Boletín estudiantil con Ánimo de Lucha
l i t n a i d u t s Boletín e cha u L e d o con Ánim
Colombia y la extracción de recursos naturales
¿Un problema estructural?
COLOMBIA Y LA EXTRACCIÓN DE RECURSOS NATURALES
1. Contexto nacional 2. Gran minería en Colombia -
Oro
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Carbón
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Níquel
3. Problemática actual: minería artesanal, pequeña y mediana 4. Desenmascarando la locomotora minera -
Empleo
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Regalías e impuestos
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Daño ambiental
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Desarrollo social
5. ¿Un problema estructural?
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1. Contexto nacional La minería a gran escala es una herencia colonial. En aquella época, la minería, como forma de saqueo de los recursos naturales por parte de España en Latinoamérica, llevó al exterminio de millones de indígenas. En Antioquia por ejemplo, la población descendió de 1 millón a 100 mil entre 1500 y 1560. A parte de acabar con la población nativa, los colonizadores causaron la muerte de miles de esclavos negros traídos desde África para continuar el saqueo[1] Hoy en día para el gobierno, el sector minero es una de las locomotoras del crecimiento. La economía colombiana es mucho más dependiente de este renglón de la producción que hace una década. En el 2002 el 60% de las exportaciones lo representaban productos industriales y sólo el 30% productos mineros e hidrocarburos, en el 2012 se han invertido las cifras, el mayor crecimiento de la economía obedece a este último[2] y está en manos de 18 grandes compañías que concentran el 30% del área titulada en el país. Ayer, la minería al servicio de España condujo al exterminio de nuestro pueblo indígena, más de 500 años después, ¿nos conducirá esta “locomotora” hacia el desarrollo?
2. Gran minería en Colombia Analicemos más de cerca 3 casos de gran minería en el país:
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Oro
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Mundialmente un 49% de la demanda fĂsica de oro en la actualidad se destina a joyerĂa, un 41% en forma de inversiĂłn en barras y monedas y un 10% en industria[3].
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Caso la Colosa en el Tolima La Colosa es el descubrimiento de oro más importante del mundo. Durante una década puede producir unas 800.000 onzas de oro por año, casi un 20% de la producción mundial[4]. Esta fue concedida a la Anglogold Ashanti, multinacional Sudafricana que financió grupos paramilitares en la República del Congo[5]. La explotación en este yacimiento será a cielo abierto (MCA) con lixiviación de cianuro y otros químicos que hacen rentable la extracción del oro microscópico. Con la MCA es necesario deforestar completamente y remover la tierra fértil para dejar al descubierto la roca madre debido a que el oro se encuentra en las rocas más profundas. Diariamente se utilizan cantidades inmensas de dina-
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mita para la fragmentación de la roca (para la mina La Colosa se habla de unos 382 millones de toneladas de tierra removida durante la vida de la mina). Una vez removida, se pulveriza la roca y comienza el proceso químico, que conlleva grandes cantidades de agua, que acaban cargadas con metales tan nocivos como el Mercurio [6]. La explotación se tiene pactada para inicios del 2018, a pesar de las diversas manifestaciones y negativas de la comunidad para no dejar establecer el proyecto en sus tierras.
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Carbón
Colombia posee la mina de carbón a cielo abierto más grande del mundo, el Cerrejón (Guajira) con 69 mil ha y una producción de más de 30 millones de ton/año [7]. Un 28,77% del área del departamento está bajo títulos mineros o bajo solicitud, algunos de las cuales cobijan ecosistemas estratégicos como la Sierra Nevada de Santa Marta. Todo ello porque es una de las zonas del país que mayor recursos energéticos alberga, con un 43% de las reservas nacionales de gas en manos de Texaco, y un 56.6% del carbón. Aun así, aunque la minería representa un 54,4% del PIB de la Guajira solo representa el 2,9% del empleo. En 1990 se sembraban en la Guajira 35.172 ha, principalmente para arroz y maíz. Al 2008 solo se sembraban 14.146 ha de un total de 104.963 aptas para la agricultura, de manera que el agro era cerca del 20% del PIB del departamento en los años 70, hoy es sólo el 6,1% y los empleos perdi-
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dos no se trasladaron a la minería. En el 2005 el desempleo era de 5,7% y en el 2010 de 9,2%. Luego de 30 años de explotación, sólo en 2011 se plantaron 1’200.000 árboles para recuperar el 10% del área afectada por la remoción de la capa vegetal y los explosivos a base de nitrato que se utilizan anualmente, que son del orden de 3 bombas atómicas como las utilizadas en la segunda guerra mundial [8]. Pero estos costos son externalidades (costos externos a la multinacional) que no son tenidas en cuenta por esta y que debe asumir la comunidad.
Mina del cerrejón. Imagen tomada de www.elespectador.com
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Finalmente, las condiciones sociales en la zona no han cambiado en 30 años de minería como lo muestra la siguiente tabla: Factor social
% población
Pobreza
57,4%
Pobreza extrema
42,4%
Analfabetismo
60%
Acueducto
51,64%
Alcantarillado
38,96%
Índice de Necesidades Insatisfechas (NBI)
65,23%
Índice Gini (mide desigualdad, con 1 para la mayor desigualdad, 0 para la igualdad perfecta)
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0,615
Níquel
La Unión Matoso, el pueblo más miserable de Colombia [9], está a los pies de Cerro Matoso, la mina de níquel a cielo abierto más grande del continente y la cuarta en el mundo. Hoy es propiedad de BHP Billiton, la multinacional minera más grande del planeta. La planta produce 50.000 toneladas anuales de ferroníquel que se exporta a las principales metrópolis del mundo. En tres décadas de explotación, según datos suministrados por la empresa, Cerro Matoso ha exportado 910.000 toneladas de níquel, que en ingresos brutos equivalen a 20,9 billo8
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nes de pesos (11.000 millones de dólares). Aún con tan fabulosa fortuna, los pueblos que la rodean siguen en la miseria y sus habitantes se quejan de extrañas enfermedades.
Zona de explotación de Cerromatoso
Según testimonios, el viento lleva el polvillo hasta ellos. Penetra en sus pulmones, en sus ojos, en su piel. Se posa sobre
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sus techos y escurre con la lluvia a las canaletas y a los tanques de agua de consumo. La compañía, por su parte, niega que emita escoria y destaca que "en sus 30 años de operaciones, no ha recibido nunca una sanción por incumplir la legislación ambiental colombiana". El problema es que para las 3000 minas legales que existen, solo hay 16 funcionarios encargados de ver que todo esté en orden. En el pueblo no hay un puesto de salud, ni alcantarillado, ni siquiera agua pura para lavar las heridas, las carreteras son destapadas y cubiertas con residuos de la mina. Carecen de cualquier servicio público, aunque al frente tienen una industria con alta tecnología y unas instalaciones que consumen tanta energía eléctrica como toda Barranquilla. Además, 80 ex-empleados hoy hacen trámite en un juzgado de Montería porque fueron retirados de la empresa por enfermedades respiratorias, problemas motrices, erupciones cutáneas y accidentes de trabajo. Según sus testimonios, adquirieron estas enfermedades por inhalar gases, por manipular reactivos, por trabajar en los hornos, en la refinería y por entrar en contacto con el material particulado que emite la planta. La Unión Matoso no es la excepción a la frase "Pueblo de mina, pueblo de ruina" [10]
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3. Problemática actual: minería artesanal, pequeña y mediana La minería informal es una actividad tradicional y centenaria, que ocupa a más de 400.000 familias en casi la mitad de los municipios de Colombia [11]. Aproximadamente dos millones de personas viven de la minería a pequeña y mediana escala. De las cifras presentadas por el Ministerio de Minas y Energía recolectadas con el censo minero 2009-2011, se concluye que existen 14.357 Unidades de Producción Minera (UPM), el 56% de las cuales declara no tener ningún tipo de título minero. En un informe de Global Business Reports realizado en diciembre de 2011 para E&MJ (Engineering and Mining Jour-
El barequeo es una de las formas de minería artesanal
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nal) y titulado “Minería en Colombia. El último gran tesoro andino” se afirma que según datos oficiales el 70% de la producción de oro en el país es informal, con unas 3.600 minas ilegales en todo el territorio nacional. Frente a esta situación, el gobierno decidió iniciar un proceso de formalización de la “minería de hecho”, así como adoptar un paquete de medidas para combatir lo que denominó “minería criminal”, sin marcar claros límites entre esta y la minería informal o de hecho. Las medidas de formalización constituyen un conjunto de requerimientos, normativas y trámites que debe cumplir todo aquel que desee obtener un título minero con el cual legalizaría la explotación. Al respecto, la Defensoría del pueblo, en su informe Minería de Hecho en Colombia – publicado en diciembre de 2010 – afirma que “legalizar una actividad minera, para los pequeños mineros puede ser un proceso tortuoso y de alto costo en tiempo y dinero, frente a las limitadas ventajas que ofrece…Además, en las áreas remotas donde trabajan, el gobierno nacional y las autoridades territoriales generalmente carecen de capacidad para regular, controlar o apoyar estas actividades distantes”. En el mejor de los casos, los programas de legalización obligan al pequeño minero a una relación de subordinación con las grandes empresas mineras. Así se evidencia en el discurso del Viceministro de Minas en el II Congreso de la Minería a Gran Escala donde afirma que “en 2012 fue lanzado el primer programa de formalización minera, para que los pequeños mineros puedan vincularse a una compañía que tenga el amparo de un título” [12]. 12
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A pesar de ello, como señala Mario Alejandro Valencia, de la Confederación Nacional de Mineros “durante dos décadas se han iniciado seis procesos de formalización de mineros que fracasaron por falta de voluntad política”. Esto se enmarca en el conjunto de políticas que en la última década se han formulado para favorecer la Inversión Extranjera Directa (IED) criminalizando la minería informal, confundiéndola con la minería asociada a prácticas criminales y guerreristas. El gobierno no habla de perseguir a la minería ligada directamente a la financiación de grupos armados ilegales, sino a cualquier tipo de esta actividad que carezca de título o de licencia ambiental: en la práctica, todas las formas de minería menos la gran minería transnacional. El Gobierno prometió formalizar a los mineros artesanales y lo que hizo fue meterlos en el mismo costal de los grupos armados ilegales.
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Desde 2002, el entonces ministro de minas y energía, Luis Ernesto Mejía, comenzó a referirse a la minería informal como un obstáculo para la confianza inversionista del gobierno de Uribe: “buena parte de la actividad minera que se lleva a cabo en el territorio nacional se desarrolla a escalas menores, definida en muchos casos por la informalidad y el carácter de subsistencia, frente a la cual se establece un interrogante en términos de rentabilidad, sostenibilidad y competitividad”. En contraste, un dirigente manifiesta: “Hay quienes piensan que el gobierno nos persigue para proteger la biodiversidad del país; lo cierto es que somos un obstáculo para que la Locomotora Minero-Energética funcione a plena marcha y únicamente lo hará si logran despojarnos de nuestros territorios, para entregárselos a las transnacionales de la gran minería” [13]. Es por este conjunto de políticas que la minería pasó de participar en un 2% a un 24% de las exportaciones en 2010, mostrando el “boom” actual de la gran minería [14]. Frente a esto, los pequeños y medianos mineros han tenido que emprender un proceso de lucha con el cual exigen principalmente, que se anulen aquellas leyes en las que el Gobierno los criminaliza y en las que declara que no se pueden hacer actividades mineras sin poseer una licencia o un título que lo permita. Su pliego de peticiones empieza por la derogación del decreto 2235 de 2012, que autorizó a la Fuerza Pública a destruir maquinaria de mineros sin título, registro minero o licencia ambiental. 14
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“Pedimos que por medio de normas se establezca la diferencia entre la minería artesanal y la ilegal, que es la que afecta al país”, dice un dirigente gremial. Exigen que se les respete el derecho constitucional al trabajo.
4. Desenmascarando la locomotora minera -
Empleo
El empleo (entre 1998 y 2003) en el sector agropecuario pasó de ser un 68,4% a un 55,4%, mientras que el de minas pasó de 1,7% a un 2,3% [15]. Es decir que la agricultura, genera mucho más empleo que la minería. En Drumond, Cerromatoso y el Cerrejón la tasa de tercerización del empleo, es decir, trabajadores que no tienen un contrato directo con la empresa, sino que son contratados a
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través de diferentes cooperativas, es de un 53%. Así la empresa se libera, por ejemplo, de pagar prestaciones sociales. Frente a los ingresos de los trabajadores de esta rama, en el país el salario es de 4,7 dólares mientras que en Estados Unidos un minero gana 23 dólares la hora, es decir que nuestros mineros ganan 5 veces menos (2011) [16]. Con relación a la seguridad ocupacional, en la minería colombiana se trabajan 60 horas semanales y a pesar de los evidentes peligros, esta no es declarada de alto riesgo para evitar la jubilación con 700 semanas trabajadas. Así que como podemos ver la gran minería no es una fuente de empleo significativa respecto al agro.
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Regalías e impuestos
Es el pago que recibe el Estado por la extracción de recursos no renovables. Para el caso del oro la tarifa que se cobra es la misma para cualquier volumen de producción y no ha aumentado aun cuando el precio de la onza pasó de 270 a 1400 dólares [17]. El costo anual de las exenciones (dinero que se les devuelve) a las multinacionales por reinversión de activos suma cerca de 4 billones de pesos, el 75% de lo recaudado por la regalía. Una parte importante de sus inversiones, como las de las de responsabilidad social empresarial y ambientales, pueden constituirse en exención a la renta, además de que las importaciones de maquinaria y repuestos están libres de aranceles. 16
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Sus exportaciones por otro lado, no pagan o se les devuelve el IVA. Y si la compañía, como es el caso de la Drumond y Cerrejón, se ubican en zona de frontera, el precio de los combustibles llega máximo al 40% del cobrado a los colombianos y se les exonera de la tarifa de impuestos por su consumo; 32%, para la gasolina, y 23% para el diesel.
Además se les eliminó el impuesto a la salida de utilidades que en 1990 era del 20% y entre 1996 y 2006 era de 7% [18]. Por el contrario a los colombianos de a pie se les cobra IVA, retefunte, renta, industria y comercio, predial, valorización, etc. Lo que muestra a favor de quien está jugando el Estado colombiano y sus leyes.
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Daño ambiental
Actualmente la comunidad paga los costos ambientales, las externalidades, es decir, costos como la pérdida del área 17
boscosa, contaminación de aguas, alteración climática, envenenamiento de fauna entre otros importantes componentes del medio ambiente que prestan servicios ecosistémicos (absorción de gases de efecto invernadero, regulación de crecidas de ríos, alimentos, etc.) y que por lo general son muy difíciles o imposibles de recuperar. Generalmente no se habla de los casi 4 millones de kilos de cianuro que se utilizarán anualmente para extraer el oro en el caso de la mina la Colosa (actualmente se encuentra prohibida y regulada la minería con lixiviación de cianuro en Colorado –EEUU-, Montana –Canadá-, Turquía, República Checa, Argentina, Costa Rica, Alemania, y la Unión Europea [19]). Tampoco se habla de los 9 millones de metros cúbicos de agua anuales que gastará, lo cual equivale al consumo de unas 500.000 personas en una zona en donde solo hay 20.000. Además de esto, la mayor parte de las minas del mundo generan un problema de drenaje de aguas ácidas con presencia de metales pesados como el arsénico y el cobalto. También deja enormes volúmenes de gases de efecto invernadero. La contaminación dejada por la minería a cielo abierto puede durar décadas y en algunos casos siglos [20], sin olvidar el deterioro paisajístico, ya que en lugares en donde había bosques quedan grandes cráteres en la tierra.
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Desarrollo social
Los mayores índices de pobreza se encuentran en los departamentos en donde la explotación de recursos naturales ha 18
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sido intensa y en donde se encuentran las más grandes multinacionales; Choco con un 64%, Córdoba con un 61% (sin olvidar que aquí el municipio de la Unión matoso es considerado el más miserable de Colombia[21]), y la Guajira con un 57,4% [22], además que es conocida la problemática
5. ¿Un problema estructural? Según el Plan Nacional de Desarrollo (PND) “la estrategia está enfocada en buscar una mayor participación en el negocio minero de los segmentos con mayores posibilidades para dinamizar el crecimiento del sector” [23]. Pero ¿qué implica esto?, ¿Qué implica acabar con los pequeños y medianos mineros para dejarle todo al campo de las trasnacionales? En Colombia, el problema minero es una importante manifestación del papel que a nivel mundial se le viene imponiendo, por parte de potencias imperialistas, a los países del tercer mundo: un papel de proveedores baratos de materias primas, con el que únicamente se enriquecen las multinacionales que los explotan. Pero además, este problema, pasa por coartar y reducir la industria nacional, con lo cual, a la par del modelo extractivista, se impone el modelo de las importaciones de todo aquello necesario para el consumo interno, que bien podría ser producido en nuestras tierras, con nuestros recursos naturales y en nuestra propia industria, pero que hace parte también del entramado de negocios que tienen los grandes 20
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propietarios de la tierra y el capital en nuestro país con el imperialismo, clases en cuyas manos está el poder del Estado Colombiano, desde donde acuerdan las políticas que fomentan y permiten el saqueo y el enriquecimiento de unos cuantos a costilla de la miseria de las mayorías y del sometimiento de nuestra nación, del que obtiene sus jugosas ganancias. No olvidemos la época de la colonia, en donde España saqueaba nuestras materias primas mientras la gente moría de hambre y de cansancio físico por la esclavización a la que era sometida. La explotación abusiva de hoy, amparada por las leyes como ayer, también nos condena al atraso y la miseria, lo cual no es coincidencia, es producto de la continuidad en el poder de una minoría que solo busca enriquecerse a costa del trabajo de la gran mayoría, y que están ligados a los intereses de una u otra potencia, antes España, luego Inglaterra y hoy Estados Unidos. Es por eso que la lucha contra el saqueo de recursos, concretamente el minero, hace parte de la defensa de la sobera21
nía de nuestra nación, de la lucha por generar un verdadero desarrollo nacional, al servicio de las mayorías y no de unos cuantos que unidos con el imperialismo, desangran nuestras tierras y a nuestra gente. Este problema, así como la mayoría de problemas en Colombia, está dado sobre la base del problema agrario , cuya raíz es la tenencia de la tierra y de los recursos en manos de unos pocos, que dejan en el campo a miles de labriegos sin su principal herramienta para trabajar, llevándolos a buscar en la minería una forma de sobrevivir. Si vemos un poco más allá veremos que no es sólo un problema de Colombia, sino de todos los países de lo que llaman el “tercer mundo”, fruto del desarrollo desigual del mundo por el cual hoy unos países son potencia y otros somos oprimidos, como lo explicara V. I. Lenin: “cuanto más adelantado se halla el desarrollo del capitalismo y con mayor agudeza se siente la insuficiencia de materias primas en todo el mundo, tanto más encarnizada es la lucha por la adquisición de colonias (…) el capital (…) manifiesta la tendencia general a apoderarse de las mayores extensiones posibles del territorio, sea el que sea, se halle donde se halle, por cualquier medio, pensando en las fuentes posibles de materias primas y temerosos de quedarse atrás en la lucha rabiosa por alcanzar las últimas porciones del mundo todavía no repartidas o por conseguir un nuevo reparto”[24]. Es así como debemos ver la necesidad imperante de transformaciones, no solo a nivel de la minería, sino del sistema que hoy predomina: el dominio del imperialismo, que de la 22
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mano de sus lacayos nacionales –grandes industriales, banqueros y terratenientes- obstruyen el desarrollo de nuestra
Paro agrario nacional, movilización en Nariño.
nación y saquean nuestras tierras y a nuestra gente.
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Notas
[ 1] Suarez, Aurelio “la minería colonial del siglo XXI”. Bogotá 2013. Pág. 37 [2] Ibíd. Pág. 23 [3] bíd. Pág. 51 [4] Ibíd. Pág. 59 [5] El salmón revista de expresión cultural. El lado oscuro de Anglogold Ashanti. Edición julio-Diciembre, 2009 [6] El salmón revista de expresión cultural. Mega minería, contaminación a cielo abierto. Edición julio-Diciembre, 2009 [7] Suarez, Aurelio. la minería colonial del siglo XXI. Bogotá 2013. Pág. 60 [8} Ibíd. Pág. 102 [9] Revista semana. Cerro Matoso: mina rica, pueblo pobre. http:// www.semana.com/nacion/articulo/cerro-matoso-mina-rica-pueblopobre/262408-3 [10] Ibíd. [11] Razón pública. Paro minero: entre confusión semántica y arbitrariedad. file:///G:/mineria/Miner%C3%ADa/articulos/An%C3%A1lisis% 20de%20la%20actualidad%20%20%20RazonPublica.com.htm [12] Hernández, Camilo. Política de formalización desencadena paro nacional minero. file:///G:/mineria/Miner%C3%ADa/articulos/Pol%C3% ADtica%20de%20formalizaci%C3%B3n%20desencadena%20paro% 20nacional%20minero.htm [13] La F.m. El pliego de peticiones de los minero colombianos tras anunciar que van a paro. http://www.lafm.com.co/noticias/el-pliego-depeticiones-de-los-141628#ixzz2ZWIXTBcv [14] Suarez, Aurelio. la minería colonial del siglo XXI. Bogotá 2013. Pág. 98 [15] Ibíd. Pág. 74 [16] Ibíd. Pág. 77 [17] ibíd.. Pág. 83 [18] El salmón revista de expresión cultural. La desastrosa política minera. Edición agosto-octubre, 2010 [19] El salmón revista de expresión cultural. Campaña contra el uso del cianuro en minería. Edición agosto-octubre, 2010 [20] El salmón revista de expresión cultural. El lado oscuro de Anglogold Ashanti. Edición julio-Diciembre, 2009
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Boletín estudiantil con Ánimo de Lucha [21] Revista semana. Cerro Matoso: mina rica, pueblo pobre. http:// www.semana.com/nacion/articulo/cerro-matoso-mina-rica-pueblopobre/262408-3 [22] Suarez, Aurelio. la minería colonial del siglo XXI. Bogotá 2013. Pág. 105 [23] Ibíd. 95 [24] Lenin, Vladimir. Imperialismo fase superior del capitalismo. Obras escogidas, tomo III. Moscú 1961. Pág. 759-760
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