MAGIS No. 35 LA EXPERIENCIA DEL MÁS EN PEDRO LEGARÍA. Trabajo realizado por las Hermanas Esclavas de Cristo Rey . Esperanza Ramírez. Pilar Osorio. Teresa Hoyos. Aura Patricia Patiño.
El «MAGIS» en San Ignacio de Loyola
SEPTIEMBRE 12 DEL 2016
Entendemos por “espiritualidad” una forma de vivir de aquellas personas que se dejan llevar por el Espíritu de Dios. Se habla, por tanto, de espiritualidad ignaciana como el camino que Ignacio de Loyola hizo y que tiene incidencias en toda una manera de ver, vivir, pensar y actuar la realidad. Por eso resulta apasionante seguir paso a paso el proceso evolutivo en la concepción y expresión del Magis Ignaciano abordándolo desde dos aspectos: el magis natural del caballero y el magis espiritual del santo y del místico.
EL MAGIS NATURAL DEL CABALLERO Iñigo López de Loyola ante todo por temperamento fue un hombre de grandes deseos, un hombre para mucho. Movido por un fuerte fuego interior cabalga ya en sus pensamientos de grandes glorias caballerescas para lo cual deberá vencer numerosos y no pequeños obstáculos. Para un Loyola todo puede ser.
MAGIS ESPIRITUAL DEL SANTO Y DEL MÍSTICO.
En el proceso de maduración del “magis”, Hugo Rahner, teólogo ignaciano, dice que el “magis” es la palabra mas característica de toda la personalidad de San Ignacio de Loyola. Y la explica así: “Magis”: más. Viene de la misma raíz que el adjetivo magnus, grande o que su comparativo maior, más grande. San Ignacio emplea constantemente estas palabras asociándolas con las ideas de gloria y servicio de Dios, para expresar el esfuerzo de un alma que quiere ir siempre más lejos en el don de si misma.
El MAS Ignaciano comprende una visión de la persona humana, del mundo, de la vida, de Dios, de la sociedad... una manera específica de ver las cosas. Y esto es toda una epistemología fundada en la experiencia espiritual de Ignacio de Loyola y, en consecuencia, un camino espiritual y humano que brota de allí
LA ESPIRITUALIDAD IGNACIANA DE PEDRO LEGARIA
La e s estu piritualid vo m arca ad de Pe da p dro L o d egar r los e Loy Dent í a fu Ejerc ola, h ro de e tot i cios echo lo s r era u alme E sp i syv asgo n ho nte i ritua ivido s de mbre gnac l e s s s habi de s a iana u es de p t , t p u o riorid Invita n Ign iritua a lm e tales a de s acio do p lidad n , t d e e . gene certe s e en fund or Dios r ra s , osida cuen asum a r la d de s s e ace tra q cong ió el ue i ptac n lím rega r i e s ione go d ción ites. s e de E l a g sclav r as d an avent e C ri u sto R ra de ey.
Por otra parte, el desafío que Ignacio presentaba a los suyos en su tiempo es comparable con el desafío que presenta el P. Pedro Legaria en el mundo actual, en su política de búsqueda de la excelencia, es un reto válido posible de asumir teniendo en cuenta las muchas ayudas que Dios da, la preparación de saberes que se ofrece en las distintas instituciones y la expectativa que tanta gente espera de quienes llevan esta espiritualidad, que no permite ofrecer una respuesta mediocre.
Fue un enamorado de los Ejercicios. “Los santos Ejercicios son el desideratum de mi amor, con esto lo digo todo”. Dios había puesto en su alma un instinto sobrenatural ignaciano, al que ajustó y conformó totalmente su vida. Por medio de los Ejercicios quiso conducir a los hombres al conocimiento de Cristo, a que le amasen como Rey y Señor
Los Ejercicios Espirituales tuvieron para el Padre Pedro una eficacia preponderante para ayudarle a sacar de todo, frutos de santidad.
Fueron las fuentes en donde bebió su espíritu, la idea clave que labró su personalidad y dio una impronta típicamente ignaciana a su vida interior.
Buscar en todo la mayor Gloria de Dios El deseo de acercar a los hombres a Dios Universalidad apostรณlica
Buscar en todo la mayor Gloria de Dios En la base del carisma que el P. Pedro Legaria recibió y que vendría a constituir como el principio y fundamento del mismo carisma, está la expresión tantas veces repetida por el: “Consumirme y agotarme en todo mi ser físico, intelectual y moral por la gloria de Dios y la salvación de las almas”
Un “más” característico que no busca sólo lo bueno sino lo mejor. No la gloria de Dios, sino la mayor gloria de Dios. “No servir a nuestro Señor, sino el señalarse en el servicio a nuestro Señor”. Siempre el “magis”, siempre el más. Apasionado por esta gloria de Dios, empujaba siempre su acción al deseo insaciable de la salvación de todos los hombres «buscar su gloria y en nada la mía…»
El deseo de acercar a los hombres a Dios La entrega a la misión apostólica que Dios ha encomendado al P. Pedro, ocupa su vida en totalidad, aunque esta vida se componga de ocupaciones múltiples y diversas. Toda actividad apostólica, la forma de llevar a cabo la misión, la realiza en plenitud y totalidad. En entrega de toda la persona “todo mi ser físico, intelectual y moral…” en la doble dimensión Dios y los hermanos, es decir, por la gloria de Dios y la salvación de las almas.
Siento en mi corazón deseos grandes de trabajar mucho en mi parroquia por la gloria de Dios y la salvación de las almas… Murchante es la herencia que Dios me ha dado” “Alma de oración, forjada en los ejercicios de san Ignacio. Se sacrificó por su parroquia poniendo toda su persona al servicio de los intereses del ministerio sagrado, con dedicación y consagración exclusiva en perfecto holocausto” La producción de sus deseos y un entregar hacia fuera lo que por dentro contemplaba y ansiaba. “Fue idea que el Señor puso en mi mente: se podría dar mucha gloria a Dios, salvar muchas almas
Universalidad apostólica La dimensión apostólica, universal, total y plena se acentúa en los Ejercicios en los que todos querrán ayudar, “mi voluntad es de conquistar todo el mundo”, eligiendo para ello lo que más conduce. Estos elementos ignacianos son la base del carisma que el padre fundador recibió.
INFLUENCIA DE SU PENSAMIENTO EN LA FORMACIÓN DE LAS RELIGIOSAS ESCLAVAS DE CRISTO REY Y DE QUIENES COMPARTEN SU ESPIRITUALIDAD.
Con la fundación de la Congregación de las Religiosas Esclavas de Cristo Rey, el P. Pedro Legaria gracias a la acción del Espíritu Santo y a ese caudal de su amor pudo multiplicar sus grandes deseos de dar Gloria a Dios y salvar a muchos hombres.
Su intenso amor a Dios y el deseo de colaborar en la extensión del Reino de Cristo, se percibe en la rica espiritualidad y apostolado que legó a sus religiosas: una espiritualidad cristiana y religiosa, basada en los Ejercicios, con ese “más” claramente evangélico, que implica una manera especial de configurarse con Cristo y, por lo mismo una manera especial de ser y de actuar.