Amada hermana (o) que el gozo de Dios sea sobre su vida. Le saludo con mucho cariño desde la oficina de Compassion. Me veo en la necesidad de decirle tres cosas: 1. ¡Gracias! 2. ¡Gracias! 3. ¡Gracias!
“Dueños del Reino” Gracias por todo su amor en la obra del Señor. ¡Especialmente gracias por lo que hace por nuestros preciosos niños! Amada hermana (o), gracias por responder al tan importante llamado de Dios: Ministrar a los niños. ¡Cuánto le importan a Dios estos pequeños! “Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos. “ Mateo 19:14 Sabemos que es la voluntad de Dios que cada niño llegue a conocerle. Déjeme decirle, que junto a usted cuento con el enorme gozo y privilegio de ministrar a los niños; tras 10 años trabajando con ellos cada día estoy convencida de cuan importantes son para Dios, y cuanto El desea que ellos sean alcanzados. En mi experiencia, puedo decir que a veces trabajar con los niños puede ser cansado, puede necesitarse ABUNDANTE paciencia y MUCHA dedicación. Quizás a lo largo del camino usted se ha sentido cansado o desanimado, o quizás aún frustrado por no ver el fruto. ¡Pero hoy le animo! Le animo a ver más allá de sus ojos naturales. Como la historia del llamamiento del Rey David, “Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón. “1 de Samuel 16:7. Dios nos manda a que veamos más allá, puede usted ver al próximo empresario sentado en su CDI? ¿A una artista internacional? ¿Al próximo pastor o misionero? ¿A una de las mejores cantantes de nuestro país? ¿Puede ver a ese niño, finalmente rompiendo el ciclo de la pobreza? ¿A una comunidad cambiada por uno de sus niños? ¿Puede ver a la siguiente periodista? ¿Al próximo Maestro? ¡Sin duda alguna, yo si lo veo! Dios tiene un propósito enorme para cada niño a nuestro cuidado. ¡Que bendecidos somos de poder ministrar a los dueños del Reino!
Le invito a orar fervientemente por el futuro de cada uno de sus niños en su CDI, entre tanta violencia y maldad que hay en nuestro país la solución puede estar sentada justo enfrente suyo. Le invito a pedirle a Dios otros ojos, que vean lo que El ve. ¡Dios tiene sueños maravillosos para estos pequeños! Por favor sea perseverante y constante en motivar a los niños en el camino del Señor. ¡Sé cuánto usted les ama! Que Dios bendiga grandemente su vida. Usted es un ángel para muchos de estos niños, gracias por haber dicho que “SI” al llamado de ministrar niños. Un día amada hermana (o), cuando estemos en el cielo nos vamos a regocijar de ver el fruto de estos preciosos diamantes, nos alegraremos de ver como Dios transformó la vida de estos niños, sus comunidades y naciones! Sepa que hay alguien orando por usted. Mi oración es que Dios pueda inquietar su corazón y llenar su vida con un propósito, y que pueda entender ¡Cuanto a Dios le importan los niños! La próxima vez que les vea y reciba, por favor salúdelos con el amor de Dios ¡Déjeles ver cuán importante son y cuanto potencial cada uno de ellos tiene! Que cuando ellos le recuerden, puedan decir como usted fue una viva representación del amor de Jesús. “Y tomó a un niño, y lo puso en medio de ellos; y tomándole en sus brazos, les dijo: El que reciba en mi nombre a un niño como este, me recibe a mí; y el que a mí me recibe, no me recibe a mí sino al que me envió. “Marcos 9:36-37
Vicenta es una beneficiaria del Programa de Supervivencia Infantil (PSI) HOCS02 Renuevos, ubicado en la Santa Eduviges en la zona norte del país. Vicenta tiene 43 años y es madre soltera de tres hijos: Bryan quien tiene 18 años, Kenssy de 13 años y Axel de 2 años. Con el fin de sostener y proveer para su familia, Vicenta vende bisutería, costura y algunas veces lava ajeno. Hace 18 años Vicenta se separó de su primera pareja, quien es padre de Bryan su primer hijo. Durante el proceso de separación, su ex pareja sorpresivamente se llevó a Bryan hacia el país vecino de El Salvador. Sin ser notificada del viaje, Vicenta quedó con su corazón quebrantado y sin esperanza de volver a ver a su hijo. “Mi hijo Bryan tenía un año de edad cuando fue llevado a otro país por su propio padre. Yo estaba devastada y no podía entender porque mi hijo había sido llevado de mi lado. Desde el fondo de mi corazón le pedía al Señor que trajera de vuelta a mi hijo. Le prometí a Dios servirle, si volvía a ver a mi hijo,” dijo Vicenta.
Dos semanas después que Bryan fue llevado a El Salvador, Vicenta pudo recuperarlo. “Viajé a El Salvador y recuperé a mi hijo; sin embargo debo decir que temía no recuperarlo, pero juntos mi hijo y yo regresamos a casa. Aun cuando pensé que mi fe había decaído, Dios permaneció fiel. Sé que Dios es real y contestó mis oraciones,” comentó Vicenta. Cinco años después, Vicenta conoció su segunda pareja, quien es padre de Kenssy y Axel, pero se separó de él el año pasado. “Estuvimos juntos por 13 años, pero solía maltratarme y tomar alcohol. Por mi seguridad y la de mis hijos decidí separarme. No ha sido fácil, ya que muchas veces tengo que proveer por mi misma para mis hijos,” relató Vicenta.
Historia y Fotos por: Juana Ordóñez Martínez Especialista en Comunicaciones Compassion Honduras
El Incendio lo cambió todo Un día en diciembre del 2013, Vicenta fue a visitar a su madre junto con sus hijos. “Mientras estaba en la casa de mi madre, de repente un incendio comenzó en mi casa. Yo no sabía nada del incendio hasta que llegaron a avisarme. Corrí tan rápido como pude con la esperanza de recuperar nuestras pertenencias pero lamentablemente llegué tarde. Mi casa estaba hecha de madera y el fuego la consumió más rápido,” Relató Vicenta. El personal del proyecto HO338 pudo percibir las condiciones en las que había quedado Vicenta después del incendio, así que presentaron una propuesta de fondos complementarios (CIV) para comprar algunas de las pertenencias que Vicenta había perdido y que más necesitaba. “Realmente aprecio la ayuda del personal del proyecto y la aprobación de los fondos, ya que compré algunas cosas que necesitaba como camas, estufa, refrigeradora etc.,” dijo Vicenta. Aun cuando Vicenta había recuperado algunas posesiones, había un artículo en especial que ella lamentó haber perdido en el incendio, ya que le servía para generar ingresos y alimentar a su familia; perdió su máquina de costurar “Después que nos mudados a otro lugar no teníamos dinero para pagar la renta, ya que no tenía mi máquina para costurar. Mi hijo mayor Brayan dejó sus estudios y comenzó a trabajar temporalmente en una granja de pollos para ayudarme con los gastos” explicó Vicenta. Cuando Vicenta comenzó a asistir a las sesiones del PSI en el proyecto, no esperaba recibir todas las bendiciones que Dios le tenía guardadas. “En las lecciones del PSI he aprendido a depender de Dios sin importar mi condición. Comencé clases de discipulado junto con otras madres y he aprendido sobre los libros de la Biblia, bautismo, y terminaré mi primer nivel dentro de poco,” comentó Vicenta. Otro aspecto estimulante que Vicenta ha aprendido a través del PSI y que le ha ayudado a generar ingresos es hacer bisutería. “A través del PSI he participado en los siguientes talleres: Repostería, piñata, jabones, desinfectantes y bisutería. He aprendido a confeccionar lindos pares de aritos y pulseras,” dijo Vicenta. El hijo menor de Vicenta llamado Axel también es un beneficiario del PSI y le gusta mucho visitar el salón de juegos del proyecto. Vicenta expresó: “Axel disfruta subirse al deslizador una y otra vez.”
Hermelinda Implementadora del PSI nos dijo: “Vicenta es un claro ejemplo de una madre que lucha por sus hijos y no se da por vencida. Después de todo lo que ella ha pasado, no ha perdido su fe en Dios.” Vicenta logró construir un cuarto con fondos complementarios (CIV) donde ahora vive con sus hijos. Además pudo comprar una nueva máquina de costurar gracias a sus ventas de bisutería y ha colocado afuera de su casa un rótulo que dice: “Se costura” y gente de toda la comunidad le busca para confeccionar prendas de vestir. Historia y Fotos por: Juana Ordóñez Martínez Especialista en Comunicaciones Compassion Honduras
Diseño de Revista: Juana Ordóñez Martínez jordonez@hn.ci.org Especialista en Comunicaciones
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