hora, ¿Querés venir conmigo?- Me quedé sorprendido al escuchar esa pregunta. -Si por supuesto- respondí. A primera hora Morales toco bocina y gritó -Vamos Martínez que se nos hace tarde-, ya estaba listo solo me faltaba el sombrero, lo agarre y me subí al auto, que nos llevaría al aeropuerto. Llegamos a Jujuy a eso de las 10am, temprano para ver la escena del crimen e investigar algo. Bajamos del avión, agarramos nuestras valijas y cuando salimos nos esperaba la señora González, ella era bajita de pelo castaño, flaca, adinerada (por la vestimenta que llevaba) Estaba nerviosa. Nos llevó en un auto lujoso hasta su casa. Nos hizo entrar y nos dijo – Señores, los estuve esperando ansiosamente. Recurrí a ustedes porque dice que son los mejores detectives del país- Ambos sonreímos. Morales le contestó -Gracias María, vinimos hasta acá para ayudarla con el robo, por favor díganos detalladamente qué fue lo que sucedió-explicó con suma paciencia. -Primero, mi marido esa noche tuvo que ir al hospital a ver a su madre, se quedó a dormir con ella, entonces al darme cuenta de que yo estaría sola me puse un poco nerviosa y asustada, hasta que recordé, que hay un oficial vigilando la zona toda la noche. A la mañana siguiente desperté y vi un revolver tirado en el piso de mi dormitorio junto a unas migas de pan, observando en ese mismo momento la falta de todas mis joyas- Los dos escuchamos atentamente el relato de María.- ¿Sospecha de alguien? Pregunte. -Si del panadero ya que le debo dinero- dijo silenciosamente y con un poco de vergüenza la señora González.-¿la puerta estaba abierta? Pregunto de imprevisto Morales. María le contestó -No, pero la ventana del dormitorio si- Bueno dijo Morales -Yo voy a interrogar al panadero y vos (refiriéndose a mi) anda a comprar el almuerzo- me ordenó. Nos volvimos a encontrar en la puerta de la casa y le dije con una sonrisa en mi rostro – Lo encontré-. Entramos y procedí a contarles la historia. - Cuando salí me encontré con el policía, tenía la estatura exacta para pasar por la ventana y ver las joyas además, note que tenía la funda del revólver vacía, lo interrogue hasta que confesó haber sido é nl-


LA TRAICIóN Tobias Castresana

Ya era miércoles 12 de marzo y en la comisaría estaban todos trabajando excepto José, que fumándose un cigarrillo protestaba en su oficina a los gritos, se escuchaban hasta en los calabozos donde estaba Marcos y muchos más, éste estaba preso por robar las mejores armas blancas, es decir elementos que cortan. Él era muy malhumorado, así como José. Marcos siempre le hablaba al policía encargado, pero nunca le respondía. El jueves a la noche se escuchaban ruidos de ventanas que venían de los calabozos, nadie le dio importancia. El viernes a la mañana el policía encargado, como ya era su turno, fue a las celdas a controlar, en el camino se encontró un walkie talkie tirado en el suelo y más adelante otro policía encargado, muerto. Los presos estaban como si no hubiera pasado nada, pero la celda de Marcos y la de al lado, estaban vacías, se habían fugado. Era todo muy raro ya que dentro de cada una de ellas no había ningún rastro, excepto un inofensivo cordón. Rápidamente le avisaron a José. La única hipótesis que tenían era que Marcos con ese cordón abrió la puerta de su celda y luego abrió la celda de al lado desde el lado de afuera. -¿pero cómo hicieron para escapar si toda la noche en las oficinas

había alguien

trabajando y cómo asesinaron al policía? José investigó y llegó a la conclusión de que algún policía ayudó a Marcos y al otro prisionero, también le preguntó al encargado de los calabozos quien trabajaba a la noche en la comisaría. -trabajan Carlos, Julián y Amadeo. Contestó el encargado -¿Podrías describirlos? -Carlos siempre fue solitario, no estaba en una buena situación económica y nunca lo vi hablando con prisioneros. Julián era todo lo contrario siempre hablaba con todos, pero tiene antecedentes de una denuncia, igual ese jueves no vino. Y Amadeo tiene una característica muy rara siempre anda con su walkie talkie, ese jueves no le vi las llaves de los calabozos cuando se iba, me pareció algo raro, él ese día se fue antes. - gracias. Contestó José


José llamó a Carlos y a Amadeo y les preguntó si habían bajado a los calabozos. Amadeo contestó que sí, para controlar. Y Carlos también, pero él dijo que vio un walkie talkie tirado en el suelo. José ya tenía una conclusión. Amadeo fue el cómplice de la fuga. Y rápidamente se lo explico a los empleados. Amadeo le dio las llaves disimuladamente a Marcos y se fue rápido, por eso se le cayó el walkie talkie. Luego Marcos ahorcó al encargado con el cordón y lo dejó adentro de su calabozo para no dejar rastros. Abrió la celda de su compañero y se escaparon por la ventana.


El engaño Juan Cruz Lesbegueris

Era un barrio tranquilo, con muchas casas bajas y en mitad de cuadra sobresalía un edificio antiguo. Tenía alrededor de seis pisos con cuatro departamentos por piso. Los vecinos se conocían mucho, ya que la mayoría vivía ahí desde hace tiempo. El portero Miguel era un hombre un poco malhumorado que trabajaba allí desde hace muchos años. Vivía en el último piso en el 6 d, En el primer piso vivía un matrimonio de viejitos que todas las tardes salía a pasear a su perro, tenían algunas peleas con Miguel porque el perro orinaba justo después de que él limpiaba la vereda. Vivian también matrimonios con hijos pequeños. Un señor mayor que se había quedado viudo y casi no salía de su departamento. En el quinto piso vivía Mabel, una mujer de alrededor de 60 años, sola y muy quejosa, siempre le reprochaba al portero alguna cosa. Un día del mes de mayo se mudó al segundo piso un matrimonio. Eran callados, sobre todo la mujer, que ni siquiera saludaba a los vecinos. El marido siempre tenía cara de enojado, salía muy temprano a trabajar y volvía muy tarde. Pero un día Raquel la mujer del portero hizo sus valijas y se fue. Todos quedaron sorprendidos, la noticia corrió por los pisos y todos comentaban la separación. Desde ese día Miguel empeoro y su relación con los vecinos también. Desde ese día miguel se volvió cada día más cascarrabias y discutía con los vecinos, por cualquier cosa, por el perro, porque sacaban antes la basura, porque gritaban, porque los chicos ensuciaban el ascensor. Un día se peleó a los gritos con el matrimonio del perro porque lo encontró ensuciando la vereda y pateo muy fuerte al animal. Su dueño muy enojado quiso pegarle y aunque esto nos sucedió lo amenazo. La vecina del quinto piso pidió a la administración que echara al portero, este al enterarse la lleno de insultos. Miguel solo parecía ser amable con la nueva vecina, intentaba saludarla, hacerle algún chiste. Ella al principio ni lo miraba, pero con el tiempo entablaron una buena relación. El resto de los vecinos murmuraba sobre ellos, decían que podían ser más que vecinos. Una mañana Mabel se levantó para hacer las compras, cuando llegó a la planta baja la encontró sucia y desordenada, nunca la había visto así. Le llamo la atención que la basura estuviera en el mismo lugar que ayer y pensó que más tarde se quejaría con el portero.


Al volver de hacer las compras subieron a su departamento, y empezó la limpieza, almorzó y le llamó la atención no sentir ruidos en el piso de arriba, donde vivía Miguel. Por la tarde ya no pudo más de curiosidad y subió, tocó el timbre y nada, bajó a planta baja a buscarlo y nada, Se cruzó con vecinos y les preguntó si lo habían visto, pero no recibió noticia alguna. A la mañana siguiente Mabel se despertó temprano, a las seis, ese era el horario en que el portero limpiaba la vereda. Bajó pero no lo encontró. Empezó a preocuparse y toco el timbre a todos los vecinos para contarles. Decidieron llamar a la policía. A los diez minutos llegó el patrullero, bajaron los tres policías y un hombre que vestía un traje azul. Todos al mismo tiempo querían contar lo que pasaba. Los cuatro hombres subieron al departamento del portero, tocaron el timbre y nada. El hombre del traje azul era el inspector Gutiérrez, un hombre alto, callado, pensativo, trabajaba hace mucho tiempo en la policía y había resuelto un montón de casos, siempre iba con un cuaderno y una lapicera en su mano. y anotaba hasta los más mínimos detalles. Gutiérrez con voz tranquila les ordenó a los policías que derribaran la puerta, pero antes les pidió a los vecinos que se vayan cada uno a su departamento. Cuando por fin se quedaron solos tiraron la puerta abajo, el departamento estaba ordenado, revisaron todo hasta llegar a la habitación y allí encontraron a Miguel muerto en la cama. Llamaron a la ambulancia, los médicos lo revisaron y le comunicaron que estaba muerto que tenía un disparo en el pecho. El inspector Gutiérrez se puso a investigar el caso. Fue departamento por departamento preguntando a cada vecino. ¿Cómo era Miguel? ¿Sabe si tenía enemigos? ¿Había tenido una pelea? ¿Alguno escucho ruidos? El inspector sabía que no era un robo porque en el departamento había encontrado todas las pertenecías del portero. Interrogando a los vecinos se enteró de las peleas con el vecino del perro, con Mabel, con algunos vecinos de la cuadra por ensuciarle la vereda, con los de administración que ya no lo querían allí. Pero nada era suficiente para culpar a alguien. Siguió investigando, le faltaba interrogar algunos vecinos. El matrimonio que recién se había mudado por ejemplo. Al tocar el timbre les abrió el marido, amablemente los hizo entrar, El inspector empezó a preguntar y solo respondía el marido, ella estaba callada y parecía triste. Gutiérrez empezó a sospechar ¿Por qué esa mujer no decía palabra? Empezó a vigilarlos, pero todo parecía normal.


Una tarde volvió a ese departamento y encontró a la mujer sola, y aprovecho para preguntarle. Ella le contó que con Miguel eran amigos al principio, pero que poco a poco se fueron enamorando. Hasta que un día su marido se enteró y le dijo que iba a matar al portero. Con esos datos el detective ordeno detener al esposo de la mujer. Lo interrogaron revisaron su casa para encontrar el arma. El hombre reconoció que estaba muy enojado pero que nunca mataría a nadie. Y además esos días había viajado por trabajo y podía probarlo. El detective pensaba y pensaba y se sentía sin salida, hasta que recordó que Mabel le había contado que a Miguel su mujer lo había dejado hace unos meses. Busco su dirección y fue a verla. Al tocar el timbre la mujer abrió la puerta. El inspector se presentó y ella pareció preocuparse. Lo dejo entrar y le empezó a preguntar. Ella estaba nerviosa pero no parecía muy triste por la muerte de su ex marido, Empezó a decirle al inspector que él era un mal hombre que se lo merecía, cada vez más enojada. Gutiérrez sospechó y le pidió si podía revisar el departamento. Ella le dijo que no con cualquier excusa. Gutiérrez se levantó, la saludo amablemente y se fue. Pero decidió ocultarse y vigilarla. Cuando ya era muy de noche la mujer salió, llevaba una bolsa y su cartera. Caminó tres cuadras hasta que llego a un contenedor de basura grande y para sorpresa del inspector tiro un paquete. De inmediato volvió a la casa. El inspector rápidamente reviso la basura y encontró un arma. La llevo para que la investiguen, si era el arma que se había usado para matar al portero. Al rato ya tenía los resultados, era el arma. Se dirigió hasta la casa de la ex esposa, toco el timbre, la mujer abrió, no parecía nerviosa o asustada y mirándolo le dijo no me arrepiento.


SIN PALABRAS. Carolina Gonzalez

Esa mañana fue una mañana peculiar, entre al colegio junto a Lio, como siempre. Pero esta mañana algo andaba mal… En el colegio no había alumnos, igual eso no me resultó muy raro, como no estamos en los grupos de Facebook, whatsapp ni nada, nunca nos enteramos de nada, pero lo que si nos llamó la atención es que había personas de la policía y de investigaciones especiales. Nos acercamos para ver qué pasaba. La policía ya nos conoce porque hace tres años resolvimos un caso de un asesinato en pleno centro porteño, con tan solo 15 años. Lo que nos contestó el gruñón del jefe de policía, Mills, fue que este era un caso más difícil que el de la otra vez, que nosotros no podríamos resolverlo… Me retire, pero me fui para hablar con la que me ayudó la otra vez a entrar al caso, Gabriela Dawson. -Gabi... Cómo anda todo? – le dije - Todo bien, vos?- me respondió en un tono medio bajo. - Bien, pero como ya sabes, Lio y yo siempre queremos saber todo… Te quería pedir que me digas qué pasó y las pistas que tienen hasta ahora- le dije con firmeza - Bueno, yo te cuento todo lo que sé, pero vos no le digas al jefe, investiga todo por tu cuenta- me respondió con un poco de miedo a lo que le pasaría si el jefe se entera. Lo que pasó fue que un nene de 7° grado encontró rastros de sangre desde ahí cerca de la fuente hasta la mapoteca, pero la puerta de ella estaba cerrada del lado de adentro. Llamó a la maestra Michelle de sexto grado, matemática, y ella fue la que llamó a la policía. Destrabamos la puerta con lo que teníamos a mano porque capaz había una persona desangrándose que no podía esperar. Agarramos un clip del peinado de Michelle y la abrimos, pero solo pudimos ver que ya la persona estaba muerta pero no sabíamos quién era, porque el jefe había dicho que no abramos la mapoteca hasta que el llegara entonces, en cuanto escuchamos el auto del jefe llegando al colegio cerramos la puerta rápidamente con el mismo clip que la habíamos abierto. En fin… la asesinada era la maestra de geografía de 6°, los sospechosos son cada vez más, porque ella se peleaba con todos los profesores de su división, con la de fisicoquímica, con la de matemática, lengua, historia, biología y hasta con la de computación, que no comparte ni el aula. La hipótesis que tenemos hasta ahora es que se suicidó, porque la puerta estaba cerrada del lado de adentro, pero para mí es otra cosa… no sé pero suicidio seguro que no. Bueno, me tengo que ir, queda en sus manos porque la policía va a archivar el caso a menos que mañana, que van a venir de nuevo, encuentren algo que lo niegue- nos dijo.


-Bueno lio, ya escuchaste, tenemos un día para averiguar todo, venite a mi casa después del cole, charlamos todo y tratamos de averiguar más cosas-le dije con entusiasmo Después de la escuela Lio vino a mi casa como estaba planeado y luego de unas horas de investigación quedamos en que los sospechosos podían ser: - La maestra de fisicoquímica, porque deja toda sucia el aula cuando hacen algún “experimento” como los quiere llamar ella - La maestra de historia, porque no deja los libros bien ordenados en pilas perfectas de 5 libros cada una - La maestra de computación que nunca puede dejar a los chicos a horario para la clase de geografía 5 minutos antes - La maestra de biología, que tiene el mismo problema que con la de historia - La maestra de matemática, porque casi todos los días, la profesora de geografía se va a quejar con el director porque supuestamente nunca ayuda a los niños con sus tareas y aunque ella no se tendría que meter en eso, “le duele que los chicos no logren hacer su tarea”. Además, siempre tienen peleas en el aula - Y por último la maestra de lengua, porque ella apoya a las demás maestras y siempre las defiende. Bueno, con esto ya hecho, lo que tenemos que hacer es averiguar quién fue la asesina. Qué te parece si entramos al colegio por la puerta trasera, ya sabes, la que dejan abierta para el conserje, que da al aula de 3° y de ahí subimos un piso hasta la mapoteca y ahí no más de la fuente también esta 6°- le propuse. Rápidamente me contestó que era una buena idea, así que nos fuimos antes de que mi mamá llegara a mi casa. Cuando llegamos caminamos primero hasta el aula de sexto y no necesitamos ir a la mapoteca porque debajo de un estante había unas gotas de sangre. Luego debajo del escritorio algunas más y en el picaporte una especie de mano dibujada con sangre, parecía como si a alguien lo avisen empujado, se hubiese golpeado con el estante y luego lo hubiesen llevado hasta la puerta chorreando un poco de sangre y hubiesen querido abrir la puerta y tuviesen la mano sucia con sangre y por lo tanto hubiesen manchado el picaporte con ella. Lio rápidamente pensó que tal vez trataron de que parezca un suicidio y por lo tanto llevaron el cuerpo a otro lugar y cerraron la puerta con otra cosa que no sea una llave… sino hubiese parecido que la encerraron - ya sé!- Grito Lio. Para mí lo que paso fue: Estaban 2 maestras gritándose entre sí hasta que una empujó a la otra e inocentemente la mató/ desmalló con el golpe con el estante. Para que no parezca que fue su culpa la llevó a la mapoteca mientras que la víctima se desangraba poco a poco. Luego cerró la puerta con un clip para que parezca que se cerró del lado de adentro y todos pensaran que fue un suicidio. La asesina es Michelle. Uso el clip de su peinado para cerrar la puerta.


Esa es mi conclusión, yo creo que esta perfecta pero si querés para asegurarlo mañana tratemos de que Michelle confiese que la mató- dijo con su mayor tono de sofisticación. Dicho y hecho, al otro día interrogamos a la maestra y su primera respuesta fue llorar. Luego de unos minutos le volvimos a preguntar: - Sabes algo sobre el asesinato de la maestra de geografía de 6°? -sí, todo fue un accidente, nada fue intencional, primero que todo quiero que sepan esodijo llorando y muy triste. Nosotros le dijimos nuestra hipótesis, y ella no nos dejó terminar, junto y extendió sus maños hacia nosotros para que le pongamos las esposas. Pero como nosotros no teníamos esposas llamamos rápidamente a Gabi para que se la llevara. Luego de unas horas Gabi nos contó que Michelle estaba peleando con la maestra de geografía en el aula, como de costumbre porque temía que arruinase su reputación como maestra diciendo las barbaridades que decía frente al director y sin querer ella se tropezó con la pata de la silla , y la maestra de geografía empezó a golpearla, por lo tanto no tuvo más remedio que atacarla en defensa propia , la empujó sin intenciones de matarla o hacer que se desmalle pero no tuvo suerte… la mujer se desangró por el impacto. Michelle fue a la cárcel por 2 años nada más, porque pudo probar que lo que le hizo a la maestra de geografía fue en defensa propia. Ahora yo tengo 20 años, y hoy es un día muy importante porque Michelle sale de la cárcel, exactamente a las 2:00, Lio y yo ya la fuimos a visitar un millón de veces allí para ver cómo estaba, pero ella ya es otra persona, la prisión la volvió más mala, es decir, convivir con personas que cometieron crímenes etc. Poco a poco la fue haciendo una peor persona. En fin, por ser un día tan especial le propuse a lio ir a tomar algo al café que está a la vuelta de mi casa tipo 6, él me contestó que no había problema, como siempre, iba a estar puntual, a la hora dicha. Cuando llegué me senté en una mesita cerca de la ventana para ver si llegaba Lio, me quede sin palabras porque él nunca llegó…


LA DESAPARICIÓN Milagros Galfione Sofía una chica de 12 años, todos los días se volvía caminando de la escuela y para merendar, ya que siempre salía 16:30, iba al café “Havanna”. Allí se encontraba con su vecina Mirta Evans con la que llevaba una linda relación, pero a veces no la soportaba ni medio segundo. Sofía cuando no la aguantaba la llamaba, para su interior, la “vieja de al lado”. De esta manera la llamaba cuando por ejemplo, la trataba como un bebe y le apretujaba los cachetes. Pero sin embargo, aunque ella no quiera reconocer, es una de las personas con la que más tiempo pasaba. Sofía en el fondo de su corazón la quería mucho a la señora. Mirta siempre charlaba con Sofía acerca de su esposo Carlos, un hombre con mucha plata, el cual la había dejado un 5 de Mayo, por una razón que ni ella sabía. Todas las semanas eran así. Una tarde cuando Sofía entró al café no la vio a la señora y así sucedió por días y semanas. La señora Evans había desaparecido aquel cinco del quinto mes de nuestro calendario. Al día siguiente un montón de policías revisaban la casa de la mujer. Sofía estaba allí en medio. Escuchaba que los policías charlaban acerca de una desaparición. Sacó rápido de su mochila una hoja y una lapicera y anotó todo lo que llegó a oír. Cuando volvió de la escuela vio que entraba al edificio una persona que no había visto nunca antes, le pregunto quién era, dijo ser la prima de la señora, María Evans. Su aspecto era de una señora con mucho dinero y de un mal carácter. Nada que ver con la señora, eran opuestas. María no parecía la prima, pero lo era. Mirta la había nombrado en una de sus tantas historias que le había contado a Sofía, había dicho algo así: “Mi prima siempre estuvo celosa de mí, porque yo era “la preferida” como ella me decía. Yo no creía eso, estaba celosa de que yo había conseguido un muy buen marido con gran dinero, aunque ahora ya no pienso lo mismo. Ni siquiera mi prima cambió su humor y su forma de ser cuando él me dejó”. 7 de Mayo. Sofía anotaba en su cuaderno que le habían hecho una serie de preguntas a María. Sofía pudo darse cuenta de que aquella mujer estaba actuando, era muy evidente. 8 de Mayo. Los policías estaban revolviendo la casa, otra vez, y Sofía estaba allí en medio. Alcanzó a escuchar que uno de los que se encontraba en la casa, encontró una carta, con letra de mujer (cosa que el policía creía) en la que decía lo siguiente: Me voy. No sé cuándo volveré. Entonces los miembros de la policía se retiraron, diciendo que el caso estaba resuelto, la señora se había ido por su cuenta. Sofía no creía que esto fuese así, porque a donde iría Mirta…. solo pasaba el tiempo en el café y en su casa. Hijos no tenía.


Al escuchar que los hombres se marchaban Sofía paró a uno de ellos, que según su identificación se llamaba Cabo Germán Gómez, le pidió que le alcance la carta, con la excusa que la quería tener como recuerdo. German no entendió mucho, pero le dio la hoja y se marchó. 9 de Mayo. Sofía examinó bien la letra de aquella hoja. No era la de Mirta, ella lo sabía muy bien, ya que cuando tardaban mucho en traer el café además de charlar, ambas jugaban al ahorcado. Bajó entonces al hall allí se encontró nuevamente con María y le pidió que una hoja escriba lo que sea con su mejor letra, el motivo que le puso fue que: necesitaba mejorar su letra y como sabía que ella tenía una excelente caligrafía, porque se lo había contado la señora Evans, quería tener un ejemplo para luego copiarlo. La mujer sonrió y dijo: “- Por fin esa mujer dice algo bueno de mí”. Escribió y se fue haciendo ruido con sus tacos. 10 de Mayo. A volver del colegio, Sofía comparó la letra de la carta y la de la hoja en la que le había hecho escribir a María. No se parecía en nada. Sofía agarró su mochila y en el cuaderno donde había anotado lo que había escuchado de la policía y donde también anotó lo siguiente: Sospechosa: María No sabía qué hacer y si en verdad la mujer se había ido. Volvió a mirar sus anotaciones y tachó el nombre de la prima de la señora. 11 de Mayo. Sábado. Sofía se levantó temprano y encontró a su hermana Julieta desayunando. Julieta era la que estaba a cargo de ella porque sus padres trabajan en una empresa de viajes, y estaban viajando, como lo hacían todo el tiempo. La tele estaba encendida y hablaba sobre un hombre que se hacía llamar Charls. Cuando Sofía vio y escuchó lo que decía la tele, se le ilumino la mente de pronto se le vino un recuerdo a la cabeza: en una de sus tantas charlas con la señora Evans, esta le había contado que a su marido le gustaba que le dijeran Charls. Sofía siguió escuchando atentamente, el periodista decía que era un hombre que buscaba a su mujer que si alguien la veía vaya a San Juan y Colombres, que ahí era donde él vivía. Sofía gritó: -¡Ahí tengo que ir! ¡Tengo que comprobar si fue él! Su hermana se asombró al escuchar el grito y le preguntó qué sucedía. Sofía le contó toda la historia, no tuvo que llegar a decirle sus anotaciones para que Julieta este convencida de acompañarla a la casa de Carlos o Charls. Llegaron a San Juan y Colombres. No sabía el número de la casa entonces empezó a tocar el timbre de todas preguntando si allí vivía Carlos o Charls. En la quinta casa una voz grave respondió que sí. Sofía se quedó paralizada y su hermana dijo que era el cartero y que necesitaba que salga a firmar un papel. El hombre abrió la puerta y cuando esta se terminó de abrir allí estaba, Mirta Evans, atada a una pared. Aquella carta era toda una trampa para cualquier persona que quiera averiguar lo sucedido. Ahí Sofía entendió todo, lo que había sucedido fue que: Carlos se la había llevado a la señora y la había atada en el primer lugar que encontró con una soga bien gruesa. La tuvo allí por días, semanas.


Algo que Sofía no pudo descifrar fue la razón por la que se la llevó y mató de qué le servía, si pudo sacar una conclusión: Carlos era un hombre de pocas razones.


¡CASO RESUELTO!!! Catalina Alvarez. En el mes de Septiembre se inauguró el nuevo edificio de Radio Disney en Argentina. Para celebrarlo la empresa Disney brindó una fiesta con figuras de otros países y sus presidentes. Dicha fiesta se realizó en el piso diez del edificio en el cual se encontraban numerosos objetos de valor; a modo de recuerdo de la empresa Disney. En dicho piso se encontraba la réplica del vestido de Alicia confeccionados con seda Italiana, numerosos estatuillas de plata y de oro, y un Mickey de unos cuarenta centímetros de oro, realizado por el prestigioso artista plástico Jhonny. La fiesta fue un éxito, todo se desarrolló en perfectas condiciones. Los invitados eran alrededor de doscientas personas. Ellos disfrutaron distintos shows y un catering excelente de Buenos Aires news. El lunes siguiente a la fiesta todo cambió… El personal de maestranza que ingresó el lunes por la mañana denunció la desaparición de la estructura de Mickey, apenas entró al salón del piso diez para realizar la limpieza. Enseguida llamó a los otros funcionarios, y avisó a todos los jefes de la desaparición. El gerente general de Radio Disney decidió contratar al mejor detective de Argentina, Esteban Restinawi. Ya que el caso debía estar resuelto a la brevedad, para que llegara a los oídos de los jefes de Estados Unidos. Restinawi se presentó a la brevedad. Pidió una reunión con los altos jefes de Argentina. Se juntaron David Rowsef, su secretario, Peter Lanzuni, el gerente de programación, Fortunato Vartuli que se encontraba un puesto debajo de David, y el gerente de recursos humanos, Richard Alvarez. El detective les pidió discreción y que confiaran en su trabajo, que el caso se resolvería en menos de cuarenta y ocho horas. Pidió la lista completa de invitados con los datos personales de cada uno, los despidió y les dijo que siguieran su trabajo. Que él con su ayudante Rowen lo resolvería. Ellos fueron al salón del crimen. Buscaron y buscaron hasta que encontraron una huella de talle cuarenta por alrededor del Mickey de oro. Restinawi y Rowen ya sabían que no era de una mujer, ya que ellas en ese momento estaban usando tacos. Los sospechosos eran ciento veintiuno. Le pidió a Rowen que se fije en la lista quién calzaba cuarenta, mientras que él observaba la huella. Luego de la búsqueda solo quedaron cincuenta sospechosos. Ya que los demás eran mujeres. Entre los cincuenta sospechosos de encontraba el presidente de Disney Italia. Que justamente había discutido con el gerente de Radio Disney Argentina por problemas económicos. Esteban decidió ir hasta el hotel donde se alojaba el presidente de Disney Italia, Giorgio. Tomaron un café y charlaron. En la charla Giorgio le hizo notar a Esteban que el gerente de programación era una persona ambiciosa y con muchas ansias de poder.


Giorgio lo invitó a cenar pero este se disculpó ya que se dio cuenta que se dio cuenta que no era la persona que estaba buscando. Que debía investigar a Fortunato Vartuli. Le pidió a Rowen que le proporcionará los, mayores datos posibles de Fortunato. Cuentas bancarias, últimas transacciones realizadas, datos de familiares, mails, redes sociales, todos los datos serían importantes. En dos horas se juntaban en él Le Ble; los dos juntos vieron que Fortunato Vartuli debía muchísimo dinero y que en un mail enviado a un tal Francisco Pérez lo contrataba para robar la estatua y que él le proporcionará la credencial para ingresar el día de la fiesta a la radio. Ambos gritaron ¡Caso resuelto! Esteban dio aviso a la policía para detener a Francisco y luego a Fortunato.


EL VENENO OCULTO. Camilo Fiszson

Manuel Escobar había muerto envenenado a causa de cianuro de potasio, pero la policía no sabía cómo ni porqué él había ingerido ese veneno ya que tenía mucha familia, no padecía de enfermedades, sus hijos y él se llevaban muy bien y se amaban, por esos motivos los policías descartaron la posibilidad de suicidio y se centraban más en un posible asesinato. Luego de varias horas investigando y buscando pistas Nicolás González (el jefe de los oficiales), logró deducir que el cianuro de potasio que mató a Manuel Escobar estaba en los fideos que él había comido minutos antes de morir. Entonces al averiguar que los fideos estaban envenenados, Nicolás González fue a buscar al vendedor de estos mismos. Cuando descubrió que el lugar era una casa de pastas, fue de inmediato a interrogar a la cocinera. Esta se llamaba Marta, era un poco rellenita, de pelo oscuro, muy enojadizo y vengativo. Ella trabajaba prácticamente como en un restorán, hacia los fideos y salsa caseros, les ponía queso y entregaba el pedido con cubiertos incluidos. Manuel había encargado sus fideos con dos días de anticipación, el suficiente tiempo para que la cocinera consiguiera el veneno y le prepara a él solo una tanda de fideos envenenados, si se preguntan porque marta quisiera asesinar a Manuel la respuesta es simple; una vez hace muchos años Marta casi atropella a Manuel, por esa razón Manuel la insulto de mil maneras distintas y Marta tan enojadiza y vengativa como era se juró a sí misma asesinarlo algún día. Volviendo al tema, Nicolás González fue a la escena del crimen para llevarse una muestra de la comida a ver que contenía el veneno, pero cuando lo analizo ni los fideos ni la salsa ni el queso tenían veneno, él necesitaba pruebas de que marta era una asesina para poder arrestarla, pero no encontraba veneno en ningún lado no sabía qué hacer, hasta que recordó que los cubiertos también eran entregados por marta así que los más rápido que pudo fue a analizar los cubiertos y el tenedor tenía veneno.


ACTUAR SIRVE PARA MUCHO Micaela Nogueira

-Noooooo- dije desesperada y de repente se abrió la puerta de mi camerino. Por suerte era Santino, la mejor persona de ese set de grabación que había conocido. Me miró como si yo le tuviera que contar algo y ahí me acordé. Le hice señas de que cerrara la puerta, la cerró quedándose del lado de adentro y me dijo: - Sé qué te pasa algo, te conozco, decime, además pegaste ese grito que casi llega a la China - me miró y sonrío. No pude evitarlo y yo también me empecé a reír – Bueno, está bien, lo que pasa es que, ¿viste esos papeles?- Le hice un gesto con la cara. - No, ni idea de que me hablas - me respondió sin volver a pensar en lo que le había dicho. - Los papeles, el guion - y lo miré con un gesto que no sé cómo describirlo. - Aaaaaah, sí, el guion de la serie, ya te lo sabes? - Sí, va, más o menos, lo que pasa es que lo estaba estudiando y me llegó una llamada de un número privado. Cuando pregunté quién era no me contestaron y entonces corté.hice una breve pausa y seguí- Ni te vas a imaginar con lo que me encontré cuando me di vuelta. - No, no me lo imagino- me interrumpió. - Bueno déjame seguir. Emm…¿ por dónde estaba? - Por lo de cuando te diste vuelta. - Aaaa sí, bueno, entonces -seguí contando- cuando me di vuelta no estaban los papeles. Entonces me tiré al piso para buscarlos y vi una huella de una pisada, supuse que era mía. Hasta que me di cuenta de que era una pisada de alguien que calzaba cuarenta o algo por el estilo y como yo calzo treinta y siete. Me largué a gritar, bueno y ahí apareciste vos.- me ayudó tanto a desahogarme que me largue a llorar. - No te preocupes yo te voy a ayudar a averiguar quién fue el ladrón - intentó tranquilizarme. Su cara de preocupado me horrorizaba, pero decidí calmarme, aunque lo único que hacía era usar mis técnicas de actuación. Mis clases de teatro que tomé desde chica me habían servido de algo más que para solo estar en la televisión.


Días después, ya tenía sospechas de algunas personas. Mi primer sospechoso era Matías González, él había quedado fuera de la audición al principio. La segunda era Roberta Núñez, la que había perdido contra mí en ese papel tan fabuloso. Para averiguar donde vivían y sus números de teléfonos, le pregunté al guardia del set de grabación que tenía los datos de todos los participantes, aunque nunca los leen. - No imposible - me dijo - Pero por favor, los necesito, es una urgencia. -¿Por qué? Le conté toda la historia y me dejo pasar. -¿Australia? ¿Vive en Australia? Imposible, además su número era falso. Llame y era de una pizzería.-me acababa de dar cuenta de que era un mentiroso. Él se convirtió en el primer sospechoso y por mucho. -No me vas a creer si te digo esto- le dije al guardia. -¿Qué pasó?- me preguntó. - Falta toda la información de Roberta Núñez. - Bueno deja que yo me encargue de esa tal Roberta y apenas averigüe algo te aviso -me dijo desconcertado. - OK confío en vos. Hace todo lo imposible para averiguar algo. Me di vuelta y en ese momento…me surgió una duda. Entonces me volví a dar vuelta y le dije: -Che, una pregunta, si Matías y Roberta no quedaron, ¿por qué tienen un camerino en el set? - La verdad es que les dieron otro papel porque ellos también actúan muy bien. -¿Por qué yo no lo sabía? - Yyy…No sé, yo te dije pero viste que vos vivís en tu mundo y también sos un poco distraída – me dijo. Al rato de contarle lo sucedido a Santi, nos llegó un aviso: “Tienen una junta con el director Rodrigo González y el codirector Pablo Núñez”. - Dale Santi, a ver que buenas noticias tenemos ahora – lo miré y le reboleé los ojos. -Tenés razón, ¿qué podrá ser?


- Se me ocurrió algo – grité. - Contame, soy todo oídos. - ¿Qué te parece si anotamos todas las pistas? - Dale yo anoto. Decime las pistas que te acordás. - El sospechoso calza aproximadamente 40. - Pará – me interrumpió – me quedé pensando en los sospechosos y los directores. - No entiendo. - Tienen los mismos apellidos. ¿Casualidad? - No lo creo. – le respondí. -Stop, para despejarnos un poco, ¿por qué no actuamos algo? - ¿Te parece? - Obvio, dale, decí que sí. Please. - Ok – me dijo. - No entendí. Creo que a mí no me contestaste la pregunta, ¿o sí? - Sí - Vamos, suspiré. – ¿Podemos actuar a mi modo? - Dale, ¿pero cómo era? - Caminar por los pasillos escuchando formas de hablar, de caminar y de moverse. - ¿Lo haces vos y yo te espero acá? - Dale, ahí vuelvo. Caminando por el pasillo lo escuché, escuché los diálogos de nuestros papeles, del mío y del de Santi. Venía de la habitación de Matías pero también había una voz de mujer, era Roberta. Salí corriendo a contárselo a Santi. - No lo puedo creer.- me dijo. - Bueno, créelo. Al parecer el no buscar por un rato, hizo parecer que no nos importaba. - Pará – me interrumpió – ¿nos? - Sí, nos. Yo tenía el guion de los dos, pero ahora por lo menos sabemos quiénes fueron. - Digámosle a Juan, el acomodador, era policía – dijo desesperado.


- No, ni lo pienses – le dije. - ¿De qué no me tengo que enterar? - dijo, al aparecer por detrás. - No, nada - le dije sobreactuando. - Dale, confíen en mí. Se guardar secretos – dijo Juan. - Bueno - dije mirando a Santi. – Lo que pasó fue que…- y luego de explicarle todo: - Caso resuelto – gritó de repente – Los padres de los chicos éstos les pidieron que robaran los guiones para que ellos fueran los protagonistas. Al ver que ustedes no se rendían, decidieron echarlos. - ¿Echarnos?- dije sorprendida. - No nos dijeron nada – dijo Santi. - Los convocaron a una reunión, ¿no? – nos preguntó Juan. - Sí - contestamos a corito. - Bueno, era para echarlos. - ¿Y por qué nos contrataron?- pregunté. - Ese es otro misterio…



PESCA SANGRIENTA

Valentín Tomasone

El cuerpo apareció flotando en la orilla del río muy temprano a la mañana, ni bien amaneció, lo encontró su amigo y compañero de pesca después de haberlo buscado toda la noche, luego de pedir auxilio a unas personas que pasaban por el lugar dio el aviso a la policía. A la hora, la orilla era un escándalo de de policías, periodistas que se habían enterado prontamente y curiosos vecinos del lugar. Andaban por todos lados yendo y viniendo pisoteando todo alrededor del difunto, borrando todas las huellas que pudiera haber. Llegó el comisario Moralez y al ver aquella multitud en el lugar del hecho, se enojó y ordenó a su gente retirar a todos y poner las cintas amarillas que indicaban que nadie podía pasar en la zona. Se puso a dar una ojeada buscando entre los camalotes y yuyos de la costa, cualquier cosa que fuera de lugar y que le diera una pista de lo que podría haber sucedido en aquel lugar tan raro para encontrar un cadáver. Caminando en círculos mirando hacia abajo y de tanto en tanto se agachaba y levantaba objetos que los guardaba en su bolsillo. Luego vinieron los forenses, levantaron el cuerpo en una camilla y lo sacaron del agua, lo llevaron a una zona limpia donde pudieron hacer las primeras observaciones minuciosas del cuerpo, después de un buen rato llamaron al comisario y le dijeron que la causa de la muerte era un fuerte golpe en la cabeza provocado posiblemente por una piedra al resbalar por la orilla del camino, ya que además del golpe encontraron restos de piedra en la herida. El comisario Rolando Moralez llamo al compañero de pesca y le pidió que le contara lo sucedido, este contó su versión confirmando lo sospechado. Cuando se dirigían a pescar su amigo cayó por la a que barranca golpeando con las piedras y terminando su caída en el río, que al estar golpeado no pudo reaccionar y fue arrastrado por el agua. Él en su desesperación no quiso dejar el lugar y decidió esperar a que aparezca su compañero. Moralez pidió ver sus equipos de pesca, que según dijo estaban en la canoa, efectivamente allí estaba todo el equipamiento de pesca: cañas, rieles, carnadas y cajas de pesca. El comisario comenzó a examinar al hombre y distraídamente revisaba todas


las pertenencias. Levantó una caja y luego la otra. Preguntó porque una estaba tan pesada y la otra tan liviana. El hombre no supo que responder, el comisario inspeccionó la primer caja, esta se encontraba completa, llena de todo lo necesario para una profesional pesca. Se lo comentó al hombre quien le dijo que eran muy diarios sus días de pesca y siempre pescaban juntos. Luego tomó la segunda caja, esta estaba muy liviana y al abrirla la encontró prácticamente vacía, revisó sus lados y vio una deformación en su parte inferior, una abolladura. Rápidamente ordenó poner las esposas al compañero de pesca quien inmediatamente le dijo -¿Por qué? El comisario respondió que obviamente, él había dado muerte a su compañero dándole un golpe en la cabeza con la caja de pesca, luego para encubrir su crimen puso sobre la herida que él provocó restos de piedra y el cadáver lo depositó en la orilla del río, por ese motivo había pasado toda la noche ocupado preparando la escena del hecho. Desanimado el culpable quiso saber de qué manera lo descubrió, el comisario introdujo sus manos en los bolsillos y sacó unos anzuelos y algunas plomadas que había levantado en el lugar del hecho y dijo que en el momento de dar el golpe mortal con la caja de pesca la misma se abrió y desparramó el contenido en todo el lugar, cosa que el homicida no tuvo en cuenta para borrar todas las huellas de su crimen. Al momento el comisario quiso saber las causas por las que tomó la decisión de matarlo, a su amigo y compañero de pesca de tantos años. Este le confeso que momentos antes de salir a esta excursión de pesca su esposa le había confesado que lo engañaba con su mejor amigo. Por eso tomó la decisión de asesinar a ambos, pero la forma en que mató a su esposa es otra historia…


LA DESAPARICIÓN

Bautista Uzquiza Era un día como cualquiera Horacio salía de su casa como siempre , quiso saludar a la persona que hace un largo tiempo estuvo viviendo en la puerta de su casa y se dio que esa persona ya no estaba e inmediatamente propuso una reunión de toda la cuadra para saber que había pasado con su ya casi amigo . Los vecinos se juntaron y allí cada uno contaba, cuando había sido la última vez que lo habían visto y en qué condiciones estaba , si estaba nervioso , golpeado , etc. Después empezaron a recopilar información de internet, para ver si tenía familia o algún antecedente con alguien. Solo encontraron un viejo enemigo, por el cual el cual él se había marchado de su antiguo pueblo. Pero por las dudas siguieron investigando para ver si había algo más que pudieran ver y de ahí investigar, pero no llegaron a ver quién era su viejo enemigo .Y se dieron cuenta que cuando empezaron a investigar sobre el nombre del enemigo Horacio se puso muy inquieto y propusieron que intervenga la policía y Horacio se enojó mucho con los vecinos cuando propusieron eso y él dijo que ¨nooo de ninguna manera va a intervenir la policía¨. Sin embargo decidieron llamar a la policía y también era muy necesaria, ya el nombraba muchos sospechosos que el decía que podrían llegar a ser culpables. Pero en el proceso de la búsqueda parecía que se lo sabía todo, era como que ya lo había investigado todo. Y al fin de cabo los vecinos decidieron llamar a la policía. Pero cuando decidieron llamar a la policía se puso más inquieto de lo que ya estaba. Al intervenir la policía se pusieron a interrogar a todos los sospechosos que había nombrado Horacio y se dieron cuenta que ninguno de esos era el culpable como él mismo Horacio. Pero los vecino se empezaron a preguntar si la policía tenía razón porque el había designado una reunión de toda la cuadra para saber qué le había pasado a Jorge. Ahí estaba la cuestión Horacio quería que su amigo con el que charlaba todas las mañanas desapareciera. Y se dieron cuenta de que Horacio ya había tenido un inconveniente con Jorge. Y una vez que ya se lo había encontrado de nuevo ya temía que Jorge se quedara con todo lo suyo y que por eso Jorge era tan servicial con Horacio. Y después investigando en la biografía de Horacio vieron que era una persona con problemas psiquiátricos. Se descubrió que Jorge había sido internado con el nombre de Horacio Salas en un hospital psiquiátrico.


Luego de ser todo descubierto, Horacio había sido enviado a un hospital psiquiátrico para su posible cura. Y las ultimas palabra que dijo Horacio fue-Yo entre a la policía por el placer de matar gente o arruinarles la vida metiéndolos en una cárcel- y esas fueron sus últimas palabras escuchadas por los vecinos y se dieron cuenta que estaba más que loco estaba súper loco.

LA FAMILIA AFORTUNADA Santiago Pazos

EN 1961 en Alemania había una familia de 3 integrantes, Verónica Walter, y Sofía. Verónica era linda, de ojos marrones, con pelo castaño, amorosa y tranquila. Walter era alto, con pelo negro, con ojos marrones, muy bueno y pacífico. Sofi era linda, con pelo castaño, de ojos azules y tranquila. No era una familia de clase alta, pero tampoco de clase baja, tenían lo justo y algo más. les gustaba mucho pasar tiempo en familia, más que nada, a Walter, que trabajaba toda la semana, mientras que vero se ocupaba de mantener la casa en buen estado y de su hija, Sofía, que sea prolija, acomodada y que haga sus deberes. Hace tiempo atrás Vero, Walter y Sofi todos los fines de semana salían a pescar y pasar el rato. hasta que una noche oscura cambió todo. El 12 de agosto la república democrática alemana decide levantar un muro, eso separa muchas cosas, como: familias, amigos, amigos, escuelas y de más de eso, separa a Berlín en dos. De un lado del muro y del otro lado había un rio, hombres armados pensaban que ellos se querían escapar y los mataban. A Sofi le habían explicado que no se acercara al río por lo que había pasado del muro y los militares y que no debía gritar ni contarle a nadie esto. Sofi por desobediente se acercó al río, se tropieza y se cae al agua los militares dispararon rápidamente, el que se tirara moriría. >Sofí no sabía nadar porque solo tenía seis años. Walter se tiró al río para salvar a su hija, los hombres armados dispararon rápidamente. Vero gritó desesperadamente por la vida de su esposo y de su hija, pidiendo que no maten a su hija ni a su esposo. Un militar que les estaba apuntando se le vino a la cabeza pensar en su hija y levantó el arma. El hombre armado le avisa a sus compañeros de lo que estaba pasando y los demás hombres dejan de disparar. Ven a la chica y a Walter, que salen a la superficie ni del medio, ni del lado del muro, sino que del lugar donde cayeron, algo sorprendente, nunca había visto una situación como esa, los militares no lo podían creer.


Vero gritó mil veces gracias por lo que acababa de pasar. Sofí, Walter y vero se abrazaron los 3 llorando desconsoladamente, también lloraban de alegría y emoción. En esa situación los militares, pudieron haber matado al hombre y su hija rápidamente. Pero gracias a uno, no lo hicieron. Ver, Sofi y Walter nunca más fueron al rio. Yo lo llamo tener fortuna. Por qué Walter pudo salvar a lo más preciado en su vida¨, su hija.


UNOS DIAS ALGO OSCUROS Paloma Levy Nosotros vivíamos de juntar cartones y restos de comida que a otros les sobraba o no querían comer. Al mediodía mi estómago rugía como un monstruo en un armario. Mi mamá siempre que encontraba comida prefería dividirla en cinco, un pedazo para cada uno de mis hermanos, contándome a mí. Aquel día fue diferente. Santi, el hermano menor, tenía fiebre y mamá se había quedado con él en el refugio. Con mis otros tres hermanos, Lola, Isabel e Iván; decidimos separarnos para poder terminar más rápido el trabajo del día. Yo tenía que ir por el Pasaje Rivarola, por suerte allí estaba Sebas, un policía amigo con el que podía hablar. Entonces la vi, estaba envuelta en una bolsa negra en lo más alto del cesto de basura ¡era una pierna humana y junto a ella dos trapos con sangre! Me quedé en shock, luego de unos minutos logré tranquilizarme. Metí la bolsa en mi carro y continué con los demás tachos de la cuadra. Decidí no contarle nada de esto a mi mamá. Sólo se lo comentaría a mis hermanos para que estén al tanto. Cuando me reencontré con ellos tenían la misma cara de espanto que yo…Iván había encontrado una mano, Isabel un brazo y lo peor, Lola, había encontrado la cabeza. No lo podíamos creer. ¿¿Será la misma persona?? Era evidente que era una mujer, su larga y morocha cabellera indicaba eso. Con el corazón en la boca decidimos informarle a la policía sobre lo sucedido. Al llegar a la comisaría, un policía con unos bigotes largos y negros nos recibió muy amablemente pero nuestra sorpresa fue al llegar al despacho del comisario. Este lugar tan desagradable y un olor a cigarrillo nos hacían pensar que no estábamos haciendo bien las cosas. De todas formas nos quedamos. De repente un hombre un hombre alto y gordo con una barba larga hasta el tercer botón del saco, que pedía auxilio porque estaba a punto de descoserse. Una voz ronca preguntó: -¿Qué hacen aquí? ¿Qué hacen todas estas bolsas y cartones aquí dentro? Con temor a lo que podía pasar Lola, la mayor, respondió: -Nosotros somos cartoneros, vinimos a contarle que junto a mis hermanos hemos encontrado partes de un cuerpo humano- dijo con audacia- decidimos venir a decirle que creemos que forman parte del mismo cuerpo, sin embargo, aún no tenemos pruebas. Es evidente que es una mujer, no sé si le conté que encontramos una mano, un brazo, una pierna y la cabeza. Todos estaban envueltos en bolsas diferentes, en la cima de los tachos de basura, las tenemos aquí. Se las dejamos. El tipo se quedó helado, con cara de no saber qué decir, contestó: -Dejen las bolsas allí, ¡Ya se pueden ir! Al volver a casa nos pareció algo extraño que estuvieran cargando cajas en un camión, que se hallaba a una cuadra, sin embargo, no le dimos importancia. El día siguiente, como Santi seguía enfermo, seguimos con nuestra tarea. Esta vez decidimos ir todos juntos porque Iván, el más chiquito de los cuatro, tenía miedo. Nos tocaba ir por Rodríguez Peña, en la cuadra por la que íbamos había tres tachos. ¡Otra vez volvimos a encontrar una mano, un brazo, una pierna y una cabeza, todas envueltas en bolsas negras! Al igual que el día anterior llevamos las partes encontradas a la comisaría. Al entrar nos dimos cuenta que nos atendieron la noche anterior. Estos nos


trataban indiferentemente, como si no estuviésemos allí. Rápidamente nos escabullimos de la recepción buscando el despacho del hombre barbudo. Cuando entramos, el comisario se sobresaltó: -¿Qué hacen ustedes otra vez acá? -Encontramos más bolsas…-se adelantó Lola. El hombre se puso de pie y con gran fastidio nos dijo: -¡Yo no estoy para juegos de niños! Todos nos miramos, no entendíamos lo que el barbudo nos decía. Entonces gritó: -¡Abran las bolsas! ¿¿Ustedes creen que yo soy tonto?? ¿¿Qué no vi que eran maniquíes lo que hay ahí dentro?? Sin decir una palabra más nos retiramos, aunque yo seguía pensando que había algo raro. Una vez en la calle les propuse a mis hermanos que investiguemos por nuestra cuenta. No sabíamos por dónde empezar, entonces Isa dijo: -¿Y el camión que vimos ayer?- tenía dos años menos que yo y se le había ocurrido una mejor idea que la mía, que por cierto no la dije porque Isa me ganó de mano. Escondidos detrás de un árbol nos pusimos a observar que hacían con ese camión. Al rato nos sobresaltamos debido a una voz conocida que nos dijo: -¿Qué están haciendo acá, a estas horas? Pasado el susto nos dimos cuenta que era Sebas. Entonces le contamos todo lo sucedido durante los días anteriores. Mientras nos acompañaba a casa nos dijo que teníamos razón y que allí había algo raro y que él se iba a ocupar. Días después lo volvimos a encontrar y nos contó que gracias a nosotros habían podido atrapar al traficante más buscado del barrio, que utilizaba el camión para transportar sus drogas.


¿Quién mató a la madre del policía? Camila Gagliardone Y estaba ahí como lo había dicho mi madre. Estaba tirada en el suelo de su casa, bañada en sangre con el libro en la mano y la última hoja arrancada. No lo podía creer, nadie podía. El mayordomo fue el que lo comunicó pero mi papa me dijo que cuando fue a comunicarlo estaba muy nervioso y le sudaban las manos. Mi padre era uno de los policías que estaban investigando el caso, él estaba devastado con la

pérdida de su madre.

Yo quería ayudar pero no sabía cómo, en los cómics que yo leía era mucho más fácil y además mi papá no me dejaba ayudar. Un día me puse a investigar, lo único que sabía era el nombre del cuento ya que mi papá estaba leyendo el mismo pero él iba por el principio. No había encontrado mucho porque no podía entrar en la escena del crimen, pero sabía que el asesinato había sido entre las 9 y 10 de la noche y que el asesino no había tenido ninguna dificultad en entrar a la casa ya que las puertas y ventanas no habían sido forzadas ósea que el ladrón conocía la casa y como era su seguridad. Empecé a buscar más cosas para informarme y supe que algunas personas habían salido un poco más temprano de su trabajo, osea que alguno pudo haber tenido tiempo después para asesinarla. No sabía qué hacer, ni como seguir así que había decidido infiltrarme a ver el cuerpo de mi abuela. Fui con mi papá a la comisaría y mientras él estaba atendiendo unos casos, yo fui a ver. Cuando llegué nadie me vio y pude entrar sin problemas, y ahí la vi como la otra vez. Sin tocarla mucho, busqué algo que a los policías se les haya zafado pero nada. Me estaba por ir cuando se me vino algo a la mente. El libro. Lo empecé a buscar desesperadamente hasta que finalmente lo encontré. Y como me había pasado antes no encontré nada hasta que vi un poco de pelo donde debería estar la última página cuando lo vi algo negativo se apoderó de mí, algo que nunca hubiera podido creer. Y solo había una salida. - Pa ¿Nos podemos ir? - Si obvio, vamos - Pa, ¿Es verdad que no querés ser jefe en la comisaría? - Si es verdad, ¿por qué preguntás?


- Solo quería saber porque - Ah, bueno pasa que me gusta lo que hago pero no quiero meterme mucho porque mira, imaginate a tu abuela leyendo tranquila el final de su novela favorita, como lee que la protagonista muere por un asesinato y ella no lo puede creer. Pero no sabe que la muerte está más cerca de lo que cree… No escucho más porque tengo la respuesta a algo que anduvo en los diarios y programas de televisión. Una respuesta de la pregunta que ni siquiera la policía pudo responder. Una respuesta que no puedo creer. ¿Quién mató a la madre del policía? El policía.


CRIMEN INESPERADO Macarena Barcala

-Detective Montgomery, hubo un suicidio en el puerto. ¿Puede venir a investigar? – dijo el policía. -Claro.- Le respondió. El detective Hunter Montgomery, sabía que no se trataba de un suicidio, sino, ¿para que lo contactaron? Se puso su bufanda y fue al puerto. -¿Datos? – preguntó. -Mujer de aproximadamente 42 años, viajaba por trabajo. Encontrada hoy a las 5.30 am. Se vio que estaba armada y se disparó. -Mmm, OK. Entonces… ¿Para qué me contactaron? Es, claro, un suicidio. Buenos días.dijo mientras se preparaba para irse. Había algo que no le cerraba, pero lo ignoró y siguió con su otro caso, un homicidio. Lo único que tenía que hacer era encontrar huellas. A la semana, le llegó la noticia de otro suicidio. De un hombre extranjero. ¿Dos suicidios? ¿Seguidos? Según parece, se disparó. En ambas autopsias, se encontraba un elemento extraño en la sangre. Como que impedía que los nutrientes se distribuyan. Seguramente los dos habían tratado de quitarse la vida con una pastilla, no les funcionó y se dispararon. La mujer tenía un tapado rojo, bien maquillada, ninguna razón para quitarse la vida. El señor, casado por 23 años. El detective lo pudo notar por la alianza. Montgomery, noto 2 pares de guantes cerca de las escenas de los crímenes. ¿Se habrá tratado de un homicidio? Hunter descartó esa idea porque los dos pares estaban identificados. Se decidió a no seguir ese caso. Pasaron algunos meses, ocurrió otro suicidio. Montgomery ya se había olvidado de todos los datos que había colectado. -Recapitulemos – pensó –. Mujer de 42 años, se tomó una pastilla para quitarse la vida. No funcionó, se disparó. Hombre casado por 23 años, mismo caso. Y ahora, joven de 19


años, sociable, no tan bueno en estudio pero buena relación parental. También había guantes. -¿Y? – le preguntaron. - No se trataron de suicidios. Eran homicidios. El asesino era una mente maestra. Obligaba a sus víctimas a tomar una pastilla para que se mueran, no le funcionó en ninguno de los casos. Disparó a cada una de ellas. -Gran investigación, pero ¿Cómo encontramos al asesino? -¿Viste que los asesinos usan guantes para no dejar huellas? -Si…. -Bueno, este asesino en particular, compro guantes específicamente para no identificarse. De lo que no se dio cuenta, fue que, cuando agarró los guantes para ponerlos, tenía polvo en sus manos. O sea, hay huellas digitales en el exterior de los guantes. Encuentre al dueño de ese ADN y tiene a su asesino.


EL CHOQUE Y EL AMIGO

Luna Castresana

Un jueves de octubre de 2014, Joaquín, un empleado de un banco, llegó tarde a su trabajo porque había chocado. El jefe, Marcos Ferrer, le dijo que no se hiciera problema, ya que se trataba de una persona muy bien conceptuada. Preocupado por el hecho ocurrido, habló con su gran amigo, Pedro Cheret, que también trabajaba en el banco pero como cajero y tenía pelo largo, sobre el choque y le preguntó: -¿Pedro vos podrías ayudarme en algo muy importante? Preguntó Joaquín. -sí, si ¿en qué quieres que te ayude? Respondió con sorpresa. Resulta que no tengo suficiente dinero para pagar el daño del auto, entonces ¿vos me ayudarías a sustraer de acá, ya que no tengo acceso a las cajas? -mmm… déjame pensar, mañana te contesto. -bueno espero tu respuesta, estoy desesperado-Contestó Joaquín. Al día siguiente pedro habló con su amigo (Joaquín) que accedería a su pedido. El horario de salida de los empleados era a las 18:00. El lunes de la semana siguiente el superior de pedro y el contador fueron a realizar controles de las distintas cajas, pero se encontraron con algunas diferencias. Una de ellas estaba abierta sin llave, estas estaban sobre uno de los escritorios. Ellos rápidamente le avisaron a marcos, el desesperadamente llamo a un amigo que era detective.se llamaba pablo remolde, un muchacho de 42 años, muy trabajador y un buen compañero. Era alto y flaco, con ojos verdes, casado y con un hijo. Luego de su investigación el detective habló con marcos y le hizo varias preguntas: ¿Quiénes eran los últimos en irse del banco ese día? -Una persona de limpieza y vi a pedro trabajando en una hora extra. Respondió marcos. -¿hay cámaras en ese sector? -sí. -¿podrías mostrarme la filmación? Preguntó el detective. -sí, sí. Una vez observada la grabación pudo comprobar que el ladrón estaba peinado todo para atrás y era diestro ya que abrió la caja con la mano derecha. ¿Podrías describirme a estos dos sospechosos?


-claro. El empleado de limpieza tenía pelo largo y su situación económica parecía bastante apremiada porque siempre venía con la misma ropa .era un poco solitario porque nunca hablaba conmigo ni con los empleados. Y el otro es pedro que trabaja de cajero, un buen muchacho y también con pelo largo, siempre un calzado diferente. -¿los dos eran diestros? -si… eso creo Cuando fuimos al lugar donde había ocurrido el caso vimos que habían huellas de un hombre alto ya que calzaba 45.por esta pista el detective le preguntó al jefe si los dos eran altos. Marcos respondió que pedro era más alto que el empleado de limpieza. Rápidamente el jefe llamó a estos dos sospechosos y les pregunto que hicieron el viernes. -Yo estaba limpiando el sector de dinero porque habían muchos tickets en el suelo. Respondió muy nervioso. -¿Y usted pedro? Preguntó marcos -señor yo estaba realizando un conteo de dinero que me había dejado un cliente. – respondió -¿Cómo tenían el pelo en ese momento? -yo me lo había cortado el viernes antes de venir aquí. -yo señor lo tenía tirado para atrás. El detective ya había encontrado un culpable…


ECO EN EL ESPEJO

Yael Benadiba

Era tarde, yo estaba en mi recámara acostada en la cama oyendo música de una banda que me gustaba mucho. Mientras tanto, al lado mío estaba mi gata Tita durmiendo. Ella es una gata blanca como la nieve y su pelaje liso y suave como una pluma. En ese instante escuché un ruido fuerte que retumbó la casa, Tita asustada se había escondido debajo de la cama. Con curiosidad salí de mi cuarto y bajé por las escaleras, para mi sorpresa era mi mamá que estaba cocinando y se le había caído la olla de agua al piso. -¿Mamá estás bien?- Con voz de preocupada. -Sí hija estoy bien no te preocupes -Me respondió. -¿Te ayudo a limpiar mamá? - Sí por favor que hice un lío-. Después de comer subí a mi cuarto. Me empecé a sentirme mal, sentía que mi cabeza daba vueltas, llegué a mi cuarto y me acosté. Al rato me había quedado dormida. Esa noche tuve una pesadilla muy fea. Estaba en la escuela sola y un chico que estaba parado al frente mío, sostenía un cuchillo pequeño, de pronto se acercaba lentamente hacia mí, en ese instante me desperté asustada sobre lo que acababa de ocurrir, sonó mi despertador; ya era hora que me preparara para ir a la escuela. Desayuné cereales que me había preparado mi mamá, la saludé y me fui directamente a la escuela donde me esperaba mi amiga Lila. Ella es una chica muy divertida, alegre y nunca había perdido la Fe en mí. De pronto sonó mi celular y contesté, era ella: -¿Dónde estás? Ya estoy en la escuela esperándote. ¡Hay novedades! -con voz preocupada. -Ya estoy llegando espérame cinco minutos más- le respondí. -Ok te espero chau-y cortó. Llegué a la escuela unos minutos antes, Lila estaba parada en la puerta y con una gran sonrisa me miró. Se acercó a mí y me dijo: -Al fin llegas. ¡Dale que ya empezamos las clases!


-Ok entremos -le respondí con agitación. Todos estaban sentados en su banco, ya iba a empezar la clase cuando la maestra informó que un nuevo compañero iba a venir. Todos estaban hablando de quién sería el nuevo chico hasta que se la maestra interrumpió para que saludemos. La maestra dijo: -Bueno chicos, este es nuestro nuevo estudiante en la escuela. Ya podes pasar. Cuando se abrió la puerta vi unos jeans azulados, una remera blanca, una chaqueta con cuadrados y un bolso negro que parecía de cuero. Al entrar completamente pude ver su cara. Su pelo era castaño claro y sus dos ojos verdes claros como dos gemas verdes. Entre esos momentos no reaccioné, sentía que ya lo había visto antes. Después de la presentación dijo su nombre, se llamaba Alex. Al final de la clase me acerque a él y le dije: -Hola. Tú debes ser Alex por cierto- estreché mi mano para presentarme. -Ah, sí un gusto conocerte -me respondió con timidez. Después le pregunté si vivía antes aquí y me respondió que vivió en España hace cinco años y aquí hace dos años. Se había mudado a nuestro barrio hace poco. Me despedí de él, y me fui directamente para mi casa. Mi mamá me estaba esperando con la comida casi lista. En ese instante me acordé de Alex y le conté a mi mamá: -Ma... en la escuela hay un nuevo compañero ¿sabías? Le pregunté. -Ah, qué bueno y no sabía que iba a venir un nuevo alumno-me respondió. -Y ¿cómo se llama? Me miró con una gran sonrisa como si quisiera saber quién es. -se llama Alex- le respondí contenta. - Ah ¡Qué lindo nombre! Después de una larga charla con mi mamá prendió el televisor para ver las noticias, hasta que algo nos llamó la atención. -"Últimas noticias un asesinato en la escuela El cuerpo de Emmy Wool, estudiante de la escuela "Nuevo Sol”, la encontraron muerta en el baño de mujeres, falleció desangrada con una gran herida en la carótida. Se encontró una tijera cerca de Emmy Wool con la que le habían hecho el acto, también rastros de pelo cerca del cuerpo. Se cree que la culpable es una chica." Después de escuchar la noticia me sentía incómoda, porque la escuela "Nuevo Sol" estaba a dos cuadras de la nuestra.


Después de comer fui a mi cuarto a hacer mi tarea de aritmética. Escuché un ruido que venía de mi ventana así, que la abrí y por sorpresa era mi papá. Se le había olvidado las llaves así que le abrí la puerta. Después de que le abriera a mi papá, recibí una llamada perdida de un número desconocido así que llame a ese número para ver quién era. Después un señor me contestó. Su voz era muy ronca y un poco angulada. El señor dijo "hola ¿quién es?" me preguntó con un tono bajo "ah, sí" le respondí. Yo -hola ¿usted es el que me llamo? El señor: -si es Emmy Wool. Después de escuchar ese nombre me quede congelada sentía un escalofrío que me recorría por la espalda hasta que escuché un grito fuerte, "¡holaa!" y le dije al señor del teléfono: -Emm... yo no soy señor. ¿Qui...quién es? le respondí con temor-Soy Emilio Wool el abuelo de Emmy Wool y usted señorita ¿quién es? Desde ese momento no sentía las manos, estaba dura como el mármol, no me podía mover tenía tanto miedo que no sabía qué decirle, así que, corté. Me fui afuera a tomar aire en el balcón. Al otro día intenté llamar al teléfono que aparecía en el identificador de llamadas y nadie me contestó. Me desperté de nuevo después de otra horrible pesadilla: el chico, Alex, se acercaba a mí y se reía con un cuchillo ensangrentado. Los ojos verdes se iluminaban como el fuego y yo sentía que mis pies se quemaban. Me desperté gritando en ese instante y el cuarto se sentía vacío. Los muebles no estaban, las paredes eran grises y todo daba vueltas. Salí corriendo y no vi ni a mi mamá ni a mi papá, fui al colegio y había un señor horrible, estaba todo vestido de negro y gritaba "¡Emily Wool! ¡Emily Wool!" El reloj se detuvo marcando las dos. De pronto detrás mío apareció un lobo negro espantoso y corrí adentro de la escuela. Busqué a mi amiga Lili y la vi, de pronto, pálida al fondo del pasillo con la ropa toda desarreglada y sucia. Lloraba y tenía un cuchillo en la mano y me gritaba "¡no te acerques a mí!". Yo le decía que no le iba a hacer daño. De pronto sentí una respiración en la nuca, era un olor moribundo, me di la vuelta y era Alex con los ojos verdes ahora rojos y negros. Atrás estaba el viejo que seguía gritando. El lobo entró y señaló el baño de chicas.


Corrí hacia allá y me miré al espejo. Un aspecto gigante se asomó a mi espalda y los vidrios se rompieron con grito del viejo. En un pedazo roto en el piso me miré toda ensangrentada. ¡Emily Wool era yo! El miedo fue más de lo que podía soportar, sentía que flotaba al igual que estar como un eco en el espejo.


ASESINO INVISIBLE

Tomás Castera

Era un 18 de agosto en la ciudad de Londres, la mujer Saya Clinghton de 39 años, murió en su casa a las 16:30 de la tarde, en ese momento estaba sola es por eso que todavía no se sabía si había sido asesinada o si se suicidó. La denuncia la hizo el marido unas horas más tarde cuando llegó del trabajo. El detective Aaron McArthy su compañero Jack Grey intrigados en el tema, decidieron ir a investigar a la casa. Había muchas cosas tiradas, pero nada raro. Luego fueron a interrogar al hijo . -Buen día Señor Clinghton- Saludó McArthy -Buen día -¿Usted sabe que es lo que está pasando? -Sí, sí, señor, tengo mucho miedo -¿Nos puede decir quiénes son las personas que más estuvieron en contacto con tu madre? -Mirá, últimamente estuvo hablando con mi tía y con un amigo del trabajo. -Okey… ¿Y tu padre? -No, casi nunca se hablan y cuando se hablan se pelean, creo que se van a separar. -Y vos ¿Qué hacías cuando falleció tu madre? -Yo como siempre volvía de la escuela y cuando llegue….bueno…ya saben.-Dijo con una lágrima en el ojo. -Bueno gracias por darnos unos minutos de tu tiempo. Después de eso fueron a interrogar al padre, pero había algo que a McArthy no le cerraba, ¿Por qué el hijo apenas llegó a la casa no llamó a la policía, ni hizo la denuncia? Probablemente solo estaba asustado y listo. La verdad es que no le cerraba.


-Buen día señor Clinghton -Buen día -¿Usted dónde estaba cuando sucedió todo esto? -en el trabajo, obvio -Y ¿usted qué cree que sucedió? -Le soy sincero, no tengo la más pálida idea, pero seguro que no se suicidó, puede ser que nos peleemos mucho, pero tampoco para tanto -Bueno por lo que veo usted no es tan sospechoso -¡¿usted es sordo?! ¡¿No ha escuchado nada de lo que le dije?! ¡No debería ni ser sospechoso! -cálmese señor, otro día seguimos ¿ok? Luego fueron a hablar con la tía del hijo, osea la hermana de Saya, dijo que se llevaba bien con ella, el que no se llevaba bien era, además del esposo, un amigo del trabajo, pero casi nunca hablaban. McArthy volvió a ir a la escena del crimen para ver si encontraba algo más. Esta vez vio unas sogas, unos pedacitos de metal y un reloj cucú atrás de una estantería justo detrás de la mesa donde comía, desayunaba, merendaba, etc. Luego de todo eso pidió revisar el cadáver y cuando lo toco sintió todos los huesos rotos y aplastados. Eso significaba que el que la había matado no necesariamente tenía que estar adentro de la casa. Unas horas más tarde recordó que cuando interrogaron a la tía ella misma le había dicho que unas personas habían estado en la casa. El amigo del trabajo había ido a almorzar a la casa para arreglar las cosas y empezar a llevarse mejor, pero Saya nunca se había ido de la casa. También el esposo y el hijo, pero justo ese día la mamá fue a trabajar, el papa no y el hijo volvió temprano de la escuela, entonces estuvieron un largo rato solos. Un día después, McArthy apenas se levantó llamo Grey y le dijo que llame al esposo, al hijo y al amigo del trabajo y que vayan a la casa de Saya. Cuando todos llegaron dijo. -Buen día a todos, antes que nada, ¿Dónde está el amigo? -No podía venir- Dijo Grey


-Okey… eh estado investigando y pensando y ya se quien fue -Pues ¡díganos!- Dijo el hijo -¿Pero usted está seguro?- Dijo el padre -Si muy seguro… el asesino es… el amigo -Pero casi nunca hablan ni nada- Dijo el padre -Ya se pero la hermana nos dijo que el otro día almorzaron juntos acá -Pero si estaba enojado- Dijo el hijo -Por eso se juntaron acá a comer para supuestamente arreglar las cosas -Okey, ¿Pero cómo la mato? -Fácil, cuando Saya se fue al baño , el amigo aprovechó y colgó el reloj cucú detrás de la estantería con las cosas y puso pedacitos de metal donde iría el pajarito para hacer que cuando empuje la estantería no se rompa y caiga encima de ella. En ese mismo instante salieron corriendo a la casa del amigo. Cuando llegaron tocaron la puerta pero nadie les abrió, entonces tuvieron que entrar a la fuerza, apenas entraron Preguntaron por el amigo, pero lo primero que escucharon fue el silencio. Entraron a su cuarto y ahí estaba, colgando de una soga, con una nota al lado que decía: “nunca me encarcelaran”.


EL MISTERIO DE GERARDO

Santiago Fiorenza

Era todo normal para mí, la escuela, la familia y los amigos. Me sacaba buenas notas, bueno, lo de siempre. Mis amigos eran Tomás, Julián y Gerardo. Juntos teníamos una amistad que la nombramos F.T.G.J. Gerardo era rubio, con ojos azules, un poco inteligente y alto. Tomás, era morocho, ojos marrones, inteligente, bajo y flaco. Y Julián era como Tomás, pero rubio. Gerardo y yo veníamos cada día a la escuela, a diferencia de los demás. Aunque él avisa si no va. Un día escolar, y se acercaba un fin de semana, Gerardo viene desesperado hacia nosotros, yo pensé que llegaba tarde, pero no. -

¿Por qué esa actitud? –Le pregunté- ¿Te pasó algo?

-

Sí. Resulta que vi una persona misteriosa de negro y que en las noticias dicen que

hay ladrones en mi barrio, ya asaltaron casas al lado de la mía. -

Lo último me preocupa –decía Julián.

-

A mí también Juli –contestó Tomás.

Al día siguiente, después de dos días sería el “finde”, Gerardo no fue a la escuela y teníamos que hacer un trabajo de CS. S y dijo que no faltaría. Lo llamaba, con el permiso de la seño, pero no estaba. Hago lo mismo, a la tarde, pero no había nadie. Es viernes y todavía no hay respuesta de Gerardo. Empezaba a sospechar de aquel hombre de negro que él me contó. Les conté a mis amigos sobre esto. Y así en el fin de semana estaba investigando y pensando, hasta que… El lunes, regreso Gerardo. -

¿Porque no contestaste mis llamadas? –Le dije– ¿Te secuestraron? No, nada. Solo me enferme y mis padres habían planeado ir de vacaciones. Y me

llevaron a la casa de mis abuelos para cuidarme. -

Bueno, ahora decirles a los demás lo que te paso–suspiro– ¡AH! Y también, con el

trabajo de ciencias sociales. -

Dale

Creo que no fue de tanto, mi investigación.


UN CRIMEN MUY ENGAÑOSO Matías Hernández Alguien había asesinado al señor Adolfo. Su mujer intentó llamar a todos los detectives, pero ninguno estaba libre. Se enteró que había uno llamado Alfonso. Como no había alguien más para llamar, le pidió que viniera a ver la casa. Alfonso tiene 32 años. Es un poco serio, está casado y le gustan las preguntas difíciles. Aunque tenga hijos, ningún caso

es

difícil

para

él.

Cuando llegó a la casa se sorprendió al ver todo lo que tenían. Adolfo y su mujer eran bastante millonarios. El detective empezó a ver las pruebas. Había sangre en la ventana rota.

Se llevó un poco de la sangre. Después vio una nota de promociones

de salchichas con chicle adentro. Él dedujo que el asesino era un adolescente. Luego, fue a revisar la sangre. Pero en la revisión, se dio cuenta que era salsa de tomate. Más tarde, recordó

que

el

papel

era

de

una

tienda

de

salchichas.

El crimen era algo confuso: una de sus hipótesis era que uno de los trabajadores de la tienda había matado a Adolfo. Pero ¿por qué? Fue a investigar algunas tiendas de salchichas,

pero

los

trabajadores

nunca

lo

habían

visto.

Al día siguiente, en una tienda dijeron que lo habían visto, que era un cliente que venía mucho, hasta que un día dejo de ir. Nadie sabía por qué. Empezó a investigar el local y en un closet, encontró un traje todo manchado de salsa de tomate. Pero parece que era otro engaño: en realidad, la mancha del traje era sangre. Empezó a limpiarlo y encontró un nombre: Esteban. Pregunto por el dueño del local, pero no estaba, así que decidió volver a la comisaría. Al llegar se topó con el teniente Sánchez que le comentó que había otra pista, el señor Alfonso debía mucha plata a un prestamista. Alfonso le dijo que siguiera investigando esa pista mientras él buscaba al dueño del local, para preguntarle quien era Esteban. Él había dejado de trabajar hace mucho tiempo, dijo el dueño de la tienda –Él era muy bueno en lo que hacía, hasta que empezó a no hacerlo. Yo decidí despedirlo. Él dijo: “me vengaré sacándole lo que más les importe”. Adolfo era nuestro mejor cliente. Alfonso le preguntó por la dirección de Esteban y fue a su casa. Lo acompañaron varios policías. Cuando entraron, vieron su cuerpo en el suelo. El asesino sabía que lo iban a encontrar.

Por

eso,

se

había

suicidado.

Cinco días después, cuando cumplió 33 años, el detective encontró una hoja donde decía: “nos veremos pronto Alfonso”.


UN CAMPAMENTO TRÁGICO Agustín Casciero Antes de empezar, quiero aclarar que no por nada esto se llama “Un campamento trágico“, en este cuento van a empezar a desaparecer algunos de mis compañeros. Entonces los que quedamos vivos empezamos a buscar el porqué de estas desapariciones. Y cuando nos vamos del campamento, ocurre el desastre. 2016: Un nuevo y último campamento para nosotros. Luego de varios meses del anterior, decidí superar el trauma que tuve e ir de vuelta a Zárate. Fuimos con 6° al Ángel Gris llevando nuestras bicicletas, valijas y mochilas. Salimos de la plaza más o menos a las 8:00 AM. Fue un viaje largo, había bastante tránsito en la ruta y en la calle. Recuerdo el primer día, ni bien llegamos a la zona de camping ya se había perdido Nazarena, creo que los profes no se habían dado cuenta hasta la noche, cuando la llamaron pero no aparecía. Supusieron que estaba en el baño y ya iba a aparecer, hasta que vieron una nota diciendo: “Si no me ven, es porque me sentía mal y llamé a una ambulancia para que me saquen de acá. Nazarena, escrito a las 3:37 PM“ Los profesores supusieron algo, porque normalmente si alguien se sentía mal le decían a ellos y veían que hacían. Hasta sospecharon de mí, porque la letra era parecida a la mía… ¿Qué estoy diciendo? Nazarena mandó un WhatsApp… Dios, qué memoria la mía. Igual, sospecharon (no de mí), porque parecía muy raro, pero decidieron que había pasado lo que Nazarena mandó al celular de Mariano. Yo me preocupé, la verdad a mí también me parecía raro, pero lo seguí preguntando en mi cabeza… ¿qué le había pasado como para llamar a una ambulancia? Después le iba a preguntar… Además, me parecía raro que se hubiera ido ni bien llegó. Para mí, pudo directamente no ir. La cosa empezó a la noche, cuando me dijeron que habían visto unas luces rojas antes de ir al juego nocturno. No solo eso, sino que en medio de este, habían desaparecido Santino, Bautista, Valentina, Luciano Pérez y Tomás Freire. No sólo sospecharon de que en un momento desaparecieran 5 chicos, sino que todos mandaron el mismo mensaje que Nazarena, al mismo tiempo: a las 11:12 PM.


Yo me puse muy nervioso, porque encima pensaban que era responsable de esas desapariciones por mi cara tan pálida y el pequeño antecedente del año pasado que me morí del miedo. A las 12 AM nos fuimos a las carpas a dormir, excepto Theo, Zoe, Valentín, Victoria, Tomás G., Castera, Catalina, Simón, Goldín, Máximo, Ornella, Sol, Franco y yo, que nos fuimos con Darío a andar en bicicleta por la noche. Simplemente quería ver si algo le pasaba a los chicos, si iban a desaparecer y cómo. Hasta que volvimos a las 3:30 AM, no había pasado nada… claro, hasta que volvimos, porque justo en ese momento… habían desaparecido absolutamente TODOS. Sí, TODOS. No entendíamos qué pasaba, estábamos muy preocupados. Encima nos teníamos que quedar 2 días y una noche más, expuestos al riesgo de desaparecer. Lo peor de todo, es que mandaron el mismo mensaje que los otros chicos desaparecidos. Algo estaba ocurriendo, pero no sabíamos qué, ni quién hacía que pasaran. El segundo día nos despertó Zoe, diciendo haber visto sangre en el baño de chicas, y era verdad, pero encima decía: TODOS SUS COMPAÑEROS DESCANSAN EN PAZ. PD: LEAN LA NOTA. Al lado estaba la nota, que tenía esta escritura ininteligible: “PR KDB VDÑYDFLRP, SURPWR VHUDP KLVWRULD, HOSHCDPGR FRPWLJR, WRODV JHNGBVCODP“ Nadie de nosotros entendía lo que trataba de decir, hasta que recordé el cifrado ATBASH (tres letras después, por ejemplo: A en ATBASH es D), y traté de utilizarlo en la carta. Logré descifrarlo con éxito, pero no podía festejar, ya que lo que decía en la carta era impactante: “No hay salvación, pronto serán historia, empezando contigo, Tomás Gekdyszman. “ Terminamos de leer la carta y nos dimos vuelta para ver si Tomás estaba, pero no. Había desaparecido… bueno, al menos eso creímos hasta que nos dimos cuenta que fue al baño, jeje. Basta de risas, que esto fue serio, ya que él encontró una foto en la que no se veía nada más que negro y unas muy poco notorias lucecitas rojas. Preferí quedarme con la foto y tratar de ver si podía encontrar algo más, pero era en vano. Hasta que, con la luz del sol pude ver una persona, que tenía los ojos rojos. Les dije a los chicos que fueran a donde estaba yo para mostrarles esta figura humana de ojos rojos. Y luego Castera se dio cuenta de que había algo escrito detrás de la foto, que era algo así:


“Luces extrañas invaden el Camping Las Tejas. Según testimonios, estas luces habían sido capturadas en imagen por la única sobreviviente del último campamento en este Camping. La Nación, 20-LES DIJE QUE VAN A SER HISTORIA. Esa escritura en rojo era sangre de verdad, ah, y estaba en cifrado ATBASH también, pero me daba flojera poner eso como lo encontramos, así que solo lo puse en la traducción que hice. Nos dimos vuelta con cara de pánico, y no estaba Tomás, y esta vez en serio. Con Darío decidimos llamar a la policía y al micro para que nos viniera a buscar, porque como venían las cosas, ya estábamos dudando que alguno más de nosotros lograran sobrevivir. Para no volvernos locos, nos fuimos a dormir. Recuerdo que despertamos para merendar, y no estaban Ornela, Simón, Máximo y Goldín. Sólo habíamos quedado nosotros, los chicos de 7 y Darío. Por suerte había llegado la policía, que nos escoltó hasta el micro. Subimos al micro con nuestras valijas y bicicletas, y salimos de ahí de una vez. De lo cansado que estaba, encima que no pude dormir, me desmayé en el micro. Cuando desperté, el bus se paró en medio de la línea que separaba a Buenos Aires y… bue, no recuerdo cual ciudad. Era la figura humana la que nos detuvo. La policía salió del micro y le empezó a disparar, pero no le pasaba nada. Yo le dije al policía que parara, porque él las esquivaba. Entonces agarró un encendedor y prendió fuego el micro entero, que un minuto después explotó, y todos murieron. Luego de esa traumática experiencia, la policía me llevó a mi casa, y tal cual como decía la foto: sólo había quedado un sobreviviente. También recordé que esa foto la había sacado yo. Bueno, eso fue lo que pensé. Lo que en realidad pasó, fue que yo me había vuelto loco y pensaba que los chicos estaban desapareciendo, pero todos estaban bien, ni siquiera había una “figura humana”. Era todo un invento de mi cabeza. Así que cuando nos fuimos me desmayé del sueño, y justo cuando íbamos a llegar a Buenos Aires el micro chocó, prendiéndose fuego la parte de atrás. Los únicos que pudieron escapar fuimos el chofer, los profes y los que más cerca estaban de la puerta (entre esos estábamos, exactamente los que habíamos ido con Darío en bicicleta). El tema es que tuvimos muy poco tiempo para escapar encima que los chicos de atrás hicieron una estampida tratando de salir, pero se quedaron atorados, y el micro estalló con ellos dentro. Lo que hicimos (los sobrevivientes a ese accidente) fue irnos en unos camiones de policía. Si mal no recuerdo me tocó estar con Theo, Catalina, Franco, Zoe y Castera, y esta fue la conversación:


Yo:- Y por eso no me quería ir de campamento. Theo:- Al menos agradece que salimos vivos, digo ¿no? Franco:- Cierto. Pero perdí a un amigo… Zoe:- ¿Quién? Franco:- Nacho. Castera:- Y Tito. Catalina:- Eso me preocupa, pero más me preocupa lo que va a pasar en el colegio. Yo:- Imagínate cómo se van a preocupar por sus hijos muertos los papás. Zoe:- Sí, sobre todo los de Camilo y Emma, los de Tobi y Luna. Bueno, por suerte los nuestros (señalando a Theo y a sí misma) no. Castera:- Eu, ahora que lo pienso, ¿qué pasó con el que nos chocó? Policía 1:- Era un criminal, justamente estaba escapando de nosotros. Policía 2:- Digamos que, ahora está en ese auto (señala un auto de policía cercano). Franco:- Entonces… Agus, mirá al criminal. Vos soñaste que una figura espectral era la que prendía fuego el micro. ¿Era parecida a él? Yo:- A ver… ¡Sí! Catalina:- Qué raro… Theo:- Debe haber una explicación lógica. Yo:- Ya sé, probablemente cuando sentí el choque y vi a la figura espectral, en realidad era el criminal corriendo de ustedes (a los policías). Theo:- Sí, tiene sentido. Zoe:- Perdón que cambie de tema, pero… ¿Cuánto falta para llegar a la Plaza Ángel Gris? Policía 1:- Faltan… según el tránsito y la velocidad media a la que vamos… Policía 2:- No menos de media hora. Policía 1:- Exacto. Yo:- Un segundo, creo que el criminal estaba en el campamento… Catalina:- ¿Eh? ¿Dónde lo viste? Yo:- Creo que en… El Francés. Franco:- ¡Imposible! Ya lo hubiéramos visto todos. Yo:- Bueno, había escrito un grafiti que, creo, tenía escrito: VAN A MORIR. Castera:- ¡Ah sí! Estaba firmado por un tal… Rodrigo Hernández. Policía 1:- Si, definitivamente estaba en su campamento. Theo:- Y yo que ni me lo creía…


Yo:- Eu, tranquilo. Yo también pensé que era broma, y seguro todos también. Todos (menos policías, Theo y yo):- Sep. Yo:- Entonces… ¿Cómo fue que calculó cuando íbamos a chocar con él y a qué velocidad debía ir para chocarse con nosotros? Catalina:- Pero lo más importante de todo es ¿Por qué lo hizo? En fin… Después de ese momento que viví, nunca quise irme de campamento, porque a pesar de que lo intentara, nunca iba a superar ese trauma, combinado con el del año pasado. FIN.


EL GOLPE Nico Serafini Facundo Inifares se dirigía a la escena del crimen y el objetivo era claro. -Encontrá a ese maldito y treme el bolso-fueron las palabras que le dijo el hombre cuando entró a su oficina y le dio la plata, la víctima era Martin Castañares un estafador de un casino local que planeaba fugarse con su compañero, el actual cliente de Facu, con las ganancias obtenidas las cuales se encontraban en un bolso azul pero lamentablemente Martín tenía una mala reputación con muchas personas y antes de irse alguien lo sorprendió y lo mató en su departamento. Claramente el hombre quería el bolso para quedarse con la plata pero la paga era buena y Facundo siempre fue alguien que solo se preocupaba por él y no le importaban los demás. Al llegar al departamento Inifares pudo ver varios detalles. Primero el cuerpo de Martin tenía varios moretones y marcas de golpes. Segundo toda la casa estaba desparramada como si alguien se hubiese revolcado en ella. Y por último una manopla al lado del cadáver con manchas de sangre en ella. Facundo llamó a su cliente para informarle de lo que había visto y le preguntó sobre sospechosos -tengo a tres Ricardo Martínez un borracho adicto al juego que fue varias veces estafado por Martín, Nicolás Marjes un boxeador que fue expulsado de su profesión por luchar con manoplas bajo los guantes pero ese nunca tuvo algo que ver con Martín que yo sepa, y por último Alberto Bonafide otro estafador que fue delatado por Martin y esto le costó una paliza--bien seguiré desde hay-. Primero fue a interrogar a Ricardo lo cual fue inútil ya que nada más intentó acercarse el borracho le tiro piedras mientras gritaba -Ándate mal nacido-, durante el alboroto logro notar que estaba lastimado como golpeado y después que era muy agresivo. El siguiente fue el boxeador el que lo dejó pasar amablemente y respondió a todas sus preguntas parecía buen tipo. En su casa logró ver que había una manopla tirada junto a un par de guantes y que su armario estaba cerrado y con una pila de cosas fuera de este como si hubiera hecho espacio para guardar algo. Facundo decidió terminar con una pregunta -¿Cuándo fue la última vez que vio a Martín?-pregunto -creo que hace unos días pasaba por el casino y....-hubo un silencio-Perdón necesito que se vaya-. El último fue Alberto fue difícil hacerlo entrar en razón pero al final se pudo. Alberto parecía nervioso por cada pregunta que le hacía y siempre intentaba cambiar de tema.


Luego facundo se quedó pensativo en su oficina mientras le intentaba dar vueltas al asunto. Ricardo es claramente una persona muy violenta y llevaba marcas de golpes pero eso podía haber pasado por cualquier otra cosa, Nicolás había mencionado algo sobre una salida al casino y además estaba el detalle de su tramposo pasado súmale a esto que era boxeador y si tengo en cuenta que Martín murió a golpes es buen candidato pero es demasiado pasivo, y Alberto con solo mencionar el nombre Martin Castañares se ponía loco.

Todo era muy confuso hasta que recordó el armario de Nicolás esa pila de cosas como si hubiera hecho espacio para guardar algo así que se arriesgó llamó su cliente y dijo -fue el boxeador el bolso está en su armario-. Cuando los hombres de su cliente fueron a buscar a Nicolás este los vio entró a su habitación y se oyó un disparo el hombre se había suicidado y en el armario se encontraba un bolso azul


EL MISTERIO DEL PANADERO Nazarena Silva Era un sábado a las 3 de la madrugada, estaba durmiendo cuando sonó el teléfono: -¿Hola?- Dije con voz ronca- ¿Quién Habla? -Hola, ¿Oriana? -¿Quién habla? -El jefe de policía, Ramírez, necesitamos que mañana venga temprano a la comisaría. Iba a preguntar por qué pero Ramírez ya había colgado. No pude volver a dormir en toda la noche pensando en por qué la tenía que ir a la comisaría. Cuando vi en el reloj que eran las 5:30 me vestí y salí corriendo para ver que me esperaba allí. Al llegar pregunté por Ramírez, me dijeron que todavía no estaba, que generalmente iba a las 8:00. Tuve que esperar ahí hasta que el jefe se dignó a aparecer. -Bien, ya está acá –Dijo cuando me vio. -sí, desde las 5:30… -Bueno, la llame porque necesito su ayuda para resolver un caso. -¿De qué se trata? -Acompáñeme a mi oficina- Me dijo mientras abría la puerta. -¿Y…? ¿Qué es? -Un asesinato. -¿Y para que me necesita a mí? ¿Podría llamar a algún detective de un pueblo cercano? -Sí, pero, me cuentan que usted es muy habilidosa resolviendo misterios. -Sí, ¡adivinanzas! ¡No se parecen en nada una adivinanza a un asesinato! -Bueno… ¿Acepta? -No lo sé… Cuénteme más sobre el caso. -Bueno.

Fue el martes pasado cuando una señora llamo a la comisaria porque la

panadería estuvo abierta toda la mañana sin nadie que la atendiera. Cuando fuimos a ver encontramos el cuerpo del panadero en la cocina. Tenía un arma en la mano y un agujero en la frente. Pero lo que nos cerraba era por qué se había matado con la panadería abierta, era como si quisiera que lo encuentren. Entonces empezamos a preguntarles a algunas personas si él tenía algún enemigo. Y aquí entra usted, necesitamos que nos ayude a encontrar pistas, que encuentre la forma de averiguar sobre la vida de este hombre que parecía ser tan bueno. ¿Acepta? -Acepto.


-Perfecto, vamos -¿A dónde? -a la panadería Al llegar vi por primera vez un cadáver, lo tenían en una cámara frigorífica para que no se descompusiera, ¡UN ASCO! Por suerte mi trabajo no era examinar el cadáver era buscar pistas en la panadería. En un cajón, detrás del mostrador, tenía una “lista negra”, en ella estaba la gente que no era de fiar. Literalmente. No les fiaba a esas personas. Supongo que por alguna vez que les fio y nunca le llevaron la plata. “Martín Gómez” Era el primer nombre de la lista. Un hombre que no se llevaba bien con casi nadie del pueblo. Excepto con “Bárbara Domínguez” Segundo nombre de la lista. Fuimos a verlos y les preguntamos que habían hecho el martes pasado a la mañana. -Estábamos en Lobos. Unos amigos nos invitaron a quedarnos en su casa durante unos días.- Contestó Martín Ya que estábamos ahí les preguntamos si el panadero podría tener algún enemigo. -No que nosotros sepamos- dijo Bárbara –Pero no se llevaba nada bien con la señora Fernández… -¡Fernández!- Interrumpió Ramírez- ¡Fue la que llamó a la comisaría para avisar que había algo raro en la panadería! -¡Tiene sentido! Llamó para que no se sospechara de ella. Salimos corriendo de donde estábamos y fuimos directamente a la casa de la señora Fernández. Tocamos la puerta tres veces antes de que la abriera. Cuando la abrió, ni siquiera nos dejó hablar. -¡Hola! Gracias por venir, justo estaba por llamarlo. Estoy muy preocupada por lo que paso con Ricardo. -¿¡Con quién!?- Gritó Ramírez -Ricardo, el panadero. Qué pasó con él, estoy muy preocupada. -¡Está muerto y sabemos que lo mató usted! -¿¡Qué!? ¿Cómo que muerto? ¿Y cómo, y por qué, yo lo mataría? Era como mi hijo… En ese momento nos dimos cuenta que habíamos caído en una trampa.

Gómez y

Domínguez nos habían mentido. Eran ellos. Por algo era que estaban primeros en la lista.


Salimos corriendo hacia su casa. Nos faltaban dos cuadras cuando los vemos yendo con el auto a la salida del pueblo. Habíamos resuelto quién lo había matado, quiénes en realidad, pero habían quedado libres. Sin su merecido.

Hoy se cumplen cinco años desde la muerte de mis papás, los extraño, aunque no me acuerdo mucho porque tenía solo siete. Al principio me costó adaptarme a vivir con mis tíos, pero hoy son como mis segundos padres. En el colegio una gran mayoría siente lastima por mí, pero otros no tanta porque como dicen que yo soy famoso y tengo plata, piensan que mi vida está resuelta, bah, yo no soy famoso mis papás eran, y bueno fue lo que me heredaron... Hoy fue un día bastante normal, pase el recreo con Facundo y Tomás como siempre, la maestra me retó porque no hice la tarea, lo de siempre. Lo único que me llamó la atención del día de hoy fue una persona, era alguien normal, pero me sonaba familiar, no se una sensación rara, en un momento me pareció que me estaba siguiendo cuando estaba volviendo para mi casa, pero al momento que me di vuelta a ver si seguía allí ya no estaba, entonces seguí mi camino tranquilo, pero al pasar de los días este hombre sin identidad seguía apareciendo siempre en la puerta del colegio a la misma hora que yo salía y hacía el mismo recorrido que yo hasta tres cuadras antes de mi casa. En la cena estábamos todos sentados, mi tía, mi tío, mi prima Martina y mi primo Felipe. - Y ¿cómo les fue hoy chicos? preguntó mi tía como normalmente lo hace. - Bien contestamos los tres. Aunque me habían mandado una nota por tirarle la zapatilla a un chico por la ventana, pero no era el mejor momento para decirle, aunque nunca sea un buen momento. Era el momento perfecto para comentarle acerca del hombre. - Che sabes que hay un hombre en la puerta del colegio.... - Si Mate hay un montón de hombres en la puerta del colegio.- Se río mi tío -No, no, pero es un hombre que no es papá de ninguna chico, siempre está al horario que yo salgo del colegio y me sigue hasta tres cuadras antes de casa y después no se a dónde se va.- Les dije comente. Mis tíos se miraron con cara de preocupación, pero me dijeron que seguramente era cualquier hombre que estaba ahí de casualidad, que me quede tranquilo. No quede muy


satisfecho con la respuesta de mis tíos, algo no cerraba, habían puesto una cara de como si hubiesen visto un fantasma pero me dijeron que me quede tranquilo, o quizá era paranoia mía. Al día siguiente este hombre estaba como de costumbre, pero esta vez no me siguió hasta tres cuadras antes de mi casa, sino que esta vez se me acercó. -Hola. Me dijo casi susurrando.- Mi nombre es Rafael Gómez, y soy un detective. Le dije que mostrará la placa sino no iba a hablar con él. Me miro y me dijo con una sonrisa dibujada en la cara -Mira vos que bien, no sos ningún tonto, y me mostró su placa. - ¿Por qué me estás siguiendo desde hace semanas? le pregunté - Jaja, enserio me estas preguntando eso... Ya estaba empezando a dudar de haber confiado en este hombre. - Yo estoy investigando en caso de la muerte de tus papas, yo sé que ya se cerró el caso y todo eso, pero hay algo que no me termina de convencer, ¿Te molestaría si te pregunto algunas cosas? A mi sinceramente no me gustaba hablar del tema, de todas formas no tenía demasiadas cosas que decir pero bueno. -Mira que yo no me acuerdo de mucho porque era chiquito.- Le dije, pero insistí. Entonces empecé: Mis papás tenían una fiesta en Madrid entonces estaban yendo al aeropuerto y bueno un auto se cruz. -NO, NO, NO yo no quiero que me cuentes lo que dicen todos los diarios, me interrumpió. Por favor Mateo necesito que me digas cada mínimo detalle que te acuerdes de ese día, pero no como fue el accidente, sino cosas más específicas. Hice un esfuerzo y empecé de nuevo. - Bueno yo me acuerdo que mis papás tenían que viajar a Madrid, pero en realidad no llevaron nada, me refiero a ropa, no tenían valijas, me acuerdo porque me encantaba armar las valijas con mi mamá, pero este no fue el caso. Después me acuerdo que yo estuve semanas tratando de convencer a mis papás para que me llevaran de viaje con ellos, y me pareció muy raro que me hayan dicho que no, porque siempre los terminaba convenciendo. El detective Rafael estaba muy atento escuchando. Hasta que me interrumpió y me dijo: - ¿Vos sabes por qué yo te estoy haciendo estas preguntas cinco años después de la muerte de tus padres?


-No.- Contesté firmemente - Porque estuve analizando muy a detalle es caso de tus padres y hay un par de cosas que no me cierran. - ¿Como qué? pregunte - Todavía no te quiero ilusionar pero creo que hay posibilidades de que tus padres estén vivos. Cuando me dijo eso pensé “este hombre está realmente loco”.- Le dije- ¡Eso es imposible! - ¡NADA ES IMPOSIBLE!! ¿Vos viste el cuerpo de tus padres? o ¿creés que fue un accidente? hasta vos mismo me dijiste que tus padres no armaron valijas ni te quisieron llevar. Me quede impactado. -Pero como ya te dije son suposiciones, nada está confirmado, justamente estoy investigando para tratar de hacerlo. Mira nene yo voy a seguir investigando no sé si te interesa o no pero acá esta mi tarjeta. Cualquier cosa me llamas. Me fui a mi casa en shock. Le dije a mi tía que me sentía mal entonces me dijo que me fuera a dormir, pero obviamente con lo que me acabo de enterar no me podría ir a dormir. Entonces que mejor idea de llamar a Tomas y Facundo. Cuando llegaron tuvieron que entrar por la ventana porque mi tía no se podía enterar de nada de esto, sino pensaría que estoy loco. Cuando se lo conté a los chicos no lo podían creer. Estaba impactado. - Tenés que llamar al detective.- Dijo Tomás. - ¿Estás loco?, es un extraño.-Contestó Facundo - Pero le mostró la placa de detective a Mateo.- Aclaró Tomas - Pero capaz era trucha- Contestó Facundo - ¡Eso solo pasa en las películas Facundo!- Susurró Tomas - ¿Quién sabe? -BASTA. Grite, vamos hacer una cosa, díganle a sus mamás que se quedan a dormir acá, y nos vamos a quedar toda la noche investigando. Vamos a juntar los diarios, Los reportes, todo, y si llegamos a tener algo que podría encargar llamamos Rafael. ¿Está bien? Nos pasamos toda la noche investigando, pero siempre decía lo mismo, que había sido un accidente, que el chofer del auto que se descarriló estaba borracho y siempre lo mismo.


En un momento perdí las esperanzas. Facundo y Tomás estaban dormidos. Hasta que el sonido de mi celular los despertó. Era un número desconocido, pero identifique al toque que era el número del detective, atendí y me dijo que necesitaba hablar conmigo, que vaya a un café que estaba a cinco cuadras de mi casa. Nos pusimos las camperas y salimos de la casa sin hacer el menor ruido. Lo que si estábamos medios cortos de tiempo porque ya eran las 4:00am y a las 6:00am mi tío se despertaba para ir a trabajar. Estuvimos cinco minutos esperando a Rafael, la cara que puso cuando vio que no estaba solo fue una mezcla de sorpresa con un poco de rareza, pero no comento nada. Tenía unos portafolios que estallaba de papeles en la mano. -Estuve todo el día investigando y encontré unos datos curiosos, pero no son suficiente para afirmar las hipótesis. Igual les hice una copia de todo lo que investigue hasta ahora a ver si encuentran algo que me pase por alto. Llegamos a casa y todos seguían durmiendo, ya eran las 5:30. Leímos y leímos todo de arriba abajo, pero ya eran las 6:00am y nos quedamos dormidos. Al día siguiente Rafael me dijo que valla al mismo café, pero que esta vez vaya solo. Aproveche y anote en una libreta todas las “pistas” que pudimos conseguir. PISTAS -mi mamá había ido a cortarse el pelo ese día, pero en las fotos del accidente lo tenía igual que siempre. - En ningún lugar aparecía el nombre completo del borracho que provocó el accidente. -Mi papá siempre hablaba a escondidas con mi tía y cuando se fue al aeropuerto mi tía se Encerró en el baño y estuve allí como por dos horas. Fui al café solo y Rafael me felicito por todo lo que había descubierto. Esta vez el detective se veía feliz, no se notaba distinto. Me dijo que me iba a llevar a un lugar donde había pista que nos podrían servir. Fuimos al garaje del lugar, y me lleve una sorpresa, había un auto bastante caro y lujoso, pensé que la idea de los detectives era no llamar la atención, pero se ve que este no era el caso. Me subí y fue un viaje de como tres horas. Llegamos y era un lugar medio raro, era como una granja abandonada.


-Ayer seguir unas pistas que me trajeron a este lugar, creo que tus padres están aquí. Me dijo. Entramos a una especie de rancho, el detective se fijaba algo en su libreta pero no entendí que estaba haciendo. De la nada se escuchan unas voces y se asoman unas sombras. Y en un cerrar y abrir de ojos mis padres estaban nada más ni nada menos que al frente mío, en segundos mis ojos se llenaron de lágrimas que no podía contener. Luego de una mezcla de abrazos, besos y lágrimas me explicaron cómo y porqué pasó lo que pasó. Mi familia y por sobre todo mis papas son muy conocidos y tienen una gran cantidad de dinero, y mis papás tuvieron la mala suerte de tener que pagar una deuda de mi abuelo a un hombre de la mafia, entonces mis papas le pagaron la deuda, pero este hombre quería más de lo arreglado, entonces empezó a amenazar con matar a mi familia o a mí, entonces mis padres no tuvieron más remedio de hacerse pasar por muertos. Y el hombre que se hizo pasar por borracho era un amigo de mis papas que le debía un favor. Y Rafael era un amigo de mi padre que le hizo el favor a mi papa de ayudar a investigar, con razón me sonaba conocido Yo tenía tantas preguntas -¿por qué no me habían llevado con ellos? -¿Por qué no recurrieron a la policía? -¿Por qué no contactaron conmigo antes? Y muchísimas más, pero esas preguntas se fueron respondiendo naturalmente con el tiempo…


EL BOTÓN Valentina Gorini Sarah estaba en su casa leyendo un libro en su habitación, cuando su hermano la llamó. -¡Sarah!- gritó su hermano. -¿qué quieres?- preguntó entrando a su habitación. -Mama dice que es tu turno de sacar la basura- le dijo mientras escribe en su cuaderno. -¡Está bien!- dice saliendo. Sarah baja las escaleras y entra a la cocina, agarra la bolsa de basura y sale de su casa. Hacia un poco de frio, así que se apuró, tiró la basura y ve un papel volando por la calle. Con la curiosidad que tenía, agarra el papel y ve que se trataba de una chica desaparecida hace 4 años, su nombre era Rebeca Visconti, tenía 20 años. Como Sarah quería ser periodista, no iba a dejar pasar esta oportunidad, así que decidió guardarse el papel e irse. Cuando entró a su casa, entró a su habitación y decidió buscar en internet más información sobre la desaparecida. Encontró que ella vivía por el barrio Boedo, cerca donde vivía Sarah. También que su mamá había muerto cuando ella nació y que solo tenía a su padre y a su hermano mayor. Al día siguiente, se despertó, se cambió, se peinó y se fue a desayunar. Después de eso, agarró su mochila con su celular y sus llaves. Le dijo a su familia que iría a la casa de una amiga para hacer un trabajo de la escuela, pero en realidad, iba a visitar el barrio donde vivían los Visconti. Fue en su bicicleta, durante el recorrido, logro ver que en verdad era un lindo lugar para vivir, tenía unas hermosas casas bien pintadas y arregladas, con muchos colores y flores. Necesitaba información así que decidió tocar el timbre de la casa 726, que estaba un poco descuidada, y preguntar dónde se encontraba la familia Visconti. -Hola querida, ¿En qué te puedo ayudar?- decía una mujer amable de unos 70 años. -Quería saber ¿en dónde vive la familia Visconti?- Cuando Sarah preguntó, la cara de la señora se volvió seria. -¿Para qué quieres saber eso, querida?- preguntó la señora en un tono frío. -Es que quería visitar a mi vieja amiga, Rebecca.- le dijo a la señora. -No sé si sabías pero, Rebecca Visconti desapareció hace 4 años…- Sarah cambió la cara, de feliz a triste, para que la señora no sospechara. Le volvió a preguntar. -¿Sabe en donde se encuentra la casa así por lo menos lo saludo al padre?- dice algo apurada. -Sí, es la casa número 739. Pero antes de que te vayas, ten cuidado con el padre de tu amiga, desde que ella desapareció y su hijo se mudó, estuvo actuando raro- dijo la señora preocupada. -No se preocupe señora, yo me las arreglo. ¡Gracias por ayudarme!- le dijo a la señora sonriendo. En cuanto se fue, se subió a la bicicleta y buscó el número 739. Cuando encontró la casa, toco el timbre, como nadie respondió decidió tocar de vuelta. -¿Quién es?- preguntó un señor dentro de la casa. -Disculpe señor, eh… ¿usted es el padre de Rebecca Visconti?- dijo nerviosa.


-Sí, ¿por qué?- dice abriendo la puerta. -Porque necesito hacerle algunas preguntas sobre ella- dijo Sarah. El señor la agarró del brazo bruscamente y la guió al comedor. Sarah en verdad estaba un poco asustada sobre tal acción que acaba de hacer aquel hombre. Cuando entraron, Sarah pudo notar que el lugar estaba un poco oscuro y desordenado. -Siéntate- le dijo el señor de una manera fría y seria. Sarah se sentó en un sillón verde, con un poco de polvo.- ¿Para que las preguntas sobre mi hija?-Para ayudarlo a encontrarla-¿Cuántos años tienes, niña?- preguntó el hombre sentándose al frente de ella. -Tengo 23 años, mi nombre es Sarah Dupont, un gusto, ¿Cuál es su nombre?- preguntó. -Mi nombre es Andrés Visconti. Puedes empezar a preguntar, yo también quiero encontrarla- dijo un poco triste por lo último dicho. Andrés y Sarah estuvieron un buen rato tratando de resolver aquel misterio, ya los dos sabían que desapareció el 8 de septiembre del año 2000, justo el día que se mudó Ramiro, el hermano de Rebecca, que se llevaban muy bien. -¿Tenía alguna relación con la señora de la casa 726?, por lo que vi, su actitud es un poco rara. Me advirtió de usted- dijo Sarah tomando un poco de té. -Para mí siempre esa señora estuvo un poco loca, ella no confía en mí, pero en Rebecca sí, siempre iba a tomar el té los martes a la tarde…-¿Espera, qué día y a qué hora desapareció Rebecca?- preguntó exaltada. - Un martes a las cuatro- por un momento, Andrés no reaccionó, en cambio Sarah, fue la primera que lo hizo. -¡Hay que ir con esa señora, ahora!- se levantó bruscamente, después de unos segundos Andrés igual. Para cuando ya estaba al frente de la casa de la primera sospechosa, ya eran las nueve de la noche, estaba lloviendo y la mamá de Sarah la llama preguntando en dónde estaba, le dijo que se quedaría a dormir de la casa de una amiga y por suerte le creyó. Andrés toco el timbre, cuando la señora salió se sorprendió. -¿Qué hacen aquí?- preguntó la señora insegura. -¿queremos saber que hizo con mi hija?- preguntó Andrés desesperado. En ese momento un auto de policía se detuvo al frente de ellos, el policía bajó del auto y se interpuso en la conversación. -¿Qué está pasando aquí?- preguntó el policía con superioridad.


-Nada, nada, acá no pasa nada Eric, solo hablábamos. Y otra, al final ¿sabe quién robo mis joyas?- preguntó la señora preocupada. -No, perdón Bianca, pero también muchas joyerías han sido robadas y no sabemos cómo, porque solo se puede ver un agujero de más o menos 30 cm, y no creo que una persona mayor de edad quepa por ahí…- dijo el policía dándole una idea a Andrés. -También encontramos este botón, que atrás dice R.V.- dijo el policía mostrándolo a los presentes. Andrés lo agarró y observó, hasta que se alteró. Les dijo que tenían que ir donde vive Ramiro, su hijo. Eric, Andrés y Sarah se subieron al auto. Andrés le dio la dirección de Ramiro. En el camino, se veía que iba a empezar una tormenta. Andrés dijo que sus hijos hacían botones, y que el botón que encontraron en la joyería, decía R.V. que significa Ramiro y Rebecca Visconti. Llegaron a la casa de Ramiro. Se podía ver que era una linda casa en el medio del bosque. Eric les dijo que se escondieran así no los veía. Vieron a Ramiro salir de su casa con una bolsa llena de cosas, comida, ropa, sabanas, todo lo que se necesita para una persona, dirigiéndose al centro del bosque. Lo siguieron hasta una casa abandonada, el entró por unos minutos y después salió sin la bolsa. Apenas Sarah vio que estaba lo suficientemente lejos, salió de los arbustos y fue directo a la casa abandonada. Antes de que diera un paso más Eric la detuvo y le dijo que iría el primero. Los tres fueron por la parte trasera, entraron por la puerta y pudieron ver que la casa estaba muy fría, solitaria y sucia. Entraron a algunas habitaciones con un montón de cosas costosas. Fueron a la cocina y pudieron ver la misma bolsa que tenía Ramiro. Después de eso, fueron a la última puerta que les quedaba revisar. Cuando entraron a la habitación, vieron a una chica morocha, que parecía de unos 12 años, justo para entrar en un agujero pequeño, sin saber la presencia de los tres. -¿Rebecca?- preguntó Andrés. La chica se tensó al escuchar su nombre y al reconocer de quién era esa voz tan familiar. -Sí, soy yo…-dice mientras se da la vuelta, dejando ver esos ojos azules. Fue en ese momento que para Sarah paso todo en cámara lenta. Rebecca sacó un arma de su espalda y nos apuntaba con la mirada llena de furia, por otra puerta entró Ramiro también con un arma. Eric les apuntaba. Ramiro se puso de otro ángulo y disparó, dejando a Eric sin arma, dejándola lejos de su alcance. Los hermanos acercándose a los otros tres mientras los apuntaba y les decían que entraran al armario. Los encierran, y Sarah desesperada por encontrar una llave adentro, y los otros dos empujando la puerta


para poder salir. Después, Sarah se saca una hebilla del pelo y trata de abrir la cerradura. Cuando la abre ven que la habitación estaba vacía, la casa estaba vacía, sin nada, ni las joyas, ni los hermanos. Se podían escuchar los sollozos de Andrés y Sarah consolándolo. Pasó media hora y ya la policía estaba buscando evidencia de lo sucedido. Los padres de Sarah fueron allá para ver si su hija estaba bien, pero Sarah recibió tres meses de castigo. Desde ese día nunca vieron a esos dos de vuelta. Lo que sucedió, se empezó a expandir, pero de una manera un poco falsa. Algunos dicen que volvieron a estar con su padre, otros dicen que los encontraron y los encerraron, pero en realidad Sarah siempre supo la verdad de los hermanos Visconti


QUE PASO CON LOS PAPÁS DE MATEO Zoe Castino

Hoy se cumplen cinco años desde la muerte de mis papás, los extraño, aunque no me acuerdo mucho porque tenía solo siete. Al principio me costó adaptarme a vivir con mis tíos, pero hoy son como mis segundos padres. En el colegio una gran mayoría siente lastima por mí, pero otros no tanta porque como dicen que yo soy famoso y tengo plata, piensan que mi vida está resuelta, bah, yo no soy famoso mis papás eran, y bueno fue lo que me heredaron... Hoy fue un día bastante normal, pase el recreo con Facundo y Tomás como siempre, la maestra me retó porque no hice la tarea, lo de siempre. Lo único que me llamó la atención del día de hoy fue una persona, era alguien normal, pero me sonaba familiar, no se una sensación rara, en un momento me pareció que me estaba siguiendo cuando estaba volviendo para mi casa, pero al momento que me di vuelta a ver si seguía allí ya no estaba, entonces seguí mi camino tranquilo, pero al pasar de los días este hombre sin identidad seguía apareciendo siempre en la puerta del colegio a la misma hora que yo salía y hacía el mismo recorrido que yo hasta tres cuadras antes de mi casa. En la cena estábamos todos sentados, mi tía, mi tío, mi prima Martina y mi primo Felipe. - Y ¿Cómo les fue hoy chicos? preguntó mi tía, como normalmente lo hace. - Bien contestamos los tres. Aunque me habían mandado una nota por tirarle la zapatilla a un chico por la ventana, pero no era el mejor momento para decirle, aunque nunca sea un buen momento. Era el momento perfecto para comentarle acerca del hombre. - Che sabes que hay un hombre en la puerta del colegio.... - Si Mate hay un montón de hombres en la puerta del colegio.- Se río mi tío -No, no, pero es un hombre que no es papá de ninguna chico, siempre está al horario que yo salgo del colegio y me sigue hasta tres cuadras antes de casa y después no se a dónde se va.- Les dije comente. Mis tíos se miraron con cara de preocupación, pero me dijeron que seguramente era cualquier hombre que estaba ahí de casualidad, que me quede tranquilo. No quede muy satisfecho con la respuesta de mis tíos, algo no cerraba, habían puesto una cara de como


si hubiesen visto un fantasma pero me dijeron que me quede tranquilo, o quizá era paranoia mía. Al día siguiente este hombre estaba como de costumbre, pero esta vez no me siguió hasta tres cuadras antes de mi casa, sino que esta vez se me acercó. -Hola. Me dijo casi susurrando.- Mi nombre es Rafael Gómez, y soy un detective. Le dije que mostrará la placa sino no iba a hablar con él. Me miro y me dijo con una sonrisa dibujada en la cara -Mira vos que bien, no soy ningún tonto, y me mostró su placa. - ¿Por qué me estás siguiendo desde hace semanas? le pregunté - Jaja, enserio me estas preguntando eso... Ya estaba empezando a dudar de haber confiado en este hombre. - Yo estoy investigando en caso de la muerte de tus papas, yo sé que ya se cerró el caso y todo eso, pero hay algo que no me termina de convencer, ¿Te molestaría si te pregunto algunas cosas? A mi sinceramente no me gustaba hablar del tema, de todas formas no tenía demasiadas cosas que decir pero bueno. -Mira que yo no me acuerdo de mucho porque era chiquito.- Le dije, pero insistí. Entonces empecé: Mis papas tenían una fiesta en Madrid entonces estaban yendo al aeropuerto y bueno un auto se cruz. -NO, NO, NO yo no quiero que me cuentes lo que dicen todos los diarios, me interrumpió. Por favor Mateo necesito que me digas cada mínimo detalle que te acuerdes de ese día, pero no como fue el accidente, sino cosas más específicas. Hice un esfuerzo y empecé de nuevo. - Bueno yo me acuerdo que mis papás tenían que viajar a Madrid, pero en realidad no llevaron nada, me refiero a ropa, no tenían valijas, me acuerdo porque me encantaba armar las valijas con mi mamá, pero este no fue el caso. Después me acuerdo que yo estuve semanas tratando de convencer a mis papás para que me llevaran de viaje con ellos, y me pareció muy raro que me hayan dicho que no, porque siempre los terminaba convenciendo. El detective Rafael estaba muy atento escuchando. Hasta que me interrumpió y me dijo: - ¿Vos sabés por qué yo te estoy haciendo estas preguntas cinco años después de la muerte de tus padres? -No.- Contesté firmemente


- Porque estuve analizando muy a detalle es caso de tus padres y hay un par de cosas que no me cierran. - ¿Como qué? pregunte - Todavía no te quiero ilusionar pero creo que hay posibilidades de que tus padres estén vivos. Cuando me dijo eso pensé “este hombre está realmente loco”.- Le dije- ¡Eso es imposible! - ¡NADA ES IMPOSIBLE! ¿Vos viste el cuerpo de tus padres? o ¿Creés que fue un accidente? hasta vos mismo me dijiste que tus padres no armaron valijas ni te quisieron llevar. Me quede impactado. -Pero como ya te dije son suposiciones, nada está confirmado, justamente estoy investigando para tratar de hacerlo. Mira nene yo voy a seguir investigando no sé si te interesa o no pero acá está mi tarjeta. Cualquier cosa me llamas. Me fui a mi casa en shock. Le dije a mi tía que me sentía mal entonces me dijo que me fuera a dormir, pero obviamente con lo que me acabo de enterar no me podría ir a dormir. Entonces qué mejor idea de llamar a Tomás y Facundo. Cuando llegaron tuvieron que entrar por la ventana porque mi tía no se podía enterar de nada de esto, sino pensaría que estoy loco. Cuando se lo conté a los chicos no lo podían creer. Estaba impactado. - Tenés que llamar al detective.- Dijo Tomás. - ¿Estás loco?, es un extraño.-Contestó Facundo - Pero le mostró la placa de detective a Mateo.- Aclaró Tomas - Pero capaz era trucha- Contestó Facundo - ¡¡Eso solo pasa en la películas Facundo!!- Susurró Tomas - ¿Quién sabe? -BASTAA. Grite, vamos hacer una cosa, díganle a sus mamás que se quedan a dormir acá, y nos vamos a quedar toda la noche investigando. Vamos a juntar los diarios, Los reportes, todo, y si llegamos a tener algo que podría encargar llamamos Rafael. ¿Está bien? Nos pasamos toda la noche investigando, pero siempre decía lo mismo, que había sido un accidente, que el chofer del auto que se descarriló estaba borracho y siempre lo mismo. En un momento perdí las esperanzas.


Facundo y Tomás estaban dormidos. Hasta que el sonido de mi celular los despertó. Era un número desconocido, pero identifique al toque que era el número del detective, atendí y me dijo que necesitaba hablar conmigo, que vaya a un café que estaba a cinco cuadras de mi casa. Nos pusimos las camperas y salimos de la casa sin hacer el menor ruido. Lo que si estábamos medios cortos de tiempo porque ya eran las 4:00am y a las 6:00am mi tío se despertaba para ir a trabajar. Estuvimos cinco minutos esperando a Rafael, la cara que puso cuando vio que no estaba solo fue una mezcla de sorpresa con un poco de rareza, pero no comento nada. Tenía unos portafolios que estallaba de papeles en la mano. -Estuve todo el día investigando y encontré unos datos curiosos, pero no son suficiente para afirmar las hipótesis. Igual les hice una copia de todo lo que investigue hasta ahora a ver si encuentran algo que me pase por alto. Llegamos a casa y todos seguían durmiendo, ya eran las 5:30. Leímos y leímos todo de arriba abajo, pero ya eran las 6:00am y nos quedamos dormidos. Al día siguiente Rafael me dijo que valla al mismo café, pero que esta vez vaya solo. Aproveche y anote en una libreta todas las “pistas” que pudimos conseguir. PISTAS -mi mamá había ido a cortarse el pelo ese día, pero en las fotos del accidente lo tenía igual que siempre. - En ningún lugar aparecía el nombre completo del borracho que provocó el accidente. -Mi papá siempre hablaba a escondidas con mi tía y cuando se fue al aeropuerto mi tía se Encerró en el baño y estuve allí como por dos horas. Fui al café solo y Rafael me felicito por todo lo que había descubierto. Esta vez el detective se veía feliz, no se notaba distinto. Me dijo que me iba a llevar a un lugar donde había pista que nos podrían servir. Fuimos al garaje del lugar, y me lleve una sorpresa, había un auto bastante caro y lujoso, pensé que la idea de los detectives era no llamar la atención, pero se ve que este no era el caso. Me subí y fue un viaje de como tres horas. Llegamos y era un lugar medio raro, era como una granja abandonada.


-Ayer seguir unas pistas que me trajeron a este lugar, creo que tus padres están aquí. Me dijo. Entramos a una especie de rancho, el detective se fijaba algo en su libreta pero no entendí que estaba haciendo. De la nada se escuchan unas voces y se asoman unas sombras. Y en un cerrar y abrir de ojos mis padres estaban nada más ni nada menos que al frente mío, en segundos mis ojos se llenaron de lágrimas que no podía contener. Luego de una mezcla de abrazos, besos y lágrimas me explicaron cómo y por qué paso lo que pasó. Mi familia y por sobre todo mis papas son muy conocidos y tienen una gran cantidad de dinero, y mis papás tuvieron la mala suerte de tener que pagar una deuda de mi abuelo a un hombre de la mafia, entonces mis papas le pagaron la deuda, pero este hombre quería más de lo arreglado, entonces empezó a amenazar con matar a mi familia o a mí, entonces mis padres no tuvieron más remedio de hacerse pasar por muertos. Y el hombre que se hizo pasar por borracho era un amigo de mis papas que le debía un favor. Y Rafael era un amigo de mi padre que le hizo el favor a mi papa de ayudar a investigar, con razón me sonaba conocido Yo tenía tantas preguntas -¿Por qué no me habían llevado con ellos? -¿por qué no recurrieron a la policía? -¿por qué no contactaron conmigo antes? Y muchísimas más, pero esas preguntas se fueron respondiendo naturalmente con el tiempo…


¿QUIÉN LEYÓ MI DIARIO? Florencia Denk Les voy a contar una historia que me paso el día de mi cumpleaños que me paso el día de mi cumpleaños, fue un caso algo inesperado y me quedé algo sorprendida con el final, ah y mi nombre es Julieta. 15 de agosto de 2016: “Querido diario, por fin es mi cumpleaños, y para festejarlo, de día van a venir mis familiares a almorzar y a la noche voy a hacer una pijamada con mis tres mejores amigas, Simona, Marina y Marcela. Marina y Marcela estos días se están portando algo raro, me hacen muchas preguntas, y yo me pongo muy nerviosa… Bueno pero no importa, no hay que olvidar que hoy es mi cumpleaños”. -Mamá, papá ¡Ya llegó la familia! -Bueno Juli ¡¡anda a abrir!! - Responde la mamá Julieta abre la puerta. -¡Hola familia! - dice alegre Julieta -Hola Juli! - responde toda la familia junta -Pasen ya está la comida Los padres de Julieta se saludan con la familia. Media hora después comienzan a comer. A las cinco de la tarde la familia se va, porque en un rato venían las amigas de Juli. A las siete llegan las amigas, primero llega Simona y después llegan Marina y Marcela, que siempre están juntas. Suben a la habitación de Juli y Simona lo primero que dice es: -¿Ese es tu diario? -SI...pero...no escribo nada importante- dice Juli nerviosa - Dale Juli ¿Qué tenés escrito ahí? ¿Lo podemos ver?- insiste Marina haciendo puchero -No chicas, no hay nada importante en ese tonto diario- dice Juli aún más nerviosa -Dale no vamos a decir nada- Insiste Marcela -Chicas si Juli no quiere, no quiere, no insistan- defiende Simona a Juli -Gracias Simona…-dice aliviada Juli La mamá de Juli las llama a cenar. Juli es la única que baja a comer porque Simona va al baño y Marina y Marcela siguen en el cuarto de Juli acomodando las bolsas de dormir. Diez minutos después ya están todas cenando.


Terminan de cenar y suben nuevamente a la habitación. Entra Juli y lo primero que ve es su diario abierto en su cama. Juli se enoja mucho y ella sospecha que fueron Marina y Marcela. Simona dice que la va a ayudar a resolver el “misterio”. Simona le da pistas, aunque Juli no está muy segura de que sean ciertas, Simona decía que ellas eran las últimas que bajaron, aunque Juli sabía que la última que bajo fue Simona. Cada minuto que pasaba Simona estaba cada vez más nerviosa. Ella negaba que lo hizo, y Marina y Marcela también, pero Julieta siempre supo que fue Simona. FIN.


LA VÍCTIMA Julián Floresz Uría La víctima era un joven exitoso que tenía dinero, estudios y novia. Un día aparece muerto con una nota de suicidio. La víctima había muerto por un balazo, sus amigos no creyeron que se suicidó porque tenía una buena vida. Como la policía no era muy útil para resolver el caso decidieron contratar a un detective contratar a un detective que se llamaba Smith, lo primero que hizo él fue interrogar a los vecinos, el edificio tenía 3 pisos. La víctima estaba en el piso 2b así que visitó a los vecinos del 2ª y 2c.el detective toco la puerta del 2ª hasta que le abriera la puerta el detective se dio cuenta que la persona que le abrió estaba muy nerviosa le hizo un par de preguntas y entró al departamento del 2c toco la puerta y le abre, le hizo unas preguntas y cuando va a investigar el departamento se encuentra con el arma que uso para matarlo. Cuando los policías le preguntan por qué lo hizo .el asesino le dice “porque estaba aburrido”


¿QUIEN FUE? Juan Manuel Méndez Oliva

Yo estaba en la cocina preparándome un café tranquila para empezar bien el día, y de repente suena el teléfono. Al atenderlo me dicen con una voz calma. -¿Hola? ¿Sos Paula? -No, La hija ¿Quién habla? -Rodolfo... igual no importa -¿Por qué no importa? -Tenemos a tu madre aquí dame 5.000 euros o la matamos -¡No tengo 5.000 euros! -Entonces la matamos. A la mañana a siguiente me despierto. Me encuentro con esta carta que no sé si es vieja o que. "Hija voy a lo de Fernando es un tío lejano, que, nos reunimos para charlar sobre un tema serio entre él y yo, ya vuelvo no tardaré más de 4 horas" -¿¡Cuatro horas!? Ok espero. Luego de 5 horas, llamo al detective García y me dice García ¿quién habla? Hola soy Sofía la hija de Paula, no nos conoces pero ¿me ayudas? por favor Sí, ¿en qué te puedo ayudar? -mira ayer a la mañana me llamo un tal Rodolfo diciéndome que si le daba 5.000 euros no mataban a mi mama y si no se los daba la mataban. Hoy a la mañana encuentro una carta diciendo que se iba con Fernando que es un tío lejano a charlar y me dijo que volvía seguro en 4 horas y ya pasaron 5 así que decidí llamarte. -okey, llama a ese Rodolfo y hace de cuenta que tenés la plata le preguntas donde vive para entregársela y en su casa le preguntamos si hay un tal Rodolfo para darle plata y si no hay nadie quiere decir que no es el. -Ok lo llamo. Hola ¿Rodolfo? No acá no hay ningún Rodolfo ¿quién habla? No importa... Al cortarle el teléfono García me dice... Paula esto quiere decir que la asesinó Fernando...


LA FABRICA DE LAPICES Emma Fiszson Y luego de la quinta taza de café, Fabián, el tío de Lola, siguió anotando y revisando los hechos: -Lola tiene 20 años y sufre de amnesia por un “accidente”. -Había salido la noche del 23 de agosto, el primo del novio de la mejor amiga de su compañero de banco había hecho una fiesta en la casa de sus abuelos, ya que, estos estaban de viaje. -La encontraron en una fábrica de lápices a las 5:47 am con un golpe en la cabeza, sangrando. La encontró un empleado, ya que a esa hora empiezan a trabajar. ¡No puede ser que solo tenga tres pistas, necesito más!- Exclamó Fabián- Mejor me voy a dormir. Al día siguiente fue a la fábrica de lápices y le pregunto al dueño que sabía de este accidente, dijo que no estaba enterado de nada más de lo que él ya sabía. Siguió días sin saber cómo averiguar qué le había pasado a Lola, ya que ella no se acordaba nada ¡hasta que se le ocurrió una idea! Fue corriendo para la fábrica de lápices y le pidió al dueño que por favor le muestre las cámaras de seguridad, solo había dos, una no andaba y a la otra le faltaban 10 minutos de grabación. Ósea que alguien había hackeado el sistema. Al terminar de ver las filmaciones Fabián se da vuelta para decirle al dueño que faltaban 10 minutos cuando vio que se estaba subiendo a un taxi con un bolso. Llamó a la policía y esta decidió hacerle un estudio a Lola, luego de eso se dieron cuenta de que había sido abusada sexualmente. Fabián buscando desesperadamente al dueño de la fábrica, no le permitió a la policía tratar de resolver el caso de su sobrina, porque lo quería hacer él solo. Era muy solitario, decían. La policía por su cuenta contrató a un hacker para que recupere los 10 minutos de la filmación de la fábrica de lápices, tardaron días en recuperar el video, pero finalmente lo descubrieron.


Esa misma noche Fabián fue interrogado y arrestado, él era el que había abusado de Lola y la había hecho sufrir: Esa noche del 23 de agosto la busco de la fiesta y luego fueron a un hotel a pasar la noche, y acá pasó todo, Lola, al tratar de escapar fue golpeada 3 veces contra un mueble del hotel. Solo pudo huir hacia la fábrica de lápices, Fabián la encontró, pero al escuchar ruidos de que estaban abriendo salió rápidamente del lugar. Con respecto a la filmación, él había hackeado el sistema para que no notaran que él era el culpable.


Llamada sospechosa Franco Batyk John Fernandes estaba revolucionando las redes sociales con su habilidad de resolver crímenes, robos y asesinatos. Pero solo un crimen fue el que no pudo resolver, un robo a una mansión por parte de dos hombres de casi 30 años. Solo un testigo un vecino que vio pero no grabó las acciones de estas personas. El mismo testigo llamó al dueño de la casa, que estaba de vacaciones, que su casa había sido robada. -¡Cómo fue! -Fue muy rápido no llegue a grabarlo -¡Pero cómo fue! -Entraron por la……. Se cortó la llamada Impaciente el dueño de la casa trató de comunicarse nuevamente con el testigo. Pero no pudo. Pensó que era por la señal y espero unas horas más, pero el testigo siguió sin responder El dueño de la casa sin pensarlo dos veces llamó a John Fernandes para resolver el caso. -Hola -Hola con quien tengo el gusto de hablar -Con Nahuel Fleitas -Ok Nahuel cuéntame que paso -Bueno yo estaba de vacaciones cuando recibo una llamada de mi vecino. Me dijo que habían robado mi casa, una mansión por lo que se han llevado muchas cosas de valor. -Interesante cuéntame mas -En ese momento yo no lo podía creer y empiezo a preguntarle mil y una cosas. Como por ejemplo por donde entraron, estaba a punto de decirme cuando de repente se corta la llama, yo creo que fue por la señal pero hace tres días no puedo comunicarme


-Está bien ¿algo más? -Me dijo que le parecían conocidos -¿Nada más? -No -Bueno chau -Chau, mañana iré a tu casa y trataremos de resolver el caso -Ok chau Al otro día John Fernandes llega con una hipótesis -Nahuel creo que sé lo que ocurrió -enserio -Sí, mira creo que los ladrones entraron por la terraza y dentro se llevaron todo lo que pudieron y se fueron -Y mi vecino -Bueno creo que fue un cómplice de los ladrones El dueño de la casa estaba más que convencido de que eso era verdad. Entonces decidieron buscar hombre por hombre para saber quién fue. Pero no encontraron nadie que pareciera que robo una casa. Pasaban las semanas y nada Pero un día John Fernandes estalló de furia ¡Tu vecino es un gran farsante! -Que paso ¿porque? -Porque él fue el que te robo -Pero como


-Bueno, aprovechando que estabas de vacaciones. Se hizo pasar por testigo, y lo de la señal te vio la cara -Como pudo… Pasó una hora y la policía lo llevó preso -Ves que nunca fallo -Si tenés razón -Desde ese día John Fernandes es el mejor detective de la historia.


¿CÓMO LLEGUÉ AQUÍ? Josefina Perez Viale

Estaba con mi tía María en mi casa merendando cuando ella me dice: -Linda, ¿Me hacés un favor? -Si tía, ¿falta algo o necesitas algo? -Me acabé la leche y necesito que vayas a comprar más, ¿podría ser? Asentí, tomé mis llaves y fui al chino. Al estar más o menos a diez cuadras de mi casa me di cuenta que no tenía plata, volví tranquila sabiendo que los cerraban en dos horas. Al llegar a la puerta de mi casa ya tenía preparada la llave, pero cuando estaba por ponerla la puerta se movió y salté para atrás en modo de reflejo, pero al hacerlo me caí entre las plantas y arbustos, teníamos que cortarlos. Me estaba por levantar cuando escucho como salen de mi casa, pensé que era mi tía que se había dado cuenta de que no me dio plata, pero al subir la mirada vi como dos hombres de negro, iban a un Skoda 120, en este momento le agradecí a papá por haberme llevado a tantos lugares de autos. Traté de acercarme a un arbusto más grande que el anterior, al hacerlo vi mejor a un hombre, tenía un ojo azul y otro marrón, una barba mal afeitada y una cicatriz en la frente, en el cuello tenía una especie de collar, pero parecía hecho por un niño de unos 3 años, pelo negro con algunas canas y un tatuaje de un león, era pequeño pero notable. Él iba a manejar, pero antes dejo algo en el baúl, no vi en ningún momento que cargaba alguna cosa, pero soy medio despistada. Al otro hombre no lo vi casi nada, solo vi su pelo, marrón con reflejos rubios, y también vi uno de sus brazos, un tatuaje, un cangrejo y debajo decía algo, pero no llegué a leerlo, por alguna razón sentí conocido ese tatuaje, pero no sé de dónde. Se fueron a toda velocidad, tiraron un papel y unas llaves, parecían las de María. Cuando no los vi más, me acerqué para ver todo más de cerca, claramente eran las llaves de mi tía, lo sé porque yo le regalé un llavero y es el que estaba entre mis manos. Decidí no darle tanta importancia y entre a la casa, al hacerlo vi todo tirado, cosas rotas y lo que más me sorprendió fue ver ¿¡¿¡SANGRE!?!? Corrí al cuarto de mi tía, no estaba, entré al baño, no estaba, en el armario del pasillo, tampoco. Supuse que se fue de la casa al escuchar los sonidos de abajo, por lo que decidí llamarla.


Un pitido… dos pitidos… tres pitidos… y al cuarto contesto. -Tía, ¿estás bien? - “oh cariño, sí, pero quiero que sepas que es muy posible que me hagan algo. Ahora tengo que colgar si no me podrían oír y hacerme algo, te amo y cuidate.” Luego de eso solo escuché un sonido ensordecedor y que parecía eterno. Decidí que no me quedaría haciendo nada, llamé a mi abuelo y le dije que viniera para que me ayude con algo muy importante, él accedió sin preguntar nada. Tocaron la puerta. Y decidí gritar en vez de hablar. - ¡QUIEN QUIERA QUE SEAS, QUIERO QUE SEPAS QUE TENGO UN ARMA Y TENGO A LA POLICÍA EN MIS CONTACTOS! - ¿Si no querías ver a tu abuelo, para que me llamaste? – me reí avergonzada y le abrí a mi abuelo. -Perdón, te llame porque hoy vinieron unos hombres y destrozaron la casa, y como si eso fuera poco, se llevaron a María. – dije a punto de llorar. -No entiendo porque me llamaste a mí y no a otra persona. - me sorprendí al no ver ninguna expresión en su cara ya que María es su hija mayor, de todas formas, no me importo. -Tenía que aprovechar que vos sabes de estas cosas, “ex-policía”, yo le decía de esa forma. -Está bien, empecemos. Él tomó mi cámara y saco fotos de toda la casa, las guardo en mi computadora y se fue para ir a buscar su equipo de policía, yo mientras tanto me puse a mirar las fotos. Tres fotografías llamaron mi atención. La primera era una foto de todo mi living y se veía la ventana del fondo abierta, la segunda era una particular de la mesa que está al lado de esa ventana y lo raro es que ahora estaba cerrada con traba, y la tercera era una donde se veía el brazo de mi abuelo que su tatuaje, realmente nunca lo había visto, era un dibujo que no se notaba mucho y tres nombres, el de mi abuela, el de María y el mío. Seguí mirando las fotos y no había nada interesante, salvo esas tres fotos. Mi abuelo no volvió, me dijo que tuvo un problema en su casa y tenía que ir a haberlo, me resultó extraño que no lo haya resuelto por teléfono, es lo que suele hacer. Siento que por alguna razón me está evitando. Me voy a mi cuarto con mi computadora, no concilio el sueño por eso decidí buscar algo en las fotos, sé que algo no encaja en todo esto, pero no sé qué es.


Es la cuarta vez que busco algo en las fotos para ver si algo conecta con algo, pero solo encontré la ventana del living, luego decido que voy a buscar una quinta vez y si no encuentro nada me iré a dormir. En el momento que están por terminar las fotos veo en las dos últimas una sombra además de la de mi abuelo. Me sorprendo y me asusto ya que mi abuelo no me dijo que hubo alguien más aquí. Decido ir a mi cama e intentar dormir para ver si logro olvidar todo esto o si solo es un sueño, me doy vuelta y empiezo a ver todo negro y escuchó una voz muy rasposa. - “La próxima te meterás en tus asuntos pequeña.” Abrí los ojos lentamente y sentí una gran punzada en la cabeza, al terminar de abrirlos vi que no estaba ni en mi cuarto, ni en mi casa, estaba como en un departamento. Miré a mi alrededor y vi que estaba atada en una silla y detrás de mí una persona que también estaba atada. Me giré sabiendo que, si era algo malo sufriría las consecuencias, cuando vi quien era me relaje, era María. - ¿Cómo llegue aquí? - ¿En serio no lo sabes? -Sí, bueno… recuerdo que estaba en mi cuarto y de la nada vi todo negro. También escuche una voz, pero no recuerdo qué dijo. Nos callamos ya que sentimos una puerta abrirse. -Asique… ¿no sabes cómo llegaste aquí? – esa voz ronca otra vez, me estremecí. -Bueno realmente sí lo recuerdo, pero no con exactitud. – lo dije lo más neutra posible. Pero tenía un plan, con María tenemos un código para seguirnos la corriente, nos tocamos tres veces el brazo derecho y también tenemos otro para cuando hablamos sarcásticamente, pero sin que se note, ese nos tocamos los dos brazos al mismo tiempo. En este caso yo hice el del sarcasmo. -Entonces, ¿porque dices que no? - ¿Sabes qué?, ahora lo que menos quiero es llamar a mi abuelo, - María entendió y saco su celular disimuladamente, y como su celular es moderno, logró fácilmente desbloquearlo y llamar a mi abuelo, él respondió al instante. – tampoco quiero que me digas donde nos tienes, cómo te llamas y ni siquiera se te ocurra explicarnos porque nos secuestraste. -Tus deseos no son órdenes pequeña, las tengo encerradas en la casa abandonada que está a cinco cuadras de tu casa, me llamo Luis Montero y las secuestré porque su abuelo es un viejo amigo mío, y él cuando muera no me dejaría nada porque se los dejaría todo a


ustedes dos, pero si ustedes no estuvieran me dejaría todo a mí y no me quedaría en quiebra. La puerta se rompió en dos, entraron tres policías y mi abuelo. -Pensé que habías superado lo de mi familia, ahora quiero saber dónde está tu hijo, Lautaro. -Él no tuvo nada que ver solo me acompaño cuando secuestre a esta. – dijo señalando a María. -Esta tiene un nombre y vos lo sabes más que nadie. -Sigo sin saber cómo llegue aquí. -Solamente te puse un sedante para que te duermas y te traje a este lugar. -pero hay algo que no me entra. - ¿Qué Linda? - ¿De qué color son los ojos de Lautaro? -Verdes, ¿por qué? -Quiero que lo suelten, él no lo hizo, él tiene los ojos verdes y su hijo también, pero el que hizo el desastre en casa tenía un ojo azul y otro marrón. Además, tenía barba mal afeitada y el no. - ¿Qué querés decir? -¡¡QUE ESTÁ ENCUBRIENDO AL VERDADERO CULPABLE!!


ASESINO MISTERIOSO

Luciano Perez Horn Amor, ¿ya terminaste de lavar los platos? *se escucha un golpe fuerte* ¿Amor?, ¿Qué pasó? -Bueno, yo me encargaré del caso, Señora Mols. -Gracias, detective. -Vamos a ver... Juan apareció muerto... No hay ningún daño de alguien por aquí. Deberé investigar si hay algo al lado del cadáver. El detective fue a ver el cuerpo de Juan y se sorprendió con lo que había visto. -¿Una navaja con sangre? Dice... de... ¿¿Ages?? También hay una dirección: Chaco 521. Este caso es muy fácil, es una pérdida de mi tiempo. Aunque... es sospechoso, pero por ahí es así de fácil El detective fue a Chaco 521. Pero... *va y toca la puerta* -¿Hola?, ¿hay alguien? Nadie respondió. -Huy no hay nadie. Bueno, iré a mi casa y hago la comida. -Debo apurarme, ya son las 6:16 P.M.


Cuando el detective Peter fue a su casa, siguió pensando sobre el caso y por qué fue tan fácil. Llamó a su amigo Ztefeno, para que vaya a su casa y que le diga que opina. -Hola, Crack -Holaaa, capoo. ¿Cómo te va? -Bien, bien... solo que quiero que veas algo Ztefeno y Peter se tomaron un trago de cerveza. -Mira, en este "homicidio", la víctima fue asesinada... obviamente. Pero, había algo muy raro que era que la navaja del asesino, tenía el nombre y la dirección del propietario. No te parece algo raro... -dijo Peter. -No mucho, de hecho un amigo mío hace algo parecido. -Es en serio... -dijo Peter. -¡¿Qué?! Tiene su lógica. Como por ejemplo, si se te pierde. -Ztef, vamos a ser sinceros. Hoy en día, las cosas que se encuentra en la calle te las quedas -dijo Peter. -Puede ser, pero hay gente que las envía a la policía. -Hoy en día casi todos, los policías son corruptos. Por algo soy detective -dijo Peter. -Uh... creo que tenés razón. -Hoy voy para allá y voy a investigar todo -se aseguró Peter. Peter fue a la casa, donde sucedió el homicidio. Saludo a Mols y le dijo si puede investigar la zona. Cuando dijo que si, Peter, buscó y buscó. Estuvo 4 horas buscando y al final, valió la pena. -¿uh? ¿Qué es esto? Una tarjeta de crédito, ¿qué hará acá? Mmmm -Pensó Peter. A parte de matarlo quiso robar la tarjeta de crédito de la víctima. Puede ser que quiso hacer más, pero Mols grito y el sospechoso escapó. Eso sería una posibilidad...


Creo que le haré preguntas a Mols. Peter va al comedor y le dice a Mols. -Señora Mols, ¿puedo hacerle algunas preguntas?- preguntó Peter. -Con gusto detective. -Bueno... Usted tiene vecinos, ¿tiene algún conflicto grave o leve con algunos de ellos?Preguntó Peter. -Emmm... nos llevamos bien con casi todos solo que no es tan grave, diría que es una tontería. - No importa, una pequeña pista puede resolver el caso impresionadamente. -Bueno, nuestro perro, Brian, hace pis en el pasto de los vecinos. -Eso, eh. Bueno y... ¿usted siente que alguien la acosa? Detective -dijo Peter. -Uh... creo que tenés razón. -Hoy voy para allá y voy a investigar todo -se aseguró Peter. Peter fue a la casa, donde sucedió el homicidio. Saludo a Mols y le dijo si puede investigar la zona. Cuando dijo que si, Peter, buscó y buscó. Estuvo 4 horas buscando y al final, valió la pena. -¿huh? ¿Qué es esto? Una tarjeta de crédito, ¿qué hará acá? Mmmm -Pensó Peter. A parte de matarlo quiso robar la tarjeta de crédito de la víctima. Puede ser que quiso hacer más, pero Mols grito y el sospechoso escapó. Eso sería una posibilidad... Creo que le haré preguntas a Mols. Peter va al comedor y le dice a Mols. -Señora Mols, ¿puedo hacerle algunas preguntas?- preguntó Peter. -Con gusto detective.


-Bueno... Usted tiene vecinos, ¿tiene algún conflicto grave o leve con algunos de ellos?Preguntó Peter. -Emmm... nos llevamos bien con casi todos solo que no es tan grave, diría que es una tontería. - No importa, una pequeña pista puede resolver el caso impresionadamente. -Bueno, nuestro perro, Brian, hace pis en el pasto de los vecinos. -Eso, eh. Bueno y... ¿usted siente que alguien la acosa? Al otro día Peter pensó. A ver, vamos a investigar todo. Está el vecino, la persona del súper, la navaja con la dirección y el nombre, la tarjeta de crédito y el otro cadáver... creo que el de súper lo sacó y... ¡CLARO! Primero el vecino estaba enojado por todas las veces que el perro lo molestaba, el de súper no porque fue una sola cosa y no sabía quiénes eran. Tampoco creo que se enoje tanto. El vecino le robó la navaja al Sr. de la dirección. El Sr. lo vió y el vecino no tuvo otra opción. Lo mató. Después fue a la casa de Mols, mató a la víctima y aprovechando la situación quiso robar la tarjeta. Pero se apuró por Mols y dejó la navaja y la tarjeta de crédito. Supongo que el vecino se suicidó por qué me vió muchas veces entrar y salir de la casa de Mols y pensó que estaba encontrando pistas. ¡SIIIIIIII!. Resolví el enigma. Peter se apuró y fue a la casa de la viuda. Le contó todo a Mols y ella se puso feliz por qué todo encajaba. Peter y Mols le contaron a los policías y fue aprobado esa investigación. -Jejeje, cayeron directo en mi trampa. ¿En serio se creyó que se suicidó? Jajajaja, yo lo obligé a que él se "suicidara". Peter, lo tuyo tuvo sentido y lógica. Pero... mi inteligencia es superior. Hasta pronto detective...


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