La Gaceta de los Arquitectos

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La Gaceta de los Arquitectos Órgano oficial de prensa y comunicación del Colegio de Arquitectos de la provincia de Santa Fe, distrito 2, Rosario

Mayo de 2018

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EditoriAL

Mensaje del CAd2

sta nueva Comisión Directiva se ha propuesto llevar adelante modificaciones en el proyecto editorial del Colegio de Arquitectos. Retomamos la publicación de nuestra 041, en pocos días tendrán con ustedes la N° 10. Queremos lograr un ritmo de dos publicaciones anuales, manteniendo su función de dar a conocer las arquitecturas locales y promover el debate disciplinar, plural y abierto. Para La Gaceta de Arquitectos, elegimos este formato más austero y una nueva Dirección Editorial, con la calidad de diseño de siempre, buscando un contenido centrado en las problemáticas del ejercicio de la profesión, que nos permita compartir criterios y encontrar caminos que

mejoren nuestro quehacer cotidiano. Sumado, además, a la continuidad del suplemento mensual «Hecho por Arquitectos», en el diario La Capital, para dar a conocer los beneficios de contratar arquitectos en sus diferentes especialidades. Y también al micro radial de los miércoles a las 22:30 hs., en el programa «Lo que queda del día», por LT8 (AM 630). Invitamos a todos los colegas a participar proponiendo obras o temas que quieran debatir o difundir, escribiéndonos a lagaceta@cad2.org.ar. Esperamos que esta renovada Gaceta sea de su interés y logre acompañarlos en su día a día.

La Gaceta de los Arquitectos 114 Comité Editor: Arq. Irene Pereyra Arq. Nicolás Campodónico Arq. María González Spangenberg Arq. Roberto Quinteros

Dirección Editorial: Arq. Martín Aloras Colaboradores: Arq. Carlos Candia Arq. Laura Cortés Agustín Indelángelo Javier Bianchi

Mesa Ejecutiva CAd2

Área Comercial: Arq. María Morán publicacionesyeventos@gmail.com Coordinación y corrección: Com. Social Jésica Cantarutti Diseño Editorial: Diseño Armentano Imprenta: Tecnigráfica Contacto: lagaceta@cad2.org.ar

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Oficina Técnica Lun a Vie 8.00 a 12.00 hs. - INT. 18 Área de capacitación permanente Lun a Vie 8.00 a 13.00 hs. - INT. 23 Administración Lun a Vie 8.00 a 13.00 hs. - INT. 10 Comunicaciones Lun a Vie 8.00 a 14.00 hs. - INT. 21 Matriculación Lun a Vie 8.00 a 10.00 hs. - INT.10 Biblioteca Lun a Vie 8.00 a 13.00 hs. - INT. 14 Delegación Norte, San Lorenzo Dr. Ghío 431 | Tel: +54 (03476) 422555 Atención: Lunes de 16 a 19 hs. Delegación Sur, Villa Constitución Acevedo 281 | Tel: +54 (03400) 477832 Atención: Lunes de 8 a 12 hs. TÚNEL. Centro de Arquitectura & Diseño Arq. Jano Viotti Córdoba 954, Subsuelo, Rosario Tel/Fax: +54 (0341) 4803911 Director: Arq. Rogelio Molina E-mail: tunel@cad2.org.ar Atención: Lun a Vie 16.00 a 20.00 hs. La Gaceta de los Arquitectos | ISSN 2591-2895 Revista de publicación periódica y distribución gratuita a los matriculados de la provincia de Santa Fe. Tirada: 3.500 ejemplares.


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Índice 4 EditoriAL

El valor del silencio Por: Martín Aloras

«El Valor del silencio» Martín Aloras

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«La pared de sonido» Gonzalo Aloras

10 NUEVAS MirAdAS «El Origen» Federico Pellegrini

14 trES EStUdioS Maite Fernández Mariel Suárez CMS Arquitectas

30 EL GENio No SE HACE SoLo

«La función del diseño interior es devolver otra cosa» NOSTEN «La arquitectura tiene que opinar» MARCO RAMPULLA «Resolver pensando como pensaría el otro» DIEGO ARRAIGADA «Ir subiendo con el edificio» ORLANDO ALOATTI

56 ACtUALidAd Open House

60 LEGALES

«La arquitectura es una actividad de riesgo» Ricardo Terrile Abogado

63 AGENdA 64 dESdE LoS CiMiENtoS «Seguridad en la obra» Mesa Ejecutiva CAPSF

66 CoMiSioNES

«Que profesión estoy ejerciendo» Comisión de Nuevos Matriculados Cad2

74 ASESorÍAS dEL CAd2

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uchos de los arquitectos que conformamos la masa en ejercicio, estudiamos, nos recibimos y crecimos como profesionales llevando en nuestro ADN un concepto casi renacentista del arquitecto como superhombre. Reflexionar sobre esto, también nos lleva a plantearnos varias preguntas. Entonces, ¿qué es lo que hace un arquitecto? Para muchos, un buen arquitecto debe ser creativo, sensible, seductor, vestir distinto (de ser posible de negro); poder diseñar desde muebles a logotipos; entender de luz, color y clima; establecer conceptos, conocer todos los oficios y especificaciones técnicas de los materiales; estar al tanto de las novedades, tener noción de estructuras, de economía y de historia; manejar grupos de trabajo, inversiones, cumplir plazos, estar comprometido socialmente y muchas cuestiones más. Quizá algunos pocos pueden aspirar a realizar todo eso pero, en términos generales, para aquellos mortales que tienen una vida, que a veces duermen o que tienen Netflix, todas estas tareas parecen casi imposibles de ser asumidas por un único ser humano. Por otro lado, ¿cuál es el rol social de la arquitectura? ¿Cuáles son las responsabilidades de un arquitecto? El disfraz de este personaje casi mitológico —arquitecto como superhombre— da lugar a un sinnúmero de conflictos y frustraciones. También alimenta la creencia de que nuestra profesión está descuidada o desvalorizada por la sociedad, porque se juzga al arquitecto en muchísimos casos como responsable de la mayoría de las falencias que se encuentran en los edificios y, muchas veces, en las ciudades mismas. Somos los arquitectos quienes debemos comunicar y ocupar nuestro debido espacio en la sociedad, para lo cual resulta indispensable —como primera medida— comprender cuál es ese lugar. Buscando ubicarnos, podemos encontrar muchas maneras de vernos reflejados en otras disciplinas, pero probablemente la analogía más clara la encontremos en la música: un director de orquesta sabe cómo y cuándo debe sonar cada instrumento, imprimiéndole su estilo al resultado final. Pero es improbable que


pueda interpretar todos los instrumentos o darle a cada uno un carácter individual. También es válido expresar que este tipo de discusiones no son planteadas en países más desarrollados que el nuestro, razón por la cual entiendo que la voluntad de ocupar al mismo tiempo ese sinnúmero de lugares, puede ser sostenido en nuestra región por la escasez de trabajo, por su baja remuneración o bien por nuestro deseo de realizar un particular homenaje a Leonardo Da Vinci. La idea del arquitecto omnipotente y universal hoy empieza a desvanecerse gracias a cambios tanto generacionales como culturales. Es en ese lugar en el que me quiero posicionar hoy para reforzar un concepto, para desmitificar al arquitecto orquesta y para sacar a la luz una realidad inexorable: un sinnúmero de profesionales día a día ejerce el oficio en silencio y con la nobleza del anonimato. Son como esos directores de orquesta, músicos o escenógrafos que desempeñan roles, ejecutan diferentes instrumentos o que realizan varias tareas y que posibilitan el hecho de «Hacer Arquitectura». ¿Cómo funcionan y qué rol ocupan las instituciones en el ejercicio profesional? Cuando hablo de instituciones me refiero a las que van desde el ámbito académico hasta cada uno de los organismos —principalmente del ámbito público, pero también del privado— que interfieren en el desarrollo de cada una de las incumbencias profesionales. La Universidad que nos forma, el Estado o las empresas que nos emplean y los clientes particulares que nos hacen los encargos, también son actores protagónicos en ese lugar que buscamos ocupar. Así, con la firme convicción de que una manera de elevar la disciplina es encontrar el lugar de cada una de estas tareas que —con diferentes responsabilidades— nos encuentra trabajando, proyectando o tomando decisiones sin importar la escala ni el programa, nos replanteamos ese lugar en el que, como profesionales, nos pone la sociedad en su conjunto y, también, en el que nos ponemos nosotros mismos. Esta publicación busca, a modo de un organismo vivo, forjar el espacio que cobije el quehacer diario de los profesionales, enfocándose no solo en la obra construida, sino fundamentalmente en el proceso de «Hacer Arquitectura». Vamos a intentar ahondar en las problemáticas que enfrentamos día a día con la profesión y con las instituciones (y sus profundas contradicciones), apuntalando cada una de las áreas e incumbencias y entendiendo que la disciplina no sólo es responsabilidad de los arquitectos sino de la sociedad entera. Quizá en esta búsqueda podamos, al menos, dibujar un panorama regional para que tanto profesionales, como instituciones y la sociedad en general encuentren un bien común que le dé sentido pleno y claro al ejercicio de la disciplina. En este número de La Gaceta, a modo de inicio de una nueva etapa, haremos un recorrido por varios estudios de arquitectura —en su mayoría reconocidos— registrando sus experiencias en diferentes roles y actividades, planteando múltiples maneras de encontrarse con la disciplina y que están, de alguna manera, conectados entre sí. Intencionadamente reunimos testimonios que los ubican ocupando un rol diferente, subsidiario en muchos casos; pero, a su vez, también haremos el ejercicio inverso de poner en primer

plano a aquellos que se suponen han sido relegados. En esta búsqueda de un lugar disciplinar que dignifique,contenga,abrace y encuentre, vemos las siguientes constantes: compromiso, pasión, entrega, reflexión, devolución, esfuerzo, coordinación, colaboración, opinión, humildad, aprendizaje y trabajo, muchísimo trabajo. Parecería que las preguntas sobre la naturaleza del espacio, no son exclusivas de nuestra disciplina. Así lo demuestra el texto de Gonzalo Aloras, que abre múltiples y estimulantes preguntas respecto a su significado desde su materia de estudio, la música. Pero el espacio tampoco le es ajeno al tiempo, tal como lo refleja el arquitecto y músico Federico Pellegrini, en la escala de trabajo en la que resolvió sostener su práctica de la arquitectura. Otro lugar dentro del desarrollo profesional es el interiorismo. Una acción de profunda pasión y compromiso en lo que se ve — pero también en lo que no se ve— tal como lo narran Javier y Juan Ignacio Forcen. Ellos, al igual que Marco Rampulla, vieron claridad a través de la simpleza del maestro Álvaro Siza, en el encuentro de las oportunidades en momentos de conflicto, opinando desde el hacer. Mariel Suarez, Maite Fernández y CMS arquitectas nos muestran —en el mismo plano— cómo la coordinación y colaboración se hacen un lugar en un modo de trabajar, cada una con su estilo, su idiosincrasia y su impronta. Tuvimos la suerte de que Diego Arraigada nos cuente su experiencia en su rol de director técnico en una obra proyectada por Clorindo Testa, rol en el cual su grado de responsabilidad y esfuerzo es comparable con su humildad para entregarse a la arquitectura, de la misma manera que el arquitecto Orlando Aloatti lo hace a diario para complementarse con Gerardo Caballero, en el hecho de materializar las obras del estudio. Por último, la Comisión de Jóvenes Profesionales nos genera las preguntas que quizás, con el transcurso del tiempo, volvamos a repreguntar: ¿Qué es lo que hace un arquitecto después de ese gran final de la carrera universitaria? ¿Cómo manejar ese sinfín de contradicciones y creencias ante las nuevas instituciones y exigencias que surgen? Al menos intentaremos abrir una puerta, junto con el abogado Ricardo Terrile, para que esos vacíos intermedios entre el profesional que recién recibe el título universitario y el ya experimentado, estén amparados por la información necesaria para que ese andar no nos corra del camino.

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La pared de sonido Por Gonzalo Aloras

¿Será el origen del arte, entonces, la expresividad que construye modos, cantos, bailes, gestos, líneas que funcionan como moradas existenciales? ¿Acaso el arte es esencialmente expresión de territorialidad?

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Dónde comienza el arte? Un pregunta que pareciera llevarnos a la búsqueda de un espacio-tiempo. Y justamente cuando un espacio-tiempo es creado, inventado, construido, podríamos decir que estamos en presencia de un acto artístico. La arquitectura y la música son consideradas hermanas dentro de las bellas artes, desde tiempos lejanos. Pero mucho antes de la aparición del hombre en la Tierra, la vida necesitó enfrentar el caos que la consumía, que la amenazaba constantemente. Toda forma de vida necesitó protegerse del caos que pretendía destruirla. Desde una molécula, una planta o un animal han necesitado protegerse y reinventarse en ese doble movimiento. ¿Y de qué modo se han protegido del caos, esa lluvia ácida que pulveriza lo que atraviesa? Aparentemente con repeticiones que pudiesen constituir en ese movimiento, un escudo, un paraguas, una proteína, un cristal, un caparazón, una morada, una casa, un canto. La célula necesitó indicar sus límites, creando una membrana que la sostenga, que la contenga, que la proteja del caos y que en ese doble movimiento se constituya como tal. Esa membrana es una repetición, una circularidad, una geometría, una especie de canto, de vibración repitiéndose, como un estribillo químico o un techo molecular. Entonces, por ejemplo, el canto del pájaro surge en una urgencia expresiva al construir una morada, determinar un territorio, proteger y delinear su especie singular. Mi canto será mi hogar. Y allí donde cante, la arquitectura de mi canción podrá alojar a los que lleguen y ser a su vez el punto de partida para el vuelo de otros. ¿Será el origen del arte, entonces, la expresividad que construye modos, cantos, bailes, gestos, líneas que funcionan como moradas existenciales? ¿Acaso el arte es esencialmente expresión de territorialidad?

En una primer instancia pensamos que sí. La casa es un principio de orden en el caos, refugio para una tarea a realizar. Luego que la morada está construida, una vez que se ha logrado estar bajo el paraguas, comienza el esplendor del arte. Esa necesidad de libertad y expresión que el pájaro artista brindará con cantos cada vez más complejos, con movimientos y danzas cada vez más maravillosas, observado por compañeros de especie o intuido por sus posibles enemigos, en esa extraña ópera de la naturaleza. Luego llegará la canción. Es que la canción es un hogar. Y un hogar comunitario, un espacio público, un techo colectivo. ¿Cuántos millones de jóvenes de distintas partes y lenguas del mundo pueden albergarse existencialmente en una misma canción? Esa es una de las potencias indudables de la música. Y la construcción puede fallar o un accidente producirse. Como en la «Construcción» de Chico Buarque, en la que el trágico accidente del obrero acontece y se repite, en contrapunto con los metales, las cuerdas y los parches, en una misma danza constructivista, en un mismo ritual deconstructivo:

Construcción (Chico Buarque - Daniel Viglietti/1982) Amó aquella vez como si fuese última besó a su mujer como si fuese última y a cada hijo suyo cual si fuese el único y atravesó la calle con su paso tímido subió a la construcción como si fuese máquina alzó en el balcón cuatro paredes sólidas ladrillo con ladrillo en un diseño mágico sus ojos embotados de cemento y lágrimas


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Sentose a descansar como si fuese sábado comió su pan con queso cual si fuese un príncipe bebió y sollozó como si fuese un náufrago danzó y se rió como si oyese música y tropezó en el cielo con su paso alcohólico y flotó por el aire cual si fuese un pájaro y terminó en el suelo como un bulto fláccido y agonizó en el medio del paseo público murió a contramano entorpeciendo el tránsito... Amó aquella vez como si fuese el último besó a su mujer como si fuese única y a cada hijo suyo cual si fuese el pródigo y atravesó la calle con su paso alcohólico subió a la construcción como si fuese sólida alzó en el balcón cuatro paredes mágicas ladrillo con ladrillo en un diseño lógico sus ojos embotados de cemento y tránsito Sentóse a descansar como si fuese un príncipe comió su pan con queso cual si fuese el máximo bebió y sollozó como si fuese máquina danzó y se rió como si fuese el próximo y tropezó en el cielo cual si oyese música y flotó por el aire cual si fuese sábado y terminó en el suelo como un bulto tímido agonizó en el medio del paseo náufrago Murió a contramano entorpeciendo el público Amó aquella vez como si fuese máquina besó a su mujer como si fuese lógico alzó en el balcón cuatro paredes flácidas sentóse a descansar como si fuese un pájaro y flotó en el aire cual si fuese un príncipe y terminó en el suelo como un bulto alcohólico murió a contramano entorpeciendo el sábado

Compositor (componer, construir, consolidar) Tanto en música llamada seria como en la música popular, hay una pregunta que el compositor se hace indirectamente cada vez que se aventura en la loca y ardua tarea de realizar una obra. Indirectamente, porque lo hace ya a través de sus materiales musicales: ¿Cómo puede uno afectar y ser afectado por tal o cual melodía? ¿Qué conexiones cerebrales impensadas puede generar? ¿Qué tipo de bodas inspira? ¿Qué enemigo logra disuadir? ¿Qué tristezas despejar? ¿Qué nuevo tipo de sensibilidades despierta o necesita necesariamente para poder despertar, desplegar sus alas y volar? ¿Con qué tipo de fuerzas nos conecta? ¿Qué tipo de amores florece? ¿Qué suerte de creencias infunde? ¿Qué peligros?

Hablar de la Música Hablar de la música es lo más difícil. Porque la música es mejor amiga del silencio que de los discursos, las charlas, las explica-

ciones, incluso de los conceptos. A lo sumo damos con conceptos musicales, nos debatimos con la musicalidad de las palabras, las ideas, los gestos, los colores. Pero hablar de música es un verdadero desafío, incluso siendo músico. Porque el músico cuando habla, se transforma irremediablemente en otra cosa, en pensador quizá. Se piensa con música, existe un pensamiento musical. Pero hablar o escribir sobre la música es casi una tarea imposible. Por eso el encuentro con el concepto filosófico de Ritornelo (Mil Mesetas), propuesto por Deleuze y Guattari, nos anima a hablar en ese borde entre lo que hacemos y sabemos musicalmente y lo que decimos y desconocemos filosóficamente.

¿Qué es una canción? Una canción es un cristal de espacio-tiempo, un complejo de afectos (sensaciones autónomas, que afectan a aquellos que son atravesados por ellas) sostenido y soportado por materias muy diversas y heterogéneas. El sonido, las escalas, los acordes, las frecuencias, los materiales pulsados (madera, metal, cuerda) los silencios, las palabras, la poesía, el ritmo expresado, las duraciones mismas de cada uno de estos componentes como personajes independientes, la duración total de la pieza, las imágenes sensoriales que hacen eco en nuestra memoria reflejando cada segundo transcurrido en ese cristal. Las lágrimas que se nos caen en tal pasaje, el escalofrío que hace temblar la noche sonora bajo un techo de notas cósmicas. Las jóvenes multitudes amuchadas produciendo movimiento y calor al compás de un coro repetido. Eso también es una canción. Eso también puede una canción.

La canción produce tiempo Un grupo de personas escuchando música forman un efecto territorial de cuerpos que se acopla al propio territorio mismo de la canción, abriéndose y nutriéndose uno en otro. Ese cristal se hace en la medida que se despliega el tiempo. El tiempo no preexiste. Hay que poner play, hay que cantar, hay que pulsar para dar vida a un nuevo ritornelo y experimentar por primera vez esa sensación que sin embargo yace dormida, virtual, mientras nadie se anime a despertarla (desplegarla).

Una canción hecha de afectos Por afectos entiendo las afecciones del cuerpo, por las cuales aumenta o disminuye, es favorecida o perjudicada, la potencia de obrar de ese mismo cuerpo, y entiendo al mismo tiempo las ideas de esas afecciones ( «Ética», Spinoza). Una canción está hecha de acordes y melodías. Y cada acorde es un afecto. Y el afecto es independiente de su autor y de su oyente. Los abraza a ambos confundiéndolos y transformándolos a la vez. Por eso nada se nos ahorra ante la experiencia de un mal afecto. Tiene de por sí todo afecto el poder de arrastrarnos y transformarnos.

Entre las fuerzas del caos y de la tierra Antes del primer tema del concierto, esa masa de gente corre el riesgo de desintegrarse, de dispersarse o bien de entrar en un agujero negro que la haga implosionar y volverse contra sí misma; guerra civil potencial, las fuerzas del caos en acción. Pero justo a tiempo: se apagan las luces del recinto que es un código de comienzo de espectáculo. Suena la primera canción. El efecto te-


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rritorio vuelve a dar consistencia a la multitud, la consolida, la une y capta todas esas fuerzas de almas heterogéneas y las abre a las fuerzas de la noche y las estrellas que también entran en relación con ese territorio y esa consolidación, haciendo de ese agenciamiento, un asunto cósmico. La potencia de la música. El músico puede tener un lapsus, el sonido puede cortarse, el baterista puede perderse y entonces las fuerzas del caos vuelven a abrir la puerta de la casa sin pedir permiso y la multitud corre nuevamente el riesgo de abismarse en un profundo agujero negro que los arrastre a la angustia de estar fuera y lejos de sus casas, en un lugar desconocido, a merced del azar.

Cómo se hace una canción El ritornelo conlleva las tres fuerzas, los tres momentos: Las fuerzas del caos (que hay que resistir). Las fuerzas de la tierra (centro estable nómade). Las fuerzas cósmicas (a las que podemos tender). Una canción puede cambiar el mundo. Porque cada canción es un mundo en sí misma. Al menos un mundo posible. Toda canción está en relación con la Tierra y con el Cosmos y es a su vez amenazada de intrusión por el Caos. La respuesta de la canción al Caos es la consistencia de sus vectores de Tierra y de Cosmos, conformando un estilo en ese devenir. Hace falta una canción para salir de la Tierra y otra para Volver a la Tierra, pero es necesario un estilo para ello. EL Cosmos es el gran ritornelo, la Gran canción. Pero una pe-

queña canción puede abrirse al Cosmos y puede capturar, aprehender en su materia, fuerzas cósmicas, haciendo perceptible aquellas que no son audibles. De allí la fuerza inexplicable de una buena canción. Y de allí también su eficacia política y social. Si no hay más que fuerzas, solo se trata, aquí o allá de hacer ver esas fuerzas, de atravesarlas y ser atravesados por ellas. De hacer ver, hacer oír y amar, esa Gran Canción que es la canción del Cosmos.


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El origen Por Federico Pellegrini


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Federico Pellegrini

Mi actividad como arquitecto es reducida en escala y en

«Soy Arquitecto recibido en la UNR en 2013. Trabajé en los estudios LOT-EK y Biber Architects de Nueva York; con este último viaje a Milán, donde conocí casi de casualidad el Salone del Mobile. Regresé a la Argentina en 2015 e, inspirado por la visita, empecé a hacer mis propios diseños. Tuve la oportunidad de exponer en 2016 (Salone del Mobile), 2017 (Salone Satellite) y 2018 (Fuori Salone, zona Lambrate). Además estudio música desde mi adolescencia. Actualmente toco la batería en INDIOS, banda de rock pop de Argentina.»

tiempo. Hago muebles, cosas pequeñas que se construyen rápido, no le dedico mucho tiempo a la arquitectura, solo el necesario para la forma que yo elegí. Además, hago música, viajo bastante, toco seguido; eso me limita a tener un cliente o a ir a la obra todos los días. Es que yo estudié arquitectura porque «ahí se dibujaba» y de chico siempre encontré en el dibujo un modo de libertad, de actuar desde mi origen, de materializar lo inmaterial.


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a arquitectura es una disciplina que tiene como fin último la obra de arquitectura, la parte existente de la disciplina. Creo que «obrar» no es lo mismo que hacer; obrar es hacer con plena conciencia, obrar es actuar desde el origen, ser original es actuar desde nuestro origen. Sin confundir esto con un egoísmo individualista omnipotente creo que actuar desde el origen supone entregar nuestro más sensato yo, aquel que puede nutrir de forma más eficaz y bella al medio. No todo lo construido es «obra de arquitectura»; hay miles de distracciones, miedos, intereses externos, normas y factores muy complejos que muchas veces son una amenaza para el acercamiento al origen, único lugar —a mi entender— de donde una verdadera obra puede desprenderse. Mucho de lo que hoy vemos y consideramos arquitectura pienso que es simplemente

un resultado de la conjunción de algunos de estos factores y un conocimiento técnico adquirido. Necesario, pero externo. Nadie puede pintar un buen cuadro si no revuelve sus miserias, sabe disfrutar de sus éxitos, se cuestiona lo establecido y se acepta tal cual es. Sin conectar con su origen, nadie puede hacer una buena canción o una verdadera obra de arquitectura; ni siquiera, cocinar un buen plato. Me gusta pensar que más allá de ser individuos, algo de nosotros pertenece a algo mucho más grande que nos conecta y que incluso logra comunicarnos, muchas veces sin siquiera notarlo. ¿Por qué mucha gente se emociona con la misma canción? Porque John Lennon logra emocionar a casi un planeta entero. La universalidad del mensaje creo que está absolutamente conectada con la cercanía al origen propio que logra comunicar «algo» al resto, muchas veces recibido de un modo inconsciente, ya que no se trata de palabras si no de emociones.

El origen de un arquitecto o de cualquier ser humano, es complejo y se relaciona con todos los aspectos de la vida de

esa persona. Por esto siento que la obra de arquitectura, aparte de ser un elemento funcional, es un elemento plenamente emocional que refleja, entre otras cosas, la totalidad de quien la hizo. Tanto su parte más intelectual como su parte sensible. ¿Qué hubiese sido del convento de la Tourette sin la música o sin la pintura que Le Corbusier tanto amaba? O también, ¿qué hubiese sido de las pirámides de Egipto sin sus dioses? Toda esta reflexión me lleva a pensar, en una era donde todo está diseñado para


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alejarnos de nuestro origen, distraernos de nosotros mismos, hiper-comunicados pero tan desvinculados, ¿qué tipo de arquitectura estamos haciendo? ¿Desde dónde pensamos la arquitectura? Mi actividad como arquitecto es redu-

cida en escala y en tiempo. Hago muebles, cosas pequeñas que se construyen rápido, no le dedico mucho tiempo a la arquitectura, solo el necesario para la forma que yo elegí. Además, hago música, viajo bastante, toco seguido; eso me limita a tener un cliente o a ir a la obra todos los días. Es que yo estudié arquitectura porque «ahí se dibujaba» y de chico siempre encontré

en el dibujo un modo de libertad, de actuar desde mi origen, de materializar lo inmaterial. Muchas veces intente encajar en el molde del arquitecto: hacer legajos, ir a la obra, comprar el revestimiento del baño; pero nunca lo logré. El resultado fue parálisis y ataques de pánico, así que decidí probar otra cosa. Entonces empecé a diseñar muebles y a construirlos con un carpintero vecino. Lo primero que hice fue un

banquito plegable, porque siempre quise una casa rodante (hay algo en mí que le gusta moverse). Después seguí con la mesa de café plegable, mesa de cocina ple-

gable y otros diseños que, más allá de su función, me interesaba su capacidad de transformación, su dualidad o su multifuncionalidad. Actualmente estoy diseñando una nueva colección que explora otros lugares. La silla FAN que tiene tres patas, por ejemplo, dispara una pregunta casi automáticamente: ¿por qué tiene tres patas? A lo que yo respondo: ¡porque no necesita más! En fin, sin ánimos de contar en palabras mi trabajo, invito a que lo miren y a reflexionar sobre la búsqueda del origen que probablemente nunca encontremos pero, quizás, ¡nos lo choquemos un par de veces!


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trES EStUdioS Tres estudios con larga experiencia en el ejercicio de la profesión nos comparten sus obras pero, fundamentalmente, el modo en el que gestionan, comunican, colaboran y reflexionan para llevar adelante tanto sus obras así como también una manera de pensar la arquitectura. MAITE FERNÁNDEZ MARIEL SUÁREZ CMS Arquitectas


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Maite Fernรกndez


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Maite Fernández Nace en Buenos Aires, Argentina, en 1967. Estudia Arquitectura en la Facultad de Arquitectura de Rosario, donde se gradúa en 1992. En 1990 forma parte del equipo organizador del Congreso «La Construcción Del Pensamiento», Rosario. Entre 1993 a 2014 se desempeña como Titular del Estudio Caballero - Fernández. Ha participado y recibido numerosos premios y distinciones en concursos nacionales e internacionales de Arquitectura. Entre 2005 y 2009 cursa la carrera de Técnica Paisajista (ISET N° 52 Escuela de Paisajismo, Rosario). 2005 «Parque-Huerta La Tablada»: Miembro del equipo de proyecto asociada a Adriana Lamanuzzi paisajista y el programa pro-huerta de la Municipalidad de Rosario. Proyecto ejecutivo y 1º fase ejecutado. De 2010 a 2013 cursa la Carrera de Maestría en Gestión Empresarial, Facultad de Ingeniería, UNR. En 2012 recibe el Premio Fundación Konex. Artes Visuales. Arquitectura. Desde 2013 a la actualidad, trabaja como voluntaria en la organización «Banquito Solidario Cabin 9», desarrollando proyectos de ayuda social. Además, desde 2014 mantiene su práctica profesional de manera independiente junto a la Arq. Paula Fierro.


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espués de haber trabajado desde que me recibí y haber compartido un estudio de arquitectura por muchos años y amplia trayectoria; desde hace cuatro años trabajo con mi amiga, Arquitecta Paula Fierro. Desde el inicio hemos decidido no tener una estructura fija, por lo tanto, nuestro estudio es itinerante, trabajamos en nuestras casas o en bares o en la misma obra. También priorizamos no trabajar los viernes por la tarde. Entre las dos abarcamos todos los roles: somos dibujantes, proyectistas y directoras de obra. Con Paula no sólo compartimos amistad hace más de veinticinco años, sino intereses en común, como el amor por la naturaleza, las plantas, el río, los viajes, la lectura, el cine y una firme vocación de autoconocimiento. Nuestra «sociedad», entonces, no pasa sólo por la arquitectura, sino que está también atravesada por todo eso otro. Porque las dos entendemos que la vida es mucho más rica que sólo la arquitectura. Y para poder sostener esto, una decisión fundamental es no tomar más trabajo que el que nosotras podemos llevar adelante y en estas condiciones. La experiencia, las vivencias, el camino recorrido, nos dicen que hoy este es el camino elegido. La arquitectura está en mí todo el tiempo. Cuando camino por la calle, cuando viajo, cuando observo, tomo nota, saco fotos, me pregunto cómo hicieron tal o cual construcción, me detengo en un espacio que me gusta, dibujo el detalle de

algo que me interesó, son nutrientes de la imaginación que en algún momento servirán para proyectar. Y cada proyecto nuevo da muchas vueltas en mi cabeza hasta llegar al papel. Hasta no tener las cosas claras, hasta no responder con el pensamiento todas las preguntas necesarias para un proyecto, no me pongo a dibujarlo. La primera pregunta es: ¿a quién? ¿Para quién es la obra? ¿Quién la va a habitar? Y siempre soy yo la que la habita primero, pero intento ponerme en la piel de ese otro al hacerlo. El proyecto nace en el lugar: si no veo el sitio donde la obra va a estar emplazada no puedo imaginarla. Y tiene que dialogar con el entorno, tanto paisajístico como físico, en forma amigable. También responder a las variables de normativas, presupuesto y respeto del ambiente. Y todo eso cabe tanto para el diseño de un mueble, un baño, una casa o un edificio de mayor escala. La arquitectura para mí es un trabajo muy complejo, para el que uno no sale preparado del todo de la facultad, por lo cual es clave hacer experiencia y seguir capacitándose. Las variables son muchas. No es sólo tener una buena idea y tener los conocimientos técnicos para dibujar un proyecto. También es gestionar, y eso incluye complejidades mayores: conjugar la idea, el desarrollo acorde a los presupuestos y los intereses del cliente al que siempre es importante comprender, y manejar todos los rubros que intervienen en una obra, incluidos los recursos humanos.

A la par de mi tarea profesional, soy voluntaria del «Banquito Solidario» en el Barrio Cabin 9, junto a otras diez profesionales. Nuestro desempeño es brindar herramientas y asesoramiento a otras mujeres, para concretar microemprendimientos y mejoras en su hábitat y vivienda. Observando la poca posibilidad de recursos en cuanto a la vivienda en este barrio me surge la necesidad de investigar y así llego a la bioconstrucción, como respuesta a estas necesidades. Estoy descubriendo a través de la bioconstrucción una manera diferente de hacer arquitectura, y lo que me interesa es que considera al edificio como un organismo vivo en constante intercambio con su entorno, realizado con materiales naturales, disminuyendo la contaminación, economía de materiales, el cuidado de la energía y horizontalizando las jerarquías en una obra. También facilita el acceso a la vivienda, algo de lo que la arquitectura no debería desentenderse.


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Mariel Suรกrez


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Mariel Suárez En 1991 obtiene título de Arquitecta en la Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño de la Universidad Nacional de Rosario. En 1992 colabora en el estudio Corea, Gallardo, Manino en Barcelona (España). En 1992 realiza adscripción en la ETSAV de Barcelona (España) y en 1993 realiza adscripción en la Universidad de Texas en Arlington (EE.UU.) y participa de jornadas críticas de trabajos de alumnos en la Escuela de Arquitectura y Diseño Urbano de la Universidad de Michigan, EE.UU. (Prof. titular Arq. Mario Corea). Desde 1993 al 2002, es contratada por la Secretaría de Planeamiento de la Municipalidad de Rosario, en la Dirección General del Plan Director, como miembro del equipo técnico. En 1998 colabora en el estudio del Arq. Álvaro Siza Vieira en Porto (Portugal), enviada por la Secretaría de Planeamiento de la Municipalidad de Rosario, para trabajar en el desarrollo del anteproyecto y proyecto ejecutivo del Centro Municipal de Distrito Sur. Desde 1999 a 2008 se asocia en algunas obras con el Arq. Rafael Iglesia. En 2002 participa en las jornadas críticas de trabajos de alumnos en New Jersey School of Architecture, EE.UU. (prof. Titular Arq. Fabián Llonch). En 2006 participa en Fall 2006 Architecture Lecture Series Collage of Enviromental Design UC BERKELEY y colabora en el workshop When the problem is the solution, de Rafael Iglesia en UC BERKELEY (EE.UU.). Desde 1994 hasta la fecha desarrolla proyectos y ejecución de obras privadas y públicas como profesional independiente.


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ace un tiempo escuché una entrevista que le hicieron al Gabinete de Arquitectura, donde ellos expresaron que «los arquitectos no somos operarios de una disciplina, somos constructores de una sociedad». Entonces, ¿puede haber arquitectura sin sociedad? En definitiva, los arquitectos proyectamos y construimos dando respuesta a una necesidad social. A partir de esta consigna, trato que mis planteos no repitan de manera mecánica esquemas probados, sino que los tomo como un desafío, como la oportunidad para indagar y replantear propuestas que nos alejen de la zona de confort, respondiendo a demandas de nuestra sociedad actual con compromiso y dedicación. Creo que el rol principal del arquitecto en un equipo de trabajo es coordinar y ser, según lo manifiesta Siza: «un espíritu libre para mirar todas las contradicciones que existen entre los distintos condicionamientos y construir un todo». En el proceso de diseño aparecen la intuición, la imaginación, la experiencia y la

técnica. Tengo un estudio pequeño, y esto me ayuda a seguir de cerca los proyectos de diferentes escalas y programas desde el inicio hasta su ejecución. Una vez terminada la obra, la gratificación aparece cuando, por ejemplo en el caso de obras públicas, las invade la gente tapando el proyecto. O cuando los espacios de una vivienda pueden lograr que mis clientes sientan que encontraron su lugar en el mundo. Y allí me considero satisfecha por haber creado espacios donde la arquitectura convoca. Si hablamos del trabajo del arquitecto desde una perspectiva de género, tema que se hace presente en los debates actuales, creo que como sociedad necesitamos un cambio de mentalidad que permita a hombres y mujeres trabajar y competir dentro de los mismos parámetros. En mi experiencia personal, yo no me siento «arquitecta mujer», yo soy arquitecta y no tengo un acercamiento a mis proyectos como mujer sino como profesional de la arquitectura.


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Casa en San Marino Fotografías: Ramiro Sosa

[…] «trato que mis planteos no repitan de manera mecánica esquemas probados, sino que los tomo como un desafío, como la oportunidad para indagar y replantear propuestas que nos alejen de la zona de confort.»


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CMS Chiatello | Matiasevich | Spinetta


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CMS Arquitectas Es un estudio de arquitectura que se dedica al proyecto y dirección de obras nuevas, reformas y ampliaciones. Está constituido por tres socias: Diana Chiatello, Paula Matiasevich y Melina Spinetta, arquitectas graduadas de la Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño de la Universidad Nacional de Rosario (FAPYD-UNR) entre los años 2001 y 2002. Luego de trabajos particulares de cada una de ellas por separado —en diferentes localidades del país y en el exterior— abren la oficina en el año 2007, a partir del primer edificio en propiedad horizontal autogestionado. En sociedad con el estudio contable-impositivo Pelle & Asociados, se dedican a la construcción de edificios bajo la modalidad Fideicomiso, abarcando todas las áreas: inmobiliaria, comercial (búsqueda de inversores), proyecto, dirección de obra y administración. En la actualidad, el estudio se dedica al proyecto y dirección de obras no solamente de edificios de viviendas, sino también de obras más chicas como viviendas unifamiliares para clientes particulares.


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Interior edificio Suipacha 86, Rosario

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uestro estudio está formado desde hace once años por tres arquitectas Chiatello Diana, Matiasevich Paula y Spinetta Melina, egresadas de la UNR entre los años 2001/2002. En condiciones normales y en el trabajo cotidiano del estudio, cada una ocupa una función determinada (de acuerdo a intereses propios) o asume la concreción de una obra determinada (de acuerdo al cliente o disponibilidad), de manera que no haya superposición ni espacios vacíos, sino complementariedad. Sin embargo, en muchas situaciones especiales como lo son embarazos, puerperios, viajes, duelos, desgaste en las relaciones personales con el equipo de una obra o con algún cliente, entre otros, tenemos instaurado —ya probado con bastante éxito porque hemos tenido mucho de todo eso— un sistema de rotación interna entre las tres, asumido de forma muy natural, instintiva y libre de conflictos. De manera que el curso de las obras no se ha visto afectado por ninguna

circunstancia ajena a ellas. Nos hemos planteado muchas veces la necesidad de contar con colaboradores, pero nos resulta complicado ponerlo en práctica, quizás por la dificultad de delegar en la dinámica de grupo que ya tenemos armada. En momentos de sobrecarga de trabajo, hemos acudido a la contratación de legajos, imágenes 3D, etc., en forma particular para casos específicos. Muchas veces nos quedamos con deseos de participar en concursos, cosa que hemos hecho antes de trabajar juntas, pero el trabajo cotidiano del estudio y las responsabilidades familiares hace que no quede mucha disponibilidad de tiempo para dedicarle. Los trabajos del estudio son de dos tipos: los que llegan a través de clientes que nos buscan —generalmente viviendas unifamiliares o reformas— y los autogestionados —generalmente edificios en propiedad horizontal. En el caso de los segundos, el espectro

de actuación del estudio es muy amplio y abarca todas las etapas de una obra, desde el deseo originario mucho antes de los primeros esbozos, hasta la finalización y entrega de la obra terminada. Incluyen desde la elección/compra del terreno y búsqueda de inversores al comienzo, luego el anteproyecto, legajo ejecutivo, dirección de obra, pasando por cómputo y presupuestos, contrataciones, compra de materiales; para finalizar en interiorismo en algunos casos. Y muchas veces también nos ocupamos de la venta de unidades terminadas. En este tipo de trabajos, donde si no se construye la máxima cantidad de metros cuadrados en el terreno la ecuación no cierra, intentamos aportarle un plus a las unidades: ya sea desde el diseño de los espacios, la utilización de grandes paños vidriados para ventilación cruzada, elección de materiales nobles como ladrillo y hormigón visto, equipamiento completo de las unidades (interiores de placares,


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Ingreso edificio Suipacha 86, Rosario

calefactores, accesorios de baño, espejos, solias, instalación de splits, etc.). Hacer un producto diferente para quien busca calidad y diseño. La arquitectura, además de ser nuestro trabajo, es nuestra pasión; ya que si bien nos ocupamos de resolver problemas con dedicación y esfuerzo, hay mucho de disfrute en cada una. Arquitectura es intentar dar la mejor respuesta posible a cada encargo, con los medios (económicos, físicos, culturales, etc.) que se disponen. Consideramos a la arquitectura como un real y honesto trabajo en equipo entre clientes, albañiles, plomeros, carpinteros, pintores, arquitectos y arquitectas, y la lista sigue. Tan amplia como compleja una obra. El buen trato y el respeto rigen siempre todos los vínculos. Cada participante de este equipo es tratado como un otro con diferentes saberes que contribuyen al aporte general, logrando el equilibrio necesario para llegar a buen puerto.

A través de estos once años, hemos seguido trabajando conjuntamente y con continuidad con quienes consideran el trabajo de esta manera. Priorizamos el trato respetuoso y la responsabilidad en tiempo y forma por encima de cualquier otra consideración, como puede ser lo económico. La autoridad no la imponemos, sino que la construimos. En muchas ocasiones, intentamos no subestimar al cliente por las ideas preconcebidas de lo que quiere, y nuestra idea es ofrecerle otras alternativas o buscarle la vuelta para aportarle un plus desde nuestro lugar de diseñadoras de espacios. En los ámbitos de una obra en construcción con predominancia masculina, hemos logrado llevar nuestro enfoque más femenino en cuestiones tales como: la búsqueda de consenso en la toma de decisiones; la amabilidad en el trato; asados de obra con todos los detalles de gaseosas, snacks y bombones de postre;

muchos corren a cuidarnos al momento de utilizar las escaleras de obra o en el paso por huecos de ascensor o áreas embarradas; no renunciamos a la vestimenta más femenina (usando bijouterie o pañuelos, por ejemplo) a la hora de hacer las visitas de obra. Mirándolo en perspectiva, nos damos cuenta que día a día intentamos llevar al ámbito de las obras en construcción nuestro estilo más femenino, ameno, responsable, inclusivo y «multi-tasking» con el que nos manejamos entre nosotras en el ámbito del estudio.


Ingreso edificio Suipacha 86, Rosario

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Fachada edificio San Luis 2401, Rosario

Interiores edificio San Luis 2401, Rosario

Ingreso edificio Santiago 718, Rosario


Casa JJ, en Los Quebrachos, san Luis

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EL GENio No SE HACE SoLo Cuatro reconocidos profesionales nos brindan su manera de ver la disciplina y el impacto de sus experiencias de trabajar en otros roles, no menos importantes, junto a grandes maestros de la arquitectura. «La función del diseño interior es devolver otra cosa». NOSTEN «La arquitectura tiene que opinar». MARCO RAMPULLA «Resolver pensando como pensaría el otro». DIEGO ARRAIGADA «Ir subiendo con el edificio». ORLANDO ALOATTI


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La función de un arquitecto que diseña interiores o mobiliarios es devolver otra cosa Por Nosten


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Nosten Javier Forcén Juan ignacio Forcén

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erminamos nuestros estudios a fines de los noventa, en medio de una situación económica especial para el país. Si bien casi no se construía nada, en la facultad nos hacían hacer proyectos de diez mil metros cuadrados, de gran escala, lo cual no era una realidad posible para quienes recién nos recibíamos. Por tener una historia familiar ligada a las labores con muebles, decidimos armar un cofre de madera con los folletos de nuestros trabajos y llevárselo a Álvaro Siza, que sabíamos estaba haciendo el Distrito Sur de Rosario, pensando en que eso podría ser una oportunidad laboral.


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Problemas de escala Siza, en lugar de mirar los folletos, se puso a estudiar detenidamente el cofre. Después nos dijo: «Si ustedes pueden hacer este cofre, pueden hacer mi obra». Entonces, al advertir esa actitud en una persona cuya obra es referente en la facultad, con su trayectoria y con el compromiso que tenía en el desarrollo del equipamiento, entendimos que ese también era un trabajo de arquitectos. Ver a un profesional de esa categoría pendiente de esa escala —no de detalle, sino de trabajo— nos hizo sentir más comprometidos y nos llevó a pensar que en esa dirección íbamos bien. La formación académica abarca un montón de cuestiones y el novel arquitecto sale con la idea de que hacer arquitectura se limita solamente a la construcción de un espacio físico: un edificio, una casa, un hotel, un hospital. Y después, si estamos ante una reforma interior, pensamos que estamos haciendo arquitectura menor. Hay un prejuicio instalado: la arquitectura mayor es la que te pone en jaque con una gran cantidad de metros cuadrados. Nos parece que no es una cuestión de dimensión o de escala. Hay que enfocarse en encontrar un espacio donde se puedan desarrollar nuestros pensamientos. Salimos de la facultad creyendo que si no estás haciendo una casa o un edificio no estás haciendo arquitectura.

¿Qué hace un diseñador? Nosotros creemos que la función del arquitecto que diseña interiores o mobiliarios es devolver otra cosa, que un espacio

se puede definir, articular o cualificar con equipamiento. Y que esa labor no es menor, sino todo lo contario: por ejemplo, en el estudio diseñamos una mesa de cuatros metros de largo que en realidad son dos mesas, pero está armada y construida como si fuera una. Si las patas funcionan como columnas, la estructura como una serie de vigas, entonces la tapa podría ser un techo. Sin embargo, es una mesa. También estamos haciendo el proyecto integral de un piso completo y logramos una línea conceptual que al cliente le gustó. Durante el desarrollo del trabajo, pensando en el baño del ingreso, surgió otro concepto que nos parecía mejor. A pesar que nos cambiaba todo el diseño, resolvimos ir por ahí. No pensamos «es sólo un baño». Esa decisión nos hizo replantearnos toda la visión del trabajo. Eso también es parte de la arquitectura. Un baño puede ser simplemente eso o puede serlo todo. Muchas veces a los objetos los pensamos desde el exterior, pero nunca descuidamos el interior. Hace un tiempo viajamos a Londres y fuimos a una sastrería, ahí descubrimos que las terminaciones más delicadas estaban adentro de los trajes, ocultas. Y decidimos que es eso lo que queremos para nuestros muebles. Porque son para tocarlos. No hay un solo rincón, un solo herraje que no se pueda tocar, todo se puede tocar. Y cuando abrís el mueble vas a descubrir algo nuevo, algo distinto. Para nosotros el interior es importantísimo. Tanto que es probable que la mejor terminación esté justamente allí. Entonces, cuando se abre un mueble se descubre lo mejor. Entramos a una casa y no nos sentimos como «el arquitecto», sino como personas que quieren resolver una parte muy importante de esa obra. Con esto queremos decir que si le das a un tipo que trabaja muy bien en iluminación un espacio con determinadas características, con la luz te devuelve otro espacio. Como decíamos al principio, con el equipamiento y los muebles pasa lo mismo. Entonces estaría bueno que dejáramos de lado los títulos, porque somos muchos los actores que trabajamos para lograr un mismo objetivo: espacios de calidad. Tenemos que ver si, finalmente, queremos que nuestro nombre sea importante o que lo importante sea la obra.

La relación con los clientes y con los colegas En esta misma dirección, nuestros trabajos están pensados para cada usuario y creemos que la belleza no está solo en la forma sino también en el contenido. A nosotros, debido a nuestra formación y nuestra historia, nos cuesta mucho producir un mueble genérico. Casi siempre los productos salen para determinados clientes. Nuestra capacidad de diseño propia tiene que ver con hacer arquitectura interior para un cliente definido y no con pensar o concebir productos masivos. Si bien estamos abocados a esto porque nos gusta, también creemos que podemos desarrollar la arquitectura dentro de lo que es el diseño y construcción del mobiliario. Más allá de eso, tenemos una estructura comercial que es lo que regula la economía del negocio. En un momento tuvimos que tomar algunas decisiones comerciales. Decir ¿por qué camino vamos? Agrandamos la familia de muebles de NOSTEN, pero con diseñadores externos y tuvimos una primera experiencia con un arquitecto y diseñador que nos gusta mucho, el catalán Francesc Rifé, quien tiene una mirada muy arquitectónica del diseño. Fue una experiencia muy buena, porque empezamos a abrir el juego. Profesionalmente estamos en una etapa de maduración en la que podemos sentarnos frente a un cliente y decirle: vamos a pensar algo diferente. Pero desde un lugar sano, no con la soberbia de decir que es lo que se tiene que hacer. El que nos busca y consume nuestros productos, generalmente es un cliente al que le interesa el diseño, o un arquitecto. Porque en muchos casos, ese otro, el que está enfrente, es un arquitecto. La relación con el arquitecto para nosotros es alucinante, ya que nos sentamos en el mismo lado y vamos para adelante, no ponemos distancia. Vemos que podemos hacer juntos, sin mezquindades ni lucha de egos. Entonces, el que gana es el cliente, porque salen proyectos muy ricos e interesantes. Escuchamos la idea del arquitecto y nosotros nos involucramos sin desnaturalizar, tratando de fortalecer esa idea. Es una cuestión de ética profesional. Nos dicen que quieren decir con su proyecto y nosotros nos metemos a trabajar en esa dirección. No nos interesa abarrotar los espacios de muebles, sino que esa casa quede lo mejor posible.


Detalle contenedor Artemio

Detalle contenedor Piano

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Contenedor Piano


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Detalle silla Tribeca


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La arquitectura tiene que opinar

Complejo El Mangaleta en Villa Icho Cruz, Cรณrdoba


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El arquitecto cordobés Marco Rampulla, analiza la situación respecto a nuestra disciplina, qué es el arquitecto y la arquitectura, qué piensa la sociedad al respecto y cómo se puede poner una idea al servicio de las ideas de otro, para trabajar en equipo.

LGA: —Vamos intentar arrancar de lo general a lo particular, nos interesa saber ¿qué es para vos lo que hace un arquitecto? Marco Rampulla: —Un arquitecto es un profesional más; atrás de todo eso, o al principio de todo eso, hay una persona. La pregunta sería ¿qué hace una persona? A mí me parece que tiene que ver con varios factores; creo que hay una necesidad de entrega absoluta, que es consecuencia de

Marco rampulla

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ace en Córdoba, en 1970. En 1996 se gradúa en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Durante los años de facultad en la ciudad de Córdoba colaboró en el estudio de los arquitectos Soneira, Luciani, Zanoni y de su padre, Arq. Antonio Rampulla, en diversos proyectos y concursos. Entre 1994 y 2006 colaboró con el arquitecto portugués Álvaro Siza realizando proyectos y obras de diferentes edificios tales como la Facultad de Ciencias de la Información (Santiago de Compostela); Fundación Caixa Galiza (Pontevedra); Edificio Municipal Sur (Rosario, Argentina); Centro Deportivo Cornella de Llobregat, entre otros. Desde el 2006 desarrolla su trabajo profesional de manera independiente en su estudio de Córdoba (Argentina), en diversas obras y proyectos. En la actualidad dicta clases como profesor adjunto en la materia Diseño Arquitectónico IV de la Universidad Católica de Córdoba.


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un compromiso, el compromiso trae mucho trabajo por detrás y una reflexión sobre qué debemos hacer ante lo que nos toca solucionar para mejorar. Es una acción compleja, reflexión, entrega, esfuerzo, trabajo y disciplina. Todo eso envuelve a un arquitecto; mejor dicho, a una persona. Derrida hablaba «del ser o parecer»; no se puede disimular, o existe esta presencia de arquitecto con todas estas características o no existe. Spinetta decía que cuando escribía una canción y la controlaba totalmente, algo estaba mal; uno tiene que tomar riesgos, el riesgo a afrontar algo que uno no sabe cómo va a ser pero tienen que llegar a un nuevo lugar. LGA: —¿Cuál es el rol que la sociedad le pone al arquitecto? MR: —La Sociedad como institución —hablo de Argentina, en otro lugares se ve como las cosas funcionan de otra manera— no contiene en general, no sólo a los arquitectos, uno queda a la deriva al principio. La profesión tiene una amplitud de acción muy grande, tiene una vocación de servicio tremenda y es el mejor enfoque que le podemos dar, sentir que con lo que hacemos servimos, y servimos en el sentido de dar respuesta, opinar, dar una discusión a los problemas reales en esta sociedad real. Volviendo a Derrida, que las cosas lleven por detrás un contenido, un argumento, una idea, una propuesta, un compromiso, no simplemente resolver programas arquitectónicos. Tenemos un déficit social y cultural, y esto repercute en nuestras instituciones, representaciones, los colegios de arquitectos, las universidades, todo lo que nos pueda llegar a representar se encuentra debilitado, y el mensaje es un poco confuso y el valor del arquitecto es responsabilidad nuestra. Creo que, en la teoría, la arquitectura es una profesión que tiene que opinar, debe opinar y participar. Después el lugar que cada uno encuentre desde la enseñanza, la investigación o el servicio social, atendiendo el déficit de viviendas, eso es algo más personal. Lo que no se puede obviar es el compromiso con la sociedad, hacerse cargo de los problemas reales y tratar de dar respuestas eficientes a esos problemas. Hoy el concepto de «tiempo y espacio» se ha modificado, se confunde en este maratón de propuestas que está pa-

sando por un montón de lados y uno se marea, hay que tener los pies sobre la tierra, saber quiénes somos y que necesitamos y, a partir de ahí, construir. Rafael Iglesia decía que el arquitecto tiene el deber de interpretar, y a mi esa observación me encanta, porque tenemos la obligación de interpretar todo, la sociedad, lo que viene, todo, me parece una excelente síntesis. LGA: —¿Qué aportó Álvaro Siza a tu formación, a tu profesión? MR: —Él hizo un proyecto de unas torres en Rotterdam (Holanda), en una península donde había un master plan, donde había otros arquitectos invitados para que cada uno hiciera un edificio de ese master plan, había estudios que formaban parte del establishment del momento de la arquitectura mundial. Vi el proyecto de Siza —en maqueta en un primer momento—, era ART DECO, parecía el edificio de la película King Kong. Me parecía muy extraño porque él acababa de hacer una torre más pequeña en Maastricht (Holanda) que era súper contemporáneo, incluso había incorporado la chapa como expresión, una cosa más identificable a él. Un día, fuimos a Barcelona donde yo estaba haciendo la dirección de un edificio de él y cuando salimos del hotel, justo en la Plaza España hay dos torres de ladrillo que terminan en un pinito con reloj, y Siza dijo: «Mi edificio en Rotterdam». Ahí me aminé a preguntarle el porqué de ese edificio, y me dijo: «¿Sabes lo que pasa? Hoy si no hacés una hazaña constructiva, si no usás un voladizo de no sé cuánto, o si no utilizás una tecnología hi-tech, pareciera que no haces arquitectura». Ahí entendí que cuando uno hace y uno decide lo que tiene que hacer, está dando una opinión, aunque no la quiera dar, no sea el objetivo o no se sepa; en todo caso la opinión es que no sabe, que duda, y eso a mí me llegó como un mensaje muy claro: nosotros opinamos con lo hacemos, y creo que tenemos la obligación de hacerlo, creo que en la «opinión» está el valor de la arquitectura, y esa discusión nos da riqueza y crecimiento. LGA: —¿Cómo te iniciaste en la profesión en la que, como dijiste antes, tenés la sensación de que te dejan solo? MR: —Mi inicio en la profesión comienza con tener un padre arquitecto; fue de al-

guna manera hereditario, aunque la opción fue propia, y a partir de ahí la posibilidad de poder acompañar y estar en el estudio de Siza, que era amigo de papá; a partir de él tuve la posibilidad de hacer esa experiencia. Encontrarme en ese lugar que sintetiza un poco todo lo que hablamos antes, el genio no se hace solo. Estas experiencias, estas pequeñas lecciones cotidianas, te van formando, definiendo, entusiasmando, van produciendo preguntas, te activan, te provocan. Cuando hice mi primera obra en Argentina la pasé mal, la sufrí, veía que las cosas no se hacían exactamente como yo pensaba que debían hacerse o como estaban planificadas; terminé tan angustiado que en un momento me planteé si debía irme a otro lado o tenía que cambiar algo yo. Decidí cambiar y empecé a encontrar en las dificultades o los condicionantes, oportunidades; creo que a partir de ahí apareció un camino de opinión propia. Es importante reconocerse, encontrar un lugar propio; después el resto, si te publican o te dan un premio… Hay lugar para todos, tenemos derecho y obligación de opinar. LGA: —¿Cómo aportaste tu pensamiento cuando tuviste que trabajar para ideas preestablecidas, como en el caso de cuando trabajaste para Álvaro Siza? MR: —Trabajar con Siza es básicamente un trabajo en equipo, interdisciplinario, donde uno tiene un rol muy claro, que es el de coordinar un poco todas las realidades que hacen un proyecto, desde lo puramente arquitectónico, hasta lo tecnológico, las instalaciones, infraestructura, etc.; todo en permanente comunicación con él. Uno hace un poco de traductor de toda esa complejidad, para que él pueda tomar las decisiones lo más claras posibles; es un ida y vuelta, sentarse en una mesa a discutir, a hacer, deshacer, cambiar, reforzar. La experiencia en Rosario fue muy nutritiva porque realmente había que hacer una traducción a toda una posibilidad de materiales, de recursos, de economía, de tiempos, y junto con la Arq. Mariel Suárez cumplimos ese rol. La enseñanza principal es el compromiso, para mí sobre todo, porque era la primera obra de Siza en América y en mi país.


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Ă lvaro Siza y su proyecto del Centro Municipal de Distrito Sur, Rosario


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42 Casa Martín

Quincho DeVecchi


Casa Selva

Casa Reyna

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resolver pensando como pensarĂ­a el otro


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Clorindo Testa realizó un único proyecto en nuestra ciudad, una casa en un barrio cerrado. El arquitecto rosarino Diego Arraigada tuvo la tarea de dirigir la obra.

diego Arraigada

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iego Arraigada es Arquitecto por la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Argentina (Graduado con Medalla de Plata en 1999) y Master of Architecture por la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), EEUU (Graduado con Distinciones) en 2003. En el año 2000 recibió el Premio Arquitectónica para Jóvenes Arquitectos y en 2002 obtuvo la Beca Fulbright. Actualmente es Profesor Invitado en la Escuela de Arquitectura y Estudios Urbanos de la Universidad Torcuato di Tella (UTDT) en Buenos Aires y Profesor Adjunto en la Facultad de Arquitectura Planeamiento y Diseño de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). El Estudio de Arquitectura se establece en 2005 en la ciudad de Rosario, Argentina. Su actividad principal es la realización de proyectos y direcciones de obras de arquitectura, paisajismo y urbanismo, de múltiples escalas y complejidades. Entre otras distinciones, el estudio ha obtenido la Medalla de Plata Argentina en la XII Bienal Internacional de Arquitectura de Buenos Aires, otorgada por el Comité Internacional de Críticos de Arquitectura (Buenos Aires, 2009); el AR House Commendation Award, otorgado por la revista Architectural Review (Londres, 2010); la selección como uno de los tres estudios argentinos participantes de la II Bienal de Arquitectura Latinoamericana (Pamplona, 2011); la selección para la realizar la instalación LIGA 13 en México (México DF 2014); y el Premio SCA CPAU a la mejor obra argentina en el exterior (Buenos Aires, 2014). Fue nominado al Mies Crown Hall Award for Emerging Architecture. (Chicago, 2016) Sus trabajos han sido publicados en numerosas editoriales y revistas especializadas como Summa+ (Argentina), Barzón (Argentina), Taschen (Alemania) A+U (Japón), GA (Japón), Interni (Italia), The Plan (Italia), Ottagono (Italia), Mark (Holanda), Azure (Canadá), Architectural Review (Reino Unido), Architektur Aktuell (Austria), Monitor (Rusia), Arquitectura Viva (España), ARQ (Chile) y Dwell (Estados Unidos) entre otras. El estudio también ha expuesto sus trabajos en diversas muestras locales e internacionales, entre las que se destacan: BREAKING BORDERS Exhibition, en Pratt Institute (New York, 2011); PAST, PRESENT, FUTURE Exhibition, en UCLA (Los Ángeles, 2010); Exhibición POST POST POST, en el Centro Cultural de España en Buenos Aires (Buenos Aires, 2010); DRAWN Exhibition, en UCLA (Los Angeles, 2006); la Exhibición Nueva Arquitectura Argentina de la XIII CLEFA (Buenos Aires, 2009); y la Solo Series en la Universidad Torcuato di Tella (Buenos Aires, 2014). El estudio ha sido votado en el sexto lugar en el Ranking de Excelencia Profesional de Argentina (2016 - Arquitectos Emergentes), elaborado por D’Alessio Irol para Clarin ARQ.


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LGA: —¿Cómo llegaste a hacer la obra de Clorindo testa? Diego Arraigada: —Fue una conjunción, por un lado del constructor que me conocía mediante otras experiencias y, por otro, de Juan Fontana (que era uno de los socios de Testa), que barajaban posibles arquitectos para dirigir la obra y salió mi nombre. Me consultaron si lo quería hacer, le pregunté a Gerardo Caballero y a Marcelo Villafañe, y también hablé con Nicolás Campodónico. Todos me dijeron que tome el encargo porque era una oportunidad que no se volvería a repetir. Era una época en la que no había mucho trabajo, era una buena constructora y, por sobre todas las cosas, era la posibilidad de trabajar con Clorindo Testa LGA: —¿Qué tipo de contacto tuviste con él? DA: —Tuvimos mucho contacto en persona, íbamos con el cliente y con el constructor en auto hasta Buenos Aires, a su estudio, a reunirnos con él. Ahí se ponían de acuerdo entre el cliente y Testa sobre las cuestiones relacionadas al proyecto. LGA: —Una experiencia muy positiva… DA: —Sí, la primera vez fue muy emocionante, porque estaba esperando para reunirme con él, estaba solo y a través de una ventana lo veía dibujando y trabajando, trabajando y trabajando, ya estaba viejito, pero seguía.

LGA: —¿Cómo fue el transcurso de la obra? DA: —Era un legajo muy eficiente, muy bien hecho, en el sentido de que no era un legajo espectacularmente detallado, ni especialmente ordenado, pero tenía todo. Las décadas de experiencia que tenía Clorindo Testa habían logrado eso, hacer legajos que con el esfuerzo necesario contaran toda la obra, no había muchas dudas. Si bien a primera vista parecía insuficiente, después aparecía todo, estaba toda la información. Era un proyecto que venía con varias modificaciones, el proyecto original se fue agrandando y, en general como toda obra, la cuestión presupuestaria empieza a pesar. Hubo que tomar decisiones; por ejemplo, algo que siempre recuerdo, con el tema de los aires acondicionados originalmente se pensaba en algo muy costoso, donde no se veían los equipos; después se pensó en algo más económico donde los equipos quedaban a la vista, y apareció el desafío de ocultarlos sin cambiar la fachada. Surgió la idea de hacerles una carcasa curva que los cubra, como Clorindo transformaba todo en oportunidades de proyectos que a su arquitectura maximalista le sumaba, no le restaba. LGA: —¿El reglamento del barrio no exigía algo con respecto a los equipos? DA: —Sí, pero estaban tapados con parasoleso paravistas —diseñados por Clorindo Testa— que no los tapaban del todo; pero esa es la actitud, no hay nada oculto, hay intenciones, pero bastante naturales. Eso tenía Clorindo, sintetizaba la cultura argentina. Esta es una casa relajada que sintetiza nuestra cultura, el quincho grande, el patio con pileta conectado a una pérgola, a su vez a un living, a la cocina, interpretando muy bien ese tipo de vida argentina, suburbana bastante desarrollada en planta baja, con un nivel superior que solo tiene la habitación principal. Un proyecto fresco. Leí alguna vez algo que decía que la gente joven tiene mucho potencial, y después no se puede ser puro potencial, tenés que ser alguien, hacerte adulto, pasar por una especie de cuello de botella que te foguea. Pero las personas realmente inteligentes pueden volver a ser puro potencial, es un embudo, algunos se ahogan en el embudo y otros pueden salir y

volver a la infancia; Clorindo Testa era el claro ejemplo de eso. LGA: —En cuanto a la obra, ¿tuviste que tomar muchas decisiones? DA: —No, yo tomé un rol absolutamente subsidiario, cualquier decisión la supeditaba a él; simplemente garantizaba que la obra se construya con su estilo, sus planos, el trato con albañiles y demás gremios. Mantener el equilibrio para lo cual el arquitecto tiene que ir negociando para llegar a buen puerto. LGA: —¿tuviste algún inconveniente? DA: —Los problemas eran más que nada con la demanda natural de cualquier cliente que tiene muchas expectativas, era una obra osada estéticamente y había dudas. Clorindo lo sacaba adelante muy sabiamente; la casa al ser «moderna» era un poco fría, y le puso líneas y colores por todos lados para alegrarla. El cliente esperaba que le ponga unas guardas de madera en el piso, que era de cemento llaneado, pero Testa subió la vara y se le ocurrió pintar líneas de colores en esos pisos. La hizo una especie de cuadro habitable. La casa tiene un valor que no es el lujo, si no que está en otro lado, por el lado del diseño. Es una casa «rústica», por ejemplo, tiene alfombras de yute, Testa usaba cosas muy clásicas. LGA: —¿Él verificaba y diseñaba ese tipo de cosas? DA: —Sí. Tenía ese preciosismo, le importaba hasta el último de los materiales. Escuchaba y después te daba la resolución sobre las decisiones finales. A veces tenemos dudas de cómo hablar con el cliente, y en ese caso Testa no, él le devolvía la respuesta con las cosas ya hechas. Eso también fue un aprendizaje, de cómo las decisiones arquitectónicas las toma el arquitecto, respondiendo al pedido del cliente, no buscando imponer una agenda propia, pero sí con su sensibilidad estética. Cuando había cambios, había que resolver cosas que no estaban en el legajo, y todos pensábamos que haría Clorindo, que es en definitiva como lo haría yo. Me gustaba ese ejercicio.


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Casa Avila, Kentucky, Rosario


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ir subiendo con el ediямБcio


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Edificio Ricchieri y Brown, Rosario

El Arquitecto Orlando Aloatti repasa junto a nosotros su trayectoria en el estudio del Arq. Gerardo Caballero, contándonos sus comienzos, su desarrollo y sus miedos.

orlando Alloatti

A

rquitecto Egresado en 1996 de la Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño de la Universidad Nacional de Rosario, con Mejor Promedio Académico. Desde su egreso desarrolla su labor profesional independiente y realiza, junto al Arq. Walter Salcedo, relevamiento y documentación de edificios de valor patrimonial. A partir de 2004, se desempeña en el Estudio Arq. Gerardo Caballero, como equipo de Proyecto y Dirección de obra. Desde 2011, se desempeña como JTP del área proyectual en ciclo básico y como Tutor de Práctica Profesional Supervisada en la FAPyD (UNR). Desde el mismo año, es Profesor Adjunto de Proyecto 2 en la Facultad de Arquitectura de la UAI, sede Rosario, desempeñándose también como Tutor de Trabajo Final de Carrera.


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LGA: —¿Cómo empieza tu trabajo en el estudio de Caballero? Orlando Aloatti: —El inicio de la historia del edificio de calle Brown es el inicio de mi trabajo en el estudio, en 2004. Fui convocado porque ese encargo que era grande. Hemos hecho cosas más grandes después, pero en ese momento era un cambio de escala notable en la producción del estudio. Gerardo Caballero me llamó porque sabía que yo tenía experiencias anteriores en confección de legajos, entonces mi primera función ahí era la de un consultor en ese aspecto. Ni siquiera iba todos los dias, iba un par de veces a la semana e iba viendo con la gente que trabajaba en el estudio en ese momento, el desarrollo y la evolución de la documentación técnica. Después, de manera bastante fluida, terminé dibujando yo también cuando tuvimos que hacer las instalaciones, porque siempre tuve facilidad para esa parte técnica. Más tarde tuvimos que cotizar, terminamos el legajo y de pronto empezó la obra. Cuando estábamos haciendo los planos, en el estudio trabajaba Gonzalo Carbajo y un día me dijo: «bueno ahora vos vas a hacer la dirección». Y yo me reí, porque nunca había dirigido una obra de esa magnitud. En los otros estudios había trabajado siempre en despacho y tenía mi propia experiencia en obras más domésticas. Finalmente, terminé compartiendo la dirección

con Maite Fernández y Gerardo Caballero, formando un equipo. Pero a medida que fueron pasando los años ese fue un rol que terminó recayendo más sobre mí. A medida que la obra avanzaba, me fui quedando un poco mas solo, pero no fue la obra en la que mas estuve, sino que tuve más autonomía en el siguiente edificio, el de calle Güemes. LGA: —Específicamente de los edificios, ¿que nos podés contar? OA: —En todas las obras del estudio que he dirigido, también he participado del proyecto de algún modo o de otro y, en este sentido, la dirección es un poco la consecuencia logica de lo anterior. Si bien los proyectos estan muy claros antes de empezar y están documentados como debe ser, la obra sigue siendo un lugar donde se deciden cosas y permanentemente estamos volviendo a mirar lo que se imaginó, lo que se proyectó. En el caso del edificio Brown —y en ese más que en ningun otro porque fue el principio de este proceso— mi participación en el proyecto tuvo más que ver con cuestiones de ajuste. Pero, como decía antes, en la obra las cosas se dieron de manera compartida. Conforme fue pasando el tiempo, esos roles se han ido ajustando. Gerardo (Caballero) tiene una injerencia muy grande en el proyecto, a pesar de que uno esta ahí desarrollándolo y a pesar de

que tal vez haya otras personas que también realizan aportes, aparte de los míos, en el proceso proyectual. Pero claramente los lineamientos generales los define Gerardo. Después, en la obra yo tomo más la posta. Obviamente é viene y cada vez que hay charlar alguna cosa lo hacemos, pero la dirección es algo que recae más sobre mí y donde yo me siento con un margen de decisión muy amplio. Siempre hay cosas que conversar, pero después de todos estos años ya nos conocemos mucho. Esto tiene que ver con poder trabajar proyectualmente y ejecutivamente, hay un modo de trabajar que fluye con bastante naturalidad. El de calle Brown es un edificio extremadamente conceptual, tiene un concepto constructivo que es muy claro porque va a lo esencial. Hay cosas que uno ve ahora y piensa que podrían haber sido más sofisticadas o más prolijas. En un punto, ese edificio es medio duro, pero tiene una nobleza indiscutible. Además —y esto lo sé porque vivo en ese edificio— tiene una gran calidad artesanal desde todo punto de vista. Lo digo porque los edificos acá en Rosario tienen como una cosa seriada, casi maquinal. Y este edificio es sencillo, económico y, sobre todo, distinto. Son como casitas puestas una arriba de la otra, uno de esos departamentos podria ser una casita puesta en cualquier lado.


un «curtain wall» criollo, era casero, lo fuimos pensando sobre la marcha. Primero queríamos una cosa y después se clarificó y se perfeccionó la idea. Otro caso son las ventanas que daban al contrafrente, donde hay un sector donde apoya la alacena de la cocina. Teníamos claro lo que queríamos hacer, pero no teníamos claro cómo hacerlo. Fue llegar a ese momento de la obra, donde había que definir la primera de esas ventanas, y ahí pensamos como hacer el salto del dintel sin colocar ningún tipo de refuerzo en el vano. Había una viga arriba del vano, a la altura de la losa y diseñamos en obra un pequeño aparejo, un tensor hecho con unas planchuelas que están abrocadas a esa viga superior y que corre entre los ladrillos, que sostienen esas ventanas. Entonces, como al dintel de un lado lo teníamos apoyado y del otro no, había que «colgarlo» desde arriba. El edificio fue pensado como departamentos pequeños, que es lo que el mercado pedía en ese momento. Pero hacer el legajo, el permiso y el proyecto llevó casi tres años. Cuando estabamos con la mamposteria alta, a la mitad del edificio, el comitente propuso hacer algunos lofts porque la demanda inmobiliaria había cambiado. Entonces un departamento de dos dormitorios hizo una mutación, dejar el baño y la cocina donde estaban, pero no tener más paredes. Fue una mutación en medio de la obra. Tuvimos que decirle al contratista que lo ibamos a hacer de esa manera; entonces los últimos dos o tres pisos son una especie de gran monoambiente, pero que en cierto sentido sigue manteniendo su calidad original. Fue interesante porque por un lado habla bien del proyecto, de la posibilidad de cambiar sobre la marcha. A uno de esos lofts se mudó uno de los propietarios. Tiempo después tuvo una nena, que creció y el loft terminó no siendo conveniente. Entonces le hicimos unas subdivisiones con durlock y quedó como si fuera uno de los otros departamentos. La materialidad contiene la idea y permite adaptaciones. Se genera un compromiso con la idea y eso te da todo un campo distinto, amplio. Todos los proyectos del estudio son sofisticados, pero sencillos. Todos los proyectos tienen una idea material que los define y los contiene.

LGA: —¿Qué dificultades tuvieron a la hora de hacer esta obra? OA: —Las mismas que hay en cualquier obra. Por ejemplo, cuando la empresa cotizó, lo hizo como si fuera un edificio común. Después resultó ser que trabajamos con otros materiales y otras lógicas y tuvimos que hablar con el comitente para aclarar esa situación. No era que la empresa quería cobrar lo que no valía, pero se había regido por los estándares usuales y esta obra era particular. Entonces, surgieron diferencias… Quizás se gastaba un poco más en la estructura, pero se abarataba en otros sentidos. En las obras del estudio las cosas son como son: no es que se hacen dos veces y después la revestimos o las revocamos. Por ejemplo, en la planta baja arrancamos con unos ladrillos que finalmente no nos gustaron y sobre la marcha cambiamos de proveedor, a partir de la siguiente planta pusimos otro ladrillo. O sea, el ladrillo quedaba como tal y por eso el cambio. No queríamos emparchar sobre lo hecho, sino que las cosas queden listas mientras se va construyendo. Más tarde, en los palieres —que están abiertos— pusimos hacia el sur unos cerramientos de vidrios que son como escamas. Veníamos dando vueltas con eso y un día nos sentamos con Gerardo e inventamos una pieza de sujeción, una especie de grampa. Nos decíamos que era como

LGA: —¿Qué significó ese primer edificio para el estudio? OA: —Tanto para el estudio como para mí fue algo nuevo; para mí fue un bautismo de fuego, nunca habíamos hecho un edificio, a pesar de que estábamos en pleno boom inmobiliario en Rosario. Fue aprender en todo sentido, fue aprender en la etapa de proyecto y fue aprender en la obra también. Yo tengo una anécdota medio tonta: nunca me gustaron mucho las alturas y me preguntaba, cuando era estudiante o arquitecto recién recibido, que pasaría cuando tuviera que hacer un edificio. Y lo que me pasó es que fui subiendo con el edificio, fui venciendo mis propias limitaciones y mis propios miedos. De hecho, mirándolo en perspectiva después de 14 años, la dirección fue una tarea compartida y todos fuimos aprendiendo de eso. Ahora hace un tiempo que Gerardo Caballero está de viaje mientras yo estoy terminando una casa. Algunas dudas se despejan con consultas puntuales por teléfono o por correo electrónico, pero en general voy tomando las decisiones que tengo que tomar, interactuando con clientes y proveedores con mucha libertad.

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open House llegó a rosario Fotografias: Gustavo Fritegotto, Gabriel Stivala, Walter Salcedo, Fulviusbsas.

Open House es un evento cultural, un festival de arquitectura que se realiza una vez al año, en el que se abren obras —habitualmente cerradas al público— tanto de valor arquitectonico patrimonial, como contemporáneas que se destaquen arquitectónicamente. Las mismas se abren durante un fin de semana completo. Esta actividad está destinada al público en general y es gratuita.

N

ació en el 1992 en Londres, como idea de Victoria Sonto, quien participó de los primeros eventos en cada ciudad que se realiza —y Rosario no será la excepción— como algo espontáneo, y ahora ya se está transformado en algo similiar a una franquicia y cuenta con un protocolo: a tal fin se creó el Open House Worlwide, donde estableció una serie de normativas para poder replicarlo en otras ciudades. Así se fue multiplicando, con el objetivo de crear una comunidad más amplia, capaz de comprometerse con la arquitectura en sus propios términos y abogar por una mejor calidad del entorno construido. Open House fomenta un mejor intercambio de conocimientos e ideas a través de un lenguaje accesible, ofrece oportunidades de aprendizaje informal y anima a las personas a reflexionar sobre

lo que han visto, escuchado y aprendido. El 87% de los visitantes encuestados en todo el mundo han aprendido algo nuevo sobre su ciudad a través de Open House. En Rosario nace a instancia de que un integrante de la organización local visitó el evento en Barcelona mientras estudiaba allí y le pareció que era aplicable a nuestra ciudad. A su vuelta, realiza una investigacion junto a su socio acerca de cómo organizarlo, se enteran de su realización en Buenos Aires y establece contacto con los organizadores y con Londres, que es a donde se aplica la licencia. Durante el fin de semana que se pudo disfrutar en Rosario, se abrieron obras de todo tipo en diferentes franjas horarias. En cada obra hubo voluntarios que fueron los encargados de abrir las casas y de controlar que todo esté bien, pero no necesariamente hay una condición de que el voluntario oficie de guía o de que brinde mayor información. Se ofreció a los visitantes una descripción de la obra que se mostraba, pero es algo mas espontáneo que una visita guiada de un museo; en realidad, puede ser guiada si el voluntario estudió turismo y decide imprimirle esa característica, o si el voluntario es el arquitecto que proyectó la obra, la puede recorrer desde ese punto de vista;incluso puede ser el mismo propietario quien acompañe y relate desde la óptica de la persona que habita el espacio. Entre las obras que se pudieron visitar en nuestra ciudad estuvieron: Condominio Huaria, La Bola de Nieve, Palacio Remonda Monserrat, Edificio Boreas, Palacio Santa Inés, Edificio Terrazas del Parque, Casa Estudio Ayacucho, Edificio Altamira, Museo de la Memoria, Casa Kanter, Estudio Aire, Consorcio Calle La Paz, Edificio Mandel, Edificio de Estacionamientos —en la esquina de Italia y Santa Fe, recientemente restaurada por Taller La Fundación—, Edificio Tucumán 2615, Edificio Incisiones, Estudio Oroño, Casa de Renta y Clínica Fonso, Edificio Urquiza, Batten Cottage, Casa de Ladrillos. Una de las condiciones era que los organizadores tenían que ser organizaciones civiles sin fines de lucro y sin ningun tipo de afiliación política y que tengan como fin organizar eventos rela-


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Edificio Altamira,Rosario

cionados con la arquitectura. La idea de la no afiliación es para que sea lo mas diverso posible y la idea de que sea una organización civil es para que el evento pueda repetirse año a año y trascienda a los organizadores originales. Si bien se abrió una convocatoria a obras, aquellos que desean exponer su obra se ponen en contacto con la organización que evalua la factibilidad. Se trata de buscar aquellas obras que, por alguna razón, sean realmente diversas y subjetivas y vale la pena abrir. En cuanto a los propietarios de las viviendas, el concepto es muy bien recibido en general; los pocos que se negaron a participar lo hicieron por cuestiones de seguridad e intimidad. Las obras se pudieron visitar en cuatro franjas horarias, durante la mañana y la tarde del sábado 12 y el domingo 13 de mayo, pero cada obra puede elegir en función de lo que al visitante le convenga. Hubo para recorrer más de setenta y cinco obras y cada visitante pudo armar su propio recorrido y ver la que quisiera. Algunas obras eran de acceso libre por orden de llegada y muchas otras, con una preinscripción a través de la web, en función del horario en que abra y del cupo que haya. El evento se estuvo preparando durante unos dos años; según los organizadores, el primer contacto con Londres fue a mediados de 2016, cuando empezaron a intercambiar correos y formularios, ya que desde la sede central empiezan a pedir más información acerca de la ciudad, porque tiene que haber una cantidad determinada de habitantes y una cantidad determinada de edificios que se consideren de valor, los cuales fueron listados y enviados.

La Familia Open House Worldwide actual incluye: Atenas, Barcelona, Belfast, Brisbane, Buenos Aires, Chicago, Cork, Dublín, Gdynia, Gdansk, Helsinki, Jerusalén, Lagos, Limerick, Lisboa, Londres, Melbourne, Madrid, Monterrey, Milán, Nuevo York, Oslo, Perth, Oporto, Praga, Roma, Eslovenia, Estocolmo, Tel Aviv, Salónica, Viena, Vilnius y Zurich. Las ciudades adicionales debido a los programas de la Casa Abierta en 2017 incluyen San Diego, Bilbao, Torino y Santiago. Y ahora, Rosario. Para el 2019 la idea es mantener las obras que estuvieron abiertas este año y seguir agregando porque, aunque parezcan muchas, hay aún más. De hecho, este año las 75 obras estaban concentradas en el area central y desde la oganización son profundas las intenciones de abrir obras en otros barrios de la ciudad, que se sumarán en las próximas ediciones.

Edificio Altamira Este edificio del arquitecto Rafael Iglesia, proyectado en el año 2001, está en una ubicación privilegiada en la ciudad por calle San Luis al 400.»En un objeto lógico cada parte depende de la precedente. Se establece una cierta secuencia en cuanto parte de la lógica. Sin embargo, un objeto racional es algo donde en cada momento hay que tomar una decisión lógica… es algo acerca de lo que reflexionar. En una secuencia lógica no existe reflexión. Es un modo de no pensar. Es irracional» (Sol Lewitt). «En este proyecto, me interesa destacar dos aspectos por sobre otros. En primer lugar, el intento de cuestionar lo que es un apartamento


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Edificio «La Bola de Nieve»,Rosario

Casa de ladrillos,Rosario

para vivienda y su funcionamiento, es decir, el programa. En segundo lugar, su resolución estructural, que hace que la forma de sostén —es decir, la manera en que las cargas llegan al suelo- sea por sí misma el lenguaje del edificio».

jerarquización a nivel urbano. Esta situación ha sumado para promover a este y otros edificios que la circundan como un espacio digno a ser preservado y considerado Sitio y Monumentos Históricos Nacionales.

Edificio histórico «La Bola de Nieve» (Córdoba y Laprida)

Casa de Ladrillos

La Bola de Nieve es el primer edificio en altura que se construye en la ciudad de Rosario. Su nombre responde a dos factores: el primero es que el comitente de la obra fue la Sociedad de Ahorro Mutuo con el mismo nombre; el segundo es que en la esquina remata como una especie de templete, cuyo punto culminante es una esfera que representa, justamente, una bola de nieve. También se puede leer el nombre de la compañía: «La Bola de Nieve», en un friso realizado con pequeños mosaicos de colores. El edificio se realizó entre 1904 y 1907 por el arquitecto Le Monnier, formado en la École Nationale Supérieure des Arts Décoratifs en Francia y autor de otros importantes edificios en Rosario y del resto del país. Los lenguajes academicistas y eclécticos utilizados por el autor en esta obra apelan a un variado lenguaje formal y, en su momento, le brindaron a la ciudad una imagen de modernidad y pujanza que no poseían otras similares del interior del país. Respecto del edificio rosarino, su ubicación en el entorno de la Plaza 25 de Mayo de la ciudad del sur, le otorga una especial

Un requisito reglamentario de la ciudad de Rosario que exige la utilización de muros medianeros de mampostería portante de ladrillos hasta los doce metros de altura es el punto de partida de un trabajo de investigación sobre la mampostería portante y el ladrillo común como unidad constructiva básica. Adicionalmente, la decisión de trabajar con la mampostería vista responde a una continuidad contextual con las construcciones de la ciudad, el aprovechamiento de la maestría lograda por la mano de obra local en la técnica de ladrillo a la vista y el buen mantenimiento de sus superficies en el tiempo. El proyecto de esta vivienda urbana en tres plantas prioriza una pisada compacta que deje la mayor cantidad de terreno libre, a la vez que adaptarse a un sector urbano con alturas en aumento. Tres muros perpendiculares a la calle son los elementos estructurales que definen dos crujías de distinto ancho en las cuales se alojan los espacios de uso. Una escalera paralela a la fachada conecta los tres niveles. Muros de mampostería visto perforados cierran también el frente y contra


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Teatro «El Círculo» y Mansión Fracassi,Rosario

frente de la vivienda. Todos los muros son monolíticos de 45 cm o 30 cm de espesor, sin aislación térmica o hidrófuga, logrando las condiciones de confort necesarias gracias a la masa del muro y una junta de cemento impermeable. Los locales húmedos se realizan con los mismos ladrillos esmaltados y los cielorrasos quedan con la losa de hormigón a la vista. No hay en la casa ninguna superficie revocada o pintada. Una serie de estudios de los diferentes tipos de aparejos de ladrillo y sus posibilidades de perforación en relación a su lógica estructural determinan la adopción de la traba inglesa cruzada para todos los muros medianeros y de fachada. La fachada norte se construye con la mínima cantidad de materia con la cual el muro sigue manteniendo su estabilidad portante y permita rela-

cionar mejor el interior con el exterior. Con este aparejo, las cargas se transmiten en una diagonal de aproximadamente 45 grados y su posibilidad de perforación máxima es la de mayor proporción (35% transparente, 65% opaco). El aparejo —entendido como un sistema lógico— es traducido en un algoritmo modelado digitalmente que recrea las leyes del sistema y permite modificar los parámetros externos variables, (tales como las dimensiones reales de sitio y de los ladrillos y la junta entre ellos) para realizar el ajuste final entre el diagrama abstracto y su sitio concreto. No hay muro y ventanas sino una unidad constructiva mínima que se repite en diferentes configuraciones y se regula de acuerdo a su necesidad de estabilidad estructural y paso de luz. El material es a la vez la estructura, el cerramiento y sus aperturas, la terminación y su decoración inherente.


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La arquitectura es una actividad de riesgo Diรกlogo con Ricardo Alejandro Terrile sobre el Ejercicio Profesional de la Arquitectura


LGA: —¿El ejercicio de la profesión de la arquitectura es una actividad riesgosa? Ricardo Alejandro Terrile: —La profesión de la arquitectura es una actividad riesgosa. El Estado Nacional, provincial, Municipal y/o comunal regla su ejercicio tanto en el ámbito público y privado, frente a la eventual posibilidad de ruina parcial o total. El Reglamento de Edificación vigente tutela y previene diferentes situaciones que se puedan presentar permanentemente en la construcción. Los elementos de seguridad son una enorme responsabilidad que los arquitectos tienen como tarea de supervisión. LGA: —¿ La tarea profesional siempre debe estar documentada? RAT: —El contrato de obra y de servicios es informal. Sin embargo soy partidario de documentar la encomienda. El trabajo profesional conforme al Código Civil y Comercial, no se presume gratuito, de tal manera que, con o sin encomienda profesional, el arquitecto tiene derecho al pago de honorarios por su tarea y asume, consiguientemente, la responsabilidad por los vicios ocultos y redhibitorios que puedan acreditarse. Recomiendo que siempre documenten la tarea profesional. Da certeza y ello es muy importante. LGA: —¿La responsabilidad del arquitecto aumentó o disminuyó en el nuevo Código Civil y Comercial? RAT: —El Código Civil derogado en Agosto de 2015 hacía referencia, en pocos artículos, a aspectos de la arquitectura y la ingeniería. La responsabilidad que Vélez Sarsfield estableció era consecuencia directa de la época en que fue sancionado. En 1869, las medianeras eran de 45 cm., los pasamanos de hierro forjado, las puertas cancel de hierro, las escaleras de mármol; es decir, materiales que tornaban razonable una responsabilidad por diez o veinte años. El problema que padecieron los arquitectos y todos los profesionales vinculados a la construcción estaba dado por la sustancial modificación en la composición de los materiales. En el 2018, es irrazonable que un arquitecto mantenga una responsabilidad de diez años por una puerta placa, por el vicio oculto en el durlock, frente a la fisura de un piso flotante o un ladrillo hueco partido. El Código Civil requería una modificación. En agosto de 2015 se sancionó una nueva disposición en la que redujo a cinco años la responsabilidad por los vicios redhibitorios, tres años para los vicios ocultos; diez años únicamente para la estructura edilicia. Sin embargo, es importante detenerse en su lectura porque ha implicado nuevas reglas que han modificado sustancialmente el ejercicio de la profesión. LGA: —¿Por ejemplo…? RAT: —El vicio del suelo no es eximente de responsabilidad aunque el terreno sobre el cual se construye sea del comitente; el proyectista es responsable por los vicios ocultos, tales como abrir la puerta del baño y que ésta choque contra el lavatorio o el inodoro; o en un edificio destinado a estacionamiento, los espacios reservados para los vehículos sean estrechos o las columnas que sostienen las estructuras limiten y afecten en forma relevante la maniobra de circulación. En la actualidad, por ejemplo, el nuevo CCC habilita a modificar el proyecto por parte del Conductor téc-

Conductor técnico y Representante técnico son funciones semejantes. El CT es el gran responsable de la obra; responsable de la mala o buena dosificación de los materiales, de la calidad de los materiales, de la ejecución de la obra, de la mano de obra, del cumplimiento de las pautas establecidas en el reglamento de edificación y de la higiene y seguridad.

nico cuando aquel, de continuarse, torne imposible su construcción, algo que antes era imposible de imaginar. LGA: —¿Existe diferencia entre la función del director de obra y el Conductor técnico? RAT: —Por supuesto. El Director de Obra es designado por el comitente para supervisar la ejecución del proyecto y, eventualmente, emitir los certificados de avance de obra. El Director de Obra es el «inspector» en la obra pública. En cambio, el Conductor Técnico es quien ejecuta la obra y asume la responsabilidad por los vicios redhibitorios y ocultos que consagra el CCC. En la obra pública lo denominamos «Representante Técnico». Es cierto que en las obras que no superan los 300 m2, no se desdoblan las funciones. El arquitecto proyectista suscribe la encomienda como proyecto y director de obra; lo que sucede en los hechos es que en las citadas construcciones unifamiliares no existe una empresa constructora; el propietario no es constructor como equivocadamente lo exige la Municipalidad y el arquitecto; de hecho y frente al derecho, desempeña la Conducción técnica con todas las responsabilidades del caso. El profesional en la consulta insiste que ha firmado como Director de Obra y omite asumir que al no designarse CT, dicha función la cumple el DO. En la obra pública, Conductor técnico y Representante técnico son funciones semejantes. El CT es el gran responsable de la obra; responsable de la mala o buena dosificación de los materiales, de la calidad de los materiales, de la ejecución de la obra, de la mano de obra, del cumplimiento de las pautas establecidas en el reglamento de edificación, de la higiene y seguridad. Existe una responsabilidad civil y también penal. Es responsable solidario con el constructor en todo lo que es la mecánica de la obra. LGA: —¿Se puede deslindar dicha responsabilidad, es decir, que el comitente renuncie a exigir tamaña responsabilidad? RAT: —No. Se puede morigerar la responsabilidad del CT, delegando en el comitente la contratación de la mano de obra, de los oficios, del material, etc., y sin perjuicio de la responsabilidad solidaria frente a terceros, el arquitecto puede repetir, es decir, demandar al comitente por lo que pago al tercero en su nombre. LGA: —¿Se puede determinar la periodicidad de la Ct en la obra o está fijada en alguna ordenanza o en el CCC? RAT: —La pregunta nos introduce en un tema muy importante. La necesidad de elaborar una encomienda se justifica cuando establecemos con el comitente la periodicidad de la CT. No existe

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ordenanza ni disposición alguna que determine a priori la periodicidad de la CT. Muchas veces el comitente tiene la idea que la contratación de un arquitecto implica que todos los días de la semana por espacios de ocho horas diarias tiene que estar en obra, al igual que el capataz,el albañil. La encomienda debe precisar la periodicidad para que no existen malos entendidos. LGA: —¿Cual es la responsabilidad del Ct por vicios redhibitorios? RAT: —Cinco años. LGA: —¿En los vicios ocultos? RAT: —Hasta tres años y los vicios deben denunciarse dentro de los seis meses que se manifiestan. LGA: —¿La administración es una tarea de la arquitectura? RAT: —No. Es un mandato. Cuando el arquitecto administra deben abonarse sus honorarios por la gestión, pero no es una tarea específica del arquitecto. En una empresa constructora que designa el CT, la administración la puede hacer el empleado administrativo de la constructora. Decimos «Administración a cargo del comitente». Ello quiere decir que el arquitecto es un mandatario del propietario; realiza todos los pagos del comitente en nombre y en representación de éste. Insisto, el arquitecto solo hace una tarea de mandato. Es importante resaltar que el arquitecto cuando hace la administración al comitente, su condición ante el IVA le es extraña dado que todas las facturas y recibos deben ser dirigidas al comitente. Distinto es cuando se hace administración llave en mano, donde ahí el arquitecto asume la responsabilidad de la administración. LGA: —¿El arquitecto es responsable de la estructura edilicia? RAT: —Cuando el cálculo y la CT es realizado por el ingeniero, el arquitecto no es responsable; ahora bien: los arquitectos muchas veces suscriben la responsabilidad del cálculo como propio y ello los hace responsables por diez años. La responsabilidad del calculista es una tarea que normalmente la desempeñan los ingenieros, pero si un arquitecto la subcontrató y los planos son firmados por él, es responsable por la conducción técnica de los cimientos, de la estructura y frente a la ruina total o parcial, es el único caso en la responsabilidad se sigue manteniendo en diez años. LGA: —Entonces, ¿usted sugiere que es importante documentar la contratación sin perjuicio que el CCC determine que la contratación de servicios o de obra es informal? RAT: —Absolutamente. Si hoy un profesional tiene que encarar una encomienda, con un comitente con poco presupuesto, más que nunca. La encomienda debe reflejar la planificación de las diferentes etapas, una administración muy detallada, el plazo de ejecución, la documentación que se utilizará durante el proceso de la obra (actas de suspensión, de paralización de obra, de recepción provisoria y definitiva, el libro de obra, el manual de mantenimiento, etc.); la estructura, los estudios de suelo, los materiales que vamos a utilizar, etc. Hay que cambiar una cultura informal que existe en la Argentina desde siempre. Ejecutamos una propiedad con tres o cuatro albañiles a los que no encuadramos laboralmente sin advertir que la responsabilidad es infinita. Ob-

servo a arquitectos que no sólo realizan proyectos y ejecutan CT, sino que asumen todo lo aleatorio que puede ser la condición comercial de la construcción, y eso evidentemente es un plus, es una responsabilidad mayor. La condición de constructor no es una tarea propia del arquitecto. Si de la arquitectura. Postergan o asumen la función profesional simultáneamente con el rol empresarial. No existe una cultura en documentar la obra, elaborar actas, suscribir encomiendas. Si vos firmás como Director de Obra, no podés firmar en el expediente municipal como Conductor Técnico, porque evidentemente estás asumiendo antes el municipio un compromiso que es contradictorio con la tarea y podría, eventualmente en un juicio, cualquier abogado sostener que vos admitiste ante la autoridad de aplicación, haber firmado como Conductor Técnico. El argumento «la municipalidad me lo exigió para darme el permiso de edificación» no tiene sustento porque, precisamente, para que la propiedad comience a edificarse, necesita de un Conductor Técnico. Es contradictorio, no debería ser así. Tenemos que acostumbrarnos a impugnar los criterios arbitrarios que a veces sustenta la municipalidad. Si existe un Conductor Técnico, la empresa constructora debe designarlo y debe figurar en la carátula; y si no lo hay, lamentablemente el Director de Obra va a asumir esa función. Lo mismo ocurre con la exigencia en la carátula que el propietario firme como constructor. No corresponde. Yo no soy constructor. Soy propietario y debo resistirme a suscribir una responsabilidad que no tengo. LGA: —¿Cual es la razón que se presenten tantos litigios vin-

culados a la construcción?

RAT: —Existe una cultura de la informalidad. Una marcada subestimación. «A mi no me va a pasar». Sin embargo, un día se nos mata un albañil o un niño ingresa a jugar a las «escondidas» en una obra en construcción y todo se desmorona. Observo, por ejemplo, a los arquitectos que se ponen contentos cuando abaratan el presupuesto de sus comitentes, adquiriendo materiales más baratos aunque de menor calidad, sin tomar conciencia que están asumiendo más responsabilidad profesional frente a futuros compradores de esa unidad, terceros ajenos a la relación comitente/ profesional. Tengo la expectativa que diálogos como éste, pueda ser el comienzo de una relación docente, en la cual los lectores de La Gaceta se pueden imponer número tras número a conocer y obtener más conocimiento de la enorme responsabilidad que le implica el ejercicio profesional pero simultáneamente disfrutar de una profesión maravillosa y creativa si son previsores. LGA: —¿Cómo hacemos? RAT: —Cambiar una cultura que viene desde hace mucho en la construcción, una cultura informal. Documentar la obra. Formalizar encomiendas, establecer con transparencia ante el comitente las reglas de juego. No es tan complicado. El CAPSF tiene un excelente cuerpo de profesionales que los pueden asesorar en la prevención. Hoy es necesario pensar que todo lo que implica la tecnología impone base de datos, lecturas, datos entrecruzados, que hacen que todo esté basado en algoritmos; y todo ello nos lleva a estar muy controlados, sin posibilidad que podamos evadir las responsabilidades que, antes y por aquella cultura de la informalidad, en cierta manera se evaporaba.


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Agenda

Capacitación

instituto de Formación Continua (i.F.C.) Informes e Inscripción: Arq. María Morán Colegio de Arquitectos de la Prov. de Santa Fe Distrito 2, Rosario Tel.: (0341) 4803913 int. 23 Lunes a viernes de 10 a 14 hs. capacitacion@cad2.org.ar Lugar: El Túnel, Centro de Arquitectura y Diseño - Córdoba 954, Sub.1, Gal. del Pasaje PAN - Rosario

Curso de tasaciones

Docente: Arq. Diego Gabriel Aguiló- Arq. Gabriel Jorge Aguiló Fechas: jueves 12, 19, 26 de julio y 2 de agosto de 19 a 21 hs. + Info: www.cad2.org.ar

Fecha del fallo: 13/07/2018 Fecha de entrega de premios: 23/ 07/2018 Premios al primero, segundo y tercer proyecto. Las bases estarán disponibles desde la apertura del concurso en: www.capsf.org.ar + Info y Bases: www.cad2.org.ar

Actividades

Conferencias

Ciclo internacional de Conferencias, Encuentros 2018: «Arquitectura y Ciudad en el Litoral Atlántico» La relación de las nuevas intervenciones en la ciudad histórica y la relación de la ciudad construida con el borde fluvial o marítimo. Ciclo itinerante y de intercambio con diversas sedes académicas y profesionales latinoamericanas Cinco encuentros durante 2018 en San Salvador de Bahía, Río de Janeiro, Montevideo, Buenos Aires y Bahía Blanca, durante Abril, Junio, Agosto, Septiembre y Noviembre. Próximo encuentro: lunes 11 de junio 2018. Ciudad: Río de Janeiro, Brasil. + info: www.cad2.org.ar

Concurso Nacional

Anteproyectos Escuela de Artes Visuales de rosario Escuela Provincial de Artes Visuales Nº 3031 «General Manuel Belgrano» Cierre y recepción de trabajos: 25/ 06/2018

Cierre de inscripción 11 de junio. Informes e Inscripción: jornadadebomberos@gmail.com Tel: (011) 5789-8920 int. 162710

Congresos

Encuentro internacional «Ciudades, territorio y Patrimonio Cultural» Mar del Plata, 28 al 30 de Junio de 2018. Museo de Arte Contemporáneo Mar del Plata Espacio Unzué - Mar del Plata Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño

Mesas temáticas 1° Jornada sobre Protección contra incendios e investigaciones periciales Destinada a profesionales, técnicos, estudiantes y público en general; surge a partir de la propuesta 4.12 del nuevo Código de Edificación de la Ciudad de Buenos Aires. En la jornada se van a tratar aspectos generales de la investigación pericial en incendios, comportamiento y resistencia al fuego de elementos constructivos, y análisis de incendios relevantes, entre otros temas. Contará con disertantes del cuerpo de Bomberos de la ciudad de Buenos Aires y personal del INTI. Fecha: 18 de junio de 8:30 a 16 hs. Lugar: Usina del Arte (Agustín R. Caffarena 1 - CABA) La entrada es libre y gratuita, con vacantes limitadas.

1. Turismo y Patrimonio Cultural. 2. Ciudad, Territorio y Patrimonio Cultural. 3. Legislación, Enseñanza y Difusión del Patrimonio Cultural. 4. Historia, Investigación y Patrimonio Cultural. 5. Intervenciones en el Patrimonio Cultural.

Conferencistas Dr. Ramón Gutiérrez (CONICET – CEDODAL, Argentina) Dr. Rodrigo Gutiérrez Viñuales (Universidad de Granada, España) Dra. María Luisa Bellido Gant (Universidad de Granada, España) Dr. William Rey Ashfield (Universidad de la República, Montevideo, Uruguay) Mag. Felicidad Paris Benito (Universidad Nacional de Mar del Plata) + Info: www.cad2.org.ar


dirECtorio SUPErior ProViNCiAL | LGA | 114

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desde los cimientos

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Seguridad en la obra Por Mesa Ejecutiva CAPSF

Proyectar, ejecutar, dirigir y evaluar todo lo concerniente a la higiene y seguridad en obras de arquitectura. ALCANCES DEL TITULO (Incumbencia Nº 20 de la Res. Ministerial 498/2006 del Título de Grado de Arquitecto) «La carrera de arquitectura está incluida dentro de las llamadas profesiones de riesgo, según el Artículo 43° de la Ley N° 24521, desde el año 2003, cuando el Ministerio de Educación definió que el Título de Arquitecto se encuentra dentro de aquellas profesiones que: ‘en su ejercicio se pudiera comprometer el interés público poniendo en juego de modo directo la seguridad, la salud, los derechos, los bienes o la formación de los habitantes’; con lo cual el Ministerio en el momento de incorporar y legitimar la incumbencia N°20 está en conocimiento de esta condición de nuestro título y de nuestra formación y planes de estudio, donde es importante remarcar que el conocimiento en la HGyS es transversal a toda la carrera y se trata en diferentes áreas y materias y así lo entiende la CONEAU, que acredita a las Facultades de Arquitectura y urbanismo del país. Es necesario remarcar que la preocupación por la seguridad atraviesa también transversalmente todo el proceso de la construcción de las obras; de tal modo que el profesional de la arquitectura se involucra desde el anteproyecto y hasta la finalización de la obra con la seguridad de la misma…» (*)

(*) Conceptos de la nota escrita por el Arq. Edgardo Bagnasco «La incumbencia perdida/la Incumbencia ganada» (2015).

L

a gestión de la salud y seguridad comprende las funciones de análisis, planificación, identificación de áreas problemáticas, coordinación, implementación, control y dirección de las acciones que mejoren las condiciones de trabajo en la producción de obra, con el fin de prevenir los accidentes y enfermedades profesionales siendo el objetivo primordial el cuidado de la vida interviniendo anticipadamente sobre «el incidente como potencial accidente». Para ello se deben lograr condiciones y medio ambiente de trabajo seguros, proveyendo métodos tendientes a disminuir los riesgos en el trabajo y, por ende, los costos sociales y económicos de los infortunios laborales comprometiendo a los distintos actores intervinientes en el proceso productivo con una «Politica Preventiva» de seguridad en las obras mediante la generación de una conciencia de la prevención. El Decreto 911/96 es el Reglamento para la Industria de la Construcción y contempla las situaciones y modalidades especiales que deben tenerse en cuenta respecto a la Higiene y Seguridad en obra. El CAPSF en el año 2012, a través de la Res. 502/12, estableció un monto de aplicación para regular aportes, con el objeto de brindar esta herramienta necesaria para aquellos matriculados que se dediquen a estas tareas, reforzando la posibilidad de trabajo para cientos de colegas. Las condiciones de trabajo seguras y saludables no se dan por casualidad: es preciso que los empleadores dispongan de una política con líneas claras dependiendo, la organización de la seguridad en una obra de construcción, del tamaño de

la misma, del sistema de empleo, de la manera en que se organizan y programan las tareas, del programa de capacitación de riesgos, etc. El empleador es el principal y directo responsable, estando a su cargo la provisión de los recursos materiales y humanos necesarios que aseguren la prevención de riesgos de accidentes laborales y el bienestar general de los trabajadores; con la obligación de capacitar a todos los trabajadores en todos sus sectores y niveles. Es de suma importancia que exista en toda obra un arquitecto responsable en Higiene y Seguridad, para que se garanticen las condiciones exigidas, se evite la precarización laboral, se reduzca la accidentología, se resguarde la salud de los trabajadores y se cumpla con todas las normas vigentes. El CAPSF, en su cometido de defender ante los diferentes organismos nacionales, provinciales y municipales el ejercicio de la incumbencia específica, es que a través de la Res. DSP-CAPSF N°566/17, ha encomendado al Asesor Legal, Dr. Ricardo Alejandro Terrile, promueva judicialmente la «acción declarativa de certeza» que ratifique que «Higiene y Seguridad» es una incumbencia de los arquitectos —comprendida dentro de los Alcances del Título—, dado que este Colegio considera que no cabe ni corresponde aplicar a los profesionales de la arquitectura la Resolución 1830/05 de la Superintencia de Riegos del Trabajo. Esta acción es una herramienta legal accesoria para consolidar el pleno ejercicio de nuestra incumbencia N°20 que también según la Resol. N°113/16 del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) fue incluida en las 4 actividades profesionales reservadas a la carrera de Arquitectura, ratificada en la reciente Res. 1254/ 2018. Es indispensable comprender y concientizar que nuestro título de grado y la habilitación correspondiente nos faculta para llevar adelante las tareas de higiene y seguridad en las obras de construcción.


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No sé qué profesión estás ejerciendo

tango, Andy Warhol

Por Comisión de Nuevos Matriculados CAd2

A

lo lejos escucho mi nombre, como un eco que no cesa en la inmensidad de este edificio, la Aduana, que además de hermoso puede ser muy austero cuando te sentís tan sólo. Es la mañana del 15 de junio de 2015, pero hace meses que me siento Bill Murray en el «Día de la Marmota», no podría recordar cuándo fue la primera vez que ingresé este expediente, pero si hay algo que no paro de pensar es que nunca me imaginé que esto era «ser un arquitecto». Pensar que fui tan feliz cuando hacer un proyecto era debatir con mis amigos en un tablero y materializarlo era una noche de maquetas; ¿en qué lío me metí? Hacer trámites eternos, TGI, Certificado Catastral, Certificado de Pago de Tributos Municipales, Liquidación de tasa de revisión de planos… ¡Uff! Mil veces escuchás que los profesionales no salen preparados de la Universidad… Al menos hubiésemos hecho un simulacro. Vuelve a sonar mi nombre y reacciono; me llama el revisor municipal, me informa que nuevamente a mi expediente le falta documentación, me da una lista de tareas a realizar —la misma que ya bajé de internet— y, acusándome de no entender nada, me pide que me retire y llama al siguiente. Vuelvo al punto de partida… Necesito que me den el final de obra o no voy a cobrar por este trabajo y si no cobro, no llego a fin de mes. Suena mi teléfono; es el dueño de otro «trabajito» que tengo en marcha. Paso inmerso durante largo rato en sus problemas personales para terminar escuchando por qué esta

semana no me va a poder pagar. En este momento no sé si mandar todo al carajo o seguir remando en esta historia sin final. Después de todo, ¿tengo que escuchar los líos de la gente, acaso tengo una inclinación que desconozco hacia la psicología? ¿Qué le hace pensar a este señor que no necesito el pago para vivir o con qué creerá que pago mis impuestos? ¿Soy responsable de que no me den el final de obra en los plazos que se pretendían, para terminar con la regularización, de algo que no me gusta y ni siquiera construí? Si no es así, ¿debería este buen hombre pagar más por el tiempo extra que me demanda este trabajo? Puedo entender que tengo que entregarle el «trámite cerrado» pero todavía no logré ni un adelanto y, si hubiese sabido las complicaciones que podía tener y el tiempo que me iba a llevar, le hubiese pasado otros honorarios. Mi mente divaga y pienso: ¿cómo no estudie medicina? Quizás no hubiese dormido durante mis años de residencia, pero hoy

dormiría bien, sin tener de amante al fantasma de la inexperiencia. Me paralizo unos instantes, me recompongo y decido salir; el frío me despabila y reconozco a un colega que me pregunta cómo estoy. Sin poder evitarlo comienzo una catarsis, en la que apenas me detengo para tomar aire cada tanto. Me ofrece tomar un café; después de una larga y tranquilizadora charla entendí que si no te sentiste en el limbo cuando te despertaste con restos de huevo en la cabeza sin saber cómo armar un curriculum vitae, ni tuviste que agarrar el rodillo porque el pintor te faltó una semana, encima de que cerraste un mal trato y trabajaste diez veces más de lo que habías pensado (por el mismo precio), sin hablar de que arrancaste sin permiso —con los riesgos que eso implica— porque en la «Muni» te lo tienen demorado hace más de 8 meses por contradicciones que me exceden… Entonces no sé qué profesión estas ejerciendo.





dsp





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Asesorías del CAd2 Av Belgrano 650 Asesoramiento sobre odenanza de Eficiencia Energética N˚ 8757 - NUEVA Arq. Natalia Feldman Jueves de 8.00 a 10.00 hs consultasdesarrollosostenible @cad2.org.ar

Asesoramiento sobre Gestión obras Particulares - NUEVA Arq. Adriana Manodoro Martes de 10.00 a 12.00 hs gestionobrasparticulares@cad2.org.ar

Asesoramiento Previsional - NUEVA Dra. Liliana Coronel Jueves de 10.00 a 12.00 hs consultasprevisionales@cad2.org.ar

Asesoramiento Legal Dr. Ricardo Alejandro Terrile Tel. (0341) 4240431 / 4261908 Fax: (0341) 4240431

www.terrileyasociados.com/ www.blogderechoconstitucional.com estudiojuridico @terrileyasociados.com.ar Dr. Carlos Marcelo Lesgart Lunes de 8.00 a 10.00 hs drcarlosmarcelolesgart@gmail.com Dr. Mario Ducler Martes y Viernes de 9.00 a 10.00 hs

Asesoramiento sobre Estructuras Arq. Lorenzo Lavaroni Tel./Fax. (0341) 4803912/13/14 Jueves de 12 a 13.30hs consultasestructurales@cad2.org.ar

Asesoramiento impositivo Contadora Nora Igareta Lunes de 9.00 a 11.00 hs Tel./Fax. (0341) 4803912/13/14 consultascontables@cad2.org.ar

Asesoramiento sobre Normativas Arq. María Cristina Funes Martes de 11 a 13 hs (3 primeros del mes) Tel./Fax. (0341)4803912/13/14 consultasnormativas@cad2.org.ar

Asesoramiento sobre Gestión de Viviendas a través de Créditos Arq. Cristian Van Poepelen Arq. Diana Oviedo Lunes de 12.30 a 14.00 hs. Tel./Fax. (0341) 4803912/13/14 gestionviviendacreditos@cad2.org.ar

Asesoramiento sobre Higiene y Seguridad Arq. Esp. HyS Andrea Karina Ferretto Tel./Fax. (0341) 4803912 / 13 / 14 Consultas:Martes de 9 a 11 hs. Cel. 0341 156 815931 consultashys@cad2.org.ar

Para publicar en

La Gaceta de los Arquitectos comunicarse con su Departamento Publicitario

Arq. María Morán Tel.: (0341) 4803913 int 23 (de 10 a 14 hs) | Cel.: (0341) 156 042770 E-mail: publicacionesyeventos@gmail.com




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