CONSEJOS QUE TE PUEDEN AYUDAR A DECIDIRTE: 1. Es útil tener en cuenta tanto tus habilidades como lo que te gusta, cuáles son tus intereses. ¿Qué te imaginás estar haciendo en el futuro? Por ejemplo, pensá en las materias de la escuela que más te gustaron o que más fáciles te resultaban. También podés pensar en las que definitivamente no te gustaban, y cerciorarte de que en el Plan de estudios de la carrera que estés considerando no haya muchas de esas materias. 2. Es bueno ser sincero con cuánto tiempo querés y podés dedicarle al estudio. ¿Te gusta estudiar? ¿Querés dedicarle varios años o sólo algunos? ¿Cuánto tiempo podés esperar para empezar a trabajar? ¿Hay otras cosas que tenés ganas o urgencia de estar haciendo cuanto antes? En función de las respuestas a estas preguntas vas a saber si te conviene pensar en una carrera corta o más larga. Acá es cuando te conviene hacer un listado de las carreras que te interesan teniendo en cuenta su duración.
3. Podés cambiar de opinión: estudiar una carrera no significa correr una carrera. Y tenés que saber que, si una carrera que empezaste no te gustó, podés decidir elegir otra. No existe el tiempo perdido ni el conocimiento en vano. Las estrategias que adquirimos en el camino de una carrera que decidimos no seguir más es también conocimiento valioso sobre uno mismo. 4. Vos te conocés bien y sabés cómo es tu forma de pensar: por ejemplo, si sos una persona detallista, que no se le escapa nada, o de naturaleza práctica; es probable que te lleves mejor con carreras del rubro de la Administración, Ingienería o las Ciencias Exactas como la matemática. En cambio, si te gusta la escritura o te considerás lo que se dice una persona creativa, carreras del rubro de las Artes, la Arquitectura y el Diseño pueden ser más adecuadas para vos.
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