COLEGIO SAN BUENAVENTURA, CHILLÁN. UNIDAD TÉCNICO PEDAGÓGICA. COORDINADOR C.R.A.
Cuentos de Invierno
COLEGIO SAN BUENAVENTURA, CHILLÁN. UNIDAD TÉCNICO PEDAGÓGICA. COORDINADOR C.R.A.
Dragoto, el dragón cariñoso. Había una vez un dragón tan cariñoso llamado Dragoto que vivía en lo más alto de las montañas de Chillán y que de vez en cuando bajaba desde las montañas a jugar y regalarle dulces a cada niño de la ciudad. Jugaba a la tiña tortuga, a las escondidas y al hielito sol con ellos. De repente un día vino un gigante muy malo llamado Rex, que le hacía bullying a todos los niños, les quitaba los caramelos para comérselos él, los juguetes para jugar con ellos y se entrometía en los juegos, no dejaba que ningún niño participara, siempre quería ganar él. El dragón Dragoto se puso tan triste que decidió darle una lección al gigante Rex. Luego, Dragoto vio que el gigante Rex le estaba de nuevo quitando los caramelos a los niños y molestándoles, entonces salió volando de su cueva en las altas montañas y se dirigió al gigante diciéndole “¡Oye gigante malo, devuélvele los caramelos a los niños y no seas tan pesado, déjalos jugar tranquilos y no los molestes nunca más. Debes ser bueno con los niños chillanejos”. Al final, el gigante Rex jugó con los niños y con el dragón Dragoto, les devolvió todos sus juguetes y pidió disculpas por haberle quitado y comido los caramelos… Y colorín colorado, este cuento se ha acabado. Pía Quintana Riquelme. Primero Básico A. Primer lugar concurso “Cuentos de Invierno”.
COLEGIO SAN BUENAVENTURA, CHILLÁN. UNIDAD TÉCNICO PEDAGÓGICA. COORDINADOR C.R.A.
Clyo, mi monito de nieve. En mis vacaciones de invierno mi familia decidió ir a la nieve, teníamos ganas de conocerla por lo que casi no dormí esa noche. Cuando llegamos a destino, en las Termas de Chillán, fue maravilloso, porque lo único que llevaba en mi cabecita era hacer un monito de nieve. Me puse en campaña hasta que logré juntar suficiente nieve para que mi nuevo amigo tuviera un lindo cuerpo. Le puse mi gorro y mi bufanda, claro que no encontré que ponerle de nariz por lo que un lápiz de pasta me solucionó el problema. Al verlo terminado me sentí orgullosa y quise llamarlo Clyo. Me pasé todo el día jugando con él, como si fuera una de mis muñecas, hasta pensé que estaba vivo porque me lo imaginaba corriendo a mi lado en la nieve y tirándose sentado en las bolsas plásticas desde lo alto de la montaña y siempre a mi lado. Pensé también que podíamos jugar a la ronda, si le hubiera hecho brazos pero no encontré ningún palito que cumpliera esa función. Les voy a contar lo que sí logré fue ponerle botones a su abrigo, los hice con una galletitas de mi colación. Hasta almorcé cerca de mi amigo Clyo, no quería dejarlo solo porque el día se me iba a terminar y estaba obligada a dejarlo solito en la montaña. Eso me daba pena pero también sabía que ese era su lugar porque si lo traía a Chillán desaparecería con el calor y, aunque lo pensé, en mi refrigerador no cabía. Como ven estábamos destinados a separarnos. Por ello es que no quería perder ni un solo minuto de jugar en él. Cuando mis primos se dieron cuenta que yo no quería hacer nada para
COLEGIO SAN BUENAVENTURA, CHILLÁN. UNIDAD TÉCNICO PEDAGÓGICA. COORDINADOR C.R.A. poder estar al lado de Clyo, me fueron a acompañar y todos jugamos con él en la nieve, hicimos un partido de fútbol y Clyo era el arquero, lo pasamos muy bien. Yo nunca había ido a la nieve, me gustó mucho, mis primos decían que la nieve no dura mucho en la montaña porque el Sol salía muy fuerte y se derretía en un par de meses. Cuando terminamos el partido, estábamos muy cansados y decidimos recoger algunas basuritas que habíamos dejado. Así pasó el tiempo, fue un día maravilloso, que nunca olvidaré y aunque mi amigo Clyo tuvo que quedarse en la montaña, yo igual me vine feliz porque lo pasé muy bien con él. Puede ser que la próxima vez que vaya ya no lo encuentre o a lo mejor me va a estar esperando, lo bueno fue que mi mamá me dio permiso para que le dejara mi gorrito y mi bufanda, por lo que mucho frío no va a tener mientras espera. Martina Fabres Salinas, Segundo Básico A. Segundo Lugar concurso “Cuentos de Invierno”
COLEGIO SAN BUENAVENTURA, CHILLÁN. UNIDAD TÉCNICO PEDAGÓGICA. COORDINADOR C.R.A.
Mi perrita se pierde. En la cordillera de Chillán, que está cerca de mi hogar, mi familia, yo y mi perrita Coca fuimos a la nieve. Mi perrita es blanca como la nieve, le advertí a mí padre pero no me escuchó lo que le dije: “Padre, se me perderá en la nieve, ponle por favor su mantita o su collar”. Él me respondió: “Hija no te preocupes, ella estará bien, cálmate”. De pronto vi la nieve y era mucha, mi perrita no sabía del peligro que corría, ella se metió en medio de la nieve y me puse a llorar. Pensaba que era el último día que vería a Coca. Mi madre me dijo: “Hija, la buscarás pero relájate y juguemos en la nieve. Pronto llegará no tengas miedo”. Yo acepté con mucho gusto y fui a jugar. Con mi hermana menor Emilia hicimos ángeles de nieve, con mi padre la guerra de nieve y él siempre me achuntaba pero yo nunca a él. Al final con mi tía hicimos un muñeco de nieve y de pronto vi algo que parpadeaba, mi cuerpo estaba temblando de miedo llame a mi padre, a mi madre y a mi tía. Después de un rato mucha gente se acercó… la cosa rara empezó a ladrar. ¡Era Coca! Mi perrita la encontré pero estaba tiritando y tenía las patitas heladas, así que fuimos a la casa del amigo de mi padre donde nos calentamos al fuego y tomamos café. Al día siguiente fuimos de nuevo a la nieve pero esta vez mi perrita llevaba puesto su collar y su mantita. La pasamos muy bien, nadie con frío, nadie triste, ni nadie perdido. Fue un día muy especial compartimos en familia y con mi regalona Coca. Paulina Montecinos Espinoza, Cuarto Básico A. Tercer Lugar concurso “Cuentos de Invierno”
COLEGIO SAN BUENAVENTURA, CHILLÁN. UNIDAD TÉCNICO PEDAGÓGICA. COORDINADOR C.R.A.
Fotografías de la premiación del concurso
Pía Quintana Riquelme Primer lugar
Martina Fabres Salinas Segundo lugar
Paulina Montecinos Espinoza Tercer lugar