Cuaderno de escritura Curso 2014-2015
NARRACIONES Transformación de narraciones de cuento a noticia y de noticia a cuento Autoras Sara Calderón Rubio Lena Ixeya Cervera Navascués Mireya García Gracia María Pilar Gargallo Buñuel Inés González Cabeza Lucía Guillén Lahoz Irene Mancebo Galve Ana Pilar Peña Gimeno
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Cuento de Max Aub
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Transformaci贸n del cuento a noticia
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Noticia
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Transformaci贸n de la noticia a cuento
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Hacía un frío de mil demonios. Me había citado a las siete y cuarto en la esquina de Venustiano Carranza y San Juan de Letrán. No soy de esos hombres absurdos que adoran el reloj reverenciándolo como una deidad inalterable. Comprendo que el tiempo es elástico y que cuando le dicen a uno a las siete y cuarto, lo mismo da que sean las siete y media. Tengo un criterio amplio para todas las cosas. Siempre he sido un hombre muy tolerante: un liberal de la buena escuela. Pero hay cosas que no se pueden aguantar por muy liberal que uno sea. Que yo sea puntual a las citas no obliga a los demás sino hasta cierto punto; pero ustedes reconocerán conmigo que ese punto existe. Ya dije que hacía un frío espantoso. Y aquella condenada esquina abierta a todos los vientos. Las siete y media, las ocho menos veinte, las ocho menos diez. Las ocho. Es natural que ustedes se pregunten que por qué no lo dejé plantado. La cosa es muy sencilla: yo soy un hombre respetuoso de mi palabra, un poco chapado a la antigua, si ustedes quieren, pero cuando digo una cosa, la cumplo. Héctor me había citado a las siete y cuarto y no me cabe en la cabeza el faltar a una cita. Las ocho y cuarto, las ocho y veinte, las ocho y veinticinco, las ocho y media, y Héctor sin venir. Yo estaba positivamente helado: me dolían los pies, me dolían las manos, me dolía el pecho, me dolía el pelo. La verdad es que si hubiese llevado mi abrigo café, lo más probable es que no hubiera sucedido nada. Pero ésas son cosas del destino y les aseguro que a las tres de la tarde, hora en que salí de casa, nadie podía suponer que se levantara aquel viento. Las nueve menos veinticinco, las nueve menos veinte, las nueve menos cuarto. Transido, amoratado. Llegó a las nueve menos diez: tranquilo, sonriente y satisfecho. Con su grueso abrigo gris y sus guantes forrados: -¡Hola, mano! Así, sin más. No lo pude remediar: lo empujé bajo el tren que pasaba. Max Aub, Crímenes ejemplares
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Un hombre asesina a su amigo Este hombre fue arrojado a las vías del tren por su amigo al llegar tarde a una cita Zaragoza, Sábado 1 de noviembre Héctor, un joven de 22 años, fue asesinado por un amigo suyo al llegar tarde a una cita urgente que el mismo había convocado a las 7:30 de la tarde. Luisa, una señora que estaba en la estación esperando un tren para ir a Madrid, vio cómo un joven, Héctor, llegaba junto a otro, Juan, y este último le arrojaba a las vías del tren, que sin poder remediarlo lo atropellaba. «Enseguida llamé a la policía y a la ambulancia», aseguró Luisa. Juan, después de pasar por los juzgados, ha sido condenado a veinte años de cárcel. Él mismo afirmó que fue un arrebato inesperado y que no quería acabar con la vida de su amigo.
puntual en las citas y recalcan que no saben por qué sucedió esto ya que eran muy amigos. El abogado de Juan admite que él solía llegar un poco tarde y se excusa en su nombre. «Hacía mucho frío y llevaba horas esperándolo, ya que él fue citado a las 7:30 y su amigo llegó a las 8:50», dijo su abogado. Los trenes de estas vías se han desviado a otras para que los familiares del fallecido puedan ponerle flores en el lugar exacto en el que irremediablemente fue atropellado por el tren de las 8:45. El juez también ha obligado a Juan a pagar una indemnización de 80.000 euros.
Los familiares de Héctor dicen, muy desolados, que Héctor solía ser muy
Inés González 3ºB
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Hombre asesinado en las vías del tren El pasado martes a las seis de la mañana, un operario de la estación de trenes central halló el cuerpo de un hombre atropellado por un tren. Según fuentes, el cadáver del hombre estaba muy deformado debido al choque, lo que dificultó su identificación. Conforme el testimonio del equipo forense, el cuerpo llevaba ahí entre ocho o nueve horas. Se encontraron restos de piel en las uñas de la víctima, lo que lleva a pensar que no fue un suicidio, como se pensó en un inicio, y que forcejeó con su asesino, ya que el ADN no coincide con el de la víctima. Al parecer hubo un único testigo, que al ver la noticia fue a la comisaria e hizo el siguiente testimonio: «llegaba a casa del trabajo cuando oí un grito; como
esas calles no eran las más seguras del barrio, aceleré el paso. Al girar la esquina de Venustiano Carranza con San Juan de Letrán, no vi a nadie. Solo un guante negro en el suelo, así que me fui». Los investigadores aún siguen buscando al culpable, pero recientemente han encontrado un sospechoso. Según la mujer del fallecido, se citó con un hombre que ella no conocía con el pretexto de un asunto del trabajo. Continúan intentando hallar el paradero del sospechoso. Mireya García 3ºA
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TERRIBLE SUCESO EN LA ESTACIÓN Un hombre pierde la vida arrollado por el expreso de las 21:00 Sobre las 21:00 h de la noche de ayer, en la Estación de Venustiano Carranza, un hombre ha perdido la vida arrollado por el expreso de las 21:00, presuntamente al ser empujado deliberadamente por otro hombre, que además ha resultado ser conocido de la víctima. Hemos hablado con el presunto homicida y
nos ha dicho lo siguiente: «He perdido la conciencia, solo recuerdo el frío viento golpeándome la cara y congelándome las manos y arrastrándome hacia ambos lados». Esas fueron las palabras del presunto homicida mientras la policía se lo llevaba detenido. Crónica de Lena Cervera 3º B
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Un hombre agrede a otro por su impuntualidad Los sucesos ocurrieron el pasado miércoles, a las 20:50 horas, después de que el supuesto autor del crimen llevara gran tiempo esperando a la víctima El asesino, Aloyses Martínez, llevaba desde las 19:15 horas esperando a su socio Héctor González, la víctima.
y no se cuenta con que vuelva a caminar, según dijo el Doctor Sorolla en el parte médico a la prensa.
Aloyses confesó: '«Ni en mi ser más profundo cabe por qué hice eso, supongo que sería un arranque de una de mis intolerancias, pero no quería que sucediera nada»', decía hoy a las 17:00 horas en los tribunales. Así pues, Aloyses será llevado a prisión mañana a primera hora.
La policía ha descubierto que Aloyses recibió una llamada de Héctor para volver a poner en marcha su negocio, pero todavía no se saben las causas que provocaron que Héctor se retrasase.
La víctima está grave, tras ingresar en el Hospital ''Más sano que una manzana''. Los médicos dicen que tal vez se pueda recuperar en 2 meses, puesto que tiene varias costillas rotas, el brazo derecho herido, un leve traumatismo craneal
El maquinista del tren logró frenar a tiempo, aunque la caída y un leve impacto le provocaron a Héctor múltiples problemas. Se espera la mejoría de Héctor. Pilar Gargallo 3º A
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Lanzan a un hombre a las vías Eduardo García fue hallado muerto después de ser atropellado por un tren El pasado miércoles 9 de diciembre, se encontró a un hombre en la estación “Felipe IV”, que fue identificado por la destrozada familia. Eduardo García tenía treinta y un años y trabajaba en un despacho de abogados que se encontraba a varias manzanas del lugar de los hechos. La policía interrogó a todos sus compañeros de trabajo, ninguno había tenido problemas con él, pero varios coincidían en que lo vieron marcharse pocas horas antes de su muerte. Finalmente, se revisaron las cámaras de vigilancia. Una de las grabaciones mostraba lo sucedido. Un hombre de mediana edad se detenía en la esquina de las calles Venustiano Carranza y San Juan de Letrán. Este permaneció inmóvil
desde la hora de su llegada, las siete y cuarto, hasta las nueve menos diez. Fue entonces cuando apareció Eduardo y murió aplastado por el tren tras ser empujado por el otro hombre. Dos días después del incidente, Marta López llamó a comisaría afirmando que había visto lo ocurrido. Según su declaración, el asesino llegó a la esquina y esperó a que llegara Eduardo e instantes después, sin motivo aparente, lo empujó a las vías. Se hizo un retrato del criminal y se confirmó, según la familia, que era un amigo de la víctima. Su hermana y padres se alegran de que se descubriese que Iván Rodríguez era culpable y esperan que reciba su merecido. Ana Peña 3º A
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Homicidio en Queens Un hombre empujó a otro bajo el tren en Queens, a la hora exacta de las 20:50h del martes 20 de diciembre El equipo de la comisaría 12th,, dirigido por la inspectora Kate Beckett, está interrogando al sospechoso principal y posible asesino. Varios testigos vieron a la víctima acercarse a él. El sospechoso asegura estar “positivamente congelado” y que “él llegó con un abrigo de piel”. Hasta el momento no ha hecho más declaraciones. Los médicos forenses indican que no hubo pelea
ni resistencia, y tampoco hay huellas en el abrigo de la víctima. Se cree que, como el sospechoso tenía los dedos congelados, no pudo dejar huella alguna en el abrigo. La policía no ha encontrado ningún móvil hasta el momento, pero sigue con el caso. Irene Mancebo 3ºA
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Muere un hombre atropellado por un tren Fallece un hombre de unos 50 años al ser arrojado a las vías del tren por su compañero en Madrid Ayer por la tarde Héctor González fue hallado muerto en las vías del tren cerca de la esquina de Venustiano Carranza y San Juan de Letrán en el barrio los Botijos. El equipo médico que fue al lugar del suceso declaró que, cuando las asistencias llegaron, el hombre ya llevaba un par de horas muerto y, según las heridas del fallecido, todo apunta a que fue empujado por alguien. La familia de Héctor González declaró ante la policía que la última vez que lo vieron iba a buscar a Julio Ramírez, con el que se iba a encontrar en la misma esquina, donde luego apareció muerto. La policía baraja la posibilidad de que
este hombre, Julio Ramírez, fuera el causante de la muerte, ya que se ha dado a la fuga. Según cuenta una vecina, ella vio cómo Julio estaban en la esquina esperando a alguien durante varias horas. Además, un barrendero declara que vio a Héctor cerca de la esquina, pero ninguno vio nada más. El 19 de septiembre enterrarán a Héctor y cambiaran el nombre de la estación por el suyo. Además, el gobierno ha declarado tres días de luto. Sara Calderón 3ºA
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Asesinato en la esquina de Venustiano Carranza y San Juan de Letrán Héctor, un hombre de 32 años, ha sido hallado en las vías tras ser arrollado por el tren la noche de ayer Madrid 14/05/2013 Arrasado por un tren que pasaba a alta velocidad, Héctor Giménez fue asesinado esta misma noche. Personas que merodeaban por los alrededores, confirman haber visto un acompañante junto a la víctima: vestía de negro y llevaba esperando mucho tiempo hasta que ésta apareció. Aturdidos estamos, sin saber nada más del suceso que ha tenido lugar a las nueve de la noche del día de ayer.
Buscamos pistas del paradero del asesino, no sabemos si puede ser peligroso, si ha actuado por protegerse o porque ha querido. El asesino de la estación, nombre que se le ha otorgado, anda suelto. Si saben algo sobre el tema o han visto algo, no duden en llamar a la policía. Lucía Guillén 3ºB
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Hallada con vida una turista desaparecida durante 18 días La mujer de 48 años que desapareció durante sus vacaciones fue rescatada en helicóptero desde la poza en la que estaba EFE Málaga 06/07/2011 La turista holandesa de 48 años desaparecida hace 18 días en Nerja (Málaga) durante sus vacaciones ha sido encontrada este miércoles en buen estado en una poza por tres senderistas que hacían una ruta por el río Chillar. Mary Anne Goossens fue hallada en el cauce del río en el fondo de un barranco por cuya parte superior pasaban los excursionistas, unos 200 metros al sur del nacimiento del río, y los senderistas le lanzaron comida y ropa de abrigo desde arriba y comprobaron que estaba bien tras conversar con ella en inglés. Los agentes de la Guardia Civil desplazados al lugar comprobaron que el rescate era muy complicado por estar la turista en una zona de muy difícil acceso, por lo que solicitaron la intervención del Grupo de rescate de montaña del instituto armado. Finalmente fue rescatada por un helicóptero de la Guardia Civil. Sobre las 13.00 horas, Mary Anne Goossens fue trasladada por el helicóptero hasta un punto de encuentro con los servicios sanitarios en Torre del Mar, en Vélez-Málaga, para su posterior traslado al Hospital Comarcal de la Axarquía. El helicóptero de la Guardia Civil aterrizó en una explanada cercana al hospital y de él descendió Goossens por su propio pie. Caminó junto a dos agentes hasta la ambulancia que la esperaba para su traslado al centro hospitalario. Fuentes del hospital informaron que la mujer ingresó en Urgencias, donde permanece "estable, consciente y hablando" a la espera del resultado de varias pruebas analíticas para determinar su estado de salud ya que, según manifestó ella misma, sólo ingirió agua los días que había estado atrapada en el río.
Uno de los agentes que participó en el operativo de rescate explicó a los periodistas que la operación fue "complicada", puesto que la turista se encontraba al fondo de un barranco, en una zona "de muy difícil acceso". Los agentes encontraron a la mujer "sentada, bastante bien, aunque un poco desorientada y con bastante hambre", ya que decía que "sólo había bebido agua" y antes de iniciar el rescate le curaron los pies y le proporcionaron algo de comida. "Una película con final feliz". Antonio Díaz, portavoz de la familia de Goossens, declaró que para ellos ha sido una sorpresa el buen estado de salud de la desaparecida, de la que no esperaban que pudiese caminar. Díaz indicó que desconocen las causas de la desaparición de la mujer, aunque precisó que lo importante "es que está bien" y que lo ocurrido "parece una película con un final feliz". Los familiares de la turista denunciaron el pasado 23 de junio que estaba desaparecida desde una semana antes y explicaron que llegó a Málaga el 15 de junio para pasar diez días de vacaciones, tras lo que se había desplazado a Nerja al día siguiente para participar en varias excursiones por la provincia de Málaga. Desde el envío de un mensaje de móvil a su familia el día de la llegada, el teléfono de la mujer parecía estar apagado y no había usado de sus tarjetas bancarias ni dormido en el hotel donde tenía reserva en Nerja pese a que sus maletas permanecían en la habitación. El exmarido de Goossens y uno de sus hijos llegaron el pasado 22 de junio a Málaga para participar en la búsqueda directamente, mientras otros familiares coordinaban desde Holanda las labores de localización.
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18 DÍAS
D
ías de normalidad en Holanda para la familia Goossens. Mary Anne se marchó a Málaga de vacaciones, para hacer esas rutas turísticas de las que lleva enamorada desde que fue a Málaga por primera vez.
Todavía en Holanda, Mary buscó el mejor hotel de toda Nerja para pasar así los mejores días de su vida. Con 48 años, pensó, no me puede quedar mucho tiempo para hacer viajes, así que voy a aprovechar este. 10 de agosto. Mary llegó esa tarde al aeropuerto, allí cogió un taxi para ir a su hotel de lujo y se dirigió a él. Al día siguiente, Mary decidió hacer una ruta de esas que a ella tanto le gustan, ir al monte y allí quedar libre de la sociedad para reflexionar sobre sus pensamientos, su vida, su familia, sus amigos. Retirarse un rato a pensar, en medio de la naturaleza, a profundizar en sus sentimientos, a observar y a darse cuenta de lo simple que es la vida y lo que la complicamos nosotros, a dar gracias por todo lo que tenemos, por la naturaleza, a soñar que estamos libres y que nadie nos puede parar, que no estamos solos, a motivarse, a todas esas cosas que a Mary Anne le gustaba hacer cuando iba a los montes españoles, aunque después de lo que pasó no sé si volverá a Málaga... Iba caminando absorta en sus pensamientos y entre sentimiento y sentimiento, decidió pararse a mirar para ver dónde estaba, y, como no podía ser de otra forma, Mary se había perdido. ¿Pánico?, nunca. Mary se había perdido cientos de veces en el monte, es más, le gustaba perderse, no saber dónde estaba y dejarse llevar por el instinto, tener la sensación de no tener que seguir un camino. Se dirán: Mary era una mujer muy rara. Bueno, si prefieren llamarlo así... Mary decía que prefería ser una mujer marginada y fuera de la sociedad antes que dejarse llevar por el efecto rebaño, hacer lo mismo que los demás, no ser ella misma, además siempre decía que le gustaba probar cosas nuevas y que todas las experiencias que le vinieran las acogería, unas veces de mejor gana y otras a disgusto, pero serían bienvenidas. A todo esto Mary sabía que en verdad no estaba perdida, pues había tenido esa sensación miles de veces y al final nunca lo estaba. Sin embargo, esta vez se equivocaba y en el mismo tiempo que Mary tardó en pensar que no estaba perdida, se hizo de noche. Habiendo perdido de vista al guía desde el primer momento que pisó aquel terreno, decidió dejarse llevar por su instinto y su pésima orientación.
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No me pregunten cómo porque yo no estaba allí, pero Mary acabó en una fosa al fondo de un barranco en la que decidió descansar ya que no podía ni con su alma. A la mañana siguiente, Mary se despertó pensando que estaba en su hotel de lujo y estaba en la fosa. Un poco desilusionada intentó recordar por qué seguía allí y con dificultades recordó todo. Pasaron los días, a Mary se le metió en el cuerpo por primera vez la sensación de estar sola en algo y por mucho que gritó bien fuerte nadie le respondió. Así que siguieron pasando los días y Mary solo bebía un poco de agua del río que tenía al lado. Un día, sin esperanza ninguna, pues se le había acabado hacía días, divisó en la lejanía unas figuras aparentemente humanas. Pensó que era fruto de su imaginación ya que estaba tan desesperada. Sin embargo, se llevó una gran sorpresa cuando unos señores la llamaron, entablaron una conversación con ella, le proporcionaron comida y agua y le dijeron que llamarían a la guardia civil para que la rescatara. Así fue, en un periodo de tiempo relativamente corto, apareció la guardia civil en un aeropuerto y la rescató. Así es como, orgullosa, cuenta Mary su historia en España y como ya decía antes es una mujer vividora y dice que este tipo de experiencias son las que todo el mundo necesitaría vivir para que la gente sepa valorar todo lo que tiene y la gran suerte que tiene de vivir en sociedad. Inés González 3º B
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ATRAPADA
S
oy Mary-Anne, vivo en Ámsterdam y tengo una pequeña obsesión con España. Cuando vi aquella oferta en una agencia de viajes, entré de inmediato. Ojalá no lo hubiera hecho.
Estaba muy ilusionada, había aterrizado hacía un día y no veía el momento de comenzar a admirar los paisajes malagueños. Iba con un grupo organizado, todos de habla inglesa, así que enseguida entablé conversación. Íbamos por un terreno muy escarpado. Demasiado. Iba la última, porque no pensaba que fuéramos a subir tanto y padezco vértigo. Mis pies fallaban al apoyarlos en ciertos puntos, pero en un momento fallaron de demasiado. Y entonces caí. Creo que me desmayé por el golpe, porque cuando abro los ojos ya es de noche. Angustia es lo primero que se apodera de mí. ¿Se han dado cuenta de mi ausencia? ¿Saben dónde estoy? ¿Me están buscando? No permití que la desesperación me controlara. Me toqué la frente y sentí la sangre deslizarse entre mis dedos. Intenté tranquilizarme y me deslicé de nuevo a la inconsciencia. Pasaron los días, no sé cuántos, pero nadie venía, tan siquiera un mosquito. ¿Estaré muriendo? Solo había bebido agua y no sabía si sería suficiente. Oí un helicóptero e intenté moverme, llamar la atención, pero pasó de largo. Con las pocas fuerzas que tenía conseguí gritar de frustración. No sabía cuánto tiempo había pasado desde el helicóptero, pero de repente oí pasos… ¡pasos! Me dio igual el insistente dolor de garganta y mis labios agrietados. Grité con todas mis fuerzas. El rescate se complicó y tuvieron que avisar a un helicóptero, muy parecido al que no me vio. Consiguieron sacarme de aquel infierno en lo que a mí me pareció una eternidad. Una vez a salvo, me permití llorar de alegría, porque me di cuenta de que no iba a morir, que aún no me había llegado la hora. Y eso es lo que importaba. Mireya García 3ºA
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EL SECRETO DEL BARRANCO
N
o sé cómo pasó, pero por alguna razón, la vista se me nubló y no pude ver esa gran raíz con la que tropecé, precipitándome metros y metros hasta chocarme con el suelo de un profundo y oscuro barranco.
Dolorida aunque estable, conseguí levantarme y busqué una salida, pero no la encontré. Creía estar perdida; sin comida, sin bebida, sin nadie a mí alrededor, pero… De repente algo se movió en la oscuridad ¿Será un oso? ¿Vendrá a comerme?, no lo sabía, pero lo que si sabía era que se estaba acercando a mí. Era un hombre de largos cabellos, con ropajes anticuados y se comportaba como si no hubiera visto un ser humano en mucho tiempo. Estaba temblando. Supuse que era de frío ya que solo llevaba unos pantalones rotos y una camiseta raída. Me cogió en brazos y yo cada vez veía que me estaba alejando de la luz. Llegamos a un sitio en el que había pieles por el suelo y un pequeño aunque confortable fuego. Tras varios días de convivencia fue disminuyendo la desconfianza que teníamos él y yo, y mantuvimos largas conversaciones sobre la vida, la soledad y la gente. Me contó que él también fue torpe al caer a este profundo barranco y al no poder escapar, se hizo a él y poco a poco se fue instalando como un Robinson Crusoe. Nadie lo buscó, pues al no tener familia ni tampoco amigos, poco a poco se había ido acomodando a esa situación y ya pensó en hacer de ese barranco su propia casa. Yo, sin embargo, ansiaba ese momento de ver a mi familia y estar fuera de este oscuro, profundo y húmedo barranco. No me podía imaginar el no ver a mi familia durante el resto de mi vida. Cuando salimos de esa cueva oímos unas voces que venían, gracias a dios, desde arriba. Empecé a gritar. No me lo podía creer. Después de varios días en ese barranco, al fin podría salir. Le dije a mi amigo que podrían rescatarnos a los dos, pero él me dijo que no, él no quería estar en la gran ciudad porque no tenía una familia que le esperase, ni amigos…, ni si quiera un perro, prefería estar solo en su cueva y en plena naturaleza. Cuando me sacaron fuera del oscuro barranco casi no podía abrir los ojos de tanta luz, pero una vez que los abrí eché una última mirada a aquel lugar que guardaba aquel secreto. Fin Lena Cervera (3ºB)
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UNA PESADILLA, TU PEOR ALIADA
-¡H
ola pequeño! No sé qué hago aquí, pero llevo dieciocho días desorientada, alimentándome solo de una gélida agua y un fuerte viento. Ya no sé si estoy delirando pero, por si no lograra soportar más tiempo, necesito que alguien conozca mi historia. Así pues, quiero que escuches atentamente, pequeño cervatillo. «Hace unos cuantos días decidí hacer una excursión. No puedo describir como sucedió, pero me quedé atrapada en el río. Hasta ahora no he encontrado alimento y sólo he podido beber agua». ¿Eh? ¿Tú también has escuchado eso? Creo que alguien nos está llamando. La ropa y la comida cayeron del cielo. Mary Anne no lo podía creer. Al cabo de unos minutos, Mary Anne despertó de una pesadilla que se había convertido en un sueño. Ahora estaba a salvo y poco a poco la imagen del cervatillo se iba desvaneciendo y comenzaba a cobrar forma la cara de su hijo. -¿Dónde estoy? ¿Qué ha pasado? -dijo Mary Anne, sorprendida. -Cálmate mamá. Ahora nada ya te puede ocurrir, le dijo con cariño su hijo, agarrándola de la mano tiernamente. Pilar Gargallo 3ºA
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UNAS VACACIONES INOLVIDABLES
E
ra mi cumpleaños número cuarenta y ocho y mis hijos me dijeron que tenía que irme de Holanda, que tenía que conocer mundo, pero lo que no me imaginaba era que me iban a regalar un viaje a Nerja. De todos modos fui encantada, ya que jamás había ido a Málaga y cierto era que necesitaba descansar de todo por un tiempo. El vuelo era el 13 de junio y como solo faltaban dos días, me puse a hacer las maletas rápidamente. Estuve nerviosa todo el tiempo, pero sobre todo en el avión, porque tenía un poco de vértigo. Llegué a las seis y media de la tarde, fui al hotel, dejé las cosas y salí a dar un paseo. Hacía un tiempo maravilloso y el paisaje era precioso. Pasé varias horas caminando, hasta que me di cuenta de que había oscurecido y que estaba muy lejos del hotel. Intenté volver por el mismo camino, pero me fue imposible, me había perdido, y fue mientras caminaba desesperada cuando me caí y me desmayé. Después de un tiempo que entonces desconocía, desperté. Entonces vi a tres personas que gritaban mi nombre y que hacían una llamada. Más tarde, vino un grupo de rescate que me sacó de allí, subí a un helicóptero que me llevaría al hospital y me dieron agua y comida, la cual engullí en seguida, porque llevaba dieciocho días sin comer nada. Después de hacerme pruebas y curarme, me dejaron sola, y aproveché para llamar a mis hijos y a mi exmarido y decirles que estaba bien. Ana Peña 3ºA
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Y
UN FINAL FELIZ
, por fin, la encontraron. Desde que Antonio nos llamó contándonos la noticia, los niños están eufóricos. Estamos en Málaga, en casa, y nos han dicho que Mary Anne está en buen estado de salud y que podía andar sola. Fue un alivio y una sorpresa. No es por ser pesimista, pero creía que estaría peor. Han pasado dieciocho días desde que desapareció y estábamos preocupados. Vale, sí, lo admito. Pese a ser su exmarido nos llevamos muy bien. Me sigue importando. Antonio nos ha contado que se quedó atrapada en una poza cuando hacía una excursión. Mira que no darse cuenta de que no estaba… Estamos viendo su rescate en las noticias. Un helicóptero. ¡Rescatadla ya, idiotas! Difícil acceso, ya les daré yo difícil acceso. ─ Una película con final feliz, ya lo creo que sí ─dice Antonio. Sí, yo también opino lo mismo. Irene Mancebo 3ºA
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18 DÍAS EN EL BOSQUE
H
ola, soy Mary Anne Goossens y os voy a contar cómo conseguí vivir durante dieciocho días en el bosque, mientras estaba de vacaciones en Málaga.
Después de varios meses, por fin era el día en el que me daban las vacaciones y nada más acabar por la mañana, iba a pasarlos en Málaga. He viajado por Europa, pero nunca había estado en España y según unos amigos que habían estado, era muy bonito y tenía muchos lugares para visitar. Acabé de despedirme de mis padres y de mi hermano, cuando oí como llamaban a los pasajeros de mi avión. Después de varias horas, entre aviones y trenes, llegué a Nerja. La verdad es que me había quedado impresionada con el paisaje que veía, definitivamente tenía que volver a España. Nada más llegar al hotel, dejé las maletas en la habitación y me fui a dar una vuelta, pero dos calles más abajo de donde se encontraban el hotel veo un establecimiento donde hacían pequeños viajes por los alrededores de Nerja. Yo, decidida, entré y compré un billete para ir al nacimiento del río Chillar. Al llegar, todos bajamos del trenecito que te dejaba en un sendero a unos kilómetros del nacimiento del río. Iba caminado cuando tropiezo con una roca y eso es lo último que recuerdo, antes de aparecer cerca de un río. No sabía dónde estaba, por lo que empecé a gritar. Y así durante dieciocho días, bebiendo agua del río y comiendo unas barritas energéticas que solo me duraron una semana, además de dormir de malas maneras en una especie de cueva. No sabía qué día era y cada minuto que pasaba me parecían años, pero todo cambio cuando oí unas voces cerca de donde estaba y me puse a gritar como los días anteriores, pero a diferencia de los otros, esta vez sí que me oyeron y a las dos horas me sacaron de ahí, llevándome al hospital. Cuando abrí los ojos estaba en una habitación blanca y ahí se encontraba uno de mis hijos y mi ex marido y me explicaron todo lo ocurrido. Luego volví a Holanda y pude contar mi experiencia tal y como estoy haciendo ahora. Sara Calderón 3ºA NARRACIONES Departamento de Lengua castellana y Literatura. IES Pablo Serrano
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T
CUENTO
odo parece ir bien: el sol veraniego resplandece más que nunca, la montaña sigue igual de silenciosa que el día en el que empecé la ruta. Siempre que me prometo algo lo cumplo, por muy difícil que sea o por muy peligroso que pueda parecer. Cuando me canso, paro a beber agua y descanso, cuando hay una cuesta alta y rocosa, intento subir lo más rápido posible hasta la cima, haciendo desaparecer el peso de la mochila en la que guardo los accesorios que necesito. La vegetación de la montaña es verde, y pocos animales he escuchado cuando acampaba en un campo liso, reposando para el próximo día. Pocas personas han coincidido conmigo y pocas señales de vida parecen verse por aquí. Desde estas vistas, se puede ver el azulado mar que baña la costa de Málaga, llena de gente veraneando. A lo lejos, veo una ermita e intento acercarme lo más rápido posible hasta ella, para ver si hay alguien o poder comprobar si tengo cobijo. Cuando voy acercándome, escucho un ruido y me pongo alerta, rezando para que no sea un lobo. Me acerco a la vegetación y no encuentro nada, por lo que decido volver a poner rumbo a la marcha. Pero es en ese mismo momento cuando noto mis piernas resbalar y, entonces, caer a un lugar que no era visible para mis ojos. Lanzo maldiciones, quejidos, pero no sirven de nada. Dirijo la mirada al cielo azulado y descubro que la salida está muy alta. Decido gritar, intentando que si hay alguien en la ermita, me logre escuchar: -¡Ayuda! Estoy aquí. –Nadie parece darse cuenta, por lo que decido darme por vencida. Lo que yo no sabía es que, tras muchos gritos de auxilio, tres días después, alguien me salvaría. Lucía Guillén 3ºB
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