Plataforma de Beijing+20 Esfera de acción Educación y Capacitación de las Mujeres
Ponencia
Avances y desafíos pendientes del Ecuador frente a las medidas que han de adoptarse en el marco de la Plataforma de Acción de Beijing entorno a la esfera de educación y capacitación de las mujeres.
Ecuador 2015
Contenido 1. Una introducción necesaria. 2. Los marcos jurídicos e institucionales. 3. Una mirada desde la teoría de género. 4. Los datos que marcan brechas de Género en la Educación Superior. 5. Los avances en la incorporación del enfoque de género en el sector de la Educación Superior. 6. Políticas públicas para la igualdad de género en educación 7. Los desafíos en relación a la Educación Superior y Género
1.- Una introducción necesaria La Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en septiembre de 1995 en Beijing, formuló amplios compromisos en 12 esferas de especial preocupación, una de ellas la Educación y capacitación de las mujeres. 20 años después, sigue siendo una poderosa fuente de orientación e inspiración para profundizar en los derechos humanos de las mujeres. La Plataforma de Acción de Beijing, nos propone un mundo en el que todas las mujeres y las niñas podamos ejercer nuestras libertades y opciones de vida, haciendo realidad todos nuestros derechos, como vivir sin violencia, asistir a la escuela, participar en la toma de decisiones y tener igual remuneración por igual trabajo. Garantizar el acceso de las mujeres en condiciones de igualdad a los recursos económicos, incluido la tierra, el crédito, la ciencia y la tecnología, la capacitación profesional, la información, las comunicaciones y los mercados, como medio para promover el adelanto de las mujeres y las niñas. La educación es un derecho humano, constituye un requisito indispensable para lograr los objetivos de la igualdad, el desarrollo y la paz. Invertir en educación y capacitación de las niñas y las mujeres tiene importantes repercusiones para su desarrollo, les permite ser más autónomas y aumentar sus recursos de cara a su futuro y el de sus sociedades. Es a la vez, una vía privilegiada para la transformación de patrones socio culturales sexistas y discriminatorios presentes en la sociedad. Suprimir las disparidades y lograr la igualdad entre los géneros en enseñanza y educación, con iguales posibilidades de obtener buenos resultados, es indispensable. El sistema educativo debe contribuir a superar las limitaciones estereotipadas de los roles de género, permitiendo un desarrollo más equilibrado y el acceso a las mismas oportunidades, apoyando en la construcción de relaciones entre los sexos basadas en el respeto y la corresponsabilidad e impulsando la participación de mujeres, hombres y personas LGBTI, en todos los espacios de la sociedad. El vigésimo aniversario de Beijing nos permite renovar vínculos, revitalizar los compromisos, fortalecer la voluntad política y movilizar a la sociedad, en torno a una educación en igualdad, para todas y todos a lo largo de la vida.
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En el caso de nuestro país, Ecuador atraviesa un cambio de época, en los ámbitos jurídicos e institucionales que busca redefinir la forma en la cual las instituciones públicas y el país en general definen su desarrollo en el corto, mediano y largo plazo. Dentro de las innovaciones existentes, el marco constitucional vigente desde 2008, de carácter garantista de los derechos fundamentales, ha exigido reconstituir la base institucional y jurídica sobre la cual se desarrolla la actividad estatal. Una de las bases fundamentales en las que se asientan estas transformaciones es el Buen Vivir o Sumak Kawsay, idea movilizadora que ofrece alternativas a los problemas contemporáneos de la humanidad. El Buen Vivir construye sociedades solidarias, corresponsables y reciprocas que viven en armonía con la naturaleza, a partir de un cambio en las relaciones de poder… También implica una revolución educativa para formar ciudadanas y ciudadanos con otra mentalidad, con valores asentados, con ética y con autoestima” (PNBV 2013.2017SENPLADES). Sin duda la Educación Superior es una de las bases fundamentales para la construcción del buen vivir, pues a través de ella se fortalecen las potencialidades de la nación, se generan perfiles de seres humanos con conocimiento de la realidad, que aportarán a la solución de problemáticas sociales y que se constituyen en ejes promotores del nuevo modelo de desarrollo propuesto por el país. En Ecuador el despliegue del Buen Vivir tiene su correlato en la Constitución que se expresa en el tránsito de un Estado de Derecho hacia un Estado Constitucional de Derechos y Justicia Social, que incorpora como sustento los derechos humanos. En este proceso de cambios ha sido primordial el proceso desarrollado por el Gobierno Nacional en la recuperación del derecho a la educación como un bien público, con gratuidad y centrado en la equidad, excelencia y justicia social, en todos los niveles del sistema educativo ecuatoriano. Uno de los ejes importantes en la recuperación del derecho a la educación es la “Revolución del Conocimiento y de las capacidades”, se contempla el libre desarrollo de la personalidad, reconocido en el artículo 66 numeral 5 de la Constitución, se materializa la igualdad de derechos y oportunidades; buscamos la generación del conocimiento abierto, público y común, cuyo objetivo es el buen vivir, este conocimiento, más que un medio para saber, es un instrumento para la libertad individual, para la emancipación social y para vivir y convivir bien. Es decir, para encontrar la libertad, satisfacer necesidades, garantizar derechos, cambiar el patrón de acumulación y redistribución, vivir en armonía con la naturaleza y convivir en una democracia de calidad.
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El conocimiento es una fuente de poder que nos libera, el desafío es promover la investigación, el diálogo de saberes y la innovación para alcanzar la sociedad del conocimiento y el cambio productivo. El Ecuador al igual que otros países del Sur vive una nueva era, la del Conocimiento, el mundo ha pasado del capitalismo industrial al capitalismo cognitivo, donde la principal receta para entrar en el nuevo capitalismo fue plicar la fórmula privatizada: de Investigación + Desarrollo+Innovación (I+D+I) y la mercantilización de la educación superior, la ciencia y la tecnología. A la vez, el logro del Buen Vivir, tiene un referente fundamental en el Principio de Igualdad y No Discriminación, que se convierte en el ejemplo cierto de la decisión política del Estado para erradicar la discriminación y promover la igualdad formal e igualdad material, a través de la implementación de políticas públicas dirigidas a garantizar una mejor calidad de vida para las mujeres y personas lesbianas, gays, transexuales, bisexuales, intersexuales (LTGBI). EL Consejo Nacional para la Igualdad de Género (CNIG) tiene como mandato la transversalización del principio de igualdad y no discriminación en razón de género, por tanto exige que todas las personas y colectivos sean reconocidas, valoradas y tratadas en forma equivalente en cuanto a sus necesidades, intereses y condiciones; respeta las diferencias identitarias, culturales, cosmovisiones y realidades territoriales. Sin distinción de sexo, edad, etnia, discapacidad o movilidad humana. Así como la observancia, seguimiento y evaluación de las políticas públicas en las cinco funciones del Estado. Uno de los sectores que hemos priorizado para nuestro accionar es el sector del Conocimiento y Talento Humano, en el que la Educación Superior es un eje fundamental para desarrollo integral de las personas.
2.- Los marcos jurídicos e institucionales. El Estado ecuatoriano es signatario de varios convenios y normativas de Naciones Unidas, adoptadas en la Constitución de 2008: entre ellas, la Convención Contra todas las formas de Discriminación contra la mujer (CEDAW), la Plataforma de Acción de Beijing (1995), los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), la Convención sobre los Derechos Políticos de las Mujeres (1952), el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos (1966). A partir de este marco jurídico internacional, en el Ecuador desde el año 2007, la educación es entendida como un bien público para la formación y capacitación en distintos niveles y ciclos; lo cual es fundamental para fortalecer y diversificar las capacidades y potencialidades individuales y sociales y promover una ciudadanía participativa y crítica. (Agenda Nacional de las Mujeres y la Igualdad de Género, 2014-2017)
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La Constitución Política del Ecuador, en el Art. 26, aclara que la educación es un derecho de las personas a lo largo de su vida y un deber ineludible e inexcusable del Estado. Constituye un área prioritaria de la política pública y de la inversión estatal, garantía de la igualdad e inclusión social y condición indispensable para el buen vivir. Además, señala que el sistema de educación superior tiene como finalidad la formación académica y profesional con visión científica y humanista; la investigación científica y tecnológica; la innovación, promoción, desarrollo y difusión de los saberes y las culturas; la construcción de soluciones para los problemas del país, en relación con los objetivos del régimen de desarrollo. (Art. 350). La Ley Orgánica de Educación Superior (LOES) integra en la Educación los principios de autonomía, co-gobierno, igualdad de oportunidades, equidad y paridad de género (Ley Orgánica de Educación Superior, 2010). En los instrumentos de planificación se han incorporado el principio de igualdad y no discriminación, el Plan Nacional del Buen Vivir hace alusión a la democratización del acceso a la educación superior (Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo, 2013: 168) y promueve la generación de “mecanismos para deconstruir y evitar la reproducción de prácticas discriminatorias excluyentes (patriarcales, racistas, clasistas, sexistas y xenofóbicas) dentro y fuera del sistema educativo”1. (Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo, 2013:168). Este plan establece también el mandato de “Generar mecanismos para la erradicación de todo tipo de violencia en los centros educativos y asegurar que los modelos, los contenidos y los escenarios educativos generen una cultura de paz acorde al régimen del Buen Vivir”2 (Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo, 2013:168). De igual modo, la Agenda Nacional de las Mujeres y la Igualdad de Género, instrumento técnico-político que tiene como objetivo principal efectivizar el cumplimiento de los derechos y la transversalización de la igualdad de género en el país, a través de la vinculación de las entidades rectoras y ejecutoras de la institucionalidad pública, incorpora un eje estratégico de acción relativo a la Educación y Conocimiento.
1 Política 4.1, Lineamiento i. 2 Política 4.4, Lineamiento d.
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3.- Una mirada desde la teoría de género A la luz de estas consideraciones, desde un análisis de la teoría de género en la educación superior, se evidencia que en los espacios educativos formales se ha desarrollado la ciencia y el conocimiento socialmente validado. Espacios que hasta el siglo XIX fueron áreas predominantemente ocupados por hombres, en el que ha prevalecido una visión androcéntrica en la ciencia, que ha sido parcializada y excluyente de otras visiones; es decir, de otras formas de conocimiento y de aproximación a las realidades. En ese sentido, “lo femenino ha sido devaluado de modo consistente en el sistema educativo (…) la producción cultural de la mujer se ha silenciado, trivializado o distorsionado en la construcción del saber que han hecho los hombres” (López, 1992, p. 4). Específicamente en la Educación Superior, la influencia de lo masculino se encuentra en las metodologías, los procedimientos, los temas seleccionados y el lenguaje utilizado (González, 1992; Gore, 1996). La mirada de las mujeres ha estado relegada, dando como resultado una perspectiva parcializada en torno a los objetos de estudio y a las formas de acceder a ellos. (Beirute, Chacón, Fonseca, Garita y Solano, 2007). También, desde el enfoque de género se señala que “el conocimiento científico no es neutral, puesto que en la producción de conocimiento ha prevalecido la perspectiva de quienes poseen más recursos y ostentan el poder (sea económico y político). Por tanto, lo que se precisa encontrar son alternativas al saber que se ha instituido desde los espacios y grupos de poder, igual circunstancia se presenta, en los procesos de diseño curricular, se dan luchas de poder entre grupos que buscan incluir sus intereses o demandas dentro de los planes de formación de profesionales” (Bolaños, Vargas y Velázquez, 1999, p. 186). En este punto, es necesario preguntarse, como apunta Acuña-Rodríguez (2014) ¿para qué el enfoque de género en la educación superior? cuyas respuestas pueden ser múltiples, como: para analizar las disciplinas y sus prácticas, las formas de acceder al conocimiento que las caracterizan y de enseñarlo, orientando dicho análisis al entendimiento de cómo se reproducen estereotipos de género. para reflexionar cómo desde cada carrera se puede contribuir a promover la equidad entre los géneros e impulsar estrategias y acciones en ese sentido para reducir las brechas entre hombres y mujeres tanto en el espacio laboral como en el desarrollo profesional-académico para contribuir desde la educación superior y las profesiones a mejorar condiciones de vida de las mujeres.” (Acuña-Rodríguez, 2014, p. 34). 5
En síntesis, es necesario “desarrollar una pedagogía más progresista y programas que contrarresten las desigualdades” (García, 2005, p. 75-76). Por lo tanto, la labor de las universidades es vital para el cambio en las dinámicas sociales (imaginarios, estereotipos), en la medida que a través del acto educativo y del currículo es que el orden simbólico patriarcal debe ser visibilizado, cuestionado y cambiado.
4.- Algunos datos que marcan brechas de género en la Educación Superior3. En cuanto a brechas de género en educación superior, si bien el país ha avanzado en el acceso significativamente, presenta una feminización de la matrícula universitaria, a junio del 2013 la tasa bruta de matrícula para las mujeres alcanzó el 42% mientras que para los hombres es el 34,47%.(Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos (INEC). Encuesta de Empleo, Desempleo y Subempleo (ENEMDU) (2003 – 2013). A pesar de que los datos anteriores evidencian esta feminización en el acceso a la educación, hay aspectos que no son considerados y podrían devenir en un análisis parcial de la información, es por ello que es necesario tomar en cuenta el tiempo que les lleva tanto a mujeres como a los hombres culminar su carrera profesional, conocer los motivos de deserción, analizar qué influencia tienen causas como la violencia de género y el embarazo en la deserción. Otro de los aspectos a analizar y que evidencia como los patrones culturales de género inciden en la profesionalización de mujeres y hombres es la elección de las carreras a estudiar. En los últimos diez años, en la Educación Superior se presenta mayor presencia de mujeres matriculadas en carreras relacionadas con las áreas administrativas y de cuidado, evidenciando que la selección de las carreras se realiza de acuerdo a una matriz sexo-genérica. (Comisión de Transición, 2014). La docencia universitaria y su complejidad En cuanto a la docencia universitaria información del CEAACES (2012), se muestra que existe un ámbito que sigue absolutamente masculinizado dentro de la Educación Superior, pues apenas el 27% de docentes universitarias son mujeres, mientras el 73% son hombres,es decir existe una brecha muy profunda de género que refleja la inequidad en el ámbito académico. La mayor brecha de género que se advierte en la educación superior se refiere a la escasa participación de mujeres en puestos de decisión a nivel de rectorado, decanatos. Una posible explicación de este fenómeno es que para las mujeres es difícil conciliar el trabajo remunerado con el trabajo no remunerado. 3 Tomado de CNIG, 2014. Género y Educación Superior, un reto en camino. Criterios para la Transversalización de Género en el Sistema de Educación Superior Ecuatoriano. Ponencia presentada en el Seminario Internacional Calidad de la Educación Superior y Género, mimeo.
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5.- Los avances en la incorporación del enfoque de género en el sector de la Educación Superior. El Consejo Nacional para la Igualdad de Género (CNIG) en el marco de sus competencias y funciones está trabajando de manera coordinada con las cinco funciones del Estado, a nivel del Ejecutivo ha priorizado los sectores de Desarrollo Social y de Conocimiento y Talento Humano. En lo que corresponde al eje de Educación, la Política 3 de la ANMIG insta a “fortalecer y consolidar la transformación integral del sistema educativo y de producción de conocimientos, para superar patrones de género discriminatorios y crear condiciones, contenidos y prácticas de igualdad plena, convivencia armónica y recíproca entre todas las personas”. (Comisión de Transición, 2014:86) El sector del Conocimiento y Talento Humano ha desplegado importantes esfuerzos por cuanto es el sector que incide directamente en el cambio de patrones culturales de la sociedad. Hemos privilegiado, la educación y la generación del conocimiento sobre todo en la educación superior, puesto que son en estos espacios donde se forman y se potencian las capacidades de mujeres, hombres y personas LGBTI, pero también, son espacios de investigación, análisis, reflexión y búsqueda de soluciones, que dan pistas certeras para la intervención en los diferentes sectores del desarrollo del país. Con este propósito hemos articulado acciones con el Ministerio Coordinador de Conocimiento y Talento Humano (MCCTH) y con Universidad Central del Ecuador (UCE), con quienes hemos firmado Convenios de Cooperación Interinstitucional. Con la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (SENESCYT), realizamos el Concurso estudiantil “Ecuador con Rostro de Mujer”, liderado por el Grupo Parlamentario por los derechos de las Mujeres de la Asamblea Nacional. Con el Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación (CEAACES), el Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN), con quienes estamos próximos a renovar compromisos de cooperación interinstitucional. En forma conjunta con CEAACES, SENPLADES, MCCTH, SENESCYT, Consejo Nacional para la Igualdad de Género, ONU Mujeres, FLACSO, Red de Educación Superior y Género, se realizó el Seminario Internacional “Calidad de la Educación Superior y Género” desarrollado desde el 18 hasta el 20 de Junio 2014, espacio donde se legitimó el concepto de calidad + igualdad + equidad de género = excelencia universitaria. 7
Se posicionó el abordaje desde la interseccionalidad de género, socioeconómica, sexualidades, etnia, discapacidades, movilidad humana. El Consejo Nacional para la Igualdad de Género es parte activa de la Red de Educación Superior y Género, que en la actualidad está liderada por la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (SENESCYT) Dando cumplimiento al mandato constitucional, este colectivo de instituciones han asumido de forma paulatina la incorporación de las disposiciones sobre la igualdad y no discriminación en razón de género, establecidas en el Plan Nacional del Buen Vivir, la Agenda Nacional de las Mujeres y la Igualdad de Género, la Ley Orgánica de Educación Superior, LOES (2010), su Reglamento General (2010) y el Reglamento de Régimen Académico (2013). Ejemplo de esto, es la inclusión de indicadores de igualdad de género en los instrumentos de evaluación de 2013 realizadas por el CEAACES, la conformación a través concurso de méritos y oposición a representantes del ejecutivo del CES y CEAACES, que lo hacen respetando la paridad de género, la alternancia e igualdad de oportunidades, así como la aplicación de acciones afirmativas para garantizar la igualdad de oportunidades en los concursos de méritos y oposición. La SENESCYT ha adquirido el compromiso de transversalizar el eje de Igualdad de Género, en esta línea, está desarrollando la evaluación de programas de tercer y cuarto nivel considerando la perspectiva de género, así como la apertura de la educación superior para personas privadas de libertad, que ha privilegiado la participación de las mujeres (SENESCYT, 2014).
6.- Políticas públicas para la igualdad de género en educación En la normativa se incorpora el principio de igualdad y no discriminación en razón de género, desde el 2011 se cuenta con la Ley Orgánica Educación Intercultural LOEI, y el 2010 con la Ley Orgánica Educación Superior LOES; desde el año 2007, la educación es entendida como un bien público para la formación y capacitación en distintos niveles y ciclos, fundamental para fortalecer y diversificar las capacidades y potencialidades individuales y sociales y promover una ciudadanía participativa y crítica. Se han impulsado campañas para erradicar el analfabetismo, en la cuales se incorpora la perspectiva de género; especialmente campañas como: Campañas “Manuela Espejo” y “Dolores Cacuango”, en los ámbitos de la educación hispana y educación intercultural bilingüe respectivamente. 8
Equidad en la Matriculación en educación básica: el compromiso del Estado Ecuatoriano en materia educativa es el acceso universal a la Educación General Básica –EGB para la población ubicada entre los 5 y 14 años de edad. Incremento de la matriculación femenina en bachillerato: Ecuador se ha comprometido con los Objetivos de Desarrollo del Milenio en alcanzar una matriculación equivalente al 75% de la población en edades comprendidas entre 12 y 17 años, hasta el año 2015. En el año 2013, la tasa neta de matrícula en bachillerato fue del 64,6% en mujeres y, el 59.5% en hombres, entre 15 a 17 años de edad. Incremento de la matrícula femenina en educación superior: a la educación superior mayoritariamente acceden las mujeres, en 9 universidades de las 55 vigentes a nivel nacional, del total de estudiantes, el 56% son mujeres, mientras que el 44% son hombres. En datos proporcionados por el CEAACES (2013), en la Universidad Central del Ecuador, la segunda Universidad más grande del país, en el período 2010-2011, el 61,8% de estudiantes son mujeres, mientras que, el 38,2% son hombres. Prevención y detección de delitos sexuales en el ámbito educativo; con la campaña “Nadie nunca más” se han socializado rutas claras de denuncia, de esta manera se ha aumentado en un 70% las denuncias de delitos sexuales en el sistema educativo. Instituto de Altos Estudios Nacionales IAEN incorpora el enfoque de género en su oferta educativa: se creó el Curso “Políticas Públicas y Género” institucionalizado en el Programa Germánico Salgado del Centro de Educación Continua. Además se realiza la articulación técnica entre el Consejo Nacional para la Igualdad de Género y la Escuela de Gobierno y Administración Pública del Estado, para la transversalización de la perspectiva de género a partir de la estrategia técnico política elaborada participativamente. Premiación a la excelencia: del 2007 al 2014 se han entregado 10.482 becas estudiantiles. Las y los jóvenes del país se preparan en las mejores universidades del mundo, desde el año 2012. En lo que corresponde al acceso a crédito y becas educativas, la SENESCYT da cuenta de la igualdad en el acceso, pues las beneficiarias de las becas nacionales e internacionales y créditos educativos del año 2013 son en promedio el 51.08% mujeres frente al 48.92% de hombres. (SENESCYT, 2014)
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Hacia una economía social del conocimiento: más de 1000 millones de dólares inversión en nuevas universidades: en la Provincia del Guayas: Universidad de las Artes, con 22 docentes y 273 estudiantes con carreras de cine y artes audiovisuales, artes musicales, artes literarios. En la Provincia del Cañar : La Universidad Nacional de Educación UNAE), con 35 docentes, 400 estudiantes, licenciaturas en educación básica, educación inicial, educación intercultural bilingüe, maestrías en formación de formadores; en la Provincia de Imbabura: Yachay la Ciudad del Conocimiento, con 52 docentes, 415 estudiantes carreras en Petroquímicas, química, física, biología, ingeniería en polímeros, ingeniería en biomédica, ingeniería en tecnología de la información; en la Provincia de Napo: Universidad Regional Amazónica (IKIAM), 19 docentes –investigadores, carreas ingeniería en ecosistemas, ciencia del agua, geociencias, y bioproductos. son en promedio el 51.08% mujeres frente al 48.92% de hombres. (SENESCYT, 2014)
7.- Los desafíos en relación a la Educación Superior y Género. El innovar la Educación Superior a partir de transversalizar la igualdad de género conlleva a institucionalizar la perspectiva de género en todo el marco decisorio institucional, para lo cual es fundamental la aplicación de una estrategia que tiene como finalidad que el Estado incorpore el principio de igualdad y no discriminación en razón de género, en todos los procesos de gestión pública, considerando las especificidades de las y los titulares de derechos. Esto implica: Generar información e investigación respecto a brechas de género en la Educación Superior tanto en lo correspondiente a acceso, permanencia, elección de carreras profesionales a nivel superior y de postgrado, ocupación en cargos directivos y docentes, con la finalidad plantear estrategias para la disminución y erradicación de brechas, es fundamental. Promover investigaciones e información sobre la situación de las personas LGBTI en la educación superior, que reflejen las brechas, necesidades específicas y vislumbren espacios de intervención del Estado para garantizar el derecho a la educación y erradicar la violencia y discriminación. Desarrollar investigaciones que den cuenta de la cotidianidad de la vida universitaria para evidenciar casos de violencia de género, discriminación y exclusión. Generar en las instituciones de educación superior, estrategias de prevención, normativa, instancias y procedimientos específicos para el tratamiento de la violencia de género, de manera que sea considera uno de los fundamentos del bienestar estudiantil. 10
Preparar información respecto a liderazgos femeninos en las instancias estudiantiles y conocer si trabajan sobre problemáticas de género al interior de la universidad. Crear espacios de discusión sobre la problemática de género en la comunidad estudiantil y en sus instancias de liderazgo con la finalidad de fomentar el interés por la temática, conseguir que se conviertan en ejes promotores de la igualdad y en veedores de las estrategias, instancias y procesos creados para la prevención y tratamiento de la violencia de género. Promover la transformación de patrones culturales discriminatorios que esencializan la división sexual del trabajo y construyen estereotipos de género, que reproducen la noción de profesiones designadas para mujeres y otras para hombres. Incorporar en las carreras científicas y tecnológicas la perspectiva de género, desde la pedagogía feminista, para garantizar su transformación de forma que deconstruya las relaciones de poder jerarquizantes entre los géneros. Fomentar el acceso de las mujeres y personas LGBTI a carreras referentes a la investigación científica y tecnológica para garantizar su acceso al conocimiento. Incorporar el género como uno de los parámetros de evaluación y acreditación de las instituciones de educación superior, de esta forma se garantiza a través de acciones efectivas que se incorpore la igualdad y se genera un estímulo para quienes la aplican. Promover la investigación respecto a temáticas de género en las universidades e institutos superiores, tanto sobre problemáticas al interior de estas entidades, como a nivel social con la comunidad. Integrar en las investigaciones que se generan en la educación superior la perspectiva de género y valorar en los centros académicos las investigaciones que aborden directamente esta temática. Promover la permanencia en el sistema de Educación Superior y el acceso de las mujeres a puestos de decisión (rectorados, decanatos y docencia) articulando las políticas de educación con otras relacionadas con el cuidado y reproducción de la vida, que incorporan nociones como la corresponsabilidad y la conciliación del tiempo entre hombres y mujeres, además del reconocimiento de la carga global de trabajo de las mujeres, a través de medidas como las acciones afirmativas.
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Estos desafíos trascendentales que sin duda apuntan a consolidar las propuestas de Beijing Más 20, vinculan la importancia de incorporar la perspectiva de género en la Educación Superior, por lo que creemos que es importante, hacernos las siguientes preguntas, para que las respuestas las encontremos en forma colectiva. ¿Cómo deben contribuir las universidades a los cambios de visión y perspectiva respecto a género y etnicidad, en contextos multiculturales, de manera de contribuir a una comprensión más intercultural, equitativa y democrática de las sociedades latinoamericanas y particularmente en Ecuador? ¿Qué perspectiva de género trasmiten las universidades? ¿Cuáles son los avances y desafíos de las universidades en el abordaje de la perspectiva intercultural de género, de acuerdo a los cambios sociales y a la demanda laboral, desde el punto de vista político, pedagógico y epistemológico? ¿Qué desafíos enfrentan las mujeres indígenas y afro descendientes que ingresan a las universidades y a los espacios de toma de decisiones en contexto de conflicto étnico, cultural y lingüístico? ¿Cómo afecta la educación superior a las identidades étnicas y de género de los y las jóvenes indígenas y afrodescendientes, montubios? ¿Qué mecanismos de incidencia se deben abordar para poder transformar en las universidades los espacios para que desde las universidades los temas de interculturalidad, género, etnicidad sean abordados en términos de quien tiene el poder, quien toma las decisiones?. El Consejo Nacional para la Igualdad de Género les invita a construir colectivamente desde los espacios de la Academia, una Educación Superior con igualdad, equidad y justicia en el camino hacia el Buen Vivir para todas y todos en el Ecuador.
MUCHAS GRACIAS.
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