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Mi experiencia en torno a la Literatura Infantil y Juvenil Miguel Ángel García

Mi experiencia en torno a la literatura infantil y juvenil

Por Miguel Ángel García | Prácticas profesionales en Colijbrí

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Hablar de literatura enfocada hacia niños y jóvenes, es hablar de una infinita gama de experiencias que cada autor propone, de acuerdo a la temática que cada uno decida abordar, considerando anclajes utópicos en la redacción de sus historias. Es bien sabido que, cuando de redactar se trata, sobre algún tema peliagudo, es muy frecuente recurrir a metáforas imaginarias, para expresar realidades que afrontamos los seres humanos al momento de conformar un grupo social.

En este sentido, respecto a mi experiencia sobre la literatura infantil y juvenil, concierne explicar que, los textos son una herramienta didáctica, donde muestran diversas situaciones y momentos de la cotidianidad de la vida. Por lo que, el uso de cuentos son una ventana para los jóvenes lectores, que les muestran a través de iconografías literarias, temas de importancia social. Sin lugar a dudas, esos textos tienen un profundo significado reflexivo, que puede traspolarse a la realidad de muchos niños y jóvenes del país y, de manera general, en Latinoamérica.

En consonancia con los relatos, el público lector puede conocer de primera mano, las situaciones que se viven a diario. Aunque, este tipo de textos no son de divulgación científica, sí que muestran de forma ilustrativa, temáticas que tienen una injerencia directa con la vida de los infantes y jóvenes, haciendo una mejor comprensión de ciertos temas que, muchas veces suelen ser enterrados en el abismo de nuestra sociedad.

Como es el caso de aquellas historias que se focalizan en temas concernientes a ciertos grupos de edad, tales como; la discriminación, la auto aceptación, la ayuda mutua, motivación, etc., de los cuales se intenta sacar partido a través de ilustraciones de personajes ficticios, con la intención de animar al lector a identificarse con alguno de ellos y llevarlo hacia un punto de reflexión, de modo que, tenga un impacto profundo en el pensamiento de los jóvenes lectores.

Y, desde mi perspectiva, esa es la finalidad última de los cuentos e historias que nos redactan los grandes escritores. Despertar la curiosidad, el encanto; un entusiasmo que anime a descubrir un mundo maravilloso de posibilidades infinitas, a la hora de abordar contextos y hechos sociales, a los cuales se ve inmerso, cualquiera de nosotros.

Por lo tanto, la lectura potenciada desde un contexto familiar, escolar e incluso individual, puede llevar al lector a encontrarse consigo mismo y, más allá de un solo momento entretenido, pienso que la lectura abre un camino hacia la reflexión de las cosas que nos suceden, una vía a la cual debemos focalizarnos para interpretar situaciones por las que atravesamos y, que por medio de imágenes menos agresivas, poder comprender la dureza de muchas realidades que se viven a diario, en diferentes grupos sociales, para que así, tomemos líneas de acciones que nos permitan vivir en un mundo mejor, donde los cuentos infantiles y juveniles, sean un instrumento capaz de transformar mentes para el bienestar colectivo. 28

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