La Gaceta de los Arquitectos

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La Gaceta de los Arquitectos Órgano oficial de prensa y comunicación del Colegio de Arquitectos de la provincia de Santa Fe, distrito 2, Rosario

Diciembre de 2018

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Mensaje del CAd2

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n estos días la Municipalidad de Rosario ha lanzado una nueva modalidad en la corrección de expedientes de edificación, con el compromiso de trabajar permanentemente en la agilización de los trámites y en la disminución de los tiempos. Este nuevo sistema fue producto de largas negociaciones entre los distintos actores: colegios, asociaciones, cámaras y la Municipalidad, específicamente la Secretaría de Gobierno —de quien depende la Dirección General de Obras Particulares— y la Secretaría de Planeamiento. Nuestro Colegio ha participado permanentemente en la Comisión Asesora y en reuniones con los secretarios, tanto de Gobierno como de Planeamiento junto

con la Intendente municipal, siempre alentando la simplificación, la previsibilidad y la transparencia, siendo este un tema muy sensible para todos los colegas que ejercen la profesión de modo independiente. Esperamos que sea efectivamente una mejora notoria, tanto para los arquitectos como para las oficinas municipales involucradas. En este camino, desde el 2017 designamos a la Arq. Adriana Manodoro como nuestra coordinadora para las gestiones ante la Dirección General de Obras Particulares, ya que entendemos que para los arquitectos que tramitamos es muy difícil realizar los reclamos personalmente. De esta manera, pretendemos sistematizar y acumular información sobre los inconveContinúa en página siguiente

La Gaceta de los Arquitectos 116 Comité Editor: Arq. Irene Pereyra Arq. Nicolás Campodónico Arq. María González Spangenberg Arq. Roberto Quinteros Dirección Editorial: Arq. Martín Aloras Colaboradores: Arq. Carlos Candia Arq. Laura Cortés Contacto: lagaceta@cad2.org.ar

Agustín Indelángelo Javier Bianchi Área Comercial: Arq. María Morán publicacionesyeventos@gmail.com Coordinación y corrección: Com. Social Jésica Cantarutti Diseño Editorial: Diseño Armentano Imprenta: Sudamérica Impresos

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Oficina Técnica Lun a Vie 8.00 a 12.00 hs. - INT. 18 Área de capacitación permanente Lun a Vie 8.00 a 13.00 hs. - INT. 23 Administración Lun a Vie 8.00 a 13.00 hs. - INT. 10 Comunicaciones Lun a Vie 8.00 a 14.00 hs. - INT. 21 Matriculación Lun a Vie 8.00 a 10.00 hs. - INT.10 Biblioteca Lun a Vie 8.00 a 13.00 hs. - INT. 14 Delegación Norte, San Lorenzo Dr. Ghío 431 | Tel: +54 (03476) 422555 Atención: Lunes de 16 a 19 hs. Delegación Sur, Villa Constitución Acevedo 281 | Tel: +54 (03400) 477832 Atención: Lunes de 8 a 12 hs. TÚNEL. Centro de Arquitectura & Diseño Arq. Jano Viotti Córdoba 954, Subsuelo, Rosario Tel/Fax: +54 (0341) 4803911 Director: Arq. Rogelio Molina E-mail: tunel@cad2.org.ar Atención: Lun a Vie 16.00 a 20.00 hs. La Gaceta de los Arquitectos | ISSN 2591-2895 Revista de publicación periódica y distribución gratuita a los matriculados de la provincia de Santa Fe. Tirada: 3.500 ejemplares.


¿La excepción hace la regla?

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Índice 3 5

• Mensaje del CAd2. Mesa Ejecutiva CAd2 • ¿La excepción hace la regla? Arq. Martín Aloras

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DEL otro LADo

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NuEvAS viSioNES

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Por: Arq. Martín Aloras

EDitoriALES

• La norma. Flor Balestra

• Arquitectura en equipo. Nómade Arquitectura

PENSAr EL tErritorio LA PLANIFICACIóN COMO FACTOR DETERMINANTE DE LA ARQUITECTURA • «Es mucho mas difícil sacar un permiso de edificación hoy que 10 o 12 años atrás» Rubén Palumbo • «Pensar la norma como parte del proyecto» Sergio Gómez • «La normativa es el objeto que moldea la forma física de la ciudad» Ariel Giménez Rita • «Ya no se acepta que cada edificio es un ente individual e importa poco lo que tengo al lado» Mirta Levín

rESPoNDEr LA NorMA CONSTRUYENDO VíNCULOS Y NORMAS PARA hACER CIUDAD. • El otro como límite Arq. Damián Podio • Caminar al borde de las normas Arq. Federico Marinaro • El concurso público tiene que tener garantizados los recursos de financiamiento Arq. Juan Manuel Peláez • hay que garantizar un buen proyecto y después volverlo norma Arq. Felipe Uribe

EN PErSPECtivA • A propósito de códigos y reglamentos Arq. Carlos Candia • Medianeras: la obra de Viotti-Luetich Arq. Juan Manuel Rois

LEGALES

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nientes que se nos generan. También nos permitirá monitorear los resultados de las nuevas modalidades y asesorar a los colegas que necesiten resolver consultas. Un tema pendiente desde hace mucho tiempo es la revisión, actualización, modernización y corrección del Reglamento de Edificación, que ha acumulado una enorme cantidad de modificaciones debido a una también gran cantidad de nuevas ordenanzas, lo que lo transforma en un texto muy difícil de interpretar. Esta tarea, que tuvo una primera etapa concretada cuando se incluyó el capítulo sobre medios de salida, quedó paralizada ya hace varios años. También nos debemos una revisión de algunos temas de las nuevas normas urbanísticas, que evidentemente están generando conflictos y unos resultados bastante dudosos, como las alturas máximas, medidas de bloques, etc. Creemos que es imprescindible impulsar una discusión entre todos los sectores para que se destrabe su tratamiento y continuar con los distintos capítulos propuestos en ese momento. Y, con el mismo impulso, revisar y consensuar algunas normas que requieren evidente actualización, por los adelantos tecnológicos y los cambios culturales. Con el objetivo de impulsar estos cambios, convocamos a todos los colegas que quieran sumarse a discutir sobre estos temas y acercarnos sus aportes, con el compromiso por parte nuestra de llevar adelante una síntesis y ponerla a disposición para su debate. Tenemos el convencimiento de que nuestro Colegio tiene mucho que aportar en el debate de estas normas, pero para ello es necesaria la participación de todos nosotros.

• Medianería en el Nuevo Código Civil y Comercial

ACtuALiDAD • Presentación de la Maestría en Arquitectura del Paisaje

iNStituCioNALES

MESA EJECUTIVA CAd2

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s incuestionable que las leyes o normas buscan construir, proteger, preservar y ordenar el desarrollo de nuestra disciplina, poniendo en primer plano lo colectivo por sobre lo particular. Las normativas generan un universo tan vasto de posibilidades que, paradójicamente, dan lugar a una cantidad enorme de limitaciones. La mayoría de estas reglas parten del sentido común, pero parecería que su expresa aclaración en algunos casos funciona como una provocación. En nuestra idiosincrasia, el límite nos invita al desafío de caminar por el borde, porque quizás en alguna ocasión en ese recorrido podamos ir aún más allá. Estos códigos también forman parte de la disciplina y dan lugar a que, una vez hecha la norma, de la misma manera en que construye ciudad, orgánicamente se pueda poner en discusión la eficacia de su proyección. Porque esa es la voluntad: proyectar para mejorar, para corregir, para ser más eficientes y hasta más audaces. Así, es la arquitectura la que hace norma en sus múltiples acciones. Y la ciudad es, entonces, el producto de una sucesión de cambios normativos. En cada barrio quedan rastros de su efectividad, de sus intenciones, éxitos y fallas, como así también de su anacronismo o de su caducidad. Como profesionales, cotidianamente nos “enfrentamos” a resolver problemas que están sometidos a distintas normativas. Asimismo, es interesante pensar que somos nosotros, los arquitectos, quienes gestamos y proyectamos ese conjunto de reglas. Desde la escala doméstica a la planificación urbana, pasando por proyectos que nos devuelven otra mirada sobre las mismas. Los colegas que ocupan el rol de urbanistas piensan la ciudad desde otras escalas, desde perspectivas más amplias. Y si bien no son la mayoría de la masa en ejercicio, los equipos de trabajo que conforman las secretarías de planeamiento o las oficinas de planificación urbana, están constituidos por un gran número de egresados de la misma facultad de arquitectura en la que nos formamos todos. Esta publicación intenta comprender qué lugar ocupa la planificación de la ciudad y las reglamentaciones que rigen el pro-

ceso de su construcción, buscando respuestas a contradicciones, roces y tensiones entre las instituciones y los profesionales para generar una mirada colectiva sobre nuestro quehacer. Para ello recurrimos a la opinión colegas que ocupan o han ocupado lugares relacionados con generar, sostener y hacer cumplir las normas, pero también a los diferentes criterios de aplicación de éstas por parte de algunos de los estudios que hacen ciudad con su trabajo.

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La norma Por: Flor Balestra

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na ruta, como una norma, es la dirección que se toma para un propósito, para llegar a un destino. Una norma es lo que a un camino sería una ruta oficial, una senda estipulada; es una regla que debe ser respetada y que permite ajustar ciertas conductas o actividades para dirigir la correcta realización de una acción o de una actividad. Una ruta al igual que una norma nos guía, nos conduce en el sentido que ella misma propone y eso es inalterable, ineludible. El resultado, el destino es sabido de antemano. A veces mudamos ese rumbo previsible, inexorable; necesitamos cambiar la costumbre de ir por los mismos lugares: desorganizar para volver a organizar, alterar para generar un cambio en el trayecto. Salir de la ruta y detenernos al borde, parar el motor, bajar los vidrios, sacar la cabeza afuera, respirar otro aire y percibir el entorno con sus sonidos y sus perfumes y sus silencios parece ser una buena idea y tomar por esos caminos que antes no figuraban en las guías ni en los mapas (ahora el dios Google todo lo ve) de tierra apisonada sencillamente bordeados de yuyos y de flores silvestres esperando discretamente que alguien los descubra. Esos caminitos que se estrechan tanto que tenemos que abandonar el auto y seguir a pie. Esa aventura que no nos ofrece ninguna seguridad y por eso nos gusta y nos atrae y nos empuja a seguir adelante porque lo que viene puede ser mejor que lo que ya pasamos. Esa búsqueda anormal por fuera de la

A veces mudamos ese rumbo previsible, inexorable; necesitamos cambiar la costumbre de ir por los mismos lugares: desorganizar para volver a organizar, alterar para generar un cambio en el trayecto

norma nos hace descubrir un sentido diferente al recorrido y encontramos otras maneras, otras propuestas por fuera de las rutas oficiales, por fuera de la norma. Rosario está llena de esos caminos alternativos aguardando que los transitemos. Vamos por ellos.


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Cafetería Mola! Fotografía: Andrés Preumayr

Arquitectura en equipo

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Por: Nómade Arquitectura

Reforma departamento JM Fotografía: Nómade Arquitectura

Nómade

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l nombre del estudio proviene — simplemente— del movimiento permanente en innumerables espacios provisorios y cambiantes. hoy, desde nuestro estudio, lo elegimos porque expresa la cualidad de no aferrarnos a ideas fijas, sino nuestra búsqueda constante de conceptos versátiles, capaces de adaptarse a los distintos desafíos.

Cuatro Arquitectas Distintos recorridos personales confluyen en un equipo donde el valor humano es lo que suma. La formación y la experiencia previa aportan al trabajo conjunto en cada proyecto, donde el reparto de tareas de-

Nómade Arquitectura Desde 2014, Rosario, Santa Fe. Socias: Arq. Ana Dalla Bona: egresada de la Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño (UNR) en el año 2002. Profesional independiente hasta 2016. Arq. Julia Kerckhaert: egresada de la Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño (UNR) en el año 2011. Integrante del equipo de trabajo del Estudio Beltramone -Ponzellini desde 2009 hasta 2015. Arq. Leila Poveda: egresada de la Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño (UNR) en el año 2008. Integrante del equipo de trabajo en la Dirección General de Planificación Urbana en la Secretaría de Planeamiento de la Municipalidad de Rosario, desde el año 2010 hasta la actualidad. Arq. Valentina Serri: egresada de la Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño (UNR) en el año 2013. Integrante del equipo de trabajo de la Dirección General de Diseño Urbano en la Secretaría de Planeamiento de la Municipalidad de Rosario, desde el año 2012 hasta 2018.


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Local comercial Condominios del Alto Fotografía: Nómade Arquitectura

Cervecería Birra Nómade Arquitectura + Arq. Nicolás Del Castillo Fotografía: Andrés Preumayr

Vivienda Unifamiliar Barrio Los Pasos Fotografía: Nómade Arquitectura

hamburguesería Rato Fotografía: Andrés Preumayr

viene naturalmente. Partimos desde «las» ideas, en plural, donde el debate en equipo produce el complemento de los diferentes aportes, haciendo una obra de múltiples miradas.

Casas, bares, oficinas, edificios bajos Los programas que habitualmente atendemos están caracterizados por una escala más bien pequeña. Esta misma ha predominado en nuestra experiencia profesional y continúa siendo ocasión para reflexiones sobre el cuidado de los detalles, la escala, la adaptabilidad, el confort, la cercanía con los clientes. Espacios para ser vividos, sentidos, apropiados por las personas que los habitan.

Madera, ladrillo visto, hormigón, metal, luz natural, vegetación La materialidad elegida para cada proyecto, se adecúa dando forma a geometrías simples, donde la percepción cercana de materiales nobles es táctil: el hormigón con su superficie rugosa; la madera en tablas y en varillas; las infinitas tramas del ladrillo a la vista; el metal en sus distintas formas y texturas; la luz protagonista en cada espacio, las sombras de los árboles y el movimiento de las hojas.

Herramientas El lugar, el programa, la normativa, los recursos humanos. Puntos de partida para dar sentido a un proyecto. La búsqueda de un partido, que se refleje en el diseño desde algo tan mínimo como un objeto hasta la totalidad de un edificio. Arquitectos, ingenieros, diseñadores, artistas, fotógrafos, legajistas, ilustradores, participan del proceso creativo.

La importancia de lo pequeño Lo grande está sobrevalorado. La vida está hecha de cosas minúsculas, a veces invisibles, otras inaudibles. En La poética del espacio, Gastón Bachelard dice: «Lo minúsculo (en tanto idea más que dimensión), puerta estrecha si las hay, abre el mundo. El detalle de una cosa puede ser el signo de un mundo nuevo, de un mundo que, como todos los mundos, contiene los atributos de la grandeza. La miniatura es uno de los albergues de la grandeza». La profesión puede asentarse en una ontología de lo minúsculo.

Churrasquito. Nómade Arquitectura + Arq. Nicolás Del Castillo Fotografía: Andrés Preumayr


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PENSAr EL tErritorio La planificación como factor determinante de la arquitectura. Ruben Palumbo SeRgio gomez aRiel gimenez Rita miRta levin


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«Es mucho más complejo sacar un permiso de edificación hoy que hace 10 o 12 años atrás» Entrevista al Arq. Rubén Palumbo

El Arq. Rubén Palumbo, ex Secretario de Planeamiento de la Municipalidad de Rosario, nos recibió en su estudio para darnos su visión sobre la normativa en la ciudad.

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Parte del perfil de la ciudad

GA: —Se cree que la norma es una especie de policía. ¿Qué es para vos la norma? rubén Palumbo: —En general, el profesional solo se preocupa en tratar de sobrevivir de lo que hace, que no es poca cosa, pero muchas veces pierde la escala de adonde está trabajando. Está en una ciudad, y en las ciudades con respecto a la norma hay gradientes. Desde un plan que fija los límites de la ciudad que queremos hasta hacia donde tiene que ir la ciudad en aquellos puntos que son estructurales. Siempre doy el ejemplo de la ciudad con el río. hay una voluntad fijada hace mucho tiempo en la que nadie está en contra, todos están a favor: la costa es pública y todo lo que haga ahí tiene que ir en esa dirección. La municipalidad propone una serie de criterios, el Concejo los aprueba y a partir de ahí es una norma, una regla para todo el mundo, todo lo que se haga a partir de ahí va en esa dirección. Después puede haber matices; las normas trascienden una gestión, uno le da más importancia a una cosa, otro a otra, pero todo lo que se hace está bajo ese paraguas. Alguien hace una concesión para hacer un bar y a veces es polémica, pero eso tiene vuelta atrás, cuando termina la concesión, al edificio lo podés demoler y queda parque. Lo que no está en juego es el criterio, el plan más general que tiene la ciudad sobre la costa. Después, un plan tiene instrumentos co-

mo el Código Urbano, que es el que va fijando la morfología, las condiciones, los usos, qué es lo que se puede hacer en cada parte de la ciudad. Y después está el reglamento, que es la aplicación, que te dice cuánto tiene que medir el patio y otras cosas menores. Nosotros nos movemos casi siempre entre el código y el reglamento cuando hacemos proyectos. Lo que pasa es que, en general, no son herramientas que uno tiene en cuenta. Pareciera que te encargan un proyecto y hacés el mejor proyecto que podés; después vas a la municipalidad y te dicen que no cumple con muchas cosas, te enojas con la municipalidad porque no te dejan hacer tu proyecto cuando tenías todo arreglado y tenés que empezar de nuevo. No es un problema del que está del otro lado del mostrador (aunque a veces tenga problemas de interpretación) que solo aplica lo que dicen el código y el reglamento. Son cosas que cuando uno las incorpora se transforman en un dato más del programa. Tengo que hacer una obra bajo ciertas reglas y el mejor arquitecto es el que le saca más provecho a la norma. Para buscar ejemplos no hay que ir afuera, alcanza con caminar la ciudad: ves un edificio de Pantarotto y al lado otro edificio que no te gusta, y los dos tenían el mismo código y las mismas herramientas, después está en lo que pone cada uno.


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Rubén Palumbo Especialista en planificación urbana, con orientación en diseño urbano, proyecto, intervención y gestión de políticas públicas. Arquitecto egresado de la Universidad Nacional de Rosario en 1982, completa su formación académica con cursos de posgrado en centros universitarios del país y de España en «Control y Gestión de Políticas Públicas Municipales» (FLACSO) y «Teoría, historia e Intervención en la Rehabilitación» (Universidad Politécnica de Madrid - FAPyD UNR). ha desarrollado tareas en la gestión pública como Director del Programa de Vivienda y Urbanismo en la Ciudad de Las Parejas (1984-1985) desarrollando sistemas constructivos para la autoconstrucción; ha sido Secretario (1995-1999) y Sub-Secretario (1989-1993) de Planeamiento de la Municipalidad de Rosario; ha sido asesor de la Comisión de Planeamiento del Concejo Municipal de Rosario. Presidente de la Comisión de Preservación del Patrimonio Urbano y Presidente de la Comisión Asesora del Plan Director de Rosario. Fue Coordinador de la Comisión de Desarrollo Urbano del Instituto de Estudios Municipales. Participó en la elaboración del Plan Director de Rosario y del Nuevo Plan Director de Rosario como coordinador del convenio Municipalidad de Rosario - Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño; coordinador del Convenio «Conocer y Cuidar la Ciudad en que vivimos» entre la Municipalidad de Rosario y la Facultad de humanidades y Artes y Facultad de Arquitectura. Participó en la elaboración de los proyectos urbanos estructurales del Plan Estratégico Rosario y coordinó las Jornadas de Trabajo Urbano en los seis Distritos del Programa de Descentralización y Modernización Municipal. Creó, en 1996, el Programa de Preservación Urbana y Arquitectónica de la ciudad de Rosario. Entre 2004 y 2007 fue Director del Programa para el Desarrollo de la Costa de la Secretaría de Planeamiento de la Municipalidad de Rosario y representante de Rosario en la Red UrBal Nº 7, en el Programa «Estrategias para la Transformación de los Sitios Abandonados Urba-

no-Portuarios o Intermedios entre la Ciudad y el Puerto». Integra el equipo técnico del Programa de Desarrollo Urbano de Ushuaia y el Plan Estratégico Mar del Plata, en el área de gestión de proyectos e intervenciones urbanas y ha sido el Coordinador del Componente Desarrollo Urbano en la realización del Proyecto PLAN CIRCUNVALAR ROSARIO, que definió el reordenamiento del transporte ferroviario y vial del Área Metropolitana del Gran Rosario para la Consultoras ATECSA-Ing. Cornero en 2006. ha desarrollado con Juan Palumbo el Proyecto de Arquitectura para la nueva Avenida Interurbana «San Lorenzo-Granadero Baigorria» (6 Km.), para la Consultora Venezia.Cornero-Tosticarelli en 2017. ha dictado conferencias y participado en seminarios en el país, Uruguay, Brasil, Paraguay, España, Francia e Italia. Docente universitario desde 1983, Jefe de Trabajos Prácticos por Concurso Público, Dedicación Semiexclusiva en la asignatura Materialidad I, II y III de la Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño. ha sido Consejero Graduado y Consejero Docente del Consejo Directivo de la FAPyD. Participa en Concursos Nacionales e Internacionales y ha obtenido numerosos premios. Desarrolla su actividad profesional desde 1983, interviniendo en proyectos de pequeña, mediana y gran escala, entre los que se encuentran el Complejo Ciudad Ribera-Puerto Norte ( 110.000 m2) que desarrolla asociado con Gerardo Caballero entre 2008-2009 y la Coordinación Técnica del mismo entre 2009 y 2012, obra terminada. Entre enero de 2012 y abril de 2014 desarrolla junto a Fabián Llonch, Gisela Vidallé, Marcelo Naszewski y Gabriela Pérez Segovia el proyecto del Complejo Barrancas del Buen Aire (16.000,00 m2) viviendas frente al río Paraná, actualmente en ejecución. En 2015 desarrolla junto a Ariel Giménez Rita y Marco Daniele la restauración del teatro de la Unión Ferroviaria, convirtiéndolo en el nuevo Radio y Teatro VORTERIX

LGA: —¿Cómo impacta en tu trabajo la normativa? rP: —En mi caso por formación, o deformación, siempre veo a la ciudad como el problema adonde me tengo que meter; después son los matices, me puedo perder 50 cm de altura o una planta menos si el inversor me dice que sí, porque trato de igualarme al edificio de al lado, o armonizar. La norma es un instrumento, es una más de las cosas que regulan y condicionan el accionar. LGA: —¿Qué crees que se podría mejorar de la normativa y de los mecanismos que la ejecutan? rP: —hoy todo lo que necesitas saber de la ciudad para hacer un proyecto está informatizado en un sistema que tiene la municipalidad: alturas, catastrales, centros de manzana, etc. Todo eso que nunca te enteras cuando tenés que hacer un proyecto porque esa información es de acceso restringido. Si te encontrás con un amigo adentro, seguro te enterás; pero si no, no. Es mucho tiempo el que se pierde y mucho el dinero que se usa al contratar gente para que todo eso esté informatizado. Entonces, ¿por qué no es de libre disponibilidad? ¿Por qué no tenemos acceso a eso? Es una información que pagamos entre todos, por lo tanto, debería ser accesible. Es mucho más difícil sacar un permiso de edificación hoy que hace 10 o 12 años atrás, cuando ahora, en realidad, podríamos hacerlo sentados en el estudio, todo online. LGA: —Son todas cosas aplicables… rP: —hay veces que necesitas que alguien interprete. Las normas no resuelven todo, por más estudiadas que estén, tienen un techo. Pero siempre hay alguien que busca un poco más y le encuentra una vuelta para mejorar el proyecto, a veces especulativamente. Sin embargo la respuesta automática, frecuentemente, es «no se puede» porque no está dentro de las cosas que están reglamentadas. No es fácil resolverlo, pero ¿cuál es mecanismo por el que uno fija las cosas más genéricas pero definitorias? O sea, si hay una altura es esa y no se puede hacer más de ahí. Si en una cuadra la altura es 30 metros, que sea 30 metros, que no pueda hacer 60 metros

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Barrancas del Buen Aire en obra.

por más que los pague. Las normas pasan por un sistema de asesores, pero no se genera un mecanismo de intercambio y discusión donde todos podamos tener la posibilidad de ser responsables y participar. Muchos de los que nos quejamos, después no participamos. Por el día a día o porque cada uno está en sus cosas, pero tampoco se generan desde el otro lado mecanismos de participación. Muchas veces se pone al profesional como alguien que le quiere mover la estantería a la municipalidad. Por ejemplo, toda la reformulación del área central me parece un esfuerzo de años que, la verdad, no resolvió nada. Porque si el problema era por una cuestión coyuntural del país, que se estaba construyendo mucho, lo que tenemos que hacer con una norma es acompañar o mejorar esos procesos, pero no ponerla en stand by, porque los que pensaron el código no eran tontos. En este país donde vamos de ciclo en ciclo económico, esa ciudad heterogénea con las medianeras expuestas ya no va a ser nunca como se

pensaba en el sesenta y pico, pero tampoco lo va a ser con esta norma nueva. LGA: —No suena bueno para el dueño de la tierra…. rP: —En una cuadra hay tres situaciones distintas; en otra época en una cuadra era todo lo mismo y lo que variaba era el tamaño del lote, y con la norma eso no lo vas a componer. Pero si lo querés hacer, deberías hacerlo casi lote por lote, porque la norma no es mágica. Si queremos que se construya menos, se baja el FOT y pones la energía en hacer mejor espacio público, vereda, césped, alumbrado, que mejora por donde todos circulamos. La gente del centro se quejaba porque se construía mucho, pero bueno, vive en el lugar donde la tierra vale más y donde más se especula más con eso. Por ende, tu terreno vale mucho más. Los pros y las contras de vivir en una situación como esta. Décadas atrás se había consolidado una tipología de frente y contrafrente, y hoy se volvió a los bloques de torres. Todo aquello que habíamos eliminado, y que era una

mejora de la calidad de vida, se perdió. LGA: —Y la calidad de las unidades también… rP: —También, ahora se hacen pañuelitos… Y también apareció la ordenanza higrotérmica. Si bien lo han hecho de forma gradual, eso ya les toca a todos. Entonces se empieza a mover el avispero y aparecen los que bajan la calidad de los proyectos para no cumplir con la norma, aunque en realidad solo se trata hacer las cosas como hay que hacerlas. En ese caso, es una norma que viene a ponerle un límite a la especulación por especulación misma. En caso contrario, harían monoambientes a los que habría que ponerle dos aires acondicionados para poder vivir adentro. Entonces, se gasta más en 10 años en energía, que en hacer desde el principio una buena inversión en la construcción. LGA: —La norma, ¿busca en la generalización un beneficio o es preciso que pueda abordar desde lo particular las problemáticas urbanas?


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rP: —Vuelvo a lo del área central. La idea fue tratar de hacer una ciudad con relaciones más armónicas. Pero hay situaciones puntuales y después depende de quién es el músico; osea, con la misma guitarra, dos personas pueden hacer cosas distintas. En general se trata de establecer que las cosas que sean parejas para todos. El problema con el área central es que en una cuadra, por ejemplo, no todos los edificios pueden tener 23 metros de altura. Algunos ni siquiera pueden demoler lo que hay en su lote. El tema es que no tenés una herramienta alternativa. No hay conciencia ni es parejo para todos. Lo que es patrimonio para algunos no lo es para otros. Pero ocurre que viene alguien con más poder y demuele algo que otros no pueden por no tener esa capacidad de lobby. El espíritu de la norma debería ser mejorar, pero nada de todo lo que se ha hecho contempla la totalidad. Al mismo tiempo que se discutía el área central, se hacían obras en zona norte y en otros lugares y se puso el acento en un barrio que no se podía empeorar mucho más, pero por desgracia se descuidaron otros lugares que tenían cosas muy ricas. hay normas que se hacen y quedan, pero no se vuelven a revisar con un sentido crítico para ver lo que pasó con eso, para ver cuál fue la mejora, si se mejoró o no. No para volver a la anterior, sino para que algunas cosas se encaren de otra manera. Entre otras cosas, para esto está el Colegio de Arquitectos, que es la institución que nos representa a todos. Ahí deberíamos tener una herramienta. Todas estas charlas que se van manteniendo deberían servir para mejorar estas cosas, porque somos nosotros los que advertimos ciertos problemas, para esos nos formamos. hay que tener espíritu crítico. LGA: —¿Qué opinión te merece la idea de que las normativas son susceptibles de ser verificadas en su eficacia transcurrido un tiempo? rP: —Ahí entra el tema de qué es lo que pueden hacer instituciones como la facultad y el Colegio. En los mejores lugares del mundo donde ha habido transformaciones, las escuelas de arquitectura han estado presentes, han sido un laboratorio. Aquí, la facultad actúa como auxilio en los

convenios. Quienes participan en nombre de ella quizás nunca construyeron nada, tienen una visión muy teórica de la ciudad. La facultad podría tomar un montón de temas y hacer aportes, buscar una discusión, tener una visión crítica de la ciudad sin ningún condicionamiento. LGA: —Parece que la universidad tiene que proponer cosas; quizás debería venir desde otro lado la propuesta y que la universidad lo analice… rP: —La universidad debería estar atenta no solo cuando la llaman para hacer un convenio, porque no tienen condicionamientos de nadie, pueden trabajar con la cabeza limpia. LGA: —una de las cuestiones que genera inestabilidad dentro de una norma es la excepción, de las cuales hay un montón. ¿Qué pasa cuando hay un hueco en una norma? rP: —hay cosas que no son excepciones; los convenios urbanísticos a uno le gustan o no le gustan, pero es una figura que está prevista y dice que cuando hay parcelas de más de 5000 m2, no es que no existe la norma, pero sí que podés hacer una propuesta que seguramente mejora lo que está. Después tenés que convencer a la municipalidad. Y de ahí va al Concejo, pero eso no siempre termina siendo lo mejor. Ahí aparecen dos cosas, o le ponés el ojo a los proyectos que se hacen bajo convenio urbanístico o los eliminas. Se entiende que si vos tenés un terreno de esas dimensiones, estás en una situación especial, diferente. Después está lo de todos los días, donde hay un montón de excepciones. O no hay excepciones, porque el que está detrás del mostrador no quiere tener problemas, aunque vea que lo que estás proponiendo es superador. Entonces te mandan al Concejo porque si se lo aprueban a uno, van a aparecer un montón. Si hay un montón en las mismas condiciones es porque hay algo que no está previsto. Si un proyecto mejoró la norma se puede aprobar como excepción, mandar al Concejo y que se haga una reforma a la normativa. El tema es que, como siempre, la excepcionalidad está teñida de cosa rara, todo el mundo se cuida de no darla. Otra cosa que pasa es que si alguien tiene

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una propuesta y la lleva al Concejo y se aprueba, el Ejecutivo lo acepta sin ningún tipo de problema, cuando es el Ejecutivo quien debería hacer su propuesta a través de los organismos técnicos. LGA: —Podría haber un gris, una oficina que cuando detecta una excepción evalúe la norma… rP: —Existe la Comisión Asesora: están los Colegios, la Municipalidad, los empresarios de la vivienda, y eso se analiza ahí. LGA: —¿impacta en la norma o muere en la excepción? rP: —Algunos casos impactan en las normas y generan una modificación y otros mueren en la excepción. Se podría hacer desde el Colegio una especie de encuesta para ver cuáles son los problemas y las propuestas que tienen los profesionales y ver cómo se pueden modificar ciertas normas. Generar datos. Se pensaba que los terrenos iban a valer menos si en la misma cuadra se podía construir más o menos en algún lote y eso no es así, valen lo mismo proporcionalmente por los metros cuadrados. Todos tenemos responsabilidad, y tenemos la obligación de participar de las instituciones para generar una masa crítica, marcar la diferencia proponiendo. De hecho, el Colegio recepta inconvenientes que tienen los profesionales con la municipalidad, los toma como problemas y trata de resolverlos. Me parece que hay que tener una mirada más amplia de lo que pasa en la ciudad, hay que tener una mirada menos chiquita. Porque no hay un enemigo en el otro, tenemos que caminar todos para el mismo lado.

Casa Necochea 1921


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Pensar la norma como parte del proyecto

Centro Cultural heydar Aleyiev (Zaha hadid). Obra aislada en contexto patrimonial (Baku, Azerbaiyan).

Entrevista al Arq. Sergio Gómez Fotografías: Arq. Sergio Gómez

Caixa Forum en Madrid (herzog). Excelente inserción en el tejido

El Arquitecto Sergio Gómez se desempeña hace muchos años como revisor en la Municipalidad de Rosario. En esta entrevista nos da su visión sobre el tema central de este número —las normativas y reglamentaciones— desde su trabajo diario como profesional independiente y en su rol como inspector.

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GA: —¿De qué manera crees que impactan las normativas en una obra de Arquitectura? ¿Cómo afectan a la dinámica, a la cotidianidad, al quehacer de la arquitectura esta serie de mecanismos que regulan o reglamentan la ciudad? Sergio Gómez: —Partamos de un hecho: en todas las sociedades existen normas que las regulan estableciendo derechos, deberes y obligaciones en pos de garantizar, entre otras cosas, el bien común. De la misma manera, el quehacer de la arqui-

tectura las tiene. Y con el mismo fin, es decir, para garantizar condiciones de habitabilidad, funcionalidad y atendiendo aspectos urbanísticos, entre otras cosas. Esto sucede en las ciudades de cualquier país. Considerando lo dicho, el impacto real debería ser, entonces, siempre positivo. Justamente por el fin que persiguen, por más que podamos disentir con algunas de ellas. Por lo tanto, pienso que hay que asumir a las normativas como algo propio de la arquitectura, no se las puede separar como un tema ajeno. Por el contrario, de-

ben estar natural y necesariamente integradas en el proceso del proyecto. Entonces, desde este punto de vista, es difícil hablar en términos de “impacto”. Es más, si pensáramos a la normativa como un ente ajeno a la arquitectura para luego “encajar” un proyecto en la reglamentación en una etapa tardía, se corre el riesgo de que dicho “impacto” se perciba negativamente. En síntesis, creo que el éxito de una obra de arquitectura está en la creatividad de el o los profesionales para poder integrar y resolver, en un complejo proce-

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Arriba y abajo: Lame Tower en Baku. Modernidad que convive con lo histórico.

Ejemplo aislado en la ciudad de Barcelona

una postura un tanto hostil frente al tema. Debo decir que, en comparación, noto en las generaciones más jóvenes una mayor flexibilidad y una más rápida adaptabilidad a la aplicación y a los cambios que las nuevas normas imponen.

desde cierta homogeneidad en altura. Sin embargo, luego la implementación de excepciones por tramos de completamiento, corredores urbanos, áreas de preservación, obras de valor patrimonial, etcétera. En mi opinión, se genera más heterogeneidad y por ende más polémica, por lo que invitaría mínimamente a repensar ciertos criterios para asumir esta parte de la ciudad de otra manera.

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so, muchísimos aspectos como, por ejemplo, los constructivos, estéticos, económicos, ambientales, programáticos y también los normativos. LGA: —¿Cómo manejan los profesionales locales esta cuestión? SG: —En mi experiencia me cruzo a diario con profesionales que no manejan bien este tema. Incluso lo padecen, justamente, porque no coinciden con lo que estoy

planteando más arriba. Creo que tal vez cuando ciertos profesionales se conectan de lleno con lo creativo al proyectar, vivencian la aplicación de la norma como algo que viene a restringir esa libertad proyectual y que atenta contra el diseño. Otra de las razones es que cuando no se está de acuerdo con determinados parámetros establecidos en alguna reglamentación, es porque no se entiende el espíritu de esa normativa. Entonces, el profesional toma

LGA: —¿Qué se podría mejorar desde lo académico, lo institucional y lo estatal? Ya sea hablando de las normativas en sí mismas o de los mecanismos de aplicación. SG: —Tres organismos o instituciones rigen básicamente nuestra profesión, incluso desde nuestra formación: la universidad, los colegios profesionales y el municipio. Si bien cada uno ellos tienen roles diferentes, a mi entender todavía se percibe cierto aislamiento en el funcionamiento de cada uno de éstos. Falta aunar más esfuerzos en trabajar conjuntamente. Buscar y desarrollar aquellos puntos de encuentro entre estos organismos a fin de optimizar el ejercicio profesional. Desde lo académico se me ocurre que, a la formación general y considerando que nuestro título es habilitante, debería adicionarse algún modulo que refiera a gestar y concretar una obra en Rosario, con todas sus aristas y complejidades. Con lo cual, al futuro profesional se lo prepara o aproxima para trabajar en cualquier parte. Por ejemplo, adquiriendo y concibiendo a las normas dentro del proceso proyectual. Desde lo estatal, el aggiornamiento de la reglamentación a los tiempos que vivimos, es prioritario. A mi entender, esto está ocurriendo con las dificultades que ello conlleva, en términos de su funcionabilidad y adaptabilidad al cambio, ya que su implementación implica aplicar nuevas estrategias, materiales y tecnologías.

LGA: —Como arquitecto, ¿cómo ves esta región en cuanto a lo arquitectónico, a como se desarrolla? SG: —Si nos comparamos con ciudades del primer mundo, veo que nos falta mucho camino por recorrer. Pero también como sociedad, ya que nuestra profesión no está ajena a lo cultural. Digo que nuestro modo de trabajo, incluso nuestra manera de concebir la arquitectura, está directamente vinculada con el momento socio-económico y cultural que nos toca vivir. En muchos casos, los intereses individuales se polarizan desesperadamente por sobre lo colectivo y muchas veces, los conflictos entre los distintos actores en la construcción de la ciudad tienen que ver con eso. En otras palabras, se pierde de vista que una obra de arquitectura, más allá de dar respuestas a un interés particular, no es un hecho aislado sino que siempre se inserta en un contexto a considerar y respetar. LGA: —El estado establece normativas que indican como se va a construir la ciudad, después los arquitectos hacen la ciudad dentro de esta normativa. ¿Cómo el estado podría hacer que haya ciudad? SG: —El Estado en sus tres niveles, es decir el municipio, la provincia y la nación, tienen distintas maneras de abarcar el tema. En cuanto al municipio, considero que

está cumpliendo su rol en este aspecto por medio de sus organismos e instrumentos como el plan rector, planes especiales o normativas, desde donde también se construye ciudad. En el ámbito nacional, por ejemplo, con la aparición de plan PROCREAR en su momento, también se construyó ciudad, lo cual nos obligó a repensarla y regularla. Es en esos momentos cuando tenemos la oportunidad de poner toda nuestra creatividad para generar nuevas propuestas de intervención, desde donde mejorar las actuales condiciones. Seria también de vital importancia al respecto incentivar más concursos abiertos para la obra pública, a los efectos de que los profesionales participen de un modo mucho más activo. LGA: —Dentro de la normativa hay contradicciones, ¿cuál te llama más la atención? ¿Con cuál se topan día a día los profesionales? SG: —Por supuesto que algunas reglamentaciones parecieran ser contradictorias. A veces es difícil entender qué fin persiguen. Un caso paradigmático es el tema de las alturas máximas y sus parámetros, que generan a diario desconcierto y polémica entre los profesionales. Ejemplo: para la zona central de la ciudad altamente consolidada y con pocas posibilidades de sustitución, pareciera pensarse al sector

LGA: —En nuestra ciudad —como en otros lugares— existen excepciones a la norma, convenios urbanísticos donde se invierten los roles y la arquitectura hace norma. ¿te parece que eso está bien? ¿Están bien reguladas o es susceptible de que se piense que hay intereses en el medio? SG: —Tiene relación con lo que decía antes. Considero que hacer ciudad implica reconocer y atender distintos y legítimos intereses de los sectores que la componen, a pesar que algunos de ellos, en algún punto parecieran ser contrapuestos. En este caso, hay que compatibilizar la rentabilidad que el privado espera con su obra y los intereses en términos urbanísticos que deben garantizarse, o sea con lo colectivo. Se puede dar respuestas a todo en la medida que dichos intereses no se polaricen. ¿Cómo hacerlo? Encontrando esos puntos de fusión donde lo que prime sea el bien común y, al mismo tiempo, se dé respuesta a unos y a otros. Desde este punto de vista es desde donde las excepciones a la norma podrían tener sentido. Y vuelvo a decir: mientras se garanticen determinadas condiciones urbanas, no veo mal que la arquitectura haga la norma, sin descuidar los intereses propios de la ciudad.

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25 Impluvio

El Secretario de Planeamiento de la Municipalidad de Funes, Arq. Ariel Giménez Rita, le dio su visión sobre la normativa a La Gaceta de los Arquitectos.

Casa Vaudagno

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La normativa es el objeto que moldea la forma física de la ciudad Entrevista al Arq. Ariel Giménez Rita | Dibujos: Arq. Ariel Giménez Rita

GA: —¿Qué es una norma o una normativa? Ariel Giménez rita: —Para hablar de normas deberíamos partir del origen, de la necesidad de agruparse en tribus, de los primeros asentamientos, de la diagramación de las primeras ciudades. Siempre hubo un foco fijado por ciertos objetivos. O sea, la normativa debería ser una mirada saludable de hacia dónde deberíamos ir. Pero cuando se superponen muchas normativas de distintos ámbitos, escalas o incumbencias, eso perjudica la forma de encarar un problema, siempre desde un lugar determinado. Me parece que nunca hay que perder la mirada en ciertas escalas, sobre todo la territorial. O sea, la nor-

ma debería tener en cuenta factores como el movimiento del sol o las condiciones del clima —lluvias, vientos— para entender que eso también determina hacia dónde apuntamos. LGA: —¿De qué manera afectan las normativas a la obra de arquitectura? AGr: —Sin lugar a duda es lo que moldea la forma física de la ciudad. En cuanto a los edificios en particular, quizás la normativa pueda considerar opciones como la unidad o dispersión de los manzaneros. O la dicotomía entre torres y la manzana consolidada con un centro de manzana pleno de asoleamiento. Creo que ese podría ser un buen camino.


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Asoleamiento

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Plaza Pringles

En este sentido, sin lugar a dudas la altura máxima afecta en determinados lugares. Como decía antes, tienen que haberse tenido en cuenta factores como los vientos dominantes o el asoleamiento. Creo que no hay que olvidar nunca la referencia territorial como, por ejemplo, que por más hormigón que tengamos bajo los pies, estamos bajo una llanura inundable con una naturaleza muy potente y junto al río Paraná, en una altura muy baja. Todas esas cosas son condicionantes, sin lugar a dudas. El producto final, la ciudad, es donde se lee perfectamente cuándo las normativas son más o menos acertadas o están equivocadas.

LGA: —Estos mecanismos, ¿cómo se reflejan en el quehacer cotidiano del ejercicio de la profesión? AGr: —Los mecanismos reflejan que lo primero que tiene que hacer el profesional es tener gimnasia con esta información. No podés ser creativo sino tenés primero los parámetros con los cuales moverte. Pero ojo, a la normativa hay que respetarla, está para eso. No me parece que uno tenga que ponerse en un rol crítico, sino que se juega o no se juega y las normas son parte de las reglas. La arquitectura siempre emerge por caminos constructivos, por el camino del sol, por la acción social o por el camino pensante de cómo de-

be ser un hábitat que tiene que tener las condiciones básicas de convivencia y habitabilidad. Me parece bien que existan. Incluso me gustaría que tengamos, como profesionales, una mirada más inteligente, pero es lo que hay. hoy en día, entendiendo a la normativa como algo que busca hacer ciudad, me parece que hemos entrado en una época donde la dinámica y la información en directo va a facilitar con sus nuevas herramientas, un diagnóstico más acertado a la hora de tomar decisiones. Sin lugar a dudas, la clave son los objetivos que estén por sobre la normativa para definir la ciudad hacia la que queremos ir. Eso sería siempre con la misma mirada hacia lo territorial. hay puntos preponderantes. Las ciudades en el medioevo tenían portales que eran los ingresos a la ciudad. hoy esa puerta de ingreso, aparte de las autovías, son los aeropuertos. Que son, lógicamente, un punto de atracción muy fuerte desde el punto de vista territorial porque a partir de él se generan nuevas estructuras urbanas. LGA: —un tema importante es para quién están dirigidas las normativas… AGr: —Para mí las limitaciones en las normativas son para preservar o tratar de es-

tablecer un parámetro básico de habitabilidad y convivencia: condiciones de asoleamiento, de ventilación cruzada, de confort. Las normativas tienen distintos niveles: seguridad, estructural, climáticos, de sistemas inteligentes. hoy en día nos enfrentamos a las energías renovables, a la eficiencia energética. Sin lugar a dudas la arquitectura es una protagonista principal en estos cambios y los arquitectos debemos acompañarlos. Me parece que esa es una buena razón, real, para planificar las ciudades, ser más amigables con el medio y contaminar menos. En estos días nos toca transitar un camino de asignaturas pendientes que se reflejan en algunos puntos que brillan. Pero, en términos generales, siempre debemos ser críticos y reflexivos. Esto lo vemos en las estructuras, en el manejo del medioambiente, del arbolado, en el cuidado de la basura a cielo abierto. Sin lugar a dudas ahí está la fortaleza, lo demás puede ser una buena fotografía, pero quizás la reflexión esté por otro camino.

Ariel Giménez rita Nace en Rosario en 1958. Es arquitecto por la Universidad Nacional de Rosario (1981). Entre 1976 y 1982 colabora con diferentes estudios y profesionales (Rubén Giménez Rafuls, Arquitectos Vescovo, EA Estudios Asociados) desempeñándose en diferentes funciones. En 1982 comienza su actividad profesional, con encargos de obras particulares en Buenos Aires. Ese mismo año viaja a Barcelona junto a Gerardo Caballero y Marcelo Prosperi, donde colaboran en el estudio de Mario Corea, Edgardo Manino y Francisco Gallardo, en el proyecto de la escuela pública de Badalona y hospital de Tortosa (encargado de las ilustraciones y perspectivas). En 1986 arma Casa Atelier y Estudio de Arquitectura, realizando obras particulares y trabajos de escultura. Con el regreso de Gerardo Caballero y la colaboración de otros profesionales locales, realizan diversos encargos particulares y trabajos para la Secretaría de Planeamiento de la Municipalidad de Rosario. Luego de retornar a Barcelona por más de una década, en 2005 regresa a Argentina y se instala en la ciudad de Funes. Desde ese momento ha participado en gran cantidad de Concursos: Mención de honor en el Concurso RCC Registro Nacional de Córdoba, junto a Gerardo Caballero (2013);1º Premio concurso del ex mercado de Rafaela junto a Carlos Airaudo, Gerardo Caballero y Fabián Llonch (2011); BIAU X Premio Bienal Ibero americana de San Pablo, por el ex Mercado de Rafaela (2016); BIAR Premio Bienal Argentina en Córdoba, por el Ex Mercado de Rafaela, Santa Fe (2016), entre otros. Asimismo, desde 2006 realiza innumerables proyectos particulares y su seguimiento de obra. Se destaca por las diversas muestras de sus dibujos en gran formato y por su entrega a partir de la realización de diversas charlas en eventos y congresos de Arquitectura, Arte y Diseño.


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«Ya no se acepta que cada edificio es un ente individual e importa poco lo que tengo al lado» Entrevista a la Arq. Mirta Levin

¿Qué es una norma? ¿Cómo se piensa una? ¿Se cumplen sus fines? Estas y otras preguntas que todos los profesionales se hicieron alguna vez, se las hicimos a la Arq. Mirta Levin, voz autorizada al respecto, por su pasado como Ex Secretaria de Planeamiento de la Municipalidad de Rosario y por su presente como Directora del Ente de Coordinación Metropolitana (ECOM).

Frente de renovación urbana Plan Especial Barrio Pichincha (Fuente: Secretaría de Planeamiento, Municipalidad de rosario - 2008).

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GA: —¿Qué son las normas? Mirta Levin: —La gente habla de normativa, y en realidad de lo que hay que hablar es de la puesta en vigencia de un plan de ciudad, que es distinto a hablar solamente de ese tema. Desde que a mí me tocó asumir en la Secretaria de Planeamiento de la Municipalidad, nosotros pusimos en escena un nuevo plan para la ciudad. El plan se instrumenta a través de las normativas. Es distinta la visión que tiene el Estado, que la visión que tiene el profesional independiente que la tiene que aplicar. Siempre que uno arma un cuerpo normativo que va a poner en práctica un plan, empieza a aparecer la fricción entre la gente que estaba acostumbrada a un plan anterior y que todavía no lee con claridad el nuevo plan. Y desde el profesional independiente existe una fricción porque toda norma implica poner ciertas reglas de juego para la profesión, que tienen que ver con privilegiar el interés público por sobre el privado. La norma tiene una mirada de la ciudad y de pretender transformar la ciudad en su totalidad. Creo que se ha dado un proceso de transformación inédito y extraordinario en el país. La ciudad, objetivamente, ha cambiado; a algunos le puede gustar más y a otros menos, pero esa transformación se dio a partir de un nuevo plan que llevaba implícitos otros conceptos que tienen que ver con que el plan anterior. Por ejemplo, distribuía índices, alturas, potenciales constructivos en toda la ciudad indiscriminadamente; cualquiera podía construir un edificio en altura hasta en los lugares más increíbles. Para algunos arquitectos eso

puede ser válido. Pero quienes creemos que en la ciudad tienen que encontrarse todas las opciones posibles de vida, consideramos que eso no es válido. La ciudad tiene que brindar a sus ciudadanos distintas opciones y cada uno tiene derecho a elegir si quiere vivir en situaciones de más densidad o vivir en un barrio donde primen las viviendas individuales, y es responsabilidad del Estado dar esas posibilidades. Por otro lado, y detrás de esas elecciones, hay otras cosas que son más importantes aún. La ciudad tiene valores históricos a rescatar. hay barrios que son valiosos no sólo porque son los barrios más antiguos de la ciudad y no hay porque transformarlos, sino porque en esos barrios está nuestro patrimonio cultural. hay zonas de la ciudad que tienen viviendas muy interesantes que forman parte de nuestra cultura, de nuestra historia y que nosotros consideramos que había que rescatar. Permitir construir en altura es no reconocer su valor cultural. LGA: —¿Cómo tuvieron en cuenta eso a la hora de hacer el nuevo plan? ML: —Para cambiar las normas lo que se hizo, primero que nada, fue un registro de lo que nos interesaba preservar y de lo que se podía modificar o transformar, porque no tenía demasiado valor, ya había entrado en un proceso de trasformación importante y no había vuelta atrás o eran zonas degradadas de la ciudad que había que impulsar. había que redistribuir el potencial constructivo con estos criterios. Preservar lo que nos interesaba conservar, rescatar la historia cultural y barrial en los lugares donde existe la posibilidad de rescatarla

y potenciar áreas donde era necesario que la ciudad muestre una renovación. Un buen ejemplo es el de Puerto Norte o algunos terrenos calificados como zona de reserva porque están en situaciones especiales. Son una, dos o tres manzanas en lugares privilegiados donde es importante renovar, construir nuevas tipologías, apuntar a proyectos integrales. LGA: —¿Que implicó esta nueva norma? ML: —Todo este cambio implicó un sacudón muy grande en términos generales. Y también implicó algo muy importante: mirar el entorno en el cual se implanta un edificio. Ya no se acepta que cada edificio es un ente individual e importa poco lo que tengo al lado. Las reglas del buen arte exigen mirar qué tengo al lado. Aparecen así los tramos de completamiento, que es un concepto que antes no existía. Si hay inmuebles de valor patrimonial en un tramo, no se permite construir en altura. En áreas especiales se permite más altura. Todos estos conceptos que antes no existían hacen que al profesional le cueste adaptarse a los nuevos reglamentos. Algunos hasta se preguntan: ¿por qué nos imponen esto? Y es porque la ciudad tiene que recomponerse de alguna forma, porque lo que ha pasado es que en el área central tenemos todo junto, edificios altos, bajos, tramos de valor patrimonial, etcétera. había que empezar a recomponer en alguna medida. Si queríamos tener una lógica de funcionamiento distinta de la ciudad cuidando lo que hay que preservar, induciendo completamientos para lograr una morfología urbana que hasta ahora no pudo tomar

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ninguna particularidad, algunas reglas había que poner. LGA: —¿Se obtuvieron los resultados esperados? ML: —Creo que la nueva normativa ha dado enormes resultados. Pero hubo matices; por ejemplo, nadie habla de que el plan de Pichincha se cumplió al pie de la letra. Sin embrago, discutimos mucho con los actores que decían que se iba a paralizar un área de la ciudad donde nadie iba a querer construir, donde nadie iba a querer hacer nada. Al revés, durante cuarenta o cincuenta años no se hizo nada en Pichincha porque era un lugar que tenía un potencial muy alto de construcción, pero no había interés de usarlo. Entonces, o se construían edificios de diez o quince pisos o no se podía comprar el lote porque era muy caro. El valor del lote estaba definido por las posibilidades que tenía y, con esos precios, no se podía comprar una vivienda para vivir en esa zona. Al bajar el potencial constructivo y darle al área otra connotación, logramos que se cumpla el plan y transformar un sector de la ciudad. hoy Pichincha tiene viviendas muy revalorizadas, bares, restaurantes, centros culturales, que es lo que pretendíamos. Otra cosa que nos criticaron muchísimo fue parar la demolición en Oroño. Que fue uno de los primeros problemas que nos tocó enfrentar y lo hicimos con valentía. Los actores decían que íbamos a convertirlo en una zona abandonada de la ciudad, que íbamos a hacer que nadie invierta un peso en el Boulevard. Pero este plan se llevó a cabo con rigor. Se dejaron de demoler viviendas de valor patrimonial, se rehabilitaron viviendas para instituciones como clínicas, compañías de seguros, bares. Lo que proponíamos era viable, la ciudad no tiene por qué construirse en todos lados con edificios en altura. Tenemos una ciudad muy rica en otras configuraciones y tipologías. Oroño es muy rica por las casonas que tiene, ¿por qué demolerlas si pueden servir para otros usos? Se han rehabilitado muchísimas como, por ejemplo, bares. Eso antes era muy difícil porque la norma otorgaba un potencial tan alto a esos lotes, que si no se pensaban para hacer un edificio en altura no se podían comprar. hay muchas explicaciones detrás de los cambios normativos que resultan difíciles

de leer para el ciudadano común. Pero quienes estuvimos detrás de la construcción de la norma, vemos con satisfacción que se han tomado muchas medidas muy jugadas que resultaron formidables para la ciudad. ¿Quién no iba a estar de acuerdo en que se rescate Oroño? Salvo algún propietario que le convenía el edificio en altura, el resto no podía no estar de acuerdo. hasta pienso que llegamos tarde, porque durante más de dos décadas se demolieron gran parte de las mansiones del Boulevard. En el área central, en calle Rioja, la normativa se cumplió estrictamente. Los propietarios del suelo se dieron cuenta que era preferible recurrir a tipologías más bajas, más comerciales y así logramos revitalizar una calle que estaba totalmente abandonada. Lo mismo va a pasar con las calles Maipú y San Juan. En el proyecto Puerto Norte hoy tenemos construida la Avenida de la Costa hasta Oroño y pronto va a llegar a Dorrego. Eso se pudo hacer gracias a los inversores privados y a los convenios urbanísticos. El monto invertido o a invertir por los privados de ese sector en obra pública —como parte de esos convenios— es de veintiséis mil millones de pesos, dos presupuestos y medio de obra pública municipal. Todo esto se hizo a través de la lógica de la inversión. Porque otro concepto que llevan implícitos este nuevo conjunto de reglas —y que puede ser discutible desde el punto de vista ideológico— es que los desarrollos urbanísticos producen riqueza en una ciudad. Creo que eso es indiscutible. Cuando hay un movimiento determinado en esa dirección, hay muchos actores que se benefician, entre otras cosas porque los valores de esos terrenos empiezan a aumentar. Pensemos lo que fue abrir el Parque de las Colectividades y el Parque de la Costa, donde antes había un paredón; ¿cuánto le genera al frentista ese movimiento? Es enorme la transformación económica de esas propiedades. La norma hace que cuando se produce una transformación urbanística importante, haya actores que se vean más aventajados que otros. Son favorecidos por un cambio normativo, por ejemplo, al permitir en Puerto Norte edificios de altura excepcional. Ese mismo beneficio no lo tienen otros propietarios. Entonces, aquellos a los que se les otorga un mayor aprovechamiento, deben

compensar al Estado con parte de ese beneficio. Ni siquiera todo, solo una parte. Eso es mucha plata y va para construir obra pública, comprar terrenos para viviendas sociales, construcción de espacio públicos y mejorar los barrios. LGA: —¿Qué pasa con las excepciones a la norma? ML: —Excepciones va a haber siempre porque la norma no puede estudiar al detalle cada milímetro de la ciudad. Y eso está bien, bienvenido sea. El tema es cuando se recurre a la norma para esquivar a la norma, porque a veces pasa que el propietario del suelo y el arquitecto quieren más de lo que permite la norma. Los argentinos somos transgresores por naturaleza. El Arq. Cesar Pelli dijo una vez en la Bienal de Buenos Aires: «Los arquitectos argentinos estamos muy acostumbrados a primero hacer el proyecto y después verificar si cumple los reglamentos, cuando en realidad es al revés, un buen arquitecto, el mejor arquitecto, es el que puede lograr un proyecto excepcional que cumpla con todos los estatutos». A tabla rasa cualquiera es buen arquitecto, pero el mejor es el que puede hacer un excelente proyecto tomando las condicionantes del entorno, la norma y los edificios de valor patrimonial que tiene alrededor. LGA: —Parece una reflexión dura pensar en qué está pasando para que los arquitectos necesiten que les avisen que hay que mirar lo que hay al lado… ML: —Cuando eso no pasa, como Estado tenés la obligación de decirles que miren. Ahora hay que presentar el plano con la aprobación de los vecinos, que es una forma de obligarte a mirar. LGA: —Después de trece años de implementada esta nueva norma, ¿qué cosas te parecen que se pueden mejorar? ML: —Siempre hay cosas que se pueden mejorar, pero tal vez eso no lo deba decir yo, lo tiene que decir la gente que está en eso en el día a día, la que va siguiendo la implementación de los procesos. Yo puedo hablar desde la persona que recorre la ciudad y ve los cambios que se han dado. Creo que hay cosas que podrían llegar a mejorarse; por ejemplo, inducir convenios por secciones y de preservación. Eso desarrollaría un programa para sec-

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Frente de Renovación Urbana — Plan Especial Barrio Pichincha (Fuente: Secretaría de Planeamiento- Municipalidad de Rosario- 2008).

tores medios, recuperando las esquinas de valor patrimonial en el área central. El Estado tendría que estar más presente en esos casos y se debería crear un programa de accesibilidad a la vivienda, un «PRO.CRE.AR» destinado a eso. Otra de las cosas es que Rosario tiene un patrimonio riquísimo de casas en el interior de la manzana, los departamentos de pasillo. En lugar de llevar a la gente a vivir a la periferia se deberían revalorizar las viviendas de pasillo en el área central. hay cantidad de cosas que se podrían implementar. En el mismo Pichincha todavía hay manzanas muy abandonadas en las que habría que hacer una acción más intensa con los propietarios de suelo y atar créditos a la vivienda para que eso se transforme. Lugares donde, por ejemplo, hay viejos galpones. Allí esto hay que inducirlo. Está en la norma, pero no basta solo eso. hay que gestionar, unir a los actores, buscar interesados. Todas esas cosas son puestas en discusión. Pero atrás

de la norma falta una gestión. Este debería ser un buen momento para discutir con distintas instituciones y distintos actores para impulsar esas cuestiones. El área central aún tiene un potencial constructivo enorme y no tienen por qué ser sólo edificios en altura. Un grave error es pensar que tenemos que hacer siempre más de lo mismo. Pienso que hay una saturación y que por eso mucha gente se ha ido a vivir a Funes o Roldán. Porque parece que se pretende construir solamente en altura, pero no todo el mundo quiere vivir en esos edificios. O sea, se está brindando sólo un prototipo de vivienda. Si seguimos construyendo sólo esa tipología, la gente se va a seguir yendo a vivir a Funes o Roldán. LGA: —Parece difícil de implementar por la incidencia del metro cuadrado… ML: —No, no me parece. Nosotros lo probamos en Pichincha, en ejercicios con alumnos de la facultad, donde en lugar de

construir el edificio en altura lo volcábamos hacia el centro de manzana y construíamos edificios de dos, tres o cuatro pisos hacia el centro de manzana. LGA: —El Fot te da igual… ML: —Claro, el FOT te da igual; para eso lo que tenés que hacer es jerarquizar el centro de manzana, producir atravesamientos, generar espacios públicos en el interior, darla vuelta, como han hecho en muchos países desarrollados. No mirar la manzana cerrada, sino abrirla y hacer que el interior también sea rico. Generar un borde de cuatro o cinco pisos y pasar a tener prototipos donde la gente pueda tener un patio o una pequeña placita. ¿Cuánta gente prefiere eso a vivir en un piso diez o un piso quince? LGA: —todavía no se verifican proyectos de ese tipo... ML: —hasta que alguien se anime…


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rESPoNDEr A LA NorMA Construyendo vínculos y normas para hacer ciudad. ArQ. DAMiÁN PoDio ArQ. FEDEriCo MAriNAro ArQ. JuAN MANuEL PELÁEZ ArQ. FELiPE uriBE


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El otro como límite Por: Arq. Damián Podio

«Cuando menos me relaciono con el otro, más otro es»

Casa Aity (Fotografía: Damián Podio y Cristian Monti).

(Darío Zstajnrajber, parafraseando a Levinás)

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a invitación a escribir sobre la Normativa me hizo pensar en los límites y el proyecto de arquitectura en relación al otro. Pensar una analogía del Otro como límite. Pensemos en dos formas de vincularnos, la tolerancia y la hospitalidad. La tolerancia implica una relación de poder, uno pone las reglas y tolera, o no, al diferente; y la hospitalidad, en cambio, admite la posibilidad de que un tercero nos transforme. El término tolerar remite a la idea de soportar (al otro) y el término hospitalidad viene del desierto en el que no había casas, había «tiendas», entonces otro llegaba y tomaba lo que necesitaba.

hace ya algunos años, el Arq. Mark Lee dio una conferencia en Rosario en la que mostró una casa en una ladera (hill house, en Los Ángeles), donde la forma de la casa estaba casi enteramente definida por las normativas y ordenanzas de la zona, que restringían la construcción en pendientes y daba por resultado una volumetría poliédrica muy singular exponiendo, así, el poder aliado de los límites a la hora de proyectar. Un proyecto de arquitectura implica atender muchos elementos tales como el contexto, el paisaje, la cultura, la técnica y los recursos disponibles, las particularidades del comitente, experiencias ante-

Damián Podio

Casa Aity. Fotografía: Damián Podio y Cristian Monti

Nace en Rosario, Santa Fe, en 1976. Es Arquitecto, por la Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño de la UNR (2005). ha sido Adscripto y Docente en la Cátedra Rois del Área de Teoría y Técnica del Proyecto Arquitectónico de la Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño de la UNR (2013/2016). Desde el año 2006 forma su estudio profesional, Arcubo Arquitectos, junto al Arq. Cristian Monti, en donde realizan proyectos y direcciones de obra de pequeña y mediana escala. En 2014 la Casa Aity es seleccionada para la Exposición Panorama de Obras en la IX Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo, Rosario. En 2015, la Casa Aity recibe una Mención honorifica «Premio CAPSF/FADEA Arquitectura Construida 2015»”, Categoría 2: Vivienda individual exenta.


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Casa Crimol. Fotografía: Marco Zampieron

Casa Azup, en Oliveros. Fotografía: Damián Podio

riores, pensamientos y posturas filosóficas y la conciencia con respecto a la realidad. Pero también al que está al lado. Cuantos más condicionantes se tengan, mejor va a ser el proceso proyectual y mejor el proyecto. Nuestro estudio de arquitectura tiene base en Rosario. Sin embargo, trabajamos más en las localidades vecinas, en pueblos donde no existen ordenanzas o nadie parece atenderlas. Esa carencia de normas y de aplicación de estándares nos dio la posibilidad de experimentar y cuando experimentamos entre diferentes pieles y técnicas constructivas, no hacemos más que explorar los límites de la materia, las posibilidades de su utilización y ordenarlas en función de lo que queremos. Como proyectistas y directores de obra nos definen constantemente los límites. Cuantos más límites se encuentran, más capacidad creativa se desarrolla. La verdadera libertad creadora necesita de límites para no abrumarse entre tantas posibilidades, entre tantas decisiones. Ca-

da elección significa una pérdida, la elección de un material de entre otros muchos significa la pérdida angustiosa de las demás alternativas. Los límites no son armónicos ni están en equilibrio, generalmente están en tensión. La Normativa, que supone un orden, una ley, es un límite más que tensiona la situación. Pensando la analogía del Otro como límite, la noción de hospitalidad llevada al proceso proyectual haría que ese distinto se meta en nuestro proyecto, que irrumpa y lo forme. El encuentro con un tercero es la posibilidad de transformarnos, de reinventarnos, de Ser. Análogamente, el proyecto de arquitectura Es en relación al Otro, en relación a los límites. En entornos donde la Normativa prácticamente no existe, o nadie parece atenderla, la arquitectura la pone en evidencia. La norma cobra un valor genuino, el verdadero valor que tiene, que es la presencia del Otro.

Casa Crimol. BIAAR VíNCULO (Fotografía: Marco Zampieron).

Casa Azup; estudio. Fotografía: Damián Podio


Edificio Pequeño. Fotografía: Walter Salcedo

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Caminar al borde de las normas Entrevista al Arq. Federico Marinaro

GA: —¿Que es para vos una norma o una normativa? ¿De qué manera afectan las normativas a tu arquitectura? ¿Como se reflejan en el ejercicio de la profesión los mecanismos de aplicación a las normativas? Federico Marinaro: —Siempre me llamó mucho la atención un párrafo dedicado a la «arquitectura de las fachadas y medianeras», desde que leí por primera vez en el año 2009 el Reglamento de Edificación de la ciudad de Rosario. La misma dice así: «En casos en que se vean desde la vía pública las fachadas laterales de un edificio, éstas deberán ser tratadas en la misma forma y con los mismos materiales que la fachada principal. Cuando las medianeras de un edificio sobrepasen la altura de las construcciones vecinas, deberán ser tratadas arquitectónicamente». Ahora bien, si esto es una Norma o Regla, ¿cómo debería entenderse? ¿Qué significa tratar arquitectónicamente una medianera? ¿No queda librado a la subjetividad y valoración estética de cada interviniente? ¿Quién dice si es arquitectónica o no? Si está reglamentado o normalizado, ¿por qué no se pide como elemento constitutivo en la presentación municipal del permiso de edificación? Creo que nuestra disciplina y quehacer ar-

Federico Marinaro Nació en Rosario, el 11 de Febrero de 1981. Arquitecto, egresado de la Universidad Nacional de Rosario (2008), también obtuvo en 2013 el postítulo en Arquitectura y Tecnología, en la UTDT (Universidad Torcuato di Tella). Cuenta con una profunda trayectoria en trabajos independientes, muchos de los cuales han sido premiados durante los últimos años. Algunos de los premios obtenidos: . Edificio Pequeño: Obra Seleccionada BIAAR (Bienal Internacional de Arquitectura Argentina), 2018. . Centro de Logística Insumos Gráficos: Obra nominada para el Mies Crown hall Americas Prize (MChAP) 2018, entregado por el College of Architecture at the Illinois Institute of Technology en Chicago (IIT). . Primer Premio «CONCURSO PREMIOS CAPSF ARQUITECTURA CONSTRUíDA Siglo XXI» Período 00-17. Categoría 4: Edificios no residenciales: Administrativos, de Equipamiento, Comerciales. . Tercer Premio ARQ-FADEA, Santa Fe 2018, . Obra Privada escala media: Obra Distinguida BIAAR (Bienal Internacional de Arquitectura Argentina), 2018. . Edificio Urquiza: Obra nominada para el Mies Crown hall Americas Prize (MChAP) 2018, entregado por el College of Architecture at the Illinois Institute of Technology en Chicago (IIT). Nominada para el MChAP FOR EMERGING ARChITECTURE, entregado por el College of Architecture at the Illinois Institute of Technology en Chicago (IIT). . Penthouse Iriondo. 2010 Premio ARQADIA. . Tercer Premio «CAPSF/FADEA PREMIOS DE ARQUITECTURA CONSTRUíDA, 2015». Categoría 8: Rehabilitación de edificios existentes e intervención en construcciones de valor patrimonial.


Edificio Urquiza Fotografía: Walter Salcedo

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Fachada Fotografía: Federico Marinaro

quitectónico está en constante fricción con las normas o leyes, cuando en realidad deberían ir a la par. Un camino lógico es caminar al borde de las mismas, ni afuera, ni adentro. Está en nosotros y es casi nuestro deber como ciudadanos y profesionales intentar hacer evolucionar y repensar las mismas. Por mi parte, desde el quehacer arquitectónico y desde la docencia, intento repensarlas y cuestionarlas. Generalmente inicio un proyecto bastante abstraído de la normativa y luego voy adaptándolo a la misma. Pero cada vez se hace más difícil ya que, como uno va conociéndolas, ya sabe que camino no tomar para no dilatar los tiempos de los proyectos. LGA: —¿Están en relación a la dinámica actual? FM: —Creo que el sistema debería ir por delante de las demandas profesionales y de la ciudad. LGA: —¿vos cómo manejas estas cuestiones? ¿De qué manera las asimilas o interpretas a estas regulaciones y llevas a cabo tu trabajo? FM: —Intento cuestionarlas desde las obras. LGA: —¿Qué crees que se debería modifi-

car para mejorar estas cuestiones, ya sea de las normativas, reglamentaciones o los mecanismos que las implementan? FM: —Creo que el problema no son las normativas; el problema es «Norma», que es la que hace las normas. Pienso que ciertas informalidades o libertades hacen bien a las ciudades. Las espontaneidades o los grises a esas normas hacen que, por ejemplo, aparezcan asentamientos irregulares que tienen sus propias normas o leyes. Pienso en lo bello de los asentamientos irregulares o de las ampliaciones de viviendas en barrios de la ciudad que no han pasado por el permiso municipal; con esto no digo que no deberían cumplirse ciertas normas, creo que el gran desafío es cómo hacer esa belleza informal dentro de los marcos formales o normalizados. Por ejemplo, como en la foto de una facha-

da cualquiera de un edificio de la ciudad de New York. ¿Cómo hacer que un elemento sea a la vez pasarela técnica, salida de emergencia, protección solar y espacio para colocar vegetación? Da la sensación que las normas son elaboradas y pensadas en forma aislada; se piensa en escalera de emergencia por un lado, las protecciones higrotérmicas por otro y los balcones y las salientes de las edificaciones por otro. Está claro que por algo se empieza, y celebro que se pida el requerimiento higrotérmico hoy en día, pero también pienso que no hay una articulación entre todas las normas para que uno, como arquitecto o profesional, pueda contar con un cuerpo directivo que tenga un proyecto claro, integrado y articulado.

«Norma: nombre femenino. Principio que se impone o se adopta para dirigir la conducta o la correcta realización de una acción o el correcto desarrollo de una actividad.»

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«El concurso público tiene que tener garantizados los recursos de financiamiento»

Se agradece a la Dirección de Comunicación de la Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño (UNR), organismo que facilitó la realización de la presente entrevista

Entrevista al Arq. Juan Manuel Peláez, estudio JUMP Arquitectos (Colombia)

CDI, Centro de excelencia para la atención de la primera infancia (Cartagena) Sección Interior del aula y sección transversal

CDI, Centro de excelencia para la atención de la primera infancia (Cartagena) Vista aérea del proyecto, imagen del contexto, sección interior del aula, sección transversal

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GA: —En tu trabajo está muy presente lo público: escuelas, centros culturales y ayuntamientos. ¿En qué medida un reglamento de edificación o la aplicación de normativas en sentido más amplio, afectan el proyecto de arquitectura? Juan Manuel Peláez: —En Colombia tenemos normativas que rigen cualquier tipo de proyecto, público o privado. Lo que sí empieza a marcar una diferencia es cuando es obra pública, más allá de si existe alguna orientación o recomendación de materiales en cuanto a lo normativo, si hay como un principio para que esos proyectos que van a ser mantenidos por el Estado tengan una lógica en hacer uso de materiales duraderos en el tiempo. Uno sabe, o intuye, que un Estado en un momento específico puede estar bien de recursos disponibles, tanto para ejecutar la obra como para prever cinco o seis años su sostenibilidad. Pero lo ideal es que lo que se busca es que ese tiempo se extienda el

Juan Manuel Peláez, Estudio JuMP Arquitecto de la Universidad Nacional de Colombia, 1994. Máster en historia, Arte, Arquitectura y Ciudad (Escuela Técnica Superior de Arquitectura, Barcelona, 1996). En 1997 crea el estudio Juan Manuel Peláez Freidel Arquitectos JUMP, en la ciudad de Medellín. Desde el 2018 tiene como arquitecto asociado a Juan Esteban Ramírez. La experiencia profesional de JUMP Arquitectos está dividida en 4 áreas: Residencial, Institucional, Comercial y Cultural. Mención especial en el Architizer A+Awards por el proyecto CDI pasacaballos, Cartagena (2017); Primer puesto concurso público nacional para el proyecto Nuevo Edificio para Artes en la Universidad Nacional de Colombia, Bogotá (2014); Primer puesto concurso privado para el nuevo centro de investigación e innovación para Kimberly Clark, Medellín (2012);Ganador del «Lápiz de Acero» con el pabellón para la Bienal de Arte de Liverpool; Primer premio en el concurso para el diseño del Centro Cultural de España, en Bogotá (2007); Ganador del Gran Premio Bienal, en la XV Bienal Panamericana de Arquitectura, Quito (2006); International Award for Excellence in Architecture for Children, Edimburgo (2005); Primer Premio Concurso «Jóvenes arquitectos» Aguirre Newman, Madrid (1999); finalista premio “Bauwelt” ópera Prima, Berlín (1999). Es invitado como conferencista para mostrar su obra en Chile, Argentina, Ecuador, Venezuela, Estados Unidos y España.

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máximo posible. En los países latinoamericanos un día estamos bien y, al siguiente, podemos estar tocando fondo; entonces sí se trata de ser cuidadosos en eso. Creo que nos responsabiliza a nosotros como arquitectos que los proyectos estén enmarcados en eso. hemos tenido casos en Colombia en donde esa obra pública primeramente es bien recibida, porque el proyecto tiene algún logro en cómo se resuelve desde el punto de vista arquitectónico. La comunidad lo acepta, pero como no ha habido un proceso riguroso en cómo construirlo y con qué tipo de materiales, desaparecen muy rápido. Bajo esa experiencia, que han sido casos muy puntuales y muy pocos, sí se insiste mucho por parte del Estado, cada vez que hace un llamado a concurso, en los materiales que se van a usar y la forma de pensar el proyecto; no en la geometría, en la forma, pero sí en la estructura que va a permanecer en el tiempo. LGA: —En cuanto a lo institucional, ¿hay líneas de crédito que estimulan la construcción de vivienda y el trabajo para los arquitectos jóvenes? JMP: —Más que en vivienda, el Estado en Colombia se ha concentrado en los últimos veinte años en infraestructura educativa, en la interacción del espacio público y en cuestiones afines a los espacios culturales. hubo un proyecto grande con el tema de la vivienda social en los últimos cuatro años liderado por el presidente que acaba de terminar su mandato, Juan Manuel Santos. Pero fue un proceso y un proyecto que tanto en su planeamiento como en su diseño —y en su misma ejecución— lo hizo el Estado. Lo único que había eran licitaciones para que empresas constructoras ejecutaran un plan, pero nunca tuvo una búsqueda arquitectónica. Para los otros temas —centros culturales, bibliotecas, etc.— está el «concurso público», con un altísimo estándar de obra ejecutada, más allá de si quienes resultaban ganadores de los concursos eran maestros reconocidos de la arquitectura o no. Ese mecanismo para que los arquitectos tengan trabajo se hizo a través del concurso público. hoy en día hay más de cincuenta o sesenta estudios de arquitectura activos solamente con este tema específico, se ha ampliado mucho más la opor-

tunidad para que todo el mundo pueda trabajar, y no como era hace veinte años en donde siete u ocho estudios trabajaban, y los arquitectos que se iban graduando, a lo máximo que podían aspirar era a ir escalando en esos estudios. hoy en día un arquitecto recién egresado, a menos que quiera compartir una experiencia en estudios que estén consolidados o por un tema específico que estén desarrollando esos estudios, un arquitecto recién salido de la Universidad puede encontrar en un año fácilmente dos o tres concursos que se abren, y si tiene la oportunidad de ganar alguno de esos concursos puede ser el inicio de su carrera.

ahí es donde el arquitecto ve donde va a ir esa pieza arquitectónica, ya que uno quiere enfatizar y enmarcar los horizontes con la presencia de la montaña. O liberarlos y expandirlos, porque es una presencia muy fuerte. Además, eso lleva una condicionante, la topografía normalmente es escalonada, es muy difícil encontrar terrenos donde la condición sea plana, entonces siempre estamos pensando en niveles, y eso inmediatamente te hace una relación de visuales, de paisajes, desde donde se está mirando. Cualquier variación que tengas en esa topografía da a situaciones y oportunidades diferentes para encontrar una mejor relación de proyecto.

LGA: —Acá sucede que se hacen concursos, pero muchas veces la obra, se termina ejecutando otro proyecto o la propuesta ganadora pero con profundas modificaciones. ¿En Colombia sucede eso también? JMP: —No, en Colombia a finales de los años noventa se implementaron dos reglas, que hasta el momento no han sido modificadas para fortuna de la profesión: una, concurso público que salga tiene que tener garantizado los recursos de financiamiento de la obra, siempre está detallado el monto de financiamiento y cuál es la protección que tiene del Estado, independientemente de que haya una crisis o no; y la otra, que cualquier tipo de obra pública que salga, sea a través de concurso. Lo transversal es que se hacen concursos, y el concurso tiene que tener garantizado los recursos y entonces todo se construye. hay un 5% de proyectos que no han llegado a ejecutarse.

LGA: —Hay un proyecto del rogelio Salmona que justamente está buscando visuales hacia un valle, una serie de edificios de cuatro o cinco pisos escalonados y encajonados… JMP: —Si claro, lo conozco. Pero también están las Torres del Parque. Para mí la gran virtud de ese proyecto, el de las Torres, es que es vivienda en altura. Al tener ese movimiento, casi como elíptico, hace que cada departamento tenga una visual sobre uno de los horizontes muy interesantes.

LGA: —otro tema que ustedes trabajan mucho es la relación de la arquitectura con el paisaje, y, dadas las condiciones geográficas, lo tienen muy en cuenta a la hora del proyecto. JMP: —Si, Colombia está dividido en tres alturas distintas respecto al nivel del mar: ciudades que están pegadas a la costa, en paisajes similares a Rosario; planicies; y muchas ciudades ligadas a la cordillera, entonces cuando uno nace, independientemente de seamos arquitectos o no, estamos ligados a las montañas. Entonces tenemos la siguiente situación: esas montañas nos envuelven y queremos salir de ellas para encontrar otro tipo de paisaje, y

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LGA: —¿Cómo fue la experiencia en otros países? JMP: —Aprovechamos la oportunidad de ir a trabajar a otro países; lo que se hacía era un viaje, se reconocía ese lugar, veíamos con colegas y amigos de ese país que problemáticas había y conseguíamos evaluadores de esos países para nuestros proyectos. Lo hicimos en España, México y Argentina. LGA: —En Argentina, ¿con quiénes trabajaron? JMP: —Con la Universidad de Palermo, que en ese momento había un arquitecto que estaba haciendo el plan de recuperación de la Avenida 9 de Julio, incorporando las ciclorutas, queríamos ver esas cosas. El edificio que se hizo fue en la entrada al Barrio Chino en Belgrano, había un pequeño parque, y la idea era dinamizar lo que el parque tenía con un proyecto de infraestructura que hacía repensar la movilidad, aumentar la calidad del parque y, al mismo, tiempo brindarle un equipamiento al sector.

FUN, Facultad de Artes Universidad Nacional de Colombia (Bogotá); espacio público, vista aérea y sección longitudinal.


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«Hay que garantizar un buen proyecto y después volverlo norma» Entrevista al Arq. Felipe Uribe Edificio Jorge hoyos, sede de la Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá. Fotografía: Federico Cairoli

El arquitecto colombiano

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Felipe Uribe nos ayuda a ver los proyectos de otra manera, hablando de las normativas, los paisajes que los rodean y, por sobre todo, a quienes van a realizar sus actividades dentro de ellos.

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GA: —tomando como eje de la charla el tema de la manera en que las reglamentaciones y las normativas afectan a los proyectos arquitectónicos, ¿qué opinás al respecto? Felipe uribe: —Tengo que comenzar por confesar algo, prácticamente todos los proyectos que he hecho han transgredido la norma, y eso ha sido necesario. No porque uno sea alguien que está en contra de lo que está normalizado; básicamente porque cuando se codifica una ciudad y se normaliza, siempre se hace con una visión general, macro. Porque además, casi siempre, en el medio nuestro entran en juicio valores cuantitativos de densificación, además de otros parámetros que, si después lo miras con lupa en nuestro contexto, mucho se reduce a una lucha de poderes. A veces es tanto el dinero que hay de por medio que la normativa es una cosa de lobby y del mejor postor. Ahí es donde uno tiene que preguntarse: ¿de dónde se viene con todas esas normas? A veces se da una cuestión más sana, que tiene que ver con una visión más técnica. Por ejemplo, de la ingeniería vial o de otros rubros muy específicos y el último que llega es el arquitecto. Es cualitativo, todos intervienen, pero el que tiene que trabajar con las normas es el arquitecto, es como que todo le cae encima. Creo que ante esa incapacidad de flexibilidad de la norma —porque también sería mucho pedirle mirar cada proyecto en su

Felipe uribe Arquitecto urbanista colombiano. Licenciado por la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín en 1988, es profesor titular de la misma universidad. Director del Laboratorio de Urbanismo UPJ de Bogotá, Profesor en las maestrías Arquitectura y Tecnología de la Universidad Torcuato Di Tella; y de Arquitectura, FADU-UNL, en Argentina. En 1990 funda el estudio Uribe de Bedout Arquitectos. ha realizado obras públicas que contribuyen a la renovación urbana y la recuperación social de Medellín y proyectos urbanos en El Salvador y la Argentina. Entre sus edificios, sobresalen el Templo de las Cenizas y Crematorio (1998), el Parque de los Deseos (2003), la Biblioteca Temática de EPM (2005) y el Colegio La Independencia (2006).

especificidad— y la capacidad que tiene un proyecto de ser un detonante, un transformador, sería clave que siempre haya una instancia negociadora, abierta, para mirar los proyectos con una lupa. Corre el

riesgo de viciarse, porque en una negociación siempre hay intereses. Pero cuando son proyectos de interés público, aunque sean en el ámbito privado, yo digo que es una premisa dudosa. Es decir, todo el


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mundo pensó que en un lugar determinado debería haber cierta cosa y por eso está la norma, pero cuando alguien dice que en lugar de un edificio de viviendas debería haber una biblioteca, automáticamente pusiste en crisis la norma. Ya no hay un problema de altura o densidad, sino que hay otro proyecto. Ahí hay que poner la mirada crítica del arquitecto y decir: «yo no le voy a hacer caso a la norma»; a priori tengo que dudar de la norma, del presupuesto, del programa y del encargo entero, responsabilizarse en tener una mirada macro y decir: «creo que este proyecto hay que hacerlo así», y que se vengan todas las problemáticas. El camino que he aprendido es que todas las normas son negociables; al principio todo es no: que no se puede cerrar esta vía, que los baños públicos no pueden estar aquí, que hay que tenerlos aquí, etc. Creo que la norma tiene una responsabilidad y que es muy negativa sobre las implicaciones reales de la buena arquitectura, y creo que los arquitectos hemos venido siendo muy obedientes. Nos facilitamos un proceso menos complejo; cuando querés cambiar las normas corres el riesgo de perder el proyecto, y creo que siempre habrá argumentaciones profundas, serias y lógicas para hacer y repensar un proyecto. Cierta vez, en un proyecto, la normativa nos obligaba a hacer un estacionamiento para setenta autos, ¡en un barrio donde casi no había tráfico! Y, a siete días de lograr un contrato de 7 años, logramos que se revierta el contrato del estacionamiento y en ese lugar se hizo la Casa de la Música. Obvio que implica muchos riesgos y si no te sale vas a ser muy criticado y quedas muy expuesto. Para mí la norma tendría que ser para planear la ciudad, nosotros hacemos al revés. Los europeos tienen un master plan donde tienen definida hasta la altura de los edificios, la tipología del centro manzana, y después se llama al arquitecto, de ahí sale la normativa. Si nosotros nos creemos nuestra profesión, tendríamos que trabajar con la espacialidad y con todo el programa, para garantizar que haya un buen proyecto y después volverlo norma; lo nuestro se hace al revés. Es como se hacen los concursos: primero te dan las bases, que no son más que un edificio disfra-

zado de norma. En Nueva York los arquitectos desarrollaron muchos proyectos donde, por ejemplo, se planteaba un volumen con una plaza o un patio o si era escalonado o no, y eso se volvió norma. Alguien que no sabe que es el espacio lo vuelve un cuadro de Excel, un problema de índices de altura, y entonces se trivializa, llega a una síntesis insulsa, sin capacidad de generar una arquitectura que convoque a nuevos comportamientos, y estamos abocados a esa dictadura de la normativa que no deja de ser muy cuestionable. LGA: —En Colombia, ¿qué rol cumplen las instituciones a la hora de encargar proyectos o concursos? Fu: —Las instituciones desde lo privado a lo público tienen la responsabilidad de dar una capacidad de juicio crítico y de cuestionamiento para la arquitectura. Esto siempre va a ser inevitable, porque por más que estés de acuerdo con el presupuesto, el programa y las normas, siempre vas a necesitar de un socio o un aliado institucional que, finalmente, es el comitente. Y es una responsabilidad tuya como arquitecto volverlo tu socio, ahí nuestro trabajo de comunicación es muy importante. Un comitente no es alguien que te tira un programa y nada más, tiene que convertirse en tu mejor aliado, porque en el fondo lo estas invitando a participar de algo que ni se imaginaba que era capaz de pensar. Lo necesitas, porque cuando entras en el juego de cambiar las normas, él te está respaldando. Entonces, las instituciones tienen una responsabilidad tan seria y tan importante como los arquitectos. Toda institución tiene el deber ético de cuestionar, de pedir respuestas, lo que uno tiene hacer es voltear y hacer preguntas a la institución, para que se dé cuenta de que no necesita respuestas, sino preguntas. Esto que parece de psicoanálisis es muy procedente para que se entienda la dimensión del proyecto. Y ahí los arquitectos somos muy responsables de que, muchas veces, nos vean como bichos raros incapaces de comunicarnos, incapaces de la empatía. Porque muchas veces satanizamos al cliente, lo volvemos un problema y para mi esa es una de las cosas más equivocadas de nuestra profesión.

Si las instituciones —ya sean del ámbito público o privado— no se involucran en la ciudad, no hay manera de sacarla adelante. hemos tenido buenas experiencias con fundaciones e instituciones privadas en Medellín, todo el mundo piensa que todo es solamente un esfuerzo del gobierno y eso es falso. LGA: —En este sentido, y pensándolo en relación a las normas, ¿cuál es la relación entre tu arquitectura y el paisaje? Fu: —Aunque somos capaces de acabar con un territorio como salvajes, en la medida que lo entendamos y lo tengamos como un elemento estructurante, de soporte, el buen trato al entorno, el cómo lo habitamos, nos da más garantías de duración, de permanencia y, sobre todo, de calidad de vida. No es buena esa dicotomía tan radical de que o tenemos reservas naturales o tenemos poblaciones absolutamente empobrecidas de recursos naturales. O es blanco o es negro. Toda civilización que nos precedió lo tenía al revés, pensando en el agua o en otros recursos, tratando de mantener un equilibrio. Si fuéramos capaces de mirar el mundo como los nómadas que nunca dejaban agotar un territorio y tuviéramos un equilibrio desde nuestro sedentarismo, seriamos nómadas contemporáneos. Si el Estado entendiera que entrar en ese equilibrio —que para mí es lo más barato— con sólo arborizar una calle, estás dando calidad de vida. Es un paliativo necesario, el ser humano necesita de esto. Necesita pausarse, entrar en equilibrio. Un bosque es un relajante natural, sin costo. Me parece que sería una idiotez no recurrir al río Paraná, no recurrir a una montaña como ese paliativo que me da tranquilidad, pero sobre todo me da una pertenencia en el territorio. Reconozco esa montaña o ese río como algo que va a estar conmigo toda la vida, y empezar a mezclarlo con la arquitectura, a convertirlo en paisaje, que es cuando de alguna manera modificamos a la naturaleza, la diseñamos como visual. Me parece que es una categoría que es inadmisible no tenerla como prioridad. Siempre aclarando que me preocupa más, por ejemplo, cómo hacer una biblioteca, y luego que hace esta biblioteca con todo el paisaje que tenemos.

Se agradece a la Dirección de Comunicación de la Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño (UNR), organismo que facilitó la realización de la presente entrevista

Templo de las Cenizas y Crematorio, Medellín. Fotografía: Federico Cairoli

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Mies van der Rohe, Seagram Building, NYC, 1958 Fuente: Tafuri, Dal Co, Architettura Contemporanea ll, Electa Editrice, Milano, 1979, página 306

La Historia de la arquitectura registra numerosos casos de fricciones entre propuestas proyectuales y reglamentos y códigos urbanos. Muchas veces, la forma final del edificio resulta muy influida por la aplicación de esas reglamentaciones, más allá del deseo del autor. Otras tantas, estos roces dieron origen, como involuntario producto, a ciertas posturas teóricas. Quizás los buenos arquitectos son los que tensionan esas normas al punto de resultar en propuestas francamente sorprendentes, pero sin llegar a quebrarlas. Intentaremos un listado (siempre provisional, siempre incompleto) de algunos ejemplos.

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A propósito de códigos y reglamentos Por: Arq. Carlos Candia

hugh Ferris Estudio del máximo permitido por la New York Zonning Law de 1916 Fuente: https///collection.cooperhewitt.org

l arquitecto estadounidense hugh Ferris, establecido en New York en 1913 como dibujante de perspectivas, hizo una muy interesante serie de estudios volumétricos de la resultante de aplicar la Zoning Law de 1916 —el código que regía la actividad por aquellos años— a una manzana de Manhattan. Este conjunto de reglas, formuladas por un grupo de técnicos, tenían como objetivo limitar mediante retranqueos en altura la simple extrusión del terreno en el volumen construido. La extrusión era la operación más usual y la que sacaba una mayor rentabilidad del emprendimiento inmobiliario. Al aplicar esas normas se buscaba controlar la cantidad de habitantes de cada edificio, reduciendo el tráfico y el flujo de personas y, sobre todo, impedir que el aire y la luz sean bloqueados por las masas edilicias. Años más tarde, los oscuros, sugestivos y dramáticos dibujos de Ferris sirvieron de inspiración para las escenografías de al-

gunas películas, como Metrópolis (Fritz Lang, 1927), Blade Runner (Ridley Scott, 1982) o Batman (Tim Burton, 1989) y formarían parte de Deliriuos New York, el «manifiesto retroactivo» que Rem Koolhaas escribió en 1978. Estos croquis también fueron reunidos por Ferris en otro libro, llamado The City of Tomorow, en 1929. En este sentido, otro ejemplo paradigmático es el del alemán Ludwig Mies van der Rohe, emigrado a Estados Unidos a fines de los años treinta, quien formateó el moderno rascacielos corporativo de cristal. Cuando le fue encomendado el proyecto para el edificio Seagram en New York (1958) Mies, además de proponer una composición axial y clásica, convenció a quienes le hicieron el encargo de dejar una plaza delante del edificio, saliéndose de las estrictas líneas de edificación y de la extrusión del lote con los retranqueos —de


Edificio WoZoCo’s Fotografía: Franco Santángelo

Edificio Altamira Fotografía: Manuel Cucurell

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quedando, concretamente, suspendidas en el aire mediante robustas vigas Vierendel ocultas en el espesor de los muros, por imposición de las normas contra incendios y acústicas. En otro proyecto del mismo estudio, otro conjunto de viviendas en la ciudad de Zoetemeer, las disposiciones reglamentarias sobre la cantidad de espacio abierto con el que debía contar cada unidad y las proporciones del solar, los obliga a proponer profundas terrazas, también en voladizo, que son proyectadas sobre el canal que sirve de límite este al conjunto.

acuerdo a aquel reglamento de 1916—, desafiando las lógicas de aprovechamiento máximo del suelo construible que asignaba la ley neoyorkina. Debido a su amor por las volumetrías puras, también se descartaron las formas piramidales o de wedding cake sugeridas por los recesos que imponía el código. Resultó entonces un elegante prisma de 39 pisos antecedido por una generosa plaza, en ese momento uno de los escasos espacios abiertos que había en el centro de Manhattan. La adopción de este tipo —el rascacielos de cristal precedido de una plaza— por parte de los principales arquitectos que actuaban por ese entonces en New York, impulsó la reforma de la antigua Zoning Law, que finalmente fue aprobada en 1961. Las profundas implicancias formales que tienen los reglamentos se pueden ver en cómo resultó el edificio WoZoCo’s, construido en Ámsterdam entre 1994 y 1997, por el estudio holandés MvRdV. Este estudio trabajaba con un sistema proyectual (que ellos denominaron datascape) que consistía en reunir la mayor cantidad po-

sible de datos «duros» —superficies, programa, reglamentaciones, códigos y presupuestos, entre otros— para después resolver del modo más objetivo posible el problema que se les presentaba. El caso que nos ocupa es el de un edificio para adultos mayores que debía contar con

cien viviendas. Pero, debido a las regulaciones urbanas (alturas máximas, pisada del edificio, superficies requeridas por unidad, etc.), el volumen resultante solo podría albergar 87 departamentos. Entonces, las 13 unidades faltantes se propusieron en voladizos sobre la fachada norte

En Rosario, los departamentos de un edificio tan emblemático como lujoso, el Palacio Fuentes (Juan B. Durand, 1927), resultan en plantas estrechas, intrincadas y laberínticas, contradiciendo la elegante envolvente y la impecable factura de los espacios comunes. Estas plantas son el fruto de la aplicación del código que regía en ese momento en cuanto a la cantidad, calidad y disposición de los patios de aire y luz, y de exprimir al máximo el lote para hacer más eficiente la renta. Más acá en

el tiempo, el caso Altamira —proyecto de Rafael Iglesia (1997-2005)— es un ejemplo perfecto de tensar el programa de un edificio de departamentos entre medianeras, el concepto de estructura de un edificio en altura y el reglamento de edificación hasta límites insospechados. Rafael Iglesia fue inspector municipal durante varios años y, muy probablemente, su conocimiento de la normativa —además de su indudable talento como arquitecto— le permitió experimentar en esa tipología tan común en nuestra ciudad. Tanto, que puso patas para arriba muchas de las nociones más comúnmente aceptadas por muchos de nosotros, desatando una polémica que aún hoy persiste. Entonces, tal vez, los arquitectos debamos pensar en los reglamentos, normativas y códigos no como limitantes, sino como aliados a la hora de proyectar. Como escribe Stan Allen a propósito de MvRdV, estos factores forman parte de las «fuerzas invisibles que dan forma a los edificios de hoy». Es tiempo de asumir que, durante el desarrollo del proyecto, este conjunto de

leyes —junto con el programa, el clima, los requerimientos del cliente, el presupuesto, la topografía, las tecnologías y mano de obra disponible—, deberían funcionar más como motor que como freno.

Un agradecimiento especial a Guillermina Iglesia por su colaboración en la elaboración de este artículo

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Medianeras: la obra de viotti-Luetich Por: Arq. Juan Manuel Rois Fotografías: Walter Salcedo

Si Rosario es una ciudad de medianeras, uno la sueña de estas medianeras y no de las otras.

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ste texto fue publicado originalmente en el nº 6 de 041 Revista de Arquitectura y Urbanismo, (Rosario, Colegio de Arquitectos de la Provincia de Santa Fe Distrito 2, 2005). Las observaciones del autor sobre la cuadrícula, los códigos y su producido como objeto arquitectónico, resulta en una aguda reflexión y una original mirada. Los 13 años transcurridos desde su primera publicación, los cambios causados en la ciudad por las condiciones económicas de la década pasada y la aplicación de nuevas normativas, nos sirven para que tomemos la real dimensión del peso que tienen estos reglamentos en las transformaciones urbanas. Entre otras cosas, Juan Manuel Rois nota, hoy en día, que aquella ciudad de medianeras, es ahora lo suficientemente densa como para que las nuevas perspectivas urbanas sean, nuevamente, los frentes de los edificios. En Rosario, la cuadricula urbana impone a nuestros cuerpos un rigor particular en relación con el territorio. En nuestras calles, nos vemos atrapados en situaciones de perspectiva única. Las ordenadas líneas de fuga de cordones, veredas, fachadas y árboles crean franjas de cielo particular. Los bordes continuos de las manzanas esconden una densa articulación de momentos que suponemos, pero que nunca vemos. Caminando en línea recta, en secuencias ortogonales, imaginamos cruces imposibles a través. Es en este régimen particular que nuestra mirada se escapa en diagonal, buscando descanso. Qué es lo que encuentra nuestra mirada cuando intenta cruzar por sobre, en escorzo, hacia el centro imposible de nuestras manzanas? Encuentra medianeras. Muros ciegos que responden a código: simple extrusión del

loteo urbano. Signos de la organización del territorio. Y quiero hablar ahora de una voluntad de proyecto. En estas medianeras, donde casi todos se sujetan a norma, Viotti-Luetich encuentra oportunidades de imaginación. Encuentra nuevos usos para las reglas impuestas. Allí donde todos ven superficie banal, ellos descubren profundidad precisa. De esto se trata: de una voluntad de precisión. En estas medianeras, ladrillo, hormigón visto, vidrio son puestos en relación como signos de los mecanismos de precisión que rigen las plantas de estos edificios. Cada articulación de estos muros explica una articulación interior y propone una visión unitaria del objeto en altura. Una economía de recursos que concentra el impacto estético de la obra en los momentos en que fachada y medianera dejan de ser nociones válidas para interpretar el volumen arquitectónico y su relación con su entorno urbano próximo. Es una economía que transforma el signo de precisión en acto de generosidad. Estos muros devuelven perspectivas inesperadas a las alturas de nuestro paisaje urbano. Nos ayudan a imaginar otras posibilidades de ciudad. Propongo ahora un salto en la interpretación. ¿Cuánto hay en juego en el espesor de estos muros? ¿Veinticinco centímetros entre capas materiales? ¿Tal vez veinte? En estos centímetros de articulación se detiene nuestra mirada en diagonal a la profundidad de la manzana. Los medimos desde la distancia. ¡Que vértigo de escalas! Si en esto no hay un juego precioso entre decisiones materiales y paisaje urbano, entre escalas arquitectónicas y urbanísticas, no sé dónde lo encontraremos. Decisión de proyecto y quince centímetros, todo lo que un arquitecto necesita para desplegar su generoso juego.

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Medianería en el Nuevo Código Civil y Comercial

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Por: Dr. Ricardo Alejandro Terrile (Abogado de Arquitectos), especialista en Arquitectura Legal.

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l nuevo Código Civil y Comercial, vigente desde el mes de Agosto de 2015, ha introducido importantes transformaciones en el concepto y los alcances de la medianería. Por de pronto, intenta una clasificación, individualizando distintas clases de muros, cercos o fosos: «a) lindero, separativo o divisorio: al que demarca un inmueble y lo delimita del inmueble colindante; b) encaballado: al lindero que se asienta parcialmente en cada uno de los inmuebles colindantes; c) contiguo: al lindero que se asienta totalmente en uno de los inmuebles colindantes, de modo que el filo coincide con el límite separativo; d) medianero: al lindero que es común y pertenece en condominio a ambos colindantes; e) privativo o exclusivo: al lindero que pertenece a uno solo de los colindantes; f) de cerramiento: al lindero de cerramiento forzoso, sea encaballado o contiguo; g) de elevación: al lindero que excede la altura del muro de cerramiento; h) enterrado: al ubicado debajo del nivel del suelo sin servir de cimiento a una construcción en la superficie.» Otra de las novedades es el llamado «cerramiento forzoso urbano» que uno de los vecinos linderos ejecuta por medio de un solo muro en su terreno o encaballado, por razones de seguridad, embellecimiento edilicio y/o para asegurar su derecho de privacidad. Es importante señalar que no se trata de una facultad del lindero, sino de una obligación que constituye una verdadera restricción legal al dominio. Efectivamente, cualquiera de los propietarios linderos puede obligar en todo momento a su vecino a contribuir a la construcción y conservación de dicho muro. Expresamente el Artículo 2007 CCC dispone que «cada uno de los propietarios de inmuebles ubicados en un núcleo de población o en sus arrabales tiene frente al titular colindante, el derecho y la obligación recíprocos,

de construir un muro lindero de cerramiento, al que puede encaballar en el inmueble colindante, hasta la mitad de su espesor». El Artículo 2008 del CCC, por su parte, otorga a quien construye primero el citado cerramiento forzoso, de encaballar el muro divisorio, esto es, asentar la mitad en el terreno del vecino. El muro de cerramiento forzoso debe ser estable, aislante y de altura no menor a tres (3) metros contados desde la intersección del límite con la superficie del inmueble. Esta medida es subsidiaria de las que disponen las reglamentaciones locales; de tal manera que mantiene su supremacía normativa las ordenanzas municipales. La nueva disposición indica «estable y aislante»; es decir, abandona la frase contenida en el anterior Código Civil vigente desde 1869 que refería a «ladrillos y piedra», asumiendo que existen actualmente otros materiales que lo reemplazan, tanto o más estables. El muro debe tener, como mínimo, tres metros de altura, pero puede tener más. hasta los tres metros el muro será medianero, es decir, le pertenecerá a ambos vecinos, sea encaballado o contiguo. Por encima de esa altura, le pertenecerá a quien lo construyó. Ello nos lleva a analizar el muro «de elevación»; es decir, el que supera los tres (3) metros. Puede ser exclusivo y convertirse en medianero si el vecino participa de su costo o lo adquiere por usucapión. El que construye el muro de elevación tiene derecho a reclamar al titular colindante la mitad del valor del muro, «desde que este lo utilice efectivamente para sus fines específicos…» La doctrina y los precedentes judiciales han debatido el alcance del significado «Vecino que quiere servirse de la pared; vecino que lo utilice efectivamente para sus fines específicos». Se han adoptado tres tesis que sintetizamos a continuación: a) La llamada «tesis amplia» sostiene que basta que al vecino le sirva como muro divisorio; b) La «tesis restringida» refiere que el vecino se sirve de

la pared cuando incorpora construcciones o se apoyan tirantes sobre la pared divisoria. c) La «tesis mayoritaria», que adopta el nuevo Código señala que «Querer servirse» significa una utilización directa e inmediata de la pared, una utilización específica, cualquiera que sea su forma (apoyo de construcciones, instalación de cañerías, empotramiento de tirantes, etc.). Lo expuesto nos plantea otro interrogante: ¿Qué superficie está obligado a adquirir aquel que se sirve de la pared? El Artículo 2018 del CCC dispone que «El titular colindante tiene la obligación de pagar el muro de cerramiento en toda su longitud y el de elevación solo en la parte que utilice efectivamente». Es decir: obliga a adquirir todo el largo, aun cuando no toda la longitud se utilice efectivamente; en cambio, para la altura, se debe adquirir solo lo que se utilice. En el cálculo del valor de la pared que cuantificamos para ser adquirida por el lindero, se deben incluir obligatoriamente los cimientos porque constituyen parte necesaria de aquella para su solidez y funcionalidad. El Artículo 2014 del CCC, autoriza al que construye el muro de cerramiento contiguo, el derecho a reclamar al titular colindante la mitad del valor del terreno, del muro y de sus cimientos. Si lo construye encaballado, solo puede exigir la mitad del valor del muro y de sus cimientos; es decir, excluye el terreno. Sin embargo, no puede reclamar el mayor valor originado por las características edilicias del muro y de sus cimientos (Artículo 2015 CCC). ¿El condómino de un muro medianero puede prolongarlo en altura o profundidad? Si. A su costo, sin indemnizar al otro condómino por el mayor peso que cargue sobre el muro. Sin embargo, si el ejercicio de estas facultades genera perjuicio para el otro condómino, este puede pedir que el muro se restituya a su estado anterior, total o parcialmente. El derecho de prolongar el muro medianero, además de prescindir de la exigencia de la indemnización, es una facultad de quien decide la ejecución de la prolongación y no está condicionado por el consentimiento del condómino.

El condómino, ¿puede demoler el muro lindero cuando necesite hacerlo más firme? Sí, pero debe reconstruirlo con altura y estabilidad no menores que las del demolido. Quien hace uso de la facultad de ejecutar la reconstrucción de la pared medianera, cargará enteramente con su costo y deberá dejar la pared en el mismo estado en que se hallaba, sin que ello implique reponer obras excesivamente costosas, como decoraciones meramente suntuarias que el otro vecino incorporó imprudentemente a una pared que sabía que podía ser demolida y reconstruida. Con referencia a las mejoras, el Artículo 2017 del CCC dispone que los condóminos están obligados, en la proporción de sus derechos, a pagar los gastos de reparaciones o reconstrucciones de la pared como mejoras necesarias, pero no están obligados si se trata de gastos de mejoras útiles o suntuarias que no son beneficiosas para el titular colindante. Las consultas vinculadas a la medianería han aumentado en los últimos años y se ha transformado en una cuestión litigiosa. Algunos consejos: a) Se torna preciso, previo a cualquier demolición en un terreno, hacer constatación notarial del estado de las medianeras obteniendo documentos fotográficos que requieren nitidez. b) En las escrituras de compraventa es conveniente consignar si las medianeras han sido abonadas oportunamente por los vendedores a los condóminos linderos, o adquiridas por contrato o usucapión. c) Verificar, en el relevamiento que hagamos de los terrenos adquiridos para la ejecución del futuro proyecto edilicio, la existencia de arbustos, árboles o parrillas apoyadas sobre la medianera del vecino lindero en contraposición del reglamento de edificación d) Verificar la antigüedad de la propiedad lindera y la solidez de sus cimientos, procurando en la medida de lo posible, evitar su apoyo con el objeto de prevenir potenciales fisuras y grietas.


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Presentación de la Maestría en Arquitectura del Paisaje

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La Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño de la Universidad Nacional de Rosario presentó la Maestría en Arquitectura del Paisaje. Se trata de una iniciativa de la FAPyD, la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNR y el Instituto de Cooperación Latinoamericana (ICLA), y está destinada a la profundización de los conocimientos y la investigación sobre las problemáticas derivadas de las transformaciones producidas por la acción del hombre y de la naturaleza en el paisaje.

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l objetivo de la carrera es formar profesionales, investigadores y docentes en la producción, difusión y transferencia de conocimientos científicos, técnicos y desarrollos tecnológicos en el campo de la Arquitectura del Paisaje, con especial énfasis en el Proyecto y la Gestión. La misma contará con un ciclo de formación básica que tiene como objetivo brindar conocimientos introductorios e instrumentos básicos de análisis, descripción y proyectación en arquitectura del paisaje. El ciclo está compuesto por cinco asignaturas de cursado obligatorio, que cuentan cada una con un examen final para su aprobación. Un ciclo de especialización que consta de tres módulos que refieren a unidades de paisaje específicos de nuestra región: las infraestructuras ambientales y el espacio público; los sistemas de agua y humedales; los territorios de borde y periferias. Cada módulo, coordinado por un profesional idóneo, contiene tres asignaturas y un taller de proyecto y gestión. Los talleres tienen carácter de síntesis de los contenidos de las asignaturas del módulo y aspiran a realizar un avance prospectivo de los mismos mediante desarrollo de un proyecto o programa de ges-

tión relacionado con la temática trabajada en el módulo. Para acceder al cursado del ciclo de Especialización se deberá tener aprobadas tres de las cinco asignaturas del ciclo de Formación Básica. Los módulos del ciclo de especialización no son correlativos, son obligatorios y consecutivos. La aprobación final de cada módulo consistirá en la aprobación de los exámenes de las asignaturas y la presentación y aprobación del taller de proyecto y gestión que tiene carácter de síntesis de los conocimientos adquiridos en las asignaturas del módulo. Finalmente, contará con un ciclo de consolidación que consta de un Taller de Proyecto Final y dos asignaturas electivas según la temática del proyecto final a desarrollar. Para poder acceder al ciclo de consolidación se deberá tener aprobado el Ciclo de Formación Básica; el taller de proyecto y una materia de cada ciclo de especialización. Las asignaturas electivas serán tomadas a partir de las disponibles en las siguientes carreras de la UNR: Maestría en Manejo de los Recursos Naturales, la Maestría en Sistemas Ambientales humanos, la Maestría en Estudios Culturales, el Doctorado en Arquitectura, Doctorado en Ciencia política y el Doctorado en Ingeniería.

Para la aprobación del ciclo de consolidación se deberán tener aprobadas las asignaturas electivas y el taller de proyecto final. La realización del Taller de proyecto final podrá ser individual o conjunta, en grupos de no más de dos personas cuyos títulos de grado sean diferentes, de manera de fomentar el trabajo interdisciplinario. El Proyecto Final conforma la etapa conclusiva de la carrera, aprobado el mismo se otorga el título de Magister en Arquitectura del Paisaje. Para su realización de deberán tener aprobados el 100% de los ciclos anteriores. Su realización es de carácter individual. Más información: https://fapyd.unr.edu.ar/ lanzamiento-de-la-mestria-enarquitectura-del-paisaje/ Contacto: map@fapyd.unr.edu.ar Preinscripción: postgrado@fapyd.unr.edu.ar


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El concurso para el memorial de Salta 2141 ya tiene sus ganadores

Mediante un memorial, se rendirá homenaje a las víctimas de la explosión del 6 de agosto de 2013. En el lugar se construirá un nuevo edificio que albergará al Instituto Superior del Profesorado de Música N° 5932 Carlos Guastavino, ámbito que convivirá con un sitio de memoria y recuerdo del trágico suceso.


Laura Gamberg Arq. Bruno Sucurado Vinicio Jimenez Brandon Koots Andrés D´Aspi Renzo Macarone

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tErCErA MENCiÓN: trABAJo NÚMEro 13

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ara la construcción del memorial y del nuevo edificio, días atrás se firmó el convenio específico entre la provincia, la asociación de familiares de las 22 víctimas fatales y el Colegio de Arquitectos Distrito 2. El concurso estuvo abierto desde el 6 de agosto de 2018 (día del 5° aniversario de la tragedia de Salta 2141) hasta el 16 de noviembre de 2018. El jurado emitió su fallo el 29 de noviembre. El concurso indicaba que, para el memorial, debía ser contemplado el árbol que sobrevivió y es centro de distintas expresiones los días 6 de cada mes y que el complejo edilicio no contará con gas, sino que se utilizarán energías renovables y amigables con el medio ambiente. En este caso el concurso tuvo como asesores al Arq. Lorenzo Lavaroni por el CAd2, el Arq. Fernando Monti por el Gobierno de la Provincia de Santa Fe, la Arq. Mariela Szpac por la municipalidad de Rosario, y el Arq. Daniel Estéfano por los Familiares de Víctimas de Calle Salta. El jurado compuesto por el Arq. Luis Carlos Reggiardo, integrante del cuerpo de jurados de CAPSF, elegido por sorteo en el Distrito 2-Rosario; Arq. Gustavo Alberto Cataldi, integrante del cuerpo de Jurados de CAD 2- Rosario elegido por sorteo en el Distrito 2-Rosario; Arq. Matías Gigli integrante del cuerpo de jurados de FADEA elegido por sorteo en el Distrito 2-Rosario; Arq. Alejandro Beltramone, elegido por el voto de los participantes y miembro del cuerpo de jurados de FADEA; Arq. Carlos Blanco, elegido por la Gobernación de la Provincia de Santa Fe, Arq. Augusto Pantarotto elegido por la Secretaría de Planeamiento de la Municipalidad de Rosario y Sra. Alicia Vidal de Fornarese por los Familiares de las Víctimas de calle Salta 2141, determinó el siguiente orden de premiación.

PriMEr PrEMio: trABAJo NÚMEro 31 Titulares Arquitectos: Federico Patricio Castellani. CAPSF Nº 08021 Leonardo Javier Losada. CAPSF Nº 07093 Mauro Grivarello Bernabé. CAPSF Nº 04072

SEGuNDo PrEMio: trABAJo NÚMEro 70 Titulares Arquitectos: Lucas Carranza. Matrícula Nª 11060. Córdoba Manuel Gonzalez Veglia. Matrícula Nª 9070. Córdoba Juan Pablo Vazquez. Matrícula Nª 9582. Córdoba

Colaboradores: Arq. Rocío Crosetto Arq. Emilia Darricades Arq. Tomás Gastaldi Bruno Galetto Juan Murúa Palacio

tErCEr PrEMio: trABAJo NÚMEro 71 Titulares Arquitectos: Arq. Ignacio Pedrido Fanelli. CAPSF Nº 06839 Arq. Santiago Javier Theiler. CAPSF Nº 06838 Asesores Estructura: José María Pedrido Fanelli Lucas Pellegrini Ibañez Colaborador: Juan Cruz Theiler

MENCioNES rEMuNErADAS, CoN orDEN DE MÉrito: PriMErA MENCiÓN: trABAJo NÚMEro 59 Titulares Arquitectos: Marcelo Ranzini. CAPSF Nº 06407 Evangelina Dania. CAPSF Nº 05410 Colaboradores: Facundo San Martín Sofía Sarbach Sofía Cabodevila María Sturtz Natacha Calitri

SEGuNDA MENCiÓN: trABAJo NÚMEro 46 Titular Arquitecto: Daniel Silberfaden. CPAU 10887 Asesores: Arq. Enrique Viola. Instalación sanitaria/termomecánica Arq. Daniel Silberfaden. Estructura Arq. Bruno Sucurado. Croquis Arq. Marcos Pocholwski. Renders. Manuel Silberfaden. Fotos. hernán Bisman. Diseño gráfico. Colaboradores: Arq. Daniel Silberfaden Lara Ortega

Titular Arquitecto: Gabriel David Stivala. CAPSF Nº 07931 Asesores: Ing. Rita Campodónico Arq. Manuel Cucurell Colaboradores: Arq. Martina Borsani Arq. Constanza Ronchi Arq. Luciano Tirapelli Arq. Pablo Taberna Guido Chiarito Francisco De La Rosa Francisco Jolly hernán David Parodi Carolina Sofía Rossi

MENCioNES HoNorÍFiCAS, SiN orDEN DE MÉrito: MENCiÓN HoNorÍFiCA trABAJo NÚMEro 37 Titulares Arquitectos: Walter hugo Gentile. CAPSF Nº 02642 Rubén Miguel Sarti. CAPSF Nº 01487 Asesores: Ing. Sebastián Bonet. Estructura. Ing. Javier Vinzia. Termomecánica. Colaboradores: Arq. Tomás Baldino Daniela Baldassin Fabricio Yaquinto

MENCiÓN HoNorÍFiCA trABAJo NÚMEro 44 Titular Arquitecto: Gustavo Robinsohn. CPAU Nº 19038 Asesor: Ing. Rafael Sanchez Quintana. Acústica.

Colaboradores:

Arq. Martina Carbaglio Manuel Palleiro José Palleiro

MENCiÓN HoNorÍFiCA trABAJo NÚMEro 67 Titulares Arquitectos: Cristhian Rangone. CAPSF Nº 08693 Mauro Adrián Pesci. CAPSF Nº 08991 Colaboradores: Alfonso Paulini Mariana Peirano

Para publicar en

La Gaceta de los Arquitectos comunicarse con su Departamento Publicitario

Arq. María Morán Tel.: (0341) 4803913 int 23 (de 10 a 14 hs) | Cel.: (0341) 156 042770 E-mail: publicacionesyeventos@gmail.com


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Comercial de la Nación, doctrina y jurisprudencia, como así también la propia experiencia profesional. Por su abarcativo tratamiento temático, este trabajo es de suma utilidad para arquitectos, estudiantes de arquitectura, y todos aquellos que se hallen vinculados con la actividad de la construcción de obras.

Biblioteca CAd2

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El ABC de la medianería. Normas Legal y técnica Autor: Plácido Héctor Garaffo

Casas urbanas: innovación y Diseño Autora: Pilar Chueca Sancho

A través de ejemplos de arquitectos de renombre internacional como Norisada Maeda, MVRDV, Atelier Tekuto, Lorcan O´herlihy Architects y Sugiura Office, entre otros, esta obra monográfica analiza las dificultades de integrar los nuevos volúmenes residenciales en emplazamientos particularmente estrechos y difíciles debido a su situación y entorno, y conectándolo con el contexto a través de soluciones técnicas y formales. En todos ellos, la fachada concentra los aspectos más interesantes de la composición y de la construcción del proyecto, es la cara del edificio, una vista privilegiada hacia el exterior, que conecta con los edificios vecinos entrelazando el tejido urbano y cerrando el perfil de la calle.

Concursos 1825-2006 Autor: rolando Schere

Esta obra monumental es un catálogo detallado de los concursos de arquitectura pública en Argentina entre 1825 y 2006. Se organiza cronológicamente, y cada entrada incluye información sobre la competencia en sí (ubicación, fechas, patrocinadores, jurados, etc.) y la construcción, como así como una breve historia y bibliografía. El libro completo es rico en imágenes, incluidas fotografías, mapas y planos arquitectónicos.

Manual práctico de Arquitectura Legal tomo i Autor: Claudio Fabián torres

La arquitectura es una profesión cuyo ejercicio se halla regulado legalmente, debido a que la actuación de los arquitectos, en cuanto al desarrollo de sus roles principales como proyectista y director de obra, produce una modificación en el entorno de las ciudades y de todo lugar en el cual una obra se edifique. Los arquitectos, a fin de desarrollar sus funciones, deben extremar todas las precauciones posibles a fin de que su responsabilidad no se vea comprometida; ello impone un adecuado conocimiento de sus incumbencias y de las eventuales consecuencias de una praxis profesional incorrecta. Por otra parte, la construcción de obras es una actividad de alta significación social, y que debido a sus características, requiere elaborar estrategias para que la actividad vea reducida su nivel de siniestralidad. Y si bien la construcción requiere de los arquitectos, su intervención debe realizarse con pleno conocimiento del alcance de sus responsabilidades. Claudio Fabián Torres —arquitecto, abogado, profesor titular regular de la FADUUBA— aporta una visión sobre el ejercicio profesional de la arquitectura, desarrollando contenidos en forma ágil y accesible. Asimismo, los contenidos son desarrollados tomando como base no solamente las diversas normas reguladoras del ejercicio profesional, sino además el Código Civil y

La esencia de este libro radica en que los textos se enriquecen con gráficos que hacen presente las descripciones, operaciones, demostraciones y las cosas, con palabras, números, figuras o signos, que la imaginación retiene, que lustran los preceptos de la ley. Los principales títulos son: los porqués de la medianería; adquisición de la medianería por tradición y por la prescripción; renuncia del derecho de adquirir y abandono de la medianería; conservación, reparación o reconstrucción de la pared medianera; restricciones y límites de dominio en relación con la pared medianera. Intenta brindar bases útiles para el ejercicio de la arquitectura legal aplicada. En primer término se desarrolla un instrumento básico: el «plano de la pared medianera». En segundo término, conceptos generales sobre la labor del experto que ha de confeccionar el plano y redactar el informe, se agregan herramientas válidas para asegurar la eficiencia de dicho informe: modo de determinar el valor de la pared, del cimiento y del terreno; liquidación de la deuda liquida; y aplicaciones prácticas de interés general. Como el medio para la adquisición de derechos reales es el contrato, se incluye un modelo de «Reglamento de Administración de la Pared medianera». Este libro intenta ser una herramienta más para el entendimiento y manejo del término medianería. En consecuencia el lector, ante la existencia de más de una herramienta, podrá usar la que más le satisfaga su propio criterio. Está destinado a servir de guía a los arquitectos, ingenieros, técnicos, constructores, y por último, pero no en menor número, a los estudiantes de la ciencia y el arte de construir.

Nuevo servicio: orden de Consulta Lanzamos las Órdenes de Consulta (oficializadas)

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sta iniciativa es producto del trabajo de la Comisión Directiva del CAPSF y del CAd2, en conjunto con la Comisión ArqCom (Arquitectos para la Comunidad), quienes vienen trabajando con la modalidad de «Espacios de Consulta» ya que innumerables veces nuestro asesoramiento, por breve que sea, da soluciones a diferentes tipos de demandas y problemas; por lo tanto, brindamos nuestra formación, nuestro trabajo y nuestro tiempo. Desde esta concepción es que creamos las órdenes de Consulta, con el objetivo de fomentarlas tanto entre profesionales como en la sociedad; formalizando y ayudando a implementarlas y cobrar los honorarios correspondientes. Con la idea de promocionarlas, lanzamos los talonarios de forma GRATUITA hasta el último día hábil de diciembre de 2018. ¡No te quedes sin el tuyo! Pasa a retirarlo por el Colegio, de lunes a viernes de 08 a 13 hs.

Coworking D

esde el Colegio de Arquitectos CAd2 ROSARIO y la Mutual Solidarq, ¡sumamos un nuevo servicio para nuestros matriculados! A partir del lunes 5 de noviembre ofrecemos un espacio de trabajo para todos aquellos que lo necesiten. En momentos tan difíciles como los que atravesamos en estos tiempos, es necesario tener iniciativas que den respuestas a las necesidades que los profesionales tenemos y es por esto que entendemos que el trabajo colectivo supera al individual. El coworking no solo ayuda a disminuir gastos, sino que también nos brindará la posibilidad de compartir un espacio con otros, de enriquecernos intercambiando ideas, proyectos, conocimientos y, sobre todo, generando nuevas oportunidades y relaciones tanto laborales como personales.

¿Qué es? Un espacio físico que cuenta con las herramientas necesarias para poder realizar tu trabajo profesional.

¿Dónde? El Túnel, Pasaje Pan. Córdoba 954, subsuelo.

¿Cuándo? Lunes, Miércoles y Viernes de 9.30 a 14.30hs (dentro de este horario, las horas que necesites).

¿Cómo? Anotate en: https://goo.gl/forms/f5IGTGEYjXdLTjYi2.


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El concurso fotográfico «Yo te descubro» ya tiene su ganadora

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La Asistencia Pública y Gratuita para construccion de viviendas Sociales se transformó en Ley D

Se trata de la rosarina Alba García, cuya fotografía fue elegida entre las cinco finalistas, a través de una votación realizada por el público mediante una aplicación en la fanpage de la Defensoría del Pueblo.

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a Defensoría del Pueblo de la provincia de Santa Fe informa que la fotografía ganadora del concurso «Yo te descubro» es la imagen titulada «Reflejos», de la autora rosarina Alba García, que obtuvo 441 votos. Fue la decisión popular la que determinó su triunfo, luego de un proceso de votación bajo una aplicación en el perfil de Facebook de la institución, al que se sometieron las cinco propuestas finalistas, entre las que se encontraban también las de Walter Covacevich, Adrián Pifferetti, Julieta Zito Carrillo y Sonia Favero. En el marco de la propuesta, se realiza en la ciudad de Rosario la exhibición de las 30 fotografías seleccionadas en el concurso, que conformarán la colección itinerante permanente de la Defensoría del Pueblo. La misma se inauguró el miércoles 10 de octubre en el «El Túnel» del Colegio de Arquitectos. En esa oportunidad, se hizo entrega de una cámara fotográfica digital pa-

ra la ganadora, menciones especiales para los cuatro finalistas y, para el resto de los participantes, los correspondientes certificados en su calidad de integrantes de la muestra. El concurso fotográfico «Yo te descubro», organizado por la Defensoría del Pueblo de Santa Fe, el Gabinete Joven de la provincia y el Colegio de Arquitectos de Rosario, fue lanzado en el mes de julio con la intención de revalorizar y actualizar la vigencia del estilo art déco presente en el urbanismo y en la cotidianidad rosarina como formato representativo de su identidad. La producción debía ser inédita, original y dar cuenta de la huella que el estilo art decó expresa en la ciudad de Rosario. La convocatoria estuvo dirigida al público en general y tuvo un gran éxito, tanto en la primera etapa por la cantidad de obras presentadas, como en la segunda, con una gran participación ciudadanía en

la elección final del ganador. El jurado estuvo integrado por representantes de la Defensoría del Pueblo de Santa Fe, el Colegio de Arquitectos Rosario, el Gabinete Joven de la provincia de Santa Fe, la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Rosario, la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Rosario y el diario La Capital. Este jurado conformado para el concurso realizó una primera selección, las prefinalistas, conformadas por un conjunto de 25 fotografías. Sobre ese conjunto definió a 5 imágenes finalistas, y en donde el público votó a la fotografía ganadora a través de un sistema disponible en las redes sociales de la Defensoría del Pueblo.

Fuente: Departamento de Prensa Defensoría del Pueblo de la provincia de Santa Fe

esde el Colegio de Arquitectos de la provincia de Santa Fe, como entidad impulsora, queremos agradecer a los miembros del poder legislativo dela provincia de Santa Fe que hicieron posible que este proyecto se pudiera transformar en ley. El mismo tiene como objetivos brindar el asesoramiento adecuado, con respaldo profesional y del Estado provincial, a aquellas familias de bajos recursos para que puedan acceder a una vivienda social, entendida como una necesidad básica de las mismas; optimizar y mejorar el uso racional del espacio construido y su entorno, así como los recursos humanos, técnicos y económicos empleados en el diseño y construcción de una vivienda social; regularizar y formalizar el proceso de construcción, renovación o ampliación de la vivienda ante las autoridades provinciales, municipales y comunales, como así también ante otros sujetos públicos; preservar el medio ambiente e impedir la ocupación de zonas de riesgo; coordinar, promover y calificar las construcciones en sitios urbanos con la legislación urbanística y ambiental. Garantiza el derecho de las familias de bajos ingresos a la asistencia técnica, pública y gratuita para el diseño y la construcción de viviendas de interés social, como parte del derecho social a la vivienda prevista en el artículo 14 bis de la Constitución Nacional y el artículo 21 de la Constitución de la Provincia de Santa Fe. Va a beneficiar a las familias que demuestren tener propiedad sobre el terreno en el que se realizará la construcción de la vivienda de interés social, pudiendo dicho terreno ser propio o de un familiar directo. El derecho a la asistencia técnica, pública y gratuita prevista en esta ley abarca el trabajo de anteproyecto y proyecto, dirección técnica y ejecución de la obra realizados por profesionales de la arquitectura, el urbanismo, técnicos constructores y la ingeniería necesarios para la construcción, renovación, ampliación o regularización de la vivienda. Existen grandes sectores que modifican o construyen su vivienda teniendo una incidencia importante en las economías po-

pulares, por ejemplo la cementera suiza «holcim», tiene un registro estadístico de Río de Janeiro (Brasil), donde vende más cemento al menudeo en el mercado informal, llamado cemento al hombro, que en el mercado formal. Este mercado se realiza sin profesionales, sin asistencia técnica, sin asesoramiento en las estrategias de compra, plan de obra, gestión de recursos, gestiones cooperativas. Es de destacar que todo este esfuerzo social de los mercados informales tiene como resultado soluciones costosas por la impericia técnica y falta de asistencia, que llevan en poco tiempo a requerir de asistencia del estado por cuestiones inapropiadas y en corto plazo una nueva inversión para solucionar los problemas surgidos de una falta de un profesional a cargo. La ley permite abordar infinidad de estrategias colaborativas como modo de solucionar un problema de larga data que no ha encontrado respuesta por parte del estado y la comunidad. Esto contempla múltiples abordajes como las economías mixtas de distinta índole en la ejecución de las obras, gestiones cooperativas, compras agrupadas, mano de obra de los vecinos y cientos de modelos creativos y colaborativos basándose en organismos técnicos que se conformen a partir de esta ley y tengan la impronta que poseen las organizaciones de la sociedad civil que hoy existen o que se vayan generando partir de este instrumento. La autoridad de aplicación será la Dirección Provincial de Vivienda y Urbanismo de la Provincia, y al brindar la asistencia técnica, debe priorizar las iniciativas que se ejecuten en las zonas declaradas de interés social. Para ello deberá coordinar con otros organismos oficiales de cualquier jurisdicción la planificación y ejecución de las iniciativas, con el fin de evitar la superposición de prestaciones y esfuerzos, como así también optimizar los resultados de las acciones que se lleven adelante. Desde el Colegio de Arquitectos de la provincia de Santa Fe consideramos que estas leyes avanzan el concepto del derecho a una vivienda digna, el derecho al hábitat y a la integración con equidad de los habitantes de las ciudades.


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Nuevas herramientas para la presentación de planos digitales S

reunión con oficina de obras Particulares de la Municipalidad de rosario L

a Presidente del Colegio de Arquitectos de la provincia de Santa Fe, Distrito 2-Rosario, Arq. Irene Pereyra, se reunió con la Directora de General de Obras Particulares de la Municipalidad de Rosario, Arq. Lorena Plano, en el marco de una serie de reuniones tendientes a agilizar la corrección de expedientes municipales.

En este caso participaron, además, la Arq. Adriana Manodoro, quien lleva a cabo la asesoría para la articulación con la oficina Particulares en el CAd2, los Jefes del área de Obras Particulares de los Centros Municipales de Distrito y miembros de la Oficina de Obras Especiales de la Municipalidad de Rosario. Ante el requerimiento, por parte del

Colegio, sobre la elevada cantidad de correcciones por las cuales deben pasar los trámites y la diferencia de criterios entre los diferentes Distritos, desde la municipalidad expresaron que se encuentran elaborando un protocolo de corrección que esperan poner en funcionamiento en un futuro próximo, el cual va a constar de una guía de uso y presentación de trámites para que el profesional pueda armar y enviar un paquete básico para la corrección. El paso a paso del mismo va a estar disponible en la web del municipio y sin su cumplimento los trámites van a ser anulados. Con esta medida, entre otras, la oficina de Obras Particulares espera poder agilizar la corrección de expedientes. Por otra parte ambas instituciones acordaron mantener el diálogo para la colaboración, en beneficio de los profesionales.

e llevó adelante en el Salón Carrasco de la Municipalidad de Rosario la presentación de las nuevas herramientas para la Presentación de Planos Digitales. A partir de las exitosas reuniones con la oficina de Obras Particulares de la Municipalidad de Rosario que detallamos en la página anterior, desde el 26 de noviembre se van a poder llevar a cabo de manera digital, sin importar la superficie del proyecto, el permiso de edificación, registro de obra, visación previa, permiso de demolición, y el certificado de aspectos higrotérmicos y eficiencia energética. Una vez que se termina el trámite de manera digital, se presentan por única vez en papel en la oficina correspondiente. Participaron de la presentación la Intendenta municipal Dra. Mónica Fein, el Secretario de Gobierno Lic. Gustavo Leone, el Secretario de Planeamiento Arq. Pablo Ábalos, y la Directora de la Dirección General a de Obras Particulares Arq. Lorena Plano. Por parte del Colegio de Arquitectos de la provincia de Santa Fe, Distrito 2 - Rosario, estuvieron presentes la Presidenta Arq. Irene Pereyra y la Arq. Adriana Manodoro, quien lleva a cabo la asesoría para la articulación con la oficina particu-

lares en el CAd2. Durante la misma, la Intendenta de Rosario señaló: «Junto a la Secretaría de Planeamiento nos propusimos dar pasos ciertos e ir cumpliéndolos; la cuestión de las revisiones continuas y las diferentes miradas de los revisores era lo que más salía en las reuniones con las partes. Está digitalización genera mayores garantías y acelera los pasos». Por su parte, la Arq. Plano, como Directora de la Dirección General de Obras Particulares, expresó: «Esto se comenzó a trabajar por una inquietud de la Comisión Asesora, que se fue desarrollando con el tiempo entre todas las partes involucradas; la idea a futuro es incorporar más trámites. No queremos que sea la municipalidad de un lado y los profesionales de otro, queremos ser un equipo y para eso necesitamos el compromiso de todos». Este nuevo sistema va a tener una declaración jurada por parte del profesional para evitar numerosas correcciones y, según la Arq. Plano, también se va a armar un protocolo para utilizar en caso de incumplimiento de la declaración jurada por parte de los profesionales, aunque esperan no utilizarlo. Luego de la presentación la Presidenta

del CAd2, Arq. Irene Pereyra, explicó: «Estas medidas que ahora van a entrar en vigencia se vienen trabajando con la municipalidad desde hace mucho tiempo; empezamos antes del comienzo de la gestión que me toca presidir. En la gestión anterior se empezó a trabajar con la digitalización; al principio fue bien y después se trababan las correcciones en papel cuando uno había terminado la corrección digital, por lo que estas medidas obedecen a un reclamo nuestro de que agilice y simplifique la corrección». Por último la Arq. Manodoro, quien lleva adelante la articulación con las oficinas municipales dijo: «Entendemos esto como un logro, ya que desde el Colegio se viene trabajando hace tiempo, en lo particular este año se ha insistido a través de los representantes en la Comisión Asesora y en Obras Particulares. Era imprescindible antes las nuevas tecnologías avanzar en la digitalización, ya que recibimos reclamos de los profesionales en cuanto a lo que era la demora en la gestión de los expedientes municipales. De ahora en adelante vamos a realizar un trabajo de monitoreo y seguir aportando para mejorar esta nueva herramienta».



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Asesorías del CAd2 Av Belgrano 650

Asesoramiento sobre odenanza de Eficiencia Energética N˚ 8757 - NuEvA Arq. Natalia Feldman Jueves de 8.00 a 10.00 hs consultasdesarrollosostenible @cad2.org.ar

Asesoramiento sobre Gestión obras Particulares - NuEvA Arq. Adriana Manodoro Martes de 10.00 a 12.00 hs gestionobrasparticulares@cad2.org.ar

Asesoramiento Previsional - NuEvA Dra. Liliana Coronel Jueves de 10.00 a 12.00 hs consultasprevisionales@cad2.org.ar

Asesoramiento Legal Dr. Ricardo Alejandro Terrile Tel. (0341) 4240431 / 4261908 Fax: (0341) 4240431

www.terrileyasociados.com/ www.blogderechoconstitucional.com estudiojuridico @terrileyasociados.com.ar Dr. Carlos Marcelo Lesgart Lunes de 8.00 a 10.00 hs drcarlosmarcelolesgart@gmail.com Dr. Mario Ducler Martes y Viernes de 9.00 a 10.00 hs

Asesoramiento sobre Estructuras Arq. Lorenzo Lavaroni Tel./Fax. (0341) 4803912/13/14 Jueves de 12 a 13.30hs consultasestructurales@cad2.org.ar

Asesoramiento impositivo Contadora Nora Igareta Lunes de 9.00 a 11.00 hs Tel./Fax. (0341) 4803912/13/14 consultascontables@cad2.org.ar

Asesoramiento sobre Normativas Arq. María Cristina Funes Martes de 11 a 13 hs (3 primeros del mes) Tel./Fax. (0341)4803912/13/14 consultasnormativas@cad2.org.ar

Asesoramiento sobre Gestión de viviendas a través de Créditos Arq. Cristian Van Poepelen Arq. Diana Oviedo Lunes de 12.30 a 14.00 hs. Tel./Fax. (0341) 4803912/13/14 gestionviviendacreditos@cad2.org.ar

Asesoramiento sobre Higiene y Seguridad Arq. Esp. HyS Andrea Karina Ferretto Tel./Fax. (0341) 4803912 / 13 / 14 Consultas:Martes de 9 a 11 hs. Cel. 0341 156 815931 consultashys@cad2.org.ar



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