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EDITORIAL

EDITORIAL INGENIERÍA PARA TODOS

Miguel Iriberri Vega

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Presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Ingenieros Industriales

Todos los números de Conexión Industriales son especiales, pero en esta ocasión, y dada la temática que abordamos, quiero poner el foco en las compañeras ingenieras industriales a las que entrevistamos, y que son una pequeña representación de las muchas mujeres que se dedican a esta profesión, así como gran ejemplo para las generaciones venideras.

Observando la realidad que nos envuelve comprobamos que, aunque las mujeres son mayoría en todos los niveles de enseñanza, son minoría aplastante en los estudios de ciencia y tecnología. Es una realidad que estudian Ingeniería muchas menos mujeres que hombres, lo que lleva implícito que en las empresas e industrias de base tecnológica haya una abultada desigualdad de género.

A lo largo de la historia las mujeres se han mantenido alejadas de la evolución tecnológica debido fundamentalmente a una sociedad que ha asignado diferentes roles en función de sexos y que ha considerado que determinadas profesiones o trabajos (como la Ingeniería) no fueran adecuados para las mujeres.

Así mismo, desde edades tempranas, los chicos han mostrado una visión más enfocada al aprendizaje teórico-práctico, mientras que las chicas han buscado que su actividad reporte un beneficio a la sociedad.

Los tiempos han cambiado y la sociedad va evolucionando, pero siguen existiendo esas barreras inherentes y atribuidas a la dificultad para compaginar familia y trabajo. Aún se mantiene el estereotipo de que las empresas de base tecnológica requieren jornadas prolongadas con poco tiempo de desconexión laboral que conlleva dificultades para la maternidad, ello repercute en el menor interés de las mujeres por estudios STEAM.

El mercado laboral y el desarrollo del mismo, nos lleva a pensar que en el futuro serán cada vez más necesarios conocimientos en Ingeniería y tecnología. A medida que avance la digitalización, es obvio que van a aparecer más puestos de trabajo que requieran de estos conocimientos y si tenemos

en cuenta que además se corresponden con puestos ejecutivos, bien remunerados y de reconocimiento social, es preocupante esta desigualdad de género que, si no se encamina a que las mujeres participen en estas titulaciones universitarias, tenderá a acentuarse.

Las mujeres han luchado y siguen haciéndolo por conseguir igualdad en el mercado laboral, la Ingeniería y las ingenieras son necesarias y para ello las empresas han de cambiar su cultura con respecto al tiempo de trabajo, a la presencia física, al teletrabajo y al valor de la conciliación entre la vida laboral y familiar, han de potenciar las vocaciones, facilitar la promoción, el crecimiento y la carrera profesional.

Merece la pena estudiar Ingeniería y hacer comprender a las niñas que la Ingeniería cumple con una gran función social y humanitaria. Es la Ingeniería la que aborda, desde el progreso de la medicina y la ayuda a los países más desfavorecidos, hasta soluciones que cuidan del medio ambiente. La Ingeniería Industrial mejora el mundo y la vida de las personas, y ahí es donde confluye con la vocación inherente en las mujeres de cuidar y proteger. Hemos de trabajar para generar una visión de igualdad en un mercado laboral sostenible y de futuro.

El desarrollo de las nuevas tecnologías no puede dejar fuera a las mujeres y para ello es necesario que ellas estudien Ingeniería.

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