Declarada de Interés Social por la Legislatura - Cdad. Bs. As.
la Utopía de
la PAZ
Frente a a la la violencia violencia Frente deshumanizante que que desdibuja desdibuja el el deshumanizante rostro de de Dios Dios en en nuestro nuestro rostro, rostro, rostro Jesús propone propone el el Reino Reino de de Dios, Dios, Jesús aquí y y ahora. ahora. aquí
REVISTA BIMESTRAL
AÑO 16 - Nº 156 - SEPTIEMBRE/OCTUBRE 2016 - COSTO $20
pastoral
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Editorial
Sumario .1.
Semillas del Reino
.2.
Mujeres de Pie: “Fuerza y adelante”
.5.
El barrio desde sus protagonistas
.8.
La inclusión, el camino de la paz.
.9.
VILLA ITATÍ: “Solo el amor convierte en milagro el barro”
. 11 .
Aprendiendo a ser mamá y papá: sanando heridas
. 17 .
La fiesta de San Cayetano.
. 18 .
“El Reino de los Cielos también se parece… a un Santuario”.
. 20 .
Una vida de lucha: “Hoy mi modelo es el Papa Francisco”.
. 23 .
Toda vida es sagrada. (violencia, delito y vida)
. 28.
No te olvides Un poema desde la libertad
Semillas del REINO
“Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios” Mt 5,9 Jesús nos propone un camino, y las bienaventuranzas aparecen, sin lugar a dudas, como ese espejo en el cual mirarse. Como esa nueva identidad de los seguidores de Jesús, que lejos de quedarse en una falsa espiritualización, hunde sus raíces en el compromiso y el empeño por cambiar la realidad y hacer presente el Reino de Dios, aquí y ahora. Sin embargo, parece que la realidad nos muestra algo distinto. La violencia va filtrándose por cada grieta, por cada herida. Nos acostumbramos a ver y oír por los medios de comunicación, esa crónica negra de violencia, presentada a veces con un perverso regocijo. Pero también la tocamos, la sentimos, la vivimos a nuestro alrededor, en nuestro barrio, en la escuela de nuestros chicos, en nuestra familia, en nuestro corazón. La violencia que con toda su potencia de mal deshumaniza y desdibuja el rostro de Dios en nuestro rostro. Naturalizamos lo que sabemos que no es de Dios. Pocos días antes de viajar para Roma -para no volver y ser Francisconuestro Cardenal Bergoglio nos decía: “…Convivimos con la violencia que mata, que destruye familias, aviva guerras y conflictos en tantos países del mundo. Convivimos con la envidia, el odio, la calumnia, la mundanidad en nuestro corazón. El sufrimiento de inocentes y pacíficos no deja de abofetearnos; el desprecio a los derechos de las personas y de los pueblos más frágiles no nos son tan lejanos; el imperio del dinero con sus demoníacos efectos como la droga, la corrupción, la trata de personas - incluso de niños - junto con la miseria material y moral son moneda corriente. La destrucción del trabajo digno, las emigraciones dolorosas y la falta de futuro se unen también a esta sinfonía…” Mensaje cuaresmal, 13-022013. Y en el origen de todo eso, está el
pecado, el personal y el social. El pecado “que hiere nuestra carne con toda su fuerza destructora torciendo los destinos del mundo y de la historia” . Estructuras injustas que profundizan el mal. Violencia institucionalizada en estructuras que se convierten en la peor y la más originante de las violencias por ser la más inhumana y principio histórico de deshumanización.. Nos dice el Papa Francisco en Evangelii Gaudium (59) “… hasta que no se reviertan la exclusión y la inequidad dentro de una sociedad y entre los distintos pueblos será imposible erradicar la violencia. Se acusa de la violencia a los pobres y a los pueblos pobres pero, sin igualdad de oportunidades, las diversas formas de agresión y de guerra encontrarán un caldo de cultivo que tarde o temprano provocará su explosión… Esto no sucede solamente porque la inequidad provoca la reacción violenta de los excluidos del sistema, sino porque el sistema social y económico es injusto en su raíz. Así como el bien tiende a comunicarse, el mal consentido, que es la injusticia, tiende a expandir su potencia dañina y a socavar silenciosamente las bases de cualquier sistema… Si cada acción tiene consecuencias, un mal enquistado en las estructuras de una sociedad tiene siempre un potencial de disolución y de muerte...” Jesús opone a la violencia deshumanizante, la UTOPÍA DE LA PAZ, el Reino de Dios, aquí y ahora, como proyecto a realizar y como medio para realizarlo. La utopía, aunque nunca totalmente realizable, genera bienes y humaniza. Sin gestos utópicos, y por ello gestos de gracia, de paz, no se rompe la espiral de la violencia. Los principios utópicos no se realizan en la historia, pero principian realidades buenas. Y de eso se trata. Esas semillas del Reino, que devuelven el rostro humano a nuestra sociedad son las que aparecen en esta edición de Comunicarnos. Padre Adrián Bennardis
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Charla con el grupo de familia de la Parroquia Virgen Inmaculada - Barrio Ramón Carrillo -Villa3 - Soldati.
Mujeres de Pie: “Fuerza y adelante”
Aunque era invierno, esa tarde de lunes de agosto parecía primaveral. Soldati se vestía de una calidez particular. Se entremezclaba la suavidad del sol con la calidez de esas mujeres que nos recibieron en su parro-
profundamente a sus familias, pero sobre todo son luchadoras y solidarias. Luchadoras de la vida y de la dignidad. Solidarias con quien está al lado, con el prójimo, diría Jesús.
quia, en su casa. Como todos los lunes ellas se reunieron en el grupo de Familia, como vienen haciendo desde hace seis años en la parroquia Virgen Inmaculada. Las primeras que iniciaron el grupo y hoy siguen siendo parte de él son Juana, Carmen, Bety, pero también están las que, a lo largo de los años, se fueron incorporando, Laura, Sandra, Norma, Maura, Mariana y Katy. Además de vivir en Soldati, tienen muchas cosas en común, son mujeres de pueblo, son madres, aman
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Abren el corazón de par en par, donde sufrimiento y ternura se entrecruzan, donde el coraje atraviesa los límites del dolor. Comenzaron a caminar juntas cuando vieron que sus hijos estaban acorralados por la dro-
ga. Juana nos cuenta: “Éramos un par de madres que necesitábamos juntarnos y no teníamos otro lugar adonde ir, y el padre Gastón nos propuso armar el grupo de familia”. Justamente, hace siete años atrás, el equipo de sacerdotes de las villas decía: “Entre nosotros, la droga está despenalizada de hecho. Se la puede tener, llevar, consumir, sin ser prácticamente molestado. Habitualmente, ni la fuerza pública, ni ningún organismo que represente al Estado se mete en la vida de estos chicos que tienen veneno en sus manos”. Pero, entre estas mujeres, la realidad tiene rostro, tiene historia, tiene corazón. Una de ellas comparte: “Yo perdí un hijo de 23 años. Estaba pasado de drogas y falleció atropellado por una camioneta, cruzando la avenida…” Otra nos dice: “Cuando yo empecé a venir, mi marido me decía: ‘para qué vas a la Iglesia si nunca tienen la solución de nada’, pero a mí seguir viniendo me hizo bien. Yo siempre viví buscando a mis hijos donde fueran. Ahora están
la parroquia fue esa familia. “Es un grupo de contención donde todas nos apoyamos, si alguien tiene problemas
presos…” “El consumo no está solamente en el barrio”, afirma otra, “creo que en todos lados se ve, pero acá se nota más porque los chicos terminan parando en una esquina y no se van del barrio. Hay otras mamás que no vienen, yo supongo que les debe costar mucho acercarse porque a mí me daba vergüenza contar que mi hijo consumía, me ponía a llorar, me dolía; hoy me sigue doliendo, pero lo manejo de otra manera. No sé explicar porqué, pero sentía vergüenza. Muchas veces lo fui a buscar a la calle porque no volvía a casa…” Ese lunes especial nos invitaron a compartir ese espacio, tan íntimo, tan de ellas, a escuchar sus historias de vida, admirar su fortaleza y a intentar transmitir a otras lo importante que es buscar ayuda, no quedarse solas. El problema de la droga no es de un chico, no es de una familia, es de una sociedad que excluye y descarta. Por eso, ellas se animaron y se armaron, hicieron comunidad, hicieron familia, y
lo conversamos, porque muchas veces no tenemos el valor de contárselo a otras y todo lo que hablamos acá, acá se queda”, nos confía Maura con firmeza. En la charla, aparece el mismo sentimiento: “Acá podemos hablar de lo que nos pasa y escucharnos, que no es poca cosa, aprender a escuchar y poder ponerse en el lugar del otro”. “Capaz, a veces nos siguen pasando las mismas cosas o parecidas —dice Katy—, pero las otras nos dan aliento y podemos salir adelante. Quizás estando sola una se encierra y se pone peor, y no tiene quien le dé un apoyo o una palabra. Si te sentís mal te vas a tomar mate a la casa de la otra”.
Estas madres, atravesadas por su condición de mujeres de pueblo fueron asumiendo la vida como venía, y juntas aprendieron a dar cobijo a otras luchas y a revelarse a otras violencias. Una de ellas toma la palabra y nos comparte: “…Y a mi hija, él le pegaba. Un día apareció con la cara morada y entonces ya no pudo aguantarse y me dijo: ‘Él me ha golpeado’, ahí ya tenía cuatro nenes. Tuvo que dejar de trabajar por una semana porque no se le iba el moretón. Y él dice ‘yo no le he pegado, ella me quiso arañar la cara yo la esquivé, y se golpeó con la cama’. Ella decía que se iba a separar, pero siempre, cuando él agarraba sus cosas, salía corriéndolo para que no se fuera”. Ahí, la compañera nos dice: “Ahora estoy bien, tengo mis enojos de estar sola con las nenas, trabajar y venir cansada… Antes vivía violencia de género… y nos pegábamos, no voy a decir que sólo él me pegaba a mí porque yo soy impulsiva y no me callaba, pero siempre la fuerza del hombre le gana a la de la mujer. Ahí yo me encerraba, lloraba y siempre le pedía a Dios, pero no quería salir mucho, que mi familia me viera mal o me dijeran ‘¿por qué seguís con él?, sos una tonta’. Pero cuesta salir, cuesta reconocer. Es como que te están diciendo algo que vos ya sabés
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que tenés que hacer pero tenés que terminar de tomar la decisión; y en mi caso la terminé de tomar cuando a él ya no le importaba nada, tomaba hasta cuando estaban las nenas… Y ahí dije basta, se terminó, no es éste el futuro para mis hijas ni el mío tampoco…” “Yo también sentía vergüenza”, se anima a contar otra de las mujeres: “Había alguien de mi familia que me decía ‘con ese carácter que tenés, te dejaste’. Yo sentí la vergüenza y me la callé, te juzgan sin ver la situación. Yo sentía esa vergüenza
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hasta que llegué a la Iglesia… Venía y pensaba cómo puedo ayudar a otra gente si no me puedo ayudar a mí misma, hasta que me dije ‘yo no puedo estar con mujeres que tienen problemas y no haber avanzado en mi problema...’ Acá vemos qué similitud tienen las mujeres del evangelio con nuestras vidas y nos ayuda a seguir y a sacar todo lo que a veces nos hace daño. Si una víbora te pica, ¿qué hacés?, ¿corrés a que te saquen el veneno o te quedás ahí moribunda a que te mate? Tomé la opción de salir, querer compartir, integrarme a la iglesia, y los padres siempre
me acompañaron por más problemas que tuve”. Se necesitó muy poco para dejar de ser extrañas ese día y nos hicieron sentir bienvenidas. Además, ese lunes de agosto, era el día especial, era el día de la Asunción de la Virgen. Sin lugar a dudas, María mujer de pueblo, de lucha y de esperanza, reflejaba su rostro en estas mujeres de Soldati. La tarde va cayendo y comienza a ser hora de irnos. Pero recalcan lo principal: “Hablar entre nosotras y apoyarnos en las otras nos ayudó muchísimo”. El padre Gastón nos dio material sobre las adicciones para que leyéramos. Aprendimos muchas cosas y yo a mis dos hijos más chicos, como que los pude agarrar más o menos, ponerles límites”. Entre todas se acompañan y salen fortalecidas. “Fuerza y adelante” son las palabras con las que siempre se despiden y sintetizan lo que se juega en cada encuentro, lo que les queda a cada una en el corazón, que no están solas, y que, junto a ellas, también hay un Dios que se hace cercano y siempre las acompaña. Parroquia Virgen Inmaculada 5648-8709
Charla con el padre Toto de Vedia y Adriana Segovia en la villa 21.
Eldesde barrio sus protagonistas “Evangelizar supone, en la Iglesia, la libertad de salir de sí misma. La Iglesia está llamada a salir de sí misma e ir hacia las periferias, no solo las geográficas, sino también las periferias existenciales: las del misterio del pecado, las del dolor, las de la injusticia, las de la ignorancia y prescindencia religiosa, las del pensamiento, las de toda miseria”. Papa Francisco.
del padre Daniel es de la rodilla para abajo, porque yo era chiquita y me acuerdo de sus pantalones negros y sus zapatos negros bien lustrados pero no me acuerdo de su cara”, relata. El padre Toto nos cuenta que llegó hace dieciséis años y medio.
La villa 21 de Barracas es una de las más grandes de la Ciudad de Buenos Aires. En esta oportunidad nos acercamos a conversar con el Padre Toto de Vedia, párroco de Virgen de los Milagros de Caacupé, y con Adriana, El Padre de la Sierra con jóvenes yendo a la Peregrinación a Luján - 1978 una vecina del barrio. Ellos tejen la historia del barrio des- “Los primeros cinco años y mede sus propias historias de vida. dio estuve como vicario con Pepe La parroquia de Caacupé fue Di Paola, el párroco. Después fui acompañando los distintos pro- seis años a Santa Elisa, en Consticesos y etapas de la organización tución, y ahí armamos las carpas del barrio. En 1976, Daniel de la misioneras, y trabajamos con los Sierra, un cura claretiano que pibes de los hoteles de la zona venía todos los días en bicicleta focalizándonos en la prevención. desde Constitución, construyó la Luego, cuando se fue el Padre capilla con los vecinos. Este año Pepe, hace cinco años y medio, se cumplen 40 años. volví a la villa 21 como párroco”. Adriana nació en la villa 21, sus papás fueron parte de los vecinos que ayudaron al Padre de la Sierra a construir la iglesia. “Siempre digo que mi recuerdo
do de las villas era ninguneado por la sociedad; en el mapa era un espacio verde, y había un abandono prácticamente total del Es-
¿Hubo presencia del Estado en todos estos años? P. Toto: Lo que percibo es que, en líneas generales, hubo un avance. Históricamente, el mun-
tado. Después, hace unos 10 o 15 años empezó a aparecer el Estado. Hoy esa presencia es muy desordenada, salpicada y sin intentos de mejorar algo. Sabiendo que el tema es difícil por los oportunismos que pueden dejar de lado lo más importante que es el bien de la gente. ¿Y la iglesia? P. Toto: La iglesia estuvo siempre, con algunos vaivenes, pero desde el principio gente de la iglesia se fue acercando a las realidades de las villas. Al principio fueron algunos curas que sintieron el llamado para acompañar a los más pobres y se fueron uniendo entre ellos; después, esos mismos curas fueron a vivir a los barrios y se empezaron a
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construir las capillas. También el acompañamiento de la jerarquía fue cambiando. Luego de los tiempos de la dictadura militar, se intentó instalar el tema de las villas en la sociedad y acompañar el armado de los barrios. Se empezó a trabajar teniendo en cuenta las nuevas situaciones que fueron apareciendo, entre ellas, la droga. La Iglesia comenzó a responder a las nuevas problemáticas y, al compás de eso, Jorge Bergoglio se fue acercando a esta realidad, y se acercó tanto que, hoy por hoy, la Iglesia en las villas trascendió mucho y estamos acompañados por la Iglesia en general y por las jerarquías. Hoy hay 12 capillas, 8 comedores, casas sociales, colegio secundario, jardín de infantes, exploradores, radio… Pero todas estas obras no son cosas sueltas que se hacen como si fuera una ONG, es la COMUNIDAD ORGANIZADA EN CLAVE DE IGLESIA. ¿Y cómo es eso de no ser una ONG? P. Toto: La parroquia es como la intendencia, vienen por un difunto, porque les falta silla de ruedas, porque se les incendio la casa. Acompañamos las situaciones de la vida de la gente, pero es la comunidad cristiana la que busca respuestas a las mismas necesidades y desafíos que hay en el barrio. Las cosas se hacen desde una comunidad que se
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hace cargo, que va enhebrando y gestando todo lo que hoy hay, y sigue gestando lo que habrá mañana. Son frutos de la comunidad. No es la obra del padre tal, sino que los curas, como servidores, vamos acompañando a la comunidad. La comunidad es el buen samaritano que se preocupa de lo que le ocurre al que está a la vera del camino.
Una historia de vida Adriana y José llevan 22 años juntos y tienen 5 hijos, dos varones y tres nenas, la más grande, de 19 años, y el más chiquitito de 2. Adriana tiene 38. “En todos estos años tuvimos varias idas y vueltas, con mi marido, vivimos muchas cosas fuertes, violencia, por la crianza de él, por la crianza mía, por cosas que habíamos
“Es inconcebible que se diga a alguien ‘cristiano’ y no tome, como Cristo, una opción preferencial por los pobres”. Mons. Oscar Romero vivido. Pero con mucha ayuda y con mucha voluntad de parte de los dos pudimos superarlo y ya hace cinco años que estamos bien. Yo hacía terapia, pero en ese momento empezó él también y desde ese momento empezamos a tirar los dos para el mismo lado. Al comienzo era yo sola la que quería estar mejor”, nos cuenta. Durante diez años trabajó en el casino de Puerto Madero, pero “después me enfermé y me echaron”, recuerda. “Tuve tres
operaciones de columna por hernias de disco con infecciones y dificultades con la prótesis y no me sostuvieron el empleo. ¿Cómo atravesaron ese momento como familia? Adriana: pasamos momentos bastantes complicados, pero creo que eso fue como el click en los dos… y a pesar de que lo pasamos muy mal, a nosotros nos hizo muy bien, porque nos fortaleció como pareja y como familia. Ahí yo me di cuenta de las hijas que tenía que me ayudaron en casa sin tener que recurrir a otras personas. Y cuando me quedé sin trabajo y con necesidades encontré ayuda y consuelo en la parroquia. Trabajo en Caacupé en el centro de día para la tercera edad, que abrió hace dos años; y puedo dar testimonio de lo que es la Iglesia para la gente del barrio: está siempre cuando se la necesita, el cura siempre está, por ahí son las 12 de la noche y te lo seguís cruzando. La situación económica está complicada en todos
lados pero acá hay un espíritu de vecindad y de cercanía que en otros barrios no lo ves. Mi cuñada vive en Palermo y me dice que no conoce al que vive al lado.
SI NO CAMBIA profundamente LA MIRADA y el CORAZÓN, va a seguir la lejanía.
Adriana dice con firmeza… “A mí no me gusta que me regalen nada…” “Siempre dicen que la dignidad pasa por el trabajo, entonces, que me llegue la boleta de la luz que se está usando, para mí, sería digno, estaría bien. Mi papá siempre decía que prefería pagar la luz y tener un buen servicio a que estén cortando siempre. “Mis hijos van a la escuela de la iglesia de Pompeya y nun-
ca les hicieron historia por vivir acá, pero es injusto cuando te clasifican por dónde vivís. Por ahí, antes a mí me daba vergüenza decir que vivía acá, y si quería sacar una tarjeta o un préstamo, no podía, porque no tengo ningún servicio que llegue a mi nombre. Para entrar a trabajar al casino y poder acceder a algunas cosas, hice un cambio de domicilio. Después lo volví a cambiar por el actual”.
La hija de Adriana un día fue con las amigas a bailar a un boliche bastante “cheto”, como dicen ellas, y le contaba a su mamá: “vos te ponés a bailar con alguien y lo primero que te preguntan es ¿qué estudiás?” La realidad es que en el barrio son muchos los adolescentes que no estudian, que se van a laburar, que su meta es ser albañil y no pueden proyectar otra cosa para sus vidas. Una cosa es que lo decidan y otra cosa es que sea la única opción. “Si mis hijos deciden o no tener un título y hacer otra cosa, está bien, pero que lo decidan, porque acá pasa mucho que los chicos dejan el colegio para ir a trabajar, y además no tienen la cultura de estudiar. Yo terminé el secundario hace
¿Para qué estudiar? 20 años y rendí dos materias que debía en el 2015; y mi marido terminó el secundario el año pasado y ahora empezó la escuela de bellas artes Manuel Belgrano en Barracas. Es como que siempre tenía eso, pero por distintas circunstancias nunca pudo estudiar”, relata Adriana. José hace poco que descubrió lo que realmente le gusta, y aunque le resulta difícil y se exige mucho, cuando está creando, en ese momento, es feliz. Ahora está como ayudante en el centro de formación Padre Daniel, que pertenece a la parroquia; y tiene un pequeño taller en su casa. Lo último que está modelando es la imagen de la piedad, para después sacarle un molde y hacerla en yeso por pedido de una iglesia.
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Padre “Toto” de Vedia Párroco Virgen de los Milagros de Caacupé - Villa 21.
LA INCLUSIÓN
el camino de la paz Ellos son los excluidos. Los que nadie invita, los que son dejados de lado como a propósito. Nadie los tiene en cuenta. Sobran, molestan. Hay que sacárselos de encima. En el mercado laboral, son un costo. En la escuela, son “los cabezudos” y “los problemáticos”. El “consejo de convivencia escolar” ha decidido que este querido “cabezudo” y “problemático” quede afuera de la institución. No lo decidió el antiguo directivo autoritario. Lo decidió este nuevo órgano progresista que quién sabe si no es igual o más autoritario. ¡El pibe quedó afuera! Es de la raza de los que no entran en el sistema. Es el loco, el paquero, el cartonero, el molesto. El que nunca va a llegar. ¿Son suplentes de la existencia? Ni eso. Son descartables. No armes cooperativas. Las empresas son más eficientes. No busques una modalidad más accesible Tienen que adaptarse al sistema, no al revés. Es un chanta. No acepta el tratamiento. Faltó cuando fue citado. Cuando tuvo un mango, se lo fisuró todo. ¿Qué querés? Sus mismos viejos están en la lona y con la plata del plan se compraron un plasma. Les gotea el techo de chapa y a sus hijos les compran zapatillas carísimas. Hay que enseñarles. Yo, que sé, le voy a enseñar a él, que no sabe. Yo, que tengo, le voy a dar. Yo, que estoy adentro, lo voy a “incluir” a él que está afuera.
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¿Algo vamos mejorando? En realidad, sigue estando ese maldito mostrador que separa a los que somos “asistentes” de los que son “asistidos”. ¿Quién dijo que debe ser así? Ni asistentes ni asistidos. Todos somos her-
No se trata de mero cambio. Hay que transformar profundamente toda mentalidad, todo corazón, toda organización, toda institución. manos. Hasta que no tomemos conciencia de que formamos un mismo pueblo y nadie es más ni menos que el otro, se seguirá agigantando la brecha entre ricos y pobres, incluidos y excluidos, gente de primera y gente de cuarta. No se trata de mero cambio. Hay que transformar profundamente toda mentalidad, todo corazón, toda organización, toda institución. Empezar de nuevo.
Reinventar la escuela, la organización laboral, el sistema de la salud, las instituciones. Nadie habla de destruir todo. Agarramos de numerosísimas iniciativas positivas en la línea de la inclusión. Son muchas más de lo que creemos las experiencias que apuntan a un mundo para todos, donde nadie queda afuera. Se trata de apoyarnos en lo positivo. O nos salvamos todos o no se salva nadie. Tal vez yo me retrase un poco, pero llegaré con el hermano si lo espero. El otro puede ser rengo y hará retrasar la marcha. Pero yo puedo ser ciego y el rengo me va a guiar. Vos podrás estar muy urbanizado, pero el otro te puede aportar lo que no conociste de tan urbanizado que estás. Te puede contar cómo, entre todos los vecinos, sacaron del pasillo al moribundo porque la ambulancia no podía acceder… No llega la ambulancia, pero llegó al corazón de esos “no urbanizados” una solidaridad implacable, como la de la madre que es madre de sus hijos y de los del pasillo como el que aprovechó el domingo para ayudar al vecino a hacer la losa. Miremos bien a todos. Aprenderemos y enriqueceremos nuestra visión. Eso si. No expulsemos a los cabezudos de la escuela. Usemos nuestra cabeza y nuestro corazón. Parroquia Virgen de los Milagros de Caacupé 4302-3643
Entrevista a los religiosos Coco Romanín y Cecilia Lee Villa Itatí - Bernal, Partido de Quilmes, Provincia de Buenos Aires
VILLA ITATÍ: “Sólo el AMOR convierte en MILAGRO el barro” medades respiratorias y de piel. El desafío constante en barrios como Villa Itatí, que es la más grande del conurbano bonaerense y la segunda de Latinoamérica, es como nos reárma-
“Prefiero una Iglesia que esté herida, hambrienta y sucia, en lugar de una Iglesia enferma por estar confinada y aferrada a su propia seguridad. No quiero una Iglesia preocupada por ser el centro y que termina encerrada en un manojo de obsesiones y procedimientos”. Papa Francisco. Fieles a las palabras y al deseo del Papa Francisco, el Hno. saleciano Coco Romani y la Hna. Cecilia Lee, de la Congregación Franciscanas Misioneras de María, vienen viviendo y trabajando en la Villa Itatí, pegada al Acceso Sudeste, en Bernal, que tiene unos 50 años y alrededor de 70.000 habitantes, la mayoría de ellos jóvenes. La realidad de la villa es parecida a la de otras, son pocas las casas que tienen cloacas; las aguas están contaminadas y los vecinos se arreglan como pueden trayendo el agua potable con mangueras que se van conectando entre sí y pasan por las zanjas al costado de las calles. Esta situación genera enfer-
nos como pueblo de Dios, porque en estos lugares que el hombre ha olvidado y negado su existencia, Dios se hace presente entre los más pobres, y a través de ellos nos muestra el camino. Es el Reino, y ahí donde hace años sólo había violencia, soledad y sufrimiento, y donde permanentemente se atenta contra la vida de los jóvenes, surgió la solidaridad de los olvidados como sólo lo hacen los últimos. La Asociación de Cartoneros nace entonces en la zona más complicada del barrio como esperanza generadora de nuevas condiciones de vida. Charlamos con el hermano
Coco y la hermana Cecilia para conocer su trabajo y el barrio. ¿Cuál es la realidad con la que se enfrentan los pibes en barrios como Villa Itatí? Hno. Coco: Los pibes viven rodeados de violencia, una violencia estructural, sistemáticamente armada y fijada, donde hay una intencionalidad, y hay pibes “que sobran”. La violencia en la villa es como parte de la identidad. Y al serlo, lo naturalizan y lo aceptan así como es. En la escuela primaria uno de cada diez chicos no va a la escuela, y hay otros siete en riesgo de abandonarla. Muchos van a trabajar a Capital, la mayoría venden en los subtes y en el tren. No es fácil para los chicos superar esa barrera. Hna. Cecilia: En el barrio no hay ninguna escuela, solamente el jardín comunitario organizado por los vecinos, y si los chicos faltan a la escuela semanas o meses nadie se preocupa. Hno. Coco: Si los padres no se levantan para ir a trabajar porque no tienen trabajo, los chicos tampoco se despiertan y faltan a clase, y nadie sigue esta situación como para revertirla. Hna. Cecilia: Quisiéramos que los jóvenes pudieran tener un pequeño sueño y poder decir “yo puedo ir a la escuela, yo puedo tener un laburo digno…”, y así dejar de lado las opciones más fáciles de la droga, la esquina y
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la imposibilidad de algo distinto. Hay una realidad de dolor muy grande, porque esta violencia y esta anomia se cobra vidas jóvenes. Un dato que habla por sí sólo es que la mayoría de los velorios acá son de jóvenes que mueren violentamente. Este año, en un mes murieron 4 pibes entre 14 y 26 años. Hno. Coco: Y el consumo es gravísimo. Hay una forma de ganar dinero que es “guardando un bolso”. Lo que ganan por hacerlo es el equivalente a 8 horas de trabajo de un cartonero. Es plata fácil, consumo y violencia. Lo que hay que resaltar es que estos chicos no son malos sino que no se les ha dado oportunidades. Oportunidades de contención, de afecto, de estudio, de trabajo. Por eso venimos trabajando mucho la empatía y las opciones de vida porque todos tenemos la posibilidad de cambiar. ¿Y cómo se concretan esas oportunidades para los jóvenes? Hna. Cecilia: Los pibes ven el espacio de la asociación de cartoneros como la oportunidad que genera un lugar de nueva vida y nuevos valores. A partir de ese momento, despiertan nuevos sueños, esperan su oportunidad para ir a participar en el galpón, y el que andaba robando se fue incluyendo en los distintos espacios que fueron surgiendo desde
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la asociación. Hno. Coco: De la cooperativa surgieron luego otras dos, la de jardineros que prestan servicios de jardinería y la de herreros reciclando el hierro que traen los cartoneros. Y la cooperativa generó emprendimientos importantes, el del reciclado de plástico, con capacitación, con gente que volvió a la escuela. Y los que hoy son dirigentes de la cooperativa y padres de familia, fueron chicos que robaban cuando estaban en la cava. Esto, no es poca cosa. Entonces la cava, el embudo, donde todos tenían miedo de bajar porque estaban los peores, se transforma en tierra que recibe la buena semilla que germina y se empieza a construir la vecindad, y las bandas que no se cruzaban porque estaban enfrentadas empiezan a circular, surge el apoyo escolar, la gente que se organiza y la Iglesia que acompaña. Porque lo importante es que la Iglesia es parte de la realidad que camina con ellos construyendo la vida. Así también empieza a avanzar el Hogar de Cristo. Nuestras acciones son del tipo preventivo, desde la capacitación laboral hasta lo artístico, lo deportivo. Por ejemplo los centros de chicos funcionan de noche y vienen a cenar, porque justamente el estar alimentados hace que la necesidad de consumir se reduzca notablemente.
Hna. Cecilia: El momento de la comida es muy importante ya que no comer solos y sentarse a la mesa y charlar, sirve como reflexión de síntesis del día. Porque son pibes y pibas que estuvieron en el apoyo escolar o la capacitación laboral. Organizamos los talleres por edades para poder seguir a los chicos de cerca. Tenemos talleres de reciclado artístico, deportivo, lúdico, campeonatos y, una vez por semana, con un educador, se tiene un momento de reflexión para ver cómo van sus vidas y para ayudarlos a poner en palabras lo que les pasa, y lo más importante: sus sueños. Otra cosa a destacar es que el 90% de los animadores son jóvenes del barrio, que asumen su rol desde su propia realidad e historia y pueden hacer un camino de liberación dando una mano a otros. La esperanza de que puedan cambiar algo siempre está allí. En este contexto hablar de los pibes que puedan ir saliendo un pasito por vez es mucho, y es enorme el esfuerzo que hacen, pero necesitan contención, voluntad, autoestima. A medida que fue avanzando la charla y el caminar el barrio fuimos descubrimos que aún en medio de esa dura realidad, producida por el antireino, surge un rayo de luz que viene creciendo y transformando el dolor, las adicciones y la falta de futuro en posibilidades de una vida nueva. En palabras del hermano Coco: “La esperanza se construye con gestos de amor”, el Reino está cerca. Capilla Nuestra Señora de Itatí Bernal, Partido de Quilmes cecihyang@hotmail.com cocoromanin@yahoo.com.ar
Entrevista realizada a la Lic. Gabriela Elizondo, Trabajadora Social y a las Licenciadas Valeria Canela y Evangelina Copello, ambas Psicólogas integrantes del Centro Jakairá.
Aprendiendo a ser mamá y papá:
sanando heridas
Jakairá nace hace catorce años como centro especializado en Adolescencia y Primera Infancia. Sus acciones están dirigidas a madres y padres adolescentes entre 14 y 20 años, con su primer hijo. Está ubicado en el barrio de Chacarita de CABA. Cuenta con jardín maternal y diferentes espacios de taller para los/as adolescentes. Ante nuestra inquietud de saber cómo llegan las madres a Jakairá, las profesionales refieren que en general suelen ser derivadas por diferentes instituciones. Entre ellas, Defensorías Zonales del Consejo de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes. de CABA, Programa de Retención Escolar de Alumnas Madres, Hospitales, Hogar Eva Duarte (dedicado a madres adolescentes). En menor medida la institución es recomendada por las mismas jóvenes que asisten o han asistido a Jakairá. Actualmente la población bajo programa proviene de barrios aledaños como Villa Urquiza, Chacarita, Paternal y/o Almagro. La razón que los lleva a trabajar con mamás con su primer hijo se funda en un límite de vacantes en el jardín maternal que no puede ascender de treinta y cinco. En el caso de que una joven quede nuevamente embarazada no pueden brindarle al segundo niño lugar en el jardín, ya que de hacerlo, ocuparían una vacante que otra joven con su primer hijo podría necesitar. La primera necesidad que manifiestan las jóvenes, es un jardín para sus hijos. Por eso “al princi-
pio dicen a todo que sí para que ingresemos al chiquito y después, la otra parte, es que participen en los diferentes espacios grupales y acepten el acompañamiento por parte del equipo técnico integrado por trabajadoras sociales y psicólogos”. En cuanto a las actividades, relatan que cuentan con un grupo terapéutico coordinado por dos psicólogas. Las madres almuerzan en el hogar, los lunes martes y jueves; los martes se lleva adelante el taller de “Criar jugando” para los nenes y las mamás, coordinado por una psicóloga de niños y una psicomotricista. En este espacio se trabaja el vinculo materno filial, ya que la mayoría llega a la maternidad siendo aún hijas. Funciona también un taller de proyectos con una impronta muy lúdica y recreativa coordinado por las trabajadoras sociales. Desde una mirada integral, se trata de abarcar todos los temas vinculados al proyecto personal, como por ejemplo la salud, los derechos, la búsqueda laboral, etc. En este momento están trabajando el consumo
problemático de sustancias y cuestiones relativas a la trata de personas. Una pregunta central es cómo incide la maternidad en la escolarización de estas chicas. Al respecto, las profesionales refieren que en general les cuesta mucho sostener la escuela por todo lo que tiene que ver con el cuidado del niño. “Tenemos chicas que hace mucho que no asisten a clase pero se hace un seguimiento, y desde la escuela nos llaman para ver si van a retomar, no están a la deriva. Algunas son derivadas por el Programa de Retención Escolar de Alumnas Madres, y entonces la referente de la escuela* nos dice que no está concurriendo” De acuerdo a la experiencia pueden afirmar que las que dejan el colegio no lo hacen por el embarazo, ya lo dejaron antes * El Programa de Retención Escolar de Alumnas Madres, del GCBA, elige en cada escuela una docente, que será la que haga el seguimiento de las alumnas que estén embarazadas durante la cursada .
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y el embarazo viene a suplir el espacio, empiezan a armar otro proyecto diferente a la escuela media. La que realmente tiene mucho estímulo por terminar lo termina. Agregan que a veces los colegios son bastante expulsivos, muy poquitos son amorosos y continentes. Es muy grande la cantidad de jóvenes que entre primero y segundo año abandonan, porque antes del embarazo la escuela no llegó a ser parte de sus proyectos. “Y abandonan el colegio y después ¿qué hacen? ¿qué va a pasar con esas jóvenes de acá a cinco, diez años? TODOS los que trabajamos con jóvenes, no podemos dejar de preguntarnos estas cosas”. En cuanto a la participación de los padres de los niños dicen que “en estos últimos dos años los empezamos a convocar y empiezan a participar varones, ya sea la pareja de la mamá, que no es el papá del niño, o el papá, esté o no en pareja con la mamá. Fue también un desafío para nosotros cómo pensar este espacio para ellos”. De las chicas surgía “¿por qué nosotras tenemos la obligación de venir y ellos vienen cuando quieren?”
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El de varones es un espacio grupal en construcción solo para ellos. Lo coor-
“Muchas instituciones que trabajan problemáticas de violencia, lo hacen sólo con las mujeres y la realidad es que los pobres pibes se
dina un equipo que no está tan involucrado en la historia de las chicas. También se los incluyó en el grupo de crianza, “vienen pocos pero vienen”. A partir de estos cambios los varones empezaron a circular desde otro lugar y están más visibilizados, tienen una presencia más concreta. Y también al estar los varones, las conflictivas de las parejas y de los noviazgos, que están atravesadas por la violencia, se hacen visibles y circulan de otro modo. “Son adolescentes, apasionados, celosos…” “Aparece el otro relato, no sólo el de la mamá, se genera un dilema, un equipo trabaja con la adolescente, el otro con el varón y hay que ir dirimiendo por donde ir”.
quedan afuera, no hay nadie que los escuche, quedan con la etiqueta de violentos y revictimizados”. Ellos saben que en sus relaciones hay violencia. Las profesionales hacen hincapié en “no escuchar lo que nos cuentan como una situación conflictiva más, porque si no se la naturaliza”. Una chica decía “si vos venís y lo contás acá es porque estas pidiendo ayuda de alguna manera”. Por último refieren que “Lo importante es no etiquetar a los varones como violentos. Trabajar con ambos permite conocer las situaciones problemáticas que los atraviesan, habilitar otra mirada para trabajar las potencialidades de cada uno. No justificamos nada, pero intentamos poder darle otra vuelta y desplegar algo distinto para sanar las heridas que traen”. Centro Jakairá Dorrego 552 - Chacarita jakaira@fundacionkaleidos.org
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son los caminos contra la violencia
TIERRA TECHO Y TRABAJO
PAZ
Comunicarnos Revista Bimestral - Suscripciรณn anual $150 - 4982-4611 - comunicarnos@pastoralfamiliar.org.ar
son los caminos por LA
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Padre Alejandro “Toto”, Vignale Párroco del Santuario de San Cayetano de Liniers.
La fiesta de SAN CAYETANO
Sobre un mismo acontecimiento siempre hay distintas miradas, les doy mi mirada sobre la fiesta de San Cayetano de este año 2016. Soy el Padre Alejandro, me dicen Toto, soy cura del santuario así que mi mirada es desde antes, desde después, el mismo día de la fiesta, el armado, los días previos, la novena,etc. Lo lindo de la fiesta es poder disfrutarla hasta con sus momentos difíciles; cuando pasan, uno comparte el haber vivido algo grande, que va mas allá de nosotros. El armado de la fiesta se hace meses antes, los detalles, permisos, mangazos, agradecimientos, son infinitos. En los días previos fue muy linda la novena con un tema principal por día, con distintos sacerdotes y grupos que nos acompañaron e hicieron que fuera creciendo el fervor y la fe de la fiesta misma. Esos días rezamos por los enfermos, difuntos, comunidades, peregrinos, etc. Un renglón aparte es la referencia a la fila que se va armando, la solidaridad entre vecinos de fila, el ansia de ser bendecidos y visitados, especialmente por los curas del santuario, y mil detalles más que quedan con mucha alegría en el corazón. El mismo día fue largo, más que el día entero, se abrió a las
00hs y se cerró después de las 3 de la mañana del día siguiente. El tiempo acompañó tanto el mismo 7 como el día previo, día en que se recorrió la fila con un Jesús gigante que abrazaba y saludaba a los peregrinos. En mi mirada, eso les estoy contando, el domingo 7 de agosto fue un día cargado de fe, bendición y encuentro de hermanos en la casa común. En la misa principal, se la llama así porque es en la que viene el obispo de Buenos Aires, al finalizar acompañé a Monseñor Poli a recorrer la fila bendiciendo hasta el último peregrino, este año la fila se extendía hasta Juan B. Justo y San Blas, según gente de años del santuario desde el año 98 que no había tanta gente. Es hermoso poder bendecir uno por uno charlando, haciendo chistes, emocionándonos, rezando. Se podrían contar un millón de cosas más, pero no quiero cansarlos, con alegría les comparto algo de mi mirada. Parroquia San Cayetano 4641-0583
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Padre Eduardo Drabble Santuario de San Cayetano de Liniers.
“El Reino de los Cielos también se parece… a un Santuario”
La experiencia y sentir del pueblo en nuestros Santuarios nos hace dar cuenta que estamos viviendo el Reino de los cielos del que nos habla Jesús en el Evangelio “…Porque el Reino de Dios está entre ustedes (Lc. 17, 21). Jesus soñó el Reino de Dios en esta bendita tierra. Los peregrinos del Santuario lo viven y nos dan testimonio en su religiosidad popular. Los santuarios convocan testigos de fe y esperanza, en medio de dificultades, violencias, dolores, sacrificios. En San Cayetano sentimos que “estamos rodeados de una verdadera nube de testigos”. (Hb. 12,1) Son testigos que Jesús vive entre nosotros. El vino para todos, pero la religiosidad popular intuye y sabe bien, que vino y vive preferencialmente para aquellos que LO NECESITAN, que le suplican día y noche… aquellos que sufriendo, le imploran, le mendigan, lo necesitan VITALMENTE. De ese Reino habló Jesús. Y en nuestros Santuarios, el Pueblo Peregrino lo escucha. “No son los sanos… (Mt. 9, 12) son los enfermos y aquellos que habiendo sufrido la experiencia de una enfermedad grave, hoy gozan de salud y no se olvidan de agradecerle. ¡Cuántas misas ofrecidas por salud en nuestro santuario! Cuántos enfermos son nombrados en las plegarias y cuadernos de intenciones, verdadero Tesoro de nuestro San-
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tuario. El Pueblo reza y hace rezar. No son los justos…(Lc. 5, 32) son los pecadores y aquellos que viviendo una vida santa y entregada, siguen mendigando Su perdón: “Padre, vengo a confesar, tengo muchos pecados, le pido Perdón a Dios, quiero cambiar”, los sacerdotes escuchamos a veces en el confesionario y se nos estremecen las entrañas al ver el ejemplo de humildad y santidad que tenemos enfrente: es una abuela que llegó con mucha dificultad después de horas de viaje; es una madre luchadora que sufre la violencia de su marido alcohólico y golpeador y hace proezas para que la olla alcance para todos, es un hombre trabajador, recio, curtido, que tiene el coraje de llorar porque intuye la fuerza de la gracia que sana y empuja a seguir. Es la joven que quedó embarazada y quiere ser mamá, aunque la hayan dejado sola y la familia la mire con desprecio, es el joven
gar tano, un lu e y a C n a S ( y la vida se fe la e d n o d el construyen y n a r t n e encu ios). Reino de D
que cayó en el flagelo de la droga, que tal vez estuvo privado de su libertad y hoy todos le cierran las puertas, porque ser adicto y haber estado preso estigmatiza… Y así pasan por nuestro santuario sudando santidad (solo los santos saben reconocer nuestra condición de pecadores perdonados) y uno reza y aprende, y se emociona y aprende, y se cuestiona y aprende… No son los ricos (Mat. 19, 1623) son los pobres… Aquellos que rezan, agradecen, piden y luchan día a día para ganarse el pan y darle dignidad a su familia. Progresan, pero no se olvidan de dónde salieron y vuelven a agradecerle a su Diosito, a su Santito. Están mejor y
comparten. Y si están mal, comparten igual. Qué hermoso escucharlo acá en nuestro santuario todos los días. Qué privilegio es ser testigo de cómo reza nuestro Pueblo y elije sus interlocutores. Y nosotros también rezamos. Agradecemos como nuestro pueblo el don de la vida, y pedimos como nuestro pueblo, con fe y esperanza. La particularidad de San Cayetano es el pedido de los Trabajadores por la Paz, el Pan y el Trabajo digno, que se amplía a todas las necesidades familiares que incluyen la salud y la vida toda y de todos. Acá en el barrio de Liniers aún podemos encontrarnos con obreros que aguardan en la tradicional esquina por trabajo. Los “changarines” decimos, que esperan al camión o camioneta que los venga a buscar… a veces vienen hasta nuestro servicio social a buscarlos, muy de madrugada uno los ve esperando en la intersección de las calles Cuzco y Bynnon. Trabajan por el jornal del día, y en el mejor de los casos arreglan un precio justo. En el mejor de los casos. Tantas hermanas y hermanos nuestros hoy se la rebuscan como pueden. Junto a los changarines, encontramos también a los trabajadores de la economía informal o popular. Los tenemos frente a nuestro santuario cada 7, los vemos cruzando la avenida Rivadavia y en sus diferentes oficios se unen en un sueño que los hermana: una pieza para alquilar baratita; un terrenito donde poner primero unas chapas, después un techo y finalmente los ladrillos. Su vida y la de los suyos se pone en jaque diariamente. La dignidad reclama.
reza, trabaja y calla. Jesús y su Reino… Jesús y su forma de mirar… “Porque el Reino de los Cielos se parece a un propietario que salió muy de madrugada a contratar Como Jesús, también soñamos construir el Reino de Dios en esta tierra, que clama al cielo desde nuestro Santuario y junto a nuestros Peregrinos por Paz, Pan y Trabajo. Y este clamor se une entrañablemente con ecos nuevos de voces que desde lejos se vuelven cercanas –porque siempre estuvieron CERCA- y hacen latir al mismo ritmo nuevos corazones exhortando: Tierra, Techo y Trabajo. Queremos trabajo digno porque sabemos que el trabajo dignifica al trabajador y a todo su contexto familiar. Porque el trabajo permite que el trabajador se haga cargo de su sustento, permite que progrese, que sostenga su familia. Queremos que nuestros niños puedan ir a la escuela, queremos que puedan comer junto a sus padres, en familia, en sus mesas. No queremos que desayunen, almuercen, merienden y cenen en escuelas y comedores comunitarios, y que los fines de semana sean de mate cocido y galletitas. Porque no queremos acostumbrarnos a vivir y hacer vivir a otros de esta manera. Lo urgente no debe volverse nunca lo cotidiano… no debe ser así, buscamos un Reino para todos. Todo esto también es una forma de violencia en sentido amplio, la padecen los pobres y excluidos, pero no se habla, se silencia. El pueblo, paciente y pacífico,
obreros para trabajar en su viña”. (Mt. 20, 1-8) Una sociedad donde el empleador no se preocupe solo en el éxito y rendimiento de sus tierras, no se interese solo en ver que le dará más dividendos… En donde los responsables de las fábricas prioricen que los obreros puedan trabajar… y no se escuche hablar solo de las cualidades de algunos y de los defectos de los otros… donde no se discrimine ni cualifique tanto, donde no rija solo la ley de las jerarquías ni de los presentismos, donde no sea el único valor la MERITOCRACIA. En el Reino de Dios no HAY MERITOCRACIA, HAY MISERICORDIA, que es muy distinto. Unidos en una letanía popular, miembros de la comunidad y peregrinos del santuario, rezamos pidiendo Pan, Paz y Trabajo, caminando y construyendo juntos un Reino en donde se priorice la dignidad y alegría de nuestro Pueblo. El que viven y nos enseñan a vivir los peregrinos. El que sigue siendo fuente de esperanza.
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Entrevista a la Hermana Martha Pelloni Religiosa de la Congregación de Carmelitas Misioneras Teresianas.
Una vida de lucha:
“Hoy mi modelo es el Papa Francisco” Muchos conocen el nombre de Martha Pelloni, la religiosa de la orden de las Carmelitas Misioneras Teresianas que hoy es un símbolo de la lucha contra la impunidad y la injusticia. Han transcurrido 26 años del crimen de María Sole-
donde muchos son los que le piden ayuda en una diversidad de causas en defensa de la dignidad humana, sobre todo de los más débiles, de las víctimas, de los invisibles. Esa fue su opción y ese es el lugar que sigue eligiendo.
dad, esa adolescente, hija de una familia catamarqueña humilde y trabajadora, que iba a la escuela donde Martha era directora. Catamarca y la historia de aquella adolescente cambiaron su vida, y el enfrentamiento por el encubrimiento con aquel poder político y económico, y la lucha por la justicia y la verdad, fueron experiencias que la hicieron salir de la escuela hacia la sociedad. Con el tiempo, se fue convirtiendo en una mujer religiosa pública,
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¿Qué diferencias hay entre aquella mujer consagrada que salió a luchar por el crimen de María Soledad y esta mujer consagrada que es hoy? Aquella mujer joven consagrada tenía una similitud de “amante de AVENTURAS”, al estilo de Santa Teresa de Jesús. No tuve plena conciencia de ello hasta que los traslados me obligaron a cambiar los motivos de lucha. La que soy hoy, muy reflexiva ante los movimientos sociales, ideológicos y políticos que provocan la deshumanización global. Hoy mi modelo es el Papa Francisco, modelo que necesito y que necesitamos para humanizarnos y humanizar.
¿Qué le diría esta mujer consagrada de hoy a aquella joven que eligió la vida consagrada? El mundo te necesita donde la vida está amenazada. ¡JUGATE, VALE LA PENA! No pierdas tu vida joven y consagrada. Como mujer tenés que generar vida… hacer nacer la Vida del que llegó a que lo ayudes a vivir… La RED INFANCIA ROBADA, que la hermana Pelloni coordina surge en el año 2008 como una necesidad de capacitar a las personas y organizaciones sociales en los temas de trata, tráfico, explotación sexual comercial de niñas/niños adolescentes y mujeres, pornografía, turismo sexual infantil y adicciones. “Se abrie-
La fortaleza de una red son los lazos que la unen y potencian sus acciones. ron 35 foros en distintas ciudades del país; allí donde nos piden”. Cuenta Pelloni. “Funcionan con equipos interdisciplinarios; con voluntariado. Lo valioso de cada una de las personas que integran cada foro, es que son personas ricas en valores, en un mundo deshumanizante, personas a quienes no les interesa el “poder y el te-
Paraná, IV Congreso Nacional Red Infancia Robada
“El Jesús del que yo me enamoré es el que vivía los valores junto con su pueblo, por eso yo creo en la Iglesia Pueblo de Dios”.
“Soy Gonzalo, hno. marista, y vivo en el Barrio San Jorge, de Luján. Antes era vecino de Merlo y allí fui invitado a integrar el Foro Regional de Infancia Robada, constituido en 2013 a partir de la visita de Martha Pelloni. Éramos varios que inicialmente sólo acompañábamos acciones que ocurrían en Moreno. Pensábamos que en Merlo no sucedían hechos de alarma significativos. Pero en cuanto entrenamos la mirada, caímos en la cuenta de que estábamos rodeados de niños, niñas y adolescentes cuyos múltiples derechos eran vulnerados, cuya infancia estaba siendo robada. Nosotros empezamos acompañando situaciones de chicas y chicos que por múltiples motivos faltan de sus hogares: los conflictos con los padres o entre los mismos padres sobresalen en su raíz, y terminan huyendo, muchas veces, sin saber dónde, quedan expuestos a situaciones más peligrosas: Trata, prostitución, bandas de delincuencia, transporte o consumo de drogas…
ner” sino “el otro”, personas fuertes, libres de mezquindad, capaces de mantener la calma en momentos de desesperación, de sonreír aún cuando se sientan ganas de llorar, de consolar cuando quizás también se necesite consuelo, personas que aman y tienden su mano, para unir fuerzas ante una realidad difícil”. Actualmente, el Foro Regional de Merlo, Moreno y San MiguelJosé C. Paz está organizando el V Congreso Nacional de la RED con una presencia de la Iglesia que viene acompañando este trabajo de prevención y promoción. Este año el Congreso se abocará a la violencia de género, y a la hipersexualización infantil. La metodología será de talleres y cada Foro participante tendrá un espacio de información de sus agendas y actividades. Lo desarrollaremos en la Casa Scalabriniana, Sadi Carnot y Camino de la Rivera, Merlo norte, Provincia de Buenos Aires los días 18 y 19 de noviembre”.
¿Por qué se relacionan el tráfico, la trata de niños, niñas y adolescentes con fines de explotación sexual y las adicciones? Porque la pornografía de hoy sumada al consumo de sexo virtual y real del placer por el placer llega a convertirse en una adicción como lo es la droga, el alcohol, el juego, etc. De hecho un hombre grande viciado sexualmente, ya no le basta una mujer de su
edad, sino que busca niñas, niños… hasta bebés en algunos casos. Estos ya son enfermos. ¿Hubo algún momento en que tuvo miedo? En la calle muchas veces. Cuando viajo sola y debo parar en hotel. Cuando tuve que denunciar por pago de bebés para orgías al intendente del lugar.
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Ley 26.842 - Prevención y Sanción de la Trata de Personas y Asistencia a sus Víctimas La ley, sancionada en 2012 amplía las condenas para los delitos de trata, acelera el proceso judicial, elimina el consentimiento de la víctima como elemento exculpable para el responsable de promover la prostitución y explotar a la víctima, y crea un Consejo Federal para la lucha contra la trata y un Comité Ejecutivo para la asistencia a la víctima. Reconoce el delito como federal y amplía los derechos de las víctimas. Sin embargo la Hermana Martha nos explica que “sigue sin reglamentarse en su totalidad, lo que significa que NO se aplica… La lucha la tenemos en los barrios, con la policía, y luego en los juzgados. En el interior del país, en muchas provincias, no se aplica el “cierre de los prostíbulos”.
Tuve mucho miedo por su personalidad… El reclamo de justicia por el crimen de María Soledad se transformó en un reclamo de todos los casos y situaciones impunes, primero de Catamarca, y después trascendió los límites de la provincia. La hermana Martha Pelloni transmite paz desde su mirada, habla en forma pausada, con serenidad, y su palabra es cuestionadora, rebelde. Posee la
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“El dolor y la impotencia que me provoca cada situación en la que me piden ayuda, me llevó a vivir la soledad en Contemplación Orante”.
firmeza de quienes saben dónde quieren llegar. “Soy del pueblo”, ha dicho en una ocasión, porque su lucha es desde los pobres. “Yo siempre pienso que Jesús fue un ejemplo de vida inmerso en la sociedad. Él no tenía escritorio, no tenía oficina, a la gente la atendía en la calle, en lo cotidiano. En lo inmediato. Y trataba de solucionar los problemas en esa época. Para mí lo más importante es la promoción humana, de
la sociedad vulnerable, desde la pobreza”. Allí donde la dignidad humana es atropellada, silenciada, comprada, vendida, drogada, muerta, el lugar de la TERNURA, de la ALEGRÍA, de la ESPERANZA está en la FUERZA DEL AMOR QUE PONEMOS Y EN EL COMPROMISO PARA GENERAR VIDA. Red Infancia Robada www.infanciarobada.org.ar
Testimonios de David Heredia, Cesar Gonzalez y Diego. Equipo de Visita a Cárceles del Hogar de Cristo. Charla con el Dr. Norberto Liwski - presidente de Defensa de Niñas y Niños Internacional - Sección Argentina.
“A veces alguno puede pensar que son pocos los jóvenes con consumos realmente problemáticos, que les hipotecan la vida. Dudamos realmente que sea un grupo pequeño, es más, creemos más bien que se trata de chicos pobres de las villas y barriadas de la Ciudad y del Gran Buenos Aires. ¡La exclusión favorece la adicción y causa estragos! Creemos que desestimar los porcentajes de adictos, por ejemplo al paco, es temerario, ya que la marginalidad es el mejor caldo de cultivo para los consumos problemáticos. Por otro lado nunca hay que olvidar que detrás de las estadísticas hay rostros concretos e historias muy dolorosas. Duelen hoy, no simplemente cuanto los números los registran y aumentan”. (Vicaría de sacerdotes de la Pastoral de las Villas, 01-09-2014)
Toda vida es sagrada
(violencia, delito y vida)
Detrás de la mayoría de los delitos hay una historia de droga, vulnerabilidad y exclusión. La mirada de la sociedad, mayoritariamente, es de condena. Sin embargo, atrás de cada hecho delictivo hay una historia de vida que no justifica pero que es importante conocer para entender y para buscar posibles caminos de vida. Es una realidad que nos provoca y nos interpela. Mirar desde la persona, desde cada vida y desde allí mirar la sociedad. Historias de jóvenes adultos, que pasaron por los institutos de menores. En tiempos en que se vuelve a poner en la agenda pública al sistema penal juvenil, es importante mirar los procesos, en clave de historia y de rostros concretos. Por eso, en esta nota vamos a intercalar los testimonios de vida de David, César y Diego con algunas primeras reflexiones de Norberto Liwski sobre los jóvenes en conflicto con la ley penal y el sistema penal juvenil.
David Heredia tiene 31 años, nació en Gonzalez Catán y está preso. “Hoy 24 de julio son como las seis y media de la tarde y me puse a escribir. Yo nunca recibí el amor de una madre cuando fui creciendo, lo único que había era violencia. A los 7 años tenía que salir a vender a la calle si no estaba todo mal, así me crié, a los 13 vendía para una narco hasta que la pudrí y le robé a ella. Me tuve que tomar el palo a Chivilcoy, duré 5 meses y terminé preso en el juzgado de menores de Mercedes. Zafé y volví a Buenos Aires, después me fui a Rosario donde la historia se repite”.
Cesar González, tiene 27 años, nació en la villa Carlos Gardel en Morón. Es el mayor de ocho hermanos, su madre lo tuvo con sólo 16 años. “Yo era re violento. Casi me matan, capaz maté. Robé muchos años. Tengo seis tiros de la policía encima, cinco años en cana y seis operaciones. No me morí de pedo. Mi hermano estuvo preso, mi vieja también. Mi viejo, un borracho toda su vida”.
Cesar hoy está libre pero estuvo cinco años privado de su libertad; pasó por cuatro institutos de menores y dos penales.
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El narco menudeo en los barrios periféricos se apoya en este sector de muchachos que no han podido encontrar un proyecto en la edad adolescente que les motive y que les dé una perspectiva de futuro.
Diego (seudónimo), está condenado por homicidio a 10 años de prisión y hoy tiene 25. Ya cumplió casi 4 de su condena. “Mi padre me pegaba mucho y yo empecé a ausentarme de mi casa. Conocí la calle y por curiosidad empecé a consumir paco. A los 17 años nació mi primer hijo, todo marchaba bien hasta que los problemas de pareja me llevaron a consumir marihuana a los 19”.
El Dr. Norberto Liwski es presidente de Defensa de Niñas y Niños Internacional - Sección Argentina y nos comenta que el problema es estructural y que a mayor pobreza y mayor desigualdad son mayores los riesgos de que una familia entre en un proceso de dificultades vinculares: cuando falta lo básico, comida, vivienda, poder llevar al chico a la escuela dignamente, es muy difícil que haya equilibrio en los vínculos y aumenta la desprotección de estos chicos. Inevitablemente el aumento de la pobreza y la desigualdad se traslada a conductas que ponen en mayor conflictividad a los adolescentes y jóvenes en su relación con la justicia. Según Liwski un porcentaje
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muy alto de adolescentes entre los 15 y los 16 años se va alejando de la escuela; y a su vez no le resulta nada sencillo incorporarse al trabajo lícito. Con lo cual, a medida que aumenta el sesgo de su proyecto, aumentan los riesgos a la transgresión dentro del marco de la ilegalidad. El narco menudeo en los barrios periféricos se apoya en este sector de muchachos que no han podido encontrar un proyecto en la edad adolescente que les motive y que les dé una perspectiva de futuro. Sostiene Liwsky que la mayoría de los muchachos y muchachas que viven situaciones de primer nivel de conflicto con la ley penal están fuertemente marcados y estigmatizados por su condición económica social y son los más desprotegidos de sus derechos. Y muchas veces estas situaciones no conforman un delito o una infracción sino que sólo son una sospecha prejuiciosa. Se sospecha de los jóvenes marginales; y a la vez estos jóvenes tienen una profunda desconfianza respecto de las fuerzas de seguridad, con lo cual es muy factible que la violencia, física y psicológica, esté con frecuencia presente.
“Nosotros estamos acostumbrados a que nos discriminen”, comenta César “que te desprecien, que llamen a la policía por actitud peligrosa, y eso te va marcando y te rechazan tantas veces que ya le empezás a tener odio a la sociedad. Pero aparte de excluirte económicamente, te excluyen cultural y simbólicamente. Te excluyen porque sos el negro de una villa, un ignorante, vas a ser chorro, obrero y nada más. El sistema te excluye y es mucho más cruel de lo que uno cree. Si no mirá las estadísticas, en las cárceles de Latinoamérica el 95% de la gente que está adentro es pobre, y vos decís: ‘Uh, ¡qué casualidad!’ Los pobres dijeron ‘vamos a encontrarnos adentro de la cárcel’. Es el sistema permite eso, es decir, nacen diez villeros ponele… El sistema, a siete de esos diez los va a mandar al delito y a la cárcel, y de los otros tres uno va a servir para juntar basura, el otro para la construcción y el otro para la fábrica. Listo, se acabó ahí la oferta para el villero. ¿Ustedes ven villeros que vayan a la facultad? ¿Ven villeros que sean ingenieros, arquitectos, abogados, médicos? ¡No! Porque la sociedad no quiere, porque tiene que haber algún sector al que le echemos la culpa de algo, el ser humano lo necesitó siempre, alguien a quien echarle la culpa y decir ‘vos tenés la culpa negro chorro’”.
“Comencé a ser más violento hasta que un día me vi metido en una pelea en la cual falleció una persona. Huí porque no quería caer preso ya que se me abrió una causa por homicidio. Nace mi segundo hijo y a los 22 años entro en una etapa de cocaína, alcohol y pasta base que me hace pensar que mi vida no tenía sentido. Todo el dinero que entraba me lo gastaba en drogas. Me quedaba días enteros sin comer y sin dormir, de ‘gira’, caminando sin rumbo. Las drogas hacían de mí lo que querían… estaba destruido. Veía mi muerte muy cerca”, relata Diego. La historia de David es similar: “A lo largo de mi vida fui violento muchas veces porque fue lo que palpé de niño, pero la violencia, cuando vas creciendo, no viene sola viene con sus amigos y amigas, como por ejemplo la droga, de la mano derecha del alcohol y el robo”.
Frente a esta realidad la respuesta es punitiva, continúa Liwski. No hay inversión y en cambio se está discutiendo la nueva ley de justicia penal juvenil sin que haya el mínimo reconocimiento de lo que se ha venido trabajando y todos los intentos anteriores que hubo en
este sentido. Y si bien en términos cuantitativos predominan las medidas no privativas de la libertad, lo cual es una tendencia favorable, el problema está en lo cualitativo y en lo financiero. El presupuesto del 2016 respecto al 2015 se redujo para cubrir un cupo más alto de medidas alternativas a la privación de libertad, es decir menos recursos para atender a más chicos. Y este es un problema, porque la medida no privativa de la libertad ausente de acompañamiento adecuado puede llevar a ese muchacho a terminar en el sistema penal en lugar de alejarlo del mismo. También hay que examinar en qué grado la utilización de la privación de libertad efectivamente está contemplada como el último recurso, por el menor tiempo posible, y bajo rigurosos mecanismos de supervisión que es lo que se prevé desde la Convención de Derechos del Niño hasta las leyes nacionales y locales en esta materia.
Buscando caminos Norberto Liwski expresa de forma categórica: “Las políticas públicas no pueden quedar en el umbral de las instituciones que tienen a su cargo la privación
de libertad. Los otros derechos que no están alcanzados por la sanción penal deberían estar garantizados. Esto implica una apertura y democratización de las instituciones, donde lo primero que hay que suprimir son los mecanismos de violencia que están presentes. Hoy dichas instituciones no están reguladas por sistemas de supervisión adecuados que garanticen la dignidad de los chicos, y también del personal que trabaja. Y el primer paso en este sentido es cambiar la mirada que se tiene de los pibes. En el Instituto Belgrano estando preso César conoció a Patricio Montesano un voluntario que dictaba talleres de magia y que fue de las primeras personas que lo miró distinto, sin prejuzgarlo. Patricio lo acercó a la lectura y lo alentó a que siguiera escribiendo cuando él se animó con sus primeras poesías. César fue comprendiendo los motivos socioeconómicos y culturales por lo cuáles un joven toma el camino del delito. Y comenzaron las preguntas: “¿Por qué nací en una villa? ¿Por qué tuve que nacer en un contexto de mierda y saber a los 8 años que existe la cocaína, el porro y que vivo en un barrio donde eso es frecuente y la cultura es esa? Me
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Un Hogar entre los muros “No tengo familia, nadie puede visitarme. Mi familia es el Hogar de Cristo” En estos años de visita a cárceles e institutos escuché repetidas veces estas palabras. Ellas resumen la esencia de esta institución y también el dolor de tantos hombres y mujeres privados de la libertad. Hogar de Cristo es familia que contiene y sostiene entre otros, a los que la han perdido o nunca la tuvieron. Seres humanos marcados por la falta de amor, por las necesidades básicas insatisfechas y por la presencia violenta de una sociedad que “crea” delincuentes, después los expulsa y encierra. El día de visita es un espacio en el que pueden expresarse, llorar, divertirse, acercarse a la fe, aprender y comenzar un proyecto de liberación. Tratamos de presentarles un Dios que los ama y los llama permanentemente a vivir de una forma más humana. Trabajamos el reconocimiento consciente de la falta que han cometido y sobre todo el arrepentimiento y el perdón. Un objetivo importante del acompañamiento es comenzar a experimentar esa liberación interior que sienten cuando pueden ganarle a las adicciones, al resentimiento y a la violencia. Esta última aparece en todos como una sombra inseparable. Violencia en
di cuenta de que la sociedad prefiere que los pibes roben, que se droguen, antes que accionen y piensen. Es más peligroso un pibe que piensa que un pibe que roba.
“…En su vida hubo un quiebre. Tras las rejas César se reinventó en Camilo Blajaquis, su seudónimo como escritor, y comenzó a escribir poesía hasta completar dos libros, La venganza del cordero atado y Crónica de una libertad condicional. Salió y editó la revista “Todo Piola” y condujo el programa “Alegría y
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la niñez, en el contexto, en la calle, en las sucesivas detenciones. Violencia confirmada y profundizada por las estructuras carcelarias que nacieron para detener con “violencia legítima” o legal la violencia irracional de los que delinquen. Violencia entre ellos, con los de afuera bajo formas de amenaza y manipulación. Violencia del sistema judicial lento, inoperante y finalmente injusto en la mayoría de los casos. Violencia contra ellos mismos, continuando con el consumo, intentos de auto eliminación, depresiones, etc. Y cuando logran la libertad, se encuentran con un mundo que les hace saber con violencia que ya no tienen cabida en la sociedad: pocos pueden insertarse en el mercado laboral sino es a través de un trabajo precario y mal remunerado y la espiral de violencia vuelve a empezar. También en ese momento seguimos acompañando con la esperanza de una vida más humana como han logrado hacer realidad varios de nuestros chicos que pudieron romper ese círculo infernal de desamparo y sufrimiento. Estela Bereau de Maggi. Voluntaria del equipo de visitas a cárceles del HOGAR DE CRISTO.
dignidad”, por canal Encuentro. Estudia Filosofía y Letras en la UBA y también cultiva la pasión por el séptimo arte, que lo llevó a realizar 3 cortometrajes y dos películas “Diagnóstico Esperanza”, en 2013 y “¿Qué puede un cuerpo?” al año siguiente. Diego un día no pudo más. “Mi mujer me abrió la puerta sin creerme que realmente quería dejar la adicción. Nunca olvido la imagen de ella llevándome al Hogar de Cristo como a un nene. Allí empecé a encontrarle un sentido a mi vida. Mis avances
eran muy importantes pero yo le debía algo a la justicia y estaba cansado de estar huyendo y mintiendo cada vez que me paraban para averiguar mis antecedentes. Me detuvieron y empezó un infierno de desesperación. Llegó la condena a 10 años y se me vino el mundo abajo. Ahora estoy viviendo el ‘sólo por hoy’, tratando de mantenerme sano, trabajando y yendo a la escuela. Intento utilizar las herramientas que me dieron en el Hogar de Cristo que me sigue acompañando y haciendo un proyecto para cuando logre mi libertad”. “Pasaron unos cuantos años para que me diera cuenta que tenía que cambiar”, se sincera David, “en San Cayetano conocí a mi amigo y padrino que renegó un montón conmigo y sigue renegando pero sabe qué amigo soy… Primero me llevó al Mugica, al Hogar de Cristo de la 31 y hoy me sigue viniendo a ver acá”.
Einstein solía decir que era más fácil descomponer un átomo que un prejuicio; tenemos una gran tarea por delante cambiar la mirada y desarmar los prejuicios; y, simultáneamente, crear un Estado que brinde oportunidades reales y concretas para los jóvenes, especialmente para los jóvenes de los barrios más marginales.
Tengo miedo porque miro a mi alrededor y me veo en una celda con la foto de mis hijos, y los miro y me agarra una angustia muy fuerte, no se cómo explicarlo, un nudo en la garganta una opresión en mi pecho, y siento como las lágrimas brotan de mis ojos sin hacer ruido alguno. La verdad es que tengo miedo de enfrentarme a la realidad de la libertad, defraudarme de vuelta y sobre todo lastimar a las personas que todavía me quieren ver bien, pero miro a mi alrededor y me digo yo no quiero estar de vuelta. Miro la foto de mi hijo, el más chico, con esta sonrisa tan grande, esperando ver a su papá otra vez a su lado, pero el temor de fallarles me da mucha angustia, pero sé que es pasajero, que se me va a pasar, sigo mirando adelante sin bajar los brazos. Trato de no drogarme “sólo por hoy”, sé que estoy muy pronto a mi libertad y la calle está cada vez más difícil, más dura para nosotros, los expresidiarios recién salidos en libertad. Tengo HIV y sé que hay un subsidio pero la burocracia hace que sea redifícil que te den algo que te pertenece por ley, pienso que lo hacen para que te canses y tires todo por la borda, pero yo sigo adelante, sé que Dios, la gente buena que me rodea me espera para ayudarme, “sólo por hoy”, un día más le doy gracias a Dios por hacerme fuerte. Cuando estés mal, cuando estés solo, no te olvides de Dios, que te puede estimular, no pienses que estoy loco, es lo que siento y me gusta compartirlo para el que le sirva, para que se dé cuenta que no estamos solos. Hay mucha gente que pone fichas en nosotros los rebeldes o como nos llamen. Pero hermano, hermana, no dejes de luchar, la victoria puede ser tuya, sólo depende de la fuerza que le pongas. David – 28 de julio de 2016
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Reflexiones
Staff
“Un poema desde No te olvides la libertad”
. director . Adrián Pablo Bennardis
No te olvides mente cuando llorabas, todas las mañanas anhelando tu pasado de tus hijos y mujer que hoy los ves con una dulce sonrisa dibujada en un papel. No te olvides mente cuanto dolor de esas mañanas negras de frío, prisión y dolor no te olvides mente de tu desorden y tu descontrol. Porque te van a esperar para decirte papá otra vez poderte abrazar y a tu lado estar poder jugar y no fallarles más.
. agradecemos la colaboración de . Norberto Liwski Martha Pelloni Alejandro Vignale Eduardo Drabble Coco “Toto” de Vedia Maura, Beatriz, Mariana, Juana, Carmen, Laura, Katy, Sandra, Norma. Estela Bereau de Maggi Coco Romanín Cecilia Lee Adriana Segovia David Heredia César González Gabriela Elizondo Valeria Canela Evangelina Copello Diego
No sufras ni ametralles el dolor de tu pasado, si cantando y escribiendo haces que tu dolor se pare, se apague. Cuatro meses y ya está, dejá de llorar, de sufrir por las cosas que hiciste mal. No pierdas la oportunidad de volverlos a abrazar, de poder jugar de verlos sonreír, estudiar. no dejes que a ellos les pase lo mismo luchá por los tuyos y también por los demás, no te olvides simplemente. David Heredia 28
¿Es real esto que veo? toda la madrugada esperé despertarme, me pellizqué, me di un baño con agua fría y nada... sigo acá. ¿Cómo se atreve el encierro a abandonarme así? Libertad penal, pero hermosa libertad. Libertad a medias pero resplandeciente libertad. Estoy desacomodado, realmente me cuesta creer que la celda quedó atrás. Lo más extraño de estas vírgenes sensaciones es que es la primera vez que escribo en compañía de los árboles, abrazado a los rayos del sol y con un recital de pájaros de fondo. La ciudad me regala una mirada agria, casi sanguinaria, pareciera que los edificios me vigilan. Pero para quien se había olvidado su sabor el aroma del asfalto produce una sobredosis de alegría en mis arterias. disculpen... necesito enjuagar mis ojos El día llegó, vuelvo a ser esclavo de la velocidad del mundo. Camilo Blajaquis - (un hombre libre)
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Comunicarnos busca ser espejo de tantas realidades injustas de las que son víctimas nuestros niños, niñas y adolescentes. Deseamos hacernos eco de la presencia de la Iglesia comprometida con transformar la mirada y el corazón, una Iglesia que es familia y abraza amorosamente a todos sus hijos.