De Lunas y Gatos...

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DE LUNAS Y GATOS…


¡¡Se escaparon los gatos!! Melina es la gata de Diego.Diego es el amigo de Tomás, Tomás es un niño muy travieso que vive en París. Melina es una gata común, color dulce de leche y con manchas negras.Le encanta caminar por los techos y mirar la luna. Tomás, en París, estaba muy triste por la pérdida de Pulqui.Lo llamó a su amigo Diego.Él le dijo, que se compre otro gato, como Melina. Melina una noche salió a caminar por los techos… Su amigo Diego se preocupó porque su amiga no volvía y ya era tarde, salió a la calle empezó a gritar y a correr por todas partes pero no la encontraba. Melina, también estaba muy triste, porque no sabía dónde estaba, igual a ella mucho no le molestaba estar en los techos, porque es donde más tiempo pasaba. Diego al día siguiente decidió hacer carteles con la foto de Melina y abajo decía:“busco una gata mediana, llamada Melina, tiene manchas negras,es color dulce de leche… si alguien la vio llamar al siguiente número 15-678-123 Gracias Diego” Melina seguía caminando por los techos pero se dio cuenta que esos no eran los mismos que los que estaban en Buenos Aires…


Melina era una gata inteligente y pudo darse cuenta rápido de que estaba en París, o capaz porque esa torre era muy alta y estaba segura de que no era el Obelisco. En seguida pudo diferenciar a Tomás, pero estaba con un gato negro al que llamaba, “El negro”. Bajó de los techos para encontrarse con Tomás y el Negro. Cuando bajó, Tomás en seguida la agarró y se la llevó para su casa con el Negro. Cuando llegaron, él intentó hablar con Melina, como hacía con el Negro, su lenguaje,era muy distinto al del Negro. Tomás y él se comunicaban con la mirada y algunos gestos, pero muy pocos. En Buenos Aires Diego seguía buscando a Melina,en eso lo llama Tomás y le dice que estaba con Melina.Diego no lo podía entender cómo llegó ahí.Tomás le dijo que estuvo una hora tratando de hablar con Melina, finalmente pudo comprender que Melina había llegado a París a través de los techos. Enseguida Diego empezó a buscar pasajes de avión en su notebook.Al otro día Diego hizo las valijas para a la tarde salir, a París. Cuando Diego llegó a París, Melina, Tomás y el Negro, lo estaban esperando.


Tomás le propuso a Diego si no quería quedarse de vacaciones allí. Obviamente Diego dijo que si; al primer lugar a donde los llevó,fue a la torre Eiffel de donde pudieron ver Buenos Aires desde la cima. Diego y Melina pasaron una hermosa semana en París, pero ya era tiempo de que vuelvan a Buenos Aires.Tomás y el Negro le prometieron que irían a visitar... FIN!


El negro de vuelta en la Argentina El otro dìa el Negro y su dueño volvieron a Argentina, luego de un largo tiempo en París. Ahora estamos en 1985, luego de una fuerte dictadura. Al dìa siguiente, el Negro estaba en la punta del Obelisco, cuando viò a Pulqui, el viejo amigo de su dueño, y una gata que la acompañaba, “Melina”. Ellos dos estaban caminando por los tejados del barrio de la Recoleta, buscando la luna que habìa desaparecido por la mañana, pero igual Melina uso su luna de amor. Cuando el Negro apenas viò a Pulqui, recordó que era amigo de su dueño, saltò del Obelisco y fue corriendo a saludarlo, y le dijo que su dueño, y toda su familia habían vuelto de París y que lo estaban esperando. Al otro dìa el Negro invitò a Pulqui para que se reencontrara con sus amigos y familia, cuando llegaron, Pulqui se puso muy feliz al verlo, su dueño se dio cuenta por la mirada que le puso, ya que él podía entender a los gatos. Melina, Pulqui, y el Negro fueron a un bar y cuando entraron se dieron cuenta que estaban los mismos perros que lo habían atacado en París al Negro y de la nada los perros apagaron la luz y se llevaron a Melina. Pulqui y el


Negro empezaron a buscarla, se preguntaban ¿dónde estarìa Melina?. Volvieron a su casa corriendo, para buscar a su dueño. Èl, desesperado llamò a la policía y les dijo:-¡En el bar de Bacacay al 2280,tres perros bulldogs apagaron la luz y se llevaron a la gata de un amigo llamada Melina, por favor ayudenme a buscarla- Los policías se quedaron con la boca abierta cuando les dijo eso. Pero igual se pusieron a buscarla, pero no lograron encontrarla. El Negro, Pulqui y su dueño empezaron a buscarla, porque ya estaban muy preocupados por Melina, tres dìas después los policías pudieron localizar a los perros así que fueron donde se encontraban, a Melina la encontraron en una casa con un montón de dulces y ricos caramelos, la encontraron encerrada en una jaula,los policías la abrieron y la llevaron de vuelta a su hogar, y nunca volvieron a ir màs a ese bar. Una semana después el Negro, Pulqui y su dueño tuvieron que volver a París por un problema, cuando el Negro y Pulqui se enteraron fueron a la casa de Melina, Tocaron el timbre y le pidieron a ella que vuelva con ellos a París.

Fin!!

“El Negro de la Luna”


El Negro, un gato de París, se mudó con su amigo Simón, un chico de 14 años, a Buenos Aires. Desde hacía mucho tiempo, querían volver a Buenos Aires. Simón había nacido allí, pero por la última dictadura cívico militar que hubo en la Argentina, él, junto a sus padres, tuvieron que mudarse a París, Francia. Allí fue donde conocieron al Negro, un gato con ojos redondos como cacerolas y esos bigotes largos como cañas de pescar. Al Negro le gusta andar por los techos.Aunque parece engreído, es un gato mimoso y agradable. El Negro no era el primer gato que tenía Simón también tenía a otra gata llamada Pulqui, pero se vio obligado a dejarla en Buenos Aires. Él la extrañaba mucho, pero ahora que estaba de nuevo en Buenos Aires la podría volver a ver. De vuelta en Buenos Aires Simon y el Negro fueron a su casa, pero ahí no encontraban a Pulqui la gata que se había quedado en Buenos Aires, no sabían dónde estaba así que empezaron a buscarla por toda la casa pero no la encontraban, entonces la buscaron en el lugar que más le gustaba a Pulqui: los techos, desde donde miraba la luna. La buscaron por todos los techos del barrio, hasta que vieron a una gata blanca con manchitas negras y marrones, pensaron que era Pulqui, en realidad era Melina, una gata a la que le encantaba ver la luna, ¡Era igual a Pulqui!.


El negro y Simón no se dieron cuenta, de que esa no era su gatita, por eso los dos corrieron a abrazarla gritando. Simón pensaba que Pulqui estaba muy rara, pero igual estaba contentísimo de ver a su gatita. Al mismo tiempo, el Negro se enamoró de Melina, pero decidió no decírselo a nadie, ni siquiera a su mejor amigo Simón, a quien le contaba todos sus secretos. Los primeros días en Buenos Aires Simón y su gato, estuvieron todo el tiempo con Melina, pensando que era Pulqui. Hasta que un día, fueron a buscar a quien pensaban, que era Pulqui, a su techo preferido, pero no estaba. Simón se preocupó mucho, fueron a buscarla a su casa. Encontraron a Pulqui y a otra gata idéntica a ella, era Melina, la gata con la que habían estado todo el tiempo. Cuando Pulqui los vio se puso muy feliz y fue a saludarlos. En ese momento Simón y el Negro, se dieron cuenta de que en realidad todo el tiempo habían estado con Melina. Ahora el Negro, estaba doblemente enamorado, de Pulqui y de Melina, como no sabía con quién quedarse, se quedó con las dos. El Negro, tuvo muchos gatitos, con Melina y con Pulqui. Simón estaba re contento, ahora tenía un montón de gatitos y además dos nuevos amigos Juan, el dueño de Melina y Pedro, el pintor amigo


de Juan, que pinta lunas, a las que los tres gatos le maullan.

FIN !


Melina y la Luna de París Melina de tanto caminar por los techos, llegó a París. Melina estaba recorriendo las misteriosas calles de París, hasta que se encontró con alguien llamado “El Negro” y su dueño. Melina le dijo al Negro:- estoy perdida en estas calles desconocidas ¿me podrías ayudar a recorrer París?, El Negro le dijo:- como no… El Negro con una simple mirada convenció al dueño de recorrer París, junto con su nueva amiga, Melina. Ellos recorrieron las misteriosas calles hasta muy tarde y lo único que les faltaba era ver la Torre Eiffel trepando como lo habían hecho antes, Melina pudo ver la luna desde arriba de la Torre Eiffel. Ella estaba muy emocionada porque nunca había visto la luna de tan cerca, porque desde los techos de Buenos Aires no se podía.


La luna le hizo acordar a Melina de su dueño Juan, quien cuando ella se sentía triste, hacia todo lo posible para que ella esté feliz. Melina pensó en volver a Buenos Aires, pero se dió cuenta de que no podía sola así que le pidió un último favor a El Negro, le pidió si por favor la ayudaba a llegar a Buenos Aires. El Negro negó con la cabeza, Melina estaba muy triste porque no podía volver con su mejor amigo Juan, ella pensaba cómo podría estar con su amigo. El Negro se sintió mal porque no podía ayudar a Melina, entonces fue a buscarla a explicarle porque. El Negro cuando vio a Melina sentada en la punta de la Torre Eiffel, fue a buscarla y le explicó que no es que no quería, sino que no podía acompañarla a Buenos Aires. Melina quedó con muchas dudas al respecto a lo que le dijo El Negro, si su


dueño quería volver con Pulqui, su gata. Melina con vergüenza pregunto porque no podía acompañarla hasta Buenos Aires. El negro tristemente le contestó…

Fin!!


La Luna de París En un atardecer Melina, la gata porteña de Juan, estaba sentada en el balcón esperando la salida de la luna, pero esta no llegaba así que fue en busca de ella. De tanto buscar a la luna llegó a Puerto Madero. Había una embarcación con pescado, entonces siguió el olor sin saber hasta dónde llegaría. Llegando al destino, Melina pudo ver la luna y junto a ella la Torre Eiffel, entonces al bajar del barco el Negro la estaba esperando, un gato que vivía en París. Su corazón latía fuerte y su cola se abrió como un pavo real, el Negro la invitó y la llevó a dar un paseo por su ciudad. El paseo fue tan lindo que Melina se enamoró de él. Tanto en común tenían, los dos eran amigos de la luna, les encantaba el pescado. Por fin eran pareja!. El Negro decidió presentarles a sus amig@s su nueva novia, Melina. Entre ellos estaba Fabiano, el gato blanco, que al instante se enamoró de ella, y la intentó conquistar; la quiso llevar a todas partes pero ella se negaba. Al Negro le costó entender lo que estaba pasando, hasta que logró comprender que le le estaban robando su novia y fue a recuperarla, cuando encontró a Fabiano le dijo que quería luchar por su amor en una pelea callejera... En la calle los demás gatos esperaban con ansias la pelea. Finalmente esta comenzó. El Negro pudo visualizar un auto que se aproximaba entonces se apartó, pero Fabiano no lo vio, y este lo pisó. La familia de Fabiano organizó su funeral al cual Melina y el Negro no podían dejar de ir. Luego de lo acontecido Melina y el Negro se casaron… y sabes a dónde fueron de luna de miel? El Negro la llevó a la punta de la Torre Eiffel y desde allí vieron Buenos Aires.


AMOR EN LA LUNA... Era una noche de Luna llena y Melina la tenìa que ir a ver, sin darse cuenta ella fue avanzando, miró hacia abajo y vió la Torre Eiffel. El Negro, como todas las noches andaba por los techos de parís esa misma noche se vieron y cruzaron maullidos. El Negro se acercó a la hermosa gata.Le ofreció lechita rica, la invitó a su casa a comer salmón, a pasar la noche y ella aceptó. Melina le contó al Negro todo lo que pasó y cómo había llegado a París y El Negro se asombró. Le dijo que su mejor amiga llamada Pulqui le había dicho que tenìa un dueño que se fue a París por la dictadura militar.El Negro se preguntó…¿Pulqui no será la gatita que tenià mi dueño?a veces me cuenta de que tenìa una gatita que se llamaba Pulqui….¡Que casualidad! El Negro y Melina salieron a caminar sobre la Luna, cuando estaban a la mitad del camino un rayo de luz desapareció y se cayeron al mar. Como todos sabemos a los gatos no les gusta para nada el agua... el Negro cayó sobre una isla pero Melina sobre el mar. El Negro maullaba desesperadamente. Melina respondió y el negro fue a salvarla. Una vez ya a salvo subieron a la Luna con más cuidado. Melina nunca habìa estado tan cerca de la Luna, estaba muy feliz con el Negro, estuvieron hablando hasta que la Luna se fue escondiendo. La gatita decidió quedarse a vivir en Parìs con el Negro y fueron muy felices y ellos tuvieron muchos gatitos bebes, Chispas, Bigotes, Lechita, Salmón, Negro Junior, Mini Melina,Calamardo Tentáculos,Puffle y Poof-Poof. La Estrella Fugaz


Era una noche de luna llena, estaba Melina en su techo mirando la luna como siempre, empezó a maullar, hasta que vió una estrella fugaz. Melina tenía curiosidad, entonces la siguió. La estrella fugaz llegó a París y Melina estaba perdida. Cuando ella no sabía que hacer para volver a casa , saltó un gato desde muy alto, ahí apareció El Negro. Melina con la cara de enamorada le dijo: - ¿Cómo te llamas? - Me llamo El Negro, le dijo mirándola a los ojos. Si querés te puedo enseñar el lugar. - Sí claro como no, le dijo sorprendida. Fueron al Teatro Opera, a la plaza, al museo del Louvre y a la noche la llevó a la torre Eiffel . - Nunca he visto algo así, es hermoso, dijo Melina sorprendida. La estrella fugaz volvió y le quería avisar a Melina que tenía que volver a casa. - Me tengo que ir, dijo Melina triste. - Volverás? pregunta El Negro con los bigotes abajo. - Volveré para verte, dijo Melina con la cara emocionada, chau te veré pronto. El Negro la despidió con un maullido. A la noche siguiente, volvió la estrella fugaz y Melina se sorprendió . Ella pensaba que la estrella no volvería pero si, la siguió y volvió a ver a El Negro . Melina maulló de la alegría, el la quería llevar a un techo de un restaurante, la llevo y en el techo habían gatos grandotes, el que tenía la cola estirada se llamaba Pedro, el de los dientes afilados se llamaba Patricio y su jefe se llamaba Copito pero le decían Luis - Mejor nos vamos, no me quiero meter en problemas, dijo Melina con la cola entre las patas, cuando Melina se fue al otro techo, los gatos le decían al Negro: que gallina, no se quiere meter con nosotros jajajaja, se reían a carcajadas. - Bien entonces no les importa si les hago esto, el Negro dio un salto y a Pedro le saco toda la piel de la espalda, a Patricio lo agarro y lo saco volando, pero como el Negro estaba mirando a


Melina, Luis le pego un arañazo en toda la espalda y se fue. El Negro muy dolorido le dijo a Melina que ya se tenía que ir: - Te vas a poner bien cuando vuelva, Melina le dio un beso y se fue. El Negro se fue a su casa. Pablo, el dueño del Negro, lo vio volver a casa todo lastimado. Pablo lo curo. La última vez que se vieron, Melina y el Negro, fue ese día y nunca más se volvieron a ver, pero se veían en su su sueños. Autores: Valu�, Santi�y Juli�.


Nuestra Luna Estaba Melina corriendo triste sobre los techos de París en busca de la luna, y ahí estaba El Negro, acercándose a la hermosa gata le preguntó: -¿Por qué estás triste? Y ella le respondió. -Porque no encuentro la luna y eso me pone triste El Negro se acercó un poco más a Melina y le preguntó si quería conocer un lugar hermoso Y Melina aceptó con la cabeza (algo sencillo) pero por dentro emocionada. El Negro la tomó de la pata, le tapó los ojos y la llevó a la cima de la Torre Eiffel donde la luna se ve con claridad. Cuando El Negro le destapó los ojos, Melina se emocionó porque desde ese lugar podía ver su Luna que tanto había buscado. De tanta emoción se durmieron y cuando despertaron se dieron cuenta que no estaban en la cima de la torre, estaban en la Luna. Melina se asustó pero le ganó la emoción. En cambio, El Negro no entendía nada. De repente vieron que algo se movía y de inmediato fueron a ver qué pasaba. Había personas, pero verdes, como lechugas!! Dijo el Negro y Melina pensó que ėl tenía hambre. Entonces Melina le iba a buscar algo de comer, no iba a ser que se la comiera a ella. En la búsqueda de“comida” El Negro no paraba de preguntar a donde estaban yendo. Pero Melina no decía nada para no darle la idea de que se la pueda comer a ella. Por eso tenía miedo. El Negro a lo lejos vio que algo se movía pero esta vez era azul, mientras se acercaban a la cosa azul vieron que habia muchisimos mas y eran de todos colores verde ,rojo,celeste,rosa,azul,amarillo,naranja,violeta, etc. Pero uno le llamo la atencion, tenia los colores del arcoiris. Se dio vuelta y Melina no estaba, se asustó tanto que salió corriendo. Melina habìa ido a buscar comida, cuando volvió El Negro no estaba. Melina corrió tanto que encontró al Negro sentado en una piedra llorando mientras movía desesperadamente su cola, Melina fue a buscarlo y consolarlo para decirle que cuando fue a buscar comida, se encontró a una de las cosas de colores que esta vez era rosa. Melina le preguntó qué eran y le contestó “somos extraterrestres” entonces Melina pregunto còmo podían volver a su planeta y el dijo “igual que como llegaron”. El Negro le dijo a Melina -Tenés que disfrutar tu luna. Y Melina dijo: -Te equivocás, Nuestra luna.


¡¡¡ UN TOUR DE PELOS !!! Un dia Melina estaba merodeando por la ciudad de buenos Aires, en un momento se subió a un tejado como cada día y cada noche. Entonces Melina empezó a correr rápido por los techos de las casas, corrió tan rápido que sin darse cuenta en un momento estaba en París. Melina no sabia que pasaba, entonces, se volvió loca y se desmayó. Luego de desmayarse, vinieron el Negro y su dueño y se la llevaron a su casa. Al día siguiente Melina despertó, apareció en una casa que ella no conocía y de repente apareció un gato con pelaje negro, su nombre era el Negro. El Negro le ofreció que le podía hacer un tour por todo París; -Claro, por supuesto.- Melina le respondió. -Seguime- dijo el Negro . Melina y el Negro pasearon por todos lados. Por todos los tejados de París, por el club paris-saintgermain, por la feria y por la torre Eiffel. Al mediodía el Negro la llevó al restaurante más elegante de París. Luego se fueron a ver una película al cine. Melina había de volver a casa dueño , estaría muy

decidido que era hora porque si no Juan,el

A la noche, el con sus propias y melina pudiese y el Negro se

Negro le armó un bote únicas patas para que viajar.Entonces Melina despidieron:

preocupado.

-¿Quieres venir conmigo y conocer américa?-Pregunto Melina -No puedo porque mi dueño se pondrá triste si no me encuentra-Respondió el Negro -Algun dia ire-Sumó el Negro. Entonces Melina partió, y el Negro vivió su vida en París y Melina en Argentina.


El gato negro y sus amores Un dia Melina buscó mucho la luna, y tanto la persiguió que llegó a París, y encontró a Pulqui y al gato Negro. Cuando Melina vio al gato Negro se enamoró, ella se sentía algo rara. Los pelos se le ponían de punta, y se le erizaba la cola porque ella nunca se había enamorado de alguien. Julieta, es una chica alta que a los gatos, ella es la amiga del dueño de Melina y estaba viajando a París. Cuando llegó, se enamoró apasionadamente del Negro. Julieta y Melina se empezaron a pelear por el Negro, cuando empezaron a discutir a los gritos, vino el Negro y dijo que se detuvieran, hizo un maullido y dijo: ¡“Me gusta Julieta"!. Entonces Julieta se llevó al Negro donde ella vivía. Esa noche Melina estaba tan furiosa, que fue a buscar a Pulqui para que la ayude a buscar al Negro. Cuando empezaron a buscar al Negro, Pulqui y Melina no se llevaban bien, pero como estuvieron mucho tiempo buscando al Negro juntas, se empezaron a tomar cariño. Una noche, fueron al bosque a buscar al Negro, porque era su lugar favorito, a lo lejos vieron una casa y pensaron que ahí podía estar el Negro. Luego vieron que salían unos lobos que las empezaron a perseguir. Melina logró escapar pero Pulqui no sobrevivió. Melina ya no se acordaba tanto del Negro, solo lo buscaba porque quería estar con Pulqui.


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