La Gaceta de los Arquitectos Órgano oficial de prensa y comunicación del Colegio de Arquitectos de la provincia de Santa Fe, distrito 2, Rosario
Junio de 2019
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Mensaje del CAd2 La Casa de todos los Arquitectos E
l Colegio de Arquitectos de la Provincia de Santa Fe, que este año cumple veintisiete años desde su creación, fue desarrollando un política interior a partir de la ley que dividía el territorio provincial en seis Distritos y consolidando, a través de los años, una estructura colegial que se fue manifestando con una visibilidad en cada cabecera de los Distritos. Santa Fe, Casilda, Venado Tuerto, Rafaela y Reconquista construyeron sus propias sedes en un mancomunado esfuerzo desde el Directorio Superior. La sede de Rosario fue donada por el Centro de Arquitectos de Rosario, que fue la organización inicial que teníamos los arquitectos para la defensa y el desarrollo de nuestro ejercicio profesional, disuelto ante la creación del Colegio Profesional por la Ley N° 10.653. Este edificio cobijó el funcionamiento del Distrito 2 Rosario y del Directorio Superior del Colegio de la Provincia de Santa Fe. Las múltiples actividades desarrolladas por el Distrito, tanto en la sede de Av. Belgrano 650 como en el Centro de Arquitectura y Diseño (Túnel) —propiedad alquilada—, fueron generando a partir del 2011 el proyecto de construir una nueva
sede para el funcionamiento del Directorio Superior y poder absorber el crecimiento que requería el funcionamiento del Distrito 2, Rosario. Fueron las comisiones presididas por el arquitecto Eddy Bagnasco, José Saruá y los integrantes de los directorios de ese momento quienes trabajaron en la idea de canjear a la Municipalidad de Rosario la propiedad lindante a la casa patrimonial donde funciona el colegio, por la propiedad adquirida al lado del gimnasio municipal. Por el convencimiento que caracteriza a las gestiones del Colegio de realizar las obras por concurso vinculante, se decidió realizar uno para nuestra nueva casa, e inmediatamente se comenzaron a desarrollar las bases para la realización del mismo. Sobre un total de 31 concursantes el Estudio Bechis fue el ganador y emprendió un gran sueño, la construcción de nuestra Nueva Sede. Hoy podemos decir que estamos orgullosos de contar con la nueva Casa de todos los Arquitectos, los cuales son parte fundamental de este grandísimo logro.
La Gaceta de los Arquitectos 117 Comité Editor: Arq. Irene Pereyra Arq. Nicolás Campodónico Arq. María González Spangenberg Arq. Roberto Quinteros Dirección Editorial: Arq. Martín Aloras Colaboradores: Arq. Carlos Candia Arq. Laura Cortés
Agustín Indelángelo Javier Bianchi Área Comercial: Arq. María Morán publicacionesyeventos@gmail.com Coordinación y corrección: Com. Social Jésica Cantarutti Diseño Editorial: Diseño Armentano Imprenta: Sudamérica Impresos
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MESA EJECUTIVA CAd2
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Presidente Arq. PEREYRA, Irene Vicepresidente Arq. CAMPODÓNICO, Nicolás Esteban Secretario Arq. QUINTEROS, Roberto Tesorero Arq. GONZALEZ SPANGENBERG, María Vocales Titulares Arq. VOLPATTI, Nora Alba Arq. BARRALE, Marcelo Arq. BAS, Guillermo Arq. SACCANI, María José Oficina Técnica Lun a Vie 8.00 a 13.00 hs. - INT. 2 Área de capacitación permanente Lun a Vie 10.00 a 14.00 hs. - INT. 4 Administración Lun a Vie 8.00 a 13.00 hs. - INT. 1 Comunicaciones Lun a Vie 9.00 a 14.00 hs. - INT. 7 Matriculación Lun a Vie 8.00 a 10.00 hs. - INT.1 Biblioteca Lun a Vie 8.00 a 13.00 hs. - INT. 5 Delegación Norte, San Lorenzo Dr. Ghío 431 | Tel: +54 (03476) 422555 Atención: Martes y Jueves de 8 a 12 hs. Delegación Sur, Villa Constitución Acevedo 281 | Tel: +54 (03400) 477832 Atención: Martes y Jueves de 8 a 12 hs. TÚNEL. Centro de Arquitectura & Diseño Arq. Jano Viotti Córdoba 954, Subsuelo, Rosario Tel/Fax: +54 (0341) 4803911 Director: Arq. Rogelio Molina E-mail: tunel@cad2.org.ar Atención: Lun a Vie 16.00 a 20.00 hs.
La Gaceta de los Arquitectos | ISSN 2591-2895 Revista de publicación periódica y distribución gratuita a los matriculados de la provincia de Santa Fe. Tirada: 3.500 ejemplares.
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Índice 3 5 6 8 10
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EditoriALES • Mensaje del CAd2. Mesa Ejecutiva CAd2 • El sabor del encuentro Arq. Martín Aloras
dEL otro LAdo • El albergue de los cucos. Leo Serial
EL PriViLEGio dE CoMPArtir • «Los proyectos son lugares para pensar, de reflexión, lugares para decir algo; y para poder decir algo, antes tenés que haber escuchado a otros» Arqs. Ana Lina Klotzman y Sofía Navello • Inventando cosas Arqs. María Eva Contesti y Guillermina Iglesia. Estudio 2(A), DosArquitectas • Terapia de familia Estudio Bechis • «No me gusta quedarme quieto» Arq. Jaime Cumpa López
ConforMAr EquiPoS • La arquitectura como valor agregado Arqs. Nicolás Garnerone y Martín Ramos • «Si me hubiese quedado esperando que algo suceda, probablemente no hubiese pasado nada» Arq. Matías Imbern • «Formar equipo es la clave» Arq. Ángel Seggiaro • «La arquitectura, definitivamente, es una pasión» Arq. Gonzalo Sánchez Hermelo
inquiEtudES ProfESionALES: EL GruPo r (1991-2001) Arq. María Carla Berrini
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LEGALES
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inStituCionALES
• La dirección de obra y la conducción técnica
El sabor del encuentro
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Por: Arq. Martín Aloras
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sta Gaceta es la cuarta de una nueva etapa que iniciamos un año atrás. La búsqueda de un lugar común en el que los profesionales relacionados a nuestra disciplina podamos comprender y aprender, de manera colectiva, el espacio en el que ejercemos para que, así, este hecho suceda con mayor claridad y calidad. Para ello venimos planteando una serie de interrogantes respecto a los lugares que ocupamos los arquitectos en relación a las incumbencias profesionales, como así también en relación a las problemáticas que cotidianamente enfrentamos con las instituciones y sus no pocas contradicciones. Parados en esta realidad, intentamos entender cómo se piensa, enseña, proyecta, dirige, conduce o construye una obra de arquitectura, razón por la que hoy parece inevitable poner sobre la mesa a la crisis económica que transitamos. En esta edición están presentes los mismos planteos respecto a nuestro quehacer, pero haciendo hincapié en la manera en que se accede al trabajo de arquitectura y con qué recursos se sostiene la actividad.
Convocamos para conversar a profesionales de la ciudad que, en diferentes escalas y preocupaciones, mantienen una intensa actividad en distintas áreas, de manera simultánea. Estos estudios tienen un común denominador: una gran pasión que mantiene viva la curiosidad y –fundamentalmente– la creencia en el trabajo en equipo como pilar del modo de hacer, el combustible que hace funcionar los mecanismos para gestar desde grandes proyectos urbanísticos hasta mobiliarios de autogestión. En este modo de hacer es que también surgen respuestas a las constantes crisis que se repiten en nuestro país y que, a mi entender, se pueden leer como parte de una línea continua. Esta realidad que difícilmente se hace presente en los programas académicos, se evidencia inevitablemente en el devenir de nuestra actividad, ofreciéndonos un ejercicio de constante readaptación. Intuyo que resignificar el encuentro es una manera no sólo de producir más y mejor arquitectura, sino también de la satisfacción que genera una buena compañía.
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El albergue de los cucos Por: Leo Serial
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legué el lunes al mediodía en remis a la casa de los Schiarotti. El GPS supo interpretar mejor que el chofer y que yo las instrucciones dadas por Juan, el encargado (un collage de maniobras estratégicas que tenía guardadas en un audio de Whatsapp: «Después de la vía seguir cuatro cuadras y doblar a la izquierda por la calle Krossel —ojo que no tiene cartel—. Bordear el campo de golf por el segundo camino de tierra por el cual pasa una suerte de arroyo; cuando se vean los carteles de la autopista girar en U hacia la derecha y seguir hasta El Palmeral. A unos 300 metros van a ver una entrada que dice «Bienvenidos a Valley Sun», presenten documentos a los guardias y avisen que viniste a pintar un mural a la residencia de los Schiarotti»). Conquistada la odisea me recibió Juan, alegre y entusiasmado. —¡Bienvenido Leo! ¿Así que vas a hacer arte? Por fin un poco de color a los terrones de azúcar, jaja. Hace cuatro años que trabajo acá y siempre le digo a Sergio y a Vanesa que le pongan al menos un enredadera a la casa, ¡semejante bosque alrededor y ni una florcita a metros de la casa! La verdad no entiendo, pero bueno… Vení que te llevo a la habitación de Gime— me dijo mientras señalaba las instalaciones que consistían básicamente en dos enormes cubos blancos separados por unos cinco metros de distancia entre sí y una enorme pileta blanca en medio del rapado patio, que acentuaba los cientos de metros privados. —También intenté convencer a Vanesa que encaremos la fachada de los cubos cuando me mostró fotos, pero dijo burlonamente que por el momento la «fanática» era la hija, pero que en cuanto Sergio vea el mural ya iba a querer hacer algo más— le respondí a Juan y agregué: —si fuera por mi pintaría absolutamente todas las paredes de afuera y que los cubos se camuflen con el entorno, estaría copado. —Jajaja, imposible— advirtió Juan; —esta gente tiene una obsesión, adentro está todo más blanco que afuera, te digo que hasta los jabones son blancos. De hecho no entiendo como acepta-
ron que colorees la pieza de la hija— se preguntó. —Bueno, en realidad el mural va a ser blanco y negro— precisé. Durante los cinco días que estuve pintando jamás vi a los Schiarotti; Juan me comentó que durante la semana solían quedarse en la casa del centro. Sin embargo, había mucho movimiento en los cubos; pasé las jornadas compartiendo almuerzos y mates con los jardineros Romeo y Fernanda, las empleadas domésticas Carina y Verónica, el electricista Jota y, por supuesto, Juan. El viernes terminamos el cierre de la semana con un asado planeado por Sergio a la distancia (Juan nos advertía reiteradamente ante cada alusión sobre los Schiarotti: «—ojito que estos son ricos buenos, el día uno ya me dieron llave y contraseña y me dijeron «Juancito, vas a pasar más tiempo que nosotros acá así que sentite en casa, podés quedarte a dormir cuantos días quieras, podés traer a tu bulldog e invitar a tu gente»). Romeo preparó el costillar, Carina hizo una torta con frutillas. Para las cuatro de la tarde, cuando terminamos de comer el postre, entre chistes y anécdotas, se abrió el debate sobre el «nido que nos cobijaba». Fernanda estaba fascinada con la casa, miraba para todos lados y repetía que si fuera por ella viviría exactamente así, en una mansión y exiliada de todos. Jota, en cambio, prefería diversificar: casa más austera pero frente al río, donde tendría su velero y una cabaña esperándolo en la isla. Verónica y Romeo eran von vivants, se comprarían un piso exclusivo a estrenar en algún edificio por el boulevar Oroño, de esos con quinchos por reserva y recepcionistas chusmas; querían rodearse de luces y movimiento. Carina estaba bien en su casa de Bella Vista, más allá de algunos arreglos en el baño y la cocina usaría la plata para viajar por todo el mundo. Juan regresaría a Jujuy con su familia, aseguraba estar cansado de los cubos —«demasiado eco en este lugar, rebotan en las paredes y se escapan por el descampado… ni ellos aguantan tanta soledad»,decía; —«en Tilcara yo me hago unos lindos condominios de barro para alquilar y vivo rodeado
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de turistas entusiastas a puro asado y paseos en bicicleta»—. Por mi lado dije que me haría un loft en algún barrio con un jardín grande para mi perra Jacinta y un quincho con mesa de pool para mis amigos. Cada vez que muraleo en algún caserón pienso cómo sería mi casa ideal; antes tenía de todo, pero con el paso del tiempo descarte segundos pisos y habitaciones extras, el exceso junta polvo.
Leo Serial Nació el 11 de Agosto de 1981 en Rosario (Santa Fe, Argentina), donde actualmente trabaja como muralista, pintor e ilustrador realizando encargos de particulares, instituciones, empresas, en forma paralela a su producción personal. Su obra combina el dibujo con la pintura y la escritura. Dialoga entre el arte callejero y algunas tradiciones antiguas, entre el aforismo y la novela. Instagram @leoserial Facebook: /leoserial leoserial.com
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EL PriViLEGio dE CoMPArtir Estos estudios desarrollan su actividad no sólo en el proyecto y dirección de obras desde la autogestión, sino que también apuntalan su quehacer tanto en la enseñanza, la difusión, la investigación, los concursos de arquitectura así como en oficinas del estado y el urbanismo. nAVELLo - KLotzMAn 2A | ContESti - iGLESiAS EStudio BEChiS JAiME CuMPA
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«Los proyectos son lugares para pensar, de reflexión, lugares para decir algo; y para poder decir algo, antes tenés que haber escuchado a otros» Entrevista a las Arqs. Ana Lina Klotzman y Sofía Navello
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Ana Lina Klotzman y Sofía Navello pasaron de ser profesora y alumna a amigas y, finalmente, socias Ana Lina Klotzman
en un estudio. En esta entrevista hacen un repaso por sus comienzos y sus múltiples facetas.
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Sofía Navello
GA: —¿Cómo comenzaron su vida profesional y cómo nace el estudio? Ana Lina Klotzman: —Cuando estaba en tercer año de la facultad participé como colaboradora en el Concurso del Monumento a la Bandera en el estudio de Wade-Di Prinzio-Benetti, y me quedé trabajando allí. A la vez, realizaba una pasantía en Salud Pública, otro ámbito, una experiencia completamente diferente. Sofía navello: —Yo también empecé a trabajar siendo alumna, con el «Pitu» Fernández, pero no lo hice tan sostenido. En un momento quise recibirme y dejé de trabajar y me puse con la facultad. Me parece que ahora son más exigentes con los tiempos en la facultad, demanda mucho, con el proyecto final de carrera también. Son pocos los que pueden llevar el ritmo. Apenas me recibí tuve la suerte de tener un encargo y empecé a trabajar enseguida, con el apoyo de gente que tenía experiencia en la obra. Cuando salís de la facultad no tenés mucho de eso, es lo más difícil de adquirir, pero necesitás arrancar en algún momento. Es muy difícil ese paso a la obra, y es algo que en la facultad tenés muy acotado. ALK: —Ahora existe lo que se llama Práctica Profesional Supervisada, una especie de pasantías obligatorias dentro de la ca-
rrera, y me ha tocado varias veces evaluar los resultados, examinar a los alumnos y, para la gran mayoría, esa es la primera experiencia laboral, a pesar de estar en el último año de facultad. Yo tuve la suerte de que Marcelo Wade me llevaba mucho a la obra. Mi primera obra la hice conjuntamente con él porque era un encargo que me había surgido a mí y aún no estaba recibida; tanto es así que viajó conmigo una vez por semana a Chovet, durante mucho tiempo, a hacer la dirección, y fue una experiencia invalorable, porque más que el título, lo que me faltaba eran conocimientos de la práctica profesional. Después tuve una pausa en la profesión porque me fui a vivir al exterior por unos años a raíz del trabajo de mi novio y ahí estudié otras cosas: diseño de moda, fotografía. Volví como con un «delay», acá mis compañeros ya habían arrancado de alguna manera. En ese momento Marcelo Wade me invitó informalmente para ser adscripta en Proyecto Arquitectónico y al año siguiente, con mi primera hija recién nacida, me convoca Aníbal Moliné para un cargo de JTP en Análisis Proyectual, espacio en el que sigo hasta el día de hoy. Aníbal es, para Sofía y para mí, un maestro. Claramente está entre nuestras referencias más cercanas. A raíz de ese cargo, conocí
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Edificio Porthos (en construcción)
a Pablo Makler y, junto con Gabriel Makler, armamos —un poco improvisadamente— un estudio e hicimos varios trabajos y concursos juntos, como el de la Pista Nacional de Remo y el del Predio Ferial de Mendoza, y en ambos obtuvimos el segundo premio, que nos dio mucho empuje, confianza. Pero después el trabajo empezó a disminuir temporalmente, nació mi segunda hija y me costaba hacerme tiempo para juntarme a trabajar con otro, ir al estudio. Entonces trabajé sola por un tiempo. Sofía, que fue mi alumna, empezó a dar clases. Ya teníamos mucha relación por haber hecho un workshop juntas donde se generó una amistad. En un momento, hicimos un viaje a Córdoba —a la BIA-AR— y seguimos encontrando afinidad en las charlas, en ese contexto. Al tiempo, me llamó para juntarnos a almorzar y me comenta la posibilidad de hacer un edificio; entonces pasamos todo un verano de trabajo juntas haciendo el legajo. El edificio
Casa NL527 (en construcción)
recién está comenzando su construcción ahora, pero ese fue el germen de esta sociedad. En el medio empezaron a surgir algunos encargos y nació el estudio. Paralelamente, el papá de Sofía tenía una propiedad y nos ofreció remodelarla y montar el estudio ahí. Y todo se fue dando muy de a poco, naturalmente. Sn: —Fue importante esto, porque fue nuestra primera obra concretada, la remodelación del espacio donde íbamos a trabajar como socias, había mucha sinergia. La sociedad entre nosotras es algo que se dio naturalmente, cada una tiene un rol o algo que le interesa más del proceso de una obra, pero confía en lo que la otra hace, y hay momentos en que pensamos distinto, pero cuando nos ponemos de acuerdo, ninguna siente que haya cedido o perdido algo, sino que está tranquila porque confía en el criterio de la otra. Hace cuatro años que estamos juntas y ese hacer nos sigue uniendo.
ALK: —Nunca hubo un pase de factura por lo que hace cada una, cada una tiene sus tiempos y entiende que la otra tiene su vida, sus cosas, que son tanto o más importantes que el estudio. Sofía tuvo a su hija mientras se consolidaba esta sociedad y nos unimos más aún, compartimos experiencias también en ese campo, de alguna manera. La arquitectura nos apasiona, pero no es lo único que nos ocupa. LGA: —hay algo que surge en esta serie de entrevistas que es la necesidad de juntarse y eso hace que trasciendan otras cosas… ¿tienen mucho trabajo o tienen espacios que les permiten gestar otras cosas? ¿o le dicen que sí a todo? ALK: —Yo le digo que si a todo, Sofía está en un período de la maternidad en el que a lo mejor no puede hacerlo, pero lo que es laboral, ambas le decimos que si a todo. En lo académico, las dos damos clases, pero yo además me meto en otras cues-
Casa MJ156 Fotografía: Gustavo Frittegotto
tiones porque me interesa, pero también porque puedo hacerlo en este momento. Participo de una red de estudios del paisaje con universidades de Europa que me permitió focalizarme en un tema que me interesa y viajar a un workshop; también participo de otras experiencias académicas como publicaciones, dar charlas, coordinar o tutorear workshops, selección de estudiantes para becas, etc. Me lo proponen y digo que sí, pero es porque estoy en otra etapa de la vida; le llevo diez años a Sofía, a su edad no podía. Hace poco nos sumamos a una iniciativa de una galerista local, que traía a Emma Herbin, una artista discípula de Clorindo Testa, arquitecta también, y nosotras armamos y guiamos un recorrido de arquitectura en el sector donde se realizaba la muestra y donde hay una obra de Clorindo, pero porque nos divierte la multiplicidad, que es una faceta inherente de nuestra profesión, creo. Sn: —Y también se hizo recientemente una muestra de obras de arte acá, en este espacio donde funciona nuestro estudio, y nosotras nos sumamos abriéndolo y mostrando lo que hacemos y la gente entraba y veía las maquetas, nos parece divertido y motivante. Creemos que es ponerle un poco de valor a la disciplina, que la gente empiece a ver las diferencias, entrenar el ojo, que la arquitectura se difunda, que haya un intercambio. LGA: —¿Son un estudio de arquitectura que en el tiempo libre genera otro tipo de actividades o están todas superpuestas en un mismo plano?
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ALK: —Bueno, recientemente fue el Open House Rosario, la segunda edición; yo formo parte de OHache, la asociación civil que organiza el evento. Es una actividad que me lleva mucho tiempo, a todo el equipo que lo hace. Y reconozco que, en este momento, todo tiene un lugar importante en mi cabeza: Open House, el trabajo, la facultad. En algún momento tal vez deba elegir, limitar un poco las actividades; por ahora puedo, y Sofía es un apoyo fundamental para que eso suceda. Sn: —No hay tanta demanda de trabajo, lo
que nos permite desarrollar otras cosas. Si tuviéramos diez casas haciéndose, no podríamos hacer lo otro. LGA: —Ahí va apuntada la pregunta, ¿es una circunstancia o está planificado así? ¿Si vienen con diez casas que hacen? Sn: —Las enfrentamos. ALK: —Agrandaríamos la estructura, no me imagino dejando la docencia para dedicarme sólo al trabajo, pero nunca diciendo que no a un encargo en el estudio. La docencia es formativo para mí, tal vez más
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para mí que para mis alumnos, al principio seguro era así. Empecé a ser docente sin saber lo que era ser docente. Sos arquitecto, pero eso no te habilita para enseñar arquitectura. Pienso que lo único que te salva ahí es tener algo de oficio, es mejor docente el que está en la profesión, el que está en la obra, no necesariamente el que hace la mejor obra. Claro que hablo desde el área proyectual, que es lo que conozco un poco mejor. Estamos siempre muy expectantes con la llegada de proyectos nuevos, nuevos temas, no tanto por lo económico, que no nos resulta un tema menor, pero tenemos la necesidad de proyectar, es lo que nos apasiona. Queremos tomar decisiones, pensamos en que deberíamos hacer más concursos, pero nunca tenemos tiempo; pero bueno, tiene que ver con tiempos familiares y esas cosas. Sn: —Si, como ella dice de no dejar la docencia, yo no me veo quitándole tiempo a la maternidad. LGA: —Evidentemente ser mujer tiene un impacto en ese sentido… Sn: —Si, te limita. En el buen sentido, pero te limita. Ella me bancó muchísimo; yo le dije que quería tener un hijo y me dijo: «DALE». Que tu socia te diga eso está buenísimo, porque te está apoyando en una decisión de vida. ALK: —En la obra nunca sentí que un cliente o contratista confiara menos en mí por ser mujer y siempre me tocó gente respetuosa para trabajar. Nos pasa ahora también. LGA: —¿hacen todo los encargos que les llegan? Sn: —Tratamos de aceptar todo. ALK: —Hacemos proyectos, no importa el material, la escala, el lugar. Pero en algún punto si nos parece que algo no va, que hay una diferencia difícil de sortear entre lo que entendemos que sería una respuesta adecuada al problema proyectual que nos plantean y lo que entiende quien hace la demanda, bueno, le decimos a esa persona que no le queremos hacer gastar dinero en algo que sabemos, de antemano, que no es lo que está esperando recibir. Y algunos se van, porque vienen con la foto de lo que quieren y es muy difícil arrancar de ahí a veces.
LGA: —En relación al open house, me resulta muy interesante que la gente vea otras formas de arquitectura para su difusión… ALK: —Si, te saca de lo endogámico de la profesión, es para curiosos, para cualquiera. Podés entrar a un lugar y ver la mano de un arquitecto que transforma el espacio de cierta manera. Se hace énfasis en el valor agregado que le da un arquitecto, además de conocer más la ciudad, su historia, su cultura. En ese sentido, este evento nos ayuda a nosotros, los profesionales, a explicarle a la gente lo que hacemos. Es una manera de empezar a compartir un lenguaje. LGA: —El open house, distendidos, ¿son análogos a lo que hacía el Grupo r? ¿difunden? ALK: —Totalmente. En esa época no había internet, entonces vos te quedabas con lo de la facultad y lo de la biblioteca, y aparece el Grupo R, y todo se modifica. Para mi generación fue crucial. LGA: —rosario tiene una reconocida impronta arquitectónica. ¿Es notable al recorrerla o es algo que está más solapado? Sn: —Hay algo cultural en la arquitectura y Rosario tiene algo muy fuerte en lo artístico, en lo cultural. Vas por la calle y en cada cuadra encontrás algo para ver. ALK: —La gente está ávida de ciertas cosas. La avidez es buena, te hace buscar. Todo lo que hacés cuando no tenés trabajo, formarte, escuchar a otros, juntarte con otros a pensar, hace que cuando te llegue un encargo lo afrontes de otra manera, podés aportar algo más. Te preparás para tener las herramientas para dar una respuesta a una demanda puntual. Los proyectos son lugares para pensar, de reflexión, lugares para decir algo y, para poder decir algo, antes tenés que haber escuchado a otros. Por cuantos más lugares pases, más rica va a ser tu experiencia y todo lo que hagas con ella. Ya sea una obra de arquitectura, educar a tu hijo, viajar. Los arquitectos que uno admira no están sólo pensando en la arquitectura; Rafa Iglesia se debe haber leído todo lo que le pasaba cerca, debe haber estado en los talleres de todos los contratistas. Villafañe también, y pinta. Y Caballero. Sólo por nombrar los referentes locales, hay más…
saben mirar. Luego dicen lo que dicen y todos los miramos y los escuchamos. Para mí, los mejores son los más curiosos y una trata de mirar a esos. Pueden haber crisis económicas, personales incluso, pero lo que tenés en la cabeza, eso no te lo puede sacar nadie; y está ahí, te sostiene, esperando que la crisis pase. LGA: —¿tienen norte como estudio? ¿Se lo plantean? Sn: —Si, hacer proyectos, todos los que podamos, pero hacerlo lo mejor posible. Tener oportunidades para probar cosas, para hacer algo diferente. Creo que todos los proyectos son oportunidades para decir algo y para plantear algo diferente. Me gusta que mis amigos pasen por nuestras obras y digan que les gusta, que no parece una casa más. No es por querer ser diferente, pero si pensar que se pueden crear espacios y situaciones que te gusten. Nos interesa que las personas que no son arquitectos, cuando entra en algún lugar en el que trabajamos y ve una determinada escala, cómo entra la luz a un espacio, vea las situaciones que para nosotras le dan valor a la arquitectura, les guste, les llegue. Porque intentamos ponerle valor a lo que se hace. En la parroquia a la que pertenezco me pidieron hacer un proyecto para una guardería para chicos en riesgo, y quiero presentarles el mejor proyecto que pueda. Ponerle el valor agregado, que un arquitecto haga algo en esos lugares donde se piensa que todo tiene que ser lo más barato y casi sin arquitectura cuando en realidad tiene que ser el mejor proyecto, que dure en el tiempo. Eso transforma al barrio y la vida de los vecinos, de esos chicos. La arquitectura que una pretende hacer es la que mejore la vida la gente.
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Casa PKS
Casa MJ156 FotografĂa: Gustavo Frittegotto
Workshop DHTL en Cap-Martin (Francia), visita al Cabanon de Le Corbusier
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inventando cosas Entrevista a: Arqs. María Eva Contesti y Guillermina Iglesia. Estudio 2(A). DosArquitectas
Casa Achuzena, Roldán, 2014
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María Eva Contesti y Guillermina Iglesia forman el estudio 2(A)DosArquitectas, un lugar donde se gestan desde planes urbanos hasta proyectos editoriales, pasando por obras de todo tipo. En esta entrevista nos cuentan su trabajo, su recorrido para llegar a donde están hoy, un repaso por la actualidad de la profesión y sus sueños a futuro.
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Casa Achuzena, Roldán, 2014
GA: —¿Cómo arranca el estudio? Guillermina iglesia: —Nos conocimos en la facultad cursando en la Cátedra Galli. Las dos habíamos sido alumnas de «el Japo» Shiira. «El Japo» era un personaje interesantísimo, un verdadero promotor y armador, organizaba reuniones con algunos alumnos y nosotras formábamos parte de ese grupo. Unos años más tarde, nos encontramos en un viaje en San Francisco. Yo estaba en Berkley acompañando a Rafa (Iglesia) en un workshop del que también participaban Ángelo Bucci y Solano Benítez, y María Eva estaba viviendo en USA, cursando un Master en la Washington University in Saint Louis. En ese viaje visitamos la Dominus Winery en Napa Valley de Herzog and DeMeuron, el DeYoung Museum y la St Mary’s Cathedral de Pier Luigi Nervi. Fueron días intensos de viajar y compartir, visitar obras, ahí nos hicimos amigas. María Eva Contesti: —Yo estaba estudiando allá gracias a una beca que otorgaba la WUSTL junto con la Sociedad Central de Arquitectos. Era un premio para jóvenes arquitectos de Argentina. Cuando apliqué para esa beca yo trabajaba en el estudio
de Gerardo Caballero y Maite Fernández, así que además del portfolio y del curriculum presenté tres cartas de recomendación: una de Gerardo, una de Rafa y otra del «Japo». Eso me abrió una puerta gigante y me dieron la beca. Después de terminar el Master me mudé a Seattle donde viví durante dos años. Gi: —Mientras tanto yo seguía estudiando y hacía mis cosas. Había trabajado con el Rafa y con Solano en Paraguay. En 2009 estaba abriendo un estudio, porque me gustaba la idea de no tener jefe y de tener un lugar para hacer cosas con amigas. Un día, cuando María Eva ya estaba de vuelta, nos encontramos por la calle, la invité a sumarse, hicimos un concurso y desde ese momento trabajamos juntas. LGA: —¿Cómo ven la arquitectura regional? MEC: —Si por arquitectura regional nos referimos a la producción local creo que se están haciendo muy buenas cosas. Creo ver una preocupación por proponer edificios más novedosos y de mejor calidad en la ciudad. Una cuestión que siempre me preocupó fue nuestro rol en la sociedad y
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la manera de difundir nuestra disciplina como un patrimonio común. Todo lo que hacemos influye en mayor o menor medida en la construcción de la ciudad y por eso creo que es fundamental la divulgación en un ámbito más general. Pensemos que nuestro principal lugar de encuentro como comunidad arquitectónica es el Túnel, un lugar que me encanta, pero está escondido, me gustaría que tengamos un espacio más visible. Critico que los arquitectos hablamos entre los arquitectos como si a nadie más le incumbiera o le importara lo que hacemos. Creo que la arquitectura debería abrir el debate a toda la gente; eventos como Open House hacen exactamente eso, me parece interesantísimo. Gi: —Y cuando esa gente común se empiece a interesar, van a poder escuchar y opinar. Una parte de la sociedad no sabe qué rol cumplimos, qué posibilidades expresivas tiene la arquitectura. LGA: —tal vez por una cuestión generacional, varios de los colegas que ya entrevistamos hicieron mención al Grupo r… Gi: —Es que muchos directa o indirectamente nos sentimos influidos por ellos. Los admiramos no sólo por las obras sino también por sus acciones por fuera de las instituciones y por como posicionaron a la arquitectura rosarina en el mapa mundial. MEC: —Más concretamente, en mi caso Gerardo y en el de Guille «el Rafa», fueron dos mentores fundamentales en nuestra formación.
LGA: —En el Grupo r, al margen del hacer, hay un disfrute en el compartir… MEC: —Totalmente. En la transmisión, en la docencia, en el compromiso y en la búsqueda. LGA: —La docencia es otro tema. María Eva ¿vos hacés docencia? MEC: —Siempre dije que nunca iba a ir a trabajar a la UNR, que para mí era algo muy politizado. Tenía la concepción de que había que barrerle el piso al Jefe de Cátedra para obtener algún cargo. En 2015, cuando la -Cátedra Rois llama a concurso para tres cargos de JTP, pensé en presentarme porque era una de las únicas cátedras de proyecto con la que yo me sentía identificada en términos de intereses disciplinares. Concursamos catorce, ¡los líos que arma el «Colo»!. Hoy siento que la docencia es un pilar fundamental para mi desarrollo, no en términos económicos pero sí como profesional. Estar frente a estudiantes te exige seguir estudiando e investigando siempre, algo que tal vez se pierde con la práctica en el estudio. LGA: —¿Cómo ves a lo académico hoy? MEC: —Creo que la universidad tiene que ser lo que es: un lugar donde se fomente la investigación, un lugar para pensar la ciudad desde la idealización, que permita la teorización y la imaginación y que no debiera limitarse al plano material concreto hiperrealista. Tiene que haber una corriente que permita la exploración porque si no
es posible en la universidad, no es posible en ningún lado. Pero el salto al vacío es muy grande cuando te recibís, nadie te enseña a lidiar con un cliente, ni con un presupuesto real, ni tenés práctica directa de técnicas constructivas. En mi opinión habría que revisar el plan de estudios, pero eso es una decisión política, sobre todo para que haya otros caminos. Gi: —Ahora incorporaron lo de las prácticas profesionales que está buenísimo, antes no estaba; hay cosas que mejoraron desde que nosotros estudiábamos, pero agrego que es muy larga la carrera en los tiempos de hoy. LGA: —¿qué perspectiva tienen para el estudio? hay algunos que sueñan ser grandes, otros construir mucho, algunos con mantener la dinámica que tienen, quizás es una pregunta que no se hacen… MEC: —Cuando nos invitaron a dar una charla en el ciclo Distendidos el tema era «Origen, Expectativa, Realidad», y pensamos en eso: qué era la realidad, cuál era la expectativa. Nuestra realidad es todo lo que hacemos a diario y lo que nos da alegría cada mañana al llegar al estudio. Principalmente proyectar, pero además nos dedicamos a organizar charlas, muestras, workshops, publicaciones, participar en concursos, ir la facultad, ir la obra, todo lo que hacemos es nuestra realidad y yo no resignaría nada de eso. Gi: —Lo que quiero de mi estudio es, por ejemplo, no tener mucha obra porque eso
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OďŹ cinas Bertolloti Vial, San Lorenzo (en Obra)
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te consume mucho tiempo y no te deja tiempo para nada más. Entonces si vos me preguntas lo que me gustaría idealmente, si me pudiera sostener económicamente, sería tener dos obras por año y hacerlas bien; me encantaría. Poca obra para dedicarle mucho y tener tiempo para encarar otras cuestiones en el estudio. MEC: —También nos ha pasado que nos metemos en proyectos a muy largo plazo, por ejemplo, lo del Parque Industrial de San Lorenzo, ¿hace cuánto que estamos con eso? Gi: —En 2011 nos asociamos con una desarrolladora, para desarrollar el Parque que tiene 150 hectáreas en el acceso norte a San Lorenzo; lo pensamos en tres etapas y ahora estamos empezando la etapa dos. Era un campo y ahora hay un montón de fábricas que se están radicando, con todo lo que eso implica. Primero hicimos una factibilidad de sitio óptimo con la provincia para ver si era posible armar ahí un parque industrial; la provincia nos dio esa factibilidad. Después hubo que hacer todos los trámites: impacto ambiental, EPE, Gas, Agua y hoy estamos en el Registro Nacional de Parques Industriales. Somos uno de los pocos de la zona, para que las industrias que se instalen tengan la excepción de impuestos. Además de haber desarrollado el plan maestro dirigimos la oficina técnica, es decir, coordinamos todos los proyectos, desde las instalaciones, las infraestructuras, el paisajismo, etc.
LGA: —¿Lo disfrutaron? Gi: —Al principio fue difícil abordar un proyecto de semejante escala. LGA: —hablábamos de que lo ideal era tener pocas obras y esta parece algo muy grande. La palabra «arquitectura», ¿cómo aparece ahí? Gi: —Es apostar a futuro también. En nuestro caso lo que más nos interesa son los edificios de ingreso, dos edificios de 1300 metros cuadrados que además de actuar como de pórtico de llegada alojan las funciones administrativas y de servicios del Parque. Esos edificios ya tienen permiso de edificación y fueron totalmente autogestionados. MEC: —A nosotras también nos interesa el Urbanismo, hemos trabajado en planes urbanos de varios ciudades: el plan hídrico de Roldán, participamos en el de Cañada de Gómez y en el de Marcos Juárez como consultoras y parte de un equipo junto a Ricardo Kingsland. Nos interesa mucho la escala urbana, el espacio de la ciudad, el espacio público, lo que la arquitectura tiene para decir en la construcción de ciudad. Con el Parque Industrial nos pusimos a pensar cómo eran las calles, como iban a ser las veredas, que relación sería la ideal entre las construcciones, que clase de espacio queríamos crear. ¿Dónde está la arquitectura? En pensar todo eso. LGA: —Y después hay que ir a golpear la puerta y rebotar en cincuenta oficinas…
Gi: —Sí, y hemos perdido muchas batallas, por ejemplo, con Litoral Gas. Queríamos diseñar la estación reguladora de presión que tenía que estar ubicada muy cerca del ingreso. La habíamos pensado en hormigón con unas ventilaciones muy bonitas pero no tuvimos éxito. Dimos vueltas seis meses con el trámite hasta que nos resignamos y aceptamos el chalet inglés que nos exigían, pero con otro techo. MEC: —Esa nos la ganaron... Gi: —Por jóvenes y por faltas de experiencia peleamos batallas que no debíamos pelear, la clave es encontrarle la vuelta. Pero el objetivo es la autogestión y creo que vale la pena. LGA: —Se cae un poco forzado en la autogestión, ¿es el camino que tienen que tomar todos? ¿Pueden todos los arquitectos autogestionarse? ¿hay lugar para que todos los hagan? MEC: —Siempre me pregunto eso cuando veo a los estudiantes o chicos recién recibidos buscando trabajo y lo difícil que se les hace. Me cuestiono cuales son los caminos posibles para vivir de nuestra profesión y creo que hay que estar alerta y decir a todo que sí, correr todas las pelotas como me dijo alguien alguna vez. Gi: —Nosotras somos muy agradecidas porque ninguna de las dos tenía un resto económico; desde que me recibí siempre viví de mi laburo, al principio trabajando con Rafael Iglesia y después con nuestro estudio, ganando algo o poca plata, pero
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María Eva Contesti Es arquitecta egresada en 2003 de la Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño de la UNR, y Master in Architecture en Washington University in Saint Louis, Missouri, USA, distinguida con el Premio Best Degree Project Award en el año 2007. Cuenta con premios y reconocimientos como Mención Honorífica en el Concurso Provincial para la renovación de la sede del Colegio de Arquitectos de la Provincia de Santa Fe (2013); Tercer Premio en el Concurso Provincial para la puesta en valor del espacio público del Barrio Ingles de Rosario (2012); Honorable Mention en Steedman Fellowship International Design Competition (2008); Nomination Frederick Widmann Prize Best Student (2007); Nomination AIA Medal Recognition of scholastic achivement (2007); Full Tuition Scholarship Washington University in Saint Louis School of Architecture (2004); y Primer Premio Concuso Clarín para estudiantes (2001), entre otros. Ha desarrollado su experiencia profesional en el estudio de Gerardo CaballeroMaite Fernandez en Rosario, Argentina; LuchiniAD Adrian Luchini en Saint Louis, MO; Zaha Hadid Architects en Londres; y Zimmer Gunsul Frasca LLP en Seattle, WA. En el 2009 forma 2(A) DosArquitectas con Guillermina Iglesia. Acompaña su práctica profesional con su desarrollo docente desde el año 2000 en Rosario y Saint Louis. En 2006 y 2007 se desempeñó como research assistant para Zeuler Lima PhD, CAU-BR, para su libro sobre Lina Bo Bardi (Yale University Press, 2013).
Guillermina iglesia Arquitecta por la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Rosario en el año 2009. Ha desarrollado su experiencia profesional desde 2004 a 2008 en el estudio de Rafael Iglesia en Rosario; en el año 2005 en el Gabinete de arquitectura de Solano Benítez en Asunción, Paraguay. Desde 2008 ejerce la práctica profesional de manera independiente; a partir de 2009 , como 2(A)DosArquitectas junto a María Eva Contesti. Desde el 2011 es socia fundadora de Gea Desarrollos S.R.L., donde lleva a cabo el proyecto del Parque Industrial San Lorenzo. Acompaña su práctica profesional participando en concursos nacionales e internacionales, organizando muestras, talleres y publicaciones. En 2004 organizó el workshop «Cuando el problema es la solución» en Rosario, Argentina. En 2005 coordinó la muestra del Monográfico de Rafael Iglesia de la Universidad de Navarra, Pamplona España. En 2006 colaboró en el curso de otoño dictado por Rafael Iglesia en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Berkeley (U.C.B.) California, Estados Unidos. En 2007 colaboró para la exposición HEX Centro Cultural de España, Buenos Aires, Argentina. Organizó el America(no) del Sud Giro 2013 Tucumán – Córdoba - La Plata (Argentina) que contó con la participación de los arquitectos Alejandro Aravena, Solano Benítez, Ángelo Bucci, Rafael Iglesia, Ricardo Sargiotti y José María Saez Vaquero. Desde 2014 forma parte delCOLECTIVO IMPAR organizando la clínica de proyecto «Orilla Adentro» con la participación de los arquitectos Marcelo Villafañe de Rosario y Javier Corvalán, Jose Cubilla, y Sergio Fanego de Asunción, Paraguay, yen 2015 «Tangram Eco-social» coordinado por Felipe Mesa, PlanB Arquitectos de Colombia. En 2016 organiza la muestra internacional «Rafael Iglesia, Fuerzas en Juego» y «La Raiz abstracta», de Alvar Aalto en el Centro Cultural Parque de España.
lo suficiente para mantener la oficina y disfrutar de lo que hacemos. MEC: —Es que depende de los objetivos de cada uno. Nosotras tenemos claro que no queremos ser una constructora, que fue algo que surgió al emprender en el Parque Industrial y decidimos que ese no era un aspecto de la profesión que nos interesara. Disfrutamos de tener tiempo para hacer otras cosas y generar un espacio para poder pensar. Igualmente no creo que nos sería natural estar con la calculadora en la mano y los teléfonos sonando todo el tiempo. El objetivo es que nos guste la cotidiana, para nosotras el disfrute diario es el mayor motor, estar contentas acá. Gi: —Es un lujo poder venir contentas a trabajar. Hacemos un Parque Industrial porque creemos que es el camino que tiene que seguir el país, que se llene de Pymes, que haya producción. Muchas cosas una las hace por convicciones que van más allá de lo económico. Si podemos ganar plata con esto, mejor, pero está la idea de que el país vaya por ese lado. MEC: —La profesión del arquitecto es una actitud de resistencia, porque siempre algo te gana. O la plata o el cliente, algo te gana y hay que resistir, pero entiendo que por momentos se puede hacer cuesta arriba. Si se cierra una puerta hay que tener la habilidad de abrir otras, inventarse nuevos proyectos. LGA: —hay una versatilidad en el trabajo del arquitecto, esto que ustedes dicen
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que hacen obras, muestras, publicaciones, dar clases, charlas. ¿Se puede cambiar tan fácil de remera un arquitecto y hacer tantas cosas distintas? MEC: —A lo mejor tiene que ver con nuestra condición de mujer, somos naturalmente multitasking. ¿Viste que las mujeres podemos atender el teléfono, alzar un bebé, revolver una olla y pasar la aspiradora, todo al mismo tiempo? Tenemos esa capacidad medio pulpo de hacer todo a la vez. LGA: —¿Y ni se lo preguntan? MEC: —No. Gi: —Este último mes nos convocaron para reorganizar la oficina técnica de arquitectura de la Municipalidad de Maciel. Estamos redactando el reglamento de edificación y gestionando convenios entre los colegios, la municipalidad y la provincia. LGA: —hay una línea, vienen pegadas al urbanismo… MEC: —Si, y eso influye directamente al proyectar. Cuando pensamos un edificio lo hacemos en relación a la ciudad, no podemos hacerlo de otra forma, es simultáneo. Tiene que ver también con que yo trabajé varios años en la Dirección de Coordinación Metropolitana de la Municipalidad de Rosario, esa experiencia me brindó una visión más ampliada y comprometida con el espacio urbano. LGA: —¿Cómo repercuten en ustedes los
momentos de crisis? MEC: —Si no tenés un sueldo, tenés que ir inventándote el laburo, ir creando cosas. La crisis en realidad, para nosotras, esta «siempre». Hay veces que tenés más bonanza que otras, pero en ese momento tenemos que generar trabajo para cuando se termine el que hay para poder seguir manteniendo el estudio. Gi: —Los momentos en que hay menos trabajo los aprovechamos para reflexionar sobre cosas más profundas y que te llevan más tiempo. El día a día de la obra a veces no te deja pensar en lo conceptual. A veces es algo positivo la crisis. Nosotros la hemos pasado mejor trabajando cuando no había mucho laburo porque inventábamos cosas. MEC: —Y te da oportunidades que de otro modo las hubiésemos desaprovechado. Por ejemplo, la muestra que organizamos de Rafael Iglesia en el Parque España. Estudiamos las obras, las redibujamos, preparamos el material y además organizamos un workshop de maquetas acá en el estudio. Había como veinticinco pibes trabajando en eso, todos haciendo maquetas en escala 1:50 de las obras del Rafa. Fue una muy linda experiencia. Ahora la maqueta del Altamira está en el Chicago Art Institute, nos la pidieron para una muestra allá y nosotras la terminamos donando permanente. Gi: —Y queda ahí como parte de la muestra de arquitectura, nadie sabe eso. MEC: —Son cosas lindas, te llevan a cono-
cer gente y es como dice Guillermina, en la vorágine del día a día, la realidad es como otro ritmo. Parás, hacés algo, armás un evento y son esos momentos de freno, pensás en otra cosa y después sigue la vida. LGA: —Y cuando tienen mucho trabajo, ¿eso queda a un costado? MEC: —No lo podemos hacer, pero por lo menos tratamos de hacer una cosa por año. Gi: —Eso, tratamos. A veces podemos hacer más: una charla, una publicación. Nos llegan trabajos editoriales también, ahora estamos preparando el material para la 041 del Rafa. Formamos un equipo de trabajo con el que seleccionamos el material con el que contábamos y redibujamos treinta obras, entre las que incluimos concursos, proyectos no construidos y experimentos. LGA: —¿Vale la pena hablar de crisis? MEC: —La crisis está latente siempre por una cosa o por la otra, capaz lo sufre más el que está en relación de dependencia y teme por su estabilidad laboral, pero el que es trabajador independiente, como nosotras, sabe que tiene que auto gestionarse y generar sus propios ingresos.
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terapia de familia Entrevista al Estudio Bechis
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Sebastián, Esteban, Bruno y Franco Bechis, forman el Estudio Bechis. Un estudio multifacético en donde conviven las ideas de estos cuatro hermanos. En esta edición de La Gaceta de los Arquitectos los convocamos para una entrevista que, a través de algunos disparadores, terminó siendo un espacio de debate y reflexión.
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GA: —¿habrá algún otro estudio de cuatro hermanos? Esteban Bechis: —No sólo hermanos integraron nuestro estudio. La arquitecta Alicia Bolatti, nuestra madre, trabajó con nosotros al inicio. Las arquitectas Julieta Novello y Vanesa Patti, esposas, también conformaron el estudio durante muchos años. Además contamos siempre con buenos colaboradores. Actualmente el arquitecto Matías Motte y Alan Fared son fundamentales para poder llevar el día a día del estudio. Es importante estar en contacto con gente joven. Se aprende muchísimo. franco Bechis: —Justo el otro día una vendedora me preguntó si habíamos hecho terapia de familia, y cuando le dijo que no, me dijo que lo deberíamos hacer. Igual cada uno trabaja con sus visiones, a su manera y con su carácter. Hay una línea en la que nos ponemos de acuerdo, pero después cada uno tiene su personalidad. LGA: —tienen un estudio de cuatro socios donde hacen muchas cosas autogestionadas. también cada uno tiene su actividad profesional por fuera, ya sea como docente o en la administración pública. Abarcan muchísimas áreas en simultáneo… Sebastián Bechis: —Ser muchos socios te obliga a hacer muchas cosas o mejor dicho, a no desestimar ningún trabajo, por más que sabemos que algunos son más rentables que otros. Lograr la continuidad
laboral exige autogestionar encargos. A veces apostamos a un concurso vinculante u otras evaluamos factibilidades de desarrollo inmobiliario para hacer edificios de propiedad horizontal. Esto requiere una organización clara para lograr los objetivos en un tiempo lógico. Tenemos una dinámica de trabajo en la que conformamos equipos responsables para cada encargo pero tenemos instancias semanales en las que todos nos empapamos de todos los temas. En paralelo soy docente de proyecto arquitectónico. Son trabajos que se retroalimentan. El desafío es lograr la coherencia entre lo que uno enseña y lo que hace profesionalmente. El hecho de que cada uno tenga trabajos complementarios en distintas aéreas de la disciplina enriquece nuestras propuestas. EB: —En mi caso, combinar la docencia con la actividad profesional del estudio es una elección que he mantenido a lo largo del tiempo, durante más de veinte años. Creo que son actividades que se complementan. La administración del tiempo es un desafío constante. También intentamos que lo académico y lo profesional tengan coherencia, mostramos lo que hacemos profesionalmente en la facultad y seguramente contaminamos nuestros proyectos de lo que aprendemos dando clases. Esto es positivo porque te da una visión más amplia de la disciplina y genera una autoevaluación constante sobre lo que uno está haciendo. Realizar un proyecto de arquitectura y
concretarlo no es un acto automático, requiere de mucho tiempo de reflexión, verificación, maduración de las ideas. Los comitentes que llegan al estudio generalmente requieren un servicio profesional eficiente y en plazos lo más acotados posibles. Estas dos realidades generan una tensión constante. Nosotros nos proponemos dar respuesta a las dos cosas y nos ponemos la doble presión. Por otro lado, tratamos de no corrernos de ningún lado: hacemos proyectos, concursos, dirección de obra, trámites, licitaciones, legajos ejecutivos, tratamos de conocer un poco del mercado inmobiliario y de gestión para poder hablar de igual a igual con algún inversor. SB: —Si bien mayormente nos dedicamos a proyectar y dirigir obras, nos comprometemos y participamos en todas las instancias que se requieren para concretarla. Realizar una obra requiere un largo y amplio proceso. Transitar este recorrido entendiendo los distintos intereses de los involucrados es fundamental. Al principio, hicimos nuestros propios emprendimientos. Compramos una propiedad en muy mal estado buscando oportunidades en el diario. Arrancamos haciendo eso con el apoyo de nuestra mamá, que es arquitecta y tenía experiencia en el tema. Posiblemente haya sido el momento más rentable del estudio. Nos enfocábamos en generar mejoras espaciales y funcionales con intervenciones mínimas en viviendas de pasillo. Las publicábamos en los avisos
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clasificados y nosotros mismos las mostrábamos para venderlas. Luego, ganamos el concurso del centro municipal del Distrito Noroeste y la complejidad de ese trabajo nos impidió seguir con nuestros desarrollos. Bruno Bechis: —Era un momento en donde se podía hacer, porque el valor de las propiedades era mucho más bajo. Ese espacio hoy no sé si es tan rentable. fB: —Que el arquitecto tenga que hacer un poco de todo no lo veo como algo tan positivo, no es que no intentemos otras variantes, es que a veces no queda otra. Vos tenés que hacer las facturas, ser contador, saber del mercado inmobiliario, etc. Por eso cuando un arquitecto rosarino trabaja en el exterior se le reconoce su versatilidad y adaptabilidad. BB: —Y como vivimos en crisis permanente, además de todo eso, cuando terminamos de trabajar tenemos que pensar qué hacer si te sobró un mango para no perder plata. Porque si no, la semana que viene esa plata pierde valor. Esta realidad genera un gran desgaste. EB: —Tengo un amigo arquitecto que vive en Londres y reniega porque probablemente trabaje toda su vida como colaborador en un estudio. No va a poder firmar sus propios proyectos. Pero, por otro lado, tiene una estabilidad económica que le permite vivir más tranquilo. Acá nosotros tenemos varios proyectos sobre el tablero, algunos se construyen, pero no sabés que va a pasar mañana. fB: —Por ejemplo, para la nueva sede del Colegio de Arquitectos habíamos pensado un revestimiento acústico con determinadas características. Pero, con la última gran devaluación que tuvimos este año, en una semana los precios se duplicaron. Tuvimos que descartar esa solución técnica y pensar otras opciones. En estas circunstancias hay que ejercitar la creatividad. Después, puede que los resultados sean interesantes y hasta superadores, pero el trabajo lo tuvimos que hacer dos veces. Sucede eso con las crisis, uno tiene que trabajar el doble. SB: —Con el tiempo hemos aprendido que el proyecto no es módulo cerrado, que se termina y se cierra y permanece inalterable durante la ejecución. Construir nos ha enseñado que no se pueden separar las dos etapas absolutamente; por el contrario, en nuestro medio son dos instancias
superpuestas. Los cambios constantes de normativas o reglamentaciones, los avances tecnológicos y materiales, sumados a la fluctuación económica de nuestro país, nos obligan a reproyectar constantemente durante el desarrollo de las obras. Es un desafío continuo leer las circunstancias y adaptarse. Exige sensibilidad y versatilidad, para que el proyecto no pierda su esencia. LGA: —Es una realidad, y a lo mejor no va a cambiar el país, pero ¿puede cambiar lo que el arquitecto hace? EB: —Creo que un buen profesional es el que plantea una estrategia de proyecto valiosa desde lo arquitectónico pero lo suficientemente flexible para aceptar imprevistos y cambios sin perder la identidad del proyecto. El proyecto, en su génesis, debería contemplar la mayor cantidad de variables: estéticas, funcionales, ambientales, constructivas, económicas, reglamentarias, etc. De ser así es más factible que el proyecto avance, resuelva imprevistos, saque partido de estos y se concrete. Hasta en los concursos que hemos ganado nos ha pasado que el proyecto arranca de una manera y cuando vuelve del jurado, del comitente, de la municipalidad, de la empresa constructora, van surgiendo ajustes. A mi criterio, el proyectista tiene que estar ahí para defender el espíritu del proyecto, pero predispuesto a modificarlo, enriquecerlo para dar respuestas a las necesidades que inevitablemente pueden aparecer. Un buen proyecto debería poder hacerlo. BB: —Todo ese entrenamiento que vos decís, Esteban, se consigue fuera de la facultad. Lleva mucho tiempo poder manejar todas esas variables, la facultad no te entrena para defenderte rápidamente, por eso las primeras experiencias laborales son muy importantes para formarse como profesional. SB: —Constantemente nos planteamos qué hacemos y cómo lo hacemos. Es indispensable, para crecer, reflexionar sobre esto. Nuestra profesión es muy amplia y parece inabarcable saber en profundidad de todos los temas. Por eso es fundamental tener en claro criterios y estrategias. En este contexto el trabajo en equipo y la interdisciplinaridad son indispensables. Es importante nutrirse de otras visiones y ex-
En página siguiente: 1- Concurso Nacional Ampliación Museo Castagnino (Rosario, 2017) 2- Ampliación Sede Colegio de Arquitectos de Rosario 3-Concurso Biblioteca del Bicentenario (Mención- 2010) 4- Concurso Complejo Teatral de Berazategui (2° Premio) - Año 2013
periencias. En ese proceso, el arquitecto proyectista debe aprender a absorber las modificaciones, capitalizar los cambios y no perder la esencia de la obra. Si no se es flexible muchas veces las obras no se concretan. LGA: — hablan con cierta naturalidad de muchas cosas, ¿se retroalimentan siendo cuatro? ¿Van todos por el mismo canal? SB: —Tenemos coincidencias y diferencias como en todo grupo. Las diferencias enriquecen el debate pero compartimos los mismos criterios en muchos aspectos. EB: —Nuestro recorrido en la profesión es bastante amplio. En nuestros tableros conviven trabajos de distinta escalas y complejidades. Reformas, viviendas, fideicomisos, factibilidades, licitaciones, concurso, etc. También trabajamos asociados a otros colegas o hemos prestado servicios subcontratados por otros estudios o empresas constructoras para obras de mayor escala. Un salto cualitativo como estudio nos lo dio haber ganado concursos vinculantes de anteproyectos: el Distrito Noroeste, la nueva sede para ACA Salud, y la nueva Sede para el Colegio de Arquitectos. Probablemente tuvimos la suerte de ganar gracias a que desde nuestra época de estudiantes hemos sido colaboradores en concursos para estudios de buenos arquitectos. Esta experiencia previa y la docencia en el área de proyecto nos han dado la gimnasia para poder afrontar los concursos con más herramientas. Acceder a estas obras nos ha permitido desarrollar cierta experiencia en proyectos institucionales de mayor escala. Por otro lado, nos ayudó a mostrar nuestro trabajo y que al-
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gunos otros comitentes confíen en nosotros y nos convoquen. Pero son contados estos encargos. Para intentar solventar un estudio de varios profesionales, con tareas de proyecto y dirección de obra exclusivamente, es necesario sostener un caudal amplio y variado de trabajos en forma simultánea. fB: —Y es necesario aclarar que hace varios años que ninguno cambia el auto… (Todos se ríen). BB: —Un verano cuando todavía estábamos en la facultad, con Franco fuimos a trabajar tres meses con el Rafa, en el estudio de calle Corrientes. Ya los conocía a nuestros hermanos, y cuando nos vio nos dijo: «¿Ustedes son los más chicos? ¿También quieren ser arquitectos? ¿A ninguno de los Bechis le gusta la guita?» (también este comentario generó una carcajada colectiva). LGA: —Pero hay satisfacción en eso, ¿no? EB: —Claro que sí, nos gusta lo que hacemos y creo que es la razón por la cual le ponemos tantas ganas. Pero la dificultad es que muchas veces un mismo tipo de trabajo se concreta en poco tiempo y otras veces los plazos se extienden muchísimo. Generalmente por requerimientos externos y algunas veces por autoexigencia. Cuando mayor autoexigencia, menos rentable puede ser la tarea. Regular eso es muy difícil y está relacionado con la postura ética que asume cada profesional. SB: —Es un privilegio poder trabajar y vivir de lo que te apasiona, y además con tu familia. LGA: —Juntarse genera algún tipo de sinergia que hace que se mueva la rueda, ya no existe el arquitecto al estilo don quijote, pero cuando se arman grupos aparecen cosas… EB: —Veo una ventaja del trabajo en grupo que aprendí en la facultad, de Aníbal Moliné. Él decía que en el trabajo en grupo hay implícito un ejercicio de fundamentar tu opinión frente al resto del grupo. Argumentar una idea implica explicarla con palabras, con dibujos, con maquetas, con una normativa, con una planilla de superficie o con un presupuesto. Ya no es «me gusta» o «no me gusta»; defenderlo implica una producción y posterior reflexión. Luego de esa confrontación, generalmente se toma una decisión con un carácter más
objetivo. Las obras que nosotros hacemos pasan por una instancia de debate que trasciende la subjetividad individual. Son obras que se van despojando de lo superfluo y lo caprichoso en las instancias de debate. Últimamente abordamos nuestros proyectos con posturas que sabemos que van a ser amigables a esas negociaciones internas. Durante el proceso de proyecto nos interesa escuchar al comitente, al ingeniero, al contador, al inversor, al constructor. Sus miradas enriquecen el proceso. SB: —La profesión es muy amplia y tiene muchas facetas. Sostener en el tiempo la energía que lleva realizar una obra desde el anteproyecto a su construcción es difícil. Es fundamental el apoyo entre los integrantes para lograr los objetivos. Un grupo en el que cada integrante se ocupa de los temas que mejor maneja, tiene ventaja. No todos juegan de lo mismo, está el arquero, el defensor, el mediocampista y el delantero. Realizar una obra de arquitectura es un trabajo en equipo, indudablemente. LGA: —decían que tener algo hecho es lo que les abrió las puertas a trabajar con instituciones. Pero qué difícil es decir: «tengo algo hecho». SB: —En nuestro medio, a diferencia de otras partes del mundo, «tener algo hecho» es más accesible, aunque no es fácil. El título universitario habilitante permite que un joven profesional construya para su entorno de confianza rápidamente. Sin embargo, creo que un profesional tiene que tener la oportunidad de hacer una obra de arquitectura que trascienda lo doméstico. En ese sentido, los concursos de arquitectura son una oportunidad. Lamentablemente, no hay suficientes y tener esa posibilidad es, muchas veces, inalcanzable. En nuestra experiencia, ganar un concurso y construirlo nos ha dado otras oportunidades, pero aunque no ganes, participar te da un entrenamiento. Reflexionar sobre las diferentes propuestas que se presentan te deja una gran enseñanza. EB: —Probablemente también haya otra vía, como la capacitación. Hay otras disciplinas que tienen muy incorporado esto de terminar una carrera de grado y volcarse a una especialidad que les de chances de acceder a un buen trabajo.
En página siguiente: 5- Refuncionalización y ampliación Instituto Dante Alighieri Rosario. Con Arquitecto Wade&Asociados. 6- Refuncionalización y ampliación Instituto Dante Alighieri Rosario. Con Arquitecto Wade&Asociados. 7- Bar Mapu. Balneario La Florida (Rosario, 2017).
fB: —Podríamos mencionar dos aspectos. Por un lado, para mí tiene que ver con cierto desprestigio de los arquitectos por parte de la sociedad. Por otro, un contexto socioeconómico donde el servicio de un arquitecto pasa a ser prescindible frente a otras necesidades prioritarias. Ahí hay que pensar un poquito. SB: —Sobre lo que decía Esteban, en nuestra profesión tener una especialización, maestría o un doctorado no te garantiza acceder a realizar obras de arquitecturas destacadas. Muchas veces arrancas del casillero inicial como todo el mundo. Pero si miramos el medio vaso lleno, estudiar y especializarse indudablemente te da más recursos. Trabajar para arquitectos o estudios destacados también te da experiencia y aprendizajes que contribuyen a ese «tengo algo hecho». EB: —Nos ha pasado como estudiantes. Tuvimos la suerte de formarnos en un Taller con buenos docentes, que además tenían estudios profesionales que proyectaban y construían. Pero esta mirada se complementó con las actividades del «Grupo R» en su auge, como un conjunto de arquitectos que promocionaron la llegada de arquitectos del exterior y difundieron otra mirada sobre la arquitectura. Nuestra formación fue apoyándose en ese entorno y no con una única línea de pensamiento, sino con un panorama muy amplio. LGA: —¿Cómo ven el tema de los concursos? SB: —Los concursos son fundamentales para la asignación de obras significativas, ya sea públicas o privadas. Cuando hay muchos actores involucrados, con distintos intereses, el mecanismo más demo-
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8- Edificio Italia (2016-2018)
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9- Edificio Italia (2016-2018) 10- Casa Hostal del Sol (2015)
crático que valida una propuesta es el concurso. Debería verificarse estadísticamente, pero la obra pública de nuestra región no se hace por concurso mayoritariamente. Hay muchos ejemplos en el mundo para estudiar. España es uno. Sé que el Colegio está trabajando en que esto no sea un tema coyuntural de una gestión y que se determine por ley. Esperemos se logre. Por otro lado, no estoy en contra de la obra pública hecha por el estado y sus oficinas de proyecto o por la designación de un arquitecto reconocido mundialmente para que piense nuestros espacios. Todos en su conjunto suman a la cultura arquitectónica de la región. El problema es el desequilibrio. Es una cuestión de porcentajes. Algunos hacen casi todos y otros muy poco. fB: —Es necesario hablar también de diversificar los concursos. Cuando estuvimos en Barcelona vimos que había concursos para arquitectos de hasta 35 o 40 años, concursos por antecedentes y competís con quince o veinte, no como acá que en los concursos nacionales competís con sesenta de todo el país. Es más difícil cuando un arquitecto que recién empieza compite con estudios experimentados. BB: —En los concursos que son por antecedentes, presentas solo una carpeta y el jurado hace una primera selección. Esta modalidad te permite hacer la inversión económica y de tiempo cuando sabés que tenés más posibilidades de acceder a un premio; pero a la vez esto de diversificar o segmentar la participación se hace impo-
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sible cuando hay pocos concursos por año, ahí tenés que dejar que participen todos, sino sería muy injusto. EB: —Tal vez la mayor dificultad sea que lo que es tentador para la matrícula, a veces no es tan tentador para el promotor. La matrícula quiere premios altos, compatibles con el valor de un anteproyecto, un plazo largo para poder desarrollar una tarea a riesgo simultáneamente a otras actividades, que sea vinculante, que incluyan la dirección de obra, etc. El promotor quiere tiempos cortos, acordes a los tiempos
de las gestiones políticas o institucionales, que no se disparen los costos en asesores, jurados, premios y, principalmente, que el resultado sea bueno, quedarse con un proyecto que sea reglamentario y que sea viable económicamente. Es una tarea compleja dejar conformes a todos. Todos las partes tienen que ser muy responsables para que un concurso salga bien. También tenemos que decir que el Estudio Bechis ganó un concurso vinculante, anónimo y abierto y por eso también pudimos arrancar en pleno 2001.
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Reforma casa Jujuy (2000)
Reforma casa de pasillo Tucumán (2004)
Cortes conceptuales. Concurso Nueva Sede CAPSF - CAD2, 1° Premio (2013) y Concurso Viviendas IX BIAU en Rosario, Mención (2014).
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«no me gusta quedarme quieto» Entrevista al Arq. Jaime Cumpa López
Distendidos Fotografía: Guido Martini
Distendidos Fotografía: Fexa
El arquitecto rosarino Jaime Cumpa López nos cuenta sobre las múltiples facetas de trabajo que lleva adelante: desde el trabajo en el sector privado independiente, con una clara opción por el trabajo autogestivo y social; hasta su necesidad de aprender y compartir el aprendizaje a través de un ciclo de charlas que ya es una marca registrada en la comunidad arquitectónica local, como es «Distendidos».
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GA: —¿nos contás un poco de dónde venís y qué cosas hacés hoy? Jaime Cumpa López: —En 2009 comencé a ser adscripto en la Cátedra Moliné, después realicé un intercambio en Brasil y a la vuelta me sumé al estudio de Gerardo Caballero y Maite Fernández. Cuando dejé de trabajar con Gerardo, empecé a llevar adelante mi trabajo independiente y la adscripción en la Cátedra Rois; esa pasión por enseñar me nutría mucho y lo hacía en paralelo con mi trabajo, pero ser ayudante en la facultad me consumía bastante
tiempo y no era redituable, tenía que vivir de la arquitectura. A todas esas ansias y deseos traté de canalizarlas y terminan cayendo en este «posgrado autogestivo» que es Distendidos. La raíz de este ciclo parte de las charlas que hacíamos en el estudio de Gerardo con Maite, pero eran para veinte personas, que era la capacidad que nos daba el espacio. En este caso tratamos de reformarlas y adaptarlas, las llevamos a un bar para que pueda ser más amplio y convoque a más gente. El primer ciclo fue «Construyendo una
idea» y era muy claro a donde apuntaba. Queríamos ver cómo resolvíamos el problema de construir una obra propia y, para eso, convocamos a quienes para nosotros eran referentes, de quienes veíamos obras todos los días, que eran estudios rosarinos. Pero después se fue ampliando. LGA: —¿Con Gerardo Caballero ya había un ciclo de charlas? JCL: —Sí, pero para pocos por el espacio que teníamos, la capacidad era muy limitada. Una vez la transmitimos en vivo en las redes, sabíamos que la demanda era importante. En el 2012 pude hacer un posgrado en la Universidad Di Tella, que es la universidad más cara del país. Lo pude hacer porque me dieron media beca, ahora no sé si podría. Me resultó interesante poder viajar cada quince días todo un año; me permitió conocer a muchos arquitectos de todo el país y países limítrofes. Eso me abrió el panorama y con el segundo Distendidos fuimos llamando a todos esos arquitectos que estaban en todos esos lugares y fuimos ampliando la red. Ahora la red abarca a toda Sudamérica y pudimos traer también al catalán Josep Ferrando, porque mi socio de ese momento, Ezequiel, había trabajado con él. Estas cosas abren el panorama y hacen que lo pueda aprovechar más gente, tenemos un piso de 150 personas. Los arquitectos que vienen a dar las charlas no nos cobran por hacerlo, lo cual hace que se
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Pabellón de los Niños Fotografía: Federico Cairoli
pueda llegar a más personas. No me quedo llorando diciendo que no puedo hacer un posgrado, sino que hago un sueño realidad a través de la concreción de Distendidos.
con lo que fue el Grupo R en su momento, nosotros no lo vivimos lamentablemente, yo era muy chico en los noventa. Entonces hubo un bache, y si lo vinimos a salvar, mucho mejor.
LGA: —Al no poder hacer un posgrado lo construiste vos. JCL: —Claro, es otra forma de acercarse a la educación, uno se educa también a través de charlas; dentro de mi formación los dos años y medio que trabajé con Gerardo, donde hicimos casi quince proyectos, me nutrieron más que los cinco años de facultad.
LGA: —¿Es un espacio para todos? JCL: —Sí, es para todos; lo lindo que tiene este formato es que es gratuito, por fuera de las instituciones. Nos preguntan por qué es por fuera de las instituciones, y es porque son las inquietudes de un colectivo. Empezamos siendo dos y ahora ya es un grupo de ocho personas que piensa, cada uno tiene su rol, funciona como una mini empresa y cada vez está saliendo mejor. Está pensado para que si alguno lo deja lo puedan continuar otros, no está atado a alguien.
LGA: —¿Cómo llegaste a trabajar con Gerardo Caballero? JCL: —Le mandé un mail, enseguida me hizo una entrevista y me acepto para que trabaje con él, se dio todo muy rápido. LGA: —¿qué analogía puede tener este ciclo «distendidos»? JCL: —Muchos comparan a Distendidos
LGA: —¿Cómo es llevar adelante un proyecto cultural autogestivo en un momento de crisis? JCL: —Tiene sus gastos; una de las primeras cosas es lograr que el disertante no
nos cobre y también salir a buscar sponsors, tocar la puerta de empresas que son Pymes y quieren hacer publicidad y no saben cómo. Es salir a tocar muchas puertas y por eso se sostienen los viajes, los viáticos y el hospedaje. Lo autogestivo, si no tiene una pata económica que lo retroalimente, cae. Por eso tratamos de no depender de nadie, porque por ejemplo si dependemos del Colegio de Arquitectos como institución, el día que el Colegio tenga menos plata se deja de hacer, o si dependemos de la Municipalidad, cuando recortan en cultura no lo podemos hacer. Y si nosotros queremos que siga funcionando, tenemos que ser independientes. El primer Distendidos se bancó con la plata que nosotros teníamos para hacer publicidad en el estudio por ejemplo. LGA: —Vos estás comprometido con una línea política, militás hace mucho. ¿tiene algo que ver esa faceta en todo esto? JCL: —Sí. Cuando estábamos armando
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Feria Impulsar Fotografía: Víctor López
Distendidos, a la vez estaba haciendo la Universidad del Hacer de Ciudad Futura. Eso, justamente, lleva a hacer proyectos autogestivos agrupando a personas que tengan la misma problemática y ayudarlos a resolverla en un espacio que no sea ni público ni privado, sino de gestión social. La autogestión es más amplia con el tema de la crisis. Dentro del partido está el proyecto «Impulsar», que son ferias populares para las que desarrollé un stand de madera que hace que los productos se noten y los productores me dicen que los ayuda mucho con las ventas, porque se muestra mejor. Un diseño le está cambiando la realidad económica a una familia que se sostiene con eso. Todo eso me nutre más como arquitecto. Puedo estar con un cliente que me pide restaurar el marco francés de la abuela, pero también puedo estar ayudando a unos emprendedores a solucionar otras realidades. Hay patas totalmente abandonadas de las que nos ocupamos y tratamos de ayudar. Hay un problema y no esperamos que venga otro para resolverlo, hay que hacerlo. Muchos buscan esperar hasta ser gobierno para hacer las cosas, para que el rédito no se lo lleve otro. Nosotros no. Yo pienso que en esto se nos va la vida, y si pienso que en la arquitectura se me va la vida, que se me vaya de una forma de la que yo quiera estar orgulloso. Me gustaría que cuando me pregunten «¿qué hiciste vos?», pueda decir que hice el ciclo de charlas, que ayude a otros, y que en para-
lelo tenía proyectos privados, pero no estaba quieto. No me gusta quedarme quieto. LGA: —¿Para vos el arquitecto tiene el deber de involucrarse en lo social? JCL: —Me parece que lo social es una opción personal. Soy el primer arquitecto en mi familia, mi papá es imprentero y desde siempre vi otra realidad. LGA: —Al margen de la voluntad de hacer las cosas tiene que haber versatilidad, acomodarse a la realidad que toca… JCL: —Tener un bajo presupuesto es un problema y tener un alto presupuesto, también es un problema. ¿Qué se hace con eso? ¿De qué forma se resuelve eso? Hay que estar preparado para resolver las dos, porque si no cuando te piden resolver de la forma que no estás acostumbrado no tenés versatilidad. En el país que vivimos, la brecha social es muy profunda e impactante. Eso pone en crisis a la arquitectura. Si muchos piensan que la arquitectura es algo caro e inaccesible, se ve entonces como una meta muy alejada. Pero si uno demuestra que con poco se puede hacer buena arquitectura, eso es mejor para todos. LGA: —desde lo institucional y lo académico, ¿la arquitectura está ubicada en tiempo y espacio, entiende donde opera? JCL: —Tengo la sensación de que hay muchas arquitecturas y hay para todos. Está
atravesada por diferentes realidades sociales, políticas, económicas, culturales, técnicas, materiales; todas esas variables hacen que la arquitectura se pueda hacer de una forma o de otra. No puedo juzgar a Zaha Hadid por los materiales o técnicas que utilizó donde todo está muy perfecto, porque su línea fue por ahí. No se puede analizar de la misma forma que otra arquitectura donde se utilizaron otros materiales y otros recursos. Se deben comparar peras con peras y manzanas con manzanas. Hay una realidad a la que uno se tiene que acostumbrar, trabajar con todo tipo de cosas; puedo tener algunas contradicciones, pero no queda otra. LGA: —¿qué visión tenés de lo regional? JCL: —A nivel regional, lo que notamos con todos los arquitectos que nos visitan, es que Rosario está muy bien posicionada. Es una ciudad con un millón y medio de habitantes, con mucha densidad de arquitectos, con muy buena calidad. Lo que sorprende a los que vienen de afuera es que acá todos se conocen con todos, se interactúa. Eso lo permite Rosario y no lo permiten ciudades como Córdoba o Buenos Aires. En términos arquitectónicos estamos muy bien, quienes nos visitan quedan maravillados con todo lo del Grupo R, pero también con lo que sería el post Grupo R, todos esos estudios de arquitectura recientes, una red de arquitectos. La economía y lo material están íntimamente relacionados en nuestra arquitec-
Edificio 9 de Julio Fotografía: Gustavo Fritegotto
LGA: —A nivel institucional, ¿cómo ves a la facultad? JCL: —Quizás le falta más práctica, no desasociarse de la práctica. Cuando en un cursado, por ejemplo, se quiere resolver el problema de las villas en Rosario y termina no haciendo nada, es porque es imposible sin una gestión que abarque otras disciplinas. Uno tiene que reconocer sus limitaciones. A la facultad le falta un poco más de relación con la práctica, aunque desde hace poco se lo está resolviendo a través de las PPS (Práctica Profesional Supervisada), pero también sería bueno hacer hincapié en algo que tenga más que ver con la realidad.
Jaime Cumpa López
© Victor Lopez
tura. Por ejemplo, un ladrillo al que se le rompe una parte, sirve para otra cosa. Se le puede ocurrir a otro y en otro lugar, pero acá está muy desarrollada la noción de aprovechar todo. Son pequeñas cosas que las tiene sólo lo que sería una especie de «escuela rosarina de arquitectura».
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1986: Nace en Rosario, Argentina. 2009-2010: Colabora en la cátedra del Dr. Arq. Aníbal Moliné en la FAPyD de Rosario. 2010: Obtiene el título de Arquitecto en la FAPyD, UNR. 3º mejor promedio. 2011-2013: Trabaja en la oficina de Gerardo Caballero y Maite Fernández. 2012-2013: Posgrado. Programa en Arquitectura y Tecnología en la Universidad Torcuato Di Tella, Ciudad de Bs. As. 2013: Crea CUMPA arquitectura y empieza su carrera independiente hasta la actualidad. 2013-2015: Colabora en la cátedra del Arq. Juan Manuel Rois en la FAPyD de Rosario y desde 2014 es Docente Adscripto. 2015: Obtiene el 2° Premio CAPSF/FADEA Premios Arquitectura Construida 2015. Categoría 8, Rehabilitación de edificios existentes. 2016-2017: Realiza trabajos con el Arq. Pérez Villalba bajo el nombre cumpa+pérez arquitectos. 2017: Obtiene el 1° Premio Pabellón de los Niños en Parque Thays y 2° Premio Pabellón Urbano en Usina del Arte. Concurso Pabellones Temáticos. Ciudad de Buenos Aires. 2017: Crea el ciclo de charlas «Distendidos» junto a Pérez Villalba y desde 2018 se convierte en un colectivo independiente. 2018: Pabellón de los Niños. Obra seleccionada BIAAR 2018 en Políticas de Oficio, tradición e innovación. Prácticas Públicas. 2019: Obtiene el 2° Premio del Concurso Regional de Anteproyectos CEDE de la Caja de Previsión Social de los profesionales de la Ingeniería de la Provincia de Santa Fe junto a los arquitectos Barcia, Ferrero, Nepote y Silvestrini.
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ConforMAr EquiPoS Esta serie de cuatro reconocidos estudios gestan tanto la dinámica de su estudio como el hecho de hacer ciudad desde el desarrollo, la gestión y construcción de proyectos que, en diferentes escalas y problemáticas, hacen ciudad. GARNERONE - RAMOS MATÍAS IMBERN ÁNGEL SEGGIARO GONZALO SÁNCHEZ HERMELO
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La arquitectura como valor agregado Entrevista a los Arqs. Nicolás Garnerone y Martín Ramos Tucumán 2615
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Los arquitectos Nicolás Garnerone y Martín Ramos, integrantes del estudio local Garnerone – Ramos Arq. charlan con La Gaceta de los Arquitectos sobre sus experiencias en la profesión. Su corta experiencia —ya que el estudio tiene nueve años de vida— les alcanza para contarnos los riesgos que toman día a día para vivir de lo que aman y les apasiona.
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nicolás Garnerone Martín ramos
Nacen en Rosario en 1980 y 1982, respectivamente. Se gradúan de arquitectos en la Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño de la UNR en el año 2009, mismo año en el que se conocen trabajando en una empresa constructora. En 2010 abren su estudio Garnerone+ Ramos Arq., para realizar su primer trabajo autogestionado (un edificio de departamentos de pasillo). Luego continúan su vida profesional con la misma modalidad, abarcando casi todas las áreas que involucra el desarrollo de un edificio de viviendas colectivas: búsqueda del terreno, inversores, coordinación de ventas, proyecto, dirección de obra, administración y parte de la ejecución. El estudio también realiza trabajos de vivienda unifamiliar, reformas y locales comerciales.
GA: —¿Cómo surge el estudio? nicolás Garnerone: —Nuestros casos son parecidos. Te cuento mi vida profesional: ambos nos recibimos en 2009, yo después de haber estudiado en la Técnica N° 5. La expectativa que tenía sobre la carrera era poder trabajar de forma independiente. Vivir de la arquitectura con mucho o con poco, pero solo. Cuando me recibí fui a trabajar en la empresa de Iván Soboleosky, donde estuve por un año. Martín ya trabajaba ahí, así nos conocimos. Después de ese año quedé desocupado y empecé a ver cómo hacer para trabajar, como llevar una vida de autogestión. Surge un terreno interno en Corrientes al 500, como para hacer cinco departamentos de un dormitorio, y me pongo a ver precios, hacer análisis de costos, a estudiar cómo hacer un desarrollo. Todo se empieza a encaminar y cuando veo que el terreno se puede comprar, caigo en la cuenta de que estoy solo. Como me faltaba alguien con quien hacerlo, lo llamé a Martín, que me dijo que se quería ir del estudio y nos pusimos a trabajar juntos. Como las cosas salieron bien y todos quedaron conformes, empezamos a buscar otro terreno. Apareció uno en Gaboto y San Martín, ya para hacer un edificio en altura, que se pudo comprar con la misma gente y donde cada uno llamó a un amigo, porque el edificio duplicaba la cantidad de departamentos del anterior. Así se financió.
Cuando se terminó ese edificio se desparramaron los inversores y volvimos a quedar solos. Entonces aparece un terreno en San Lorenzo y Pueyrredón y tuvimos que salir a buscar gente. Para encarar ese proyecto nos asociamos a una contadora. A partir de ahí es todo autogestión. Martín ramos: —Para el tercer edificio nos quedamos sin inversores y tuvimos que ponernos camisa y salir a buscar inmobiliarias que no nos conocían. No teníamos espalda, éramos jóvenes y era difícil que nos crean que teníamos la capacidad para hacer bien las cosas. Fue donde más nos arriesgamos. Después aprendimos que se puede hacer por canje. Eso te quita un poco de peso, porque no tenés que hacer un desembolso importante de dinero. Tener la tierra te deja posicionarte más tranquilo. LGA: —En un edificio de diez departamentos, ¿cuántos inversores tienen? nG: —Probablemente diez. Necesitamos alguien que tenga una plata y quiera resguardarla o quiera multiplicarla un poco. No tenemos un gran inversor que apalanque la compra del terreno o la estructura. Hacemos los edificios con la plata de cada persona que compra los departamentos de forma individual. Después de hacer tres o cuatro edificios alguien te puede conocer por un cartel o una publicación. Y ahí puede ser un poco más fácil conseguir un terreno.
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LGA: —El difícil fue el primero… Mr: —Sí, uno después adquiere un poco de gimnasia, pero no estás exento de un montón de riesgos, aunque después fuimos aprendiendo. Nosotros nos empezamos a meter en el Real Estate, yendo a congresos en Buenos Aires con gente que está abocada no a la arquitectura, sino a cosas de este tipo. Es una disciplina por fuera de la arquitectura a la que le damos mucha bola. Hay que tener en cuenta que cuando pasas el umbral y querés hacer negocios, tenés que perfeccionarte en eso. Cuando hicimos el primer emprendimiento, ya hacía siete años que trabajaba en Soboleosky y tenía mucha gimnasia en eso, porque era lo que hacíamos ahí. Estaba cómodo porque me pagaban bien y tenía cierta libertad para trabajar, pero el principal objetivo era hacer negocios, la arquitectura estaba un poco delimitada. Cuando lo conozco a Nicolás pensamos en hacer algo juntos, pero donde nadie nos diga qué hacer. Entonces él me trae esta idea de hacer el primer proyecto. Me parecía algo re loco, no lo veía. Independizarme fue una aventura. LGA: —Para ustedes, ¿la arquitectura es un vehículo para hacer negocios o los negocios un vehículo para hacer arquitectura? nG: —Depende desde qué punto de vista lo mires, están ambos términos relacionados, pero no lo veo como un vehículo solo para hacer negocios. A lo mejor, lo que deseamos es que venga un cliente y te pida lo que vos querés proyectar. Pero como esos clientes no abundan, tenés que ir a buscarlo para poder proyectar —más o menos— lo que querés proyectar. En el caso particular de un edificio de viviendas de gente que compra para sacar una renta, tenés ciertos márgenes de los que no te podés mover. Lo económico y el reglamento, cuando vas a hacer un PH en terrenos chicos, te van condicionando a tener cierta arquitectura. Quizás los edificios que hacemos nosotros son de calidad estándar, después hay millones de variables. Necesitamos del negocio para hacer arquitectura, pero no es nuestra prioridad. Lo que intentamos mayormente es hacer arquitectura teniendo en cuenta el negocio. Mr: —Si no, no podemos hacer arquitectura. Quizás, si hacemos un prototipo dis-
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minuimos costos y en lugar de estar tres meses con un proyecto estamos una semana. Pero no queremos aburrirnos haciendo arquitectura, y quizás se le puede dar un valor agregado con la arquitectura, que no implica más plata. Nos fuimos dando cuenta, cuando vendemos, que se valora lo que tiene diseño. Aunque también tratamos de mantener un equilibrio y no hacer sólo edificios para arquitectos. Pensamos en la gente que vive o que lo quiere comprar. Muchas veces hacemos el edificio de una manera y si a un inversor no le gusta quedará afuera, muchas veces nos arriesgamos. En todos los desarrollos de los edificios fue diferente esa parte. La arquitectura que nosotros hacemos también muestra un poco la faz económica: en ladrillos y todo revocado. Ahora estamos haciendo uno que es todo de hormigón. Vamos cambiando, no sólo la arquitectura sino también lo económico, adaptándonos a la realidad del país. En un contexto donde el dólar cambia, si bien tratamos de usar todo nacional, en los materiales el dólar influye y eso hace que se nos vayan los costos. Entonces tenemos que explicarle lo que pasó al inversor. Esta gimnasia económica no existe en la facultad, tenés que ir armándote un poco en la calle. LGA: —El tema del costo es importante en nuestra arquitectura, quizás en otros países no importa tanto… nG: —Cuando haces un fideicomiso al costo, los números son un fantasmita que tenés desde el primer día hasta que entregas la llave, porque a lo mejor no pudiste hacer acopio al principio, pero la obra avanza bien. Pero un volantazo en la economía del país te duplica los precios y te encontrás con una gran incertidumbre. En esto del trabajo independiente, ese es un peso lamentable con el que tenemos que convivir. LGA: —Están vendiendo un proyecto. Vender te pone un lugar que no es el mismo que el de prestar un servicio. Y es una situación que genera presión, pero es lo que te permite hacer arquitectura… nG: —A eso quería llegar, está todo apuntado al final. Cuando el edificio quedó como lo querías hacer, te dieron los números y la gente quedó contenta, es espectacu-
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lar. Pero en el transcurso pasaron un montón de cosas que uno no quiere que pasen. A nosotros lo que más nos gusta es hacer el proyecto y la dirección de obra, pero en el medio te pusiste el traje de empresario, de proveedor, de vendedor. Y hacés todo eso para hacer lo que te gusta. Porque también construimos. La parte gruesa de hormigón y albañilería la ejecutamos nosotros con una empresita que formamos para poder tener otros números. Mr: —A la constructora la creamos hace ocho años, porque vimos que quien hacía ese trabajo no pagaba los seguros, pero se llevaba el dinero. Entonces la hicimos para tener un mayor control y garantizar que las cosas se hicieran como corresponde, en cuanto a pagar los seguros y las leyes sociales. Fue más una cuestión de seguridad que de bajar los costos, pero después nos dimos cuenta que bajábamos los costos. LGA: —quedó clarísimo que no es lo que elegís… nG: —No, de hecho en el estudio tenemos estas discusiones, porque estamos de acuerdo en un montón de cosas y en otras disentimos. Yo no quiero construir los edificios que hago, tampoco me gustaría involucrarme tanto en la venta, pero lo tenemos que hacer. Si no, quedamos a mitad de camino. LGA: —¿El proyecto es apostar a una mayor escala en un futuro? ¿Cuál es el objetivo? nG: —Calculo que es una respuesta que no va a venir del estudio, sino de cada parte. Obviamente la vida va cambiando y uno no sabe cómo va a evolucionar. Pero si yo pudiera hacer esto en una mayor escala, sin involucrarme tanto en tener que vender y todo eso, mi norte sería poder seguir proyectando. Pensar la arquitectura, seguir desarrollándome como arquitecto. Me siento cómodo en vivienda colectiva, y en cuanto a la escala, estoy preparado para lo que venga. Pero no sé si tengo puesto el foco en hacer un edificio de cien departamentos, no pasa por ahí en mi caso. Mr: —Sería más fácil, porque no tenés que depender todo el tiempo de otro. nG: —Hacer lo que más nos gusta. Porque lo que más disfrutamos es hacer el proyecto y la dirección, pero para hacer eso tenés que tener resuelto todo lo otro. Mr: —Nosotros fuimos tratando de dele-
gar las cosas que no nos gustan, pero hay cosas coyunturales que no podés cambiar en este momento. Por ejemplo, a la parte administrativa buscamos a alguien para que la haga. Quizás lo que nosotros hacemos hoy en una escala chica, se pueda repetir en una grande, con mayores problemas porque tenés que tener otra gimnasia. nG: —Creo que la elección de la escala fue también para tener la seguridad que se iba a poder terminar. Mr: —Son procesos cortos, de dos años. En un país donde cambia un gobierno y cambian un montón de variables, vemos que estos procesos cortos son más sostenibles para minimizar riesgos. No nos mueve hacer una torre, porque entendemos que la arquitectura se puede hacer en un edificio chico. Aunque creo que podemos hacer algo que esté bueno, desde un monoambiente a un departamento de cuatrocientos metros. LGA: —Con escala también me refiero a que haya más actores. nG: —Pero eso también se va dando. Si bien la escala nuestra siempre fue la misma, en un momento pensamos que necesitábamos a alguien que colabore en el estudio y apareció un chico que trabaja medio día y nos da una mano. De la administración se encarga mi hermano, que es abogado pero le gustan los números. LGA: —¿Entonces van encaminados a eso? Mr: —Entendimos como es el sistema y ahora, en lugar de un contador, tenemos tres que manejan diferentes cosas. Pero para un cambio de escala nos tiene que ayudar el país. Buscamos otra gente para poder darle más bola al proyecto, porque nuestra idea es hacer arquitectura. Pero con todas estas cosas que tenemos que hacer, en lugar de dedicarle cuatro horas a proyectar lo hacíamos media hora. LGA: —Cuando uno está acotado a una escala, ¿vale la pena pensar en una nueva forma de habitar, en una nueva tipología? ¿o hay que pensar en que el costo sea lo más importante? nG: —No sé si el factor del costo siempre es determinante para el tipo de arquitectura. En nuestro caso, lo que hicimos en
nuestros edificios fue lo que pudimos. Los terrenos que encontramos son para monoambientes o para un dormitorio. Si no, no nos da la ecuación económica, al menos por ahora. Mr: —A mi muchas veces se me pasó por la cabeza que, si podíamos hacer algo diferente, era para cambiar algo. Hoy no pensamos que eso pueda darse por las condiciones del mercado. Para mí el mercado es el que manda. Pero si vemos que podemos darle un valor agregado con arquitectura, no transamos con nada. Vemos que en Rosario hay muchos arquitectos que están haciendo cosas buenas y que eso está generando un valor agregado. Por ejemplo, salir de las fachadas de repetitivas, cambiar la materialidad. Fuimos a ver en el Open House el edificio de Diego Arraigada, de calle Montevideo, que está buenísimo. Pensar en el paso del tiempo sobre esa fachada es un tema que hay que estudiar. Es una decisión estética, pero la realidad económica también es importante. nG: —El mercado también busca eso. Antes, si la zona y el precio cerraban, los inversores compraban. Ahora, si ven que a media cuadra hay uno más lindo, compran ese. Mr: —El público se pone más exigente también. Ahora nos preguntan si nuestro próximo edificio se va a parecer al anterior y la respuesta es: «No sabemos». nG: —Pero también tenemos que tener cuidado, porque al ser autogestivo, tenemos que pensar en venderlo. Mr: —Eso te marca hasta dónde ir. Nosotros, a lo largo del tiempo, fuimos experimentando. Nos arriesgamos, fuimos de menor a mayor y creo que de diez inversores se nos cayó uno. Arriesgarnos nos trajo muchísimos frutos. LGA: —¿Cuál es la búsqueda de ustedes con sus edificios? ¿qué los entusiasma?
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nG: —Me gusta saber que voy a seguir desarrollándome como arquitecto. Voy a intentar conocerme un poco más yo mismo, en cómo proyecto. Pero tratando de involucrarme en algo que todavía no hice, pensar en otra cosa. Al empezar otra obra, hay toda una arquitectura nueva que uno quiere descubrir. Si bien nuestros edificios tienen una cierta lógica, también tiene cada uno sus cosas diferentes, porque queremos ir por lugares que no conocemos. Ahora la idea en nuestro próximo edificio es meternos con el hormigón. Jamás hicimos un edificio todo en hormigón. Para nosotros va a ser toda una novedad, porque hasta ahora no lo hicimos nunca. Mr: —En la empresa donde trabajaba me sentía cómodo. Pero sabía que no iba a poder dejar mi granito de arena en la ciudad, donde pueda pasar con mi hijo y decir que eso lo hice yo. LGA: —¿tienen alguna referencia? nG: —Arquitectos que nos gustan hay un montón, a mí me gustan los materiales a la vista, las cosas brutas, como son. Me gusta ese camino, no estoy relacionado con la arquitectura blanca y pura. Mr: —A mi cualquier imagen de cualquier cosa me llama la atención, veo imágenes y me quedan grabadas. Antes de irme a acostar miro imágenes de cualquier cosa, a lo mejor más relacionado con la arquitectura. Miramos mucho a los arquitectos rosarinos, porque tienen las mismas herramientas que nosotros; si lo pudieron resolver, también lo podemos resolver nosotros. Montevideo 2759
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«Si me hubiese quedado esperando que algo suceda, probablemente no hubiese pasado nada» Entrevista al Arq. Matías Imbern Edificio Apilado [SnJ].
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Charlamos con el arquitecto Matias Imbern, un rosarino que —una vez recibido— ganó una beca para hacer un Master en Estados Unidos. Allí tomó contacto con algunos de los arquitectos más reconocidos del mundo. Cuando regresó a nuestra ciudad, junto a dos amigos, estableció una oficina-empresa multidisciplinar donde realizan proyectos de características singulares.
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GA: —¿Cómo es la metodología de trabajo del estudio que llevas adelante? Matías imbern: —No creo en la configuración de un estudio de arquitectura clásico. Tampoco creo en el formato del arquitecto-artista esperando que las cosas le lluevan. No lo creo por dos cuestiones: en primer lugar porque entiendo la contemporaneidad, la globalización y la hibridación cultural como algo positivo, que no se puede negar. En segundo lugar, porque me parece que hay que saber surfear en un entorno donde las cosas van mutando. Eso hace que los formatos prestablecidos tengan que ir cambiando, que la forma de pensar y comunicar tenga que ir cambiando. Como respuesta a estos cuestionamientos, nosotros intentamos conformar un equipo de trabajo altamente calificado para llevar adelante todos los procesos de una obra, desde el diseño inicial, al desarrollo, la construcción y la gestión de la misma. Es una estructura de trabajo compleja y multidisciplinar, con el desafío de hacer proyectos de arquitectura que consideramos valiosos, con la capacidad de llevarlos delante de un modo eficiente y competitivo. Nuestra profesión se complejiza cada vez más, ya no es sólo acerca del método de proyectar, sino que también es importante la forma de comunicar. Y la manera de gestionar también se ha vuelto clave, sobre todo en un contexto tan convulsionado
como es Argentina como economía global y Rosario como situación particular. No estamos en un lugar de una estabilidad absoluta, pero preferimos no hablar de crisis, no porque no exista, sino porque es algo con lo que uno aprende a convivir. La manera de aprender a gestionar esas variables inestables se vuelve fundamental; no somos Europa con inflación prácticamente igual a cero o con continuidad de políticas económicas. Entonces, ocuparse de esas cuestiones es inherente al trabajo del arquitecto, a nuestra profesión, para asegurar el éxito de cada proyecto. Por otro lado, está la necesidad personal; vengo de una familia de clase media a la que no le faltó nada. Pero sabía que si me quedaba sentado esperando que el trabajo me llegue, los encargos no iban a llegar. No tenía los contactos ni nada que garantice que iba a tener un flujo continuo de trabajo. Por eso, la posición fue siempre ir por el trabajo y no esperar que el trabajo llegue. Después de quince años recorridos en la profesión lo veo como algo positivo, pero fue una necesidad, no es algo que elegí. Fue algo que si no hacía, no trabajaba. LGA: —¿Cómo llegaron hasta donde están hoy? Mi: —Después de recibido, tenía mi oficina donde hacia algunas obras pequeñas por encargo. Algunas cosas también fueron por autogestión, para tratar de ir trabajando, progresando; siempre mezclando con
la academia, algo que nunca dejé de lado. Soy docente en la facultad desde antes de recibirme y nunca me fui. Eso tuvo un corte en el 2011 cuando, para potenciar mi carrera, me fui afuera a hacer un master por dos años, mediante una beca Fulbright. Cuando volví en 2013, llegué en medio de una crisis devaluatoria, así que volver se me hizo complicado, porque la oficina estaba desarmada. Si bien tenía un título de posgrado, eso no garantizaba el trabajo. La maestría me ayudó y me va a ayudar toda vida, porque fue una experiencia de vida más allá del título. Pero pensando en la gestión de una oficina había que ir por otras cuestiones. Y fue un poco volver a empezar. También me planteé la posibilidad de utilizar mi tiempo ocioso en potenciar lo académico. Y por supuesto la participación en concursos, que creo es una manera muy satisfactoria de mezclar lo académico con lo profesional, abre puertas para que no sea un mero ejercicio profesional, donde se pueden poner en juego cuestiones académicas y cuestiones teórico-utópicas. Es como un juego donde se pueden proponer cosas que no sean siempre las más correctas u obvias, una manera de pensar por fuera del molde, que creo es algo fundamental para nuestra disciplina. Poder potenciar ese aspecto cuando uno tiene tiempo, porque la oficina no está trabajando a tope, es dos veces bueno. Al margen de eso, el sustento económico es importante. Si uno tiene una oficina hay
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Edificio Porosidades [Jjy].
que tenerla funcionando. Es entonces cuando surge la posibilidad de asociarme con dos amigos, donde cada uno aporta desde su experiencia. Con Marcelo Mirani y Rodolfo Ferrari armamos una empresa constructora —como complemento del estudio de arquitectura— para hacer un primer edificio. Yo ponía mi conocimiento en el área de proyecto y dirección de obra y ellos ponían la gestión del proyecto, de la obra, el manejo económico, que son áreas en las que yo no soy un experto, pero que he ido aprendiendo con el tiempo y las considero fundamentales para determinados tipos de arquitectura y determinadas escalas. Es muy difícil gestionar un edificio de cinco mil metros como un arquitecto-artista que se queda solo en su estudio esperando hacer la gran obra. Puede pasar, pero es en un caso en diez mil, y es más difícil aún si uno es un arquitecto joven. Esta decisión de asociarme con gente que puede sumar en otras áreas para tener un abordaje interdisciplinar la considero clave para que la obra llegue a
buen puerto. Pero es importante saber a dónde se quiere llegar, poder participar en todas las decisiones de la obra y tener en cuenta que algunas cosas no deben quedar exclusivamente en el criterio de un cliente. Creo que ha funcionado bien hasta ahora y me siento cómodo con esta metodología. Armamos la empresa para un primer proyecto en el que nos fue bien. Y no me refiero solo a lo económico; me refiero a todo, a la satisfacción con el trabajo bien hecho, a que la gente que lo visita y lo habita también está contenta. Esto nos llevó a dar los siguientes pasos e, incluso, a que aparezcan clientes que si no hubiésemos hecho ese primer emprendimiento, no hubiesen aparecido. El Complejo de Viviendas Pichincha es uno de esos casos: nosotros hacemos el proyecto, la dirección y la ejecución de la obra, pero trabajamos para otro desarrollador. No es un emprendimiento nuestro. Ahora, sí tenemos clientes que nos vienen a buscar para encargar un edificio. Por eso decía antes que creo
que si me hubiese quedado esperando que algo suceda, probablemente no hubiese pasado nada. LGA: —Como empresa tuvieron un salto de escala notorio. ¿Crees que si no tuvieran las tres patas sería posible estar haciendo todo lo que hacen? Mi: —Creo que no nos sería posible. No es imposible, porque el nuestro no es el único estudio que hace diez edificios. De hecho, en lugares como Buenos Aires, donde hay estudios más tradicionales, están más habituados. Pero son estudios que tienen cincuenta o sesenta años y otra realidad coyuntural —Buenos Aires no es Rosario— . Hay que buscarle la vuelta para que, cuando el país pueda generar cierta prosperidad económica, poder pensar estratégicamente para producir una mejor arquitectura. Y eso también tiene que ver con la gestión, porque hoy no hay ningún gran estudio en el mundo que no tenga eso. Puede haber alguno al que no le interese hacerlo de esa manera, es cierto. In-
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Complejo de Viviendas Híbridas Pichincha.
cluso hay arquitectos que se dedican a la actividad profesional como un hobby y son buenos. No es mi caso, me interesa tener un impacto en la ciudad que construimos. LGA: —hablas del plano internacional y esta forma de trabajar con mucha naturalidad… Mi: —La maestría me cambió bastante la cabeza. No porque antes estuviera mal, pero me la abrió en otras direcciones, me permitió sentarme en la mesa con muchos de los grandes estudios del mundo. Casi todos los arquitectos más prestigiosos dieron clases o dictaron conferencias en la Universidad donde me tocó estudiar. Tratar de pensar como ellos lo hacen, ver ese trasfondo, me ayudó mucho. Después, obviamente, tengo que hacer lo mejor que pueda con los recursos que tengo. Argentina no es lo mismo que Estados Unidos o Europa, las distancias son abismales, pero creo que hay cosas de las que se puede aprender. Por ejemplo, en el trato con el cliente nunca asumí el papel de darle
siempre la razón. Ojo, tampoco es que el cliente siempre está equivocado, pero sostengo desde el primer momento cuando me junto con un cliente que «ambos tenemos que estar contentos con lo que se haga», debemos funcionar como un equipo en el cual ambas partes deben comprender al otro. Si el comitente piensa que solo tengo que cumplir con sus necesidades y no tengo capacidad para la creatividad o no puedo transmitir mi mensaje, no me interesa el trabajo y creo que lo más sano es descartarlo. Es difícil hacer algo en lo que uno no cree. En este sentido, dos ejemplos me inspiraron. Uno fue el caso de Zaha Hadid, que propuso una arquitectura que estaba adelantada para su tiempo. No sé cómo habrá hecho la gestión, pero su estudio empezó siendo algo modesto comparado a lo que es hoy, con sólo un encargo: una estación de bomberos. Fueron años y años de sobrellevar la frustración hasta que logró lo que quería. Y el otro al que quiero citar es a Glenn Murcutt, en un reportaje de la re-
vista El Croquis donde dice: «Lo que vos hagas va a determinar tu próximo cliente». O sea, si cedes a tus convicciones, cada vez vas a ceder más. Y, por el contrario, el cliente que te busque lo va a hacer por lo que vos hacés. A veces saber decir «no» es construir un camino correcto y potenciarse hacia el lado que uno se quiere potenciar. Si conseguís que el cliente se compenetre con el mensaje todo va bien y fluye; hasta ahora me ha pasado siempre, me siento un privilegiado. Siento que valoran lo que uno hace. Pero también me ha pasado perder un trabajo después de la primera reunión, por defender la postura que creía correcta. LGA: —¿Cómo hicieron para pasar de hacer un edificio —con las dificultades que eso conlleva— a hacer diez al mismo tiempo? Mi: —Logramos una mezcla, un equilibrio entre gestión propia y encargos de clientes a los que les gustaron nuestros trabajos y
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creyeron en nosotros. Estamos a gusto porque en algún punto dividís el riesgo y la responsabilidad. Al menos la económica, porque la responsabilidad arquitectónica sigue siendo nuestra y con eso me siento muy cómodo porque es lo que buscamos. Otro tema es que no hacemos nada que no sea diseñado por nosotros, eso nos costó perder clientes también. Hace poco tuvimos una reunión donde un posible cliente nos propuso hacer una obra de más 5000 metros cuadrados, pero con un anteproyecto de otro colega, y decidimos no aceptarlo. Era ejecutar una obra ajena y no nos interesa hacerlo. No lo digo faltando el respeto al trabajo del otro, pero no es nuestro perfil de oficina, no lo podríamos hacer. LGA: —La motivación es distinta… Mi: —Claro, creo que cambia cómo se compenetra y se compromete uno. Desde la facultad, por lo menos desde los primeros cuatro años, tuve la suerte de poder dedicarme tiempo completo a la carrera de arquitectura. Después empecé a trabajar de arquitecto, todo el día dedicado a eso. Incluso hasta los fines de semana, siempre fue mi principal ocupación. Cuando fue el paso a lo profesional, si bien tengo una pata en lo académico, intenté no bajar el ritmo. Esa energía viene de lo que es trabajo, pero al mismo tiempo satisfacción. Es cierto que cansa, estresa, pero no es lo mismo cuando uno lo hace con pasión, que cuando se cumple con un compromiso meramente laboral. LGA: —tenés una forma de proyectar que tiene que ver con el software, que tiene un nivel de rigor muy alto, que no permite errores… Mi: —Nuestra filosofía proyectual está basada bastante en eso. Es muy común ver en Rosario desarrollos que se van repitiendo, con algunos cambios, pero van repitiendo siempre lo mismo. Nosotros tenemos dos reglas. La primera es la no repetición, cada proyecto es único. Eso es así y no va a cambiar. A los proyectos los enlazan los nombres que los identifican, que a la vez tiene una dualidad: cada edificio tiene un nombre abreviado, pero también tiene un nombre conceptual, que hace alusión a la característica específica de cada uno. Ese concepto se convierte en un
sistema, porque cada proyecto de la oficina debe tener una lógica intrínseca muy fuerte, un sistema que los ordene. Cada decisión se discute mucho en función de esa lógica de sistema de cada obra en particular. A lo mejor estamos debatiendo en el estudio durante una hora cómo poner una puerta. Nos sentimos cómodos de esa manera, no como el arquitecto-artista que diseña espacios porque es un genio, sino que tenemos una arquitectura más de debate y justificación o validación a través de la discusión en equipo. LGA: —En este sistema proyectual, tiene un gran peso la tecnología y eso no te deja hacerte el distraído. Mi: —No, porque te empezás a mentir a vos mismo, empezás a cometer los errores que vos mismo te generás, que a lo mejor no los ve nadie. Tal vez el cliente en algún detalle no lo ve, pero en la totalidad sí lo hace. Cuando uno intenta transmitir cierta coherencia para convencer, luego hay que sostenerla hasta el final. LGA: —¿Es una herramienta de comunicación la forma de proyectar? Mi: —Creo que sí, me siento muy cómodo explicándoles cada proyecto a los clientes y no tengo que hacer mucha diferencia entre como se lo explico a un cliente y como se lo explico a un alumno, es casi una misma mecánica. Hacemos énfasis en la gráfica de comunicación, que es algo que ha evolucionado bastante en los últimos quince años. Antes un proyecto se contaba con plantas, cortes y una fotografía o una maqueta. Hoy aparecen el diagrama y la secuencia como herramientas fundamentales. Nosotros tratamos de contar el proyecto como una secuencia de toma de decisiones. Decisiones que todos los arquitectos toman cuando piensan un proyecto. Pero para nosotros hay particular interés en ir registrando esos conceptos para poder comunicarlos y explicar, así, de donde surge cada proyecto, darle una razón de ser. Trabajamos con software, modelos 3D analógicos y/o digitales, en las distintas escalas. Hacemos, incluso, videos que grafican cada paso, desde cómo se va ocupando el lote, cómo se distribuye la masa edilicia y en función de qué, hasta cómo se distribuyen las unidades y cuál es el criterio que se utiliza. Hago hincapié «en función de qué», por-
que la idea es que no sea solamente una decisión, sino que sea consecuencia de algo. Tratar de responder a la orientación, a cuestiones tipológicas, funcionales o formales. No reniego de lo formal, porque me parece que la forma y la belleza son valor agregado en la arquitectura y es una de las variables que tenemos que manejar. Para algunos, belleza es una mala palabra en la arquitectura. Pero para mí no lo es, tenemos que hacer cosas agradables para la ciudad y sus habitantes. Una fachada tiene que ser bella. Después es cierto que hay mucha subjetividad en eso. Para mí, que sea bella, es que tenga una lógica. Y a esa lógica, poder entenderla, poder identificarme en ella y poder trasmitirla. También hay cuestiones de proporción, de relación entre las partes que son importantes, trabajamos también en eso. Y en el detalle, no nos da lo mismo algo que se lea desproporcionado a algo que se lea delicado y elegante. Todas esas discusiones que tenemos en el equipo de trabajo generan cosas muy ricas, mucha satisfacción, pero también mucho estrés, porque el proyecto arranca con el anteproyecto y termina cuando se concluye la obra. Hasta el último día estamos definiendo y redefiniendo cosas. No porque no lo tengamos resuelto, sino que van apareciendo otros interrogantes que en un primer momento no estaban. Eso genera fricción, pero después esas decisiones se valoran. Hoy se perdió mucho la satisfacción por el trabajo realizado. Parece que es más importante ganar dinero, a que lo que uno hace quede bien y le de satisfacción. A mí me interesa ser feliz con lo que hago, poder transmitirlo y que eso genere identificación en los que trabajan con uno en el estudio y en la obra. Eso es fantástico. LGA: —¿Cómo crees que se ven esos temas —la coherencia, el detalle, la proporción— desde afuera? Mi: —Muchas veces el contratista, al principio, reniega. Pero después entiende que es así, que resolver un detalle es complicado y que si quedó mal hay que volver a hacerlo. Cuando encontrás un grupo gente que puede trabajar identificado con lo que uno transmite, es súper satisfactorio. Así se genera un verdadero equipo en todas las áreas, no solo en la proyectual. LGA: —no me parece un dato menor que
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EdiďŹ cio Incisiones [3dF].
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Matías imbern Master in Design Studies Technology / Harvard University GSD (honores) Diploma Arquitecto / Universidad Nacional de Rosario FAPyD (medalla de oro) Obtuvo su título de Máster en Diseño y Tecnología con honores en la Escuela de Diseño para Graduados de la Universidad de Harvard (GSD). Su investigación está enfocada en la interacción estratégica entre tecnologías digitales y sistemas materiales aplicados a la arquitectura. Actualmente se desempeña como Profesor Titular y Profesor Adjunto en Arquitectura en la Universidad Nacional de Rosario, donde previamente obtuvo su título de Arquitecto con Medalla de Oro y como Profesor Titular Invitado en la Escuela de Arquitectura y Estudios Urbanos de la Universidad Torcuato Di Tella, en las carreras de grado y posgrado. Su práctica profesional se desarrolla con base en Rosario a través de su estudio I+GC [ar] y paralelamente con el grupo de investigación Lab.Id. Su producción, enfocada en viviendas, concursos y proyectos de investigación, ha sido publicada por numerosos medios gráficos y suplementos especializados a nivel local e internacional; y ha obtenido premios en diversos concursos. Matías ha dictado conferencias y publicado su trabajo como Profesor Invitado en diversas universidades y escuelas, en Estados Unidos, Singapur, Polonia, Canadá, Japón y Sudáfrica. Finalmente ha recibido numerosas premios en concursos nacionales e internacionales, como así también distinciones académicas, entre las cuales se destacan las becas Fulbright y Fortabat, el premio Peter Rice (Harvard) y el premio Aroztegui (Arquisur).
digas que podés mostrar el proyecto de la misma forma a un cliente y a un arquitecto. Es utópico pensar que a la arquitectura la puede ver todo el mundo de la misma manera… Mi: —Exacto, yo creo en eso, a mí no me interesa ser popular. Pero si creo que la arquitectura como disciplina debería ser más valorada por la sociedad en general como una herramienta de transformación muy potente para mejorar su vida. Que crezca, que amplíe su base, es fundamental. Nos cuesta a los arquitectos salir del mundo endogámico de la arquitectura, explicarla, transmitirla… Algo hizo que la arquitectura se cierre en un círculo chico y pierda de vista lo otro. Creo que hay que abrir el juego porque si no vamos a terminar discutiendo en una mesa muy chica, casi intrascendente. Entiendo a la arquitectura como una herramienta de transformación social, por lo cual debe llegar a la sociedad. Una cosa que me llama la atención de nuestra arquitectura local es que lo que se ve en la calle, no es lo que se ve adentro de la facultad. Y con esto no digo que lo que se ve en la facultad sea tremendamente bueno, ni mucho menos, hay un montón de cosas por mejorar. Pero así y todo, es muy distinto a lo que se ve en la calle, lo que se construye. Parece que cuando se sale de la facultad se cambia el chip y se empieza otro camino. De todos modos, trato de ser positivo y creo que se está mejorando en el último tiempo, con las generaciones más jóvenes. Se ve mayor audacia. Por ejemplo, y retomando el principio de la conversación, la cuestión de la gestión de obra prácticamente no se trata en la facultad. En lo personal, cuando salí de la facultad no tenía las herramientas para resolver eso. En ese sentido fui bastante autodidacta o, mejor dicho, aprendí mucho de mis socios. LGA: —¿Vale la pena hablar de crisis hoy? Mi: —No creo que este mal hablar de crisis, porque está más pronunciada que en otros momentos. Vivimos en una nebulosa, en la inestabilidad, casi en una montaña rusa que cambia año a año. No es como la crisis de los años treinta en Estados Unidos, donde después de muchos años de prosperidad quiebra Wall Street. Acá los ciclos económicos son de cuatros años,
tenés tres años buenos y uno malo y después todos esperamos que vuelva a mejorar, aunque no siempre sucede rápido. Uno tiene que aprender a convivir con esa realidad, no hay manera de que eso no suceda. Nos empezamos a preguntar si es problema de uno u otro gobierno. Pero es casi una realidad social que sigue sucediendo cuando cambia el color político o, incluso, si hay continuidad del mismo. Creo que no es una crisis como otras, como la que nos marcó tanto a todos, la del 2001. Al margen de eso, por la actitud que tenemos de ir a buscar las cosas, notamos que el año pasado y este año, la gente está más asustada, más conservadora, guardándose porque es un año electoral. Lo cual es una muy mala costumbre argentina; poca gente se anima a emprender incluso una casita, mucho menos un emprendimiento de mayor escala. Ese miedo muchas veces es real y otras veces creo que es más bien psicológico. A nosotros nos encuentra en un momento —que entiendo que no es el de todos— de mucho crecimiento, arrancando muchas obras. Ponemos un cerco de obra la semana que viene, empezamos otra hace un mes y tenemos dos o tres más por arrancar en el trascurso del año, que están en etapa de proyecto. También tenemos que terminar otras tantas, dos a fin de este año y dos a mitad del año que viene. Hoy no estamos frenados, ni la crisis nos está frenando. Siempre intentamos apostar al crecimiento. Digo «apostar» porque emprender algo siempre lo es y en este contexto es más riesgoso. Entiendo que es no es la realidad de todos y no quiero brindar un mensaje demasiado optimista y desentendido de la realidad, pero tampoco quiero transmitir uno pesimista. Espero que siga habiendo trabajo para poder seguir construyendo. Porque en definitiva, eso es lo que hacemos.
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Edificio Incisiones [3dF].
Edificio Incisiones [3dF].
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«formar equipo es la clave» Entrevista al Arq. Ángel Seggiaro
Staff FUNDAR en la terraza del edificio de sus oficinas Museion.
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Dialogamos con uno de los referentes de FUNDAR, el Arquitecto Ángel Seggiaro, para que nos dé un panorama de cómo trabaja una de los estudios más grandes de la ciudad de Rosario.
GA:—¿Cómo nos narrarías los orígenes, el comienzo de fundAr? Ángel Seggiaro: —Empezamos en los ochenta, Jorge Carpman, «Willy» Arino y yo. Willy después se quedó haciendo otras cosas sólo. Daniel Verger estaba en Francia y cuando volvió se incorporó al grupo. Hubo un tiempo en el que no sabíamos qué hacer, hasta que alguien nos dijo que para hacer un trabajo teníamos que ser una SRL. Ahí empezamos a pensar en una empresa constructora, ese fue el disparador. Nunca le escapamos a la obra, hablando del diseño y del control de la ejecución. El paso del papel a la realidad, lo defendíamos a través de la ejecución. Esa fue la raíz, divertirnos haciendo edificios en propiedad horizontal que podrán haber sido más lindos o más feos, pero siempre cuidamos el producto, el proyecto. Nos sigue divirtiendo, nos sigue pareciendo interesante. Después es comercialmente conveniente, porque cada vez hay más gente que reconoce que hay diseño. En ese sentido, la imagen de Rosario ha mejorado; hay más diseño y eso es mérito de los arquitectos, pero también del cliente que ha empezado a reconocerlo como valor. En los setenta las cosas se hacían de otra forma. La Asociación Empresarios de la Vivienda y Desarrollos Inmobiliarios (AEV), a la cual pertenezco, fue la asociación que más viviendas construyó en Rosario. En los no-
venta estaba formada por ingenieros; hoy tiene mucha presencia de la arquitectura. Cada una de las empresas está comandada por la visión de un arquitecto, porque la vivienda sin un arquitecto no es apreciada. El resultado está en la ciudad, porque la ciudad es mejor, es más armónica. LGA: —En los inicios, además de ser una empresa de diseño y construcción, ¿también gestionaban? ÁS: —Sí, fue en el año 1990, después del crack que sucedió con Alfonsín. Se instauró cierta estabilidad económica con la convertibilidad y por primera vez nosotros hacemos propiedad horizontal. No porque no se hiciera en Rosario, sino porque no encontrábamos como hacerlo debido a la situación económica anterior. Con un panorama donde podíamos planificar algo a treinta meses, empezamos a construir en Mendoza 326, Zeballos 40 y Zeballos 85. Ahí empieza una tarea que no es proyectar y construir, sino que es imaginar un desarrollo. Convocar lo que no tenés, que es el capital. Así fue en el comienzo y dura hasta hoy. Porque lo que llaman «desarrollar», no es más que convocar inversores. Al principio a cuatro amigos y después a los amigos de esos amigos, hasta que te convertís en administrador de algún patrimonio con sólo rendir cuentas, haciendo las cosas lo mejor posible y transmitiendo cuando las cosas van bien, más o menos, o mal.
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Shopping Paso del Bosque (Av. Sorrento y Circunvalación)
LGA: —En cuanto a la escala de los encargos, lo que ahora para ustedes es natural, no es natural para todos… ÁS: —No, porque el arquitecto liberal que sale de la facultad, se matricula y aspira a tener una oficina donde alguien llegue a dar un encargo, tiene mercado en la zona suburbana de Rosario. También encontramos el asociativismo de grupos para una ocasión: tres arquitectos, un ingeniero, y el dueño del terreno. Eso tiene dos cuestiones, la primera es la virtud del trabajo PyME. Santa Fe tiene una estructura económica de PyMEs y eso la hace salir más rápido de las crisis. Esto puede ser una ventaja y una desventaja, porque a veces es difícil en una organización pequeña conseguir la calidad de excelencia. Un paralelo en nuestra actividad podrían ser los emprendimientos de menos de mil metros. Después, hay una actividad de construcción mayor, de tres mil o cuatro mil metros para arriba. De ese salto de escala es difícil volver atrás, desarmarlo se vuelve
cada vez más difícil y más caro. Pero no sólo en lo económico, sino en la idea de perder recursos humanos, de desarmar un equipo, que es una palabra clave en todo esto. Hiciste varios edificios, la gente lo reconoce y si lo desarmas, el grupo se muere. Hoy no podemos hacer emprendimientos de mil o dos mil metros, no nos dan los costos, pero si podemos hacerlos de cien mil metros. LGA: —¿En qué momento deciden pasar esa línea? ÁS: —No lo sabemos, creo que nadie lo sabe. Me acuerdo cuando pasamos de hacer baños para el portero en la azotea de un edificio o decorar un living, a lo otro que fue hacer una empresa constructora. Pero nosotros, desde el primer día, pusimos «Diseño y Construcción», porque nos queríamos decir a nosotros mismos que no dejábamos de hacer lo que nos divertía, que era diseñar. La construcción la hacía-
mos porque ya que nos íbamos a ligar el cachetazo, y cobraba el que hacía la construcción, hacíamos las dos cosas y que nos cacheteen con justicia. Fue como un instinto de supervivencia. Te hablo de los años ochenta, cuando teníamos una inflación del 30% mensual; no es que esto nos parezca bueno, pero vemos que se va achicando el serrucho. Tiene sus explosiones para arriba y para abajo, pero ni en el para arriba empiezo catorce obras, ni en el para abajo, paro cinco. LGA: —hoy, después de tantos años, ¿cómo siguen? ÁS: —Hay una palabra central que es EQUIPO. Nosotros, al ser tres, podíamos hacer tres cosas a la vez. Cuando querés hacer cuatro, sumas a otro que trabaje con vos. Formar equipo es la clave, hasta cuando te asocias por única vez. Un equipo debe conocer sistemas; a nosotros que veníamos del papel y el lápiz, nos costó entender cómo se interrelaciona toda la
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Condominios del Alto 3 | Viviendas (Thedy 221)
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información. Una organización chica, mediana o grande no puede sobrevivir si no tiene equipo, si no tiene sistemas y, en nuestro caso, pudimos pasar a una gran escala cuando tuvimos un método de organización. Las Normas ISO nos ayudaron con lo básico como, por ejemplo, no mezclar la ropa de invierno y verano en el placard para tener que buscar menos. Te lleva un tiempo, porque a nadie le gusta hablar de las partes administrativas, pero solamente si tenés método empezás a tener mayor eficiencia. Somos bastante inconscientes del tamaño de algunos pasos. Por ejemplo, usamos los sistemas ERP (Enterprise Resource Planning), que significa sistema de planificación de recursos empresariales, para poder trabajar todos a la vez sobre un mismo proyecto y no cada uno con su Excel. Hoy cada empresa PyME necesita uno; no es caro ni complejo. Nosotros dimos ese paso hace ya doce años. No hay que tener miedo de cambiar, es fatal preguntarse «¿por qué cambiar?» El tiempo pasa, nosotros envejecemos y cambian los usuarios, ¿porque seguir ofreciendo ladrillos si la gente quiere hormigón? La idea de cambiar siempre nos animó y nos sigue animando. Hoy podríamos decir que tenemos una organización muy prolija, bien administrada. Vamos tratando de llevar adelante controles que nos ayuden a cuidar la idea. Por ejemplo, el control del tiempo de ejecución, ¿por qué se demora la obra? Todas las obras se demoran, la cuestión es poder controlar a tiempo los efectos. Sin embargo no hay peor cosa que la innovación a destiempo. Eso es muy caro,
porque si me corto solo tengo que pagar todo el triple, hasta en el tiempo y la salud. Por suerte hay muchos arquitectos jóvenes y empresas que trabajan con muchas de estas cosas que estamos hablando y eso te obliga a ser competitivo. Hoy con la globalización todo se comparte, a la fuerza. Con sólo mirar el celular vemos lo que pasa en todo el mundo. Eso hace que algunas cosas empiecen a cambiar y no vuelvan para atrás. Me preocupa el cambio de concepto de comprador, porque hoy se está instalando la tendencia de que la gente no quiere ser propietaria, ni de la casa, ni del auto, ni de nada. Ahí también tiene que ver nuestra profesión; uno antes pensaba en hacer la mejor casa para que se puedan dar todos los escenarios de una familia. Bajo estas nuevas ideas, esa es una tarea que jamás podríamos encarar. Nos quedamos con hacer un bien durable a mediano y largo plazo. Rosario es un escenario particularmente sano en lo financiero, no hay una mentalidad alocada de endeudarse más allá de la posibilidad, de dejar de pagar. La actividad nuestra —ya sea proyectar, construir o desarrollar— ha nacido para mirar por encima de los cuatro años que dura un gobierno. Si nos quedamos muy atados a si sube o baja el dólar, estamos mal, porque seguro que el dólar sube o baja. Y después cambia el plan de gobierno, cambia el presidente y cambian las reglas de juego. Claro que puede ser que no sea así en obras muy cortitas, de otra escala. LGA: —¿Cómo trabaja fundAr? ÁS: —Disfrutamos de haber armado un equipo. Armar un equipo en el siglo XXI, es un desafío a la dinámica de grupo. Una estructura como la nuestra, donde trabajan aproximadamente setenta personas, son empresas cerebro-productivas. No producimos el ladrillo, nosotros producimos con la cabeza; todo el trabajo de la estructura es la auto alimentación de la motivación, del equipo, la innovación. Esa estructura también tiene que dormir de noche, pensando que está formada por personas que tienen familia, hijos, que tenemos una historia. Por otro lado, hay que sostenerla. Para eso hacemos capacitaciones internas, vamos a las obras, porque no todos conocemos todo lo que hace la empresa, a lo mejor el que compra el hie-
rro no sabe dónde se lo usa. Creo que esa palabra, CALIDAD, es fundamental y a eso no puede renunciar ni el arquitecto que trabaja solo en su estudio, ni los que se asocian para hacer determinadas cosas, que los hemos visto en LA GACETA con una calidad arquitectónica excelente. Es a lo único que no podemos renunciar, ni a la calidad del diseño, ni a la calidad jurídica que tiene que tener el proyecto en los papeles. Además, nosotros como público, en cada una de las cosas que demandamos, pedimos calidad y precio. Eso es bueno, tiene que servir para levantar el nivel, no podemos entrar en el «lo atamos con alambre». LGA: —¿A qué se refiere con calidad jurídica? ÁS: —El Colegio, la facultad, tienen que trabajar para que haya calidad jurídica en los papeles. Cuando uno de nosotros arranca en la profesión y firma un plano como constructor, tiene una espada de Damocles en la cabeza. Por suerte no han pasado cosas graves —toquemos madera—, pero la verdad es una locura. Ese no tiene que ser el mensaje, porque parece que uno tiene que hacer las cosas lo más rápido posible para sacárselas de encima y después escaparse para que el dueño no te reclame nada. LGA: —¿Es el precio de construir ciudad? ÁS: —Entiendo eso, pero ¿a qué precio hacemos la ciudad? ¿Somos los cruzados? Alguien nos tiene que dar una mano. Tenemos que estar todos tratando que estas responsabilidades sean proporcionales. Algo se ha avanzado; el nuevo Código Civil tiene interpretaciones que empiezan a ir en este sentido. Creo que es necesario que siga cambiando y que cambie todas las veces que haga falta. No hay que tenerle miedo a cambiar. No hay una ciudad quieta, la ciudad está en constante movimiento y hay que interpretarla. LGA: —¿Cuántas obras tienen en marcha en la actualidad? ÁS: —Debe haber unas catorce o quince obras en marcha, en ejecución, y después hay metros cuadrados que se están preparando para hacer obras. Alguien está evaluando terrenos para reponer, alguien está preparando las cosas para conseguir el permiso municipal.
Condominios del Alto 4 | Viviendas (Av. Caseros 145bis)
Silene 2 (Veramujica 1352)
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«La arquitectura, definitivamente, es una pasión» Entrevista al Arq. Gonzalo Sánchez Hermelo
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Motor de múltiples proyectos a lo largo años, desde el Grupo R en los años noventa hasta desarrollos urbanísticos hoy, el arquitecto Gonzalo Sánchez Hermelo repasa con nosotros treinta años en la profesión.
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GA: —¿qué mirada tenés de la arquitectura de hoy? Gonzalo Sánchez hermelo: —Es una cuestión de causa y efecto. Creo que hay un primer momento en el que puede ser la casualidad: como que hay algunos episodios que pueden ser fortuitos. Te puede caer algún proyecto que no pensabas que iba a tocarte. Pero después deja de ser una casualidad para ser una causalidad. Hay dos cuestiones, si uno habla de mercado sería muy soberbio decir que uno puede generar demanda. Uno no genera demanda, sabe cómo interpretarla, y junto a eso saber analizar el mercado, en la medida que cuando uno es solicitado como profesional, saber estar aggiornado al producto que uno va a poder elaborar como arquitecto. Después la valorización que uno hace es totalmente subjetiva a la mirada de los profesionales o colegas. Pero ante todo, nosotros tenemos la mirada del usuario como lo más importante. LGA: —¿Cuánto cambió la realidad en los últimos años? ¿Cómo lo vive tu estudio? GSh: —Si yo miro hace treinta años y miro el hoy, hay un hilo conductor que es el mismo, hay una cuestión de proactividad. Tratamos de vencer la parálisis leyendo los espacios para el próximo momento. Hablamos con componentes que están desde el primer momento, en la respuesta que estamos dando hoy. Y es parte de la
respuesta a dar el día de mañana, pero con otros condimentos. Es muy lineal el proceso. En el estudio vamos puliendo algunas cuestiones, a tal punto que incorporamos al staff, hace un año y medio, a un Gerente de Procesos, un ingeniero ex-General Motors que está tratando de ubicar mercados a abordar. Y eso es algo que parece más de una empresa pero, básicamente, si uno no piensa que tenemos que tener un perfil empresario, no nos van a convocar empresas. Si la actitud que tenemos es solamente hacer viviendas, tenemos que seducir a los que miren nuestras viviendas, pero si queremos acceder a un mundo corporativo tenemos que pensar como el corporativo. Tuvimos la oportunidad de trabajar con muchas corporaciones, que no es la arquitectura por la que a nosotros más se nos conoce. Hemos trabajado con John Deere, General Motors, Dupont, IBM, Accenture, Arcor y otras más. Básicamente es otra manera de comunicarse y de proceder, tanto en lo formal como en lo proyectual. Tienen procesos que hacen que tengas que dibujar en pulgadas y documentar en inglés. Eso es algo para lo cual uno tiene que prepararse. Al tener un Gerente de Procesos hoy estamos mirando cuales son los mercados que uno puede abordar, teniendo la experiencia de haber transitado los mercados corporativos. Porque no es que hoy el mercado corporativo este en al-
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za, pero no es precisamente el que está fuertemente en baja. Hay que leerse y releerse para ver cómo ser contemporáneos, no vanguardia. Eso de quedarse en el tiempo de lo que uno ha hecho, no es una buena lectura. Tras haber hecho un proceso de más de mil cien proyectos en treinta años, vemos que el hilo conductor está, que el norte sigue estando. Transitamos la arquitectura comercial, de vivienda, los edificios, la arquitectura corporativa, los desarrollos inmobiliarios, los barrios cerrados y los clubes de campo. De alguna manera, eso nos dio la experiencia para poder congeniar todo y hoy poder armar proyectos de usos mixtos. Hoy podemos armar proyectos como Distrito Puerto Norte o Funes Este, o un proyecto que estamos generando en Rafaela, donde no es solamente condominios, no es solamente comercial, no es solamente educación, no es solamente salud. Es combinar y analizar lo que sucede en otros productos de retroalimentación de programas, donde podemos interactuar en la demanda de potenciar algunas cuestiones, para que las puedan usufructuar tanto el que reside como el que produce. Y son procesos largos. En Funes tenemos un proyecto con algunas trabas políticas que estamos sacando adelante, pero ya lleva tres años. Distrito Puerto Norte también son tres años. Un proyecto para Cargill que fue para la reconversión urbana de ciento cuarenta mil metros cuadrados edilicios, donde hubo que generar normativa, también fue un proyecto de tres años que hoy es de Molinos Cañuelas. Ahí nos pusimos en el papel de urbanistas y no en el de arquitectos. En el concepto de dar forma a la ciudad, no en el de proyectar edificios, sino proponer solamente cajas volumétricas, que fueron aprobadas por el Concejo y el Ejecutivo, para generar agregado de valor a la tierra de nuestro cliente. En el caso de Distrito Puerto Norte, donde nosotros somos proyectistas, hicimos el Masterplan y el proyecto urbanístico de la totalidad y solamente quedamos involucrados en el proyecto; la dirección la hace otro estudio, la ejecución la lleva adelante Pellegrinet y el desarrollo lo hacen Transatlántica y Milicic. Estamos también con un Masterplan en
San Lorenzo, donde hace cinco años hicimos un proyecto a riesgo en un predio y ahora vino una inmobiliaria a ver si queríamos hacer un proyecto en ese mismo lugar, y se sorprendieron cuando le dijimos que ya lo teníamos hecho. Tenemos también un proyecto a riesgo para San Cristóbal, en lo que es la Ex Sociedad Rural de Funes. A riesgo, porque son proyectos en los que detectamos parcelas, hablamos con los propietarios de la tierra y, en momentos de crisis, cuando tenemos más tiempo, generamos proyectos. Porque algún día se va a despejar la tormenta y va a salir el sol y vamos a poder hacer esos proyectos. Si nos paraliza la crisis estamos en un problema, porque la cabeza se pone mal. Uno puede suponer que la estructura de la oficina puede soportar esos costos, aunque a lo mejor baja la rentabilidad del estudio. Pero siempre apostamos a que va a mejorar. De esta manera la mejora que estamos pensando se va a dar cuando se despeje el panorama. También nos pasan cosas negativas. Por ejemplo, proyectamos un edificio en calle Rondeau al 1700, y por un problema municipal, hubo que parar la obra. También hacemos tareas de gerenciamiento con proyectos de otros. A veces hacemos solo el gerenciamiento de proyectos de inversión. El trabajo del arquitecto no es solo proyectar y dirigir. También es gestionar, administrar o gerenciar, y muchas veces nos contratan por nuestra capacidad de gestionar. Creemos que en estos momentos de crisis tenemos que ser amplios para conseguir los recursos. Por eso creamos RECSA (Real Estate Consulting) que es una consultora de desarrollos inmobiliarios para analizar los proyectos de inversión. Incluso llegamos hasta a estudiar volumétricamente la factibilidad. Hay aristas en la profesión que son infinitas. LGA: —hablamos de análisis de proyectos de inversión, pero te vimos entrar a la entrevista con muestras de madera. Estás en todos los detalles… GSh: —Anoche estuve con un cliente hasta las nueve de la noche viendo esto y recién fui a buscar las muestras para una reunión en la que no voy a poder estar, porque tengo otra. Me encanta hacer esto.
Lamentablemente lo que me falta es tiempo. Pero ahora ya no me estreso, es como que me saco un sombrero y me pongo otro, y es así. Pero no dejo de cumplir el rol de arquitecto y de liderazgo, más allá de que en el estudio hay veinticuatro personas trabajando. Lo mío no es a vuelo de pájaro. Supervisando, me involucro. LGA: —hablaste de la crisis, ¿cómo ves la situación en este momento? GSh: —Desde que empezamos a trabajar ya van cuatro crisis, como mínimo. Alguna más dura que otra, pero a todas las enfrentamos de la misma manera: con creatividad y explotando al máximo la cantidad de recursos que tenemos como profesionales. Lo bueno de tener tantas herramientas es que, si se cae la fortaleza que teníamos como proyectistas, podemos ser gerenciadores. Si se cae la de gestión, volveremos a ser proyectistas. Y si se caen las dos podremos ser desarrolladores y ganar tiempo y proyectar. O buscar un mecenas que nos banque la posibilidad de gestar algo para cuando se termine la crisis. Hay personas que están viendo eso como una posibilidad a futuro, son estos los momentos para pensar en el mañana. Nuestra currícula nos da un montón de oportunidades que no aprovechamos. Sabemos de gestión, de administración, de proyecto. Cuando al proyectar nos topamos con un terreno, lo vemos tridimensional. No creo que haya profesión tan increíble como la nuestra, que ante un terreno podemos verlo tridimensionalmente, numéricamente y también como una oportunidad de negocios. Sólo falta plasmarlo y llevárselo a un inversor. LGA: —Sos muy generoso y hablas en plural, pero todas las personas que están trabajando acá a lo mejor tienen que ver con una característica tuya: la de aglutinar y construir un espacio plural, con una forma de encarar las cosas. ¿Es más la curiosidad lo que te ha movido o fue la necesidad como estudio? GSh: —Hay cosas que son inherentes a cada persona, no puedo extrapolar mi manera de ver las cosas. Lo que puedo transmitir al colectivo es el tema de no limitarnos, de creer que nos prepararon solo para tal o cual cosa. La facultad nos da una base que puede ser buena, mala o regular;
63 Distrito Puerto Norte.
Complejo Habitacional San Lorenzo
ConforMAr EquiPoS | LGA | 117
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Condominio Funes Mitre
el resto tiene que ver con la curiosidad. Y ser curioso es individual. La arquitectura definitivamente es una pasión que te lleva a límites insospechados: estar hasta cualquier hora, dibujar en la cama. No se puede transferir la pasión que se descubre con el tiempo. Y dejamos una huella, sobre todo en nuestros clientes. Porque si hacemos arquitectura solo para arquitectos, me parece que entramos en un narcisismo innecesario. Pero sí está bueno tener conciencia urbanística colectiva. LGA: —Estás hablando del legado, ¿tenés conciencia del legado cultural del Grupo r? GSh: —Estaba pensado, en el año 1991 se armó un congreso con el grupo R. Yo era presidente de ese congreso y tenía solo 27 años, y lo volvería hacer de la misma manera. Había dos mil doscientas personas,
lo trajimos a Enric Miralles por primera vez a Argentina y fue increíble. Durante diez años hicimos un ciclo de charlas en el Parque de España, que para mí eso se impregno mucho en las generaciones de 1990 al 2000. El legado del Grupo R está presente y lo va a estar durante mucho tiempo. Eso es un legado consciente. Fue la unión de una miscelánea, que significa unión de cosas inconexas. Los inconexos éramos Rafa Iglesia, Gerardo Caballero, Marcelo Villafañe, el Pitu Fernández, Gugi Pantarotto y yo. Cada uno tenía su perfil; los más cercanos entre sí eran Villafañe, Caballero e Iglesia, teníamos a un prócer como Gugi y la banda soporte éramos el Pitu y yo (desde el hacer, porque no éramos protagonistas del escenario). Leo todo eso a la distancia y moviliza. Creo que sí, que eso fue consciente, sigue sien-
do consiente. Y que, de alguna manera, seguimos dando batalla. Creemos que vamos a seguir haciendo esporádicamente otros eventos. Pero no porque no se hagan cosas. Está bueno que sucedan cosas que durante mucho tiempo no habían sucedido. Que haya política en el medio o no, la verdad no importa, lo importante es que se haga. Durante mucho tiempo, muchos se preguntaban quien estaba atrás del Grupo R, políticamente hablando, y después de treinta años se dieron cuenta que no había nadie. Solamente la pasión por el hacer y por el pensar en una arquitectura distinta, con otras miradas. Un ciclo se llamó «Arquitecturas lejanamente cercanas» —título que le puso Gerardo— y era sobre arquitectura española; era eso, acercar otras miradas de la arquitectura.
65 Hotel Foz de IguazĂş
Funes Este
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inquietudes Profesionales: El Grupo r (1991-2001)
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a cultura arquitectónica rosarina de los años noventa produjo un aporte capital a la renovación del campo intelectual de los arquitectos argentinos. Aún hoy entre las nuevas generaciones de arquitectos se percibe el impacto y la potencia que esa década propició; todavía nos debemos la tarea de dimensionarlo. En ese contexto de transformación los profesionales de nuestra ciudad desempeñaron un rol destacable. En 1991, los arquitectos Gerardo Caballero, Rafael Iglesia, Gonzalo Sánchez Hermelo, Marcelo Villafañe, Rubén Fernández, José María D’Angelo y Rubén Palumbo fundaron el Grupo R. El nombre del Grupo y el de varios de sus integrantes y sus obras tienen una proyección y difusión de alcance nacional e internacional. Reunidos por afinidades electivas —con diferentes trayectorias personales, ideológicas, profesionales y de formación— la dinámica del Grupo aportó un modo muy vocacional de acercarse a la disciplina. Ese modo propio del aficionado, distanciado de las formas estables de las rutinas académicas y de la inercia propia de la institución colegiada revela, a su vez, la idea de que el arquitecto no es un profesional de la construcción sino una figura de la cultura, vinculada con otras manifestaciones del arte, la antropología, la sociología, la historia.Entendida en ese sentido amplio, la arquitectura detrás de un nombre oculta infinidad de formas de practicarla. Interesados por el estatuto cultural de la disciplina, por su difusión y promoción, y con una disposición por restituir sentido conceptual a la producción de obras, el accionar del Grupo transitó por fuera de los ámbitos institucionales convencionales y, durante una década ininterrumpida, promovió actividades y conferencias que transformaron el horizonte intelectual local y abrieron, de modo muy efectivo, nuevos canales de valoración, de intercambio de cultura y de educación arquitectónica. La década inicia en 1991 con un Congreso celebrado en Rosario. El Congreso obtuvo, con el aval de Jorge Glusberg, la condición de Pre Bienal y fue un éxito fenomenal con más de 2200 asistentes en el Patio de la Madera. El acontecimiento fue promovido por estudiantes que, para su organización, convocaron a algunos de los futuros miembros del grupo como «asesores académicos». De esa colaboración se señalarán sólo dos hechos salientes que marcaron, en parte, el accionar posterior del Grupo. En primer lugar, el nombre del Congreso: La Construcción del Pensamiento, que en su formulación sugiere una idea y cifra una interrogación; sugiere la idea de que la arquitectura, en sus mejores expresiones, persigue y aúna consideraciones prácticas y teóricas. Esa convicción y la interrogación sobre cómo los arquitectos dan forma a esas consideraciones hilvanaron los futuros ciclos de conferencias.El otro hecho destacable fue la disruptiva presencia, entre los nombres de los arquitectos conferencistas ya consagrados, de un joven e ignoto (por estas latitudes) Enric Miralles. La invitación del catalán fue sugerida y mediada por Caballero, que por su formación y su práctica docente en el exterior in-
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De izquierda a derecha: Rubén Palumbo, Marcelo Villafañe, Rafael Iglesia, Oriol Bohigas, Rubén Fernández, Gonzalo Sánchez Hermelo y Gerardo Caballero miembros del Grupo R en el Parque España Rosario, 1994. La imagen pertenece al archivo de Rubén Fernández y fu tomada de un artículo publicado por el arquitecto, «Un puente entre Rosario y Barcelona», publicada el 28 de agosto de 2017 en Rosario Nuestro (www.rosarionuestro.com/un-puente-conceptual-entre-rosario-ybarcelona/).
auguraba una nueva red internacional de relaciones y conexiones con profesionales referentes y emergentes en el panorama arquitectónico internacional. Tras la notoria avidez que suscitó en el público el Congreso, los miembros del Grupo —autoconvocados en el bar Casa Fernández— se nombraron R, como el homónimo grupo de Barcelona, pero la R esta vez refería a Rosario y, con el devenir de los años, tomaría varias significaciones. Con el objetivo de promover actividades sostenidas en el tiempo y propiciar un debate orquestado y un andamiaje actualizado en torno a la consistencia interna de la disciplina, en lugar de reeditar un congreso los miembros del Grupo acordaron concretar ciclos de charlas. Ciclos extendidos en el tiempo, programados y con invitados previamente anunciados. La modalidad imprimió una nueva dinámica y posicionó a Rosario
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como centro potente de actividades culturales en el país. El Grupo funcionó de manera autogestionada tanto para conseguir los fondos económicos, como para activar la red de contactos entre profesionales que tramaría una vasta urdimbre de invitados y de intercambios. Los ciclos se iniciaron en 1992, siendo el arquitecto Emilio Maisonnave el arquitecto que inaugurara las charlas; el reconocimiento a su vasta trayectoria de sesenta años de producción fue todo un gesto. La cita fue en el sótano del bar Casa Fernández.Desde el inicio la disposición para establecer lazos con otras generaciones de arquitectos rosarinos y reconocer valor arquitectónico en las producciones locales fue una actitud distintiva del Grupo. En el año 1993 los disertantes fueron Alejandro Lapunzina y Adrián Lucchini, quienes se presentaron en la sala Mateo Booz y en el Museo Castagnino, respectivamente. Los invitados eran parte de la nueva red de relaciones internacionales propiciada por Caballero en Estados Unidos. A partir de 1994 las actividades tuvieron sede en el emblemático edificio del Parque España, diseñado por Oriol Bohigas, Martorell y Mackey. Las conferencias que allí se desarrollaron fueron centrales para la renovación de la cultura arquitectónica rosarina. Del ciclo Arquitectura Española Contemporánea participaron: Oriol Bohigas de Barcelona; Campo Baeza de Madrid; Peña Ganchegui de San Sebastián; Manuel Gallego de la Coruña; Antonio Ortiz de Sevilla; Mario Corea, Ignacio Sola-Morales y Martínez Lapeña de Barcelona. En 1995, en el ciclo Prácticas Conceptuales, expusieron su obra Pablo Beitía de Buenos Aires, Souto de Moura de Portugal, Weil Arets de Holanda y Carme Pinos de España. En 1996 participaron del ciclo Arquitecturas lejanamente cercanas Augusto Pantarotto de Argentina y Eduard Bru, Pep Llinás, Ramón Sanabria y Carlos Ferrater de España. En 1997 el ciclo La respuesta escandinava fue coordinado por Luis Caffaro Rossi y expusieron Jhan Erickson, Juhani Pallasmaa y Ben Edman de Finlandia, Per Olaf de Suecia y Jan Arnfred de Noruega. El ciclo de 1998, Arquitectura Portuguesa, contó con la presencia de Gonzalo Byrne y Carrilho de Graca de Lisboa y Adalberto Días de Oporto. Finalmente, en el último ciclo promovido por el Grupo R en 1999, Arquitectura 2000, las jornadas se organizaron en torno a conferencias de arquitectos argentinos y latinoamericanos y asistieron: Rafael Iglesia de Rosario, Xavier Vendrell de Barcelona, Oscar Fuentes de Buenos Aires y Solano Benítez de Asunción del Paraguay.Este último ciclo indicaba un nuevo giro en las relaciones y en el mapa cultural que se ampliaba y se reconfiguraba junto a otros arquitectos latinoamericanos, a la vez que daba cuenta de un paulatino aquietamiento de las actividades del Grupo. A lo largo de casi una década el Grupo R afianzó un modo de hacer, un tipo de formación, que generó modos singulares de sociabilidad y de actividad configurante de sentido en la producción de las prácticas arquitectónicas. Las acciones promovidas por el Grupo lograron articular un discurso crítico, contemporáneo y renovador de las ideas y del ejercicio en torno a la disciplina.
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«(...) ya que cuando fundamos nuestro Grupo R, lo
hicimos por el homónimo grupo que se fundara en Barcelona y por supuesto por la R de Rosario. Sabíamos ya que el grupo R español se creó para introducir los lineamientos de la Arquitectura Moderna en un país dominado por una Arquitectura oficial en época de Franco. Pero siempre quise saber por qué R. Y cuando lo tuvimos (refiere a Oriol Bohigas) aquí se lo preguntamos. Y nos contestó solamente: porque la letra R es una letra fuerte, nada más. Yo me imaginaba racionalismo, revolución, que se yo, muchas cosas más. Pero por esa necesidad que tiene uno de buscar en interpretaciones, porque finalmente formalizar e interpretar es lo que hacemos, apelaré a la posibilidad que nos da el lenguaje de decir algo y estar leyendo otra cosa. La letra R en sí, el signo dentro del lenguaje, cuando se transforma en palabra aparece el verbo: erre, de errar, de errante. Y esto es lo que me interesa: ¿qué es errar, sino desacertar, no dar en el centro? Desde el Renacimiento hasta nuestros días un orden conceptual nos impide ver el mundo en su verdadera complejidad. La certeza consolidándose en base a simplificaciones. El errante, el nómade, (...) maneja otros tiempos, otros espacios. No va de un punto a otro, sino entre dos puntos. No sigue los caminos. Su hábitat es el viaje.» Rafael Iglesia, en la introducción a la conferencia de Pablo Beitía invitado al Segundo Ciclo de Conferencias organizado por el Grupo R en 1995: Prácticas Conceptuales.
María Carla Berrini Arquitecta, egresada en 2003 de la Universidad Nacional de Rosario. Desde el año 2006 ejerce la docencia y la investigación en el área de Historia de la Arquitectura en la UNR y desde 2014 en la UAI. Trabaja como profesional independiente y asociada en colaboración con colegas. Sus escritos e investigaciones están publicados en libros, revistas especializadas y de difusión sobre cultura, historia, teoría y crítica de arquitectura. En el ámbito de la difusión y la promoción de la cultura arquitectónica organizó: - Junto a la arq. Eva Contesti, entre 2011 y 2013, el ciclo «1x1 Obras de Arquitectura por Arquitectos», del que participaron Marta Moreira (FAUSP), Angelo Buccio (FAUSP), Alvaro Puntoni (FAUSP), Marcelo Ferranz (FAUSP), Solano Benitez (UParaguay), Oscar Fuentes (UBA), Gerardo Caballero (UNR) Ariel Giménez Rita(UNR), Marcelo Villafañe (UNR), Ricardo Sargiotti (UCCba), Adrián Lucchini (UCba), Marco Rampulla (UCba), Lluis Ortega (ETSAB|Universidad de Illinois en Chicago), alejandro Lapunzina (UBA| University of Illinois at Urbana Champaign), José Gutiérrez Márquez (UNR| Bauhaus Weimar, Deutschland). - Junto a Arquitextxs Sindicadxs, MIAU I 2014, Movida Independiente de Arquitectos y Urbanistas MUESTRA PRO.CRE.AR. y Jornada Interdisciplinar «Debatimos la ciudad para transformarla»; MIAU II 2015 «Los concursos de Arquitectura en Argentina» - Junto a la arq. Andrea Cignacco en 2016|2018 organizaron y dirigieron un Taller de Arquitectura para Niños «Especies de Espacios», en Plataforma Lavardén, promovido por el área de cultura de la Provincia de Santa Fe.
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La dirección de obra y la conducción técnica Por: Dr. Ricardo Alejandro Terrile (Abogado de Arquitectos), especialista en Arquitectura Legal.
1)
En la obra privada, el Director/a de Obra y el conductor/a técnico son los que en la obra pública reconocemos como «inspector/a» y «representante técnico/a». El primero supervisa la ejecución del proyecto y certifica los avances de obra; el segundo, dirige la obra y asume la responsabilidad de los vicios ocultos y redhibitorios. 2) Generalmente el proyectista asume la tarea de «Director del Obra» con la finalidad de preservar su proyecto, para que no se altere ni modifique sin su consentimiento. Es una modalidad que los arquitectos adoptan para que se respete la propiedad intelectual de su propuesta. Es el comitente quien lo designa. No tiene responsabilidad alguna frente al vicio del suelo, su deficiente compactación, la mala dosificación de los materiales, la mano de obra, los vicios redhibitorios, vicios ocultos, administración, etc. 3) El «Conductor Técnico», por su parte, es designado por el constructor o el comitente propietario y tiene a su cargo la dirección integral de la obra y la responsabilidad emergente del actual Código Civil y Comercial (CCC). 4) Los municipios y comunas de nuestra provincia, mayoritariamente, requieren en obras que superan los 300 m2, la designación de un Director de Obra (DO) y de un Conductor Técnico (CT). En las obras más pequeñas o unifamiliares, los arquitectos suscriben su tarea como Director de Obra sin percibir que en los hechos y para el derecho —al no consignarse al CT— el Director de Obra desempeña aquella tarea, con todas las responsabilidades que impone el CCC. 5) El profesional de la arquitectura que suscribe la encomienda «de puño y letra» como DO debe conocer que si en la ejecución de la obra no se encuentra designado un CT, dicha función la cumple el DO con todas las responsabilidades propias del CT, aunque no haya firmado como tal.
6) En el nuevo CCC, el Director de Obra ejecuta un Contrato de Servicios en representación del comitente, certificando los avances de obra para posibilitar el pago semanal, quincenal o mensual de la mano de obra u oficios. El Conductor Técnico, por su parte, puede ejecutar indistintamente un Contrato de Servicios (Administración) o de Obra (Proyecto) según comprometa o no un resultado. Atento a que la responsabilidad del CT por vicios redhibitorios es de cinco años, de tres años por vicios ocultos y de diez años por cimientos y estructuras, es indispensable la elaboración de una sólida encomienda con quien lo contrató (comitente propietario o constructor), deslindando los deberes y obligaciones reciprocas, sobre todo si no ejecuta la administración de la obra. 7) El fallecimiento del comitente no extingue el contrato, excepto que se haga imposible o inútil la ejecución. En cambio, el fallecimiento del CT extingue el contrato salvo que el comitente acuerde continuarlo con socios o herederos de aquel. En caso de extinción de la respectiva encomienda, por fallecimiento del profesional, el comitente debe abonar el costo de los materiales aprovechables y el valor de la parte realizada en proporción al precio convenido (por ejemplo, en caso de «llave en mano»). 8) Es importante resaltar que cuando el comitente desiste unilateralmente del contrato, aunque la ejecución haya comenzado, debe indemnizar al profesional prestador por todos los gastos y tareas realizadas y la utilidad que hubiera podido obtener. 9) El nuevo CCC requiere del profesional una permanente comunicación con el comitente: expresamente le impone el deber de informar sobre los aspectos esenciales del cumplimiento de la obligación comprometida; usar diligentemente los materiales e «informarle inmediatamente en caso que esos materiales sean impropios o tengan vicios que el contratista o prestador debiese conocer (…)». Es más: el comitente tiene derecho a verificar, a su costo, en todo momento y siempre que no perjudique el desarro-
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llo de los trabajos, el estado de avance, la calidad de los materiales y los trabajos efectuados. 10) El arquitecto puede desempeñarse como proyectista, director de obra, conductor técnico, administrador, en higiene y seguridad e, incluso, como constructor. En éste último caso, no actúa ni ejerce su actividad como profesional sino como empresario; no percibe honorarios sino un «precio» y sus obligaciones quedan marcadas por el contrato. 11) El constructor y el arquitecto, en el nuevo CCC, se puede liberar de responsabilidad si prueban la incidencia de causa ajena; sin embargo, no es causa ajena el vicio del suelo, aunque el terreno pertenezca al comitente o a un tercero; ni el vicio de los materiales, aunque no sean provistos por el contratista. 12) Es nula toda cláusula que dispense o limite la responsabilidad por los daños que comprometen la solidez de una obra inmueble destinada a larga duración o la haga impropia para su destino. Se tiene por no escrita. 13) Es importante elaborar una buena encomienda que individualice al comitente; delimite las tareas profesionales del DO y del CT, la periodicidad en su prestación (que siempre se omite), los honorarios pautados, la modalidad de pago, a cargo de quien se establecen los aportes, los criterios para resolver eventuales conflictos (mediación y arbitraje); definir las herramientas indispensables en la ejecución de la obra (Manual de Obra, Actas de Recepción parcial y definitiva, Manual de Mantenimiento, convenios con oficios, administración, etc.). 14) El CAPSF ha conformado un excelente equipo de asesores jurídicos que nos hemos especializado en arquitectura legal, los cuales estamos a disposición de los matriculados. Hemos elaborado modelos de encomienda que pueden adaptar a las rela-
ciones contractuales que hayan comprometido y que podrán encontrar publicadas en la página web del CAPSF y que, próximamente, replicaremos en las páginas de La Gaceta de los Arquitectos.
inStituCionALES | LGA | 117
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El próximo 1 de julio a las 19 horas te invitamos a festejar el día del arquitecto con la inauguración de nuestra nueva sede. ¡te esperamos!
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inStituCionALES
dirECtorio SuPErior ProVinCiAL | LGA | 117
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«fomentar el espíritu de solidaridad, la consideración y la asistencia recíproca entre los arquitectos; (...) amparar, representar y defender los derechos de los arquitectos, velando para que estos gocen de la libertad necesaria para el ejercicio de la profesión y su adecuada jerarquización…» Por: Arq. Marta ruarte | Pte. directorio Superior Provincial rosario, Mayo 2019
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omenzamos tomando y poniendo en valor dos enunciados escritos en nuestra Ley. Nos parecen que son los que sintetizan y sustentan nuestra gestión. Nuestro Colegio tiene jurisdicción provincial. Desde su creación, con la promulgación de la Ley N°10.653, ya impone en su organización una mirada participativa, representativa y federal, por supuesto dentro del territorio provincial. Para una mejor organización territorial se crearon seis Distritos con asiento en las ciudades más importantes de la provincia, con sus correspondientes autoridades y competencias territoriales. Ya en su génesis se pretendió llegar y atender las particularidades de cada región, de cada distrito, de cada comunidad, de cada arquitecto. En los veintisiete años transcurridos, generamos políticas tendientes a acercar y acercarnos a los profesionales de localidades más alejadas, siendo pioneros en utilizar la tecnología para nuestro beneficio, con la creación de sistemas de gestión de trámites únicos en nuestro rubro y que sirven de ejemplo y de inspiración —que no han podido ser ni siquiera imitados—, como es el caso del Sistema GesTO y el Sistema de Matriculación On-line. En el plano de la gestión local de políticas públicas referidas al ordenamiento territorial, en su sentido más amplio, también hemos sido precursores en organizar y capacitar
a nuestros profesionales para que puedan insertarse en el ámbito comunal o municipal, como así también actualizarlos respecto a las normas de Accesibilidad, Patrimonio, Seguridad e Higiene, las nuevas tendencias en el Urbanismo y la Planificación Urbana, llevado adelante por lo que —en su momento— dio en llamarse «Proyecto Juntas Promotoras» y que en la actualidad continúa diseminado en todo el territorio a través múltiples proyectos como: digitalización de trámites municipales, convenios de cooperación, jornadas de actualización, concursos públicos y un sin número de actividades que es imposible nombrar. Por supuesto todas estas gestiones y acciones van a la par de sostener y defender nuestras incumbencias, sin olvidar las obligaciones respecto a los deberes con el ejercicio profesional y las actualizaciones reglamentarias. Hoy nos encontramos ante el desafío de fortalecer todo lo mencionado y crear herramientas que acompañen a los matriculados. Por ello: — Ya hemos logrado la promulgación de la Ley N° 13.885 «Asistencia técnica, pública y gratuita para la construcción de viviendas sociales», que fuera impulsada por el Diputado Eduardo Di Pollina. Ley que garantiza el derecho de las familias de bajos ingresos a gozar de una asistencia técnica para el ase-
soramiento, diseño y ejecución de viviendas, obligando al Estado —en todos sus niveles— a facilitarle a estas personas el asesoramiento de profesionales idóneos en forma gratuita; con el compromiso de la participación activa de los colegios profesionales. — Estamos debatiendo sobre los roles profesionales, poniendo en discusión las tradicionales tareas aranceladas en nuestra profesión, repensando las mismas en torno a las encomiendas actuales y las legislaciones vigentes. — Acompañamos al Gobierno de la Provincia en el «Proyecto de Etiquetado de Viviendas»; durante estos años, junto al Colegio de Técnicos e Ingenieros Civiles hemos promovido la capacitación de nuestros profesionales como Certificadores habilitados para llevar a cabo el etiquetado de viviendas. El mismo tiene como objetivo brindar a la ciudadanía una herramienta adicional de decisión a la hora de alquilar o comprar un inmueble. Calificar energéticamente una vivienda se traduce en conocer de manera estimativa cuánta energía requiere la misma para satisfacer los requerimientos de calefacción en invierno,
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refrigeración en verano, producción de agua caliente sanitaria e iluminación, durante un año y bajo condiciones estandarizadas de ocupación y utilización. — Por otra parte, ante la Legislatura Provincial estamos realizando el seguimiento de los dos proyectos de Ley que impulsamos el año pasado. El Proyecto de Ley de «Patrimonio Arquitectónico» de la Diputada Silvia Augsburger, quien solicitará, al momento que comiencen las sesiones ordinarias, que el mismo tenga estado de preferencia. La promulgación de esta Ley, además de definir y otorgar grados de protección a los bienes arquitectónicos que poseemos en la provincia, abre un abanico de posibilidades y recursos para la catalogación e inventarios de los mismos, la previsión de partidas presupuestarias
para abordar el tema y, con ello, la concientización a la población sobre la importancia de preservar y poner en valor la historia de nuestros pueblos y comunidades. El otro es el «Proyecto de Ley de Concursos Públicos de Arquitectura, para la contratación pública de servicios profesionales de arquitectura, urbanismo, paisajismo e ingeniería civil», que lo impulsarán los diputados integrantes de la Comisión de Vivienda y Urbanismo de la Cámara de Diputados de la Provincia. Con el mismo se desea garantizar que por lo menos una parte importante de la Obra Pública sea sometida a concurso público y abierto. El objetivo primordial es que el Estado cuente con una herramienta que legisle un mecanismo transparente, igualitario y participativo, garantizando idoneidad y excelencia en el resultado final,
ya que este mecanismo otorga la posibilidad de disponer de los mejores recursos que la sociedad puede ofrecer por la vía de la participación amplia y abierta. — A través de nuestro sitio web están a disposición herramientas fundamentales para el trabajo de los arquitectos, que las hemos denominado nuevos asistentes para el trabajo profesional. Allí el profesional puede acceder a un modelo de contrato/ encomienda, con un anexo con las definiciones precisas de cada tarea; a las planillas de Cómputo y Presupuesto se ha incorporado medianería: El documento consiste en un «Informe Técnico de Medianería» en el cual se conjugaron, aplicando la metodología más utilizada para este caso, diferentes planillas que ayudan al profesional a arribar al valor de
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la misma; y la orden de consulta técnica, herramienta colaborativa y tan requerida por la matrícula, que se propone instalar y/o fortalecer, como práctica usual, el cobro de honorarios por las consultas técnicas que se solicitan a los profesionales. Se suministra una versión papel y otra On Line. — En el 2018 hemos implementado el aula virtual; el objetivo de este nuevo servicio es facilitar y permitir a los profesionales que se actualicen e interactúen en tiempo real con los asesores, especialistas y consultores, desde el lugar que lo deseen, a través de su ordenador. Hemos implementado el primer curso sobre Higiene y Seguridad «Vulnerabilidad de los Edificios», donde utilizaron esta herramienta más de 300 arquitectos con proyección de crecimiento porque hemos facilitado este medio de acceso virtual a los colegas de las pro-
vincias de Entre Ríos, Formosa, Catamarca y Misiones. — Nuestra participación en la Federación Argentina de Entidades de Arquitectos (FADEA) nos permite intercambiar y debatir, con colegas de otras provincias, problemáticas afines a la profesión. Este año continuaremos el trabajo comenzado en 2018 con Entre Ríos y Buenos Aires. Con nuestros colegas hemos abordado temas de tales como la planificación territorial y la accesibilidad universal al patrimonio edificado. Debemos propiciar encuentros, debates, con puesta en común de los temas que nos ocupan. Es momento de reflexión y acción, tenemos la obligación de avanzar, de mirar adelante apostando a la implementación de nuevas plataformas, con las cuales podamos garantizar llegar a todos nuestros matriculados. Transitamos un difícil escenario político, económico y social en el país, que con-
Para publicar en
La Gaceta de los Arquitectos comunicarse con su Departamento Publicitario
Arq. María Morán Tel.: (0341) 4803913 int 23 (de 10 a 14 hs) | Cel.: (0341) 156 042770 E-mail: publicacionesyeventos@gmail.com
lleva que las organizaciones de arquitectos adquieran mayor importancia, porque son los proyectos colectivos los que consolidan la disciplina y el ejercicio profesional de la masa de arquitectos para luchar en contra de la disgregación y la instalación del individualismo.
SoLidArq Asociate y construyamos entre todos la Mutual de los Arquitectos
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Por qué es importante que te asocies a Solidarq? Porque ninguna institución puede crecer y avanzar sin socios.
¿Qué es una Mutual? Una Mutual es una entidad sin ánimo de lucro constituida bajo los principios de la solidaridad y la ayuda recíproca en las que unas personas se unen voluntariamente para tener acceso a unos servicios basados en la confianza y la reciprocidad. Una nueva etapa se abre a partir de haber logrado la autorización del Inaes (Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social dependiente del Ministerio de Desarrollo Social) que es quien nos habilita como Entidad de intermediación financiera no bancaria, autorizada a prestar servicios financieros a nuestros asociados, en el marco de la ley nacional. Frente al panorama económico actual sabemos que debemos redoblar esfuerzos para estar más cerca que nunca de todos nuestros colegas y asociados, para que puedan acceder a más y mayores beneficios. Tenemos mucho para ofrecerte pero necesitamos de tu compromiso como socio para, entre todos, fortalecer una Mutual que nos enorgullezca y que se transforme en un lugar de referencia.
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Beneficios en los próximos 30 días • Descuentos en una amplia lista de comercios que estamos procesando, para transferir a nuestros asociados rebajas y condiciones favorables en productos y servicios de interés profesional y personal. • Acceso y contratación de una amplia gama de seguros y coberturas, con precios y condiciones especiales para nuestros asociados, mediante convenios con brockers. • Descuentos especiales con Hoteles y Centros de Turismo y Esparcimiento.
Beneficios en los próximos 90 días • Servicios Financieros: Programa de cobro de contado de honorario de proyecto. Financiación de aportes colegiales. Financiación de programas de turismo. Préstamos personales. Cheques de pago diferido. Préstamos para equipamiento profesional. • Banco de Medicamentos: Con descuentos especiales sobre descuentos de Obras Sociales. • Banco de elementos ortopédicos: Para que puedas resolver en forma urgente el acceso temporario a una amplia lista de elementos.
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Agenda 5/ Pabellones temáticos Cierre: Lunes 05/08/2019 Fallo: Martes 13/08/2019
6/ Espacio Público, Boulevard y puente
Concursos internacionales EXPo 2023 Seis concursos internacionales de ideas
Cierre: Lunes: 26/08/2019 Fallo: 03/09/2019
Muestras
Casa foA 2019 CírCuLo oLiVoS
1/ Pabellón Argentino Cierre: 08/07/2019 Fecha del fallo: 16/07/2019
2/ Miniestadio y Pabellón internacional Cierre: Lunes 15/07/2019 Fallo: 23/07/2019
3/ Pabellones internacionales Cierre: Lunes 22/07/2019 Fallo: Martes 30/07/2019
4/ Antena y Mirador Cierre: Lunes 29/07/2019 Fallo: Martes 06/08/2019
Actividades
Viaje a SAn PABLo - BrASiLiA - rÍo dE JAnEiro - 11 días Fecha de Viaje: del 8 al 20 de Agosto Salida desde Rosario PROGRAMA COMPLETO: www.cad2.org.ar
Sobre el cobro de tasas en comunas y municipios: defendemos la matrícula
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raíz de los reiterados reclamos recibidos por parte de los matriculados por las tasas cobradas por algunos municipios y comunas pertenecientes al Distrito 2, la Mesa Ejecutiva del Distrito —encabezada en este caso por la Presidenta, Arq. Irene Pereyra, y el Secretario, Arq. Roberto Quinteros—, presentó al Secretario de Municipios y Comunas de la provincia de Santa Fe, Dr. Carlos Torres, una nota solicitándole una reunión para poder hacer cesar estas prácticas. Conforme la normativa vigente, el Colegio es la única persona jurídica de derecho privado con facultades públicas delegadas, que ejerce el control de la matrícula en todo el territorio santafesino, lo que habilita a la presentación de expedientes a la totalidad de los profesionales que cumplen con los requisitos legales y estatutarios.
Fecha: Viernes 13 de septiembre a domingo 20 de octubre. Horario: De lunes a domingo de 12 a 20 horas. Los viernes, con Casa FOA Night, se extenderá hasta las 23. Dirección: Av. del Libertador 2100, Círculo Militar, Olivos, provincia de Buenos Aires
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Ganadores del Concurso regional de Anteproyectos para la ampliación y refuncionalización del edificio CEdE de La Caja
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e anunciaron los ganadores del Concurso Regional de Anteproyectos para la ampliación y refuncionalización del edificio CEDE de la Caja de Previsión Social de los Profesionales de la Ingeniería de la Provincia de Santa Fe, Segunda Circunscripción.
Primer premio: trabajo roS X titulares:
Arq. Verónica Daniela Camilletti, CAPSF Nº 05977, FAPyD 2001 Arq. Celeste Garaffa, CAPSF Nº 08866, FAPyD 2016 Arq. Miguel A. Garaffa, CAPSF Nº 00024 FAPyD 1973
Colaboradores: Sr. Stefano Airaudo - Sra. Mercedes Donati - Sra. Franca Ferrari Arq. Maria Luz Saldutti
Segundo Premio: trabajo roS z titulares:
Arq. Gabriela Barcia, CAPSF Nº 09140, FAPyD 2015 Arq. Jaime Cumpa, CAPSF Nº 06963, FAPyD 2010 Arq. Agustin Ferrero, CAPSF Nº 08724, FAPyD 2015 Arq. Andrea Nepote, CAPSF Nº 05996, FAPyD 2007 Arq. Victoria Silvestrini, CAPSF Nº 08629, FAPyD 2015
Asesores: Sr. Cristian Del Greco - Ing. Germán Caballero Lira
Colaboradores: Sra. Nieves Caligiuri - Sra. Julieta Cremonte - Sr. Emilio Farías Sra. Evelyn Gentili - Sra. Mariana Giacone - Sr. Ignacio González Alberdi
tercer premio: trabajo roS Y titulares:
Arq. Martina María Dávola, CAPSF Nº 06883, FAPyD 2010
Asesores: Ing. Civil María Lidia Baque, ICPIC 221333
Colaboradores: Arq. Luis Lleonart - Sra. Agustina Couzier - Sr. Ángel Martín Ernandorena - Sra. Marina Zeno
Se comenzará a trabajar en un convenio con el Servicio de Catastro e información territorial de la provincia
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a presidenta del Colegio de Arquitectos de la provincia de Santa Fe, Distrito 2- Rosario, Arq. Irene Pereyra y el tesorero del Directorio Superior provincial, Arq. Eduardo Simonsini, se reunieron con directivos del Servicio de Catastro e Información Territorial (SCIT) para comenzar a trabajar en un convenio marco que ayude a ambas instituciones a brindar un mejor servicio. Por el SCIT participaron del encuentro el administrador provincial, Ing. Norberto Frickx; el administrador regional Rosario, Agrim. José Tulian; Arturo Izaguirre, director de Valuaciones y Tasaciones; el Ing. Alejandro Lucarelli, subdirector de Valuaciones; y la Dra. Nora Dilda, de Relaciones Institucionales de SCIT. Se acordó redactar dicho convenio para su revisión y firma, luego de lo cual se podrán especificar más detalles sobre sus alcances e implementación.
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reunión con el diputado di Pollina por la implementación de la Ley de Asistencia Pública y Gratuita para Construcción de Viviendas Sociales
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a Presidenta del Colegio de Arquitectos de la provincia de Santa Fe, Arq. Marta Ruarte, y la Presidenta del Distrito 2- Rosario, Arq. Irene Pereyra, se reunieron con el Diputado Provincial Eduardo Di Pollina para dialogar sobre la implementación de la Ley de Asistencia Pública y Gratuita para Construcción de Viviendas Sociales. La misma se transformó en ley el 29 de noviembre de 2018 y aún espera su aplicación. Participaron del encuentro la Tesorera del CAd2, Arq. María González Spangenberg, la Arq. Estefanía Beguelin, y el Arq. Edgardo Bagnasco.
reunión de representantes de colegios profesionales con senadores por el proyecto de ley para la creación del Colegio Profesional de higiene, Seguridad y Salud ocupacional
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epresentantes del Colegio de Arquitectos de la provincia de Santa Fe, el Colegio de Maestros Mayores de Obra y Técnicos, y del Colegio de Ingenieros Especialistas se reu-
reunión con las diputadas provinciales Silvia Augsburger y Mercedes Meier
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a presidenta del Colegio de Arquitectos de la provincia de Santa Fe, Arq. Marta Ruarte, y la presidenta del Distrito 2, Arq. Irene Pereyra, mantuvieron una reunión con las diputadas provinciales Silvia Augsburger y Mercedes Meier para tratar la continuidad de los proyectos de Ley de Patrimonio Arquitectónico de la provincia de Santa Fe, y Concursos Públicos de Arquitectura. En cuanto al proyecto de Ley de Patrimonio Arquitectónico, salió de la Comisión de Cultura y, a partir del 1° de mayo, la Diputada Augsburger solicitará preferencia para el mismo. Por otra parte, el proyecto de ley para Concursos Públicos de Arquitectura se encuentra ingresado en la Comisión de Vivienda y Urbanismo. También participaron del encuentro el Arq. Roberto Quinteros, Secretario del Cad2; la Arq. Adriana Checo, coordinadora de concursos del CAPSF; la Arq. Mónica Ciampichini, asesora provincial; y los Arquitectos Eva Nuño y Daniel Destéfano, integrantes de la Comisión de Patrimonio del CAd2.
nieron con senadores provinciales del Bloque Justicialista por el proyecto de ley para la creación del Colegio Profesional de Higiene, Seguridad y Salud Ocupacional, que ya cuenta con media sanción de la Cámara de Diputados. Los senadores provinciales Armando Traferri (San Lorenzo), Guillermo Cornaglia (Belgrano) y Eduardo Rosconi (Caseros) escucharon a los representantes de los colegios profesionales que expresaron su desacuerdo con el proyecto de ley, ya que generaría una doble matriculación para poder ejercer una tarea que los matriculados ya tienen por incumbencia profesional en sus respectivos colegios. Ante este reclamo los senadores se mostraron en acuerdo a lo expuesto por los diferentes colegios, ya que a su entender debilita a estos últimos. Por el Colegio de Arquitectos de la provincia de Santa Fe participaron la Presidenta del Distrito Superior Arq. Marta Ruarte; la Secretaria, Nora Bianchi; la Presidenta del Distrito 2 – Rosario, Arq. Irene Pereyra; el Presidente del Distrito 4 Casilda, Arq. Adrián Sánchez; la Arq. Adriana Manodoro por la Comisión de Higiene y Seguridad del Cad2; y el Arq. Edgardo Bagnasco.
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rosario en democracia: diferentes miradas para la gestión de la ciudad
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a Comisión de Urbanismo del CAd2 lleva adelante el ciclo de charlas «Rosario en democracia: Diferentes miradas para la gestión de la ciudad», de la que participan candidatos a Intendente y Concejal de la ciudad. El objetivo del mismo es que los candidatos y las candidatas puedan contar sus propuestas para la ciudad en materia urbana y arquitectónica, de cara a las elecciones generales del 16 de junio en la provincia de Santa Fe.
Del primer encuentro participaron los candidatos por el espacio Juntos, Roberto Sukerman y Eduardo Toniolli, candidatos a intendente y concejal respectivamente. En el segundo, hicieron lo propio el candidato a intendente Pablo Javkin y la candidata a concejal María Eugenia Schmuck, por el Frente Progresista, Cívico y Social. Para el tercer encuentro se hicieron presentes los candidatos de Ciudad Futura, Juan Monteverde (a intendente) y Caren Tepp (a concejal). De la cuarta y última jornada participó el candidato a intendente por el espacio Cambiemos, Roy López Molina.
SiSo - Sistema de Supervisión de obras Con SiSo optimizar tiempos y costos es más fácil. Asegurando siempre la máxima calidad en cada uno de sus proyectos. Supervisión de obras en tiempo real Nuestro sistema integrado de supervisión de obras se suma a su día a día en el trabajo. Permitiendo contar con herramientas intuitivas, rápidas y efectivas que le permitirán registrar el avance de obra, identificar desvíos y problemas de calidad, así como también llevar un cómputo y presupuesto de cada tarea realizada.
Principales beneficios: * Creación de obras y carga de planos. * Carga de contratistas. * Carga de planilla de locales. * Texto descriptivo del desvío. * Sugerencia de corrección. * Cómputo y presupuesto. * Avance de obra.
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Asesorías del CAd2 Av Belgrano 650
Asesoramiento sobre odenanza de Eficiencia Energética n˚ 8757 Arq. Natalia Feldman Jueves de 8.00 a 10.00 hs consultasdesarrollosostenible @cad2.org.ar
Asesoramiento sobre Gestión obras Particulares Arq. Adriana Manodoro Martes de 10.00 a 12.00 hs gestionobrasparticulares@cad2.org.ar
Asesoramiento Previsional Dra. Liliana Coronel Jueves de 10.00 a 12.00 hs consultasprevisionales@cad2.org.ar
Asesoramiento Legal Dr. Ricardo Alejandro Terrile Tel. (0341) 4240431 / 4261908 Fax: (0341) 4240431
www.terrileyasociados.com/ www.blogderechoconstitucional.com estudiojuridico @terrileyasociados.com.ar Dr. Carlos Marcelo Lesgart Lunes de 8.00 a 10.00 hs drcarlosmarcelolesgart@gmail.com
Asesoramiento sobre Estructuras Arq. Lorenzo Lavaroni Tel./Fax. (0341) 4803912/13/14 Jueves de 12 a 13.30hs consultasestructurales@cad2.org.ar
Asesoramiento impositivo Contadora Nora Igareta Lunes de 9.00 a 11.00 hs Tel./Fax. (0341) 4803912/13/14 consultascontables@cad2.org.ar
Asesoramiento sobre normativas Arq. María Cristina Funes Martes de 11 a 13 hs (3 primeros del mes) Tel./Fax. (0341)4803912/13/14 consultasnormativas@cad2.org.ar
Asesoramiento sobre Gestión de Viviendas a través de Créditos Arq. Cristian Van Poepelen Arq. Diana Oviedo Lunes de 12.30 a 14.00 hs. Tel./Fax. (0341) 4803912/13/14 gestionviviendacreditos@cad2.org.ar
Asesoramiento sobre higiene y Seguridad Arq. Esp. HyS Andrea Karina Ferretto Tel./Fax. (0341) 4803912 / 13 / 14 Consultas:Martes de 9 a 11 hs. Cel. 0341 156 815931 consultashys@cad2.org.ar