VIVENCIA DE UNA FIESTA DESEADA Los días 8, 9 y 10 de Julio celebrábamos los veinticinco años de existencia del Racó. Liberándonos del criterio cuántico de la celebración, nos remitiremos única y exclusivamente al gozo y vivencia que ella nos reportó, aún a sabiendas de la enorme dificultad de plasmar dichos sentimientos en una sencilla crónica. Los tres días estuvieron jalonados por conciertos, plegarias, eucaristías, acogida de hermanos y profunda convivencia. No eran los recuerdos los que nos estimulaban y proyectaban; era, sobre todo, LA PRESENC IA V IVA D E U NA CO M U N I DAD QUE, ANC LADA E N U N PR I NC I P IO, DA ESTAB I L I DAD, PROYECC IÓN Y H OR IZON TE A M UC HOS H E R MANOS. De esta manera, se estructuraron dichos días como un camino que recorremos en nuestro quehacer diario. Y así, el lema del primer decía ponía la base de la celebración: EL
CAM I NO
DE
D IOS
REPOSA
EN
UN
CORAZÓN
D ESAPROP IADO Y AB I ER TO A LA ACOG IDA. Luis Guitarra, con su buen hacer musical y Carmen Sara, con sus delicados cuentos, pusieron melodía a esta hermosa letra, sin olvidar el grupo KARMEL, de Vila-real, y el coro VEUS DE PAU, de Tales. Y el resultado fue CLAR I DAD, EST Í M U LO Y GOZO en todos los que vivimos este hermoso día. Nos lo había puesto todo fácil y al alcance de la mano el Señor, con sólo desapropiarnos de nosotros mismos y abrir nuestras manos a los hermanos. El segundo día era consecuencia lógica de la vivencia del primero. He aquí su presentación: LA F RATER N I DAD ES EL RE F L EJO DE D IOS E N LA T I E RRA H U MANA.
Y
EL
SENT I DO
P LENO
DE
TODA
PERSONA
Desapropiados, vivimos la fraternidad, que es la plenitud de lo que Dios quiere de cada uno de nosotros. Sólo en la comunión Dios ha dibujado la verdadera historia de toda persona humana. No hay otro camino que conduzca a las cumbres de la madurez de toda criatura, que el camino de la fraternidad. Y esto haciéndolo con claridad, perfección, facilidad y gozo, Ser conscientes de ello, nos hace relativizar, marginar e incluso despreciar todo aquello que no alimente el ambiente de fraternidad. La sencillez y profundidad del cantautor Juan Carlos Prieto y la fogosidad del hermano juglar de Dios, Gabi fueron el alimento oportuno, que nos hizo vibrar con este regalo de Dios, que es la fraternidad. El tercer día fue el colofón y digno remate a todo lo que ya habíamos vivido. Lo expresábamos de este modo: Y E L SEÑOR, M I RÁN DONOS CON CAR I ÑO, V IO QUE TODO ERA BUENO. Y es que es así. Y es así, porque la fraternidad es una nueva re-creación de la persona humana, y Dios, al contemplarla, disfruta de su obra. No es nuestra obra. Es el mejor regalo que podemos recibir de Dios. Y Él, el Señor, nos lo da, con sólo abrir nuestras manos. No se puede recibir más, poniendo tan poco por nuestra parte. Este ambiente de fraternidad flotaba en cada una de los actos programados: en la romería de las cañas, con su frase personalizada; en la presentación de cada una de las comunidades, entre ellas la comunidad de Jesús, que nos honró con su presencia; intensificaba este ambiente, la comida participada y la fiesta posterior; ES SIE M PRE FÁC I L HACER F I ESTA, SI D IOS U N E U N CORAZÓN SANO Y LA PRESENC IA D E H E R MANOS. Y el remate final, la eucaristía. No fue preciso prepararla. Ella fue el canto de la espontaneidad. Vivíamos con tal intensidad la presencia de un Dios hecho
hermano, que las palabras, los gestos, las actitudes e incluso las lágrimas fluían con luz propia y con la fuerza de un Dios, que es de donde manaban. ¿Veis? Ésta fue la vivencia de nuestros veinticinco años. Con ella, queríamos presentar y ofrecer, y creo que lo conseguimos, la fraternidad, regalo de Dios, como el camino más fácil, que conduce hacia nuestra plenitud en la fe. Y, desde la fuerza de Dios, decimos: SI NO ES FÁC I L, ES I M POS IBLE. Así lo vivimos en nuestros veinticinco años, y, con la misma sencillez, lo hemos plasmado en estas líneas para regocijo, estímulo y bien de todos los hermanos.