Xibalba Material complementario

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Li seraq’ chi rix

Ut li ch’och’elej b’ar wi’ wanko


MATERIAL COMPLEMENTARIO AL TEMA:

“El Mito de Xib’alb’a y la tierra en que vivimos”


EL INFRAMUNDO Según Van Akkeren, el Inframundo o Xib’alb’a, está en Alta Verapaz es diferente del infierno del cristianismo. Para los pueblos de Mesoamérica, el inframundo es un espacio indispensable en la creación de la nueva época. Allí, nacen el sol y el maíz (luz y comida), elementos claves de la nueva época. En Xibalbá está el horno divino en que nace el sol de la nueva época. Es el fuego terrestre de donde nace el fuego celestial, el sol de la nueva época. El mito de Xibalbá se menciona en el Popol Wuj. El Popol Wuj es el libro más rico, más elaborado de Mesoamérica sobre el tema del inframundo, llamado Xibalbá. Ahí dice el texto mismo dónde ubicarlo. Este libro, escrito por el linaje kaweq, tiene bien ubicado a Xibalbá, Según el Dr. Van Akkeren, en Machaquilá estaba el horno en el cual se lanzaron los gemelos (Jun Junajpú y Wuuqub’ Juanahpu) ) para convertirse en el sol y la luna. Leemos en el Popol Wuj que la entrada a Xibalbá está en Nim Xol Karchaj. Karchaj se refiere a San Pedro Carchá, ese lugar nunca ha sido investigado. Nim Xol es un barrio antiguo de Cobán, Santo Tomás Nim Xol, que podemos ubicar en documentos coloniales. De su gente, vemos que son mayas ch’oles, sacados por los dominicos de la Franja Transversal. Luego, veamos Carchaj, que podemos ubicar en la misma área. Obviamente es San Pedro Carchá, cuyos pobladores originales resultan ser traídos de la misma área. Si usted ha ido a Chisec o Cancuén, en el camino está la aldea Balbatzul: Balba viene de Xibalbá y tzul significa cerro. Ahí tenemos físicamente ubicada la entrada al inframundo. Más adelante, están las cuevas de Candelaria. El mito de Xib’alb’a es de origen ch’ol. Se originó en la Franja Transversal y la Cuenca Alta del río La Pasión en el Clásico Terminal, o sea en ciudades como Machaquilá, Cancuén y Salinas de los Nueve Cerros. Por aquel entonces vivía allí una mezcla de mayas ch’oles, yucatecas y q’eqchi’es. En la misma área estaba también la cuna del linaje kaweq, autores del Popol Wuj. Hay quienes creen fervientemente en que la civilización maya desapareció como por arte de magia, pero entonces ¿a quiénes colonizaron los españoles? Este libro va a cambiar esa idea. Yo sé, por mis estudios, que los mayas que hoy en día son parte del altiplano, son descendientes directos de los mayas que construyeron grandes ciudades como Tikal, Piedras Negras o Cancuén. En este libro hay un mapa en el que ubico a la gente ch’ol en el siglo XVI, la época de la llegada española.

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Ellos se encuentran en la estrecha franja entre el río La Pasión y el Altiplano, donde se fundaron los pueblos coloniales como Cobán y Carchá. Fueron empujados hasta ahí por olas migratorias de nuevos mayas yucatecos, un proceso que empezó en el Clásico Terminal. Estos ch’oles fueron tomados por los dominicos y reducidos en los nuevos pueblos coloniales donde los q’eqchinizaron, pero aún conservan sus apellidos ch’oles, por eso los identificamos. Por favor, olviden eso. Son los mismos mayas.

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EL JA D E Y LA OB S I D I A NA Para los mayas, los aztecas y otros pueblos de Mesoamérica, el jade tenía más valor que el oro y la plata para los conquistadores. Era un elemento sagrado, de duración eterna. La piedra de más valor del mundo: expresa vida, aliento, fertilidad, inmortalidad, la fuerza de la vida. Es una piedra preciosa que sólo hay en Guatemala y en Birmania. México recibió durante 3,000 años el jade de Guatemala. Los olmecas ya encontraron el jade en Rio Hondo, Quirigua, Copán. El jade expresa el apogeo de los señores mayas en el periodo clásico. No se sabe si esta estima por el jade y la forma de trabajarlo lo heredaron de los olmecas o fue un conocimiento que llevaron a cabo conjuntamente. Lo trabajaban con gran destreza y perfección. El mito de la creación Maya, habla de 3 piedras que fueron colocadas por el dios del Maíz, en la fundación del Mundo, y es bastante común en sitios del Preclásico y Clásico, encontrar cerámica conteniendo 3 piedras de Jade en los entierros reales de las tumbas Mayas. La civilización olmeca fue una de las primeras grandes culturas del continente. Los olmecas, magníficos escultores, relacionaban el jade con el maíz y la fertilidad agrícola, por eso realizaban hachas de este material, finamente labradas que usaban para preparar los terrenos para el cultivo.

Máscara encontrada en Tikal, su fabricación data del Clásico tardío (600 a.C. - 929 a.C.).

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El jade fue asociado con el concepto de inmortalidad: era la piedra de la eternidad, del cielo y del aliento.


Los mayas veneraban el jade como elemento funerario en las tumbas de reyes y nobles, a quienes enterraban con maravillosas máscaras sobre el rostro. El jade facilitaba la ascensión al más allá, era un bien supremo en las ofrendas divinas en forma de collares, brazaletes, tobilleras, orejeras, piezas decorativas, vasos funerarios, máscaras, estatuas y herramientas, bordados con jade. En Guatemala fueron los Xincas de Kaminal Juyú los que se dedicaban a la industria de obsidiana. Hay que hacer notar que los Xincas se extendían por el oriente pasando por el Motagua hasta el Atlántico. (Motagua, tierra del Jade en xinca, Quiriguá, Pasasagua, etcv. Son palabras Xincas). En el s. IV y V los Pipiles, que llegan desde Teotihuacán, vienen desde Escuintla y ocupan Kaminal Juyu. Los Pipiles se unen con los Pocomes y dominan a los Xincas para apropiarse de los recursos de obsidiana y jade, sus yacimientos y centros de labrado. Qué pasa entonces? Los linajes dominantes de los Xincas son expulsados, aunque la población se queda pero va perdiendo su lengua. Los Poqomes habían ocupado la cuenca media del Motagua, (Acasaguastlán, Guaytán) para adueñarse de las minas de Jade, donde anteriormente estaban los Xincas. Los poqomes aprovecharon la gran demanda de Jade que se requería en el Petén Central (Tikal, Uaxactún, Yaxha, Ceibal, Nakbe, Mirador, etc) y gracias al jade se fortalecieron y expandieron su poder. En el s. VIII los mayas del Valle de Guatemala, hasta Amatitlan eran Poqom. Y toda esa zona estaba mezclada con grupos k’icheanos (k’ichés de lengua Achi, kaqchikeles, zutuhiles…) Según Ruud van Akkeren la expansión de los poqomes hacia el Valle de Guatemala provocó la caída de Kaminal Juyu en el siglos IX, y la expansión hacia Baja Verapaz hizo que Baja Verapaz quedara bajo su dominio, expulsando a los q’eqchís que eran los que vivían ahí mayoritariamente. Los q’eqchís entonces se van a Alta Verapaz. Los que se quedan, se convierten en hablantes del poqom . Llegan los poqom a Baja Verapaz con el fin de controlar la ruta del comercio de jade y obsidiana. En las rutas del comercio había una mezcla de grupos: choles, pipiles, Xincas, Q’eqchis, Pocomes. Los Poqomes llegaron a controlar esas rutas y se convirtieron en los dueños del valle de Rabinal, y del territorio que llegaba hasta la Cumbre de Santa Elena y hasta la zona de Purulha y el Valle del Polochic. Por el otro lado llegan hasta el Río Chixoy en donde fundan la ciudad de Raxchich, en la confluencia del Rio Salamá con el Chixoy; hoy la ciudad de Raxchich está bajo las aguas de la Presa del Chixoy. La ciudad más importante de ellos en Baja Verapaz fue Nim Poqom. Otra ciudad importante fue El Salto.

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SOBRE LOS MAYAS Por más de tres mil años los mayas han estado en la selva Petenera, con ciudades de más de 100,000 habitantes. Y con un ecosistema muy frágil. Rico en diversidad pero difícil de aprovechar. La selva de El Petén sostuvo a más de un millón de personas. Hoy nos parece inconcebible. Hoy se está acabando el ecosistema con todos sus recursos. Su sistema de escritura, su caligrafía, es uno de los 4 más importantes de la humanidad. El arte en piedra, las matemáticas, la astronomía, la pintura mural, el trabajo del jade.

Cuál fue la razón de su éxito. Tuvieron una organización compleja que permitió aprovechar los recursos de una manera admirablemente equilibrada. Sus cultivos, muy productivos, su sistema económico, administrado con gran sabiduría. Conocieron muy bien los ciclos climáticos, la capacidad de los suelos, la administración del agua, incluía el agua de lluvia llevada a los reservorios desde las construcciones. Porque no fue una civilización riverina,(a la orilla de ríos o mares). Sus ingenieros hicieron obras hidráulicas admirables. Tenían unos conocimientos muy avanzados en cuanto a agricultura intensiva. Se daba una relación simbiótica con la naturaleza. Lo demuestran sus pinturas y esculturas, llenos de planetas y animales… Era una relación armoniosa con la naturaleza, la fauna, el cosmos. Así se muestra en la resurrección del Dios del maíz, saliendo de la concha de una tortuga. Los líderes eran representados por animales: jaguares, monos, guacamayas, gatos. Una gran interrelación con la naturaleza. La concepción de la ciudad maya es única y a tono con su ecosistema: sus casas dispersas en una gran extensión. (A diferencia de China y Egipto y de Europa). Y todas las ciudades mayas replican esa planificación urbana. Porque no es que no fueran planificadas, fueron planificadas según criterios cósmicos, según la dirección de los astros. No hay barrios, no hay calles, no hay avenidas. Eso hizo que el medio ambiente no fuera impactado. Los minerales eran considerados parte sagrada de La Tierra. (Eso nos explica el rechazo a la minería). Basados en su cosmovisión, les fue posible una larga subsistencia.

Notas de una conferencia del Dr. Tomas Barrientos. 6


Apoyando lo que dice el Dr. Barrientos, hemos encontrado en internet lo siguiente: La civilización mesoamericana desarrolló complejos sistemas de presas y canales para abastecer a grandes ciudades como Tikal Que la civilización maya poseía amplios conocimientos arquitectónicos es de sobra conocido. Las monumentales y turísticas pirámides y templos de Palenque, Cobá, El Mirador, Tikal. Uxactán, etc. etc. u otras ciudades son una buena muestra de sus habilidades en la construcción. Sin embargo, lo que es menos conocido de esta cultura mesoamericana es su dominio y control de los sistemas hídricos y de gestión del agua para mantener con vida enormes y majestuosas urbes. Los mayas fueron capaces de crear un sistema de canalización y riego sorprendentemente avanzado y con capacidad de abastecer grandes y pobladas ciudades. El último ejemplo es la mayor presa de esta cultura descubierta hace poco en la mítica metrópoli de Tikal. El equipo de arqueólogos de la Universidad de Cincinnati localizó en la selva de Guatemala una presa de grandes dimensiones. El muro tenía 10 metros de alto y 80 de largo formaba parte de un complejo sistema de almacenamiento y canalización de agua que suministraba este indispensable recurso a Tikal, una ciudad de 80.000 habitantes que durante varios siglos fue referencia para los mayas. El agua era usada tanto para consumo de sus moradores como para la agricultura. “El estudio arroja nueva luz sobre el cómo los mayas preservaban y usaban recursos naturales para mantener una sociedad poblada y muy sofisticada durante más de 1.500 años a pesar de los desafíos medioambientales, incluidas las periódicas sequías”, asegura Vernon Scarborough, antropólogo de la Universidad de Cincinnati y responsable de la investigación.

Potabilización Según revela el trabajo de estos especialistas, las calles de la ciudad estaban revestidas de yeso e inclinadas para conducir el agua de las lluvias o de un riachuelo cercano a dos depósitos: la reserva del templo, con capacidad de más de 27.000 metros cúbicos, y la reserva del palacio, de hasta 75.000 metros cúbicos. La infraestructura se completaba con un tercer depósito cuya función concreta aún se desconoce. Pero los mayas no solo eran especialistas en el control y almacenamiento del agua. También conocían la necesidad de potabilizarla. Así, utilizaban arena de cuarzo que traían de canteras situadas hasta 30 kilómetros de distancia para filtrar el agua antes de consumirla. Trabajos como el realizado en Tikal ponen de manifiesto la importancia del agua en la civilización maya.

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LOS INDÍGENAS Y LA TIERRA Los indígenas de América de todos los tiempos reconocemos, valoramos y llamamos a la defensa de nuestra Madre Tierra. La tierra para los indígenas no es un simple medio de producción, es la prolongación de la vida. Para otros la tierra dejó de ser reconocida como madre y como vida, perdió su carácter sagrado. Para nosotros la Tierra es la Madre Tierra, somos hermanos de los ríos, somos hijos de los cerros y de los valles, somos hermanos del venado, del danto, de los animales. El Sol es nuestro padre, la Luna es nuestra madre, las estrellas son nuestras hermanas. “Nunca como ahora he amado tanto las flores, pero todo el mundo sabe que una flor es polvo de estrellas” Einstein.

Los q’eqchís Si vamos de caza es porque tenemos que dar de comer a nuestros hijos. No vamos a matar a los animales por el gusto de matar. No vamos a cortar los santos palos y los santos bejucos por el gusto de cortarlos; sólo porque hay necesidad. Pedimos perdón, pedimos permiso. Cuandose corta un árbol,se pide permiso a la Madre Tierra, cuando se va a hacer la roza, se hace la ceremonia con candelas en las cuatro esquinas y en el centro del terreno de la milpa, y se pide en la noche permiso al Tzuul Taq’a. Ani aj e’ li ch’och’? Ma ani aj e li ch’och’ ka’ajwi’ re li Qaawa’ yox. A’an ki xkanab’ chaq qe re naq laa’o taw li qa wa quk’a’ qe laa’o ut eb’ li qaalal qa k’ajol. (De quién es la tierra? La tierra no es de nadie, sólo es de Dios. El nos la ha dejado para que en ella encontremos la comida y la bebida para nuestros hijos y nuestras hijas).

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Don Fermín Gómez San Francisco El Alto, Totonicapán, octubre de 2004

“No debemos ver sólo lo que pasa hoy. Es indispensable ver el mañana lejano. La explotación de las minas es quitar la vida de las personas que no han nacido. Si nuestras Abuelas y nuestros Abuelos nos dejaron las condiciones propicias para vivir, aprender, construir la felicidad y amar, tenemos la misma obligación para con la gente que va a nacer”. ”Ante la minería que nos amenaza es indispensable la unión de todos los pueblos, no sólo de los mayas, porque viven en la región. No, hay que sensibilizar a todos los pueblos porque hay que hacer cosas muy grandes donde tengamos esperanza y podamos defender a nuestra Madre Tierra”.

Resistencia indígena Los pueblos indígenas de todo el mundo están desafiando el derecho de las compañías mineras a apropiarse de sus tierras: En Australia, tras años de protesta de las organizaciones aborígenes, se han creado nuevas leyes que obligan a las compañías mineras a negociar directamente con ellos. En Panamá, Survival apoyó a los guaymíes en una exitosa campaña para parar los planes de la RTZ de abrir una inmensa mina de cobre en Cerro Colorado. En Mainit, Filipinas, en los 70, las mujeres bontok lucharon contra las compañías mineras y los echaron. Los pueblos indígenas debemos tener derecho a decidir el futuro de nuestras tierras y cómo deseamos vivir.

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La minería a cielo abierto es una flagrante violación a nuestros derechos

La cultura Maya respeta y ama a la Madre Tierra, a la Naturaleza, porque reconocemos que ella es nuestra Madre, quien nos brinda: abrigo, agua, alimento, aire puro, bienestar, conciencia e inspiración. Nuestros Abuelos y Abuelas originales, naturales de esta tierra, mantenían una relación muy estrecha con la Madre Tierra y con la Naturaleza; antes de cortar un árbol pedían permiso, pedían perdón por la agresión y se comprometían a sembrar otros árboles para reponer el que por necesidad habían cortado. Los Ixiles piensan sobre la Tierra. En la tierra se nace y en ella se depositan nuestros muertos. Se coloca la memoria de quienes con sus palabras y sus actos fueron construyendo el mundo tal como se conoce. Cuando se camina en el territorio, se camina alrededor de los huesos de los antepasados, aquellos ancestros cuyas ceremonias y cuyo cuidado de la tierra permitió que el pueblo ixil continúe habitando su territorio. En la tierra se pueden escuchar las palabras de los antepasados, se puede leer su antiguo caminar ,sus alegrías y sus luchas por defenderla. El trabajo de la tierra, el desmontar la selva y abrir la superficie del suelo es un acto eminentemente espiritual. Es por el incienso de la ceremonia que los agricultores pueden pedir perdón por herirla con su hacha y su azadón. Así las ceremonias agrarias tienen un doble sentido: pedir permiso para herir a la Madre Tierra y agradecer por los frutos, la cosecha, el alimento vital.

“La tierra es delicado cortarla. Siempre hay que pedir perdón antes de trabajarla” Hay una gran diferencia entre nosotros que consideramos a la Tierra como Madre Nuestra y los que la consideran como un negocio, como una mercancía. La Naturaleza es la Madre que nos alimenta, nos mantiene, nos abriga y cobija cuando vivimos y morimos.

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Davi Kopenawa, guía espiritual de los yanomamis, de El Brasil, entrevistado por el periódico EL PAIS, 21.96.09 “No queremos dar nuestra tierra a los blancos, porque los blancos ya tienen mucha tierra. Nosotros somos los que la protegemos. Las personas de la ciudad talan los árboles. Para el hombre blanco es difícil ser feliz, tiene una raíz muy grande en la ciudad, no puede cambiar. Está enloquecido con la tierra. Siempre quiere sacar más y más…La tierra es un lugar sagrado y protegido, no tiene precio, ni se compra ni se vende.. El hombre blanco nunca está tranquilo, preocupado por el dinero. El hombre Yanomami piensa en estar tranquilo, sin preocupación y en no pasar hambre.”

Dos indigenistas brasileños, los hermanos Villas-Boas afirman: Si lo que queremos es hacernos ricos, acumular poder y dominar la tierra, es inútil que pidamos consejo a los indígenas. Mas si lo que queremos es ser felices, unir ser humano y ser divino, integrar la vida y la muerte, insertar la persona en la naturaleza, compatibilizar el trabajo con el ocio, armonizar las relaciones intergeneracionales, entonces escuchemos a los indígenas. Ellos tienen sabias lecciones que darnos.

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Ailton Krenak, Coordinador de naciones Indias d Brasil, ante la comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo (1985) “He venido aquí a la audiencia pública de la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo, en mi calidad de hijo de una pequeña nación, la nación de los indios Krenak. Vivimos en el Valle de Río dulce que constituye la frontera de Espíriu Santo con el estado de Minas Gerais. Somos un micropaís, una micronación. Cuando el gobierno se apropió d nuestras tierras en el valle de Río Dulce, quiso ofrecernos otro lugar en donde vivir. Pero ni el Estado ni el Gobierno comprenderán jamás que no tenemos ningún otro lugar a donde vivir. El único lugar donde el pueblo krenak puede vivir y restablecer su existencia, comunicarse con sus dioses, comunicares con la naturaleza , vivir su vida, es donde nuestro Dios nos ha creado. Es inútil que el gobierno nos traslade a un lugar muy hermoso, a un lugar donde abunde la caza y la pesca. La población krenak continuará muriéndose e insistiendo en que no hay otro lugar para nosotros donde vivir. Mi corazón se entristece al ver la incapacidad de la humanidad. No es grato venir aquí a la ciudad de San Pablo y hacer estas declaraciones. No podemos continuar contemplando el planeta en el cual vivimos como si fuese un tablero de ajedrez donde las personas mueven las cosas de un lado a otro. No podemos considerar el planeta como algo aislado del Cosmos. No somos idiotas para creer que no existe para nosotros la posibilidad de vivir fuera de nuestro lugar de origen. Respeten el lugarf donde vivimos, no degraden nuestras condiciones de vda, respeten esa vida. No tenemos armas para presionarlos, la única cosa que tenemos es el derecho de proclamar nuestra dignidad y la necesidad de vivir en nuestras tierras .

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El indio norteamericano. Cada mañana, el indio norteamericano ha de encontrarse a solas con el Gran Silencio (la luz del día). Su esposa puede precederle o seguirle en su meditación, pero nunca acompañarle. En toda la vida del indio norteamericano existe esa obligación, este deber inevitable: el deber diario de meditar con la luz natural que recibe del planeta, como señal de reconocimiento, unión y respeto por las cosas que no se ven y que parecen eternas. En las Colinas Negras, las montañas sagradas de los Sioux de Dakota del Sur, cuando el sol comienza a reflejarse en el lomo de las piedras, el indio sale del tipi (su tienda cónica) hacia la orilla del pequeño lago Lemont del campamento Trueno Amarillo. Allí se lava la cara con agua clara, y después, de pie, mirando hacia el Oriente, buscando en el horizonte los primeros destellos de luz, ofrece sin alzar la voz, una plegaria al Gran Silencio de la Tierra (Ginés Serrán, antropólogo, hermano de los indios de EE.UU)

Oración de los iroqueses

Agradecemos a Nuestra Madre la Tierra que nos sustenta. Agradecemos a los ríos y a los riachuelos que nos abastecen con agua. Agradecemos a todas las plantas que nos proporcionan los remedios contra nuestras enfermedades. Agradecemos al maíz y a sus hermanas las habas y las calabazas, que nos dan vida. Agradecemos a los arbustos y a los árboles que nos brindan sus frutos. Agradecemos al viento que mueve el aire y captura las enfermedades. Agradecemos a la luna y a las estrellas que nos alumbran cuando el sol se marcha. Agradecemos a nuestro abuelo Hé-No por haber protegido a sus hijos de las brujas y de los reptiles, y por habernos traído la lluvia. Agradecemos al Sol que ha mirado a la Tierra con mirada benigna. Finalmente agradecemos al Gran Espíritu, en quien se encarna toda la benevolencia y que guía todas las cosas para el bien de sus hijos.

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Los Iroqueses, o confederación de 6 naciones una vez fueron una comunidad poderosa en al noroeste de Norteamérica. A petición de las Organizaciones no Gubernamentales de Naciones Unidas, envían una carta en Septiembre de 1977: La Confederación de las 6 naciones iroquesas ha existido en esta tierra desde el comienzo de la memoria humana. Nuestra cultura está entre las más antiguas culturas de existencia continua en el mundo. Nosotros recordamos todavía los más antiguos hechos de los seres humanos. Recordamos las instrucciones originales de los Creadores de Vida en este lugar que llamamos Etenoha: Madre Tierra. Somos los guardianes espirituales de este lugar. En el comienzo nos fue dicho que los seres humanos que caminan sobre la Tierra han sido provistos con todas las cosas necesarias para la vida. Se nos instruyó para portar amor del uno al otro, y para demostrar un gran respeto por todos los seres de esta Tierra. Se nos mostró que nuestra vida existe con la vida arbórea, que nuestro bienestar depende de la Vida Vegetal, que somos parientes cercanos de los seres de cuatro patas. En nuestras maneras, la consciencia espiritual es la forma política más elevada. En nuestro estilo de vida creemos que todos los seres vivientes son seres espirituales... Una hoja de hierba es una forma de energía manifestada en materia de hierba. El espíritu de la hierba es esa fuerza no visible que produce las especies de hierba y se manifiesta a nosotros en la forma de hierba real. Todas las cosas del mundo son reales, cosas materiales. La creación es un verdadero fenómeno material y la creación se manifiesta a nosotros a través de la realidad. El Universo espiritual, entonces, se manifiesta al Hombre como la Creación, la creación que sustenta la vida. Creemos que el hombre es real, una parte de la Creación y que su deber es sustentar la vida en conjunción con los demás seres. Las instrucciones originales indican que quienes caminamos por la Tierra tenemos que expresar gran respeto, afecto y gratitud hacia todos los espíritus que crean y sustentan la vida. Congratulamos y agradecemos a los muchos sustentadores de nuestras vidas: El maíz, los frijoles, la calabaza, los vientos, el sol. Cuando la gente cesa de respetar y expresar gratitud hacia estas muchas cosas, entonces toda la vida es destruida y la vida humana en este planeta llegará a su fin.

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Nuestras raíces calan hondo en las tierras donde vivimos. Tenemos un gran amor por nuestro país, pues en él se encuentra nuestro lugar de nacimiento. El suelo es rico de los huesos de miles de los de nuestras generaciones. Cada uno de nosotros fue creado en tales tierras y es nuestro deber cuidarlas mucho, porque de esas tierras brotarán las futuras generaciones de los ongwhehonhe. Caminamos por ellas con gran respeto porque la Tierra es un lugar muy sagrado. No somos un pueblo que exige o le pida cosa alguna a los Creadores de la Vida, sino que en cambio saludamos y agradecemos que todas las fuerzas de la Vida estén todavía en acción. Comprendemos profundamente nuestra relación con todos los seres vivientes. Hasta este día, los territorios que todavía conservamos están llenos de árboles, animales y demás dones de la Creación. En tales lugares aún recibimos nuestro sustento de nuestra Madre Tierra. Hemos visto que no toda la gente de la Tierra muestra el mismo tipo de respeto por este mundo y todos los seres que en él habitan. El pueblo de Occidente que ha colonizado nuestras tierras ha evidenciado muy poco respeto por las cosas que crean y sustentan la vida. Pensamos que tal gente cesó su respeto por el mundo hace un larguísimo tiempo. Muchos miles de años atrás todos los pueblos del mundo creían en el mismo modo de vida, el de la armonía con el universo. Todos ellos vivían de acuerdo con las maneras naturales. La cultura occidental ha sido horriblemente explotadora y destructora del Mundo Natural. Los bosques fueron aplanados, las aguas contaminadas, los pueblos nativos sometidos a genocidio. Pero la mayoría del mundo no halla sus raíces en la cultura o tradiciones occidentales. La mayoría tiene sus raíces en el Mundo Natural y son las tradiciones del mundo natural s las que deben prevalecer si es que vamos a desarrollar sociedades verdaderamente libres y equitativas. Debemos empezar a ver la liberación, como la liberación de todas las cosas que sostienen la vida, el aire, el agua, los árboles, todas las cosas que sostienen la sagrada trama de la vida. Sentimos que los pueblos Nativos del Hemisferio Occidentgl pueden seguir contribuyendo a la sobrevivencia de la especia humana. La mayoría de nuestra gente todavía vive de acuerdo con las tradiciones que hunden sus raíces en la Madre Tierra. A Pero lo pueblos nativos tienen necesidad de un foro donde nuestra voz pueda ser escuchada. Y necesitamos alianzas con otros pueblos del mundo que nos ayuden a recuperar y mantener nuestras tierras ancestrales y proteger nuestro Modo de Vida

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Los Matacos, de Argentina. Soy un habitante de la selva, o sea un indígena selvático. Y también soy como el agua y el aceite. En mí hay cosas muy distintas unas de otras, porque tengo mucho de montañés y algo de la sociedad actual. Tanto mis hermanos Matacos como yo tenemos un gran sentimiento cósmico por la vida. Somos herederos de una cultura milenaria, pero hubo un vacío inevitable, desde que vino el conquistador, hasta ahora. La cultura occidental fue destructiva y demoledora. No nos dio la oportunidad de demostrar que nosotros también teníamos cultura, ciencia y religión. Pero, aunque parezca una ironía del destino, a pesar de ese vacío, todavía nos estamos formando y desarrollando. Porque sabemos que somos como un árbol plantado aquí en América con raíces profundas. Mientras que el blanco no; él tiene sus raíces en otras tierras y sólo sus ramas están en América. ….. En cambio a nosotros, aunque vengan vientos y mareas, no nos van a hacer caer tan fácilmente. Cuando a una planta se la aleja de su raíz, se seca. Y esto es lo que les sucede a estas ramas: están apartadas de su propia esencia. En cambio nosotros estamos creciendo todavía con mucho valor, a pesar de todo lo que sufrimos. Tenemos una cosmovisión muy directa, parecida a la de otras comunidades. Es nuestra expresión religioso-cultural, y, si se puede decir, también científica. Hemos llegado a comprender lo que es el total del Cosmos. Pero el conquistador no nos respetó. Pensamos que va a llegar la hora de surgir de nuevo. Porque somos una raíz que está firme en la tierra, pero a la que no le llega mucho agua. ¡En este momento vienen tantas cosas a mi mente! Nosotros somos el Abdayala (América en aimara), desde el Norte hasta el Sur, desde Canadá hasta Ushuaia. Pero hasta los documentos se extinguieron. Nuestro sufrimiento fue tremendo. Yo tuve que someterme para poder entender a los que me daban órdenes. Di lugar a que me sometan, pero todavía tengo latente mi forma de ser real. Por otro lado, nunca fui un gran universitario y a veces me siento marginado. Pero lo acepto, aunque me duela, porque soy humano Esto es lo importante: nosotros, como humanos, respetamos la naturaleza, respetamos a los animales como hermanos menores, y al Sol porque es uno de nuestros principios…… 16


Sin ir tan lejos. La ciencia descubre cada día nuevos planetas y estrellas en el Universo, pero todavía no sabemos qué es una planta, qué es una flor, qué es el agua, que es la luz del Sol. Para vivir con Dios no se necesitan tantos avances tecnológicos, ni que se busquen nuevas fórmulas químicas. La única fórmula que importa es aquella que ayude a que siga el ser humano en la Tierra. Para que no llegue a transmutarse. Y que aprenda a amarse a sí mismo, como un animal ama a su hijo, o como un ser humano ama a un animal. Para que se terminen los problemas ecológicos, la destrucción del planeta y la contaminación del ambiente. Nosotros los indios no hemos tenido tantos avances técnicos, pero hemos vivido siempre en armonía con la naturaleza, y hemos respetado a la Tierra y su atmósfera. Sabemos que pronto vendrá un gran hombre y que los grandes jefes de los estados comprenderán que es necesario el aporte de la cultura del indio a la ciencia universal para el bien de la humanidad. Siempre nos subestimaron diciendo que no aportamos nada a la civilización. Y yo pregunto ¿quién es el civilizado?, ¿cuál es la cultura civilizadora si permite el genocidio, la contaminación y destrucción de la vida humana, si crea cosas como el bebé de probeta, que ni su misma religión acepta? Porque además no existe un equilibrio entre su religión y su ciencia. Para el indígena, en cambio, era como las dos alas de un pájaro. Cuando éste tiene un ala rota, vuela con dificultad, mientras que si se mantiene en equilibrio u no se dañan las alas, éstas, juntas, pueden hacer que el pájaro se eleve muy alto y sin problemas. Pero in un ala quiere estar por encima de la otra para dominarla, entonces habrá caos y problemas tanto sociales como religiosos. En nuestros rituales el símbolo más importante es el círculo. Nos reunimos en círculo para conversar. Cuando lo hacemos, todos opinamos y después se elige la idea mejor o la más conveniente. Desde el principio nuestros abuelos admiraron al Sol como un círculo, también como una realidad, como algo completo. Imitamos en nuestros rituales al sol. Nuestra forma de expresarnos en las reuniones religiosas es siempre en círculos. Bailamos en círculos, cantamos en círculo, alabamos a nuestro Dios en círculo. El hombre blanco dice que somos idólatras, pero para nosotros lo que adoramos es una realidad. Yo le pregunto al blanco: ¿cuál es, dónde está su Dios imaginario? Que me conteste con la verdad. Porque él piensa en algo abstracto y no busca realmente a Dios. Nosotros tratamos de conectarnos con su parte material para poder así elevarnos hacia esa Energía.

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Oso Erguido.

Sioux Ogala

Nosotros no creíamos que las praderas infinitas, las hermosas cumbres y los susurrantes arroyos rodeados de enmarañada maleza fueran “salvajes”. Solamente el hombre blanco creía en la “naturaleza salvaje” y solamente él creía que la naturaleza estaba llena de animales “salvajes”. Para nosotros la naturaleza estaba domesticada. La tierra era pródiga y nos rodeaba de bendiciones del Gran Misterio. Hasta que llegó el hombre hirsuto del Este y empezó a infligirnos con frenética brutalidad- a nosotros y a nuestros seres queridos- injusticia tras injusticia. La Tierra nunca fue salvaje para nosotros. Cuando los animales del bosque comenzaron a huir del hombre blanco, fue cuando empezó para nosotros el Salvaje Oeste... Los ancianos Lakota eran sabios. Sabían que apartado de la Naturaleza, el corazón del hombre se endurece. Sabían que la falta de respeto hacia las cosas vivientes que crecen, lleva también a una falta de respeto hacia los humanos. Así que mantuvieron a sus jóvenes apartados de esa socavante influencia.

Un seatle amazónico “He venido aquí, a la Audiencia Pública de la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo, en mi calidad de hijo de una pequeña nación, la nación de los indios Krenak. Vivimos en el valle del Rio Dulce que constituye la frontero de Espíritu Santo con el estado de Minas Gerais. Somos un micropaís, una micronación. Cuando el gobierno se apropió de nuestras tierras en el valle de Río Dulce, quiso ofrecernos otro lugar donde vivir. Pero ni el Estado ni el Gobierno comprenderán jamás que no tenemos ningún otro lugar a donde vivir. El único lugar donde el pueblo krenak puede vivir y restablecer su existencia, comunicarse con sus dioses, comunicarse con su naturaleza, vivir su vida, es donde nuestro Dios nos ha creado. Es inútil que el gobierno nos traslade a un lugar muy hermoso, a un lugar donde abunde la caza y la pesca. La población krenak continuará muriéndose e insistiendo en que no hay otro lugar para nosotros donde vivir. Mi corazón se entristece al ver la incapacidad de la humanidad. No me es grato venir aquí a la ciudad de San Pablo y hacer estas declaraciones. No podemos continuar contemplando el planeta en el cual vivimos como si fuese un tablero de ajedrez 18


donde las personas mueven las cosas de un lado a otro. No podemos considerar el planeta como algo aislado del Cosmos. No somos idiotas para creer que no existe para nosotros la posibilidad de vivir fuera de nuestro lugar de origen. Respeten el lugar donde vivimos, no degraden nuestras condiciones de vida, respeten esa vida. No tenemos armas para presionarlos, la única cosa que tenemos es el derecho de proclamar nuestra dignidad y la necesidad de vivir en nuestras tierras.”

Poesía Alce Negro Hombre Santo de los Sioux Oglala (1863-1950)

¡Oye! Inclínate para oír mi tenue voz En el centro del Círculo Sagrado Has dicho que debo hacer que los árboles florezcan. Con lágrimas corriendo, Oh Gran Espíritu, Oh Gran Padre. Con lágrimas corriendo debo decir Que el árbol jamás ha florecido. Aquí estoy de pie y el árbol luce marchito. De nuevo evoco la gran visión que me diste. Puede ser que una pequeña raíz el árbol sagrado siga viva. ¡Nútrela entonces Para que pueda soltar hojas Y florecer Y llenarse de pájaros cantores! Escúchame Que el Pueblo pueda de nuevo encontrar el buen camino Y el árbol protector.

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La carta del Jefe Seattle

En 1854 el “gran jefe Blanco” de Washington, el presidente de EE.UU Franklin Pierce hizo una oferta para comprar una gran extensión de territorio indio y prometió una “reserva” para el pueblo Piel Roja. El Jefe Seattle de la tribu Suwamish de los territorios de lo que hoy ha venido a ser el Estado de Washington, en el noroeste de EE.UU, contestó con esta carta que ha sido considerada como la más bella y profunda declaración de amor a la Naturaleza. ¿Cómo puede usted comprar o vender el cielo, o el calor de la tierra? La idea resulta extraña para nosotros. Si no somos dueños de la frescura del aire o de los destellos del agua, ¿cómo podría usted comprarlos? Cada parte de esta tierra es sagrada para mi pueblo. El majestuoso pino, la arenosa ribera, la bruma de los bosques, cada insecto que nace, con su zumbido... es sagrado en la memoria, la experiencia de mi pueblo. La sabia que recorre los árboles lleva los recuerdos del Piel Roja. Los muertos del hombre blanco se olvidan de su tierra natal cuando se van a pasear entre las estrellas. Nuestros muertos jamás se olvidan de esta hermosa tierra, porque es ella la madre del Piel Roja. Somos parte de la tierra y ella es parte nuestra. Las perfumadas flores son nuestras hermanas. El ciervo, el caballo, el águila majestuosa... son nuestros hermanos. Las rocosas cumbres, el olor de las praderas, el calor corporal del potrillo, y el hombre; todos pertenecemos a la misma familia. Por eso cuando el Gran Jefe en Washington nos manda a decir que desea comprar nuestra tierra, es mucho lo que está pidiendo de nosotros. El Gran Jefe dice que nos reservará en un lugar, de forma que vivamos cómodamente. El será nuestro padre y nosotros seremos sus hijos. Por eso estamos considerando su oferta de comprar nuestra tierra. Pero no va a ser fácil, porque esta tierra es sagrada para nosotros. El agua centelleante que corre por los arroyos y los ríos no es agua solamente: es sangre de nuestros antepasados. Si nosotros les vendemos la tierra deberán recordar que es sagrada, y deberán enseñar a sus hijos que es sagrada, y que cada imagen que se refleja en el agua cristalina de los lagos, habla de acontecimientos y recuerdos de la vida de nuestro pueblo. El murmullo del agua es la voz del padre de mi padre. 20


Los ríos son hermanos nuestros, mitigan nuestra sed, conducen nuestras canoas, alimentan a nuestros hijos. Si les vendemos nuestras tierras, ustedes deberán recordar y enseñar a sus hijos que los ríos son hermanos nuestros y hermanos de ustedes. Y deberán darles en adelante la atención que merece un hermano. Sabemos que el blanco no entiende nuestra manera de ser. Un pedazo de tierra para él es igual que el siguiente. Es como un extraño que llega durante la noche y arranca de la tierra lo que necesita y se va. No mira a la tierra como su hermana, sino como su enemiga. Y cuando la ha conquistado la abandona y se marcha a otra parte. Deja atrás las tumbas de sus padres y no le importa. Viola la tierra de sus hijos y no le importa. Olvida la tumba de sus padres y los derechos de sus hijos. Trata a su madre la Tierra y a su hermano el Cielo como cosas que pueden comprarse, saquearse, ser vendidas, como cameros o relucientes abalorios. Su apetito devorará la tierra, pero detrás sólo quedará un desierto. No sé, nuestras costumbres son diferentes a las de ustedes. La imagen de sus ciudades hiere la mirada del Piel Roja. Pero, posiblemente, es porque el Piel Roja es salvaje y no entiende. No hay tranquilidad en las ciudades del blanco. No hay en ellas lugar donde se pueda escuchar el rumor de las hojas en la primavera, o el susurro de las alas de un insecto. Pero quizá digo esto porque soy salvaje y no entiendo. En sus ciudades el ruido sólo insulta los oídos. ¿Cómo sería la vida si el hombre no pudiera escuchar el grito solitario de la chotacabra o la animada conversación nocturna de los sapos en la ciénaga? Yo soy piel roja y no entiendo. El indio ama el sonido suave de la brisa al deslizarse delicadamente sobre la superficie de la laguna, o ese olor característico del viento purificado por la llovizna mañanera y perfumado por la esencia de los pinos. El aire es precioso para el Piel Roja, porque todas las cosas comparten el mismo aliento. La bestia, el árbol, el hombre... todos compartimos el mismo hálito. El hombre blanco parece no darse cuenta de que respira aire. Como un ser que agoniza largamente, es insensible al mal olor. Pero, si nosotros les vendemos nuestra tierra, ustedes deberán recordar que el aire es precioso para nosotros. Que el aire comparte su espíritu con toda la vida que él sustenta. El aire que permitió su primer aliento a nuestro abuelo, también recibe su último suspiro. Y si nosotros les vendemos nuestra tierra, ustedes deberán mantenerla intacta y sagrada como un lugar a donde incluso el hombre blanco pueda ir a saborear el viento purificado por el perfume de las flores. De manera, pues, que nosotros estamos considerando su oferta de comprar nuestra tierra. Si decidimos aceptar, lo haremos con una condición: el hombre blanco deberá tratar como hermanas a las bestias de estas tierras.

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Yo soy salvaje y no entiendo otra forma de pensar. He visto miles de búfalos pudriéndose en la pradera, abandonados por los blancos después de balearlos de un tren en marcha. Yo soy un salvaje y no entiendo cómo el humeante caballo de hierro puede ser más importante que el búfalo, al que nosotros sacrificamos sólo cuando lo necesitamos para subsistir. ¿Qué es el hombre sin las bestias? Si todas ellas desaparecieran el hombre moriría de una gran soledad de espíritu. Porque cualquier seguida repercute en el hombre. Todos los seres estamos mutuamente vinculados. Ustedes deben enseñar a sus hijos que la tierra que pisan son las cenizas de nuestros abuelos. Deberán honrar la tierra. Dirán a sus niños que la tierra está enriquecida con las vidas de nuestros parientes. Enseñarán a sus hijos lo que nosotros hemos enseñado a los nuestros: que la tierra es nuestra madre. Todo lo que sucede a la tierra, sucede también a sus hijos. Cuando los hombres escupen sobre el suelo, escupen sobre sí mismos. Nosotros sabemos esto: la tierra no pertenece al hombre, es el hombre el que pertenece a la tierra. Nosotros sabemos esto: todas las cosas están intercomunicadas, como la sangre que une a una familia. Todo está unido. El hombre no trama el tejido de la vida. El es, sencillamente, uno de sus hilos. Lo que él hace a ese tejido se lo está haciendo a sí mismo. Ni siquiera el hombre blanco, cuyo Dios camina y habla con él como de amigo a amigo, puede exceptuarse de este destino común. Es posible que seamos hermanos, a pesar de todo. Veremos. Nosotros sabemos algo que el hombre blanco descubrirá algún día: que nuestro Dios es el mismo Dios. Ustedes piensan ahora que él es propiedad de ustedes, de la misma forma que desean ser propietarios de nuestras tierras. Pero no puede ser. El es el Dios de todos los seres humanos, y su compasión es la misma tanto para el piel roja como para el blanco. La tierra es preciosa para él y hacer daño a la tierra es un enorme desprecio para el Creador. Los blancos también desaparecerán. Tal vez antes que las demás tribus. Ensucia tu propia cama y cualquier noche te verás sofocado por tus propios excrementos. Pero, en tu agonía, brillarás fulgurantemente abrazado por la fuerza del Dios que te trajo a esta tierra y quien, por algún propósito especial, te dio dominio sobre la misma y sobre el piel roja. Este destino es un misterio para nosotros, ya que nosotros no entendemos cuando todos los búfalos son sacrificados, los caballos salvajes domados, las esquinas secretas de los bosques impregnadas por el olor de muchos hombres, y la vista de las montañas mancilladas por las alambradas. ¿Dónde está el bosque? ¿Dónde está el águila? ¡Desaparecieron! Es el final de la vida, el comienzo de la supervivencia.

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COSMOGONÍA MAYA Tomamos ideas del libro “COSMOGONÍA MAYA” de Edgar Cabrera. Jun junajpu baja del ciero a la tierra a fecundarla en Ixquic. Y regresa al Cosmos. Los dos juntos: la totalidad, cielo y tierra, unión de espíritu y materia. Equilibrio energético Universal Kabauil, el doble mirada, el espítiru unido a la muerte.

La Serpiente está presente en los orígenes de la cultura maya. Es un animal sagrado. Está en la tierra y está en el cielo, poruq etiene plumas para volar. Reúne lo material y lo espiritual, el Cosmos y la Naturaleza. Li Ruchich'och' ut li Tzultaq'a. A través del esfuerzo, del trabajo y del sacrificio se elea a lo espiritual, com Quetzalcoatl. Es el símbolo de la renovación, del cambio en la superación constante. En las pirámides mayas se ve que periódicamente se contruyen estructuras sobre las antiguas, se superan las anteriores. En la cosmovisión maya se da el ese se y no ser, ese ser uno y ser siete, ser polo positivo y polo negativo. Como el caso de Wuqub kaqix. Lucero del alba y lucero vespertino, símbolo del bien y del mal. Guerzas inferiores y guía de la Humanidad. Dueño del inframundo y vecino. Es la soberbia, castigada, y al mismo tiempo el antecesor de Tepeu, la luz. Relatividad que incluso se aplica a Tepeu. Porque Tepeu mismo se equivoca, pide consejo. No hay verdades , dogmas, certezas. Relatividad que se ve también en Kawauil: adelante y atrás, a un lado y a otro, arriba y abajo. “Había entonces muy poca claridad sobre la faz de la tierra. Aún no había sol, Sin embargo, había un ser orgulloso de sí mismo que se llamaba Wuqub caqix...” Él decía: “yo soy el sol, yo soy la luna, para el linaje humano. Así será porque mi vista alcanza muy lejos...” ¡Soberbia! ¡Altanería, prepotencia! Fue castigado. Así somos y así es la vida. Compuestos de polos positivos y polos negarivos. De Materia y Espíritu en un todo. La lógica lineal occidental clásica no tiene cabida ya. Conlleva antagosnismos, dicotomías contradictorias. Se impone la lógica ondulante, relarivizante.


Esta lógica conforma caracteres y personalidades. Lo rectilíneo, las aristas, los dogmas, generan personalidades duras, seguridades falsas, autoritarismos. Líderes gritones, orgullosos y ensoberbecidos. Lo ondulante, lo relativo, genera comprensión, respeto, suavidad, convivencia, modestia, líderes respetados y venerados por su pueblo. La cultura maya, por su lado, tiene que ver con lo femenini, con lo matriarcal. Ixmucané, la Diosa Tierra-Luna, procreadora de los vencedores del inframundo y dadora generosa de la vida, que año con año repite el milagro de la creación de los alimentos. Madre y Abuela, bondad; generadora de vida, dulzura. Matriarcado, democracia, sensibilidad, espirirualidad. Creemos que es éste un rasgo de la cultura maya. Ixmuchané, la Madre, la Abuela, es derrotada, se encuentra en decadencia (luna merengue), pero surge una hija de los mismos señores de Xibalbbá, Ixquic, luna llena (embarazada de Jun Junajpu). La esperanza de vida llena, es la madre del amanecer, la madre del sol, del equilibrio, de la dignidad, de la convivencia, del desarrollo. La madre de la nación maya. De la visión cosmogónica, alimentada por siglos a través de la palabra de las abuelas y de los abuelos, de las madres, nacen el respeto a todos, a la naturaliza, el sentido de la democracia maya, el concepto de líder maya, la armonía cósmica, comunitaria, familiar, personal. El respeto a los niños, el respeto y veneración a los ancianos. Se entiende, al igual que el Valor de la Relatividad y el Valor del Respeto por la Naturaleza, el Valor de la Armonía Universal, Armonía con la naturaleza, con la comunidad, con los hijos, con los antepasados, etc. Armonía interior con uno mismo, con la familia. Ahí está la raíz del respeto por la naturaleza en los mayas. De ahí la veneración a la Madre Tierra. De ahí que la Madre Tierra no es objeto de apropiación, expropiación, venta, esquilmación. De ahí que la Madre Tierra, junto con el Agua (Gucumatz) son sagrados; poseedores y dadores de vida. Se entendería también que la concepción maya es dinámica, que remarca la energía y el espíritu en la materia. Que la filosofía de la física cuántica ya estaba en la concepción globalizante, cósmica y cosmogónica de los mayas. El Juego de Pelota. Jun junajpu, antes de ejercer como Astro Rey es sometido a prueba para ver si podrá manejar el ritmo armónico de los atros en el Universo. Tiene que demostrar que puede convertirse en el centro de todo el movimiento del Sistema Planetario. El glorioso amanecer llevará consigo el movimiento ordenado, armónico de todos los astros. Esta prueba consite e ganar en el Juego de Pelota en Xibalbá. Quiere salir de Xibalbá, por el Oriente, para eso tiene que ganar.


Entonces llegará el primer anamecer. El Sol. Se pondría en marcha todo el sistema cósmico, todos los astros se moverían y brillarían en el Universo al necesario ritmo armónico. El juego de pelota es la Representacióndel movimiento de todos los astros, del gran movimiento cósmico. Es un juego Sagrado, Ceremonial. Los cuatro jugadores representan los dos solsticios y los dos equinoccios, representan también los cuatro puntos cardinales. Al entrar la pelota por el aro (número 13) entra la energía por la perfección. Se da el movimiento total armónico. La lucha que se da en Xibalbá es la lucha entre dos jugadores que intentan que se dé el amanecer y los otros dos que no quieren que surja el sol. Explosión de vida desde el inframundo. Amanecer. Equilibrio, además de luz, en el movimiento cósmico de todos los astros alrededor del sol. Cada uno de los dos puntos solsticiales del campo de juego representa una de las posiciones del sol en su camino anual. La Cosmogonía Maya descubre un mundo nuevo fascinante, pero no fácil de entender para una mente occidental. El mundo, el Cosmos, La Naturaleza aparecen como un mundo de interrelaciones e imágenes. Interrelacionadas las realidades cósmicas, las míticas, las de la Naturaleza, las productivas, ceremoniales, las de la vida de la comunidad y del hombre. Interrelacionadas las imágenes de estas realidades. Realidad, mito e imagen com una totalidad de vida, nacida en los albores de la historia, vivida todavía hoy en el corazón de los mayas, en sus sentimiento y en sus colores. El ser humano como parte de ese todo grandioso, fascinante, admira, respeta y venera la realidad del mundo: energías cósmicas, la vegetación, los animales.


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