NOVEDAD DESDE LA RAÍZ
Hermanos todos del Racó: con motivo del adviento, me pongo en contacto con todos vosotros y confiaros secretos del Racó. Nuestros secretos son siempre pequeños esbozos que nacen siempre desde el silencio de Dios, que sigue siendo profundamente eficaz y generosamente locuaz. Es por ello que los secretos del Racó son atisbos novedosos que engalanan de luz y armonía la aparente monotonía de cada día; novedosos, dado su origen de quien todo lo renueva y todo lo re-crea. Y, ahí en el silencio de Dios, Él, el Señor, nos enseña a contemplar el mundo y las personas con sus ojos de amor y compasión. He aquí la verdadera lucha de la vida: O NOS DOMINAN NUESTRAS PROPIAS Y ABSURDAS PREOCUPACIONES, O ABRIMOS NUESTRO CORAZÓN AL REGALO DE LA MIRADA DE DIOS. La victoria en esta lucha no viene de nuestro esfuerzo, ni de nuestra capacidad de programación, sino de nuestra disponibilidad y desprendimiento. Y aquí, en este punto importante de nuestra disponibilidad y desprendimiento, es el lugar idóneo, oportuno y eficaz, en el que el silencio de Dios se identifica con el nuestro; y, de ese abrazo amoroso, surge y resurge la verdadera misión de nuestra vida. Somos, de verdad, aquello de lo que somos capaces de desprendernos; Y recibimos en proporción a aquello de lo que nos desprendemos. Y así es como nuestra misión bebe de continuo en la verdadera fuente, que siempre tendremos al alcance de nuestras manos, aunque sea de noche. Esta fuente divina nos enseña a mirar y contemplar a todas las personas con sus propios ojos de compasión y de misericordia. Ello exige, como la cosa más natural y lógica, ese pequeño e insignificante trabajo, que está de base en todo nuestro caminar, como es el de olvidarnos de nosotros mismos. Dios nos enseña, con su venida, que ser felices es solucionar los problemas de los demás. Es, entonces y sólo entonces, cuando la compasión y misericordia llegan a su plenitud, se identifican con el amor y constituyen el verdadero sentido de la paz que el Señor ha venido a traernos a la tierra.
Mirad, es un secreto del Racó: el aparente retiro es fuente de encuentro con los demás; el silencio es el mejor mecanismo de lectura eficaz y profunda de todo lo que existe a nuestro alrededor; vaciar nuestra vida es encontrar siempre a nuestro hermano necesitado. El adviento cumple y nos enseña este mismo cometido: EL Señor está cerca, va a venir, quiere cambiar nuestro corazón. Y eso significa que quiere las llaves de nuestra vida e inspirar todas y cada una de nuestras manifestaciones. Todas deben tener su origen en la fuente divina que no se agota nunca; y ahí, encontraremos, exteriormente, al hermano necesitado, e interiormente, el manantial de vida, paz y amor que, inútilmente y en tantas ocasiones, hemos buscado en otras latitudes. Es el adviento, el tiempo de la espera; y esperamos, porque, ansiosa y amorosamente, experimentamos que nos falta algo. Es el adviento, el tiempo de espera; y esperamos que Dios susurre a nuestro oído aquella palabra eficaz que alivie nuestro corazón y lo abra definitivamente. Es el adviento, el tiempo de espera; y esperamos cruzar nuestra mirada de paz y amor con todos nuestros hermanos, viviendo la comunión que supone la venida de Cristo. Es el adviento, el tiempo de espera; el tiempo de de sentir y experimentar, con la fuerza del mensaje de Jesús, los sufrimientos, penas, tristezas y contradicciones de los demás. Es el adviento, el tiempo de espera, el tiempo de descubrir esa raíz nueva, esa que puede que esté sin estrenar, y está en el fondo de todas mis preocupaciones, y dejar que repose definitivamente en los brazos del Señor. Es el adviento, el tiempo de la espera y, no olvidemos, el que se acerca es el Señor, que sueña, y para eso viene, con un mundo más justo, y, para conseguirlo, ha PENSADO EN TI Y EN CADA UNO DE NOSOTROS.
Hermanos todos del Racó, hacemos una plegaria especial, para que el Señor ilumine nuestro caminar, libere nuestras vidas y nos haga vivir la navidad como un VERDADERO ENCUENTRO CON DIOS, CON LOS HERMANOS NECESITADOS Y CON ESTE MUNDO, EN EL QUE, PROVIDENCIALMENTE ÉL NOS HA COLOCADO. Buen Adviento y eficaz preparación a la Navidad. Vuestros hermanos LLopis.
29 de Noviembre 2010