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EL "PROYECTO DARWIN": MOTIVACIONES, ALCANCES Y OBJETIVOS (1978 - 19861.
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COMISION NACIONAL DE INVESTIGACION CIENTIFICA Y TECNOLOGICA
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E INDICE
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Prefacio Introducción
1
I. Una Jornada a Través del Tiempo 1.
2.
3.
2
El viaje del H.M.S. "Beagle" (1831-1836)
2
La partida
2
El naturalista a bordo del "Beagle"
3
El larco camino hacia el Oricen de las Especies (1837-1859)
9
Darwin y el planteamiento del problema
9
"Teoría de la descendencia cori modificaciones a través de la variación y la selección natural
12
El Origen y su impacto en la ciencia y la sociedad
13
Los vacíos en la teoría darwjnjana. El neodarwinismo
20
La historia post Origen (1859-1882)
21
II. La "Operación Darwin" 1. 2.
3. 4.
23
Origen y desarrollo del Proyecto Darwin (PD)
23
El Proyecto Darwin: ¿ Cuál es la Idea ?
31
Características de esta empresa
33
Algunos problemas integrados del PD
38
Objetivos y propósitos del PD: Una visión de síntesis
59
¿Cómo se llevará a la práctica el Proyecto Darwin ? 64 Financiamiento del PD
67
La programación del PD: Etapas
68
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j La presente publicación tiene por objeto dar a conocer el Proyecto Darwin, iniciativa nacida del interés común de dos instituciones: el Instituto de Estudios Internacionales de la Uni versidad de Chile y la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT). El objetivo primordial del Proyecto Darwin Ps el de agrupar a quienes componen la comunidad científica internacional -y en especial a los científicos de los países especialmente invitados a surnarse a esta iniciativa-, en torno a la tarea de realizar un homenaje, en la mejor tradición académica, a la memoria de Charles R. Darwin, en el 150Q aniversario del viaje del H.M.S. ItBeagle alrede dor del mundo, entre 1831 y 1836. El Gobierno de Chile creó, por Decreto Supremo N 540 de 2 de junio de 1978, el Comité Nacional Darwin, cuya labor se rá la de llevar adelante el Proyecto Darwin. Con todo, tanto las metas como las tareas de este Comité son esencialmente universita rias y ellas se encuadran en el máximo respeto a la libertad de expresión y a la libre y más espontánea iniciativa de las instituciones e individuos invitados a tomar parte en esta empresa. Espera mos que la atenta lectura de El Proyecto Darwin contribuirá a disipar toda duda al respecto. La dirección ejecutiva del Comité Nacional Darwin agradece públicamente a CONICYT y al Instituto de Estudios Internacionales el apoyo que se ha otorgado a sus labores. Sin esta generosa ayuda, la tarea del Comité habría sido imposible.
AUGUSTO SALINAS ARAYA Secretario Ejecutivo Comité Nacional Darwin.
-
r INTRODUCCION Suele acontecer en las ¿pOCaS de crisis que el hombre olvide por un momento su propia circunstancia y se dedique a mirar hacia atrás, como si buscase en el pasado una respuesta a sus presentes interrogantes. La angustia del presente es, pues, un constante estímulo para que escribamos nuestra historia, tal vez con la tácita esperanza de encontrar en ella el difuso diseño de una curva que nos permita no tan sólo interpretar mejor nuestro presente, sino que ser capaces de hacer un pronóstico válido del inquietante futuro. Sucede que hoy noS hallamos en un punto singularaen te crítico de nuestro acontecer histórico, porque ocurre que, de pronto, nos hemos dado cuenta que somos tripulantes de paso en una nave espacial -la Tierra- cuyas dimensiones y cuya capacidad de cargarnos son finitas. pero al mismo tiempo .'y - aqui reside la razón de nuestra angustia- intuimos que sabemos muy poco acerca de su cuidado y mantención y que de este conocimiento depende nuestra sobrevivencia como especie. Nuestra actitud hacia el pasado histórico está en cierto modo condicionada por la suerte de crisis que nos ha tocado vivir. El romanticismo es propio de generaciones agitadas por con fictos existenciales y de identidad, y entonces el historiador tiende a revivir idealmente un pasado mítico, una Edad de Oro. No puede ser ésta nuestra actitud, puesto que nuestra situación cru exige enfrentarla de manera ciertamente más dinámica y creati va. Se trata ahora de rescatar lo que hemos perdido o lo que este del
mos a punto de perder, que es nada menos que una relación hombre naturaleza coherente con la posibilidad de tener un futuro como Hu manidad, como especie biológica. En las páginas que siguen trataremos de explicar nuestro encuentro con el pasado y, en particular, con la figura de un gran hombre -Charles Darwin- con su obra y sobre todo con su enorme capacidad de admiración y de comprensión en
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-2te la naturaleza y ante la vida. Esencialmente, lo que quere*os es reembarcamos en un "Beagle" imaginario y tratar de reconstruir el escenario que vivió, observó y describió el gran naturalista in glés. Esperarnos que la lectura de lo que es hasta ahora el Proyec to Darwin sea considerada como una cordial invitación para unirnos en una empresa común, que constituye un verdadero desafio para superar la crisis del mundo contemporáneo.
I. UNA JORNADA A TRAVES DEL. TIEMPO 1. El viaje del H.M.S. "Beagle" (1831-1836) La partida El 27 de diciembre de 1831 zarpó de Devonport, pe queño puerto vecino a Plymouth, en el sudoeste de Inglaterra, un pequeño "brig" de 242 toneladas y diez cañones al mando del capitán Robert Fitz Roy R.N., cuya misión era continuar con el reconocimiento y el levantamiento de car tas hidrográficas de las costas de Sudamérica y efectuar mediciones de longitud en diversos puntos del Hemisferio Sur. No era ésta la primera vez que el H.M.S. "Beagle" se hacia a la mar cumpliendo órdenes del Almirantazgo británi co, ya que entre 1826 y 1830 había llevado a cabo simila res tareas. En su primer viaje sus marinos habían descu bierto un canal al cual bautizaron Beagle en honor del bar co y habían capturado, en represalia por ciertos robos y otras tropelias, a tre-s nativos de Tierra del Fuego -Fue guja Basket, Jemmy Buttori y York Minster-. que ahora regresaban a sus hogares luego de una no muy feliz estadía en Gran Bretaña. Bajo la experta mirada de su capitán el bar co había sido sometido a cambios y reparaciones que le per mitirian afrontar los peligros de la navegación en los mares australes; un tercer mástil le fue añadido con el obje
r -3to de mejorar su capacidad de maniobra y cuatro de sus diez cañones fueron removidos para aumentar su carga útil, en la cual figuraban, además de vituallas y medicamentos, una gran cantidad de cronómetros y preservativos para los especímenes que se recolectarían en el largo viaje. A pesar de su juventud, el capitán Fitz Roy era ya un avezado marino, experto en hidrografía y aficionado a todas las artes y ciencias de la navegación de altura. Ex tremadamerite rígido en sus convicciones religiosas y en el cumplimiento de sus deberes profesionales, el capitán del "Beagle" no era ciertamente. hombre de fácil trato para sus compañeros de viaje, aunque su naturaleza aristrocrática -era nieto de un duque y sobrino de Lord Castlereagh- mode raba su carácter irritable y su propensión a salirse fácil mente de sus casillas. Robert Fitz Roy fue un pionero de los estudios meteorológicos y más tarde llegó a ser jefe del primer servicio oficial inglás que proporcionó predicciones científicas sobre el tiempo. Nombrado Gobernador de Nueva Zelandia, su carácter impredecible y su tendencia a considerar toda opinión contraria a la suya como una ofensa personal le hicieron fracasar en este elevado cargo, y su personalidad depresiva le llevó a suicidarse en 1865. El naturalista a bordo del "Beagle" La expedición emprendida por el "Beagle" a fines de 1831 no era esencialmente diferente de las que año tras año cumplían barcos de Su Majestad británica en todos los mares, con excepción de la presencia de un joven de 23 años entre la tripulación de 74 hombres que componía la do tación del barco, y entre los cuales se contaban los tres indios fueguinos ya mencionados, un misionero, un instru -
-4mentista, un artista (Conrad Martins, que dejo apuntes pre cisos y de gran valor artístico de las regiones visitadas) y los sirvientes de Fitz Roy y de Charles Robert Darwin, que así se llamaba el joven naturalista embarcado a instan cias del propio Fitz Roy y que se autodefinía como "extremadamente aficionado a la geología y, en general, a todas las ramas de la Historia Natural". Charles R. Darwin era un estudiante recién egresado de Cambridge que a instancias de su padre se había prepara do para ser un buen párroco rural por el resto de su vida luego de su fracaso en la Escuela de Medicina de Edinburgh. El joven Darwin se había mostrado más aficionado a la equi tación y la caza que a los libros, pero estaba dotado de una extraordinaria capacidad de observación y de una gran paciencia y afición natural para recolectar especimenes. Tales dotes le habían acercado a John 5. Henslow, profesor de Botánica en Cainbridge, quien lo recomendó a Fitz Roy co mo naturalista. Darwin hubo de vencer la oposición paterna, que consideraba la empresa como "una inútil aventura", y decidió aprovechar la oportunidad de conocer tierras lejanas y de "coleccionar, observar y noticiar cualquier cosa digna de valor para la Historia Natural". Años después, al hablar del crucero, Darwin diría: "El viaje del 'Beagle' ha sido lejos el suceso más importante de mi vida y determinó toda mi. carrera". 2/
11 Nora Barlow (ed.) The Autobiagraphy of Charles Darwin, 1809 1882. (New York, The Norton Library, 1969) p. 76
-5Importancia histórica y científica de la expedición del Beag le" Durante los cuatro años, nueve meses y dos días que duró el crucero, Fitz Roy y sus compañeros visitaron las I. Canarias, el archipiélago de Cabo Verde, el Brasil, Uruguay, Argentina, Chile, Perú, las I. Galápagos, Tahiti, Nueva Zelandia, Australia, las I. Cocos, la isla Mauritius, Ciudad del Cabo, Santa Elena y Ascensión, de nuevo Brasil, las Azores y, luego de haber dado la vuelta al mundo, In glaterra otra vez, a cuyas costas arriban el 2 de octubre de 1836. Desde el punto de vista del Almirantazgo, el viaje se consideró todo un éxito. El "Beagle" llevaba a Inglate rra nada menos que 82 vistas de diferentes costas, 80 cartas hidrográficas y planos y 40 cartas de las bahías y puertos visitados, además de haber llevado a cabo inumerabies mediciones de longitud. Por su parte, Darwin redacta ría, entre 1842 y 1846, tres obras sobre las observaciones geológicas realizadas durante la travesía. La primera de estas obras (y la más famosa de ellas) trata de la forma ción de arrecifes de coral (The Structure and Distribution of Coral Reefs, 1842), en la cual formula la hipótesis -que se ha demostrado correcta- de que tales arrecifes y atolones se habrían formado sobre los flancos de islas vol cánicas en proceso de hundimiento; el segundo de sus tex tos de geología versa sobre las iSl'as 'volcánicas (1844) y el tercero, sobre la geología de Sudamérica (1846). Entre tanto, algunos conocidos naturalistas británicos emprendie ron la tarea de clasificar y describir las especies despachadas por Darwin a Inglaterra. £1 resultado de este trabajo, realizado por Sir Richard Owen, Gould y Jenyns entre otros, fue publicado en cinco volúmenes (1840-1848), bajo
es * el nombre genérico de Zoology of the Beagle. En su obra Antarctic Flora (1845), J. D. Hooker catalogó algunas espe cies botánicas recogidas por Darwin. Tanto sus propias ob servaciones como la atenta lectura de los Principios de Geología, de Sir Charles Lyell (1830) comenzaron a debilitar las creencias religiosas de Darwin durante el viaje, pero éste prefiri6 callar sus dudas para no enemistarse con Fitz Roy. Ninguno de sus libros satisfizó más a Darwin que The Voyage of the Beagle, y su constante demanda por más de un siglo parece darle la razón al sabio británico. El Viaje del BeaQle ha llegado a ser un clásico de la literatura de viajes, aventuras, tanto por su estilo como por su gran valor didáctico, al presentar el trabajo de un gran natura lista en el terreno. Esta obra resume el contenido del "Diario" que Darwin llevó a bordo por espacio de casi cinco años, más los datos y descripciones acumulados en diez y ocho cuadernos de notas en los que el naturalista del "Beagle" consignó sus observaciones. Una primera versión constituyó el tercer volumen de la obra Narrative of the Surveying Voyages of His Majesty's Ships Adventure and Beagle .... (1839), editada como el informe oficial sobre los cruceros científicos llevados a cabo por el "Beagle" y el "Adventure" entre 1826 y 1836. Los volúmenes escri tos por Fitz Roy y el antiguo capitán del "Adventure", Philip parker King, pasaron desapercibidos por el público, pero "Journal and Remarcks", el volumen redactado por Darwin, se convirtió en un inmediato éxito de librería. Du rante 1839 se pusieron en circulación dos reimpresiones de este volumen y la versión final, revisada y completada por Darwin, fue publicada en 1845 bajo el título de Journal of Researches into the Natural History and Geology of the countries visited during the Voyages of H.M.S. Beagle
-7round the world under the Command of Capt. Fitz Roy, R.N. Afortunadamente, ediciones posteriores acuñaron el título más simple y significativo de The Voyage of the Beagle. Tales resultados habrían bastado para compensar con creces el esfuerzo del Almirantazgo y de la tripulación del H.M.S. "Beagle"; es, sin embargo, la evidencia recogida durante el viaje y el uso posterior que Darwin le di6 en la formulación de su teoría sobre el origen y evoluci6n de las especies, la que otorga al segundo crucero de este barco la importancia histórica y científica que hoy se le asigna. En opinión de un conocido especialista, "fue el vasto y cambiante panorama biológico, tanto de organismos vivos como extintos, observado por Darwin durante el viaje del "Beagie", el que puso a éste en el camino del Origen de las Especies".
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La lectura de Lyell y la observación
del paisaje sudamericano habían convencido al joven natura lista de que la teoría del autor de Principies of Geology era la correcta, a saber, que las características físicas de nuestro planeta eran el producto de la acción de fuer zas geológicas actuando a través de inmensos períodos de tiempo, períodos incomparablemente más extensos que los 4.004 años que los teólogos asignaban a la historia de le tierra desde su Creación. Este convencimiento y el ingenio con que Darwin se planteó las preguntas correctas en el preciso momento, le permitieron formular sus primeras hipó tesis sobre la existencia de un tronco común para toda las especies. El 15 de septiembre de 1835 el "Beagle" llegó a las islas Galápagos -las Islas Encantadas de los descubridores-
2/ Charles Darwin. The Voyage of the Beagle. Ed. por Leonard Engel. (Garden City, N.Y., Anchor Books, Doubleday & Company Inc., 1962) Introduction: p. ix.
- 8-. situadas casi justo en la línea del Ecuador, a unas 600 mi has de la costa. A partir de la lectura de la obra de Lyehl, Darwin buscaba continuidad y semejanzas, tanto en tre las especies vivas como entre éstas y sus predecesoras. Tal y como Lyell había explicado el desarrollo geológico a través de su teoría uniformista, así Darwin quería expli car la "sucesión de tipos orgánicos", tanto en el espacio como en el tiempo, a través de una hip6tesis igualmente 16 gica y natural. Durante su estada en la Patagonia, pudo notar el hecho de que especies desaparecidas eran reemplazadas por especies cercanamente emparentadas, como ocurría, por ejemplo, con la sorprendente semejanza entre el arinadi lb f6sil gigante encontrado en la pampa y el armadillo ac tual, que escasamente llegaba a la décima parte de la corpulencia de su antecesor. Esto hizo pensar a Darwin que estaba no ante especies distintas, sino ante variedades di ferentes que poseían un ancestro común. Cuando la tripulación del "Beagle" desembarcó en las Galápagos, Darwin se encontró con un problema algo más complejo. Hasta ese momento, la fauna y flora sudamericanas habían calzado dentro de un marco caracterizado por la continuidad en la variación de las formas orgánicas que coincidía con los cambios graduales del medio ambiente. El archipiélago de las Galápagos, sin embargo, constituía un caso radicalmente diferente: mientras el medio ambiente era esencialmente el mismo en todas las islas, cada una de ellas poseía una flora y fauna diferente de las demás. Las distintas variedades zoológicas y botánicas de las Galápagos parecían estar, fuera de toda duda, emparentadas entre ellas y, lo que era aún más sorprendente, todas recordaban especies similares sudamericanas. Eran, pues, variedades
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descendientes de un tronco común. Darwin vió entonces cia ro su problema: si quería probar su hipótesis de que las especies hoy existentes son los actuales representantes de un árbol genealógico cuyas raíces se pierden en la noche del tiempo, debería llegar a probar por qué especies tan cercanas en el tiempo y en el espacio podían ser tan diferentes, y por qué otras especies geográfica y geológicaznen te tan distintas podían ser tan parecidas. "El viaje del "Beagle" había hecho de un amable y algo apático joven todo un adulto. La aventura había proporcionado al hombre dotado de gran capacidad de percepción y de originalidad, la oportunidad de ejercitar sus dotes en armadillos y gli2 todontes, piedras quecaianyca{an, una y otra vez, en los torrentes de los Andes, tortugas y volcanes y picos de pájaros. Una vez en Inglaterra él armaría todas estas pie zas en una nueva síntesis, y la idea del mundo nunca más sería la misma. Todo esto pudo ser posible porque él ha bia excavado y encontrado la caparazón de un Edentado y ha bía presenciado, en un terremoto, a los Andes empujarse a sí mismos más y más arriba, y porque también había leído a Lyell y a Humboldt. El fundamento de sus ideas era tan di verso como los fragmentos del puzzle que había armado. En realidad, no podía haber sido de otra manera". 2. El largo camino hacia el Origen de las Especies (1837-1859) Darwin y el planteamiento del problema En su Autobiografía, Darwin anota que "el 7 de marzo de 1837 arrendé un departamento en Great Marlborough 3/ Loren Eiseley. Darwin's Century. (Garden City, N.Y., Anchar Books, Doubieday and CO. Inc., 1961) p. 174. Para un enfoque histórico de la obra de Darwin, Cfr. de Stephen Toulmin & Goodfield, The Discovery of Time (New York, Harper Torchbooks, Harper & Row Publishers, 1966)
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Street y viví allí cerca de dos años, hasta que me casé. Durante estos dos años terminé el Viaje del "Beagle", leí varios trabajos en la Sociedad de Geología, comencé a preparar el manuscrito de mis Observaciones Geol6gicas y discutí la publicaci6n de la zoología del Viaje del "Beagle". En julio abrí mi primer cuaderno de notas sobre el Origen de las Especies, sobre el cual yo había reflexionado larga mente, y ya nunca cesé de trabajar en el tema durante los veinte años siguientes". " Al recordar esta época de su regreso a Inglaterra, Darwin diría más tarde que al preparar su publicación el Vtaje, se dió cuenta de la enorme cantidad de hechos que indicaban un tronco común para las especies. A partir de julio de 1837 Darwin comenzó a trabajar en el Origen, utilizando "los verdaderos principios Baco nianos", es decir, recopilando hechos y más hechos, sea de su propia experiencia o de sus lecturas, sin formular ninguna hipótesis. Darwin sabía perfectamente que cualquier teoría sobre la "transmutación de las especies" debería des cansar, para su pública aceptación, en una sólida base de evidencias irrebatibles, en parte debido al hecho de que anteriores teorías evolucionistas estaban completamente de sacreditadas (en particular, la enunciada por Lamarck en su Filosofía zoológica, 1809) y que la última palabra en la materia había sido dada por Cuvier con su doctrina ca tastrofista y anti-evolucionista que, debido al prestigio de su autor, se había impuesto en los medios intelectuales y académicos de Francia y Europa. No era menos importante para Darwin el espíritu conservador que a la sazón imperaba en Inglaterra y la sempiterna desconfianza de los secto
4/ Darwin, Autobiography, op. cit. p. 83
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- 11 res más tradicionales hacia los hombres de ciencia, respon sables, según ellos, de los estragos de la Revolución Fran cesa y cuyo camino habrían pavimentado con sus ideas im pías. Por otra parte, al regreso de Darwin Inglaterra estaba viviendo el temor de huelgas y levantamientos populares en cuanto a la parte social y, desde el punto de vista académico, el surgimiento de la llamda "Teología Natural", cuyos seguidores creían ver en el estudio de la naturaleza el camino más adecuado para probar la Sondad y la Existencia del Creador. Charles Darwin sabia que sus ideas ero sionarían sensiblemente esta doctrina y no ayudarían preci samente a calmar a los conservadores ingleses; de ahí su preocupación ante los resultados de su obra. En octubre de 1838 Darwin leyó y estudió atentaznente el Ensayo sobre el Principio de la población, escrito en 1795 por Robert Maithus. Fue entonces cuando encontró al fin la hipótesis que tanto necesitaba. El ya estaba fa miliarizado con el concepto de "lucha por la existencia", que Lyell y otros habían utilizado anteriormente para ex plicar la situación en los reinos animal y vegetal, y cuyo proceso explicaba para este autor la desaparición de tan tas especies extintas. Darwin, en cambio, aplicó el con cepto a la explicación de por qué aparecen nuevas especies. Lo que él debía explicar era, en primer término, cómo aparecen nuevas variedades de plantas y animales y, en segundo lugar, por qué algunas de estas variedades podían sobre vivir a expensas de sus competidoras. Pudo así darse cuen ta que, dada la existencia de tales variedades, la lucha por la sobrevivencia otorgaba el triunfo a los más idóneos, a través de un proceso o mecanismo que Darwin llamó con mu cha propiedad como selección natural, para diferenciarlo de la "selección artificial" practicada por los criadores
- 12 de animales domésticos. Por otra parte, Darwin conocía perfectamente el hecho (ya anotado por Linneo) que en una determinada poblaci6n existían gran cantidad de variedades, hecho que aprovechan los criadores para obtener por cruzamiento ejemplares más adaptados al provecho humano. "Teoría de la descendencia con modificaciones a través de la variación y la selección natural" La experiencia recogida durante el crucero del "Beagle" puso a su disposición la evidencia necesaria para probar su teoría. Según ésta, existen dos factores que ac túan constantemente sobre una determinada especie: el en torno físico (clima, geomorfología, suelos, etc.) y el ambiente biológico (alimentos, predadores y competidores). por otra parte, Darwin señala al comienzo del Origen la existencia de variedades dentro de una especie, la que está sometida a la acción de los factores ya mencionados y al proceso selectivo al que da lugar la lucha por la existencia; ahora bien, cualquier cambio producido en el am biente físico hace aparecer diferencias cualitatitvas de adaptación entre las variedades existentes: unas varieda des (las peor adaptadas) desaparecerán; otras, más adecuadas al nuevo medio, sobrevivirán. En este sentido, si estas diferencias en la capacidad de adaptación están genéti cemente determinadas, se irán produciendo cambios gradua les tanto en la constitución genética de la especie como en sus formas. Es por esto que C.H. waddington ha definido este proceso al que Darwin llamó "selección natural" co mo "una consecuencia inevitable de la variación genética en la aptitud". La selección natural no es, pues, un agen te en la transformación de las especies, sino un proceso que surge naturalmente de una condición propia de los se -
- 13 res vivos, cual es su variabilidad hereditaria. El transformismo a que da lugar el proceso de selec
ción natural se une en Darwin a su convicci6n (apoyada en la paleontología) de que existe un evidente progresismo en el cambio sucesivo y gradual de las especies: "A este prin cipio de conservación, o la supervivencia de los mejores, le he llamado Selección Natural. Este proceso conduce al mejoramiento de cada individuo en relación a sus condicio-. nes de vida, tanto orgánicas como inorgánicas; y consecuen temente, en la mayoría de los casos, a lo que debiera ser definido como un avance en organización".! " Transformismo y progresismo son, pues, las componentes de lo que conocemos como evolución de las especies. progresistas como Herder y el mismo Cuvier no fueron transformistas; por otra parte, un decidido transformista, como Lemarck, no otorgó valor a las evidencias sobre el progreso en la organiza c16n de los seres vivos. El Origen y su impacto en la ciencia y la sociedad
La mayoría de las ideas ya expuestas -y que cortetituyen el pensamiento fundamental del Darwinismo- fueron puestas por escrito por Darwin 1839. A medidados de 1842 el sabio británico redactó un breve sumario de su teoría, el que hacia 1844 había crecido hasta alcanzar 231 páginas, pero la publicación de la obra definitiva hubo de esperar aún otros 15 años, a causa del deseo ya señalado de Darwin sobre reunir la mayor cantidad de evidencia antes de entre gar a la imprenta su manuscrito. El hecho que provocó la publicación del origen fue la carta que Alfred Russel Wallace, un botánico inglés, le escribió y por la cual le 5/ Charles Darwin. The Origin of Species (New York, Mentor Book, The New English Library Limited, 1958) p. 88
- 14 comunicaba que había llegado a formular una teoría similar a la suya, trabajando independientemente y sin tener el más mínimo conocimiento de los trabajos de Darwin. Gracias a la intercesión de Lyell y Hooker, ambos convinieron en leer ante los miembros de la Sociedad Linneana un trabajo sobre la teoría de la selección natural (19 de julio de 1858). En noviembre de 1859 salió por vez primera a la venta The Origin of Species, By Means of Natural Selection or the preservation of Favoured Reces in the Struggle for Life; una primera edición de 1250 ejemplares se agotó de inmediato, lo que motivó la impresión de sucesivas ediciones, hasta completar seis a principios de 1872. De este libro se ha dicho que, aparte la Biblia, ninguna obra ha sido tan influyente, desde cualquier punto de vista, sobre el pensamiento contemporáneo. ¿ En que reside la enorme importancia que se atribu ye al Origen de las Especies ? Desde luego, su contenido no halagaba precisamente a la raza humana y deterioraba ca si del todo la creencia en un Creador delorden conocido. Aún más, las ideas de Darwin atentaban contra el fundxnento mismo de la ciencia, que postulaba un Universo inteligi ble y ordenado. De acuerdo a Darwin, la armonía del mundo viviente no era el sabio trabajo de un Divino Arquitecto sino el producto de la acción de fuerzas naturales. El Un! verso de Darwin es desordenado, caótico, porque está en constante cambio. No hay ni propósito ni causa final en él. a contribución del Origen al logro de una explicación válida del mundo de los seres organizados ha llegado a ser sin duda el principio más universalmente aceptado en la biología moderna. En primer término, demostró que las anteriores teorías (incluido el principio bíblico del Crea cionismo) eran insostenibles al ser confrontadas con la
- 15 evidencia sobre la mutación orgánica. En segundo lugar, quedó clara y convincentemente demostrada la existencia de un proceso evolutivo, a través de la presentaci6n de un gran cuerpo de evidencias que demostraban que los organismos existentes no habían sido creados por separado y que habían evolucionado gradualmente de organismos primitivos. Por último, porque introdujo la teoría de la selección natural, la cual proporciona un mecanismo lógico por medio del cual la transformación de las especies puede y debe producirse. "La selección natural hizo la evolución científicamente inteligible: Por sobre todo, fue el concepto que terminó por convencer a biólogos profesionales como Sir Joseph Hooker, T.H. Huxley y Ernst Haecke1"." Con todo, fue el nuevo lugar del hombre en la naturaleza lo que impactó más el sentimiento religioso y la mo ral Victoriana de la época. "Nunca más el hombre pudo ser mirado como el Señor de todo lo Creado, un ser distinto, aparte del resto de la naturaleza. El hombre ya no era más que el representante de una entre varias Familias del orden Primates, en la clase de los Mamíferos". 1" Esta fue una de las causas más importantes en la reacción indignada de la mayor parte de la sociedad y de los intelectuales eu ropeos y americanos en contra de Darwin. El Presidente de la Universidad de Columbia declaró en 1873 que si la teoría darwiniana fuese verdadera, la existencia de Dios sería imposible. Si semejante engendro era el resultado de la cien cia moderna", entonces, por favor, no más ciencia.
6/ Sir Ju].ian Huxley, er The Origin of Epecies, op. cit. Introdue ción, p. x. Sobre la importancia del Origen y, en general, sobre Darwin y su obra, cfr. Sir Gavin de Beer, Charles Darwin, A Scientific Biography (Garden City, Doubleday Anchor Books, 1965). 7/ Huxley, op. cit. p. xv
- 16 Prefiero vivir con mi simple ignorancia, como mis padres lo hicieron antes que yo
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Protestantes y ca-
tólicos por igual criticaron el materialismo implícito en el Origen. En realidad, Darwin nunca negó la existencia de un Supremo Creador, pero, como Lamarck, insistió en que la aparición de la vida en el planeta Tierra y su subse cuente radiación en formas divergentes, era el producto de fuerzas naturales, cuyo efecto podía expresarse en leyes similares a las que regían el orden de los astros y el movimiento de los cuerpos, y ya en 1842 expresaba su incredu lidad en la existencia de "innumerables actos de creación"; en cambio, afirmaba que la creación y extinción de espe cies "eran efecto de medios secundarios". L,a polémica entre representantes de la Iglesia An glicana y el Darwinismo alcanzó niveles dramáticos en la reunión que en junio de 1860 organizó la Asociación Británica en Oxford. Durante una de sus sesiones, el Obispo Samuel Wilberforce se refirió a la teoría darwiniana con no mucho conocimiento pero con demasiado sarcasmo e ironía y, al terminar su intervención, preguntó al conferencista que le sucedería en la tarima, "si era a través de su abue lo o de su abuela que 41 afirmaba descender de un mono". El orador siguiente no era otro que Thomas H. Huxley, el más ferviente y leal defensor del pensamiento de Darwin. El expresó que la de Darwin era la mejor explicación sobre las especies que se había formulado y procedió a dar a la audiencia un breve resumen del Origen. Al fin de su dis 8/ Sidney Ratner, "Evolution and the Rise of the Scientific Spirit in América" (philosophy of Science, 1936, Vol. 3, p. 115). Ci tado por Eiseley, op. cit. pp. 194 - 195.
- 17 curso, afirmó que él no tendría vergiíenza alguna en tener un mono por ancestro, "pero que si se avergonzaría de es tar emparentado con un hombre (Wilberforce) que utilizaba sus grandes cualidades para obscurecer y ridiculizar la verdad
2".
Fue éste el primer gran triunfo público del dar
winismo. La Iglesia Católica fue mucho más flexible y permea ble ante la embestida del Evolucionismo. Aunque la condena tácita de la teoría transformista estaba implícita en el Syllabus de Errores, publicadp en 1864 por el Papa Pío IX para impugnar "el progreso, el liberalismo y la civili zación moderna", los intelectuales católicos pudieron leer, discutir y aún defender libremente el contenido del Origen. La solución a toda posible controversia entre católicos y evolucionistas parece estar en la Encíclica Humani Generis (1951), del Papa pío
xii,
la cual expresa que la teoría de
la evoluci6n debería ser examinada y discutida tanto por científicos como por teólogos, al menos en la parte que c om pete al origen del cuerpo humano, el que según esta teoría habría evolucionado de la materia orgánica pre-existente. Sin embargo, la fe católica obliga a todos sus creyentes a creer y sostener que el alma de cada hombre ha sido creada por Dios. podría afirmarse que tanto la moral como las ideologias políticas provienen de fuentes diferentes a la ciencia. Sin embargo, es tal la autoridad del pensamiento científico y tal la fuerza de su racionalidad, que toda idea o movi miento, de cualquier clase que sea, aspira a ser "científ ica", a obtener la aprobación de la ciencia. La grandeza y 9/ Una complete narración de este célebre incidente aparece en el libro de William Irvine, Apes, Angles and Victorians. Darwin, Huxley and Evolution. (Cleveland, Meridian Books, The World publishing Co., sexta edición, 1968). pp. 3 - 7
- 18 alcance de la concepción darwiniana sobre el mundo viviente hizo que críticos y seguidores viesen en la teoría del Origen la fuente de todas las desdichas que azotan al mundo moderno o, por el contrario, una doctrina que hacía coherentes los esfuerzos por mejorar la sociedad contemporánea. Entre quienes se destacaron más por la aplicación de las ideas darwinianas a la construcción de un moderno concepto en ciencias sociales, se encuentra Herbert Spencer, el apóstol del "Darwinismo Social" que, en su libro Crea ción y Evolución formuló los principios básicos de una éti ca evolucionista. Según estos principios, una conducta mo ral era aquella que contribuía a la mejor adaptación posible del hombre a su medio y que aseguraba, por lo tanto, la evolución progresiva del género humano. Siendo la feil cidad también un resultado de una adaptación satisfactoria, moral y felicidad eran sinónimos; eran esencialmente una sola cosa. Los líderes del capitalismo y del liberalismo man chesteriano también vieron en el Origen el necesario apoyo intelectual a la doctrina del laissez - faire y del indivl dualismo en el mundo de los negocios. Por otra parte, algunos discípulos de Spencer, como el norteamericano W. G. Summer, se pronunciaron en contra de toda ley social que ayudase a los pobres, a los inválidos, a los "menos idó neos", ya que al dictar semejantes leyes la sociedad permi tía la "sobrevivencia del menos apto" y atentaba de este modo contra la vitalidad de la civilización moderna. Comunismo y positivismo, las poderosas ideologías contemporáneas al Origen, vieron en la teoría darwiniana, en cambio, un serio revés para su causa. Como se sabe, el positivismo despreciaba todo intento de remontarse hasta los orígenes. Comte había combatido a Larmarck por esta
- 19 razón y Littré hacía lo mismo en 1863 con Darwin, al escri bir que "en el origen de las cosas, no hemos estado noso tros; tampoco estamos en el final de las cosas. No tene mos, pues, ningún medio para conocer este origen y este fi nal' 10 - /En los años siguientes a la aparición del Origen, algunos revolucionarios europeos creyeron ver en la obra da Darwin el marco teórico de su acción política; no carecían de razón, ya que el sabio británico afirmaba que el mundo de los organismos vivos emergía constantemente de un proceso evolutivo, y que esta evolución se realiza por medios puramente materiales. Karl Marx, incluso, ofreció de dicar a Darwin la traducción inglesa de ElCapital. por otra parte, el patólogo alemán Rudolph Virchow y fundador de la patología celular, rechazó la teoría de la evolución por creerla "socialista" y en 1877 atacó a los seguidores de Darwin culpándoles de la revolución, a lo que Ernst Haeckel respondió que darwinismo y socialismo "estaban de acuerdo como el agua al fuego". En realidad, resulta difícil ver en la teoría de Darwin un aporte de cierto valor a la causa de Marx y sus seguidores. Estos comenzaron por criticar las fuentes del pensamiento darwiniano, en particular El Ensayo sobre la población, de Maithus, del que criticaron su teoría sobre el desfase entre el crecimiento demográfico y el crecimien to de los recursos; para el marxismo, la tecnología moderna que permitía una sobreabundancia de alimentos y mate rias primas, echaba por tierra los sombríos pronósticos de Maithus y sus acólitos.
101 Citado por Marcel Prendnt, en Darwin y el Darwinismo (México D.F. Editorial Grijalbo S.A., 1969) p. 110
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Quizás si el mayor escollo teórico entre darwinismo y marxismo sea el que resulta de la comparación entre "evo lución" y "revolución", conceptos entre los cuales parece no haber acuerdo posible. Ambos procesos, sin duda, ac túan sobre la base de una lucha, que si en Darwin lo es en tre individuos de una misma especie compitiendo por la supervivencia, en Marx lo es entre las diferentes clases sociales. En éste último, prevalece la solidaridad dentro de cada clase, en tanto que en Darwin es allí precisamente donde se libra la más encarnizada lucha. Por último, la ideología marxista sostiene que la lucha de clases deviene obsoleta, a través del establecimiento del comunismo, mientras que para los evolucionistas la lucha por la existencia es una característica permanente de los organismos vivos. Los vacíos en la teoría darwiniana. El Neodarwinismo Se ha dicho que Darwin no dejó nunca de ser sino un aficionado, un naturalista que, con métodos del siglo XVIII, cambió la idea de la Naturaleza que poseía el siglo XIX. En realidad, Charles Darwin careció de una educación formal en la mayoría de las disciplinas científicas, aun que tuvo el genio suficiente como para aprender a pensar y construir hipótesis por sí solo. Con todo, su propia igno rancia y el atraso en que se encontraban las ciencias biológicas con respecto a las ciencias físico-matemáticas fue ron las razones principales que explican la existencia de notorios vacíos en su teoría. El primero de ellos reside en la incapacidad de la ciencia de la época para explicar la existencia y origen de las variaciones genéticas que dan lugar a las diversas variedades dentro de una especie.
- 21 El segundo de estos vacíos se concreta en la falta -en la teoría darwiniana- de un mecanismo que explique cómo las características de una variedad exitosa ("apta") en la lu-. cha por la existencia, pueden ser heredadas por su descendencia. Ambas omisiones vinieron a ser satisfactoriamente explicadas tan sólo en el presente siglo, gracias a Mendel y a hombres como Morgan y De Vries. El progreso de la genética a partir de la enuncia ción de la ley de Mendel, permitió entender los mecanismos que transmiten las cualidades hereditarias y pudo llegarse así a una nueva expresión de la selección natural, la que sólo es eficaz cuando actúa sobre alteraciones en la fre cuencia de determinados genes en cada población. A esta nueva enunciación de la selección natural, en términos de la frecuencia de genes, se le ha denominado neodarwinismo 11/. 3. La historia post-Origen (1859-1882) La publicación del Origen de las Especies cambió por entero el enfoque que hasta 1859 habían dado intelec tuales y hombres de ciencia al problema de la evoluci6n biológica. ya no se trataba de discutir si existía o no un proceso evolutivo válido para todos los organismos, sino en qué forma se llevaba a cabo. Como ya se ha dicho en forma repetida, después de Darwin el hombre ocupó el lugar que le correspondía en la Naturaleza y esta nueva concep ción inició una revolución biológica que cada día adquiere mayor vigor y trascendencia. Puede afirmarse que la teo 11/ Una buena introducción al estudio de la evolución la constituye el contenido de la obra de S.A. Barnett et al., A Century of Darwin (London, Heiriemann Educational Books Ltd., 1962).
- 22 ría de la evolución, junto a la teoría celular y la genética, forman la columna vertebral de la biología moderna. La obra de Charles Darwin entre 1837 y 1858 transformó el crucero del H.M.S. "Beagle" en la expedici6n científica ms grande jamás realizada. En realidad, el horizonte que la evidencia recolectada en este viaje abrió a la Humanidad, sólo tiene parangón con el descubrimiento de América o con el primer viaje a la Luna en 1969. A ca si 150 años de distancia, la hazaña de Darwin y de los ma rinos que le acompañaron continúa siendo un ejemplo de disciplina, de conocimiento náutico y de rigor científico. Charles Darwin continuó su fecunda obra por espacio de 23 años luego de la publicación del Origen. Murió en su casa de Down, cerca de Londres, el día 19 de abril de 1882 y fue enterrado en la Abadía de Westminster, junto a Sir Isaac Newton. En cuanto al "Beagle", su vieja compañe re de aventuras, continúo navegando a través de todos los mares bajo la bandera del Almirantazgo hasta 1845, y fue finalmente dada de baja en 1870.
- 23 II. LA "OPERACION DARWIN" 1. origen y desarrollo del Proyecto Darwin (PD) A mediados de 1976, algunos profesores del Institu to de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile comenzamos a investigar sobre el tema "Darwin y Chile: un caso de estudio sobre la interacción en materia científica entre un centro de excelencia y una sociedad periférica". Este proyecto había obtenido máxima prioridad en el concur so de financiamiento de proyectos de investigación organizado por nuestra universidad y versaba sobre dos puntos bá sicos: a) un estudio de los aspectos históricos y científi cos de la visita del H.M.S. "Beagle" a Chile (1834 - 1835) y b) el impacto de la obra de Darwin en las ideas y la cul tura chilena de fines del siglo XIX. No era ésta la prime ra vez que nos ocupábamos de Darwin y su teoría, pero ahora se nos presentaba la oportunidad de contribuir en forma original al conocimiento del gran sabio inglés y su influen cia en una cultura no europea. A poco de comenzar, nos dimos cuenta de la enorme influencia del pensamiento darwiniano en la historiografía, la educación, la política y el desarrollo social de Chile entre los años 1860 y 1914, hasta el punto que resultaba prácticamente imposible comprender nuestro propio proceso cultural sin examinar más a fondo las razones que partidia nos y oponentes de Darwin esgrimían tanto en Chile como en el Viejo Mundo y América del Norte. Nos percatamos ade más que el tiempo transcurrido no había borrado por entero las pasiones desatadas por la controversia en torno a las ideas del Origen de las Especies y que, antes bien, algu nos puntos conflictivos sólo se habían revitalizado, adqui
- 24 riendo nuevas formas y dimensiones. Todo análisis, por lo tanto, debería ser replanteado desde nuestra propia pers pectiva histórica, si queríamos que nuestras conclusiones tuviesen alguna validez y provecho. Al mismo tiempo, la lectura del viaje del Beagle fue iluminadora por más de una razón; las precisas descripciones de Darwin nos mostraron un escenario de tal modo diferente al Chile actual que a veces nos parecía que su autor hablaba de un territorio ajeno a nuestra diaria experiencia. Sólo donde la presencia del hombre se registraba en forma esporádica y superfi cial, como es el caso de nuestros paisajes australes, emer gía el escenario darwiniano con toda su prístina belleza, tal y como se había presentado ante los ojos maravillados del joven naturalista del "Bealge" hace casi 150 años atrás* paralelamente a este quehacer de puro corte académico y en razón de nuestro cargo como profesores de un cen tro de investigación cuyo interés principal reside en el estudio de las relaciones internacionales y de sus distintos actores, estábamos preocupados por el creciente dete rioro de nuestra imagen intelectual en el extranjero, el que corría a parejas con la pérdida del prestigio que tradicionalmente gozó el ejercicio de las actividades académi cas de nuestro país. No es éste el lugar ni la ocasión propicios para analizar y discutir tales hechos, pero sí podemos afirmar que, tanto en aquella ocasión como ahora, sostuvimos la necesidad de apoyar y estimular a cualquier precio la existencia de la investigación científica básica, como única manera de asegurar la sobrevivencia de valores e instituciones culturales y sociales caras a nuestra tradición histórica y que desde nuestros comienzos como na ción han constituido nuestro orgullo. Además, juzgamos im
- 25 prescindible la presencia activa de una opini6n científica clara y decidida en nuestro desarrollo como nación moderna, imbuida de los valores espirituales de Occidente. Contribuyó poderosamente a convencernos de esta necesidad la ausencia significativa de la voz de la comunidad científica en situaciones y problemas que demandaban una opinión lógi ca y racional, claramente formulada y avalada con el prestigio de la ciencia. Este hecho, que en otro lugar hemos llamado "el silencio de los científicos", se manifestaba particularmente en problemas tan graves para la nación como la carencia de una política definida en cuanto a la con servación del medio ambiente, y de nuestros recursos natura les, evidenciándose así que el peso de la opinión de nuestros hombres de ciencia se habían perdido en el tráfago de nuestra historia reciente. Se trataba, pues, de asegurar la presencia de nues tra comunidad científica en la toma de decisiones sobre problemas tales como la adecuada formulación de una polítl ca de desarrollo económico, en los que sólo la experiencia y la capacidad de los hombres de ciencia permitiría la co-. rrecta visualización de variables tales como el manejo correcto de ecosisternas o la cabal apreciación del valor de nuestro entorno natural. Para que esto ocurriera aún en mínimo grado, debían, a nuestro juicio, conjugarse dos fac tores. En primer lugar, habría que incentivar la investigación científica en ciertas áreas y disciplinas, de modo de crear la capacidad de evaluar y aprovechar convenientemente nuestros recursos naturales; en segundo lugar, deberían diseñarse canales apropiados para transmitir la infor mación y la experiencia así acumulada a los niveles de toma de decisión. Poner en marcha una iniciativa de esta clase involucraba a su vez un desafío que estábamos cier -
- 26 -. tos que nuestra comunidad científica afrontaría positiva mente, cual es el de participar, en la medida de nuestra capacidad, en una tarea de nivel mundial que compromete a hombres de ciencia, educadores, políticos y tecnólogos, y que no es otra que el análisis objetivo y desapasionado de nuestras posibilidades de supervivencia y la consiguiente proposición de criterios para la adecuada solución del pro blema. Casi en forma incorisciente,el estudio permanente del viaje del !3eagle y nuestra constante preocupación por la supervivencia de la investigación científica en Chile se fueron fundiendo en una sóla y única idea. Constribuye ron a esto algunos factores comunes a ambos marcos de análisis, como la inquietud de algunos sectores académicos an te el menor grado de desarrollo de la biología de poblacio nes y organismos en comparación con el rápido crecimiento de la biología molecular, y la inminente necesidad de cu brir yacios evidenciados, por ejemplo, por el desastre del petrolero "Metula" en el Estrecho de Magallanes o por la ausencia de participación académica en proyectos que, como el de las "astillas de Chiloé", podrían devenir en una ame naza tangible para el frágil equilibrio ecológico de impor tantes zonas de nuestro territorio. 12/ Los escenarios ob 12/ En diversas oportunidades se ha hecho alución al atraso del conjunto de disciplinas que conformaban la antigua Historia Na tural, con respecto a la biología experimental. En un foro p blico organizado por una publicación semanal, el Dr. Patricio Sánchez ha expresado que "cuando uno compara, por ejemplo, estos dos cauces que se han desarrollado en la biología en Chile, es clarísimo que en este momento el más antiguo de los dos, el que comenzó en el siglo XIX y que se refiere (al estudio de) la realidad nacional chilena, está extraordinariamente poco de sarrollado". ("Futuro sin sonrisas", Ercilla, NQ 2038, 2-8 ju ho de 1975, pp. 33-38). También en 1975 se hicieron serias
- 27 servados y descritos por Darwin se nos fueron mostrando co mo un Chile ideal y deseado, un territorio primitivo e incontaminado al que deberíamos esforzarnos por aproximarnos en lugar de alejarnos de él en forma irreversible. El desafío que deseábamos formular iba tomando forma. Para encararlo adecuadamente, deberíamos embarcarnos de nuevo en un "Beagle" imaginario y reencontramos con un Chile ya ca si perdido. Con fecha 10 de septiembre de 1976, se envió una carta al Presidente de la Comisión Nacional de Investiga ción Científica y Tecnológica (CONICYT), sometiendo a su consideración un proyecto que denominamos "Operación Darwin", cuyo principal objeto era planificar en la mejor forma posible la conmemoración del 150Q aniversario de la visita del H.M.S. "Beagle" a nuestro litoral, con Charles R. Darwin como naturalista embarcado. Se hacía ver al Sr. Presidente de CONICYT la conveniencia y la necesidad de convocar a amplios sectores de nuestra comunidad científica, en una tarea de nivel nacional que se concretaría prin cipalmente en un homenaje académico a la figura del autor del Origen de la Especies y en una investigación interdisciplinaria sobre el deterioro del paisaje chileno en el sI glo y medio transcurrido desde las precisas descripciones que del mismo hiciera Darwin. El Instituto de Estudios In ternacionales otorgaba al mismo tiempo su apoyo institucio nal a esta idea, que concordaba con el constante interés
121 tentativas en la Facultad de Ciencias, U. de Ch., para impulsar el crecimiento de la biología de los organismos. En cuanto al proyecto "Astillas de Chiloé", se trata de una em presa conjunta entre la Corporación de Fomento (CORFO) y un consorcio japonés para explotar unas 125.000 hás. de bosque au tóctono en la Isla de Chiloé, el que ha despertado una polémica a nivel nacional entre desarrollistas y conservacionjstas.
de este centro académico por promover la discusión interna cional en torno a los problemas del medio ambiente y por contribuir al acercamiento de la comunidad científica in ternacional, importante protagonista del programa mundial contemporáneo. 13/ En el fondo, ya se vislumbraba la idea de transformar la "Operación Darwin" en una acción científica de rango multinacional, única manera de cumplir cabal mente con los objetivos que nos proponíamos. La respuesta del organismo rector en la planificación de la investigación científica y tecnológica chilena fue favorable, por lo que se resolvió crear un Comité que estudiase el proyecto propuesto, formulase un programa de acciones destinadas a ponerlo en marcha y estructurarse ju rídicamente un organismo adecuado para llevar a cabo las múltiples tareas que' el documento del Instituto de Estudios Internacionales sugería. Dicho comité comenzó a reunirse informalmente en octubre de 1976 y en sucesivas reuniones se fue dando forma a un proyecto de acción definitivo, el que fue sometido a la consideración de diversos sectores (académicos, autoridades universitarias, personeros de Gobierno y representantes del sector privado) para su aproba ción. La Semana Científica y Tecnológica, publicación de divulgación científica editada por CONICYT, daba a conocer 13/ Este interés se ha evidenciado en numerosos seminarios y cursos organizados por el Instituto de Estudios Internacionales, los que han derivado en publicaciones de gran importancia y actuali dad para la formulación de políticas adecuadas. Entre éstas, pueden citarse: - Francisco Orrego (ed.). Preservación del Medio Ambiente Marino (Santiago, Ed. Universidad Técnica del Estado, 1976). - Francisco Orrego (ed.). Política Oceánica (Santiago, Ed. Universitarias S.A., 1977). - Francisco Orrego, A. Salinas (eds.) El Desarrollo de la Antár tica (Santiago, Ed. Universitaria S.A., 1978).
n - 29 en su número de 16 de diciembre de 1976 (Año V, NQs. 222223), la constitución oficial del Comité planificador, ocu rrida el 2 de diciembre, y algunos de los diversos acuer dos alcanzados. Si bien se mantuvieron los objetivos y propósitos que fijaba el proyecto original, el comité inflo v6 en dos aspectos significativos: a) dado el caso que
Darwin había visitado varios países sudamericanos además de Chile y que el viaje del H.M.S. "Beagle" se había exten dido en una circunnavegación del globo que cubría práctica mente todo el Hemisferio Sur y algunos territorios europeos del Atlántico intertropical, y conociéndose además que las condiciones y la problemática ambiental que registra nuestro país son similares a las de dichos países y territorios, se resolvió ampliar -al menos teóricamente- el escenario geográfico de nuestras actividades, acordándose invitar a las naciones visitadas por Charles Darwin entre 1832 y 1836 (incluyéndose a Inglaterra por motivos obvios) a participar en nuestro proyecto; b) durante la discusión del proyecto, se fue estructurando la idea de planificar una línea de investigación interdisciplinaria, que analizase el cambio de paisaje visitado y descrito por Darwin en el período entre su estadía y 1980. Se pensó que este proyec to debería ser el núcleo del programa de investigaciones y que su importancia radicaría en la posibilidad de construír - indicadores precisos del deterioro ambiental en vastos territorios, los que podrían ser susceptibles de aprovecharse en la formulación de políticas de desarrollo y conserva ción de recursos naturales renovables. Durante los primeros meses de 1977 el Proyecto Darwin (PD) fue conocido y discutido en diversos medios, tanto en Chile como en el extranjero. El entusiasmo con
- 30 que fue acogida esta idea nos estimuló y nos permitió se guir adelante, acogiéndose e introduciéndose al proyecto original todas aquellas ideas y sugestiones que contribuían a perfeccionarlo o a expandir su esfera de acción. Puede decirse que en este periodo el PO adquirió un dinamismo in terno y una fisonomía propia, lo que nos decidió a comunicar nuestra idea a organismos y personalidades del exte rior. La Secretaría Ejecutiva del Comité encargado del PD, que correspondió al Instituto de Estudios Internacionales en razón de haber sido la institución en que se originó el proyecto, informó de esta iniciativa a las agencias esteta les de los países visitados por Darwin, recibiéndose de in mediato una positiva respuesta de éstos, en especial por parte del CONACYT de la República Argentina, del CNPQ de Brasil, de la Secretaría General de Planificación Económica del Ecuador y del Consejo Nacional de Investigación del Perú. En noviembre de 1977 el Secretario Ejecutivo del co mité fue invitado por los Gobiernos de España e Inglaterra, con el fin de que se entablasen contactos directos entre el Comité Darwin de Chile y diversas instituciones, autori dades y científicos de dichos países. Esta gira fue muy auspiciosa y durante ella se sentaron las bases de una mutua cooperación y apoyo, las que a su debido tiempo deberán dar paso a Convenios de Cooperación Científica en aquellas áreas y disciplinas que cubra el PD. El éxito alcanzado motivó a la Secretaría Ejecutiva y a CONICYT para crear un organismo a nivel nacional, cuya estructura institucional le permitiera continuar con las tareas fijadas y llevar a cabo convenios y operaciones de financiamiento, asistencia técnica y cooperación inte lectual y científica tanto en Chile como en el extranjero.
- 31 A fines de 1977 se daba la noticia de la iniciativa de crear el Comité Nacional Charles Darwin, 14/ el cual se oficializó a través del Decreto Supremo NQ 540, de 2 de ju nio de 1978. El Comité Nacional Darwin esté presidido por el Dr. Ricardo Krebs Wilckens, historiador de gran prestigio, ex Decano de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Católica de Chile y Rector (s) de este centro de estudios superiores en 1969. En este cuerpo legal es tán representadas diversas instituciones y organismos na cionales, las que actúan en el estudio de proyectos, plani ficación y toma de decisiones a través de miembros designa dos por ellas, que se integran en un Consejo presidido por el Dr. Ricardo Krebs, por el Vicepresidente (que representa a CONICYT) y por el Secretario Eecutivo. El Comité Na cional Darwin iniciará oficialmente sus funciones el 14 de septiembre del presente año, debiendo abocarse de inmediato al estudio de proyectos presentados y a la programación de la conmemoración del Sesquicentenario de la visita de Darwin a Sudamérica. 2.
El Proyecto Darwin: ¿ Cuál es la idea 7 Un nuevo llamado a la cooperación científica inter nacional. El Proyecto Darwin (PD) sigue siendo fiel a su idea original. Se trata nada menos que de uno de los más grandes científicos de la historia y su obra, que aún hoy, a casi cien años de su muerte, continúa siendo fuente cons tante de inspiración y ejemplo, se dirige particularmente a destacar la enorme importancia histórica del crucero del
14/ La Semana Científica y Tecnológica, 17 de noviembre de 1977, Año VI. NQs. 266-267.
r - 32 H.M.S. "Beagle", de cuya iniciación se cumplirán en breve 150 años (27 de diciembre de 1831-27 de diciembre de 1981). Si bien el Origen de las Especies hizo pasar a la historia de los grandes acontecimientos náuticos y científicos el viaje del "Beagle", el viejo "brig" de poco más de 200 toneladas y su valerosa tripulación permitieron a Darwin recoger las observaciones que posteriormente le llevaron a formular la teoría de la evolución de las especies por la selección natural. El carácter de la obra darwiniana y la figura misma de Charles Darwin exigen que esta conmemoración posea un connotado espíritu académico, porque lo que estamos recordando es el triunfo de la capacidad humana y de la obje tividad científica sobre el conocimiento y las creencias tradicionales, victoria que puso en marcha el mundo en que vivimos, con todas sus servidumbres y grandezas. Hemos pensado, por lo tanto, en llevar a cabo este homenaje prin cipalmente a través de dos puntos principales: a) un análi sis histórico - crítico de la obra darwiniana a la luz de la experiencia y los conocimientos actuales, y b) un estudio multidisciplinario de las regiones, naciones y territo nos visitados por Charles Darwin entre 1832 y 1836. Nues tra idea es ambiciosa tanto en el espacio como en el tiempo dentro del cual pensamos llevarla a cabo, ya que nues tro estudio abarcaría prácticamente todo el Hemisferio Sur y se efectuaría en un período de aproximadamente siete años (1979-1986). Por este motivo, y como única posibilidad de enfrentarla con éxito, es que estamos haciendo un llamado a la comunidad científica internacional y a todos aquellos individuos e instituciones que deseen apoyarnos en esta empresa cultural, para que encaremos juntos y en
- 33 abierta cooperación una iniciativa que, dada la problernáti ca que abarca, resulta indispensable de llevar a buen t4rmino. características de esta empresa Un modelo relativamente apropiado para la tarea que nos disponemos a emprender resulta ser el Año Geofísico In terriacional (AGI), que ha sido definido como "la más ambiciosa y, al mismo tiempo, la más exitosa cooperativa jamás emprendida por el hombre". 151 En cualquier caso, el AOl es la iniciativa científica más grande, compleja y compren siva que se ha concebido, ya que en ella participaron 67 naciones y unos 35.000 hombres de ciencia, que llevaron a cabo investigaciones en unas 8.000 estaciones distribuidas por todo el mundo, de polo a polo, con un costo total supe rior a los USS 2.000.000.000.- Durante los casi viente años de distancia que nos separan del AGI (que se efectuó en 1957-1958), se ha llegado a afirmar que el año Geofísico Internacional no fue realmente una empresa de carácter internacional, sino más bien una serie de actividades a ni vel nacional, coordinadas internacionalmente. A su vez, tales actividades nacionales, una vez aprobadas y financia das por sus respectivos gobiernos, estuvieron casi exclusl vamente bajo el control y la supervisión de científicos, siendo por lo tanto enteramente apolíticas. De acuerdo a Lloyd V. Berkner, Vice-Presidente del Comité del AGI, todos los programas "fueron llevados a cabo por científicos, con el consentimiento, cooperación y ayuda de los diferen15/ Cfr. Committee on International Relations, Science, Technoloçy and American Diplomacy (Washington D.C. U.S. House of Repre sentatives, U.S. Government Printing Office, 1977). Volume 1: Chapter 5, "The Political Legacy of the International Geophysi cal Year", pp. 297-360.
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tes gobiernos, pero no bajo la dirección de éstos". 16/ Las actividades del AGI fueron, pues, de carácter altamente individual y no estatal, ya que cada uno de los investiqado res involucrados pudo llevar a cabo sus tareas de acuerdo a su interés personal en determinado problema, interés que, sin embargo, fue compartido por muchos otros científicos. El AGI fue, pues, una tarea cooperativa, de carácter académico, que contó con la cooperación de los gobiernos. r'Iuestro proyecto pretende continuar la senda abierta por el AOl, pero con obvias y necesarias limitaciones es peciales y conceptuales, aún cuando se realizará en un pe nodo de tiempo considerablemente más extenso. En primer término, el PD se realizará mayoritariamente en el Hemisferio Sur, particularmente en los territorios visitados, oh servados y descritos por Charles Darwin. Por otra parte, el enfoque que se utilizará en el PD es radicalmente dife rente al usado durante el AOl, el cual concedió primaria irn portaricia al estudio de fenómenos físicos y químicos que afectan al globo terrestre, cubriendo un espectro disciplinario que fue desde la glaciología hasta el análisis de la actividad solar. El Proyecto Darwin, en cambio, es una ini ciativa para conocer mejor nuestro entorno, sea éste social, físico o biológico. El criterio utilizado subraya el estudio de ecosistemas a través de todas aquellas disciplinas y áreas del conocimiento que traten de esta materia. Tampoco podemos pasar por alto nuestro interés en el mejor conoci miento de Darwin y su obra, a través de un examen maduro y a fondo, realizado desde la perspectiva contemporánea. Por último, debemos subrayar que nuestra preocupación fundamental es histórica y, por lo tanto, profundamente humana.
16/ Ibid. pág. NQ 331
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Nuestra principal diferencia con el AGI es, pues, conceptual y no meramente geográfica, ya que nuestro objeto de estudio es la relación entre el hombre y su entorno en un periodo de 150 años. Existen aún otras diferencias que nos separan del mo delo propuesto, pero que son más formales que de fondo. Se ha expresado que el AGI consistió en la suma de esfuerzos in dividuales y nacionales, que se hicieron posibles gracias a la cooperación internacional; se advierte, sin embargo; la ausencia del sector privado -primordialmente empresas, uni versidades, sociedades científicas, etc.- tanto en el financiamiento como en la conducción y coordinación de los proyec tos de investigación del AGI. Desde 1958 a la fecha, el panorama de las relaciones internacionales ha cambiado substan cialmente, evolucionando hacia la asignación de roles de mayor importancia comparativa a actores no tradicionales de di cho escenario, tales como las grandes multinacionales, los carteles de materias primas, ciertas instituciones gremiales y culturales de rango supranacional, etc. Nuestro proyecto, por lo tanto, consulta la petieión de apoyo y la invitación a la participación de organismos e instituciones privadas, no estatales. Se trata de aprovechar la actual coyuntura pa ra configurar así un presupuesto apropiado a nuestras acciones pero comparativamente modesto en relación al del AGI. Por último, solicitaremos el apoyo y la colaboración de la comunidad científica internacional, representada por una serie de organismos y sociedades de gran prestigio, reconocien do así el papel trascendental que los hombres de ciencia jue gan actualmente en el panorama mundial. Este enfoque propor cionará la oportunidad de examinar críticamente la posibilidad de realizar acciones interdisciplinarias conducidas en forma cooperativa por agencias nacionales, organismos inter-
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nacionales y grupos privados, sean estos de carácter financie ro, gremial o académico. Si bien continuaremos utilizando las vías y canales tradicionales de financiamiento, 17/ creemos que dentro del conjunto de nuestras acciones existen algunas que admiten la posibilidad de un financiamiento directo, en relación a su va br comercial intrínseco. En su mayor parte, se trata de ope raciones de extensión, tales como la filmación de documenta les científicos, la publicación de textos, promoción turística, etc. Nuestro convencimiento en esta materia parte de la base de que al menos parte de nuestro esfuerzo será capaz de generar un gran interés en vastos sectores de público, o que podrá dar lugar a cambios significativos en la educación, sean estos metodológicos o de contenido. Como proyecto nacido en un centro académico dedicado al estudio de las relaciones internacionales, el PD concede gran importancia al mejoramiento del panorama mundial; consecuentemente, su objeto primordial es el contribuír substan cialmente a la mayor comprensión y acercamiento de las naciones que serán invitadas a formar parte activa del programa, confiando en que esta iniciativa sea imitada por otros grupos regionales. Tal y como sucedió con el AGI, el Proyecto Dar win examinará el rol de la ciencia y la tecnología en la solu ción de problemas de carácter internacional, a través del común trabajo de científicos, personeros de gobierno y represen 17/ En realidad, ya hemos tenido auspiciosos contactos con algunas agencias internacionales y fundaciones privadas en cuanto al fi nanciamiento de algunos de nuestros proyectos de investigación. Debe así mismo contabilizarse en nuestro Haber la cooperación y la asistencia técnica prometida por prestigiosos organismos públi cos y privados europeos y latinoamericanos. Ha constituído un gran estímulo a nuestro quehacer el interés del sector privado -manifestado a través de empresarios, representantes gremiales y personeros de corporaciones de fomento y desarrollo por cooperar con nosotros en ciertas fases del Proyecto Darwin.
- 37 tantes del sector privado y académico en una iniciativa del todo ajena a cualquier área o tópico de enfrentamiento o con flicto político. Al promover la buena voluntad internacio rial -generada por la comunidad científica- a la solución de problemas políticos internacionales, el AGI mereció ser cali ficado como "la ertiDresa pacífica de la Humanidad de mayor significación histórica desde el Renacimiento hasta nuestros días" 18/. Si bien en mucho menor escala, el PD aspira también a generar una actitud de mayor comprensión y respeto en tre los países participantes. En resumen, y con las limitaciones ya mencionadas, el PD aspira a continuar la obra del AGI en cuanto a constituir una empresa científica de carácter supranacional, en la cual hombres de ciencia, empresarios con visión del futuro, acad micos y personeros públicos se unan en la tarea de generar un mayor entendimiento entre las naciones participantes y creen la posibilidad de diseñar mtodos e instrumentos idóneos para la solución de los problemas regionales. En lo espacial, el PD se limitará al estudio de los "escenarios darwiriianos", ubica dos preferentemente -y con excepción de algunos archipiélagos españoles y portugueses- en el Hmisferio Sur; en lo concep tual, se trata de examinar el estado de la teoría de la evolu 18/ Science, Technology and Am. Diplomaçy, Vol. 1, Chapter 5, pág. 348. Las lecciones que dejó el AGI en materia de cooperación científica internacional están bien ejemplificadas en el siguien te párrafo del libro citado: "El esprit de corps engendrado por el AGI parece haber reemplazado el conservantismo natural en el hombre, y expresiones de optimismo flotaron libremente inmediata mente después de esa espectacular actividad científica"... (Se observó, por ejemplo, que (el AGI juntó a muchos hombres bajo condiciones que tendieron a crear armonía y simpatía entre ellos, y demostró que los hombres de ciencia podían fortificar organiza ciones internacionales tales como el ICSU y su pariente UNESCO ..." (Ibid. pág. 347).
- 38 ción a la luz del entorno físico y biológico del hombre en los territorios acotados. Algunos problemas integrados del PD Estimamos que ayuda a clarificar nuestro propósito el examen -aunque breve y superficial- de la problemática que en frentará el PD. Digamos primeramente oue deberá ser enfocada ineludiblemente desde una perspectiva interdisciplinaria, tan to por la variedad de los problemas que henos definido como porque el método interdisciplinario resulta muchísimo más efj caz y posihilita un estudio dinámico de los temas a tratar. Dentro de este contexto, la fiqura y la obra de Charles Darwin ocupan un lugar de preeminencia. Con toda pro babilidad, la bibliografía existente sobre la vida del genio británico y su teoría de la selección natura], es vastisima y de singular mérito. Sin embargo, existen aún algunos tópicos relacionados con ambas materias que merecen el interés de los investigadores. A modo de ejemplo, nos referiremos al estu dio del impacto de la teoría darwiniana en la cultura de países periféricos, principalmente en las naciones hispanoainericanas. Algo de ésto hemos visto en el caso de Chile, donde las ideas de Darwin provocaron una controversia en el campo educacional y pólitico que probó ser enormemente beneficiosa para el desarrollo intelectual y social de la nación. Otro tópico de interés resulta ser el impulso que el autor del Origen de las Especies dió a la institucionalización de la ciencia como actividad socialmente reconocida y a la profesio nalización del hombre de ciencia; en este sentido, creemos que el darwinismo, al unir una metodología Baconiana de inves tigación con la capacidad de formular hipótesis de un elevado grado de abstracción, permitió a la ciencia de la época -y,
- 39 en especial, a las ciencias de la vida- elevarse más allá de los límites de un positivismo rígido y quebrar, por otra par te, la barrera tradicional que limitaba el área en que le era lícito y moral a un científico efectuar su quehacer profesiorial. Este punto nos lleva directamente a un área de pro hiemas nue creemos vital en nuestro proyecto. Se trata nada menos que de examinar nl desarrollo de la ciencia, y principalmente de las disciplinas que integran la biología moderna, desde que Charles Darwin desembarcó en Inglaterra de regreso del viaje del 'Beag1e' hasta el presente. En este marco de análisis preponderanternente histórico, nos preocupa tanto el desarrollo interno de la niología (primordialmente la teoría de la evolución y la genática) como el marco social en que se ha movido la ciencia en este período, esto es, el desarro llo de las relaciones entre ciencia y sociedad. Existen, es verdad, muchos volúmenes dedicados al tema de las relaciones entre ciencia y sociedad; algunos de ellos examinan el proble ma en determinados períodos históricos y en ciertas sociedades. Otros, quizás la mayoría, tratan de la sociología de la ciencia actual contemporánea. 1.9/ Sin embargo, aún exis-
19/ Entre los primeros pueden citarse, L. M. Marsak (ed.) The Rise of Science in Relation to Society (New York. Mc Millan Co., 1964); de Brown Martin (ed.) The Social Responsability of the Scientist (New York, Fre Press, 1971) y el libro clásico de Robert K. Merton, Science, Technology and Society in 17th Century England (New York, Harper & Row Pbs., 1970). La actual sociología de la ciencia posee una vasta bibliografía. Bastará con señalar, de w.O. Hagstrom, The Scientific Community (New York, Basic Books, 1965), y de Bernard Barber, Science and the Social Order (New York, Free Press, 1952)
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ten notorios vacíos en esta área, teniendo en cuenta el enor me cambio producido a raíz de la eclosión de la teoría de la selección natural y de su impacto en el pensamiento científi co, político, económico y social del siglo XIX.
Estimamos,
pues, tarea imprescindible la de realizar un estudio históri co serio sobre la conducta de la comunidad científica y su interacción con el medio social que posibilita sus actividades en los últimos 150 afios. Desde que Charles Babbage es cribió en 1830 The Decline of Science in England hasta hoy, el entorno científico y las razones que hacen posible la cien cia han experimentado un cambio profundo. Lueqo de la histó rica discusión entre Huxley y el Obispo Wilberforce en junio de 1860 parecía que no existirían jamás límites para la inno vación científica. Hoy, los últimos experimentos genéticos provocan la alarma social y se alzan voces, aún en socieda des que valoran la libertad de expresión y de pensamiento por sobre todas las cosas, que pretenden limitar el hasta ayer libre derecho a elegir el tema y los métodos de irivestiga ción. 201 El acontecer histórico de la ciencia en los paí
20/ De acuerdo a Thomas Huxley y muchos otros hombres de ciencia británicos, luego de la publicación del Origen de las Especies, "la Humanidad podía esperar con optimismo no tan sólo el ilimita do crecimiento del conocimiento científico, sino que también cabía pronosticar un ilimitado progreso biolóqico". (Citado por William Irvine, Apes, Anels and Victorians (New York, Meridian Books, 6th printing, 1968), pág. 136. Actualmente, los asombrosos resultados de la investigación en genética (por nombrar tan sólo el campo de la biología) han provocado preocupación en vastos sectores de la opinión pública, tanto en los Estados Unidos como en Europa. Cfr. de Harvey Wheeler, "La Ciencia Bajo la Ley", (en Facetas, Vol. 4, NQ 1, 1971), y el reciente número de Daedalus, titulado Limits of Scientific Inquiry (Vol. 107, NQ 2, Spring 1978).
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ses latinoamericanos es un fenómeno poco conocido, pero que merece ser atendido. De nuevo, creemos que la influencia de la obra de Darwin fue primordial en el nacimiento del espín tu científico entre nosotros. Hemos incluído, po lo tanto, este tema en nuestro programa de investigaciones. El espectacular desarrollo de la genética a partir de la labor de paulinq, Watson, Crick, Korona y Shapiro entre otros, permitirá sin duda la adopción de enfoques originales y productivos en el examen de la moderna teoría de la evolución. En 1955 se reunieron en Atlanta, U.S.A., algunos eminentes científicos convocados por la American Association for the Advancement of Science (AAAs) para estudiar el pro blema de las especies. ¿ Son todavía válidos los resultados de ese syrnposium, a la luz del actual conocimiento científico 7 Esta es una de las tantas preguntas que creemos deben ser contestadas por la actual generación de biólogos. Mientras, resulta aún más importante y provechoso estudiar la po sibilidad de una síntesis o, en el peor de los casos, esta blecer algunos canales de comunicación más expeditos entre la biología molecular y la biología ambiental y de poblaciones. Un eminente biólogo contemporáneo ha criticado la opinión de algunos biólogos moleculares que estiman que los organismos vivos obedecen a las leyes físicas y químicas que rigen al resto del universo y que las propiedades de tales organismos son totalmente comprensibles en términos químicos. según este biólogo, si bien la primera premisa es cierta, no lo es la segunda. La comprensión de un organismo vivo re quiere entender los mecanismos evolutivos que le permiten adaptarse al cambiante medio en que habita. "Se podría pensar que ésto permitiría a la biología ingresar definitivamen te en el marco del mundo naturalista, junto con las ciencias físicas, y a esa conclusión llegaron casi todos los biólogos
- 42 evolutivos. Sin embargo, es bastante curioso y bastante trá gico que la incipiente escisión entre quienes llamamos ahora biólogos moleculares y biólogos evolutivos tendiera más bien a ensancharse que a cerrarse. La biología evolutiva y de los organismos íntegros requiere una ampliación de la filosofía de la ciencia a fin de incluir sus caracteres especiales. 211 La escisión a la que alude Simpson sique ensanchándose, y este fenómeno parece ser mucho más visible en medios científicos de países subdesarrollados iue en Centros de excelen cia americanos y europeos, donde la importancia atribuida a la ecología ha contribuido a la mejor valoración de la hiolo gía de los organismos vivos. "Cuando jóvenes y brillantes biólogos hablan de genética sin genes y sabios y viejos IDiólogos de vida sin orga"ismos, es evidente que algo peculiar está ocurriendo en la biología, tan peculiar que la palabra "crisis" no es demasiado fuerte". La sóla mención de estas citas es suficiente para fundamentar nuestra creencia en la oportunidad de un diálogo serio sobre esta materia. El periplo del H.N.S. "Beagle" en el Hemisferio Sur sorprende a las nuevas Repúblicas Sudamericanas y a los vastos territorios de Australia, Nueva Zelandia y Africa del Sur en un momento muy particular de su historia. Podría decirse que Darwin y sus compañeros asisten al despertar de la conciencia de nación en estas regiones, cuando apenas han transcurrido algo más de cincuenta años desde la Declaración de la Independencia de los Estados Unidos de Norteamerica. Que sepamos, nunca se ha intentado hacer una historia cornparativa de las naciones situadas en el Hemisferio Sur, las que tan sólo han llegado a constituir un ente de relativa fuerza 211 Cfr. G. Gailord Simpson, La Biología y el Hombre (Buenos Aires, Ed. pleamar, 1974), especialmente el Cap. II. "Perspectivas y Límites de la Biología".
- 43 política y menor cohesión en el llamado "Diálogo Norte-Sur". Puede ser que sea ésta una buena oportunidad para afrontar esta tarea, en un período tan interesante como es la primera mitad del siglo XIX. Al menos, el Viaje del Beagle y sus acusiosas observaciones sobre ciertos aspectos de la socie dad sudamericana parece ser un buen punto de partida. Finalmente, y en lo que a investigaciones propiawente históricas se refiere, el PD deberá ocuparse prioritariamente de aspectos relacionados con la navegación y las expediciones científicas que españoles, ingleses y franceses, principalmente, llevaron a cabo en los mares del Pacifico Sur durante los siglos XVIII y XIX. Existe una escasa biblio grafía en español sobre el terna, y puede afirmarse que la ma yor parte de ella está obsoleta, con excepción de algunos yo lúmenes publicados por el Instituto de Cultura Hispánica y la obra del historiador chileno Sergio Villalobos titulada La Aventura Chilena de Darwin (Santiago, Ed. Andrés Bello, 1974). El tema -tan cercano a nuestra propia historia y tan caro a nuestras mejores tradiciones navales- deberá, pués, ser objeto de investigaciones interdisciplinarias, en las que especialjstas en historia naval e historiadores de la ciencia se reunan a rescatar hazañas náuticas y científicas vinculadas a nombres corno los del mismo Robert Fitz Roy, La Pérouse, Azare, Ulloa y Jorge Juan, Cook, La Condauiine, Ruiz y Pavón y tantos otros. Hoy más que nunca, el océano Pacífico es factor de unión y mutuo conocimiento entre pueblos de culturas distintas; iritroducirse en su historia y reconstruir su pasado debe ser, sin duda, una tarea común que acrecentará nuestros vínculos con nuestros vecinos allen de el océano.
- 44 Estamos convencidos que el patromonio cultural de una nación rio termina en sus grandes monumentos arquitectóni cos ni en sus contribuciones artísticas, literarias o cientÍ ficas. También forma parte de la propiedad cultural común la relación que a través de la historia se ha estructurado entre el hombre y su entorno físico. Ayudar a reconstruir, por lo tanto, el paisaje autóctono que vieron los descubrido res españoles, o colaborar en toda iniciativa que tienda a evitar la extinción de la flora y la fauna nativas, es una tarea propiamente cultural, ya que contribuye al rescate de algo 7ue tradicionalmente es nuestro y que ha ayudado a forjar nuestra idiosincracia como nación. El drama de nuestro tiempo es que va quedando muy poco de qué admirarse, por lo menos en cuanto a bellezas naturales se trata; de ahí iue se considere a los parques nacionales (sea continentales o marinos) y a los museos de historia natural como guardadores de la parte ms frágil e inestable de nuestro patrimonio cul tural. El PD se preocupará, pues, en forma prioritaria, de contribuir a la creación y conservación de "santuarios naturales", museos, bibliotecas especializadas y parque nacionales, en especial en aquellos parajes que hemos denominado "escenarios darwinianos". para ello, promoveremos la dictación de decretos y leyes especiales y la puesta en marcha de una gran operación de asistencia técnica internacional, y aus piciaremos la organización de Seminarios y simposia sobre el tema, como manera de aprovechar la experiencia lograda en otras latitudes en estas materias. Nuestra meta es hacer del Museo y del Parque Nacional sendos pilares de una nueva aproximación del hombre hacia la naturaleza. El énfasis en nuestra problemática se traslada ahora a un campo ms propicio al naturalista que al cientista so -
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cial, aunque insistimos en que el carActer multidisciplinario del PD permanece constante a través de todos o de la mayor parte de los problemas planteados. Hemos expresado más arriba que el núcleo del PD, casi desde su origen, ha sido el aná lisis del deterioro de nuestro paisaje en un período de 150 años, y cuando decimos nuestro paisaje queremos ampliar el t4rmino para abarcar todo el vasto escenario darwiniano. Se trata de comprobar los cambios sufridos en el entorno de mu chos territorios del Hemisferio Sur, a partir del estudio cul dadoso de las descripciones dejadas por Darwin y por otros na turalistas, para cotejarlas con el paisaje físico y humano ac tual. Como sabemos, Charles Darwin aprovechó bien la obra de viajeros científicos franceses y españoles del siglo XVIII y conoció, además, la obra de algunos naturalistas hispanoarneri canos; los nombres de Azara y Juan Ignacio Molina figuran repetidamente en sus textos y en el catálogo de su biblioteca, y los libros de éstos y otros autores aparecen cuidadosamente anotados y subrayados por el cuidadoso lector que era Darwin. 221 De este modo, las detalladas descripciones dejadas por el sabio inglés poseen un valor intrínseco aún más grande al integrar el testimonio de muchos otros viajeros y conocedores del poco explorado e incontaminado paisaje de los territorios del Hemisferio Sur. Se trata, pues, de aprovechar un documento histórico de primera magnitud en un estudio rigurosamente científico, 22/ Cfr.Historical arid Descriptive Catalogue of the Darwin Memorial at Down House, Downe, Kent., y Handlist of Darwin Papers at the University Library, Cambridge, Cambridge University Press, 1960). He podido ver personalmente algunos de los numerosos volúmenes de autores españoles y latinoamericanos en la Biblioteca de la Universidad de Cambridge gracias a la amabilidad del señor Peter J. Gautry, Curador del Departamento de Manuscritos.
- 46 que nos permitirá analizar los cambios geológicos, climáticos, biológicos y antropológicos ocurridos en un conveniente período de tiempo. Es este sin duda un experimento ue deberemos manejar cori cautela, y que nos obligará a comprobar en cada instancia la posible validez de la fuente histó rica en una investigación de esta naturaleza. Para ello -y siguiendo fielmente al texto darwiniano- deberemos en primer término definir lo que hemos denominado "escenarios darwinia nos", que son aquellos territorios visitados por Darwin y de los que éste dejó descripciones detalladas. Nos enfrentamos aquí con problemas geomorfológicos y linigUisticos de cierta importancia, ya que la teponimia de estos lugares ha evolu donado en función de su utilización por diversas culturas. En cualquier caso, la correcta utilización de documentos his tóricos en evaluación del paisaje actual será toda una aventura intelectual cuyos resultados podrán ser aprovechados en proyectos similares. Una vez acotados los "escenarios darwinianos", diferentes especialistas deberán analizar los distintos cambios, el por qué de éstos y su magnitud; existen antecedentes para suponer que nos encontraremos con curvas exponenciales en to dos aquellos cambios que impliquen el uso del medio geográfi co por el hombre. Podemos suponer, además, que el recuento de las actuales especies zoológicas y botánicas variará considerablemente del panorama de los organismos vivos descri tos por Darwin y sabemos que deberemos incluir aquí necesa riamente la desaparición de grupos étnicos que conoció el au tor del Origen de las Especies. Cori todo, hay que hacer notar que, si bien podemos postular la extinción de ciertas es pecies por causas hasta ahora no bien conocidas ni estudia das, sabemos que desde la visita de Darwin hasta hoy numero-
- 47 sas especies se han incorporado al paisaje biológico de nues tros países, hasta tornar prácticamente irreconocible el pai saje que conoció este naturalista. Sin ir más lejos, el actual paisaje rural chileno tiene muy poco de autóctono, al menos en la región central del país. Pinos insignes,
sauces,
álamos, árboles frutales e interminables cercas de zarzamora conforman un escenario biogeoqráfico absolutamente desconoci do a los conquistadores españoles y parcialmente extraño an en la primera mitad del siglo XIX. 23/ por otra parte, creemos positivos, al menos desde el punto de vista humano, lo que sin duda permite cierto optimismo en las proyeccies al futuro que puedan resultar de nuestro proyecto. Sin duda será interesante confrontar por vez primera las descripciones de textos de los siglos XVIII y XIX con el resultado de las mediciones científicas que se realizarán du rante el transcurso de la investigación. Estamos convenci dos de que las técnicas y métodos propios de la historia y de la ciencia experimental saldrán favorecidos con este mu tuo intercambio de datos y observaciones comparadas. Sólo así podremos certificar adecuadamente la validez del documen to histórico como testimonio fiel del, pasado. 23/ En la segunda mitad de 1977, la British Sroadcastinq Corporation (BBC) estuvo filmando en Chile un documental sobre el viaje del "Beagle". Una de las dificultades más grandes de la filmación fue la imposibilidad de hallar una caleta en la que pudiera re calar el velero especialmente adaptado que hizo las veces del "Beagle", debido a que en todos los sitios apropiados crecían pi nos insignes y eucaliptus, especies que llegaron al país años después de la visita de Charles Darwin. Es sensible señalar que ha primado el criterio económico por sobre el científico en cuanto a introducción de especies foráneas se trata. Este hecho ha provocado verdaderas catástrofes ecológicas que han causado la desaparición de muchas especies nativas.
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No es necesario aclarar que en los tiltimos años se han realizado estudios de gran valor científico en el área y el espacio geográfico que estamos acotando para nuestra futura tarea. En realidad, se han llevado a cabo investigaciones que cubren prácticamente todo el espectro del análisis del me dio ambiente. Sin embargo, debe hacerse notar que la enorme mayoría de tales investigaciones se han limitado a estudiar el paisaje actual, es decir, tan sólo un punto de una curva de cambio en el tiempo, lo que limita evidentemente la capaci dad de extrapolar los resultados de tales investigaciones y de emplearlos en pronósticos de largo plazo. El PD aspira, en primer término, a realizar un
estudio histórico del cambio
de carácter multidisciplinario, que permita extraer coridiciones adecuadas a la futura formulación de políticas ambienta les a nivel nacional y regional; en segundo lugar, el PD hará buen uso de la información existente y ofrecerá coordinar y/o cooperar en aquellas investigaciones puntuales que se estén efectuando o que se lleven a cabo en el período de siete años que durará nuestro proyecto. En el caso de Chile, se han ile vado a cabo novedosas investigaciones en áreas en las que el PD también pretende incursionar: En 1977, un "qrant" de la World Wiidlife Fund permitió a científicos chilenos y norteamericanos determinar el impacto ecológico de especies exóticas en la fauna nativa. Por otra parte, diversos centros académi cos del país han llevado a cabo un esfuerzo gigantesco cuyo fin es conocer mejor nuestros recursos naturales. Podemos se ñaiar la labor del Instituto de Biología de la Universidad de Concepción, que posee el herbario más importante del país (unos 50.000 ejemplares), integrado por especies recolectadas por diversos botánicos chilenos y extranjeros y por fototipos
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adquiridos al Chicago Natural History Museum. Resulta intere sante subrayar el método utilizado por este Instituto en la búsqueda de especies, la que se hace "conforme a un itinerario que permite rehacer el camino recorrido por los antiguos botá nicos clásicos que viajaron por Chile en los tres últimos siglos". De esta manera, la investigación se hace histórica en tanto que se vale de la bitácora de naturalistas como Ruiz y pavón, J. D. Hooker, Gav, Rodulfo ', Federico Philippi, etc. M,s recientemente, la iniciativa de un geógrafo, el Dr. Victor G. quintanilla, ha permitido la publicación de un Diccionario de Biogeografía para América Latina (Valparaíso, Ediciones Universitarias de Valparaíso, 1978). Como expresa su autor, el diccionario "es la herramienta (r'lás adecuada) para compren der a cabalidad desde las ciencias naturales y auxiliares a las biológicas, en especial para apreciar el cambio -generalmente deterioro- del habitat natural". 24/ El PD, cuyo propósito es realizar investigaciones sobre el cambio del habitat natural, no puede sino felicitarse de la existencia de estos estudios, los que sin duda también se han efectuado en otras naciones que serán invitadas a formar parte del proyecto. No debemos olvidar -iue el conocimiento científico se construye en una permanente sumatoria de esfuerzos individuales y colec tivos, y que cada investigador añade tan sólo un guanta de co nocimiento al constante flujo de la ciencia. 24/ Sobre la labor del Instituto de Biología de la Universidad de Concepción, Cfr. "Chile se llama CONC", en Ercilla NQ 2174, 30 de marzo al 5 de abril de 1977, págs. 61-63. La información sobre el Diccionario de Biogeografía figura en "Bru gula para un nuevo idioma", Ercilla NO 2244, 2-8 de agosto de 1978 pág. 57.
- 50 Como se ha dicho anteriormente, el deseo de quienes he mos tenido a nuestro cargo la buena marcha del PD es servir del mejor modo posible a la causa de una mayor comprensión internacional. Por otra parte, nuestro proyecto se define como declaradamente conservacionista, en el sentido nue el Comité Nacional Darwin -o,ms adelante, el Comité Regional- hará lo que esté de su parte para promover el mejor uso de nuestros recursos y la conservación del medio ambiente. Ambos propósitos encuentran un marco adecuado en la proposición de crite
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nos y prioridades para la formulación de políticas a nivel na cional y recional, destinadas a resguardar el equilibrio ecoló gico. Es aquí, precisamente, donde el Comité Nacional Darwin y todo organismo que genere el proyecto Darwin deben y tienen que conservar a toda costa su derecho a una crítica constructi va y a expresar libremente sus ideas, derecho inalienable que caracteriza toda actividad académica. Resulta innecesario destacar aquí la lucha que en todos los niveles se está dando por combatir la contaminación en todas sus formas y por formar conciencia sobre el evidente peligro que conlieva el uso indiscniminado y sin medida ni control de los recursos de la biósfera; la muy extensa bibliografía que se ha publicado al respecto y el creciente interés de di versas organizaciones públicas y privadas representan bien esta preocupación. En nuestros países, sin embargo, los estudios sobre medio ambiente y manejo de recursos naturales son recien tes y la opinión pública tiende a considerar el problema de la creciente contaminación como alqo que solamente concierne a los países altamente industrializados. más recientemente, algunos temas polémicos y ciertos hechos desafortunados, tales como la explotación del bosque autóctono y los últimos desas tres de barcos petroleros han iniciado alguna discusión sobre desarrollo y conservación, sin que sus resultados se reflejen en la dictación de una legislación apropiada.
r - 51 Creemos firmemente que toda contribución académica a la formulación de una política ambiental apropiada deberá te ner en cuenta dos hechos: a) la innegable necesidad de nuestros países de mantener un crecimiento económico de cierta magnitud; h) el hecho irrefutable de que la tecnología actual, hecha posible por una política económica equivocada, está ter minando con nuestras opciones a sobrevivir como especie. Resulta indudable que toda proposición para detener el débil de sarrollo económico latinoameric.ano y alcanzar un punto de "Crecimiento Cero" (que algunos conservacionistas de países de sarrollados propuqnan) será rechazada de plano por naciones como las nuestras, que están en la etapa de "crecer o morir". Por otra parte, algunos conservacionistas radicales han llega do a defender su posición -honesta y profundamente humana- en términos tan absolutos -ue, de llevarse a cabo sus ideas, se llegaría a una "hibernización" de la situación actual, es decir, que el actual dinamismo de la Naturaleza, manifestado en la extinción y aparición cíclica de las especies y en los carn bios ambientales que hacen posible este ciclo, daría lugar a un proceso estático, lo que es completamente antinatural. 25/ 251 En los últimos años se ha vnido insistiendo en detener el crecimiento económico mundial y tender en cambio hacia un "Crecimiento Cero". En su edición de otoño de 1973, la revista Daedalus recopila artículos de destacados especialistas sobre este problema. (Publicado como Vol. NQ 102, NQ 4, de los Proceedings of the American Academy of Arts and Sciences). Eugerie Rabinowitch ha criticado, por su parte, los argumentos poco racionales y bastantes apasionados de algunos grupos de conser vacionistas: "De hecho, sin ninguna interferencia del hombre, la historia de la vida en la Tierra incluye la eliminación de innume rabies especies que fueron incapaces de austarse a los cambios y ue fueron reemplazadas por otras ms adaptables". (The Bulletin of the Atomic Scientists, Vol. XXV, N 0 5, nay, 1969, págs. 47ss.) En fecha más reciente se ha producido el casc extremo de detener
- 52 La posición cor1trara a esta, ue es la de usufructuar ce los recursos naturales sin pensar en ei mariana, en un proceso de descapitafización que terminará por acabar no solo cori estas riquezas sino con todas nuestras posibilidades de vida, es mu cnis'.mo más irracional y tiene el inconv:!L1t que no sóio es posible, sino que esta actualmente imponiendo abrumacora rriente su criterio. La economid de casi todos los países latinoarwricanos ha pasado de una etapa exciusivanente mcnoproductora a otra er:-l.pa de nivel superior basada en la apertura indiscriminada a la inversion extranjera y al fomento de las exjuttaciones no tradicionales. Ambos factores sólo han acelerado la des trucción de nuestro medio ambiente, ya que tanto la ausencia de una legislación protectora como el deseo de muchos inver sionistas de lograr el máximo y más rápido retorno de su ir-i versión coinciden en una explotación de recursos aue conduce a la contaminación del aire y del agua, a la erosión y a la extinción de nuestra flora y fauna nativa. Análoqainente, la exportación de productos no tradicionales ha estimulado el uso int.ensivo del suelo, la tala de bosque autóctono y la ex
25/ la contrución de una represo avaudc en USS !lo millones (en Tennessee, U.3..), debido a una resolución de la Corte Luprema de los Estados Unidos en favor de una diminuta especie de perca, el "snaii darter", cuya vida estaría en peligro a causa de la re presa. El "snail darter" es una de las tn:as esoecies protegidas por el Acta Federal soore Especies en peliqro de 1975 (Time, June 26, 14918, pág. 21). Nosotros, más bien postulamos la nuGqueda de un punto medio en tre ambas posiciones. Es cierto que el arqumnto científico para la causa del "Crecimiento Cero" es bastante fuerte y altamente racional. B. G. :urray Jr., compara dos tipos de crecimiento: el biologico y el económico. l primero es natural y de acuerdo a las leyes naturales ya que tiende a un récimen permanente, en el que los organismos se estacionan en un nivel de equilibrio. crecimiento económico, por el contrario es creciente y termifl.3 por debilitar la calicnc de la vida, así como el crecimiento anorn:i de las células cancerosas atenta contra el oraanisno que las cobija. ("Lo que los ecoloqos pueden enseñar a los econornistas', en Facetas, Vol. 6, N 1, i/J, págs. 46ss.)
- 53 tinción (por sobreexplotación) de especies de alto valor co mercial. El hecho es que nuestro continente parece ser un buen lugar para el establecimiento de "santuarios de contaxrinación" (zonas en las cue industrias altamente contaminantes pueden operar libres de toda restricción o control legal) y que en enero de 1975 el Departamento de Comercio del gobierno de los Estados Unidos haya expresado la conveniencia de inver tir en ciertas países latinoamericanos debido a la inexistencia o inoperancia de leyes contra la contaminación. 26/ En un excelente artículo aparecido en portada en 1976, Crescente Donoso ha criticado esta tendencia al afirnar que 'mientras unos países sacrifican la naturaleza en ris de desarrol lo industrial, hay otros que vienen de vuelta a la naturaleza, só lo que como ya estropearon la propia deben salir a comprar una
26/ Curry - Lindahl, en su libro ya citado, expresa: "El 'desarrollo', en su sentido moderno, no siempre significa progreso. Muchos países en desarrollo no tienen el capi tal ni los medios de mercado ne cesarios para explotar sus reservas. Por lo mismo, el desarrollo suele dejarse en manos de inversionistas extranjeros, a quienes guían más las razons de lucro que los principios de conservación. Por desgracia, este enfoque de los exploradores suele coincidir con puntos de vista políticos a corto plazo ciue tienen los gobiernos". (Conservar para sobrevivir), op. cit. pág. 343). Infortunadamente, la mayoría de las grandes multinacionales están invirtiendo mucho dinero en establecer industrias altamente contaminantes en algunos países de la región, ya 'ue las leyes de con trol de la contaminación en los países desa - rollados impiden su ex oansión en tales países. Los "santuarios de contaminación" han proliferado desde un tiempo a esta parte, y ya se puede observar el fenómeno de que muchas de nuestras ciudades presentan índices de contaminación más elevados que los de sus congéneres europeas o norteamericanas. Sobre este tema, Cfr. de R.J. Barnet & R.E. MUller, Global Reach. The Power of the Multinational Corporations. (New York, Simon & Schuster, 1974), especialmente la parte III, ca pítulo 12: "The Ecology of Corporations and the uality. of Growth".
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nueva entre los pobres". 27/ El criterio más usual no es precisamente el enunciado. Podría decirse que la opinión más generalizada -y que en mu chas ocasiones se expresd de modo confuso en algunas políticas de gobierno- es la de una "creencia qeneracional ciega en los supuestos beneficios del desa:rolio industrial", 28/ por sobre toda '- onsideración de rango ecológico. Jn crítico del trabajo de Donoso piensa que la posición de ste es la del "avaro su friendo pobrezas sentado sobre el baúl cDr, su dinero... ¡ntes que satisfacer un deseo bucólico de que nuestros descendientes puedan pasear bajo sombrías arboledas al sonido musical del viento,
debemos preoc'parnos de que los niños de hoy cispongan
de lo necesario para alimientarse, cohijarse, educarse y marite nerse sanos y que sus padres tengan un inqreso compatible con la dignidad humana". El mismo pensamiento ha sido sustentado recientemente por uno de nuestros más importantes medios de co murticación, cuando en su editorial afirma que "es evidente que el combate a la pobreza extrema y el esfuerzo por sacar del in fradesarrollo ciertas zonas del país sari nás importantes que la conservación de determinadas especies naturales, por valiosas -'ue estas últimas san".
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¿ Cómo llegar a un consenso teniendo en cuenta estas posiciones extremas 7 En realidad, ésta ha sido la tarea que se rian fiadc numerosos organismos internacionales y diversos grupos privados. Entre
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primeros figura el Programa de las
27/ "Si los dólares no dejan ver el bosque". Portada, NQ 50, abril de 1976, :gs. 11-17. 28/ Ibid. ibid. pág. 16 29/ Carta al Director. Portada, NQ 51 9 mayo de 1976. El editorial citado fue publicado en l Niercurio, 13 de junio de 1978, pág. 3.
r - 55 Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), que se ha de finido como "la conciencia ambiental ciei sistema de la NU". Pues bien, este proqrama se ha filado como objetivo ayudar a qobiernos y otros organismos a asegurar que las consieracic nes ambientales se tomen de desarrojio.
¿rl SU
r-lfl
cuenta plenamente en el proceso
informe anual para
75, el PNUMA con-
sidera obsoleta la posición jue considera al desarrol'o "como inevitablemente destruct:vo del medio ambiente", como tam bién a la cue sustenta la idea lue la protección del medio ambiente "es a menudo ur. obstáculo a la expansión económica en los países desarrollaos y al procenu c." desarrollo de los países en desarroilo"; por el contririo, el PNUMA se
sa en
ue "las consideraciones ambientais que demandan una ordenación racional de los r'cursos de
1:-3
tierra sor la mejor garan
tía de que el desarrollo pueda llevarse adelante sobre una ba se sostenible". 30/ Nuestros países están deseosos por alcan zar el grado de industrialización y el standar de vida de los países desarrollaoos. En realidad, creemos y sostemos que po demos lograr un nivel de calidad de la vida muy superior, en tanto que seamos capaces de formular una política de desarrono (y no tan sólo de "crecimiento") que evite daños ncesa nos a los recursos renovables, manteniendo a toda costa la calidad del entorno como base cei proceso de desarrollo. En realidad, resulta, lícito poner en duda índices económicos ta les como el PNB, ya ue si en éste se incluyeran factores tales como el deterioro ambiental el crecimiento sería práctica mente nulo. Esto sucedería, por ejemplo, si ej costo de la protección del medio anbiente se transmitiera totalmente al precio de
lOS
bienes de capitaL y consumo. Por lo tanto, de-
be pensarse en n nuevo concepto de crecimiento económico ue
30/ programa de las Naciones Unidas para el Necio Ambiente (PNUMA), informe anual, 1975.
r L
- Sb expresa una armonía entre desarrollo y conservación. Como afirma Gerard Eldiri, el crecimiento económico significa redu cir la escasez de bienes y servicios; ahora bien, si se redu ce la escasez (o se aminora el temor a una futura escasez) de bienes como el aire puro, el agua incontaminada o la belle za natural del medio ambiente, se está enriqueciendo e]. .q&er mundial y se está aumentando la satisfacció' -i humana. Esto irn pilca "contribuir al crecimiento económico en un sentido más amplio que la mera expansión de la producción, que en sí misma no es más que un medio de acrecentar la satisfacción individual y comunitaria". 31/ Por otra parte, no resulta probable que la producción (en sentido tradicional de la expresión) se vea menoscabada por medidas de control del entorno, ya que una sana política de regulación ambiental será un estímulo pa ra la investigación tecnológica y para el rápido desarrollo de industrias anticontaminantes, sin pasar por alto el factor multiplicador que tendrá la alta inversión fiscal en este rubro. El PD acoge la proposición de Richard L. Clinton, en el sentido de "resucitar el sentido original del término 'desarrollo' , para así dotarlo de una base empírica -"ente determi nable y éticamente (o ideológicamente) neutral. Esta base consistiría en una relación sostenible entre una población y el ecosistema del cual forma parte".
A
este tipo de desarro-
llo se le .a denominado después de Maurice Strong, como ecodesarrollo. La aceptación de una política de ecodesarrollo implica, sin embargo, un cuidadoso estudio de los diversos ecosistemas que sostienen la población latinoamericana y el re chazo al "efecto demostración" de las pautas de consumo de 31/ "r'xecesidad de cooperación y coordinación intergubernamentales en la política del control del entorno't, en Ecología y Contaminación. Formas de cooperación internacional. (Buenos Aires, Ed. Marymar, 1971) págs. 211-218.
fl - 57 los países industrializados. De acuerdo a Clinton, "como el hombre es el recurso más valioso, el ecodesarrollo debe contribuir ante todo a su realización". 32/ ¿ Cómo puede el PD contribuir a la formulación de una política semejante ? Ante todo, a través de las investigacio mes antes señaladas, que no sólo aportarán un conocimiento a fondo de nuestro entorno, sirio cue aspirarán como supremo objetivo a formar una qeneracióri de investiaadores jóvenes im buidos de nuevos valores. En este sentido, estimamos que la historia deberá hacer un aporte significativo al mejor conoci miento de ias relaciones hombre-entorno en :mérica Latina, e una perspectiva temporal. Si bien es aún posible aceptar ue la historia política sigue siendo la columna vertebral del edificio histórico, siempre henos pensadc cue importantes temas de nuestro pasado han ido quedando en la penumbra, entre ellos la reconstrucción de las relaciones entre una población tan dinámica cono la latinoamericana 'i la espléndida qeoira fía del continente. En este marco histórico, la investiga ción sobre la tenencia de la tierra, la propiedad urbana, la política aqraria y los intentos de colonización del territo rio podrá contribuir a despejar alqunas incógnitas que hasta hoy ni siquiera han sido planteadas. La formación de una conciencia regional sobre la mate ria será también replanteada desde el punto de vista del PD. Como expresa el informe del PNUMA, "los cambios entre la rela cióri entre el hombre y su medio ambiente físico dependen en buena medida de los cambios en la organización y en los fines de la sociedad... (el) oropósito (del hombre) debe ser el de construir una sociedad que sea intrínsecamente compatible con su medio ambiente". }Kai Curry - Lindahl subraya la tremenda 32/ "Hacia una Teoría del codesarroiio; Concepto Clave para ubicar el papel de las Políticas de la Población en el Proceso de Desa rrollo", en Comercio ixterior, Vol. 26, NQ 1, enero 1976, pqs. 64-7 1.
- 58 importancia de la cooperación internacional en la re-educa ción de nuestra sociedad, al decir que "hay que educar a toda gente para que comprerida por qué a la larga una estrategia con fundamentos ecológicos restaurará el ambiente de nuestro mundo... sin eaucacióri rio se puede fomentar una comprensión del uso apropiado de los recursos naturales a escala nacional o global". 33/
El PD aspira a diseñar modelos pedagógicos
que puedan ser captados rápida y fácilmente por las nuevas ge neraciones. Uno de los inconvenientes más graves de la edu cación actual sobre el medto ambiente es el proceso pedagógico, que es mucho más lento que la destrucción de los ecosiste mas. De lo anteriormente expuesto se deduce nuestro inte rés por aportar el resultado de nuestras futuras investigacio nes a la planificación de una estrategia para llevar a buen término una acción ecológica a nivel regional e internacional. Estamos convencidos de que nuestra responsabilidad no termina en el mero aporte al avance del conocimiento en la materia, sino que deberemos hacer lo posible para que las conclusiones a que lleguemos sean bien utilizadas a nivel de gobiernos y organismos internacionales.
33/ PNUMA, Ibid. La cita de Curry - Lindahi figura en su libro citado, Conservar para sobrevivir, op. cit. Págs. 387-388 Debe entenderse, sin embargo, zue el proceso educacional formal es lento y debe competir desventajosamente con el "efecto demostración" de las sociedades de consumo y con los pseudo valores que ha ido incorporando la política económica que sigue la mayoría de nuestros países. Recientemente un alto funcionario reojo nal declaro que "en 1977 se extrajeron (en la III Región) 24 millones de unidades (de locos), lo que parece ser excesivo (sic). Sin embargo, las divisas que produce y la ocupación que propor ciona lo convierten en recursos de gran importancia para la re qión". (La Tercera, 11 de julio de 1978).
- 59 -
3. Qbjetivos y propósitos del Proyecto Darwin: una visión de síntesis Una vez visualizados a vuelo de pájaro algunos de los problemas y tópicos más importantes que cubre el PD, resulta necesario subrayar la permanencia de nuestros propósitos iniciales y que, a través de la lectura de las páginas anterio res, han ido quedando claros. Con todo, hemos deseado defi rtirlos inequívocamente, cosa que es por lo demás una excelente 000rtunidad para resumir y puntualizar lo anteriormente ex presudo. por lo tanto, los principales objetivos que persigue el PD, y que tratará de materializar el Comité Nacional Darwin, Son los que a continuación se señalan: a)
Necesidad de un homenaje internacional a arwLn y su obra con ocasión del 150Q del crucero del H.M.S. "Beagle". Sin duda, el viaje del "Beagle" es la expedición científica más famosa e importante en la historia de la Humanidad, y constituyó la base para la redacción del Origen de las Espcies. A siglo y medio de este magno acontecimiento, cree rnos justo y necesario detenernos a examinar la obra darwi niana y evaluar su impacto histórico.
b)
Hacer un llamado a la comunidad científica internacional en torno a un trabajo común de gran significación. Tal y como sucedió con el AGI en 1957-1958, creemos que esta se rá una buena oportunidad para que los hombres de ciencia de diferentes países aporten su experiencia y conocimiento en una tarea pacífica y de significativos alcances para la mejor comprensión internacional. En particular, nuestra írivitación a colaborar en nuestro proyecto se dirige a los hombres de ciencia -y a quienes crean en la ciencia como factor de unidad, progreso y concordia- de
los países "darwinianos" del Hemisferio Sur (Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, perú y Uruguay en América Latina, además de Australia, Nueva Zelandia y Sudáfrica) , más los científicos de aquellas naciones que, por una u otra causa no nueden oerrnanecer ajenas a la tarea que nos he rnos fijado. Aludimos aquí a las comunidades científicas de Inglaterra, España, Portugal, Francia y los Estados Unidos. La patria de Charles Darwin debe y tiene que estar presente; por otra parte, territorios de España, Fran cia y Portugal fueron visitados por el sabio inglés y libros y trabajos de naturalistas de estas nacionalidades fueron estudiados por Darwin. Por último, los Estados Uni dos han llegado a poseer una experiencia y un "know how de primera magnitud en problemas que, como la lucha contra el deterioro ambiental y la formulación de políticas equilibradas de desarrollo, preocupan a nuestro Comité. Gru pos empresariales y voluntarios norteamericanos cooperan en estas tareas, ye sea financiando proyectos o participan do activamente en su realización. Es este un ejemplo que deberemos seguir. c)
Aooyar
las actividades científicas en América Latina
El desarrolio del pensamiento científico en nuestros pal ses está plagado de visicitudes que en el transcurso del tiempo parecen agravarse. Las escasas ocasiones en que se han formado algunos centros de excelencia académica, diver sos factores han conspirado para hacer imposible su tarea dándose lugar a la llamada "fuga de cerebros", que no es sino la búsqueda de la materialización de legítimos deseos de contribuír al avance del conocimiento que caracteriza a todo hombre de ciencia. Sin lugar a dudas, la institucio-. nalizacióri de la ciencia resulta imprescindible como nú cleo de todo proceso de modernización, tarea histórica en la que están empeñados nuestros pueblos. Es por esto que
- 61. -
nuestro propósito primario ha sido el crear oportunidades de estímulo y motivación a la ciencia latinoamericana. Creemos que el PD resulta una buena ocasión para ello: En primer término, 'l PD es una iniciativa original, novedosa, que sin duda impulsará la investigación en áreas que, como las que se originaron en la anticua Historia Natural, no han sido prioritarias en nuestro desarrollo científico: en segundo luqar, nuestros proyectos de investigación son mayoritariamente interdisciplinarios, lo que contribuirá poderosarnente al me 5 or conocimiento de metodologías y téc nicas distintas y al trabajo fructífero e innovador en las fronteras de á re a s
y disciplinas diferentes.
En ter-
cer lugar, los resultados de nuestra tarea son provechosos en tanto que podrán utilizarse en la implementación de planes de desarrollo nacionales y regionales; el PD es, además, un proyecto llamativo en cuanto a que llegará fá cilmente a la opinión pública, sirviendo así a la causa de la legitimación social de la actividad del hombre de ciencia. Por último, estamos conscientes de que uno de los mayores problemas del desarrollo científico regional ha sido un financiamiento escaso e intermitente. El Comi té Nacional Darwin y los comités regionales que se formen en el futuro procurarán por todos los medios a su alcance crear canales alternativos de financiamiento, utilizando fuentes no tradicionales de apoyo a la investigación. Estamos ciertos aue, al menos, nuestra iniciativa sentará las bases para un nuevo diálogo entre académicos hom bres de ciencias y personeros de los sectores público y privado no tan sólo de la región sino cue de muchos paf ses del Hemisferio Sur. Se cumplirán así nuestros deseos de propender a la integración cultural de nuestras naciones, cosa que sin duda acrecentará la comprensión y el res peto mutuos.
- 62 -
d)
Contribuir efectivanente a la formulación de políticas de ecodes arrollo Quizás si el más grande desafío para un hombre de ciencia moderno sea restaurar la confianza social en la ciencia, contribuyendo al progreso de la sociedad. Sabemos que re suita difícil -si no imposible- hacer oir la voz de la co munidad científica por encima de otros grupos de presión de mayor prestigio social o con mayores medios a su alcance. Sin embargo, nuestra primera tarea será la de procu rar abrir canales expeditos de comunicación entre las auto ridades de gobierno y los hombres de ciencia. Sólo así lo graremos que nuestras proposiciones de políticas de desa rrollo -'ue estimamos más adecuadas en razón de nue maneja mos más variables para su formulación, sean escuchadas. Re sulta prioritario, por lo tanto, evaluar los recursos natu rales renovables, conocer bien su velocidad y capacidad de regeneración y, en función de este conocimiento, diseñar criterios y prioridades para el crecimiento económico armó nico y sin pausas nue nos ayudará a alcanzar metas insospe chadas de desarrollo. En segundo trrnino, resulta esencial formar un Banco de Datos regional sobre los estudios realizados y que se están llevando a cabo en cuanto a conocimien to del medio ambiente, evaluación de recursos y control de la contaminación. Existe una prodigiosa cantidad de infor-. mes subutilizada y dispersa, por lo cual será necesario crear mecanismos de coordinación a nivel regional.
e)
Proteger la fauna y flora nativas. Es esta una tarea prioritaria del PD, y la que sin duda atraerá más fácilmente tanto el financiamiento externo como el apoyo decidido de grandes sectores de la opinión pública. A través de este objetivo estaremos manifestando además nuestra más cordial cooperación a todos los grupos académicos o constituídos
- 63 por ciudadanos voluntarios que luchan en todo el mundo por la causa de la conservación. Se trata aquí de conocer corn prehensivamente nuestras especies zoológicas y botánicas, examinar su habitat y 'stablecer en lo posible su grado de estabilidad como especIe. No tan sólo deberemos proteger - - asta donde sea racionalmente posible hacerlo- las espe cies existentes, sino examinar las posibles causas por las ue muchas especies nue Darwin conoció y catalogó se han extinguido. La protección de la fauna y la flora nativas requiere conocer el impacto ecol&iico de diversas especies foráneas introducidas a lo largo de más de 400 aios, como también resulta necesario realizar estudios de control del deterioro de su entorno natural. Será este sin duda un hermoso esfuerzo, pleno de sorpresas, frustaciones y reencuentros con la pródiga natraleza del Hemisferio Sur. f) Contribuir a la formación de una conciencia ecológica y de amor a la naturaleza en nuestros países. Hemos expresa do nuestro ferviente deseo de enfrentarnos con los problemas pedagógicos inherentes a la formación de una mayor con ciencia del peliqro que representa la destrucción del me dio ambiente. Deberemos encarar tales problemas con enfoques y técnicas oriqinales, que lleven a la modificación parcial o radical del curriculum escolar tanto en ciencias naturales como en ciencias sociales. Desde ya, podemos destacar algunas ideas que sin duda apuntan en esta dirección: primero, los aspectos históricos y sociales del deterioro del ambiente; segundo, la promoción de museos, parques nacionales y diversas acciones de exten sión. A través de estas iniciativas acrecentaremos la posibilidad de modificar positivamente la relación hombre -
- 64 entorno. Tales son nuestros orincipales objetivos. bin duda, a medida que trariscurra el proyecto se irá estructurando una jerarquía de propósitos y objetivos diferentes a la que he mos señalado. .in embargo, confiamos en que no perderemos de vista las metas con que se inició el PD y cuya consecución es un estímulo en nuestro trabajo. 4. ¿Cómo se llevará a la prctica el Proyecto Darwin ? Concretar en todos sus puntos un Droyecto de la natura leza, complejidad y alcances del PD parecería resultar de una ambición desmedida, que choca abiertamente con la actual cir cunstaricia lcttinoarnericana y
mundial. Existen, sin embargo,
algunos factores 'iue desdicen categóricamente esta posición, el principal de los cuales es el hecho de haberse llevado a ca bo innumerables proyectos de investigación en el escenario que corresponderá. al PD, sobre problemas similares y con parecidos enfoques. Los resultados de esta investigación existen y son susceptibles de aprovecharse. Lo mismo puede decirse de los ac tuales proyectos que se están efectuando en Chile y en otros paises de la región, algunos de los cuales hemos citado ante riorrnente. Se trata, por lo tanto, de utilizar la información 34/ En este sentido, se publica en nuestro rnedio una revista que es un verdadero alarde de educación ecolócica. Se trata de ¿xpedición a Chile, redactada por el Instituto Juan Ignacio Molina y que publica la Editorial Gabriela Mistral. La mayoría de los países latinoamericanos han hecho un gran esfuer zo en la creación de parques nacionales. No o:stante, existen otras prioridades cue restan financiamiento a la adecuada manten ción de estos santuarios naturales. Como un estridente ejemplo de lo expresado, considérese el caso de las Islas Galápagos, 'ue en la actualidad luchan desesperadamente por su supervivencia como la boratorio inigualable del proceso de la vida. El establecimiento de la estación de investigación Charles Darwin cerca de Santa Cruz (1962) ha ayudado poderosamente a la causa de las Islas Encantadas (como le llamaron los españoles). Véase Time, june 26, 1978 pág. 50 y SS.
r - 65 existente o de modificarla de acuerdo a nuestros propios enfo ques y perspectivas. No partiremos de cero en esta empresa, sino que basaremos la mayor parte de nuestras acciones en una gran masa de datos, resultados y materiales ya existentes. Existe aún otro argumento aún más convincente: Si bien es cierto que nuestra tarea es principalmente académica y
es-
tá dirigida por ende al avance del conocimiento, no es menos cierto que ella enfoca problemas cuya solución es urgentemente necesaria para la supervivencia de nuestra sociedad; en otras palabras, tales estudios deben hacerse, so pena de atentar en forma irreversible en contra de nuestras opciones y las de las generaciones venideras. El PD no es tan sólo un homenaje o una conmemoración más, sino que reinvindica su carácter de ser una empresa de cooperación internacional, vital en la mayor comprensión de nuestros paises y en elevación de la calidad de la vida de su población. Con todo, precisamente aclarar en lo posible la forma en que el PD se llevará a cabo. Para ello distinguiremos entre acciones de investiqación, de formulación de políticas y de extensión, para referirnos luego al posible financiamiento de estas actividades. i) Programas de investigación: Se refieren a la ejecución de proyectos originales o a la utilización, coordinación y/o colaboración de y con proyectos terminados o en etapa de real i zación. ji) Formulación de políticas: Se trata de la utilización de los resultados a que se llegue con algunas investigaciones propuestas. se utilizarán tales datos en la redacción de proposiciones para la formulación de políticas (educaciona les, conservacionistas, de desarrollo, etc.) a nivel nacio
nal y regional. Este tipo de acción es de abierta cooperación con los distintos gobiernos y organismos regiona les e internacionales, para lo cual será necesario crear canales expeditos de comunicación. iii) Acciones de extensión: Gran parte e nuestro esfuerzo se rá informar a la comunidad e inteqrr a la población en nuestras tareas. Ello será posible en la medida que se implementeri diversos programas de extensión, tales como filmación de documentales, exoosiciones, publicación de textos, mejoramiento de museos y parques nacionales, tu rismo dirigido, etc. Todo aporte educacional será tam bin consIderado en este marco: cursos, programas de perfeccionamiento, ciclos de conferencias, planificación de curricula, etc. Estos programas darán lugar a las siguientes acciones: a.
Programas de Investigación: - Recolección de datos y elaboración de hipótesis de trabajo - Trabajos en terreno - Seminarios y simposia (Las reuniones de trabajo tendrán lu gar en cualquier país participante del PD, procurándose llevarlas a cabo en los sitios visitados por Darwin. En lo que se refiere a Chile, hemos obtenido el apoyo logístico de importantes organismos nacionales para llevar adelante todo ti po de reuniones científicas). - Publicaciones (El PD procurará en lo posible publicar los trabajos a que de lucar nuestra investigación. Sin embargo, es oportuno señalar que todos los científicos participantes tendrán la máxima libertad para publicar los resultados de su trabajo).
b.
Programas de formulación de políticas: - Recopilación de los resultados de la investigación - Formación de un Banco de Datos
1 - 67 - Compilación de un Indice de organizaciones públicas y privadas que particiPan en la asesoría o la torna de decisio mes en política de desarrollo. - Compilación y arlisis comparado de la biblioqrafía existen te. - Seminarios sobre formulación de políticas ambientales y de desarrollo que permitan reunir a representantes de todos los sectores. c. Programas de extensión: - Posibilitar el Turismo "dirigido" para el mejor conocimiento de los escenarios darwinianos. Este tipo de turismo no requiere de inversiones costosas ni de una sólida y perma nente infraestructura. Se trata de abrir senderos ("trails") susceptibles de ser recorrido a pié, y que unan entre sí los sitios darwiniarios. Tanto Chile como el resto de los países invitados al Programa cuentan con numerosos Parques Naciona les y paisajes aún no contaminados que coinciden aproximada mente con los escenarios darwirtianos. - Acciones pedagógicas, destinadas a crear conciencia en torno a los problemas de que se ocupa el PD. - Seminarios y simposia sobre el lugar que Museos y Parques Nacionales deben tener en la vida cultural de nuestra socie dad. - Filmación de documentales, grabación de programas radiales y de TV, etc. - publicaciones Financiamiento del PD Sin duda, la mayor dificultad con que tropieza todo proyecto de esta envergadura es el financiamiento. Hemos señalado que el PD es una iniciativa original, en el sentido que tras ciende el área estatal para buscar decididamente el concurso y la adhesión de diferentes medios y sectores sociales. Creemos que
esta característica del PD seri positiva en cuanto a que nuestra búsqueda de recursos económicos no se orientará tan sólo a las fuentes tradicionales de financiamiento sino que, por el contrario, crearemos nuevas opciones promoviendo el interés de grupos hasta ahora ausentes de las grandes empresas culturales, por ayu darnos y cooperar con nosotros. Resulta apropiado señalar que nuestro proyecto piloto, que se dirige a implernentar el programa nacional de iritroduc ción del salmón del Pacífico en la XI y XII Regiones, ha encon trado recursos en un sinnúmero de instancias no tradicionales, lo que por cierto motiva nuestro optimismo en cuanto al financia miento del proyecto. Por otra parte, alaunas de las agencias es tatales con las cuales nos hemos contactado, tanto en Chile como en otros países latinoamericanos, se han mostrado dispuestas a apoyar en la medida de sus posibilidades esta iniciativa. Tan importante como el financiamiento directo resultan las acciones de cooperación y asistencia técnica internacional. Durante los últimos meses hemos estado trabajando en este sentido y podemos afirmar confiadamente que el PD contará con un apoyo óptimo por parte de organismos internacionales y sociedades científicas. Por último, estamos convencidos de que ciertas accio nes de extensión podrán autofinanciarse, dado el interés crecien te de la opinión pública por los temas y problemas que abordaremos. Así mismo, tanto el Comité Nacional Darwin como los diversos organismos que de él emanen, estarán en situación de vender servicios (asesorías y consultorías) a medida que progresen las investigaciones programadas. La programación del Proyecto Darwin; Etapas La prirn9ra tarea a la cual se abocará el Comité Na cional Darwin será la de redactar un Programa tentativo de acti-
vidades a nivel nacional, como así mismo el Calendario de eventos programados entre 1978 y 1986. Dicho Programa dispondrá la ejecu ción de diversos proyectos de investigación y acciones de exten Sión que se lleven a cabo en territorio chileno o en que interven aan académicos, científicos y organismos de esta nacionalidad. De be entenderse, con todo, que el Programa -aún en su parte nacio rial- no sólo esta abierto a individuos y entidades extranjeras, sino que el Comité invitará a especialistas e instituciones de otros países a participar activamente en nuestros proyectos. La organización provisoria del Programa consulta tres etapas conceotualmente bien delineadas: a) Etapa Nacional: A cargo del Comité Nacional Darwin, el que asesorará a autoridades de Gobierno y de CONICYT sobre las diversas acciones y medidas ideadas para llevar a cabo el PD en territorio nacional. El Comité pretende generar a la brevedad una Corporación Privada sin fines de lucro, cuyos fines serán administrar los fondos del Comité y llevar a la práctica las iniciativas que este organismo legal disoonga. Por expresa disposición del Decreto Supremo que le da vida, el Comité posee facultades para comunicarse con di versas organizaciones privadas y públicas, tanto en Chile como en el extranjero. Una de las primeras iniciativas del Comité será la de impulsar la creación de una Comisión a nivel regional, que reuna representantes de las naciones latinoamericanas visitadas por Darwin que deseen formar parte del PD. Sin perjuicio de las actividades de carácter regional o internacional iue programen futuros organismos emanadas del espíritu de cooperación internacional, el Comité Nacional Darwin planificará sus actividades en un período de siete años, a partir de septiembre de 1978. Tales actividades tienen a
P.-
"W
- 70 cumplir los mismos fines y objetivos ya señalados en la sección 3. b)
Etapa Regional: Coincide en el tiempo con la etapa nacional, aunque con un obvio retraso en su iniciación. La programa ciórt de actividades a nivel regional estará a cargo de un or qanismo legal, de carácter supranacional , creado por el deseo unánimemente manifestado de Argentina, brasil, Chile, Ecuador, Perú y Uruguay para tomar parte activa en el PD a escala continental. Por lo tanto, la primera tarea -y en la cual ya es tamos trabajando- será la de contactar a las autoridades, organismos y agencias estatales a cargo del desarrollo científi co y tecnológico, universidades y hombres de ciencia de esas naciones hermanas para crear como empresa común un Comité Regional Darwin; en este caso, nuestro papel se reduce a tomar la iniciativa en este llamado y a proponer la aceptación to tal o parcial de los propósitos, objetivos y actividades seña lados.
c)
Etapa Internacional: Esta etapa englobará las actividades a escala nacional y recional, y a ella están cordialmente invitados individuos e instituciones de Australia, España, Estados Unidos de Norteamérica, Francia, Nueva 'elaridia, Portugal y Sudáfrica. Poseemos promisorios antecedentes que nos permiten esperar la participación activa de hombres de ciencia y de diversas agencias y entidades privadas de estos países en nues tro proyecto. Como antes en la Etapa Regional, procederemos a convocar a una reunión ampliada, probablemente a través de los Agregados Culturales de estas naciones en Chile, con el fin de echar las bases de un organismo consultivo, coordinador y ejecutivo, en el cual tendrán representación los países partici pantes, diversos organismos internacionales, asociaciones
E
W - 71 -
de
científicos, etc. Al igual que en el caso anterior, pro-
pondremos a estos organismos nuestras ideas y proyectos, para su discusión a este nivel. El Trabajo de programación, coordinación y ejecución En cuanto a laEtap8Nacional, la programación, coordinacióri y ejecución del PD está a cargo y bajo la responsabilidad directa del Comité Nacional Darwin y CONICYT. Sin embargo, se espera que en breve pueda constituírse una Corporación privada a cargo de la ejecución total del Proyecto en su etapa nacional, lo que facilitará enormemente la administración del PD. El Comité Nacional actúa a través de un Consejo en el cual están representados diversos sectores del país, y une de sus primeras tareas será la de formar organismos y subconités asesores, los cuales tendrán a cargo las siguientes áreas: Historia y Ciencias Sociales, Biología Evolutiva y Genética, Ciencias de la Tierra, Ecología y Conservación, Extensión y Relaciones públicas y Asuntos Internacionales. El Comité Nacional Darwin podrá crear nuevos organismos asesores en la medida que el trabajo así lo requie ra. Por otra parte, este Comité nominará e invitará a diversas personalidades de la vida nacional a tomar parte
en
nuestras ac-
tividades, con lo cual se estará cumpliendo nu'stro deseo de ha cer del PD una empresa nacional. Inmediatamente después de la Ceremonia de iniciación de actividades, la Secretaría Ejecutiva iniciará una serie de contactos con diversas autoridades universitarias, personeros del sector privado y altos funcionarios públicos, invitándoles a participar en nuestro proyecto. Para terminar, quisieramos reiterar una vez más nuestro carácter esencialmente académico, abierto a toda crítica o su gerencia, dispuesto a compartir las tareas que nos hemos fijado o se nos fijen en el futuro. Nos guía únicamente el deseo de servir.
- 72 Servir a la causa común de la Humanidad, a la paz y la compren sión internacional a la ciencia y a los cintíficos. Como en to da iniciativa universitaria, pretendemos ir publicando los resul tados de proyectos y seminarios de modo lue sean accesibles a to do el mundo en el menor tiempo posible. Respetaremos, eso sí, la absoluta libertad del investigador a publicar el resultado
de
su trabajo en la forma y el medio que él libremente disponga. Nuestra íntima preocupación ante la crisis actual de la ciencia nos hará redoblar nuestros esfuerzos para asegurar al hombre de ciencia su máximo derecho: el derecho a expresarse libremente.
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