Confianza y Transparencia
¿A quién se le ocurriría prestar algo que es de uso personal? Pensemos en algunas cosas que dentro de nuestras prácticas son NO negociables. Por ejemplo pienso en las medias, en el cepillo de dientes, en la ropa interior. Bueno esos son algunos que creemos la mayoría no prestaríamos pues son de uso personal.
Entonces simple y sencillo, creo que cualquiera de nosotros NO prestaría cosas que sabemos son de uso personal, y entre ellas hoy hablamos de una muy importante: LA CONTRASEÑA. Brindar tu contraseña a un tercero es darle la responsabilidad de tu identidad digital en cualquier sistema o medio electrónico.
¿Y si te mete en un problema? Si, cuando usted se arriesga a prestar su usuario y contraseña, se expone a que un tercero lo involucre en un problema, por lo que acá el consejo más sencillo es muy fácil: Mejor no prestarla.
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