1
2
Cerro Florida,
Un viaje a nuestra memoria
3
Cerro Florida, Un viaje a nuestra memoria _______________________
EQUIPO EJECUTOR Comité Editorial: I. Municipalidad de Valparaíso Paola Varela Gamboa Pablo Carmona Núñez Seremi MINVU Región de Valparaíso: Ondina Collao Acosta Angélica Pacheco Díaz Alejandra Soto Ternicien Producción: Asides Ltda. www.asides.cl Guillermo Álvarez Espinoza Constanza Escobar Arellano Isidora Escobar Arellano Camila Sierra Madrid Catalina Torrent Maluje Se autoriza la reproducción parcial citando la fuente correspondiente. 1° edición, noviembre de 2015.
4
Cerro Florida,
Un viaje a nuestra memoria
5
Índice PRÓLOGO
8
CAPÍTULO 1 Paisajes comunes: Un cerro “Florido”
11
CAPÍTULO 2 Orígenes del Barrio
12
Los sucesos que dieron vida a nuestro cerro
13
Tragedias que nos transforman
13
El derrumbe del Tranque Mena
13
Años de grandes sucesos: 1906 y 1910
16
Herencias para la comunidad, el legado de Marcelo Mena
17
CAPÍTULO 3 Lugares emblemáticos
20
Ascensor Florida
21
Plaza y calle Mena
25
Hospital de niños y Consultorio
26
Carabineros y las Caballerizas
27
Edificio Favero
28
El Auditorio
31
Teatro Mauri
32
Mirador Moya Grau
33
CAPÍTULO 4 La vida de nuestro Barrio
6
35
Recuerdos de niñez
35
Cercanía y calidez, almacenes que generan vecindad
37
Celebraciones populares, fiestas comunitarias
38
Personajes Destacados
40
Arturo Moya Grau
40
Pablo Neruda
41
Pablo Peragallo
41
Pedro Ubiergo
42
CAPÍTULO 5 Organizaciones Sociales
45
Junta de Vecinos
45
Club Deportivo Recreativo Florida (Club de Rayuela)
47
Club Deportivo Florida
35
La organización social
50
CAPÍTULO 6 La identidad Floridana
55
REFLEXIONES FINALES
61
POSTALES DE BARRIO
64
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
66
AGRADECIMIENTOS
68
PARTICIPARON EN ESTE LIBRO
70
7
Prólogo
Desde su privilegiado palco, envuelto por un anfiteatro de cerros, que les otorga a sus habitantes un lugar sencillamente privilegiado dentro de Valparaíso, han sido los propios vecinos y vecinas del Cerro Florida quienes han recreado su historia. Una historia llena de relatos y encuentros que tienen la virtud de transformar en parte de una memoria social común, marcada fuertemente por la perseverancia de los primeros habitantes de estos lotes fundacionales de la ciudad, donde se origina uno de los barrios más emblemáticos y tradicionales de la ciudad puerto. Florida es un barrio que encanta e invita al visitante a un encuentro con la historia, donde el fuerte arraigo de sus habitantes con el lugar ha hecho que ésta siga en permanente construcción, buscando desde la comunidad resguardar el sello de su identidad caracterizada por formas tradicionales de convivencia vecinal al interior del barrio. Los almacenes, la Plaza, el Mirador, son todos lugares de encuentro comunitario donde no hay cabida para las diferencias, pues aquí son todos Floridanos. Es esta, quizás, la mayor riqueza patrimonial de este barrio: su gente. 8
En este sentido, las páginas siguientes son principalmente un ejercicio de “nuestra memoria”, un discurso que se constituye como un acto de sentido en que, a través de la resignificación social e histórica de sus características culturales, la comunidad participó activamente en la recuperación de su memoria colectiva en el marco de la ejecución del Programa Quiero Mi Barrio, iniciativa del Ministerio de Vivienda y Urbanismo que surge durante el primer mandato de la Presidenta Michelle Bachellet Jeria, buscando implementar una estrategia de recuperación física y social a escala barrial, facilitando el vínculo del barrio con la ciudad, buscando contribuir a la cohesión social en las ciudades a través de procesos participativos de recuperación de barrios con deterioro urbano y vulnerabilidad social. En el Barrio Cerro Florida, el Programa se implementa desde el año 2013, bajo la administración del Alcalde de Valparaíso Jorge Castro Muñoz. Así, este libro es la conclusión de un proceso de Rescate de la Memoria Colectiva del Barrio Cerro Florida, con el objetivo de compartirla y valorizar todos los elementos que dan vida e identidad a este sector.
9
1
10
Paisajes comunes: Un cerro “Florido�
Paisajes Comunes: Un Cerro “Florido”
Dicen que debe su nombre a las quebradas verdes, llenas de árboles y flores que se extendían por todo el lugar. Ese es Cerro Florida, emplazado en un sector privilegiado de Valparaíso, en las alturas pero en el corazón de la ciudad, entre Cerro Bellavista y Cerro Mariposa, separado de éste último por la antigua Quebrada de las Jarcias o también llamada de la Aguada. Al estar ubicado en el centro y caracterizarse por su particular topografía, son las calles Las Heras y Edwards las que delimitan la base del cerro. De forma natural está separado del cerro Bellavista por lo que fue la quebrada de Florida -que hoy es calle Ferrari- con desembocadura en Colón y calle Arturo Edwards. También la llamaban Quebrada del Circo, ya que cada vez que venían espectáculos circenses al puerto, se instalaban ahí. El polígono de la unidad vecinal 67 está delimitado por las calles Ferrari, Avenida Alemania y Avenida Baquedano. En los faldeos del cerro, colinda con la calle Lastra y Buenos Aires. Se trata de un cerro histórico, de los primeros en lotearse. Es por eso que se encuentra en Zona de Conservación Histórica de los Loteos Fundacionales de la ciudad de Valparaíso. Según cuentan los vecinos, las primeras familias floridanas embellecieron su entorno con hermosos jardines, todos muy coloridos y agradablemente perfumados. Esta bonita costumbre continuó por varias generaciones. Aunque las actuales construcciones ya no exhiben aquellos exuberantes jardines, la comunidad floridana intenta mantener y cuidar el paisaje del barrio, de manera que siempre conserva una belleza propia, llena de vida y colorido.
“Dicen que la calle Mena la mayoría de las casas antiguas tenían jardines afuera. Había mucha tierra, no estaba pavimentado, entonces ahí la gente empezó a hacer jardines. Por eso se le llamó Cerro Florida, porque tenía muchas flores (…) Ahí en 5 de Abril, abajito, había una de las últimas casas que tenía jardines afuera, pero la echaron abajo e hicieron una casa más moderna”. (Vecina Ana Galaz Gálvez) 11
2
Capítulo 2
12
Orígenes del Barrio
Orígenes del barrio
Los sucesos que dieron vida a nuestro cerro El Barrio Cerro Florida está marcado por hitos emblemáticos que dan origen y vida a la historia de la comunidad que habita en sus quebradas. Sus inicios están asociados a eventos catastróficos que tuvieron como correlato el desarrollo de nuevas construcciones y su posterior repoblamiento. Casi como un mito de origen, los inicios del barrio están marcados por la destrucción, para luego comenzar a florecer con nuevos bríos. La historia del barrio se encuentra marcada por “luchas y desafíos comunes”, donde la organización social de vecinos y vecinas del cerro ha sido fundamental para ir dándole forma y vida a esta comunidad tan particular y emblemática de Valparaíso.
Tragedias que nos transforman El derrumbe del Tranque Mena Fue el sábado 11 de agosto de 1888 el día en que ocurrió, la que se considera, una de las mayores catástrofes que ha sufrido Valparaíso: el derrumbe del Tranque Mena. Según relata Leopoldo Sáez Godoy 1 , el tranque se encontraba ubicado diez cuadras más arriba del Camino de Cintura, nombre con el que se conocía entonces a la actual Avenida Alemania. Se accedía por la calle continua a Yerbas Buenas y se emplazaba entre los cerros Florida y Yungay.
1. Sáez, L. (2001). Valparaíso, Nombres, Lugares y Personajes, Siglos XVI-XXI. Puntangeles, Universidad de Playa Ancha Editorial.
13
Capítulo 2
La represa se situaba en los terrenos del regidor Nicolás Mena, propietario de un enorme fundo que abarcaba todo el cerro, que se utilizaba para guardar agua para el regadío de tierras y para una fábrica de hielo y cerveza que tenía en el lugar. También distribuían agua de la vertiente de la Quebrada de Yungay. El tranque había sido construido sin los permisos necesarios, era sólo de tierra. El regidor Mena aumentó su altura sin autorización alguna. La represa se encontraba a 270 metros sobre el nivel del mar, su base era de 40 metros, tenía 15 metros en la parte superior y 17 metros de altura, albergando alrededor de 61.000 m3 de agua. Los días previos a la tragedia, una abundante lluvia había caído sobre la ciudad puerto, por lo que el tranque se encontraba en su máxima capacidad. Fue muy temprano, apenas había finalizado el alba, cuando un gran estruendo despertó a toda la comunidad. El desplome de uno de los muros de la represa generó un caos total: el desborde de las aguas, una estrepitosa y rápida avalancha corría sin control cerro abajo. Avanzó por la Quebrada de Yungay, se detuvo en el Camino de Cintura por cerca de media hora, donde dejó un sinfín de enormes y pesadas rocas, para luego continuar su camino por la quebrada llevando consigo árboles, casas y todo lo que encontrara a su paso. La fuerte avalancha no se detuvo, continuó por las actuales calles Yerbas Buenas, General Mackenna y Guillermo Rivera, hasta llegar al plan. El desastre fue casi total, por lo que casas y caminos quedaron completamente dañados. Una capa de lodo de más de un metro cubrían todo el sector entre la plaza Aníbal Pinto y plaza Victoria. El saldo final: 77 muertos y 300 heridos. La peligrosidad del tranque había sido denunciada en la prensa cerca de dos años antes. Sin embargo, nadie hizo nada para prevenir el desborde y la consiguiente desventura. 14
Orígenes del barrio
Crónica. El Mercurio. Lunes 13 de agosto de 1888. “Ahora conviene dar una idea de cómo se produjo la catástrofe o ruptura. Es sabido que la presión de los líquidos crece con la profundidad; de esta manera el agua, cuyo peso sobre la base era enorme, empezó a filtrarse por una tierra blanda, cuyo único obstáculo fue el tiempo que tardó en arrastrarla, produciéndose así un orificio pequeño en un principio, pero que tomó rápidamente proporciones considerables, produciéndose de este modo una avalancha de agua y tierra primeramente y después, en virtud dela velocidad adquirida, de peñascos, árboles y cuanto encontró a su paso, llegando al primer terreno plano o sea Camino de Cintura, con una fuerza de millones de kilográmetros; y debido a este obstáculo se depositó una gran masa de la avalancha, que de otra manera hubiera llegado hasta el plan produciendo males incalculables. El excedente que siguió su curso ya no trajo consigo el grandísimo esfuerzo mecánico primitivo; pero a medida que descendía de la quebrada iba adquiriéndolo nuevamente, llegando hasta la parte plana con un esfuerzo calculado en mucho más de dos millones de caballos de fuerza. Ahora, si con un esfuerzo tan poderoso no han sido mayores los perjuicios, se debe a que los obstáculos que encontraba el torrente en su marcha al ser arrastrados a su vez por él, lo quitaban una cantidad notable de su esfuerzo por un lado, y por otro, a medida que avanzaba depositaba en el camino todas las piedras llevando consigo solo los objetivos livianos”.
15
Capítulo 2
Años de grandes sucesos: 1906 y 1910 Luego de un tiempo, otra catástrofe natural golpea a Valparaíso. Un terremoto el día 16 de agosto de 1906 azota la ciudad, hecho que también trae repercusiones en el Cerro Florida. Como consecuencia de este –y de la gran cantidad de incendios que siguen al evento sísmico- se produce un cambio de imagen y de trazado urbano del puerto. Especialmente es el sector del Almendral el que se ve más afectado, debido al derrumbe de gran parte de los edificios de ese lugar. A diferencia de lo que podría pensarse –o de lo que habrían hecho muchas y muchos de los habitantes del barrio- esta tragedia permitió el enriquecimiento de unos y el avance reconstructor de la zona por parte de otros. Algunos comentan, incluso, que Nicolás Mena hizo un gran negocio vendiendo agua a los damnificados de la tragedia. En el año 1910, se promulga la Ley de Reconstrucción del Almendral, lo que influye en la construcción del Colectivo Favero, conjunto habitacional histórico, comunitario y emblemático del Cerro. Ubicado a los pies de este, el Colectivo Favero se creó para el arriendo de sus departamentos a familias trabajadoras -que no poseían recursos o capacidad para la compra- que se desempeñaban en actividades productivas y comerciales en la ciudad y el puerto. 16
Orígenes del barrio
El edificio fue elaborado en 1912 por el arquitecto financista Giocondo Favero, italiano nacido en Castelfranco que llega a Chile en 1889. Su primer propietario fue Mauricio Schiavetti. Además de este colectivo, Favero diseñó, gestionó y construyó varios edificios similares en diversos sectores de la ciudad, hasta su muerte, en 1920.
Herencias para la comunidad, el legado de Marcelo Mena Es conocido en todo el cerro, vecinos y vecinas lo mencionan en sus relatos. Es Marcelo Mena, a quien –dicen- deben sus terrenos, casas, hospital, penas y alegrías arraigadas en la memoria colectiva de la comunidad floridana. Hijo del regidor Mena, Marcelo Mena Luna (1860-1932), heredó de su padre los amplios, fértiles, frondosos y verdes terrenos. No se casó ni tuvo hijos, y aunque durante su vida no demostró actos de generosidad ni altruismo, el 18 de Mayo de 1925 y mediante un testamento, dejó toda su fortuna a cuatro fundaciones, que tendrían la función de crear <<un hospital de niños, un “asilo para ancianos pobres de ambos sexos, dando preferencia a los nacidos en Valparaíso”, “una escuela de instrucción primaria e industrial”, un fondo “para atender a los compatriotas pobres ausentes de Chile y que deseen regresar o a los que no tengan recursos en caso de enfermedad para ser hospitalizados”2>> .
2. Ibíd. p.294.
Luego de su muerte, las fundaciones recibieron una enorme suma de dinero, ascendiendo a 53.152,44 libras oro. Los bienes que poseía eran el gran 17
Capítulo 2
fundo Mena y casas en Valparaíso, entre las que se cuentan el Cité Mena de Avenida Francia, y otras tantas en Viña del Mar. A pesar de haber dejado por escrito todos sus deseos, estos se cumplieron sólo parcialmente. El asilo, si bien se construyó, no cumplió su fin específico, sino que funcionó como consultorio materno-infantil gracias a un contrato con el Servicio Nacional de Salud. La escuela no fue construida, pero el Hospital para Niños sí se desarrolló como el magnate dispuso. Así, se creó el famoso y renombrado “Hospital Mena”, en 1938, emplazándose en la llamada “Quinta Mena”, en la subida Ferrari cerca de Avenida Alemania. La Fundación Mena aún existe, y continúa con sus labores de beneficencia. Para las y los vecinos, la Fundación Mena, Don Marcelo y su legado, marcaron el origen y por consiguiente, lo que es actualmente el Cerro Florida. Muchos se sienten aún muy agradecidos. Fue él quien les vendió los terrenos, les vendía agua, leña y posibilitó el poblamiento del cerro, no sólo con la venta y loteos, sino también con la construcción del Hospital y el consultorio. Es por esto que la gran mayoría de los terrenos son “compras y no tomas. Incluso en algunas escrituras aún figura don Marcelo Mena”, como menciona el vecino Víctor Ramírez Figueroa. “Lo que a mí siempre me han contado que los terrenos de acá los vendió Marcelo Mena, entonces la gente compró los terrenos. La mayoría de la gente comenzó a hacer su casa desde abajo, entonces así empezó a surgir el barrio”, dice el vecino Jorge Vergara Ureta. Marcelo Mena, su fundación y generosidad, marcaron y siguen marcando la vida del barrio, siendo su legado fundamental para la expansión urbana y consolidación del cerro, lo cual a pesar del paso de los años sigue imbricado en los recuerdos de los primeros habitantes del cerro y sus descendientes. 18
Orígenes del barrio
“La mayoría de la gente comenzó a hacer su casa desde abajo, entonces así empezó a surgir el barrio”, Vecino Jorge Vergara Ureta.
19
3
CapĂtulo 3
20
Lugares emblemĂĄticos
Lugares Emblemáticos
Muchos son los lugares que guardan recuerdos, historias, anécdotas y amores. Espacios que los vecinos y vecinas guardan con gran nostalgia y reconocen como sitios históricos del cerro. Puntos en los que se ha forjado la vida comunitaria, de encuentros, organización y lucha conjunta, que le dan una identidad indiscutida y muy propia a Florida. Pololeos en los callejones del edificio Favero, días soleados en el Auditorio Osmán Pérez Freire, tardes de espectáculos en el Teatro Mauri y juegos de niños en la Plaza Mena, son sólo algunos de los recuerdos que traen estos escenarios de encuentros barriales.
Ascensor Florida Son dieciséis los ascensores que existen en Valparaíso y forman parte de la identidad porteña. El Ascensor Florida está entre ellos, y fue uno de los medios más antiguos del que dispuso la población para llegar al Cerro. Inaugurado en 1906 y con fecha del 14 de Enero, fue que la I. Municipalidad de Valparaíso autorizó su construcción en terrenos pertenecientes a la sucesión Billa3 . Fue así como el ascensor conectó desde su estación inferior -ubicada al término de calle Carrera y Lastra- a la parte superior del cerro, con salida en calle Guillermo Marconi (nombre del físico italiano galardonado con el Nobel en 1909) ubicada a 60 metros sobre el nivel del mar. Esto significó un cambio radical en la cotidianeidad y en la calidad de vida de los vecinos y vecinas del barrio.
3. El Mercurio. Valparaíso, domingo 29 de mayo de 1994. Florida: Un Barrio Hospitalario.
Su construcción fue liderada por el ingeniero Federico Page, acompañado de una gran cantidad de capataces y obreros que fueron protagonistas del modelamiento del cerro y la canalización de sus cauces, logrando así emplazar y darle vida a este hermoso patrimonio arquitectónico. Dada su relevancia histórica, fue declarado Monumento Nacional el 1 de Septiembre del año 1998, mediante el Decreto Exento nº 866. 21
Capítulo 3
Por muchos años, el ascensor fue el principal medio de transporte de los habitantes del Cerro Florida, quienes en un corto viaje, podían trasladarse –y de pasada hacer vida social- directamente hasta el plano de la ciudad y viceversa. Desafortunadamente, fue el año 2009 en que, para el pesar de muchos, el ascensor dejó de funcionar. El funicular no sólo cumplía, hasta el momento de su cierre, la función de traslado, sino también de encuentro y organización de la vida social y comunitaria del cerro, siendo uno de los lugares mas concurridos y transitados de este. El servicio era utilizado por todos los vecinos y vecinas del barrio. Es así como lo describe la vecina Gabriela Palleras Norambuena, al decir que era un lugar donde: “nos encontrábamos… sabíamos cómo estábamos, era muy diferente a tomar un colectivo o una micro donde nadie conoce a nadie. El ascensor le daba un sello característico al barrio”. Lo reafirma la vecina Teresa Araya Olivares, al mencionar que en el ascensor “tú te encuentras con el barrio … se colocaban carteles arriba, donde estaba la máquina, y te ibas enterando de las noticias del barrio ahí … una hacía vida social en el carro, siempre una conversaba con los vecinos”. La máquina funcionada en tres turnos, mañana, tarde y noche, tal como lo describe el vecino Roberto Lara Fuentes: “El ascensor funcionaba desde las siete de la mañana hasta la una de la noche. Y cobraba unas chauchas, a los niños les daban un bono para pagarlo. En el carro cabían 25 personas. Locomoción no había, entonces la gente tomaba el ascensor y luego caminaba”. El ascensor es un elemento arquitectónico y patrimonial que indiscutiblemente forma parte de la identidad e historia, tan viva en la memoria colectiva de los vecinos, como las plantas y flores que existen en sus faldas, aun cuando lamentablemente, ya no preste el servicio. Actualmente el ascensor ha sido adquirido por el Estado bajo el Legado Bicentenario, por lo que se encuentra en proceso de recuperación, considerando el levantamiento de un diseño que permita su rescate como centro social del barrio y patrimonio cultural del Cerro Florida. 22
Lugares Emblemáticos
Funicular: anécdotas y entorno El ascensor y su entorno, no solo era un medio de transporte, sino además, se transformó prácticamente en un centro social, al dar vida a una buena cantidad de almacenes, bares y negocios en todo su alrededor. Cercano a la salida del ascensor, se encuentra la calle Prefecto Lazo que se caracteriza por sus casas de dos pisos, de variado colorido y balcones adornados con plantas y flores que dan hacia el exterior: “aquí en Prefecto Lazo la gente siempre decora sus casas, con banderas chilenas si es dieciocho de septiembre, o con guirnaldas si es navidad”, comenta la vecina Jeannette Madina González, quien vivió durante veintitrés años en esa calle. Antiguamente, era considerado un verdadero privilegio vivir cerca del ascensor, por lo que fue en esta calle, que se encontraban las casas algo mas “acomodadas” del cerro. Fueron las Gemelas Damelle, vecinas históricas y pintorescas del barrio, vestidas con atuendos idénticos hasta el día de sus muertes, hermosearon con sus propios recursos, las afueras del ascensor, haciendo una pequeña plazoleta en calle Marconi. Hoy son recordadas con nostalgia y agradecimiento. 23
Capítulo 3
El libro Ayer Soñé con Valparaíso, del escritor porteño Manuel Peña Muñoz retrata el trayecto del Ascensor Florida.
Recorrido Nostálgico “Primero un tirón y luego el carro comienza a ascender por rieles engrasados entre matas de alcayota, higueras polvorientas, arbustos de anís, espuelas de galán y dedalitos de oro. El ascensor Florida roza las ramas de un caqui. Los pasajeros van sentados en silencio. Ni siquiera se asoman por las ventanillas a mirar los barcos. El ascensor se eleva por encima de los tejados, penetra a veces en la intimidad de las casas, ascendiendo por estrechos pasajes como hendiduras en la tierra, abriéndose paso por entre tiestos de cardenales (la flor del pobre) y jaulas de pájaros” .
4. Peña, M. (1999). Ayer Soñé con Valparaíso. Ril Editores, DIBAM. Disponible en: Biblioteca Mundial Universal: http://www. biblioteca.org.ar/ libros/89471.pdf
24
Lugares Emblemáticos
Plaza y calle Mena Es la columna vertebral del cerro, vecinos y vecinas reconocen a la larga e histórica calle Mena como testigo de las más bellas experiencias a lo largo de su vida. Muchos coinciden en que es esta calle, la principal arteria y la más concurrida en el cerro, por donde gran parte de sus habitantes habitan y transitan día a día. Ha sido en ella –además de la plaza del mismo nombre- donde se han realizado innumerables actividades, organizadas por los mismos vecinos y vecinas: fondas y ramadas para los dieciocho de septiembre, fiestas y aniversarios –como los del Club Deportivo Florida- cumpleaños y matrimonios en la sede del Club, y así, un sin número de actividades y recuerdos esculpidos en la memoria colectiva de Florida.
“Nosotros, los de calle Mena, siempre hemos sido unidos, siempre nos hemos organizado, nos conocemos todos”, menciona una ex Presidenta de la JJ.VV, la vecina Gabriela Palleras Norambuena. Es en esta misma, donde se encuentra uno de los auténticos e indiscutidos centros sociales del barrio: Plaza Mena. Ubicada en la intersección de calle Mena con Sarratea, esta plaza ha sido testigo de innumerables historias: “La plaza antes estaba cerrada por los arboles de pino, se venía el orfeón de carabineros el día domingo”, menciona la vecina Esmeralda Muñoz Estay, como parte de la historia pasada de este lugar. En ella hay árboles, juegos y bancas, en las cuales los vecinos y vecinas en ocasiones pasan las tardes. Recientemente ha sido remodelada y acoge estatuas de Gabriela Mistral, Vicente Huidobro y Pablo Neruda, creadas por la escultora Lucy Lafuente. 25
Capítulo 3
Además, esta Plaza es un centro de atracción para los turistas que van a ver la Casa Museo La Sebastiana de Pablo Neruda, ubicada una cuadra hacia arriba y que permanece abierta diariamente, por lo que se convierte en un polo artístico y turístico del sector.
Hospital de niños y Consultorio Como una de las características principales del barrio, el hospital Mena fue construido el año 1938 en la subida de la calle Ferrari. Podía atender a 46 niños y niñas en cinco salas que se destinaban a Pediatría y Lactantes, Cirugía Infantil y Enfermedades Infecciosas. Contaba con un pabellón de operaciones, sala de recuperación incubadora, rayos X y una cocina central. Estaba ubicado en el centro de la quinta del Fundo Mena, que contaba con bellos jardines, árboles y una gran terraza con vista al mar5. 5. Sáez, L. (2001). Valparaíso, Nombres, Lugares y Personajes, Siglos XVI-XXI. Puntangeles, Universidad de Playa Ancha Editorial. p.294.
Además del hospital, existió un consultorio en dicho sector, centro de salud en el cual se atendían y siguen atendiendo los vecinas y vecinas del lugar. Hasta hoy se encuentra operativo, aunque cambió su ubicación original en Ferrari por un nuevo recinto en Avenida Alemania, a un costado de la Plaza Bismarck. Si bien el centro se encuentra en terrenos de la Fundación, depende de la Corporación Municipal de Valparaíso, sin tener mayor relación hoy en día con la Fundación Mena. En el año 2010, se desarrolló una consulta ciudadana para dotar de un nuevo nombre al recinto, es así como la comunidad manifestó con 152 votos la mantención del nombre “Marcelo Mena”. Hoy en día, el antiguo hospital ya no funciona como tal, pero como homenaje a su benefactor, posee en su entrada un busto de Marcelo Mena. El lugar se ha convertido en la actualidad en un pequeño museo que conserva la casa Mena y preserva la historia de sus años mozos de funcionamiento. Aún se puede contemplar toda la indumentaria de aquella época y el historial de todas y todos los pacientes atendidos desde el primer día, además de contar con una nutrida biblioteca para médicos.
26
Lugares Emblemáticos
Floridanos y floridanas reconocen al hospital y al consultorio Mena como lugares históricos y emblemáticos del cerro, de los cuales guardan recuerdos y agradecimientos. Además, aquellos de mayor edad recuerdan que hubo un período en que vivían allí un grupo de monjas alemanas, que circulaban vestidas con sus hábitos negros y velos blancos de tipo “alados”. Se acuerdan que las hermanas ayudaban a los enfermos y a la comunidad toda, para la cual hacían beneficencia y cursos de manualidades como parte de su trabajo humanitario.
Carabineros y las Caballerizas Vecinas y vecinos concuerdan con que antiguamente se tenía una relación más estrecha con los Carabineros, era frecuente verlos pasear por las calles del barrio montados a caballo. Se dice que acostumbraban a patrullar dos jinetes vigilando los distintos sectores del cerro, los que muchas veces “correteaban” a niños y niñas que jugaban por las calles o que no habían ido al colegio. Es así como lo recuerda Miguel Cossio Collante, quien dice que “habían Carabineros que andaban a caballo, se daba mucho, había uno muy 27
Capítulo 3
famoso, cuando ese Carabinero hacía su presencia era ‘la arrancadera de niños”. Los vecinos recuerdan a los uniformados como parte del barrio, prácticamente como un vecino más de Florida.
6. Casiopea, Espacio de registro y documentación, de carácter colectivo y colaborativo de la Facultad de Arquitectura y Diseño PUCV. Colectivo Favero, Cerro Florida, Caso de Estudio. En: http://wiki.ead. pucv.cl/index.php/ Colectivo_Favero,_ C%C2%B0_Florida,_Valparaiso.
28
En el lugar donde actualmente se ubica la Octava Comisaría de Carabineros, antiguamente existía una caballeriza que albergaba a los caballos de los uniformados. Algunos vecinos que llevan más años viviendo en el cerro comentan que, en ocasiones, el Cuadro Verde de Carabineros usaba los sitios eriazos para practicar, haciendo sus trucos y piruetas. Incluso a veces se veía al orfeón practicando en la plaza del barrio los días domingo.
Edificio Favero Más de cien años tiene este edificio construido en el año 1912 por el arquitecto Giocondo Favero, de origen italiano. El Colectivo Favero se construyó para cubrir la alta demanda de habitación y arriendo que existía en el siglo XX por las familias de clase media y trabajadora de la época, que se desempeñaban en las labores productivas y comerciales del puerto6.
Lugares Emblemáticos
El edificio es de tipo cité, lo conforman dos grandes volúmenes en bloque que se articulan perfectamente con el trazado de la calles y el faldeo del cerro, cada una de las estructuras tiene seis niveles. Tras el terremoto del 2010, el edificio fue reparado e sus espacios comunes por el Plan de Reconstrucción Patrimonial del Ministerio de Vivienda y Urbanismo. Los vecinos del sector tienen mucho aprecio por sus viviendas y relevan la riqueza arquitectónica, histórica y patrimonial del lugar. Algunos residentes más antiguos, comentan que en su niñez les gustaba correr y esconderse en las laberínticas escaleras y rincones del edificio. Actualmente existen algunas iniciativas aisladas de obras para el refaccionamiento de un edificio, en las cuales participan activamente sus vecinos. Se arreglan los accesos, techos, fachadas, se pintan los muros, todo con tal de restaurar y dar un remozamiento al centenario inmueble. En este proceso, la misma comunidad se ha instruido y ha aprendido mucho de restauración, a la vez que reciben apoyo del Municipio para llevar a cabo las obras. Además, existe la idea de fortalecer el carácter italiano que tiene el barrio, pues muchos edificios patrimoniales fueron ejecutados por arquitectos de esa nacionalidad y hay descendientes de dicho origen que aún viven ahí, incluso teniendo negocios y almacenes que continúan funcionando.
“…encuentro bonito que se rescate la historia del barrio, porque las raíces de uno están ahí, se han hecho obras, se ha pintado, se está refaccionando, son edificios de la humanidad, es bonito que se sienta renacer el barrio, uno lo mira con mayor gusto… nosotros nos ganamos este proyecto de refacción.” (Vecino Hernán Zapata Zamora) 29
Capítulo 3
“…encuentro bonito que se rescate la historia del barrio, porque las raíces de uno están ahí, se han hecho obras, se ha pintado, se está refaccionando, son edificios de la humanidad, es bonito que se sienta renacer el barrio, uno lo mira con mayor gusto… nosotros nos ganamos este proyecto de refacción.” Vecino Hernán Zapata Zamora
30
Lugares Emblemáticos
El Auditorio El Auditorio Osmán Pérez Freire fue el primero que se inauguró en el país, el 14 de septiembre de 1939, convirtiéndose en el más importante de Valparaíso. Su escenario era de 12 metros por 6, formando naturalmente una “concha acústica”. Contaba, además, con canchas de básquetbol, tenis y fútbol. Allí se celebraban importantes campeonatos de fútbol organizados por la Asociación Osmán Pérez Freire, los que los vecinos recuerdan con gran efervescencia. Se encuentra ubicado en Avenida Alemania, prácticamente en el límite de los cerros Mariposas y Florida. Al fondo tenía un bosque de eucaliptus. A pesar de esta ubicación casi en las afueras del cerro, ha sido el punto de reunión emblemático para los vecinos y vecinas de los cerros aledaños, donde compartían momentos únicos e inolvidables. Se recuerdan con especial cariño las tardes de Variedades, que se realizaban los días domingo, instancias recreativas en que los vecinos se reunían en torno al deporte y la cultura. Tal como lo recuerda Roberto Lara Fuentes: “En ese entonces se hacían Variedades, en las tardes de los días domingo. Había una señora que tocaba el piano y se iba a cantar, se hacía futbol y tenis, también había piscina para los niños que se podía ir en el verano. Había columpios, juegos en la entrada, y estaba abierto. Esa cancha se hizo en el 40´, que la hicieron los mismos pobladores, el Guatón Salinas y el Señor Moreno era el administrador, a pura carretilla de palo y chuzo.”
31
Capítulo 3
Teatro Mauri Ubicado en la Avenida Alemania, se emplaza en el límite del Cerro Florida con el Bellavista, pero tal como el Auditorio, se convirtió en el centro del entretenimiento de los vecinos y vecinas del barrio. Fue una iniciativa de Sebastián Collao Mauri. Fue inaugurado el 28 de Diciembre de 1951 y se construyó con los mejores materiales, técnicas modernas y una decoración sobria y elegante, que lograba cautivar a cualquiera que lo visitase. Funcionó alternando como cine y sala de espectáculos, exhibiciones que los vecinos, no se perdían.
Memoria Matinee. Antiguos Teatros y Cines de Valparaíso. En: http://www. memoriamatinee. com/teatro-mauri/
32
Desde los 70´s, el Teatro Mauri ha vivido épocas de cierres y reinauguraciones, convirtiéndose luego en un Centro Cultural7. En la actualidad el teatro fue remodelado y cuenta con la infraestructura requerida para la exhibición de películas.
Lugares Emblemáticos
Mirador Moya Grau Aledaño a la plaza, se puede encontrar el mirador Arturo Moya Grau. Fue construido por los propios floridanos, obra de la cual se sienten orgullosos y que ha albergado diversas celebraciones y fiestas comunitarias. Esta nueva creación, sumada a la remodelación de la Plaza Mena y la llegada de nuevos servicios relacionados a la casa de Pablo Neruda, ha convertido al barrio en un polo de atractivo turístico. En torno a ella se han construido cafés, restaurantes, ferias artesanales y hoteles, que reciben a la gran cantidad de turistas que llegan al sector. Esta alta afluencia ha implicado asimismo un proceso de renovación para el barrio, por lo cual vecinos y vecinas han procurado conservar el carácter tradicional del barrio, a través de la preocupación constante por la limpieza, cuidado y embellecimiento constante de sus alrededores.
33
4
CapĂtulo 4
34
La vida de nuestro Barrio
La vida de nuestro Barrio
La vida de nuestro Barrio La vida comunitaria del Cerro Florida cuenta con una nutrida historia asociada al fuerte desarrollo de los lazos barriales, que guarda en la memoria colectiva los recuerdos de todas esas fiestas adolescentes, juegos de niños, carreras de chanchas, pichangas, encuentros, carnavales y celebraciones que convocaban a gran parte de la comunidad. Añoranzas de una época que muchos de los vecinos atesoran y trabajan por mantener.
Recuerdos de niñez Los vecinos más antiguos, aquellos que crecieron en estas colinas verdes y frondosas, recuerdan con especial cariño, los lugares típicos en los que pasaban horas enteras de diversión, jugando y riendo con los demás niños y niñas del lugar. En sus inicios, el cerro era más parecido a un campo que a un cerro inmerso en una ciudad puerto. Era común encontrarse con vacas, caballos, burros y mulas. Tan tranquilo y diferente al resto de lo que comúnmente existe en una ciudad, es que los vecinos recuerdan el cerro. Así es como lo evoca Ana Galaz Gálvez, vecina que heredó de su abuela la fortuna de vivir en un lugar como este: “Yo de chica venía a este sector porque mi abuelita vivía aquí, y me gustaba porque era como campo. Mi abuelita criaba cabritos, gallinas, conejos, patos. Atrás de esta casa había un cerro, y ahí tenía sus cabritas, me daba leche de cabra cuando yo estaba chiquitita y todo este terreno que ocupa esta casa y la de al lado, que es bastante grande, era como una chacra que tenía mi abuela donde tenía sus hortalizas: tenía habas, tenía tomates, tenía lechugas, porotos verdes. Estamos hablando como del año 50´ (…) aquí casi no habían vecinos.” 35
Capítulo 4
En medio de este paisaje rural, las vertientes y quebradas inundan los relatos de juegos y aventuras vividas por los niños que crecieron en las laderas del cerro. Así la recuerda, nostálgica, la vecina Carolina López de la Barrera: “Había una vertiente ahí en Mackenna, íbamos a buscar agua, había que hacer fila. El agua escaseaba, pero era rica, cristalina, venía de arriba.”
8. Sáez, L. (2001). Valparaíso, Nombres, Lugares y Personajes, Siglos XVI-XXI. Puntangeles, Universidad de Playa Ancha Editorial.
9. Salazar, G. (2009). Mercaderes, empresarios y capitalistas: Chile, siglo X I X. Editorial Sudamericana.
36
Recordado también es un “misterioso” túnel, el que ha pasado a ser prácticamente una leyenda, que iba desde la vertiente hasta el auditorio. En el jugaban los niños de la época, pues como recuerdan cabían en el de pie, por lo que era usual que lo cruzaran rápidamente corriendo y fueran a dar al auditorio. Asimismo, La Quebrada de las Jarcias o Garcias, también llamada Quebrada de la Aguada, era otro de los lugares de incontables jugarretas. El origen de su nombre derivaría de la fábrica de jarcias de Joshua Waddington8, un importante mercader responsable en gran parte de la transformación comercial vivida por Valparaíso en el siglo X I X 9. Sin embargo, los vecinos le atribuyen el nombre al bebedero de garzas que se encontraba en ella. En todo este escenario, donde el cerro completo era un gran patio de juegos, surge “la chancha”, uno de los juegos que los vecinos y vecinas recuerdan con más entusiasmo. Este auténtico clásico juego porteño, consistía en
La vida de nuestro Barrio
una plataforma muy parecida a un skate board, con ruedas de viejos patines, un manubrio para poder darle dirección y goma de neumático en su delantera para frenar. Como en aquel entonces el tráfico de vehículos que transitaban por el sector era escaso, los niños y niñas podían tirarse sin miedo por calle Ferrari o Avenida Alemania.
Cercanía y calidez: almacenes que generan vecindad Los negocios, emporios y almacenes cumplen un rol fundamental desde los inicios del barrio. Servían de punto de encuentro y abastecimiento, la comunidad recuerda varios de ellos, dándole un valor fundamental a la hora de contar sus historias. El negocio más recordado por la mayoría de los vecinos y vecinas es el de Don Mario, puesto que dicen era el más grande y mejor abastecido del barrio. “Antes habían como 20 almacenes en el barrio, y todos bien surtidos, con harto italiano… Don Virgilio, Don César, al frente del ascensor Don Rolando, la Beta, don Carlos, Don Ernesto… Ahí en Ferrari estaba el negocio de Don Mario, italiano. Para nosotros que éramos chicos era el negocio del barrio, vendía de todo, de todo: el gas, verduras, hilo, aguja, lo que tú buscaras, Don Mario lo tenía. Tenía mesón antiguo, vendía el aceite con bomba, usaba de esos frascos antiguos llenos de dulces, las gomitas, las guagüitas (…) carero como él solo. Era el único negocio que tenía de todo, era el negocio más antiguo…” (Vecino Manuel Cáceres). Otro de los negocios emblemáticos es el recordado restaurant bautizado popularmente como el Quita Penas, ubicado a la salida del ascensor. “Ahí entraba yo, oscuro, se te quedaban los zapatos pegados de tan cochino que estaba. Se llamaba Restaurant Florida, todavía dice ahí.” (Vecino José Abelardo Núñez) 37
Capítulo 4
Es así como recuerdan los vecinos estos locales comerciales que abastecían a todo el sector y contribuían a que la vida cotidiana transcurriera más que todo dentro del barrio, haciendo de sus dueños personajes queridos y alegremente recordados por todos. Personajes “que ya no se ven”, como diría la vecina Carmen Díaz Hernández aludiendo también a los comerciantes ambulantes que traían a la puerta de la casa desde el pan hasta los más variados productos y servicios como escobas, cloro, huevos, el vendedor de mote, el afilador de cuchillos, entre otros.
Celebraciones populares, fiestas comunitarias La sede del Club Deportivo Florida, las calles y plazas han sido los lugares escogidos para hacer celebraciones y fiestas comunitarias en el barrio Florida. Algunas de ellas han tenido gran arraigo y participación de los vecinos y vecinas del lugar, entre las que se destacan la celebración de Judas, El Día del Roto Chileno, Las Fiestas Patrias, La Virgen del Carmen, Semana Santa y Navidad. Muchas de las cuales siguen realizándose actualmente. Para Semana Santa, la Quema de Judas es una de las tradiciones más típicas, y cada domingo de resurrección se replica en diversos cerros de Valparaíso. En el Cerro Florida, tiene una larga data y continúa efectuándose en el barrio. Esta es una fiesta popular en la que participa toda la comunidad, 38
La vida de nuestro Barrio
en especial niños y niñas, para de una forma simbólica y festiva, “vengar” la traición de Judas Iscariote. De forma tradicional, un muñeco del tamaño de un hombre, relleno de paja y monedas, vestido con ropas recolectadas entre los vecinos y colgada en algún lugar público, es la representación de Judas. Al ser quemado, las monedas que se colocaron en su interior explotan y se desbordan en el suelo, tal como Judas las habría desparramado en el templo al arrepentirse10. Las siempre esperadas Fiestas Patrias, son otro momento de reunión y alegría. Celebradas con gran algarabía, constaban de fondas, ramadas, fiestas populares y campeonatos, todo ello acompañado de la ornamentación de las calles y pasajes del Cerro Florida. “Se hacían fiestas muy lindas para el dieciocho, se hacían fondas, se veían los caballos, era una fiesta popular linda, se hacía campeonato de volantines”, relata la vecina Elisa Cancino Venegas. “El pasaje Lazo tenía una particularidad: que para las Fiestas Patrias se adornaba, se ponían papeles, banderas”, destaca el vecino Gustavo Espinoza Guerrero.
10. Portal Nuestro. Celebración de Semana Santa en Valparaíso: Fuego al Traidor. En: http://www. nuestro.cl/notas/ rescate/judas.htm
Por estas mismas fechas, la presencia del circo generaba una atmósfera de festividad y celebración constante, especialmente recordada por quienes vivieron su infancia en este cerro. Así es como lo relata el vecino Pablo Peragallo Silva: “En la calle Lastra con Buenos Aires, donde hay un edificio, en algún momento hubo un circo… aquí había un hoyo, por así decirlo, entonces el circo 39
Capítulo 4
funcionaba abajo, se entraba por Lastra… entonces yo me recuerdo como algo espectacular para un cabro chico que al lado de tu casa hubiera un circo.” Un evento más actual, es el renombrado “Festival del Cantar Popular Infantil”, celebrado hasta hace poco más de una década en el cerro. Se trata de un festival en el que participaba toda la comunidad, teniendo como principales protagonistas a los niños y niñas del barrio, quienes se presentaban con canciones e incluso con sus bandas, desplegando todo su talento.
Personajes Destacados Podría decirse que es un cerro de poetas y grandes actores. Más, puede aseverarse que es un cerro lleno de cultura y expresiones de arte. Figuras emblemáticas que han caminado por las calles de Florida se encuentran plasmados hasta hoy en la memoria de las y los vecinos: Arturo Moya Grau y Pablo Neruda en décadas anteriores; Pablo Peragallo y Pedro Ubiergo en la actualidad, son algunos de los personajes que guarda la remembranza de este cerro.
Arturo Moya Grau “Uno de los personajes emblemáticos del barrio fue Arturo Moya Grau”, relata la vecina Isabel Peirano Velásquez: en calle Mena 504 es que vivió este destacado escritor, actor y guionista, que dejó huellas en el Barrio Florida. Se lo recuerda como un personaje emblemático, que a través de su imaginación acompañó a generaciones de vecinos y cuya estampa quedó perpetua en el mirador aledaño a la Plaza Mena que lleva hoy su nombre. La residencia también fue locación de la telenovela “La noche del cobarde” de 1983, basada en un guion del mismo Moya Grau. Si bien no vivió más que su juventud en el barrio, Moya Grau tuvo un nieto criado en estos cerros. De seudónimo “Enrique Moro”, el descendiente de Moya Grau es una suerte de legado dentro de la poesía en las alturas de Florida. 40
La vida de nuestro Barrio
Pablo Neruda Otro de los personajes más popularmente conocido del Cerro Florida es Pablo Neruda, poeta nacional galardonado con el Nobel y el Nacional de Literatura. Pasaba algunas temporadas en “La Sebastiana”, casa ubicada en el deslinde con el Cerro Bellavista y hoy convertida en un hito turístico del sector. Verlo pasear por el cerro era habitual para los vecinos del barrio, y aunque al parecer no era tan amable, los vecinos lo recuerdan en las calles del cerro: “yo iba a pasear ahí y el caballero era medio rabioso. Salía con su varilla porque los cabros le iban a tocar el timbre. Yo conocía a Pablo Neruda pero no sabía quién era, y lo veía que salía a caminar. Él usaba un jersey plomo y una boina, andaba con su varillita”, recuerda el vecino Cossio Collante.
Pablo Peragallo La casa Peraga es un punto muy visible subiendo desde el plano hasta el Barrio Cerro Florida. Allí, en Vicuña Mackenna 31, la casona construida en 1924, es que ha vivido Pablo Peragallo Silva desde su infancia. Luego de fallecidos sus padres, Peragallo continuó el legado familiar, preocupándose de embellecer y dar realce a esta propiedad. 41
Capítulo 4
Entusiasta del rescate patrimonial de Valparaíso, del recuerdo de los orígenes, especialmente del sector donde ha vivido toda su vida, ha sido propulsor de distintas iniciativas, entre las que destacan el Mirador Camogli en el Cerro Yungay, el apoyo en las gestiones para la llegada del Patronato de los Sagrados Corazones en avenida Las Heras y para el mejoramiento del Edificio Favero. Entre las iniciativas gestadas por su padre, Peragallo continuó con ellas y ha brindado apoyo para la construcción y pavimentación de calles emblemáticas del Cerro Florida.
Pedro Ubiergo Pedro Ubiergo Bernal, poeta y escritor porteño, vive hace alrededor de cinco años en el Cerro. Ha encontrado en este lugar excelente acogida y cariñosa recepción por parte de los vecinos y vecinas del barrio, quienes valoran tener entre sus quebradas a tan sensible y reconocido escritor con gran identidad porteña y amor por su ciudad natal. Toda su vida estuvo asentado en Cerro Bellavista, por lo que su cercanía con el barrio es verdadera. Este cariño que se ha ido generando por el cerro, sus vecinos, sus quebradas y calles, ha sido inmortalizado en su obra “Cerro Florida”, un poema que le dedicó a estas colinas. Sobre su creación y recepción, comenta con mucha humildad: “Yo un día hice unos grabados y los repartí a los vecinos, un posters en colores. Lo acogieron muy bien (…) un día una vecina me dijo que por qué no escribía algo para el cerro, y yo le dije que yo no era el más indicado porque vivía hace cinco años no más en el cerro, que había más gente que estaba más autorizada para hacerlo, pero un día me brotó y escribí. A la gente le gustó, le encantó a la gente (…) hay gente que lo quieren poner en la Av. Alemania, en esa como placita que hay. A la gente le encantó, se deben haber sentido identificados quizás”.
42
La vida de nuestro Barrio
Cerro Florida Autor: Pedro Ubiergo Bernal Es hermoso vivir en los cerros: son poemas que caen al mar, brillan más las estrellas del Cielo y la brisa es más pura al pasar. Es Florida jardín de esplendores, de extranjeros rondando el fanal… Deleite de muchos pintores que a la tela lo suelen llevar. Es un barrio de versos y flores, donde el ave temprano al cantar, con su canto, esencia de amores, perfuma la vida, perfuma el hogar. Siempre hay algo en su extraño paraje: su estructura, invita a soñar… a contemplar de lo alto el paisaje y ver la Luna, plateando la mar. ¿Su estilo?... ¡Es pregunta indiscreta!... ¡Sólo sé, que cautiva al llegar! Diseño de un loco Poeta, trasnochando en la barra de un bar. 43
5
CapĂtulo 5
44
Organizaciones Sociales
Organizaciones Sociales
Organizaciones Sociales En el barrio Florida existen dos grandes organizaciones comunitarias que han sido articuladoras del tejido social. Reconocidas por todas y todos, son la Junta de Vecinos Nº67 y el Club Deportivo Florida las que han abierto camino a otras organizaciones sociales, teniendo como referencia a estas grandes escuelas. Por esto, es que Cerro Florida tiene una larga historia de asociatividad, solidaridad, compañerismo y lucha. Sus anécdotas, encuentros cotidianos y lazos fraternos de amistad basados en el profundo sentido de pertenencia arraigado en ellos, son parte fundamental de la identidad histórica de este lugar.
Junta de Vecinos La Junta de Vecinos de la Unidad Vecinal 67 fue formalizada el 31 de enero de 1973, siendo una de las organizaciones más antiguas del Cerro Florida. Sin embargo, su historia como agrupación data del año 1921 cuando los vecinos y vecinas se organizan en torno a un Comité de Arrendatarios, que por esos años eran organizaciones que luchaban por una solución a los problemas asociados al arrendamiento: alzas en los cobros, malas condiciones estructurales de las viviendas, poder optar a la casa propia, etc. Durante todos estos años, han pasado grandes dirigentes y dirigentes por sus filas, siendo recordado con mucho cariño por su entrega y dedicación hacia la gestión vecinal Don Salvador Araya Reyes, quien fuera presidente entre los años 1966 y 1971. Durante su gestión, se hicieron múltiples actividades, en las cuales había una alta convocatoria y excelente participación de las vecinas y vecinos. 45
Capítulo 5
Don Salvador tenía un local de libros en el centro, por lo que conocía a muchas personas con quienes activó redes que utilizó para el desarrollo de actividades comunitarias en el barrio: “Trajo artistas al barrio, hizo muchas actividades (…) Trajo a cocinando con Mónica, entonces ella estuvo haciendo como una clase de cocina para las señoras del cerro. También trajo a Lukas, ese dibujante. Salía unos quince minutos en televisión y contaba una historia y la iba dibujando, educando a todos los chilenos. Eso mismo vino a hacer al barrio”. (Vecina Teresa Araya Olivares) Asimismo, junto a su directiva, fueron precursores de la campaña “Florida Florido” e impulsaron diferentes operativos de limpieza y hermoseamiento en el barrio, tal como recuerda la hija de Don Salvador: “Había una calle acá en el cerro que se llamaba calle Florida, y estaba convertida como en basural, y ahí también mi papá tuvo la idea de limpiarla, y ahí todos los familiares y vecinos lo ayudaron (…) Mi papá en el año sesenta y tanto, dijo que teníamos que hacerle honor al nombre del cerro, entonces que teníamos que plantar árboles en el cerro, en las quebradas. Entonces ahí se consiguió con un amigo ingeniero agrónomo que nos diera árboles, retamas, flores, árboles de aromo y fuimos plantando en el cerro. En ese tiempo” La polarización política que se vivió en nuestro país entre las décadas del setenta y ochenta, generó también un adormecimiento de la Junta de Vecinos. Sin embargo, con el retorno de la democracia esta organización se reactivó y nuevamente se convirtió en el referente social que siempre había sido siendo ahora el eje de su gestión las mejoras de la infraestructura comunitaria y el hermoseamiento de áreas verdes y de esparcimiento. Actualmente, su sede se ubica en la calle Vicuña Mackenna, después de grandes esfuerzos que hicieron los vecinos para lograr el financiamiento y la construcción de un lugar de reunión. 46
Organizaciones Sociales
Como se puede apreciar, la Junta de Vecinos ha sido históricamente un espacio de organización, recuperación de espacios y luchas indiscutidas dentro del cerro, por lo que es, indudablemente, una de las organizaciones más trascendentes del Cerro Florida.
Club Deportivo Florida Otra de las organizaciones de gran importancia dentro de la trama identitaria del cerro, es el Club Deportivo Florida. Fundado el día 14 de agosto de 1922 y ubicado en calle Mena 624, es otra de las organizaciones sociales más antiguas y emblemáticas de Florida. Con casi un siglo de funcionamiento, algunos vecinos llevan décadas participando ininterrumpidamente de sus actividades deportivas y comunitarias. Es el caso del vecino Manuel Cáceres Galaz, uno de los socios más antiguos que aún conserva el Club, quien relata: “El acta de fundación dice que aquí atrás había un sitio eriazo, no habían casas, no había nada. Y ahí en cierta oportunidad un grupo de jóvenes del barrio se reunió en una carpa con una vela, si no había ni luz, y ahí empezó el Club Florida”. 47
Capítulo 5
“(…) yo soy floridano de nacimiento, mi familia es floridana, yo soy nacido y criado en la calle Vicuña Mackenna. En ese tiempo se podía entrar con seis años al Club, tengo cuarenta y seis años, así que llevo cuarenta años como jugador activo del Club... Se podría decir que es un Club que reúne a toda la familia: mi papá, mi hijo, mi hija, mi sobrino, somos todos Floridanos.” dice Enrique Vergara Ureta. El club posee una larga historia de autogestión basada en la participación y el esfuerzo de los socios, sus familias y vecinos. Fueron ellos mismos los que con esfuerzo y dedicación construyeron poco a poco la sede, en la que actualmente también funcionan otras organizaciones, como el Club del Adulto Mayor. La particularidad de la sede que existe hoy, es que fue construida por las hermanas de un antiguo Presidente, Antonio Palacios, quienes se ganaron el loto e hicieron este regalo al club que fuera la gran pasión de su hermano en vida. El fútbol popular y comunitario representa parte fundamental dentro del sentido de pertenencia del barrio. El Club Deportivo Florida tiene una historia llena de relatos; himnos, camisetas, copas y triunfos, que empapan y se plasman en el discurso de sus socios. Una de esas historias anecdóticas es la que cuenta orgulloso Don Manuel Cáceres Galaz: “La historia de esa copa -una copa grande, enchapada en oro- es de un campeonato que ganamos el año 26, con una división infantil. Le ganamos al Everton de Viña del Mar”. Era típico ver a toda la comunidad reunida en el Auditorio Osmán Pérez Freire para alentar al equipo, siendo partícipes de la fiesta del fútbol barrial. En los campeonatos nocturnos, tal como en el día, se llenaba de familias, vecinos y personas de otros cerros que venían a aleonar a sus equipos. Existía también una ‘Rama Femenina’ que participaba activamente en la mantención de los jugadores y en el resto de las actividades del Club. Enrique Vergara Ureta las nombra como parte fundamental del Club Florida: “La gran Rama Femenina del Club Deportivo Florida, la antigua Rama Femenina. En su pick tuvieron como 60 mujeres en los años 80. Familiares de los juga48
Organizaciones Sociales
Himno Oficial del Club Deportivo Florida Se entona con la melodía del Himno Marcial Gloria y Victoria ¡Adelante muchados del Florida A luchar, por las lides del sport Y sabremos vencer si somos buenos O seremos vencidos con Honor!! ¡Si el clarin de guerra nos llamara Por la Patria que fuéramos a luchar Correríamos como lo hacemos En cancha, cuando el pito nos llama a Jugar.
Este Himno fue compuesto por el Sr. Segundo López, Ex – Presidente del Club Deportivo Florida.
49
Capítulo 5
dores y de los papás, mamás de los jugadores, hermanas, etc. (…) ellas se hacían cargo de la mantención de los cadetes, les lavaban los equipos, les llevaban una golosina (…) ese es el rol de la rama femenina, un rol muy importante: hacían camisetas, lavaban camisetas, en ese tiempo se jugaba con calcetas de lana, entonces hacían calcetines, zurcían calcetines”. Una fecha muy importante para los y las socias, es el Aniversario del club. Año a año se celebra, aunque no con tanta algarabía ni pomposidad como en aquellos tiempos donde el fútbol popular vivía su apogeo en el barrio. Las actividades contempladas para la celebración eran variadas: se podía contar con campeonatos de juegos de salón, misa en memoria de los miembros fallecidos, sesión solemne con vino de honor, campeonatos de distintas disciplinas, encuentros de fútbol o programa de actividades enfocados en las niñas y niños del barrio.
La organización social En el barrio, los vínculos vecinales se han estrechado fuertemente desde la participación social en organizaciones comunitarias, a partir de donde se ha potenciado no sólo la vida social sino también el adelanto urbano del cerro. 50
Organizaciones Sociales
La influencia tanto de la Junta de Vecinos como del Club Deportivo Florida son evidentes y a su alero nacen una serie de otras organizaciones sociales que han dado vida al barrio a lo largo de su historia. Es así como la enorme influencia del Club Deportivo Florida, ha generado el surgimiento de otras agrupaciones vinculadas a la vida deportiva que operan como una suerte de extensión de esta organización social. Recordados son los Jipi Juniors, un grupo de jóvenes jugadores del Club que entre los años 70 y 80 le dieron grandes satisfacciones al barrio, saliendo campeones de varios torneos, lo que sin duda estrechó los lazos de amistad al interior del equipo, generando incluso que se auto denominaran con un nombre distinto para desmarcarse del resto de las divisiones del Club. Su nombre, los Jipi Juniors nace del movimiento hippie de la época. Acerca de este emblemático grupo, Enrique Vergara Ureta, miembro de los Jipi Junios comenta: “Para mí el momento histórico fue en el año ‘88, cuando salimos campeones aquí. Yo soy parte de una generación que en los años ochenta o setentas, después del golpe parece que fue, que se juntaron un grupo de personas que quisieron reunir niños del cerro para que en un futuro le diera frutos al Club… juntaron a todos los niños del sector, hicieron actividades y todo, e hicieron la proyección para que en 10 años más el Club pudiera ganar campeonatos con pura gente del Club. Entonces gran parte de esos niños, que teníamos 6, 7 años, empezamos a jugar y ganamos un campeonato, otro campeonato, primera serie infantil, campeón invicto acá arriba, no nos ganó nadie…después el año 86 estábamos todos en división juvenil con 16 años, no nos ganó nadie, vaciamos la Pérez Freire con 7, 8 goles, y después gran parte de ese equipo, si es que no todos, subieron a adultos juntos, con 17 años… éramos casi todos formados de chiquititos, de los 10, 11 que partieron, llegamos 8, 9 jugando juntos a adultos, todos formados desde chiquititos, aquí en el mismo Club (…) éramos los mismos, Jipi Junior jugando por el Florida.” 51
Capítulo 5
En el ámbito deportivo, otra organización que fue ampliamente reconocida era el Club de Rayuela Recreativo Florida, el cual tuvo un rol social clave como punto de encuentro y esparcimiento, convocando a sus campeonatos no sólo a floridanos y floridanas, sino que a los porteños en general. En su salón se organizaban comidas y fiestas, como recuerda la vecina Irma González Ríos, especialmente en la época dieciochera. Actualmente, esta organización ya no funciona como tal, sin embargo su sede sigue prestando un uso recreacional para la celebración de bautizos, matrimonios y distintas celebraciones familiares de los vecinos y vecinas del cerro. Otra organización social que trabajó estrechamente con las distintas agrupaciones comunitarias del Cerro fue el Centro Cultural Mintay que nace como una iniciativa de los jóvenes del barrio en el año 1985. “El Mintay” como era conocido, tuvo su apogeo durante la segunda mitad de la década del ochenta y destacaron por desarrollar un sin número de actividades culturales como peñas, festivales y celebración de fiestas comunitarias para fechas como fiestas patrias o navidad. Hoy en día esta agrupación continúa funcionando, sin embargo ahora ya no con tanta intensidad en el cerro, pues con el paso de los años se convir52
Organizaciones Sociales
tieron en un referente comunal y sus actividades fueron itinerando por distintos cerros. Sin embargo, sus precursores hoy se embarcan en el desafío de volver a realizar actividades culturales de forma más permanente en el barrio, para recuperar el legado de su época de mayor esplendor. Asimismo, en los últimos años, los adultos mayores del barrio han ido generando nuevos espacios dentro de las organizaciones sociales del cerro. Muchos de ellos habían participado activamente con la Junta de Vecinos o en el Club Deportivo Florida, y tuvieron la inquietud de conformar Clubes de Adultos Mayores en busca de un lugar de esparcimiento, fraternidad y compañerismo. De esta forma, nacen los Clubes de Adulto Mayor Luz Divina, Benjamín Vicuña Mackenna y Amanecer, los dos últimos funcionan en la sede de la Junta de Vecinos, mientras que el Club Luz Divina lo hace en la sede del Club Deportivo Florida. Siempre compartiendo una grata once, se juntan a jugar lota, tejer o simplemente conversar. Tal como cuenta la vecina Rosa Álvarez Ortiz, han pasado a ser “como una familia”. 53
6
CapĂtulo 6
54
La identidad Floridana
La Identidad Floridana
La identidad Floridana Preguntarse cuáles son las identidades particulares de un cerro no es una pregunta de fácil respuesta en un entorno como Valparaíso. Sin embargo, basta caminar por las calles del barrio para comprender que aquí la tan característica arquitectura de la ciudad se expresa de forma distinta, lo que incide fuertemente en el modo de habitar de su gente. A diferencia de otros cerros, la vida en Florida se articula desde su plaza, un verdadero privilegio para sus vecinos dentro de una ciudad que en general carece de áreas verdes consolidadas en los sectores altos. Es que la Plaza Mena es sin duda el corazón del barrio, un espacio donde convergen los habitantes de sus distintos sectores y que es parte esencial del imaginario colectivo de lo que es hacer autentica vida de barrio, algo que destacan los vecinos y vecinas se ha perdido con la modernidad, pero aquí sigue intacto a pesar del paso de los años. A un costado de la Plaza aparece la Calle Mena, su eterna compañera, desde donde el habitante pierde su mirada en el azul profundo del mar. Es que la Calle Mena pareciera estar justo al medio de la ciudad, permitiendo la mirada contemplativa de toda la bahía y de su majestuoso anfiteatro de cerros que la resguardan. Y es en todo este escenario, donde la vista panorámica de la ciudad puerto es una constante, que las casitas de colores y las calles floridas del cerro hacen que este barrio sea sencillamente hermoso, enamorando a los cientos de turistas que día a día lo visitan. Encontrarse a los vecinos conversando largo rato en las calles o en la Plaza, como si el paso del tiempo no importara, es parte del paisaje de este 55
Capítulo 6
barrio. Desde sus inicios a la fecha se han configurado espacios emblemáticos para la vida comunitaria, puntos de encuentro y participación anclados en la memoria colectiva y que siguen generando sentido de pertenencia e identidad entre los vecinos y vecinas del sector. Asimismo, su historia está marcada por una serie de tradiciones propias que se han desplegado en esa vida de barrio que ha vivido épocas gloriosas, que los vecinos valoran y plasman en los relatos con que se describen y definen las características que les son propias. Identidades, que en constante construcción, hoy se busca transmitir a las nuevas generaciones de Floridanos. En las últimas décadas, se ha cultivado en el barrio un “espíritu ecológico” que se ha impregnado en varias familias que desean ver al Cerro Florida en pleno esplendor con nuevos árboles y flores que adornen y que hagan aún más atractivo el barrio, poblando nuevamente los jardines con esas flores que tanto caracterizan al cerro. Asimismo, el fuerte sentido de arraigo ha hecho que en los últimos años antiguos vecinos regresen al barrio con proyectos comerciales que han dinamizado el turismo local con miras a consolidar los nuevos bríos del vecindario.
56
La Identidad Floridana
57
Capítulo 6
“Nosotros estamos sencillamente felices con nuestro proyecto, se ha dado un ambiente familiar en este negocio, donde además tenemos gente del barrio trabajando con nosotros” Vecina Verónica Lagos González
58
La Identidad Floridana
â&#x20AC;&#x153;Ha sido lindo tener este restaurant, es mi vuelta al barrio, mi vuelta a la casa y uno se siente en cierta forma llamado a cooperar con el desarrollo de este lugar que tiene un tremendo potencialâ&#x20AC;? Vecino VĂctor Mancilla Aedo
59
Reflexiones Finales
60
El desarrollo de este rescate de historia local ha implicado una profunda interacción con los habitantes del Cerro Florida. A través de la realización de entrevistas, discursogramas, talleres participativos y actividades biográficas, los vecinos del barrio se han enfrentado al ejercicio de un proceso de memoria, recordando los principales acontecimientos que han marcado la historia comunitaria. A través de este proceso de memoria colectiva, se concretiza el reconocimiento de un “nosotros”, entendiéndose como una comunidad con características particulares dentro de la comuna. El Cerro Florida se destaca como un lugar tranquilo, un espacio tradicional en el cerro, con una riqueza comunitaria marcada por una historia de trabajo mancomunado enfocado en darle vida al barrio, por andanzas de infancia y juventud experimentadas en los idílicos parajes de un cerro en construcción. El Ministerio de Vivienda y Urbanismo, en conjunto con la I. Municipalidad de Valparaíso, agradecen profundamente a quienes compartieron sus testimonios para hacer posible este libro, el cual es un ejemplo del recuerdo y añoranza que les genera a todos los residentes la reactualización de su memoria, así como una invitación a seguir trabajando en afianzar esas cualidades que consideran tan características de su cerro, enaltecer su tan querido barrio y volver a encontrarse con esas avenidas floridas donde renace el valor de la vida en comunidad. 61
CapĂtulo 6
62
La Identidad Floridana
63
Postales de Barrio UNA HISTORIA DEL ASCENSOR FLORIDA “Era el centro de reunión de los vecinos. Todos se saludaban.” (Vecina Carolina López de la Barrera) “El tiempo pasa, pero tu hermosura no abandona mi mente. Me dormiré en el ocaso, pero en el amanecer estarás ahí.” (Vecino Miguel Cossio Collante)
UN RECUERDO DEL BARRIO FLORIDA “Unos días felices, escenario de mi juventud, lo pasamos del uno con todos los chiquillos del barrio.” (Vecina Cristina Estrada Acevedo) “Gente alegre compartiendo sanamente y familias unidas, niños jugando y compartiendo felices.” (Vecina Olga Castillo Sánchez) 64
UN RECUERDO DE JUVENTUD “Mis mejores días en este cerro siempre son cuando junto a mi familia compartía con los vecinos y amigos.” (Vecina Gabriela Palleras Norambuena) “Casas hermosas y pintadas de todos colores, buena gente, arte, tristezas y alegrías en este hermoso puerto de Valparaíso.” (Vecina Olga Castillo Sánchez)
UN SUEÑO PARA EL BARRIO FLORIDA “Tener el ascensor andando y que esté repuesto el puente.” (Vecina Teresa Araya Olivares) “Que los vecinos sean unidos y participativos.” (Vecina Nelda Maggi Fernández)
65
Referencias Referencias Bibliográficas Diarios •
El Mercurio. Lunes 13 de agosto de 1888.
•
El Mercurio. Valparaíso, domingo 29 de mayo de 1994. Florida: Un Barrio Hospitalario.
Libros •
Massó, E. (2006) La identidad material como patrimonio inmaterial: relaciones dialécticas con el desarrollo. Theoria, año/vol. 15, número 001, Universidad del Bío-Bío, Chillán, Chile. pp. 89-99.
•
Peña, M. (1999). Ayer Soñé con Valparaíso. Ril Editores, DIBAM. Disponible en: Biblioteca Mundial Universal: http://www.biblioteca.org.ar/libros/89471.pdf
•
Sáez, L. (2001). Valparaíso, Nombres, Lugares y Personajes, Siglos XVI-XXI. Puntangeles, Universidad de Playa Ancha Editorial.
•
Salazar, G. (2009). Mercaderes, empresarios y capitalistas: Chile, siglo X I X. Editorial Sudamericana.
66
Material disponible en Internet •
Casiopea, Espacio de registro y documentación, de carácter colectivo y colaborativo de la Facultad de Arquitectura y Diseño PUCV. Colectivo Favero, Cerro Florida, Caso de Estudio. En: http://wiki.ead.pucv.cl/index.php/ Colectivo_Favero,_C%C2%B0_Florida,_Valparaiso.
•
Memoria Matinee. Antiguos Teatros y Cines de Valparaíso. En: http://www.memoriamatinee.com/teatro-mauri/
•
Portal Nuestro. Celebración de Semana Santa en Valparaíso: Fuego al Traidor. En: http://www.nuestro.cl/notas/rescate/judas.htm
•
67
Agradecimientos
68
Agradecemos a todos los vecinos y vecinas del Barrio Florida que hicieron posible la realización del libro, que participaron activamente y proporcionaron fotografías de su vida en el Cerro; al Archivo Histórico de la Ilustre Municipalidad de Valparaíso, a la Biblioteca Regional “Santiago Severín” de Valparaíso y a la Fundación Renzo Pecchenino.
69
Participaron en este libro •
José Núñez Álvarez
•
Pamela Ferruzola Muñoz
•
Amalia Bravo Mandiola
•
Elisa Cancino Venegas
•
Pedro Ubiergo Bernal
•
Víctor Ramírez Figueroa
•
Pablo Peragallo Silva
•
Miguel Cossio Collante
•
Rosa Álvarez Ortiz
•
Gabriela Palleras Norambuena
•
Teresa Araya Olivares
•
Olga Castillo Sánchez
•
Ana Galaz Gálvez
•
Hernán Zapata Zamora
•
Cecilia Blackwood Mancilla
•
Esmeralda Muñoz Estay
•
Jeannette Madina González
•
María Eugenia Vásquez Vojkovic
•
David Conejeros Poblete
•
Verónica Lagos González
•
David Urtubia Figueroa
•
Santiago Pardo Ríos
•
Carmen Díaz Hernández
•
Víctor Mancilla Aedo
•
Mariana Cosalini Bermúdez
•
Alfonso Boroa Cimeno
•
Jaime Espinoza Briceño
•
Gustavo Bravo Mandiola
70
•
Francisco Bustamante Chávez
•
Carolina López de la Barrera
•
Manuel Cáceres Galaz
•
Nelda Maggi Fernández
•
Carmen Da Silva Cortés
•
Nancy Montenegro Gómez
•
Carlos Delgado Valencia
•
Eliana Norambuena Veliz
•
Gustavo Espinoza Guerrero
•
Isabel Peirano Velásquez
•
Cristina Estrada Acevedo
•
Elena Quilográn Ugalde
•
Betty Fierro Mora
•
Luisa Rivera Ramírez
•
Danilo Gallardo Rubio
•
Rosa Soto González
•
Luis Galleguillos Valenzuela
•
Enrique Vergara Ureta
•
Irma González Ríos
•
Jorge Vergara Ureta
•
Hilda Guajardo González
•
Mauricio Vergara Ureta
•
María Angélica Irarrázabal Stevens
•
Eduardo Vanni Valenzuela
•
Patricia Jeldes Rivera
•
Elba Zurita Cisternas
•
Roberto Lara Fuentes
•
María Elisa Saavedra Ramírez 71
72
73