Wawa Paraud - Hijo del desierto

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HIJO DEL DESIERTO

ESTE TEXTO FUE ESCRITO EN ENERO DE 2012 A MANERA DE HOMENAJE A UN HOMBRE Y A UN ECOSISTEMA TAN HERMOSO COMO FRÁGIL, QUE ÉL SE EMPEÑÓ EN CONSERVAR, ASUMIENDO LAS GRANDES DIFICULTADES DE NO TENER UN ESTADO EN PRESENCIA Y POR CONTRAPARTE ENFRENTAR LA VORACIDAD DE INTERESES PARTICULARES EN AUMENTO. WAWA NOS DEJÓ EN EL CAMINO. POR RESPETO A SU FAMILIA Y PERSONAS CERCANAS HEMOS ESPERADO MÁS DE TRES AÑOS PARA COMPARTIRLO. POR: BRUNO MONTEFERRI

Fui en búsq ueda de un personaje misterioso que había decidido vivir aislado de la civilización y que por razones que él solo conoce decidió quitarse la vida. Tuve que sopesar versiones y tener que descifrar en los ojos de sus amigos los momentos de silencio y las entrelíneas de sus respuestas; repasar los correos que nos intercambiamos en los últimos años; navegar en la web y quedarme

de nuevo pasmado al entrar a su página de Facebook, aun sin comprender. Hoy Wawa mantiene esa aura misteriosa que lo cubría al comienzo de este proceso. Una persona con un mundo de muchas capas internas, al que incluso sus mejores amigos tuvieron dificultad de acceder. Extremadamente ágil, con un centro de gravedad bastante bajo y unos pies gigantes que lo ayudaban a mantener

siempre el equilibrio. Un waterman verídico que conocía bien el viento y el mundo submarino. Un charger neto que no miraba hacia atrás y se tiraba cuanta masa de agua le pusieran al frente. Al cabo de pocos años se volvió uno de los mejores en el mundo del kite surf y de chico, luego de unos meses de pasar del bodyboard a la tabla, ya daba que hablar en el line-up de La Herradura.


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Dicen que todo lo que hacía lo hacía con pasión y decisión, y dentro de la cocina le ponía una dosis extra de cariño. Que siempre anduvo en busca de lo genuino y no dudó en salirse de las rutas establecidas. Una persona visionaria que buscó su lugar en el mundo y un sentido propio a lo que hacía. Sus últimos años se los dedicó a Illescas, uno de los pocos lugares aún prístinos en la costa norte del Perú. Hoy, es su legado y el eje de este homenaje. Cinco años atrás La primera vez que hablé con Fernando “Wawa” Paraud fue en el 2009. Hasta ese momento sabía que era habilidoso como pocos, amante de la música y que siempre andaba en búsqueda de nuevas sensaciones y aventuras. Su hotel en Máncora y sus peripecias en Puerto Escondido, Centro América, Cabo Blanco, Galápagos, Pico Alto, y también en las lagunas altoandinas del Perú y Bolivia daban cuenta de eso.

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Esperando las series en Cabo Blanco, Órganos y otras playas del litoral sus amigos me fueron contando un poco más sobre su historia. Después de una complicada y tormentosa relación con Máncora, Wawa decidió mudarse en el 2008 a la remota e increíble península de Illescas, un lugar sin contaminación y donde se respira naturaleza. Como cuando se mudó de Lima a Máncora, lo hizo decidido. En ese momento Máncora era un lugar idílico, nadie vaticinó en lo que se iba a convertir. Hace unos días estuve sentado en la arena afuera de su hotel. Recordé haber estado varias veces en esa playa cuando reinaba el silencio. Ahora seis discotecas pachangosas que imitan el peor estilo de Kuta Beach están instaladas en la arena una al lado de la otra y hacen competencia para ver qué ruido prevalece. Las olas casi ni se escuchan. Máncora ha perdido la magia que encantó a muchos. Y no solo es Máncora, en todo el norte la batalla por los terrenos ha

convertido en enemigos a amigos de toda la vida. Ni qué hablar de Lobitos, parece una tragicomedia. Wawa no quería que se repitiese esa historia. Para proteger su nuevo paraíso tomó una posición más radical, puso tranqueras y con un cargador frontal bloqueó algunas de las rutas. Una decisión arbitraria que generó varios reclamos. Me llamó a contarme su versión y pedir consejos, alguien le había dicho que trabajaba en temas legales ambientales y de conservación. La historia era una que se repite en todo el litoral: ¨estaban entrando chinchorreros (pescadores que usan la técnica del arrastre y matan todo a su paso) y gente que quería lotizar las playas¨. Para él las tranqueras eran la única forma de pararlos. Habló sobre el impacto que se estaba causando en la vida silvestre, en especial para los lobos marinos y los cóndores andinos que se alimentan de ellos. Compartía los fines por los cuales había tomado esa decisión y entendía que las tranqueras iban a

ser la única medida eficaz para evitar el paso de los chinchorreros -en un lugar en el que no había nada de presencia estatal y no la iba a haber por un buen tiempo-, pero igual no era legal lo que estaba haciendo y hablamos de cómo podía protegerse el área de una forma más inclusiva. Como ya existía una propuesta de hacer de Illescas un área protegida le planteé que esa podía ser la mejor vía aunque iba a tomar tiempo. Como era de esperarse las tranqueras generaron incomodidad en varias personas: en la comunidad campesina de Sechura, quienes ancestralmente han usado el lugar y con quienes Wawa no había tenido un acercamiento, en tablistas y bodyboarders que iban hasta allí en búsqueda del mito de la ola aislada y perfecta, y en familias principalmente de Chiclayo que han ido a Illescas desde hace décadas para hacer caza y pesca deportiva y con los que por la falta apertura y diálogo se había enfrentado. Hay que decir las cosas con honestidad, Wawa pudo

entrar de una mejor manera. Desde ese día, mantendríamos comunicación constante y a través de sus fotos seguiría de lejos lo que pasaba en este increíble rincón del Perú. Por suerte no fui el único que recibía su testimonio de primera mano, sus fotos llegaban a todo un grupo de personas que al cabo de unos meses formaron el Grupo Illescas. Wawa nos enviaba correos y fotos cada vez que ocurría algo que merecía ser compartido. Si había varado un lobo, si los cóndores habían bajado a comer, si pescadores habían entrado a la lobera y los lobos se habían ido. Estos son algunos de sus correos. 09 de junio de 2010. Hola, lamentablemente estamos por entrar a la octava semana sin lobos en el Faro y sin pingüinos en la pingüinera. Es una pena lo rápido y fácil que resultó desaparecer dos puntos claves en Illescas poniendo en evidencia la fragilidad del lugar. Evidentemente ya casi no se ven cóndores y el macho solitario que todavía se ve a veces

baja hasta por una tortuga, es una pena. Con frecuencia recorro la zona para ver si varó algún lobo que pueda jalar a donde no lleguen los pescadores y puedan comer tranquilos pero lamentablemente no vara ninguno desde hace un mes. Debemos revertir el problema antes de que sea tarde, Illescas no es lo mismo sin la lobera continental en que habían tantos lobos que literalmente tenían que caminar unos sobre otros... Saludos, Fernando. 07 de julio de 2010. Hola a todos, luego de dos semanas de ausencia de pescadores en la lobera poco a poco están regresando. Hace una semana habían tres, ayer ocho. Si se respeta ese espacio poco a poco llegarán a su numero habitual cosa que es muy importante para la presencia del cóndor en Illescas. Las dos loberas son fundamentales para el cóndor (…). Esperemos que pueda haber control en el corto plazo, (…) en dos meses comienza la temporada

de chinchorreros que recorren toda la península en 4x4. Saludos y suerte, Fernando. Gracias a los testimonios de Fernando y las coordinaciones realizadas por varios integrantes del Grupo Illescas bajo el liderazgo del fotógrafo Heinz Plenge, se logró que Cuarto Poder realizase un reportaje sobre el área, que ayudó a que luego el Ministro Brack y el Lic. Luis Alfaro, ex Jefe del Servicio de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SERNANP), visiten la zona. El panorama se mostraba un poco más alentador ya que durante la visita se observaron una buena cantidad de lobos, los que según un mensaje de Fernando se habían ausentado desde fines de marzo hasta agosto a causa de la pesca que se hizo en las loberas a lo largo de varios meses. Algunos días después, Wawa me mandaría un mensaje en el que contaba los planes que tenía por delante. Septiembre de 2010. Hola Bruno,

bien y contento de vivir aquí. En octubre van a ser dos años ininterrumpidos, he visto y aprendido un montón del comportamiento de los animales en la zona, cómo afectamos su comportamiento y qué tan sensibles son a la gente. Si Illescas es naturalmente privilegiado es por su aislamiento, pero como sabes entre algunos pescadores deportivos que a veces se ponen a pescar en la mismísima lobera, los chinchorreros y las invasiones lamentablemente se afecta directamente el equilibrio y se refleja notoriamente en la frecuencia y número en los grupos de cóndores, pingüinos, etc. Afortunadamente a quienes hicieron invasiones les quedó claro que la figura de obtener cientos de hectáreas de la comunidad campesina por un sencillo, obviamente para tráfico de tierras, no es una posibilidad. Ya sacaron sus alambres de púas, cercos y falsos hitos y abandonaron las cabañas al menos por ahora.


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Los pescadores deportivos son muy pocos y afortunadamente es temporal, pero por varios meses la lobera y la pingüinera son parte de sus lugares de pesca. A pesar de haber conversado con ellos y pedirles que por favor las eviten, ya que solo representan una fracción de la península, chévere un par de semanas y de allí de nuevo a lo mismo. (…) La partida de los lobos está ligada a la presencia de los pescadores. Lo vi una y muchas veces y fue la razón única y directa por la cual se fueron, de hecho desde hace un tiempo ya no vienen los pescadores deportivos o al menos con mucha menor frecuencia y los lobos están volviendo. Los chinchorreros, ya sabes bien la historia, la ilegalidad, etc. Hace ya tres semanas que vienen los ¨morropanos¨ en 4x4, pescan las dos secas, de día y de noche, normalmente de lunes a viernes entre septiembre y

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enero. Este año se adelantaron. Desafortunadamente hay otro grupo que viene en bote de Puerto Rico en cualquier época. No hay pescadores locales ni un grupo viviendo aquí (…) El grupo que vino esta semana, a diferencia de la anterior, tuvo muy buena pesca y lo más probable es que se pasen la voz y vengan más de una camioneta en las próximas semanas. Estuve conversando en Defensa y Marina, aparentemente sí habrá una garita con personal de Marina, creo que es la única opción de salvaguardar la zona. (…). De hecho mi plan original de hacer un albergue ecológico autosostenible para máximo ocho personas no tiene razón de ser si tienes 30 chinchorreros en calzoncillo al frente o pescadores deportivos que ahuyentan los lobos, merman los varamientos y dejan de venir los cóndores, etc. Así que mi proyecto lo voy a retrasar el tiempo

que sea necesario, primero haré un libro y si Dios quiere un documental después. Como le dije a la Marina es prioridad proteger la zona y creo que un libro será una buena herramienta para sustentar por qué se requieren acciones urgentes. El protagonista será el cóndor con el resto de la biodiversidad, la naturaleza privilegiada de Illescas, el nexo único entre la sierra y la costa a partir de lobos y cóndores, y los factores que amenazan la zona. Como le decía a Katia (Duharte, ex reportera de Cuarto Poder), estando aquí de tiempo completo con buen equipo, paciencia, observando, aprendiendo y documentando se puede hacer algo sobresaliente. De hecho a los cóndores les vengo conociendo sus costumbres, comportamiento y horarios según el viento, lugares preferidos, etc. Afortunadamente tengo bastante material

de hembras y machos de diferentes edades en varias facetas. Te paso una foto del primero de agosto, la penúltima vez que vi cóndores, la última fue el 4. Por favor no la rebotes, es una de las keepers. Un abrazo, Wawa. Al cabo de unos pocos meses, el 16 de diciembre de 2010 se establece la Zona Reservada Illescas sobre más de 37 mil hectáreas. Pero aun tendría que pasar casi un año para que se empiece a implementar el área con guardaparques y un puesto de control. Mientras tanto, Fernando fue reconocido simbólicamente por el Jefe del SERNANP como el primer guardaparque voluntario de la Zona Reservada. En febrero de 2011, un nuevo incidente traería de vuelta la frustración por la falta de acciones inmediatas. 4 de febrero de 2011. Buenas tardes

señores, hace mucho tiempo que envío correos alertando sobre las actividades diversas que perturban el equilibrio natural en Illescas. Con algunos mantengo contacto hace tiempo, tal vez para otros sea novedad. Entre varias alertas y avisos, pasé muchos correos con fotos de pescadores realizando sus faenas en la lobera y el tremendo impacto que pocas personas tenían sobre ella. De hecho en su momento se me tildó de alarmista, que la ausencia de lobos se debería al Niño, la Niña o algún otro factor. Siempre manifesté que era por acción directa de un pequeño grupo que venía pescando de forma regular allí. Esta mañana la lobera tenía miles de lobos, tantos o más de los que se aprecian en las fotos que envió Heinz (Plenge). Lamentablemente reconocí a la distancia la misma camioneta Nissan que pescó en la lobera entre marzo y julio, quedándose en

la pingüinera. Me fui preocupado esperando que ojalá no fueran a la lobera no solo porque los espantarían sino también porque habían tres lobos varados entre Punta Luna y la pingüinera, dos de ellos ubicados idealmente con respecto al viento, carroña fija para cóndores.

Perú desaparecerá y de paso los cóndores que frecuentan la península se irán. ¡La imagen habla por si sola, ojalá alguien en el grupo pueda hacer algo al respecto en el corto plazo. Esa camioneta no debe entrar más a Illescas, no deben pescar allí ni una vez más!

6 de febrero de 2011. ¡Acabo de venir y efectivamente pescaron en la lobera y de miles que habían temprano ahora no hay ninguno! Ponen redes en la pingüinera y pescan con cordel en la lobera y alrededores. Tomó 6 meses que la lobera vuelva a ser lo que era antes y medio día para desaparecerlos. Hoy fue la primera vez que van desde julio, todavía hay varios lobos asustados nadando en el área pero no salen a la orilla . Si no vuelven a pescar allí, la población de lobos se recuperará rápidamente pero si lo siguen haciendo, una de las pocas loberas continentales del

Agosto y Octubre 2012 Había estado por más de año y medio fuera del Perú por estudios y había perdido gran parte de la comunicación con Fernando. Para el lanzamiento de la iniciativa Conservamos por Naturaleza (www.conservamospornaturaleza.org) decidimos hacer un tributo al desierto y a la gente que vela por su conservación. Lo hicimos en alianza con la revista Aqua en Dédalo. Llamé a Fernando y lo invité a presentar fotos de Illescas. Sabía que vivía en una especie de dicotomía en cuanto a la publicación de fotos. Por un lado quería resaltar

la importancia del área para que se conserve pero por otro lado pensaba que mientras menos gente fuese a la zona sería mejor. Siempre fue extremadamente desconfiado. Luego me enteraría que le había cerrado las puertas al programa Tiempo de Viaje de Rafo León e incluso a algunos amigos cercanos. Conmigo también había sido un poco receloso. Me quedé un poco sorprendido cuando me dijo que no solo me iba a pasar las fotos, sino que además iba a preparar un video especial sobre el cóndor. Trabajó duro por varios días, sacó a relucir fotos increíbles, buena música y el video que tituló “El cóndor de Punta Luna” explica bien lo que está pasando y la urgencia de tomar medidas. Fue su último testimonio e incluso vino hasta Lima para presentarlo en el evento. Esa noche conversamos poco por la cantidad de gente que hubo, pero se le veía especialmente contento. Le dije que salía el


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día siguiente por un mes y medio de viaje pero que quería visitarlo para hablar bien y colaborar con lo que estaba haciendo, que no estaba solo. La misma noche que regresé me enteré de lo sucedido. Por semanas me agobió una sensación de haber podido hacer más cosas juntos. Unos días después de enterarme del suceso vi de nuevo el video. Me puse audífonos, apagué las luces y subí el volumen. La piel se me puso de gallina cuando al final del video irrumpe un trueno, sentí un disparo. Desde ese día una imagen comenzó a acompañarme: Wawa estaba sobre su tabla, en lugar de kite un cóndor inmenso lo hacía volar hacia algún lugar en el horizonte. Hoy La historia no estaba completa. Cierto magnetismo me trajo hasta su casa

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en Punta Malnombre, esa punta que rebautizó como Punta Luna y que fue la sede de una de las mayores frustraciones y satisfacciones en su vida, la que le dio la posibilidad de renacer y la que a la misma vez lo vio irse. Es desde aquí desde donde escribo estas líneas, con la sensación de que Fernando está también aquí, mirando lo que escribo. Ha estado presente todos estos días. He ingresado con el permiso de Frieda, su cómplice principal en esta aventura, quien ha sacado fuerzas de donde puede y está siguiendo con el proyecto que empezaron en este lugar. Vine con Aldo Aguirre, el Jefe de la Zona Reservada, y Pablo, comunero de la Comunidad de Sechura y desde hace un año guardaparque de la zona reservada. Finalmente la zona reservada se está comenzando a implementar y ya se cuenta con

dos guardaparques oficiales y cuatro voluntarios permanentemente en la zona. Aún la gestión no es la óptima pero existe el compromiso y se ve que se está avanzando. El Estado va a otro ritmo. Ayer acampamos en una de las playas cercanas bajo uno de los cielos más estrellados que he visto en mucho tiempo. Había también bioluminiscencia pintando la espuma de las olas y dejando una especie de escarcha en las caras y en el cuerpo. En la mañana despertamos con miles de aves marinas dibujando figuras geométricas en el cielo. Cientos de pelicanos viven aquí tranquilos, y muchas bandadas de aves, incluidos los que están de paso como los cormoranes patas rojas y los piqueros patas azules han pasado a escasos metros y me miraron curiosos mientras flotaba en el mar. Aquí tuve encuentros

con otras especies que no me voy a olvidar nunca, zorritos y colibríes incluidos. Sentí que Wawa estaba detrás de estos encuentros y me quedó la sensación que había encontrado una forma especial de comunicarse con ellos. Ese nivel de entendimiento tal vez no le permitía comprender la burocracia y el desinterés que había que enfrentar para lograr que la vida siga su curso y que este lugar nunca pierda la magia que lo envuelve. Han pasado pocas horas desde que hemos regresado caminando de mirar la lobera donde cientos de lobos retozaban y jugaban sin que nadie los molestara. Un pingüino apareció de pronto en escena mientras el cielo se seguía pintando de colores. Wawa estaría contento. Aun hay los restos del cuerpo de un lobo que jaló con su cuatrimoto hasta uno de los cerros para que los cóndores puedan comer

tranquilos y pueda fotografiarlos. Me lo imagino como fue descrito por una buena amiga: ¨sin tabas de hecho, con piel lozana y sonrisa inmensa, apasionado y abocado por entero a su tarea¨. Recuerdo en ese momento el video sobre el cóndor de Punta Luna, en el que se muestra cómo una persona caminando por ahí es suficiente para que todo cambie y se convierta en una playa desértica y desolada, hermosa pero sin vida revoloteando. Por ello es que dentro del área protegida se debe hacer una zonificación para definir qué usos están permitidos y prohibidos en cada lugar. Queda claro que las loberas y la pingüinera deberían zonificarse como zonas de protección estricta o zonas silvestres, para que esté totalmente prohibido el ingreso. Lamentablemente la ley exige tener la aprobación de los que tienen derechos

pre-existentes sobre estas zonas como condición para imponer estas restricciones. Y bueno, estas zonas se superponen con un lote petrolero y hasta el momento el titular no ha dado el visto bueno. Tenemos que meter presión para que este sitio se conserve y no se pierda. El interés público debe estar por encima de los intereses privados. Wawa había dejado de lado sus proyectos iniciales, lo hizo por una causa que lo trascendía. Pienso que por eso, de alguna forma se fue tranquilo. Nuevamente optó por lo genuino, por salirse de la ruta que sigue la mayoría. Por lo que hizo, aunque no por cómo lo hizo, le estaré eternamente agradecido. Podemos estar en contra de sus formas, pero la verdad es que si no fuesen por esas controversiales tranqueras estas playas podrían estar ahora totalmente lotizadas. Ahora la historia

es distinta, las tranqueras están siendo manejadas en coordinación con la gente del SERNANP y nadie puede invadir esperando obtener un título de propiedad. Además se ha encontrado un nido de cóndores y Plenge, junto con más personas comprometidas con Illescas, están haciendo todo lo posible por la conservación de esta imponente ave. Finalmente, la casa de Wawa se ha abierto a quienes vengan con el respeto que este lugar se merece y es tal vez la forma más concreta como podemos colaborar a que su legado se mantenga. Para Wawa El primer día que comencé a buscar señales en tu búsqueda caí con esta frase que hablaba de las olas. Sin un motivo aparente la apunté en mi cuaderno de notas, recién cuando la leí en este viaje caí en la cuenta que

podía ser una buena forma de describirte. Tus amigos y la gente que te tuvo cerca tendrá otras palabras y anécdotas, les toca a ellos despedirte a su manera. ¨Desde el momento en que empieza a formarse hasta que revienta en la orilla, una ola es el resultado de una compleja serie de interacciones entre diferentes fuerzas naturales. Una vez que la ola se forma, comienza a moverse, a cambiar, a caer en un patrón, viaja, y cambia una vez más mientras se acerca al mar. Gestada en el caos de una tormenta, se mueve hacia la costa en silencio, y finalmente su viaje llega a su fin con una colisión brutal. Si bien sigue las leyes de la física y es propagada matemáticamente, la ola, sinuosa, permanece impenetrablemente misteriosa, y tan impredecible como única¨.


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