Palabras de la Lic. Nadia Polanco, Presienta del Consejo Profesional, en el Acto de asunción de autoridades del 11 de Marzo del corriente año. Hoy nos reunimos en nuestro Consejo Profesional, para celebrar y compartir otro pedazo de historia construida colectivamente. Con orgullo y emoción, resaltamos que en estos últimos años, el Consejo ha podido convertirse en un espacio en el cual sus matriculados/as nos sentimos contenidos/as y llamados/as a construirlo a través de sus diferentes instancias. Esto se ve reflejado en el aumento significativo que ha habido en relación a la participación en los distintos espacios que conforman este Consejo: las secretarías de trabajo, la asamblea de delegados/as y los distintos grupos, tanto los históricos (como discapacidad, peritos, familia con enfoque sistémico), así como también la alegría y el avance político que significa que más trabajadoras/es sociales decidan agruparse para dar discusiones en relación a diferentes problemáticas y ámbitos en los que trabajamos, la orientación de las políticas públicas, el rol profesional, entre otras cuestiones. Así pudimos asistir al nacimiento de otros grupos como el de salud mental, o el espacio de trabajadores/as del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, entre otros. Queremos destacar un hito de la gestión vinculado a la dinamización, fortalecimiento y crecimiento de la Asamblea de Delegados/as, órgano que entendemos que lejos de ser una instancia formal y burocrática, tiene que ser el lugar por excelencia, tanto de toma de decisiones, como de legitimación de las acciones llevadas adelante desde el Consejo. Nos enorgullece haber podido modificar las restricciones vinculadas a la intervención en este órgano, habiendo podido convertir al mismo, en un espacio abierto, que colabora con el crecimiento de la participación y la ampliación de los debates. Asimismo, queremos destacar las modificaciones realizadas en el Reglamento del Consejo, en relación a propiciar la mayor cantidad de participantes en las elecciones últimas, agradeciendo a todos/as aquellos/as que se acercaron a votar. Hacemos especial hincapié en la participación, porque entendemos que el crecimiento de la misma, es un factor indispensable para poder pensar formas de organización más democráticas y plurales. En este sentido, queremos resaltar la respetuosa convivencia que
mantuvimos durante estos dos años en el trabajo cotidiano, entre las diferentes posiciones ideológicas que conformamos el Consejo Profesional. Creemos indispensable poder seguir promoviendo instancias de debate, de apertura, en las cuales haya espacio para manifestar francamente nuestras diferencias, buscando puntos de unidad y de consenso, para seguir apostando a un colectivo profesional fortalecido y comprometido, con perspectiva crítica, presente en las luchas que nos atraviesan como clase trabajadora, como pueblo. De esta manera, creemos que es necesario poder continuar el trabajo que venimos desarrollando, en relación a seguir haciendo que crezca una dinámica institucional democrática, que no sea sólo discursiva, sino que pueda encaminarse como se ha hecho en los últimos años en el Consejo, a través de los diferentes espacios que conforman la vida de esta institución, y también realizando el ejercicio cotidiano de poder continuar problematizando las formas de representación y de toma de decisiones, pudiendo abonar a que florezca cada vez más una representación institucional colectiva, en detrimento del crecimiento o la enfatización de unos pocos personalismos. En esta línea queremos destacar el gran trabajo que se ha llevado desde el equipo Prensa, desde donde se han implementado nuevas formas de comunicación desde el Consejo hacia los/as compañeros/as, promoviendo el acercamiento de más colegas, favoreciendo su involucramiento en la construcción de esta institución, así como también abonando a trasmitir con trasparencia las acciones que llevamos a cabo desde la gestión. Queremos seguir apostando a que el Consejo salga a la calle, que recorra los sectores de trabajo, que sea un lugar de puertas abiertas para los/as trabajadores/as sociales, y también para aquellas organizaciones con quienes compartimos la tarea de visibilización y de lucha frente a problemáticas que sufrimos grandes sectores de la población. Se torna necesario en esta nueva etapa continuar promoviendo la participación activa del Consejo Profesional, tanto en la defensa de nuestras condiciones de trabajo, como en las luchas sociales. Nos interesa poder seguir desarrollando un posicionamiento crítico sobre la realidad social y las políticas públicas en las cuales trabajamos; su incidencia en la intervención profesional y en la vida de nuestro colectivo, analizando y actuando en relación a las contradicciones que se presentan entre los intereses de las instituciones y nuestros proyectos profesionales. Entendemos que para garantizar un pleno desarrollo del ejercicio profesional, y para continuar promoviendo un
proyecto profesional ético-político crítico, es necesario que el Consejo siga profundizando su participación en la lucha contra la precarización laboral, denunciando que si las condiciones de trabajo en las que nos desenvolvemos son precarias, eso se traduce en precarización de las políticas públicas en las cuales trabajamos, y por tanto, en menores posibilidades de acceso a derechos. Las políticas públicas, escenario de nuestras intervenciones, hoy se distinguen por la fragmentación, la focalización y el desfinanciamiento. Nos resulta fundamental seguir apostando a la ORGANIZACIÓN COLECTIVA, y la CONSTRUCCIÓN DESDE LA BASE, junto con organizaciones, gremios y movimientos sociales. Como colectivo profesional, contamos también con la Federación Argentina de Asociaciones Profesionales de Servicio Social (FAAPSS), espacio que nuclea todos los Colegios/Consejos del país, en el cual seguiremos participando activamente, realizando aportes en pos del crecimiento de esta herramienta política de los/as trabajadores/as sociales. Junto a colegas de toda la Argentina, seguiremos instando a poner en práctica herramientas que nos permiten el acceso a una ampliación de derechos y al crecimiento de la profesión, como lo hicimos al conseguir la sanción de la Ley Federal de Trabajo Social, una Ley conseguida al calor del esfuerzo y el compromiso asumido desde los Colegios y Consejos Profesionales que participamos en la Federación, donde logramos plasmar reivindicaciones históricas vinculadas a la formación y derechos laborales, y que hoy nos encontramos trabajando en virtud de lograr su reglamentación.
Es indispensable, unir esfuerzos en la LUCHA por la defensa de nuestras condiciones de vida, con la mayor cantidad de actores que nos reconocemos como parte de la clase que vive del trabajo, tomando posición activa de denuncia y acción, frente a los hostigamientos, avasallamientos y violencias que conllevan intrínsecamente las relaciones de explotación, desde una postura política independiente de las estructuras gubernamentales y partidarias.
De las tantas luchas sociales y contra la precarización laboral que hemos acompañado y compartido desde el Consejo, hay una a desatacar, y es la participación en las actividades que se realizaron en torno al juicio por el femicidio de la compañera trabajadora social Laura Iglesias, presente ahora y siempre, ocurrido dentro de su práctica laboral desarrollada en condiciones de precarización y desprotección. Su historia de lucha permanente como profesional, como militante sindical, como mamá, compañera de trabajo, y sus tantas destacadas identidades,
así como también la pelea incansable, a pulmón y con un esfuerzo inmenso que merece subrayarse y reconocerse, tanto de sus familiares, como de sus compañeras del Patronato de Liberados, resultan de impulso y abrazo para seguir alimentando la esperanza de batallar por la construcción de relaciones más justas, de igualdad, de libertad. Seguiremos transitando esta lucha y tantas otras, entendiendo como bien destacan estas valiosas compañeras que “sin toda la verdad, no hay justicia”. La
muerte
pensar relación
las con
de
Laura
nos
condiciones
en
los
territorios
interpela que y
inevitablemente
intervenimos sus
actores,
en
relación
profesionalmente, la
precariedad
a nuestra
de
las
condiciones de trabajo y de los dispositivos de intervención. Y hay que destacar que el femicidio de Laura, nos obliga a seguir reflexionando y luchando contra las lógicas patriarcales que sustentan diferentes violencias. Como parte de un colectivo profesional, compuesto mayoritariamente por compañeras que sufrimos una doble opresión, en tanto mujeres y en tanto integrantes de la clase trabajadora, como militantes por la defensa de todos los derechos fundamentales, nos sentimos en la obligación de seguir visibilizando, repudiando y accionando contra estas relaciones desiguales de poder. Queremos seguir haciendo crecer un Consejo Profesional afirmado en la lucha contra las violencias machistas, contra un sistema patriarcal que nos duele, nos hostiga, nos hiere, nos castiga, nos avasalla, nos mata. No queremos tener que llorar a ni una más, no queremos que las redes de explotación sigan lucrando con la prostitución de ninguna otra piba, de ningún otro pibe, con ninguna mujer. No queremos más muertes ni criminalización de ninguna persona que tenga que someterse a un aborto clandestino porque no existen posibilidades de realizarlos en forma segura, legal y gratuita. No queremos que nos quemen, ni que nos violen. Queremos que todos los cuerpos, todas las múltiples identidades de género puedan gozar de la libertad de ser, de sentir, sin que socialmente esté legitimado y se habilite el hecho de poder violentarnos. La fragilidad en la que se desarrollan nuestras prácticas laborales, también se presenta evidente cuando tenemos que abordar situaciones de gran complejidad, en contextos muchas veces de soledad, que inevitablemente impactan en nuestra subjetividad. Nos proponemos seguir propiciando instancias desde el Consejo Profesional donde el poder compartir, nos permite reconocernos con otros y otras, y en ese reconocimiento, construir
grupalidad, construir colectivo para dar pelea a las condiciones precarias de vida, a las violencias y relaciones de desigualdad con las que trabajamos y a los efectos que nos provoca como trabajadores/as. Hemos podido propiciar desde el Consejo Profesional espacios de encuentro, a través de diferentes instancias de capacitación, también organizando medios que faciliten el acceso a Congresos y Jornadas, pudiendo viajar grupalmente a los mismos. Asimismo, generamos la experiencia de brindar supervisiones no aranceladas. Entendemos que ampliar las oportunidades en favor de acceder a la formación y a la supervisión, también forma parte de hacer frente a la precarización laboral, siendo que estos espacios mayoritariamente nos son negados dentro de nuestros empleos, teniendo que recurrir a resoluciones individuales, que además deben ser solventadas por cada trabajador/a. Seguiremos desarrollando estas instancias desde el Consejo Profesional, al mismo tiempo que continuaremos realizando acciones es pos de que se incorporen a nuestros derechos laborales, sabiendo que es fundamental el desarrollo de espacios donde poder recorrer nuestras prácticas profesionales, donde poder problematizarlas, descubriendo los significantes que en ella se presentan, trabajando sobre los mismos, y colaborando asimismo con el fortalecimiento de los equipos de trabajo. En una coyuntura como la actual, marcada por la incertidumbre y la angustia que provocan la falta de estabilidad laboral, los despidos, donde se nos extorsiona con paritarias a la baja a cambio de fuente de trabajo, y se practica una profundización de la política de ajuste a favor de los sectores concentrados de la economía; en una realidad que nos condiciona a través del disciplinamiento, la
represión, la
criminalización y la violencia, llamamos a seguir esforzándonos por construir líneas de acción común, en tanto integrantes de la clase trabajadora, dispuestos/as a luchar y a defender, no solo nuestras condiciones materiales de vida, sino también políticas públicas integrales y de calidad, el sentido de lo estatal, y los derechos de las personas con quienes trabajamos. Porque no somos ni ñoquis, ni acomodados, sino en todo caso un colectivo profesional precarizado. Como dijo el Che “…todos los días hay que luchar porque ese amor a la humanidad viviente se transforme en hechos concretos, en actos que sirvan de ejemplo, de movilización.” Sabemos y la historia es testigo de ello, que hasta en los tiempos más oscuros, siempre hay espacio para la resistencia, para dar batalla. Tenemos la capacidad de construir poder
popular, poder contrahegemónico, sosteniéndonos en relaciones fraternales y solidarias, a paso firme y sin perder alegría en la rebeldía. Desde México, Marcos nos comparte que “La libertad es como la mañana. Hay quienes esperan dormidos a que llegue, pero hay quienes desvelan y caminan la noche para alcanzarla” (Marcos). Ojala seamos más develadas, más develados. No se trata sólo de sueños lo que nos proponemos, son deseos que nos motorizan en nuestras acciones cotidianas, deseos que estamos dispuestos y dispuestas a alcanzar. Queremos continuar construyendo una historia, en la cual nos sigamos animado y arriesgando a desarrollar y a promover otros modos de relaciones humanas. En tiempos en que abundan relaciones de explotación, de opresión, donde se promueven acciones individualistas, fragmentadas, y de competencia, desde este Consejo Profesional, en tanto actor político colectivo, junto al legado histórico de tantos otros compañeros y tantas otras compañeras con quienes nos sentimos hermanados/as en infinitas batallas, donde buscamos que este mundo sea, un mundo más habitable. No vamos a ser funcionales, ni a estar bajo sumisión, ni en silencio, frente a las injusticias, que hoy como ayer, seguimos sintiendo en los más hondo. Felices y desobedientes, con amor rebelde, con amor militante, seguiremos recorriendo un camino de lucha, a favor de un proyecto de sociedad emancipada, donde haya para todos y todas, todos los derechos.