Comunicarnos Nº 167 - JULIO/AGOSTO 2018

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Declarada de Interés Social por la Legislatura - Cdad. Bs. As.

REVISTA BIMESTRAL - AÑO 18 - Nº 167 - JULIO / AGOSTO 2018 - COSTO $60

S E S E S S O DDIIO N E V O J

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SUPLarta E EL CL EMENTO NTREG UB D A E MIDEPORTI PARR VO OQU IA

Séptima entrega de la Colección “La Patria al hombro Iglesia y Emergencia”. Mensajes de la CEA “Vale Toda Vida” y “Acoger, proteger, promover e integrar a los migrantes e itinerantes”; y de los Curas Villeros “Queremos paz en las villas”.



Editorial

Sumario

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.1. Jóvenes profetas: presencia, comunión y misión.

.2. La Iglesia joven se pone de pie.

.4. Andar contracorriente.

.8. Con VOS renovamos la historia.

. 10 . La alegría de la entrega plena.

. 12 . Un corazón que late junto a los más pobres.

. 15 . “Sólo se te preguntará ¿Cuál es tu dolor?”

. 17 . La fuerza que transforma (el mundo).

. 21 . “Nos sacan hasta la basura”

. 22 . 50 años caminando con los pobres abrazando la vida.

. 27 . Convención de los derechos del Niño: Estado de situación.

Esta edición va acompañada de la CUARTA entrega del Suplemento Deportivo EL CLUB DE MI PARROQUIA. y la SÉPTIMA entrega de La Patria al hombro

s a t e f o r p Jóvenes

presencia, comunión y misión

“Un joven tiene algo de profeta y debe darse cuenta de ello. Debe darse cuenta que tiene las alas de un profeta, la actitud de un profeta, la capacidad de profetizar, de decir, pero también de hacer. Un profeta de hoy tiene capacidad de hacer reproches, pero también de mirar con perspectiva. Los jóvenes tienen esas dos cualidades... Saben reprochar aunque no siempre expresan bien sus reproches. Y tienen también capacidad de explorar el futuro y mirar hacia adelante.” Papa Francisco, del libro “Dios es Joven”. “Una exploradora no puede ser una persona individualista. Siempre tiene que pensar en el otro. El otro es el que importa. Acá se comparte, se aprende y principalmente se es solidario, compañero, amigo. Siempre se ve lo que necesita el otro más de lo que necesita uno”. (Agostina de San José) Muchos de los jóvenes de nuestras parroquias, de nuestros barrios tienen algo distinto, algo que los diferencia. No es fácil pero ellos lo lograron porque aprendieron a mirar a los demás como miraba Jesús, con pasión y ternura, con misericordia y humildad y al verse reflejados en los ojos que los interpelaban se zambullen en el milagro de desear transformar la pequeña historia de cada día y hacer de la historia, historia de salvación. La cultura del descarte, es el paradigma dominante. “Usar y tirar” es una costumbre, se usa sabiendo que se va a tirar. Y esto se va adueñando de nuestros hábitos y esquemas mentales. Desde los más cotidianos hasta los más estructurales. Esto atraviesa desde lo que comemos, hasta el amor de pareja, desde lo que entendemos por trabajo hasta cómo nos paramos frente a la vida por nacer. Por eso forma una misma cultura del descarte esos que consideran que el trabajo (y por lo tanto los trabajadores) son un costo a bajar en lugar de un derecho humano que hace a la dignidad del hombre. Los jóvenes de hoy están creciendo en sociedades desarraigadas, la pro-

puesta dominante extirpa las raíces de los jóvenes y en lugar de ayudarlos a ser profetas por el bien de la sociedad, los convierten en huérfanos y en desarraigados. Por eso, es básico crear espacios donde arraigar, donde generar vínculos, donde hacer crecer esa red de vida que nos permita sentirnos como en casa. Como nos compartió Maxi (de Villa Soldati) con una claridad increible: “Siento que Dios me puso acá. Yo más que nada iba a la parroquia a molestar, a dar una vuelta, al final me terminé integrando. Hoy, además, soy profesor del club… Acá encontré mi vocación, por eso estoy estudiando el profesorado de educación física”. En el encuentro Nacional de Jóvenes en Rosario, el Papa Francisco les dijo: “Los invito a ser partícipes, protagonistas desde el corazón, de este acontecimiento especial tan importante, no se queden al margen, comprométanse, digan lo que piensan…” Y explicó: “Los jóvenes tienen la fuerza de la inquietud, del inconformismo, sean inconformistas, hagan lío, no dejen que la historia se escriba afuera mientras miran por la ventana, no balconeen la vida, pónganse las zapatillas, salgan con la camiseta de Cristo y juéguense por sus ideales. Vayan con Él a curar las heridas de tantos hermanos nuestros que están tirados al borde del camino. Vayan con Él a sembrar esperanza en nuestros pueblos y ciudades. Vayan con Él a renovar la historia”. Y los jóvenes dijeron “Queremos ser una Iglesia que se arriesgue sin miedo a equivocarse. Una Iglesia que se la juegue, que pueda ser testimonio de un amor sin límites. Queremos construir una Iglesia que sea para todos, que sea casa que recibe y que también salga al encuentro, especialmente en situaciones de dolor ...Soñamos una comunidad de comunidades, donde personas de distintas generaciones, carismas, culturas y contextos puedan tejer redes; y hacer de la diversidad, potencia”. Padre Adrián Bennardis

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Mons. Alejandro Giorgi Vicario Episcopal para la Pastoral de Juventud.

N E V O J a i s e l g I La SE PONE DE

Vulnerables, frágiles, no comprometidos, autoreferenciales, indecisos, inconstantes, superficiales… ¿Cuántas veces hemos oído esta melodía cuando hablamos de nuestros jóvenes? ¿La cultura líquida en la que vivimos ha liquidado a nuestros jóvenes? ¿O será que el mundo adulto no supo mirar bien? No podemos negar que muchos de nuestros chicos y chicas han caído en las redes de una sociedad consumista y adictiva, pero los adultos… ¿no hemos caído también en ellas? Nos han convencido que los jóvenes «están perdidos»; lo hemos creído así. Pero si hay algo que identifica al mundo joven de hoy es que no los podemos poner todos juntos «en la misma bolsa». No existe una única cultura juvenil: hay muchas culturas juveniles. Es más, los mismos jóvenes

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PIE

de nuestra Iglesia que se están poniendo de pie, antes de que el querido Papa Francisco invitara a la Iglesia toda a volver su mirada hacia los jóvenes, ellos ya habían decidido juntarse y ponerse en camino. Porque el próximo Sínodo de los Jóvenes, que se celebrará en Roma en octubre de este año, aún no había sido convocado, cuando los jóvenes de la Región Buenos Aires se juntaron junto al Planetario en 2014. Eran 10.000. Fue una verdadera fiesta. Y fue surgiendo la necesidad del encuentro. Dos señales claras de esto surgieron en nuestra Arquidiócesis de Buenos Aires en 2017: el 1er Encuentro y Foro de Jóvenes “Construyendo Esperanza” (19 y 20 de mayo) y el Congreso de los Jóvenes “Juntarnos” (28 y 29 de octubre). El Documento Comunitario del Foro de los Jóvenes y la Proclama final son, respectivamente, síntesis de lo vivido en ambos encuentros. En las últimas décadas hemos vivido, con pena y cierto inmovilismo, el alejamiento de muchos jóvenes de nuestras parroquias, comunidades y movimientos. ¿Buscaban otra cosa? ¿Se sintieron decepcionados? ¿Estaban “en cualquiera”? Lo importante ahora es salir a buscarlos. No a atraparlos, no a seducirlos con sensaciones. Salir a buscarlos para que

puedan experimentar que la Iglesia joven es casa, es encuentro, es vida… y “vida en abundancia”. Allá afuera hay muchos chicos y chicas (la mitad de nuestros jóvenes son pobres) que siguen buscando casa, un espacio para vivir, compartir y ser ellos mismos. Todos me dicen que lo que más sufren los chicos es la soledad. No ser escuchados, tenidos en cuenta. ¿Por qué muchos caen en el consumo? ¿Por qué muchos son ni ni? ¿Por qué tantos son descartables? Los adultos no hemos entendido su “silencioso” mensaje, que tal vez, muchas veces, sea un grito desesperado. Protagonismo, encuentro, lenguajes nuevos: sólo son posibles en una “casa y escuela”. Esta fue la gran intuición de San Juan Pablo II, cuando definió a la Iglesia de este modo en el documento del Nuevo Milenio (n. 43). Fue la misma intuición de San Juan Bosco cuando soñó el oratorio. Esta sigue siendo la gran intuición de los curas de nuestros barrios cuando proponen las “3 C” (capilla-colegio-club) como camino de crecimiento para nuestros chicos y chicas. Se trata de crear un espacio de encuentro familiar donde cada joven pueda ser él mismo, tener un lugar, un rol, donde pueda aportar sus valores y construir esperanza, donde valga la pena vivir y soñar un futuro.


No nos resultará sencillo a muchos de nosotros, los adultos, acercarnos al nuevo mundo de los jóvenes en sus múltiples culturas. Tal vez nos cause miedo, confusión, perplejidad. Pero no bajemos los brazos: hay muchos corazones jóvenes que nos necesitan. No es verdad que todos

ellos nos desprecian; nos dicen abierta o implícitamente que necesitan referentes, modelos coherentes, maestros de vida. Necesitan nuestro tiempo, nuestra paciencia, nuestra cercanía. Uno de los temas centrales del Sínodo de Roma es el acompañamiento... mejor dicho, los acompañantes. ¿Hacemos camino con ellos? Necesitaremos, al menos, tres cosas: • Necesitaremos aprender nuevos lenguajes: las nuevas tecnologías, el manejo de la imagen, la música, la expresión corporal… y el siempre fecundo mundo del deporte y la actividad física. • Necesitaremos generar, junto con ellos, ambientes inclusivos, verdaderas casas de familia

que brinden contención, amparo, valor. • Necesitaremos aprender a compartir con ellos las tareas, responsabilidades y decisiones, brindando horizontes de sentido. ¿Los jóvenes tienen capacidad de dar, de ser solidarios? Una de las constataciones fuertes de la consulta que se hizo a todas las diócesis del país para el Sínodo de los Jóvenes es que muchos jóvenes han encontrado en las ONGs, las Fundaciones de ayuda a los más necesitados, las Asociaciones civiles, etc. espacios solidarios que no encuentran en otras Instituciones. Inclusive hay muchos jóvenes militando en política, en organizaciones y movimientos sociales.

Algunos de ellos nos piden que los acompañemos… ¿Sabremos cómo? Recientemente he escuchado algo que me llamó mucho la atención: ha surgido un modo singular de vivir esta etapa tan hermosa y desafiante de la vida: la resiliencia juvenil. Me explico: hay jóvenes que no han sido suficientemente acompañados por el mundo adulto, del fondo de sus corazones han brotado fuerzas inéditas de maduración y crecimiento. Los jóvenes resilientes nos enseñan hoy cómo crecer en medio de la adversidad. Son la prueba viviente de que en el fondo de todo corazón humano hay una chispa divina que surge en el momento menos esperado, en el momento justo… Porque si de mirar bien se trata, tal vez las complejas culturas juveniles, o bien, cada chico o chica concreto que se nos acerca, nos está mostrando algo de Dios que no conocimos jamás. Allí, en el fondo de sus corazones podemos descubrir, palpitante, vivo, esperanzador, el Corazón del que jamás deja de palpitar en ellos. Porque Jesús -de Él se trata- sigue fascinando (a veces discretamente, “camufladamente”) el corazón de muchos que siguen buscando su Rostro en el transitar de nuestras vidas.

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Andar contra s o n a m c u o h s rri te el cristo Jod veenre dech loos barrios poepn ulares Solidaridad, trabajo, esperanza, esfuerzo, conocer a Jesús, conocer a Dios y fortaleza, ¿un joven que vive así tiene el corazón triste? No. Ese es el camino. Pero para eso hace falta sacrificio, andar contracorriente. Hagan lío pero también ayuden a arreglar y organizar el lío que hacen. Un lío que nos dé esperanza, que nazca de haber conocido a Jesús. Francisco, encuentro con jóvenes en Paraguay, julio2015.

siga igual, ellos están haciendo algo para que el mundo sea un poquito lindo, más bueno, más justo, más cristiano. Y a su alrededor, hay muchos, cientos como él… Es sábado y anochece.

Parroquia San José Puerta de Hierro – San Justo Pasen, vean, amen y comprendan

1º encuentro de jóvenes exploradores

Gustavo D. García - Entrevistas: Maximiliano Bertoni, 16 años (La Voz de San José) “Un domingo, llego temprano a la mañana a la parroquia y me encuentro con una nena del Movimiento llorando que no podía hablar. Tenía 8 años y no podía consolarla. Llegó una compañera y habló con ella. Al rato mi compañera me cuenta que el papá se había puesto violento y ella se había escondido debajo de la cama. Apenas se hicieron las 8 de la mañana la nena agarró el pañuelo y se vino al Movimiento sabiendo que íbamos a estar para consolarla. Desde ese momento nos dijimos: ‘Nunca vamos a dejar de estar acá’. Fue un juramento”. Rodo, de 26 años, cuenta la anécdota y a pesar de la tristeza del recuerdo sonríe. Él y sus amigos saben que bien o mal, con poco o con mucho, aunque todo

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Cientos de adolescentes se reúnen para vivir una jornada de convivencia, juegos, misa, fogón, guerra de danzas y canciones. Están los de Caacupé de la Villa 21-24 que cumplen 20 años de vida exploradora, vinieron los del Bajo Flores que son un Movimiento de caminantes que decidieron no ser ni exploradores ni scouts y los exploradores de Sodati, que bajan del micro con una sonrisa tan grande que iluminan la tarde noche. Los dueños de casa, los que reciben, son los de San José, la parroquia más joven de la Matanza, que fue nombrada en marzo de este año y que salió a la cancha con su gente para ver de qué se trata esto de estar siempre listos y sentir que Dios, Patria y Hogar es más que un lema. Cuenta Rocío que el padre Tano los convocó hace poco tiempo a lanzar el Movimiento y que “salíamos a buscar a los chicos por el barrio, en la calle, en

los pasillos, golpeando puertas. Así se fueron sumando y hoy somos muchos. Recibir a todos estos chicos hoy es histórico. Nos sentimos reconocidos. Es importante”. Hay alguien que pasa por la boca de todas las personas, de chicos y chicas, desde los que tienen 15 hasta los que pasaron los 25: el otro. Dice Agostina, de San José, “Una exploradora no puede ser una persona individualista. Siempre tiene que pensar en el otro. El otro es el que importa. Acá se comparte, se aprende y principalmente se es solidario, compañero, amigo. Siempre se ve lo que necesita el otro más de lo que necesita uno”. Y así la sinfonía va empezando a sonar desde distintos lugares con la misma nota. Jorge, de Caacupé en la Villa 21-24, agrega: “Si podemos hacer que un chico salga de la esquina y esté todo el día en la parroquia estamos ganando. Un chico no tiene que estar en la calle. Un chico tiene jugar, crecer y


divertirse. No hacerse grande de golpe e ir a buscar cosas que no le van a hacer bien. Esa es nuestra misión”. Todos hablan de algo simple. La soledad no le suma a nadie, ni siquiera al solitario. Se es, se vive, se crece junto a los otros. “Siento que Dios me puso acá. Yo más que nada iba a la parroquia a molestar, a dar una vuelta, al final me terminé integrando. Hoy, además, soy profesor del club (enseño taekwondo y fútbol) Acá encontré mi vocación, por eso estoy estudiando el profesorado de educación física.”, dice Maxi del barrio Ramón Carrillo y hace pensar en una frase de Facundo Cabral que dice: “Si los malos supieran que buen negocio es ser bueno, serían buenos aunque sea por negocio”. La noche continúa, sigue adelante con los ojos brillantes de cada uno de ellos, con las sonrisas luminosas de cada una de ellas, en la misa se canta, se reza, se ríe, se comparte el pan que es cuerpo, y es Cristo. El fogón ya se va encendiendo. Los pañuelos se van mezclando. Los barrios se confunden. En pocas horas este evento matancero que se hizo bajo el lema “Juntos somos más” demuestra el poder de la unión. La luz se esparce por las calles del barrio 17 de Marzo y llega bien lejos.

Cómo no hacerse una pregunta, cómo no esperar la respuesta de los jefes soles que enseñan. “Qué le dirían a esa idea que dice que la juventud está perdida”… Yanina no duda y propone: “Los invitaría a que vengan los sábados y domingos a ver lo que hacemos nosotros con los chicos todos los fines de semana. La juventud somos nosotros y todos los grupos que trabajan para que los chicos y las chicas salgan adelante y puedan enfrentar los problemas con los que se encuentran”. Pasen y vean, conozcan, amen y comprendan a los jóvenes de hoy en día. Quieren dejar un mundo mejor que el que les dieron. Pavada de misión.

Parroquia San Pablo Apóstol Villa Tranquila – Avellaneda Los jóvenes y el servicio

Analía del Re Hace unos años en la comunidad de la parroquia San Pablo en Avellaneda, donde asiste gente en su mayoría de Villa Tranquila y sus alrededores está trabajando para llegar a los jóvenes y niños, población vulnerable ante la droga y delincuencia que está permanentemente al alcance de ellos.

A nuestros jóvenes les cuesta incluirse porque otros jóvenes que andan en “la joda”, luego los cargan y los bardean; pero luego de participar de las propuestas para jóvenes “No más chicos descartables” y “Juntarse” muchos tomaron valor y comenzaron a gestar espacios y actividades para sumar a otros jóvenes en la comunidad. Así comenzó el club Don Bosco, luego vino la Noche de Caridad Joven que asiste a personas en situación de calle… y así se fue armando el Equipo Joven que lleva adelante distintas acciones animando a sumarse a otros. Es el desafío de la comunidad acompañarlos y alentarlos a que no bajen los brazos, porque sabemos que, cuando llevamos a Cristo como bandera, a veces se hace cuesta arriba. Pero también se ven los frutos. Por eso damos Gloria a Dios. Nicolás tiene 15 años, es miembro de grupo scout y referente del Equipo Joven de la parroquia. “Desde que empecé en el Equipo Joven sentí un cambio, siento que es una forma de que los jóvenes podamos ver una realidad diferente y poder servir, poder ayudar y poder también renovar la historia, como vivimos en el Encuentro Nacional de jóvenes en

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Rosario, servir tanto en la noche de caridad joven, repartiendo un plato de comida, ropa y abrigo a las personas en situación de calle, o también haciendo, con sachets, capas, bolsas de dormir mantas, las cuales se reparten los diferentes días de noche de caridad a las diferentes personas en situación de calle. Trabajar en un equipo así es algo lindo porque podés compartir ideas, opiniones y sabés que siempre te van a apoyar, y siempre van a estar para lo que sea. Y también sentís que estás ayudando con tu granito de arena a la comunidad. De a poco entendés diferentes realidades además de la tuya, que a otros jóvenes les toca vivir. Matías, de 16 años, también participa en el grupo scout y es referente de noche de Caridad Joven: “Me gusta mucho el grupo porque participamos muchos jóvenes y se siguen sumando más, empezamos siendo seis y ahora somos más de veinte, lo bueno es que en el grupo nadie se queda sin hacer nada, siempre venimos con ganas de trabajar, yo me siento re bien, cómo nos llevamos entre todos, nunca hay peleas y siempre andamos en fraternidad, como el Papa Francisco siempre dice “salgan y hagan lío” y creo que la manera de hacer lío con los jóvenes es de esta manera, sirviendo al que lo necesita.

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Melisa está en 5to año Hugo, Pilar. Y ellos nos apoyan día de la secundaria y tiene 17 a día para salir adelante y nos enaños, ella vive muy cerqui- señan muchas cosas. Es algo muy ta de Villa Tranquila y par- lindo sentir que le estás haciendo ticipa desde hace varios un bien a otra persona que te lo años del grupo scout de agradece de corazón y ellos se San Pablo Apóstol. “Un día sienten felices de vernos todos los con mis compañeros y mi viernes, lo que me empuja a sedirigente Analía tuvimos guir adelante y me llena el alma. el proyecto de Noche de Es un grupo hermoso y alegre, enCaridad, donde buscamos tusiasmado por salir y encontrardonaciones para ofrecer se con la gente. Agradezco a Dios comida, abrigo y conten- por ponerme a personas tan bueción a gente de situación nas en mi camino y por lo bueno de calle. que Él me da. Comenzó los días martes y, como se Parroquia Virgen de Caacupé -Villa 21 sumó tanta gente a coDesde los Jovenes: “20 años laborar, se fueron agreuniendo nuestro barrio” gando más días”, nos cuenta. Ella se alejó por un tiempo hasta que pensando bien las cosas decidió volver. Lorena y Franco son explora“Cuando volví encontré cam- dores en la parroquia de Caacubios muy buenos y muchos jó- pé en la villa 21 desde hace muvenes participando. Se formó un cho. Lore empezó en 2001, con el grupo joven que todos los viernes padre Pepe, cuando exploradores se organiza con la cocina, selec- tenía apenas tres años de vida. cionar ropa, preparar el pan y la Hoy el movimiento tiene más factura para poder salir a compar- de mil chicos. “Tenía 14 y estutir junto con la gente que está en ve casi hasta los 30, la mitad de la calle. mi vida”, nos cuenta sonriendo. Junto a nosotros va gente ma- “Antes Caacupé era la única insyor que nos acompaña: Analía, titución que estaba en el barrio, y exploradores fue creciendo de a poquito, cada meta era importante. Los primeros campamentos, en Marcos Paz o en Hurligam, significaron un montón de esfuerzo. Hoy los que están no tienen duda de que van a tener un campamento en alta montaña, en Salta, en el Sur… Franco que tiene 24 tuvo sus idas y vueltas hasta que a los 11 años volvió, y desde ese momento sigue. “Exploradores te enseña a valorar la vida, a cuidar al más chico, a saber guiarlo, a sortear problemas. Es como nuestro cable a tierra”. Toman muchas cosas de ex-


ploradores de Don Bosco, la mística es la misma, pero otras se fueron adaptando a la realidad del barrio. “Estrellas y montañeses para los chicos de entre 13 a 15 se creó de cero”, comenta Lore, “porque es una edad de crisis en donde uno tambalea o duda, y veíamos que por ahí amaban el grupo de exploradores pero se perdían porque no estaban preparados para estar a cargo de alguien; entonces tienen ese tiempo en el que se van formando y se los sigue cuidando hasta que están preparados para ser ‘jefes’ soles, jefe en el buen sentido de la palabra, como líder”. El fuego, como fuerza y como fuego de Dios y de Jesús, está presente en todas las insignias, y en todos los lemas, y en todas las etapas de exploradores… “Nuestro jefe sol es Jesús y nosotros nos sentimos familia; en exploradores echamos raíces y sabemos que tenemos futuro”, afirman con entusiasmo. “Hoy el desafío es mantenernos unidos, porque somos muchos”, comenta Franco “Hay sedes en los distintos lugares del barrio y este año se van visitando entre sí, porque cada una tiene sus particularida-

des y muchos de los pibes, si no, nunca en su vida se cruzarían, aún viviendo en el mismo barrio. Así se va construyendo la unidad que es lo que más necesitamos, por eso el lema 20 años uniendo nuestro barrio”. Nosotros nos formamos acá, compartimos experiencias

a lo largo del tiempo, y eso contagia a los más chicos.

“Las primeras pañoletas que se entregaron de exploradores fue en la fiesta de San Juan”, recuerda Lore, “y el padre Pepe lo eligió como patrono, y este año se convoca a los jefes que estuvieron antes para darles una pañoleta con el lema… Porque en la vorágine de la villa y que somos muchos no tenemos que olvidarnos que cuando te ponés la pañoleta, ésta no es un trapo, es el manto de la virgen y tiene sus colores”. Luego del Padre Pepe, Juan Isasmendi fue el cura que acompañó el Movimiento… Franco

lo recuerda como un guía: “Me trataba como un hijo. Y cuando se iba me dijo al oído: “Cuando yo no esté cuida a los chicos”… Nunca me voy a olvidar de eso. Ambos afirman que el espíritu de grupo se vivencia con toda la fuerza en los campamentos: “Subiendo la montaña te das cuenta que, o los sesenta llegan a la cima, o no llega ninguno. Y sabés que vas a llegar a la cima porque ningún compañero te va a dejar abajo. Así es como crecimos”. “Es ponerse al servicio”, resumen, “así como alguien nos recibió a nosotros cuando llegamos, saber que tenés que estar al servicio de recibir a alguien”. Una anécdota que cuentan lo resume todo: “Un día el padre Juan fue a la casa de un pibe que había estado preso y la bardeó lindo, y vio que tenía colgada la pañoleta ‘fuiste explorador’, le dice, ‘yo siempre voy a ser explorador, padre’, le contesta. Tenía 20 años y era su pañoleta de los 10. Exploradores es eso, termina siendo un refugio sano para muchos, que nunca te olvidás”.

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Joaquín Casaburro – Nelson Espíndola Vicaría de Jóvenes

Con

VOS

Más de 16.000 jóvenes de todo el país compartieron un encuentro histórico en la ciudad Santafesina. Pasaron casi 33 años de aquel primer encuentro en Córdoba 1985 que proponía la construcción de la “Civilización del Amor”. Este año, el llamado fue a “renovar la historia”, y la juventud no dudó en colmar el hipódromo de Rosario para celebrar juntos la Fe con jóvenes de todo el país. Nuestra Arquidiócesis de Buenos Aires alcanzó el 30% de los asistentes, con más de 1200 jóvenes que participaron como encuentristas, pero también como organizadores. “Desgastador, aunque valió la pena”, se escuchó decir. La madrugada del viernes 25 los veía llegar en micros llenos de alegría a los jóvenes provenientes de todos los puntos del país. Rosario se comenzó a vestir de fiesta: caras pintadas, banderas, bombos y guitarras empezaron a “patear” las calles de la ciudad. Se respiraba la alegría del en-

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a i r o t s i h a l s o m a v o n re gritó la juventud argentina en Rosario cuentro, de CELEBRAR. Lo primero, fue acomodarse en colegios y parroquias como se podía, algunos lugares más organizados que otros, pero eso no importaba, lo esencial pasaba por otro lugar: el mismo encuentro con otros pibes y pibas de los rincones del país, compartiendo cada uno su realidad de fe y de vida. Lo segundo, fue ir a las sedes correspondientes, luego de la acreditación, para comenzar a trabajar en temas de interés. Allí, en la sede, esperaba un grupo de animadores que, además de hacerte cantar y bailar, invitaban a la reflexión y al encuentro con otros. Por supuesto, el trabajo por sedes era de lo más enriquecedor. Los temas eran muy variados: compromiso socio-político, redes sociales, evangelización, familia, adicciones, misión, etc. Lo tercero, fue ir hacia el hipódromo, lugar donde se realizaban los actos masivos, en este caso, el acto de apertura, con la bienvenida de las autoridades correspondientes y de los coordinadores nacionales: Diana de Corrientes y Mariano de San Isidro. Hubo cantos, saltos, bandas en vivo, mates que no paraban de cebarse, charlas, miradas, risas, de todo. La noche del viernes la coronó un Dj de Catamarca, que pasaba todos

los estilos de música para bailar y divertirse. El siguiente día, el sábado 26, continuaron con los trabajos por sedes. “Estar en el encuentro me llena de alegría, compartiendo todos la misma realidad que yo, me sigue dando esperanza que como jóvenes podamos sacar la Iglesia adelante tirando todos para un mismo lugar”, dijo Pia, de 18 años, de la Parroquia La Merced de Rosario. Una Gran peregrinación desde el monumento nacional a la bandera marcó a fuego el gesto de la Iglesia joven para renovar la historia: “Queremos ser escuchados y valorados”, “No queremos más jóvenes golpeados por el paco”, “Queremos ser protagonistas de la historia”, se leía en los carteles de la peregrinación, que también convocó a los vecinos rosarinos. Alberto, de la diócesis de Lomas de Zamora, es acompañante de un grupo de esa localidad, decía: “Hay que escuchar a los jóvenes con atención, salir con ellos, caminar con ellos”. Finalizando el día, luego de una feria de compromiso social con la participación de distintas organizaciones, una adoración puso en manos de Dios estas realidades y terminó con el grito unánime con la canción “Vida en abundancia”, seguido por la canción lema. El Papa Francisco les envió un video en el que les habló bajo tres aspectos: “presencia, comunión y misión”, y agregó: “Solamente nos es lícito mirar a una persona de arriba a abajo; desde arriba, solamente para agacharnos y ayudarla a levantarse, si


no, no tenemos derecho a mirar a nadie desde arriba. Los invito a ser partícipes, protagonistas desde el corazón, de este acontecimiento especial tan importante, no se queden al margen, comprométanse, digan lo que piensan, no sean exquisitos”. Y explicó: “Los jóvenes tienen la fuerza de la inquietud, del inconformismo, sean inconformistas, hagan lío, no dejen que la historia se escriba afuera mientras miran por la ventana, no balconeen la vida, pónganse las zapatillas, salgan con la camiseta de Cristo y juéguense por sus ideales. Vayan con Él a curar las heridas de tantos hermanos nuestros que están tirados al borde del camino. Vayan con Él a sembrar esperanza en nuestros pueblos y ciudades. Vayan con Él a renovar la historia” (Mensaje completo en la web de la CEA). El día finalizó con tres grandes escenarios con distintas propuestas culturales a elección. Para muchos el tercer día tuvo tinte de despedida, pero también de comienzo de un camino juntos. Quedaba un pequeño espacio de trabajo para tomar las palabras de todos los encuentristas y plasmarlas en un mensaje final. La misa de cierre fue presidida por Mons. Mario Cardenal Poli con una inspirada homilía en manos de Mons. Oscar Ojea, presidente de la CEA. Muchos obispos, sacerdotes y re-

ligiosos de todo el país estuvieron presentes acompañando a la juventud. Durante el acto de cierre se leyó el documento que se escribió durante los tres días, un mensaje dirigido a la Iglesia y a la sociedad: “Queremos ser una Iglesia que se arriesgue sin miedo a equivocarse. Una Iglesia que se la juegue, que pueda ser testimonio de un amor sin límites. Queremos construir una Iglesia que sea para todos, que sea casa que recibe y que también salga al encuentro, especialmente en situaciones de dolor. Queremos una Iglesia transparente, que no tenga miedo de mostrarse frágil y que esté en permanente conversión. Soñamos una comunidad de comunidades, donde personas de distintas generaciones, carismas, culturas y contextos puedan tejer redes; y hacer de la diversidad, potencia” (Texto completo en la web oficial del Encuentro). Desde la Arquidiócesis porteña “teníamos muchas expectativas en este Encuentro Nacional, para que nos diera intuiciones sobre cómo seguir”, dijo Joaquín Casa-

burro, coordinador de la Pastoral de Juventud Arquidiocesana; Buscar la comunión fue el objetivo que la Vicaría de Juventud de Buenos Aires se propuso a principio de año, luego de la experiencia del Congreso Juntarnos 2017 y de continuar el diálogo entre movimientos, parroquias, congregaciones y colegios. En los próximos meses se editará un documento que, tomando las voces representativas de 500 jóvenes porteños, reflejará la realidad pastoral y social en la

que históricamente se encuentra nuestra ciudad, en el marco del sínodo y en el propuesto por el Papa, que los pone en el centro una vez más.

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Entrevista a Juan Porres – Seminarista

A Í R G E L A a L A N E L P A TREG N E A L E D

Sirvan a Dios, sean buenos y háganlo con alegría, con constancia, con humildad. No se trata de aprender un oficio, sino de llevar a Cristo en el corazón para poderlo ofrecer sin reservas a los demás, especialmente a quienes más lo necesitan. (Carta de Francisco a seminaristas cubanos, abril 2014). Sonriente y con sus 27 años, Juan Porres decidió desde muy joven, a los 18, seguir a Jesús en la vida consagrada. Es seminarista de Buenos Aires y el año que viene se ordenaría como sacerdote. “Cuando pienso porqué entré al seminario y ser cura hay tres ejes clave en mi vida: el testimonio, el servicio y la alegría. Tengo la fe y creo en Dios por el testimonio de un montón de personas, y de mi familia primero, ellos tienen una fe profunda y la viven en su vida cotidiana, y fueron clave para que yo pudiera conocer a Jesús y quisiera seguirlo. También ellos vivieron una vocación de servicio particular, como muy entregada y entendiendo el servicio, llevando a Dios a lo concreto. Cuando tenía diez años fuimos con mi familia a un paraje del interior de Santiago con un cura jesuita que conocían por la vida, y fue para mí una experiencia muy fundante. Charlar con la gente, conocer sus historias son cosas que te patean la cabeza, y de hecho, hoy sigo enamorado del monte santiagueño y todas las veces que puedo, vuelvo. Una de las experiencias de fe más increíble allí es la fiesta de la Virgen de Huachana, donde en un paraje en el que viven veinte familias. Para

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la fiesta central van más de cien mil personas. Para mí, esa carga de combustible de la fe del pueblo, de los más sencillos, es algo extraordinario”, nos cuenta.

en 2016, y tanto lo apasionó ese servicio, que nunca lo dejó. Todos los lunes visita la cárcel de Devoto. “Me impresiona el bien enor-

“Entonces”, retoma Juan, “yo iba descubriendo por dónde iba mi vocación de servicio, y a la vez descubría también la alegría. Cuanto más me dedicaba al servicio, más alegría profunda me generaba. Y tuve la suerte de conocer el testimonio de curas jóvenes y viejos que vivían su sacerdocio entregado y bien puesto al servicio del otro, y eso los hacía felices. Y hacía cuentas, si un rato de servicio me hace feliz, y más tiempo, me hace más feliz, por qué no dedicar la vida a esto”. Ya en el seminario, una experiencia que lo marcó fuerte fue la misión en la Cárcel. Pidió ir

me que podés hacer con nada, abrir un espacio donde la persona pueda encontrarse con Dios y ayudar solamente prestando la presencia, todo el bien que se genera con tan poco. Hace dos semanas me sorprendió ver a un hombre que había visto muy roto el primer día que fui, y cuando me vio, me sonrió y me dijo: “Todavía me acuerdo de ese abrazo” y se acordaba perfectamente de ese encuentro y lo bien que le había hecho. Y yo no tenía ni el camino recorrido en las cárceles, así que no le podía haber dado nada más que ese abrazo. La cárcel me sirve para redimensionar las cosas y


no sufrir por cosas poco relevantes”. Para Juan, una de las cosas que recuerda con más riqueza del seminario es la vida comunitaria: “A veces puede ser lo más doloroso o lo más lindo, pero como vengo de familia numerosa, siempre estuve acostumbrado a mucha gente y que mi voluntad fuera una entre siete. Y caminar juntos es un golazo, saber que tengo un pibe al lado mío al que puedo ir y confiarle mi interioridad y que me pueda acompañar desde ahí, como hermano; es increíble. Esa cuestión de familia que genera el seminario para mí es hermosa. Y somos bien diversos, igual que los curas. Y en esa diversidad de nuestro clero lo bueno es que hay lugar para todo el mundo, cualquier persona puede encontrar un cura que lo acompañe”. ¿Qué desafíos tenés hoy y creés que podrías tener como sacerdote? El cura de Santiago del Estero siempre decía que evangelización y promoción humana son dos caras de la misma moneda, y estaba en el medio del monte y le tocaba mucho de lo humano en su laburo. Eso es un desafío, no olvidarnos de acompañar la

vida, no encerrarnos en la parroquia, en mi grupito, mi gente y poder abrir la cabeza. Mis compañeros de curso me joden con la frase “lo importante es estar”, porque intento estar en todas las cosas lo más posible y corro de un lugar a otro; y con los jóvenes el desafío más grande es ese, estar con ellos, acompañarlos en su realidad. Porque si yo puedo salir al encuentro del joven y de la realidad en la que él está, eso después te abre puertas para acompañar más sus procesos, sus búsquedas. Y también es un fruto de muchísima alegría. Y la alegría y la felicidad también son algo clave. Una vez cuando hablaban del celibato, escuchaba a un cura que decía

que la gente cree que el celibato es la renuncia a amar; nada más equivocado. Yo fui testigo de la felicidad profunda y de la capacidad de amar de muchos curas que conocí. Animándose a estar acompañando la vida. Sacerdotes que son padres de un montón de gente, hermanos, amigos. Testimonios de sacerdotes ya grandes que son profundamente felices con lo que han elegido. Siempre escuchamos a los que dejan, los que hacen ruido, pero a la par hay muchísimos que viven su sacerdocio con felicidad y con entrega, y nos empujan y nos demuestran que es posible, y que realmente Dios promete el ciento por uno y te va a regalar felicidad. Creo en eso plenamente. .

Escuelita Categoría 2005 a 2012

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Comisión de Niñez y Adolescencia en Riesgo

blo La Fe de mi Pue

e t a l e u q n ó raz

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s e r b o p s á to a los m

jun

La caridad representa la forma más elocuente de testimonio evangélico porque, respondiendo a necesidades concretas, revela a los hombres el amor de Dios, providente y padre, siempre solícito con cada uno. Siguiendo esta enseñanza, muchos hombres y mujeres cristianas a lo largo de los siglos, han escrito maravillosas páginas de amor para otros. Pienso, entre otros, en los santos sacerdotes José Benito Cottolengo, Luis Guanella y Luis Orione. Francisco, durante su encuentro con personas con distrofia muscular. San Luis Orione, a quien el Papa Pío XII llamó el gran apóstol de la caridad y padre de los pobres, dedicó su vida entera a amar y servir al Señor con los más humildes. Fue el fundador de la llamada Pequeña Obra de la Divina Providencia (1903), congregación que se extendió en su Italia

natal y en tierras donde misionó, entre ellas Argentina. No podemos contar quien fue Don Orione para nosotros omitiendo en esta historia de amor por los olvidados, al pequeño Cottolengo de Claypole. Por sus senderos caminó este santo, y su corazón, que estuvo allí desde sus comienzos, cuando lo funda en uno de sus viajes a la Argentina en el año 1935, sigue latiendo hoy en este lugar tan lleno de ternura, de vida compartida y de encuentro con nuestros hermanos que sufren.

Nos acercamos una mañana a mitad de semana a conocer el Cottolengo y el Santuario que está en su interior con la reliquia del corazón de Don Orione. Hugo nos esperó en la estación de tren y desde allí, unos diez minutos

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en auto, llegamos al inmenso predio de 50 hectáreas donde se encuentran más de 30 edificaciones, de las cuales catorce funcionan como hogares donde viven personas adultas con discapacidades múltiples y brindan servicios desde los hogares de alta dependencia, hasta un pequeño hogar de vida independiente. En este sitio, donde las casas tienen coloridas fachadas y los caminos están flanqueados de árboles tupidos, la vida fluye con ritmo de pueblo, y, sin embargo, la institución, que cuenta también con salas para cuidados médicos y rehabilitación, una escuela especial y el Centro Educativo Terapéutico es una de las más grandes del mundo. Y en el centro del predio el Santuario confirma que allí la vida se da desde un lugar más profundo, donde en cada rincón se respira la presencia de Dios. Nos recibió el Hermano Jorge Silanes, quien se embarcó entusiasmado en contarnos la vida del santo y de este lugar que tanto nos habla de él. “Don Orione estuvo tres veces en nuestro país y en su tercera estadía participó del 32º Congreso Eucarístico Internacional, que lo impactó profundamente y se concretó como obra de ca-


ridad en el Pequeño Cottolengo de Claypole. Hay gente que nos pregunta: ¿Son especialistas en discapacidad? No. Don Orione está con los pobres, las periferias de las que hoy habla Francisco y la Iglesia. “A donde los otros no van o no llegan, llega la Iglesia”, decía. Y en aquellos años fue la primera obra especialmente enfocada en la atención de las personas con discapacidad, en una época en que la exclusión era la regla. Por eso asume esta realidad desde sus inicios. Después, con los años, se fue desarrollando y diversificando el trabajo con las personas con discapacidad bajo distintas formas. Hoy contamos con la Escuela de Educación Especial y Centro Educativo Terapéutico, que están abiertos a la comunidad más allá de los residentes. Mientras conversamos sobre la Obra, salimos al parque para conocer el Santuario donde está el corazón de Don Orione, aunque de alguna manera, no es sólo la iglesia, es todo el Cottolengo. Todo el lugar es un lugar de encuentro con Dios. “Para nosotros es una presencia muy fuerte que Don Orione estuviera por acá y caminara por este mismo lugar”, nos dice el hermano Jorge, “y el deseo que tuvo de permanecer con nosotros, ‘acá

dejo mi corazón y vivo o muerto volveré’, expresó por radio en su mensaje de despedida. Anhelaba volver antes de morir pero después no se dio. Nosotros somos custodios, y por

te con aquellos más necesitados y olvidados, pues ellos son los preferidos de Dios”.

Ver más allá de la discapacidad

eso su corazón está acá, en el Santuario de San Orione, pero no es nuestro. El corazón nos recuerda el motivo de la existencia de esta institución. El amor inmenso y generoso de Don Orione, su grandeza espiritual que se expresa en su cercanía, en sus gestos de ternura, de verdadero encuentro; la vida sólo es tal cuando se comparte y especialmente cuando se compar-

Un nuevo desafío Desde febrero del año pasado recibieron a un grupo de niños y adolescentes con discapacidad que vivían en un Hogar en Berazategui que cerró sus puertas, y a partir de eso se armó un dispositivo de hogar infanto-juvenil. “Nos cambió la existencia”, cuenta Fernando, “porque es un desafío nuevo al que nos estamos adaptando, y cuesta porque son pibes muy difíciles y tienen mucha energía. Con ellos se trabaja mucho lo que es la autodeterminación, que se hagan responsables de sus cosas y la inclusión en la sociedad porque son pibes jóvenes y autoválidos.

“El carisma de la obra y los valores atraviesan todo, los tratamientos, las terapias, a las personas que atienden, no pueden ir separados, por eso este lugar es distinto a todos”, son las palabras con las que abre la charla Fernando Montero, que es psicopedagogo y hace once años que trabaja en el Cottolengo. Él nos recibe en el edificio donde funciona el Centro Educativo Terapéutico, centro de actividades con diferentes talleres: actividades manuales, carpintería, música, cocina… “Tenemos que poder ver más allá de la discapacidad. Les pasa a quienes nos visitan. Lo primero que vemos es lo que ven los ojos. La deformidad, lo distinto... y piensan: “Pobre, está sufriendo”. Hay que tomarse un tiempo para conocer a la persona que está detrás de eso. Y ahí entra en juego el personal de asistencia que, conviviendo con ellos y tratándolos diariamente, van conociendo sus reacciones. Y saben identificar, a pesar de sus limitaciones, las pequeñas señales que nos dan y van descubriendo lo que les pasa, qué les divierte, las pequeñas cosas que disfrutan en lo diario, que por ahí para uno son insignificantes…

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Las huellas de Don Orione naciones y el más los sudoeste servicios Ubicado en rincón ambulatorios en los que de la ciudad, Villa Lugano espueda el sevenir gente, y seguiremos por gundolabarrio más grande después ese camino. Ya decía Don Orione de Palermo. Un barrio humilde, “hay que que estarpresenta en la cabeza de los sencillo, diferentes tiempos”.Por un lado casas bajas matices. Cuando podés ver más allá de la discapacidad, ves el alma de la persona y lo que la define como única e irrepetible. Nuestro trabajo, aparte de ser terapéutico, es muy social. Ya desde el año pasado tenemos grupos de salidas, estamos trabajando fuerte en habilidades sociales y en la inclusión en la comunidad. Y al centro, además de las personas de los hogares viene gente de afuera, ya hace más de dos años que se abrió a la comunidad y la idea es que el proyecto siga creciendo. Y en eso estamos en este cambio de mirada. Hay una fuerte apertura de la institución, donde cada vez son menos las internaciones y más los servicios ambulatorios a los que puede acceder la gente, y seguiremos por ese camino. Ya decía Don Orione: “Hay que estar en la cabeza de los tiempos”.

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y esquinas, que se conservan de la época de la colonia, que conviven con conglomerados habitacionales y con barrios obreros como Ciudad Oculta y la Villa 20. La Parroquia San José Benitto Cottolengo, construida en 1942, se encuentra sobre la Av. Piedrabuena y está a cargo de la Pequeña Obra de la Divina Providencia. Allí fuimos, una mañana fría, a encontrarnos con el Padre Daniel, quien es vicario en dicha parroquia, y junto al padre Hugo acompañan la vida de la comunidad parroquial y del Instituto Don Orione. Aunque era de mañana temprano, la parroquia estaba abierta, como en muchos de los barrios que visitamos y se escucha una música que invita a quedarse un ratito, y a la oración. El padre Daniel nos habla del barrio: “Una parte de nuestra parroquia y de los chicos y chicas que vienen corresponde a Ciudad oculta. También están los edificios de “Ex sueños compartidos y madres de Plaza de Mayo” y Villa Inta, la villa de los paraguayos, la de los bolivianos. Alrededor de la mitad de los chicos provienen de estos barrios y muchas veces tienen dificultades familiares o sociales. Y en eso acompañamos y trabajamos desde todos los ángulos. Y la escuela da una respuesta humana, como Don Orione, que siempre frente a una necesidad dio una respuesta, como eligieron de lema en el Centro Barrial del Hogar de Cristo, que abrió hace poquito sus puertas en nuestro barrio: “Sólo se te preguntará ¿Cuál es tu dolor?” Ante el dolor, responder. Ese es el gran sueño que nos en-

seña Don Orione y sigue actual, y que nos empuja a no quedarnos quietos. Y todo lo que podemos hacer: la visita a hogares, a enfermos, cuando estamos en la escuela, educando, todo tiene que tener ese signo. A eso nos llama. Como nos llama Francisco también a que tengamos una nueva mirada que nos saque de la realidad que nos armamos. Que veamos este mundo pero con ojos transformados, con profunda convicción, que nos mueva a seguir aportando nuestro granito de arena para que la revolución de fe sea hoy posible. Estar cerquita del otro, es eso. El padre Daniel nos cuenta que para la celebración del Cottolengo, que es el 30 de abril, todo se centra en Claypole, y se invita a la gente a ir allá. “Y además a la parroquia la llaman Don Orione, con lo cual estamos pensando en crear una fecha propia donde participe toda la familia del colegio y la parroquia para unir y festejar en esta comunidad”. El sábado a la tarde la esquina se llena de chicos que vienen unos al oratorio y otros a los exploradores, “ellos trabajan con la naturaleza, se juntan desde chicos a jugar al fútbol junto con las catequesis de comunión y confirmación”. Daniel resalta una frase de Don Orione que siempre lo marcó mucho: “Ir a los últimos en nombre de la iglesia”. ¿Y quiénes son los últimos hoy? “Podemos ponernos una coraza en el corazón para que nada nos llegue, pero termina siendo un corazón seco, nuestro corazón solamente puede latir cuando late por los otros y es capaz de descubrir las necesidades y dolores de nuestros hermanos. Es tiempo de ir tras los pasos de Don Orione anunciando el Reino entre los más pobres”, resume con certeza.


Cynthia López

“Sólo se te pregunta

¿cuál es tu dolor?”

“Siempre he pensado que si Don Orione viviera hoy, con su mirada profunda y vivaz que sabía descubrir a Jesús en la pobreza extrema, se hubiera detenido sin duda en tantos jóvenes de nuestros barrios marginales, a quienes el consumo de drogas les está haciendo perder todo horizonte vital, todo futuro”. Mons Oscar Ojea, presidente de la CEA. - Prólogo del libro ¡Fuego al mundo! La misión de San Luis Orione. Don Orione tenía una profunda convicción en que la caridad y la solidaridad salvarían el mundo, y una absoluta confianza en que un corazón grande era capaz de llegar a donde se proponga. Su trabajo constante en el ámbito de la educación y la promoción humana, fueron el instrumento al servicio de los más excluidos y desamparados, y el testimonio concreto de una Iglesia más cercana al pueblo, que quiso expresarse con obras. Inspirado en su profundo

carisma, en el barrio de Lugano abrió sus puertas el Centro Barrial del Hogar de Cristo Don Orione hace muy poquito tiempo. Es el centro barrial más joven de nuestra ciudad, y allí fuimos a encontrarnos con el Padre Damián quien nos respondió algunas preguntas. ¿Cómo nació el Centro Barrial? Damián: El Centro nace de tomar contacto con la realidad de los pibes, con sus historias y sus vidas particulares. Recibimos jóvenes y adultos con problemas fuertes de vínculos, traducidos en consumos importantes de drogas y alcohol. ¿Por qué se eligió el nombre DON ORIONE? Damián: Don Orione fue un sacerdote que en su tiempo se ocupó de los más marginados, de esos que la sociedad descartaba. Hoy sucede lo mismo. Su paternidad nos sigue empujando a imitarlo. ¿Cómo abordan en el Centro la problemática de las adicciones y contienen a un adolescente que llega? Damián: No hay otro método que recibir la vida de los pibes como viene. La vida en su totalidad. Se los acepta como están, como son. Recién después de un abrazo y unos mates se puede empezar a levantar uno. Sin vín-

culo no hay salida ni acompañamiento posible. ¿Cuál fue el impacto en el barrio y si siente que algo se empezó a mover a partir de la apertura? Damián: El barrio nos recibió muy bien. Escuelas, centros de salud, parroquias, etc. Se alegraron mucho del centro. Pero mucho más las familias, ya que es un espacio de referencialidad sobre la problemática. Enseguida se acercaron muchos pibes y familiares. Entre algunos de los pibes que forman parte de Don Orione, Silvina Omar y Hernán, nos contaron que llegaron al centro barrial para solucionar un tema de adicciones, suyas o de un familiar, y que allí encontraron una nueva familia. Manifestaron que lo que más les gusta hacer en el Centro barrial es compartir las tareas, ayudar y principalmente participar de los talleres que se arman y se ofrecen. El Hogar de Cristo es para ellos familia y contención. ¿Qué actividades se desarrollan o se plantean hacer? Damián: Distintas actividades se desarrollan: talleres de cuero, rosarios, manualidades, soldadura, deporte. También mucho diálogo con los pibes, individual y grupal, celebraciones también. A futuro tenemos pensado seguir creciendo en más espacios de talleres. ¿Cuáles son los próximos pasos o proyectos? Damián: Poder construir un hogar para que puedan dormir

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los chicos como también lograr armar pequeñas comunidades de pibes que ya están mejor. Cuando se les preguntó a los pibes qué significaba Jesús en sus vidas, dijeron que Jesús era su creador y salvación, la fe y la esperanza. La razón de sus vidas cuando se encuentran perdidos. -El lema de los hogares de Cristo es “la vida como viene” ¿cómo desde tu lugar les trasmitís a los pibes las esperanzas de cambio y “las fuerzas para vivir” como dice la canción? Damián: La vida como viene, más que una frase linda, es un modo de ver, de mirar, sentir y esperar la iglesia, especialmente los pobres. El acercarse al dolor

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de nuestros pibes no es algo que pueda tercerizarse, votar a través de una ley. Tampoco es sacarse una selfie para Facebook. El compromiso tratamos de que sea real, cuerpo a cuerpo y si la vida viene hay que recibirla, con sus luces y sombras. Para concluir esta nota, quisiera manifestar que me resulta sorprendente este concepto comunidad-hogar-familia que se repite en todas las personas que forman parte de esta gran familia que es el Hogar de Cristo. Pareciera ser que es el objetivo y el puntapié que permite acercarse una y otra vez, ir y volver, caer y levantarse, siempre con la confianza y la certeza de que

allí están como una verdadera familia. Allí están los curas, los compañeros, los agentes, las cocineras y cocineros, los compañeros recuperados, los profesionales y todo un contingente de personas que ve más allá de la problemática, ve a la PERSONA en su totalidad. En este mundo que no para de moverse, donde reina cada vez más el individualismo y la intolerancia, en este momento donde pareciera ser que lo que se rompe ya no sirve más, donde todo parece ser descartable, hay un espacio como éste que permite ir y volver, reconocerse en el otro, hacerse visible, practicar el servicio y la total disponibilidad y presencia. Reivindicando la figura y la enseñanza que nos lega Don Orione, no somos descartables. Ningún niño, niña, adolescente, adulto es descartable; como seres humanos que somos, tenemos la infinita posibilidad de transformarnos y reinventarnos todo el tiempo y todos los días. En definitiva, como dice el cura Damián: “Aceptar la vida como viene en su totalidad. Y la vida viene, viene en abundancia.


Fiestas de Pentecostés

la fuerza que

transforma (el mu Muchos prometen períodos de cambio, nuevos comienzos, renovaciones portentosas, pero la experiencia enseña que ningún esfuerzo terreno por cambiar las cosas satisface plenamente el corazón del hombre. El cambio del Espíritu es diferente:

no revoluciona la vida a nuestro alrededor, pero cambia nuestro corazón; no nos libera de repente de los problemas, pero nos hace libres por dentro para afrontarlos; no nos da todo inmediatamente, sino que nos hace caminar con confianza, haciendo que no nos cansemos jamás de la vida. Cuando está el Espíritu siempre sucede algo, cuando él sopla jamás existe calma, jamás. (…) Él es el alma de la Iglesia, siempre la reanima de esperanza, la colma de alegría, la fecunda de novedad, le da brotes de vida. Como cuando, en una familia, nace un niño: trastorna los horarios, hace perder el sueño, pero lleva una alegría que renueva la vida, la impulsa hacia

delante, dilatándola en el amor. Francisco, Homilía Domingo de Pentecostés, 2018. El domingo 20 de mayo celebramos en la Iglesia la fiesta de Pentecostés, la fiesta del Espíritu Santo, la fiesta del nacimiento

de la Iglesia, de esta historia de salvación que tiene como protagonista al Espíritu Dios que se hace presente en cada corazón, en cada comunidad, que se hace camino de una Iglesia en salida. Quisimos acercarnos y compartir algunas de esas fiestas, especialmente la de los jóvenes y la de los niños y niñas. Dejar que nuestro corazón pudiera percibir lo que allí se vivió. Por eso les pedimos a sus protagonistas que fueran ellos quienes nos contaran lo vivido. Los primeros en celebrar fueron los niños y las niñas, tempranito durante la tarde del sábado 19 en cada uno de los decanatos de la ciudad. Desde Barracas a Versalles, desde Saavedra a Lugano. Se vivieron más de 20 fiestas

ndo)

en la ciudad, con la alegría propia de los niños y el compromiso de las comunidades. Ese mismo sábado, ya avanzada la tarde y hasta la noche, siguieron los jóvenes, en cada una de las cuatro vicarias, había un encuentro, música, juegos, reflexión, oración, pura vida, de los jóvenes hacia los propios jóvenes. Finalmente, después del mediodía del mismo domingo de Pentecostés, los jóvenes de nuestros barrios más sencillos, de nuestras villas, siguieron celebrando lo iniciado el día anterior con otro encuentro en la zona sur de la ciudad, en la parroquia de San Juan Diego, frente al parque Indoamericano, donde fueron a misionar.

Vicaría de Jóvenes Tu Espíritu nos renueva Texto: María Lourdes Ruiz Torres El pasado sábado 19 de mayo, los jóvenes de la Ciudad de Buenos Aires nos reunimos en las cuatro vicarías para celebrar juntos la llegada del Espíritu Santo, en comunión con lo que viviríamos el siguiente fin de semana en el II Encuentro Nacional de

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tas de la historia pero al modo de María, mujer joven que le hizo lugar a Dios en su vida, que fue protagonista pero sin creérsela, entendiendo que ser protagonista es ser servidor de los demás. Queremos jugarnos la vida y confiamos en que nunca lo haremos solos. Estamos convencidos: “Tu Espíritu nos renueva”.

Jóvenes, el que propusimos vivirlo bajo el lema: “Tu Espíritu nos renueva”. Una vez que empezó a bajar el sol, fuimos llegando desde nuestras comunidades para encontrarnos con otros jóvenes que buscaban hacer crecer el Reino en los lugares cotidianos en los que se mueven. Cada uno con sus modos propios, pero teniendo un mismo espíritu para celebrar, los jóvenes de la Ciudad nos animamos a realizar gestos misioneros por la ciudad, visitando hogares de ancianos, animando a rezar en plazas, charlando con la gente en la calle. Fuimos Iglesia en salida tal como nos pide el Papa Francisco. Luego, nos volvimos a encontrar para rezar juntos. La propuesta de este año consistía en “carpas”, lugares de encuentro que contaban con diferentes formas de rezar o de reflexionar sobre las distintas realidades que viven los jóvenes hoy. Entre mates, fuimos pensando sobre la violencia, la pobreza, el sinsentido, la vulnerabilidad de los jóvenes, los que no tienen voz, los que trabajan en malas condiciones y el valor de la vida. Además, se hicieron presentes los testigos de la fe: Monseñor Angelelli, Cecilia Perrin, Ceferino Namuncurá, el Cura Brochero, Mamá Antula, Laura Vicuña y el

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Cardenal Pironio. Todos los que nos han ido marcando camino, mostrando que quien quiere seguir a Jesús se tiene que jugar la vida por los demás. Y eso es lo que queremos desde Pentecostés en las villas. la Vicaría El Espíritu Santo nos reúne y nos de Jóvenes de Buenos envía a tocar las puertas de otros Aires, ser jócorazones de nuestros barrios. venes comprometidos con la historia, que caminan cerca de Cristo, Texto: Lili Serrano, Parroquia Sancompañero y hermano. Que le ta María Madre del Pueblo, Bajo entregan a Él sus búsquedas, sus Flores y Jesús Carides, seminarista Madre de Dios, Villa Cildañez. dolores, sus alegrías y sus vidas. En la adoración que dio cierre Desde nuestra experiencia vivia las vigilias, pusimos en manos de Jesús todos nuestros deseos da en el día del encuentro de Pende renovar la historia. Sabemos tecostés, queremos compartir con que no podemos solos, por eso ustedes lo que muchos jóvenes y le pedimos al Espíritu Santo que adolescentes convocados vivimos sea Él quien anime y conduzca a ese día. Empezamos a las 17 horas con nuestra Iglesia de Buenos Aires. Que sea Él quien nos renueve un fogoso recibimiento de parte para seguir construyendo la Ci- del Santuario “San Juan Diego” vilización del amor. Sin dejar a acompañado por el padre Mario nadie afuera, comprometiéndo- Miceli y su equipo de jóvenes. La alegría de ver llegar los minos con quien camina a nuestro cros llenos de jóvenes y adolescenlado; queriendo ser protagonis-


tes de nuestros barrios fue tan enorme porque no siempre tenemos la posibilidad de juntarnos y compartir nuestras experiencias de vida y fe, que nos llevaron a encontrarnos. La posibilidad de poder compartir entre todas las parroquias la experiencia de trabajo, actividades, campamentos, misiones, etc., nos impulsa a poder seguir creyendo que todo es posible gracias a Dios y a la Virgen María, y también a los curas que nos acompañan en este andar cotidiano. Sabemos que no es nada fácil ya que cada barrio tiene sus complejidades, pero sabemos que el esfuerzo de todos los jóvenes es muy valioso y que cada uno juega un rol fundamental. Cada uno de ellos sabe, que si no estuviesen en algún espacio de la parroquia acompañando a los más chicos, muchos pibes y pibas no estarían compartiendo la alegría del buen camino. Por eso están siempre presentes, disponibles para dejar la vida en el servicio, atentos a las necesidades de nuestros barrios y que también cuidan sus espacios, para compartir el pan de cada día, jugar, respetar y guiar a cada niño y niña, y demostrarles que más allá de las críticas y de las otras miradas que se tienen por nuestros barrios, ellos saben que son motores e impul-

en el encuentro de Pentecostés de las villas compartiendo una frase inspiradora de un padrecito que nos decía: “Sepan que la parroquia es su casa y que acá tienen lugar, no están solos, y que juntos en el equipo de Cristo vamos haciendo camino de amor y servicio”. Queremos dar gracias a muchos curas que siendo instrumentos de Cristo e inspirados por el Espíritu Santo, sembraron y siembran semillas de fe y esperanza en nuestras vidas con el deseo de que seamos los protagonistas de una nueva historia en nuestros barrios y de que siempre estemos atentos al servicio de nuestros hermanos.

Vicaría de Niños Espíritu Santo, queremos encontrarnos Texto: Pbro Ariel Rudy - Vicaría de Niños sores de muchas vidas. Sabemos también que el camino no es nada fácil, pero juntarnos nos invita a salir a los pasillos de nuestros barrios y a las calles de nuestra ciudad, para compartir la alegría del encuentro fraterno en el Espíritu Santo, que nos enciende el corazón de fuego, de amor, pasión, alegría y servicio por los más necesitados y alejados de Dios. Por ellos también tenemos esa necesidad de encender el corazón de otros pibes y pibas de nuestros barrios. Queremos terminar esta breve reflexión de lo que vivimos

La Fiesta de Pentecostés para los chicos y chicas fue organizada por la Vicaría para Niños de la arquidiócesis de Buenos Aires por decanatos. En el Decanato de Pompeya, el sábado 19 de mayo nos reunimos para festejar el regalo de Jesús: el Espíritu Santo que vino en Pentecostés. Fuimos al Colegio de la Divina Providencia llevando como gesto solidario artículos de higiene o tocador, para la Casa Garrahan y la Asociación Civil Ligüén. Desde las 14.30 un coro recibió a las parroquias. Luego nos dividimos por edades: hasta 8 años; de

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9 a 11; y de 12 años en adelante, y en cada grupo se trabajó el lema de este año “Espíritu Santo, queremos encontrarnos”. Qué importante que es vivir encontrados. Qué lindo sería poder vivir un poco más unidos. En el mensaje del Cardenal Mario Poli a los chicos, en ocasión de la Fiesta de Pentecostés, decía: “Luego de haberle pedido el año pasado al Espíritu que nos ayudara para poder escucharnos, ahora le pedimos que esa escucha dé frutos de encuentro. De la escucha al encuentro”. Los chicos de hasta 8 años de las distintas comunidades jugaron mezclados. Después llevaron las partes del Cuerpo de Jesús al centro del salón, y así los catequistas armaron la figura gigante, mientras cantábamos. Ésta es la gente. Los chicos de 9 a 11 años se mezclaron en 12 grupos, como los apóstoles. Hicieron un juego para conocerse: nombre, edad, parroquia, equipo de fútbol, color preferido… Después jugaron con las partes del cuerpo: cabeza, piernas, brazos, etc. Por

último, un juego de memoria y atención: sacaban un papelito y trataban de reconocer de quién era el nombre escrito. Los más grandes se mezclaron en 7 grupos, como los Dones del Espíritu Santo. Cada grupo tenía una historia con final abierto (una familia, una fiesta de cumpleaños, un campamento). Había que idear una solución: encontrarse en torno a una vela, ya que su luz, como la luz de Cristo, nos reúne y nos ayuda a salir de la oscuridad. Más tarde, todos nos volvimos a juntar para la Celebración de la Palabra. Un padre explicó la Lectura: Jesús es uno, como el cuerpo tiene varios miembros que se necesitan unos a otros. Por eso le pedimos al Espíritu que nos ayude a encontrarnos en nuestras fami-

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lias, parroquias, grupos scout. Presentamos a Dios nuestras intenciones. Dos niños acercaron el gesto solidario. Rezamos el Padre nuestro, mientras se subía la imagen gigante de Jesús. Al final nos tomamos de la mano y las levantamos bien alto mientras cantábamos, para que el pedido al Espíritu suba con más fuerza. Recibimos la bendición final y trajimos una torta para cantarle el feliz cumpleaños a la Iglesia. Después de compartir una rica merienda, nos fuimos con el corazón lleno de alegría, de Jesús y de su Espíritu Santo. “Cuando vivimos la mística de acercarnos a los demás y de buscar su bien, cada vez que nos encontramos con un ser humano en el amor, quedamos capacitados para descubrir algo nuevo de Dios” (Francisco, Evangelii Gaudium 271). En estos tiempos de divisiones y de descartes, invocamos al Espíritu para que nos ayude a encontrarnos trabajando juntos y con espíritu de comunión.


Plaza Constitución Misa junto a los cartoneros contra la incineración

n a c a s “Nos

” a r u s a b a l sta

ha

“Un verdadero planteo ecológico se convierte siempre en un planteo social, que debe integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres”. Papa Francisco. El viernes 18 de mayo por la tarde se celebró en Plaza Constitución la Misa por los cartoneros y recicladores urbanos. Esto se dio en el marco de la modificación de algunos puntos de la ley Basura 0 en la Legislatura Porteña, la cual habilita a la implementación de incineradores. Estos afectan fuertemente el trabajo de los cartoneros y recicladores, además del impacto ambiental, económico y de salud. En la homilía, el Padre Toto, Capellán de Movimiento de Trabajadores Excluidos (M.T.E) y Párroco de la Villa 21/24 y Zavaleta, enfatizó: “No puede ser que sigan castigando a los trabajadores. Ya nos sacan hasta la basura”. En este sentido, los curas de la pastoral en las villas ya habían publicado una carta a los legisladores porteños en la que expresaban su preocupación por los miles de hombres y mujeres que inventaron un trabajo para dar de comer a sus familias, y a la vez ejercen con gran esfuerzo el invaluable aporte ambiental de reciclar la basura de las ciu-

El derecho al trabajo es

sagrado. El Estado debe ocuparse en primer lugar de

los que quedan afuera del

sistema. Papa Francisco

dades, y perderán su sustento si se avanza con esta ley. “Las iniciativas de organización comunitaria de cartoneros y otros rubros, por el compromiso que tienen, logran incluir a muchas personas y familias, que una empresa privada, hoy por hoy, no podría contener. Con adecuado apoyo logístico del Estado, las cooperativas han podido asumir eficazmente el sistema de reciclado. Es importante que el Estado ayude a fortalecer la Economía popular. Los recicladores urbanos tienen mucho para aportar, así como los habitantes de las Villas no son usurpadores, sino que han transformado un basu-

ral y lugares abandonados, en barrios obreros, también vemos cómo muchos trabajadores y cuentapropistas de la economía popular se han sabido organizar y han transformado a esclavos y excluidos en dignos trabajadores, ayudando a evitar, entre otras cosas, el trabajo infantil. Sin lugar a duda la modificación de la ley Basura Cero que permita la incineración de basura volvería a excluir a muchos trabajadores”, expresan los curas en el comunicado. Una multitud de recicladores, barrenderos, cartoneros, referentes de movimientos sociales, vecinos y transeúntes se unieron en esta Misa y plegaria por los trabajadores de la basura. Todo terminó con un encuentro fraterno, compartiendo un rico guiso preparado por gente del Hogar de Cristo de Caacupé y de la CETEP (Confederación de Trabajadores de la Economía Popular).

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Comisión de Niñez y Adolescencia en Riesgo

50

do n a n i m a c años

zando la

a r b a s e r b on los po

c

Este año el equipo de sacerdotes para la pastoral de las villas cumple 50 años, y, desde estas páginas acompañamos humildemente este camino recuperando la historia y testimonios de aquellos que han conocido a sus primeros integrantes. Ellos siguen vivos en medio de su gente sencilla que siempre los recuerdan con cariño y gratitud. “Estos grandes hombres llevaron el Evangelio de Jesús, tratando de vivir como un vecino más. Pero sobre todo escucharon, y descubrieron que los pobres tienen a Jesús muy hondo en su corazón. Los pobres hablaron de Jesús a estos sacerdotes a través de sus devociones y aprendieron de los pobres la palabra del Evangelio hecha vida y hecha carne, en innumerables gestos de amor, de solidaridad y de servicio, que los pobres practican naturalmente para con los más pobres. Hay una frase hermosa del Padre Mugica: “Yo me acerqué a los barrios a anunciar el Evangelio. Pero también a aprender el Evangelio”. Mons. Gustavo Carrara - Obispo Auxiliar para las Villas de Buenos Aires, en la Misa para el Tercer Mundo del padre Mugica celebrada en Villa Soldati - junio 2018.

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Daniel de la Sierra - 1938 / 1992

vida

(2da entrega)

En 1976, el año del golpe militar, cuando Tu vida nos habla de nadie hablaba de las villas y los militares plaDios y del Pueblo nificaban erradicarlas, este cura terco y sensiPadre Lorenzo de Vedia (párro- ble recorría 30 cuadras en bicico de Virgen de los Milagros de cleta hacia la entonces pequeña Caacupé – Villa 21 – Barracas) Villa 21, la villa “de los paraguayos” la llamaban. Le decían “El El Padre Daniel de la Sierra Ángel de la Bicicleta”. Con los nació en España, en Cataluña en vecinos, construyó la Capilla el año 1938, 8 años después del Nuestra Señora de Caacupé y Padre Carlos Mugica. A los 26 plantó la presencia de la Iglesia años se ordenó sacerdote. Fue en nuestro barrio. Era un hombre bien religioso, trabajador, músico, alegre, exigente y sobre todo amante de los pobres. Se enfrentó físicamente a las topadoras cuando querían sacar las casas de la villa 21. Logró que se frenara la erradicación en nuestro barrio. Molestaba tanto a los intereses de los poderosos, que sus supe-

sacerdote claretiano y misionero. Vino a la Argentina y le tocó estar en la Parroquia grande que está frente a la Plaza Constitución.


riores se vieron en la obligación de trasladarlo a la provincia de Buenos Aires. Fue a José Mármol. Armó una cooperativa de viviendas. Con el concepto de “ayuda mutua”, ayudó a que muchos vecinos tuvieran su vivienda en el barrio San José, en la provincia de Buenos Aires. En Berazategui inició las bicicleliberación para los pobres. Como Mugica y sus compañeros, sigue inspirando nuestro compromiso en las villas.

teadas marianas a Luján, que la siguen continuando sus seguidores. El 25 de octubre de 1992 hizo su última bicicleteada hacia el cielo, por un accidente una noche de lluvia en la que iba a chequear que no se cayera un pasacalle en Camino Negro que invitaba a la bicicleteada de ese año. En la villa 21, como en todos los lugares donde estuvo, dejó un recuerdo imborrable. En nuestra Parroquia Caacupé sentó unas bases tan firmes que hoy sigue creciendo una tarea pastoral con muchos frentes en la cual la misma comunidad cristiana se ocupa de lo que le pasa al barrio. Al cumplirse 10 años de su partida hicimos el traslado de

sus restos mortales desde el Cementerio de Flores hasta nuestra Parroquia en la Villa “… Nunca abandonemos 21. Fue una caravana muy emotiva. Siempre la fe… mantengamos la pedimos a Dios que sonrisa” nos mueva el mismo Espíritu que impulsó a Daniel de la Sierra en Estela siempre vivió en el basu tiempo. Así, muchos rrio. Nació en el 70, tiene 7 herespacios de nuestra Pa- manos y tres hijos. En el año 1977 rroquia y de nuestro comenzó a venir a la parroquia barrio llevan su nom- de Caacupé a hacer catecismo. bre: el Comedor de la “Venía con una de mis hermaManzana 24, una calle nas y me acuerdo que la capilla de la villa, la Escuela era chiquita, muy chiquitita. La Infantil N°7 del G.A.C.B.A, por construyeron el padre Daniel elección ampliamente mayorita- con los vecinos y estaba recién ria, el Centro Juvenil de la calle terminada. Antes había una caPepirí, donde funciona el Centro sita precaria y atrás vivía la sede Formación Profesional Nº 15 ñora Epifanía. Ella era paraguaya y muchas otras actividades, la y fue la primera que le contó al Murga de nuestra Parroquia, la padre Daniel la historia de la asociación Civil “Padre Pepe - de Virgen de Caacupé, y el padre la Sierra”, marcando la continui- Daniel se enamoró de la historia dad de trabajo en los curas su- y de la Virgen”. cesores... Él venía todos los días y daba Todos los años celebramos misa: “Me acuerdo que con mi su aniversario con la entrega hermana la limpiábamos, la bade los premios Padre Daniel de rríamos, la baldeábamos, y tamla Sierra, el encuentro anual de bién nos mandaba a cambiar las todos los docentes que trabajan monedas que se recibían en la licon alumnos de nuestra Villa y el mosna por billetes a un almacén Corso organizado por la Murga. a dos cuadras. Con ese tono esDaniel de la Sierra es Caacu- pañol que tenía: “Niñas, vayan”, pé, es Iglesia, es vida, es pueblo, y nuestro premio era un vasito es Fiesta, es compromiso, es de yogurt, éramos las dos priviEvangelio, que se encarna y es legiadas de la familia. En el 78

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tomé la primera comunión, en el 80 me confirmé. Y el padre Daniel era un apoyo para quien necesitara algo, una palabra, algo económico, pensá que en el barrio había muchísima menos gente. Él iba tapando esos agujeritos de a poco y así fue creciendo. La capilla se agrandó, atrás se hizo una sala de catecismo, después se hizo el jardín. A partir del 80 empezaron a sacar las casas. Parecía una guerra, era todo escombros y cada un par de metros había una casita que había quedado porque la gente se resistió, una de esas casas era la de mi mamá con nosotros. Y el padre Daniel arengaba para que no nos fuéramos, de hecho él estuvo preso un tiempo, él acompañaba el proceso de las familias, por supuesto que con mucho miedo, pero muchas personas prefirieron irse porque se había armado una cooperativa de vivienda en la localidad de San José, en zona sur. Él venía todos los días, temprano, desde la parroquia de Constitución con su bicicleta,

todo vestido de negro y el cuellito blanco. Era muy activo, algunas vecinas lo ayudaban. Era muy alegre, le gustaba hacer fogones y tocar la guitarra. Le encantaba formar como ese círculo de amistad, de familia. Formó el primer grupo juvenil, que después fue el grupo misionero. Nos invitaba a enseñar catequesis y de a poquito nos iba insertando y nos iba salvando también de lo que se iba a venir, porque nosotros éramos chicos… En 1980 yo tenía diez años. Un día del niño hizo una quema de armas, me acuerdo que se hizo una gran fogata, y por cada arma te regalaba algo. Era

muy familiero. Siempre nos decía que nunca abandonemos la fe, que mantengamos la sonrisa, que siempre pidamos las cosas de buena manera. Nunca lo vi enojado, le preguntábamos, como cosa de chicos: “Usted nunca se enoja”, y él nos sonreía, pero no nos contestaba nada. Sí nos dijo que lo que a él lo enojaba eran las injusticias, las mentiras, que te arrebaten lo que te costó mucho. Después que se fue nunca más lo vi, pero lo siento presente. Para mí fue mi primer referente católico y una figura muy paternal. En esos años venir a la parroquia fue como una salvación a través de ese cariño que nos brindaba.

La Fiesta de la Vida El domingo 24 de junio,

el Obispo Gustavo Carrara concelebró en Villa Soldati,

junto a los sacerdotes de la

parroquia Virgen Inmaculada Pedro Bayá Casal y Adrián Bennardis, la Misa para el

Tercer Mundo escrita por el

Padre Carlos Mugica. Quinto de Cantares cantó la obra -con

música de Roberto Lar-, luego

de reconstruir las partituras y

regrabarla, a 44 años de haber sido prohibida. Dijo Carrara:

“Hoy volvemos a cantar su Misa

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y a dejarnos interpelar por Mugica, un apasionado por

anunciar a Jesús. Y por eso

fue a los pobres, y no fue solo. Fue de la mano de un Equipo

de grandes hombres, hace 50

años: con Ricciardelli, Vernazza, Carlos Bustos, entre otros,

sacerdotes que acercaron su corazón y su oído al corazón del pueblo”.

La misa se hizo en el

marco de la fiesta de San

Juan Bautista, por eso luego

continuó la fiesta entre chipa

quasú, empandas de mandioca, chipa so`o y sopa paraguaya. La música y el baile fue

apropiándose de los pasillos del barrio Fátima, desde el

folclore con Peteco Caraval y la Tranquera, hasta la ópera con Duilio Smiriglia, pasando

por el rap comprometido de Daniel Brítez.


Jorge Vernazza: - 1925 / 1995 Una vida con los pobres Mons. Gustavo Carrara - Obispo Auxiliar para las Villas de Buenos Aires. El Padre Jorge Vernazza nació el 1 de septiembre de 1925 y falleció el 21 de agosto de 1995. Se ordenó sacerdote en la Arquidiócesis de Buenos Aires y fue Vicerrector del Seminario Metropolitano entre otras responsabilidades que la Iglesia le confió. Formó parte del “Equipo de sacerdotes para Villas de emergencia de la Capital Federal”. Donde fue un silencioso pero imprescindible protagonista. Los que conversaban con él no escuchaban de su boca todo el trabajo que realizaba. Era muy valorado y escuchado, por ejemplo por el padre Carlos Mugica o por el padre Rodolfo Ricciardelli. En 1968 comenzó su actividad en la Villa del Bajo Flores. El padre Jorge se instaló en una casilla precaria dentro del barrio y buscó ser un vecino más trabajando de carpintero. Oficio que les fue enseñando a algunos jóvenes del barrio. Pero como a otros curas, en otras villas, los vecinos lo descubrieron como sacerdote y pedían por ejemplo bautismos para sus hijos o que acompañara las novenas que traían de sus tierras y que rezaban aquí para no sentir el desarraigo. Por otro lado desarrolló acciones de promoción social, como una guardería, que comenzó sus actividades en 1971. Fue el padre Vernazza quien llevó al equipo de curas-villas, que en ese entonces coordinaba el padre Héctor Botán, la propuesta de una vecina catequista de llevar a los chicos a hacer su segunda comunión a la Basílica de Luján, y

así se hizo. Esa primera peregrinación de las villas a Luján fue el 28 de diciembre de 1969. Y allí se rezó y se pidió “Transformar las villas miserias en barrios obreros”. Junto al padre Rodolfo Ricciardelli -primer párroco de Santa María Madre del Pueblo- denunció los atropellos de la última dictadura cívico militar, especialmente ante el llamado “Plan de erradicación de Villas”. Crearon la cooperativa de vivienda “Madre del Pueblo” y a través de ella levantaron barrios en el gran Buenos Aires, así acompañaban a los vecinos y vecinas que habían sido cruelmente desalojados de la Villa del Bajo Flores. Trabajaban juntos vecinos y curas por “una casa aquí en la tierra y una casa en el cielo”. El padre Jorge Vernazza afirmaba que el trabajo de los curas villeros se realizaba en tres niveles: lo religioso, lo asistencial y promocional, y lo “revolucionario”. En este punto afirmaba que “los sacerdotes eran conscientes de que el problema de las villas tenía causas estructurales, y no podría ser definitivamente resuelto hasta que no se produjera un cambio social”. Escuchemos de boca del padre Jorge lo que significó para su sacerdocio el acercarse a las Villas: “Para mí lo más importante es el contacto con los pobres. El trabajo

en la villa me dio esta gran oportunidad. Me ayuda a mantenerme en un espíritu de pobreza, de simplicidad de vida; me pone frente a la situación más clara de tener que estar al servicio de otro y no de mí mismo. El contacto con quienes además de ser pobres se reconocen como tales, favoreció y enriqueció mi sacerdocio. Son ellos los más preparados para recibir la Buena Noticia”. También tenemos que agradecer al padre Jorge Vernazza un libro sobre el inicio de la actividad de los sacerdotes en villas de emergencia y la compilación de escritos del padre Carlos Mugica. Ambos de necesaria lectura para no perder la memoria y las raíces de un trabajo pastoral que cumple 50 años en las villas porteñas. Para comprender - Una vida con los pobres: los curas villeros. Congregación del Verbo Divino. Guadalupe. 1989. Mugica, Carlos. Una vida para el pueblo. Compilado por Jorge Vernazza. Buenos Aires. Lumen. 1996.

Una capillita para el barrio Era fines de los ´80. Patricia iba al secundario en el colegio de Fátima en el turno noche y era de las más chicas del curso. Su amigo Ricki Cuello, un par de años más grande, la invitó un día a limpiar una casita que la hermana Sor Mercedes había comprado en el barrio donde querían hacer una capillita.

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la quiero hacer grande’, decía el padre Jorge. Y fui catequista. Organizábamos las misas, íbamos cada año a Luján con los chicos a tomar la segunda comunión. Él quería una misa a lo misionero

“Y fui y los ayudé a limpiar el lugar”, recuerda. “Era muy precario, un ranchito con piso de barro. Nos quedamos mateando y me invitaron a ir a la Basílica de Luján donde los chicos de todas las capillitas de las villas iban a hacer su segunda comunión”. Patricia tenía 15 años y ya trabajaba desde los 14 como empleada doméstica a la par que estudiaba. “Yo no tenía nada que ver con las capillas, pero fuimos con los chicos del colegio Fátima; y estando en el tren, yéndonos para el fondo, un señor me dice: “Sentate conmigo, quiero hablar con vos”. Yo no sabía que él era el padre que iba a estar en la capilla que habíamos limpiado. Así conocí al padre Jorge Vernazza. Ese día me pidió que ayudara en la capilla. “Soy joven, trabajo, estudio, no tengo tiempo”, le contesté. “Me encantaría que fueras una de mis primeras catequistas. Yo sé que vos tenés espíritu para esto, tus ojos me lo dicen, si te hacés tiempo vas a poder”, y me invitó a la misa, y ese domingo fuimos con mi mamá. “Y fue una misa hermosa… Para mí era un ángel caído del cielo. ‘Quiero conocer el barrio, invitar a la gente, a esta capillita yo

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‘a la gente hay que hacerla sentir como en su casa, que escuche y entienda la palabra’, y si éramos pocos nos sentábamos adelante, en ronda”. Conocía la necesidad de la gente con solo mirarla, recuerdo que había un nene muy pobre que lo echaban de todos lados, pero con nosotros se quedaba y a veces el padre Jorge venía y lo abrazaba, y el nene chocho con ese abrazo. Él nos decía: “Ustedes no se dan cuenta que lo que quiere es un abrazo, no lo obliguen a nada, él solito va a ir cayendo, abriendo la puerta, entrando, él va a pedir lo que necesita, porque lo que no tiene es cariño’. Una vez quemaron la capilla con todo adentro. Vernazza ya era viejito y vino igual a dar la misa. Los vecinos trajeron sillas y bancos y dio la misa sobre las

cenizas. “Vamos a levantarla de nuevo”, dijo. Y levantamos la capilla otra vez. Él se enojaba cuando le ponían restricciones: “Dónde se ha visto que yo tenga que pedir permiso para bautizar a alguien y que no lo pueda bautizar porque no tiene documentos, Jesús no pidió permiso a nadie, vos querés ser hijo de Dios y yo te voy a bautizar…” Y lo bautizaba. “Cinco años fui catequista con él hasta que quedé embarazada y empecé a alejarme. Él ya estaba más viejito y cada vez venía menos, y un domingo que no me encontró me fue a buscar a mi casa, él te visitaba así, llegaba de sorpresa. Yo tenía mucha vergüenza de ser madre soltera. “No puedo seguir yendo a la capilla con esta panza, padre”, le dije y él me contestó: “Cómo te vas a avergonzar, yo lo bendigo, y sólo vos sabés que decidiste tenerlo…” El papá me dijo: “Abortalo porque mío no es…”, yo tenía 20 años. Cuando mi hijo ya tenía seis meses, quería bautizarlo, era el año 1994 y el padre Jorge en cualquier momento iba a dejar de venir, ya caminaba menos y no nos permitían bautizar en la capilla. Fuimos con mi mamá a buscarlo adonde él vivía con un remís, era un mundo aparte una puerta de madera enorme, pasillos largos… columnas altas… y su habitación muy pequeñita y muy humilde. Después, cuando él queda internado, me avisan, pero no fui al hospital, quizás por miedo. Cuando muere lo velan en Madre del Pueblo, en la villa 1.11.14 donde estaba su amigo, el padre Ricciardelli. “Yo soy como ustedes, nunca me hagan más grande de lo que soy, no importan los títulos, lo que importa es el corazón y la mente abierta’, nos decía siempre.


Luis Pedernera Miembro del Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas

Convención de los derechos del Niño:

estado de situación

El 14 y el 15 de mayo de este año, en Ginebra, tuvo lugar el diálogo con el Estado argentino en función de los compromisos que surgen de la Convención sobre los Derechos del Niño. Este diálogo, que ocurre cada 5 años y permite valorar el estado de implementación de la Convención, es un proceso que se inicia con un reporte enviado por el país y a partir del cual se desencadenan varias instancias como, por ejemplo, el envío de informes alternativos de organizaciones sociales y organismos especializados como UNICEF o las instituciones nacionales de derechos humano; y una presesión, que ocurre seis meses antes de la presencia del Estado, de carácter reservado y en donde se recibe y escucha a organizaciones que aportan información sobre el país relacionada al estado de los derechos del niño. En este sentido, el Comité tiene como práctica recibir informes y reunirse directamente con niños, niñas y adolescentes, y en el caso de Argentina tuvimos la posibilidad de escuchar a un grupo de adolescentes que compartieron con nosotros su mirada sobre la cuestión de los derechos del niño y que, sin duda, enriqueció y potenció los temas que luego tratamos con el propio Estado. El Comité es un órgano creado por la Convención integrado por 18 expertos independientes elegidos para un mandato de cuatro años por los 196 países que la han ratificado. El grupo de trabajo para Argentina es-

tuvo integrado por los colegas Jorge Cardona, Kirsten Sandberg, Cephas Lumina y quien escribe. Juntos llevamos adelante el intercambio durante las dos jornadas de trabajo con la delegación del Estado que viajó para la sesión. La sesión con el Estado, a diferencia de la presesión, es un evento público que se difunde vía webcast, por lo que se puede dar seguimiento. Finalizada la sesión, el Comité elaboró un documento de conclusiones y observaciones1 en donde se plasmaron las valoraciones sobre los avances y los desafíos que tiene el Estado en relación al cumplimiento del tratado. En este documento saludamos los avances en materia legislativa que se concretaron entre el periodo de presentación de reportes, en especial, la adopción por parte de las provincias de la ley de protección integral, la ley de educación para la igualdad, la creación de unidades para enfrentar el fenómeno de la trata y la designación del mecanismo nacional de prevención de la tortura. El documento contiene lo que para el Comité debe ser una agenda de trabajo que permita avanzar en el respeto a los derechos de los niños, niñas y adolescentes de Argentina. Los principales temas de preocupación y que requieren un rápido abordaje del Estado son los siguientes: el derecho a la

supervivencia y el desarrollo; la tortura y la violencia institucional; la explotación y el abuso sexual; los niños privados de un entorno familiar; el nivel de vida; y la justicia penal juvenil. En el diálogo, abogamos por que los niños no sean la variable de los ajustes que el país debe realizar como consecuencia de la coyuntura económica por la que atraviesa, y acogimos con satisfacción que estén en la recta final para la designación de un defensor del niño y esperamos que el parlamento prontamente lo haga. Sin embargo, nos preocupan particularmente los casos de violencia institucional, en especial los perpetrados por las agencias de seguridad federales y provinciales. Durante el proceso de revisión, el Comité recibió numerosos testimonios e información que daban cuenta de casos de violencia contra personas menores de edad (detenciones arbitrarias, malos tratos y tortura, y hasta casos de gatillo fácil). En este sentido, el Comité recomendó al país que:

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Staff . director . Adrián Pablo Bennardis . secretaria de redacción . Florencia Laje

c) Adopte medidas para erradicar el uso desproporcionado de la fuerza contra los niños y adolescentes por parte de las fuerzas de seguridad y adopte medidas urgentes para poner fin a las intervenciones policiales en el entorno escolar; d) Investigue minuciosa e imparcialmente todas las denuncias de tortura, violencia, acoso y abuso, incluso por parte de la policía, y vele por que los autores sean enjuiciados y, en caso de ser condenados, castigados en función de la gravedad de sus actos; e) Establezca un sistema de gestión de la información para hacer un seguimiento del número de casos de tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes de niños en todos los entornos, así como del número de enjuiciamientos de los autores y las penas impuestas; f) Establezca un procedimiento de denuncia para todos los niños internados en centros de atención y detención y proporcione los recursos adecuados. (2) Asimismo, hemos valorado el proceso de discusión que está llevando adelante Argentina para contar con una ley de responsabilidad penal juvenil, pero recordamos que el Comité «sigue profundamente preocupado por el hecho de que la mayoría de sus recomendaciones anteriores relativas a la administración de la justicia juvenil aún no se hayan aplicado». Especialmente que: a) El sistema de justicias sigue estando administrado por la Ley Nº 22278, a pesar de su incompatibilidad con la Convención; b) Persiste la práctica discrecional de detener a niños, niñas y adolescentes para su `protección’, y no necesariamente por haber cometido un delito;

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. colaboradores . Dalma Villalba Marisa Echarte Julio Bello Virginia Oliveira Gustavo García Virginia Dib Olga Ovejero

c) El hacinamiento, la nutrición deficiente, las instalaciones inadecuadas de cama y saneamiento, junto con la falta de oportunidades de educación y capacitación, han dado lugar a condiciones de vida espantosas en muchos centros de detención de menores; d) Apruebe una ley general de justicia de menores que se ajuste a la Convención y a las normas internacionales de justicia de menores, en particular, en relación con la garantía de que la detención se utilice como último recurso y durante el período más breve posible, y de que no incluya disposiciones que aumenten las penas o reduzcan la edad de responsabilidad penal.(3) El documento de recomendaciones es una herramienta de trabajo para los Estados porque allí se concentran los principales temas para avanzar en una agenda de derechos del niño. Pero también es un documento que debe estar al alcance de la comunidad y de los propios niños. Darlo a conocer en un lenguaje accesible y comprensible para todos es uno de los grandes desafíos porque conocer sobre los derechos es el primer paso para poder luchar por ellos. A ello los invito. NOTAS: 1 - http://tbinternet.ohchr.org/_layouts/treatybodyexternal/ Download.aspx?symbolno=CRC%2fC%2fARG%2fCO%2f5-6&Lang=en 2- Traducción no oficial del texto en inglés. 3 -Traducción no oficial del texto en inglés.

. agradecemos la colaboración de . Alejandro Giorgi Gustavo Carrara Lorenzo de Vedia Luis Pedernera Jorge Silanes Fernando Montero Cynthia Lopez Analía del Re Juan Porres Ariel Rudy Lili Serrano Jesús Carides Maximiliano Bertoni María Lourdes Ruiz Torres Joaquín casaburro Nelson Espindola Matías / Nicolás/ Melisa Patricia Gutiérrez Estela Palacios Gian Franco Carrazana Lorena Salinas . propietario . Arzobispado de Bs. As. Venezuela 4145 - Capital Tel: 4982-4611 cadenya@pastoralfamiliar.org.ar www.pastoralfamiliar.org.ar En caso de reproducción total o parcial de las notas que aparecen en esta revista, citar la fuente. Registro de la propiedad Intelectual N° 5164821 Queda hecho el depósito que dicta la ley N°11.723. . diseño gráfico . Florencia Laje . corrección . Ricardo Rubio . impresión . Gráfica Pittelli Chivilcoy -Prov. de Bs. As.



transformar la mirada y el

corazón

Comunicarnos busca ser espejo de tantas realidades injustas de las que son víctimas nuestros niños, niñas y adolescentes. Deseamos hacernos eco de la presencia de la Iglesia comprometida con transformar la mirada y el corazón, una Iglesia que es familia y abraza amorosamente a todos sus hijos.

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séptima entrega - revista

La

Patriaal

hombro Iglesia y emergencia Mensaje de laConferencia Episcopal Argentina

Vale toda Vida

14 de Junio 2018

La Cámara de Diputados de la Nación ha aprobado el proyecto de despenalización del aborto. Nos duele como argentinos esta decisión. Pero el dolor por el olvido y la exclusión de los inocentes debe transformarse en fuerza y esperanza, para seguir luchando por la dignidad de toda vida humana. Seguimos sosteniendo la necesidad que en el debate legislativo que continúa, pueda haber diálogo. La situación de las mujeres frente a un embarazo no esperado, la exposición a la pobreza, a la marginalidad social y la violencia de género, siguen sin tener respuesta. Simplemente se ha sumado otro trauma, el aborto. Seguimos llegando tarde. Tenemos la oportunidad de buscar soluciones nuevas y creativas para que ninguna mujer tenga que acudir a un aborto. La Cámara de Senadores puede ser el lugar donde se elaboren proyectos alternativos que puedan responder a las situa-

ciones conflictivas, reconociendo el valor de toda vida y el valor de la conciencia. Es necesario un diálogo sereno y reflexivo para responder a estas situaciones. Vivir el debate como una batalla ideológica nos aleja de la vida de las personas concretas. Si sólo buscamos imponer la propia idea o interés y acallar otras voces, seguimos reproduciendo violencia en el tejido de nuestra sociedad. Como Pastores, este último tiempo nos ha servido para reconocer debilidades en nuestra tarea pastoral: la educación sexual integral en nuestras instituciones educativas, el reconocimiento más pleno de la común dignidad de la mujer y el varón, y el acompañamiento a las mujeres que se ven expuestas al aborto o que han sido atravesadas por dicho trauma. Todas estas son llamadas de la realidad que nos convocan a una respuesta como Iglesia. Queremos agradecer a todas las personas que, con auténtico respeto hacia el

otro, han expresado sus ideas y convicciones aunque hayan sido distintas a las nuestras. Valoramos la honestidad y valentía de todos aquellos que en distintos ambientes de la sociedad han sostenido que vale toda vida y, de un modo particular, a los legisladores que han expresado esta mirada. Con humildad y coraje, nos proponemos seguir trabajando en el servicio y el cuidado de la vida. Que María de Luján, que conoció la incertidumbre de un embarazo inesperado, interceda por el Pueblo argentino, especialmente por todas las mujeres que esperan un hijo, y por todos los niños y niñas que están en el vientre de su madre. Comisión Ejecutiva Comisión Episcopal de Laicos y Familia (CELAF) Conferencia Episcopal Argentina


1 de Junio 2018

Mensaje de los curas villeros

jóvenes y más cuando son pobres. En el supuesto caso de que algún joven tenga conductas atrevidas, el Estado no puede ponerse al mismo nivel. Debe actuar respetando siempre la sagrada dignidad de toda persona.

Queremos PAZ

en las villas

Compartiendo la vida de nuestros vecinos, durante años hemos experimentado y denunciado la ausencia del Estado en muchas villas y barrios carenciados. Son muchas las barriadas del conurbano en las que sumamos nuestra voz a la de los vecinos para reclamar el mismo nivel de seguridad que tienen los otros barrios más acomodados. Sin embargo, aunque en algunas villas hemos celebrado la presencia, hoy vemos que en muchos casos es insuficiente y en otros ineficaz y desordenada. Nos referimos a la presencia de las fuerzas de seguridad.

En primer lugar, recordamos que el concepto amplio de seguridad no sólo tiene que ver con los daños físicos o el atentado contra las pertenencias propias y la propiedad privada. Es inseguridad no tener vacante en las escuelas, no poder acceder a una atención de salud adecuada, no tener oportunidades laborales, etc. Recordemos que detrás de cada chico o joven en la calle suele haber una madre o un padre desocupado. Corresponde al Estado garantizar la seguridad en todos los aspectos. También sabemos lo que le toca a la sociedad civil en general.

En estos tiempos, en nuestros barrios vemos casos concretos de violencia institucional, algunos debidamente denunciados, y otros que tristemente no trascienden. No ayuda cierta opinión pública que mide con la misma vara lo que hace un chico o joven castigado por la exclusión y el procedimiento de un trabajador de las fuerzas de seguridad, que representa al Estado. Hay casos de mucha violencia y represión en nuestros barrios. Como en otros ámbitos, debe mejorar considerablemente esta presencia del Estado. Vemos bueno que las fuerzas de seguridad estén en nuestros barrios. Pero creemos que se deben corregir los errores, no con parches pasajeros sino con profundidad. Debe haber un cambio en las actitudes y acciones agresivas, sean físicas o verbales. Pensamos que estos excesos responden a fallas en su formación pero también a cierto aire de “habilitación e impunidad” que los lleva a obrar de esa manera. En muchos casos se criminaliza a los

No puede ser que los que deben cuidar a nuestra gente sean los mismos que los agreden, a veces con mucha violencia y llegando incluso al gatillo fácil. Apelamos a las autoridades correspondientes y a la comunidad en general -de la que formamos parte- para que cada uno ponga lo mejor de sí mismo para que se respete la dignidad de todos nuestros vecinos y para que se enmienden profundamente las deficiencias de la presencia del Estado y de la mirada de la sociedad con respecto a los barrios carenciados. Por último, intentando ampliar la mirada, afirmamos que la inequidad genera una violencia en la que no habría recursos policiales, militares o de inteligencia capaces de detener. El camino de salida es el amor fraterno que se rebela frente a la injusticia social y nos invita a todos –especialmente a los que más oportunidades hemos tenido en la vida- a trabajar para que los más pobres, especialmente tantos niños y adolescentes, vivan con dignidad. Que la Virgen de Luján nos inspire los caminos para cuidar a nuestra Patria empezando por los más pobres. P. José María Di Paola: villa La Carcova, 13 de Julio y Villa Curita. Diócesis de San Martín.


Mons. Gustavo Carrara. Obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Bs. As. Vicario para la pastoral en Villas de CABA P. Lorenzo de Vedia, P. Carlos Olivero, P. Gastón Colombres, Villa 21-24 y Zavaleta. Arquidiócesis de Buenos Aires. P. Juan Isasmendi, P. Eduardo Casabal, P. Ignacio Bagattini: Villa 1-11-14. Arquidiócesis de Bs. As. P. Guillermo Torre, P. José Luis Lozzia, P. Marco Espínola: Villa 31. Arquidiócesis de Bs. As. // P. Domingo Rehin: Villa Lanzone, Villa Costa Esperanza. Diócesis de San Martín. // Mons. Jorge García Cuerva, Obispo auxiliar de la Diócesis Lomas de Zamora. P. Basilicio Britez: Villa Palito. Diócesis de San Justo. // P. Nicolás Angellotti: Puerta de Hierro, San Petesburgo y 17 de Marzo. Diócesis de San Justo. // P. Sebastián Sury, P. Damián Reynoso: Villa 15. Arquidiócesis de Bs. As. // P. Rodrigo Valdez: Villa Playon de Chacarita. Arquidiócesis de Bs. As. P. Martín Carroza y P. Sebastián Risso. Villa Cildañez. Arquidiócesis de Bs. As. P. Pedro Baya Casal, P. Adrián Bennardis: Villa 3 y del Barrio Ramón Carrillo. Arquidiócesis de Bs. As. P. Joaquin Giangreco: Villa Trujuy. Diócesis Merlo-Moreno. // P. Nibaldo Leal: Villa Hidalgo. Diócesis de San Martín. P. Antonio Mario Ghisaura: Villa Tranquila. Diócesis Avellaneda-Lanús. // P. Alejandro Seijo: Villa Rodrigo Bueno. Arquidiócesis de Bs. As. P. Andres Tocalini: Villa los Piletones. Arquidiócesis de Bs. As. // P. Dante Delia: Barrio la Loma de Roca. Diócesis de San Isidro. P. Franco Punturo: Villa 20. Arquidiócesis de Bs. As. // P. Omar Mazza: Villa Inta. Arquidiócesis de Bs. As. P. Raul Gabrielli: Cura Villero. Peregrino Itinerante de la Virgen de Lujan. // P. Miguel Dedyn: Vicario Parroquia Nuestra Señora del Carmen – Benavidez // P. Juan Manuel Ortiz: Barrio San Fernando, Barrio 25 de Mayo – San Fernando Carlos Morena, Mario Romanín, Alejandro León, Juan Carlos Romanín: Salesianos. // Don Bosco. Cecilia Lee, misionera franciscana, Bea Gmiltrowicz, Misionera Franciscana. Villa Itatí.

Junio 2018

Mensaje de la Pastoral de Migrantes e Itinerantes

Acoger, proteger, promover e integrar

a los migrantes e itinerantes

Del 7 al 9 de junio nos hemos reunido en la Ciudad de Luján, en el Encuentro Nacional de las delegaciones y capellanías de la Pastoral de Migrantes e Itinerantes de Argentina.

La riqueza de las múltiples y variadas experiencias que se están llevando a cabo a lo largo de todo el país, nos han ayudado a reconocer el rostro vivo de Jesús que sigue caminando por nuestras tierras. Damos gracias a Dios por el trabajo incansable y la generosa dedicación

brindada a tantas personas vulnerables y necesitadas, que forman parte de la numerosa movilidad humana que están bajo el cuidado de las pastorales de migración, turismo, de gitanos, de circenses, del mar, de carreteras y demás servicios del Apostolado de la Iglesia. Así también, una vez más levantamos nuestra voz para denunciar y pedir prontas y justas respuestas ante los problemas en que la vida es amenazada, herida o maltratada por la trata y el tráfico de personas. En las experiencias compartidas, constatamos –aún más de cerca- la realidad creciente y dramática de las migraciones forzadas y del refugio, especialmente la de Venezuela que nos interpela fuertemente. Es una realidad ante la cual no podemos permanecer indiferentes, pues se impone como un signo de los tiempos para todos


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y cada uno. Para nosotros, es un fuerte llamado de Dios que espera nuestra respuesta, al mismo tiempo que exige de nuestros gobernantes un compromiso ineludible para poner los medios necesarios y eficaces para, verdaderamente, acoger e integrar a quienes llegan. En este sentido, la ley 25.871 regula una política migratoria que aún hoy sigue siendo reconocida a nivel mundial. Este cuerpo normativo, reconoce el derecho a la migración como un derecho humano y por tanto esencial e inalienable para todas las personas, que hace de nuestra Nación, desde nuestras bases constitucionales y nuestra historia, un país de “puertas abiertas”. La realidad que viven muchos de los hermanos que hoy llegan a la Argentina y se acercan a nuestras delegaciones solicitando orientación o asistencia, nos lleva a preguntarnos si no las vamos cerrando lentamente. En los últimos tiempos, observamos que la regularización del estado migratorio se está convirtiendo en una circunstancia compleja y poco accesible para la mayoría de los migrantes. Por citar algunos ejemplos, existe

actualmente una demora de casi seis meses para conseguir un turno en la Dirección Nacional de Migraciones e iniciar el trámite de regularización migratoria y obtener así el DNI; el hecho que la mayoría de las solicitudes de atención se gestionen vía web, si bien quiere dar celeri-

fuerzas de seguridad y las autoridades policiales, especialmente con los vendedores ambulantes migrantes a quienes en ocasiones se les interpela, se les quita y no siempre se les devuelve la mercadería, o se los detiene sin ningún tipo de respeto por sus derechos. Acoger a quienes llegan es mucho más que habilitar su entrada: es estar dispuestos a promover su integración social.

Acoger a quienes llegan es mucho más que habilitar su entrada: es estar dispuestos a promover su integración social. dad al proceso administrativo, se convierte en un obstáculo significativo y hasta excluyente para aquellos que llegan sin recursos económicos o sin habilidades para moverse en una red, dependiendo de otras personas u organismos que puedan obtener por ellos la solicitud de atención. La dilación de los tiempos en el acceso a la regularización migratoria, expone al migrante a una serie de dificultades y peligros no deseados, pues la falta de documentación genera múltiples inconvenientes no sólo para su inserción laboral sino también para el acceso a otros derechos como la educación y la salud. En el ámbito de la convivencia social, nos preocupa también la relación de las

Si los mecanismos migratorios que ponen por obra los principios y derechos enumerados en la ley, se van rigidizando o restringiendo paulatinamente, se corre el riesgo de que, sin darnos cuenta, tal vez se vaya cerrando aquella puerta que abrieron todos los hombres y mujeres de buena voluntad que forjaron nuestra Patria, y que la soñaron con un corazón magnánimo capaz de acoger e integrar a todos aquellos “hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino”. Una vez más a los pies de la Virgen rezamos: “Aquí estamos, Señor, cercanos a María, que desde Luján nos dice: ¡Argentina! ¡Canta y camina! Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.” Comisión Episcopal de la Pastoral de Migrantes e Itinerantes Conferencia Episcopal Argentina



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