EL PODER DEL ESPÍRITU [Agosto 2014]

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S.S. Francisco

Sobre la Familia 1) «Aquello que pesa más de todas las cosas es la falta de amor. Pesa no recibir una sonrisa, no ser

recibidos. Pesan ciertos silencios. A veces, también en familia, entre marido y mujer, entre padres e hijos, entre hermanos. Sin amor, el esfuerzo se hace más pesado, intolerable» (Encuentro de Familias en

Roma en octubre del 2013).

2) «Hay tres palabras mágicas: Permiso para no ser invasivo en la vida del cónyuge. Gracias , agradecer lo que el otro hizo por mí, la belleza del decir gracias. Y la otra, perdón , que a veces es más difícil, pero es necesario decirla» (Audiencia General en la Plaza San Pedro, el miércoles 2 de abril).

3) «En su camino familiar, ustedes comparten tantos momentos inolvidables. Sin embargo, si falta el amor, falta la alegría, y el amor auténtico nos lo da

Jesús» (Carta del 2 de febrero del Papa a las familias).

4) «El secreto es que el amor es más fuerte que el momento en que se pelea, y por eso aconsejo a los esposos: no terminen el día en que pelearon sin

hacer las paces, siempre» (Audiencia General en la Plaza San Pedro, el miércoles 2 de abril).

5) «El verdadero vínculo es siempre con el Señor. Todas las familias, tienen necesidad de Dios: todas, ¡todas! Necesidad de su ayuda, de su fuerza, de su bendición, de su misericordia, de su perdón. Y se requiere sencillez. ¡Para rezar en familia se requiere sencillez! Cuando la familia reza unida, el vínculo se hace fuerte» (Homilía de la Misa del Encuentro de Familias, que se realizó en Roma en octubre del 2013).

6) «Si el amor es una relación, se construye como una casa. No querrán construirla sobre la arena de los sentimientos que van y vienen, sino sobre la

roca del amor verdadero, el amor que viene de Dios. La familia nace de este proyecto de amor que quiere crecer como se construye una casa: que sea lugar de afecto, de ayuda, de esperanza» (Palabras a los novios que se reunieron en la Plaza San Pedro en San Valentín).

7) «Hoy, la familia es despreciada, es maltratada, y lo que se nos pide es reconocer lo bello,

auténtico y bueno que es formar una familia, ser familia hoy; lo indispensable que es esto para la vida del mundo, para el futuro de la humanidad» (Palabras dirigidas a los obispos el 20 de

febrero, en un encuentro que trataba el tema de la familia).

8) «El matrimonio es un largo viaje que dura toda la vida, y necesitan la ayuda de Jesús

para caminar juntos, con confianza, para acogerse, uno al otro cada día, y perdonarse cada día, y esto es importante en las familias, saber perdonarse. Porque todos nosotros tenemos defectos. ¡Todos!» (Encuentro de Familias en Roma en octubre del 2013).

9) «Cuando nos preocupamos por nuestras familias y sus necesidades, cuando entendemos

sus problemas y esperanzas, (...) cuando sostienen la familia, sus esfuerzos repercuten no sólo en beneficio de la Iglesia; también ayudan a la entera sociedad» (Discurso dirigido a los obispos de Sri Lanka, el 5 de mayo del 2014).

STAFF *Dirección General: Juan Carlos Hovhanessian Diego Hovhanessian *Asesor Espiritual: Monseñor José Guido Pesce

10) «La verdadera alegría viene

de la armonía profunda entre las personas, que todos experimentan en su corazón y que nos hace sentir la belleza de estar juntos, de sostenerse mutuamente en el camino de la vida» (Misa de clausura del Encuentro de Familias, en Roma).

AGOSTO: MES DE «BUENAS NUEVAS»

«Al llegar los leprosos a los alrededores del campamento penetraron en una tienda y se pusieron a comer y beber; se apoderaron de plata, oro y ropa, y se fueron y lo escondieron. Después volvieron y entraron en otra tienda, y tam«BUENAS NUEVAS» DE AGOSTO bién de allí tomaron cosas y fueron a esEL «TRIGO», EL «ACEITE» Y EL «MOSTO» conderlas. Pero SEÑAL BÍBLICA DE BENDICIÓN luego dijeron SE DERRAME EN CADA CORAZÓN entre sí: No es¡LAS «BUENAS NUEVAS» DE AGOSTO! tamos haciendo bien. Hoy es LA PALABRA ETERNA DEL SEÑOR día de llevar SU EVANGELIO DE VIDA Y LUZ buenas noticias «LAS BUENAS NUEVAS DE JESÚS» y nosotros nos ¡EL DIVINO OCÉANO DE SU AMOR! las estamos callando. Si esperamos hasta la «PALABRA», «UNCIÓN» «¡ALEGRÍA!», mañana, nos LA COMUNIDAD SANTA MARÍA considerarán DESEA CON SENCILLEZ COMPARTIR culpables. Es mejor que vaPAZ, ESPERANZA, GOZO, CONSUELO, SOBRE LAS ALMAS, «ABIERTO EL CIELO» yamos al pala¡LO MEJOR, AMADOS, ESTÁ POR VENIR! cio y demos aviso.» (2 Re 7:8-9)

JUAN CARLOS HOVHANESSIAN

*Redacción: Alba Acosta Carmen Alviña Miriam B. de Mavilian Lourdes Chiappetta Liliana Escouteloup Laura Gómez Lucía Hovhanessian Lidia I. de Papazian Geraldine Miguel Lic. Anahí Raggio Lic. Valeria Salinas Agustina Spegazzini *Diseño: Roxana B. de Hovhanessian Lucía Hovhanessian Geraldine Miguel Agustina Spegazzini Miriam B. de Mavilian *Coordinación de contenidos: Dra. Mónica V. de Adanalian *Coordinación General: Roxana B. de Hovhanessian PUBLICACIÓN MENSUAL GRATUITA LA COMUNIDAD «SANTA MARÍA» NO ES RESPONSABLE DE DISTRIBUCIÓN ALGUNA HECHA POR TERCEROS

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Miércoles 20:30hs.


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FAMILIA DE FAMILIAS ¡COMUNIDAD SANTA MARÍA! LUGAR DE PERDÓN Y ALEGRÍA EN LA PALABRA DEL SEÑOR SIEMPRE VERDAD CON AMOR NO, LA NOVEDAD DEL DÍA FAMILIA DE LA FE GENUINA EN ECLESIAL COMUNIÓN GENEROSA, EN SU CORAZÓN «VIENDO EN EL POBRE, A JESÚS» MENSAJERA DE LA CRUZ CON VALENTÍA Y DECISIÓN «FRUTO VIVO DE UNA HERIDA» QUE EL AMOR DIO A LUZ DE LA GRACIA ETERNA, NACIDA ¡FAMILIA, DE CRISTO JESÚS!

El ideologismo ateísta, con sus «cargas» de individualismo, de negación de los valores cristianos auténticos, con su propaganda «exaltadora del yo» propia del psicologismo freudiano, la reinante corrupción moral e intelectual con el «valor agregado» del desprestigio y la falta de credibilidad por causa de los aberrantes escándalos sexuales que sufre la Iglesia, han derivado en una gran devaluación de la familia. Las primeras vocaciones ausentes, son las vocaciones al matrimonio, a una paternidad responsable, a una vida en pureza esperando ese llamado vocacional por parte, especialmente, de jóvenes solteros No menos destructivo es el «matriarcado práctico» en el que se desarrollan las familias en este tiempo. Esto es, los roles cambiados. La falta de la verdadera autoridad «patriarcal». A veces habría que coincidir con el mundo cuando dice « la falta de pantalones». Por supuesto que no hablo del «machismo arrabalero» de principio de siglo pasado, sino del «rol de padre», como Dios manda. No, no somos iguales -¡gracias a Dios!- el hombre y la mujer, sino que cada uno cumpliendo su rol original, bíblico, natural, se complementan y se plenifican en el Amor de Dios. Amándose mutuamente y amando a sus hijos, frutos de ese amor. La Palabra del Señor declara: «quiero que sepáis que la cabeza de todo hombre es Cristo; y la cabeza de la mujer es el hombre; y la cabeza de Cristo es Dios.» «En efecto, no procede el hombre de la mujer, sino la mujer del hombre. Ni fue creado el hombre por razón de la mujer, sino la mujer por razón del hombre.» «Por lo demás, ni la mujer sin el hombre, ni el hombre sin la mujer, en el Señor. Porque si la mujer procede del hombre, el hombre, a su vez, nace mediante la mujer. Y todo proviene de Dios.» (1 Corintios 11:3 y 8:10-12). Es tiempo ya de que los cristianos leamos y meditemos la Palabra de Dios sin «permitirle» al mundo «que nos enseñe» a los que somos Iglesia. La Iglesia, Maestra, es la que ha de enseñar al mundo, el cual aceptará o rechazará Mas ¡LA IGLESIA ES MAESTRA! En nuestra Comunidad, «un signo muy visible», es la cantidad de hermanos que se reúnen con sus familias, conformando así «la familia de la fe». Las comunidades cristianas que enseñan la Palabra de Dios, siempre aplicable a la vida de cada hombre y mujer, fieles a la Tradición y al Magisterio de la Iglesia, producen fruto. ¡No a la «originalidad» humana! Sino a la VERDAD «siempre antigua y siempre nueva» del Evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Del seno de una familia cristiana verdadera -no tibia- surgirán las hoy «ausentes vocaciones». Entre nosotros nos decimos, «la familia de familias» LA FAMILIA GRANDE, de la FAMILIA MADRE: la IGLESIA. ¡Volvamos a la Fuente!: LA PALABRA DE DIOS. ¡Danos Señor, hambre y sed de TU PALABRA! ¡AMÉN! ¡AMÉN!

JUAN CARLOS HOVHANESSIAN

TODOS SOMOS RESPONSABLES DE EDUCAR EN VALORES

Mons. Héctor Aguer

Se habla frecuentemente de educación en valores y ¿qué se quiere decir con eso? Se refiere a una formación integral de la persona humana. La educación es un proceso, un camino que lleva al muchacho o a la chica al pleno desarrollo de sí mismo. ( ) la educación no se limita a la instrucción. ( ) Nosotros pensaríamos inmediatamente en la escuela pero allí está la cuestión de distinguir entre educación e instrucción. La escuela fundamentalmente instruye pero como ámbito en el cual el chico o la chica permanecen durante años, más de una década, lógicamente tiene que conducir ese proceso a una formación integral. ( ) Por otra parte, en el caso de la valoración, la idea del hombre que se transmite en los contenidos oficiales, obligatorios, de la educación Argentina, dejan mucho que desear en muchas materias. Se transmite una idea del hombre contrastante con la de un auténtico humanismo, por no hablar del contraste con la fe cristiana. Pero, además, la escuela no es un ámbito separado sino que es un emergente de la sociedad y por eso, de algún modo, es a la sociedad a la que le corresponde transmitir una formación en valores. ( ) ¿qué idea de la vida se le transmite a los chicos en la sociedad de hoy, en la Argentina y en el mundo en general? Pareciera que el ideal que se enfoca es el pasarla bien. Si tomamos exclusivamente el campo de la diversión vemos que la diversión está limitada al descontrol. ( ) Y tendríamos que largar una buena filípica en contra de los que negocian con esto, con la cultura del boliche, con la noche, con los viajes de egresados y demás. ( ) En realidad la sociedad no es un ente abstracto, está formado por personas y por familias, por instituciones, por agrupaciones. La familia es fundamental en cuanto a la educación en valores. Actualmente todos admitimos, corrientemente, que hay una crisis en el mundo familiar. Pero aún cuando haya una crisis en el mundo familiar hay realidades naturales que no se pueden abolir. El papá seguirá siendo siempre el papá y la mamá seguirá siendo siempre mamá aunque estén separados. De tal manera que deben cumplir su papel materno y paterno que son -como sabemos- fundamentales para la formación de la personalidad. ( ) Está muy bien hablar de educación en valores pero que eso se realice efectivamente. Que tratemos de enfocar en serio la transmisión de una idea concreta del hombre que sea verdaderamente humana, que sea verdaderamente plena. Una idea de la felicidad que coincida con aquello que hemos recibido de nuestra tradición cristiana y, por tanto, que pongamos un acento muy especial en ver qué podemos hacer por los demás. Es decir: todos somos de algún modo responsables. Y este asunto es tan serio que de él depende el futuro del país y del mundo. Extracción CLAVES PARA UN MUNDO MEJOR 15/02/2014 www.elpoderdelespiritu.org


LA SAGRADA FAMILIA: NUESTRO EJEMPLO

«La santidad de la familia es el camino real y el recorrido obligado para construir una sociedad nueva y mejor (...) las familias cristianas de hoy han de saber aprender de ese núcleo de amor y de entrega sin reservas que fue la Sagrada Familia. ( ) El Hijo de Dios vino a la tierra para salvar a todos los seres humanos, transformándolos profundamente desde dentro, para hacerlos semejantes a Él, Hijo del Padre celestial. Para llevar a cabo esa misión, pasó la mayor parte de su vida terrena en el seno de una familia, con el fin de hacernos comprender la importancia insustituible de esta primera célula de la sociedad, que contiene virtualmente todo el organismo. La familia de por sí es sagrada, porque sagrada es la vida humana, que solamente en el ámbito de la institución familiar se engendra, se desarrolla y perfecciona de forma digna del hombre. La sociedad del mañana será lo que sea hoy la familia. ( ) Hay que recuperar el sentido vivo de las prerrogativas humanas y cristianas de la familia y de su inderogable función: la de ser una comunidad profundamente imbuida del amor, de modo que ofrezca a la vida que nace un nido cálido y seguro, en el que el nuevo ser humano pueda educarse en la estima de sí mismo y de los demás, reconociendo los verdaderos valores, conociendo y amando al Padre Celestial «de quien toma nombre toda familia en el cielo y en la tierra» (Ef 3,15).» (San Juan Pablo II)

El ejemplo de MARíA: Hija, Madre y Esposa

« He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» (Lucas 1:38). Nuestra Madre la Virgen María, dijo sí a la Voluntad de Dios. Mujer de fortaleza y virtud, que mostró con su vida que es posible mantener las convicciones cuando el Amor de Dios habita en el corazón; y no claudicar ante la adversidad, ser paciente en las tribulaciones y esperar confiadamente en el Señor. De Él recibió la Palabra que le anunciaba su maternidad -por obra por el Espíritu Santo- y aunque bien podría haber primado el temor, aceptó tan grande misión. Fue hija, madre y esposa. Cuidó a su familia, acompañó a su Hijo en cada momento y con Él estuvo a los pies de la Cruz. Supo atender a las necesidades de los otros y permaneció firme en la naciente Iglesia cuando esperaban la Venida del Espíritu Santo. Su vida es un ejemplo para todo cristiano. La familia -Iglesia doméstica-, es el primer lugar donde cada uno debe poner en práctica las virtudes. Es primero en casa, en medio de nuestra familia, donde lo que creemos y decimos debe verse en lo que hacemos. Como María, queremos vivir en la pureza, fidelidad, amor; con humildad y plena confianza en la Palabra de Dios; con verdadera entrega y perseverancia.

LA PALABRA DE DIOS EN LA FAMILIA

Ser familia cristiana es ponerse a disposición del bien común, renunciando al yo quiero para dejar paso al Jesús quiere . Familia cristiana no es sinónimo de perfección, pero sí de amor en practica . Convirtamos la casa en hogar, donde la paz y la confianza estén presentes siempre. Cuando los conflictos se presenten, desde el amor al Señor, busquemos la solución en el marco de la Palabra de Dios, que tiene un consejo para cada situación y nos indica el camino a seguir. Por eso en un hogar cristiano, no puede faltar una Biblia, como Piedra Fundamental del hogar, porque Ella contiene Palabras de sabiduría, de sanidad y de santidad, que hará que la vida de familiar sea muy bendecida. ¿Quieres unión familiar? Deja entrar a Cristo en tu corazón, y desde allí, permítele al Señor hacerse presente en tu vida familiar. Recuerda que Él dice «Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin del mundo» (Mateo 28:20).

LA IGLESIA DOMÉSTICA

Pontificio Consejo para la Familia

"Así que cumplieron todas las cosas según la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre Él" (Lc 2,39-40). La familia, es una comunidad de fe, esperanza y caridad. Por eso le podemos llamar IGLESIA DOMÉSTICA. La familia cristiana es una comunión de personas, que reflejan la comunión que existe en Dios entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Así como Dios es Creador, la familia comparte con Él esa obra, al procrear y educar a los hijos. ¡Qué gran dignidad tiene la familia que se asemeja a Dios en su obra creadora! La familia cristiana, como Jesús, que cuando vino al mundo se dedicó a llevar la palabra de su Padre a todos los hombres, así, la familia tiene la misión de seguir sus pasos, de evangelizar; primero que nada, a sus propios hijos y a todos cuantos le rodean. La familia cristiana también es misionera, pues querrá que otras personas también conozcan a Dios, y serán testimonio del amor de Dios por todos.


MATRIMONIO

«Dijo luego Yahvé Dios: No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada. » (Génesis 2:18). El matrimonio es un vínculo sagrado, bendecido y querido por Dios para la realización plena de los esposos. La fidelidad, la pureza en la entrega mutua, la oración conjunta de los esposos son algunas de las valiosas enseñanzas de esta Palabra, que nos muestra que a partir de un matrimonio santo ordenado según Dios lo manda se constituyen familias felices. La Biblia define claramente el rol del hombre y la mujer dentro del matrimonio; «el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es Cabeza de la Iglesia (...) que cada uno ame a su mujer como a sí mismo; y la mujer, que respete al marido.» ( ver Efesios 5:22-33) Si cada uno cumple con su rol, ese será un matrimonio exitoso y, por ende, una familia muy bendecida.

PADRES

El Señor en su infinita misericordia nos instruye cómo debemos de cultivar nuestras relaciones de Padres e Hijos: 1- Enseñar a los hijos la Palabra de Dios (Dt 6:4-9). Es fundamental que seamos instructores de la verdad cristiana contenida en las Sagradas Escrituras para con nuestros hijos. 2- No exasperar a los hijos Padres, no exasperéis a vuestros hijos, sino formadlos más bien mediante la instrucción y la corrección según el Señor. (Ef 6:4). Requerimos hacer acopio de paciencia y sabiduría para dar un trato digno a nuestros hijos y no enojarlos (Col 3:21). 3- Criar a los hijos en la instrucción y la corrección del Señor. La mejor forma de instruir es a través del ejemplo, enseñarles a llevar una vida ordenada y en el temor de Dios. Aspecto que no debe descuidarse. Instruye al niño en su camino y cuando fuere viejo no se apartará de él (Prov 22:6). 4- Aplicar la corrección cuando fuera necesario. Para cualquier padre que ama a su hijo, es difícil aplicar la corrección cuando, en ocasiones, se hace necesaria. Para esto debemos recordar que como padres debemos obrar como Dios lo hace con nosotros: Él reprende y corrige a los que ama (Apo 3:19). 5- Corregir apoyados en la Palabra de Dios (2 Tim 3:16-17). Es importante que junto con la corrección, se les muestre bíblicamente a nuestros hijos el porqué de la disciplina y se los guie a mejorar y cambiar la actitud equivocada, todo esto mediante el amor. Cuando un padre disciplina e instruye a sus hijos en la corrección del Señor, está bajo el control del Espíritu Santo. Su propósito principal es entrenar al niño en la sabiduría y para su bien.

HIJOS

El don más excelente del matrimonio son los hijos. (Ver Catecismo, 2378). San Pablo en sus cartas hace referencia a los deberes de los hijos dentro de la familia: «Hijos, obedeced a vuestros padres por respeto al Señor; porque eso es lo justo» (ver Efesios 6:1-3). «Hijos, sed obedientes a vuestros padres en todo, porque esto es agradable al Señor» (Colosenses 3:20). Uno de los Diez mandamientos que Dios dio a Moisés, para que transmitiera al pueblo, es «honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus días sobre la tierra » (Éxodo 20:12). Honrar es respetar, obedecer, apreciar, valorar... y eso es lo que Dios nos manda a hacer con nuestros padres, además trae consigo una promesa: que seremos felices y tendremos larga vida.


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Decía SS Francisco en su reflexión en el encuentro con la RCC a nivel mundial: «Adoren a Dios nuestro Señor, es este el fundamento, busquen la santidad en la nueva vida del Espíritu Santo. Eviten la excesiva organización, salgan a evangelizar por las calles, acuérdense que la Iglesia nació en salida esa mañana de Pentecostés. Acérquense a los pobres y toquen en ellos la carne herida de Jesús. Por favor, no enjaulen al Espíritu Santo». Escuchando esto, yo daba gracias a Dios pues, como debe ser, estamos alineados al mensaje del Santo Padre. Nuestra Comunidad hace 33 años que lleva a cabo sin interrupciones, la tarea misionera de asistir a los más necesitados: visitando enfermos (en distintos hospitales), hemos asistido a aquellos que viven en la calle con alimentos, abrigo y palabras de consuelo. Visitamos semanalmente hogares de ancianos, además del Hogar Sacerdotal. Estuvimos llevando el Mensaje del Evangelio y procurando cubrir necesidades materiales en distintas unidades carcelarias; también lo hicimos en la Villa 21 durante largo tiempo. Llevar al hermano que necesita, alimentos, ropa (casi en su totalidad confeccionada por la Pastoral de Damas «Dorkas») y lo que fuese necesario, se une a la tarea de proclamar el Evangelio de manera sencilla, testimonial y fraterna. Dar un abrazo y una palabra de consuelo a aquel que está pasando por una situación difícil es condolerse con él teniendo presente las Palabras de Jesús: « por Mí lo habéis hecho» (Mt 25:40). Luego, continuaba el Papa Francisco con su alocución: «Las familias son la Iglesia doméstica en donde Jesús crece en el amor de los cónyuges, en el amor de los hijos, por eso el enemigo ataca tanto a la familia, el demonio no la quiere e intenta destruirla». También estas palabras me movían a la gratitud pues hace más de 33 años conocimos al Señor y Él restauró nuestro matrimonio y familia, teniendo un encuentro personal con Jesucristo, Señor y Salvador. A partir de allí, Dios inspiró la fundación de la Comunidad «Santa María» (con la bendición del P. Francisco Muñoz -P.Paco-) que, para Gloria del Señor, ha sido una experiencia comunitaria viva que ha unido a muchísimas familias a lo largo de estos años. Conocieron a Cristo mediante la Predicación de la Palabra y al día de hoy, muchos de ellos sirven en distintas áreas de la Comunidad. En nuestro caso, servimos al Señor con mi esposo; mi hijo y su esposa, nuestras nietas, primos, sobrinos, entre tantos otros amados hermanos y muchos de ellos, con sus familias. La restauración de un matrimonio, de una familia, fue en las Poderosas Manos de Dios, una «semilla» que se multiplicó en bendición para tantas otras. Gracias Jesús, por esta Comunidad, y por todas aquellas comunidades cristianas vivas que caminan en el Poder de tu Palabra, que motivan a otros a conocerla, a llevar una vida de Oración, a acercarse a los Sacramentos y a participar de manera activa, en tu Santa Iglesia. Amén.

Celia M. de Hovhanessian

La manera en la que se desenvuelve una persona en su vida (toma decisiones, tiene capacidad de disfrutar, confianza para emprender una tarea, etc.) depende -en gran medida- de cómo fue la relación con su familia, principalmente con sus padres. Un niño criado con seguridad y amor manifestará en su adultez una actitud diferente a la de quien experimentó ese tipo de carencias. La Palabra nos dice que somos «HIJOS DE DIOS por la fe en Jesús» (ver Gálatas 3:26) y nos revela muchos principios acerca de nuestra identidad cristiana. Con ellos nos enseña cuán grande es el Amor de Dios como PADRE, su atención especial para cada uno, su protección, cuidados, bendiciones. Querido hermano, tú eres un HIJO DE DIOS: *CREADO por Dios: «Tú creaste mis entrañas, me plasmaste en el seno de mi madre » (Salmo 139:13). *ELEGIDO y AMADO de Él: « por cuanto nos ha elegido en Él antes de la fundación del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor » (Efesios 1:4). *DESEADO: « eligiéndonos de antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo » (Efesios 1:5). *REDIMIDO: «En Él tenemos por medio de su Sangre la redención, el perdón de los delitos » (Efesios 1:7). *PROTEGIDO: «En cuanto a vosotros, hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados.» (Mateo 10:30). Y tantas otras pruebas que hallamos en la Biblia de que tenemos en el Cielo un PAPÁ QUE NOS AMA Y ESTÁ PENDIENTE DE NUESTRAS NECESIDADES, anhelos, proyectos, las dificultades de la vida, etc. Un Padre que quiere darnos lo mejor y se complace en vernos felices. Hermano querido, si hay en ti alguna herida del pasado sin sanar te invito a que descubras que DIOS TE DIO LA VIDA PARA QUE LA DISFRUTES Y SEAS FELIZ. En Su Palabra encuentras FORTALEZA, CONSUELO, ÁNIMO, CONFIANZA. No importa cuántos años tengas hoy, lo importante es que creas en tu corazón que NO ESTÁS SÓLO: Dios está por ti !!! «Yo enseñé a caminar a Efraín, tomándole por los brazos, pero ellos no sabían que yo los cuidaba. Con cuerdas humanas los atraía, con lazos de amor; yo era para ellos como los que alzan a un niño contra su mejilla, me inclinaba hacia él y le daba de comer.» (Oseas 11:3-4). Así es tu Padre del Cielo, contigo. ÁNIMO, QUE CADA DÍA ES UN NUEVO COMIENZO Y LO MEJOR ESTÁ POR VENIR. Dios te bendiga!!! facebook.com/DiegoHovhanessian

SALMO 139


Un padre tenía un hijo, un único hijo a quien amaba profundamente. Pero un día vino un asesino y lo mató. Entonces ese padre tenía tres caminos: 1° Buscar al asesino y matarlo, lo que sería VENGANZA. 2° Dejar todo en manos de la Ley. Esto sería JUSTICIA. 3° Buscar al asesino y perdonarlo, llevarlo a su casa, adoptarlo y darle su propio nombre. Esto es GRACIA, lo que Dios hizo con nosotros. Es un don, un regalo inmerecido. Pero a su vez es el fundamento de nuestra fe, porque hemos sido « salvados por la Gracia mediante la fe » (Efesios 2:8). Para vivir un matrimonio exitoso es necesario comprender el alcance de la GRACIA DE DIOS, por medio de la cual sostiene nuestras vidas y que es más grande y fuerte que cualquier esfuerzo personal. 1) EL MATRIMONIO REQUIERE TOTAL AUSENCIA DE EGOÍSMO «Que el marido cumpla su deber con la mujer; de igual modo la mujer con su marido. No dispone la mujer de su cuerpo, sino el marido. Igualmente, el marido no dispone de su cuerpo, sino la mujer. No os neguéis el uno al otro sino de mutuo acuerdo, por cierto tiempo, para daros a la oración; luego, volved a estar juntos, para que Satanás no os tiente por vuestra incontinencia.» (1 Cor 7:3-5). Tú «ya no eres dueño», por tanto el «yo» debe estar quebrantado. Por supuesto que habrá diferencias, diversas opiniones, pero para ambos, lo primero es Dios, entonces siempre se buscará Su Voluntad, o sea: lo bueno, lo agradable, lo perfecto. El tema está en que «no soy mío» Aquí Pablo hace hincapié en la intimidad conyugal, pero esto se aplica a todas las áreas del matrimonio. Las personas quieren «independencia», más nosotros queremos «dependencia» de Dios. Esa es la mayor libertad y es ahí cuando podemos darnos plenamente al otro. 2) EL MATRIMONIO ES UN COMPROMISO PARA TODA LA VIDA «En cuanto a los casados, les ordeno, no yo sino el Señor: que la mujer no se separe del marido, mas en el caso de separarse, que no vuelva a casarse, o que se reconcilie con su marido, y que el marido no se divorcie de su mujer. En cuanto a los demás, digo yo, no el Señor: si un hermano tiene una mujer no creyente y ella consiente en vivir con él, no se divorcie de ella. Y si una mujer tiene un marido no creyente y él consiente en vivir con ella, no se divorcie.» (1 Cor 7:10-13). Pablo lo repite 4 veces: no a la separación. No es negar los problemas, pero no importa cuán acalorada pueda ser una discusión, la separación no es una solución La Gracia puede restaurar el vínculo, pero está en manos de los esposos ser sensibles al obrar de Dios. Tal vez una persona en un momento de enojo, puede llegar hasta dar un portazo, pero su esposo/a (con la ayuda del Espíritu Santo) contestará con una palabra que aplaque la situación. Ningún matrimonio está exento de pasar por una crisis, pero por la Gracia de Dios, aún ese momento que amenazó la seguridad del hogar terminará por unirlos más fuertemente. Si en una discusión uno grita y el otro grita más fuerte pues todo se vuelve un caos. Pero si dejamos fluir la Gracia, si al menos uno de los dos cede a la Gracia en esa discusión, de seguro pondrá un freno a tiempo y generará un efecto que beneficiará a todos. 3) EL MATRIMONIO INCLUYE -ineludiblemente- PERÍODOS DE CONFLICTO «Por tanto, pienso que es cosa buena, a causa de la angustia presente, quedarse el hombre así. ¿Estás unido a una mujer? No busques la separación. ¿No estás unido a mujer? No la busques. Más, si te casas, no pecas. Y, si la joven se casa, no peca. Pero todos ellos tendrán su tribulación en la carne, que yo quisiera evitárosla.» (1 Cor 7:26-28). El apóstol Pablo nos habla acerca de los «ineludibles conflictos» del matrimonio, porque dice: «todos ellos tendrán su tribulación en la carne». Ahora bien, donde dice «tribulación» utiliza la palabra «thlipsis», que significa: «tribulación, presión, aflicción, sufrimientos». Cuando alguien se casa parece que lo hace con «la persona ideal», el «príncipe azul» o la «princesa encantada» pero con el paso del tiempo los problemas llegan, y sólo la Gracia nos permite superar los conflictos matrimoniales. 4)EL MATRIMONIO REQUIERE QUE LA MUJER ASUMA SU RESPONSABILIDAD PERSONAL «Sed sumisos los unos a los otros en el temor de Cristo: las mujeres a sus maridos, como al Señor, porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza de la Iglesia, el salvador del cuerpo. Como la Iglesia está sumisa a Cristo, así también las mujeres deben estarlo a sus maridos en todo.» (Efesios 5:21-24). La esposa es figura de la Iglesia y el esposo es figura de Cristo. Dice 1 Cor 6:17: «Mas el que se une al Señor, se hace un solo espíritu con Él». Así también ocurre con los esposos, que se unen para ser una sola carne (ver Gén 2:24 y Mt 19:4-6). La Iglesia sufre tanto por los desobedientes como por aquellos que no saben ejercer la autoridad. Y en el matrimonio ocurre lo mismo: el matrimonio sufre tanto por mujeres que no saben sujetarse, como por maridos que no saben ser cabeza. Aquí Pablo utiliza un término que denota «sujeción, obediencia». Esto es: que la esposa debe conocer cuál es su lugar en el matrimonio, conforme lo dispuso Dios, y así entregarse sin vacilación a su esposo. Mujer, tú debes ceder el control a tu marido. Es santo y sano que así lo hagas. Eso no te menosprecia, ¡todo lo contrario! Porque Dios exalta al que obedece Su Palabra. Esta es la responsabilidad personal que debe asumir la esposa, por la Gracia de Dios, y para ser colmada de abundantes bendiciones, porque recuerda que la bendición sigue a la obediencia. 5) EL MATRIMONIO REQUIERE QUE EL HOMBRE ASUMA SU RESPONSABILIDAD PERSONAL «Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella Así deben amar los maridos a sus mujeres como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer se ama a sí mismo. Porque nadie aborrece jamás su propia carne; antes bien, la alimenta y la cuida con cariño, lo mismo que Cristo a la Iglesia, pues somos miembros de su cuerpo. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá

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a su mujer, y los dos se harán una carne. Gran misterio es éste, lo digo respecto a Cristo y la Iglesia. En todo caso, también vosotros, que cada uno ame a su mujer como a sí mismo; y la mujer, que respete al marido.» (Ef 5:25-33). La responsabilidad de la mujer es sujetarse a su esposo, pero la responsabilidad del esposo es DAR LA VIDA por ella. El Ejemplo es Cristo. A ella se le pide que viva para él, y a él se le pide que muera por ella. La responsabilidad primera del esposo es «amar a su mujer». Hay muchas palabras que se traducen como «amor» en el griego bíblico, pero aquí hallamos el término «agapao», que viene de «agape», que es el amor en su máxima expresión, amor sacrificial que se demuestra en acciones. La Palabra dice que el marido debe amar a su esposa así como a su propio cuerpo. Por eso es menester para el hombre cuidarse, alimentarse correctamente, no fumar, etc., porque sólo así podrá «dar la vida» por su esposa. Yo, como esposo, debo cuidar mi cuerpo, pues éste ya no es mío, es de mi esposa. Al hacerlo estoy obedeciendo a Dios y a su vez amando y cuidando a mi esposa. La responsabilidad primera del esposo es entregarse por ella «sin condiciones», como Cristo lo hizo por la Iglesia. 6) EL MATRIMONIO REQUIERE QUE LA MUJER DESARROLLE SU PAPEL TAN PARTICULAR «Igualmente, vosotras, mujeres, sed sumisas a vuestros maridos para que, si incluso algunos no creen en la palabra, sean ganados no por las palabras sino por la conducta de sus mujeres, al considerar vuestra conducta casta y respetuosa. Que vuestro adorno no esté en el exterior, en peinados, joyas y modas, sino en lo oculto del corazón, en la incorruptibilidad de un espíritu dulce y sereno: esto es precioso ante Dios. Así se adornaban en otro tiempo las santas mujeres que esperaban en Dios, siendo sumisas a sus maridos; así obedeció Sara a Abrahán, llamándole Señor. De ella os hacéis hijas cuando obráis bien, sin tener ningún temor.» (1 Pe 3:1-6). Hermanos, tenemos papeles y roles distintos, comportamientos diferentes según nuestro género. Hombres varoniles y mujeres femeninas. Así evitaríamos muchos problemas. Donde esto no se cumple es porque no se conoce o no se practica la Palabra de Dios. Pareciera hoy que los roles están cambiados, y el resultado es un matrimonio maltrecho e hijos con serios problemas... Un marido no creyente de seguro no leerá la Biblia, pero si «leerá» la vida de su mujer. Por eso la Palabra exhorta a las mujeres acerca del peligro que significa sustituir lo interior con lo exterior. Por supuesto que esto no avala el abandonarse exteriormente, sino que habla de poner el énfasis en el lugar correcto. Mujer, debes cultivar tu interior, tu espíritu. Nada te embellece más que esto. El papel de la esposa es modelar la verdadera esencia femenina, o sea, los rasgos que Dios quiere y que el esposo valora. No dice que no te ocupes de lo exterior sino que no hagas de eso «lo primero» en tu vida. La esposa debe arreglarse: tú debes gustarle a tu marido. Dios quiere eso y que siempre se mantenga (y se acreciente) la atracción entre ambos; así que debes ocuparte de tu estética, pero entendiendo bien cuáles son las prioridades. 7) EL MATRIMONIO REQUIERE QUE EL HOMBRE DESARROLLE SU PAPEL TAN PARTICULAR. «De igual manera vosotros, maridos, en la vida común sed comprensivos con la mujer que es un ser más frágil, tributándoles honor como coherederas que son también de la gracia de Vida, para que vuestras oraciones no encuentren obstáculo.» (1 Pedro 3:7). Hay hombres que oran y no reciben respuesta... lo que ocurre es que muchos maridos no están viviendo debidamente su vida matrimonial. No estoy hablando de casos extremos como la infidelidad, sino de lo que nos exhorta el versículo, un verdadero desarrollo y crecimiento de la vida matrimonial. Dice: «en la vida común». O sea, compartir, intimar, convivir. No es un simple «perdurar» bajo el mismo techo. Hay matrimonios que sólo hablan de los hijos, de cuentas por pagar y de problemas domésticos... Falta intimidad, falta diálogo, falta interés por el otro, falta compartir. Necesitamos sabiduría para convivir. Debes conocer a tu esposa. Debes ganar la confianza mutua, día a día. No se puede tener la relación del principio. Debe haber crecido, ser más sólida, mejor. Cada uno tiene un papel que cumplir y cuando se unen, todo lo que emprendan será de bendición que también se verá reflejada en los hijos. Vuelvo al mensaje de la Gracia y te digo que lo que pasó ya es parte del pasado. Así como cuando vinimos a Cristo la Gracia hizo de nosotros «nuevas criaturas», de ahora en adelante esa misma Gracia será el distintivo de nuestro matrimonio. Esta Gracia nos transformará en un matrimonio fuerte, amoroso, alegre, lleno de poder para superar situaciones difíciles, y fructífero para la Gloria de Dios. BREVE EXTRACCIÓN DE LA PRÉDICA DE DIEGO HOVHANESSIAN



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