POLÍTICAS DE EMPLEO DIGNO Y SUPERACIÓN DE LA POBREZA

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INSTITUCIONES DE CRÉDITO Y FINANCIAMIENTO DEL DESARROLLO José Luis Calva Coordinador

Jorge Basave Kunhardt Carola Conde Bonfil Moritz Cruz Gloria de la Luz Juárez Mildred Espíndola Celso Garrido Gabriel Gómez Ochoa Plinio Hernández Barriga Noemí Levy Orlik Francisco López-Herrera María Irma Manrique Guadalupe Mántey Bastón Luis Ángel Ortiz Palacios Pablo Pineda Ortega César Armando Salazar

México 2018-2024: Nueva estrategia de desarrollo Volumen 6

Francisco Venegas-Martínez

CONSEJO NACIONAL DE UNIVERSITARIOS

Gregorio Vidal



Instituciones de crédito y financiamiento del desarrollo José Luis Calva (Coordinador)

Textos Jorge Basave Kunhardt, Carola Conde Bonfil, Moritz Cruz, Gloria de la Luz Juárez, Mildred Espíndola, Celso Garrido, Gabriel Gómez Ochoa, Plinio Hernández Barriga, Noemi Levy Orlik, Francisco López-Herrera, María Irma Manrique, Guadalupe Mántey Bastón, Luis Ángel Ortiz Palacios, Pablo Pineda Ortega, César Armando Salazar, Francisco Venegas-Martínez, Gregorio Vidal Instituciones de adscripción de los autores de este volumen

Juan Pablos Editor Consejo Nacional de Universitarios México, 2018


Los trabajos de investigación incluidos en este libro han sido arbitrados por pares académicos.

Instituciones de crédito y financiamiento del desarrollo / José Luis Calva, coordinador. - México : Juan Pablos Editor, 2018

1a. edición 389 p. : ilustraciones ; 16 x 23 cm (Col. México 2018-2024: Nueva estrategia de desarrollo, volumen 6)

ISBN de la obra completa: 978-607-711-474-1 ISBN del volumen 6: 978-607-711-508-3

T. 1. Desarrollo económico - Finanzas

T. 2. Finanzas

HG195 I57

INSTITUCIONES DE CRÉDITO Y FINANCIAMIENTO DEL DESARROLLO

Volumen 6 México 2018-2024: Nueva estrategia de desarrollo José Luis Calva (coordinador), Jorge Basave Kundhart, Carola Conde Bonfil, Moritz Cruz, Gloria de la Luz Juárez, Mildred Espíndola, Celso Garrido, Gabriel Gómez Ochoa, Plinio Hernández Barriga, Noemi Levy Orlik, Francisco López-Herrera, María Irma Manrique, Guadalupe Mántey Bastón, Luis Ángel Ortiz Palacios, Pablo Pineda Ortega, César Armando Salazar, Francisco Venegas-Martínez, Gregorio Vidal Primera edición, 2018 D.R. © 2018, Juan Pablos Editor, S.A. 2a. Cerrada de Belisario Domínguez 19 Col. del Carmen, Alcaldía de Coyoacán 04100, Ciudad de México <juanpabloseditor@gmail.com> D.R. © 2018, Consejo Nacional de Universitarios por una Nueva Estrategia de Desarrollo Copilco 319, Planta Alta, Col. Copilco Universidad, Alcaldía de Coyoacán, 04360, Ciudad de México <www.consejonacionaldeuniversitarios.org> ISBN de la obra completa: 978-607-711-474-1 ISBN del volumen 6: 978-607-711-508-3 Elaborado en México/Reservados los derechos


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Prólogo José Luis Calva 9

PRIMERA SECCIÓN

POLÍTICAS DE BANCA COMERCIAL PARA EL DESARROLLO Regulación, reforma financiera y banca múltiple Gabriel Gómez Ochoa 41 Política bancaria y crediticia para el crecimiento Guadalupe Mántey Bastón y Plinio Hernández Barriga 67 Concentración bancaria y financiamiento a las empresas Luis Ángel Ortiz Palacios 83

SEGUNDA SECCIÓN

LA BANCA NACIONAL DE DESARROLLO Y SUS FUNCIONES Banca de desarrollo: ¿reforma estructural? Gabriel Gómez Ochoa 117 Fallas del mercado y banca de desarrollo María Irma Manrique 143 La banca de desarrollo en México. Presencia y retos para el futuro inmediato Pablo Pineda Ortega 169 [5]


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ÍNDICE

TERCERA SECCIÓN

MERCADO DE VALORES, FORMACIÓN DE CAPITAL Y CRECIMIENTO ECONÓMICO

Financiamiento bursátil e inversión: las promesas no cumplidas de la reforma financiera César Armando Salazar y Mildred Espíndola 191 El crecimiento económico en una encrucijada: exceso de liquidez y escaso financiamiento Noemi Levy Orlik 211 CUARTA SECCIÓN

FINANCIAMIENTO A LAS PYMES Y MICROFINANZAS PARA EL DESARROLLO

Tendencias, innovaciones y desafíos en las relaciones financieras de las Pymes en México Celso Garrido 235 Las microfinanzas y su contribución al desarrollo y a la inclusión financiera Carola Conde Bonfil 263 QUINTA SECCIÓN

EL AHORRO PARA EL RETIRO Y LAS REMESAS DE LOS MIGRANTES

Fondos de ahorro para el retiro: desempeño y limitaciones del sistema de cuentas individuales Gloria de la Luz Juárez 289 Las remesas y el crecimiento económico Moritz Cruz 309 SEXTA SECCIÓN

INVERSIÓN EXTRANJERA DE CARTERA Y DIRECTA Flujos de inversión extranjera de cartera 1995-2012: análisis y propuesta para el caso mexicano Francisco Venegas-Martínez y Francisco López-Herrera 325


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La inversión extranjera directa y las transformaciones de la economía en México Gregorio Vidal 343 Inversión y empleo foráneos de las multinacionales mexicanas Jorge Basave Kunhardt 365



INSTITUCIONES DE CRÉDITO Y FINANCIAMIENTO DEL DESARROLLO PRÓLOGO JOSÉ LUIS CALVA*

En su Global Financial Development Report 2017-2018, el Banco Mundial coloca a México entre los países con más baja penetración financiera: el cré­ dito interno otorgado por la banca de depósito al sector privado represen­ ta apenas el 21.7% del PIB en nuestro país, contra 49.7% en India, 66.4% en Brasil, 132.4% en China, 52.2% en Rusia, etcétera, de manera que en una lista de 185 países con información disponible, México ocupa el lugar 154, abajo incluso de Mozambique (28.2%), de Senegal (31.4%) y de Mali (22.3%), para no hablar de países de nueva industrialización como Corea del Sur (127.7%) o de los países desarrollados como Dinamarca (178.7%), Ca­ nadá (126.6%) o el Reino Unido (145.9 por ciento). En perspectiva histórica, México ha sufrido durante las últimas décadas una tremenda regresión en su densidad crediticia. Por el contrario, bajo la estrategia de desarrollo liderado por el Estado (1934-1982), el crédito agre­ gado otorgado por las bancas comercial y de desarrollo —de acuerdo con INEGI, Estadísticas Históricas de México, edición 2014-2015— se incremen­ tó del 8% del PIB en el trienio 1934-1936, al 24.1% del PIB en el trienio 1964-1966 y hasta el 38.4% del PIB en el trienio 1980-1982, de manera que nuestro sistema bancario cumplió su función en el financiamiento del desa­ rrollo: el PIB mexicano creció a una tasa media del 6.1% anual durante el pe­ riodo 1934-1982. En contraste, bajo la estrategia económica neoliberal per­severantemente aplicada en México desde 1983 hasta el presente —ba­ sada en las prescripciones de política económica del Consenso de Washing­ ton, entre las cuales figura la liberalización financiera—, el sistema bancario se ha convertido en factor limitante para el desarrollo: después de la bur­ buja crediticia observada en el periodo 1992-1994, que sucedió a la liberali­ zación financiera y desembocó en la crisis sistémica de la banca y en su * Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México. [9]


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posterior rescate a costa de los contribuyentes, el crédito otorgado por las bancas comercial y de desarrollo apenas representó el 24.1% del PIB du­ rante el trienio 2014-2017, con los consiguientes efectos negativos sobre el crecimiento económico: la tasa media de incremento del PIB fue de ape­ nas 2.3% anual durante el periodo 1983-2017. ¿Cómo llegamos a esta situación? ¿Por qué la liberalización del sistema financiero desembocó en la raquítica disponibilidad de crédito que hoy padece la economía mexicana? ¿Cómo asegurar que el sistema financiero sea realmente funcional al desarrollo? Los capítulos que integran este volumen, escritos por reconocidos especialistas, dan respuesta a estas interrogantes. Para empezar, hay que recordar que la liberalización financiera se reali­ zó como un proceso relativamente tardío (a partir de 1988) dentro de las reformas estructurales apegadas al Consenso de Washington. Hasta enton­ ces, el sistema bancario mexicano se había desarrollado bajo un régimen de regulaciones gubernamentales —instituidas durante las seis décadas precedentes a la estatización bancaria decretada en septiembre de 1982— que tendían a cuidar la solvencia de los bancos, proteger el ahorro bancario de los mexicanos y promover la canalización selectiva del crédito hacia las actividades económicas consideradas prioritarias. Un primer instrumento fundamental de regulación era el sistema de en­ cajes legales o reservas obligatorias depositadas por los bancos comerciales en el banco central, que fue instituido desde 1924 con el propósito explí­ cito de proteger los depósitos de los ahorradores y garantizar la solvencia del sistema bancario, además de ser posteriormente utilizado por el banco central como instrumento de política monetaria, para regular el circulante y el volumen agregado de crédito en la economía. Al momento de la estati­ zación bancaria decretada en septiembre de 1982, la banca comercial debía depositar en el banco central el 39.2 % de los pasivos invertibles en mone­ da nacional (cuentas de ahorro y de cheques, depósitos a plazo o retirables en días preestablecidos y otros pasivos con empresas o particulares); en tanto que de los pasivos invertibles en moneda extranjera, el 70% debía depositarse en el banco central. Sobre estos depósitos, el Banco de México pagaba a los bancos comerciales una tasa de 2.5%, más el costo financie­ ro promedio de captación, tratándose del encaje en moneda nacional; y de 1.82% más el costo de captación, para el encaje en dólares. Un segundo instrumento fundamental de regulación era el sistema de cajones de asignación crediticia, que estipulaban porcentajes obligatorios del ahorro captado por la banca comercial que ésta debía canalizar hacia actividades consideradas prioritarias dentro de la estrategia general de de­ sarrollo. Al momento de la estatización bancaria, el 34.1 % de la captación en moneda nacional debía canalizarse a dichas actividades: 25.7% hacia sec­


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tores productivos (3.5% para la industria pequeña y mediana; 4.7% al sector agropecuario; 1.8% para producción de artículos básicos, etcétera); 7.8% en préstamos para vivienda de interés social y 0.6% en créditos a agentes bursátiles y en títulos accionarios especificados (para estas cifras y las del párrafo anterior véase Enrique Pérez López, Expropiación bancaria en México y desarrollo estabilizador, Diana, México, 1987; y Banco de Méxi­ co, Indicadores económicos. Acervo histórico, México, 1996). Desde luego, el resto de la captación bancaria neta del encaje legal podía ser canalizada libremente a créditos o valores de cualquier tipo, aunque sujetándose a las disposiciones orientadas a diversificar riesgos, a evitar la concentración del crédito y a asegurar la solvencia de los bancos. El tercer instrumento fundamental de la rectoría gubernamental sobre el sistema bancario era la regulación de las tasas de interés. Desde los años cincuenta, las tasas de interés se hallaban sujetas, en su mayor parte, a con­ troles cuantitativos. El Banco de México fijaba las tasas que los bancos de­ bían pagar por la mayoría de los depósitos, así como las tasas de interés de los préstamos elegibles dentro de los cajones de asignación selectiva del crédito. Para el resto de los préstamos, los bancos fijaban libremente sus tasas de interés. Además, otras regulaciones específicas tendían a asegurar tanto la solven­ cia del sistema bancario como el buen resguardo y utilización del ahorro financiero de los mexicanos. Bajo la estricta supervisión del Banco de Méxi­ co, de la Comisión Nacional Bancaria y de Seguros, y de la Secretaría de Ha­ cienda, la banca comercial estaba sujeta a restricciones para su fondeo en el exterior; a la obligación de equilibrar sus operaciones diarias de compra y venta de monedas extranjeras; a observar techos porcentuales máximos de pasivos de un banco con cada acreedor; a límites de participación accio­ naria máxima de una persona física o moral en el capital pagado de una en­ tidad bancaria; a máximos de crédito que cada banco podía otorgar a una sola persona física o moral como porcentaje del capital neto del respectivo banco; a restricciones cuantitativas al otorgamiento de créditos a personas físicas o morales relacionadas con accionistas o directivos de los bancos, ade­ más de las obligaciones concernientes a los mínimos de capital/activos, los sistemas contables, el control de riesgos, la información y la supervisión por las autoridades bancarias. Bajo este régimen, el sistema de banca comercial se desarrolló hasta au­ mentar su penetración crediticia en la economía desde el 6.2% del PIB en el trienio 1934-1936, al 12.8% del PIB en el trienio 1964-1966 y hasta el 19.8% del PIB en el trienio 1980-1982, contribuyendo —junto con la banca nacio­ nal de desarrollo, que en este último trienio otorgó créditos equivalentes al


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18.6% del PIB (dos tercios de los cuales fueron para el sector privado no financiero)— al crecimiento sostenido de la economía mexicana. En 1982, el presidente López Portillo decretó la estatización de la banca comercial, utilizándola como chivo expiatorio de la crisis de la deuda ex­ terna (que realmente había sido provocada principalmente por erróneos manejos macroeconómicos, sobre todo en política cambiaria, que desem­ bocaron en una tremenda sobrevaluación del peso, con los consiguientes déficits en balanza comercial y de cuenta corriente financiados con deuda externa: véase el volumen 4 de esta colección). Sin embargo, no se introdu­ jeron cambios en el régimen de operación de la banca comercial, de mane­ ra que, siendo propiedad del Estado, el sistema bancario se desenvolvió, en lo esencial, bajo el mismo marco regulatorio precedente, hasta que en 1988, bajo la conducción de Pedro Aspe como secretario de Hacienda —nombra­ do por el entonces presidente Miguel de la Madrid, y ratificado en el cargo por el presidente Salinas—, se emprendió un acelerado proceso de reforma neoliberal del sistema bancario. Durante un brevísimo lapso de catorce meses, entre 1988 y 1989, se rea­ lizaron a marchas forzadas los procesos básicos de liberalización en sus tres vertientes fundamentales: la desregulación de las tasas de interés, la su­ presión de los cajones de asignación selectiva del crédito y la eliminación del sistema de encajes legales. Simultáneamente se suprimieron o flexibili­ zaron otras restricciones o regulaciones operativas a fin de otorgar mayor autonomía de gestión a la banca. Posteriormente se realizó la reprivatiza­ ción de la banca comercial (entre 1991 y 1992) y se emprendió —en cum­ plimiento de los compromisos contraídos en el TLCAN— la apertura parcial del sistema bancario a la inversión extranjera, que posteriormente —des­ pués de las reformas de la Ley de Instituciones de Crédito y de la Ley para Regular las Agrupaciones Financieras, decretadas en 1998— se convirtió en apertura total al capital extranjero. De manera triunfalista, Pedro Aspe describió la precipitada liberalización bancaria del siguiente modo: “entre la década de los cincuenta y a principios de los ochenta, el control de los agregados de crédito se llevó a cabo esencial­ mente a través de controles cuantitativos sobre los intermediarios mediante la imposición de requisitos de reserva, sistemas de cajones selectivos, tasas de interés activas determinadas por el Banco de México, en muchos casos por instrucciones de la Secretaría de Hacienda y no como respuesta a las condi­ ciones prevalecientes en el mercado. Desde el otoño de 1988, las autoridades monetarias trataron de seguir un enfoque pragmático [debió decir dogmático: JLC] con respecto a las tasas de interés, dejando que el mercado fun­ cionara [sin reparar, desde luego, en el carácter oligopólico de este mercado: JLC]. Con respecto a la eliminación gradual de controles cuantitativos de


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crédito, la segunda fase en el proceso de liberalización financiera se inició en 1988, con la eliminación de los «cajones de crédito» a sectores de alta prioridad, y continuando con la supresión de los requisitos de reserva obli­ gatoria. De esta manera, a partir de octubre de 1988 sólo los saldos banca­ rios de las cuentas de cheques y de ahorro estuvieron sujetos a limitaciones relacionadas con el porcentaje que debería canalizarse a «sectores de alta prioridad» y a los bancos de desarrollo, además del requisito de reserva obli­ gatoria [...]. En abril de 1989, se extendió la reforma a los depósitos a plazo, y en agosto sucedió lo mismo con las cuentas de cheques. Para agosto, las autoridades abandonaron el mecanismo de crédito selectivo y establecieron las condiciones para eliminar lo que quedaba del sistema de reserva míni­ ma” (Pedro Aspe, El camino de la transformación económica, FCE, México, 1993). Ciertamente, la velocidad de las reformas apegadas a los dogmas del Consenso de Washington fue asombrosa, al contrario de la cautela en las reformas heterodoxas chinas, expresada en la célebre frase de Deng Xia­ ping: “cruzar el río sintiendo las piedras”. Con apego irrestricto a la ortodoxia, la tecnocracia neoliberal esperaba que la liberalización financiera conduciría al cumplimiento de dos objeti­ vos básicos: 1) “incrementar la generación de ahorro interno” con el fin de “recuperar el crecimiento estable y sostenido que, tradicionalmente, había tenido la economía mexicana a lo largo de varias décadas de nuestra historia” (Pedro Aspe, op. cit.); 2) construir un sistema financiero “amplio, diversifi­ cado y, sobre todo, moderno”, capaz de “apoyar y promover la productividad y competitividad de la economía nacional”, mediante “una mayor canaliza­ ción de recursos y una intermediación más eficiente del ahorro” (Guillermo Ortiz, La reforma financiera y la desincorporación bancaria, México, FCE, 1994). Sin embargo, los resultados de la liberalización financiera han sido de­ cepcionantes. Por una parte, el círculo virtuoso entre el crecimiento eco­ nómico sostenido y la elevación consistente de la inversión fija bruta y del ahorro interno, que nuestro país había experimentado bajo la estrategia de desarrollo liderado por el Estado —cuando el coeficiente de inversión fija bruta pasó del 7.5% del PIB en el sexenio 1941-1946 hasta el 22.7% del PIB en el sexenio 1977-1982, mientras que el coeficiente de ahorro interno bruto saltó del 7.8% del PIB en el sexenio 1941-1946 hasta el 20.7% del PIB en el sexenio 1977-1982, de manera correlativa al acelerado crecimiento del PIB mexicano a una tasa media del 6.3% anual entre 1941 y 1982—, es un círculo virtuoso que no ha vuelto a ser encontrado. Por el contrario, después de la liberalización financiera, el coeficiente de inversión fija bru­ ta no creció, sino descendió al 20.5% del PIB en promedio anual durante


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el periodo 1990-2017; y el coeficiente de ahorro interno bruto —que es, por definición, inversión física (en maquinaria, equipo, construcciones e inventarios físicos) menos ahorro externo— tampoco creció, representan­ do apenas 20.5% del PIB en promedio anual durante igual periodo; y la tasa media de crecimiento del PIB ha sido de apenas 2.7% anual durante el pe­rio­ do posterior a la liberalización financiera (1990-2017). Por otra parte, debido al carácter oligopólico del sistema bancario en Mé­ ­xi­co —donde los tres más grandes bancos comerciales concentraban en 1988 el 70.6% de la captación de ahorro y el 67.6% de la cartera crediticia, concen­tración que se mantuvo después de la reprivatización bancaria—, era natu­ral que la liberalización de las tasas de interés, en vez de reducir los márgenes de intermediación financiera, haya provocado su incremento, al dejar al oligopolio libre de controles: la diferencia entre la tasa real de depó­ sito prome­dio y la tasa real de préstamo promedio, que en el periodo 19781987 ascendió a 6 puntos porcentuales, saltó hasta 12.7 puntos porcentuales durante el sexenio 1989-1994, con 16.4 puntos en 1994, de modo que —al agregarse el costo real de captación— las tasas reales de préstamo promedio se elevaron hasta 23.5 puntos porcentuales en 1994, impagables para la gran mayoría de los asalariados y de las empresas lícitas, con el consiguiente cre­ cimiento exponencial de las carteras vencidas. Para comparar: la diferencia entre las tasas reales de depósito promedio y las tasas reales de préstamo pro­ medio en Estados Unidos osciló entre 1.7 puntos y 2.8 puntos durante 19891995; y en Canadá dicho margen osciló entre 1.0 puntos y 1.4 puntos en el mismo lapso (véase J. L. Calva, coord., Liberalización de los mercados financieros. Resultados y alternativas, México, Juan Pablos Editor, 1996). Desde luego, la marcada diferencia de márgenes financieros entre México y los países del Norte fue un resultado natural de la liberalización de las tasas de interés en condiciones de un sistema bancario de carácter oligopólico. Co­ mo observó el Centro de Estudios Monetario Latinoamericanos: “La concen­ tración oligopólica ha de tomarse muy en consideración antes de dejarse al libre juego del mercado la determinación de las tasas de interés, ya que ello puede conducir a una ampliación de los diferenciales de tasas de interés y, consecuentemente, pasar a un punto más ineficiente” (Reformas y restructu­ ración de los sistemas financieros en los países de América Latina, México, CEMLA, 1994). Además, la supresión de los encajes legales, que protegían el ahorro fi­ nanciero de los mexicanos en su calidad de depósitos obligatorios de los bancos comerciales en el banco central, combinada con el relajamiento de la regulación y supervisión gubernamental sobre las operaciones bancarias (en congruencia con la ideología neoliberal, según la cual la operación libre de los agentes privados produce per se mayor eficiencia económica) generó


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un febril otorgamiento de créditos sin control efectivo de riesgos: el crédi­ to otorgado por la banca comercial al sector privado no financiero, que en el periodo 1980-1982 alcanzó el 16.4% del PIB y durante el periodo 1983-1988 representó el 16.3% del PIB, se disparó —en una clásica burbuja crediti­ cia— hasta alcanzar el 34.6% del PIB en el periodo 1992-1994, para declinar después bruscamente al estallar la burbuja. En consecuencia, se produjo un incremento vertiginoso de los costos financieros de las empresas y de los particulares, debido al aumento verti­ cal de las relaciones deuda/producto y deuda/ingreso, así como al crecimien­ to desmesurado de las tasas reales de interés activas que saltaron de 7.4% en 1986 (y -6.2% en 1987) a 23.5% en 1994, lo que condujo al crecimiento ver­ tiginoso de las carteras vencidas, al severo deterioro de los activos bancarios y a una enorme brecha entre las reservas preventivas creadas y las requeri­ das para hacer frente a los riesgos crediticios. De acuerdo con los principios internacionales de contabilidad bancaria generalmente aceptados, la car­ tera vencida representaba en diciembre de 1994 el 129.4% de la suma del capital contable y las provisiones preventivas de los bancos (y el 117.5% en 1993: véase J. L. Calva, México más allá del neoliberalismo. Opciones den­ tro del cambio global, México, Plaza y Janés, 2000), de manera que a escasos años de iniciado el experimento neoliberal en la esfera financiera, la banca comercial se encontró en una situación de quiebra técnica. La decisión del gobierno mexicano de rescatar a los bancos a costa de los contribuyentes —en lugar de rescatar a los bancos con cargo al capital de los banqueros avariciosos e imprudentes que habían provocado la quiebra técnica de sus empresas financieras y complementariamente con cargo a las ganancias futuras de los bancos, como fue oportunamente propuesto desde el ámbito académico (véase J. L. Calva, “Fobaproa: una alternativa de solu­ ción”, en Problemas del desarrollo, núm. 114, México, IIEc-UNAM, 1998)—, había sido claramente anunciada en el documento Mexico’s Monetary Policy 1995, dado a conocer en Washington por el Banco de México desde marzo de 1995: “Cost of bank’s rescue operation will be absorbed by fiscal policy”. A mediados de 1999, el costo fiscal del rescate bancario previsto por el Institu­ to de Protección al Ahorro Bancario (IPAB) ascendió a 873.1 miles de mi­ llones de pesos (a precios corrientes), equivalentes al 19.3% del producto interno bruto estimado para 1999; y para el cierre de 1999, el costo fiscal del rescate bancario estimado por Standard and Poor’s ascendió a 988 miles de millones de pesos, equivalentes al 21.8% del PIB oficialmente estimado para 1999, lo cual representaba más de siete veces el ingreso fiscal obteni­ do por la venta de los bancos a valor presente (véase J. L. Calva, México más


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allá del neoliberalismo, op. cit.). A diciembre de 2011, el costo fiscal total de los programas de rescate bancario ascendió a 1 782 843.7 millones de pesos a valores nominales presentes (incluyendo 244 260 millones de pesos cana­ lizados a los programas de apoyo a deudores), de los cuales se habían pagado 938 905 millones de pesos, de modo que el costo aun no pagado del experi­ mento neoliberal en el sistema bancario de México ascendía a 843 938.7 millones de pesos (Auditoría Superior de la Federación, IPAB. Erogaciones para los Programas de Apoyo a Ahorradores y Deudores de la Banca. Auditoría Especial: 11-1-06-HHN-0116). A diciembre de 2017, el costo fiscal agregado de los programas de rescate bancario ascendía a 2 214 108.3 millones de pesos a valores nominales presentes (incluyendo 328 499.3 millones cana­ lizados a programas de apoyo a deudores), de los cuales se habían pagado 1 244 949 millones de pesos, de modo que el costo aún no pagado del res­ cate bancario ascendió a 969 159.3 millones de pesos (cálculos propios con base en SHCP, Estadísticas Oportunas, marzo de 2018), conformando una pesada carga que gravitará sobre las generaciones presentes y futuras, des­ pués de haber salvado el capital de los banqueros que llevaran a la ruina a los más grandes bancos mexicanos, pero no perdieron su capital bancario como se supone debe ocurrir en una economía de mercado. Además, existen enormes costos hundidos —acumulados y futuros— que para México representan las altas tasas de interés y elevadas comisiones paga­ das por los usuarios de crédito, así como la aguda escasez de créditos para la inversión productiva, que por sus efectos negativos en el crecimiento del PIB constituyen costos adicionales muy superiores a los costos fiscales recono­ cidos del rescate bancario. Lo peor es que los mismos resultados nefastos habían sido previamente observados en los países del Cono Sur de América Latina, previamente uti­ lizados como conejillos de indias de los experimentos neoliberales de reforma financiera (véase especialmente el genial artículo —publicado originalmen­ te en 1985— del desaparecido Carlos Díaz-Alejandro, “Adiós represión financiera, hola crac financiero”, en C. Mansell [comp.], Liberación e innova­ ción financiera en los países desarrollados y América Latina, México, CEMLA, 1995). Sin embargo, la tecnocracia neoliberal cerró dogmáticamente los ojos frente a las crisis bancarias de Chile, Argentina y Uruguay provocadas por sendos procesos de liberalización financiera similares al mexicano. Ya lo ha­ bía advertido Díaz- Alejandro: “el f­ anático puede llegar a la conclusión de que esos países no estuvieron a la altura de la pureza del modelo”. De manera sorprendente, unos años después del colapso bancario mexica­ no, el economista en jefe del Banco Mundial para América Latina, Guiller­mo Perry, reconoció que “los consejos del Banco Mundial sobre la liberalización del sector financiero habían sido «equivocados»”. “La equivocación princi­


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pal fue el énfasis casi exclusivo en la desregulación del sector financiero, sin poner suficiente atención a la reforma institucional y la administración fi­ nanciera”. Sin embargo, señaló Perry, el Banco Mundial no fue la única ins­ titución que ofreció ese consejo, “ya que era el consenso de la comunidad financiera internacional como también del gobierno de México”. Ahora, el Banco Mundial no es “insensible a los costos que México está pagando por esas equivocaciones, pero preguntó: «¿ustedes conocen a alguien que no co­ meta errores?»”. “«Todos cometen equivocaciones y uno tiene que apren­ der de éstas y proceder»” (La Jornada, 26/VI/1998). “El reconocimiento no cubre costos —señalamos entonces— pero se agradece” (J. L. Calva, “Cos­ tos del experimento neoliberal”, El Universal, 3/VII/98). De allí la importancia de la cautela en las reformas económicas, sintetiza­ da en la citada frase de Deng Xiaoping y enfáticamente recomendada tam­ bién por el grupo de expertos (que incluyó dos premios Nobel de Economía: Michael Spence y Robert Solow) que indagaron las claves del éxito de 13 economías con tasas de crecimiento del PIB de 7% anual o más durante 25 años o más: “Los gobiernos deben a veces avanzar paso a paso, evitando cam­ bios bruscos en la política, donde los riesgos potenciales superan a los beneficios. Esto limitará el daño potencial de cualquier paso en falso en política, haciendo que sea más fácil para el gobierno y para la economía la rectificación” (The Growth Report: Strategies for Sustained Growth and Inclu­ sive Development, The World Bank, Washington, D. C., 2008). Por el con­ trario, los tecnócratas mexicanos actuaron dogmáticamente, convirtiendo la liberalización financiera en un fin en sí mismo. Para colmo, cuando apenas comenzábamos a pagar los gigantescos costos del primer experimento neoliberal en el sistema bancario, el gobierno del presidente Zedillo envió al Congreso de la Unión, en junio de 1998, la ini­ ciativa de reformas de la Ley de Instituciones de Crédito y de la Ley para Regular las Agrupaciones Financieras, que permitirían al capital extranjero adquirir los paquetes accionarios de control de todos los bancos mexicanos. En este nuevo experimento neoliberal, al igual que en el primero, se exagera­ ­ron sus supuestos beneficios y se ignoraron sus riesgos y posibles costos. “Es de esperarse” —se argumentó en la exposición de motivos de la iniciativa de extranjerización— que “se reduzcan los márgenes de intermediación en be­ neficio del público ahorrador y de las familias y empresas mexicanas usua­ rias del crédito”. También se aseguró que la extranjerización de la banca traería consigo “más crédito otorgado por instituciones debidamente capita­ lizadas”. Y el entonces secretario de Hacienda, Guillermo Ortiz —quien durante los años de reprivatización de los bancos comerciales (1991-1992)


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había sido presidente del Comité de Desincorporación Bancaria— argumen­ tó en favor de la extranjerización: “La privatización de la banca tuvo algunos errores porque se entregaron a «pillos» algunas instituciones, «pero se hizo lo que se pudo para evitarlo conforme a la legislación vigente, pues enton­ ces no podíamos vender la banca a extranjeros»” (La Jornada, 28/V/1998). Sobran comentarios. Desde el ámbito académico habíamos advertido importantes riesgos y posibles costos del nuevo experimento neoliberal. “Se supone —señalamos entonces— que con la propiedad extranjera de los bancos se conseguirá abatir las tasas de préstamo, vía reducción de los márgenes de intermedia­ ción bancaria. Sin embargo, esta hipótesis no está corroborada por ninguna experiencia. De hecho, los bancos extranjeros llegan a los países en desarro­ llo a aprovechar las sobreganancias que se obtienen en estos mercados”. Además, “las ganancias derivadas de la intermediación del ahorro financie­ ro de los mexicanos podrán ser eventualmente transferidas a matrices en el exterior”; y “el control del sistema de pagos podría quedar en manos extran­ jeras”. “Hay que entenderlo: […] los banqueros extranjeros vendrán a apro­ vecharse de nuestras ineficiencias en la conducción, regulación y supervisión del sistema bancario” (J. L. Calva, “Extranjerización de la banca”, en El Universal, 25/VI/1998). Ninguno de estos riesgos y posibles costos fueron reconocidos, y la extranjerización fue diligentemente realizada culminán­ dose en 2001-2002 con la venta de los cuatro más grandes bancos mexicanos al capital extranjero. Seis años después de que el Congreso de la Unión aprobó la extranjeri­ zación, durante la XIV Conferencia Internacional de Supervisores Banca­ rios, realizada en Mérida, Yucatán, el entonces gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, señaló: “las mejoras de eficiencia derivadas de una administración por bancos del exterior, con frecuencia han redundado en mayores utilidades, pero no necesariamente en beneficios para el consumi­ dor”. El problema radica —puntualizó— en que la expansión de los bancos extranjeros en México “ha tenido lugar a través de la adquisición de entida­ des financieras ya existentes”, en lugar de abrir nuevas entidades, de mane­ ra que se ha dejado “prácticamente inalterada la estructura de los mercados financieros locales”, que es altamente concentrada. Paradójicamente, con­ cluyó, los bancos internacionales compiten entre sí “de manera agresiva en sus países de origen, pero no parecen comportarse de la misma manera en los mercados emergentes” (véase El Universal, 6/X/06 y La Jornada, 6/X/06). “El reconocimiento se agradece”, señalamos entonces (“Extranjerización bancaria”, en El Universal, 20/X/2006). Diez años después de que los cuatro más grandes bancos mexicanos de entonces (Bancomer, Banamex, Serfin y Bital) fueron extranjerizados, el ex


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gobernador del Banco de México, Guillermo Ortiz, colocado esta vez del otro lado del mostrador, como presidente de Banorte, sacudió a la opinión pública al señalar: “Entre 2003 y 2011 los dividendos que pagaron los ban­ cos de propiedad extranjera fueron de 20 mil millones de dólares (aproxima­ damente lo que se pagó por los bancos), un dividendo de tres cuartas partes de las utilidades anuales. Si en vez de ello hubieran realizado un desembol­ so de un quinto del pago de dividendos en promedio, como los bancos loca­ les, se hubiera distribuido más capital en México” (G. Ortiz, “Los mercados emergentes deben guiar la reforma bancaria”, en La Jornada, 6/III/2012). Y dos meses después, Guillermo Ortiz declaró: “Obviamente la decisión de repartir dividendos (una parte de las ganancias obtenidas aquí) la toman en la matriz, no aquí, en la subsidiaria. El sistema de pagos es un espacio es­ tratégico y en la medida en que la autoridad no ejerza control sobre él creo que la regulación es insuficiente”. “El sistema de pagos es el sistema ner­ vioso, es el conducto para irrigar toda la economía. Entonces, como ocurre en todos los países importantes, debe estar controlado por nacionales” (La Jornada, 14/V/2012). Una vez más el reconocimiento se agradece. Esta postura debería ser en México —como lo es efectivamente en todas las grandes economías— una política de Estado. La moraleja de toda la historia bancaria antes resumida es una: antes de emprender nuevas “reformas estructurales”, hay que evaluar no sólo sus posibles beneficios, sino también sus riesgos y probables costos. Después de la crisis del sistema bancario y de su rescate a costa de los contri­ buyentes, en paralelo a la extranjerización bancaria, la tecnocracia gobernan­ te se vio obligada a realizar una vuelta en U hacia una más estricta regulación, pero orientándola exclusivamente hacia la fortaleza financiera del sistema bancario y desatendiendo los demás objetivos legítimos de la regulación: la formación de mercados financieros realmente competitivos, la protección de los usuarios de servicios financieros, y el acceso al crédito para los grupos que lo requieren (véase Joseph E. Stiglitz, More Instruments and Broader Goals: Moving Toward the Post-Washington Consensus, Helsinki, The World Bank, 1998). Sin duda, la tecnocracia neoliberal consiguió ampliamente su objetivo unilateral. Como se detalla en este volumen, tenemos un sistema bancario fuer­temente capitalizado, con coeficientes de rentabilidades elevadas, satisfac­ to­rios balances de morosidad y cobertura de riesgos e indicadores de liqui­ dez de los más elevados del planeta. El problema es que este sistema bancario no cumple eficazmente sus funciones de intermediación financiera: otorga


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poco crédito, cobra elevadas tasas de interés y paga a la mayoría de los aho­ rradores muy bajas tasas de interés, inferiores a las tasas de inflación. Además, se ha evidenciado la inoperancia de la banca comercial como vehículo de transmisión de la política monetaria. Durante la Gran recesión de 2009, por ejemplo, mientras el Banco de México reducía su tasa de fondeo bancario —aunque fuera de manera tardía para atemperar la caída del PIB—, desde el 8.25% anual al cierre de 2008 hasta el 4.5% a partir del 17 de julio de 2009, la banca comercial no trasladó esta reducción a los usua­ rios de crédito. De acuerdo con la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, la tasa de interés implícita de los créditos al consumo se elevó de 30.43% en diciembre de 2008 a 30.82% en diciembre de 2009. Para los créditos hipo­ tecarios, la tasa de interés sólo disminuyó de 10.88% anual a 10.46% du­ rante el mismo lapso; y para los créditos empresariales, la tasa de interés pro­medio apenas se redujo de 9.93% en diciembre de 2008 a 8.87% en igual mes de 2009. En cambio, los bancos aprovecharon el descenso de la tasa de fondeo pri­ maria para reducir las tasas de interés pagadas a los depositantes. De acuerdo con cifras del Banco de México, el costo porcentual promedio de la captación bancaria disminuyó de 6.02% anual en diciembre de 2008 a 3.42% en igual mes de 2009. Ergo, se incrementaron los márgenes de intermediación fi­ nanciera en perjuicio de los ahorradores bancarios, que vieron reducido su patrimonio por las tasas reales de interés todavía más negativas, ergo expro­ piatorias. La causa primordial de esta disfuncionalidad del sistema bancario radica en la citada concentración del crédito y del ahorro en unos cuantos bancos de carácter oligopólico, que la tecnocracia neoliberal dejó libres de controles para fijar sus tasas de interés: en 2009, los cinco mayores bancos concen­ traron el 76.6% de la captación directa y el 74.1% de la cartera crediticia. Pero ocurrió entonces algo extraordinario que podría haber sido (y puede serlo en el futuro) altamente benéfico para el país: cuando la Gran recesión de 2009 puso plenamente al descubierto —incluso para los líderes más lú­ cidos de la clase política— la disfuncionalidad de la banca comercial como mecanismo de transmisión de la política monetaria, en el Congreso de la Unión se presentaron iniciativas de reforma financiera para regular las ta­ sas de interés y poner topes a los márgenes de intermediación, así como a las co­misiones por servicios bancarios (véase especialmente el comunicado B-0715 de la Cámara de Senadores del 4/II/2009; y Reforma, 11/II/2009). Como resultado de estas iniciativas, en mayo de 2010 se reformó el artícu­ lo 26 de la Ley del Banco de México (Diario Oficial, 25/V/2010), adicionán­ dole el siguiente párrafo: “El Banco de México regulará las comisiones y tasas de interés activas y pasivas, así como cualquier otro concepto de cobro


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de las operaciones celebradas por las entidades financieras con clientes”. En igual sentido, se reformó la Ley para la Transparencia y el Ordenamien­ to de los Servicios Financieros, estableciendo en su artículo 4: “El Banco de México emitirá disposiciones de carácter general para regular las tasas de interés, activas y pasivas, comisiones y pagos anticipados y adelantados de las operaciones que realicen con sus clientes las instituciones de crédito”. Estas disposiciones de ley continúan vigentes. Sin embargo, el Banco de México sólo ha establecido límites para el cobro de comisiones (circular 22/2010, Diario Oficial del 26/07/2010; y posterior­ mente las circulares 1/2012, 5/2013, 16/2014, 8/2016 y 2/2017), pero no ha emitido disposiciones regulatorias de las tasas de interés. La renuencia del banco central a cumplir el mandato que le confiere la Ley no es excusable. Si bien la regulación de las tasas de interés activas y pasivas y, por tanto, de los márgenes de intermediación bancaria, constituye una herejía contra la orto­ doxia neoliberal, nuestro banco central debe cumplir su mandato de Ley en lugar de mantenerse en el desacato. En este contexto, el gobierno de Enrique Peña Nieto envió al Congreso de la Unión su iniciativa de reforma financiera en mayo de 2013. Al presen­ tarla en el Alcázar del Castillo de Chapultepec, Peña Nieto dijo: “Es una re­­ forma que fomentará que los bancos, y este es el propósito más importante, presten más y más barato”. Fue un propósito loable, ni duda cabe, pero la visión que guió la ruta hacia el fin propuesto no auguraba —ni ha traído consigo— buenos resultados. “Esta reforma —puntualizó Peña— de ningu­ na manera pretende reducir las tasas de interés por decreto, lo que sí hará es otorgar la flexibilidad y los incentivos correctos para que, tanto el sector pri­ vado, como la banca de desarrollo, liberen el crédito que requiere México para crecer”. Esta visión nodal de la reforma de Peña Nieto representó un retroceso, o mejor dicho, una vuelta en U respecto a la certera visión que alumbró los avances legislativos realizados durante 2010, cuando se decretaron las refor­ mas antes citadas que otorgaron al Banco de México el mandato de regular las tasas de interés activas y pasivas. En lugar de que el gobierno federal y, desde luego, el Congreso de la Unión hubieran exigido al Banco de México cumplir las leyes que lo rigen, la visión enunciada por Peña Nieto (no “redu­ cir las tasas de interés por decreto”) —avalada por el Congreso al aprobar su iniciativa de reforma financiera— pareció respaldar el desacato del Banco de México a su mandato legal vigente en la Ley del Banco de México y en la Ley para la Transparencia y Ordenamiento de los Servicios Financieros.


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De manera puntual, las reformas propuestas —y aprobadas por el Congre­ so— para lograr que los bancos “presten más y más barato” fueron agrupa­ das en tres bloques: 1) “una nueva normatividad que facilite el cumplimiento de los contratos mercantiles y simplifique los regímenes para el otorgamien­ to de ejecución de garantías”; 2) asignación de facultades a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores “para asegurar que la banca utilice los depó­ sitos que recibe del público para prestar y no sólo para invertirlos en valores, más allá de lo estrictamente razonable”; 3) “incrementar la competencia en el sector financiero”, a fin de que “las personas, así como las micro, pequeñas y medianas empresas tengan mayor libertad para elegir el crédito que más les convenga”. Veamos sus alcances. En primer lugar, las reformas legales en materia de contratos mercantiles, quiebras y ejecución de garantías (incluso mediante las figuras de secuestro precautorio de bienes del deudor en mora y/o el arraigo mismo de su persona ordenado por un juez a solicitud del acreedor), no obstante ser un codicioso anhelo (tipo Shillok) de los banqueros, resulta ilusorio suponer que traerían consigo un mayor volumen de crédito en la economía, dadas las condicio­ nes reales del mercado crediticio en México. La razón es sencilla: la escasez de crédito bancario no es solamente un problema de oferta de préstamos, es también un problema de demanda bajo las condiciones presentes —an­ tes y después de la reforma financiera de Peña— en materia de costos y calidades de los servicios bancarios. Así lo confirma la Encuesta de evaluación coyuntural del mercado crediticio del Banco de México, en sus entregas del cuarto trimestre de 2013 (previo a la reforma financiera) y del cuarto tri­mestre de 2017. Entre los factores limitantes para solicitar créditos ban­ carios, los empresarios entrevistados señalaron: 1) las altas tasas de interés de los créditos (40.6% en 2013 y 41.1% en 2017); 2) los montos exigidos de colateral (37% y 35.6%, respectivamente), y 3) las condiciones de acceso al crédito bancario (38% en 2013 y 34.7% en 2017). Solamente el 35.9% y el 34.2% de los empresarios entrevistados en 2013 y 2017, respectivamen­ te, señaló la falta de disposición de los bancos para otorgar créditos. Ergo, la política del garrote y la ejecución expedita de garantías —aunque parece entusiasmar a los tecnócratas neoliberales— no han traído ni traerán consi­ go mayor crédito en la economía, simplemente porque no modifican esen­ cialmente las condiciones del mercado crediticio. De hecho, de acuerdo con la misma Encuesta del Banco de México, el porcentaje de empresas con hasta 100 empleados que recibió crédito de la banca comercial en el cuarto trimestre de 2013, fue de 29.8%, y en igual periodo de 2017 fue de 25.3%; y entre las empresas con más de 100 empleados, los porcentajes fueron 39.9% y 41.7%, respectivamente.


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En segundo lugar, el otorgamiento a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) de facultades explícitas para asegurar que la banca comer­ cial canalice un porcentaje mayor de los depósitos de los ahorradores a su cartera de créditos, limitando la inversión de estos recursos en valores, de ninguna manera auguraba —ni ha traído consigo, como puede verse en los tres primeros capítulos de este volumen— un mayor volumen de crédito en la eco­nomía. La razón es sencilla: del mismo modo que el Banco de México desacata su mandato de Ley para regular las tasas de interés, la CNBV des­ acata su mandato de limitar la inversión de los activos bancarios en valores. Hay dos razones: la captura de las instituciones reguladoras por los poderes fácticos (en este caso la CNBV y el Banco de México) y el peso de la ideología neoliberal adversa a la regulación. En tercer lugar, respecto a los medios para alcanzar el objetivo de “incre­ mentar la competencia en el sector financiero”, la reforma comprendió: la ampliación de las facultades de la Comisión Nacional de Protección y De­ fensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF) para que pueda prohibir las cláusulas abusivas en los contratos de servicios financieros; la creación de un Buró de Entidades Financieras a cargo de la CONDUSEF, para que los usuarios cuenten con cuadros comparativos sobre tasas de inte­ reses, comisiones y demás cargos y condiciones que traen consigo los dis­ tintos productos que ofrecen las entidades financieras; la creación de un nuevo Buro de Crédito como entidad del sector público; prohibir las ventas de servicios financieros condicionadas a la compra de otros servicios; faci­ litar la portabilidad de los créditos garantizados, a fin de que los deudores hipotecarios puedan cambiar de banco; y encargar a la Comisión Federal de Competencia que realice una evaluación del sistema financiero y presente recomendaciones a los reguladores. Respecto a las facultades otorgadas a la CONDUSEF para prohibir cláusu­ las abusivas en los contratos de servicios financieros, resultaron ser muy li­ mitadas. De hecho, las principales cláusulas abusivas, tanto en los contratos de crédito como en los de depósito, son las tasas de interés y las comisiones, que obviamente quedaron fuera de las atribuciones de la CONDUSEF. Por ejemplo, de acuerdo con cifras del Banco de México, la tasa de interés anua­ lizada que los bancos comerciales pagaron a los ahorradores por los pagarés de ventanilla a 28 días fue de 2.1% en promedio durante 2017; y la tasa anualizada pagada por los depósitos a 2 meses fue de 2.7%; mientras que la inflación durante 2017 fue de 6.2%, de modo que el ahorro bancario de los mexicanos no fue premiado, sino castigado con una tasa expropiatoria de más de 3% anual. En contraste, de acuerdo con las cifras de la CNBV co­ rrespondientes a 2017, la tasa de interés anualizada para los créditos al


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consumo fue de 28% anual, y de 10.3% anual para los créditos hipotecarios, sin contar los cobros de comisiones. Con relación al Buró de Entidades Financieras a cargo de la CONDUSEF para que los usuarios de servicios financieros puedan consultar “un gran comparativo de tasas de interés, comisiones, costos, calificaciones de sanas prácticas entre instituciones”, hay que recordar que desde la constitución de la CONDUSEF en 1999, ésta comenzó a publicar cuadros comparativos de entidades financieras donde resaltaban las gigantescas diferencias en tasas de interés y en comisiones, sin que los consumidores —ni antes de la reforma de Peña Nieto ni después, por las razones que enseguida aduci­ mos— hayan dejado sin clientes a las entidades financieras más abusivas. Finalmente, en relación con las demás medidas para “incrementar la com­ petencia” contempladas en la reforma (prohibición de ventas de productos financieros condicionados a la compra de otros; portabilidad menos costo­ sa de los créditos garantizados; creación de un Buró de Crédito como entidad pública; y encargar a la Comisión Federal de Competencia un diagnóstico sobre el sistema financiero con sus respectivas recomendaciones), la expe­ riencia en la esfera bancaria y en otras esferas de la economía, como las telecomunicaciones, sugieren fehacientemente que se trata de un conjunto de medidas bien intencionadas, pero absolutamente insuficientes para ase­ gurar un régimen bancario de verdadera competencia. La razón es sencilla: el mundo de Adam Smith, donde reina la competen­ cia perfecta, no sólo supone un homo economicus perfectamente informa­ do; supone también una perfecta movilidad de los recursos (ergo, que no existen costos significativos de transferencia); supone, además, que ese homo economicus se comporta como lo que es: con una racionalidad econó­ mica absoluta para optimizar la asignación de sus recursos; y, sobre todo, supone una estructura de mercado donde el poder de decisión esta homogé­ neamente distribuido entre todos los agentes económicos, de modo que no existen —ni del lado de la oferta ni de la demanda— agentes económicos con mayor poder de mercado para influir sobre la determinación de los pre­ cios (ergo no hay oligopolios). Por el contrario, el problema fundamental del sistema bancario mexica­ no es que adolece de una tremenda concentración de poder de mercado. Como lo señaló oportunamente y de manera particularmente nítida, Jorge Arce, director de Deutsche Bank México, precisamente cuando se debatía en el Congreso el proyecto de reforma financiera: “Los cinco bancos más grandes representan el 66% de los activos; 82% de los préstamos, y el 83% de las ganancias netas del sistema. El hecho de que tenemos pocos jugado­ res con gran poder de mercado hace que se puedan manejar las cosas con poca competencia y puedan subir precios, y no tomar ciertos riesgos, a diferencia de Alemania donde 5 mil bancos tienen el 60% del mercado” (La


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Jornada, 6/VI/2013). Con similar fuerza esclarecedora, Javier Magaña, presi­ dente de la Unión de Instituciones Financieras Mexicanas (UNIFIM), que a la sazón agrupaba 14 bancos pequeños, ocho casas de bolsa y tres admi­ nistradoras de fondos de retiro, de capital nacional, señaló: “Tenemos un sistema bancario oligopólico, controlado por un reducido número de partici­ pantes”. “Las autoridades han tratado de aumentar la competencia en el sector a través de conceder más licencias para bancos”, pero la pregunta es si los bancos nuevos “son competencia para las cinco grandes firmas que controlan el sector” (La Jornada, 16/V/2013). Ciertamente, estamos en un escenario bancario donde —al cierre de 2017— hay 49 jugadores, pero 35 de ellos son tan pequeños que en conjunto apenas tienen el 9.7% de los activos agregados del sistema de banca comercial, el 9.1% de la captación directa y el 7.9% de la cartera de crédito. Desde este escenario, después de observar que “la propuesta de reforma financiera no tiene nada que permi­ ta a los bancos de menor tamaño competir con los grandes bancos”, el presidente de la UNIFIM, sugirió: “una de las formas de propiciar un am­ biente de competencia entre los grandes bancos y los de menor tamaño es con una regulación asimétrica”, además de que la banca de desarrollo apo­ ye a los bancos comerciales de menor tamaño (Idem). Se trata, sin duda, de caminos viables que deben atenderse para arribar algún día a un mercado bancario de verdadera competencia, como el alemán. Pero mientras arriba­ mos a ese mundo cercano paradigma de Adam Smith, algo hay que hacer de efecto inmediato en beneficio de los consumidores de servicios finan­ cieros y del desarrollo económico y social de México. No se trata de suprimir la libre competencia sino, al contrario, de estimu­ larla contrarrestando o atemperando las fallas de mercado derivadas del carácter oligopólico del sistema bancario. Como observó el fundador teó­ rico-práctico de la economía social de mercado y conductor económico del “milagro económico alemán”, el demócrata cristiano Ludwing Erhard: “los precios establecidos por grupos oligopólicos, al amparo de una economía de mercado a ultranza, distorsionan y lesionan la auténtica libre competencia”; por ello, “cuando el mecanismo del mercado no opera en competencia per­ fecta, presentando imperfecciones que evitan el establecimiento de un precio justo, es necesario que el Estado establezca el precio justo”, cuyas caracterís­ ticas son: “que no sea gravoso para el consumidor, que no sea de «usura» y que permita a la empresa seguir operando con eficacia” (véase un riguroso estudio de la obra de Erhard en Pedro González, Hacia una economía para todos, México, Jus, 1994). Son principios claves para lograr una buena regu­ lación financiera. Por el contrario, la reforma financiera promovida por el gobierno de Peña Nieto pretendió lograr un mercado competitivo dejando que los gran­ des bancos oligopólicos “distorsionen y lesionen la auténtica libre compe­


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tencia”, al permitirles operar sin regulaciones sobre precios justos para los servicios bancarios. “Por sus obras los conoceréis”, reza al proverbio bíblico. A tres años de realizada la reforma financiera de Peña Nieto, el crédito otorgado por la banca comercial al sector privado no financiero aumentó del 14.7% del PIB en 2013 al 16.9% del PIB en 2017, a tono con la tendencia previa (después de la brusca caída del crédito observada a raíz de la quiebra técnica del sistema bancario en 1994-1995, el volumen de crédito, la banca comercial al sector privado no financiero había caído hasta el 7.7% del PIB en 2004, su punto más bajo, creciendo posteriormente hasta el 11.4% del PIB en 2007 y el 14.7% del PIB en 2013), de manera que la reforma financiera de Peña Nieto no trajo consigo ningún impulso adicional al crecimiento del cré­ dito. Desde luego, tampoco cumplió el propósito de que los bancos “presten más barato”: de acuerdo con las cifras de la CNBV, la tasa de interés implí­ cita de la cartera total de crédito de la banca comercial, que en 2013 fue de 13% anual, de 12.3% en 2014, de 11.7% en 2016 y de 12.9% en 2017. No hay duda: a pequeñas acciones, corresponden pequeños resultados. Por eso, en el capítulo primero de este volumen, Gabriel Gómez Ochoa con­ clu­ye: “Se requieren medidas más rigurosas que las aplicadas hasta ahora, in­ cluida la insípida reforma financiera”; y sugiriere que estas “medidas menos tímidas pueden basarse en lo que ya dice la legislación actual”. Ciertamente, el artículo 4 de la Ley de Instituciones de Crédito establece la rectoría del Estado sobre el sistema bancario mexicano “a fin de que éste oriente fun­ damentalmente sus actividades a apoyar y promover el desarrollo de las fuerzas productivas del país y el crecimiento de la economía nacional”; y esta misma Ley confiere a la SHCP un conjunto de atribuciones específi­ cas, que permitirían construir un sistema financiero realmente funcional a las ne­cesidades del desarrollo. Desde luego, sería necesario también que el Banco de México cumpla el mandato que le confieren leyes bancarias para regular las tasas de interés. Como bien concluye Gómez Ochoa: “con esos instrumentos jurídicos es posible ejercer mayor presión para que, en verdad, se expandan los servicios bancarios con calidad, oportunidad y a precios accesibles”. Por el contrario, si se mantiene el fundamentalismo de merca­ do perseverantemente aplicado en la esfera financiera de México durante las últimas tres décadas, sólo conseguiremos más de lo mismo: más disfun­ cionalidad del sistema bancario a las necesidades del desarrollo. La banca de desarrollo es analizada en la segunda sección de este volumen. Co­mo poderosa palanca para lograr el crecimiento acelerado y sostenido de la economía mexicana, su fortalecimiento es parte nodal de la construcción


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de un sistema financiero robusto y eficiente. Sus orígenes se ubican en el periodo de aplicación de la estrategia económica keynesiano-cepalina o de desarrollo liderado por el Estado, precedente a la neoliberal, cuando se creó un amplio sistema de bancos de fomento cuyo objetivo primigenio —estable­ cido en sus respectivas leyes orgánicas— fue la promoción de actividades estratégicas y prioritarias mediante créditos blandos, servicios de asistencia técnica y capacitación, programas de garantías, elaboración y evaluación de proyectos de inversión, participación en el capital social de empresas y so­ ciedades de inversión, amén de contribuir a la planeación del desarrollo nacional. Con esta visión y misión, surgieron las instituciones para fomen­ tar la agricultura (Banco Nacional de Crédito Agrícola y Banco Nacional de Crédito Ejidal, posteriormente fundidos en BANRURAL); para financiar grandes obras de infraestructura (Banco Nacional de Obras Públicas), para impulsar la industrialización y apoyar pequeñas y medianas empresas (Na­ cional Financiera), para estimular el desarrollo de nuestras exportaciones (Banco Nacional de Comercio Exterior) y para el fomento de otros sectores económicos específicos o aéreas relevantes del desarrollo social, como la vi­ vienda. Durante la etapa ascendente de aquella estrategia económica, el cré­ dito otorgado por el sistema de bancos nacionales de desarrollo pasó del 1.6% del PIB en el periodo 1934-1936, al 18.6% del PIB en el periodo 19801982. Pero a partir de la liberalización financiera, que se realizó en México como un proceso relativamente tardío dentro de la reforma neoliberal de la economía, la banca de desarrollo fue sometida a un proceso de desmante­ lamiento: liquidación de instituciones, creciente conversión de los bancos de desarrollo en bancos de segundo piso (que operan a través de otorgamien­ to de garantías y el redescuento de créditos otorgados por la banca comercial) y severa reducción de los recursos financieros operados por las institucio­ nes sobrevivientes. Como resultado, la penetración crediticia de la banca de desarrollo se redujo desde el 18.6% del PIB en 1980-1982, hasta el 8.5% en el trienio 1998-2000 y hasta el 4.4% del PIB en el trienio 2015-2017. Ade­ más, al minimizarse sus tareas de fomento, su operación pasó a regirse casi exclusivamente por criterios de eficiencia financiera, buscando utilidades crecientes (vía cobro de comisiones y mayores márgenes de intermediación) y una escasa exposición al riesgo (vía bajo otorgamiento de crédito a las em­ presas y una elevada inversión en valores). Su éxito bajo estos criterios ha sido notable: sus índices de capitalización, de utilidades, de morosidad y cobertura de riesgos, como se muestra en este volumen, resultan satisfacto­ rios en comparación con los de la banca privada. Sin embargo, al reducirse seve­ramente sus montos de operación crediticia y quedar en gran medida circunscrita a las operaciones de segundo piso, la banca de desarrollo ha


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dejado un enorme vacío. Hoy día, como se subraya en este volumen, “cuando la banca comercial decide no ampliar su crédito, la banca de fomento no cuenta con los mecanismos ni la infraestructura humana y física para cubrir el hueco”. Por eso, es necesario que la banca de desarrollo recupere realmente su objetivo primigenio. Su razón de ser consiste en compensar las fallas de mer­ cado que obstruyen la asignación eficiente de los recursos productivos, las cuales son especialmente características de los países subdesarrollados, don­ de las mayores imperfecciones de los mercados (mercados segmentados, oli­ gopólicos, con información incompleta y asimétrica) e incluso la inexistencia de algunos mercados, el enorme rezago técnico, la escasez de empresarios capaces de realizar inversiones en industrias estratégicas y, en general, las trampas de pobreza, exigen que el Estado desempeñe un papel más activo en el desarrollo. En esta tarea, la banca de fomento puede desempeñar im­ portantes funciones: facilitar a los emprendedores el acceso al crédito, apor­ tar capitales de riesgo en proyectos estratégicos, promover encadenamientos productivos e innovaciones tecnológicas, elaborar y evaluar proyectos y, en suma, cumplir cabalmente las funciones que sus respectivas leyes asignan a nuestros bancos de desarrollo. Desde luego, para la realización integral y eficiente de estos cursos de ac­ ción son insuficientes los instrumentos de intervención desde el segundo piso; es necesario que las instituciones financieras de fomento cuenten tam­ bién con los mecanismos y la infraestructura humana y física para operar ampliamente en primer piso. Como observó John Maynard Keynes (The End of Laissez Faire, London, W. Wolf and The Hogait Press, 1926): “Lo im­ portante para el gobierno no es hacer lo que los particulares ya están ha­ ciendo o hacerlo un poco mejor o un poco peor, sino hacer aquello que en ese momento no se están haciendo en absoluto”. Por eso, para cumplir sus tareas de manera integral, oportuna y eficiente —como se argumenta pun­ tualmente en la segunda sección de este volumen— la banca de desarrollo debe operar tanto en el segundo como en el primer piso. Una propuesta complementaria consiste en crear uno o más bancos co­ merciales de propiedad estatal que reciban depósitos y otorguen préstamos en colaboración con los bancos de desarrollo; así como crear un gran ban­ co comercial y de desarrollo que comparta el liderazgo en servicios financie­ ros con los grandes bancos privados, como ocurre en Brasil. De este modo, no sólo aumentaría la competencia, sino que se debilitaría el oligopolio bancario privado, con los consiguientes beneficios para el sistema socioeco­ nómico. Mientras prevalezca la visión de la banca de fomento como un sistema básicamente subordinado a la banca privada, careceremos de una podero­ sa palanca financiera para impulsar el desarrollo.


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La tercera sección de este volumen está dedicada al análisis del financia­ miento de las empresas a través de la Bolsa Mexicana de Valores. Como parte de la reforma neoliberal del sistema financiero mexicano, en 1989 se realizó la apertura del mercado bursátil a la inversión extranjera, de modo que las acciones emitidas por empresas mexicanas pudieran ser adquiridas por no residentes. Se esperaba que esta reforma traería consigo la elevación de la inversión productiva, debido a que la expansión del mercado bursátil aba­ tiría los costos del capital para las empresas. Sin embargo, el mercado de valores ha estado lejos de cumplir sus fun­ ciones en el financiamiento de la esfera real de la economía. Ciertamente, el crecimiento del mercado accionario ha sido espectacular (medido en dólares constantes de 2010, el valor de las acciones en circulación pasó de 39 636.27 millones a fines de 1989 a 385 343.6 al término de millones en 2016, id est un incremento acumulado de 872.5%, con base en las series históricas del Banco de México). Pero este crecimiento ha derivado primor­ dialmente del alza de precios en el mercado secundario de acciones (el índice de precios y cotizaciones, puesto en dólares constantes de 2010, pasó de 274.4 puntos en 1989 a 2 233.3 puntos en 2017, a fin de periodo en am­ bos casos, lo que significó un incremento de 813.9%) y sólo en modesta proporción ha derivado de la emisión de nuevas acciones (denominadas ofer­ tas públicas de acciones: OPA). Éstas han sido tan escasas, que en 2012 cuando se registró la mayor cifra de OPA en toda la historia de la BMV —su­ perando las OPA de los tres años previos juntos (7 123 millones de pesos en 2009; 17 070 mdp en 2010; y 15 875 mdp en 2011), de acuerdo con los Anuarios Bursátiles de la BMV—, las emisiones fueron de apenas 94 318.2 millones de pesos, equivalentes a 7 167 millones de dólares, de los cuales 4 000 mdd correspondieron a la emisión de Santander, que fue la mayor OPA en la historia de la BMV. En 2016 se realizaron seis ofertas públicas de acciones por un monto de 38 426 millones de pesos (equivalentes a 2 007 millones de dólares), de los cuales 30 400 mdp (equivalentes a 1 588 millo­ nes de dólares) correspondieron a una sola emisión: la de Infraestructura Energética Nova. Ergo, aunque el mercado accionario de México ha arroja­ do rendimientos muy elevados, su contribución al financiamiento de la in­ versión física (en maquinaria, equipo, construcciones e inventarios) ha sido decepcionante. Como se argumenta en este volumen: la relativa autono­ mía de la esfera financiera respecto de la esfera real de la economía, permite obtener ganancias especulativas en los mercados financieros independien­ temente de lo que ocurra en la economía real. En estas circunstancias, los flujos de inversión extranjera hacia el mer­ cado accionario mexicano —dirigidos casi exclusivamente a compras de acciones en el mercado secundario— han resultado irrelevantes para el financiamiento de la inversión productiva. Desde la apertura de la BMV al


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capital extranjero (en 1989) hasta 2017, los flujos acumulados de ahorro externo hacia el mercado accionario mexicano ascendieron a 87 715.1 millones de dólares a precios constantes de 2010; y el valor de las acciones en circulación (propiedad de no residentes) al cierre de 2017, ascendió a 134 946.5 millones de dólares a precios de 2010, representando el 35% del valor de las acciones en circulación en el mercado mexicano. Ergo, aunque los rendimientos del capital extranjero en el mercado accionario mexicano han sido significativos, no lo han sido su contribución al desarrollo mexi­ cano. Los demás compartimentos del mercado bursátil, tanto en mercado de capitales como en mercado de dinero, han tenido también —por las causas que se analizan ampliamente en este volumen (véase los trabajos de C. Sa­ lazar y M. Espíndola, y de N. Levy)— una débil contribución al incremento de la inversión productiva. Como resultado agregado, la función económica primordial que el merca­ do de valores debería cumplir en el desarrollo de México: “ser un medio de financiamiento para que las empresas puedan elevar sus niveles de inver­ sión productiva y crear empleos”, ha sido pobremente cumplida por la BMV (véase Luis Arturo Flores, “Financiamiento a través de la Bolsa de Va­lores en la estrategia de desarrollo de México”, en J. L. Calva [coord], Financiamiento del crecimiento económico, UNAM, Miguel Ángel Porrúa y LX Legis­ latura de la Cámara de Diputados, México, 2007). El carácter oligopólico de la Bolsa Mexicana de Valores, que funciona como un club exclusivo y con membrecía decreciente (en 1988 estaban listadas en la bolsa 203 empresas emisoras; en 2017 su número se había reducido a 148 emisoras), es una de las causas de su débil contribución al desarrollo. En el futuro, para ampliar las posibilidades de que el mercado bursátil mexicano contribuya al financiamiento de la inversión productiva, se su­ giere facilitar el acceso a pequeñas y medianas empresas claramente conso­ lidadas, mediante la reducción del monto mínimo de capital y del número mínimo de socios y, sobre todo, fomentar el desarrollo de pequeñas y media­ nas empresas en expansión mediante participaciones de la banca de desa­ rrollo en su capital de riesgo, principalmente tratándose de empresas innovadoras que traen consigo externalidades altamente positivas sobre el desarrollo tecnológico y sobre los encadenamientos productivos, contra­ rrestando mediante el apoyo de la banca pública las fallas de mercado que obstruyen su crecimiento y consolidación, así como su posterior conver­ sión en empresas emisoras de acciones. La cuarta sección de este volumen está dedicada al análisis de las relaciones finan­cieras de las pequeñas y medianas empresas (Pymes), así como al pa­


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pel de las instituciones microfinancieras en el desarrollo. La problemática de acceso al crédito y a otros servicios financieros, así como las elevadas tasas de interés y comisiones que enfrentan la gran mayoría de las pequeñas y medianas empresas, destacan entre las mayores fallas de nuestro sistema fi­ nanciero. Atemperar éstas es factible si las instituciones reguladoras —es­ pecialmente el Banco de México (vid supra), pero también la SHCP y la CNBV— cumplen estrictamente los mandatos que les confieren las leyes nacionales; pero es también un campo de acción del gobierno federal a tra­ vés de la banca de fomento. Es cierto que durante la primera década de los 2000 —como se destaca en este volumen— se crearon tres novedosos progra­ mas articulados por Nacional Financiera para apoyar a la PYMES, operados a través de la banca comercial mediante redescuentos: 1) financiamiento a través de operaciones de descuento de facturas por cobrar; 2) otorgamiento de garantías para que los bancos comerciales otorguen créditos a las PYMES; 3) un programa de aportaciones de capital de riesgo destinado al desarrollo de medianas empresas. Son experiencias prometedoras, indicativas de los múltiples cursos de acción factibles. Sin embargo, estos programas están muy lejos de resolver la insuficiencia de créditos y la carestía de los créditos que pesan sobre las PYMES. Por ello, se ha sugerido que los bancos de fomento cuenten con los mecanismos, los recursos humanos y la infraestructura para operar directamente en primer piso. Por su parte, las instituciones microfinancieras (IMF) podrían desem­ peñar un importante papel en el desarrollo dado su ámbito de operación: se estima que 6 millones de mexicanos reciben financiamientos de las IMF y que 800 mil depositan sus ahorros en las IMF (Fitch Ratings, Sector Microfinanciero Latinoamericano, Un entorno cambiante y retador, octubre de 2012). Pero aunque se ha reconocido la contribución de las instituciones microfinancieras, que son creadas por organizaciones de la sociedad civil en el desarrollo de capacidades individuales y en la formación de capital social, así como en la generación de empleos e ingresos en algunas comunidades, resulta por lo menos dudosa la contribución al desarrollo, de las numerosas IMF con fines de lucro que operan en su amplio mercado no regulado. De hecho, el rendimiento promedio anual de la cartera de crédito de las micro­ financieras en México fue de 77.4% al cierre de 2011, muy por arriba del promedio latinoamericano de 28.9% (Fitch, op. cit.). En contraste, las tasas de interés que cobran las microfinancieras en Bolivia fue de 17.7%, porque en ese país —explica Fitch— el mercado microfinanciero “es moderno y con amplio espectro de entidades reguladas”. “En la medida en que la re­ gulación abarca un mayor número de entidades es menor la discrecionali­ dad en las tasas de interés que la IMF fijan en los créditos”. La moraleja es obvia: hay que cuidar las uñas largas de la mano invisible del mercado me­ diante mejores normas y estructuras regulatorias.


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En consecuencia, se sugieren acciones para mejorar el funcionamiento de las instituciones microfinancieras: diseñar una reglamentación eficien­ te y promover los productos o servicios microfinancieros más adecuados a nuestra realidad; desplegar programas de educación financiera para los usuarios y de capacitación y asistencia técnica para las microfinancieras; premiar el ahorro y abatir el costo del dinero a los micronegocios vía pisos y techos, respectivamente, a las tasas de interés; y facilitar el fondeo a las IMF, promoviendo y supervisando rigurosamente su capitalización, su transpa­ rencia y su solidez financiera para proteger el patrimonio de los microahorra­ dores. En la quinta sección de este volumen se exploran las posibilidades de finan­ ciamiento del desarrollo a partir de los fondos de ahorro para el retiro y se examina el papel de las remesas de los migrantes mexicanos desde el ex­ terior. De acuerdo con las cifras de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (CONSAR), los recursos en el Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) ascendieron al 19.4% del PIB (4 400 735 millones de pesos, a precios de mercado al cierre del cuarto trimestre de 2017), los cuales fue­ ron invertidos por las empresas que los administran a través del mercado de valores: 49.2% en valores gubernamentales, 23% en acciones (6.1% de empresas mexicanas y 16.9% de empresas extranjeras), 19.5% en títulos de deuda privada nacional, y el resto en instrumentos estructurados (4.9%) y en deuda internacional (1.1%). Ergo, las expectativas halagüeñas sobre los recursos del SAR como fuente de financiamiento del desarrollo, no han sido validadas por la experiencia. Por una parte, la inversión de fondos del SAR en títulos de deuda pública ni siquiera compensa el gasto fiscal del cam­ bio en el régimen de pensiones (del sistema de reparto al de capitalización individual). En segundo lugar, las colocaciones de fondos del SAR en ac­ ciones de empresas mexicanas corresponde generalmente a inversiones especulativas en el mercado secundario: y la compra de títulos de deuda de empresas mexicanas suelen tener el indicado débil efecto sobre la inversión productiva. Por último, la inversión en acciones de empresas extranjeras y en títulos de deuda internacional reduce los recursos financieros del país. En cambio, preocupa la insuficiencia de los fondos de ahorro para el retiro para asegurar condiciones de vida decorosas a los futuros pensiona­ dos. Para empezar, la gran mayoría de los trabajadores afiliados a las ins­ titucio­nes de seguridad social (para no hablar de los no afiliados) ni siquiera tendrán de­recho a una pensión mínima garantizada —equivalente a un salario mínimo del Distrito Federal (hoy Ciudad de México) vigente en 1997, actualizado con el índice nacional de precios al consumidor—, porque una


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de sus condiciones es haber cotizado al menos 1 250 semanas y, de acuerdo con la Encuesta de trayectorias laborales, realizada por la CONSAR en 2012, la proporción de semanas cotizadas por los trabajadores afiliados a institu­ ciones de seguridad social, respecto de las semanas calendario, fue de 41.3% en promedio (y de 38.2% para los afiliados al IMSS o al ISSSTE), de modo que a ese ritmo de cotización tendrían que mantenerse como trabajadores activos, en promedio, durante casi 60 años para acumular las 1 250 sema­ nas de cotización. Tras el promedio se observan dos extremos: el 59.9% de los cotizantes tienen una satisfactoria densidad de cotización de 90% a 100%, mientras que el 44.5% tienen una densidad de 10% o menos. Es una manifestación de la prevalencia del empleo informal que, de acuerdo con el INEGI, representó el 57.1% del empleo nacional durante el cuarto tri­ mestre de 2017. Por estratos de ingreso, la misma encuesta de la CONSAR encontró que sólo 14% de los cotizantes tuvieron un ingreso mensual mayor de cinco sa­ larios mínimos. En el otro extremo, 64.5% de los cotizantes percibieron des­ de menos de un salario mínimo hasta tres salarios mínimos, de modo que aun si logran cumplir las 1 250 semanas de cotización, deberán conformarse con la pensión mínima garantizada, porque sus propios fondos de ahorro para el retiro sólo alcanzarían para una pensión menor. Ciertamente, los recursos del sistema de ahorro para el retiro generan ga­ nancias fabulosas para las empresas que los administran (las Afores, cuya rentabilidad promedio de largo plazo es superior a la de los bancos, como se muestra en la sección cuarta de este volumen), pero no contribuyen sig­ nificati­vamente al financiamiento de la inversión productiva, ni aseguran pensiones decorosas a la gran mayoría de los trabajadores. Desde otro ámbito, las remesas de los mexicanos que han emigrado al extranjero crecieron espectacularmente durante las tres décadas y media cumplidas de experimentación neoliberal: de 1 043 millones de dólares en 1982 a 25 386.4 mdd en 2007, descendiendo a 22 803 mdd en 2011 a cau­ sa de la Gran recesión estadounidense y sus secuelas, volviendo a crecer a partir de 2014 hasta alcanzar los 28 771.3 mdd en 2017. No es algo sor­ prendente: durante el periodo 1983-2017, más de diez millones de mexi­ canos emigraron al extranjero en busca de empleos que no encontraron en nuestro país (véase el volumen Emigración de mexicanos a Estados Unidos. Dere­chos humanos y desarrollo, de esta colección). Sin embargo, las enormes en­tradas de remesas —que durante el periodo 1994-2017 alcanzaron la cifra acumulada de 399 519 millones de dólares— han tenido un efecto poco significativo en el financiamiento del desarrollo. De hecho, la evidencia em­ pírica indica que la mayor parte de los recursos recibidos en México se gas­ tan principalmente en el consumo de bienes y servicios, contribuyendo así


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a la demanda agregada (incluso de importaciones), pero dejando muy poco para la inversión física o el ahorro. Desde la perspectiva general del desa­ rrollo de la economía mexicana, cabe observar que si bien los ingresos por remesas aparecen en el haber de la balanza de pagos y de la demanda interna, la exportación de trabajadores debe cargarse al debe de la estrategia econó­ mica neoliberal, puesto que reflejan su incapacidad para generar suficientes empleos. De hecho, el prodigioso crecimiento de la exportación de mano de obra y el miserable desempeño de la economía mexicana bajo el modelo neoliberal, son dos caras de la misma moneda. Por eso, hasta el staff del Fon­ do Monetario Internacional ha reconocido que “las remesas guardan una correlación negativa con el crecimiento del PIB”. En la práctica, “las remesas tienden a compensar a sus receptores por las malas condiciones económi­ cas” (R. Chami et al., “Are Immigrant Remittance Flows a Source of Capital for Development?”, IMF Staff Papers, vol. 52, núm. I, 2005). Para el México de hoy, esto significa que en vez de aprovechar nuestro bono demográfico para conseguir elevadas tasas anuales de crecimiento económico, lo estamos trasfiriendo casi gratis a Estados Unidos. No obstante, dada la ex­ pectativa de que la gran mayoría de los mexicanos emigrados a Estados Unidos mantendrán su residencia en ese país, no obstante que los flujos de retorno son ya significativos, se sugieren en este volumen acciones para un mejor aprovechamiento de las remesas. En la sexta sección de este volumen se analizan los efectos de la inversión extranjera directa y de cartera en el financiamiento del desarrollo económi­ co. Para empezar, un riguroso análisis econométrico concluye que “no existe evidencia alguna de que estén relacionados el crecimiento económico en México y los flujos de inversión extranjera de cartera” (véase el trabajo de F. Venegas y F. Martínez). De manera puntual, se argumenta que el ingreso de capitales especulativos se explica por el diferencial de rendimientos (in­ terno versus externo) ajustado por el nivel de riesgo país. Por ejemplo, el riesgo-país de México fue de 184.6 puntos base en promedio durante di­ ciembre de 2017, mientras que el diferencial entre las tasas de interés de los bonos del gobierno mexicano y los bonos del Tesoro estadounidense fue de 521 puntos base para los títulos a tres años y de 557 puntos base para los títulos a cinco años. Estos diferenciales netos explican el enorme flujo de inversión extranjera a la compra de títulos de deuda pública mexicanos: su valor en poder de no residentes ascendió a 109 538.4 millones de dólares al cierre de 2017. En el mercado accionario mexicano, la inversión extranjera —cuya evolu­ ción y resultados acumulados hemos resumido arriba— ha obtenido signifi­


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cativos rendimientos especulativos, pero de poco ha servido para financiar la inversión productiva porque se han dirigido exclusivamente a la compra de acciones en el mercado secundario. De manera agregada, el efecto de los flujos de inversión extranjera de car­ tera sobre la estabilidad macroeconómica es ambivalente. Si bien significan “confianza en los fundamentales macroeconómicos del país”, también re­ presentan “un factor de vulnerabilidad, ya que pueden presentarse even­ tos inesperados que produzcan una salida masiva de capitales especulativos afectando negativa y sistémicamente el comportamiento de otros merca­ dos financieros” (F. Venegas y F. Martínez). Así lo ha reconocido también el Banco de México: “los flujos de capitales que han ingresado en los últimos años” “podrían ocasionar burbujas en los precios de algunos activos, o bien propiciar desequilibrios si ocurre una salida repentina de estos capitales” (Banco de México, Reporte sobre el Sistema Financiero, julio-septiembre de 2012). De manera específica, los flujos de capital especulativo suelen provocar burbujas en el tipo de cambio. La sobreoferta de divisas en el mercado nacio­ nal trae consigo la apreciación real del peso mexicano, con la consiguiente pérdida de competitividad-precio de nuestros productos (tanto en los mer­ cados de exportación, como en el mercado interno, frente a las importacio­ nes), provocando la reducción de la tasa de crecimiento del PIB y del empleo. Por todo lo anterior, se ha sugerido introducir un impuesto sobre flujos financieros de corto plazo, al estilo Chile y Brasil. (En agosto de 2012, Fran­ cia introdujo un impuesto sobre los flujos financieros; y en enero de 2013, Alemania y otros ocho países de la Unión Europea fueron autorizados por la Unión Europea para introducir un impuesto Tobin). Pero sobre todo, para controlar los efectos de estos flujos de capital especulativo sobre el tipo de cambio, se sugiere aplicar un consistente régimen de flotación administra­ da (véase el volumen Macroeconomía del desarrollo con equidad de esta colec­ ción). No hay que olvidar, que las grandes crisis financieras que ha padecido México han estado precedidas por la acumulación de pasivos externos de corto plazo en combinación con la sobreevaluación del peso mexicano. Finalmente, un análisis histórico económico de la inversión extranjera directa en México, así como de las condiciones bajo las cuales esta inver­ sión puede contribuir realmente al desarrollo económico, se presenta en contraste con la visión preconizada por el Consenso de Washington, según la cual la liberalización de la inversión extranjera directa constituye por sí misma una de las grandes palancas para acelerar el desarrollo económico. En México, esta visión fue llevada al extremo por los tecnócratas neolibe­ rales durante negociaciones del TLCAN: se dijo que la enorme afluencia de


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ahorro externo que traería consigo la liberalización de la inversión extran­ jera amarrada en el TLCAN, aceleraría el crecimiento de la inversión física, del producto nacional y del empleo. Sin embargo, la realidad ha diferido de estas expectativas (véase el capí­ tulo de Gregorio Vidal en este volumen). Ciertamente, durante el periodo de vigencia del TLCAN, ha ingresado a México una enorme masa de inversión extranjera directa, 551 387 millones de dólares desde 1994 hasta 2017, de los cuales 268 796 mdd corresponden a nuevas inversiones, de acuerdo con las cifras del Banco de México. Pero esta nueva inversión ha llegado princi­ palmente a adquirir activos nacionales ya existentes, y sólo en menor pro­ porción a fundar nuevas empresas y a ampliar capacidad instalada. Además, como durante el mismo lapso la inversión fija bruta realizada en el país por mexicanos redujo su ritmo de crecimiento (aunque las multi­ nacionales mexicanas hayan realizado en el extranjero inversiones directas por más de 130 000 mdd dentro de este periodo: véase el capítulo de Jorge Basave en este volumen), el resultado agregado ha sido una reducción del coeficiente de inversión fija bruta en México, que había alcanzado el 24.7% del PIB durante el último trienio del modelo precedente al neoliberal (19801982), y apenas ascendió al 22.6% del PIB durante el trienio 2015-2017. De esta manera, el círculo virtuoso entre el crecimiento económico soste­ nido y la elevación consistente del coeficiente de inversión productiva, observado bajo la estrategia de desarrollo liderado por el Estado, se perdió durante el periodo de operación de la estrategia económica neoliberal. No es algo insólito: las evidencias empíricas de numerosos países en de­ sarrollo que han aplicado estrategias económicas apagadas a los dogmas del Consenso de Washington, sugieren una fuerte relación de sustitución entre el ahorro externo y el ahorro interno, de manera que el ahorro externo desplaza con harta frecuencia al ahorro interno, en vez de incrementar el ahorro global y la inversión física agregada. Este fenómeno ha sido reconoci­ do incluso por el staff del Fondo Monetario Internacional: “Se han encon­ trado pruebas empíricas de que existe una relación negativa entre ahorro interno y ahorro externo en ciertas regiones en desarrollo. Algunos estudios sugieren que la afluencia de capitales a los principales países latinoameri­ canos en promedio [durante las décadas de 1980 y 1990] ha reducido los coeficientes nacionales de ahorro” (FMI, Perspectivas de la Economía Mundial. Tema especial: Ahorro mundial, Washington, mayo de 1995). Por el contrario, los “milagros económicos” de los tigres asiáticos y las grandes economías emergentes del Asia, cuyas tasas de ahorro interno e inversión superan el 30% del PIB (e incluso el 40% del PIB en el caso de China), han estado asociados a estrategias de industrialización herejes al Consenso de Washington, que reciben la inversión extranjera directa prin­


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cipalmente por razones de política industrial, pero no por razones de fi­ nanciamiento de su desarrollo, que es fundamentalmente endógeno. En el caso particular de China, la política industrial ha incluido diversos esque­ mas de orientación de la IED —muchas veces en asociación con empresas estatales chinas— hacia las prioridades de la industrialización, incluyendo compromisos de transferencia de tecnología, encadenamientos productivos nacionales y capacitación de trabajadores. Además, el conjunto de instru­ mentos de la estrategia económica de China —analizados en el volumen Estrate­gias de desarrollo económico de esta colección—, que incluyen la re­ gulación del sistema financiero y la aplicación de una consistente política de subvaluación de su tipo de cambio, han traído consigo una permanente postura de cuenta corriente superavitaria o de préstamo neto al resto del mundo (véase The World Bank, World Development Indicators 2017). De allí su enorme acumulación de reservas internacionales que ascendieron a 3 158 877 millones de dólares en 2017, de modo que China podría pagar de contado la inversión extranjera directa que ha recibido en su territorio sin agotar sus reservas de divisas. La moraleja consiste en que una certera estrategia de desarrollo sosteni­ ble en el largo plazo debe aumentar el coeficiente de inversión fija bruta con base en un mayor ahorro interno, lo cual no implica desalentar las entradas de la inversión extranjera, pero sí su orientación mediante la rectoría de Es­ tado. En primer lugar, es necesario compatibilizar la captación de ahorro externo vía IED con la estrategia nacional de industrialización: se trata de que la IED contribuya a los objetivos nacionales de desarrollo, desechando el criterio neoliberal que concibe a la inversión extranjera directa simplemente como instrumento macroeconómico de ajuste de cuentas externas a través del ingreso de capitales y de la conformación de enclaves industriales extran­ jeros. En consecuencia, la necesidad de diversificar las fuentes de inversión extranjera y de formular esquemas de incentivos que promuevan mayores aportes al desarrollo tecnológico y crecientes grados de integración nacional (de manera que coadyuven a la articulación interna del aparato productivo y a su inserción en nuevos mercados), así como la orientación de la inver­ sión extranjera directa mediante una estrategia sectorizada de industriali­ zación hacia áreas de actividad donde realmente amplíe la planta productiva y no reemplace simplemente a la inversión nacional, son aspectos angula­ res de una política de fomento de la inversión extranjera congruente con el interés nacional y validada por la experiencia internacional de economías exitosas. En segundo lugar, las entradas de inversión extranjera requieren ser compatibilizadas con los objetivos macroeconómicos de competitivi­ dad cambiaria y tasas de interés que incentiven la inversión física, evitando —mediante la indicada política cambiaria de flotación administrada— la


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pérdida de competitividad provocada por sobreevaluaciones del tipo de cambio. Finalmente, las evidencias empíricas internacionales apuntan hacia una relación de largo plazo entre el incremento del ahorro interno y la expan­ sión económica, sugiriendo un nexo causal desde el crecimiento económico hacia el ahorro: es decir, mayor crecimiento económico genera más ahorro interno, produciéndose después un círculo virtuoso entre ahorro y creci­ miento. Esta relación causal fue también reconocida por el staff del FMI: “Las investigaciones recientes, incluso las pruebas de causalidad estadísti­ ca, se orientan cada vez más a sugerir que la vinculación se produce desde el crecimiento hacia el ahorro”. “Los aumentos en el crecimiento elevan la tasa de ahorro, lo que a su vez se traduce en un mayor crecimiento” (FMI, op. cit.). La experiencia mexicana —durante el periodo de aplicación de la estrategia de desarrollo liderada por el Estado— es también congruente con las evidencias internacionales: el acelerado crecimiento económico observa­ do desde la segunda mitad de los años treinta (con una tasa media de 6.1% anual de crecimiento del PIB en el periodo 1934-1982), generó un incre­ mento posterior de las tasas de ahorro interno desde 7.7% del PIB en el sexenio 1940-1946, hasta el 20.7% del PIB en el sexenio 1977-1982, desa­ rrollándose el círculo virtuoso entre ahorro interno, inversión fija y creci­ miento económico. En consecuencia, para elevar el ahorro interno, la clave consiste, al revés de la estrategia neoliberal, no en incentivar el desarrollo independiente de la esfera financiera, sino en incentivar la inversión física (y, eo ipso, el crecimiento económico), subordinando la esfera financiera a los intereses superiores de la economía real. En esta perspectiva, los productos de investigación que integran este volumen sugieren un sistema de cursos de acción y de instrumentos de po­ lítica pública para construir un sistema financiero realmente funcional a las necesidades del desarrollo económico nacional.


PRIMERA SECCIÓN

POLÍTICAS DE BANCA COMERCIAL PARA EL DESARROLLO



REGULACIÓN, REFORMA FINANCIERA Y BANCA MÚLTIPLE GABRIEL GÓMEZ OCHOA*

INTRODUCCIÓN Después de la crisis que sufrió la economía mexicana en 1995, cuando prácticamente todo el sector bancario tuvo que ser rescatado con recursos fiscales por las autoridades financieras del país, la prioridad de la regulación y la supervisión fue sanear al sistema de banca privada al costo que fuera y, posteriormente, asegurarse lo más posible que no se repitiera otro evento de esa magnitud (Gómez y Patlán, 2013). Las medidas tomadas en este sentido han tenido éxito, pero han sido costosas; no sólo por el volumen de recursos públicos que hasta la fecha se siguen gastando, sino también porque configuraron un sector bancario privado que está lejos de cumplir con la función social que la economía nacional y la sociedad le demandan. El proceso de capitalización de los bancos después de la crisis, condujo a que la mayor parte del sector quedara en manos de unas cuantas empresas extranjeras, por la falta de inversionis­ tas nacionales, por la desconfianza que había, por la resistencia gubernamen­ tal a manejar bancos públicos y también por las necesidades de ex­pansión de los grandes bancos globales. Esta conformación del sistema bancario implicó —además de la concen­ tración y posible colusión en los negocios de la banca— una concentración del poder financiero capaz de negociar y desafiar las políticas financieras para mantener sus ganancias sin necesidad de brindar los beneficios correspon­ dientes a la nación. Sólo en este sentido se puede entender que, una vez solvente y rentable, el sector bancario se mantenga en niveles de interme­ diación tan bajos, y que las políticas gubernamentales para que el crédito * Profesor de la FES Acatlán-UNAM, tutor del Posgrado en Economía. El autor agradece a Efraín Olvera Gallegos y Cesia Rubí Moreno Díaz Barriga, estudiantes de la FES Acatlán, por el apoyo en la obtención y manejo de la información. [41]


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y los demás servicios bancarios se expandan se queden en tímidas medidas de incentivos que no han arrojado los resultados esperados. En este contexto aparece la reforma financiera del actual régimen que, mediante un despliegue publicitario, trató de persuadir a la población de que ahora sí se reformaría el sistema financiero para el bien de la nación. La iniciativa para modificar y crear leyes y normas financieras fue muy amplia, pero por lo que respecta a la banca múltiple es difícil tomarla como una reforma; en realidad, no se intenta cambiar la forma del sistema bancario, sólo se pretende avanzar con mucha precaución en la consolidación del sistema que ya tenemos. El propósito del presente capítulo es mostrar que es muy pronto para evaluar las medidas tomadas a partir de la aprobación de las reformas, pero que difícilmente cambiarán de manera sustancial al sistema bancario privado mexicano, ya que solamente afinan algunos procedimientos y crean los me­ canismos para que siga siendo seguro y solvente, manteniendo su objeto social en segundo término. Para tal propósito, después de esta introducción se comentan las principales medidas propuestas —y aprobadas prácticamente sin cambios— por la llamada reforma financiera; se enfatiza en las que bus­ can aumentar la competencia y después en las orientadas a preservar la solvencia. Posteriormente se analizan las cifras recientes del desempeño bancario, donde se resalta el pobre nivel de intermediación de recursos, la trayectoria y fuentes de la rentabilidad, así como los indicadores de segu­ ridad y solvencia. Con ello, en una última sección se presentan las con­ clusiones más relevantes y se sugieren algunas medidas para mejorar el funcionamiento del sector bancario en el país. LA REFORMA FINANCIERA DE 2014 El sector bancario privado en México no ha cumplido con su objeto social, cuestión que inclusive se hace explícita en el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 del actual gobierno, donde se reconoce su fortaleza financiera (capital, reservas y utilidades), pero se enfatiza en que “[…] prevalece en México la preocupación de que la banca no presta lo suficiente y, por lo tanto, no cumple con una de sus funciones básicas dentro de la economía: transformar el ahorro en créditos para apoyar proyectos productivos” (p. 75). Ante tal situación de la banca privada —y del sistema financiero en con­ junto— las autoridades propusieron una amplia reforma al sistema financie­ ro, una más dentro de la ya larga lista de cambios y modificaciones que ha sufrido el sector en las últimas cuatro décadas (Gómez, 2009). En general, se señala la necesidad de adecuar el marco jurídico del sector, con el pro­


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pósito de aumentar el monto de financiamiento a la economía, que es uno de los más bajos en el mundo, y reducir el costo de los recursos para los usuarios de la banca, todo ello fundamentalmente mediante regulaciones que promuevan la competencia “efectiva” e incentiven la entrada de nue­vos participantes en el mercado. En efecto, el 8 de mayo de 2013, el presidente Peña presentó ante el Con­ greso de la Unión una iniciativa de reforma “estructural” en el ámbito fi­ nanciero, compuesta por 13 iniciativas particulares y la modificación de 34 leyes. Posteriormente y sin mayores cambios fue aprobada por la Cámara de Diputados, la Cámara de Senadores y promulgada por el poder Ejecutivo el 9 de enero de 2014.1 La llamada reforma financiera incluyó cuatro ejes que afectan a la banca múltiple: 1) fomentar la competencia; 2) crear incentivos adicionales para ampliar el crédito; 3) mantener el sistema financiero sólido y prudente; 4) hacer más eficaces las instituciones financieras y el actuar de las autorida­ des en la materia. Para alcanzar los propósitos anteriores, se plantearon varios instrumen­ tos y mecanismos que, presumiblemente, impulsarían a los bancos que residen en México a expandir sus operaciones de crédito, con mejores tasas para ahorradores y prestatarios, pero sin perder su fortaleza financiera acumu­ lada en lo que va del siglo, gracias primero, al apoyo estatal y posteriormen­ te a las pingües ganancias obtenidas a pesar de su escasa penetración. Es pertinente aclarar que la pretendida reforma, respecto de la banca múltiple, no difiere en lo esencial de las modificaciones hechas al sector en los gobiernos anteriores (Gómez, 2009). Es decir, se sigue pensando que el problema fundamental de la escasa intermediación bancaria es ajeno a las empresas que lo conforman —nacionales y extranjeras— y que en realidad es un asunto de incentivos insuficientes, tanto en el aspecto de derechos de propiedad como en el de competencia, principalmente. Por esto, las medi­ das propuestas y aprobadas en la reforma ahondan en estos aspectos y soslayan medidas más directas para aumentar dicha intermediación con eficiencia. COMPETENCIA E INCENTIVOS En este sentido, entre los principales instrumentos para aumentar la com­ petencia en el sector destaca la creación, en julio de 2014, del Buró de Llama la atención la facilidad con la que se aprobó la “reforma financiera”; prácticamente no hubo debates públicos entre los interesados, mucho menos posiciones manifiestas en contra 1


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Entidades Financieras, a cargo de la CONDUSEF, cuya función central es “[…] informar y difundir al público en general, de manera sencilla, clara y permanente, el desempeño de las Entidades Financieras en la prestación de sus servicios y productos, a efecto de contribuir a la mejor toma de de­ cisiones de los Usuarios” (CONDUSEF, 20140:2).2 Se supone que con esta información el cliente de los intermediarios fi­ nancieros podrá discriminar entre éstos y seleccionar el mejor, de acuerdo con sus necesidades. Sin embargo, a pesar de ser positiva la difusión de esta información, todavía no se mencionan y calculan los costos de transacción en que debe incurrir el consumidor para cambiar de banco. También en este ámbito se aprobó (Ley para la Transparencia y Ordena­ miento de los Servicios Financieros, artículo 23 Bis) la prohibición de las denominadas cuentas atadas, que implica que los bancos (u otras entidades financieras) sólo podrán ofrecer servicios financieros de otras empresas que estén ligados a los servicios que ellos mismos vendan, siempre y cuando cuenten con la aprobación expresa del cliente y quedarán establecidos en los contratos específicos. De nuevo, se presenta la contratación de servicios con múltiples intermediarios (y la correspondiente salida) como algo im­ plícitamente sencillo, sin costos para el consumidor informado. La vigilancia del cumplimiento de estas conductas quedó bajo la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE). Dentro de los instrumentos para que la reforma fuera exitosa en materia de incremento de la competencia en el sector, en el decreto correspondien­ te se encargó una investigación específica a la COFECE. Como resultado de ésta: […] la Comisión Federal de Competencia Económica podrá, en su caso, formular recomendaciones a las autoridades financieras para mejorar la com­ petencia en este sistema y sus mercados y ejercer las demás atribuciones que o campañas para adecuarla, como sí los hubo en el caso de otras reformas. Esto puede ser in­ dicador de que no se afectaron intereses dominantes en el sector, lo que implica que no hay cambios relevantes en la estructura: no hay reforma financiera. 2 La información más relevante para la toma de decisiones del consumidor es acerca de las características de los productos y servicios financieros que ofrecen las entidades financieras, preferentemente mediante el uso de Contratos de Adhesión, incluyendo los requisitos de con­ tratación, costos y beneficios, y en su caso, comisiones, limitaciones, alcances y exclusiones de los mismos. Las entidades financieras cuyas actividades se apartan de las sanas prácticas y usos relativos al ofrecimiento y comercialización de sus operaciones y servicios financieros, confor­ me a la normativa emitida por la Comisión, así como las acciones que se ordenen para su debi­ da corrección y cumplimiento. El número y monto de las sanciones que se hubieren impuesto a las entidades financieras por la Comisión en términos de las disposiciones aplicables y las cláusulas abusivas en los contratos que identifique la Comisión Nacional, y las resoluciones por las que ordene la supresión de las mismas (CONDUSEF, 2014).


REGULACIÓN, REFORMA FINANCIERA Y BANCA MÚLTIPLE

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le confiere la Ley Federal de Competencia Económica a fin de evitar prácti­ cas monopólicas, concentraciones y demás restricciones al funcionamiento eficiente de los mercados en este sistema […].3

En concordancia con la supuesta reforma financiera, dicha investigación (COFECE, 2014) no tiene un apartado específico para la banca múltiple (como sí lo tiene para la banca de desarrollo); sólo se revisan las condicio­ nes de competencia de los diferentes créditos que ofrece la banca múltiple (y otros intermediarios) a la luz de lo señalado en la reforma. Respecto de la portabilidad de créditos, por ejemplo en tarjetas de crédito, se señala el ar­gu­ mento de que no es claro que los bancos compitan a través de la tasa de in­te­rés, ya que las opciones para la portación de crédito o transferencia de balance son limitadas. Es decir, el impacto de este tipo de mediadas (algunas ya existentes antes de la reforma) es escaso, lo cual se evidencia en la am­ plitud de rango de tasas que se cobran por tarjetas similares.4 Para los casos de créditos de nómina, los incentivos a la competencia entre la banca tienen límites claros en la medida en que gran parte de los empleos sigan siendo informales. Resulta interesante observar que en el crédito a la actividad productiva (créditos comerciales a empresas) el estudio de la COFECE (2014:216) indica: El crédito a empresas no está sujeto a ninguna regla particular que lo destaque del resto de la actividad crediticia bancaria, por lo que no se aprecia ninguna norma que pudiera estar inhibiendo la competencia. Sin embargo, los requi­ sitos prudenciales de diversificación de cartera limitan la posibilidad de que las instituciones financieras de menor tamaño otorguen los préstamos de mayor tamaño que suelen demandar las empresas más grandes.

Esto significa que los bancos pequeños están prácticamente condenados a no poder competir con los grandes, sólo podrán operar tal vez, en nichos de mercado muy específicos, no atendidos por estos últimos; en otras palabras, difícilmente se agudizará la competencia. 3 El decreto aclara: “[…] la Comisión Federal de Competencia Económica contará con un plazo de ciento ochenta días naturales contados a partir de la entrada en vigor del presente Decreto para llevar a cabo una investigación sobre las condiciones de competencia en el sistema financiero y sus mercados, para lo cual deberá escuchar la opinión no vinculante de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público”. Véase Decreto por el que se reforman y adicionan diversas dispo­ siciones en materia financiera y se expide la ley para regular las agrupaciones financieras, publi­ cado en el Diario Oficial de la Federación el 10 de enero de 2014. 4 Véase en la página de la CONDUSEF, disponible en <http://tarjetas.condusef.gob.mx/histo rico_vista.php>.


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GABRIEL GÓMEZ OCHOA

Respecto del crédito a la empresa, en las recomendaciones correspon­ dientes, la investigación de marras se refiere básicamente a la banca de desa­ rrollo y a la importancia de la expedita constitución y ejecución de ga­rantías para el crédito a las empresas de menor tamaño. No hay recomenda­ciones directas para impulsar a la banca múltiple; esto es reflejo de las tibias medidas incluidas en la reforma para que la banca múltiple privada en con­ junto expanda su crédito. En otro aspecto, en la Ley de Instituciones Financieras (LIC) se estipula la obligatoriedad de instrumentar un mecanismo de evaluación de cada banco (capítulo octavo), lo que debería estimular la competencia, pero particu­lar­ mente daría luz sobre la aportación de cada banco a la economía nacional. En principio, el artículo 53 de dicha ley señala que: […] la Comisión Nacional Bancaria y de Valores establecerá como medidas que deberán cumplir las instituciones de crédito a efecto de incentivar la canalización de mayores recursos al financiamiento del sector productivo, parámetros para la celebración de operaciones con valores que realicen di­ chas instituciones por cuenta propia, pudiendo además quedar diferenciados por cada tipo de valor.

Posteriormente, el artículo 276 estipula que: La evaluación de desempeño se hará respecto del grado de orientación y cumplimiento de las instituciones de banca múltiple en el desarrollo de su objeto social al apoyo y promoción de las fuerzas productivas del país y al creci­ miento de la economía nacional, con apego a las sanas prácticas y usos banca­ rios, así como aquellos otros aspectos que determine la Secretaría de Hacienda y Crédito Público mediante los lineamientos que al efecto expida.

El siguiente artículo es más claro aún: “Las evaluaciones de desempeño tendrán como propósito principal promover que las instituciones de banca múltiple cumplan con sus funciones y asuman el papel que les corresponde como partes integrantes del Sistema Bancario Mexicano”; sin embargo, el re­ sultado de tantos cambios es decepcionante para el público. En efecto, los lineamientos publicados por la SHCP para la evaluación de los bancos son muy ambiguos y sólo conducen a un reporte que publica la CNBV, en el que junto al nombre de cada banco se coloca la calificación satisfactorio o no satisfactorio; pero no se sabe con precisión cuáles son la metodología y los criterios para calificar.5 Por supuesto, salvo dos o tres excepciones correspon­ En los lineamientos para la evaluación de desempeño de las instituciones de banca múltiple, publicados en el Diario Oficial de la Federación el 31 de diciembre de 2014 se indica que “[…] 5


REGULACIÓN, REFORMA FINANCIERA Y BANCA MÚLTIPLE

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dientes a bancos poco relevantes, el sistema bancario mexicano es satisfac­ torio; esto es, cumple con las funciones y asume el papel que le corresponde en la economía nacional o en otras palabras también oficiales: cumple con su objeto social de apoyo y promoción de las fuerzas productivas y al crecimiento de la economía nacional. Si tal es el caso, ¡para qué una Reforma Es­truc­ tural!6 Uno de los incentivos para reducir precios de los servicios bancarios es la reducción de las barreras a la entrada para participar en los sistemas de pago de bajo valor, que incluye los pagos con tarjetas, cheques, algunas trans­ ferencias electrónicas y pagos móviles. Las medidas son positivas en sí mismas, pero la estructura del sistema bancario impone la alta concentra­ ción en unos pocos agentes dominantes, es decir, los grandes bancos. REGULACIÓN PARA LA PRUDENCIA: SOLVENCIA E INTERVENCIÓN Aparte de intentar la expansión de los servicios bancarios mediante el su­ puesto aumento de la competencia y otros incentivos, la reforma financiera se preocupa por mantener la solvencia del sector y, en caso de que algunas entidades enfrenten problemas al respecto, del manejo eficiente de su resca­ te, saneamiento o liquidación; por supuesto para reducir el riesgo sistémi­ co. Esto es, se profundiza en la regulación para la prudencia, que tiene como objetivo garantizar la solvencia y liquidez de los bancos mediante el respaldo adecuado de los depósitos y evitar una exposición excesiva a los riesgos, prin­ cipalmente en el crédito. En este aspecto, se incluyeron las reglas de capitalización (Basilea III) en la LIC, con el propósito de darles un rango mayor en la normatividad finan­ ciera, suponiendo que con ello se aumentaría la confianza en la fortaleza del sistema bancario. tienen por objeto determinar la metodología para la evaluación periódica de desempeño de las instituciones de banca múltiple con el fin de que se verifique que, en el desarrollo de su objeto social, y con apego a sanas prácticas y usos bancarios: a) orienten sus actividades a apoyar y promover el desarrollo de las fuerzas productivas del país e impulsar el crecimiento de la eco­ nomía nacional, b) fomenten el ahorro en todos los sectores y regiones de la República mexica­ na, y c) canalicen adecuadamente el ahorro con una amplia cobertura regional que propicie la descentralización del Sistema Bancario Mexicano”. En realidad, no determinan ninguna meto­ dología, sólo dan algunas líneas muy ambiguas acerca de lo que se incluirá para calificar a las instituciones y la categoría de satisfactorio (aprobado) equivale, digamos, a pasar de “panzaso”. 6 En la evaluación correspondiente a 2015, publicada en julio de 2016, de 46 bancos, sólo uno fue no satisfactorio; en la de 2016, publicada el 31 de julio de 2017, de 47 instituciones calificadas, tres obtuvieron no satisfactorio. ¿Por qué?, no se sabe, incluso peticiones al IFAI para conocer los detalles han fracasado.


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GABRIEL GÓMEZ OCHOA

Adicionalmente, se amplió ostensiblemente la sección en la LIC para aquellos bancos que enfrentan problemas, ya sea los intervenidos por el IPAB, los que operarían condicionados o los que requieran liquidez del ban­ co central en última instancia. Todas estas medidas son positivas, pues aclaran los mecanismos para el manejo de problemas de liquidez y solvencia bancaria, con lo que seguramente se da certidumbre, se reducen los costos en casos de quiebra y disminuye la probabilidad de una crisis generalizada.7 No obstante su importancia, no se relacionan directamente con la necesi­ dad de mayor expansión crediticia; de hecho, pueden inhibirla por un exce­ so de prudencia, que se manifiesta en índices de capitalización por encima de lo requerido, como se mostrará más adelante. Sería muy apresurado intentar alguna evaluación de los resultados de la llamada reforma financiera; a dos años y medio de su promulgación es po­ sible que no se hayan completado siquiera los cambios aprobados en la nor­ matividad correspondiente. Seleccionar cifras aparentemente positivas y difundirlas como muestra de la bondad de la reforma, como se hizo en el in­ forme de gobierno, es más una necesidad política en la actual coyuntura que una realidad económica.8 Es útil, en cambio, revisar los datos del desempeño bancario en un pe­ riodo más largo, de modo que se puedan identificar y explicar algunas ten­ dencias, y ver si éstas coinciden con los objetivos de la reforma. LAS CIFRAS DE LA BANCA PRIVADA A principios del siglo, el número de bancos en operación era 35, después de varias fusiones, liquidaciones y nuevas autorizaciones, en 2012 la cifra se 7 Es ilustrativo que el Capítulo I, del Título Segundo de la LIC, que se ocupa de la Banca Múltiple, sólo tenga una sección de “Disposiciones generales” y el resto de secciones (cinco) se destinen a normar los problemas en que pueden caer los bancos. Esto es una pequeña muestra del objetivo central para el sector: estabilidad. 8 En el Quinto Informe de Gobierno se afirma: “La Reforma Financiera fomentó una mayor competencia e impulsó la expansión del crédito en condiciones más favorables para los usuarios. Como resultado, el financiamiento interno al sector privado creció de 27% del Producto In­terno Bruto (PIB) en 2012 a 34% en el primer trimestre de 2017” (p. 388). Si se atribuye tal crecimiento a la reforma, ¿por qué se mide desde 2012? El crecimiento en 2012 (sin reforma) del financiamiento al sector privado fue de 2.5 puntos del PIB, se estancó dos años y sólo en 2016 volvió a crecer, para llegar a la cifra del informe. ¿Es fruto de la reforma? También faltó añadir que el financiamiento externo al sector privado creció en el mismo periodo en más de cinco puntos del PIB, un poco menos que el interno. En realidad, como se verá adelante, el aumento del financiamiento interno y externo al sector privado desde 2009 es un fenómeno mundial, para mayor información consultar BIS Statistics Explorer, disponible en <http://stats.bis.org/ statx/toc/LBS.html>.


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elevó a 42; un año después reportaban información a la CNBV 46 entida­ des, una más en 2016 y otra en junio de 2017, para llegar a 48. En el trayec­ to desaparecieron como franquicias: Agrofinanzas, Walmart, Bicentenario, New York Mellon y Royal of Scotland; en cambio, entraron al mercado Pagatodo, Sabadell, Investa, ICBC y Bankaool. Ninguno de los de reciente aparición representa algún tipo de desafío para los bancos dominantes, ningunos individualmente ni en grupo reforman estructuralmente al sector. CUADRO 1

BANCA MÚLTIPLE. CONCENTRACIÓN EN RENGLONES SELECCIONADOS (PORCENTAJE) 2006 Activo

Valores

Crédito

Captación

Capital

Utilidades

7 grandes *

87.5

91.1

90.2

90.1

93.1

92.6

Resto

12.5

8.9

9.8

9.9

6.9

7.4

2012 Activo

Valores

Crédito

Captación

Capital

Utilidades

7 grandes *

77.9

75.3

84.3

84.3

83.3

85.7

Resto

22.1

24.7

15.7

15.7

16.7

14.3

2016 Activo

Valores

Crédito

Captación

Capital

Utilidades

7 grandes *

79.2

77.3

82.7

81.3

80.9

82.3

Resto

20.8

22.7

17.3

18.7

19.1

17.7

* 7 Grandes: BBVA, Santander, Banamex, Banorte, HSBC, Scotiabank e Inbursa. FUENTE: Boletines estádisticos de Banca Múltiple, CNBV.

En el cuadro 1 se nota que entre 2006 y 2012 hubo un avance significati­ vo en la desconcentración de algunos renglones importantes de los estados financieros bancarios, ello se asocia con la entrada de once instituciones más al mercado. En ese periodo se redujo la participación de los grandes bancos en 10 puntos porcentuales en el total de activos y el capital. En cambio, entre 2012 y 2016, la entrada de cinco entidades no se ha manifes­ tado en la desconcentración de los principales renglones financieros, tal vez un poco en el capital (cuadro 1). Incluso, el total de activos se con­ centró un poco más en los bancos grandes entre 2012 y 2016; con las cifras agregadas parecería que también hubo efectos en las utilidades; sin embargo,


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GABRIEL GÓMEZ OCHOA

la reducción en el último año se debe a que HSBC9 tuvo muy malos resul­ tados en 2016, apenas el año antepasado. No obstante, la desconcentración no significa mayor competencia; o por lo menos no mayor competencia para los grandes bancos que, desde siem­ pre, han sido los mismos. No ha entrado al mercado un solo banco que atente contra el dominio de los siete grandes.10 Los datos de la CONDUSEF apoyan la idea de que los bancos grandes sienten seguro su mercado. En el Índice de Desempeño de Atención a Usua­ rios —fruto de la reforma financiera—, los bancos con menor calificación son coincidentemente los más grandes (BBVA el único reprobado); aquí sí, amenazados por los dos de consumo más relevantes.11 En el negocio del crédito, los bancos grandes acaparan una proporción similar o mayor que en los renglones anteriores. En el destinado a empresas tienen 81% del mercado; en vivienda, 94% y en consumo 85%. Todo esto a pesar de la entrada de bancos especializados (de nicho) en los segmentos de consumo y préstamos comerciales.12 Los escasos espacios que dejan los bancos grandes en los segmentos del negocio creditico antes mencionados también están concentrados: en el caso del crédito a la actividad productiva, cinco bancos de los 16 que se espe­ cializan en ese segmento concentran 70% del total; en tanto que, en los créditos al consumo, sólo tres de los diez del nicho acaparan también 70% de ese mercado. INTERMEDIACIÓN DE RECURSOS Conviene aclarar que la banca en México tiene un volumen de crédito muy escaso de acuerdo con el nivel de actividad económica. De hecho, es de los En realidad, HSBC ha tenido ya varios años con malos resultados, pues a pesar de que de­ tenta alrededor de 8% de los activos de todo el sector, sus ganancias han ido perdiendo partici­ pación en el total del sistema, desde 4.5% a 1.1% en los últimos cuatro años (consultarlos Boletines Estadísticos de Banca Múltiple, de la CNBV). 10 En los últimos 10 años, sin embargo, ha habido interesantes cambios al interior del grupo de grandes bancos; así, Banamex y HSBC han perdido terreno en activos y crédito; Santander y BBVA lo han ganado. Los dos bancos mexicanos: Banorte e Inbursa han ido prosperando pau­ latinamente. 11 En este aspecto, cinco bancos de los más grandes concentran 85% de las quejas de los usuarios; un nivel de concentración superior a los activos y los créditos. Para mayor información consultar: <https://www.buro.gob.mx./tbl_general_comportamiento.php?id_sector=40&id_pe riodo=14#>. 12 En ambos segmentos destacan entidades que han ido ganando mercado. En consumo, Banco Azteca, BanCoppel y Compartamos tienen el 8.5% de la cartera. En préstamos comercia­ les, BanBajío y Banregio (ambos regionales) tienen 8.6 por ciento. 9


REGULACIÓN, REFORMA FINANCIERA Y BANCA MÚLTIPLE

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GRÁFICA 1

CRÉDITO BANCARIO AL SECTOR NO FINANCIERO (% DEL PIB) 160 120 80

2016

Argentina

México

Colombia

Rusia

EUA

India

Brasil

Sudáfrica

P. Des.

Chile

Reino Unido

P. Emerg

España

0

Canadá

40

2017

FUENTE: elaborado con datos de BIS Statistics Explorer.

más bajos del mundo respecto del PIB, a pesar del crecimiento que ha teni­ do en los últimos años. En efecto, en la gráfica 1, donde se incluyeron los países más relevantes de América Latina, los miembros del TLCN y los BRICS (sin China), entre otros, se puede ver la enorme distancia que actualmente existe entre Mé­ xico y dichos países en volumen de crédito a sectores diferentes del finan­ ciero. Sólo la banca en Argentina tiene menor penetración crediticia; Colombia más que duplica la mexicana; las economías emergentes (China incluida) superan el 100% del PIB, cinco veces más que en México. Todo esto es un claro indicador de la falta de recursos intermediados por la ban­ ca en el país, dada la magnitud de su economía. Tomando en cuenta que se parte de una base minúscula, en los años recientes la operación bancaria en México se ha expandido paulatinamen­ te. En efecto, después de tener su punto más bajo en 2003, la cartera de crédito ha crecido a un ritmo promedio anual de 7.8% hasta 2016; más aceleradamente que los activos en conjunto (5.8%) y las inversiones en valores (3.2%). Sin embargo, para junio de 2017, último dato disponible, se puede observar una ligera disminución en los tres renglones (gráfica 2).13 13 La cartera de crédito y la inversión en valores son los activos agregados que mayor peso tienen en el total, 51.9 y 24.5% respectivamente; las disponibilidades y las operaciones con valores y derivados son los renglones que siguen, con 8% del total de activos cada uno. Así, en el


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GABRIEL GÓMEZ OCHOA

GRÁFICA 2

BANCA MÚLTIPLE: ACTIVOS, CRÉDITO Y VALORES (MILLONES DE PESOS DE DIC. DE 2010) 8,000,000 7,000,000 6,000,000 5,000,000 4,000,000 3,000,000 2,000,000 1,000,000

Activo

Valores

2017

2016

2015

2014

2013

2012

2011

2010

2009

2008

2007

2006

2005

2004

2003

2002

2001

2000

0

Crédito

FUENTE: elaborado con datos de CNBV.

Conviene destacar que sólo a partir de 2007, la trayectoria de la cartera de crédito se comienza a separar de la tenencia de valores. Por tipo de crédito, la asignación de recursos ha seguido siendo mayori­ tariamente hacia las empresas (y personas físicas con actividad empresa­ rial); no obstante, la estructura porcentual de la cartera total no ha sufrido grandes cambios desde 2008;14 parece que el negocio del crédito bancario navega por una situación de cómoda estabilidad, después de haber recu­ perado su viabilidad financiera gracias al rescate público y a la inversión extranjera. En el crédito al consumo, después los problemas enfrentados en 20082009 por el crecimiento exagerado de tarjetas de crédito los años previos (Gómez, 2013), se ha moderado su expansión y se cambió su estrategia. Así, el monto correspondiente a tarjetas de crédito, que llegó a representar 63% agregado del balance, el crédito es la principal forma de colocación de recursos de la banca múltiple en México. 14 Entre 2000 y 2008 se fue gestando un importante cambio en la estructura de la cartera de la banca comercial. A principio del siglo, el mayor acreditado (52% del total) era el sector pú­ blico, en tanto que las empresas sólo reunían 30% y el consumo un ínfimo 4%. Esto se debía al mecanismo de rescate bancario, que implicó que la banca extendiera crédito al gobierno para la adquisición de activos. Paulatinamente, tanto el financiamiento a empresas como al consumo fue aumentando; paralelamente se iba reduciendo el monto comprometido con el gobierno, hasta llegar a la estructura alcanzada en 2008-2009.


REGULACIÓN, REFORMA FINANCIERA Y BANCA MÚLTIPLE

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CUADRO 2

CRÉDITO DE LA BANCA MÚLTIPLE POR DESTINO. ESTRUCTURA PORCENTUAL

2000

2004

2008

2012

2017

Empresas

30.2

35.1

47.2

44.6

46.8

Ent. Fin.

1.4

4.1

4.5

3.1

4.5

Gobierno

52.0

33.9

8.6

14.6

12.4

Consumo

3.8

15.7

23.5

21.4

20.3

Vivienda

12.5

11.1

16.1

16.3

15.9

100.0

100.0

100.0

100.0

100.0

Total

FUENTE: elaborado con datos de CNBV.

del crédito al consumo, actualmente ocupa sólo 38%; en tanto, han ganado participación los créditos personales y los de nómina, que son menos ries­ gosos (45%, sumados). El cambio ha mejorado la calidad de este tipo de cré­ dito para el conjunto de la banca múltiple, pues la morosidad disminuyó de 8.1% en 2008 a 4.4% en junio de 2007.15 Por lo que se refiere al financiamiento para la vivienda, su participación en el total del crédito es de alrededor de 15%; este segmento está más concentra­ do, como arriba se señaló. Sin embargo, también hay cambios por destacar: en 2008 aproximadamente 48% del total era para vivienda media y residencial, actualmente es el 84%; otro 11% de recursos se canalizan en convenio con el INFONAVIT, mientras que el resto —sólo 5% del total— se destina a vivienda de interés social; un negocio que paulatinamente ha sido abando­ nado por la banca, tal vez porque resulta muy riesgoso, pues su morosidad actualmente es de 8.5%, cuatro veces mayor que la de vivienda residencial. FINANCIAMIENTO A LA EMPRESA Como se mencionó, la mayor parte del crédito de la banca múltiple en Mé­ xico se orienta a las empresas privadas o personas físicas con actividad 15 Si se toma en cuenta sólo a los bancos especializados en crédito al consumo, se puede ver que la calidad de sus préstamos es claramente menor al de los bancos grandes. Si bien estos bancos especializados no tuvieron problemas mayores en 2008-2009, la morosidad actualmente es 7.3% y en particular la de tarjeta de crédito llega a 12.8%, cifras que contrastan con las correspondientes a los siete grandes, que son 4.0 y 4.9% respectivamente. Son dos segmentos de mercado distintos para aparentemente un mismo producto.


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GABRIEL GÓMEZ OCHOA

empresarial; no obstante, su monto es muy pequeño respecto de las necesi­ dades de la economía mexicana, a pesar de haber crecido notoriamente en los últimos años, especialmente en 2016 (12.8% real). El total apenas alcan­za 10% del Producto Interno Bruto. El crédito bancario a empresas está muy concentrado en las de gran tama­ ño. Los bancos grandes les prestan a las empresas grandes; no obstante, ha habido recientemente una tendencia positiva de desconcentración, dentro de la cual, las micro y pequeñas han aumentado ostensiblemente su partici­ pación en el total. GRÁFICA 3

CRÉDITO DE LA BANCA POR TAMAÑO DE EMPRESA (MILLONES DE PESOS DE DIC. 2010) 1 600 000

1 200 000

800 000

400 000

0 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016

Grande

Mediana

Pequeña

Micro

FUENTE: elaborado con datos de CNBV.

Efectivamente, si bien la empresa grande (por número de empleados) sigue recibiendo la gran mayoría de los recursos crediticios colocados por la banca múltiple, su participación en el total pasó de 79.6% en 2009 a 64.2% en 2016. La micro más que duplicó su participación al pasar de 6.1 a 13.7% en el periodo. La pequeña avanzó de 8.3 a 14.4% y la mediana de 6.0 a 7.8 por ciento. Los datos anteriores implican que las tasas de crecimiento 2009-2016 fueron mayores en relación inversa con el tamaño de la empresa; no obstan­ te, dada la pequeña base de la que partían las micro, pequeñas y medianas,


REGULACIÓN, REFORMA FINANCIERA Y BANCA MÚLTIPLE

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el monto de recursos en términos absolutos se destinó mayoritariamente a la gran empresa.16 La desconcentración mencionada ha sido progresiva desde 2011 y aun­ que se aceleró un poco los dos últimos años, tiene que ver más con las condiciones financieras que han prevalecido en el mundo que con un éxito inmediato de las modificaciones a las leyes financieras del país. La abundante liquidez y lo reducido de las tasas de interés en el mundo han provocado un creciente endeudamiento de las grandes corporaciones en todo el planeta, pero destacadamente de las economías emergentes (Ahmed, 2015; FSB, 2015; Jarmuzek y Rozenov, 2017). Este endeudamiento ha sido mediante las dos vías usuales: los créditos de intermediarios y, espe­cial­men­te, la emisión de bonos en los mercados internacionales. Las grandes empresas residentes en México han aprovechado estas cir­ cunstancias y han emitido una cantidad de deuda que no tiene precedentes, además han mantenido sus obligaciones crediticias con bancos del exterior; en realidad, se ha dado un efecto sustitución de financiamiento interno por externo, principalmente mediante bonos. Pero no sólo eso, la emisión de títulos de deuda en el mercado interno también ha crecido a un ritmo ma­ yor que el crédito bancario a las empresas grandes. Como se ve en la gráfica 4, la porción de financiamiento a través de emi­ sión de bonos en el exterior ha aumentado ostensiblemente desde 2010, por lo que en 2016 ya es superior a lo que la banca múltiple que reside en Mé­xico otorga como crédito a las empresas grandes. La emisión interna de deuda también aumentó su participación en el financiamiento a la empre­ sa grande; el crédito del exterior también creció, aunque moderadamente.17 La disminución relativa del financiamiento de la banca a la gran empresa del país (15 puntos porcentuales), significa una pérdida muy importante en el negocio del crédito, que ha sido paleada parcialmente por la expansión de los recursos a empresas de menor tamaño, como se vio antes. Al pa­recer, cuando se trata de los prestatarios de alta calidad —la gran empresa— la banca privada del país no puede competir con otras fuentes de recursos en las actuales circunstancias. Sin embargo, existe el riesgo de que tales circuns­ tancias cambien y cuando se normalicen las condiciones financieras en el mundo, se alineen las tasas de interés y se reduzca la liquidez, entonces las El flujo de recursos para las empresas, de diciembre de 2009 a diciembre de 2016, fue por 628,676 millones de pesos (constantes de dic. de 2010); de ellos, 25% se dirigieron a la mi­ croempresa, 23% a la pequeña; 10% a la mediana y el resto, 42%, a la grande. 17 De 2009 a 2016, el financiamiento a las empresas grandes más que se duplicó. El de la banca comercial creció apenas 36%, el crédito del exterior lo hizo 47%; la emisión interna de deuda aumentó 145% y emisión en mercado externos los hizo en 315%. Difícilmente se puede atribuir a la reforma financiera el aumento del crédito a las empresas. 16


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GABRIEL GÓMEZ OCHOA

GRÁFICA 4

FINANCIAMIENTO A GRANDES EMPRESAS (MILLONES DE PESOS DE DIC. 2010) 3 500 000 3 000 000 2 500 000 2 000 000 1 500 000 1 000 000 500 000 0

2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016

Banca múltiple Emisión externa

Crédito externo Emisión interna

FUENTE: elaborado con datos de CNBV.

grandes empresas del país volteen sus ojos hacia la banca nacional y, con ello, desplacen de nuevo a las empresas de menor tamaño. RENTABILIDAD BANCARIA Los ingresos de la banca múltiple en México están determinados, como es natural, por el negocio de la intermediación de recursos; esto es, por el deno­ minado margen financiero ajustado por riesgos de crédito (65% del total de ingresos desde 2007).18 Las comisiones netas (cobradas menos pagadas) por servicios financieros son un componente del ingreso también relevante, pues alcanzan, en promedio, casi una cuarta parte desde hace 10 años. Ambas proporciones han sido relativamente estables, como se puede ver en la gráfica 5. Las otras dos fuentes de ingresos: resultados por intermediación19 y otros 18 El margen financiero es la diferencia entre ingresos financieros menos gastos financieros, a este resultado se le resta además las reservas preventivas por riesgo crediticio y queda el “mar­ gen financiero ajustado”. No confundir con el margen de intermediación, que es la diferencia entre tasa activa y tasa pasiva. 19 El término Resultados por intermediación puede confundir; en realidad, lo que se registra ahí son las ganancias (pérdidas) de capital por el comercio de valores, así como los resultados por el cambio de valor de diversos activos; por esto último, una buena parte son ingresos (costos) virtuales.


REGULACIÓN, REFORMA FINANCIERA Y BANCA MÚLTIPLE

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GRÁFICA 5

BANCA MÚLTIPLE: INGRESOS TOTALES (MILLONES DE PESOS DE 2010) 400 000 300 000 200 000 100 000 0

2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016

Margen financiero ajustado Resultados por intermediación

Comisiones netas Otros ingresos

FUENTE: elaborado con datos de CNBV.

ingresos netos de la operación son muy variables y de dimensiones claramente menores. El margen financiero ajustado incluye, además de los ingresos por crédi­ to, los correspondientes a disponibilidades, la cartera de valores y deriva­ dos. En 2007 cada uno de los dos componentes representaba la mitad; diez años después los ingresos por crédito significan dos terceras partes; es decir, el negocio del crédito ha ido paulatinamente ganando participación hasta convertirse en la fuente principal de ingresos bancarios. Lo anterior está relacionado con varios hechos. En principio, la cartera de crédito se expandió continuamente, como ya se vio, desde 2004 (gráfica 2); además, la tenencia de valores gubernamentales se estancó; las tasas de interés de esos valores, después de ser relativamente altas, un poco después del estallido de la crisis mundial se redujeron ostensiblemente; en cambio, las tasas de crédito casi no disminuyeron, pero las pasivas bancarias sí. En efecto, en la gráfica 6 se puede ver que a partir de 2009 la tasa activa implícita20 de la banca se reduce alrededor de tres puntos porcentuales, para mantenerse en torno a 12%; en cambio la pasiva tiene una tendencia des­ cendente en todo el periodo, lo que ha llevado a que la diferencia entre am­ 20 Las tasas activa y pasiva son las implícitas; esto es, la activa está calculada con los ingresos por intereses generados por la cartera de crédito sobre la propia cartera de crédito; en tanto que la pasiva considera los gastos por intereses de la captación de exigibilidad inmediata y a plazo, dividida entre esta captación. Es conveniente aclarar que la captación de exigibilidad inmedia­ ta más la de plazo ha sido más que suficiente para fondear la cartera de crédito total de la banca comercial en México.


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GABRIEL GÓMEZ OCHOA

GRÁFICA 6

TASAS BANCARIAS E INFLACIÓN (%) 16.0 12.0 8.0 4.0

Tasa pasiva

Tasa activa

Margen

2017

2016

2015

2014

2013

2012

2011

2010

2009

2008

2007

2006

2005

2004

0.0

Inflación

FUENTE: elaborado con datos de CNVB e INEGI.

bas —el margen de intermediación— se mantenga relativamente estable desde 2006. Debe anotarse que la tasa de captación de recursos de la banca en conjunto es claramente inferior al aumento anual de precios. La estabilidad del margen de intermediación la mantiene el grupo de grandes bancos debido a su peso en el total, la amplitud de operaciones y a su madurez como negocio. Sin embargo, la situación de los bancos espe­ cializados en créditos al consumo difiere sustancialmente: a partir de 2004 la diferencia de su tasa activa respecto de la pasiva llegó a 40 puntos por­ centuales, alcanzó su máximo en 2012 (56 puntos) y progresivamente des­cendió de nuevo a los 40 puntos en 2017; por supuesto, el inicio de la tendencia descendente no es posible atribuirla a la reforma financiera, pues comenzó dos años antes de la promulgación. Ese elevado nivel de margen de intermediación apunta a que se debe regular por segmentos y tipos de ban­cos. Los bancos pequeños, dominantes en el crédito al consumo (Azteca, Coppel, Compartamos), aprovechan un segmento del mercado con escasa oferta para cobrar unas tasas que se asemejan al agio. En contraste, los bancos que se especializan en financiamiento a empre­ sas tienen un margen reducido (5.5 puntos porcentuales en promedio esta­ble desde 2006), en particular por su costo de captación que es relativamente alto. El crédito a empresas por parte de bancos chicos especializados no parece ser tan rentable, lo que contrasta con las necesidades de financia­ miento del sector; por ello, las medidas regulatorias deben ser por tipo de negocio.


REGULACIÓN, REFORMA FINANCIERA Y BANCA MÚLTIPLE

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CUADRO 3

BANCA MÚLTIPLE. ACTIVOS Y SUS INGRESOS (PORCENTAJE DEL TOTAL) 2016

G7

Comerciales

Activos

Ingresos

Activos

Ingresos

Disponibilidades, valores y derivados

40.5

27.4

42.8

34.5

Cartera de crédito neta

50.4

72.6

50.5

65.5

2016

Consumo

Inversión

Activos

Ingresos

Activos

Ingresos

Disponibilidades, valores y derivados

37.5

9.1

75.8

97.3

Cartera de crédito neta

48.9

90

7.2

2.7

FUENTE: elaborado con datos de CNBV.

En el cuadro 3 se puede apreciar lo anterior: el grupo de bancos grandes tiene 50% de sus activos en crédito, que le generan 73% de los sus ingresos por intereses; mientras el 40% que destina a títulos (valores, derivados y dis­ ponibilidades) le producen 27% de ingresos. Esta estructura contrasta con la de bancos de consumo, que tiene un poco menos de activos crediticios (49%), pero generan el 90% de sus ingresos, gracias a las enormes tasas activas que cobran en su poco competido segmento. Los bancos que se especializan en crédito a empresas también tienen la mitad de sus activos en crédito, pero sólo perciben por ello 66% de sus ingresos, por lo que deben compensar sus utilidades mediante inversiones y operaciones en valores rentables. En general, la creciente rentabilidad del capital de la banca privada (ROE) que había tenido la banca desde el inicio del siglo, llegó a un má­ ximo muy alto en 2006 (24.3%), los dos años siguientes se desplomó hasta llegar a 13% en 2008 y de ahí en adelante se ha mantenido prácticamente estable hasta junio de 2017 (13.3%). Por tipo de bancos, sin embargo, hay diferencias interesantes, como se ve en la gráfica 7. Como ya se mencionó, los bancos especializados en créditos al consumo aprovechan su nicho de mercado para convertirse en los más rentables des­ de 2010. Por otra parte, la rentabilidad de los denominados bancos de inver­ sión tiene una tendencia decreciente continua durante todo el periodo, con un


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GABRIEL GÓMEZ OCHOA

GRÁFICA 7

BANCA MÚLTIPLE: RENDIMIENTO DEL CAPITAL (ROE) POR GRUPO DE BANCOS (%) 24.0 20.0 16.0 12.0 8.0 4.0 0.0

2009

2010

2011

2012

2013

2014

2015

2016

2017

Grandes Comerciales Consumo Inversión FUENTE: elaborado con datos de CNVB.

ligero repunte para junio de 2017, lo cual es indicativo que el nego­cio con valores, por las tasas relativamente bajas, no está en buen momento. Es interesante señalar que el ROE de los llamados bancos comerciales ha ido creciendo muy lentamente, y para 2015 ya igualó al de los bancos grandes, que se ha mantenido prácticamente estancado desde 2009. Esta situación se debe, por una parte, a que la expansión del crédito de los comerciales —desde 2009— ha sido proporcionalmente mayor la de los grandes ban­ cos, que además han tenido que crear grandes cantidades de reservas pre­ ventivas por riesgo de crédito (alrededor de 30% de los ingresos producidos por la cartera vigente), el doble que los comerciales. Estos últimos, por otra parte, han manejado con eficiencia su portafolios de activos sujetos a cambios en su valor, así como la compraventa de títu­ los, ya que los resultados por intermediación (ver nota 19) les han aporta­ do aproximadamente una cuarta parte de sus ingresos totales de operación (en comparación con 6% a los grandes). En resumen, la banca múltiple residente en el país sigue siendo rentable, pero no tanto como llegó a serlo entre 2005 y 2007. La rentabilidad de los bancos grandes, a pesar de que acaparan 80% de las utilidades, se ha estanca­ do; mientras que los orientados a financiar el consumo han aprovechado muy bien un pequeño segmento del mercado poco competido y son, por mucho, los más rentables. En cuanto a los bancos que se especializan en créditos comerciales21 para la actividad productiva, el grupo ha logrado aumentar pau­ Denominados “bancos comerciales” solamente para distinguirlos por su principal negocio, ya que la banca múltiple es de hecho, banca comercial. 21


REGULACIÓN, REFORMA FINANCIERA Y BANCA MÚLTIPLE

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latinamente su eficiencia y rentabilidad hasta alcanzar cifras similares a las de los bancos grandes, al parecer debido a un buen manejo de su intermedia­ ción.22 SEGURIDAD Y SOLVENCIA En relación con la salud financiera del sector bancario, tampoco se puede hablar de que haya habido una reforma; la inclusión en la LIC de los reque­ rimientos de capital y el manejo de intermediarios por el IPAB sólo fue un paso más en la misma dirección. La prioridad, desde el rescate del sector debido a su crisis de 1995, ha sido que ésta no se repita, y eso se ha logrado; incluso la crisis mundial nunca puso en peligro al sistema bancario; por el contrario, las filiales residentes en el país han ayudado a sus matrices, las cuales sí tuvieron problemas graves que no han logrado solventar del todo. En este sentido, el capital de la banca privada es mayor que lo requerido por la ley, aun bajo los más recientes acuerdos de Basilea III, que son más rigurosos. Además, el volumen de reservas para riesgos crediticios también es suficientemente alto. El índice de capitalización del conjunto de la banca múltiple es casi el doble de lo requerido por la LIC; de hecho, con la aplicación de Basilea III, dicho índice bajó un poco en 2015 y 2016, pero ya recuperó el nivel de los últimos 10 años. Más todavía, la parte más sólida del capital neto, el capital fundamental, por sí solo, cubre más de los requerimientos legales totales.23 El riesgo de la cartera de crédito, la denominada pérdida esperada, se cu­bre mediante la constitución de reservas preventivas de acuerdo con la cali­ ficación del crédito. Las normas de calificación se han ido haciendo más rigurosas, en la medida que aumentaba la probabilidad de no pago, espe­ cialmente de crédito al consumo, a la vivienda y a los estados y municipios. Es por ello que el índice de cobertura (reservas preventivas respecto de carte­ ra vencida) disminuyó en 2013-2015, pero para junio de 2017 dichas reser­ vas exceden en 60% a los créditos vencidos. Una forma de aproximarse a la eficiencia de la banca es mediante el margen de interme­ diación (Ho y Saunders, 1981; Carbó y Rodríguez, 2007); esto es, los ingresos con un margen bajo se deben al volumen de intermediación de recursos más que a sus precios. En este sentido, el margen de intermediación de los bancos comerciales es el menor de todo el sistema. 23 Para el cálculo del índice de capitalización se toma el capital neto, que se desagrega a su vez en capital básico + capital complementario. Con Basilea III el capital básico, que supone mayor calidad, se dividió en fundamental + no fundamental; el primero es el más sólido. Este capital fundamental debe ser cuando menos de 7% de los activos ponderados por riesgo (de crédito, mercado y operativo). En junio de 2017, el llamado Índice de capital fundamental es su­ perior a 13 por ciento. 22


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GABRIEL GÓMEZ OCHOA

GRÁFICA 8

BANCA MÚLTIPLE : ÍNDICES DE CAPITAL Y COBERTURA (%) 18

220 15.4

16

180

14

160

12

160 140

10 8

200

120

2008

2009

2010

2011

2012

Cobertura (der.)

2013

2014

2015

2016

2017

100

Capitalización (izq.)

FUENTE: elaborado con datos de CNVB.

En cuanto a solidez financiera, parece no haber duda de que el conjunto de bancos en el país no tiene problema, inclusive tiene recursos propios para expandir su actividad sustancialmente y cumplir de mejor manera con la intermediación de recursos. CONCLUSIONES Desde hace muchos años, inclusive en el discurso oficial, se reconoce que la banca múltiple no ha cumplido con su objeto social, con la cantidad y calidad de servicios bancarios financieros que la sociedad requiere. No obstante, en los planes y programas de desarrollo, así como en la reciente reforma, sólo se plantea perfeccionar los derechos de propiedad, impulsar la competencia y mantener la estabilidad del sector y la macroeconómica, que en realidad es sólo monetaria y financiera. Esto parte del supuesto equivocado —claramente después de tanto tiem­ po— de que el sector bancario, su estructura y operación son, en general, adecuados, pero que su correcto funcionamiento es obstaculizado por un contexto poco apropiado para su operación. En realidad, se requieren medi­ das más rigurosas que las aplicadas hasta ahora, incluida la insípida refor­ ma financiera. Los programas no han tenido éxito porque el sistema bancario, al igual que la economía, ha tenido constantes y abruptos choques y cambios ins­ titucionales, lo cual impide la consolidación del sector. Asimismo, la debi­


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lidad con la que el gobierno tuvo enfrentar el rescate y la reestructuración de la banca después de la crisis de 1994, permitieron que éste fuera enca­ bezado por poderosos bancos internacionales que, aprovechando dicha debilidad, han tomado una posición en la que tienen alta rentabilidad sin aportar lo que la actividad económica requiere. La estructura bancaria, producto de la inestabilidad institucional, la tibia regulación, la debilidad gubernamental y la llegada de grandes bancos trans­nacionales, en realidad es poco adecuada para las necesidades de la sociedad mexicana, ya que está muy concentrada en los diferentes seg­ mentos del negocio, no sólo en pocos bancos sino, lo que es peor, en pocos acre­ditados; es rentable, segura, poco eficiente y demasiado pequeña para la di­mensión de la economía nacional. La regulación bancaria se propuso alcanzar y fortalecer la solvencia de los bancos privados, aspecto en el cual se ha tenido éxito más allá de lo necesario, pues ha redundado en un escaso volumen crediticio y, por lo tan­ to, escasa aportación al desarrollo. La reforma financiera abona en el mismo sentido. Después de poco más de dos años, es difícil hacer una evaluación de la re­ ciente reforma financiera que si se dice estructural, deberá tener resultados en un plazo mayor. Empero, en la medida en que sus acciones caminan por sendas ya andadas, es probable que su impacto no sea el esperado, al menos por la mayor parte de la población. Para comenzar a recibir los beneficios de una banca que tanto ha costado rescatarla (y mantenerla financieramente sana), se requiere de medidas menos tímidas, que pueden basarse en lo que ya dice la legislación actual; esto es, no se requiere mayores reformas, por lo menos de las leyes primarias. En este sentido, convendría aplicar con mayor rigor los artículos 4º, 53º, 276º y 277º de la LIC, así como las atribuciones que tiene el banco central respecto de tasas de interés y cobro de comisiones. Con esos instrumentos ju­ rídicos es posible ejercer mayor presión para que, en verdad, se expandan los servicios bancarios con calidad, oportunidad y a precios accesibles. Es po­sible pensar, por ejemplo, en bancos públicos o incluso mixtos, con propósitos explícitos de desarrollo, que hagan también banca comercial, que comple­ menten el mercado en los diversos nichos que ahora carecen de competencia. BIBLIOGRAFÍA Allen, L. (1988), “The Determinants of Bank Interest Margins: A Note”, en Journal of Financial and Quantitative Analysis, vol. 23, núm. 2, pp. 231235.


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GABRIEL GÓMEZ OCHOA

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REGULACIÓN, REFORMA FINANCIERA Y BANCA MÚLTIPLE

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(ed.), Sistema Financiero para el desarrollo, vol. 6, México, Consejo Na­ cional de Universitarios/UNAM/UAM/IPN/Juan Pablos/Universidad de Guadalajara/Universidad Autónoma de Nayarit/Universidad Autónoma de Zacatecas/El Colegio de Coahuila (Col. Análisis Estratégico para el De­ sarrollo). Hernández, F. y A. Villagómez (2012), El enigmático sistema bancario mexi­ cano contemporáneo, México, Centro de Estudios Espinosa Yglesias. Ho, T. y A. Saunders (1981), “The Determinants of Bank Interest Margins: Theory and Empirical Evidence”, en The Journal of Financial and Quanti­ tative Analysis, vol. 16, núm. 4, pp. 581-600. Jarmuzek, M. y Rossen Rozenov (2017), “Excessive Private Sector Leverage and Its Drivers: Evidence from Advanced Economies”, en Working Pa­ pers, vol. 17, núm. 72, FMI. Ley de Instituciones de Crédito, disponible en <http://www.diputados.gob. mx/LeyesBiblio/pdf/43.pdf>. Ley de Protección y Defensa al Usuario de Servicios Financieros, disponible en <http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/ref/lpdusf.htm>. Ley de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, CNBV, disponible en <http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/46.pdf>. Ley para Regular las Agrupaciones Financieras, disponible en <http://www. diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/LRAF.pdf>. Presidencia de la República (2017), Quinto informe de Gobierno, disponible en <http://www.presidencia.gob.mx/quintoinforme/>. Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) (2014), “Lineamientos para la evaluación de desempeño de las instituciones de banca múltiple”, en DOF, 31 de diciembre.



POLÍTICA BANCARIA Y CREDITICIA PARA EL CRECIMIENTO GUADALUPE MÁNTEY BASTÓN* PLINIO HERNÁNDEZ BARRIGA**

INTRODUCCIÓN En los últimos 40 años el crédito a la producción de la banca comercial en México ha mostrado una tendencia a la baja, este fenómeno puede explicar­ se —aunque no de forma exclusiva— por fallas institucionales que limitan el arbitraje de tasas de interés y desalientan el desarrollo del mercado de capitales, favoreciendo la concentración del sector bancario. Dada la im­ portancia que reviste el crédito a la producción en el impulso del crecimiento y desarrollo económicos del país, se proponen una serie de políticas banca­ rias y crediticias que buscan favorecerlo por medio de una intermediación financiera más eficiente y el desarrollo del mercado de capitales. El trabajo consta de cuatro apartados. En el primero se expone el desem­ peño del crédito bancario en México de 1980 a 2017, caracterizado por una contracción permanente respecto al PIB, observándose una pérdida de la participación relativa de los préstamos a la producción. En el segundo apa­r­tado se analiza la presencia de condiciones oligopólicas de la banca comercial que se manifiestan en un margen financiero creciente, promovido tanto por factores naturales como por fallas institucionales. En el tercer apartado se estudian los efectos del oligopolio y las barreras institucionales sobre la banca comercial, que ha dejado de lado la intermediación financiera a favor de la comercialización de valores gubernamentales y la partici­pación en el mercado de derivados. En el cuarto apartado se destaca la importancia del cré­ dito a la producción para favorecer el desarrollo económi­co del país y su in­ serción exitosa a la economía global, así como la nece­si­­dad de la intervención del Estado para su promoción. Finalmente se proponen algunas medidas de * Profesora-investigadora de la UNAM. ** Profesor-investigador de la UMSNH. [67]


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GUADALUPE MÁNTEY BASTÓN, PLINIO HERNÁNDEZ BARRIGA

política monetaria y crediticia para corregir las fallas del mercado bancario y promover una estructura financiera funcional al desarrollo económico.

EL DESEMPEÑO DEL CRÉDITO BANCARIO EN MÉXICO Existe una fuerte vinculación entre el crecimiento económico de un país y el crédito dirigido a su sector productivo. La existencia de un sector ban­ cario dinámico, que responda a las necesidades financieras de los distintos sectores económicos, es determinante en la capacidad de expansión productiva de los países. En el actual proceso de globalización económica, el desa­ rrollo de nuevas industrias con alto potencial de crecimiento requiere de programas de financiamiento encaminados a fomentar un elevado dina­ mismo económico que permita la consecución de competitividades locales, regionales y mundiales. Además, es necesaria la existencia de un sector bancario dinámico capaz de adaptarse a los cambios que requiere la evalua­ ción y financiación de proyectos productivos que elaboren bienes y servicios con un alto grado de innovación, basados en nuevos desarrollos tecnoló­ gicos y científicos, así como con una alta proporción de acervos intangibles, principalmente basados en conocimiento. Por medio del crédito puede superarse la restricción del ahorro para el financiamiento de nuevos proyectos de inversión, promoviendo así la ex­ pansión de la demanda agregada, la producción y el empleo. Además, la expansión de la inversión, vía el crédito a la producción, tiene la capacidad de reproducir efectos multiplicadores en el empleo, fortaleciendo el creci­ miento económico a partir de la generación de un círculo virtuoso entre la demanda y el ingreso. Sin embargo, si bien el efecto multiplicador del crédito a la producción es positivo, puede verse reducido por la presencia de filtraciones en la de­ manda agregada como, por ejemplo, aquellas que se presentan cuando los nuevos procesos productivos requieren mayores importaciones de insumos o de bienes de capital. No obstante, esta situación tendería a reducirse si a partir de la aplicación de la propia política crediticia, dirigida a industrias y sectores económicos claves, se lograra reducir la dependencia del exterior. Por su parte, el crédito al consumo suele tener efectos adversos sobre el multiplicador económico por dos vías: la primera, en tanto una proporción significativa del consumo tiende a dirigirse a la adquisición de bienes impor­ tados; la segunda, cuando el aumento del consumo presente, vía crédito, se hace a expensas del consumo futuro, por el pago de tasas de interés, situa­ ción que se acentúa cuando la economía tiene un bajo o nulo crecimiento.


POLÍTICA BANCARIA Y CREDITICIA PARA EL CRECIMIENTO

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En la gráfica 1 se observa el comportamiento del crédito bancario en México de 1980 a 2017, que ha sido otorgado por la banca comercial y la de desarrollo como proporción del PIB. A lo largo del periodo se observan tres momentos: en el primero, el crédito muestra una tendencia creciente, pasado de un 23% en 1980 hasta un 49% en 1995; en el segundo, a partir de la crisis económica de 1995 el crédito cae de manera abrupta y se mantiene por debajo del 20% desde el año 2000 hasta el 2006; en el tercero, a partir del año 2007, el crédito muestra una ligera tendencia al alza situándose en el 2017 alrededor de 25%, apenas dos puntos porcentuales por arriba del dato inicial de 1980. En otras palabras, el comportamiento del crédito ban­ cario en México, entre 1980 y 2017 se muestra estancado. GRÁFICA 1

CRÉDITO BANCARIO Y ACTIVOS TOTALES DE LA BANCA COMO PROPORCIÓN DEL PIB EN MÉXICO, 1980-2017 180.00% 160.00% 140.00% 120.00% 100.00% 80.00% 60.00% 40.00%

0.00%

1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017

20.00%

Crédito/PIB Activos/PIB FUENTE: elaboración propia con base en INEGI, Banco de Información Económica, disponible en <http://www.inegi.org.mx/sistemas/bie/>, consultado el 8 de octubre de 2017.

No obstante, los activos totales de la banca presentan un comportamiento mucho más dinámico. Entre 1980 y 1994 los activos totales crecieron casi de forma paralela al crédito, pasando de un 36% hasta un 55%; sin embargo, a partir de 1995 la brecha entre ambos indicadores ha venido ensanchán­ dose. Si bien los activos de la banca llegaron a sufrir un desplome luego de la crisis de 1995, mostraron una dinámica muy diferente a la del crédito, avan­ zando de forma dramática hasta el 2008, en el que la cifra alcanzó los 158


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GUADALUPE MÁNTEY BASTÓN, PLINIO HERNÁNDEZ BARRIGA

puntos porcentuales para caer nuevamente, producto de la crisis de 20082009, situándose alrededor del 100% para fines del periodo de estudio, 64 puntos porcentuales por arriba del dato de 1980. En la gráfica 2 se presenta la estructura de la cartera de crédito de la banca comercial en México entre 1995 y 2017 como proporción del PIB. Puede observarse la importancia relativa de los créditos que otorga la banca comercial según la actividad de los prestatarios. Es claramente visible la caída, tanto absoluta como relativa, que han tenido los préstamos canali­ zados a la producción. De representar aproximadamente el 23% del PIB en 1995, llegaron a tan sólo el 4% en el 2006, recuperándose marginalmente en los últimos años para situarse en un exiguo 9%. No obstante, el crédito al consumo muestra una clara tendencia al alza, mientras que el crédito hipo­ tecario no se ha recuperado, manteniéndose prácticamente estancado des­ de el 2010. GRÁFICA 2

CARTERA DE CRÉDITO DE LA BANCA COMERCIAL EN MÉXICO, 1995-2017 (PROPORCIÓN DEL PIB) 25.00% 20.00% 15.00% 10.00%

0.00%

1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017

5.00%

Producción Hipotecario Consumo FUENTE: elaboración propia con base en INEGI, Banco de Información Económica, disponible en <http://www.inegi.org.mx/sistemas/bie/>, consultado el 8 de octubre de 2017.

La contracción del crédito a la producción depende en gran medida de la alta sensibilidad de la demanda de crédito a las elevadas tasas de interés que cobra la banca comercial por la intermediación financiera, mientras que el mantenimiento, y aún crecimiento del crédito hipotecario y al consumo, se explica por la independencia de éstos a los costos financieros (Mántey, 2007).


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En México, apenas una cuarta parte de las empresas recibe crédito de las instituciones bancarias. Esto ha propiciado la utilización de fuentes alternas de financiamiento del aparato productivo, de forma que aproximadamente dos tercios del crédito al sector privado proviene de fuentes alternativas a la banca tradicional, principalmente a través del crédito de proveedores, cré­ dito externo y el crédito comercial. En resumen, la estructura del crédito de la banca comercial en México tiende a reproducir efectos negativos en la economía, toda vez que la carte­ ra más dinámica de la banca —aquella destinada a financiar el consumo y la compra de viviendas— tiene impactos negativos en la demanda agregada a mediano y largo plazos, mientras que en el corto plazo suele incentivar la adquisición de bienes de consumo importados, con lo cual se eleva el dé­ ficit comercial, mientras disminuye el efecto multiplicador del crédito. Lo anterior tiende a incidir negativamente en la estabilidad del tipo de cambio, la inflación y el empleo. Estos resultados cuestionan la viabilidad de las políticas crediticia y bancaria que se han implementado en las últimas tres décadas, si lo que se desea es promover el crecimiento y la estabilidad econó­ mica del país. LA CONCENTRACIÓN DE LA BANCA COMERCIAL La pobre dinámica de la banca comercial en el otorgamiento de crédito a la producción puede explicarse, entre otras causas, por el elevado nivel de concentración que presenta este sector, mismo que se refleja en los elevados niveles de margen financiero que mantiene. La banca comercial trabaja como un oligopsonio, unos cuantos compradores, en la captación de fondos y como oligopolio, unos cuantos vendedores, en el ofrecimiento de créditos, lo que le permite reducir la tasa de interés sobre los depósitos y elevar la tasa sobre los préstamos. La gráfica 3 presenta los diferenciales relativos de las tasas de interés so- bre préstamos, depósitos y Cetes a 28 días. El comportamiento del margen, entre la tasa de préstamos y la tasa de depósitos, muestra niveles muy por arriba de lo que podría esperarse de un mercado bancario competitivo, con muchos compradores y vendedores. El margen financiero comenzó su es­ calada a partir de la liberalización de las tasas de interés en el año de 1988, mientras que el proceso de reprivatización y extranjerización de la banca comercial sólo vino a acentuar esa tendencia. Como puede observarse, en los últimos diez años se han visto márgenes financieros que han superado los 500 puntos porcentuales.


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GRÁFICA 3

580% 540% 500% 460% 420% 380% 340% 300% 260% 220% 180% 140% 100% 60% 20% -20%

1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016

DIFERENCIALES DE LAS TASAS DE INTERÉS EN MÉXICO 1980-2016

Tasa de Cetes/Depósitos Tasa de Préstamos/Depósitos

Tasa de Préstamos/Cetes

FUENTE: elaboración propia con base en INEGI, Banco de Información Económica, disponible en <http://www.inegi.org.mx/sistemas/bie/>, y FMI, International Financial Statistics, disponible en <http://data.imf.org/>, consultados el 8 de octubre de 2017.

En la gráfica puede advertirse que la relación entre la tasa de interés ac­ tiva y la tasa de Cetes se ha mantenido aproximadamente estable, mientras que éstas en relación con la tasa de depósitos han aumentado significativa­ mente. Lo anterior es un indicativo de que el elevado margen financiero que se observa puede explicarse más por la caída de las tasas sobre depósi­ tos que por aumentos en las tasas sobre los préstamos. La desregulación y apertura financiera que ha seguido el país en los úl­ timos 30 años ha disminuido el poder de mercado de los bancos locales en cuanto la fijación de las tasas de interés activas. Esto contrasta con la teoría de un margen financiero determinado por la tasa de interés activa, dadas las condiciones del mercado (como postulan Gabis, 1982; Cukierman y Herco­ witz, 1989; Ghigliazza, 1994; Wong, 1997), que no es aplicable al caso me­ xicano. En México, las tasas de interés internacionales, ajustadas por el riesgo cambiario, representan una verdadera restricción a la determinación de las tasas de interés activas de la banca comercial, por lo que no son éstas las que determinan el margen financiero, sino las tasas de interés sobre los depósitos (Mántey, 2007).


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Lo anterior se sostiene al reconocer que la incorporación de innovacio­ nes en los sistemas de pagos —en las que se requiere de disponer de una cuenta bancaria— ha provocado una demanda de depósitos inelástica a la tasa de interés, lo que eleva el poder de mercado de la banca comercial (oli­ gopso­nio), que se manifiesta en la disminución de la tasa de interés sobre depósi­tos, además del cobro de elevadas comisiones por los servicios que pres­ta (Palley, 2002; Levy y Mántey, 2004). El oligopsonio que mantiene la banca comercial en México en el merca­ do de depósitos, manifiesto en el margen financiero descrito, se encuentra reforzado por una regulación bancaria que impide el arbitraje de las tasas de interés del mercado monetario. En México, los grupos financieros privados tienen el privilegio del co­ mercio secundario de valores gubernamentales, situación que sobrevive desde 1980, lo que ha permitido a los bancos pagar tasas de depósito infe­ riores al rendimiento del activo sin riesgo. Esta barrera institucional impi­ de el arbitraje de tasas de interés de instrumentos de ahorro de corto plazo y permite a los grupos bancarios obtener un margen financiero libre de riesgos en la intermediación de valores, lo que constituye una renta mono­ pólica (Mántey, 2007). GRÁFICA 4

COMPOSICIÓN DEL ACTIVO BANCARIO EN MÉXICO, 1997-2017 (MILES DE MILLONES DE PESOS A PRECIOS DE 2010) 18 000.0 16 000.0 14 000.0 12 000.0 10 000.0 8 000.0 6 000.0 4 000.0

2017

2016

2015

2014

2013

2012

2011

2010

2009

2008

2007

2006

2005

2004

2003

2002

2001

2000

1999

1998

0

1997

2 000.0

Crédito Valores Reportos Sintéticos FUENTE: elaboración propia con base en INEGI, Banco de Información Económica, disponible en <http://www.inegi.org.mx/sistemas/bie/>, consultado el 8 de octubre de 2017.


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Lo anterior desestimula a la banca comercial para competir por recursos en el mercado organizado de capitales a fin de realizar la transformación de plazos necesaria para fondear la inversión productiva, reduciendo la oferta de títulos privados de alta calidad crediticia, y elevando la demanda de los valores que emite el gobierno federal y otros que cuentan con su garantía, lo que obliga a la autoridad a colocar montos adicionales de deuda pública para evitar la caída de las tasas de interés internas, provocando un sobreen­ deudamiento público con fines de regulación monetaria (Mántey, 2007). LAS NUEVAS ACTIVIDADES DE LA BACA COMERCIAL Después de la crisis de 1995, los bancos comerciales llegaron a tomar me­ didas para restablecer su rentabilidad y disminuir su exposición a riesgos. Sin embargo, estas acciones no los han disuadido de invertir grandes canti­ dades de recursos en productos financieros sintéticos, al grado de que en su cartera de activos se encuentra dominada por este tipo de inversiones, aún después de la crisis financiera de 2008-2009, en que el valor de tales ac­ tivos se desplomó de forma abrupta. Además de este tipo de inversiones, de tipo especulativas, los bancos comerciales han venido inclinándose de manera creciente hacia la venta de instrumentos de cobertura para la administración de riesgos y la interme­ diación de valores gubernamentales, lo que ha redundado en un descuido en la asignación de recursos para el financiamiento de la actividad pro­ ductiva. En la gráfica 4 se aprecia la importancia relativa que guarda la cartera de crédito de los bancos comerciales con respecto de otros activos como la inversión en valores, instrumentos sintéticos y reportos. Como puede obser­ varse, la cartera de crédito ha pasado a jugar un papel secundario mientras que la inversión en valores e instrumentos sintéticos ha crecido significa­ tivamente. Los bancos comerciales han privilegiado las operaciones con instrumen­ tos derivados porque les ofrecen ventajas de altos rendimientos, operaciones sin riesgo de crédito, además de un mercado autorregulado que los protege de posibles medidas de política monetaria adversas y que, además, no requie­ ren de la constitución de reservas. En el comercio de derivados los bancos van más allá de simplemente vincular las partes compradora y vendedora, además de cobrar comisiones. La rentabilidad de los bancos comerciales en las operaciones con derivados se ha incrementado debido a dos factores. Por una parte, el bajo rendi­ miento que los bancos ofrecen sobre los depósitos que reciben de las partes


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contratantes; por otro, la cuantiosa deuda del IPAB que poseen, y que utili­ za la tasa interbancaria de equilibrio TIIE como tasa de referencia, lo que los protege en caso de que asuman posiciones de riesgo por cuenta propia (Mán­ tey, 2007). En el Mercado Mexicano de Derivados (Mexder), el instrumento más ne­ gociado es el contrato de depósito virtual a tasa TIIE, cuyo depósito es de 100 mil pesos, de los cuales las partes han de depositar un margen de 10% sobre el valor del contrato, como garantía en la cámara de compensación. La banca que actúa como socio liquidador se compromete a pagar un rendi­ miento sobre el margen de 4%, pero está en libertad de invertirlo en valores gubernamentales que devengan un rendimiento superior, dando lugar a una renta monopólica, pues sus clientes no tienen la misma oportunidad. En cuanto a la inversión en reportos, puede observarse que su participa­ ción relativa ha venido creciendo (pese a que solamente las instituciones más grandes, que participan en el mercado de derivados, pueden invertir en ellos). En este tipo de activos el banco comercial comparte con su clien­ te el rendimiento que paga el gobierno por sus títulos de deuda, y obtiene a cambio un ingreso por comisión. Si no hubiera barreras institucionales en el mercado de valores guberna­ mentales y las empresas pudieran comprar estos títulos a través de un in­ termediario no integrado a los grupos bancarios privados, la diferencia entre el rendimiento de esos valores y los depósitos bancarios sería insignificante por efecto del arbitraje (Mántey, 2007). En resumen, la banca comercial en México no ha apoyado el crecimien­ to económico del país en virtud de su poder oligopólico y oligopsónico, promovido por arreglos institucionales vigentes que le permite obtener rentas monopólicas por la venta de instrumentos de cobertura para la ad­ ministración de riesgos y la intermediación de valores gubernamentales, así como por la ampliación del margen financiero, dada la insensibilidad a las tasas de interés pasivas de la demanda de depósitos bancarios y a las tasas de interés activas del crédito al consumo e hipotecario. En virtud de lo an­ terior, la banca comercial no cuenta con un incentivo económico que pro­ mueva la colocación de sus activos en crédito a la producción, de forma que no cumple con el objetivo de intermediación financiera que favorezca el crecimiento y desarrollo económico del país. EL PAPEL DEL CRÉDITO EN EL CRECIMIENTO ECONÓMICO ACTUAL El crecimiento económico de un país depende, en gran medida, de la dispo­ nibilidad de crédito dirigido a la producción, por lo que no es viable espe­


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rar que las fuerzas del mercado y los bancos comerciales privados sean las que dirijan su desempeño. Los resultados de tal propuesta se han descrito más arriba. Si se busca el desarrollo económico del país debe aplicarse una política crediticia activa con tal objetivo, tomando en cuenta las particulari­ dades de la evolución productiva e industrial actuales, dominadas por el proceso de globalización económica. El nuevo modelo económico mundial se distingue por promover una nueva división internacional del trabajo que reasigna procesos productivos entre países y fomenta la consolidación de cadenas productivas a escala mundial, entendidas como un amplio rango de actividades involucradas en el diseño, producción y comercialización de un bien o servicio (Gereffi, 2001). La globalización económica también se caracteriza por la propagación de un nuevo modelo de producción basado en el conocimiento y aprendi­ zaje, en donde las tecnologías de la información y comunicación buscan y promueven organizaciones flexibles y en redes. En este nuevo modelo pro­ ductivo la innovación, en procesos y productos, es uno de los elementos de mayor importancia para la competitividad de las empresas, industrias y países. En general, en el paradigma económico mundial actual, el conocimiento es más importante que la disponibilidad de capital. Sin embargo, en los paí­ ses emergentes como lo es México, la falta de crédito representa un verdade­ro obstáculo para la industrialización, pues además de contar con mercados financieros poco desarrollados, la financiación de empresas, industrias y sec­tores que basan su expansión en el conocimiento y la innovación es más difícil de obtener (Stiglitz, 2002). El problema del crédito en economías emergentes, sin experiencia en la financiación de empresas innovadoras y basadas en conocimiento, no se restringe a la imperfección de la distribución de la información entre presta­ mistas y prestatarios, sino a la incertidumbre sobre el éxito de introducir un nuevo patrón productivo o la búsqueda de nuevos mercados y, de mane­ ra particular, a la falta de garantías materiales. El conocimiento es un acti­ vo característicamente intangible, mientras que para los sistemas bancarios tradicionales la disponibilidad de activos físicos como garantías tiene un peso significativo (Studart, 2005). En economías industrializadas —con experiencia en el financiamiento de empresas innovadoras y basadas en conocimiento— se han desarrollado nuevos esquemas crediticios dirigidos a ese sector, englobados en el con­ cepto de capital de riesgo (Rivera, 2007; Gompers y Lerner, 2001). Sin embargo, en países con falta de experiencia en esos esquemas financieros como México, la expansión del capital de riesgo, por las instituciones privadas, es insuficiente para satisfacer la demanda de crédito por parte de estas em­ presas.


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El exiguo desempeño del capital de riesgo en México, en lo particular, es un fenómeno paralelo a la reducción del crédito a la producción, en lo ge­ neral. Dada la importancia que reviste este tipo de financiamiento a la producción para la inserción exitosa del país al sistema productivo global, y la desmotivación que la banca comercial ha mostrado para promover el crédito a la producción en los últimos años, se pone en evidencia la necesidad de una participación activa del Estado mexicano para su impulso. La promoción del crédito a la producción por parte del Estado puede realizarse por medio de apoyos de la banca de desarrollo y fideicomisos de fomento a empresas locales innovadoras y basadas en conocimiento. La participación del Estado puede disminuir la percepción del riesgo crediticio además de propiciar mayores flujos de información sobre la naturaleza de este tipo de empresas, de forma que la banca tradicional podría comenzar a involucrarse con su quehacer, elevando su conocimiento y reduciendo sus niveles de incertidumbre (Tiffin et al., 2000). Por medio de una política crediticia y bancaria dirigida por el Estado ha­cia la producción, es posible proporcionar los medios para impulsar industrias que incorporen el desarrollo de ciencia y tecnología ligada a los procesos productivos, como parte de su quehacer cotidiano. La política bancaria y credi­ticia debe fomentar la creación de parques industriales que integren empresas e instituciones locales relacionadas con la ciencia y la tecnología, induciendo la incubación y desarrollo de distritos industriales o conglome­ rados económicos (clústers). La gestión estatal en la expansión del crédito por medio de la banca de desarrollo como proveedora de capital de riesgo, y el fomento a la formación de conglomerados económicos, representa una vía de bajo costo para inducir la consolidación de estructuras productivas que al sustentarse en el cono­ cimiento y la innovación tendrán elevados niveles de competitividad para insertarse exitosamente en el proceso de globalización económica. Esta estrategia ha sido empleada con tales objetivos en países desarrollados, así como en casos de industrialización exitosa en el sudeste asiático (Chang y Grabel, 2004). La política crediticia y de promoción industrial debe apoyar el desarrollo de empresas nacionales, o han de promover que empresas internacionales trasladen sus laboratorios a los países productores por medio de garan­ tías de derechos de propiedad y políticas crediticias favorables. Además, se debe impulsar el desarrollo de empresa locales, pequeñas y medianas, como proveedoras de insumos para las empresas ejes, exportadoras (Amsden, 2004). Recapitulando, la complejidad de los nuevos esquemas productivos mundiales requiere que la política bancaria para el crecimiento con estabili­


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dad busque el impulso del desarrollo económico a través de una participa­ ción estatal activa, que promueva la expansión y canalización del crédito a los sectores clave de la economía, vía regulaciones, garantías gubernamen­ tales, por medio de la banca de desarrollo o, incluso, por empresas patro­ cinadas por el propio gobierno. La intervención estatal debe hacerse con la finalidad de reducir el riesgo intrínseco de las nuevas inversiones que influye en el costo financiero, in­ centivando el desarrollo de empresas capaces de generar encadenamientos productivos, tecnológicos y cognoscitivos, que constituyan sistemas loca­ les de innovación y sienten las bases de ulteriores desarrollos económicos. La promoción del crédito así aplicada tendrá la capacidad de mejorar el conocimiento de la banca tradicional respecto de este nuevo tipo de empre­ sas, de forma que se propicien mejores medios de evaluación sobre la viabi­ lidad financiera de sus proyectos de inversión. PROPUESTAS PARA REESTABLECER LA INTERMEDIACIÓN MONETARIA Y EL FINANCIAMIENTO DEL DESARROLLO CON ESTABILIDAD

En este trabajo se ha enfatizado la importancia del crédito, particularmente de aquél dirigido a la producción, en el impulso al crecimiento económico de los países, contrastándolo con la situación de la banca comercial en México, cuyo comportamiento y asignación de recursos poco apoya a la actividad industrial del país. La pobre asignación de créditos de la banca comercial se explica por su posición oligopólica y oligopsónica en el mercado de depósi­ tos, dentro de un marco regulatorio que escasamente motiva la expansión del crédito a la producción. El bajo desempeño de la banca comercial, en su papel de intermediación financiera, podría corregirse a partir de una política bancaria y crediticia al­ternativa a la actual, que induzca a las instituciones de crédito a asumir los riesgos intrínsecos de la intermediación monetaria, llevando a cabo la transformación de plazos que requiere el financiamiento de la inversión producti­ va del país para lograr mejores metas de crecimiento económico e inserción satisfactoria al actual paradigma económico mundial. En ese sentido, se proponen las siguientes medidas de política bancaria y crediticia. 1. Controlar el oligopsonio en el mercado de depósitos, eliminando las barreras institucionales que impiden la convergencia de las tasas de interés de corto plazo, restringiendo así las rentas monopólicas de las que goza la banca comercial, lo que eventualmente les incentivaría a buscar esquemas más rentables en la intermediación moneta­ria. Para ello se proponen las siguientes medidas:


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• Acreditar a la banca de desarrollo para operar como banca de pri­mer piso, autorizándola a participar en el mercado secundario de valores gubernamentales. • Reestablecer una tasa de interés mínima para los depósitos banca­ rios a menor plazo, como se hacía en México y se hace en Corea del Sur, aun cuando ha desregulado la mayoría de sus tasas de interés en el mercado local (Kang, 1995). 2. Canalización selectiva del crédito hacia empresas y sectores priorita­ rios, buscando inducir la intermediación monetaria de la banca co­ mercial hacia el crédito a la producción, particularmente dirigido a aquellos sectores cuyas valoraciones de riesgo son elevadas, con la posibilidad de que la experiencia en el financiamiento de este tipo de proyectos aliente un proceso de aprendizaje de las instituciones ban­ carias privadas. Para ese fin se proponen tres instrumentos: • La sustitución de las operaciones de mercado abierto como instru­ mento para el control de la liquidez, por requisitos de reserva dife­ renciados sobre los rubros del activo bancario. • La operación de una ventanilla de redescuento en el banco central, que provea los bancos con liquidez a bajo costo sobre los cré­ditos concedidos a actividades seleccionadas. • La revitalización de los fideicomisos de fomento en el banco central y en la banca de desarrollo para brindar asesoría y recursos finan­ cieros a las actividades estratégicas y prioritarias. 3. Fortalecer el mercado de capitales para promover vías alternas de fi­ nanciamiento al crédito bancario, reducir el endeudamiento público con fines de control monetario y disponer de una fuente alterna de recur­ sos públicos para el fomento de la infraestructura que requiere el pro­ ceso de crecimiento que se busca promover. Para ello se proponen las siguientes disposiciones: • Establecimiento de garantías gubernamentales sobre el rendimiento de títulos emitidos por empresas medianas y pequeñas, estratégicas o prioritarias, que permita estabilizar los precios de esos instrumen­ tos de ahorro sin incurrir en un costo fiscal en el mediano plazo. • Regular las inversiones de cartera de las Siefores, orientadas a for­ talecer el mercado de capitales interno y canalizar recursos finan­ cieros a actividades generadoras de empleo.


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4. Reducir el oligopolio bancario, tratando de incentivar una mayor com­ petencia entre las instituciones de crédito, para lograr una mejor asig­ nación de créditos a los sectores productivos en general. Con ese fin se proponen las siguientes medidas: • Revitalización de la banca de desarrollo como banca de primer piso, en el otorgamiento de créditos directos a empresas y sectores estraté­ gicos para el desarrollo de la economía. • Fraccionamiento de la banca múltiple, para contraer el tamaño relativo de los bancos comerciales, reduciendo así las motivaciones para llevar a cabo inversiones especulativas al amparo de sus propias dimensiones en la economía, siendo muy grandes para quebrar en caso de crisis financiera (Stiglitz, 2010), propiciando así un esquema de mayor competencia que redunde en una mejor intermediación monetaria, reasignando mayores recursos a proyectos productivos. BIBLIOGRAFÍA Amsden, A. (2004), “La sustitución de importaciones en las industrias de alta tecnología, Prebisch renace en Asia”, en Revista de la CEPAL, vol. 84. Chang, H. e I. Grabel (2004), Reclaiming Development, an Alternative Eco­ nomic Policy Manual, Zed Books. Cukierman A. y Z. Hercowitz (1989), Oligopolistic Financial Intermediation, Inflation and the Interest Rate Spread, Foeder Institute for Economic Re­ search, Tel-Aviv University, Working Paper núm. 17-89, mayo. Galbis, V. (1981), Aspectos teóricos de las políticas de tasas de interés en paí­ ses en desarrollo, Mexico, CEMLA Ensayos. Gereffi, G. (2001), “Las cadenas productivas como marco analítico para la globalización”, en Problemas del Desarrollo, vol. 32, núm. 125. Ghigliazza, S. (1994), “El margen financiero”, en Boletín del CEMLA, vol. 40, núm. 3, mayo-junio. Gompers, P. y J. Lerner (2001), “The Venture Capital Revolution”, en Jour­ nal of Economic Perspectives, vol. 12, núm. 2. Kang, M.S. (1995), “Money Markets in Korea”, en D. Cole, H. Scott y P. Wellons (eds.), Asian Money Markets, Oxford University Press. Kregel,  J. (1998), “Derivatives and Global Capital Flows, Applications to Asia”, ponencia presentada al Seminario Internacional sobre Reforma Financiera Crecimiento Económico y Globalización, México en Pers­ pectiva Internacional, organizado por la Universidad Autónoma Metro­ politana en la Ciudad de México del 6 al 8 de abril de 1998.


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Levy, N. y G. Mántey (2004), “Mark-Up Determinants and Effectiveness of Open Market Operations in an Oligopsonistic Banking Sector, the Mexi­ can Case”, ponencia presentada al Eigth Post-Keynesian Workshop, ce­ lebrado en Kansas City en mayo. Mántey, G. (2007), “Política bancaria para el crecimiento con estabilidad”, en J.L. Calva (coord.), Financiamiento del crecimiento económico, UNAM/ Miguel Ángel Porrúa. Palley,  T.I. (2002), “The E-Money Revolution, Challenges and Implications for Monetary Policy”, en Journal of Post-Keynesian Economics, vol. 24, núm. 2, Winter. Rivera, M.A. (2007), “Desarrollo económico, empresas dinámicas y capital de riesgo”, en G. Mántey y N. Levy, Políticas macroeconómicas para países en desarrollo, UNAM-FES Acatlán/Miguel Ángel Porrúa. Stiglitz,  J. (2002), “Development Policies in a World of Globalization”, en FIEC, disponible en <http://www.fiec.org.br/artigos/>. Stiglitz,  J. (2010), Freefall, America, Free Markets, and the Sinking of the World Economy, W.W. Norton & Company. Studart, R. (2005), “Estado, mercados y financiamiento del desarrollo, al­ gunas consideraciones teóricas preliminares sobre el papel de los bancos de desarrollo”, en G. Mántey y N. Levy (coords.), Inflación, crédito y sa­ larios, nuevos enfoques de política monetaria para mercados imperfectos, México, Porrúa/UNAM-FES-Acatlán/H. Cámara de Diputados LIX Le­ gislatura. Tiffin, S.; G. Couto y T. Bas (2000), “Venture capital in Latin America”, en Third Triple Helix, International Conference¸ Río de Janeiro. Wong, K.P. (1997), “On the Determinants of Bank Interest Margins under Credit and Interest Rate Risks”, en Journal of Banking and Finance, vol. 21, núm. 2, February.



CONCENTRACIÓN BANCARIA Y FINANCIAMIENTO A LAS EMPRESAS LUIS ÁNGEL ORTIZ PALACIOS*

INTRODUCCIÓN A más de 20 años de haberse iniciado el proceso de desregulación financie­ ra en las economías en desarrollo y emergentes, la evidencia empírica muestra que la integración de sus sistemas financieros locales a los mer­ cados internacionales ha sido asimétrica y desventajosa. Ello, como resul­ tado de que las mismas políticas de desregulación y extranjerización de esos sistemas, alentaron la segmentación del mercado bancario y la con­ tracción del crédito a las actividades productivas. A ello se suma la pérdida de margen de acción de la autoridad monetaria para intervenir de forma oportuna y eficaz ante choques monetarios y turbulencias financieras, de­ bido a que los bancos centrales de dichas economías carecen de instrumen­ tos y mecanismos de control y supervisión coercitivos y prudenciales, que permitan detectar oportunamente irregularidades y prácticas especulativas de los bancos (Guttman y Plihon, 2008). En las economías en desarrollo y emergentes, la eliminación de los meca­ nismos de control y supervisión, lo que incluye la apertura de la cuenta de capitales, multiplicó la capacidad de los bancos para generar liquidez, tan­to por la vía de las innovaciones financieras, como a través del fondeo interban­ cario interno y externo. En un contexto de alta liquidez, las instituciones financieras bancarias y no bancarias eliminaron la evaluación de los histo­ riales crediticios de los prestatarios y relajaron los criterios para otorgar crédito (Minsky, 1992). En la mayoría de los casos, estas prácticas conduje­ ron a evaluaciones optimistas e incorrectas sobre la capacidad de pago de los solicitantes del crédito. Se privilegió el crédito de corto plazo, en particular * Profesor-investigador de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la UNAM. [83]


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LUIS ÁNGEL ORTIZ PALACIOS

hacia sectores que generan altos rendimientos debido a su baja elasticidad a las variaciones de la tasa de interés, como el crédito al consumo e hipote­ cario, y a inversiones especulativas y riesgosas, como los derivados y títulos de carteras de activos bursatilizados. Además de otras operaciones especula­ tivas, incluso fraudulentas, que no se registran en las hojas de balance de los bancos, en tanto que el financiamiento a la inversión productiva se redu­ jo (Kregel, 2008). Dejadas a las libres fuerzas del mercado, las estructuras financieras de las economías en desarrollo elevaron sus niveles de concentración y participa­ ción de capital extranjero para enfrentar las agresivas estrategias compe­ti­ti­ vas de los mercados financieros internacionales. Contrario a lo sostenido por el enfoque de la represión financiera (McKinnon, 1974), a nivel macro­eco­nó­ mico, la liberalización de los sistemas financieros locales y su con­si­guiente integración a los mercados internacionales, no condujo al incremento y asignación eficiente de los recursos bancarios, ya que el crédito a las acti­ vidades productivas registró una tendencia decreciente. Bajo estas nuevas condiciones, si las crisis financieras de la década de los noventa pusieron de manifiesto el carácter vulnerable e inestable de la nue­va estructura financiera, la crisis del sector hipotecario de Estados Unidos que estalló en agosto de 2007, confirmó el potencial que tienen los bancos privados para generar crisis de insolvencia con efectos sistémicos a nivel mundial, en ausencia de mecanismos de control y supervisión pru­ denciales (Guttman, 2008). En efecto, dicha crisis demostró que el elevado ries­go moral y las operaciones especulativas generados por las instituciones financieras bancarias y no bancarias, no sólo puede colapsar a una de las eco­ nomías más grandes a nivel mundial, sino que también puede poner en riesgo la estabilidad del sistema de pagos internacional por sus efectos sistémicos fuera de las fronteras nacionales (Guttman, 2007). Las crisis financieras de la década de los noventa y la crisis financiera internacional de 2007-2008, son resultado de las políticas de liberalización financiera que dieron paso a la integración de los sistemas financieros loca­ les, a los mercados financieros internacionales y, por tanto, a la globalización de los mismos. En este sentido, la inestabilidad monetario-financiera acompa­ ñada de bajo crecimiento económico a nivel internacional, es inherente a la nueva estructura financiera, porque la contracción y racionamiento del crédito a la inversión productiva reproduce las condiciones de inestabilidad y fragilidad financiera. En otras palabras, la profundización de la brecha entre el sector real de la economía y el sistema financiero eleva la vulnerabi­li­ dad del sistema de pagos, cuyos efectos se propagan a nivel macroeconómico. En un contexto de elevada volatilidad en las tasas de interés y tipos de cambio, los altos índices de cartera vencida pueden convertirse en cualquier


CONCENTRACIÓN BANCARIA Y FINANCIAMIENTO A LAS EMPRESAS

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momento en una crisis de liquidez o insolvencia del sistema pagos, y ésta en una severa recesión económica a nivel mundial (Kregel, 2008). El sistema financiero mexicano no ha estado al margen de la profundiza­ ción del proceso de desregulación y liberalización que se inicia con la re­ privatización de la banca nacionalizada en 1982, y que se consolida con la venta de los bancos entre 1990-1992. Finalmente, en 2000-2001 se autori­ za la participación del capital extranjero en la propiedad de algunos de los bancos más grandes.1 Después de la crisis cambiario-financiera de 1994-1995, las reformas al marco legal se profundizan y aceleran con el objetivo de crear las condicio­ nes jurídicas para atraer la inversión extranjera de cartera, con el propósito de desarrollar el sector bursátil. Se asumía así, que la liberalización financiera per se conduciría a la inserción eficiente y competitiva del sistema financie­ ro a los mercados financieros internacionales (Sidaoui, 2008). Estas expec­ta­ ­ti­vas no se cumplieron, ya que, al igual que en otras economías en desarrollo y emergentes, en México la liberalización financiera aceleró el proceso de concentración de la banca mexicana que se venía registrando desde media­ dos de la década de los ochenta y hasta antes de la crisis de 1994-1995, pero ahora con una alta participación del capital extranjero en la propiedad de los bancos más grandes. Los efectos de esa crisis y los programas gubernamentales para rescatar a los bancos con problemas de solvencia, dieron un nuevo impulso a la con­ centración del mercado bancario al inducir las fusiones y adquisiciones tanto por parte del capital local como extranjero. Desde finales de la década de los sesenta y hasta los primeros años de la década de los ochenta, la banca mexicana registró una tendencia creciente a la concentración (Cardero, 1984; Mántey, 1994), pero esta estructura oligopólica estaba regulada y predominaba la propiedad de capitales na­ ciona­les. Ello le dio un mayor margen de acción al Banco de México y, por tanto, a la política monetaria, para dirigir el financiamiento a las actividades Se considera que la primera generación de medidas para desregular al sistema financiero mexicano se inicia en 1975, con la constitución de la banca múltiple, y concluye a mediados de la década de los ochenta con el proceso de indemnización de los antiguos dueños de la banca nacionalizada en 1982. Las medidas de segunda generación inician a finales de los años ochen­ ta, con el proceso de venta (reprivatización) de los bancos, y concluyen en 1994, con el otorga­ miento de la autonomía al Banco de México. Después de la crisis cambiario-bancaria de 1994-1995, inicia la tercera generación de medidas cuyo objetivo era la modernización y profun­ dización del mercado de valores y la participación del capital extranjero en la propiedad de los bancos nacionales más grandes. En la actualidad, la Bolsa Mexicana de Valores ha dejado de tener una estructura mutualista al cotizar en ella sus propias acciones; ello es parte del proceso de desmutualización e integración regional de las bolsas de valores a nivel mundial (Aggarwal, 2002). 1


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LUIS ÁNGEL ORTIZ PALACIOS

económicas y enfrentar la inestabilidad financiera. Estas ventajas se perdie­ ron con la liberalización financiera, y a ello se sumó el debilitamiento de la banca de desarrollo. Con la firma del Tratado de Libre Comercio de México con Estados Uni­ dos y Canadá (TLCAN), esta tendencia se consolida en el año 2000, cuando quedan eliminadas todas las restricciones a la participación del capital ex­ tranjero en la propiedad de los bancos. Así, grandes capitales financieros extranjeros consolidados en sus países de origen buscaron su expansión internacional a través de la adquisición de bancos mexicanos, aprovechan­ do dichos linea­mientos y las políticas de saneamiento financiero adoptadas por el gobierno mexicano para enfrentar la crisis bancaria. Con una elevada participación de capital extranjero, los grandes grupos financieros consolidaron su doble poder en el mercado bancario: por un lado, su poder oligopólico en el mercado de crédito para fijar elevadas tasas de interés activas y, por el otro, su poder oligopsónico en el mercado de depó­ si­tos para establecer bajas tasas de interés pasivas, incluso muy por debajo del nivel de las tasas que devengan los títulos públicos, como los Certifica­ dos de la Tesorería (CETES). A ello se agrega su mayor capacidad económi­ ca para expandir su presencia geográfica y ofrecer una mayor variedad de servicios y productos financieros, lo que les permite captar un mayor volu­ men del ahorro interno. Este capítulo tiene como objetivo analizar los efectos de la desregulación y liberalización financiera en la concentración del mercado bancario y en la estructura de financiamiento de las empresas en México para el periodo 1990-2016. La hipótesis general que guía el análisis sostiene que, el sistema bancario dejado a las libres fuerzas del mercado no asegura la asignación macroeconómica eficiente de los recursos financieros, porque prioriza la obtención de elevadas ganancias de corto plazo, lo explica que el crédito al consumo e hipotecario y las inversiones especulativas y riesgosas, como los instrumentos derivados, crezcan a tasas más elevadas que el financiamien­ to a las actividades productivas. De ahí que el racionamiento del crédito a las actividades productivas coexiste con altos márgenes de intermediación bancaria. Para cumplir el objetivo y demostrar dicha hipótesis, además de esta in­ troducción, hemos dividido el trabajo en cuatro secciones. En la primera sección se expone de forma general el proceso de concentración y extran­ jerización del sector bancario. En la segunda se analizan los cambios en la estructura de las obligaciones y recursos de la banca comercial, así como la eficiencia micro y macroeconómica en términos de algunos indicadores bancarios y variables macroeconómicas. En la tercera sección se explica la segmentación del mercado de crédito bancario, según la evolución de éste


CONCENTRACIÓN BANCARIA Y FINANCIAMIENTO A LAS EMPRESAS

87

por actividad económica. En la cuarta se estudia el comportamiento de la estructura de financiamiento de las empresas, siguiendo la metodología del Banco de México sobre las fuentes de su financiamiento. Por último, se pre­ sentan las consideraciones finales. CONCENTRACIÓN Y EXTRANJERIZACIÓN DE LA BANCA MEXICANA En el capítulo XIV del TLCAN se establece que el intercambio financiero con México será a través de las filiales de los bancos de los tres países. Asi­ mismo, se fijó el periodo de 1994-1999 para transitar hacia una apertura total del sistema financiero. Durante estos años, la participación de la in­ versión extranjera queda sujeta a los porcentajes fijados, mismos que serán eliminados el primer día del 2000; a excepción de las instituciones de fianzas, uniones de crédito, especialistas bursátiles y sociedades de ahorro y préstamo cuya apertura sería inmediata,2 esto es, a la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Las reformas al marco jurídico de los años 1994-1995 sólo incluían a bancos pequeños y medianos. Entre 1996-1997, se aprueban modificacio­ nes jurídicas que le permiten al capital extranjero extender su participación en los bancos más grandes. Los principales adquirentes en estos años fue­ ron los conglomerados financieros BBVA y HSBC. Las adquisiciones regis­ tradas involucraron de alguna forma la asistencia financiera del gobierno mexicano, ya que los inversionistas extranjeros adquirieron algunos de los 14 bancos con problemas que el gobierno tomó bajo su control para sanear­ los, los cuales fueron vendidos a un precio por debajo de su valor en libros y de su costo de rescate. En dos años, 2000-2001, se eliminaron las barreras jurídicas a la entrada de la inversión extranjera en el sector financiero, según lo establecido en el TLCAN. Así, bajo el nuevo marco jurídico y el impulso de las innovacio­ nes financieras, los conglomerados financieros extranjeros adquirieron los tres bancos más grandes del sistema bancario mexicano. El banco Serfin es adquirido por el grupo español Santander Central Hispano; Bancomer por La participación de la inversión extrajera en el sector financiero para el periodo 1994-1999, quedó sujeta a los siguientes lineamientos: 1) El capital extranjero individual sólo podía adqui­ rir como máximo: I) en el sector de las instituciones de crédito, el 1.5%; II) en el sector de las casas de bolsa, 4.0%, y III) en el sector de seguros el 1.5%. 2). El capital extranjero como socie­ dad, podía adquirir: I) en el sector de instituciones de crédito, el 8% como límite inicial en 1994 y 15% como límite final en 1999; II) en el sector de casas de bolsa, factoraje y arrendadoras fi­ nancieras el 10% y 20%, para 1994 y 1999, respectivamente, y III) para el sector de seguros, 6% y 12%, para 1994 y 1999, respectivamente. 3) De los seguros a establecerse por inversionistas extranjeros, en 1994 los mexicanos tendrían un 70% de propiedad de las acciones, porcentaje que debía disminuir hasta el 25% en 1999. 2


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LUIS ÁNGEL ORTIZ PALACIOS

el grupo español Bilbao Vizcaya Argenta (BBVA) y el grupo financiero Ba­ nacci-Accival-Banamex es adquirido por el conglomerado financiero estado­ unidense Citibank. Posteriormente, el grupo Scotiabank adquiere al banco Inverlat y el grupo HSBC adquiere el banco Bital. Bajo el argumento de elevar la competencia en el sistema bancario, se flexibilizaron los requisitos para autorizar la operación de nuevos interme­ diarios financieros bancarios y no bancarios. La respuesta no se hizo esperar: en 2006 se registró un boom de autorizaciones de nuevos bancos, algunos pertenecientes a grupos financieros y otros bajo la tutela de grandes empre­ sas comerciales o industriales.3 La facilidad para autorizar nuevos bancos abrió oportunidades de nego­ cios tanto para grupos financieros que ya contaban con algún banco, como para grupos comerciales e industriales que aún no incursionaban en este negocio. La flexibilidad en los requisitos incluía la decisión voluntaria de operar en forma condicionada, la cual implicaba que si alguno de los ban­ cos de reciente autorización presentaba problemas de bajo índice de capi­ talización podría conservar su autorización si se sujetaban a medidas para recuperar el índice solicitado. Entre 2006-2008 se autorizaron 15 bancos, además de las autorizaciones de operaciones de compra de filiales que dieron origen al Banco Ve Por Más y Banco Ahorro Famsa. La flexibilidad en los requisitos para autorizar el funcionamiento de nuevos bancos obligó a que, a partir de 2008, se autori­ zará al Banco de México a financiar a los bancos que presentaran problemas de capitalización. La entrada de filiales extranjeras y la creación de nuevos bancos peque­ ños vinculados a tiendas departamentales y de autoservicios y a grandes firmas automotrices durante los años 2006-2008, no redujo de forma impor­ tante la participación que venían registrando los activos y obligaciones de los cinco grandes bancos: BBVA-Bancomer, Citigroup-Banamex, SerfinSan­tander, HSBC y Banorte, en el total del sistema bancario. La disminución de la participación en los años 1998-2001, tanto en los activos como obliga­ ciones de los cinco grandes bancos en su conjunto, es consecuencia de los efectos de la crisis cambiario financiera de 1994-1995, pues el proceso de adquisiciones y fusiones de bancos pequeños y medianos que presentaban En esta oleada de nuevos bancos están: Banco Regional (Banregio), Banco Comercial de Noreste (Banco Amigo), Autofin, Banco Compartamos, Banco Fácil, Banco Multiva, Banco de Coppel, Banco de Volkswagen, Banco Deuno, Consultoría Internacional, Banco de Wal-Mart, Prudential, autorización de filiales de los bancos de UBS (capital suizo), Bank of New York Mellon (capital estadounidense), Barclays (capital inglés). Dado el bajo índice de capitalización, el mismo año de su creación algunos de estos bancos tuvieron que fusionarse o ser vendidos a otros bancos. 3


CONCENTRACIÓN BANCARIA Y FINANCIAMIENTO A LAS EMPRESAS

89

problemas de insolvencia por parte de otros bancos, implicó una redistribu­ ción de los activos y obligaciones de la banca comercial. Posteriormente, la recuperación de dicha participación en ambas variables entre 2002-2006, es resultado de la participación del capital extranjero en la propiedad de Bancomer, Banamex, Santander y HSBC. Finalmente, la lenta recuperación en el conjunto de los cinco bancos de la participación de las dos variables men­cionadas que se viene registrando desde 2011, se explica por la elevada volatilidad en los tipos de cambio y tasas de interés que generó la crisis fi­ nanciera internacional de 2008. En los cuadros 1 y 2 se observa que el grado de concentración del merca­do bancario mexicano es alto, ya que durante los años 2010-2016, los cinco bancos más grandes concentran en su conjunto, el 70% de los activos y obli­ gaciones, en promedio anual, del total del sistema bancario. Sin embargo, si se analiza la participación individual de cada banco, se observa una redis­ tribución de la misma, siendo Banamex el que registró la mayor reducción relativa en el total de los cinco bancos. Ello se debe a que su corporativo Citibank se vio afectado por la crisis del sector hipotecario subprime de Estados Unidos, país de origen de dicho corporativo. Por su parte, Bancomer man­ tuvo su proporción, en tanto que Santander, HSBC y Banorte han regis­trado un fortalecimiento de su posicionamiento en el mercado bancario. En conse­ cuencia, se puede sostener que el oligopolio bancario en México está con­ trolado por cinco grupos financieros, de los cuales cuatro de ellos tienen una elevada presencia de capital extranjero. Estos grupos extranjeros han apro­ vechado su poder económico para instrumentar estrategias competitivas agresivas, tanto por la vía de la diversificación y diferenciación de produc­ tos y servicios financieros, como a través de una mayor cobertura geográfica (red de sucursales y cajeros automáticos), lo que les ha permitido confor­ mar un oligopsonio en el mercado de depósitos. De tal forma que la entrada de nuevos participantes bancarios y no bancarios no representan una com­ petencia real. LIBERALIZACIÓN Y MODERNIZACIÓN FINANCIERA. EFICIENCIA MICROECONÓMICA VERSUS INEFICIENCIA MACROECONÓMICA Según la teoría de la represión financiera, la eliminación de los topes a las tasas de interés activas y pasivas y de los cajones de crédito (crédito induci­ do) conduciría a la expansión de la intermediación bancaria; lo que a su vez se reflejaría en un mayor financiamiento de las actividades productivas. Ello se explica porque, según dicho enfoque, la determinación de las tasas de interés por el mercado conducirá en un primer momento, a un incremento


90

LUIS ÁNGEL ORTIZ PALACIOS

CUADRO 1

MÉXICO, DISTRIBUCIÓN DE LOS ACTIVOS DE LA BANCA COMERCIAL. CINCO BANCOS COMO PORCENTAJE DEL TOTAL DE ACTIVOS Año

Banamex

Bancomer Santander

Banorte

HSBC

Total

1990

24.6

20.3

17.5

1.5

5.7

69.8

1991

23.1

22.7

16.6

1.4

5.8

69.7

1992

23.7

21.0

13.2

1.7

5.5

65.1

1993

21.3

17.9

10.5

2.0

5.8

57.5

1994

21.3

18.0

12.5

2.4

5.0

59.3

1995

21.0

18.5

15.2

2.6

6.4

63.7

1996

20.5

17.4

13.5

2.7

7.0

61.1

1997

24.9

21.7

14.3

2.9

7.3

71.2

1998

20.7

20.8

13.6

3.2

8.5

66.7

1999

20.1

18.9

13.1

4.4

9.1

65.7

2000

19.9

23.7

7.0

6.7

8.4

65.7

2001

21.6

23.3

6.6

6.3

8.8

66.6

2002

21.6

23.8

6.5

11.2

9.1

72.3

2003

21.8

25.0

7.5

11.0

9.5

74.7

2004

21.6

23.7

10.5

10.1

8.5

74.3

2005

20.5

21.0

17.9

11.3

9.1

79.8

2006

21.0

22.1

17.8

10.4

9.1

80.4

2007

20.0

24.9

13.8

10.7

9.2

78.6

2008

14.2

26.2

15.9

12.2

9.8

78.2

2009

23.1

23.1

12.3

11.1

8.2

77.7

2010

21.4

21.1

13.0

10.4

8.2

74.1

2011

19.3

21.1

12.7

10.6

8.4

72.0

2012

18.5

21.0

12.4

10.0

8.1

69.9

2013

17.9

20.9

12.3

11.7

7.8

70.6

2014

16.1

22.2

13.3

12.3

8.6

72.5

2015

14.8

21.9

15.0

11.5

7.2

70.3

2016

13.0

22.1

15.9

11.9

7.5

70.3

FUENTE: elaboración propia con datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.


CONCENTRACIÓN BANCARIA Y FINANCIAMIENTO A LAS EMPRESAS

91

CUADRO 2

MÉXICO, DISTRIBUCIÓN DE LAS OBLIGACIONES DE LA BANCA COMERCIAL Año

Banamex

Bancomer Santander

Banorte

HSBC

Total

1990

24.3

19.9

12.4

1.5

5.9

64.0

1991

22.9

22.5

12.6

1.3

5.9

65.2

1992

23.5

20.7

8.3

1.7

5.6

59.7

1993

20.9

17.5

7.6

2.0

5.9

53.9

1994

21.2

17.9

6.8

2.4

5.1

53.4

1995

20.7

18.5

8.7

2.6

6.4

56.9

1996

20.3

17.4

9.0

2.7

7.0

56.3

1997

24.8

21.6

11.3

2.9

7.4

68.0

1998

20.2

20.9

11.2

3.2

8.7

64.1

1999

19.0

18.7

9.0

4.4

9.4

60.5

2000

19.2

24.0

7.2

6.9

8.7

66.0

2001

21.2

23.3

6.7

6.5

9.0

66.7

2002

21.1

23.8

6.7

11.8

9.5

72.8

2003

21.3

25.0

7.7

11.6

9.9

75.4

2004

21.1

23.8

10.9

10.6

8.7

75.0

2005

20.0

21.0

18.3

11.9

9.3

80.4

2006

20.4

22.3

18.1

10.8

9.3

80.9

2007

19.5

25.5

13.7

11.0

9.3

79.0

2008

13.0

27.1

16.0

12.7

10.1

78.9

2009

22.7

23.6

12.1

11.5

8.3

78.2

2010

21.1

21.3

12.8

10.7

8.4

74.3

2011

19.0

21.3

12.4

10.8

8.6

72.1

2012

18.2

21.3

12.1

10.1

8.2

69.9

2013

17.6

21.2

12.1

11.8

7.9

70.6

2014

15.7

22.8

13.2

12.3

8.9

72.9

2015

14.4

22.3

15.1

11.4

7.4

70.6

2016

12.4

22.4

16.2

12.0

7.7

70.7

FUENTE: elaboración propia con datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.


92

LUIS ÁNGEL ORTIZ PALACIOS

en las tasas activas, lo que permitiría a los bancos pagar tasas pasivas más atractivas para los ahorradores. De tal forma que, el ahorro interno y externo se incrementaría y, en consecuencia, las tasas activas y pasivas tenderán a disminuir hasta el punto en que el mercado de fondos prestables se encuentre en equilibrio. En otras palabras, la liberalización financiera no sólo conduci­ ría a la modernización y profundización del sistema bancario mexicano, sino también a la eficiencia financiera macroeconómica, ya que se incremen­taría el financiamiento a la inversión. Eficiencia microeconómica versus ineficiencia macroeconómica Si medimos la profundización del sistema financiero mexicano por el coefi­ ciente M4/PIB, y la eficiencia micro y macroeconómica de los bancos por la tasa de crecimiento del margen financiero4 y el coeficiente del crédito ban­ cario como proporción del PIB, respectivamente, la banca mexicana se ha modernizado y profundizado, pues el indicador M4/PIB creció de forma acelerada (véase la gráfica 1). GRÁFICA 1

PROFUNDIZACIÓN FINANCIERA 90.0 80.0 70.0 60.0 50.0 40.0 30.0 20.0 10.0 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016

0.0

M1/PIB

M2/PIB

M3/PIB

M4/PIB

FUENTE: elaboración propia con datos del Banco de México.

Respecto a la eficiencia micro, el crecimiento del margen financiero en general, siempre ha estado por arriba del crecimiento del crédito. La dis­ minución de éste en algunos años (1991, 1996, 2001-2002, 2009-2011 y El margen financiero es resultado de la diferencia entre los ingresos por intereses y los gastos por intereses. 4


CONCENTRACIÓN BANCARIA Y FINANCIAMIENTO A LAS EMPRESAS

93

2013-2015) es resultado de la misma contracción del crédito, ya sea previo o posterior a las crisis y en los años 2009-2015, el racionamiento del cré­ dito bancario se agudizó por la elevada volatilidad en los tipos de cambio y tasas de interés que generó la crisis financiera internacional 2007-2008 (véase la gráfica 2). En consecuencia, podemos sostener que la eficiencia microeconómica de la banca se elevó después de la liberalización financiera. Por el contrario, si consideramos los coeficientes de activos bancarios totales y crédito bancario total, ambos como proporción del PIB, como indicadores de eficiencia bancaria macroeconómica, ésta no se elevó con la desregulación financiera, ya que la participación del crédito como pro­ porción del PIB se han mantenido baja. Las participaciones de los activos bancarios se han incrementado de forma más acelerada que el crédito ban­ cario. Así, la mayor eficiencia microeconómica de la banca no ha conduci­ do a una mayor eficiencia macroeconómica (véase la gráfica 2). Además, el margen financiero en términos nominal ha registrado un crecimiento cons­ tante y su reducción a partir de 2008 se explica más por factores externo que por una caída de los rendimientos generados en el país (véase la gráfica 3). Cabe señalar que este comportamiento de la banca en México, ma­yor renta­ bilidad bancaria acompañada de contracción del crédito a las actividades productivas, también se registró en otras economías en desarrollo (Cetore­ lli y Gambera, 2001; Fisman y Love, 2003; Fritzer, 2004). GRÁFICA 2

BANCA COMERCIAL, ACTIVOS Y CARTERA DE CRÉDITO COMO PROPORCIÓN DEL PIB 50.0 45.0 40.0 Porcentaje

35.0 30.0 25.0 20.0 15.0 10.0 5.0 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016

0.0

Activos bancarios/PIB FUENTE: elaboración propia con datos del INEGI.

Cartera de crédito/PIB


94

LUIS ÁNGEL ORTIZ PALACIOS

GRÁFICA 3 60.0

350 000.0

50.0

300 000.0

40.0 30.0

250 000.0

20.0

200 000.0

10.0

150 000.0

Porcentaje

400 000.0

0.0

100 000.0

-10.0

50 000.0

-20.0

0.0

-30.0

1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015

Millones de pesos

BANCA COMERCIAL, MARGEN FINANCIERO

Margen financiero Variación anual. Margen financiero Variación anual. Cartera de crédito vigente

FUENTE: elaboración propia con datos de Banxico y Comisión Nacional Bancaria y de Valores.

Cambios en la estructura de los recursos y obligaciones de la banca A lo largo del periodo 1990-2016 se pueden observar cambios importantes en la estructura de los recursos de la banca comercial, mismos que están determinados en gran medida por la misma desregulación financiera. Dichos cambios los podemos ubicar en tres etapas. La primera etapa, 1990-1994, se caracteriza por la burbuja crediticia provocada por los efectos combinados de los flujos de capital de cartera sobre la base monetaria y la flexibiliza­ción de los requisitos por parte de la banca para otorgar créditos hipotecarios y al consumo. En estos años, el crédito representó entre el 70 y 80%, en prome­ dio anual, resultado de la extraordinaria expansión del crédito, en particular el crédito al consumo e hipotecario. Ello y el incremento de las inversiones en valores, en particular en 1990-1991, generó una disminución de las disponibilidades bancaria.5 La segunda etapa se inicia con la crisis bancaria de 1994, y dura hasta 2004, años en que se contrae drásticamente el crédito Las disponibilidades bancarias son el dinero en efectivo que un banco mantienen en sus arcas y los fondos depositados en el banco central, así como los fondos depositados en otros bancos, los cheques y valores a la vista. Las mismas están dadas por la diferencia entre las cuentas pasivas del banco comercial (depósitos, obligaciones con el banco central, con otros ban5


CONCENTRACIÓN BANCARIA Y FINANCIAMIENTO A LAS EMPRESAS

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al sector privado (familias y empresas), y cuya recuperación fue muy lenta. En efecto, de representar el 81% de los recursos totales de la banca comercial en 1993, para 1994 el crédito disminuye al 54%; y para los años 1995-2001 su participación en los recursos totales oscila entre 31 y 47 por ciento. Como era de esperarse, ante la volatilidad en las tasas de interés y las mayores tasas de inflación que generó la devaluación del peso a finales de 1994, las inversiones en valores y las operaciones de reporto6 y en instrumen­tos deriva­ dos se incrementaron; sin embargo, a partir de 2004 este tipo de operaciones se reduce drásticamente hasta volver negativas. Es importante señalar que en estos años se incrementan las disponibilidades y otros recursos de la banca comercial.7 En la tercera etapa, que comprende los años 2005-2016, se re­ gistra una lenta recuperación del crédito, oscila entre el 49 y 61% de los recursos totales, porcentajes muy por debajo de los registrados en 19901994. La lenta recuperación del crédito en estos últimos 11 años se explica en parte, por la elevada volatilidad financiera que generó la crisis financie­ ra internacional de 2007-2008 (véase la gráfica 4). Respecto a la estructura de las obligaciones de la banca comercial, la captación registró un incremento acelerado a partir de 1994, la cual se ha mantenido hasta la actualidad; dicha participación representa casi el 70% del total de las obligaciones. La coincidencia entre la burbuja crediticia de los años 1990-1994 y el incremento de los préstamos interbancarios, corrobora que los préstamos fueron una fuente de liquidez importante para expandir el crédito en esos años. Sin embargo, en 1994 dichos préstamos registran una fuerte reducción como consecuencia de los problemas de insolvencia que ya presentaban algunos bancos. La menor captación bancaria registrada entre 1990-1993 (60%) es resul­ tado de la expansión del crédito a prestatarios de baja solvencia económicas, cos, otras obligaciones y cuentas, capital y reservas y cuentas de resultados) y sus operaciones activas (préstamos e inversiones, inmuebles, muebles y útiles, etcétera). 6 El reporto es una operación bursátil utilizada por los bancos centrales y bancos comerciales, que consiste en una operación de crédito a un plazo determinado, generalmente de corto plazo, mediante la cual un intermediario financiero vende a inversionistas títulos a un precio conveni­ do que se denomina prima (precio actual). Al vencimiento de dicha operación, el inversionista se obliga a devolver los mismos títulos u otros de la misma especie, cantidad y emisor a la contra­ parte (intermediario financiero), por un precio generalmente superior al negociado en la prime­ ra operación. El intermediario financiero se obliga a recomprar los valores al vencimiento del plazo acordado. Se trata de sólo un contrato u operación que reúne dos actos (venta y recompra), y la operación resulta útil, ya que, por un lado, el intermediario financiero (o un banco central) se beneficia con la liquidez inmediata que le genera vender un título, y por el otro, el inversio­ nista que compra el título obtiene la prima acordada al vencimiento del plazo acordado. 7 El rubro de “otros” recursos incluye: Deudores diversos, otros adeudos vencidos, Activos del plan para cubrir obligaciones laborables al retiro, Cobertura de posición corta, Inmuebles, mobiliario y equipo y Otras inversiones.


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LUIS ÁNGEL ORTIZ PALACIOS

GRÁFICA 4

RECURSOS DE LA BANCA COMERCIAL. ESTRUCTURA PORCENTUAL 110.0 90.0

Porcentaje

70.0 50.0 30.0

-10.0

1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016

10.0

Disponibilidades Reportos, operaciones de rango y otros productos derivados

Inversiones en valores Cartera de crédito Otros recursos

FUENTE: elaboración propia con datos del Banxico.

pues a medida que disminuían los flujos de retorno por concepto de los créditos otorgados bajo tales condiciones, la captación de depósitos por tal concepto se redujo. Asimismo, la mora en el pago de los créditos otorgados y las mayores inversiones en reportos, instrumentos derivados e inversiones en valores explican la reducción paulatina del capital contable; dicha reduc­ ción se hizo más evidente a partir de 1997, incluso alcanzó cifras negativas entre 2000-2002, y su recuperación se da hasta 2004. El rubro de otras obligaciones se redujo entre 1994-1999, como resultado de las pérdidas que registraron los bancos en los resultados de los ejercicios anteriores, pero a partir de 2000 se recuperan por efecto de los impuestos diferidos (véase la gráfica 5).8 8 En “otras” obligaciones se incluyen los pasivos por impuestos diferidos a la utilidad. El im­puesto a las utilidades se divide en causado y diferido. El causado es aquél atribuible a la utili­ dad del periodo y determinado con base en la normatividad y disposiciones tributarias aplicables en dicho periodo. El impuesto diferido se deriva de diferencias entre las normas para el recono­ cimiento de activos y pasivos para efectos de información financiera y para efectos de impuestos. El objetivo de este tipo de impuestos es reconocer los impuestos sobre la base de devengado, es decir, en el período al que son aplicables. A las diferencias resultantes se les denomina diferencias


CONCENTRACIÓN BANCARIA Y FINANCIAMIENTO A LAS EMPRESAS

97

GRÁFICA 5

OBLIGACIONES DEL BANCO COMERCIAL. ESTRUCTURA PORCENTUAL 110.0 90.0

Porcentaje

70.0 50.0 30.0

-10.0

1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016

10.0

Capital total Otras obligaciones

Préstamos bancarios y otros intermediarios Capital contable y otros productos derivados

FUENTE: elaboración propia con datos del Banxico.

SEGMENTACIÓN DEL MERCADO DE CRÉDITO. DESINTERMEDIACIÓN BANCARIA Y RENTABILIDAD DE CORTO PLAZO La consolidación del doble poder de mercado de la banca en México, esto es, el poder oligopólico en el mercado de crédito y el poder oligopsónico en el mercado de depósitos, contribuyó a configurar un mercado de crédito segmen­ tado (Ortiz, 2017). Por un lado, el segmento de crédito al sector privado re­ gistró cambios radicales, al priorizar el crédito al consumo e hipotecario a las familias, en tanto que se contraía el financiamiento a las empresas (crédi­to corporativo). Por su parte, el segmento conformado por las inversiones en temporales, pues a lo largo de la vida de la empresa, en este caso un banco, se deberá recono­cer el total de los activos y pasivos para ambos efectos, aunque en diferentes tiempos; es decir, se trata de diferencias en el momento de reconocimiento de los activos y pasivos. En otras palabras, los impuestos diferidos son impuestos a cargo de la entidad sujeta al impuesto, atribuibles a la utilidad del periodo y que surgen de las diferencias temporales, las pérdidas fiscales y los crédi­ tos fiscales. Se devengan en un periodo contable y se realizan en otro, lo que ocurre cuando: i) se revierten las diferencias temporales; ii) se amortizan las pérdidas fiscales, y iii) se utilizan los créditos fiscales.


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LUIS ÁNGEL ORTIZ PALACIOS

productos sintéticos (derivados, swaps, etc.) mostró un crecimiento por encima del crédito a las empresas. Y el segmento compuesto por la tenencia de bonos gubernamentales ha mostrado un comportamiento muy dinámico. En cuanto al crédito a las familias, su expansión está determinada tanto por la flexibilidad de los criterios bancarios para otorgar créditos al consumo y para adquisición de vivienda, como por el carácter inelástico de la demanda de este tipo de créditos a los incrementos en las tasas de interés. En el caso específico del crédito al consumo, su acelerado crecimiento antes y después de la crisis de 1994-1995, no sólo se debe a su baja elasticidad ante incremen­ tos en las tasas de interés, sino también al hecho de que se trata de créditos de corto plazo y a las elevadas comisiones que se cobran por los mismos. Con respecto al crédito a las empresas, varios factores explican su tenden­ cia a disminuir, entre ellos está la mayor elasticidad de su demanda a un incremento de tasas de interés. Cabe señalar que las tasas bancarias que se cobran a las empresas son menores que la fijada a los créditos al consumo, por ejemplo, comparadas con las que pagan las tarjetas de crédito. Asimis­ mo, considerando la aversión al riesgo de los bancos, y que la liquidación de los créditos de las empresas depende de sus flujos de retorno, la asimetría en la información provoca un racionamiento mayor a los proyectos de inver­ sión productiva que al crédito al consumo e hipotecario. Además, debemos considerar que un incremento en la tasa de interés, por sí mismo inhibe la demanda de crédito de las empresas, en particular en el caso de las pequeñas y medidas (Ndikumana, 2003). En consecuencia, el segmento del crédito a las empresas enfrenta una doble reducción: una contracción de la oferta de recursos por parte de los bancos y una contracción de la demanda de crédito por parte de las empre­ sas.9 Así, mientras el crédito al consumo e hipotecario muestran un creci­ miento acelerado y, en el peor de los casos constante, el financiamiento a las empresas registra una disminución sistemática. En la gráfica 6 se observa que, en los años 1990-1992, la burbuja crediti­cia favoreció a los sectores agropecuario e industrial, en particular a este último sector; de tal forma que ambos sectores en su conjunto, recibieron el 50% del crédito bancario en esos años. A partir de 1993, esa participación ini­cia una tendencia descendente, siendo más afectado el crédito al sector agrope­ cuario, el cual ha mantenido a partir de 2006 una participación del 2% en el crédito total otorgado por la banca comercial. Por el contrario, el crédito al sector servicios, que incluye comercio, ha mantenido una participación constante después de 1994, con excepción de los años 2005-2008, que se 9 De acuerdo con los resultados de la Encuesta de Evaluación Coyuntural del Mercado Cre­ diticio, aplicada por el Banco de México a las empresas, las empresas pequeñas y medianas, no solicitan crédito bancario porque consideran que las tasas de interés activas son muy altas.


CONCENTRACIÓN BANCARIA Y FINANCIAMIENTO A LAS EMPRESAS

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ex­plica por la volatilidad que se registró antes y después de la irrupción de la crisis financiera internacional de 2008. Respecto al crédito al consumo e hipotecario, su participación en conjun­to pasó de 25% en 1990 a 34% en 1993, participación importante pero menor a la registrada por los sectores agropecuario e industrial durante la burbuja crediticia. Si bien en ambos casos la participación conjunta se contrae a partir de 1994, el comportamiento del crédito otorgado a estos sectores ha sido muy diferente. En el caso del sector agrícola el crédito se ha mantenido es­ tancado, y la participación del sector industrial en el crédito bancario se mantiene estable desde 2007, la cual fluctúa entre el 20 y 25%, en promedio anual entre 2007-2016. Por el contrario, el crédito al consumo y para adquisición de vivienda ha recuperado su participación, en particular el primero, a par­ tir de 2004. GRÁFICA 6

ESTRUCTURA DEL CRÉDITO BANCARIO POR ACTIVIDAD ECONÓMICA 100.0 90.0 80.0

Porcentaje

70.0 60.0 50.0 40.0 30.0 20.0

0.0

1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016

10.0

Consumo Sector industrial

Vivienda Sector agrícola

Sector servicios

FUENTE: elaboración propia con datos del Banxico.

El crecimiento extraordinario que se viene registrando desde el año 2000 en los segmentos compuestos por las inversiones de la banca comercial en instrumentos derivados y valores gubernamentales, se debe a los altos ren­di­ ­mientos de corto plazo que devengan los primeros y a la obtención de ren­ dimientos libres de riesgo que generan los segundos. Si bien estos factores


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LUIS ÁNGEL ORTIZ PALACIOS

son importantes, debe señalarse que el incremento de las inversiones de la banca comercial en títulos gubernamentales ha sido propiciado y esti­mula­do por la autoridad monetaria, quien para cumplir con la meta de inflación ha ve­nido recurriendo de forma constante y en montos crecientes desde 1996, a la misión de títulos públicos para esterilizar los elevados flu­jos de capita­ les externos de corto plazo (Mántey, 2010). En efecto, mediante las operaciones de esterilización en el mercado cambiario, el Banco de Mé­xico evita va­ria­cio­ nes bruscas en el nivel de la base monetaria y, en consecuencia, controla el tipo de cambio nominal dentro de la banda cambiaria establecida previa­ mente y evita fluctuaciones en la tasa de interés, aseguran­do así el cumpli­ miento de la meta de inflación (Bofinger y Wollmershäeuser, 2000; Hüfner, 2004; Lavigne, 2008). Aprovechando las condiciones de estabilidad del tipo de cambio nominal y las elevadas colocaciones de valores gubernamentales, la banca comercial expandió su cartera de inversión con títulos públicos e instrumentos deri­va­ ­dos y swaps, mismos que le han generado ganancias libres de riesgo y elevados rendimientos de corto plazo, respectivamente. En el caso de la tenencia de títulos públicos, los bancos obtienen una ganancia extraordinaria derivada del diferencial entre las tasas de interés que se obtienen por estos títulos y las tasas pasivas que ellos pagan por los depósitos. En este sentido, podemos sostener que la política monetaria de metas de inflación ha contribuido a profundizar el proceso de racionamiento del crédito a las actividades produc­ tivas, la segmentación del mercado de crédito y al reforzamiento del poder oligopólico y oligopsónico de la banca en México (Ortiz, 2011). Cabe mencionar que, paralelamente al proceso de segmentación del mercado crediticio, la cartera de crédito ha elevado su concentración en un menor número de empresas y su número de cuentahabientes se ha incremen­ tado con la inclusión bancaria de la nómina de pago de trabajadores de salario mínimo. A nivel macroeconómico, la caída del crédito a los sectores agropecuario e industrial muestra el debilitamiento de la función tradicional de interme­ diación de la banca comercial en México. En los años previos y posteriores a la crisis de 1994-1996, es explicable la reducción y racionamiento del financiamiento por parte de los bancos, pues este comportamiento es una reacción natural ante la incertidumbre que genera la inestabilidad y volati­ li­dad del tipo de cambio y las tasas de interés. De la misma forma, las mayo­res tasas de interés explican la menor demanda de crédito por parte de las em­ presas, ya que ello inhibe dicha demanda. Sin embargo, a partir de 1998 esta tendencia se agudiza, sólo el crédito al consumo registra un crecimiento extraordinario y la recuperación que se observa en 2009 se encuentra por debajo de las tasas de crecimiento registradas en los primeros años de la década de los noventa (véase la gráfica 7).


CONCENTRACIÓN BANCARIA Y FINANCIAMIENTO A LAS EMPRESAS

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GRÁFICA 7

COMPORTAMIENTO DEL CRÉDITO BANCARIO POR ACTIVIDAD ECONÓMICA. VARIACIÓN NOMINAL ANUAL 320 280 240 Porcentaje

200 160 120 80 40 0 -40

Crédito al sector agropecuario Crédito al sector servicios Crédito al consumo

Crédito al sector industrial Crédito a la vivienda

FUENTE: elaboración propia con datos del Banxico.

La contracción del crédito bancario a las actividades productivas, con el consecuente incremento de las inversiones en instrumentos derivados y títulos públicos, demuestra que el efecto crowding out o trade-off entre am­ bos tipos de operaciones, en favor de las más rentables, seguirá operando en ausencia de mecanismos orientados a comprometer a la banca comercial a financiar la inversión en el sector real de la economía. Al respecto, en la gráfica 8 se muestra que los intereses pagados por crédito al consumo, inver­ siones en valores y derivados y los pagados por el crédito a las empresas, en su conjunto, representa más del 80% del total del margen financiero de la banca comercial. Por su parte, los intereses pagados por los créditos hipote­ ca­rios y por el gobierno, en su conjunto, representan un poco más del 10% del total de dicho margen. FUENTES DE FINANCIAMIENTO DE LAS EMPRESAS Los cambios en la estructura de crédito bancario generados, tanto por la bur­buja crediticia de los años 1990-1994 y la crisis cambiario-financiera de 1994-1994, no se han revertido. A ello ha contribuido también la forma de


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LUIS ÁNGEL ORTIZ PALACIOS

GRÁFICAS 8

COMPOSICIÓN DEL MARGEN FINANCIERO DE LA BANCA COMERCIAL. INGRESO POR INTERESAS 100.0 90.0 80.0 Porcentaje

70.0 60.0 50.0 40.0 30.0 20.0

Empresas Créditos de consumo Intereses por valores, derivados y otros valores

Gobierno Crédito vencido Crédito de vivienda

2016

2015

2014

2013

2012

2011

2010

2009

2008

0.0

2007

10.0

Entidades financieras Comisiones

FUENTE: elaboración propia con datos del Banxico.

operar la política monetaria por parte del Banco de México, la cual se sos­ tiene en la sobreacumulación de reservas internacionales, la intervención esterilizada en el mercado cambiario y en el mantenimiento de un atractivo diferencial entre las tasas de interés interna y externa. La combinación de es­ tos factores ha profundizado los desajustes en el ciclo monetario de la pro­ ducción (Guttman, 1999), originado en gran medida por la contracción del financiamiento bancario a las actividades productivas. Estos desajustes se reflejan en la estructura de financiamiento de las em­ presas. En la gráfica 9 se muestra que la principal fuente de financiamiento de las empresas en México son los Proveedores, pues otorgaron entre el 40 y 60%, en promedio anual, del crédito total a las empresas, entre 1998-2009, respectivamente; registrándose el mayor porcentaje en 2006. Este tipo de cré­ dito es de corto plazo y, por tanto, es utilizado principalmente para cubrir gastos corrientes y de trabajo. Le sigue el crédito bancario, que abarca entre el 17 y 27% del financiamiento de las empresas, siendo en 1998 cuando se otorgó el mayor porcentaje. El incremento del crédito comercial de los Pro­ veedo­res y la reducción del crédito bancario durante el periodo 1998-2009, demuestra que la reducción del crédito otorgado por la banca obliga a las em-


CONCENTRACIÓN BANCARIA Y FINANCIAMIENTO A LAS EMPRESAS

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presas a recurrir al crédito de los Proveedores para obtener liquidez de muy corto plazo. La tercera fuente de financiamiento es el financiamiento otorga­ do por las empresas del grupo corporativo; éste se ha mantenido estable y representa el 13% del financiamiento total de las empresas. El resto del fi­ nanciamiento se los otorga la banca de desarrollo, oficina matriz y otros pa­ sivos, En su conjunto, estas fuentes de financiamiento han disminuido, ya que de un 9.5 se redujo a 6.6%, entre 1998 y 2009, respetivamente. Siendo la banca de desarrollo la que más ha contraído el crédito a las empresas. GRÁFICA 9

FUENTES DE FINANCIAMIENTO TOTAL DE LAS EMPRESAS 100.0 90.0 80.0 Porcentaje

70.0 60.0 50.0 40.0 30.0 20.0

Empresas Créditos de consumo Intereses por valores, derivados y otros valores

Gobierno Crédito vencido Crédito de vivienda

2016

2015

2014

2013

2012

2011

2010

2009

2008

0.0

2007

10.0

Entidades financieras Comisiones

FUENTE: elaboración propia con datos del Banco de México.

Si analizamos la estructura de financiamiento de las empresas por ta­ma­ ño,10 esto es, pequeñas, medianas, grandes y AAA para el mismo perio­do, 1998-2009, se observa el mismo comportamiento que la estructura de finan­ ciamiento total de las empresas. En el caso de las pequeñas empresas, los proveedores proporcionaron entre el 60 y 65%, la banca comercial otorgó entre el 13 y 24%, y las empresas del grupo corporativo otorgaron entre el El Banco de México determina desde 1997 el tamaño de las empresas tomando como refe­ rencia el valor de sus ventas, de la siguiente forma: Pequeñas, 1-100 millones de pesos; Medianas, 101-500 millones de pesos; Grandes, 501-5 000 millones de pesos; AAA, más de 5 000 millones de pesos 10


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LUIS ÁNGEL ORTIZ PALACIOS

11 y 13% del financiamiento total. Resalta el nulo financiamiento de la ban­ca de desarrollo a este tipo de empresas; por ejemplo, en 2009 sólo les otorgó el 1.8% de su finamiento total (véase la gráfica 10). GRÁFICA 10

FUENTES DE FINANCIAMIENTO DE LAS EMPRESAS PEQUEÑAS 100.0 90.0 80.0 Porcentaje

70.0 60.0 50.0 40.0 30.0 20.0

2009

2008

2007

2006

2005

2004

2003

2002

2001

2000

1999

0.0

1998

10.0

Otros pasivos Oficina matriz Crédito de banca de desarrollo Créditos de otras empresas del grupo corporativo Crédito de banca extranjera Crédito banca comercial Proveedores FUENTE: elaboración propia con datos del Banxico.

En la estructura de financiamiento de las empresas medianas también los Proveedores son la principal fuente de financiamiento, ya que representa­ ron entre el 42 y 61%; el crédito bancario el 19 y 26% y la banca de desarro­ llo entre el 1.4 y 4%, para 1998 y 2009, respectivamente (véase la gráfica 11). De lo anterior se desprende que, en el caso de las pequeñas y medianas empresas, la principal fuente de financiamiento son los Proveedores, y que este financiamiento ha venido compensando la constante reducción del crédito bancario a las actividades productivas, en particular en los años 2002-2007. A ello se suma el bajo o nulo financiamiento que otorga por la banca de desarrollo a este tipo de empresas. Cabe señalar que el crédito otorgado por las empresas del grupo corporativo se ha convertido es una fuen­ te importante y permanente de financiamiento tanto de las pequeñas como de las medianas empresas.


CONCENTRACIÓN BANCARIA Y FINANCIAMIENTO A LAS EMPRESAS

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GRÁFICA 11

FUENTES DE FINANCIAMIENTO DE LAS EMPRESAS MEDIANAS 100.0 90.0 80.0 Porcentaje

70.0 60.0 50.0 40.0 30.0 20.0

2009

2008

2007

2006

2005

2004

2003

2002

2001

2000

1999

0.0

1998

10.0

Otros pasivos Oficina matriz Crédito de banca de desarrollo Créditos de otras empresas del grupo corporativo Crédito de banca extranjera Crédito banca comercial Proveedores FUENTE: elaboración propia con datos del Banxico.

En la gráfica 12 se muestra la estructura de financiamiento de las empre­ sas grandes; como se observa, al igual que en el caso de las empresas media­nas, el crédito comercial de los Proveedores y el financiamiento bancario son las dos principales fuentes de financiamiento. Sin embargo, a diferencia de las empresas medianas, la proporción del crédito bancario es mayor en las grandes empresas. Además, el crédito otorgado por otras empresas del corpora­ tivo es importante y el mismo se ha mantenido constante: entre el 10 y 13% del crédito total. Por su parte, el crédito de la banca extranjera se incremen­ tó entre 1998-2000, pero a partir de 2001, éste se contrajo. De forma indivi­ dual, el financiamiento otorgado por la banca de desarrollo, la oficina matriz y la colocación de otros pasivos es mínimo, pero en su conjunto, re­presentó el 12%, en promedio anual, durante el periodo de estudio. En el caso de las empresas AAA, su estructura de financiamiento es más proporcional comparada con la estructura de las pequeñas, medianas y grandes empresas. El crédito de los proveedores es menor y el de la banca extranjera es mayor que en dichas empresas; sin embargo, este último dis­ minuyó a partir de 2001; así mismo, las empresas AAA son las únicas que


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LUIS ÁNGEL ORTIZ PALACIOS

GRÁFICA 12

FUENTES DE FINANCIAMIENTO DE LAS GRANDES EMPRESAS 100.0 90.0 80.0 Porcentaje

70.0 60.0 50.0 40.0 30.0 20.0

2009

2008

2007

2006

2005

2004

2003

2002

2001

2000

1999

0.0

1998

10.0

Otros pasivos Oficina matriz Crédito de banca de desarrollo Créditos de otras empresas del grupo corporativo Crédito de banca extranjera Crédito banca comercial Proveedores FUENTE: elaboración propia con datos del Banxico.

han mantenido constante la colocación de pasivos en el mercado bursátil, a excepción de los años 2005-2007, en que se redujo dicha colocación (véa­ se la gráfica 13). Revisando la estructura de financiamiento de las empresas según la clasi­ ficación de empresas no exportadoras y empresas exportadoras que hace el Banco de México, para el mismo periodo (1998-2009), se observa que la estructura de financiamiento de las empresas no exportadoras es igual a la de las empresas medianas, esto es, sus principales fuentes de financia­ miento son: los Proveedores, la banca comercial y el crédito otorgado por empresas del mismo grupo corporativo, en ese orden de importancia. Esta coincidencia nos permite sostener que una elevada proporción de las em­ presas medianas se encuentren en la clasificación de empresas no exportado­ ras. En el caso de las empresas exportadoras, su estructura de finamiento es similar a la de las empresas grandes y AAA, pero a las fuentes de finan­ ciamiento de los Proveedores, banca comercial y empresas del mismo gru­ po corporativo se suma el crédito de la banca extranjera (véanse las gráficas 14 y 15).


CONCENTRACIÓN BANCARIA Y FINANCIAMIENTO A LAS EMPRESAS

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GRÁFICA 13

2009

2008

2007

2006

2005

2004

2003

2002

2001

2000

1999

1998

Porcentaje

FUENTES DE FINANCIAMIENTO DE LAS EMPRESAS AAA 100.0 90.0 80.0 70.0 60.0 50.0 40.0 30.0 20.0 10.0 0.0

Otros pasivos Oficina matriz Crédito de banca de desarrollo Créditos de otras empresas del grupo corporativo Crédito de banca extranjera Crédito banca comercial Proveedores FUENTE: elaboración propia con datos del Banxico.

GRÁFICA 14

Otros pasivos Oficina matriz Crédito de banca de desarrollo Créditos de otras empresas del grupo corporativo Crédito de banca extranjera Crédito banca comercial Proveedores FUENTE: elaboración propia con datos del Banxico.

2009

2008

2007

2006

2005

2004

2003

2002

2001

2000

1999

100.0 90.0 80.0 70.0 60.0 50.0 40.0 30.0 20.0 10.0 0.0

1998

Porcentaje

FUENTES DE FINANCIAMIENTO DE LAS EMPRESAS NO EXPORTADORAS


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GRÁFICA 15

2009

2008

2007

2006

2005

2004

2003

2002

2001

2000

1999

1998

Porcentaje

FUENTES DE FINANCIAMIENTO DE LAS EMPRESAS EXPORTADORAS 100.0 90.0 80.0 70.0 60.0 50.0 40.0 30.0 20.0 10.0 0.0

Otros pasivos Oficina matriz Crédito de banca de desarrollo Créditos de otras empresas del grupo corporativo Crédito de banca extranjera Crédito banca comercial Proveedores FUENTE: elaboración propia con datos del Banxico.

De lo anterior, se concluye que durante el periodo 1998-2009, el crédito comercial otorgado por los Proveedores fue la principal fuente de financia­ miento de las empresas en México, le sigue el crédito bancario, pero en una proporción menor que aquél. Sin embargo, la asimetría en la información y el racionamiento en la asignación del crédito afectan en mayor medida a las pequeñas y medianas que a las grandes empresas. Por su parte, las em­ presas AAA dependen menos del crédito comercial de los Proveedores, y el fi­nanciamiento bancario se ha mantenido estable, pero son las únicas que han tenido acceso más estable al financiamiento de la banca extranjera y a la colocación de pasivos en el mercado bursátil. El Banco de México cambió en 2010 la metodología referente al tamaño de las empresas que venía utilizando para la generación de estadísticas so­bre las fuentes de financiamiento de las empresas, por el criterio del número de trabajadores, quedando dicha clasificación como sigue: empresas hasta con 100 empleados que obtuvieron algún tipo de financiamiento y empresas con más de 100 empleados que obtuvieron algún tipo de financiamiento. De acuerdo a esta nueva clasificación, en los últimos seis años, los Provee­ dores y la banca comercial siguen siendo las principales fuentes de finan­ ciamiento para ambos tipos de empresas. En el caso de las empresas hasta


CONCENTRACIÓN BANCARIA Y FINANCIAMIENTO A LAS EMPRESAS

109

con 100 empleados, del total de empresas que solicitaron algún tipo de crédito, sólo el 87%, en promedio anual, lo obtuvo. Además, este porcenta­ je se redujo a partir de 2014, siendo el crédito comercial de los Proveedores el que registró la mayor reducción. Otros aspectos que deben resaltarse son el nulo financiamiento que recibieron este tipo de empresas por parte de la oficina matriz del país, la oficina matriz del extranjero y de las empresas del grupo corporativo, así como una baja colocación de emisiones de deuda, misma que se deja de emitir a partir de 2013 (véase la gráfica 16). GRÁFICA 16

EMPRESAS HASTA CON 100 EMPLEADOS QUE OBTUVIERON ALGÚN TIPO DE FINANCIAMIENTO 100.0 90.0 80.0 Porcentaje

70.0

78.9

80.8

84.2

82.0

78.4

77.6

77.1

60.0 50.0 40.0 30.0 20.0 10.0 0.0 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016

Financiamiento con proveedores Crédito banca extranjera Emisión de deuda

Crédito banca comercial Crédito banca de desarrollo

FUENTE: elaboración propia con datos del Banxico.

Por las características de su estructura de financiamiento y el deterioro de la misma, es probable que en la clasificación de empresas con hasta 100 empleados que solicitaron algún tipo de financiamiento, se encuentre la mayoría de las empresas medianas y una parte de grandes empresas, en par­ ticular las empresas cuya producción se destina al mercado interno. Respecto a las empresas con más de 100 empleados, durante el periodo 2010-2016 no recibieron financiamiento de las empresas del grupo corpo­ rativo y de la oficina matriz del exterior. Asimismo, también se registró una contracción del crédito de los Proveedores y de la oficina matriz en el país, pero la disminución del crédito de los Proveedores fue menor que en el caso de las empresas hasta con 100 empleados. Además, y paradójicamente, estas empresas obtuvieron financiamiento importante de la banca de desa­


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LUIS ÁNGEL ORTIZ PALACIOS

rrollo, ya que el mismo se incrementó de 4.8 en 2010 a 8.5% en 2016. Una tendencia contraria mostró la emisión de deuda, la cual registró una drásti­ ca reducción, de un 4.0 al 0.6%, entre 2010 y 2016, respectivamente (véase la gráfica 17). GRÁFICA 17

EMPRESAS CON MÁS DE 100 EMPLEADOS

Porcentaje

QUE OBTUVIERON ALGÚN TIPO DE FINANCIAMIENTO 100.0 90.0 80.0 86.7 82.6 82.6 82.3 80.1 76.6 70.0 72.8 60.0 50.0 40.0 30.0 20.0 10.0 0.0 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016

Financiamiento con proveedores Crédito banca extranjera Crédito banca de desarrollo

Crédito banca comercial Oficina matriz Emisión de deuda

FUENTE: elaboración propia con datos del Banxico.

CONSIDERACIONES FINALES La mayor disponibilidad de recursos bancarios resultado de la eliminación de los mecanismos de encaje legal, control de las tasas de interés y el acceso al fondeo interbancario interno y externo, en particular a este último, de­ bido a la bajas tasas de interés externas, no se correspondió con un incremen­ to del financiamiento a la inversión productiva. El crédito a los sectores agropecuario e industrial no ha recuperado los niveles históricos que re­ gistró cuando el sistema financiero estaba regulado. La liberalización del sistema financiero en general, y del mercado ban­ cario en particular, que incluye la extranjerización del mismo, propició la segmentación de este último. La expansión del crédito al sector privado se concentra en sectores altamente rentables, como consumo e hipotecario que se caracterizan por su baja sensibilidad a las variaciones de la tasa de interés. Ello, aunado a la flexibilización de los requisitos para otorgar los créditos, condujo a la inclusión de prestatarios de baja solvencia económica al circuito del crédito.


CONCENTRACIÓN BANCARIA Y FINANCIAMIENTO A LAS EMPRESAS

111

Con la puesta en marcha en 2000 de los acuerdos establecidos en el TLCAN en materia financiera, se eliminaron las últimas trabas legales y ju­ rídicas que impedían la participación del capital extranjero en la propiedad total de los bancos locales. En menos de tres años, el capital extranjero con­ solida el doble poder de mercado de la banca comercial: su poder oligopóli­co para establecer altas tasas activas en el mercado de crédito y su oligopsóni­ co en el mercado de depósitos, que le han permitido fijar tasas pasivas ba­ jas, incluso por debajo de los títulos públicos. El racionamiento del crédito bancario a las actividades productivas, la menor demanda de crédito de las empresas como respuesta a las elevadas tasas de interés reales, y el incremento de las inversiones en instrumentos sintéticos han obligado a las empresas a buscar fuentes alternativas de financia­ miento, como los Proveedores. El crédito comercial otorgado por éstos se ha constituido en la principal fuente de financiamiento para todas las empre­ sas en general; sin embargo, para las pequeñas y medianas empresas la misma es fundamental. El comportamiento rentista y especulativo de la banca comercial queda de manifiesto en la composición de su margen de ganancia, ya que los inte­ reses pagados por el crédito al consumo, las inversiones en valores y deri­ vados, el crédito a las empresas y el crédito hipotecario, representan casi el 90% de su margen financiero total. BIBLIOGRAFÍA Aggarwal, Reena (2002), “Desmutualization and Corporate Govermance of Stock Exchanges”, en  Journal of Applied Corporate Finance, vol. 18, núm. 1, pp. 106-113. Banco de México, Encuesta de Evaluación Coyuntural del Mercado Crediticio, varios años, México. Banco de México, Cuadernos de Información Económica, Indicadores Econó­ micos, varios años, México. Bofinger, P. y T. Wollmershaeuser (2000), “Managed Floating, Understan­ ding the New International Monetary Order”, en CEPR Discussion Paper, núm. 3064. Cetorelli, N. y M. Gambera (2001), “Banking Market Structure, Financial De­­pendence and Growth, International Evidence from Industry Data”, en  Journal of Financial, vol. LVI, núm. 2, abril, pp. 617-648. Comisión Nacional Bancaria y de Valores, Boletín Estadístico Banca Múlti­ ple, varios años, México.


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LUIS ÁNGEL ORTIZ PALACIOS

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SEGUNDA SECCIÓN

LA BANCA NACIONAL DE DESARROLLO Y SUS FUNCIONES



BANCA DE DESARROLLO: ¿REFORMA ESTRUCTURAL? GABRIEL GÓMEZ OCHOA*

INTRODUCCIÓN Desde hace más de tres décadas, la banca de desarrollo (BD) no ha podido funcionar como el poderoso instrumento para el desarrollo que puede y debe ser. Hay consenso en que las instituciones que la han conformado tuvieron una función vital en la economía del país. Si bien se han señalado sus deficiencias, prácticamente nadie niega su aporte, especialmente desde el inicio del proceso de industrialización y en el desarrollo estabilizador (Mántey y Levy, 2009; Pacto por México, 2012). Sin embargo, en el modelo actual y particularmente en los dos sexenios anteriores, la BD fungió como un intermediario accesorio, en buena medida subordinada al sector financiero privado. Por ello, y ante las notorias deficiencias de este último, la banca que originalmente estaba destinada a ser el brazo financiero para el desarrollo económico y social del país se vio prácticamente paralizada y, por lo tanto, su aportación a la actividad económica nacional ha sido escasa. Desde la presidencia de Miguel de la Madrid hasta la actual, la BD ha atravesado por una serie de cambios sexenales que, en el discurso, la ubican como un poderoso instrumento, no sólo financiero, para alcanzar las metas propuestas en los planes y programas del gobierno en turno (Gómez, 2013). Efectivamente, con diversos nombres y métodos (reformas, restructu­ raciones, creación y desaparición de intermediarios, modificaciones en sus formas de operación, etc.) se ha intentado encontrar un lugar para la banca pública, pero hasta ahora con resultados más bien pobres, muy por debajo * Profesor de la FES Acatlán-UNAM. El autor agradece el apoyo de Benjamín Pérez Rodríguez en el acopio y revisión de información. [117]


118

GABRIEL GÓMEZ OCHOA

de lo planeado.1 En realidad, se ha perdido un instrumento vital del desarrollo económico y su recuperación no puede ser en un plazo corto. Ante la falta de resultados positivos del sector financiero en su conjunto y de la BD en particular, la administración actual planteó una supuesta refor­ ma estructural, que incluyó trece iniciativas de ley que modificarían 34 leyes relacionadas con el sector. Respecto de la banca de desarrollo, se con­firmó su función como complemento del sector financiero privado (dependencia y subordinación de la BD); su obligación de prestar asistencia técnica y capacitación relacionada con servicios y productos financieros; y se reiteró su compromiso con los más necesitados. Nada nuevo. No obstante, se mo­ dificaron las leyes orgánicas de cada banco, así como las principales leyes que norman la actividad de la banca pública; estas modificaciones podrían impulsar un tanto la actividad de la BD (que tiene limitaciones estructurales), pero también entrañan riesgos que no son menores. En este capítulo se muestran, primero, los principales cambios que la reforma financiera introdujo en la normatividad de la BD y se analizan sus limitaciones; posteriormente se revisan las cifras disponibles para evaluar sus desempeño reciente y mostrar lo poco que ha cambiado éste desde 2011. Por último, se presentan algunas reflexiones acerca de las dificultades que enfrenta este intermediario para poder funcionar con eficiencia. LA BD EN LA REFORMA FINANCIERA En el discurso de presentación de la reforma financiera, el entonces secretario de Hacienda, después de decir que: [...] la iniciativa de reformas es integral, no busca reducir las tasas de interés por decreto, propone dar mayor flexibilidad e incentivos para que el sector privado y la banca de desarrollo de forma conjunta otorguen más créditos y que éstos sean más baratos [aclara que ésta se basa en cuatro ejes:] Primero, un nuevo mandato para la banca de desarrollo, que propicie el crecimiento del sector financiero.2 1 Por ejemplo, en el PRONAFIDE 2008-2012, para la BD se determina que, en primer piso, el financiamiento sólo llegará a 1.2% del PIB, pero que en segundo piso alcanzará alrededor del 6% para 2012. Los datos son contundentes: al finalizar el sexenio todos los activos del BD apenas alcanzaron 7% del PIB; el crédito total (independientemente del piso) sólo llegó a 3.1 por ciento. 2 Los otros tres ejes son: “Segundo, fomentar la competencia en el sistema bancario y financiero, para abaratar las tasas y los costos. Tercero, generar incentivos adicionales para que la banca preste más. Cuarto, y no menos importante, fortalecer al sistema financiero y bancario mexicano, para que el sector crezca siempre de forma sostenida” (SHCP, 2013).


BANCA DE DESARROLLO: ¿REFORMA ESTRUCTURAL?

119

Más explícitamente, aunque cambiando el orden de los “pilares”, en el documento denominado “Reforma Financiera”, del Gobierno de la Re­pú­ bli­ca,3 se explica que: El segundo pilar de la Reforma Financiera consiste en fomentar el crédito redefiniendo el mandato de la Banca de Desarrollo. La banca del Estado Mexicano se convertirá en un verdadero motor del crecimiento económico. La reforma da un especial énfasis a las áreas prioritarias para el desarrollo nacional, como son la infraestructura, el apoyo a las pequeñas y medianas empresas y pequeños productores del campo, y en general todos aquellos sec­ tores no atendidos por la banca privada, promoviendo además la innovación y la creación de patentes fomentando la sustentabilidad ambiental, la perspectiva de género, la inclusión financiera de niños y jóvenes, y pudiendo realizar funciones de banca social (cursivas mías).

Menuda tarea le queda a la BD si se toma en cuenta lo poco que atiende la banca privada; de hecho, el crédito de la banca múltiple en México, en relación con la producción interna, es de los más bajos del mundo, mucho muy bajo si se compara con países de la OCDE.4 Con la reforma, dice el discurso oficial, se adapta el marco normativo para que la BD pueda instrumentar políticas que apoyen la creación y la preservación de los empleos e inversiones. “La Banca de Desarrollo debe contribuir de manera eficaz con la actividad productiva del país, la creación de valor, el crecimiento del campo y, a su vez, permitir y respaldar el ahorro popular en beneficio del bienestar de las familias mexicanas” (Gobierno Federal, 2013, p. 7). Dicha adaptación implicó varias modificaciones al marco legal; entre las que han sido destacadas por sus propios promotores están: • La precisión en el mandato de cada una de las instituciones y el canal de fomento de la actividad económica a través de la atención de sectores estratégicos bien identificados. • La flexibilidad del marco normativo, con lo que se eliminan algunas restricciones importantes para su operación y gozar de cierta autonomía respecto de la SHCP. Documento disponible en <http://portal.conunion.org.mx/Ley/Explicacion_ampliada_de_ la_Reforma_Financiera.pdf>. 4 El propio secretario de Hacienda, en el discurso aludido, reconoce: “El crédito asignado por la banca comercial al sector privado es de tan sólo el 26% del Producto Interno Bruto, lo que contrasta con el promedio de América Latina, que es superior al 50%, o de países como Chile, que tienen una penetración de crédito como porcentaje del Producto Interno Bruto cercano al 100 por ciento”. 3


120

GABRIEL GÓMEZ OCHOA

• La posibilidad de conseguir los recursos requeridos para el cumplimien­ to de su función, especialmente personal capacitado; ahora sus órganos de gobierno podrán decidir, utilizando sus propios recursos, la estructura organizacional y necesidades de recursos humanos para cum­plir con sus actividades de manera más efectiva. • La obligación de crear programas de financiamiento a empresas de pequeñas dimensiones y productores del campo también pequeños. • La obligación de dar asistencia técnica y capacitación, en especial para los servicios y productos financieros de innovación, patentes y otros derechos de propiedad industrial. • La obligación de promover la sustentabilidad ambiental y estimular la responsabilidad ambiental corporativa en ellas mismas. • La facilitación de la inclusión financiera de la población en general y, particularmente, la de mujeres, niños y jóvenes, así como la promoción del ahorro e inversión en comunidades indígenas. • La elaboración y aplicación de programas y productos específicos con perspectiva de género, para fomentar la igualdad de hombres y mujeres en el acceso a servicios financieros. Además, todos los bancos de desarrollo podrán realizar funciones de banca social, en especial se encomienda al Banco del Ahorro Nacional y Ser­ vicios Financieros (Bansefi) desempeñar funciones de banca social: promover el ahorro, el financiamiento, la inclusión financiera, el fomento de la innovación, la perspectiva de género y la inversión entre personas físicas que tengan acceso limitado a los servicios financieros por su condición socioeconómica o ubicación geográfica. Con esto, dicen: [...] la Banca de Desarrollo se transformará para generar un sector dinámico y moderno, transparente en cuanto a su desempeño, pero sobre todo fortalecido en relación con su operación y capacidad de allegarse y canalizar mayores recursos en favor de aquellas personas que más lo necesitan (Gobierno Federal, nd, p. 9).

No es sencillo evaluar si con las modificaciones a la normatividad es suficiente para que la BD cumpla con su función en el desarrollo del país; tampoco es sencillo evaluar si eran necesarias tales modificaciones para hacer lo que ahora se le encomienda, lo cual, por cierto, no es nuevo. ¿Se habrá tenido que obligar a las instituciones de BD a, por ejemplo, crear programas de financiamiento a mipymes y proveer la asistencia técnica correspondiente? ¿No podrían haberlo hecho con la reglamentación anterior? Si no se les


BANCA DE DESARROLLO: ¿REFORMA ESTRUCTURAL?

121

obligara ¿financiarían proyectos que dañaran el ambiente? ¿La política de in­ clusión financiera tendrá éxito ahora que está en las leyes de la BD? En general, lo que se pretende que haga ahora la BD es un cúmulo de buenos propósitos que, más o menos en los mismos términos, ya se mencionaban en planes y programas anteriores; cuestiones obvias para una institución orientada al financiamiento del desarrollo y con tantos años de existencia. La flexibilización de su normatividad para la toma de decisiones no es garantía de que los bancos de desarrollo cumplan cabalmente con sus funciones; darles cierta independencia respecto de la cabeza del sector financie­ ro puede agilizar la operación; sin embargo, también puede potenciar los riesgos, especialmente ante la falta de madurez institucional en el país. De acuerdo con la reforma aprobada, a la flexibilización se le acompaña de un control y vigilancia para evitar duplicidades y cargas administrativas excesivas; se aclara que: “[…] la revisión de cuestiones bancarias queda a cargo de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, el Banco de México y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Por su parte, la Secretaría de la Función Pública queda a cargo del control y vigilancia de disposiciones ad­ ­mi­nistrativas” (Gobierno Federal, nd, p. 8). La pregunta que surge es ¿los programas de inclusión financiera, la promoción de la sustentabilidad ambiental, la igualdad de género, etc., son cuestiones bancarias o disposiciones administrativas? Hasta ahora, no es fácil encontrar información sobre estos asuntos en las entidades de control y vigilancia antes citadas. Aparte de la escasa información que proveen los propios interesados, no es posible saber las características, modalidades, magnitudes, plazos, metas, etc., de estas nuevas obligaciones de la BD. Y si ya están en operación algunos proyectos o programas, ¿cuáles serán las consecuencias de su incumplimiento, si es el caso? Si bien no es fácil dar una opinión sobre el sendero que andará la BD con las modificaciones a su normatividad, tampoco es factible una evaluación de su desempeño con las cifras disponibles, pues el tiempo que ha pasado es muy poco para evaluar una reforma estructural; sin embargo, es conveniente revisar algunos datos para recordar las condiciones de las que parte el sector y saber lo ocurrido en cuatro años de la actual administración. CIFRAS RECIENTES DE LA BANCA DE DESARROLLO Como ya se pudo intuir por las propias palabras del entonces secretario de Hacienda (ver nota 4), la banca de desarrollo no aporta lo que debería al crecimiento económico y el desarrollo social del país. Su dimensión es tan


122

GABRIEL GÓMEZ OCHOA

pequeña que, aunque su gestión fuera exitosa, pocos efectos reales tendría en la actividad económica. Financiamiento Los activos totales de los seis bancos de desarrollo5 equivalen, apenas, a alrededor de 7% del PIB como promedio en los últimos seis años. El crédito en particular aumentó su proporción en un punto porcentual respecto del producto interno: pasó de 2.80% en 2011 a 3.75% en 2016 (para junio de 2017 se redujo un poco, a 3.27 por ciento).6 En este sentido, sí ha habido un impulso al crédito en lugar de la inversión y operación de valores. Como se puede ver en la gráfica 1, a partir de 2015 el crédito total de los seis bancos de desarrollo supera a los valores (con acreedores por reporto y derivados), cuyo total en pesos constantes se ha mantenido estable desde 2014. No obstante, conviene señalar que dicho aumento en los préstamos es constante desde 2012, por lo cual no se le puede atribuir por completo a la reforma financiera. No obstante, el aumento de los préstamos ha sido disparejo, desde varios puntos de vista: Por institución. El crecimiento real de la cartera de crédito fue de 80% des­de diciembre de 2011 hasta diciembre de 2016; lo que implica una tasa promedio anual superior a 9%; sin embargo, cada institución tuvo comportamiento diferente, por lo que se detectan algunos cambios en la participación de cada una de ellas. Banobras mantiene la cartera de crédito más grande del sector, con 42% del total, aunque llegó a detentar el 48% en 2013. Le sigue Nafin, que ha disminuido notoriamente su participación (cinco puntos porcentuales en el periodo), por lo cual Bancomext ya consiguió, prácticamente alcanzarlo, pues su crédito creció al triple de Nafin. Los otros tres bancos son de menor dimensión. El crédito de la SHF ape­ nas creció a una tasa de 2.9% anual, una tercera parte del total de la BD, por lo que perdió cuatro puntos en su participación. Banjército sí creció a un ritmo superior al total, pero como ya se mencionó, no es realmente un banco 5 Los bancos son: Nacional Financiera (Nafin), Banco de Comercio Exterior (Bancomext), Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras), Banco de Servicios Financieros (Bansefi), Sociedad Hipotecaria Federal (SHF) y Banco del Ejército (Banjército). Este último, en realidad, no opera como banco de desarrollo, es un banco comercial que ofrece sus servicios a los miembros de las fuerzas armadas. 6 Para valorar con mayor precisión el tamaño de la BD hay que recordar que los activos y el crédito (todo el balance) son acervos, en tanto que el PIB es un flujo. Esto es, el coeficiente resultante no significa que cada año ése sea el nuevo flujo de financiamiento; es el acervo vigente, acumulado por la operación del banco durante años.


BANCA DE DESARROLLO: ¿REFORMA ESTRUCTURAL?

123

GRÁFICA 1

BANCA DE DESARROLLO: CRÉDITO Y VALORES* (MILLONES DE PESOS DE 2010) 800 000 700 000 600 000 500 000 400 000 300 000 200 000 100 000 0

2011

2012

2013

2014

Inversiones en valores Derivados

2015

2016

2017

Deudores por reporto Cartera de crédito total

*Incluye Inversiones en valores, deudores por reparto y derivados. FUENTE: elaborado con datos de CNBV, series históricas: Estados financieros consoli­ dados con subsidiarias: febrero de 2011-periodo actual, disponible en <http://cnbv.gob. mx/Paginas/Por tafolioDeInformacion.aspx>, consultado el 19 de octubre de 2017.

CUADRO 1

BANCA DE DESARROLLO: CARTERA DE CRÉDITO POR BANCO Estructura porcentual

TMCA

Banco/año

2011

2012

2013

2014

2015

2016

2017

BANOBRAS

40.4

46.5

48.1

45.8

44.1

41.5

41.7

9.7

NAFIN

27.8

23.6

21.3

22.4

22.3

23.9

22.8

5.5

BANCOMEXT

13.6

13.7

14.6

17.0

19.8

21.5

20.3

16.7

SHF

14.5

12.4

12.4

10.8

9.5

8.9

10.3

2.9

BANJÉRCITO

3.7

3.8

3.6

3.7

4.0

4.0

4.8

14.0

BANSEFI

0.0

0.1

0.1

0.3

0.3

0.2

0.2

55.8

100.0

100.0

100.0

100.0

100.0

100.0

100.0

9.1

Total BD

FUENTE: elaborado con datos de CNBV, series históricas: Estados financieros consolidados con subsidiarias: febrero de 2011- periodo actual, disponible en <http://cnbv.gob.mx/Paginas/PortafolioDeInformacion.aspx>, consultado el 19 de octubre de 2017.

de desarrollo. El menor de estos bancos, Bansefi, es un caso ilustrativo de lo que podría ser la banca de desarrollo después de la reforma. En efecto, su cartera de crédito es insignificante, como se ve en el cuadro 1, pero en un solo mes, entre noviembre y diciembre de 2014, se cuadruplicó en términos rea-


124

GABRIEL GÓMEZ OCHOA

les. Un aumento de 1,284 millones de pesos (de 2010), de los cuales 595.1 fueron como crédito al consumo (y 680.6 como otros créditos comer­ciales al gobierno, para el programa Prospera). El aumento para el crédito al consumo, de acuerdo con el auditor externo, permitió […] a Bansefi atender las necesidades de colocación de cartera al amparo en la Reforma Financiera 2014. Bansefi ha incursionado en el crédito de primer piso, inicialmente con créditos orientados al Programa de Refinanciamien­ to de Trabajadores del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (Bansefi, 2016).

En este sentido, parecería que está cumpliendo con sus funciones de banca social; sin embargo, no es coincidencia que el financiamiento haya sido a los trabajadores de la educación y, por otra parte, el índice de morosidad en ese tipo de crédito, que era de 0.01% antes del evento, en junio de 2017 ya es de 18.5%; más alto que en cualquier banco comercial y en toda la banca de desa­ rrollo.7 Por tipo de acreditado: el destino del crédito de la BD se concentra casi por partes iguales en tres prestatarios: empresas, sector financiero y gobierno. El resto (7% del total) se distribuye entre crédito al consumo y a la vivienda; estos dos últimos los otorgan prácticamente en su totalidad Banjército (98% del consumo y 60% de vivienda) y la SHF (39% de vivienda). Banjército corre poco riesgo con sus acreditados, pues son casi cautivos y suele cobrar por nómina; sus principales créditos son personales y su morosidad es baja: 0.15% al consumo y 3.9% en vivienda. Tal situación contrasta con la de SHF, cuya morosidad total es de casi 20%, pero en sus créditos directos a la vivienda llega hasta 48 por ciento.8 Por lo que toca a las empresas, es el destino de crédito que más creció en los últimos 6 años, a una tasa de 14% anual; Bancomext (48%), Banobras (35%) 7 Cabe aclarar que Bansefi no otorgó créditos directamente a los trabajadores de la educación, sino compró la cartera a bancos privados; al respecto el auditor sólo dice: “Durante el último trimestre del año y en atención al Programa de Refinanciamiento de Créditos de los Trabajadores de la Educación y a su Subprograma para la Adquisición de Cartera de Créditos, el Banco adquirió cartera de crédito de la denominada de consumo”. No sólo adquirió la cartera, sino que ofreció mejores condiciones: “En febrero de 2014 inició la colocación de créditos de primer piso correspondientes al programa REFIN, otorgando créditos en mejores condiciones para trabajado­res de la educación para el refinanciamiento de deuda con descuento vía nómina” (Bansefi, 2016). No obstante las mejores condiciones que ofreció el banco de desarrollo, el volumen no pagado es muy alto en tan poco tiempo. La banca social podría convertirse en sinónimo de no pago. 8 SI bien la SHF otorga 39% de los créditos directos para vivienda, ése no es el principal destino de sus recursos, ya que presta a empresas financieras, en segundo piso, para que éstas financien construcción y adquisición de vivienda.


BANCA DE DESARROLLO: ¿REFORMA ESTRUCTURAL?

125

CUADRO 2

BANCA DE DESARROLLO: CARTERA DE CRÉDITO POR DESTINO Estructura porcentual Destino/año

TMCA

2011

2012

2013

2014

2015

2016

2017

Actividad empresarial

28.0

32.6

35.3

33.4

36.4

36.6

35.3

7.9

Entidades financieras

31.9

27.0

26.8

27.9

26.0

27.4

28.9

21.1

Entidades gubernamentales

30.6

31.1

29.8

31.8

30.8

29.7

28.7

-3.7

Créditos a la vivienda

7.4

7.2

6.2

4.7

4.0

3.3

3.4

8.6

Créditos de consumo

2.0

2.0

1.8

2.3

2.8

3.0

3.7

14.0

100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

9.1

Total BD

FUENTE: elaborado con datos de CNBV, series historicas: Estados financieros consolidados con subsidiarias: febrero de 2011- periodo actual, disponible en <http://cnbv.gob.mx/Paginas/PortafolioDeInformacion.aspx>, consultado el 19 de octubre de 2017.

y Nafin (16%) dan casi la totalidad de los recursos. Si bien su morosidad no es alta (2.8% en junio de 2017), sí aumentó de forma notoria respecto del nivel en el que cerró en 2012 (1.0 por ciento). Los recursos canalizados a otras entidades financieras, es decir, el mecanismo de segundo piso, aumentó casi 60 a partir de 2012 (una TMCA de 8%); Nafin sigue siendo la principal fuente de estos recursos, pues canaliza más de la mitad del total (54%) a pesar de haber reducido claramente su partici­pación desde 2012. Le sigue la SHF con más de una cuarta parte y el resto se lo dividen Bancomext (10%) y Banobras (9.3 por ciento). Por otra parte, la proporción de la cartera de crédito de la BD al gobierno se ha mantenido en alrededor del 30% desde 2011. La gran mayoría a cargo de Banobras, debido a su función y su objetivo, en particular el financiamiento a estados y municipios. De hecho, su participación en el total ha aumentado, de 86% en 2011 a 92.4% en 2017. Dentro de este renglón (crédito al gobier­ no) Bancomext y Nafin canalizan recursos casi a empresas estatales y organismos descentralizados. La morosidad en el sector es cero. No sólo mediante crédito la BD financia a estos tres últimos sectores (entidades financieras, empresas y gobierno), también lo hace en menor pro­ porción mediante la adquisición de valores emitidos por ellos. El total de la inversión en valores (tenencia propia) equivale al 16% de la cartera de cré­


126

GABRIEL GÓMEZ OCHOA

dito (junio de 2017), de la cual 79% corresponde a valores del sector público (incluido IPAB y FONADIN); 23% del sector financiero privado y sólo 2.4% de empresas.9 Si se toma en cuenta el financiamiento mediante crédito y valores, entonces el sector público es el agente que más recursos recibe de la BD; ya que alcanza 40% del total (35% empresas y 25% entidades financieras). No obstante, los tres sectores también fondean a la BD; es decir, son sus depositantes. De hecho, los pasivos de la banca con el sector financiero son mucho más altos que sus activos; situación que contrasta con empresas y sector público, como se puede ver en el cuadro 3. En efecto, el saldo acreedor que el sector financiero tiene con la banca de desarrollo casi equivale al financiamiento neto del sector público y claramente mayor al de las empresas. Visto de esta manera, el financiamiento de empresas mediante crédito y adquisición de valores por parte de la BD ha sido menor que el financiamiento al sector público; no obstante, hay una tendencia a que la brecha entre ambos se reduzca.10 Dentro de la captación de recursos de la BD, más de 80% son depósitos a plazo, principalmente de intermediarios financieros (49%), lo cual tiene un efecto negativo en el costo de la captación, especialmente si se compara con la banca privada. De acuerdo con el cuadro 4, solamente la captación de recursos mediante instrumentos a plazo es más onerosa en la BD respecto de la banca múltiple, pero es precisamente donde se ubica la gran mayoría del fondeo de BD, lo cual conduce a que su costo actualmente sea más del doble que el de la bancas privada, pues ésta tiene una estructura de pasivos diversificada. Un argumento esgrimido en la iniciativa de reforma financiera por el presidente de la República fue: “La fortaleza de la Banca de Desarrollo proviene principalmente del respaldo que le otorga el gobierno federal […]”. Si esto es cierto, y lo es, no parece haber razones para que no diversifique su captación y para que la BD pague más que la banca múltiple por instrumentos de captación similares, especialmente cuando la mayor parte de esos instrumentos está en la cartera de intermediarios financieros. Lógicamente, el alto costo de fondeo de la BD, que favorece a un segmento difícilmente justificable, obstaculiza la eficiencia en la intermediación, pues encarece los recursos artificialmente a las poblaciones objetivo, y/o atenta contra la productividad y capitalización de la banca de desarrollo. No se incluye otras operaciones con valores, como reportos y derivados. Al concluir 2001, el financiamiento neto a empresas equivalía a 42% del correspondiente al sector público; en cambio, al cierre de 2016 la proporción llegó 87%. Los últimos datos consul­ tados, a agosto de 2017, indican, sin embargo, una reducción notoria, pues dicha proporción fue de 68 por ciento. 9

10


Financiero

136 773

162 179

187 800

194 387

234 462

232 215

2012

2013

2014

2015

2016

2017 (ago)

481 462

430 593

412 034

440 691

361 721

294 553

281 618

-249 247

-196 131

-217 647

-252 891

-199 542

-157 780

-136 063

Saldo

380 943

373 213

324 742

306 410

242 368

232 034

221 977

148 293

171 572

123 590

76 052

65 089

66 182

41 847

Financiamiento Depósitos

Público

232 649

201 641

201 152

230 358

177 279

165 852

180 130

Saldo

337 918

355 773

299 667

263 084

219 832

166 129

133 836

179 357

180 869

135 602

81 147

71 648

70 221

57 220

Financiamiento Depósitos

Empresas

158 561

174 904

164 066

181 937

148 184

95 908

76 615

Saldo

FUENTE: Banxico, Banca de desarrollo, recursos y obligaciones resumen (metodología dic 2000=>), disponible en <http://www.banxico.org.mx/ SieInternet/consultarDirectorioInternetAction.do?sector=19&accion=consultarCuadro&idCuadro=CF446&&locale=es>, consultado el 18 de octubre de 2017.

145 555

Financiamiento Depósitos

2011

Años

CUADRO 3

BANCA DE DESARROLLO: FINANCIAMIENTO NETO POR SECTORES (MILLONES DE PESOS CORRIENTES)

BANCA DE DESARROLLO: ¿REFORMA ESTRUCTURAL? 127


1.22

1.17

1.17

0.90

0.99

1.60

2012

2013

2014

2015

2016

2017

0.7

0.6

0.5

0.3

0.3

0.2

0.2

5.40

3.37

3.00

4.04

4.04

4.21

4.20

6.4

4.3

4.0

4.7

4.7

4.7

4.7

6.72

4.36

4.00

4.60

4.60

4.87

4.99

6.1

3.9

3.5

4.3

4.3

4.6

4.6

Bancaria1

6.73

4.20

3.70

4.48

4.48

4.70

4.74

6.5

3.6

3.2

4.1

4.1

4.4

4.4

Interbancaria2

Total

3.22

2.01

1.70

2.48

2.48

2.63

2.67

6.20

4.15

3.80

4.47

4.47

4.53

4.46

1.93

2.07

2.24

1.80

1.80

1.72

1.67

2

1

Organismos internacionales, Banxico, Bancos extranjeros. Bancos del país. FUENTE: elaborado con datos de Banxico, Captación de recursos: importe y costo, total de la banca de desarrollo y de la banca múltiple, disponible en <http://www banxico.org.mx/portal_disf/wwwProyectoInternetCapacitación.jsp>, consultado el 20 de octubre de 2017.

1.25

Plazo

Total: Desarrollo/ Múltiple Desarrollo Múltiple Desarrollo Múltiple Desarrollo Múltiple Desarrollo Múltiple Desarrollo Múltiple

2011

Año

Vista

TASAS DE CAPTACIÓN DE LAS BANCAS MÚLTIPLE Y DE DESARROLLO

CUADRO 4

128 GABRIEL GÓMEZ OCHOA


BANCA DE DESARROLLO: ¿REFORMA ESTRUCTURAL?

129

Segundo piso y garantías: uno de los elementos fundamentales para que funcione el modelo actual de banca de desarrollo es el mecanismo de segundo piso, en el cual la BD financia a intermediarios financieros (bancarios y no bancarios) y éstos colocan los fondos como crédito ya sea a fa­milias o empresas. CUADRO 5

BANCA DE DESARROLLO: CARTERA DE SEGUNDO PISO (MILLONES DE PESOS DE 2010) Bancos

2011

2012

2013

2014

2015

2016

Nafin

67 870

65 491

52 569

53 570

55 632

60 040

SHF

34323

35 380

38 705

42 296

41 973

46 898

Bancomext

4 403

3 851

8 936

11 632

15 271

20 885

128

107

446

472

921

995

BD total

106 725

104 829

100 657

107 969

113 796

128 818

Cred a Int. Fin.

122 869

117 941

129 868

156 151

164 885

197 236

% en 2do. piso

86.86

88.88

77.51

69.14

69.02

65.31

Bansefi

FUENTE: elaborado con datos de CNBV, Banca de Desarrollo, R1, BD segundo piso: monto apoyado a través de intermediarios financieros, portafolio total, disponible en <http://cnbv.gob. mx/Paginas/PortafolioDeInformación.aspx>, consultado el 11 de septiembre de 2017>.

De acuerdo con los datos disponibles, la colocación mediante ese mecanismo creció sólo 20% real entre 2011 y 2016, a una tasa media anual de 3.2%, muy por debajo del crédito que recibieron los intermediarios financieros de la BD (8.2%); esto es, se les financia más pero colocan proporcionalmente menos cada vez: en 2001 prestaban 87% de lo que recibían de BD en 2016 la proporción disminuyó a 65%. La colocación de recursos de la BD mediante segundo piso sigue estancada, en parte porque no es un mecanismo que interese a los principales intermediarios financieros, en especial a la banca privada. En efecto, la banca privada o múltiple sólo coloca con apoyo de la BD al­rededor del 6.3% de su ya de por sí pequeña cartera total de crédito y, además, lo hace con una distribución similar a la correspondiente a sus re­ cursos propios; es decir, concentrados en la empresa grande.11 11 La banca privada destina a empresas grandes 70% del monto que le otorga la BD para operaciones de segundo piso; el resto se distribuye así: medianas, 5%; pequeñas, 15%; y microempresas, 9%. Esta distribución no parece corresponder con los propósitos de la reforma financiera para con la banca de desarrollo, pues al parecer las grandes empresas no son segmentos no atendidos por intermediarios privados.


130

GABRIEL GÓMEZ OCHOA

Las garantías, otro nicho aparente de la BD, crecieron a mucho mayor ritmo que el segundo piso, 6.4 % real anual, pero como son un mecanismo aún menor utilizado por los intermediarios financieros, al finalizar 2016 apenas equivalían a 40% de éste. A todas luces insuficiente para las necesidades de financiamiento de la economía nacional. Por actividad económica: la distribución del crédito de la BD por actividad económica sólo tuvo un cambio relevante entre 2011 y 2016, que es el crecimiento que han tenido los servicios como receptores de recursos. En efecto, en 2001 se canalizó 7.6% del crédito de este intermediario; en cambio, en 2016 alcanzó 15%; la mayor parte de estos recursos fueron para comercio, restaurantes y hoteles. La industria en general, apenas ha ganado dos puntos en su participación en el total del crédito; la construcción ha sido la beneficiaria, pues la manu­ factura y la minería han disminuido ligeramente su participación relativa.12 El sector primario es insignificante como destino del crédito de la BD. Por entidad federativa: la cartera de crédito de la BD ha estado muy concentrada en unas cuantas entidades; las cinco que más reciben acumulan en promedio 75% del total, sin que haya habido grandes cambios entre ellas. Cabe destacar que algunos estados han aumentado un poco el financiamiento de la BD, como Guerrero, Oaxaca e Hidalgo; pero se nota el retroceso en Chiapas, San Luis Potosí, Tabasco y Tlaxcala. La BD tiene mucho por hacer en este renglón si en verdad va a atender a la población que no tiene acceso a los servicios financieros privados. Ingresos y utilidades Los ingresos del negocio tradicional —la intermediación de recursos— crecieron sustancialmente entre 2011 y 2016. Los ingresos por intereses lo hi­cieron en 32%, los gastos correspondientes sólo en 24%, por eso el margen financiero (ingresos menos gastos financieros) lo hizo hasta en 56%; además, como la creación de reservas preventivas ha ido disminuyendo, el margen financiero ajustado por riesgo de crédito, en 2016, fue 2.8 veces superior al de 2011, todo en pesos constantes de 2010. No obstante, saldos negativos en resultados por intermediación13 y en otros ingresos totales de la operación, acompañados de mayores gastos de 12 Conviene recordar que el crédito de la BD aumentó casi 80% real entre 2011 y 2016, por lo que la disminución de la participación de la industria manufacturera en el total no implica disminución de financiamiento en términos absolutos en el periodo, sólo tuvo relativamente menos recursos. 13 El término “resultados por intermediación” puede confundir; en realidad, lo que se registra ahí son las ganancias (pérdidas) de capital por el comercio de valores, así como los resul-


1 469 4 419

Resultados por intermediación

Otros ingresos netos

1 671 5 863

Impuestos a la utilidad

Utilidad neta

6 748

1 098

8 836

16 425

-2 367

783

4 746

13 263

2 761

16 024

47 160

63 184

2012

4 474

1 274

10 267

14 163

-592

941

5 062

8 752

8 107

16 858

46 030

62 888

2013

6 077

2 383

10 267

19 833

-540

2 494

5 615

12 263

5 421

17 683

37 687

55 371

2014

3 604

2 863

11 300

17 901

-2 071

-286

5 758

14 500

5 698

20 198

38 092

58 290

2015

4 497

3 155

11 795

19 667

-2 056

-1 676

5 842

17 557

4 067

21 624

53 929

75 553

2016

0.77

1.89

1.24

1.17

-0.47

-1.14

1.26

2.79

0.54

1.56

1.24

1.32

2016/2011

FUENTE: elaborado con datos de CNBV, series históricas: Estados financieros consolidados con subsidiarias: febrero de 2011- periodo actual, disponible en <http://cnbv.gob.mx/Paginas/PortafolioDeInformacion.aspx>, consultado el 19 de octubre de 2017.

9 542

Gastos de administración

16 822

4 641

Comisiones netas

Ingresos totales de la operación

6 293

Margen financiero ajustado por riesgo

13 865

Margen financiero 7 572

43 326

Gastos por intereses

Estimaciones para riesgo de crédito

57 191

2011

Ingresos por intereses

Concepto/Año

CUADRO 6

BANCA DE DESARROLLO: ESTRUCTURA DE RESULTADOS 2011-2016 (MILLONES DE PESOS DE 2010)

BANCA DE DESARROLLO: ¿REFORMA ESTRUCTURAL? 131


132

GABRIEL GÓMEZ OCHOA

administración e impuestos, determinaron que la utilidad neta en 2016 fuera menor en un tercio que la de seis años atrás. Conviene detenerse un poco en los gastos de administración y promoción, pues es un concepto afectado por la reforma financiera, en concreto en la flexibilidad otorgada a los bancos para contratar al personal que consideren adecuado y determinar sus remuneraciones. El total de gastos de administración y promoción (GAP) creció 23% real entre 2001 y 2016; el aumento desde 2013 fue de 14%. Los honorarios, en particular, aunque sólo representan entre 6 y 8% de dicho GAP, más que se duplicaron entre 2013 y 2016; fue el renglón que más aumentó. El aumento fue disparejo entre los bancos; Banobras los aumentó en 125%; Bansefi en 116%; Banjército en 126%; la SHF en 160%; Nafin sólo en 15% y en Bancomext incluso se redu­ jeron 3%. Aquí si se ha hecho notar la reforma, esperaremos los resultados. En conjunto, los bancos de desarrollo han tenido utilidades en los últimos seis años, lo que implica que, de reinvertirlas, pueden ir ampliando su actividad sin necesidad de recibir recursos adicionales del sector público. Su indicador de rentabilidad ha sido relativamente menor en los últimos dos años, pero positivo. GRÁFICA 2

BANCA DE DESARROLLO: UTILIDAD NETA Y ROE (MILLONES DE PESOS DE 2010 Y %) 8,000

10.00 8.00

6,000

6.00 4,000 4.00 2,000

2.00

0

0.00 2011

2012

2013

ROE

2014

2015

2016

Utilidad Neta

FUENTE: elaborado con datos de CNBV, series históricas: Estados financieros consoli­ dados con subsidiarias: febrero de 2011- periodo actual, disponible en <http://cnbv.gob. mx/Paginas/PortafolioDeInformacion.aspx>, consultado el 19 de octubre de 2017. tados por el cambio de valor de diversos activos; por esto último, una buena parte son ingresos (costos) virtuales. Este flujo y el de otros ingresos (netos) de la operación suelen ser tener grandes variaciones de un año a otro.


BANCA DE DESARROLLO: ¿REFORMA ESTRUCTURAL?

133

No obstante, al interior del grupo de BD hay muchas divergencias. El mon­ to de utilidades no necesariamente responde al volumen del capital invertido de una misma manera, ni siquiera a la cantidad de activos manejados. Aunque no ha habido periodos de pérdidas generalizadas, en ocasiones las utilidades individuales sí se han visto afectadas por el entorno o por la ad­ ministración. Banobras es el banco más grande, con un tercio del capital, alrededor de 40% de los activos totales a partir de 2013 y con casi la mitad de las utilida­ des de toda la BD. Nafin, por su parte, tiene una proporción similar de capi­ tal, pero mucho menos activos, por ello quizá su utilidad no es proporcional a sus recursos propios. El otro banco grande, Bancomext, tiene mayor pro­ porcionalidad entre sus activos, capital y utilidades generadas. Por su rentabilidad, destaca Banjército, que con sólo 4% de los activos de toda la BD obtiene más de 20% de las utilidades, y en algunos años hasta más de 30%. Como ya se mencionó, este banco opera como banca múltiple, pero con una clientela cautiva, por eso no deben sorprender sus cifras. Bansefi, el banco más pequeño, ha mantenido su participación constante dentro del capital de BD y no ha tenido pérdidas hasta ahora, aunque sus utilidades no son proporcionales con sus activos y su capital. Por último, la SFH es la única institución que sí ha tenido pérdidas, algunas enormes, en tres de los seis años revisados; por ello, en todo ese periodo su resultado acumulado es negativo. Solvencia Todos los bancos de desarrollo tienen el capital suficiente para cumplir con la normatividad financiera, que está basada en Basilea III. Esto es, pueden hacer frente a sus riesgos sin peligro de la quiebra. De hecho, como se ve en el cuadro 8, están todos por encima de lo requerido, que asciende a 10.5% de capital neto como proporción de los activos ponderados por riesgos (crédito, mercado y de operación). El nivel de capitalización les permite a todos los bancos ampliar sus operaciones y asumir más riesgos sin poner en peligro su solvencia, por ello es factible que en los meses próximos se siga expandiendo el crédito. El riesgo no se puede ver de inmediato, pero la tendencia en la capitalización de Bansefi, por ejemplo, puede ser un indicador no sólo de expansión sino de deterioro, toda vez que, como ya se mencionó, adquirió cartera del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación que se ha visto era (o se convirtió) de mala calidad, pues su morosidad se desbordó. Si el incremento recien­te del crédito sólo se hizo para cumplir con metas cuantitati-


37.3

Utilidad neta

Utilidad neta

15.7

8.5

28.7

Capital

Capital

31.9

Activos

4.6

11.2

Utilidad neta

Activos

11.9

Capital

1.5

Utilidad neta 19.2

1.7

Capital

Activos

1.5

2011

Activos

Conceptos

15.8

8.8

3.9

41.6

30.3

32.8

12.9

14.0

20.0

0.4

1.5

2.0

2012

22.8

9.2

4.1

Banjército

67.8

32.3

39.3

Banobras

22.1

15.1

17.6

Bancomext

1.0

1.7

2.6

Bansefi

2013

%

17.2

9.4

3.6

51.2

34.1

39.7

18.6

16.4

18.2

1.0

1.6

3.7

2014

33.0

9.8

3.8

55.0

33.3

41.5

18.6

17.7

20.8

1.8

1.7

2.0

2015

33.3

10.3

3.6

22.8

31.7

39.4

13.0

18.2

20.2

2.4

1.7

2.1

2016

BANCOS DE DESARROLLO: PARTICIPACIÓN EN ACTIVOS, CAPITAL Y UTILIDADES

CUADRO 7

13.9

10.5

4.1

50.9

32.9

39.2

15.3

18.0

20.6

1.9

1.7

2.6

2017

21.6

9.5

3.9

46.7

31.9

37.7

16.0

15.9

19.5

1.4

1.6

2.4

Promedio del periodo

134 GABRIEL GÓMEZ OCHOA


21.0

Utilidad neta

10.0

21.7

9.0

19.3

23.8

32.3

2012

-49.7

17.9

8.1

36.1

23.8

28.3

SHF

Nafin

2013

-11.8

15.9

7.7

23.7

22.7

27.0

2014

-38.8

15.6

7.1

30.4

21.9

24.9

2015

4.0

16.3

6.7

24.5

21.9

28.0

2016

4.8

15.2

6.9

13.3

21.6

26.6

2017

-8.6

18.3

7.8

22.9

22.8

28.6

Promedio del periodo

FUENTE: elaborado con datos de CNBV, series históricas: Estados financieros consolidados con subsidiarias: febrero de 2011- periodo actual, disponible en <http://cnbv.gob.mx/Paginas/PortafolioDeInformacion.aspx>, consultado el 19 de octubre de 2017.

25.1

Capital

13.3

Utilidad neta 9.5

24.1

Capital

Activos

33.3

2011

Activos

Conceptos

%

CUADRO 7 (CONTINUACIÓN)

BANCA DE DESARROLLO: ¿REFORMA ESTRUCTURAL? 135


136

GABRIEL GÓMEZ OCHOA

CUADRO 8

BANCA DE DESARROLLO: ÍNDICE DE CAPITALIZACIÓN (CAPITAL NETO/ACTIVOS PONDERADOS POR RIESGO TOTAL EN %) Banca de desarrollo

2011

2013

2017

14.6

14.2

16.2

Bancomext

12.4

13.7

18.6

Banjército

19.4

20.7

19.9

Banobras

14.5

13.0

16.3

Bansefi

30.7

25.0

23.1

Nafin

15.1

15.3

13.8

SHF

13.7

13.0

13.1

FUENTE: elaborado con datos de CNBV, Banca de Desarrollo de Capitalización, disponible en <http://cnbv.gob.mx/Paginas/PortafolioDeInformacion.aspx>, consultado el 17 de septiembre de 2017.

vas, la cartera vencida podría aumentar en el mediano plazo, quizás hasta la siguiente administración. Las cifras revisadas, como se señaló anteriormente, son insuficientes para evaluar la pretendida reforma financiera, el periodo es muy corto para hacer afirmaciones tajantes sobre los efectos de las modificaciones a la normatividad de la BD sobre su operación y el cumplimiento de sus nuevas funciones. REFLEXIONES FINALES El crédito se ha expandido, pero desde antes de la reforma; el financiamiento a empresas también ha crecido, pero el sector público aún sigue siendo el mayor beneficiario de los recursos otorgados por BD. La colocación de segundo piso y las garantías siguen siendo mecanismos que no han podido desplegar todas sus supuestas potencialidades y son claramente insuficientes para las necesidades de la economía del país. Al parecer los intermediarios financieros no están muy interesados en este tipo de complementariedad. En los últimos seis años no se aprecia una política clara para transformar el financiamiento de la BD por tipo de actividad o siquiera distribuirlo mejor de acuerdo con el nivel de desarrollo de las entidades federativas. En general, la banca de desarrollo no parece estar pasando por una reforma estructural, más bien parece que se está acomodando y aprovechando la nueva flexibilidad, pues por una parte se sigue usado para enfrentar problemas


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políticos, como con Bansefi que ahora hace banca social con el SNTE; y por otra, se aumenta más del doble la partida de honorarios de este mismo banco o de la SHF, cuyos resultados financieros hasta la fecha sólo lo justificarían si hubiera un plan de largo plazo viable. Y éste es el principal asunto que se debería atender, la viabilidad del proyecto “Banca de Desarrollo” en el largo plazo. Con todo y el rimbombante anuncio de la reforma financiera y, en particular, la función medular que de­berá cumplir la banca de desarrollo, ésta ha seguido siendo utilizada como un espacio temporal de promoción para que sus altos directivos se ayuden a alcanzar sus ambiciosas metas como políticos. En el presente sexenio tres bancos públicos han cambiado más de una vez de director general; esta es la regla más que la excepción. Banobras, el más grande de todos, ha tenido tres directores; el que comenzó el periodo ha tomado posesión como gobernador del Estado de México. El primer sustituto dejó el cargo recientemente para ir a la Secretaría de Relaciones Exteriores con el exsecretario de Hacienda; sí, el que presentó la reforma fi­ nanciera. El segundo sustituto, tercer director, tomó posesión a principios de 2017 y proviene del IPAB. ¿Será un director duradero? En Bancomext sucede algo similar: tres directores en cuatro años. El pri­ mer director estuvo dos años ocho meses y ascendió a la Secretaría de Turismo; su sustituto sólo estuvo un año y partió para ser subgobernador en el Banco de México a partir de enero de 2017. El tercer director tendrá dos años en el cargo, no se sabe por supuesto si continuará con un nuevo sexenio. ¿Cuáles son sus incentivos como director de Bancomext en esta etapa? Todavía más dramático es el caso de Bansefi, que en cuatro años ha tenido cuatro directores generales. Su primer director, sin experiencia financiera notoria, estuvo un poco más de dos años en el cargo. Actualmente es presidente del comité directivo estatal del PRI en Puebla; sin comentarios. Lo sustituyó una exalcaldesa del Estado de México, quien dejó el cargo para regresar a esa entidad como secretaria de Trabajo, donde duró cuatro meses y la nombraron presidenta del PRI en esa misma entidad.14 La tercera directora estuvo sólo tres meses y también se unió al equipo del nuevo secretario de Relaciones Exteriores, para servir como oficial mayor. Por último, 14 En la página de Bansefi se puede leer: “Como Directora General de Bansefi tiene el objetivo promover la inclusión financiera y de convertir a la institución en un referente nacional e internacional de la banca social. Sus retos son que Bansefi rompa el paradigma de que los segmentos de menor ingreso no pueden ahorrar, ni ser susceptibles de créditos baratos. Para ella, lo cierto es que muchos mexicanos en esta condición no ahorran porque no tienen al alcance, un instrumento financiero formal que les permita incrementar su patrimonio en forma segura. Otro reto es que más trabajadores de la educación puedan refinanciar sus créditos de nómina con una mejor tasa de interés y a plazos más amplios”, disponible en <http://www.bansefi.gob. mx/AcercaDe/Pages/Directora.aspx>.


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el reciente director de Bansefi ocupó hasta hace dos años la Secretaría de la Función Pública; le tocó lidiar con posibles problemas de corrupción al más alto nivel y ahora reaparece como director de un banco de desarrollo. Se antoja imposible consolidar un proyecto cuando no tiene continuidad aquella que lo debe encabezar, más si desde un principio quiere salir para progresar en su carrera personal. Es un paso más y hay que darlo de prisa. La banca de desarrollo es sólo un peldaño y esto no cambió con la reforma “estructural”. Más todavía, con la estructura de gobierno de los bancos públicos, en la que participan altos funcionarios públicos, gobernadores, presidentes municipales y líderes empresariales, la movilidad de éstos implica modificaciones constantes en los consejos directivos de los intermediarios; lo cual complica más la instrumentación eficaz de un proyecto, su vigilancia y su conclusión.15 En el actual sexenio, en sólo cuatro años, son innumerables los cambios en dichos consejos; desde presidentes hasta comisarios, pasando por consejeros A, B, e independientes, etc. Sin un órgano de gobierno sólido, con intereses comunes, pero diferentes puntos de vista, comprometido en el largo pla­zo con el quehacer de la institución, consciente de la función de la banca de desarrollo y sin vínculos con intereses y poderes contrarios a la eficiencia de la institución, es muy probable que los intermediarios públicos sigan sin aportar lo que deben al desarrollo del país.16 Por supuesto que en todos los órganos máximos de gobierno de los bancos públicos —y en una enorme cantidad de otras entidades del sector público— hacen falta contrapesos reales para asegurar que tengan un funcio­ 15 Recientemente cambiaron algunos consejeros en Banobras; la institución lo anunció en su página electrónica, donde se puede leer lo siguiente: “El Consejo Directivo del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos, en términos de su Ley Orgánica, designó en su última sesión, celebrada el pasado 24 de febrero, a tres Gobernadores y a dos Presidentes Municipales como nuevos Consejeros de los certificados de aportación patrimonial de la Serie B”. “Cabe recordar que la Ley Orgánica del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos establece que el Consejo Directivo del Banco se integra por catorce Consejeros: siete Consejeros de la Serie ‘A’ de certificados de aportación patrimonial, que son titulares y subsecretarios de diversas dependencias fede­ rales, así como un representante de Banco de México; dos Consejeros externos de la Serie ‘B’, quienes tienen el carácter de Consejeros Independientes; tres Consejeros de certificados de aportación patrimonial de la serie ‘B’, que serán Gobernadores o dos de éstos y el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, y dos Consejeros de certificados de aportación patrimonial de la serie ‘B’, que serán Pre­ sidentes Municipales” (Banobras, 2017). 16 La movilidad dentro de los consejos directivos, en verdad, llama la atención: En Nafin, en el periodo de 2014 a 2016 hubo seis cambios en los consejeros de serie “A”, diez cambios en consejeros de serie “B” y también dos cambios en comisarios. En Banobras, en el mismo periodo, hubo 12 cambios en consejeros de certificado “A”, varios en los consejeros de certificados serie “B” y en los comisarios también hubo cuatro cambios. En Bancomext, ocho cambios en consejeros de serie “A”, siete cambios en consejeros de serie “B” y un cambio en comisarios.


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namiento razonablemente eficaz, pero el complejo entramado de relaciones e intereses políticos del país lo hace poco probable. Por ello, las medidas que se tomen para reformar a la BD difícilmente tendrán éxito: ningún proyecto puede funcionar sin una buena administración. Una manifestación adicional del lugar que en realidad ocupa la BD se puede encontrar en la divulgación de la información acerca de su operación. Es evidente que en una economía de mercado, donde la banca pública tiene asignada la función de complementar al sector financiero privado, la información es un insumo vital para la toma eficiente de decisiones. Sin embargo, la información financiera de la BD, disponible para el público, es muy escasa e insuficiente para la correcta supervisión por parte de los diversos agentes económicos; paradójicamente, la información que solicitan y publican las autoridades financieras acerca de la banca privada es mucho más completa y detallada que la de la banca pública, cuando ambas bancas están obligadas a cumplir los mismos estándares.17 Se podrían hacer muchas sugerencias y recomendaciones para mejorar el desempeño de la BD, las cuales no sólo potenciarían su operación, sino que tendrían efectos positivos en todo el sector financiero; de hecho, hay va­ rias propuestas en este volumen. Sería conveniente no atar la operación de la BD a la de los intermediarios privados; sería útil tener un banco comercial del Estado o de propiedad mixta de dimensiones suficientes para incen­ tivar la competencia en grandes segmentos del mercado; también podría ser positivo crear bancos comerciales públicos o mixtos en nichos donde se abusa de los prestatarios, como en el crédito al consumo. También es necesario, por ejemplo, la creación de instrumentos de captación que den rendimientos reales positivos a los ahorradores y brindar la oportunidad a grandes núcleos de población de una verdadera inclusión financiera, no sólo que se integren al sistema bancario de pagos. En resumen, hay suficientes propuestas para reflexionar, debatir y, si es el caso, instrumentar (o desechar); pero sin la certeza de un riguroso compromiso con la banca de desarrollo son en vano la reflexión y el debate. Por ello, la primera recomendación es también una condición: que haya una reforma estructural en el gobierno de los bancos públicos que asegure, a co­ mo dé lugar, una operación independiente de los intereses inmediatos del gobierno y gobernantes en turno. 17 No es fácil saber de quién es la responsabilidad de la falta de información, de que por lo menos sea igual a la de la banca múltiple en cantidad, calidad y oportunidad. Puede ser que los bancos no den la información, puede ser una política de divulgación diferenciada por parte de la autoridad; pero el caso es que no se cumple con la institucionalidad —impuesta por el sector público— al interior del sector público.


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FALLAS DEL MERCADO Y BANCA DE DESARROLLO MARÍA IRMA MANRIQUE*

INTRODUCCIÓN A partir de la década de los setenta del siglo XX, en el marco de la recesión-inflación (estanflación) mundial, en México estaban aflorando las deficiencias estructurales de la estrategia de desarrollo y que se expresaron con contunden­ cia en las crisis de 1976 y 1982. Los efectos fueron múltiples en una etapa de ostensible inestabilidad económica y financiera, caracterizada por una alta inflación, caída de los ingresos fiscales y de las reservas internacionales; do­ larización de la economía y crisis devaluatorias. Las reformas estructurales que se instrumentaron1 fueron el contexto para llevar a cabo políticas conocidas como de primera generación, mediante las cuales se impulsó la re­ ducción de la intervención estatal y con ello coadyuvar a la disminución de las distorsiones que interfieren con la eficiencia de los mecanismos de mercado.2 Las reformas de “segunda generación” incluyen la desregulación, la privatización, así como mayor apertura, que estimularon un mayor movimiento internacional de capitales, lo que influyó decisivamente en la modificaron el sistema financiero mexicano, en su transformación institucional y una rápida innovación, que se expresó básicamente en diversos instrumentos financieros y bancarios que configuraron —durante las siguientes tres décadas— un nuevo modelo de financiamiento bajo el liderazgo de los inversionistas institucionales, que empezaron a operar fundamentalmente en el mercado de valores. La crisis mexicana que se profundiza en los años ochenta, llevó a la economía a la adopción de políticas de estabilización y cambio estructural que aseguraron la viabilidad y el retorno de los créditos del Fondo Monetario * Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM. 1 A partir de las negociaciones de la deuda externa. 2 Se impulsan las finanzas públicas “sanas” y una estabilización macroeconómica. [143]


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Internacional y del Banco Mundial. Los cambios que se inician en esa década estaban encaminados a impulsar un nuevo modelo económico basado en las libres fuerzas del mercado, el repliegue del Estado en la economía y políticas de desregulación, disciplina fiscal, control de la inflación y de apertura comercial y financiera de la economía. El Estado pone en marcha una política económica para construir la economía de mercado. Los programas económicos seguidos se instrumentaron conforme al Consenso de Washington, y han tenido justamente como objetivo la reducción de la par­ ticipación del Estado en la economía, la eliminación de las fuentes de desequilibrios macroeconómicos y el fortalecimiento del marco que regula y supervisa las actividades del sector privado; favoreciendo al mismo tiempo, las políticas de consolidación de monopolios y oligopolios privados que hegemonizaron la acumulación de capital. Los préstamos que concedió a este segmento del sector privado los hizo como banca de primer piso, lo cual conducía a los orígenes de la falta de acceso al crédito de la banca, los cuales quedaran incólumes. Una de las principales consecuencias de la política de liberalización financiera fue la pérdida de participación de la banca en el financiamiento de las actividades económicas; en particular la banca de desarrollo que empezó a jugar un nuevo papel en el sistema financiero, ya que dejó de ser el instrumento básico para la planeación y programación de desarrollo eco­ nómico del país. En el pasado movilizó recursos financieros, tanto internos como externos y técnicos para el apoyo de áreas o sectores de la economía que el Estado consideró estratégicos o prioritarios en el proceso de desarro­ llo integral del país.3 Desde entonces, su objetivo fue fortalecer, complemen­ tar y respaldar a los intermediarios financieros, particularmente a la banca comercial y al mercado de valores. Entre las nuevas medidas, basadas en mecanismos de mercado, además de la reducción drástica de la inversión pública, los subsidios y las transferencias y el suministro gubernamental de bienes y servicios públicos, el pro­ceso de privatización se inicia con la desincorporación y prácticamente la eliminación de empresas paraestatales. De hecho, los esfuerzos de las autoridades económicas y financieras, como ya se dijo, se encaminaron a con­ formar un modelo de financiamiento basado en el mercado de capitales; al mismo tiempo, a las instituciones no bancarias se les asignó la función de generar la intermediación bancaria y proveer los recursos para el crecimien3 La función de financiar al sector público y a las empresas paraestatales fue de tal magnitud durante el modelo sustitutivo, que entre 1975 y 1985, aproximadamente el 70% de los créditos de esta banca fue a este sector, aunque también a los grandes grupos privados se vieron beneficia­dos de este financiamiento, pues pudieron utilizar buena parte de estos recursos para refinan­ciar sus deudas en lugar de ampliar su nivel de producción.


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to. Se pretendió que esta estructura financiera fuera la base para retomar el crecimiento económico (Stallings y Studart, 2006), sin que esto haya ocurri­ do hasta la fecha. A pesar de este contexto, algunas instituciones de la banca de desarrollo lograron sobrevivir a la privatización y eliminación de paraestatales, pero su­ frieron profundos cambios, ya que debieron abandonar sus funciones de promoción del crecimiento económico, dejaron de colocar créditos de manera directa al transformarse en banca de segundo piso; las tasas de interés dejaron de ser subsidiadas y preferenciales y se generó una restricción cre­ diticia, lo que significó que diversos sectores productivos no tuvieran acceso al financiamiento bancario. El financiamiento otorgado tanto por la banca de desarrollo como por la banca comercial cobró una tendencia diferente a partir de las reformas fi­ nan­­cieras, pues la ausencia de la banca mexicana en la planeación y pro­ gra­ma­ción del financiamiento al desarrollo económico de los sectores productivos fue radical. Más aún, la banca de desarrollo ha tenido, a partir de entonces, una participación declinante y prácticamente nula en el último decenio, y el estrecho segmento en que participa está encaminado a financiar al gobierno y al sector servicios, y en nivel mínimo a los sectores agrícola e industrial4 (Banco de México, 2009). En opinión de Werner (2009), en términos generales, la asignación presupuestal de la banca estatal disminuyó considerablemente porque recurrió a la emisión de aceptaciones bancarias y títulos financieros en mercados de Estados Unidos y Europa principalmente, y su función se centró en compar­tir riesgos y asegurar la rentabilidad de la banca privada mediante operacio­nes de factoraje, redescuentos y garantías. Un ejemplo de esto los constituye el Programa Nacional de Garantías de Nacional Financiera y el Fondo Nacional de Garantías de FIRA. Es pertinente reiterar que no obstante que el crédito total de estas institu­ ciones ha sido pertinazmente bajo, el desempeño de la banca privada no llenó el vacío que generó el desmantelamiento de la banca estatal y con esto, no se cumplió el supuesto esperado de que la banca privada vendría a suministrar mayores recursos a las actividades económicas, pues durante las tres décadas transcurridas desde los años ochenta, el financiamiento privado como proporción del PIB disminuyó su proporción con relación al PIB a menos de la mitad.5 Debiendo considerarse además que los recursos de la banca 4 El financiamiento de la banca de desarrollo se ubicó en niveles extraordinariamente bajos, pues entre 1983 y 2009, pasó de representar el 22.6 hasta el 5.8% como proporción del PIB, respectivamente (Banco de México, 2009). 5 De 29.4% a 16.8% en el periodo comprendido entre 1983 y 2009, según cifras de los Indi­ cadores Económicos del Banco de México en los años referidos.


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privada a más de ser limitados, tienden cada vez más a la concentración en actividades no productivas, es decir, se dirigen básicamente al consumo y servicios. Ha sido notable que, pese al repliegue de la banca nacional por la vía de la desregulación, privatización y extranjerización de la banca, no modificaron la concentración de la banca y sí consolidaron una estructura oligopólica, inhibiendo la competencia entre las instituciones bancarias. Sin duda, las modificaciones que los bancos de desarrollo han sufrido con la implantación de un nuevo modelo económico han sido muy severas al relegár­ sele en sus funciones generadoras del desarrollo para convertirla en acompañante de la banca comercial; anulando sus funciones de promoción y fomento de las actividades productivas. El objetivo de este trabajo es mostrar que los mecanismos propiciados por el libre mercado y el repetido criterio de ineficiencia de la banca de desarrollo mexicana —que sirvieran de justificación para la transformación de ésta y de todo el sistema financiero—, no han logrado superar los resultados de financiamiento de la inversión que realizaran con éxito las instituciones nacionales de crédito, como empresas paraestatales durante el periodo de vigencia del modelo sustitutivo de importaciones (ISI), sino por el contrario, hoy predomina la escasez de crédito hacia las empresas, y no obstante la posición marginal en que se les ha colocado con las mencionadas reformas financieras, su presencia es aun notable en la planta industrial y en los proyectos de alto impacto regional, tales como las grandes obras de infraestructura en todo el país; además de su decidida promoción del sistema financiero en su conjunto, con especial interés en los mercados de capital,6 lo que pone en evidencia no solamente su urgente participación en el financiamiento del sector productivo con sus beneficios colaterales hacia el empleo y el crecimiento y desarrollo de nuestra economía. ALGUNAS CONSIDERACIONES TEÓRICAS Desde hace ya varios años, el debate de “más Estado” o “más mercado” se viene repitiendo cada vez con mayor énfasis, dando lugar a renovados argu­ men­tos respecto a la justificación de la intervención del Estado en la economía, en aras del mejoramiento de la eficiencia económica y de una mejor distribución del ingreso; en particular, al plantearse hasta dónde su papel debe ser reconsiderado en cuanto a mantener un presupuesto equilibrado, 6 Principalmente a través de Nacional Financiera, la que aunque ha disminuido significativamente su nivel de activos, su cartera de crédito vigente, como proporción de la banca comercial sigue siendo muy alta su participación (Véase Solorza, 2009).


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o subsidiar o dejar de hacerlo a ciertas empresas; o a mantener regulaciones que benefician o perjudican a los consumidores, etcétera. Al revisar la literatura económica, deben mencionarse como fundamentales en este análisis, por un lado, el enfoque tanto de Keynes (1936), como de los poskeynesianos, pues con su postura respecto al dinero, respecto a su no neutralidad y endogeneidad, lo sitúan como altamente influyente sobre las variables reales de la economía. Asimismo, los poskeynesianos consideran que la oferta de dinero está relacionada con la creación de deudas (Minsky, 1987); además, las deudas (dinero crédito) son demandadas por los pres­ta­tarios a los bancos para poder realizar inversiones, lo que coloca al cré­dito y a la inversión como las variables fundamentales para el creci­ miento del pro­ducto. En este enfoque monetario existen dos vertientes cuyo eje se en­cuen­tra en los créditos bancarios: la de Keynes, quien señala que en el financiamiento de corto o largo plazo la banca asume la función principal en la generación de créditos (aunque debe ser complementada por el mercado de valores). La otra vertiente, representada por la Teoría del Circuito Mone­tario, sostiene que las deudas están indisolublemente ligadas a la producción y, en un mismo circuito monetario (periodo de producción), se crean y se destruyen las deudas, siendo la condición más importante la solvencia del prestatario (Rochon, 2005). En relación directa con el desarrollo del sis­tema financiero está el planteamiento de Allen y Gale (2000) que consideran que la estructura financiera está basada en un mercado de créditos, donde la banca es la institución más importante del sistema financiero, acompañada de mercados de capitales poco desarrollados, por ello, es el sistema bancario el que proporciona préstamos de corto y largo plazos a las activida­des económicas y el gobierno tiene una fuerte intervención en el aparato productivo.7 También resulta de gran interés el enfoque que en este contexto resulta muy pertinente, pues indudablemente nos permite explicar y apoyar las tendencias de fenómenos reales que surgen de la intervención estatal, y nos referimos a la teoría de las fallas del mercado, ya que —coincidiendo con Ayala (2000) en su certero y minucioso análisis de esta corriente teórica— se trata de uno de los avances más importantes de la economía del bienestar, que provee al análisis económico de argumentos importantes para justificar la intervención del gobierno en la economía. Han sido varios los teóricos que han tenido aportes fundamentales a la teoría de las fallas del mercado, Keynes (1936) y Samuelson (1954) plantearon (aunque de diversa manera) que la teoría de las fallas del mercado estaba básicamente preocupada por el estudio del fracaso del mercado para 7

Citado por Mario Rojas Miranda (2009).


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igualar los costos sociales y los privados, lo que significa la incapacidad del mercado para proveer los bienes y servicios técnicamente sociales, desarrollan­ do una falla macroeconómica del mercado para el conjunto de la economía. De hecho, la teoría de las fallas del mercado analiza el papel del Estado desde una doble perspectiva: como resultado de las imperfecciones del mercado y también las capacidades atribuidas al Estado para corregir fallas del mercado. En las diversas interpretaciones de este amplio enfoque, se admite con frecuencia que el Estado también puede fallar en mejorar la eficiencia económi­ ca. Cabe decir que esta teoría tiene antecedentes muy antiguos que surgen de viejas preocupaciones de la economía referidas a la capacidad del Estado para mejorar el bienestar social, asunto que mereció la atención también de po­líticos e intelectuales como Pareto, considerado como “precursor de una visión que cambió radicalmente el modo en que la economía clásica había percibido los problemas de la eficiencia económica y el bienestar social” (Ayala, 2000:138). Entre otros teóricos, a Pigou se debe la formulación de las primeras ideas sobre el problema de las externalidades y los costos sociales.8 Por ello es que la teoría de las fallas del mercado, en conjunto, es considerada como una respuesta y crítica a la falta de realismo de las teorías basadas en el modelo competitivo. Sus diversos representantes produjeron los argumentos más sólidos desde el punto de vista del análisis positivo y normativo para la justificación de la intervención estatal. Esta teoría ha sido incorporada en mayor o menor medida por distintas escuelas y teorías: la elección pública, la acción colectiva, las finanzas públicas y, por supuesto es parte medular de la economía del bienestar. Estas teorías se han apoyado en las fallas del mercado para estudiar algunos aspectos relevantes del papel del Estado en la economía. También se acepta que es una teo­ría que ha aportado elementos útiles para el diseño y evaluación de las políticas públicas, especialmente en los campos de la economía del bienestar, el diseño de las políticas públicas en áreas del medio ambiente, los recursos naturales y la provisión de los bienes públicos, así también en el análisis costo-beneficio para la evaluación de proyectos de inversión (Ayala, 2000).

Pese a la gran aceptación que ha tenido esta teoría, no llega a ser la justi­ ficación suficiente para la ampliación de la intervención gubernamental en la economía, ya que consideran que las fallas del mercado sólo crean las condiciones necesarias, pero no suficientes para que el Estado intervenga y expresan que el fortalecimiento de los mecanismos del mercado y la competencia harían redundante la aplicación de intervenciones del gobierno (Musgrave y Musgrave, 1992). Realizó la distinción entre costos privados y costos sociales, lo que le permitió descubrir que las empresas en los procesos productivos generan las llamadas externalidades. 8


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Cabe agregar que en este debate que suscita la teoría de las fallas del mercado, surge el análisis del papel del Estado desde una doble perspectiva: como resultado de las imperfecciones del mercado y también las capacidades atribuidas al Estado para corregir fallas del mercado, aunque ciertamente se admite que el Estado también puede fallar en mejorar la eficiencia económica. Por eso es que, para algunos, las fallas del mercado sólo crean las con­ diciones necesarias, pero no suficientes para que el Estado intervenga, y piensan que el fortalecimiento de los mecanismos del mercado y la competencia haría redundante la aplicación de las intervenciones del gobierno. En todo caso, la teoría no justifica la intervención del Estado en todo momen­ to y lugar, pues podría dar lugar a una intervención del Estado, sin orden ni jerarquía; es decir, a la “primera falla” del mercado que se identificara, sur­ giría paralelamente una intervención del Estado. Se considera que corregir fallas del mercado podría conllevar situaciones aún más graves que las generadas por las fallas que supuestamente se quería corregir. Las versiones más generales del enfoque de las fallas del mercado asumen que corregidas las fallas, la economía de mercado conduciría a la eficiencia en la solución de externalidades, provisión de bienes públicos y de la información. Pero recientemente el debate toma nueva fuerza, esta vez con participaciones definidas hacia la necesidad imperiosa de reconsiderar un nuevo papel del Estado en la economía. Joseph E. Stiglitz (2011:9), quien prologa la segunda reimpresión de La gran transformación de Karl Polanyi, prólogo donde destaca que esta importante obra, escrita hace medio siglo, contiene tesis centrales, tales como el que: […] los mercados autorregulados nunca funcionan; sus deficiencias, no sólo en los tocante a sus mecanismos internos sino también a sus consecuencias (es decir, respecto a los pobres), son tan grandes que se hace necesaria la intervención gubernamental; y el ritmo de cambio es de importancia toral para determinar las consecuencias.

Del enorme aporte de Polanyi, Stiglitz descubre que la ciencia económica y la historia económica han llegado a reconocer la validez de sus argumentos; pero la política pública —en particular como se refleja en las doctrinas del Consenso de Washington respecto de la manera en que el mundo “en desarrollo” y las economías en transición deben realizar sus grandes transforma­ ciones— parece demasiado a menudo no haberlo hecho. Polanyi expone el mito del libre mercado como algo nunca existió, ya que el sistema de mer­ cado autorregulado nunca fue de verdad libre. Sus argumentos son ampliamente fundamentados con los resultados de una economía de mercado supuestamente autorregulada que ha generado un capitalismo mafioso.


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Polanyi vio al mercado como parte de una economía más amplia, y ésta como parte de una sociedad aún más amplia. Vio a la economía de mercado no como un fin en sí misma, sino como un medio para fines más fundamen­ tales. En la obra señalada, Polanyi plantea con claridad que a menudo se ha señalado a la privatización, la liberalización e incluso la macroestabilización como objetivos de reforma, sin importar la cantidad de individuos a quienes se les empuja a la pobreza, o de los empleos perdidos respecto de los que se crean, o del incremento de la violencia, o del aumento de la sensa­ción de inseguridad o del sentimiento de impotencia que prevalece. Habló acerca de que la disyuntiva entre valores básicos y la ideología del mercado autorregulado es tan clara hoy como lo era hace casi un siglo; y la explica como el rejuego entre ideologías e intereses particulares, como la forma en que la ideología del libre mercado fue el pretexto de nuevos intereses indus­triales, ya que tales intereses se valieron de forma selectiva de esa ideología al apelar a la intervención gubernamental cuando la necesitaban en beneficio de sus propios intereses, por eso observa que sólo los reaccionarios de­fienden actualmente una economía autorregulada. “Todos están conscien­tes del poder de los mercados y todos reverencian sus limitaciones, pero hay diferencias importantes entre las opiniones de los economistas y son ex­tremas” (p. 12). Su análisis de un análisis de la libertad en una sociedad compleja, por des­ gracia, dice al respecto Stiglitz, el mito de la economía autorregulada, sea en su apariencia de laissez-faire o en el nuevo atuendo del Consenso de Washing­ ton, no representa un equilibrio de dichas libertades, pues el pobre enfrenta más que nadie un mayor sentimiento de inseguridad, y en algunos casos, el número absoluto de pobres aumentó con rapidez y se desplomaron los niveles de vida. “Para ellos hay menos libertad, menos libertad ante el hambre, menos libertad ante el temor”. Para Polanyi, el mayor defecto del liberalismo del mercado es que subordina los propósitos humanos a la lógica de un im­ personal mecanismo de mercado. Sostiene en cambio, que los seres humanos debemos usar los instrumentos de un gobierno democrático para controlar y dirigir la economía con el fin de satisfacer nuestras necesidades individuales y colectivas. ¿EXISTE EN MÉXICO UN PAPEL FUNDAMENTAL PARA LA BANCA DE DESARROLLO? El conjunto de circunstancias internacionales, resultado de la desregulación y liberalización financieras, ha conllevado el cambio de estrategias y de instituciones nacionales y ha impuesto cambios profundos en las reglas so­ ciales básicas y la fuerza relativa de los distintos actores económicos y socia­


FALLAS DEL MERCADO Y BANCA DE DESARROLLO

151

les. Los cambios fueron tajantes para adaptar a países como el nuestro al nuevo paradigma universal que preconiza “economías sin fronteras y modernización democrática”. La meta, como se ha dicho en repetidas circunstancias, significó —como ya se ha dicho— instrumentar reformas que abarcaron desde la amplia reforma financiera; el sistema jurídico y de la justicia; la formación de redes actuantes de seguridad social; el combate a la corrupción, hasta la supervisión bancaria modernizada.9 Así, la banca de desarrollo en estas recientes dos décadas, ya desregulada y de segundo piso, hubo de encontrar la manera de hacer su papel de banca de fomento en una economía abierta; apoyar a las micro, pequeñas y medianas empresas que enfrentaban más desventajas que ventajas como sujetos de crédito y, conjuntamente desarrollar modalidades de financiamiento que implicaron desde entonces condiciones de negociabilidad, oportunidad, simplicidad, agilidad y permanencia. En estos parámetros, el programa guber­ namental de financiamiento por asociaciones, en particular por medio de las uniones de crédito, arrendadoras y empresas de factoraje, ha representa­ do una forma de organización e impulso a las alianzas estratégicas. Bajo el criterio de que el de México es un mercado financiero de menor tamaño y sofisticación, con menores instrumentos de intermediación financiera que los países desarrollados y con un mercado de crédito segmentado, se tradu­jo finalmente en menor acceso al crédito de las pequeñas y medianas empresas. Por otro lado, tampoco se tiene acceso a otras modalidades de financia­ miento como el mercado de valores y el mercado accionario. Ante esta falta de respuestas dentro de un enfoque convencional de cara al cambio estructural, se considera indispensable adoptar algo más que “buenas políticas públicas”; es decir, se vuelve necesario asegurar el dinamismo de un proceso de cambio permanente, el cual requiere instituciones que se ajusten a la problemática nacional y que permitan afrontar los nuevos retos. Las experiencias de estas reformas han revelado que frecuentemente existen fallas en el ordenamiento temporal de las políticas públicas pero, sobre todo, resaltan la insuficiencia de los esfuerzos del fortalecimiento institucional que debieron acompañar a las medidas liberalizadoras. Y, aunque en el debate sobre las reformas se adivina el malestar de profundizar en la privati­ zación total del sector bancario, incluida la banca de desarrollo, se reconoce

9 Se han venido reformando, adicionando y derogando diversas disposiciones de la legislación bancaria, que afectó en particular a la Ley de Instituciones de Crédito, a la Ley Orgánica de Nacional Financiera, a la Ley Orgánica del Sistema Banrural, a la Ley Orgánica del Banco Nacional de Comercio Exterior, a la Ley Orgánica del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos y a la Ley Orgánica del Banco Nacional del Ejército y la Armada.


152

MARÍA IRMA MANRIQUE

que la sola creación y reforma de instituciones no garantiza soluciones de­ finitivas a problemas estructurales del crecimiento y el desarrollo. Es pues muy claro que el papel de las instituciones tendrá que enfocarse desde una perspectiva diferente, esto es, procurando la eficiencia tanto de los mecanismos de mercado como del Estado en la asignación de los recursos y a la distribución de los ingresos. Por ello, los fundamentos teóricos expuestos al principio del trabajo, nos permiten afirmar que la existencia de fallas del mercado en sectores económicos, la carencia de financiamiento de largo plazo a la micro, pequeña y mediana empresa, la información asimétrica y la segmentación endógena del crédito, justifican plenamente la exis­ tencia de la banca de desarrollo pública, ya que si en países desarrollados que cuentan con sistemas financieros profundos, la banca pública juega un activo papel en el financiamiento productivo, con mayor razón deben existir y permanecer para los no desarrollados. Años de crisis subsecuentes y transformaciones radicales que se coronaron con la privatización y la apertu­ ra, tienen como posible asidero una banca pública de desarrollo, aunque quizá con renovadas modalidades operacionales y de gobierno corporativo. En correspondencia con esta metamorfosis que dicta la prevaleciente ideología neoliberal, la banca de desarrollo se ha alterado a profundidad, y aunque con el bajo perfil que le ha dictado la reforma financiera, aun mantiene la función de impulsar activamente las “oportunidades” que ha venido “ofreciendo” el TLCAN y otros acuerdos de cooperación del país. Y aunque tarde, puede facilitar la reconversión de la estructura productiva que se asocia al cambio de modelo de desarrollo, así como la promoción y difusión de las innovaciones tecnológicas a escala de empresas. A corto plazo, todavía se espera que cubra el vacío de financiamiento que otras instituciones debieron llenar, salvando el divorcio entre el rápido ajuste hacia fuera y el lento ajuste hacia adentro; entre una economía normada por los criterios del Consenso de Washington y una microeconomía abando­ nada que ya causa problemas de orden macroeconómico y social. La banca de desarrollo parece por ello estar impulsada de manera irrever­ sible a realizar una revolución macroeconómica y una relocalización de las actividades industriales que ningún equilibrio macroeconómico puede sustituir. Ya agoniza buena parte de la pequeña y mediana industria y, por esa razón, no puede cumplir con los compromisos que se le han asignado con la banca comercial, la que con todo lo rentable que ha sido, interviene cada vez menos en el sector real de la economía, y no ser insensible ni en el aspecto económico de los sectores productivos prioritarios, ni en el imperativo de de­ tener peligrosas fracturas sociales. Los retos se multiplican para nuestra banca de desarrollo, ya que el 95% de los establecimientos productivos forman parte de la micro, pequeña y me­ diana industria, donde se gesta buena parte del empleo, donde se encuentra


FALLAS DEL MERCADO Y BANCA DE DESARROLLO

153

el semillero de nuevas generaciones de empresarios y donde está la clave in­ tegradora de los eslabonamientos productivos. Hoy sabemos que no se re­ conoció a tiempo la importancia tanto de fortalecer a estas instituciones financieras de desarrollo como controlar los presupuestos públicos. Sin embargo, mientras las responsabilidades de la banca de desarrollo cre­ cen y se tornan urgentes en la transición institucional y económica del país, paradójicamente sus instrumentos de acción se empobrecen. Sin duda, ahí se encuentra una de las grandes fallas adaptativas de la política económica al “nuevo modelo”: de un lado se desmantelaron los fideicomisos de fomento y se transformó a la banca de desarrollo en banca de segundo piso, cuando eran mayores las necesidades de autonomía promocional volcadas a la recon­ versión productiva de las empresas. Por otro lado, casi se hacen desaparecer los esquemas de captación del ahorro interno de la banca de desarrollo, para hacerla dependiente de recursos foráneos o presupuestales sujetos a limitaciones obvias. Este hecho, sumado su carácter de banca de segundo piso, encarece el crédito al usuario al duplicar los intermediarios financieros. Más aún, la forma de fijar tasas de interés de mercado coloca, por ejemplo, al Bancomext y a sus exportadores acreditados en desventaja competitiva frente a los mecanismos preferenciales de financiamiento y fomento exportador de nuestros socios comerciales. Todas estas desventajas coinciden con el grave y general debilitamiento del financiamiento privado y la ampliación de su margen financiero, y la contracción consiguiente del crédito al sector productivo de las micro, pequeñas y medianas empresas, con lo cual se alienta la concentración del comercio exterior en las grandes empresas que pueden financiar sus opera­ ciones en los mercados foráneos, mientras los pequeños y medianos ne­go­cios pierden capacidad competitiva y de crecimiento al pagar tasas de interés más altas. Habría que sumar que ante la necesidad de equilibrar los presupuestos públicos, y de no interferir en los mercados, induce a la supre­ sión de subsidios y la canalización de menores recursos a muchos bancos de desarrollo. Aun así, éstos han desplegado capacidad innovadora para hacer más con menos, aunque eso sea notoriamente insuficiente.10 RELEVANCIA ACTUAL DE LA BANCA DE DESARROLLO Con todo lo que significa para la banca de desarrollo el conjunto de fallas del mercado y las del gobierno en términos de marginación en su desenvolvi10 Ahí está por ejemplo el sistema de Promoción de Oferta Exportable y el Programa México Exporta de Bancomext a fin de alentar simultáneamente el desarrollo regional e incorporar empresas medianas y pequeñas al esfuerzo exportador.


154

MARÍA IRMA MANRIQUE

miento posterior a las reformas financieras y los avatares a que se ha visto sometida por la crisis sistémica en las últimas tres décadas, y porque su peso relativo dentro del crédito bancario es muy débil, su importancia institucional puede decirse que es notable en la economía mexicana actual, no solamente por su presencia en la planta industrial prevaleciente y en los proyectos de alto impacto regional, tales como las obras de infraestructura, sino por la promoción que ha hecho del sistema financiero en particular en el mercado de capital a través de Nafin. El país cuenta actualmente con sólo seis bancos de desarrollo, cuya atención central —como dicen sus respectivas leyes orgánicas— es la de: atender a la pequeña y mediana empresa; la obra pública; el comercio exterior; la vi­vienda y la promoción del ahorro y el crédito popular.11 Y, aunque es heterogénea (en razón de sus distintas capacidades para su operatividad) y eso amplía la segmentación de mercados, se agrega la poca fluidez de la informa­ ción y la movilidad de factores entre los fondos financieros y los activos físicos de los productores, al mismo tiempo genera ausencia de factores cla­ve para el desarrollo y asimetrías productivas y distributivas. Con todo, no se puede negar el papel estratégico que ha jugado hasta el presente la banca de desarrollo, particularmente con su contribución aunque modesta, al proceso distributivo de la mayoría de los países latinoamericanos (Ffrench Davis, 2005). Del balance que se puede hacer en los últimos tres quinquenios, se infiere en primer lugar a que, como se dijo antes, la banca pública en México ha jugado un papel ciertamente modesto, lo cual aparece en el cuadro 1, “Princi­pales Indicadores de Condición Financiera y Operativa de la Banca de Desarro­llo”, por los notables descensos registrados en las cifras de Cartera; sin em­bargo, si tomamos estas cifras de Cartera como porcentaje del PIB entre 2006 y 2007 de la gráfica 1, la proporción resulta definidamente decreciente, pues se sabe que hubo una muy fuerte disminución del financiaEstos bancos son: Nacional Financiera (Nafin), encargado de la promoción y desarrollo industrial y regional atendiendo a pequeñas y medianas empresas y aquéllas de carácter estratégico; Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) que se concentra en el apoyo crediti­ cio y asesoría técnica para impulsar el comercio exterior; Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras) otorga crédito para infraestructura a estados y municipios; Sociedad Hipotecaria Federal (SHF), que es fiduciaria del Fondo de Operación y Financiamiento de la Vivienda (FOVI) cuyo propósito es actuar con los agentes públicos y privados para ampliar la cobertura y mejorar la calidad de la vivienda; Banco del Ejército, Fuerza Aérea y la Armada (Banjército) encargado del financiamiento de las actividades del ejército y fuerzas armadas, así como el servicio bancario que requieren sus empleados, y Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi) que intenta promover una cultura de ahorro y servicios financieros entre la población de menores ingresos. 11


FALLAS DEL MERCADO Y BANCA DE DESARROLLO

155

miento dirigido a entidades gubernamentales.12 Con la misma tendencia se observa la Captación, pero después del fuerte descenso en 2007, ha tenido una recuperación sostenida y notable como se observa particularmente desde 2014 y hasta 2016. En la gráfica 2 aparece la distribución del crédito por sectores de produc­ ción, se destaca que —a pesar del discurso oficial— el aparente destino decreciente del crédito al sector público, éste es proporcionalmente constante en la cartera de la banca de desarrollo, aproximadamente del 20% de 2005 a 2016; pero resulta notable que es marcadamente creciente hacia el sector financiero. También en la gráfica 2, vale mencionar el financiamiento otorgado al sector privado del país, el cual registró un fuerte crecimiento en 2007, año a partir del cual ha tenido un ascenso pronunciado hasta 2016 (septiembre), en particular en el sector de servicios financieros y otros servicios desde la crisis de 2008; lo que ilustra el papel de sostén de la banca de desarrollo en dicha crisis y hasta el presente, a través del crédito directo y los rendimientos que obtuvieron los recursos gubernamentales (CETES) y los bonos para el saneamiento del rescate financiero (FOBAPROA-IPAB). Los recursos crediticios de la banca estatal destinados a promover las ac­ tividades económicas prioritarias se han mantenido bajos sistemáticamente a lo largo del periodo estudiado. Es notable el descenso del crédito total a las actividades prioritarias, cuyo porcentaje con relación al PIB pasa de 7.25 al 2.2% de 2000 al 2007 y, peor aún, cuando observamos la relación entre el crédito agropecuario y el PIB de actividades primarias, que desciende de 6.83 a 0.03% entre 2000 y 2011, que aun cuando se recupera en 2015 y 2016 (septiembre) —como se observa en la gráfica 3—, resulta notable que el crédito otorgado por la banca de desarrollo tanto a la agricultura como a la industria se redujo considerablemente en los mismos años, lo que ha contribuido a generar en ambos sectores una de las peores crisis productivas, ya que significa una reducción sistemática de la frontera de producción, in­ cremento en las importaciones, pérdida de la soberanía alimentaria y empo­ brecimiento de sus habitantes. Por lo que toca a la industria, a un nivel porcentual del 0.55%, indicado en la misma gráfica 3, la desarticulación de la planta productiva ha continuado su avance hacia el estancamiento de la producción y a la reducción del empleo. Las empresas pequeñas y medianas, que son la amplia mayoría en el país, ven reducidas sus posibilidades de ampliar el financiamiento por la vía de los intermediarios financieros bancarios y no bancarios privados, por lo que la intervención de una banca de fomento vigorosa se vuelve el principal reclamo entre estos castigados sectores productivos 12

En parte por desincorporación de los bancos de desarrollo.


28 806.8

Capital contable

(-)0.9

(-)15.7

10 916

ROA

ROE

Personal

Instituciones

6

404

135.7

Índice de cobertura

Sucursales

5.3

Índice de morosidad

(-)4 534.5

456 363.1

Captación

Resultado neto

470 788.2

Pasivo

17.5

683 344.8

Cartera

Capitalización

499 606.0

2000

Activo

Concepto

6

402

10 985

(-)6.7

(-)0.3

109.1

6.2

(-)1 509.8

16.1

22 616.2

494 457.5

507 588.1

377 102.7

530 204.2

2001

7

976

9 993

(-)66.0

(-)3.2

132.8

3.4

(-)9 235.5

19.4

41 547.9

654 254.04

684 030.3

495 057.53

725 578.2

2002

7

754

5 665

(-)2.8

(-)0.2

156.0

2.1

349.6

15.8

36 983.9

590 232.62

601 771.21

461 838.95

638 754.1

2003

6

748

6 348

1.1

0.1

228.9

2.4

407.9

14.4

38 846.5

533 422.8

544 132.9

444 152.5

582 979.3

2004

6

718

5 617

2.3

0.2

210.8

2.7

972.0

15.8

42 118.0

525 365.4

53 804.6

433 158.5

580 202.6

2005

6

710

6 051

4.3

0.5

249.6

3.1

2 204.3

18.3

51 263.7

403 105.4

414 126.8

307 182.3

465 390.5

2006

6

669

5 909

2.2

0.3

258.8

2.1

1 157.5

18.4

51 702.0

369 054

390 374

255 962.3

442 076.0

2007

PRINCIPALES INDICADORES DE CONDICIÓN FINANCIERA Y OPERATIVA DE LA BANCA DE DESARROLLO (MILLONES DE PESOS, PORCIENTO Y UNIDADES)

CUADRO 1

6

604

5 864

10.8

0.7

599.7

0.8

5 849.0

14.9

54 207.4

431.9

755 507.7

313 571.9

809 715.1

2008

156 MARÍA IRMA MANRIQUE


604

Sucursales

2011

2012

6

594

4 788

10.7

0.8

357.5

1.2

6 811.7

15.5

63 863.2

496 745.5

788 934.8

394 054.8

489 070.2

6

564

5 869

10.6

0.7

416.4

1.0

7 428.2

14.7

70 337.5

517 224.5

6

564

4 490

9.2

0.7

418.5

0.8

7 258.6

17.3

78 706.1

568 200.5

954 357.1 1 006 459.6

422 582.7

6

nd

nd

6.1

0.5

120.6

1.3

5 483.0

14.3

95 739.6

642 797

1 148 461.474

567 811

1 244 201.0

2013

6

nd

nd

9.0

0.5

128.9

3.3

7 028.1

14.1

106 272.0

750 829

1 336 540.268

672 408

1 442 812.3

2014

6

nd

nd

4.0

0.3

142.8

3.0

4 419.0

14.2

115 959.5

858 183

1 431 217.013

745 780

1 547 176.6

2015

6

nd

nd

6.8

0.5

136.6

3.1

7 509.0

14.1

124 179.2

769 389.894

1 619 919.328

838 347.816

1 744 098.6

2016*/

FUENTE: elaboración propia con datos de la Comisión Nacional de Bancaria y de Valores (2017). Boletín estadístico, Banca de desarrollo. Varios años, CNBV, disponible en <https://goo.gl/m4jMFQ>. Nota: en 2002 y 2003 se considera Banrural, en otros años no está incluida. */ A septiembre de 2016. Nd: no disponible.

6

5 864

6.5

ROE

Personal

0.4

210.3

Índice de cobertura

ROA

2.2

3 706.8

Resultado neto

Índice de morosidad

14.5

57 460.5

Capitalización

485 022

Capital contable

7 671 925.3

Pasivo

Captación

357 447

Instituciones

2010

824 652.8 8 527 498.0 1 024 694.6 1 085 165.7

2009

Cartera

Activo

Concepto

CUADRO 1 (CONTINUACIÓN)

FALLAS DEL MERCADO Y BANCA DE DESARROLLO 157


158

MARÍA IRMA MANRIQUE

GRÁFICA 1

COMPORTAMIENTO DE LA CARTERA DE CRÉDITO Y LA CAPTACIÓN BANCARIA (PORCENTAJES DEL PIB) 14.00 12.00 10.00

Captación

8.00 6.00

Cartera

4.00

2016

2015

2014

2013

2012

2011

2010

2009

2008

2007

2006

2005

2004

2003

2002

2001

2000

0.00

1999

2.00

FUENTE: elaboración propia con datos de la Comisión Nacional de Bancaria y de Valores (2017). Boletín estadístico, Banca de desarrollo. Varios años, CNBV, disponible en <https://goo.gl/m4jMFQ>.

GRÁFICA 2

CRÉDITO OTORGADO POR LA BANCA DE DESARROLLO SEGÚN LA ACTIVIDAD PRINCIPAL DE LOS PRESTATARIOS

(PORCENTAJES DEL PIB) 1 000 000.00 900 000.00 800 000.00 Sector financiero

700 000.00 600 000.00

Sector privado

500 000.00 400 000.00 300 000.00 200 000.00

Sector público

100 000.00 2016*/

2015

2014

2013

2012

2011

2010

2009

2008

2007

2006

2005

2004

2003

2002

2001

2000

1999

.00

FUENTE: elaboración propia con datos de Banxico (2017). Sistema de información económica. Financiamiento otorgado por la banca de desarrollo. Varios años, disponible en <https://goo.gl/vZoMT5>. */ A septiembre de 2016.


CUADRO 2

Concepto 1999 2000 2001 2002 Financiamiento total 316 749.0 392 212.0 400 073.0 490 805.0 Sector privado 70 823.0 76 446.0 87 872.0 117 044.0 Financiamiento directo 70 666.0 76 296.0 87 721.0 116 895.0 Consumo 3 473.0 4 709.0 6 230.0 6 937.0 Vivienda 2 957.0 2 118.0 3 528.0 3 575.0 Empresas y personas físicas 58 540.0 63 553.0 68 866.0 78 266.0 con actividad empresarial Intermediarios no bancarios 5 696.0 5 916.0 9 097.0 28 117.0 Títulos asociados 157.0 150.0 151.0 149.0 a programas de Cetes especiales 157.0 150.0 151.0 149.0 (reestructura en UDIS) Estados y municipios 32 065.0 35 859.0 42 989.0 46 743.0 Financiamiento directo 11 768.0 13 051.0 18 893.0 22 701.0 Títulos asociados 20 297.0 22 808.0 24 096.0 24 042.0 a programas de Cetes especiales 20 297.0 22 808.0 24 096.0 24 042.0 (reestructura en UDIS) Sector público 193 473.0 254 663.0 208 436.0 216 476.0 Financiamiento directo 192 982.0 254 044.0 208 391.0 216 428.0 Programa de apoyo a 491.0 619.0 45.0 48.0 deudores (ADES) Otros 20 388.0 25 244.0 60 776.0 110 542.0 IPAB 8 979.0 8 885.0 43 789.0 65 783.0 Pidiregas – 2 909.0 1 862.0 15 335.0 FARAC 11 409.0 13 450.0 15 125.0 29 424.0 43 704.0 36 100.0 7 604.0 7 604.0

43 377.0 19 945.0 23 432.0 23 432.0

97 665.0 66 503.0 15 924.0 15 238.0

50.0

– 93 962.0 101 236.0 77 492.0 94 682.0 9 073.0 6 084.0 7 397.0 470.0

3.0

6 994.0

6 994.0

44 257.0 37 263.0

0.0

6 685.0

45 405.0 38 720.0

0.0

0.0

6 309.0

46 160.0 39 851.0

0.0

0.0

67 559.0

98 382.0 89 631.0 8 749.0 2.0

1.0

58 394.0 32 546.0 8 313.0 17 535.0

0.0

90 915.0 90 915.0

0.0

149.0

0.0

64 454.0

41 749.0

216 461.0 191 780.0 162 781.0 100 489.0 216 411.0 191 777.0 162 781.0 100 488.0

0.0

149.0

110 386.0

44 987.0

6 309.0

95 768.0

66 756.0

40 888.0

6 685.0

42 385.0

75 451.0

2003 2004 2005 2006 2007 508 117.0 477 884.0 470 431.0 364 977.0 318 162.0 150 614.0 148 438.0 162 157.0 120 701.0 122 693.0 150 465.0 148 438.0 162 157.0 120 701.0 122 693.0 5 297.0 7 395.0 7 056.0 7 226.0 8 708.0 2 961.0 2 890.0 3 827.0 4 034.0 4 677.0

MILLONES DE PESOS Y PORCENTAJES

FINANCIAMIENTO OTORGADO POR LA BANCA DE DESARROLLO, 2000-2016

FALLAS DEL MERCADO Y BANCA DE DESARROLLO 159


80 330.3 0.0 0.0

79 410.0 0.0 0.0

0.0

0.0

88 254.6

233 679.0

0.0

0.0

85 221.5

293 749.9

0.0

0.0

112 824.6

348 825.0

6 119.3

6 119.3

6 327.8

6 327.8

6 610.2

6 610.2

0.0 30 977.7 14 147.9 0.0 16 829.8

0.0 22 802.0 19 291.0 173.0 3 338.0

42 576.1 20 440.1 0.0 22 136.1

0.0

60 653.8 26 899.1 0.0 33 754.7

0.0

56 240.4 27 295.2 0.0 28 945.2

0.0

99 326.7 154 238.9 149 376.4 194 487.4 99 326.7 154 238.9 149 376.4 194 487.4

6 175.4

5 909.0 106 185.0 106 185.0

6 175.4

5 909.0

109 238.0 134 489.9 142 567.6 149 391.0 152 353.7 103 329.0 128 314.5 136 448.2 143 063.3 145 743.5

199 551.1

163 408.0

2012 2013 2014 2015 2016 * / 507 335.0 571 911.0 695 012.4 778 852.9 910 854.3 269 110.0 307 116.6 355 629.8 419 431.7 507 772.8 269 110.0 307 116.6 355 629.8 419 431.7 507 772.8 15 220.0 16 163.6 21 658.6 27 698.1 32 586.2 11 072.0 11 071.7 12 037.6 12 762.2 13 537.1

FUENTE: elaboración propia con datos de Banxico (2017). Sistema de información económica. Financiamiento otorgado por la banca de desarrollo. Varios años, disponible en <https://goo.gl/vZoMT5>. */ A septiembre de 2016.

Concepto 2008 2009 2010 2011 Financiamiento total 404 577.0 420 280.0 437 014.0 463 110.0 Sector privado 175 640.0 209 859.0 212 664.0 236 046.0 Financiamiento directo 175 640.0 209 859.0 212 664.0 236 046.0 Consumo 9 316.0 11 381.0 12 167.0 13 966.0 Vivienda 5 937.0 6 914.0 7 877.0 9 249.0 Empresas y personas físicas 66 804.0 84 955.0 104 062.0 131 414.0 con actividad empresarial Intermediarios no bancarios 93 583.0 106 609.0 88 558.0 81 417.0 Títulos asociados 0.0 0.0 0.0 0.0 a programas de Cetes especiales 0.0 0.0 0.0 0.0 (reestructura en UDIS) Estados y municipios 41 742.0 55 237.0 60 171.0 88 662.0 Financiamiento directo 35 751.0 48 980.0 53 706.0 83 033.0 Títulos asociados 5 991.0 6 257.0 6 465.0 5 629.0 a programas de Cetes especiales 5 991.0 6 257.0 6 465.0 5 629.0 (reestructura en UDIS) Sector público 100 205.0 88 109.0 97 276.0 107 768.0 Financiamiento directo 100 205.0 88 109.0 97 276.0 107 768.0 Programa de apoyo a 0.0 0.0 0.0 0.0 deudores (ADES) Otros 86 990.0 67 075.0 66 903.0 30 634.0 IPAB 64 487.0 49 884.0 66 295.0 27 998.0 Pidiregas 11 815.0 6 486.0 521.0 0.0 FARAC 10 688.0 10 705.0 87.0 2 636.0

CUADRO 2 (CONTINUACIÓN)

160 MARÍA IRMA MANRIQUE


FALLAS DEL MERCADO Y BANCA DE DESARROLLO

161

GRÁFICA 3

CRÉDITO OTORGADO POR LA BANCA DE DESARROLLO SEGÚN LA ACTIVIDAD PRINCIPAL DE LOS PRESTATARIOS

(PORCENTAJES DEL PIB) 8.00 7.00

Crédito total/ PIB (%)

6.00 5.00 4.00 3.00 2.00

Crédito al sector industrial/PIB de industrial (%)

Crédito al sector agropecuario/PIB Act. primarias (%)

1.00

2016

2015

2014

2013

2012

2011

2010

2009

2008

2007

2006

2005

2004

2003

2002

2001

2000

1999

.00

FUENTE: elaboración propia con datos de Banxico (2017). Sistema de información económica. Financiamiento otorgado por la banca de desarrollo. Varios años, disponible en <https://goo.gl/vZoMT5>.

A raíz de la publicación del Plan Nacional de Financiamiento del Desarrollo (Pronafide) 2002-2006, se trazaron los lineamientos y estrategias para cumplir con las metas del Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006, que estable­cía como “una de las estrategias fundamentales para expandir la capacidad de crecimiento potencial de la economía” el fortalecimiento del sistema financiero y la transformación de la banca de desarrollo y de los fondos de fomento. Esto último con la finalidad de promover alternativas de financiamiento para los proyectos que no fueran apoyados por los mercados de capitales y que, por los problemas de información, costos de transacción u otras imperfecciones del mercado no fueran atendidas por la banca comer­ cial (PND, 2001-2006). En concreto, en este plan, la banca de desarrollo “facilitaría el acceso al crédito en términos razonables a aquellos agentes económicos que los demás intermediarios financieros no atendieran, procurando que dicha tarea no afectara el capital de las instituciones”. El Pronafide de la actual administración (2012-2018), se inserta en la consecución de las reformas estructurales de conjunto (la fiscal, la laboral, la energética y la financiera). El esquema 1 sintetiza la visión de “mantener un entorno macroeconómico estable y de democratización del financiamiento” dirigido a proyectos de productividad. El programa plantea como necesario promover el crecimiento económico, elevar la productividad, elevar la sostenibilidad de las finanzas públicas a


162

MARÍA IRMA MANRIQUE

ESQUEMA 1

México próspero

Estrategias transversales

Mantener la estabilidad macroeconómica Democratizar el financiamiento de proyectos con potencial de crecimiento Democratizar la productividad Gobierno cercano y moderno Perspectiva de género

Programa Nacional de Financiamiento del Desarrollo 2013-2018

Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018

ENLACE ESTRATÉGICO DEL PRONAFIDE CON EL PND 2013-2018

FUENTE: elaboración propia con base en Pronafide (2013), Gobierno de la República, disponible en <https://goo.gl/UwBBxv>.

partir de los ingresos tributarios, reducir los requerimientos financieros del sector público (RFSP), así como garantizar la reducción de la informalidad. El cuadro 3 muestra la evolución de cuatro de los once indicadores que el Go­ bierno de la República propuso para dimensionar y dar seguimiento a sus propuestas de financiamiento para el desarrollo, y se agrega el avance de la formalidad, pues parece dimensionar la efectividad de la “democratización del financiamiento productivo”. Aun cuando en los últimos años del Pronafide la cartera crediticia de la banca de desarrollo es claramente insuficiente para “democratizar la produc­ tividad”, y mantener un contexto macroeconómico estable, en la medida que la estrategia fiscal resulta insuficiente para dotar de sustentabilidad a las finanzas públicas que se ven limitadas para alentar un crecimiento esta­ ble y sostenido. Los resultados se observan alejados de las metas propuestas de financiamiento para el desarrollo. Las gráficas 4 y 5 ponen aún mayor énfasis en el financiamiento de la ban­ ca de desarrollo al sector privado; considerando como actividades de este ámbito a las diferentes industrias, lo cual hace evidente la participación de este volumen ínfimo de financiamiento, y donde la industria manufacturera y la de construcción son las más “favorecidas”. Es necesario destacar que desde el año 2010, la metodología para presen­ tar la información estadística sobre financiamiento de la banca de desarrollo ha cambiado, ya que hasta antes de este año de 2010, la Comisión Na­cional Bancaria y de Valores (CNBV) y el Banco de México (Banxico) eran las fuen-


FALLAS DEL MERCADO Y BANCA DE DESARROLLO

163

CUADRO 3

SEGUIMIENTO DE INDICADORES DE DESEMPEÑO AL PRONAFIDE PERIODO 2000-2016 (PORCENTAJES DE VARIACIÓN ANUAL) Concepto

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

Crecimiento

4.9

(-)0.4

(-)0.3

1.4

3.9

2.3

4.5

2.3

1.1

Productividad

5.9

(-)1.2

0.2

1.2

3.8

2.9

5.3

2.6

0.3

Impuestos

2.0

0.9

0.6

1.4

4.1

3.1

7.5

1.6

3.6

RFSP

n.d.

6.5

13.2

10.7

4.2

4.2

5.4

5.7

22.6

Formalidad

n.d.

n.d.

n.d.

n.d.

3.4

3.4

4.8

3.1

3.6

Concepto

2009

2010

2011

2012

2013

2014

2015

2016

Crecimiento

(-)5.3

5.1

3.7

3.6

1.4

2.8

3.3

2.9

Productividad

(-)6.4

5.6

3.2

3.7

0.8

3.0

3.1

n.d.

Impuestos

(-)6.4

4.2

4.1

1.5

0.9

6.0

6.3

6.8

7.8

9.8

13.2

8.1

10.4

14.5

7.2

11.4

(-)6.9

4.1

1.0

3.9

(-)0.6

(-)0.2

0.9

n.d.

RFSP Formalidad

2008

FUENTE: elaboración propia con datos de INEGI (2017). Banco de datos, disponible en <https:// goo.gl/S3U7BG>, Indicadores de productividad, disponible en <https://goo.gl/6vvT57>; Banco de México (2017). Estadísticas económicas, disponible en <https://goo.gl/uLHWJ4>; SAT (2017). Tablas de información fiscal, disponible en <https://goo.gl/ZHbnzQ>, y SHCP (2017). Plan Nacional de Desarrollo, disponible en <https://goo.gl/UwBBxv>.

GRÁFICA 4

CRÉDITO OTORGADO POR LA BANCA DE DESARROLLO (PORCENTAJES DEL FINANCIAMIENTO TOTAL)

Empresas

Construcción Consumo

2015

2016*/

2014

2013

2012

2011

2010

2009

2008

2007

2006

2005

2004

2003

2002

2001

2000

Vivienda

1999

90 80 70 60 50 40 30 20 10 0

FUENTE: elaboración propia con datos de Banxico (2017). Sistema de información económica. Financiamiento otorgado por la banca de desarrollo. Varios años, disponible en <https://goo.gl/vZoMT5>.


164

MARÍA IRMA MANRIQUE

GRÁFICA 5

FINANCIAMIENTO OTORGADO POR LA BANCA DE DESARROLLO, SEGÚN ACTIVIDAD ECONÓMICA EN SECTORES PRIMARIO Y SECUNDARIO.

(PORCENTAJES DEL FINANCIAMIENTO TOTAL) Construcción

Industria manufacurera Agricultura

2016

2015

2014

2013

2012

2011

2010

2009

2008

2007

2006

2005

2004

2003

2002

2001

2000

Minería

1999

20.00 18.00 16.00 14.00 12.00 10.00 8.00 6.00 4.00 2.00 0.00

FUENTE: elaboración propia con datos de Banxico (2017). Sistema de información económica. Financiamiento otorgado por la banca de desarrollo. Varios años, disponible en <https://goo.gl/vZoMT5>.

tes oficiales. A partir de 2011 esta información empezó a ser compartida y publicada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), con al­ gunas importantes diferencias: En primer lugar, la reciente estadística sobre estas instituciones de desarrollo que presenta la SHCP, considera como sectores objetivo del crédito al sector privado, social y gobiernos subnacionales, lo que no incluye al go­ bierno federal, ya sea directamente a éste o sus organismos y entidades, ni a éste como agente financiero. Por su parte, la CNBV y Banxico consideran el saldo del crédito otorgado al sector público, privado y agente financiero. En segundo lugar, la SHCP toma en consideración los títulos que respaldan bursatilizaciones, así como el crédito inducido por la banca de desarrollo; esto es, el crédito que otorgan los intermediarios financieros privados que cuentan con garantías de la banca de desarrollo. Tercero, las instituciones que se contabilizan son diferentes, pues la CNBV y Banxico no consideran la información de Financiera Rural, Fira y Fovi, mismas que representan el 17% aproximadamente de la cartera consi­ derada por la SHCP, y que se suponen fuera de los sectores objetivos. Así, mediante este cambio metodológico en la información, la SHCP muestra un saldo del crédito directo e impulsado13 por la banca de desarrollo 13 El crédito impulsado incluye el saldo de garantías y el saldo expuesto sin fondeo; incluye avales, cartas de crédito, seguros de crédito, garantías bursátiles, reaseguros de crédito y bursatilizaciones (SHCP, 2011).


FALLAS DEL MERCADO Y BANCA DE DESARROLLO

165

a sus sectores de atención; es decir, los sectores privado y social, así como a los gobiernos estatales y municipales, el cual ascendió en el año 2011 a 672 mil millones de pesos, que equivale a un 14.6% superior al crédito directo registrado por las estadísticas de Banxico, INEGI y CNBV. Esta forma de potenciar el financiamiento privado por parte de la banca de desarrollo, a través del uso de garantías de crédito y bursatilizaciones, es una clara estrategia para ir fusionando las carteras de las instituciones de fo­ mento con los bancos comerciales. Los pasos hacia la privatización de estas instituciones de fomento son muy claros y el manejo de la cartera por sectores privado y social y hacia el sector financiero, comercial y no comercial así lo indica. Y lo que viene reiterándose en esta mirada rápida sobre el desempeño de la banca de desarrollo mexicana, es que si bien es cierto que su apoyo a la plan­ ta productiva representada en su mayoría por micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) ha sido débil e insuficiente, es justo hacer notar que durante estos últimos doce años ha debido enfrentar —además de su desaparición en una deliberada posición complementaria y vulnerable— la competencia de sus socios comerciales y los procesos de globalización, en un entorno de retiro sistemático del financiamiento público y la ausencia del financiamiento privado, lo que ha contribuido —como se afirmó anteriormente— a la desindustrialización de amplios sectores productivos, profundizando la desarticulación productiva, la mayor dependencia de las importaciones y un ritmo muy bajo en el crecimiento económico, así como la nula creación o desaparición de fuentes de empleos de manera consecutiva. A MODO DE CONCLUSIÓN  La

recuperación del sistema de bancos de desarrollo en México depende en gran medida de vencer la ideología fundamentalista neoliberal mediante la reivindicación del enfoque a favor de una mayor y distinta intervención del Estado, en el que específicamente la banca estatal, se encargue de financiar el crecimiento sostenido y el desarrollo económico del país, como lo hizo en el periodo de vigencia del modelo sustitutivo de importaciones, cuando movilizó recursos financieros en un entorno regulado para avanzar en la industrialización y generando altas tasas de crecimiento del producto y altos niveles de empleo.  Existen actualmente renovados argumentos teóricos y políticos respecto a la justificación de la intervención del Estado en la economía en aras del mejoramiento y la eficiencia económica y de una mejor distribución del ingreso. Desde los aportes teóricos que surgen de la


166

MARÍA IRMA MANRIQUE

teoría de las fallas del mercado que provee al análisis económico de argumentos importantes para justificar esta intervención gubernamen­ tal, hasta Keynes y los poskeynesianos. Joseph Stiglitz y Fred Block también se aúnan a la reivindicación de las ideas preclaras de Karl Po­ lanyi sobre la infuncionalidad de los mercados autorregulados.  La banca de desarrollo es un instrumento idóneo para la intervención del Estado en el financiamiento de actividades prioritarias para el desarrollo económico de un país, siempre y cuando en el proceso no se generen mayores distorsiones en los mercados, para lo cual es necesa­rio establecer claramente las funciones de la banca de desarrollo como instrumento de política financiera que permite compensar las fallas del mercado.  El papel de la banca de desarrollo para los países no desarrollados como México tiene hoy tanta importancia en el financiamiento del desarrollo, como lo tuvo desde su creación. Sin embargo, las condiciones de globalidad que hoy prevalecen, imponen requisitos diferentes, particularmente al determinar la autonomía de gestión y su obligación de apoyo y estímulo a los bancos privados, actualmente casi totalmente extranjeros.  Tanto la teoría como la empiria sugieren que la calidad institucional permite que una economía mantenga un equilibrio entre mercado y Estado y, que la atención a la distribución del ingreso constituye la base de las estrategias de desarrollo con mayor éxito; además de que la fun­ción de las instituciones es crucial, pues influye profundamente en el desarrollo.  La banca de desarrollo nacional más que desaparecer o ser fusionada, puede desempeñar un importante rol en suplir las deficiencias de los mercados de capitales y contribuir al fomento productivo, pero para lo cual requiere que su proceso de intermediación financiera se realice con autonomía de interferencias políticas en la asignación del crédito y en el manejo de los instrumentos de intermediación para una adecua­ da rentabilidad y una administración prudente de la cartera de riesgos.  En una agenda para el desarrollo financiero que promueva el fomento productivo, se requiere que se incluyan temas como el papel de los fondos de pensiones, de la industria de seguros y del mercado de accio­nes y bonos para lograr realmente la buscada profundización financiera. BIBLIOGRÁFÍA Allen, F. y D. Gale (2000), Comparing Financial Systems, Cambridge-Massachusetts, The MIT Press.


FALLAS DEL MERCADO Y BANCA DE DESARROLLO

167

Ayala, José (2000), Mercado, elección pública e instituciones, Miguel Ángel Porrúa- AEFE-FE/UNAM. Banco de México (2008), “Estadísticas, financiamiento e información de intermediación, Banca Comercial y de Desarrollo”, en Indicadores Eco­ nómicos, disponible en <www.banxico.org.mx>. Banco de México (2009), Informe Anual, Anexo Estadístico y páginas de Inter­ net de los años 2010, 2011 y 2012, disponible en <www.banxico.org.mx>. Block, Fred (2011), “Introducción a Karl Polanyi”, en La gran transforma­ ción, México, Fondo de Cultura Económica. Ffrench Davis, Ricardo (2005), Reformas para América Latina después del fundamentalismo neoliberal, Argentina, CEPAL/Siglo XXI. Keynes, J.M. (2003), Teoría de la ocupación, el interés y el dinero, México, Fondo de Cultura Económica. Minsky, H. (1986) Stabilizing in Untestable Economy, New Haven, Connecticut, Yale University Press. Musgrave, R. y P. Musgrave (1992), Hacienda pública, teórica y aplicada, México, McGraw-Hill. Pineda, P. (2009), “Evolución reciente del financiamiento en México y el papel de la banca de desarrollo” en Economía Informa, núm. 356. Polanyi, K. (2011), La gran transformación. Los orígenes políticos y económicos de nuestro tiempo, México, Fondo de Cultura Económica. Rojas M., Mario (2009), “La banca de desarrollo en México”, en Economía Informa, núm, 361. Samuelson, P. (1954), “The Pure Theory of Public Expenditure”, en Review of Economics and Statistics, vol. 36, núm. 4. SHCP (2011), Informe sobre la evolución y resultado de la Banca de Desarro­ llo, México. Solorza, M. (2009), “Nacional Financiera, balance y perspectivas del pilar industrial de la banca de desarrollo”, en Economía Informa, núm. 361. Stallings, B. y R. Studart (2006), Financiamiento para el desarrollo, América Latina desde una perspectiva comparada, Santiago de Chile, Naciones Unidas/CEPAL. Werner, M. (2009), Intervención en el foro “Una banca de desarrollo para el crecimiento y el empleo”, organizado por el Comité de Competitividad del Senado dela República de la LXI Legislatura Federal, del 9 al 29 de septiembre.



LA BANCA DE DESARROLLO EN MÉXICO. PRESENCIA Y RETOS PARA EL FUTURO INMEDIATO PABLO PINEDA ORTEGA*

INTRODUCCIÓN El sistema financiero juega un papel de primera importancia en toda econo­ mía, no sólo por la significativa contribución a la adecuada canalización del ahorro a los demandantes del mismo, sino también por el aporte que otorga a través de sus instituciones para el mantenimiento de la estabilidad macro­ económica. Como se sabe, esta estabilidad genera confianza para la inversión y ésta se refleja en más y mejores empleos y crecimiento. De manera adi­ cional, el sistema financiero puede jugar un papel más amplio en la promoción del desarrollo si dispone de intermediarios financieros que orienten su que­ hacer a la atención de demandas específicas de actores que lo requieran. De hecho, ante las notables imperfecciones e insuficiencias de los merca­ dos del crédito en el país, y ante las reducidas tasas de ahorro y financiación al sector no financiero, estas instituciones deberían contribuir a cerrar bre­ chas y a generar oportunidades: su ausencia o insuficiencia puede constituir un lastre para el desarrollo de México Los intermediarios pueden en efecto atender demandas sentidas de acto­ res económicos que cuentan con proyectos plausibles pero sin la suficien­ te financiación, o pueden también focalizar su apoyo a sectores sociales que por su condición tampoco cuentan con el crédito suficiente para la atención de sus metas. No obstante, siempre estará el riesgo de que tal encomienda la atiendan de manera inadecuada, que lo hagan a costos excesivos o con externalidades negativas que demeriten sus logros. Sin embargo, estos ries­ gos pueden ser abordados de manera razonablemente eficaz. Con el objeto de ofrecer una reflexión de conjunto en torno a éstos y otros dilemas, en este capítulo nos detenemos, en su primer apartado, en el * Universidad de Guadalajara. [169]


170

PABLO PINEDA ORTEGA

análisis de la relación que existe entre el desarrollo financiero y el crecimien­ to económico; en el segundo se analiza la presencia del ahorro financiero en el país y cómo se canaliza a la economía en su conjunto; y en el tercer apartado se analiza la configuración y el desempeño de la banda de desa­ rrollo. Finalmente, se presentan las conclusiones del estudio y el resumen que la banca de desarrollo deberá atender en el futuro inmediato. DESARROLLO FINANCIERO Y CRECIMIENTO ECONÓMICO Se ha dicho que el sistema financiero es para una economía como el sistema circulatorio para el cuerpo humano, en tanto que lleva el ahorro a donde éste se requiere a través de su adecuada intermediación entre sus institucio­ nes, concentrando así los recursos de los agentes superavitarios de ingreso para canalizarlos a los actores deficitarios, con lo que abona también a equilibrar el flujo circular de toda economía. Con esta función, el sistema juega un papel fundamental para el crecimiento económico de largo plazo porque permite una eficiente acumulación del ahorro. De otro modo, los inversio­ nistas no podrían alcanzar en los montos necesarios y, en consecuencia no podrían emprender sus proyectos productivos. En este orden de ideas, la principal pero no única función del sistema financiero es concentrar y ca­ nalizar los recursos no gastados por los agentes para ser canalizado a las ac­ tividades productivas que incrementan el stock de capital, la ocupación y, con ello, el crecimiento (FMI, 2015). Más específicamente —y a tono con lo formulado originalmente por Schumpeter—, el sistema financiero contribuye al desarrollo económico no sólo porque logra canalizar el ahorro a los agentes deficitarios, sino también porque alienta la innovación tecnológica mediante su contribución a la eva­ luación de proyectos, a la diversificación del riesgo y a la reducción de los costos de transacción (Carvajal, 1997). Sin embargo, permanece la discusión en torno a si la relación entre crecimiento económico y madurez del siste­ ma financiero no es reciproca en el sentido de que ambos se influyen mu­ tuamente, y si esta influencia es necesariamente positiva: Hasta la fecha no existe consenso respecto de que el desarrollo financiero determine el crecimiento económico, o si sucede lo contrario, o bien si am­ bos procesos se determinan de manera recíproca. Recientemente, una serie de trabajos empíricos han intentado establecer la dirección de la causalidad entre desarrollo financiero y crecimiento económico. Algunos tienden a confirmar una asociación positiva entre el desarrollo financiero y el crecimiento económico (Rodríguez, 2009:42).


LA BANCA DE DESARROLLO EN MÉXICO

171

En todo caso, si el ahorro es insuficiente o si no se asigna de una manera razonablemente eficiente, se reduce la tasa de crecimiento pues las firmas no disponen de los recursos necesarios para alcanzar las economías de escala que las vuelvan competitivas, ampliar sus mercados e innovar. Ahora bien, el ahorro será insuficiente si los actores superavitarios de ingresos no encuentran en el sistema un premio por su decisión de posponer al consu­ mo y una relativa certeza de tal premio, lo que se alcanza en la medida que el sistema financiero sea más maduro y opere en un entorno de relativa estabilidad macroeconómica. Adicionalmente, el ahorro será mayor si se incrementa el nivel general de ingreso en una sociedad y si ésta dispone de los adecuados instrumentos financieros que atiendan la variada demanda de los ahorradores lo cual, otra vez, depende de la eficiencia del sistema. De manera particular, en el modelo de Greenwood y Jovanovic sobre el desempeño del sistema financiero (citado en Carvajal, 1997:3 y ss) se muestra que cuando éste es maduro la canalización del ahorro se dirige a las opcio­ nes a donde existe una mayor rentabilidad y con ello se promueve el creci­ miento. Esto es así porque un sistema financiero desarrollado promueve una mejor asignación del ahorro en el sentido de canalizarlo a los proyectos más rentables y productivos. En este modelo, el sistema ofrece un arreglo institucional con tres beneficios concretos. En primer lugar ofrece la informa­ ción como un bien público para los empresarios, en segundo el sistema opera como un seguro para la diversificación del riesgo mediante la inte­ gración de un portafolio amplio, y finalmente permite a los agentes manejar sus recursos de manera intertemporal suavizando así sus sendas de consumo. Ahora bien, por la naturaleza incierta de los proyectos de inversión en el sistema, pero sobre todo por los montos implicados, existe siempre la even­ tualidad del llamado riesgo moral, en tanto que las instituciones financieras asumen que en el caso de una quiebra generalizada producto de una inade­ cuada asignación del crédito el fisco absorberá de manera parcial o total los costos. En esta circunstancia existe un aliento para canalizar el crédito a las actividades más riesgosas, pues son justamente las que prometen una más alta compensación, esto es, mayores tasas de interés. En este sentido los Estados nacionales establecen una regulación prudencial que ayude a detectar y desalentar las asignaciones del crédito a agentes o actividades de elevado riesgo, que son aquéllas sobre las que no se tiene una razonable certeza de repago y/o que no dispongan de los adecuados respaldos. En general, la regulación se ha orientado a imponer mayores garantías al intermediario, mayores tasas de capitalización, para el caso de que sus acreditados dejen de servir su deuda. Sin embargo, se ha debatido hasta qué grado una participación guberna­ mental en el sector demasiado intrusiva pueda desalentar el ahorro así como


172

PABLO PINEDA ORTEGA

su adecuada asignación. Para autores como Mckinnon y Shaw, los efectos de una represión financiera (topes a las tasas de interés para alentar mayores proyectos de inversión o programas de crédito focalizados, entre otros) se reflejan en una reducción en la profundización financiera. Sin embargo, desde una perspectiva estructuralista se ha sostenido que dadas las debilidades e imperfecciones de los sistemas financieros en las economías en desarrollo, se vuelve necesario que los gobiernos participen de una manera más activa. No podemos detenernos en esta, también inacabada discusión, pero en el mundo contemporáneo un socorrido medio de inter­ vención pública en el sector lo es la banca de desarrollo, BD, con la que el Estado busca no sólo elevar el nivel de financiamiento con que disponga una economía sino también canalizarlo a aquellos actores que por su importan­ cia económica —sectores productivos estratégicos— o su insuficiente ahorro —familias de ingresos medios y bajos— no pueden disponer de la suficiente financiación. EL FINANCIAMIENTO EN MÉXICO Ya antes se señaló cuán importante es el financiamiento para la promoción del crecimiento, en el caso de México es muy bajo, visto aún desde la pers­ pectiva de América Latina. En efecto, la canalización de ahorro al sector privado en el país es muy limitada y sólo equivale al 35.8% del PIB, mien­ tras que el promedio en la región asciende a 52.0%, y a donde se tiene la presencia destacada de Chile y Brasil que tienen porcentajes del 109.4 y 69.1, respectivamente. Este indicador es desde luego más alto para el caso de la OCDE, a donde el promedio de sus países asciende a 146.8% y que, sin embargo, es aún menor al de Estados Unidos donde se tiene un valor de 195.6% (Senado, 2016:16). Si bien este financiamiento en nuestro país mantiene un crecimiento modesto a partir del 2011, luego de dos momentos crí­ticos del pasado reciente donde se le mantuvo muy bajo —la crisis banca­ ria de 1994 y la crisis global de 2007—, su valor actual ya citado se encuentra muy por debajo del llamado ahorro financiero total:1 35.8% vs. 74.9% del PIB. Esta diferencia tan pronunciada indica que aun siendo bajo el ahorro financiero del país, lo es aún menos la cantidad de ese ahorro que se canali­ za al sector no financiero; esto es el dirigido al fortalecimiento de la inversión y el consumo de bienes duraderos principalmente, y de este modo contri­ buye a alcanzar tasas de crecimiento más elevadas (Senado, 2016a:17). 1

El ahorro financiero total se integra de la sumatoria del ahorro interno y el externo.


LA BANCA DE DESARROLLO EN MÉXICO

173

Como en toda la región latinoamericana, en México el mayor monto del financiamiento al sector privado proviene del sector bancario,2 y si bien éste se ha venido recuperando después del fuerte colapso de la crisis global del 2007, lo viene haciendo a una tasa inferior a la de la captación bancaria, según se aprecia en la tabla 1. Esto quiere decir, entre otras cosas, que exis­ ten opciones de colocación más rentables o más seguras para la banca y que en consecuencia distraen los recursos que deba estar necesitan­do el sector privado. TABLA 1

CAPTACIÓN BANCARIA Y FINANCIAMIENTO DE LA BANCA AL SECTOR PRIVADO COMO % DEL PIB Primer cuatrimestre

Primer cuatrimestre

Primer cuatrimestre

2000

2010

2015

Captación bancaria

19.30

17.40

24.40

Financiamiento de la banca al sector privado

13.00

8.40

16.40

FUENTE: Senado, 2016a:18.

De entre esas opciones viene destacando de manera muy relevante el sector público, como en efecto se aprecia en la tabla 2. En ella se observa que se ha modificado la composición de la canalización del ahorro entre los años 2000 y 2015, como porcentaje del PIB, en favor de este sector. Nótese cómo ha habido un sustancial incremento del uso de los recursos financieros entre el 2000 y el 2015, para llegar al 98.6% como proporción del PIB en este último año, lo que significa una Tasa de Crecimiento Real Anual Promedio (CRAP), de 4.7%. De este incremento total véase que el componente que ha crecido a una tasa más elevada, al 10.9%, lo representan las reservas internacionales, por lo que ya alcanzan una sexta parte del uso de los recursos financieros. En segundo lugar, en cuanto a la tasa de crecimiento se encuentra el crédito canalizado a los estados y municipios, con un CRAP de 9.3, y que si bien todavía representa menos de una treintava parte del uso total de los recursos financieros, ya viene absorbiendo un monto de consi­ deración y representa así una importante preocupación para las finanzas En la encuesta sobre el mercado del crédito de Banxico del cuarto trimestre del 2016, el 85.3% de las empresas afirmaron que recurrieron a algún tipo de financiamiento, y de ellas el 76.8% dijeron que lo fue de proveedores, el 38.5% de la banca comercial y sólo el 0.4% a la emisión de deuda (Banxico, 2017:316). 2


174

PABLO PINEDA ORTEGA

TABLA 2

CRECIMIENTO Y USO DE LOS RECURSOS FINANCIEROS ENTRE 2000 Y 2015 Uso de los recursos Reservas financieros internacionales como % del PIB

RFSP

Estados y municipios

Sector privado

Otros conceptos

2000

56.20

4.80

30.40

1.10

25.00

-5.20

2015

98.60

16.10

45.70

3.00

39.20

-5.10

CRAP

4.70

10.90

5.10

9.30

5.40

2.20

NOTAS: RFSP, saldo histórico de requerimientos financieros del sector público; CRAP, Tasa de crecimiento real anual promedio. FUENTE: Senado, 2016a:20.

públicas.3 Nótese que la tasa de crecimiento de los recursos al sector privado en el periodo sólo ocupa el tercer lugar y se encuentra muy cerca del CRAP del saldo histórico de los requerimientos financieros del sector público —5.4 vs. 5.1—, de este modo, el financiamiento al sector privado no llega ni al 40% del total de los recursos financieros totales. Este reducido monto, como se ve, se explica por la enorme cantidad de recursos financieros que ya absorbe el sector público, tanto a nivel nacional como local, que ya acumu­ la casi la mitad de los recursos financieros totales con el 48.7 por ciento. De este modo, para alcanzar una tasa de crecimiento del producto más elevada como en efecto lo requiere nuestra economía, es necesario que el CRAP del financiamiento al sector privado se incremente de manera signi­ ficativa. Como se revisa en el apartado anterior, este es un mecanismo cen­ tral para elevar la tasa de inversión. Como se logra apreciar, para ello la ta­rea es doble; por un lado se requiere que el ahorro financiero no sea absor­ bido en esta creciente proporción por el sector público y que el CRAP de dicho ahorro también se eleve. Sobre lo primero, al decir de Banxico, pareciera que se comienza a avanzar en la dirección adecuada pero a un ritmo insu­ ficiente, y aquí la salud de las finanzas públicas habrá de marcar la pauta:4 Debido a esta preocupación se han aprobado ya algunas reformas que le imponen restric­ ciones a los gobiernos subnacionales para la contratación de mayor deuda, si bien aún es muy prematuro saber si éstas han sido exitosas. 4 “Hacia adelante, y ante la posibilidad de que se materialicen episodios adicionales de volati­li­dad que mitiguen el flujo de capitales hacia la economía mexicana, los esfuerzos de consolidación fiscal por parte del sector público deberán seguir contribuyendo a que el financiamiento al sector privado pueda seguir creciendo sin generar presiones en los mercados de fondos presta­ 3


LA BANCA DE DESARROLLO EN MÉXICO

175

En lo que respecta a la utilización de recursos financieros de la economía, desde mediados de 2015 se han venido moderando las tasas anuales de creci­ miento del financiamiento al sector público y de la reserva internacional, lo que ha generado espacio para que el financiamiento al sector privado se expanda a tasas relativamente elevadas —incluso en el entorno antes descrito de fuentes de recursos más limitadas— (Banxico, 2017:261).

Por lo que va al crecimiento del ahorro financiero la circunstancia es más impredecible, no sólo por la importante presencia de un componente exter­ no en el mismo determinado por un contexto internacional incierto, sino también por los variados factores que influyen en su componente interno. En este sentido, nótese en la gráfica 1, cómo en el pasado inmediato se aprecia una caída en la variación porcentual real anual del componente ex­terno (los no residentes); mientras que el de los residentes muestra una variación bastante menos volátil para dar en el agregado una tasa decrecien­te en los últimos años, si bien con una leve tendencia de recuperación en los últimos meses, pero modesta. GRÁFICA 1

AHORRO FINANCIERO TOTAL VARIACIÓN ANUAL REAL EN POR CIENTO 50 40 30 20 10 0 -10 Diciembre -20 2012 2013 2014 2015 2016

Total

Residentes

No residentes

FUENTE: Banxico, 2017:261. bles”, Banxico, 2017:265. Nótese en los años indicados el balance que presentan las finanzas pú­blicas: 2014: -3.1; 2015: -3.5; y 2016: -2.6.


176

PABLO PINEDA ORTEGA

Dado este escenario, véase en la tabla 3 la composición del financia­miento total al sector privado no financiero a diciembre del 2016, de donde desta­ camos las siguientes cinco consideraciones de nuestro mayor interés. Primero. Prácticamente tres de cada diez pesos del financiamiento total provienen del exterior, un monto que no sorprende para un país que como el nuestro se encuentra plenamente inserto en la dinámica de los flujos fi­ nancieros globales, pero que por ello se ve obligado a mantener sus funda­ mentales sanos y con una paridad cambiaria fluctuante que permita ajustar por esa vía los impredecibles flujos financieros. Que mayor evidencia de la incertidumbre asociada al financiamiento externo que su volátil desempe­ ño en los años recientes, según se aprecia en la gráfica 1. Segundo. A diferencia de lo que sucede con el financiamiento interno, el exterior se obtiene de manera muy importante por la colocación de deuda y en una sensible menor proporción por la contratación de crédito. Si bien la emisión de deuda tiene la importante bondad de acceder al financiamiento en base a una tasa que mejor refleja la solvencia y rentabilidad de los emiso­ res, el financiamiento bancario permite una mayor certidumbre, tanto en los montos como en las tasas. Tercero. Como se acaba de señalar, el financiamiento disponible en el país es mayormente el obtenido vía bancaria, al grado que prácticamente seis de cada diez pesos los proporciona la banca comercial, en tanto que la BD no alcanza ni el 7% de todo el financiamiento interno (con respecto al financia­ miento total, esto es, el interno y externo, la presencia de ambos es de 42.0 y 4.6%, respectivamente). También, el financiamiento de los intermediarios no bancarios es limitado, prácticamente equivale al que ofrece la BD, y es un poco menor al monto obtenido mediante la emisión de instrumentos de deuda, mismo que representa el 4.86% del financiamiento total y el 6.78% del financiamiento interno. Este último dato no es menor porque en efecto el muy limitado financiamiento que obtienen las empresas por esta vía las orilla a recurrir a la banca. Si se considera que dentro de la Bolsa Mexicana de Valo­res el componente de bonos de deuda es mucho mayor que el de capital accio­ nario, esto da cuenta de su muy pobre contribución a una eficiente inter­ mediación del ahorro. Vale decir asimismo que como lo documentan las encuestas regulares de Banxico, un instrumento adicional e importante de fi­ nanciamiento en las empresas lo son los mismos proveedores.5 5 De las empresas encuestadas para el cuarto trimestre del 2016, Banxico reporta (2017:316) que el 85% de ellas sí recurrieron a algún tipo de financiamiento, mismo que se obtuvo de los siguientes medios (la sumatoria es mayor de 100 porque algunas de ellas recurrieron a distintos tipos): de proveedores, 76.8%; de la banca comercial, 38.5%; de la banca domiciliada en el extranjero, 5.9%; de empresas del mismo grupo corporativo, 20.7%; de la BD, 5.6%, y por último, mediante emisión de deuda, 0.4 por ciento.


LA BANCA DE DESARROLLO EN MÉXICO

177

Cuarto. No podrían entenderse las dimensiones del financiamiento a la vivienda no residencial en el país sin las figuras del Infonavit y Fovissste, cuyos montos ya representan poco más de dos de cada diez pesos del finan­ ciamiento interno y el 16% del financiamiento total, interno y externo. Este significativo monto da cuenta de la relevancia que puede jugar el sector pú­ blico en la financiación de campos estratégicos como ciertamente lo es la vivienda de la gente de ingresos medios y bajos. No sobra decir que el de­re­cho a la vivienda está reconocido en nuestra legislación social (art. 6 LGDS), y es también un derecho humano que el Estado debe garantizar. Quinto. La BD no puede ni debe sustituir a la banca comercial y su rela­ ción no se sintetiza en un esquema simple de suma cero a donde lo que no abarca una la otra lo toma; el reducido monto de la financiación al sector no financiero en el país obliga a su ampliación mediante diversas estrate­ gias, pero entre ellas no debería estar la ampliación insustanciada, sin pro­ pósitos claros y razonables de la BD. En el siguiente apartado del ensayo nos detenemos en ello. TABLA 3

FINANCIAMIENTO TOTAL AL SECTOR PRIVADO NO FINANCIERO, SALDO DE MILLONES DE PESOS

Rubro Financiamiento total Crédito externo

Absolutos

Relativo total

8 645 073

100.00

Relativo a su origen

877 976

10.15

35.73

Emisión de deuda colocada en el exterior

1 576 989

18.24

64.22

Total externo

2 454 965

28.39

100.00

De bancos comerciales

3 634 956

42.04

58.65

De bancos de desarrollo

397 865

4.60

6.42

De intermediarios no bancarios

397 735

4.60

6.42

Emisión de instrumentos de deuda

420.618

4.86

6.78

Infonavit

1 168 733

13.52

18.85

Fovissste

170 201

1.97

2.75

6 190 108

71.60

100.00

Total interno PIB FUENTE: Banxico, 2017:318.

19 523 000


178

PABLO PINEDA ORTEGA

GRÁFICA 2

FINANCIAMIENTO TOTAL AL SECTOR PRIVADO NO FINANCIERO, SALDO DE MILLONES DE PESOS Fovissste Infonavit Emisión instrumentos de deuda Intermds no bancarios Banca desarrollo Bcs comerciales Deuda colocada en exterior Cédito externo 10 000 000

8 000 000

6 000 000

4 000 000

2 000 000

0

Financiamiento total

Saldos en millones de pesos, diciembre de 2016. FUENTE: Banxico, 2017:318.

Detengámonos por último en el que es, junto con la reducida financiación en el país, el otro gran problema del sector financiero en general y más par­ ticularmente de la banca en México: sus elevados costos. Esta circunstancia bien puede ser atribuida a la misma estructura de mercado del sector, que ya se dijo es el mayor intermediario del ahorro en el país. En particular, el costo que más afecta a un sector mayoritario de la sociedad es el crédito al consu­ mo mediante tarjetas de crédito, y véase en la gráfica 4 las tasas de interés reales de los préstamos en dichas tarjetas para distintos países. En ella se aprecia que en aquellos países con elevada inflación como lo son los dos primeros, la tasa real es negativa, lo que desde luego desalienta el ahorro. De los demás países de la lista a donde no existen distorsiones importantes en el mercado del crédito derivadas de la inflación, se observa que es nuestro país el que presenta la tasa más alta y ello, para todo propósito práctico, significa una permanente transferencia de ingreso de los tenedores de la tar­jeta hacia los bancos que se las expidieron. PRESENCIA DE LA BANCA DE DESARROLLO EN EL SISTEMA FINANCIERO Y FINANCIAMIENTO TOTAL

La estructura del sistema financiero en el país es relativamente profusa por lo que va al sector público, además de las instituciones cabeza de sector: la Se­


LA BANCA DE DESARROLLO EN MÉXICO

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GRÁFICA 3

TASA DE INTERÉS REAL DE TARJETAS DE CRÉDITO PAÍSES SELECTOS 30 20 10 0 -10

México

Turquía

Rusia

Malasia

Sudáfrica

Singapur

Canadá

Irlanda

Estados Unidos

Reino Unido

Polonia

-40

Venezuela

-30

Costa Rica

-20

Tasa de interés FUENTE: Senado, 2016a:26.

cretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y el Banco de México (Banxi­co). Existen cuatro comisiones nacionales de regulación y supervisión a saber: la del Sector Bancario y de Valores, la de Seguros y Fianzas, la de Pro­ tección de los Usuarios de los Servicios Financieros, así como la del Sistema de Ahorro para el Retiro. En lo que respecta a las instituciones e interme­ diarios contemplados en la legislación en la materia y que tienen variada pre­sencia en el sector, a continuación aparece su número y denominación. No nos detenemos en la descripción de cada una de estas figuras y sólo analizamos el sector de nuestro interés, el de la BD. Nótese que son seis las instituciones que lo integran, y ya en la tabla 3 se aprecia que del finan­ ciamiento total al sector privado no financiero en el país, el aporte de la BD asciende a sólo el 4.60%, que contrasta con el 42.60% de la banca comer­ cial; por lo que va exclusivamente al financiero interno, la BD representa el 6.42%, también muy inferior al de la banca comercial que absorbe el 58.65 por ciento. Las instituciones del sector aparecen en la tabla 4, en donde de manera sintética se define su objetivo y se precisa su ámbito de intervención. En la tabla 5, a su vez, aparece la composición de la cartera de cada uno de los -bancos y su participación en el total, así como los montos de su cartera vencida, misma que asciende a sólo un 2.84% sobre la cartera total, porcen­


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PABLO PINEDA ORTEGA

INSTITUCIONES FINANCIERAS Grupos Financieros

23 Sociedades Controladoras de Grupos Financieros

Instituciones de Crédito

52 Bancos Comerciales; 6 Bancos de Desarrollo y 2 Fideicomisos de Fomento.

Mercado de Valores y de Derivados

1 Bolsa de Valores; 36 Casas de Bolsa; 605 Sociedades de Inversión; 73 Sociedades de Inversión Especializadas en Fondos para el Retiro y 1 Bolsa de Derivados.

101 Compañías de Seguros: 17 Almacenes de Depósito; 49 Sociedades Financieras de Objeto Otros Intermediarios Múltiple; 91 Uniones de Crédito; 15 Compañías Financieros y Sociedades de Finanzas; 9 Casas de Cambio; 195 Entidades de de Información Crediticia Apoyo y Crédito Popular y 2 Sociedades de Información Crediticia. FUENTE: Banxico: 2017:294.

taje que da cuenta de su salud financiera. Este último dato es de relevancia porque no es infrecuente criticar a la BD por operar con un cierto desaseo administrativo que puede colapsarla con cargo final al contribuyente. En distinta medida ése fue el caso de algunas de sus instituciones en el país a partir de lo cual en los últimos lustros se debió privilegiar la regulación prudencial —reflejada en el citado dato—, pero que significó también un claro deterioro a su compromiso institucional.6 Destaca en primer lugar la fuerte participación de Banobras en la cartera de crédito con el 41.5% del total, banco que se ha constituido en la mayor fuente de financiamiento de infraestructura para los gobiernos subnaciona­ les de manera principal, pero también del orden federal. Con esta impor­tan­te función, el banco no sólo contribuye a dinamizar las economías regionales sino también a que sus gobiernos dispongan de una mejor infraestructura para servir a sus comunidades. El segundo lugar, y muy distante de Bano­ bras, lo ocupa Nafin con el 24% de la cartera de crédito total, quien tiene como encomienda el financiamiento del sector industrial en todas las regiones del país, así como la promoción y coordinación de la inversión de capitales, la promoción del desarrollo tecnológico y la asistencia técnica para la me­ 6 “A partir de la crisis de 1995, la Banca de Desarrollo se enfocó en mantener y preservar su capital, cumpliendo parcialmente su mandato de ley. Ello se hizo evidente al disminuir los ín­ dices de su cartera vencida […] dejando subutilizada su capacidad operativa […] [y] quedando en segundo término su objetivo primordial: apoyar a los sectores productivos que carecen de acceso al crédito” (PRONAFIDE, 2013:39).


LA BANCA DE DESARROLLO EN MÉXICO

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TABLA 4

INSTITUCIONES DEL SECTOR DE BANCA DE DESARROLLO, DATOS BÁSICOS Institución

Objetivo central

Bancomext

“Tiene por objeto contribuir al desarrollo y generación de empleo en México, por medio del financiamiento al comercio exterior mexicano”. Entre otros de sus servicios se encuentran: crédito directo para necesi­ dades financieras mayores a 3 millones de dólares; factoraje internacional de exportación e importación, así como cartas de crédito, <http://bancomext.com/ conoce-bancomext/quienes-somos>.

Banjército

Está enfocado principalmente al sector militar, para sus necesidades de banca, crédito y finanzas, aunque a partir de unos años cualquier persona puede abrir una cuenta sin necesidad de que forme parte de las Fuerzas Armadas.

Banobras

Su objeto es “financiar o refinanciar proyectos de in­ versión pública o privada en infraestructura y servi­ cios públicos, así como coadyuvar al fortalecimiento institucional de los gobiernos federal, estatal y muni­ cipal...”, <www.cnbv.gob.mx/SECTORES.../BANCADE.../ Descripción% BANOBRAS>.

Bansefi

Tiene como finalidad el “promover el ahorro y la inclu­ sión financiera. Bansefi canaliza los apoyos temporales del gobierno federal necesarios para el fortalecimien­ to y el desarrollo del sector del ahorro y el crédito popular. Actualmente tiene como mandato apoyar el desarrollo institucional del sector del ahorro y crédi­ to popular, <http://www.rankia.mx/blog/mejorescertificados-deposito>.

Sociedad Hipotecaria Federal, SHF

Tiene como objeto “Impulsar el desarrollo de los mer­ cados primario y secundario de crédito a la vivienda, mediante el otorgamiento de garantías destinadas a la construcción, adquisición y mejora de la vivienda, preferentemente de interés social; al incremento de la capacidad productiva y del desarrollo tecnológico relacionados con la vivienda; así como a los financia­ mientos relacionados con el equipamiento de conjun­ tos habitacionales”, <http://doc.shf.gob.mx/sobreshf/ descripcion/Pagina>.


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PABLO PINEDA ORTEGA

TABLA 4 (CONTINUACIÓN)

Institución

Nafin

Objetivo central Nafin “Tendrá por objeto promover el ahorro y la in­ versión, así como canalizar apoyos financieros y téc­ nicos al fomento industrial y en general, al desarrollo económico nacional y regional del país” art. 2 de la LONF. Entre otras atribuciones cuenta con las de: promover, gestionar y poner en marcha proyectos que atiendan necesidades del sector industrial en las dis­ tintas zonas del país o que propicien el mejor aprove­ chamiento de los recursos de cada región; promover, encauzar y coordinar la inversión de capitales, y pro­ mover el desarrollo tecnológico, la capacitación, la asistencia técnica y el incremento de la productividad (art. 5, LONF).

FUENTE: del autor a partir de la revisión en la página de cada dependencia.

jora de la productividad. Se trata así de una fuente de primera importancia para la financiación del sector industrial en el país. Con una participación muy cercana a Nafin y, en tercer lugar, se encuen­ tra Bancomext —21.44% de la cartera total—, banco que centra sus esfuer­ zos a fortalecer el comercio exterior del país y con ello a consolidar y ampliar la generación de empleos en el sector exportador; se busca con su desempeño consolidar la ya ganada vocación exportadora del país, no sólo con su financiación sino también con la adecuada asesoría a sus acreditados. Nótese que ambos, Nafin y Bancomext, son bancos que centran sus esfuer­ zos en el sector empresarial.7 El cuarto lugar lo ocupa la SHF, que orienta sus acciones al impulso de los mercados del crédito hipotecario, principalmen­ te de interés social, y que junto con el Infonavit y Fovissste contribuye a la atención de la fuerte demanda de vivienda. Con una presencia muy modes­ ta sobre el total de la cartera, apenas el 4%, Banjército provee servicios de ban­ca y crédito a las fuerzas armadas y busca ampliar su cobertura a otros sec­ tores; en tanto que Bansefi, con apenas un cuarto de punto porcentual, se orienta a la atención de ahorro y crédito popular. Asimismo, hay que considerar que ya es una práctica frecuente que la BD otorgue un importante porcentaje de su crédito, no de manera directa sino a través de la banca comercial, lo que se instrumenta mediante el so­ En el PRONAFIDE se destaca esta vocación, señalando que ambas instituciones habrían apoyado a 1.409 millones de MIPYMES. 7


214 313 23.860 212 135 211 899 59 882 134 329 17 688 8.00 134.00 94.00 2 178

Participación en el total de la BD

Cartera vigente

Créditos comerciales

Actividad empresarial o comercial

Entidades financieras

Entidades gubernamentales

Consumo

Vivienda

Créditos como agente del gobierno federal

Cartera vencida

Nafin

Cartera de crédito total

FUENTE: SHCP y CNBV, 2017.

TABLA 5

3 599

1 071

100.00

0

239 682

24 618

103 850

368 150

369 321

41.530

372 920

Banobras

2 044

0

97.00

11.00

8 971

26 166

155 310

190 447

190 554

21.440

192 598

Bancomext

17 148

0

7 016

0

0

55 306

18.00

55 325

62 341

8.840

79 489

SHF

BANCA DE DESARROLLO, CARTERA DE CRÉDITO

433.00

0

10 254

25 604

0

0

0

0

35 858

4.040

36 291

Banjército

137.00

0

0

724.00

0

1 224

80.00

1 304

2 028

0.240

2 165

Bansefi

25 539

1 165

17 600

26 347

266 341

241 643

319 140

827 125

872 237

100.00

897 776

BD

LA BANCA DE DESARROLLO EN MÉXICO 183


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corrido esquema de garantías; de manera específica, en el 2013, este mecanis­ mo absorbió del 38% del crédito total que colocó esta banca (PRONAFIDE, 2014:39). Por razón de su naturaleza jurídica y la manera en que fondea sus recur­ sos, el Infonavit no se incluye en la BD, pues recuérdese que su capital se integra de manera tripartita entre aportes del trabajador, el patrón y el gobier­ no. Como se aprecia en la tabla 3, el peso del financiamiento de este insti­ tuto equivale al 13.52% del financiamiento total al sector no financiero, esto es prácticamente una tercera parte del financiamiento total de la banca comercial, el 32.14%. Este enorme monto da cuenta de su relevancia que es, con mucho, bastante mayor a la que tiene la otra institución financiera que también permite la conjugación de aportes de los trabajadores, el patrón y el gobierno para fondear acciones de vivienda, en este caso trabajadores del sector público federal, el Fovissste. Como se desprende de la tabla 3, este organismo financia en acciones de vivienda poco menos del 2% del finan­ ciamiento total, monto que es equivalente al 4.7% del financiamiento total de la banca comercial y al 14.6% del financiamiento del Infonavit. De este modo ambas instituciones, el Infonavit y el Fovissste, aún con un esquema de ope­ ración que no les permite equipararse a las de la BD, cumplen de manera muy sobresaliente con una tarea afín: atender la demanda crediticia que per­ mita garantizar un importante derecho social, el de la vivienda. En todo caso, el Infonavit y el Fovissste nacen en la lógica que le da ori­ gen a la BD en cualquier economía, esto es, como figuras que dada la baja pro­fundización financiera de un país, dadas las imperfecciones de sus merca­ dos del crédito y en base a la definición clara de los sectores que son con­ siderados prioritarios, se vuelve necesario operar mediante un esfuerzo público. En ese sentido y para propósitos de nuestro análisis, estas dos ins­ tituciones bien pueden ser consideradas como BD, y ya incluidos en ella no se puede afirmar que su presencia en el sistema financiero nacional sea menor. A MANERA DE CONCLUSIÓN: LOS DESAFÍOS QUE ENFRENTA LA BANCA DE DESARROLLO EN EL CONCIERTO ACTUAL

Para examinar los desafíos que enfrenta la banca de desarrollo, conviene revisar el papel que la actual administración de Peña Nieto asignó a la banca de desarrollo. El Objetivo 6 del Programa Nacional de Financiamiento del Desarrollo (PRONAFIDE) propuso lo siguiente: Ampliar el crédito de la Banca de Desarrollo facilitando el acceso a servicios financieros en sectores estratégicos, con una mayor participación del sector privado.


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Este objetivo se habría de alcanzar, según lo establece el propio progra­ ma, mediante las siguientes seis estrategias: 1. Impulsar un mayor otorgamiento de crédito con especial énfasis en áreas prioritarias para el desarrollo nacional. 2. Fortalecer los programas de garantías para aumentar los préstamos y mejorar sus condiciones. 3. Promover esquemas que permitan mayor inclusión financiera en la población que enfrente limitantes para acceder al crédito y a otros ser­ vicios financieros. 4. Fortalecer los procesos internos de operación para atender de manera más eficiente y ágil las necesidades específicas de sectores estratégicos. 5. Desarrollar nuevos productos para que la población acceda a los servi­ cios financieros de la banca social. 6. Orientar acciones contracíclicas para atender situaciones coyunturales, de mercado o de desastres naturales que afecten el desarrollo econó­ mico. Lo cierto es que al cierre del sexenio se aprecia una mayor presencia de esta banca a tono con el objetivo, y existe en efecto una mayor participación del sector privado en ella, como se documenta con el mecanismo citado de las garantías que la BD ofrece para que sea la banca comercial la que coloque crédito en los sectores de interés de aquella. Sin embargo, a la luz del poten­ cial que ofrece la BD a partir de otras experiencias nacionales, es claro que los avances resultan insuficientes; veamos. Luego del sustancial avance en materia de saneamiento financiero de la BD asociada a la nueva regulación prudencial y a los esfuerzos internos de cada institución, se esperarían iniciativas más sólidas de colocación del crédito a tono con la estrategia 1, pero focalizadas en los objetivos inherentes de cada banco; ampliar el monto de colocación y el número de acreditados no impli­ ca dispersar esfuerzos ni incursionar en nuevas áreas de negocios. En este sentido, la BD no puede ser un instrumento acomodaticio y casuístico para los requerimientos del crédito de la sociedad, sino que debe cumplir una meta estratégica asociada a la vocación explícita asignada a cada institución. En su componente de créditos a la micro y pequeña empresa, la BD ha demostrado de manera consistente, aquí y en el resto del globo, que es más exitosa si acompaña sus productos financieros con la adecuada capacitación y asesoría para abonar al éxito del negocio al que apoya. En este sentido, su quehacer puede tener un fuerte componente de aprendizaje que sea de doble vía, pues del emprendimiento en pequeña escala todos, incluida la pro­ pia banca, pueden aprender.


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Finalmente, ante un entorno incierto en el marco de la renegociación del TLC y los riesgos que implica, tales como el parcial desmembramiento del bloque económico de Norteamérica, México enfrenta el dilema de reorientar su modelo económico. Esta reorientación debería apostar por el fortaleci­ miento del mercado interno, sin que ello implique desandar lo alcanzado con su cada vez más sólida vocación exportadora. Para esta tarea, y quizá con un verdadero golpe de timón a la visión convencional que aboga por una muy prudente y focalizada BD, habría que revisar con lupa las historias de éxito de los tigres asiáticos sobre la financiación pública de sus sectores de ma­ yor pujanza, y a donde China ha inclusive potenciado la estrategia. En este orden de ideas, la BD debe ser considerada como un sólido ins­ trumento para la ejecución de políticas que contribuyan a elevar la tasa de crecimiento a través de esquemas ambiciosos de financiamiento empresa­ rial, tanto para los micro como los grandes proyectos, y debe también for­ talecer sus apoyos a los sectores populares con una adecuada y prudente focalización, tales como los que ya se aprecian en materia de vivienda. De este modo, la BD se constituye como un elemento primordial para le ins­ trumentación de un nuevo modelo de desarrollo, y que por su reconocida experiencia permita conjugar sus logros con los retos por atender. BIBLIOGRAFÍA Banco de México (2017), Compilación de Informes trimestrales correspondientes al año 2016. Banco de México (2017), Reporte sobre el Sistema financiero, noviembre de 2016. Cámara de Diputados, Ley de Instituciones de Crédito. Cámara de Diputados, Ley General de Desarrollo Social. Carvajal, C. y Hernando Zuleta (1997), “Desarrollo del sistema financiero y crecimiento económico”, borradores semanales de Economía, Banco de la República de Colombia. Fondo Monetario Internacional (2015), Financial System Soundness, dis­ ponible en, <http://www.imf.org/external/np/exr/facts/banking.htm>, consultado el 13 de septiembre de 2017. Gil Valdivia, Gerardo, El concepto de Banca de Desarrollo, disponible en <https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/1/475/20.pdf>, consultado el 23 de septiembre de 2017. Gobierno de la República, Diario Oficial (2013), Decreto por el que se aprueba el Programa Nacional de Financiamiento del Desarrollo 2013-2018.


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Hassan Kabir et al. (December 1993), “A Reexamination of Mckinnon and Shaw Hypotheses, Evidence from Five Asian Countries”, The Bangladesh Development Studies, vol. XXI, disponible en, <https://www.jstor.org/ stable/40795490?seq=1#page_scan_tab_contents>, consultado el 20 de septiembre de 2017. Pineda, Pablo (2009), “Evolución reciente del financiamiento en México y el papel de la banca de desarrollo”, ponencia presentada en el VI Seminario de Economía Fiscal y Financiera, UNAM. Rodríguez, Domingo y Francisco López (2009), “Desarrollo financiero y crecimiento económico en México, problemas del desarrollo”, en Revista Latinoamericana de Economía, vol. 40, núm. 159. Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y Comisión Nacional Ban­ caria y de Valores (CNBV) (2017), Ahorro financiero y financiamiento en México, cifras a diciembre de 2016. Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) (2017), Boletín Estadístico de Banca de Desarrollo, Diciembre de 2016. Senado de la República, Instituto Belisario Domínguez (2016), “Reformas es­ tructurales, avances y desafíos”, 7, Análisis de la Reforma Financiera.



TERCERA SECCIÓN

MERCADO DE VALORES, FORMACIÓN DE CAPITAL Y CRECIMIENTO ECONÓMICO



FINANCIAMIENTO BURSÁTIL E INVERSIÓN: LAS PROMESAS NO CUMPLIDAS DE LA REFORMA FINANCIERA CÉSAR ARMANDO SALAZAR* MILDRED ESPÍNDOLA*

El propósito de este capítulo es estudiar el papel que juega el financiamiento proveniente de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) sobre la inversión de las empresas que en ella cotizan, analizando si se han registrado cambios en la dinámica del financiamiento de la inversión a partir de la publicación de la Reforma Financiera en 2014, la cual formó parte de las denominadas reformas estructurales y se diseñó para incentivar la acumulación de capital. Teóricamente, lo anterior se justifica porque desde la perspectiva del pensamiento económico convencional, los intermediarios financieros afectan notablemente a la inversión ya que alivian las restricciones de financiamiento y con ello permiten a las empresas ampliar sus inversiones de ca­pital fijo en respuesta a un incremento en la demanda de sus productos (Ndikumana, 2003). Particularmente se supone que el mercado bursátil y el financiamiento de la inversión mantienen un fuerte vínculo a través de los siguientes tres mecanismos: • Por sus efectos sobre el costo de capital, porque cuando el mercado de valores se expande y llega a ser más líquido, se incrementan las oportunidades de compartir el riesgo, por lo cual bajan los costos de inversión. • Por la información que el buen funcionamiento en el mercado de valores proporciona en torno a la rentabilidad de la inversión, permitiendo identificar los proyectos más rentables. • Porque ejerce presión sobre la dirección corporativa, especialmente a través de la amenaza de absorción de las empresas. Por medio del buen * Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México. [191]


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funcionamiento del mercado de valores se abre paso el proceso de supervivencia del más apto en el sector corporativo. Sin embargo, en la práctica se debe tener mucho cuidado antes de asumir que los vínculos entre mercados de valores e inversión supuestos por la teoría necesariamente se cumplen. La Bolsa Mexicana de Valores, por ejemplo, no es, ni ha sido, una fuente importante de financiamiento para la acumulación de capital de las empresas, porque —como se analizará adelante con las cifras correspondientes— tiene un reducido número de empresas emisoras y las ofertas públicas primarias de acciones son escasas, en tanto que el mercado más dinámico es el de emisiones deuda de corto plazo, lo cual no garantiza el financiamiento de capital fijo. El presente capítulo está dividido en seis apartados: en el primero caracte­ rizaremos el funcionamiento de la BMV respecto a las empresas participantes, su concentración y rentabilidad; en el segundo apartado reflexionamos sobre su papel en el financiamiento de la inversión en nuestro país, a través de su mercado de capitales y de deuda; en el tercer apartado analizaremos los cambios en el marco regulatorio de la Ley del Mercado de Valores, así como lo tocante a los mercados de valores de la Reforma Financiera de 2014; en el cuarto apartado examinaremos brevemente la importancia del gobierno corporativo; en el quinto apartado expondremos las carencias del mercado bursátil como fuente para el financiamiento en la inversión productiva; finalmente se presentan algunas propuestas y recomendaciones para un mejor funcionamiento del mercado bursátil mexicano. LA BOLSA MEXICANA DE VALORES Los orígenes del mercado bursátil mexicano se remontan a 1894. Sin embargo, tuvo una evolución lenta, por lo que no fue sino hasta 1975, con la fusión de las bolsas de Guadalajara, Monterrey y la Ciudad de México, cuando la Bolsa Mexicana de Valores inicia operaciones formales. La BMV es un mercado bursátil pequeño, tanto por el número de empresas participantes como por su valor de mercado. Mientras que en 2016, en los mercados bursátiles de Estados Unidos y Reino Unido participaban 4 331 y 1 858 empresas, respectivamente, en México el número era de sólo de 137 empresas. Este dato es pequeño, incluso, comparado con países del mismo grado de desarrollo relativo de la región como Brasil y Chile en donde participan 338 y 214 empresas, respectivamente; sin mencionar a Corea del Sur donde participan 2 039 empresas. De 1988 a 2016, la BMV perdió el 56% de las empresas que participan en ella (véase gráfica 1).


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GRÁFICA 1

COMPAÑÍAS NACIONALES QUE COTIZAN EN BOLSA* 450 400 350 300 250 200 150 100 50 1978 1979 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016

0

* Las compañías nacionales listadas, incluidas las extranjeras que se enumeran exclusivamente, son aquellas que tienen acciones cotizadas en una bolsa al final del año. Se excluyen los fondos de inversión, fideicomisos de unidades y compañías cuyo único objetivo comercial es mantener acciones de otras compañías cotizadas, como compañías controladoras y compañías de inversión, independientemente de su estatus legal. Una compañía con varias clases de acciones se cuenta una vez. Sólo se incluyen compañías admitidas a cotización en la bolsa. FUENTE: elaboración propia con datos de Banco Mundial (2016), World Development Indicators, disponibles en <https://datos.bancomundial.org/indicador/CM.MKT.LDOM. NO?loca tions=MX&view=chart>, consultado el 23 de octubre de 2017.

Por su parte, el valor de mercado de las empresas que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores equivale a 33.5% del PIB, en tanto que en países como Malasia, Canadá, Estados Unidos y Japón, esta medida supera 100% del PIB. En valor de mercado, las empresas de las bolsas de España, China, Chile y Corea se ubican entre el 59 y el 89% del PIB (Banco Mundial, 2017) (véase gráfica 2). Además del reducido número de empresas participantes, nuestro merca­do bursátil se ha caracterizado por una muy alta concentración; es decir, pocas empresas representan porcentajes muy significativos de la valorización de la Bolsa Mexicana de Valores. En 1999 tres emisoras concentraban casi el 30% del valor de mercado de la BMV: Teléfonos de México (Telmex) con el 18.6%, Carso Global Telecom (Telecom) con 5.78% y Cifra (Cifra) con 5.09%; estás empresa pertene­cían a los sectores de telecomunicaciones y productos de consumo frecuente. Otras empresas como Grupo Televisa (Televisa), Cementos Mexicanos (Cemex), Grupo Financiero Banamex-Accival (Banacci), Grupo Carso (GCarso), Grupo Financiero Inbursa (GFinbur), Grupo Bimbo (Bimbo) y Grupo México


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CÉSAR ARMANDO SALAZAR, MILDRED ESPÍNDOLA

GRÁFICA 2

VALOR DE MERCADO DE LAS COMPAÑÍAS QUE COTIZAN EN BOLSA EN 2016, PORCENTAJES DEL PIB 160 140 120 100 80 60 40

México

Perú

Brasil

España

China

Chile

República de Corea

Japón

Malasia

Canadá

0

Estados Unidos

20

FUENTE: elaboración propia con datos de Banco Mundial (2016), World Development Indicators, disponibles en <https: //datos.bancomundial.org/indicador/ CM.MKT.LCAP.GD.ZS?lo cations=MX-MY-CA-GB-PE-US-ES-JP-BR-CN-CLKR&view=chart&year_low_desc=true>, consultados el 23 de octubre de 2017.

(GMéxico), concentraron otro 23.22%. El resto de las empresas se repartieron el restante 48.75% del valor del mercado (véase grá­fica 3). En 2011, aunque el nombre de algunas empresas ha desaparecido o cam­biado, se repetía el mismo fenómeno. Eran tres las emisoras que concentra­ban el 32.43% del mercado: América Móvil (AMX) con 14.65%, Walmart de México1 (Walmex) con 11.90% y Elektra (Elektra) con 5.88%. América Móvil y Walmart conservaron su posición como las dos más importantes emisoras; en tanto que Elektra se posicionó dentro en este grupo al incrementar su participación de 2.27% en 2010 a 5.88% en 2011. Otras siete emisoras concentran el 23.2% del valor de mercado de la BMV, las cuales son: Grupo México (4.98%); Peñoles (4.26%); Fomento Económico Mexicano (3.68%); Grupo Financiero Inbursa (3%); Televisa (2.65%); Bimbo (2.35%) y grupo Modelo (2.26%). En suma, el valor de mercado de todas las empresas mencionadas representa el 55.6% del valor de mercado de la BMV (véase gráfica 3). 1 Cabe señalar que el 25 de febrero de 2000 se aprobó en la asamblea de accionistas, el cambio de nombre de CIFRA, S.A. de C.V. a Walmart de México, S.A. de C.V., así como la clave de pizarra de Cifra por Walmex, BMV, disponible en <http://www.bmv.com.mx/>.


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GRÁFICA 3

CONCENTRACIÓN EN LA BOLSA MEXICANA DE VALORES. PORCENTAJE DE PARTICIPACIÓN EN EL MERCADO DE LAS EMISORAS 1999

AMX Elektra Peñoles GFinbur Bimbo Resto

2011

WalMex GMéxico Femsa Televisa GModelo

Banacci Cemex GCarso GMéxico Telmex Resto

Bimbo Cifra GFinbur Telecom Televisa

FUENTE: elaboración propia con datos de Bolsa Mexicana de Valores (bmv), Informe anual 1999 e Informe anual 2011, disponible en <http://www.bmv.com.mx/>, consultado el 18 de julio de 2013.

En 2016, alrededor del 13% (aproximadamente 18 empresas) de las em­ presas listadas tenían un valor de capitalización superior a 98 mil millo­nes de pesos; 25 % (aproximadamente 34) tenían un valor de capitalización de mercado de entre 97.9 mil millones pesos y 20 mil millones de pesos, mientras que un 62% (aproximadamente 85) tenían un valor de capitalización menor a 20 mil millones de pesos (véase gráfica 4). En términos de rentabilidad, el mercado bursátil mexicano ha tenido un buen comportamiento en los últimos años. El Índice de Precios y Cotizaciones (IPC),2 el cual es el principal indicador de la BMV, ha pasado de las 5 652 unidades en diciembre de 2000 a 49 354 unidades en el último día de diciembre de 2017; es decir, se ha incrementado poco más de 8.7 veces, a pesar de la fuerte contracción provocada por la crisis financiera internacional entre 2008 y 2009. De septiembre de 2012 al mismo mes de 2017 el índice creció en 23% (véase gráfica 5). 2 El Índice de Precios y Cotizaciones es base octubre de 1978, y actualmente está compuesto por 35 emisoras entre la que destacan (junio 2017): Fomento Económico Mexicano, América Móvil, Banorte, Cemex, Walmart y Televisa.


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GRÁFICA 4

VALOR DE CAPITALIZACIÓN DE LAS EMPRESAS LISTADAS 2016 (MILES DE MILLONES) 13%

25%

62%

>98

97.9 - 20

<20

FUENTE: Bolsa Mexicana de Valores (BMV), Informe anual 2016, disponible en <http://www. bmv.com.mx/>, consultado el 23 de octubre de 2017.

GRÁFICA 5

ÍNDICE DE PRECIOS Y COTIZACIONES (IPC) 2000-2017 60 000.00 50 000.00 40 000.00 30 000.00 20 000.00 10 000.00

Ene 2000 Ene 2000 Ene 2000 Ene 2001 Ene 2001 Ene 2002 Ene 2002 Ene 2002 Ene 2003 Ene 2003 Ene 2004 Ene 2004 Ene 2005 Ene 2005 Ene 2005 Ene 2006 Ene 2006 Ene 2007 Ene 2007 Ene 2007 Ene 2008 Ene 2008 Ene 2009 Ene 2009 Ene 2010 Ene 2010 Ene 2010 Ene 2011 Ene 2011 Ene 2012 Ene 2012 Ene 2012 Ene 2013 Ene 2013 Ene 2014 Ene 2014 Ene 2015 Ene 2015 Ene 2015 Ene 2016 Ene 2016 Ene 2017 Ene 2017

0.00

FUENTE: elaboración propia con datos de Banco de México (varios años), Estadísticas. Índice de Precios y Cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores, disponible en <http://www.banxico. org.mx/SieInternet/consultarDirectorioInternetAction.do?accion=consultarCuadro&idCua dro=CF57>, consultado el 23 de octubre de 2017.


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No obstante el importante desempeño del principal indicador de la BMV, nuestro mercado accionario es menos relevante en la captación de inversión extranjera de cartera que el mercado de dinero, el cual a través de los diferenciales de interés con los activos sin riesgo internacionales y con activos líquidos y de corto plazo, resulta más atractivo para los inversionistas inter­ nacionales. A través del diferencial de rendimiento en dólares, podemos comprender por qué el influjo de inversión extranjera de cartera destinada al mercado accionario de nuestro país se encuentra regularmente por debajo del influjo de capital destinado al mercado de dinero (véase gráfica 6). GRÁFICA 6

INVERSIÓN EXTRANJERA DE CARTERA (MILES DE MILLONES DE DÓLARES) 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0 -10 -20

Inversión de cartera, pasivos netos Participaciones de capital y participaciones en fondos de inversión Títulos de deuda FUENTE: elaboración propia con datos de Banco de México (varios años), Estadísticas. Inversión de cartera, disponible en <http://www.banxico.org.mx/SieInternet/consultarDirecto rioInternet Action.do?sector=1&accion=consultarCuadro&idCuadro=CE174&locale=es>, consultado el 31 de octubre de 2017.

FINANCIAMIENTO BURSÁTIL E INVERSIÓN Además de que en la BMV existe un reducido número de participantes y una enorme concentración en el valor de mercado, debe destacarse que aún las empresas que cotizan, financieras y no financieras, no buscan financiamiento de largo plazo mediante la emisión de acciones. En los últimos años, la BMV registra muy pocas emisiones primarias de acciones de las empresas participantes. Para 2011 sólo registró cuatro ofertas accionarias iniciales, las cuales representaron un monto total de 15 875


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millones de pesos, dos fueron empresas financieras —Grupo Financiero Banorte y Banregio Grupo Financiero— además de Aeroméxico y Médica Sur (BMV, 2012). En contraste, para el mismo año, en el mercado de deuda de corto plazo se realizaron 746 emisiones por un monto de 314 637 millones de pesos. Debe indicarse, no obstante que este mercado es mucho más dinámico, es poco probable que las empresas lo utilicen con el propósito de financiar acumulación de capital, ya que no sólo las expondría, sino que generaría incertidumbre en el largo plazo. Por su parte, en el mercado de deuda de mediano y largo plazo, hubo 144 emisiones por 222 215 millones de pesos. Sin embargo, las empresas no financieras participan sólo con el 28.4% del total; los principales participantes de este mercado son entidades del sector público —como Petróleos Mexicanos y Comisión Federal de Electricidad— con 35.27%; los Bancos y SOFOMES con el 33.3%; en tanto que la deuda de estados y municipios representa el 3.02% (BMV, 2012). En 2016 el panorama respecto a las emisiones primarias de acciones fue similar: en este año sólo se realizaron seis ofertas accionarías, y si bien el monto ascendió a 38 426 millones de pesos (más del doble que en 2011), la emisión de una sola empresa —Infraestructura Energética Nova— fue de 30 400 millones, es decir, explica el 79% del total (BMV, 2017). Por su parte, para el mismo 2016, los mercados de deuda de corto y largo plazo, si bien son mucho más dinámicos que las emisiones primarias, no han incrementado su actividad respecto al 2011, y de hecho la han visto reduci­ da. En 2016 se realizaron 782 emisiones de certificados bursátiles de corto plazo por un monto de 303 983 millones de pesos (menor que en 2011). En tanto que fueron 110 emisiones de deuda de largo plazo por 158 412 millones de pesos (BMV, 2017). Lo anterior nos indica claramente que la BMV no es una fuente eficaz de financiamiento de la inversión, y esto se puede constatar a través de la información proporcionada en la Encuesta de Evaluación Coyuntural del Mercado de Crédito publicada por el Banco de México. En el periodo 19982009, primera etapa de dicha encuesta, no existe como opción el financiamiento a través del mercado bursátil; sin embargo, podríamos suponer que éste se encuentra en el renglón correspondiente a “otros”. Para el total de las empresas encuestadas en ese periodo, la respuesta “otros” rondó el 1.5%. No obstante, cuando vamos a las empresas consideradas Grandes y AAA,3 éste se incrementa, aunque no de forma significativa; 3 Las empresas son clasificadas con esos nombres por el número de empleados registrados, las grandes emplean entre de 501 y cinco mil personas, en tanto que las AAA ocupan a más cinco mil personas.


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de las primeras únicamente el 3% utilizan “otros”, en tanto que las segundas sólo el 6.47 por ciento. En la nueva metodología de esta encuesta —de la cual sólo se dispone de información desde el primer trimestre de 2009— se considera como respuesta particular a la “emisión de deuda”. Por supuesto, es una limitante que bajo esta nueva metodología no se puedan tener los mismos criterios respecto al tamaño de la empresa de la encuesta anterior. No obstante, en la más reciente Encuesta de Evaluación Coyuntural del Mercado de Crédito, se ofrece una distinción entre empresas manufactureras y de servicios. De las primeras sólo el 2.56% recurren a la emisión de deuda; en tanto que en las segundas sólo el 2.7 por ciento. Cabe resaltar que aunque las empresas han incrementado su participación en el mercado de deuda pasando de 28.4% en 2011 a 47% en 2016, esta fuente de financiamiento continúa siendo marginal. De acuerdo a los resultados de la Encuesta de Evaluación Coyuntural del Mercado de Crédito, del total de las empresas encuestadas, en 2016 sólo el 1.55% recurrió al financiamiento mediante emisión de deuda (véase gráfica 7), en tanto que del total de empresas con más de 100 trabajadores, ninguna recurrió a este tipo de financiamiento (véase gráfica 8). GRÁFICA 7

FUENTES DE FINANCIAMIENTO, TOTAL DE EMPRESAS 90.00 80.00 70.00 60.00 50.00 40.00 30.00 20.00 10.00 Oct-Dic 2010 Oct-Dic 2010 Oct-Dic 2011 Oct-Dic 2011 Oct-Dic 2011 Oct-Dic 2011 Oct-Dic 2011 Oct-Dic 2011 Oct-Dic 2012 Oct-Dic 2012 Oct-Dic 2012 Oct-Dic 2012 Oct-Dic 2012 Oct-Dic 2012 Oct-Dic 2013 Oct-Dic 2013 Oct-Dic 2013 Oct-Dic 2013 Oct-Dic 2013 Oct-Dic 2013 Oct-Dic 2014 Oct-Dic 2014 Oct-Dic 2014 Oct-Dic 2014 Oct-Dic 2014 Oct-Dic 2014 Oct-Dic 2015 Oct-Dic 2015 Oct-Dic 2015 Oct-Dic 2015 Oct-Dic 2015 Oct-Dic 2015 Oct-Dic 2016 Oct-Dic 2016 Oct-Dic 2016 Oct-Dic 2016 Oct-Dic 2016 Oct-Dic 2016 Oct-Dic 2017 Oct-Dic 2017

0.00

Proveedores Bancos extranjeros Banca de desarrollo

Banco comercial Empresas del grupo corporativo/oficina matriz Emisión de deuda

FUENTE: elaboración propia con datos de Banco de México (varios años), Encuesta de Evaluación Coyuntural de Mercado de Crédito, disponible en <http://www.banxico.org.mx/>.


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GRÁFICA 8

90.00 80.00 70.00 60.00 50.00 40.00 30.00 20.00 10.00 0.00

Oct-Dic 2010 Oct-Dic 2010 Oct-Dic 2011 Oct-Dic 2011 Oct-Dic 2011 Oct-Dic 2011 Oct-Dic 2011 Oct-Dic 2011 Oct-Dic 2012 Oct-Dic 2012 Oct-Dic 2012 Oct-Dic 2012 Oct-Dic 2012 Oct-Dic 2012 Oct-Dic 2013 Oct-Dic 2013 Oct-Dic 2013 Oct-Dic 2013 Oct-Dic 2013 Oct-Dic 2013 Oct-Dic 2014 Oct-Dic 2014 Oct-Dic 2014 Oct-Dic 2014 Oct-Dic 2014 Oct-Dic 2014 Oct-Dic 2015 Oct-Dic 2015 Oct-Dic 2015 Oct-Dic 2015 Oct-Dic 2015 Oct-Dic 2015 Oct-Dic 2016 Oct-Dic 2016 Oct-Dic 2016 Oct-Dic 2016 Oct-Dic 2016 Oct-Dic 2016 Oct-Dic 2017 Oct-Dic 2017

FUENTES DE FINANCIAMIENTO, EMPRESAS CON MÁS DE 100 EMPLEADOS (NUEVA METODOLOGÍA, PORCENTAJES)

Proveedores Bancos extranjeros Banca de desarrollo

Banco comercial Empresas del grupo corporativo/oficina matriz Emisión de deuda

FUENTE: elaboración propia con datos de Banco de México (varios años), Encuesta de Evaluación Coyuntural de Mercado de Crédito, disponible en <http://www.banxico.org.mx/>.

En cuanto a las empresas manufactureras y de servicios, de las primeras sólo el 1.73% recurrieron a la emisión de deuda; en tanto que en las segundas sólo el 1.38 por ciento. LOS CAMBIOS EN EL MARCO REGULATORIO Y LA INICIATIVA DE REFORMA FINANCIERA 2013 El escaso financiamiento otorgado mediante el mercado de valores es reflejo de las pocas empresas que pueden participar en él, por lo cual con el propósito de incorporar a un mayor número de firmas de mediana capitali­ zación a la BMV, se reformó en 2005 la Ley del Mercado de Valores (LMV).4 En esta reforma se estableció la Sociedad Anónima Promotora de Inversión Bursátil (SAPIB), la cual se propone, fundamentalmente, como figura previa a la consolidación de una Sociedad Anónima Bursátil (SAB). A través de la figura de SAPIB, se permite a las sociedades acogerse a un régimen especial que protege el derecho de los socios minoritarios funda4

La reforma entró en vigor durante 2006.


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dores a la administración y al desarrollo de la empresa, y les permite reglas laxas respecto a la información financiera que están obligados a presentar, todo con el propósito de fortalecer un gobierno corporativo y convertirse en una SAB en un plazo no mayor de tres años. En un principio, los requisitos operativos de la SAB y la SAPIB para listar en la BMV eran básicamente los mismos. Sin embargo, estas reglas operati­ vas se han modificado, disminuyendo los requisitos respecto al número de accionistas,5 así como al capital contable mínimo para poder llevar a cabo una oferta pública de acciones.6 Actualmente, las SAPIB’s necesitan un mínimo de 20 accionistas para una emisión primaria y un capital contable de cuanto menos 15 millones de unidades de inversión. Fue hasta 2010 cuando se registraron los dos primeros listados de Sociedades Anónimas Promotoras de Inversión Bursátil, el primero con oferta pública de acciones es Proteak Uno, S.A.P.I.B. de C.V. (TEAK); el segundo, sin oferta pública de acciones es Holding Monex, S.A.P.I.B. de C.V. (Monex) (BMV, 2011a). La Reforma Financiera de 2014 referente al mercado de valores, sigue otorgando a la autoridad regulatoria del ramo —es decir, a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores— facultades para establecer la reglamentación secundaria en la BMV, y sólo modifica en la Ley de Mercado de Valores el tiempo durante el cual una SAPIB debe transitar hacia una SAB, de tres a diez años; asimismo, establece que el monto de capital contable máximo de una SAPIB debe ser de 250 millones de unidades de inversión, atravesando tal umbral, debe convertirse en una SAB. Un elemento importante dentro de la Reforma Financiera, es la búsqueda de una mayor reglamentación de los certificados bursátiles fiduciarios. Se argumenta que se “ha detectado” la existencia de ciertos títulos fiduciarios a favor de “personas morales, fideicomisos con actividad empresarial o de inversión” que se generan para invertir en inmuebles, valores o demás activos que busquen “replicar el comportamiento de índices, activos financieros o parámetros de referencia”. La iniciativa recientemente presentada “pretende incorporar las características mínimas de esos títulos a denominar­ se según el tipo de inversión que efectúen […] para contar con un régimen jurídico más claro y preciso”.7 De acuerdo a la Circular única de emisoras (SHCP, 2012). Reglamento interior de la BMV, 2012. 7 Exposición de motivos de la “Iniciativa de Reforma Financiera” a la Ley del Mercado de Valores, páginas 2 y 3, disponible en <http://www.shcp.gob.mx/ApartadosHaciendaParaTodos/ reformafinanciera/doctos/10_mercado_valores_08052013.pdf>, consultado el 18 de junio de 2013. 5 6


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La primera emisión de títulos de este tipo fue durante 2009 con los deno­ minados Certificados de Capital de Desarrollo (CKD). Ese año se llevaron a cabo cuatro emisiones por casi 12 mil millones de pesos. En 2016 los certificados de capital de desarrollo (CKDs) se utilizaron para financiar in­versiones en acciones de pequeñas y medianas empresas promovidas, proyectos de infraestructura e inmobiliarios, proyectos y empresas del sector energético, y de manera muy importante para la inversión en activos de deuda o financiamiento se realizaron 13 emisiones por un monto total de 8 483 millones de pesos (BMV, 2017). Otro instrumento con estas características son los Fideicomisos de Infraestructura en Bienes Raíces (Fibras), estos certificados fiduciarios son definidos como vehículos para el financiamiento en bienes raíces. La primera emisión fue en 2010 con un monto de 3 615 millones de pesos. Al cierre de 2016 había listados en la Bolsa 11 Fideicomisos de Infraestructura y Bienes Raíces con un valor de capitalización de 228 528 millones de pesos. Sin duda que una correcta reglamentación de este tipo de instrumentos es fundamental para la salud financiera de nuestro país, ya que éstos —tanto los CDK como las Fibras— han sido demandados por los fondos de pensiones de manera importante. Con información a abril de 2013, la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar) indicaba que las Sociedades de Inversión de las Administradoras de Fondos para el Retiro (SIEFORES) financiaban el 54.3% del monto total en circulación de los CDK y de las FIBRAS, lo cual ascendía a un monto de 82 942 millones de pesos.8 De acuerdo al documento “Antecedentes y razones de los cambios a la regulación de instrumentos estructurados” de Consar, publicado en febrero de 2016, las AFORES financiaron el 85% de los CKDs, equivalentes a un monto de 100,000 millones de pesos y 30% de las Fibras, equival­ entes a 43 000 millones de pesos, en circulación. También la Consar se­ ñala que a agosto de 2017 las AFORES9 tenían una inversión de 58 176 millones de pesos en FIBRAS, es decir, es indudable el crecimiento de la inversión de las AFORES en estos vehículos de inversión. La misma Consar reconoce que a través de diferentes vehículos de inversión, los recursos de los trabajadores se han canalizado a sectores produc­ ti­vos en México mediante la deuda privada emitida por empresas na­cionales, 8 Consar, 2013, Régimen de inversión de las Afores: una palanca del desarrollo nacional, mayo, disponible en <http://www.consar.gob.mx/sala_prensa/pdf/presentaciones/2013/Presentacion_ BMV.pdf>, consultado el 18 de junio de 2013. 9 <https://www.gob.mx/consar/articulos/la-inversion-de-las-afores-en-actividades-productivas-supera-el-billon-de-pesos-126727?idiom=es>, consultado el 7 de noviembre de 2017.


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las acciones de las empresas, así como a través de inversiones en Fibra, Fibra E,10 Certificados de Capital de Desarrollo (CKD) y Certifica­dos Bur­sáti­les Fiduciarios de Proyectos de Inversión (CERPI) que financian actividades o proyectos dentro del territorio nacional de manera creciente. EL GOBIERNO CORPORATIVO La importancia que se da tanto en la legislación vigente como en la Reforma, a la consolidación de un gobierno corporativo eficiente no es menor. La extremadamente aguda e inesperada fase de contracción económica sufrida por los países asiáticos entre 1997 y 1999, enfocó la atención en la “forma asiática de hacer negocios”; predominó la opinión de que las causas subyacentes más profundas de la crisis fueron estructurales, incluyendo la forma en que interactuaban corporaciones, bancos y el gobierno en estos países (Singh, 2003). Esta descripción de la crisis enfatiza las deficiencias en la regulación prudencial en el sector financiero, la naturaleza y el grado de competencia en el mercado de productos, sobre todo, en la calidad del gobierno corporativo en mercados emergentes, como la razón estructural fundamental de la contracción económica (Singh, 2003). Los escándalos corporativos de las firmas estadounidenses de Enron y WorlCom en 2001, así como los que le siguieron en el resto del mundo, mostraron que los problemas del gobierno corporativo no era sólo de países en desarrollo, y que la regulación encaminada a una mayor transparencia de las empresas públicas de los mercados financieros era fundamental para un manejo adecuado de los recursos (Flores, 2007). Sin embargo, para los mercados bursátiles de los países emergentes se ha enfatizado la importancia de la relación entre finanzas corporativas y gobierno corporativo, ya que este último debe asegurarse de conseguir retornos de la inversión y son muchas las particularidades en los países subdesarroEn el marco del tercer informe de gobierno de Enrique Peña Nieto se anuncia la creación del Fideicomiso de Inversión en energía e infraestructura (Fibra E). De acuerdo a la BMV, es un vehículo financiero con el que se atraerá inversión para cualquier empresa, sea pública o privada, que cumpla con los requisitos establecidos por la norma aplicable a través de la bursati­lización de algunos de sus activos maduros (ya existentes). De acuerdo con especialista “surge en un contexto en que el gobierno federal se enfrenta a una fase de desaceleración económica presionada por la depreciación del peso, y sobre todo por la caída en los precios del petróleo […] Ante este escenario, el gobierno creó una categoría especial de inversión que permitirá a inversionistas institucionales (bancos, sociedades financieras, compañías de seguros, Afore, etc.) y al gran público inversionista participar en el sector energético y de infraestructura en México”, disponible en <https://www.forbes.com.mx/10-claves-para-entender-la-fibra-e/>, consultado el 7 de noviembre de 2017. 10


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llados. Sobre todo, debe asegurarse la transparencia y la rendición de cuentas para cada uno de los participantes en el mercado sin importar el tamaño. EL MERCADO BURSÁTIL NO ES UNA FUENTE IMPORTANTE DE FINANCIAMIENTO PARA LA INVERSIÓN PRODUCTIVA

Con los datos presentados anteriormente, observamos que los intermediarios financieros en nuestro país no cumplen satisfactoriamente con el propósito de ser fuente de crédito para la inversión. En la citada Encuesta de Evaluación Coyuntural del Mercado de Crédito, se revela que 80% de todas las empresas, grandes o pequeñas, se financian fundamentalmente a través del crédito de proveedores; sólo alrededor del 35% recurre al crédito de la banca comercial y poco más del 5% solicita crédito de la banca de desarrollo. También se ha demostrado que para una muestra de las empresas más importantes que cotizan en la BMV, la principal fuente de financiamiento son sus recursos internos (Salazar, Espíndola y Feregrino, 2010). Es decir, aquellas empresas que podrían acceder fácilmente al mercado bursátil para financiar su inversión de capital, simplemente tienen mejores opciones. Lo anterior se debe, como ya lo había señalado Keynes, a que si bien el mercado secundario de deuda podía ampliar la liquidez y generar mayor inversión productiva, también podría actuar como un vehículo para especu­ lar con base en los movimientos de los precios del mercado, lo cual pue­de incrementar su volatilidad al punto tal de desincentivar la inversión productiva. De esta manera, los mercados financieros permiten obtener ganancias independientes de la producción real, especulando sobre el movimiento futuro de los precios, lo que acentúa su volatilidad. Esto puede hacer más difícil su utilización como fuente de recursos para financiar la inversión (Mott, 2007). Es por ello que en lugar de ser un medio para facilitar las actividades em­presariales, con lo cual las empresas podrían regular su liquidez, refinanciando las inversiones fijas de capital financiadas internamente, el mercado de capitales se convierte en un instrumento de absorción de liquidez de las empresas. La inflación en el mercado de capitales, por tanto, destruye cualquier conexión entre los precios de las acciones en el mercado y el ingreso en dinero o ganancia supuesta o esperada, derivada de cualesquiera activos de capital productivo subyacente (Toporowski, 2004). De este modo, lejos de motivar una mayor inversión en capital fijo tal como se había concebido, la inflación en el mercado de capitales hace que las empresas permuten sus actividades productivas a financieras y se vuelvan rentistas.


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Una muestra de que el financiamiento del mercado de valores no es una fuente eficaz de financiamiento para la inversión en México, es que la mayor parte de las operaciones que se realizan con títulos financieros corresponden al mercado secundario y la colocación de nuevas emisiones representa sólo una parte pequeña de los valores negociados (Mott, 2007). En todo caso, los mercados financieros, señala Toporowski, permiten a sus dueños reponer sus reservas líquidas a medida que sus inversiones se vuelven exitosas o, en algunos casos, cuando se espera que sean exitosas. Además, las empresas enfrentan los problemas de acceder y permanecer en el mercado accionario, lo que implica el reto de preservar su valor de mercado y continuar siendo atractivas para los inversionistas, en cuya tarea pueden afectar negativamente sus inversiones físicas. En México, el desarrollo del mercado de valores en el tiempo muestra justamente estos problemas. El impulso al mercado bursátil no tuvo el éxi­ to esperado porque su crecimiento se basó en el movimiento de títulos de mercado secundario y no en la emisión de nuevas acciones. Además de que la emisión de éstas, en 1987, coincidió con el primer desplome bursátil, lo que restó credibilidad como fuente generadora de recursos para la inversión (Levy, 2001). Por otro lado, durante los años 1983-1987, frente a la necesidad de obte­ ner recursos para el pago del servicio de la deuda externa y por la reducción del encaje legal, el Estado aumentó la colocación de deuda interna, especialmente de corto plazo en el mercado financiero, además prohibió temporalmente a la banca realizar operaciones directamente en el mercado de valores y particularmente en las casas de bolsa. Compensatoriamente se impulsó a las sociedades de inversión para dinamizar el mercado bursátil. De esta manera las casas de bolsa ganaron terreno, por lo que la captación del sector bursátil pasó de 2.8% del PIB en 1982 a 10.7% en 1987 (Guillén, 2002). Sin embargo, el dinamismo de la bolsa no se debió a una mayor tasa de crecimiento de las ofertas primarias de acciones, ya que la recesión económica y la captación de recursos para pagar la deuda externa no permitieron su crecimiento, se debió al mercado de dinero, principalmente de Cetes. La importancia de los Cetes en el dinamismo del mercado bursátil fue resultado de que el sector bancario adquirió en promedio, entre 1985-1987, prácticamente la mitad de los instrumentos gubernamentales, de esta manera los bancos recibían altos rendimientos con un bajo riesgo (Clavijo y Valdivieso, 2000). Por otro lado, en 1987 el mercado accionario de renta variable cobró fuerza, consiguiendo que las acciones representaran 8% de las colocaciones netas y el valor de las operaciones totales del mercado variable representa-


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ra 83%. Esto provocó nuevamente un aumento en la actividad del mercado secundario, sin inducir a incrementos significativos en la emisión de títulos en el mercado primario. Es decir, el índice de precios y cotizaciones se incrementó debido a la especulación (Clavijo y Valdivieso, 2000). Ante la incapacidad del mercado bursátil para captar ahorro financiero y fomentar el crecimiento económico, en 1989 se realizó la reforma más importante en el mercado bursátil: la internacionalización de las operaciones del mercado financiero. Esto permitió que las empresas mexicanas emitieran acciones que podían comprar los no residentes y se aceptó la colocación de títulos de empresas mexicanas en el exterior, promoviendo la creación de fondos de inversión mexicanos en otras monedas. Aunque los indicadores confirman una consolidación de la actividad bursátil, tomando en cuenta el valor de las operaciones, que aumentaron de 2 360 millones de dólares en 1985 a 52 646 millones en 1997, la aceleración de la actividad bursátil en México sólo contribuyó de manera insignificante al financiamiento de las empresas gracias a nuevas emisiones de títulos (Guillén, 2002). En la actualidad, la situación no ha cambiado ya que los bancos, al tener la posibilidad de obtener grandes ganancias, prácticamente sin riesgo, a través de la compra de deuda pública, se han refugiado en el mercado de dinero. De tal manera que han dejado de competir por recursos en el mercado de capitales, a fin de realizar la transformación de plazos necesarios para fondear la inversión productiva. En contraste, en los países con desarrollo económico similar al nuestro, los títulos de deuda bancaria constituyen una parte importante del mercado bursátil, porque los bancos captan recursos en el mercado de capitales a fin de dar crédito a mediano y largo plazo a la industria. En México, los principales instrumentos financieros que se negocian en la bolsa de valores son títulos gubernamentales, papel comercial y parti­ cipaciones de capital de un reducido número de grandes empresas (Mántey, 2007). Es decir, el crecimiento del mercado de capitales se sustenta en el dinamismo del mercado de dinero y no en el impulso del mercado accionario, y mucho menos es resultado de la promoción de un mayor financiamiento dirigido al sector productivo. RECOMENDACIONES DE POLÍTICA La Bolsa Mexicana de Valores no es una fuente eficaz de financiamiento para la inversión productiva en nuestro país debido a que en ella participa un reducido número de empresas, y sólo unas cuantas concentran un por-


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centaje muy elevado del valor de mercado. Además, entre las firmas participantes muy pocas utilizan el mercado bursátil para realizar ofertas accionarias, en tanto que la mayoría de las operaciones en el mercado de deuda son de corto plazo. Para que la BMV se convierta en una verdadera opción de financiamiento que fortalezca la industria nacional, el primer paso es incorporar un mayor número de emisoras —aunque éstas no sean significativamente grandes— y para ello es importante la consolidación de empresas medianas y pequeñas a través de una política industrial que tenga por objetivo el de­ sarrollo económico nacional. El uso de una política industrial activa es fundamental para el desarrollo de este sector en cualquier país. En Estados Unidos, por ejemplo, a las em­ presas se les proporciona ayuda estatal con el objetivo de estimular y apoyar una fuerte competencia doméstica y la innovación tecnológica: esta ayuda representa cerca del 50% del presupuesto para investigación y desarrollo (Markusen, 1995). El reconocido profesor de la Universidad de Harvard, Dani Rodrik, menciona que Estados Unidos debe: Gran parte de sus proezas innovadoras al apoyo gubernamental […] los contratos del Departamento de Defensa de EE.UU. desempeñaron un papel decisivo en la aceleración de Silicon Valley en sus primeros tiempos. La red “internet”, posiblemente la innovación más importante de nuestro tiempo, fue consecuencia de un proyecto del Departamento de Defensa iniciado en 1969. Tampoco la aceptación de la política industrial por parte de Estados Unidos es sólo un asunto de interés histórico. En la actualidad el Gobierno Federal de EE.UU. es el mayor capitalista de riesgo del mundo. Según The Wall Street Journal, tan sólo el Departamento de Energía de los EE.UU. se propone gastar 40,000 millones en préstamos y subvenciones para alentar a las empresas privadas a desarrollar tecnologías verdes, como por ejemplo, coches eléctricos, nuevas baterías, turbinas eólicas y paneles solares. Durante los tres primeros trimestres de 2009, las empresas de capital de riesgo privadas invirtieron menos de 3 000 millones en total en ese sector. El Departamento de Energía invirtió 13 000 millones (Rodrik, 2010).

El Estado mexicano, mediante una activa política industrial, puede fortalecer a las pequeñas y medianas empresas innovadoras mediante la asignación de créditos flexibles por parte de la banca de desarrollo. Así las empresas se fondearían en el corto plazo y podrían acceder al financiamiento de largo plazo proveniente de la emisión de acciones en la bolsa.


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Por otra parte, también debe facilitarse el acceso de las pequeñas y medianas empresas a la BMV reduciendo requisitos de ingreso en dos aspectos fundamentales: el capital contable del que se debe disponer y el número de inversionistas. Como se ha indicado arriba, incluso la autoridad regulatoria puede modificar la reglamentación secundaria en estos rubros sin la necesidad de mayores reformas en las leyes primarias. Es muy importante que todos los apoyos y los cambios en la regulación se presenten constantemente a la opinión pública, de tal forma que todos los participantes del mercado puedan acceder a la información de manera democrática y rápida.

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EL CRECIMIENTO ECONÓMICO EN UNA ENCRUCIJADA: EXCESO DE LIQUIDEZ Y ESCASO FINANCIAMIENTO

NOEMI LEVY ORLIK*

INTRODUCCIÓN La apertura económica que internacionalizó la economía mexicana —es­ pecialmente a partir de la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)— impulsó la inversión extranjera directa (IED) en el conjunto de la economía, que se reafirmó con las reformas estructurales de 2013.1 Se esperaba que la IED desencadenaría un gran impulso a la forma­ ción bruta de capital fijo que, aunada a la tecnología extranjera que traerían las grandes corporaciones extranjeras, desencadenaría un círculo virtuoso acumulativo, cuyos resultados debería haberse plasmado en aceleradas tasas de crecimiento económico y en reducción de la brecha entre México y los países industriales, lo cual aunado a la inversión extranjera de cartera debía generar las bases del crecimiento económico acelerado. Una revisión del desarrollo económico a la luz de la apertura financiera, productiva y comercial muestra que los objetivos prometidos al fervor de las grandes reformas estructurales, no lograron los resultados antes señala­ dos. Por un lado encontramos que la actividad económica fue reducida (sin acercarse a las tasas de crecimiento del periodo de industrialización por sustitución de importaciones); y además fue inestable (tuvo lugar la crisis financiera en 1994 y la profunda recesión económica, 2008-2009). En este trabajo analizamos estos eventos desde la perspectiva de la acumulación y la liquidez del mercado financiero. Observamos que la economía mexicana a partir de la desregulación y la globalización ha estado enfrentada * Facultad de Economía de la UNAM. Este trabajo se realizó con el apoyo del Proyecto PA­ PIIT IN 305217. 1 Las reformas estructurales de 2013 levantaron las restricciones de la inversión extranjera directa en el sector eléctrico y de petróleo. [211]


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a una gran paradoja: se benefició de un aumento casi ilimitado en la liquidez, especialmente internacional, el cual, empero, no estuvo aparejado mayor acumulación; y aunque tuvo lugar una profundización financiera, ésta no incrementó drásticamente el financiamiento a la actividad productiva, gene­ rándose una relativa autonomía del capital financiero con relación al sector productivo. Para sustentar los planteamientos anteriores discutimos la teoría del fi­ nanciamiento de la inversión, con particular énfasis en las relaciones de la producción dominadas por el capital financiero; se analiza la evolución de la economía mexicana para reafirmar que México está atrapado en una gran encrucijada, en tanto por un lado dispone de gran liquidez en moneda ex­ terna y, por otro su mercado financiero no está plenamente desarrollado. Ello provoca que un alto volumen de las rentas que son propiedad del sector no financiero se repartan en dividendos, en un contexto de reducida inversión y alta emisión de acciones y títulos, impidiendo un crecimiento robusto y sostenido de la economía. A fin de abordar estos planteamientos, este capítulo se divide en cuatro apartados. Después de esta introducción, se analiza la relación financiamien­ to e inversión, argumentándose que la banca comercial tiene como función principal otorgar créditos a las empresas productivas los cuales deben anu­ larse; y el mercado de capital puede convertir las deudas de corto en largo plazo o financiar la venta de bienes de capital fijo finales, lo cual, sin embar­go, está sujeto a una gran inestabilidad. En el tercer apartado se analiza el com­ portamiento de la economía mexicana, el sector no financiero y el endeuda­ miento del sector privado no financiero. Finalmente, en el último apartado se discuten políticas monetarias relevantes para reemprender el crecimiento. FINANCIAMIENTO E INVERSIÓN La teoría económica está inmersa en una gran discusión sobre las fuentes de financiamiento del sector productivo generándose fuertes disensos sobre la intermediación financiera y la creación del dinero. La teoría neoclásica sustenta sus planteamientos en la intermediación financiera, la cual se realiza en el mercado de capitales, donde la emisión de títulos capta los ahorros de los agentes superavitarios a cambio de compartir las ganancias que se genera en el sector productivo (véase Fabozzi et al., 1996, p. 5). Por consiguiente, el mercado de capitales tiene la función de convertir el ahorro en financiamiento que se distribuye entre los agentes deficitarios, los cuales comparten las ganancias generadas por la inversión.


EL CRECIMIENTO ECONÓMICO EN UNA ENCRUCIJADA

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La noción subyacente, en este planteamiento es que el ahorro determina a la inversión, no hay fallas de mercado y hay pleno empleo de los factores productivos, siempre y cuando exista una estructura de mercado que ga­ rantice el pleno movimiento de los factores productivos. Ello supone la existencia de una tasa de interés “correcta” (véase Walras, 1954 [1926] lec­ ción 23, citado en Graziani, 2003, p. 38). Desde esta perspectiva, los precios son correctos y la especulación permite que los precios de mercado sean iguales a los precios “correctos”, lo cual elimina las ganancias financieras (positivas y negativas). Siguiendo el planteamiento de la Hipótesis de Mercados Eficientes (HME) (Fama, 1970, 1991), la distribución de las ganancias está en función de la aportación de los diversos factores al proceso productivo. Se resalta que la HME tiene varias versiones que garantiza que las variaciones de precios de mercado sean “correctas”, y las desviaciones de los precios de merca­ do con respecto al precio “correcto” sean temporales. Si las predicciones sobre los precios y los rendimientos correctos son incorrectas, se debe a fallas del mercado y no al funcionamiento del modelo. A partir de este planteamiento, se supone que los mercados de capitales son amplios y robustos, avalados por una gran variedad de instituciones fi­ nancieras no bancarias que tienen como función generar la intermediación financiera y garantizar una gran diversidad de instrumentos financieros, sin que ningún emisor o demandante controle los precios. Desde esta perspectiva, la banca comercial también asume la función de intermediación financiera (Graziani, 2003, p. 43), aunque se reconoce que tiene la peculiaridad de emitir dinero vía la creación de pasivos contra sí mismas (Fabozzi, 1996, p. 21). Los supuestos de este planteamiento es que los créditos están limitados por los depósitos que podrían estar restringidos por la masa monetaria, planteamiento que se vuelve obsoleto a partir de la internacionalización del mercado financiero, regido por un gran movimien­ to de capitales, que elimina la oferta y demanda de dinero de los modelo económico.2 Alternativamente, se postula que la multiplicación de los crédi­ tos está limitada por el acceso de los bancos al mercado financiero, vía emi­ sión de títulos, para igualar las asimetrías entre los depósitos (corto plazo) y los créditos (largo plazo). Así, el fortalecimiento de la banca depende del acceso de su acceso al mercado de deudas o de capitales para fondearse (véase Patinkin, 1972, p. 46; Gurley y Shaw, 1960, pp. 123-126). De manera alternativa, la teoría heterodoxa postula que la banca comer­ cial es la institución financiera fundamental que garantiza el tránsito hacia En el nuevo modelo clásico, la curva LM es reemplazada por la curva de la tasa de interés, que es determinada por la banca central, a partir de una función de reacción (Blanchard, 2000). 2


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un estado de desarrollo más avanzado (Keynes, 1937b), en tanto tienen la capacidad de crear dinero (créditos) vía emisión de pasivos contra sí mismo (Key­nes, 1930) que se crean ex-nihilo, o sea, no requieren recursos reales para su producción. Las deudas son resultado de un asiento contable (1937a, p. 209): porque el dinero no es una mercancía, sino un símbolo de valor (Keynes, 1930). Esta condición modifica la causalidad de las actividades bancarias, en tanto inicia con la demanda de créditos, los cuales son acomo­ dados por las banca si los agentes son solventes. La demanda de créditos sol­ ventes es otorgada vía la creación de depósitos, las empresas disponen de liquidez que se destinada al financiamiento de la actividad productiva (ca­ pital circulante), incrementa el ingreso de los factores productivos que se canalizan a la compra de bienes y servicios (demanda efectiva). Ello permi­te regresar la liquidez a las empresas y anular sus deudas contraídas por estas entidades con la banca, al inicio de la producción (Rochon, 1999). El punto nodal de este planteamiento es que el adelanto de la liquidez permite am­ pliar la producción y el ingreso que regresa a las empresas, y se anulan las deudas. El mercado de capitales es una institución que se fortalece en una fase más tardía del capitalismo, con el fortalecimiento de las sociedades anónimas que da paso al capitalismo oligopólico. Estas corporaciones captan liquidez en el mercado de capitales, lo cual permite inyectar liquidez a sus hojas de ba­ lances, o bien volver líquidos los activos no líquidos. En este mercado, las corporaciones tienen acceso a financiamiento de largo plazo y, a la vez, también puede desplegarse una redistribución de las ganancias, lo cual genera altos grados de inestabilidad financiera. La teoría heterodoxa tiene varias interpretaciones en torno a la forma en que opera este mercado y cómo afecta a la producción, que se resumen con la teoría de la preferencia de li­quidez de Keynes (1936, capitulo 12), la hipótesis de la inestabilidad fi­ nancie­ra de Minsky (1975, 1986) y la teoría de la inflación financiera (Topo­ rowski, 2000). Keynes (1936) señala que el mercado de capitales es inherentemente ines­table porque las tasas de interés son determinadas por previsiones de los agentes. Si éstas son positivas, cae la preferencia por la liquidez y aumenta la demanda de títulos, incrementa la disponibilidad de liquidez de las corpo­ raciones, se saldan las deudas de corto plazo (anulan créditos bancarios) y se propicia un crecimiento estable. Sin embargo, si las perspectivas son negativas (se pronostica aumentos en las tasas de interés de largo plazo), se espera que el precio de los títulos financieros tenga un movimiento des­ cendente, aumenta el atesoramiento, las corporaciones no pueden anular sus deudas de corto plazo; y la banca no puede continuar prestando dinero, lo cual frena la actividad económica, el ingreso y el ahorro.


EL CRECIMIENTO ECONÓMICO EN UNA ENCRUCIJADA

215

A partir de estos planteamiento, Keynes (1936, p. 147) concluyó que el desarrollo del mercado de valores es altamente inestable, lo cual se agrava con la presencia de los “inversionistas profesionales”, cuya función es pre­ ver cambios en las bases convencionales de valuación de los precios con un poco más de anticipación que el público en general, lo cual provoca que la mayor parte de las inversiones de los expertos —hoy día— es “ganar la delantera”... ser más listos que el vulgo y encajar la moneda falsa (o que se esté depreciando) a otra persona. O sea, las previsiones son independientes de los fundamentos macroeconómicos, por consiguiente, los precios de los títulos financieros son altamente inestables. Entonces, en el mercado de capitales, los precios son inherentemente incorrectos, altamente volátiles, a partir de lo cual se postula que no es espacio funcional del crecimiento económico y, además favorece la distri­ bución de ganancias hacía los dueños de capital (rentistas); por tanto, debe limitarse su operación. Una visión alternativa sobre el financiamiento de la inversión es postu­ lada por Minsky (1986) bajo el supuesto que la banca tiene la virtud de crear dinero independientemente de los ahorros, vía la emisión de pasivos contra sí mismos (depósitos) que no requieren recursos reales previos. La liquidez de los bancos y de las empresas no financieras emana del mercado de capi­ tales, la cual opera cíclicamente. En la fase expansiva, el precio de los títulos es alto: aumenta el endeudamiento de las empresas provisto por la banca, crece la inversión y la producción, con la peculiaridad de que las deudas aumentan más rápido que el ingreso de las corporaciones, que eleva el apalancamiento de las corporaciones. Ello generó dudas sobre la solvencia de los agentes, se contraen los créditos bancarios y el banco central aumenta la tasa de interés, se reduce la tasa de crecimiento de la inversión y la produc­ ción, dando lugar a un declive económico, que puede desencadenar un crac financiero si se despliega una deflación en el mercado financiero. El punto nodal de este planteamiento es que produce aumentos acelerados de la tasa de apalancamiento, que aceleran el crecimiento y el ingreso, el cual sin em­bargo, es menor que las deudas, seguidos por declive económicos y ban­ carro­tas. Este planteamiento se resume en la “hipótesis de inestabilidad fi­ nanciera” (Minsky, 1986). De acuerdo con Minsky (1964), este proceso puede ir acompañado por innovaciones financieras que implica emisión de títulos —independiente­ mente del gasto de la producción (o necesidades de financiamiento)— que puede generarse por procesos de fusiones y adquisiciones forzadas de em­ presas (como lo sucedido en Estados Unidos en respuesta a la crisis indus­ trial, que inició en la década de 1960). Ese proceso fue seguido por gran variedad de actividades bancarias que incluyeron reportos, derivados, sin­


216

NOEMI LEVY ORLIK

téticos y operaciones fuera de balance (titularización de deudas) que permi­ tieron ampliar la liquidez sobre una base de capital determinado, seguido por un proceso de iliquidez que, incluso, limitó incluso los préstamos del mercado interbancario. Ello provocó una quiebra masiva de bancos y de em­ presas no financieras privadas, altamente apalancadas. Una tercera versión sobre la relación emisión de deudas bancarias y el mer­cado de capitales surge a partir de la crítica al planteamiento de Minsky (Lavoie y Seccareccia, 2001; Lavoie, 2006; Toporowski, 2000, 2008a, entre otros). Estos autores cuestionan que la génesis de las crisis financieras se deba al aumento de la tasa de apalancamiento (incremento más acelerado de las deudas que el ingreso de las corporaciones). Desde esta perspectiva, Minsky aplica un análisis microeconómico y omite que la expansión de la produc­ ción también amplia el ingreso que, caeteris paribus, aumenta las ganancias, las cuales pueden anular las deudas. O sea, las burbujas financieras no se expli­can por la creciente liquidez para inducir el gasto-inversión, sino por los influjos y reflujos de capitales hacia el mercado de capitales que adquiere gran relevancia a partir de la constitución de los inversionistas institucio­ nales. Estos autores retoman el planteamiento de Kalecki [(1943/1954) 1977] que postula como las principales determinantes de la inversión a los fondos internos, los cuales dependen de las ganancias pasadas no distribuidas que a su vez determinan el financiamiento externo a la empresa, tamizado por el riesgo creciente y la tasa de ganancia corriente. Se adjudica a los mercados de capitales la función de modificar la distribución de las ganancias en fa­ vor de los tenedores de acciones y empresarios, y en contra de los intereses de los trabajadores (que reduce la participación de los salarios en el valor agre­ gado, empeora las condiciones de trabajo de los asalariados, acompañado por una pérdida de fuerza política de los organizaciones laborales para de­­fen­ der sus intereses (Toporowski, 2008b), los cuales se enfrentan a un creciente poder político resultado de la colusión entre dueños de capital y empresa­ rios). A diferencia de Keynes (1936), bajo condiciones de dominación del capital financiero, se unifican los intereses de los poseedores de acciones (dueños de capital) y los empresarios, en tanto estos últimos participan de las ganancias financieras vía el pago opciones de acciones (Mott, 2011). Con base en la anterior discusión, se señala que hay un cambio en el modelo económico dominante, que se distingue por la financiarización de las relaciones sociales de producción, donde se argumenta que las normas de crecimiento regidas por la retención de ganancias y su reinversión, se suplan­ tan por un modelo de distribución de ganancias, acompañada de una reduc­ ción de la participación de los salarios en el valor agregado y, de la inversión, conformándose sectores productivos dinámicos desligados del resto de los


EL CRECIMIENTO ECONÓMICO EN UNA ENCRUCIJADA

217

sectores productivos, caracterizado por el empequeñecimiento (del sector productivo) y la distribución (repartición de dividendos). Se amplía la apropiación de las ganancias en la esfera de circulación en un contexto de unificación de intereses entre los dirigentes del capital produc­ tivo y financiero, que modifican el objetivo de las empresas no financieras privadas. En palabras de Lazonick y Sullivan (2000, p. 16): “La tasa de retor­ no de las acciones corporativas se convirtió en una medida superior de comportamiento y, la maximización del valor de los acciones, se tornó en un credo”. Un elemento adicional que fortaleció la distribución de las ganancias y el empequeñecimiento de la producción es la conformación de las cadenas globales de la producción, lideradas por empresas que demandan insumos, situadas en los países industriales. Milberg (2008) argumentó que se desin­ tegran los procesos de producción de las grandes empresas, los cuales se distribuyen entre los países industrializados que ofrecen menores costos, mayor infraestructura y estabilidad política. Bajo estas nuevas condiciones, los países en desarrollo se especializaron en la manufactura —incluso de alta tecnología— ligada a la exportación, manteniendo las empresas no financieras privadas su posición de tomadores de precios, porque por el lado de la oferta tiene lugar una gran competencia, con entrada abierta de nuevas empresas y locaciones geográficas que abastecen a pocas industrias, que conforman un poder oligopsónico. Este proceso reforzó la reducción de costos, el incremento del margen que fue transferido a los dueños de capital, tenedores de las acciones de los países industriales con economías financiarizadas. El proceso de financiarización provocó un aumento de la actividad financie­ ra en la actividad de las empresas no financieras privadas. Estas instituciones desarrollan departamentos de tesorería cuya función es negociar con títulos financieros como una fuente alternativa de captación de rendimientos por la vía de apropiación de ganancias financieras. En este contexto, hay una diversificación de actividades financieras cuyo objetivo, por un lado, es ma­ ximizar el valor de los títulos financieros y, por otro, impedir adquisiciones forzadas. En estas condiciones tiene lugar una emisión de títulos acompa­ ñada por recompras más que proporcionales de títulos, por contratos de derivados que originalmente tienen la función de garantizar la estabilidad de los precios. El conjunto de las actividades financieras permitió a las empre­ sas financieras ampliar la apropiación de rendimientos, dado un volumen de inversión (Stockhammer, 2004, 2008). Entonces, independientemente del incremento de los precios de los títulos financieros (norma financiera, Boyer, 2000), se impuso un sistema económico dominado por las finanzas.


218

NOEMI LEVY ORLIK

DISTRIBUCIÓN DE LOS RENDIMIENTOS Y FINANCIAMIENTO DE LAS EMPRESAS NO FINANCIERAS EN MÉXICO A partir de la década de 1980, el sistema económico mexicano atravesó por un profundo proceso de transformación sin lograr profundizar ni ampliar su mercado financiero a la par de los países industrializados, aunque debe resaltarse que se profundizó el mercado de deudas, prácticamente inexis­ tente hasta los años de 1970. Se activó el mercado de valores a raíz de la globalización financiera que atrajo altos volúmenes de inversión extranje­ ra de cartera en 1990 y después de la segunda gran crisis financiera (20092014); así como altos montos de inversión extranjera directa a la luz de las reformas estructurales de 1993 y 2013, ligadas al Tratado de Libre Comer­ cio de América del Norte (TLCAN) y la privatización del sector petrolero y eléctrico, respectivamente. A pesar de la entrada masiva de capital extranjero, el número de empre­ sas que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores se mantuvo reducido y fue moderado el índice de liquidez (turnover), así como el índice de inflación financiera (incrementa el índice de precios y cotizaciones y aumento de la relación precios a rendimientos) (véase Levy, 2010). Bajo estas condiciones se revisa el proceso de distribución de ganancias, el portafolio financiero de las empresas y la composición de financiamiento del sector privado no financiero. El primer análisis se realiza con base en la información presentada por INEGI en el Sistema de Cuenta Nacionales, por Cuentas por Sectores Institucionales (CSI), que reflejan al conjunto de las empresas que operan en territorio mexicano. Una primera advertencia es que cambió la metodología que conforma el universo de las empresas no financieras en las CSI, excluyendo las activi­ dades empresariales de las familias3 (se creó la partida de ingresos mixtos que incluyen los ingresos obtenidos por esa vía), sólo contabilizándose a la pequeña, mediana y gran empresa,4 aunque el número de microempresas representa casi el 95% del total del universo. La revisión de las cifras sobre el monto y la distribución del excedente bruto de operación arrojan importantes características sobre el comporta­ miento de las empresas no financieras. Un primer hallazgo es que el exce­ dente bruto y neto de operación en el universo de la economía total y de Se omite a la microempresa que se realizan por las familias con actividad empresarial. Los censo económicos de 1998, 2003 y 2008 miden el tamaño de las empresas según el número de trabajadores. En el caso de las grandes empresas cuentan con 251 trabajadores en la industria en el sector servicios es de 101; las empresas medianas tienen hasta 250 trabajado­ res en la industria y 100 trabajadores en el sector servicio, la pequeña empresas tiene hasta 50 trabajadores y 30 en los servicios, y la microempresa hasta diez trabajadores. 3 4


EL CRECIMIENTO ECONÓMICO EN UNA ENCRUCIJADA

219

las sociedades no financieras no se modificó drásticamente, pese a la esta­ llamiento de la gran crisis financiera en 2008 que generó una fuerte rece­ sión en México, entre 2009-2010. Sin embargo, se observan fuertes cambios en los componentes de la rentas de la propiedad, cuyo análisis debe reali­ zarse en el entorno de las sociedades no financieras (SNF) (véase cuadro 1). La renta de la propiedad representó alrededor de 65% del excedente bruto de operación del sector no financiero entre 2003 y 2015; y 80% respec­ to del excedente neto de operación, todos medidos con respecto al PIB. Los componentes con mayor peso de las rentas de la propiedad son los intere­ ses, con una media 2.2% respecto al PIB con fuertes vaivenes en el periodo. Sigue en importancia la renta de la tierra y activos del subsuelo que aumentó a raíz de la reforma energética y la activación de la actividad minera. En tercer lugar se encuentra la renta distribuida, particularmente los dividendos, que representaron casi la mitad del excedente neto de operaciones (véase cuadro 1). El gasto en formación bruta de capital y la formación bruta de capital fijo (se diferencia por la variación de existencias) tienen un comportamiento más o menos similar entre 2003-2015, con una media de 23 y 22% del PIB, respectivamente. En el SNF se ejerce más de la mitad de este gasto con una media de 13 y 12% del PIB, respectivamente. En el conjunto de la economía domina la vivienda, otros edificios y estructuras, seguidas por maquina­ ria y equipo; mientras que en el SNF dominan maquinaria y equipo, y otros edificios y estructuras (véase cuadro 2). Un tercer elemento que se debe destacar es el financiamiento de la for­ mación bruta de capital. A nivel de toda la economía no hay cambios sustan­ ciales entre el financiamiento interno y externo, los primeros compuestos por el consumo de capital de fijo y el ahorro que financian casi completa­ mente la formación bruta, con porcentajes muy menores de endeudamien­ to, que tiene mayores coeficiente de variabilidad, pero notoriamente menores a la unidad (véase cuadro 3). En el sector SNF, el financiamiento de la formación bruta de capital tam­ bién descansa sobre el ahorro bruto, particularmente sobre el consumo de capital fijo, que son flujos financieros que se retienen a lo largo del proceso productivo para reponer el bien de capital y tiene la particularidad que estar libres de impuestos, con muy baja participación del ahorro neto (que se obtiene de la cuenta utilización del ingreso y se adicionan las transferencias de capital) (véase cuadro 3). Entonces las empresas que operan en México no acuden de manera importante al sistema financiero para financiar la for­ ma­ción bruta de capital y se utiliza para reducir el pago de impuestos. Ob­ viamen­te, el endeudamiento neto tiene la función de cerrar la brecha entre


2010

2011

2012

2013

2014

-2.17

-9.32

-2.27

-9.37

-1.80

-1.67

-1.16

1.80

-2.18

-3.27

2.18

2.10

2.20

2.64

2.95

2.41

3.70

-7.83

2.65

-7.86

3.39

-7.97

2.81

-8.80

Retiros de los ingresos de cuasi sociedades

0.64

-0.48

0.52

0.52

0.52

0.51

0.50

0.61

0.62

0.82

0.81

0.83

2.15

16.12 -16.27 16.26 16.28 16.18 16.05 12.05 14.14 13.92 14.62 16.79 15.78 15.56

1.71

-7.56

Dividendos

-1.32

-7.77

16.76 -16.75 16.78 16.80 16.70 16.56 12.56 14.74 14.54 15.44 17.60 16.61 17.71

0.91

-8.45

Renta distribuida de las sociedades

Intereses

-7.15

21.30 22.36 23.97 24.72 24.34 26.82 19.90 22.69 23.50 25.52 26.70 25.48 23.44

-6.83

Rentas de la propiedad

-6.78

25.53 28.46 28.87 30.81 30.96 32.11 24.89 27.13 29.56 30.81 29.01 28.57 27.02

-6.95

ENO

-7.14

-7.36

CCF

-3.12

32.89 35.60 35.82 37.59 37.79 39.26 33.34 34.91 37.12 38.64 36.87 36.54 35.82

-2.75

-9.75 -11.24 -10.47 -10.05 -10.54 -10.54 -10.58 -11.46

Distribucion de excedente bruto y la renta de la propiedad, como % del PIB

-1.89

-9.54

EBO

-1.63

-9.78

0.7

12.9

13.5

2.2

23.9

28.7

-7.6

36.3

-1.9

37.5

-10.2

47.7

2015 Promedio

-2.03

2009

Renta

2008

34.63 37.14 37.86 39.53 39.72 40.72 34.22 36.13 38.31 39.02 37.56 36.90 35.27

2007

ENO

2006

-10.01

2005

CCF

2004

44.64 46.92 47.40 48.85 49.08 50.47 45.47 46.60 48.36 49.56 48.10 47.48 46.73

2003

EBO

% del PIB

EXCEDENTE BRUTO DE OPERACIÓN Y RENTAS DE LA PROPIEDAD DE LA ECONOMÍA TOTAL, COMO % DEL PIB

CUADRO 1

0.6

8.9

9.2

1.3

2.0

2.2

0.6

1.9

1.2

2.0

0.7

1.6

DE

0.8

0.7

0.7

0.6

0.1

0.1

-0.1

0.1

-0.7

0.1

-0.1

0.0

CV

220 NOEMI LEVY ORLIK


0.30

-0.17

3.51

4.23

Utilidades reinvertidas de la Inversión extranjera directa

Desembolsos por renta de las inversiones

Renta de la tierra y activos del subsuelo

Saldo de ingresos primarios neto / ingreso nacional neto

6.10

-4.29

0.15

-0.33

2004

4.90

5.34

-0.21

0.36

2005

6.09

5.19

-0.24

0.80

2006

6.62

5.04

-0.24

0.74

2007

5.29

7.60

-0.23

0.69

2008

4.99

4.47

-0.25

0.48

2009

4.44

5.33

-0.22

-0.11

2010

6.06

6.23

-0.21

0.54

2011

5.29

6.32

-0.21

0.27

2012

2.32

5.72

-0.22

0.94

2013

3.09

4.90

-0.22

0.81

2014

3.58

2.53

-0.30

0.69

4.85

4.5

-0.2

0.5

2015 Promedio

1.28

2.9

0.1

0.4

DE

0.27

0.7

-0.6

0.8

CV

FUENTE: cálculos propios con base en INEGI, Sistema de Cuenta Nacional de México. Cuentas por sectores institucionales, 2015 revisadas Serie por sector institucional / Economía total y Sociedades no financieras, Precios corrientes / Millones de pesos / 2003-2015, Cuadro Completo. De desviación Estandart, CV: coeficiente de variabilidad.

2003

% del PIB

CUADRO 1 (CONTINUACIÓN)

EL CRECIMIENTO ECONÓMICO EN UNA ENCRUCIJADA 221


Toda la economia

6

0

MyE

Otros*

0

7

8

7

21

23

0

7

8

7

22

24

0

7

8

7

22

25

0

7

9

7

23

25

0

7

9

7

23

23

0

6

8

6

21

22

0

7

8

6

22

23

1

7

8

6

22

22

1

7

8

6

21

20

1

7

7

6

21

21

1

9

7

6

23

21

0

7

8

6

22

23

0.0

5.6

5.8

0.3

Otros edificios y estructuras

MyE

Otros*

0.3

5.9

5.7

0.0

0.3

6.0

5.3

0.0

0.4

6.4

5.3

0.0

0.4

6.5

5.5

0.0

0.4

6.4

5.8

0.0

0.4

6.1

5.6

0.0

0.4

5.5

5.3

0.0

0.4

6.0

5.5

0.0

0.4

6.8

5.8

0.0

0.4

6.9

5.3

0.0

0.4

7.0

5.1

0.0

0.5

8.4

5.3

0.0

0.4

6.4

5.5

0.0

11.7 11.9 11.7 12.0 12.3 12.5 12.0 11.2 12.0 13.1 12.6 12.6 14.2 12.3

Vivienda

FBKF

0

6

8

7

21

24

13.1 14.5 13.3 14.4 14.8 13.8 12.1 12.4 13.4 12.5 11.4 12.2 12.7 13.1

8

Otros edificios y estructuras

FBK

6

21

FBKF

Vivienda

22

0.1

0.7

0.2

0.0

0.8

1.0

0

1

1

1

1

2

2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 Media DE

FBK

TENDENCIAS Y COMPOSICIÓN DE LOS FORMACIÓN BRUTA DE CAPITAL, % DEL PIB

0.1

0.1

0.0

3.0

0.1

0.1

0.2

0.1

0.1

0.1

0.0

0.1

CV

FUENTE: cálculos propios con base en INEGI, Sistema de Cuenta Nacional de México. Cuentas por sectores institucionales, 2015 revisadas, Serie por sector institucional / Economía total y Sociedades no financieras, Precios corrientes / Millones de pesos / 2003-2015, Cuadro Completo. *Sistema de Armas, recursos biológicos, costos de transferencias y productos de propiedad intelectual. De desviación Estandart, CV: coeficiente de variabilidad.

Sector no financiero

CUADRO 2

222 NOEMI LEVY ORLIK


2004 23.87 21.19 -10.53 23.12 12.60 -0.75 14.46 11.87 -7.14 1.41 8.55 -0.35 0.12 -0.07 -5.51

2003 22.18 20.61 -10.74 21.10 10.36 -1.08 13.14 11.68 -7.36 -0.14 7.23 -0.64 0.01 -0.16

-5.43

-5.71

2005 22.97 21.32 -10.29 22.32 12.03 -0.65 13.28 11.68 -6.95 -0.13 6.82 -0.33 0.46 -0.03 -5.43

2006 24.43 22.00 -10.07 23.81 13.74 -0.63 14.38 12.04 -6.78 1.07 7.85 -0.34 0.80 -0.05 -5.14

2007 24.79 22.27 -10.12 23.54 13.42 -1.25 14.76 12.34 -6.83 1.74 8.57 -0.07 1.05 -0.07 -7.08

2008 24.50 23.09 -10.54 22.82 12.28 -1.68 13.84 12.53 -7.15 0.24 7.39 -0.34 0.07 -1.03 -2.84

2009 22.67 22.57 -12.10 22.03 9.93 -0.65 12.13 12.03 -8.45 -0.34 8.11 0.06 1.27 -0.02 -5.22

2010 22.45 21.15 -11.31 22.21 10.90 -0.24 12.40 11.18 -7.77 -1.13 6.65 0.19 0.78 -0.07 -4.70

2011 23.28 21.77 -11.11 22.27 11.15 -1.02 13.39 11.96 -7.56 0.69 8.25 -0.15 0.31 -0.02 -4.52

2012 21.89 22.37 -11.41 20.58 9.16 -1.32 12.52 13.08 -7.83 0.29 8.12 0.11 0.03 -0.05 -6.44

2013 19.95 21.15 -11.42 17.61 6.19 -2.34 11.42 12.65 -7.86 -3.04 4.82 -0.08 0.18 -0.10 -6.52

2014 20.74 21.03 -11.46 18.77 7.31 -1.97 12.18 12.56 -7.97 -1.75 6.22 1.02 0.48 -0.01

-7.37

2015 21.03 22.52 -12.37 18.22 5.85 -2.82 12.72 14.23 -8.80 -1.42 7.38 0.99 0.04 -1.08

Préstamo neto (+) / endeudamiento neto (-) es la diferencia entre ahorro bruto y la formación bruta de capital, menos activos no financieros no producidos, mas transferencias recibidas y pagadas. AB: ahorro bruto, AN: ahorro neto, End: endeudamineto; AFNP: Activos financieros no producidos. TCP: transferencias de capital recibidas. TCP: Transferencias de cápita pagados. FUENTE: cálculos propios con base en INEGI, Sistema de Cuenta Nacional de México. Cuentas por sectores institucionales, 2015 revisadas. Serie por sector institucional / Economía total y Sociedades no financieras, Precios corrientes / Millones de pesos / 2003-2015, Cuadro Completo.

FBK FBKF CCF (-) AB AN End. (-1) FBK FBKF CCF (-) AN AB AFnP TCR TCP Préstamo neto (+) / endeudamiento neto (-)

CUADRO 3

FINANCIAMIENTO INTERNO Y EXTERNO DE LA FBK, COMO % DEL PIB

EL CRECIMIENTO ECONÓMICO EN UNA ENCRUCIJADA 223


224

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la formación bruta del capital y el ahorro bruto, representa alrededor de la cuarta parte de la formación bruta de capital. El análisis de las fuentes de financiamiento, definido por la diferencia entre la emisión y la adquisición de activos financieros, determina el en­ deudamiento o préstamos que indica el tamaño y la composición de las hojas de balance del sector productivo. A nivel de toda la economía, la participación de capital y los títulos de deudas son una fuente importante de endeudamiento, con baja participación de préstamos en periodos de crisis como la de 2009 (véase gráfica 1), lo cual también aplica al SNF (véase gráfica 2). GRÁFICA 1

COMPOSICIÓN DEL ENDEUDAMIENTO DE LA ECONOMÍA 8 6 4 2 0 -2 -4 -6 -8

2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 Seguros de pensiones y garantías estandarizadas Participaciones de capital y participaciones en fondos de inversión Préstamos Titulos de deuda Flujos de caja Préstamo neto (+) / Endeudamiento neto (-)* Otras cuentas por cobrar/pagar


EL CRECIMIENTO ECONÓMICO EN UNA ENCRUCIJADA

225

GRÁFICA 2

COMPOSICIÓN DEL ENDEUDAMIENTO DE LAS SOCIEDADES NO FINANCIERAS 4 2 0 -2 -4 -6 -8 -10

2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 Otras cuentas por cobrar / por pagar Derivados financieros y opciones sobre acciones asignadas a los asalariados Seguros de pensiones y garantías estandarizadas Participaciones de capital y participaciones en fondos de inversión Préstamos Títulos de deuda Flujos de caja Préstamo neto (+) / Endeudamiento neto (-)*

FUENTE: cálculos propios con base en INEGI, Sistema de Cuenta Nacional de México. Cuentas por sectores institucionales, 2015 revisadas; Serie por sector institucional/Economía total y Sociedades no financieras, Precios corrientes/Millones de pesos/2003-2015, Cuadro Completo.

Un análisis alternativo sobre las fuentes de financiamiento del sector pri­ vado no financiero que incluye las empresas y las familias con actividad financiera (microempresas) muestran resultados que avalan los hallazgos de la cuenta financiera de la inversión por SCI. En primer lugar, la econo­ mía mexicana no se financiarizó de la misma manera que los países desa­ rrollados. En términos de las actividades que captan el financiamiento, la


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empresarial domina, lo cual implica que se mantienen como deudores del sistema financiero, o sea no se han convertido en prestatarios del sistema, como lo predice el modelo de financiarización; o sea la actividad de tesore­ ría de estos agentes se mantuvo limitada. Segundo, entre 1994 y 2016 el financiamiento a las empresas con acti­ vidad empresarial disminuyó, lo cual se explica por la gran crisis financiera que estalló en 1994 y que se recuperó hasta mediados de la primera década de 2000, sin ser afectada por la crisis económica de 2008 (véase gráfica 3). Podríamos aventurar que una explicación de la reducción del financiamiento de la producción se debe a la creciente movilización de recursos internos de las empresas, especialmente a partir de la dominación de las grandes cor­ poraciones extranjeras en México, como consecuencia de la firma del Tra­ ta­do de Libre Comercio de América del Norte. Un tercer elemento sobre el destino del financiamiento es que los flujos destinados al consumo —no obstante crecieron vigorosamente—, tuvieron poco peso en el financiamiento total (gráfica 3), lo cual implica que las familias no se endeudaron para financiar su consumo. El financiamiento destinado a la vivienda se mantuvo relativa constante a través del periodo 1994-2016, con la peculiaridad de que fue generado por instituciones fi­ nancieras semipúblicas (FOVISSSTE e INFONAVIT), lo cual implicó me­ nor inestabilidad porque fue canalizado a las personas que trabajan en el sector privado o público y, por consiguiente, se reduce su probabilidad de impago. Por fuentes de financiamiento, en la década de 1990, la banca (comercial y de desarrollo) fue la mayor fuente de financiamiento al sector privado no empresarial, este proceso se debilita a la luz de la crisis financiera, aparece una fuerte tendencia descendente que se detiene en la primera década del siglo XXI, alrededor de 2004 (gráfica 3), recuperándose posteriormente sin que la crisis de 2008 haya incidido notoriamente sobre el financiamiento de la banca. Se resalta que el financiamiento bancario nunca recupera los ni­ veles de 1994 (cae en alrededor de 13 puntos), lo cual indica que la banca que opera en México (dominado por capital extranjero) ha reducido los crédi­ tos bancarios en moneda nacional. Las otras fuentes alternativas del país,5 5 Las otras fuentes alternativas del país que dirigen financiamiento del consumo, se refiere al saldo total de las tarjetas de crédito no bancarias, cuya fuente de información son los balances contables consolidados de las tiendas departamentales que reportan a la Bolsa Mexicana de Valores. La serie histórica puede presentar variaciones trimestrales significativas cuando estas empresas se registran o cancelan su registro en la lista de empresas que cotizan en la Bolsa Me­ xicana de Valores. Hacia la actividad de la vivienda los flujos provienen del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT), y a la cartera hipotecaria vigente y vencida del Fondo de la Vivienda del ISSSTE (FOVISSSTE) (Fuente: Comisión Nacional


EL CRECIMIENTO ECONÓMICO EN UNA ENCRUCIJADA

227

GRÁFICA 3

FINANCIAMIENTO DE LAS INSTITUCIONES NO FINANCIERAS PRIVADAS POR DESTINO E INSTITUCIONES COMO % DEL PIB

Bancario

Ifdel País

OFA*

Del extranjero

Total

Consumo

Vivienda

Empresas

No bancario

FUENTE: elaboración propia con base en Banco de Mexico, cuadro Financiamientoe informa­ ción financiera de intermediarios financieros. Financiamiento al sector privado del pais, ban­ cario y otras fuentes principales, metodología 20003. Fecha de consulta: 17/10/2017 08:47:15.

junto con el financiamiento externo, neutralizan la caída del financiamiento bancario. De manera específica los componentes de las principales fuentes del fi­ nanciamiento de las empresas y las familias con actividad empresarial, siguen las mismas tendencias con el financiamiento al sector privado no empresa­ rial, aunque con tendencias más marcadas (véase gráfica 4). La participa­ción de la banca comercial y de desarrollo cae drásticamente hasta la primera mitad del siglo XXI, representado en 2004 y 2005; sólo el 20% de lo que prestaba en 1994, alcanzando menos de la mitad en 2015 y 2016. Ello indi­ca que la emisión de créditos en moneda nacional perdió notoriamente im­ portancia. El financiamiento externo se canalizó enteramente a este sector, Bancaria y de Valores). Y, las otras fuentes alternativas del país que dirigen recursos a las empre­ sas y familias con actividad empresarial, son el pasivo interno no bancario de las empresas que cotizan en la BMV y la emisión interna de instrumentos de deuda de empresas que no cotizan en BMV. FUENTE: Banco de México, Cuadro Financiamiento e información financiera de intermediarios financieros del sector privado del país, bancario y otras fuentes principales (metodología 2003).


228

NOEMI LEVY ORLIK

aumentó considerablemente la tercera parte del total, y adquirió gran im­ portancia la emisión de títulos en la bolsa de valores y en instrumentos de deuda. Ello indica que la globalización generó una gran diversificación de financiamiento, especialmente el que se canaliza a las empresas y las familias con actividades empresarial, con una baja notoria el crédito de la banca. A partir de lo anterior, podemos inferir que el sector más afectado en ese nue­ vo entorno es el financiamiento hacia la micro, pequeña y mediana empresa que no tiene acceso al financiamiento externo, no emite acciones ni bonos. GRÁFICA 4

FINANCIAMIENTO DE LAS EMPRESAS Y FAMILIAS CON ACTIVIDAD EMPRESARIAL POR FUENTES

Bancario

Ifdel País

OFA*

Del extranjero

Empresas

No bancario

FUENTE: elaboración propia con base en Banco de Mexico, cuadro Financiamientoe informa­ ción financiera de intermediarios financieros. Financiamiento al sector privado del pais, ban­ cario y otras fuentes principales, metodología 20003. Fecha de consulta: 17/10/2017 08:47:15.

POLÍTICAS PARA REVERTIR EL ESTANCAMIENTO ECONÓMICO A partir de la discusión de la distribución del excedente neto de operación, los componentes de la acumulación y su financiamiento, es posible propo­ ner varios lineamientos de política económica. Primero, la distribución del excedente neto de operación bajo la forma de dividendos debe ser sujeta a impuestos, porque a través de esa vía gran parte del excedente neto de ope­


EL CRECIMIENTO ECONÓMICO EN UNA ENCRUCIJADA

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raciones se transforma en rentas distribuidas, los cuales no regresan a las empresas, y pueden ser remitidas fuera de país. Las empresas no financieras tiene un gasto reducido en la inversión en capital fijo, por consiguiente, debe haber una política pública de fomento a la actividad de la acumulación, combinadas con políticas crediticias a la pequeña y mediana industria, que se amplíe la participación de estas insti­ tuciones y aumenten la producción y el gasto de la acumulación. Un ele­ mento clave es reforzar estos sectores donde existan suficientes insumos domésticos para evitar presiones sobre el balance comercial externo, o sea fortalecer los encadenamientos. Los requerimientos por consumo de capital fijo que las empresas retie­ nen son muy altos porque están libres de impuestos, por consiguiente, deben existir políticas que vigilen que las empresas no financieras utilicen dichos recursos en la reinversión de capital fijo y no lo utilicen en otras actividades. En el rubro de financiamiento por sectores institucionales destaca la participación de las acciones y los fondos de inversión, y préstamos o en­ deudamiento en “otras cuentas por cobrar”. En este contexto, se propone que las actividades financieras de las empresas no financieras deben ser sujetas a políticas fiscales que desincentiven dichas prácticas; y, por el con­ trario, se incentive a las grandes empresas que utilicen el mercado nacional para emitir acciones y deudas. Otra observación es la reducida intervención de la banca en el finan­ ciamiento de la inversión y producción. Las soluciones para revertir este comportamiento son muchas. Por un lado, la empresa de tamaño micro, pe­queña y mediana deben ser sujetos de políticas que afiancen su solvencia, para los cual deben ampliarse los programas de otorgamientos de garantías y apoyo técnico. Otra política importante es activar la banca de desarrollo, otrora institución básica en el crecimiento económico y canalizar sus es­ fuerzos a actividades empresariales, especialmente hacia las empresas chi­ cas y medianas. Al respecto de advertirse que el comportamiento de la banca de desarrollo del periodo de regulación no debe repetirse, en tanto no financió el desarrollo de cadenas productivas basadas en tecnologías nacio­ nales, sino que gran parte del financiamiento fue canalizado para importar insumos del resto del mundo y, en la década de 1970, muchos de sus esfuer­ zos fueron canalizados a apoyar la banca comercial. A su vez, deben desplegarse políticas públicas que obliguen a los bancos comerciales prestar al sector productivo asumiendo riesgos, especialmente bajo condiciones de alta rentabilidad de estas instituciones bancarias. En este contexto, el banco central debe adoptar políticas de altos requerimien­ tos para operaciones con el mercado de valores y bajo nivel de reservas para préstamos del sector productivo, especialmente si cuentan con aval guber­


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namental. Se puede desplegar una política de fondeo barato para los bancos que presten al sector productivo. Finalmente, las instituciones bancarias deben estar sujetas a políticas para que otorguen créditos al sector empresarial, especialmente a la micro, peque­ ña y mediana empresa. BIBLIOGRAFÍA Boyer, R. (2000), “Is a Finance-Led Growth Regime a Viable Alternative to Fordism?, A Preliminary Analysis”, en Economy and Society 29, 1: 111-145. Blanchard, O. (2000), Macroeconomia, Prentice Hall, segunda edición, Es­ paña, 2003. Fama, E. (1970), “Efficient Capital Markets, A Review of Theory and Em­ pirical Work”, en The Journal of Finance, 25(2), pp. 383-417. Fama, E. (1991), “Efficient Capital Markets, II”, en The Journal of Finance, 46(5), pp. 1575-1617. Fabozzi, J., F. Modigliani y M. Ferri (1996), Mercados e instituciones financieras, México, Editorial Prentice Hall Hispanoamericana, pp. 1-697. Graziani, A. (2003), “The Monetary Theory Production”, Cambridge Univer­sity Press, Gurley, J.G. y E.S. Shaw (1960) Money in a Theory of Finance, Washington, The Brookings Institution. Kalecki, M. [(1943/1954) 1977], “Determinantes de la inversión”, en Ensa­ yos escogidos sobre la dinámica de la economía capitalista, México, Fondo de Cultura Económica, pp. 128-141. Keynes, J.M. (1930), A Treatise of Money, London, Macmillan and CO, li­ mited, St. Martin’s Street, reprinted, 1935, cap. 1 y 2, pp. 3-31 Keynes, J.M. (1936/1986), “Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero”, México, FCE, pp. 1-356 Keynes J.M. (1937a), “Alternative Theories of the Rate of interest”, repu­ blica­­do en D. Moggridge (ed.), The Collected Writings of John Maynard Keynes, vol. XIV, London, Macmillan, 1973, pp. 201-214. Keynes, J.M. (1937b), “ The Ex Ante’ Theory of the Rate Interest”, repu­ blished in D. Moggridge (ed.), The Collected Writings of John Maynard Keynes, Vol, XIV, London, Macmillan, 1973, pp. 215-223. Keynes, J.M. (1939), “The Process of Capital Formation”, en D. Moggrid­ ge (ed.), The Collected Wri­tings of John Maynard Keynes, Vol. XIV, Lon­ don, Macmillan, 1973, pp. 279-240 Lavoie y Secarrecia (2001), “Minsky’s Financial Fragility Hypothesis, a Missing Macroeconomic Link?”, en Ricardo Bellofiore and Piero Ferri (eds.), Financial Fragility and Investment in the Capitalist Economy. The


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CUARTA SECCIÓN

FINANCIAMIENTO A LAS PYMES Y  MICROFINANZAS PARA EL DESARROLLO



TENDENCIAS, INNOVACIONES Y DESAFÍOS EN LAS RELACIONES FINANCIERAS DE LAS PYMES EN MÉXICO CELSO GARRIDO*

INTRODUCCIÓN El tema de este estudio son los cambios e innovaciones que se han registra­ do en las relaciones financieras de las PYMES en México vistos en la perspec­ tiva de las transformaciones que ha tenido el sistema financiero nacional desde el comienzo de los años 2000, debidas a la aplicación de distintos y contrastados enfoques para la organización y operación de dicho sistema.1 Con el estudio se busca mostrar la extraordinaria inestabilidad regis­trada por el sistema financiero a consecuencia de los cambios mencionados, y a partir de ello obtener evidencias sobre el grave deterioro que registran las relaciones financieras con las que cumplen sus actividades las PYMES en el país, particularmente desde comienzos de los años 2000. Esto en el marco de un cuadro más amplio de deterioro que ubica a México como uno de los países con más altos niveles de exclusión en el acceso a los servicios finan­ cieros para la gran mayoría de la población. Con base en ello, interesa cono­ cer las experiencias de cambio e innovación que se están registrando en las relaciones financieras de la PYMES, para determinar si a pesar de realizarse en forma dispersa y con escala limitada, éstas tienen aspectos interesantes en cuanto a lograr que este actor tenga condiciones financieras progresivas para su desarrollo. Asimismo, se desea saber si, más allá de ser experiencias limi­ tadas en su alcance, las PYMES tienen componentes que puedan ser replica­ dos, al mismo tiempo que determinar cuáles son los factores limitantes generales para que todo ello logre mayor impacto en la creación de círculos virtuosos en la dinámica financiera mediante las cuales las PYMES puedan tener un desarrollo competitivo. * Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa. El autor agradece el trabajo de Carlos Alarcón en la búsqueda de información y la elaboración de cuadros y gráficas. 1  Para un análisis más amplio de la evolución del sistema financiero y su impacto en la actual condición en que las PYMES desarrollan sus relaciones financieras en el país, véase Garrido (2010). [235]


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CELSO GARRIDO

La hipótesis que se argumenta en este trabajo es que desde comienzos de los noventa en el siglo pasado, el sistema financiero mexicano atravesó por una sucesión de cambios, cumplidos bajo enfoques conceptuales contra­ puestos en cuanto al modo de organizar y operar dicho sistema financiero. Estas experiencias confirman las múltiples evidencias disponibles a nivel internacional respecto a los efectos desfavorables en las economías, que generó la experiencia de liberalización y desregulación de los mercados, impulsada por el llamado Consenso de Washington. Pero también permite mostrar la acumulación de desaciertos y errores con los que los sucesivos gobiernos mexicanos gestionaron la evolución posterior. En el caso de México, dicho proceso tuvo múltiples aspectos perjudicia­ les para la marcha de la economía nacional, pero probablemente el más grave en términos estratégicos ha sido generar una extraordinaria exclusión en el acceso a los servicios financieros para los sectores más amplios de la pobla­ ción, y particularmente a las PYMES. Como referencia puede señalarse que para el año 2012, México seguía ocupando uno de los lugares más bajos en América Latina en cuanto al crédito otorgado al sector privado, dentro de lo cual las PYMES resultaban un sector fuertemente perjudicado. Sin embargo, esta evolución no resulta lineal, ya que en este mismo perio­ do, junto con los rasgos anteriores, se produjeron cambios e innovaciones de diverso tipo y alcance en las relaciones financieras mediante las que operan las PYMES. Éstos fueron desarrollados por actores públicos y privados, y como consecuencia de los mismos se logró el mejoramiento de algunas de dichas relaciones, con impacto para el desempeño económico de este actor. En algunos casos estos cambios significan innovaciones para el país, mien­ tras que en otros pocos se registran innovaciones de alcance internacional. Estos distintos cambios tienen interés en sí mismos en tanto experiencias que permiten aprendizajes positivos para desarrollar opciones de supera­ ción para la condición financiera de las PYMES. Pero su análisis también muestra que el desarrollo no articulado de las diferentes medidas y la escala limitada en sus alcance y recursos, hace que dichos cambios no logren im­ pacto relevante para impulsar una dinámica progresiva en la configuración de los servicios financieros requeridos por este segmento del tejido empre­ sarial y dar adecuada solución al desarrollo de su actividad económica. De ello se concluye que se requeriría una estrategia nacional coherente y com­ prensiva para crear las condiciones institucionales con las cuales resolver una oferta de servicios financieros que atienda de manera adecuada las distintas necesidades financieras de las PYMES y que sean palancas de su desarrollo.2 Esta hipótesis se formula con base en un ceteris paribus crucial, ya que los factores finan­ cieros que limitan el desarrollo de las PYMES son parte de un cuadro más amplio de factores 2


LAS RELACIONES FINANCIERAS DE LAS PYMES EN MÉXICO

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Para exponer este argumento, en la primera sección se aborda el análisis de las grandes transformaciones ocurridas en los últimos veinte años en el sistema financiero mexicano y sus efectos sobre las relaciones financieras de las PYMES. En la segunda sección se revisan los cambios e innovaciones significativos en ocho áreas de las relaciones financieras de las PYMES. Finalmente, se presentan conclusiones y recomendaciones sobre cómo potenciar estos cambios progresivos en la dirección de configurar de mane­ra orgánica, servicios financieros eficientes y competitivos para este actor.

TRANSFORMACIONES DEL SISTEMA FINANCIERO NACIONAL DESDE 1990 Y SUS EFECTOS SOBRE LAS RELACIONES FINANCIERAS DE LAS PYMES A lo largo de las tres últimas décadas, el sistema financiero mexicano ha atra­ vesado por una sucesión de cambios, cumplidos bajo enfoques conceptuales con marcados contrastes en cuanto al modo de organizar y operar dicho sistema. Este proceso se inició a comienzos de la década de los noventa del siglo pasado, cuando en un ambiente de libre entrada y salida de los capitales internacionales financieros el gobierno de México promulgó reformas pro­ fundas al sistema financiero. Esto se hizo bajo la inspiración del llamado Consenso de Washington, aunque con el impulso local de una muy proacti­va elite gubernamental orientada a las reformas de mercado, con lo cual se de­ cide desregular y privatizar la banca comercial, con la restricción de que esta sólo podía ser comprada por inversionistas mexicanos invitados a participar en subastas cerradas, manteniéndose el esquema oligopólico tradicional en este sector.3 Por su parte, la banca de desarrollo también sufrió cambios, los que profundizaron las transformaciones sustanciales que ya habían ocurri­ do desde fines de los ochenta, cuando el gobierno la convirtió en banca de segundo piso, al tiempo que reducía y reestructuraba el número de institu­ limitantes que surgen del modo en que está organizada la economía nacional desde las grandes reformas de inicio de los noventa. Entre sus rasgos centrales para nuestro tema esta reforma significó haber sacrificado el desarrollo del mercado interno y las PYMES, a favor del sector externo como dinamizador de la economía. Por lo tanto, lo que se presenta como potencialidades que tendría un cambio en las relaciones financieras, supone condiciones económicas generales favorables para la operación de las PYMES. 3 Cabe recordar que esta operación de privatización de la banca marcó el cierre del largo periodo con la banca estatizada que se inició con la crisis de 1982. Por lo cual, lo que aquí se­ ñalamos como un ciclo de cambios en realidad lleva ya casi treinta años de desarrollo. Sin em­ bargo el análisis del periodo de la banca estatizada escapa al alcance de este trabajo.


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CELSO GARRIDO

ciones. Bajo esta nueva configuración, en el primer lustro de los noventa se produce una acelerada expansión del crédito bancario, principalmente canalizado a financiar el consumo. Este ciclo se cierra en 1995 cuando estalla la crisis por el colapso del mercado de bonos de deuda pública convertible de­ nominados Tesobonos, lo que fue seguido por una fuerte devaluación y un brusco incremento en las tasas de interés provocado por lo anterior, lo que lleva a un derrumbe de las carteras bancarias con una grave situación para los deudores y el consecuente colapso del sistema bancario. A partir de ello, a lo largo del segundo lustro de los noventa, el gobierno aplica un descon­ trolado programa de rescate bancario bajo el cual se mantiene la propiedad privada de los bancos aunque se trata de una estatización de hecho. Esto significó que prácticamente se paralizara la actividad bancaria en relación al sector privado en esa segunda mitad de los noventa, hasta desembocar a fines de la década en una situación de estancamiento con enormes costos fiscales. Junto con ello se produce una extraordinaria contracción del crédi­to al sector privado, con graves efectos en la actividad económica. Esta con­ tracción del crédito bancario trató de ser compensada por el gobierno cuando en este mismo periodo autorizó la operación de un nuevo tipo de entidad, las sociedades financieras de objeto limitado (SOFOLES), dedicadas a finan­ ciar sectores específicos, lo que tuvo impacto particular en el financiamiento para la venta de automóviles y de vivienda que se expandieron aceleradamen­ te durante la citada segunda mitad de los noventa. La evolución del dete­ rioro bancario no mostró tendencias a revertirse ya que los bancos, que permanecieron en manos privadas nacionales, no desarrollaron los esfuer­ zos de capitalización que se requerían para sanear su hoja de balance, al tiempo que el costo fiscal del rescate bancario alcanzaba proporciones muy significativas. Frente a todo ello, a comienzo de los años 2000 el gobierno cambia de en­ foque, abandonando una estrategia de más de setenta años por la cual se había privilegiado excluir a los banqueros extranjeros de participar en el mercado local, haciendo del sector bancario el más protegido de la economía nacio­ nal. En su lugar, pasó a promover la extranjerización de la propiedad de la banca mediante procesos de negociación directa con inversionistas extran­ jeros para que compraran los bancos locales, sin cambiar el número de los competidores ni la estructura altamente oligopolizada del mercado local. El supuesto de esta nueva estrategia era que los bancos extranjeros capitali­ zarían a la banca, aportarían tecnología y restablecerían el crédito a la econo­ mía. Ello ocurrió con lo primero y parcialmente con lo segundo, mientras que el crédito sólo aumentó principalmente para el gobierno y las grandes corporaciones, lo que generó a estos bancos extranjeros utilidades por intereses


LAS RELACIONES FINANCIERAS DE LAS PYMES EN MÉXICO

239

que junto con el cobro de elevadas comisiones, se constituyó en fuente de sus elevadas rentabilidades durante el primer lustro de los 2000.4 Esto se acompaña con una continuada ausencia de financiamiento al sector privado, particularmente las PYMES que se financiaban con crédito de proveedores, como se refleja en la gráfica 1 con datos para el periodo 20152017. Aquí destaca que el 75% de las empresas se financian por me­dio de crédito de proveedores, lo que contrasta desfavorablemente con lo que ocurría en la primera década de los 2000 cuando este porcentaje fue en promedio del orden del 55%, lo que sugiere un empeoramiento en las condi­ ciones de financiamiento. GRÁFICA 1

FUENTES DE FINANCIAMIENTO UTILIZADAS POR LAS EMPRESAS EN EL TRIMESTRE POR CIENTO DE EMPRESAS QUE UTILIZARON CADA FUENTE DE FINANCIAMIENTO* 100 80 60 40 20

0

II III IV I II III IV I II 2015 2016 2017

Proveedores Empresas del grupo corporativo/oficina matriz Banca domiciliada en el extranjero

Banca comercial Banca de desarrollo Emisión de deuda

* Estas cifras se refieren a la proporción de empresas que utilizó la fuente de financiamiento mencionada, no a la estructura del financiamiento de las empresas. FUENTE: Encuesta de Evaluación Coyuntural del Mercado Crediticio, Banco de México.

Esto impacta predominantemente a las PYMES, mientras que un grupo minoritario del orden del 10% accede de las opciones de financiamiento mediante bancos de desarrollo o del extranjero y mercados de valores. Sin embargo, esta desfavorable evolución bancaria se acompaña con acciones gubernamentales que sin pretender compensar esos desequili­ 4

Para un análisis de este proceso véase Garrido y Prior (2006).


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CELSO GARRIDO

brios, buscan impulsar la consolidación de otras instituciones que pueden atender las relaciones financieras de los sectores populares, incluyendo las PYMES. Específicamente, esto se refiere a la promulgación en el 2001 de la Ley de Ahorro y Crédito Popular, con la cual se procuró promover el forta­lecimiento de las instituciones financieras populares (cajas, uniones de crédito, etc.), a través de organizar un sistema financiero popular, clasificando las instituciones en Sociedades Financieras Populares y Sociedades Coope­ rativas de Ahorro y Préstamo, y con base en la creación de un nuevo banco de desarrollo (BANSEFI), procurando ordenar un proceso de crecimiento de entidades microfinancieras que se venía dando en el país, lo que supondría ampliar los servicios financieros a los sectores populares. Los detalles de este sistema se ven en el próximo apartado. Sin embargo, esto no consigue atenuar el ya mencionado extraordinario incremento en la exclusión del acceso a servicios bancarios para muy amplios sectores de la población, particularmente las PYMES.5 La consideración de la situación de exclusión financiera en perspectiva internacional hace evidente la magnitud del problema. En la figura 1 se observa la posición de México con respecto al número de sucursales ban­ carias y cajeros automáticos por cada 10 000 habitantes adultos para el año 2014. Como puede verse claramente, el país presenta una situación de re­ zago en estos indicadores, no sólo con respecto a los países desarrollados sino también a la mayoría de los países de la región. Adicionalmente hay que señalar que en estos indicadores no se observan avances respecto a los valores que el país registraba para las mismas varia­ bles en la década de los 2000. En esa década, los rezagos señalados habían generado una fuerte presión social lo que a partir de mediados de los 2000 llevó al gobierno a asumir un nuevo enfoque para el sistema financiero nacional. Conforme al mismo, de una parte, se autorizó un aumento en el número de instituciones bancarias bajo una estrategia de segmentación de mercados y, de otra parte, se autorizó la transformación de las ya citadas SOFOLES en Sociedades Financieras de Objeto Múltiple (SOFOMES), las que en su ma­ yoría operan como instituciones desreguladas que pueden atender todo tipo de demandas de financiamiento. De conjunto, estos cambios detonan un nuevo ciclo de expansión del crédito al consumo a tasas muy elevadas, 5 En fechas recientes la Comisión Nacional Bancaria y de Valores ha comenzado a dar noticia estadística de esta situación con un muy valioso Reporte sobre Inclusión Financiera, construyen­ do una base de datos con información sobre el tema que adicionalmente se pone a disposición del público en su página de internet con formato excel, lo que en sí mismo constituye un im­ portante resultado en lo que hace la innovación financiera que nos ocupa, disponible en <http:// www.cnbv.gob.mx/Prensa/Paginas/inclusionfinanciera.aspx>.


Kenia India Noruega Indonesia Armenia Grecia Sudáfrica Arabia Saudita Turquía Italia Francia Tailandia Austria España Japón Reino Unido Australia Rusia El Salvador Guatemala Colombia Venezuela México Perú Chile Argentina Panamá Costa Rica Brasil 16.1 18.5

Cajeros

12.9

4.9 5.0 5.8 5.9 6.6 7.4 7.7 9.2 10.8 11.2 11.9 12.0 12.7 13.0

Kenia Noruega Arabia Saudita Sudáfrica Indonesia Tailandia India Alemania Austria Turquía Armenia Grecia Australia Estados Unidos Japón Rusia Francia Italia España El Salvador Argentina México Venezuela Chile Costa Rica Panamá Guatemala Brasil Perú Colombia 0.6 0.9 0.9 1.1 1.1 1.3 1.3 1.5 1.5 2.0 2.2 2.8 2.9 3.2 3.4 3.7 3.8 6.0 7.0 1.2 1.3 1.5 1.6 1.7 2.2 2.3 3.7 4.7 12.1

Sucursales

3.3 3.6 4.1 4.4 4.9 5.5 5.7 5.9 6.1 7.7

1.0 1.8

Latinoamérica 25.6

LAS RELACIONES FINANCIERAS DE LAS PYMES EN MÉXICO 241

FIGURA 1

COMPARACIÓN INTERNACIONAL DE SUCURSALES Y CAJEROS POR CADA 10 000 ADULTOS

Latinoamérica

FUENTE: Financial Access Survey, IMF, 2014.

ofrecidos tanto por los distintos intermediarios bancarios como por las mencionadas financieras y otras entidades que operaban en el país, tales como cajas populares, uniones de crédito, etc. Este breve ciclo de crédito termina a partir del 2008 con una crisis de cartera debida a la incertidumbre e inesta­bi­


242

CELSO GARRIDO

lidad provocadas en el país por la crisis internacional. La originalidad de esta crisis respecto a la de 1994, es que con ella no se afectó en general la estabi­ li­dad bancaria ya que los bancos absorbieron la cartera vencida con cargo a sus extraordinarias utilidades del periodo, aunque un segmento de la nueva banca presentó una muy alta cartera vencida. En contraste, lo que se pro­ dujo fue el quebranto de varios millones de deudores (familias y pequeñas empresas) que no pudieron cubrir sus obligaciones y quedaron excluidos de los servicios crediticios al ser reportados a los sistemas de buró de crédito. No hay mayor información sobre el impacto que esto ha tenido en las PYMES, pero la combinación del elevado endeudamiento con la brusca con­ tracción en la dinámica del mercado interno hace prever que durante dicha crisis este actor debe haber registrado un muy desfavorable desempeño financiero. De conjunto, puede señalarse que esta larga experiencia tuvo múltiples aspectos perjudiciales para la marcha de la economía nacional, pero pro­ bablemente el más grave en términos estratégicos ha sido el de generar la ya mencionada extraordinaria exclusión en el acceso a los servicios financieros a los sectores más amplios de la población, y particularmente a las PYMES. En términos de la relación del crédito al PIB por parte de la banca comer­ cial, esto ha tenido una evolución desfavorable ya que a mediados de los no­ venta esa tasa alcanzaba valores del 31%; mientras para el 2012 ésta se había reducido a valores del orden del 17%. Más importante aún fue la evolución del crédito otorgado por la banca de desarrollo, ya que medido por la misma tasa pasó del 12 al 2% en el mismo intervalo de tiempo. Adicionalmente destaca la desfavorable situación de la relación de crédito a PIB en México en comparación con otros países, donde por ejemplo para el año 2011, Chile registraba valores del 70%, Brasil del 98% y China de 148 por ciento. CAMBIOS E INNOVACIONES EN LAS RELACIONES FINANCIERAS PARA LAS PYMES En el contexto de esa desordenada evolución desde los noventa en las rela­ ciones financieras del país, en general, y en particular para las PYMES, desde la primera década de los 2000 se han producido cambios en algunos de los servicios financieros con signos innovadores por lo menos a nivel nacio­ nal, con lo que se generan impactos indirectos o directos favorables sobre las relaciones financieras para ese actor económico. Sin embargo, estos cambios no han respondido a un plan articulado para fortalecer el sistema financiero en general y específicamente para las PYMES, sino que los mis­ mos se han ido produciendo en distintos componentes del sistema institu­


LAS RELACIONES FINANCIERAS DE LAS PYMES EN MÉXICO

243

cional, de una parte como respuestas de política pública y de la otra como opciones de mercado por parte de actores privados. Conforme a la hipótesis propuesta, es necesario analizar esos distintos cambios para conocer sus alcances y considerar las potencialidades que ellos ofrecen en cuanto a avanzar en las configuraciones que conduzcan a aquella dinámica sistémica en las relaciones financieras de las PYMES, y con ello potenciar el crecimiento de este actor. En el periodo de análisis se produjeron diversos cambios en los servicios que atienden las relaciones financieras de las PYMES, los que agrupamos en los siguientes seis grandes campos temáticos: sistemas de pago, acceso a servicios bancarios, financiamiento operativo y crédito bancario, financia­ miento de PYMES innovadoras, sistemas financieros alternativos, y acceso a capital. En términos generales estos cambios abonan en impulsar el acce­ so y uso de los servicios financieros por parte de los segmentos más amplios de la población, incluyendo las PYMES. En consecuencia, ambas temáticas, acceso y uso, son transversales a los seis campos mencionados. Esto se hace evidente si definimos lo referido al acceso en términos de canales, donde encontraremos tanto aspectos referidos a los sistemas de pago como a las re­des de instituciones en el territorio que dan dichos servicios. Mientras que en lo referido al uso de los servicios esto podemos esquematizarlo en término de productos, entre los cuales habremos de encontrar tanto desarrollo de instru­ mentos de pago como medios para depósito y ahorro, diferentes modalida­des institucionales de los propios servicios como es el caso con las microfinan­ zas, y finalmente los cambios legales y regulatorios que facilitan dicho uso. Dentro de este contexto, abordamos el análisis de cada uno de aquellos seis campos por separado. Sistemas de pago Para introducir el tema cabe señalar, en general, que los sistemas de pago representan en México uno de los componentes menos analizados de las re­ laciones financieras de los actores económicos en general, y de las PYMES en particular, a pesar de que resultan básicos para el desarrollo de las acti­ vidades de los actores en las economías monetarias. En general señalamos que a partir de la configuración que crean los ban­ cos centrales y los bancos comerciales como proveedores de los instrumentos básicos para la operación de los sistemas de pago, en la actualidad estos tienen diversas configuraciones específicas dependiendo de las condiciones en los países y por los desarrollos tecnológicos que posibilitan distintas modalidades de dinero electrónico existentes en la actualidad.


244

CELSO GARRIDO

Esto hace que los usuarios de dichos sistemas no se enfrenten a una solución única sino que deban optar entre distintas ofertas, conforme a distintos factores que se esquematizan en la figura 2. FIGURA 2

FACTORES PARA LA ELECCIÓN DEL SISTEMA DE PAGOS

FUENTE: Gresvik et al. (2009).

Esto sugiere una condición de competencia en la operación de estos sistemas, en lo que incide la consideración de factores como los de seguridad frente a los riesgos de incumplimiento de los compromisos, la accesibi­lidad y aceptación de una u otra modalidad, el monto de las transacciones, etcétera. Dentro de ello, es relevante considerar los costos en que se debe incurrir para disponer de dichos sistemas, los que son de dos tipos básicos. De una parte, los costos sociales que se definen como aquellos en que se incurren en función de los recursos (capital, trabajo) que se utilizan para producir los servicios por parte de los actores involucrados en las cadenas de pago (banco central, bancos comerciales, consumidores, comerciantes minoristas). Es­ tos costos varían en las distintas sociedades pero son económicamente significativos. Según distintos estudios estos costos pueden representar el 3% del PIB en los Estados Unidos (Humprey et al., 2000), mientras que en Europa representan porcentajes que oscilan entre 0.45 y 0.74% de dicho monto (Brist et al., 2005). De otra parte, están los costos privados formados por los componentes de costos externos tales como los cobros a terceros en la cadena de pagos (comi­ siones, tarifas, etc.) y los costos internos que son todos aquellos que llevan a generar valor agregado con el servicio de pagos. En el caso del sector minorista, estos costos internos comprenden todas las actividades necesarias para recibir o realizar pagos con los instrumentos de pago de que se trate, tales como los generados para desplazarse a los puntos donde se realiza la operación, los tiempos incurridos, etcétera.


LAS RELACIONES FINANCIERAS DE LAS PYMES EN MÉXICO

245

Por su parte, los beneficios obtenidos con el sistema de pagos se generan por las tarifas o comisiones cobradas en la cadena de pagos. En este rubro también se contabilizan los beneficios (float) obtenidos por los operadores de los sistemas de pago en razón de la disponibilidad de fondos entre que reciben la orden de pago y el momento en que la realizan (Brits et al., 2005). Dentro de esto, son relevantes los costos y beneficios habitualmente no revelados a los usuarios finales, resultantes de las tasas de intercambio que cobran los operadores de las tarjetas de pago (débito y crédito), en donde existe un fuerte poder de mercado por parte de las dos grandes empresas que operan estas tarjetas a nivel global, como son Visa y Mastercard. Sin em­bargo, al mismo tiempo esos usuarios deben decidir en relación a una varia­da posibilidad de instrumentos de pago distintos que el efectivo, como por ejemplo, tarjetas de débito o de crédito, débito directo vía domiciliación, así como redes de pago mediante internet, todos los cuales compiten por brindar estos servicios (Rochet, 2007). A todo ello se le suma más reciente­ mente el desarrollo de servicios de banca a través de teléfono celular o medio equi­valente, denominados como banca móvil, lo que sin embargo todavía pare­ce estar en proceso de ajuste en función de encontrar el mode­ lo de negocios adecuado Saji et al. (s/f). Por último, en los últimos años se ha producido a nivel internacional cambios relevantes en la gestión que los bancos centrales hacen de los sis­temas de pago. Esto consiste en una progresiva ampliación desde los sistemas de pagos mayoristas o de alto valor hacia los sistemas de pago minoristas o de bajo valor, lo que abre un campo de cambios progresivos para los costos de transacción de los sectores populares en las economías de mercado (Krue­ ger, 2007). En este contexto, se pueden señalar cuatro importantes cambios en los sis­temas de pago minoristas en México durante la última década. Primero, se difunde el uso de medios de pago electrónicos mediante tar­ jetas de débito, con el impulso a la instalación en comercio de Terminales Punto de Venta (TPV), mediante un programa establecido por quince insti­ tuciones bancarias que crearon para ese fin el Fideicomiso para la Infraes­ tructura de los Medios de Pago Electrónicos (FIMPE), el que cumplió sus actividades con base en un subsidio otorgado por el gobierno para ese fin. Los montos de esos subsidios pueden verse en el cuadro 1. Como consecuencia de este programa, las TPV pasaron de 117 mil uni­ dades en el año 2002 a 467 mil en el año 2010, mientras que el número de transacciones pasó de 200 millones a 830 millones entre 2003 y 2009, y el monto de dichas transacciones evolucionó desde 119 mil millones de pesos a 533 mil millones de la misma unidad. Sin embargo, debe señalarse que el 34% de estas TPV se concentraron en el Distrito Federal, hoy Ciudad de


246

CELSO GARRIDO

CUADRO 1

EJEMPLOS DE ESTÍMULOS FISCALES 2005 Concepto

2006

Mdp

Estímulo fiscal para la instalación de terminales de punto de venta para procesar pagos a través 0.020 1600.0 0.011 1000.0 0.005 de medios electrónicos en empresas que no cuenten con estos dispositivos

500.0

0.037

3100

Estímulo fiscal por las inversiones efectuadas para instalar y modernizar las terminales 0.010 punto de venta para procesar pagos a través de medios electrónicos en otras empresas

0.001

75.0

0.014

1175

0.030 2400.0 0.014 1300.0 0.006

575.0

0.051

4275

800.0

0.003

Mdp

300.0

% del PIB

Suma

Mdp

Mdp

% del PIB

2007

% del PIB

Total

% del PIB

FUENTE: elaboración propia con información de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Presupuesto de gastos fiscales 2005-2007.

México, Estado de México y Jalisco. Esto representa un importante desa­ rrollo desde el punto de vista del costo social del sistema de pagos, ya que es conocido que las transacciones mediante TPV tienen un costo sustan­ cialmente menor a las realizadas mediante efectivo o cheques. No obstante,


LAS RELACIONES FINANCIERAS DE LAS PYMES EN MÉXICO

247

el costo privado sigue determinado por el poder de mercado de los bancos que operan el sistema, en función de dos tasas básicas. De una parte la Tasa de Descuento que es la comisión que cobra el Banco Adquiriente a los co­ mercios por instalar la terminal electrónica (TPV) y proveer el acceso a la red que hace posible la aceptación de pagos con tarjetas bancarias. Esta tasa se cobra por cada transacción, y suele ser proporcional al valor de la com­ pra, variando de acuerdo con el giro del comercio y con el tipo de tarjeta (de crédito o de débito) utilizada en la transacción. Dicha tasa la determina cada banco y con la misma se cubren los costos del Banco Adquiriente, como el acceso a la red, la garantía de liquidación de los pagarés al comercio y, en es­ pecial, la Cuota de Intercambio que debe pagar al Banco Emisor de la tarjeta bancaria cuando la transacción es interbancaria. El monto de la tasa de des­ cuento es transferida por el banco a los consumidores, de modo que para éstos representa un costo de transacción. Por otra parte, en estas operaciones se cobra una cuota de intercambio que es el pago del Banco Adquiriente al Emisor cuando se realiza una tran­ sacción en un comercio o prestador de servicios y cuando el Emisor de la tar­jeta es distinto al Banco Adquiriente. Con esta cuota se cubren algunos costos del Banco Emisor, como el riesgo de no pago en el caso de tarjetas de crédito, el costo del financiamiento y el manejo de la cuenta. La Cuota de Intercambio no la pagan directamente los usuarios de servicios financieros, pues es un pago entre bancos pero es muy relevante en el funcionamiento del sistema porque impone un piso a la Tasa de Descuento. En general, las Cuotas de Intercambio no están determinadas por un proceso de mercado, sino que es un precio acordado entre competidores o por las grandes redes de pagos operadas por Visa y Mastercard (Banxico, 2007). La gráfica 2 in­for­ ma sobre la evolución de los principales instrumentos de pago. Un segundo cambio relevante en los sistemas de pago resulta en que el Banco de México realizó reformas para considerar los Sistemas de Pagos de Bajo Valor, que es el usado por el gran público y las PYMES para sus actividades comerciales. Específicamente en el 2004 establece primero un Siste­ ma de Pagos Electrónicos Interbancarios (SPEI) que consiste en un sistema de transacciones realizadas a través de internet mediante los portales de los bancos respectivos, con alta seguridad y firma electrónica, mediante el cual se operan los sistemas de pago de alta y baja denominación. A través de este sistema se pueden hacer desde los portales de internet de los bancos, movi­ mientos entre cuentas del mismo banco, movimientos con otros bancos o pago de servicios. Para la utilización de este sistema de pagos es necesario que el usuario tenga cuenta bancaria, conexión a internet y que esté dado de alta en el sistema de impuestos. Esto implica con relación a las PYMES que el acceso al mismo es limitado por esos tres factores, particularmente para las


248

CELSO GARRIDO

GRÁFICA 2

EVOLUCIÓN DE LA ESTRUCTURA DE MEDIOS DE DISPOSICIÓN (MILLONES)

FUENTE: Medina (2010).

empresas que se encuentran en localidades pequeñas y alejadas de los gran­ des centros urbanos. Como es previsible, este nuevo sistema impactó favo­ ra­blemente a un amplio número de PYMES, tanto con relación a los cobros a clientes como a sus pagos, incluyendo todo lo relacionado con el gobierno (impuestos, servicios) dado el desarrollo de la plataforma de e-Gobierno durante estos últimos años. Según informa Banxico, el SPEI funciona 23 horas al día y en días pico llega a procesar tres cuartos de millón de pagos, los que pueden ser del mismo día o del día siguiente (Medina, 2010). El costo unitario de la transacción para los bancos participantes está por debajo del equivalente a un centavo de dólar, mientras que los bancos cobraban a sus clientes una comisión de menos de cincuenta centavos de la misma mone­ da, independientemente del monto de la operación. En general, el monto de transferencias por SPEI es el segundo en importancia luego del uso de efectivo, lo que está marcado por las operaciones de alto valor. El tercer cambio destacado se registró en junio del 2009, cuando el Ban­ co de México publica dos circulares autorizando el régimen de Cuentas de Expediente Simplificado, o Cuenta Móvil, que permite realizar operaciones de pago electrónico a través de los teléfonos celulares. Los operadores del sistema son comisionistas bancarios, tales como compañías de teléfono, y las operaciones se hacen por cuenta y orden de un banco con relación a una cuenta de cheques, por instrucciones del titular de la misma. El sistema se puede operar a través de teléfonos celulares, y en el mismo el usuario pue­ de realizar transferencias entre cuentas móviles o de cuentas a la vista en el mismo banco o en otro banco. Esto impacta fundamentalmente a las em­


LAS RELACIONES FINANCIERAS DE LAS PYMES EN MÉXICO

249

presas, y particularmente a las PYMES ya que les reduce costos y tiempos en sus operaciones. El cuarto cambio que destaca es el realizado para hacer más eficientes y económicas las transferencias y aplicación de los envíos por remesas que efectúan los migrantes desde Estados Unidos, los cuales enfrentaban ele­ vados costos en dichas operaciones, las que alcanzan montos muy signifi­ cativos del orden de los 20 mil millones de dólares anuales. Para ello, el Banco de México conjuntamente con la Reserva Federal de los Estados Uni­dos montó un sistema denominado “Directo a México” en el que no se cobra comisión por la transferencia. Adicionalmente, al llegar los fondos a México son operados por Bansefi, que es un banco de desarrollo que gestiona una red de intermediarios financieros populares denominada la Red de la Gen­ te, lo cual cierra la operación a muy bajo costo y en el mismo día. La figura 3 esquematiza la operación. FIGURA 3

FLUJO DE REMESAS EN EL SISTEMA “DIRECTO A MÉXICO”

FUENTE: <http://www.directoamexico.com/>.

Disminución de costos para los comercios e incrementando el atractivo de aceptar medios de pago electrónicos. De conjunto, durante el periodo de análisis se han registrado importan­ tes transformaciones en los sistemas de pago de baja denominación, aunque la situación de México en este campo sigue estando muy rezagada con respecto a otros países de la región como son Brasil o Chile (BCG, 2011). Conforme a este estudio, considerando las transacciones distintas que las realizadas con efectivo, en el contexto dado que este sistema se opera con una marcada reducción de costos, es de alto impacto para quienes hacen es-


250

CELSO GARRIDO

tas remesas que en promedio están en el orden de los 300 dólares por envío, por lo que las comisiones significaban un costo importante. Finalmente, cabe señalar otros dos cambios importantes en los sistemas de pagos. El primero se refiere a la autorización de emisores de medios de pago electrónicos en el marco de la estrategia de banca de nicho, con lo cual se busca ampliar la oferta de este tipo de productos acompañando a la ex­ pansión de la infraestructura para aceptar ese tipo de instrumentos de pago. Junto con esto se aprobó una reforma concerniente a las Cámaras de Com­ pensación (switches), mediante las cuales se hacen las interconexiones en el sistema de Terminales Punto de Venta (TPV). Las reglas de operación de estas Cámaras estaban fijadas por los bancos dominantes los que establecían barreras a la entrada de los bancos mediante políticas de precios diferencia­ dos que favorecían a los socios de las Cámaras. Debido a la mencionada reforma las Cámaras autorizadas están obligadas a conectarse mutuamente sin cobrar la interconexión, con lo que se busca acelerar la terminalización de comercios con la entrada de nuevos adquirentes que actualmente operan fuera de la red de pagos bancarios, generando con ello más competencia que lleve a la entrada de nuevos switches, con la consecuente latinoamerica­ no, México sólo registra algo más del 12% del total del volumen y cerca del 15% del monto de las mismas, mientras que Brasil da cuenta respectivamen­te del 65 y el 52% de dichos valores Acceso a servicios bancarios En México, uno de los graves problemas en cuanto a las relaciones finan­ cie­ras de la población en general y buena parte de las PYMES, particular­ mente las ubicadas fuera de las grandes ciudades, es el restringido acceso a los servicios bancarios. Esto debido a la limitada extensión de las redes de su­ cursales bancarias en el territorio, ante el gran número de poblaciones con baja densidad que no justificarían la apertura de las mismas según los bancos comerciales. El tema de inclusión-exclusión financiera es abordado de manera sistemá­ tica por las autoridades financieras a partir del Primer Reporte de Inclusión Financiera que elaboró la Comisión Nacional Bancaria y de Valores en el año 2009. En dicho reporte se informó que alrededor del 64% de los muni­ cipios del país no cuenta con sucursal bancaria ni cajeros automáticos. La situación de exclusión es todavía más apremiante en el caso de municipios rurales. El cuadro 3 resume esta situación para el año 2015 en cuanto a la cobertura de sucursales bancarias según el tipo de municipio. Estos datos muestran una situación de fuerte exclusión, a pesar de que registran una


29 000

18 900

3 500

6 600

Latinoamérica

Brasil

México

Otros en América Latina

FUENTE: BCG (2011).

107 200

Estados Unidos

9 500

116 700

Norteamérica

Canadá

145 800

2010

América

Región/país Unidades: millones de transacciones

CUADRO 2

32 600

8 500

67 900

109 000

190 900

15 800

206 700

315 700

2020

Volumen

393.9

142.9

259.3

275.9

78.1

66.3

77.1

116.5

TC 2010-2020 (%) 2010

6 783 100

3 096 500

10 961 900

20 841 600

87 494 600

8 100 500

95 595 100

116 436 700

VOLUMEN Y VALOR DE LOS PAGOS

26 7734 800

9 933 900

34 585 400

71 254 100

123 724 800

13 755 800

137 480 600

208 734 700

2020

Valor

294.1

220.8

215.5

241.9

41.4

69.8

43.8

79.3

TC 2010-2020 (%)

LAS RELACIONES FINANCIERAS DE LAS PYMES EN MÉXICO 251


252

CELSO GARRIDO

CUADRO 3

COBERTURA MUNICIPAL DE SUCURSALES POR TIPO DE MUNICIPIO

FUENTE: CNVB, junio 2015.

ligera mejoría respecto a la situación que existía al final de la década de los 2000. Frente a ello, desde el 2009 la Comisión Nacional Bancaria y de Valores autorizó la figura de los Corresponsales Bancarios mediante la cual los bancos pueden extender sus servicios básicos de depósito, ahorro y transferencias a través de comercios asociados.6 Desde la introducción de la figura de corresponsales bancarios, la red de éstos ha superado a la red de sucursales bancarias. Es importante resaltar el papel que estarán jugando las redes de estableci­ mientos por parte del Estado, sobre todo el caso de Diconsa, con la cual se pretende tener acceso a más de 14 000 puntos. Como se observa en la grá­ fica 3, con datos para 2010, los establecimientos de gasolineras estarían siendo también muy relevantes. Mediante estos corresponsales se pueden realizar los siguientes servicios financieros: depósitos, transferencias entre cuentas, pagos de cheques y créditos, transferencias de dinero y consultas de saldos. Adicionalmente, se autorizó la creación de cuentas con baja transaccio­ nalidad en las que se puede depositar hasta 2 000 UDIS al mes, las que pueden ser abiertas por los corresponsales con sólo la información de nom­ bre, fecha de nacimiento y domicilio del cliente, con lo cual éste logra acce­ der a servicios financieros básicos. Para un análisis más detallado de México y las experiencias internacionales de Brasil, Perú y Colombia, véase Garrido, García y Morales (2011). 6


LAS RELACIONES FINANCIERAS DE LAS PYMES EN MÉXICO

253

GRÁFICA 3

PUNTOS DE CONTACTO AUTORIZADOS Y EN VÍAS DE AUTORIZACIÓN. INSTITUCIONES FINANCIERAS VS. CORRESPONSALES BANCARIOS

FUENTE: información a septiembre de 2010, tomada del Tercer Reporte de Inclusión Financie­ ra, CNBV, abril 2011.

Junto con lo anterior, el gobierno ha promovido cambios en la oferta bancaria desde el comienzo de los 2000, por una parte, ampliando la ofer­ ta con el aumento en el número de bancos comerciales que operan en el sistema. Por otra, ya desde la mitad de la primera década de los 2000 se había hecho evidente que la oferta de servicios bancarios estaba concentrada en el segmento de empresas y personas con ingresos más altos en el país, mien­tras que más del 86% de la mayoría de la población no contaba con una oferta adecuada a sus condiciones y necesidades. En respuesta a ello, en el 2008 se adoptaron medidas para cambiar la estructura de competencia en el sector a través de segmentar el mercado autorizando dos grandes tipos de bancos como son la banca múltiple (banca corporativa y mayorista) y banca especializada o de nicho. Esta segunda tiene requerimientos de capital 40% menor que la primera y tendrá la carac­te­rís­ tica de concentrarse en cierto tipo de negocio y segmento de la demanda. En general esta banca opera en grandes segmentos como son: la banca comercial enfocada que hace captación y colocación, la banca de menudeo de segmen­


254

CELSO GARRIDO

FIGURA 4

PERFIL DEMOGRÁFICO Y PENETRACIÓN DE LA BANCA

FUENTE: Akya (2007).

to alto y bajo. Esta última surgida en buen número desde grandes cade­nas comerciales, por lo cual también se la denomina como “bancos tienda”. Adicionalmente están los bancos especializados en medios de pago elec­ trónico que se mencionaron más arriba y los bancos de servicios. Por su parte los grandes operadores de la banca múltiple tradicional desarrollan negocios en varios de los distintos segmentos de mercado desde la banca corporativa hasta la banca de servicios. En lo que se refiere al impacto que tuvo este cambio en la estructura de la oferta sobre el acceso a servicios financieros, puede señalarse, de una parte, que el número de cuentas creció en un orden del 25% durante la segunda mitad de la década de los 2000, aunque esto se explica principalmente por las cuentas de nómina. Por su parte, en lo que se refiere al balance entre captación y financia­ miento, los denominados bancos tienda presentan un cociente por encima del promedio del sistema e inclusive excesivamente superior que el de otros bancos. A la luz de la gráfica 4 con datos para año 2012, es claro el papel sobresaliente de BanCoppel y Walmart comparados con otras instituciones. Esta situación permite extraer información referente al modelo de negocio y al segmento de mercado que cada institución ha buscado cubrir. Financiamiento operativo y crédito bancario Durante la primera década de los 2000 se producen tres novedades en el sector de la banca de desarrollo que son de importancia para las relaciones


LAS RELACIONES FINANCIERAS DE LAS PYMES EN MÉXICO

255

CUADRO 4

SEGMENTACIÓN DE MERCADOS BANCARIOS SEGÚN SHCP

FUENTE: CNBV.

FIGURA 5

IMPACTO DEL AUMENTO EN EL NÚMERO DE BANCOS SOBRE EL ACCESO A LA BANCA Número de cuentas bancarias Millones de cuentas

Cuentas Banco en dic. Azteca 2000

Otros Cuentas 28 en dic. bancos 2006

FUENTE: Akya (2007).

Estimados conservadores

Banco Banco Banco Otros Wal-Mart Coppel Famsa nuevos bancos

Cuentas en 20082010


256

CELSO GARRIDO

GRÁFICA 4

RELACIÓN CAPTACIÓN A FINANCIAMIENTO BANCARIO 3 2.5 2 1.5 1 0.5

Volkswagen Bank

Bajio

Ve por Más

American Express

Famsa

Inbursa

Bansefi

Mifel

Banregio

Invex

BBVA Bancomer

IXE

Multiva

SISTEMA

Scotiabank

Banorte

Banamex

Afirme Santander

HSBC

Azteca

Amigo

Wal-Mart

BanCoppel

0

* Captación de menudeo = Depósitos de exigibilidad inmediata + depósitos a plazo del público en general (no incluye depósitos a plazo del mercado de dinero ni títulos de crédito emitidos). FUENTE: CNBV (2012).

financieras de las PYMES, todas ellas articuladas por Nacional Financiera (NAFIN). El primero es un programa de financiamiento operativo a través de operaciones de factoraje que se denomina Cadenas Productivas. Consis­te en un sistema para el descuento de facturas por cobrar en poder de PYMES y que fueron emitidas por grandes empresas privadas o públicas. Este des­ cuento se hace a través de un sistema basado en una plataforma informática en la que se vinculan las PYMES que disponen de facturas por cobrar, las propias grandes empresas emisoras de dichas facturas, y los bancos dis­ puestos a descontar las facturas por cobrar. El proceso se resuelve en línea con cargo inmediato del efectivo resultante del descuento a la cuenta banca­ ria de la PYME respectiva. Con este sistema, más de 300 mil PYMES han realizado operaciones. De otra parte, se implementa el Programa de Fondo de Garantía que resulta de un acuerdo entre NAFIN y distintos bancos comerciales para que estos últimos otorguen a las PYMES créditos con base en garantías otorga­ das por NAFIN. Estos créditos se aplican a capital de trabajo y a compra de maquinaria y equipo, con distintas tasas y requerimientos por parte de cada banco. Esto ha permitido recibir crédito a más de 200 mil PYMES.


LAS RELACIONES FINANCIERAS DE LAS PYMES EN MÉXICO

257

Financiamiento de PYMES innovadoras Se trata de dos programas desarrollados con recursos públicos por el Conse­jo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT). Primero, el Programa de Estímulos a la Innovación (PEI) para empresas de alto valor agregado, y se opera bajo tres modalidades, una de las cuales denominada InnovaPyme está focalizada a apoyar PYMES innovadoras. El segundo programa denomina­ do Fondo de innovación tecnológica, lo ofrece conjuntamente el Consejo y la Secretaría de Economía, y está dirigido a fortalecer o promover proyec­ tos de innovación tecnológica de MYPYMES. El programa opera con tres modalidades: creación o desarrollo de nuevos productos o procesos; crea­ ción de centro de diseño, etc.; creación de nuevos negocios de alto valor agregado. Sistemas financieros alternativos En el sector de la banca de desarrollo, a partir de la Ley de Ahorro y Crédito Popular del 2001 surge un nuevo banco de desarrollo, el Banco de Servicios Financieros (BANSEFI), resultante de la transformación del Patronato del Ahorro Nacional (PAHNAL) que existía desde 1949. Este banco se propo­ ne como el vértice de una red articuladora de un conjunto de instituciones financieras populares, con la intensión de generar economías de red, par­ ticularmente donde BANSEFI crearía un sistema informático para el desa­ rrollo de servicios y la provisión de productos a los participantes de lo que se denominó como la Red de la Gente. Este sistema ha encontrado diversas limitaciones para su implementa­ ción y se encuentran en curso las exploraciones de otras alternativas. Acceso a capital En el terreno del acceso a fondos de capital para las PYMES, se han produ­ cido en estos años diversas ofertas tanto desde el ámbito público como privado, aunque en general las mismas están motorizadas desde el sector público. En ello NAFIN tiene el liderazgo, con participación directa o in­ directa en diversos programas. Con datos para fines de la década de los 2000, comenzamos con dos de ellos que de manera directa se orientan a esta for­ mación de capital por las PYMES. El primer programa, implementado conjuntamente con CONACYT, se denomina Fondo Emprendedores y aporta recursos de capital para empre­ sas PYMES que puedan cumplir la etapa de introducción al mercado de nuevos productos.


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CELSO GARRIDO

FIGURA 6

EL SISTEMA DE AHORRO Y CRÉDITO POPULAR DENTRO DEL SISTEMA FINANCIERO MEXICANO

Autoridades y Organismos reguladores

SECTOR FINANCIERO MEXICANO

Ejecutivo federal

Secretaria de Hacienda y Crédito publico (SHCP)

Banco de México

Secretaria de Hacienda y Crédito Publico

Instituto de Protección al Ahorro bancario (IPAB)

Fondos y Fideicomisos públicos Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV)

o Financiera Rural o Banobras

o Nafin o Fira o SHF

BANSEFI

Comisión Nacional de Sistema de Ahorro para el retiro (CONSAR)

Comisión Nacional De seguros y Finanzas

Banca Banca de Desarrollo

SACP

Banca Comercial

Organismos de integración

Federaciones

Sociedades de ahorro y Crédito Popular (EACP):

•Sociedades Cooperativas de Ahorro y Préstamo (S.C de A.P.) •Sociedades Financieras Populares (S.F.P. Sofipos ) L@ Red de la gente

Sector Bursátil

Confederaciones

Sociedades en Prórroga condicionada • Cajas solidarias • Cajas de Ahorro Popular Sociedades de Ahorro y Préstamo (S.A.P)

Organizaciones de Ahorro y Crédito Popular No reguladas:

Sociedades de información crediticia (Buro de crédito)

Seguros de derivados

Sector de Ahorro y Crédito Popular (SACP

Organizaciones de Ahorro y Crédito Popular

Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de los servicios Financieros (Condusef)

• Organizaciones que no están sujetas a regulación (según el artículo 4 bis de la LACP) • Organizaciones que, estando sujetas a regulación no siguen el proceso necesario para cumplirla

Organizaciones y actividades Auxiliares de crédito

Organizaciones auxiliares de crédito

Uniones de crédito

Intermediarios Financieros

Actividades auxiliares de crédito

Casas de Cambio Sociedades Financieras de objetivo Múltiple (Sofomes) Sociedades financieras de objeto limitado (Sofoles)

Organismos descentralizados Coordinados por la SHCP

FUENTE: SHCP.

El segundo programa se denomina Fondo de Fondos y se trata de un fondo de inversión de capital de riesgo que realiza una empresa denominada Cor­po­ ración Mexicana de Inversiones de Capital S.A. de C.V., integrada por NAFIN, el Banco de Comercio Exterior (BANCOMEX), el Banco Nacional de Obras (BANOBRAS) y el Fondo de Capitalización e Inversión del Sector Rural (FOCIR); todas ellas entidades públicas dedicadas al financiamiento del desarrollo empresarial. El objetivo de esta empresa es invertir en fondos de inversión privados que apoyen el desarrollo de empresas medianas mexicanas con aportes de capital de riesgo, con lo que se trata de impulsar el mercado de capital de riesgo para estas empresas en el país.


LAS RELACIONES FINANCIERAS DE LAS PYMES EN MÉXICO

259

Por otra parte, NAFIN promueve la formación de “inversionistas ánge­ les” que como se sabe por lo general son empresarios retirados que realizan inversiones en áreas de su conocimiento. Conforme a las evidencias hay más de 2 800 de este tipo de inversionistas articulados por Nacional Financiero. FIGURA 7

FUENTES DE FINANCIAMIENTO PARA LA INNOVACIÓN Proyecto/ Empresa de nueva creación

Estado de la Empresa

Fuente de financiamiento Inversión

Concepción de la idea

Micro y Pequeña Empresa

Capital semilla de arranque

Inversionistas Fundadores amigos y Angeles Individuales familia $100,000 a $500,000

$500,000 a $2,000 000

Mediana Empresa

Brecha de $2,000 000 a $20,000 000 pesos (Dependiendo de la región)

Empresa Creciente Fondos de capital riesgo Fondos de capital privado

Empresa Grande

Empresa Madura Fondos de capital riesgo Fondos de capital privado $20,000,000/$50,00 0 000 en adelante

Brecha objetivo de Angel/ Ventures México 2, 000 000 a $20, 000 000 pesos

FUENTE: NAFIN.

Por su parte otros actores del sector privado desarrollan nuevas opciones para la formación de capital de PYMES. Se organizan Clubes de Inver­ sionistas que son asociaciones privadas de inversionistas que operan para invertir capital de riesgo en PYMES. Esta iniciativa, tomada de proyectos similares desarrollados en la década de los ochenta del siglo pasado ha dado lugar a la conformación de más de 30 de estas entidades. Por otra parte, una reforma a la Ley del Mercado de Valores realizada en el año 2005 crea nuevas opciones para la conformación empresarial bajo la figura de sociedades anónimas y la colocación de acciones en el mercado por parte de empresas medianas con el fin de obtener capital en la Bolsa Mexicana de Valores. Con esta reforma se crean dos nuevas figuras legales para las empresas por acciones adicionales a las tradicionales, que ahora pasan a denominarse como Sociedades Anónimas Bursátiles. La primera de esas nuevas figuras es la Sociedad Anónima Promotora de Inversión (SAPI), que es una empresa por acciones que no cotiza en bolsa. El aspecto central de esta figura es que da certidumbre para los problemas del gobierno corporativo porque establece la posibilidad de diseños especí­ ficos para cada caso conforme a la voluntad de los socios, en relación a dos temas básicos. De una parte, las reglas para procesar conflictos entre los ac-


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CELSO GARRIDO

FIGURA 8

CICLOS DE VIDA DE LOS PROYECTOS DE INNOVACIÓN

•Familia •Amigos •Gobierno

•Capital Semilla (Seed Capital)

•Capital de riesgo (venture capital)

Fondo de Fondos

•Capital privado (Private Equity)

Ofertas Públicas

Programa de Capital para Emprendedores

Ángeles Inversionistas

Etapa

I.I&D

II. Inicio

III. Etapa Temprana

IV. Crecimiento

V. Consolidación

Tiempo de operación

(-1.5-0 Años)

(0-1.5 Años)

(1.5-3 Años)

(3-5 Años)

Arriba de 5 Años

Capital requerido ($ pesos)

4.03M-0.14MDD Capital Ángel

0.14MDP-0.48MDD Capital Semilla

0.48MDP-4.03MDP Capital de Desarrollo

4.03MDD-19.23 MDD Capital de Expansión

19.2MDD40.3MDD Consolidación

FUENTE: NAFIN (2009).

cionistas sin ir a litigios y, la segunda, las reglas para la venta de la empresa en cuanto a plazos y condiciones, con obligatoriedad para todos los accionis­ tas. Esta mayor transparencia legal facilitará a las empresas SAPI que puedan acceder a fondos de inversionistas de capital de riesgo o de capital pri­vado, con creciente presencia en México. La segunda de estas nuevas figuras es la Sociedad Anónima Promotora de Inversión Bursátil (SAPIB), que es un desarrollo de la figura anterior, cuan­ do una SAPI busca comenzar a cotizar en bolsa, para lo cual asume un programa de tres años con ese fin. Con ello desarrolla un proceso escalonado para finalmente cotizar plenamente en bolsa con la figura de la SAP ya men­ cionada. CONCLUSIONES A manera de conclusión, del análisis presentado se pueden anotar algunas tendencias y desafíos. En primer lugar, existe un proceso incipiente para desarrollar un sistema de créditos para las PYMES que modifica parcialmente la situación existen­ te a comienzo de los 2000, lo que se canaliza principalmente a capital de trabajo quedando pendiente lo relativo a fondos para activos fijos.


LAS RELACIONES FINANCIERAS DE LAS PYMES EN MÉXICO

261

En segundo lugar, dentro de este panorama se ha comenzado a apoyar las actividades innovadoras de las PYMES mediante algunos financiamientos específicos otorgados por Secretaría de Economía y CONACYT. Sin embar­ go, los fondos aplicados para estos programas son muy limitados y con reglas de operación restrictivas para las necesidades de dicha práctica inno­ vadora. De modo que en este terreno aún están pendientes acciones mucho más importantes para lograr efectos significativos. Por último hay que señalar en una perspectiva más amplia, que las nece­ sidades de servicios financieros de las PYMES no se agotan con el acceso al crédito, aún bajo las limitadas condiciones actuales. Por el contrario está pendiente el muy importante campo de la formación del ahorro financiero por parte de estas empresas para lo cual se cuenta con los muy limitados logros del sistema de Bansefi. En esto podría ser un factor poderoso de desarrollo el crecimiento de las instituciones de ahorro y crédito popular, lo que sin embargo requeriría un apoyo mucho más contundente de parte del gobierno y un aumento en la profesionalización de sus operaciones. BIBLIOGRAFÍA Anaya, Miguel Ángel (2006), La banca de desarrollo en México, documento Cepal. Akya (2007), Tendencia en la oferta de servicios bancarios en México, Presenta­ ción al Comité de Microfinanzas del IMEF (mimeo), disponible en <http:// www.akya.com.mx/pres.html>. Asociación Mexicana de Intermediarios Bursátiles (2007), “Valores por la for­ taleza de México”, en Boletín Especial, México. Babatz, Guillermo (2010), Panorama y oportunidades del sistema bancario, México, Seminario IPAB, disponible en <www.ipab.org.mx/foro_estabi lidad_economica/documentos/.../Babatz.pps>. Banxico (2007), Descripción de las Tasas de Descuento y Cuotas de Intercambio en el pago con tarjetas bancarias en México (mimeo) Banxico, México, disponible en <www.banxico.org.mx/.../%7BE68B02F9-0A38-791A3E85-A96DB5954D98%7D.pdf>. Boston Consulting Report (2011), Winning after de Storm, Boston. Brits, H. y C. Winder (2005), “Payments are No Free Lunch”, en DNB Occasional Studies, vol. 3, núm. 2, De Nederlandsche Bank. Comisión Nacional Bancaria y de Valores (2010), Inclusión Financiera en Mé­ xico, Retos y oportunidades, Seminario de Corresponsales (mimeo) CNBV, disponible en <http://www.cnbv.gob.mx/sectorpopularuc/EstudiosyAc ceso/Paginas/SociedadesCooperativasdeAhorroyPrestamo.aspx>.


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CELSO GARRIDO

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LAS MICROFINANZAS Y SU CONTRIBUCIÓN AL DESARROLLO Y A LA INCLUSIÓN FINANCIERA

CAROLA CONDE BONFIL*

INTRODUCCIÓN A poco más de 40 años de la creación de los primeros grupos de ahorro y crédito en Bangladesh (y posteriormente del Banco Grameen), las microfinanzas han revolucionado al mundo entero y en México se ha generado una industria en rápida expansión y constante evolución. A pesar de la “euforia” que se ha desatado en nuestro país por prestar servicios financieros a los pobres, en 2017 se estima que apenas 51% de los mexicanos y 57% de las pequeñas y medianas empresas están “bancarizados” (La Razón Online, 2017), en gran medida gracias a que el celular alcan­ zó una penetración de 96%, “casi 70% de los envíos de dinero se usan para gastos ordinarios como compra de alimentos, salud, escuela e imprevistos, entre otros” (Cruz, 2017a). La Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2015 indicaba que sólo 3.2 millones de mexicanos contaba con banca móvil (9.5% del total de adultos con una cuenta bancaria a pesar de que, de 2012 a 2015, el número de usuarios se incrementó a una tasa de 129%) (Bautista, 2017). Otros datos que circulan sobre la situación son que las sucursales bancarias son utilizadas solamente por 40% de la población, los cajeros automáticos sólo por 38%, los corresponsales han aumentado hasta llegar a 30% y la banca en línea sólo se utiliza en 5% (Herrera, 2017), pero los habitantes de 1 223 municipios del país todavía carecen de acceso al sistema financiero formal, de acuerdo con Cynthia Villarreal, coordinadora del Pronafim (Becerra, 2016). México registra las tasas más reducidas en Latinoamérica en terminales punto de venta y cajeros automáticos con 6 700 por millón de habitantes, así como una caída de 5% en el número de corresponsales no bancarios (El Sol * Profesora-investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco. [263]


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CAROLA CONDE BONFIL

de México, 2017) y, por otra parte, es el tercer país de la región que regis­tra el pago más alto de comisiones bancarias por cada transacción realizada de los programas de subsidios para la población más pobre (González, 2017). Además, entre enero y julio de 2016 la banca registró 85 mil reclamaciones en la Condusef (Villegas, 2016) y tan sólo en el primer trimestre de este año se reportaron más de 12 mil errores operativos de los clientes que equi­ valen a más de 500 millones de pesos (Condusef, 2016). Por otra parte, para muchos no está claro qué son las microfinanzas y cómo pueden contribuir al desarrollo económico y al bienestar de quienes participan en estos proyectos, y suelen confundirse con otros términos co­ mo banca social o finanzas populares o simplemente créditos de montos pequeños. Por todo lo anterior, en el primer apartado de este capítulo revisamos qué son las microfinanzas; en el segundo, los principales cambios cuantitativos y cualitativos que éstas han presentado en los últimos años; en el tercero, la forma en que pueden contribuir al desarrollo y la inclusión financiera y en el cuarto lo que las microfinancieras y la política pública deberían hacer para impulsar esa contribución. ¿QUÉ SON LAS MICROFINANZAS? La proliferación de actores en este sector ha dado lugar a una escasa refle­ xión acerca de los términos que se utilizan para definir a los servicios e instituciones microfinancieras y aún hay muchos participantes que sólo prestan atención a los microcréditos (y, todavía peor, como decíamos, quienes creen que sólo son créditos de montos pequeños), pero hoy se reconoce que los pobres requieren otros servicios financieros,1 principalmente ahorro, pero también pago de remesas, seguros y otros créditos. Como lo muestra la figura 1, el microcrédito es sólo una modalidad del microfinanciamiento, que, a su vez, es uno de los servicios microfinancieros. En una situación ideal, una institución microfinanciera (IMF) debería prestar todos los servicios, pero muchos autores incluyen en este rubro a aquellas que ofrecen sólo uno de ellos (frecuentemente sólo microcrédito). Aunque parece ser la idea predominante, las microfinanzas no son “servi­ cios en montos pequeños”, “miniservicios”, “servicios marginales” o “servicios de segunda”. Para que sean servicios de calidad, creados ex profeso de No obstante, algunos autores consideran que los individuos en situación de pobreza extrema no pueden tener acceso a las microfinanzas y deben ser, en una etapa inicial, sujetos de la política social para reunir condiciones mínimas de salud, educación y vivienda antes de esperar que por sí mismos salgan de aquélla. 1


LAS MICROFINANZAS Y SU CONTRIBUCIÓN AL DESARROLLO

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FIGURA 1

SERVICIOS MICROFINANCIEROS Microfinanzas Seguros

Ahorro

Microfinanciamiento Microcrédito Creditos personales Créditos para el consumo

Remesas Pagos Servicios no financieros

FUENTE: elaboración propia.

acuerdo con las particularidades de la población de menores ingresos,2 se requiere una metodología específica como más adelante se comentará. Ahora veamos cada uno de esos servicios con un poco de detalle. Ahorro. Es el componente básico3 de las microfinanzas porque todos preferimos ahorrar que tener deudas.4 Es el servicio más incluyente, tiene un enorme potencial educativo y organizativo (Castillo, 2003), y puede con­ vertirse en una fuente de fondeo importante que da a las imf independencia en su toma de decisiones, sustentabilidad financiera y mayores índices de recuperación.5 Microfinanciamiento. Incluye al microcrédito, pero es más amplio que éste ya que considera otros tipos de préstamos no necesariamente vinculados con proyectos económicos sino con las necesidades de los socios (personales, escolares, emergencias, enfermedades y para liquidar deudas previas, adquirir electrodomésticos o remodelar o ampliar la vivienda). 2 En cuanto a montos, periodicidad, situación geográfica, usos y costumbres, necesidades del ciclo de vida, cadenas productivas. 3 Es el servicio más importante por su impacto en las condiciones de vida de la población que se beneficia de él, aunque los volúmenes captados son sensiblemente menores al tamaño de la cartera de crédito de las IMF debido a las restricciones legales en muchos países (incluido México) para permitir que se capte, pero también porque captar ahorro es más difícil que co­locar créditos ya que en el primero es la población la que debe creer en la institución (al revés de lo que ocurre en el crédito). 4 Para Rutherford (2002) los motivos de ahorro son tres: i) Necesidades del ciclo de vida (nacimientos, educación, construcción de vivienda, vejez, viudez, herencia y fiestas recurrentes), ii) Urgencias, que pueden ser personales (enfermedades, lesiones, fallecimiento, pérdida del empleo, robo y hostigamiento) e impersonales (guerras, inundaciones, incendios, ciclones, sismos y desalojo de asentamientos irregulares) y iii) Oportunidades de inversión (abrir un nuevo negocio, ampliar un negocio existente, compra de electrodomésticos y mejoras a la vivienda) (Rutherford, 2000:19-31). 5 Los miembros de los grupos de ahorro y préstamo pagan mejor sus deudas porque el dinero proviene de la comunidad o de ellos mismos.


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CAROLA CONDE BONFIL

Microcrédito. Consiste en pequeños créditos6 otorgados a la gente pobre o muy pobre para crear proyectos de autoempleo (micronegocios o changa­ rros) y generar ingresos. Es decir, mientras el microcrédito sólo presta para iniciar o reforzar una actividad económica (de producción, comercialización o servicios), el microfinanciamiento otorga créditos para otras necesidades y, en algunas instituciones, incluso sin importar el destino que el solicitante declare o realmente le dé. Seguros. Son el servicio microfinanciero menos desarrollado posiblemente debido a tres factores: i) la excesiva atención que se le ha brindado al microcrédito, ii) las restricciones legales que existen en algunos países7 y iii) las aún fuertes reticencias de las autoridades (e incluso instituciones) acerca de la necesidad de servicios financieros para pobres.8 Recientemente se han creado nuevos productos como el seguro de vida, la indemnización diaria por hospitalización, el seguro de cáncer, el seguro de graves enferme­ dades, el seguro de gastos médicos y el seguro de incapacidad y accidentes personales.9 Desde 2005 se creó el Programa para el Desarrollo del Microseguro de Vida, en 2008 el Programa Nacional de Financiamiento al Microempresario (Pronafim) firmó un convenio con la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros, AC (AMIS) para instaurar el programa a nivel nacional y en 2011 la Sedesol desarrolló una propuesta para ofrecer microseguros (de vida, contra desastres naturales, microcrédito, etcétera) a todos los beneficiarios de programas sociales. Remesas. Son especialmente importantes en países como México10 que generan una fuerte expulsión de mano de obra que emigra hacia las grandes urbes y, sobre todo, al extranjero, con lo que se convierten en la principal y a veces única forma de ingresos de millones de familias en el país, así como 6 Sin embargo, como mencionamos previamente, más que el monto prestado lo distintivo es que utiliza una metodología basada en el aval social y que no requiere garantías físicas o fiduciarias. 7 Las instituciones no autorizadas legalmente como aseguradoras deben contratar un coaseguro o un reaseguro, según sea el caso, con una aseguradora lo cual limita las posibilidades de ofrecer este servicio y encarece las primas. La modalidad más reciente de prestación de estos servicios es la asociación entre una aseguradora y una IMF para que esta última coloque los pro­ductos de aquélla. 8 Hay quienes opinan que si les resulta difícil pagar los créditos que requieren para sus micronegocios es lógico que tengan mayores dificultades para adquirir cualquier tipo de seguro. 9 Las aseguradoras que han incursionado en este sector adicionalmente han creado otros productos como: indemnización para proteger la cartera de las IMF (vida saldo deudor e incapacidad total y permanente); protección de los clientes (gastos funerarios); seguros para pequeñas y medianas empresas (Pymes) y microempresas (activos y responsabilidad civil) y agrícolas. 10 México es el cuarto país que más remesas recibe, después de China, India y Filipinas (Infor mador.mx, 2017).


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en la primera fuente de divisas para el país.11 Las altas comisiones que les cobran las compañías como Western Union, o aun los servicios públicos como telégrafos y correos,12 merman significativamente los envíos (sobre todo cuando se trata de cantidades pequeñas) con la consiguiente demora para la familia en recibir esos ingresos pues, en muchas ocasiones, los emigrantes prefieren esperar a reunir un monto mayor o, peor aún, que algún cono­ cido o familiar viaje a su localidad (transferencia de bolsillo) para evitar el pago de esas comisiones, pero lamentablemente es frecuente que también en esos casos ocurran graves pérdidas y demoras. A partir de la toma de posesión de Donald Trump en los Estados Unidos, han cobrado mayor atención de ambos lados de la frontera por el interés de aquél de gravarlas con algún im­ puesto o dificultar su salida y el intento de este lado de ofrecer alternativas a nuestros connacionales para facilitar esos envíos.13 Los pobres (principalmente los urbanos) suelen consumir luz, agua y otros servicios, lo que, al no tener una cuenta bancaria, les implica el pago de comisiones en los bancos, horarios restringidos de atención14 o presentarse en cada una de las instituciones prestadoras para realizar el pago de servicios, con la consiguiente pérdida de tiempo y gastos de transporte. La inclusión de estos pagos completa la gama de servicios que requiere este sector de la población y reduce sus costos de transacción. Servicios no financieros. Son muy diversos, pero no todas las IMF los ofre­ ­cen. Algunas de ellas (principalmente las especializadas en microcréditos) frecuentemente ofrecen los vinculados con proyectos productivos o micro­ ne­gocios mediante la asesoría, capacitación, formación, gestión y sistemati­ zación de experiencias así como asistencia técnica en la elaboración del En 2016 se recibieron 26 970 millones de dólares en México, superando los ingresos por la venta de petróleo y turismo, y en 2017 se espera un monto al menos similar. Existen más de 180 empresas remesadoras que pagan a través de bancos, tiendas departamentales, cajas de aho­ rro y transmisores de dinero y se realizan más de 80 millones de operaciones; menos de 10% de estos recursos llegan a una cuenta bancaria y menos de 2% se hace por medio de transferencias elec­trónicas directas a cuentas de ahorro. La gran mayoría de los envíos de dinero se cobran en efectivo a través de los canales de pago como Telecomm, remesadoras, bancos, cajas de aho­ rro, entre otros (Cruz, 2017a). 12 Las comisiones por envío oscilan entre cuatro y 16 dólares por cada 200 dólares. 13 El 20 de marzo de 2017, el director de la Banca Nacional de Servicios Financieros (Bansefi) declaró que el gobierno de México está reflexionando sobre distintas alternativas a las remesas que inmigrantes mexicanos envían a su país. El 19 de junio, el titular de la SHCP anunció el programa piloto de Asistencia Técnica para las Microfinanzas Rurales (Patmir) que en su primera etapa atenderá a 57 mil familias de 13 entidades del país y con el que se pretende lograr que parte del flujo de remesas que reciban las familias y comunidades beneficiarias se convierta en ahorro, crédito para actividades productivas y en algunos casos, seguros (Informador.mx 2017). 14 Muchos bancos sólo reciben esos pagos hasta las 11 de la mañana. 11


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proyecto o plan de negocios; para la adopción de una figura legal; administra­ ción y contabilidad básica para las empresas rurales; autodiagnóstico integral de empresas productivas; planeación estratégica participativa; comercializa­ ción y técnicas de venta; calidad en el servicio al cliente y mejores prácticas en la empresa social. Cuando se trata de OSC microfinancieras (OSCM), los servicios no financieros que proporcionan a sus miembros se relacionan, ade­ más, con la mejora en la calidad de vida de sus socios o el desarrollo comunitario (cursos sobre nutrición, autoestima, liderazgo, entre otros). Ahora bien, si abstrajéramos el aspecto metodológico y aceptáramos como microfinanzas todos los servicios en montos pequeños o los dirigidos a la población de menores ingresos, el resultado sería que se amplía el número y tipo de instituciones que prestan servicios microfinancieros, como se muestra en la figura 2. FIGURA 2

INSTITUCIONES QUE PRESTAN SERVICIOS MICROFINANCIEROS Instituciones microfinancieras (IMF)

Otras instituciones con algunos productos microfinancieros Organizaciones de la sociedad civil microfinancieras (OSCM) Programas microfinancieros gunbernamentales

L@Red de la Gente Sucursales del Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros

Intermediarios financieros con algunos productos microfinancieros

FUENTE: elaboración propia.

Sin embargo, desde un punto de vista conceptual hay diferencias signi­ fi­cativas entre ellas. Así, los intermediarios financieros y otras instituciones con algunos productos microfinancieros en realidad sólo han añadido produc­tos destinados a esta población, pero en lo fundamental están orientados a atender otros sectores; los programas microfinancieros gubernamentales en general sólo ofrecen microcrédito y las sucursales del Bansefi ahora cuentan con productos de ahorro, pago de remesas y microseguros, compra venta de dólares, dispersión de recursos, cuenta de depósito a la vista


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con tarjeta de débito (Nómina básica Bansefi), recepción de pagos de servicios (billetes de depósito Bides),15 servicios fiduciarios16 y, para los benefi­ ciarios del Programa de Inclusión Social (Programa Prospera), el paquete de beneficios Bansefi +.17 Sin contar a este, sólo quedan dos tipos de instituciones que, hipotética­ mente, podrían ofrecer todos los servicios microfinancieros: las IMF18 y las OSCM.19 Aunque muchos autores suelen denominar en forma genérica IMF a todas las instituciones que ofrecen servicios microfinancieros y, por lo tanto, consideran a las OSCM un subconjunto de las IMF, en la figura 2 se representan por separado para distinguirlas en virtud de que sus productos, metodología y dinámicas operativas y organizacionales difieren sensiblemen­te20 pero, sobre todo, porque las OSCM utilizan a las microfinanzas como un medio para alcanzar otros fines en tanto que para las IMF las micro­finanzas son un fin en sí mismas. Es decir, las IMF son instituciones creadas para la prestación de servicios microfinancieros en tanto que las OSCM son organizaciones que se constituyeron en la búsqueda de objetivos de desarrollo humano o comunitario y han encontrado en las microfinanzas un eje articu­lador de sus acciones. No obstante, para efectos de este documento obviaremos esta distinción y hablaremos genéricamente de las instituciones microfinancieras. ¿CÓMO HAN CAMBIADO LAS MICROFINANZAS EN MÉXICO? El desarrollo de las microfinanzas en los primeros años del milenio ha sido explosivo y ha generado cambios importantes. Desde el punto de vista cuantitativo, el número de instituciones que prestan servicios financieros a los más pobres (no sólo microfinancieros) se ha incrementado considera­ blemente, así como el resto de indicadores del sector: en 2017 se reporta un sector de “banca social”21 compuesto por 224 instituciones, 3 117 sucursa­ Instrumento para constituir garantías a disposición de autoridades judiciales o administrativas. 16 Fideicomisos para personas físicas y morales, así como otras soluciones jurídico-financieras por medio de los contratos de mandato y de comisión mercantil. 17 Está disponible en dos modalidades: el paquete básico incluye cobertura de vida, llamadas ilimitadas y orientación nutricional y médica, y en el paquete ampliado se añaden ambulancia terrestre, asistencia dental y de visión, red de descuentos y servicio funerario. 18 Cajas cooperativas, uniones de crédito, sociedades anónimas, etcétera. 19 Asociaciones y sociedades civiles. 20 Véase la tabla 1. 21 Con frecuencia se usan como sinónimos e indistintamente diversos conceptos como finanzas populares, finanzas sociales, sector de ahorro y crédito popular, banca social, microfinan­ 15


Fuente: Elaboración propia.

FUENTE: elaboración propia.

Generación de ingresos (mejor alimentación, asistencia de los hijos a la escuela y mejoras a la vivienda y adquisición de mobiliario)

-

Resultados

-

Procesos sociales

Constituir y manejar una microempresa, aspectos fiscales y contables

Nuevos conocimientos

Nuevas actitudes

Instituciones microfinancieras microfinancieras Instituciones Fin en sí mismo Prestación de servicios financieros Lucro Financiera Clientes Empresarial Individual Aval o prendaria De monto reducido Para microempresas Microempresas Capacitación empresarial y asesoría para formular proyectos productivos y administrar pequeños negocios (cuando existen)

Concepto Concepto Medio/ fin Objetivo Ganancia Sostenibilidad Usuarios Relación Metodología Garantía Servicios financieros Crédito Objetivo productivo Servicios no financieros Organizaciones de microfinancieras Organizaciones de la la sociedad sociedadcivil civil microfinancieras Medio para otros fines Desarrollo humano y comunitario Sin fines de lucro Social Participantes, miembros, beneficiarios Solidaria Grupo solidario Aval social Microfinancieros Para microempresas, consumo, vivienda, necesidades personales, etc. Microempresas y proyectos productivos, artesanales y comerciales. Servicios educativos de promoción, investigación, consultoría y asesoría que propicien el desarrollo humano integral (cuestiones organizativas, liderazgo social transformador, sensibilización de género, autoestima, toma de decisiones, solución a los problemas de discriminación, desarrollo, ecología, economía, salud, educación y cultura, entre otros). Programa integral que comprende el diagnóstico del proyecto productivo así como la intervención para recomendar asesoría técnica y administrativa a los emprendedores de escasos recursos. Lectoescritura, operaciones matemáticas básicas, manualidades, inglés, aspectos técnicos de proyectos productivos, constituir y manejar una microempresa, culturales, recreativos o deportivos, etcétera. Mayor confianza, seguridad y autoestima, pérdida del temor a hablar en público y capacidad de manifestarse y opinar en las decisiones del grupo. Construcción de sujetos sociales y reconstitución de tejidos sociales. Construcción de capital social. Empoderamiento. * Generación de ingresos (mejor alimentación, asistencia de los hijos a la escuela y mejoras a la vivienda y adquisición de mobiliario). Desarrollo personal. Mejora de la calidad de vida del socio y la de su familia. * Mejores prácticas de gobernabilidad, comercialización y técnicas de venta en la empresa social. * Cultura de la equidad que promueva los derechos humanos de las mujeres, eleve y fortalezca la autoestima de las emprendedoras para que obtengan su independencia económica, alcancen la igualdad de oportunidades y su autonomía personal con el objeto de que logren una vida plena con bienestar.

COMPARACIÓN ENTRE INSTITUCIONES MICROFINANCIERAS Y ORGANIZACIONES DEmicrofinancieras LA SOCIEDAD CIVIL MICROFINANCIERAS Tabla 1. Comparación entre Instituciones microfinancieras y organizaciones de la sociedad civil

TABLA 1

270 CAROLA CONDE BONFIL


LAS MICROFINANZAS Y SU CONTRIBUCIÓN AL DESARROLLO

271

les, 9.5 millones de socios/clientes; 149 mil millones de activos, 115 mil millones de captación; 95 000 millones de cartera y 42 999 millones de liquidez (Cruz, 2017b). Esto ha implicado el surgimiento de nuevos intermediarios financieros enfocados a atender a la población de menores ingresos, la transformación de algunas organizaciones de la sociedad civil (OSC) y auxiliares de crédito (Sofoles, Sofomes, etc.) en entidades reguladas por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), así como la decisión de los bancos y otros ac­tores privados22 de incursionar en el ámbito de las microfinanzas (down­ scaling).23 El sector se ha diversificado y profesionalizado pero, a 16 años de haberse aprobado la Ley de Ahorro y Crédito Popular (LACP), muestra “desigual nivel de madurez, crecimiento, expansión y vocación a las metas estableci­ das del programa, pero fortalecido institucionalmente por la regulación” (Cruz, 2017b). Además, ha presentado (o enfrentado) cambios relevantes, entre los que destacan: • Una oferta creciente y diversificada de capacitación con énfasis en el cumplimiento de la legislación sobre lavado de dinero (véase el cuadro 1), dirigida a los accionistas, socios, consejeros, altos directivos y per­ sonal operativo de las empresas microfinancieras. • El surgimiento y rápido crecimiento del sector de las empresas financie­ ras tecnológicas (fintech)24 y de la Asociación Fintech México. Se estima que en julio de 2017 operaban 238 startups fintech en 11 segmentos, entre los que destacan por su crecimiento, seguros, préstamos, finanzas empresariales y personales, y educación financiera y ahorro. De las que actualmente trabajan en el país, 30% se enfoca al negocio de pagos y divisas virtuales;25 28% al financiamiento colectivo y préstamos ciamiento, microfinanzas y microcrédito, pero, como señalamos en el apartado 1, sólo los tres últimos corresponden a una metodología específica basada en el aval social. 22 Bancos y cualquier otra institución financiera regulada que tradicionalmente atendía a grandes clientes (incluso clientes corporativos) y ahora dan préstamos a microempresas. 23 Por medio de diferentes estructuras organizativas: la unidad interna, la compañía de servicio, la subsidiaria ligeramente regulada y la subsidiaria fuertemente regulada. 24 Las instituciones de tecnología financiera (ITF) o fintech son aquellas que utilizan la tecnología para que los sistemas financieros sean más eficientes y menos costosos. El crowdfunding, los préstamos entre pares (peer to peer lending), la gestión algorítmica de activos, la recolección de datos y la aparición de las recién creadas monedas digitales (bitcoin, ethereo, dash, ripple, etc., por mencionar sólo las principales de las 86 que actualmente circulan) son algunos de los sectores en los que son aplicadas las tecnologías financieras. 25 Destacan las empresas enfocadas en soluciones de pagos digitales (como Conekta) para facilitar e incrementar las compras digitales en pequeños negocios (Pymempresario, 2017). De


192 48 8 12 24 120 10 24 8

Diplomado en gobierno corporativo

Programa de especialización en responsabilidad social

Curso-taller liderazgo y coaching

Seminario fuentes innovadoras de fondeo Capital privado y capital público

Taller de ventas para la colocación efectiva del crédito

Diplomado para la certificación de profesionales en finanzas populares

Seminario La reforma financiera y fiscal 2014. Sus principales impactos en el sector de las finanzas populares Taller Desarrollo de habilidades gerenciales

Seminario Inversión ángel

16 144 174 16

Como generar mayor colocación a través del sistema de programación neurolingüística

Diplomado estratégico riesgos de crédito para el sector de las finanzas populares

Diplomado en análisis financiero y administración de inversiones

Gestión de la promoción del crédito

8

24

Taller internacional de desarrollo de las habilidades directivas

20

96 9

Diplomado para la certificación en materia de PLD / FT del oficial de cumplimientos y auditorías Taller de estrategias de financiamiento a través de fondos de gobierno

Curso-Taller Prevención de lavado de dinero para organizaciones de finanzas populares

12

Las finanzas populares y el desarrollo de la vivienda sustentable y de autoproducción.

Seminario especializado La calificación de riesgos, como estrategia de negociación para acceder al fondeo

16

Expertos en estrategias para acceder a fondos de gobierno

$4 600

$39 717

$37 500

$3 500

$3 400

$1 800

$1 500

$1 300 $5 500

$29 000

nd

$2 400

$1 700

$18 000

$51 450

$10 800

$38 000 $12 000

$980

$5 100

$38 000

96 12

$2 800

8

Costo más IVA

Horas (Pesos) Horas Costo más IVA

Servicio al cliente. Calidad y crecimiento en los negocios Diplomado para la certificación en materia deprevención de lavado de dinero y financiamiento al terrorismo (PLD / FT) del oficial de cumplimientos y auditorías Prevención de lavado de dinero y financiamiento al terrorismo

Cuadro 1. Oferta de capacitación para instituciones microfinancieras Curso Curso

OFERTA DE CAPACITACIÓN PARA INSTITUCIONES MICROFINANCIERAS

CUADRO 1

272 CAROLA CONDE BONFIL


8

16 144 174 16 16 19 16 12 16 16 16 24 16 16 5

Seminario especializado La calificación de riesgos, como estrategia de negociación para acceder al fondeo

Como generar mayor colocación a través del sistema de programación neurolingüística

Diplomado estratégico riesgos de crédito para el sector de las finanzas populares

Diplomado en análisis financiero y administración de inversiones

Gestión de la promoción del crédito

La responsabilidad social de las instituciones de finanzas populares

Programa de desarrollo en gobierno corporativo para instituciones de finanzas populares

Taller Evaluación del desempeño y programas de desarrollo de talento

Taller Marco regulatorio del lavado de dinero

Taller Desarrollo de microseguros en las instituciones de finanzas populares

Taller Plan de carrera y sucesión

Seminario Financiamiento a instituciones de finanzas populares a través de fondos de capital privado

Desarrollo de habilidades gerenciales

Taller Satisfacción y retención de personal

Taller Fusiones y adquisiciones en instituciones de finanzas populares

Simposio Políticas publicas para instituciones de finanzas populares

24 16 nd

Diplomado en microfinanzas para el desarrollo de la micro y pequeña empresa

Estrategias de negociación para IMF. Técnicas de ventas

Taller Mercadotecnia por internet y uso de redes sociales en instituciones de finanzas populares

Taller Cobranza efectiva con enfoque en recuperación de cartera vencida

nd

$2 600

$3 500

$27 000

Sin costo

$300

$3 500

nd $2 800

$3 500

$3 900

$3 100

$2 600

$4 600

$3 500

$3 500

$4 600

$39 717

$37 500

$3 500

$1 800

Costo más IVA $3 400 (Pesos)

$1 500

$1 300 $5 500

enen correos recibidos deldel Consorcio Latinoamericano para para Capacitación en M icrofinanciamiento SC (Colcami). FFuente: UENTE:Elaboración elaboraciónpropia propiacon conbase base correos recibidos Consorcio Latinoamericano Capacitación en Microfinanciamiento SC (Colcami).

3 180

Capaciteatro

Horas 20

8

Seminario Inversión ángel

Curso Curso-Taller Prevención de lavado de dinero para organizaciones de finanzas populares

10 24

Seminario La reforma financiera y fiscal 2014. Sus principales impactos en el sector de las finanzas populares Taller Desarrollo de habilidades gerenciales LAS MICROFINANZAS Y SU CONTRIBUCIÓN AL DESARROLLO 273


274

CAROLA CONDE BONFIL

vía Internet; 13% a la gestión financiera y 4%, al financiamiento colec­tivo de regalías (Riquelme, 2017). En marzo de 2017, la CNBV, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y el Banco de México presentaron un anteproyecto de ley para crear un marco regulatorio específico que regule estas actividades.26 • La proliferación de organismos de segundo nivel como la Asociación Mexicana de Entidades Financieras Especializadas (AMFE), la Asociación de Sociedades Financieras en Crecimiento (Asocre), la Asociación Mexicana de Sofipos (Amsofipo) y la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), así como la consolidación y ampliación de funciones de algunas previamente creadas como la Asociación Mexica­na de Uniones de Crédito del Sector Social (Amucss) que ahora realiza investigación y operación en el sector. • La preocupación por las diferencias de género y la elaboración de es­ tudios específicos. En el marco de la 136º Asamblea de la Unión Interparlamentaria (UIP) fue adoptada de manera unánime la resolución denominada “Promoviendo la cooperación internacional en materia de Objetivos del Desarrollo Sostenible, particularmente sobre la inclusión financiera de mujeres como motor de desarrollo” con el ob­ jetivo de impulsar y desarrollar políticas públicas y estrategias naciona­ les e internacionales que permitan la inclusión de las mujeres en los sistemas financieros. En dicha reunión se comentó que, según un estudio de Mckinsey Global Institute, si las mujeres tuvieran el mismo nivel de participación económica que los hombres, contribuirían a incrementar el producto interno bruto (PIB) mundial en 26% para 2025 y que, de acuerdo con datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la tasa de recuperación de las entidades fi­ nancieras alcanza hasta 90.5% cuando sus clientes son mujeres, por lo que debe promoverse el acceso a programas de crédito formal, considerando que únicamente 9.6% de las mujeres en el mundo recurre a alguna institución financiera para solicitar un préstamo (Olivares, 2017). • La reducción relativa del uso de efectivo debido al incremento en el número de instituciones que pagan su nómina por transferencias en efectivo, el uso de dispositivos móviles y a la tarjetización de las beneficiarias Programa de Inclusión Social (Prospera). En sentido opuesto, igual forma, Sr. Pago planea cerrar este año con 100 mil clientes y pretende implementar lectores de pagos en ocho pueblos mágicos (Nava, 2017). 26 El anteproyecto de “Ley Fintech” se concentra principalmente en tres áreas: pagos electrónicos, financiamiento colectivo y activos virtuales —que se refiere a los valores que, actualmente, no están cubiertos por ninguna entidad financiera regulada, tales como el bitcoin.


LAS MICROFINANZAS Y SU CONTRIBUCIÓN AL DESARROLLO

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la aplicación del impuesto a los depósitos en efectivo (IDE)27 incentivó durante algunos años algunas transferencias de bolsillo. 28 Sin embargo, el estudio “Reducción del uso de efectivo e inclusión financiera” del Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO) estima que 96% de las transacciones de consumo son en efectivo (León, 2017). • Las tiendas de conveniencia como Oxxo,29 7 Eleven y otras, así como las cajas de supermercados se han convertido en agentes receptores de pagos y expendedores de efectivo (corresponsalías bancarias y no ban­ carias) (Herrera, 2017). • La multiplicación de aplicaciones móviles y gratuitas para pagar servi­ cios, comprar tiempo aire, enviar dinero de celular a celular, pagar com­ pras, crear y canjear vales, y una tienda digital que se pueden re­cargar en cualquier momento por medio de una transferencia (SPEI) o en tien­ das de conveniencia. Sin embargo, en mi opinión, los cambios más relevantes son que: • Se ha desdibujado el sector de las microfinanzas y las IMF son sólo un tipo más de las instituciones que ofrecen servicios financieros. • Se han acotado las expectativas sobre la contribución de las microfinan­ zas en el combate a la pobreza. • Se ha disminuido la importancia del microcrédito y se reconoce que los pobres requieren otros servicios financieros (principalmente ahorro, pero también pago de remesas y seguros) por lo que diversas instituciones han ampliado los servicios que ofrecen a esa población. • Se ha puesto el énfasis en la inclusión financiera, buscando el acceso y el uso de los servicios.30 En vigor de julio de 2008 a diciembre de 2013. Hay varias razones por las que la población no deja el efectivo, aunque tres son fundamentales: la brecha generacional, que muchos siguen sin aceptar las comisiones de los bancos y que se niegan a ser fiscalizados (Muciño, 2017). Empero, el uso de efectivo conlleva costos como: informalidad de las actividades económicas, las transacciones económicas no se fiscalizan correctamente, resulta muy atractivo para las actividades ilegales y el crimen al no dejar rastro en el sistema financiero e impacto en el crecimiento (se estima que los esfuerzos adicionales por reducir el uso de efectivo podrían sumar entre 0.4 y 0.5 puntos porcentuales al crecimiento anual. 29 Ofrece corresponsalías para ocho bancos en México, con lo cual puede cubrir 75% de los tarjetahabientes del país además de vender tiempo aire de varias compañías de telefonía celular, recibir pagos de servicios a muchas empresas (agua, televisión por cable, gas, periódicos, etc.), compra de boletos de autobús, recarga a tarjetas de transporte (metrobús, metro), envíos de dinero nacionales e internacionales y seguros. 30 El Centro para la Inclusión Financiera (CIF) propone una definición simple y multidimensional de la inclusión financiera: la inclusión financiera plena es un estado en el cual todas 27 28


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CAROLA CONDE BONFIL

¿CÓMO PUEDEN CONTRIBUIR LAS MICROFINANZAS AL DESARROLLO? Mucho se ha escrito en los últimos años acerca de la contribución de las microfinanzas al desarrollo económico y social, sobre todo en cuanto a su capacidad de generar empleo y autoempleo, crear microempresas o iniciar actividades productivas que generen ingresos e, incluso, como arma de combate a la pobreza; sin embargo, consideramos pertinente hacer un breve recuento aunque las metodologías para medir el impacto de los programas microfinancieros aún están en proceso de elaboración y validación, ya han empezado a arrojar datos interesantes al respecto. Las microfinancieras: • Generan empleos directos (promotores, cajeros, analistas de crédito, secretarias) y, sobre todo, indirectos (autoempleo, creación de microne­ gocios y préstamos para la producción). • Contribuyen a la expansión de servicios, la inclusión financiera de la población y al aumento de la profundización financiera. • Han contribuido a abatir el mito de la falta de capacidad de ahorro de las personas de bajos ingresos. De hecho, ellas quieren, pueden y necesitan ahorrar por lo que lo hacen siempre que tienen a su alcance institu­ ciones e instrumentos apropiados para ello. • Han comprobado que lo limitado de los fondos depositados por ellos en las instituciones financieras (o su ausencia total) es atribuible a lo inapropiado de las facilidades de ahorro y de las estructuras institucio­ nales del sistema financiero. • Convierten parte del ahorro en especie y monetario informal (al que usualmente recurren los pobres) en ahorro monetario que se integra a los circuitos económicos mediante el otorgamiento de créditos. • Han concluido que la movilización exitosa del ahorro de estos sectores requiere una mezcla de productos de ahorro líquidos y no líquidos, con distintos niveles de rendimiento, orientados a las características peculiares de la demanda. • Innovan mecanismos y técnicas para captar el ahorro a pesar de la gran dispersión geográfica, las vías de comunicación rudimentarias y los pequeños saldos que manejan estos ahorradores. las personas que puedan utilizar servicios financieros de calidad tengan acceso a ellos, que éstos tengan precios asequibles, sean proveídos de una manera conveniente y con dignidad para con sus clientes. Los servicios financieros son proveídos por una amplia serie de proveedores, la mayoría de éstos privados y pueden llegar a todos quienes los puedan utilizar incluidas las personas discapacitadas, las personas de bajos ingresos, las personas que habitan áreas rurales y otras personas que se encuentran en estado de exclusión.


LAS MICROFINANZAS Y SU CONTRIBUCIÓN AL DESARROLLO

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• Proporcionan un mecanismo seguro y, muchas veces, con rendimientos reales positivos, para el ahorro de las personas con menores ingresos. • Convierten en sujetos de crédito a millones de personas discrimina- das por sus sistemas financieros. Al basarse en el “aval social” generan nuevas dinámicas sociales al interior de las comunidades donde operan y en los individuos que participan en ellas. • Han demostrado que los pobres pueden pagar sus créditos a tasas de mercado (que suelen ser más bajas que las de los agiotistas). • Pueden construir capital social y sujetos sociales capaces de influir en su futuro y en el de sus comunidades, así como reconstituir los tejidos sociales en éstas. • Logran sustentabilidad financiera al mismo tiempo que rendimientos reales atractivos para los ahorradores. • Algunas IMF proporcionan servicios no financieros (capacitación, asesoría y asistencia técnica) conexos a los proyectos productivos o los micronegocios (elaboración del proyecto o de un plan de negocios, para la adopción de una figura legal, sobre aspectos fiscales y contables, de comercialización y técnicas de venta, y mejores prácticas en la empresa social). En particular las OSCM, además: • Suelen incluir servicios no financieros vinculados con la mejora en la calidad de vida de sus socios o el desarrollo comunitario (servicios educativos, investigación, consultoría y asesoría que propicien el desa­ rrollo humano integral) y con las necesidades de la población (capaci­ tación para obtener un mejor empleo o ingresos adicionales, culturales, recreativos o deportivos). • Algunas OSCM inciden en la equidad de género dando visibilidad al trabajo femenino, induciendo la socialización de algunas tareas (come­ dores o guarderías) pero la mayoría se limita a un enfoque de cuotas31 y muy pocas incluyen (y se orientan por) la perspectiva de género. La participación en proyectos microfinancieros puede cambiar considerablemente las condiciones de los participantes, pues ellos: • Tienen la posibilidad de iniciar una actividad productiva con la cual generan nuevos ingresos que se destinan a mejorar la alimentación de Destinar la mayoría o la totalidad de los recursos a mujeres, no aceptar hombres en los grupos, etcétera. 31


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CAROLA CONDE BONFIL

la familia, incrementar la asistencia de los hijos a la escuela, adquirir mobiliario y realizar mejoras a la vivienda. • Obtienen nuevos conocimientos: recuperan las habilidades básicas de lectoescritura y las operaciones matemáticas básicas;32 aprenden acerca de cómo constituir y manejar una microempresa, qué tipos de figuras jurídicas existen y cuál es la más conveniente para las actividades pro­ ductivas que se realizan, qué régimen fiscal le corresponde y que obligaciones conlleva, etcétera. • Desarrollan nuevas actitudes pues adquieren mayor confianza, seguridad y autoestima; pierden el temor a hablar en público y adquieren capacidad de tomar decisiones individuales y en grupo. Además de estos beneficios, se ha empezado a explorar la incidencia de los proyectos microfinancieros en aspectos intangibles de cuatro niveles: Individual • Desarrollan habilidades para negociar con terceros para manejar el dinero, para hablar y decidir en grupo, y expresar sus ideas y puntos de vista. • Aumentan las intervenciones de los beneficiarios en la adopción de decisiones. Hogar • Fomentan que los beneficiarios expresen sus ideas y puntos de vista. • Impulsan el desarrollo de habilidades para manejar el dinero. Negocio • Promueven habilidades para administrar el negocio. • Generan habilidades para negociar con terceros. Comunidad • Apoyan la creación de redes e incrementan el capital social. • Desarrollan capacidades organizativas. • Fomentan el desarrollo de habilidades para negociar con terceros. De acuerdo con un estudio realizado en campo con los beneficiarios de un programa de microcréditos (Ortiz, 2006), al menos la mitad (y hasta tres cuartas partes) de los participantes en proyectos microfinancieros percibían que habían aumentado sus habilidades para la administración de su negocio, en el manejo del dinero, expresar sus ideas y puntos de vista en el hogar, ne­ 32 Si la OSCM incluye actividades de alfabetización o bien, lo hacen por cuenta propia para poder tener acceso a puestos de responsabilidad en la organización (cajeros, presidentes, secretarios, vocales o representantes de grupo).


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gociar con clientes y proveedores, negociar con otras personas, y hablar y tomar decisiones en grupo. Asimismo, reportaban que, en caso de una emer­ gencia podían encontrar más apoyo de los integrantes de su grupo solidario que de sus familiares y amigos. ¿CÓMO IMPULSAR LA CONTRIBUCIÓN DE LAS MICROFINANZAS AL DESARROLLO Y LA INCLUSIÓN FINANCIERA? Los desafíos actuales de las IMF (y en general de las instituciones que pretenden atender este sector de la población) son muy variados: • Continuar adaptándose a la Ley de Ahorro y Crédito Popular (LACP) sin perder su esencia y evitando alejarse de los más pobres. • Aprender de los modos de vida de los pobres para diseñar y continuar innovando productos e instrumentos apropiados para sus necesidades. • Adaptarse a las transformaciones de las nuevas tecnologías digitales y, una vez aprobada, a la Ley Fintech. • Aprender de las experiencias y revitalizarlas para robustecer a la insti­ tución y empoderarla. • Encontrar los equilibrios entre diversas tensiones que se les presentan constantemente: Prestar asistencia o generar desarrollo. Especializarse o trabajar con un enfoque integral. Pensar globalmente y actuar localmente. Privilegiar el ahorro o el crédito. Alcanzar sustentabilidad financiera o sustentabilidad social. Operar con flexibilidad o intransigencia (Castillo, 2003). • Abatir los nuevos mitos que se han generado al interior del sector: Las mujeres se empoderan. La equidad de género se da de por sí. Todos somos microempresarios potenciales. Los programas de ahorro y crédito alternativos requieren capital zemilla. Para ser eficientes es necesario construir instituciones especializadas (Castillo, 2003). • Expandir la frontera de servicios, es decir, atender: Lo remoto, cuidando los costos de transacción. Lo desconocido, obteniendo información. Lo covariante, manejando el riesgo sistémico.


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CAROLA CONDE BONFIL

• Ampliar la cobertura de servicios financieros (amplitud, profundidad, variedad, calidad, costo y permanencia). • Abatir los costos de los servicios financieros de transacción de los deudores y de los depositantes, de manejar la cartera de crédito y de movilizar los fondos. • Robustecer las instituciones frente a eventos sistémicos (inestabilidad macroeconómica, disturbios políticos, desastres naturales, transforma­ ciones estructurales, competencia y saturación) (González-Vega, 2005). En especial, para cada uno de los servicios microfinancieros: Ahorro Dado que es el servicio microfinanciero que más contribuye a reducir la vulnerabilidad, debe desarrollarse con gran variedad de modalidades, instru­ mentos, plazos, destinos, etcétera. Las IMF deben prestar mayor atención a las prácticas cotidianas de ahorro de su población objetivo para estar en condiciones de ofrecerle productos apropiados. El problema no sólo es que disponen de montos pequeños ni la periodicidad de sus ingresos sino la irregularidad de éstos y la incertidumbre con respecto a ellos. También es importante conocer los “usos y costumbres” pues mientras, por ejemplo, se desprecie el ahorro para festividades religiosas o del ciclo de vida, las IMF crearán una barrera para acercarse a esta población y para cap­tar su ahorro. Microcrédito Cada vez hay más conciencia de que no basta el dinero pues se requiere capacitación, asesoría y acompañamiento para darles mayor posibilidad de sobrevivencia a los emprendimientos pues los “triunfadores” son, por lo general, aquellos que conocen los aspectos “técnicos” del negocio y cuentan con capital humano y social. Por otra parte, el caos originado por las hipotecas en Estados Unidos denotó la importancia de no sólo supervisar a las entidades captadoras de ahorro, sino que se requiere vigilar también a las que proporcionan créditos. Sin embargo, la preocupación no sólo debe centrarse en su insolvencia y un “efecto dominó” entre los fondeadores ya que un malfuncionamiento de las IMF puede sobreendeudar a los usuarios de sus servicios y empeorar las condiciones de sus beneficiarios o clientes.


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Seguros Ahora se les concibe como un servicio que puede reducir la vulnerabilidad de los más pobres. Se ha incrementado el número de aseguradoras dispuestas a trabajar en ese nicho, han logrado mayor oferta de productos y se han constituido propiamente en un servicio microfinanciero con sus propias oferta y demanda. No sólo se trata de asegurar a las IMF contra el riesgo de no pago sino a los usuarios en sí mismos; no obstante, aún son pocas las personas protegidas por lo que sin duda debe incrementarse la oferta y promo­ción de estos servicios. Remesas A pesar de la lenta recuperación de empleos de los latinos en EU, las remesas han seguido aumentando y se les considera uno de los motores del crecimiento económico de México y que “deben ser vistas como un mecanismo de desarrollo, como el combustible necesario para impulsar las regiones mar­ginadas que expulsaron a estos migrantes” (Cruz, 2017a). Se conocen con mayor detalle las características de los envíos (montos, frecuencia, duración) y los destinos que le interesan o que les dan los migran­ tes y sus familiares, pero aún es necesario realizar estudios regionales más específicos. Hay mayores facilidades para la recepción de las remesas (más instrumentos, redes y puntos de entrega y menores costos), pero continúa siendo relevante abaratar las transacciones y aumentar aún más los puntos de entrega. Por su parte, las autoridades del sector, y en general las diferentes dependencias federales y estatales, deben tomar en cuenta que: • La entrada en vigor de la Ley de Ahorro y Crédito Popular33 es un pri­ mer paso para aumentar la captación y movilización de ese ahorro en tanto hace visible a un sector por muchos años ignorado y da certeza jurídica y protección a sus ahorradores. Empero, no basta protegerlo, es preciso fomentarlo y movilizarlo. • La comprensión de la especificidad de este ahorro y, por ende, las ca­rac- terísticas particulares que deben asumir las instituciones que lo captan Se publicó en el Diario Oficial de la Federación el 4 de junio de 2001, pero los artículos transitorios de ésta y de los decretos por los que se reformaron y adicionaron diversas disposiciones de ella otorgaron varias prórrogas por lo que no entró en vigor en su totalidad hasta esta década. 33


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CAROLA CONDE BONFIL

es imprescindible para estar en condiciones de diseñar una reglamentación apropiada para éstas. • Los programas gubernamentales que apoyen el surgimiento y fortalecimiento de instituciones microfinancieras, y en general de la banca social, que incluyan capacitación y recursos financieros para el equipamiento y la actualización tecnológica, en especial informática, deben fortalecerse. • El financiamiento de investigaciones específicas sobre el sector, el diseño de nuevos productos, la elaboración y aplicación de metodologías de evaluación de impacto, así como la capacitación de recursos especializados para profesionalizar al personal operativo y directivo de las IMF son tareas prioritarias que deben incorporarse en la agenda gubernamental y su respectivo presupuesto. • Los programas microfinancieros gubernamentales deben evitar la competencia desleal al sector causada por el uso de instrumentos crediticios con fines clientelares o políticos, la condonación de adeudos y las tasas de interés subsidiadas. • Las líneas de crédito a las IMF deben incrementarse para facilitar un fondeo accesible que permita tasas de interés razonable e IMF sostenibles y que puedan ampliar la oferta de sus servicios. • Las autoridades del sector deben estar conscientes de (y prevenir) las consecuencias, tanto para los fondeadores como para los acreditados, del mal funcionamiento de las IMF que ofrecen microcréditos. • Las dependencias gubernamentales deben actuar respecto a la escasez de oferta de estos servicios a causa de las barreras regulatorias, las limitaciones al nivel de instituciones y la infraestructura inadecuada. Asimismo, es importante que la regulación permita procesos cada vez más intensivos en el uso de tecnologías innovadoras, que permitan la apertura de cuentas completamente digitales y el funcionamiento de distintas plataformas innovadoras como la de fondeo colectivo, de dinero electrónico y de activos virtuales, protegiendo adecuadamente a los ahorradores. • Las campañas de educación financiera deben partir de reconocer y valorar la cultura financiera de las personas de menores recursos y po­ ner el énfasis en los elementos para ampliar el uso de los servicios financieros. El punto nodal, en suma, ha sido convertir la inclusión financiera (acceso a y uso de los servicios financieros) de los más pobres en prioridad de la política pública, pero el avance ha sido insuficiente y, sobre todo, debe ase­ gurarse que sea en condiciones que reduzcan su vulnerabilidad y mejoren


LAS MICROFINANZAS Y SU CONTRIBUCIÓN AL DESARROLLO

283

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LAS MICROFINANZAS Y SU CONTRIBUCIÓN AL DESARROLLO

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QUINTA SECCIÓN

EL AHORRO PARA EL RETIRO Y LAS REMESAS DE LOS MIGRANTES



FONDOS DE AHORRO PARA EL RETIRO: DESEMPEÑO Y LIMITACIONES DEL SISTEMA DE CUENTAS INDIVIDUALES GLORIA DE LA LUZ JUÁREZ*

INTRODUCCIÓN Han pasado 20 años desde que se dio la reforma a la Ley de Instituto Mexi­ cano del Seguro Social (IMSS) e iniciaron operaciones las administradoras de fondos para el retiro (Afore) en febrero de 1997. Durante todo este pe­ riodo estas empresas han tenido una evolución que las ha colocado como las más rentables en toda la economía. A agosto de 2017 las Afore ya habían acumulado 2.9 billones de pesos de los recursos de los trabajadores que administran, que representan 14.3% del PIB. Las Afore tienen registradas 59 millones de cuentas con 39.9 mi­ llones de trabajadores, incluidos los trahbajadores del ISSSTE cu­ya reforma se realizó en 2007. (Recuérdese que a los trabajadores afiliados al ISSSTE se les dio la opción de elegir entre un bono de reconocimiento por los años la­ borados hasta ese momento y emigrar al sistema de cuentas individuales, o bien optar por el artículo décimo transitorio que modifica el tiempo y la edad para jubilarse y promete una pensión equivalente al salario base de cotización de los últimos cinco años, con un tope de diez salarios míni­ mos). Si se observa el comportamiento que han tenido esas empresas financie­ ras a lo largo de los 20 años que llevan de operar, se puede decir que ha sido exitoso. Sin embargo, cada día aparecen opiniones, tanto de académicos, ana­ listas independientes, entidades del gobierno mexicano, así como de organis­ mos internacionales, que levantan la voz de alarma en el sentido de que las aportaciones (que son del 6.5% del salario base de cotización) que realizan la mayor parte de trabajadores son insuficientes para que al momento de jubilarse puedan disponer de los recursos suficientes para vivir la vejez de * Departamento de Economía, Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco. [289]


290

GLORIA DE LA LUZ JUÁREZ

manera digna. Se ha manejado que con las aportaciones actuales las tasas de remplazo no serán superiores al 30% del último salario percibo. En los cuatro primeros apartados de este capítulo se analizan la forma en que han evolucionado las Afore en los rubros de inversiones, rentabilidades y las comisiones. En el quinto apartado se hace una revisión de las propues­ tas de reformas y en el apartado final se anotan algunas conclusiones. EL DESEMPEÑO DE LAS AFORE Las aportaciones que se hacen a las cuentas de los trabajadores son de 6.5% del salario base de cotización y se integran de la siguiente manera: el trabaja­ dor aporta 1.125%, el empleador 5.150% y el gobierno aporta una cuota social de 0.225%. Efectivamente las aportaciones son bajas, en otros países del entorno son más elevadas, por ejemplo en Chile desde que inició su sis­ tema de capitalización las aportaciones fueron del 10%. En el caso de Perú las aportaciones son de 10% para jubilación y 1.36% como prima de seguros, esto en el Sistema Privado de Pensiones, ya que tiene un sistema mixto, en el Sistema Nacional de Pensiones, las cotizaciones son mayores. En Colom­ bia las cotizaciones son de 12%. Retomando estos ejemplos, se puede obser­ var que las cotizaciones aún cuando son muy superiores a lo que cotizan los trabajadores mexicanos, no han significado que reciban pensiones que les sean suficientes para sufragar sus gastos en la vejez. Los fondos que se ha acumulado a lo largo de los 20 años de existen­cia del sistema ascienden a 2.9 billones de pesos, mismos que son administra­dos ahora por un número menor de empresas, actualmente 11, que desde 2007 cuando alcanzó el número máximo de 21, han tendido a disminuir. La forma en que se encuentran distribuidos los recursos entre las Afore se presenta en el cuadro 1. Como se puede observar, el ahorro voluntario es muy bajo, apenas repre­ senta el 1.79% del total de recursos, situación que muestra en parte la falta de estímulo de los cotizantes por incrementar los recursos para su fondo de retiro. Pero fundamentalmente obedece a los bajos salarios, ya que 86% de cuentas de las Afore son de trabajadores que perciben entre uno y cuatro salarios mínimos, ingresos que apenas y alcanzan a cubrir los gastos básicos de una familia y les imposibilita realizar ahorros voluntarios. Si se analiza por el lado de los hogares, conforme a la ENIGH de 2010, re­ porta que el 81.39% de los hogares revive como ingreso hasta tres salarios mínimo, dato que coincide con lo antes señalado. Respecto al número de cuentas se puede observar que la incongruencia ha prevalecido y se ha incrementado a lo largo de los 20 años de existencia del


FONDOS DE AHORRO PARA EL RETIRO

291

CUADRO 1

FONDOS ACUMULADOS DE LOS TRABAJADORES POR AFORE (CIFRAS EN MILLONES DE PESOS AL CIERRE DE AGOSTO DE 2017) Afore Azteca

RVC 1

Ahorro voluntario y solidario 2

Total

Participación en el total

53 012.1

117.5

53 129.6

1.79

Banamex

532 141.5

6 278.9

538 420.4

18.14

Coppel

168 417.6

681.8

169 099.4

5.70

Inbursa

109 275.9

864.8

110 140.7

3.71

Invercap

178 709.2

829.4

179 538.6

6.05

71 045.8

847.1

71 892.9

2.42

Pensión ISSSTE

162 567.8

13 947.3

176 515.1

5.95

Principal

152 190.7

896.3

153 087.0

5.16

Profuturo GNP

406 139.9

6 213.5

412 353.4

13.90

SURA

446 046.3

6 387.5

452 433.8

15.25

XXI Banorte

634 766.2

16 010.3

650 776.5

21.93

2 914 313.0

53 074.4

2 967 387.4

100.00

Metlife

Total

FUENTE: Consar. Información estadística, agosto 2017. 1 Retiro, cesantía en edad avanzada y vejez de los trabajadores cotizantes al IMSS y al ISSSTE. Incluye los fondos de retiro del SAR 92 de dichos trabajadores. 2 Incluye aportaciones voluntarias, aportaciones complementarias de retiro, ahorro de largo plazo y ahorro solidario.

sistema, pues ya en 1998 se reportaron por parte del órgano regulador, la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), 13.8 mi­ llones de trabajadores registrados, pero solamente 11.3 millones realizaban aportes a su cuenta. Para agosto de 2017 se tienen registradas en las Afore, la estratosférica cifra de 59 millones de cuentas, de las que 39.9 millones son trabajadores registrados, pero no reporta realmente cuáles son las cuentas activas. Esta situación se presenta en el cuadro 2. Si se compara el número de cuentas que administran las Afore con el número de trabajadores registrados en el IMSS, que a diciembre de 2016 fue de 18.6 millones, la brecha es muy grande, lo que significaría que el país se encuentra en una situación de sobre empleo, ya que la población económi­ camente activa al segundo trimestre de 2017, fue de 54 millones de personas. Lo anterior refleja que existe un problema en el registro de los trabaja­ dores, pues aún cuando se creó una empresa especializada en depurar esta


2008

2013

33 918 287

Trabajadores registrados

FUENTE: Consar. Información estadística, varios años.

50 878 419

Cuentas administradas

36 028 527

52 728 388

2014

14 161 468

Trabajadores con aportación

13 285 481

30 597 909

Trabajadores registrados totales

39 891 316

2009

20 494 914

Trabajadores afiliados

20 959 279

31 398 282

Trabajadores registrados totales

33 316 492

2004

2003

13 546 937

11 382 783

Trabajadores registrados con aportación

15 594 503

1999

13 827 674

1998

Trabajadores registrados totales

2000

37 153 673

54 353 450

2015

41 001 400

2010

21 410 044

35 276 277

2005

15 891 029

17 844 956

EVOLUCIÓN EN EL NÚMERO DE CUENTAS

CUADRO 2

38 261 173

56 820 895

2016

42 512 267

2011

21 948 126

37 408 828

2006

24 033 372

26 528 534

2001

39 949 500

59 002 073

2017 (agosto)

48 530 475

2012

21 347 882

38 531 579

2007

25 817 456

29 421 202

2002

292 GLORIA DE LA LUZ JUÁREZ


FONDOS DE AHORRO PARA EL RETIRO

293

base de datos, Empresa Operadora de Base de Datos Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (EOBDNSAR), el problema persiste. El impacto de esto lo sufre el trabajador, ya que al entrar y salir del mercado de trabajo, cada vez que ingresa no da seguimiento a su cuenta y eso da pie a que se re­ gistre una cuenta mas a su nombre y con ello provoca la duplicidad o regis­ tro de más veces. La brecha entre el número de trabajadores registrados en el IMSS y el número de cuentas registradas en las Afore se muestra en la gráfica 1. GRÁFICA 1

EVOLUCIÓN EN EL NÚMERO DE COTIZANTES AL IMSS VS. NÚMERO DE CUENTAS EN LAS AFORE (1997- 2016) 60.0

Millones de personas

50.0 40.0 30.0 20.0 10.0

Cotizantes al IMSS

2016

2015

2014

2013

2012

2011

2010

2009

2008

2007

2006

2005

2004

2003

2002

2001

2000

1999

1998

1997

0.0

No. de cuentas en las Afore

FUENTE: elaboración propia con información de Presidencia de la República. Informe de Gobierno, y Consar, Información Estadística, varios años.

LAS INVERSIONES DE LOS RECURSOS El uso de los recursos de los trabajadores ha estado marcado por el financia­ miento al sector público. En 1998, el 97% de los recursos se invirtieron en títulos de deuda del gobierno federal; al cierre de agosto de 2017, entre el 47 y 67% de estos recursos, el principal usuario es el gobierno federal como se muestra en el cuadro 3. Una de las razones por las que se realizó la reforma a los sistemas de pen­ siones de reparto que estaban a cargo del IMSS (1997) y del ISSSTE (2007),


Renta variable internacional

Deuda privada nacional

Deuda internacional

Instrumentos estructurados

FIBRAS

57 978

743

0

1 858

26 852

3 624

1 858

Millones de pesos

SB1

62.4

0.8

0.0

2.0

28.9

3.9

2.0

%

558 230

21 429

48 216

10 715

226 078

141 433

65 359

Millones de pesos

SB2

64 889

Millones de pesos

18 808

53 604

10 345

52.1 460 805

2.0

4.5

1.0

21.1 186 203

13.2 145 765

6.1

%

SB3

66 155

Millones de pesos

14 701

40 836

10 617

49.0 386 311

2.0

5.7

1.1

19.8 152 728

15.5 145 377

6.9

%

SB4

47.3

1.8

5.0

1.3

18.7

17.8

8.1

%

1/ Las Siefore básicas 0 (cero ) iniciaron operaciones el 11 de diciembre de 2015.

FUENTE: elaboración propia con datos de Consar. Información Estadística, agosto 2017.

Total Activo Neto 58 938 100.0 92 914 100.0 1 071 459 100.0 940 418 100.0 816,725 100.0

Valores gubernamentales

%

100

SB0 1/

Millones de pesos

Renta variable nacional

INVERSIONES DE LAS SIEFORE (AGOSTO 2017)

CUADRO 3

57 774

142 915

33 448

595 985

446 989

200 689

Millones de pesos

67.8 1 562 941

1.3

1.7

0.0

11.5

13.4

4.3

%

51

1.1

4.7

1.1

20

15

6.6

%

Total activo neto

60 287 100.0 3 040 742 100.0

40 875

784

1 025

0

6 933

8 078

2 592

Millones de pesos

Siefore adicionales

294 GLORIA DE LA LUZ JUÁREZ


FONDOS DE AHORRO PARA EL RETIRO

295

que llevó a la creación de los sistemas de capitalización de cuentas individua­ les, fue que esos recursos se dedicarían a financiar la actividad productiva en el país. A lo largo de toda su existencia, estas empresas han invertido los recursos de los trabajadores, principalmente en valores gubernamentales, es decir, han financiado el gasto corriente del gobierno, lejos de cumplir con uno de los objetivos que se planteó con la reforma, que fue considerar que ese ahorro financiaría la actividad productiva y con ello el crecimiento económico. El segundo rubro en importancia es la deuda privada nacional, que en con­ junto es del 20.4% para cuatro de las cinco Siefore básicas que operan. La renta variable internacional ocupa el tercer lugar en destino de los recursos que es del 14.7%, es decir, el financiamiento a empresas extranjeras que cotizan en los mercados internacionales, y apenas el 6.6 % se destina al finan­ ciamiento de empresas locales. La clasificación de los cinco fondos (Sociedades de Inversión Especializa­ da en Fondos para el Retiro) que se presentan en el cuadro 4, obedece a que se han separado las inversiones de los recursos conforme a la edad del traba­ jador. Originalmente solamente existían las Siefore básicas y las Siefore adicionales, estas últimas que manejan el ahorro voluntario. En 2007 en el país se adoptó el sistema multifondos, con el que se crea­ ron seis tipos diferentes: la SB1 para los trabajadores que se encuentran más cercanos a la jubilación, esto es de 56 años y más; la SB2 para trabajadores cuya edad sea inferior a 56 años, pero se brinda la opción para los trabajadores de más edad y que decidan que sus recursos se manejen en este fondo; SB3 para menores de 46 años; SB4 para menores de 37 años; la SB5 para menores de 27 años y la Siefore de Ahorro Voluntario. En la actualidad operan seis Siefore, la SB5 desapareció en 2012. En di­ ciembre de 2015 inició operaciones la SB0, para trabajadores que se en­ cuentran más cercanos a la edad de retiro y por tanto es la que menor volumen de recursos maneja, apenas 58.9 miles de millones de pesos y el 100% de las inversiones las realiza en valores gubernamentales. La SB1 invierte el 62.4% en valores gubernamentales, en deuda privada nacional el 28.9%, 3.9% en renta variable internacional, 2% en renta varia­ ble nacional y 2% en deuda internacional. La SB2, con el mayor volumen de activos, 1 071.4 miles de millones de pesos a agosto de 2017, también con­ serva un alto porcentaje de sus inversiones en valores gubernamentales, el 52.1%, 21.1% en deuda privada nacional, 13.2% en renta variable internacio­ nal y 6.1% en renta variable nacional. La SB3, con activos por 940.4 miles de millones de pesos los reparte: 49% en valores gubernamentales, 19.8% en deuda privada nacional, 15.5% en deuda privada nacional, 15.5% en ren­ ta variable internacional y 6.9% en renta variable nacional. La SB4 con


296

GLORIA DE LA LUZ JUÁREZ

CUADRO 4

RENDIMIENTOS REALES, NETOS DE COMISIONES DE LAS  SIEFORE CALCULADOS CON PRECIOS DE BOLSA, DESDE 2009 A JUNIO 2017

SB0 2/

SB1

SB2

SB3

SB4

Azteca

Afore

-0.7

1.4

2.6

3.1

3.5

Banamex

-0.2

2.2

3.5

4.1

5.2

Coppel

-0.3

1.2

2.7

3.1

3.5

Inbursa

-0.4

1

1.1

1.4

1.7

Invercap

-1

2.3

2.8

3.4

4.1

Metlife

-0.3

1.9

3.1

3.6

4.2

0

2.9

3.4

4

4.1

Principal

-0.4

1.8

3

3.5

4.1

Profuturo GNP

-0.5

2.5

4

4.5

5.7

SURA

-0.5

2.4

3.9

4.7

5.7

XXI-Banorte

-0.1

2.1

3.1

3.4

4

Promedio del sistema 1/

-0.2

2.2

3.3

3.9

4.6

Pension ISSSTE

1/ Promedio ponderado, usando el valor de los activos de las Siefore. 2/ La SB0 considera rentabilidad a partir de que inicia operaciones el 11 de diciembre de 2015 Rendimientos calculados a través del precio cruzado en la Bolsa Mexicana de Valores. FUENTE: Consar. Informe al Congreso, 2o. trimestre de 2017.

816.7 miles de millones de pesos en activos, es la siefore que menos invierte en valores gubernamentales, el 47.3%, en deuda privada nacional 18.7%, en renta variable internacional 17.8% y 8.1% en renta variable nacionales. Las siefo­re de ahorro voluntario tienen un activo de 60.2 miles de millones de pesos, el 51.4% lo invierten en valores gubernamentales, 20.45 en deuda privada nacional, 14.7% en renta variable internacional y 6.6% en renta va­ riable in­ternacional. De lo anterior se desprende que de los tres billones de pesos en activos que manejan las Siefore, el gobierno federal usa el 51.4% de esos recursos, es decir la reforma a los regímenes de pensiones ha servido para el financia­ miento del gasto público, lo que significa que el gobierno por disponer de ese capital está obligado a pagar rendimientos, una parte de ellos va a las cuentas de los trabajadores, pero otra muy importante queda en manos de las Afore. Cada uno de los fondos está sujeto a un régimen de inversión específico que marca la autoridad, del cual se han manifestado inconformes las Afore a través del presidente de la Asociación Mexicana de Administradoras de Fon­


FONDOS DE AHORRO PARA EL RETIRO

297

dos para el Retiro (Amafore), pues consideran que la regulación en materia de inversión, los limita para tener una mayor diversificación para invertir más recursos en instrumentos extranjeros y que ello se traduce en las rentabili­ dades que obtienen, que podrían ser mayores. Al respecto, cabe recordar que en 2008 después de que estalló la crisis financiera internacional, desde la Cámara de Diputados se dio la recomenda­ ción de que se redujera el porcentaje permitido para invertir en el extranjero, que en ese momento para algunos fondos era hasta del 20%. De la informa­ ción que hace pública la Consar, se observa que para agosto de 2017, de la SB1 a la SB4 tiene permitido invertir hasta el 20% de sus activos en valores ex­ tranjeros. Con fecha 19 de septiembre se hicieron públicas en el Diario Oficial de la Federación nuevas disposiciones para el régimen de inversión de las Siefore, que básicamente comprende modificaciones al régimen de inver­ sión en instrumentos estructurados, cuyo límite se amplía de 35 a 100% de una sola Afore en una emisión individual. El otro punto importante es que se amplía en cinco el número de países elegibles para inversión de las Afore: Malasia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Tai­ landia y Taiwán, con éstos se amplía a 49 países los que las Afores pueden di­versificar sus inversiones. LAS RENTABILIDADES La función de las Afore es administrar las cuentas e invertir los recursos de los trabajadores a través de sus empresas subsidiarias que son las Siefo­ re. Las aportaciones que hacen los trabajadores a lo largo de su vida laboral, a las que se agregan las rentabilidades que les generan las inversiones, de­ duciendo las comisiones que cobran las administradoras, son los recursos que el trabajador tendrá disponibles al momento de jubilarse. De ahí la importancia de las rentabilidades, entre mayores sean, mayores recursos tendrá el trabajador cuando decida jubilarse. Sin embargo, las rentabilidades que han reportado las Siefore no son muy atractivas y los datos que presentan no son muy convincentes por lo siguiente: a) En el balance que hicieron Banco de México y la Comisión Federal de Competencia Económica para los primeros diez años de operación de estas empresas, los resultados arrojan que los rendimientos para los trabajadores fueron negativos. b) De las estadísticas que publica la Consar, nos reporta que durante el periodo que abarca del 2 de julio de 1997 al 31 de diciembre de 2007,


298

GLORIA DE LA LUZ JUÁREZ

se dio un rendimiento de gestión real que osciló entre 6.5% que lo ob­ tuvo la Siefore Inbursa y el 7.62% que lo reportó la Siefore Profuturo, para un promedio del sistema de 7.08%. Cabe aclarar que para este cálculo la Consar tomó en cuenta la rentabilidad acumulada durante el periodo de referencia y las cifras son en porcentaje de rendimiento anualizado a interés compuesto y que son los rendimientos antes del cobro de comisión. c) El estudio de la OCDE (2016) reconoce que los fondos han obtenido una rentabilidad real del 6.2% a lo largo de 17 años de existencia (de 1997 a 2014). Por otro lado, de los datos más recientes de las Siefore, se observa que para el periodo de ocho años que comprende de enero 2009 a junio de 2017, los rendimientos reales calculados con precios de gestión anualizados, no llegaron al 6%. Para la SB0 que inició operaciones el 11 de diciembre de 2015, reportó un rendimiento de 0.7%; la SB1 de 3.5%; la SB2 de 4.6%; la SB3 de 5.2% y la SB4 de 5.9%. De estos resultados se observa que las Siefo­ re que invierten en instrumentos de mayor riesgo (renta variable nacional e internacional) son las que obtuvieron mayores rendimientos, pero están sujetas a los vaivenes del mercado, y cuando llega a haber caídas, inmedia­ tamente se traduce en minusvalías. Los datos arriba señalados nos muestran cuales fueron los rendimientos reales obtenidos por las Siefore en los mercados financieros, un tanto distin­ tos son los que ingresan a las cuentas de los trabajadores, que son los legí­ timos dueños de los recursos, éstos se muestran en el cuadro 4. Una vez que la Siefore descuenta la respectiva comisión, que en agosto de 2017 fue en promedio de 1.03%, el rendimiento para los trabajadores quedó de la siguiente manera: SB0, -0.2%; SB1, 2.2%; SB2, 3.3%; SB3, 3.9% y para la SB4, 4.6 por ciento. Aun con estos datos, es difícil saber cuánto es lo que realmente obtuvo de rendimientos cada trabajador, pero sin duda que fueron inferiores al 6%. Es conveniente aclarar que no es posible hacer el análisis de toda la trayecto­ ria de manera homogénea, ya que cambia la forma en que Consar presenta la información. COMISIONES E INVERSIÓN Un rubro importante en el comportamiento de los recursos de los trabaja­ dores son las comisiones que las Afore han estado cobrando a lo largo de los 20 años de existencia del régimen, de 1998 y hasta 2007 se cobraron am­


FONDOS DE AHORRO PARA EL RETIRO

299

bas comisiones, sobre saldo y sobre flujo. Esto quiere decir que se estuvo cobrando doble comisión por los mismos recursos, cada vez que había ingresos de recursos por concepto de aportaciones, en automático se descon­ taba la comisión respectiva, adicionalmente al final del año se descontaba la comisión sobre el saldo que hubiera en la cuenta. Esta situación llevó a que durante los diez primeros años de existencia del sistema de capitaliza­ ción individual las comisiones netas se ubicaran por arriba del 20% anual, de las más caras del mundo. Por otro lado, las elevadas comisiones y las bajas rentabilidades dieron como resultado lo que Banco de México reportó, que las rentabilidades reales para los trabajadores fueran negativas durante los diez primeros años de operación de las Afore. La evolución de las comisiones se presenta en el cuadro 5. A partir de marzo de 2008 solamente se permite el cobro de comisión sobre el saldo acumulado. Ante el anuncio de esta medida, las Afore apro­ vecharon y durante 2007 todas cobraron comisión sobre saldo y sobre flu­ jo, como se muestra en el cuadro 5. En el informe trimestral que presenta la Consar al Congreso, reporta que las comisiones han seguido una tendencia a la baja, lo que significa un be­ neficio para los trabajadores, ya que les representa ahorro en sus recursos, pero tal afirmación dista mucho de ser real. Si se observa el porcentaje de comisiones aplicado por las Afore de 2008 a agosto de 2017, como lo muestra el cuadro 6, efectivamente hay una ten­ dencia a la baja, pasó de 1.96 % que se cobró en promedio en marzo de 2008, cuando entró en operación la medida, llegó a 1.03% en agosto de 2017, para una disminución del 47%, para un promedio anual de -0.11%. Pero debido a que cada bimestre ingresan nuevos recursos a las cuentas de los trabajadores, en términos de valor, éstos han crecido y aunque no han mostrado una tendencia homogénea, durante nueve de los diez años ana­ lizados se reporta incremento. Solamente en 2015 el descenso en valor fue de 1.36%. En conjunto, a lo largo de los diez años considerados, el valor de las comisiones cobradas por las Afore dan una tasa de crecimiento promedio anual de 3.94%, muy superior al -0.11% en que decrecieron en porcentaje las comisiones. Esto ha permitido que entre enero y agosto de 2017 las Afore se adjudiquen 30 564 millones de pesos solamente por el rubro de co­ misiones. Del análisis del estado de resultados de las Afore se deriva que son cinco las que controlan la operación de este mercado: Banorte, Banamex, SURA, Profuturo GNP e Invercap. Para el periodo enero-agosto de 2017, el conjunto de las 11 Afore que se encuentran operando, acumularon utilidades por 7 376 millones de pe­sos, de los cuales las cinco principales concentraron el 57%, como se muestra en


1

1.20

1.45

1.67

0.45

0.20

0.70

0.45

Sobre saldo (%)2

1.28

1.30

1.67

1.60

0.50

1.70

1.10

0.43

0.20

0.70

0.45

0.50

0.15

0.90

0.60

1.60

1.60

1.20

0.80

0.50

0.92

0.75

0.90

0.67

1.50

1.20

0.35

0.71

0.36

0.50

0.30

1.48

0.40

Sobre saldo (%)2

2007

Sobre flujo Sobre flujo Sobre (%) del (%) del saldo (%)2 SBC1 SBC1

2004

1.38

1.31

1.33

1.39

1.48

0.99

1.54

1.59

1.17

1.59

1.28

1.52

Sobre saldo (%)2

2012

1.03

1.03

1.00

1.03

1.09

0.86

1.10

1.10

0.98

1.10

0.99

1.10

Sobre saldo (%)2

2017 (agosto)

SBC. Salario base de cálculo. Monto que se obtiene de dividir entre 6.5% la aportación obrero sin cuota social, patronal y estatal de RCV. Porcentaje anual.

0.92

0.20

0.50

1.60

**

1.70

Sobre flujo (%) del SBC1

2001

FUENTE: elaboración propia con datos de Consar, Información estadística, varios años.

** En este año Inbursa cobró comisiones del 33% sobre el redimiento.

2

Promedio sistema

1.35

1.50

XXI Banorte

SURA

1.70

Profuturo GNP

1.00

Pensionissste

0.90

Metlife

Principal

Invercap

Inbursa

**

1.70

Coppel

Banamex

Sobre saldo (%)2

Sobre flujo (%) del SBC1

1998

Azteca

Afore

ESTRUCTURA DE COMISIONES POR ADMINISTRACIÓN DE CUENTAS

CUADRO 5

300 GLORIA DE LA LUZ JUÁREZ


FONDOS DE AHORRO PARA EL RETIRO

301

CUADRO 6

CRECIMIENTO EN EL VALOR DE LAS COMISIONES

Recursos de los trabajadores* (millones de pesos)

Comisiones cobradas promedio sobre saldo (%)

Decremento anual en las comisiones (%)

Valor anual de las comisiones (millones de pesos)

Incremento en el valor de las comisiones (%)

2008

927 713.50

1.94

17 997.64

2009

1 132 054.60

1.75

-9.79

19 810.96

10.08

2010

1 361 568.70

1.62

-7.43

22 057.41

11.34

2011

1 536 705.70

1.48

-8.64

22 743.24

3.11

2012

1 868 264.60

1.38

-6.76

25 782.05

13.36

2013

2 015 745.70

1.29

-6.52

26 003.12

0.86

2014

2 335 390.60

1.20

-6.98

28 024.69

7.77

2015

2 490 360.40

1.11

-7.50

27 643.00

-1.36

2016

2 699 995.80

1.06

-4.50

28 619.96

3.53

ago-17

2 967 387.40

1.03

-2.83

30 564.09

6.79

FUENTE: elaboración propia con información de Consar. Información estadística, varios años. * Incluye: retiro, cesantía en edad avanzada y vejez de los trabajadores cotizantes al IMSS y al ISSSTE y el ahorro voluntario.

CUADRO 7

UTILIDAD AGOSTO 2017 (MILES DE PESOS)

Banorte

Banamex

SURA

Profuturo GNP

Invercap

Total

Ingresos por 4 303 768.0 3 397 730.3 2 992 403.3 2 695 863.8 1 284 535.1 19 764 825.5 comisiones Costos de afiliación 1 017 673.2 y traspasos Utilidad neta

644 475.7

457 120.0

804 807.1

334 927.7 4 501 863.5

1 769 130.0 1 373 112.1

534 160.9

383 500.7

139 965.5 7 376 581.5

FUENTE: elaboración propia con datos de Consar, información estadística agosto 2017.


302

GLORIA DE LA LUZ JUÁREZ

el cuadro 7. También concentraron 74% de los ingresos por comisiones y el 72.3% de los costos de afiliación y traspasos. Sumados los ingresos por comisiones y los costos de afiliación y traspaso nos arrojan una cantidad de 24 mil 266 millones de pesos, que se erogaron de los recursos de los trabajadores y que si se ve como el costo de adminis­ trar el sistema, resulta bastante alto.

PROPUESTAS DE REFORMAS Faltan cinco años para que se inicie el periodo de pago de pensiones, para los trabajadores que iniciaron su vida laboral en el momento de la reforma del IMSS (1997), y para aquellos que cumplan con el requisito de haber co­ tizado 1,250 semanas, tendrán la posibilidad de exigir el pago de una pensión. El primer trámite que tiene que realizar el trabajador es identificar en qué Afore se encuentra inscrito y saber cuál es el monto de los recursos que lo­ gró acumular durante su vida laboral. Dependiendo de los recursos tiene dos opciones: contratar una renta vitalicia o realizar retiros de manera pro­ gramada. Para ello, tiene que celebrar un contrato con una Afore o con una empresa aseguradora de pensiones. El problema que va a enfrentar es que, conforme a los cálculos que arro­ jan y que ya reconocen distintas instancias, tanto oficiales (autoridades de SHCP, Banco de México, y la propia Consar) como privadas (Amafore, las mis­ mas Afore y aseguradoras), en el mejor de los casos el trabajador recibirá como pensión el equivalente al 30% de su último salario. A partir de esta situación es que se ha levantado la voz de alarma y se sugiere una reforma urgente, que contemple los siguientes aspectos: 1. La OCDE propone elevar paulatinamente el porcentaje de cotización obligatorio, el referente que toma es que con una aportación promedio de entre el 13 y 18% durante 40 años, se lograría una tasa de reemplazo de 50%. Ejemplos comparativos de porcentajes de cotización y tasas de reemplazo para distintos países se muestra en el cuadro 8. En últimos meses Chile nos ha dado muestras de inconformidad por parte de los trabajadores, que han salido a la calle a manifestarse en contra de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), en virtud de que reci­ ben como pensión el equivalente a 5 600 pesos mexicanos al mes y el sala­ rio mínimo en Chile es equivalente a 6 830 pesos mexicanos. En general están recibiendo una tasa de reemplazo equivalente al 34% del último sa­ lario, esto hizo que desde 2008 se adoptara una medida emergente que sig­


FONDOS DE AHORRO PARA EL RETIRO

303

CUADRO 8

TASAS DE CONTRIBUCIÓN Y DE REMPLAZO EN VARIOS PAÍSES País

Tasa de reemplazo %

País

Tasa de contribución %

España

89.5

Suecia

19.7

China

80.5

Noruega

18.1

Brasil

76.4

Israel

15.0

Israel

68.8

Australia

12.0

Dinamarca

66.4

Dinamarca

12.0

Suecia

63.6

Colombia

11.5

Noruega

60.2

Uruguay

11.5

Estonia

59.8

El Salvador

10.8

Australia

58.0

Chile

10.0

Alemania

50.0

Perú

10.0

Estados Unidos

44.8

Rep. Dominicana

8.0

Japón

40.4

México

6.5

Reino Unido

38.3

Estonia

6.0

Chile

37.7

Eslovaquia

6.0

México

26.0

Costa Rica

4.3

Fuente: OCDE.

nificó inyectar recursos para aumentar las pensiones al 45% del último salario recibido. En agosto de 2017 la presidenta Bachelet anunció una serie de medidas, entre ellas incrementar la tasa de cotización, del 10 al 15%, 5% adicional que aportarán los patrones, 3% que irá directo a las cuentas individuales de cada trabajador y el 2% restante que se destinará a mejorar las pensiones de los actuales jubilados. Con tales medidas la propuesta del gobierno con­ sidera que se mejorarán las pensiones del 90% de los jubilados en un 20%. Aun con esa medida las pensiones quedan por debajo del salario míni­ mo, equivalente a 6 720 pesos mexicanos frente a los 6 830 que es el salario mínimo. Los datos anteriores nos brindan una lección de lo que nos depara en el país, a pocos años de que se empiecen a pagar las pensiones bajo el régimen de capitalización de cuentas individuales de contribución definida (CD),


304

GLORIA DE LA LUZ JUÁREZ

se sabe cuánto se cotiza para tener derecho a una pensión, pero no se sabe cuánto se va a recibir, ya que esto va a depender del volumen de los recur­ sos acumulados en la cuenta en el momento del retiro. De ahí que la solución que propone OCDE no es del todo viable, aun cuando se incrementen las cotizaciones, no es garantía de que se vayan a pagar mejores pensiones, además de que incrementar las cotizaciones sig­ nifica quitarle recursos al trabajador que ya de por sí recibe bajos ingresos. Información del IMSS muestra que el 62% de los cotizantes se encuentra entre uno y tres salarios mínimos, lo que en parte refleja la elusión fiscal, ya que dan de alta al trabajador con un salario inferior al que realmente percibe para cotizar menores cuotas. ¿Qué pasa si el trabajador cumple con los requisitos exigibles para tener derecho a una pensión y los recursos son insuficientes? El gobierno recoge los recursos y le otorga una pensión mínima que fue a lo que se comprome­ tió en el momento que se hizo la reforma. Es aquí que surge el cuestionamiento, ¿en qué sentido fue benéfica la reforma? El principal usuario de los recursos de los trabajadores a lo largo de los 20 años de existencia del sistema ha sido el gobierno federal, el uso de esos recursos le ha significado tener que hacer el pago de las respectivas ren­tabilidades, y tendrá que hacerse cargo del pago de la pensión mínima garantizada para todos aquellos trabajadores que aún cumpliendo con los requisitos de 1 250 semanas cotizadas, los recursos acumulados no sean suficientes para el pago de una pensión, misma que será de un salario míni­ mo de julio de 1997, ajustado por la inflación. 2. Incentivar el ahorro voluntario. En este punto destaca la propuesta de que las aportaciones adicionales que hagan el patrón y el trabajador sean dedu­ cibles al 100%. Modificar la Ley del Infonavit, del IMSS y la Ley del SAR para permitir traspasos, fijando un límite, de la subcuenta de vivienda a la subcuenta de cesantía y vejez, como aportación voluntaria o complemen­ taria. Esta propuesta la hace el centro de estudios y de opinión pública de la Cámara de Diputados. Otros agentes como la Amafore, la Consar, el Ciep, la Fiap, abogan en este mismo sentido. 3. La Amafore propone que se establezca en el país un Sistema Nacional de Pensiones donde se reconozca toda la vida laboral del trabajador y sus cotizaciones, de esa manera el trabajador al cambiar de empleo no perdería derechos en el fondo, lo que está proponiendo es que todos los traba­ jadores de todos los sistemas pensionarios que existen en el país migren al régimen de cuentas individuales, independientemente del patrón, sea pri­ vado, gobiernos estatales o gobierno federal.


FONDOS DE AHORRO PARA EL RETIRO

305

4. Un aspecto que ha sido poco tratado es el caso de los planes privados de pensiones (PPP), que son planes que algunas empresas ofrecen a sus tra­ bajadores. En palabras del director de soluciones institucionales de la Afore Principal, Francisco Villa Jasso, “estos planes son el recurso más eficiente para que los trabajadores puedan hacer crecer su retiro, pero son las empre­ sas las que deben ofrecer este esquema, que por ahora y por falta de incen­ tivos fiscales representan un universo muy pequeño de tan solo 2 017 PPP”. Y agrega “un PPP bien invertido puede tener acceso a más de diez mil ins­ trumentos en diversos mercados y distintos tipos de activos” (El Financiero, 25 de abril, 2017). Propone que para incentivar la creación de este tipo de planes y estimular a los ya existentes, se permita a las empresas deducir hasta el 53% de lo que aportan, y las portaciones de los trabajadores que tengan una deducibilidad del 100 por ciento. En particular, algunas propuestas de cambio en el ámbito de la regula­ ción: i) La OCDE propone que se hagan reformas al marco regulador de la Consar y de la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas (CNSF) en términos de estrategias y restricciones de inversión de las Afore y rentas vitalicias. ii) Por su parte, el Centro de Estudios y de Opinión Pública de la Cáma­ ra de Diputados propone fortalecer las funciones de la Consar en el sen­tido de brindarle facultades para resolver conflictos de las cuen­ tas individuales, designar recursos a esta entidad para que pueda difundir y promocionar la necesidad de robustecer la cuenta indivi­ dual, emitir disposiciones para permitir a las Siefore diversificar las inversiones. iii) Otro aspecto importante sobre el que se ha insistido es que hay poca competencia y que la normativa adoptada por las autoridades lo ha propiciado, pues lejos de aumentar el número de administradoras, éste se ha reducido. El sistema inició con 14 empresas, su número máximo fue de 21 en 2008 y actualmente solamente existen 11, co­ mo se muestra en el cuadro 9. El mercado de las Afore es un mercado oligopólico, altamente concen­ trado que se ha ido estrechado y su comportamiento se atribuye a que el gobierno en 2008 limitó el cobro de comisiones, eliminando la comisión que se cobró durante diez años, sobre flujo y dejando solamente la que se cobra sobre el saldo acumulado, lo que favoreció a algunas de las empresas ya existentes, limitó el ingreso de nuevas e incluso propició la desaparición de otras.


306

GLORIA DE LA LUZ JUÁREZ

CUADRO 9

EVOLUCIÓN DE LAS AFORE (1998-AGOSTO 2017)

1998

2003

2008

2013

2017

1

Actinver

Actinver

2

Bital

Allianz Dresdner

Afirme Bajío

Afirme Bajío

3

Bancrecer Dresdner

Azteca

Ahorra Ahora

4

Banamex Aegon

Banamex

Argos

5

Bancomer

Bancomer

Azteca

Azteca

Azteca

6

Garante

Banorte Generali

Banamex

Banamex

Banamex

7

Génesis Metropolitan

ING

Bancomer

8

Inbursa

Inbursa

Banorte Generali

9

Principal

Principal

Coppel

Coppel

Coppel

10

Profuturo GNP

Profuturo GNP

De la Gente

11

Santander Mexicano

Santander Mexicano

HSBC

12

Sólida Banorte Generali

Inbursa

Inbursa

Inbursa

13

Tepeyac

ING

14

XXI

XXI

Invercap

Invercap

Invercap

15

Zurich

IXE

16

Metlife

Metlife

Metlife

17

Pension ISSSTE

Pension ISSSTE

Pension ISSSTE


FONDOS DE AHORRO PARA EL RETIRO

307

CUADRO 9 (CONTINUACIÓN)

1998

2003

2008

2013

2017

18

Principal

Principal

Principal

19

Profuturo GNP

Profuturo GNP

Profuturo GNP

20

Scotia

Sura

Sura

21

XXI

Banorte XXI

Banorte XXI

Total

14

12

21

12

11

FUENTE: Consar. Información Estadística, varios años.

Esta es una característica que prevalece en países del entorno, donde se permite que este tipo de empresas cobre elevadas comisiones. CONCLUSIONES • Es necesario que se adopte una política que atienda de manera integral el problema de las pensiones a nivel nacional. Los cambios que se puedan hacer al actual régimen de capitalización individual pueden ser útiles, pero sus efectos sobre el problema real que es el pago de pen­siones estará muy lejos de que se resuelva. • Las reformas que se proponen en general apuntan a incrementar las cotizaciones. En algunos casos, consideran que es el trabajador quien debe hacer esas aportaciones, como lo plantea el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de la Cámara de Diputados, que opina que las aportaciones de los trabajadores deben aumentar desde 1.125% que cotiza, hasta el 4.5%, con lo que la aportación llegaría a 9.8%. Sin embargo, esto no es garantía para que se logre una pensión suficiente que cubra los gastos en la vejez. • Actualmente ya se ha reconocido tanto por autoridades del gobierno como por organismos internacionales, que la reforma a la Ley de IMSS (1997) y a la Ley del ISSSTE (2007), para dar cabida al sistema de ca­ pitalización de cuentas individuales, ha sido una reforma parcial, que si bien transitoriamente ha quitado presión a las finanzas públicas por el lado de los trabajadores afiliados a estos institutos, aún está por ver su eficiencia al momento que se empiece a requerir el pago de pensiones.


308

GLORIA DE LA LUZ JUÁREZ

BIBLIOGRAFÍA Arena Pública (2017), “¡Hey México! ¿ya viste cómo Chile enfrenta la crisis de su sistema de pensiones?”, 11 de agosto, disponible en <http://arena­ publica.com/articulo/2017/08/11/6805/la-crisis-de-pensiones-en-chilese-parecen-las-afores>, consultado el 12 de septiembre de 2017. Cámara de Diputados LXIII Legislatura (2017), “El presupuesto público federal para la función protección social, 2016-2017”, México. Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública, Cámara de Diputados LXIII Legislatura, “Pensiones y jubilaciones en México: situación actual, retos y perspectivas”, disponible en <www.diputados.gob.mx/cesop>, consultado el 4 de julio 2017. Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (2017), “Las pensio­ nes en México, 100 años de desigualdad”, disponible en <www.ciep. mx>, consultado el 2 agosto de 2017. Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), “Informa­ ción estadística. Varios años”, disponible en <www.consar.gob.mx>. Diario Oficial de la Federación (2017), 19 de septiembre. El Financiero (2017), 25 de abril, disponible en <www.financiero.com.mx>, consultado el 9 de junio de 2017. Federación Internacional de Administradoras de Fondos de Pensiones (FIAP) (2017), “Marcha de los sistemas de pensiones”, Boletín núm. 5, dis­ponible en <www.fiapinternacional.org>. Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), “Memoria Estadística”, varios años, México. Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) (2010), “Encuesta Na­ cional de Ingreso y Gasto de los Hogares”, México, disponible en <www. inegi.gob.mx>. Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) (2016), “Estudio de la OCDE sobre los sistemas de pensiones: México”. Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) (2016), “OECD Pension Outlook”.


LAS REMESAS Y EL CRECIMIENTO ECONÓMICO* MORITZ CRUZ**

INTRODUCCIÓN ¿Cuáles son los efectos económicos de las remesas en el país receptor? Ésta es una de las interrogantes más abordadas por la literatura desde que dichas transferencias empezaron a ganar relevancia, a principios de la década de 1970, en primer lugar en Europa y en las economías no petroleras del Medio Oriente (Russell, 1986; Choucri, 1986). Al respecto, uno de los consensos es que las remesas tienen efectos positivos en el crecimiento económico debido a que la mayoría de los recursos recibidos son consumidos en bienes y servicios, incrementando así la demanda agregada, dejando por lo tanto muy poco, casi nada, para la inversión o el ahorro (Adams Jr. y Page, 2005; Solimano, 2005; Banco Mundial, 2016; Cruz y Salazar, 2013, entre otros). En esta tesitura, se ha destacado que la naturaleza contracíclica de las remesas tiene un papel relevante como suavizante del consumo, particularmente en las épocas de astringencia económica en el país receptor. Al ser fuente de ingresos, las remesas también han sido importantes para reducir el nivel, la profundidad y la severidad de la pobreza, aunque no necesariamente la pobreza estructural (Adam Jr. y Page, 2005;1 Kapur, 2003). * Ésta es una versión revisada y actualizada de mi trabajo del mismo título publicado en José Luis Calva (ed.), Colección de análisis estratégico para el desarrollo, vol. 6, México, Juan Pablos, 2012, pp. 242-257. ** Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM. 1 En este estudio, que incluye a México, los autores sugieren que en promedio un incremento de 10% en la participación de la migración internacional de un país lleva a una reducción de 2.1% en la proporción de la gente viviendo con menos de un dólar diario. [309]


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Asimismo, se ha destacado que las remesas podrían beneficiar el crecimiento en el largo plazo si parte de las mismas fueran empleadas en educación, generando una fuerza laboral más preparada. Desafortunadamente no existe garantía de que los recursos sean utilizados de tal manera, y aun cuando así fuese, tampoco existe garantía de que la residencia final de los nuevos trabajadores sea su país de origen. Del mismo modo, algunos estudios apuntan que las remesas pueden tener un efecto negativo en el crecimiento al desincentivar la oferta de los (potenciales) trabajadores. Así, el efecto positivo de las remesas por la vía del consumo puede ser contrarrestado al incentivarse un mercado laboral restringido (Chami et al., 2003). Un aspecto más sobre la potencial contribución de las remesas al cre­ cimiento económico en el corto y largo plazos radica en su creciente relevancia como fuente de divisas, especialmente cuando se compara con otros flujos de capital externo, los cuales suelen ser inestables. Las divisas, recordemos, son fundamentales para financiar las importaciones asociadas al proceso de expansión y desarrollo económicos. En este sentido, las remesas pueden contribuir a aliviar la potencial restricción el crecimiento económico de la balanza de pagos (Thirlwall, 2003a, 2003b). No podemos omitir, desde luego, el conjunto de trabajos que señala que también pueden tener efectos nocivos o incluso contribuir negativamente en el crecimiento. Uno de ellos se da a través de la conocida “enfermedad ho­ landesa”, es decir mediante su posible impacto negativo en el tipo de cambio y el subsecuente efecto en la competitividad de los bienes comerciables. Los estudios de Amuedo-Dorantes y Pozo (2004) y Lartey et al. (2012), para economías en desarrollo y en transición, por ejemplo, sugieren que las re­ mesas tienen un efecto negativo en la competitividad del sector exportador por medio de apreciaciones en el tipo de cambio (Bourdet y Falck, 2006, para el caso de Cabo Verde). El estudio de Buckley y Trouth (2012), usando encuestas de hogares de Tayikistán del periodo 1999-2007, encuentra que los hogares que reciben remesas no son económicamente más estables ni más ricos o más emprendedores que aquellos que no reciben remesas. Sus resultados apuntan a que éstas no contribuyen al crecimiento económico. Finalmente, el trabajo teórico de Alonso y Sovilla (2014) indica que el mul­ti­ plicador de las remesas en el producto es -1, es decir, las remesas contribu­yen negativamente al crecimiento económico. El interés de este trabajo es, precisamente, discutir si los flujos por concepto de remesas contribuyen, y de qué manera, al crecimiento económico. En este proceso se hace referencia al caso de la economía mexicana, la cual es una de las principales receptoras de remesas. El capítulo está estructurado en cuatro secciones, incluyendo la presente introducción. La siguiente sección describe cómo las remesas contribuyen


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al crecimiento económico y pone de relieve al respecto el caso de la economía mexicana. La sección tres presenta un conjunto de estrategias de política que permitirían a las remesas tener un impacto de largo plazo en el crecimiento económico. La última sección presenta las conclusiones. ¿CÓMO PUEDEN LAS REMESAS CONTRIBUIR AL CRECIMIENTO ECONÓMICO?2 De acuerdo con los modelos de crecimiento liderados por la demanda, el crecimiento económico está determinado por la expansión de la demanda agregada, porque ella marca la evolución de las variables fundamentales del crecimiento económico; es decir, la acumulación de capital, la fuerza de tra­ bajo y la productividad de ambos factores de producción.3 En este sentido, la contribución de las remesas al crecimiento puede evaluarse por medio de su impacto, directo o indirecto, en alguna de dichas variables. Como señalamos, tanto para México como para la generalidad de las eco­ nomías receptoras de remesas, se ha encontrado que la mayoría de los recursos recibidos por los hogares es gastado en el consumo de bienes y servicios (principalmente para satisfacer necesidades básicas) y en bienes inmuebles (Serrano, 2000). Por ejemplo, de acuerdo con Coronado (2004), 80% de los ingresos recibidos por los hogares mexicanos es consumido en comida, ropa, salud, transporte, educación y gastos de la casa.4 El resto de los recursos es utilizado en inversiones de capital o es canalizado al ahorro. 2 Aunque ponemos el énfasis en los impactos positivos de las remesas en el crecimiento económico, reconocemos que existen efectos adversos asociadas a las mismas que pueden superar dichos beneficios. Uno de ellos, como lo destacamos, es la materialización de la “enfermedad holandesa” o bien el potencial desincentivo de la fuerza laboral. Pero existe también el costo que tiene para el crecimiento de una economía, particularmente en el largo plazo, expulsar a su mano de obra. Éste es, sin lugar a dudas, el recurso productivo más importante, por lo que “regalarle” a otras economías dicho recurso (en ocasiones altamente calificado) implica una pérdida enorme, imposible de resarcirse mediante la simple trasferencia de recursos monetarios (véase por ejemplo Clemens y Mckenzie, 2017). 3 Lo anterior puede ilustrarse en los siguientes ejemplos. En el modelo Harrod-Domar, la tasa actual de crecimiento g está determinada por la razón ahorro-ingreso (s) y el coeficiente capital-producto (v), es decir g = s/v (Thirlwall, 2003a; Perkins et al., 2001), las cuales son endó­ genas a la demanda agregada. Lo mismo ocurre en un modelo kaleckiano, donde la tasa de crecimiento del producto de mediano y largo plazos (r) está determinada por la tasa de inversión bruta (i), el coeficiente capital-producto (k), la tasa de depreciación (d) y la tasa de crecimiento de la producción que una economía puede obtener si emplea mejor y más eficientemente el capital existente (u), es decir: r = i + u – d. k

El estudio de Arrollo y Berumen (2000) indica que de 92 a 95% de las remesas recibidas en México es destinado al consumo, el pago de renta o la compra de vivienda. 4


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Estos datos permiten sugerir que las remesas pueden contribuir al crecimiento mediante dos vías. La primera a través de mantener o expandir la demanda agregada, por la vía del consumo. Si la demanda agregada se mantiene o expande, gracias al consumo impulsado por las remesas, es posible que la inversión y la productividad mantengan o aumenten su nivel, por lo que el crecimiento económico se verá afectado positivamente. Incluso si el consumo aumenta, pero las demás variables de la demanda permanecen sin cambio, habrá una contribución positiva al crecimiento. La segunda vía directa por la cual las remesas pueden contribuir al crecimiento es mediante la expansión de la inversión. En este caso, no obstante, los datos indican que sólo un remanente de las remesas se destina a dicho rubro, menor a 10% del total. En el nivel macroeconómico, entonces, las remesas, por la vía de la inversión, coadyuvan al crecimiento económico. Pese a lo anterior, y debido a que generalmente las zonas rurales concentran la recepción de remesas, es posible esperar que la inversión sí registre incrementos importantes en tales regiones, y su impacto, de hecho, suele magnificarse cuando el gobierno local establece programas paralelos para promo­ ver el uso de las remesas en proyectos de inversión. Coronado (2004), por ejemplo, destaca que las remesas en México son responsables de alrededor de 27% del capital invertido en microempresas en las zonas urbanas y que dicho porcentaje puede llegar hasta 40% en las localidades que registran las tasas de migración más elevadas, como Zacatecas, Michoacán y Guana­juato (Kapur, 2003).5 En este sentido, es posible argumentar que la contribu­ción de las remesas al crecimiento regional puede ser significativa, aunque no necesariamente en el nivel agregado.6 Finalmente, dada la importante fuente de recursos externos (divisas) que las remesas representan,7 es posible considerar su contribución al crecimiento al proveer las divisas para pagar la factura de la demanda de impor­ 5 Destacan en Zacatecas el Programa Dos por Uno, instituido en 1992 y el Fondo de Inversión y Reinversión creado en 1998. En Jalisco se creó el Fideraza y en Guanajuato opera desde 1996 el programa Mi Comunidad (Arrollo y Berumen, 2000). 6 El-Sakka y Mcnabb (1999) señalan que para determinar la contribución de las remesas al crecimiento es necesario conocer los determinantes macroeconómicos de los envíos. Cuando los diferenciales en la tasa de interés y el tipo de cambio son significativos, como en el caso de Egipto, se puede argumentar que las remesas están destinadas al ahorro o a la inversión, y en este sentido a impactar positivamente en el crecimiento. Éste es también el caso de Cabo Verde, donde la mayor parte de las remesas es motivada por los rendimientos que ofrecen las cuentas de ahorro locales (Bourdet y Falck, 2006). 7 De acuerdo con el Banco Mundial (2016:vii), las remesas enviadas a las economías en desarrollo llega a 441 billones de dólares, mismos que representan tres veces la ayuda oficial o es superior a 25% del PIB en unas 25 economías.


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taciones por consumo e inversión, aliviando así las presiones en la balanza de pagos. En este sentido, las remesas, al ser un flujo de recursos significativo, estable y creciente, permiten financiar una parte de las importaciones, recurriendo así en menor medida al ahorro externo, el cual suele ser muchas veces muy caro y volátil. De esta manera, las remesas contribuyen a aliviar la restricción al crecimiento económico emanada de la balanza de pagos. Evidentemente, sólo si las remesas financian bienes de capital o insumos de producción, es posible argumentar que están contribuyendo al desarrollo económico. De otra forma, sólo alivian la restricción externa al crecimiento permitiendo que la tasa de crecimiento observada se mantenga sin presiones provenientes de la balanza de pagos. Es decir, las remesas coadyuvan exclusivamente al crecimiento aliviando el déficit comercial, pero no al desarrollo económico. El-Sakka y Mcnabb (1999) encuentran para el caso egip­cio que las importaciones financiadas a través de remesas tienen una elevada elasticidad ingreso, lo cual sugiere que esas importaciones son en bie­ nes durables y de lujo, cuya demanda proviene de los grupos de altos ingresos. Este tipo de importaciones, poco o nada contribuyen a expandir o actualizar la capacidad productiva, por lo que su efecto en el desarrollo, como destacamos, es nulo. Como puede verse, en suma, la contribución al crecimiento de las remesas predomina a través de mantener o expandir la demanda agregada y en el nivel regional mediante una mayor inversión. Desde la perspectiva de las divisas, las remesas permiten financiar el déficit externo, pero pueden contribuir al desarrollo económico sólo si las divisas financian bienes de capital o insumos productivos importados. Algunas reflexiones sobre el caso de la economía mexicana En México, el debate acerca de la contribución de las remesas al crecimiento económico empezó a ganar fuerza desde finales del siglo pasado debido a su creciente volumen. La década de 1990, por ejemplo, vio importantes incrementos en dichas transferencias. Entre 1991 y 1994, las remesas se in­ crementaron en mil millones de dólares, al pasar de tres mil millones en 1991 a 4.1 mil millones de dólares en 1994. Esta dinámica se magnificó en esa misma década debido a que en tan sólo un año, entre 1997 y 1998, las reme­ sas crecieron nuevamente mil millones de dólares, pasando de 5.5 a 6.5 mil millones de dólares. La tasa de crecimiento promedio de las remesas durante la década de 1990 fue de 9.3%. Por su parte, desde la década del 2000, las remesas mantuvieron un ritmo de crecimiento importante. En 2001 y 2003, por ejemplo, la tasa de crecimiento de las remesas fue de 35 y 51%,


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respectivamente, ubicando el monto total en 10 y 16.7 mil millones de dó­ lares, respectivamente. En 2007 alcanzaron 27 mil millones de dólares, y aunque su ritmo de expansión cayó en 2008 y 2009, debido a la crisis glo­ bal mundial, fueron recuperándose paulatinamente hasta sobrepasar el nivel de los años precrisis, llegando a casi 28 mil millones de dólares en 2016 (véase la gráfica 1).8 De hecho, no obstante los dos años de declive y la lenta recuperación que le siguió, la tasa de expansión de las remesas entre 2000 y 2016 fue de 9.9% promedio anual, por encima del crecimiento de la década previa. Las remesas, asimismo, están a la par o por encima de los recursos provenientes de la inversión extranjera directa o del turismo. GRÁFICA 1

MÉXICO: REMESAS (1980-2016) (MILES DE MILLONES DE DÓLARES) 35 30 25 20 15 10

0

1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016

5

FUENTE: Banco Mundial, Indicadores de desarrollo mundial, disponible en <http://databank. worldbank.org>.

El creciente envío de remesas como puede observarse en la gráfica 2, han ido ganado constantemente relevancia en términos del PIB, llegando a representar alrededor de 2.7% en 2016, mismo nivel de 2006, previo a la 8 El volumen de remesas en México se ha incrementado debido a, entre otros factores, la creciente migración (400 mil personas en promedio anual han salido del país durante el periodo 2001-2005), a un desarrollo y mejoría considerable en las medios de transferencia formales, resultando en mayor competencia y menores costos (el costo de los envíos ha disminuido 60% desde 1999), y a los mejoramientos en la forma en que las remesas son reportadas por las institu­ ciones financieras al Banco de México (Kapur, 2003; De Luna, 2005; Banco Mundial, 2006). En un trabajo interesante, Clemens y McKenzie (2014) arguyen que el crecimiento de las remesas en el nivel global es una mera ilusión debido a la forma en que se miden, creando cambios en las magnitudes no en los flujos.


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GRÁFICA 2

MÉXICO: REMESAS (1980-2016) (% DE PIB) 3.0 2.5 2.0 1.5 1.0 0.5

1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016

0.0

FUENTE: Banco Mundial, Indicadores de desarrollo mundial, disponible en <http://databank. worldbank.org>.

crisis mencionada. En este sentido, es lógico cuestionar de qué forma y cómo dichos recursos han impactado la dinámica de la evolución reciente de la economía mexicana. En el caso de la contribución de las remesas al crecimiento por la vía del consumo, es necesario destacar lo siguiente. Contrario al comportamiento estable y creciente de las remesas, el consumo privado de los hogares mexica­ nos ha sido inestable y con marcados altibajos durante el periodo 1980-2016 (véase la gráfica 3). Aunque en términos absolutos es posible argumentar que el consumo privado ha mantenido una tendencia creciente, incluidas marcadas caídas asociadas a periodos de crisis (en 1995 y en 2009), es cla­ ro su estancamiento cuando se observa su participación como porcentaje del PIB. En particular, a raíz de la crisis de 1994-1995, el consumo privado no ha podido alcanzar su nivel precrisis, y aunque hay una pequeña recuperación entre 2000 y 2002, desde entonces la tendencia es claramente a la baja. De hecho, la participación del consumo en el PIB en 2016 (66.3%) es prácticamente la misma que en 1995 (65.7%). Esto es un reflejo del poco empleo generado en el periodo, así como del estancamiento de los salarios. Dicho lo anterior, y de acuerdo con la visión de los modelos de crecimiento liderados por la demanda ya esbozado, es posible sugerir que las remesas han jugado un papel particularmente importante en el consumo a partir del final de la crisis de 1994-1995. Esto porque a partir de este evento


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GRÁFICA 3

MÉXICO: CONSUMO PRIVADO (1980-2016) (LOGARITMOS Y % DEL PIB) 30.0

74.0

29.8

72.0 70.0 68.0

29.4

66.0

29.2

64.0

29.0

62.0 60.0

28.8

58.0

28.6

56.0 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016

28.4

% PIB

Logs

29.6

Logs

54.0

%PIB

FUENTE: Banco Mundial, Indicadores de desarrollo mundial, disponible en <http://databank. worldbank.org>.

el consumo privado se contrae, mientras las remesas inician, como señalamos arriba, un crecimiento explosivo y una evolución contracíclica. Más aún, de no haber existido este boom de las remesas, reflejado en su creciente participación en el PIB, es probable que el consumo privado hubiera exhibi­do menores niveles de participación en la economía, con lo cual el crecimiento económico observado a partir de 1996 hubiera sido considerablemente menor. Recordemos que casi la totalidad de los ingresos recibidos por los hogares mexicanos por concepto de remesas son gastados en comida, ropa, salud, transporte, educación y gastos de la casa. El resto es utilizado en inversiones de capital o es canalizado al ahorro (Coronado, 2004; Serrano, 2000). En suma, a partir de 1996 las remesas han sido un amortiguante del consumo privado. En un trabajo reciente, Cruz y Salazar (2013) elaboran una investigación empírica sobre la contribución de las remesas a la economía mexicana desde una perspectiva de la demanda; más precisamente evalúan si el consumo ha tenido un efecto positivo en el crecimiento en el corto y largo pla­ zos. Utilizando datos trimestrales de 1996 a 2010, estiman una función del consumo incluyendo, entre otras, a las remesas como variables independien­ tes. Encuentran que tanto en el corto como en el largo plazo, las remesas han tenido un impacto positivo en el consumo y, por lo tanto, en la demanda y el crecimiento económico. Destacan, en particular, que el efecto de las


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remesas es mayor en el corto que el largo plazo y es además contemporáneo, es decir sin rezago. En otras palabras, las remesas afectan inmediatamente el consumo. En este sentido, no es sorprendente que el Banco de México (2017) haya destacado que las remesas aportaron una cuarta parte del crecimiento del PIB durante 2016. Dicha contribución, de acuerdo con el documento, fue mucho mayor en la zona centro-norte del país, región altamente dependien­ te de las remesas, donde aportaron una tercera parte del crecimiento ahí registrado. Respecto a la relevancia de las remesas como fuente de divisas, se puede señalar que gracias a su flujo constante e ingente, éstas han contribuido a financiar el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos, mismo que se ha mantenido en un margen bastante bajo como porcentaje del producto, no mayor a 3% entre 1996 y 2016. Lo anterior es relevante toda vez que dichas divisas permiten la expansión económica sin necesidad de contraerla. Es decir, una economía con flujo constante de divisas puede crecer por encima de aquella tasa consistente con el equilibrio externo. Generalmente, cuando una economía crece por encima de su tasa de crecimiento con equi­ librio externo y enfrenta escasez de divisas, debe contraer la demanda (por ejemplo a través de recortes del gasto público), con lo cual frena su tasa de crecimiento (Thirlwall, 2003). Los flujos de capital externos, como las re­ mesas, son en este sentido muy importantes. Pese a lo anterior, debemos reiterar que las remesas al ser gastadas también contribuyen al déficit comercial. Esto es particularmente importante en economías con elevada elasticidad ingreso de la demanda por impor­ taciones. Cuando esta condición se cumple, será muy difícil revertir el déficit en cuenta corriente ya que tenderá a mantenerse como resultado de los flujos constantes de capital externo (remesas, por ejemplo) al incrementar el consumo (y la inversión). Éste es el caso de la economía mexicana, la cual ha creado una gran dependencia de las importaciones en toda su estructura productiva y de consumo. De hecho, se estima que la elasticidad ingreso de las importaciones en la economía mexicana es bastante elevada, de alrededor de 3, lo cual implica que por cada punto porcentual de crecimiento económico, la demanda por importaciones se triplica. En suma, es posible argumentar que las remesas contribuyen al crecimiento al expandir el consumo y al relajar la restricción externa al cre­ cimiento que emana de la balanza de pagos. No obstante, el hecho de que la economía mexicana tenga una elevada elasticidad ingreso de la demanda sugiere que mucho de las importaciones son de bienes suntuarios, con lo cual es factible inferir que el beneficio de las remesas en el crecimiento y de­ sarrollo económico se diluye por dicha vía.


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LAS REMESAS Y EL CRECIMIENTO ECONÓMICO: ALGUNAS ESTRATEGIAS DE POLÍTICA PARA LA ECONOMÍA MEXICANA

El análisis precedente nos lleva a sugerir alternativas de política que pueden implementarse para que las remesas incidan positivamente en el crecimiento económico de manera más efectiva. En primer lugar, derivado del impacto de las remesas en el consumo de bienes importados, y su posterior efecto en la cuenta corriente, está la alternativa de implementar medidas enfo­ cadas a disminuir la elasticidad ingreso de las importaciones. Si los hogares que reciben las remesas tuvieran la alternativa de consumir (o in­vertir) en bienes producidos localmente, el efecto multiplicador se magnifi­caría alentando la demanda y el empleo, reduciendo al mismo tiempo el déficit comercial. La estrategia de las autoridades en los niveles local y federal podría consistir en estimular la producción local de los bienes consumidos por los hogares receptores de remesas y, paralelamente, orientar a los mismos en oportunidades de inversión. En este sentido, el mejoramiento, la reorienta­ ción y la profundización de programas ya establecidos por gobiernos locales podrían constituir la base para inducir las remesas hacia actividades productivas. De hecho, Arrollo y Berumen (2000) destacan que cuando las re­ mesas son canalizadas hacia proyectos de inversión, por un lado, tienen un efecto multiplicador mayor al generar también incrementos en la demanda final, derivados del nuevo ingreso resultante de la propia inversión productiva y, por el otro, tienen un costo bajo para el gobierno ya que no existen programas ni incentivos para el envío de remesas. El empuje a la producción podría darse por medio, entre otros, de estímulos fiscales, créditos preferenciales o apoyos en la adquisición de tecnologías a nuevas empresas o a las ya existentes. Es importante destacar que dicho apoyo, para ser fructífero en términos de desarrollo, deberá estar condi­ cionado a la producción en un determinado tiempo de bienes competiti­vos. Las actividades que podrían estimularse, de acuerdo con los resultados de las encuestas aplicadas por el Conapo a los emigrantes y que indica, entre otros datos, en qué son gastadas e invertidas las remesas, serían la tex­til, la construc­ ción, la agropecuaria y la forestal. Como parte de esta estrategia también debe ponderarse la participación que las asociaciones de receptores de remesas puedan tener en la orientación de los recursos. De acuerdo con el Banco Mundial (2006:94) dichas asociaciones pueden ser valiosos apoyos en el desarrollo para los gobiernos, el sector privado y las comunidades, pero más importante es que pueden funcionar como complemento para fortalecer los sistemas financieros y de inversión, promover mayores estándares de transparencia y responsabilidad


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y de trabajo. En este sentido, el objetivo de las asociaciones incluiría también mayor inversión en infraestructura y en proyectos generadores de ingresos. Aunque el impacto de una estrategia de este tipo sería inicialmente regio­ nal, sus beneficios podrían propagarse en el ámbito nacional si las industrias impulsadas son capaces de producir de forma competitiva, satisfaciendo eventualmente la demanda del resto de la economía. En suma, y de esta manera, se esperaría que la demanda por importaciones se redujera al mismo tiempo que se impulsa la dinámica empresarial y la creación de empleos en las zonas de mayor migración. De manera paralela, podría incrementarse el ahorro, generando así fondos para la acumulación de capital. En este caso, las autoridades deberán trabajar en dos frentes. Por un lado, fomentar el uso de canales formales en los envíos y recepción de las remesas. Esto es algo en lo cual México ha estado trabajando. Se tiene en marcha, a cargo de la Procuraduría Federal del Con­ sumidor y de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usua­ rios de Servicios Financieros, la herramienta electrónica “Quién es quién en el envío de dinero” (disponible en <https://www.profeco.gob.mx/envio/ envio.asp>), informando sobre los costos para transferir remesas de Estados Unidos. Más aún, desde 1999 México ha logrado disminuir 60% el costo de los envíos (42% en sólo tres años). De hecho, según De Luna Martínez (2005), México es junto con Filipinas de los países más competitivos en cuanto a costos de envíos. El segundo frente, y quizá más relevante, consiste en ampliar la red de instituciones financieras a todas las regiones receptoras de remesas con el objeto de captar ahorro, pero también con la intención de que esa intermediación brinde a los hogares los instrumentos financieros que les permitan realizar actividades productivas. De acuerdo con De Luna Martínez (2005), existe evidencia de que una parte importante de los hogares que reciben remesas no tienen la opción de ahorrar en instituciones financieras formales. Del mismo modo, Arrollo y Berumen (2000:347) destacan que durante el periodo 1980-2000 la escasez de ahorro y financiamiento regional, así como las altas tasas de interés, han obstruido la inversión productiva en estas áreas. De hecho, según Kapur (2003), menos de uno entre cada cinco mexicanos tiene una cuenta bancaria y muchas de las áreas rurales del cen­ tro de México, de donde parten la mayoría de los trabajadores hacia Estados Unidos, carece de alguna sucursal bancaria. Con acceso a instrumentos de ahorro e inversión, las familias receptoras podrían, por ejemplo, usar su ingreso como base para adquirir seguros de vida o de daños y convertirse así en sujetos de crédito para financiar proyectos de inversión. Es importante destacar que si bien lo anterior permitiría incrementar el ahorro, para efectivamente incrementar el stock de capital las autoridades


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deberán trabajar paralelamente en la promoción y coordinación de las oportunidades de inversión, ya que ésta no está determinada principalmente por el ahorro, ni el financiamiento de los niveles de ahorro. Sin embargo, el financiamiento es fundamental en los niveles de inversión (Studart, 1995). Recordemos que los bancos financian en función de sus expectativas y de sus capacidades de innovación financiera, más que del ahorro del que disponen. Por último, una vía más por la cual las remesas pueden coadyuvar en la obtención de recursos relativamente baratos y de largo plazo es través de su uso como colateral en solicitudes de préstamos. De hecho, de acuerdo con el Banco Mundial (2006) algunas economías en vías de desarrollo (como Brasil, que recaudó 5.3 mil millones de dólares durante el periodo 20002004) han sido capaces de obtener fondos en los mercados internacionales usando los ingresos futuros de remesas como colateral. Para México esto no es algo novedoso, en 1994 recibió uno de los mayores préstamos de este tipo y desde entonces ha seguido utilizando los futuros ingresos por re­ mesas para acceder a mejores préstamos. La clave, por supuesto, para ge­nerar crecimiento es que esos recursos sean asignados en actividades productivas, lo cual, así lo demuestra el crecimiento económico promedio de los últimos años, no se ha hecho. CONCLUSIONES El volumen de remesas en el nivel mundial ha ido ganando relevancia de manera vertiginosa desde la década de 1970, por lo que su contribución al crecimiento económico ha sido un tema constantemente abordado por la literatura. Un argumento principal es que ellas contribuyen en el crecimiento económico al aliviar la restricción al mismo tiempo que impone la balanza de pagos. Un punto más a favor de las remesas es que ellas suavizan el consumo, lo cual permite mantener constante o expandir la demanda agregada. Este hecho incide en la inversión y la productividad, con lo cual hay un claro efecto positivo, y de largo plazo, en el crecimiento económico. En el caso de la economía mexicana, dado el creciente nivel de remesas, la evidencia parece sugerir que en efecto, las remesas han contribuido al crecimiento por ambas vías. No obstante, queda mucho por hacer por lo que si se desea que las remesas incidan en el crecimiento económico es necesario orientar dichos recursos a la inversión y a la productividad. Para tal efecto, es necesario reducir la elasticidad ingreso de la demanda por importaciones a la par de estimular proyectos de inversión, particularmente en las principales regiones receptoras de divisas. Del mismo modo, los flujos


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futuros de divisas pueden ser usados como colateral para obtener acceso a créditos internacionales preferenciales. Para contribuir al crecimiento, los recursos obtenidos en ambos casos deben ser dirigidos a actividades productivas prioritarias dentro de una estrategia bien diseñada de desarrollo. BIBLIOGRAFÍA Adams Jr., R. y J. Page (2005), “Do International Migration and Remittances Reduce Poverty in Developing Countries”, en World Development, vol. 33, pp. 1645-1669. Alonso, L. y B. Sovilla (2014), “The Remiitances Multiplier (1) Theorem”, en Journal of Post Keynesian Economics, vol. 36, núm. 3, pp. 541-554. Amudeo-Dorantes, C. y S. Pozo (2004), “Workers’ Remittances and the Real Exchange Rate: A Paradox of Gifts”, en World Development, vol. 32, pp. 1407-1417. Arrollo, J. y S. Berumen (2000), “Efectos subregionales de las remesas de emigrantes mexicanos en Estados Unidos”, en Comercio Exterior, vol. 50, pp. 340-349. Banco de México (2017), “Reporte sobre las economías regionales. Eneromarzo 2017”, México, Banco de México, pp. 1-47, disponible en <http:// www.banxico.org.mx>. Banco Mundial (2006), Global Economic Perspectives. Economic Implications of Remittances and Migration, Washington, World Bank. Banco Mundial (2016), Migration and Remittances. Factbook, 3a. edición, Washington, World Bank. Bourdet, Y. y H. Falck (2006), “Emigrants’ Remittances and Dutch Disease in Cape Verde”, en International Economic Journal, vol. 20, núm. 3, pp. 367-284. Buckley, C. y E. Trouth (2012), “Are Remittances an Effective Mechanisim for Development? Evidence from Tajukistan, 1999-2007”, en Development Studies, vol. 48, núm. 8, pp. 1121-1138. Chami, R.; C. Fullenkam y S. Jahjah (2003), “Are Immigrant Remittances Flows a Source of Capital for Development”, en IMF Working Paper, núm. 189, pp. 1-47. Choucri, N. (1986), “The Hidden Economy: A New View of Remittances in the Arab World”, en World Development, vol. 14, núm. 6, pp. 697-712. Clemens, M. y D. McKenzie (2014), “Why Don’t Remittances Appear to Affect Growth?”, The World Bank Policy Reserach Working Paper, núm. 6856, pp. 1-51.


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MORITZ CRUZ

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SEXTA SECCIÓN

INVERSIÓN EXTRANJERA DE CARTERA Y DIRECTA



FLUJOS DE INVERSIÓN EXTRANJERA DE CARTERA 1995-2012: ANÁLISIS Y PROPUESTA PARA EL CASO MEXICANO

FRANCISCO VENEGAS-MARTÍNEZ* FRANCISCO LÓPEZ-HERRERA**

INTRODUCCIÓN Conocer las causas del crecimiento o decrecimiento de la economía mexica­ na es, sin duda, un tema relevante, particularmente si se toma en cuenta que en el presente siglo se ha observado una notoria caída en el ritmo del crecimiento, comparado con lo que se venía dando en la segunda mitad de la última década del siglo pasado. Esto se debe en parte a eventos externos, como los ocurridos a lo largo de la actual década. La crisis financiera mundial de 2007-2009 condujo a un reacomodo de la inversión especulativa del mundo en el que los inversionistas extranjeros estuvieron liquidando sus portafolios con el fin de adquirir títulos del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, que en su momento fueron los de menor probabilidad de in­ cumplimiento, a pesar de que la crisis se había iniciado en ese país. Por otro lado, hay quienes afirman que la plena movilidad de la cuenta de capitales, proveniente de las reformas económicas que se implementaron a finales del siglo pasado, tiene beneficios en el comportamiento de la economía a través del incremento de recursos para las empresas emisoras que cotizan en los mercados accionarios, al ser éstos recursos utilizados en los planes de expansión de las emisoras y con ello coadyuvar al crecimiento.1 En las últimas décadas del siglo pasado se presentó un auge de los flujos de capital de cartera hacia las economías emergentes. América Latina y Asia se convirtieron en los principales receptores de flujos especulativos. Las entra­ das de inversiones indirectas en México, Brasil, Argentina y Chile alcanza­ron cifras récord en relación con el pib de la zona. En Asia, los flujos extranjeros en portafolios de bonos y acciones alcanzaron los 33 mil millones de dólares * Escuela Superior de Economía, Instituto Politécnico Nacional. ** Facultad de Contaduría y Administración, Universidad Nacional Autónoma de México. 1 Véase Gourinchas y Jeanne (2002). [325]


326

FRANCISCO VENEGAS-MARTÍNEZ, FRANCISCO LÓPEZ-HERRERA

en 1996, mientras que en América Latina el punto máximo fue de 63 mil millones de dólares, en 1994. No obstante, a principios de la primera década del nuevo siglo, la inversión de cartera en América Latina tuvo una disminución de más de 20%. En Asia, la caída de los flujos especulativos de capital fue más pronunciada. En el caso mexicano, los flujos de la inversión extranjera de cartera presentaron una caída abrupta en el tercer trimestre de 2006, alcanzando un valor incluso por debajo de 17 mil millones de dó­lares. A finales de 2009 y en 2010 se observa un ligero ascenso.2 Una de las principales causas del crecimiento de los flujos internacionales de capital hacia países en vías de desarrollo es la búsqueda de mejores ren­ dimientos por los fondos de pensiones e inversionistas instituciona­les extranjeros. Sin embargo, si dichos flujos de inversión se mueven rápi­damente de un país a otro, se pueden producir efectos no deseados en los mer­cados financieros internacionales. Al respecto, la gran mayoría de los estudios em­ píricos en la literatura econométrica han tenido dificultades en explicar hechos estilizados de varias economías latinoamericanas. En particular, no se cuenta con explicaciones satisfactorias de las relaciones de causalidad entre el tamaño y el grado de madurez de los mercados financieros con la in­versión extranjera de cartera. La presente investigación desarrolla, justamente, un modelo que explica el comportamiento de los flujos internacionales de inversión en México, tomando en cuenta las peculiaridades del sistema financiero mexicano y su marco regulatorio. Esta investigación propone, a partir de un análisis de causalidad, una serie de medidas y recomendaciones, modestas pero altamente factibles en materia de política económica, que permitirán con un mayor grado de certidumbre complementar con inversión extranjera el financiamiento del crecimiento de mediano y largo plazo un ambiente de estabilidad macro­ eco­nómica. FLUJOS DE CAPITAL En los últimos años, la economía mexicana ha modificado sus formas de relación con el resto del mundo a través del proceso de globalización. La economía mexicana, inmersa en la lógica que dictan los procesos de integración económica internacional, ha estado compitiendo de manera permanente por los flujos internacionales de capital. Durante el periodo 1995-2005, en promedio, la inversión en cartera representa sólo el 22% del total de la inversión extranjera. Si bien es cierto que el desempeño de la eco­ 2

Para más información al respecto, véase Kaminsky (2004).


FLUJOS DE INVERSIÓN EXTRANJERA DE CARTERA 1995-2012

327

nomía mexicana está ligado, en cierta medida, a la inversión extranjera, es evidente que el movimiento de los flujos internacionales de inversión de cartera hace vulnerables a los mercados de capitales afectando la actividad económica (véase, por ejemplo, Márquez-Pozos, Islas-Camargo y VenegasMartínez, 2003, y Venegas-Martínez e Islas-Camargo, 2005). Así pues, para la economía mexicana, como para el resto de las economías emergentes, la inversión extranjera de cartera, además de ser factor potencial de incertidumbre y vulnerabilidad, también constituye una fuente indispensable de financiamiento para la cuenta corriente. En consecuencia, es necesario estudiar la participación de México en los flujos internacionales de inversión de cartera tomando en cuenta los factores internos y externos que más la afectan, a fin de sugerir mecanismos que administren los riesgos de inestabilidad económica, así como las características específicas del sistema financiero mexicano y de su marco normativo. VARIABLES RELEVANTES La inversión de cartera en México tiene dos vertientes principales: el mercado de dinero y el mercado de capitales. El comportamiento del primero se explica por la tasa de interés y el del segundo por el rendimiento de un índice bursátil. Ambos mercados están altamente influenciados por los diferenciales de tasas de interés y de rentabilidad bursátil entre México y Estados Unidos. Con el propósito de explicar el comportamiento de la inversión extranjera en cartera (IEC) en México, se considerarán tanto factores externos como internos, los cuales se incorporarán a un modelo de corrección de errores. Entre los factores de carácter externo se consideran la tasa de interés de los Estados Unidos, medida por el nivel de la tasa del Treasury-bill a tres meses (Tb), así como el comportamiento del mercado bursátil estado­ unidense, medido por medio del índice accionario Dow Jones (DJ). Mientras que los factores de carácter interno están dados por los niveles de las tasas de interés de México, representadas por la tasa de los certificados de la te­ sorería a tres meses (Cetes) y el comportamiento del mercado accionario mexicano medido por el índice de precios y cotizaciones (IPC), así como un indicador adecuado de riesgo país (RP). La inversión extranjera de cartera en México (IEC) es la variable a ser explicada en el modelo. Para estimar el mo­delo se utilizarán datos trimestrales disponibles. En la gráfica 1 se muestra el comportamiento de los flujos corrientes en dólares de la inversión extranjera de cartera en México entre el primer tri­ mestre de 1995 y el segundo trimestre de 2012. Se destacan a simple vista los


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FRANCISCO VENEGAS-MARTÍNEZ, FRANCISCO LÓPEZ-HERRERA

GRÁFICA 1

COMPORTAMIENTO DE LA INVERSIÓN EXTRANJERA DE CARTERA: PRIMER TRIMESTRE DE 1995-SEGUNDO TRIMESTRE DE 2012 (MILES DE DÓLARES) 25 000 000.0 20 000 000.0 15 000 000.0 10 000 000.0 5 000 000.0 0.0

ene-12

ene-11

ene-10

ene-09

ene-08

ene-07

ene-06

ene-05

ene-04

ene-03

ene-02

ene-01

ene-00

ene-99

ene-98

ene-97

ene-96

-10 000 000.0

ene-95

-5 000 000.0

Fuente: elaboración propia con datos de Banco de México (varios años), Balanza de pagos. Inversión extranjera en México, disponible en <http://www.banxico.org.mx/SieInternet/consultarDirectorioInternetAction.do?accion=consultarCuadro&idCuadro=CE146&sector=1&loca le=es>, e INEGI (2013), Sistema de Cuentas Nacionales de México, disponible en <http://www. inegi.org.mx/est/contenidosproyectos/scn/default.aspx>, consultados el 17 de octubre de 2012.

montos de los flujos de la inversión de cartera registrados a partir del tercer trimestre de 2009; se puede observar que todos esos flujos no só­lo son positivos sino se observa que su promedio, a partir de ese periodo, supera notoriamente al promedio de los flujos que se observaron durante todos los trimestres previos, en los cuales se observan incluso valores nega­tivos aso­ ciados con retiros del capital externo que fluye a los mercados financieros mexicanos. Por lo que respecta a la participación de México en los mercados financieros internacionales, se manifiesta un dinamismo relativo mediante la colocación de documentos negociables amparados por valores mexicanos en mercados extranjeros, principalmente en el mercado estadounidense. México ha participado en los mercados internacionales con tasas de interés reales superiores a las de Estados Unidos. En las gráfica 2 se muestra el comportamiento de las tasas de interés en el mercado de dinero estadounidense para el periodo de marzo de 1995 a junio de 2012. Se observa


FLUJOS DE INVERSIÓN EXTRANJERA DE CARTERA 1995-2012

329

GRÁFICA 2 TASAS DE INTERÉS DE ESTADOS UNIDOS: PRIMER TRIMESTRE DE 1995-SEGUNDO TRIMESTRE DE 2012

Treasury-bills a 3 meses 7.00 6.00 5.00 4.00 3.00 2.00 1.00 mar-95 sep-95 mar-96 sep-96 mar-97 sep-97 mar-98 sep-98 mar-99 sep-99 mar-00 sep-00 mar-01 sep-01 mar-02 sep-02 mar-03 sep-03 mar-04 sep-04 mar-05 sep-05 mar-06 sep-06 mar-07 sep-07 mar-08 sep-08 mar-09 sep-09 mar-10 sep-10 mar-11 sep-11 mar-12

0.00

Bonos del tesoro a 1 año 7.00 6.00 5.00 4.00 3.00 2.00 1.00 mar-95 sep-95 mar-96 sep-96 mar-97 sep-97 mar-98 sep-98 mar-99 sep-99 mar-00 sep-00 mar-01 sep-01 mar-02 sep-02 mar-03 sep-03 mar-04 sep-04 mar-05 sep-05 mar-06 sep-06 mar-07 sep-07 mar-08 sep-08 mar-09 sep-09 mar-10 sep-10 mar-11 sep-11 mar-12

0.00

8.00

Certificados de depósito a 3 meses

7.00 6.00 5.00 4.00 3.00 2.00 1.00 mar-95 sep-95 mar-96 sep-96 mar-97 sep-97 mar-98 sep-98 mar-99 sep-99 mar-00 sep-00 mar-01 sep-01 mar-02 sep-02 mar-03 sep-03 mar-04 sep-04 mar-05 sep-05 mar-06 sep-06 mar-07 sep-07 mar-08 sep-08 mar-09 sep-09 mar-10 sep-10 mar-11 sep-11 mar-12

0.00

Fuente: elaboración propia con datos de Banco de México (varios años), Tasas y precios de referencia. Tasas de interés en los mercados internacionales, disponible en <http://www.banxico. org.mx/SieInternet/consultarDirectorioInternetAction.do?accion=consultarCuadro&idCua dro=CI34&sector=18&locale=es>, consultado el 17 de octubre de 2012.


330

FRANCISCO VENEGAS-MARTÍNEZ, FRANCISCO LÓPEZ-HERRERA

GRÁFICA 3

TASAS DE INTERÉS DE MÉXICO: PRIMER TRIMESTRE DE 1995-SEGUNDO TRIMESTRE DE 2012

Cetes a 1 año 75.00 60.00 45.00 30.00 15.00

ene-95 jul-95 ene-96 jul-96 ene-97 jul-97 ene-98 jul-98 ene-99 jul-99 ene-00 jul-00 ene-01 jul-01 ene-02 jul-02 ene-03 jul-03 ene-04 jul-04 ene-05 jul-05 ene-06 jul-06 ene-07 jul-07 ene-08 jul-08 ene-09 jul-09 ene-10 jul-10 ene-11 jul-11 ene-12

0.00

Cetes a 3 meses 60.00 50.00 40.00 30.00 20.00 10.00 ene-95 jul-95 ene-96 jul-96 ene-97 jul-97 ene-98 jul-98 ene-99 jul-99 ene-00 jul-00 ene-01 jul-01 ene-02 jul-02 ene-03 jul-03 ene-04 jul-04 ene-05 jul-05 ene-06 jul-06 ene-07 jul-07 ene-08 jul-08 ene-09 jul-09 ene-10 jul-10 ene-11 jul-11 ene-12

0.00

Certificados de depósito a 3 meses

ene-95 jul-95 ene-96 jul-96 ene-97 jul-97 ene-98 jul-98 ene-99 jul-99 ene-00 jul-00 ene-01 jul-01 ene-02 jul-02 ene-03 jul-03 ene-04 jul-04 ene-05 jul-05 ene-06 jul-06 ene-07 jul-07 ene-08 jul-08 ene-09 jul-09 ene-10 jul-10 ene-11 jul-11 ene-12

50.00 45.00 40.00 35.00 30.00 25.00 20.00 15.00 10.00 5.00 0.00

Fuente: elaboración propia con datos de Banco de México (varios años), Balanza de pagos. Inversión extranjera en México, disponible en <http://www.banxico.org.mx/SieInternet/consultarDirectorioInternetAction.do?accion=consultarCuadro&idCuadro=CE146&sector=1&loca le=es>, e INEGI (2013), Sistema de Cuentas Nacionales de México, disponible en <http://www. inegi.org.mx/est/contenidosproyectos/scn/default.aspx>, consultados el 17 de octubre de 2012.


FLUJOS DE INVERSIÓN EXTRANJERA DE CARTERA 1995-2012

331

que existe un comportamiento muy similar entre todas esas tasas, es decir, el patrón que siguen las tasas de rendimiento del T-bills a tres meses, de los certificados de depósito a tres meses y de los bonos del tesoro a un año es muy parecido. En la gráfica 3 se muestran las tasas de los Cetes a tres meses y a un año, así como la tasa de los certificados de depósito a tres meses. En la gráfica 3 se puede apreciar la dinámica de las tasas de interés de Mé­xico. Al igual que en el caso de las tasas de interés estadounidenses, se ob­ ­­serva en las tasas de interés de México un comportamiento semejante du­ ran­te prácticamente todo el periodo de análisis. Entre 1995 y 1998, las tasas de in­terés mexicanas registran una tendencia descendente, en 1998 se incre­men­tan bruscamente para luego continuar nuevamente la tendencia descendente y alcanzar una relativa estabilidad a partir del año 2000. En la gráfica 4 se muestra el índice de precios y cotizaciones de la Bolsa Me­­xi­ ca­na de Valores (IPC) y el índice promedio industrial Dow Jones (DJIA), me­ diante los cuales se puede observar el comportamiento respectivo del mer­cado accionario mexicano y del mercado accionario de Estados Unidos. Cabe destacar que el comportamiento que ofreció el mercado bursátil mexicano fue considerablemente más dinámico que el mostrado por uno de los principales mercados financieros del mundo. El indicador riesgo país que se utilizará aquí es la diferencia entre el ren­ dimiento de los Cetes y la tasa de depreciación o apreciación mensual del dó­lar respecto al peso. Para calcular la tasa de depreciación o apreciación del dólar respecto al peso, se utilizó el tipo de cambio del final del mes. En la gráfica 5 se muestra el comportamiento de la prima de riesgo durante el pe­ riodo que cubre el presenta análisis. Como se puede ver en la gráfica 5, a par­tir de 1995 la prima de riesgo en México mantuvo una tendencia clara­ mente descendente y en lo que va del presente siglo se ha mantenido fluctuan­ do en torno a un nivel constante. Cabe señalar que, exceptuando los valores nega­tivos que se observan en los trimestres cuarto de 2008 y tercero de 2011, la prima de riesgo siempre ha sido positiva, implicando por tanto un pre­mio a los capitales que ingresan a México como compensación por el ries­ go de traerlos a invertir en el país. ANÁLISIS ECONOMÉTRICO En esta sección se presenta el análisis de las relaciones entre los factores, externos e internos, y la entrada y salida de los flujos de inversión extranje­ra de cartera (IEC) a México durante el periodo que va del primer trimestre de 1995 al segundo trimestre de 2012. Como paso preliminar al análisis econométrico, se llevaron a cabo las pruebas de raíz unitaria para los niveles y


332

FRANCISCO VENEGAS-MARTÍNEZ, FRANCISCO LÓPEZ-HERRERA

Gráfica 4 Comportamiento de los mercados accionarios mexicano y estadounidense: primer trimestre de 1995-segundo trimestre de 2012 ipc

ene-95 jul-95 ene-96 jul-96 ene-97 jul-97 ene-98 jul-98 ene-99 jul-99 ene-00 jul-00 ene-01 jul-01 ene-02 jul-02 ene-03 jul-03 ene-04 jul-04 ene-05 jul-05 ene-06 jul-06 ene-07 jul-07 ene-08 jul-08 ene-09 jul-09 ene-10 jul-10 ene-11 jul-11 ene-12

45 000 40 000 35 000 30 000 25 000 20 000 15 000 10 000 5 000 0

djia

ene-95 jul-95 ene-96 jul-96 ene-97 jul-97 ene-98 jul-98 ene-99 jul-99 ene-00 jul-00 ene-01 jul-01 ene-02 jul-02 ene-03 jul-03 ene-04 jul-04 ene-05 jul-05 ene-06 jul-06 ene-07 jul-07 ene-08 jul-08 ene-09 jul-09 ene-10 jul-10 ene-11 jul-11 ene-12

16 000 14 000 12 000 10 000 8 000 6 000 4 000 2 000 0

Fuente: elaboración propia con datos de cálculo de Economatica a partir de la base de datos construida con las fuentes citadas en las gráficas anteriores.

primeras diferencias de las variables, con el objetivo de determinar si los ór­ denes de integración de las series permiten llevar a cabo las pruebas de co­ integración pertinentes para determinar las características de las relaciones de esas variables, tanto en el corto como en el largo plazo. La verificación de la existencia de una raíz unitaria en cada una de las series de tiempo analiza­ das se llevó a cabo a través de las pruebas ADF y KPSS. Se utiliza esta segunda prueba debido a su carácter confirmatorio pues, en caso de alguna ruptura estructural, la prueba ADF podría estar sesgada hacia el no rechazo de la hi­ pótesis de existencia de una raíz unitaria. En el cuadro 1 se muestran los re­ sultados de dichas pruebas. Los resultados conjuntos de las pruebas de Dickey-Fuller (1981) y KPSS sugieren que en todos los casos se puede rechazar la hipótesis de una raíz


FLUJOS DE INVERSIÓN EXTRANJERA DE CARTERA 1995-2012

333

GRÁFICA 5

COMPORTAMIENTO DE LA PRIMA DE RIESGO EN MÉXICO: PRIMER TRIMESTRE DE 1995-SEGUNDO TRIMESTRE DE 2012 55.00 45.00 35.00 25.00 15.00 5.00 ene-95 jul-95 ene-96 jul-96 ene-97 jul-97 ene-98 jul-98 ene-99 jul-99 ene-00 jul-00 ene-01 jul-01 ene-02 jul-02 ene-03 jul-03 ene-04 jul-04 ene-05 jul-05 ene-06 jul-06 ene-07 jul-07 ene-08 jul-08 ene-09 jul-09 ene-10 jul-10 ene-11 jul-11 ene-12

-5.00

Fuente: elaboración propia con datos de cálculo de Economatica a partir de la base de datos construida con las fuentes citadas en las gráficas anteriores.

CUADRO 1

PRUEBAS DE RAÍCES UNITARIAS Variable

Niveles

Diferencias

ADF

KPSS

ADF

T-Bills

-2.15962

0.71611

-3.13151

0.05018

Cetes

-2.7757

0.25345

-4.03965

0.12179

*

** *

KPSS * *

IEC

1.16224

0.65750

-9.01552

0.22012

IPC

-1.92618

0.21947*

-5.89135*

0.20391

DJ

-2.641422

0.72028

-8.03056

0.10732

RP

-4.04408

0.24874

-10.18932

0.37486

*

**

** *

* *

* Denotan significancia al 1%. ** Denotan significancia al 5%.

unitaria en la primera diferencia, pero no en los niveles de las series. Una vez que se ha encontrado que todas las variables tienen una raíz unitaria, el si­ guiente paso en el análisis consiste en verificar la presencia o ausencia de una relación de cointegración entre dichas variables, es decir, se trata de detectar la existencia de alguna relación que en el largo plazo mantenga la trayec­to­ ria de las series en una condición de equilibrio. La relación de cointegración permite hacer estacionaria una combinación de variables que individualmente no lo eran; el movimiento conjunto de éstas constituye la ecuación de cointegración del sistema, definida como la relación de equilibrio de


334

FRANCISCO VENEGAS-MARTÍNEZ, FRANCISCO LÓPEZ-HERRERA

largo plazo entre las variables en cuestión. La prueba de la existencia de una relación de cointegración se lleva a cabo con el método de Johansen (1991). Este método permite probar hipótesis estructurales en los vectores de cointe­ gración y en los parámetros de velocidad de ajuste. El rango de cointegra­ción fue determinado mediante la prueba de razón de verosimilitud, λtraza. Los resultados de dicha prueba se presentan en el cuadro 2, en el que se puede ver que el método de Johansen permite apoyar la hipótesis sobre la exis­tencia de un determinado número de vectores de cointegración, acep­ tando en este caso la existencia, a lo más, de tres posibles relaciones de coin­ tegra­ción al 10% de significancia; pero si se toma en consideración la evi­dencia que reporta la prueba al nivel del 5% de significancia, únicamente se puede considerar la existencia de dos vectores cointegrantes y, por lo tanto, de dos relaciones de largo plazo significativas entre las variables. CUADRO 2

PRUEBA DE JOHANSEN PARA COINTEGRACIÓN Prueba de la traza sin restricción H0: rango 0

Valor de la traza 152.03

Valor de p* < 0.01

1

80.986

0.0168

2

49.459

0.0636

3

19.243

0.5384

4

7.6318

0.5384

5

0.23751

0.6373

* Se considera la corrección por el tamaño de la muestra los cálculos se efectuaron en Gretl v.1.9.94.

Para indagar sobre la naturaleza de los vectores de cointegración, se procedió a efectuar las pruebas ADF de la regresión cointegrante (CRADF), pro­puestas por Engle y Granger (1987), a las diferentes ecuaciones cointe­ gran­tes posibles. Los resultados se presentan en el cuadro 3, y en ellos se ob­ serva que, únicamente si se considera a los Cetes o a la prima de riesgo como va­ria­bles dependientes, es posible encontrar evidencia de cointegración. Es conveniente destacar que, de acuerdo con el análisis de cointegración convencional, la relación (o las relaciones) del proceso de ajuste de las va­ riables hacia la relación de largo plazo se da en forma prácticamente automática, suponiendo también que la(s) relación(es) de largo plazo no sólo es(son) estable(s), sino también simétrica(s), por lo que la respuesta de


FLUJOS DE INVERSIÓN EXTRANJERA DE CARTERA 1995-2012

335

CUADRO 3

PRUEBAS CRADF DE ENGLE Y GRANGER (1987) H0: no existe cointegración Variable dependiente

t

tm

tb

T-Bills

-2.618652 (0.7738)

-3.276158 (0.6215)

-2.773779 (0.9151)

Cetes

-10.54080 (< 0.01)

-10.43928 (< 0.01)

-10.49909 (< 0.01)

IEC

-1.744579 ( 0.9722)

-1.754178 ( 0.9888)

-2.072057 (0.9895)

IPC

-1.923377 (0.9538)

-2.041957 (0.9732)

-2.928457 ( 0.8779)

DJ

-1.540626 (0.9849)

-3.361536 (0.5795)

-3.538130 ( 0.6421)

RP

-9.906302 (< 0.01)

-9.910497 (< 0.01)

-9.419616 (< 0.01)

Los valores entre paréntesis son los valores p de MacKinnon (1996).

ajuste se supone proporcional sin importar si el choque que produce el desequilibrio sea positivo o negativo. Para verificar la posibilidad de que existan respuestas diferenciadas de las variables bajo estudio, dependiendo si el choque es positivo o negativo, se llevó a cabo el análisis de la cointegración propuesto por Enders y Siklos (2001). La metodología propuesta por dichos autores consiste en estimar por MCO la supuesta ecuación de equilibro de largo plazo: xlt = b0 + b2 x2t + b3 x3t +… + bk xk + ut. Posteriormente se analiza si son significativos los parámetros del mecanismo de corrección del error especificado a través de un modelo autorregresivo de umbral o TAR (Threshold Autoregressive), el cual puede escribirse como: ∆ut It ρlut-1 + (1-It )ρ2ut-1 + εt, donde It = 1 si ut-1 es mayor o igual que τ, el valor del umbral, It = 0, si ut-1 es menor que dicho valor del umbral. Alternativamente, se puede definir la variable indicatriz como Mt = 1 si ∆ut-1 es mayor o igual que el valor del umbral, τ, o Mt = 0 cuando ∆ut-1 es me­ nor que dicho valor; en este caso el modelo se conoce como autorregresivo de umbral con momentum, M-TAR (Momentum Threshold Autoregressive). En el cuadro 4 se presentan los resultados de las pruebas efectuadas con base en las dos regresiones cointegrantes que se detectaron mediante las pruebas de Engle y Granger.


336

FRANCISCO VENEGAS-MARTÍNEZ, FRANCISCO LÓPEZ-HERRERA

CUADRO 4

PRUEBAS DE COINTEGRACIÓN DE UMBRAL ρ1

ρ2

φ H0:ρ1 = ρ2 = 0

t-max

H0:ρ1 = ρ2

TAR

-1.3256 [0.1398]

-0.8971 [0.1723]

58.5412 (12.5029)

-5.2070 (-3.2312)

3.7295 (1.4156)

M-TAR

-1.2127 [0.1535]

-0.8134 [0.1671]

43.0411 (12.5443)

-4.8673 (-3.0497)

3.0959* (3.5638)

ρ1

ρ2

φ H0:ρ1 = ρ2 = 0

t-max

H0:ρ1 = ρ2

TAR

-0.9808 [0.1699]

-1.3226 [0.1596]

51.0145 (12.4535)

-5.7716 (-3.2251)

2.1499 (1.3644)

M-TAR

-0.9112 [0.1601]

-1.2355 [0.1515]

49.4432 (12.6244)

-5.6928 (-3.0569)

2.1649ns (3.6364)

Ecuación Cetes τ = 0

Ecuación RP τ=0

Errores estándar entre corchete; entre paréntesis los valores críticos en el nivel de significancia del 5% (calculados con 10 000 simulaciones de Monte Carlo). * Significativo sólo al 10%. ns No significativo.

De acuerdo con los resultados de las pruebas de cointegración con umbral, en lo general, los valores alcanzados por los estadísticos φ y t-max sugieren que se puede rechazar la hipótesis de no cointegración en todos los casos. En lo particular, es de destacarse que los resultados del modelo tar sugieren que en la ecuación de los Cetes existen velocidades diferenciadas en el ajuste hacia el equilibrio de largo plazo, siendo mayor cuando las discrepancias respecto de esa relación son positivas. En las pruebas para la ecuación de la prima de riesgo se encuentra también evidencia de diferencias en la velocidad del ajuste hacia la relación de largo plazo, pero en este caso ocurre lo contrario, es decir, la respuesta ante un choque negativo es mayor que ante un choque positivo. Si bien el modelo mtar también sugiere la presencia de cointegración, en la ecuación de los Cetes muestra evidencia de efectos diferenciados sólo al 10% de significancia, mientras que el resultado en la otra ecuación es no significativo. Con base en los resultados de las pruebas de cointegración obtenidas con el modelo TAR, se puede justificar la siguiente especificación de mode­ los ADL para la tasas de los Cetes y para la prima de riesgo, incluyendo en dicha especificación un mecanismo de corrección de errores para recoger los efectos de las características de las relaciones de largo plazo y dos varia-


FLUJOS DE INVERSIÓN EXTRANJERA DE CARTERA 1995-2012

337

bles tipo dummy para tomar en cuenta los valores negativos observados en el indicador del riesgo país: p

q

r

s

i=1

j=0

k=1

l=1

∆yt = β 0 + ∑ βi ∆yt−i + ∑ φj ∆xt−j + ∑ αk mcek + ∑ δl Dt +ε

donde mcek son los residuos de las ecuaciones cointegrantes detectadas en el análisis de cointegración de umbral, las cuales fungen como mecanismos de corrección de errores en las ecuaciones estimadas para los modelos ADL. Aquí D es una variable tipo dummy cuyo valor es 1 en el periodo de referencia y 0 en cualquier otro periodo. Los resultados de esas estimaciones obtenidas por medio del método de MCO se muestran en el cuadro 5. Se destaca que en las dos ecuaciones es­ timadas se satisfacen las condiciones que imponen los supuestos del estimador mínimo cuadrático: no autocorrelación, no heteroscedasticidad y nor­malidad en los residuos. En la ecuación estimada para los Cetes se observa un efecto muy signifi­ca­ tivo y con signo positivo del cambio contemporáneo en el nivel de la prima de riesgo. En la ecuación de los Cetes se observa que el cambio de la pri­ma de riesgo rezagado un periodo también ejerce una influencia significativa; aun­ que únicamente al 5%, pero con signo negativo. De acuerdo con las estima­ ciones, ante un incremento contemporáneo en el flujo neto de la inversión extranjera de cartera, cabe esperar un movimiento a la baja en la tasa de los Cetes, aunque de magnitud muy pequeña. Como se podría esperar, un cam­ bio en el indicador bursátil mexicano tiene un efecto negativo sobre la tasa de los Cetes, pero es tan pequeño que únicamente resulta significativo al nivel del 10%. De la dinámica de las variables financieras de Estados Unidos sólo es significativo al 10% el cambio pasado de los T-Bills. También se puede ver en el cuadro 5 que la dinámica de los Cetes se ajus­ ta únicamente a la relación de largo plazo correspondiente al mecanismo de corrección de errores definido por el primer vector cointegrante. Según la estimación, la velocidad de ajuste al equilibrio de largo plazo es mayor cuando los choques son negativos que cuando son positivos. Además, se ob­ serva también que el desequilibrio inducido por un choque negativo se corrige casi completamente en un trimestre. Las dos variables tipo dummy resultaron altamente significativas y con signo positivo en las estimaciones. En los resultados de la estimación de la ecuación de la prima de riesgo se puede ver que el efecto del cambio contemporáneo de la tasa de los Cetes es significativo incluso al nivel del 1% y con signo positivo. Por su parte, un cambio contemporáneo de los flujos de inversión extranjera de cartera está asociado con un incremento de la prima de riesgo de manera altamente


338

FRANCISCO VENEGAS-MARTÍNEZ, FRANCISCO LÓPEZ-HERRERA

CUADRO 5

MODELOS ADL CON MECANISMOS DE CORRECCIÓN DE ERRORES DCetest

drpt

b0

0.011401 (0.9640)

b0

-0.064940 (0.7547)

bDCetes,t-1

0.138165 (0.2521)

bDRP,t-1

0.126471 (0.1381)

fDRP,t

1.116114 (< 0.01)

f DCetes,t

0.758063 (< 0.01)

fDRP,t-1

-0.203005 (0.0479)

fDCetes,t-1

-0.058382 (0.5590)

fDIEC,t

-1.83E-07 (< 0.01)

f DIEC,t

1.71E-07 (< 0.01)

fDIEC,t-1

7.80E-08 (0.2186)

f DIEC,t-1

-6.11E-08 (0.2428)

fDIPC,t

-0.000318 (0.0600)

fDIPC,t

0.000294 (0.0337)

fDIPC,t-1

-1.26E-05 (0.9485)

fDIPC,t-1

-1.29E-06 (0.9936)

fDT-Bills,t

-0.290380 (0.5871)

fDT-Bills,t

0.235111 (0.5937)

fDT-Bills,t-1

0.918129 (0.0793)

fDT-Bills,t-1

-0.712541 (0.0991)

fDDJ,t

-0.000571 (0.1186)

fDDJ,t

0.000227 (0.4565)

fDDJ,t-1

0.000400 (0.2806)

fDDJ,t-1

-0.000246 (0.4227)

a (ut-1,Cetes ³ t= 0)

-0.772519 (0.0228)

a (ut-1,Cetes ³ t= 0)

0.423978 (0.1351)

a (ut-1,Cetes < t= 0)

-0.975744 (< 0.01)

a (ut-1,Cetes < t= 0)

0.558460 (0.0637)

a (ut-1,RP ³ t= 0)

0.436395 (0.2258)

a (ut-1,RP ³ t= 0)

-0.666078 (0.0223)

a (ut-1,RP < t= 0)

0.625946 (0.1071)

a (ut-1,RP < t= 0)

-0.806251 (0.0102)

dD2008Q4

7.061983 (< 0.01)

dD2008Q4

-6.806328 (< 0.01)


FLUJOS DE INVERSIÓN EXTRANJERA DE CARTERA 1995-2012

339

Cuadro 5 (continuación) DCetest

drpt

dD2011Q3

6.960685 (< 0.01)

dD2011Q3

-6.462936 (< 0.01)

R2

0.897357

R2

0.942060

aic

4.026704

AIC

3.639863

Q(1)*

0.6055 (0.4360)

Q(1)*

0.3935 (0.5304)

Heteroscedasticidad**

1.023104 (0.4512)

Heteroscedasticidad**

0.717578 (0.7704)

Normalidad-jb

0.284487 (0.8674)

Normalidad-jb

0.521226 (0.7706)

Los números entre paréntesis son valores p. * Prueba de Ljung-Box. ** Prueba de Breusch-Pagan-Godfrey.

significativa (1%). Los cambios contemporáneos del índice bursátil mexica­ no también están relacionados positivamente con los cambios en la prima de riesgo, el nivel de significancia es del 5%. Aunque poco significativos, sólo al 10%, los cambios en la tasa de los T-Bills de un trimestre previo están rela­ cionados de manera negativa con los cambios contemporáneos de la prima de riesgo. Por último, en la ecuación de los cambios en la tasa de los Cetes también se observa un proceso de ajuste más rápido de la dinámica de la prima de riesgo a la relación de largo plazo cuando los choques son negativos. Asimismo, las dos variables dummy muestran coeficientes estimados altamente significativos y con el signo negativo esperado. CONCLUSIONES En México, como en la mayoría de las economías emergentes, se vive un proceso de creciente apertura en el que se compite por los flujos internacio­ nales de capital para complementar el financiamiento requerido para un cre­cimiento económico sostenido y sustentable. En este contexto, es impor­ tante formular políticas de estabilización de largo plazo que resulten creíbles. El primer resultado importante de este trabajo es que la inversión extranjera de cartera en México está relacionada con las tasas de interés domésti­ cas y el riesgo país de México. A partir del comportamiento del riesgo país


340

FRANCISCO VENEGAS-MARTÍNEZ, FRANCISCO LÓPEZ-HERRERA

y de las tasas de interés de México, se desprende que uno de los mecanismos que explican el relativo éxito de la participación de México en los flu­ jos internacionales de capital, sobre todo en lo que respecta a la inversión de cartera, es que el riesgo país actual es comparable con el de los países industrializados. En resumen, la inversión extranjera de cartera en México está, fundamentalmente, asociada con la rentabilidad y el riesgo país. En con­ secuencia, la entrada de flujos de capital especulativo se explica por el grado de rentabilidad, externa e interna, y el nivel de riesgo que los inversionistas están dispuestos a tolerar. La especulación es un factor de vulnerabilidad ya que pueden presentarse eventos inesperados que produzcan una salida masiva de capitales especulativos afectando negativa y sistémicamente el comportamiento de otros mercados financieros; por otro lado, cuando una economía es centro de atención de dichos capitales es sinónimo de confianza en los fundamentales macroeconómicos del país. Así pues, con el propósito de lograr un mejor diseño en las políticas económicas orientadas hacia la estabilidad y el crecimiento del país en los próximos años, se requiere de una regulación moderna de los mercados fi­nancieros que permita actuar en forma adecuada y oportuna en la administración de riesgos cuando se presente en movimientos especulativos repentinos en los flujos financieros de inversión extranjera. BIBLIOGRAFÍA Banco de México (varios años), Balanza de pagos. Inversión extranjera en México, disponible en <http://www.banxico.org.mx/SieInternet/consultarDirectorioInternetAction.do?accion=cónsultarCuadro&idCuadro=C E146&sector=1&locale=es>. Banco de México (varios años), Tasas y precios de referencia. Tasas de interés en los mer­cados internacionales, disponible en <http://www.banxico.org. mx/SieInternet/consultarDirectorioInternetAction.do?accion=consultar Cuadro&idCuadro=CI34&sector=18&locale=es>. Dickey, D. A. y W. A. Fuller (1981), “Likelihood Ratio Statistics for Autore­ gressive Time Series with a Unit Root”, en Econometrica, vol. 49, núm. 4, pp. 1057-1072. Enders, W. y P. L. Siklos (2001), “Cointegration and Threshold Adjust­ ment”, en Journal of Business and Economic Statistics, vol. 19, núm. 2, pp. 166-176. Engle, R. F. y C. W.J. Granger (1987), “Cointegration and Error Correction: Representation, Estimation and Testing”, Econometrica, vol. 55, núm. 2, pp. 251-276.


FLUJOS DE INVERSIÓN EXTRANJERA DE CARTERA 1995-2012

341

Gourinchas, P. y O. Jeanne (2002), “On the Benefits of Capital Account Liberalization for Emerging Economies”, Princeton, Princeton University, material mimeografiado. INEGI (2013), Sistema de Cuentas Nacionales de México, disponible en <http://www.inegi.org.mx/est/contenidosproyectos/scn/default.aspx>. Johansen, S. (1991), “Estimation and Hypothesis Testing of Cointegration Vectors in Gaussian Vector Autoregressive Models”, en Econometrica, vol. 59, núm. 6, pp. 1551-1580. Kaminsky, G. L. (2004), International Capital Flows: A Blessing or a Curse? Washington, D.C., George Washington University (Working Paper). Márquez-Pozos, J. M.; A. Islas-Camargo y F. Venegas-Martínez (2003), “Flujos internacionales de capital e inversión extranjera de cartera: el caso de México 1989-1999”, en El Trimestre Económico, vol. 70(4), núm. 280, pp. 791-833. Venegas-Martínez, F. y A. Islas Camargo (2005), “Volatilidad en los mercados de América Latina”, en Comercio Exterior, vol. 55, núm. 11, pp. 936947.



LA INVERSIÓN EXTRANJERA DIRECTA Y LAS TRANSFORMACIONES DE LA ECONOMÍA EN MÉXICO GREGORIO VIDAL*

INTRODUCCIÓN Desde el inicio del gobierno de Carlos Salinas de Gortari se consideró prioritaria la promoción de la inversión extranjera (IE). En el segundo informe de gobierno de Salinas de Gortari se hace mención al resultado positivo de la promoción de la IE, destacando las adecuaciones reglamentarias aprobadas en 1989 y el notable ingreso de capitales del exterior (Salinas de Gortari, 2006). En los gobiernos siguientes se mantiene la misma política en la materia, realizando diversas modificaciones legales para permitir mayores ingresos de IE. En reunión con el Consejo Mexicano de Hombres de Negocios en mayo de 2017, Enrique Peña Nieto destacó la importancia de la inversión extranjera directa (IED) al país, con un ingreso en los primeros cuatro años de su administración de 135 000 millones de dólares. En el documento distribuido por la Presidencia de la República sobre esa reunión, se da cuenta del cambio positivo en la materia desde el gobierno de Miguel de la Madrid. En los primeros cuatro años […de ésa…] administración la IED fue de seis mil millones de dólares; en el mismo periodo de la administración del presidente Carlos Salinas de Gortari fue de 13 mil millones de dólares; en la administración del presidente Ernesto Zedillo Ponce de León fue de 36 mil millones de dólares; en los primeros cuatro años de la administración del presidente Vicente Fox fue de 97 mil millones de dólares; y en el mismo periodo de la administración del presidente Felipe Calderón fue de 107 mil millones de dólares (Presidencia de la República, 2017:11 de mayo). * Profesor del Departamento de Economía, UAM-Iztapalapa. [343]


344

GREGORIO VIDAL

Entre los argumentos positivos de las distintas administraciones federales desde finales de los años ochenta a la fecha están: la IE es una importan­ te fuente de financiamiento, realiza transferencia de tecnología, contrata mano de obra y en particular permite incrementar la capacidad de exportación. Pero también se observa que el ingreso de inversiones por empresas extranjeras es resultado de los cambios producidos por las reformas estructurales. En el III informe trimestral de 2016 (julio-septiembre) de Banco de México se presenta la propuesta que se está ejecutando desde finales de los años ochenta del siglo pasado: Para lograr una mayor diversificación y, más importante, alcanzar un crecimiento económico acelerado y sostenido, es necesario que México continúe mejorando su infraestructura, logrando mejoras en los sistemas de comunica­ ciones, transportes y demás elementos que puedan incentivar inversiones. Asimismo, es imprescindible continuar con la adecuada y pronta implementación de las reformas estructurales, toda vez que incrementarán la productividad del país y darán lugar a una mejor asignación de recursos. De este modo, una mayor competitividad permitirá que México se distinga como destino de inversión, además de que induciría un incremento en el valor agregado de nuestras exportaciones, haciéndolas más atractivas para el resto del mundo. Adicionalmente, las reformas estructurales impulsarán un mayor crecimiento sostenible del mercado interno, lo que permitirá contrarrestar los efectos del entorno externo adverso que enfrenta la economía mexicana (Banco de México, 2016:204).

Como se destaca en el texto, en materia de inversión extranjera se sostie­ne que es imprescindible contar con ella y el país debe distinguirse como destino de la misma. Las cifras de la balanza de pagos desde finales de los años ochenta a la fecha muestran un ingreso importante y creciente de IE. Sin embargo, la en­ trada de capitales del exterior no es un hecho nuevo en la historia del país, prácticamente está presente desde los años inmediatos siguientes en que se consuma la independencia de España. Incluso hay periodos en esos años en que tiene una alta significación en el desempeño de la economía. Antes del estallido de la Revolución mexicana, cuando Porfirio Díaz te­ nía años en el poder, el capital extranjero invirtió en transporte, comunicaciones, en generación y comercialización de electricidad. Por ejemplo, en generación y comercialización de electricidad destaca la Mexican Light and Power Limited, que comienza a operar durante el gobierno de Díaz al final del siglo XIX. Las autorizaciones otorgadas por ese gobierno al capital extran­ jero incluían el uso de las aguas de los ríos como fuerza motriz. A esta firma se le autorizó en 1903 la utilización de los ríos Tenango, Necaxa y Catepux­


LA INVERSIÓN EXTRANJERA DIRECTA

345

tla (López Gallo, 1975:524). Sin embargo, las actividades en que se concen­ tra la presencia de inversiones extranjeras son ferrocarriles, bancos y mine­ría (Ceceña, 1975:51-54). Por ejemplo, la creación del Ferrocarril Central Me­ xicano, entre las mayores empresas privadas constituidas durante el Porfiriato, fue el resultado de la participación de un grupo de inversionistas de Boston que tenían un destacado papel en el desarrollo de la red de ferrocarri­ les en ese país (Kuntz, 1997:42-43). Hay otros antecedentes como el ingreso de capitales ingleses en la minería desde finales de la década de los veinte del siglo XIX (Solorza, 2005). Incluso después de la Revolución mexicana los capitales extranjeros permanecieron en el país y se realizaron otras inversiones en minería y en la explotación de petróleo. En el año de 1929 las inversiones estadounidenses en México ascendían a 682 millones de dólares, cifra ligeramente superior a la de 1911, mientras que las inglesas sumaban 160 millones de libras esterlinas (Ceceña, 1975). La expropiación petrolera de 1938 y la Ley de la Industria Eléctrica promulgada el 31 de diciembre de 1938, que establece un periodo máximo para las concesiones no mayor a 50 años quedando los bie­ nes en poder del Estado sin pago alguno, no implicó la salida de todos los capitales extranjeros. Ford Motor, que inicio su internacionalización con las inversiones realizadas en México, continuó operando sin interrupción alguna hasta la fecha. También City Bank mantuvo sus actividades en el país. En esos años, descontando las colocaciones de deuda del país en el extranjero realizadas durante el siglo XIX y los créditos que el gobierno contrata en el exterior, la inversión extranjera se concentra en actividades primarias, principalmente minería y en inversiones en infraestructura y en servicios públicos. Gran parte de estas inversiones y la operación de varias empresas tenían por destino el mercado exterior. Después de la Segunda Guerra Mundial hay un repunte en el ingreso de capitales del exterior, pero la mate­ ria dominante no es el mercado externo. A partir de la segunda mitad de los años cuarenta del siglo pasado el des­ tino principal de las inversiones extranjeras es la manufactura. En química industrial y en química farmacéutica, pero también en equipo de transporte y en maquinaria eléctrica y no eléctrica, se establecen filiales de empresas extranjeras. En gran parte de ellas la participación en el capital de la firma extranjera es superior al 75% (Fajnzylber y Martínez Tarragó, 1976:375). Son años en que dominan las inversiones realizadas por empresas con matriz en Estados Unidos. Además de nuevas inversiones, varias compañías deciden adquirir empresas en operación para su implantación en la producción de manufacturas en el territorio de México (Fajnzylber y Martínez Tarragó, 1976; Vidal, 1996). Desde 1940 hasta 1960 crece la importancia de las inversiones estadounidenses, al punto que representan más de tres cuartas partes del ca-


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GREGORIO VIDAL

pital extranjero que opera en el país. Durante varias décadas la economía crece contando con la participación de empresas extranjeras, muchas de ellas filiales de transnacionales. En las ramas en que actúan hay altos niveles de concentración económica, destacando que en varias actividades manufactureras son ampliamente dominantes. La investigación de Fajnzylber y Martínez Tarragó (1976) demostró que en el periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial y hasta los años setenta las empresas extranjeras se ubicaron en los sectores más dinámicos de la economía de México, explicando en gran parte el avance de la industrialización y ocupando un lugar clave en la dinámica del mercado interno. Es la situación de la industria automotriz y de partes automotrices, la química farmacéutica, el tabaco, los equipos de oficina y la computación y las empresas de publicidad, por lo menos hasta el inicio de los años setenta del siglo pasado. Comparadas con las cifras de ingreso de años recientes, las entradas de IED en los años sesenta y aún en los setenta son muy menores. En los sesenta el promedio anual de entrada de IED al año es de 110 millones de dólares. Puede existir algún año con una cifra mayor, como en 1969, con 195 millones de dólares, pero nada extraordinario. En la década previa, el promedio anual es incluso menor, de 70 millones de dólares (Nafinsa, 1974). Al inicio de la década de los setenta operaban en el país aproximadamente 1 800 compañías que contaban con participación de capital extranjero. En la mayor parte, 55.7%, son propiedad de la matriz o, como en el caso de Ford Motor, la empresa extranjera detenta 99.5% del capital. En un número muy reducido de firmas la participación del capital extranjero es menor al 25%, apenas el 4.1% de empresas (Sepúlveda y Chumacero, 1972). Es consideran­ do esos montos de ingreso de IED y ese reducido grupo de grandes empresas que alcanzó importancia en varias ramas y en las más dinámicas de la manu­ factura encabezó el proceso. El destino de lo producido era el mercado interior y diversas actividades acentuaban la vinculación con la dinámica interna de la economía. No existía intención de exportar lo manufacturado y la operación de las empresas e incluso algunas inversiones se financiaban con recursos internos, destacando los proporcionados por el sistema banca­ rio y de crédito. Además, es importante señalar que el capital extranjero no tiene una presencia significativa en la banca y más ampliamente en el siste­ ma financiero. En la década del setenta no se observa un crecimiento importante en los ingresos de IED. Durante la primera mitad de los años setenta el ingreso anual al país de IED es de alrededor de 200 millones de dólares. En la segunda parte de los años setenta hay un aumento vinculado a los proyectos de coinversión encabezados por Nafinsa y Somex. En 1979 se registra en la balanza de capital un ingreso de 782 millones de pesos (Nafinsa, 1988). Por el


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contrario, lo destacable en esos años es en fortalecimiento de varios grupos empresariales integrados por capitales del país. Se promueve una política de mexicanización de empresas extranjeras y se aprueba una nueva ley a propósito de la inversión extranjera directa que busca regular su participación en la economía del país y propiciar la transferencia de tecnología. El crecimiento de los grupos empresariales incluye la adquisición de empresas controladas por firmas extranjeras. Además, hay proyectos de inversión con la participación de firmas del país, empresas extranjeras, contando con financiamiento de Nafinsa y Somex y eventualmente instituciones de banca de desarrollo del exterior. Destacan proyectos para desarrollar la industria de bienes de capital con el concurso de Nafinsa y Somex, y empresas extranje­ras que aportan la tecnología. Hay proyectos en que también participan capitales del país y parte del financiamiento procede de agencias o bancos extranjeros (Vidal, 2002). Es bajo estas condiciones que se produce el cambio en la política económica en los años ochenta, después de la crisis de la deuda externa. En materia de política económica hay un cambio relevante. En el texto se presentan algunas de las modificaciones realizadas para incentivar la inversión por empresas extranjeras. También se expone el notable incremento en los ingresos de IED, sin que exista en correspondencia una salida por cuenta de empresas con matriz en México como sucede en los países desarrollados. A la fecha, el cambio más importante es que se ha configurado una situación en la que no hay límites a la acción del capital extranjero en la economía del país. Además de la inversión directa y la operación en empre­ sas que operan en la manufactura, pero también en comercio, servicios, incluidos telecomunicaciones, transporte y finanzas, otro dato relevante es la intervención del capital extranjero en el financiamiento del sector público adquiriendo documentos denominados en pesos. En el texto se analiza en particular su aporte en materia del proceso de inversiones y su participación en el aumento de las exportaciones manufactureras. Se trata principal­ mente la IED, y en todo caso las referencias al sistema financiero se hacen únicamente considerando el ingreso de capitales en esa actividad sin analizar las modificaciones en los circuitos crediticios y los propios cambios en el financiamiento del sector público. EL INGRESO DE IED EN TIEMPOS DE REFORMAS ESTRUCTURALES En los primeros años de la década de los ochenta no hay incrementos en los ingresos de IED. De 1980 a 1982 las cifras son superiores a 1,300 millones de dólares y se explican principalmente por la ejecución de proyectos


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GREGORIO VIDAL

conjuntos entre inversionistas extranjeros y compañías privadas y públicas de México. Entre las empresas extranjeras destacan las que tienen matriz en algunos países europeos. Por ello se observa una continuidad con la política económica que en la materia se impulsa desde comienzos de la década previa. Sin embargo, a partir de 1983 hay una disminución en el monto de ingresos de IED que marca el fin del proyecto de años previos, promovido en el marco de la ley en la materia aprobada en 1973. De 1983 a 1985 el ingreso es muy menor, en promedio de 475 millones de dólares por año. El crecimien­ to a partir de 1986 es parte de un proceso de otra naturaleza. Se comienzan a tomar decisiones administrativas para ampliar las opciones de inversión al capital extranjero. De 1987 a 1990 el ingreso anual de IED es de 3 314 millones de dólares (Vidal, 2002). De 1991 a 1994, con datos recabados con base en la metodología estable­ cida hasta mediados de la década del noventa para contabilizar la IED que entra al país, el ingreso promedio anual es 5 631 millones de dólares, un incremento, que sin embargo aún se encuentra distante de las cifras que se presentan en adelante. En esos años, como acontece desde 1988, destacan las inversiones realizadas por las transnacionales de la industria automotriz que operan en México desde décadas previas. De 1989 a 1994 ingresan a Mé­ xico por cuenta de Chrysler, Ford, General Motors, Nissan y Volkswagen in­versiones que suman 5 473 millones de dólares. En 1995 y 1996 los recur­ sos provenientes del exterior con destino a las filiales en la industria automotriz son de 2 927 millones de dólares. En el periodo de 1989 a 1996, se estima que las inversiones realizadas por estas firmas representan el 17.6% de toda la IED efectuada en la época (Vidal, 2001a). Es un proceso importante de ampliación de la capacidad de producción en esa actividad que permite a las compañías incrementar sus exportaciones. Sin embargo, otras inversiones incluyen compra de activos, fusiones y más adelante participación en em­presas que recientemente habían sido privatizadas. De 1994 a 1998, la IED que ingresa al país se cuantifica considerando las cifras notificadas al Registro Nacional de Inversión Extranjera (RNIE) que efectivamente se materializaron en cada año, más una estimación de la IED realizada en el mismo año y aun no notificada al RNIE y el valor de las im­ portaciones de activo fijo que, mediante un contrato de comodato, transfie­ ren las empresas matrices a sus filiales o asociadas de México que operan según el régimen de maquila. El contrato permite el uso gratuito del activo a la maquiladora para que desarrolle su actividad, pero no le otorga la propie­ dad del mismo, por lo cual la sociedad mexicana no puede reportarlo en su contabilidad. También se estima la inversión extranjera que ingresa como parte de la reinversión de utilidades y las cuentas entre compañías. Para tener una idea de la importancia de los datos estimados, considérese que en 1994


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del total de IED que reporta la Comisión Nacional de Inversiones Extranjeras (CNIE), el 15.7% corresponde a lo estimado en reinversión de utilida­ des y 13.5% en lo que corresponde a cuentas entre compañías. La suma de ambos conceptos es de 4 400 millones de dólares. Antes de 1994 la cantidad anual que se reporta de IED considera las cifras notificadas al RNIE sin tomar en cuenta el momento en que efectivamente se efectuó la inversión, más las cifras que corresponden a los proyectos autorizados por la CNIE que no necesariamente se materializarán, por lo menos en su totalidad, incluso en años posteriores. No se indica que exista información precisa sobre la reinversión de utilidades, ni tampoco sobre los préstamos entre compañías. Por ello la dificultad para comparar ambas cifras. Sin embargo, la diferencia, con un monto mucho mayor en años recientes, da cuenta de un cambio. La apertura de la cuenta de capital de la balanza de pagos implicó que el ingreso de IED sea mucho mayor. De 1994 a 1998, con la nueva metodología, pero aun estimando los montos que corresponden a las reinversiones y las cuentas entre compañías con base en información de la CNIE, la IED que ingresa al país alcanza un monto promedio anual de 12,279 millones de dólares. De 1999 a 2005 el ingreso anual promedio es de 17 781 millones de dólares (CNIE, 2006). Para tener una idea de la revisión continua a que están sometidas esta cifras conviene tener presente que en el año 2005 el RNIE “[…] recibió notificaciones sobre IED por 14 994.7 millones de dólares (md); de ellos, el 55.2% (8 271.6 md) se realizó en enero-diciembre de 2005; el 16.0% (2,393.5 md), en 2004; el 10.5% (1 573.2 md), en 2003; y el restante 18.4% (2 756.4 md), antes de 2003” (CNIE, 2006:9). Como destaca la propia CNIE, los datos notificados a la Comisión en 2005 dan cuenta del rezago con el que las empresas reali­ zan está comunicación y la revisión que debe realizarse a las cifras sobre el ingreso de la IED. Así, con base en información de la CNIE de 2006, el in­ greso promedio anual para el periodo de 1999 a 2005 de IED es de 17 781 millones de dólares (CNIE, 2006). Sin embargo, según información reciente proporcionada por la Secretaría de Economía, el ingreso medio en ese periodo es aún mayor, del orden de 22 200 millones de dólares. No obstante, como se destaca líneas antes, el monto que está ingresando de IED al año al país expresan una nueva situación. En el periodo de 2006 a 2010 hay un nuevo incremento y el promedio anual es de 25 600 millones de dólares (Secretaría de Economía, 2017). Las nuevas inversiones representan el 50.6% del total, por lo que como en años anteriores las cuentas entre compañías y la reinversión de utilidades mantienen una notable impor­ tancia. En el periodo de 2011 a 2016 hay mayores entradas de IED, destacando el año 2013 con una entrada de IED de 48 482 millones de dólares. En la propia introducción se destaca el punto de vista de la administración


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de Peña Nieto que enfatiza el alto ingreso de IED en estos años. El promedio anual para el periodo 2011 a 2016 es de 31.3 mil millones de entradas de IED. En estos años, como parte de la nueva situación, destaca que las nuevas inversiones representan el 24.9% del total de IED que ingresa al país. La reinversión de utilidades es una cantidad mucho mayor que la entrada de nuevas inversiones. En el periodo equivalen al 40.5% del total de la IED y suman 76 200 millones de dólares.

REFORMAS ESTRUCTURALES Y CAMBIOS EN LAS LEYES Y REGLAMENTOS SOBRE LA INVERSIÓN EXTRANJERA

Hasta 1993 el ingreso y permanencia de la IED en el país —como se destaca desde líneas antes— se regía por una ley vigente desde 1973, concebida en la idea de regular a la inversión extranjera de manera que aportará efectivamente capital y tecnología y fuera parte de un proceso para ampliar la capacidad de producción en el país y fortalecer a grupos empresariales con matriz en México. El principio era de complementariedad, incluyendo elementos que favorecieran la transferencia de tecnología. Además, no se consideraba el ingreso de colocaciones de cartera y mucho menos que los extranjeros pudieran comprar títulos de la deuda pública emitidos en terri­ torio del país y denominados en pesos. Los cambios en materia de inversión extranjera durante la década de los años ochenta y hasta el año de 1993 son producto de la ejecución de nuevos lineamientos y diversos decretos que modifican las condiciones para que la IED pueda contar con amplias y mejores condiciones de participación en la economía del país. El camino de las reformas por medio de reglamentos y aplicación de la supervisión incluye las siguientes medidas: • Durante la segunda mitad de los años ochenta se flexibilizó la aplicación de la ley de 1973, permitiendo una mayor participación de la inversión extranjera y eliminando en la práctica los requisitos de trans­ ferencia de tecnología. • En 1984 se promulgaron nuevos lineamientos por parte de la CNIE, haciendo posible que el límite del 49% de la propiedad del capital en manos de IED aumentara. • En 1984 se autorizó instalar empresas con capital mayoritario o totalmente extranjero en actividades exportadoras, intensivas en capital o de alta tecnología. En 1989 se estableció un nuevo reglamento de la ley con un criterio sumamente liberal. En adelante fue posible la tenencia


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del 100% del capital por inversionistas extranjeros, salvo algunos sectores restringidos y cumpliendo con algunas reglas de operación y ubicación geográfica. • Desde 1989, previa autorización de la CNIE, era posible tener hasta el 100% del capital en manos de extranjeros en industrias como: vidrio, cemento, celulosa, hierro y acero. En el mismo periodo hay modificaciones en materia de inversión extranjera de cartera. En 1986 se establece el régimen de inversión neutra en las empresas. En 1989 hay un cambio en el régimen de inversión neutra, por el cual y valiéndose de fideicomisos y atendiendo a la figura de inversión temporal, los extranjeros puedan invertir en empresas sujetas a límites de participación o incluso en las que está excluida su presencia. Posteriormente, a finales de 1990 se eliminan las restricciones para que no residentes adquieran papeles de renta fija, entre ellos documentos gubernamentales como Cetes y, a partir de su creación, en julio de 1989 y durante todo el periodo que estuvieron vigentes, Tesobonos. En el año de 1993 se crea un nuevo escenario al promulgarse la Ley de Inversiones Extranjeras. En adelante se eliminaron las restricciones en pe­ troquímica secundaria, en partes para automóvil y en la fabricación de autobuses, camiones y sus partes. En la petroquímica secundaria están incluidas gran cantidad de actividades que años antes eran consideradas petroquímica básica. Se establecieron actividades en las que era necesaria la autorización de la CNEI para que la participación del capital extranjero fuera superior al 49%, entre los casos relevantes están: transportación marítima, administración de terminales aéreas, telefonía celular, perforación de pozos de petró­ leo y gas, agentes de seguro y educación privada. No obstante, en los años inmediatos se ha procedido con gran flexibilidad, incluso permitiendo que mediante la figura de fideicomisos o capital neutro la participación del capital extranjero en algunas de estas actividades sea mayoritaria. En años recientes se han eliminado limitaciones a la participación del capital extran­ jero en la propiedad de compañías en varias de estas actividades. En la segunda parte de la década de los noventa, la proporción de actividades abiertas a participación extranjera mayoritaria se elevó a 91% y el sector manufacturero quedó totalmente abierto al capital extranjero (Clavi­jo y Valdivieso, 2000). Sin embargo, eso no significó que en todas las actividades económicas se permitiera una amplia participación del capital extran­ jero. Por lo menos esa fue la intención hasta mediados de los años noventa, aún después de entrar en vigencia el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.


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Durante el gobierno de Salinas de Gortari, en el sistema financiero y en par­ticular en la banca, se propició la integración de grupos o consorcios en manos de capitales del país. Por ejemplo, las privatizaciones de empresas públicas realizadas durante el gobierno de Salinas de Gortari consideraban modificaciones legales y el proceso mismo de venta de los activos como medios para permitir que las nuevas firmas fueran adquiridas y controladas por capitales del país (Vidal, 2001b). Así, la venta de la banca a capitales del país fue un objetivo expreso del gobierno. Como parte del marco jurídico creado para hacer posible la medida se emitió una nueva ley bancaria (Ley de Instituciones de Crédito), que además de establecer la transformación de los bancos en sociedades anónimas, aseguraba que la banca del país fuera controlada por capitales mexicanos. En los meses y años inmediatamente siguientes este punto de vista se mantuvo, incluso durante la discusión del TLCAN. Por ello, en el documento que se aprueba por los gobiernos de Canadá, Estados Unidos y México se establecen para la circunstancia de la economía mexicana diversas salvedades a favor de los propietarios de la banca, entre ellas se limita la participación de la banca extranjera en la propiedad del capital y se crean cuotas de mercado rígidas que protegen por un tiempo de la competencia externa a los bancos que recién se habían privati­ zado (Correa, 1995). En el TLCAN se estableció un periodo de transición que duraba hasta el año 2000, durante el cual el capital neto individual de los bancos extranje­ ros no podía ser superior al 1.5% del total del sistema, ni en conjunto reba­ sar el 15%. Además, era posible imponer restricciones al crecimiento de los bancos en los cuatro años siguientes. Posteriormente era posible revisar los términos de participación de la banca extranjera, reconociendo en los hechos mínimos resguardos para la banca en manos de capitales del país. Como se comprende había importantes salvaguardas para la banca del país, que no se presentan en otras actividades económicas. Con la crisis bancaria y monetaria de 1994 y los serios problemas de cartera vencida de una gran cantidad de bancos se producen nuevas modificaciones legales que ter­ minan por eliminar las restricciones a la participación del capital extranjero en la banca y todo el sistema financiero. En 1998 el Congreso aprobó la Ley de Protección al Ahorro Bancario, con ella se dio la apertura total en banca y bolsa al capital extranjero, eliminándose las restricciones en el caso de los tres mayores grupos bancarios del país (Correa y Maya, 2002:146). En la industria de generación, distribución y comercialización de energía eléctrica y en la industria del petróleo también se producen cambios en leyes secundarias para permitir la participación del capital extranjero. En el sector eléctrico se realizan reformas en 1992 a la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica. Ello en el marco de una reducción de la inversión pú­blica


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en el sector. En los años siguientes se ponen en práctica dos esquemas que permiten la participación del capital privado en la generación de electricidad: los proyectos de inversión financiados por terceros denominados Proyectos de Impacto Diferido en el Registro del Gasto (Pidiregas), y los denominados productores independientes. Los Pidiregas también operan en el caso de la industria petrolera. En la generación de electricidad por me­dio de los dos esquemas participan entre otros: Electricité de France; Unión Fenosa e Iberdrola de España; Mitsubishi y Mitsui de Japón; Siemens de Alemania y General Electric de Estados Unidos. Aun cuando, con el paso de los años algunas firmas extranjeras han estado vendiendo sus empresas a otras transnacionales, al punto que a la fecha los más importantes productores independientes son Iberdrola y Gas Natural Fenosa, esta última resultado de la adquisición internacional de Unión Fenosa por Gas Natural, ambas con matriz en España. Para el año 1999 los productores independientes generan el 12% de la electricidad en el país (Martínez, Cortés, Huerta y Espinosa, 2005). En 2004 y 2005, según cifras de INEGI, generan el 22% de la electricidad. La Comisión Federal de Electricidad reporta que a finales de 2006, del total de capa­ cidad efectiva instalada de generación, el 21.7% corresponde a productores externos de energía. En los años siguientes crece la importancia de los productores independientes de energía eléctrica con ventas a la CFE que representan más del 40% del total de la energía eléctrica que esa empresa distribuye. Sin embargo, como aconteció con la banca, otras propuestas para ampliar las posibilidades de inversión del capital privado —incluido el extranjero en estas actividades— se presentaron hasta que con la denominada reforma energética de la administración de Peña Nieto aprobada por el Congreso de la Unión el 11 de diciembre de 2013, se establece una liberalización plena, tanto en materia de la industria eléctrica como en la indus­ tria petrolera. La tendencia a eliminar las restricciones legales a la participación del ca­pital extranjero en la economía se mantiene. Pero también hay nuevas limitaciones o excepciones como parte de la reglamentación establecida en el TLCAN. Destacan las reglas específicas para considerar como producción en la zona del TLCAN a la industria automotriz y a la industria eléctrica y electrónica. Como también las reglas para que se considere a la empresa como establecida en alguno de los tres países, y por tanto sus inversiones se beneficien de las excepciones y el trato nacional considerado en el TLCAN. Son estas reglas las que explican algunas inversiones que han estado realizan­ do algunas empresas extranjeras en México, como es el caso de las empresas de la industria eléctrica y electrónica de Japón y Corea. Pero también esas y otras reglas establecidas en el TLCAN son parte de las condiciones legales y


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económicas para construir una región o zona en la que las más beneficiadas son algunas grandes corporaciones estadounidenses. A la fecha, las discusiones sobre la renegociación del TLCAN se centran en varias de estas reglas y los cambios pueden hacer variar el escenario para la inversión por cuenta de algunas firmas extranjeras. Los cambios realizados en diversas leyes, la aplicación flexible de otras, el establecimiento de reglamentos y los propios cambios en la gestión de la economía por parte del Estado han dado por resultado la eliminación de las restricciones a la acción del capital extranjero en el país. Incluso las pri­ vatizaciones, que en los años de Salinas de Gortari consideraban limitaciones para la participación del capital extranjero, se realizan a la fecha sin distinción alguna. Varias nuevas transnacionales operan en telefonía, aeropuertos, in­ dustria de la construcción, transporte, incluida su construcción. Los cambios en la política de gasto público y las negociaciones con organismos financie­ ros internacionales y con otros países para alterar el vínculo de la economía mexicana con la economía mundial, se inscriben en una sola estrategia de cambio estructural que busca generar las condiciones para que el proceso de inversiones sea conducido por el capital privado, sin considerar límites al capital extranjero. En todo caso las restricciones proceden de lo acordado en el TLCAN, que es objeto de discusión desde mediados del año 2017. Los cambios ocurridos son legales, pero también político-culturales y sin duda reflejan nuevas relaciones de fuerza y de poder en la sociedad me­ xicana y en la conducción de los asuntos públicos. Pero analicemos algunos datos estructurales de la IED en la economía de México para contar con más elementos para evaluar el papel del capital extranjero en la dinámica de la acumulación.

INVERSIÓN EXTRANJERA DIRECTA, FORMACIÓN DE CAPITAL Y CAPACIDAD DE PRODUCCIÓN

Las cifras de ingreso anual de IED son importantes. Los montos pueden lle­var a la conclusión de que es un componente fundamental en el crecimiento de la formación de capital y permite ampliar la capacidad de producción en el país. Sin embargo, el examen detallado de su composición no hace posible sostener ese resultado, como tampoco se observa un incremento soste­ nido en el coeficiente de inversión en el país en el curso de los últimos 25 años. En el año de 1994, cuando se puede observar un cambio en el ingreso de IED al país, el coeficiente de inversión es de 19.6%. En 1996, una vez su-


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perada la crisis de finales de 1994 y 1995, el coeficiente de inversión es de 19.6%. En los años siguientes hay ligeros aumentos, situándose en varios de ellos, pero incluso en años recientes, cuando los ingresos de IED son muy superiores la FBCF como porcentaje del PIB, se mantiene entre 22.6 y 23.6 por ciento. De 1994 en adelante el incremento en los flujos de entrada de IED se da en un contexto de modificaciones legales que promueven su ingreso. El gobierno federal firma con un importante grupo de países varios tratados de libre comercio y acuerdos bilaterales sobre inversión, en los que expresamente los capitales del exterior son tratados en condiciones de igualdad con los del país. Se argumenta la necesidad de proceder a la suscripción de esos documentos para lograr contar con mayores montos de inversión extranjera, y de esa forma impulsar el crecimiento sostenido de la economía. Sin embargo, la cifra de 538 462 millones de dólares de entrada de IED para el periodo 1994 al tercer trimestre de 2017, no representa ingresos de divisas para realizar principalmente inversiones en nuevas plantas productivas, ni menos aún está dedicada en su mayor parte a la ampliación de capacidad de producción en compañías que están operando en el país. Hay otros rubros que son importantes y permiten explicar el efecto que la IED tiene en la formación de capital. En su conjunto, considerando el periodo de 1970 a 2016, existe un incre­ mento de la IED como porcentaje de la formación de capital del año 1994 en adelante. En el periodo de 1986 a 1993 la IED representa alrededor del 7% de la formación bruta de capital fijo (FBCF). A partir de 1994, lo más fre­ cuente es que la IED equivale alrededor del 10% de la FBCF. Desde 1994 hasta 2017 los flujos de entrada de IED, como proporción de la FBCF, se mueven en una franja de entre el 10 y el 15%. A la baja destacan los años de 2009 y 2012. En el primero la IED equivale al 9% de la FBCF, en el segundo a 7.9%. El año 2009 es el de mayor contracción de la economía de México en el contexto de la crisis monetaria y del crédito que estalla desde finales de 2007. En 2012 no se produce un hecho semejante. El ingreso de IED no implica una contribución equivalente a la inversión en el país. Los años en que las alzas son notables (1995, 2001 y 2013) dan cuenta de este hecho. En 1995 es un año clave a partir de la vigencia del TLCAN, pero la economía tiene una notable disminución del PIB, a la vez que se realizan operaciones de venta de activos y de empresas del país a firmas extrajeras. En 2001 una sola operación de venta de una empresa implicó una gran cantidad de recursos financieros por cuenta de una corpo­ ración extranjera. Fue la venta de Banamex a Citi por un monto de 12 500 millones de dólares. En 2013 sucede algo semejante con la venta de Grupo Modelo a AB-InBev por 20 mil millones de dólares. Para destacar la impor-


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tancia de estas transacciones tómese en cuenta que las nuevas inversiones por firmas extranjeras realizadas en 2001 fueron por 23 mil millones de dólares. La venta de Banamex equivale a 54.3%. En 2013 la venta de Mode­ lo equivale a 89% de las nuevas inversiones, que sumaron 22 446 millones de dólares. En otros años hay otras ventas cuantiosas y como se observa en la gráfica 1, hay otros componentes de la IED que son sumamente importantes y no representan ingresos de capitales del exterior. Como se advirtió en el apartado sobre las reformas estructurales y el in­gre­ so de IED, en el periodo que se examina las entradas consideran las estima­ ciones realizadas por la CNIE para la reinversión de utilidades y las cuentas entre compañías en el periodo de 1994 a 1999. Como también, en algunos años posteriores otras estimaciones producto de la diferencia entre los datos reportados y los efectivamente realizados. En el periodo de 1999 al tercer trimestre de 2017, la IED, está compuesta de: cuentas entre compañías (23.6%), reinversión de utilidades (28.8%) y nuevas inversiones (47.2%). La información actualizada sobre IED no incluye el rubro de importaciones de activo fijo realizadas por empresas maquiladoras con inversión extranjera, por lo que no se considera en términos generales. Como se observa en la gráfica 1, existe una variación importante en algunos años entre los componentes de la IED. Sin embargo, es notable que con relación al PIB el peso de las nuevas inversiones, como la reinversión de utilidades y las cuentas entre compañías es en general menor. Antes de examinar el concepto de nuevas inversiones es necesario desta­ car el comportamiento de las cuentas entre compañías. En el apéndice metodológico del informe estadístico sobre el comportamiento de la IED en México, la Comisión Nacional de Inversiones Extranjeras destaca que las cuentas entre compañías son las transacciones originadas por deudas de empresas que operan en México con IED en su capital social con otras em­presas del mismo grupo corporativo que son residentes en el exterior (CNIE, 2016:8). Es decir, son deudas de las filiales de empresas extranjeras que ope­ ran en México con la matriz o con otra compañía del grupo domiciliada en el extranjero. En tanto, las deudas deben ser liquidadas, según las reglas de la compañía, con los recursos financieros producto de su operación en el país, incluidos los que resulten de las exportaciones o de las colocaciones financieras en documentos que circulan en el mercado financiero en México. En todo el periodo se reportan cifras significativas por este concepto. Como señalo líneas arriba, el total equivale a casi la cuarta parte de lo que se repor­ ta como ingresos de IED de 1999 al tercer trimestre de 2017. Destaca el dato del año 2009, el menor en todo el periodo, con un ingreso de IED por este concepto de 1 325 millones de dólares. El ingreso medio anual de 1999 a 2016 es de 6 617 millones de dólares. La profundidad de la crisis monetaria


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GRÁFICA 1

INVERSIÓN EXTRANJERA DIRECTA (1994-2016) (PORCENTAJE DEL PIB) 4.00 3.50

Porcentaje

3.00 2.50 2.00 1.50 1.00

0.00

1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016

0.50

Nuevas inversiones Cuentas entre compañías

Reinversión de utilidades

FUENTE: Secretaría de Economía, Comisión Nacional de Inversiones Extranje­ ras, Informe Esta­dístico sobre el Comportamiento de la Inversión Extranjera Directa en México, enero-junio de 2017; Informe Extranjera Directa en Méxi­ co y en el Mundo, Carpeta de Información Estadística, 05 de noviembre de 2012. Banco de México, compilación de informes trimestrales correspondientes al año 2016 e informes anuales 2004, 2007, 2009 y 2010.

crediticia y de la propia recesión económica obligó en ese año a dotar de recursos financieros a las matrices de las ETN, liquidándose adeudos entre compañías. El otro año con una cifra por debajo de la media es 2001, con un ingreso de 3 045 millones de dólares. La reinversión de utilidades tiene un comportamiento relativamente estable al compararse con el PIB del año 1999 al 2007 (véase gráfica 1). En varios de los años siguientes alcanza una cifra mucho mayor, en 2015 equivale al 1.38% del PIB y en 2016 al 1.25%. Las cifras que se reportan sobre reinversión de utilidades a cuenta de la IED a partir de 2011 y hasta 2017 son mayores al ingreso de nueva inversión extranjera directa. Las nuevas inversiones incluyen los recursos utilizados para compras y adquisiciones transfronterizas en México por empresas transnacionales. Es una cifra de gran significación y explica la presencia en el país de muchas com-


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pañías. Los recursos utilizados en fusiones y adquisiciones reportados al RNIE son de 18.5% de toda la IED. La cifra puede ser mayor, dado que no existían reportes en los primeros años en que se aplica la nueva metodología para calcular la IED. La UNCTAD informa que en el periodo de 1995 a 2003 los capitales usados en las fusiones y adquisiciones en México por cuenta de empresas extranjeras son algo más del 30% de la IED que ingresó al país (UNCTAD, 2004). Ello implica que las nuevas inversiones para ampliar plantas, adquirir equipos, instalar nuevas empresas son una canti­dad mucho menor de la IED. Aun considerando la cifra de fusiones y adquisiciones reportada por el RNIE, las nuevas inversiones equivalen al 35.9% del total de la IED en el periodo de 1994 a 2010. En los años siguientes y hasta 2017 hay un crecimiento de las nuevas inversiones, pero también se realizan varias de las mayores operaciones de adquisición de empresas con matriz en México por firmas transnacionales del extranjero. Por ello no sorprende que los años en que mayor es el ingreso de IED por concepto de nuevas inversiones son los mismos en que se realizan las más importantes operaciones de compra de empresas del país por firmas extranjeras. Por ejemplo, en 2001 la IED representó 4.78% del PIB y las nuevas inversiones fueron equivalentes a 3.72% del PIB, la cifra más alta del periodo (véase grá­fica 1). Sin embargo, en ese año los ingresos por fusiones y adquisiciones suman, según el RNIE, 14 244 millones de dólares. Esta cifra equivale a 47.5% de toda la IED y 62% de las nuevas inversiones. En 2013 las nuevas inversiones suman 22 450 millones de dólares. Sin embargo, tan sólo la ope­ración de compra de Modelo por ABInBev estuvo valuada en 20.1 mil millo­nes de dólares, equivalente al 89.5% del total de las nuevas inversiones de IED correspondientes al año 2013. Otros hechos dan cuenta de un impacto más restringido de la IED en la formación de capital y en el impulso del crecimiento de la economía. Hay algunas actividades que concentran gran parte de las nuevas inversiones. La característica sustancial es que son ramas de la economía que están concentradas en la exportación, con un alto contenido importado en su producción. Es la situación de la industria automotriz. La IED realizada en la industria automotriz en el periodo de 1997 a 2004 es el 15% de toda la nueva IED. En el periodo de 1999 a 2010 la inversión materializada en la industria automotriz, incluyendo la que se realiza para establecer las plantas que fabrican partes y accesorios para camiones, es 25.1% de la nueva IED, una vez descontados los recursos que se utilizan en las fusiones y adquisiciones. En los años siguientes hasta la fecha se han realizado nuevas inversiones por empresas extranjeras en la industria automotriz. Además, algunas transnacionales de la industria automotriz que no contaban con plantas en México han iniciado su construcción o su operación en años recientes. Son los ca-


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sos de Hyundai y Kia, Mazda, BMW. Daimler Benz se asocia con Nissan para que en una de las plantas manufactureras del grupo en Aguascalientes se fabrique uno de sus modelos. Volkswagen, Audi y Honda anuncian nuevas inversiones. Desde hace años se observa que gran parte de la producción realizada por las empresas ensambladoras de automóviles y camiones tiene por destino la exportación. Las ventas en México se cubren en su mayoría con unidades importadas. En años recientes, es común que de todo lo comercializado se im­porte alrededor de dos terceras partes. A ello deben sumarse las importaciones de partes, carrocerías y chasises con motor para los autos ensambla­dos en el país. Desde hace años y a la fecha la empresa que produce localmente una parte relevante de los autos y camiones que comercializa en México es Nissan-Renault. En resumen, aun cuando es únicamente en el segmento de partes para automóviles que existen empresas maquiladoras en esta actividad económica, lo dominante es producir para exportar sin que se observe un crecimiento notable del contenido nacional en lo que se exporta. Es sin embargo, la primera o la segunda actividad por su monto entre las exportaciones manufactureras y la más destacada en cuanto a la realización de nuevas inversiones por parte de empresas extranjeras desde finales de los años ochenta. La importación de activo fijo por empresas maquiladoras es parte también de un esquema de producción para el mercado externo con un muy alto contenido importado. En materia de insumos, lo realizado en México casi se reduce a empaques, sin que existan empresas que operen con un es­ quema distinto. En la fabricación de equipos y aparatos eléctricos y electró­ nicos (en algunos años la actividad de mayor monto por sus exportaciones) se importa 97% de los insumos (Robertson y Hanson, 2003; Vidal y Correa, 2004). La reinversión de utilidades implica que los recursos usados se han produ­ cido en el país. Pero además, no existe entrada de divisas y representan más de la cuarta parte de la IED desde el año 1994 a la fecha. Las cuentas entre compañías son créditos que además de la liquidación respectiva demandan una mayor salida de divisas para el pago de los respectivos intereses. Sin duda su uso es diverso, pero no necesariamente implica aumentos en la capacidad de producción de la firma. Los recursos utilizados en las operaciones de compras de empresas tampoco influyen en el aumento de la capacidad de pro- ducción. Finalmente, la inversión que está asociada a la ampliación de capacidad de producción e implica un aporte de divisas y se realiza en empresas nuevas o en el crecimiento de firmas que se articulan más ampliamente al mer­cado interno, es apenas algo más de una quinta parte de toda la IED reportada desde 1994.


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CONCLUSIÓN En años recientes existe un notable incremento en el ingreso de IED al país. Las cifras de entrada de IED a partir del año 2001 son notablemente superio­ res a los años previos y se mantienen en montos semejantes hasta la fecha. Hay otros cambios que deben considerarse; sin embargo, ello no implica que la IED es un hecho nuevo en el funcionamiento de la economía del país. Como se destaca en la introducción, ha tenido un papel relevante desde las últimas décadas del siglo XIX. En aquellos años las inversiones extranjeras ocuparon un lugar destacado en las actividades productivas del país y algunas fueron de las más relevantes del periodo, como la realizada en la construcción de la red de ferrocarriles. Posteriormente, en los años inmediatos siguientes al fin de la Segunda Guerra Mundial, de nuevo el capital extranjero tiene un papel destacado en la dinámica de la economía del país. Es un actor importante en el desarrollo de la industria manufacturera en México y en estas actividades las empresas transnacionales ocupan la posi­ ción de liderazgo, como se expone en la propia introducción del capítulo. Desde finales de los años ochenta del siglo pasado, con las reformas estructurales, la ejecución de una política económica fundada en el ajuste fiscal y con una alta preeminencia del endeudamiento público, la apuesta de las administraciones federales es que la IED ocupe un sitio clave en la forma­ ción de capital, propiciando su notable incremento. La composición de la IED, tal como se expone líneas arriba, no permite concluir que tenga un papel particularmente destacado en la dinámica de la inversión de capital. Las privatizaciones, la disminución de la inversión pública, la supresión del encaje legal y la adopción de un mecanismo de mercado abierto para colocar deuda pública interna y, más en general, la ejecución de una política de reducción relativa del gasto público, son medidas que se han realizado para permitir que los mercados operen y en particular la formación de capital crezca a cuenta de recursos privados, afirmando que sólo así el proceso es sostenible y no se crecerá sobre bases falsas. Sin embargo, el coeficiente de inversiones casi no ha cambiado y el crecimiento del producto en el largo plazo se sitúa entre 2 y 3%, apenas por encima del aumento anual de la población. La formación bruta de capital como proporción del PIB ha aumen­ tado tan sólo unos puntos por encima de 20%. En 2016 el coeficiente de inversión es de 23.1 por ciento. Los cambios en las leyes y en las reglas para eliminar las restricciones al ingreso y a la salida de inversión extranjera, la puesta en marcha de acuerdos comerciales que consideran un capítulo en materia de inversiones construido para no presentar objeciones a la acción de empresas transnacio­ nales, e incluso la labor de cabildeo y publicidad para atraer capitales del ex-


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terior, no han modificado el hecho de que la inversión sigue dependiendo sustantivamente de recursos internos. Aún más, la propia IED considera fuentes internas para realizar inversiones, lo que se expresa en las cantidades notablemente importantes de reinversión de utilidades y de cuentas entre compañías. En esto no ha existido un cambio, ni se observa que pue­ da producirse en los años siguientes. El aumento de la IED tiene otros impactos macroeconómicos. Los flujos acumulados de entrada de IED desde principios de la década de 1990 están creciendo como proporción del PIB. En 2010 representan 31.5% del PIB. En los años siguientes esta cifra continuará aumentando, como también crece el valor en libros de la IED, que es la cantidad sobre la que se calculan las utilidades de estas empresas. Es posible sostener que hay una cantidad creciente del valor agregado en la economía que tie­ne por destino las matrices de estas empresas. Por ello, el rubro de utilidades y dividendos pagados a la inversión extranjera que se registra en la cuenta corriente de la balanza de pagos de la economía del país, arroja cifras signi­fi­cativas que no necesariamente dependen de nuevos ingresos de inversión extranjera directa. Con información de CEPAL, en los años de 1997 a 2004, las utilidades y dividendos que son pagados a las empresas extranjeras equivalen a 29.3% de los flujos de entrada de IED. Estas divisas no proceden necesariamente de las exportaciones realizadas por las empresas transnacionales, dado que al­gunas de ellas están concentradas en el mercado interno, por ejemplo en la industria de alimentos o en el comercio en grandes superficies. Además son firmas que operan con importaciones. Pero también las empresas expor­ tado­ras tienen una contribución menor o incluso marginal, considerando el alto grado de contenido importado de sus exportaciones. Ello significa que aun cuando disminuyan los ingresos de IED, el pago de utilidades se manten­ drá, constituyéndose en una presión sobre la balanza de pagos. El ingreso de IED al país implica considerar en la balanza de pagos diversos egresos aso­ ­ciados a esta presencia. Las cuentas entre compañías demandan cubrirse, incluyendo los costos asociados a estas transacciones. Las empresas extranje­ras que destacan en las exportaciones operan con altos niveles de importación de insumos, además de las importaciones de maquinaria y equipo. Las firmas que actúan preferentemente en el mercado interno realizan importa­ ciones de insumos, equipos y maquinaria. También salen recursos del país por pagos de patentes y marcas, y otros más por concepto de utilidades. El resultado es un aporte positivo mínimo o nulo en materia de ingresos de divisas en la balanza de pagos al considerar plazos de 10 a 15 años. La IED, sumada a otras formas de inversión extranjera y las deudas del gobierno y las empresas colocadas en los mercados del extranjero, tienen resultados negativos en las cuentas de la economía del país con el exterior.


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El cambio relevante resultado del ingreso de capitales del exterior se vincula al desarrollo de una plataforma exportadora en la industria manufacturera. En el texto se presenta con detalle el caso de la industria automotriz, que incluye importantes montos de nueva IED, pero también de reinversión de utilidades y cuentas entre compañías. Además se trata de una industria altamente importadora, que destina la mayor parte de su producción al mercado exterior, principalmente a Estados Unidos. Estas inversiones no impulsan importantes encadenamientos productivos internos y menos una diversificación de la producción industrial. La situación es seme­ jante en la industria de aparatos y equipos eléctricos y electrónicos. Como en el caso de otras actividades altamente exportadoras, el impulso al crecimiento de la economía es muy limitado, y sumadas a otras inversiones de capitales del país y del exterior no han alcanzado una modificación positiva sobresaliente en el coeficiente de inversión. BIBLIOGRAFÍA Banco de México (2016), “Compilación de los informes trimestrales corres­ pondientes al año 2016”, Capítulo lll, Informe trimestral Julio - Septiembre 2016, p. 204, disponible en <http://www.banxico.org.mx/publicacionesy-discursos/publicaciones/infor mes-periodicos/anual/indexpage.html>, consultado el 15 de noviembre de 2017. Ceceña, José Luis (1975), México en la órbita imperial, Las empresas transnacionales, 4ª edición, México, Ediciones El Caballito. Clavijo, Fernando y Susana Valdivieso (2000), “Reformas estructurales y política macroeconómica”, en F. Clavijo (comp.), Reformas económicas en México 1982-1999, México, Fondo de Cultura Económica, pp. 13-155. CNIE (2006), Informe estadístico sobre el comportamiento de la inversión extranjera directa en México, enero-septiembre, México, Secretaría de Economía. CNIE (2007), Informe estadístico sobre el comportamiento de la inversión extranjera directa en México, enero-diciembre 2006, México, Secretaría de Economía. Correa, Eugenia y Claudia Maya (1995), “Servicios financieros y banca en el contexto del TLC”, en A. Girón, E. Ortiz y E. Correa (comps.), Integración financiera y TLC, Retos y perspectivas, México, Siglo XXI Editores, pp. 302-313. Correa, Eugenia y Claudia Maya (2002), “Expansión de la banca extranje­ ra en México”, en E. Correa y A. Girón (comps.), Crisis y futuro de la banca en México, México, Miguel Ángel Porrúa Editor, pp. 141-152.


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La presencia destacada de empresas multinacionales (EM) en México desde finales del siglo XIX ha sido un permanente objeto de estudio para evaluar su impacto en la economía y el rol que desempeña en la política y en las relaciones internacionales del país. Se trata de una variable muy importante a considerar en el diseño de la política económica. En este escenario, algo nuevo se ha incorporado: a partir de la última década del siglo pasado, el interés por la inversión extranjera directa (IED) no se limita a la que entra al país (IEDE), abarca igualmente a la que sale desde nuestro país (IEDS). De igual forma, cuando nos referimos a EM tenemos que distinguir entre las extranjeras y las mexicanas que, si bien, en su gran mayoría tienen un tama­ ño medio y chico comparadas con las grandes EM de la tríada: EU, Japón y la UE, que operan en la industria química, automotriz y farmacéutica o en el sector financiero mexicano, han evolucionado durante más de 25 años para posicionarse en el mundo entero y competir exitosamente en los mercados internacionales. En un número ciertamente reducido pero con una dinámica sólo comparable en la región de América Latina y el Caribe (ALC) por las EM brasileñas. La evaluación sobre las consecuencias ventajosas y negativas de la IED en una economía en desarrollo y sobre la presencia de EM en sectores estra­ tégicos para su crecimiento y su desempeño económico,1 siempre ha generado polémica y argumentos encontrados. A su vez, los argumentos sobre las ventajas vs. las desventajas de que un país en desarrollo cuente con sus propias empresas multinacionales son igualmente extensos y se encuentran lejos de ser concluyentes.

* IIEc-UNAM. 1 Las consecuencias políticas no son tema de este texto. [365]


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No cabe duda, y sobre esto se ha escrito mucho, sobre las ventajas al nivel microeconómico de la empresa que se internacionaliza por medio de IED. Éstas son varias: más mercados, repartición del riesgo inversor, difusión de sus marcas, mayor acceso a procesos de outsourcing, y en el caso de localización de IED en economías desarrolladas: vinculación directa a ventajas competitivas, tales como estructura industrial, mano de obra calificada, calidad de instituciones, acceso a ciencia y tecnología avanzada, etc., todo lo cual impacta favorablemente a sus capacidades competitivas internacionales. En este capítulo nos interesa exponer una primera exploración sobre el impacto de la IEDS sobre la economía interna. Debo explicitar que para un análisis más profundo sobre dichas consecuencias y su evaluación (histórica, por ramas, etc.) se requiere incluir datos por sector, comparar tasas de crecimiento de la inversión por empresa con la de su rama respectiva y vincular con precisión los efectos de la IED mexicana al desempeño macroeconómico mexicano. En este trabajo no se procesan los datos con ese detalle, pero se presentan los correspondientes a inversión y empleo foráneos de una muestra de nueve EM mexicanas entre 2010-2015, como una primera aproximación al tema. Si miramos primero a las ventajas de contar con EMS en una economía en desarrollo (en este caso México), éstas, por principio, deben considerarse potenciales ya que dependen de varias circunstancias, incluidas políticas industriales específicas entre las cuales se encuentran: la creación de cadenas productivas globales, la difusión de la marca país que sea capita­ lizada por el sector exportador, procesos de aprendizaje tecnológico en reversa que sea aprovechado por ramas industriales nacionales específicas, etcétera. Por su parte, las desventajas son muy evidentes, entre las más relevantes: las divisas generadas por ventas dejan de entrar al país de origen, la inver­ sión se contabiliza en el país huésped y es ahí donde se genera empleo y recaudación fiscal. Como puede observarse, la temática expuesta es sumamente amplia, de una enorme riqueza analítica y de consecuencias sumamente importantes para la economía local. En este trabajo nos limitamos a exponer de manera preliminar los elementos que constatan la existencia de dos de las desventajas que se le presentan a México debido a la existencia y expansión de su IEDS: inversión y empleo. El análisis no es conclusivo y lo que pretende es dar pie a estudios de mayor profundidad para el caso mexicano y sobre todo en­ cararlo con miras a dilucidar la política industrial y económica en general más apropiada para aprovechar las ventajas que representan empresas mexicanas que se han vuelto competitivas a escala internacional. No se pre­


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tende bordar en el vacío, países como Corea del Sur, Taiwán y actualmente China tiene gobiernos proactivos y políticas expresas para este efecto. El capítulo está estructurado de la siguiente forma: un primer apartado en el que se presenta una ubicación histórica reciente de la evolución de la IEDS de economías en desarrollo para enmarcar el tema de la dinámica inversora de sus EM en la actualidad; en el segundo apartado se consideran algunos de los exponentes más relevantes del debate teórico sobre las consecuencias de la IEDS sobre la inversión y el empleo locales; el tercer apartado está dedicado a presentar la evolución de la IEDS mexicana y de las mayores EM mexicanas, en cuanto a montos de inversión, localización de su IEDS y sus principales variables foráneas: activos, ventas y empleo; en el cuarto apartado se trabajan los datos sobre las variables seleccionadas para una muestra de seis EM mexicanas de entre las mayores 25 deteniéndome en explicar sus formas de expansión, sus estrategias de crecimiento internacional y su posicionamiento foráneo. Las nueve empresas correspon­ den a los sectores de servicios de telecomunicaciones, alimentos, bebidas, petroquímica, autopartes y comercio; finalmente se presentan unas breves conclusiones. UBICACIÓN HISTÓRICA DE LA IEDS DE ECONOMÍAS EN DESARROLLO La internacionalización del capital es un fenómeno que se desprende de la naturaleza propia del capital por crecer y expandirse y, en última instancia una compulsión de competir para sobrevivir. Es un fenómeno también de dominación del más fuerte y de subordinación de los capitales más débiles. Los primeros análisis al respecto que corresponden al capitalismo moderno fueron los del capital financiero: Hobson, Hilferding, Lenin y Bujarin que se convirtieron también en un análisis político respecto al imperialismo. El estudio de la IED y las EM se convirtió en un tema esencial para enten­ der el capitalismo a partir del auge de las multinacionales de EU en la posguerra y su penetración en Europa y en ALC. Las EM europeas y después las japonesas conformaron la tríada de mayor expansión internacional. La aparición generalizada de EM de países en desarrollo (EME) ocurrió en los años 1970 (Lecraw, 1977; Díaz Alejandro, 1977; Lall,1983; Wells, 1983; Katz y Kosacoff, 1983) y a partir de ahí recorrió varias etapas diferenciadas según los actores específicos: una expansión sostenida en las economías emergentes asiáticas (los tigres) paralelamente a un abrupto recogimiento de aquellas en los países latinoamericanos (translatinas) durante los años 1980, debido a la llamada crisis de deuda externa que les obligó a desprenderse de sus activos en el exterior para afrontarla.


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Fue la segmentación de la producción internacional que trajo consigo la globalización productiva, la que condujo a lo que se conoce como una segunda oleada de IEDS de economías en desarrollo y a un interés académico por descifrar el significado y las potencialidades de las EME que surgieron con gran dinamismo desde estas economías a partir de los años 1990 en los mayores países de América Latina (Basave, 1996; Pozas, 1997; Chudnovsky y López, 1999; Fleury y Leme, 2009; Basave, 2016), en algunos países de las llamadas economías en transición del antiguo bloque soviético y más recientemente en India y China (Mathews, 2002; Child y Rodriguez, 2005; Ramamurti y Singh, 2009), que se han convertido en casos paradigmáticos. Todos ellos agregándose a las EME de regiones del este y el sur asiático que para esos años consolidaban ya su dinamismo competitivo, sus capacidades de innovación tecnológica y contribuían al crecimiento en sus respectivos países (Amsden, 1989; Wade, 1990). El boom expansionista de las EME chinas, desde la última década del siglo pasado surgió con el cambio de estrategia económica de China que lanzó a sus mayores empresas (la mayoría estatales pero también privadas y mixtas) a invertir fuera de sus fronteras. Por diferentes razones pero también debido a su crecimiento sostenido, en la India surgieron nuevas EME y ocurrió lo mismo, aunque en mucho menor medida en países como Rusia, Turquía e Israel. La apertura económica en toda la región latinoamericana (excepto Cuba) trajo consigo, igualmente, la aparición de nueva cuenta de EME de tamaño medio que hoy día operan en el mundo entero. Este siglo, especialmente con el estallido de la crisis financiera internacional en 2008, ha traído consigo varios fenómenos nuevos. Un cambio de la dirección de la IED mundial que desde 2012 se volvió mayoritaria hacia el conjunto de economías en desarrollo y en transición que para 2013 captaban el 61% del total de flujos mundiales de IED (WIR, 2014:12). Es de esperarse que con la superación de la crisis por los principales países desarrollados, cuando ocurra un cambio de tendencia en el ciclo económico, la situación anterior se modifique y retorne hacia las proporciones previas a la crisis. Pero la penetración y consolidación de las EME en el escenario mundial ya se habrá dado. Por esta razón a 2015 más de un 20% de las 500 mayores EM pertenecen a economías en desarrollo, principalmente a China. En 1990 ese porcentaje se acercaba al cero. Otro aspecto singular de la expansión de estas EME es la velocidad con la que incrementan sus capacidades tecnológicas por medio de la adquisición (y/o fusión) de empresas localizadas en países desarrollados, generalmente subsidiarias de grandes EM de EU o Europa que se han visto en la necesidad de desprenderse de activos para afrontar la crisis o para replantearse sus estrategias de globalización. Esto les proporciona acceso inmedia­to


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lo mismo al conocimiento codificado que al tácito, acumulado en estas empresas, de tal forma que sus procesos de aprendizaje pueden ser trasla­ dados al conjunto del conglomerado empresarial (Basave, 2017). Por supuesto, sujeto a que cuenten con las capacidades de absorción necesarias. De hecho esa forma de expansión internacional se ha vuelto la más común. El promedio anual de adquisiciones internacionales por EME pasó de 622 en 1993-1999 a 1 845 en 2007-2013 (WIR, 214). BREVE DOCUMENTACIÓN DEL DEBATE TEÓRICO Existe una amplia bibliografía sobre los efectos de la IED que entra en economías desarrolladas o en desarrollo (IEDE). En cambio las reflexiones teóricas y empíricas sobre las consecuencias de contar con EM, es decir, sobre los impactos de generar IED (IEDS) en la economía sede (desde la que se genera) se refieren casi exclusivamente a la experiencia de economías desarrolladas, lo cual se debe a lo reciente del fenómeno y a que predo­minan los análisis desde los países centrales. El interés por los efectos de la IEDS en economías en desarrollo ha aumentado recientemente debido a la evolución exponencial de nuevas formas de segmentación de la producción internacional, proliferando las cadenas de valor internacionales y debido al crecimiento exitosos de un conjunto de países del este asiático en donde sus EME han contribuido de manera positiva. Un caso más reciente ha sido el de China que se convirtió en el ma­ yor inversor foráneo entre las economías en desarrollo desplegando su IEDS con base en una estrategia diseñada centralmente, primero para garan­ tizar fuentes externas de materias primas y energía y actualmente para apro­ piarse de conocimiento tecnológico. Es decir, con evidentes ventajas para su economía doméstica por medio de IEDS. Es más complicado analizar y evaluar las consecuencias cuando la IEDS corresponde a procesos de expansión internacional de empresas, derivados de sus particulares estrategias, sin correspondencia con la economía sede de la empresa. Lo que es indudable, sin embargo, es que su expansión foránea repercute en alguna medida en la economía doméstica correspondiente. Como afirmé, lo estudios más acabados corresponden a casos de economías desarrolladas, fundamentalmente al caso de EU, con resultados muy disímbolos, algunos de los cuales presentamos aquí de manera muy sin­ tética. En términos generales, el debate se resume a dos posiciones: a) la IEDS sustituye a la inversión doméstica (interna); b) la IESD y la inversión domés­ tica son complementarias.


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En el análisis individual todo depende de los objetivos de inversión de cada empresa, de su estrategia y de las formas de inversión, lo cual nos conduce por principio a que el resultado, como tema macroeconómico, es indeterminado y sólo pueden abordarse resultados concretos empíricamente caso por caso. Sin embargo, se han hecho esfuerzos por encontrar cúal es el efecto conjunto sobre la inversión doméstica cuando todas las empresas (de todos tamaños y de diversos sectores económicos) incrementan su IEDS. Herzer y Schrooten (2008), en un estudio comparativo entre economías desarrolladas afirman que el motivo principal de la IEDS de EU ha sido ubicar las industrias intensivas en trabajo fuera de su territorio para aprovechar costos más bajos, lo que incrementa las utilidades del conglomerado empresarial que retornan a la matriz y estimulan la inversión doméstica. Los resultados de su estudio muestran que en el caso de EU el incremento de su IEDS genera un incremento de inversión doméstica en el largo plazo debido a las cadenas de producción que se desarrollan entre las casas matrices y sus subsidiarias. En cambio en el caso de Alemania, de acuerdo con estos autores, esto su­ cede en el corto plazo, inhibiéndose la inversión doméstica en el largo plazo. La razón aducida en el estudio son los crecientes costos de mano de obra y el amplio mercado de mano de obra barata en Europa Central y Oriental que forma parte de la Unión Europea (Herzer y Schrooten, 2008:143). Delai et al. (2005) por su parte realizaron un estudio sobre las EM de EU para los años 1980-1990 y afirman que cuando se analizan caso por caso, la IEDS y la inversión doméstica son complementarias; sin embargo a nivel agregado los resultados son totalmente diferentes. Éstos se asemejan a las conclusiones de Feldstein (1994), a quien citaremos más adelante, que ana­ lizó las décadas 1970-1980. Según estos mismos autores, cuando la IEDS es de naturaleza horizontal (replicar fuera lo que se hace adentro) se puede pensar que ésta sustituye a la inversión doméstica. En cambio cuando se trata de IEDS vertical, con objetivos de integración de los procesos de producción, éstos se fragmentan y ambos tipos de inversión son complementarias (Delai et al., 2005:2, 7-11). A su vez, Stevens y Lipsey (1992) abordan el problema en términos de la interacción de la variable inversión: los términos de esta interacción pueden ser positivos o negativos dependiendo de cómo se dé la relación de in­ sumo-producto final entre la matriz y las filiales foráneas. En el caso de que en la matriz se produzcan insumos para la filial y en el país huésped (donde se encuentra la filial) se incremente la demanda, enton­


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ces esto incidirá en un aumento en la inversión doméstica (donde se encuentra la matriz). En el caso que el incremento de la demanda foránea conduzca a una mayor inversión en el país huésped para responder a la nueva demanda (ejem: planta completa en vez de ensambladora) entonces el resultado es contrario: disminuye la inversión local, debido a que la filial ya no demandará insumos. Feldstein (1994) en un trabajo similar encuentra que, en el caso de EU con una muestra para 1989,2 por cada dólar de IEDS se reduce la inversión doméstica en aproximadamente la misma proporción, es decir en un dólar. Paralelamente realiza también un análisis de la forma en que se desglosa el financiamiento del valor de los activos que son propiedad de las filiales extranjeras de las multinacionales de EU incluidas en la muestra estudiada: un 20.2% con recursos (capital) de la matriz y/o deuda con la matriz y otros inversionistas estadounidenses; 18.3% con utilidades retenidas que corresponden a la matriz; 8.2% por utilidades retenidas por inversionistas locales (o no estadounidenses); y 53.2% con recursos (capital) y deuda contraída con instituciones financieras no estadounidenses (Feldstein, 1994:5-7). Lo anterior le permite deducir que cuando las nuevas inversiones en una afiliada se realiza con recursos que no provienen de la matriz o de préstamos de la matriz u otros inversionistas estadounidenses (por ejemplo, con utilidades retenidas que corresponden a la matriz), en esa medida se reduce la proporción que se encontró originalmente de uno por uno. Es decir, la reducción de la inversión doméstica ya no se reduce en un dólar por cada dólar de IEDS sino en una proporción menor. El autor afirma que siempre existe una combinación de formas de financiamiento que dependen de un conjunto de variables (resultados anuales de las filiales, régimen fiscal en el país huésped, etc.) que no se analizan. El trabajo de Al-Sadig (2013) es el primero que se realizó para analizar casos de economías en desarrollo. Lo aborda afirmando que depende de cuáles sean los motivos de la IEDS. En vista de que es difícil distinguir entre los motivos, los efectos en la economía sede se convierte en una cuestión de análisis empírico, que llevó a cabo relacionando la IEDS y las tasas de inversión doméstica con datos para 121 países en desarrollo en el periodo 19902010. El autor advierte que sus resultados pueden deberse a la presencia de distorsiones y “cuellos de botella” en las economías locales estudiadas, tales como insuficiencia de capital y mercados financieros limitados e imSe utilizaron los datos de filiales que ya tenían un tiempo operando en el extranjero registrados en el 1989 Benchmark Survey of US Investment Abroad. 2


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perfectos, pero estos resultados mostraron una relación negativa (muy robusta) entre ambas variables: un incremento de un punto porcentual en IEDS lleva a una reducción de cerca de 29% en inversión doméstica (AlSadig, 2013: 12-18). Finalmente incluyo referencias a trabajos que abordan el problema del empleo: Chen y Ku (2003) estudiaron el caso de la industria manufacturera de Taiwán con censos entre 1993-2000. Sus resultados apuntan que, en general, la IEDS tiene un efecto negativo sobre el empleo doméstico aunque indican casos en los que los efectos pueden ser positivos. El efecto negativo se deriva de que la IEDS sustituye exportaciones del país sede, por consiguiente se reducen los empleos que generan dichas exportaciones, en especial el empleo necesario para generar nuevas exportaciones que son abastecidas desde la filial. Un doble efecto negativo se produce cuando los productos de la filial son importados por el país sede donde los empleos que producían esos productos son desplazados. Este último argumento era ya presentado también por Mundell (1957) en el fenómeno que este autor denominó “la sustitución perfecta” (perfect substitution). Los resultados de Chen y Ku y las diversas combinaciones de efectos positivos y negativos en su trabajo dependen del sector de trabajadores y del país en el que se invierte. En dos industrias taiwanesas con altos niveles de IEDS, la electrónica y el vestido, se presentan resultados diferentes: en la primera el empleo doméstico creció y en la segunda bajó. Lo anterior se vincula en las conclusiones a que llegan estos autores respecto a que es el empleo doméstico de trabajadores no calificados el que es afectado a medida que se incrementa la IEDS, en cambio se observa que el empleo doméstico de técnicos y managers se incrementa. Otra conclusión derivada de la anterior es que la IEDS realizada en economías desarrolladas no remplaza el empleo doméstico. En esto coincide con los resultados de Blomstrom (1977) para la industria manufacturera en EU. En cambio, Chen y Ku encuentran que la IEDS realizada en países en desarrollo sí remplaza el empleo doméstico en trabajadores de planta. El ejemplo proporcionado es el de las inversiones de Taiwán en China (Chen y Ku, 2003:9). Lee et al. (2015) también reportan que los diferentes estudios aplicados con datos empíricos sobre los efectos de la IEDS sobre el empleo doméstico presentan resultados muy contrastantes y no son concluyentes. Por consiguiente, afirman que la IEDS no necesariamente resta empleos domésticos. Citan un estudio reciente para una muestra de 604 multinacionales japonesas que cuentan con 2 345 afiliadas foráneas operando en 22 industrias en 58 países entre 1991-2010. Este estudio muestra, al igual que el de Chey y Ku, que cuando el objeti­ vo de la inversión fue relocalizar recursos buscando mano de obra de menor


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costo el empleo doméstico disminuyó, por el contario cuando el objetivo eran activos específicos (de mayor capacidad tecnológica) y/o afiliadas de distribución, el empleo doméstico no sufrió consecuencias negativas. En el análisis de este tema debemos distinguir dos momentos de la IEDS: uno cuando se funda o se adquiere la filial (que también pude deberse a una fusión o asociación) y otro cuando se invierte para ampliaciones o moderni­ zación, etc., una vez que ya está operando. En esta segunda fase los recur­sos pueden provenir en proporciones diferentes del país sede o de reinversión de utilidades o recursos del país huésped, en cuyo caso no necesariamente afecta la inversión doméstica, aunque ya lo hizo en la inversión original. Con la excepción de Al-Sadig (2013), todos los autores que citamos analizan casos de multinacionales de economías desarrolladas en el contexto del proceso de segmentación de la producción internacional y la conformación de empresas red. En el caso de empresas de economías en de­ sarrollo tendremos que preguntarnos qué tipo de empresas, en qué sectores económicos y qué tamaño tienen para ser capaces de construir redes y cade­ nas de valor que generen demanda de suministros desde los países huésped en que se instalan. En casos así, la inversión en el extranjero puede generar mayor inversión doméstica para abastecer los insumos requeridos para el producto final. Sin embargo, aquéllas de las EM de países como México que pertenecen a sectores tradicionales (alimentos, energía, minería, construcción), por la naturaleza de sus productos finales tienen cadenas de producción cortas y por lo tanto poca capacidad de arrastre. La disminución de las ex­portaciones desde la casa matriz no es compensada con un incremento de ex­ portaciones de insumos intraindustriales o interindustriales desde el país sede. En general en estos casos la expansión hacia el extranjero es de tipo ho­ rizontal. Pero debe advertirse que no necesariamente el monto de la IEDS de una empresa equivale a un monto igual que hubiera sido invertido en la economía doméstica. La búsqueda de nuevos mercados responde a varios tipos de motivación, siendo una de las más comunes el límite en la demanda que lleva a buscar una nueva en el extranjero. Esto tiene muchas derivaciones analí­ ticas para la reflexión como el caso del bajo crecimiento del mercado interno en una serie de productos que dependen de la capacidad de compra de los consumidores en una economía en donde el salario real ha disminuido con­ siderablemente desde los años 1980. Es decir, la IEDS tiene relación con las condiciones macroeconómicas y capacidades de consumo de la población. La situación más negativa se presenta cuando a la salida de inversión se agrega que los productos manufacturados generan un incremento de la importación de los mismos. Esto puede deberse al objetivo (al resultado) de mejorar precio y/o calidad, lo que en consecuencia redunda en beneficio


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de los consumidores domésticos, pero se realiza a cambio del efecto negativo en la balanza comercial del país, sumado a la sustitución de inversión doméstica. Aquí el análisis tiene que desprenderse de generalidades para estudiar casos particulares y los resultados diferirán dependiendo del produc­ to de que se trate, pero todo parece indicar que en el caso de economías en desarrollo las consecuencias negativas son mayores. Advierto desde este inicio que el nivel de análisis que realizo en este trabajo deja una serie de preguntas abiertas. Pero es necesario dejarlas for­muladas para futuras investigaciones: ¿cuáles son las diferencias de los efectos de la IEDS cuando está posicionada en una economía desarrollada, digamos en países europeos o EU y cuando se dirige a, por ejemplo: países centroamericanos?, ¿las inversiones en los primeros serán menores cuando los niveles de educación y capacitación de mano de obra especializada en México au­ ­men­ten, o cuando la inversión en ciencia y tecnología interna lo haga?, ¿de­ pende de cada industria?, ¿afecta en forma diferente a trabajadores en la línea de producción que a técnicos? Por último, debo mencionar que la IEDS tiene un conjunto de ventajas potenciales para el país de origen dependiendo de la capacidad y política expresa de absorción de las capacidades tecnológicas que las filiales de la ma­ triz adquieran en el extranjero, cuando se trata de IED en economías desarrolladas (Von Zedtwitz, 2005; Chil y Rodríguez, 2005; Duysters et al., 2009; Di Mini et al., 2012). Esto nos remite desde luego a la posibilidad de una política industrial explícita y proactiva gubernamental como la que han impulsado países del este asiático y recientemente China, y que es todavía precaria en el caso de México. LA IEDS MEXICANA EN EL SIGLO XXI La IED mexicana mostró una primera fase de expansión durante los años 1970 en el marco de un crecimiento económico sostenido y un incremento de las exportaciones manufactureras. Como ya expusimos, varias economías en desarrollo experimentaban condiciones de crecimiento similares y también sus empresas más dinámicas iniciaron un proceso de expansión internacional por medio de IEDS. En los mayores países latinoamericanos: Brasil, Argentina y México, la debacle económica conocida como crisis de deuda externa provocó que se interrumpiera abruptamente esta forma de ex­ pansión cuando sus principales empresas tuvieron que enfrentarla durante toda la década de los años 1980 y como una de sus consecuencias procedie­ ron a desprenderse de sus inversiones en el exterior (Basave, 2016:48-50). Fue hasta finales de esa década cuando el conjunto de la gran empresa en México superó la crisis financiera favorecida por el enorme subsidio que


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representó el FICORCA (Beristáin y Katz, 1989; Basave, 1996), y un grupo selecto entre las mayores se aprestó a invertir en el exterior como una respuesta defensiva a la apertura de la economía mexicana implementando una estrategia de participación en los mercados internacionales y de alianzas estratégica con capital transnacional. Por su parte, las subsidiarias del capi­ tal industrial extranjero en México dieron un giro al destino de buena parte de su producción, desde el mercado interno que había aprovechado el an­ terior modelo protegido, hacia los mercados internacionales convirtiéndose en plataformas de exportación. Estas empresas, oligopólicas en sus respectivos mercados, iniciaron su ex­ pansión internacional hacia ALC, pero también hacia EU, emprendiendo un tipo de inversión sur-norte hacia una economía de mayor desarrollo y distinguiéndose así temporalmente del patrón de inversión original (sursur) del resto de las EM latinoamericanas. Al primer impulso de IEDS desde México en los años 1990 le siguió otro parecido, con nuevas empresas, al iniciar el siglo XXI especialmente a raíz de la crisis financiera global de 2008 (Basave, 2016:93-104). El stock de IEDS mexicana se ha incrementado notablemente desde entonces hasta acumular USDls 146 379 millones en 2015 (gráfica 1). La evolución de los flujos de inversión ha mostrado altibajos como al inicio de la crisis financiera mundial, pero después mantuvo (hasta 2015) su dinamismo a lo largo de la misma debido a que México, al igual que los países de América Latina no resintieron la debacle financiera de los bonos chatarra en la misma forma que las economías desarrolladas y debido también a las oportunidades de adquisiciones que se presentaron en el mundo a raíz de la misma. Las primeras empresas mexicanas que se volvieron EME fueron las de alimentos que son parte de nuestra muestra empresarial en los siguientes apartados: Bimbo y Gruma, esta última conservando molinos de trigo y empresas en EU y Centroamérica fundadas y/o adquiridas, dos décadas atrás. Bimbo invierte por toda ALC y a fines de los años 1980 comenzó a hacerlo en Eu­ ropa y EU. Entre las que invirtieron entre 1987 y 1995 se encuentran, ade­más de las dos ya mencionadas, Cemex, Vitro e Interceramic (minerales no metálicos), Televisa (TV y radio), ICA (construcción), Femsa (bebidas) también incluida en nuestra muestra y Pemex que continúa siendo la única EME mexicana de capital público (Basave, 2016:96-101). Entre la segunda mitad de los años 1990 e inicios de la primera década del siglo XXI, otro conjunto de 12 grandes empresas mexicanas se convirtieron en EME. Este grupo presenta la particularidad de, además de incluir empre­ sas en sectores tradicionales: Mabe (línea blanca), Bio-Pappel (papel), Arca (bebidas), Accel (alimentos), Elektra (comercio y banca) igualmente en nuestra muestra, incluye también a empresas del sector de autopartes: Proeza y


376

JORGE BASAVE KUNHARDT

GRÁFICA 1 IEDS MEXICANA FLUJOS Y STOCKS 1990-2015

(MILLONES DE US DLS.) 160,000 140,000 120,000 100,000 80,000 60,000 40,000 20,000 0

1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015

-20,000

Flujos

Stoks

FUENTE: UNCTAD, FDI STAT On-line database (Ginebra: United Nations Conference on Trade and Development), disponible en <http://stats.unctad.org>, consultado el 13 de octubre de 2017.

Corporación San Luis, actualmente Rassini (en la muestra) y a conglomerados empresariales diversificados: Carso, Kuo y Alfa (en la muestra). Un tercer conjunto realizó su primera IED a partir de 2005 y ahí destaca América Móvil (servicios de telecomunicaciones) en nuestra muestra, que es la mayor EME mexicana a 2015 por volumen de activos foráneos, de ventas foráneas y de empleados en el exterior (Basave y Gutiérrez-Haces, 2017). Destacan también Cementos Chihuahua (minerales no metálicos), Industrias CH y AHMSA (acero), Alsea (restaurantes y aimentos), Homex (construcción), Casa Saba (farmacias), Lala y Bachoco (alimentos) y Mexichem (quí­mi­ca y petroquímica), esta última también en la muestra. La localización geográfica de la IED de este grupo de EME es predominan­ temente América Latina, seguida por Norteamérica (básicamente EU). En tercer lugar se encuentra Europa Occidental y de manera creciente la región del Este Asiático y el Pacífico. China se ha convertido en el destino de IED de algunas de estas EME sobresaliendo el sector de alimentos debido al dinámico crecimiento de los mercados urbanos por el crecimiento de su población así como el sector de autopartes ya que China se ha convertido recientemente en la economía con mayor producción de automóviles en el mundo.


INVERSIÓN Y EMPLEO FORÁNEOS

377

El principal objetivo de la IED mexicana ha sido la búsqueda de nuevos mercados, pero también destaca como segundo propósito la adquisición de activos específicos. Esto último, a lo que ya nos referimos, busca la apropiación de capacidades tecnológicas a gran velocidad para elevar la compe­ titividad internacional de las EM y la forma más común de adquirirla ha sido por medio de compra de empresas y/o fusiones de empresas en economías desarrolladas (EU y Europa), pero igualmente se trata de una forma de ex­ pansión en ALC y otras regiones en desarrollo. Las siete EME mexicanas seleccionadas en la muestra realizaron en un periodo de seis años, de 2009 a 2015, un total de 44 adquisiciones (cuadro 1). Alfa (diversificada) fue la que más compras internacionales realizó con nueve, seguida de Bimbo (alimentos) con ocho y América Móvil (telecomu­ nicaciones) y Mexichem (química y petroquímica) con siete cada una. Destacan las adquisiciones en países y regiones desarrolladas (26): 19 en EU y siete en la UE. En los casos de América Móvil, Mexichem y Alfa, esta última en sus di­ visiones de autopartes y petroquímica, se trató de compras con el objetivo primordial de adquirir marcas prestigiadas y activos específicos. Las adquisiciones de América Móvil en EU y la UE son recientes, después de haber penetrado agresivamente el mercado de ALC, situación muy parecida (en cuanto a destinos de inversión) a la de Elektra. Bimbo y Gruma por su parte realizaron su IED en EU desde el inicio de su conversión en EME. Gruma con el objetivo de integrarse verticalmente (hacia abajo) adquiriendo molinos de trigo en Texas y otros estados del sur de EU (Basave, 2000:273-275; Cerutti, 2010). ALC, como región, fue el segundo destino de adquisiciones con 11, destacando las de Femsa (bebidas) que recientemente vendió a su socio Heinecken la división de cerveza a cambio de un 20% de sus acciones, rete­ niendo el control de la división de refrescos y la división comercial de tien­ das Oxxo. Las adquisiciones en Asia del Este: dos de Bimbo en China, una de Femsa en Filipinas y una de Mexichem en Japón constituyen una tendencia recien­ te de penetración de la IED mexicana en la región. Por su parte, Gruma se posicionó por medio de compras en Rusia, Ucrania y Turquía. INVERSIÓN Y EMPLEO FORÁNEOS EN UNA MUESTRA EMPRESARIAL 2009-2015 Las nueve EME de la muestra son un buen ejemplo de la forma más común de expansión internacional que fue utilizada por las mexicanas a partir del


378

JORGE BASAVE KUNHARDT

CUADRO 1

ADQUISICIONES INTERNACIONALES EM SELECCIONADAS (DIC 2009-DIC 2015) PAÍS/REGIÓN (#) Empresa

Número

EU

UE

LAC

Asia Este

Asia Central

2

3

2

5

1

América Móvil

7

Femsa

6

Bimbo

8

4

1

1

2

Alfa

9

6

1

2

Mexichem

7

3

2

1

1

Gruma

5

2

3

Elektra

2

2

44

19

7

11

4

3

Total

FUENTE: elaboración propia con base en Basave, 2016:175-185.

estallido de la crisis financiera global en 2008: las adquisiciones, tal como explicamos en el apartado anterior. De algunas de estas transacciones se conoce el monto, tal es el caso de cua­tro adquisiciones de América Móvil entre 2010-2013 por un total de USDls 8 425 millones (Basave, 2016:150-151). Además de esta modalidad de Fusiones y/o Adquisiciones existe otra modalidad de IED que tiene como destino la fundación de nuevas empresas o plantas industriales que forman parte de sus subsidiarias y filiales, así como la ampliación de plantas y subsidiarias que ya están operando. A este tipo de IED se les conoce como inversiones Greenfield. La inyección de recursos para mantener y ampliar las actividades de las subsidiarias varía en cada año dependiendo de las estrategias de crecimiento empresariales y las necesidades de la competencia en los diversos mercados en los que participan. La reinversión de utilidades en el país huésped, que es una de las formas que adquiere la IED es una de las de mayor relevancia para la subsidiaria y para el país huésped. En ciertas coyunturas económicas, ya sea del país o del grupo empresarial, una repatriación de utilidades y/o de regalías hacia la casa matriz puede rebasar las nuevas inyecciones de capital o de préstamos desde la matriz con el resultado de una IED de signo negati­ vo. Esta situación se ha presentado en años recientes, por ejemplo, para la suma de la IED brasileña debido a que muchas casas matrices han requerido de las utilidades de sus subsidiarias en el extranjero para paliar la crisis en la economía brasileña.


INVERSIÓN Y EMPLEO FORÁNEOS

379

Las nueve EME de la muestra realizaron entre 2010 y 2015 un total de financiamientos Greenfield para cubrir 290 diferentes proyectos por USDls 25,748 millones (cuadro 2). La mayor inversión (USDls 9,946 millones) se llevó a cabo en 2011. En ese año, dichas inversiones generaron en el extranjero 17,832 empleos. El total de empleos generados por inversiones Greenfield de estas nueve EME durante los seis años fue de 56,971. CUADRO 2

INVERSIONES GREENFIELD DE EM MEXICANAS (2010-2015) Año

Número de proyectos

Total US dls (mill)

Empleo generado

2010

52

2 647

6 361

2011

53

9 496

17 832

2012

31

2 148

4 895

2013

55

4 954

8 205

2014

46

3 446

5 509

2015

53

3 057

14 169

TOTAL

290

25 748

56 971

Nota: algunos valores para algunas empresas incluidas son estimados. FUENTE: elaboración propia con base en fDiMarkets.com Crossborder Investment Monitor Trends Report, Financial Times Ltd, 2010-2015.

El sector económico en el extranjero al que se destinó el monto mayor de IED entre 2010-2015 fue el de comunicaciones (servicios) por un total de USDls 14 810 millones generando 8 371 empleos directos (cuadro 3). Lo an­ terior refleja el agresivo posicionamiento de América Móvil en ALC durante esos años, cubriendo casi la totalidad en ese sector (cuadro 4) con USDls 14 301 millones y 7 885 empleos directos. El sector de inversión que le sigue en importancia es el de alimentos y tabaco con USDls 2 188 millones y 7 173 empleos directos. Si a este último le sumamos el sector de bebidas entonces en términos de empleos generados se posiciona en primer lugar con 11 706 confirmando que son dos sectores generadores de mucho empleo al sumar el personal de plantas industriales al de distribución. Otros tres sectores con alta inversión fueron el de metales y el de construcción con inversiones externas por USDls 1 609 millones y USDls 1 109 millones respectivamente. El primero generando en el extranjero 4 560 empleos directos. Las inversiones en construcción, con una presencia destacada de Cemex (no incluida en nuestra muestra) que es la segunda EM


13

1

2

2

10 Metales

11 Minerales

12 Minerales no metálicos

13 Plásticos

34

8 Hoteles y turismo

9 Maquinaria y equipo

17

5

7 Entretenimiento

6 Construcción

1 890

90

4 Componentes electrónicos

5 Comunicaciones

44

3 Bebidas

104

2 Autopartes

415

227

187

Inversión

22

3

12

3

7

6 1 438

206

230

8

887 5 976

535

470

531

244 1 104

Empleo

2012

63

70

186

Inversión

4 107

649

6

2013

90

447

196

313

94

613

462 1 101

2014

130

245

430

34

31

110

859 1 820

421

815 2 212

420 3 047

557

486

709

Empleo

400 1 296

158

27

76

4 938 1 091

831

1 227

1 148

2011 Inversión

2010

Inversión

1 Alimentos y tabaco

Empleo

INVERSIONES GREENFIELD POR SECTOR DE DESTINO (MILLONES DE US DLS Y CANTIDADES)

Inversión

Empleo

CUADRO 3

Empleo 158

392

288

674

748

897

679

Inversión 154

450

464

986

46

400

14

326

Empleo

Total inversión 136

806

1 142 4 533

660 3 270

2 188 7 173

Total empleo 858

1 480

1 478

819

3

7

590 2 324

2

1

1 609 4 560

128

481 1 872

66 1 075

1 120 3 194

593 14 810 8 371

271

1 506

129

1 321

2015

380 JORGE BASAVE KUNHARDT


20 Transportes

21 Farmacéuticos

22 Otros

Empleo

800

210

62

583

145

476

Inversión 185

191

134

90

Empleo 3 162

1 201

268

295

12

42

2

2012 Empleo 60

396

15

145

9

231

12

22

28

2013 Empleo 955

80

605

304

78

977

2014

485

130

19

12

Empleo 953

290

208

222

Inversión 178

58

265

6 255

2015 Empleo

413

993

Total empleo 62

80

605

1 005 5 395

9

231

145 1 394

282 2 093

20

96 7 830

228

151

Total inversión

NOTA: en “Otros” pueden estar incluidos valores que corresponden a algunos de los sectores específicos listados. NOTA: algunos valores son estimados. FUENTE: elaboración propia con base en fDiMarkets.com Crossborder Investment Monitor Trends Report, Financial Times Ltd, 2010-2015.

2 628 6 275 8 868 17 832 2 127 4 895 4 955 8 205 3 446 5 509 3 076 14 156

3

Total

8

19 Textiles

20

17 Servicios financieros

18 Software & IT

8

94

15 Química

16 Servicios de negocios

49

Inversión

14 Productos de consumo

2011 Inversión

2010 Inversión

Inversión

CUADRO 3 (CONTINUACIÓN)

INVERSIÓN Y EMPLEO FORÁNEOS 381


382

JORGE BASAVE KUNHARDT

mexicana más grande, generó 3 194 empleos directos, muy similar a los empleos generados por la inversión en el sector de autopartes: 3 270. Por empresa (cuadro 4), en inversiones Greenfield, debajo de América Móvil destacaron Elektra (comercio) y la subsidiaria de Alfa: Alpek (petroquímica) con USDls 453 millones y USDls 400 millones respectivamente. En generación de empleos directos, de nuevo después de América Móvil, destacaron Alfa con 2 516, Mexichem con 1 956 y Femsa con 1 640. La región a la que más se destinó inversión Greenfield entre 2010-2015 fue ALC por mucho: USDls 19 580 millones (cuadro 5), debido a que es la que consistentemente ha sido objeto de la de mayor penetración por las EME mexicanas. Como ya advertimos, Norteamérica (principalmente EU) y Europa Occidental se han convertido especialmente desde inicios de este siglo en destinos importantes de inversión a medida que se posicionan ahí más subsidiarias, varias de ellas por el procedimiento de adquisición. Así que la inversión Greenfield es creciente: USDls 3 777 millones durante esos siete años. El empleo generado correspondiente fue generado en amplísima me­ dida en ALC con 39 242, seguido por el generado en Norteamérica: 8 460. De nuevo tomando como ejemplo a América Móvil, podemos aproximarnos al monto de su IEDS total (adquisiciones + Greenfield) durante 2010-20153: USDls 22 726 millones. El conjunto de adquisiciones más la apertura de nuevas plantas industriales y filiales de servicios y ventas se reflejaron en un incremento del total de activos en el extranjero de las nueve EME por 45.53% entre diciembre 2009 y diciembre 2015. Consistió en un incremento por encima del respectivo en los activos totales de las EME, que para el mismo periodo fue de 38.40% Lo anterior llevó a que la relación de activos extranjeros/activos totales pasara de 0.57 en 2009 a 0.60 en 2015 (cuadro 6). Los activos en el exterior se incrementaron en USDls 32 252 millones, más del doble que el incremento de sus activos en México: USDls 15 365 millones. El proceso expansivo, incluido el llevado a cabo en México, condujo a un incremento durante el mismo periodo en las ventas totales del 27.70%, donde el incremento en ventas extranjeras también estuvo por encima, casi al doble, con un 52.23%, mostrando el éxito de las estrategias de expansión internacional de estas EME. La expansión tuvo a su vez un reflejo en el número de empleados en el exterior para las empresas de la muestra. Durante el mismo periodo de tiempo pasó de 179 510 a 30 928, lo que significó un crecimiento del 73.21%. De tal forma la relación de empleados extranjeros/empleados totales pasó 3

Faltaría agregar las adquisiciones 2014-2015.


Femsa

Alpek (Alfa)

San Luis Corp.

Dura-Line (Mexichem)

35

62

Empleo

243

100 927

194

831

244 1 803

189

329

486

339

92

118

416 2 698

Empleo

400 1 296

70

105

820 5 896 4 871 1 090

490

2013 Empleo

437

300

10

30

38

319

613 1 820

186

2014 Empleo

38

372

112

362

674

153

90

491

450 1 480

45

25

974

2015 Empleo

Total inversión 17 235

450

10

400

316

289

259

389

368

14 301

453

17 992

1 480

38

1 296

1 640

1 956

1 413

1 084

462

7 885

738

Total empleo

FUENTE: elaboración propia con base en fDiMarkets.com Crossborder Investment Monitor Trends Report, Financial Times Ltd, 2010-2015.

2 064 1 653 6 558 8 494 1 665 2 537 3 237 1 536 2 217 1 558 1 494 2 214

Mexichem

Total

103

Bimbo

Alfa

49

1 823

América Móvil

Gruma

89

Inversión

Elektra

Empresa

Inversión

2012 Inversión

2011 Inversión

2010 Inversión

Empleo

CUADRO 4

Inversión

INVERSIONES GREENFIELD POR EMPRESAS SELECCIONADAS (MILLONES DE USDLS Y CANTIDADES)

INVERSIÓN Y EMPLEO FORÁNEOS 383


17

Asia-Pacífico

Europa Occidental

Oriente Medio

no ubicados*

Empleo

6 361

559

297

420

5 085

Empleo

300

318

153

196

1 318

9 496 17 832

58

64

28

910

244

8 192 15 547

2011 Inversión 2 149

38

676

76

99

1 260

Empleo 4 895

200

2 253

147

583

1 712

2012 Inversión 4 954

17

96

160

183

123

231

4 144

Empleo 8 205

12

574

297

828

437

1 153

4 904

2013

3 446

516

516

66

250

Empleo 5 509

1 201

1 898

158

50

2 202

2014

2 098

Inversión

INVERSIONES GREENFIELD POR REGIÓN DESTINO (MILLONES DE US DLS Y CANTIDADES)

Inversión

Total inversión

2 769

210

1 398

516

17

192

224

2 475

1 302

1 274

1 201

12

1 074

615

8 460

1 445

4 922

9 792 19 580 39 242

Empleo

2 888 14 169

817

110

371

1 590

2015 Total empleo

*Puede pertenecer a cualquier zona incluida. Algunos valores son estimados. FUENTE: elaboración propia con base en fDiMarkets.com Crossborder Investment Monitor Trends Report, Financial Times Ltd, 2010-2015.

2 647

Resto de Europa

Total

África

255

79

Latinoamérica y Caribe

Norteamérica

2 296

2010

Inversión

Inversión

CUADRO 5

384 JORGE BASAVE KUNHARDT


INVERSIÓN Y EMPLEO FORÁNEOS

385

CUADRO 6

INDICADORES FORÁNEAS DE NUEVE EM MEXICANAS (2009-2015) (MILLONES DE DÓLARES Y % AUM) Activos Año Externos 2009

Total

Ventas A/B Externas

70 844 124 010 0.57

2015 103 096 171 627 0.60 %

45.53

38.40

46 821

Total

Empleados a/b Externas

Total

A/B

93 970 0.50 179 510 505 158 0.36

71 276 120 003 0.59 310 928 756 714 0.41 52.23

27.70

73.21

49.80

NOTAS: a) Incluye: América Móvil, Femsa, Grupo México, Bimbo, Grupo Alfa, Mexichem, Gruma, Elektra y Rassini. b) No incluye exportaciones desde México (excepto Rassini en 2015). c) En 2009 se sumaron América Móvil y Carso Global Telecom. d) Elektra excluyendo su división financiera. FUENTE: Basave y Gutiérrez-Haces (2010), Impact of global crisis on mexican multinationals varies by industry, survey finds y (2017), The uneven trend of MNEs: between the slowdown of some mexican corporations and the great strength of others in the international markets, disponible en <http:// ccsi.columbia.edu/publications/>.

del 0.36 al 0.41. Se trató de la generación de 131 418 empleos externos por 120 157 nuevos empleos en México. De la muestra, son tres las EME que presentan un mayor número de empleados en el extranjero a 2015: América Móvil con 107 029, Femsa con 65 000 y Bimbo con 61 000, cubriendo tres cuartas partes del total. Las dos últimas por tratarse de industrias de alimentos y bebidas que son intensivas en mano de obra y la primera debido a su agresivo proceso de expansión, principalmente hacia el mercado de ALC con 36 subsidiarias (excluyendo oficinas de ventas) en 25 países (Basave y Gutiérrez-Haces, 2017).

CONCLUSIONES La “segunda oleada” de IED desde economías en desarrollo es producto de la globalización y la expansión acelerada de sus EME y responde por una par­ te a la cada vez mayor segmentación de la producción internacional y a la necesidad imperiosa de competir en varios y diferentes mercados para evitar ser desplazadas y posteriormente adquiridas por capitales internacionales más poderosos, una vez que, en el caso de la región de América Latina, ini­ ciaron sus procesos de apertura económica.


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JORGE BASAVE KUNHARDT

En esta segunda oleada, las EME mexicanas fueron las primeras, entre las llamadas translatinas, en expandirse internacionalmente y la IED mexicana ocupa el segundo lugar en IEDS de la región después de Brasil. No existe información precisa sobre el total de EME mexicanas de todos tamaños que debe ser abundante,4 pero cuando nos referimos a las de tamaño grande y mediano no deben sobrepasar 70. El destino de su inversión es principalmente la región de ALC, seguida por EU, siendo los sectores de mayor inversión los servicios de telecomunicaciones y las industrias de ali­ mentos y bebidas, minerales no metálicos, minería y petroquímica. La internacionalización proporciona una serie de extraordinarias ventajas competitivas a los conglomerados empresariales: penetran nuevos mercados, posicionan ahí su marca, diversifican el riesgo, logran integración ver­ ­tical y, como mencionamos, incrementan sus capacidades tecnológicas y de organización lo que les abre posibilidades de innovación. Una de las preguntas centrales que debemos hacernos quienes estudiamos el tema es si todo lo anterior representa alguna ventaja para la economía mexicana y cuál o cuáles pueden ser. No fue el objeto de este trabajo llegar a conclusiones al respecto pero parece evidente, por las experiencias en otros países, que esto depende de una política económica, específicamente una política industrial que tenga esos propósitos y trabaje de cerca con el sector industrial y los centros de desarrollo científico y tecnológico nacionales. Es en el conocimiento tecnológico y en potenciales derramas hacia sectores amplios de la economía donde se puede y se debe aprovechar la capacidad competitiva de estas EM mexicanas. Pero indudablemente que existen otras variables económicas que se ven afectadas por la IEDS, especialmente en una economía en desarrollo como la mexicana que mantiene insuficientes niveles de inversión privada y altas tasas de desempleo. Como pudimos mostrar en este breve trabajo, no puede afirmarse que las mayores empresas mexicanas que son EME inviertan de forma insuficiente. Por el contrario, si lo hacen y en volúmenes considerables, pero lo hacen en el extranjero. El mercado nacional es sólo uno más entre todos en los que tienen presencia y ahí generan empleo. Para redondear un análisis que vincule la actividad internacional de las EME mexicanas con la economía interna (doméstica) se requiere cruzar los datos que aquí presento como una primera aproximación al tema, con datos de inversión y generación de empleo sectoriales y series de tiempo largas. En este sentido este trabajo pretende alentar la investigación de una tendencia que ineludiblemente será creciente en el corto plazo y resulta de suma importancia para el desempeño económico de México. 4

Seguramente arriba de 200 (Basave, 2016:24).


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Instituciones de crédito y financiamiento del desarrollo volumen 6 de la colección México: 2018-2024: Nueva estrategia de desarrollo, coordinada por José Luis Calva, se terminó en 2018 en Juan Pablos Editor, S.A. 2a. Cerrada de Belisario Domínguez 19 Col. del Carmen, Alcaldía de Coyoacán México, 04100, Ciudad de México <juanpabloseditor@gmail.com>


CNU

CONSEJO NACIONAL DE UNIVERSITARIOS POR UNA NUEVA ESTRATEGIA DE DESARROLLO OBJETIVOS

Primero: conjuntar nuestros esfuerzos para formular des­ de una perspectiva universitaria un sistema integral de pro­ puestas viables de políticas públicas capaces de superar el pobre y errático desempeño mostrado por la economía mexicana durante las últimas décadas, fortalecer la cohe­ sión social de nuestra nación y abrir los cauces de un desa­ rrollo sustentable, incluyente, equitativo y democrático. Segundo: contribuir de manera organizada a la formación de la conciencia ciudadana sobre la apremiante necesi­ dad de que nuestro país adopte una nueva estrategia de de­ sarrollo. Tercero: contribuir a enriquecer el contenido y a elevar la calidad del debate político y social sobre los grandes pro­ blemas nacionales. Estos objetivos los realizaremos con espíritu de servicio a la nación y visión de Estado, con plena independencia res­ pecto a los partidos políticos.


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